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IJSA

International Journal of South American Archaeology - IJSA (eISSN 2011-0626), (eISP 0840-2912-4861)

ARMONÍAS O DISCORDANCIAS: LA IMAGEN DEL HOMBRE-JAGUAR EN


TEOTIHUACÁN Y KUNTUR WUASI COMO EJEMPLOS DE PARALELISMOS
CULTURALES

María Elena Ruiz Gallut


Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Instituto de Investigaciones Estéticas
Email address: <gallut@unam.mx>
<orcid.org/0000-0001-8362-4182>

Int. J. S. Am. Archaeol. 15: 6-18 (2019)


ID: ijsa00079
Cirex-ID: <17x.1336.840/s2011-0626.29794x>

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Original Research Article

Int. J. S. Am. Archaeol. 15: 6-18 (2019)

ARMONÍAS O DISCORDANCIAS: LA IMAGEN DEL HOMBRE-JAGUAR EN


TEOTIHUACÁN Y KUNTUR WUASI COMO EJEMPLOS DE PARALELISMOS
CULTURALES

María Elena Ruiz Gallut


Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Instituto de Investigaciones Estéticas
Email address: <gallut@unam.mx>
<orcid.org/0000-0001-8362-4182>

Received 15.08.2019. Accepted 20.09.2019


Published Online in September 2019

Abstract

The acculturation processes that implies the development of identity values are manifested in the organization of
understanding and explanation systems of the world. They support the practices that order social action, and that at the same
time are genesis of ideas and consequent behaviors that are articulated in the philosophical structures of human groups. From
this, the approach to certain particularities of American Indian thought, which relate to similar traditions, is analyzed here
through two cases of artistic production, one Mesoamerican and the other Andean. It is the allegorical image of the jaguar-man,
who reveals in his sacred and emblematic nature an organization of equivalent visual constructions, whose behavior and
condition can be contrasted. The permanence of this image in indigenous America, formally constituted with singularities of
the human and feline anatomies, coincides with inheritance and long-term exchanges. In that sense, the examples that come
from Teotihuacán, in the Mexican Central Highlands and Kuntur Wuasi, in the Peruvian Andes allow us, from art, to address
for analysis an intellectual construction that can be considered as continental, since it exhibits in the representations of the
jaguar-man, a parallel that pertains to its symbolic dimensions. Copyright © Syllaba Press International Inc. 2007-2019. All
rights reserved ®.

Keywords: Jaguar-man, Teotihuacán, Kuntur Wasi, Indigenous art, Worldview, Cultural parallelism.

Resumen

Los procesos de aculturación que implican el desarrollo de valores identitarios, se manifiestan en la organización de
sistemas de comprensión y explicación del mundo. En ellos se sostienen las prácticas que ordenan el proceder social, y que al
mismo tiempo son génesis de idearios y conductas consecuentes que se articulan en las estructuras filosóficas de los grupos
humanos. A partir de ello, el acercamiento a determinadas particularidades del pensamiento indígena americano que se
relacionan con tradiciones similares, se analizan aquí a través dos casos de producción artística, uno mesoamericano y otro
andino. Se trata de la imagen alegórica del hombre-jaguar, que revela en su naturaleza sagrada y emblemática una organización
de construcciones visuales equivalentes, cuyo comportamiento y condición pueden ser contrastados. La permanencia de dicha
imagen en América indígena, constituida de manera formal con singularidades de las anatomías humana y felina, coincide con
herencias e intercambios de largo aliento. En ese sentido, los ejemplos que provienen de Teotihuacán, en el Altiplano central
mexicano y de Kuntur Wuasi, en los Andes peruanos nos permiten, desde el arte, abordar para su análisis una construcción
intelectual que puede ser considerada como continental, puesto que exhibe en las representaciones del hombre-jaguar, un
paralelismo que atañe a sus dimensiones simbólicas. Copyright © Syllaba Press International Inc. 2007-2019. All rights
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Palabras clave: Hombre-jaguar, Teotihuacán, Kuntur Wasi, Arte indígena, Cosmovisión, Paralelismo cultural.

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Introducción construye sobre los rasgos esenciales de ambas


entidades y se advierte similar en todos los espacios
Larga ha sido la discusión alrededor del tema de rituales del continente, por lo que se percibe como una
los contactos e intercambios continentales entre las de las convenciones que estimamos panamericana.
hoy llamadas sociedades mesoamericanas y las Así, desde tal perspectiva podemos articular esta
andinas, sobre las circunstancias de sus naturalezas y singularidad como parte del llamado núcleo duro,
desarrollos, así como sobre sus características y atribuible en dicho sentido a la generación y práctica
repercusiones. La búsqueda que por décadas ha de elementos que son de larga duración, entre los que
producido luces de importantes puntos de partida y se ubican los profundos discernimientos de la
propuestas de comprensión acerca de las expresiones cosmovisión, de la religión y de la ritualidad (López
de las dos grandes áreas culturales de América (López Austin, 1994, 1995; Broda, 2003), empáticos
Austin, 1994; Broda, 1997; López Austin y Millones, ciertamente con la presencia de un jaguar
2008; Limón Olvera, 1990; Llorente, 2013; Millones humanizado/hombre zoomorfizado que se miran en el
y López Austin, 2013; Hers y Carot, 2016; Gress arte de los pueblos originarios de América (Figura 1).
Carrasco, 2017) entre muchos otros, abreva tanto de
los datos materiales como del orden filosófico dejando
claro, ciertamente, que son muchas las variables de las
cuales pueden valerse las aseveraciones acerca de las
ocurrencias y situaciones similares que se cobijan bajo
la “indigenalidad americana”, condición entendida
aquí como la realidad primera que une a los pueblos
originarios del continente.
También es cierto que todo señalamiento anterior
apuesta a las historias de tales pueblos, que corren
paralelas en los mitos, los conceptos y las
ordenaciones religiosas (López Austin, 2004) y que se
mueven permanentemente entre la materialidad y la
espiritualidad, entre las acciones y las significaciones.
Tales ámbitos son todos esencialmente de génesis, y
en ellos se articulan los comportamientos sociales
alrededor de los sistemas de comunicación, que se
dirigen al reconocimiento de los códigos
interpretativos de la o las realidades y sus
traducciones en los lenguajes visuales. En ese orden
de ideas la imagen, que se percibe sagrada en el
concepto y sacralizada en la práctica, recupera su
profundo sentido de vinculación en los imaginarios
colectivos que, desde la dimensión de antropológica,
Figura 1. Hombre y jaguar. Cueva de Oxtotitlán, Gro., México
se ordenan y regulan alrededor de los fenómenos (Tomado de Grove, en Beatriz de la Fuente, 1996: 11).
naturales y cíclicos para resignificar o figurar la
experiencia del mundo (Solares, 2011). El punto de partida entonces es la reunión en una
Bajo la óptica de tales escenarios, no tratamos imagen, que tiene fundamentos de organización
aquí de compendiar para su discusión las particulares, entre los que se ubica el estilo, que se
contribuciones que desde diversas perspectivas contempla como parte de aquello que Amador
disciplinarias han aportado, no sólo para al denomina como “los medios de expresión artística y
conocimiento sino a la comprensión de la dinámica de su principio ordenador”, criterios que incluyen a las
los amplios procesos sociales, que involucran largos “modalidades y la temática como forma de expresión
periodos de tiempo y, en este caso, en espacios de de los valores espirituales” (Amador, 2008).
naturaleza continental. De naturaleza simbólica, estos valores actúan
El objetivo de este trabajo es el de observar como catalizadores en muchas regiones de culturas
cuestiones culturales a través de la presencia de una indígenas pasadas -y aún actuales- y se pronuncian en
temática que, desde nuestro punto de vista, resulta la integración de rasgos anatómicos de un ser humano
sugerente de contemplar en la producción artística, en y un felino, primordialmente identificado con el
términos de una amplia acción paralela que ocurre en jaguar, como en este caso, iconográficamente
las mismas esferas de las conductas sociales, es decir, mezclados en una representación final que, en ese
aquellas vinculadas con el mundo de las ideas y su sentido, se mira aquí como uno de los “rasgos de
traslación al mundo material. coherencia interna”, que es posible comparar puesto
El enfoque propuesto recae en la imagen que pertenece a los “complejos conceptuales
simbiótica del hombre-jaguar, que sin duda alguna se estucturados” (Broda 2009, en Llorente, 2013: 437).

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La figura híbrida/mixta/mezclada/combinada,
vista como una de las grandes presencias que se
reitera y reproduce en todos los ámbitos de la América
indígena, se construye sin duda con semejanzas y
diferencias regionales, pero se organiza mayormente
con funciones de identidad que comulgan en la
cosmología que abre los espacios geográficos y
atemporales que integran a los dos hemisferios del
continente.

El hombre-jaguar: figuraciones de una presencia


continental

Ciertamente, el jaguar penetra con toda su fuerza


los espacios del pensamiento indígena americano. El
poder de su imagen, tanto física como metafórica y
transformada, trasgrede su propia apariencia y se finca
como representante de profundos ámbitos
inmateriales: es felinidad manchada, que se convierte
en ícono, en voz y en acción. Su fortaleza provoca un
proceso visual que resulta holístico con referencia a
sus alcances puesto que suma valores categóricos
entre la representación humana y la animal.
Presente como protagonista en el arte y la
memoria del mundo andino, caribeño, amazónico y
mesoamericano, sus apariciones denotan vínculos y
legitimaciones con el ejercicio del poder, por lo que se
instala, entre muchas otras cosas, como una de las
Figura 2. Hombre dentro del felino. Sitio arqueológico de Carran-
entidades sagradas por excelencia, que se eleva a nivel za, El Salvador. Museo Nacional de Arqueología David J. Guzmán,
continental en tanto sus representaciones alcanzan los El Salvador. Fotografía José Torres 2019. Cortesía de Hugo Chávez
dos hemisferios y en cuanto éstas se integran Servano.
mayoritariamente a las cosmovisiones de las culturas
antiguas: “El binomio hombre-jaguar se mira desde
tiempos tempranos [en América] como una referencia
que se atreve en la imagen y en la narración con una
fuerte personalidad propia, pues se trata de una
transformación de la realidad que, por un lado
reconoce y enfatiza morfología y comportamiento
animal, y por otro se liga, en todos los aspectos de su
integración fantástica, con un discurso que estructura
las proclamaciones del poder, y dirige por ende una
lectura obligada: jaguar-autoridad-sacralidad” (Ruiz
Gallut y Arellano, 2018).
En la imagen del hombre-jaguar suceden muchas
cosas que resumen una polifonía no comprendida hoy
a cabalidad: el cuerpo puede ser de un hombre con
cabeza y cola de jaguar, o éste puede habitar dentro
del felino, o bien puede intercambiar partes del cuerpo
Figura 3. Dibujo reconstructivo de un mural que muestra la imagen
y mostrar patas y garras por manos o bien mostrarlas
de un torso humano, sin rostro y con garras de jaguar, vinculado
alternadas, o en el paroxismo de lo visual, podemos con el agua. Teotihuacán, Zona 5A (Tomado de Miller, 1973: 83).
reconocer siluetas antropomorfas sin rostro alguno
cuyos brazos con garras denotan la animalidad. El protectoras -animales, plantas o astros- las que se
universo de posibilidades es tan grande como la vinculan no sólo con los ancestros pero también, en el
propia significación de su contexto (Figuras 2 y 3). mundo andino por ejemplo, con la geografía ritual y
Ahora bien, parte de este universo contempla y con fenómenos meteorológicos como el trueno
une dos aspectos que perviven de manera sustancial (Latcham, 2009), y de otra parte, la posibilidad de las
en el comportamiento del ser humano como ser social muchas transformaciones que un individuo puede
y religioso, y como fenómeno de su espíritu: su tener a través de la práctica del nahualismo. Sin duda,
relación/creación con seres totémicos como entidades ello es lo más inmediato que se aprehende de la

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imagen misma del hombre-jaguar. amplio espectro de manifestación y pervivencia


Y aunque consideramos que ambas cuestiones marca, por un lado la imposibilidad de compendiar la
pueden participar en la lectura de la imagen, desde sus infinitud de ejemplos que dan cuenta de su
propios principios de funcionalidad, nos enfocaremos persistencia y, por el otro, ofrece la oportunidad de
en la idea del nahual, puesto que su condición y atender a las razones de sus tantas ocurrencias.
cualidad de alterar una realidad se acerca más, desde Pero ¿cómo entender y aprehender desde la
nuestra visión, a las representaciones virtuales que imagen misma, dicha “universalidad” visual y
analizamos. filosófica a partir de casos particulares y que se
El nahualismo es una habilidad, que se desprende distinguen ciertamente con posibilidades de
de un conocimiento interior, que tiene que ver con la contrastación? ¿Cuál es la vía pertinente y desde qué
transformación voluntaria de un ser en otro. Puesto ángulo mirar para no caer en las posibles
que la misma idea da cuenta de una especie de especulaciones comparativas que poco abonan a las
metamorfosis, hombre y felino mantienen en dicho visiones más horizontales?.
sentido un proceso simbiótico que provoca el En este campo de consideraciones, David
encuentro permanente, un ir y venir en el juego de las Llorente (2013) hace una revisión de diversos
identidades alternas, tales como se miran en el mundo acercamientos que han dado lugar a múltiples
indígena: “De tal forma, los hombres que conviven encuentros, construidos en torno a la discusión
con lo felino o bien los jaguares antropomorfizados, constante sobre la problemática de cómo estructurar y
son expresiones que mantienen una relación con sus dirigir de mejor forma los estudios comparativos en lo
existencias e identidades alternas, que se reconocen que toca a lo indígena americano. Las alternativas
en las prácticas shamánicas y, en general, se emprendidas por López Austin (1995); López Austin
desarrollan en todo el mundo indígena” (Ruiz Gallut y Millones (2008) y Broda (2009), entre otros,
y Arellano, 2018). señalan, por ejemplo, vías desde las congruencias
El término como tal se relaciona, según López entre los mitos y las conductas religiosas de culturas
Austin (1980) con “lo que está cubierto, disfrazado, tan alejadas geográficamente como las
oculto”, y también con aquello que “está investido” y mesoamericanas y las andinas. En estas
“lo que es ropaje” o “está en mi piel”. Pero el investigaciones ciertamente de avanzada, se ofrecen
concepto va más allá y amplía sus alcances. También elementos y criterios que sin duda favorecen la
señala que se trata de una especie de alma o aliento ampliación del conocimiento que tenemos sobre los
que se concentra en el corazón, el hígado o el contactos, las interacciones, el comercio y el
estómago, cuestiones que se corresponden en el intercambio de objetos, la transmisión de ideas, .…de
cuerpo con los niveles del cosmos. (López Austin formas de vida. Las preguntas siempre se multiplican.
1980; Ruiz Gallut y Quintero, en prensa). Ambas Ahora bien, la propuesta que Llorente hace para
propuestas sustentan la validez de lectura que subyace la etnografía abona adecuadamente para poder
en nuestra imagen. organizar de manera consecuente, el acercamiento que
Partamos entonces de que la relevancia de la desde la historia del arte proponemos, considerando
imagen híbrida se sustenta en la fusión de naturalezas, que nos permite hacer más oportunas las categorías
propiedades, conductas y significados, y se traduce analíticas que surgen de la comparación de la imagen
entonces en un símbolo que, como tal, puede filtrarse del hombre-jaguar en dos ejemplos concretos:
como un elemento de la cosmología: “Ciertamente, “Partiendo de un estudio de caso en una región
más allá del ordenamiento formal, es posible asumir específica es posible acudir a una comparación
desde nuestra visión que en la imagen metafórica se sistemática con otras áreas para averiguar si las
conjuntan cualidades y atributos que transgreden la “unidades temáticas” o ejes “conceptuales”
metonimia y se trasforman en un todo, mismo que se seleccionados existen allí también, captando las
convierte en un símbolo en el sentido de que permite similitudes y diferencias de las unidades en sus
que se dé una congregación comunitaria en torno respectivos contextos” (Llorente, 2013: 441).
suyo para funcionar como un “acontecimiento Ello se traduce en la posibilidad de identificar una
simbólico” el cual logra, en palabras de Solares, una idea o un conjunto de ideas -unidad temática-, cuya
ruptura con el tiempo histórico que abre una facultad de articulación discursiva permite que las
irrupción vital, una temporalidad propia, la aparición fronteras entre sendos temas, se disipen cuando se
de lo inefable, la posible transfiguración de la trata de religión, entendida como la construcción de la
experiencia” (Solares, 2011: 17; Ruiz Gallut, 2016). mirada al mundo y las acciones emprendidas para su
reinterpretación y práctica. Considerando lo anterior
Una mirada extendida. El camino de acercamiento como una perspectiva metodológica válida para este
al hombre-jaguar ensayo, nos aventuramos a trazar criterios de
observación que usaremos para advertir las cualidades
Como vemos, el hombre-jaguar se proyecta como y comportamientos -equivalentes a un tema- que
un tema en sí mismo que transita de manera sirven como premisa para identificar en la imagen,
consistente por el mundo indígena de América. Su que se trata de recurrencias de largos alcances en

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Figura 4. Mapas de ubicación de Teotihuacán, México (Tomado de Miller, 1973) y Kuntur Wasi, Perú (Modificado de Onuki, 2008).

tiempo y espacio, y que tales cualidades funcionan de filosóficas de la religión, en donde actúa como
la misma manera en contextos culturales similares. conciliador de realidades (Ruiz Gallut, 2016). A
Tal reflexión se ordena entonces de la siguiente propósito de ello, los dos ejemplos que aquí tomamos
forma: se muestran -desde nuestro punto de vista- de gran
1. Unidad temática: reconocimiento de que existe pertinencia en este trabajo, ya que provienen de
una voz que comparten los casos a revisar: la imagen sociedades distantes en tiempo y espacio, de las cuales
del hombre-jaguar como uno de los grandes temas su primera condición similar es que ambas son
vinculantes en el núcleo duro. producto de culturas indígenas americanas del pasado.
2. Contexto: determinación de las circunstancias Son representaciones, una en pintura mural y la
en la que aparece el hombre-jaguar. Nos referimos a otra en escultura en piedra que cumplen de forma
su ubicación espacial, a sus relaciones con el entorno sugerente las categorías de estudio que señalamos
geográfico y edificado, y la creación de aspectos y antes.
elementos culturales que apoyen la identificación del La primera pertenece al arte pictórico
tema. teotihuacano. Se trata del llamado hombre-jaguar del
3. Definición e integración de la forma: conjunto arquitectónico de Tetitla, sin duda una de las
herramientas de la historia del arte, lo que Amador obras maestras de la muralística de Teotihuacán, en
llama “la lógica imaginaria específica” (Amador, México, y de una singular escultura en piedra que
2008), es decir, elementos constitutivos de la imagen representa asimismo a un felino humanizado que
y sus proporciones, técnicas, materiales. corresponde al sitio preincaico de Kuntur Wuasi, en la
4. Comparaciones transculturales: sobre los zona norte de Perú. Ambas responden a un principio
criterios anteriores, la revisión de semejanzas, organizador (Amador, 2008) que recae, en los dos
presencias, ausencias, paralelismos. casos, en una iconografía de valores estilísticos y
Presumimos que sobre estos apoyos analíticos es, estéticos propios, pero que corre paralela en los rasgos
en la medida de lo posible, aportar una reflexión que filiatorios de su construcción: describimos pues las
pondera la universalidad de una imagen, que comulga imágenes para enfocarlos (Figura 4).
de ideas que comparten los indígenas de América.
Teotihuacán y el hombre jaguar de Tetitla
Teorización desde dos extremos: los hombres-
jaguar de Teotihuacán y Kutur Wasi Es entre el siglo IV y el siglo V d.C. cuando la
sociedad que se desarrolló en Teotihuacán alcanzó sus
El lenguaje visual, como medio de transmisión, se niveles más altos de expresión cultural. Para la
traduce en una congregación cultural que se incorpora cronología del altiplano central, las fechas
como herramienta de conocimiento a las vertientes corresponden a los momentos intermedios del período

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Clásico, cuando muchas otras ciudades de de creyentes que suplicaban a la tierra a su alrededor
Mesoamérica están en el proceso final de la y a los cielos arriba de ellos.” (Toby, 2018).
construcción y afianzamiento de sus identidades, o En este contexto, el culto al agua y sus
bien han desplegado ya el andamiaje sobre el que correspondencias con la generación de dioses, con el
asentaron sus sistemas de organización social. Sin culto a la montaña y la cueva, responden a los grandes
embargo, este es el periodo en el que Teotihuacán temas de la voluntad discursiva del ejercicio del
tiene una presencia realmente importante fuera de su poder. La profusa veneración a Tláloc, deidad
propio territorio, en el que elementos, formas y conspicua del pensamiento religioso mesoamericano
significados y con ello ideas corren a lo largo de otros que genera y acompaña ciertamente dicho culto, se
espacios y son usadas en maneras que hoy no suma a los muchos acontecimientos del jaguar que se
terminamos de aclarar. Pero cierto es que dicha asocian con ello. Para Teotihuacán, el felino
presencia es indiscutible en términos de la manchado forma parte de la práctica social de una
transferencia de imágenes, así como en aspectos que poderosa autoridad que se sustenta -y se observa- en
son reconocibles, entre otras cosas, por la la producción artística. Manifiesta en una larga parte
implementación de modos arquitectónicos de la tradición del arte de la metrópoli, la imagen
provenientes de la urbe central, una ciudad modelo en metafórica se transforma hacia el final de la historia
la que el control y manejo del agua fue uno de los de sus representaciones, y el artista teotihuacano
aspectos de mayor relevancia urbanística, lo que sin sustituye las manchas de la piel por una especie de red
duda le valió parte de su fama como el centro que cubre su cuerpo. Este elemento, la red,
cosmopolita en el que se convirtió. ciertamente significativo, se convierte inclusive en
Este fenómeno metropolitano de largo alcance signo para definir en la narrativa visual al animal: es
incluyó, además de la organización espacial en la abstracción del jaguar enredado. Con esto en mente
grandes plazas públicas y recintos privados, de ciudad/espacios sagrados/procesiones/culto al agua/
avenidas y unidades habitacionales, la construcción de jaguar, nos acercaremos al Mural 8 de la llamada
calles con canales de agua (caminos de agua), Cámara del Hombre-Jaguar de Tetitla.
denominados como otli-apantli (Angulo, 1987) que La escena muestra un personaje hincado en una
fueron parte del importante sistema de drenaje y de sus piernas: es un hombre-jaguar-hombre. Al
servían para desalojar el agua desde los patios de los mirarlo esta correspondencia es inmediata, pues los
conjuntos departamentales. Por su parte, los espacios rasgos que determinan al individuo no sólo son
procesionales y las grandes plazas formaron parte zoomorfas, sino que sus proporciones están
gran del proyecto funcional que permitió la humanizadas: siete cabezas a una, lo que resulta de
convivencia de poblaciones de distintos lugares de unos brazos y piernas largas. Pero este ser tiene
Mesoamérica: “El ambiente edificado imitaba al cabeza y garras de jaguar. Su cuerpo, recubierto por
natural de otra manera, al imponer una cuadrícula una red en azul y rojo que se entrelaza, se inclina
sobre la tierra que controlaba el flujo de la gente pero hacia adelante en una actitud reverencial, frente a un
que también controlaba el flujo del agua. El agua era templo teotihuacano, cuya característica más notable
un elemento esencial en el Valle de Teotihuacan, y los es que además de ser un templo teotihuacano con
teotihuacanos acentuaban su importancia en las talud y tablero, presenta la piel amarilla con machas
representaciones de los principios sagrados” (Toby, negras del jaguar: es el Templo del Jaguar. Las huellas
2018). del hombre-jaguar se encaminan junto y enmedio de
La cita pertenece a Susan Toby quien publica un una canal acuático pintado en azul, hacia el recinto,
artículo magistral en que da cuenta de la trascendencia cuya entrada es un enorme cuerpo de agua (Figura 5).
de los nexos y las interconexiones que ocurren El individuo muestra una parafernalia singular,
precisamente a la luz del fenómeno teotihuacano y su que se vincula con los atributos de poder, y que
manejo de lo acuático e hidráulico, como eje de sugiere también el posible uso de disfraces para la
prácticas religiosas y sociales (como las celebración de danzas y rituales específicos. Toda la
peregrinaciones) ordenadas desde la planeación imagen se convierte en una suerte de escenografía, en
misma de la ciudad que sin duda tienen características la que destacan a nuestro juicio tres particularidades
continentales: “Los teotihuacanos fueron adoradores que queremos destacar:
del agua desde la fundación de la ciudad, y cuando a) el protagonismo del hombre-jaguar; b) los
ésta evolucionó también lo hicieron sus concepciones espacios sagrados de culto (templo) y su celebración
de cómo el agua podía ser controlada. Su programa (reverencia); y c) el agua como el elemento que enlaza
hidrológico implicaba tanto la veneración de el discurso, vista en el(los) canal(es), en el impluvium
deidades como la imposición de esquemas prácticos de entrada al templo y en el diseño del fondo de la
para controlar el flujo del agua desde las fuentes escena, en el que las dobles líneas diagonales y los
naturales. En este esfuerzo, la famosa disposición en elementos que se proyectan en ángulo se han
cuadrícula de la ciudad cumplía dos propósitos: interpretado como lluvia/tormenta (Ruiz Gallut,
establecer un sistema de drenaje y suministrar un 2003).
campo de acción para el culto, como las procesiones La imagen del jaguar que se comparte con un ser

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Figura 5. Hombre-jaguar de Tetitla, Teotihuacan, (dibujo de Aureliano Sánchez, en Beatriz de la Fuente, 1996: 43;) detalles del mural
(Tomadas de Miller, 1973: 152).

humano, fusiona aquí una totalidad de condiciones jaguar, denominada como “El ídolo” al momento de
que se expresan entre el templo, las calles y el propio su hallazgo, y que denota la antigüedad del culto que
ritual, manifiesto como titular de las condiciones involucra al hombre-jaguar en este lugar (Onuki,
escenográficas sagradas, que podemos resumir en las 2008).
siguientes categorías narrativas: Los templos de este periodo fueron enterrados, y
Tema: hombre-jaguar. en un segundo momento se construyó, en una escala
Contexto: el culto al agua y uno de sus rituales/ totalmente distinta a las edificaciones anteriores, el
celebración. Espacio de congregación para la Templo de Kuntur Wasi, que le da nombre a esta fase
celebración del ritual. Ciudad cosmopolita de (800 a 550 a.C) y al sitio mismo. En este período, el
Teotihuacán. Presencia y relación de canales y cerro sufrió una modificación para poder levantar una
cuerpos de agua. Relación con la agricultura. gran plataforma que se elevaba a casi 12m de altura
Construcción de la imagen: cuerpo con forma y (Onuki, 2008). Con una fachada de más de 140m, la
proporciones de hombre; cabeza, garras de y cola de plataforma principal estaba sostenida en sus cuatro
jaguar; atributos de alta jerarquía (Figura 6). lados por muros de piedra de 8.5m de altura (Kato,
2014: 160) y tenía una escalera central de acceso de
La doble singularidad de Kuntur Wasi 11m de ancho. En la cima se construyó un conjunto
ceremonial, diseñando en forma de ´U´ y con una
El sitio de Kuntur Wasi se localiza a 2300 msnm, plaza cuadrangular hundida, rodeada por tres
en la entrada occidental de la cordillera de los Andes, plataformas, dispuestas también como parte de la
en el departamento de Cajamarca. Su historia secuencia de distribución para visita al lugar. Había
pertenece a las fases Formativo Medio y Tardío, y su una plaza pentral, de 24m por lado, una plataforma
cronología abarca del 950 a.C. hasta el 800 d.C. central de 15x24m y una plaza circular de 15.6m de
(Onuki, 2008; Kato, 2014). Se ubica en la cima diámetro como parte de este grupo de construcciones,
aplanada de un cerro sobre el cual se construyeron en que integran asimismo conjuntos de plataformas con
distintas etapas tres templos, plataformas y plazas patio (Onuki, 2008; Kato, 2014).
pintadas de color blanco. Por debajo de la Central, se localizaron entierros
La primera parte de tal cronología corresponde a con objetos de oro: coronas con rostros humanos y de
la llamada Fase Ídolo (950-800 a.C.), a la que jaguar, placas y objetos de piedra y de cerámica:
pertenece una escultura hecha en barro que semeja el “Estas tumbas [4] consisten de un pozo de 1,5 metros
cuerpo de ser humano con la cabeza y belfos de de diámetro y 2,5 metros de profundidad con una

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Figura 6. Tetitla, proporciones de siete cabezas a una (dibujo de Francisco León) y reverencia del hombre-jaguar al Templo del jaguar
(Tomado de Villagra en Beatriz de la Fuente, 1996: 41).

cámara lateral en el fondo del pozo”. (Onuki, 1997). siete esculturas en piedra con imágenes referenciales
La estructura de estos depósitos funerarios de zoomorfismo/antropomorfismo, y a la intención de
recuerda ciertamente a las tumbas de tiro del mostrarlo en la congregación y circulación de
Occidente de México. personas: “las esculturas grandes del Templo de
A todas éstas se suma una de características más Kuntur Wasi se colocaron en el eje principal desde la
notables de Kutur Wasi: el programa constructivo del Escalera Central hasta la Plataforma Central, para lo
sitio incluyó un importante manejo del agua en cual se consideró el flujo de la gente que se acercaba
canales y vertederos con el objetivo de construir una al centro del templo”. (Kato, 2014: 163).
escenografía simbólica: “Existía un sistema de De tal forma que al aproximarse al Templo por la
canales subterráneos que empezaban desde algunas Escalera central, la distribución escultórica tenía un
plazas pasando por debajo de los edificios y se unían objetivo perfectamente estructurado. Tanto de subida
entre sí. Finalmente el agua salía afuera por la como en el descenso, la ubicación de las esculturas de
reguera lateral de la Escalera Central o de las bocas jaguares y de pinturas murales con la imagen de un
instaladas en el muro exterior”. (Kato, 2014: 60). jaguar acompañado de serpientes, servía como
Los visitantes subían a la Plataforma Principal preparación de entrada al lugar y recordaba la
por terrazas ubicadas en el lado noreste. dedicación del espacio de culto. Haciendo referencia a
Todos estos espacios abiertos, organizados sobre ello, todo el lugar estaba dedicado a sublimar a la
el eje de una línea con dirección de noreste a suroeste, relación entre el ser humano y el felino.
daban sentido al programa iconográfico de la serie de De este contexto, nos interesa enfocar la mirada

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en el hombre-jaguar, o lo que se le llama Monolito 1.


Para Kuntur Wasi, la extraordinaria forma de resolver
en un solo objeto de culto trabajado por ambas caras,
resume con toda claridad que el propósito de su
presencia cumple con las condiciones sociales de
organización y consagración del espacio. Se trata de
una escultura que se resuelve de forma vertical,
esculpida en relieve por sus dos lados. En ambos, un
personaje de características primordialmente
antropológicas se sostiene de pie. Nos referimos tanto
a su posición erguida como a las proporciones de su
imagen, que se construye con cabeza, cuerpo y
extremidades, es decir con brazos y piernas (Figura 7).
En las dos figuras y de manera común, un ancho
cinturón divide la representación por la mitad. Para su
definición llamaré a la primera superficie hombre- Figura 7. El hombre-jaguar-hombre de Kuntur Wasi (Tomado de
jaguar y a la segunda jaguar-hombre, argumentado Onuki, 2008).
sobre los atributos mayormente notables, sin
subestimar que la carga simbólica reside en lo que en el resto de la cara. Una cadena de volutas enmarca
considero una ambivalencia en las dos. Describo su rostro, cuya nariz es humana. La boca se conforma
entonces los aspectos particulares de cada por una franja rectangular, de la que emergen los
personificación: colmillos felinos.
1. Esta es la cara que se mira camino al Templo, Con respecto a lo que proyecta este lado del
es el hombre-jaguar: lo defino así porque tiene brazos, monolito, nos parece que un individuo está dentro o
manos, piernas y pies. Su rostro se compone por una escondido detrás del primer plano en el que se
especie de máscara o placa bucal que termina resuelve el resto de la estela. La profundidad en el
horizontalmente a la altura de la nariz, que considero relieve de los ojos produce un plano que resulta
es de felino. Muestra anteojeras y cinco dientes intimidante en cuanto es el más bajo y crea la
humanos que se miran debajo de una bigotera que sensación de una mirada humana: ¿nagual?
tapa la boca, la cual tiene los extremos vueltos hacia Curiosamente una parte del diseño de este rostro nos
adentro y que recuerda, sin duda, a la que porta la remite a otros semejantes del propio Perú, así como a
deidad conocida en Mesoamérica como Tláloc. una pieza extraordinaria, expuesta en el Museo
Quizás a manera de colmillos, sendas serpientes Nacional de Arqueología del Ecuador, perteneciente a
surgen por debajo de la bigotera. Con sus brazos la cultura La Tolita, en la que los ojos de un jaguar
flexionados, descansa su mano derecha sobre la sedente se miran con las mismas características que la
izquierda y toma con ellas un largo bastón que corre descrita: la serpiente proyectada es el ojo izquierdo de
hasta la parte baja de la imagen, entre los pies, que se la imagen.
observan divergentes. Cabe señalar que este objeto La reflexión de Onuki corre paralela con la
termina en forma de flecha, y que, desde nuestro unidad temática que concierne al hombre-jaguar y el
punto de vista, es más similar a una coa que a un rayo, contexto de su presencia, que comulga con el culto al
aunque entre ambas lecturas existen, ciertamente, agua: “De momento, debe decirse que es muy
correspondencias y equivalencias tanto visuales como probable que el Monolito 1 sea la representación de
metafóricas, que tienen que ver con la lluvia y/o la la integración de dos oposiciones en una sola cara. El
agricultura (Figura 8). personaje con lanza parece reiterar la idea de que el
2. Cara de la estela o monolito 1 observable en la rayo es una «lanza» arrojada por el dios del trueno
bajada del Tempo (Kato, 2014: 164). El jaguar- de los mitos de la época inca, recogidos por los
hombre: muestra también brazos y las piernas están españoles…. Resta saber si la pequeña cabeza
cruzadas, pero aquí dichas extremidades son más humana constituía una ofrenda o un sacrificio
cortas y rematan, no en manos ni pies, sino con garras dedicado a algún dios para que controlara la lluvia.
de felino. Tiene los brazos doblados al frente y las Es tentadora la idea de que el Monolito 1 pudiera
manos (garras) están entrelazadas al centro, en medio haber sido la deidad máxima o el principio
de las que se mira un pequeño disco con un rostro fundamental que controlaba el balance entre las dos
humano, formado por dos círculos y una especie de oposiciones de la estructura del universo en la
boca. El rostro del personaje es conspicuo. El ojo cosmología andina de esta época. La naturaleza está
izquierdo es circular y se forma por el cuerpo de una sobre el balance de estas dos oposiciones, así como lo
serpiente que se proyecta en diagonal hacia arriba. Su están las estaciones de sequía y de lluvia. El agua, en
ojo derecho es un rectángulo. Es un ojo humano, que general, es muy importante para la vida agrícola, por
se distingue en un nivel más profundo del relieve lo que es de suponer que el rito para el control de la
esculpido, y una serie de lo que parece pelaje se mira lluvia tenía el máximo valor en el templo de Kuntur

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Figura 8. Imagen en la que observa a Tláloc, Dios de la lluvia, usando un instrumento de labranza llamado coa, azadón o huictli, y en la que
aparecen los campos sembrados de maíz que se alternan con cuerpos de agua (Códice Borgia, 1980, Lám. 20).

Wasi.” (Onuki, 2008). Cabe añadir la existencia de tumbas en forma de


Luego de considerar y sintetizar lo que hemos bota (¿tumbas de tiro?) que fueron construidas por
recuperado de la fantástica historia de Kutur Wasi, debajo de la Plataforma Central, presentes en esta fase
existen datos importantes que nos permiten y en la siguiente llamada Fase Copa (550 a 250 a.C),
contextualizar de manera más amplia lo que añade a la así como de entierros de individuos provenientes de la
doble escultura del hombre-jaguar-hombre. costa, indicadores que deben ser analizados con una
Se trata de datos que señalan su preeminencia mirada más acuiciosa y desde la perspectiva ampliada
como centro religioso del área, que adquirió un papel del tema religioso.
preponderante en la región precisamente durante la De tal manera, asumimos que visto desde el
fase Kuntur Wasi: “Especialmente para el 800 a.C, en monolito 1, se sintetiza la idea de un alter ego entre
el momento de la construcción del templo Kuntur hombre y animalidad, presente en la interacción de
Wasi, muchos recursos foráneos fueron introducidos. todas las imágenes con los espectadores, y podemos
El cinabrio utilizado para el entierro en las tumbas reflexionar con ello sobre la narrativa escenográfica
especiales era un producto de Huancavelica en la del plan maestro en Kutur Wasi en las siguientes
sierra central del Perú. El lugar de procedencia de categorías:
los strombus y spondylus era la costa ecuatoriana. El Tema: hombre-jaguar.
recurso del lugar más remoto era la sodalita, Contexto: el culto al agua y sus consagraciones.
procedente del Cerro sapo en la sierra Espacio de congregación diseñado para la celebración
boliviana” (Kato, 2014: 168). del ritual. Centro Cosmopolita de Kuntur Wasi.
Ciertamente, las materias y productos llegados Presencia y relación de canales y cuerpos de agua
desde la Amazonía, las costas y sierras ecuatorianas y construidos en el plan original. Relación con la
peruanas, así como de Bolivia, dan cuenta su agricultura. Sitio con características especiales para la
naturaleza sagrada, y por cuanto a ella, de la celebración del ritual. Vinculación con lo acuático por
distinción popular como un espacio cosmopolita de medio de la existencia/presencia de canales,
convocatoria religiosa, vinculada al agua: “Estos siete probablemente de irrigación para la práctica de la
monolitos de hombre Jaguar tenían un significado en agricultura.
conjunto dada su colocación en serie. Aunque es Construcción de la imagen: cuerpo con forma y
difícil descifrar el mensaje de los monolitos, podemos proporciones de hombre; presencia de cabeza y garras
entender las características del método de de jaguar; se vincula con los ritos agrícolas por medio
comunicación. Estos monolitos fueron diseñados de de la existencia de canales de agua en el sitio mismo y
forma tal que los visitantes ven en una información la intención de enfatizar esta función por medio de la
parcial en cada monolito y sólo al final presencia de la coa que uno de los personajes sostiene
comprendieran la imagen total. Por lo tanto se puede entre sus manos (Figura 9).
decir que se introdujo el monolito como método para
transmitir más eficazmente un mensaje religioso, ya Consideraciones finales
que las esculturas de piedra permitían sistematizar
varias expresiones. Los mensajes religiosos estaban Lo analizado muestra que existen, entre los dos
incorporados en la estructura total del templo y por ejemplos seleccionados, configuraciones particulares
tal razón el templo mismo era una gran obra de arte que producen una imagen que puede compararse, no
Monumental”. (Kato, 2014: 165). sólo en términos de temáticas y contextos, sino que
ambos casos guardan la condición de mantener las

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y el ejercicio de los desdoblamientos, el nahualismo,


que ciertamente pervive entre las comunidades
indígenas actuales.
En el mundo indígena, la aparición del felino, del
jaguar en particular y sus figuraciones es constante y
permanente. Habrá que recordar aquí, como una
muestra extraordinaria más de entre los cientos de
tales presencias, el conjunto escultórico salvadoreño
al que Federico Paredes nombra como “cabezas de
jaguar” (Paredes Umaña, 2014).
En las muchas ocurrencias, este animal se vincula
con la tierra y el cielo, con la tierra, y también con el
agua y la autoridad: “Ello significa que sus cualidades
y sus respectivas conversiones simbólicas se atreven a
transgredir todos los ámbitos de sociedades que se
corresponden en los niveles de un pensamiento
filosófico que se traduce en la práctica religiosa,
vinculada vigorosamente al la vida comunitaria y sus
muchas regulaciones” (Ruiz Gallut y Arellano, 2018).
La apuesta fundamental fue la de crear un
universo escenográfico-significante que para
Teotihuacán es el ordenamiento de la ciudad, su
administración y control del agua, de calles con
canales y sistemas otli-apantli (Angulo, 1987), y la
generación de entidades sagradas relacionadas con el
Figura 9. Hombre-jaguar de Kuntur Wasi, Dibujo Emilia Raggi, funcionamiento vital de una sociedad. Ello se mira en
2019 (Tomado y modificado de Burger, en Ugalde, 2006). el mural que analizamos, en donde además se enfatiza
relaciones entre sí, sin perder su sentido simbólico y la existencia, como lugar reverencial, del Templo
práctico por lo que, siguiendo a Llorente (2013: 437), teotihuacano y ancestral del jaguar. En ese mismo
es posible considerarlas como unidades que conservan sentido para Kutur Wasi, el discurso iconográfico de
una estabilidad y una continuidad histórica, que las esculturas que armonizan sus voces en torno a la
ofrecen la oportunidad de hacer adaptaciones sin que felinidad, atiende a la necesidad de articular las
dicha unidad se distorsione. Se trata del gran tema del fortalezas de la religión: “Los cuatro monolitos, los
culto al agua, que en este caso se vale de la imagen canales subterráneos y las salidas llevan a suponer
metafórica del hombre-jaguar como su traductor/ que el conjunto arquitectónico de la cima fue la fuente
ejecutor el cual, por ende, se puede considerar mítica del agua y el lugar en donde se realizaban
también como un tema en sí mismo. Estas cualidades actividades rituales relacionadas con el control del
le posibilitan tender puentes atemporales y a grandes agua y la lluvia” (Onuki, 2008: 212).
distancias que promueven acciones sociales similares, Cabe ahora la reflexión sobre la pertinencia de
las que se fundan de nuevo de manera permanente y continuar nombrando y separando, en el espacio
son readaptadas y recreadas en los espacios, tanto continental a sociedades que en sus principios
geográficos como arquitectónicos y que finalmente les identitarios han tejido redes indestructibles de
otorgan una identidad en cuanto a la práctica religiosa vigorosas consonancias, alegorías que se reflejan y
y la celebración ritual. encuentran eco en todos los espacios que habita la
El diseño de un conjunto de templos, edificios, imagen del hombre-jaguar americano. Sus
plazas, avenidas, vías de circulación para la visita y la competencias se reúnen en sus figuraciones,
peregrinación al lugar de culto, el manejo y control manifiesto de profundas esencias que comulgan. Si
del agua, y uso de materiales provenientes de miramos en ello una idea que se fusiona de manera
territorios lejanos que denota una fortaleza autoritaria, semejante en sus distintas representaciones en tiempo
son herramientas de las que se allega el poder y espacio que se mueve entre la imagen simbólica y
sustentado en lo religioso como fenómeno las configuraciones culturales, nos asomamos a
comunitario. Tales características se observan de procesos civilizatorios que comparten líneas de
manera similar en las culturas que dan origen a los pensamiento paralelas.
ejemplos que presentamos. El doble yo, como se nombra a una serie
De otro lado, como un elemento que forma parte esculturas que pertenecen a la cultura San Agustín
del engranaje discursivo y de disciplina espiritual, la (800 d.C.), en Colombia resume, no sólo en la
sacralización de la propia imagen, y ciertamente de integración de sus formas sino en su definición
los ámbitos en que habita, propicia asimismo un aquello que, como una comunión suprema, totaliza en
quehacer que se organiza alrededor del conocimiento el hombre-jaguar-hombre americano, que se nos

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About the Author

María Elena Ruiz Gallut, Doctora en Historia


del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras de
la UNAM. Investigadora Asociada "C" del Insti-
tuto de Investigaciones Estéticas de la UNAM en
el área de Arte indígena en América y Profesora
de los Posgrados en Historia del Arte y en Estu-
dios Mesoamericanos de la Facultad de Filosofía
y Letras, UNAM. Sus líneas de investigación son:
Pintura mural de Teotihuacán, Tláloc, el Hom-
bre-Jaguar en el arte indígena americano y estudios comparativos
entre el arte mesoamericano y andino. Secretaria Académica del
Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM ( 2007 a 2009).
Directora del Centro de Estudios Teotihuacanos del INAH (1998-
2001). Coordinadora de las Mesas Redondas de Teotihuacán, IN-
AH (1999, 2000, 2003 y 2005). Responsable desde 2008 a la fecha
de cuatro proyectos: Tras las huellas de Teotihuacán: el emblema
de Tláloc en Mesoamérica; Tláloc y las entidades de la lluvia en la
América indígena; Entidades acuáticas en América: las primeras
sociedades y El culto al agua en las sociedades indígenas america-
nas (en curso). Autora de diversos textos sobre los temas menciona-
dos y sobre Arqueoastronomía prehispánica. Libro reciente como
coordinadora: “Alrededor de la lluvia. Imágenes pasadas y presen-
tes en América” (2016). Directora de tesis tanto de nivel licenciatu-
ra como de posgrado. Participación y organización de Congresos,
Coloquios y Mesas Redondas, tanto en México como en el extranje-
ro, entre ellos: Coloquio Internacional “Antepasados en la América
indígena: Mitos, ritos e imágenes”, realizado en Lima, Perú (2016),
y la segunda emisión del Coloquio sobre Tláloc, en El Salvador
(2016) y Iconografía y oralidad del culto al agua en América, Anti-
gua Guatemala (2017). Organizadora y curadora de exposiciones
sobre Tláloc (Zona arqueológica de Teotihuacán 2010; El Salvador
2014 y 2106; San Antonio Tx. 2014 ; Seattle 2015 y Guatemala
2017.

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