Bien Jurídico Protegido - Manual de Derecho Penal

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Manual de anual de derecho pen cieno - : leno”, RPC 14, N° ca “ peal chi , I 27, 2019; *; re corinne nnn ‘Alga tbietio ene concept de (er een Pm ay, Hams hl oe, Sha 6 ne Empat ila, tec eu Py a nc en los delitos de viol Sem My Ht "La alec de ceuntanc coe ae Ser enna ape emi pc ni ; ‘ R Juriicn del tie, en los delitos contra la liber- Violencia sexual» Andlisis de ta nueva ley, Tea ie 201% Tar soafgesetbuch und Nebengeseize, 49° ed, ae "999: cee CM seaman el derecho penal chileno del sigo XIX" Enon ines sin eee Fal che go XIN xan incon ; " relacionad von homicidio: comentario a la sentencis fos con el delito de violacién ncia RIT Penal de la Serena, R Derecho (Coquimbo) 24 hero mal Oral cnt, Peta indemnidad sexual, Santiago S018, 201% Wines), Delite con- § 1. Bien juridico protegido La Constitucién no contempla expresamente la libertad, indemnidad 0 integridad sexuales como derechos a garantizar. Sin embargo, su vincula- cin fitica con la proteccién de lavida ya integridad fs, psiquica ymo- ralnos permite, sin forzar el texto constitucional, incorporar su proteccién akade la integridad personal, como concepto comprensivo de todas esas dimensiones. Ello explica por qué en el epigrafe del Tit, VII L. 11 CP el te- gilador prefirié referirse al conjunto de estos atentados como delitos con- tr“a integridad sexual”, para establecer entre ellos un punto en comin: que es punible la cosiicaci6n oinstrumentalizaci6n de oto para satisacer Tos deseos sexuales propios. Si se prefiere esta denominacién o la de “in- demnidad sexual” para dar cuenta de ello esirrelevante, salvo por el hecho de que la expresin “indemniad sexual” esti referida tracionalmente alos ataques a menores de edad, raz6n por la cual nosotros preferimos la ctacion a la “integridad sexual”, siguiendo més comprensiva idea de la afe sexual” iguiendo lanomenclatura legal (una visign mas estricta, v en Mavatich, “Violacién”, 43, entendiendo que existiria un tinico objeto principal de proteccién, la “indemnidd sera, o situaciOn de “una persona no involcrada en con tacto sexual alguno con otra persona”). eget it rotege solo la libertac Lo cierto es que en esta clase de seine ee Se ee Sexual, esto es, Ja facultad de la person’ a materia 9 para excluir a terceros del coniacle sexual, por mas que se lo amplie vinculindolo al derecho a la auto determinacién en materia repro~ ductiva (Orman, Libertad sexual, ‘uso dentro de la idea xman, Libert Y 156). De hecho, incl 4 Wes 186 Jean Pierre Matus Aca M.Ceca ‘cilia Ramirex Guamin {sexual es posible constatar que estan ivamente fen su aspecto pasivo: “la fiber Protege en y vie de una persona en no participar e a te abyeh hy “Inconsistencia”, 405). Esta idea, in a interaccin : qe predomi ida por la Ley 19.617, de 12.7.1999, se Bredoninden tion de tos delitos de volacion ropa ce Pen aa yo se vinculan con Ieausencia de consenting Taerva, intimidacién 0 abuso (Maldonas “L betty liberta Fel et, dno es el objeto exclu nt isivo de proteccisy encia sexual at are de liberta sino exclusi xual, el inte! ( Bascundn R. sexuales, CU 0 vicio por 937), Sin embargo, €s¢ estos delitos, pues la viol fica (incluso la propia vida), ouros bienes juridicos relevance esa alent “también contra su ing sicol6gica y moral” (Toba, Violen yt ogy la seguridad persona. Aden. ha constatado, desde el punto ide vista empiico, que Tos efectos de dducta sexual abusiva Se ceienden a afectaciones de largo plz en sy ental de las vietimas y st comportamiento sexual (Rodrigue C, “Bases 799). Y por ello, la ley también protege ¢! integro desarrollo piqicoy fisico de los menores, particularmente en cUan\0 pretende alejuls ee jneromisiones indebidas de los adultos en su vida sexual (indemnia ual, art. 362). Por otro lado, Ta jntegridad moral de ls personas bign parte del objeto de proteccion de estos delitos porque la violenca sexual esté acompatiada de un aio humillante y degradante que deer sentizn ala victim, y también el puso de ciertas posciones podero ‘condiciones de indefension 0 ‘uabordinacién de la vicina (ats. 361 y3y 363). La vida y fa integridad fisica de Jas victimas tambien se pone en peligro cuando se emplea en st cuerpo a Ia fxerza fisica 0 Je inti de emplearla (art. 361 N.° 1), riesgo que cuando semi iy faTegistacton, a waves del elin con la amenaza liza en su muerte tambien se exprest de volacin con homicidio © anid (art 872 bis). En cua Dee ridad personal, ella es afectada por Ia necesaria retenciOn ft sicién de! cl peligro en que se encuent res, parti je inti particularmente cuando se ejerce fuerza © inti Loree como la “facultad individual erm modes de comedimiento qu impo! Searoneas swundn D., “Apreciacion”, 138), aparece tart Se eae ne respecto de las relaciones ‘con menores pube PE eoeeeerereipee cierta diferencia de edad (dos de incesto ut 75) das con respcto a fos dems f a pesar de que su Meee destacadamente en el de sodomia (3! Bena es inexisente Iamento constitucional como objeto Je protece cra neiente por amo, produce un feo contrario al pte smo un relicto de la influencia eri” art. 362)+ ene dela moral vy Manual de derecho pena cheno Pare pea 187 ley Bullemore, “GEnero", 443, 0. 0, 9 elacion con a violacién impropi sin legal del consentimiento ji al : cn Fespecto de las diferen- } manifiestan quienes ven en ellas i relacionan , ee eaaen “ovat con personas de mayor jane! honor de 10s menores (art. 19 N= 1 ea) 769), Pero casos como el del art. 466 quinquies, en cuanto Parece protegerse aa, esto es, el empleo de sus imagenes Sanciona la pseudopor : oat pomogratico(Cistemas, Roe oa en la produccién de sin embargo, como bien apunta parte de nui i tuo, esposible conc. laviolacién y os abusos sexuales como delitos des- ios de “epifenémenos como la violencia, el terror y la humillacién’, modalidades que expresan exteriormente el hecho o micleo esencial de es- tadase de atentados: el “mero uso” del cuerpo de una persona, su “redue- cién” “al estatus de mero objeto para satisfaccién de los deseos propios, su tosifcacién” (Cox, “Violacién”, 436); idea que también puede expresarse ‘como la necesaria proteccién de la de “intangibilidad de la persona” frente su instrumentalizaci6n por otros (Rodrigue: C., Delitos sexuales, 176), y que nosotros identificamos como la seguridad personal como presupuesto desuexistencia y libertad. Lamentablemente, la reforma de la Ley 19.617 ificé un cambio decisivo en esa direccién y ni siquiera logré la de- rogacién del incesto y la sodomia, hechos voluntarios que solo afectan et concepto de honestidad sexual dominante (Rodrigue C, “Anteproyecto”, 3). No obstante, el conjunto de reformas en el cambio de siglo, empren- dias como respuesta al cambio de valoracién social de la violencia contra la mujer y los nitios y Ia implementacién de las Convenciones internacio- nales que lo manifiestan, ha significado pasos importantes en ese sentido, aunque insuficientes y a veces contradictorios. Asi p.¢}. la modificacién de la regla del art. 361 N.° 2, sanciona el abuso de la incapacidad para “oponerse”, sin mencionar la idea de “oponer: resistencia”; en la regulacion: delos abusos sexuales se sanciona con igual pena los cometidos en las cit- cunstancias de la violacién del art. 361 y del estupro del art. 368, recono- Ciendo en ellas un componente basico y comin, que las hace equivalentes (la ausencia de un consentimiento vilido para la interaccién sexual), lo {Ne se profundiza, con Ia reciente introduccién express del abuso sextal Por sorpresa’, que se desliga completamente de los medios violentos 0 vos. No obstante, tampoco parece apropiado caer en el otro extre- pu afirmar que existe un nico bien juridico protegido asimilable a o ngibilidad o indemnidad, entendida como “exclusi6n de terceros -M- Cecilia Ramirez Guzman 188 Jean Pierre Matus Acui propio dmbito de la actividad sexual”, sani a eas ou todo lisis (Winter, Indemnidad, 6), pues persiste ‘ van mas esas consideraciones (como, p. ¢ las relativas a la corrupcién de m paberes). Tampoco parece que tenga perspectivas de realizacién la prete, sin de una abrogacién completa de la regulacién actual, calificéndota “reformista’, para dar paso a una tinica y exclusiva regulacion de los aten, dos contra la libertad, donde la referencia a la limitacién de la determing cin en materias sexuales podria tomarse si acaso para la determinacién de la pena (Bascuiidn, “Problemas”, 75. Con més detalles, sobre el origen de esta clase de propuestas, basadas en los cambios de la ley alemana a partir de 1992, y su discutible alcance como “revolucién” y no simple “reforma’, ¥. Cox, “Revolucién”). el ang. allé de eNotes Desde un punto de vista empirico, ademas, cabe tener presente que la mayor parte de estos delitos no se cometen por depredadores sexuales en serie 0 personas marginadas de la vida social, cuya imagen evocada por la prensa, series de TV y peliculas no corresponde a la realidad (Guzman V, 178). Mayoritariamente, ellos se cometen en contextos familiares, pero sin presencia de terceros y sus victimas son mujeres. Ello tiene importantes efectos procesales que no deben descuidarse: la prueba de los abusos, mas alla del testimonio de la victima, requiere un sistema de salud primaria y atencién de urgencia que permita una pronta evaluaci6n y constatacién de las agresiones con instrumental idéneo al efecto, que supere la necesidad de recurrir al siempre sobre demandando Servicio Médico Legal, fuerzos por ordenar la forma de realizar las pericias en estos caso: —en mis casos de los deseables— con la barrera del Ia practica de los examenes requeridos (v., pericias, Montoya et al, cuyos es- s chocan tiempo de espera para sobre la forma de practicar las “Peritaje”, 55). Ademas, es necesario hacer un esfuer- zo consciente por superar nuestros sesgos de género en la valoracién de las pruebas de que se dispone, propios de una sociedad con tendencia al ma- chismo, ejemplo de lo cual es el fallo de instancia que anulla la SCA Talea 5:6.2019, Rol 318-19. En este sentido, se advierte que la recurrente prueba Sicol6gica sobre la crecibilidad del relato de la victima parece indicar wna desconfianza del sistema en su declaracién (Casasy Mera, “Violencia’, 190. Robre la exigencias de tales pericias de crecibilidad, v. SCA Concepcisn, RCP 41, N.° 3, 263, con nota de C. Suazo. En contra, un razonamiento para rechazar la comprobacién de un delito sexual con el solo testimonio de la victima, atin apoyado por testigos de ofdas de diferentes versiones que ella grecis del hecho, puede verse en la SCA Concepeidn 17.8.2017, D]P 3 45, con comentario critica de C. Bonacc

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