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ParasitosisCongenitas Eq2
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REPORTE DE INVESTIGACIÓN
Integrantes:
Flores Otapa Samanta
León Cruz Carlos Eduardo
Mendo Simbrón Judith Isaura
Palacio Quino Samadhy Libertad
Pantoja Estrada Crystal
METODOLOGÍA
Se buscaron artículos relacionados con las enfermedades de toxoplasmosis (Toxoplasma
gondii), enfermedad de Chagas (Trypanosoma cruzi) y la malaria o paludismo (Plasmodium
spp.) y otros en el buscador especializado de Google Académico y PubMed. Las palabras
claves utilizadas para la selección de los artículos fueron “factores de riesgo”, “diagnóstico”,
“pruebas diagnósticas” y “tratamientos”. Se buscaron un total de 9 artículos sobre las tres
enfermedades.
De cada uno de los artículos seleccionados se realizó un resumen con lo más relevante
teniendo como guía las palabras claves antes mencionadas, mismos resúmenes que se
colocaron en el apartado de resultados. Artículos relacionados con otros parásitos o agentes
etiológicos fueron excluidos.
RESULTADOS
TOXOPLASMOSIS (Toxoplasma gondii)
La toxoplasmosis es una zoonosis parasitaria de la cual se estima que más de un tercio de la
población humana está infectada.
Existen dos situaciones de suma relevancia médica y es la infección aguda en la embarazada
y la reactivación en pacientes inmunodeficientes. La incidencia global de toxoplasmosis
congénita (TC) se calcula en 190 000 casos por año y sucede en un tercio de los niños que
nacen de madres que adquirieron el protozoo durante la gestación. (Durlach, 2021).
Factores de riesgo
El principal portador del parásito es el gato. El contacto con heces de gato infectadas,
especialmente en el caso de limpiar la caja de arena, puede aumentar el riesgo. La carne cruda
o mal cocida, especialmente la carne de cordero, cerdo y ternera puede contener quistes de
Toxoplasma gondii, aumentando el riesgo de infección. Consumir alimentos o agua
contaminados con heces de gato infectadas puede ser una fuente de infección.
La manipulación de tierra o arena sin guantes, especialmente si está contaminada con heces
de gato infectadas, puede exponer a las mujeres embarazadas al parásito. Las mujeres
embarazadas con sistemas inmunológicos debilitados tienen un mayor riesgo de transmitir la
infección al feto. Viajar a regiones donde la toxoplasmosis es más común es otro factor que
puede aumentar el riesgo de exposición al parásito.
Es importante que las mujeres embarazadas tomen precauciones, como cocinar
adecuadamente la carne, lavar bien frutas y verduras, evitar la manipulación directa de heces
de gato si se conviven con estos animales.
Pruebas diagnosticas
La historia clínica de la madre, incluidos los posibles factores de riesgo y síntomas de
infección, es fundamental. El examen físico del recién nacido puede revelar signos de
infección, como hepatomegalia, esplenomegalia, ictericia, etc.
Se puede intentar el cultivo de tejidos (como líquido amniótico) para aislar y cultivar el
parásito, aunque esta técnica es menos común y lleva más tiempo o y tomar medidas de
higiene general para reducir el riesgo de infección por toxoplasmosis congénita.
Por otro lado, tenemos a los métodos indirectos, estos son los que recurren a pruebas de
laboratorio para poner en evidencia a los anticuerpos específicos. Estos comprenden las
pruebas serológicas: IgG, Test de avidez, IgM, IgA e IgE. (Arguello,2020). Se realizan
pruebas para detectar la presencia de anticuerpos contra Toxoplasma gondii en la madre y el
recién nacido. La serología materna puede incluir pruebas de IgM e IgG para evaluar la
infección activa o pasada. En el recién nacido, la detección de IgM puede indicar una
infección reciente.
En la primera semana posterior a la infección son detectables los anticuerpos en las IgM, IgA
e IgE. Los primeros anticuerpos IgG detectables están dirigidos a los antígenos de membrana
del parásito y luego hacia los antígenos intracitoplasmáticos.
La IgA específica tiene una duración breve y puede detectarse hasta siete meses de la
postinfección. En el caso de la IgE es más difícil de detectar porque la duración es breve,
desaparece a los tres meses y su hallazgo es un indicador específico de infección reciente.
Además, estas pruebas son recomendadas como método de tamizaje de TC, entonces toda
aquella mujer gestante debe realizarse IgG e IgM de acuerdo con la semana de gestación que
se encuentre.
En el primer trimestre estas pruebas van a determinar si la gestante presento en algún
momento contacto con el parásito. Por otro lado, si la IgM es reactiva en gestantes de 16
semanas se procederá a realizar el test de avidez, mientras que, en mayores de 16 semanas
de gestación, se procede a realizar IgA. (Rueda-Paez,2019)
Un valor de IgG e IgM negativos indicaría ausencia de infección previa.
Un valor alto de IgG e IgM positivas podría deberse a una infección reciente o con varios
meses de evolución.
La IgG es baja y la IgM es negativa, hasta la semana 16, es indicador de una infección previa
a la concepción.
Si la IgG es alta y la IgM positiva es indicación de un test de avidez de IgG.
Si el resultado de la avidez tiene un valor alto se considera una infección de más de cuatro
meses de evolución.
Si el resultado de la avidez por la IgG es bajo indica una infección reciente. (Durlach,2021)
En recién nacidos, se lleva a cabo la prueba de Western blot para diferenciar los anticuerpos
de la madre y del recién nacido. (Arguello,2020)
Tratamiento
Se aconseja el tratamiento específico en todas las embarazadas con toxoplasmosis aguda o
con fuerte sospecha, el objetivo es disminuir la tasa de transmisión vertical y evitar o reducir
el daño intraútero. Asimismo, los niños con TC confirmada dentro de las primeras semanas
de vida deben recibir tratamiento hasta los 12 meses de edad. (Durlach,2021)
Los fármacos de primera línea (espiramicina, pirimetamina y sulfadiazina), son utilizadas
para el tratamiento de la infección aguda, las cuales van a actuar sobre la forma activa del
parasito, es decir sobre el taquizoito, pero no tienen actividad ante los bradizoítos que se
encuentran presentes en los quistes. (Durlach,2021)
Espiramicina, actuara sobre los ribosomas parasitarios, inhibiendo la síntesis proteica. Esta
recomendada hasta las 18 primeras semanas de gestación. La dosis adecuada es 1 gramo cada
ocho hora. (Durlach,2021)
Pirimetamina, se une e inhibe de manera irreversible a la enzima dihidrofolato reductasa del
protozoo. Dosis recomendadas en adultos para los primeros días, es 100 mg/día. La dosis
diaria es de 25 a 50 mg/día hasta el parto. En los niños, la dosis de ataque es de 2 mg/kg/día
por dos días y la de mantenimiento de 1 mg/kg/día. (Durlach, 2021).
Sulfadiazina, la dosis recomendada en el niño es 75 mg/k/dosis, por única vez, como dosis
de carga, seguida de 50-100 mg/kg/día repartidas en dos o tres tomas, acompañados de
líquidos para asegurar una buena diuresis y evitar la cristaluria. En el adulto la dosis estándar
es 4 g/día, repartida en cuatro tomas diarias. (Durlach, 2021).
Ácido folínico, la dosis es de 15 mg se da tres veces por semana, hasta una semana después
de finalizar la pirimetamina. Inhibe la acción antifolatos de la pirimetamina, sin afectar la
acción inhibitoria de la pirimetamina en el parásito. (Durlach, 2021).
Es importante mencionar que el tratamiento de la TC tiene el objetivo de evitar que la
enfermedad progrese (Durlach, 2021) por lo menos hasta que el sistema inmune madure y
sea capaz de controlar la infección.
• BNZ recomendada es de 5-7 mg/kg, este debe ser administrado en dos dosis al día; y
el periodo recomendado es de 60 días, se administra en bebés y niños de 2 a 12 años.
• NFX de 15-20 mg/kg por día por vía oral en 3 o 4 dosis durante un periodo de 90
días, se administra en lactantes y niños menores de 10 años. (Montgomery, 2021)
(Morven S. Edwards, 2019).
CONCLUSIÓN
Las parasitosis congénitas representan un enorme problema de salud pública, puesto que se
ven afectados dos entes: la madre y el producto o feto o hijo. En el presente trabajo se
presentaron tres parasitosis, las más comunes entre estas infecciones congénitas, sin
embargo, existen otras parasitosis que presentan infección congénita como lo es la
leishmaniasis profunda y algunas infecciones por helmintos.
Estas enfermedades afectan sobre todo a las madres que se embarazan por primera vez y la
prevalencia e incidencia en zonas endémicas es mucho mayor, pero es importante señalar que
las mujeres que no habitan en zonas endémicas y se infectan suelen presentar las
manifestaciones clínicas más graves de cada enfermedad.
Es importante señalar la importancia del chequeo médico obligatorio de las embarazadas y
más en los lugares donde estas enfermedades son más comunes, además del sumo cuidado
de su entorno, ya que como se ha descrito, algunas de estas enfermedades son zoonóticas y
otras transmitidas por vectores, lo que aumenta las posibilidades de que las mujeres puedan
ser infectadas y por tanto traer afectaciones al producto.
La salud en general de las mujeres embarazadas debe ser vigilada y monitoreada para evitar
o minimizar las complicaciones que se puedan presentar durante el embarazo o postparto, ya
que al final gran parte de estas consecuencias puede llevar a difíciles decisiones que incluso
se pueden tomar como polémicas, como lo es elegir entre la vida del bebé o la madre, por lo
que, revisiones médicas periódicas, cuidado del ambiente en el que vive la mujer entre otros
aspectos puede marcar la diferencia entre un embarazo normal y sin complicaciones a
experiencias traumáticas para la paciente y los más cercanos a ella.
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