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Roger Chartier El libro y sus poderes (sighos xv-xvimt) “Traduecién de Jestis Anaya Rosique Imprenta Universidad de Antioguia 80 atios Editorial Universidad dle Antioquia (© Roger Chase, 2009 1 diol Universidad de Anoguia “rahucn: Jets Ara Rosie ISBN: 978-958-714 271.6 rimers ein castellano de 2000 (Conseco de ato ic: Juan Remand Sadariaga Restrepo Disco de birt y dngramacise: Marla Mejia Ecabar Coorinacion editor Doris Blea Aguine Grisles Impresin ycerminacin: Tmprenta Universal de Asiognia Inmprew y hecho en Colombia Pied and madein Colombia -Paited ad made in Coombs ‘Prohibit reproduceion ot pasah por cslguier medion com cualquier propos, sin atarzacion esr de a Blo Universidad de Antogsin itr Universidad de Antiogia “Teena: (674 21950 10. Teen: (24) 219.5012 Correo letra: editorially widen e.co gina web: bupfeditoiaLuden eco Apartad 1296: Medlin, Colombia, Imprens Unive de Aniogla “Tletono, (87) 219 8830, Teen (974) 219 98 32 ‘Corso elestrnicoimprenta@iumbuyandea.eda.co ConreNipo El libro y sus poderes (siglos xv-xviii) Los poderes del mamuserito Libro, obra y literatura, Antoridad del texto y placer de la leetura, Lo sagrado, la magia, el sentimiento, Yoderes del impreso, poderes del codex: Muerte del libro? Fl orden de los discuss... Pantallas de eseritos. Notas. Indice analitico. | | | EL LIBRO Y SUS PODERES (s1cLos xv-xvu) En tituto de este ensayo invita a un doble cues- tionamiento, Por una parte, éémo pensar las relaciones entre la impresién, entendida como una técnica especitica de reproduccién de textos, y otras formas de publicacion y de difusién de lo escrito —y en particular la copia manuscrita—? Por la otra, éc6mo situar los poderes propios del libro en relacién con otros objetos escritos, ya que si no todos los libros son impresos, no todos Jos impresos son libros? En un primer momento, hay que regresar a una oposicién fundamental, heredadka de Eliza beth Eisenstein, entre “cultura impresa” y “eul- ger hast tura eserita"! Una primera revaluacion concier- ne a la nocién misma de “cultura inmpresa” y a tino de Jos efeetos mas fundamentales que Bix senstein asigna a la *revoluci6n de la imprenta’, ces deci, ka diseminacién de los textos en una escala desconocida en la época de los manus- critos. Esta constatacion es discutible. Gracias a la invencién de Gutenberg, més textos fueron puestos en circulacién y cada lector ha podido encontrar un niimero mayor. éPero cules son ‘08 textos cuya presencia es multiplicada por la imprenta? Desde luego se trata de libros; pero ‘como ha demostrado Donald Francis McKen- vie,? su impresién constituye una parte frecuen- tcmente minoritaria, es més, muy minoritaia, de Ia actividad de los talleres tipogrificos entre los siglos xv y xvut, Su produccién esencial con- sistia en libelos, panfletos, solicitudes, carteles, formulatios, recibos, certifieados y muchos otros documentos “efimeros” 0 “trabajos puiblicos” {que aseguraban el mas claro de los ingresos en ‘esas empresas, Las consccuencias no fueron me- nores para la definicién de “cultura impresa” y de sus efectos. Lu 4s patie (los ss) #3 1La imprenta vuelve familiares objetos descono- ciddos o mrarginales en la edacl del manuscrto, Por Jo menos en las ciudades, los eseritos impresos se apropian de los muros, se pueden leer en los ‘espacio paiblicos, transforman las practicas ad~ 1ministrativas y comerciales.* De ahi la necesidad de reformular la oposicién entre “cultura escrita” (6eribal culture) y “cultura impresa” (print culture), y de desplazar la atencién sobre el manuscrito en Ia edad del impreso. Luego de las investigaciones ‘consagradas a las publicaciones mamuscritas en Inglaterra,‘ en Espaita’ y en Francia,’ no existe hoy quién sostenga que “esto” (la prensa tipogré- fica) climin6 “eso” (el manuscrito). Maltiples son los géneros (antologtas posta, libelos politicos, instrucciones nobiliarias, noticias, textos liberti- nosy heterodoxos, partituras musicales, etc.) que fueron ampliamente difnndidos en copias ma ‘nuscritas” Las razones facron diversas: menor costo, estrategias para eludir la censura, el deseo de una circulacién limitada, o inckaso, la maleabi- lidad de la forma manuscrita, que permite adi- ciones y revisiones, Asf, la causa queda clara: con la imprenta, por lo menos en sus primeros euatro 4+ Roger Charter siglos de existencia, no desaparecieron ni la co- smunicacién ni la publicacién manuseritas Los poderes del manuscrito ‘Aun més, la imprenta propicié nuevos usos de la cescritura a mano, como lo comprueba un primer inventario de objetos que incitan a sus comprado- res a cubrit, con su escritara, los espacios que la impresion ha dejado en blanco. Sucede lo mismo con las paginas vingenes interfoliadas en los al- ‘manaques, los espacios que deben Hlenarse en los formularios, los cuadernos de lugares comunes cen donde silo se imprimen las ribricas, o los am- plios margenes e interlineas de las ediciones des- tinadas a acoger las anotaciones de los lectores. Seria facil multiplicar los ejemplos de es0s objetos impresos cuya razén de ser era suscitar y preser- var la escritura manuscrita: por ejemplo, las edi ciones de clasicos latinos utilizadas en los colegios cen el siglo xv! las cartas de matrimonio (chartes de mariage) usadas en ciertas didcesis del sur de Francia en el siglo xvtt 0, en el siglo siguiente y cen Htalia, las primeras agendas, en las que cada ia esta dividido en diferentes momentos.” i y us pers gs ve + sos objeios testimonian dos fenémenos de ‘gran amplitud que han extendide profunda- ‘mente la presencia del escrito en las sociedades de la era moderna, EI primero es la utilizacion reciente de fa escritura como instrumento de gobierno y administracion. Fs cierto que los po- eres del Antiguo Régimen desconfiaban del escrito y, en distintas formas, se esforzaban por censurarlo y controlarlo, Pero también lo es, que apoyaban cada ver més la gesti6n de territorios y poblaciones mediante la corresponeencia pibli

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