EL MITO DE PROMETEO EN MARCUSE Y BYUNG-CHUL HAN

Herbert Marcuse en Eros y civilización y Byung-Chul Han en La sociedad del cansancio se apropian,
coincidentemente, del Mito de Prometeo, pero en un sentido distinto. Las diferencias en las
formas de esa apropiación reflejan de algún modo el pasaje de los procesos de subjetivación desde
una sociedad represiva a una sociedad del rendimiento.

Marcuse escribe Eros y civilización en 1955 en el contexto de una sociedad industrial avanzada y su
teorización puede ser enmarcada en la que Michel Foucault llama “hipótesis represiva”. Vale
aclarar que la apuesta represiva de Marcuse se presenta básicamente en esta obra. En El hombre
unidimensional al analizar el avance de la racionalidad instrumental de la pos guerra evalúa la
posibilidad de un poder no represivo, porque ya no hay en el nuevo orden social un control
disciplinario de los cuerpos. Desde esta perspectiva podría pensarse la teoría marcusiana como un
esbozo, de lo que Foucault, Espósito y Agamben, entre otros, llaman biopolítica.

Gilles Deleuze en Posdata sobre las sociedades de control empieza a marcar los límites de la
comprensión social a través del esquema de “sociedades de control cerradas”. Comienza a darse el
pasaje a un tipo de sociedad en la que el control no viene dado desde el afuera sino desde adentro
de los propios individuos.

Han entiende que la comprensión biopolítica de la sociedad en clave inmunitaria sitúa el control
disciplinario como eje negativo que posibilita el rendimiento del cuerpo social. Por el contrario,
afirma que la sociedad contemporánea avanza por un paradigma distinto basado en el exceso de
positividad que lleva al malestar individual y colectivo. No hay un control negativo sino una
ausencia de barreras. El "tú puedes”, incluso, ejerce más coacción que el “tú debes”, dice en La
agonía del Eros. Para el filósofo coreano la biopolítica se ha convertido en psicopolítica.

El objetivo de este trabajo es describir a partir de estas apropiaciones divergentes del Mito de
Prometeo el pasaje que se da en la sociedad capitalista, desde la sociedad industrial avanzada al
neoliberalismo, de la fábrica a la empresa, desde un deseo consentido a un goce exigido y,
también, la diferente relación de Marcuse y Han con la utopía y el poder.

EL PROMETEO DE MARCUSE

Marcuse plantea que la teoría de las pulsiones debe liberarse de su orientación exclusiva en el
Principio de realidad y que la imagen de una civilización no represiva tiene que ser estudiada en su
sustancia y afirma que “las fuentes y recursos síquicos del trabajo, y su relación con la sublimación,
constituyen uno de los campos más descuidados de la teoría sicoanalítica”. (Marcuse, 1983,
Pag.141). En este contexto plantea una nueva dimensión estética, en la cual la sexualidad se
transmuta en Eros, ligado en doble vínculo con su contrario Tánatos. Un deseo que se oponga a la
operación totalizadora que realiza el discurso capitalista por medio de la homogeneización y
uniformidad que produce el consumo de objetos. En ese marco se refiere a los “héroes culturales”
que siguen viviendo como símbolos de actitudes y acciones que han determinado el destino de la
humanidad. El héroe civilizador predominante es Prometeo que representa “el esfuerzo y la fatiga,
la productividad y el progreso”. A Prometeo, que es el héroe arquetípico del principio de
actuación, opone las figuras de Narciso y Orfeo “que niegan todo lo que sostiene ese principio”
(Marcuse, 1983, pag.154). Ambos representan “la rebelión contra la cultura basada en el esfuerzo,
la dominación y la renuncia” .En el mundo simbolizado por el héroe cultural Prometeo, Narciso y
Orfeo son la negación de todo orden y en esta negación revelan una nueva realidad.” Marcuse,
1983,(Pag.l60).

EL PROMETEO DE HAN

Byung-Chul Han retoma el mito de Prometeo siguiendo la interpretación de Kafka según la cual
Prometeo “se sintió cansado de aquello que había perdido todo fundamento”. En el prólogo de La
sociedad del cansancio afirma que “el mito de Prometeo puede reinterpretarse considerándolo
una escena del aparato síquico contemporáneo, que se violenta así mismo, que está en guerra
consigo mismo. En realidad el sujeto de rendimiento que se cree en libertad, se halla tan
endeudado como Prometeo. El águila que devora su hígado en constante crecimiento es su álter
ego, con el cual está en guerra. Así visto, la relación de Prometeo y el águila es una relación
consigo mismo, una relación de auto explotación. El dolor del hígado, que en sí es indoloro, es el
cansancio. De esta manera, Prometeo, como sujeto de auto explotación se vuelve presa de un
cansancio infinito. Es la figura originaria de la sociedad del cansancio.” (Han, 2012.p.9)

Han habla de un relato que se da en todas las épocas para el cual siempre existirían enfermedades
emblemáticas epocales, siendo la actual la era de las enfermedades neuronales ( la depresión, el
trastorno de déficit de atención con hiperactividad, el síndrome de desgaste profesional). Estas
enfermedades no son causadas por el afuera, por la negatividad de lo otro inmunológico, sino por
un exceso de posibilidad, por una falta de límites, hay una introyección del enemigo.

La noción de psicopolítica funciona como un intento de ir más allá del concepto de biopolítica ante
las carencias de este modelo para criticar/describir la sociedad actual.

La biopolítica ve a la sociedad como un cuerpo sujeto al control inmunitario, un cuerpo compuesto

de individuos que debía ser sometido a control y regulado para mantener su propia vida y su
eficiencia. El poder de vida o muerte que ejerce el soberano se transforma en una biopolítica o
regulación de la vida cotidiana. Este poder sobre la vida se ejerce sobre el cuerpo individual y
sobre el cuerpo de la población como especie mediante mecanismos de regulación.

Han parte de este análisis de la sociedad de control y afirma que lo que define a la nueva sociedad
del cansancio o del rendimiento es la ausencia absoluta de negatividad. “Se ejerce el control sin
imponer control alguno. La pura positividad, el afán de rendimiento, de mostrar, de estar
informado, genera un nuevo tipo de control basado en la dependencia (Landázuri, 2017, pag.192).
La psicopolítica se propone como una forma de ejercicio del poder a nivel de las masas que, por
tener como objeto la dimensión síquica de los hombres, se presume superadora y más eficaz que
la biopolítica, en la medida que esta tenía como fin el disciplinamiento de los cuerpos
(Ferrante,2018, pag.1). El poder ya no coacciona, ni fuerza a la obediencia, su eficacia está dada
por la interiorización de la sensación de libertad en medio de una forma de dominación “invisible”
para el individuo.

CONCLUSIÓN

Prometeo es el héroe que simboliza para Marcuse la productividad y el progreso a través de la

represión, mientras que los nuevos héroes culturales que esgrime (Orfeo y Narciso) designan una
actitud y una existencia “imposibles”. Sin embargo, su objetivo y su significado no son ajenos a esa
realidad, por el contrario, la promueven y fortalecen. Para Marcuse “utopía no es sinónimo de
irrealidad, utópico es algo cuyo acaecer es imposibilitado por la fuerza instituida de las sociedades.
Las posibilidades llamadas utópicas no son menos reales que las denominadas “realistas”.
(Kaminsky,2013, pag.44). La comunicación política actúa como administración de la imaginación
de lo posible. Marcuse se propone plantear alternativas utópicas a la sociedad existente, y para
ello se apoya en su proyecto de reconstruir y renovar la razón. En esta reformulación de la razón le
da una gran importancia a la imaginación o fantasía a la que conceptualiza como la facultad de la
utopía que convierte lo posible y razonable en real, liberándolo de su carácter represivo.

Han describe un contexto de avance científico y tecnológico que modela una nueva subjetividad,
esto es una nueva presentación del hombre fortalecido en su yo, pero es un fortalecimiento del yo
a partir de los ideales de empresa, autonomía y autogestión que comandan las identificaciones,
pero siempre a nivel imaginario no del síntoma. (Ferrante,2018). Para Han el sujeto del
inconsciente es absorbido por la dinámica capitalista. No hay dos campos en intersección, el social
((que determina la subjetividad de la época) y el sicoanálisis (que procura rescatar el sujeto del
inconsciente a partir del “resto” que no es absorbido completamente por el discurso capitalista.
Para Jorge Alemán (Alemán,2018)) este planteo hace desaparecer el conflicto y sumerge todo en
el consenso neoliberal. En la obra de Byung-Chul Han, “el crimen perfecto parece haberse
cometido” y no existe siquiera el esbozo de una lógica emancipatoria y esto de alguna manera
aparece en la figura del Prometeo que Han elige y que expresa “un sujeto sujetado”, que se auto
explota y fracasa en su búsqueda de lo ilimitado y que se culpa a si mismo y no al sistema que lo
explota. En la sociedad de Han no parece haber salida.

Marcuse, por el contrario, cierra El hombre unidimensional con un homenaje a Walter Benjamin,

“Sólo por nuestro amor a los desesperados, conservamos todavía la esperanza”, que destaca el
punto de partida y el objetivo de su especulación filosófica: hacer que la vida sea digna de vivirse
para todos.
BIBLIOGRAFÍA

Alemán, J., Horizontes neoliberales en la subjetividad, Grama ediciones,2016

Araujo, A. Prometeo de Franz Kafka, Un abordaje mitocrítico, Revista Acta Scientarum Human and
Social Scienses, Vol.39, Nº1 (en línea)

Byung-Chul Han, La sociedad del cansancio, Herder, 2012

Byung-Chul Han, La agonía del eros, Herder,2012

Ferrante, S, Lo inconsciente en la época de la Psicopolítica ,Revista Analytica del Sur. Psicoanálisis

y Crítica, Ed,Nº7, Marzo 2018,(en línea)

Kaminsky,G., Marcuse, una introducción ,Editorial Quadrata,2013

Landázuri, M., De la biopolítica a la Psicopolítica en el pensamiento social de Byung Chul Han,

Revista Athenea Digital, marzo 2017

Marcuse, H., Eros y civilización, Sarpe.S.A.,1983

Marcuse, H., El hombre unidimensional, Planeta Agostini,1968