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Armonias - o - Discordancias - Teotihuacan y Kuntur Wuasi
Armonias - o - Discordancias - Teotihuacan y Kuntur Wuasi
International Journal of South American Archaeology - IJSA (eISSN 2011-0626), (eISP 0840-2912-4861)
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Abstract
The acculturation processes that implies the development of identity values are manifested in the organization of
understanding and explanation systems of the world. They support the practices that order social action, and that at the same
time are genesis of ideas and consequent behaviors that are articulated in the philosophical structures of human groups. From
this, the approach to certain particularities of American Indian thought, which relate to similar traditions, is analyzed here
through two cases of artistic production, one Mesoamerican and the other Andean. It is the allegorical image of the jaguar-man,
who reveals in his sacred and emblematic nature an organization of equivalent visual constructions, whose behavior and
condition can be contrasted. The permanence of this image in indigenous America, formally constituted with singularities of
the human and feline anatomies, coincides with inheritance and long-term exchanges. In that sense, the examples that come
from Teotihuacán, in the Mexican Central Highlands and Kuntur Wuasi, in the Peruvian Andes allow us, from art, to address
for analysis an intellectual construction that can be considered as continental, since it exhibits in the representations of the
jaguar-man, a parallel that pertains to its symbolic dimensions. Copyright © Syllaba Press International Inc. 2007-2019. All
rights reserved ®.
Keywords: Jaguar-man, Teotihuacán, Kuntur Wasi, Indigenous art, Worldview, Cultural parallelism.
Resumen
Los procesos de aculturación que implican el desarrollo de valores identitarios, se manifiestan en la organización de
sistemas de comprensión y explicación del mundo. En ellos se sostienen las prácticas que ordenan el proceder social, y que al
mismo tiempo son génesis de idearios y conductas consecuentes que se articulan en las estructuras filosóficas de los grupos
humanos. A partir de ello, el acercamiento a determinadas particularidades del pensamiento indígena americano que se
relacionan con tradiciones similares, se analizan aquí a través dos casos de producción artística, uno mesoamericano y otro
andino. Se trata de la imagen alegórica del hombre-jaguar, que revela en su naturaleza sagrada y emblemática una organización
de construcciones visuales equivalentes, cuyo comportamiento y condición pueden ser contrastados. La permanencia de dicha
imagen en América indígena, constituida de manera formal con singularidades de las anatomías humana y felina, coincide con
herencias e intercambios de largo aliento. En ese sentido, los ejemplos que provienen de Teotihuacán, en el Altiplano central
mexicano y de Kuntur Wuasi, en los Andes peruanos nos permiten, desde el arte, abordar para su análisis una construcción
intelectual que puede ser considerada como continental, puesto que exhibe en las representaciones del hombre-jaguar, un
paralelismo que atañe a sus dimensiones simbólicas. Copyright © Syllaba Press International Inc. 2007-2019. All rights
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Palabras clave: Hombre-jaguar, Teotihuacán, Kuntur Wasi, Arte indígena, Cosmovisión, Paralelismo cultural.
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La figura híbrida/mixta/mezclada/combinada,
vista como una de las grandes presencias que se
reitera y reproduce en todos los ámbitos de la América
indígena, se construye sin duda con semejanzas y
diferencias regionales, pero se organiza mayormente
con funciones de identidad que comulgan en la
cosmología que abre los espacios geográficos y
atemporales que integran a los dos hemisferios del
continente.
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Figura 4. Mapas de ubicación de Teotihuacán, México (Tomado de Miller, 1973) y Kuntur Wasi, Perú (Modificado de Onuki, 2008).
tiempo y espacio, y que tales cualidades funcionan de filosóficas de la religión, en donde actúa como
la misma manera en contextos culturales similares. conciliador de realidades (Ruiz Gallut, 2016). A
Tal reflexión se ordena entonces de la siguiente propósito de ello, los dos ejemplos que aquí tomamos
forma: se muestran -desde nuestro punto de vista- de gran
1. Unidad temática: reconocimiento de que existe pertinencia en este trabajo, ya que provienen de
una voz que comparten los casos a revisar: la imagen sociedades distantes en tiempo y espacio, de las cuales
del hombre-jaguar como uno de los grandes temas su primera condición similar es que ambas son
vinculantes en el núcleo duro. producto de culturas indígenas americanas del pasado.
2. Contexto: determinación de las circunstancias Son representaciones, una en pintura mural y la
en la que aparece el hombre-jaguar. Nos referimos a otra en escultura en piedra que cumplen de forma
su ubicación espacial, a sus relaciones con el entorno sugerente las categorías de estudio que señalamos
geográfico y edificado, y la creación de aspectos y antes.
elementos culturales que apoyen la identificación del La primera pertenece al arte pictórico
tema. teotihuacano. Se trata del llamado hombre-jaguar del
3. Definición e integración de la forma: conjunto arquitectónico de Tetitla, sin duda una de las
herramientas de la historia del arte, lo que Amador obras maestras de la muralística de Teotihuacán, en
llama “la lógica imaginaria específica” (Amador, México, y de una singular escultura en piedra que
2008), es decir, elementos constitutivos de la imagen representa asimismo a un felino humanizado que
y sus proporciones, técnicas, materiales. corresponde al sitio preincaico de Kuntur Wuasi, en la
4. Comparaciones transculturales: sobre los zona norte de Perú. Ambas responden a un principio
criterios anteriores, la revisión de semejanzas, organizador (Amador, 2008) que recae, en los dos
presencias, ausencias, paralelismos. casos, en una iconografía de valores estilísticos y
Presumimos que sobre estos apoyos analíticos es, estéticos propios, pero que corre paralela en los rasgos
en la medida de lo posible, aportar una reflexión que filiatorios de su construcción: describimos pues las
pondera la universalidad de una imagen, que comulga imágenes para enfocarlos (Figura 4).
de ideas que comparten los indígenas de América.
Teotihuacán y el hombre jaguar de Tetitla
Teorización desde dos extremos: los hombres-
jaguar de Teotihuacán y Kutur Wasi Es entre el siglo IV y el siglo V d.C. cuando la
sociedad que se desarrolló en Teotihuacán alcanzó sus
El lenguaje visual, como medio de transmisión, se niveles más altos de expresión cultural. Para la
traduce en una congregación cultural que se incorpora cronología del altiplano central, las fechas
como herramienta de conocimiento a las vertientes corresponden a los momentos intermedios del período
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Clásico, cuando muchas otras ciudades de de creyentes que suplicaban a la tierra a su alrededor
Mesoamérica están en el proceso final de la y a los cielos arriba de ellos.” (Toby, 2018).
construcción y afianzamiento de sus identidades, o En este contexto, el culto al agua y sus
bien han desplegado ya el andamiaje sobre el que correspondencias con la generación de dioses, con el
asentaron sus sistemas de organización social. Sin culto a la montaña y la cueva, responden a los grandes
embargo, este es el periodo en el que Teotihuacán temas de la voluntad discursiva del ejercicio del
tiene una presencia realmente importante fuera de su poder. La profusa veneración a Tláloc, deidad
propio territorio, en el que elementos, formas y conspicua del pensamiento religioso mesoamericano
significados y con ello ideas corren a lo largo de otros que genera y acompaña ciertamente dicho culto, se
espacios y son usadas en maneras que hoy no suma a los muchos acontecimientos del jaguar que se
terminamos de aclarar. Pero cierto es que dicha asocian con ello. Para Teotihuacán, el felino
presencia es indiscutible en términos de la manchado forma parte de la práctica social de una
transferencia de imágenes, así como en aspectos que poderosa autoridad que se sustenta -y se observa- en
son reconocibles, entre otras cosas, por la la producción artística. Manifiesta en una larga parte
implementación de modos arquitectónicos de la tradición del arte de la metrópoli, la imagen
provenientes de la urbe central, una ciudad modelo en metafórica se transforma hacia el final de la historia
la que el control y manejo del agua fue uno de los de sus representaciones, y el artista teotihuacano
aspectos de mayor relevancia urbanística, lo que sin sustituye las manchas de la piel por una especie de red
duda le valió parte de su fama como el centro que cubre su cuerpo. Este elemento, la red,
cosmopolita en el que se convirtió. ciertamente significativo, se convierte inclusive en
Este fenómeno metropolitano de largo alcance signo para definir en la narrativa visual al animal: es
incluyó, además de la organización espacial en la abstracción del jaguar enredado. Con esto en mente
grandes plazas públicas y recintos privados, de ciudad/espacios sagrados/procesiones/culto al agua/
avenidas y unidades habitacionales, la construcción de jaguar, nos acercaremos al Mural 8 de la llamada
calles con canales de agua (caminos de agua), Cámara del Hombre-Jaguar de Tetitla.
denominados como otli-apantli (Angulo, 1987) que La escena muestra un personaje hincado en una
fueron parte del importante sistema de drenaje y de sus piernas: es un hombre-jaguar-hombre. Al
servían para desalojar el agua desde los patios de los mirarlo esta correspondencia es inmediata, pues los
conjuntos departamentales. Por su parte, los espacios rasgos que determinan al individuo no sólo son
procesionales y las grandes plazas formaron parte zoomorfas, sino que sus proporciones están
gran del proyecto funcional que permitió la humanizadas: siete cabezas a una, lo que resulta de
convivencia de poblaciones de distintos lugares de unos brazos y piernas largas. Pero este ser tiene
Mesoamérica: “El ambiente edificado imitaba al cabeza y garras de jaguar. Su cuerpo, recubierto por
natural de otra manera, al imponer una cuadrícula una red en azul y rojo que se entrelaza, se inclina
sobre la tierra que controlaba el flujo de la gente pero hacia adelante en una actitud reverencial, frente a un
que también controlaba el flujo del agua. El agua era templo teotihuacano, cuya característica más notable
un elemento esencial en el Valle de Teotihuacan, y los es que además de ser un templo teotihuacano con
teotihuacanos acentuaban su importancia en las talud y tablero, presenta la piel amarilla con machas
representaciones de los principios sagrados” (Toby, negras del jaguar: es el Templo del Jaguar. Las huellas
2018). del hombre-jaguar se encaminan junto y enmedio de
La cita pertenece a Susan Toby quien publica un una canal acuático pintado en azul, hacia el recinto,
artículo magistral en que da cuenta de la trascendencia cuya entrada es un enorme cuerpo de agua (Figura 5).
de los nexos y las interconexiones que ocurren El individuo muestra una parafernalia singular,
precisamente a la luz del fenómeno teotihuacano y su que se vincula con los atributos de poder, y que
manejo de lo acuático e hidráulico, como eje de sugiere también el posible uso de disfraces para la
prácticas religiosas y sociales (como las celebración de danzas y rituales específicos. Toda la
peregrinaciones) ordenadas desde la planeación imagen se convierte en una suerte de escenografía, en
misma de la ciudad que sin duda tienen características la que destacan a nuestro juicio tres particularidades
continentales: “Los teotihuacanos fueron adoradores que queremos destacar:
del agua desde la fundación de la ciudad, y cuando a) el protagonismo del hombre-jaguar; b) los
ésta evolucionó también lo hicieron sus concepciones espacios sagrados de culto (templo) y su celebración
de cómo el agua podía ser controlada. Su programa (reverencia); y c) el agua como el elemento que enlaza
hidrológico implicaba tanto la veneración de el discurso, vista en el(los) canal(es), en el impluvium
deidades como la imposición de esquemas prácticos de entrada al templo y en el diseño del fondo de la
para controlar el flujo del agua desde las fuentes escena, en el que las dobles líneas diagonales y los
naturales. En este esfuerzo, la famosa disposición en elementos que se proyectan en ángulo se han
cuadrícula de la ciudad cumplía dos propósitos: interpretado como lluvia/tormenta (Ruiz Gallut,
establecer un sistema de drenaje y suministrar un 2003).
campo de acción para el culto, como las procesiones La imagen del jaguar que se comparte con un ser
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Figura 5. Hombre-jaguar de Tetitla, Teotihuacan, (dibujo de Aureliano Sánchez, en Beatriz de la Fuente, 1996: 43;) detalles del mural
(Tomadas de Miller, 1973: 152).
humano, fusiona aquí una totalidad de condiciones jaguar, denominada como “El ídolo” al momento de
que se expresan entre el templo, las calles y el propio su hallazgo, y que denota la antigüedad del culto que
ritual, manifiesto como titular de las condiciones involucra al hombre-jaguar en este lugar (Onuki,
escenográficas sagradas, que podemos resumir en las 2008).
siguientes categorías narrativas: Los templos de este periodo fueron enterrados, y
Tema: hombre-jaguar. en un segundo momento se construyó, en una escala
Contexto: el culto al agua y uno de sus rituales/ totalmente distinta a las edificaciones anteriores, el
celebración. Espacio de congregación para la Templo de Kuntur Wasi, que le da nombre a esta fase
celebración del ritual. Ciudad cosmopolita de (800 a 550 a.C) y al sitio mismo. En este período, el
Teotihuacán. Presencia y relación de canales y cerro sufrió una modificación para poder levantar una
cuerpos de agua. Relación con la agricultura. gran plataforma que se elevaba a casi 12m de altura
Construcción de la imagen: cuerpo con forma y (Onuki, 2008). Con una fachada de más de 140m, la
proporciones de hombre; cabeza, garras de y cola de plataforma principal estaba sostenida en sus cuatro
jaguar; atributos de alta jerarquía (Figura 6). lados por muros de piedra de 8.5m de altura (Kato,
2014: 160) y tenía una escalera central de acceso de
La doble singularidad de Kuntur Wasi 11m de ancho. En la cima se construyó un conjunto
ceremonial, diseñando en forma de ´U´ y con una
El sitio de Kuntur Wasi se localiza a 2300 msnm, plaza cuadrangular hundida, rodeada por tres
en la entrada occidental de la cordillera de los Andes, plataformas, dispuestas también como parte de la
en el departamento de Cajamarca. Su historia secuencia de distribución para visita al lugar. Había
pertenece a las fases Formativo Medio y Tardío, y su una plaza pentral, de 24m por lado, una plataforma
cronología abarca del 950 a.C. hasta el 800 d.C. central de 15x24m y una plaza circular de 15.6m de
(Onuki, 2008; Kato, 2014). Se ubica en la cima diámetro como parte de este grupo de construcciones,
aplanada de un cerro sobre el cual se construyeron en que integran asimismo conjuntos de plataformas con
distintas etapas tres templos, plataformas y plazas patio (Onuki, 2008; Kato, 2014).
pintadas de color blanco. Por debajo de la Central, se localizaron entierros
La primera parte de tal cronología corresponde a con objetos de oro: coronas con rostros humanos y de
la llamada Fase Ídolo (950-800 a.C.), a la que jaguar, placas y objetos de piedra y de cerámica:
pertenece una escultura hecha en barro que semeja el “Estas tumbas [4] consisten de un pozo de 1,5 metros
cuerpo de ser humano con la cabeza y belfos de de diámetro y 2,5 metros de profundidad con una
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Figura 6. Tetitla, proporciones de siete cabezas a una (dibujo de Francisco León) y reverencia del hombre-jaguar al Templo del jaguar
(Tomado de Villagra en Beatriz de la Fuente, 1996: 41).
cámara lateral en el fondo del pozo”. (Onuki, 1997). siete esculturas en piedra con imágenes referenciales
La estructura de estos depósitos funerarios de zoomorfismo/antropomorfismo, y a la intención de
recuerda ciertamente a las tumbas de tiro del mostrarlo en la congregación y circulación de
Occidente de México. personas: “las esculturas grandes del Templo de
A todas éstas se suma una de características más Kuntur Wasi se colocaron en el eje principal desde la
notables de Kutur Wasi: el programa constructivo del Escalera Central hasta la Plataforma Central, para lo
sitio incluyó un importante manejo del agua en cual se consideró el flujo de la gente que se acercaba
canales y vertederos con el objetivo de construir una al centro del templo”. (Kato, 2014: 163).
escenografía simbólica: “Existía un sistema de De tal forma que al aproximarse al Templo por la
canales subterráneos que empezaban desde algunas Escalera central, la distribución escultórica tenía un
plazas pasando por debajo de los edificios y se unían objetivo perfectamente estructurado. Tanto de subida
entre sí. Finalmente el agua salía afuera por la como en el descenso, la ubicación de las esculturas de
reguera lateral de la Escalera Central o de las bocas jaguares y de pinturas murales con la imagen de un
instaladas en el muro exterior”. (Kato, 2014: 60). jaguar acompañado de serpientes, servía como
Los visitantes subían a la Plataforma Principal preparación de entrada al lugar y recordaba la
por terrazas ubicadas en el lado noreste. dedicación del espacio de culto. Haciendo referencia a
Todos estos espacios abiertos, organizados sobre ello, todo el lugar estaba dedicado a sublimar a la
el eje de una línea con dirección de noreste a suroeste, relación entre el ser humano y el felino.
daban sentido al programa iconográfico de la serie de De este contexto, nos interesa enfocar la mirada
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Figura 8. Imagen en la que observa a Tláloc, Dios de la lluvia, usando un instrumento de labranza llamado coa, azadón o huictli, y en la que
aparecen los campos sembrados de maíz que se alternan con cuerpos de agua (Códice Borgia, 1980, Lám. 20).
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