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HELENE DEUTSCH | LA | PSICOLOGIA LA DE MUJER HELENE DEUTSCH LA PSICOLOGIA DE LA MUJER uanveca Be WILE MERI DE ASA Aneta Hoseadin EDITORIAL LOSADA, 5.4. WUENOS AIRES Tike el ratte Pealogy of) Women w Heri Leama. Imprese ene Argentine — Brine Argentona PROLOGO Ei estudio de lu psicologie tiene muchas formas, Ealo es lgitima +» meceserio dado que la pricologia bumana ex el estudia de la comducta del hombre, de los motivet y sentimientos, es decir, el estudio de su mecaniowa nenrofisioldgico nids complejo. Algunas investiga. ddores ban becho experimentos en animales y han aplicado las concla- siones generales, de wn mado més 0 menos raxonable, & fenémenos similares del bombre (Cannon, Pavlov, Laabley) ; otras bam ideado tests para cer naudos em el Bowtbre con objeto de melir torcamente ciertas formas de la conducts humana, y wediante grat niimero de observaciowes ban Wegado comocer lo que es la respuesta “warmel™ 5 Ia que ex la reipuesta “anormal” (Binet, Rorsebach, Murray, Mackiuley). Andliss recientes de las capacidades mentales mediante iemeroios tests de rendimtento, seualizades matemdticamente, Burt edo aft andl ager importante em le colle barons (Sheaman, Tiurstone). Podvian ser menctonados otros muchos métodas de que ta mayor perte obedecr 4 concepeioncs generales. Hl estudio clinica se balla ex el otro extremo de la escala, pues prima- rismente se refiere al individuo. De estas obscrvaciones pucden abte- nerse algunas veces generalizecianes, pera es necesario larga Hembo ura acumular datos vélidos, De todos modos, el gran valor de este ‘métoda clinico ew el pricoandlisis radiew en que ataca directamente la cucstin que tanto se desea resolver: gor stud le gente actia ide exe modo? La uecesidad iraperioua de muestra gencracién es penetrar ew ba naturalesa bumaa, en la conducta del hombre, Lo que French llama "abordar deute el punto de vista elinico la dinimice de la comducta” es tan wiejo como el arte de escribir, pero Fread hizo de ese método una discipline médica. Eu tanto que estd Aisciplinado, em tanto.que practice cuiiledoses observaciones y somete a ls pruchs sus deorfas, comslituye ya xna ciencia, No necesitamos reacuparnos por el anobismo intelectual que pretende mantener ef ooo eli” para lax chucherias de (ebotsnia Lor primeros teuteas, si som sinceros, som tam "cientificos” come la determinactin final. Pero, par ofre parte, el psiguéatra clinica mo tiene derecho a decir, como algunas veces dice, que nada puede aprenderse acerca de # 1a psicoroain pe LA MUJER la mente medisnte los métodos enatémico, quimice y firiolégico. Macho se ba aprendido con estos métodos -y mucho mds se sprew- derd. EL estudio clinico, sim ensbergo, sigue siendo para ef médica cl métoda nds directo y provecboso. Todo el que lea este libro se dard cuenta de que Helens Dentseh tiewe uae gras comocimiento de To que les mujerts bacen 3) una gram tisiom de por qué lo bacew, Sus datos se refieren a centenares de casor que ella ba vistos su modo ste abordar lox problemas es intut- tives pare mi esto significa que lx eutore, por poseer ton grandes canocimientos, ex capex de recomocer las situcciomes signiendo cemi- ‘sos mentales abreviadas. Sus postulados son loz de Freud, algunos te Los cuales ba modificada, He otal wn libro, basada sobre Ia experiencia, le experiencia de “sentir coma propios” los sentimientos de grea mimero de muche- cher y mujeres, Ex su papel de consejers de mchas muchachas, camo priccanelista que ba estudiado numeroes nenrdticas, como Liqaéatra en les satas el Bospital, la doctora Deutsch Je tenido ‘extraordinaries oportunidades clinices pera observer la conducta de mujeres de todos cdades y clases. Adievtrade por Freud + trabajando on él durante ios, la wutora bebla ef lengusje patcounalitico; pero en clla la courprensién ocupa siempre ef primer lugar, detempetendo dapeles, secundarios la inderpretsciim >» ta teoria subsignionte, La adore compreude 9 expoe la forma en que lat weuchaches adolescents actian, 7 cla arroja una uz acerca de algunas de les pertucbaciones provocadas por ciertas muchachar extravagentes, gue stan lugar « le intervencion de la policta. AL deserroller of tom la scafora subraya el becho de que los eiributos adultos de la femineidad ducdew ser consccucncias Higieus de las frimeres reacciones, Et papel del sextimiento «3 més insportante; las souferes parecen poner en sut wides mids sendiniento que ponen los hombres; de aqul que sm capa cided para observer y recorder pecruesios dedalles sea mayor. De esto duede surgir le infuicién, "la ands uotable caractertslics de las mujeres. Tales son algunas de las principales ideas que encaentro en este libro, Existen, como cx natural, puntos de filosofte > me- todologis incompulibles con mi modo de prmsor, pero trétase de detalles, El libro es una reel contribwcién, un texoro de fuformactin cerca de la jsicologéa fementna. Bs importante para todas nosotros, dndtese de padres, maestros, eserilores o pagnielrss. Sraxter Coms, PREFACIO #808 el comienza de mi cra psicoanalicics, mis investigaciones 4 han centrado sobre los problemas de Ia psicologia femenina, Los primeras resultados de estos estudios fueron publicadar en un fico titulado Psiconndltsis de las fancioncs sexxales de le mujer’. El propésita de este libro era hacer wna expasicida sistemitica del desarrollo instintive fomenino y su refacién con Ia funcign re- prnductora. Me doy perfecta cuenta de que los datos empiricos de ita publicteiin eran insuficientes y necesitabin ser completados Som auevo material en una ulterior publicaciém. Deale entonces he continuado hacienda cbservaciones y rcaniendo material, pree sentanda de tiempo en ticmpo lor resultados de estas obscrvaciones en diversas publicaciones. Me doy cuenta de que ahora ct nesesaria revisar mit anteriores conceptos a la lux de ests larga. experi aceptando aquellas que han resistdo Ia prucbs de wlkeriores invest gaciones y corrigiendo 0 descartindo aquellos que han resultado falsos. Muchas ideas expresadas en mi Iibro anteriag ham sido aceptadas oe otros avtares y completsdas y enriquecidas por nuevse obser- Yationes, La obra que yo presento shora complements 1x anterioe ‘0 ilo can mis experiencias, sino también con contribuciones hechas er otros atttores, sobre todo por Freud en sus ilsimas publicaciones raferentes a la psicologia de Tas tmujeres. ‘Alguaos de fos problemss de Ia femineidad aqui expuestos han dado lugae a vivos debates. Esta diferencis de opiniia se ha debido- ‘muchas veces « una mala comprensign y a una vaguedad de las det nicionet, por ejemplo en xelacién com los conceptas psicoligicos de "masculiao-setivo” y "femenino-pasivo". Tales conceptos eran di- rectamente aplicades a li energia de los instintos sexuales, y esto: condujo a una confusiin de los fendmenas psicolégicos y biol’ ices, Eatd, pues, justificads Ia insistencia de que estas dos esferas no deben ser confundidas. En cambio existe una tendeacia cada vex mayor a cxplicar la Derren ML limp A aedbden Saealfonklier neerase,Poyeboan, vet Ex pacoLosiA OE LA MUSER conducta pricolégics diferenciads de los sexos basindose en factores educativos ¥ culturales y a reducir a un minimo el papel descm- penado por los factores bioldgicos y anau Jamas ha negade que e medio sacial es de maxima que rea problemas y determina cémo han de ser resueltos. El capitulo final de ee libro se ocups de esta cuestién y expone ef concepto pplicoanalitico de la psicologis femenina a la luz de las condiciones Ss so a Nema rh 4 : ‘Aunque Ia psicologia psicoanalitica fue conseruids orjginalmente sobee la teoria de lor instintos, sus fundamentos se han ampliado fnotablemente, El instinto de aucoconservaciim, el instinto de agee sign y of instinto de muerte se han diferenciado de los instintos sexuales, y Ia investigacién psicoanalitica presta cada ver mayor interés 2 fa prcologia del yo. En este libro se hace uso de la teoria pricoanalities de los instintos para iluminar el fundamento bioli- gico del cual surge Ia personalidad psicoldgica de las mujeres, Aun~ ‘que el medio social por una parte, y lor faccores bioldsicus por otras tienen notable impertancia en relacién con las manifestaciones psi- colégiess, deben subrayarse en este lugar las cxperiencias afecti- vas individuales y los conflictor relacionados con ellis. fates 0 pueden ser reducidos a Ia influencia bioldgica o a [1 socioldgica, aunque existe un constante intereambio entre estos factores. El pro- pésito de este libro es expliear la vida psiquica normal de las muje~ tes aus conflievor normales. Conocemos que el grado de salud psiquica no esti determinado por ls ausencia de conflictos, sino por Ia coaveniencia de fos métodos utilizados para resolverlos y domi- narlos, La patologia revela los conflictos normales y nos ayuda a comprender los procesos normales ala luz que mos prestan los pr exis patoligicos. La mayor parte de las contribuciones pricoanali- ticas 1 Ia psicologia normal ha sido hecha a través de Ix patolo- ‘gia. Para el estudio de Ia pricologia femenina la conducta nerética € particularmente rica en deducciones. Por esta razbn citaremos fon frecuencia historias clinieas de neurosis que nos servirin de prueba; los fenimenos que reflejan, aunque no sean “normales”, fepressntan muchas veces tan eilo una modificacign o intensificaciéa suantitstiva de lor "normale", y asi_pueden proporcionar aha ‘especie de imagen macroscdpica de aquellas coms que el psiewandlisis ‘estudia miceoscdpicamente. Se bo ceprochado muchas veces al psicomnalisi el hecho de que tan séla vsa en nimero relaivamente pequehio de términos para escribie In extrema complejidad de la vida psiquica, y que reduce PREPACIO slemapie las més variadas manifestaciones a un nico proceso dink mico. Los tipos de pruebas con gue sus teorias son mantenidas han sido tachadas de faltas de objetividad. El primer reproche se origina del erréneo concepto que $e tiene (i la Geet Gut Les paaldcy'spleatotm yl Gorabrae Bar res seguir la pista a las manifestaciones psicoldgicas hasta Megar a sus genes, para descubrir Is conexiones de todos los fenémenos iicos y para revelar au origen comin en tendeneias ins definidas. Pero tal exfuerzo on la simplificaciin y generslizaciéa no e5 peculiar del psicoanilisis. Es el objeto fundamental de toda Ia investigaciéa cientifica, y en el psicoandliis repreeenta Ia sua de onocimientos obtenida empiricamente. El segundo reproche —el de que el psicoanilisis no puede man- ‘ener sus teorias con datos objetivos directos como pueden haceclo Jas ciencias experimentales— esti jurtificado, Sin embargo, a peiar de exte defecto, el psicoanilisis ha sido capaz de explorar una of cara regidn del alma que habia sido siempre —y probablemente per- manecerd siéndolo— inaccesible 2 los studios mis objetivor. De todas modos, en I actuslidad le es posible al psicoandlisis vencer en cierto grado este defecto. Debida al earicter bislégica de la te0- ria pscoanalities de los instintos, su aplicacién al proceso somitica es cada vex més frectifero, y los descubsimientos referentes a Ix incerdependencia de los factores orginicos y psiquicos han modi- ficado nuestro concepto de ambos, seflalando a presencia de un denominador comin, Los procedimientes relativameate objetivos empleados en el estudio de los problemas saméticos aumente tam- bin la posibilidad de obcener mayor objetividad on el andlisis de las Factores peicaldgicos F} material utilizado en este libro no se limita 2 mis observacio- nes personales en el curso de cratamiontos psicosnaliticos, Proceden de casos e historias clinicas recogidos par otees observadores —mé- dicos y socidlogos— sin prejuicios a favor de alguns teorix prico- légica. Las historiae rutinarias de Tas salas de hospital peoporcionsn una fuente de informacién particularmente impartante. No hay nique decir que tan slo he hecho uso de aquellas que me par irreprochables © de aquellat otras que pode comprabar en el con- tacto personal con los pacientes rexpectivos. Otea parte del material procede de los archivos de diferentes organizaciones de asistencia social, Este ensayo para obtener una mayor obje im idad no convencerd Lx Pawotoais OF La MUgER 4 quienes teagan prejuicios, Freud solia decir algonas veces hu- mosisticamente: “A través de todas las edades +l problema de las moujeres ha sido un enigma para la gente de todos los cipos; ustedes, Jos hombres, ya han reflexionado suficiencemente sobre sa cuestin, en tanto que san hombres, De [as mujeres no puede arse eato, puss ustedet, les mujeres, son el enigma para ustedes mismas.” Sin embargo, ¢l desso de las mujeres para poder resolver el enigma de su propio. yo; sa contemplaciin introspectiva de su propie priquis, su expscidad para lz identificacin con otras mujeres, son factores positives que pueden componsar abundantemente el rmunor grade de ebjetivided de wn observador femenino. Baa iy nme ara em Yon comrade an Ja fiteraeves, que, aunque es mene objeciva que la abservackén cli~ er Oe erode eg inspiracién. En de- finitiva el ebjeto de toda investigaciin no es la objetividad, sino Is verdad. ris pebid a Hs diverse Toenter en que se ha recopida el rmacstl, y la continua nacesidad de deseiarse del orden cronatdgico en Ia ex posicién, cada una de los capititos de ese Fibro esti quix:i menos integesdo de la que seria de desear. Mientras ol tema principal y la serjacion de los capitulos fueron establecidos desde el comienz0, ada capitula adgwisre vids por st mismo en el cursa de Ix obra. Ha sido, pues, necersrio introducie algunas considéraciones de natu taleza general para explicar y complecar cada terma especial. Paper que ef materis] en sa conjunts y lh concepcién de Tos. diferences problemas aludidos queden asi unificados a pesar de la repaticién y Ia superposicidn inevitable en tal método. ~ No hemos dedicado un capiculo especial a 1x infancia de la mujer, Paes aelzear lis relaciones entre ti psicologix de la mojec adulra y Is de La nif poquefia parece preferible romontarse a la fore infantil en una relacidn contextual con los problemas cspeciales fe lo adultes i a ‘ces necesario ofiadir algunas palabras par: caplet la or jzacidm de mi material. Me acupo de tres tems diferentes, aun~ ee mlacionadex El primero orefiere » Ia expocibn de Is vida Pricoligiea de lax mujeres partiendo del desarrollo. psicoligivo, de fa muchacha hasta que legs a ser mujer, proceso que se completa fisioldgicumence con el comienza de ta menstruacin. En el curse posi 1 eron, Se Tedrlactry, lester om pochowoayiy, Tealae. por Joun ‘Risin, Alien oe Una, 1929, plas 106, de este proceso xe establecen los fundamentos de la. personalidad femenina y se forma definitivamente lo que yo denomino “el alma femenina”. El anilisis de esca alma femenina canstituye mi segunda tema. He dedicado un capitulo especial a esda uno de los tres rages csenciales de la femincidad: narcisismo, pasividad y masoquismo, y {a exposicién del narcisismo se combina con una descripeién de los principales tipos femeninos. Pero ta observacién revela la eniste de tipos de mujeres y modos de conducta femenina que parccen desviarse de nuestro concepto de femineidad. Mi tercer tema & el anilisis de este aspecto no femenino de la feminsidad, Aqui intenté localizar el alma femenina por debajo de Ia superticie, incluso cuando Ja conducts pricolégica o sexual parece contradeciela @ cuando la ‘presidn social obliga a las mujeres a asumir funciones “masculins”, ‘Los tres altimes eapitulos se ocupan de este problemas Debido a a abundancia de material resulta imposible ocuparse del problema central de Ia femineidad —la maternidad— dentro de los limites de un volumen, Por tanto, Is dualidad fundamental de Ia mujer queda formalmente dividida: el desarrollo individual y la personalidad de Is mujer constitwird el tera del primer volumen, Yu papel coma sierva de la especie ser4 el tema del segundo volumen, Como Ia exposicién de la vida psicolégica de las mujeces en su iuncidn reproduccors exige la constante referencia 1 los rasgos fun- damentales de la femineidad y al desarrollo psicaldgico de ln mucha- cha, segin se definen en este estudio, las dos partes se contindan. Sin embargo, cada uno de los voltimenes, dentro del objeto de su tema cs completo por si mismo. Deseo demostrar mi gratitud a Mr. Norbert Guterman por su ayuda en la preparaciéin editorial del libro. Mi agradecimiento, también, a los editores de la revises Psycho- utic Quarterly por permititme mencianar dos casos de mi trae bajo "Sobre La homosexualidad femenina” (vol. 1, 1932). Hever Dewrscr. » CAPITULO Pantene PREPUBERTAD Linc hiseor el psicounlisstueron expuesos po Si muad Freud en sus Tret contribueiones 4 da teoria del sex’ Dé las observaciones comprensivas y de gran importancia clinica hhschas en los adultos neuréticos durante un largo perioda de tiempo, Freud dedujo las leyes del desarrollo sexual en el nif, Mis tarde, analistas denis, trabajando en diversos pares, han cenfirmado ampliamente sus hallargos mediante observaciones directat y 803 han dado una visiém de la pricologia infantil que va mucho sis alld de los conceptos originales de Freud, La teoria de Freud de que far primecas fases del desarrollo del nifio, las Iamadas_pregenitales, er decir, las fares “oral” y “anal”, son las mismas en. Jos varones y en las hembbras, debe ser modificada como resultado de las investigaciones ulteriores. Aunque estas faxes dan a ambos sexos el mismo tipo de satisfaccién instintiva, y las fucntes orginieas de los iestintat ssi come la petsina que ocupa el centro del ambiente de la satisfzecién instintiva, la madre, son las mismas para niios y nifas, el observador objetiva puede distinguir claramente diferencias sexuales 4 pesar de estas identidades aparen— ter? El climax de est diferenciscién ge alcanza en la llamada fase ‘“filica”. Durance esta fase Ia diferencia anatémica entse les texos, aunque observada previamente por ol nifo, adquiere una significa cién especial. E] orgullo del muchachivo por sw drgane masculino, sux temores refecentes a dicho Gegano, lat comparasionés que esta- blece entre dl mismo y otros muchachos y muchachas, coastituyen rut interés principal. Procesos paralelos tienes: lugar en la nifia, pero en su vida paiquica el orgullo es reemplarado por envidias y el temo de perder su drgano cs suttituide por complieadas reacciones senti- -mentales relacionadas con la no pasesidn. Em ambos sexos las reaccio- 1! Poa. S- Ther eating to the theory of rex. New Yorks Mere Mant. Di Puls Co 1318, 2" dae. suena deb canteoveria¥ confi cue du. lage ln seinen in viet y Meni tte de a pula “meine” nso luepad tara Teepe eck Importance crn Inet i nes emotivas relacionadas con lor genitales se reanen de ordinario: bajo el termina “complejo de castrseidn™. i El interés del exmpo antes inexplorada de la sexualidad infantil deseubierto por Freud va dando shorn lugar a un interés coda vez mayor por el desarrollo. del yo infantil, y de squi que exists ana pelos beers apceley araraepte spr ene sceualidad el interés cientifica por la psicologia infantil se concen- teres er vibeaser pert deca Ie steady eal deal ee ee ae ‘hecho una significativa contribucién en este campo mediante sw doscubrimiento de que elementos importantes del desarrotla prico= ligieo que no parecen tener felacidn alguna con los impulsos sextales, pueden, en dltimo término, ser referidos a ellos. Axi, Ia curiosidad sexual infantil, que, como sabemos, alcana su. miximo iaverés du ante la fase “falica™, manifestindoce en primer término por su preocupacién por la difecencia anatémica entre los sexos, contribuye a desarrollo de una curioridad cada vex mis genoral. Este interés, sexual en st comienzo, se continda en la sublimaciin del Hamado poriodo de latencis. Muchas fuerzas anciales © intelectuales del ser humano en maduracién se derivan de los initiatos de la infancia; el proceso de ajuste a fa realidad se hace cada vex mais activo y alcanza su miximo al final del periodo de latencia, en la prepuivertad. Ssbemor que Is liberacién infantil con respecto 0 los. imopulsae rexusles durante el periodo de latencia es tan sélo relativa; en cam- bio, no hay duda de que, inversamonte, la fase infantil que precede rno std exclosivamento constituida por el desarrollo coxual, y que el setivo ajuste al medio, of impulzn a conquistarle, y muchas otrat feerzas que no son la sexual, estin presences en el nifio desde lor primeros camicnzos. Durante el perioda de latencia, el interés del nifio por los problemas sexuales disminuye notablemente, pero no llega a dosapareces, ‘Toda ta dinimica interna, todos los impulsox ‘en exce periodo de incitaciones sexusles debilitadas, pueden ser wil zados para ef desarrollo del yo. El ejercicio y la educocién Forsifican el yo-en su lucha por Iiberarse de Ls fuerzas inscincivas infantile, y ulteriarmente facilitan la adaptacién ala realidad y su soclaliraciéa. Dentro de Ia trama familiar, los lazos infanciles sc liberan shara de fac escorias de fa sexualidad. La ternura toma cl lugar de Tas necesi- dudes erdticas, Ia actividad el de la agresiém infantil, ete. EY psicosnilisis et por excelencia una tcorla evolutiva, y hasta caando habla de "broter en el proceso del desarrollo ss refiere a incensificaciones mis 0 menos revolucionarias de Ins procesos evola- PREG nER TAD ‘vos, Asi, cuando consideramos la pubertad coma una tevolucién oldgit2, nos dames perfecta cuenta de que es timicarnente vn brote hacia adelante desde fuses evolutivas previas. Es corriente en la jetga pricoanalities definir la pubertad como “una nueva edicién del pe- io infantil". Pero no hemos prestada suficiente atencién a la actividad preparatoria de Ja que depende completamente la pubertad, th forma pretrevolucicaaria, por asi decir, que daming ea la pique durante ol periedo que precede inmediatamente a Ia pubertsd, es decir, en Is prepubertad, Diebo confesar que mi informacién acerca de ertor processs no iempre tiene Ia indiscutible autoridad de la obseryacién personal directa, Mis fuentes son, en primer término, mujeres que he ebser- valo en ef curse del tratamiento psicoanalitico y cuya conducts sélo pedia ser comprendida como una continuaciin. directa de la pre- pubertad, y, en segundo términa, muchas muchachas en Ja edad evcolar que han conmultada al paicoanalista acerca de las dificuleades fxperimeatadas para adaptare ast medio, que les obliga a. ser “litres” y “modemnas*, De ordinatio es un conflicto consciente, wn sentimiento de desamparo, el que Jes induce a consulcar a un psi- quiatra; pero muchss veces buscan ayuda debido a su estado de usta ya sw incapscidad para realizar cuslquiee labor, Em la breve pricoterapia que yo aplico en tales cacor intento sobre todo obtener wna informaciin detallada acerca de ta pubertad y de la Prepubertad de la eaferma. La tercera fuente ha sido la observacién, sliniea directa y gran niémero de historias clinieas de machachar que lun enfermida psiquicamente 0 que han presentado difieuleades en su educacién durante la prepubertad, Muchas manifestaciones avoldgicas me han permitido penetrar en los procesos normales, Yn cuareo lugar, y no 4 tina fuente despreciable, not hemos valida ade ls obras literarias en las que Ia intuickén artistica ha contirmado muchas veces con notable claridad lo que nosotros hemos recons- Fruido penoiamente mediante las observaciones objetivas, Defina Ia prepubertad como exa tiltima fase del periodo de 1a- tencia en Is que, sunque pueden descubrirse ciectos precursores de los futuros impoleos sexuales, su caracteristica es fa de estar desligada, fn om grado méximo, de la sexwalidad infantil. Es una fase en la que fos instintos sexvales etn en su grado mds débil, micntras el des. arrollo del yo es mas intenso, Esta definicién no csti de acuerdo fon Ia emitidas por otros autores, quienes piensan que la prepuber- tad pe earacterina por las necesidades sexuales intonsificadas que mar ean el comienzo de Ia pubertad. Para los fines de mi exposicida 7. EA PROLOG BH LA Nisin parece preferible considerar este ascenso de Ia sexualidad como per- teneciente a la siguiente fase de la pubertad. La llamo prepubercad pretrevolucionaria, debido a quoy como mis tarde demostraré, las fuerzas que se retinen para combatir los impulsos sexuales en la ubertad se preparan en la prepubertad, ol periodo de maxima liber tad por lo que 4 refiere a laf incitaciones sexuales. En esta fase la Reique humana e un gobernante sabio que forja sus armas antes de que el agresor aparenca. Ex dificil establecer la edad exacta en que la prepubcrtad, segiin yo la concibo, aparece, Los periodos de teansicién entre las diforen- ‘ter fasts no ofrecen dicontinuidad, y el intento de construir y dofinir de mode precisa un periodo de desarrollo conduce al error ‘de trazar lineas demasiado netas, Sin embargo, hasta ahora no‘sc ha encontrado 1 forma de climinar este defecto, Creo que podemos limitar la prepuberted entre los ais 10 y 13, no olvidando ol hecho de que sus manifestacionts se continan en la pubertad, y, de igeal modo como ecurre con la pubertad misma, pueden incluso persist hasta la edad del climaterio, Todas nosotros Mevamos hasta avanzeda edad nuestro infantilismo, nuestra prepubertad y muestra puberted, aunque en variados grades, El camino mils ficil consiste en tomar como punto de partida el desarrollo fisioldgico que en esta fase de la wida es particularmente importante para 1a determinacién del desarrollo pricoldgica, y Ta aparicién de Ia menstruacién puede consticuir Ia Tinea Kimite entre Ia prepubertad y la pubertad. Pero nuestra observacidn parece de- mostnir que, aunque la menstruacién es la clave para Ia pugna de Ia pubertad y tiene gran significacién en Ia psicologia de la mu- chacha, no podemos trazar tn paralelo absoluto eatre acontecimien- tos fisicos ¥_psicoldgicas. Se encuentran muchachas que menstruan antes de alcanzar la pubertad psicolégica y otzas que penetran en la putbertad psicoldgica antes de que sparczcan los signs fisicos correr- pendientes, Oro tanto ocurre en el climaterio: existen an agotadss que aun menstruan y mujeres que permanccen vigororas y juveniles después que se ha presentado el climaterio Fisico, ‘Teniendo en cuenta nuestro concepto de la prepubertad, zqué podemos considerar coma tipica de las muchachas en csta fase? ‘Todas aceptamos, siguiendo 1 Freud, que el desstrallo de [a mus chachas para llegar a ser mujeres se inauguea por un aumento repen~ fina de fa pasividad. En 1925 expuse el concepto de que un “brote 1 9p it de actividad” precede a esce-aumento de pasividad. En mi opinién, ‘este brote de actividad e la caraeteriatica principal de [a prepubertad, A este respecto muchachas y muchachos som lo. mismo, dado que en el muichacho fa altima fase del perioco de Yatencis t¢ caracteriza también poruna intensificacién de Ia actividad, Pero la forma y contenido de esta actividad son claramente diferentes en muchachas y muchachos y dan a Is prepubertad de las muchachas un caricter muy especifica. Creo que el Brote de actividad cepresenta no un aumento de la agresién sino mis bien un proceso intensivo de adap lucid a la realidad y de dominio del medio, que s hace posible ‘por el desarrollo del yo. No puede negarse que esa actividad implica ciettas peligros para cl futuro detarrolla sexual de la muchacha, es decir, para su pasividad fucura, ‘La actividad intensificada caracteristica de Id prepubertad sieve para movilizar los talentos intelectusles y artisticag del nifio asi ‘como: sus aspitaciones, esperanzas afectivat, nuevas tendencias a la identificacion, etc, Sus fuentes radican en el impulse inherente def yo hacia ol crecimiento y [a indepondencia. Desde la primera infan- ia existe en todos los individuos normales una incitacién al det- arzolle y a la adquisicién de alguna cosa. Este impulso es particu- lasmente fuerte en la prepubsrtad cuando In muchacha de 11 aos vive en un mundo situado entre el pasada y el futuro, entee la i fancia y el estado adulto, En este periodo se obserya también us aflojamiento de los lazos afectivos de la infancia y un aumento del sentido de la responsabilidad y de Ia independeneia, La renunciaciéa Ja vida fantéstica infantil ex de méxima importancia para [a mu- chacha en su desarrollo, Esto se cumple principatmente por Ia busca de nuevos objetos con que relacionarse, ¢s decir, nuevos objetos que amar, que odiar y con que identificarse. La necesidad de set conside- fado coms adulto es grande cn exta época, y la batalla para obtener 8a comideracidn es muy aguds y doloross, debide a que el joven, nou inseguridad y mevesidad de ser protegido, tiene un deseo incons- ciente de seguie siendo nifo, Asi, la muchacha joven lanza una ofensiva contra-el medio, y SU atma principal es el esfuerzo por ajustarse « él. Esto implica una “vuelta hacia la realidad es deci, otra caractcristiea de la pubertad, intimameate eelacionada com el brote de actividad. Antes dé que pueda comenzar la ofensiva debe adquirirse un cierto grade de vigor del yo, pero también es ciecto que Ia actividad y él esfuerzo para dominar «l medio sirven para construie un yo fuerte que lleva al nido hacia el estado adulco, Existe una analog 19 La Pucoronta on La ates esta reciproca relseién pitoeolégica: 1a actividid muscular ‘implica la posesiin de cierto grado de vigor ¥ desarrollo musealar, pero al mismo tiempo auments el vigor y el desarrollo wlteriares, de Ja prepubertad se aprovecha de diversas modos y sobre tode Ia historia eta vuelta hacia ln realidad individaal, Los acontecimiencos de 1a primera infancia, las influenciss del medio, Ios talentos particu aces —en otras palabras, todos los elementos de In predisposicion y consticuciém de la muchachs— dan 2 este desarrollo. ra contenido individual. Su forma es determinads por el medio cultural y social. ‘Al exponer 1a formaciéa de Iz personalidad en Ja prepubertad hemos ditigido repentinamente nuestra atencién al problema de la idemtificaciéin. Cuanco més dahil es el yo del nifio tanco mis reewrre a la identificacién con los adultos en su ajuste al munda exterior. Este proceso ex ahora mis complicado que antes. Muchas veces co- metemos cl error de suponer que Ia identificaciém con Ia madre da Jugar a la “femineidad” en 1a personalidad del nifio, miencras ls identificacién con ef padre producieia [a “masculinidad”. ‘Yendemos a olvidar que en e} amplio campo de Ix relacién padce-hijo des- arrollada en el curso de la infancia no existe ni una sols idex cumeo Hidada de la madre o del padre. Existe una madee armada y una madre odiada; tuna madre ideal sublime y otea sexual despreciables tuna madre que he castrado 1 padre y otra que ha side eastrada por él; una que cuida a fos nifos y otra que fos mata: wna que fox nutre y otra que los envenena; existe, pues, In rival y la personifi- caciéa de la seguridad y de la protecciéa. De modo anslogo existen muchos diferentes padres que crean una serie de posibilidades para a identificacién. La eleccién de los objets para la identificacidn en a pubertad depende amplismente de estos primeros fendme- nos. La forma en que el niiie revwelve, en Ios primeros perindos, soe sentimicntas de ambivalencia en conflictn ¢s también. importance. Mucho depende de si es posible ta identificacién con loa ‘objetoe amados, o si ly intensidad de les sentimienta: de culpa, agresivos ¥ iolentos, propios del aio le impulss, cualuicra sea cl sexo, a Ia identificacién con un objeto maligno, punitive, doliente o inclusa muerto. Cada tuna de estas posibilidades se hace mix fuerte en este pee riodo de bisqueda activa de métados para fortalecer el yo, e infh fobre el cordcter de la prepuberuad del wine. Semultgnesmente puede obscrvar la tendencia 4 abandonar las primeras identificaciae 20 nes, La muchacha joven comienza a criticar extrsordinariarnente 4 us padres y porticularmente 2 su madre: desenvuelve una forma realiota de abordar el mundo exterior, disuminuyendo um hipérestiina- cién infantil por sus padres y haciendo frecuenternente enérgicos ensayos para ser diferente de ta madre. Esta critica despectira. 0 exe ertcblecida de un moda Iégico. Por el contrérin, la muchacha que en au hogar critica todo, muchas veces intents hacer creer a excucla que sus padzes ton extransdinariaménte importantes y arit- cratas, Con frecuencia narca historiat completamente falas que Yon glorifican, historias que nadie cree y que no deepiertan interés fa forma que adquiere en Ia pubertad la Harhada “novela Ea su secosided para independicarse, la muchacha tin- ide a romper todos les antiguos vestiging de identifizacion, y como no esti preparada para la indepenilencia te eatablecen compromiios Por ejemplo, In muchacha puede colocae Ia familia do wna amiga cn cl fugar de le suya propia, y narra en su hogar fo marsvilloms que son. trades’ las coms en ta casa de su amiga, a eear de que el standard de vida toa muy inferior al de sa propia eega. Le muchacha pede también sentir wn amos apasionade por tana macstra a quien atribuye un yo ideat-can todas las cualidades dle que su mulie Tal feaciia indie clarapant a depend ‘con reepecto a la madre, y muchas voens nos rnatavia que !4 madte vea una petsona mucha més fina y educada que la miacstra sdorada que la ha desplazado, Ls evidence explication de este fenimeno se tbasa en que la relacidn can la madre e4 extencedinariamente serbi~ valente, y parece afectiratnente mit tconimiro resolver ete con. flicta de smbivalencia creando una separacion entre [a madre v la maestra. El amor por iz maeitré es también sn compromio que hace postble cvitar ef peligia de la dependencis infantil eespecta a la madce, Pero Ya adhesin a fa snadee 2s exprotails en el mundo exte- ror en relacidet coa ests nuevo objeto. En le poepubertad de fos rnuchachas te adhenga la madre representa un mayor peligcd que Ja adhesion al padre. La raadre es ttn gran obeticalo para el deseo ae fs muchachs de desarrllacee, sabernos que el cstacho de “infantilismo psiquico™ que se encuentra fen muchas mujeres adulcas es el resultado de ana adhesiin no rex auelta a ba madre duitaate la prepubertad, De todos modo, el dese ce dees eas Yate plizamiento de los antiguos objetos de identificicién es por «4 mismo tum cierto paso hacia adelante y algunas veces crea cee sociales ¢ ideolégicos. Tl nueva objeto de i puede ser realmente el representance de un mundo mis progresiva y mis ideal En otros ejemplos es muy interesante que el abjezo elegido sea una persona despreciable sexuzlmente, Cuando se examina detenidamen- te, esta eleccién. dirigida hacia lo opuesto de Ia madre o hacia una imagen inconsciente de la madre concebida coma predominantemente sextal, revela la dependencia de la muchacha. ‘Como es natural, las relaciox h \ z ines con hermanos y hermanas des- empedan un papel importante en la lucha para adguirir a ee adulto, Durante el periodo de aumentada actividad, uaa muchacha, que durante su desarrollo ha escado al lado de un hermano, puede csforzarte por parecer no sblo ya desarrollada sino también varonil. a Berman de Is-muchachs, especialmente si et algo mayor que lly por tanto va a [a cobera en Ia carrera para Tegar al estado ailing o objets de catitia'y de ota, @ mir canioan w conte: ada como tna figura ideal. Con mucha mds frecuencia son elegidos coma objetos idesles un amigo de la hermsna, Ia hermana de un amigo 0 tun antiguo compatiero de la escuela. Debido 2 que tal ident. ficacién puede ser realizada ripidamente por la muchacha, esta clee- cin expresa el sentido de lo real, que es earaczeristicn de tas mu- chichas en la prepubertad. Tal relacién con una muchscha de mayor eded susle ser peli- ron, pes deta putde informar a hi anis poqueha de setor pars lot cuales atin io est madura, Volveremor sobre esta. cuestida. mis adelante. : Aparte de esto objetos mis importantes de idenvificacién exis- ten otras muchas figuras temporales, coma Ios personajes que $e encventran en Hibros, peliculis cinemarogrificas, ete. Estas diversas Shei ol se be phen bi ts else ‘como un metanismo de defensa? y que so presenta en perronali- ades cquizoides como expresionees de un estado Rhos pe igico ®, demuestran, cuando se examinan decenidamente, que tienen um eardeter completamente sspecfica en Ia prepuibercad. Nos tren viramente 3 la memoria clertor juegos de los nifios pequetios, y atecen ser tuna “representacién'" de esos desea transitorios ¥ con- Pas. Eee de tno ie ol Ye sdiehdria Rodi Genre at tree ee 2 PREP UREA TAD cientes que expresan la idea “esto et lo que yo quiero ser”, Es digno Ge notar que esta repeecentacién: tiene un: carfecter conereto y real completamente diferente de las fantastas, “Un deseo interno fuerza ala muchacha en la prepabertad a actuae, Debe dirigirse hacia 12 realidad y facilmente puede obseevarse ten este periods Ia cendencia a considerar todas lis cosas més realisti- cameate, Frases, timbolos, ete., estin dotados de un valor de com- pleta realidad, y esto, combinado con la tendencia a experimentar directamente las cosas, da lugar a que sus acciones sean extraordina- rlamente extrafias, Consideremos, por cjemplo, la conducta de cierta muchacha de 12 afios que se estaba preparando pars su primers presentacién social, Estaba stormentada por angustias y sentimientos de inferioridad, y sobre todo temia no ser considecada como sufi- cientemente “grande”. Habia peinado su cabello de ua modo com- plicado para parecer mayar, y el peluquera le profetizé que segurs- mente los ojos de todos los muchachos x volverian haciz lls. Durante horas practicé ante el espejo los gestos de una femme fatsle, pero cuande llegé la noche se mcgé a asistic a Ia fiesta. Se eneontral dominada por un terror pinico de que “los ojo de todos Tos muchachos se volvieran hacia cla” y no queria cargar tobre s con- Ciencia las teeribles eonsecuencias que aquello produciria. “Ye no pacdo easarme con todos las muchachos que se enamorén de mi PY qué harian entonces estos pobre: muchachos?", exclamaba press de desesperacién. La fantasia que ella tomé de un mundo exterior fue inmediata- mente doteda de realidad y aplicada pricticamente en Ia forma negativa de un rechazo a actuat. ‘Debido a las limitaciones de su propia delicada personalidad, In muchacha joven eecurre a todos Ins mécodlos para dar contenide y Dropésito a suit actividades, Por ejemplo, devacroila un plan detalla- Mo de vida que sigue estrictamente un breve tiempo y Iurgo lo reem- plaza por otra. Intenta: modelar su existencia segin los caracteres Cacontrados en los libros o en la vida real. Algunas veces hasta llega + tilizar anuncios de los diatios. Después de emplear un cosmetica muy anuneiado, experimenca ingenuamente todas las satisfacciones de una bella y encantadors mujer. ‘Ejemplos interesantes de tales identificaciones en una muchacha de 12 ahos se encuentran en Junior Miss de Sally Benson '. Ningim ‘estudio clinico ai ertadistico nos informa tan bien de la paicologia 3 fsaow, Se Pani min. New eek: Randon Houn, 1941 2 La macotodis GE La sxeren de Ia prepubcrtad como la hacen los pequesias episodics de Ia vida de Judith deseritos por este sensible ¢ inteligente autor. La javen Judith incluso hizo de su propia persona un objeta de identifica ida, siempre que al obrar asi desempeiara un papel atructivo. dea initio. Por ejemplo, despuds de haber visto una obra en ta que ta heroia era una hija que se sicsificaba, desempeds el papel de una smuchachs joven que amaba tiernamente a sa padre, a quien cuidaba mis que a cera cota en ol mundo, ¥ quieds completamente desilusio~ nada por I prossica respuesta de su padre. Un nifio pequesio hu bbiers hecho intervenir al padre ea a trims; una muchacha en ta pubertad hubiera llenado su vida interna eon fantasias referentes fu siruacide, Pero Judith, que estaba en Ja prepubertad, "desempe- faba un papel”, Un poco mis tarde, al aceecarse a la pubertad, esta manera de desempefiar un papel fue seemplazads por el deseo de legar a ser actriz, Orra actividad que desempefian las muchachas jévenis sa cons- tinua intervencién en Jos ssuntos de los adultos, 1. iosidad, averiguan todas las cosas, hacea. 18 propia interptetaciéa, Jo que ven con su imaginacidn, de ordiaario no excesiva- mente rica, y toman sobre si an papal active ausiliar © perturbador. En su mayor parte se ideatifican con personas que aman apasiona- damente 0 con individuos de algiin drama, que sufcen al scr some tidos a uns persecucién, es decic, no los buscan en un mundo fantis- tieo sino en la pesada realidad, Muchas. veces sus actividades som de ‘caricter hipomaniaco y coastituyen un desasosiego para. todos los ‘que sodeen a estas mnuchachas, pasticularinénte cuando existen ade- snis tendencies agresivas, Un papel importante es desempesade también por el seercta, la -contrspartids de Ja curiasidad on la prepubertad, La muchacha de 12 afios siempre cree que todas tienen secretes: necetitan conocer lo que ceurre en Ja vida de cualquier otea persona, pero al mismo tiempo se radean, de secretes, Por eito necésitan una compara y muchas veees [a encuentran an tina muchacha de ou peopia edad ‘en un grupo de amigas. La necesidad de toner orceetos se dirige de cardinario contra los adultas y sobre todo contra la madee a Ai sus- tieuta, Como rovancha contsa Is madre que mantwvo secrctor desde la infancis —ete visjo reproche— shoss, x ! edad de In actividad sumentads, toma la forens de tener secretes prapics, El reproche “gpor qué ‘fla no me conts exo?” primecamente 2 refiere nou la ‘ocultacién del suceso sino al suceso misterioso en sh, En la peepuber- tad ln celacidn afectiva es transferida desde el uceso al secreto rexpec- 24 PREPUNENTAD toa ch Uncjemplo tipico era situacidn selacionada ean ef nachmisata de un hetmianito a hermanita: no es el nacimienta li raxin del se= proche eonsciente a'la madre, sina la ocultacién del embararo. FE hecha de que la mare, coma muchas: veces ocutre, hable eon free ewencia del macimiente que se va a producir, ex ignorado o repsi- tnida. La mismo cuere mis tarde com respecte 4 la menstruncién, La necesidad de tenet secretos xe express muchas veces de tin modo paraddjico. La muchacha joven se confia 1 cualquiera bajo |i ptomesa de socreto: "Usted ex la nica persona a quien yo cuenta esta. Jue que no'se lo referiré a nadie.” Y luego procede a conter nit teereto a a primera pervoms que encuentra, Larnecesidad de tener secretos y de revelarlos conduce + Ia inven ‘ita de mentiras cuando faltin sucesos verdaderos. Adi sume un tipo na: peligeoso de seudologia, sienos rico on Fontes! m= bargo. ¥ menos desarrollada que ln seudologia del ddolescentes Un niméra bastante considerable de tnajeres adultas conserva esta osesidad de confiar sectetos # toda ta gente. Ocapsmenos thors de Jo que acurre en la wide afectiva ide la muchacha joves durante exte periodo: EL silto desde Ia infancia esti mareado. por un enérgica intento de Kinitar Jos entiguo: Tees afcctivos, cepecialmence para escapar de la provecctin tierna o critica de la madec, Conocemos Ine dificuleades 4 lo intenta explicar a au hija que esti diypueita a ayudarls a ritel estado adulto que se avocina (incluso cuando este eniyo es sincera). Fi estado adulco. adguirido ean la ayuda de la madre noes atractivo, No existen dudai de que, a poise de lar ayoradores esfuerzox para aflojar los lavos de la dependencia infantil, porsisten muchos de Ios laze sentimentales de ta muchacha joren que fe vnen a la familia, Tales sentimientos soa muchas veces transferidos a personas que ton directamente sicewras 0 sustitutas de fos miem- bros de la familia (par ejemplo: macstros). La muchacha stente conscientemente que sw afecto se dicige a otri muchacha, bien x una muchacha mayor que representa su yo ideal, o a una muchacha fgual celia con la que ric ¥ juews, 2 1a que conffz sus secrets y con la que experimenta la satifaccién sexual fanocus tipica de cx edad. Le eleceiéin de este objeto es de mixima lunporuancia, pcs «1 uin alfer ego, una extensiéa del yo propia de In muchacha, idéntica ella en lo que se refiere a !a edad, intereses y deseax, En ste pe- iodo, cuando «l yo ya no es cape de ctear una nueva relscién afectiva con ef mamdo ciccundinte y ex dematindo débil para sentirse independiente, li muchicha joven corre el peligro de dif Ja madre encuentra as

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