el profanador de textos

Rudolf Steiner

a
antroposofía
Goethe
y su visión
índice
[p:]  prólogos
básica para
pedagogos
Rudolf Steiner
5
del mundo
[o:]  introdución [iii]
5
[i:]  la posición de Goethe en relación
con el desarrollo del pensar
occidental 7
[i:01]  Goethe y Schiller 7
[i:02]  la concepción platónica del mundo 9
[i:03]  las consecuencias de la visión platónico del mundo 13
[i:04]  Goethe y la visión platónica del mundo 18
[i:05]  personalidad y concepción del mundo 25
[i:06]  la metamorfosis de los fenómenos universales 32
[ii:]  las concepciones sobre la naturaleza y el desarrollo
de los seres vivos 41
[ii:01]  la teoría de la metamorfosis 41
[iii:]  observación del mundo del color 66
[iii:01]  los fenómenos del mundo de los colores 66
[iv:]  ideas sobre la evolución de la tierra y
los fenómenos atmosféricos 79
[iv:01]  ideas sobre la evolución de la tierra 79
[iv:02]  consideraciones sobre fenómenos atmosféricos 82
[v:]  Goethe y Hegel 84

GA006
[v:01]  Goethe y Hegel 84
[a:]  apéndices 87
[a:01]  nota a la nueva edición de 1918 87
[a:02]  observación posterior 89
elprofanador
el profanador de
de textos
profanador, ra.
(Del lat. profanãtor, -ōris).
1. adj. Que profana. U. t. c. s.
profanar.
(Del lat. profanãre).
1. tr. Tratar algo sagrado sin
el debido respeto, o aplicarlo
a usos profanos.
2. tr. Deslucir, desdorar, des-
honrar, prostituir, hacer uso
indigno de cosas respetables.
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Todos los derechos reservados
Rudolf Steiner
textos primera pedeeficación:
enrto 10, 2022
confesiones de invierno con respecto a este libro
(¡siempre charly garcía debe estar presente!) actualizaciones:
Título: ‘Goethe y su visión del mundo‘
quiero a los libros —esos seres impresos en árboles muertos Autor: Rudolf Steiner
(o debería decir ‘asesinados’)— con ‘sagrado’ respeto, ISBN: 84-85370-66-x
pero resulta que muchas veces son inhallables… o hallables
a un precio inalcanzable. Título original: ‘Goethes Weltanshauung’ [GA006]
Traductores: Julia Hernández Sans/Rafael Martín Araujo
por eso me convierto en ‘profanador’: ‘deshonro,’ ‘prostitu-
yo’ la belleza del papel y transfiero la sabiduría a este nuevo Editorial: Editorial Rudolf Steiner
ser electrónico. Sin fecha de impresión.
es verdad: dejo sin pan a quien lo creó. pero completo su
más profundo deseo: difundir su conocimiento. para colaborar
(a mi tampoco me convencen estas ‘razones,’ son puro bla,
bla, bla.) Correcciones: para aportar correcciones a los textos, por favor, enviar un email a elprofa-
nadordetextos@yahoo.com, poniendo en el ‘Asunto:’ el nombre de la publicación y
en el cuerpo, el texto equivocado y el nuevo, con referencia de página. Gracias.
el diseño apaisado es para que sea fácil leerlo en el monitor
de la computadora o impreso en hoja A4, simple o doble faz. Dactilografiado: hay mucho material traducido en forma manuscrita que ‘desea’ ser public-
a fin de cuentas, millones de libros han sido leidos ‘fotoco- cado. Si quieren aportar el tiempo de datilografiado, por favor, enviar un email a elpro-
piados’ en ese formato. (en realidad, los más beneficiados fanadordetextos@yahoo.com, poniendo en el ‘Asunto: Tipear.’ Gracias.
son los que venden recargas truchas de cartuchos.)
GA / S- BM párrafos
Los libros escritos por Rudolf Los Boletines de Meto- Para facilitar las referencias
Steiner y las recopilaciones dología para los presentes y cruzadas, los párrafos son
de conferencias se catalogan futuros maestros Waldorf’ fueron identificados con un número (02)
según el ‘GA,’ ‘Gesamtaus- publicados por Juan Berlín desde o un número y una letra (02c) al
gabe’ [‘Edición Completa’]. México. inicio de los mismos.
Se ha intentado referir al GA Los artículos son identificados En todos los casos, el número
para evitar confusiones. La cita con el número de boletín y una indica el número de párrafo
‘[GAnnn:cc:pp]’ significa ‘párrafo letra según el orden de aparición correspondiente a la edición
pp’ de la ‘conferencia cc’ del GA en el mismo. La cita ‘[BM024c]’ alemana.
‘nnn.’ Hay más de 354 GAs. significa ‘el tercer artículo La letra representa una subdivi-
Cada conferencia se idenitica (letra c)’ del ‘boletín 24.’ sión de dicho párrafo, en caso
con la sigla ‘S-nnnn,’ ’Sch- En el caso de suplementos, se que ayude a la mejor identifica-
midt,’ apellido del autor del usa directamente la letra ‘s’: ción de los temas.
listado. Hay mas de 5.695. [bm011s].
[ga006] ii Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
acerca de este proyecto
una nota de el profanador de textos
Cuando Rudolf Steiner aceptó la invitación de
Emil Molt1 para dirigir la ‘Escuela Libre Waldorf ’
en Stuttgart en 1919 lo hizo bajo la condición de
que sólo él elegiría a los maestros.
Los seleccionó de entre los más destacados an‑
tropósofos de su entorno. Incluso, más adelante,
llegó a decir que “ya no tenía a quién elegir como
maestro.” Y a ellos les enseñó pedagogía.
En la actualidad, la mayoría de los que se
acercan a la pedagogía Waldorf lo hacen desde la
docencia.
Esta colección de textos representa el conoci‑
miento básico para entender la Antroposofía, que
es la base de la pedagogía Waldorf.
Se intentó lograr un ‘texto en castellano’ y
no un ‘texto en alemán con palabras castellanas,’
tarea harto difícil2 y de resultados inciertos.
Espero sepan disculpar mis errores.
1
Emil Molt (1876-1936): Gerente de la fábrica de cigarrillos
Waldorf-Astoria en Stuttgart. Inspirado por el movimiento
para la Trimembración del Organismo Social fundó la Escuela
Waldorf en para los hijos de los trabajadores. [n. del pr.]
2
Steiner, Rudolf. ‘El genio del lenguaje. Consideraciones
científico-espirituales sobre el habla.’ [GA299] [n. del pr.]
Rudolf Steiner
[p:01]    prefacio a la nueva
edición (1918)
La descripción de la concepción goetheana del
mundo que se intenta en este escrito la comencé
a realizar en el año 1897, a modo de exposición
resumida de aquello que la observación de la vida
espiritual de Goethe me había proporcionado a lo
largo de muchos años.
El ‘[p:02] prefacio a la primera edición’ da idea
de mi meta cómo la sentía yo entonces.
Si tuviera que escribir hoy el citado prefacio, no
cambiaría en modo alguno su contenido, sino sola‑
mente aquello que concierne al estilo.
Pero como no veo razones para introducir en este
libro cambios esenciales, me parecía falso emplear
ahora un tono distinto al del estado de mi espíritu
de hace veinte años, época en la que ofrecí esta obra
al público.
Ni los trabajos sobre Goethe aparecidos después
de su publicación, ni los resultados de la recientes
investigaciones científicas, han modificado en nada
mi pensamiento al respecto.
No creo pecar de incomprensión para con los
grandes progresos realizados en estas investigaciones
llevadas a cabo en los últimos veinte años.
[ga006] 1
Pero no creo que haya en ellos motivo alguno
para hablar de la concepción goetheana del mundo
de manera diferente a como lo hice en 1897.
Lo que dije de las relaciones entre el pensar
de Goethe y las ideas generalmente admitidas por
entonces acerca de la naturaleza me parece todavía
válido en el estado actual de las ciencias.
Mi posición sería la misma si este libro lo escri‑
biera hoy día.
Únicamente algunas ampliaciones o aclaracio‑
nes que me han parecido importantes distinguen la
nueva edición de la antigua.
Todas las obras de la Ciencia Espiritual1 que he
publicado desde hace dieciséis años no habrían de
llevarme tampoco a ninguna modificación esencial.
Ya me he explicado sobre esta cuestión en la
‘[a:01] notas a la nueva edición de 1918’ que se
encontrará adjunta a la presente edición. ♣♣
Rudolf Steiner
1
Ciencia espiritual: Fundada por Rudolf Steiner. Algunos de sus
temas: el ser humano como cuerpo, alma y espíritu; el cami-
no de desarrollo espiritual; influencias espirituales sobre la
evolución mundial, y la historia, y. la reencarnación y el karma.
[n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
[p:02]    prefacio a la primera
edición (1897)
Las ideas que expongo en este libro deben servir para
fijar los principios de la concepción goetheana del
mundo.
En el transcurso de los años no he cesado de
observar una y otra vez el cuadro general de esta
concepción, seducido ante todo por lo que la natu‑
raleza revelaba acerca de su esencia y de sus leyes a
los sutiles órganos de los sentidos y del espíritu de
Goethe.
Aprendí a comprender por qué Goethe expe‑
rimentaba en estas revelaciones una felicidad tan
grande que las situaba a veces por encima de sus
dotes de poeta.
Yo viví las sensaciones que pasaban por el alma
de Goethe cuando decía:
“Nada nos incita en principio a dirigir
sobre nosotros mismos nuestro pensar más
que el hecho de volver a ver al fin, tras
largos intervalos, unos objetos altamente
significativos, unas escenas particularmente
decisivas, de la naturaleza, y comparar la
primera impresión con el efecto actual.
Rudolf Steiner
”Comprobaremos, dentro del conjunto,
que el objeto se destaca cada vez más;
que si anteriormente nos sentíamos a
nosotros mismos en contacto con las cosas y
trasladábamos a ellas júbilo y dolor, alegría
y confusión —las hacemos justicia ahora
que hemos domado nuestra subjetividad
y sabemos reconocer mejor su naturaleza
propia y apreciar sus cualidades particulares
en un grado más elevado—.
”La primera manera de observar la da la
mirada artística, la segunda corresponde
al investigador naturalista; uno de estos
sentidos amenazaba abandonarme y yo
sufría por ello al principio pero, al ver al otro
acrecentarse tanto en el ojo y en el espíritu,
acabé por celebrar mi felicidad.”2
Si se quiere comprender todo el contenido de
sus poemas es preciso conocer las impresiones de
Goethe ante los fenómenos de la naturaleza.
Los secretos que su oído ha sonsacado a la esen‑
cia y al devenir de la creación viven en los productos
de su arte, y no se revelan más que a un espíritu
atento a sus reflexiones sobre la naturaleza.
Es imposible sumergirse en las profundidades
del arte goetheano sin conocer las observaciones del
Goethe naturalista.
Estos sentimientos me apremiaron al ocuparme
de los estudios científicos de Goethe.
Es así como han madurado en un principio las
ideas que yo expresaba, hace más de diez años, en la
‘Deutsche Nationalliteratur’ de Kürschner.
2
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 2
Lo que yo empecé entonces en el primer volu‑
men, lo desarrollé en los tres volúmenes siguientes
de las obras científicas3 de Goethe.4
Los mismos sentimientos me animaban cuando
asumí, hace varios años, la grata tarea de elaborar
una parte de los escritos científicos de Goethe para la
gran edición de Weimar —Archivos de Goethe—.5
Las ideas que yo aporté entonces a ese trabajo
y las que me han sobrevenido durante su ejecución
constituyen el contenido de la presente obra.
Puedo decir que en ello hay algo vivido en el
sentido más pleno del término.
He intentado abordar las ideas de Goethe desde
diferentes ángulos.
He alertado todo lo que podía dormir en mí
que fuera contrario a las opiniones de Goethe para
defender mi individualidad propia frente al poderío
de esta personalidad única.
Y cuanto más luchaba para desarrollar por mí
mismo mi concepción del mundo, mejor me parecía
comprender a Goethe.
Trataba de encontrar una luz capaz de abrir, en el
alma de Goethe, los espacios que habían permaneci‑
do obscuros para él mismo.
Quise leer entre líneas de su obra aquello que
debía hacerme al hombre enteramente inteligible.
3
Steiner, Rudolf. ‘Introducciones y comentarios a los escritos
científicos de Goethe.’ [GA001] [n. del pr.]
4
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832): Poeta, novelista,
dramaturgo y científico alemán que ayudó a fundar el roman-
ticismo. Obras: ‘Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister,’
‘Fausto.’ Trabajos científicos: ‘Metamorfosis de las plantas,’
‘Teoría de los colores.’ [n. del pr.]
5
Archivo Goethe y Schiller en Weimar: El archivo literario más an-
tiguo y tradicional de Alemania, fundado por la Gran Duquesa
Sophie como un archivo de Goethe (1885) al que se le unió el
archivo Schiller (1889). [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
Intenté descubrir las fuerzas que dominaban su
espíritu, sin que él mismo llegase a tener consciencia
de ello.
Quise descifrar las características esenciales de su
alma.
Cuando se trata de la observación psicológica de
una personalidad, lo que gusta, hoy en día, es dejar
las ideas en una cierta penumbra mística.
Se desdeña, en tales sujetos, la claridad del pen‑
sar, que se acusa de racionalismo vulgar.
Se cree ir más a lo profundo hablando, con
un misticismo excluyente, de los abismos del
alma humana y de los poderes demoníacos de la
personalidad.
A mi modo de ver, este exceso de entusiasmo ha‑
cia una psicología mística malograda es cosa propia
de espíritus superficiales.
Se manifiesta en personas en las que el contenido
del mundo de las ideas no genera ninguna sensación.
No pueden penetrar en las profundidades de este
contenido, no sienten el calor que de allí emana, por
lo que buscan este calor en la falta de claridad.
Todo aquel que tenga capacidad para vivir en las
esferas luminosas del pensar puro experimentará en
ellas algo que no podrá sentir en ningún otro sitio.
Ahora bien, no es posible conocer personalida‑
des como la de Goethe si no es asimilando sus ideas
maestras con una claridad absoluta.
El que en psicología ama la mística falsa encon‑
trará quizás fría mi manera de observar.
¿Es culpa mía que no pueda encontrar sentido
profundo allí donde no hay más que oscuridad e
imprecisión?
Limpias y claras he tratado de plasmar las ideas
que fueron en Goethe el resorte eficaz del pensar.
Rudolf Steiner
Tal vez algunos encontrarán demasiado simples
las líneas que he trazado, los colores de los que me
he valido.
Pero estimo que no se podrá expresar mejor la
grandeza que reconociéndole su carácter de simplici‑
dad monumental.
Los pequeños ornamentos y añadiduras lo único
que consiguen es hacer el panorama más confuso.
Lo que me importa en el caso de Goethe no son
las ideas accesorias sugeridas por tal o cual experien‑
cia de segundo orden —lo que importa es la orienta‑
ción misma de su espíritu—.
Por más que Goethe se interne, aquí o allá, por
un atajo, una tendencia esencial se reconoce por
todas partes, y es ésa la que yo he tratado de seguir.
Del hombre que encuentra gélidas las regiones
que he atravesado, yo diría: ¿qué ha hecho con su
corazón?
Si se me reprocha el no mostrar más que aquellos
aspectos de la concepción goetheana del mundo que
a los que me llevan mi pensar y mi sentir particula‑
res, no puedo responder sino que no quiero conside‑
rar una personalidad ajena más que desde el ángulo
determinado por la mía propia.
La objetividad de los escritores que pretenden
negarse a sí mismos para expresar las ideas de otro,
yo la tengo en poca estima —creo que de ello no
puede resultar más que imágenes apagadas y sin
color—.
La exposición de un pensar ajeno implica siem‑
pre una lucha, y el que queda totalmente derrotado
no será nunca el mejor expositor.
El poder del otro debe imponer respeto; pero es
preciso también que las armas propias cumplan su
cometido.
[ga006] 3
He afirmado, por lo tanto, con entera franqueza
que, a mi modo de ver, el pensar de Goethe tiene
unos límites; que hay ámbitos del conocimiento que
han permanecido vedados para él.
He mostrado en qué sentido había que observar
los fenómenos universales si se quiere penetrar en
regiones por las que Goethe no se ha adentrado o
por las que ha vagado a la ventura, si es que se ha
atrevido a penetrar en ellas.
Por interesante que sea seguir los caminos de
un gran espíritu yo no querría hacerlo,sin embargo,
más que en la medida en que yo mismo sacaré algún
provecho de ello.
Porque, desde luego, no son el examen, el co‑
nocimiento, los que tienen un valor, sino la vida, la
actividad personal.
El mero historiador es fútil.
El conocimiento histórico retiene del hombre
la energía y el impulso indispensable para su propia
acción.
El que quiere comprender todo será, él mismo,
poca cosa.
Sólo lo que es fecundo es verdadero, afirmaba
Goethe.6
Hay que entrar en el mundo del pensar, de la
sensibilidad de Goethe, en la medida en que pueda
resultar fecundo para nuestro tiempo.
Y creo haber mostrado que dicho mundo oculta
tesoros innumerables que han permanecido vírgenes.
He mencionado los puntos en los que la ciencia
moderna lleva todavía retraso con respecto a Goethe.
A la pobreza del mundo ‘ideal’ contemporáneo
he opuesto la riqueza y la plenitud de las ideas que
goza el mundo de Goethe.
6
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
En el pensar de Goethe hay gérmenes que la
ciencia moderna debería llevar a su madurez.
Dicho pensar podría servirle de modelo.
La ciencia moderna dispone de un caudal de
observaciones mayor que el de Goethe, pero no ha
sabido dar a este material más que una estructura
‘ideal’ pobre e insuficiente.
Espero que mi estudio haga comprender hasta
qué punto el pensar científico moderno está poco
capacitado para criticar a Goethe, y cuánto podría
aprender de él. ♣♣
Rudolf Steiner

Rudolf Steiner [ga006] 4 Goethe y su visión del mundo

el profanador de textos
[o:] S i se quiere llegar a comprender la manera que
Goethe tenía de ver el mundo, no debemos con‑
introdución
tentarnos con escuchar lo que él mismo expresa en
algunas manifestaciones al respecto.
01b
La exteriorización de su pensar íntimo a través
de frases nítidas y tajantes no encajaba mucho con
su idiosincrasia.
01c
Este tipo de frases le parecía a él que desfigura‑
ban la realidad, más que retratarla correctamente.
01d
Goethe abrigaba cierta prevención a fijar lo vivo,
la realidad, en un pensamiento diáfano.
01e
Su vida interior, su relación con el mundo exte‑
rior así como sus observaciones acerca de las cosas
y los hechos, resultan ser de una riqueza tal y estar
tan llenas de componentes delicados y de elementos
íntimos que le era imposible trasladarlas a fórmulas
sencillas.
01f
Cuando Goethe se expresa, lo hace movido por
una vivencia dada.
01g
Pero siempre le ocurre que, o bien se extiende en
exceso, o bien dice demasiado poco.
01h
El interés vivo con que participa en todo cuanto
se presenta ante él, le lleva con frecuencia a emplear
expresiones más rotundas de lo que cabría esperar
de su propio carácter y, asimismo, le induce en otras
ocasiones a expresarse con ambigüedad, siendo así
que su personalidad parecería exigirle una opinión
concreta.
01i
Goethe se muestra siempre receloso a la hora de
tener que decidirse entre dos opiniones.
01j
De ningún modo quiere verse privado de su
imparcialidad por el hecho de tener que imprimir a
su pensar una dirección precisa.
01k
Una reflexión le tranquiliza: el hombre no ha
nacido para dar solución a los problemas del mundo
sino para indagar dónde comienza el problema y, en
Rudolf Steiner [ga006] 5
consecuencia, mantenerse así en las fronteras de lo
comprensible.
01l
El hecho de que el hombre piense que tiene ya
resuelto un determinado problema le priva de la
posibilidad de percibir claramente un sinfín de cosas
que caen dentro del ámbito de dicho problema.
01m
Simplemente no las tiene en cuenta porque cree
poseer una explicación completa de todo el campo
en que se encuentran aquéllas.
01n
Sobre un objeto cualquiera Goethe prefiere tener
dos opiniones, aunque sean contrapuestas, a tener
una sola determinada.
02a
Porque Goethe cree que todo objeto encierra un
infinito al que hay que acercarse desde diferentes
lados para poder captar algo de su contenido total.
“Se dice que entre dos opiniones que se
contradicen, la verdad se encuentra en el
medio.
”¡De ningún modo!
”Lo que se encuentra en el medio es el
problema, lo no visible, la vida eternamente
activa, considerada con serena reflexión.”1
03a
Goethe desea mantener vivos sus pensamientos
para, en cualquier momento, poder modificarlos
siempre que la realidad lo requiera.
03b
Él no quiere ‘tener razón’; quiere estar siempre
en camino hacia lo verdadero.
03c
Así sucede que, en dos ocasiones distintas, es
capaz de expresarse sobre un mismo objeto de dos
maneras diferentes.
03d
Para Goethe, una teoría ‘completa’ —que pre‑
tenda exponer de una vez por todas la realidad acer‑
ca de una serie de hechos— no puede menos que
resultarle sospechosa, ya que tal fuerza de convicción
1
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
priva de objetividad a la relación que corresponde
mantener con una realidad fluctuante.
03e
Sí, pese a todo ello, se pretende comprender la
unidad de sus puntos de vista, será preciso escuchar
menos sus palabras y atender más a su manera de
vivir.
03f
Hay que tratar de percibir su relación con los
objetos cuando explora en el interior de ellos, para
poder completar así lo que él no dice.
03g
Se hace necesario introducirse en lo más hondo
de su personalidad, que se halla en gran parte oculta
tras sus propias manifestaciones.
03h
Lo que él dice puede muy a menudo resultar
contradictorio; lo que él vive está siempre integrado
en un todo que se sostiene por sí mismo.
03i
Aunque es cierto que Goethe no ha recogido su
concepción del mundo en un todo cerrado, sí puede
en cambio afirmarse que la ha vivido con una perso‑
nalidad integral.
03j
Observando su vida se deshacen todas las contra‑
dicciones que aparecen en sus manifestaciones.
03k
Las contradicciones existentes en su concepción
del mundo se dan únicamente en tanto y en cuanto
existen también en el mundo mismo.
03l
Goethe hace estas o aquellas afirmaciones acerca
de la naturaleza.
03m
Jamás ha expuesto dichas observaciones en una
construcción coherente.
03n
Pero si tendemos una mirada global veremos
que sus pensamientos singulares expresados en ese
ámbito sí que constituyen por sí mismos un todo.
03o
Cabe hacerse una idea del tipo de construcción
que habría surgido si Goethe hubiera expuesto sus
ideas de modo que formasen entre ellas una correla‑
ción total.
Rudolf Steiner
03p
Me he propuesto explicar en este escrito cómo
debió de ser la personalidad de Goethe, en su
dimensión más íntima, para haber exteriorizado
semejantes pensamientos sobre la naturaleza del
modo que lo hizo en sus trabajos sobre las ciencias
naturales.
03q
Algo de lo que hoy soy plenamente consciente es
que a algunas afirmaciones que voy a hacer sobre él
se les podrán oponer frases del propio Goethe.
03r
Pero con este escrito no pretendo ofrecer una
exposición cronológica del desarrollo de sus afir‑
maciones sino exponer los fundamentos de una
personalidad como la suya que le llevaron a sostener
tan profundas opiniones acerca de la creación y la
actividad de la Naturaleza.
03s
En estos fundamentos no figurarán ni las múlti‑
ples frases en que se pone de manifiesto que se apoya
sobre otras concepciones para hacerse más inteli‑
gible, ni aquellas otras en que se sirve de fórmulas
empleadas por algún filósofo.
03t
Basándonos en las aseveraciones2 que le hace a
Eckermann3 nos sería posible fabricar un Goethe
que no habría podido ser nunca el autor de la
‘Metamorfosis de las plantas.’4
03u
En cuanto a las palabras dirigidas5 a Zelter,6
serían capaces de inducirnos a imaginar que Goethe
sostenía una concepción científica enteramente con‑
traria a sus grandes ideas sobre la formación de los
animales.
2
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
3
Johann Peter Eckermann (1792-1854): Poeta y escritor alemán,
conocido por su conexión de ideas con Goethe. [n. del pr.]
4
Goethe, Johann W. von. ‘La metamorfosis de las plantas.’
[n. del pr.]
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
6
Carl Friedrich Zelter (1758-1832): Compositor, director de
orquesta y profesor de música alemán. [n. del pr.]
[ga006] 6
03v
Y o reconozco que en la personalidad de Goethe
también han intervenido fuerzas que aquí no he
tenido en cuenta.7
03w
Pero tales influjos retroceden ante las fuerzas que
son realmente determinantes y que imprimen su
carácter a la concepción goetheana del mundo.
03x
Lo que me he impuesto a mí mismo como meta
es la descripción de tales fuerzas, con la mayor preci‑
sión que me sea posible.
03y
Por ello, en la lectura de este libro deberá tenerse
bien presente que en ningún momento he tenido
intención de dejar entrever aspectos de mi propia
concepción del mundo a la hora de exponer el méto‑
do goetheano de observación.
03z
Creo que en el contenido de un libro como éste
uno no tiene derecho a exponer la manera propia
de contemplar el mundo; muy por el contrario, se
tiene el deber de utilizar lo que proviene de la propia
mentalidad de uno únicamente para hacer compren‑
sibles aquellos otros modos de pensar cuya exposi‑
ción se pretenda.
03a1
Yo, por ejemplo, he querido presentar la relación
de Goethe con el desarrollo del pensar occidental
basándome en los puntos de vista que surgen de la
concepción goetheana del mundo.
03b1
Este proceder me parece el único que garantiza la
objetividad histórica cuando de lo que se trata es de
explicar la concepción del mundo de determinadas
personalidades.
03c1
Sólo cabría un proceder distinto en el caso en
que lo que se pretendiera fuese exponer tal concep‑
ción del mundo considerada en relación con la de
otras personalidades. ♣♣
7
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
[i:] [i:01]    Goethe y Schiller
la posición de
Goethe en relación
con el desarrollo
del pensar Goethe narra una conversación, que en cierta oca‑
occidental
sión, se entabló entre Schiller1 y él, en Jena, tras ha‑
ber asistido ambos a una conferencia de la ‘Sociedad
de Investigaciones Naturales.’2
01b
Schiller se mostraba poco satisfecho acerca de lo
que había sido expuesto a lo largo de la conferencia.
01c
Se sentía contrariado por una manera de con‑
templar la naturaleza que consistía en fragmentar a
ésta en partes.
01d
Comentó que una concepción semejante no
podría satisfacer al profano.
01e
Goethe contestó que, posiblemente, incluso al
iniciado mismo le resultaría de dudosa validez y
que podría existir otra manera que consistiera en
considerar la naturaleza no dividiéndola en partes
aisladas, sino contemplándola como activa y viva, y
tendiendo desde el todo hacia las partes; y seguida‑
mente Goethe desarrolló las grandes ideas que sobre
la naturaleza de las plantas se le habían ocurrido.
1
Johann Christoph Friedrich Schiller (1759-1805): Poeta,
dramaturgo, filósofo e historiador alemán. El dramaturgo más
importante de Alemania junto a Goethe,​figura central del clasi-
cismo de Weimar. Sus obras de teatro pertenecen al repertorio
habitual alemán. Sus baladas se cuentan entre los poemas más
famosos. [n. del pr.]
2
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner [ga006] 7
01f
Ante la mirada de Schiller dibujó
“con algunos trazos de pluma característicos,
01g
una planta simbólica.”3
Esta planta simbólica quería expresar la esencia
que vive en cada planta, independientemente de la
forma peculiar que cada planta adoptase.
01h
Ella había de contener en sí la evolución sucesiva
de cada una de las partes de la planta, su proceden‑
cia considerada por separado, y su relación entre sí.
01i
Sobre esta figura simbólica de la planta Goethe
escribía en Palermo, en abril 1, 1877 lo siguiente:
“¡Y tiene que existir una planta así!
”En qué, si no, podría yo reconocer que esta o
aquella forma es una planta si no estuvieran
todas ellas plasmadas según un modelo.”4
01j
Goethe había configurado dentro de sí la imagen
de una forma plástica ideal que se da a conocer al
espíritu, cuando éste, habiendo abarcado la variedad
de formas de las plantas existentes, repara en lo que
todas ellas tienen en común.
01k
Schiller, observando aquella forma que debía
vivir, no sólo en una planta sino en todas, dijo sacu‑
diendo la cabeza:
“Esto no es una experiencia, esto es una
idea.”5
01l
Semejantes palabras le produjeron a Goethe la
impresión de que provenían de un mundo extraño.
01m
Él era consciente de que había llegado a esa
figura simbólica a través de la misma percepción in‑
genua con que captaba un objeto que pudiera verse
con los ojos y tomarse con las manos.
3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
01n
Para él, la planta simbólica o arquetípica era un
ser objetivo, como cualquier planta.
01o
Goethe creía poder atribuir esta idea‑planta a
una observación imparcial exenta de prejuicios, y no
a una especulación arbitraria.
01p
No pudo replicar sino lo siguiente:
“Debería resultarme muy grato el hecho de
tener unas ideas que, sin ser consciente de
ello, veo incluso con los ojos.”6
01q
Y se afligió mucho cuando a continuación
Schiller pronunció estas palabras:
“Cómo puede darse nunca una experiencia
que venga a identificarse con una idea.
”Si la particularidad de la idea consiste
precisamente en la imposibilidad de fundirse
jamás con una experiencia.”7
02a
En esta conversación se encuentran enfrentadas
dos concepciones diferentes del mundo.
02b
En la idea de un objeto, Goethe ve un elemento
que se halla presente de modo inmediato en el obje‑
to mismo, que influye y actúa en dicho objeto.
02c
Según su opinión, si un objeto determinado
adopta diferentes formas ello se debe a que la idea, el
caso concreto, requiere desarrollarse de una manera
específica.
02d
Para Goethe no tiene sentido decir que un ob‑
jeto no corresponde a la idea, porque un objeto no
puede ser otra cosa que aquello que la idea ha hecho
de él.
02e
Schiller piensa de modo distinto.
02f
Para él, el mundo de las ideas y el de la experien‑
cia forman dos reinos separados.
6
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
7
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
02g
Los diversos objetos y hechos que ocupan el
espacio y el tiempo pertenecen al ámbito de la
experiencia.
02h
Frente a la experiencia se halla el reino de las
ideas, de índole diferente, que es aprehendido por la
razón.
02i
Schiller distingue dos fuentes de conocimiento
basándose en que al hombre le llegan sus conoci‑
mientos por dos conductos: desde fuera —por me‑
dio de la observación— y desde dentro —por medio
del pensar—.8
02j
Para Goethe sólo existe una única fuente del
conocimiento, el mundo de la experiencia, en el cual
está comprendido el mundo de las ideas.9
02k
A Goethe le resulta imposible hablar separa‑
damente de experiencia y de idea, porque la idea
a través de la experiencia espiritual se halla ante su
ojo espiritual del mismo modo que el mundo de los
sentidos lo está ante su ojo físico.
03a
La concepción de Schiller es producto de la filo‑
sofía de su época.10
03b
Las ideas fundamentales que imprimieron su
sello a esta filosofía y que han sido las fuerzas impul‑
soras de toda la formación espiritual de Occidente
hay que buscarlas en la antigua Grecia.
03c
Solamente es posible trazar un panorama de
la concepción goetheana del mundo si se intenta
el considerarla totalmente aislada en sí y, en cierta
medida, basada en ideas extraídas exclusivamente de
ella misma.
03d
Esto es lo que más tarde se tratará de llevar a
cabo en este libro.
03e
A dicha delimitación puede, no obstante, con‑
tribuir la consideración del siguiente hecho: Goethe
8
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
9
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
10
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 8
se ha expresado sobre determinadas materias en un
sentido o en otro según se sintiera o no de acuerdo
con lo que otros pensaban acerca de las esferas de la
vida, de la naturaleza y del espíritu.
03f
Algunas de las expresiones de Goethe sólo resul‑
tan comprensibles si se examinan las diferentes men‑
talidades ante las que se encontraba, mentalidades
que él sometía a análisis a fin de obtener su propio
punto de vista.
03g
Su forma de pensar o de sentir sobre tal o cual
objeto viene asimismo a explicar la esencia de su
propia concepción del mundo.
03h
Si se quiere abordar esta faceta de la personali‑
dad de Goethe, se hace necesario articular algunos
aspectos que en él no pasaron de meras sensaciones
inconscientes.
03i
En la citada conversación con Schiller, ante el
ojo espiritual de Goethe aparecía una concepción
del mundo opuesta a la suya.
03j
Y en esta contradicción podemos ver cuáles eran
sus sentimientos con respecto a aquella tendencia
que, procedente de un sector del pensar griego, apre‑
cia la existencia de un abismo entre la experiencia
sensible y la espiritual; pues él, para quien no existía
tal abismo, contemplaba la experiencia de los sen‑
tidos y la del espíritu de forma unitaria, integradas
ambas en la concepción del mundo que la realidad
misma le proporcionaba.
03k
Para hacer revivir conscientemente la opinión
que, de forma más o menos inconsciente, mantenía
Goethe sobre el modo occidental de concebir el
mundo, son precisas una determinadas reflexiones
previas.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
03l
En un desdichado momento histórico, un pen‑ 03v
La cuestión del posible origen oriental14 de [i:02]    la concepción platónica
sador griego se vio atrapado por una desconfianza semejante concepción no corresponde plantearla en del mundo
esencial hacia los órganos sensoriales del hombre.11 este lugar, en el cual de lo que se va a tratar es de la
03m
Comenzó a creer que los órganos no le transmi‑ visión goetheana del mundo. ♣♣
ten al hombre la verdad, sino engaños.
03n
Perdió la confianza en aquello que le es ofrecido
por una observación imparcial e ingenua.
03o
Estimó que el resultado del pensar sobre la
verdadera esencia de las cosas diferente al de la
experiencia.
03p
Sería difícil determinar en qué cabeza se asentó
por primera vez esta desconfianza.
03q
La encontramos en la escuela de filoso‑ Con esa audacia tan admirable característica en él,
fía eleática,12 cuyo primer representante fue Platón declara1 su desconfianza con respecto a la
Xenofanes,13 nacido en Colofón. experiencia:
03r
La personalidad más importante de esta escuela
“Las cosas de este mundo que nuestros
es Parménides.
03s sentidos perciben, no tienen un verdadero
Parménides afirmó con una claridad como nadie
ser; están en un perpetuo hacerse pero no son
antes que él, que existen dos fuentes del conoci‑
nunca.
miento humano.
03t ”Sólo tienen una existencia relativa; no
Explicó que las impresiones de los sentidos son
son en su conjunto más que en y por sus
engañosas e ilusorias, y que el hombre solamente
relaciones entre sí; debido a lo cual, a su
podría llegar al conocimiento de lo cierto a través
existencia se le puede llamar igualmente no
del pensar puro, sin tener en cuenta la experiencia.
03u existencia.
Del mismo modo que esta concepción referen‑
”Por consiguiente, no son objetos de un
te al pensar y a la experiencia sensorial surgió en
conocimiento verdadero.
Parménides, así se ha venido también inoculando
”Pues no puede haber conocimiento más que
una enfermedad desarrollada en muchas de las
de aquello que es en sí y para sí, y siempre de
filosofías posteriores que, todavía hoy, aqueja a la
la misma manera; las cosas, en cambio, son
formación científica.
sólo el objeto de una opinión provocada por
11
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.] sensaciones.
12
escuela filosófica eleática o de Elea: Sostiene que las cosas
sensibles son en su esencia una única sustancia inmutable, es ”En tanto estemos limitados únicamente a
decir, que las cosas son esencialmente ser. Parménides describe su percepción seremos como hombres que
el entre como una sustancia que ocupa el espacio. [n. del pr.] estuvieran atados en una oscura caverna,
13
Xenofanes de Colofón (ca. 570 aC-ca. 478 aC): Filósofo griego,
teólogo, poeta y crítico. Uno de los filósofos pre-socrático más
importante. [n. del pr.] 14
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.] 1
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner [ga006] 9 Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
sin poder siquiera volver la cabeza, ni ver
otra cosa que las sombras de los objetos reales
proyectadas contra el muro de delante por la
luz de una hoguera encendida detrás de ellos.
”Los objetos pasarían entre ellos y el fuego,
de tal forma que ellos no verían nada unos
de otros, e incluso ni siquiera cada uno su
propia persona, a no ser, únicamente, la
sombra sobre el muro.”2
01b
Su sabiduría, sin embargo, consistiría en predecir
el orden de aparición de aquellas sombras, aprendi‑
do por experiencia.
02a
El modo de observar de Platón secciona en dos
partes la representación de la totalidad del Universo:
• representación de un mundo aparente e ilu‑
sorio; y
• representación de un mundo de ideas, siendo
este último el único verdadero, el único que
corresponde a la realidad eterna.
“Sólo puede llamarse ‘en sí’ aquello que
es siempre, que nunca deviene, ni pasa
jamás: son los arquetipos ideales de aquellas
sombras, son las ideas eternas, las formas
arquetípicas de todas las cosas.
”A las ideas no les corresponde la
multiplicidad; cada una es, según su propia
esencia, única, en cuanto que es el arquetipo
mismo del cual todas las copias o sombras
son objetos designados con el mismo nombre,
particulares, perecederos y de la misma
especie.
”En las ideas no se da ni nacimiento ni
muerte; debido a que son verdaderamente ‘en
2
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
sí’ no se transforman ni desaparecen jamás,
como sus sombras efímeras.
”Sólo de ellas puede tenerse conocimiento
verdadero, porque objeto de conocimiento
tan sólo puede ser aquello que es siempre y
bajo cualquier punto de vista, y no aquello
que alternativamente es o no es, según cómo
se le considere.”3
03a
La diferenciación entre idea y percepción sólo
tiene justificación al hablar de cómo se forma y se
produce el conocimiento humano.
03b
El hombre tiene que dejar que los objetos le
hablen de dos maneras.
• Una parte de su esencia se la comunican
voluntariamente.
Él no necesita más que escuchar.
Es la parte de la realidad exenta de ideas.
• Pero la otra la tiene que desentrañar.
El hombre tiene que poner su pensar en marcha
y entonces su interior se llena de las ideas de las
cosas.
03c
En el interior de la personalidad se encuentra el
escenario en el cual también los objetos desvelan su
contenido ideal.
03d
Aquí expresan lo que queda eternamente oculto
a la contemplación exterior.
03e
Aquí el ser de la naturaleza puede hablar.
03f
Pero depende solamente de la organización hu‑
mana el hecho de que las cosas hayan de ser recono‑
cidas mediante el acorde de dos tonos.
03g
En la naturaleza hay un germen que genera dos
tonos.
03h
El hombre ingenuo está a la escucha de este
acorde.
3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 10
03i
Él reconoce en el lenguaje ideal de su intimidad
los mensajes que las cosas le hacen llegar.
03j
Sólo el hombre que ha perdido la ingenuidad da
una interpretación distinta de la cuestión.
03k
Cree que el lenguaje de su interior proviene de
otro reino distinto al del lenguaje de la contempla‑
ción exterior.
03l
Platón se ha percatado del peso que para la con‑
cepción humana del mundo tiene el hecho de que
el mundo se le revele al hombre desde dos flancos
diferentes.
03m
De la valoración sensata de este hecho sacó la
conclusión de que al mundo de los sentidos, consi‑
derado en sí mismo, no se le puede atribuir realidad.
03n
Sólo cuando se ilumine el mundo de las ideas —
surgiendo de la vida del alma— y el hombre pueda
colocar ante su espíritu —al contemplar el mun‑
do— idea y observación sensible, en una vivencia
unitaria del conocimiento, sólo entonces tendrá
verdadera realidad ante sí.
03o
Si no es atravesado por la luz de las ideas, lo que
la observación sensible tiene ante sí es un mundo
aparente.
03p
Considerado desde este ángulo, el punto de vista
de Platón esclarece la opinión de Parménides acerca
del carácter ilusorio de los objetos sensibles.
03q
Y puede decirse que la filosofía de Platón es una
de las construcciones más sublimes que hayan surgi‑
do nunca del espíritu de la humanidad.
03r
El platonismo es la convicción de que la meta
de toda aspiración al conocimiento debe ser la de
apropiarse de las ideas que sostienen el mundo y que
constituyen su fundamento.
03s
Quien no sea capaz de despertar este conoci‑
miento dentro de sí mismo no entenderá la concep‑
ción platónica del mundo.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
03t
Pero, en la medida en que el platonismo ha
intervenido en el desarrollo del pensar occidental,
muestra también otro aspecto.
03u
Platón no se ha limitado a subrayar que, en el
conocimiento humano, el mundo de los sentidos, si
no es iluminado por la luz que emana del mundo de
las ideas, queda reducido a un espejismo, sino que,
por su manera de presentar este hecho, ha fomenta‑
do la opinión de que el mundo sensible, considerado
en sí y con independencia del hombre, es un espejis‑
mo ilusorio; y que el hombre encontrará la verdade‑
ra realidad únicamente en las ideas.
03v
De esta opinión surge la pregunta siguiente:
¿Cómo llegan a encontrarse, fuera del
hombre, el mundo de las ideas y el de los sentidos
(naturaleza)?
03w
Para aquél que, fuera del hombre, no es capaz de
reconocer un mundo sensible desprovisto de ideas,
la cuestión de la relación entre el mundo ideal y el
mundo sensible tendrá que ser buscada y resuelta en
el interior del ser humano.
03x
Y es así como el problema se sitúa ante la visión
goetheana del mundo:
04a
Para la visión goetheana del mundo, la pregun‑
ta de ¿qué relación existe fuera del hombre entre
el mundo de las ideas y el de los sentidos? es una
pregunta malsana ya que, para Goethe, no existe
un mundo sensible (Naturaleza) sin idea, fuera del
hombre.
04b
Sólo el hombre es capaz de separar, para sí, la
idea del mundo de los sentidos y representarse así la
naturaleza sin ideas.
04c
Por ello resulta lícito afirmar que, para la vi‑
sión goetheana del mundo, la cuestión de ¿cómo se
encuentran el mundo de las ideas y el mundo de los
Rudolf Steiner
sentidos? —asunto que ha ocupado al pensar occi‑
dental durante siglos— es una cuestión totalmente
superflua.
04d
Y la influencia de esta corriente platónica en
toda la evolución del pensar occidental, a la cual
Goethe se opuso —por ejemplo, en la citada conver‑
sación con Schiller, y en otras ocasiones_ era sentida
por él como un elemento malsano de la percepción
humana.
04e
Cómo el lenguaje de la contemplación y el del
pensar se unen para revelar la realidad total —algo
que no formuló expresamente con palabras pero
que, sin embargo, vivía en su sentir, y que fue im‑
pulso cocreador de su concepción propia del mun‑
do, algo que el buen sentido humano enseña a cada
momento, a saber, c—, es algo que no fue tenido en
cuenta por filósofos especulativos.
04f
Los filósofos especulativos, en vez de observar
cómo la naturaleza habla al hombre, han elaborado
conceptos artificiales sobre la relación entre el mun‑
do de las ideas y la experiencia.
04g
Para poder abarcar en toda su amplitud el
significado profundo que esta tendencia del pensar
—nociva según Goethe— tuvo en las concepciones
del mundo que él encontraba a su alrededor, y en las
que buscaba orientación, hay que tener en cuenta
hasta qué punto la citada corriente platónica —que
hace desvanecerse el mundo de las ideas— se ha vis‑
to reforzada, en el curso de la evolución del pensar
occidental, por una concepción parcial de la verdad
cristiana.
04h
Por haberse Goethe topado con una concepción
cristiana4 que estaba ligada con dicha corriente del
platonismo considerada por él como dañina, es por
4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 11
lo que sólo con dificultad pudo establecer su rela‑
ción con el cristianismo.5
04i
Goethe no siguió expresamente el hilo de la
corriente platónica —por él rechazada— en la evo‑
lución del pensar cristiano, pero sí experimentó los
sedimentos que esta influencia había dejado en las
formas de pensar que le surgieron al paso.6
04j
Para esclarecer la formación del pensar de
Goethe resulta muy conveniente un examen que
recorra el proceso de esta sedimentación que ha ido
produciéndose sobre las citadas formas de pensar,
a lo largo de los siglos anteriores a la aparición del
propio Goethe.
04k
El desarrollo del pensar cristiano tendía en mu‑
chos de sus representantes a plantearse el problema
de la creencia en el más allá, así como el del valor
que tiene la existencia sensible con respecto al mun‑
do espiritual.
04l
Si se era de la opinión de que la relación entre
el mundo de los sentidos y el de las ideas tenía valor
con independencia del hombre, con la pregunta
resultante de ello podía uno adentrarse en la con‑
templación del orden del mundo divino.
04m
Y los Padres de la Iglesia,7 que se vieron abocados
a esta cuestión, tuvieron que reflexionar acerca del
papel que desempeña el mundo de las ideas platóni‑
co dentro de ese orden universal divino.
04n
Se corría entonces el riesgo de que, aquello que
en el conocimiento humano está unido por la con‑
templación inmediata —esto es, la idea y el mundo
de los sentidos— no sólo fuese concebido en sí —
aisladamente, fuera del hombre—, sino que también
se disociasen entre sí idea y mundo sensible, de for‑
ma que las ideas, excluidas de lo que al hombre se le
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
6
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
7
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
ofrece como naturaleza, existiesen por sí mismas en
el seno de una espiritualidad aislada de la naturaleza.
04o
Esta noción basada en una contemplación erró‑
nea del mundo de las ideas y del mundo sensible,
al unirse con la opinión justificada de que lo divino
no puede hallarse jamás con plena consciencia en el
alma humana, provocaba una disyunción total entre
el mundo de las ideas y el de la naturaleza.
04p
Con lo cual, aquello que habría que buscar siem‑
pre en el espíritu humano se buscará fuera de él, en
la Creación.8
04q
Se piensa que en el espíritu divino se encuentran
contenidos los arquetipos de todas las cosas.
04r
El mundo se convierte en un reflejo imperfecto
del mundo perfecto de las ideas, que descansa en
Dios.
04s
Y, como consecuencia de una comprensión par‑
cial del platonismo, el alma humana es apartada de
la relación entre idea y ‘realidad.’
04t
La relación del alma humana con el orden del
mundo divino —que ella considera legítima—, la
extiende a la relación —que vive en su interior—
entre el mundo de las ideas y el mundo de las apa‑
riencias sensibles.
04u
Y es así como san Agustín9 llega a puntos de vista
como el siguiente:
“Sin la menor vacilación hemos de creer
que el alma pensante no es esencialmente
semejante a Dios, ya que Dios no admite
ninguna comunidad, pero el alma puede ser
iluminada al participar en la naturaleza de
Dios.”10
8
9
Agustín de Hipona o san Agustín (354-430): Sacerdote, obispo,
santo, Padre y Doctor de la Iglesia Católica. Obras: ‘Confesiones
’; ‘La ciudad de Dios.’ [n. del pr.]
10
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
04v
Así, al exagerar en un solo sentido esta concep‑
ción acaba por privar al alma de la posibilidad de
que, en la contemplación de la naturaleza, expe‑
rimente el mundo de las ideas como esencia de la
realidad.
04w
Y a esta manera de contemplar la naturaleza se la
considera no‑cristiana.
04x
La concepción parcial del platonismo se extien‑
de, incluso, sobre el propio cristianismo.
04y
El platonismo —como que es concepción filo‑
sófica del mundo— se atiene más a los elementos
del pensar; el sentir religioso sumerge el pensar en la
vida afectiva y, de este modo, sujeta ésta a la natura‑
leza humana.
04z
Así, vinculado a la vida anímica del hombre es
como el elemento nocivo de esa corriente parcial del
platonismo pudo obtener, en el desarrollo del pensar
occidental, una importancia mayor que si se hubiera
quedado en mera filosofía.
04a1
Durante siglos, este desarrollo del pensar se en‑
contró frente a cuestiones como ésta: ¿qué relación
hay entre lo que el hombre concibe como idea y las
cosas de la realidad?
04b1
Los conceptos que viven en el alma humana
surgidos del mundo de las ideas:
- ¿son los conceptos solamente representacio‑
nes, nombres, que nada tienen que ver con la
realidad?;
- ¿son los conceptos mismos algo real, algo
que el hombre capta al percibir la realidad y
comprenderla mediante su entendimiento?
04c1
Para la concepción goetheana del mundo, éstas
no son cuestiones que planteen el entendimiento so‑
bre algo que se halla fuera de la naturaleza humana.
04d1
En la contemplación humana de la realidad estas
cuestiones se resuelven en el continuo movimiento
[ga006] 12
de la vida, por medio del verdadero conocimiento
humano.
04e1
Y esta concepción goetheana no sólo se encuen‑
tra con que el pensar cristiano vive el influjo de un
platonismo parcial, sino que ella misma se siente
incluso ajena al verdadero cristianismo cuando éste
surge impregnado de dicho platonismo.
05a
Lo que se advierte en muchos de los pensa‑
mientos elaborados por Goethe para comprender el
mundo es un rechazo de la corriente platónica que él
considera malsana.
05b
Pero, al mismo tiempo, muchas manifestaciones
suyas al respecto dan fe de que él estaba abierto a
la elevación del alma humana hacia el mundo de la
ideas que el platonismo implica.
05c
Él experimentaba en sí la eficacia y la realidad de
las ideas a través de su manera de observar e inves‑
tigar la naturaleza; sentía que la misma naturaleza
habla el lenguaje de las ideas siempre que el alma se
abra a dicho lenguaje.
05d
Pero él no podía admitir que se considerara el
mundo de las ideas como algo aislado y, por ello, se
planteó la posibilidad de afirmar sobre la idea del ser
vegetal:
“esto no es una experiencia, esto es una idea.”
05e
Entonces sintió que su ojo espiritual veía la idea
como realidad, al igual que el ojo físico ve la parte
física del ser de la planta.
05f
De este modo, en la visión goetheana del mundo
se mantienen las ideas platónicas en toda su pureza,
superando aquella corriente que se desviaba de la
realidad.
05g
A causa de esta elaboración de su concepción del
mundo, Goethe se vio obligado a rechazar aquello
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
que en el pensar cristiano le parecía sólo un platonis‑
mo parcial y desfigurado.11
05h
Y no tuvo más remedio que comprobar que las
formas de algunas concepciones del mundo, con
las que se encontró y de las que quiso ocuparse, no
habían conseguido superar, en el marco de la evolu‑
ción occidental, el punto de vista cristiano-platónico
de la realidad —que no se ajusta, sin embargo, ni a
la naturaleza ni a las ideas—. ♣♣
11
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
[i:03]    las consecuencias de la
visión platónico del mundo
En vano se opuso Aristóteles1 a la división platónica
de la representación del mundo.
01b
Aristóteles veía la naturaleza como un ser único
que contiene tanto las ideas como los objetos y los
fenómenos perceptibles por los sentidos.2
01c
Sólo en el espíritu humano pueden las ideas
llevar una existencia independiente —pero en este
estado de independencia no les corresponde una
realidad—.
01d
Solamente el alma puede separarlas de las cosas
perceptibles con las cuales forman conjuntamente la
realidad.
01e
Si la filosofía occidental se hubiera engarzado en
la concepción de Aristóteles, entendida correctamen‑
te, se hubieran evitado esos componentes que, para
la visión goetheana del mundo, tenían que aparecer
como un extravío.
02a
Pero, en principio, este Aristóteles correctamente
entendido resultaba incómodo a algunos que pre‑
1
Aristóteles (384 aC-322 aC): Filósofo, lógico y científico de la
Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia
sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos mile-
nios. [n. del pr.]
2
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 13
tendían obtener una base ideológica para las ideas
cristianas.
02b
Más de un pensador que se tenía por autén‑
ticamente ‘cristiano’ no sabía qué hacer con una
concepción de la naturaleza que traslada el principio
eficiente supremo3 al mundo de la experiencia.
02c
Por ello, algunos filósofos y teólogos cristianos4
dieron a Aristóteles una interpretación distinta.
02d
Infiltraron en sus puntos de vista un sentido que,
a juicio de ellos, era apropiado para proporcionar un
apoyo lógico al ‘dogma cristiano.’
02e
El espíritu no debía buscar en las cosas las ideas
creadoras, ya que la Verdad le ha sido comunicada al
hombre por Dios en forma de revelación.5
02f
La razón debía limitarse a confirmar lo que Dios
había revelado.
02g
Las afirmaciones aristotélicas fueron interpreta‑
das por los pensadores cristianos medievales en for‑
ma tal que mediante ellas la Verdad de la salvación
religiosa fuese reforzada filosóficamente.
02h
Únicamente la concepción de santo Tomás de
Aquino6 —el pensador cristiano de mayor relieve—
intenta trenzar de una manera profunda el pensar
aristotélico con las ideas cristianas en la medida en
que ello, en su época, era posible.
02i
Para santo Tomás de Aquino, la revelación con‑
tiene las verdades supremas, la doctrina de la salva‑
ción según las escrituras sagradas; pero a la razón le
es posible penetrar, a la manera de Aristóteles, en
3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
6
Tomás de Aquino, O.P. (1224/1225-1274): Fraile, teólogo y
filósofo católico de la Orden de Predicadores, principal represen-
tante de la enseñanza escolástica y una de las mayores figuras
de la teología sistemática. Santo de la Iglesia católica. Obras:
‘Summa Thologieae’; ‘Summa contra Gentiles.’ [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
la profundidad de las cosas, para extraer de ellas el
contenido ideal.
02j
La revelación desciende tan abajo y la razón
puede elevarse tan alto que, en la frontera, se inter‑
penetran conocimiento humano y doctrina de la
salvación.
02k
Por lo tanto, la manera de Aristóteles de penetrar
en las cosas le sirve a santo Tomás para llegar hasta el
ámbito de la Revelación.
.  .  .
03a
Cuando, con Bacon de Verulamium7 y
Descartes,8 se inició una época en la cual se puso de
relieve el deseo de buscar la verdad por medio de
la fuerza de la personalidad humana, la dirección
que seguían los hábitos del pensar era de tal índole
que ninguna aspiración llevaba a otra cosa sino a la
elaboración de puntos de vista que, pese a su aparen‑
te independencia del mundo ideológico occidental
anterior, no eran más que nuevas formas del mismo.
03b
También Bacon y Descartes habían heredado ‘el
mal de ojo’ con respecto a la relación entre experien‑
cia e idea.
03c
Bacon sólo mostraba interés y comprensión por
las particularidades de la naturaleza.
03d
Cree poder llegar a obtener reglas generales para
los fenómenos de la naturaleza recopilando aquello
que se ofrece, como igual o parecido a través de la
diversidad del espacio y del tiempo.
7
Francis Bacon, barón de Verulamium (1561-1626): Filósofo, polí-
tico, abogado y escritor inglés, padre del empirismo filosófico y
científico. [n. del pr.]
8
René Descartes o Renatus Cartesius (1596-1650): Filósofo, ma-
temático y físico francés, padre de la geometría analítica y de la
filosofía moderna. Hizo famoso el célebre principio ‘cogito ergo
sum’ [‘pienso, luego existo’], base del racionalismo occidental.
[n. del pr.]
Rudolf Steiner
03e
Goethe, acertadamente, opina sobre él:
“Porque aunque, como él mismo indica
siempre, hay que recopilar particularidades
únicamente con objeto de seleccionarlas,
ordenarlas y llegar por fin, a universalidades,
ocurre que los casos particulares conservan,
para él, demasiados derechos, y antes
de que por inducción pueda llegar a la
simplificación y conclusión siquiera sea de
aquellos que él destaca, ocurre que la vida se
pasa y las fuerzas se consumen.”9
03f
Según Bacon estas reglas generales son medios a
través de los cuales al raciocinio le es posible abarcar
cómodamente el ámbito de las particularidades.
03g
Pero Bacon no cree que tales reglas estén funda‑
das sobre el contenido ideal de las cosas ni que sean
realmente fuerzas creativas de la naturaleza.
03h
Por eso Bacon no busca inmediatamente la idea
en el caso particular, sino que la abstrae de una mul‑
tiplicidad de particularidades.
03i
Quien no crea que la idea vive en el objeto de‑
terminado no podrá sentirse inclinado a buscarla allí
—aceptará el objeto tal como se presenta a la simple
observación exterior—.
03j
La importancia de Bacon se halla en que él pone
de relieve la observación exterior, desdeñada por
la tendencia del platonismo unilateral; y en haber
insistido en que en la observación exterior hay una
fuente de la verdad.
03k
Pero no supo hacer justicia en la misma me‑
dida al mundo de las ideas frente al mundo de la
observación.
9
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 14
03l
Declaró que lo ideal era un elemento subjetivo
del espíritu humano.10
03m
Su manera de pensar es un platonismo invertido.
03n
Platón sólo ve la realidad en el mundo de
las ideas; Bacon, en el mundo sin ideas de la
percepción.
03o
En la concepción de Bacon se halla el punto de
partida de una mentalidad que predomina todavía
hoy entre los naturalistas contemporáneos.
03p
Adolece de un punto de vista erróneo del ele‑
mento ideal existente en el mundo de la experiencia.
03q
No cabía acuerdo con la opinión medieval —
engendrada por una visión unilateral— que tendía a
considerar las ideas como meros nombres, en lugar
de ver en ella realidades inherentes a las cosas.
.  .  .
04a
Tres décadas después de Bacon, Descartes
formuló su pensar partiendo de puntos de vista
diferentes, pero no menos influido por las corrientes
surgidas de un único aspecto del platonismo.
04b
También Descartes padece del pecado heredita‑
rio del pensar occidental, de la desconfianza hacia la
contemplación ingenua de la naturaleza.
04c
La duda acerca de la existencia y de la cognosci‑
bilidad de las cosas es el principio de la investigación
de Descartes.
04d
Descartes no dirige su mirada a los objetos con
el fin de alcanzar la certeza, sino que sólo recurre a
una diminuta puerta, a un sendero minúsculo, en el
verdadero sentido de la palabra.
04e
Se retrae al ámbito más íntimo del pensar.
04f
Descartes se dice:
10
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
“Todo lo que hasta ahora he creído
verdadero, puede ser falso.
”Lo que he pensado puede ser que se base
sobre una ilusión engañosa.
”No obstante hay un hecho que sí se impone:
que yo pienso sobre las cosas.
”Aunque lo que piense sea falso, lo que sí
hago es pensar.
”Y si pienso es porque existo.
”Pienso, luego soy. ”11
04g
Con esto Descartes cree haber logrado un punto
de partida sólido para todo el pensar subsiguiente.
04g
Acto seguido Descartes se pregunta:
“¿No hay en el contenido de mi pensar
alguna otra cosa más que indique a un ser
verdadero?”12
04i
Y entonces encuentra la idea de Dios como un
ser absolutamente perfecto.
04j
Ahora bien, dado que el hombre mismo es im‑
perfecto, ¿cómo llega al mundo de sus ideas la idea
de un ser absolutamente perfecto?
04k
Es imposible que un ser imperfecto engendre
esta idea por sí mismo, porque lo más perfecto que
él pueda llegar a pensará ser siempre imperfecto.
04l
Consecuentemente, la idea del ‘ser perfecto’
tiene que haber sido puesta en el hombre imperfecto
por el ser perfecto mismo.
04m
Luego tiene que existir Dios.
04n
Pero, ¿cómo puede un ser perfecto reflejarnos
una ilusión?
04o
Por lo tanto el mundo exterior, que se nos nues‑
tra como realidad, tiene que ser real.
11
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
12
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
04p
De no ser así, sería un espejismo suscitado por la
divinidad para embaucarnos.
04q
He aquí de qué manera Descartes se esfuerza
por recobrar la confianza de la que un sentimiento,
heredado de sus predecesores, le había despojado en
un principio.
04r
Descartes busca la verdad por un camino artifi‑
cioso extremadamente.
04s
Parte exclusivamente del pensar.
04t
Únicamente al pensar le reconoce la fuerza de
generar convicción.
04u
Por medio de la observación sólo puede obtener‑
se una certeza si ésta es facilitada por el pensar.
04v
La consecuencia de este punto de vista fue que
los sucesores de Descartes aspiraron a comprobar el
conjunto de las verdades que el pensar puede desa‑
rrollar y demostrar a partir de sí mismo.
04w
Se pretendía hallar la suma de todos los conoci‑
mientos por medio d~ la pura razón.
04x
Se quería partir de las nociones más inmediatas
y evidentes para recorrer paulatinamente el ciclo
completo del pensar puro.
04y
Este sistema debía ser elaborado según el mo‑
delo de la geometría euclidiana13; se pensaba que
ésta partía de afirmaciones sencillas y verdaderas y
que desarrollaba todo su contenido por vía de mera
consecuencia lógica, sin recurrir a la observación.
04z
Un sistema así, de verdades racionales puras es
también lo que Spinoza14 ha intentado ofrecer en su
‘Ética.’15
13
geometría euclidiana: Estudia las propiedades geométricas del
plano y del espacio tridimensional mediante el método sintético,
introduciendo los cinco postulados de Euclides. [n. del pr.]
14
Baruch Spinoza (1632-1677): Filósofo holandés, heredero crítico
del cartesianismo, uno de los tres grandes racionalistas de la
filosofía del siglo XVII. Obras: ‘Ética.’ [n. del pr.]
15
Spinoza, Baruch. ‘Ética.’ [n. del pr.]
[ga006] 15
04a1
Spinoza toma una serie de conceptos —‘sustan‑
cia,’ ‘atributo,’ ‘modo,’ ‘pensamiento,’ ‘extensión,’ ‘
etcétera— y examina de manera puramente racional
la relación y contenido de tales conceptos.
04b1
Es en el edificio del pensar donde debe expresar‑
se la esencia de la realidad.
04c1
Spinoza considera que sólo un conocimiento
obtenido por esta actividad ajena a lo real correspon‑
de a la verdadera esencia del mundo y suministra las
ideas adecuadas.16
04d1
Las ideas procedentes de la percepción de los
sentidos son, para Spinoza, inadecuadas, confusas y
mutiladas.
04e1
Es fácil reconocer en esta interpretación del
mundo la influencia de la concepción platónica uni‑
lateral en cuanto a la contradicción entre las percep‑
ciones y las ideas.
04f1
Los pensamientos que se forman independiente‑
mente de la percepción son lo único que tiene valor
para el conocimiento.
04g1
Spinoza va todavía más lejos.
04h1
Extiende la contradicción también al sentir y al
obrar moral del hombre.
04i1
Las sensaciones de repulsión no pueden provenir
más que de ideas que proceden de la percepción;
tales ideas engendran en el hombre deseos y pasiones
de los que puede convertirse en esclavo si se abando‑
na a ellos.
04j1
Sólo lo que procede de la razón genera sensacio‑
nes absolutas de placer.
04k1
Por lo tanto, la mayor dicha del hombre consis‑
te en vivir en las ideas de la razón, en entregarse al
conocimiento del mundo puro de las ideas.
16
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
04l1
Quien haya superado lo que procede del mundo
de la percepción y viva únicamente en el conoci‑
miento puro, experimenta la felicidad suprema.17
05a
Apenas un siglo después de Spinoza hace su apa‑
rición el escocés David Hume con una manera de
pensar que nuevamente hace surgir el conocimiento
únicamente de la percepción.
05b
Sólo objetos singulares se dan en el espacio y en
el tiempo.
05c
El pensar enlaza las percepciones particulares
porque el entendimiento ha adquirido el hábito de
establecer una relación entre los objetos, pero no
porque en ellas percepciones haya algo que corres‑
ponda a esta relación.18
05d
El hombre está ‘acostumbrado’ a ver que una
cosa sucede a la otra en el tiempo.
05e
El se forma la idea de que la continuidad es ne‑
cesaria —hace, de lo primero, causa, y de lo segun‑
do, efecto—.
05f
El hombre está habituado a ver que a un pensa‑
miento de su espíritu le sigue un movimiento de su
cuerpo; se explica esto diciéndose que el espíritu ha
producido el movimiento de su cuerpo.
05g
Las ideas humanas no son otra cosa que hábi‑
tos del pensar; la realidad la tienen únicamente las
percepciones.19
.  .  .
06a
Las tendencias del pensar más diversas que se
han dado a lo largo de los siglos vienen a unirse en la
visión del mundo de Kant.20
17
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
18
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
19
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
20
Immanuel Kant (1724-1804): Filósofo prusiano de la Ilustración,
representante del criticismo y precursor del idealismo alemán.
Rudolf Steiner
06b
Kant también carece de la sensibilidad natural
para con la relación existente entre percepción e idea
—vive rodeado de prejuicios filosóficos asimilados a
través del estudio de sus antecesores—.
06c
Uno de estos prejuicios es el de creer que existen
verdades necesarias engendradas por el pensar puro,
exento de toda experiencia.
06d
La prueba de ello, según Kant, viene dada por la
existencia de las matemáticas y de la física pura, que
contienen verdades de este género.21
06e
Otro de sus prejuicios consiste en negar a la
experiencia la capacidad de llegar a alcanzar verdades
igualmente necesarias; la desconfianza con respecto
al mundo de la percepción se da también en Kant.
06f
A estos hábitos de su manera de pensar hay que
añadir la influencia de Hume.
06g
Kant da la razón a Hume respecto a la afirma‑
ción de que las ideas por las que el pensar reúne las
percepciones particulares no provienen de la expe‑
riencia, sino que el pensar las añade a la experiencia.
06h
Estos tres prejuicios constituyen los fundamen‑
tos del edificio del pensamiento Kantiano.
06i
El hombre posee verdades necesarias.
06j
Éstas no pueden provenir de la experiencia, ya
que la experiencia no suministra tales verdades; sin
embargo, el hombre las aplica a la experiencia.
06k
El hombre enlaza adecuadamente las percepcio‑
nes particulares de acuerdo con estas verdades que
provienen de él mismo.
06l
Está en la naturaleza del hombre el relacionar
las cosas de forma que correspondan a las verdades
adquiridas mediante el pensar puro.
Uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y
de la filosofía universal. Obras: ‘Crítica de la razón pura,’ ‘Crítica
de la razón práctica,’ ‘Crítica del juicio,’ ‘La metafísica de las
costumbres.’ [n. del pr.]
21
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 16
06m
Kant va aún más lejos.
06n
Atribuye a los sentidos la capacidad de poner en
un orden determinado aquello que reciben del exte‑
rior; este orden no fluye tampoco desde fuera con las
impresiones de las cosas.
06o
El orden espacial y temporal es recibido por las
impresiones solamente a través de la percepción
sensible.
06p
Ni el espacio ni el tiempo forman parte de los
objetos.
06q
El hombre está organizado de tal manera que
cuando las cosas impresionan sus sentidos, éstos las
ordenan en relaciones de espacio y tiempo.
06r
El hombre no recibe de fuera más que sensacio‑
nes e impresiones.
06s
El ordenamiento de las mismas en el espacio y
en el tiempo, el agruparlas formando ideas, es obra
propia del hombre.
06t
Pero tampoco las sensaciones son algo que pro‑
venga de las cosas mismas.
06u
Lo que el hombre percibe no son las cosas sino
las impresiones que ellas ejercen sobre él.
06v
Yo no sé nada de un objeto cuando experimen‑
to una sensación; sólo puedo decir: noto en mí la
presencia de una sensación.22
06w
Acerca de las propiedades que permiten al objeto
despertar sensaciones en mí, yo no puedo saber
nada.
06x
Para Kant, el hombre nada tiene que ver con
las cosas en sí, sino solamente con las impresiones
que éstas producen en él, y con las relaciones que él
mismo establece entre estas impresiones.23
06y
El mundo de la experiencia no es captado obje‑
tivamente desde fuera, sino engendrado subjetiva‑
22
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
23
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
mente desde el interior, en respuesta a un estímulo
exterior —su sello no se lo imprimen los objetos
sino la organización humana—.
06z
Por consiguiente, el mundo de la experiencia no
existe con independencia del hombre.24
06a1
Desde este punto de vista es posible admitir ver‑
dades necesarias, independientes de la experiencia.
06b1
Pues estas verdades necesarias no se refieren más
que a la manera según la cual el hombre determina,
a partir de sí mismo, su mundo de experiencia.
06c1
Contienen’ las leyes de su organización; no tie‑
nen ninguna relación con las cosas en sí.
06d1
Así pues, Kant ha encontrado una salida que le
permite mantener su noción preconcebida de que
existen verdades necesarias que sirven para el conte‑
nido del mundo de la experiencia, sin proceder, no
obstante, de éste.
06e1
Sin embargo, para obtener esta solución tuvo
que decidirse por la opinión de que el espíritu
humano es incapaz de saber algo de los objetos en sí
mismos.
06f1
Tuvo que limitar todo conocimiento al mundo
de las apariencias tal como éste es pensado por la
organización humana, en respuesta a las impresiones
producidas por los objetos.
06g1
Pero ¿qué puede importar a Kant la esencia de
las cosas en sí, con tal de poder salvar las verdades
eternas, necesariamente válidas, en el sentido en que
él las concebía?25
06h1
El platonismo truncado ha hecho que surja en
Kant un fruto que paraliza el conocimiento.
06i1
Platón se apartó de la percepción sensible para
dirigir su mirada a las ideas eternas, ya que le pare‑
24
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
25
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
cía que la percepción no le revelaba la esencia de las
cosas.
06j1
Pero Kant prescinde de que las ideas puedan
desvelar una comprensión verdadera sobre la esencia
del mundo, con tal de que conserven, al menos, su
carácter de eternidad y necesidad.
06k1
Platón se atiene al mundo de las ideas porque
cree que la verdadera esencia del mundo tiene que
ser eterna, indestructible, inmutable, y no puede
otorgar estas propiedades más que a las ideas.
06l1
Kant se da por satisfecho sólo con poder afirmar
que las ideas tienen dichas propiedades; con ello, ya
no es necesario que las ideas expresen la esencia del
Universo.
.  .  .
07a
La concepción filosófica de Kant era, además,
especialmente alimentada por su manera de sentir la
religión.
07b
Él no partía de observar en el ser humano el
acorde vivo del mundo de las ideas y la percepción
sensorial, sino que se hacía la siguiente pregunta:
“¿Puede el hombre, a través de la vivencia
del mundo de las ideas, reconocer algo que
no pueda entrar nunca en el ámbito de la
percepción?”26
07c
Quien piense según la visión goetheana del
mundo intentará reconocer el carácter real del mun‑
do de las ideas en tanto que comprenda la esencia de
la idea, y se le haga evidente cómo la idea permite
ver la realidad en el mundo de la apariencia sensible.
07d
Entonces se considera con derecho a pregun‑
tarse: ¿hasta qué punto me es posible, en virtud del
26
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 17
carácter real del mundo de las ideas, así vivido, pe‑
netrar en los ámbitos en los que las verdades supra‑
sensibles —libertad, inmortalidad, orden divino del
Universo—— encuentran su relación con el conoci‑
miento humano?
07e
Kant niega la posibilidad de saber algo acerca
de la realidad del mundo de las ideas a través de la
relación de dicha realidad con la percepción de los
sentidos.
07f
Esta premisa produjo para él, como resultado
científico, aquello que inconscientemente le exigía
su sensibilidad religiosa: que el conocimiento cien‑
tífico tenía que detenerse ante las cuestiones con‑
cernientes a la libertad, la inmortalidad y el orden
divino del Universo.27
07g
Así pues, para Kant, el conocimiento humano
sólo puede llegar a las fronteras que delimitan el
ámbito de los sentidos, y a todo aquello que queda
más allá sólo le concierne la fe.28
07h
Él quería poner límites al conocimiento para
salvaguardar la fe.
07i
En la concepción goetheana del mundo se pre‑
tende dotar al saber de una base sólida, consistente,
en primer lugar, en el reconocimiento de la esencia
del mundo ideal en la naturaleza, para, a partir de
ahí, progresar hacia una experiencia que se encuen‑
tra más allá del mundo de los sentidos.
07j
Incluso cuando se descubren territorios que
no están en el ámbito de los sentidos, la mirada
se dirigirá hacia el acorde vivo de idea y experien‑
cia para, de esta manera, buscar la seguridad del
conocimiento.
07k
Kant no consiguió encontrar semejante
seguridad.
27
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
28
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
07l
Por eso se esforzó en descubrir, para los con‑
ceptos de libertad, inmortalidad y orden divino, un
fundamento exterior al conocimiento.29
07m
En la concepción goetheana del mundo se da un
querer conocer las ‘cosas en sí,’ en tanto en cuanto lo
permita la esencia del mundo ideal que está com‑
prendida en la naturaleza.
08a
La concepción kantiana del mundo implica
privar al conocimiento del derecho a iluminar el
mundo de los objetos en sí.
08b
Goethe quiere encender en el conocimiento una
luz que revele la esencia de las cosas.
08c
Para Goethe está claro que la esencia de los obje‑
tos iluminados no está en la luz; pero a pesar de ello
no renuncia a dar a conocer esta esencia mediante la
iluminación de esta luz.
08d
Kant se mantiene en su postura: la esencia de los
objetos iluminados no se halla en la luz; por ello la
luz no puede revelar nada acerca de esa esencia.
09a
La concepción de Kant, desde un punto de vista
goetheano, sólo puede tener el siguiente sentido: esa
visión del mundo no se ha formado ni por la elimi‑
nación de viejos errores ni por una profundización
libre y original en la realidad, sino por haber fundi‑
do, mediante la lógica, prejuicios filosóficos y reli‑
giosos transmitidos por educación o por tradición.
09b
Sólo pudo surgir en un espíritu en el que el
sentido para con la actividad viva en el marco de la
naturaleza se había quedado sin desarrollar.
09c
Y no ha podido influir más que en aquellos espí‑
ritus que adolecían de la misma carencia.
09d
La extensa influencia que ejerció el pensar de
Kant sobre sus contemporáneos hace posible apre‑
ciar hasta qué punto se encontraban éstos bajo el
influjo de un platonismo unilateral. ♣♣
29
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
[i:04]    Goethe y la visión
platónica del mundo
He descrito la evolución del pensar desde Platón
hasta la época de Kant para poder mostrar qué es
lo que debía sentir Goethe ante el sedimento de las
ideas filosóficas a las que podía recurrir para satisfa‑
cer su poderosa necesidad de conocimiento.
01b
En las filosofías no encontró respuesta a las
innumerables cuestiones a las que su naturaleza le
incitaba.
01c
En efecto, cuantas veces profundizaba en la
visión del mundo de un filósofo se producía siempre
una divergencia entre el sentido de sus preguntas y
el mundo del pensar en el cual pretendía encontrar
orientación.
01d
Esto se debía a que la separación entre idea y ex‑
periencia, característica de un platonismo unilateral,
era contraria a su naturaleza.
01e
Cuando contemplaba la naturaleza, ésta le
presentaba las ideas —por ello, Goethe sólo podía
concebirla llena de ideas—.
01f
Un mundo ideal que no penetre en las cosas de
la naturaleza y que no destaque su nacimiento y su
muerte, su ser y su crecer, es para Goethe como un
tejido de pensamientos sin consistencia.
[ga006] 18
01g
Entretejer pensamientos mediante la lógica, sin
sumergirlos en la vida y en 1a creatividad de la natu‑
raleza, se le aparece a Goethe como algo estéril, pues
se siente íntimamente unido a la naturaleza —se
considera a sí mismo como un miembro vivo de la
naturaleza—.
01h
En su opinión, aquello que nace en su espíritu lo
ha hecho nacer la naturaleza.
01i
El hombre no puede quedarse en un rincón y
pensar que desde allí puede elaborar un tejido de
pensamientos que revele la esencia de las cosas.
01j
Ha de dejar pasar a través suyo continuamente la
corriente del devenir universal.
01k
Entonces sentirá que el mundo de las ideas no
es otra cosa que la fuerza activa y creadora de la
naturaleza.
01l
No querrá situarse por encima de las cosas para
reflexionar sobre ellas, sino que se adentrará en sus
profundidades para extraer de allí lo que en ellas vive
y actúa.
02a
Era la naturaleza artística de Goethe lo que le
llevaba a esta forma de pensar.
02b
Con la misma necesidad con la que una flor
florece, sentía él crecer en su personalidad sus frutos
poéticos.
02c
La manera en que el espíritu producía en Goethe
la obra de arte no le parecía que fuera diferente a
cómo la naturaleza engendraba sus criaturas.
02d
Y así como en una obra de arte no se puede sepa‑
rar el elemento espiritual de la materia carente de
espíritu, del mismo modo en un objeto de la natu‑
raleza a él le era imposible imaginarse la percepción
sin la idea.
02e
Por ello le resultaba extraño un punto de vista
que ve en la percepción únicamente algo turbio,
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
confuso, y que pretende contemplar el mundo de las
ideas aisladamente, limpio de toda experiencia.
02f
Goethe sentía que toda concepción del mundo
que estuviera animada por un platonismo entendido
unilateralmente era antinatural.
02g
Es por eso por lo que no encontraba en los filó‑
sofos aquello que en ellos buscaba.
02h
Él buscaba las ideas que viven en los objetos y
que hacen aparecer todas las particularidades de la
experiencia como surgiendo de un todo vivo; los
filósofos le ofrecían cáscaras de pensamientos que
habían convertido en sistemas según principios
lógicos.
02i
Cada vez que buscaba en otros explicación para
los enigmas que la naturaleza le proponga siempre
tuvo que volver a sí mismo.
.  .  .
03a
Así, una de las cosas con las que Goethe padeció
antes de su viaje a Italia [1786-1788] fue el no haber
podido satisfacer su necesidad de conocimiento.
03b
En Italia pudo formarse una opinión acerca de
las fuerzas generadoras de las que surgen las obras de
arte.
03c
Allí descubrió que en las obras maestras del arte
está contenido aquello que los hombres veneran
como divino, como eterno.
03d
Tras contemplar creaciones artísticas que le
impresionaron especialmente, escribió las siguientes
palabras:
“Las grandes obras de arte son, al mismo
tiempo, las más grandes de la Naturaleza que
el hombre ha creado según leyes verdaderas y
naturales.
Rudolf Steiner
”Toda arbitrariedad, toda quimera se
derrumba; ahí esta la necesidad; ahí está
Dios.”1
04a
El arte de los griegos le arranca esta frase:
“Tengo el presentimiento de que los griegos
observan las leyes según las cuales obra la
Naturaleza y a las que yo sigo la pista.”2
04b
Lo que Platón creyó encontrar en el mundo de
las ideas, lo que los filósofos no pudieron dar nunca
a Goethe, eso es lo que le es revelado por las obras
de arte italianas.
04c
En el arte, a Goethe se le revela por primera vez
de una forma perfecta aquello que él puede conside‑
rar como el fundamento del conocimiento.
04d
En la producción artística ve una forma de obrar
de la naturaleza de un nivel superior; las creaciones
del arte constituyen para él creaciones supremas de
la naturaleza.
04e
Más tarde lo expresará en su clásica obra
‘Winckelmann’:
“Encontrándose el hombre en la cúspide de
la naturaleza, se ve a sí mismo nuevamente
como una naturaleza total que tiene que
producir en ella misma a su vez una cúspide.
”Para ello trata de superarse empapándose de
todas las perfecciones y de todas las virtudes,
recurre a la elección, al orden, a la armonía
y a lo significativo para, finalmente, elevarse
a la producción de la obra de arte…”3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
1
2
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
3
Goethe, Johann W. von. ‘Winckelmann und sein Jahrhundert
[‘Winckelmann y su siglo’]. (1805) [N. del Ed.]
[ga006] 19
04f
Goethe no alcanzó su concepción del mundo
por el camino de las deducciones lógicas sino por
observación de la esencia del arte.
04g
Y aquello que ha encontrado en el arte, Goethe
lo busca también en la naturaleza.
05a
La actividad por medio de la cual Goethe llega a
poseer un conocimiento de la naturaleza no difiere
esencialmente de la actividad artística —ambas se
entrelazan y superponen—.
05b
A juicio de Goethe, el artista adquirirá mayor
grandeza y carácter
“si a sus talentos añade el ser una persona
instruida en botánica; si, desde las raíces
mismas, reconoce las influencias de las
diferentes partes sobre el desarrollo y el
crecimiento de la planta, su función y sus
mutuas relaciones; si observa y medita sobre
la aparición sucesiva de la hoja, de la flor, la
fecundación, el fruto y la nueva semilla.
”Entonces ya no se contentará con mostrar su
gusto a través de la elección de los fenómenos,
sino que nos maravillará e instruirá a la
vez con una correcta interpretación de las
propiedades de éstos.”4
05c
Según Goethe, la obra de arte será tanto más
perfecta cuanto mejor refleje la ley existente en la
obra de la naturaleza a la que se corresponda.
05d
Sólo existe un único reino homogéneo de la
verdad, el cual abarca arte y naturaleza.
05e
Por ello, la capacidad de creación artística no
podría ser sustancialmente diferente de la del cono‑
cimiento de la naturaleza.
05f
Acerca del estilo del artista, Goethe dice:
4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
“que reposa sobre las más profundas bases del
conocimiento, sobre la esencia de las cosas, en
la medida en que nos es permitido reconocer
ésta en formas visibles y tangibles.”5
05g
La visión del mundo que procede de la obser‑
vación del platonismo unilateral traza una línea
separatoria nítida entre ciencia y arte.
05h
El quehacer artístico se basa en la fantasía, en el
sentimiento; las conclusiones científicas deben ser el
resultado de un desarrollo del entendimiento, exento
de fantasía.
05i
Goethe concibe todo esto de manera distinta.
05j
Cuando dirige su mirada a la naturaleza recoge
de ella una suma de ideas; pero él se encuentra con
que el elemento ideal no está excluido del objeto de
la experiencia individual; la idea, por encima de lo
particular, remite a otros objetos afines, en los cuales
ella se manifiesta de manera análoga.
05k
El observador filosófico retiene este componente
ideal y pasa a expresarlo inmediatamente a través del
pensar.
05l
Este ideal actúa también sobre el artista.
05m
Pero al artista le impulsa a realizar una obra en
la que la idea no actúa simplemente como actúa en
una obra de la naturaleza, sino que se convierte en
presencia inmediata.6
05n
Lo que en las obras de la naturaleza es meramen‑
te ideal y se revela únicamente ante el ojo espiritual
del observador, en la obra de arte se convierte en
real, se hace realidad perceptible.
05o
El artista hace realidad las ideas de la naturaleza.7
05p
Sin embargo, el artista no necesita traer a su
conocimiento la naturaleza en forma de idea.
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
6
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
7
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
05q
Cuando observa un objeto o un fenómeno surge
inmediatamente otro en su espíritu, el cual contiene
en estado de realidad aquello que en el primero era
tan sólo idea.
05r
El artista crea imágenes de la naturaleza,
transmutando su contenido ideal en contenido
perceptible.
05s
El filósofo muestra la naturaleza tal como ésta
se presenta ante la observación del pensar; el artista
muestra el aspecto que tendría tal naturaleza si reve‑
lara las fuerzas que la animan también abiertamente
a la percepción, en lugar de ofrecerlas únicamente al
pensar.
05t
Es una y la misma verdad la que reproducen el
filósofo en forma de pensamiento y el artista en for‑
ma de imágenes —ambos se diferencian solamente
en sus medios de expresión—.
05u
La profundización en la verdadera relación exis‑
tente entre idea y experiencia que Goethe adquirió
en Italia, no es sino el fruto de una semilla que había
estado escondida en su propia naturaleza.
05v
El viaje a Italia le aportó aquel calor estival que
era el idóneo para hacer madurar la semilla.
05w
En el ensayo titulado ‘La Naturaleza,’8 publica‑
do en 1782 en el periódico ‘Tiefurter’ [‘Más pro‑
fundo’], cuyo autor es Goethe, se encuentra ya en
germen toda su ulterior concepción del mundo.
05x
Lo que en el ensayo es sólo un oscuro presenti‑
miento se convertirá más tarde en pensamiento claro
y preciso.
“¡Naturaleza!
”Estamos rodeados y abrazados por ella,
incapaces de abandonarla e incapaces de
penetrar más en ella.
8
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 20
”Sin requerimiento ni aviso, nos lleva al
círculo de su danza, girando con nosotros
hasta que, fatigados, caemos en sus brazos
[…]
”Ella (la naturaleza) ha ‘pensado’ y ella
‘medita’ incesantemente, pero no como
persona sino como naturaleza […]
”Ella no posee lenguaje ni palabra pero crea
lenguas y corazones, mediante los cuales
siente y habla […]
”No soy yo el que ha hablado de ella.
”No, ha sido ella la que ha dicho todo lo que
es cierto y lo que es falso.
”Suya es toda culpa, suyo todo mérito.”9
05y
Cuando Goethe escribió estas frases todavía no
concebía con claridad cómo la naturaleza expresa su
esencia ideal a través del hombre; pero sí sentía que
es la voz del espíritu de la naturaleza la que suena en
el espíritu del hombre.
06a
En Italia, Goethe encontró la atmósfera espiri‑
tual en la que se pudieron desarrollar sus órganos
cognoscitivos correspondientes a sus aptitudes para
alcanzar su plena satisfacción.
06b
En Roma, él ‘trató mucho con Moritz10 acerca
del arte y sus exigencias teóricas’; a lo largo del viaje
se ha ido formando en él, al observar la metamor‑
fosis de las plantas, un método acorde con la natu‑
raleza que más tarde demostró ser fructífero para el
conocimiento de toda la naturaleza orgánica.
“Porque al presentarme la vegetación,
paso a paso, su modo de proceder no podía
equivocarme, sino que, dejándola hacer, no
tenía más que descubrir los caminos y medios
9
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
10
Moritz Daniel Oppenheim (1800-1882): Pintor alemán.
[n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
por los que ella sabe llegar, poco a poco, desde
el estado más velado hasta su apogeo.”11
06c
Pocos años después de su regreso de Italia logró
encontrar un método que, nacido de sus imperativos
espirituales, le había de servir para la observación de
la naturaleza inorgánica.
“En el transcurso de mis investigaciones de
física se impuso en mí la certeza de que la
tarea más importante en toda observación
de los objetos es la de examinar exactamente
todas las condiciones necesarias para la
aparición de los fenómenos, buscando
obtener la forma más completa posible de los
mismos; porque, finalmente, los fenómenos
son obligados a ordenarse, o mejor dicho, a
entrelazarse, formando ante la observación
del investigador una especie de organización
que manifestará la totalidad de su vida
interior.”12
06d
En ninguna parte obtuvo Goethe una explica‑
ción —tuvo que procurársela por sí mismo—.
06e
Buscó el por qué y creyó hallarlo en el hecho de
que él carecía del órgano para la filosofía como tal.
06f
Pero la causa estaba, realmente, en que el pensar
platónico unilateral que dominaba todas las filoso‑
fías que a Goethe le eran asequibles contradecía la
sana disposición de su naturaleza.
06g
En su juventud había recurrido repetidas ve‑
ces a Spinoza; incluso reconoce que este filósofo
había ejercido siempre sobre él una ‘influencia
apaciguadora.’
11
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
12
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
06h
Esto se debió a que Spinoza contempla el
Universo como una gran unidad y piensa que todo
lo particular deriva necesariamente del Todo.
06i
Aunque Goethe no rechazaba el contenido de la
filosofía de Spinoza, sentía, no obstante, que esta le
seguía resultando ajena:
“Que no se piense que yo pudiera haber
firmado sus escritos, ni que me hubiera
declarado partidario suyo al pie de la letra.
”Porque yo ya me había dado cuenta
demasiado claramente de que nadie
comprende al otro, que en palabras idénticas
nadie entiende lo mismo que otro, que
una conversación, una lectura, despierta,
en personas diferentes, distintos órdenes
de ideas, y al autor de ‘Werther’13 y de
‘Fausto,’14 con la profunda experiencia que
tiene en estos malentendidos, debe creérsele
capaz de no caer él mismo en la presunción
de poder entender completamente a un
hombre que, como discípulo de Descartes,
se elevó, a través de las matemáticas y de la
cultura rabínica, hasta la cumbre del pensar;
lo cual sigue siendo hoy día la meta de todo
esfuerzo especulativo.”15
07a
No era el hecho de que Spinoza hubiera sido
formado por Descartes, ni tampoco el que hubiese
accedido a la cumbre del pensar mediante la cultura
rabínica y matemática, lo que le convertía en algo a
Goethe, Johann W. von. ‘Las penas del joven Werther.’ Novela
13
epistolar semiautobiográfica sobre penas de amor y suicidio.
(1774) [n. del pr.]
14
Goethe, Johann W. von. ‘Fausto.’ (1808) Drama. Fausto, cansado
de la vida y decepcionado de la ciencia, hace un pacto con
el diablo que le devuelve la juventud a cambio de su alma.
[n. del pr.]
15
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 21
lo que Goethe no podía entregarse por entero, sino
su manera puramente lógica de tratar la cuestión del
conocimiento, ajena a la realidad.
07b
Goethe no podía entregarse a un pensar libre de
toda experiencia porque no le era posible separarlo
del conjunto de la realidad.
07c
No quería limitarse a enlazar un pensamiento
con otro únicamente por medio de la lógica.
07d
Antes bien, le parecía que una actividad mental
semejante le distraía de la auténtica realidad.
07e
Goethe necesitaba sumergir el espíritu en la
experiencia para llegar hasta las ideas.
07f
La acción recíproca entre la idea y la percepción
era para Goethe la respiración misma del espíritu.
“La oscilación del péndulo rige el tiempo, la
alternancia de la idea y de la observación
rige el mundo moral y científico.”16
07g
Para Goethe actuar conforme a la naturaleza era
considerar el mundo y sus fenómenos según el senti‑
do de esta frase.
07h
Porque no le cabía la menor duda de que la na‑
turaleza procedía de la misma manera.
07i
Que ella es ‘un desarrollo que parte de un todo
vivo y misterioso’ y desemboca en fenómenos múlti‑
ples y especiales que llenan el espacio y el tiempo.
07j
El toso misterioso es el mundo de la idea.
“La idea es eterna y única: no está bien que
al referirnos a ella empleemos el plural.
”Todo cuanto percibimos y de lo que podemos
hablar no son más que manifestaciones de
la idea: expresamos conceptos y, de hecho, la
idea misma, es un concepto.”17
16
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
17
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
07k
El obrar de la naturaleza parte del todo, que
es forma ideal, para llegar a lo particular, que es el
objeto real de la percepción.
07l
Por eso el observador debe
“reconocer en lo real lo ideal y apaciguar el
malestar que le causa lo finito, elevándose a
lo Infinito.”18
07m
Goethe está convencido de que
“la naturaleza actúa conforme a ideas, al
igual que el hombre persigue una idea en
todo aquello que emprende.”19
07n
Si el hombre consigue realmente elevarse a la
idea y, partiendo de ella, llega a comprender los
hechos particulares de la percepción, lleva a cabo el
mismo trabajo que la naturaleza realiza cuando hace
nacer a sus criaturas del todo misterioso.
07o
Mientras el hombre no sienta la influencia y
creatividad de la idea, su pensar se quedará aislado
de la naturaleza viviente.
07p
Considerará el pensar como una actividad
puramente subjetiva capaz de proyectar una imagen
abstracta de la naturaleza.
07q
Pero tan pronto como siente que la idea vive y
actúa en su interior, se observa a sí mismo y a la na‑
turaleza como un todo, y lo que aparece en su inte‑
rior como subjetivo cobra para él, al mismo tiempo,
un valor objetivo: sabe que ya no se halla frente a la
naturaleza como un extraño, sino que se siente uno
con el todo de la misma.
07r
Lo subjetivo se ha convertido en objetivo; lo
objetivo está totalmente penetrado por el espíritu.
18
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
19
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
07s
A juicio de Goethe, el error fundamental de
Kant consiste en que éste
“considera como objeto la capacidad
subjetiva de conocimiento misma, y que
distingue con agudeza, aunque no con
exactitud, el punto de encuentro de lo
subjetivo y lo objetivo.”20
07t
La capacidad de conocimiento le parece al
hombre subjetiva en tanto no tiene en cuenta que es
la naturaleza misma la que se expresa por medio de
ella.
07u
Subjetivo y objetivo se encuentran cuando el
mundo objetivo de las ideas revive en el sujeto, y en
el espíritu humano vive aquello que está actuando
en la naturaleza misma.
07v
Cuando es éste el caso, cesa toda contradicción
entre subjetivo y objetivo.
07w
Esta contradicción sólo tiene sentido mientras el
hombre la mantenga artificialmente, mientras consi‑
dere a las ideas como pensamientos suyos a través de
los cuales es descrita la esencia de la naturaleza pero
sin que contengan el principio activo de ella.
07x
Kant y los kantianos no sospechaban siquiera
que en las ideas de la razón, la esencia, lo ‘en sí’ de
las cosas, es vivida de un modo inmediato —para
ellos, todo lo que es ideal es puramente subjetivo—.
07y
Es por esto por lo que llegaron a la conclusión
de que lo ideal sólo sería válido necesariamente si
aquello a lo que se refiere —el mundo de la expe‑
riencia— fuera también únicamente subjetivo.
07z
El pensamiento kantiano se halla en una opo‑
sición radical al de Goethe, aunque existan algunas
20
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 22
declaraciones aisladas de Goethe en las que habla
con reconocimiento de Kant.21
07a1
Cuenta que él participó en algunas conversacio‑
nes sobre este particular.
“Con alguna atención pude comprobar
que se renovaba la vieja cuestión de saber
cuánto aportamos nosotros y cuánto aporta el
mundo exterior en nuestro existir espiritual.
”Yo jamás había separado ambas cosas y
cuando filosofaba, a mi manera, sobre los
objetos, lo hacía con ingenuidad inconsciente,
y creía realmente ver mis opiniones ante mis
ojos.
” Pero en cuanto surgía aquel debate me
gustaba ponerme de la parte que honraba
más al hombre, y daba por completo la razón
a todos los amigos que afirmaban con Kant:
aunque todos nuestros conocimientos surjan
de la experiencia no tienen en la experiencia
su fuente única.”22
08a
Según Goethe, la idea no emana, pues, de las
partes de la experiencia que se presentan a la mera
percepción a través de los sentidos del hombre.
08b
La razón, la fantasía, tiene que entrar en acti‑
vidad, deben penetrar en el interior del ser para
apoderarse de los elementos ideales de su existencia.
08c
En la medida en que esto es así, el espíritu hu‑
mano participa en la formación del conocimiento.
08d
Goethe estima que es un honor para el hombre
que en su espíritu se manifieste la realidad superior
que no es accesible a los sentidos; Kant, por el con‑
trario, niega al mundo de la experiencia el carácter
21
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
22
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
de realidad superior, porque contiene componentes
que proceden del espíritu.
08e
Sólo hacía falta que Goethe interpretara las fór‑
mulas de Kant para poder mostrarse favorable a ellas
—los principios del pensar de Kant son totalmente
opuestos a la naturaleza de Goethe—.23
08f
Si Goethe no hace resaltar esta contradicción
con la suficiente nitidez ello sin duda se debe, sim‑
plemente, al hecho de que él nunca asumió unos
principios que le eran demasiado ajenos.
“Es la introducción (a la ‘Crítica de la
Razón Pura’) lo que me gustó, pero en
cuanto al laberinto mismo, no fui capaz de
aventurarme en él: unas veces me lo impedía
mi afición poética, otras veces el sentido
común, sin sentirme en absoluto mejorado en
ningún aspecto.”24
08g
En cuanto a sus conversaciones con los kantia‑
nos, Goethe acabó por admitir:
“Aunque me escuchaban no sabían sin
embargo qué responderme ni sabían serme
útiles en ninguna cosa.
”Más de una vez me sucedió que el uno o el
otro reconociera con una sonrisa admirativa:
‘se trata de un equivalente del kantismo, pero
bastante peculiar.’”25
08h
Como ya he mostrado, no era ningún equivalen‑
te sino una forma de pensar absolutamente opuesta
al kantismo.
.  .  .
23
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
24
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
25
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
09a
Es interesante observar cómo Schiller trata de
explicarse la oposición entre el pensar goetheano y el
suyo.
09b
Él percibe toda la originalidad y la libertad de la
concepción goetheana del mundo.
09c
Pero no consigue apartar de su espíritu los ele‑
mentos del platonismo unilateral.
09d
No puede elevarse a la opinión de que idea y
percepción no se hallan separadas en la realidad,
sino que sólo son pensadas artificialmente como
separadas por un pensar aquejado de una tendencia
ideológica errónea.
09e
Por ello, al espíritu goetheano, al cual define
como ‘intuitivo,’ le contrapone el suyo propio como
‘especulativo,’ y afirma que ambos, si son lo sufi‑
cientemente fuertes, tienen que conducir a la misma
meta.26
09f
Schiller piensa que el espíritu intuitivo se atiene
a lo empírico, a lo individual y, partiendo de ahí,
asciende a las leyes, a la idea.
09g
Suponiendo que un espíritu de este tipo sea
genial, descubrirá en lo empírico lo necesario, en lo
individual la ‘especie.’27
10a
Por el contrario, el espíritu especulativo habrá de
seguir el camino opuesto.
10b
En primer lugar, al espíritu especulativo le tiene
que ser dada la ley, la idea, desde donde deberá des‑
cender a lo empírico y lo individual.
10c
Si un espíritu especulativo es genial, aún así sólo
tendrá siempre especies ante sí, pero con la posibi‑
lidad de poseer vida, y de una sólida relación con
objetos reales.28
26
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
27
gattung: Para la traducción de este término utilizaremos indis-
tintamente ‘especie,’ ‘lo general,’ ‘lo genérico.’ [N. del Tr.]
28
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 23
10d
La suposición de la existencia de un modo de
pensar especulativo frente al intuitivo se basa en la
creencia de que al mundo de las ideas le corresponde
una existencia aislada del mundo de la percepción.
10e
Si tal fuera el caso podría entonces existir un
camino por el que el contenido ideal de las cosas
perceptibles accedería al espíritu, aunque éste no lo
buscara en la experiencia.29
10f
Pero si el mundo de las ideas está unido indiso‑
lublemente a la realidad de la experiencia, si ambos
sólo existen como un todo único, entonces no puede
haber más que un conocimiento intuitivo que busca
la idea en la experiencia y que, al mismo tiempo,
abarca tanto lo individual como la especie.
10g
En realidad, no existe ningún espíritu puramen‑
te especulativo, en el sentido en que lo entendía
Schiller.
10h
Porque las especies sólo existen dentro de las
mismas esferas a las que pertenecen también los
individuos; y el espíritu no puede hallarlos en otra
parte.30
10i
Si un espíritu supuestamente especulativo tiene
realmente ideas relativas a especies, éstas ideas proce‑
den de la observación del mundo real.
10j
Si se pierde el sentir vivo de esta procedencia —
de esa relación necesaria de lo general con lo parti‑
cular— entonces es cuando nace la opinión de que
tales ideas pueden producirse en la razón, incluso sin
recurrir a la experiencia.
10k
Quienes así piensan consideran el contenido
de la razón pura como una suma de ideas generales
y abstractas ya que no ven los hilos que ligan estas
ideas a la experiencia.
29
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
30
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
10l
Esta ilusión se da con mayor facilidad cuanto
más generales y amplias sean las ideas en cuestión.
10m
Por el hecho de abarcar ámbitos extensos de
la realidad, en ellas han desaparecido o palidecido
muchos rasgos de lo particular correspondientes a
dichos ámbitos.
10n
Se puede adoptar buen número de estas ideas
por tradición y creer luego que son innatas al hom‑
bre, o que han sido elaboradas por la razón pura.
10o
Un espíritu víctima de esta creencia puede
considerarse a sí mismo como ‘especulativo’; pero
nunca podrá extraer de su mundo de ideas más de
lo que en él hayan depositado aquellos que se lo han
transmitido.
10p
Cuando Schiller dice que el espíritu especulativo,
si es genial,
“crea únicamente especies, pero con la
posibilidad de vida y de una sólida relación
con los objetos reales,”31
está equivocado.
10q
Un espíritu verdaderamente especulativo —que
sólo piensa en conceptos genéricos— no podrá
hallar en su mundo de ideas una relación sólida con
la realidad que no sea aquélla que ya se encuentra en
dicho mundo ideal suyo.
10r
Un espíritu que se considere especulativo, a pesar
de tener relaciones con la realidad de la naturaleza,
se halla preso de una ilusión acerca de su propia
esencia —y esa ilusión le puede inducir a descuidar
su relación con la realidad, con la vida inmediata—.
10s
Pensará que se puede apartar de la observación
inmediata por estimar que cuenta con otras fuentes
de la verdad.
31
Schiller, Friedrich. Carta a Goethe de agosto 23, 1794.
[N. del Ed.]
Rudolf Steiner
10t
La consecuencia será que el mundo ideal de un
espíritu como éste tendrá siempre un carácter mate
y pálido —sus pensamientos carecerán de los frescos
colores de la vida—.
10u
Quien desee vivir en unión con la realidad no
podrá obtener mucho de un mundo del pensar
como el descrito.
10v
La forma especulativa no puede ser considerada
como una forma espiritual equiparable a la forma
intuitiva, sino como forma de pensar marchita,
desvitalizada.
10w
El espíritu intuitivo, al volverse hacia la naturale‑
za, se unen en él inmediatamente percepción e idea,
formando una unidad; no tiene que ver solamente
con individuos, ni busca en lo empírico el carácter
de necesidad.
10x
Ambas, percepción e idea, son contempladas y
sentidas como una totalidad.
11a
Ya puede elevarse a las verdades más generales, a
las abstracciones más altas —en el espíritu intuitivo,
en su mundo del pensar, siempre se reconocerá la
presencia de la vida real inmediata—.
11b
¡Así era el pensar de Goethe!
11c
En su ‘Antropología,’32 Johann Heinroth,33 acer‑
ca de este pensamiento, dijo palabras certeras que
agradaron sobremanera a Goethe, ya que iluminaron
a éste acerca de su propia naturaleza.
“El Dr. […] habla favorablemente de
mi manera de ser y actuar; sí, califica de
peculiar mi proceder, o sea, mi facultad de
32
Heinroth, Johann. ’Lehrbuch der Anthropologie’ [‘Libro de texto
de antropología’] (1822) [n. del pr.]
33
Johann Christian August Heinroth (1773-1843): Médico alemán,
el primero en usar el término ’psicosomático.’ Dividió la perso-
nalidad humana en tres partes: ‘consciencia’ ‘ego’ (mente, emo-
ciones y voluntad), y ‘carne’ —unidades básicas, que incluían la
naturaleza pecaminosa del hombre—. [n. del pr.]
[ga006] 24
pensar actúa objetivamente, con lo cual
quiere expresar que mi pensar no se separa de
los objetos; que los elementos de los objetos,
las observaciones, se integran en mi pensar y
son penetrados por mi pensar de la manera
más íntima; que mi percepción misma es un
pensar y mi pensar una percepción.”34
11d
En el fondo, Heinroth no describe otra cosa que
la manera en que un pensar sano se comporta con
respecto a los objetos —cualquier otro procedimien‑
to supone extraviarse del camino natural—.
11e
Si en un hombre prepondera la observación, éste
quedará atado a lo particular, no podrá penetrar en
los motivos más profundos de la realidad; si en él
pesa más el pensar abstracto, sus conceptos se mues‑
tran insuficientes para comprender la plenitud de la
realidad.
11f
El extremo de la primera aberración está repre‑
sentado por el sujeto empírico a secas, que se con‑
tenta con los hechos individuales; el extremo de la
otra desviación lo encarna el filósofo que adora la
razón pura y que se limita a pensar, sin percatarse
en absoluto de que los pensamientos, por su misma
esencia, están ligados a la percepción.
11g
Goethe describe en una bella imagen el sentir del
pensador que asciende a las más altas verdades sin
perder la sensibilidad para con la experiencia.
11h
A comienzos del año 1784 escribe un estudio
sobre el granito.
11i
Se imagina en la cumbre de una montaña de esta
clase de roca donde se dice a sí mismo:
“Aquí descansas directamente sobre un suelo
que llega hasta los lugares más recónditos de
la Tierra; entre ti y el suelo firme del mundo
34
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
primigenio […] no se interpone ningún
estrato reciente de restos amontonados o
sedimentados; no pisas, como en aquellos
valles fértiles y bonitos, sobre una tumba
continua; estas cumbres no han creado
nada vivo ni se han tragado nada vivo, son
anteriores a toda vida y están por encima de
toda vida.
”En este instante, en el cual es como si
las fuerzas de atracción interior y de
movimiento de la Tierra actuasen sobre mí
de modo inmediato, en el que los influjos
del cielo me envuelven más de cerca, yo me
siento transportado hacia una contemplación
más excelsa de la naturaleza, y, dado que el
espíritu del hombre anima toda cosa, en mí
se forma un símbolo a cuya grandiosidad yo
no puedo resistirme.
”Tan en soledad, me digo a mí mismo,
mientras mi mirada desciende toda la
pendiente de esta cumbre pelada sin hallar
otra vegetación que un raquítico musgo que
crece al pie de ella, tan en soledad, digo,
se siente el hombre cuando únicamente
quiere abrir su alma a los sentimientos
más antiguos, a los más profundos, a los
sentimientos primeros de la verdad.”35
11j
Entonces, él puede decirse:
“Aquí, sobre este antiguo, eterno altar,
erigido justamente sobre el abismo de la
creación, yo aporto mi ofrenda al Ser de los
seres.
”Experimento los primeros, los más firmes
comienzos de nuestra existencia: abarco de
35
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
una mirada el mundo, sus valles, así los más
rudos como los más dulces, y sus fecundas
praderas a lo lejos; mi alma se eleva por
encima de sí misma y por encima de todas las
cosas y aspira al cielo más cercano.
”Pero enseguida el ardiente sol trae consigo
las necesidades humanas del hambre y de la
sed.
”El hombre, entonces vuelve su mirada hacia
los valles más allá de los cuales su espíritu se
había ya lanzado.”36
11k
Tal entusiasmo por el conocimiento, tal senti‑
miento de las más antiguas y sólidas verdades, sólo
puede desarrollarse en quien siempre, una y otra
vez, sabe encontrar el camino desde las regiones del
mundo ideal hasta la contemplación inmediata. ♣♣
36
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 25
[i:05]    personalidad y
concepción del mundo
El hombre aprende a conocer el aspecto exterior de
la naturaleza a través de la percepción; las fuerzas
creadoras de la misma, que están ocultas, se revelan
en el interior del hombre como vivencias subjetivas.
01b
En la consideración filosófica del mundo, así
como en la sensibilidad y creatividad artísticas, las
vivencias subjetivas penetran en las contemplaciones
objetivas.
01c
Aquello que había tenido que dividirse para
penetrar en el espíritu humano vuelve a ser un todo.
01d
El hombre satisface sus necesidades espirituales
superiores al incorporar al mundo, objetivamente
considerado, lo que éste le revela en su interior —sus
más profundos secretos—.
01e
Conocimientos y obras de arte no son otra cosa
que contemplaciones del mundo llenas de vivencias
internas del hombre.
01f
En el juicio más sencillo sobre un objeto o un
hecho del mundo exterior es posible encontrar en
íntima unión una vivencia anímica y una percepción
exterior.
01g
Si digo: ‘un cuerpo empuja a otro,’ ya he trasla‑
dado al mundo exterior una experiencia interior.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
01h
Veo un cuerpo en movimiento: choca con otro;
como consecuencia, éste último se pone también en
movimiento.
01i
Con estas palabras se agota el contenido de la
percepción.
01j
Sin embargo, esto no me satisface.
01k
Porque siento que el conjunto del fenómeno
contiene algo más que lo que la mera observación
proporciona.
01l
Recurro a una experiencia interior que me ilustre
acerca del fenómeno observado.
01m
Sé que yo mismo, si aplico fuerza presionando
sobre un cuerpo lo puedo poner en movimiento.
01n
Esta vivencia la transfiero al fenómeno y digo:
‘un cuerpo empuja a otro.’
“El hombre nunca acaba de comprender
hasta qué punto es antropomórfico.”1
01o
Hay hombres que de la existencia de este com‑
ponente subjetivo en todo juicio sobre el mundo
exterior sacan como conclusión que el núcleo esen‑
cial objetivo de la realidad es inalcanzable para el
hombre.
01p
Creen que el hombre falsea el estado de ‘hecho
inmediato y objetivo’ de la realidad al introducir en
éste sus vivencias subjetivas.
01q
Dicen ellos: incapaz de imaginar el mundo de
otra manera que no sea a través de los lentes de su
vida subjetiva, todos sus conocimientos son única‑
mente subjetivos, humanamente limitados.
01r
Pero el que se dé cuenta de lo que se revela en el
interior del hombre no querrá saber nada de estas
afirmaciones estériles.
1
Goethe, Johann W. von. ‘Aforismos en prosa.’ [N. del Ed.]
Rudolf Steiner
01s
Sabe que la verdad se forma, precisamente, por‑
que la percepción y las ideas se interpenetran en el
proceso cognoscitivo humano.
01t
Le resulta evidente que en lo subjetivo vive la
objetividad más auténtica y profunda.
“Cuando la naturaleza sana del hombre
actúa como un todo, cuando el hombre
se siente en el mundo como en un todo
grandioso, bello, digno y noble; cuando
el sentimiento del bienestar armonioso le
concede un entusiasmo puro y libre, entonces
el Universo, sintiéndose a sí mismo llegado a
su meta, admiraría, prorrumpiendo en gritos
de alegría, la cumbre de su propio devenir y
de su esencia.”2
01u
La realidad accesible a la mera percepción no es
más que una de las dos mitades de toda la realidad;
la otra mitad es el contenido del espíritu humano.
01v
Si no se presenta nunca un hombre frente al
mundo, esta segunda mitad no alcanzaría jamás una
forma viva, una existencia plena.
01w
Actuaría, sin embargo, en forma de fuerzas
ocultas del mundo; no obstante, le sería negada la
posibilidad de aparecer con forma propia.
01x
Es decir, que sin el hombre, el Universo mostra‑
ría un rostro falso.
01y
Sería tal como es en virtud de sus fuerzas más
profundas, pero estas fuerzas permanecerían ve‑
ladas por aquello que ellas mismas producen; es
en el espíritu humano donde son liberadas de su
encantamiento.
2
‘Deutsche National Literatur’ [‘Literatura Nacional Alemana’] de
Kürschner. Vol. 27, pág. 42. [N. del Ed.]
[ga006] 26
01z
El hombre no está ahí únicamente para hacerse
una imagen del mundo acabado; no, él mismo inter‑
viene en la formación de este mundo.
02a
Las vivencias subjetivas toman formas diferentes
según los hombres.
02b
Para aquellos que no creen en la naturaleza obje‑
tiva del mundo interior, esto constituye un motivo
más por el que negar al hombre la capacidad de
penetrar en la esencia de las cosas.
02c
Porque ¿cómo puede constituir la esencia de las
cosas algo que a uno le aparece de una manera y a
otro de otra?
02d
Aquel que descubre la verdadera naturaleza del
mundo interior, deduce de la diversidad de las vi‑
vencias íntimas únicamente que la naturaleza puede
expresar su rico contenido de diferentes maneras.
02e
A cada hombre la verdad se le aparece con una
indumentaria individual —se adapta a las peculiari‑
dades de su personalidad—.
02f
Esto es válido, sobre todo, en relación con
las verdades más elevadas y más importantes del
hombre.
02g
Para conseguirlas, el hombre traslada al mundo
observado sus vivencias más íntimas y espirituales y,
con ellas, al mismo tiempo, lo más característico de
su personalidad.
02h
Existen también, por supuesto, verdades genera‑
les que cada hombre acepta sin conferirles un matiz
individual —pero éstas son las más superficiales, las
más triviales—.
02i
Corresponden al carácter general de la especie
humana que es el mismo en todos.
02j
Determinadas características que son iguales en
todos los hombres producen también los mismos
juicios sobre los objetos.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
02k
La manera en que el hombre ve las cosas, en
cuanto a su medida y cantidad, es igual en todos.
02l
Por esta razón, todos hallan las mismas verdades
matemáticas.
02m
Pero la base para la formación individual de la
verdad se encuentra también en las características
que destacan la personalidad individual del carácter
general de la especie.3
02n
No se trata de que en un hombre la verdad
aparezca diferente a como aparece en otro, sino de
que todas las formas individuales que se ponen de
manifiesto pertenezcan a un todo único, al mundo
de las ideas homogéneo.
02o
La verdad habla dentro de cada hombre lengua‑
jes y dialectos diferentes; dentro de todo gran hom‑
bre habla un idioma particular que sólo corresponde
a esa personalidad.
02p
Pero no es siempre esa única Verdad la que
habla.
“Si conozco mi relación conmigo mismo y
con el mundo exterior, a esto le llamo verdad.
”De esta forma cada cual puede tener su
verdad propia y, sin embargo, ésta es siempre
la misma.”4
02q
¡Ésta es la opinión de Goethe!
02r
La verdad no es un sistema de conceptos, rígido
y muerto, que sólo sea capaz de una única forma; es
un mar vivo en el cual habita el espíritu del hombre
y que, en su superficie, puede mostrar olas de las
más diversas formas.
02s
Goethe dice:
3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
“La teoría en sí y por sí no sirve de nada,
sino en tanto en cuanto nos hace creer en una
relación entre los fenómenos.”5
02t
Él no siente aprecio por ninguna teoría que
se pretenda definitiva y represente así una verdad
eterna.
02u
Goethe quiere conceptos vivos, por medio de
los cuales el espíritu de cada cual, según su carácter
individual, pueda efectuar la síntesis de sus puntos
de vista.
02v
Reconocer la verdad significa, para Goethe, vivir
en la verdad, y el vivir en la verdad no es otra cosa
que observar, al contemplar todo objeto determi‑
nado, qué es lo que se experimenta interiormente
frente a dicho objeto.
02w
Con un punto de vista semejante sobre el co‑
nocer humano no se puede hablar de fronteras del
conocimiento ni de una limitación del conocimiento
derivada de la naturaleza del hombre.
02x
Porque la cuestión que se plantea el conoci‑
miento, conforme este punto de vista, no surge de
las cosas; y tampoco le ha sido impuesta al hombre
por alguna fuerza o potencia que se halle fuera de su
personalidad.
02y
Surge de la naturaleza misma de la propia
personalidad.
02z
Cuando el hombre pone su mirada sobre un
objeto brota en el hombre el deseo vehemente de ver
más allá de aquello que le ofrece la percepción de los
sentidos.
02a1
Y hasta donde alcanza este impulso, hasta allí
alcanza su necesidad de conocer.
02b1
¿De dónde procede este deseo?
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 27
02c1
Simplemente de que un elemento interior se
siente estimulado en el alma a establecer una rela‑
ción con la percepción.
02d1
Tan pronto como la relación se ha consuma‑
do, la necesidad de conocimiento queda también
satisfecha.
02e1
Querer conocer es una exigencia de la naturaleza
humana, y no de las cosas.
02f1
Las cosas no pueden decirle al hombre sobre su
esencia más de lo que él les exija.
02g1
El que hable de una limitación de la capacidad
de conocer no sabe de dónde procede la necesidad
de conocimiento.
02h1
Cree que el contenido de la verdad está guardado
en algún sitio y que en el hombre vive solamente el
deseo indeterminado de encontrar la entrada al lugar
donde se encuentra guardado.
02i1
Pero es la esencia misma de las cosas la que
se elabora a partir del interior del hombre y tien‑
de hacia aquello de lo que forma parte: hacia la
percepción.
02j1
El hombre, en su proceso cognoscitivo, no aspira
a algo oculto, sino a la armonización de dos fuerzas
que actúan sobre él, provenientes de dos lados.
02k1
Realmente se puede decir que sin el hombre no
existiría conocimiento del interior de los objetos ya
que, sin él, no habría nada a través de lo cual este
interior pudiera expresarse.
02l1
Pero no puede decirse que en el interior de las
cosas haya algo que al hombre le sea inaccesible.
02m1
Que en las cosas haya algo más que aquello que
proporciona la observación, el hombre sólo lo sabe
gracias a que ese otro elemento vive en su propio
interior.
02n1
Hablar de un algo desconocido en las cosas sig‑
nifica especular sobre algo que no existe.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
03a
Los seres que no alcanzan a darse cuenta de que
es el lenguaje mismo de las cosas el que habla dentro
del hombre, opinan que toda verdad tiene que pene‑
trar en el hombre desde el exterior.
03b
Estos seres, para poder reconocer la verdad, o
bien se atienen a la mera percepción y creen que
alcanzan la verdad por medio de la vista, el oído, el
tacto, mediante la recopilación de los hechos his‑
tóricos, y mediante comparaciones, cuentas, cálcu‑
los, ponderación de lo extraído del mundo de los
hechos; o bien opinan que la verdad sólo le puede
llegar al hombre si le es revelada mediante un proce‑
so situado fuera del conocimiento, en otras palabras,
quieren tomar posesión de las más altas perspectivas
por medio de fuerzas de una naturaleza especial,
por éxtasis o contemplación mística, ya que, en su
opinión, tales perspectivas no pueden ser ofrecidas
por el mundo ideal accesible al pensar.
03c
Porque a los pensadores de la tendencia kantia‑
na, y a los místicos limitados,6 vienen a unírseles,
además, metafísicos de características especiales.7
03d
Sin embargo, todos ellos tratan de formarse con‑
ceptos de la verdad mediante el pensar.
03e
Pero no buscan el contenido de estos conceptos
en el mundo ideal del hombre sino en una segunda
realidad que sitúan detrás de los objetos.
03f
Creen poder adquirir un conocimiento seguro de
este contenido con la ayuda de conceptos puros o, al
menos, poder representarlo por medio de hipótesis.
03g
Me refiero aquí, en primer lugar, a la primera
clase de hombres citada, la de los fanáticos de los
hechos.
6
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
7
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
03h
Estos se percatan, de vez en cuando, de que en el
contar y en el calcular tiene lugar ya una elaboración
del contenido de la percepción por parte del pensar.
03i
Pero dicen entonces que la elaboración del
pensar es sólo el medio a través del cual el hombre
tiende a reconocer la conexión que existe entre los
hechos.
03j
Lo que mana del pensar en la elaboración del
mundo exterior es para ellos puramente subjetivo;
sólo ven como contenido objetivo de la verdad,
como contenido válido de conocimiento, aquello
que les llega desde fuera con ayuda del pensar.
03k
Ellos atrapan al objeto en su red de pensamien‑
tos, pero admitiendo como objetivo solamente lo
apresado.
03l
Pasan por alto que el objeto aprehendido por el
pensar recibe de éste una interpretación, un empla‑
zamiento, una explicación que no recibe de la mera
percepción.
03m
Las matemáticas son el resultado de un proceso
del pensar puro, su contenido es de orden espiritual,
subjetivo.
03n
Y el mecanicista que se imagina los procesos
naturales por medio de relaciones matemáticas sólo
puede hacer esto a condición de admitir que tales
relaciones están basadas en la esencia misma de estos
procesos.
03o
Lo cual no significa otra cosa que en la obser‑
vación se halla oculto un orden matemático que
sólo ve aquél que formula en su espíritu las leyes
matemáticas.
03p
Pero entre la concepción matemática y mecánica
y las vivencias espirituales más íntimas, no existe una
diferencia de especie, sino de grado.8
8
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 28
03q
Y con el mismo derecho con que el hombre
transmite a la observación los resultados de la inves‑
tigación matemática, con el mismo derecho puede
transmitir otros resultados íntimos, otros ámbitos de
su mundo ideal.
03r
El fanático de los hechos sólo comprueba fenó‑
menos aparentemente puramente externos.
03s
Generalmente no reflexiona sobre el mundo de
las ideas y su carácter de vivencia subjetiva.
03t
También sus vivencias íntimas son abstracciones
pobres de contenido, exangües, oscurecidas por el
vigoroso contenido de los hechos.
03u
La ilusión a la que se entrega el fanático de los
hechos sólo puede durar, sin embargo, mientras se
mantenga en el nivel más bajo de la interpretación
de la naturaleza, mientras sólo cuente, pese y calcu‑
le —en los peldaños más altos, se va imponiendo la
verdadera naturaleza del conocimiento—.
03v
Sin embargo, en los fanáticos de los hechos
puede observarse que se quedan gustosamente en los
escalones más bajos.
03w
Con ello se asemejan a un esteta que quisiera
juzgar una pieza de música únicamente por aquello
que en ella pudiera ser contado y calculado.
03x
Quieren aislar al hombre de los fenómenos de
la naturaleza —en la observación no debe deslizarse
nada subjetivo—.
03y
Goethe condena este proceder con las siguientes
palabras:
“El hombre, de por sí, en cuanto se sirve de
sus sanos sentidos, es el más grande y exacto
aparato físico que pudiera imaginarse, y
ésta es precisamente la desdicha de la Física
moderna: el haber aislado, o poco menos, los
experimentos del hombre y no reconocer la
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
naturaleza sino en aquello que muestran los
instrumentos artificiales, o, mejor dicho, el
limitar de ese modo y querer demostrar así lo
que es capaz de hacer.”9
03z
Es el miedo a lo subjetivo lo que lleva a esta
manera de proceder, y este miedo tiene a su vez
su origen en un desconocimiento de la naturaleza
verdadera.
“Pero, en cambio, está el hombre tan alto que
se representa en su interior lo que, de otra
manera, es irrepresentable.
”¿Qué significa una cuerda y toda su
distribución mecánica, comparadas con el
oído de un músico?
”Más aún: ¿podría decirse qué son los
fenómenos elementales de la naturaleza
misma comparados con el hombre, que ha de
empezar por adueñarse de ellos y modificarlos
a todos ellos, para poder, hasta cierto punto,
asimilarlos?”10
03a1
Según el punto de vista de Goethe, el natura‑
lista no debe estar atento sólo a cómo aparecen las
cosas ante la mirada, sino a cómo aparecerían si
todo aquello que en ellas actúa en forma de fuerzas
creadoras ideales llegara realmente a manifestarse en
el exterior.
03b1
Sólo cuando el organismo físico y espiritual del
hombre se sitúa ante los fenómenos, éstos revelan su
esencia.
04a
A quien —con espíritu observador libre y
abierto y con una vida interior desarrollada en la que
se revelen las ideas de las cosas— se acerque a los
9
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
10
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
fenómenos, éstos, según Goethe, le descubrirán todo
lo que hay en ellos.
04b
A la visión goetheana del mundo se opone, por
lo tanto, aquélla que no busca la esencia de las cosas
dentro de la realidad de la experiencia, sino en una
segunda realidad situada detrás de ésta.
04c
Una visión semejante del mundo se le presentó a
Goethe en la persona de Friedrich Jacobi.11
04d
Goethe hace público su descontento al respecto
en los ‘Diarios y Anales.’12
“La obra de Jacobi ‘De las cosas divinas’13 no
fue de mi agrado: ¿cómo había de sérmelo el
libro de un amigo tan cordialmente querido,
cuando veía en él desarrollada la tesis de que
la naturaleza oculta a Dios?
”Habida cuenta mi pura, honda, innata y
experimentada manera de observar que me
enseñara a ver a Dios en la naturaleza y a la
naturaleza en Dios de modo inquebrantable,
hasta el punto de constituir esa concepción
la base de toda mi existencia, ¿no había
de alejarme para siempre en lo espiritual
de hombre tan nobilísimo, cuyo corazón
me inspirara tanto amor y respeto, una
exposición tan extraña, parcial y limitada?”14
04e
La forma de observar de Goethe le da la seguri‑
dad de que en la penetración ideal de la naturaleza
vivía una ley eterna, y esta ley eterna era, para él,
idéntica a lo divino.
11
Friedrich Heinrich Jacobi (1743-1819): Filósofo alemán.
Presidente de Academia de Ciencias de Baviera. [n. del pr.]
Goethe, Johann W. von. ‘Tag und Jahreshefte’ [‘Diarios y
12
Anales’]. (1811) [N. del Ed.]
13
Jacobi, Friedrich. ‘Über den göttlichen Dingen und ihrer
Offenbarung’ [‘Sobre las cosas divinas y su revelación’]. (1811)
[n. del pr.]
14
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 29
04f
Si lo divino se ocultara detrás de las cosas de la
naturaleza, aun constituyendo el elemento creador
de ellas, no podría ser visto: el hombre tendría que
creer en ello.
04g
En carta a Jacobi, Goethe defiende su ver frente
al creer:
“ Dios te ha castigado con la metafísica,
atravesando tu carne con una flecha, a mí
me ha bendecido con la física.
”Yo me atengo a la veneración divina del
Ateo (Spinoza) y os cedo a vosotros todo lo
que vosotros entendéis o queréis entender por
religión.
”Tú te atienes a la fe en Dios; yo, a la
observación.”15
04h
Donde éste observar termina, allí al espíritu
humano no se le ha perdido nada.
04i
En las ‘Máximas en prosa’16 se lee:
“Está colocado el hombre, como realidad
que es, en medio de un mundo real y dotado
de órganos adecuados para poder reconocer
y producir lo real y, al mismo tiempo, lo
posible.
”Todos los hombres sanos están convencidos
de su existir y de algo que existe en torno a
ellos.
”Pero hay, a pesar de todo, una laguna en
el cerebro, es decir, un punto en que ningún
objeto se refleja, de igual modo que en el ojo
también hay un puntito que no ve.
”Cuando pone el hombre especial atención en
dicho punto y en él se abisma, viene a caer en
una enfermedad mental, y entonces barrunta
15
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
16
Goethe, Johann W. von. ‘Máximas en prosa.’ [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
cosas del otro mundo, pero que, en realidad,
no son sino monstruos que carecen así de
forma como de límites, aunque nos afligen
cual esos espacios nocturnos vacíos, y que a
quien no se los sacude de encima le persiguen
como espectros.”17
04j
Del mismo pensamiento brota lo siguiente:
“La meta más alta sería comprender que
todo hecho real es ya teoría.
”El azul del cielo nos revela la ley básica de
la cromática.
” Que no se busque nada detrás de los
fenómenos, ellos mismos son la teoría.”18
05a
Kant niega al hombre la capacidad de penetrar
en aquel ámbito de la naturaleza en el que las fuerzas
creadoras se vuelven visibles inmediatamente.
05b
En su opinión, los conceptos son unidades abs‑
tractas en las que el entendimiento humano reúne
las diversas particularidades de la naturaleza, pero
que nada tienen que ver con la unidad viva, con el
todo creador de la naturaleza, de donde realmente
surgen estas particularidades.
05c
La síntesis no es para el hombre más que una
operación subjetiva.
05d
Él puede referir sus conceptos generales a la
percepción empírica; pero estos conceptos no son
en sí mismos vivos, productivos, de modo que el
hombre pudiera observar en ellos el surgimiento de
lo individual.
05e
Los conceptos son para Kant una unidad muerta
que sólo existe en el hombre.
“Nuestra razón es patrimonio de los
conceptos, es decir, una razón discursiva
17
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
18
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
para la cual obviamente tiene que ser casual
de qué clase y cuánta sea la diversidad de lo
particular que la naturaleza le otorga, que
pueda ser contenido en sus conceptos.”19
05f
Esta es la característica de la razón kantiana, y de
ello deriva necesariamente lo siguiente:
“A la razón le importa infinitamente no
prescindir del mecanismo de la naturaleza
en sus producciones y no pasar de largo en
cuanto a la explicación de las mismas: porque
sin él es imposible alcanzar el conocimiento
de la naturaleza de las cosas.
”Si se nos objeta que un arquitecto supremo
ha creado inmediatamente las formas de la
naturaleza, tal como existe desde siempre,
o ha predeterminado aquéllas que se
constituyen sin cesar según el mismo modelo,
respondemos que esto no es de ninguna
utilidad para nuestro conocimiento, ya que
ignoramos la manera de actuar de ese ser,
así como las ideas del mismo, que contienen
los principios de todas las posibilidades
naturales.
”No podemos pues partir de esas ideas
y proceder, a priori, descendiendo, para
explicar toda la naturaleza.”20
05g
Goethe está convencido de que el hombre, en su
mundo de ideas, vive inmediatamente la acción del
principio creador:
“Si es verdad que, en el ámbito moral nos
elevamos, por la fe en Dios, en la virtud y
en la inmortalidad, a una región superior y
que nos acercamos al Principio de todas las
19
Kant, Immanuel. ‘Crítica del Juicio.’ (Parágrafo 77. [N. del Ed.]
20
Kant, Immanuel. ‘Crítica del Juicio.’ Parágrafo 78. [N. del Ed.]
[ga006] 30
cosas: así podría suceder igualmente en el
ámbito intelectual, y que por, contemplación
de una naturaleza eternamente creadora
nos hiciésemos dignos de participar
espiritualmente en su obra.”21
05h
Para Goethe, el conocimiento humano es un
vivir verdadero dentro de la creación y del gobierno
de la naturaleza.
05i
Al conocimiento le es dado:
“investigar y descubrir cómo la naturaleza
vive creando.”22
05j
Es contrario al espíritu de la contemplación
goetheana del mundo el hablar de seres que, hallán‑
dose fuera de las experiencias e ideas accesibles al
hombre, contengan, no obstante, los fundamentos
de este mundo.
05k
Dicha concepción del mundo repudia todo tipo
de metafísica.23
05l
No hay ninguna cuestión relativa al conocimien‑
to que, bien formulada, no pueda ser respondida.
05m
Si la ciencia, en un momento dado, es incapaz de
sacar una conclusión con respecto a un determinado
fenómeno, ello no es achacable a la naturaleza del es‑
píritu humano, sino a la circunstancia casual de que,
en ese momento, la experiencia en ese terreno no se
halla todavía completa.
05n
Solamente se pueden formular hipótesis sobre
cosas que pudieran un día entrar en el ámbito de la
experiencia, nunca sobre aquéllas que se hallen fuera
de dicho ámbito.
21
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
22
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
23
metafísica: Rama de la filosofía que estudia la naturaleza,
estructura, componentes y principios fundamentales de la reali-
dad. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
05o
Lo único que puede expresar una hipótesis es: en
el ámbito de un fenómeno determinado puede llegar
a darse tal o cual experiencia.
05p
No puede hablarse acerca de los objetos y fenó‑
menos que no se hallan al alcance de la contempla‑
ción sensible o espiritual del hombre.
05q
La suposición de una ‘cosa en sí’ que suscite la
percepción pero que, ella misma, nunca pueda ser
percibida, es una hipótesis inadmisible.
“Las hipótesis son andamios que se
montan delante del edificio y que se
desmontan cuando éste está terminado: son
indispensables para el trabajador; pero no
debe tomarse el andamio por el edificio.”24
05r
El espíritu humano se declara satisfecho ante
un ámbito de fenómenos en el que se dan todas las
percepciones y que está impregnado de lo ideal.
05s
El hombre siente que en su interior suena el
acorde vivo entre idea y percepción.
05t
El sentimiento profundo de satisfacción que a
Goethe le produce su manera de ver el mundo es
comparable al que pueda observarse en los místicos.
05u
La mística se propone buscar en el alma humana
la causa primera de las cosas, la divinidad.
05v
El místico, al igual que Goethe, está convenci‑
do de que a él se le revela la esencia del mundo en
vivencias interiores.
05w
Sólo que algunos místicos no consideran que
lo más importante para ellos sea la inmersión en el
mundo de las ideas mediante la vivencia interior.25
05x
Algún místico parcial tiene sobre las ideas claras
de la razón aproximadamente los mismos puntos de
vista que Kant.
24
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
25
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
05y
Para Kant, tales ideas se hallan fuera del todo
creador de la naturaleza, perteneciendo únicamente
al entendimiento humano.
05z
Un místico así pretende, por lo tanto, alcanzar el
conocimiento supremo mediante el desarrollo de es‑
tados excepcionales, alcanzar una forma de contem‑
plación superior, por ejemplo, mediante el éxtasis.
05a1
Aniquila dentro de sí la observación sensorial y el
pensar racional, e intenta elevar su vida emocional.
05b1
Cree entonces sentir en sí de modo inmediato la
espiritualidad efectiva, incluso como divinidad —en
algunos momentos en que consigue esto cree que
Dios vive en él—.
05c1
Un sentimiento parecido suscita la concepción
goetheana del mundo en aquel que la profesa.
05d1
Sólo que ésta no extrae sus conocimientos de
unas vivencias que surgen tras haber suprimido la
observación y el pensar, sino que precisamente tie‑
nen su origen en estas dos actividades.
05e1
No se refugia en estados anormales de la vida
espiritual humana, sino que estima que los pro‑
cedimientos normales e ingenuos del espíritu son
capaces de llevar a un grado tal de perfeccionamien‑
to que el hombre pueda llegar a experimentar en sí
mismo el esfuerzo creador de la naturaleza.
“Me parece que, al final, son únicamente las
operaciones prácticas del sentido común, que
se corrigen a sí mismas, las que se atreven a
ejercitarse en una esfera más elevada.”26
05f1
Más de un místico se zambulle en un mundo
de sensaciones y sentimientos turbios; Goethe se
sumerge en el claro mundo de las ideas.
05g1
Los místicos parciales desprecian la claridad de
las ideas; la consideran como algo superficial.
26
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 31
05h1
No intuyen lo que sienten aquellos hombres que
tienen la facultad de profundizar en el mundo vivo
de las ideas.
05i1
Un místico así siente frío al abordar dicho mun‑
do; busca un contenido en el mundo que irradie
calor.
05j1
Pero aquél que él encuentre no aportará ninguna
claridad acerca del Universo.
05k1
Sólo consiste en excitaciones subjetivas, en repre‑
sentaciones confusas.
05l1
Quien hable de la frialdad del mundo de las
ideas es porque sólo es capaz de pensarlas, no de
vivirlas.
05m1
Quien toma parte realmente en la vida del mun‑
do de las ideas siente en su interior cómo la esencia
del mundo obra con tal calor que no es comparable
con nada.
05n1
Siente brotar en él la llama del misterio
universal.
05o1
Tal fue el sentimiento de Goethe en Italia
cuando experimentó la revelación de la naturaleza
creadora.
05p1
Entonces comprendió cómo se podía mitigar
aquel anhelo que, en la época de Fráncfort,27 hace
exclamar a su Fausto:
Dónde aprehenderte, ¡oh! Naturaleza infinita
Y a vosotros, oh pechos, manantiales de toda vida
De los que penden el Cielo y la Tierra
A los cuales se arrima el pecho marchito.28 ♣♣
27
‘época de Fráncfort’: Si bien nació en esta ciudad, una grave
enfermedad le obligó a dejar los estudios en 1768 y volver a la
ciudad natal. [n. del pr.]
28
Goethe, Johann W. von. ‘Fausto.’ [N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
[i:06]    la metamorfosis de los
fenómenos universales
El pensar de Goethe alcanzó su más alto grado de
madurez cuando, al observar las dos grandes ruedas
motoras de la naturaleza, descubrió el significado de
‘polaridad’ y ‘gradación.’
01b
La polaridad caracteriza a los fenómenos de la
naturaleza considerados bajo su aspecto material.
01c
Consiste en que todo lo material se expresa en
dos estados opuestos, al igual que el imán tiene un
polo positivo y un polo negativo.
01d
Tales estados de la materia se encuentran en los
materiales al descubierto o latentes, pudiendo ser
suscitados en los mismos mediante los procedimien‑
tos adecuados.
01e
La gradación corresponde a los fenómenos en
tanto los consideramos bajo su aspecto espiritual;
puede ser observada en los fenómenos naturales en
que rige la idea de desarrollo.
01f
En distintos estadios de una evolución estos fe‑
nómenos muestran, en su apariencia exterior, la idea
fundamental.
01g
En el fruto, la idea de la planta, de la ley vege‑
tal, se encuentra, en su apariencia, sólo débilmente
marcada.
Rudolf Steiner
01h
La idea que el espíritu reconoce, y la percepción, 01q
Sus formas difieren según el espíritu se haga
son distintas una de otra. también más o menos visible en ellas.
01r
Para Goethe no existe materia muerta, carente de
“En la floración, la ley vegetal se muestra en
espíritu.
su expresión más elevada, y la rosa sería, a su 01s
Aquellas cosas en las que el espíritu de la natura‑
vez, el punto culminante de este fenómeno.”1
leza se da una forma externa inapropiada a la esencia
01i
Lo que Goethe llama gradación consiste en ideal de ellas aparecen como muertas.
01t
obtener de la materia lo espiritual por medio de la Dado que un espíritu actúa en la naturaleza y en
naturaleza activa. el interior del hombre, éste puede elevarse a partici‑
01j
La naturaleza a ‘tiende a elevarse sin cesar,’2 es par en las producciones de la naturaleza ..
decir, intenta crear formas que, en progresión ascen‑
“Desde la teja que cae del tejado hasta la
dente, lleguen a configurar cada vez mejor las ideas
chispa que te ilumina y que tú comunicas,”4
de las cosas, también en su aspecto exterior.
01k
Goethe opina que todo en el Universo es, para Goethe, efecto, mani‑
festación de un espíritu creador.
“La Naturaleza no posee ningún secreto que
en algún lugar no se exponga al desnudo ante “Todos los efectos, de la especie que sean,
los ojos del observador atento.”3 que percibimos en la experiencia, están
01l relacionados entre sí con la continuidad
La naturaleza puede originar fenómenos de los
mayor; una onda los recorre desde el primero
cuales se pueden leer las ideas correspondientes a un
hasta el último.
gran ámbito de procesos relacionados entre sí.
01m ”Una teja se desprende del tejado; a esto,
Son aquellos fenómenos en los que la gradación
en un sentido corriente, lo calificamos
ha llegado a su meta, en los que la idea se convierte
de ‘fortuito’: cae sobre el hombro de un
en percepción inmediata.
01n caminante, por supuesto mecánicamente;
El genio creador de la naturaleza sale aquí a la
pero no sólo mecánicamente: obedece a las
superficie de las cosas: aquello que en los fenómenos
leyes de la gravedad y tiene, en consecuencia,
burdamente materiales sólo es accesible al pensar,
un efecto físico.
aquello que sólo puede ser visto con el ojo espiritual,
” Los vasos vivos desgarrados abandonan
en la cima de la gradación es visible al ojo físico.
01o inmediatamente su función; al momento,
Todo lo sensible es aquí espiritual y todo lo espi‑
los humores actúan químicamente, las
ritual sensible.
01p propiedades más elementales se destacan.
Goethe concibe la naturaleza transida de
” Sólo la vida orgánica perturbada reacciona
espiritualidad.
con igual rapidez y trata de restablecerse
mientras el ser humano total se encuentra
1
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
2
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.] 4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 32 Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
más o menos sin sentido y sufre un trastorno
psíquico: la persona, que empieza a volver
en sí, se siente profundamente afectada en el
plano ético, se lamenta de la interrupción de
su actividad, sea cual fuere, pero el hombre
no se entrega fácilmente a la paciencia.
” Por el contrario, desde el punto de vista
religioso, le es fácil atribuir al incidente un
carácter providencial superior, considerarlo
como preservación de un mal mayor, y como
acceso a un bien más elevado
” Esto ya es suficiente para el enfermo
” Pero el convaleciente se endereza, en un
golpe genial confía en Dios y en sí mismo, se
siente salvado, se apodera de la casualidad
y la vuelve a su favor para comenzar un
eternamente renovado ciclo vi tal.”5
02a
A Goethe, todos los fenómenos del mundo se
le presentan como modificaciones del espíritu, y el
hombre que profundiza en ellos y los contempla,
desde el escalón de lo casual hasta el de lo genial,
revive la metamorfosis del espíritu, desde la forma
en que éste se presenta en su apariencia exterior más
inadecuada, hasta aquella otra en que aparece en su
forma más genuinamente propia.
03a
Para la concepción goetheana del mundo, todas
las fuerzas creadoras actúan unitariamente —consti‑
tuyen un todo que se manifiesta en un orden escalo‑
nado de diversidades relacionadas entre sí.—
03b
Sin embargo, Goethe no tendió nunca a imagi‑
narse el mundo como algo uniforme.
03c
Con frecuencia, los partidarios de la idea de
unidad cometen el error de extender a toda la natu‑
raleza la ley que puede observarse en el ámbito de un
fenómeno determinado.
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
03d
Así sucede, por ejemplo, en el caso de una con‑
cepción mecanicista del mundo.
03e
Esta muestra especial comprensión hacia todo lo
que se puede explicar por medio de leyes mecánicas.
03f
Por eso considera lo mecánico como la única ley
apropiada para la _ naturaleza.
03g
Por eso también intenta reducir a mecánica los
fenómenos de la naturaleza orgánica.
03h
Según este punto de vista, un ente vivo no es
sino una forma compleja de la acción conjunta de
fuerzas mecánicas.
03i
En la concepción del mundo de Holbach,6
concretamente en su ‘Sistema de la Naturaleza,’7 que
leyó por azar en Estrasburgo [1770-1771], Goethe
encontró esta concepción del mundo expresada de
una forma especialmente repugnante.
“Una materia debía de ser eterna, así
como el movimiento ejercido sobre ella a
derecha, a izquierda y en todos los sentidos,
el cual bastaría para producir los infinitos
fenómenos de la existencia.
”Con todo esto hubiéramos incluso estado
de acuerdo si el autor, con su materia en
movimiento, hubiera reconstruido realmente
el mundo ante nuestros ojos.
” Pero él, sin duda, sabía de la naturaleza
tan poco como nosotros; porque después
de haber planteado un par de conceptos
generales, los abandona acto seguido para
6
Paul Henri Thiry, barón de Holbach (1723-1789): Escritor,
filósofo y enciclopedista franco-alemán, figura prominente en
la Ilustración francesa. Obras: ‘Christianisme dévoilé’ (1761);
‘Système de la Nature.’ (1770) [n. del pr.]
7
Holbach, barón de. ‘Système de la Nature’ [‘Sistema de la natu-
raleza’]. (1770) Veía el Universo como nada más que materia en
movimiento, guiada por las inexorables leyes naturales de causa
y efecto. [n. del pr.]
[ga006] 33
convertir aquello que se halla por encima de
la naturaleza o que, al menos, aparece como
naturaleza superior en la naturaleza misma,
reduciéndola a naturaleza material pesada,
dotada, sí, de movimiento, pero sin dirección
y sin estructura; y cree con todo ello haber
logrado mucho.”8
03j
De forma semejante se habría expresado Goethe
si hubiera escuchado la frase de Du Bois-Reymond:
“El conocimiento de la naturaleza […]
consiste en reducir las modificaciones en el
mundo físico a movimientos de átomos, que
son producidos por las energías centrales
independientes del tiempo, o bien, en la
descomposición de los fenómenos naturales en
mecánica de átomos.”9
04a
Goethe concebía las diversas formas de los
fenómenos de la naturaleza como emparentadas y
enlazadas entre sí pero nunca quiso reducirlas a una
única especie.
04b
Él no perseguía un principio abstracto al cual
pudieran reconducirse todos los fenómenos natu‑
rales, sino que, tras observar la forma individual,
buscaba el modo característico en que la naturaleza
creadora revela su ley general en cada uno de los
ámbitos de los fenómenos, por medio de formas
particulares.
05a
Goethe no quería imponer un modelo uniforme
del pensar a todos los fenómenos naturales sino que,
adaptándose a diferentes formas de pensar, quería
mantener su espíritu tan vivo y flexible como la
naturaleza misma.
8
Goethe, Johann W. von. ‘Poesía y Verdad. Libro II.’ [N. del Ed.]
9
Du Bois-Reymond. ‘Límites del conocimiento de la naturaleza.’
[N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
05b
Cuando el sentimiento de la gran Unidad de
todo el obrar de la naturaleza se hacía poderoso en
Goethe, entonces se convertía en panteísta.
“Por lo que a mí respecta, dada la diversidad
de mi naturaleza, no puedo conformarme
con una sola manera de pensar; como poeta
y artista soy politeísta, como investigador de
la naturaleza, en cambio, soy panteísta, y lo
uno tan resueltamente como lo otro.
”Y en caso de necesitar un Dios para mi
personalidad, como hombre moral, también
eso está ya previsto.”10
05c
Como artista que era, Goethe se interesaba por
aquellas manifestaciones de la naturaleza en las que
la idea se encontraba en la observación inmediata
—lo particular aparece aquí como algo inmediata‑
mente divino; el mundo, como una pluralidad de
individualidades divinas—.
05d
Como investigador de la naturaleza Goethe
se veía obligado a buscar también las fuerzas de la
naturaleza incluso en los fenómenos en los cuales la
idea no aparecía visible en su existencia individual.
05e
Como poeta, la multiplicidad de lo divino podía
proporcionarle sosiego; como investigador, tenía
que buscar la idea de la naturaleza en su unidad de
acción.
“La ley que asoma en el fenómeno con la
mayor libertad, según sus más peculiares
condiciones, produce la belleza objetiva, que
debe encontrar, ciertamente, sujetos dignos
que la aprehendan.”11
10
Goethe, Johann W. von. ‘Correspondencia con Jacobi.’ Enero 6,
1813. [N. del Ed.]
11
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
05f
Belleza objetiva que el artista que hay en Goethe
aspira a contemplar en todas las criaturas una a una;
mientras que, como naturalista, quiere conocer
“las leyes según las cuales la naturaleza en
general quiera obrar.”12
05g
Politeísmo es una manera de pensar que ve en lo
particular una espiritualidad que venera; panteísmo
es la otra, la que abarca el espíritu del Todo.
05h
Ambas formas de pensar pueden existir parale‑
lamente; una u otra se impone según que la mirada
sea dirigida al todo de la naturaleza —que es vida y
consecuencia de un foco central— o a aquello que
generalmente se encuentra esparcido por todo un
reino.
05i
Estas formas surgen, por ejemplo, cuando las
fuerzas creadoras de la naturaleza, tras haber creado
‘miles de plantas’ crean aún otra más ‘que contiene
a todas ellas,’ o ‘tras haber creado miles de animales’
crea un ser que contiene a todos: el hombre.
06a
En cierta ocasión Goethe hace esta observación:
“El que haya conseguido entenderlos (mis
escritos) y mi naturaleza en general, tendrá
que reconocer que ha ganado con ello una
cierta libertad interior.”13
06b
Con ello destaca la fuerza efectiva que se pone
de manifiesto en todo intento de conocimiento
humano.
06c
Mientras el hombre siga contentándose con per‑
cibir los objetos que le rodean y siga considerando
las leyes de éstos como principios impuestos que los
rigen, tendrá la sensación de tenerlos enfrente como
12
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
13
Goethe, Johann W. von. ‘Conversación con el Canciller von
Müller.’ Enero 5, 1831. [N. del Ed.]
[ga006] 34
fuerzas desconocidas que actúan sobre él y le impo‑
nen la idea de sus leyes.
06d
El hombre no se siente libre frente a las cosas,
siente las leyes de la naturaleza como una necesidad
rígida a la que ha de someterse.
06e
Únicamente cuando el hombre se percata de
que las fuerzas de la naturaleza no son otra cosa
que formas del mismo espíritu que actúa en él, sólo
entonces cobra consciencia de que es partícipe de la
libertad.
06f
Las leyes de la naturaleza sólo serán sentidas
como coacción mientras se las considere como una
fuerza extraña.
06g
Si se adapta uno a su esencia, las siente como
fuerza que uno mismo también moviliza en su in‑
terior: se las siente como un elemento productivo y
activo en la creación y esencia de las cosas.
06h
El hombre está familiarizado con toda fuerza en
desarrollo.
06i
Asimila en el actuar propio aquello que, de no
ser así, pasa ordinariamente por ser un impulso
exterior.
06j
He aquí el proceso de liberación que, según
Goethe, provoca el acto de conocimiento.
06k
Goethe vió claramente las ideas de la acción de
la naturaleza cuando éstas le miraron desde las obras
de arte italianas.
06l
Tuvo igualmente una sensación clara del efecto
liberador que la posesión de tales ideas proporciona
al hombre.
06m
Consecuencia de dicha sensación es su descrip‑
ción de la forma de conocimiento propia de los
espíritus que él denomina ‘omnicomprensivos.’
“Los espíritus omnicomprensivos, a los
que orgullosamente se les podría calificar
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
de creadores, tienen un comportamiento
eminentemente fecundo; porque, partiendo
de las ideas, expresan la unidad del Todo,
y a continuación, de alguna manera,
corresponde a la naturaleza el adaptarse a
esas ideas.”14
06n
Pero Goethe nunca llegó a contemplar de modo
inmediato el acto liberador —esta visión sólo puede
tenerla aquél que se escucha a sí mismo en su acto
cognoscitivo—.15
06o
Ahora bien, aunque Goethe ha ejercido las
formas más elevadas del conocimiento, nunca las ha
contemplado en sí mismo, y él así lo reconoce:
“¿Cómo has podido llegar tan lejos?
”Pues, según dicen, lo has hecho bien ¡Hijo
mío!
”¡He sabido ingeniármelas para no pensar
nunca sobre el pensar!”16
07a
Pero así como las fuerzas creadoras de la natura‑
leza ‘tras producir miles de plantas diferentes’ crean
aún otra más en la que ‘todas las restantes están
contenidas,’ así también, tras producir miles de ideas
diferentes, extraen todavía otra en la que está conte‑
nido todo el mundo de las ideas.
07b
Y esta idea el hombre la concibe cuando añade
también el pensar a la observación de las cosas y de
los fenómenos.
07c
Precisamente porque el pensar de Goethe estaba
siempre ocupado con los objetos de la percepción,
porque su pensar era percepción y su percepción
pensamiento —por eso no llegó a hacer del pensar
mismo el objeto de su reflexión—.
14
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
15
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
16
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
07d
Sin embargo, la idea de la libertad únicamente se
logra a través de la intuición del pensar.
07e
Goethe no distinguió jamás entre el pensar sobre
el pensar y la intuición del pensar.
07f
De no haber sido así, habría llegado a recono‑
cer que, según su concepción del mundo, se podía
rechazar el pensar sobre el pensar pero que no sería
posible llegar a una intuición del mundo del pensar.
07g
El hombre no toma parte alguna en la formación
de todas las percepciones restantes.
07h
Las ideas correspondientes a esta percepción
nacen en él.
07i
Pero estas ideas no estarían ahí si en el hombre
no existiera la fuerza generadora que las hace salir a
escena.
07j
Aunque las ideas constituyen el contenido de la
fuerza que actúa en las cosas, éstas sólo obtienen una
existencia manifiesta a través del obrar humano.
07k
El hombre, por lo tanto, solamente puede reco‑
nocer la naturaleza propia del mundo de las ideas si
observa su propia actividad.
07l
En cualquier otro tipo de observación el hombre
capta solamente la idea actuante; el objeto sobre el
que se ejerce esta acción, en tanto que percepción,
queda fuera de su espíritu.
07m
En la contemplación de la idea, el elemento
que actúa y el elemento sobre el que se actúa están
enteramente contenidos en el interior del hombre
mismo —él ha hecho presente el proceso íntegra‑
mente en su interior—.
07n
La percepción no surge ya como producto de la
idea, dado que la percepción es ahora, ella misma,
idea.
07o
Esta percepción de algo que se engendra a sí
mismo es, no obstante, la percepción de la libertad.
[ga006] 35
07p
Al observar el pensar, el hombre comprende el
devenir universal.
07q
En este caso ya no tiene que buscar la idea de
este devenir, pues este devenir constituye la idea
misma.
07r
La unidad de percepción e idea, que se experi‑
menta normalmente, aquí se convierte en vivencia
de la espiritualidad del mundo ideal que se ha hecho
visible.
07s
El hombre que contemple esta actividad, que
descansa en sí misma, experimenta la libertad.
07t
Aunque Goethe esto lo ha ‘vivido’ no llegó a
expresarlo en su forma más elevada.
07u
En su observación de la naturaleza ejerció una
actividad libre; pero para él esta actividad nunca
llegó a ser objeto de examen.
07v
Jamás miró tras los bastidores del conocimiento
humano, y por ello nunca acogió en su consciencia
la idea del devenir universal en su forma más pri‑
mordial, en su metamorfosis suprema.
07w
En el momento en que el hombre llega a alcan‑
zar la contemplación de esta metamorfosis se mueve
con aplomo en el reino de los objetos.
07x
Ha hecho de su personalidad el punto de partida
verdadero de toda consideración del mundo.
07y
Nunca más buscará para las cosas causas des‑
conocidas que estén fuera de él mismo; sabe que la
vivencia más elevada de la que es capaz consiste en la
contemplación de su propia esencia.
07z
Quien se halle inmerso en los sentimientos que
esta vivencia trae consigo descubrirá las relaciones
más auténticas con las cosas.
07a1
Aquél en quien esto no se dé, buscará la forma
superior de existencia en otra parte, y por no poder
encontrarla en el mundo empírico, la imaginará
en algún ámbito desconocido de la realidad —su
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
consideración de las cosas cobrará una cierta in‑
seguridad: al responder a las preguntas que la na‑
turaleza le haga, se referirá continuamente a algo
incognoscible—.
07b1
Como Goethe poseía, gracias a haber vivido en
el mundo de las ideas, un ‘sentimiento’ de ese núcleo
firme de la personalidad, consiguió llegar a concep‑
tos seguros, dentro de ciertos límites, en el ámbito
de la observación de la naturaleza.
07c1
Pero como la observación inmediata de las vi‑
vencias más íntimas se le escapaba, andaba a tientas,
inseguro, cuando salía fuera de dichos límites.
07d1
Por eso dice que el hombre no ha nacido ‘para
solucionar los problemas del mundo, pero sí para
buscar de dónde procede el problema y, de acuerdo
con ello, atenerse a los límites de lo inteligible.’
07e1
Goethe dice:
“A Kant, lo que más útil le ha sido sin duda
alguna, es el haber trazado la frontera
hasta donde es capaz de penetrar el espíritu
humano, y el dejar de lado los problemas
insolubles.
07f1
Si la intuición de las vivencias superiores le hu‑
biera dado seguridad en la observación de las cosas,
Kant habría hecho, en su camino, algo más que
“por medio de experiencia reglamentada,
alcanzar una especie de certeza relativa.”17
07g1
En lugar de caminar derecho a través del mun‑
do de la experiencia, con la consciencia de que lo
verdadero sólo tiene importancia en la medida en
que la naturaleza humana lo exige, llegó al conven‑
cimiento de que “una influencia superior favorece
a los perseverantes, a los activos, a los sensatos, a
17
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
aquéllos que aplican la norma y a los que crean, a los
que tienen humanidad, a los piadosos”; y asimismo
llegó a la convicción de que el orden moral universal
se muestra en su máxima belleza allí donde ayuda ‘al
bueno, al que sufre con valor.’
08a
Puesto que Goethe no conocía la vivencia hu‑
mana más íntima,18 le era imposible llegar hasta el
último pensamiento sobre el orden moral universal
exigido por su manera de contemplar el mundo.
08b
Las ideas de las cosas son su principio activo y
creador.
08c
Las ideas morales las vive el hombre de modo
inmediato, bajo la forma ideal.
08d
Quien esté en condiciones de experimentar, en
la contemplación del mundo de las ideas, cómo lo
ideal se convierte en su propio contenido, cómo se
llena de sí mismo, estará también en condiciones de
experimentar el nacimiento de lo ético en el seno de
la naturaleza humana.
08e
El que conozca las ideas de la naturaleza única‑
mente en su relación con el mundo de la percepción,
querrá relacionar los conceptos morales con algo
exterior a ellos.
08f
Para estos conceptos buscará una realidad similar
a aquélla que corresponde a conceptos obtenidos de
fa experiencia.
08g
Pero, si uno es capaz de observar las ideas en su
esencia más propia, se dará cuenta de que las ideas
morales no tienen correspondencia con nada exte‑
rior, que son producidas de forma inmediata, como
ideas, en el vivir espiritual.19
08h
Para él resulta claro que ni una voluntad divina,
que actuara solamente desde fuera, ni un orden mo‑
18
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
19
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 36
ral universal semejante, son suficientes para engen‑
drar estas ideas.
08i
Porque en ellas no hay el menor indicio de rela‑
ción con esos poderes.
08j
Todo lo que expresan está comprendido en su
forma pura ideal tal como el espíritu la vive.
08k
Sólo en virtud de su propio contenido actúan
sobre el hombre como fuerzas éticas.
08l
Ningún imperativo categórico20 se halla tras ellas
con un látigo para obligar al hombre a seguirlas.
08m
El hombre siente que es él mismo quien las ha
engendrado y las ama, como se ama a un hijo.
08n
El amor es el móvil de la acción.
08o
El placer espiritual que a uno le proporciona la
propia creación es la fuente de lo ético.
09a
Hay hombres que no llegan a producir ninguna
idea moral —por tradición, adoptan en su interior
las de otros hombres—.
09b
Y si carecen de la capacidad de percibir las ideas
como tales, no reconocen en el espíritu la fuente de
lo ético —la buscan en una voluntad sobrehumana y
exterior a ellos—.
09c
O bien, creen en la existencia de un orden moral
objetivo situado fuera del hombre, de donde proce‑
den las ideas morales.
09d
Es en la consciencia humana donde, a menudo,
se busca al portavoz de ese orden del mundo.
09e
Como en otros aspectos de su concepción del
mundo, Goethe se siente también inseguro en cuan‑
to a sus ideas sobre el origen de lo ético.
20
imperativo categórico: Concepto central en la ética kantiana, y
de toda la ética deontológica moderna posterior. Pretende ser
un mandamiento autónomo (independiente de toda religión o
ideología) y autosuficiente, capaz de regir el comportamiento
humano en todas sus manifestaciones. Kant empleó por primera
vez el término en su ‘Fundamentación de la metafísica de las
costumbres.’ (1785) [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
09f
También aquí su sentir le dicta frases que res‑
ponden idealmente a las exigencias de su naturaleza.
“Deber: cuando se ama lo que uno se ordena
a sí mismo.”21
09g
Solamente quien ve los motivos de la ética en el
puro contenido de las ideas morales habría de decir:
“Lessing,22 que sentía con irritación alguna
que otra limitación, le hace decir a uno de
sus personajes: ‘’nadie tiene que tener que.’
”Un hombre ingenioso y alegre dice: ‘el que
quiere tiene que.’
”Un tercero, ciertamente culto, añade: ‘El
que comprende también quiere.’
”Y con esto se creía haber cerrado el círculo
del conocer, del querer y del tener que.
” Pero, por lo general, es el conocimiento
humano, sea del tipo que sea, el que
determina su hacer o dejar de hacer; por ello
no hay nada tan tremendo como ver actuar a
la ignorancia.”23
09h
El que en Goethe domine un sentimiento justo
acerca de la verdadera naturaleza de lo ético, si bien
no llega a alcanzar una manifestación clara, se mues‑
tra en la siguiente declaración:
“La voluntad, para llegar a ser perfecta
[…] tiene, en lo ético, que doblegarse a la
consciencia que no se equivoca […]
21
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
22
Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781): Escritor alemán más
importante de la ilustración. Con sus dramas y ensayos teóricos
tuvo una influencia significativa en la evolución de la literatura
alemana. Obras: ‘Nathan el Sabio,’ ‘Emilia Galotti.’ [n. del pr.]
23
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
”La consciencia no tiene necesidad de
antepasados, se basta a sí misma; sólo tiene
que ver con el propio mundo interior.”24
09i
Que la consciencia no necesita de ningún ante‑
pasado sólo puede significar que el hombre, en un
principio, no encuentra dentro de sí ningún conte‑
nido ético, sino que él mismo se lo da.
09j
Frente a estas declaraciones existen otras que
trasladan la fuente de lo ético a un ámbito exterior al
hombre:
“Aun con todo, la tierra le atrae, con sus
miles y miles de fenómenos, el hombre
eleva la mirada inquisitiva y anhelante
al cielo […] porque siente en sí, clara y
profundamente, que es un ciudadano de
aquel reino espiritual que no nos atrevemos
a rechazar ni del que somos capaces de
prescindir.”25
“Aquello que no podemos explicar, se lo
dejamos a Dios, el cual condiciona y libera
todo lo que existe.”26
10a
A Goethe le falta el órgano apropiado para la
captación de la naturaleza más íntima del hombre,
para la observación de sí mismo.27
“Tengo que reconocer a este respecto que
el tan célebre y aparentemente importante
mandato: ‘conócete a tí mismo,’ siempre me
pareció sospechoso, algo así como una argucia
de sacerdotes secretamente conjurados que
extravían al hombre por medio de exigencias
inalcanzables, desviándole de un obrar para
24
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
25
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
26
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
27
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 37
con el mundo exterior en beneficio de una
falsa contemplación interior.
”El hombre se conoce a sí mismo únicamente
en la medida en que conoce el mundo,
mundo que no percibe más que en él mismo,
así como el hombre no se percibe más que en
el mundo.
”El examen de todo objeto nuevo abre un
nuevo órgano en nosotros.”28
10b
¡La verdad es justamente lo contrario! —el hom‑
bre no conoce el mundo sino en la medida en que se
conoce a sí mismo—.
10c
Porque en su interior se revela, en su forma más
primordial, aquello que en los objetos exteriores
sólo se da como reflejo, ejemplo o símbolo de lo
contemplado.
10d
Aquello a lo que el hombre sólo puede referirse
como a algo indescifrable, insondable, divino —
todo esto, en su verdadera forma, brota en el hom‑
bre de la contemplación de sí mismo—.
10e
Dado que en la contemplación de sí mismo ve lo
ideal en su forma inmediata, adquiere la fuerza y la
capacidad de buscar y reconocer este ideal en todos
los fenómenos exteriores, en la naturaleza toda.
10f
Quien haya vivido el momento de la introspec‑
ción ya no vuelve a pensar en buscar, detrás de los
fenómenos, a un dios ‘escondido’ —aprehende lo
divino, bajo sus diferentes metamorfosis, en la natu‑
raleza misma—.
10g
A propósito de Schelling,29 Goethe señaló lo
siguiente:
28
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
29
Friedrich Wilhelm Joseph (von) Schelling (1775-1854): Filósofo
alemán, uno de los máximos exponentes del idealismo y de la
tendencia romántica alemana. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
“Yo le vería más a menudo si no esperara ya
más inspiraciones poéticas, pero la filosofía
destruye en mí la poesía, y esto, sin duda,
porque me empuja hacia el objeto.
”Pues no puedo permanecer nunca en una
actitud puramente especulativa, sino que,
para cada frase tengo que encontrar una
imagen concreta y, por eso, me escapo de
inmediato hacia la naturaleza.”3031
10h
La consideración del mundo mismo de las ideas
no ha logrado llegar a alcanzar la intuición suprema.
10i
La intuición no puede destruir la poesía, ya que
simplemente libera al espíritu de toda sospecha de
que en la naturaleza pueda existir un algo desconoci‑
do, indescifrable.
10j
En cambio, le hace capaz de darse enteramente
a las cosas, sin prejuicios; porque le otorga la certeza
de que de la naturaleza se puede extraer todo aquello
que el espíritu pueda desear de ella.
11a
La intuición suprema, no obstante, libera tam‑
bién al espíritu humano de todo sentimiento de
dependencia unilateral.
11b
Gracias a su posesión, el espíritu se siente sobera‑
no en el reino del orden moral universal.
11c
Sabe que la fuerza motriz que hace surgir todo,
actúa dentro de él como en su propia voluntad, y
que las más altas decisiones en cuanto a moral, de‑
penden de él.
11d
Pues estas decisiones superiores emanan del
mundo de las ideas éticas a cuyo nacimiento asiste el
alma humana.
11e
El hombre puede sentirse limitado en determi‑
nados casos, puede depender también de miles de
30
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
31
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
cosas; pero, en definitiva, es él quién se fija su meta y
su dirección moral.
11f
El principio activo de todas las demás cosas se
revela en el hombre en forma de idea; lo activo en el
hombre es la idea que él mismo engendra.
11g
En cada individualidad humana se consuma el
proceso común a la naturaleza en su conjunto: la
creación de una realidad a partir de la idea.
11h
Y el hombre mismo es el creador.
11i
Porque en el fondo de su personalidad vive la
idea que se da a sí misma un contenido.
11j
Hay que ir más allá de Goethe y ampliar su fór‑
mula de que la naturaleza es
“tan grande, en la riqueza de la creación,
como para producir, después de mil
variedades de plantas, una en la que
todas ellas estén contenidas y, tras miles de
animales diferentes, un ser que contiene a
todos: el hombre.”32
11k
La naturaleza es tan grande en su creación que el
proceso por medio del cual crea libremente todas las
criaturas a partir de la idea lo repite en cada indivi‑
duo humano, toda vez que la acción moral surge del
fondo ideal de la personalidad.
11l
Lo que el hombre siente como fundamento obje‑
tivo de su conducta no es más que ambigüedad a la
vez que desconocimiento de su propia esencia.
11m
El hombre se realiza a sí mismo por su actitud
moral.
11n
Con frases lapidarias Max Stirner33 expresa este
hecho en su escrito ‘El único y su propiedad.’
32
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
33
Johann Kaspar Schmidt o Max Stirner (1806-1856): Filósofo
alemán. Obra: ‘El único y su propiedad.‘ (1845) [n. del pr.]
[ga006] 38
“Yo soy dueño de mi poder, y lo soy cuando
me sé único.
”En el ser único este dueño mismo vuelve a la
nada creadora de la que él nace.
” Todo ser superior a mí, sea Dios, sea
el hombre, debilita el sentimiento de mi
unicidad y palidece ante el sol de esta certeza.
” Si yo fundamento mi problema sobre el ser
‘único’ que soy, el problema depende entonces
de este efímero, de este mortal creador de sí
que se consume a sí mismo, y entonces puedo
yo decir: he basado mi problema sobre la
nada.”3435
11o
Pero inmediatamente el hombre puede replicarle
a Stirner, al igual que Fausto36 a Mefistófeles37:
“En tu Nada yo espero encontrar el Todo,”38
ya que en mi interior vive, bajo una forma indi‑
vidual, la fuerza creadora por medio de la cual la
Naturaleza crea el Todo.
11p
Mientras el hombre no perciba esta fuerza crea‑
dora en sí mismo, se encontrará frente a ella como
Fausto ante el Espíritu de la Tierra.39
11q
Le dirá constantemente las siguientes palabras:
34
Stirner, Max. ‘Der Einzige und sein Eigentum’ [‘El único y su pro-
piedad’]. Expone una ontología y filosofía del egoísmo. (1845)
[N. del Ed.]
35
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
36
Fausto —en el ‘Fausto’ de Goethe— hace un trato con
Mefistófeles: el demonio hará todo lo que Fausto quiera mien-
tras esté en la tierra, y a cambio Fausto servirá al demonio en la
otra vida. [n. del pr.]
37
Mefistófeles —en ‘Fausto’ de Goethe— representa para Fausto
una vuelta a la juventud, le ofrece demostrarle que aún quedan
misterios del mundo que desconoce (pensamiento absoluta-
mente absurdo para Fausto) y le devuelve la pasión que lo mo-
vía antes de ser el sabio que es al inicio de la obra. [n. del pr.]
38
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
39
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
“¡Te pareces al espíritu que concibes, no a
mí!”40
11r
Únicamente la intuición de la vida interior
más profunda produce el hechizo de evocar a este
Espíritu, que dice de sí mismo:
“En el oleaje de la vida, en la tormenta de la
acción, subiendo y bajando de acá para allá,
me agito yo.
”Cuna y sepulcro, un sempiterno mar, un
cambiante tejer, una ardorosa vida; eso urdo
yo en el silbante telar del tiempo y tejo a la
divinidad un vestido viviente.”41
12a
He pretendido exponer, en mi ‘Filosofía de la
Libertad,’42 cómo el descubrimiento de que el hom‑
bre, en cuanto a sus actos, se debe sólo a sí mismo,
surge de la vivencia más íntima de la contemplación
de su propia esencia.
12b
En 1844, Stirner defendió el punto de vista de
que el hombre, si realmente se comprende a sí mis‑
mo, sólo en sí podría ver el motivo de su acción.
12c
Pero en Stirner, este reconocimiento no surge de
la contemplación de las vivencias interiores, sino del
sentimiento de libertad y de independencia frente a
toda obligación procedente de las fuerzas coactivas
universales.
12d
Stirner se limita a exigir la libertad; lo cual, en
este punto, le lleva a proclamar contundentemente
que la naturaleza humana depende de sí misma.
12e
Yo intento, con una base más amplia, explicar la
vida en libertad mostrando lo que el hombre ve al
mirar en el fondo de su alma.
40
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
41
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
42
Steiner, Rudolf. ‘Filosofía de la libertad.’ [GA004] También
publicado como ‘Pensamiento intuitivo como camino espiritual.’
[n. del pr.]
Rudolf Steiner
12f
Goethe no llegó a la contemplación de la liber‑
tad porque sentía un rechazo hacia el conocimiento
de sí mismo.43
12g
De no haber sido así, la cumbre de su visión
del mundo tendría que haber sido el conocimiento
del hombre como personalidad libre y basada en sí
misma.
12h
Los gérmenes de este conocimiento aparecen en
Goethe por todas partes; y son al mismo tiempo los
gérmenes de su concepción de la naturaleza.
13a
En sus estudios de ciencias naturales propiamen‑
te dichos, Goethe jamás menciona causas inexplora‑
bles, fuerzas ocultas creadoras de los fenómenos.
13b
Goethe se conforma con observar los fenómenos,
en su sucesión, y explicarlos con ayuda de aquellos
elementos que se revelan a los sentidos y al espíritu
durante la observación.
13c
En este sentido, en mayo 5, 1786, escribe a
Jacobi y le dice que tiene el valor de
“dedicar toda su vida a la observación de los
objetos hasta donde alcance”44
13d y de cuya esencia espera formarse
“una idea adecuada,”45
13e sin preocuparse lo más mínimo de saber
hasta dónde llegaría ni cual sería la parte que a él le
correspondería.
13f
El que cree acercarse a lo divino en cada cosa de
la naturaleza no necesita formarse una imagen de un
Dios que exista fuera y al lado de las cosas.
13g
Por ello, su sentimiento de la esencia de las cosas
pierde toda su fuerza sólo cuando Goethe abandona
el ámbito de la naturaleza.
43
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
44
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
45
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 39
13h
La falta de conocimiento de sí mismo le lleva
entonces a hacer afirmaciones que no corresponden
ni con su manera de pensar innata ni con el sentido
de sus estudios de la naturaleza.
13i
El que tienda a basarse en estas afirmaciones,
podría suponer que Goethe creía en un Dios seme‑
jante al hombre y en una supervivencia individual
de aquellas formas de vida del alma que están ligadas
a las condiciones de nuestra organización corporal.
13j
Esta creencia estaría en contradicción con los
estudios científicos de Goethe —éstos nunca hu‑
bieran podido tomar la dirección que tomaron si,
en ellos, Goethe se hubiese ‘dejado influir por dicha
creencia—.
13k
En cambio, es acorde con el sentido de sus estu‑
dios naturales el pensar acerca de la esencia del alma
humana de forma que ésta, una vez que ha abando‑
nado el cuerpo, vive una existencia suprasensible.
13l
Esta forma de existir determina que, en virtud
de las distintas condiciones de vida, el alma adquiera
otra clase de consciencia diferente a la que tenía a
través del cuerpo físico.
13m
Así, la doctrina de la metamorfosis de Goethe
conduce también a la contemplación de las meta‑
morfosis de la vida anímica.
13n
Pero esta idea goetheana de la inmortalidad sólo
se comprende en su conjunto si se sabe que Goethe
no logró llegar, mediante su concepción del mundo,
a una prolongación sin metamorfosis de aquella vida
espiritual que está condicionada por el cuerpo físico.
13o
Debido a que Goethe no intentó una contem‑
plación de la vida del pensar en el sentido aquí in‑
dicado, no se siente inclinado, a lo largo de su vida,
a dar forma especial a aquella idea de inmortalidad
que habría sido la continuación de su pensar sobre la
metamorfosis.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
13p
Sin embargo, esta idea sería realmente lo que de‑
bería seguir a su concepción del mundo en relación
con este ámbito de conocimiento.
13q
Lo que dijo sobre las opiniones de este o aquel
contemporáneo suyo, acerca de la vida, o lo que ex‑
presó, por otros motivos, como sentimiento personal
—sin pararse a pensar en la conexión con su con‑
cepción del mundo obtenida mediante sus estudios
sobre la naturaleza— no debe ser considerado como
característico de la idea que Goethe tenía sobre la
inmortalidad.
14a
Para valorar una declaración de Goethe, en el
contexto de su concepción del mundo, hay que
considerar también que el estado de su alma corres‑
pondiente a cada edad confiere a esas declaraciones
matices específicos.
14b
Él era plenamente consciente de este cambio en
la manera de expresar las ideas.
14c
Cuando Förster46 creyó encontrar la solución al
problema de Fausto en las siguientes palabras:
“Un hombre bueno, en su oscuro deseo, es
bien consciente del camino recto,”47
Goethe le replicó:
“Esto sería propio de la Ilustración48: Fausto
acaba como un anciano, y a esa edad nos
volvemos místicos.”49
14d
Y en los ‘Máximas en prosa,’ se lee:
46
Förster: No se encontró referencia. [n. del pr.]
47
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
48
Ilustración: Movimiento cultural e intelectual europeo entre
mediados del siglo XVIII hasta los primeros años del siglo
XIX, especialmente activo en Francia, Inglaterra y Alemania.
Inspiró profundos cambios culturales y sociales, incluyendo la
Revolución francesa. [n. del pr.]
49
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
“A cada edad del hombre corresponde una
determinada filosofía.
”El niño se muestra realista, ya que se siente
tan seguro de la existencia de las peras y de
las manzanas como de la suya propia.
”El adolescente, asaltado por la tempestad de
las pasiones interiores, tiene que sentirse a sí
mismo, presentir lo que él es; se transforma
en idealista.
”En cambio, el hombre maduro tiene todos
los motivos para volverse escéptico; para
preguntarse si ha elegido el medio apropiado
a su finalidad.
”Antes y durante la acción, está totalmente
justificado que mantenga alerta su
inteligencia para no tener que afligirse
después a consecuencia de una elección
equivocada.
”Pero el anciano hará siempre profesión
de misticismo; ve cuántas cosas parecen
depender del azar; el absurdo triunfa, la
razón equivoca la meta, felicidad y desgracia
se confunden inesperadamente; así es, así ha
sido, y la edad avanzada encuentra su paz
en aquello que está ahí, que estuvo allí y que
estará allí.”50
14e
Yo me atengo en este escrito a la concepción
goetheana del mundo, de la que han surgido sus
puntos de vista sobre la vida de la naturaleza, y que
fue en él la fuerza motriz, desde el descubrimiento
del hueso intermaxilar en el hombre hasta la culmi‑
nación de la teoría de los colores.
14f
Y creo haber podido demostrar que esta con‑
cepción del mundo responde más enteramente a
su personalidad completa que una recopilación de
50
Goethe, Johann W. von. ‘Máximas en prosa.’ [n. del pr.]
[ga006] 40
dichos suyos en los que habría que tener en cuenta,
ante todo, cómo estos pensamientos están teñidos
bien sea por el humor de su juventud o bien por el
de su vejez.
14g
Yo creo que Goethe, si bien es cierto que en
sus estudios científicos no fue guiado por un claro
conocimiento ideal de sí mismo, sí lo fue por un
sentimiento correcto, y que ha seguido un procedi‑
miento libre que fluye de la verdadera relación de la
naturaleza humana con el mundo exterior.
14h
Goethe es consciente de que en su manera de
pensar hay algo de inacabado:
“Yo tenía consciencia de perseguir metas
elevadas y nobles, pero no pude comprender
jamás las condiciones en las que yo actuaba;
me daba cuenta de lo que me faltaba, así
como de aquello de lo que tenía demasiado;
por eso nunca dejé de formarme hacia fuera
y desde dentro.
”Y a pesar de ello todo siguió igual.
”Yo perseguía cada objetivo con seriedad,
fuerza y constancia; y es así que a menudo
llegué a superar totalmente circunstancias
adversas, pero también con frecuencia
fracasaba en ello porque cedía y no era capaz
de aprender a sortear un obstáculo.
”Y así transcurrió mi vida, entre el actuar y
el disfrutar, entre el sufrir y el resistir; entre
el amor, la satisfacción, el odio y el desprecio
de los otros.
”¡Que aquí pueda mirarse al espejo
todo aquel que haya conocido el mismo
destino!.”51 ♣♣
51
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
[ii:] [ii:01]    la teoría de la
metamorfosis
las concepciones
sobre la naturaleza
y el desarrollo de
los seres vivos
No se puede comprender la relación de Goethe con
las ciencias naturales si nos limitamos solamente a
los descubrimientos concretos que realizó.
01b
Yo veo, como el hilo conductor para la obser‑
vación de dicha relación, las palabras que Goethe
dirigió a Knebel1 desde Italia, en agosto 18, 1787:
“Después de todo lo que he visto en Nápoles
y en Sicilia en materia de plantas y de peces,
me sentiría muy tentado, si fuera diez años
más joven, a hacer un viaje a la India,
no para descubrir nada nuevo, sino para
considerar a mi manera lo ya descubierto.”2
01c
Lo que importa, a mi juicio, es la manera cómo
Goethe ha sintetizado los fenómenos naturales que
le eran conocidos, en una concepción de la naturale‑
za acorde a su pensar.
01d
Si todos los descubrimientos particulares que
realizó hubieran sido hechos antes de él, y él no nos
hubiera dado otra cosa que su punto de vista sobre
1
Karl Ludwig von Knebel (1744-1834): Poeta y traductor alemán.
[n. del pr.]
2
Goethe, Johann W. von. ‘Correspondencia con Knebel.’ Agosto
18, 1787. [n. del pr.]
Rudolf Steiner [ga006] 41
la naturaleza, ello no reduciría en lo más mínimo la
importancia de sus estudios naturales.
01e
Comparto la opinión de Du Bois-Reymond, de
que
“incluso también sin Goethe, la ciencia
estaría hoy donde está,”3
y que
“los pasos que él consiguió dar habrían sido
dados, tarde o temprano, por otros.”4
01f
Pero yo no puedo, como Du Bois-Reymond,
hacer extensibles estas palabras al conjunto de los
trabajos científicos de Goethe sobre la naturaleza; las
limito a los descubrimientos concretos, hechos a lo
largo de tales trabajos.
01g
Probablemente ninguno de ellos nos faltaría hoy
aunque Goethe no se hubiera ocupado nunca de
botánica, de anatomía, etcétera.
01g
Pero su concepción de la naturaleza es una
emanación de su personalidad; ningún otro hubiera
podido llegar a ello.
01i
Tampoco a Goethe le interesan los descubri‑
mientos aislados.
01j
Éstos se le imponían por sí mismos a lo largo de
sus estudios, debido a que sobre los fenómenos co‑
rrespondientes existían en su época puntos de vista
que resultaban incompatibles con su manera de ver
las cosas.
01k
Si Goethe hubiera podido elaborar sus observa‑
ciones valiéndose de lo que las ciencias naturales le
transmitían no se habría ocupado jamás de estudios
de detalle.
3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
4
Du Bois-Reymond ‘Goethe und Kein Ende’ [‘Goethe, siempre
Goethe’]. [N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
01l
Hubo de ocuparse de lo particular porque aque‑
llo que sobre lo particular le decían los científicos de
entonces no respondía a sus exigencias.
01m
Y de estos estudios específicos surgieron los des‑
cubrimientos concretos sólo como por azar.
01n
En principio, la cuestión de si el hombre tenía
o no, como los demás animales, un hueso inter‑
maxilar5 en la mandíbula superior era algo que no le
preocupaba.
01o
Él quería descubrir el plan según el cual la natu‑
raleza ha creado la escala ascendente de los animales
y, en lo más alto de esa escala, al hombre.
01p
Lo que quería encontrar era el arquetipo común
que subyace en todas las especies animales y, en su
extremo, en el grado de su mayor perfección, en el
género humano.
01q
Los investigadores de las ciencias naturales le
decían que existe una diferencia de estructura entre
el cuerpo de los animales y el cuerpo humano.6
01r
Los animales tienen en la mandíbula superior un
hueso intermaxilar, el hombre no lo tiene.
01s
Su punto de vista era que la estructura física
del hombre solamente podía diferenciarse de la del
animal por su grado de perfección, y no por sus
particularidades.
01t
Porque, de lo contrario, no podría existir un
arquetipo que fuera común a la organización animal
y a la humana.
01u
Con la afirmación de los naturalistas él no podía
hacer nada.
5
hueso intermaxilar: En anatomía y zoología, el hueso situado
en la parte exterior, media e interna de la mandíbula superior
en algunos animales, llamado también incisivo, porque en él se
alojan los dientes de este nombre. [n. del pr.]
6
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
01v
Por ello buscó el hueso intermaxilar en el hom‑
bre, y lo encontró.7
01w
Circunstancias parecidas se pueden advertir en
todos sus descubrimientos singulares; éstos nunca
constituyen para él un fin en sí mismos.
01x
Tienen que ser realizados para confirmar su idea
acerca de los fenómenos naturales.
02a
En el ámbito de los fenómenos de la naturaleza
orgánica, lo más importante desde el punto de vista
de Goethe, es la imagen que él se forma de la esencia
de la vida.
02b
Lo que importa no es la enunciación del hecho
de que la hoja, el cáliz, la corola, etcétera, sean todos
ellos órganos de la planta idénticos entre sí, que se
desarrollan a partir de una formación subyacente
común; sino la manera en que Goethe concebía
el conjunto de la naturaleza vegetal como un todo
vivo, y cómo se imaginaba lo particular surgiendo de
ese todo.
02c
Su idea sobre la esencia del organismo ha de ser
considerada como su descubrimiento fundamental,
absolutamente original, en el campo de la biología.
02d
La convicción fundamental de Goethe es la de
que en la planta y en el animal es posible captar
algo que no es accesible a la mera observación de los
sentidos.8
02e
Lo que el ojo físico es capaz de percibir en un or‑
ganismo, a Goethe no le parece sino la consecuencia
del conjunto vivo, constituido por la interacción de
las leyes de formación, que sólo los ojos del espíritu
pueden percibir.
02f
Él ha descrito lo que ha observado con el ojo
espiritual en la planta y en el animal.
7
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
8
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 42
02g
Sólo aquél que sea capaz de ver como él, puede
pensar en su idea sobre la esencia del organismo.
02h
El que se quede en los datos que proporcionan
los sentidos y la experimentación no puede com‑
prender a Goethe.
02i
Si leemos sus dos poemas ‘La metamorfosis de
las plantas’ y ‘La Metamorfosis de los animales’
parece, a primera vista, que las palabras no hacen
sino llevarnos de un miembro del organismo a otro,
como si únicamente se tratara de religar hechos
externos.
02j
Pero si nos impregnamos de eso que Goethe
intuía que era la idea del ser vivo, nos sentimos
transportados a la esfera de lo vivo-orgánico, donde,
de una noción central, crecen las nociones de los
órganos particulares.
.  .  .
03a
Cuando Goethe comenzó a meditar por su cuen‑
ta sobre los fenómenos de la naturaleza, lo que atrajo
sobre todo su atención fue el concepto de la vida.
03b
En carta de julio 14, 1770, de su época de
Estrasburgo, escribe a propósito de una mariposa:
“El pobre animal tiembla en la red, se
despoja de sus bellísimos colores; y aunque
se la tome sin dañarla acaba finalmente por
ser una cosa rígida y sin vida; el cadáver no
es todo el animal; hay en este caso como en
cualquier otro un componente capital y muy
esencial: la vida.”9
03c
Algo que Goethe veía claro desde un princi‑
pio era que no se puede considerar un organismo
como un producto natural muerto, que hay en él
9
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
algo más que las fuerzas que existen en la naturaleza
inorgánica.
03d
Du Bois-Reymond tiene razón, sin duda, cuan‑
do escribe:
“La construcción puramente mecanicista del
mundo, que hoy impera en las ciencias, no
le hubiera resultado menos abominable al
príncipe de los poetas de Weimar, que lo que
fue en su día para el amigo de Friederike10 el
‘Sistema de la Naturaleza.’”11
03e
Y no tiene menos razón en las siguiente palabras:
“Goethe se habría apartado con escalofríos
de esta construcción del Universo que limita,
por generación espontánea, con la teoría
de Laplace y Kant12; de la idea del hombre
surgiendo del caos en virtud del juego de
átomos, matemáticamente determinado
de eternidad en eternidad, así como del
gélido fin del Universo13; de todas estas
imágenes que nuestra generación observa
tan insensiblemente al igual que se ha
10
‘amigo de Friederike‘: No se encontró referencia. [n. del pr.]
11
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
12
Nebulosa Kant-Laplace: Pierre-Simon Laplace en su ‘Exposition
du système du monde’ [‘Exposición del sistema del mundo’]
(1796) describió una teoría sobre la formación del Sol y del sis-
tema solar a partir de una nebulosa o remolino de polvo y gas,
perfilada anteriormente por Immanuel Kant, que permanece en
nuestros días como el fundamento básico de toda la teoría de la
formación estelar. [n. del pr.]
13
Posiblemente: muerte térmica o entrópica: Uno de los posibles
estados finales del Universo, en el que no hay energía libre para
crear y mantener la vida y otros procesos. En términos físicos, el
universo habrá alcanzado la máxima entropía. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
acostumbrado a los terrores de los viajes en
tren.14”15
03f
Con toda certeza, Goethe se habría apartado con
escalofríos, ya que él buscaba —y encontró— un
concepto de lo vivo, superior al de un mecanismo
complejo y matemáticamente determinado.
03g
Sólo quien no sea capaz de asimilar un concepto
tan elevado e identifique lo vivo con lo mecánico, al
no ver en un organismo más que el aspecto mecáni‑
co, se entusiasmará con la construcción mecanicista
del Universo y con su juego de átomos, y aceptará
sin pestañear las imágenes que Du Bois-Reymond
esboza.
03h
Pero el que sea capaz de asumir el concepto de lo
orgánico en el sentido de Goethe no discutirá sobre
su legitimidad más de lo que discutiría la misma
existencia de lo mecánico.
03i
Tampoco discute uno con los daltónicos acerca
del mundo de los colores.
03j
Todas las concepciones que se representen mecá‑
nicamente una realidad orgánica caen bajo la senten‑
cia que Goethe le hace pronunciar a Mefistófeles:
“Quien aspira a reconocer y describir
algo vivo busca ante todo desentrañarle el
espíritu;
”ya tiene entonces en su mano los elementos.
”Sólo le faltará, por desgracia, el lazo
espiritual.”16
04a
Goethe encontró ocasión de ocuparse más inten‑
samente de la vida de las plantas cuando el Duque
14
Du Bois-Reymond vivió entre 1818 y 1896; Goethe entre 1749
y 1832; la primera línea férrea en Alemania es de 1835. La
patente del primer automóvil es de 1886. [n. del pr.]
15
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
16
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 43
Carlos Augusto,17 en abril 21, 1776, le regaló un
jardín.
04b
También le animaban a ello sus paseos por el
bosque de Turingia, durante los cuales observaba las
manifestaciones vitales de los organismos inferiores;
musgos y líquenes atraían su atención.
04c
En octubre 31, 1776, solicita a la señora von
Stein18 que le procure musgos de todas clases, a ser
posible con las raíces, y húmedos, a fin de poder
observar la reproducción.
04d
Importa no perder de vista que, al comienzo
de sus estudios de botánica, Goethe se dedicó a las
plantas inferiores, ya que, más adelante, al concebir
su idea de la planta arquetípica, sólo tuvo en cuenta
las plantas superiores.
04e
Esto no se debió, por lo tanto, a que el ámbito
de las plantas inferiores le fuera desconocido, sino
a que los secretos de la naturaleza de las plantas le
resultaban más claramente manifiestos en las plantas
superiores.
04f
Él quería buscar la idea de la naturaleza allí don‑
de se revela con mayor nitidez, y después, descender
de lo perfecto a lo imperfecto, para comprender lo
segundo con ayuda de lo primero.
04g
No quería explicar lo compuesto por medio de
lo simple; sino abarcar de una sola mirada la tota‑
lidad viva y, a continuación, explicar lo simple y lo
17
Carlos Augusto de Sajonia-Weimar-Eisenach (1757-1828):
Duque (1758) y Gran Duque (1815) de Sajonia-Weimar-
Eisenach. Fue conocido por la riqueza intelectual de su corte. En
1774 conoció a Goethe en Fráncfort, el comienzo de una larga
amistad. [n. del pr.]
18
Charlotte Albertine Ernestine von Stein o Charlotte von Stein
(1742-1827): Dama de compañía de la duquesa Ana Amalia
de Brunswick-Wolfenbüttel en la corte de Weimar, y amiga de
Johann Wolfgang von Goethe, de la familia de Johann Gottfried
Herder y de Friedrich Schiller. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
imperfecto como una manifestación parcial de lo
compuesto y lo perfecto.
04h
Si, tras innumerables formas vegetales, la natu‑
raleza es capaz de producir otra más que las con‑
tenga a todas, el espíritu al contemplar esta forma
perfecta, tiene también que concebir el secreto de la
formación de las plantas y entonces le resultará fácil
aplicar a lo imperfecto lo que ha observado en lo
perfecto.
04i
Los naturalistas hacen lo contrario; ven lo
acabado como una suma mecánica de procesos
simples; parten de lo simple para deducir de ello lo
compuesto.
05a
En busca de un guía para sus estudios botánicos,
Goethe no pudo encontrar otro que Linneo.19
05b
De su afición por Linneo nos enteramos, por
primera vez, a través de la correspondencia con la
señora von Stein, en el año 1772.
05c
El interés con el que se dedicó a las obras de
Linneo prueba la seriedad de sus preocupaciones
científicas.
05d
Reconoce que, después de Shakespeare20 y
Spinoza, es Linneo el que más ha influido sobre él.
05e
Pero, ¡qué poca satisfacción debió poder propor‑
cionarle Linneo!
05f
Goethe quería observar las diferentes formas
vegetales para descubrir el elemento común que vive
en ellas; quería saber qué es lo que a estas formas
vegetales las convierte en plantas.
19
Carl von Linne o Linneo (1797-1788): Científico, naturalista,
botánico y zoólogo sueco. Creador de la clasificación de los
seres vivos o taxonomía. [n. del pr.]
20
William Shakespeare (1564-1616): Dramaturgo, poeta y actor
inglés. Conocido como el ‘Bardo de Avon’ o el ‘Bardo,’ es el
escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más
célebres de la literatura universal. Obras: ‘Hamlet,’ ‘Rey Lear,’
‘Julio César,’ ‘La Fierecilla Domada.’ [n. del pr.]
Rudolf Steiner
05g
Y Linneo se había conformado con describir la
variedad de las diferentes formas vegetales y ponerlas
en un determinado orden.
05h
La observación naif y sin prejuicios de la natura‑
leza, de Goethe tropieza aquí con un pensar científi‑
co influido por un platonismo unilateral.
05i
Este pensar científico ve en cada forma particular
la realización de las ideas o pensamientos creadores
platónicos, originales y coexistentes.
05j
Goethe, en las formas particulares ve solamente
una formación específica de un ser arquetípico ideal
que vive en todas las formas.
05k
El pensar platónico unilateral quiere distinguir lo
más exactamente posible las diversas formas particu‑
lares para descubrir la gran variedad de formas idea‑
les, esto es, la riqueza del plan de la creación; Goethe
explica la gran variedad de lo particular a partir de la
unidad original.
05l
Para el pensar platónico unilateral, la diversidad
de formas existentes está clara sin más, ya que, para
el mismo, los arquetipos ideales son la multiplicidad.
05m
Para Goethe esto no está claro porque, según
su punto de vista, la multiplicidad sólo puede tener
cohesión si una unidad se revela dentro de ella.
05n
Por eso Goethe declara:
“Lo que Linneo ha intentado separar a
la fuerza tenía que tender a unirse, de
acuerdo con las más íntimas exigencias de mi
naturaleza.”21
05o
Linneo acepta simplemente las formas existen‑
tes sin preguntarse cómo han surgido de una forma
original:
21
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 44
“Contamos tantas especies como formas
diversas han sido creadas en el principio”:22
este es el fundamento de su pensamiento.
05p
Goethe busca en el reino vegetal el principio
activo que crea lo particular por especificación de la
forma original.
06a
Goethe encontró En Rousseau23 una relación
más ingenua para con el reino vegetal que la de
Linneo.
06b
EN junio 16, 1782 escribe a Carlos Augusto:
“En las obras de Rousseau pueden hallarse
cartas de lo más deliciosas sobre botánica, en
las cuales expone esta ciencia a una dama, de
la manera más comprensible y delicada.
”Con razón constituye una muestra de
cómo debe enseñarse y un complemento de
‘Emilio.’24
”Aprovecho, por lo tanto, la ocasión para
recomendar de nuevo el bello reino de las
flores a mis bellas amigas.”25
06c
En la ‘Historia de mis estudios botánicos’26
Goethe explica lo que le atrajo de las ideas botánicas
de Rousseau:
“Su relación con aficionados y conocedores
de las plantas, en especial con la duquesa de
22
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
23
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778): Escritor, filósofo, músico,
botánico y naturalista franco-suizo. Pensador radical y revolucio-
nario, sus ideas políticas influyeron en la Revolución Francesa,
las teorías republicanas, y el nacionalismo. Frases célebres: “El
hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado” [‘El
contrato social’]; “El hombre es bueno por naturaleza” [‘Emilio’
o ‘De la educación’] por lo que es posible una educación.
[n. del pr.]
24
Rousseau, Jean-Jacques. ‘Emilio o De la educación.’ [n. del pr.]
25
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
26
Goethe, Johann W. von. ‘Geschichte meines botanischen
Studiums’ [‘Historia de mi estudio de la botánica’]. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
Portland,27 debe haber ampliado sin duda su
perspicacia, y un espíritu como el suyo, que
se sentía llamado a dictar el orden y la ley
a las naciones,28 tuvo que llegar a sospechar
que, en el ilimitado reino de las plantas no
podía darse una diversidad de formas tan
grande, sin que una ley fundamental, por
muy escondida que se hallara, no las volviera
a todas a la unidad.”29
06d
Una ley fundamental semejante, que reconduce
la variedad a la unidad, de la que en un principio
había partido, eso es lo que también busca Goethe.
07a
Dos escritos del barón de Gleichen, llamado
Russwurm,30 entran por aquel entonces en el hori‑
zonte espiritual de Goethe.
07b
Los dos versan sobre la vida de las plantas de
una forma que podía resultar fértil para Goethe:
‘Las últimas novedades del reino vegetal’31 y
‘Descubrimientos microscópicos selectos del reino
vegetal.’32
07cTratan sobre los procesos de la fecundación de
las plantas.
27
Margaret Cavendish Bentinck, duquesa de Portland, nacida
Margaret Haarley (1715-1785): Aristócrata británica. Tuvo la
colección de historia natural más grande del país; deseaba que
contenga todas las especies vivas. [n. del pr.]
28
Rousseau, Jean-Jacques. ‘El contrato social: o los principios del
derecho político.’ (1762). Trata sobre la libertad e igualdad de
los hombres bajo un Estado instituido por medio de un contrato
social. [n. del pr.]
29
30
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Wilhelm Friedrich von Gleichen, llamado Russwurm (1717-
1783): Biólogo alemán. En 1778 desarrolló un proceso de
tinción de microorganismos con índigo y carmín. [n. del pr.]
31
Gleichen, Wilhelm. ‘Das neueste aus dem Reiche der Pflanzen’
[‘Las últimas novedades del reino vegetal’]. (1777) [N. del Ed.]
32
Gleichen, Wilhelm. ‘Auserlesene mikroskopische Entdeckungen
bei den Pflanzen’ [‘Descubrimientos microscópicos selectos del
reino vegetal’]. (1781) [N. del Ed.]
Rudolf Steiner
07d
El polen, los estambres y los pistilos son en
ellas descritos cuidadosamente, y el autor expo‑
ne, en láminas bien ejecutadas, los procesos de la
fecundación.
07e
Goethe comienza, pues, a experimentar él mis‑
mo para poder observar, con sus propios ojos, los
resultados de von Gleichen-Russwurm.
07f
En enero 12, 1785, escribe a Jacobi:
“He instalado un microscopio para poder
examinar y controlar, con la llegada de la
Primavera, los experimentos de von Gleichen,
llamado Russwurm.”33
07g
Al mismo tiempo, estudia la naturaleza de la
semilla, como se deduce de un informe a Knebel, en
abril 2, 1785:
“He meditado sobre la sustancia de la semilla
hasta donde alcanza mi experiencia.”34
07h
Estas observaciones de Goethe cobran todo su
sentido si se tiene en cuenta que ya por aquel enton‑
ces él no se ha detenido ahí, sino que trata de obte‑
ner una concepción global de los procesos naturales,
que habría de servir para apoyar y reforzar aquéllas.
07i
En abril 8, 1785, anuncia a Merck35 que no sólo
observa hechos, sino que también ha realizado
“bonitos descubrimientos y combinaciones”36
sobre los mismos.
.  .  .
33
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
34
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
35
Carl Heinrich Merck (1761-1799): Médico, naturalista, etnólogo,
explorador alemán. [n. del pr.]
36
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 45
08a
Para la formación de sus propias ideas sobre
la naturaleza orgánica tuvo una influencia capital
el interés que Goethe se tomó por la gran obra de
Lavater37 ‘Fragmentos fisiognómicos para fomentar
el conocimiento del hombre y amor al hombre,’38
que se publicó entre los años 1775 y 1778 —el mis‑
mo Goethe contribuyó a esta obra—.
08b
En el modo de expresarse en estos trabajos puede
verse ya prefigurada su manera ulterior de considerar
lo orgánico.
08c
Lavater se limitó a tratar la configuración del or‑
ganismo humano como expresión del alma; preten‑
día interpretar los caracteres del alma a partir de las
formas de los cuerpos.
08d
Ya por entonces, Goethe comenzaba a contem‑
plar la forma externa en sí misma, estudiando su
propia ley y su fuerza creadora.
08e
Dedicado, al mismo tiempo, a los escritos de
Aristóteles sobre fisiognomía,39 intenta, basándose
en el examen de la forma orgánica, comprobar la
diferencia entre el hombre y los animales.
08f
Encuentra esta diferencia en la preponderan‑
cia de la cabeza, condicionada por la estructura
del cuerpo humano en su totalidad, en la acabada
perfección del cerebro humano, al cual las partes
restantes señalan como un órgano del que dependen.
08g
En los animales, por el contrario, la cabeza está
simplemente acoplada a la columna vertebral; el
cerebro, la médula espinal, no tienen más desarrollo
que el necesario para la acción de los espíritus vitales
37
Johann Kaspar (o Caspar) Lavater (1741-1801): Poeta suizo,
escritor, filósofo, fisonómico y teólogo. [n. del pr.]
38
Lavater, Kaspar. ‘Physiognomische Fragmente zur Beforderung
der Menschenkenntnis und Menschenliebe’ [‘Fragmentos fisiog-
nómicos para fomentar el conocimiento del hombre y amor al
hombre’]. [n. del pr.]
39
fisonomía: 1. f. Aspecto particular del rostro de una persona. 2.
f. Aspecto exterior de las cosas. Diccionario RAEL [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
inferiores y para la dirección del aparato meramente
sensorial.
08h
Goethe ya no buscaba la diferencia entre el
hombre y los animales en cuestiones de detalle, sino
en los diversos grados de perfección que una misma
estructura fundamental alcanza en un caso o en otro.
08i
Goethe imaginaba un tipo único, que se da
tanto en los animales como en el hombre, pero que
forma una estructura en los animales enteramente
destinada a las funciones propias, mientras que en el
hombre forma la estructura fundamental de la que
parte el desarrollo del espíritu.
09a
A partir de estas observaciones Goethe desarrolla
el estudio específico de la anatomía.
09b
En enero 22, 1776 informa a Lavater:
“El Duque me ha hecho llegar seis cráneos;
he hecho observaciones magníficas que están
a disposición de su Ilustrísima, si es que Su
Ilustrísima no las ha descubierto sin mí.”40
09c
En el ‘Diario’41 de Goethe, en octubre 15, 1781,
leemos que estuvo practicando anatomía con el viejo
Einsiedel,42 en Jena, y que ese mismo año comenzó
a hacerse iniciar más profundamente en esta ciencia
por Loder.43
09d
Habla de ello en cartas dirigidas a la señora von
Stein, en octubre 29, 1781 y al Duque, en noviem‑
bre 4, 1781.
40
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
41
Goethe, Johann W. von. ‘Tag und Jahreshefte’ [‘Diarios y
Anales’]. (1811) [N. del Ed.]
42
Friedrich Hildebrand de Einsiedel (1750-1828): Abogado y
escritor alemán. Como un Chambelán en el consejo privado
de Weimar, fue amigo del duque Carlos Augusto y Goethe.
[n. del pr.]
43
Justus Ferdinand Christian Loder (1753-1832): Anatomista y
cirujano alemán, nativo de Riga. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
09e
Tiene además el propósito de ‘explicar el esque‑ de todos los seres
leto’ a los jóvenes de la academia de dibujo, y de que conocemos.
‘introducirles en el conocimiento del cuerpo huma‑
no.’ Dice: Conforme a Leyes eternas, de bronce,
Grandes Leyes
“Lo hago por mí y por ellos […] el método Todos tenemos que culminar el círculo
que he escogido les hará conocer enteramente, de nuestras existencias.46
a lo largo de este invierno, los fundamentos 10a
Las ‘leyes eternas de bronce’ actúan sobre el
del cuerpo humano.”44
hombre igual que sobre el resto del mundo de los
09f
Y, según su Diario, Goethe impartió en efecto, organismos; sólo que únicamente en el hombre
tales clases. alcanzan una perfección que le permite ser ‘noble,
09g
También durante esta época mantuvo a menudo generoso y bueno.’
11a
alguna conversación con Loder acerca de la estructu‑ Mientras estas ideas se iban precisando en
ra del cuerpo humano. Goethe cada vez más, Herder trabajaba en sus ‘Ideas
09h
Y una vez más, su concepción general de la na‑ para una Filosofía de la historia de la Humanidad.’47
11b
turaleza es la meta de estos estudios, la cual aparece Todos los pensamientos contenidos en ese libro
como fuerza motriz. fueron comentados por ambos.
09i 11c
Trata de A Goethe le satisfacía la concepción de la natura‑
leza de Herder; coincidía con sus propias ideas.
“los huesos como de un texto del cual se puede 11d
La señora von Stein escribe a Knebel, en mayo 1,
colgar todo lo vivo, todo lo humano.”45
1784.
09j
Por entonces su espíritu se ocupa de ideas sobre
“El escrito de Herder hace verosímil que
la actividad de lo orgánico, sobre la relación entre la
nosotros primeramente hayamos sido plantas,
formación del hombre y lo animal.
09k y después animales […] Goethe, lleno de
Que la estructura humana constituye el eslabón
ideas reflexiona ahora sobre estas cosas, y
superior de lo animal, y que a través de este grado
todo lo que se le pasa por su imaginación se
más perfecto de lo animal, surge el mundo ético: es
vuelve sumamente interesante.”48
ésta una idea que ya en 1782 se encuentra expresada
11e
en la oda titulada ‘Lo divino’: Hasta qué punto es posible inferir las ideas de
Que el hombre sea noble Goethe de las de Herder es algo que se comprue‑
generoso y bueno, ba en las palabras que Goethe dirige a Knebel, en
pues sólo eso diciembre 8, 1785:
le diferencia
46
Goethe, Johann W. von. ‘Lo divino.’ Oda. [n. del pr.]
47
Herder, Johann. ‘Ideen zu einer Philosophie der Geschichte
44
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.] der Menschheit’ [‘Ideas para una Filosofía de la historia de la
45
Goethe, Johann W. von. Cartas a Lavater y a Merck. Noviembre Humanidad’]. [n. del pr.]
1, 1781. [N. del Ed.] 48
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 46 Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
“Herder está escribiendo una filosofía de
la historia que es, como puede suponer,
profundamente original.
”Anteayer leímos juntos los primeros
capítulos, que son deliciosos.”4950
11f
Frases como las que siguen, están totalmente en
la línea del pensar de Goethe.
“La especie humana es la gran confluencia de
las fuerzas orgánicas inferiores.”51
“Así, podemos interpretar el cuarto pasaje:
que el hombre es, de entre los animales, una
criatura central, es decir una forma que en
su perfección reúne sutilmente los rasgos de
todas las especies que viven en torno a él.”52
12a
Ahora bien, estos puntos de vista eran incom‑
patibles con los de los anatomistas de la época: que
en el hombre está ausente el pequeño hueso que los
animales tienen en la mandíbula superior, el inter‑
maxilar, el que alberga los incisivos superiores.
12b
Sömmerring,53 uno de los anatomistas más rele‑
vantes de entonces, escribía a Merck, en octubre 8,
1798:
“Desearía que revisara los pareceres
de Blumenbach54 en lo que se refiere al
49
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
50
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
51
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
52
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
53
Samuel Thomas von Sömmerring (1755-1830): Médico, ana-
tomista, antropólogo, paleontólogo e inventor. Descubrió la
mácula en la retina del ojo humano. Uno de los anatomistas
alemanes más importantes. [n. del pr.]
54
Johann Friedrich Blumenbach (1752-1840): Naturalista,
socioantropólogo, médico y psicólogo alemán. Creador de la
antropología física, que estudia la morfología de los diversos
grupos humanos según el método de la anatomía comparada.
[n. del pr.]
Rudolf Steiner
hueso intermaxilar, el único hueso, ceteris
paribus,55 que poseen todos los animales a
partir del mono, incluido el orangután y
que, en cambio, no se encuentra jamás en el
hombre; si quita usted ese hueso no hay ya
nada que no se pueda transferir del hombre a
los animales.
Por ello le envío, en el mismo correo, una
cabeza de cierva, para convencerle de que
este hueso intermaxilar (según Blumenbach)
o hueso incisivo (según Camper56) existe
incluso en los animales que carecen
por completo de incisivos en el maxilar
superior.”57
12c
Esta era la opinión general de la época, opinión
compartida incluso por el famoso Camper, por
quien Merck y Goethe sentían el más profundo
respeto.
12d
El hecho de que en el hombre el hueso inter‑
maxilar aparezca soldado a derecha y a izquierda con
el hueso maxilar superior, sin que en un individuo
normal se pueda apreciar rastros visibles de incisión,
había conducido a aquella conclusión.
12e
Si los científicos hubieran tenido razón sobre este
punto, habría resultado imposible establecer un ar‑
quetipo común para la formación de los organismos
animal y humano; habría que admitir una frontera
entre ambas formas.
12f
El hombre no habría sido creado según el mismo
arquetipo que el que subyace en el animal.
55
ceteris paribus: Locución latina que significa literalmente
‘Siendo el resto de las cosas iguales.’ [n. del pr.]
56
Petrus Camper (1722-1789): Médico, naturalista y biólogo
holandés. [n. del pr.]
57
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 47
12g
He aquí el obstáculo que Goethe debía apartar
de su concepción del mundo.
12h
Esto Goethe lo consiguió, junto con Loder, en la
primavera de 1784.58
12i
Goethe procedió conforme a su principio gene‑
ral de
“que la naturaleza no tiene ningún secreto
que, en alguna parte, no muestre desnudo a
los ojos de un observador atento.”59
12j
En algunos cráneos de conformación anormal
descubrió que el límite entre el hueso maxilar supe‑
rior y el intermaxilar existía realmente.
12k
En marzo 27, 1784, participa gozoso su hallazgo
a Herder y a la señora von Stein.
12l
A Herder— le escribe:
“Tú también te tienes que alegrar de todo
corazón, porque es como la clave de la
bóveda del hombre.
”¡No falta!, ¡está ahí!
”¡Y de qué manera!
” He considerado el asunto también en
relación con tu concepción global y ¡cómo
encaja de bien!”60
12m
Y cuando Goethe envía el tratado que ha escrito
sobre ello, en noviembre 17, 1784, hace alusión al
sentido que él da a este descubrimiento en relación
con su pensar en general, con estas palabras:
“Me he abstenido hasta ahora de dejar ver
la conclusión, ya sugerida por Herder en sus
‘Ideas…,’ a saber, que no se puede hallar la
58
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
59
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
60
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
diferencia entre el hombre y el animal en
ningún detalle particular.”61
12n
Le había sido necesario eliminar el error a propó‑
sito del fatídico huesecito para poder adquirir con‑
fianza en cuanto a su concepción de la naturaleza.
12o
Por fin tuvo el valor de aplicar su idea de cómo
la naturaleza, como jugando con un arquetipo
único, crea la variedad de la vida, y esa idea la hace
‘extensiva’
“a todos los ámbitos de la naturaleza, a su
reino entero.”62
12p
En este sentido es como se expresa cuando escri‑
be a la señora von Stein, en 1786.63
.  .  .
13a
Después de haber descifrado correctamente esa
‘letra’ determinada, a Goethe le resulta cada vez más
legible el libro de la naturaleza.
“Mi largo deletrear me ha dado resultado
ahora de golpe, y mi serena alegría es
inenarrable,”64
13b escribe a la señora von Stein, junio 15, 1786.
13c
Goethe hora ya se siente capaz de escribir un
pequeño tratado de botánica65 para Knebel.
13d
El viaje que emprende con éste a Karlsbad, en
1785, se convierte prácticamente en un viaje de
estudios botánicos.
61
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
62
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
63
Goethe, Johann W. von. Carta a la señora von Stein. Julio 9,
1786.€[N. del Au.]
64
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
65
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
13e
A su regreso, y con la ayuda de Linneo, recorrerá
los dominios de las setas, musgos, líquenes y algas.66
13f
En noviembre 9, 1785, comunica a la señora
von Stein:
“Prosigo con la lectura de Linneo, tengo que
hacerlo, ya que no poseo otro libro.
”Es la mejor manera de leer conscientemente
un libro, debería practicarla con más
frecuencia, y sobre todo teniendo en cuenta
que no me resulta fácil leer un libro hasta el
final.
”Éste, sin embargo, es espléndido, no para
leerlo sino para recapitular y, como yo ya
había reflexionado por mí mismo sobre la
mayor parte de los puntos, me rinde grandes
servicios.”67
13g
En el transcurso de estos estudios, en su espí‑
ritu empieza a cobrar un cierto contorno la forma
primordial —de la que la naturaleza extrae toda
la variedad de formas vegetales—, si bien no claro
todavía.
13h
En una carta dirigida a la señora von Stein en
julio 9, 1786 se encuentran las siguientes palabras:
“Es un hacerse realidad la forma primordial,
con la cual juega constantemente la
66
seta: 1. f. Cualquier especie de hongo, comestible o no, con
forma de sombrilla, sostenida por un pedicelo. — musgo: 1.
m. Plantas briofitas, con hojas bien desarrolladas y un tallo
parenquimatoso en el cual se inicia una diferenciación en dos
regiones, central y periférica. — liquen: 1. m. Organismo resul-
tante de la simbiosis de hongos con algas unicelulares. — alga:
1. f. Planta talofita, unicelular o pluricelular, que viven de en el
agua, provistas de clorofila. Diccionario RAEL [n. del pr.]
67
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 48
naturaleza y ésta, jugando, crea la vida en
toda su diversidad.”68
.  .  .
14a
En abril y mayo de 1786, Goethe observa por el
microscopio los organismos inferiores que se desa‑
rrollan en las infusiones de diversas sustancias —mé‑
dula de banana, cactus, trufas, granos de pimienta,
té, cerveza, etcétera—.
14b
Anota cuidadosamente los procesos que observa
en estos seres vivos y realiza dibujos de estas formas
orgánicas.69
14c
Partiendo de estas notas se puede apreciar que
Goethe no intenta acercarse al conocimiento de la
vida mediante la observación de esos organismos
simples.
14d
Es evidente que piensa encontrar los rasgos más
esenciales de los procesos vitales en los organismos
superiores tanto como en los inferiores.
14e
Opina que en los infusorios se da aquella misma
ley que los ojos del espíritu perciben en el perro.70
14f
La observación a través del microscopio sólo le
muestra, en los seres pequeños, aquellos procesos
que el ojo por sí solo ve en los seres grandes; ofrece
un enriquecimiento de la experiencia sensorial.
14g
Lo que le revela la esencia de la vida es una for‑
ma superior de contemplación, y no la persecución
de los procesos accesibles a los sentidos, hasta en sus
mínimos detalles.
14h
Goethe intenta reconocer esta esencia por medio
de la observación de las plantas y de los animales
superiores.
68
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
69
Ver los escritos de Goethe sobre las ciencias naturales; Edición
Sofía, 2ª Sección, Tomo 7, págs. 89-309. [N. del Ed.]
70
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
14i
Indudablemente, Goethe habría procedido de
la misma manera si, en su época, la anatomía de las
plantas y de los animales hubiera estado tan desarro‑
llada como lo está en la actualidad.
14j
Si Goethe hubiera podido observar las células
que constituyen el cuerpo de las plantas y de los
animales habría explicado que, en estas formas orgá‑
nicas elementales, está presente la misma ley que en
los organismos compuestos.
14k
Las manifestaciones de estos pequeños seres se
las habría explicado con las mismas ideas con las que
se explicaba los procesos vitales de los organismos
superiores.
15a
Goethe encuentre en Italia la solución al enigma
que la formación y la transformación orgánica le
habían planteado.
15b
En septiembre 3, 1786 abandona Karlsbad, para
dirigirse hacia el sur.
15c
En pocas pero significativas frases, en su
‘Historia de mis estudios botánicos,’71 describe los
pensamientos que la observación del mundo vegetal
suscita en él hasta el momento en que, en Sicilia,
se le revela la idea clara de cómo es posible que las
formas vegetales
“con una caprichosa testarudez, genérica
y específica, estén dotadas de una feliz
movilidad y flexibilidad que les permiten
adaptarse, formarse y transformarse según
las múltiples condiciones existentes en todo el
globo terráqueo.”72
71
Goethe, Johann W. von. ‘Geschichte meiner botanischen
Studiums‘ [‘Historia de mis estudios botánicos’]. [N. del Ed.]
72
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
15d
Al atravesar los Alpes, en el jardín botánico de
Padua, entre otros lugares, se le muestra ‘la variedad
de las formas vegetales.’
“Si en las zonas bajas, las ramas y los tallos
eran más fuertes y voluminosos, los brotes
se hallaban más próximos entre sí y las
hojas eran más anchas, al ir subiendo la
montaña, los tallos y las ramas se volvían
más delicados, los brotes se separaban entre
sí, de forma que de nudo a nudo había
mayor espacio y las hojas tenían una forma
más lanceolada.
”Comprobé esto en un sauce y en una
genciana, y me convencí de que se trataba de
especies diferentes.
”Asimismo, a orillas del lago Walchensee
observé juncos más largos y delgados que en
las tierras bajas.”73
15e
En octubre 8, encuentra en Venecia, al borde
del mar, diferentes plantas en las que queda espe‑
cialmente patente la capacidad de adaptación de lo
orgánico a su medio.
“Todas ellas son igualmente fuertes y recias,
jugosas y coriáceas y está claro que la antigua
sal del suelo arenoso y más aún el aire salino
son quienes les confieren estas características;
rezuman jugos como plantas acuáticas, y son
duras y resistentes como plantas de montaña;
cuando los extremos de sus hojas muestran
tendencia a rematar en espinas, al modo de
los cardos, son muy agudas y fuertes.
”Encontré una mata de esas hojas; se parecía
a nuestro inocente tusilago, sólo que provisto
73
Goethe, Johann W. von. ‘Viaje a Italia.’ Septiembre 8, 1787.
[N. del Ed.]
[ga006] 49
de afiladas armas, las hojas como de cuero,
lo mismo que las cápsulas del polen y los
pistilos; todo era duro y fuerte.”74
15f
En el jardín botánico de Padua, se configura en
el espíritu de Goethe la idea de que quizás todas la
formas vegetales se deriven de una forma única.75
15g
En noviembre 17, le comunica a Knebel:
“Así, mi poca botánica empieza a serme
placentera sobre todo en este país en el que
crece una vegetación más alegre, menos
interrumpida que en otras partes.
”He hecho ya un buen número de
observaciones generales que no dejarán de
agradarte a tí también.”76
15h
El marzo 25, 1787, le sobreviene
“una buena inspiración sobre temas de
botánica.”77
15i
Hace decir a Herder que está llegando al arqueti‑
po vegetal.
15j
Teme tan sólo que nadie
“quiera reconocer en él al resto del mundo
vegetal.”78
15k
En abril 17, se encamina ‘al jardín público,
con el firme y tranquilo propósito de proseguir sus
ensueños poéticos’; pero antes de que pueda darse
cuenta, el ser de las plantas le sorprende como un
fantasma.
74
Goethe, Johann W. von. ‘Viaje a Italia.’ [N. del Ed.]
75
Goethe, Johann W. von. ‘Viaje a Italia.’ Septiembre 27, 1787.
[N. del Ed.]
76
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
77
Goethe, Johann W. von. . ‘Viaje a Italia.’ Marzo 25, 1787.
[N. del Ed.]
78
Goethe, Johann W. von. ‘Viaje a Italia.’ [N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
“Las muchas plantas que yo hasta ahora sólo
viera en cubas y macetas, y, la mayor parte
del año, sólo detrás de cristales, se yerguen
aquí, alegres y lozanas a la intemperie; y al
llenar cumplidamente su destino se nos hacen
más comprensibles.
”A la vista de tantas nuevas y renovadas
formas vegetales volvió a acometerme otra
vez mi vieja manía: ¿no podría yo descubrir,
entre aquel tropel de plantas, la planta
primordial?
”¡Porque tiene que haber una planta así!
”¿Cómo, si no, podría yo reconocer que esta
o aquella forma es una planta de no estar
todas ellas plasmadas según un modelo?”79
15l
Goethe se esfuerza en distinguir las diferentes
formas, pero sus pensamientos son siempre atraídos
de nuevo hacia el arquetipo único que subyace en
todas ellas.
15m
Goethe lleva un diario botánico en el que anota
todas las experiencias y reflexiones sobre el inundo
vegetal que va haciendo a lo largo del viaje.
15n
Las páginas de este diario demuestran cuán
incansablemente buscaba ejemplares vegetales que
fueran apropiados para hacerle descubrir las leyes del
crecimiento y de la reproducción.
15o
Si cree haber encontrado indicios de alguna ley,
la formula primero en forma de hipótesis, y deja
que sea confirmada en el curso de sus experiencias
posteriores.
15p
Anota cuidadosamente los procesos de la germi‑
nación, de la fecundación, del crecimiento.
15q
Cada vez se le va haciendo más patente que la
hoja es el órgano fundamental de la planta y que las
79
Goethe, Johann W. von. ‘Viaje a Italia.’ Abril 17, 1787.
[N. del Ed.]
Rudolf Steiner
formas de los restantes órganos vegetales se entende‑
rán tanto mejor en la medida en que sean considera‑
dos como ‘hojas transformadas.’
15r
Anota en su diario:
“Hipótesis: todo es hoja, y esta simplicidad
hace posible la más grande diversidad.”80
15s
Y en mayo 17, 1787, comunica a Herder:
“Debo decirte además, en confianza, que
estoy muy cerca del secreto de la génesis y
organización de las plantas, siendo lo más
sencillo que cabe imaginar.
”Bajo este cielo pueden hacerse las más bellas
observaciones.
” Yo he encontrado de un modo patente
e indudable el punto principal donde
se esconde el germen, y todo lo demás lo
veo ya en conjunto, faltándome tan sólo
puntualizar algunos detalles.
”La planta primitiva será el ser más
maravilloso del mundo, que la Naturaleza
misma habrá de envidiarme.
”Con ese modelo y con su clave
correspondiente pueden idearse luego plantas
hasta lo infinito; plantas que han de ser
consecuentes, es decir, que aunque no existan
podrían existir, y no son, en modo alguno,
sombras y apariencias plásticas o poéticas,
sino que poseen una verdad y necesidad
íntimas.
”La misma ley podrá aplicarse también a
todo lo dem, que tiene vida. […]
“Hacia adelante y hacia atrás siempre es la
planta pura hoja, tan íntimamente unida
80
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 50
al futuro germen, que no cabe imaginar a la
una sin el otro.
”Percibir tal concepto, llevarlo consigo,
descubrirlo en la naturaleza, es una
tarea que nos coloca en una situación
dolorosamente dulce.”81
.  .  .
16a
Goethe, para explicar las manifestaciones de la
vida, sigue un camino que es totalmente diferente al
que normalmente siguen los investigadores.
16b
Los investigadores se dividen en dos grupos.
16c
Los unos defienden la existencia de una fuerza
vital que actúa en los seres orgánicos y que repre‑
senta una forma particular y superior de energía, en
comparación con otras causas naturales.
16d
De la misma manera que existe la fuerza de la
gravedad, la atracción y la repulsión química, el
magnetismo, etcétera, así tiene que haber una fuerza
vital que ponga en relación las sustancias del or‑
ganismo, de tal modo que éste pueda mantenerse,
crecer, alimentarse y reproducirse.
16e
Los investigadores que mantienen esta opinión
dicen: en el organismo actúan las mismas fuerzas
que en el resto de la naturaleza; pero no operan
como en una máquina sin vida.
16f
Tales fuerzas son, de algún modo, captadas
por la fuerza vital y elevadas a un plano de acción
superior.
16g
A los partidarios de esta opinión se contraponen
aquellos otros científicos que estiman que en los
organismos no actúa una fuerza vital específica.
81
Goethe, Johann W. von. ‘Viaje a Italia.’ Mayo 17, 1787.
[N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
16h
Consideran que las manifestaciones de la vida
son procesos químicos y físicos complejos y tienen
la esperanza de poder llegar, mediante un proceso
inverso, a explicar un día un organismo como si se
tratara de una máquina, reduciéndolo a la acción de
fuerzas inorgánicas.
16i
El primer punto de vista es denominado ‘vitalis‑
mo’82; el segundo, ‘mecanicismo.’83
16j
La concepción de Goethe difiere enteramente de
ambos.
16k
Para Goethe es evidente que en el organismo
actúa algo que es diferente de las fuerzas de la natu‑
raleza inorgánica —no puede aceptar la concepción
mecanicista de los fenómenos vitales—.
16l
Pero tampoco busca una fuerza vital especial
para explicar los fenómenos del organismo.
16m
Está convencido de que para comprender los
procesos vitales hace falta una manera de ver que
tiene que ser distinta a la que se emplea para captar
los fenómenos de la naturaleza inorgánica.
16n
Al que opta por una fuerza vital —si bien reco‑
noce que los fenómenos orgánicos no son mecáni‑
cos—, no obstante, le falta asimismo capacidad para
desarrollar en sí esa otra forma de contemplación
a través de la cual se le daría a conocer lo orgánico
—a noción de fuerza vital permanece oscura y mal
determinada—.
82
vitalismo: 1. m. Biol. y Fil. Doctrina que explica los fenómenos
biológicos por la acción de las fuerzas propias de los seres vivos
y no solo por las de la materia. Diccionario RAEL [n. del pr.]
83
mecanicismo: 1. m. Biol. y Med. Sistema que pretende explicar
los fenómenos vitales por las leyes de la mecánica de los cuer-
pos inorgánicos. 2. m. Fil. Doctrina según la cual toda realidad
natural tiene una estructura semejante a la de una máquina y
puede explicarse mecánicamente. Diccionario RAEL [n. del pr.]
Rudolf Steiner
16o
Un reciente seguidor del vitalismo, Gustav
Bunge,84 opina:
“En la célula más pequeña se encuentran
ya todos los enigmas de la vida; y ahí, en la
investigación de la célula más pequeña, con
los medios actuales hemos llegado al límite.”85
16p
Una contestación parecida a la siguiente se
ajustaría, de hecho, al modo de pensar de Goethe:
aquella capacidad de contemplación que sólo capta
la esencia de los fenómenos inorgánicos, ha llegado
al límite de sus posibilidades, límite que es preciso
sobrepasar para comprender lo vivo.
16q
Esta capacidad de contemplación jamás encon‑
trará recursos, en su ámbito, que sean adecuados
para explicar la vida, ni siquiera de la más diminuta
célula.
16r
Así como el ojo es ‘necesario para percibir los
colores, así también, para la comprensión de la vida,
es necesaria la capacidad de percibir, de modo inme‑
diato, lo suprasensible en lo sensible.
16s
Lo suprasensible se lo escapará siempre a aquel
que, con respecto a las formas orgánicas, aplique
únicamente sus sentidos.
16t
Goethe intenta despertar la percepción sensible
de las formas vegetales, elevándola a un plano supe‑
rior, e imaginando la forma sensible de un arquetipo
vegetal suprasensible.86
16u
El vitalista se refugia en el concepto, vacío de
contenido, de la ‘fuerza vital,’ porque no ve en abso‑
84
Gustav Piers Alexander von Bunge (1844-1920): Fisiólogo ale-
mán conocido por su trabajo en fisiología nutricional. [n. del pr.]
85
Bunge, Gustav. ‘Vitalismus und Mechanisrnus’ [‘ Vitalismo y
mecanismo’]. Leipzig 1886, pág. 17. [N. del Ed.]
86
Ver: Goethe, Johann W. von. ‘Geschichte meiner botanischen
Studiums‘ [‘Historia de mis estudios botánicos’]. [N. del Ed.]
[ga006] 51
luto aquello que sus sentidos no pueden percibir en
el organismo.
16v
Goethe ve lo sensible tan impregnado de lo
suprasensible, como una superficie pintada está
impregnada de pintura.
17a
Los seguidores del mecanicismo estiman que se
podría llegar un día a conseguir, por medios artifi‑
ciales, la obtención de sustancias vivas a partir de
materias inorgánicas.
17b
Los mecanicistas dicen que no hace muchos años
se afirmaba que en el organismo había sustancias
que no podían ser obtenidas por medios artificiales,
sino solamente por la acción de la fuerza vital, y
que, actualmente se, está en condiciones de pro‑
ducir algunas de esas sustancias artificialmente en
laboratorios.
17c
De igual modo, podría llegarse, en un futuro, a
producir una albúmina —que es la sustancia bási‑
ca de los organismos más simples— por medio de
ácido carbónico, amoníaco, agua y sales, que son sus
componentes.
17d
Entonces, según los mecanicistas, quedará indis‑
cutiblemente demostrado que la vida no es otra cosa
que una combinación de procesos inorgánicos, y que
el organismo no es sino una máquina que ha surgido
por medios naturales.
18a
Desde el punto de vista de la concepción
goetheana es preciso responder:
18b
Los mecanicistas hablan sobre sustancias y
fuerzas de una manera que no está justificada por
ninguna experiencia.
18c
Y nos hemos acostumbrado tanto a esta manera
de hablar que resulta difícil hacer valer, frente a estos
conceptos, las exigencias de la experiencia pura.
18d
Pero obsérvese, no obstante, sin ideas preconce‑
bidas, un fenómeno del mundo exterior.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
18e
Tómese una cierta cantidad de agua a una deter‑
minada temperatura.
18f
¿Qué manera hay de saber algo de este agua?
18g
Se mira y se advierte que ocupa un espacio y que
está contenida dentro de unos límites determinados;
se mete dentro un dedo o un termómetro y se siente
que tiene un cierto grado de temperatura; se ejerce
una presión sobre su superficie y se comprueba que
es fluida —esto es lo que los sentidos dicen sobre la
condición del agua—.
18h
Ahora calentémosla.
18i
Hervirá y se convertirá finalmente, en vapor.
18j
De nuevo, a través de la percepción sensible, es
posible hacerse una idea acerca de la constitución
de este cuerpo, el vapor, en el que el agua se ha
transformado.
18k
En vez de calentar el agua, se la puede some‑
ter, bajo determinadas condiciones, a la corriente
eléctrica.
18l
El agua entonces se transforma en dos cuerpos:
hidrógeno y oxígeno.
18m
También podemos obtener información sobre
estos cuerpos a través de los sentidos.
18n
Es decir, se perciben estados en el mundo de los
cuerpos y se comprueba, asimismo, que estos esta‑
dos, en determinadas condiciones, se transforman en
otros estados.
18o
Sobre dichas condiciones informan los sentidos.
18p
Si se habla de algo más que de estados que cam‑
bian, ya no se atiene uno al hecho puro, sino que se
añaden a ello conceptos.
18q
Si afirmamos que el hidrógeno y el oxígeno que
se han derivado del agua por medio de la corriente
eléctrica estaban contenidos ya en el agua —aunque
tan íntimamente ligados que no eran perceptibles
individualmente— a la percepción se le está aña‑
Rudolf Steiner
diendo un concepto que explica que ambos cuerpos
han surgido de uno.
18r
Y si, dando un paso más, se declara que el oxí‑
geno e hidrógeno son sustancias —lo cual se hace
ya desde el momento en que se les da nombres— se
está añadiendo igualmente un concepto a la cosa
percibida.
18s
Porque, de hecho no se percibe, en el espacio
ocupado por el oxígeno, más que una adición de
estados.
18t
A estos estados se les añade por medio del pensar
una sustancia a la que han de adherirse.
18u
El componente sustancial de oxígeno y de hidró‑
geno, supuestamente existente ya en el agua, es un
concepto añadido al contenido de la percepción.
18v
Si se combina químicamente hidrógeno y oxíge‑
no para producir agua se comprueba que una serie
de estados se transforma en otra.
18w
Decir que dos sustancias simples se han combi‑
nado en una compuesta es intentar una explicación
conceptual del contenido de la percepción.
18x
La noción ‘sustancia’ recibe su contenido del
pensar, no de la percepción.
18y
Algo parecido a lo de ‘sustancia’ es válido para la
‘fuerza.’
18z
Vemos una piedra caer al suelo.
18a1
¿Cuál es el contenido de la percepción?
18b1
Una suma de impresiones sensoriales, de estados,
que \e dan en espacios sucesivos.
18c1
Se intenta explicar este cambio en el mundo
sensible diciendo que la Tierra atrae a la piedra, que
aquélla posee una fuerza en virtud de la cual la atrae
hacia sí.
18d1
Una vez más nuestro espíritu asocia un concepto
a un estado de hecho y le da a éste un contenido que
no proviene de la percepción.
[ga006] 52
18e1
Lo que se percibe no son sustancias ni fuerza,
sino estados y transformaciones de éstos —uno se
explica estas transformaciones asociando conceptos a
las percepciones—.
19a
Supongamos que existiera un ser capaz de perci‑
bir el oxígeno y el hidrógeno, pero no el agua.
19b
Si combináramos ante sus ojos el oxígeno y el
hidrógeno para producir agua, los estados de esos
dos cuerpos percibidos por él se verían reducidos a
la nada; si, además, le describiéramos los estados del
agua que percibimos, él no podría hacerse ninguna
idea de ello.
19c
Esto demuestra que en el contenido de las
percepciones ‘hidrógeno’ y ‘oxígeno’ no hay nada de
donde se pueda extraer el contenido de la percep‑
ción ‘agua.’
19d
Que un cuerpo está compuesto de ‘dos o de
varios más’ significa: dos o más contenidos de per‑
cepción se han transformado en otro, el cual, aún
dependiendo de los primeros, no deja por ello de
constituir algo absolutamente nuevo.
20a
En consecuencia, ¿a qué se llegaría si, en un
laboratorio, se consiguiese combinar artificialmente
ácido carbónico, amoníaco, agua y sales, convirtien‑
do todo ello en albúmina viva?
20b
Se sabría que los contenidos de percepción ex‑
traídos de estos diferentes cuerpos pueden unirse en
un contenido de percepción único.
20c
Pero este contenido de percepción no puede, de
hecho, ser extraído de aquéllos.
20d
El estado vivo de la albúmina no puede ser ob‑
servado más que en ella misma, y no extraído de los
sucesivos estados del ácido carbónico, del amoníaco;
del agua, y de las sales.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
20e
El organismo presenta algo que es enteramente
diferente a los elementos inorgánicos que puedan
entrar en su composición.
20f
Con la aparición de un organismo vivo, los con‑
tenidos de la percepción sensible se transforman en
contenidos de una percepción sensible-suprasensible.
20g
Y el que no tenga la facultad de imaginarse lo
sensible-suprasensible no podrá saber sobre la esen‑
cia del organismo más de lo que pudiera saber del
agua un ser a quién le estuviese vedada la percepción
sensorial del agua.
.  .  .
21a
La finalidad que Goethe perseguía, con sus
estudios sobre el mundo vegetal y animal, era la
de representarse la germinación, el crecimiento,
la transformación de los órganos, la nutrición y
la reproducción del organismo como un proceso
sensible-suprasensible.
21b
Él se percató de que este proceso sensible-supra‑
sensible es el mismo, en cuanto a la idea, en todas las
plantas, y que únicamente adopta formas diferentes
en su manifestación exterior.
21c
Lo mismo pudo comprobar Goethe en relación
con el mundo animal.
21d
Si uno se ha formado en su interior la idea de la
planta arquetípica, que es sensible-suprasensible, se
la encontrará entonces en todas las formas vegetales
individuales —la variedad resulta del hecho de que
una cosa idéntica, en cuanto a la idea, puede presen‑
tarse en el mundo sensible bajo formas diversas—.
21e
El organismo individual está compuesto por
órganos que pueden retrotraerse a un órgano
fundamental.
Rudolf Steiner
21f
El órgano fundamental de la planta es la hoja,
con los nudos de los que ella crece.
21g
Este órgano, en la manifestación exterior, adop‑
ta formas diferentes: cotiledón, hoja propiamente
dicha, sépalo, pétalo, etcétera, etcétera.
“Por mucho que la planta brote, florezca o
dé frutos, son siempre los mismos órganos
los que, en sus funciones múltiples y formas
cambiantes, cumplen la prescripción de la
naturaleza.”87
.  .  .
22a
Para obtener una imagen completa de la planta
arquetípica, Goethe tuvo que observar en general
las formas adoptadas —sucesivamente, a lo largo
del crecimiento— por el órgano fundamental de la
planta, desde la germinación hasta la maduración.
22b
Al comienzo de su desarrollo, la forma de la
planta completa descansa en la semilla.
22c
En la semilla, la planta arquetípica ha tomado
una forma que esconde en su aspecto externo su
contenido ideal.
“La fuerza, en la semilla, sencillamente
dormitaba; un modelo en esbozo reposaba,
encerrado en sí mismo, bajo la envoltura
plegado, hoja, germen y raíz a medio formar
y sin colores, y el núcleo así, en sequedad,
conserva tranquila vida, se siente atraído
hacia lo alto, se abandona a la suave
humedad, brota, se lanza, emerge al punto
de la noche que le circunda.”88
87
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
88
Goethe, Johann W. von. ‘La metamorfosis de las plantas.’
Poema. [N. del Ed.]
[ga006] 53
22d
De la semilla, la planta desarrolla los primeros
órganos, los cotiledones, después de
“haber abandonado en mayor o menor grado
sus envolturas en la tierra”
y fijado
“la raíz en el suelo.”89
22e
Y ahora, en el proceso ulterior de crecimiento,
los brotes se suceden uno tras otro; los nudos, uno
tras otro, se van superponiendo y en cada uno se
inserta una hoja.
22f
Las hojas aparecen bajo diferentes formas.
22g
Las de abajo, todavía simples; las de arriba, más
o menos hendidas y entalladas, compuestas de varios
foliolos.
22h
En este punto del desarrollo, la planta arquetípi‑
ca extiende su contenido sensible-suprasensible en el
espacio, como expresión sensible externa.
22i
Goethe se imagina que las hojas deben su forma‑
ción progresiva y afinamiento a la luz y al aire:
“Los cotiledones, formados bajo la envoltura
cerrada de la semilla, diríase que henchidos
de un jugo primitivo, se muestran casi sin
organizar o rudimentariamente organizados
y primitivos.
”De igual manera, las hojas de las plantas
que crecen bajo el agua se nos muestran
más toscamente organizadas que otras que
se hallan expuestas al aire libre; es más,
la misma especie de plantas produce hojas
más lisas y menos afinadas cuando crece
en lugares bajos y húmedos, mientras que,
trasplantada a zonas altas, engendra hojas
89
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
rugosas y aterciopeladas, y de una estructura
más fina.”90
22j
En el segundo período de crecimiento, la planta
contrae de nuevo en un espacio estrecho aquello
que, anteriormente, había desplegado.
Pausadamente entonces regula la savia, estrecha los
vasos,
y al momento la forma muestra dulces efectos.
En silencio el peciolo se retrae de los bordes que
tienden a expandirse
y los nervios del tallo se conforman más
acabadamente.
Sin hojas pero aprisa se eleva el tierno tallo
y una forma admirable seduce a quien contempla.
Alrededor del círculo se disponen ahora, contadas e
incontables,
La más pequeña hoja junto a la semejante.
Prieto en torno del eje, el cáliz se decide ya
ascendente,
Desplegando en su suprema forma coronas de
colores.”91
23a
En el cáliz, la forma vegetal se contrae; y en la
corola, se dilata de nuevo.
23b
La contracción siguiente se produce en
los estambres y en el pistilo, los órganos de la
reproducción.
23c
En los períodos de crecimiento precedentes, la
energía creadora de la planta tendía a reproducir, en
un solo órgano, la forma primera.
23d
Ahora, la misma energía se distribuye entre
dos órganos; los elementos separados tratan de
encontrarse.
23e
Y esto sucede en el proceso de la fecundación.
90
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
91
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
23f
El polen, elemento masculino, que se halla en el
estambre, se une con la sustancia femenina, conte‑
nida en el pistilo; y así nace el germen de una planta
nueva.
23g
Goethe denomina anastomosis92 espiritual a la
fecundación de la planta la, y no ve en ella sino otra
forma del proceso que tiene lugar cuando la planta
se desarrolla de un nudo a otro.
“En todos los cuerpos que llamamos vivos,
comprobamos la fuerza de reproducirse.
”Si percibimos esta fuerza por separado, la
designamos con el nombre de los dos sexos.”93
23h
De nudo a nudo, la planta reproduce su propia
especie, porque nudo y hoja son la forma simple de
la planta arquetípica.
23i
En esta forma, la creación se llama crecimiento.
23j
Si la fuerza reproductora se halla repartida entre
dos órganos, se habla de dos sexos.
23k
De este modo, Goethe cree haber aproxi‑
mado entre sí los conceptos de crecimiento y de
fecundación.
23l
En el estadio de la formación del fruto, la planta
alcanza su última dilatación; en la semilla, aparece
nuevamente contraída.
23m
Con estas seis fases, la naturaleza concluye el
ciclo de formación de la planta y empieza el proceso
otra vez desde el principio.
23n
En la semilla, Goethe no ve más que otra forma
del brote que se desarrolla en la axila de la hoja.
23o
Las ramas laterales que surgen de los brotes son
plantas completas, que, en vez de salir del suelo
parten de una planta madre.
92
anastomosis: 1. f. Bot. y Zool. En una planta o animal, unión de
unos elementos anatómicos con otros de la misma naturaleza.
Diccionario RAEL [n. del pr.]
93
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 54
23p
La representación mental de un órgano funda‑
mental que se transforma gradualmente, según una
‘escala espiritual,’ desde la semilla hasta el fruto, es la
idea del arquetipo planta.
23q
Como para probar a nuestros sentidos la muta‑
bilidad del órgano fundamental, la naturaleza forma,
en determinadas condiciones, otro órgano en lugar
de aquel que debería producir el curso regular del
crecimiento.
23r
En la adormidera doble,94 por ejemplo, los pé‑
talos vienen a ocupar el lugar de los estambres —el
órgano destinado, según la idea, a ser estambre, se
ha convertido en pétalo—.
23s
En el órgano que, en el curso normal del desa‑
rrollo vegetal, tiene asignada una forma determina‑
da, está contenida la posibilidad de que tome otra
distinta.
24a
Como ilustración de su idea de la planta arque‑
típica, Goethe considera el ‘Bryophyllum calcinum’
—el telefio vulgar— una especie vegetal que pasó de
las Islas Molucas a Calcuta, y de allí a Europa.
24b
Del hueco de las hojas grasas salen unos brotes
frescos, los cuales, una vez independizados, crecen y
se convierten en plantas completas.
24c
En este fenómeno Goethe ve representado de
manera sensible intuitiva el hecho de que en la hoja
descansa la idea de la planta entera.95
24d
Quien sea capaz de formar dentro de sí la ima‑
gen del arquetipo planta, y la mantenga lo suficien‑
temente flexible como para poderla pensar en todas
94
Adormidera de flor doble [Papaver somniferum] o ‘planta del
opio’: Planta herbácea anual, con flores blancas o lila con un
centro de color violeta oscuro. Sus frutos semimaduros tienen
un alto contenido en alcaloides (fabricación de opio). — ¿En
qué andaría Johann? [n. del pr.]
95
Goethe, Johann W. von. ‘Observaciones sobre el Bryophyllum
calcinum.’ [N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
las formas posibles que su contenido permita, podrá
explicarse, con su ayuda, todas las formaciones del
reino vegetal.
24e
Comprenderá el desarrollo de cada planta en
particular; pero también verá que todos los géne‑
ros, especies y variedades están formados según este
arquetipo.
24f
Esta concepción la elaboró Goethe en Italia, y
la expuso en su ensayo ‘Intento de explicación de la
metamorfosis de las plantas,’96 publicado en 1790.
.  .  .
25a
También en Italia Goethe hace avances en el
desarrollo de su idea sobre del organismo humano.
25b
En enero 20, 1787, escribe a Knebel:
“En Anatomía estoy bastante preparado, he
adquirido, hasta un cierto grado y no sin
esfuerzo, el conocimiento del cuerpo humano.
”Aquí, la continua contemplación de estatuas
os incita a ello, pero de una manera superior.
”En nuestra anatomía médico-quirúrgica, se
trata simplemente de conocer las partes, y el
más pequeño músculo puede servir para ello.
”Pero en Roma, las partes no significan nada
si no presentan, al mismo tiempo, una forma
noble y bella.
”En el gran Lazareto de San Spirito, se ha
preparado expresamente para los artistas
un bellísimo cuerpo muscular cuya belleza
cautiva de admiración.
96
Goethe, Johann W. von. ‘Intento de explicación de la metamor-
fosis de las plantas.’ [n. del pr.]
Rudolf Steiner
”Podría tomarse por un semidiós desollado,
por un Marsias.97
”También se atiende a la lección de los
Antiguos y, lejos de considerar el esqueleto
como una masa de huesos arbitrariamente
ensamblados, se le estudia conjuntamente
con los ligamentos que le dan vida y
movimiento.”98
25c
Incluso después de su retorno de Italia, Goethe
prosigue con aplicación sus estudios anatómicos.
25d
Se siente impulsado a descubrir las leyes del de‑
sarrollo de la forma animal, como lo había logrado
ya con respecto a las plantas.
25e
Está convencido de que la unidad del organismo
animal descansa también sobre un órgano funda‑
mental, capaz de manifestarse en formas diversas.
25f
Si la idea de este órgano fundamental se oculta,
éste aparece informe.
25g
Representa entonces los órganos inferiores del
animal; la idea se apodera hasta tal punto de la
materia, que llega a imprimir enteramente a ésta su
semejanza, surgiendo entonces los órganos superio‑
res, los órganos nobles.
25h
Lo que no existe más que como idea en los órga‑
nos simples se manifiesta al exterior en los órganos
superiores.
25i
Goethe no consiguió recoger en un sólo con‑
cepto la ley de toda la forma animal, cosa que había
logrado con respecto a la forma vegetal.
97
Marsias: Apolo y Marsias se enfrentaron en un concurso musical
en el que el ganador podría tratar al perdedor como quisiera.
Los jueces fueron las Musas, por lo que Marsias perdió y fue
desollado vivo por su hibris (desmesura del orgullo) al desafiar a
un dios. [n. del pr.]
98
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 55
25j
No encontró más que una ley parcial del desa‑
rrollo: para la médula espinal y el cerebro, junto con
los huesos que contienen a dichos órganos.99
25k
En el cerebro, Goethe ve una formación superior
de la médula espinal; y cada centro nervioso ganglio‑
nar lo considera como un cerebro que se ha quedado
en un nivel inferior.
25l
En cuanto a los huesos del cráneo que encierran
el cerebro se trata, para él, de una transformación de
las vértebras que envuelven la médula.100
25m
Él había comprendido ya que era necesario
considerar los huesos posteriores del cráneo —hueso
occipital, hueso cuneiforme posterior y anterior—
como tres vértebras transformadas.
25n
Otro tanto dirá de los huesos anteriores del
cráneo cuando, en 1790, descubre en las dunas del
Lido un cráneo de cordero partido de forma tan
afortunada que el hueso palatino, el maxilar superior
y el intermaxilar parecen presentar la imagen eviden‑
te de tres vértebras transformadas.
26a
En tiempos de Goethe la anatomía de los ani‑
males no estaba lo suficientemente avanzada como
para suministrarle un animal que tuviera verdadera‑
mente vértebras en lugar de los huesos desarrollados
del cráneo y que presentase, por lo tanto, la imagen
visible de aquello que en los animales perfectos sólo
existe como idea.
26b
Las investigaciones de Carl Gegenbaur,101 publi‑
cadas en 1872, han conseguido mostrar un animal
de esta especie.
99
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
100
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
101
Carl o Karl Gegenbaur (1826-1903): Anatomista alemán, con
interés en la anatomía comparada, embriología del esqueleto
y el sistema nervioso de los vertebrados. Obra: ‘Elementos de
anatomía comparada.’ [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
26c
Los peces más primitivos —esto es, los sela‑
cios102— tienen unos huesos craneanos y un cerebro
que aparecen claramente como las extremidades de
la columna vertebral y de la médula espinal.
26d
Sin embargo, según las observaciones efectuadas
en estos animales, parece ser que en la formación
de su cabeza entra un número mayor de vértebras
—nueve, por lo menos— que lo que Goethe había
supuesto.
26e
Este error en cuanto al número de vértebras, así
como también el hecho de que en el estado embrio‑
nario del cráneo de los animales superiores no haya
el menor rastro de estar compuesto por elementos de
naturaleza vertebral —sino que aquél se desarrolla a
partir de una simple vejiga cartilaginosa—, ambos
datos, pues, fueron esgrimidos contra la validez de
las ideas de Goethe acerca de la transformación de la
médula espinal y de la columna vertebral.
27a
Se admite, sin embargo, que el cráneo se ha
formado a partir de vértebras; pero se niega que los
huesos de la cabeza, en la forma que toman en los
animales superiores, sean vértebras transformadas.
27b
Se afirma que ha habido una disolución total de
las vértebras en una vejiga cartilaginosa, en la cual
la estructura vertebral original ha desaparecido por
completo.
27c
De esta cápsula cartilaginosa han surgido des‑
pués las formas óseas que se observan en los anima‑
les superiores.
102
selacio, cia: 1. adj. Zool. Dicho de un pez marino: Que tiene es-
queleto cartilaginoso, cuerpo fusiforme o deprimido, cola hete-
rocerca, piel muy áspera, boca casi semicircular con numerosos
dientes triangulares de bordes cortantes o aserrados, mandíbula
inferior móvil y varias hendiduras branquiales; p. ej., la tintorera
o la raya. U. t. c. s. m., en pl. como taxón. Diccionario RAEL
[n. del pr.]
Rudolf Steiner
27d
Estas formas no se han desarrollado según el tipo
de la vértebra original, sino conforme a las funciones
que han de desempeñar en la cabeza desarrollada.
27e
Por lo tanto, si se busca una explicación a la
forma de un hueso craneano cualquiera no hará falta
preguntar: ¿cómo se ha transformado una vértebra
para convertirse en un hueso craneano?, sino: ¿qué
circunstancias han llevado a un hueso de tal o cual
forma a separarse de la cápsula cartilaginosa simple?
27f
Se cree en el nacimiento de formas nuevas de
acuerdo con leyes nuevas, después de que la forma
de la columna vertebral original se ha disuelto en
una cápsula sin estructura.
28a
Sólo el fanatismo del hecho objetivo puede en‑
contrar contradicción entre esta idea y la de Goethe.
28b
Lo que ya no es perceptible en la cápsula cartila‑
ginosa del cráneo, la estructura de la vértebra, está,
sin embargo, presente allí como idea, y se mani‑
fiesta de nuevo en cuanto se dan las condiciones
necesarias.
28c
En la cápsula cartilaginosa craneana, la idea del
órgano fundamental con forma de vértebra se oculta
en el interior de la materia perceptible; en el hueso
craneano ya formado se manifiesta nuevamente en el
exterior.
.  .  .
29a
Goethe tiene la esperanza de que las leyes del
desarrollo de las otras partes del organismo animal
se le revelen de la misma manera que lo han hecho
las relativas al cerebro, a la médula espinal, y a los
órganos que los envuelven.
[ga006] 56
29b
En abril 30, 1790, a propósito del descubrimien‑
to efectuado en el Lido, le hace saber a Herder, a
través de la señora Kalb,103 que ha hecho
“un gran avance hacia la comprensión
de la forma animal y de algunas de sus
transformaciones, y ello gracias a la más
singular casualidad.”104
29c
Cree estar tan cerca de su meta que, en el mismo
año del hallazgo, quiere concluir un trabajo sobre
la formación animal que pueda equipararse a la
‘Metamorfosis de las plantas.’105
29d
En Silesia, a donde viaja en 1790, realiza estu‑
dios de anatomía comparada y comienza a redactar
un ensayo ‘sobre la forma de los animales.’106
29e
A pesar de un punto de partida tan afortunado,
Goethe no consiguió llegar a las leyes del desarrollo
de toda la forma animal.
29f
Sus numerosas tentativas al respecto no lograron
un tipo de la forma animal análogo a la idea de la
planta arquetípica.
29g
Él compara a los animales entre sí, y a éstos con
el hombre, y trata de obtener un ‘cuadro general’
de la estructura animal, a partir del cual, tomán‑
dolo como modelo, la naturaleza cree las formas
particulares.
29h
Pero este cuadro general del arquetipo del animal
no es una imagen viva cuyo contenido obedezca a
las leyes básicas del desarrollo animal y sea capaz de
recrear, a su vez, el animal arquetipo, a ejemplo de
103
Charlotte Sophie Juliane von Kalb, nacida Freein Marshalk von
Ostheim (1761-1843): Escritora alemana. Amiga de los poetas
Schiller, Goethe, Hölderlin y Jean Paul. [n. del pr.]
104
Goethe, Johann W. von. ’Goethe an Frau von Kalb’ [‘Goethe a la
señora Kalb’]. [N. del Ed.]
105
Goethe, Johann W. von. ‘Correspondencia con Knebel.’
[N. del Ed.]
106
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
la naturaleza —o es más que un concepto general
abstraído de los fenómenos particulares—.
29i
Constata el elemento que es común a las for‑
mas animales diversas; pero no contiene la ley de la
animalidad.
“Todos los miembros son formados según
leyes eternas y la más rara de las formas
mantiene en secreto el arquetipo.”107
29j
Goethe no pudo obtener un concepto único
acerca de cómo este arquetipo, a través de la trans‑
formación regular de un miembro fundamental,
sea capaz de desarrollarse como forma primordial
multimembre del organismo animal.
29k
Tanto su ensayo sobre ‘La forma animal,’108
como su ‘Esbozo de una anatomía comparada basa‑
da en la osteología’109 reanudado y desarrollado más
tarde ‘Esbozo de una introducción general a la ana‑
tomía comparada: Exposición de los tres primeros
capítulos,’110 no contienen otra cosa que indicacio‑
nes sobre la manera de comparar los animales para
conseguir un esquema general conforme al cual la
fuerza creadora ‘engendra y desarrolla las naturalezas
orgánicas,’ una norma según la cual se han de hacer
las descripciones científicas y a la cual, en la medida
en que sean extraídas de la forma de los diferentes
107
Goethe, Johann W. von. ‘Metamorfosis de los animales.’ Poema.
[N. del Ed.]
108
Goethe, Johann W. von. ’Die Gestalt der Tiere’ [’La forma ani-
mal’] [n. del pr.]
109
Goethe, Johann W. von. ‘Entwurf einer vergleichenden
Anatomie, ausgehend von der Osteologie’ [‘Esbozo de una
anatomía comparada basada en la osteología’]. Jena, 1795.
[n. del pr.]
110
Goethe, Johann W. von. ‘Vorträge über die drei ersten Kapitel
des Entwurfs einer allgemeinen Einleitung in die vergleichende
Anatomie’ [‘Esbozo de una introducción general a la anatomía
comparada: Exposición de los tres primeros capítulos’]. (1796)
[n. del pr.]
Rudolf Steiner
animales, las diversas formas pudieran ser reconduci‑
das de nuevo.
29l
Para la planta, en cambio, Goethe ha puesto de
manifiesto cómo una forma arquetípica, en virtud
de sucesivas modificaciones, se transforma regular‑
mente en la forma orgánica consumada.
.  .  .
30a
Si no ha podido seguir a través de todas las
partes del organismo animal la energía formadora y
transformadora de la naturaleza, Goethe sí ha sabido
encontrar, sin embargo, unas leyes particulares a las
que la naturaleza obedece creando ciertas formas,
sometidas a la norma a pesar de su diversidad.
30b
Imagina que la naturaleza no posee la facultad de
cambiar a su antojo la imagen general.
30c
Si, en una forma dada, desarrolla más perfecta‑
mente uno de sus elementos, ello no podrá ser sino a
expensas de otro.
30d
El organismo arquetípico contiene todos los
miembros que puedan aparecer en un animal
cualquiera.
30e
En dicho animal, un elemento estará completa‑
mente desarrollado, otro, solamente esbozado; uno
perfectamente formado, el otro inaccesible, quizás, a
la observación de los sentidos.
30f
En cuanto a este último caso, Goethe está
convencido de que, en todo animal, el elemento no
visible del tipo general existe, sin embargo, en idea.
Por lo tanto si en una criatura ves ventaja especial
a alguna de sus partes concedidas, preguntas sin
tardanza dónde sufre quizás
defecto en otro punto, y busca entonces con
inquisitivo espíritu.
[ga006] 57
Acto seguido encontrarás la clave para todas las
formas,
y es así que ningún animal, que muestre de todos
los dientes rodeada
la superior mandíbula, portará cornamenta en su
testuz,
por lo cual un león con cuernos no le es posible a la
Madre eterna
engendrarlo aún cuando hiciera uso de toda la
fuerza:
porque no tiene materia bastante para plantar
completa
la hilera de los dientes y al tiempo producir la
cornamenta y astas.111
30g
En el organismo arquetípico todas los miembros
están formados y mantienen el equilibrio entre ellos;
la variedad del caso particular proviene del hecho
de que la energía creadora se vuelca sobre uno de
los miembros y en cambio, a otro, en cuanto a su
aspecto exterior, o no lo desarrolla en absoluto, o lo
deja solamente esbozado.
30h
Esta ley del organismo animal se denomina hoy
día ley de correlación o de compensación de los
órganos.112
.  .  .
31a
Para Goethe, la planta arquetípica contiene, en
idea, todo el mundo vegetal; y el animal arquetípico,
todo el mundo animal.
31b
De este pensamiento surgen las preguntas:
111
Goethe, Johann W. von. , ‘La metamorfosis de los animales.’
Poema. [N. del Ed.]
112
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
• ¿Cómo es que, en un caso, se produce tal forma
determinada de planta o de animal, y en otros
casos surgen otras?
• ¿En qué condiciones el animal arquetípico se
convierte en pez?
• ¿En cuáles se convierte en ave?
31c
Para explicar la estructura de los organismos, la
ciencia presenta a Goethe un modo de pensar que le
repugna.
31d
Ante la presencia de cada órgano, los seguidores
de esta forma de pensar se preguntan: ¿para qué le
sirve al ser vivo que lo posee?
31e
En tal pregunta subyace la idea general de un
Creador Divino o de una Naturaleza que fijaría de
antemano a cada ser un fin de vida determinado, y
le daría a continuación una estructura adecuada para
que pudiera cumplir ese fin.
31f
Para Goethe esta pregunta es tan absurda como,
por ejemplo, esta otra: ¿para qué se desplaza una
bola elástica al ser golpeada por otra?
31g
No se puede explicar el movimiento más que en‑
contrando la ley correspondiente, es decir, haciendo
ver que la bola ha sido puesta en movimiento por un
golpe o por cualquier otra causa.
31h
Uno no se pregunta: para qué sirve el movimien‑
to de la bola, sino: ¿cuál es el origen del mismo?
31i
De la misma manera, según Goethe, no debe
preguntarse: ¿para qué tiene el toro cuernos,? sino
¿cómo es que los tiene?
31j
¿En virtud de qué leyes el arquetipo animal
toma, en el caso del toro, una forma portadora de
cuernos?
32a
Goethe ha buscado la idea del arquetipo planta
y del arquetipo animal para encontrar en ella los
medios con que explicar la variedad de las formas
orgánicas.
Rudolf Steiner
32b
La planta arquetípica es el elemento creador en
el mundo vegetal.
32c
Si se quiere explicar una especie determinada,
habrá que mostrar cómo actúa este elemento creador
en el caso particular.
32d
A Goethe le repugna profundamente el pensa‑
miento de que la forma de un organismo no sea el
resultado de fuerzas contenidas en él, sino que le sea
impuesta desde fuera con unos fines determinados
32e
Goethe escribe:
“Hace poco en una declamación bastante
apostólico-capuchinesca del profeta de
Zurich113 me topé con estas palabras
absurdas:
‘Todo cuanto tiene vida, vive por algo ajeno
a él.’
”Así poco más o menos sonaba.
”Eso solamente lo puede escribir semejante
misionero de paganos, y al corregir las
pruebas no le tira el genio de la manga.”114
33a
Goethe concibe el ser orgánico como un mundo
pequeño que está ahí por sí mismo y se forma según
sus propias leyes.
“La idea de que un ser vivo haya sido
creado para un determinado fin y su forma
intencionadamente dirigida a ese fin por una
fuerza primordial, nos ha detenido durante
siglos y nos detiene todavía en el estudio
filosófico de la naturaleza, si bien algunos
hombres aislados han discutido el valor de
113
‘el profeta de Zurich’: Posiblemente: Ulrico (1484-1531): Líder
de la Reforma Protestante suiza y el fundador de la Iglesia
Reformada Suiza. Llegó, de manera independiente, a conclusio-
nes similares a las de Lutero. [n. del pr.]
114
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 58
ésta y atacado vivamente los obstáculos que
dicha idea pone en el camino […]
” Se trata, perdóneseme la expresión, de una
idea trivial, y lo es, como todas las cosas
triviales, porque satisface la necesidad de
comodidad de la naturaleza humana en
general.”115
33b
Pues resulta cómodo decir: un creador, al crear
una especie orgánica, lo hace con un determinado
propósito, y por ello le da una forma determinada.
33c
Pero Goethe no quiere explicar la naturaleza
conforme a las intenciones de algún ser situado fuera
de ella, sino según las leyes creadoras que se encuen‑
tran en la naturaleza misma.
33d
Una forma orgánica particular surge de que la
planta o el animal arquetípicos toman, en un caso
individual, una configuración determinada.
33e
Esta configuración tiene que ser de características
tales que la forma en cuestión pueda vivir dentro de
las condiciones que la rodean.
“La existencia de una criatura que llamamos
pez no es posible más que bajo las condiciones
de un elemento que denominamos agua.”116
33f
Cuando Goethe quiere comprender cuáles son
las leyes creadoras que producen una especie orgá‑
nica determinada, recurre a su organismo arquetípi‑
co —en éste se encuentra la fuerza de realizarse en
formas exteriores diversas—.
33g
Para explicar un pez, Goethe investigaría qué
fuerza creadora emplea el arquetipo animal para, de
entre todas las formas que en idea están contenidas
en él, producir precisamente la configuración de pez.
115
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
116
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
33h
Si el arquetipo animal, dentro de determinadas
circunstancias, se realizara en una configuración con
la que no pudiera vivir, se destruiría.
33i
Una forma orgánica no puede conservarse den‑
tro de determinadas condiciones de vida más que si
está adaptada a ellas.
“Así, la forma determina el modo de vivir
del animal, y este modo de vivir influye sobre
todas las formas poderosamente.
”Así de sólido se manifiesta el orden creador,
el cual propende al cambio a través de unos
seres que exteriormente actúan.”117
33j
Las formas orgánicas que se mantienen en un
determinado elemento vital están condicionadas por
la naturaleza de ese elemento.
33k
Si una forma orgánica pasara de un medio vital a
otro, debería transformarse consecuentemente.
33l
Esto podrá suceder en ciertos casos debido a que
el organismo arquetípico subyacente tiene la capaci‑
dad de realizarse en innumerables configuraciones.
33m
Pero, según el punto de vista de Goethe, el
cambio de una forma a otra no hay que verlo como
si las circunstancias exteriores produjeran ese cambio
de inmediato, conforme a ellas, sino que éstas son
únicamente la oportunidad para que el ser interior
se transforme.
33n
Nuevas condiciones de vida estimulan la forma
orgánica a transformarse de una determinada mane‑
ra, según leyes internas.
33o
Las influencias exteriores actúan de modo indi‑
recto, no directo, sobre los seres vivos.
33p
Innumerables formas de vida están contenidas,
en idea, dentro de la planta y del animal arquetípi‑
117
Goethe, Johann W. von. ‘La metamorfosis de los animales.’
Poema. [N. del Ed.]
Rudolf Steiner
cos; tan sólo acceden de hecho a la existencia aqué‑
llas que experimentan la acción de algún estímulo
externo.
34a
La idea de que, con el transcurso del tiempo, una
especie vegetal o animal, bajo ciertas condiciones,
se transforma en otra, está perfectamente justificada
dentro de la concepción goetheana del mundo.
34b
Goethe piensa que la fuerza que crea un nuevo
individuo en el proceso de la reproducción constitu‑
ye sólo otro aspecto de la fuerza que motiva también
la transformación progresiva de los órganos en el
proceso del crecimiento —la reproducción es un
crecimiento que sobrepasa al individuo—.
34c
Así como el órgano fundamental experimenta
durante el crecimiento una serie de modificaciones
que se ajustan a la idea, así también la configuración
exterior puede cambiar, durante el curso de la repro‑
ducción, conservándose siempre el marco arquetípi‑
co ideal.
34d
Al existir una forma orgánica primordial, los
descendientes de la misma pudieron llegar, a lo largo
de grandes períodos de tiempo y transformaciones
paulatinas, a la variedad de formas animales que,
actualmente, pueblan la Tierra.
34e
De la concepción fundamental de Goethe fluye
la idea de un parentesco, de hecho, de un parentesco
de sangre entre todas las formas orgánicas; Goethe
habría podido muy bien expresar esto inmedia‑
tamente después de haber concebido su idea del
animal y la planta arquetípicos.
34f
Pero siempre que toca este tema, se manifiesta
con reserva, con vaguedad incluso.
[ga006] 59
34g
En su ‘Ensayo de una teoría comparativa
general,’118 que no debió aparecer mucho más tarde
que ‘La metamorfosis de las plantas,’ puede leerse:
“¡Y qué noble es, por parte de la naturaleza,
servirse siempre de los mismos medios para
crear una criatura y alimentarla!
”Se proseguirá, pues, por este camino, y
así como al principio se consideró a los
elementos no-organizados, a los elementos
indeterminados, como vehículos de los seres
organizados, así se elevará la observación y se
contemplará de nuevo el mundo organizado,
compuesto de una pluralidad de elementos
interdependientes.
”Todo el reino vegetal, por ejemplo, se nos
aparecerá, a su vez, como un mar inmenso
que puede ser tan necesario para la existencia
de los insectos como el mar y los ríos para la
existencia de los peces, y ya veremos cómo un
gran número de criaturas vivas, nacen y se
nutren en este océano de plantas; sí, veremos,
en fin, el mundo animal todo, asimismo,
como un vasto elemento en el que las especies
se conservan las unas a las otras, por no decir
que nacen las unas de las otras.”119
34h
Más franco todavía es el siguiente párrafo de su
‘Esbozo de una introducción general a la anatomía
comparada’:
“He aquí, pues, lo que hemos logrado
al poder afirmar sin timidez que todos
118
Goethe, Johann W. von. ‘Ensayo de una teoría comparativa
general.’ [n. del pr.]
119
Goethe, Johann W. von. ‘Entwurf einer vergleichenden
Anatomie, ausgehend von der Osteologie’ [‘Esbozo de una
anatomía comparada basada en la osteología’]. Jena, 1795.
[N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
los organismos superiores dentro de los
cuales vemos a los peces, anfibios, pájaros,
mamíferos y a la cabeza de ellos el hombre,
están constituidos según un modelo
arquetípico que solamente varía más o menos
en sus elementos más estables y que cada día
continúa formándose y transformándose a
través de la —reproducción.”120
34i
La prudencia de Goethe con respecto a la idea de
la transformación es comprensible.
34j
En la época en que Goethe elabora su pensa‑
miento, la idea de la transformación no era desco‑
nocida, pero había sido elaborada del modo más
bárbaro.
“Aquella época [escribe Goethe en 1817],
era mucho más oscura de lo que hoy nos
podríamos imaginar.
”Se afirmaba, por ejemplo, que sólo dependía
del hombre el andar cómodamente a cuatro
patas, y que los osos, si se mantuvieran
durante cierto tiempo erguidos, podrían
convertirse en hombres.
”El temerario Diderot121 aventuró algunas
proposiciones sobre la manera de lograr
faunos con pies de cabra para colocarlos,
con librea, sobre las carrozas de los grandes
y de los ricos como signo de gran lujo o de
particular distinción.”122
120
Goethe, Johann W. von. ‘Vorträge über die drei ersten Kapitel
des Entwurfs einer allgemeinen Einleitung in die vergleichende
Anatomie’ [‘Esbozo de una introducción general a la anatomía
comparada: Exposición de los tres primeros capítulos’]. (1796)
[n. del pr.]
121
Denis Diderot (1713-1784): Escritor, filósofo y enciclopedista
francés. Figura decisiva de la Ilustración. [n. del pr.]
122
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
34k
Goethe no quería tener nada que ver con estas
ideas nada claras —deseaba hacerse una idea de las
leyes fundamentales de lo vivo—.
34l
Así, comprendió perfectamente que las formas
de lo vivo están en constante evolución, que no
tienen nada de rígido, de inmutable.
34m
Para verificar la manera en que esta transforma‑
ción se producía en detalle, le faltaba la información
necesaria.
34n
Hubieron de ser las investigaciones de Darwin123
y las penetrantes reflexiones de Haeckel124 las que
arrojaron algo de luz sobre la verdadera relación de
parentesco existente entre ciertas formas orgánicas.
34o
Desde el punto de vista de Goethe, sólo se puede
tomar una actitud positiva frente al darwinismo en
la medida en que éste muestre que una especie pro‑
viene realmente de otra.
34p
Pero las ideas de Goethe llegan más a la profun‑
didad del ser orgánico que el darwinismo actual.
34q
El darwinismo cree poder prescindir de las fuer‑
zas interiores existentes en lo orgánico, fuerzas que
Goethe se imagina como sensibles-suprasensibles.
34r
El darwinismo incluso le niega a Goethe —en
nombre de los principios mismos de sus investiga‑
ciones— todo derecho a hablar de una transforma‑
ción efectiva de órganos y organismos.
123
Charles Robert Darwin (1809-1882): Naturalista inglés, que
planteó la idea de la evolución biológica a través de la selec-
ción natural, justificándola en su obra de 1859 ‘El origen de
las especies.’ Postuló que todas las especies de seres vivos han
evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común
mediante un proceso denominado selección natural. [n. del pr.]
124
Ernst Heinrich Philip August Haeckel (1834-1919): Naturalista
y filósofo alemán que popularizó el trabajo de Charles Darwin
en Alemania, creando nuevos términos como ‘ecología’ y ‘filo’
(‘phylum,’ en taxonomía, tronco o tipo es una categoría entre el
reino y la clase. [n. del pr.]
[ga006] 60
34s
Julius Sachs125 rechaza las ideas de Goethe con
las siguientes palabras:
“[Goethe] transfiere la abstracción operada
por el entendimiento al objeto mismo,”
en cuanto que
“atribuye a este objeto una metamorfosis que,
en el fondo, no ha tenido lugar más que en
nuestro concepto.”
34t
Según Sachs, lo único que habría hecho Goethe
sería recopilar hojas, sépalos y pétalos, conducirlos a
un solo concepto y darles el nombre de hoja.
“La cosa sería totalmente diferente si […]
pudiéramos admitir que en los antepasados
de las plantas que tenemos ante nuestros ojos,
los estambres hubieran sido hojas ordinarias,
etcétera.”126
34u
Este es un punto de vista que surge del fanatis‑
mo del hecho real incapaz de concebir que la idea
forma parte tan objetivamente de las cosas como
aquello que puede percibirse con los sentidos.
34v
Goethe estima que únicamente puede hablarse
de la transformación de un órgano en otro cuando
ambos contienen una cosa que les es común, además
de su apariencia exterior.127
34w
Este elemento común es la forma
sensible-suprasensible.
34x
El estambre de una forma vegetal sólo puede
considerarse como la hoja transformada de una
125
Julius Sachs o Julius von Sachs (1832-1897): Botánico alemán
prusiano-silesiano. Fundador de la fisiología experimental de las
plantas. [n. del pr.]
126
Sachs, Julius. ‘Geschichte der Botanik’ [‘Historia de Botánica.’]
(1875) [N. del Ed.]
127
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
planta anterior si en ambas vive la misma forma
sensible-suprasensible.
34y
Si éste no es el caso, en la forma vegetal se desa‑
rrollará un estambre en el mismo lugar en que, en
las precedentes, se ha desarrollado una hoja, en cuyo
caso nada se ha transformado, sino que en lugar de
un órgano ha surgido otro.
34z
El zoólogo Oscar Schmidt128 pregunta:
“Según las observaciones de Goethe, ¿qué es,
pues, lo que se debía transformar?
”El arquetipo no, supongo.”129
34a1
Ciertamente, el arquetipo no cambia, ya que es
el mismo en todas las formas.
34b1
Pero es precisamente porque el arquetipo perma‑
nece idéntico por lo que las formas exteriores pue‑
den ser diferentes y representar un todo homogéneo.
34c1
Si en dos formas de desarrollo diferente no se
pudiera reconocer el mismo arquetipo ideal, sería
imposible suponer relación alguna entre ellas.
34d1
Sólo cuando se imagina el arquetipo ideal
puede darse un sentido real a la afirmación de que
las formas orgánicas derivan unas de otras por
transformación.
34e1
Quien no se eleve hasta esta noción permanecerá
prisionero de los meros hechos.
34f1
En ella se encuentran las leyes del desarrollo
orgánico.
34g1
Así como a través de las tres leyes básicas de
Kepler130 sobre los fenómenos del sistema solar, éstos
128
Eduard Oscar Schmidt (1823-1886): Zoólogo y filólogo alemán.
[n. del pr.]
129
Schmidt, Oscar. ’War Goethe Darwiniamen’ [‘¿Era Goethe
darwinista?’]. (1871) [N. del Ed.]
130
Leyes de Kepler del movimiento planetario: Primera ley (1609)
‘Todos los planetas se desplazan alrededor del Sol describiendo
órbitas elípticas. El Sol se encuentra en uno de los focos de la
elipse’; Segunda ley (1609): ‘El radio vector que une un planeta
Rudolf Steiner
se hacen inteligibles, del mismo modo, las formas de
la naturaleza orgánica lo son gracias a los arquetipos
ideales de Goethe.
.  .  .
35a
Kant, que niega al espíritu humano la capacidad
de comprender idealmente un todo a través del cual
se determine la variedad del fenómeno, califica de
‘arriesgada aventura de la razón’131 el deseo de expli‑
car mediante un organismo arquetípico las formas
particulares del mundo orgánico.
35b
Para Kant, el hombre sólo está en condiciones de
compendiar en un concepto general la gran variedad
de los fenómenos particulares, en virtud de lo cual el
entendimiento se forma una imagen de la unidad.132
35c
Pero esta imagen se encuentra solamente en el
espíritu humano, y nada tiene que ver con la fuerza
creadora por medio de la cual la unidad deja surgir
realmente lo múltiple, de sí misma.
35d
Lo que constituiría una ‘arriesgada aventura de
la razón’ sería el suponer que el seno materno de la
Tierra engendra en primer lugar organismos simples,
bastante mal adaptados a su finalidad, los cuales pro‑
ducirían, a su vez, formas más adecuadas; que, más
adelante, de éstos se desarrollaran otros más elevados
hasta llegar así al ser vivo más perfecto.
35e
Aún admitiéndose esta suposición, en opinión
de Kant no podría en principio hablarse más que
de una ‘fuerza intencionada’ cuyo impulso forma‑
tivo fuese de tal naturaleza que hiciera desarrollar‑
y el Sol recorre áreas iguales en tiempos iguales (constancia del
momento angular)’; Tercera ley (1619): ‘Para cualquier planeta,
el cuadrado de su período orbital es directamente proporcional
al cubo de la longitud del semieje mayor de su órbita elíptica.’
[n. del pr.]
131
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
132
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 61
se a las diversas partes conforme a una finalidad
determinada.
35f
El hombre, en efecto, percibe una multiplicidad
de organismos diversos; y como no puede penetrar
en ellos para ver cómo ellos se dan a sí mismos una
forma que se adapte al medio vital en que se desen‑
vuelven, se ve, pues, obligado a imaginar que están
formados desde el exterior de tal modo que puedan
vivir dentro de las condiciones en que se encuentran.
35g
Ahora bien, Goethe se atribuye la facultad de
reconocer cómo la naturaleza crea del Todo lo indi‑
vidual y, de lo interno, lo externo.
35h
Por ello, está dispuesto a arrostrar lo que Kant
denomina ‘arriesgada aventura de la razón.’133
35i
Si no tuviéramos más pruebas de que Goethe re‑
conoce como válido el pensamiento de un parentes‑
co de consanguinidad de todas las fuerzas orgánicas,
dentro de los límites aquí indicados, tendríamos que
deducirlo de este juicio suyo acerca de la ‘aventura
de la razón’ de Kant.
.  .  .
36a
Un ‘Esbozo de morfología’134 —que permanece
todavía en forma de esquema— revela que Goethe
tenía la intención de representar, en su orden sucesi‑
vo, las formas particulares que su planta y su animal
arquetipos toman en las principales formas de los
seres vivos.
36b
Quería describir, primero, la esencia de lo orgá‑
nico tal como se le había revelado en el curso de sus
meditaciones sobre el animal y la planta.
133
Ver Goethe, Johann W. von. ‘Anschauende Urteilskraft’ [‘Juicio
intuitivo.’ [N. del Ed.]
134
Goethe, Johann W. von. ‘Esbozo de morfología.’ [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
36c
Seguidamente, ‘partiendo de un punto,’ quería
mostrar cómo el arquetipo orgánico se desarrolla por
un lado, hacia la variedad del mundo vegetal y, por
otro, hacia la multiplicidad de las formas animales;
mostrar cómo las formas particulares de los gusanos,
insectos, animales superiores y la forma del hombre
pueden ser derivadas del arquetipo general.
36d
También la fisiognomía y la ciencia del cráneo
debían ser iluminadas por una nueva luz.
36e
Lo que Goethe se propuso como tarea fue repre‑
sentar la forma exterior en relación con las facultades
interiores del espíritu.
36f
Goethe experimentaba la necesidad de ir tras
el impulso del desarrollo orgánico, que se presenta
en los organismos inferiores en una forma exterior
simple, y aspira después a realizarse gradualmente
en formas cada vez más perfectas, hasta darse en el
hombre una forma tal que hace a éste capaz de ser el
creador de producciones espirituales.
37a
Este proyecto de Goethe no llegó a cumplir‑
se, como tampoco otro, del cual, el fragmento
‘Preliminares de una fisiología de las plantas’ consti‑
tuye un comienzo.
37b
Goethe quería mostrar que todas las ramas
individuales del conocimiento de la naturaleza —
historia natural, ciencia natural, anatomía, química,
zootomía135 y fisiología— deben unirse al servicio de
una concepción superior, a fin de explicar formas y
procesos de los seres vivos.
37c
Quería constituir una ciencia nueva, una morfo‑
logía general de los organismos,
“no realmente en cuanto al objeto, que
es conocido, sino en cuanto al punto de
vista y al método, el cual tiene que dar a
135
zootomía: 1. f. Parte de la zoología que estudia la anatomía de
los animales. Diccionario RAEL [n. del pr.]
Rudolf Steiner
esta disciplina una estructura propia, así
como asegurarle un lugar entre las otras
ciencias…”136
37d
Todo aquello que la anatomía, la historia natu‑
ral, la ciencia natural, la química, la zootomía, y la
fisiología aportan como leyes naturales particulares,
debe ser integrado en el concepto vivo de lo orgá‑
nico, y elevado a un nivel superior, al igual que el
ser vivo mismo acoge los diversos procesos naturales
particulares en el ciclo de su desarrollo, elevándolos
a un grado superior de eficiencia.137
.  .  .
38a
Goethe alcanzó, por sus propios caminos, aque‑
llas ideas que le ayudaron a orientarse en el laberinto
de las formas vivas.
38b
Los puntos de vista entonces reinantes sobre
importantes aspectos de la acción de la naturaleza
contradecían su concepción general del mundo.
38c
Por ello tuvo que elaborarse él mismo unas ideas
que concordasen con su manera de ser.
38d
No obstante, estaba convencido de que nada
nuevo hay bajo el sol y de que
“incluso en las tradiciones puede encontrarse
ya apuntado lo que uno está en trance de
descubrir.”138
38e
Por este motivo da cuenta de su escrito sobre la
‘Metamorfosis de las plantas’ a amigos ilustrados,
pidiéndoles que le informen acerca de si ya se había
escrito algo sobre la materia en cuestión.
136
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
137
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
138
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 62
38f
Siente gran alegría cuando Friedrich August
Wolf139 le indica un ‘excelente trabajo precursor’
cuyo autor es Kaspar Friedich Wolff.140
38g
Goethe traba conocimiento con su ‘Teoría de la
generación,’141 publicada en 1759.
38h
Pero precisamente en este ‘trabajo precursor’ se
puede apreciar cómo es posible tener un correcto
punto de vista acerca de los hechos y no llegar, sin
embargo, a una idea consumada de la formación or‑
gánica al no tener la capacidad de entrar en posesión
de la f arma sensible-suprasensible de la vida en vir‑
tud de una perfección superior a la de los sentidos.
38i
Wolff es un observador excelente; a través de
exámenes con el microscopio intenta explicarse los
comienzos de la vida.
38j
Wolff reconoce hojas transformadas en el cáliz,
la corola, los estambres el pistilo y el polen.
38k
Pero atribuye la transformación a una pérdida
progresiva de fuerza vital, la cual se supone que
disminuye a medida que el crecimiento vegetal se
prolonga, para acabar finalmente por desaparecer del
todo.
38l
Cáliz, corola, etcétera, constituyen, por lo tanto,
para Wolff hojas formadas imperfectamente.
38m
Wolff fue adversario de Haller,142 quien sostenía
la teoría de la preformación o de la encapsulación.
38n
Según la teoría de la preformación, todos los
miembros de un organismo desarrollado estarían ya
139
Friedrich August Wolf (1759-1824): Filólogo y helenista alemán,
famoso por haber cuestionado la unidad de composición de los
poemas homéricos. [n. del pr.]
140
Caspar Friedrich Wolff (1733-1794): Uno de los fundadores de
la embriología. [n. del pr.]
141
Wolff Kaspar F. ’Theoria generationis’ [‘Teoría de la generación’].
(1759) [n. del pr.]
142
Albrecht von Haller (1708-1777): Médico, anatomista, poeta,
naturalista y botánico suizo, considerado el padre de la fisiolo-
gía moderna. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
preformados en pequeño dentro de la semilla, con la
misma estructura y en el mismo orden que en el ser
vivo desarrollado —la evolución de un organismo
es, pues, según esto, únicamente el desarrollo de lo
ya existente—.
38o
En cambio, Wolff sólo consideraba válido lo que
ve con los ojos, y como las observaciones más minu‑
ciosas no le hacen descubrir un estado de preforma‑
ción del ser vivo en la semilla, considera el desarrollo
como una formación realmente nueva.
38p
A juicio de Wolff, la forma de un ser orgánico no
se halla todavía contenida en el germen.
38q
Goethe opina lo mismo en cuanto a la apariencia
exterior; también él rechaza la teoría de la preforma‑
ción de Haller.
38r
Para Goethe, el organismo está preformado en
la semilla en cuanto idea, pero no en cuanto forma
externa.
38s
Goethe también considera la forma exterior
como una formación nueva, pero reprocha a Wolff
que allí donde su ojo físico no ve nada, no perciba
nada, tampoco, con el ojo espiritual.
38t
Wolff no concebía que una cosa pudiera existir
como idea sin que se manifestara el exterior.
“Es por eso por lo que se esfuerza siempre
en penetrar en los comienzos mismos
de la formación de la vida, mediante
investigaciones microscópicas; para poder
observar a los embriones orgánicos desde su
más temprana aparición hasta la plenitud de
su desarrollo.
”Con todo lo útil que pueda resultar este
método, que le dio buenos resultados, este
hombre insigne no pensó nunca que existe
Rudolf Steiner
una diferencia entre ver y ver,143 que los ojos
espirituales y los ojos físicos deben actuar en
una alianza permanentemente viva, ya que,
si no, se corre el peligro de mirar sin ver.
”En la transformación de las plantas observó
cómo el mismo órgano se contraía una y
otra vez y se hacía más pequeño —pero no
vio que esta contracción alternaba con una
dilatación—.
”Lo veía disminuir de volumen sin darse
cuenta de que, al mismo tiempo, se
ennoblecía, y por ello atribuyó absurdamente
a debilitamiento el recorrido hacia la
perfección.”144
.  .  .
39a
Hasta el final de su vida Goethe mantuvo con‑
tactos personales y por correspondencia con nume‑
rosos investigadores de la naturaleza.
39b
Observó los progresos efectuados en la ciencia
de los seres vivos con el más agudo interés; vio con
alegría cómo, en este campo del conocimiento,
tenían cabida concepciones que se acercaban a la
suya, y cómo también su teoría de la metamorfosis
fue reconocida y hecha fructífera por investigadores
aislados.145
39c
En el año 1817 comenzó a recopilar sus tra‑
bajos y a publicarlos en una revista llamada ‘Zur
Morphologie’ [‘Sobre Morfología’] de la que era
fundador.
143
‘ver y ver’: El original alemán dice ‘daß es ein Unterschied sei
zwischen Sehen und Sehen’: ‘que hay una diferencia entre ver y
ver.’ [n. del pr.]
144
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
145
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 63
39d
Pero, a pesar de todo esto, no consiguió avanzar
en el desarrollo de sus ideas sobre la formación de
los organismos, a través de sus propias observaciones
y reflexiones.
39e
Sólo en dos ocasiones se sintió estimulado a
ocuparse con mayor detenimiento de estas ideas.
39f
En ambos casos fue fascinado por sendos acon‑
tecimientos científicos en los que encontró una
confirmación de su pensamiento.
39g
Fueron, por una parte, las conferencias de Karl
Martius146 sobre ‘Tendencia a la vertical y la espiral
en la vegetación,’147 pronunciadas en el congreso
de naturalistas de 1828 y 1829, de las cuales fue‑
ron publicados extractos en la revista Isis; por otra
parte estaba la controversia científica148 que, en
1830, se desencadenó en la Academia Francesa entre
Geoffroy Saint-Hilaire149 y Cuvier.150
146
Karl Friedrich Philipp von Martius (1794-1868): Médico, natura-
lista, botánico, antropólogo e investigador. Estudió la región del
Amazonas. [n. del pr.]
147
Martius, K. F. Ph. ‘Vertikal- und Spiraltendenz der Vegetation’
[‘Tendencia a la vertical y la espiral en la vegetación’].
[n. del pr.]
148
La controversia en la Academia de Ciencias en 1830: Se centró
en el hecho de si los órganos de un cefalópodo y un vertebrado
plegando este último hacia atrás, al nivel del ombligo. Cuvier
presentó diagramas que mostraba que ni hacia atrás ni hacia
adelante correspondían. Este fue el comienzo de la controversia.
Partiendo de su principio de la unidad del plan y composición,
Geoffroy Saint-Hilaire alegó todas sus teorías sobre la homo-
logía entre el esqueleto de los peces y el de los vertebrados
superiores. La polémica, que ilustra el apogeo de la anato-
mía comparada. Concluyó con la muerte de Cuvier en 1832.
[n. del pr.]
149
Étienne Geoffroy Saint-Hilaire (1772-1844): Naturalista francés.
Obras. ‘Filosofía anatómica’; ‘Historia natural de los mamíferos.’
[n. del pr.]
150
Georges Léopold Chrétien Frédéric Dagobert Cuvier (1769-
1832): Naturalista francés. Fue el primero en proponer que la
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
40a
Martius concebía el crecimiento vegetal regido
por dos tendencias, una que aspira a la vertical y que
domina en las raíces y en el tallo, y otra en virtud
de la cual las hojas, los órganos de la flor, y demás,
siguiendo una línea espiral, se disponen a integrarse
en los órganos verticales.
40b
Goethe se apoderó de estas ideas y las puso en re‑
lación con sus observaciones sobre la metamorfosis.
40c
Escribió una larga exposición en la que compiló
todo aquello que, de sus experiencias sobre el mun‑
do vegetal, le parecía indicar la existencia de esas dos
tendencias.
40d
Piensa que tiene que tomar estas tendencias en
su idea de la metamorfosis.
“Debimos suponer que en la vegetación
rige una tendencia general a la espiral
combinada con una tendencia vertical, en
virtud de las cuales toda estructura, toda
formación vegetal, se realiza según las leyes
de la metamorfosis.”151
40e
La existencia de vasos espirales en algunos órga‑
nos vegetales es utilizada por Goethe como prueba
de que la tendencia a la espiral domina decisivamen‑
te la vida de la planta.
“Nada es tan conforme a la naturaleza como
el hacer eficiente su intención generadora, en
el menor hecho aislado.
”Pongámonos en verano junto a una vara
clavada en el suelo de un jardín, en torno a
la cual trepa una enredadera (convolvulus),
que sube enrollándose desde el suelo, hacia lo
extinción de los dinosaurios se debió a una catástrofe natural.
[n. del pr.]
151
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
alto y, estrechándose fuertemente, prosigue su
crecimiento vivo.
”Imaginemos a continuación vara y
enredadera, ambas igualmente vivas,
elevándose de una misma raíz, creciendo
alternativamente y avanzando, de este modo,
inconteniblemente.
”Quien pueda transformar esta imagen en
una percepción interior podrá comprender
mejor la idea.
”La planta trepadora busca fuera de ella
aquello que debería poder, pero que no
puede, darse a sí misma.”152
40f
Goethe vuelve a emplear la misma compara‑
ción, en carta de marzo 15, 1832, dirigida al conde
Sternberg,153 y añade las siguientes palabras:
“A decir verdad, la comparación no es
enteramente exacta ya que, al principio, la
planta trepadora se enrosca alrededor de la
vara en círculos apenas perceptibles.
”Pero cuanto más se aproxima a la
extremidad superior, más deprisa tiene que
girar la espiral, para, finalmente, en la flor,
juntar sus anillos en un disco plano y formar
el círculo, de modo semejante a la danza que,
en nuestra juventud, nos apretaba incluso
en contra de nuestra voluntad, pecho con
pecho, corazón con corazón, contra los más
adorables niños.154
”Perdona estos antropomorfismos.”155
152
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
153
conde Kaspar Maria von Sternberg (1761-1838): Teólogo,
mineralogista, y botánico bohemio. Conocido como el ‘Padre de
la paleobotánica.’ [n. del pr.]
154
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
155
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 64
40g
Ferdinand Cohn,156 comenta a este respecto:
“¡Si por lo menos Goethe hubiera podido
conocer a Darwin!
”[…] qué alegría le habría producido
este hombre que a través de métodos
rigurosamente inductivos supo encontrar
pruebas claras y convincentes para sus ideas
[…]”157
40h
Darwin cree poder demostrar que casi todos los
órganos vegetales tienen, durante el período de su
crecimiento, la tendencia a moverse en forma de
tuerca, tendencia que él denomina ‘circunmutación.’
41a
En septiembre de 1830, Goethe expresa su opi‑
nión sobre el debate entre los dos naturalistas Cuvier
y Geoffroy Saint-Hilaire, y lo hace en un escrito que
luego continuará en 1832.
41b
Cuvier, un fanático del hecho objetivo, se alzó en
la Academia Francesa, en febrero y marzo de 1830,
en contra de las declaraciones de Geoffroy Saint-
Hilaire, quien, a juicio de Goethe, ‘había alcanzado
una manera de pensar elevada, conforme a la idea.’
41c
Cuvier es un maestro en la diferenciación de las
formas orgánicas particulares.
41d
Geoffroy, por su parte, se esfuerza en encontrar
las analogías de estas formas para poder probar que
la organización de los animales está sujeta a un plan
general, tan sólo modificado aquí o allá, del cual se
debe derivar la diferenciación de las especies.
41e
Él aspira a reconocer el parentesco de las leyes, y
está convencido de que lo individual se puede desa‑
rrollar a partir del Todo paulatinamente —Goethe
considera a Geoffroy como un correligionario—.
156
Ferdinand Julius Cohn (1828-1898): Botánico y microbiólogo
alemán. Uno de los fundadores de la bacteriología moderna.
[n. del pr.]
157
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
41f
En agosto 2, 1830 habla de ello a Eckermann puntos de vista tan profundos acerca de la esencia de
diciendo: lo vivo.
41n
Su capacidad para dejar que actuasen los ojos
“Ahora, también Geoffroy de Saint-Hilaire
físicos y los espirituales en una unión viva perma‑
está decididamente de nuestra parte, y con
nentemente, le hizo posible contemplar la unidad
él, todos los más importantes discípulos y
esencial sensible-suprasensible que se extiende todo a
partidarios suyos de Francia.
lo largo del desarrollo orgánico.
”Este acontecimiento es de un valor increíble 41o
Goethe sabía reconocer la unidad sensible-
para mí, y me siento lleno de legítimo júbilo
suprasensible incluso allí donde un órgano nace de
por el triunfo general por fin conseguido, de
otro, cambia de forma y de función, y reniega hasta
una causa a la que he dedicado mi vida y
tal punto de su identidad con el precedente, que se
que es también eminentemente la mía.”158
hace imposible toda comparación basada en signos
41g
Geoffroy tiene una manera de pensar semejante externos.
42a
a la de Goethe: él busca captar en la experiencia, El ver con el ojo corporal proporciona el cono‑
junto con la diversidad sensible también la idea de la cimiento del mundo sensible y material; el ver con
unidad. el ojo espiritual lleva a percibir los fenómenos de la
41h
Cuvier se atiene a lo múltiple, al hecho aislado, consciencia humana, a observar el mundo del pen‑
porque al observarlo, la idea no se despierta simultá‑ sar, del sentir y del querer (voluntad).
42b
neamente en él. El vínculo vivo entre el ojo físico y el ojo espiri‑
41i
Geoffroy posee un sentimiento correcto de las tual otorga la facultad de conocer lo orgánico que,
relaciones de lo sensible con la idea; Cuvier, no. como elemento sensible-suprasensible, se encuen‑
41j
Por ello califica de pretencioso el principio tra entre lo puramente material y lo puramente
universal de Geoffroy y lo declara, incluso, como el espiritual. ♣♣
valor secundario.
41k
Esto se puede apreciar a menudo, particularmen‑
te en los naturalistas, que hablan despectivamente
de aquello que no es más que un pensar meramente
ideal.
41l
No poseen un órgano para la percepción de la
idea y, en consecuencia, desconocen su ámbito de
influencia.
41m
El hecho de que en Goethe este órgano se diera
con una perfección especial fue lo que hizo que su
concepción general del mundo le condujera a unos

158
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner [ga006] 65 Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
[iii:] [iii:01]    los fenómenos del
mundo de los colores
01e
Goethe quiere observar de qué manera la natu‑
raleza realiza ese desarrollo para poder comprenderlo

observación del en las obras de arte.

mundo del color
El sentimiento de que
“las obras maestras de arte […] han sido
creadas por el hombre con arreglo a leyes
verdaderas y naturales,”1
incita continuamente a Goethe a indagar estas leyes
verdaderas y naturales de la creación artística.
01b
Goethe está persuadido de que el efecto de una
obra de arte tiene su base en que ésta deje translucir
una ley natural —y quiere conocer esa ley—.
01c
Quiere saber por qué razón las obras maestras
del arte son, al mismo tiempo, las obras maestras de
la naturaleza.
01d
Comprende que los griegos procedieron según
las mismas leyes conforme a las cuales procede la
naturaleza, para
“desarrollar a partir de la figura humana ese
círculo de cultura divina.”2
01f
Describe cómo consiguió, finalmente, en Italia,
llegar a comprender la ley natural de la creación
artística. [Ver ‘Confesiones del autor.’]
“Por fortuna, yo podía apoyarme sobre
máximas eficaces extraídas del ámbito de la
poesía, máximas cuyo valor me había sido
enseñado por mi sentir interior así como por
una larga práctica.
”De modo que, gracias a la observación
incesante de naturaleza y arte, gracias a un
conversar vivo y activo con entendidos más
o menos perspicaces y a un continuo vivir
con artistas más o menos realizadores o
pensadores, me fue difícil pero no imposible
establecer, poco a poco, divisiones en el arte
sin fragmentarlo, para aprehender así los
diferentes elementos que vivamente se hallan
entrelazados en él.”3
01g
Solamente un elemento se niega a revelar las
leyes naturales según las cuales actúa en la obra de
arte: el color.
01h
Diversos cuadros son
“compuestos y creados en su presencia,
cuidadosamente estudiadas las partes en
cuanto a la disposición y la forma.”4
01i
Los artistas pueden darle toda clase de expli‑
caciones sobre su manera de proceder en lo que se
refiere a la composición.

1
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
2
Goethe, Johann W. von. ‘Viaje a Italia.’ Enero 28, 1787. 3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[N. del Ed.] 4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner [ga006] 66 Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
01j
Pero en cuanto se habla del color todo parece
depender de la arbitrariedad.
01k
Nadie sabe qué relación existe entre el color y el
claroscuro, ni entre cada uno de los colores.
01l
¿En qué se basa el hecho de que el amarillo
provoque una impresión cálida y agradable, que
el azul dé una sensación de frío, que la proximi‑
dad del amarillo y del morado produzca un efecto
armonioso?
01m
Sobre todo esto Goethe no puede obtener expli‑
cación alguna.
01n
Se da cuenta de que tendrá que descubrir pri‑
mero las leyes del mundo del color en la naturaleza
para, a partir de ahí, penetrar en los secretos del
color en el arte.
02a
Ni las nociones sobre la naturaleza física de los
fenómenos del color que Goethe conserva en la
memoria de su época de estudiante, ni los tratados
sobre física en los que buscó orientación, mostraron
ser de utilidad alguna para sus fines.
“Como todo el mundo, yo también estaba
persuadido de que todos los colores estaban
contenidos en la luz; jamás se me había
dicho otra cosa y nunca había encontrado el
menor motivo para dudar de ello ya que no
me interesaba especialmente la cosa.”5
02b
Pero cuando empezó a interesarse en ello se en‑
contró con que de esta concepción no podía obtener
nada que fuera útil para sus fines.
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
02c
Era la teoría6 de Newton7 la que reinaba enton‑
ces como hoy, en el mundo científico.
02d
Según dicha teoría, la luz blanca, tal como sale
del sol, está compuesta de luces de colores, los colo‑
res se producen cuando los componentes individua‑
les son separados de la luz blanca.
02e
Si se deja entrar la luz del sol en una habitación
oscura , por una pequeña abertura redonda, sobre
una pantalla colocada en posición perpendicular a
los rayos se obtendrá una imagen solar blanca.
02f
Si se interpone entre la abertura y la pantalla, un
prisma de cristal por el que pase la luz, entonces la
imagen solar redonda y blanca se transforma —apa‑
rece refractada, alargada y coloreada—.
02g
A esta imagen se la denomina ‘espectro solar.’
02h
Si se coloca el prisma de tal suerte que los rayos
de luz superiores tengan dentro de la masa de cristal
un recorrido menor que los inferiores, la imagen
coloreada se verá desplazada hacia abajo.
02i
El borde superior de la imagen es rojo, el inferior
violeta.
02j
El rojo al descender pasa a amarillo, el violeta al
ascender se convierte en azul; la parte ‘central de la
imagen es, generalmente, blanca.
6
Teoría de la luz de Newton: Entre 1670 y 1672 demostró que la
luz blanca estaba formada por una banda de colores (rojo, na-
ranja, amarillo, verde, cian, azul y violeta) que podían separarse
por medio de un prisma. Formuló una teoría general sobre la luz
está formada por corpúsculos y se propaga en línea recta. [La
teoría corpuscular fue desechada en favor de la ondulatoria de
Huygens y Young, los trabajos de Max Planck y Albert Einstein
demostraron que la luz tiene una naturaleza dual: es onda y
corpúsculo al mismo tiempo.] [n. del pr.]
7
Isaac Newton (1643-1727): Físico, filósofo, teólogo, inventor,
alquimista y matemático inglés. Descubridor de la ley de la
gravitación universal y las leyes básicas de la mecánica clásica,
trabajos sobre la naturaleza de la luz y la óptica, y en mate-
máticas, el desarrollo del cálculo infinitesimal, compartido con
Gottfried Leibniz. [n. del pr.]
[ga006] 67
02k
Sólo alejando la pantalla a una determinada
distancia del prisma desaparece totalmente el blanco
del centro; toda la imagen aparece entonces ente‑
ramente coloreada, desde arriba hasta abajo, por el
siguiente orden: rojo, naranja, amarillo, verde, azul
claro, índigo, violeta.
02l
Newton y sus seguidores sacaron de esta ex‑
perimento la conclusión de que los colores, en un
principio, están contenidos en la luz blanca, aunque
mezclados entre sí —el prisma los disocia—.
02m
Tienen la propiedad de ser más o menos des‑
viados, es decir refractados, al pasar a través de un
cuerpo transparente.
02n
La luz roja es la menos refractada, la luz violeta
la que más —su posición en el espectro viene dado
por su índice de refracción—.
02o
Si se observa a través del prisma una franja estre‑
cha de papel sobre fondo negro, aparece igualmente
refractada; y al mismo tiempo más ancha y colorea‑
da por los bordes.
02p
El borde superior aparece violeta, el inferior rojo;
el violeta también aquí se convierte en azul, el rojo
en amarillo; el centro es en general blanco.
02q
Sólo a una determinada distancia del prisma, la
franja de papel estará coloreada por completo.
02r
En el centro reaparece entonces el verde.
02s
También en este caso el blanco de la franja de
papel habría sido descompuesto en sus componentes
coloreados.
02t
El hecho de que sea necesaria una determinada
distancia entre la pantalla o la franja de papel y el
prisma, para que aparezcan todos los colores, mien‑
tras el centro queda blanco, es algo que los newto‑
nianos explican de una manera muy simple.
02u
Ellos dicen: en el centro los rayos más fuerte‑
mente refractados de la parte superior se funden con
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
los menos refractados de la parte inferior, mezclán‑
dose y dando como resultado el color blanco.
02v
Los colores solamente aparecen sobre los bordes
debido a que los rayos más débilmente refractados
no pueden acoger a los más fuertemente refracta‑
dos de arriba, y los más fuertemente refractados no
pueden acoger a los más débilmente refractados de
abajo.
03a
Esta es la teoría de la que Goethe no puede ex‑
traer nada para sus fines.
03b
Por ello, quiere observar los fenómenos por sí
mismo.
03c
Se dirige al consejero áulico Büttner,8 de Jena,
quien le presta los aparatos con los cuales poder
realizar los experimentos necesarios.
03d
Ocupado por el momento en otros trabajos, y
ante la insistencia de Buttner, se dispone a devolver
los aparatos.
03e
Antes, sin embargo, toma un prisma en la mano
para ver, a través de él, una pared totalmente blanca;
espera verla aparecer coloreada en una sucesión de
colores diversos; pero sigue blanca.
03f
Sólo aparecen colores en las zonas donde el blan‑
co linda con lo oscuro.
03g
Los barrotes de las ventanas tienen los colores
más vivos.
03h
De estas observaciones cree Goethe deducir que
la teoría de Newton tal vez sea falsa, que los colores
no se encuentran contenidos en la luz blanca.
03i
La frontera, lo oscuro, debe de tener algo que ver
con la formación de los colores.
03j
Prosigue con sus ensayos; observa superficies
blancas sobre fondo negro y viceversa.
03k
Poco a poco se va formando una idea propia.
8
Christian Wilhelm Büttner (1716-1801): Investigador y químico
de la naturaleza alemán.
Rudolf Steiner
03l
Un disco blanco sobre fondo negro, al ser mira‑
do a través del prisma aparece refractado.
03m
Las partes superiores del disco, según Goethe,
avanzan sobre las partes inferiores del disco.
03n
Mirando por el prisma se ve en lo alto el fondo
negro como si estuviera detrás de un velo blanco, y
abajo, el disco blanco como a través de una capa de
negro.
03o
Arriba, se sobrepone un claro a un oscuro; abajo,
un oscuro sobre un claro.
03p
El borde superior aparece azul, el inferior
amarillo.
03q
El azul hacia el negro se hace violeta; el amarillo,
hacia abajo, se convierte en rojo.
03r
Si se aleja el prisma del disco observado, los
bordes coloreados se ensanchan: el azul, hacia abajo,
el amarillo, hacia arriba.
03s
A una distancia suficiente, el amarillo de abajo se
desborda sobre el azul de arriba; a causa de la mezcla
surge, en el centro, el verde.
03t
Para confirmar este planteamiento Goethe ob‑
serva a través del prisma un disco negro sobre fondo
blanco; de ello resulta que arriba, lo oscuro se super‑
pone a lo claro, y abajo, lo claro a lo oscuro —arriba
aparece amarillo, abajo, azul—.
03u
Si se aleja el prisma, los bordes se ensanchan, y
el azul inferior, que gradualmente se convierte hacia
el centro en violeta, recubre en parte el amarillo
superior, el cual, al extenderse, va cobrando progresi‑
vamente un tono rojizo.
03v
En el centro surge el color de la flor del
melocotón.
03w
Goethe se decía: lo que es válido para con el
disco blanco debe serlo también para con el disco
negro.
[ga006] 68
“Si la luz se compone allí en colores tan
diversos […] igualmente debería verse aquí
la oscuridad descompuesta en colores.”9
03x
Goethe comunica entonces a un físico conocido
suyo las observaciones que ha realizado y las dudas
que surgen en él con respecto a la concepción new‑
toniana —el físico declara infundadas tales dudas—.
03y
Los bordes coloreados y lo blanco del centro, así
como la conversión de éste en verde cuando el pris‑
ma es alejado suficientemente del objeto observado,
todo esto, según el físico consultado, se explica por
la teoría de Newton.10
04a
Otros naturalistas, a los que Goethe participa su
opinión, responden de manera similar.
04b
Goethe prosigue él solo sus observaciones, para
las que habría deseado la ayuda de especialistas
experimentados.
04c
Se hace fabricar un prisma grande de cristal, que
llena de agua pura.
04d
Habiéndose dado cuenta de que los prismas
de cristal cuya sección transversal es un triángulo
equilátero con frecuencia molestan la observación al
ensanchar demasiado el fenómeno coloreado, hace
dar a la sección de su gran prisma la forma de un
triángulo isósceles, cuyo ángulo más pequeño no
mida más que de 15 a 20 grados.
04e
Aquellas pruebas que se realizan de manera
que el ojo mira a un objeto a través del prisma,
Goethe las califica de subjetivas —e ofrecen a la vista
pero, sin embargo, no están fijadas en el mundo
exterior—.
04f
A estas pruebas él quiere añadirles otras objetivas
—a tal fin se vale del prisma de agua—.11
9
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
10
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
11
Hay que tomar en cuenta que el índice de refracción, que
determina el ángulo de desviación de la luz, varía para cada
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
04g
La luz pasa a través del prisma y la imagen colo‑
reada es recogida sobre una pantalla colocada detrás
del prisma.
04h
Goethe ahora hace pasar luz del sol por unas
aberturas recortadas en láminas de cartón.
04i
De esta forma obtiene un espacio luminoso por
todas partes, limitado por la oscuridad.
04j
Esta masa de luz, así delimitada, atraviesa el pris‑
ma, siendo desviada de su dirección por el mismo.
04k
Si a la masa de luz que sale del prisma se le sitúa
enfrente una pantalla en ésta se forma una imagen
que, generalmente, aparece coloreada en los bordes
superior e inferior.
04l
Si el prisma está colocado de manera que su sec‑
ción transversal se estreche de arriba abajo, entonces
el borde superior de la imagen estará coloreado de
azul, el inferior de amarillo.
04m
El azul, a medida que se aproxima al espacio
oscuro se convierte en violeta, y en azul claro con‑
forme se acerca al centro claro; el amarillo frente a la
oscuridad se vuelve rojo.
04n
También aquí Goethe deriva el fenómeno colo‑
reado de la frontera.
04o
De arriba, la masa de luz clara irradia en el
espacio oscuro: aclara una oscuridad que, debido a
ello, aparece azul; abajo, es el espacio oscuro el que
penetra en la masa luminosa; oscurece lo claro y lo
hace aparecer amarillo.
04p
Al alejar la pantalla del prisma, los bordes colo‑
reados se ensanchan, el amarillo se aproxima al azul.
04q
Estando la pantalla suficientemente distanciada
del prisma, por irradiación del azul en el amarillo,
aparece el verde en el centro de la imagen.
dolor y cada material. Por ejemplo, para la luz amarilla del sodio
(589,6nm): agua: 1,3330; vidrio común; 1,45; cuarzo: 1,544.
[n. del pr.]
Rudolf Steiner
04r
Goethe hace visible la penetración de lo lumi‑
noso en lo oscuro y de lo oscuro en lo luminoso
esparciendo a lo largo de la trayectoria de la luz por
una habitación oscura, una fina polvareda blanca de
polvo seco para el pelo.
“El fenómeno más o menos coloreado, es
ahora recogido por los átomos blancos, y
representado ante el ojo en toda su anchura y
longitud.”12
05a
Goethe comprueba que su punto de vista,
obtenido por medio de los fenómenos subjetivos, es
confirmado por los objetivos.
05b
Los colores son producidos por la acción combi‑
nada de la claridad y la oscuridad —el prisma sólo
sirve para superponer claro y oscuro—.
.  .  .
06a
Después de realizar estos experimentos Goethe
no puede hacer suyo el punto de vista de Newton; le
sucede con éste lo que con la teoría sobre la prefor‑
mación de Haller.
06b
Así como Haller piensa que el organismo adulto
está ya contenido con todas sus partes en la semilla,
los newtonianos creen, a su vez, que los colores que,
bajo determinadas condiciones, aparecen en la luz,
ya estaban comprendidos en ella.
06c
Contra esta creencia, Goethe podría volver a uti‑
lizar las mismas palabras que empleó contra la teoría
de la preformación:
“está basada en una mera fantasía
extrasensorial, en una hipótesis que creemos
12
Goethe, Johann W. von. ‘Teoría de los colores. Parte didáctica.’
[N. del Ed.]
[ga006] 69
pensar, pero que no se podrá representar
nunca en el mundo de los sentidos.”13
06d
Para él, los colores son formaciones nuevas que
nacen de la luz, no entidades meramente extraídas
de la luz.
06e
Debido a su ‘manera de pensar conforme a
las ideas’ tiene que rechazar el punto de vista de
Newton —Newton no conoce la esencia de la
idea—.
06f
Sólo reconoce aquello que realmente existe de
hecho; lo que existe de igual manera a como existe
lo perceptible por los sentidos, y allí donde no puede
probar la realidad mediante los sentidos, lo admite a
título de hipótesis.
06g
Dado que los colores se desarrollan en la luz —
es decir, que en idea deben estar ya contenidos en
ella— cree que están de hecho contenidos en ella
materialmente, y que el prisma y la oscuridad limí‑
trofe lo único que hacen es ponerlos de manifiesto.
06h
Goethe sabe que la idea es eficiente en el mundo
sensible; por ello no traslada nada que exista como
idea al ámbito de los hechos.
06i
En la naturaleza inorgánica el ideal actúa tan‑
to como en la orgánica, aunque no como forma
sensible-suprasensible.
06j
Su manifestación exterior es allí totalmente
material, exclusivamente sensible —no penetra en lo
sensible, no lo transciende espiritualmente—.
06k
Los procesos de la naturaleza inorgánica obe‑
decen a una ley, y esta ley se presenta al observador
bajo forma de idea.
06l
Si en un lugar del recinto se percibe luz blanca,
y en otro se ven aparecer otros colores, esto significa
que existe una relación regular entre ambas percep‑
ciones, que puede representarse en forma de idea.
13
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
06m
Pero si alguien materializa esta idea y la sitúa en
el espacio como una realidad que, como objeto de
una percepción, pasa a ser el objeto de otra percep‑
ción, esto constituye una concepción groseramente
material de las cosas.
06n
Esta tosquedad del punto de vista de Newton es
lo que repele a Goethe.
06o
Es la idea la que transforma un fenómeno
inorgánico en otro, y no un elemento físico que se
desplace del uno al otro.
07a
La concepción goetheana del mundo sólo puede
admitir dos fuentes de conocimiento para todos los
fenómenos inorgánicos de la naturaleza: aquello
que es perceptible por los sentidos, y las relaciones
ideales de lo sensible-perceptible, que se revelan en
el pensar.
07b
Las relaciones ideales dentro del mundo de los
sentidos no son todas de la misma clase.
07c
Hay algunas que son evidentes inmediatamente,
en el caso de percepciones sensoriales que aparecen
simultánea o sucesivamente; y existen otras que sólo
se hacen comprensibles cuando son reducidas a las
de la primera categoría.14
07d
En el fenómeno que se ofrece al ojo cuando al
mirar un fondo oscuro a través de un medio claro se
percibe azul, Goethe cree descubrir una relación de
la primera categoría entre luz, oscuridad y color.
07e
Lo mismo cabe decir cuando al mirarse un fondo
claro a través de un medio oscuro aparece amarillo.
07f
Los fenómenos que aparecen en los bordes
del espectro permiten reconocer una relación que
se hace evidente mediante la simple observación
inmediata.
07g
El espectro que muestra escalonadamente siete
colores que van del rojo al violeta sólo se explica si,
14
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
a las condiciones que producen la coloración de los
bordes, se les añaden otras más.
07h
Los fenómenos simples de los bordes se han uni‑
do en el espectro formando un fenómeno complejo
que sólo puede ser entendido derivándolo de los
primeros.
07i
Lo que los fenómenos básicos muestran al
observador en toda su pureza, aparecen impuros y
modificados a causa de las condiciones complejas y
nuevas —el hecho simple no es ya reconocible de
modo inmediato—.
07j
Esa es la razón por la que Goethe intenta, en
todos los casos, reducir los fenómenos complejos a
fenómenos simples y puros.
07k
Goethe ve la explicación de la naturaleza inorgá‑
nica en esta reducción; él no va más allá del fenóme‑
no puro.
07l
En el fenómeno puro se manifiesta una relación
ideal de percepciones sensitivas, relación que se
explica por sí misma.
07m
Al fenómeno puro Goethe lo llama fenómeno
arquetipo [‘Urphanomen’].
07n
Considera como una especulación inútil el in‑
tentar ir más allá mediante la reflexión.
“El imán es un fenómeno primordial que
no se necesita más que nombrarlo para que
quede explicado.”15
07o
Un fenómeno complejo se explica a través de los
fenómenos originales de los que está compuesto.
08a
La ciencia natural moderna procede de manera
diferente a la de Goethe.
08b
La ciencia natural moderna pretende recondu‑
cir los procesos del mundo sensible a movimientos
de las partículas más pequeñas del cuerpo y, para
15
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 70
la explicación de estos movimientos, se sirve de las
mismas leyes por medio de las cuales se explica los
movimientos visibles que se producen en el espacio.
08c
Es tarea de la mecánica explicar tales movimien‑
tos visibles; al observar el movimiento de un cuerpo,
la mecánica pregunta: ¿por qué fuerza ha sido puesto
en movimiento?; ¿qué trayecto recorre en un tiempo
determinado?; ¿qué forma tiene la línea que sigue?;
etcétera.
08d
Y trata de representar las relaciones que existen
entre la fuerza, el camino recorrido, la forma de la
trayectoria, con una fórmula matemática.
08e
Entonces, el naturalista dice: la luz roja puede
ser atribuida a una vibración de corpúsculos; este
movimiento es comprensible en tanto se le apliquen
las leyes de la mecánica.
08f
La ciencia de la naturaleza inorgánica cifra su
meta en ir poco a poco transformándose íntegra‑
mente en ‘mecánica aplicada.’
.  .  .
09a
La física moderna pregunta ¿qué número de
vibraciones por unidad de tiempo corresponderá a
un color determinado?
09b
Por el número de vibraciones que corresponden
al rojo y al violeta, trata de establecer la relación
física entre ambos colores.
09c
Lo cualitativo desaparece de su horizonte; consi‑
dera el aspecto temporal-espacial de los fenómenos.
09d
Goethe pregunta ¿qué relación existe entre el
rojo y el violeta si se dejan a un lado el tiempo y el
espacio y se atiende sólo al elemento cualitativo de
los colores?
09e
El modo de observar de Goethe implica que lo
cualitativo existe realmente en el mundo exterior, y
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
que forma, con lo temporal y lo espacial, un todo
indisoluble.
09f
La física moderna, por el contrario, parte de la
concepción básica de que en el mundo exterior no
existen más que elementos cuantitativos, procesos de
movimiento sin luz ni colores, y que todo lo cuali‑
tativo surge únicamente por la acción de lo cuanti‑
tativo sobre un organismo dotado de sentidos y de
espíritu.
09g
Si esta hipótesis fuera cierta, las leyes de lo cua‑
litativo no podrían buscarse en el mundo exterior,
sino que tendrían que ser derivadas de la naturaleza
de los sentidos, del sistema nervioso, y del órgano de
la representación.
09h
Los elementos cualitativos de los fenómenos no
serían ya objeto del estudio de la física, sino de la
fisiología y de la psicología.
09i
La ciencia natural moderna actúa conforme a
este principio.
09j
Desde esta perspectiva, el organismo traduce un
determinado proceso de movimientos en sensación
de rojo, otro de violeta, con arreglo a la organización
de los ojos, de los nervios visuales, y del cerebro.
09k
Con ello, todo lo externo del mundo de los colo‑
res queda explicado cuando se comprende la relación
entre los procesos de movimiento que determinan
dicho mundo.
10a
La prueba de este punto de vista es buscada en la
siguiente observación.
10b
El nervio óptico experimenta toda impresión
exterior como sensación de luz.
10c
No sólo la luz misma, sino también un golpe o
presión sobre el ojo, un estirón de la retina debido a
un movimiento rápido del ojo, una corriente eléctri‑
Rudolf Steiner
ca a través de la cabeza: todo esto provoca la sensa‑
ción de luz.16
10d
Cada uno de los sentidos restantes percibe las
mismas cosas de modo diferente.
10e
Golpe, presión, tirón, corriente eléctrica provo‑
can, al irritar la piel, sensaciones táctiles; la electrici‑
dad suscita en el oído una sensación auditiva, y en la
lengua, una gustativa.
10f
De esto se deduce que el contenido de la sensa‑
ción que surge en el organismo por una influencia
de fuera es diferente del fenómeno exterior por el
que ha sido provocada.
10g
El organismo percibe el color rojo, no porque
este color esté ligado a un proceso de movimiento
correspondiente fuera, en el espacio, sino porque el
ojo, el nervio óptico y el cerebro del organismo están
acondicionados para traducir en color un proceso de
movimiento incoloro.
10h
La ley así formulada fue denominada por el fisió‑
logo Johannes Müller,17 quien la expuso por primera
vez, ley de la energía específica de los sentidos.18
11a
La observación citada prueba únicamente que el
organismo, capacitado sensitiva y espiritualmente,
puede traducir las impresiones más diversas al len‑
guaje de los sentidos que las reciben; pero no prueba
que el contenido de toda sensación de los sentidos
exista solamente en el interior del organismo.
16
No hay más que considerar todo lo que ‘vemos’ en nuestros
sueños. [n. del pr.]
17
Johannes Peter Müller (1801-1858): Anatomista y fisiólogo
alemán que realizó contribuciones importantes en los campos
de la fisiología, la neurobiología, la anatomía comparada, la
embriología y la zoología. Formuló la Ley de Müller sobre los
estímulos nerviosos. [n. del pr.]
18
Ley de Müller: ‘Cada tipo de célula nerviosa sensorial responde
normalmente a un solo estímulo específico y da lugar a una
sensación; una célula puede ser excitada artificialmente por
otras formas de estímulo, pero la sensación evocada será la
misma.’ [n. del pr.]
[ga006] 71
11b
Si el nervio óptico sufre un tirón se produce una
excitación indeterminada y general, en la que no
hay nada que dé pie para trasladar su contenido al
espacio.
11c
Una sensación provocada por una impresión de
luz verdadera está, en su contenido, íntima e inse‑
parablemente ligada al elemento espacial-temporal
correspondiente.
11d
El movimiento de un cuerpo y su color consti‑
tuyen, ambos, con igual derecho, contenidos de la
percepción.
11e
Si se imagina el movimiento en sí, se le abstrae
de los otros elementos del objeto percibidos por
otras vías.
11f
Al igual que el movimiento, así también todos
los demás conceptos mecánicos y matemáticos son
tomados del mundo de la percepción.
11g
Las matemáticas y la mecánica surgen cuando
del contenido de la percepción se desgaja una parte
y se la observa separadamente.
11h
En la realidad no existen objetos ni fenómenos
cuyo contenido quede agotado tras haberse com‑
prendido lo que de matemático y mecánico hay en
ello —todo lo matemático y mecánico está ligado al
color, al calor y a otras cualidades—.
11i
Si la física necesita suponer que a la percepción
de un color corresponden vibraciones en el espacio
caracterizadas por una amplitud muy pequeña y una
velocidad extrema, tales movimientos sólo pueden
ser concebidos por analogía con aquellos otros que
acontecen visiblemente en el espacio.
11j
Es decir, que si al mundo físico se le concibe
animado hasta en sus más pequeños elementos,
también hasta en sus mínimos elementos debe
ser concebido como dotado de color, calor y otras
propiedades.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
11k
Si se considera color, calor y sonido, etcétera,
como cualidades existentes en el organismo pensante
por efecto de fenómenos exteriores, y como cualida‑
des que no existen más que en él, entonces se deberá
remitir también a esta interioridad todo elemento
matemático y mecánico que esté ligado a dichas cua‑
lidades —pero, entonces, ya no le queda nada para
su mundo exterior—.
11l
El rojo que yo veo y las vibraciones de luz que el
físico comprueba que corresponden a ese rojo cons‑
tituyen, en realidad, una unidad que sólo la razón
abstracta puede separar.
11m
Las vibraciones, en el espacio, que corresponden
a la cualidad ‘rojo,’ yo las vería como movimiento si
mi ojo tuviera una estructura adecuada para ello —
pero yo tendría, unida al movimiento, la impresión
del color rojo—.
12a
La ciencia natural moderna traslada al espacio
una abstracción sin realidad despojada de todas las
cualidades sensibles, un mero substrato vibratorio,
y se maravilla de que no pueda comprenderse en
absoluto qué es lo que puede incitar al organismo
pensante, provisto de sistema nervioso y de cerebro,
a traducir estos fenómenos vibratorios indiferentes
al mundo coloreado de los sentidos, impregnado de
grados de calor y de sonido.
12b
Por ello, Du Bois-Reymond cree que el hombre,
en razón de un infranqueable límite de su conoci‑
miento, no llegará a entender nunca que el hecho:
“me sabe dulce, percibo olor a rosas, oigo el
sonido de un órgano, veo rojo”19
tiene algo que ver con determinados movimientos
de corpúsculos en el cerebro, provocados, a su vez,
19
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
por las vibraciones de elementos insípidos, inodoros,
insonoros e incoloros del mundo físico exterior.
“Es real y definitivamente incomprensible
el que haya ahora y por siempre un cierto
número de átomos de carbono, nitrógeno,
hidrógeno, oxígeno, etcétera, a los que no
debería resultar indiferente el modo en que
están colocados y se mueven, el modo en que
estuvieron colocados y se movieron, y el modo
en que estarán colocados y se moverán.”20
12c
Pero aquí no se da límite alguno del
conocimiento.
12d
Allá donde, en el espacio, se halle un número de
átomos en un determinado movimiento, allí habrá,
necesariamente, una determinada cualidad, por
ejemplo, rojo; y, a la inversa, allí donde aparece rojo,
ahí tiene que haber movimiento.
12e
Sólo el pensar abstracto puede separar lo uno de
lo otro.
12f
El que conciba el movimiento separado en la
realidad del contenido restante del fenómeno del
que forma parte, no podrá volver a encontrar el paso
de lo uno a lo otro.
13a
Solamente aquello que es movimiento en un
fenómeno, puede ser de nuevo derivado del movi‑
miento; lo que pertenece a lo cualitativo del mundo
del color y de la luz sólo puede ser referido a algo
cualitativamente igual, dentro del mismo ámbito.
13b
La mecánica reduce los movimientos complejos
a movimientos simples, que son inmediatamente
comprensibles.
20
Du Bois-Reymond. ‘Über die Grenzen des Naturerkennen’[‘Sobre
los límites del conocimiento de la Naturaleza’]. [N. del Ed.]
[ga006] 72
13c
La teoría de los colores debe reducir los fenóme‑
nos cromáticos complejos a fenómenos simples, que
puedan ser comprendidos de la misma manera.
13d
Un proceso de movimiento simple es un fenó‑
meno primordial, de la misma manera que lo es
también la aparición del amarillo que surge de la
acción combinada de lo claro y lo oscuro.
13e
Goethe es consciente de todo lo que los fenóme‑
nos mecánicos primordiales pueden aportar para la
explicación de la naturaleza inorgánica.
13f
Lo que no es mecánico dentro del mundo mate‑
rial Goethe lo reconduce a fenómenos originales que
no son de naturaleza mecánica.
13g
A Goethe se le ha reprochado el haber margina‑
do toda consideración mecánica en su estudio de la
naturaleza para limitarse a observar y clasificar los
hechos sensorialmente perceptibles.21
“El esfuerzo teórico de Goethe se limita a
hacer derivar varios fenómenos de lo que
él denomina un fenómeno primordial, a la
manera en que una fantasmagoría sucede a
otra, sin relación evidente de causalidad.
”El concepto de causalidad mecánica le era a
Goethe enteramente desconocido.”22
13h
Pero, ¿qué es lo que hace la mecánica sino deri‑
var fenómenos complejos de fenómenos primordia‑
les simples?
13i
Goethe ha procedido, en el ámbito del mundo
del color, de un modo exactamente igual a como lo
hace el ‘mecánico’ en el ámbito de los procesos del
movimiento.
21
Ver, por ejemplo: Harnack, Otto. ‘Goethe in der Epoche seiner
Vollendung’ [‘Goethe en la época de su perfección’]; Du Bois-
Reymond. ‘Goethe und kein Ende’ [‘Goethe, siempre Goethe‘]
[N. del Ed.]
22
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
13j
Se niega que Goethe posea la noción de causa‑
lidad mecánica, debido a que no opinó que todos
los fenómenos de la naturaleza inorgánica sean
puramente mecánicos —quien haga esto demuestra
únicamente que él mismo se equivoca sobre el signi‑
ficado de la causalidad mecánica dentro del mundo
físico—.
13k
Goethe se instala en lo cualitativo del mundo de
la luz y del color; lo cuantitativo y lo mecánico, que
ha de ser expresado matemáticamente, se lo deja a
otros; Goethe
“se ha esforzado por mantener la teoría de los
colores apartada de las matemáticas, si bien,
en algunos puntos, la ayuda de la geometría
hubiera sido muy deseable […]
”Sin embargo, este defecto podría también
convertirse en ventaja, desde el momento en
que puede ser misión del matemático genial
el descubrir por sí mismo en qué puntos la
teoría de los colores precisa de su ayuda y
cómo puede él contribuir a la culminación de
esta parte de las ciencias naturales.”23
13l
Los elementos cualitativos percibidos por el ojo
—luz, oscuridad, colores— deben, en primer lugar,
ser comprendidos por sus relaciones mutuas y ser
referidos a los fenómenos primordiales; seguidamen‑
te, se podrá analizar, en un nivel superior del pensar,
qué vinculación existe entre estas relaciones y el
elemento cuantitativo, el elemento mecánico-mate‑
mático existente en el mundo de la luz y del color.
14a
En el campo de lo cualitativo del mundo del
color, Goethe quiere remitir las relaciones a los
elementos más simples, y ello de una manera tan
23
Goethe, Johann W. von. ‘Teoría de los colores. Parte didáctica.’
Parágrafo 727. [N. del Ed.]
Rudolf Steiner
rigurosa como lo hacen el matemático o el mecánico
en sus respectivos terrenos.
“La precaución de alinear lo siguiente a
lo precedente o, mejor dicho, a deducir
lo siguiente de lo precedente, hemos de
aprenderla de los matemáticos, e incluso allí
donde no nos sirvamos de ninguna operación
matemática, hemos de comportarnos siempre
como si tuviéramos que rendir cuentas al
más severo geómetra, ya que es el método
matemático el que, por su circunspección
y pureza, revela inmediatamente el más
mínimo quiebre en el razonamiento, no
siendo la prueba en matemáticas otra
cosa que una aparatosa exposición de que
los términos puestos en relación estaban
ya allí en sus partes simples y en toda su
continuidad; que han sido considerados
en su conjunto y que han sido correcta e
irrefutablemente descubiertos observándose
bajo todas las condiciones posibles.”24
15a
Goethe extrae los principios explicativos de los
fenómenos inmediatamente del ámbito de la ob‑
servación —muestra cómo están relacionados los
fenómenos dentro del mundo perceptible—.
15b
Para la comprensión de la naturaleza, Goethe
desecha las ideas que sobrepasan el ámbito de la
observación.
15c
Todas las formas de explicación que vayan más
allá del campo de la experiencia al utilizar, para
explicar la naturaleza, factores que por su carácter no
24
Goethe, Johann W. von. ‘Der Versuch als Verrnittler von Subjekt
und Objekt’ [‘El intento como mediador entre sujeto y objeto’].
[N. del Ed.]
[ga006] 73
pueden ser observados, son contrarios a la concep‑
ción goetheana del mundo.
15d
Una explicación de esta índole es aquélla que
busca la esencia de la luz en una sustancia luminosa
la cual no es perceptible en sí, sino que únicamente
puede ser observada en su efecto: la luz.
15e
Otra explicación de este género es la que hoy
domina en las ciencias naturales, y según la cual las
vibraciones luminosas no serían producidas por las
cualidades perceptibles por la vista sino por las partí‑
culas más diminutas de la materia no perceptible.
15f
No es contraria al pensar de Goethe la noción de
que un determinado color esté ligado a un determi‑
nado proceso de movimiento en el espacio.
15g
Pero sí lo contradice, realmente, el afirmar que
este proceso de movimiento pertenece a una zona
de lo real que se sitúa fuera de la experiencia en el
mundo de la materia, que puede ser observado en
sus efectos pero no en su propia esencia.
15h
Para un seguidor de la visión goetheana del
mundo, las vibraciones luminosas en el espacio son
fenómenos a los que no corresponde una realidad
distinta de la que corresponde al resto del contenido
de la percepción.
15i
Si escapan a la observación inmediata no es
porque se hallen más allá del ámbito de la experien‑
cia, sino porque los órganos sensoriales del hombre
no disponen de una organización lo suficientemente
sutil como para captar de modo inmediato los movi‑
mientos de estos minúsculos objetos.
15j
Si el ojo estuviera constituido de forma tal que
fuera capaz de captar con todo detalle una vibración
de una frecuencia de 400 miles de millones por
segundo,25 tal fenómeno se nos mostraría exacta‑
25
El color rojo tiene un rango de entre 405-480nm (mil millonési-
ma de metro). [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
mente de la misma manera que un fenómeno del
mundo perceptible por nuestros toscos sentidos.26
15k
Es decir, el objeto vibrante mostraría las mismas
propiedades que otros objetos perceptibles.27
16a
Cualquier tipo de explicación que haga derivar
a los objetos y fenómenos de la experiencia de otros
que no lo son, sólo podrá llegar a obtener una idea
significativa de este ámbito de la realidad situada
fuera de la observación si toma prestadas determina‑
das cualidades del mundo empírico y las transfiere a
lo inexperimentable.28
16b
Así, el físico atribuye a los más diminutos ele‑
mentos de la materia, dureza e impenetrabilidad, así
como también la capacidad de atraer y repeler a sus
congéneres; en cambio, no les reconoce a estos ele‑
mentos ni color, ni calor ni otras propiedades; cree
poder explicar un proceso natural experimentable
reduciéndolo a otro no experimentable.
16c
Según Du Bois-Reymond, el conocimiento de
la naturaleza consiste en reducir los fenómenos del
mundo físico a movimientos de átomos causados
por la fuerza de atracción y de repulsión.29
17a
Se considera que lo que está en movimiento es la
materia que llena el espacio; esta materia se supone
que está ahí desde toda la eternidad y que estará allí
por toda la eternidad —sin embargo, no pertenece
al ámbito de la observación sino que existe fuera de
éste—.
26
Thomas Young, en 1801, hizo el experimento de la doble rendija
que validó la teoría vibratoria de la luz, prefijurda por Huygens.
[n. del pr.]
27
La teoría vibratoria de la luz sostiene que son vibraciones del
campo electromagnético —sólo se conoce por sus efectos—,
no ‘partículas materiales.’ [n. del pr.]
28
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
29
Du Bois-Reymond. ‘Grenzen des Naturerkennens’ [‘Límites del
conocimiento de la naturaleza’]. (182) [N. del Ed.]
Rudolf Steiner
17b
Es por esto por lo que Du Bois-Reymond consi‑
dera que el hombre es incapaz de conocer por sí mis‑
mo la esencia de la materia y por lo cual traslada los
fenómenos del mundo físico a algo cuya naturaleza
permanecerá siempre desconocida para el hombre.
“Nunca sabremos mejor que hoy qué especie
de fantasma vaga por el espacio, donde hay
materia.”30
17c
Frente a un pensamiento concreto, este concepto
de materia se disgrega en nada.
17d
El contenido real que se le da a este concepto
está traído del mundo de la experiencia.
17e
En el mundo de la experiencia se perciben
movimientos.
17f
Notamos una tracción cuando sostenemos un
peso con la mano, y una presión cuando lo coloca‑
mos sobre la palma de la mano.
17g
Para explicar esta sensación se crea el concepto
de fuerza.
17h
Nos imaginamos que la Tierra atrae el objeto en
cuestión; la fuerza misma no puede ser percibida —
es ideal—.
17i
Sin embargo, pertenece al ámbito ele la ob‑
servación —el espíritu la observa, porque observa
las relaciones ideales que se dan entre unas y otras
percepciones—.
17j
Uno se ve llevado a la noción de repulsión al
comprimir un trozo de caucho y soltarlo a continua‑
ción; recobra entonces su forma y su tamaño ante‑
riores —uno se imagina que las partes comprimidas
del caucho se repelen y vuelven a ocupar el mismo
espacio que antes.
17k
El pensamiento en cuestión transfiere dichos
conceptos, obtenidos de la observación, a un ámbito
30
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 74
no perceptible de lo real —de hecho, pues, no hace
otra cosa que extraer un elemento perceptible de
otro elemento perceptible—.
17l
Sólo que, arbitrariamente, el último lo transfiere
al ámbito de lo no perceptible.
17m
Se podría mostrar cómo todo pensamiento que
recurre a un elemento no-perceptible para explicar
la naturaleza arranca algunos jirones del ámbito de
la experiencia para transportarlos a una zona de la
realidad que se sitúa más allá de la observación.
17n
Si estos jirones de percepción son apartados de
lo no perceptible, no queda más que un concepto
vacío, un no-concepto.
17o
La explicación de un elemento experimentable
sólo puede obtenerse en relación con otro elemento
experimentable.
17p
Finalmente acaba por llegarse, en el mundo de la
experiencia, a unos elementos que no pueden ya ser
referidos a otros.
17q
Ya no es preciso buscar una explicación porque
no necesitan ninguna; contienen su explicación en sí
mismos —su esencia inmediata consiste en aquello
que ofrecen a la observación—.
17r
Para Goethe, la luz es un elemento de esta índo‑
le; según él, la luz es reconocida por todo aquel que
percibe sin prejuicios su manifestación.
17s
Los colores tienen su origen en la luz, y este
origen se explica mostrando cómo nacen de ella.
17t
La luz misma está ya dada en la percepción
inmediata.
17u
Lo que en ella hay de potencialmente ideal se
reconoce observando la relación que existe entre ella
y los colores ..
17v
Inquirir acerca de la esencia de la luz —esto es,
acerca de algo no perceptible que corresponda al fe‑
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
nómeno ‘luz’— es imposible desde el punto de vista
goetheano.
“Porque realmente nos empeñamos en vano
en expresar la esencia de una cosa.
”Lo que percibimos son los efectos, y
una historia completa de esos efectos
comprendería, en rigor, la esencia de la
cosa.”31
17w
Es decir: una representación completa de los
efectos producidos por un objeto perceptible abarca
todas las manifestaciones cuya potencialidad ideal
está contenida en él.
“ Vanamente nos esforzamos en pintar el
carácter de un hombre; reúnanse, en cambio,
sus hechos y gestos, y un cuadro de su carácter
se ofrecerá a nuestros ojos.
”Los colores son los actos de la luz, los actos y
los padecimientos. ” Es en este sentido como
podemos aspirar a un conocimiento de la
luz.”32
.  .  .
18a
La luz se revela a la observación como
“la cosa más simple, la más homogénea, la
menos descompuesta que conocemos.”33
18b
A la luz se opone la oscuridad.
31
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
32
Goethe, Johann W. von. ‘Teoría de los colores. Parte didáctica.’
Prólogo. [N. del Ed.]
33
Goethe, Johann W. von. ‘Correspondencia con Jacobi.’ Julio 15,
1793. [N. del Ed.]
Rudolf Steiner
18c
Para Goethe, la oscuridad no es la ausencia sim‑
ple de luz; es algo activo —ella se opone a la luz, y
sus respectivas acciones se alternan—.
18d
La ciencia moderna considera la oscuridad como
una nada absoluta; según esta concepción, la luz que
penetra en un espacio oscuro no tiene que vencer
ninguna resistencia por parte de la oscuridad.
18e
Goethe se representa la luz y la sombra en una
relación similar a la del polo positivo y el polo nega‑
tivo de un imán.
18f
La oscuridad puede debilitar a la luz en su ac‑
ción; y, a la inversa, la luz puede limitar la energía de
la oscuridad —n ambos supuestos, surge el color—.
18g
Un punto de vista físico que conciba la oscu‑
ridad como algo totalmente ineficiente no puede
hablar de una acción recíproca de esta especie.
18h
Por ello, tiene que hacer derivar los colores úni‑
camente de la luz.
18i
La oscuridad aparece ante la observación, como
fenómeno, en un plano de igualdad con respecto a la
luz.
18j
Lo oscuro es un contenido de percepción en el
mismo sentido en que lo es lo claro —lo uno no es
más que lo opuesto de lo otro—.
18k
El ojo que mira en la noche nos transmite la
sensación real de la oscuridad; si la oscuridad fuese la
nada absoluta no surgiría percepción alguna cuando
el hombre mirase en lo oscuro.
19a
El amarillo es una luz mitigada por la oscuridad;
el azul es una oscuridad debilitada por la luz.
.  .  .
20a
El ojo humano está constituido para transmitir
al organismo los fenómenos del mundo de la luz
[ga006] 75
y del color, y las relaciones que se dan entre estos
fenómenos.34
20b
No se comporta, a este respecto, como algo me‑
ramente receptivo, sino que opera en acción recípro‑
ca viva con los fenómenos.
20c
Goethe aspira a conocer la forma de esta acción
recíproca.
20d
Él considera al ojo como algo enteramente vivo,
y quiere captar sus manifestaciones vitales.
20e
¿Cómo se comporta el ojo frente al fenómeno
aislado?
20f
¿Cómo se comporta ante las relaciones de los
fenómenos?
20g
Estas son las cuestiones que Goethe se plantea.
20h
Luz y oscuridad, amarillo y azul, son
oposiciones.
20i
¿Cómo experimenta el ojo estas oposiciones?
20j
En la naturaleza del ojo tiene que hallarse el
fundamento de que experimente también las rela‑
ciones recíprocas que existen entre las percepciones
aisladas;35 porque
“el ojo tiene que agradecer su existencia a la
luz.
”De los órganos auxiliares, indiferentes y de
naturaleza animal, la luz extrae un órgano
que sea de la misma esencia que ella; y es así
como el ojo se forma por la luz, para la luz, a
fin de que la luz interior venga al encuentro
de la que proviene del exterior.”36
34
En la retina, los bastones reaccionan a la intensidad de luz y los
conos a los colores: rojo, verde, azul. [n. del pr.]
35
A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX el español Santiago
Ramón y Cajal hizo cortes histológicos de la retina y describió
los principales tipos de células que la componen: fotorrecepto-
ras, células bipolares, células horizontales, células amacrinas y
células ganglionares. [n. del pr.]
36
Goethe, Johann W. von. . ‘Teoría de los colores. Parte didáctica.’
Introducción. [N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
20k
Así como luz y oscuridad se oponen en la na‑
turaleza exterior, así sucede igualmente con los dos
estados en que se encuentra el ojo en virtud de estos
dos fenómenos.
20l
Si se mantiene abierto el ojo en un espacio
oscuro, se experimenta la sensación de una cierta
carencia.
20m
Si se le dirige, en cambio, hacia una superficie
blanca intensamente iluminada, será incapaz, duran‑
te algún tiempo, de distinguir objetos medianamen‑
te iluminados.37
20n
El mirar en la oscuridad aumenta la receptividad;
y hacerlo en la claridad la debilita.38
21a
Toda impresión visual persiste un cierto tiempo
en el ojo.
21b
Si se mira una reja negra de ventana sobre un
fondo claro y, a continuación se cierran los ojos, esta
imagen permanecerá un momento; si, mientras dura
esta impresión, se mira una superficie gris clara, la
cruz aparecerá clara, y el espacio vidriado, oscuro —
tiene lugar una inversión de la imagen—.
21c
De esto se desprende que la impresión recibida le
predispone al ojo a generar por sí mismo la impre‑
sión contraria.
21d
Del mismo modo que en el mundo exterior la
luz y la oscuridad se relacionan entre sí, igualmente
ocurre con los correspondientes estados que se dan
en el ojo.
21e
Goethe piensa que la parte del ojo en la que se
ha reflejado la cruz oscura se encuentra descansada y
receptiva a una nueva impresión.
37
curva de adaptación a la oscuridad: Al entrar a un lugar a oscu-
ras desde un lugar iluminado, la sensibilidad es muy baja, pero
un minuto después aumenta 10 veces, y 20 minutos después,
hasta 6.000 veces. [n. del pr.]
38
Lo que varía es la sensibilidad a la luz de la retina. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
21f
Esta es la razón de que la superficie gris actúe allí
más vivamente que sobre las restantes partes del ojo
que han recibido la luz más fuerte de las vidrieras.
21g
Lo claro engendra en el ojo una propensión a lo
oscuro; lo oscuro, a lo claro.
21h
Si se sostiene una figura oscura contra una su‑
perficie gris clara, y al retirar aquélla se sigue miran‑
do al mismo punto, el lugar ocupado por la figura
oscura aparece mucho más claro que el resto de la
superficie.
21i
Una figura gris sobre un fondo oscuro aparece
más clara que sobre un fondo claro.
21j
El fondo oscuro predispone, pues, al ojo a ver la
figura más clara, el fondo claro lo predispone a verla
más oscura.
21k
La atención de Goethe es atraída así por la gran
movilidad del ojo
“y por la silenciosa oposición, necesariamente
manifestada por todo aquello que vive, ante
una situación dada.
”Así, la inspiración supone ya la espiración y
a la inversa […]
”Es la eterna fórmula de la vida, que se
manifiesta allí también.
”En cuanto se le presenta al ojo la oscuridad,
él exige la claridad; exige la oscuridad
cuando se le propone la claridad.
”Y así demuestra su vitalidad, su derecho a
aprehender al objeto, poniendo de su parte
algo precisamente opuesto a ese objeto.”39
21l
Como la luz y la oscuridad, las percepciones co‑
loreadas provocan una reacción contraria en el ojo.
21m
Póngase un pequeño papel amarillo sobre un
fondo blanco moderadamente iluminado, y mírese
39
Goethe, Johann W. von. ‘Teoría de los colores’. [N. del Ed.]
[ga006] 76
fijamente la pequeña superficie amarilla; al cabo de
un momento retírese el papel.
21n
El espacio que ocupaba el papel aparecerá viole‑
ta; la impresión del amarillo dispone al ojo a generar
desde sí mismo el violeta; el mismo modo el azul,
por reacción, producirá el naranja, y el rojo, el verde.
21o
Cada una de las impresiones coloreadas tiene,
pues, en el ojo, una relación viva con otra.
21p
Los estados en que el ojo es puesto por las per‑
cepciones se encuentran en una relación análoga a la
de los contenidos de estas percepciones en el mundo
exterior.
.  .  .
22a
Cuando la luz y la sombra, lo claro y lo oscuro
inciden sobre el ojo, entonces este órgano vivo les
sale al paso oponiéndoles sus exigencias; cuando
actúan sobre los objetos situados fuera, en el espacio,
éstos entran en una acción recíproca con la luz y la
oscuridad.
22b
El espacio vacío tiene la propiedad de ser trans‑
parente; no actúa ni sobre la luz ni sobre la oscuri‑
dad —estas irradian a través del espacio vacío sin
perder nada de su propia vivacidad.
22c
Otra cosa es cuando el espacio está lleno de obje‑
tos […] puede ocurrir que esta circunstancia sea de
tal carácter que el ojo no la perciba debido a que la
luz y la oscuridad atraviesen los objetos conservando
ellas su apariencia original.
23a
Entonces es cuando se habla de objetos
transparentes.
23b
Cuando la luz y la oscuridad son debilitadas al
atravesar un objeto, a éste se le califica de turbio.
23c
Un espacio ocupado que sea turbio ofrece la
posibilidad de observar las relaciones mutuas que
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
se dan entre la luz y la sombra, la claridad y la
oscuridad.
23d
Un objeto claro, visto a través de un medio tur‑
bio, aparece amarillo, y un objeto oscuro, azul.
23e
Lo turbio es algo de carácter material que la luz
ilumina.
23f
Situado ante una luz más clara, más viva, es os‑
curo; con respecto a la oscuridad que irradia a través
de él, resulta claro.
23g
Cuando un medio turbio se opone a la luz o a la
oscuridad, existe realmente, por lo tanto, un elemen‑
to claro y también con igual realidad, un elemento
oscuro, los cuales actúan recíprocamente el uno
sobre el otro.
24a
Si la turbiedad a través de la cual la luz pasa se
intensifica paulatinamente, el amarillo pasa a ser
amarillo rojizo y después rojo rubí.
24b
Si la turbiedad por la que atraviesa la oscuridad
disminuye, el azul pasa a ser índigo y, finalmente,
violeta.
24c
El amarillo y el azul son colores fundamentales;
hacen de la acción combinada de lo claro y de lo
oscuro con lo turbio.40
24d
Ambos pueden tomar un tinte rojizo, el primero
por un aumento, y el segundo por una disminución
de la opacidad —así pues, el rojo no es un color
fundamental; es un tono que nace del amarillo o del
azul—.
24e
El amarillo, con sus matices rojizos, cuya intensi‑
dad crece hasta el rojo puro, está cercano a la luz; el
azul, con sus tonos rebajados, está emparentado con
la oscuridad.
24f
La combinación de azul y de amarillo da verde;
si se mezcla un azul intensificado hasta violeta, con
40
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
un amarillo oscurecido hasta rojo, hace su aparición
el color púrpura.
25a
Goethe persigue estos fenómenos básicos dentro
de la naturaleza.
25b
El disco solar claro, visto a través de ligeros vapo‑
res turbios, aparece amarillo.
25c
El espacio sideral oscuro, contemplado a través
de los vapores de la atmósfera iluminados por la luz
diurna, es lo que aparece como el azul del cielo.
“Las montañas, igualmente, nos parecen
azules: porque si las percibimos desde una
distancia suficientemente grande como
para no distinguir ya los colores locales ni
recibir en el ojo luz ninguna emanada de su
superficie se convierten en objetos oscuros,
que los vapores que flotan entre ellas hacen
que nos parezcan azules.”41
26a
El hecho de haberse sumergido en las obras artís‑
ticas de los pintores, hizo nacer en Goethe la nece‑
sidad de penetrar en las leyes a las que están sujetos
los fenómenos visuales.
26b
Cada pintura le planteaba enigmas.
26c
¿Cómo actúa el claroscuro con respecto a los
colores?
26d
¿En qué relación se encuentran los distintos
colores entre sí?
26e
¿Por qué provoca el amarillo un estado de ánimo
alegre, y el azul uno grave?
26f
De la teoría newtoniana de los colores no era
posible obtener un punto de vista desde el que estos
misterios pudieran ser sacados a la luz.
26g
La teoría de Newton hace derivar todos los colo‑
res de la luz, los coloca escalonadamente uno junto a
41
Goethe, Johann W. von. ‘Teoría de los colores. Parte didáctica.’
Pág. 156. [N. del Ed.]
[ga006] 77
otro, y nada dice sobre sus relaciones con la oscu‑
ridad ni tampoco sobre las relaciones mutuas vivas
que se dan entre ellos.
26h
Es por un camino enteramente personal como
Goethe alcanzó a resolver los enigmas propuestos
por el arte.
26i
El amarillo tiene que poseer una característica
alegre, dulce y suavemente estimulante, porque es el
color más próximo a la luz —la más leve atenuación
de la luz es suficiente para hacerle nacer—.
26j
El azul evoca la oscuridad que está actuando en
él; es por esto por lo que da una sensación de frío,
“así como también hace pensar en la
sombra.”42
26k
El amarillo rojizo surge de la intensificación del
amarillo en proyección hacia lo oscuro; en virtud
de esta intensificación crece su energía lo alegre, lo
jovial pasa a ser gozoso—.
26l
Si se le intensifica aún más, del amarillo rojo al
rojo amarillo, la sensación alegre y jubilosa se trans‑
forma en una impresión de violencia.
26m
El violeta es el azul que aspira a la claridad; lo
sereno y lo frío del azul se convierte en inquietud.
26n
Esta inquietud se acrecienta en el rojo azul.
26o
El rojo puro se sitúa en el medio, entre el rojo
amarillo y el rojo azul.
26p
Lo tempestuoso del amarillo aparece aquí ate‑
nuado, lo pasivamente tranquilo del azul aparece
animado.
26q
El rojo da la impresión de la satisfacción ideal,
de la conciliación de los contrarios.
26r
Una sensación de apaciguamiento surge también
del verde, que es mezcla de amarillo y azul.
42
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
26s
Pero como la alegría del amarillo no se ha inten‑
sificado y la calma del azul no es turbada por el tono
rojizo, la satisfacción será aquí más pura que la que
emana del rojo.
.  .  .
27a
Ante un color que se le propone, el ojo exige
inmediatamente la presencia de otro.
27b
Si percibe amarillo, inmediatamente surge en él
el deseo de violeta; si ve azul, reclama naranja; si ve
rojo, desea verde.
27c
Se comprende pues, que nazca un sentimiento
de satisfacción cuando junto a un color determinado
se le presenta al ojo aquel otro color que su constitu‑
ción misma reclama.
27d
De la naturaleza del ojo es de donde procede la
ley de la armonía de los colores.
27e
Aquellos colores que el ojo quiere ver uno al lado
del otro producen un efecto armónico.
27f
Si se presentan dos colores yuxtapuestos, de los
cuales uno no requiere al otro, el ojo es incitado a
una reacción contraria.
27g
La aproximación del amarillo y del púrpura,
aunque resulte alegre y espléndida, tiene algo de
unilateralidad en sí.
27h
El ojo, para satisfacer su naturaleza, quiere el
violeta junto al amarillo.
27i
Si el púrpura sustituye al violeta, el objeto impo‑
ne sus derechos frente a los del ojo; no se somete a
las exigencias del órgano.
27j
Las combinaciones de esta índole sirven para po‑
ner de relieve la significación del objeto; no buscan
satisfacer a toda costa, sino caracterizar.
27k
Para estas combinaciones caracterizadoras son
apropiados unos colores que no estén en total
Rudolf Steiner
oposición entre sí pero que tampoco sean vecinos
inmediatos.
27l
Combinaciones como las de este último supues‑
to hacen que a los objetos en los que se dan les falte
algo de carácter.
.  .  .
28a
La esencia y el devenir de los fenómenos de la
luz y de los colores se le habían revelado a Goethe en
la naturaleza.
28b
Él iba a reconocerlos también en la creación de
los pintores, en la cual, elevados a un plano superior,
están traducidos a lo espiritual.
28c
A través de sus observaciones sobre el sentido de
la vista, Goethe alcanzó una profunda comprensión
de la relación existente entre naturaleza y arte.
28d
Seguramente pensaba en ello cuando; tras con‑
cluir la ‘Teoría de los colores,’ escribía a la señora
von Stein:
“No me arrepiento de haberles dedicado
tanto tiempo.
”Gracias a ello he alcanzado una cultura
que difícilmente hubiera conseguido por otra
vía.”43
29a
La teoría goetheana de los colores difiere de la de
Newton y de la de aquellos físicos que han construi‑
do sus teorías sobre la de Newton, porque parte de
una concepción del mundo distinta.
29b
Si no se capta la relación aquí citada, entre la
concepción de la naturaleza de Goethe, y su teoría
de los colores, uno tendrá que creer que Goethe
llegó a su punto de vista sobre los colores por haber
43
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 78
carecido de los verdaderos métodos de observación
propios del físico.
29c
Si se es capaz de captar dicha relación, habrá
de reconocerse que en el marco de la concepción
goetheana del mundo, no es posible otra teoría de
los colores que la suya.
29d
No habría podido concebir de otra manera la
naturaleza de los fenómenos de los colores, incluso
aunque hubiera tenido ante él todos los descubri‑
mientos efectuados desde entonces hasta hoy en ese
ámbito, y aunque hubiera podido manejar él mismo
con precisión los métodos experimentales tan perfec‑
cionados de hoy en día.
29e
Pese a que después del descubrimiento de las
líneas de Fraunhofer,44 Goethe no habría podido
integrarlas perfectamente en su concepción de la
naturaleza, lo cierto, sin embargo, es que no la con‑
tradicen, ni ellas, ni ningún otro descubrimiento en
el campo de la óptica.
29f
En todos estos casos, no se trata más que de
desarrollar la concepción goetheana de una forma
tal que todos estos fenómenos se integren en ella de
acuerdo con su espíritu.
29g
Hay que reconocer que quienes sigan el punto
de vista de Newton no podrán sacar nada en limpio
de la teoría de los colores de Goethe.
29h
Esto no se debe a que el físico newtoniano tenga
conocimiento de fenómenos incompatibles con el
pensar de Goethe, sino a que se ha habituado a una
concepción de la naturaleza que le impide conocer
qué es lo que pretende realmente el punto de vista
de Goethe sobre la naturaleza. ♣♣
44
líneas de Fraunhofer: Conjunto de líneas espectrales. Cada
elemento químico tiene un conjunto de líneas espectrales,
correspondientes. Fueron nombradas en honor al físico alemán
Joseph von Fraunhofer (1787-1826) que fue el primero que las
estudió. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
“Ahora vivo en cuerpo y alma en la piedra y
[iv:] [iv:01]    ideas sobre la evolución
de la tierra en las montañas y estoy muy contento de las
vastas perspectivas que se me brindan.
ideas sobre la Estos dos últimos días hemos hecho grandes
conquistas de las que pueden extraerse

evolución de muchas conclusiones.

El mundo cobra para mí aspecto nuevo y
prodigioso.”2
la tierra y los 01f
Cada vez se afirma mas en él la esperanza de que
conseguirá tejer un hilo que le guíe por los labe‑

fenómenos rintos subterráneos y le permita ver claro en esta

confusión.

atmosféricos
Con motivo de tener que ocuparse de la mina de
Ilmenau, Goethe se sintió incitado a observar el rei‑
no de los minerales, las piedras, las diferentes clases
de rocas, así como los estratos superpuestos de la
corteza terrestre.
01b
En julio de 1776 acompañó al duque Carlos
Augusto a Ilmenau; querían ver si la antigua mina
podía volver a ser puesta de nuevo en explotación;
Goethe continuó aplicándose a los cuidados de la
mina.
01c
De ello nació en Goethe el deseo de saber cómo
procede la naturaleza para formar las montañas y las
masas de piedra.
01d
Ascendió a las altas cumbres y se deslizó por las
profundidades de la tierra para
“descubrir las huellas más cercanas de la gran
mano formadora.”1
01e
En septiembre 8, 1780 participa desde Ilmenau
a la señora von Stein su alegría por conocer la natu‑
raleza creadora también desde este ángulo.
1
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner [ga006] 79
01g
Poco a poco va extendiendo sus observaciones a
otros ámbitos de la superficie terrestre.
01h
Durante sus viajes al Harz, cree averiguar la ma‑
nera en que se forman grandes masas inorgánicas.
01i
Él les atribuye la tendencia a dividirse
“en direcciones varias y regulares, de forma
que originen paralelepípedos, los cuales a su
vez propenden a cortarse según la diagonal.”3
01j
Goethe concibe una especie de enrejado ideal de
hexaedros que sería inherente a la masa rocosa —se‑
gún esta concepción, de una masa básica se desgajan
cubos, paralelepípedos, rombos, romboides, cuerpos
con forma de columnas y de losas—.
01k
Goethe se imagina en el interior de esa masa
básica unas fuerzas operantes que separan según el
modelo del enrejado ideal.
01l
Al igual que en la naturaleza orgánica, Goethe
busca en el reino de la piedra el elemento ideal
activo.
01m
También aquí observa con los ojos del espíritu.
2
Goethe, Johann W. von. ‘Correspondencia a la señora von Stein.’
Junio 12, 1784. [N. del Ed.]
3
Goethe, Johann W. von. ‘Formación de las grandes masas inor-
gánicas.’ [N. del Ed.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
01n
Goethe supone que allí donde la división en
formas regulares no se manifiesta existe en la masa
en estado ideal.
01o
En el transcurso de un viaje al Harz, que realiza
en 1784, hace que su acompañante, el consejero
Kraus,4 elabore unos dibujos con tiza en los cuales el
elemento invisible, ideal, se haga patente a través de
lo visible, y pueda ser observado.
01p
Estima que lo real no puede ser verdaderamente
representado por el dibujante a no ser que éste tenga
en cuenta las intenciones de la naturaleza que, muy
a menudo, no aparecen con suficiente claridad en su
expresión exterior.
“ Es en la transición de lo blando a lo rígido
donde se opera la división, ya concierna
ésta al conjunto, o ya se produzca en lo más
profundo de las masas.”5
01q
En las formas orgánicas, según Goethe, se halla
presente un arquetipo sensible-suprasensible vivo;
un elemento ideal entra en la percepción sensible y
la penetra de un extremo al opuesto.
01r
En la formación regular de masas inorgánicas
interviene un elemento ideal que no penetra como
tal en la forma sensible, pero que no por ello deja de
crear una forma sensible.
01s
La forma inorgánica no es, en su manifestación,
sensible-suprasensible, sino únicamente sensible;’ sin
embargo, debe ser entendida como un efecto de una
fuerza suprasensible.
01t
La forma inorgánica se encuentra a medio cami‑
no entre el proceso inorgánico, cuyo factor ideal rige
4
Georg Melchior Kraus (1737-1806): Artista, , pintor, pedagogo
y empresario alemán: Amigo de Johann Wolfgang von Goethe.
[n. del pr.]
5
Goethe, Johann W. von. ‘Formación de las montañas, panorama
de conjunto y detalles.’ [N. del Ed.]
Rudolf Steiner
todavía el desarrollo pero limitándose a darle una
forma definida, y lo orgánico, en donde el ideal se
hace, él mismo, forma sensible.
02a
Goethe supone que la formación de rocas com‑
puestas se produjo debido a que las sustancias que,
en un principio, no existían en la masa más que en
estado ideal, se separaron de hecho.
02b
En carta de noviembre 25, 1807, escribe a
Leonhard:
“Reconozco con complacencia que yo, a
menudo, observo efectos simultáneos allí
donde otros ven ya una sucesión; que,
en algunas rocas que otros tienen por un
conglomerado de desechos reagrupados y
recocidos, yo creo reconocer los elementos
surgidos de una masa heterogénea por
escisión, y ulteriormente fijados por
consolidación.”6
03a
Goethe no logró extender con utilidad es‑
tas ideas a un número mayor de formaciones
inorgánicas.
03b
Se ajustaba sin embargo a la naturaleza de su
pensar el explicar también la superposición de estra‑
tos geológicos conforme a principios de formación
ideales que viven en la materia, según su esencia.
03c
No podía compartir las teorías de Werner,7 muy
difundidas por entonces, ya que éste no reconocía
tales principios de formación sino que basaba todo
en la acción puramente mecánica del agua.8
6
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
7
Abraham Gottlob Werner (1749-1817):Científico alemán.
Postuló la teoría de la formación de las rocas por cristalización
de los minerales del agua. [n. del pr.]
8
neptunismo: Teoría científica desechada y obsoleta, propuesta
por Abraham Werner a fines del siglo XVIII, que atribuía el ori-
gen de las rocas a la cristalización de minerales en los océanos,
en un período temprano tras la creación. [n. del pr.]
[ga006] 80
03d
Más antipático aún le resultaba el vulcanismo9
formulado por James Hutton10 y defendido por
Alejandro von Humboldt11 y Leopoldo von Buch,12
entre otros, que explicaba el desarrollo de los dife‑
rentes períodos de la Tierra mediante revoluciones
violentas provocadas por causas materiales.
03e
Según esta concepción, fuerzas volcánicas
habrían hecho brotar repentinamente de la tierra
grandes sistemas montañosos.
03f
Estos efectos dinámicos tan desmesurados le
parecía a Goethe que contradecían la esencia de la
naturaleza.
03g
No veía motivo alguno por el cual las leyes de
la evolución terrestre hubieran de cambiar repen‑
tinamente en unas determinadas épocas y, tras una
larga actividad paulatina, se manifestasen de repente
mediante
“levantamiento y presión, amontonamiento
y aplastamiento, arrojamiento y
lanzamiento.”13
03h
A Goethe la naturaleza le parecía consecuente
en todas sus partes, hasta el punto de que ni siquie‑
9
vulcanismo: 1. m. Geol. Conjunto de fenómenos relacionados
con los volcanes y su actividad. 2. m. Geol. Teoría que atribuye
la formación del globo a la acción del fuego interior. Diccionario
RAEL [n. del pr.]
10
James Hutton (1726-1797): Geólogo, médico, naturalista,
químico y granjero experimental escocés. Formuló las corrientes
científicas uniformista y del plutonismo (vulcanismo), en las
que incluyó sus teorías de la geología y del tiempo geológico
y su escala o tiempo profundo. Considerado el fundador de la
geología moderna. [n. del pr.]
11
Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander von Humboldt (1769-
1859): Geógrafo, astrónomo, humanista, naturalista y explora-
dor prusiano. [n. del pr.]
12
Christian Leopold Freiherr von Buch (1774-1853): Naturalista,
geólogo y paleontólogo alemán. Es conocido por su definición
científica del Sistema Jurásico. [n. del pr.]
13
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
ra una divinidad podría cambiar en nada las leyes
congénitas —las consideraba inmutables—.
03i
Las fuerzas que hoy actúan en la formación de la
corteza terrestre tienen, en esencia, que haber actua‑
do en todas las épocas.
04a
Partiendo de este punto de vista, alcanza una
explicación adecuada a la naturaleza sobre cómo
han llegado a su emplazamiento los bloques de rocas
que se encuentran diseminados en las proximidades
del lago de Ginebra y que, según su contextura,
tuvieron que haberse desprendido de montañas muy
lejanas.
04b
En contra suya estaba la idea, entonces domi‑
nante, de que estas masas minerales habrían sido
lanzadas a su emplazamiento actual, durante el
levantamiento tumultuoso de las montañas situadas
en la parte posterior del país.
04c
Goethe buscaba unas fuerzas que pudieran ser
observadas en la actualidad y que resultaran apropia‑
das para explicar este fenómeno.
04d
Las encontró, activas, en la formación de los
glaciares.
04e
Con ello sólo le quedaba entonces suponer que
los glaciares —que todavía hoy acarrean rocas de las
montañas hacia las llanuras— tuvieran antiguamen‑
te una extensión infinitamente mayor que la actual.
04f
Por ello transportaban las masas de piedras mu‑
cho más lejos de las montañas de lo que lo hacen en
la actualidad —cuando los glaciares perdieron en ex‑
tensión, las rocas se quedaron allí donde estaban—.
04g
De manera análoga, pensaba Goethe, los bloques
de granito que aparecen esparcidos por la llanura del
Norte de Alemania debieron llegar a su situación
actual.
04h
Para poder imaginar que las regiones salpicadas
de bloques erráticos hayan estado en tiempos pa‑
Rudolf Steiner
sados cubiertas de glaciares es preciso admitir una con las capas de la tierra en las que han sido halla‑
época de grandes fríos. dos —ello quiere decir que tales organismos vivieron
04i
Esta idea fue adoptada con carácter general por en las épocas terrestres en que se formaron las capas
la ciencia gracias a los trabajos de Agassiz,14 que ha‑ respectivas—.
05d
bía llegado por sí mismo a ella y la había expuesto en En tal sentido escribe, en carta a Merck, en octu‑
1837 ante la Sociedad Suiza de Ciencias Naturales. bre 27, 1728, lo siguiente:
04j
En tiempos más recientes, eminentes geólogos
“Todos los yacimientos de huesos de los
han hecho objeto preferente de su estudio este perío‑
que tú hablas, y que son encontrados por
do de frío que se abatió sobre los continentes de la
doquiera en la capa arenosa superior de
Tierra, cuando ya se había desarrollado una abun‑
la Tierra, proceden, no me cabe la menor
dante vida animal y vegetal.
04k duda, de la época más reciente, la cual es
Los detalles aportados por Goethe acerca de este
prodigiosamente antigua con respecto a
‘período glacial’ carecen de importancia, compara‑
nuestro habitual cálculo del tiempo.
dos con las observaciones realizadas posteriormente
”En ella el mar se había retirado ya; en
por los investigadores.
05a cambio, las corrientes discurrían todavía con
Así como, merced a su concepción de la natura‑
una gran anchura pero, en relación al nivel
leza, Goethe había supuesto un período de gran frío,
del mar, no más rápidamente, e incluso tal
es también gracias a ella como llega a una com‑
vez no tan rápido como ahora.
prensión correcta de la esencia de las fosilizaciones
”Durante esa misma época la arena,
o petrificaciones; si bien es verdad que ya algunos
mezclada con limo, se sedimentó en todos
pensadores anteriores a él habían reconocido en estas
los anchos valles, los cuales, poco a poco, al
formaciones vestigios de organismos primitivos.
05b descender el nivel del mar, fueron siendo
Pero esta apreciación correcta tardó tanto tiempo
abandonados por el agua y los ríos se
en imponerse que Voltaire,15 todavía, podía con‑
excavaron pequeños lechos únicamente en el
siderar las conchas petrificadas como juegos de la
centro.
naturaleza.
05c ”En aquella época, elefantes y rinocerontes
Goethe, tras adquirir alguna experiencia en este
habitaban en nuestras montañas desnudas,
terreno, se percató en seguida de que estos restos
y sus restos bien podían ser transportados
petrificados de organismos están en relación natural
fácilmente por las corrientes forestales
14
Jean-Louis-Rodolphe Agassiz (1807-1873): Naturalista, hasta aquellas grandes corrientes o
especialista en anatomía comparada, paleontólogo, glaciólo- hasta la superficie de los lagos, donde se
go, y geólogo suizo, experto en el estudio comparado de los
peces (ictiología) y el análisis del movimiento de los glaciares. conservaron más o menos impregnados de
[n. del pr.] jugo petrificante y donde, con el arado o por
15
François-Marie Arouet o Voltaire (1694-1778): Escritor, historia-
cualquier otra casualidad los desenterramos.
dor, filósofo y abogado francés, francmasón, uno de los princi-
pales representantes de la Ilustración. Miembro de la Academia
francesa, asiento número 33. [n. del pr.]
[ga006] 81 Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
”Es por esto por lo que yo decía antes que se
les encontraba en la capa superior de arena,
precisamente en ésa que ha sido acumulada
por los ríos antiguos, ya que la corteza
principal del suelo de la Tierra estaba ya
enteramente formada.
”Pronto llegará el día en que no se mezclarán
más las petrificaciones al azar, sino que
se las ordenará según el período terrestre
correspondiente.”16
06a
Goethe ha sido calificado repetidas veces de pre‑
cursor de la geología fundada por Lyell.17
06b
Esta geología no admite tampoco revoluciones
violentas ni catástrofes para explicar el paso de un
período terrestre a otro.
06c
Las transformaciones anteriores de la corteza
terrestre las reconduce a los mismos procesos que
todavía tienen lugar hoy.
06d
Pero no debe dejar de tenerse en cuenta que la
geología moderna recurre únicamente a las fuerzas
físicas y químicas para explicar la formación de la
Tierra.
06e
Mientras que Goethe supone, por el contrario,
la existencia de fuerzas formadoras que actúan en
el seno de las masas y que representan principios
formadores de naturaleza superior a los de la física y
la química. ♣♣
16
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
17
Charles Lyell (1797-1875): Geólogo británico, uno de los fun-
dadores de la Geología moderna, representante destacado del
uniformismo y el gradualismo geológico. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
[iv:02]    consideraciones sobre
fenómenos atmosféricos
En el año 1815 Goethe descubre el ‘Ensayo de una
historia natural y de una física de las nubes’1 de Luke
Howard.2
01b
Esto le mueve a pensar con mayor agudeza
acerca de la formación de las nubes y las cuestiones
meteorológicas.
01c
Es cierto que había hecho y anotado ya algunas
observaciones sobre esta materia, pero le faltaba
“una visión de conjunto así como el
procedimiento para establecer relaciones
científicas,”3
para elaborar la síntesis de su saber empírico.
01d
En el ensayo de Howard, las diversas for‑
maciones de nubes son reducidas a ciertos tipos
fundamentales.
01e
Goethe encuentra así un acceso a la meteoro‑
logía, la cual había permanecido hasta entonces
extraña a él, debido a que a Goethe, dada su propia
naturaleza, le resultaba imposible extraer nada válido
1
Howard, Luke. ’Essay on the Modification of Clouds.‘ [n. del pr.]
2
Luke Howard (1772-1864): Farmacéutico inglés. Creador de la
nomenclatura para la clasificación de las nubes, contribuyendo
así en el nacimiento de la meteorología. [n. del pr.]
3
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 82
de la manera en que esta ciencia era tratada en su
tiempo.
01f
“Entender todo el conjunto de la
meteorología, tal como es expuesta en
tablas, por medio de cifras y signos, era algo
imposible para mi naturaleza; por eso me
alegró encontrar una parte integrante de esta
ciencia que era conforme a mi inclinación
y a mi modo de vivir, y como en este espacio
infinito todo está en una relación eterna y
segura, de modo que una cosa produce de
sí otra, o es, a su vez, engendrada por ella,
agucé por ello mi mirada sobre aquello que
es perceptible por el sentido de la vista y me
acostumbré a poner de acuerdo los fenómenos
atmosféricos y terrestres con el barómetro y el
termómetro […]”4
01g
Como el estado del barómetro se halla en exacta
relación con todas las condiciones meteorológicas,
pronto se convierte para Goethe en el centro de sus
observaciones sobre fenómenos atmosféricos.
01h
Cuanto más tiempo continúa con estas obser‑
vaciones más cree reconocer que el subir y bajar del
mercurio en el barómetro sucede de tal manera que
a una subida y bajada en un determinado lugar co‑
rresponde una subida y bajada casi iguales en todos
los demás lugares al mismo tiempo en diferentes
puntos de observación, situados
“más cerca o más lejos, en distintos países,
latitudes y alturas.”5
4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
01i
De esta regularidad en los cambios barométricos, les, trata de hallar una explicación física a los fenó‑
Goethe deduce que sobre ellos no actúa ninguna menos de la atmósfera—.
02d
influencia extraterrestre. Las diferencias de temperatura en la atmósfera
01j
Atribuyendo una influencia de esta índole a la provocan diferencias de presión atmosférica en los
Luna, a los planetas, a las estaciones del año, hablan‑ distintos lugares, produciendo corrientes de aire
do de flujo y reflujo en la atmósfera, no se explica desde las regiones calientes a las regiones más frías,
semejante regularidad. y causan también el aumento o la disminución del
01k
Todos estos influjos deberían actuar de muy grado de humedad, provocando la formación de
distinta manera en lugares diferentes. nubes y precipitaciones atmosférica y, con ello, la
01l
Goethe opina que tales variaciones sólo son subida o el descenso del barómetro.
02e
explicables si la causa de ellas se halla en el seno de la La idea de Goethe a propósito de un aumento y
Tierra. una disminución de la atracción terrestre contradice
01m
Ahora bien, como la posición del mercurio también los conceptos de la mecánica moderna —
depende de la presión atmosférica, Goethe imagina según éstos, la fuerza de atracción en un punto dado
que la Tierra comprime y dilata, alternativamente, es siempre la misma—.
03a
toda la atmósfera. Goethe recurre a nociones mecánicas sólo en la
01n
Si la atmósfera es comprimida, la presión au‑ medida en que la observación parece exigirlo. ♣♣
menta y el mercurio sube; en caso de dilatación
sucede lo contrario.
01o
Goethe atribuye esta compresión y esta dilata‑
ción alternativas de toda la atmósfera a una variabili‑
dad de la atracción terrestre.
01p
El aumento y la disminución de esta fuerza le
parecen depender de una cierta vida propia de la
Tierra y los compara con el inspirar y el espirar de
un organismo.
02a
Según lo dicho, Goethe no considera tampoco la
Tierra de una forma puramente mecánica.
02b
Para él, las oscilaciones barométricas son tan
imposibles de explicar por medios exclusivamen‑
te mecánicos y físicos, como lo son los procesos
geológicos.
02c
Su punto de vista sobre la naturaleza se encuen‑
tra aquí en radical oposición con el punto de vista
moderno —éste, conforme a sus principios genera‑

Rudolf Steiner [ga006] 83 Goethe y su visión del mundo

el profanador de textos
[v:] [v:01]    Goethe y Hegel cosa engendra otra; éstas son tareas que comienzan
en el punto en que Goethe se detiene.

Goethe y Hegel
En Goethe, la contemplación del mundo llega sola‑
mente hasta un determinado límite.
01b
Él observa las manifestaciones de la luz y de los
colores y penetra hasta el fenómeno primordial;
trata de orientarse dentro del variado mundo del ser
de las plantas y logra llegar a la planta arquetípica
sensible-suprasensible.
01c
De los fenómenos primordiales o de la planta
arquetípica no se eleva a principios explicativos de
orden superior.
01d
Esa tarea se la deja a los filósofos.
01e
Se siente satisfecho
“cuando se encuentra en un nivel empírico
desde donde, hacia atrás, puede tener una
visión global de la experiencia en todas sus
etapas y, hacia delante, una visión del reino
de la teoría en el que no puede entrar pero sí
le es posible atisbarlo.”1
01f
Goethe avanza en la observación de lo real hasta
el encuentro con las ideas.
01g
Conocer la relación en que se hallan las ideas
entre sí; saber cómo, en el ámbito de lo ideal, una
1
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner [ga006] 84
01h
Goethe opina:
“La idea es eterna y única, no está bien que
al referirnos a ella empleemos el plural.
”Todo cuanto percibamos y de lo
que podamos hablar son solamente
manifestaciones de la idea.”2
01i
Pero, puesto que en su apariencia la idea se
presenta como una multiplicidad de ideas particu‑
lares —por ejemplo, la idea de la planta, la idea del
animal— éstas tienen que dejarse reconducir a una
forma básica, del mismo modo que la planta se deja
reconducir a la hoja.
01j
También las ideas particulares son diferentes
únicamente en su apariencia; en su verdadera esencia
son idénticas.
02a
Por lo tanto, en el sentido de una concepción
goetheana del mundo, se puede también hablar de
una metamorfosis de las ideas, al igual que se habla
de una metamorfosis de las plantas.
02b
El filósofo que ha intentado exponer esta meta‑
morfosis de las ideas es Hegel.3
02c
Es por ello el filósofo de la concepción goetheana
del mundo.
02d
Hegel parte de la idea más simple, la del ‘ser’
puro.
02e
En este ser se encierra la verdadera configuración
de los fenómenos universales en su totalidad —el
2
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
3
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831): Filósofo alemán,
representante máximo del idealismo filosófico alemán y revo-
lucionario de la dialéctica. Influyó en el pensamiento de Marx,
Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger, Sartre, entre otros. Trabó
amistad con Schelling y Hölderlin. [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
rico contenido de éstos se convierte en una abstrac‑
ción sin vida—.
02f
A Hegel se le ha reprochado el que derive del
‘ser puro,’ todo el rico contenido del mundo de las
ideas.
02g
hora bien, el ser puro contiene ‘en idea’ todo el
mundo de las ideas, de la misma manera que la hoja,
‘en idea,’ contiene toda la planta.
02h
Hegel busca la metamorfosis de la idea desde
el ser puro abstracto hasta el nivel en que la idea se
convierte en una manifestación real inmediata.
02i
Hegel considera la aparición de la filosofía como
ese nivel supremo.
02j
Porque en la filosofía se contemplan, en su forma
más primordial, las ideas que operan en el mundo.
02k
En términos goetheanos se podría decir: la filo‑
sofía es la idea en su máxima extensión; el ser puro
es la idea en su extrema contracción.
02l
El hecho de que Hegel vea en la filosofía la
perfecta metamorfosis de la idea prueba que la
verdadera auto-observación le es tan extraña como a
Goethe.
02m
Un objeto llega a su metamorfosis última cuan‑
do ofrece a la percepción, en la vida inmediata, su
contenido completo.
02n
Ahora bien, la filosofía no encierra el contenido
de las ideas del mundo en forma de vida, sino en
forma de pensamiento.
02o
La idea viva, la idea como objeto de percepción,
únicamente le es permitida a la auto-observación
humana.
02p
La filosofía de Hegel no es una filosofía de liber‑
tad, porque el contenido del mundo, en su forma
más elevada, no lo busca en el fondo de la persona‑
lidad humana —en este fondo, todo contenido se
vuelve enteramente individual—.
Rudolf Steiner
02q
No es esto, lo individual, lo que Hegel busca,
sino lo general, la especie.
03a
Por ello, no sitúa en el individuo humano el
origen de lo ético, sino en un orden universal que se
halla fuera del hombre y que se supone contiene las
ideas morales.
03b
El hombre no se fija a sí mismo una meta moral,
sino que ha de integrarse en el orden moral del
Universo.
03c
Para Hegel lo particular, lo individual es, precisa‑
mente, lo malo, si persiste en su particularidad.
03d
Únicamente dentro del todo cobra su valor.
03e
Max Stirner, opina que esta es la mentalidad de
la burguesía,
“y su poeta Goethe, al igual que su
filósofo Hegel, han pretendido sublimar la
dependencia del sujeto con respecto al objeto,
la obediencia al mundo objetivo, etcétera.”4
03f
He aquí, otra vez, una nueva manera de no ver
más que una parte del problema.
03g
Ni Hegel ni Goethe poseen la noción de libertad
porque la percepción de la esencia íntima del mun‑
do ideal se les escapa a ambos.
03h
Hegel, de hecho, se siente el filósofo de la con‑
cepción goetheana del mundo.
03i
En febrero 20, 1821 escribe a Goethe lo
siguiente:
“Lo simple y lo abstracto, que V.E. denomina
muy acertadamente, fenómeno arquetípico,
lo coloca V.E. al principio; seguidamente
muestra Ud. las manifestaciones concretas
como si nacieran de un añadido de formas
de influencias y de circunstancias, y gobierna
4
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
[ga006] 85
Ud. todo el proceso de tal manera que el
orden va desde las circunstancias simples
a las complejas, y está dispuesto de tal
manera que lo complejo, a través de esta
descomposición, se muestra en toda su
claridad.
”Descubrir el fenómeno primordial,
despojarlo de los elementos fortuitos que
lo rodean, captarlo abstractamente, como
decimos, yo esto lo considero signo de un
gran sentido espiritual de la naturaleza, así
como considero ese modo de proceder como el
verdadero método científico en ese campo de
conocimiento […]
“Puedo entonces hablar, pues, a Vuestra
Excelencia del especial interés que el tan
importante fenómeno primordial tiene para
nosotros los filósofos, ya que podemos, en
efecto, utilizar este preparado para fines
filosóficos.
”Ya que, por fin, hemos orientado nuestro
Absoluto, en principio enclaustrado, gris o
totalmente negro […] hacia el aire y la luz,
de tal forma que a él mismo éstos se le han
hecho deseables, y por lo tanto necesitamos
ventanas para poder conducirlo plenamente
a la luz del día; nuestros fantasmas se
desvanecerían en humo si pretendiéramos
situarlos sin transición en la sociedad
abigarrada y confusa del mundo recuperado.
”Es aquí donde los fenómenos primordiales
de V.E. vienen en nuestra ayuda; en este
mediodía, espiritual e inteligible por su
simplicidad, visible y aprehensible por su
naturaleza física, los dos mundos, nuestro
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
mundo abstruso5 y la existencia manifiesta,
se saludan mutuamente.”6
04a
Siendo cierto que la concepción goetheana
del mundo y la filosofía de Hegel se corresponden
perfectamente, sería un gran error atribuir al pensa‑
miento de Hegel el mismo valor que al de Goethe.
04b
El mismo modo de representación existe tanto
en uno como en otro.
04c
Ambos quieren evitar la auto observación.
04d
Pero las reflexiones de Goethe recaen sobre un
ámbito en el cual este defecto no tiene consecuencias
nocivas.
04e
Si Goethe no ha poseído nunca la percepción
del mundo ideal, por lo menos ha vivido en él, y sus
observaciones están impregnadas de ello.
04f
Al igual que Goethe, Hegel tampoco percibió
el mundo de las ideas en su existencia espiritual e
individual.
04g
Pero sus consideraciones han incidido precisa‑
mente sobre aquel mundo, siendo como son, en más
de un sentido, erróneas y falsas.
04h
Si Hegel hubiera hecho observaciones sobre la
naturaleza, éstas habrían tenido, sin duda, tanto va‑
lor como las de Goethe; si Goethe hubiese querido
construir un sistema de filosofía, la segura noción de
lo real, que le guió en las ciencias naturales, le habría
sin duda abandonado. ♣♣

5
abstruso, sa: 1. adj. De difícil comprensión. Diccionario RAEL
[n. del pr.]
6
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner [ga006] 86 Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
[a:] [a:01]    nota a la nueva edición
de 1918
apéndices
Los que han criticado esta obra, han dicho desde
su aparición que trataba, no de la ‘concepción del
mundo’ de Goethe, sino de su ‘concepción de la
naturaleza.’
01b
No pienso que este juicio esté justificado, si
bien, considerando las cosas desde fuera, se trate
casi exclusivamente de las ideas de Goethe sobre la
naturaleza.
01c
Porque creo haber demostrado a lo largo de mi
estudio que estas ideas sobre la naturaleza se funda‑
mentan en una manera enteramente determinada de
concebir el mundo.
01d
Y creo haber señalado, a través de toda esta mis‑
ma obra, que una postura como la de Goethe frente
a los fenómenos naturales puede determinar ciertas
perspectivas en psicología, en historia, y demás áreas.
01e
En el caso de Goethe, en efecto, la concepción
de la naturaleza manifiesta, en un terreno preciso,
una concepción del mundo tal que no podría tenerla
una personalidad cuyas ideas no conlleven una con‑
templación más general.
01f
Por otra parte, he creído que no debía introducir
en este libro nada que no estuviera inmediatamente
Rudolf Steiner [ga006] 87
vinculado al ámbito que el mismo Goethe ha acota‑
do de la totalidad de su concepción del mundo.
01g
Resulta evidentemente posible e incluso del
máximo interés dibujar la imagen del mundo que se
trasluce en los poemas de Goethe, en sus ideas sobre
la historia del arte, etcétera.
01h
El que sea capaz de captar cuál es mi propósito
con este libro no buscará en él semejante imagen.
01i
En efecto, habrá de reconocer que me he im‑
puesto como tarea reflejar aquella parte de la imagen
goetheana del mundo que se encuentra continua y
sistemáticamente expuesta en su obra misma.
01j
He indicado además, una y otra vez, los puntos
en los que Goethe se quedó bloqueado en esta elabo‑
ración sistemática y continua de su pensar, mientras
que había salido triunfante de ello en determinados
ámbitos de la naturaleza.
01k
Los puntos de vista de Goethe sobre el mundo y
sobre la vida abarcan un campo vastísimo, pero en
ninguna parte de su obra emanan tan visiblemente
de una concepción profundamente personal y origi‑
nal del mundo como en sus estudios científicos.
01l
En otros terrenos se ve lo que el alma de Goethe
tenía que revelar al mundo; en el ámbito de sus ideas
sobre la naturaleza se percibe la tendencia funda‑
mental de su espíritu, que conquista paso a paso una
concepción del mundo, avanzando hasta un límite
determinado.
01m
Gracias precisamente a que, en el cuadro del
pensar goetheano, nos limitamos a lo realizado en
aquel ámbito que, dentro de dicho pensar, se ha
consolidado como componente, intelectualmente
acabado, de una concepción del mundo, gracias a
ello, pues, es como obtendremos una luz que per‑
mita dar el correspondiente colorido a todo aquello
que se revela, por lo demás, en su obra vital.
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
01n
Por eso es por lo que no he querido pintar la
imagen del mundo tal como se desprende de la obra
completa, sino solamente aquella parte que adopta
la forma correspondiente a la expresión intelectual
de una concepción del mundo.
01o
Los puntos de vista de una personalidad, por
grande que ésta sea, no son necesariamente los
fragmentos de una concepción del mundo acabada
y sistemáticamente concebida por esta personalidad
misma.
01p
Pero las ideas de Goethe sobre la naturaleza
constituyen un fragmento de esta índole, filosófica‑
mente rematado.
01q
Proyectando una luz sobre los fenómenos natu‑
rales, no son una simple visión de la naturaleza, sino
la base de una concepción del mundo.
02a
No me ha extrañado que se me haya reprocha‑
do, a propósito de este libro, que haya cambiado de
opinión desde su aparición, porque no ignoro los
principios sobre los que se basan tales juicios.
03a
En el prólogo al primer volumen de mis
‘Enigmas de la filosofía,’1 y en un artículo de la
revista ‘Das Reich’ [‘El imperio’],2 he manifestado lo
que pienso sobre esta forma de buscar contradiccio‑
nes en mis escritos: una búsqueda así sólo es posible
en aquellos críticos que yerran por completo acerca
de cómo tiene que ser mi concepción del mundo si
quiere abarcar diferentes ámbitos de la vida.
03b
No quiero volver sobre esta cuestión en general y
me contentaré con breves observaciones a propósito
de este libro dedicado a Goethe.
1
Steiner, Rudolf. ‘Los enigmas de la filosofía, presentados en su
devenir histórico.’ (1914) [GA018] [n. del pr.]
2
Steiner, Rudolf. ‘La ciencia espiritual antroposófica y la teología
contemporánea del conocimiento.’ Reich, año 2, fascículo 2.
[N. del Ed.]
Rudolf Steiner
03c
Por mi parte, veo en la Ciencia Espiritual de
tendencia antroposófica, que vengo exponiendo
desde hace dieciséis años en mis obras, el modo de
conocimiento al que debe llegar el hombre que ha
dado vida en su alma a las ideas de Goethe sobre
la naturaleza como algo hecho a su medida, y que
quiere extender al terreno del espíritu el campo de
su experiencia.
03d
Estimo que esta Ciencia Espiritual presupone
una ciencia natural que se corresponde con la de
Goethe.
03e
No considero solamente que no hay contradic‑
ción entre la Ciencia Espiritual expuesta por mí y
esta ciencia natural.
03f
Porque sé que la mera ausencia de contradicción
lógica entre dos afirmaciones no significa gran cosa:
no por ello son quizás menos irreconciliables en la
realidad.
03g
Creo comprender, por el contrario, que las ideas
de Goethe sobre la naturaleza, verdaderamente
vividas, llevan necesariamente a los conocimientos
antroposóficos presentados por mí, si las vivencias
habidas en el ámbito de la naturaleza se trasladan al
ámbito de las vivencias espirituales, cosa que Goethe
no hizo.
03h
El cómo están estructuradas estas últimas viven‑
cias se encuentra descrito en mis obras de Ciencia
Espiritual.
03i
He aquí por qué lo esencial del presente volu‑
men, impreso por primera vez en 1897, reaparece
como mi versión actual de la concepción goetheana
del mundo, después de la publicación de mis libros
de Ciencia Espiritual.
03j
Todas las ideas allí expresadas conservan hoy
para mí todo su valor.
[ga006] 88
03
Los pocos cambios efectuados no afectan al pen‑
samiento, sino únicamente a detalles de estilo; y que
al cabo de veinte años se experimente la necesidad
de algunas modificaciones estilísticas parece bastante
comprensible.
03k
En cuanto a lo demás, algunos elementos han
sido desarrollados sin que la idea haya sufrido trans‑
formación ninguna en la nueva edición.
03l
Estimo que si se busca en las ciencias naturales
un fundamento para las del espíritu, puede ser en‑
contrado en la concepción goetheana del mundo.
03m
Por ello me parece que este trabajo puede ser‑
vir para conocer la Ciencia Espiritual de tendencia
antroposófica.
03n
Pero mi obra toma la concepción de Goethe
en sí misma, sin relación con la Ciencia Espiritual
propiamente dicha.
03o
En mi libro ‘El Fausto de Goethe y el Cuento de
la Serpiente verde’3 se encontrarán algunas obser‑
vaciones que pueden hacerse sobre Goethe desde el
punto de vista específico de la Ciencia Espiritual.
3
Steiner, Rudolf. ‘La índole espiritual de Goethe tal como se re-
vela en su ‘Fausto’ y en el cuento de la serpiente verde.’ (1918)
[GA022] [n. del pr.]
Goethe y su visión del mundo
el profanador de textos
[a:02]    observación posterior
Un crítico de esta obra sobre Goethe (en los
‘Kantstudien III,’ 1898) ha creído hacer un descu‑
brimiento particular a propósito de mis ‘contradic‑
ciones,’ comparando lo que he dicho del platonismo
(en la primera edición de 1897) con un pasaje, casi
completamente coetáneo, de mi introducción al
cuarto tomo de las obras científicas de Goethe (edi‑
ción Kürschner4):
“La filosofía de Platón es una de las
construcciones más nobles del espíritu
humano.
”Que la concepción platónica pase, en
filosofía, por lo contrario mismo de la sana
razón, es uno de los síntomas más tristes de
nuestra época.”5
01b
Algunos espíritus encuentran dificultad para
comprender que todo objeto, considerado desde
distintos ángulos, toma aspectos diferentes.
01c
Será fácil darse cuenta de que mis declaraciones
sobre el platonismo no constituyen contradicción
verdadera si uno no se atiene sólo a las palabras y se
4
Steiner, Rudolf. ‘Introducciones y comentarios a los escritos
científicos de Goethe.’ [GA001] [n. del pr.]
5
Sería interesante conocer esta referencia. [n. del pr.]
Rudolf Steiner
quiere considerar bajo qué diversos ángulos debía yo 01n
Así me vi llevado, en esta segunda edición, a
abordar el platonismo, en cada uno de los dos casos. modificar el estilo de las páginas consagradas al pla‑
01d
Poner el platonismo en oposición a la razón tonismo, para subrayar mejor todavía lo que veinte
sana, es, por una parte, un triste síntoma, porque es años antes me había parecido que resaltaba con su‑
como decir: la razón sana se limita a los datos de los ficiente claridad en el contexto; y en segundo lugar,
sentidos, que son para ella la única realidad. a poner lo que digo en mi anterior escrito junto a
01e
Pero no es menos contrario a una noción sana lo que se dice en este libro y demostrar que ambos
de la idea y del inundo sensible emplear el platonis‑ contenidos se hallan en una perfecta concordancia.
01o
mo para una separación malsana entre la idea y la Así habré ahorrado a los aficionados a las contra‑
percepción. dicciones el esfuerzo de buscar los términos de éstas
01f
No poder admitir esta penetración conceptual en dos obras diferentes. ♣♣
de los fenómenos de la vida es mantener siempre la
inteligencia fuera de la vida.
01g
Plantar un concepto como una estaca —según
el término de Goethe— para delimitar una riqueza
viva, es no sentir que la vida está hecha de una mul‑
tiplicidad de relaciones que tienen efectos diversos
según la dirección que se tome.
01h
Evidentemente es más cómodo fabricarse una
noción esquemática que concebir la vida en toda su
plenitud; es fácil, con ayuda de tales nociones, man‑
tener juicios esquemáticos.
01i
Pero se vive entonces en abstracciones porque
se cree poder identificar sus relaciones en el espíritu
con las de las cosas entre ellas.
01j
Pero estos conceptos se parecen todavía más a vi‑
siones de un objeto tomadas desde diferentes lados.
01k
El objeto es uno, las imágenes múltiples.
01l
No hay que limitarse a una imagen, sino que hay
que hacer la síntesis de varias, para llegar a conocer
el objeto.
01m
Ahora bien, cuando se intenta considerar un fe‑
nómeno bajo diversos aspectos diferentes para captar
bien la realidad, la crítica tiende a menudo —a costa
de uno— a crear ‘contradicciones’ artificiales.
[ga006] 89 Goethe y su visión del mundo
notas

L a esencia de la consciencia —en el sentido

espiritual, no la de vigilia— es dar.
Este trabajo está dado para que los ‘presentes
y futuros maestros Waldorf ’1 tengan de donde
abrevar de la fuente.
Si alguno se siente beneficiado por recibir este
material y tiene deseos de dar, por favor done a la
filial de su país de UNICEF.2
Me hará feliz que lo hagan, pero
recordemos…
“3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no
sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
4
así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre,
que ve en lo secreto, te recompensará.” [Mt 6:3-4]

con cariño
el profanador de textos

1
Sea esta cita un recuerdo y agradecimiento a la enorme ta-
rea realizada por Juan Berlín (Johannes Berlin Neubart) como
editor de los ‘Boletines de Metodología para los presentes y
futuros maestros Waldofr.’ [n. del pr.]
2
UNICEF (1946): Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia, encargado de ayudar a los niños y proteger sus
derechos. Originalmente United Nations International
Children’s Emergency Fund [‘Fondo Internacional de las
Naciones Unidad pra los Niños en Emergencia’]. [n. del pr.]

solicite el enlace de descarga a: elprofnadordetextos@yahoo.com

el profanador de textos
confesiones de invierno
(¡siempre charly garcía debe estar presente!)
boletín de metodología para
M uchos de los maestros que intentaban im‑
plementar la pedagogía Waldorf en lengua
castellana allá por los años setenta esperaban men‑
los presentes y futuros maestros Waldorf
sualmente como una ayuda inigualable la llegada
del ‘Boletín de Metodología para los presentes y
futuros maestros Waldorf,’ publicados gratuitamente
por Juan Berlín (Johannes Berlin Neubart) desde
México, desde octubre de 1970.
Los maestros más jóvenes y los nuevos estu‑
diantes generalmente han ‘escuchado hablar’ de los
Boletines, o los ‘berlines,’ como se los nombraba
cariñosamente.
A veces han podido acceder a fotocopias de
fotocopias de fotocopias, muy deterioradas y muchas
veces incompletas.
Como tributo y agradecimiento a Juan Berlín
por su tarea, tengo el agrado de aportar esta versión
digitalizada, para que cada ‘presente y futuro maes‑
tro’ tenga acceso a toda la información de una mane‑
ra fácil de ubicar y en versión (casi) original.
versión 0.9 - Julio, 2015
Boletines Suplementos
Publicados 178 15
Recuperados 161 15
Material recuperado de maestros y escuelas
Waldorf de Argentina y España
solicite el enlace de descarga a: elprofnadordetextos@yahoo.com
recuperación en tributo y agradecimiento a Juan Berlín
agradecimiento
Un grupo de personas —quizás representando ins‑
tituciones pero poniendo su corazón en ello— hizo
posible esta recopilación.
Sólo nombro a unos pocos:
• Yanina Coppoteli Sengali (Juana de Arco)
• Alejandro Ranovsky (Perito Moreno)
• Ingrid Simenyi (Rudolf Steiner)
• Antonio Malagón Golderos (Centro de
Formación de Pedagogía Waldorf, España)
• Patricia Quiroga Uceda (España)
• Inés Meirelles (San Miguel)
• Úrsula Vallendor (Seminario Pedagógico)
• Y a todos aquellos maestros que, en su
momento, se ‘acordaron’ de devolver a las
bibliotecas los ejemplares que se les habían
prestado.
Y quiero agradecer especialmente a Perejil y a
Rúcula, sin cuya compañía, colaboración, entu‑
siasmo y motivación y por qué no decir profundo
amor y amistad nada de esto existiría.
(Los nombres han sido cambiados para prote‑
ger a los culpables.)
gracias
el profanador de textos
el profanador de textos
primera edición completa en castellano
confesiones de invierno
(¡siempre charly garcía debe estar presente!) de la obra pedagógica +de Rudolf
Steiner
H ace más o menos tres años escribí, en un ‘acer‑
ca de este proyecto’…
GA
i [a+i]
GA293
Título
El estudio del hombre como base de
la pedagogía
GA
xiv [i]
GA304a
Título
La antropología y la pedagogía
antroposófica
A casi 100 años de la inauguración de la
primera Escuela Libre en Stuttgart en 1919 y más ii [a] Metodología y didáctica xv [i] Las fuerzas fundamentales anímico-
GA294 GA305 espirituales del arte de educar. Valores
de 75 años de educación Waldorf en Argentina, espirituales en la educación y en la
iii [a+i] Coloquios pedagógicos y conferencias
me llama mucho la atención que no esté traducida GA295 curriculares vida social
todas las conferencias sobre pedagogía de Rudolf iv [a] La educación como problema social xvi [i] La práctica pedagógica desde el punto
Steiner. GA296 GA306 de vista del conocimiento científico-
Antes que tratar de averiguar los motivos —el uni‑ v [i] Idea y práctica de la Educación espiritual del hombre.
verso me los dirá, si necesito saberlos—, creo que GA297 Waldorf xvii [a] La educación y la vida espiritual de
es mejor uso de mi tiempo proveer —o, al menos, v* [i] Educación para la vida, autoeduca‑ GA307 nuestra época
intentar— alguna solución. GA297a ción y práctica educativa xviii [a] La metodología de la enseñanza y las
Y esta es mi ‘solución’… vi [i] Rudolf Steiner en la Escuela Waldorf GA308 condiciones vitales de la educación
Dedicatoria: GA298 xix [i] La pedagogía antroposófica y sus
vii [i] El genio del lenguaje. Con­si­de­ra­cio­ GA309 condiciones previas
Este trabajo fue realizado en agradecimiento a GA299 nes científico-espirituales sobre el xx [i] El valor pedagógico del conocimiento
Úrsula Vallendor, quien me enseño a amar la peda‑ habla GA310 del hombre y el valor cultural de la
gogía Waldorf y a apreciar la obra de Rudolf Steiner. viii [i] Juntas con maestros. Escuela libre pedagogía
gracias. el profanador de textos GA300 Waldorf 1919 a 1924 xxi [a] La educación basada en la naturaleza
ix [i] Renovación del arte GA311 humana
(Aunque ella reniega —con razón— de mi nom‑ GA301 pedagógico-didáctico xxii [i] La educación del niño y conferencias
bre, la sigo queriendo.) x [a] La estructuración de la enseñanza GA034:23++ tempranas en educación
GA302 basada en el conocimiento del ser xxiii [a] Curso de pedagogía especial.
Y quiero agradecer especialmente a Perejil y a humano. Curso de ampliación GA317 Pedagogía curativa
Rúcula, sin cuya compañía, colaboración, entusias‑ xi [a+i] Educación y enseñanza desde el cono‑ xxiv [i] Curso de luz, color, sonido.
GA302a cimiento del hombre GA320
mo y motivación y por qué no decir profundo amor
xii [a] El saludable desarrollo físico-somático xxv [i] Curso de calor.
y amistad nada de esto existiría. GA321
(Los nombres han sido cambiados para pro‑ GA303 como fundamento del libre desplie‑
gue de lo anímico-espiritual xxvi [a] Curso de astronomía
teger a los culpables; Úrsula es Úrsula porque es GA323
xiii [i] Métodos educativos y docentes en
inocente.) GA304 base a la Antroposofía xxvii [a] Curso de pedagogía para jóvenes
[a] por otros del alemán; [i] personal del inglés GA217
solicite el enlace de descarga a: elprofnadordetextos@yahoo.com
el profanador de textos
confesiones de invierno
antroposofía básica
(¡siempre charly garcía debe estar presente!)
para pedagogos
Antroposofía

C uando Rudolf Steiner aceptó la invitación

de Emil Molt1 para dirigir la ‘Escuela Libre
R udolf Steiner, su fundador, la caracterizó
como: GA
i
Título
Teoría del conocimiento basada en la
‘La Antroposofía es un sendero de GA002 concepción goetheana del mundo
Waldorf ’ en Stuttgart en 1919 lo hizo bajo la condi‑
conocimiento que quisiera conducir lo espiritual ii Filosofía de la libertad
ción de que sólo él elegiría a los maestros.
en el hombre a lo espiritual en el universo. GA004
Los seleccionó de entre los más destacados antro‑
Pueden ser antropósofos quienes sienten iii Goethe y su visión del mundo
pósofos de su entorno. Incluso, más adelante, llegó a
determinadas cuestiones sobre la esencia del GA006
decir que “ya no tenía a quién elegir como maestro.”
hombre y del mundo como una necesidad tan iv Teosofía
Y a ellos les enseñó pedagogía.
vital como la que se siente cuando tenemos GA009
En la actualidad, la mayoría de los que se acercan
hambre y sed.’ v Cómo se adquiere el conocimiento de
a la pedagogía Waldorf lo hacen desde la docencia. GA010 los mundos superiores
Esta colección de textos representa el conoci‑
vi La ciencia oculta. Un bosquejo
miento básico para entender la Antroposofía, que es GA013
la base de la pedagogía Waldorf. vii El curso de mi vida
Se intentó lograr un ‘texto en castellano’ y no GA028
un ‘texto en alemán con palabras castellanas,’ tarea
harto difícil2 y de resultados inciertos.
Espero sepan disculpar mis errores. Dedicatoria: Agradecimiento:

1
Emil Molt (1876-1936): Gerente de la fábrica de cigarrillos
Waldorf-Astoria en Stuttgart. Inspirado por el movimiento para
la Trimembración del Organismo Social fundó la Escuela Waldorf
en para los hijos de los trabajadores. [n. del pr.]
2
Steiner, Rudolf. ‘El genio del lenguaje.Consideraciones científi-
co-espirituales sobre el habla.’ [GA299] [n. del pr.]
Este trabajo está dedicado a Úrsula Vallendor,
quien me enseño a amar la pedagogía Waldorf y a
apreciar la obra de Rudolf Steiner.
gracias. el profanador de textos
(Aunque ella reniega —con justa razón— de mi
nombre, la sigo queriendo.)
Quiero agradecer especialmente a Perejil y a
Rúcula, sin cuya compañía, colaboración, entusias‑
mo y motivación y — ­ por qué no decirlo— profun‑
do amor y amistad nada de esto existiría.
(Los nombres han sido cambiados para pro‑
teger a los culpables; Úrsula es Úrsula porque es
inocente.)

solicite el enlace de descarga a: elprofnadordetextos@yahoo.com

el profanador de textos

“Sólo aquello que por medio de mi

trabajo se transforma en mí mismo,
sana, nutre y libera al niño.”
Rudolf Steiner