Asistencia social, servicio social y trabajo social, como tras
atapas del dasarrolla de Ia profesién en América Latina
@ Asistencia Social:
— cancepcién benéfico-asistencial
= practica para médica y/o para jurldica dentro de un anfo>
que benéfico-asistencial
@ Servicio Socia: .
= concepcién aséptico-tecnacratica
= concepcidn desarrollista
@ Trabajo Social; ;
= concepcién concientizadora-revolucionaria\ Declamos que 1925 puede ser considerado como «el
ato del nacimiento» del Servicio Social profesional en Amé-
rica Latina, ya que en ese aio se crea la primera Escuela de
esa espacialidad en un pals latinoamericano, Eso no significa
sin embargo, que el Servicio Social se iniciara en América La-
tina, precisamente en ese afo, y mucho menos las formas de
ayuda social, Tomamas ese afio como punto de referencia
por la razén antes apuntada: la creacién de la primera Escue-
la de Servicio Social.
Como nota caracteristica general podemos sefalar que,
desde su nacimiento, el Servicio Social latinoamericano reci-
bid una fuerte y decisiva influencia exterior, No hay nada de
sorprendente en el hecho da que si hubo un modo de conce-
birlo, éste fuese un mero refiejo o copia de prdcticas sociales
realizadas en otras realidades, aunque la aparicion y desarro-
ilo del mismo haya estado determinado por el desarrotlo del
proceso global de América Latina.
Durante el perlodo que abarca desde 1925 a 1940 apro-
ximadamente, fua tributario de las experiencias europeas, es-
pecialmente de to que se hacia en Bélgica, Francia y Alema-
nia. A partir de 1940 y de manera progresiva pasé a tener un
fi lorteamericanos.La razén principal de este cam-
bio de influencia es obvia: Estados Unidos se habla transfor-
mado en el centro hegeménico de los paises occidentales.
Sin embargo, existen otros dos factores ligados mds cerca-
namente al Servicio Social que contribuyeron a este cambio
de influencia: la atraccién que ejercia en algunos profesiona-
les mas inquietos do América Latina, el deslumbrante desa-
trolio del asocial work» norteamericano, y !a politica de!
gbuen vecinos iniciada por Franklin Roosvelt luego dal ingre-
50 de los Estados Unidos en ta I guerra mundial, La preocu-pacidn de este pals por Ja reserva que le significaba la reta-
quardia hemistérica latinoamecdicana To indujo a inciar (a ni-
vel continental) programas _en_el Smbito social. En ellos las
asistentes sociales -hasta ese entonces bastante relegadas—
tenlan un lugar en los equipos técnicos; eran consideradas
como un profesional mas. A ello se ahadia un generoso siste-
ma de becas para estudiar Servicio Social en los Estados
Unidos, 0 en Puerto Rico que para e| caso era lo. mismo. Tam-
bién existfan becas para realizar cursos de post-grado (los
muy conocidos emasters»).
La tutela norteamericana se manifestaba también a tra-
vés do la «Seccién Desarrollo de la Comunidad y Bienestar
Social» del Departamento de Asuntos Sociales de fa OFA y
en la clara influencia ejercida en los Congresos Panamerica-
nos de Servicio Social. Esta influencia se manifestaba no tan-
to por lo que planteaban, sino por la clara inocuidad de los
asesores de la OEA que intervenlan en los mismos y que los
organizadores estaban obligados a invitar con pago de pasa-
jes y de alojamiento, y cuya Gnica ayuda era su contribucién
@ que estos encuentros fueran lo més asépticos y tecnocrati-
cos posibia.
* Otra prueba de la influencia norteamericana se puso de
manifiesto en la ALAESS (Asociacién Latinoamericana de Es-
cuclas de Servicio Social}: al momento de escribit estas pagi-
nas en 1974, todavia la principal asesora de la Asociacién
era una norteamericana (Caroline Ware) que, en su momento,
ejercié un fuerte influjo en un amptio sector de profesionales
tatinoamericanos, especialmente aquellos mds cercanos al
modela del «social works norteamericano. Actualmente
-1985- Ja ALAESS parece tener una mayor independencia
de las influencias externas. Aunque en este punto dejamos
para jos historiadores la indagacién que hay por hacer acerca
del tutelaje ejercido por la Democracia Cristiana alemana a
través del Instituto de Solidaridad de la Fundacién Konrad
~ Adenauer.
Volviendo a nuestro tema inicial, hemos de destacar que
hasta la. década del 60. 22s no hubo uoplantea original 9 ap
1 no del Servicio Social que, sin despreciar o desconocer
lo ya hecho en otras rea yates elaborara una versign ade-
quada 1d MUeStta Sin embargo, imporia destacar que hubo
preacupaciones en esa linea. Asi por ejemplo en el ano 1945,
252i in libro,
Enriqueta de la Sema de Fonce oe Loon Oe Gregorio
Téenica de fa asistencia social, prolagado p e quia metodo-
Araoz Alfato, gn al aue precuraba elabor Pen cn he
ica inspirada wante todo =
chs y cosas nuostrasa, Aunque esas «cosas nuestra» ore cl
modo de trabajar de las Damas de la Sociedad de ne "
cia de Argentina, !a que aqui rescato es Ja preocupaci no
intencién de buscar farmas da ayuda social adaptadas a |
nuestra realidad,
En cualquier caso, to cierto es que la producci6n auldc-
tona (qua no necesariamente por ser tal @ra réspiiésta a los,
problemas reales} fue casi nul hasta los afios 60, Vaientina -
Maidagin de Ugarte publica’ ene 1980 Un Menual oe &
Senicio Social Que, de acuer informacién que dispone-
mos, fue ef primer trabal esta Indola heché por un autor
i CANOE una separata que acompada al libro la
autora publica una bibliografla sobra Servicio Social: casi no
hay titulos en castellano, Cuan diferente era la situacién ape-
has diez afios después y mucho mas ahora 71985-. cuando su
"ya se cuenta con una abyndante producclén autécten ;
253ira etapas en ta blutorta de
socialen Anbérha Latina:
+
‘Trabajo social} Consientizadora- revalu- *
cionaria ..........+. * organizacién,
f
movilizacion, |
- concientizaciény
i.
Sin embargo, para utilizar on su justo alcance y en sus
Muchas limitaciones este esquema, deben tenerse en cuenta
tras cuestiones:
; #no hay que interpretar estos momentos, como si se
‘tratase de una evolucién lineal: asi no afunciona» la
historia; ‘
« la evolucién de la concepcidn y fa practica de la profe-
sién np se produce fundamentatmente por lo que acon-
tece emla-profesién sino porlas cambios que se dan
| en la sociedad global; 4 7” ,
re nique decir tiene que a mediados de Ja década del 80
existen profesionales con_una_con n _benéfico-
Sistel
{ a nclaly que la asepsia profesionaljconserva abun-
.
antes adeptos.No haca falta repetir aqui lo limitativo que tiene este tipo
de clasificaciones. Toda esquematizacién soslaya matices
importantes, pero en algunos casos ayuda a captar el meollo
da la cuestién; esto es fo qua aqul proponge a fin de tener
una pista que permite vislumbrar las grandes IIneas y mo-
mentos da la profesién en América Latina,
Del marco histérico propuesta surgen claramente las
tres fases 0 momentos 4 los que antes haclamos mencién:
Asistencia Social, Servicio Social y la nueva -la Gnice version
falinoamericana-, qua se denomind Trabajo Social, pero que
muy poco tlene qua ver con el «Social Work» norteamerica-
no. No se trata de una mera cuestién seméntica, sino que
bajo estas denominaciones subyacen diferentes enfoques y
concepciones tedricas y practicas igualments distintas,
Sorreix ha explicado esta evolucién de la siguiente ma-
nera: «Mientras la primera "forma de accién social” citada se
denomind histéricamente cASISTENCIA Socials, la segunda
que 58 prolongé hasta nuestros dias, es la que sa conoce
como «SERVICIO Social», Es innegable que, de la misma ma-
nera que cuando en los albores del siglo XX una forma de ac-
cién social (el «Servicio Socialn) reemplazé a otra forma de
accién social (la «Asistencia Social»} y a la misma se le dio
una denominacién distinta {«Servicion en lugar de wAsisten-
cia») de igual manera ahora, cuando una forma de accidn s0-
tial distinta {quizds hasta con objetivos e intencionalidad his-
térica diferantes @ incluso opuestos}, deba reemplazar a los
que aya no da para mds», como no lo da su «gestors ideold-
gico (el desarrollismo} derivade de las concepciones libera-
les-capitalistas} asl coma sucedi6 entonces, parece absoluta- .
mente ldgico buscar una denominacién distinta para esa
cosa diferente en plena gestacién, elaboracién tedrica y en-
sayo de terreno.‘ Nosotros’ proponemos ta denominacién
«TRABAJO Socials para ta nueva forma de accién social que’
nuestras circunstancias presentes (y de posible futuro inme-
diato} que la realidad latinoamericana reclamap (1). *
Con esta advertencia de Barreix que 61 hace desde una
perspectiva histérica mas amplia que e! Ambito latinoameri-
cane al que nosotros nos cefiimos, vamos a introducirnos en
“la explicacién de tas notas fundamentales de las concepcio-
nes que subyacan en cada una de las etapas 9 momentos
que aqui distinguimos.™:
26Asistencia Social
Se trata da fa concepcién dominante ea la etapa pre-
i jones
i en las primeras promocion
ofesional, y que se prolonga en Pr
oa asistentes sociales latinoamericands.. perviviendo en el
estilo de algunas asistentes sociales todavia en la década de!
89. -
Si bien distinguimos la concepcién benéfico-asistenciol,
-y la concepel6n para médica y/o para juridica, dentro de la,
asistencia social, no se trata en modo a'guno de dos momen.
tos o fases en el tiempo. En lo que podriamos denominar un
atelén da fondo benéfico-asistencial», algunos profesionales
(los que trabajaban con médicos o abogados) realizaban una
prdctica para médica o para juridica., - .
Concepeiin benéfico-asistencial * ;
‘Letinota esencial que caracteriza esta etapa que podia:
mos delimitar*entre,1925 y comienzos de la década del 40,,
se define per su madalidad Bendélico y asistencial. No sélo sé
trata da una prolongacidn de la concepcién dominante en Id
re-profesional,.es también la mentalidad, la concép-
cién y el estilo operative vigenté en las primeras asistentes
sociales profesionales de América Latina, Como profesional
de nivel medio,,el asistente social es concebido ~en cuanto
buci onant vi
qlosas o flantrépicas. 3)“
Dentro de esta concepciénjademés deé.una‘corriente det
asistencia social de,inspiraci6n catélicd> tienen también su’
importancia grupos de ayiida'de asistencia e inspiracién mae
sdnicasson aquellos que no estan, prec pados por la eca i
dad» sino por Ja_efilantropiay.sLo cierto es qud,"con Molva.
clones diferentes, se dieron modalidades operativas similares
en cuanto a las formas de accién social para ayuda al necesi-
tado.
, Vista desde nuestra perspectiva, en esta concepcién la”
visualizaci6n daglos_ «problemas socialesi\—o, los denomina-
_ dos como tales- se Circunscribla a wongidergtlos com: \-
blemas individuales que necesitaban de asistencia, ¥ 8 eS0S g
257problemas individuales padian atribuirseles ausas muy di-
versas (enfermedad, herencia, raza, clima, apatia, falia de es-
piritu emprendedor, etc}, Lo que de ninguia Tanera a areca
. como pro ama, ¥ Menas ain como causa de problemas ‘
“eran los determinantes estructurales En otras patebras gna
se visualizaba, ninguna conexién entre los problemas ingivi-
duales y Tas estructuras globales de la sociedad.
No es extrafio, entonces, que los problemas que se
hayan planteado fundamentalmenta como cuestiones inte-
rindividuales (primero a nivel personal y luego a nivel grupal)
y que de ninguna manera se viese la necesidad de atacar
causas estructurales.”"Aun cuando esta concepcidn de ta
“Asistencia Social evoluciond incorporando el método de de-
sarrollo de la comunidad, lo estructural tampoco fue visuall-
zado como un facter directoy—o indirecto- qué es causa de,
los problemas.3, 7 Fe
Subyacente a esta concepcién benéfico-asistencial, ha-
bla supuestos tedricos, politicos 6 ideoldgicos que dieron elt
“ horlzonte intelectual. y la intencionalidad de la practica que
tuvory tiene alin- la ‘Asistencia Social como forma de accién,
social.% oo -
Préctica para médica ylo para juridica dentro de un enfoque
benéfico-asistencial. .
Como ya sa dijo en el paragrafo anterior, esta forma ope-
rativa sa dio dentro de ja cancepeidn benéfico-asistencial>
Mientras’se persista en trabajar con esta modatidad, en last,
: diferentes instituciones en donde se ocupaban asistentes so-.
~ ciales (principalmente las de salud}; a estas no Se les asigna-
ba ningdnjjnapel profess nal aspecifico, a no ser la de auxilia~
res de nivel técnico intermedio,. tiles para ayudar @ la labor 4
“del médicd, en.alg asos a la del abogado. a denoming-._
Gon profesional q ia utilizarsa 6n’ ése enilonces, «visitas,
aon parte este modo de concebir el pa-~
dorgs sociales) refle]
~ pely fa funcién del asistente socials .
{Qué hechos condujeron a que la profesién tomase este
cardcter para-médico?... En la década del 20 -nos explica
Kruse-, algunos ymédicos «tuvieron oportunidad de darse
cuenta ten ocasién de sus viajes a Estados Unidos y Europa),
que podian contar con otro integrante dentro de su equipo
de sub-profesionales:,uno que les cumpliera las,funciones de”
258Ahyazos extendidosy y «ojos prolongadasy a los domicilios
| de Tos pacientes,Un «ayudanter que tise Gapaz de controlar
el buen cumplimients del tratamiento’ prescrito, de dar «nof-
mas de higienes, de saber algunas destrezas de «medicina
menars (paner inyecciones, hacer lavajes de estdmago, etc),
de saber ensefiar y preparar biberones, a cuidar y fajar bebés,
ete, ppp paiathen una palabra, g [os .nagientes en sudomi*
Algunos,abogadds y mucho mas los médicos, encontra-
ron en las «visitadorase y dasistentes» sociales, un auxitiar
profesional de cierta utilidad. Les servla algo mas que und
xsecrearia administrativan, pero era algo menos que un «pro~
tesionals; quizds eran, una espacie de secrelaria.o asistente
técnica, j
Este tipotde graduados y de prdctica profesional
~considerados fundamentalmente como avisitadoras socia-
| les cred una imagen de to que es el asistente social, que to-
davia hoy no se ha podido destarrar completamente cama
| perfil profesional, # .
Como ya'lo explicamos en capitulos antarloras, en nues-
tra época esta obligacién de ayuda toma miltiplas dimensio-
nes én lo qua sa denominé la «Asistencia Socials, al tiempo
que pasaba poco a poco a manos dal Estado en ja medida
que éste ampliaba el 4mbito de sus actividades, ’
Ha sido precisamente en toda esta_evolucién
caridad degenera en beneficencia ya la. neficencia se Ie
Tama Caridad. Esta identidad de la caridad con la beneficen-
Gla esté considerablemente extendida, hasta tal punto que
atn ahora, y entre personas cultas, s¢ confunde ta_caridad
on toda una serie de_caricaturas y prostituciones que van,
Sede oe} patornalis asta la execrable costumbra de ayu-
dara los pobrés fi inte té-canastas, desfifes da modalos,
Hailes de anatigencl otras nese iguelmente agrayiantes
para «los benelicarios.de_la_ayudan, tanto mas, cuanto
mayor es el desplieque de fastuosidad y/o publicidad. Estas
monstruosas deformaciones de_alao
leformacione que_tlaman scaridads..
nada tienen quo ver con {3 caridad que tiene un sentido hon-
Joy presiso: et de stmismo y no donacl ue $O-
bra, o_restituct ‘alo que tauustaenl e ha rejenida da
Salarios mal pagadgs o simplemente dela plusvalia apropia-Bee”
Es menester repetirlo hasta la saciedad; este modo de
asistenclalismo es inlamante, Gastréfilos vientres y corazo-
RES -VHCIS, Uhicamenta preocupados por tranquilizar sus
conciencias o evitar el tedio, se wocupan da los pobres». Es-
tas_udamas»_ de sociedad, esposas de ehonradosn propieta-
‘Tios oda, eprestaiosos» profesionales, que gozai de la vida
qracigs ala abstinencia y e] hambre de los pobres, deben s2-
ber que ct ba un dla tocard a SU fin, Hoy tag-accionas
benélico-asistenciales son in resabio de otras Epocas, en la,
quelos umplian con su_4deber da conciencian (?), re
partiende migaias v fastos da sus festinesy
Nos parece obvio advertir aqui, que todo ésto ha da re-
pugnar y sublevar a cualquier Trabajador Social, Nos resulta
dificil imaginar a un profesional del Servicio Social que tenga
un minimo de dignidad, ecolaborandos en estas tareas «asis-
tencialistas» y «miserabilistass. O dicho con mas simplicidad
y precisién: no podernos imaginar en esto a nadie que no se
haya degradado humanamente. . . .
Servicio Social. .
Antes da comenzar nuestro andlisis de esta segunda
fase de la evolucién do la profesién en América Latina, cabe
hacer dos observaciones preliminares: .
@ no hay que confundir Servicio Social con Servicios So-
ciales (*) a
* ho toda practica social denominada como Servicio So-
cial, responde necesariamente a las caracterizaciones
que hacemos en este paragrato.
a Dentro de esta laps que tiene una duracién aproximada
de mas de un cuarto de siglo -desde.romienzos de la década
da los 40 hasta casi finales de los anos 60- podemos distin-
quir dds momenios Tendamentaless————~ - .
pel de fa influencia neta y ‘clara del asocial workp nor-
. tgamericano, en el que. predomina na concepcién
wae aséptica y tecnocrdtica, 7
« el de los primeros atistidd para vincular el Servicio So-
cial con la problematica nacional, y que da lugar glo
“que se ha dendminado la concepcién desarrollista. '
] Ver et vol J de estas obras complatas
260ao
; . . 90
irlo una vez mas: todo esquema tiene alg
Homo de f queremos ir al meollo de la
reduccionisme, pero aqu i .
seostién y ala captacién de las grandes lineas de evolucién
de la profesién. Vearnos los aspectos sustanciales de estos
dos momentos o enfoques {en determinados paises y cir-
cunstancias se dieron yuxtapuestos).
Concepcién aséptico-tecnocratica +
. Apartirde 1940, como ya se ha dicho, la influencia dela
Asistencia Soclal da estilo europec pierde vigencia y el Servi-
cio Social norteamericano comienza a dar su sello y estilo a!
Servicio Social en Latinoamérica.
Esta influencia norteamericana, tuvo las siguientes notas
distintivas:
* una mayor, preocunacién técnico-cte
elapa anterior
%, elevacién del status profesional
s,acentuacion psicologista de su marco tedrico referen-
cial y de su practica meee eee
« un modo de hacer marcada por el estilo del tecnicismo
_ aséptico
En esta nueva frontera de la historia de la profesi6n en .
América Latina, el social work norteamericano cencandilés a
muchos profesionales del Continente. Imitaron el estilo pro-
fesional norteamericana y esto los Hevé a un modo de hacer
ecaracterizado porta asepsia tecnocrdtica queanisnenian ala,
situacion_teal ~con frecuencia dramatica— nas
Gon quienes trabajaban y del pals en donde trabajaban.
Es asi como aparecen =aunque esto es vdlido también
para otras profesiones- los tecnécratas que _hueten a la-
vanda inglesa, Son Ios protesionalés “del ‘Servicia Social
quimicamente puros: incoloros, inadoros _e@ insipidos, Se
pretende lograr una objetividad aséptica, una actitud neutral
y realizar una accién standard. a
Tanto se ha insistido en esto, que se ha formado un tipo
de profesional que por pura neutralidad carece de toda vibra-
cién humana frente al dolor y la miseria. ¥ son tan asépticos
que consideran toda consagracién apasionada y comprome-
tida, como contrarla a la objetividad profesional. Pueden divi
\tifica que en la
26Fles escapann (3
‘dir, por una parte a la persal /
or ina parte a, ina, por otra Si 7;
ando que «no sé compramete en una a) oleae, one
4 » om ie & accion quien no com-
eromete ef ella sr hombre en su totalidagjNo son los tecno-
ra fas 168 que Rardn la revolucién necesaria. Elios no cono-
cen ms 3 que funciones: son unos destinos los que estén en
jucgo; ellos producen unos sistemas, pero los problemas se
los Este caret! neutro y aséptico que pretenden alcanzar
os Tatas, @5 CO erente con la a-ideologicidad y @-poli-
ticidad que le atribuyen al Servicio Social. Asi pe express cla-
ramente ol Sue Oe que subyace en esta concep-
cidn, conforme a la cual, |a ciencia es absolutamente prescin-
dente de la ideologia y de la politica, No hay, pues. nada ex-
trafo en este comportamiento: el Servicio Social tecnocrati-
co acta como si fuese posible una ciancia social neut
borada en un laboratorio “aséptico en ef qué nO pene! n
una ideologia, ningtin interés, ningén.yalor, ningan_ conflic~
torEn consecuencia, también es po na_practica social
meutrra. “oe oe
CC
Ahora bien: este enfoque que nosotros hemos propuesto
Harmar gaséptico-tecnocraticoy, ha sido la concepcién y la
prActica tradicional del Servicio Social.
iCudies han sido —-y $on todavia- las ideas esenciales del
nismo? Segun una clésica definicidn, insistentemente repeti-
ta, aceptada y¥ ensefiada durante anos en nuestros paises, al °
servicio Social se,te atribula come_objetive rincipal_«da
idaptaci6n o ajuste dal individu con @tros individuos 6 con"
‘Dinedio ambiontes. De esta “anfinicion 2sit hecesiaad dé
nuencranansis— 62 deduce claramente la centralidad que tie-
ion los concaptes de adaptacién y_ajuste enlasoncepsion
fol Servicio Social tradicional. Datengémonos un momento
in ellos. Amoos conceptos —podrlamos incluir el de agoms6-
ién—> son similares. ladican un estado y un PrOgaso.
Jomo estado hacen referencia a un «modus vivendia de indi-
‘iduos y grupos que reconocen y aceptan una posicién relati-
“Fexlgiénie dentro da las condicios biglés generales o a
1s requerimientos @é un ambiente particular. Como proceso,
-xpres2 la forma en virtud de | idugs y grupos van
sdquiriendo up_ modo. da reducic impedic y. eliminar confiic-
ie
9s, mediante el ajuste adaptacion de unos. y otros. ya asin
del me
nilacion a-critica del medio soci cur
Wwacion acres
32Si bier ta definicién a la que hemos hechos referencia
-que consideramos arquetipica del Servicio Sactal tradicio-
nal- fue propuesta en un informe de las Naciones Unidas y
repetida en documentos de la OEA, no refieja sino la concep-
cién vigente del «social works norteamericanoy Tuva plena
vigencia entre nosotros durante muchos anes, pero hoy se lo
considera como una forma de «Servicio Social tradicional»,
expresion que con anterioridad se habla aplicado a la Asis-
tencia Social.
" Par ello; a mediados de la década del 60 cuestionar esa,
concepcién era problematizar el Servicio Social en sus tal-
ces; era cuestionar sus conceptas y categorias badsicas que,
sl bien no estaban muy sistematizadas, servian como marco
tedrico referencial. Era, para decirlo en pocas palabras, una
herejfa y... como ocurre con frecuencia, 1a herejla del presen-
te es la ortodoxia del futuro.
La mayorla da los profesionales se hablan autecondena-
doa vivir a-histéricamante, esto fuera del tiempo y del ¢s-
pacio, felices en sus esquemas de pansamiento, incapaces da
todo esfuerzo de autocritica. No en vano fue la realidad la
que los desperté con un «garratazo (en algunos casos fos
elimind, a modo da un golpe mortal de kérate hecho por el
cuestionamiento estudiantil).
Respecto a las reformulaciones ¥ las nuevas propuestas,
todos los «instalados» en el Servicio Social tradicional, te~
nian reacciones similares a los sefiores faudales en visperas
de la Revolucién Francesa, al olf hablar de la Reptiblica y de
la demacracia decian: «eso jamas se vio y no existe en ningu-
na parte; por lo tanto es imposible». ¥ asi acontecia en el
Servicio Social: «un nuevo Servicio Social es algo que no
existe, por lo tanto no hay porque preocuparse en ello». Las.
profesignales tradicionales. en lugar de hacer planteamisntes .
relacionados connuestros problemas procurande dar Te
pugsta_a situaciones.cansrelas. se movian ea un mundo _de
eneraidades inocuas, | ares communes. agebiantes, carica-
tee ere ad, ingenvidades ‘sobre los problamas Fadl-
tules'de los hombres... No sablan pensar de maneta.diterent
do lo que lo hablan hecho slempre.F podian, salir en:
fogue_«psicologista_y sityagionals que_excluye.t
de fa realidad Socio-estywCtnta
de la realieo—Actualmente -esto lo decla en 1974— el rechazo de las
ideas de ia_«acomodacién» y_dal_caju: como, categoria”
central que explica fos objetives del S Servicio Social, pertene-
ce al acervo comin del Servicio Social latinoamericano, no
sdlo en su_yersién mds avanzada del Trabajo Social, sino
también del Servicio Social desarrollista. Sin embargo, el
Servicio Social tradicional no estaba completamente muerto,
como algunos creimos, proponiendo adlejar que los muertos
entierren a sus muertoss,
Es por todo ello que nos parece oportuno poner.de relie-
ve algunos de los aspectos fundamentales cel Servicio So-
cial tradicional que, en cierta medida y con otras caracteristi-
cas, mantienen su vigencia ea los enfoques funcionatistas-
desarrollistas actuales. Estos aspectos -ampliarnente desa-
rrollados en el volumen 3 de esta coleccidén, Qué es ef Tra-
bajo Sacial?- hacen referencia tanto a los fundamentos so-
ciolégicos y psicolégicas, como a los supuestes ideolégicos
implicites (negados en nombre de una ciencia universal), y a
su intencionalidad politica (al margen de las declaraciones da
neutralidad).
Cabe advertir que el Servicio Social tradicional, durante
8U Cuarto de siglo de plena vigencia en América Latina, no se
ha configurado siempre como una misma realidad. Desde un
enfoque fundamentaimente psicologista que tendia a expl
car los problemas de la gente ‘coms tonsecuencia de cir-
cunstancias personales, y los problemas personales como
raiz de los problemas sociales, Hegé en su Ultima etapa a un
enfoque conceptual operative de tipo. sociclogista; no sélo
hay que resolver problemas de los individuas, hay'qi que Conti>
amiento de la sociedad. J ed
En pleno auge de las cuestiones vincu-
ladas con el desarrollo de nuestros
palses, el Servicio Social queda en-
vuelto en esta problematica. Ello da lu-
gar a una nueva concepcién.
* Concepcién desarrollistl”
Dentro de esta fase que flamamos del «Servicio Socials,
“la concepcién desarrollista significé un importante, paso ha-
cia adelante. En ella se expresan los primeros balbuceos que
264quieren ser respuesta @ necesidades y problemas concretos
que sufren nuestros paises,
Pero antes de referirnos a esta concepcién de la profe-
sién, habria que preguntar, qué hechos y circunstancias lle-
varon a formular y plantear ua Servicio Social desarrollista?
Desde el primer informe de la CEPAL (1949) y a medida
que se fueron publicanda sucesivos estudios sobre la econo-
mia latinoamericana y, posteriormente, sobre cada uno de
los paises en particular, el desarrollo se transformé en una,
idea-fuerza que penetré casi todos los campos. Obviamente,
los grupos més reaccionarios fueron impermeables a los nue-
vos planteamientos, pero, en general, logrégimponerse en
América Latina la idea de que el desarrotlo es grant
; la gfan"tatea ;
' que debe realizar cada pais y el conjunio del Continente para.
salir de} jacién de atraso y subdesarrollo, Surge asl lo
, Que 8éTid" déndminadd”él ‘desarrollisma» o la aconcepcion
desarrollistap. »
Ahora bien, la centralidad adquirida por la problemética
del desarrollo y esta mode de concebirlo, influyS también en
‘ta concepcién del Servicio Social: En efecto, desde que el de-
sarrollo aparecié con contornos m4s 0 menos definidos en la
“preocupacién de los respensables politicos y econdmicos, y
en el horizonte intelectual de las ciencias sociales, se ha ve-
‘nido planteando cuél es e! papel de tas diferentes técnicas
sociales en el proceso general de desarrollo. Primero se hizo
‘en relacién con el desarrolto de la comunidad, més tarde se?
formulé en relacién con el Servicio Social. ‘
iCémo fue est4 relacién del Servicio Social con la pro-
blemética general del desarrollo?... Podrlan indicarse diferen-
tes vias, sin embargo, hay una cuestién que me parece cen-
tral. A medida que se avanzaba en el analisis de las caracte-
risticas del subdesarrollo, se fueron incorporando aspectos
que caracterizaban esa situacién.g¥a entrada la década del
* 60 -cuando el desarrollismo llega al Servicio Social- la «mar-
ginalidad» es considerada como una de las notas principales
de! subdesarrello. {Cémo superar esas situaciones de margi-
nalidad?, écémo incorporar a los marginados a la sociedad
global? Es el momento en que comienza a considerarse la”
participacién social, como uno de los medios para lograr la’
integracién d¢.la poblacion marginada al conjunto de la so-
265*ciedadyY estai i :
secaey’ esta integracion, se dice, debe
Ug irabeio tome-ala vids Siudadana, eee Lercedo,
Lvida ciudadana.) _
. "En €se contextaaparecen diferentes técnicas o practi
Sociales, espaciatmente lel Servicio Social, Sere Gane,
tos | cuados para pramover y acelerar la participacién po-
‘Puilar. Inicialmente,esta,tarea de integracion se Teva's abe
, través de programas de desarrallg dela comunidad, liane sé,
habla de pramocién. social 0 promocién 2 animacion
de base, animacion poputar, etc. Se usaron diferentes deno-
minaciones que, en general, encerraban técnicas y modalida-
des operativas similares. Todas ellas apoyadas en el mismo
» supuesta basico: a los marginados hay que integrarlos a la
-sociedad global mediante su participacién activa en proyec-
* tos de desarralis.
Desde ese momento y en adelante se fue concibiendo,el_,
Servicio Social, como una técnica social que debe contribuir
“al proceso general de desarroll socio-econdémico de un pais.
Sperando fundamentatmente a nivel psico-sogial {motivacio-
“nes, actitudes, conductas, etc) con él fin de integrar los mar-
+ ginados a la sociedad, ya sea como productores o como chu
dadanos.“Ademés, habla que seguir con las tareas de imple-
mentacién de determinadas politicas sociales y de las taraaé
-asistanciales que son insoslayables en nuestra sociedad)
Sin embargo, en el momento en qua paracla que se ha-
dian dado las condiciones para elaborar una concepcién de-
sarrollista del Servicio Social ~no ma cabe ninguna duda que
mucho mas fecunda que todas las anteriores-, la dindmica
del proceso latinoamericano lleva a situaciones ue parecen
negar esta posibindad y ponen al Senicio Social en una cr y)d
Seeatotunds radical qué_signitica [a reformulacién do las:
Tormas de accion social, desde supuestos intencionalida-
eg distintas.. edua podia darse diferente y mas alla de un
ervicio Social reconceptualizado?
“Trabajo Social .
Cuandg todavia se buscaba «la vingulacién entre fos ob-°
etivos del Servicio Social y_los de ja politica nacion Toede-
Hrrollon (lo que hubiese permitido elaborar de una manera
“Hi6s d¢abada la concepcibn desarrollista del Servicio Social 87)
C6‘ '
e«constituye el p
lions
la que haclamos ante mene a unos.de los trabajadores
\ datdia de la reconceptualiza-
Gn comenzaron a Co erar la insuficieqgla del desarrallis-
mo como respuesia J nuestros problemas.
mo respuesia 3 nuestros prope Masa
a £n ésto Juyo influencia directa e@ indirecta la «teoria de la-
~dependencian que adquiria una gran importancia dentro del
pensamiento latinoamericano, Para comprender ef enfoque
de esta nueva forma de accién social, que denominamos Tra-
bajo Social, debemos tener presente las notas esenciales de
peor de la dependencia. (Ver parégrafo 2 de este capitu-
GC).
. * Esta teoria de la dependencia fue un verdadero fermento
intelectuat para muchos trabajadores sociales (también en
otros dambitos profesionales). Es cierto qua algunos -tra-
bajadores sociales, economistas, socidlogos, palitélogos,
etc. tomaran las categorlas analiticas de la dependencia y el
imperialismo como si fuesen un «deus ex machina» que todo
Io explica. Pero lo importante.en toda ésto es que habla un”
Jambiente generalizado entre los trabajadores s: clales acerca
‘de la necesidad de elaborar respuestas 4 Jos problemas sus-
“yanclales que vivia_el_Continente..Grandiosa ilusian y gran-
diosa empresa la que se emprendid. Podra decirse que ha
quedado corta en sus resultados, ni nace el pracesa ds,
reconcentualizaciéa que, como bien ha dicho Juan P, Netto,
més relevante da la historia del Servicio
non 4).
Social Jatinoamer
Otros dos factores que Wevaron a abandonar e! desarro-
llismo y a tener un nuevo enfoque det problema del desarro-
llo, incidieron fucrtemente en la formulacién del Trabajo Se-
cial, Por una parte, la inoperancia de los planes que s¢ elabo-
raron dentro del marco del capitalismo interdependiente hizo
pensar en la necesidad de nuevos caminos, esto se puso cla-
ramente de rélieve con el fracaso de la Alidnza para e) Pro-
greso que era el gran marco politica-idealdgico que los en;
cuadraba. Por otra parte, los nuevos, planteamientos, ¢! sey -
con una perspectiva olitica, Ideologica clentitica qistints,
hi der los problemas Ls rulesteo dasar'o- |
tole
ideron very comprende Tem fe
lio. de manera diferente.no soto, sotigs paises supdesarlo 3
dos. sino también-somos patses denendic as yesta situs
cin de dependensia condiciona jaa posihiidades.ce HS ai10m—Dentro de este contexto, se da este nuevo umbral de la
historia de las formas de accién social en América Latina...
Se estd en pleno proceso de reconceptualizacién y se van di-
bujande los perfiles del Trabajo Social. Es ef momento més
importante, hasta el dia de hoy, en la historia de la profesién
en América Latina, Al margen de todas las limitaciones, des-
viaciones, achaques y manias, lo qua se pretendia en ese mo~
9. era forruulary elaborar una concepcién y realizar una,
Frdeties dal Trabajo Social en conesidencla,cOn nuesirl'si-
ractica de \cia,con nuestra Si
fieean’ SiiGacibn de subdesarrolla y, dependencia, qué los
trabajadores sociales comenzaban a ver desde una perspec-
tiva critica. Porotra parte, ya. no preocupan las «sociedades
avanzadas» como si fuesen el modelo o ef patrén universal
da desarrollo; ya no se.miran lag practicas sociales de esos
palses somo si elas dierap las pauta: de la melormetodolo-
fa de tyabaja, Se quiere dar_respuestas concrelas aLiavgs
de_la-profesion 4 los problemas concreigs, més sustanciales
que _configuran nuestra situacién... As{ nace una cancepcion
concientizadora y revolucionay' 5
Concepcién concientizadora-revolucionaria +
Desde fines de la década del 60 se hace evidente la
preocupacién de muchos trabajadores sociales latinoameri-
¢anos, por encontrar formas de accidn social y de promoci6n
que permitan configurar un Trabajo Social, vale decir, una
practica profesional superadora de la Asistencia Social y de!
Servicio Social y que sea respuesta a los problemas actuates
de nuestro Continente.
Para alcanzar este propésito,, la primera tarea que nos
impusimos fug la de prestar atencion.a la realidad latincame-
wigan vy Ta de procurar liberainos, de esquemas conceptiisles
t ir 3 los_mecanicamente, cuyas copias lleva
ban a resultados fallidos, frustrantes y alienantes, aun cuan-
do no fuesen conocidos directamente, sino a través de los
dictdéfonos latinoamericanos.
Pero la tarea no sa agotaba con rechazar lo importado 0
Jo pasado que, por otra parte, podia ser repensado desde,’
nuestra problematica. Lo importante era crear a partir de to’
“nuestro. ¥ fo nuestro era'-y es- el carécter creador de la
-practica de los pueblos que luchan por su liberacion, Esto,
queria decir que la accién profesional debla quedar inserta
dentro de la problematica de la liberacién.
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