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UNIDAD 5 Aparato Circulatorio
UNIDAD 5 Aparato Circulatorio
UNIDAD 5 Aparato Circulatorio
ENFERMERIA
ANATOMIA – FISIOLOGIA
UNIDAD V
-2018-
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CONSIDERACIONES GENERALES
La angiología tiene por objeto el estudio del sistema que asegura, en todo el
organismo, la circulación de la sangre, del quilo y de la linfa.
El aparato circulatorio comprende esencialmente:
-un órgano central de impulsión, el corazón;
-un conjunto de conductos, de estructura y propiedades diferentes: las arterias,
las venas, los capilares y los vasos linfáticos.
- El tejido sanguíneo
A. Corazón
B. Vasos
3. Capilares. Están interpuestos entre las arterias y las venas. En los capilares
se producen los intercambios entre la sangre y los órganos, éstos se
establecen sea en el sentido sangre-tejido (nutrición), sea en el sentido tejido-
sangre (eliminación). El resultado de estos intercambios es la transformación
de la sangre arterial rica en oxígeno, en sangre venosa cargada de gas
carbónico. Se considera que la unión entre las arterias y los capilares por una
parte, entre los capilares y las venas por otra, constituye una zona
intermediaria que se denomina las uniones arteriolocapilar y capilarovenular.
Existen, además, vasos que reúnen directamente las arteriolas a las vénulas
estableciendo un pasaje que forma un cortocircuito al territorio capilar
(cortocircultos arteriolo- venulares).
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ESQUEMA GENERAL DE LA CIRCULACIÓN DE LA SANGRE
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CORAZON
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Válvulas auriculoventriculares y sigmoideas
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FISIOLOGIA DE LA CONTRACCION MUSCULAR
El corazón es un órgano muscular que actúa como una bomba. Posee fibras
musculares que se contraen para reducir el volumen de las cavidades y así
expulsar la sangre en forma unidireccional gracias a las válvulas.
Pero para que esto ocurra las fibras musculares deben contraerse al unísono
para sumar sus esfuerzos y producir la sístole y deben relajarse al unísono
para permitir el llenado de las cavidades durante la diástole. Además debe
haber una secuencia de trabajo. Cuando las aurículas se contraen para enviar
la sangre a los ventrículos, estos deben estar en diástole para poder recibir esa
sangre, ya que si las 2 cavidades (aurícula y ventrículos ) se contrayeran a la
vez no habría progresión de la sangre.
Toda esta coordinación funcional está a cargo de un grupo especializado de
células musculares que constituyen el sistema cardionector del corazón.
Este sistema tiene la característica de auto despolarizarse y por lo tanto
generar un potencial de acción. Este potencial de acción se transmitirá a todo
el corazón a través de haces musculares del sistema.
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ellas descarguen espontáneamente. El nodo SA es, por lo tanto, el marcapaso
cardiaco y su frecuencia de descarga determina la frecuencia a la que late el
corazón. Los impulsos generados en el nodo SA pasan, a través del músculo
auricular, al nodo AV; de este nodo al haz de His; y a través de las ramas del
haz de His, por el sistema de Purkinje, al músculo ventricular produciendo su
contracción.
El estímulo así originado en el nódo sinusal en forma espontánea y rítmica con
una frecuencia de aproximadamente 70 latidos por minuto hacen que el
corazón se contraiga con esa frecuencia en forma autónoma sin intervención
de por ejemplo el sistema nervioso.
El marcapaso cardíaco o nódo sinusal se localiza en la unión de la vena cava
superior con la aurícula derecha. El estímulo allí originado viaja hacia las
aurículas y hacia el nodo aurículoventricular. Esto produce una contracción de
las aurículas. El estímulo que llega al nódo auriculoventricular se retarda
aproximadamente 1 milisegundo lo que permite que mientras se contraen las
aurículas los ventrículos se encuentren relajados (diástole) permitiendo el
pasaje de la sangre de las aurículas a los ventrículos a través de las válvulas
auriculoventriculares. Al continuar el estímulo desde el nodo AV hacia el has de
His y sus ramas derecha e izquierda y al sistema de Purkinge se comienzan a
despolarizar y por lo tanto a contraer los ventrículos. Ya en este tiempo las
aurículas comienzan a repolarizarse y entran en diástole, hecho que hace que
la presión dentro del ventrículo supera a la de las aurículas y por lo tanto se
cierren las válvulas auriculoventriculares y se abran las sigmoideas.
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Toda esta sincronización se produce gracias al sistema nodal. Cuando existe
una alteración del mismo se producen fenómenos eléctricos anormales que
generan arritmias.
Las arterias son tubos flexibles y elásticos, cuya luz permanece abierta vista en
un corte y cuyo diámetro disminuye regularmente a partir del corazón, a medida
que ramas colaterales se separan del eje original. Este eje está constituido por
la aorta, arteria principal de la gran circulación. Sus ramas se pueden dividir en
dos categorías:
a) ARTERIAS DEL APARATO LOCOMOTOR: lo esencial de ellas es que
están destinadas a los músculos, grandes consumidores de energía y muy
ricamente vascularizados pero con un gasto sanguíneo que varía en enormes
proporciones según el estado de reposo o de actividad muscular.
b) ARTERIAS VISCERALES: son las encargadas de asegurar la nutrición y las
funciones de órganos muy diversos y de funcionamiento continuo o
discontinuo. Aquí las dimensiones de las arterias dependen ante todo de la
importancia funcional del órgano considerado y no de su volumen. Ciertos
órganos muy activos (la glándula tiroides, por ejemplo) pueden no disponer
sino de pequeñas arterias: es entonces su número el que asegura la circulación
necesaria.
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-las ramas terminales se expanden en ramos de forma variable, sea en
contacto con el órgano interesado, sea en su interior. A cada rama corresponde
un territorio arterial que constituye, en general, una unidad funcional
independiente.
AORTA
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ESQUEMA DE LAS RAMAS DEL CAYADO DE LA AORTA
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ANATOMÍA GENERAL DE LAS VENAS
-las venas profundas, satélites de las arterias, en las cuales se echan, a alturas
variables, las venas superficiales (venas comunicantes). Ciertas venas, en
particular las del miembro inferior, están provistas de válvulas que se oponen al
reflujo de la sangre.
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SISTEMA LINFÁTICO
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A. Vasos linfáticos: Existen en todos los tejidos irrigados por vasos
sanguíneos, excepto la placenta. Se originan de capilares cerrados, más
voluminosos que los capilares sanguíneos y forman una red drenada por los
troncos colectores o vasos linfáticos. Su forma es variable: algunos, provistos
de válvulas, son irregulares, moniliformes; otros, avalvulados, son regulares y
rectilíneos. Cuando son valvulados, los linfáticos presentan dilataciones y
estrechamientos altemos, que les dan un aspecto nudoso. Las válvulas están
implantadas por pares en los estrechamientos de los vasos linfáticos. Estos
estrechamientos son más espaciados en los troncos gruesos que poseen así
menos válvulas. En los vasos linfáticos como en las venas existen
"insuficiencias valvulares" que permiten el reflujo de la linfa, su éstasis,
generadora de edemas de origen linfático puro.
Los vasos linfáticos están anastomosados entre sí, lo que no modifica su
trayecto convergente hacia los ganglios linfáticos. Están generalmente
adosados a las venas y son superficiales o profundos. Su estructura es muy
semejante a la de las venas con endotelio interno, una túnica media
fibromuscular y una adventicia.
B. Ganglios linfáticos Son masas de volumen variable que reciben vasos
linfáticos aferentes, están drenados por uno o vados vasos linfáticos eferentes.
Son redondeados u ovoides. Los aferentes llegan a la periferia por un punto
cualquiera, mientras que los eferentes emergen por una depresión, el hilio del
ganglio. Habitualmente gris rojizos, los ganglios intratorácicos de origen
pulmonar pueden estar impregnados de antracosis y volverse negruzcos. Son
superficiales o profundos. Algunos están aislados, el ganglio supraepitroclear,
por ejemplo, pero más a menudo están dispuestos, sea en cadenas (cadenas
ganglionares), sea en grupos regionales: ganglios de la axila, de la ingle,
etcétera. Su estructura está caracterizada por una cápsula periférica de donde
parten tabiques conjuntivos centrales los que circunscriben masas de células
linfoides los folículos. Éstos se encuentran rodeados por los senos
perífoliculares terminación de los vasos aferentes y origen de los vasos
eferentes.
C. Terminación: Fuera de algunas excepciones, las vías linfáticas del
organismo son drenadas por 2 colectores terminales: el conducto torácico a la
izquierda y la gran vena linfática a la derecha. Estos terminan en los
confluentes venosos yugulo subclavios correspondientes
CIRCULACIÓN. FISIOLOGIA
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sangre a la circulación pulmonar, desde donde retorna al lado izquierdo del
corazón; este último, a su vez, irriga al resto del organismo por vía de la
circulación sistémica, por lo cual la sangre retorna nuevamente a la bomba
derecha . la entrada de estas dos bombas, es decir, volumen por unidad de
tiempo, debe ser el mismo en circunstancias normales; de lo contrario, la
sangre se acumularía en una de las dos circulaciones y habría deficiencia en la
otra. Esta igualdad de ambos volúmenes se mantiene aun cuando el volumen
total aumente hasta cinco veces como ocurre, por ejemplo, durante los
ejercicios violentos. El sistema vascular sanguíneo es una enorme red de tubos
viscoso elásticos. Al salir del corazón izquierdo por el único vaso de salida, la
aorta, la sangre fluye por las arterias que se dividen y subdividen, hasta que
finalmente llega a los vasos de tamaño microscópico, las arteriolas, que
conducen a los capilares. En la circulación mesentérica intestinal solamente
existen más de dos mil millones de capilares, con una superficie de corte
trasversal más de mil veces mayor que la de la aorta. La sangre pasa desde los
capilares a las vénulas y de allí a venas cada vez más grandes que
eventualmente drenan en las venas cavas superior e inferior, que llevan la
sangre de retorno a la aurícula derecha. Las vías del circuito pulmonar tienen
nombres similares, la sangre sale del ventrículo derecho por la arteria pulmonar
y vuelve al ventrículo izquierdo por las venas pulmonares.
Por lo tanto, puede subdividirse el sistema vascular en tres tipos generales de
vasos con diferentes funciones: a) la aorta y las arterias, que forman un
sistema de distribución; b) la microcirculación, un sistema de difusión y
filtración, y c) las venas, que constituyen un sistema recolector. Cada uno de
estos tres segmentos importantes conduce necesariamente el mismo caudal
sanguíneo en una unidad de tiempo dado. Es decir, toda la sangre que pasa
por la aorta debe fluir a través de los capilares y luego por las venas. Sin
embargo, contrasta con esta igualdad de caudal total la presión hidrostática,
que es diferente en los tres segmentos. La más elevada se registra en la aorta
y es intermedia en las arterias, para descender luego bruscamente, en las
arteriolas hasta ser baja en los capilares y más aún en las venas tanto en el
circuito pulmonar como en el sistémico. Este gradiente de presión indica que la
energía suministrada por el corazón para crear presión y caudal se disipa
gradualmente por la fricción y el calor a medida que la sangre recorre su
circuito. La presión sanguínea arterial debe ser lo suficientemente alta, no sólo
para vencer la fricción en los vasos sino también para asegurar la adecuada
perfusión de la microcirculación a pesar de la contrapresión que puede ser
aplicada desde el exterior a estos pequeñísimos vasos. De tal modo la fuerza
de la gravedad (posición erecta), la aceleración y la desaceleración (inercia
durante los movimientos corporales), la presión mecánica o la deformación de
una parte, y también la tendencia al colapso de algunos vasos debido a las
fuerzas elásticas de sus paredes, deben ser contrarrestadas por la presión
intraluminal. Además de los capilares sanguíneos, los tejidos del organismo
poseen también capilares linfáticos que actúan como vasos recolectores de
líquido y de partículas. Se unen para formar la red linfática, sistema auxiliar
recolectar de líquido que lo conduce finalmente de retorno hasta la sangre que
se encuentra en las venas.
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Para comprender la circulación es necesario interpretar las relaciones
mecánicas entre los gradientes de presión y de caudal, la distribución de¡
volumen sanguíneo, la capacidad, distensibilidad y resistencia al caudal de los
diversos tipos de vasos de¡ sistema. En términos más simples, el caudal, la
presión y la resistencia tienen la siguiente relación:
Resistencia= Longitud
Diámetro
Por lo tanto, el flujo es rápido en las redes arteriales relativamente estrechas y
en las venosas y mucho más lento en los capilares de difusión y filtración.
FLUJO LAMINAR
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~ Cuando el flujo es laminar el fluído, en este caso la sangre, lo hace con poca
resistencia. Cuando el flujo deja de ser laminar por alteración en el flujo pasa a
ser turbulento aumentando la resistencia a la circulación.
CIRCULACION VENOSA
EL ELECTROCARDIOGRAMA
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Por convención, se inscribe una desviación hacia arriba cuando el electrodo
activo se vuelve positivo en relación al indiferente, y una desviación hacia abajo
cuando se vuelve negativo. La onda P es producida por la despolarización
auricular, el complejo QRS por la despolarización ventricular, y el segmento ST
y la onda T por la repolarización ventricular. Las manifestaciones de la
repolarización auricular normalmente se encuentran incluidas en el complejo
QRS. La onda U es un accidente inconstante y se cree que se debe a la
repolarización lenta de los músculos papilares.
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La magnitud y configuración de las ondas individuales de¡ ECG varían con la
situación de los electrodos.
Derivaciones unipolares
Nueve puntos estándar se usan para el electrodo explorador (derivaciones) en
la electrocardiografía clínica de rutina. Las seis derivaciones torácicas
unipolares (derivaciones precordiales) se designan V 1-6. Las tres derivaciones
unipolares de los miembros son VR (brazo derecho), VL (brazo izquierdo) y VF
(pie izquierdo). Puesto que la corriente sólo fluye por los líquidos del cuerpo,
los registros unipolares de los miembros son aquellos que se obtendrían si los
electrodos estuviesen en los puntos de inserción de los miembros, sin importar
dónde se hallen colocados los electrodos en ellos. En la actualidad se usan
generalmente las derivaciones aumentadas, que se designan por la letra a
aVR, aVL, aVF
Derivaciones bipolares
Las derivaciones bipolares fueron usadas antes de que se introdujeran las
monopolares. Las derivaciones estándar de los miembros I, II y III son registros
de las diferencias de potencial entre dos miembros. En la derivación I, los
electrodos se conectan de manera que una desviación hacia arriba sea inscrita
cuando el brazo izquierdo se vuelva positivo con respecto al derecho (brazo
izquierdo positivo). En la derivación lI, los electrodos están en el brazo derecho
y en la pierna izquierda, siendo la pierna positiva, y en la derivación lII, los
electrodos están en el brazo izquierdo y en la pierna izquierda con ésta
positiva.
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GASTO CARDIACO
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TENSION ARTERIAL
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PULSO
CICLO CARDIACO
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La eyección de sangre producida por la sístole ventricular provoca una brusca
distensión de las paredes de la aorta lo que se registra mediante la onda de¡
pulso. Finalizada la sístole las válvulas sigmoideas se cierran generando el
2do. ruido cardíaco.
El ECG registra la onda T de repolarización ventricular. Esto se repite alrededor
de 70 veces por minuto. A la cantidad de veces que el corazón se contrae en
un minuto se lo denomina Frecuencia cardíaca. Lo normal es de 60 a 100
latidos por minuto. Cuando baja de 60 se habla de bradicardia y por encima de
1 00 de taquicardia. Los soplos cardíacos se producen cuando existe reflujo de
sangre en sentido inverso a la circulación por una mala oclusión valvular.
Esquema del ciclo cardíaco (todos los eventos que ocurren en una contracción
cardíaca)
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Sangre
Sustancia líquida que circula por las arterias y las venas del organismo. La
sangre es roja brillante o escarlata cuando ha sido oxigenada en los pulmones
y pasa a las arterias; adquiere una tonalidad más azulada cuando ha cedido su
oxígeno para nutrir los tejidos del organismo y regresa a los pulmones a través
de las venas. En los pulmones, la sangre cede el dióxido de carbono que ha
captado procedente de los tejidos, recibe un nuevo aporte de oxígeno e inicia
un nuevo ciclo. Este movimiento circulatorio de sangre tiene lugar gracias a la
actividad coordinada del corazón, los pulmones y las paredes de los vasos
sanguíneos.
Composición de la sangre
La sangre está formada por un líquido amarillento denominado plasma, en el
que se encuentran en suspensión millones de células que suponen cerca del
45% del volumen de sangre total. Tiene un olor característico y una densidad
relativa que oscila entre 1,056 y 1,066. En el adulto sano el volumen de la
sangre es una onceava parte del peso corporal, de 4,5 a 6 litros. Una gran
parte del plasma es agua, medio que facilita la circulación de muchos factores
indispensables que forman la sangre. Un milímetro cúbico de sangre humana
contiene unos cinco millones de corpúsculos o glóbulos rojos, llamados
eritrocitos o hematíes; entre 5.000 y 1 0.000 corpúsculos o glóbulos blancos
que reciben el nombre de leucocitos, y entre 200.000 y 300.000 plaquetas,
denominadas trombocitos. La sangre también transporta muchas sales y
sustancias orgánicas disueltas.
Las células sanguíneas se originan dentro de la médula ósea. Allí se encuentra
el tejido hematopoyético formado por células que se denominan Stem Cell o
células pluripotenciales. Estas células tienen la capacidad de dividirse con un
alto índice mitótico para mantener una gran población. Tiene la capacidad de
diferenciarse en todos los tipos celulares. Pueden adoptar diferentes
diferenciaciones: hacia la serie roja, blanca o megacariocitica.
Eritrocitos
Los glóbulos rojos, tienen forma de discos redondeados, bicóncavos y con un
diámetro aproximado de 7,5 mieras. En el ser humano y la mayoría de los
mamíferos los eritrocitos maduros carecen de núcleo. La hemoglobina, una
proteína de las células rojas de la sangre, es el pigmento sanguíneo especial
más importante y su función es el transporte de oxígeno desde los pulmones a
las células de¡ organismo, donde capta dióxido de carbono que conduce a los
pulmones para ser eliminado hacia el exterior.
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Hemoglobina, pigmento especial que se encuentra en los eritrocitos cuya
función es el transporte de oxígeno. Está presente en todos los animales,
excepto en algunos grupos de animales inferiores. Participa en el proceso por
el que la sangre lleva los nutrientes necesarios hasta las células del organismo
y conduce sus productos de desecho hasta los órganos excretores. También
transporta el oxígeno desde los pulmones, donde la sangre lo capta, hasta los
tejidos del cuerpo. Cuando está saturada de oxígeno, se llama oxihemogiobina.
Después de liberar esta molécula en los tejidos orgánicos, invierte su función y
recoge el principal producto de la respiración celular o dióxido de carbono. La
hemoglobina transporta esta molécula hasta los pulmones para su espiración, y
en esta forma se denomina carboxihemogiobina.
La hemoglobina es una proteína contenida en los eritrocitos que constituye,
aproximadamente, el 35% de su peso. Para combinarse con el oxígeno, los
eritrocitos deben contenerla en cantidad suficiente y esto depende de los
niveles de hierro que existan en el organismo, los cuales se obtienen de los
alimentos por absorción en el tracto gastrointestinal y se conservan y reutilizan
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de forma continua. La deficiencia de hemoglobina originada por la carencia de
hierro conduce a la anemia.
La hemoglobina transporta más de veinte veces su volumen de oxígeno. Su
unión con el monóxido de carbono es irreversible, es decir, no puede volver a
unirse al oxígeno ante lo que se origina la asfixia. Los eritrocitos se destruyen
en el bazo o en la circulación sanguínea después de una vida media de 120
días; entonces, su hemoglobina se degrada hasta sus constituyentes y el hierro
se reintegra en los eritrocitos nuevos que se forman en la médula ósea.
Cuando se produce la ruptura de un vaso sanguíneo, como en una lesión,
estas células se escapan hacia los tejidos. Aquí se degradan y la hemoglobina
se convierte en los pigmentos biliares, responsables de la coloración
amarillenta de los hematomas.
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Leucocitos
Las células o glóbulos blancos de la sangre son de dos tipos principales: los
granulosos, con núcleo multilobulado, y los no granulosos, que tienen un
núcleo redondeado. Los leucocitos granulosos o granulocitos incluyen los
neutrófilos, que fagocitan y destruyen bacterias; los eosinófilos, que aumentan
su número y se activan en presencia de ciertas infecciones y alergias, y los
basófilos, que segregan sustancias como la heparina, de propiedades
anticoagulantes, y la histamina que estímulo el proceso de la inflamación. Los
leucocitos no granulosos están formados por linfocitos y un número más
reducido de monocitos, asociados con el sistema inmunológico. Los linfocitos
desempeñan un papel importante en la producción de anticuerpos y en la
inmunidad celular. Los monocitos digieren sustancias extrañas no bacterianas,
por lo general durante el transcurso de infecciones crónicas.
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Plaquetas
Las plaquetas de la sangre son cuerpos pequeños, ovoideos, sin núcleo, con
un diámetro mucho menor que el de los eritrocitos. Los trombocitos o plaquetas
se adhieren a la superficie interna de la pared de los vasos sanguíneos en el
lugar de la lesión y ocluyen el defecto de la pared vascular. Conforme se
destruyen, liberan agentes coagulantes que conducen a la formación local de
trombina que ayuda a formar un coágulo, el primer paso en la cicatrización de
una herida.
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Recuento sanguíneo
La técnica de laboratorio llamada recuento sanguíneo completo (RSC) es un
indicador útil de enfermedad y salud. Una muestra de sangre determinada con
precisión se diluye de forma automática y las células se cuentan con un
detector óptico o electrónico. El empleo de ajustes o diluyentes distintos,
permite realizar el conteo de los glóbulos rojos, los blancos o las plaquetas. Un
RSC también incluye la clasificación de los glóbulos blancos en categorías, lo
que se puede realizar por la observación al microscopio de una muestra teñida
sobre un portaobjetos, o de forma automática utilizando una de las diversas
técnicas que existen.
Plasma
El plasma es una sustancia compleja; su componente principal es el agua.
También contiene proteínas plasmáticas, sustancias inorgánicas (como sodio,
potasio, cloruro de calcio, carbonato y bicarbonato), azúcares, hormonas,
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enzimas, lípidos, aminoácidos y productos de degradación como urea y
creatinina. Todas estas sustancias aparecen en pequeñas cantidades.
Entre las proteínas plasmáticas se encuentran la albúmina, principal agente
responsable de¡ mantenimiento de la presión osmótica sanguínea y, por
consiguiente, controla su tendencia a difundirse a través de las paredes de los
vasos sanguíneos; una docena o más de proteínas, como el fibrinógeno y la
protrombina, que participan en la coagulación; aglutininas, que producen las
reacciones de aglutinación entre muestras de sangre de tipos distintos y la
reacción conocida como anafilaxis, una forma de shock alérgico, y globulinas
de muchos tipos, incluyendo los anticuerpos, que proporcionan inmunidad
frente a muchas enfermedades. Otras proteínas plasmáticas importantes
actúan como transportadores hasta los tejidos de nutrientes esenciales como el
cobre, el hierro, otros metales y diversas hormonas.
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Formación de la sangre y reacciones
Los eritrocitos se forman en la médula ósea y tras una vida media de 120 días
son destruidos y eliminados por el bazo. En cuanto a las células blancas de la
sangre, los leucocitos granulosos o granulocitos se forman en la médula ósea;
los linfocitos en el timo, en los ganglios linfáticos y en otros tejidos linfáticos.
Las plaquetas se producen en la médula ósea. Todos estos componentes de la
sangre se agotan o consumen cada cierto tiempo y, por tanto, deben ser
reemplazados con la misma frecuencia. Los componentes del plasma se
forman en varios órganos del cuerpo, incluido el hígado, responsable de la
síntesis de albúmina y fibrinógeno, que libera sustancias tan importantes corno
el sodio, el potasio y el calcio. Las glándulas endocrinas producen las
hormonas transportadas en el plasma. Los linfocitos y las células plasmáticas
sintetizan ciertas proteínas y otros componentes proceden de la absorción que
tiene lugar en el tracto intestinal.
Coagulación
Una de las propiedades más notables de la sangre es su capacidad para
formar coágulos, o coagular, cuando se extrae del cuerpo. Dentro del
organismo un coágulo se forma en respuesta a una lesión tisular, como un
desgarro muscular, un corte o un traumatismo penetrante. En los vasos
sanguíneos la sangre se encuentra en estado líquido, poco después de ser
extraída adquiere un aspecto viscoso y más tarde se convierte en una masa
gelatinosa firme. Después esta masa se separa en dos partes: un coágulo rojo
firme que flota libre en un líquido transparente rosado que se denomina suero.
Un coágulo está formado casi en su totalidad por eritrocitos encerrados en una
red de finas fibrillas o filamentos constituidos por una sustancia denominada
fibrina. Esta sustancia no existe como tal en la sangre pero se crea, durante el
proceso de la coagulación, por la acción de la trombina, enzima que estimula la
conversión de una de las proteínas plasmáticas, el fibrinógeno, en fibrina. La
trombina no está presente en la sangre circulante. Ésta se forma a partir de la
protrombina, otra proteína plasmática, en un proceso complejo que implica a
las plaquetas, ciertas sales de calcio, sustancias producidas por los tejidos
lesionados y el contacto con las superficies accidentadas. Si existe algún déficit
de estos factores la formación del coágulo es defectuosa. La adición de citrato
de sodio elimina los iones de calcio de la sangre y por consiguiente previene la
formación de coágulos. La carencia de vitamina K hace imposible el
mantenimiento de cantidades adecuadas de protrombina en la sangre. Ciertas
enfermedades pueden reducir la concentración sanguínea de varias proteínas
de la coagulación o de las plaquetas.
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Reacciones homeostáticas
Ciertas características de la sangre se mantienen dentro de estrechos límites
gracias a la existencia de procesos regulados con precisión. Por ejemplo, la
alcalinidad de la sangre se mantiene en un intervalo constante (pH entre 7,38 y
7,42) de manera que si el pH desciende a 7,0 (el del agua pura), el individuo
entra en un coma acidótico que puede ser mortal; por otro lado, si el pH se
eleva por encima de 7,5 (el mismo que el de una solución que contiene una
parte de sosa cáustica por 50 millones de partes de agua), el individuo entra en
una alcalosis tetánica y es probable que fallezca. De igual manera, un
descenso de la concentración de glucosa en sangre (glucemia), en condiciones
normales del 0, 1 % a menos de¡ 0,05%, produce convulsiones. Cuando la
glucemia se eleva de forma persistente y se acompaña de cambios
metabólicos importantes, suele provocar un coma diabético . La temperatura de
la sangre no suele variar más de 1 "C dentro de un intervalo medio entre 36,3 y
37,1 "C, la media normal es de 37 OC. Un aumento de la temperatura de 4 "C
es señal de enfermedad grave, mientras que una elevación de 6 OC suele
causar la muerte.
Grupo sanguíneo
Clasificación de los glóbulos rojos o eritrocitos de la sangre según la naturaleza
de ciertos componentes de su membrana plasmática. La tipificación de grupo
es un requisito necesario para las transfusiones de sangre. A principios del
siglo XX, los médicos descubrieron que el fracaso frecuente de las
transfusiones era debido a la incompatibilidad de donante y receptor. En 1 901
el patólogo austríaco Kad Landsteiner estableció la clasificación de los grupos
sanguíneos y descubrió que se transmitían según el modelo de herencia
mendeliano (en función de las leyes de Mendel). Los cuatro grupos sanguíneos
son el A, el B, el AB y el 0. Las células sanguíneas del grupo A tienen la
sustancia A en su superficie. Además, la sangre de este grupo contiene
anticuerpos contra la sustancia B presente en las células rojas de la sangre del
grupo B. La sangre de este último grupo tiene la composición inversa al grupo
A. En el suero del grupo AB no existe ninguno de los dos anticuerpos previos,
pero los glóbulos rojos contienen la sustancia A y la sustancia B. El grupo 0
carece de estas sustancias en las células rojas, pero este suero es capaz de
producir anticuerpos contra las células rojas que las contengan. Si se
transfunde sangre del grupo A a una persona del grupo 8, los anticuerpos anti-
A del receptor destruirán las células rojas de la sangre transfundida. Como los
eritrocitos de la sangre del grupo 0 no contienen ninguna sustancia en su
superficie, la sangre de este grupo puede ser empleada con éxito en cualquier
receptor. Las personas del grupo AB no producen anticuerpos, y pueden por
tanto recibir transfusiones de cualquiera de los cuatro grupos. Así, los grupos 0
y AB se denominan donante universal y receptor universal respectivamente.
Otros sistemas, divididos a su vez en distintos grupos, fueron descubiertos más
tarde. El factor Rh es otro grupo sanguíneo de transmisión hereditaria que tiene
gran importancia en obstetricia y en las transfusiones. Al igual que en el
sistema ABO, también está implicada una sustancia que se localiza en la
superficie de los eritrocitos. El grupo Rh+ posee esta sustancia en su
superficie; el Rh- no la posee y es capaz de generar anticuerpos frente a ella,
por tanto, se puede desencadenar una respuesta inmune cuando se hace una
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transfusión de sangre de un individuo Rh+ a uno Rh-, aunque no al contrario.
También puede aparecer respuesta inmune entre la madre y el feto: la madre
Rh- se inmuniza por vía placentaria contra los antígenos del hijo Rh+. La
inmunización resulta del paso de los glóbulos rojos fetales a la madre, y, al
igual que en el caso de las transfusiones, no ocurre cuando la madre es Rh+.
La inmunidad en la madre se mantiene durante toda la vida. En posteriores
embarazos, si el feto es Rh+, se genera la denominada incompatibilidad
fetomaterna, de forma que los anticuerpos maternos atraviesan la placenta y se
fijan a los antígenos que portan los glóbulos rojos fetales. El resultado es una
enfermedad denominada eritroblastosis fetal
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
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