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Reino de Quito Dos Hojas
Reino de Quito Dos Hojas
REINO DE QUITO
Se conoce como Reino de Quito a una supuesta confederación de pueblos amerindios que se
formó a partir del siglo XIII en el norte del actual Ecuador y cuya capital estaba enclavada en
Quito. Se cree que fue fundado por los indios caras, que habrían desembarcado en la costa
septentrional (en Manta) dirigidos por un sciri (jefe) llamado Caran. Tras vencer a los
habitantes del país, se instalaron en la zona de Quito, donde debieron mezclarse con los
quitus. Después fueron vencidos, hacia 1471, por el inca Túpac Inca Yupanqui, e incorporados
al Imperio inca por su hijo Huayna Cápac, que durante casi tres lustros dirigió las guerras
contra los grupos de la sierra ecuatoriana, entre ellos los quitus y caranquis, y fundó dos
ciudades importantes, Quito y Tomebamba, posiblemente sobre antiguas poblaciones
autóctonas.
CULTURA:
Según parece desprenderse de las antiguas tradiciones orales, durante la etapa prehispánica
floreció en el territorio del actual Ecuador una poesía indígena de la mano los amautas y
aravicos, que entonaban versos al compás del yaraví. Esta expresión poético-musical de la
sensibilidad aborigen tuvo decisiva importancia en las celebraciones agrícolas solares (Yamor,
Solsticio de verano, etc.) y en otros rituales vinculados a creencias míticas. Sin embargo, no se
han conservado testimonios escritos de estas manifestaciones por razón del carácter
eminentemente oral de las culturas autóctonas; tampoco se ha encontrado evidencia de las
mismas en las noticias de los Cronistas hispanos de la época.
Ya en el siglo XVIII, en la obra histórica del Padre Juan de Velasco se registran varias ideas
acerca de la vida cultural de lo que él dio en llamar << Reino de Quito >>, anexado al imperio
inca tras duras luchas.
Los indígenas celebraban numerosas fiestas cargadas de intenso espíritu ritual, que incluían la
música, los bailes, las gesticulaciones y el canto. Estas celebraciones guardaban relación con
el Sol y la Luna, el maíz, los difuntos, las hazañas y proezas de los antepasados de las
comunidades.
En la medida en que se desconocen las pautas para dar a esta rica producción simbólica una
denominación estética autóctona, se la ha considerado, desde moldes occidentales, como lírica
coral, épica funeraria y teatro.