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Fosas clandestinas y su relación

con crímenes de lesa humanidad.


Propuesta metodológica para la documentación de casos
que determinen responsabilidad penal internacional
en México*

Clandestine Graves and Their Relationship with Crimes


against Humanity. Methodological Proposal for the
Documentation of Cases that Determine International
Criminal Responsibility in Mexico

Jorge Ruiz Reyes


Programa de Derechos Humanos-Uia
México
correo: jorge.ruiz@ibero.mx

Abstract
During the last 12 years, the finding of clandestine graves has become a
recurrent phenomenon in most states in Mexico. From forensic and criminal
perspectives, the scientific analysis of the graves and its possible relation with
grave violations to human rights represent an evidence that may be useful,
not only for the humanitarian aspect of identification of the persons who
were found in them, but also as a way to determine the identity and crim-
inal responsibility of their perpetrators according to the legal framework on
criminal law. Additionally, from the perspective of this work, the evidence,
including other elements, may be used to establish individual criminal re-
sponsibility for international crimes.

* Este artículo parte de un documento más extenso, con motivo del trabajo
de titulación presentado en la Licenciatura de Ciencias Políticas y Administra-
ción Pública de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, en mayo
del 2017.

Historia y Grafía, Universidad Iberoamericana, año 26, núm. 52, enero-junio 2019, pp. 97-128
ISSN 1405-0927 e ISSN 2448-783X
Considering the latter, the objective of this text is to present a method-
ology to document cases of clandestine graves with the goal to determine
individual criminal responsibility, specifically for crimes against humanity,
according to the Rome Statute from the International Criminal Court. That
is to say; this text will establish a form of documentation that will help to
test out the objective and subjective elements of the crimes that are necessary
to determine criminal responsibilities of these violations.
Key words: Clandestine graves; documentation; crimes against humani-
ty; criminal responsibility.

Resumen
Los hallazgos de fosas clandestinas se han convertido en hechos recu-
rrentes en la mayoría de las entidades federales de México durante los
últimos 12 años. El análisis científico de dichas fosas y su posible rela-
ción con graves violaciones a derechos humanos, desde la perspectiva
forense y penal, constituiría evidencia susceptible de ser utilizada no sólo
para la labor humanitaria de identificación de las personas que, luego de
perder la vida, fueron inhumadas en éstas, sino también para determinar
la identidad y la responsabilidad penal de los victimarios de acuerdo con
el marco normativo. Además, desde la óptica de este trabajo, se consti-
tuiría evidencia que, junto a otros elementos, podría ser utilizada para la
determinación de responsabilidad penal individual por la comisión de
crímenes internacionales.
En virtud de lo anterior, el objetivo de este texto es presentar una
metodología de documentación de casos de fosas clandestinas, para de-
terminar la responsabilidad penal individual por la comisión de críme-
nes de lesa humanidad, conforme al Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional. Es decir, se establecerá que una documentación adecuada
puede aportar pruebas que permitan comprobar los elementos objetivos
y subjetivos del delito, necesarios para la determinación de responsabili-
dad penal por estas violaciones.
Palabras clave: Fosas clandestinas, documentación, crímenes de lesa
humanidad, responsabilidad penal.

Artículo recibido: 10/10/2018


Artículo aceptado: 8/01/2019

98 / Jorge Ruiz Reyes


Introducción

E l presente artículo tiene como objetivo señalar que los hallaz-


gos de fosas clandestinas en México son una de las muestras
más contundentes de que en el país se han cometido crímenes de
lesa humanidad durante los últimos 12 años, por parte de actores
estatales y no estatales.
Es decir, se considera que, a la par de procesos que surgen
frente a este fenómeno como son las labores de búsqueda e iden-
tificación de las personas que yacen en estos sitios de inhumación
clandestina, es necesario contar con metodologías y propuestas
de documentación específicas para determinar la responsabilidad
penal individual de quienes cometieron estas atrocidades. Sobre
todo, pensando en procesos de justicia frente a instancias interna-
cionales como la Corte Penal Internacional (cpi).
Lo anterior, por lo tanto, parte del supuesto de que la violen-
cia observada en México durante este periodo es de interés de la
comunidad internacional, dada la magnitud y sistematicidad de
los crímenes, así como la falta de acceso a la justicia en el ámbito
local. Por esta razón es necesario contar con procesos complemen-
tarios que permitan fortalecer las instituciones locales, así como
generar un efecto disuasorio que lleve a disminuir paulatinamente
la situación de violencia por la que se atraviesa a la fecha.
La primera sección de este artículo presenta el contexto de los
hallazgos de fosas clandestinas en el país, tomando en cuenta la
magnitud del problema y su relación con la desaparición y desa-
parición forzada de personas. En este análisis contextual se busca
establecer una relación entre la estrategia de seguridad implemen-
tada para combatir al crimen organizado y la comisión de dichos
crímenes.
En la segunda sección se muestra, de manera breve, tanto el
desarrollo del concepto de crímenes de lesa humanidad, tomando
en cuenta los orígenes del término, hasta llegar a la tipificación
de éstos dentro del Estatuto de Roma de la cpi, así como la rele-

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 99


vancia de comprobar los elementos objetivos y subjetivos de los
crímenes conforme a lo establecido dentro del Estatuto.
La última sección señala cómo es que una correcta metodo-
logía para la documentación de hallazgos de fosas clandestinas
en el país puede auxiliar a comprobar los elementos subjetivos
de los crímenes de lesa humanidad. Dada la extensión del ar-
tículo, se puntualizan tres aspectos que deben ser considerados
al momento de acercarse a estos sitios con miras a comprobar
la responsabilidad penal individual: 1) tener una definición y
tipología de fosas clandestinas adecuada para procesos penales in-
ternacionales; 2) contar con registros sobre hallazgos de fosas que
respalden la investigación de los crímenes; y 3) contar con peri-
tajes multidisciplinarios e interdisciplinarios de las exhumaciones
que apoyen no sólo en las labores de identificación de personas,
sino también para reconstruir el modus operandi y la intención de
los perpetradores.
Por último, el apartado de conclusiones retomará otras pre-
guntas y debates que son importantes tomar en cuenta ante lo
discutido a lo largo del artículo. Esto intentando dejar claro los cos-
tos y beneficios que pueden tener estos procesos internacionales.

i. Contexto respecto al hallazgo de fosas


clandestinas en el país

La violencia en México ha sido un fenómeno recurrente en gran


parte del territorio del país, aunque de manera diferenciada,1 du-
rante los últimos 12 años. Los orígenes de ésta se encuentran en
una estrategia de seguridad para combatir frontalmente al crimen
organizado, la cual ha sido implementada durante los últimos dos
periodos presidenciales.2

1
cidh, Situación de derechos humanos en México, párrafo 29.
2
Felipe Calderón Hinojosa de 2006 a 2012, y Enrique Peña Nieto de 2012 a
2018.

100 / Jorge Ruiz Reyes


Esta política se ha mostrado fallida en disminuir la distribu-
ción de drogas y el alcance de los grupos del crimen organizado.3
Además, se ha observado un incremento en indicadores de vio-
lencia, como las tasas de homicidios, el aumento en el número de
desapariciones y desapariciones forzadas, entre otros crímenes. Es
necesario recalcar que, dentro de las fuentes que han originado
esta violencia, se identifican tanto actores estatales como actores
no estatales.4
Para ejemplificar lo anterior, durante el año 2017 se documen-
taron 31 mil 174 homicidios conforme a las actas de defunción
del país;5 es decir, se registraron 25 homicidios por cada 100 mil
habitantes, convirtiéndose en el año más violento de los últimos
50 años.6 No sólo esto, sino que desde finales de 2006 se han
documentado más de 200 mil asesinatos con base en las cifras
oficiales.7
Respecto a la desaparición y desaparición forzada de personas,
dicho fenómeno ha sido señalado como un problema “generali-
zado” en la mayoría del territorio nacional, por órganos como el
Comité Contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas
(ced).8 Además, durante la visita del Grupo de Trabajo sobre las
Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas (gt-
dfi) a México en 2011, se estableció que

Un elevado número de secuestros y delitos con similitudes a las


desapariciones forzadas son cometidos por grupos del crimen

3
Vid. José Luis Pardo Veiras, “México cumple una década de duelo por el fracaso
de la guerra contra el narco”.
4
Idem. Vid. también, Open Society Justice Initiative, Atrocidades innegables.
Confrontando crímenes de lesa humanidad en México.
5
Carolina Torreblanca, “Autopsia de la violencia en 2017”.
6
Idem.
7
Manuel Aguirre Botello, “México, tasa de homicidios por cada 100 mil habi-
tantes, 1931-2017”.
8
ced, “Observaciones finales del Comité contra la Desaparición Forzada sobre
el informe presentado por México en virtud del artículo 29, párrafo 1, de la
Convención”, párrafo 10.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 101


organizado. Sin embargo, no todas las personas desaparecidas
habrían sido secuestradas por grupos del crimen organizado
actuando de forma independiente; por el contrario, la partici-
pación del Estado en las desapariciones forzadas también está
presente en el país.9

Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Hu-


manos (cidh) señaló, durante su visita in loco de 2015, que la
desaparición de personas había alcanzado niveles críticos en gran-
des extensiones del territorio.10 Igualmente, la cidh señaló la falta
de investigación y sanción por parte de las autoridades, frente a
los casos documentados de desaparición.11
En relación con la magnitud del fenómeno de la desaparición
y desaparición forzada, el Registro Nacional de Datos de Perso-
nas Extraviadas o Desaparecidas (rnped) reconoció hasta abril del
201812 un total de 37 mil 435 casos de desaparición en el país.13
De éstos, 1 mil 170 casos corresponden al fuero federal, mientras
que el resto al fuero común.14 Cabe señalar que el 98.15% de
estos casos fueron documentados desde el año 2007 en adelante.

9
gtdfi, “Informe del grupo de trabajo sobre las desapariciones forzadas o invo-
luntarias sobre su misión a México (18 al 31 de marzo del 2011)”, párrafo 17.
10
cidh, Situación de derechos, op. cit., párrafo 100.
11
Ibidem, párrafo 17.
12
Se registran datos hasta abril del 2018, ya que con la entrada en vigor de la
Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas a inicios del año
2018, se obliga a las autoridades la creación de nuevos registros, entre los cuales
estará el Registro Nacional de Personas Desaparecida y No Localizadas, el cual
comenzará a operar a inicios del año 2019. Cámara de Diputados. “Ley General
en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por
Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas”.
13
rnped, Datos abiertos.
14
Los casos dentro del fuero federal son aquellos en donde presuntamente exis-
tieron agentes estatales o miembros del crimen organizado en la desaparición.
Sin embargo, se han documentado casos de desaparición forzada que no se in-
cluyeron dentro del fuero federal, así como otras inconsistencias. Consultar:
Centro diocesano para los derechos humanos Fray Juan de Larios. Diagnóstico
del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (rnped).

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Aunado a lo anterior, están los hallazgos de fosas clandestinas,
que se han convertido en un hecho recurrente y extendido, pre-
sente en la mayoría de las entidades del país.15
Los datos hemerográficos señalan que, entre los años 2009 y
2014, se observaron 390 fosas clandestinas con 1 mil 418 cuerpos
y 5 mil 786 restos o fragmentos exhumados en 23 entidades del
país. Esta cifra podría aumentar a 651 fosas con 1 mil 992 cuer-
pos y 46 mil 815 restos o fragmentos de personas.16
Las cifras oficiales de la Procuraduría General de la República
(pgr) reportan un total de 201 fosas con 662 cuerpos exhuma-
dos entre 2006 y 2015. Por su parte, la Secretaría de la Defensa
Nacional (Sedena) indica un total de 246 fosas observadas entre
2011 y 2014, sin especificar el número de cuerpos o restos ex-
humados de éstas.17 Por último, los datos de las procuradurías o
fiscalías estatales han llegado a variar, sobre todo porque no todas
han proporcionado este tipo de información; sin embargo, éstas
también registran los más de mil sitios de entierro clandestino en
el país entre 2007 y 2017.18
Hay que agregar que los hallazgos de fosas clandestinas conti-
núan reportándose a la fecha de redacción de este artículo. Entre
éstos se encuentran, por ejemplo, los 174 cráneos hallados en 32
fosas en la zona centro del estado de Veracruz,19 así como los 199
restos óseos exhumados de fosas en el estado de Chihuahua.20

15
Denise González y Lucía Chávez (coords.), Violencia y terror. Hallazgos sobre
fosas clandestinas en México.
16
Ibidem, pp. 31-60.
17
Ibidem, pp. 56.
18
Ibidem, pp. 55-60. Vid. también cndh, Informe especial de la Comisión Na-
cional de los Derechos Humanos sobre desaparición de personas y fosas clandestinas
en México.
19
Vid. “Van 174 cráneos en fosas de Veracruz; Fiscalía dice que presentará pren-
das y objetos a familias de desaparecidos”.
20
Vid. “Fiscalía de Chihuahua halla casi 200 restos óseos en fosas clandestinas de
la zona del valle de Juárez”.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 103


No se puede ignorar que lo observado de las diferentes fuentes
corresponde a una fracción de un universo que puede ser mayor.
Es decir, no todas las fosas clandestinas han sido documentadas;
además existen regiones geográficas donde posiblemente aún no
ha habido hallazgos.21
De esta forma, los datos señalados permiten identificar a los
hallazgos de fosas como una de las muestras más claras de la vio-
lencia iniciada a partir de la estrategia de seguridad adoptada
desde finales del año 2006 a la fecha. En consecuencia, la posi-
ble relación de las fosas con otros crímenes internacionales22 es
lo que permitirá señalar más adelante que éstas pueden ser una
evidencia de que en México se han cometido crímenes de lesa
humanidad durante este periodo.

ii. Desarrollo del concepto de crímenes


de lesa humanidad y elementos que los componen

A) Origen y primeras definiciones


Los crímenes de lesa humanidad, junto con los crímenes de gue-
rra, el genocidio y el crimen de agresión, son aquellos que se han
considerado crímenes internacionales, dentro del desarrollo ju-
rídico e histórico del derecho penal internacional. La premisa
fundamental para esta consideración se basa en que, dada su gra-
vedad, éstos afectan o dañan a la comunidad internacional en
general, más allá del país o región donde se hayan cometido.23
Respecto a los crímenes de lesa humanidad, su desarrollo
conceptual encuentra sus orígenes a inicios del siglo xx, cuando

21
Sobre esto, Vid. Mónica Meltis, Jorge Ruiz y Patrick Ball. “New Results for the
Identification of Municipalities with Clandestine Graves in Mexico”.
22
Además de la desaparición y desaparición forzada, se pueden sumar la tortura
o tratos crueles, ejecuciones extrajudiciales, entre otros.
23
Sobre un panorama general del desarrollo del derecho penal internacional y
los crímenes internacionales, Vid. Antonio Cassese, International Criminal Law;
y Gerhard Werle, Principles of Internantional Criminal Law.

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los gobiernos de Francia, Gran Bretaña y Rusia reaccionaron a
la masacre cometida por el Imperio otomano hacia la población
armenia en 1915, calificando este hecho como un nuevo crimen
“contra la humanidad y la civilización”.24 A pesar de esto, no exis-
tieron condenas o sanciones a los responsables de este hecho.25
Consecuentemente, no fue sino hasta el establecimiento de
los tribunales de Núremberg y de Tokio, al término de la Segunda
Guerra Mundial, cuando se sentó la necesidad de contar con una
tipificación específica de estos crímenes.26
Es así que el Tribunal Militar de Internacional, dentro de su
conferencia de junio y agosto de 1945, definió los crímenes de
lesa humanidad como:

El asesinato, exterminio, esclavitud, deportación u otros actos


inhumanos cometidos contra una población civil, antes o des-
pués de la guerra, o por consecuencia de persecuciones por
motivos políticos, raciales, o religiosos en ejecución o conexión
con cualquier crimen dentro de la jurisdicción del tribunal, sin
importar si éstos significan una violación o no dentro de la ley
doméstica donde se cometieron estos actos.27

Posteriormente, el Consejo de Control núm. 10 agregó: “El


concepto de crímenes contra la humanidad incluye atrocidades
que forman parte de una campaña de discriminación o perse-
cución, y que son crímenes en contra del derecho internacional,
inclusive cuando son cometidos por nacionales en contra de sus
24
Cassese, International, op. cit., p. 67.
25
Otro antecedente se encuentra en la redacción de las Cláusulas Martens, de-
rivadas de las Convenciones de la Haya de 1899 y 1907. Werle, Principles of
International, op. cit., p. 217.
26
Recordemos que el primer documento donde las fuerzas aliadas establecieron
la necesidad de determinar responsabilidades penales a los miembros del nacio-
nalsocialismo una vez que el conflicto terminara, se encuentra en la Declaración
de Moscú de 1943. Margaret McAuliffe de Guzmán, “The Road to Rome: The
Developing Law of Crimes against Humanity”, pp. 343-344.
27
Ibidem, p. 345.

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mismos nacionales, o contra aquellos de otras naciones sin que
éstos tengan un estatus beligerante”.28 En estas primeras defini-
ciones, los crímenes de lesa humanidad se consideraban como
una extensión de los crímenes de guerra;29 debían ser cometidos
como parte de una campaña de discriminación o persecución por
motivos políticos, raciales o étnicos30 y, aún más importante, po-
dían ser cometidos por parte de los perpetradores en contra de sus
propios nacionales.

B) Los tribunales ad hoc de la década de los noventa


La siguiente etapa importante del concepto de crímenes de lesa
humanidad se dio con la creación de los tribunales ad hoc,31 como
el Tribunal Penal Internacional para la exYugoslavia (tpiy) y el
Tribunal Penal Internacional para Ruanda (tpir).32

28
Idem.
29
No sólo una extensión, sino que ocurrieran en tiempos de guerra. Esto se debió
a que en las discusiones previas, se consideraba importante que los crímenes de
lesa humanidad también se extendieran a tiempos de paz. Sin embargo, esto lo
desecharon los países victoriosos, puesto que temían que lo anterior impulsara
procesos en contra de sus propios países por crímenes cometidos previos a la Gue-
rra. William Schabas, An Introduction to the International Criminal Court, p. 45.
30
La posterior redacción de la Convención para la Prevención y Sanción del De-
lito contra el Genocidio de 1949, permitió aclarar cuestiones que quedaron sin
especificar en este momento entre la relación de los crímenes de lesa humanidad
y el genocidio, con base en tres puntos. El primero fue que diferenció aún más
ambos delitos, en especial porque el segundo requiere de un intento en específico
de destruir en su totalidad o parcialidad a un grupo nacional, étnico, racial o
religioso. El segundo, en que, a pesar de esta diferencia, los crímenes de geno-
cidio pueden ser parte de crímenes de lesa humanidad. El tercero fue que la
convención rechazó que tiene que existir un nexo con un conflicto armado, a
diferencia de los tribunales de Núremberg y Tokio. Schabas, An Introduction,
op. cit., pp. 349.
31
También es importante mencionar como evolución del concepto la redacción
del Código de Delitos contra la Paz y la Seguridad de la Humanidad de 1954 y el
Proyecto de Código de Crímenes contra la Paz y la Seguridad de la Humanidad de
1996. Schabas, An Introduction, op. cit., pp. 349-350.
32
Para consultar la conformación de otros tribunales y Salas Especiales: Robin
Geiss y Noëmie Bulinckx, “Cuadro comparativo de los tribunales penales inter-
nacionales e internacionalizados”.

106 / Jorge Ruiz Reyes


El tpiy, creado como consecuencia de la Resolución 827 del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, definió los críme-
nes de lesa humanidad (art. 5) de la siguiente manera:

El Tribunal Internacional tendrá el poder de procesar a personas


responsables por los siguientes crímenes cometidos dentro de un
conflicto armado, de carácter internacional o interno, dirigido
contra cualquier población civil:
Asesinato;
Exterminio;
Esclavitud;
Deportación;
Encarcelación;
Tortura;
Violación;
Persecución por motivos políticos, raciales y religiosos;
Otros actos inhumanos.33

Por su parte, el tpir, creado por la Resolución 955 del Con-


sejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 1994, definió los
crímenes de lesa humanidad (art. 3) como:

El Tribunal Internacional para Ruanda tendrá el poder de


procesar a personas responsables por los siguientes crímenes
cuando sean cometidos como parte de un ataque generalizado
o sistemático dirigido contra una población civil por motivos de
nacionalidad, políticos, étnicos, raciales o religiosos:
Asesinato;
Exterminio;
Esclavitud;
Deportación;
Encarcelación;
Tortura;

33
Leila Nadya Sadat, “Crimes against Humanity in the Modern Age”, p. 342.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 107


Violación;
Persecución por motivos políticos, raciales y religiosos
Otros tratos inhumanos.34

Ambos estatutos tipificaron de forma similar ciertos crímenes


como el asesinato o la deportación. Sin embargo, la principal di-
ferencia fue que para el tpiy se estableció que los crímenes debían
ser cometidos dentro de un conflicto armado –siguiendo a los
tribunales de Núremberg y Tokio–, mientras que el tpir descartó
este nexo causal. Además, el Tribunal para Ruanda, agregó los
elementos sobre un “ataque generalizado o sistemático”, funda-
mentales para la posterior tipificación en el Estatuto de Roma.35

C) El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional


Como se estableció en la introducción, la propuesta de este ar-
tículo es sentar una propuesta metodológica para documentar
hallazgos de fosas clandestinas en el país como elementos para
determinar la responsabilidad penal individual de actores, por la
comisión de crímenes de lesa humanidad. Es decir, esta propuesta
está pensada ante la apertura de un posible caso ante una instan-
cia internacional como es la cpi.
Para esto, es importante tener en cuenta la evolución del con-
cepto dentro del Estatuto de Roma de 1998. Este estatuto creó un
tribunal penal con jurisdicción internacional, denominada como
Corte Penal Internacional.36
El Estatuto de la cpi está integrado por 128 artículos, de los
cuales el 7 corresponde a la definición de los crímenes de lesa
humanidad, que son entendidos como:

34
onu, Estatuto para el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, s. pp.
35
Tampoco hay que olvidar que ambos Estatutos incluyeron crímenes que no
se habían tomado en cuenta para los tribunales posteriores a la Segunda Guerra
Mundial. Ibidem, pp 342-346.
36
Recordemos que México está sujeto a la jurisdicción de la Corte Penal Inter-
nacional, dado que en 2005 ratificó el Estatuto de Roma.

108 / Jorge Ruiz Reyes


[…] cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como
parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población
civil y con conocimiento de dicho ataque:
a) Asesinato;
b) Exterminio;
c) Esclavitud;
d) Deportación o traslado forzoso de población;
e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física
en violación de normas fundamentales de derecho inter-
nacional;
f ) Tortura;
g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, emba-
razo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma
de violencia sexual de gravedad comparable;
h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad
propia fundada en motivos políticos, raciales, naciona-
les, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en
el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos
como inaceptables con arreglo al derecho internacional,
en conexión con cualquier acto mencionado en el pre-
sente párrafo o con cualquier crimen de la competencia
de la Corte;
i) Desaparición forzada de personas;
j) El crimen de apartheid;
k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen in-
tencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente
contra la integridad física o la salud mental o física.37

Entre las principales aportaciones del Estatuto están la in-


clusión de nuevos crímenes y su definición dentro del mismo
articulado,38 así como el elemento subjetivo del mens rea, o cono-
cimiento del o los perpetradores.39
37
onu, Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 1998, p. 5. Las cursivas
son mías.
38
Los elementos de los crímenes pueden consultarse en Schabas, An Introduc-
tion, op. cit., pp. 279-322.
39
Werle, Principles of Internantional, op. cit., p. 133.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 109


Es decir, la definición dentro del Estatuto de Roma involucra
comprobar cada uno de los elementos objetivos, también deno-
minados como contextuales, además de los actos. Los elementos
contextuales pueden observarse en la siguiente figura:40

Figura 1

Fuente: Case Metrix Network, Derecho Penal Internacional, op. cit.

Además, el elemento subjetivo adquiere un rol fundamental


al tener que comprobarse que el perpetrador era consciente de
su actuar al cometer dichos actos. Inclusive, el artículo 30 del
Estatuto especifica que la persona será responsable de los actos si
es que éste actuó con “intención” y con “conocimiento”.41
La discusión respecto a los elementos subjetivos dentro de
los crímenes internacionales se ha dirigido, sobre todo, a si el
elemento intencional por parte del perpetrador tiene que ser es-
pecífico o general respecto a los crímenes cometidos.

40
Case Metrix Network, Derecho Penal Internacional: crímenes de lesa humani-
dad.
41
onu, Estatuto de Roma, op. cit., p. 18.

110 / Jorge Ruiz Reyes


En términos generales,42 la intención específica supone que
el perpetrador tiene una meta o deseo de causar sufrimiento a
un miembro de un grupo específico. Es decir, una intención in-
crementada, puesto que el responsable busca tener un resultado
específico.43 A lo anterior se ha agregado, inclusive, que debe exis-
tir un nexo discriminatorio dentro de los actos realizados.44
Por su parte, la intención general implica que hay un cono-
cimiento de que el acto individual forma parte de un ataque
generalizado o sistemático en contra de una población civil.45 A
pesar de esto, el conocimiento no significa que el perpetrador deba
contar con información de todos los detalles de dicho ataque.46
Es importante tomar en cuenta que el desarrollo de la ju-
risprudencia y doctrina, específicamente aquella posterior a la
redacción del Estatuto de Roma, ha señalado que los crímenes de
lesa humanidad no son crímenes con una intención específica.47
Sobre todo porque la intención general permite diferenciar a los
crímenes de lesa humanidad de otros, como el genocidio.48
Tomando como punto de partida lo descrito, la siguiente
sección señalará cómo es que una correcta documentación de ha-
llazgos de fosas clandestinas, permitiría generar el vínculo entre
los elementos contextuales y los subjetivos de los crímenes de lesa
humanidad. Se pondrá énfasis en la intención y los fines que tiene
la inhumación de fosas clandestinas en contextos de violencia.

42
Para una discusión a profundidad, vid. Guzmán, “The Road to Rome”, op.
cit., pp. 381-401.
43
Ibidem, p. 383.
44
Ibidem, p. 386.
45
Ibidem, p. 392.
46
Cassese, International Criminal Law, op. cit., p. 82.
47
Guzmán, “The Road to Rome”, op. cit., pp. 382-384.
48
Ibidem, p. 391.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 111


iii. Documentación de fosas clandestinas
como elemento para determinar responsabilidad penal
internacional individual

Los hallazgos de fosas clandestinas en México han sido una de


las muestras más claras de la crisis en materia de violaciones a
los derechos humanos por la que atraviesa el país.49 El objetivo
de esta sección es mostrar que las fosas también pueden ser un
elemento para demostrar la responsabilidad penal individual por
crímenes internacionales, específicamente por crímenes de lesa
humanidad.50
Una correcta documentación de las fosas clandestinas puede
ayudar a acreditar el nexo entre los elementos objetivos y subje-
tivos de los crímenes y sus actos, conforme a lo establecido por
el Estatuto de Roma.51 La documentación puede ser de especial
utilidad para abonar en la construcción de la intención o conoci-
miento del actor o perpetrador al cometer el ataque (mens rea) y;
conocer los patrones de violencia observados como parte la línea
de conducta del actor o perpetrador.

49
Sobre la investigación de fosas clandestinas con enfoque en violaciones graves
a los derechos humanos, vid. Peter Vanezis, “Investigation of Clandestine Graves
Resulting from Human Rights Abuses”, pp. 239-242.
50
Sobre la diferencia entre la responsabilidad estatal por incumplimiento de tra-
tados internacionales en materia de derechos humanos y la determinación penal
individual por crímenes de lesa humanidad, vid. Santiago Corcuera, Los derechos
humanos. Aspectos jurídicos generales, pp. 125-132.
51
Recordemos que la documentación de fosas ya ha sido utilizada para procesos
de Tribunales Penales Internacionales como los de Núremberg, la exYugoslavia
y Ruanda. Vid. Eadaoin O’Brien, “The Exhumation of Mass Graves by Inter-
national Criminal Tribunals: Nuremberg, the former Yugoslavia and Rwanda”;
Adam Rosenblatt, Digging for the Disappeared. Forensic Science After Atrocity;
y Sarah E. Wagner, Know Where He Lies. DNA Technology and the Search for
Srebrenica’s Missing.

112 / Jorge Ruiz Reyes


A) El nexo entre los elementos objetivos y subjetivos
de los crímenes de lesa humanidad
La argumentación para probar la existencia de crímenes de lesa
humanidad se sustenta en la existencia de un ataque generalizado o
sistemático contra una población civil y con el conocimiento de dicho
ataque, como parte de una política. Cada uno de los elementos
inscritos en la definición debe ser comprobado para determinar la
responsabilidad penal individual.
Retomando lo establecido en la sección sobre el contexto, las
fosas han sido un hecho recurrente y extendido durante los últi-
mos 12 años en el país, con hallazgos recurrentes en la mayoría de
las entidades del país.52
Lo anterior por sí solo permite avanzar en la justificación del
elemento generalizado o sistemático de los ataques. Sobre todo,
entendiendo al primero como la escala y cantidad de víctimas,
mientras que el segundo aduce al “carácter” organizado o a la
improbabilidad de que los eventos sean aleatorios.53
Precisamente, el nexo entre los elementos objetivos y subjeti-
vos en las fosas clandestinas radica en que el acto de inhumar de
manera clandestina cumple con objetivos y fines específicos de los
perpetradores, lo cual impide establecer que fueron realizadas de
manera aleatoria. Las fosas clandestinas tienen que ser entendidas
como una tecnología de terror que busca borrar la huella de la
violencia y consolidar regímenes de miedo que pueden durar por
décadas.54 No sólo esto, sino que revelan un control territorial
por parte de quien las realiza, además de que buscan modificar las
relaciones y ritos dentro de las comunidades donde son halladas.55

52
González y Chávez (coords.), Violencia y terror, op. cit., p. 81.
53
Case Metrix Network, Derecho Penal Internacional, op. cit., p. 63.
54
Francisco Ferrándiz y Antonius C. G. M. Robben, “The Etnography of Ex-
humations”, p. 1.
55
Jorge Ruiz, “Fosas clandestinas, violencia y derechos humanos: sus implicacio-
nes desde una mirada interdisciplinaria”, pp. 61-70.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 113


La experiencia internacional también ha mostrado cómo la
inhumación clandestina de personas ha sido utilizada como herra-
mienta pedagógica. Por ejemplo, se ha documentado cómo es que
grupos paramilitares en Colombia implementaron “escuelas de la
muerte” en departamentos como Caquetá, donde los cuerpos de
las personas desaparecidas eran utilizados para enseñar a infligir
sufrimiento. Después éstas eran enterradas en fosas. El propósito,
más allá de generar terror, se volvía más instrumental, puesto que
los cuerpos debían ser utilizados para la experimentación.56
Lo señalado invita a pensar que el autor detrás de estos actos
no realiza una inhumación desde un ámbito meramente emo-
cional o irracional. Por el contrario, éste puede estar tomando
sus decisiones con base en la información disponible tanto de las
víctimas (correcta o incorrecta), así como de los factores sociales,
políticos o geográficos que lo rodean.57 Por ende, se puede apun-
tar un cierto grado de conocimiento respecto a la conducta que
desarrolló.
Teniendo en cuenta lo anterior, a continuación se mencio-
narán tres aspectos que son fundamentales para contar con una
metodología que permita una correcta documentación de fosas
y lleve a demostrar la intención detrás de éstas y, por lo tanto,
reforzar el nexo entre los elementos objetivos y subjetivos de los
crímenes.

1. Definición y tipología de fosas clandestinas


frente a procesos penales internacionales
El primer aspecto se basa en tener una correcta conceptualización
y tipología respecto a qué es lo que se está entendiendo como fosa
clandestina. Esto es fundamental, puesto que permitirá contar
con registros y una sistematización clara de los eventos, señalar

56
Helka Alejandra Quevedo, Textos corporales de la crueldad: memoria histórica y
antropología forense, p. 22.
57
Vid. Derek Congram, “The Rational Act and Dynamics of Enforced Disa-
ppearance”.

114 / Jorge Ruiz Reyes


las intencionalidades que diferencian a éstas de otras zonas o lu-
gares de ejecución e identificar los delitos relacionados con estos
hallazgos.
Es así que, para fines de este artículo, las fosas clandestinas
pueden ser entendidas como cualquier sitio58 que tiene como pro-
pósito ocultar o destruir evidencia.59 La característica principal de
éstas se encuentra, por lo tanto, en que derivan de una serie de
actos ilícitos.60
Además, una tipología de fosas clandestinas dirigida hacia pro-
cesos penales internacionales tiene que reunir tanto los elementos
técnicos provenientes de las disciplinas forenses como de aquellos
elaborados desde la visión jurídica y de derechos humanos a lo
largo de los años.61
Se considera que la tipología presentada por Erin Jesse y Mark
Skinner en 200562 para la distinción entre sitios de ejecución por
superficie y sitios de ejecución por inhumación es la más ade-
cuada para retomar dentro de los procesos de documentación con
miras a procesos penales internacionales.

58
Se menciona “cualquier sitio” puesto que esta definición ampliada permite to-
mar en cuenta sitios similares a fosas, como ríos secos o pozos. Relator Especial,
“Annex I, Summary of the Report of the Special Rapporteur on Extrajudicial,
Summary or Arbitrary Executions on his mission to Investigate Allegations of
Mass graves from 15 to 20 december 1992”, párrafo 5.
59
Por evidencia se entienden cuerpos o restos de personas enterradas o semi-en-
terradas. Debra Komar, “Patterns of Mortuary Practice Associated with Geno-
cide Implications for Archeological Research”, p. 126.
60
Para una revisión desde el ámbito de los derechos humanos sobre la relación
de las fosas clandestinas con graves violaciones a los derechos humanos como
las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada y la tortura, vid. Denise
González, Jorge Ruiz y Lucía Chávez, “La relación de las fosas clandestinas con
las violaciones graves a los derechos humanos en México”, pp. 71-80.
61
La discusión respecto a estas visiones se ha basado, sobre todo, en establecer
el número de cuerpos depositados en las fosas; la forma en que los cuerpos
fueron depositados en éstas; las violaciones específicas que las originaron, y la
dispersión de la superficie donde fueron halladas. Rosenblatt, Digging for the
Disappeared, op. cit., pp. 13-14.
62
Erin Jessee y Mark Skinner, “A Typology of Mass Grave and Mass Grave-Re-
lated Sites”, pp 55-59.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 115


La tipología de ambos puede observarse en la siguiente figura:

Figura 2

ses: Surface Execution Site GES: Grave Execution Site PDS: Primary Deposition Site
PIS: Primary Inhumation Site GES: Surface Execution Site TDS: Temporary Deposition Site
SIS: Secondary Inhumation Site LIS: Looted Inhumation Site

Fuente: Jessee y Skinner, “A Typology of Mass Grave”, op. cit.

Lo que debe tomarse en cuenta de la figura anterior es la dis-


tinción entre los sitios de ejecución por superficie (ses) y los sitios
de ejecución por inhumación (ges). La evolución de los primeros
refiere a que éstos pueden permanecer como sitios de disposición
primarios63 (pds) o pueden servir como sitios temporarios de dis-
posición (tds), donde posteriormente habrá una inhumación.
Los sitios de inhumación pueden ser primarios (pis) o evolu-
cionar en sitios de inhumación secundarios (sis)64 o en sitios de
inhumación donde ocurrió un saqueo (lis).65
Por su parte, los ges tendrán la misma posibilidad de perma-
necer como pis o de evolucionar en sis, o en lis.66 La diferencia

63
Es decir, los cuerpos de las personas no serán enterrados.
64
Es decir, que los cadáveres fueron exhumados de las fosas primarias para ser
enterrados de nuevo en otras fosas.
65
Jessee y Skinner, “A Typology of Mass Grave”, op. cit., p. 57.
66
Idem.

116 / Jorge Ruiz Reyes


entre ses y ges está en que en los segundos la inhumación se
realiza desde el primer momento. Es decir, desde un inicio el per-
petrador tenía como objetivo ocultar o destruir la evidencia.
La diferenciación entre ambos sitios es fundamental, puesto
que los segundos permiten argumentar el intento por cometer
una inhumación. Esto significa que hubo una premeditación por
parte del individuo u organización que las realizó.67

2. Contar con registros adecuados de los hallazgos de fosas


clandestinas en las diferentes regiones del país
El segundo aspecto se encuentra en registrar la información que
se obtiene de los hallazgos de fosas clandestinas en el país. Un
registro adecuado debería cumplir con los objetivos de poder
conocer y estimar de mejor forma la magnitud del fenómeno,
ubicar posibles sitios donde puede haber otras fosas clandestinas68
y mapear las zonas donde ya hubo hallazgos, para un correcto
procesamiento de la evidencia obtenida.
A fin de poder hacer esto, las investigaciones deben contar con
una sistematización de información básica con la que no siem-
pre se cuenta,69 tal y como: estado donde se registró el hallazgo;
municipio y localidad donde se registró el hallazgo; características
específicas del sitio de hallazgo (cercano a ríos, carreteras, etc.);
coordenadas; total de fosas halladas por sitios; total de cuerpos y/o
restos exhumados; sexo; perfiles genéticos obtenidos, entre otros.70
Lo que se encuentra detrás de esto es que, sin información
básica y de calidad, cualquier tipo de investigación encaminada a

67
Idem.
68
Sobre el uso de información para ubicar posibles sitios donde aún no se han
observado fosas clandestinas, vid. Meltis, Ruiz y Ball, “New Results”, op. cit., y
Derek Congram, Michael Kenyhercz y Arthur Gill Green, “Grave Mapping in
Support of the Search of Missing Persons in Conflict Contexts”.
69
Sobre los retos de contar con información de hallazgos de fosas clandestinas
proveniente de fuentes como la prensa, o de instituciones de gobierno en Mé-
xico, vid. González y Chávez (coords.), Violencia y terror, op. cit.
70
Sobre el uso de esta información para calcular la magnitud del fenómeno, Idem.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 117


procesos internacionales se verá limitada al momento de presen-
tarla como evidencia.
Sobre todo, porque la combinación de lo anterior con el uso
de tecnologías y otras herramientas ha sido utilizado para comple-
mentar los procesos penales de personas procesadas por la comisión
de crímenes internacionales. Entre éstos destaca el mapeo de zonas
de ejecución durante el juicio por Genocidio de Ratko Mladic
frente al tpiy, que puede observarse en la siguiente figura:

Figura 3

Fuente: Congram, Kenyhercz y Green, “Grave Mapping”, op. cit.

118 / Jorge Ruiz Reyes


Como se puede notar, este mapa señala la cercanía de escuelas
(rectángulos rojos) y las zonas de ejecución documentadas du-
rante las investigaciones en Srebrenica (círculos rojos). El modus
operandi de los perpetradores del genocidio pudo ser recreado,
puesto que se pudo percatar cómo es que en un inicio transporta-
ron a las víctimas a las escuelas cercanas de las zonas utilizando las
vías de comunicación primarias, para posteriormente ejecutarlas
e inhumarlas en los sitios cercanos a las primeras.71
No solo esto, sino que las diligencias evidenciaron que los
perpetradores se acercaron a las fosas primarias72 para volver a
exhumar los cuerpos de las personas e inhumarlas más adelante en
fosas secundarias,73 por temor a que fueran descubiertas.74

3. Peritajes multi e interdisciplinarios para identificar


patrones y modus operandi
El tercer aspecto se basa en incluir una perspectiva holística desde
las principales disciplinas forenses75 que permita reconstruir el
contexto general del hallazgo de fosas, así como de las particulari-
dades observadas dentro de cada hallazgo.
Las preguntas que se podrían responder para identificar las
características y la ubicación de las fosas clandestinas serían las
siguientes: ¿por qué y para qué ocultar un cadáver?, ¿por qué se-
leccionar un lugar y no otro para hacer una fosa?, ¿por qué el
tamaño?, ¿por qué individual y no colectiva?,76 ¿cuánto tiempo

71
Congram, Kenyhercz y Green, “Grave Mapping”, op. cit., pp. 260 y 261.
72
Sitios de inhumación primaria conforme a la tipología de Jessee y Skinner, “A
Typology of Mass Grave”, op. cit.
73
Idem.
74
Richard Wright, “Where are the Bodies? In the Ground”.
75
Rosenblatt señala que las principales disciplinas forenses son: antropología
forense, arqueología forense, patología y odontología. A éstas se agregarían otros
especialistas como genetistas, expertos en balística, fotografía, entre otros. Ro-
senblatt, Digging for the Disappeared, op. cit., pp. 14 y 15.
76
O viceversa.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 119


tomó hacer cada fosa?, ¿quiénes y cuántas personas las hicieron y
con qué instrumentos?77
Retomando lo establecido por Carolina Robledo, un peritaje
forense inter y multidisciplinario puede brindar información para
poder determinar las lesiones antemortem, perimortem y las causas
de muerte donde precisamente se puede determinar que hubo un
castigo, tortura o intención de hacer daño a la otra persona.78
Este tipo de peritajes, permite conocer la capacidad organiza-
cional del o los perpetradores,79 el tipo de fosa,80 la forma en que
los cuerpos estaban acomodados, los perfiles de las víctimas,81 o si
las anteriores eran depositadas en las fosas con sus prendas o no.
La importancia de los enfoques inter y multidisciplinarios de
las disciplinas forenses radica en reconocer que los cuerpos de las
personas que fueron depositadas en estos sitios también hablan y
testifican sobre lo ocurrido.82 En consecuencia, se vuelve priori-
tario que el acercamiento a estos sitios se realice con el suficiente
conocimiento técnico que permita implementar las herramientas
propias de estas disciplinas. Privilegiar una sobre la otra, o no
contar con los suficientes recursos para esta labor, generará pro-
blemas, tanto para la labor de recuperación e identificación de
los cuerpos de las personas como para los procesos de justicia que
pueden surgir posteriormente.

77
Quevedo, Textos corporales, op. cit., pp. 89.
78
Entrevista realizada a Carolina Robledo Silvestre, profesora-investigadora del
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (cie-
sas), el día 4 de abril de 2017, dentro de las instalaciones de la Universidad
Iberoamericana, Ciudad de México.
79
Idem.
80
Con esto se hace referencia a si las fosas eran individuales (con un cadáver) o
colectivas (más de un cadáver) y si eran sincrónicas (donde los cadáveres fueron
inhumados en el mismo periodo de tiempo) o diacrónicas (donde los cadáveres
fueron inhumados en diferentes periodos de tiempo). Quevedo, Textos corpora-
les, op. cit., p. 59, n. 24.
81
Entre los que estarían sexo, rangos de edad, condiciones socioeconómicas o
pertenencia étnica.
82
Zoë Crossland, “The Agency of the Dead”.

120 / Jorge Ruiz Reyes


B) Algunos retos para la documentación de fosas
en el contexto mexicano
Los hallazgos y posterior exhumación de fosas clandestinas en di-
ferentes regiones del mundo han logrado ser evidencia de crímenes
atroces cometidos en conflictos armados, periodos de violencia
política o exterminio por motivos raciales y/o religiosos.83 Éstas
pueden aportar evidencia que complementen los testimonios de
las víctimas que sobrevivieron a estos hechos.84 A pesar de esto,
existe una serie de retos para tomar en cuenta dentro del contexto
mexicano, que tienen que ser considerados para poder realizar
una documentación adecuada.85
El primero está en que la mayoría de las exhumaciones que se
han dado en otros países han ocurrido en situaciones o periodos
de posconflicto. Es decir, las exhumaciones de fosas clandestinas
iniciaron durante transiciones políticas, en las que la etapa de
violencia álgida tenía un tiempo considerable de haber ocurrido.
Además, éstas fueron acompañadas de la instauración de otros
mecanismos, como las comisiones de la verdad.86
El segundo reto –relacionado con el primero– yace en que los
perpetradores continúan cometiendo dichos actos dentro de la
mayoría de las regiones de México. Se han documentado casos de
crímenes graves cometidos por agentes tanto estatales como no
estatales,87 lo que dificulta aún más la determinación de responsa-
bilidades frente a procesos penales.
El tercero se encuentra en que las exhumaciones de los cuerpos
se han dirigido hacia la identificación de las personas y no hacia

83
Vanezis, “Investigation of Clandestine Graves”, op. cit., pp. 239-242.
84
Jessee y Skinner, “A Typology of Mass Grave”, op. cit., pp. 55-59.
85
Los retos que se establecerán fueron recuperados de la entrevista realizada a
Carolina Robledo Silvestre, cit.
86
El estudio más completo respecto a las comisiones de la verdad que han exis-
tido durante procesos de justicia transicional puede ser consultado en Priscilla
Hayner, Verdades innombrables. El reto de las comisiones de la verdad.
87
Vid. Open Society, Atrocidades innegables, op. cit.,

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 121


el acceso a la justicia. Esto se debe a que, dentro de los procesos
de exhumaciones, las concepciones varían respecto a los actores
implicados en los procesos.88 Sin embargo, ante hechos tan dolo-
rosos, la idea principal de justicia, sobre todo proviniendo de los
mismos familiares qué están a la búsqueda, radica en que ésta se
da cuando se identifican los cuerpos que fueron exhumados de
las fosas.
El cuarto reto recae en que aún no existe información sufi-
ciente de las fosas, sobre todo desde un enfoque que abone a la
construcción de los elementos de los crímenes de lesa humani-
dad, de la mayoría de los sitios donde se han registrado hallazgos.
Esto es importante de tomar en cuenta porque han sido pocos
o casi nulos los peritajes de estos sitios donde estudios posterio-
res se pregunten si en México están ocurriendo crímenes de lesa
humanidad.

Conclusiones

El debate sobre la posibilidad de que en México se estén come-


tiendo crímenes internacionales como los crímenes de lesa huma-
nidad parten, sobre todo, de poder generar procesos que permitan
reducir la impunidad y la falta de acceso a la justicia que ha exis-
tido a nivel local desde finales del 2006, dada la magnitud y la
extensión que ha tenido la violencia en diferentes regiones del país.
Frente a esto, es fundamental tomar en cuenta que la cpi tiene
el objetivo de ser complementaria de las jurisdicciones locales.89
Es decir, los propios alcances de la corte también son limitados y
no pretenden desplazar la procuración de justicia federal y local.

88
Rosenblatt las identifica como “partes interesadas” dentro de los procesos de
exhumación. Éstos pueden ser colectivos de familiares, organizaciones de la so-
ciedad civil, equipos forenses, autoridades estatales, la comunidad internacional
y los perpetradores. Rosenblatt, Digging for the Disappeared, op. cit., pp. 45-65.
89
onu, Estatuto de Roma, op. cit., p. 3.

122 / Jorge Ruiz Reyes


Sin embargo, la importancia de explorar estos mecanismos ju-
rídicos parte de la incapacidad de las instancias de procuración de
justicia del Estado mexicano para solucionar estos hechos. Recor-
demos que México actualmente se sitúa como el cuarto país más
impune a nivel global, además de que el 93.7% de los delitos no
son denunciados por la falta de confianza en las instituciones.90
A pesar de esto, otras discusiones y problemas tendrán que
ser desarrollados; por ejemplo, la capacidad real que tiene la co-
munidad internacional para apoyar en estos casos. Esto implica
plantear expectativas reales y reconocer los propios límites que
puede tener la cpi.
Además, es importante considerar que abrir investigaciones
frente a este tipo de organismos implica el planteamiento de pre-
guntas esenciales, por ejemplo: ¿justicia para quién y para qué?,
¿cómo se contraponen las diferentes ideas de justicia ante esto?,
¿cuál es el papel de las víctimas? y ¿qué otros procesos de justicia
formales y no formales se pueden llevar a cabo?
Lo anterior es importante porque hay que tomar en cuenta
los diferentes intereses de distintos actores que se ven involucra-
dos, incluyendo los movimientos de víctimas, organizaciones de
la sociedad civil, organismos internacionales y el propio gobierno.
Dicho esto, cada uno de los anteriores debe tener claridad frente a
lo que quiere lograr ante las preguntas planteadas.
Inclusive, se tienen que tomar en cuenta los propios costos y
beneficios que derivan de estos procedimientos. Sobre todo por-
que los hechos que se intenten documentar y presentar ante este
tipo de instancias no pueden ser vistos como un fin último, sino
que los casos tienen que englobarse dentro de procesos más am-
plios, donde los tiempos no por fuerza son los mismos, y que
deben considerar a las víctimas como lo más importante.
Dicho esto, la propuesta presentada en este artículo es parte de
una metodología que tiene que ser ampliada y considerada como

90
udlap, Índice global de impunidad 2018, pp. 7 y 8.

Fosas clandestinas y su relación con crímenes de lesa humanidad / 123


una herramienta que permita establecer el nexo entre los crímenes
tipificados dentro del Estatuto de Roma. Esto significa que es
sólo una parte de una tarea más extensa que involucra diferentes
conocimientos y disciplinas.
Como se discutió, la principal dificultad se encuentra en ligar
los elementos objetivos y subjetivos de los crímenes, particular-
mente en comprobar la intención de los propios perpetradores.
Por esta razón es que se considera la correcta documentación de
hallazgos de fosas clandestinas como una herramienta fundamen-
tal, en especial porque éstas pueden ser una de las evidencias más
claras de que se han cometido crímenes internacionales en el país.
No obstante, una documentación de fosas no nada más per-
mitirá abonar a la evidencia para determinar la responsabilidad
penal de quienes han cometido estos crímenes, sino que también
ayudará a las labores de búsqueda e identificación de las personas
desaparecidas en el país. Esto, recordando que la exigencia princi-
pal a la fecha es encontrarlas.

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128 / Jorge Ruiz Reyes

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