Crea Una Mejor Navidad

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CREA UNA MEJOR NAVIDAD

Tomoko Matsuoka

Ebenezer Scrooge y el Grinch, ¿alguna vez has simpatizado con ellos mientras pasaba la
Navidad? O quizás no hayas llegado hasta ese extremo, pero ¿no sientes esa cálida
emoción como todos los demás? ¿Y te gustaría idear la forma de pasar este año una mejor
Navidad?

A mediados de 2011, me encontraba trabajando en un artículo navideño para una página


de Internet para niños y me encontré esta sobrecogedora información: «A comienzos del
siglo XIX, la Navidad (en Norteamérica) casi había desaparecido. Por ejemplo, el
periódico The Times no mencionó ni una sola vez la Navidad entre 1790 y 1835.»[1]

Llena de curiosidad, busqué en Google la razón de que casi hubieran desaparecido las
celebraciones navideñas durante ese periodo de la historia americana. Resulta que muchos
de los colonos norteamericanos en el siglo XVII eran puritanos, un grupo muy estricto de
protestantes que pensaban que la Navidad era una celebración católica y por tanto no
debía celebrarse[2]. Y durante los siguientes doscientos años, hasta el comienzo del siglo
XX, no se celebró la Navidad en la mayoría del territorio norteamericano, y los que sí lo
hacían, lo conmemoraban de forma sencilla.

En Inglaterra, bajo el gobierno de Oliver Cromwell (un dirigente protestante que gobernó
Inglaterra desde 1653 hasta 1658) tampoco se celebró. Aunque en 1660, dos años
después de la muerte de Cromwell, se levantó la prohibición y se instauró nuevamente la
festividad de la Navidad[3]. Sin embargo, desde la mitad del siglo XVII hasta el final del siglo
XVIII —durante casi 150 años— las celebraciones navideñas no se parecían en nada a las
actuales. Fue durante la era victoriana que se adaptaron la mayoría de las tradiciones que
celebramos hoy en día. ¿Qué fue lo que cambió? Un hombre que escribió un relato
navideño tuvo mucho que ver con todo esto.

En 1843, el novelista británico Charles Dickens (1812-1870) escribió Un cuento de


Navidad. Se trata de uno de los relatos navideños más populares aparte del relato de la
primera Navidad. En su novela, Charles Dickens idealiza cierto tipo de Navidad en la que
basamos muchas de las impresiones de cómo pensamos que deben ser las navidades.
Quizás pienses que cuando él escribió una descripción tan espléndida de la Navidad que
celebraba la familia de Tiny Tim, era un reflejo de cómo se celebraban en Inglaterra: el
árbol, los villancicos, la cena con pavo, la familia reunida, los regalos. Pero nada más lejos
de la realidad. Por lo menos en esa época.
«Cuando leemos o escuchamos Un cuento de Navidad», dice Bruce Forbes[4] en la entrevista
que le hizo un programa de radio regional, «no vemos un reflejo que cómo eran las
navidades en su época; estamos viendo cómo le gustaría a Dickens que fueran»[5].

A comienzos del siglo 19, las navidades no eran tal como se reflejan en Un cuento de
Navidad. «Había muchísimo desempleo —afirma el estudioso de Dickens, John Jordan—
había mucha miseria, y él vio la Navidad como algo que podía contrarrestar los efectos
negativos de la revolución industrial»[6]. Por eso, queremos agradecer a Charles Dickens por
mirar más allá de cómo se celebraban en su tiempo y crear una visión de algo mucho
mejor.

He estado dándole vueltas; lo que quiero decir que es nada puede detenerte de crear tus
propias tradiciones navideñas que tengan para ti un significado sincero y especial.

Mientras crecía, cuando llegaban las festividades navideñas me invadían sentimientos


parecidos a los de Scrooge. En ese tiempo, para mí la Navidad significaba desfilar con
blusas de volantes y faldas de terciopelo para hacer actuaciones en residencias de ancianos
y orfanatos. Aparentando un valor que casi nunca sentía.

Pero, en años recientes, he llegado a disfrutar de la Navidad, y creo que tiene mucho que
ver con haber creado mis propias tradiciones navideñas, o recordarme a mí misma el
significado de antiguas tradiciones. He llegado a comprender que las tradiciones cumplen
su mejor papel cuando se hacen para conmemorar algo que no debemos olvidar, y que
siempre deberíamos celebrar.

A continuación, te paso tres preguntas que quizás te ayuden a descubrir y formar unas
tradiciones que te encanten. Quizás se trate de cosas que hiciste en el pasado, pero en las
que precisas una nueva perspectiva, o una pasión renovada de por qué lo haces. Siéntete
libre de mezclar todo y hacer lo que quieras hasta encontrar las tuyas. E incluso si no
consigues encontrar nada aquí, juega con tus ideas hasta que salgas con algo que quieras
llevar a cabo. No tienes que sentirte atado a cómo lo han celebrado otros en el pasado,
porque, por lo menos para mí, las tradiciones navideñas deberían conmemorar una idea
gloriosa: el amor. En mi opinión, esa es la única prueba que debe pasar tu nueva tradición
navideña.

Pues bien, aquí viene la primera pregunta a tener en cuenta:

¿A quién amas? Elabora una lista de todas las personas importantes para ti. Mi lista incluye
a mi familia y algunos amigos estupendos de toda la vida. Celebra tu amor haciendo algo
con ellos o para ellos, algo que sea muy significativo para ellos. Podría ser leer juntos un
libro corto durante las navidades. O decide que harán juntos unas cuantas cosas o hasta
25 actividades, una diaria hasta el día de Navidad, o puedes obsequiarles frases, canciones
o cualquier detallito para celebrar quiénes son.
Sin reglas, simplemente haz que se sientan amados. Y eso puede significar algo diferente
para cada persona. Así pues, coge papel y lápiz, y comienza a escribir.

Segunda pregunta:

¿A quién desea Jesús que ames? Sabemos que Jesús ama a todos los Juanes y a todas las
Marías. Y es fácil pensar en la gente del otro lado del mundo a quien Jesús ama, porque si
están a 10.000 kilómetros, están demasiado lejos como para que les puedas demostrar Su
amor. No hablaré de esas personas que están tan lejos, pero ¿qué pasa con las que tienes
cerca, en tu colegio o en tu barrio?

La última Navidad fui a visitar a mis padres tras pasar las últimas cinco navidades en el
extranjero. Quería un gran ambiente familiar, y NO blusas con volantes. Pero luego mi
padre me soltó: «Tomo-chan, ¿nos acompañarías a visitar algunas residencias para
ancianos? Vamos a ir a dos en Nochebuena y el día de Navidad.»

Fui (aunque no llevaba una blusa de volantes), y fue lo mejor que hice esa Navidad. Y no
porque yo sabía con toda certeza que dejé una huella en aquellas personas mayores,
porque quizás no lo hice. Pero lo hice porque sabía que Jesús amaba los rostros arrugados
con almas sabias.

¿Este año te aguardan oportunidades para demostrar cariño a aquellos a quien Jesús ama?
Di que sí. Y no solo en tu mente: esa parte que comprende con racionalidad que Jesús ama
a los demás. Sino también en tu corazón: ese lugar donde te da vergüenza aparecer
disfrazado de vaca o con una blusa blanca de volantes. Porque si te atreves a demostrar
cariño de todo corazón marcarás una gran diferencia, no solo en aquellos que lo reciban,
sino que al hacerlo también aumentará tu alegría.

Y por último, pregúntate a ti mismo:

¿Cómo puedo celebrar el amor? Hace poco compré un libro de manualidades para niños, y
traía una sección de actividades navideñas: armaduras de madera, soldaditos pintados,
alas de ángel, etc. La actividad que voy a hacer son las bolsas de papel decoradas que
sirven como alternativa para meter los regalos navideños. Escribiré cartas y buscaré
regalitos para mis sobrinos y los meteré en bolsas que lleven sus nombres.

Puede que suene cursi, pero últimamente siento que las cosas son sagradas durante la
Navidad. Supongo que se debe a que con cada actividad que realizo, con cada bandeja de
galletas que horneo, con cada noche que paso con mi familia, sé que lo hago (o trato de
hacerlo) gracias a ese algo divino que llamamos amor.

Decide qué cosas maravillosas harás por los que amas; baña tus acciones en amor, y
disfrutarás de las mejores tradiciones navideñas.
Me encanta la idea de que por mucho, mucho tiempo, muchísimas personas por todo el
mundo se han reunido y han hecho algo de cierta forma en particular para celebrar alguna
causa o una idea. Repito, ahí es cuando las tradiciones alcanzan lo óptimo: cuando se
hacen para conmemorar algo que nunca debe olvidarse, pero la forma de hacerlo puede
ser distinta de como se ha venido haciendo hasta ahora. ¡Echa mano de tu creatividad!

Si la idea de la Navidad te parece un tanto seca y obsoleta, espero que recuerdes al hombre
que imaginó una mejor Navidad, y cómo tú también puedes crear una mejor para ti.

[1] http://www.northpolesantaclaus.com/victorian_christmas_traditions.htm

[2] http://www.freerepublic.com/focu/f-news/1544080/post

[3] http://www.olivercromwell.org/faqs4.htm

[4] Bruce Forbes es el director del departamento de estudios religiosos en la Universidad


Morningside de Sioux City, Iowa.

[5] http://news.minnesota.publicradio.org/features/2005/12/24_gilbertc_historyxmas/

[6] http://news.minnesota.publicradio.org/features/2005/12/24_gilbertc_historyxmas/

© La Familia Internacional, 2011

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