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Aproximaci6n a lo literario Czeslaw Milosz comienza sus Conferencias Charles Eliot Norton, presentadas en Harvard en el perfodo 1981-82, con un comentario que es a la vez simbolo y advertencia: ‘Se han escrito muchos libros eruditos sobre poes{a, y tienen, por lo menos en Tos pafses de Occidente, mis lectores que la poesfa misma. No se trata de una buena sefial, aun cuando pueda explicarse por la inteligencia de sus autores y por su fervor para asimilar diseiplinas Cientificas que hoy gozan del respeto universal. El poeta que quisiera competir con esas ‘montafas de crudici6n tendria que fingir que posee més conoeimicnto de sf mismo del que se les permite tener a los poetas." Pues bien, los tres ensayos de la Primera Parte de este libro se refieren a la poesfa en uno u otro de sus aspectos. Y en su conjunto constituyen, incluso. otro de esos esfuerzos de mirar elarte a través del cristal de esas respetadas “disciplinas eientifieas”. Milotsz sigue: “Para ser sincero, toda mi vida he estado en poder de un demonio, y realmente no comprendo cémo toman forma los poemas que me dicta. Por eso, cuando nsefiabu literaturas eslavay me limituba a Ta historia de la literatura, tratando de evitar la poética”. Creo ue tampoco nosotros podemos leer la voz del demonio. o ni siauiera reconstruirla a partir del texto, Freud, admitiendo el mismo argumento en “El poeta y el ensuefio”’, insiste, sin embargo, en que el poema por propio derecho puede revelar el seereto de su creacién, El genio mistico de Dostoievsky, los enganosos caminos del Jenguaje de Joyce, pueden ser estudiados con provecho, sin embargo, aunque no conozcamos su inspiracién. Ninguna de las ciencias literarias (al igual que ninguna de las ciencias naturales) puede penetrar en los momentos especiales que inspiran la creacién. Empero, cualquiera que sea el modo en que se originaron, los mundos de The Seeret Sharer © de Stephen Dedalus en Retrato del artista adolescente constituyen textos asf como también mundos. ¥ estos textos merecen la atenciGn disciplinada de todo aque! que trate de comprender los mundos simbélicos que crea el escritor. Si aplicamos a estos textos los instrumentos mas poderosos del anélisis literario, lingtiistico y psicolégico, podemos comprender no s6lo lo que constituye una historia sino lo que le da grandeza. Quién podré negar que El Arte Poético de Aristételes nos ayud6 a entender la tragedia, 0 que dos milenios més tarde, otros iluminaron diferentes panoramas literarios: Roman Jakobson’ la 6lida estructura de la poesia, Vladimir Propp’ la morfologia de los cuentos tradicionales, " Caeslaw Milotsz The Wimess of Poetry, Conferencias Charles Eliot Norton 1981-82, Cambridge, Mass.. Harvard University Press, 1983. Las eitas corresponden a la pag. 3. 2 Sigmund Freud, “The Poct and the Daydream", en The Collected Papers, Nueva York, Collier Books. 1963. "Roman Jakobson, “Linguistics and Poetics”, en T. Sebeok (ed.) Siyfe mn Language, Cambridge, Mass , MILT, Press, 1960, * Viadimir Propp, The Morphology of the Folktake, Austin, University of Texas Press, 1968, Kenneth Burke’ la espectacular “gramitica de los motivos”, e incluso Roland Barthes® (a pesar de toda burla de si mismo) ef texto “escribible”. Este es el imbito de la teoria literaria, Abora bien, hay un segundo andlisis literario que rara vez se toma en cuenta, Una vez que hemos clasificado un texto en lo que se refiere a su estructura, su contexto histérico, su forma lingtistica, su género, sus multiples niveles de significacién y lo demds, toda podemos desear descubrir de qué manera el texto afecta al lector y, en realidad, a qué se deben los efectos que produce en el lector. {Qué es lo que hace que las grandes obras reverberen con tanta vivacidad en nuestras mentes por lo comiin mundanas? ,Qué es lo que les da a las grandes obras de ficcién su poder: en el texto y en el lector? {Puede ser una “psicologia” de la literatura describir sistemaiticamente qué sucede cuando un lector ingresa cn el Dublin de Stephen Dedalus a través del texto del Retrato? La manera usual de abordar estos temas es referirse a procesos 0 mecanismos psicolégicos 4que funcionan en la “vida real”. Se dice que los personajes de una historia son motivadores debido a nuestra capacidad de “identficacién” © porque, en su conjunto, representan el elenco de personajes que nosotros, los lectores, Hlevamos inconscientemente en nuestro interior. O bien, desde un punto de vista lingiistico, se dice que la literatura nos afecta debido a sis tronos: nor eiemnle. las metiforas v las sinéedoanes aue suscitan el estimalante juego de la imaginaciGn. Empero, esas propuestas explican tanto que terminan por explicar muy poco. No aclaran por qué algunos relatos logran atraer al lector mientras que otros no pueden hacerlo. Y, sobre todo, no brindan una descripcién de los procesos de lectura y de ingreso en el texto. Se han hecho intentos de explorar estos procesos mis directamente, como en Practical Criticism de 1. A. Richard’, donde examinan distintas “lecturas” reales de poemas, pero han sido raros y, por lo general, no han tenido una buena base psicolbgica. Tal vez se trate de una labor demasiado desalentadora Permitaseme explicar algunas de las dificultades de esta tarea y por qué pienso que, a pesar de todo lo que tiene de intimidatoria, se trata de un cometido no s6lo posible sino también digno de emprenderse, y por qué podria arrojar luz sobre temas literarios y también sobre temas psicol6gicos que trascienden los limites de la psicologia de la literatura. Veamos primero la cuestién de las lecturas altemativas (0 miltiples) de un relato 0, digamos, de cualquier texto, Es ésta una cuestién antigua y tiene su origen en la lingiistica clisica y en la interpretacién de los textos biblicos. Por ejemplo, Nicolis de Lira* postuki hace muchos siglos que los textos biblicos pueden someterse a cuatro niveles de interpretacién: litera, * Kenneth Burke, The Grammar of Moves, Nueva York, Prentice-Hall, 1945. Véase también la evaluacién guehace Demis Donoghue dl trabajo de Burke en la New York Review of Books, 21 de septiembre de 1988, ‘Roland Barthes, S72: an Essay, Nueva York, Hill y Wang, 1974 LA. Richanls, Practical Criticism. A Study of Literary Jugement, Nueva York, Harcourt, Brace, 1935. * Nicolis de Lita (circa 1265-1349) fue un francscano cuyos trabajos akanzaron una gran difusion en tos siglos XIV y XV. Sus dos obras mds famosas fueron dos comentarios sobre la Biblia, Postila literals (1322. 31) y Posila mystica seu moralis (1339). Nacido en Lire, Normand, era objeto de un juego de palabras, ir et dire” (eer y deline) en el que se captaba may bien In distincién entre sus lectras literals y sus Jecturas mésticas En la undécima edicién de la Enciclopedia Brisnica se dice de & que tuvo “una actitud ‘muy independiente con especto a la interpretacin tradicional y un sentido citicoe bistro notable” ‘moralis, allegoria y anagogia, el literal, el ético, el hist6rico y el mistico. La lingtifstica general y 1a aplicada a la literatura han insistido siempre en que ningdin texto, ningin relato, puede interpretarse en un solo nivel. Roman Jakobson, por ejemplo, insistia en que todo significado es una forma de traduccién, y que la traduccién miltiple (polisemia) es la regla y no la excepcién: un enunciado puede ser considerado referencial, expresivo, conativo (en @l sentido de un acto de habla) postico, fictico (mantenimiento del contacto) y metalingiifstico. Y Roland Barthes en $/Z (que es el andlisis de un solo texto, Sarrasine de Balzac) ilustra cémo una novela logra su significacién en la interrelacién de las interpretaciones reveladas por cinco “cédigos” diferentes, como minimo. Lo que estan diciendo Nicolis de Lira, Jakobson y Barthes es que el texto puede leerse interpretarse de diversas maneras, es decir, de diversas maneras simulténeamente, En realidad, el criterio predominante es que dehemos leer e interpretar de una manera miltiple si queremos extraer tn significado “literario” de un texto, Pero, de hecho, sabemos poco sobre la manera en que los lectores lo hacen realmente, sabemos muy poco sobre el “lector en el texto” como proceso psicol6gico. Para el especialista en psicologia de la literatura, el andlisis tebrico de la “interpretacién de textos” (cualquiera que sea el que lo formula y cualesquiera que sean los datos textuales en ue se basa el andlisis) s6lo produce hipStesis sobre los lectores reales. ; Todos los lectores asignan miiltiples significados a las historias? ;Y cémo podemos caracterizar a esos ltiples significados? ,Qué clases de sistemas de categorias captan mejor este proceso de “atribucién de significados” y en qué medida es idiosincrético? {La interpretacién es afectada por el género, y qué significa el género psicol6gicamente (tema al cual me referiré censeguida)? ;Y cémo se desencadenan los significados miiltiples? {Qué hay en el texto que produce ese efecto miiltiple, y cémo se puede caracterizar la susceptibilidad de los lectores la polisemia? Estas son ias preguntas que debemos formular como especialisias en psicologia de la literatura, y volveré a referirme a ellas en el préximo capitulo, Tomemos la cuestiGn del género, otro antiguo tema de la teorfa literaria y que todavia preocupa a los especialistas en literatura en un grado considerable. Aristételes se refirié a este asunto en El Arte Poética, y su definiciin de la comedia y Ia tragedia en funcién de los personajes y la trama sigue siendo una parte viva de la teoria literaria. Y con Freud, o sin Freud, la teorizacién de Aristételes no ha dejado de ser un astuto anilisis psicol6gico (y literario) al que volveré con frecuencia en capitulos posteriores. Hay muchos otros enfoques literarios del género que son muy significativos desde el punto de vista psicolégico, En cambio, veamos la distincién formal entre épica y lirica que presentan Austin Warren y René Wellek en su obra clisica, Teorta literaria’: la pica es la poesfa del tiempo pasado, en tercera persona; la lirica es 1a poesfa en primera persona, del tiempo presente. Si bien esta distincién fue presentada s6lo para caracterizar diferentes textos, es interesante desde varios puntos de vista ademis del estrictamente lingiiistico. ;Se trata, por ejemplo, de que la “unidad” genérica del mundo de un texto ficcional depende del mantenimiento de una estructura espacio-temporal, y que esta unidad requiere una marcacién coherente de tiempo y persona? {EI género “psicologico” esta constituido por esa marcacién espacio-temporal: ls cuentos de los otros en tiempo pasado, los cuentos de ° A. Warren y R. Wellek, Theory of Literature, Nueva York, Hancourt, Brace, 1949. uno en tiempo presente, etcétera? No conocemos las respuestas a esas preguntas, pero en Jos préximos capitulos trataré de encontrarlas. Percibimos cierto sentido de la psicologia del género al escuchar a los lectores relatar un cuento que acaban de leer o contar espontineamente algo que les ha sucedido en sus propias Vidas. Al relatar un cuento de Conrad, un lector lo convertiré en una historia de aventuras, otro en un cuento moralista y un tercero en un estudio de casos de un Doppelgiinger. El texto del que partieron ios tres era el mismo. El género parece ser una modalidad de orgenizar la estructura de los sucesos y de organizar su relato, que puede uusarse, que puede usarse para contar las historias propias 0, en realidad, para “situar” las historias que uno est leyendo o escuchando. Algo en el texto real “desencadena” una interpretacién de género en el lector, interpretaciin que domina tego la propia creaciGn del lector de lo que Wolfgang Iser'” Hlamé el “texto virtual”. {Cudles son entonces los “desencadenantes” y cudles las formas subjetivas del género que Ilegan a predominar en la mente del lector? {EI género subjetivo es slo una convencién y son los desencadenantes poco mas que seftales literarias 0 semidticas que le indican al lector qué género es y qué actitud debe adoptar con respecto all relato? Sin embargo, existe algo demasiado universal sobre la tragedia, la comedia, la épica, la narrativa, para poder explicar el género tan sélo en términos de la convencién, Tampoco es algo fijo ni acotado. Anthony Burgess'' dice que el cuento “Polvo y ceniza”, incluido en Dublineses de Joyce, ces una historia cémica. Puede leerse de ese modo. Maria (su personaje principal) es vista, este caso, como una chapucera cémica atrapada en el aburrimiento de Dublin. Las ilusiones que se hace sobre sf misma constituyen entonces la materia de la comedia negra joyceana. Si, puede leerse como lo hace Burgess, o por lo menos puede intentarse. Ahora bien, los relatos, segiin la frase de Paul Ricoeur’, son “modelos para volver a describir el mundo”. Empero, el relato no es en si mismo el modelo. Es, por decirlo asi, la representacién de los modelos que tenemos en nuestra mente, Un alumno de la universidad, en un seminario en el que participé una vez, interpret6 que Hamlet era la historia de la torpeza de un principe danés que se habfa vuelto répido para empuflar la espada en su universidad alemana y que era tan incapaz de matar a ese hombre que odiaba que mat6 a su amigo més prudente, Polonio. Sf, este estudiante admitia que la obra era una “tragedia”, pero era también una torpeza/chapucerfa (estudiaba ingenierfa, con pasién). Releemos el mismo relato de maneras siempre cambiantes: litera, moralis, allegoria, anagogia. (El joven ingeniero hizo una lectura en la modalidad moralis). Las diferentes maneras de realizar la lectura pueden atacarse mutuamente, conseguir un maridaje, burlarse una de la otra en la mente del lector. Hay algo en la narracién, algo en la trama, que desencadena ese “conflicto de géneros” en los lectores (véase el capitulo 2). El relato no va " Wolfgang Iser, The Act of Reading, Baltimore, John Hopkins University Press, 1978. Véase también su The Implied Reader, ohn Hopkins, 1974, anthony Burgess, ReFovee, Nueva York, Norton, 1965, " Paul Ricoeur, Time and Narrative, Chicago, University of Chicago Press, 1983, ‘ninguna parte y va a todas partes. Asi, Frank Kermode'”, al distinguir entre sjuzet y fabula (los incidentes fineales que constituyen 1a trama, frente al tema subyacente, atemporal € inm6vil) observa que el poder de los grandes relatos reside en la interacciin dialéctica que cestablecen entre esos dos elementos: “la fusién del escindalo y el milagro”. De modo que mientras el lector empieza situando una historia en un género (y eso puede ejercer poderosos efectos en st lectura) va cambiando a medida que lee. El texto real permanece igual; el texto virtual (parafraseando a Iser) varia casi permanentemente en el acto de la lectura. Si preguntamos a continuacin cusl es el carécter y la funcién del género psicolégico la concepcién que tiene el lector sobre la clase de relato 0 texto que esta abordando 0 “recreando”—en realidad no s6lo estamos formulando una pregunta morfolégica sobre el texto real, sino ademas una pregunta sobre los procesos interpretativos que son liberados. porel texto en la mente del lector. Hace mis de veinte afos, cuando me encontraba ocupado investigando el canicter de lo psicol6gico y el desarrollo del pensamiento, tuve una de esas crisis leves tan endémicas entre los estudiosos de la mente. Lo apolineo y lo dionisaco, bo Wégico y lo intuitive, estaban en lucha, Gustave Theodor Fechner", el fundador de la psicologia experimental moderna, los habja llamado Tagesansicht y Nachtansicht. Mi propia investigaci6n me haba Hevado cada vez con mayor profundidad al estudio de la inferencia l6gica, las estrategias mediante las cuales la gente comiin penetra en la estructura Kigica de las regularidades que encuentra en un mundo que crea mediante el ejercicio mismo de la mente que usa para explorarlo, Ademiés, lefa novelas, iba al cine, me dejaba atrapar por el conjuro de Camus, Cont Robbe-Grillet, Sartre, Burgess, Berman, Joyce, Antonioni. De vez en cuando, casi como para mantener cierto equilibrio entre 1a noche y el dia, escribia ensayos sobre Freud, la novela moderna, la metéfora, In mitologia, la pintura. Estos ensayos eran informales y ““literarios” en lugar de ser sistematicos, por muy motivados psicolgicamente que pudieran estar. Con el tiempo Hlegué a publicar esos ensayos “pasajeros” en un libro: On Knowing: Essays form the Left Hand’. La publicacién del libro fue un alivio, aunque no creo que haya cambiado mucho mi manera de trabajar. De dia prevalecia lo Tagesansichr: mi investigacién psicol6gica continuaba. De noche habfa novelas y poemas y obras de teatro, Lacerisis haba pasado, "Frank Kermode, “Secrets and Narrative Sequenes”, en W. J.T. Mitchell (comp.) On Narrative, Chicago, University of Chicago Press, 1981 "GT, Fechner, Buechlein von Leben nach dem Tade, 1836, Véase también E. G. Boring, History of Experimental Phichology, Nueva York, Appleton Century Crofts, 1950. "Jerome Bruner, On Knowing: Essays form the Left Hand, Cambridge, Mass. Harvard University Press, 1962, Mientras tanto, 1a psicologia misma habfa experimentado cambios, y sin duda para bien, las voces de la mano izquierda y las de la derecha comenzaron a debatir entre s{ de manera mucho més pablica y estridente. La revolucién cognitiva en la psicologia, entre otras cosas, habia permitido examinar c6mo se organizaban el pensamiento y la experiencia en sus miles de formas. Y puesto que el lenguaje es nuestra herramienta més poderosa. para organizar la experiencia y, en realidad, para construir “realidades”, comenzé a realizarse un examen més estricto de ios productos de! lenguaje en toda su rica variedad. A mediados de la década de 1970 las ciencias sociales se habjan alejado de su postura positivista tradicional, acercdndose a una postura mis interpretativa: el significado pas6 a ser un elemento central, c6mo se interpretaba la palabra, qué c6digos regulaban el significado, en qué sentido la cultura misma podia tratarse como un “texto” que los participantes “leen” para su propia orientacién. Y a mediados de la década de 1970, cuando el fervor chomskiano habia pasado, la lingiiistica volvi6 a retomar con instrumentos més poderosos su interés ckisico en los usos del lenguaje, entre ellos el que sirve para crear las ilusiones de la realidad que constituyen la ficcién. A continiacién se produjo un torrente de estudios, algunos oscuros y otros iluminadores, en los que se abordaban los grandes temas de la “poética” en el espiritu de Jakobson y el Circulo de Praga. Con el tiempo, e! estructuralismo francés ~encabezado por Claude Lévi-Strauss con sus anilisis del mito—tleg6 a dominar la teoria literaria, y recién fue desplazado por el enfoque més funcionalista de Barthes de los tltimos escritos de Derrida, Greimas y los criticos deconstruccionistas (véase el capitulo 2 Estos avances (y otros que serin mencionados més adelante) dieron origen a nuevas perspectivas psicolégicas. Pues tal vez sea cierto, como gustan decit de sf mismos los especialistas académicos en psicologia, que la psicologia tiene el coraje de asumir las convicciones ajenas. Los psicoanalistas, siguiendo la direccién iniciada por Goerge Klein, comenzaron a preguntarse si el objeto de anilisis no residirfa tanto en reconstruir arqueolégicamente una vida como en ayudar al paciente a construir una narracién mas libre de contradicciones y mas generativa de su. vida. En cuyo caso, qué constituia una narracién, 0 mejor dicho, una buena narracién? Y los psicdlogos académicos, inspirados por el precedente de David Rumelhart, comenzaron a trabajar en las “graméticas de los relatos”, descripciones formales de la estructura minima que producia relatos o secuencias narrativas'®. E incluso como si fuese parte de un Zeitgeist, también los historiadores y los historiégrafos que no se destacan por su coraje innovador, volvieron a reflexionar sobre la elocuencia de la historia descriptiva; Francis Parkman, por ejemplo, frente a un economista social analitico clasificando e! mismo perfodo. Mi antiguo interés revivi6. Descubri, al ponerme a estudiar esta cantidad de trabajos nuevos, que habia dos estilos de abordar la narracién, descubrimiento que se abrié paso en "© Véase una resefa general de Ios trabajos realizados sobre las graméticas del relato en Jean Mandl, Stories Scripts and Scenes: Aspects of Shema, Hillsdale, N. J. L. Ealbaum Associates, 1984. Véase también, sobre la tweria de los guiones y los escenarios, a Roger Shank y Robert Abelson, Scripts, Plans, Goals and Understanding, Erlbaum, 1977. Un articulo especialmente imaginative de la bibliografia sobre la gramwitica de los relatos es “Notes on Schema for Stories", de D. E. Rumerlbart, en D. G. Bobrow y A. Collins comps.) Representation and Understanding, Nueva York, Academic Press, 1975. mi mientras daba dos seminarios sobre narrativa simulténeamente. En uno de ellos, en la Nueva Facultad de Estudios Sociales, casi todos los participantes eran psicdlogos. En el otro, en el Instituto de Humanidades de Nueva York, habfa dramaturgos, poetas, novelistas, erfticos, redactores. En los dos seminarios habia intereses por los temas psicolégicos; en los dos interesaban los temas literarios. Los dos tenfan interés en los lectores y en los escritores. A los dos les importaban los textos. Pero uno de los grupos, el de los psicélogos, se dedicaba a trabajar de “arriba hacia abajo”, el otro, de “abajo hacia arriba”. Es una diferencia que vale la pena estudiar, que predice algo sobre el conflicto que se siente al trabajar sobre la narracion y sobre la psicologéa de la literatura general Los partidarios de trabajar desde arriba hacia abajo parten de una teoria sobre el relato, sobre la mente, sobre los escritores, sobre los lectores. La teorfa puede anclarse en cualquier parte: en el psicoandlisis, la lingiiistica estructural, una teorfa de la memoria, la filosofia de la historia. Armado de una hipstesis, el partidario del trabajo de arriba hacia abajo se sumerge en uno y otro texto, buscando ejemplos (y con menos frecuencia, contraejemplos) de lo que espera que seré una “explicacién” correcta. Cuando el investigador es alguien capaz y desapasionado, constituye un método de trabajo muy productivo. Es la manera de trabajar del lingitista, el sociGlogo y de la ciencia en general, pero fija habitos de trabajo que siempre corren el riesgo de producir resultados que no tienen en cuenta los contextos en los cuales fueron hallados. Participa de una de las dos ‘modalidades de pensamiento a la que me referiré en el préximo capitulo: la paradigmitica Los partidarios de trabajar de abajo hacia arriba se mueven de acuerdo con una melodia muy diferente. Su enfoque se centra en una obra bien determinada: un cuento, una novela, un poema, incluso una Ifnea, Lo toman como su porcién de realidad o lo estudian para reconstruirlo o deconstruirlo. Estén en bisqueda de la teoria implicita en la construccién de Heart of Darkness de Conrad 0 en los mundos que elabora Flaubert. No se trata de que se ‘ocupen biogréficamente de Conrad 0 Flaubert, si bien no hacen ofdos sordos a lo biogrifico, ni tampoco estén captados por la nueva critica que s6lo reparan enel texto y sus artificios, aunque también se interesan en ellos. En cambio, el proyecto es leer un texto por sus significados y, al hacerlo, poner de manifiesto el arte de su autor. No rechazan la guia de la teorfa psicoanalitica ni de la poética de Jakobson, ni siquiera la de la filosofia del lenguaje, al realizar su busqueda. Pero ésta no se dirige a probar o refutar una teorfa, sino a explorar el mundo de una obra literaria determinada. Los partidarios del enfoque de arriba hacia abajo lamentan la individualidad de los que proceden de abajo hacia arriba. Estos ukimos deploran el enfoque abstracto de los primeros. Lamentablemente, ni unos ni otros se comunican mucho entre sf En los dos ensayos siguientes no contentaré a ninguno de estos grupos y, ko que es peor todavia, no encuentro raz6n alguna para disculparme por eso. Tampoco puedo justificarme afirmando que, cuando sepamos bastante, los dos métodos se fusionarin, No lo creo. Lo méximo que puedo afirmar es que, como sucede con el estereoscopio, se llega mejor a la profundidad mirando desde dos puntos a la vez

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