Download as pdf or txt
Download as pdf or txt
You are on page 1of 152

Cesación

Un análisis al método hermenéutico e


historiográfico del cesacionismo

Enmanuel Rodríguez y Eliseo j. Enrique

Septiembre, 2023
Índice
Prefacio: ¡Léelo!

Introducción: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. (Mateo 22:29)

Parte I. Método e interpretación cesacionista.

1. Método hermenéutico del cesacionismo y los pasajes cesacionistas


1.1. El método cesacionista
A. El Precedente de temporalidad del Antiguo Testamento.
B. ¿Cesaron los dones en el periodo intertestamentario?
C. El principio de temporalidad y los versículos “Casacionistas” del Nuevo Pacto
1.2. Versículos “cesacionistas”
1.2.1. Efesios 2.20
1.2.2. 1 Corintios 13.8-10
1.2.3. Filipenses 2.25-26
1.2.4. 2 Corintios 12.12
1.2.5. Hebreos 1.1-2
1.2.6. Hebreos 2.3-4
2. La argumentación cesacionista del principio de Temporalidad
2.1. Los peores enemigos del cesacionismo
2.2. ¿Categorías o clases?
2.3. La edificación de un edificio en construcción hasta que Cristo venga

Parte II. Metodología histórica del cesacionismo y la nube de testigos a favor de la continuación
de los dones espirituales

1. Un análisis de la comprensión Histórico-Teológica del cesacionismo


1.1. Historiografia y método histórico cesacionista
1.2. ¿Los pentecostales eran cesacionistas? Aclarando una duda controversial
2. Un rastreo histórico de que los dones no cesaron
2.1. Antes del fin de la era apostólica eran comunes los dones Espirituales
2.2. En el inicio del siglo II eran comunes los dones Espirituales
2.3. Los dones espirituales eran comunes al final del siglo II
2.4. Tertuliano: lenguas y su interpretación
2.5. El montanismo y el comienzo del movimiento cesacionsita
2.6. “La evidencia” patrística de que los dones cesaron
2.7. Los dones espirituales continuaron a pesar de los prejuicios contra el montanismo (siglos
III al IV)
2.8. Los dones espirituales en la edad Media (siglos V al XV)
2.9. Los dones espirituales en la edad moderna (siglos XV al XVIII)
2.10. Los dones espirituales en la edad contemporánea (Siglos XVIII al XX)

Parte III. ¿La reforma cesacionista del siglo XVI?

1. ¿Por qué los protestantes históricos generalmente sostienen una posición cesacionista?

Primer factor

1.2. La creencia en los dones entre los reformadores


A. Martin Lutero
B. Juan Calvino
C. Jacobo Armino ¿era cesacionista?

Segundo factor

1.3. El apego racionalista

*Extras

1. Si siguen vigentes ¿Dónde están que no los veo?

2. ¿EL sentido común nos lleva al cesacionismo?

3. ¿Es el don de profecía la exposición de la Palabra?

4. ¿Hablar en lenguas es irracional? ¿Son solo para predicar a los extranjeros? ¿son las lenguas
inteligibles o ininteligibles? ¿Qué sucede con 1 de Corintios 14.21-25 y su referencia a Isaías 28.11? ¿Cuál
es su propósito?

Palabras finales y conclusión de Enmanuel Rodríguez

Palabras finales y conclusión de Eliseo j. Enrique

*Extra: Reseña al imperdible libro de Enmanuel Rodríguez


Prefacio: ¡Léelo!

La edificación del cuerpo de Cristo. Esta fue la iniciativa con la que Enmanuel recurrió a mi
para comenzar con una serie de Podcast para Youtube, llamado “Pentecostalismo para
principiantes (y críticos)”. Con el fin de una edificación para la iglesia de Nicaragua, Argentina, y
para todos aquellos que nos quieran ver de otros países, es que se formó esta iniciativa.

Desde recorrer la historia del Pentecostalismo y las diversas “olas”, hemos buscado dejar
por sentado lo que es y no es ser pentecostal. Pero, mientras íbamos en este trayecto nos dimos
cuenta de la importancia que era hablar de los dones Espirituales desde nuestra perspectiva; así
corregimos abusos, y presentamos defensa de nuestras convicciones contra los críticos. No
obstante, así como no sirve de nada hacer una Apologética (defensa) ante una persona que,
aunque cree que hay un Dios, no cree que pueda hacer milagros (Deísmo), lo que cerraría de plano
la idea de que Dios resucite a Jesucristo de los muertos, de la misma forma, si hay un Dios que dio
dones a los hombres bajo el Nuevo Pacto (Efe 4.8) y nosotros los manifestamos en la actualidad
según el Espíritu nos dé (1 Co 12.11), debíamos probar que los dones siguieron vigentes, ya que no
sirve de nada tal afirmación positiva si de plano se cree que cesaron.

Buscamos poder cerrar todos los huecos posibles. Esto nos llevó a hacer una búsqueda
grande del pensamiento cesacionista, y principalmente revisar la historia ante los nuevos avances
en el campo historiográfico. Por lo cual, recomiendo a todos leer las notas Bibliografías con la
lectura directa; incluimos las fuentes y ampliamos el pensamiento de ciertos temas en ellas.

Doy gracias a Dios por la oportunidad de escribir esta obra. Le doy gracias por la amistad
que me ha brindado con mi hermano Enmanuel; por su paciencia, dedicación y amor por la obra
de Dios que tanto me inspira a seguir con mis estudios para el servicio del Señor. Y también quiero
dar gracias a mi esposa, mi Ángel; por las horas de paciencia que tuvo para conmigo por el tiempo
en el que estuve invirtiendo en este escrito, en el que me alentó y corrigió. A Dios sea la Gloria, en
y para la edificación de su iglesia, comprada con la sangre Cristo y empoderada por el Espíritu
Santo.

Eliseo Jeremías Enrique


Teólogo e historiador
Agosto, 2023
Introducción: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. (Mateo 22:29)

Esas fueron las palabras de nuestro Maestro, a la situación hipotética pero tramposa que
habían tejido los saduceos; los menos conocidos (pero, irónicamente, más influyentes) enemigos
del Señor. Aquel grupo, surgido casi un par de siglos antes, tenía ciertas particularidades que los
distinguían de sus grandes rivales fariseos y que a menudo son recordadas por las Escrituras: los
Saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; más los Fariseos confiesan ambas
cosas (Hechos 23:9). Los saduceos se negaban a creer en todo aquello que sobrepasara una
explicación lógica; para ellos, Dios era real pero no intervenía.

Por eso, el diagnóstico de Jesús es acertado. Pecaban, y pecaban por una palabra que a
intelectuales como ellos resultaría nauseabunda escucharla: ignorancia. Ignorancia de las
Escrituras. Ignorancia del poder de Dios. Ignorante no es un adjetivo con el que no quiero ser
relacionado, pero, todos lo somos sobre muchos temas; y ¡Bendito Dios! Cristo es paciente con los
ignorantes y extraviados (Hebreos 5:2), tanto así que les brinda una explicación a su
planteamiento, pero por lo que describe el relato; aparentemente ninguno dejó sus ideas tras
aquella respuesta.

Ignorancia. Sea inconsciente o sea a propósito, ambas son letales, con la diferencia que
ésta última (cuando se nos presentan los argumentos, se responden nuestras preguntas y con
mucha claridad se nos prueba que estamos errados) lleva a la incredulidad, a la deshonestidad y
en última instancia, a mentirnos a nosotros mismos y los pobres que nos siguen. ¿Quieres otro
ejemplo? El discurso oficial que dieron las autoridades tras el informe de los guardias el día de la
resurrección de Cristo. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy (Mateo
28:11-15). Pruebas jamás faltaron, ni testigos; pero se ignoró adrede. Aceptar que estaban
equivocados sería incoherente con sus prácticas y ¡Ah, nuestro orgullo!

¿Y por qué iniciar un libro sobre Cesacionismo hablando de los saduceos? Porque al menos
el redactor de esta introducción le encuentra muchos puntos comunes (y exculpo a mi amigo
Eliseo J. Enrique si acaso erro en ello; pero si lo estás leyendo es porque él estuvo de acuerdo jaja).
Los postulados y creencias de los saduceos eran un error que los llevaba a pecar. Pues negar lo
que Dios afirma o afirmar lo que Dios niega es en sí mismo, tomar en vano su Santo Nombre.

Yerran nuestros amigos y hermanos cesacionistas, yerran porque ignoran. Algunos (como
fue mi caso) porque jamás han tenido acceso a la información completa. Siendo víctimas de los
excesos del neopentecostalismo (el verdadero enemigo a combatir por el cristianismo
contemporáneo, desde mi perspectiva) y teniendo un encuentro por una versión diluida y
novedosa del calvinismo (el propuesto por el señor John Mc-Arturo… y gran parte de sus socios), el
cóctel se presta para que abracemos el cesacionismo. Lo abrazamos porque una prédica del
hermano John Mc-Arturo (el que lee entienda) contiene mucha más Biblia que un sermón del
apóstol “Maldolao” (también, el que lee entienda); lo recibimos porque lamentablemente nunca
nos explicaron doctrinas básicas del cristianismo como la Trinidad, la justificación por la fe o la
unión hipostática de Cristo (y en eso, reconozco, los neocalvinistas hacen un buen trabajo, y
muchas de sus enseñanzas son correctas) pero una vez que estás ya seducido y embelesado por
estas nuevas propuestas bíblicas (y muchas de ellas lo son, pero otras simplemente es calvinismo
disfrazado con esa palabra y eso es deshonesto, así que ahí deberían ir una comillas pero no las
colocaré) entonces ¡pum! te presentan los excesos de Maldolao y compañía y a eso llaman “el don
de lenguas según los pentecostales” y lo refutan bajo los postulados cesacionistas.

Y tendrás un joven creyendo que redescubrió el cristianismo, con ninguna otra base que
los videos que consumió en YouTube camino a “reformar” su vieja iglesia pentecostal de siempre
donde NO hay un Maldolao, donde hermanos sencillos y sinceros hablan en lenguas por la gracia
del Espíritu Santo sin tener una explicación doctrinal de tan maravilloso milagro y donde sí, hay
carencias en la predicación y uno que otro exceso; pero ahora, hay que Mc-Artorizar la congre (el
que lee sabe a lo que me refiero). El cuerpo de Cristo se divide, las redes se vuelven un campo de
batalla y sátira ¿Y del fruto del Espíritu en la vida del muchacho? Ni noticias.

Si no termina abriendo su propia iglesia con el apellido “bíblica” (neocalvinista debería


decir), acabará emigrando a una; y mostrando absoluta aversión a todo lo que huela a pentecostal
o se acerque a ello.

No, no fue mi caso. No llegué a ese extremo; pero con tristeza veo que, si es el de muchos
chavalos a los que, quizá una década atrás, les mostré los sermones de Mar y ahora están
enllavados (encerrados) o peor aún, lejos de Cristo porque abrazaron de mala manera otras
doctrinas. Dios tenga misericordia de mí.

Y hay otro grupo, que ignoran adrede. Aquí el grupo se amplía. Personas académicas, más
respetadas, más experimentadas; algunos de ellos pasando por la descripción anterior, pero
evolucionando, por así decirlo, a un calvinismo más serio, confesional, formal, histórico. Este
grupo es menos bélico y menos hostil que el otro; la inmensa mayoría a juzgar por sus frutos
hermanos en la fe, pero insisto, aun teniendo evidencias hermenéuticas, históricas e incluso
vivenciales que el cesasionismo es un error, lo sostienen. A todos ellos, llamarles al
arrepentimiento.

Si, leíste bien. El Cesacionismo más que una postura que cambiar, es incredulidad
solapada, y requiere que de rodillas pidamos perdón a nuestro buen Señor que siempre estará
dispuesto a darnos gracia cuando reconocemos nuestro error.

Ignoráis las Escrituras. Eliseo Jeremías Enrique hará un recorrido por todos los versículos
usados por los cesacionistas para justificar su posición y, uno a uno, serán refutados. Los saduceos
solo creían en los primeros cinco libros de la Escritura, algo en común tienen con los amigos que
sostienen que Dios ya no se manifiesta como en Hechos: ¡IGNORAN HECHOS! Lo leen en todo
caso, bajo el lente de sus presuposiciones y en última instancia atentan contra uno de sus
estandartes más famosos: SOLA SCRIPTURA. Si Dios solo habla cuando la Biblia es leída y explicada
¿Por qué no lees y explicas lo que Dios ha dicho en 1 Corintios 12, 13, y 14, recurriendo
meramente al texto? ¿Será que alguien que lea por primera vez la Escritura concluya que Dios
cesó de dar ciertos dones a los hombres? ¿”Priorizarás” la Escritura negando lo que la Escritura
dice?

Erráis mucho. Erráis mucho.

(También ignoráis)... el poder de Dios. Recorramos la historia sin saltarnos de los Apóstoles
a San Agustín y sin brincar de San Agustín a la Reforma. No hagamos una lectura preferencial de
los episodios que favorecen nuestra narrativa. Examinemos bien. Es más, examinemos bien a San
Agustín y sostengamos que fue cesacionista ¡Lee este documento, consulta las fuentes y verás que
no! ¡Ni siquiera tuvimos que recurrir tanto al movimiento pentecostal para probar que, a lo largo
de la historia, Dios ha seguido moviéndose, ¡como describió y prometió en Hechos! ¿Te harás de la
vista gorda ante el peso de las evidencias? ¿Y qué si muchos de tus referentes argumentasen a
favor del mover de Dios? Amados, leed el documento y terminarás sorprendido. Después de todo,
algunos hasta aseguran que Calvino habló en lenguas.

¡Ups, disculpen por darles ese spoiler!

Resumiendo, creemos firmemente que el cesacionismo es un error y este documento lleva


el propósito de brindar pruebas al respecto. Esperamos sirva a la iglesia pentecostal en la
Argentina, Nicaragua y el resto de Latinoamérica; tanto para tener en cuenta en los discipulados,
así como de material de apoyo para series de enseñanza dentro de nuestros grupos de jóvenes,
escuela dominical y sermones de cultos generales. Además de las citas, se recomiendan obras que
todo pastor y maestro pentecostal debería adquirir y consumir; y que imploramos a los críticos y
detractores, tengan a bien consultar y ¿Quién sabe? Quizá veamos a muchos calvinistas danzando
gozosos y libres en los próximos años.

Mi oración y deseo es que así sea.

Por lo demás, solo podría decir cosas buenas de Eliseo; estoy seguro que sus escritos
bendecirán a la iglesia latinoamericana en las próximas décadas y sea el Señor levantando más
jóvenes como él, hambrientos de la Escritura y el poder de Dios, para bien de la iglesia y para que
en todo y por todo el Trino Dios sea glorificado.

Sea sabio, lea esta obra.

Enmanuel Rodríguez

Pecador Perdonado

Teólogo
Parte I
Método e interpretación Cesacionista.
1. Método hermenéutico del Cesacionismo y los pasajes “cesacionistas”.

Antes de dedicarnos a analizar críticamente al cesacionismo, debemos establecer


límites etimológicos y de conceptos (el pensamiento mismo de la perspectiva en cuestión).

Quizás muchos se pregunten ¿A caso el cesacionismo no es esa creencia en que


Dios no hace milagros? La respuesta es un ¡NO! Aunque “Por ser un término casi nuevo,
apenas se encuentra en los diccionarios bíblicos ni en los libros de referencia sobre teología
y doctrina. También es otro término que ha sido bastante mal empleado por autores
carismáticos, que lo usan como una etiqueta negativa”1, nos declara el cesacionista Frank
W. R. Benoit.

Esto desde ya nos advierte del problema de caricaturizar una postura, a causa sea
de desconocimiento o adrede; en tales casos se cometería una falacia de hombre de paja.
Por otro lado, para muchas personas es comprensible el mal entendido con la postura, ya
que etimológicamente la palabra “cesación”, que viene del griego “ἀκινησία” (akinēsía), y
se traduce como “falta”, “perdida” o “cesación de movimiento”,2 por lo que para muchos
cristianos no abocados a un concepto de creencia minoritaria en el cristianismo
actualmente3, es normal esperar a que hayan confusiones; pero eso no es una excusa para
de forma consiente, caricaturizar la postura adrede.

¿Qué es el cesacionismo entonces? Peter Masters nos lo define, y advierte que


“Para evitar cualquier confusión es necesario señalar que la postura “cesacionista”
histórica no dice que los milagros han cesado, sino que los dones revelatorios y de señal
han cesado, esto es, el poder para hablar palabras inspiradas y el poder para obrar
milagros y realizar sanidades. Dios ya no delega la administración de milagros a agentes
humanos”.4 Bajo este llamado de atención, debemos observar que la postura como tal,

1
BEINOT, Frank W. R., No por ignorancia: la vigencia de los dones espirituales, pág. 30.
2
Etimología de Acinesia, disponible en: https://etimologias.dechile.net/?acinesia (última
actualización el 03/08/2023).
3
Esto lo afirmo como un dato, no como una burla o justificaicon de una verdad; esto no vuelve ni
mentira ni verdad al cesacionismo o el continuismo. La información la pueden extraer del último censo del
2022, del Center for the Study of Global Christianity, del Gordon-Conwell Theological Seminary, de Estados
Unidos; una universidad de origen bautista y actualmente interdenominacional:
https://www.gordonconwell.edu/ (última actualización el 03/08/2023). También puede verificarlo con el
censo del Pew Research Center, disponible en: https://www.pewresearch.org/religion/2011/12/19/global-
christianity-traditions/ (última actualización el 03/08/2023).
4
Masters, The Healing Epidemic, Pág. 114.
propone que hay dos grupos de dones: los de señal (o extraordinarios) y los dones de
servicio (ordinarios). Claro que, para el cesacionismo, todos “los dones espirituales son las
capacidades y habilidades sobrenaturales especiales dadas por el Espíritu Santo a cada
creyente para un servicio determinado dentro del cuerpo de Cristo para su edificación y
para la gloria de Dios”.5Sin embargo, los mismos cesacionistas reconocen que entre “Los
eruditos han intentado clasificarlos de distintas maneras, pero ninguna resulta
convincente”.6 Esto se da porque “todos y cada uno de los dones dados por el Espíritu son
milagrosos, y no solo los de manifestación externa espectacular”7; hasta René Pacheco, un
erudito cesacionista lo reconoce8. Por lo tanto, deben concluir que, “todo creyente
verdadero tiene al menos un don espiritual-carismático”.9

Entonces, para recapitular ¿qué cesa? Solo “(…) algunos de los dones (los de señal)
y otros acontecimientos milagrosos cesaron después de la etapa apostólica porque ya
habían cumplido su función, esto es, echar el fundamento de la Iglesia, mientras que otros
dones (los de servicio) son y han sido usados por Dios desde entonces para edificar la
Iglesia hasta que Cristo venga a por ella. Pero no dice que toda obra milagrosa de Dios ha
cesado”.10

1.1. El Método cesacionista.

Cada interpretación (gr. hermenéutica) que hacemos de las Escrituras Sagradas, parte de
un método para interpretarlas. El tener presente que cada postura teológico-doctrinal, posee una
metodología para leer y analizar las Escrituras, nos ayuda a tener en cuenta que, cada vez que
extraemos información del texto (hacer “exégesis”), para formar un todo coherente (sistematizar),
y de esta forma formalizar una doctrina que sea “Bíblica”, sepamos que todo ese conjunto de
datos extraídos de los versos de la Palabra, puedan estar llevándonos a que formemos una
enseñanza (gr. Doctrina) que:

A) No tomar en cuenta la totalidad de la información Bíblica;

5
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, págs. 22-23.
6
Brand, «Dones espirituales» en Diccionario bíblico ilustrado Holman, Pág. 468.
7
Samuel Vila y Santiago Escuain, Nuevo diccionario bíblico ilustrado, editorial CLIE,
1985), Pág. 148.
8
René Pache, The Person and Work of the Holy Spirit, Pág. 184.
9
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 24.
10
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 32.
B) Causar una deformación de lo que la Palabra verdaderamente nos quiere informar
sobre el tema porque no es la intención del autor original (sea Pablo, Moisés, Lucas,
etc.).

En el peor de los casos, la mala metodología al momento de analizar las Escrituras ha


mentalizado a individuos para que afirmen hasta posturas heréticas, como que Jesús no es Dios
(haciendo más énfasis a los datos Bíblicos que afirman su naturaleza humana), o que Jesús nunca
fue un hombre (realzando los versículos que confirman su divinidad).

Otro problema, es que el mundo evangélico del siglo XXI, se tiene la mala manía de
afirmar: "A ver, muéstrame un versículo que pruebe tu doctrina". Este tipo de solicitud, demuestra
mala teología. La doctrina cristiana de ninguna manera se reduce a declaraciones de versículos
bíblicos. Pedir un texto bíblico para todo es una forma vaga de acercarse a las doctrinas Bíblicas.
Hasta nuestros artículos de fe, es decir, las doctrinas que creemos y nos hacen ser “anglicanos”,
“pentecostales”, “luteranos”, “metodistas”, “bautistas”, “reformados”, “católicos romanos”,
“ortodoxos”, etc. descansan tanto en lo que es explícito como en lo que está implícito en las
Escrituras. El problema no es lo explicito (lo que se anuncia de forma directa), sino lo Implícito;
¿Qué es lo implícito? Es lo que no se enuncia directamente en ninguna parte, pero que se sigue
lógicamente de lo dicho (tanto de textos particulares como del cotejo de textos dispersos), y que
nos es accesible hoy por Tradición y Razón.

Debemos tener en cuenta, que la Sagrada Escritura no es una expresión completa de lo


que fue el cristianismo en sus inicios. Hay varios temas que ciertamente fueron enseñados por los
apóstoles, aunque esta enseñanza no se encuentra en ninguna parte de las Escrituras. Los
primeros cristianos sabían cosas de los diferentes cielos (2 Cor 12.2), de la simbología del
santuario (Heb 9.1-5) o de las acciones de Jesús por ejemplo (Juan 21.25; Hch 1.3), que no dejó
constancia escrita; el Nuevo Testamento muestra que sabían de estas cosas, pero no dice más. Del
mismo modo, los apóstoles enseñaron algo de liturgia a los primeros cristianos, pero no están
completamente registrados en ninguna parte del Nuevo Testamento [No existe un “Libro de
Levítico" en el Nuevo Testamento. No hay una guía para la adoración en el Nuevo Testamento. Si
no hubiera habido algunos excesos en la Iglesia de Corinto, no habría instrucciones de limitación y
control escrito por el apóstol Pablo]. Estos son solo algunos ejemplos. No se requiere que un texto
bíblico exprese directamente el dogma de la Trinidad, o cualquier otro dogma. Exigir un texto para
cada cosa es reflejo de una mala catequesis (Doctrina), basada en "textos de prueba".
Quizás se estén preguntando ¿Qué tiene todo esto que ver con los dones Espirituales y su
vigencia actualmente? Pues, como la Biblia no afirma en ningún versículo de forma explícita “los
dones cesaran cuando muera el ultimo apóstol (o se cierre el canon)”, sino que presupone una
continuación, la postura cesacionista debe, encontrar su respaldo doctrinario de textos implícitos,
y para esto es necesario una metodología particular, y esta es: El método o razonamiento
inductivo. ¿En qué consiste este método? El Método Inductivo, que se caracteriza por ser un
razonamiento ampliativo, es decir que la conclusión obtenida no está contenida en las premisas (a
diferencia del método deductivo). Es: “una forma de razonamiento en que la verdad de las
premisas apoya, pero no garantiza la conclusión. En todo razonamiento inductivo se parte de
premisas particulares observadas que dan lugar a una conclusión de carácter general. Aun cuando
es difícil probar la validez de una conclusión inducida por este tipo de razonamientos, se los
considera valiosos a nivel científico ya que incorporan creatividad y la posibilidad de arriesgar
conclusiones innovadoras”.11 Por eso, hasta el pastor reformado John Carpenter, quien tiene un
Ph.D. en Historia de la Iglesia, con un enfoque en los puritanos, señala con franqueza que “Incluso
los cesacionistas responsables lo admitirán, la Biblia no enseña el cesacionismo. La Escritura no
tiene una declaración explícita de cesación”.12

Cabe aclarar que tal método es completamente valido; la cristiandad ortodoxa lo usa para
la doctrina de la Trinidad, y los Pentecostales lo utilizan para la doctrina del bautismo en el Espíritu
Santo como una obra subsecuente y diferente a la conversión/regeneración, así como su evidencia
(señal) inicial. Pero el punto aquí, es que se puede cometer una falacia sistemática, en la cual se
reúne un conjunto de textos de forma "lógica", y de esa forma interpretar y enseñar de la Palabra
una doctrina que la Escritura no tiene intención de enseñar. Al mismo tiempo, se puede dar una

11
Método inductivo, disponible en (21/07/2023): https://concepto.de/metodo-inductivo/
12
John B. Carpenter, Recovering From Strange and Friendly Fire, disponible en:
https://www.christianpost.com/news/recovering-from-strange-and-friendly-fire-107976/ (Última
actualización 18/08/2023). También señala (con precisión) que "la Biblia no llama a los dones espirituales"
dones reveladores "(o "dones de señal "). Los llama "carismata" (literalmente, resultados de la gracia, o
alternativamente los llama "dones espirituales"). "Dones reveladores" es un término inventado por
cesacionistas para llegar a la conclusión de que han cesado. Llamarles dones cesados' y luego concluir a
partir de ese nombre que han cesado, no sería más circular en el razonamiento. El término 'dones
reveladores' se impone en las escrituras y da la ilusión de que el cesacionismo es un producto de un estudio
bíblico cuidadoso”. Los continuacionistas solo utilizaran la terminología de “dones de revelación” como
categoría sistemática y no como una clase.
descontextualización del o los versículos usados para afirmar “B”, cuando en su contexto el texto
está diciendo “A”; es decir, algo que el texto no dice o no tiene en su intención afirmar.

Para esto, el cesacionismo se basará en dos columnas metodologicas para armar un caso
positivo a favor de la cesación:

A. Precedente de temporalidad del Antiguo Testamento.


B. El precedente temporal intertestamentario.13
C. Principio de temporalidad del Nuevo Testamento.

A. El precedente de temporalidad en el Antiguo Testamento

Beinot, nos recuerda que “La cuestión de la temporalidad —o vigencia temporal— solo
recae sobre los dones de señal porque son ellos (y no los dones de servicio) los que están a la vista
en los pasajes bíblicos que tratan con la temporalidad de los dones”. 14 De esta forma, se buscara
armar un caso desde el Antiguo Testamento, que sirva de apoyo indirecto a la cesación de los dones
(de forma ya directa) bajo el nuevo pacto.

René Pache declara de forma contundente: “Si los dones «milagrosos» (sanidad, milagros,
profecía, lenguas) han estado ausentes en ciertos tiempos, la causa probable se ha hallado no
siempre en la incredulidad del hombre, sino en la voluntad de Dios15. (...) Tanto en el Antiguo como
en el Nuevo Testamento, Dios aumentó el número de milagros en ciertos momentos. (...) Cuando Él
llamó a los israelitas fuera de Egipto. (...) Luego los milagros cesaron por muchos siglos solo para
llegar a ser frecuentes otra vez durante el ministerio de Elías y Eliseo”.16 Esta metodología “Se agrupa

13
Aunque este no es casi usado, y generalmente está incluido en el Precedente de temporalidad
del Antiguo Testamento, hemos decidido tratarlo de forma separada, para tratarlo propiamente.
14
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 39.
15
El académico continuacionista, Sam Storm, afirmara que “Si admitimos que ciertos dones
espirituales eran menos frecuentes que otros en la historia de la iglesia, su ausencia muy bien puede deberse
a la incredulidad, apostasía, y otros pecados que sirven solo para apagar y contristar al Espíritu Santo. Si
Israel experimentó falta de poder por su rebeldía repetida, si Jesús mismo “no pudo hacer allí ningún
milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos poniendo sobre ellos las manos” (Maros 6:5), todo por la
“incredulidad de ellos” (Marcos 6:6), entonces no debemos sorprendernos con la infrecuencia de lo milagroso
en períodos de la historia de la iglesia marcados por ignorancia e inmoralidad personal”. [STORM, Sam, los
dones del Espíritu Santo en la historia de la iglesia, disponible en:
https://cristianoreformado7.wordpress.com/2016/10/30/sam-storms-los-dones-del-espiritu-santo-en-la-
historia-de-la-iglesia/ (Última actualización en 05/08/2023)]
16
PACHE, René Ibbi, Pág. 184.
alrededor de tres períodos de la historia bíblica: el Éxodo, los profetas que guiaron a Israel y el tiempo
de Cristo y de la Iglesia primitiva”.17

Claro está, que los cesacionistas reconocen que está tendiendo de un hilo su postura bajo
esa metodología, ya que como bien reconocen, “En la época del Antiguo Testamento no hubo dones
espirituales como los que encontramos en la época del Nuevo Testamento. El Espíritu Santo no
moraba en los santos veterotestamentarios ni repartía dones espirituales, sino que venía sobre los
creyentes que quería usar por el tiempo necesario para cumplir Sus propósitos y luego se iba (esto
en sí es una muestra del principio de la temporalidad en una escala menor)”. Pero, de todas formas,
ellos “establecen un precedente para la posibilidad de la misma temporalidad de Su obra en el Nuevo
Testamento —que podría aplicarse a los dones espirituales durante el tiempo de la Iglesia—. El
precedente apoya el principio de la temporalidad” afirma Beinot. 18Para justificar esto, se parten de
varios textos para afirmar una cesación periódica.

Del tiempo del Éxodo, se basan en Dt 6.20-22, donde Moisés manda a que los padres
enseñen a las futuras generaciones las señales y milagros que Dios hizo en Egipto para liberar a Su
pueblo, Israel. Esto demostraría que se debe enseñar a esas generaciones sobre la base de la obra
de Dios en el pasado y no de sus milagros presentes. Pero esto abre la pregunta ¿acaso no es que
estamos hablando de dones? Si el cesacionismo no aboga por que Dios no puede o no hace
milagros ¿qué base podemos encontrar en los hechos portentosos de Dios de forma soberana
para usarlo como un caso a favor del cesacionismo en este texto? Ninguna, más que un
preconcepto en la metodología, para que el texto nos conduzca a algo que no es la intención por la
que fue redactado. Los académicos Moisés y Céfora Carvalho, nos recuerdan que “La Ley de
Moisés no es sólo un compendio religioso. Se trata de profecías, historias, registros genealógicos y
cronológicos, reglamentos, ritos, ceremonias, exhortaciones, leyes morales, civiles y ceremoniales,
sacerdotes, sacrificios, ofrendas, y fiestas del tabernáculo, es decir, se encarga de todo”. 19En este
texto en particular, se está estableciendo un memorial, una costumbre del Antiguo Cercano
oriente, el cual vuelve a aparecer en Josué y Jueces por ejemplo. Los “Zikkaron” (heb. Memorial),
son un testimonio, un símbolo visible escrito tanto en papiro como en piedra, para permitir a las
futuras generación recordar las maravillas realizadas por Dios (Ex 12.14; 13.9; 17.14; Dt 6.12, 20-

17
PAUL, E. Little, La razón de nuestra fe, Pág. 85.
18
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 41.
19
César Moisés Carvalho e Céfora Ulbano Carvalho, Teologia sistemático-carismática: a conexão
pneumática entre as principais doutrinas da fé cristã, Thomas Nelson Brasil, Pág. 506.
22). El teólogo Elineai Cabral, nos recuerda que “el olvido es común al ser humano. Fácilmente nos
olvidamos de las bendiciones que Dios bondadosamente nos concede. Israel nunca debía olvidar
los hechos sobrenaturales de Dios en su favor”.20Por eso la importancia de los memoriales; no solo
para recordar lo que fue, sino también lo que podría ser en el presente, tal y como le pasó a Josué
tras la muerte de Moisés y como nuevo líder de Israel: “Así como estuve con Moisés, también
estaré contigo”(Jos 1.5). Más que un caso a favor de la cesación por los milagros pasados y la no
necesidad de esperarlos en el presente, el memorial servía para recordar en el presente a ese Dios
vivo que hizo obras milagrosas en el pasado, el cual las puede hacer en el presente, cosa que hizo.

En Josué 5.11-12, el Verso 12, afirma que “el maná cesó (...) y los hijos de Israel nunca más
tuvieron maná” (casualmente es el único texto directo en el que se afirma una cesación por parte
de una obra milagrosa de Dios). Pero el punto es que se afirma un antecedente para un principio
de cesación neotestamentaria. ¿Bajo qué principio? Como el texto en cuestión cubre un período
de poco más de cuarenta años, y es el mismo tiempo que algunos eruditos dan para la vigencia de
los dones de señal (30 d.c al 70d.c), Frank Beinot se pregunta “si una manifestación milagrosa
como el maná —que fue un milagro diario durante más de cuarenta años—cesó después de una
generación, ¿no podría suceder lo mismo con otra manifestación como los dones de señal en un
tiempo de duración similar?”21 Pero, aquí estamos hablando de milagros de forma directa de parte
de Dios (ej. Sal 136.4; Sal 72.18), y no de dones carismáticos [en donde un dador (que es el Espíritu
Santo según 1 Co 12.11), da un regalo para un propósito en específico]. Ahora, si los dones son
milagrosos ¿Dios deja de hacer milagros si cesaron? Wayne Grude afirma que “Si definimos
milagro como una actividad directa de Dios en el mundo, entonces todos los dones espirituales son
milagrosos porque el Espíritu Santo los faculta (1 Co 12.11; cf. Vv. 4-6). Pero en ese sentido todo lo
que sucede en el mundo puede decirse que es milagroso, porque todo procede de la obra
providencial de Dios en la creación (vea Ef 1.11; Dn 4.35; Mt 5.45). Por lo tanto, la palabra milagro
pierde su utilidad, pues nos es difícil encontrar algo que suceda en el mundo que no sea milagroso
en este sentido. Es mejor definir milagro en un sentido más estrecho (…): Un milagro es una
actividad menos común de Dios en el que él sucinta el asombro y la admiración de las personas y
da testimonio de sí mismo. En términos de definición, solo algunos dones son milagroso”.22Estos

20
CABRAL, Elineai Estudios Biblicos, tomo 38, maestro (adultos), editorial PATMOS, Pág. 29.
21
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 42.
22
GRUDEM, Wayne, teología sistemática, editorial Vida, págs. 1082-1083.
dones, según Grudem, son la profecía, las lenguas, la sanidad, echar fuera demonios y los
milagros.

En el contexto en cuestión de Josué 5, Gilgal fue un lugar de provisión momentánea ante


una necesidad momentánea; después de la circuncisión de la nueva generación Israelita y de la
celebración de la Pascua, el pueblo “comió del fruto de la tierra” (V.12). Por esta razón, el maná ya
no era necesario, y de esta forma se cumplía la promesa del Señor de Éx 13.5: estaban en la tierra
prometida, disfrutando de “la leche y la miel “que producía. El argumento cesacionista aquí estará
en el propósito de la cesación; al cumplir su propósito el maná, este cesó, y lo mismo pasa con los
dones extraordinarios o de señal. No obstante, aunque existen los dones que entran en una
categoría de milagrosos como vimos, estos se ejecutan por el dador en personas, pero esto no es
lo que pasa con el Maná, sino que fue una intervención directa de Dios sin hacer uso de nadie (Éx
16). Por lo tanto, a menos que los cesacionistas quieran discutir si Dios puede o no hacer milagros
de forma directa, este texto no les sirve para apoyar la cesación de los dones como precedente, a
menos que deban concluir que si los dones milagrosos cesaron, entonces Dios no hace más
milagros (algo que niegan en la teoría).

“Del tiempo de los jueces hay referencias indirectas que dan la idea de un cese temporal
de la obra milagrosa de Dios”, afirma Frank Beinot23(¿Pero no es que creen que Dios obró
milagros?). En Jueces 2:10, la Palabra dice: “Se levantó después de ellos otra generación que no
conocía a Jehová, ni la obra que Él había hecho por Israel”. La apalabra “conocer”, en hebreo, tiene
un sentido más de “reconocimiento”, indicando incredulidad en vez de ignorancia.24 Por lo tanto,
¿Cuál era la incredulidad del pueblo de Israel? Que no tenían ejemplos de la obra de Dios en su
tiempo como sus padres los tuvieron25. “Esto nos habla de una cesación” afirman los cesacionistas,
y esto se repite constantemente en la narración (Jue 6.13 por ejemplo), así como en 1 Samuel 3.1
al final del tiempo de los jueces, en donde se afirma que “la palabra de Jehová escaseaba en
aquellos días; no había visión con frecuencia”.

Primeramente, debemos recordar que al igual que con el sacerdocio y la realeza, la


actividad profética-carismática en el Antiguo Testamento estaba restringida a unas pocas
personas. Argumentar que como Dios no obró milagros de forma ininterrumpida o que no usaba a

23
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 42.
24
F. Duane Lindsey, «Judges» en The Bible Knowledge Commentary, Old Testament, Pág. 382
25
HOFF, Pablo, los libros históricos, editorial vida, pág. 64.
todas las personas y por eso había intervalos de tiempo en los que surgían libertadores
carismáticos, son pruebas de cesación carismática, es un argumento muy débil, porque aplica
principios del nuevo pacto en el antiguo. Esto es un grave error hermenéutico.

En el Antiguo testamento, el profeta, tenía un oficio único, tan único que es verdad que
hubo períodos en el Antiguo Testamento en los que esta actividad popular también se hizo
extremadamente rara (1 Sm 3.1), probablemente como reflejo de la profunda degeneración moral
y espiritual del pueblo de Israel en aquellos días (Jue 21.25), incluso de quienes debían ser sus
guías espirituales (1 Sam 2.12-17, 22-25). Sin embargo, incluso con toda esta degradación, el
ministerio profético no cesó en ese período (1 Sam 2.27-36; 3.10-21), sino más bien hubo poca
“frecuencia” (‫)פָּ ַרץ‬, que puede traducirse como poco “aumento”, “desarrollo”, hasta el punto de
“rebosar” como era la costumbre cuando Dios capacitaba a un profeta carismático.

Las presencias de dones de señal en los profetas eran tan importantes y comunes ante el
pueblo, que por eso mismo cuando una persona estaba enferma en el Antiguo Testamento, por lo
general era al profeta a quien se le llevaba al enfermo con miras a la sanidad divina (2 Reyes 4.18-
37; 5.3). Podemos ver esta relación de fe por medio de la oración a Dios para que Dios obre por
medio de ellos: El profeta Moisés oró a Dios por la sanidad de su hermana, la profetisa Miriam, y
fue sanada de la lepra con la que Dios la había castigado (Núm. 15); Cuando el profeta Elías rogó a
Dios por el hijo de la viuda que había muerto, resucitó (1 Reyes 17:17-24); Naamán fue curado de
la lepra por el ministerio del profeta Eliseo (2 Reyes 5.1-17); La Sunamita fue sanada de esterilidad
por el ministerio de Eliseo (2 Reyes 4.16-17); y cuando su hijo murió, fue al profeta en busca de
ayuda (2 Reyes 4:22-37). Es más, en la época de Eliseo había hasta escuelas de profetas, las cuales
habían iniciado con Samuel porque había otros profetas, como su propia madre, y mismo Saúl fue
parte por experiencia del profetismo (1Sam 10.5-13; 19.20-24); Elías los reestablece en Gilgal,
Betel y Jericó tras la muerte de Samuel. Eliseo solo continuo con la labor y la expandió aún más
(2Re 2.3,5; 1Cro 25.1-3; 2 Re 4.38-44; 6.1-17). En los días de David, también hubo profetas, y
mismo él fue uno (1Cro 25.1-3; Hch 2.31-32). Los libros proféticos están llenos de referencias de
dones de señal por medio de los profetas, pero como vimos, no se puede argumentar una
“cesación” bajo el Antiguo Pacto por el uso temporal y selectivo de algunas personas para que los
manifestasen, porque es precisamente el punto por el que el nuevo pacto en ese sentido es
diferente.
Pero ¿qué sucede con la época del cautiverio? El Salmo 74:9-11, dice: “No vemos ya
nuestras señales; no hay más profeta, ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo. ¿Hasta
cuándo, oh Dios...? (...) ¿Por qué retraes tu mano? ¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?”.
Aunque Frank Beinot afirma que las “señales” que ya no se ven, “no necesariamente está
hablando de cosas milagrosas, puede referirse a los artículos del Templo, pero tampoco lo
excluye”,26Pablo Hoff, un gran profesor del Antiguo Testamento, afirma que “Puede referirse a la
presencia de Dios en el templo, en el arca, en el altar o pueden hacer referencia a los milagros
como signos o señales de esa presencia en medio de su pueblo”. Recordemos que como
analizamos anteriormente, el debate no es si Dios hace signos, señales y milagros de forma
directa, sino si capacita a personas por medio de los dones para que estos puedan hacer estas
obras, manifestando la gloria de Dios a través de ellos. Frank Beinot continúa argumentando que
“La idea que el salmista transmite con «no hay más profeta» es más claramente una referencia a
la obra directa de Dios que se echaba en falta en aquel momento”. “(…) las dos últimas preguntas
(«¿Por qué retraes...? ¿Por qué escondes...?»)” es “otra referencia a la obra activa de Dios que no
actuaba en aquel momento”.

Cuando el Salmista afirma que “No hay profeta”, involucra también que no hay tampoco
rey ni príncipes, tampoco existía ley [en el sentido propio y general de enseñanza dirigida por los
Sacerdotes] (Lam 2.9). El contexto, es uno de devastación ante la caída del reino del Sur 27en el 586
a.c así como de deportación y cautividad a Babilonia. Según Pablo Hoff28, este Salmo fue escrito un
año después de lo sucedido en el 587 con la destrucción del templo (2 Re 25.8-10); Posiblemente
fue escrito por uno de los descendientes de Asaf, uno de los cantores del rey David.

Moisés y Céfora Carvaloh, nos recuerdan que “el destierro y, en consecuencia, la


cautividad, son previsto en el Código de la Alianza de Israel (cf. Deuteronomio 4:1-40), y son
punitivo, incluso con fines pedagógicos”. Y es que no podemos ignorar el contexto general del
porque Dios permitió que no haya más profetas y este es el Juicio; “Repetidas veces el Señor, Dios
de sus antepasados, envió a sus profetas para advertirles, porque tenía compasión de su pueblo y
de su templo. Sin embargo, el pueblo se mofaba de estos mensajeros de Dios y despreciaba sus

26
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 44.
27
Después de la muerte de Salomón (930 a.c), una rebelión abierta condujo a la división de las diez
tribus del norte y la división de la tierra en el reino del norte: Israel y el reino del sur: Judá, en el territorio de
la tribu de Judá y Benjamín.
28
HOFF, Pablo, libros poéticos, Pág. 142.
palabras. Se burlaron con desprecio de los profetas hasta que el enojo del Señor no pudo ser
contenido y ya no se podía hacer nada” (2 Cro 36.15-16). Más adelante veremos que el don de
profecía bajo el nuevo pacto, no contiene elementos de Juicio, sino de “fortalecer, animar y
consolar” (1 Co 14.3), por lo que es lógico argumentar que Dios nunca dejaría bajo el nuevo pacto,
de cesar el don de profecía, porque no cumple con este propósito para la iglesia.

Recordemos también, que hubo tres oleadas de cautivos del reino del Sur. Los primeros
cautivos llevados a Babilonia fueron el profeta Daniel en el 605 a.C. Unos años más tarde, en el
597 a.C. Siguieron diez mil cautivos, incluido el profeta Ezequiel. Finalmente, cuando la ciudad de
Jerusalén cayó en el 586 a. Los últimos cautivos fueron llevados a las orillas del río Quebar en
Babilonia (2 Reyes 24:1-18; 2 Crónicas 36:11-21; Jeremías 52:1-11; Ezequiel 1:1-2; Daniel 1:1- 7).
Es más, cuando Jerusalén cayó Jeremías registró el suceso que él mismo había profetizado
(Compare 2 Cro 36.15-20 con Jer 52.2-16). Por lo tanto, si cuando el Salmista expresó este
acontecimiento desgarrador, estaban vivos el profeta Daniel, Ezequías y Jeremías (el cual relata de
forma dramática y pesimista esta caída en su libro “lamentaciones” también) ¿por qué el autor del
Salmo 74 se afirma que no hay profeta? Esto es porque no hay alguien que intervenga entre el
pueblo y Dios que estaba desatando su juicio, ya nadie iba a ser usado con “señales milagrosas”
(Sal 74.9) para ser un libertador carismático como en el pasado; esto era el juicio, porque “Así se
cumplió el mensaje del Señor anunciado por medio de Jeremías. La tierra finalmente disfrutó de su
tiempo de descanso, y quedó desolada hasta que se cumplieron los setenta años, tal como el
profeta había dicho” (2Cro 36.21). Pero la profecía no había cesado; el mismo Salmo 74, Jeremías
52 y su libro Lamentaciones, son muestras de inspiración profética verotestamentaria.

Para finalizar, “(…) en el período del exilio, los profetas crecieron en su comprensión del
rûaḥ29 y se aplicó la necesidad de la participación de rûaḥ para la nueva vida y transformación que
podría llegar a las personas y la naturaleza. En otras palabras, el pueblo no fue abandonado, ya
que había una promesa del “Día del Señor” y el juicio, pero también liberación (cf., p. ej., Isaías
2:12—4:6; Joel 2:1—3:21; Amós 5:18-27; Malaquías 4:1-6). Semejante mensajes, llamados
"predicaciones", es bueno decir, fueron proféticos y, por lo tanto, de naturaleza carismática, no

29
Rûaḥ, es una palabra hebrea que en el Antiguo Testamento tiene una gran gama de significados,
los cuales pueden ser “viento”, “aliento”, o “espíritu”. Ésta se usa para una gran gama de expresiones que
envuelven la naturaleza, la vida animal, el hombre y Dios mismo. Según Stanley Horton, hay por lo menos 33
diferentes variantes de significado que se le puede dar dependiendo el contexto (HORTON, Stanley, El
Espíritu Santo revelado en la Biblia, editorial Vida, Pág. 18). Por lo tanto, al referirnos al Rûaḥ de Dios, nos
referimos al Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad.
simples "sermones expositivos", como alguien puede sugerir incorrectamente, lo que lleva a las
personas a un grave error. Por lo tanto, en los “pasajes que tratan sobre la influencia del rûaḥ
yhwh en el exilio, es evidente que el pueblo estaba consciente de la presencia continua de Yahweh
con ellos”, y tal “realidad revitalizó y renovó sus esperanzas como nación para la restauración de
su tierra", es decir, los "profetas no sólo dieron razones adecuadas para el exilio del pueblo de Dios,
sino que hablaron de un nuevo comienzo y un regreso a su tierra”.30

Nuevamente, los cesacionistas mismos afirman que esta “(…) evidencia no tiene relación
directa con los dones espirituales, pero sí establece un precedente para la temporalidad (o el cese
temporal) de la obra visiblemente milagrosa de Dios aun dentro de una misma época”.31No
obstante, los cesacionistas cometen el error de no ver en este pasaje en discusión (Sal 74), el juicio
de Dios previsto en Deuteronomio para que no haya una manifestación milagrosa, pero obvian
que el carisma profético continuo vigente. Afirmar que esto es un precedente de cesación, es un
error hermenéutico que involucra cuestiones pactuales (y dispensacionales).

Una regla hermenéutica sana, es que debemos interpretar el Antiguo Testamento a la luz
del Nuevo, y no al revés, ya que el Antiguo Testamento necesita ser entendido en su contexto del
Antiguo Cercano Oriente, el contexto que lo produjo, pero, el Nuevo Testamento es esencialmente
un comentario inspirado del Antiguo Testamento. Si tomamos este principio que nos establece el
Nuevo pacto con respecto a los dones, es común observar esto en el Antiguo pacto, es decir,
periodos de manifestaciones carismáticas por propósitos divinos, pero de acuerdo a las
circunstancias y la época de la revelación progresiva del pacto (y dispensación) en cuestión. Esto
nos lleva a la cuestión de la revelación progresiva entre los pactos, y en ella hay aspectos
continuos y discontinuos. Es decir: No podemos ignorar el principio de continuación y
discontinuación entre los pactos.

Preguntémonos si hay diferencias entre la profecía del pacto antiguo y el don del nuevo; a
raíz de esto, comprenderemos el porqué no se aplica el precedente como principio en el Nuevo
Pacto, y tampoco es una afrenta al canon Bíblico ya cerrado (con sus 66 libros; 39 en el AT y 27 en
el Nuevo Testamento):

30
César Moisés Carvalho e Céfora Ulbano Carvalho, Ibbi, Págs. 589-590.
31
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 45.
1. El don de profecía es un impulso del Espíritu Santo y no una inspiración como en
tiempos Verotestamentarios32 (aunque los escritores Bíblicos pertenecían al tiempo
del NT, ellos sí fueron inspirados, y no fue cuestión de ser usados por un impulso;
por eso sus escritos tienen autoridad infalible y canónica).
2. El don de Profecía no es infalible como la profecía Verotestamentaria y la
inspiración profética Neotestamentaria. Pablo habla de que se Juzgue la Profecía
(1 Cor.14:29) para saber si es verdadera o falsa. En cambio, en el Antiguo Pacto la
profecía conllevaba una autoridad escrituristica y canónica (ejemplo de esto lo
vemos en la expresión "así dice el Señor", la cual no se repite más en el NT) 33. Es así
que, el don de profecía está sujeta a las fallas de la persona usada, en cambio en el
AT el profeta era el juzgado y no la profecía.34
3. El don de profecía tiene un principio claro: servir como palabras de coraje,
edificación y consolación (1Cor:14:3-4).35 La profecía en el AT también tenía esos
propósitos, pero, Pablo no menciona el más común en el AT: El Juicio. Esto es
porque el objetivo de la profecía Neotestamentaria es el crecimiento de la iglesia36,
y no su destrucción.37

32
PERLMAN, Myer. Conhecendo as Doutrinas da Bíblia, Editorial Vida, 1984, Pág. 203.
33
“Ágabo por ejemplo, utiliza la expresión “Así dice el Espíritu Santo” en vez del “así dice el Señor”
(cf. Hch 21.11), expresión usada más de 3.800 veces en el Antiguo Pacto (BAPTISTA, Douglas, Lecciones
Bíblicas, La supremacía de las Escrituras, CPAD, Pág. 15). El cambio muestra claramente la continuidad y
discontinuidad del ministerio profético entre los Pactos. Mismo Ágabo y Pablo, nos dan muestra de que la
profecía no era infalible, sino falible. Por ejemplo, Ágabo no da una profecía de Juicio para Pablo, sino de
consolación para mostrar que Dios estaba en control de la situación; Pablo ignora la profecía (Vv. 13-14) algo
que sería imposible bajo el contexto de una autoridad profética verotestamentaria, y volvería a Pablo un
Pecador; Ágabo afirmó que Pablo seria amarrado de las manos y los pies y esto no acontecio (VV. 11, 33);
Pablo no fue entregado en manos de los gentiles como anuncio la profecía de Ágabo sino en manos de los
Judios (Vv. 31, 35). Recomiendo leer a STAMPS, Donald C. Bíblia de Estudo Pentecostal, Pág. 1679; SOARES,
Esequias, O Ministério Profético na Bíblia: a Voz de Deus na Terra, Págs. 211-214; ARRINGTON, French L. e
STRONSTAD, Roger. Comentário Bíblico Pentecostal, CPAD, Pág. 754; CHOWN, Gordon. Os Dons do Espírito
Santo, Editora Vida, Pág. 126; OLIVEIRA, Raimundo de. As Grandes Doutrinas da Bíblia, CPAD, 1987; SOUZA,
Estêvam Ângelo de. Os Dons Ministeriais na Igreja, CPAD, Págs. 32,37.
34
Así como “Todos los días examinaban las Escrituras para comprobar si lo que Pablo y Silas decían
era cierto” (Hch 17.11), debemos Juzgar las profecías (1 Cor 14.29) para verificar si se conforman al patrón
Biblico para el que fue dado el don, es decir, como un acto colectivo con triple propósito: edificación,
exhortación y consolación. Leer a ANDRADE, Claudionor Corrêa de. Fundamentos Bíblicos de um Autêntico
Avivamento,CPAD, 2005.
35
HORTON, Stanley M. A Doutrina do Espirito Santo, CPAD, 1993, Pág. 244.
36
WALTON, John H. e KEENER, Craig. NIV Cultural Backgrounds Study Bible, pos 260959.
37
FEE, Gordon Donald. The First Epistle to The Corithians, Pág. 657.
4. Una observación importante es que el don de profecía está ligado a la supervisión
de la congregación reunida para juzgarla según los criterios de las
Escrituras.38Observe que en el AT, nunca se juzgaba a la profecía como tal, ya que
eso siempre acarreo muchos problemas para el pueblo de Israel (2 Cor 2.20); quien
era tomado como falso era el falso profeta y no la profecía, debido a diversos
mecanismos de verificación (Dt 13).39
5. Esta es la razón por la cual, la profecía de muerte, que era común en el AT, no es
parte del NT.40

Este entendiendo la continuidad y discontinuidad ente los testamentos nos ayuda a


entender la diferencia entre la naturaleza del don de profecía Neotestamentaria, y la profecía
Verotestamentaria.

B. ¿Cesaron los dones en el periodo intertestamentario?

Bruce Wilkinson y Kenneth Boa afirman que “Un ejemplo más del tiempo del Antiguo
Testamento es el período llamado «los cuatrocientos años de silencio». Este tiempo, llamado
técnicamente «el período intertestamentario», es el período de algo más de cuatrocientos años
entre el profeta Malaquías y el nacimiento del Señor Jesucristo. «Malaquías marca el cierre de la
profecía del Antiguo Testamento y el comienzo de los cuatrocientos años de silencio entre el
Antiguo y el Nuevo Testamento»”.41 Matthew Henry dijo que Malaquías, fue “el sello de la
profecía, porque en él la serie o sucesiones de los profetas se interrumpió y llegó a su final. Dios
sabiamente lo ordenó así para que la inspiración divina cesara por varias edades antes de la
llegada del Mesías, para que aquel gran profeta apareciera aún más llamativo y distinguido”.42

Tras la muerte del Profeta Malaquías, alrededor del 400 a.c, se argumenta que hubo “un
periodo de 400 años de silencio”, hasta que Dios renovara la actividad profética con Juan el
Bautista. Esta “escasez de manifestaciones proféticas” está basada en los registros de por lo
menos tres obras judías del primer siglo d.C, que son 2 Baruc; Contra Apión, de Flavio Josefo (37-

38
GEE, Donald. Como Receber 0 Batismo com 0 Espirito Santo, CPAD, Pág. 76.
39
GRUDEM, Wayne. O Dom de Profecia, Pág. 27.
40
TRASK, Thomas (ed). Pastor Pentecostal: Teologia e Práticas Pastorais, CPAD, Pág. 637.
41
Bruce Wilkinson y Kenneth Boa, Talk Thru the Bible, Pág. 294.
42
Henry, Matthew Henry’s, Commentary on the Whole Bible, Pág. 1595.
100 d. C.); y la Tosefta, una compilación de la ley oral de los judíos.43 Bien como lo dijo el
académico Roger Stronstad, “la interpretación tomó la lugar de la inspiración profética, la
enseñanza ocupó el lugar de la proclamación, y el escriba tomó el lugar del profeta”. 44(tengan esto
presente, ya que será una pieza fundamental de las raíces del Cesacionismo en la parte II, sección
2.6).

A raíz de esto, hubo dos consecuencias: primero, las obras escritas durante este período
no se consideraban canónicas, ya que no hubo verdadera inspiración profética; en segundo lugar,
los autores de este período solían emplear seudónimos de profetas de la pasado, para que sus
obras fueran pasadas por las obras de estos, a fin de que el contenido producido fuera tomado en
serio por sus lectores (Ej. Libro de Enoc, Apocalipsis de Abraham, 1 y 2 Esdras, etc). Sin embargo,
como dice el texto Tosefta antes mencionado, incluso en el período interbíblico, Dios todavía
habló a sus siervos, aunque sea con “una voz misteriosa”.

Tenemos, por ejemplo, el caso del sumo sacerdote judío y el rey Juan Hircano (175-104
a.C.), quien también fue profeta, por lo tanto, rey-sacerdote-profeta, razón por la cual muchos
pensaron en su día que a través de él se comenzaría a restaurar la realeza tan esperada de
Melquisedec, el reino mesiánico, a pesar de Hircano no ser de la tribu de Judá. Josefo escribe que
Hircano "fue el único hombre [desde David y Salomón] que unió en su persona tres de los más altos
privilegios: el mando supremo de la nación, el más alto sacerdocio y el don de profecía, porque
estaba tan cerca en contacto con la divinidad que nunca fue ajena a la futuro", incluso "previo y
predijo que sus dos hijos mayores no permanecería a la cabeza de las cosas” (Guerras de los judíos,
I, 3).5445 También tenemos el ejemplo del profeta esenio Manaen, quien, cien años antes de que
Juan el Bautista comenzara su ministerio, se le consideraba un hombre santo de Dios y un
verdadero profeta, con su profecías cumpliéndose fielmente, como en el caso de dos de ellas

43
Refiriéndose al período inmediatamente posterior a la muerte del último profeta canónico,
Malaquías, 2 Baruc 85.3 establece que los profetas estaban ahora "dormidos", de modo que a los judíos no
les quedaba nada sino "El Poderoso y Su Ley". Josefo, en Contra Apion 1.41, declara: "Desde Artajerjes hasta
nuestro tiempo, toda la historia ha sido escrito, pero no se consideró creíble igual a los registros pasado,
debido a la falla en la sucesión exacta de los profetas.” Y el Tosefta declarará (Sotha 8.2): “Cuando los
últimos profetas – Hageo, Zacarías y Malaquías – murieron, el Espíritu Santo cesó de entre Israel, pero aun
así les fue dado oír [a Dios] por de una voz misteriosa”.
44
STRONSTAD, Roger, A Teologia Carismática de Lucas, Pág. 54.
45
JOSEFO, Flávio, História dos Hebreus, CPAD, Pág. 502.
sobre Herodes el Grande (73 y 74 a. C.), según lo registrado por Josefo (Antigüedades Judías, XV,
13).46

Finalmente, siempre de acuerdo con el registro de Josefo, tenemos los casos de los
también profetas esenios Judas y Simón. El primero profetizó con precisión la muerte de Antígono,
el último de los asmoneos en reinar (40-37 a.C.) (Antigüedades Judías, XIII, 19) 47; y el segundo
interpretó correctamente, por inspiración divina, el significado de la sueño de Herodes Arquelao
(23 a. C.-18 d. C.) (Antigüedades Judaicas, XVII, 15).5748 Como afirma Stronstad, “es tentador
especular que Simón, el profeta esenio, puede ser identificado con el profeta Simeón, que bendijera
a Jesús en el templo (Lc 2.25-35)”,49 por dos razones muy sencillas: que se establece al mismo
tiempo que el profeta bíblico Simeón habría vivido y el nombre “Simón” es un variante del nombre
"Simeón". Y es que antes de que Juan el Bautista comenzara su preparación para el camino del
Mesías, el profeta carismático por excelencia (Lc 3.1-20), tenemos a dos profetas, que están en el
registro Biblico, que son Simeón y Ana (Lc 2. 25-40).

Un dato interesante sobre esta creciente expectativa interbíblica concerniente al


surgimiento de una era en la cual el profetismo sería revivido tras la venida del anhelado Profeta-
Rey-Sacerdote mesiánica a una escala mayor, es la realización de que muchos judíos esperaban
que esta tan esperada nueva era del profetismo se caracterizó por una universalidad de la
actividad profética entre el pueblo de Dios, el cual no existía en el Antiguo Pacto. La base de esta
creencia está arraigada principalmente tres pasajes bíblicos: Números 11.29, Isaías 59.20, 21 y Joel
2.28-30.

En Números 11:29 vemos a Moisés anhelando esa universalidad de la actividad profética,


diciendo: “Si tan sólo todo el pueblo del Señor fueran profetas [nãbi'] y que el Señor pusiera su
Espíritu sobre ellos!” (Nm 11.29). Por otro lado, en Isaías 59.21, leemos la siguiente promesa de
Dios a su pueblo: “Y vendrá un Redentor de Sión y de los que en Jacob se apartan de transgresión,
dice el Señor. En cuanto a mí, este es mi pacto con ellos, dice el Señor, mi Espíritu que está sobre ti,
y mis palabras que he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tu simiente,
ni de la boca de la simiente de tu simiente, dice Jehová, desde ahora y para siempre jamás". Y en

46
JOSEFO, Ibid., Pág. 368.
47
JOSEFO, Ibid., Pág. 315.
48
JOSEFO, Ibid., Pág. 414.
49
STRONSTAD, Ibid., Pág. 55.
Joel 2.28-30, vemos esa promesa reforzada y descrita con más detalle: “Y acontecerá después que
derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros
ancianos soñarán sueños, tus jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas
en aquellos días derramaré mi Espíritu. Y mostraré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre y
fuego, y columnas de humo”.

Sobre esta expectativa hay un comentario rabínico sobre Números 15.25 contenida en
Midrash Rabbah50 que aporta una idea del futuro mesiánico para Israel y que dice: “En el mundo
venidero, cada Israelita será hecho un profeta.”51

Anthony D. Palma, nos recuerda que “La profecía de Joel es bastante diferente de la de
Ezequiel. Ella no habla sobre la transformación interior, el cambio de estilo de vida o la actuación
interior del Espíritu Santo: En cambio, el Señor dice: "haré derramar mi Espíritu sobre toda carne.”
El resultado sería muy dramático: las personsd profetizarán, tendrán sueños y visiones. Esta
profecía nos recuerda al deseo muy intenso de Moisés: " Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese
profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos" (Nm 11,29). La narración subraya el énfasis en
Joel y el Nuevo Testamento de que el derramamiento del Espíritu no está restringido a personas
seleccionadas o a un lugar en particular. Los paralelos entre la profecía de Joel y el deseo de
Moisés son infalibles”.52

Ezequiel 36.25-27 Joel 2.28-29


Limpieza Capacitación
Nuevo corazón, nuevo Espíritu Profecía, sueños y visiones
Espíritu Interior Espíritu derramado sobre
Cambio Moral Sin mención de conducta/carácter moral
Acción interna del Espíritu Acciona visible del Espíritu
Naturaleza: Habitacional Naturaleza: Carismática

En resumen, se estaba preparando el ambiente para la llegada del Profeta-Rey-Sacerdote,


el Ungido del Señor, que haría milagros y prodigios (Isaías 61.1-2), y de su pueblo emergería una
era de profetismo como nunca antes visto, donde la escasez profética sería reemplazada por un

50
Midrash Rabbah es una compilación de comentarios explicativos sobre la Biblia hebraica
producido simultáneamente con la elaboración del Talmud. Se trata de un material que comenzó a
elaborarse en el primer siglo de la Era Cristiana. Gran parte de lo que hay es una tradición interpretativa
rabínica que se remonta al período interbíblico.
51
GRUDEM, Wayne. O Dom de Profecia no Novo Testamento e Hoje, Págs. 20-21.
52
Anthony D. Palma, o batismo no espíritu santo e com fogo, Págs. 15-17.
derramamiento del Espíritu, con todo el pueblo de Dios pudiendo gozar de la dimensión
carismática.

C. El principio de temporalidad y los versículos “Casacionistas” del Nuevo Pacto


Frank Beinot afirma que “En el Nuevo Testamento hay textos específicos que hablan de la
temporalidad de los dones de señal y de una parte de la obra milagrosa de Dios. Cuando
estos textos se suman a la evidencia del Antiguo Testamento que establece un precedente
para la temporalidad, la postura cesacionista en cuanto a los dones de señal queda
claramente comprobada como un principio bíblico correcto: el principio de la temporalidad
de algunos dones espirituales”.53
1.2. Versículos “Cesacionistas”

Para poder darnos cuenta de que el cesacionismo falla en su metodología de


interpretación porque induce algo que ciertos textos “específicos” no están afirmando si se los lee
bajo su contexto normal, vamos a analizar algunos versículos que forman un caso acumulativo
para la cesación de los dones. Además, demostraremos que el principio de temporalidad tiene un
grave problema contextual.

1.2.1. Efesios 2:20 (NVI): “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los
profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular”.

El argumento es el consiguiente:

P. 1. Los creyentes estaban edificados sobre el fundamento de los Apóstoles (Efe.2:20).

P. 2. El apostolado fue solo para el período fundamental de la Iglesia.

P. 3. Los dones cesaron con el último Apóstol.

Conclusión: El cesacionismo es verdadero...

Pero este, es un pensamiento complicado que va mucho más allá de lo que realmente dice
el texto. El punto de Pablo en este pasaje no es enseñar el cesacionismo, sino mostrar la fe común

53
BEINOT, Frank W. R., Ibbi, pág. 47. Énfasis mío.
de los creyentes gentiles y judíos de que ambos están edificados sobre el mismo fundamento, que
es Jesús mismo, y este hecho es testificado por los Antiguos (profetas) y los Escritos del Nuevo
Testamento (apóstoles): "Porque Cristo es nuestra paz: de los dos pueblos ha hecho uno solo,
derribando mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba, Por lo tanto, ustedes ya
no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios,
En él todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor.
En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu." (Efesios
2:14, 19, 21-22. NVI). Este texto no enseña para nada el Cesacionismo.

1.1.2 1Cor 13:8-10: “El amor jamás se extingue, mientras que el don de
profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento
desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta;
pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá.”

Pablo admite que las profecías, las lenguas y el don de conocimiento un día cesarán". De
hecho, llegará un momento en que todos los dones espirituales llegarán a su fin; la pregunta es
¿Cuando? La mayoría de los Comentaristas y exegetas cesacionistas, ya han dejado de usar estos
versos como caballito de batalla a favor de su postura ¿Por qué? porque la mejor interpretación es
que los dones cesaran, pero en el regreso del Señor Jesucristo. Esto se deriva de tres frases que
nos llevan a esta conclusión: (1) “Cuando venga lo perfecto”; (2) cuando le veamos “cara a cara”; y
(3) cuando “conoceré como soy conocido” (w. 10, 12). Pero, el tema de debate por un tiempo,
estuvo en la palabra “Perfección” (V. 10), ya que algunos argumentan que la palabra, se refiere a
la madurez de la Iglesia. Si se tuviera en cuenta la plena madurez de la Iglesia, esta sería una
interpretación aceptable. La palabra traducida como “perfección” aquí puede referirse a la
madurez, y la analogía en el versículo 11 implica el término. Así, “se dieron dones espirituales a la
Iglesia para llevarla a la plena madurez; una vez que esto suceda, los dones ya no serán
necesarios”. Sin embargo, las Escrituras enseñan claramente que la plena madurez, o "perfección",
solo se alcanzará en el momento del regreso de Cristo (1 Juan 3.2-3; Efesios 5.27).

Sin embargo, si está en juego alguna forma inferior de madurez, esta interpretación
enfrentará dificultades insuperables, como ¿Quién en la iglesia de hoy puede afirmar que
contempla a Jesús cara a cara? ¿Quién puede decir con certeza cómo es conocido por Dios? ¿Y
quién se atrevería siquiera a insinuar que la Iglesia de hoy es más madura que la del primer siglo?
Otros tratan de argumentar que la "perfección" se refiere a la finalización del canon de las
Escrituras. Así, con la Biblia completada, la Iglesia ya no necesitaría los dones espirituales. Pero
este punto de vista contiene argumentos decisivos contra sí mismo. Primero, no hay alusión en el
contexto a las Escrituras o a la colección de libros sagrados. En segundo lugar, no podemos afirmar
que porque tenemos las Escrituras vemos a Cristo cara a cara, o que hemos alcanzado un
conocimiento pleno de las cosas; si esta teoría fuera correcta, estaríamos diciendo que Pablo vio
sólo un reflejo, como en un espejo, pero nosotros le vemos cara a cara; que Pablo conocía en
parte, y nosotros en su totalidad. Aunque hoy tenemos la Biblia completa, ¿quién de nosotros
podría reclamar conocimientos y experiencias espirituales superiores a las del apóstol Pablo?

1.1.3. Fil: 2: 25-26: “Pero creí necesario enviarles a Epafrodito, mi hermano,


colaborador y compañero de lucha, quien también es su mensajero y
servidor para mis necesidades. Porque él los extrañaba a todos, y estaba
angustiado porque ustedes habían oído que se había enfermado.”

¿El texto dice algo sobre el cesacionismo? No, pero se parte de la pregunta ¿Por qué Pablo
no sano a Epafrodito? Es decir, un Preconcepto, el cual es el grave problema de la metodología
inductiva. Analicemos esto un poco:

Al parecer Epafrodito, a pesar de su enfermedad, siguió predicando el evangelio


arriesgando su propia vida. Esto es lo más apegado al contexto de la carta de Pablo a los
Filipenses, en donde el tema es Sufrir por Cristo en humildad; así como Cristo se humillo y sufrió
por nosotros, Pablo hace lo mismo y pide a los Filipenses que lo imiten. Pero Volvamos a esa
expresión en pasado de "ESTABA ENFERMO" (V.26). Pablo es contundente en el verso que sigue de
que ya no lo estaba más: "En efecto, ESTUVO enfermo y al borde de la muerte; pero Dios se
compadeció de él, y no solo de él, sino también de mí, para no añadir tristeza a mi tristeza" (V.27).
Así, Pablo habla como si Dios hubiera respondido una oración, un anhelo de su corazón de que
operara una sanidad en la salud de su amigo Epafrodito (aunque tampoco el texto afirma tal cosa).

El argumento del cesacionista para con Epafrodito, tiene que ver con su uso
contemporáneo: "si el don de la curación está disponible hoy, ¿por qué no salen a curar a todos los
enfermos en los hospitales?". Pero, esto es tan válido como el argumento del ateo: "si Dios existe,
¿por qué no elimina el sufrimiento en el mundo?". ¿Es ofensiva esta comparación? ¡Ahora! Los
cesacionistas ofenden al Espíritu Santo cuando le roban la operación de sus preciosos dones y
desacreditan el testimonio de la Iglesia a través de los siglos. No es una ofensa llamar incrédulo a
un incrédulo.

¿Por qué no se va a sanar a todos en el Hospital a voluntad? ¿Por qué Pablo no sano a
Eprafrodito y Timoteo? Me pregunto ¿Han leído Hechos 4:12-13? "¿por qué les sorprende lo que
ha pasado? ¿Por qué nos miran como si, por nuestro propio poder o virtud, hubiéramos hecho
caminar a este hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados,
ha glorificado a su siervo Jesús."

Es cuando Dios quiere, no cuando nosotros queremos. Y si El Espíritu quiere operar


¿Quiénes somos nosotros para decir que no es de Dios? Ahí salta el Cesacionista y dice: "Nosotros
no negamos los milagros. Nosotros creemos que Dios puede operar." A lo que yo pregunto: "¿Y
cómo crees que va a operar si no es por medio de sus testigos?" ¿Usara Dios a un macumbero
para hacer que un paralitico se pare? ¿Usara Dios a un islamista para que un niño deje de tener
fiebre? o quizás use a un hechicero... No, Dios usa a sus hijos. El problema del cesacionista no solo
es la incredulidad, sino una distorsión de la comprensión de lo que es tener un don del Espíritu.
Solo una fracción de las curaciones y milagros realizadas a través de agentes humanos se
realizaron de esta manera. Esto se explica en parte porque, en última instancia, prevalece la
voluntad de Dios de sanar a alguien o no. Por otro lado, la ausencia o presencia de fe de la persona
enferma o del agente puede estar detrás de la decisión de Dios de sanar o no.

En el Antiguo Testamento, por ejemplo, Eliseo ni siquiera estaba vivo cuando Dios usó su
cuerpo para resucitar milagrosamente a otra persona muerta (2 Reyes 13:21). En el NT, Dios sanó
a la gente a través de la sombra de Pedro (Hch 5:15). Las ropas y los objetos que usaba Pablo
también se colocaban sobre los enfermos que estaban siendo sanados.

En los tres ejemplos, tenemos milagros que se realizan involuntariamente por decisión del
agente. Ni siquiera Jesús sanó a voluntad (¡si, como lo leen!), ya que a veces la incredulidad de la
gente le impedía hacerlo (Marcos 6: 4-6). Un último ejemplo sería Pablo quien, a pesar de tener
autoridad, no curó a Trófimo ni a Timoteo; Claro que, un Cesacionista, seguramente dirá que eso
pasó porque el don se estaba agotando... No obstante, esa es una presuposición teológica, y nada
en el texto nos dice algo así.

Dios es soberano sobre las enfermedades, los enfermos y los agentes que usa. Nunca
sabremos con certeza por qué algunas personas se curan y otras no (Así como por qué Dios
permite el mal), aunque tengamos “algunas pistas/teorías”. Pero lo cierto es que Él continúa
sanando hoy, incluso a través de los seres humanos, que a veces son instrumentos de bendición
para otros, incluso cuando no tienen el control sobre ello.

Wayne Grudem, define así a los dones: "Es una habilidad potenciada por el Espíritu Santo
(...)".54Por "potenciada" podemos entender el "repartiendo" (1Cor:12:11) del Espíritu Santo como
el impulsador de la obra para que se hagan "señales y prodigios y diversos Milagros" (Heb:2:4)
según su voluntad. En sí, es una variedad de operaciones que se extienden más allá de nuestro
dominio, pero que son realizadas por Dios según su voluntad; no por nada, la palabra dice que
"Todas estas cosas (Incluida el don de Milagros: 1Cor:12:10) las hace uno y el mismo Espíritu,
REPARTIENDO a cada uno en particular como él quiere". En todas estas circunstancias, es el
nombre de Dios el que debe ser glorificado, porque es él mismo, dando testimonio con señales y
prodigios y milagros según su voluntad.

1.1.4. 2Cor 12:12: “Entre vosotros se operaron las señales de un verdadero


apóstol, con toda perseverancia, por medio de señales, prodigios, y
milagros”.

Basados en ese texto argumentan lo siguiente:

P1. Otros que no eran los apóstoles (o sus compañeros íntimos) no tenían esos
dones y señales milagrosas.
P2. Los milagros cesaron cuando los apóstoles y sus asociados íntimos murieron.
P3. Ya no se debe esperar más dones de milagros hoy.

Contexto: Pablo habla de «las señales de un verdadero apóstol» en 2ª Corintios 12. 12,
PERO no está intentando demostrar que él es un apóstol a distinción de otros cristianos) que no
eran apóstoles. Pablo estaba tratando de probar que él es un verdadero representante de Cristo a
distinción de otros que “se disfrazan de apóstoles” (2ª Co 11. 13), de representantes falsos de
Cristo, y siervos de Satanás que se disfrazaban de “servidores de la justicia” (2ª Co 11: 14-15).

El contraste no era entre apóstoles que realizaban milagros y creyentes ordinarios que no
podían realizarlos, sino entre apóstoles cristianos genuinos por medio de los cuales el Espíritu

54
Wayne Grudem. Introducción a la Teología Sistemática, editorial Vida, Pág. 1071.
Santo obraba, e impostores que no eran cristianos y se decían apóstoles a través de los cuales el
Espíritu Santo no obraba para nada. Por consiguiente, aun si entendemos que “las marcas
distintivas de un apóstol” son los milagros, debemos reconocer que los que usan este pasaje para
argumentar que hoy ya no se realizan milagros por medio de cristianos están tomando la frase “las
marcas distintivas de un apóstol” fuera de su contexto y usándola de una manera que no era la
intención de Pablo. Pablo está distinguiéndose de los que no son cristianos, en tanto que ellos
usan el pasaje para distinguir a Pablo de otros cristianos.

Mismo, un examen más cuidadoso de 2ª Corintios 12. 12 muestra que es muy dudoso que
la frase “marcas distintivas de un apóstol” en este pasaje quiera decir señales milagrosas. En este
mismo versículo Pablo hace una distinción entre las “marcas distintivas de un apóstol” y los
milagros, a los cuales llama “señales, prodigios y milagros”, notando que los milagros se hacían
junto con las señales de un apóstol: “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre
vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros”.

La última frase: “por señales, prodigios y milagros”, junta tres términos que denotan
milagros, y por consiguiente se debe referir a milagros (note “señales y prodigios” en Hch4: 30; 5:
12; 14: 3; 15: 12; Ro 15: 19; He 2. 4). Por consiguiente, la frase “marcas distintivas de un apóstol”,
se debe referir a algo diferente, algo que iba “acompañado por (hecho “por”) señales y prodigios”.

De hecho, aunque la palabra señal en el griego (semeión) a menudo se refiere a milagros,


tiene una variedad de significados mucho más amplia que simplemente “milagro”; semeión
simplemente quiere decir “algo que indica o se refiere a algo diferente”.

En 2ª Corintios 12. 12, las “señales” de un apóstol se entienden mejor como todo lo que
caracterizaba la misión apostólica de Pablo y que lo señalaban como un apóstol verdadero. No
necesitamos adivinar cuales eran estas señales, porque en otros lugares de 2ª Corintios Pablo nos
dice lo que lo caracterizaba como un apóstol verdadero:

1. Poder espiritual en el conflicto con el mal (10: 3-4,8-11; 13: 2-4, 10).
2. Celoso interés por el bienestar de las iglesias (11: 16).
3. Verdadero conocimiento de Jesús y su plan evangélico (11: 6).
4. Sostenimiento propio (desprendimiento) (11: 7-11).
5. No aprovecharse de las iglesias; y no maltratar físicamente a las personas (11:
20-21).
6. Soportar sufrimiento y adversidad por Cristo (11: 23-29).
7. Haber sido arrebatado al cielo (12: 1-6).
8. Contentamiento y fe para soportar una espina en el cuerpo (12: 7-9).
9. Obtener fuerza en la debilidad (12: 10).

El primer asunto podría haber incluido milagros, pero ciertamente ese no es el enfoque
primordial de su referencia a las “marcas distintivas de un verdadero apóstol”.

Otra evidencia de que “las señales de un apóstol” en 2ª Corintios 12. 12 fueron todas estas
cosas y no solo los milagros es el hecho de que Pablo dice: “Las señales de apóstol han sido hechas
entre vosotros en toda paciencia” (RVR 1960). Ahora bien, tendría escaso sentido decir que los
milagros se realizaron “en toda paciencia”, porque muchos milagros sucedieron rápidamente,
pero tendría mucho sentido decir que la paciencia de Pablo semejante a la de Cristo para soportar
la adversidad por amor a los corintios se ejerció “en toda paciencia”.

Debemos notar que en ninguna parte en esta lista Pablo afirma que los milagros
demuestran su apostolado genuino. Es más, la mayoría de las cosas que menciona no lo
distinguían de otros verdaderos cristianos. Pero estas cosas sí lo distinguen de los siervos de
Satanás, apóstoles falsos que no tenían nada de cristianos.

Finalmente, la gramática del texto griego nos obliga a esta distinción, puesto que “las
marcas distintivas”, está en caso nominativo, en tanto que “señales, prodigios y milagros” está en
caso dativo y, por consiguiente, no puede ser simplemente una reafirmación de “marcas de un
Apóstol” en aposición a ella; en el griego los sustantivos en aposición deben estar en el mismo
caso. (La NVI ignora la gramática aquí y traduce las dos frases como si estuvieran en aposición: La
RVR y LBLA son más precisas). Al mismo tiempo, se ha llamado “señales” a muchas cosas no
milagrosas. Por ejemplo, la escritura del puño y letra de Pablo es su “señal” (2ª Ts 3: 17); la
circuncisión es una “señal” de la justicia imputada a Abraham (Ro 4: 11); el beso de Judas es una
“seña!” para los dirigentes judíos (Mt 26: 48); el arco iris es Una “señal del pacto” (Gn 9: 12);
comer el pan sin levadura durante la Pascua cada año es una “señal” de la liberación del Señor (Éx
13: 9); el cordón de grana de Rahab es una “señal” que los espías le dijeron que colgara en su
ventana (1 Clem. 12: 7). Y la Septuaginta (una traducción al griego del antiguo testamento en
hebreo), lo traduce como Semeión a “señal”. Por otro lado, la Palabra “Verdadero”, no se
encuentra en el texto griego según la critica textual, lo que quedaría como “Las señales de un
apóstol…”. Versiones como la LBLA añaden el “verdadero”, para dar el sentido de que “Pablo está
contrastando su ministerio con el de los falsos apóstoles”.55

Por si esto no fuera suficiente, la mayoría de los comentaristas modernos de 2 de Corintios


afirman que las “señales de un apóstol”, tiene un significado mucho más amplio que solo los
milagros, incluyendo la vida y carácter del Apóstol Pablo, pero ninguno lo entiende como solo
exclusivamente a los milagros56; solo hay 3 que entienden las “señales de un apóstol” (12.12)
como siendo los milagros, los cuales son Colin Kruse, Jean Hering, y Murray Harris57, pero ninguno
aporta argumentos para sostener esto.

1.1.5. Heb 1.1-2: “Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros
antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días
finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo designó heredero
de todo, y por medio de él hizo el universo.”

El argumento a favor del cesacionsimo es el siguiente:

P.1. Dios, en el pasado, hablaba por medio de los profetas;

P.2. Pero en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo;

P.3. Ya todo se nos ha hablado y revelado;

Conclusión: No son necesarios los dones.

El problema con usar hebreos 1:1-2 es que se cae en una falacia de inferencia negativa.
Esto significa que se parte de un argumento cuya inferencia es negativa a partir de una declaración
positiva. Sin embargo, la demostración de una proposición no desmiente su opuesto; por ejemplo:

55
Wayne Grudem, Introducción a la teología sistemática, Editorial vida, Pág. 378
56
Vea a Philip E. Hughes, Paul's Second Epistle to the Corinthians, Págs. 456-58; Ralph P. Martin, II
Corinthians, Págs. 434-38; Grudem Wayne, una introducción a la teología sistemática, Pág. 380; Alfred
Plurnmer, A Critical and Exegetical Commentary on the Second Epistle ofSt. Paul to the Corinthians, Pág.
359; R. V. G. Tasker, 2 Corinthians, Pág. 180; Charles Hodge, An Exposition ofl and 2 Corinthians, Págs. 359-
360; John Calvin, The SecondEpistle of PaultheApostle to the Corinthians, por D. W. Torrance y T. F.
Torrance, Págs. 163-64; B. Lightfoot, The Epistle ofSt. Paul to the Galatians, Pág. 99.
57
Colin Kruse, The Second Epistle of Paul to the Corinthians, Pág. 209; Jean Hering, The Second
Epistle of Saint Paul to the Corinthians, Págs. 95-96; Y Murray Harris, «2ª Corinthians», EBC 10:398.
Negativo: “Dios no habla más sueños visiones y revelaciones” a partir de una declaración
positiva: “Dios habló en el pasado por medio de ellos”. Al mismo tiempo, el texto no afirma “Dios
solo/solamente, se comunica (o habla) por medio de su Hijo”.

Por otro lado, la Biblia afirma que Dios se comunica y habla por medio de Sueños, visiones
y revelaciones. Lucas, el autor del evangelio y su continuación, Hechos de los Apóstoles, afirma:
“Sucederá que en los últimos días —dice Dios—derramaré mi Espíritu sobre todo el género
humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los
ancianos” (Hch 2.17. NVI). Lucas utiliza la Septuaginta, que es la traducción al griego del Antiguo
Testamento en hebreo, la cual utiliza la misma palabra griega que el autor a los Hebreos (1.2), que
se traduce como “En los últimos días” (o Postreros días. RV1960): “ἐν (en) ὁ (jo) ἔσχατος (ésjatos)
ἡμέρα (jeméra)”. Y para dejar las cosas en claro, el mismísimo apóstol Pedro, afirma que esta
“promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos
a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar” (V. 38. NVI); Pedro no deja dudas sobre que la
promesa hecha por el profeta Joel (2.28-29), aunque tuvo su cumplimiento profético en el siglo I,
no se limitaba a ese día, sino que es como un fuego que traspasa las barreras temporales,
iniciando un fuego que no terminará hasta que el Señor deje de Salvar a los que llama, es decir,
hasta su regreso.

Por lo tanto, la idea aquí no es que Dios ya no hablaría desde ese momento, como algunos
autores quieren hacernos creer, pero, sí, mostrar a Jesucristo como el cumplimiento de todo lo
que fue predicho por los profetas. Adam Clarke comentó de forma muy apropiada, que: "Bajo el
Antiguo Testamento, las revelaciones se hacían en diferentes ocasiones por diferentes personas, en
diferentes leyes y formas de enseñanzas con diferentes grados de claridad, símbolos, tipos y figuras
y con diferentes modos de revelación, tales como por ángeles, visiones, sueños, impresiones
mentales, etc.; ver Núm. 12.68. Sin embargo, bajo el Nuevo Testamento, todo se hace por una
persona, es decir, Jesús, que cumplió lo que decían los profetas cumpliendo las profecías”.58

Así es como debemos entender el uso del participio aoristo làlesas (habiendo hablado) en
el versículo 1 y el aoristo de indicativo activo elalesen (habló) en Versículo 2. La revelación final se
había completado. El ministerio profético del Antiguo Pacto había terminado (Lucas 16.16), y a

58
CLARKE, Adam. Comentário de La Santa Biblia - Nuevo Testamento, tomo III - Hebreos. Casa
Nazarena de Publicaciones, Lenexa, Kansas, EUA, 2014.
partir de este punto, Dios hablaría a través de su Hijo, la revelación final; y Cristo hablaría a su
iglesia a través de su Espíritu (Juan 16:13; Hechos 21:11).

1.1.6. Heb: 2:3-4: “¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación


tan grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por
medio del Señor, nos fue confirmada por los que la oyeron. Dios testificó
junto con ellos, tanto por señales como por prodigios, y por diversos
milagros y por dones repartidos del Espíritu Santo según Su propia
voluntad.”

El argumento es claro:

P1. La salvación fue anunciada por los que la oyeron del Señor por medio de señales
prodigios, milagros diversos y dones repartidos del Espíritu Santo.

P2. Quienes la oyeron fueron los Apóstoles.

P3. Solo los Apóstoles realizaban esas señales, prodigios y milagros.

Conclusión: Solo los apóstoles, eran usados con el don de sanidad y milagros, y por lo
tanto esas manifestaciones desaparecieron con la muerte de los apóstoles.

“Los que oyeron” (V.3) el evangelio ¿Fueron solo los Apóstoles? No, obviamente que no.
Además, la frase “con/a ellos” parece ser un añadido (un espurio), que es confirmado por la crítica
textual59, por lo que la frase debe ser leída: “testificando Dios juntamente con Señales y prodigios y
diversos milagros” y no “con ellos” como los únicos a los que Dios uso. Mismo, esto entra en un
problema con el resto de las Escrituras, ya que, si los dones 'milagrosos' solo les pertenecía a los
Apóstoles" ¿Qué pasa con Esteban (hch 6:8)? ¿O con Felipe (hch 8:6-7)? O aún más intrigante
¿Qué pasa con iglesias enteras –como Galicia (Gal 3:5) y Corinto (1Cor 12:10,28)– a las que Pablo
les escribe hablándoles que poseen estos dones de señal? Mismo, en Corinto a los que "hacen
milagros" y "señales", se los distingue de los Apóstoles. El académico Sam Storm agranda la lista, y
afirma: "Muchos hombres y mujeres no apostólicos, jóvenes y ancianos, en toda la extensión del
Imperio Romano ejercieron consistentemente estos dones del Espíritu (y Esteban y Felipe
ministraron con poder de señales y prodigios). Otros que no fueron apóstoles pero ejercieron
dones milagrosos incluyen (1) los 70 que fueron enviados en Lucas 10:9; 19-20; (2) al menos 108

59
Wayne Grudem, Introducción a la teología sistemática, Editorial vida, Pág. 384
personas de entre las 120 que estaban reunidas en el aposento alto el día de Pentecostés; (3)
Esteban (Hechos 6-7); (4) Felipe (Hechos 8); (5) Ananías (Hechos 9); (6) miembros de la iglesia en
Antioquía (Hechos 13); (7) conversos anónimos en Éfeso (Hch 19,6); (8) Las mujeres en Cesarea
(Hechos 21:8-9); (9) hermanos anónimos de Gálatas 3:5 (10) los creyentes en Roma (Romanos
12:6-8); (11) creyentes de Corinto (1 Corintios 12-14); y (12) cristianos de Tesalónica (1
Tesalonicenses 5:19-20)". 60

Se podría re-argumentar que, como “fue [una acción pasada] confirmada por los que la
oyeron”, los dones de señal ya cesaron, independientemente de que fueran o no restringidos para
los Apóstoles. No obstante, la Epístola a los Hebreos fue escrita antes de la destrucción del templo
de Jerusalén en el año 70 d.c, así como el libro de Hechos de los Apóstoles de mano del
evangelista, teólogo e historiador, Lucas. EL autor de Hebreos, ubica estas “señales, prodigios y
milagros” como una confirmación para quienes oyeron el mensaje de la “tan grande salvación”,
“anunciada primeramente por medio del Señor” (V.3); Lucas, confirma esto, al afirmar que “Jesús
Nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios
hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis” (hch 2.22); pareciera que el
autor de Hebreos en su capítulo 2, está haciendo eco a lo que Lucas menciona en su narración
como un acto pasado en la historia: Pentecostés, la fiesta que se realizó 50 días después de la
pascua, y 10 días después de la asención de nuestro Señor Jesucristo, ya que hubo “muchas
maravillas y señales hechas por los Apóstoles” (Hch 2.43). Ahora bien, los términos maravillas,
prodigios y señales, aparecen 9 veces en hechos, de las 16 que aparecen en todo el Nuevo
Testamento, pero, la diferencia intrínseca está en que Lucas no solo no restringe estas
manifestaciones a los Apóstoles solamente [observe a toda una congregación orando para que se
realicen “sanidades y señales y prodigios” (hch 4.23-31), a esteban (Hch 6.8), a Bernabé, que era
un profeta, y fue considerado también Apóstol por Lucas, no siendo parte de los elegidos, realizo
prodigios y señales (hch 13.1; 14.1-3, 14; 15.12), y Felipe el evangelista (8.4-8)], también recalca
estas manifestaciones como parte de un esquema mayor iniciado en Pentecostés (Hch 2), pero
anhelado por Moisés (Nm 11) y profetizado por Joel (2.28-29), el cual abarca a todos los que
escuchen el evangelio y sean llamados por el Señor hasta que él regrese (hch 2.39).

60
Sam Storm, Por que sou um continuista, disponible en:
https://voltemosaoevangelho.com/blog/2017/01/por-que-sou-um-continuista/ (última actualización
29/07/2023)
El escritor F. Dattier señala: “La insistencia en las maravillas; Hebreos tiene en común con
el Cuarto Evangelio donde tales hechos forman argumentos esenciales en respaldo a la legitimidad
de Jesús de Nazaret: Juan 1.14,51; 2.11.23; 3.2; 5,17-20,36; 6.14.26; 7.21,31; 9.3.16; 10,32,37,41;
11,47; 18.12.37; 14.10; 15.24. Con la muerte de Jesús, los milagros no desaparecieron; los
discípulos harían aún más (Jn 14.12); mayor no en calidad, sino en cantidad, ya que se puede ver
en Hechos de los Apóstoles y en la inmensa variedad de carismas descrito en Rom 12 y 1 Cor 12". 61

José Goncalves es aún más tajante: “La Iglesia Primitiva, formada por creyentes tanto de
primera, como de segunda generación, conocían los carismas del Espíritu. Para el autor, la
Salvación no se produjo sólo en el plano subjetivo y teórico, sino también en lo objetivo y práctico.
El Espíritu Santo, a través de los discípulos, dieron testimonio de esta salvación. Los términos
griegos: semeion (señales), terasin (maravillas) y dynamesin (poder, maravillas, milagros) se
utilizan a menudo en Hechos de los Apóstoles (Hechos 4:30, 33; 5:12; 14.3,8-10). En el Antiguo
Testamento, el Espíritu vino sobre algunas personas especiales: el rey, el legislador, el profeta y el
sacerdote. Pero, en el Nuevo Pacto, Él fue derramado sobre toda carne (Hechos 2:17). Los
creyentes hebreos estaban conscientes de estos hechos, pero, aun así, mostraron signos de
olvido”.62

2. La argumentación Cesacionista del Principio de Temporalidad

Debido a la fragilidad de su metodología bajo textos implícitos, los teólogos cesacionistas


trataron durante algún tiempo de utilizar como argumento el peso de un “voto de calidad” a la
tesis de que no habría habido manifestaciones carismáticas desde finales del primer siglo de la era
cristiana en adelante, ya que para el año 70, los dones habían cesado. La lógica de este argumento
es: “Si los dones carismáticos son para hoy, como defienden los pentecostales, pero sus
demostraciones, después de todo, no aparecen a lo largo el período post-apostólico, excepto
después de la ascensión del pentecostalismo, la autenticidad de los dones carismáticos
manifestados hoy, es falsa”. Esta argumentación y metodología histórica, se debe a la influencia
que las premisas centrales del principal libro de texto moderno de la doctrina cesacionista 63, el

61
Jose Goncalves, A supremacía do Cristo, Pag. 32.
62
Ibbi.
63
La posición de Warfield ha estado bajo crítica en estudios evangélicos desde fines de la década de
1970: vea Max Turner, «Spiritual Gifrs Then and Now», Vox Evangelica 15 (1985), pp. 41-43, con acotaciones
a otra literatura; Donald Bridge, Signs and Wonders Today (lnterVarsiry Press, Leicester, 1985), pp. 166-77;
YRonald A Kydd, Charismaric Gifts in the Early Church (Hendriksen, Peabody, Mass., 1984). Se encuentran
significativas pruebas de dones milagrosos en la historia de la iglesia primitiva en Eusebius A. Stephanou,
ahora obsoleto “Falsos Milagros” de B. B. Warfield, que todavía ejerce poder en la mente y el
corazón de muchos evangélicos tradicionales desde fines del siglo XIX y principios del XX.64

Por otro lado, como el continuacionismo defenderá la tesis de que la creencia y


manifestación continua de los dones fue la creencia general de la iglesia primitiva del siglo I, tal y
como nos lo recuerda el académico Sam Storm: "No hay nada que indique que estos eventos (la
presencia de dones) se limitaron a ellos (los apóstoles) y a ese tiempo (fines del siglo I). Esto parece
ser de conocimiento común en la Iglesia de Nuevo Testamento. Cristianos en Roma (Romanos 12),
Corinto (1 Corintios 12-14), Samaria (Hechos 8), Cesarea (Hechos 10), Antioquía (Hechos 13), Éfeso
(Hechos 19), Tesalónica (1 Tesalonicenses 5) y Galacia (Gálatas 3) experimentaron la dones
milagrosos y reveladores".65A raíz de ello, los cesacionistas se ven obligados a armar un caso de
descenso gradual que demuestre que los dones iban cesando a lo largo del transcurso en que se

«The Charismata in the Early Church Fathers», The Greek Orthodox Theological Review 21:2 (Summer,
1976), pp. 125-46. ¿Un estudio de amplio alcance, aunque escrito en un lenguaje popular, de la historia de
los dones milagrosos en la iglesia se halla en Paul Thigpen, {{Did the Power of the Spirit Ever Leave the
Church?» Charisma 18:2 (Sept. 1992), pp. 20-28. Más recientemente, veaJon Ruthven, On the Cessation
ofthe Charismata: The Protestant Polemic on Post-Biblical Miracles (Sheffield Universiry Academic Press,
1993); esta es una revisión y expansión de la disertación doctoral del autor como respuesta a los
argumentos de los cesacionistas desde Warfield al presente.
El argumento sobre la historia de la iglesia puede ser invertido mediante un análisis de los
acontecimientos de 1970 al presente. Analistas del crecimiento de la iglesia nos dicen que las iglesias
pentecostales y carismáticas, que alientan los dones milagrosos, están experimentando un crecimiento sin
precedente en la historia de la iglesia. C. Peter Wagner, ex profesor del Seminario Fuller, dice: “Mientras que
antes, en 1945, los pentecostales y carismáticos solo sumaban dieciséis millones de miembros en todo el
mundo, para 1975 habían crecido a noventa y seis millones y entonces, diez años después, en 1985, su
número ascendía a 247 millones. No conozco ninguna asociación voluntaria, ni política ni militar, que haya
crecido a ese ritmo en la historia humana”. (Exploring the Supernatural Dimensions ofChurch Growth»,
Global Church Growth [Oct.-Dec., 1988], p. 3). (Si la población del mundo era de 5 billones, la cifra de 1985
de 247 millones constituía el 5 por ciento de la población mundial).
64
Wayne Gruden, afirma que “Debe notarse que el argumento de Warfield, aunque
frecuentemente citado, es realmente una encuesta histórica, no un análisis de los textos bíblicos. Por otra
parte, el propósito de Warfield no era refutar ningún uso de los dones espirituales entre cristianos como
muchos de esos que integran los movimientos carismáticos hoy, cuyas doctrinas (en todas las cuestiones
que se apartan de los dones espirituales) y cuya afiliación eclesiástica los coloca en la corriente principal del
protestantismo evangélico. Antes bien, Warfield refutaba las espurias proclamaciones de milagros
procedentes de algunas ramas del catolicismo romano en varios periodos de la historia de la iglesia, y de
varias sectas heréticas (Warfield incluye una discusión sobre los seguidores de Edgard lrving [1792-1834],
que se desviaron hacia enseñanzas excéntricas y fueron excomulgados por la Iglesia de Escocia en 1833).
Está abierto a discusión si los modernos cesacionistas tienen derecho a declarar que tienen el apoyo de
Warfield cuando se oponen a algo que es muy diferente en la vida y la doctrina a aquello que Warrfield
combatió” (Grudem Wayne, Ibbi, Pág. 1101).
65
Sam Storm, Por que sou um continuista, disponible en:
https://voltemosaoevangelho.com/blog/2017/01/por-que-sou-um-continuista/ (última actualización
29/07/2023)
estaba por terminar de escribir el Nuevo Testamento e iban falleciendo los Apóstoles y el
evangelio se expandía por las vastas regiones del mundo. John Mac Arthur a fines del Siglo XX, ya
Escribía: “La historia registra que las lenguas cesaron. Nuevamente, es importante que las lenguas
se mencionan solo en los primeros libros del Nuevo Testamento. Pablo escribió al menos doce
epístolas después de 1 Corintios y nunca volvió a mencionar las lenguas. Pedro nunca las
menciona; Santiago nunca mencionó las lenguas; Juan nunca mencionó las lenguas; tampoco
Judas. Solo aparecen los idiomas brevemente en Hechos y 1 Corintios cuando el mensaje del
evangelio estaba siendo esparcido. Pero una vez que la iglesia fue establecida, las lenguas habían
desaparecido. Ellas cesaron. Los libros del Nuevo Testamento no las vuelven a mencionar. Tampoco
nadie en la era post-apostólica”.66

Pero ¿Qué pasa con la referencia de Marcos 1667? ¿y las frases "cánticos espirituales" y
"orando en el Espíritu" de Colosenses 3.16, Efesios 5.1968, con la descripción de Pablo de cómo

66
MACARTHUR, John F., Charismatic Caos, Grand Rapids: Zondervan, 1991, p. 232.
67
Hay un gran debate sobre el final del evangelio de San Marcos. Mismo, en 2012, John McArthur
reafirmo que para él era un texto espurio. Esto se debe en si a que los manuscritos más antiguos que
poseemos, terminan en el versículo 8 del capítulo 16; pero, si el final largo de Marcos no fue escrito por
Marcos, sino que fue agregado más tarde, esto no necesariamente indica que Jesús no dijo estas palabras,
ya que aún existe la posibilidad de que puedan pertenecer a una tradición oral circular en el momento sobre
los dichos de Jesús. Por otro lado, está el inconveniente de que hay traducciones del siglo II y IV que
contienen el final largo, y esto quiere decir que el texto griego en que se basaron fue anterior a los Códices
Sinaítico y Vaticano del siglo IV: Versión Peshita (siríaca) del siglo II, Vetus Latina del siglo II, Versión
Curetoniana (siríaca) del siglo III, La Vulgata Latina del siglo IV, Biblia Gótica del siglo IV, Versión egipcia del
siglo IV. Finalmente, tenemos el testimonio de Padres de la iglesia que mencionan partes del final largo del
Evangelio de Marcos 16: Papías (100 D.C.) y Justino Mártin (151 D.C.) citan el último texto del evangelio;
Ireneo (180 D.C.) cita y comenta el versículo 19; Hipólito (190-227 D.C.) cita los versículos 17 y 18; Vicencio
cita los versículos 17 y 18 en el Concilio de Cartago (256 D.C.); 150 años después Agustín cita el mismo
pasaje; Eusebio (325 D.C) estaba familiarizado con los 12 versículos de este final de Marcos; En la homilía de
Afraátes (337 D.C.) se cita desde el V.16 al 18; Ambrosio, arzobispo de Milán (374-387 D.C.) cita del V.15 al
18; Crisóstomo (400 D.C.) cita los Vs.19 y 20 y agrega: “Este es el final del evangelio”. El misterio permanece,
y en este punto del juego, los críticos no están en condiciones de resolver este dilema.
Por otro lado, hay cesacionistas que creen que el final largo de Marcos 16 si fue parte del material
original de Marcos, el discípulo de Pedro. A raíz de esto, buscan armar un argumento de que todas las
muestras de dones de señal, como expulsión de demonios, hablar nuevas lenguas, inmunidad ante
mordeduras de serpientes y bebidas mortíferas, y sanidad ante los enfermos imponiéndoles las manos, solo
están restringidas a los apóstoles (V. 14., “se apareció Jesús a los once”). No obstante, el cuadro de Hechos
de los Apóstoles que nos remarca Lucas en el Cap. 2, nos habla de un empoderamiento del Espíritu para
alrededor de 108 personas que no eran los apóstoles, así como las diversas manifestaciones de dones de
señal remarcadas arriba, que demuestran que estos dones no solo pertenecían a los apóstoles. Es más,
Pedro mismo afirma que esa experiencia no les correspondía solo a ellos, sino a toda la iglesia (Hch 2.38-39).
68
En Efesios 5:19 y Colosenses 3:16, el apóstol Pablo habla de "cánticos espirituales" (πνευματικαῖς
ᾠδαῖς). Autores cesacionistas interpretan esta expresión como sinónimo de salmos judíos (Joel Beeke) o
"canciones de testigos de salvación" (John MacArthur). Pero al contrario de lo que piensan estos autores,
Pablo está hablando de una experiencia carismática. Siempre que el apóstol usa el adjetivo griego
serían estas experiencias en 1 Corintios 14.14-18 (y Romanos 8.26,27)? ¿Qué sucede con la
referencia al don de discernimiento de espíritus de 1 Juan 2.26-28 contra los falsos profetas? ¿Y
qué de la referencia de Apocalipsis 19 y 22 de que somos profetas, vinculado al profetismo
carismático de todos los santos de Números 11?29 y Joel 2.38-39? Siguiendo su lógica, ¿debo
concluir que debido a que la Cena del Señor que solo se menciona en los evangelios, en Hechos y
en 1 Corintios, ya no era una práctica de la iglesia al final de la Era Apostólica…? Claro que no.
Debemos entender, que la Palabra de Dios no es un libro de teología sistemática, sino que es una
narración progresiva de Dios manifestándose a su pueblo bajo diversos contextos y por medio de
diversos géneros literarios; al mismo tiempo, su pueblo es receptáculo de experiencias con la
divinidad, las cuales son resguardadas en una tradición escrita, que conocemos como “Palabra de
Dios”. Bajo esa narración se han dado dos pactos centrales por los que se divide toda la historia y
revelación especial; en el nuevo pacto encontramos la inauguración, establecimiento y
empoderamiento de la iglesia, como una entidad universal, única, plural y diversa. A causa de esa
diversidad en la unidad, es que encontramos en el llamado “Nuevo Testamento”, que hay iglesias
en las que fue necesario que los autores neotestamentarios hablaran de ciertos temas, sean para
edificación, consolación o corrección, de acuerdo al contexto en que se estaba viviendo en el lugar
(sea una iglesia local como en Roma o un conjunto de iglesias como Galacia). Esto significa que no
es extraño observar que no se hable de los dones, cuando no hay necesidad de ello; por ejemplo,
el caso de Corinto es uno especial por su descontrol, y se trataron los dones en ese contexto en
específico por una necesidad. Pedro fue una persona llena del Espíritu que manifestó las lenguas
en Pentecostés (Hch 2) y al mismo tiempo fue testigo directo de como los gentiles manifestaron la
misma experiencia (Hch 10-11), pero en sus dos Epístolas ni menciona a las lenguas [pero si habla
de forma general de los dones, y más que nada el profético], y no es extraño, ya que el contexto
nos deja ver la razón por la cual el apóstol Pedro escribe al conjunto de iglesias esparcidas por el
imperio Romano, como lo es la esperanza de salvación, la sumisión, el sufrimiento, la santidad, la
advertencia contra los falsos maestros, y el regreso de nuestro Señor.

El argumento cesacionista para tratar con la cesación y sus manifestaciones, consta de


hacer un recorte o restricción en dones que cesaron y dones que no cesaron como vimos. Por
ejemplo, el cesacionista Thomas R. Schreiner confiesa: "A lo largo de los años me he convencido de
que algunos de los llamados dones carismáticos ya no se dan a la iglesia y ya no son parte de la

"pneumatikos" en contextos litúrgicos, se está refiriendo a los dones del Espíritu (Rom. 1:11; 1 Cor. 12:1,
14:1, 14:37).
vida regular de la iglesia. Me refiero particularmente a los dones del apostolado, profecía, lenguas,
sanidad y milagros (y tal vez discernimiento de espíritus)". Según Thomas, esta "comprensión
encaja mejor con las Escrituras y con la experiencia". Explica que "Lo que algunas personas
actualmente llamamos 'profecías' son en realidad impresiones de Dios". Al hablar en lenguas, está
de acuerdo con J.I. Packer y afirma que esta "experiencia es otra forma más de relajación
psicológica". Él duda de que el "exista todavía el don de efectuar milagros y sanidades". Thomas
incluso confiesa que "no hay enseñanza definitivo en la Biblia de que cesaron",69 pero cree que
cesaron definitivamente. Ni siquiera la Biblia hace eso. Por esta razón, Storms es enfático: "Si los
dones de una clase especial han cesado, es su responsabilidad probarlo”.70Para esto, los
cesacionistas utilizan una afirmación restrictiva, de que los dones más “extraordinarios”, como lo
son los de poder (que incluyen sanidades y operaciones maravillosas), solo les pertenecen a los
apóstoles, y tras morir estos, dichos dones, cesaron. Sin embargo, como hemos analizado, esto es
más un presupuesto eisegético de los datos escrituristicos que nos proporciona la Palabra de Dios,
que una exégesis sana.

2.1. Los perores enemigos del Cesacionismo: El reino en poder del Espíritu y la Parusía
de Jesucristo

El universo específicamente escatológico de las doctrinas de la pneumatología y el reino


de Dios son Enemigos de Cesacionismo. El fallo de Warfield para encerrar las implicaciones
escatológicas para el cesacionismo es quizá el más radical. Él y su sistema, nunca se dan cuenta de
que las promesas del Antiguo Pacto del Espíritu de la Profecía y el Milagro aplican a toda la gama
de vida dentro las dos venidas del Mesías; la atribución prerrogativa concedida en su comisión a su
Iglesia se extiende a todos, y continúa incluso hasta el final de "la Era" (hasta el regreso de Cristo y
cambió cosmológico de la creación)– un tema importante y corriente en las epístolas del Nuevo
Testamento. Un elemento esencial del reino de Dios es el poder divino dirigido a la reconciliación
entre el hombre y Dios, para cambiar gobiernos y destruir reinos demoníacos ("El reino de Dios no
está hecho de palabras, sino de Poder (Poder milagroso) (Mat 10; 24:14; 28:19-20; Mar 6; Luc 9 y
10; 24:49; Hch 1:4,5,8; Rom 15:18-20; 1Co 2:4; 1 Cor 4:20; 2Co 12:12; 1Tes 1:5; 15:12). De los 98

69
Thomas R. Schreiner, Por que sou um cessacionista, disponioble en:
https://voltemosaoevangelho.com/blog/2017/01/por-que-sou-um-cessacionista/ (última actualización
29/07/2023)
70
Sam Storm, Por que sou um continuista, disponible en:
https://voltemosaoevangelho.com/blog/2017/01/por-que-sou-um-continuista/ (última actualización
29/07/2023)
contextos del tema en el Nuevo Testamento, 65 se refieren a lo que la tradición protestante llama
carismas "extraordinarios" o "de señal". Treinta y tres de estos mencionan el poder de Dios, pero
no explican exactamente cómo funciona el poder de Dios en el contexto inmediato. Los milagros
del Nuevo Testamento parecen confirmar más que la predicación (o "Palabra"); es verdad que
antes de predicar, en la mayoría de los casos se formulan los milagros, colocándolos en una
estructura cristológica y pidiendo al pueblo que responda con credulidad y arrepentimiento, pero
también para edificación de la iglesia, ayudar a los necesitados, apoyo ministerial y dar toda la
gloria a Dios. Así, el Espíritu de revestimiento y poder es otorgado a lo espléndido de este período,
como una promesa cumpliéndose, mostrando los primeros frutos en dones poderosos de la era
venidera, hasta el cumplimiento del impacto de la plenitud del Espíritu en el Reino de Dios
consumado con el regreso de nuestro Señor Jesucristo.

El "verdadero signo apostólico" o cualquier signo cristiano se caracteriza por nuestro


testimonio de Jesús en el anuncio y la manifestación del reino escatológico de Dios ("en palabras y
milagros") (Hch 1.8; 1 Cor 1.4-8). Observen el conjunto de estos textos a continuación:

1 Corintios 1:4-8: “Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes, pues en Cristo Jesús, él les ha
dado su gracia [incluyendo todos los dones] Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda
riqueza, tanto en palabra [incluyendo la profecía] como en conocimiento [incluida el don de
palabra de conocimiento]. Así se ha confirmado en ustedes nuestro testimonio acerca de Cristo [es
decir, carismáticamente por medio de apóstoles y/o evangelistas que demostraron el poder del
evangelio], de modo que no les falta ningún don espiritual mientras esperan con ansias que se
manifieste nuestro Señor Jesucristo. Él [el Señor] los mantendrá firmes [de la misma manera en
cómo estás experimentando los dones ahora en el tiempo que estás "esperando", no sólo cuando
el Evangelio vino por ti, o incluso ahora, pero en el futuro] hasta el fin, [a través del
fortalecimiento y el carisma purificador que genera crecimiento y madurez progresiva] para que
no sean reprendidos en el día de nuestro Señor Jesucristo”.

1 Corintios 13:8-13: “El amor jamás se extingue. Pero las profecías cesarán, las lenguas
terminarán y el conocimiento se agotará. Porque conocemos y profetizamos de manera
imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá”. ¿Cuándo estos tres dones
(representantes), es decir, los dones en general, cesarán? El principio escatológico es éste: cuando
venga lo perfecto (el fin), en ese preciso punto, lo que es en parte, será aniquilado.
Específicamente, cuando Cristo regrese al final de esta edad presente, entonces, y no en un
tiempo anterior, los dones - dones de profecía, lenguas y de ciencia, dados aquí como ejemplos,
que son incompletos en comparación con la última de las realidades celestiales que ahora indican,
llegarán a su fin, habiendo cumplido su propósito temporario. Notemos cuatro ilustraciones de
este punto. Primero, cuando yo era un bebé (que representa nuestra existencia presente) hablé,
pensé y razoné (es decir, los dones carismáticos de palabra de sabiduría), como un bebé, son un
desarrollo necesario y positivo para tener certeza, todo lo cual estaría relacionado con lo que está
por venir. Pero en la edad adulta (nuestra existencia en el cielo), esta etapa será reemplazada por
mucho mayores poderes de comunicación, pensar y razonar. En segundo lugar, en la actualidad,
los dones sólo sirven como percepciones indirectas e indistintas de Dios o de tu voluntad, es como
si me mirarse en un espejo o una fotografía. Pero en el cielo, el espejo o la fotografía (los sones)
son innecesarios si podemos ver a Dios “cara a cara”. En ese momento, esos artículos, que habían
ayudado a preservar la relación un tanto lejana, habrán servido a su propósito y serán
descartados, ya que tendremos Dios ante nosotros. Tercero, en esta era conozco a Dios, pero los
carismas que me lo revelan en poder, son sólo en vislumbres y pistas. Sin embargo, en el cielo me
reuniré con Dios exactamente como, y en el mismo grado que Dios me conoce ahora. ¿De qué
servirían los dones imprecisos de la ciencia en estas condiciones? Cuarto, en el tiempo presente,
fe, esperanza y amor, los tres funcionan, actúan y operan, así como otro don, la fe (también es
parte del don de revelación que, puesta en práctica, puede producir milagros o cualquier otro
efecto procedente de la salvación de Dios), y la esperanza (otro don de Dios que se sustituye en la
presencia y realidad de su objeto), ambos serán innecesarios debido a su característica de
“espera”; en el cielo, la espera cesará. En cambio, el amor es mayor porque, al mismo tiempo,
contrario a la fe, la esperanza y los otros dones, “nunca termina”, ya que Dios mismo es amor (1 Jn
4.7-9).

Efesios 4.11-13 dice que “Él mismo constituyó a unos como apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros [no para autenticar el Evangelio o sus
portadores], a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de
Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a
una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo”. ¿Pero por cuánto tiempo?
“ha repartido los dones”, al principio (v. 7) “a cada uno” hasta que– un proceso continuo de
distribución –se alcance el siguiente estado, a saber, que todos lleguen a la unidad de la fe, y al
conocimiento del Hijo de Dios, varón perfecto, a la medida de plena estatura (madurez) de Cristo”.
Finalmente, observe que incluso Pablo se incluye a sí mismo en el grupo ya que no ha “alcanzado”
este estado: “No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo
adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí” (Fil.3:12).
Anteriormente, en Efesios 1.13-23, en el contexto de los creyentes recibiendo “toda sabiduría y
prudencia” (1.8) y la oración continua de Pablo (1.17) para que Dios “les dé el Espíritu de sabiduría
y de revelación” (“conocimiento”) [¿acaso Pablo no habla con personas en las que ya habita el
Espíritu Santo? Pues si]. Pablo describe el poder y el período de tiempo: “Ese poder [V. 19,
“incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos”] es la fuerza grandiosa y
eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en
las regiones celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de
cualquier otro nombre que se invoque, no solo en este mundo, sino también en el venidero” (Vv.20-
21). Los dones de “sabiduría” y “revelación” están activos en los creyentes y son paralelos a la
exaltación de Cristo, que tiene lugar “no sólo en este siglo, y también en el siglo venidero" (1:21-
23, cf. 2:6). En Efesios 3.14-21 vemos que en la oración de Pablo los lectores pueden "ser
fortalecidos con poder por el Espíritu de Dios” estando cimentados en amor “para poder entender
perfectamente, con todos los santos [una aplicación universal explícita] “(…) que conozcan ese
amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Al que
puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra
eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las
generaciones, por los siglos de los siglos! Amén” (Isaías 59.21). Como se observó anteriormente en
Efesios 1:13-23, el período de tiempo de la presencia del Espíritu profético en los creyentes se
reafirma: “Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios [una alusión a ignorar la advertencia
profética, por ejemplo, Isaías 63:10 cf. Ef. 4:29], en el cual estás sellado [una marca permanente de
propiedad y protección] hasta el día de la redención”. Efesios 5:15-19 dice que “Los días son malos
[característicos del tiempo de Aflicción mesiánica (Mt 24,9-12; 1Ti 3) que precede a la parusía], no
os embriaguéis con vino, pero continúen siendo llenos del Espíritu” [(Jer 23.9; Am 2.12; Hch 2.13-
15; Lc 1.15)]. “Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales” [canto
glosolálico? (1Co 4.13-17) –tal vez representativa de toda la gama de operaciones
carismáticas/proféticas a ser continua durante estos días que "son malos"]. Efesios 6:10-20 nos
alienta diciendo “fortalézcanse [estrechamente asociado con la "obra milagrosa/poderosa" en el
NT] con el gran poder del Señor (…) con la espada del Espíritu que es la palabra de Dios [profecía
ya escrita (AT) y por escribirse (se seguía escribiendo lo que se conformaría como el NT)]. Oren en
el Espíritu en todo momento [Ya que estamos en tiempo de aflicción que Jesús predijo sobre
comparecer ante los tribunales, etc., bajo el contexto de que las lenguas son una oración para
edificación personal (1Co 14.2)] “para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a
conocer con valor el misterio del evangelio” [¿pasiva divina?] (Mt 10.19b-20; Mc 13.11 - "No sois
vosotros los que hablareis, sino el Espíritu Santo”). Filipenses 1.5-10 “El que comenzó en vosotros la
buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. ¿Qué obra? Compartir la gracia de Dios
(imitando a Pablo, 3.17; 4.9 - incluyendo necesariamente los dones (cf. || Mt. 28:20
“enseñándoles a guarda todas las cosas que tengo para ti escrito")] en defensa y confirmación [una
palabra en este contexto hablando de los dones de señales y prodigios). “Esto es lo que pido en
oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio [dones de
la revelación, que incluye sabiduría, conocimiento y discernimiento de espíritus], Así podrán
discernir lo que es mejor y ser puros e irreprochables para el día de Cristo”.

Colosenses 19-12: “no cesamos de orar por ustedes, y de pedir que sean llenos del
conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría e inteligencia espiritual [dones derevelación] (...)
corroborada en toda la fortaleza (...) construir la madurez espiritual, con el objetivo (aunque ya
tentativamente experimentando) de la herencia de los santos en el Reino de la luz. De hecho, ya
fuimos transportados a ese Reino”.

1 Tesalonicenses 1:5-8: En vista del modelo “rabino-discípulo” en el punto previamente


demostrado, hay transmisión normativa del Evangelio en “palabra y poder” en este pasaje:
“Nuestro evangelio llegó a vosotros no simplemente con palabras, sino también con poder, y en el
Espíritu Santo, y en mucho seguro que habéis sido hechos nuestros imitadores, y del Señor (…) para
que fueras ejemplo a todos los fieles en Macedonia y Acaya." La estandarización del modelo de
transmisión normativa del Evangelio en el poder milagroso del Espíritu fue pasado a una tercera
generación - dos distantes de Pablo, es decir, aquellos sobre quienes ¡Las leyes apostólicas no
fueron impuestas! Todo con el objetivo de construir la madurez cristiana hasta el final de esta Era.
1 Tesalonicenses 5.11-23, en un fuerte contexto escatológico de la parusía, Pablo anima a los
creyentes a seguir edificándose unos a otros en el amor, y les advierte: “No apaguéis el Espíritu; no
despreciéis las profecías. Examina todo, conserva lo bueno. Para estar sin culpa para la venida de
nuestro Señor Jesucristo. Aquél quien os llama y os guarda” [usando estos dones, 1 Corintios 1:4-8,
etc]. Ya en 2 Tesalonicenses 1:11-12 Pablo afirma que “Por eso oramos constantemente por
ustedes, para que nuestro Dios los considere dignos del llamamiento que les ha hecho [ser
considerado dignos en la venida de Cristo], y por su poder cumpla todo propósito de bien y toda
obra que realicen por la fe [entre los dones se encuentra la fe, dones para sanar enfermos y
poderes milagrosos (1 Cor 12:9-10)]. Oramos así, de modo que el nombre de nuestro Señor Jesús
sea glorificado por medio de ustedes, y ustedes por él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del
Señor Jesucristo”.

1 Pedro 4:7-12: "Y el fin de todas las cosas [el propósito y el contexto de esta advertencia]
se acerca. . . Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido [Pedro afirma que
los dones siguen activos], administrando bien la gracia de Dios en sus diversas formas [Ahora bien,
hay diversos dones, pero un mismo Espíritu (1 Co12:4)]. El que habla, hágalo como quien expresa
las palabras mismas de Dios ["el que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y
consolarlos" [(1 Corintios 14:3)]; el que presta algún servicio, hágalo con la fortaleza que Dios le
proporciona [(1 Co 12.5)]. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la
gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén”.

1 Juan 2. 26-28: Como antídoto para los falsos profetas, Juan fomenta el don de la
profecía: "Todos ustedes, en cambio, han recibido unción del Santo, de manera que conocen la
verdad. En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes y no necesitan
que nadie les enseñe. Esa unción es verdadera [no es falsa] y les enseña todas las cosas.
Permanezcan en él tal y como él les enseñó. Y ahora, queridos hijos, permanezcan en él para que,
cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser
avergonzados en su venida". Este pasaje es sorprendentemente paralelo a la Promesa del
Paracleto (el consolador, el Espíritu Santo), hecha por Jesús a los apóstoles (Juan 14.26; 15.26;
16.13). Aquí la promesa es para los lectores ¡en general! Observen como Juan liga la unción, a la
promesa de la venida del Espíritu Santo, y es por medio de él que tenemos edificación, consolación
y exhortación (1Cor 14.3), y el discernimiento de Espíritus (1 Jn 4.1). Por medio de la unción, es
que podemos tener el don de discernimiento (1 Co 12.10), la profecía para exponer la verdad (1 Co
14.24-25), ya que "Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él
lo determina". Esto es una referencia a 1 de Corintios 12 y 14 sobre el propósito de los dones para
el servicio y edificación de la iglesia. Por otro lado, la mayoría de los comentaristas ven esto como
una referencia a la profecía del NT71. El paréntesis se da contra el final que se aproxima, con el

71
RUTHVEN, John, Sobre a cessação dos charismata: a polémica Cessacionista dos Milagres pós-
bíblicos, Págs. 538-539.
entendimiento de que la profecía, igual que los demás dones, deben estar vigente hasta ese
punto.

Judas 18-21: “[Como Jesús profetizó]: «En los últimos tiempos habrá burladores que vivirán
según sus propias pasiones impías». Estos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus
propios instintos, pues no tienen el Espíritu. Pero ustedes, queridos hermanos, edificándose sobre
la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo [orando en respuesta a la guía directa del
Espíritu - un proceso de la revelación y edificación, como en 1 Corintios 14.4, 14-15, en oración
glosolálica ("quien habla en lenguas extrañas se construye/edifica a sí mismo”)], manténganse en
el amor de Dios, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, los lleve a vida
eterna". Si el orar en el Espíritu Santo es sinónimo de hablar en lenguas para edificación personal,
esto reafirma el hecho de que el don de lenguas debe seguir vigente mientras "esperan que
nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, los [y nos] lleve a [la] vida eterna", es decir, hasta el
regreso de nuestro Señor Jesucristo.

Finalmente, en Apocalipsis 19, el contexto que nos muestra a la “gran multitud en cielo",
"todos los sirvientes", y a "la novia” (Vv. 4-7), enfoques que, cambia al "testigo” sobre la tierra.
Apocalipsis 19.10 afirma: "Me postré a sus pies para adorarlo [a un ángel]. Pero él me dijo: «¡No,
cuidado! Soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de
Jesús [incluyendo todos cristianos]. ¡Adora solo a Dios! El testimonio de Jesús es el espíritu que
inspira la profecía" [Así, todo cristiano en algún sentido es un profeta siendo testigos de Jesús con
poder, incluyendo lenguas, milagros y demás operaciones por las cuales Cristo, por medio del
Espíritu nos infunden (Hch 1.8)]. Así mismo, en Apocalipsis 22:9: "¡No, cuidado! Soy un siervo como
tú, como tus hermanos los profetas y como todos los que cumplen las palabras de este libro.
¡Adora solo a Dios!".

En cada uno de estos pasajes, se sigue el patrón de las comisiones de Jesús a sus discípulos
para demostrar/articular el Reino en el poder del Espíritu – a los 12, a los 70 (72), y a los 120
(108)– como arquetipos de “toda la gente del Señor (incluyendo a los lectores de estos versos)
para a quien Moisés deseó que todo se llenara con el Espíritu de Profecía” (Nm 11.29; Isa 59.21; Jo
2.28-30; 1 Co 14.1, 5, 39). En cada uno de estos pasajes, se afirma la necesidad de que los dones
carismáticos continúen hasta el retorno de Cristo, siéndole testigos en el avance del reino, hasta lo
último de la tierra en el poder del Espíritu Santo (hch 1.8). Esta es la expresión normativa para
todo creyente, tanto en muchos contextos de evangelización entre los gentiles como en la iglesia,
donde el Espíritu Santo vence el lugar del reino de las tinieblas en todas sus manifestaciones del
mal, tanto por el pecado como por la enfermedad o por posesión de demonios, el reino de Dios
está cerca. Esta conversión, curación y triunfo sobre el mundo demoníaco representa una
experiencia permanente (aunque parcial) de la venida indiscutible y plenamente realizada del
reino de Dios (1 Co 13.8-13).

Ahora, si los dones continúan ¿Para qué? Los cesacionistas argumentaran que su propósito
principal (1) era el acompañamiento y establecimiento de las Escrituras neotestamentarias, es
decir, validar el mensaje del evangelio. Sin embargo ¿acaso ya no debe ser validado el mensaje del
evangelio en poder? Ya dimos varios ejemplos y argumentos que comprueban que muchos dones
extraordinarios no estuvieron acompañados por el establecimiento de la Escritura (ver sección 1.7,
de “El principio de temporalidad y los versículos “Casacionistas” del Nuevo Pacto”). Es más, este
no es el único propósito de los dones:

Los dones espirituales (todos ellos), fueron dados tras el sacrificio de Cristo y su ascensión
(Ef 4.7-8), para (2) capacitar a su iglesia para que lleve a cabo su misión del avance del reino hasta
que cristo regrese (Mat .12.28; Hch 1.8; 1 Co 1:7). Y es recién ahí, cuando “llegue lo perfecto, lo
imperfecto perecerá” (1 Co 13.8-10), ya que serán superados por un poder aún mayor. Por esto,
los dones anticipan la era por venir. En cada culto en que hay edificación carismática, se efectúa
una "liturgia cósmica”, en donde presenciamos un fragmento del cielo aconteciendo en la tierra.
Es el anticipo que menciona Pablo a los Corintios, el enriquecimiento de que no les faltaba ningún
don (1 Cor 1.5-7), pero que al mismo tiempo no era la perfección. Las manifestaciones espirituales
son un anticipo del reino viniendo con poder (2 Co 1:22; 5.4; Ef 1.14). Además (3), ayudar a los
enfermos y necesitados (Mat 4.24; 8.15; 9.35; 10.7-8; 14.14; 20.30-34; Luc 4.18; 7.13; 9.1-2; hch
8.6-7, 13; 9.39-41, etc.); Dios anima y empodera a sus siervos en la proclamación de Cristo
mediante la concesión de sanidades, señales y prodigios que brindan un poderoso testimonio del
poder y el interés de Dios en este mundo y llaman la atención sobre el evangelio que proclamamos
[lea Hechos 4.29–30 (Aunque la NIV separa esto en dos oraciones, el griego favorece la traducción:
“concédenos audacia extendiendo tu mano para sanar” o “mientras extiendes tu mano para
sanar”; lee también Hechos 14:3]. Otro propósito (4), es en la ayuda ministerial; ligado al anterior
(Mat 8.15), podemos ver cuando Dios Sanó a Epáfrodito, regresó a ministrar y a servir al Señor
volviendo a Filipos (Fil 2.25-30), y Pablo mismo espera que las personas fueran edificadas con los
dones para poder servir en la iglesia (1Co 12.7; 14. 12-26). Finalmente, (5) dar la gloria a Dios (Mt
9.8 Jn 9:3); Pablo habla en el contexto congregacional, que “lenguas son por señal, no a los
creyentes, sino a los incrédulos” (1 Co 14. 22), pero sirve también para dar la gloria a Dios como
cumplimiento profético (Hch 2.11 16), y que “si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto,
por todos es convencido, por todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así,
postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre
vosotros” (1 Co 14.24-25), y que los milagros son señales y prodigios del poder de Dios (hch 6.8).

Negar que la relevancia de estas enseñanzas bíblicas durante la creación del Nuevo
Testamento sea relevante hoy, significa dudar de la relevancia del canon bíblico para la iglesia en
cualquier época. Estos preceptos estaban dirigidos no solo a los apóstoles, sino muchas veces de
los apóstoles a los laicos. Independientemente, estos preceptos bíblicos se pueden predicar a toda
la congregación. Preceptos bíblicos como "buscar", "reavivar", "impregnar", "usar", " procurar
buscar [los dones espirituales]", "desear", "no extinguir", etc., tienen poco significado para los
adoradores cuando los dones carismáticos no son para hoy (1 Co 12.1, 31; 14.1, 12; Rom 1.11;
16.6; 1 Ti 4.14; 2 Ti 1.6). Pablo desafía implícitamente la creencia de que los dones extraordinarios
del Espíritu fueron otorgados sólo para el establecimiento de la doctrina de la Iglesia, y que luego
continuaría más o menos bajo su propio intelecto interpretativo con una actividad muy limitada
del Espíritu. Pablo llama a los gálatas, que fueron tentados por el judaísmo resurgente a
abandonar su llamado profético (Hch 2.16-18, 39), a favor de la misión de los escribas de estudiar
la Torá y hacer obras justas: "iniciados por el Espíritu Santo (V.1: “¿Quién los ha hechizado a
ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente?”), ¿vais a terminar
ahora por la carne? ¿Han tenido tantas experiencias en vano?” “Al darles Dios su Espíritu y hacer
milagros entre ustedes” (Gal 3. 1-5).

La Biblia misma afirma un proceso continuo de crecimiento (edificación/madurez)


espiritual en esta época hasta el retorno de Cristo, desarrollándose normativamente por una serie
de dones carismáticos que revelan a Cristo en las Escrituras. El Nuevo Testamento insiste en que la
iglesia fue iniciada y madurada por una serie de dones del Espíritu Santo; ¿Para quién era esa
promesa de Pentecostés? ¿Solo para los Apóstoles? ¿Solo para los 120/108 del aposento alto?
¡No! “En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los que están lejos; es
decir, para todos aquellos a quienes el Señor, nuestro Dios, llame” (Hch 2.39).

2.2. ¿Categorías o Clases de dones?


Elinaldo Renovato afirma que “la mayoría de los académicos clasifica los dones de 1 de
Corintios 12.8-10 en tres categorías (…), teniendo tres dones en cada categoría”.72

La clasificación de los dones Espirituales

Dones de Revelación Dones de Poder Dones de Elocución


Palabra de Sabiduría Fe Lenguas
Palabra de Conocimiento Sanidades Interpretación de lenguas
Discernimiento de Espíritus Operación de Milagros Profecía

Podríamos deducir que cada una de las 3 categorías de dones, ilustran 3 atributos divinos:
Los Dones de revelación, su omnisciencia; Los Dones de Poder, su Omnipotencia; Los Dones de
Elocución, su Omnipresencia. Precisamente este último, es Dios junto a su pueblo, hablando a los
oídos o al corazón para edificación personal o para otros creyentes (1Co 14.1-5). Sin embargo,
estas categorías se utilizan para sistematizar y analizar los dones, y no para hacer de unos más
necesarios o importantes que otros. Las categorías son meras formas en que los académicos
ordenan los dones por sus características y ligaciones entre sí para estudiarlos.

Pero el cesacionismo insiste en clasificar a los dones en “clases”; aquellos que son
ordinarios de los que son extraordinarios. Casualmente se los denomina a los primeros como
“dones de servicio” y a los segundos como “dones de señal” por su carácter más “especular” a la
vista desde un apartado externo. Esto va muy en contra de Pablo cuando afirma que “hay diversos
dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas
funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. A cada uno se le da una
manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás” (1Co 12.4-6). Si hay diversos dones, y
a causa de eso, diversas maneras de servir, significa que todos los dones, independientemente si
son “palabra de sabiduría (…), palabra de conocimiento (V.8), (…) fe por medio del mismo Espíritu,
(…) dones para sanar enfermos (V.9), poderes milagrosos (…), profecía (…), el discernir espíritus
(…), el hablar en diversas lenguas (…), el interpretar lenguas (V.10)”, son “para el bien de los
demás” (V.6). Es más, pablo afirma que “(…) aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos miembros
y todos los miembros, no obstante ser muchos, forman un solo cuerpo. Así sucede con Cristo”
(V.12). Se podría hasta argumentar que hacer una clasificación en donde hay dones “ordinarios”

72
Elinaldo Renovato de Lima, lecciones Biblicas, los dones Espirituales y ministeriales, editorial
Patmos, Pág. 12.
que siguen vigentes, pero otros que son “extraordinarios” no, mutila al cuerpo de Cristo en el
ejercicio del servicio y edificación para el crecimiento del reino.

Sin embargo, la dimensión de lo que son los dones Espirituales, aunque pueden ser
sistematizados por categorías para su respectivo estudio, nunca lo pueden ser por clases de
"ordinario-extraordinario". Además de que la Biblia nunca hace tal distinción, los teólogos
sistemáticos se encuentran en un dilema para ubicar cada don en su “clase” correspondiente;
algunos ubican a los dones de conocimiento, sanidades, milagros, profecía, lenguas e
interpretación, y muchos al don de discernimiento de Espíritus [ya que está ligado a la revelación,
como el don de conocimiento], como dones de poder/extraordinarios, dejando solo el don de
Sabiduría y de fe [aunque muchos también colocan a éste último don en los extraordinarios por su
ligación a los actos portentosos de sanidades y milagros]. De esta forma ¿Cuál es la línea que se
puede trazar entre los dones de señal y los que no, los extraordinarios de los ordinarios? Una que
no es Bíblica, y no puede ser probada por ella, sino que habla de una cosmovisión
Iluminista/racionalista, que relega a ciertos dones un carácter de “maravilla” por el asombro
sobrenatural, y otros que no lo son porque pertenecen más a un apartado interno, en la cual, a
menos que la persona usada con el don de Sabiduría [por ejemplo], afirme que es de Dios, la
sabiduría puede ser adquirida por la experiencia y el conocimiento; la línea delgada entre
muestras externas [Dios dando el don al hombre] y la interna [el hombre adquiriendo sabiduría
por sí mismo], es muy delgada. Precisamente por esto, los cesacionistas deben afirmar que “Los
dones ordinarios son superiores a los extraordinarios”, porque “(…) las influencias ordinarias del
Espíritu de Dios obrando la gracia en el corazón es un privilegio mucho mayor que cualquiera de
ellos”, tal como Afirmó Jonathan Edward73 (1703-1758), mutilando la obra completa del Espíritu
Santo a un obrar interno, pero sin muestras externas; relegando los dones carismáticos [sin
distinción de clases], que puede recibir una persona salva, A NO NECESARIOS PORQUE SON
SALVOS. Claro que esto parte de la incredulidad también, ya que “los dones extraordinarios
también pueden ser hechos por no creyentes y paganos”. Interesante argumentación la de Edward,
teniendo en cuenta que como los dones extraordinarios cesaron, no podemos saber si vienen del
Espíritu de Dios, del hombre o del Enemigo; Edward elimina la posibilidad de que por medio del

73
EDWARD, Jonathan, el amor y los dones extraordinarios del Espíritu Santo, Teología para vivir,
Págs. 27-35.
Espíritu Santo conozcamos la fuente de donde proviene “X” o “Y” manifestación, por lo tanto,
niega su manifestación autentica por medio del Espíritu Santo.

Es mejor ubicarlos a todos en una sola sección carismática [sin clases], en donde sus tres
categorías [Revelación, Poder y Elocución] puedan ser analizadas, ya que, al fin y al cabo, todos los
dones son extraordinarios para la edificación del cuerpo de Cristo.

2.3. La edificación de un edificio en construcción hasta que Cristo venga

Pablo utiliza la palabra “edificar” (gr. oikodomeo). La iglesia es comparada a un “edificio en


construcción”; los cimientos o sus bases o fundamentos es Cristo (1 Co 3:11), pero su estructura,
vertical y horizontal somos nosotros por medio del Espíritu Santo, porque “Vosotros sois (…)
edificio de Dios” (1 Co 3.9), y somos advertidos de “que cada uno vea cómo sobreedifica” (1 Co
3.10). Así, los dones espirituales, sean cuales sean, tienen el propósito de la edificación de la
iglesia, regulada en el amor (1 Co 13), y la palabra de Dios (2 Ti 3.16-17).

Romanos 12. 4-8 afirma: “Pues, así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con
muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros,
siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.
Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de
profecía, que lo use en proporción con su fe; si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de
enseñar, que enseñe; si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los
necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar
compasión, que lo haga con alegría”.74

1 Corintios 12.1, 4-7, complementa diciendo: “En cuanto a los dones espirituales,
hermanos, quiero que entiendan bien este asunto. (…) Ahora bien, hay diversos dones, pero un
mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero
es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. A cada uno se le da una manifestación
especial del Espíritu para el bien de los demás.”

1 Pedro 4.10 y Efesios 4.7-13 rematan afirmando: “Cada uno ponga al servicio de los
demás el don que haya recibido, administrando bien la gracia de Dios en sus diversas formas”.

74
No debemos hiper-literalizar la metáfora del cuerpo, pues las personas de hecho reciben otros
dones, y Pablo aun anima a las personas a buscar dones espirituales adicionales (1 Ca 14: 1).
“Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los
dones. Por esto dice: «Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los
hombres». ¿Qué quiere decir eso de que «ascendió», sino que también descendió a las regiones
bajas de la tierra? El que descendió es el mismo que ascendió por encima de todos los cielos, para
llenarlo todo. Él mismo constituyó a unos como apóstoles 75; a otros, profetas; a otros, evangelistas;

75
El Apostolado está en la lista de dones espiritual (1Co 12.28 y Ef 4.11) que explícitamente
continúan hasta la Parusía (el regreso de nuestro Señor), como ya hemos esbozado con anterioridad. Así
¿sobre qué base podemos negar su continuidad? ¿Por qué se haría una oferta a los lectores para este don, si
no se podría cumplir? La afirmación de Pablo de haber visto a Jesús resucitado como "el último de todos" no
es necesariamente una declaración acerca de ser el último apóstol (lea la argumentación de P. R. Jones, “1
Corinthians 15:8–Paul The Last Apostle, Págs. 3-34). Tal conexión simplemente no está explícitamente en el
pasaje. Pablo no está tratando aquí de establecerse como el último en el círculo de los apóstoles, pero sólo
que él era el último (y, por lo tanto, el menor) de cierto grupo que vio al Señor Jesús resucitado. ¿Quién era
este grupo? Pedro, los doce, más de 500 hermanos, Santiago (el hermano de Jesús) excluyendo a Pablo [¿o
incluyendo a muchos otros apóstoles, por ejemplo, los 70 (72)?].
Muchos en la historia posterior de la iglesia afirmaron haber visto al Jesús resucitado, incluido el
escritor de Apocalipsis (cap. 4). La “ultima visión de Jesús” no tiene por qué implicar que él, ¡el espectador
[San Juan] es el “último” apóstol! Esto es una concepción "limitada" del apostolado que está en el Nuevo
Testamento. La adición de Pablo como el décimo tercer apóstol parece extraña en vista de la inclusión de
Matías en Hechos 1. ¿Acaso Lucas, el compañero cercano de Pablo se equivocó? ¿acaso fue Pedro, y Lucas
solo fue un actor pasivo que redacto? ¿acaso superaron por error la elección del duodécimo apóstol a la
dramática efusión del Espíritu sobre los 120 – múltiplo de 12 – el verdadero Israel de Dios, cumpliendo
Núm11.29, 1 Co 14.5?
Creo que el foco debe estar nuevamente en la continuidad y discontinuidad del antiguo y nuevo
pacto. Recordemos que los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), hasta que no llega la muerte y
resurrección de Jesús [incluiría también la recepción del Espíritu Santo posteriormente], están viviendo en el
Antiguo pacto. Bajo el Pacto antiguo, Jesús eligió a 12 apóstoles por varias razones, las cuales son:
(1) La elección de 12 personas del sexo masculino que eran judíos tenía un significado
representativo y escatológico, ya que al mismo tiempo representa y sintetiza las 12 tribus de
Israel (Mt 19.28; Lc 22.29-30; Ap 21.12,14), apuntando al futuro, cuando se sentarán en juicio.
Además, el número doce indica que Jesús vino a traer la Salvación a todo el pueblo de Israel.
(2) El ministerio de Jesús estaba dirigido principalmente al pueblo judío dentro de Israel (Mateo
15.24), y para que Jesús fuera reconocido como rabino, necesitaba tener al menos diez
discípulos varones. Con doce discípulos judíos, el estatus de rabino de Jesús nunca fue
cuestionado, ni siquiera por sus críticos.
Por lo tanto, la elección de los 12 es de índole descriptivo, no prescriptivo/normativo bajo el Nuevo
Pacto. Esto se nota en los mismos pasajes donde Jesús elige a los apóstoles y más tarde, cuando después de
la muerte de Santiago, los apóstoles ya no ven la necesidad de reemplazar a los que mueren, lo que lleva al
final del colegio apostólico ya que todos mueren (lo de Judas por Matías, es de esperar porque estaban en
un periodo de transición entre lo continuo y discontinuo).
El problema es que quienes hacen este tipo de objeciones suelen hacer una dicotomía entre lo que
sería descriptivo (el número 12 y el hecho de ser judíos) y el género (que en este caso sitúan como
prescriptivo), demostrando un carácter hermenéutico y exegético de manipulación del pasaje, solo para
fortalecer un supuesto caso bíblico contra las mujeres en el liderazgo de la iglesia, y también a favor de una
limitación estricta del Apostolado obviando que, mismo bajo el antiguo Pacto, y a pesar de la elección de los
12, Jesús estableció comisiones apostólicas en el Nuevo Testamento (Mt 28.19-20, Mt 10; Lc 9; Mc 6. 7-13;
Lc 10-11, donde los 70 [72?] son "apóstoles" / "enviados"), y se abordan normativamente a toda la iglesia de
todas las épocas para presentar el Evangelio (ya sea en palabra y obras de Señal, o solo en palabra), abocado
y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para
edificar el cuerpo de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo”.

Estamos invitados a desear todos los dones (1 Cor. 14. 1). ¿Has estado buscando los dones
con compromiso? ¿Has deseado dones como cualquiera que quiera un regalo precioso? ¿O es este
sujeto un recuerdo vago y pasajero en sus oraciones? No tiene sentido lamentar la apatía
carismática de nuestro tiempo si no aspiramos a los dones del Espíritu. ¿Cómo tendré lo que no
quiero y no busco? Y no esperes los dones como un premio de Dios, sino como un regalo suyo
para la edificación de la iglesia, local e universal del Reino de Dios del que somos parte.

ahora a todas las naciones. Esto tiene el efecto adicional de relativizar la autoridad y exclusividad apostólica
a un ámbito más general al ser “enviados”, que atraviesa la elección de los Apóstoles elegidos de forma
personal (los 12 principales, más la adición de Matías tras la muerte de Judas, y Pablo posteriormente). La
autoridad apostólica parece ser más basado en la relación del plantador de iglesias (de “Padres”) a su
congregación bajo el Nuevo Pacto que en el simple reconocimiento de su condición de un apóstol.
Así que ¿hay nuevos apóstoles? Sí y no. Quienes son enviados (gr. “Apóstolos”) tienen el don,
porque son comisionados [si esto puede ser restringido a solo los que tienen un llamado al ministerio o
también a los laicos en su carácter de gran comisión en la expansión del reino (Mat 28) es otro debate
(aunque sostengo ambas)]. Pero nadie puede borrar el carácter de elección de Jesús hacia su círculo elegido
de 14 (en total con Matías y Pablo).
Parte II
Metodología histórica del cesacionismo y
una nube de testigos a favor de la continuación
de los dones espirituales
1. Un análisis de la comprensión Histórico-Teológica del Cesacionsimo.

¿Qué es la “historiografía”? Es el registro activo de la historia de la humanidad, es decir, la


forma y métodos empleados para describir un determinado acontecimiento relevante. Hay
distintas clases de historiografía, que muchas veces depende de la época o tema en cuestión. Lo
que la hará muy relevante a una por sobre otra forma de relatar la historia, es el método. Por eso,
es que ha habido diferentes metodologías a lo largo del tiempo para tratar sobre X o Y tema o
acontecimiento, y cada una lucha por lograr la mejor interpretación del pasado con las fuentes
documentales existentes.

En cuanto a nuestro tema a tratar, es curioso porque por regla, el tema de la continuidad
de los carismas, presupone una verificación fuera del texto Bíblico. Es como una central eléctrica
que corta o da la luz de una cuadra, pero no verifica (mandando a los “agentes” o personas
especializadas que hacen el trabajo de campo), si tras apretar el botón, ahora tienen o no luz la
cuadra. La historia, es una ciencia que está sujeta a interpretación, pero, dicha interpretación está
basada en un análisis de las fuentes disponibles; estas pueden ser: escritas (como en un
pergamino, papiro, periódico, etc), orales (basada en la tradición oral, y en muchos casos esa
tradición llega a plasmarse de forma tardía en escritura), audiovisuales (programas de radio, de
TV, casetes, DVDs, etc). Es por medio de las fuentes documentales, que el historiador, como un
detective, armará un caso basado en presupuestos (una teoría), que se cotejará con la evidencia
(¿me apuntan las fuentes a eso? ¿tengo evidencia para corroborarlo?). En el caso del tema de los
dones espirituales, podemos hacer un análisis si la Escritura afirma o no cesación bajo la mejor
interpretación posible, pero tal perspectiva debe verificar sus conclusiones afuera del texto
Bíblico, ya que ella misma presupone una esencia “Extra-Bíblica” (que no es lo mismo que ser
“Anti-Bíblica”).

Algo de lo que sufre el protestantismo, es del afán ser lo más bíblico posible. Esto es
bueno, pero hay que verificar que muchas veces no se termina siendo Bíblico, sino Biblistas.76La
persona que quiere ser Bíblico, quiere serlo a la luz del pilar de la reforma protestante del siglo
XVI; Gutierres Siqueira, Teólogo Asambleiano brasileño, nos recuerda que “En materia de fe, la
autoridad del protestante no es la palabra del clérigo, la tradición de sus ancestros, la visión del

76
Aquí uso el término “Biblista, no para una persona especializada (académicamente hablando), en
la Biblia, su redacción, escritura, historia, teologías, etc, sino como uso peyorativo para las personas que en
su afán de “ser Bíblicos”, rechazan todo análisis que no se limite al campo exegético.
profeta, las resoluciones de un concilio, los engaños del vidente, la revelación del carismático, las
utopías del revolucionario o las teorías del científico social. Es solamente las Sagradas Escrituras, la
Palabra del Dios Santo. La Palabra es autoridad, no una escuela particular de interpretación. El
libre examen de las Escrituras no significa libre interpretación o creatividad exegética. Como texto,
la Escritura tiene una sola mente que nos desafía todos los días.”77 Sin embargo, en comparación
con la persona que quiere regir su fe y practicas por la Palabra, pasando toda tradición y
experiencia a través del filtro de solamente las Escrituras, está el Biblísta, que no solo se cierra a
las páginas de la Biblia, y desprecia la tradición y la experiencia (creyendo que su interpretación
esta fuera de todo peligro de prejuicio o presupuestos), sino que cree que su interpretación y
teología es la más “Bíblica”; pero esta es una completa fantasía ya que la teología no es y nunca
será puramente “bíblica”; la teología es la suma de los conceptos bíblicos junto con la tradición, la
experiencia, la cultura, los antecedentes familiares del teólogo, etc.…, y en muchos casos, hay una
corriente filosófica detrás. Esto no nos hace caer en el subjetivismo, la Palabra es Clara en sus
asuntos esenciales, como el pecado, el carácter y atributos de Dios, la doble naturaleza de Cristo,
el castigo eterno, que la salvación es por gracia a través de la fe, etc… Pero, hay doctrinas en las
que se cierne más debate, como el tema de la continuidad o cesación de los dones. Por eso, para
saber si los dones continuaron, primero nos vimos en la obligación de probar que la Biblia, bajo el
nuevo pacto, no nos indica que cesaron, pero, como bien anticipe arriba, es necesario un análisis
Pos-Bíblico de la tradición e historia de la iglesia, ya que el tema propiamente, nos empuja a eso.

El fundamento de cualquier estudio histórico es y son, las fuentes primarias que provienen
del mismo contexto temporal y espacial que el objeto de estudio. Son la fuente principal para
convertir el concepto de "objeto" en "sujeto" a medida que tratamos de comprender la vida de los
mismos personajes en su propio tiempo. Ellos son los que hacen su propia historia. Estamos
trabajando arduamente para recuperar y restaurar la memoria del sujeto de esta historia.
Reconocemos que la reconstrucción histórica es siempre una interpretación. Por lo tanto, surgen
preguntas que no pueden ser respondidas por las fuentes primarias, y debemos inferir las posibles
posibilidades de esta reconstrucción, teniendo en cuenta lo que las fuentes afirman, y a partir de
nuestro estudio, compararlas con otros estudios del mismo período. Tal vez nos acerquemos a
posibles historias de vida, posibles rasgos culturales, posibles entornos sociales. buscamos
acercamos a la verdad histórica más plausible al interpretar.

77
SIQUEIRA Gutierres Fernandes Revestidos do poder CPAD, pág. 146.
1.1. Historiografía y método histórico cesacionista.

Son pocos los cesacionistas que se han tomado la molestia de hacer un análisis histórico
sobre el tema (la mayoría da por sentado la cesación y ahí acaba todo), pero uno de los que hace
hincapié de forma positiva es Frank Beinot, el cual ve importante el estudio histórico, ya que “la
historia siempre debe tener un lugar de peso y de preeminencia en el desarrollo de un estudio
como este. Esto no quiere decir que la historia es infalible. Puede haber equivocaciones en lo que
fue relatado o en cómo fue interpretado después. Por eso, la historia necesita ser escudriñada y
examinada para asegurar que no haya ocurrido un error ni en su transmisión ni en su
interpretación (…). A veces tal investigación revelará la necesidad de una revisión de la historia.
Pero, de igual manera, puede muy bien mostrar que la versión original era correcta y no precisa de
una modificación”.78El acento de Beinot está en la preocupación sobre el debate de la cesación o
vigencia de los carismas, ya que “ha habido una creciente revisión o modificación de la historia del
cristianismo, cambiando de la postura tradicional de que los dones de señal cesaron después de la
época apostólica a otra nueva que declara que estos dones no cesaron, sino que continuaron a lo
largo de los siglos hasta nuestros días”. La preocupación por un revisionismo se da a causa de que
“El “cesacionismo” solía ser la postura universalmente aceptada entre los evangélicos de todas las
denominaciones y tradiciones, el juicio predominante de gente creyente en la Biblia a través de la
historia de la Iglesia”, como nos recuerda Peter Masters.79

Ante la alerta del revisionismo, y la acumulación de fuentes documentales, la historiografía


“tradicional”, comenzó a armar un caso en el que se reconoce que ha habido movimientos que
afirmaron manifestar los dones de señal, pero “(…) los califican como grupos heréticos en base a
sus otras doctrinas no bíblicas o porque las manifestaciones que experimentaron no eran los
verdaderos dones bíblicos por no cumplir con las evidencias en la Biblia”.80

Otra forma de sostenerse en el debate que tiene la historiografía tradicional, es ser


selectivo con su tratamiento de la historia, tal y como hace John McArthur en “Fuego Extraño”81, y
Frank Beinot en “No por ignorancia”, el cual, de todas las fuentes que hay desde fines del Siglo I

78
BEINOT, Frank, Ibbi, Pág. 69.
79
MASTERS, Peter, The Healing Epidemic, Pág. 112.
80
BEINOT, Frank, Ibbi, Pág. 70.
81
KEENER, Craig S., Reseña de Fuego Extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con
adoración falsa, de John MacArthur. Disponible en: http://pneumareview.com/john-macarthurs-
strange-fire-reviewed-by-craig-s-keener/ (última actualización 05/08/2023)
hasta principios del XX, sólo puede reducir su crítica no a demostrar históricamente el
cesacionismo, y por eso, Benoit, debe afirmar que (1) el Movimiento Montanista del siglo II, (2) Los
monásticos del desierto y los santos orientales de los siglo III-VII, (3) Los cátaros-albigenses del
siglo XII, (4) Los valdenses del siglo XII, y (5) de forma veloz y sin puro, desde el siglo V al XX, para
concluir que no hay "ninguna evidencia bíblica clara para apoyar la tesis revisionista de la
continuación de los dones de señal. Algunos de los ejemplos ni siquiera eran cristianos de verdad,
sino sectas destructivas con una doctrina aberrante sobre Cristo, las Escrituras o la vida cristiana
(como los shakers)".82 Hay selectividad para elegir qué historia mostrar y de qué forma mostrarla;
sea por no nombrar la basta cantidad de cristianos que creían en la vigencia de los dones desde
fines del siglo I hasta la actualidad para que solo quede “una amplia mayoría a favor del
cesacionismo”, o ya sea para afirmar que “si hubo algunos movimientos que creían en la vigencia
de los dones, pero para tratarlos de heréticos que en realidad no eran cristianos”. Craig S. Keener
nos recuerda que, en la historia de la iglesia, “Sí, los cesacionistas existieron; pero no todos los
creyentes ortodoxos han sido cesacionistas”. Al mismo tiempo D. A. Carson afirma que “hay
suficiente evidencia de que alguna clase de estos dones ‘carismáticos’ continuaron
esporádicamente a través de los siglos de la historia de la iglesia, que es inútil insistir en términos
doctrinarios que cada relato es espurio o el fruto de la actividad demoniaca o de una aberración
psicológica”.83

Frank Beinot84 nos presenta unas preguntas que debemos responder al momento de tratar
de avanzar con el rastreo histórico en cuestión, ya que “si hay tan «abundante evidencia», ¿por
qué no fue vista por los eruditos cristianos de antaño? ¿Hay algo en la evidencia que descalifica sus
afirmaciones sobre los dones en cuestión? ¿Cómo compara la evidencia de esos dones con los
verdaderos dones en la Biblia? 85 ¿Eran cristianos de verdad los que afirmaron tener tales dones?”

82
BEINOT, Frank, Ibbi, Pág. 132-133.
83
CARSON, D. A., Mostrando el Espíritu, Pág. 166.
84
BEINOT, Frank, Ibbi, Pág. 73.
85
Esta pregunta tiene un problema epistemológico de base, ya que el conocimiento de los dones
proviene de la Palabra, pero sus características son un tema de discusión. Por ejemplo, un cesacionista verá
el don de profecía de carácter infalible, pero el continuacionista no; un cesacionista verá el don de sanidad y
operar maravillas como algo a usar a voluntad, pero el continuacionista no, ya que estará ligado a la fe de la
persona y al mismo tiempo, a la soberanía divina en dar respuesta a esta fe, repartiendo el don para
capacitar a la persona para el propósito en cuestión. Por lo tanto, es una mirada muy subjetiva esta
pregunta, la cual variara según la comprensión del don de cada postura.
Las preguntas en sí, se irán respondiendo en la medida en que avance este trabajo en
cuestión, pero debemos recordar que, tanto Cesacionistas como Continuacionsitas, creemos que
el Espíritu Santo ha estado dirigiendo, enseñando e iluminando a la iglesia a lo largo de la historia
(1 Jn 2:20, 27), pero como nos recuerda el teólogo reformado Louis Berkhof, “En teoría hasta la
iglesia de Roma sostuvo que solo el Espíritu Santo puede darle a uno la certidumbre absoluta
respecto a la verdad de la revelación (…)”.86Así, ni bien antes de entrar en el siglo II, la iglesia ya
estaba siendo atacada por herejías que se infiltraban, como los Judaizantes y los Gnosticos, la
celebración de los primeros concilios en los siglos III-VII, buscaron dar respuesta a los que
atacaban la naturaleza y persona de Jesucristo, el Espíritu Santo, etc. Entrando en la alta Edad
Media (V-X), se fue conformando de apoco un distanciamiento el entendimiento de la justificación
por la fe y la santificación, y a causa de esto, en el siglo X, circulaban una variedad de puntos de
vista sobre la justificación. A raíz de esto, hay que recordar que hasta y durante la Reforma
protestante en el siglo XVI, los cristianos laicos no tenían la Biblia en su idioma; aquí prevaleció
mucho la ignorancia de la Biblia. En aquellas circunstancias en las que las personas toman
conciencia de los dones espirituales era difícil que los reconocieran al no tener contacto con la
Palabra que clasifica sus nombres, naturaleza y función; no había forma de saber, y esto conduce
al letargo.

A raíz de esto, debemos recordar, que Dios en su gracia nos bendice con lo que no
merecemos y lo que rechazamos o no reconocemos (tal y como veremos en casos puntuales de
grandes personajes del sector protestante). Por ejemplo, actualmente, se puede describir a una
persona con la capacidad de discernir espíritus, los que hablan en lenguas y profetizan, como
personas que tienen "extrema sensibilidad y perspicacia", "profundo conocimiento de la verdad
espiritual" y que hablan "para exhortar la necesidad de la iglesia en el tiempo"; los que oran e
imponen las manos sobre los enfermos y estos son sanados, se les dice que “Dios respondió las
oraciones”, el "don de sanidad ya no funciona”. Estas iglesias tendrán problemas en clasificar estos
fenómenos por los nombres que se les dan en 1 Corintios 12:7-10 porque creen firmemente en la
teoría de que tales fenómenos no existen. El revisionismo histórico, propone que si esto pasa de
forma contemporánea (Siglo XVIII al XXI), entonces esto debió de haber sucedido a lo largo de la
historia de la iglesia, y más que nada, desde el siglo XVI con la reforma y las iglesias protestantes
nacientes. Sam Storm nos propone un caso hipotético:

86
BERKHOF, Louis, introducción a la teología sistemática, Pág. 207.
“Supongamos que a un hombre se le da la tarea de describir la historia de la vida de la
iglesia en el año 845 d.C. en el moderno sur de Francia. ¿Cómo clasificas lo que ves y oyes? Si eres
ignorante de los dones espirituales, sin educación o tal vez un recluso muy educado, tu narración
no mencionará profecías, sanidades, milagros, palabras de conocimiento, etc. Estos fenómenos
probablemente existieron e incluso florecieron, pero nuestro historiador hipotético los habría
identificado y explicado de otras maneras. Siglos más tarde encontramos su manuscrito. De sus
observaciones, ¿es razonable concluir que algunos dones espirituales cesaron después de la era
apostólica? ¡Por supuesto que no! Simplemente pienso que el Espíritu Santo, pasado y presente,
puede dar dones ministeriales al pueblo de Dios que no los reconoce, o por alguna otra razón usa
otras palabras que no sean 1 Corintios 12:7-10. Por lo tanto, la ausencia de una referencia clara a
un carisma específico es una base débil para los argumentos a favor de su eliminación de la vida de
la iglesia”.87

El Académico Brasileño Cesar Moisés Carvaloh, afirma que hubo mucha negligencia de
parte los historiadores cesacionistas con el registro histórico de las manifestaciones del Espíritu
Santo, ya que, para inicios del siglo XX, “el cesacionismo era la posición teológica predominante en
aquel momento histórico. Pero la realidad es que focos de “pentecostalismos”, lo que nosotros
podemos llamar de “manifestaciones del Espíritu Santo”, nunca desaparecieron. Siempre a lo largo
de la historia fueron una realidad. ¿Pero qué sucede? Los historiadores, eran mayoritariamente
cesacionistas, así que, cuando ellos oían hablar de la manifestación Espiritual en algún movimiento
protestante, ellos simplemente los ignoraban. Por lo tanto, no apuntaban ni registraban esos
acontecimientos. Por eso hoy, hay toda una revisión histórica”.88 El historiador y teólogo
estadounidense, Eddie Hyatt, afirma que existe una necesidad apremiante de que tal "historia" sea
“redescubierta y totalmente recuperada”.89 Este importante ejercicio del surgimiento del
revisionismo no fue un capricho de la tradición continuacionista, es decir, no se realizó por
iniciativa de historiadores o teólogos de nuestra tradición, sino que comienza con eruditos que
estudian otros aspectos que finalmente fueron descubiertos lateralmente que un gran número de

87
STORM, Sam, los dones del Espíritu Santo en la historia de la iglesia, disponibles en:
https://cristianoreformado7.wordpress.com/2016/10/30/sam-storms-los-dones-del-espiritu-santo-en-la-
historia-de-la-iglesia/ (Ultima actualización el 05/08/2023).
88
Pentecostalismo e Pós-Modernidade - Pr. César Moisés. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=wCK-zphOft8&t=9s (última actualización 05/08/2023).
89
HYATT, Eddie, 2000 anos de cristianismo carismático: um olhar do século 21 na história da igreja
a partir de uma perspectiva carismático-pentecostal, Pág. 21.
estos movimientos cultivaban experiencias carismáticas, pero que curiosamente, esto no existía
para los principales historiadores tradicionales. Ni siquiera los mencionan, ni siquiera los reseñan.
Los ejemplos ilustran este punto. En una obra importante llamada Historia Ecuménica de la Iglesia
de 3 volúmenes (siendo el ultimo un recorrido hasta 1989), a pesar de las recomendaciones, ni
siquiera mencionan la tradición pentecostal-carismática, dejando claro que incluso ni iniciativa
tienen, y esto incluye a eruditos católicos y protestantes.90 La historia tal como la conocemos hoy
fue escrita por historiadores que eligen no solo los hechos, sino también las fuentes, una decisión
completamente subjetiva y prioritaria del investigador. Esto es porque existen dificultades
inherentes y la casi imposibilidad de escribir con palabras lo que realmente sucedió (como
afirmaba Leopoldo Ranke). De lo que estoy hablando es solo de la expresión más pura del
pensamiento histórico científico actual sin ningún juicio de valor. Justo L. González afirma que “(…)
con los años me he dado cuenta de que no existe tal cosa como historia objetiva donde los puntos
de vista e intereses de los historiadores no influyen en el curso y el contenido de la historia”.91 Por
lo tanto, si la postura es, continuacionista o cesacionista, la interpretación histórica dependerá de
las fuentes que consultemos y del tratamiento que les demos. A raíz de esto ¿qué afirman las
fuentes de la tradición continuacionista? Después de terminar, esperamos que puedan decir con
nosotros que “el cesacionista es un tiro en el pie al verificar actualmente si los dones continuaron a
lo largo de la historia Pos-Bíblica, cercana y lejana a los hechos neotestamentarios, ya que el
cesacionismo represento una reacción de incredulidad por los excesos con los carismas, más que
una postura mayoritaria a lo largo de la historia de la iglesia”.

1.2. ¿Los pentecostales eran cesacionistas? Aclarando una duda controversial

Se ha levantado la acusación de que los primeros pentecostales creían que los dones
habían cesado. ¿Cuánto de verdad hay en esto? Debemos centrarnos en el contexto de cómo
pensaban los primeros pentecostales. En el periódico de la Fe Apostólica de calle Azusa se
afirmaba: “Éste es un avivamiento mundial, el último avivamiento pentecostal que dará lugar a la
venida de nuestro Jesús. La iglesia está emprendiendo su última marcha para encontrarse con su
Amado”.92Allan Anderson declara que “Los primeros pentecostales creían que su misión formaba
parte de la preparación para el pronto regreso de Cristo. El bautismo en el Espíritu y las lenguas

90
KAUFMANN, Thomas; KOTTJE, Raymund; MOELLER, Bernd; WOLF, Hubert (orgs.). História
ecumênica da igreja 3: da Revolução Francesa até 1989.
91
JUSTO, González L., Regreso a la Historia del Pensamiento Cristiano, Pág. 5.
92
The Apostolie Faith 1/1 (septiembre 1906), p. 4.
que habían recibido eran, por encima de todo, una señal de que habían llegado los últimos días, Su
escatología era premilenar y dispensacional, y desde el principio avivó la urgencia de su
evangelización. (…) Creían que el nuevo movimiento pentecostal era el derramamiento de la «lluvia
tardía» del Espíritu que se iba a derramar en los «últimos días» precediendo a la venida de Cristo.
Era el cumplimiento de la profecía, especialmente de la del profeta Joel (cfr. Joel 2,28-32)”.93

¿Qué significan estas palabras que nos relata Anderson y nos confirman los relatos del
periódico de la calle Azusa? Los primeros pentecostales creían que vivían en los últimos días. Al
leer el contexto del derramamiento prometido de Joel para los últimos días en Joel 2:28,29, a
menudo veían su propio tiempo como una 'última lluvia' (o 'lluvia tardía') correspondiente a la
'primera lluvia' (o 'lluvia de temporada') (Joel 2:23) en el momento de Pentecostés. 94
Desafortunadamente, esta lectura alegórica de las condiciones climáticas de Israel probablemente
presento un malentendido. El núcleo de la intuición de los primeros pentecostales sobre los
últimos días, sin embargo, fueron indudablemente incorrectos.... Dios no derramó el Espíritu en
Pentecostés, luego invirtió el proceso (retornó el Espíritu) a lo largo de la mayor parte de la
historia, y luego volvió a derramar el Espíritu en su día. Que Dios comenzara los últimos días,
permitió la inserción de algunos días después de esos últimos días que no eran realmente los
últimos, y ahora concluirá con unos pocos días más después de esos últimos días. Ciertamente, el
Espíritu no cesó su actividad después de que libro de Hechos estaba terminado. El enfoque
restauracionista pentecostal temprano (que tiene sus raíces en movimientos anteriores del siglo
XIX) simplemente tomó el cesacionismo contemporáneo y lo modificó, haciendo que el cese sea
temporal.95

Aunque es verdad que los primeros pentecostales, tenían una perspectiva que podríamos
llamar de “cesacionismo parcial”, producto de su cosmovisión restauracionista y la asimilación de

93
ANDERSON, Allan, el pentecostalismo, editorial AKAL, pág. 256.
94
FAUPEL, David. W., Everlasting Cospel, p. 20.
95
Los primeros restauracionistas tenían un enfoque ahistorico (no daban mucha importancia a la
historia o el contexto histórico). Ellos afirmaban que la iglesia no debe creer que está en una progresión
hacia la verdad aun mayor (tal y como era el carácter Escatológico del Posmilenialismo de fines del siglo XIX
y la evolución social del progreso del género humano de los progresistas), sino que se debía volver a la
fuente, a su fundación, y éste se originaba en Pentecostés con el descenso del Espíritu Santo en Hechos 2.
No obstante, también hubo pentecostales que creían que su movimiento, partía de una característica
avivalistica de continuación iniciada en el siglo XVI con la Reforma Protestante, completada por ellos; si la
reforma fue un volver a la Palabra, el Pentecostalismo significaba volver al Espíritu que inspiro la Palabra, y
eso tenía implicaciones en todas las manifestaciones de su poder.
la posición escatológica Premilenial (Dispensacionalista) y filosofía de la historia, llamada “la lluvia
tardía”, que fue introducida en el movimiento por David Wesley Myland y sus libros “Canciones De
La Lluvia Tardía” (1907), y “El Convenio De La Lluvia Tardía” (1910), este movimiento estuvo
presente solo alrededor de 40 años dentro del pentecostalismo desde sus inicios, y finalmente
empezó a desaparecer por los avances exegéticos, y principalmente históricos, que demostraron
que los dones no cesaron a lo largo de la historia de la iglesia (aunque si hubo picos de fervor y
depresión espiritual que causo mayor o menor manifestación de los dones, pero nunca cesación);
lo que si mantuvieron los pentecostales (en su mayoria), fue la posición Premilenial
Dispensacionalista-Pretribulacionista.96 Ahora bien, debemos entender, que el pentecostalismo
nació en un contexto en donde había muy poca literatura sobre la continuación de los carismas, y
estas manifestaciones era en parte un asunto negado por muchos de los representantes de las
iglesias históricas del protestantismo anglosajón, sin embargo, desde el siglo XIX, se venía
sembrando un contexto de restauración, de retornar a Pentecostés y a la iglesia primitiva, el cual
termino explosionando desde el Metodismo y el Movimiento de Santidad, en lo que hoy
conocemos como Pentecostalismo. Pero ya no estamos en esos días, y tal y como nos lo relatan
los académicos Sam Storm97, Alister McGrant y Cesar Moises Carvaloh98, hay todo un revisionismo
histórico, el cual ha traído mucha luz ante tanta oscuridad sobre el tema, demostrando bajo un
estudio profundo de las traducciones de los autores Patrísticos y Medievales, que los dones

96
El Dispensacionalismo tiene su “origen sistemático” en el siglo XIX, con el fundador de los
Hermanos de Plymourh, John Nelson Darby. La Biblia de referencia Scofield (Cyrus Ingerson Scofield) de
1909, bajo la versión King James, fueron las fuentes que se usaron por los primeros 70 años los
pentecostales de habla inglesa. Sin embargo, el modelo hermenéutico de las dispensaciones, tiene en
esencia el cesacionismo en sus venas; para conformarlo a la teología Pentecostal, se lo tuvo que reformar
para que “cuaje” con la continuidad de los dones. Esto permeo un modelo hermenéutico Dispensacional
propio en el movimiento. No obstante, la mayoría de las enseñanzas del dispensacionalismo venia de
autores cesacionistas, causando un gran conflicto a la fe pentecostal, ya que se hacía una separación rígida
entre la iglesia apostólica y la iglesia contemporánea, que “mataba” - en esencia - el mensaje pentecostal; a
raíz de esto, el Comité Ejecutivo de la Casa Editorial de las Asambleas de Dios en USA prohibió la publicidad
de la Biblia de Referencia Scofield en la revista "Pentecostal Evangel" entre los años 1924 y 1926. No
obstante, el mismo comité dio marcha atrás y permitió la difusión de la Biblia porque encontró que los
“comentarios edificantes pesaban más que las notas antipentecostales” (HORTON, Stanley M., Teología
Sistemática: Una Perspectiva Pentecostal. 8 edición Río de Janeiro: CPAD, 2003. p 23). Hoy ya existen otras
manifestaciones de Dispensacionalismo, que hacen que no sea tan difícil esta unión; por ejemplo, el
Dispensacionalismo Revisado o Modificado (ca.1950–1985), el Dispensacionalismo Progresivo (1986 –al
presente).
97
Los Dones del Espíritu Santo en la Historia de la Iglesia Por Sam Storms. Disponible en:
https://paginadeteologiapentecostalarminiana.wordpress.com/2019/08/24/los-dones-del-espiritu-santo-
en-la-historia-de-la-iglesia-por-sam-storms/ (Última actualización 26/07/23).
98
Pentecostalismo e Pós-Modernidade - Pr. César Moisés. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=wCK-zphOft8&t=9s (última actualización 26/07/23).
seguían operando, y por qué entrando en la Modernidad y la edad Contemporánea, muchos por
incredulidad no registraban los hechos que comprobaban la continuidad de los carismas. El
revisionismo además nos sitúa en el contexto de los primeros reformadores, y el porqué se vieron
obligados a optar por un cesacionismo incongruente ante la oposición Católica Romana y el
Anabaptismo del siglo XVI y XVII.

Finalmente, hoy en día nos encontramos en una posición muchísimo más favorable, tanto
por la metodología histórica, como por el incentivo de las investigaciones, que nos hacen llegar a
la conclusión de que los dones continuaron a lo largo de la historia de la iglesia, a veces de forma
llamativa y otras no tanto, pero siempre el Espíritu repartió sus dones (1 cor 12.4-11), solo hace
falta rastrear las ondas de calor que el fuego del Espíritu dejó a lo largo de la historia de la iglesia.

2. Un rastreo histórico de que los dones no cesaron

¡1er Aviso!! Esto será un vistazo general:

La idea no es solo comprobar que los dones no cesaron a lo largo de toda la historia de la
iglesia bajo un caso acumulativo, sino también, darles una introducción para que usted pueda
revisar y comprobar las fuentes históricas, y despertar al investigador dormido en usted, y navegar
“Entre la historia y el espíritu”.99 Como la posición cesacionista propone ya sea, una disminución
gradual para la segunda mitad del siglo I, o la cesación tras la muerte del ultimo apóstol (y con ello
el cierre del canon) al final de siglo, debemos empezar directamente verificando si tenemos
evidencia de que, para la iglesia de antes de la finalización del primer siglo, persistía la creencia y
manifestación de que los dones ya habían cesado. De esta forma iremos recorriendo cada siglo,
nombrando a historiadores de la iglesia modernos que tienen fresco los últimos datos sobre el
tema en cuestión.

¡2do Aviso! En cuanto a la Patrística:

¿Quién de nosotros no ha soñado con poseer la colección completa de la editorial Paulus


de 44 volúmenes sobre patrística? Bueno, Para los que no saben, la Patrística fue un gran periodo

99
Título de la traducción al portugués del libro del académico del Nuevo Testamento, Craig S.
Keener, titulado “ENTRE A HISTORIA E O ESPIRITO: O testemunho apostólico do livro de Atos” (2021). Esta
obra presenta los principales ensayos de Keener, una de las mayores autoridades en Lucas-Hechos en la
actualidad. Dividido en tres partes, cada una se enfoca en temas históricos, contextuales y del Espíritu
Santo. Keener une la historia, la exégesis y la teología para revelar el testimonio apostólico del libro de los
Hechos para el lector moderno.
en la historia de la iglesia, en el cual los padres o líderes de la iglesia consolidaron muchas de las
doctrinas cristianas que tenemos hoy. Formaron parte de la iglesia primitiva y nos dejaron un
vasto material escrito, tratando diferentes temas y corrigiendo decenas de errores (y en muchas
ocasiones cayendo en ellos).

A veces equivocada, a veces acertada, la patrística es digna de ser estudiada. Sin embargo,
conocer sus escritos es un gran desafío, y esta es la razón de esta reflexión... Generalmente llega
un soberbio con alas de predicador de "Sana de Doctrina" (Sugel y McArthur, cof, cof...), para
declarar que "X o Y doctrina es reciente y que nunca se enseñó en la historia de la iglesia o en la
patrística". Sin embargo, hay diversos problemas con conocer todo lo que se escribió en la
patrística:

1. El primero es el de la traducción. De los cientos de volúmenes que existen, solo


unas pocas docenas han sido traducidas.
2. La segunda es la del lenguaje. La patrística es exhaustiva y tienen un lenguaje muy
peculiar. Leerlos la mayor parte del tiempo es aburrido, agotador y desmotivador
para un público que no tiene el hábito de la lectura.
3. En tercer lugar, tenemos el problema textual. Hay todo un drama con la crítica
textual sobre los padres de la iglesia.
4. En cuarto lugar, es que no tenemos todos los textos patrísticos que se han escrito.
Es más, ni siquiera podemos dar un estimado de cuanto se ha escrito.

La colección más completa que tenemos en español por ejemplo, es la de Editora Paulus.
Son 44 volúmenes bien resumidos y traen algunos escritos de padres como Orígenes, Agustín de
Hipona, León Magno, Ambrosio, Juan Crisóstomo, Ireneo de Lyon, Justino de Roma, Hilario de
Poitiers, Gregorio de Nisa, Gregorio Magno, Eusebio de Cesarea, Cipriano de Cartago, Ambrosio de
Milán, entre otros.

Sin embargo, el catálogo de Patrística es mucho más grande que eso. Para que os hagáis
una idea, entre 1844 y 1864, un abad y sacerdote francés llamado Jacques Paul Migne publicó la
colección Patrología Latina. Es la colección más grande y exhaustiva jamás publicada de los
escritos existentes de los padres y doctores de la iglesia latina temprana y medieval (Solo la
latina...). Abarca un período de tiempo desde Tertuliano (200 dC) hasta el Papa Inocencio III en
1216. En total, hay 221 volúmenes y unas 150.000 páginas escritas en latín. Sin embargo, no se
detiene ahí... Entre 1857 y 1866, J.P. Migne también lanzó la colección más grande jamás
publicada de los escritos existentes de los padres y doctores de la iglesia griega temprana y
medieval. Con la colección Patrologia Grego, podemos acceder a los escritos de los padres de
Capadocia, cuyas obras fueron tan importantes para la formulación precisa de la doctrina de la
Trinidad contra el sabelianismo, por un lado, y el tristísimo por otro. Hay 161 volúmenes y 110.000
páginas.

En 1886, el profesor Rene Graffin se embarcó en la grandiosa tarea de recopilar los


escritos de los padres que no estaban incluidos en las obras monumentales de J.P. Migne. El
resultado fue la colección de patrología siríaca y oriental. Son escritos de los padres de la iglesia en
árabe, armenio, copto, etíope, griego, georgiano, eslavo y siríaco. En él se encuentran escritos
teológicos, cartas y homilías de los primeros padres orientales. Nos revela cuál era su pensamiento
acerca de las Escrituras, las doctrinas cristianas y las herejías que las plagaban. Hay 17 tomos y un
total de 12.725 páginas.

Incluso hoy, varios otros trabajos de los padres de la iglesia se publican de forma
independiente. El trabajo no se detiene... Además, se sabe que se cuenta con una gigantesca
colección de obras patrísticas a las que pocas o casi nadie tiene acceso. Muchas de estas obras
quizás nunca las conozcamos en mi generación. Por no hablar de los que se han perdido con el
paso de los años y que nunca tendremos la oportunidad de leer.

Sin duda, el período patrístico fue muy rico en producción teológica y rico en
conocimientos. Al final, nunca sabremos con certeza cuántos libros tiene la Patrística, pero lo
cierto es que fue incomparable y único.

Todo este vistazo, está ligado a tema en cuestión de los dones espirituales, y es que hace
años atrás, los historiadores cesacionistas afirmaban sin vacilar, que no había fuentes en la
Patrística de que los dones continuaron. Con las amplias investigaciones, descubrimientos y
traducciones, hoy en día el revisionismo ha dado vuelta la tortilla del debate en cuestión. No
obstante, también ha habido nuevas investigaciones, descubrimientos y traducciones de autores
Patrísticos que sostuvieron el cesacionismo incluso a fines del siglo II. Las referencias representan
entre un 5 y un 10% de la cantidad contraria de autores que afirman la continuación, sin embargo,
es mi deber como investigador histórico el ser coherente y honesto, y buscar la objetividad en el
tratamiento historiográfico en cuestión.
No sabemos todo, y posiblemente nunca lo sabremos en esta tierra, pero en la medida en
que surgen nuevos descubrimientos por nuevas investigaciones, es que sabremos un poco más. La
investigación histórica es progresiva, además de reflexiva. Podemos afirmar de forma cuantitativa
la creencia mayoritaria de la iglesia a lo largo de las edades, pero no podemos darlo por sentado
de un tirón. Pero por el momento, el continuacionismo viene ganando la batalla.

2.1. Antes del fin de la era apostólica eran comunes los dones espirituales.

En el primer siglo de la Era Cristiana, además de las abundantes menciones bíblicas de la


manifestación de los dones carismáticos en un período que va alrededor de 60 años después de la
efusión del Espíritu en el Día de Pentecostés (Santiago, 48 d.C; 1 y 2 de Tesalonicenses, 52 d.C.; 1 y
2 de Corintios, 55 d.C.; Marcos, 55-65 d.C.; Colosenses, Efesios, 60-62 d.C., Hechos, 60 d.C.-65 d.C.;
Judas, 80 d.C., Apocalipsis 90-95 d.C.,), vemos, al final del primer siglo, la obra La Enseñanza de los
Doce Apóstoles, más conocido como el Didache (fechado entre el 60 y el 100 d. C.), que menciona
a “los profetas y las profecías como comunes en las iglesias cristianas de ese período”.100
Generalmente los cesacionistas apuntan a que ya para el año 70 d.c, con la destrucción del templo
de Jerusalén, los dones extraordinarios ya estaban completamente extintos.

Incluso a fines del primer siglo, encontramos a Clemente de Roma (10-100 d.C.),
colaborador del apóstol Pablo (Filipenses 4:3), refiriéndose a los “dones espirituales” activos en la
iglesia de su tiempo en un texto donde habla de la unidad del Cuerpo de Cristo101 y que refleja los
mensajes de Pablo en Romanos 12 y 1 Corintios 12, donde también se enfocan los dones.
Clemente afirma que los “dones espirituales” son importantes para ayudar a los cristianos en sus
funciones como Cuerpo de Cristo, por lo que “cada uno debe ponerse al servicio de su prójimo
según los dictados de sus particulares dones espirituales”.

Un detalle interesante, destacado por historiadores y teólogos. como John Knox, Hans Von
Campenhausen, Adolf Harnack, Hans Kung, Rudolph Bultmann, Eddie Hyatt, Craig S. Keener, N.T.
Wright, Larry Hurtado y James Dunn, es que la iglesia primitiva tenía un énfasis carismático que se
reflejaba en su propia forma de organizarse.102

100
KYDD, Ronald, Charismatic Gifts in the Early Church, Hendrickson Publishers, 1984, p. 12
101
1 Clemente, XXXVII y XXXVIII.
102
KNOX, John, The Ministry in the Primitive Church, in: NIEBUHR, Richard H. e WILLIAMS, Daniel
D., The Ministry in Historical Perspective, Harper and Row, 1956, p. 10; CAMPENHAUSEN, Hans von,
Ecclesiastical Authority and Spiritual Power in the churches of the First Three Centuries, Stanford University
2.2. En el inicio del siglo II, eran comunes los dones Espirituales.

A principios del siglo II encontramos a Ignacio de Antioquía (68- 117), con escritos
fechados entre el 98 y el 117 d.C. (fecha de su martirio en Roma), afirmando en una carta a
Policarpo (69-155), obispo de Esmirna y discípulo del apóstol Juan, que Policarpo debía “pedir [a
Dios] las cosas invisibles, para que se manifiesten [visiblemente ] en vosotros, para que nada os
falte y estéis colmados de todos los dones espirituales”.103 Es decir, Ignacio le ordena a Policarpo
que le pida a Dios que le dé revelaciones sobrenaturales. Además, la palabra traducida como
“dones espirituales” en esta carta es exactamente la misma que aparece en las copias en el griego
de 1 Corintios 12:4. Por si no bastara, leemos en otro escrito del mismo Ignacio que él estaba
familiarizado con estos dones. Escribiendo a los creyentes en Filadelfia en el mismo período que la
Carta a Policarpo, Ignacio recuerda una experiencia carismática que tuvo, cuando el Espíritu Santo
lo usó en profecía para exhortar a los creyentes de esa ciudad sobre una situación que
atravesaban y que Ignacio desconocía por completo.104

Incluso a principios del siglo II, tenemos registros de los carismas en la obra El pastor de
Hermas, escrita entre el 142 d. y 155 d.C., que algunos Padres de la Iglesia lo tenían en tan alta
estima que lo colocaron en el lado de los libros canónicos del Nuevo Testamento. En este trabajo,
su autor relata una serie de visiones sobrenaturales que había recibido, donde mensajeros divinos
le hablaron directamente y le dijeron mensajes que Dios quería que dejara registrado en un libro
para todos los cristianos. Además, en el capítulo 43 del referido trabajo, habla de las diferencias
entre los falsos profetas y el verdadero profeta, y, al presentar las cualidades del verdadero
profeta, los versículos 8 y 9 declaran: “El Espíritu Santo no habla cuando el hombre quiere, sino
sólo cuando Dios quiere que lo haga”. A pesar de esta referencia a un "ángel del espíritu profético"
siendo responsable de “llenar a este hombre del Espíritu Santo” para que profetice, que no tiene
sustento bíblico, lo importante aquí en este pasaje y a lo largo del libro es el hecho de que los
cristianos del siglo segundo, que tenían esta obra en alta estima, tomaron las revelaciones y

1969, p. 58; KUNG, Hans, What is the essence of apostolic succession? – Apostolic Succession: Rethinking a
Barrier to Unity, Paulist Press, 1968, p. 35; KUNG, Hans, The Church, Image Books, 1976, p. 249; BULTMANN,
Rudolph, New Testament Theology, volume 2, Charles Scribner, 1965, pp. 2 e 97; HYATT, Eddie, 2000 anos
de Cristianismo Carismático, Editora Carisma, 2018, pp. 26 a 29; e DUNN, James D. G., Jesus and the Spirit,
Westminster, 1975, p. 291.
103
Carta a Policarpo, 2.2.
104
Carta a los Filadelfianos, 7.1,2.
profecías sobrenaturales como absolutamente naturales en el siglo segundo como en el primer
siglo de la era cristiana.

2.3. Los dones espirituales eran comunes al final del siglo II

Vemos a Justino Mártir (100-165), en su Diálogo con Trifón, hablando de dones de


revelación de poder y elocución. Justino aclara que los dones proféticos de los judíos fueron
transferidos a los cristianos. Empieza el capítulo 82 de su libro declarando que: “Los dones
proféticos siguen con nosotros hasta el día de hoy”. Sigue la misma línea de razonamiento en el
capítulo 87 argumentado que el Espíritu continúa impartiendo dones de gracia, “a aquellos que
son dignos porque creen en Él”. El siguiente capítulo, el 88, afirma explícitamente la presencia de
los dones espirituales: “Ahora, es posible ver mujeres y hombres entre nosotros que poseen dones
del Espíritu de Dios”. En su Segunda Apología llega a aseverar que muchos cristianos siguen
echando fuera demonios. “Ahora puedes ver esto por ti mismo. Porque muchos endemoniados hay
por todo el mundo. Incluso los había en tu ciudad. Muchos hermanos cristianos los echaron fuera
en el nombre de Jesucristo, el cual fue crucificado bajo Poncio Pilato. Los libraron y siguen
librándolos, quitando el poder de los diablos. Fueron curados aun cuando otros exorcistas y las
drogas no podían hacer nada” (capítulo 6).

El obispo Ireneo de Lyon (130-202), gran opositor del movimiento gnóstico en su época.
Escribió en su obra clásica rebautizada en la Era Moderna con el nombre Contra las Herejías, habla
de dones de revelación (preciencia) de Poder (sanando y haciendo milagros) y hasta de Elocución
(con profecía). En Contra las Herejías, Libro V, Capítulo 6, también leemos el siguiente testimonio
de Ireneo: “Como también hemos oído de muchos hermanos en la iglesia que tienen dones de
profecía, y que hablan por el Espíritu en toda clase de lenguas, y que sacan a la luz lo oculto a los
hombres para el bien común, y dan a conocer los misterios de Dios”. Hasta afirma: “No es posible
saber la cantidad de dones que la Iglesia en todo el mundo ha recibido de Dios, en el nombre de
Jesucristo”.105

Teófilo de Antioquía (120?-189), quien habla de la manifestación en su día del don de


discernir espíritus y expulsar demonios (El fragmento de Cuadrato es una cita consignada en la
Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea,1 en el libro IV, Capítulo 3, párrafo 2.). Aunque la
confirmación nos viene de Eusebio de Cesarea el cual escribe en su historia de la iglesia en el siglo

105
Ireneo de Lyon, contra las herejías, Livro II, Capítulo 49.
IV: “Entre los que por este tiempo eran famosos, estaba también Quadrato, del cual refiere una
tradición que sobresalía en el carisma profético, como las hijas de Felipe”.106Quadrato, el
apologista cristiano conocido más antiguo, obispo de Atenas y uno de los padres Apologistas
Griegos, fue también defensor de la continuidad de los dones espirituales.

Orígenes (184-254) en cambio a fines del Siglo II, reconoció la disminución de los carismas,
pero como una crítica por la frialdad de la iglesia, y “Reconoció la realidad y el valor de orar en
lenguas”. En su comentario sobre Romanos 8:26, donde dice que "orar en lenguas" existía en su
tiempo todavía y que se pensaba que "el beneficio de ello" debía ser “el tipo de oración en la que el
Espíritu intercede intensamente ante Dios". Y contemporáneamente, Ireneo (140-202 d.c), obispo
de la ciudad de Lyon, escribió en su obra Contra las herejías 5.6.1: “Por eso dice el apóstol: “Entre
los perfectos predicamos la sabiduría” (1 Corintios 2:6). Con el nombre de “perfectos” designa a los
que han recibido el Espíritu de Dios y hablan todas las lenguas gracias a ese Espíritu, como él [es
decir, “el apóstol”] mismo las hablaba, y como oímos hablar también a muchos hermanos que
tienen carismas proféticos en la Iglesia, hablando toda clase de idiomas gracias al Espíritu, ponen
al descubierto los secretos de los hombres para su provecho, e interpretan los misterios de Dios”. 107
Tertuliano mismo afirmó “Porque los apóstoles tienen apropiadamente al Espíritu Santo, quienes lo
tienen a Él completamente, en las operaciones de la profecía, y la eficacia de las virtudes
(sanadoras), y la evidencia de las lenguas, y no parcialmente, como todos los demás”.108

Cipriano de Cartago (200-258), afirmo que los dones espirituales eran más comunes en los
obispos. Pero que dentro del pueblo existían personas que tenían Visiones y que había niños que
hablaban en lenguas.109

Otro en confirmar la manifestación de los dones espirituales como algo bastante común
en la Iglesia de finales del siglo II es un pagano - el filósofo griego Celso. La primera obra pagana
conocida que ataca a los cristianos fue La “Palabra Verdadera” de Celso, probablemente publicada
en el año 177, al final del gobierno del emperador romano Marco Aurelio: No tenemos su obra
completa en nuestros días, pero solo extractos publicados por el teólogo cristiano Orígenes (184-
254) en su obra Contra Celso, escrita más de 70 años después, en el 248 d.c, y que, como su

106
Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica III.37.1.
107
ROPERO Alfonso, Lo mejor de Ireneo, Editorial CLIE, 2003, Pág. 566.
108
TERTULIANO, De La exhortación a la castidad, 4.53.
109
HYATT, 200 anos do cristianismo carismático, pág. 37; ROBECK, Cecil M., Origen’s Treatment of
the Charismata – Charismatic Experiences in History, Hendrickson, 1985, p. 40-41.
nombre indica, fue escrita para contrarrestar la obra de Celso punto por punto. Para el teólogo e
historiador protestante alemán Hans Lietzmann (1875-1942), el pasaje es claro: “Cuando Celso
añade que el discurso procedía a sonidos incomprensibles y locos, que no transmitía ningún
significado y que, sin embargo, eran interpretados por un hombre que sólo podía haber sido un
fraude, el caso era obviamente un ejemplo de glosolalia con interpretación posterior.” El teólogo
canadiense Ronald Kydd y el teólogo alemán H. Weinel (1874-1936) entienden lo mismo.110

2.4. Tertuliano: lenguas y su interpretación

A finales del siglo II y principios del III, leemos en escritos de Tertuliano (160-240) que los
dones carismáticos todavía estaban en uso en la iglesia. Estaban tan cautivado por el dinamismo
del Espíritu de Dios que algunos lo han nombrado el primero teólogo auténticamente ‘pentecostal’
de la Iglesia.111 Tertuliano exhorta a los recién convertidos a anhelar los dones espirituales: “Por
consiguiente, amados y benditos, a quienes aguarda la gracia de Dios, cuando salís de ese baño
santo [el bautismo] y por primera vez extendéis vuestras manos dentro de la casa de tu Madre [la
Iglesia] junto con vuestros hermanos, pedid al Padre, pedid al Señor que os dé la riqueza de su
gracia y la distribución de sus dones (1 Corintios 12:4-12). “Pedid,” dice, “y se os dará.” Habéis
pedido, y habéis recibido. Habéis llamado, y se os ha abierto. Lo único que pido es que mientras
estéis pidiendo, que os acordéis de mí, Tertuliano el pecador”.112 Otro pasaje útil se encuentra en
su obra Contra Marción; en este libro, Tertuliano repite lo que Ireneo había hecho, esto es, apelar
a los dones espirituales para demostrar que su Iglesia era de veras la Iglesia de Cristo. Reta al
hereje Marción a producir manifestaciones espirituales parecidas a los dones del Espíritu que
operaban en la Iglesia de Tertuliano, aludiendo a profecías, revelaciones, lenguas e interpretación
de lenguas. Esos dones, creía Tertuliano, le aseguraban que servía al único Dios verdadero del
Antiguo y del Nuevo Testamento y no al ‘dios’ modificado de Marción. “Que Marción exhiba, pues,

110
LIETZMANN, Hans, The Founding of the Church Universal – A History of The Early Church,
tradução de B. L. Woolf, volume 2, Londres, 1961, Lutterworth Press, p. 55. KYDD, Ibid., p. 40. WEINEL, H.,
Die Wirkungen des Geistes und der Geister im nachapostolischen Zeitalter bis auf Irenäus, Freiburg, J. C.
Mohr, 1899, p. 76.
111
Pero claramente se trata de un anacronismo, ya que es como tachar a Agustín y hasta a Calvino
de calvinista.
112
Tertuliano, Sobre el bautismo, Pag. 20.
como dones de su ‘dios’, algunos profetas que no hayan hablado por sentido humano, sino con el
Espíritu de Dios, que hayan predicho cosas que han de ocurrir y hayan puesto de manifiesto los
secretos del corazón (1ª Corintios 14:25); que él produzca un salmo, una visión, una oración (1ª
Corintios 14:26) - sólo que sea por el Espíritu, en un éxtasis, esto es, en un rapto, toda vez que le
haya ocurrido una interpretación de lenguas; que él me muestre también, que cualquier mujer de
lengua culta en su comunidad haya profetizado alguna vez de entre aquellas hermanas
especialmente santas que él tiene. Ahora, todas estas señales (de dones espirituales) se están
manifestando de mi lado sin ninguna dificultad, y concuerdan, también, con las reglas y las
dispensaciones y las instrucciones del Creador. Por lo tanto, tanto Cristo como el Espíritu y el
apóstol pertenecen únicamente a mi Dios. Aquí está mi confesión para todo aquel que quiera
conocerla”.113 Tertuliano entendió que la abundancia de dones que operaban en su congregación
(y la falta de ellos en la secta de Marción) y probó el hecho de que su Iglesia estaba alineada con el
Dios de las Escrituras. Habló mucho del don de profecía. De hecho, dedicó el noveno capítulo de su
obra Tratado sobre el alma a contar las poderosas experiencias proféticas que una hermana en el
Señor había vivido. “Dado que nosotros reconocemos los carismata espirituales, o dones, hemos
recibido el don de la profecía, aunque vivimos después de Juan [el Bautista].” Tertuliano también
menciona, en su obra Para la Escápula, que "muchos hombres ilustres, sin mencionar a la gente
común, han sido curados de enfermedades y librados de demonios".

2.5. El Montanismo y el comienzo del movimiento Cesacionista.

El montanismo fue un movimiento que surgió alrededor del año 172 en Frigia, en el Asia
Menor romana, en un área donde hoy se encuentra el Turquía. Uno de sus más importantes
seguidores fue Tertuliano. El movimiento toma su nombre de Montano, su líder, quien era un
cristiano sin oficio eclesiástico, conocido por su don de profecía y que, un día, creyó haber recibido
lo que llamó una "Nueva Profecía", que consistía en llamar a la gente a el inminente Regreso de
Cristo, guiándolos a una vida de mayor ascetismo. Para promover la "Nueva Profecía", pasaría por
las ciudades acompañada de dos mujeres, llamadas Priscila y Maximilla. Los tres hablaban en
lenguas y profetizaban, y se consideraban la voz del “Parácleto”, es decir, los portavoces del
Espíritu Santo, que habló principalmente a través de las dos mujeres.

113
Tertuliano, contra Marción, 5:8.
Se ha dicho mucho del Movimiento Montanista, especialmente por escritores de mucho
después de la época del inicio del movimiento, que muchos estudiosos creen hoy en día que han
sido más leyendas y distorsiones creadas por sus oponentes a lo largo de los años que lo
realmente cierto114. Por ejemplo, parte de esta mitificación, viene de mano de Eusébio de Cesarea
y Jeronimo en el siglo IV, y es precisamente esta fuente la que usan los cesacionistas para
descalificar al Montanismo; Frank Beinot afirma: “Según el testimonio de Eusebio y de Jerónimo,
Montano era un recién convertido de la religión pagana de Cibeles, la madre de los dioses (y una
de las religiones de misterio, sectas bien conocidas por sus desenfrenos yéxtasis), y había sido
sacerdote de esa religión”.115 Sin embargo, hoy en día dichas afirmaciones son interpretadas por
los estudiosos como sesgada, ya que se colocó del lado de los intereses de los obispos que en ese
momento buscaban la centralización del poder eclesiástico, dentro del proceso de
institucionalización de la Iglesia, y es en esta línea que surge el episcopado monárquico, el
episcopado unipersonal. Dreher es enfático: “ya en los años anteriores a 130-140 el entusiasmo
del cristianismo primitivo se estaba desvaneciendo, a medida que la fe cristiana tomaba formas
más concretas a través del proceso de institucionalización”.116 El historiador Paul Johnson declara
que algunas de las difamaciones ortodoxas sobre Montano son fabricaciones patentes. 117 Debido a
que sólo han sobrevivido los escritos de quienes estaban en contra del “Movimiento de la Iglesia
Libre”, es necesario ser sensibles con esas fuentes que atacan, , a los montanistas (entre otros
grupos), ya que tales grupos se alejaron de la iglesia oficial de la época en busca de una iglesia
pura.118

Deben destacarse dos hechos acerca de los montanistas: primero, la "Nueva Profecía" fue
todo un error, pero en todos los aspectos esenciales de la Doctrina Cristiana, el Montanismo
estaba en perfecta armonía; pero ante el entendimiento de la “Nueva Profecía” del Montanismo,
algunos Padres de la iglesia reaccionaron contra el movimiento ante una supuesta declaración
"cesacionista" de parte de Maximilla, una de las profetisas del Movimiento. La cita "cesacionista",
afirma lo consiguiente: “Después de mí, no habrá más profecía”.Posiblemente es una expresión

114
Para un análisis detallado del tema sobre las diferentes voces disonantes sobre el tema, y un
revisionismo histórico del tal, lea el siguiente artículo, llamado “El Montanismo y los Dones Espirituales”:
https://pentecostalismomaximo.wordpress.com/2022/11/02/el-montanismo-y-los-dones-espirituales/
115
BEINOT, Frank, Ibbi, Págs. 177-178.
116
Dreher, Martin N. Colección de Historia de la Iglesia, vol. 5, Pág. 26-27, 36-37.
117
Jonson, Paul. Historia del cristianismo, pág. 65.
118
Cairns, Earle E. El cristianismo a través de los siglos, Págs. 82-83.
que hacía referencia al uso que Jesús le dio en Mateo 28:20. Contra esta sugerencia de "proto-
cesacionismo" se apeló a 1 Cor 13:10. Por ejemplo, Eusebio registra que Milcíades hace esto
contra Maximilla y concluye que es “necesario que el don profético esté en toda la Iglesia hasta la
2da venida de Cristo”. Si el Montanismo va a basarse en Eusebio como fuente para descalificar al
Montanismo por sus errores doctrinales, también debe hacerlo con su registro de Milcíades contra
un Proto-Cesacionismo naciente.119

El segundo hecho es que, el Montanismo surgió en respuesta a la frialdad de la iglesia local


del pequeño pueblo de Ardaban (o Ardabau), en la frontera entre las provincias romanas de Frigia
y Misia, en Asia Menor, en tiempos de Gratus, procónsul de Asia, ya que tal y como afirma Paul
Tillich120y Roger Olson121, poco a poco la gestión humana reemplazó la dirección y la acción del
Espíritu en la Iglesia. En tiempos de Montano, el panorama era caótico. Las funciones carismáticas
se convirtieron en fuerzas rivales con el clero establecido. De esta forma, el movimiento
Montanista fue un intento de restaurar el movimiento y la dirección del Espíritu en la vida de la
Iglesia, como ocurría en la época de los apóstoles, donde la profecía y la glosolalia movidas por el
Espíritu tenía su propio lugar. Esto, por lo tanto, fue algo positivo.122 En efecto, precisamente por
todos estos factores, Tertuliano, uno de los Padres de la Iglesia - que fue reconocido, dentro de los
estándares de su época, como teólogo ortodoxo, habiendo contribuido incluso mucho al
desarrollo de la Doctrina de la Trinidad - estaba adherido a la Montanismo,123ya que “(...) había
aspectos del montanismo que atraían a más de un cristiano noble. Además, al ser exportado fuera
de Frigia, fue perdiendo muchas de sus exageraciones. (...) Lejos de Frigia, (...) como hemos
apuntado, adquirió algunas transformaciones notables y consiguió un cierto valor positivo que se
resumía en una tajante condenación de la mundanalidad y un sano desprecio de la sabiduría
meramente humana. Fueron estos aspectos los que atrajeron a Tertuliano y los que caracterizaron
sin duda el montanismo africano”.124Aunque “Agustín informó que posteriormente Tertuliano dejó

119
. Epiphanius, Against Panarion [Epifânio, Contra Panaria] 48. V. 4 (PG 41:855), citado por Pierre
de Labriolle, Les Sources de l’Histoire du Montanisme [Fontes Históricas do Montanismo] (Paris: Ernest
Leroux, 1913), Pág. 117.
120
Tillich, Paul. Historia del pensamiento cristiano . São Paulo: Aste, 2000, pág. 58-59.
121
Olson, Roger. Historia de las controversias en la teología cristiana : 2000 años de unidad y
diversidad, Pág. 83.
122
Santos, Francisco Heládio Cunha dos. El montanismo y los profetas catafrigianos: un análisis
contra hegemónico de la historia del movimiento montanista. Fortaleza: Moriá Editora, 2011, p. 53.
123
Jonson, Paul. Historia del cristianismo . Río de Janeiro: Imago, 2001, pág. 65-66.
124
Grau, Catolicismo romano, 54-55.
el montanismo para fundar la secta de los tertulianistas, cuyo último remanente se había
reincorporado a la iglesia católica de Cartago durante la vida de Agustín. Sin embargo, puede que
“tertulianista” haya sido la designación africana de montanista»”125.

Frank Beinot, trata de alejar a Tertuliano del aspecto carismático del Montanismo, y afirma
que “Sea cual fuere el rol que Tertuliano jugó en el montanismo, es indudable que lo que hizo al
movimiento crecer y resultarle atractivo a él y a cristianos como él, inicialmente y aun después, no
era su «Nueva Profecía» de cumplir con la promesa de Cristo acerca del Paráclito, sino su reforma
puritana”.126Sin embargo, esta apreciación no toma en cuenta el alto carácter e importancia de
Tertuliano para con los carismas, observados (Ver Parte II, sección 2.4).

El problema del movimiento surgió cuando el mensaje del despertar espiritual se


distorsiono en la "Nuevo Profecía", al nivel de inspiración Escrituristica. El Dr. Bruce Shelley dice
que “Claramente la Iglesia tuvo que actuar. (...) La doctrina de la nueva era del Espíritu de
Montano sugirió que el período del Antiguo Testamento estaba pasado y que el período cristiano
centrado en Jesús había terminado. El profeta reclamó el derecho de empujar a Cristo y al mensaje
apostólico al fondo. La música fresca del Espíritu podía anular las notas importantes del evangelio
cristiano; Cristo ya no era el centro. En el nombre del Espíritu, Montano negó que la revelación
normativa y definitiva de Dios había ocurrido en Jesucristo”.127Frank Beinot, afirma que “a causa
de estos errores, hay que ser cautelosos con aceptar el montanismo como prueba de la
continuación de los dones de Seña”, pero, él mismo tiene que reconocer que aunque “(…) sus
errores más grandes estaban en su pneumatología y en su falta de entendimiento de la inspiración
y autoridad únicas de las Escrituras y en su legalismo ascético. En otras doctrinas no difirió mucho
del resto del cristianismo de su día.” que “(…) la Iglesia en general tardó años en condenarlo”. “(…)
(al parecer en 172 y 177) transcurrieron casi dos décadas. No habría tardado tanto en ser
condenado si hubiese contenido doctrina herética en áreas fundamentales.”128 No obstante, como
tiene que deslegitimar al movimiento para no afirmar continuación, finaliza afirmando que “Frente

125
Wilton M. Nelson, editor, Diccionario de historia de la Iglesia Pág. 1008. Ver también: William
Tabernee, «Montanus, Montanism» [Montano, montanismo] en Robert Benedetto, editor, The New
Westminster Dictionary of Church History, Volume One: The Early, Medieval, and Reformation Eras [Nuevo
diccionario Westminster de la historia de la Iglesia, vol. uno: Las eras primitiva, medieval y reformada]
(Louisville, KY: Westminster John Knox Press, 2008), 444.
126
BEINOT, Frank, Ibbi, Pág. 81.
127
Bruce L. Shelley, Church History in Plain Language, Págs. 80-81.
128
BEINOT, Frank, Ibbi, Pág. 80-82.
a estas evidencias es posible que Montano no fuera un creyente verdadero sino un ejemplo al estilo
de Simón el mago (Hch. 8) —y que solo quisiera la fama y el poder— y que el montanismo no fuera
una parte legítima del cristianismo bíblico histórico”. ¿Basado en? En las afirmaciones sesgadas de
Eusebio, las cuales hoy día la mayoría de los historiadores toma con muchas pinzas. Así que
retrocede… y afirma “Aunque puede que fuera una exageración de los hechos”. 129Pero obviamente
esto no se puede quedar ahí, Frank tiene un compromiso con su postura; él declara “Si Montano
no era un cristiano verdadero, su espíritu extático y sus «profecías» podrían haber sido causados
por varios motivos. Podrían haber sido por la posesión demoníaca, tal vez relacionada con su
anterior servicio como sacerdote de Cibeles. O podrían haber sido autoinducidos por su
personalidad, o aprendidos en el pasado. Sus seguidores podrían haber experimentado lo mismo, o
haber sido víctimas de un predicador manipulador”. “Si no era así, y Montano y sus seguidores
eran creyentes verdaderos, hay que averiguar si sus reclamos al don de profecía y sus
manifestaciones extáticas eran verdaderos, autoinducidos, aprendidos o sugeridos por un líder
manipulador”.130Estas últimas declaraciones de Frank Beinot, nos muestran que si o si debe dejar
mal parado al Montanismo; no comprende cómo funciona la investigación histórica de los sujetos
subalternos y los movimientos desde abajo con la nueva historia a partir de la década de 1930.
Beinot utiliza una metodología de creer a la fuente documentalista sin hacerla pasar por un filtro, y
de esta forma, solo queda el relato de los vencedores; este no se discute, solo se aprueba.

Debemos ser conscientes de estas limitaciones históricas. A raíz de esto, el peso de


Tertuliano, es muestra de algo positivo sobre el movimiento, y aunque muchos afirmen que éste
después se alejó del Montanismo, no quita el hecho de que, (1) las manifestaciones que él
experimentó en los primeros inicios del movimiento hasta su salida, fueran legítimas, y que (2), se
volviera cesacionista, ya que, si el testimonio de San Agustín es verdad, Tertuliano siguió como un
fiel continuacionista, y uno que fue una continuación del Montanismo dentro de la iglesia de
Cartago.

Otra cuestión es el no cumplimiento de sus profecías, porque “no llegó Cristo, no llegó la
Nueva Jerusalén al poblado de Pepuza en Frigia, y no se cumplió la orgullosa declaración de
Maximila sobre el fin del mundo («Después de mí ya no hay más profecía, sino solo el fin del

129
Ibbi, Pag. 83.
130
Ibbi, Pág. 84.
mundo»).131Primero, presentamos una fuente que afirma que esto fue entendido como un caso de
cesacionismo de parte de Milcíades (argumentando que el don de profecía seguiría hasta la
segunda venida de Cristo). Por otro lado, la crítica no es solo por sus afirmaciones proféticas, sino
por su no cumplimiento, pero debemos recordar, que el don de profecía, no tiene carácter
infalible, ya que existe la posibilidad de que el espíritu humano, mezcle su mensaje con el mensaje
del Espíritu [Precisamente los moderados Tesalonicenses (5.19-20) fueron tan lejos al dudar del
don de profecía con estos mensajes que se vieron en el peligro de apagar el fuego del Espíritu;
Pablo les recomienda a causa de esto a “examinar los mensajes” (como lo demanda 1Cor 14.29), y
“retener lo bueno y apartarse del mal” (Vv. 21-22)]. Finalmente, aquí no hablamos de tres
personas solamente; el Montanismo era un movimiento social y religioso, en el que lo
conformaban varias personas de las cuales no tenemos registro, por lo que resumir el Movimiento
a solo tres individuos, es un reduccionismo sociohistórico enorme; como bien dije antes, no por
nada Tertuliano permaneció mucho tiempo con ellos.

Fue que sólo a partir de finales del siglo III d.C., en una reacción exagerada a las
desviaciones montanistas, comenzó a ser elaborada una visión proto-cesacionista, que se cristalizó
en el cuarto siglo, entre los Padres de la Iglesia griega, a pesar de que todavía existían quienes
defendían y alentaban la manifestación de los dones espirituales, como lenguas, profecía,
sanidades, etc., como Pacomio, Basilio de Cesarea y Gregorio de Nacianceno, entre otros. Entre los
primeros monjes de desierto, como Pacomio, la manifestación de muchos de estos dones fue
común. Ya volveremos con ellos en breve.

2.6. “La evidencia” patrística de que los dones cesaron

Ciertamente, la doctrina cesacionista no surgió de repente en el siglo XVI-XVIII, y tuvo su


mayor desarrollo a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Es una teología y filosofía pos-bíblica
que ha existido durante mucho tiempo. Y cabe señalar que hay diversas tesis del origen del
cesacionismo; algunos sostienen que pertenece a la incredulidad de los excesos del Montanismo,
el cual llevo a que algunos obispos sostuvieran una especie de cesacionismo (algunos en mayor y
otros en menor medida); otros afirman que el cesacionismo surge en la reforma protestante del
siglo XVI, ante el contexto de la confirmación del milagro y la profecía como respaldo divino de la
predicación (sea del Catolicismo Romano o la Reforma Radical), y que a raíz de esto, la reforma

131
Edgar, Satisfecho con la promesa del Espíritu, Pág. 221; Eerdmans’ Handbook to the History of
Christianity, Pág. 74.
magisterial llevo el debate a las Escrituras, sosteniendo un cesacionismo, pero ¿de dónde saca esta
postura Lutero y Calvino? Obviamente de ideas antecesoras (pero sí que el humanismo y el
iluminismo de la modernidad racionalista, tuvo un gran impacto en ellos de forma posterior en lo
que es hoy el cesacionismo); pero, la postura que está teniendo mucha relevancia hoy en día, es
que el cesacionismo nace desde el mismo seno del judaísmo y una reticencia del Paganismo. Por
ejemplo, Gene L. Green ha ofreció una contribución importante, sugiriendo que Pedro y Pablo
estaba respondiendo a un ambiente de escepticismo pagano sobre la validez de las profecías y los
oráculos.132 Recordemos que el cristianismo primitivo “coexistía con la actividad profética”, pero,
contra las afirmaciones paganas de que la profecía había cesado o “cesaría” de autores como
Plutarco133[recuerden las iglesias de contextos geográficos gentiles eran Grecorromanas], Pablo
afirma un cesacionismo más sutil, que es “la luz de un revelación más perfecta, la escatológica (1
Co 13. 10)”. Para pablo, se acerca un tiempo de pleno conocimiento del obrar de Dios, pero hasta
entonces, se debe mantener la validez de las divulgaciones parciales de los dones. Pero el apóstol
está lejos de abrazar nociones de decadencia profética, sino que más bien anticipa el día en que la
revelación será plena y completa (1 Co 13.12, “cara a cara”), en un momento en que cualquier
forma de impulso divino ya no será necesario, debido a la claridad de comunicación entre lo divino
y lo humano”.134

Por otro lado, en el judaísmo, encontramos tres elementos principales de un Prepuesto


cesacionista: En primer lugar, desde la época de los Macabeos en adelante, el judaísmo albergaba
la ambivalencia sobre profecías y milagros [por un lado, la pérdida de profetas e intervenciones
milagrosas de Dios, y, por otro lado, una predisposición a aceptar informes de tal actividad cuando
aparecían (tal y como lo vimos en la parte I, sección 1.B)]. En consecuencia, había una tendencia a
ver profecías y milagros a nivel bipartito: 1) los profetas clásicos y los eventos milagrosos descritos
en las escrituras, y, 2) las diversas formas atenuadas de profecías y milagros, como el bath qol135 y

132
Gene L. Green ,2 Pedro, Pablo y Plutarco sobre la “Obsolescencia de Oráculos’”, Págs. 107-22.
133
Plutarch, De pitiae oraculis Pág. 397D; Defectu Oraculorum, Pág. 431E.
134
Gene L. Green, Ibbi, Pág. 120.
135
Literalmente” hija de una voz”, un eco que sugiere una voz interior. Sobre bath qol ver el artículo
de la Enciclopedia Judía (Jerusalén: Keter, 1971), IV, Pág. 323. Acerca de los rabinos operadores de
maravillas ver G. Vermes, Jesús el judío, Págs. 77-79.
Curiosamente, Wayne Grudem en “El Don de Profecía en el Nuevo Testamento y en la actualidad”,
utiliza la distinción rabínica entre el profeta del Antiguo Testamento y las manifestaciones posteriores de
revelaciones menos autorizadas en su comprensión del apostolado del Nuevo Testamento y su relación con
la profecía del Nuevo Testamento: la primera en ambos casos expresa la palabra absoluta de Dios, mientras
que la el segundo lo hace sólo relativamente. Sobre el cese de profecías y milagros en el judaísmo primitivo,
los informes de milagros de los rabinos primitivos. En segundo lugar, el sentimiento estaba ahí;
que el nivel más alto de actividad en del Espíritu había terminado, de modo que hasta el final del
primer siglo de nuestra era, un rabino extraordinariamente piadoso podría "merecer" el Espíritu
Santo (a saber, los dones de profecía y milagros), pero no los recibiría porque las generaciones de
las teorías escritas pos-bíblicas del Antiguo Testamento [lo que en el Judaísmo se conoce como “la
Tora oral”136], no serían dignas.137 La tercera y más importante es que la obra de profecía y
milagros es estudiada por medio de la Torá.138 Mismo, en la medida en que se desarrolló el
Cristianismo Carismático en el Siglo I, el judaísmo se convirtió en una religión bajo la sombra del
cristianismo, y así, el judaísmo se convirtió en una religión basada en un único Dios, pero que solo

Lea a D. E. Aune, Profecía en el cristianismo primitivo y el Mediterráneo antiguo (Grand Rapids: Eerdmans,
1983), págs. 103-07; ALLÁ. Baumgarten, “Milagros y Halakah en el judaísmo rabínico”, [The Los milagros y la
halajá en el judaísmo rabínico] JQR 73 (enero 1983), págs. 238-53; B. M. Bokser, “Wonder-Working and the
Tradición rabínica: el caso de Hanina ben Dosa”, [Operación de maravillas y tradición rabínica: el caso de
Hanina ben Dosa] Dosa] JSJ 16 (1986), págs. 42-92; W. D. Davies, Paul y Judaísmo rabínico, [Pablo y el
judaísmo rabínico] 3ª ed. (Londres: SPCK, 1970), págs. 208-16; F. E. Greenspahn, “¿Por qué La profecía
cesó”,JBL 108, no. 1 (1989), págs. 37-49; W.A. Grudem, El don de la profecía en 1 Corintios [El don de
profecía en 1 Corintios] (Washington, DC: The University Press of America, 1983), págs. 21-33; d. Hill,
Profecía del Nuevo Testamento Testamento] (Atlanta: John Knox Press, 1979), págs. 33-37; REAL ACADEMIA
DE BELLAS ARTES. Horsley, “‘Como uno de los profetas de la antigüedad’: dos tipos de Profetas Populares en
el Tiempo de Jesús,” CBQ 47 (julio de 1985), págs. 435-63; R. Leivestad, “Das Dogma von der Prophetenlosen
Zeit,” [El Dogma de la Época de los Profetas] NTS 19 (abril de 1973), págs. 288-99; R. Meyer, “,” TDNT, 6,
páginas. 812-28; K. Schubert, “Wunderberichte und ihr Kerygma in der rabbinischen Tradition,” [El milagro y
el kerygma en la Tradición Rabínico] Kairos 24:1 (1982), págs. 31-37.
136
Gershom Scholem, afirma que “a la Torá escrita se le añade el testimonio de la Tradición
considerado con autoridad religiosa que pasa a tenerse por Torá oral”. Carlos Piñeiro Iñíguez, afirma que “La
Tradición, mantenida en las comunidades judías de la primera diáspora a través de los escribas y los
versados o doctores den la Ley, congregados para la oración y el estudio en la casa de reunión [Bet
haKneset], o synagoge en griego, latinizado como sinagoga, tuvo al regreso de Babilonia un nuevo
desarrollo, pronto potenciado por la helenización del Mediterráneo oriental, proceso en el cual el Judaísmo
fue tomando su forma más reconocible hasta nuestros días. (…) Al principio, esta Torá oral solo comprendía
formulaciones que no estaban contenidas en la Torá escrita, pero con el paso del tiempo los comentarios de
los doctores de la Ley se van incorporando a la Tradición”. Pero, no fue hasta que hubo un “cambio de
paradigma”, con la destrucción del segundo templo en el año 70 dc., que “los midrashim de la Torá oral
comenzaron a ser recopilados en la Mishná [literalmente, “repetición”], escrita en hebreo y cuya versión se
considera completada hacia el 200 de nuestra era”. Sin embargo, “el estudio de la Mishná [el cual era una
Tradición de comentarios del Antiguo Testamento], llevó a que comenzara a haber una redacción de
comentarios rabínicos, conocidos como Guemará [añadidura] y el conjunto de ambos, Mishná y Guemará,
constituyó el Talmud [Estudio o doctrina]”. (Carlos Iníguez, Franz Rosenzweig y la teología judía
contemporánea, Pág. 39-40). Esto es lo que Sholem llama la “sacralización” de la Tradicion.
137
Ejemplo, Berachoth 20a y Sanhedrin 11a.
138
Después de todo, para los rabinos, los profetas eran meros expositores de la Ley: bMeguila 14a;
bTemurah 16a; Éxodo Rabá 42:8 a 19:3; Levítico rabba 15:2 en 13:2; seder olam rabbá 21, 30; bBaba Bathra
12a. Ver resumen de este punto en, R.Meyer, TDNT, 6, Pág. 818. Bien lo afirma Gershom Sholem, que “para
el Judaísmo la Tradición es el momento reflexivo que se establece entre el absoluto de la apalabra divina que
es la revelación, y su receptor” (Sholem, Gershom, conceptos básicos del judaísmo, Pág. 87).
se basaba en la Torá escrita y su interpretación escolástica [la Torá oral]. Es por eso que los
milagros y las profecías fueron detenidos por la fuerza. John Ruthven 139, encuentra una forma
primitiva de Cesacionismo del Judaísmo, en un episodio en el que están en contra de Jesús; el
cargo que lo condujo a su ejecución, fue que rompió los mandamientos de Deuteronomio 13 y 18
que prohíben hacer una señal y milagros, los cuales causarían engañar a la gente a seguir a dioses
falsos,140ya que el Judaísmo “El Mesías Judío viene a preparar la tierra para el Reino de Dios, y el
tiempo mesiánico (…) es el tiempo de la ética, al consagrarse en Dios a través de la Ley”.141 La
polémica cesacionista estaba dirigida también contra los cristianos carismáticos posteriores, 142 ya
que, como afirma F. E. Greenspahn “es el núcleo del judaísmo Rabínico, el principal rival cristiano
en el siglo I”.143Es más, La admisión judía de que la profecía y los milagros cesaron entre ellos,
desató un blanco irresistible para la polémica contra los cristianos. 144 Apologistas como Justin

139
RUTHVEN, John, Ibbi, Pág. 55.
140
Se podría argumentar que los judíos querían Señales [y por lo tanto un deseo de comprobación
carismática], en base a Mt. 12.38-42, en donde “algunos de los escribas y de los fariseos”, le decían a Jesús:
“Maestro, deseamos ver de ti señal”. No obstante, esto pertenece a un contexto más grande en primer
lugar, que no se restringía solo a los Fariseos y Escribas, “que crecía cada vez más”, como nos afirma Luc.
11.29-32. En segundo lugar, las palabras de Jesús cuando “(…) se puso a decirles: «¡Esta es una generación
malvada! Pide una señal milagrosa, pero no se le dará más señal que la de Jonás” (V.29 de Luc 11), junto con
su referencia sinóptica en Mateo 12 (“La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será
dada, sino la señal del profeta Jonás”), no debe ser descontextualizada del problema de fondo por la cual
Jesús no quiso hacer señales milagrosas, y esta es, la ofensa al obrar del Espíritu Santo anteriormente, ya
que cuando Jesús expulso al demonio, hubo 2 reacciones: (1) “toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será
este aquel Hijo de David?” (Mt 12.23), pero, (2) “los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los
demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (Mt 12.24), y a causa de las manifestaciones
carismáticas de Jesús, las cuales llevaría al pueblo (en el entendimiento religioso de los Fariseos y Escribas) a
la idolatría en un falso dios, “para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo”. (Luc 11.15-16). Esta es la
razón del porque Jesús se niega a dar una señal milagrosa, porque su tiempo aún no había llegado para ser
arrestado y sacrificado por nosotros, y porque en su deseo de no reconocerlo pos sus señales milagrosas
como el Hijo de David, los líderes religiosos de Israel, blasfemaron contra el Espíritu Santo, y tenían
intenciones malvadas para pedir una señal milagrosa (para ellos las señales de Jesús eran de Belzebú).
141
Sholem, Gershom, conceptos básicos del judaísmo, Págs. 101-17; Tabu Enmanuel, mesianismo y
redención Págs. 79-90.
142
Sanedrín 10.1: “El que no tendrá parte en la vida venidera es uno que "lee los libros heréticos o
pronuncia hechizos sobre una llaga y dice: 'No te pondré ninguna de las enfermedades que arrojé sobre los
egipcios; porque yo soy el Señor que Sara". Abba Saúl dice: "Aun quien pronuncie el Nombre en tus propias
letras’”. Es en la Mishná y el Talmud de donde todas las polémicas anticristianas fueron desarraigadas
durante la Edad Media. “Los libros heréticos” bien podrían referirse a los escritos cristianos, en donde las
sanidades en La práctica cristiana y la referencia al “Señor” (Yahvé) podrían designar a Jesucristo,
especialmente en los pasajes joánicos.
143
F. E. Greenspahn, “Why Prophecy Ceased.” JBL 108/1 (Spring, 1989), pp. 37-49 e Vermes, Jesus
the Jew [Jesus o Judeu], Págs. 80-82.
144
Justino Mártir, Diálogo con Trifo, el Judeu, ANF, I, 240, 243 y Orígenes, Contra Celsus, ANF, IV,
614 (pp 44-50 old ch2).
(100-165 d.c), Orígenes (185-254 d.c) y Cirilo (315-386 d.c), argumentaron que Dios había retirado
el Espíritu de profecía y milagros de los judíos y los transfirió a la Iglesia como prueba de su favor
de continuación divina.145 Sjöberg declara que “Toda esta línea de argumentación debe haber
sonado irónicamente familiar para los judíos que a menudo habían argumentado en un tiempo,
que los gentiles no habían experimentaron el Espíritu Santo, sino que tenían un mal usó del don
profético, al igual que Balaam”.146 Así, la Iglesia llegó a tener la visión judía aberrante del milagro.

No es de extrañar, que Carlos Iníguez, nos recuerde que para uno de los más grandes
teólogos judíos contemporáneos, Franz Rosenzweig, planteó “la necesidad de recuperar una
“teología del milagro”,147porque “El milagro es esencialmente signo. (…) El milagro y la profecía
van juntos”. Y, es más, Rosenzweig nos recuerda a nosotros, los cristianos, que “Cuando Agustín o
algún otro padre de la iglesia tenía que defender la divinidad y la verdad revelada haciendo frente
a impugnaciones y dudas de los paganos, no dejaba de hacer referencias a los milagros”.148

Pero ¿qué hay con la evidencia Patrística de la cesación de los dones de Señal? entre la
evidencia presentada por los cesacionistas, para afirmar que los dones cesaron según la historia,
tenemos a varios personajes importantes, pero que se remontan a más de III o incluso IV siglos
después de la finalización del canon Neotestamentario que van desde el lado occidental al lado
oriental de la iglesia, los cuales ayudaron formalizar este proto-cesacionismo, producto de la
incredulidad y los excesos del Montanismo [Ver Parte II, sección 2.5]. Pero algo que nunca afirman
los cesacionistas modernos, es que tres de ellos luchaban con la idea de una “cesación verdadera”,
principalmente San Agustín.149

145
Justino Mártir, Diálogo con Trifón el judío, 87, ANF, I, Págs. 240-243; Origenes Contra Celsus, 7.
8, en H. Chadwick, ed., Contra Celso (Cambridge: Cambridge University Press, 1965), Págs. 401-02 (Contra
Celsus 2.8, Chadwick, Pag. 72). Véase también, el Comentario a Mateo, ANF XIV, 19, pág. 508; Ver discusión
en N. R. DeLange, Orígenes y los judíos: estudios sobre las relaciones judeo-cristianas en el siglo III
(Cambridge: Cambridge University Press, 1976), Págs. 81-82, quien cita puntos similares en el trabajo de
Orígenes, Primeros Principios I, 3, 7; salmos, Homilía XXXVI, III, 10; Levítico, Homilía XI, 5; Cirilo de Jerusalén
presenta un argumento “dispensacional” contra el Judíos en conferencias catequéticas, 18:23, 26, NPF, 2nd
ser., VII, Pág. 140.
146
Sjöberg, TDNT 6, Pág. 383.
147
Aunque Rosenzweig ve la caída de la teología milagrosa por las ideas de la Ilustración y el nuevo
Racionalismo.
148
Carlos Iníguez, Franz Rosenzweig y la teología judía contemporánea, Págs. 142-143.
149
Agostinho, em Cidade de Deus; CRISÓSTOMO, Homilias em 1 Coríntios, 36, 7; AGOSTINHO,
Homilias sobre a Primeira Epístola de João, 6, 10
Victorino de Petau (250-304 d.c). En un comentario sobre el Apocalipsis, Victorino de
Petau escribe que “los apóstoles, por medio de señales, prodigios y milagros, vencieron a los
incrédulos. A partir de entonces, la fe de la Iglesia recibió el consuelo de las Escrituras proféticas
interpretadas”.150

Este parece ser el único enlace claro de una distinción entre el cese de los dones y su
reemplazo por la Escritura entre los Padres de la Iglesia. Pero noten el contexto; Victorino nació
cuando el Movimiento Montanista estaba en sus últimas décadas, y donde más ataques sufrió a
causa de sus errores. La acusación de que la profecía del Montanismo estaba creando nuevas
escrituras151(Lee la nota al pie de página), fue la reacción de Victorino para su cesacionismo, y
ciertamente, esta acusación está implícita en la “madurez de la vida” cesacionista en la iglesia”,
como en Crisóstomo y Agustín, pero su relación es una coincidencia exacta con los ecos de las
Escrituras de los rabinos anteriores, y el contexto pagano de estos obispos.

San Crisóstomo (347-407 d.c). En su primera homilía en el día de Pentecostés, se queja de


que está constantemente este preguntado en su congregación sobre la ausencia de hablar en
lenguas cuando las personas son bautizadas.152 Casi todas las varias docenas de referencias de
Crisóstomo a los milagros están asociados con argumentos en contra de buscarlos: 1) Los milagros
antes eran necesarios para una fe débil; Hoy el milagros perniciosamente poderosos permitiría
una fe debilitada entre el público. 2) Así, cuando “la verdadera la religión ha echado raíces” en
todo el mundo, cesaron los milagros. 3) Sufrir por Cristo es mucho mayor que la experiencia de los
milagros dado a nosotros por tal sufrimiento. 4) Nadie debe “esperar milagros” hoy, porque la
“señal más grande de todas las señales” es la liberación del pecado. 5) Además, el amor cristiano
es el mejor don espiritual, “no tenemos necesidad de señales”.153 Aquí Crisóstomo interpreta

150
Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum [Cuerpo de Escritores eclesiásticos latinos]
(Vindobonae: C. Geroldi filium, 1866-1913), v. 49, Pág. 90.
151
La acusación de que la profecía del Montanismo estaba creando nuevas escrituras es desafiado
por D. F. Wright, en su libro “¿Por qué los montanistas fueron condenados?” Themelios 2 (septiembre de
1976), Págs. 19-20; también lee a CM Robeck, “Canon, Artículos de Fe y Revelación Continua en la Iglesia
Primitiva”; Iglesia, Palabra y Espíritu: Histórico y Teológico Ensayos en honor de Geoffrey W. Bromiley, Eds.,
J. E. Bradley y R. A. Miller (Grand Rapids: Eerdmans, 1987).
152
PG, 50, col. 549.
153
En 1) Primera de Corintios, Homilía IV [1 Corintios, Homilía 4] (en 2: 5), NPF, 1st ser., XII, p. 31;
Romanos, Homilía XIV [Romanos, Homilía 14] (de 8:24), NPF, 1st ser., XI, p. 446. 2) Hechos, Homilía XXXI,
[Hechos, Homilía 31] NPF, 1st ser. XI, pág. 196. 3) Mateo, Homilía IV [Mateo, Homilía 4] (de 1:17), NPF, 1er
ser. X, pág. 21.
Aparentemente esto es parte de un punto más grande: “Es común que Dios . . . muestre su propio
poder” durante períodos de peligro y persecución contra el pueblo de Dios, ejemplo: en Éxodo, en el tiempo
incorrectamente el "camino más excelente" de 1 Co 12.31 como una elección forzada entre el
amor y los dones espiritual, en lugar del "camino" en el que todos los dones espirituales deben ser
utilizado. R.A. Greer, ha insistido recientemente que "la opinión de Crisóstomo de que los milagros
cesaron después de la era apostólica es ciertamente una opinión minoritaria”, ya que “lo milagroso
es una dimensión importante de iglesia en los siglos IV y V.154

También hace una pregunta retórica sin dar una respuesta en una Homilía (no un tratado
teológico en sí), por lo que no es raro que su abordaje sobre el tema sea inconcluso y no detallado,
porque su fin es pastoral.155

San Isidoro de Pelusio (360-450 d.c). Isidoro, es usado pocas veces, porque sigue una línea
de pensamiento un tanto idealista: “Talvez los milagros acontecerían ahora, pero solo, si las vidas
de los maestros se opusieran al testimonio de los Apóstoles”.156

Teodoreto de Ciro (393-458 y el 466 d.c). Aunque usado, no afirma la cesación, sino la
disminución de los carismas en comparación a la era Apostólica (cosa que todo continuista
afirma).157Esto no es cesación.

Ambrosiastrer (es un escrito anónimo alrededor del 384). Ambrosiastre ofreció otra teoría
proto-cesacionista que afirmaba una especie de entropía carismática a partir de la apóstoles, a
quienes en Juan 14.12 fue prometido que solo ellos realizarían “obras más grande"; después, Juan
20.22 denota un comunicación del Espíritu que confiere poder eclesiástico, permitiendo el
traslado de sucesión del Espíritu a lo largo de la historia a través de la imposición de manos, y
finalmente, un tercer nivel descrito en Hechos 2, en el que el Espíritu fue dado a los laicos “de
donde viene la predicación de la iglesia”.158 Las referencias lo sitúan después del imperio de Juliano
el Apóstata (+363), y durante el pontificado de Dámaso (366-384), en un trasfondo histórico y
eclesiológico en el que la Iglesia pasa de ser perseguida (Diocleciano, 284-305) a recibir la
titularidad de religión de estado (Teodosio I, 379-395), teniendo la ortodoxia luchas en el frente

de Daniel y cuando la iglesia “acababa de salir del engaño” [período apostólico]. 4 y 5; Mateo, Homilía XLVI,
4 [Mateo, Homilía 46, 4] (del Mt. 13:24-30), NPF, 1ª ser., X, pág. 291.
154
. R.A. Greer , El Miedo a la Libertad: Una Estudio de Milagros en la Iglesia Imperial] (University
Park, PA: The Pennsylvania State Univ. Pr., 1989), Pág. 115.
155
Juan Crisóstomo, Homilías sobre 1 Corintios, 36,7
156
Epistle 4:80, PG, 78, col. 1141.
157
Teodoreto de Ciro, Comentario de la Primera Epístola a los Corintios, 240-43; en referencia a 1
Cor. 12:1, 7. Citado de Bray, 1–2 Corintios, ACCS, 117.
158
PL 35, cols. 2289-91.
teológico que tuvo que resolver con los concilios ecuménicos de Nicea (325 d.c) y Constantinopla
(381 d.c) para dar respuesta a cuestiones cristológicas y trinitarias de primera importancia para la
unidad de la fe, ante los ataques de las herejías del Arríanos, Fotinianos, Maniqueos, Sabelianos,
Marcionitas, Novacianos y Donacianos de los siglos II al IV. Según el catedrático de Lengua y
Literatura latina, Agustín López Kindler (1981-), en su introducción al Ambrosiaster, del
“Comentario a las cartas de los Corintios”159, nos declara que el carácter de la obra, y sus
destinatarios, tienen una fuerte dimensión política, lo que “Ambos aspectos hacen pensar en que
la actividad literaria de nuestro autor se alinea en el esfuerzo de los escritores cristianos de su
generación -con Ambrosio y Agustín a la cabeza- por imprimir un sello definitivo, unitario y
cristiano, a la cultura de su época.” Por otro lado, además de que no estamos en presencia del
texto Paulino origina, sino en presencia de una filtración, un comentario que se realiza después de
los tres primeros siglos, el Ambrosiaster no se contentó con comentar el mensaje de Pablo a un
nivel doctrinal y abstracto, sino que, participa activamente en sus actualizaciones. Estas actitudes
tienen consecuencias. Una de ellas es que, dado que el autor es un hombre comprometido en la
discusión doctrinal en curso, aporta su propia perspectiva y sitúa los acentos allí donde le parece
necesario. Habla de la Iglesia, como Pablo, pero de la iglesia de su tiempo… En ella se debe luchar
por la unidad, como en los tiempos del Apóstol, pero en un plano más doctrinal, defendiendo los
grandes dogmas trinitarios y cristológicos que están amenazados por las herejías del momento.
Aquí y allá se intercalan algunas de las eternas cuestiones litúrgicas que la praxis eucarística ha
planteado en todos los tiempos y que obligan al Apóstol a establecer unos criterios, algunos de
ellos efímeros por naturaleza. Siendo su trato de los dones algo análogo al texto Paulino.

San Agustín de Hipona (354-430 d.c). Muchos afirman que fue el primero que de manera
enfática propone la teoría Cesacionista:

"Estas fueron señales adaptadas para ese tiempo", (...) "Esto se hizo por señal y
terminó”.160 "Porque, ¿quién espera en estos días que las personas sobre quienes se imponen las
manos para que reciban el Espíritu Santo deben inmediatamente empezar a hablar en lenguas?"

Sin embargo, posteriormente Agustín repudió esta posición, y en el capítulo 22 de su obra


“La Ciudad de Dios”, proporciona muestras de más de setenta milagros que él registras en las

159
Ambrosiaster, comentario a las cartas a los corintios, editorial Ciudad Nueva, Pags. 19-20.
160
Agustín, Sobre el Bautismo, Contra los Donatistas, 3,16.21. Citado de Philip Schaff, Niceno y los
Padres Posteriores a Niceno, 1a Serie, 4:443. Véase también Las Cartas de Petiliano, el Donatista, 2.32.74.)
inmediaciones de sus iglesias. Él es enfático en 22.8 de que los milagros contemporáneos son
relativamente desconocidos, no porque no ocurran más, sino simplemente debido a la
comunicación suprimida y por qué las personas están condicionadas (como le paso a él, como se
muestra en sus obras anteriores), para no les creas.161 Agustín declaro que “Todavía hoy se
realizan milagros en su nombre… Se realizan todavía hoy muchos prodigios; los realiza el mismo
Dios a través de quienes le place y como le place, lo mismo que realizó los que tenemos escritos”.162

El rechazo de Agustín a la vigencia de los dones, en el siglo IV, se debía a una


incomprensión de una obra subsecuente a la regeneración del bautismo con el Espíritu Santo.
Agustín creía que, aunque el libro de Hechos atestiguaba de forma irrefutable, que las lenguas
eran la señal del bautismo, esta experiencia no era subsecuente a la regeneración, sino, el mismo
acto/obra del Espíritu. De esta forma, aunque Agustín negó la continuación de las lenguas y la
profecía, no tuvo inconvenientes con los demás dones, principalmente los de poder (Fe, Sanidades
y operaciones maravillosas).

El historiador Vinson Synan, afirma que es San Agustín el padre del cesacionismo.163Pero
como notaran, rechazo dicha perspectiva. El cesacionismo tiene sus primeros pasos en la
controversia anticristiana del judaísmo y está ligada a la comprensión Pagana del cese del milagro
en la cultura Grecorromana, la cual tenía un impacto entre los cristianos gentiles. Y no os
olvidemos que Agustín mismo rechazo el cesacionismo, del cual no es el padre, sino uno de los que
vivió en ese contexto de incredulidad por los errores (mitificados y no), del Montanismo.

Eusebio de Cesarea (263-339 d.c). En el siglo IV, afirmó que ya no creía que los dones
espirituales se manifestaran en profusión en sus días, pero afirmó que estos dones todavía fueron
dados por Dios abundantemente al menos hasta finales del siglo II. Afirmo la existencia de la
Glosolalia al hablar de las lenguas del Montanismo.164

Como afirmamos anteriormente, para el siglo III, el trato de la Pneumatologia quedo muy
deteriorado por el Montanismo, y los frentes a tratar no tuvieron que ver de forma directa con el
Espíritu Santo, aunque estuviera el tema vinculado. Como el concilio de Nicea (325 d.c) se

161
J. Bentivegna, SJ, “El Testimonio de San Agustín sobre la acción del Espíritu Santo en la Iglesia y
la praxis del carisma en sus Días”, Págs. 188-201.
162
Agustín de Hipona, La Ciudad De Dios, Libro XXII – Contra Paganos, Capítulo VIII.
163
Vinson Synan, voces de pentecostes: vidas marcadas por el Espíritu Santo, Págs. 11-12.
164
EUSÉBIO de Cesarea, História Eclesiástica, Libro V, 3-4, 16: 8-9.
concentró más en el Hijo, limitando solamente al Espíritu Santo a la mención de “Creo en el
Espíritu Santo”, décadas después la controversia se desató de nuevo con los Macedonios, alias los
Pneumatomaquios (los que hablan mal del Espíritu); en el 381, con el concilio de Constantinopla,
se defendió la ortodoxia de la persona, naturaleza y deidad del Espíritu, así como Nicea lo había
hecho con el Hijo, Jesucristo. El teólogo Norteamericano Charles Ryrie (1925-2016), afirma que
esto sucedió porque “posiblemente la iglesia se conformaba con no anticiparse a las herejías o con
no sobrepasar los límites que imponía la situación”.165Lo que si queda claro, es que en
Constantinopla, con todo y sus limitaciones, se formulo un credo que afirmó lo consiguiente: “Y
creemos en el Espíritu Santo, Señor, el dador de la vida, que procede del Padre, quien ha de ser
glorificado con el Padre y el Hijo, y quien habló a través d ellos profetas”.

Gregorio Magno (540-604 d.c). Aunque fue un prolífico registrador de milagros


contemporáneos, por otro lado, escribió alrededor del año 590, lo que se convertiría en una
metáfora muy influyente sobre el cesación de los milagros:166 “Estas cosas [milagros descritos en
Marcos 16.17-18] fueron necesarias al comienzo de la Iglesia; para que la fe pudiera crecer, tenía
que ser alimentado a través de ellos; nosotros también, cuando plantamos arbustos, echamos
agua en ellos hasta que veamos que han cogido una fuerte resistencia en la tierra; y una vez que
son firmemente arraigados, dejamos de regar. Por eso Pablo dice: “Las lenguas son una señal, no
para los creyentes, sino para incrédulos”.167

De esta forma, la profecía y los milagros fueron tratados de ser reemplazados por la
misericordia y el estudio de las Escrituras. Por otro lado, tenemos a Testigos de milagros, juntos al
llamamiento de una ética rígida y el sacrificio de los primeros cristianos como una poderosa
herramienta Evangelización. Desde este punto de vista, cada vez más los milagros parecen probar
el evangelio, pero por otro lado está “el milagro de ayer”, Un término de servicio más frecuente en
la iglesia para describir las manifestaciones espectaculares del pasado, pero que, para unos pocos,
ya no estaban vigentes en la actualidad. De hecho, la profecía se ha convertido en predicación;
enseñar los varios milagros de sanidad se convirtió en metáforas del nuevo nacimiento, del "ciego"

165
Ryrie, Charles, el Espíritu Santo, Porta Voz, Pag. 135.
166
Lea sus diálogos, “Los Milagros de los Padres Italianos”, Págs. 149-151
167
Homilía sobre los Evangelios, 29, PL, 76, col. 1215. En cuanto al impacto de su declaración en la
cesacionismo protestante, véase Noel L. Brann, "The ProtoProtestant Assault upon Church Magic:
The 'Errores Bohemanorum' según el abad Trithemius (1462- 1516)”, Págs. 9-22, (especialmente Pág. 16).
cuando ve la luz del evangelio, del "cojo" en el camino que se le hace justicia y resucita de los
"muertos" para la vida.168

Estos principios cesacionistas cristianos siguieron de los postulados que ya habían sido
elaborados por los rabinos:

1) El poder espiritual se distribuye de forma normativa en orden descendente: desde el


nivel del canon idealizado bíblico versus el tiempo presente. El nivel apostólico del poder espiritual
no podía, y probablemente no debe ser buscado de nuevo.

2) Solo uno que quiera volver a la justicia idealizada del Nuevo Testamento la iglesia podría
merecer el carisma (¿tan imposible?).

3) Antes se necesitaban milagros como andamiaje de la Iglesia, que, una vez establecida
(es decir, en las Escrituras, la tradición y la institución), ya no necesita este apoyo. Un ligero
paradigma deísta está implícito aquí: la iglesia requería una oleada divina de poder al principio,
pero ahora más o menos debe pasarla por cuenta propia en la guía (pero sin el poder) del Espíritu
Santo, y por las Escrituras (Gal 3.3!).

El proto-cesacionismo proporciona así, una lógica preparada para las jerarquías


eclesiásticas a las que se opone. Pero mientras algunos líderes La Iglesia pudieron promover el
cesacionismo internas y externamente, numerosos informes del ámbito de la defensa institucional
del milagro eran muy específicos.169

168
Sobre la tradición cristiana de espiritualizar los milagros ver, por ejemplo, a Orígenes, Contra
Celso, 1, 46; 2.48, 42, 94; de manera similar, Agustín, Sermons on the Selected Lessons del Nuevo
Testamento, 38. 3 [Seleccionado del Nuevo Testamento] (NPF, 1st ser., IV, p. 379): “El cuerpo ciego no abre
ahora los ojos por un milagro del Señor, pero el corazón ciego abre los ojos al mundo del Señor. Ya no
resucita el cuerpo físico, sino el alma resucita lo que está muerto en un cuerpo vivo. Tú las orejas del cuerpo
no están abiertas; pero como muchos que tienen los oídos de vuestros corazones cerrados, dejadlos volar a
cielo abierto en la penetrante palabra de Dios.” Véase también el resumen de la práctica primitiva de
espiritualizar los milagros por J. Speigl, “Die Rolle der Wunder in vorconstantinischen Christentum”, ZKT 92
(1970), págs. 307-10. Estos tratamientos metafóricos de los milagros condujeron fácilmente al programa de
desmitologización de Bultmann.
169
D. R. Foubister, “La curación en la liturgia de la Iglesia Postapostólica Iglesia,” SBT 9:2 (octubre
de 1979), págs. 141-55. Tertuliano trató de integrar el recibir los dones en las liturgias de iniciación cristiana,
según K. McDonnell, “La Eclesiología de Koinonia y el bautismo en el Espíritu Santo: perspectivas católicas
romanas”, [La Eclesiología de Koinonía y el Bautismo en el Espíritu Santo: Roman Catholic Perspectives]
documento presentado a la Sociedad de Estudios Pentecostales, CBN University, Virginia Beach, VA, 13 de
noviembre de 1987, Pág. 15.
Solo para recapitular, tenemos a Victorino de Petau (250-304 d.c), San Crisóstomo (347-
407 d.c), Ambrosiastre (es un escrito anónimo alrededor del 384), Eusebio de Cesarea (263-339
d.c), y a Gregorio Magno (540-604 d.c) que abogaron por un cesacionismo estricto. Ahora bien,
San Isidoro de Pelusio (360-450 d.c) se lo podría denominar como un “cesacionista parcial”,
Teodoreto de Ciro (393-458 y el 466 d.c) no afirma cesación en ningún momento, y San Agustín de
Hipona (354-430 d.c), aunque cesacionista en sus inicios, cambio de postura, pero limitó las
lenguas a la era apostólica por no ver una separabilidad subsecuente con el bautismo en el Espíritu
Santo, viéndola como el mismo acto de regeneración. Solo 5 de las fuentes patrísticas que afirman
cesación lo son de forma estricta, descontando otros 3. Estas primeras 5 fuentes cesacionistas,
que parten de fines del siglo II al VI, son una fracción muy minúscula en contra posición a las
fuentes que tiene el continuacionismo. De esta forma, observamos que solo se quiere dar
predilección y relevancia a lo que conviene, obviando el contexto en el que surge el 90% de las
afirmaciones cesacionsitas; un contexto histórico y eclesial de controversia por la ortodoxia, la
persona y deidad del Espíritu Santo y sus manifestaciones fuera del área de una iglesia imperial en
ascenso, que buscaba no solo centralizarse en la ortodoxia y la unidad de la fe, sino también en el
dominio de los carismas para los que sean parte integral de la jerarquía, y la institución.

2.7. Los dones espirituales continuaron a pesar de los prejuicios contra el


Montanismo (siglos III al IV)

Si podemos probar que los dones continuaron después de la controversia montanista, y de


los esfuerzos de un sector muy minúsculo de reaccionarios abogando por una cesación, debemos
preguntarnos ¿Cuál es la escusa ahora de los cesacionistas para negar todo el resto de las fuentes
y solo dar crédito a las ya mencionadas con anterioridad? Los historiadores cesacionistas,
afirmaran que los “revisionistas buscan apoyo para su tesis entre elementos católicos romanos y
ortodoxos orientales”. ¿Qué significa esto? Significa que “debido a tradiciones y doctrinas no
bíblicas que impregnan esas confesiones cristianas y hacen difícil reconocer a sus adeptos como
cristianos en el sentido bíblico. ¿Eran creyentes de verdad o no? Hasta entre los mismos eruditos
surge la pregunta al tratar el tema” afirma Frank Beinot.170

Estas afirmaciones se dan, a causa de que muchos cristianos, prefirieron el ascetismo, y se


separaron del resto de la sociedad y las comodidades de la vida que ofrecía el imperio

170
BEINOT, Frank, Ibbi, Pág. 86.
Grecorromano, y por lo tanto, no sabemos si esto no era salvación por obras, ya que buscaban en
la autodisciplina, recompensas espirituales, tal como afirma Shelley.171Pero aunque los
revisionistas reconocemos que los monjes del desierto occidental, se fueron a un extremo con su
concepto de santidad, no necesariamente debe reducirse a que creían en una salvación por obras,
ya que como afirma el historiador DeArteaga “el ayuno, el sufrimiento y la disciplina corporal son
enseñados allí [en la Palabra]”.172 Además, el cristianismo ha tenido diversas formas de
manifestarse ante la cultura; en el siglo III-VI, vemos dos casos. Por un lado, el Monaquismo nació
como reacción a la filiación Iglesia-Estado de Roma, y así como Eusebio de Cesarea, veían en estas
circunstancias el cumplimiento de los designios de Dios, otros se preguntaban (y he aquí las
intenciones del Monaquismo) “¿Cómo, entonces, se puede ser cristiano en medio de tales
circunstancias? Cuando la iglesia se une a los poderes del mundo, cuando el lujo y la ostentación se
adueñan de los altares cristianos, cuando la sociedad toda parece decir que el camino angosto se
ha vuelto amplia avenida, ¿cómo resistir a las enormes tentaciones del momento? ¿Cómo dar
testimonio del Crucificado, del que no tenía siquiera donde posar la cabeza, cuando los jefes de la
iglesia tienen lujosas mansiones, y cuando el testimonio sangriento del martirio no es ya posible?
¿Cómo vencer al Maligno, que a todas horas nos tienta con los nuevos honores que la sociedad nos
ofrece? La respuesta de muchos no se hizo esperar: huir de la sociedad humana; abandonarlo todo;
subyugar el cuerpo y las pasiones que dan ocasión a la tentación. Y así, al mismo tiempo que la
iglesia se llenaba de millares de gentes que pedían el bautismo, hubo un verdadero éxodo de otros
millares que buscaban en la solitud la santidad.”173

Justo L. Gonzales, nos relata cómo era la vida de los Monjes del Desierto occidental que
“La vida de tales personas era en extremo sencilla. Aunque algunos cultivaban pequeños huertos,
la mayoría de ellos se sustentaba tejiendo cestas y esteras que luego vendían a cambio de un poco
de pan y aceite. Esta ocupación tenía la ventaja, además de la disponibilidad de los juncos y la
paja, de que mientras se tejía un cesto era posible recitar un salmo, elevar una plegaria o
memorizar una porción de las Escrituras. La dieta de la mayoría de los monjes consistía en pan y, a
veces, frutas, legumbres y aceite. Sus posesiones no eran más que los vestidos más necesarios y
una estera para dormir. La mayoría de ellos veía mal la posesión de libros, pues ello podría
alimentar el orgullo. Unos a otros se enseñaban de memoria libros enteros de las Escrituras —

171
Shelley, Church History in Plain Language, Págs. 131-132.
172
DeArteaga, ibbi, Págs. 65-66.
173
GONZÁLEZ, Justo L. Historia del cristianismo, Págs. 151-152.
particularmente los Salmos y el Nuevo Testamento—. Y además compartían entre sí las historias
edificantes, o las joyas de sabiduría, de los anacoretas más venerados. El espíritu del desierto no se
acoplaba bien con la gran iglesia jerárquica cuyos obispos residían en las grandes ciudades y
gozaban del favor del gobierno y de la sociedad. Muchos pensaban que lo peor que podría
sucederle a un monje era ser ordenado sacerdote u obispo —y fue precisamente en esta época que
los ministros cristianos comenzaron a llamarse “sacerdotes”. Aunque algunos de ellos fueron
ordenados, esto sucedió casi siempre contra su voluntad, o tras repetidos ruegos por un obispo de
reconocida santidad, como el gran Atanasio. Esto a su vez quería decir que muchos anacoretas
pasaban años sin participar de la comunión, que desde el principio había sido el principal acto
cúltico de los cristianos. En otros lugares se construyeron iglesias en las que los monjes se reunían
los sábados y domingos, y el domingo, después de la comunión, participaban de una comida en
común antes de separarse para la próxima semana”.174

Chadwick175 señala que la biografía sobre Antonio escrita por Atanasio tenía el propósito,
en parte, de mostrar que Antonio era ortodoxo en su doctrina. Por estos puntos, “Sería injusto no
reconocer que algunos de los monásticos eran creyentes verdaderos, con una fe bíblica en Cristo
como su Salvador y con una piedad admirable, aun con ciertos aspectos extrabíblicos”. En las
comunidades monásticas de Pacomio por ejemplo, “la instrucción en las Escrituras, y la
memorización de las mismas, eran prominentes”.176Hasta el Cesacionista Frank beinot reconoce
que “Estos monásticos demuestran que no es preciso desechar todo el monaquismo. Había dentro
del movimiento algunos monásticos moderados y más bíblicos en su doctrina/vida cristiana,
quienes eran como guardianes y protectores de la fe cristiana ortodoxa en los tiempos de
paganismo y penumbra. Pero todo esto no indica que el monaquismo no tuviera serios problemas
en muchas áreas”177; Pero si se analizan, no varían mucho de las acciones de los Corintianos en los
días de Pablo.

Ahora bien ¿Qué pasa con los autores patrísticos “católicos”? Frank Beinot, hace Tabula
Rasa desde el siglo III a la reforma protestante básicamente. Quizás cayendo en el mito del
nacimiento de la iglesia católica en el siglo III (312 d.c). No obstante, debemos entender, que La
Iglesia Católica Romana tal y como la conocemos, con una estructura jerárquica, es decir, un

174
GONZÁLEZ, Justo L., Ibbi, Págs. 155-156.
175
Chadwick, The Early Church, pág. 179.
176
Nelson, Diccionario de historia de la Iglesia, Pág. 812
177
BEINOT, Frank, Ibbi, Pag. 93.
obispo en Roma con jurisdicción sobre muchas iglesias en una amplia área geográfica no llegó a
existir sino hasta finales del siglo VI. No fue sino hasta cientos de años después de Nicea (325 d.c),
que la historia reporta los primeros vestigios de una organización con alguien en Roma
funcionando como cabeza de la Iglesia Católica. Y aunque en el siglo III, la iglesia y el obispo de
Roma, gozaban de mucho prestigio por ser el lugar de donde se gobernaba casi medio mundo por
medio del imperio Romano, la realidad es que, tal y como nos relata pablo Hoff “las iglesias de
otras partes del imperio no aceptaron al principio la supremacía de los obispos de Roma”.178La
formación de la iglesia Católica fue lenta, involucrando luchas, hasta que en el 741, se formuló la
doctrina de la infalibilidad del papa, en el cual se lo establecía como cabeza de la iglesia (pero no
fue sino hasta 1870 que se dogmatizó).

¿Y qué pasa con la salvación por obras? Nuestros querido amigo y colaborador en este
humilde proyecto, Enmanuel Rodriguez, está por publicar un libro sobre la Justificación por la fe
(quizás para cuando leas esto ya lo haya publicado: ¿Qué esperas por comprarlo?) y en él, tengo
un apartado en donde realizo un rastreo histórico sobre la doctrina de la Justificación por la de
antes de Lutero, y como esta se fue “perdiendo” a lo largo de la historia hasta su rebrote en el
siglo XVI, y en ella sostengo la tesis de que “En la edad media, se comenzó a perder de apoco, la
comprensión de una distinción entre Justificación y Santificación. “Como resultado, la gente
confundió la justificación con santificación, por lo que pensaban que su justificación ante Dios
dependía, al menos en parte, de su santidad personal”. Esto tampoco fue de la noche a la mañana,
fue un progreso [observen que en el siglo X Lombard (1090-1160), desarrollo su famoso libro
“Sentencias” en el que desarrollo que había siete sacramentos, los cuales sostiene hasta la
actualidad la ICR sobre su doctrina de la Justificación]. “Por esto es que en ese periodo circulaban
una diversidad asombrosa de puntos de vista sobre la justificación del hombre ante Dios”.

Finalmente, si Beinot quiere hacer Tabula Rasa, también se quedará sin la autoridad del
testimonio de los pocos cristianos que abogan por el cesacionismo en la patrística, e incluso hasta
sin Santo Tomas de Aquino en la Edad Media, el cual posteriormente cambio de postura (y hasta
tendría un grave problema con los cristianos que debatieron y formularon las afirmaciones de los
concilios ecuménicos que tienen un recorrido que van desde el siglo III al VII). Por lo tanto,
debemos ser cuidadosos, ya que hacemos bien en recordar, que “nosotros somos justificados por
la fe en Cristo, no por la fe en la justificación por la fe; por lo tanto, debería ser posible para mucha

178
HOFF, Pablo, Otros evangelios, Pág. 184.
gente confiar en Cristo como su salvador sin entender la doctrina de su iglesia o incluso la
explicación de Pablo”.179 El Erudito en el Nuevo testamento, Craig L. Blomberg180, nos trae una
interesante angelota:

“Imaginémonos una iglesia devastada por las divisiones, en la que influyentes dirigentes
se autopromocionan y se enfrentan unos a otros, cada uno de ellos con su grupo de leales
seguidores. Uno de sus miembros tiene una aventura amorosa con su madrastra y, en lugar de
disciplinarle, muchos se jactan de su libertad en Cristo para comportarse de este modo. Algunos
creyentes demandan a sus hermanos ante los tribunales seculares y otros tienen relaciones con
prostitutas. En respuesta a esta rampante inmoralidad, una de las facciones de la iglesia promueve
el celibato —completa abstinencia sexual para todos los creyentes— como ideal cristiano. Y esto
no es todo, porque se producen también enconados debates sobre el grado en que los nuevos
cristianos han de romper con su pasado pagano. Los desacuerdos sobre los roles de hombres y
mujeres en la iglesia aumentan la confusión. Y por si todo esto fuera poco, hay una constante
expresión de supuestas profecías y mensajes en lenguas, pero no siempre de forma constructiva.
¡Un importante número de estos inmaduros cristianos ni siquiera cree en la resurrección corporal
de Cristo! ¿Has oído alguna vez algo parecido?” Pues era la iglesia de Corinto.

Así que, cualquier historiografía tradicional (cesacionista), que busque descalificar a tantos
movimientos y hermanos en la fe que han manifestado dones espirituales a lo largo de la historia
por sus errores morales, éticos y doctrinarios, pues deberán aplicar la misma vara a la iglesia de
Corinto a la que Pablo se dirige y clasificarla también como herética. Esto deja al cesacionismo en
un dilema histórico-teológico muy grande.181

También recordemos que cuando hablamos de “Patristica”, no se nos debe confundir con
que ya termina al inicio del siglo V con la Edad Media. La “Patrística”, es un periodo va desde la

179
KEENER, Craig S., Reseña de Fuego Extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración
falsa, de John MacArthur. Disponible en: http://pneumareview.com/john-macarthurs-strange-fire-reviewed-
by-craig-s-keener/ (última actualización 08/08/2023)
180
CRAIG L. Blomberg, 1 Coritnios comentarios Bíblicos con aplicación NVI, Pág. 17.
181
Se podía Argumentar que los Corintianos no tenían la revelación especial completa, y por eso
están “perdonados” por sus fallas, pero esto es desconocimiento del contexto de la carta. Pablo ya les había
enviado una carta anterior a lo que se conoce como “1ra” de Corintios (1Co 5.9-11), en donde corregía todos
estos errores éticos, morales y doctrinarios, pero persistían en ello. Es más, ellos eran conscientes de la
tradición y enseñanza que habían recibido sobre la Sena del Señor (1Co 11.23) y la resurrección corporal de
nuestro Señor Jesucristo (1Co 15.1), y aun así erraban. Los Corintianos no eran ningunos inocentes en
cuanto a estas doctrinas Morales y éticas.
muerte de los apóstoles, en fines del siglo I, hasta el siglo VIII. Por lo tanto, la designación
cronológica de la historia de la iglesia se entremezcla con la de la historia universal. Así, tenemos
antes de la Edad Media a:

Novaciano (200-258 d.c), en su obra Sobre la Trinidad, capítulo XXIX, dice que en su día el
Espíritu Santo "pone profetas en la iglesia, instruye maestros, dirige lenguas, da poderes y sana,
hace maravillas, ofrece discernimiento de espíritus, confiere poderes de gobierno, sugiere consejos
y organiza varios otros dones que son parte de los carismas, haciendo así la Iglesia del Señor se
esfuerza y se perfecciona en todo lugar con sus miembros". Tenemos registros de carismas en la
Vida de San Antonio (251-356 d.c), quien manifestó “varios dones del Espíritu, incluyendo
discernimiento de espíritus y sanidades”182; a San Atanasio (296-373 d.c), a Hilario de Poitiers (300-
368 d.c) y en Pacómio (292-348 d.c) vemos también estas manifestaciones de dones de Señal,
entre otros. 183

La cuestión de los dones del Espíritu se había convertido casi en un tema controversial,
dentro del cristianismo occidental; tenemos registros notables de su continuación, pero
lamentablemente comenzó a propagarse la incredulidad por las críticas al Montanismo. No
obstante, algo que muchas veces ignoran los cristianos occidentales de la actualidad, es de pegar
un ojo al testimonio del cristianismo Oriental, el cual seguía siendo más sobrenatural, personal y
místico; por ejemplo, El monje egipcio Pacomio (346 d.c) habló en lenguas angélicas; Basilio de
Cesarea (330-379 d.c) escribió acerca de la operación conjunta de los carismas a través de
miembros individuales del cuerpo de Cristo, y su amigo Gregario de Nacianzeno (329-390 d.c)
menciona casos de sanidad divina en su familia, y habla de la diversidad de los dones del Espíritu,
entre otros muchos casos. 184

2.8. Los dones Espirituales en la edad Media (siglo V al XV)

Patricio, gran evangelizador de Irlanda, más conocido como San Patricio (387-493 d.c),
registra en el siglo V, en su obra Confesiones, en las secciones 24 y 25, el relato de una experiencia
espiritual que tuvo en donde escucho al Espíritu hablar en lenguas extrañas. Se puede decir mucho
sobre Benedicto de Nursia (480-547 d.c); sobre Agustín de Canterbury (540?-604 d.c), por los
informes recogidos por Gregorio el Grande (540-604 d.c); quizá uno de los escritos orientales más

182
DeArteaga, Quenching the Spirit, Págs. 59-62.
183
HYATT, Ibid., p. 41
184
Allan Anderson, el pentecostalismo, P.33
destacados con relación al tema del Espíritu Santo fue el texto del místico exilado Simeón el Nuevo
Teólogo (949-1022 d.c), que tenía experiencias de éxtasis y hablaba en lenguas, describió el
“bautismo del Espíritu Santo” como una experiencia independiente del bautismo en agua.
Gregario Palamas (1296-1359 d.c) escribió acerca de experimentar al Dios trascendente a través
del Espíritu y de recibir los carismas por imposición de manos, incluidos los dones de sanidad, de
milagros, de lenguas y de interpretación de lenguas"185.

Pero en Occidente la situación era muy distinta. La Iglesia católica de Europa occidental en
la Edad Media, oficialmente dictó un comunicado que prohibía la posibilidad de los dones
espirituales, relegando a los dones de Elocución (Lenguas, interpretación de lenguas y don de
profecía) a una manifestación demoniaca. Hacia el año 1000 (siglo X), el libro litúrgico Rituale
Romanorum explicaba a un sacerdote en qué casos era necesario el exorcismo de demonios:

“Los signos de la posesión son los siguientes: la habilidad de hablar con cierta facilidad en
una lengua extraña o para entenderla cuando otro la habla; la facultad de revelar el futuro y lo
desconocido; el despliegue de poderes que están fuera de lo normal para la edad y la condición
natural del sujeto; y diversos otros indicios que, cuando se consideran de manera conjunta, son
pruebas más que suficientes”.186

Podemos ver que el mal testimonio y los abusos del movimiento de Montano en el siglo II,
más la incredulidad de algunos teólogos y obispos para distinguirse del Montanismo, criticándolo
de una manera sesgada y hasta con falso testimonio187, terminó en una negación y hasta con la
prohibición de las manifestaciones carismáticas dadas por el Espíritu, siendo atribuidas al enemigo
mismo. Sin embargo, había referencias aisladas de la presencia continua de manifestaciones
inusuales y fenómenos de éxtasis en la iglesia occidental en la mitad de la Edad Media también;
hubo incluso casos de hablar en Lenguas, recogidos por Miguel Psellos (1018-1070 d.c); el
testimonio de Bernardo de Clairvaux (1090-1153 d.c), Domingos de Gusmao (1170-1221 d.c) y
Buenaventura (1221-1274 d.c) y Francisco de Asís (1181-1226 d.c), los cuales manifestaron dones
y manifestaciones del Espíritu Santo; Tomás de Aquino (1225-1274 d.c), quien originalmente fue
un cesacionista, pero en los últimos meses de su vida se refiere haber tenido experiencias

185
OGAN, Nathan, Glossolalia: The Gift of Tongues, self-published, 2005, pág. 38.
186
Citado en M. Kesley, op. eit., pág. 46.
187
ALEMÁN, Altair. La Teología del Espíritu Santo en los Padres de la Iglesia: Palabra Fiel Editor,
p.69.
carismáticas; sobre Gregorio Palamas (1296-1359 d.c) y Vicente de Ferrier (1350-1419 d.c);
finalmente, el testimonio de los valdenses en el sur de Europa, del siglo XII al XV, entre otros.

Un caso curioso del siglo XII es el de la alemana Hildegarda de Bingen (1098-1179 d.c),
monja, teóloga, predicadora, compositora, médica, poeta y dramaturgo, realizó exorcismos, habló
en lenguas, profetizó, tuvo visiones (alrededor de 26), y fue testigo de 25 curaciones milagrosas
como resultado de sus oraciones, y fue una prolífica escritora, escribiendo libros sobre la vida de
cristianos piadosos, dos libros sobre medicina, sobre historia natural, homilías e himnos, muchos
de ellos en latín. Hay informes de que ella no habría solo hablado, sino también a menudo cantaba
en lenguas, y que había aprendido a hablar y escribir en latín sin haber estudiado. Su canto en
lenguas fue llamado por el pueblo "Conciertosen el espiritu". Además de ser el primer y único caso
conocido en la historia de la edad Media, de glosografía (una persona que intenta convertir las
lenguas extrañas en texto y traducirlos).188 Curiosamente, en el pentecostalismo hubo dos casos
(pero se supone que hubieron más); uno, fue registrado por Charles Fox Parham, pionero del
pentecostalismo que consideró genuino el relato de la misionera Jennie Glassey quien, según él,
"recibió el dialecto africano en una noche cuando ella no conocía el idioma: "Recibió el don
mientras estaba en el Espíritu en 1895, pero no sabía leer y escribir, traducir y cantar el idioma… Su
experiencia cristiana es la de una santa consagrada llena del Espíritu Santo”. 189 Otro caso fue
Agnes Ozman, la primera alumna de Parham en hablar en lenguas como evidencia del Bautismo en
el Espíritu Santo en 1901, la cual pasó al menos tres días hablando y escribiendo en lo que ella
creía que era el idioma chino.190 Se cree que fueron más de dos casos dentro del movimiento,
porque en Los Ángeles, en 1906, el periódico Calle Azusa celebró el “don de escribir en lenguas
desconocidas” en una nota sin título en Apostolic Faith.191 El argumento que se utilizo fue que:
"dado que la 'evidencia bíblica' o el 'don de lenguas' eran 'idiomas', debería ser posible reducirlo a
una variedad de formas lingüísticas, incluidas las escritas". Pero en el verano de 1907, apareció
una nota en el periódico llamado la Fe Apostólica (en los Ángeles) de que en calle Azusa se estaba
“midiendo todo por la Palabra, toda experiencia debe estar a la altura de la Biblia”. Así, "lenguas
escritas" de golpe se habían volcado al escepticismo. Pero ¿Por qué? El mismísimo líder de Calle
Azusa (312, en Los Angeles, EUA), Willian Seymour, fue el que puso un alto a la práctica. Mismo,

188
OGAN, Ibid., pág. 39.
189
Evidencia Inicial pág. 95.
190
Evidencia inicial pág. 96.
191
Evidencia inicial pág. 117.
declaró de forma tajante: "No leemos nada en la Palabra sobre escribir en lenguas desconocidas,
así que no lo alentaremos en nuestras reuniones".192 Esto habla de cómo el pentecostalismo desde
sus inicios ha tenido un fuerte compromiso con la Palabra, por sobre encima de las experiencias de
cada individuo pueda tener.

Volviendo a la Edad Media, tenemos al famoso Dante de Alighieri, en La divina comedia.


Dante contó sus propias experiencias de éxtasis y de habla ininteligible. San Vicente Ferrer, un
misionero español que trabajó en Europa occidental en torno al 1350, obtuvo gran renombre por
sus dones de profecía y de sanidad, y se decía que había sido capaz de hablar y ser entendido en
las muchas lenguas diferentes de los distintos pueblos a los que estaba evangelizando. Se cuenta
que los misioneros Francisco Javier y Luis Bertrand hablaban en lenguas extranjeras que nunca
habían aprendido y que san Francisco Javier tenía lenguas angélicas y ministerio de sanidad. Entre
los jansenistas (los reformadores católicos franceses), los dones del Espíritu empezaron a
manifestarse en 1731, pero se encontraron con la oposición de los Jesuitas y de las autoridades
estatales francesas. 193

Lamentablemente, todos éstos eran casos aislados e inusuales en las vidas de los santos y
místicos, y, desde luego, no se esperaba que fueran lo «normal» en la vida de la iglesia. Para la
teología católica de la Alta Edad Media, los dones solo eran manifestados solamente por los
catalogados como “Santos”, y no para el resto; esta era la principal diferencia entre ellos y los
Anabaptistas (de los cuales hablaremos en la sección que sigue).

2.9. Los dones Espirituales en la edad moderna (siglos XV al XVIII)

En la Era Moderna, tenemos reportes de manifestaciones carismáticas entre los


anabaptistas, en el siglo XVI. En el siglo siguiente, vemos lo mismo entre los Pietistas y los
cuáqueros, teniendo estos últimos el “hablar en lenguas” como “un hecho común”. Edward
Burroughs, amigo de Jorge Fox, fundador del movimiento cuáquero, relatará, por ejemplo, que
“varias veces recibimos el Espíritu derramado sobre nosotros, con el don del eterno Espíritu Santo
de Dios, y se nos soltó la lengua, nuestras bocas se aflojaron, se abrieron y hablamos en nuevas
lenguas según nos permitió el Espíritu”.194

192
Evidencia Inicial pág. 117.
193
S. M. Burgess, «Medieval Churches», cit., pág. 755-757, 759; M. Kesley, op. cit., pág. 47-50.
194
HYATT, Ibid., pág. 123; e FOX, George, The Great Mystery of the Great Whore Unfolded; e
AntiChrist’s Kingdom, in: The Works of George Fox, volumen 8, AMS Press, 1975, pág. 13
En los siglos XVI y XVII, según una encuesta del teólogo Garth Wilson en su tesis doctoral
The Puritan Doctrine of the Holy Espírit: un capítulo crítico en la historia de la doctrina, de 1978,
presentado a la Escuela de Teología en Toronto, Canadá, y la del teólogo Wesleyano Donald W.
Dayton, en su obra clásica Raíces Teologías del pentecostalismo (Editorial Carisma, 2018),
“insinuaciones de doctrinas pentecostales” se pueden encontrar, por ejemplo, en el escritos de
Richard Sibbes, John Owen, Thomas Goodwin, Richard Baxter y “otros autores puritanos con
enseñanzas que indican un 'obra del Espíritu' posterior a la regeneración y santificación”. 195

En Francia, en los siglos XVII y XVIII, entre los Camisardes, llamados de los “calvinistas de
las cavernas”, “hablar en lenguas” era “común”, con casos tanto de lenguas totalmente
desconocidas como de manifestación del don de variedad de lenguas, con creyentes que hablan
en latín y hebreo cuando están en "un estado de éxtasis espiritual" sin tener conocimiento de
ninguno de los dos idiomas.196

En Finlandia, también en el siglo XVIII, durante el renacimiento que impactó a los luteranos
en ese país y que se conoció como Heränneet, se registra la manifestación glosolálica. En el mismo
siglo, pero décadas antes, entre los moravos, en la República Checa también se ven curaciones
divinas y glosolalia.197

En los siglos XVIII y XIX existen registros de manifestaciones en iglesias carismáticas en


Inglaterra, Rusia, Estados Unidos, Indonesia, India, Escocia, Australia, Brasil, Armenia, Alemania,
África y Noruega, entre otros países.

La contemporaneidad de los dones espirituales, incluyendo glosolalia, fue reconocido por


John Wesley (1703-1791), quien en una carta al pastor Conyers Middleton, menciona, entre ellos,
en su apoyo, el caso de los Camisardes franceses. Aunque Wesley no fomentó las lenguas,
aparentemente eran comunes en los avivamientos metodistas. En su diario, por ejemplo, escribe
en 30 de julio de 1739 que, en una de sus reuniones, una mujer, bajo el poder de Dios, “cayó

195
DAYTON, Donald W., Raízes Teológicas do Pentecostalismo, 2018, Carisma, pág. 71
196
HYATT, Ibid., págs. 116-118.
197
HYATT, Ibid., pág. 128; y MCGEE, Ibid., pág. 54.
temblando en tierra” y “gritó a gran voz, pero sin ninguna articulación, con tus palabras
[simplemente] emergentes”.198

Dentro del movimiento metodista, los más interesados en los dones, fueron John Fletcher
(1729-1785) y Joseph Benson (1749-1821). Estos tenían una comprensión del Bautismo en el
Espíritu Santo como un revestimiento de poder más que como una obra de santificación. Fletcher
y Benson simplemente no vincularon necesariamente las lenguas con este bautismo y fueron un
poco reticentes a la manifestación de algunos dones carismáticos en su época, pero oraban por un
futuro Pentecostés como en el Siglo I.199

2.10. Los dones en la edad Contemporánea (siglos XVIII a la actualidad)200

En 1801 (ya en el siglo XIX), hace no más de 200 años, pocos años después de la muerte de
Fletcher, Cane Ridge, de Kentucky (EE.UU.), nos afirma que unas 3.000 personas, en un
campamento de la Iglesia Presbiteriana, entraron en lo que describieron como un "estado de
júbilo", con "cientos" de ellos "hablando en lenguas sobrenaturalmente".201

En 1830, en Escocia, la joven Mary Campbell y los hermanos James y George McDonald
buscaron y recibieron el bautismo en el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas. Uno
de ellos interpreto las lenguas dadas como don. Entre ellos también se manifestó la sanidad
divina.202

La contemporaneidad de los dones espirituales era clara para el presbiteriano británico


Edward Irving (1792-1834), quien a principios siglo XIX ya enseñaba el bautismo en el Espíritu
Santo como experiencia distinta de Salvación y evidenciada en el hablar en lenguas, que también

198
WESLEY, John, Carta al Rev. doctor Conyers Middleton. En: The Works of John Wesley, volumen
10, Zondervan, pág. 54 a 56; HYATT, Ibíd., pág. 136; y WESLEY, John, The Works of John Wesley, volumen 1,
Zondervan, sin fecha, pág. 213.
199
HYATT, Ibid., pág. 138 e 139; e DAYTON, pág. 97 a 108.
200
La edad contemporánea abarca desde el inicio de la Revolución francesa en 1789 hasta la
actualidad. Sin embargo, como no hemos querido añadir la evidencia de la presencia de los dones entre los
pentecostales y carismáticos a partir del siglo XX y XXI, para no ser acusados de sesgados (usando la
evidencia interna de nuestros movimientos), hemos hecho un registro hasta las primeras décadas del siglo
XX de mano de testigos no pentecostales.
201
SYNAN, Vinson, The Holiness-Pentecostal Movement in the United States, Eerdmans, 1971, pág.
24; e HYATT, Ibid., pág. 149 a 151
202
HYATT, Ibid., págs. 153-155.
se enseñarían a finales del siglo XIX en movimiento pentecostal naciente en la India y, a principios
del siglo XX en el naciente Movimiento Pentecostal Norteamericano.203

El célebre bautista inglés F. B. Meyer (1847-1929), de quien el supuesto cesacionista


Spurgeon dijo una vez: "Él predica como un hombre que vio a Dios cara a cara", creía en la
contemporaneidad de los dones espirituales y testigos de su manifestación en su día. También
quedó claro para el Reverendo R. B. Swan, su esposa y algunos miembros de su iglesia en
Providence, EE. UU., en 1875. ¿Y qué decir de los relatos y/o experiencias de glosolalia registrados
por William Doughty, William Arthur, Horace Bushnell, V.P. Simmons, J.C. Aroolappen y tantos
otros? ¿Y el avivamiento en el condado de Cherokee, Carolina del Norte (EEUU), en el verano de
1896, marcado por curaciones divinas, profecías y glosolalia? Hay mucho que podríamos decir
para demostrar la continuidad de los carismas incluso antes del movimiento pentecostal.

La contemporaneidad de los dones espirituales fue clara para el famoso Evangelista del
Siglo XIX Dwight Lyman Moody (1837-1899), contemporáneo de Spurgeon. El pastor bautista R.
Boyd dice que fue a una reunión donde Moody acababa de terminar de predicar y encontró el
siguiente escenario: “Cuando fui a los salones de la YMCA en Victoria Hall, Londres, vi que el
servicio estaba en llamas. Los jóvenes estaban hablando en lenguas y profetizaban”.204

El predicador inglés Charles Spurgeon (1834-1892), considerado por muchas personas


como «el príncipe de los predicadores» en el siglo XIX, estuvo rodeado por el don de profecía.
Aunque Spurgeon no se declaró a sí mismo como un continuista y a veces incluso hizo
declaraciones sobre la restricción de algunos dones a la era apostólica, el hecho es que en la
práctica Spurgeon recibió profecías, realizó profecías y vivió profecías :

I. Profecía en la infancia para Spurgeon: En el capítulo V del primer volumen


de la autobiografía de Spurgeon, material compilado por su esposa y su secretaria, el
propio Spurgeon describe una profecía que recibió cuando era niño, a través de un
amigo de la familia, el Sr. Richard Knill (1787-1857), un ex misionero en India y Rusia,
el cual profetizó que Charles Spurgeon, siendo solo un niño de 10 años, sería un
predicador del Evangelio y un ganador de almas y predicaría en la famosa capilla de

203
HYATT, Ibid., págs. 155-158; e ERSKINE, Sir Thomas e CARTER, R. Kelso (editor), The Supernatural
Gifts of the Spirit, Words of Faith, 1883, pág. 13.
204
HYATT, Ibid., p. 167; e LINDSAY, Gordon, The Speaking in Tongues in Church History, 1964, Voice
of Healing, p. 3.
Rowland. Spurgeon reconoció la autenticidad de la profecía y la mencionó cuando a la
edad de 21 años predicó en la capilla de Rowland Hill y cantó el himno que el viejo
misionero le había preguntado hace 11 años en la casa de su abuelo: «Dios se mueve
de manera misteriosa».
II. Profecía en la juventud de Spurgeon: Dos días antes de cumplir 21 años, el
17 de junio de 1855, predicando en la Capilla de New Park Street en Londres,
Spurgeon hizo una declaración en su sermón «El poder del Espíritu Santo», de que
vendria un gran avivamiento con la presencia de los carismas descritos en Hechos 2.
Cualquier avivamiento que pueda registrarse, en las proporciones y brevedad
predichas por Spurgeon, será un avivamiento del Espíritu a fines del siglo XIX y
principios del XX. ¿Fue el avivamiento de la curación, dirigido por el presbiteriano AB
Simpson? ¿Fue el avivamiento en Gales en 1904, dirigido por el avivador Evan
Roberts? ¿O es el gran avivamiento pentecostal de 1901 o 1906, cuyas proporciones
son tan inimaginables, que han influido fuertemente incluso en las iglesias
tradicionales?
III. Las profecías de Spurgeon a lo largo de la edad adulta: El don de profecia
operaba regularmente en él, y por el don de profecía, desde los púlpitos en los que
predicaba, declaraba cosas íntimas sobre las personas en su auditorio, tal y como
afirmo Pablo, de que es una de las caracteristicas del don ( 1Co 14.25 ), como él
mismo informa en el volumen 2 de su Autobiografía.205

¡Esto muestra cuán soberano es Dios al dar sus preciosos regalos! Sería ingenuo decir que
Spurgeon fue un cesacionista en la línea de cómo tomamos esta palabra hoy. La Teología
cesacionista tal y como la conocemos hoy, todavía estaba siendo formulada (bebiendo
fuertemente del racionalismo alemán) por el famoso teólogo calvinista B. B Warfield, considerado
«el padre del cesacionismo», quien solo en 1918 publicaría su obra Milagros falsificados. En otras
palabras, 25 años después de la muerte de Spurgeon, podemos encontrar una teología
protestante cesacionista tal y como la conocemos hoy.

205
Charles Spurgeon. La autobriografía de Charles H. Spurgeon , vol. 2 (Curts y Jennings, 1898),
págs. 226-227; Martin Lloyd-Jones; Comportamiento cristiano , exposición sobre el cap. 12 de Romanos, PES,
págs. 279-283; Samuel Storms. Dones espirituales, págs. 104,109, Anno Domini; Wayne Grudem. El don de
profecía en el Nuevo Testamento y hoy, Carisma, págs. 252-261
Phoebe Worral Palmer (1807-1874), Andrew Murray (1828-1917), R. A. Torrey (1856-
1928), A. B. Simpson (1843-1919), A. J. Gordon (1836-1895) y Charles Finney (1792-1873), quien
incluso afirmó que, en el momento en que fuere bautizado en el Espíritu Santo, literalmente
“gritó” unas palabras que definió como “cosas inefables que salieron de mi alma”. Todos creían en
la continuación de los dones.

En el siglo XX, algunos teólogos tradicionales más abiertos al movimiento pentecostal


siguen una línea similar. Un ejemplo clásico es el del célebre predicador congregacional Martyn
Lloyd-Jones (1899-1981). Lloyd-Jones afirmó, en oposición a la fuerte resistencia en el medio
tradición de su época a efusivas manifestaciones espirituales, que “respecto a este poderoso
fenómeno que tiene lugar cuando Dios derrama Su Espíritu”, que identificó como el “bautismo con
el Espíritu Santo”, algunos efectos comunes serían – basado en registros históricos sobre
avivamientos – personas “con un poder tremendo”, otros que “caen literalmente postrados” o
“incluso desmayándose", siendo "totalmente inconsciente hasta dando vueltas”, pareciendo ser
“incapaz de oír o ver lo que sucede a tu alrededor”, en “estado de trance”; otras personas que
experimentan "fenómenos mentales", recibiendo "un extraordinario don de la oratoria", con ellos
"comenzando de repente orar con mucha elocuencia y con una riqueza de lenguaje extraordinario
de las que nunca han sido capaces antes”; aún otros recibir “un don de profecía” en el sentido de
recibir “literalmente una habilidad para predecir el futuro, así como también el “hablar en
lenguas”.206

Muy en la línea de esas manifestaciones, nos encontramos con una realidad, de que antes
de atribuir la "caída en el Espíritu" a los pentecostales, ya que estos aparecen en el escenario
histórico recién a finales del siglo XIX para el siglo XX, ya estaban cayendo multitudes embriagadas
en el Espíritu en los servicios de Wesley, Whitefield, Edwards y Finney (siglos XVIII y principios del
XIX).207

206
LLOYD-JONES, Martyn, Avivamento, PES, 1993, págs. 138-151.
207
JOHN WESLEY, citado por Vinson Synan, en Voices de Pentecostés, editorial Vida, Pág. 173;
GEORGE WHITEFIELD, citado por Orlando Boyer, en The Heroes of Faith, editorial CPAD, pág. 67; JONATHAN
EDWARDS, The True Work of the Spirit - Signs of Authenticity, editorial Vida Nueva, pág. 16-26; CHARLES
FINNEY, Una vida llena del Espíritu, editorial Betania, cap. 3.
Parte III
¿La reforma Cesacionista del siglo XVI?
1. ¿Por qué los protestantes históricos generalmente sostienen una
posición cesacionista?

Primer Factor:

El cesacionismo protestante tradicional se debe a una exageración cometida por los


primeros reformadores protestantes cuando fueron confrontados por sus oponentes con el tema
de los milagros como legitimadores de su predicación.

Durante la Reforma protestante, los reformadores se enfrentaron con el siguiente


problema: tanto la Iglesia Católica como algunos grupos más radicales de la Reforma
(anabaptistas) creían en la manifestación en nuestros días de los dones del Espíritu y usaban los
milagros que decían experimentar en sus movimientos como un signo indiscutible del sello divino
de sus predicaciones y, por lo tanto, como defensa completa contra las críticas de los
reformadores. Estos fenómenos - ya sea todos ellos reales o no- fueron presentados como
legitimadores de sus posiciones frente a la posición de los reformadores.

La única diferencia entre católicos y anabaptistas en este asunto es que los católicos
romanos creían y todavía creen, que los milagros y ciertos dones del Espíritu sólo se manifiestan
en la vida de los creyentes más santos, los llamados “santos” dentro del entendimiento católico
romano.208

Cuando inicialmente fue desafiado por las autoridades católicas sobre esta cuestión,
Martin Lutero y algunos de reformadores, en un primer momento, reaccionaron bien, buscando
“refugio en la autoridad de la Escritura y de su propia conciencia”209; pero, en el curso de la
disputa, tomó medidas más allá de lo debido, dejando una solución más radical para enterrar el
problema de una vez por todas. Ellos afirmaron además que “los milagros eran circunscrito
particularmente a la Era Apostólica, y que no puede ser respaldado por las Escrituras su vigencia”.
Lo hicieron porque, De esta manera, los milagros “ya no eran necesarios para confirmar la
autoridad de quien está del lado de las Escrituras”210. Una Salida bastante práctica y conveniente,
pero completamente equivocada.

208
AQUINO, Tomás de, Summa Theologiae, II, 178, 1 y 2; III, 43.1; y AQUINO, Tomás, Comentario
sobre Juan 9.3, II, 3 y IV, 7.
209
HYATT, Eddie, 2000 años de Cristianismo Carismático, Editora Carisma, 2018, pág. 104.
210
HYATT, Ibid., pág. 104.
Esta ha sido la línea de Pensamiento de Lutero y Calvino. Mismo, una muestra clara es su
interpretación prejuiciosa sobre el pasaje de la Epístola de Santiago, que habla de la oración de fe
que sanara al enfermo, como una posibilidad muy remota de que ocurra hoy en día, ya que era
propio del siglo I con los dones.211

Para empeorar las cosas, cuando se enfrentan también a los anabaptistas, que igualmente
esgrimieron los milagros como un sello divino a de su predicación, los reformadores repitieron el
error, usando el mismo tipo argumento utilizado contra los católicos para argumentar que sus
hermanos radicales estaban equivocados. Dijeron que los anabaptistas “Confían demasiado en la
presencia directa del Espíritu Santo".212

¿Cómo eran las manifestaciones del Espíritu de los Anabaptistas? Según el Historiador
Charles H. Bryd: “Las manifestaciones de los dones del Espíritu Santo comenzaron a ocurrir dentro
de la Contexto anabautista en la conducción de la oración y el culto. Como el anabaptismo se
extendió por toda la región, tomó la apariencia de un avivamiento pentecostal. Ahora, Las fuentes
que vienen de Kessler, Vadian y otros cronistas, incluido el registro de la ciudad, son de naturaleza
menos objetiva y deben leerse con precaución, pero nos brindan ejemplos negativos de abuso, mal
uso y comportamientos aberrantes. Sin embargo, ellos también registrar la naturaleza prolífica del
comportamiento pentecostal, tales como el hablar en lenguas o el habla extática y la profecía en lo
privado o en reuniones de oración donde estos dones ocurrían, así como la confesión de los
pecados con mucha contrición y llanto. También describen a un pueblo que vivió en un honesto,
santo, moralmente limpios, éticos y semejantes a Cristo en sus comunidades”.213

Sin embargo, En 1527, los mismos anabaptistas comenzaron a darse cuenta de que los
extremistas espirituales identificados dentro de su movimiento eran una amenaza real para
cualquier existencia futura, llegando a llamarlos de “falsos hermanos” por jugar con los dones del
Espíritu y empezaron a corregir los abusos.214

211
Carta de Lutero al elector de Brandemburgo, datada del 4 de diciembre de 1539, que puede ser
leída en, Obras Seleccionadas, volumen 2, 2015, Comissão Interluterana de Literatura, págs. 253-257;
CALVINO, João, Institutas da Religião Cristã, Livro IV, 19.19.
212
HYATT, Ibid., p. 104
213
BYRD II, Ibid., págs. 56-57; SATTLER, Michael, Letter to the Church of God at Horb, in: VAN
BRAGHT, Thieleman J., Martyrs Mirror, 1998, Herald Press, pág. 419.
214
BYRD II, Ibid., pág. 58.
En última instancia, el objetivo de los reformadores al adoptar un El discurso cesacionista,
como subraya el teólogo Jon Ruthven, fue sólo “disminuir el reclamo de ambos [católicos y
anabaptistas] a la autoridad religiosa que fundaron por milagros y revelaciones" debido a la
divergencia teológica que ambos grupos tenían con los reformadores. Así, como el historiador
Eddie Hyatt afirma, “Lutero y los reformadores de su época terminaron haciéndose responsables de
la difusión de la creencia en la cesación de los milagros”.215

Los reformadores, es importante decirlo, no fueron particularmente incrédulos en los


milagros o cualquier manifestación de los dones espirituales en sus días, lo que hace que su
predicación cesacionista aún más inconsistente. Y este es el problema, de que las generaciones
siguientes Pos-Reforma, no vieron el contexto en el que los primeros reformadores se
encontraban para llegar a esta postura. Aunque equivocadas en sí mismas, las afirmaciones
cesacionistas de los padres de la Reforma podrían haber adoptado otro enfoque, pero "estaban
sacados de contexto” y, para empeorar las cosas, “codificando en un sistema legal que resultó en
las alas reformadas y luteranas de la iglesia, que albergaban un sesgo excéntrico contra la
posibilidad de milagros en la actualidad”. Y este sesgo sólo se intensificaría más tarde, con la ola
racionalista que vino después sobre el mundo occidental de siglo XVII.216 Craig S. keener, es
enfático en esto: “es el cesacionismo el que carece de un amplio registro en la historia temprana;
no parece una coincidencia que surgiera solo en una cultura dominada por el
antisobrenaturalismo".217

1.2. La creencia en los dones entre los reformadores218

215
RUTHVEN, Jon, Sobre a Cessação dos Charismata, Editora Carisma, 2017, pág. 38; HYATT, Ibid.,
págs. 103-104.
216
HYATT, Ibid., pág. 104.
217
KENNER, Craig S., El Espíritu en la Iglesia: Lo que la Biblia enseña acerca de los dones, editorial
Vida Nueva, 2018, pág. 98.”
218
Los primeros “reformadores”, se llamaban evangélicos. El término “reformados” nace y está más
ligado a la reforma Suiza del siglo XVII con Calvino, que a la Luterana del siglo anterior.
Por otro lado, hoy día el término “evangélico” es demasiado amplio para hacerle justicia en un
espacio breve. Dicho término ha tenido muchos significados en los casi cinco siglos en que se le ha asociado
a las diversas iglesias protestantes, es decir, las que se originaron en la reforma protestante del siglo XVI y
en los movimientos puritanos y reavivalistas desde el siglo XVII hasta la actualidad en las religiones del
mundo Atlántico (Gran Bretaña y Estados Unidos, principalmente).
Etimológicamente viene del griego, y significa “buenas nuevas”, las noticias de salvación en Cristo-
Jesús. Pero en la actualidad designa:
Hay varios registros históricos que prueban que el cesacionismo de los reformadores era
una posición meramente circunstancial, ya que, en la práctica, en particular, muchos de ellos
tenían la creencia en la actualidad de los carismas, contradiciendo sus convenientes argumentos
públicos pro-cesacionismo. Sin embargo, vamos a tocar a los dos grandes reformadores Lutero y
Calvino de forma Particular, ya que es por medio de ellos que hay una influencia en los demás
reformadores.

● Lutero: En el caso de Lutero, en particular, Tenemos, por ejemplo, el caso


de la discusión de Lutero con el teólogo alemán Johann Cochlaeus (1479-1552), en el que
el reformador habla de haber tenido revelaciones de Dios, con una aparentemente similar
al arrebatamiento de Pablo (2 Cor. 12.1-3).219

Cuando Philip Melanchthon, la mano derecha de Lutero en la Reforma, enfermó


gravemente, llegando a estar al borde de la muerte, Se dice que Lutero oró por él, citando todas
las promesas De las Escrituras de sanidad divina y luego decir: "Tened buen ánimo, ¡Felipe, no te
vas a morir!” Y su amigo quedó completamente curado. Acerca de este episodio, Melanchton
diría: “Debería estar muerto, si No hubiera sido reclamado de las manos de la muerte misma por la
voz de Lutero”.220

Y qué más decir de los episodios de la vida de Lutero en que habló palabras proféticas,
anunciando cosas que estarían por pasar y ocurrieron. Uno de sus primeros biógrafos Johann
Mathesius registra una serie de estas profecías pronunciada por Lutero que tuvo cumplimiento y
asevera: “Con muchas profecías correctas confirmó su doctrina”.221

Theodor Sauer, historiador alemán, en el tercer volumen de su magnum opus A History of


the Christian Church, desde mediados del siglo 19, dice de Lutero: "Un profeta, un evangelista, uno

1. Una forma de identidad colectiva supra-denominacional entre las iglesias de tradición protestante, la cual
se fortalece en ideas y doctrinas como la autoridad de la Biblia, la competencia del creyente, la salvación por
gracia y fe personal y la obra redentora de Cristo.
2. Un movimiento fundamentalista que busca una serie de reivindicaciones conservadoras en diversos
ámbitos como la familia, las políticas educativas, el aborto, entre otras.
3. Una reivindicación de los sectores teológicamente liberales, pro-ecuménicos e impulsores de una
eclesiología con compromiso social, educativo y a favor de los derechos de las minorías.
219
HOFFMAN, Bengt, Luther and the Mystics, Augsburg, 1976, págs. 154-190; HYATT, Ibid., pág.
101.
220
The Ministry of Healing, Grand Rapids, Michigan: Christian Publishing, 1961, pág. 94.
221
MATHESIUS, Johann, Luther’s Leben in Predgiten, Praga, República Checa: herausgegeben von G.
Loesche, 1906, pág. 399.
que hablaba en lenguas y las interpretaba, una persona enriquecida con todos los dones del
Espíritu Santo, siendo luz y columna de la iglesia”. Desafortunadamente, no conocemos las fuentes
utilizadas por Sauer para afirmar todos estos dones en Lutero.222

Algo curioso: A pesar de que Lutero estaba en contra del don de profecía, esto no evito
que: En la década de 1470, un Franciscano, llamado Johann Hilten, el cual fue conocido por sus
profecías apocalípticas, profetizo que “pronto surgiría alguien que iba a atacar al papado”. Lutero,
tal como nos cuenta la Biografa Lyndal Roper, en su Biografía definitiva, que “Lutero supo de la
historia por Myconius (su amigo), así como que el evento profetizado tendría lugar, supuestamente
en 1514, aunque según otras versiones, más sutiles, la llegada del profeta se preveía para 1516.
Biografos posteriores lo consideraron una prueba de la misión divina de Lutero, aunque hubiera un
desajuste en las fechas. Lutero mismo cito la profecía, con la fecha de 1516, creyendo que se
refería a su persona”.223

Continuando con este pensamiento, observe las Palabras del Prereformador Juan Huss
habladas en 1415, poco antes de morir en la hoguera de la Inquisición Católica Romana:

“Hoy asarás un ganso magro, pero dentro de cien años oirás cantar a un cisne. No podrán
asarlo y ninguna trampa o red podrá retenerlo”.

¡Existe una opinión casi unánime entre los teólogos de que tales palabras fueron una
profecía sobre Martín Lutero, quien de hecho 100 años después, incapaz de ser silenciado por la
furia de Roma (que tanto le tendía trampas), hizo estallar la gran Reforma protestante, volando
alto como un cisne! Pero para aquellos que aún dudan, dejemos que las propias palabras de
Martín Lutero pesen sobre la profecía de Juan Huss:

“Yo, el Dr. Martín, fui llamado a esta oficina y fui obligado a convertirme en doctor, sin
ninguna iniciativa de mi parte, sino por pura obediencia. Así que tuve que aceptar el oficio
de médico y hacer un juramento de que fielmente predicaría y enseñaría mi amada
Sagrada Escritura. Mientras me dedicaba a la enseñanza, el papado se cruzó en mi camino
y quiso detenerme... Pero no me detendrá. En el nombre y llamamiento de Dios caminaré
sobre el león y sobre la víbora, y sobre el cachorro de león y sobre el dragón pisaré con mis

222
SAUER, Theodor, Geschichte der Christlichen Kirche, volume 3, Rudolf Kuntze’s
Verlagsbuchhandlung, 1859, pág. 400.
223
Lyndal Roper, Martin Lutero: renegado y profeta, editorial Taurus, Págs. 54-55
pies. Y lo que comenzó durante mi vida se completará después de mi muerte. San Juan
Huss PROFETIZÓ de mí… ‘Ahora asarán un ganso (porque “Huss” significa “ganso”), pero
dentro de cien años oirán cantar a un cisne y tendrán que aguantarlo’. Y así será, Dios
mediante”.224

● Calvino: Quien fue el reformador más distinguido en el defensa del malentendido


cesacionista, llegando incluso a decir que textos bíblicos sobre los dones espirituales
servirían hoy sólo como metáfora del ministerio cristiano contemporáneo (por ejemplo,
así como antes Jesús sanaba el cuerpo, hoy sana el nuestras debilidades; el don de lenguas
hoy sería la habilidad de predicación del Evangelio en lenguas extranjeras o el uso del
griego y hebreo para interpretar el texto sagrado; y el don del discernimiento sería
conocer las Escrituras lo suficiente para saber cómo probar e identificar enseñanzas
falsas), incluso él implica, al final de uno de sus exposiciones en los Institutos, que existe la
posibilidad de que los dones espirituales reaparezcan de forma excepcional y
temporalmente en nuestros días si se presentan condiciones que requieran su
manifestación.225

Curiosamente, el mismo Calvino llegó a recibir una revelación divina sobre una guerra por
venir, la que compartió con algunos hermanos, pidiéndoles incluso que rezaran sobre este
conflicto que en realidad sucedió días después. El relato es de su amigo Theodore Beza y fue
reproducido, por ejemplo, por otros historiadores, como Thomas Boys, en su obra La evidencia
suprimida, 1832.226 Mismo, muchas veces Calvino “exageraba” su énfasis en los dones, llegando
incluso a afirma que un hombre pecador puede tener el don de lenguas y profecía: “Siendo esta
habilidad, llámese fe o poder, un DON especial de Dios que puede tener un hombre malo o falso
(como sucede con los DONES de lenguas, de profecía, etc.), no debemos asombrarnos si es
separado del amor cristiano”.227

224
Obras de Lutero, vol. 34, Pág. 103 (énfasis añadido).
225
CALVINO, Institutas, IV, 9, 12; e IV 19, 19; ver ainda de Calvino seu comentário a Atos 10.46 em
sua obra Atos dos Apóstolos e seu comentário a 1 Coríntios 14.22 em seu Comentário em 1 Coríntios;
CALVINO, Institutas, IV, 3, 4.
226
CUNHA, Ibid., págs. 59-60.
227
Institutos, vol. 2, art. 37, págs. 30-31.
Por otro lado, Calvino veía al don de profecía como un fruto de revelación e inspiración
especial: “La profecía es sierva de la revelación. Todo lo que uno ha obtenido por revelación, lo
imparte por medio de la profecía. Y a de obtenerse mediante la revelación y la inspiración especial
de Dios”.228 Y continua afirmando que “[profetas] significa intérpretes eminentes de profecías que,
por un don único de revelación, aplicaron a los propósitos en cuestión”.229 Para Calvino, Los
profetas deben estar presentes en la Iglesia, aunque sean poco manifiestos: “San Pablo llama
profetas, no a todos los que en general declaran la voluntad de Dios, sino a los que reciben alguna
revelación particular”.230 Y el don de profecía puede estar relacionado con la previsión y
predicción: "En cuanto a mí, sin embargo, no niego el don de la predicción, siempre que esté
conectado con la enseñanza".231 Pero una de las cosas más importantes ¿hasta cuándo debe estar
presente este don en la Iglesia para Calvino? hasta el final de los tiempos: “El conocimiento y la
profecía tendrán lugar en nuestra vida mientras la imperfección sea parte de nuestra existencia
terrenal, pues nos aconsejan hasta que la plenitud nos alcance. (...) Pero ¿cuándo llegará tal
perfección? De hecho, comienza con la muerte, cuando nos despojamos de las innumerables
debilidades junto con el cuerpo; sin embargo, no se establecerá del todo hasta que llegue el día del
juicio. (...) Por lo tanto, de este hecho concluimos que es una estupidez por parte de cualquiera
hacer que esta discusión [sobre cuándo cesa la profecía] se aplique a la período intermedio [entre
la fundación de la iglesia y el regreso de Cristo”.232

¿Y qué opinaba sobre el don del Apostolado? Calvino afirmó que, en tiempos de crisis en la
religión, Dios puede restaurar los dones extraordinariamente: “Porque Dios ha adornado su Iglesia
con apóstoles, evangelistas y profetas sólo por un tiempo, excepto que, donde la religión ha caído,
levanta evangelistas aparte del orden de la Iglesia, para restaurar la pureza de la doctrina a la
posición que le corresponde, la cual había perdido".233 Incluso después del Nuevo Testamento: "Sin
embargo, no puedo negar que el Señor, a veces, en un período posterior [al Nuevo Testamento],
levantó apóstoles, o incluso evangelistas en su lugar, como ha sucedido en nuestros días".234 Es
más, Veía en Lutero, a un ejemplo de un destacado apóstol de Cristo: "En su tratado contra

228
Juan Calvino, 1 Corintios, 2ª ed., Parakletos, Pág. 417.
229
Juan Calvino, Efesios, 1ª ed., Parakletos, Pág. 122.
230
Ef. Instituciones, vol. 4, cap. III, sec. 4.
231
Juan Calvino, Efesios, ibbi, Pág. 122
232
Juan Calvino, 1 Corintios, Ibbi, Págs. 406-407.
233
Juan Calvino, Efesios, 1ª ed., Parakletos, Pág. 123.
234
Institutos, vol. 4, cap. III, apartado 4.
Pighius, Calvino resume su comprensión de Lutero en una sola frase: 'Lo consideramos como un
destacado apóstol de Cristo, a través de cuya obra y ministerio, sobre todo, la pureza del Evangelio
ha sido restaurada en nuestro tiempo”.235

Observen lo que opinaba de los Milagros como apoyo secundario a la fe, en su comentario
a 1 de Corintios: "Aunque la fe debe fundarse propiamente en la sola Palabra de Dios, no hay
inconveniente en añadir este segundo apoyo, a saber, que los creyentes puedan saber, por los
efectos de su influencia [señales y milagros], para que la Palabra que han El oído tiene su origen en
Dios”.236

Calvino llegó a afirmar que El alma puede vagar durante el sueño y hasta adivinar el
futuro: “Indudablemente, la multiforme agilidad del alma, con que escudriña cielo y tierra, une las
cosas pasadas con las por venir, retiene en la memoria las cosas que oyó antaño, incluso pinta para
sí misma lo que le place, así también la destreza con que imagina cosas increíbles, y que es la
matriz de tantas invenciones admirables, son signos seguros de la Deidad en el hombre. ¿Por qué,
mientras una persona duerme, el alma no sólo vaga y divaga, sino que todavía concibe muchas
cosas útiles, medita muchas preguntas, incluso hechos futuros divinos? (…) Para nosotros, incluso
durante el sueño, quedará un cierto residuo de comprensión”.237

¡Un poco más de fuego y Juan Calvino hubiera sido un auténtico teólogo carismático en
su tiempo! Incluso hay quienes dicen que habló en lenguas [igual que se afirma de Martin Lutero],
sin embargo, no tengo fuentes primarias, y por ende, confiables para esto, por lo que prefiero no
reproducir especulaciones".

● Arminio: Es increíble que haya personas que afirmen que el teólogo Holandés
Jacobo Arminio, era Cesacionista. Esto es afirmado, cuando sacan a relucir una cita
de Arminio en base a una oración en la página 23 del segundo volumen de sus
obras (CPAD).

Pero, examinando este discurso de Arminio, uno no puede llegar a la conclusión de que él
da un respaldo al cesacionismo, sino como una negación de la validez de cualquier
"inspiración, visión, sueño y otras cosas entusiastas" que se presenten como “cosas

235
Brian Gerrish. El viejo protestantismo y el nuevo, Chicago, 1982, Pág. 38.
236
Juan Calvino, 1 Corintios, 2ª ed., Parakletos, Pág. 80.
237
Juan Calvino. Institutos, vol. 1, cap. V, sec. 5.
necesarias para la salvación de cualquier individuo o de la Iglesia". En este tema (Debate
VII), Arminio argumentó a favor de la perfección y suficiencia de la Escritura, una de las
Solas protestantes, con la que comulgamos: Sola Scriptura. Por lo tanto, no debemos
sacarlo de contexto.

Estamos de acuerdo con Arminio, porque de hecho rechazamos todo lo sobrenatural que
se presenta, fuera de la Biblia y del evangelio de la salvación, como "cosas necesarias para
la salvación". Este era el Espiritu que tuvieron los primeros reformadores, pero que, sin
embargo, tomaron un camino radical ante su contexto, terminando apoyando la teoría de
cesación.

● Un dato interesante, es el del talentoso teólogo y predicador escocés


George Gillespie (1613-1648), un miembro de honor de la Asamblea de Westminster que
creía en la contemporaneidad del don carismático de profecía.238

1.3. El apego Racionalista.

Segundo Factor:

Aquí llegamos al segundo factor histórico decisivo del porqué las iglesias del
protestantismo histórico, se volcaron más hacia el cesacionismo. Debemos entender, que sólo fue
después de las olas racionalistas e iluministas de los siglos XVII y XVIII que el cesacionismo pudo
ser cristalizado definitivamente entre los grupos protestantes más tradicionales. Estos acabarían
teniendo como base principal argumentativa los supuestos de la obra Falsos Milagros, de 1918,
escrito por el teólogo reformado Estadounidense Benjamin Breckinridge Warfield (1851-1921),
más conocido como B.B. Warfield.239

Aunque B.B. Warfield es considerado hasta el día de hoy en los círculos protestantes
tradicionales un bastión de la ortodoxia en una época en que el liberalismo teológico comenzaba a
avanzar en los colegios protestantes, contradictoriamente "usó muchas de las mismas técnicas
críticas sobre los milagros históricos que sus oponentes liberales habían usado en las Escrituras”;
citó “con beneplácito la racionalización de los exorcismos que Adolph von Harnack aplicó a la
Iglesia Primitiva”, aplicándolo a la período post-apostólico, en una “contradicción fatal en su

238
CUNHA, Renato, Under the Heavens a Scotland, Rio de Janeiro: CPAD, 2017, pags. 65-72
239
método histórico” (incluso algunos de los más firmes defensores del cesacionismo aceptan la
probabilidad de exorcismos contemporáneos); y él "rechazó toda pretensión de milagros" como
siendo el resultado de un “concepto erróneo humano”, ya sea “superstición, desequilibrio mental”,
como acusan los liberales a los milagros bíblicos.240

En resumen, la "esencia del argumento de Warfield contra milagros pos-Bíblicos" es "un


modelo de liberalismo racionalista de Harnack" añadido a los supuestos de un filósofo ateo, el
británico David Hume, en su Investigación sobre el Comprensión humana (1748). Con Warfield y
Hume asumiendo a priori que los milagros no pueden suceder (por Warfield, después de la era
apostólica; para Hume, nunca) y utilizando una evaluación muy crítica para evaluar a los testigos
de milagros y realizar "un análisis predeterminado de la (im) probabilidad de sucesos milagrosos
caso por caso”,241el cesacionismo no solo era regresado a la escena con el armazón metodológico
que analizamos arriba, sino que ponía un alto a tantos pentecostalismos y avivamientos de los
últimos siglos antes del XX.

Esto hizo que las iglesias protestantes históricas, más que nada reformadas, hicieran un
bloque ante tantas manifestaciones y carismas dados en sus filas, tal y como hemos visto; por otro
lado, el contexto en el que Warfield publica su obra, era el pleno apogeo del pentecostalismo
moderno. Mismo, en los primeros años del pentecostalismo, algunos grupos del movimiento de
santidad y las comunidades fundamentalistas, calificaron al peyorativo "movimiento de las
lenguas" de "satánico", "hereje" y "hechicería". Los predicadores más importantes del ala
fundamentalista de la época, como Benjamín Warfield, Henry Ironside y Campbell Margan, los
llamaban "el último vómito de Satanás".242

El Antipentecostalismo no nació con “los Carismáticos” (1978), o con "Caos Carismático"


(1993) y "Fuego Extraño" (2013) del pastor fundamentalista John MacArthur, sino que viene desde
los inicios del movimiento. Sin embargo, contra más los atacaron, más crecieron, demostrando
que los vasos son de barro, pero el que realiza la obra de alfarería, lo hace con poder.

Como afirma el académico César Moisés, “la gran verdad es que El cesacionismo ve la fe
con las mismas suposiciones que liberalismo teológico que tanto critican [las iglesias históricas].

240
RUTHVEN, Jon, Sobre a cessação dos charismata, 2017, Editora Carisma, págs. 83-87.
241
RUTHVEN, Ibid., pág. 87.
242
G. Wacker, Heaven Below, cit., pág. 44; R, M. Anderson, op. cit., pág. 193; H. Cox , Fire, cit., pág.
61, 74-75.
Aunque los primeros parecen querer defender la fe y los segundos desacreditarlo, llega en efecto,
en un razonamiento racionalista, por ejemplo, a las mismas conclusiones con respecto a los
milagros. Mientras que el liberalismo teológico utiliza el racionalismo para analizar toda la
realidad, incluida la de los tiempos bíblicos, y por lo tanto niega que ha habido milagros en
cualquier época, el cesacionista, a través de un dispositivo cronológico, afirman que los milagros
cesaron con la Era Apostólica. De hecho, no pueden creen en los milagros para el día de hoy porque
su teología racionalista no permite esta creencia. Así, los milagros están aislados en tiempos
bíblicos, pero su posibilidad es negada en la contemporaneidad actual. La diferencia de
incredulidad entre los dos es sólo una delimitación en el tiempo”.243

243
CARVALHO, César Moisés, Revelação, Experiência e Teologia, in: revista Obreiro Aprovado,
CPAD, ano 38, número 75, págs. 34-35
*Extras:
1. Si siguen vigentes ¿Dónde están que no los veo?

Algunos cesacionistas preguntan: “Si los dones no han cesado, ¿por qué no los veo?”
¿Cómo podemos explicar esto? El hecho de que alguien no vea la manifestación de los dones,
puede tener como respuesta lógico-argumentativa, al menos, una de estas cuatro explicaciones:

1- No los ves porque han cesado.

2- No los ves porque sus manifestaciones son raras en el mundo cristiano.

3- No los ves porque sus manifestaciones no suceden en el medio por el que transitas.

4- No los ve, porque aun conociendo, mirando, o viendo sus manifestaciones, la persona se
niega a reconocerlos como dones divinos y se deja llevar por la incredulidad.

Por lo tanto, esta objeción es débil, porque si lo pensamos bien, hay ¾ partes de
posibilidades de que los dones no hayan cesado, mientras que solo 1/4 de que sí. Cuando un
cesacionista toma como verdadera la primera explicación, está descartando todas las demás
respuestas posibles haciendo tabula rasa. Es decir, su cosmovisión, causa un choque en la creencia
de forma positiva a favor de las manifestaciones carismáticas hoy, y con ese prisma, ve toda la
realidad. Aunque afirmen que creen en los milagros (y no en los dones de poder), y que Dios es
soberano, generalmente se da que niegan por incredulidad estas manifestaciones. Bien lo dijo uno
de los más grandes eruditos del Nuevo Testamento del siglo XXI, Craig S. Keener: “Hoy, hay
quienes proponen que los dones indiscutiblemente sobrenaturales han cesado, pero que los dones
naturales, como la enseñanza, permanecen activos. Esta distinción, sin embargo, tiene su origen en
la filosofía de la Ilustración, no en el texto bíblico; es contraria a todas las pretensiones de Pablo
razonando en este pasaje [Romanos 12]".244 Aunque personalmente, debo decir que esto tiene sus

244
KEENER, Craig S., El Espíritu en la Iglesia: Lo que la Biblia enseña acerca de los dones, 2018, págs.
112-113.
raíces mucho más atrás, en el Judaísmo y el Paganismo, pero en el cristianismo propiamente, tiene
sus raíces en la reacción por los excesos de alguno de los padres Apostólicos desde fines del siglo II
y fines del V, como hemos probado.

En su libro “Fuego Extraño” (2013), el pastor cesacionista y fundamentalista, John


McArthur, hasta niega las afirmaciones de testigos que presenciaron milagros en la época
contemporánea. A esto, Keener responde: “Si MacArthur niega las afirmaciónes de los testigos, él
también apoya los desafíos muy epistémicos que hacen los escépticos contra el confiar en la base
de las afirmaciónes de milagros en la Biblia. Hoy, de hecho, nosotros algunas veces tenemos
documentación médica, la cual estaba naturalmente ausente en los casos bíblicos. Si uno
argumenta que aquellos levantados en la actualidad quienes estaban fríos, tiesos, no respiraban
durante muchas horas, y tenían sus ojos en blanco no estaban genuinamente muertos, ¿cómo sabe
uno que la hija de Jairo, que no respiraba sólo por un corto tiempo, estaba genuinamente muerta?
Nosotros podemos decir, “Porque la Biblia lo dice,” pero mi punto es que el tipo de escepticismo
que se aplica contra las fuertes afirmaciónes de milagros hoy es precisamente el mismo
acercamiento usado para desafiar la Biblia. Hume usó el descarte temprano de evidencia de
testigos oculares de milagros del cesacionismo rígido para desestimar los milagros bíblicos
también, y otros escépticos lo han seguido inmediatamente. El acercamiento evangélico
continuacionista de finales del siglo diecinueve reconoció la importancia de la consistencia al
manejar evidencia. Un cesacionista rígido quien no quiere que otros descarten el testimonio de
testigos oculares del primer siglo no deberían descartarlo a priori hoy, siempre buscando maneras
de evitar toda la evidencia”.245

2. ¿El sentido común nos lleva al cesacionismo?

El pastor Josias Grauman en el año 2022, tras dar publicidad a los estudios de los
"Expositores" de ese año posteo una frase de su exposición, que dice así: "El sentido común nos
indica que los dones milagrosos ya han cesado".246

245
KEENER Craig S., reseña al libro “fuego extraño” del pastor John McArthur, Pág. 14.
246
GRAUMAN, Josías, El sentido común nos indica que los dones milagrosos ya han cesado,
disponible en:
https://www.facebook.com/conferencia.expositores/photos/a.925118417672167/2167517626765567
(última actualización 30/07/2023 )
A raíz de esto, debemos preguntarnos en primer lugar ¿Qué es el "sentido común"? Esto,
aunque parezca una tontería del "sentido común", es en realidad, una pregunta filosófica, y que
tiene a Aristóteles, Descartes, y los Pragmatistas, como los más famosos en describir o definir una
respuesta a lo que en puede ser es ese "sentido común" que posee el hombre. Pero para no ir más
lejos, Yash, Hipat Roses e Imeld, lo definen lo más neutral posible como "el don provisto para
saber distinguir todo lo que nos rodea: el bien, el mal, la razón y la ignorancia."

Ese sentido común es un "sentido de asimilar lo que enfrente parece obvio"; el tema está
en que el sentido común es algo que tenemos que romper para ser cristianos. ¿Exagero? ¿Qué
dicta el sentido común sobre la resurrección? ¡Que no es posible! "Nadie resucita después de
muerto", es la respuesta del "sentido común".

Así, esta visión racionalista del cesacionismo por el fanatismo del "sentido común" es un
problema, porque "hablamos de un Dios que la mayoría del tiempo hace cosas que no tienen
sentido" (Parafraseando en libro del Teólogo Reformado James Dobson). ¡Hablar de “dones
Milagrosos”, es para el sentido común una locura! ¿Por qué? Porque el Milagro raya con lo
"común".

En segundo lugar ¿por qué la necesidad de usar "el sentido común" en vez del sentido
Crítico? Porque el sentido común tiene una falencia obvia que le hace creer al hombre que algo es
"obvio" sin un análisis profundo y crítico del tema. Al estudiar los textos Bíblicos bajo una sana
hermenéutica y exégesis, y la historia de la iglesia, es imposible creer que los dones hayan cesado
por más que haya personas que crean que una persona que ore por un enfermo por obvias
razones del "sentido común" no puede ser sanada (teniendo en cuenta que esa operación sería un
don de Dios). Por eso es necesario el sentido Crítico.

El filósofo Heidegger, dijo:

"Pensamos lo que se piensa, sentimos lo que se siente, deseamos lo que se desea, decimos
lo que se dice; creemos que pensamos, pero en realidad solo repetimos esquemas de pensamientos
previos que construyen nuestra forma de pensar, la libertad está condicionada".

Para pasar en limpio, el "sentido común" es una manera de no pensar y de no analizar


crítica o científicamente hechos y fenómenos de la sociedad, dados como naturales y concretos sin
investigaciones metodológicas previas. Al aceptar estos hechos sin argumentos, escapan al rigor
científico y a toda clase de análisis crítico. Dado que lo «común» (a diferencia de los cinco sentidos
establecidos), no es parte de lo cognitivo (natural), sino una construcción social. Así, "El sentido
común es la antítesis al pensamiento crítico"247 dijo el Dr. En Psicología y Lic. En Sociología, Arturo
Torres.

Una tercera pregunta es ¿Qué pasó con la Sola Scriptura? ¿Ahora dejamos que un sentido
psicosocial intérprete las Escrituras? Parece que sí…

La cuarta y última pregunta es ¿verdaderamente van a hablar de los dones del Espíritu
Santo sin conocerlos por la Palabra? ¿Saben por qué hago está pregunta? Porque a causa de esto,
salen preguntas así:

"Si los dones de curación estuvieran en funcionamiento hoy: ¿quién los tuviera podría
usarlos a voluntad, en cualquier lugar y en cualquier momento, y podría ir a un hospital y sanar?"

NO. Resulta que al usar el "sentido común" y no el "Critico" no notan que esto no sucede
hoy, ni sucedía en el período Bíblico. Solo una fracción de las curaciones realizadas a través de
agentes humanos se realizaron de esta manera. Esto se explica en parte porque, en última
instancia, prevalece la voluntad de Dios de sanar a alguien o no; la operación de don depende de
del querer del dador y no del portador del don 248. Por otro lado, la ausencia o presencia de fe de la
persona enferma o del agente puede estar detrás de la decisión de Dios de sanar o no (Mat 13.58).

247
Arturo Torres, ¿Qué es el sentido común? Disponible en:
https://psicologiaymente.com/psicologia/sentido-comun (última actualización el 30/07/2023)
248
En la mayoría de los casos (No en todos), el Nuevo Testamento habla de una posesión
permanente de los dones espirituales, pero también, los dones van acompañados “en proporción a nuestra
fe” (Ro 12:6), indicando que el don puede estar más o menos desarrollado en diferentes individuos. Por
ejemplo, el don de profecía en donde Timoteo deja que su don se debilite, casualmente por no ejercitarlo, y
Pablo le recuerda que lo estimule (1 Ti 4: 14), y le reafirma “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del
don de Dios que está en ti” (2 Ti 1:6). Por otro lado, hay algunos dones que, aunque se usan con frecuencia,
no se usan a voluntad. Por ejemplo, la eficacia del don de sanidad depende de la voluntad soberana de Dios
de responder a las oraciones de sanidad. Asimismo, la profecía depende del "impulso" espontáneo del
Espíritu Santo (1 Corintios 14:30) y no puede cumplirse a voluntad.
A veces se hace referencia a Romanos 11:29 cuando se habla de la permanencia de los dones
espirituales: "Porque los dones de Dios son irrevocables". Sin embargo, no es correcto usar este versículo en
el contexto de la discusión, porque en este caso Pablo está hablando del estatus de los judíos, incluyendo el
ser llamados pueblo de Dios, y con ello recibir dones y bendiciones (Rom 9.4-5). Aquí Pablo afirma que Dios
todavía tiene un propósito para su pueblo Israel, pero Romanos 11:29 no aborda en absoluto el tema del
don del Espíritu Santo en el sentido de 1 Corintios 12-14. En cualquier caso, esta afirmación es
evidentemente falsa en lo que respecta a afirmaciones completamente ilimitadas sobre los dones
espirituales, porque es claro que, al abusar, ignorar u ofender al Espíritu Santo, las personas pueden
encontrar sus dones debilitados o eliminados bajo una decisión soberana de Dios.
Las palabras “sanidades” y “maravillas”249, así como “dones”, estén en plural en el griego;
el plural nos trae la idea de, obviamente, pluralidad, es decir, algo compuesto de muchos. Son
múltiples las esferas del alcance de estos dones de poder; no hay “un don de sanidad” y “un don
de operar milagros”, sino una variedad de ellos. Elinando Renovato, nos dice que “los estudiosos
no son unánimes en la interpretación de este asunto. Hay quienes creen que un creyente, que tiene
tales dones, tiene la capacidad de curar cualquier enfermedad. La pluralidad de estos dones de
sanidad parece indicar que hay personas que tienen el don de orar por ciertas enfermedades, y
otros para orar por otro tipo de enfermedades”.250Esto, ligado al accionar del don de fe, como un
don para hacer cosas que trascienden el ámbito natural (Ex 14.13-14; Dn 6.23; 1 Re 18:22-39; Hch
28.1-6) “para una necesidad particular”, “causando manifestaciones insólitas o extraordinarias del
poder de Dios” como nos recuerda el académico Stanley Horton251 [esa “fe que mueve montañas”
de Mt 17.20 o el “tener la fe de Dios” como en Mc 11.22252], nos habla de una verdadera explosión
del poder de Dios en el mundo natural. Así como Dios en el Antiguo Testamento se manifestó al
pueblo de Israel como “Jehová Rafa” [el Señor que sana (Ex 15.26; Sal 103.3)], en el Nuevo se
manifiesta como el Padre celestial que dio dones a su iglesia gracias al Sacrificio de su Hijo, con el
fin de que ella opere en el mundo, antiguo y moderno, con poder y gracia, por la “dinamita”,
“energía”, el “poder” del Espíritu Santo. No obstante, el dador, no da el don para que la persona
sea un súper creyente (lea Hch 3.1-12), sino como afirmó el académico Gordon D. Fee, “la
pluralidad indica que el don no es permanente, es decir, al propio portador, sino que el don surge
de acuerdo a cada necesidad específica”,253porque la fe es algo que agrada a Dios, porque “la
oración del justo puede mucho” (Stg 5.16) [no por nada Jesús nos enseña a que oraramos en su
nombre por los enfermos para que sean sanados (Mr 16.18)].

En el Antiguo Testamento, por ejemplo, Eliseo ni siquiera estaba vivo cuando Dios usó su
cuerpo para resucitar milagrosamente a otra persona muerta (2 Re 13.21). En el NT, Dios sanó a la

249
El don de sanidad y el don de maravillas (o también llamado “milagros”), no son sinónimos entre
sí. Son dones diferentes, como Pablo los menciona como diferentes, cuando menciona "don de curación" y
luego "don de obrar maravillas" (1 Cor 12.9.10). Pero si se trata de diferentes dones y operaciones, ¿cuál es
la diferencia entre el don de sanar y el don de hacer maravillas? En el don de la curación, una persona se
cura de algo difícil para la medicina, pero aún posible para la medicina. En el don de hacer maravillas, uno se
cura de algo completamente imposible para la medicina, donde la medicina de ninguna manera lograría una
solución a la enfermedad.
250
Elinaldo Renovato de Lima, Los dones Espirituales y ministeriales, editorial Patmos, Pág. 48.
251
Horton, Stanley, I e II Corintios, Pág. 115.
252
Donald Gee, por Pearlman Myer, Teología Bíblica y Sistemática, Págs. 236-237.
253
FEE, Gordon D., La Primera Epístola a los Corintios, Pág. 593.
gente a través de la sombra de Pedro (Hch 5.15). Las ropas y los objetos que usaba Pablo también
se colocaban sobre los enfermos que estaban siendo sanados (Hch 19.12). Al mismo tiempo
podemos observar a profetas dotados con dones milagrosos que no sanaron a todos los enfermos
(Luc 4.27); los apóstoles, dotados del don de operación de maravillas tampoco curaron a todos los
enfermos (2Tim 4.20).

En los ejemplos, tenemos milagros que se realizaron involuntariamente por decisión del
agente y no del portador, y casos en los que no se sanan a todos los enfermos. Ni siquiera Jesús
sanó a voluntad, ya que a veces la incredulidad de la gente le impedía hacerlo (Marcos 6. 4-6), o su
soberana voluntad (Jn 5.2-9). Un último ejemplo sería Pablo quien, a pesar de tener autoridad, no
curó a Trófimo ni a Timoteo; Claro que, un Cesacionista, seguramente dirá que eso pasó porque el
don se estaba agotando... No obstante, esa es una presuposición teológica, y nada en el texto nos
dice algo así.

Debemos estar al tanto también, que puede ser la voluntad de Dios que el tratamiento o la
cura de una enfermedad venga por medios naturales, lo que no deja de ser una bendición de Dios
(1Tim 5.23).

Dios es soberano sobre las enfermedades, los enfermos y los agentes que usa. Nunca
sabremos con certeza por qué algunas personas se curan y otras no, aunque tengamos una pista.
Pero lo cierto es que Él continúa sanando hoy, incluso a través de los seres humanos, que a veces
son instrumentos de bendición para otros incluso cuando no tienen el control sobre ello. Pero
afirmar, como varios hacen, que “si alguien tiene el don de sanidad debe sanar a todos los
enfermos”, es idéntico al argumento ateo de “si Dios existe y es todo poderoso debe eliminar el
mal del mundo”. Ambos están errados, y nos habla del problema del racionalismo en la teología
contemporánea. Como señaló Thomas R. Hoover, “algunos dones son permanentes (como es el
caso del don de enseñanza, por ejemplo), mientras que otros dones se manifiestan según la
ocasión y la fe del creyente (Romanos 12:6)”.254

Wayne Grudem255, define así a los dones: "Es una habilidad POTENCIADA por el Espíritu
Santo (...)". Por "potenciada" podemos entender el "repartiendo" (1 Cor 12:11) del Espíritu Santo
como el impulsador de la obra para que se hagan "señales y prodigios y diversos Milagros" (Heb

254
HOOVER, Thomas R. Comentario Bíblico: 1 y 2 Corintios, Pág. 107.
255
Wayne Grudem. Introducción a la Teología Sistemática, editorial Vida, Pág. 1071.
2:4) según su voluntad. Esto significa, que es una variedad de operaciones que se extienden más
allá de nuestro dominio (como el problema del mal), pero que son realizadas por Dios según su
voluntad; no por nada, la palabra dice que "Todas estas cosas (Incluida el don de Milagros:
1Cor:12:10) las hace uno y el mismo Espíritu, REPARTIENDO a cada uno en particular como él
quiere".

En todas estas circunstancias, es el nombre de Dios el que debe ser glorificado, porque es
él mismo, dando testimonio con señales y prodigios y milagros por medio del Espíritu Santo,
demostrando que el "sentido común" es limitado y no puede captar al soberano, porque lo
encuentra sin sentido. NO por nada la mayoría de los pentecostales prefieren el término "Sanidad
Divina" al de "Sanidad por la fe". La fe pentecostal en la Sanidad está basada en el testimonio
directo (la Biblia) e indirecto (las personas) que experimentaron la Sanidad como una intervención
directa y soberana de Dios.

3. ¿Es el don de profecía la exposición de la Palabra?

“Los profetas y apóstoles recibieron una nueva e inspirada revelación de Dios para formar
parte del canon de la Escritura (…) ¿Qué es el don de profecía? Es la explicación, exposición y
explicación fiel de la Palabra de Dios tal como está en las Escrituras. Pablo dice que si alguien
profetiza, es conforme a la proporción de la fe”.256

Esta es una interpretación muy común entre algunos cesacionistas. Sin embargo, el texto
en cuestión, es de un continuacionista. Usaré esta fuente para que observemos dos cosas: (1) la
teología racionalista se está colando hasta en los sectores continuacionsitas, y (2), demostrar el
error de esta interpretación.

Para corregir esta interpretación traigo, en un primer momento, las consideraciones del
Dr. Martyn Lloyd-Jones, también teólogo calvinista (¡y continuista!). El Dr. Lloyd-Jones es autor de
muchos libros sobre reavivamiento espiritual y comentarios bíblicos, y fue un destacado ministro
congregacional en la famosa Capilla de Westminster en Londres, Inglaterra, ¡durante casi 30 años!

¿Qué es y no es el don de profecía?

256
1 Corintios: Cómo Resolver Conflictos en la Iglesia. São Paulo: Hagnos, Pág. 265.
Primero el Dr. Lloyd-Jones nos dice lo que no es profecía:

“Déjame decirte lo que no significa profecía. No significa simplemente el don de explicar


las profecías del Antiguo Testamento. Ha habido gente que enseña esto. Dicen: 'La profecía es el
don y la capacidad de exponer los escritos de los profetas tal como están registrados en el Antiguo
Testamento. Puede que le sorprenda saber que esta fue la interpretación dada por Juan Calvino y
Martín Lutero. 257 Sin embargo, más recientemente, los comentaristas de casi todas las escuelas de
pensamiento generalmente están de acuerdo en que esta interpretación es completamente
errónea. No cuadra con lo que dice el Nuevo Testamento acerca de la profecía”. 258

Ahora, el Dr. Lloyd-Jones conceptualiza lo que es la profecía:

“¿Qué es, entonces, el don de profecía? Pues yo lo defino como una inspiración directa del
Espíritu Santo. ¿Para qué? Su propósito es dar una palabra de Dios, o la palabra de Dios, a la
Iglesia. Quien hace una profecía es alguien a quien se le ha dado este don de transmitir, por así
decirlo, una palabra de Dios a la Iglesia y a los individuos en la Iglesia”.259

Más adelante, el Dr. Lloyd-Jones hace una distinción pertinente entre el don de profecía y
la predicación o enseñanza (donde precisamente está el error del Rev. Hernandes):

“¿Cuál es la diferencia entre la profecía por un lado y la predicación y la enseñanza por el


otro? (...) Yo diría que la diferencia se puede expresar, en una palabra: inmediatez. Y significa que
una palabra se le da a la gente y nos llega. Bueno, la predicación y la enseñanza no son así. El
predicador y maestro es un hombre que dedica tiempo al estudio; tómese el tiempo para pensar,
para prepararse; ordena su material y le da orden y sistema. Un predicador y maestro no debe
subir al púlpito sin ninguna preparación, confiando en la inspiración del momento. Esto no es
predicación y enseñanza, esto es profecía. La profecía es algo que se le da a alguien de manera
inmediata y directa. Permítanme ofrecerles mi prueba diciendo esto: en 1 Corintios 14:29 leemos:

257
Aunque tanto el reformador Martín Lutero como el teólogo francés Juan Calvino no fueron tan
dogmáticos como han sido retratados por teólogos cesacionistas recientes respecto a la creencia en la
contemporaneidad del don de profecía con carácter revelacional. Lutero se creía el cumplimiento de la
profecía de Juan Huss de Bohemia, que vivió cien años antes que él ("Juan Huss profetizó de mí", dijo
Lutero), y Juan Calvino no descartó la posibilidad de la existencia, sin embargo, remoto, de los profetas
después del cierre del canon, e incluso declaró: "La profecía es la sierva de la revelación".
258
Martyn Lloyd-Jones, Romanos: Exposición sobre el Capítulo 12, PES, Pág. 289.
259
Martyn Lloyd-Jones, Ibbi, Pág. 290.
‘Que dos o tres profetas hablen, y otros juzgarán. Luego, en el versículo 30: “Si algo le es revelado a
otro que está sentado, que el primero guarde silencio”. Puedes imaginarte la reunión. Hay un
profeta que pronuncia una profecía, pero una palabra se revela a alguien que está sentado a su
lado. Es eso; esto es profecía. Una revelación directa”.260

Ahora, el lector puede estar aún más interesado en el hecho de que el Dr. Lloyd-Jones
habla de su propia experiencia con el don de profecía:

“Pues bien, surge una dificultad de la siguiente manera: un predicador y maestro también
puede ser profeta. No tengo duda al respecto. Repito, para gloria de Dios, que creo saber un poco
de eso. Creo que sé algo de lo que es estar predicando o enseñando y de repente me encuentro
profetizando. Soy consciente de que mis palabras no son las que preparé, sino las que me fueron
dadas en ese momento, y con claridad, fuerza y acción directa. (...) La profecía puede venir en
medio de un sermón o de una enseñanza, pero se distingue de enseñar y predicar por una acción
directa, por esta percepción de que Dios está revelando un mensaje”.261

Entre los muchos casos citados por el Dr. Lloyd-Jones sobre las operaciones de los dones
del Espíritu Santo en la historia de la iglesia, incluyendo el don de profecía con carácter de
revelación y predicción, extraigo estos:

“Tenemos que tener mucho cuidado de no ser culpables de apagar el Espíritu porque
hemos establecido la creencia de que la distribución de los dones terminó con los apóstoles. Había
un hombre llamado John Welsh que era tan reformado y calvinista como su suegro, John Knox. Se
decía de él -y hay buena prueba de ello en un libro escrito por un escritor igualmente reformado y
calvinista- que, cuando residía en el sur de Francia, era usado para resucitar a una mujer de entre
los muertos. Pues bien, hay que enfrentarse a los hechos. Cuídate de que, en tu disposición
exquisita y elegante de la verdad, no seas sorprendido peleando contra Dios. Tenemos que ser muy
humildes en estos asuntos.

O considere el don de profecía: usemos esto como una ilustración. Tomemos nuevamente
el caso de John Welsh, o de otro gran ministro de Escocia, Alexander Peden. Si lees las biografías de
estos hombres, verás que pudieron pronunciar profecías de eventos que sucederían en Escocia, y
eso sucedió. Por lo tanto, debemos tener cuidado de no apagar el Espíritu, pero no sólo eso,

260
Martyn Lloyd-Jones, Ibbi, Págs. 290-291.
261
Ibbi, Pág. 291.
debemos tener cuidado de no hacernos culpables de contradecir a los hombres que consideramos
héroes(...).

Pues bien, cuando hay un verdadero avivamiento como los mencionados, siempre hay
manifestación de algunos dones; a veces de uno, a veces de otros. Un don que siempre se da
excepcionalmente en tales ocasiones es el don de la predicación y la enseñanza. También verás el
don de profecía, que es la predicción de eventos que ocurrirán posteriormente. A menudo también
se da el don de discernimiento de espíritus. Podría contarte muchas historias cuya veracidad está
bien atestiguada; algunos de ellos son casi increíbles. Podría decirles cómo era que los hombres,
llenos del Espíritu de Dios, podían detectar la acción de los malos espíritus en una reunión”.262

Una respuesta al Reverendo Hernandes y lo común de la literatura Cesacionista.

1er ERROR: "Los profetas y apóstoles recibieron una revelación nueva e inspirada de Dios
para formar parte del canon de las Escrituras". 263

Observen lo que afirma el teólogo reformado y presbiteriano Don Codling en "Sola


Scriptura and Gifts of Revelation", editorial Carisma (2ª ed., 2017) [Recomiendo encarecidamente
esta obra a todos aquellos interesados en percibir la perfecta armonía entre la continuidad del don
de profecía y la defensa protestante de la suprema autoridad de las Escrituras], Como bien
argumenta Codling, hay muchos profetas y muchas profecías cuyas revelaciones divinas no
entraron en el Canon. Basta con mirar a los profetas de la escuela de profetas en los días de
Samuel, los otros siete mil que, como Elías, no se inclinaron en los días de Acab, y las profecías de
las hijas de Felipe el evangelista. ¿Alguien podría citar al menos una profecía pronunciada por esas
cuatro niñas? Si la tesis de que las revelaciones dadas a esos profetas y profetisas fueran a "ser
parte del canon", entonces todas ellas deberían estar en la Biblia, ¡y entonces solo Dios sabe
cuánto volumen tendría este gran Libro!

Hay muchas personas mencionadas como profetas y profetisas en la Biblia de las que no
hay ningún registro canónico de profecías, mientras que otros son considerados profetas
genuinos, cuyos libros son considerados apócrifos para nosotros (p. ej., El Libro de Enoc, y la cita
de Judas de él).

262
Ibbi, Págs. 283-284.
263
Hernandes Dario Lopes, Comentario sobre 1 Corintios, Pág. 265.
2º ERROR: “¿Qué es el don de profecía? Es la explicación, exposición y explicación fiel de la
Palabra de Dios tal como está en las Escrituras. Pablo dice que, si alguno profetiza, sea conforme a
la proporción de la fe (Rom. 12 :6). ¿Cuál es la proporción de la fe? ¡El contenido de las Escrituras!"

Como bien se indicó anteriormente, Lloyd-Jones ya ha corregido este concepto erróneo,


porque la profecía definitivamente no es lo mismo que la enseñanza. El también teólogo calvinista,
Donald A. Carson, es incisivo: “la predicación no puede identificarse con la profecía”.264

¿Quiere una prueba muy simple de la distinción entre PROFECÍA y PREDICACIÓN? En el


mismo texto de Romanos 12, citado por Hernandes, Pablo distingue el don de profecía del don de
enseñanza (Rom 12,6 - profecía; 12,7 - enseñanza). Si Pablo creía que eran lo mismo, ¿por qué
hacer la distinción?

Profundicemos un poco más: porque hasta usando un argumento complementarista265, de


que Pablo estaba en contra de que las mujeres enseñaran en la iglesia (1Co 14.34-35266; 1Ti 2.12),
pero habla positivamente de las mujeres que profetizan (1Co 11.5), y dice que todos, sin distinción
de sexo, “pueden profetizar” (1 Corintios 14:31). Además, Pablo pasó por la casa de Felipe y se
encontró con sus cuatro hijas jóvenes que profetizaban (Hechos 21:9). Bueno, si profetizar es
exponer las Escrituras, explicar, enseñar, entonces Pablo debe haber entrado en una contradicción
cuando habla de las mujeres que profetizan en la iglesia cuando él estaba en contra de las mujeres

264
Carson, D. A, La manifestación del Espíritu: la contemporaneidad de los dones a la luz de 1Co 12-
14, Pág. 171.
265
El complementarismo es la postura teológica que afirma que la mujer es un complemento del
hombre, que en Cristo son iguales, pero hay roles; a causa de los roles, la mujer no es más que un
complemento. En contraposición, el Igualitarismo, es una perspectiva teológica que afirma que el hombre y
la mujer son iguales en Cristo y sin roles de género; esto no significa que la mujer es más que el hombre o
viceversa, sino que ambos son iguales y se someten mutuamente en igualdad.
266
Es posible que 1 Corintios 14: 33-35, sea una interpolación. Para muchos estudiosos este pasaje
fue introducido en la carta de Pablo en una fecha posterior por quienes querían hacerle parecer más acorde
con las normas grecorromanas. Las cartas de Pablo fueron copiadas asiduamente después de su muerte y
sobrevivieron en 779 manuscritos que datan del siglo III al siglo XVI. Existen versiones diferentes en los
primeros manuscritos de esta carta y, al parecer, los copistas añadían a veces observaciones que reflejaban
sus propias opiniones y no las del apóstol. Una de ellas es casi seguramente el pasaje mencionado más
arriba. ¿Qué argumentos hay para afirmar esto? En primer lugar, se contradice con el interés de Pablo de
conceder igualdad de derechos y obligaciones a los hombres y las mujeres al comienzo de esa misma carta, y
es extraño escuchar precisamente a Pablo apelar a la autoridad de «la ley». Pero también existen razones
textuales para esta inserción posterior. En los primeros manuscritos, que apenas datan del siglo III d. C.,
aparece en diferentes lugares, y en su posición actual interrumpe —casi a mitad de la frase— el
razonamiento de Pablo acerca de los dones espirituales, que prosigue sin interrupción inmediatamente
después.
que enseñan en la iglesia; ¡y debe haber estado muy angustiado al saber que las cuatro hijas del
evangelista Felipe eran maestras de la iglesia!

Por lo tanto, concluyo: ¡la profecía no es predicación ni enseñanza! La profecía es una


revelación especial no canónica, es un mensaje (no predicación) que viene directamente del cielo
por el Espíritu, pero de acuerdo con las Escrituras, para exhortar, consolar y edificar a la iglesia o
para revelar los secretos del corazón, produciendo temor y temblor en el culto a Dios (1Co
14.3,25).

4. ¿Hablar en lenguas es Irracional? ¿Son solo para predicar a los


extranjeros? ¿Cuál es su propósito?
4.1. ¿Hablar en lenguas es Irracional?

Una y otra vez veo gente burlándose del don de lenguas en Internet. Por un lado, lo siento
por los pentecostales y carismáticos que se dejan burlar cuando participan ellos mismos en estos
juegos; por otra parte, me compadezco de los antipáticos del pentecostalismo, que, "sin conocer
las Escrituras ni el poder de Dios", critican toda ocurrencia de lenguas, tratándolas de
irracionalidades y, en tono de broma, de meras "jeringosas". Para los ignorantes y los burladores,
dejo los sabios y pastorales comentarios de Jack Hayford, respetado teólogo pentecostal
Cuadrangular y editor general de la Biblia de estudio completa (SBB). En su libro "La belleza del
lenguaje espiritual", Hayford corrige la crítica de que hablar en lenguas es una verbalización sin
sentido. Él afirma:

"Es un error de nomenclatura que algunos escritores hayan descrito el hablar en lenguas
como una expresión irracional. Peor aún, muchos han propuesto que no es un idioma en absoluto,
sino palabras confusas - habla inarticulada. Tal juicio supone que el observador sabe cada uno de
los casi seis mil idiomas en la tierra (sin mencionar la posibilidad de que algunos otros idiomas
celestiales puedan ser hablados fuera de este planeta). Considerar los idiomas como un galimatías
[confusión], en cualquier ocasión, también es reconocer la propia ignorancia en cuanto a las
innumerables ocasiones en que los oyentes reconocieron las lenguas habladas por personas llenas
del Espíritu Santo.

El ejercicio mismo de las lenguas es un acto inteligente; no porque se conozca el idioma,


sino porque... se conoce la elección de hablar (1 Corintios 14:15), se conoce la Persona a la que se
habla (1 Corintios 14:2), y el contenido del discurso a veces se percibe después del hecho ( 1
Corintios 14:13). ).

Este no es un discurso irracional, como algunos lo llaman. El lenguaje espiritual puede


describirse como suprarracional, porque realmente excede los límites de la capacidad de la mente
sin ayuda, pero no es una aberración o un ejercicio ignorante. [...] Mi inteligencia tal vez no pueda
ser ayudada cuando hablo en lenguas, pero tampoco es violada".267

4.1.1. ¿Qué pasa con los “estudios científicos que afirman que la Glosolalia es de
locos”?

Muchos estudios realizados entre las décadas de 1960 y 1970, retratan a la Glosolalia
como un fenómeno de "estado alterado de la mente”, "delirio colectivo", "balbuceo infantil
derivado del propio idioma", etc... Imagínense que el psicólogo Mansell Pattison (1968), postuló
que la Glosolalia era un fenómeno más frecuente en personas con tendencias sociopaticas,
histeria e hipocondríacas. Muchos estudios relataban a los Pentecostales como pobres locos
vulnerables los delirios de psicosis preexistentes en víctimas de manipulación por líderes
autoritarios. En otras palabras, para esos estudiosos, quien habla en lenguas, no está bien de la
cabeza. Los estudios más ampliamente citados para descalificar a la glosolalia son del lingüista
William Samarin (1972) y de la Antropóloga Felicitas D. Goodman (1969).

Pero... algo curioso de los críticos de la Glosolalia que apelan a la ciencia, es que, NUNCA
DICEN QUE NO HAY CONCENSO ACADÉMICO SOBRE EL TEMA. Otra cosa, que omiten
curiosamente... Es que hay Estudios, especialmente los de la academia anglosajona, que desafían
las conclusiones de los académicos de décadas pasadas; y es que, desde la década de 1980 y
entrando al 2000, hay toda una gama de estudios que retratan a la Glosolalia (hablar en lenguas)
en forma positiva. Ejemplo de esto son los Psicólogos William K. Kay y Leslie Francis (1999), los
cuales investigaron más de 259 hombres y 105 mujeres, miembros de iglesias Pentecostales, y NO
ENCONTRARON SEÑALES DE DIFUSIONES PSICOLÓGICAS, sino por el contrario, LA SALUD MENTAL
DE LOS PENTECOSTALES ERA AUN MAS ALTA QUE DE LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN.

El lingüista y Comunicologo Michael T. Motley (1982), ha observado una gran variedad de


fonemas de lenguas orientales (eslavo-ruso) y también del español (lengua latina) en inglés nativo

267
Jack Hayford. A beleza da linguagem espiritual: minha viagem ao coração de Deus, 1° ed.,
Editora Quadrangular, Pags. 57-58.
(anglo-germánico). Este fenómeno fue completamente contrario a la conclusión de Samarin, quien
fue categórico al afirmar que el glossolalico norteamericano tenía en el habla carismática la
presencia única de fonemas en el idioma inglés (por lo tanto, sólo reproducía e inventaba un
balbuceo como un bebé, pero que, por sus fonemas, demostraba que no era un idioma, sino un
invento.

Motley no es pentecostal, pero Hizo un análisis técnico y concluyó que, hasta donde
sabemos, no es posible catalogar la glossolalia como un “no lenguaje”. Motley indicó que la
glosolalia es un tipo único de codificación del habla y tiene numerosas características
idiomáticas.268

En el 2006, el Elsevier Ireland Ltd., realizando el primer estudio de neuroimagen funcional


que demuestra cambios en la actividad cerebral durante la glosolalia, en donde los lóbulos
frontales, los lóbulos parietales y el caudal izquierdo fueron los más afectados. Los resultados de
este estudio preliminar han comenzado a dilucidar los correlatos neurofisiológicos de la glosolalia,
es decir, que hubo cambios en varias estructuras cerebrales, sugiriendo que hay una actividad
cerebral compleja durante esta práctica inusual. En donde los estudios han sugerido que las
personas que hablan en lenguas no muestran diferencias en los rasgos de personalidad de otros
grupos de población: no hay aumentos en la depresión, la ansiedad, manía o psicosis. Es
interesante que los lóbulos frontales mostraran una perfusión disminuida durante la glosolalia,
pero esto es consistente con la descripción de los sujetos de una falta de control intencional [por
lo que pueden tener control sobre ella] sobre la ejecución de la glosolalia. Tras los estudios, la
glosolalia no se asoció con una pérdida del sentido de sí mismo y no hubo disminuciones
significativas en el SPL, porque no se observó el aumento hipotético en la actividad talámica pero
si, hubo un cambio en la LI talámica entre las exploraciones de canto y glosolalia. Y finalmente, un
informe anterior describió una actividad eléctrica similar a una convulsión en un sujeto durante
una glosolalia prolongada; El aumento marginal de actividad observado en el estudio reciente no
aclara la relación exacta entre el sistema límbico y la glosolalia, ni descarta la posibilidad de
actividad convulsiva.269

268
MOTLEY, Michael T. A linguistic analysis ofglossolalia: Evidence of unique psycholinguistic
processing. Communication Quarterly. Volume 30, Issue 1,1982, Pags. 18-27.
269
Andrew B. Newberg et al., La medición del flujo sanguíneo cerebral regional durante la
glosolalia: una SPECT preliminar estudio, Investigación en Psiquiatría: Neuroimagen (2006), doi:
10.1016/j.pscychresns.2006.07.001
Además, gracias a los descubrimientos de Violeta Makovii (2010), se ha demostrado, que
los glossolalicos (personas que hablan en lenguas extrañas por el Espíritu Santo) no están en
estado de trance y no muestran signos de psicopatología al momento de Hablar en lenguas. Así
mismo, estos estudios indican que los pentecostales no son susceptibles a la hipnosis o hablar en
lenguas necesariamente bajo la coerción de un líder.270

Matthew Wolf declara tajantemente: "La conformidad con los principios de caracterización
es una señal de que la Glosolalia es más semejante a un lenguaje; eso muestra que los procesos
mentales que rigen al lenguaje común también rigen a la Glosolalia. (...) La Glosolalia podría ser
llamada de fenómeno no-Semántico o no-Gramatical más describirlo como "no-Linguistico" o
"Pseudolenguaje" es inapropiado".271

La "Glosolalia" es estudiada por varias disciplinas científicas, pero, por su natural "rareza"
hay muy pocas investigaciones al respecto. Las investigaciones científicas son necesarias, pero, he
notado el entusiasmo de muchos hermanos, ante las conclusiones de algunos estudios científicos,
las cuales, no coincide con el principio del conservadurismo teológico al tener a la Biblia como la
única regla de fe. Así, La conclusión teológica de algunos no depende de una sólida línea de
hermenéutica y exégesis, sino, sólo de los “estudios de laboratorio”.

“El don de las lenguas sólo es cierto si son lenguas idiomáticas, lenguas de los pueblos,
lenguas identificables por la lingüística” - se enfurecen los escépticos cesacionistas.

Mi pregunta es: si se les ofreciera los muchos ejemplos de lenguas idiomáticas otorgadas
hoy a viejos y jóvenes, hombres y mujeres, laicos y eruditos, otorgadas sobrenaturalmente, tal y
como hay registros en la historia y la lingüística ¿creerían tales escépticos en la actualidad de este
don? No. A la velocidad del rayo, buscarían subterfugios para atribuir tales sucesos a cualquier
fenómeno de perturbación psicológica, que no sea el poder del Espíritu Santo. Entonces, el
problema de los escépticos no es si los idiomas son o no inteligibles. ¡El problema es la
incredulidad!

Así mismo, este mismo cristiano que les escribe, no puede apelar simplemente al fideísmo,
como si la fe pudiera explicarlo todo. Hay cosas que están más allá de la ciencia y más allá de la fe.

270
MOTLEY, Michael T. A linguistic analysis of glossolalia: Evidence of unique psycholinguistic
processing. Communication Quarterly. Volume 30, Issue 1,1982, Págs. 18-27.
271
Wolf Matthew, tongues and Language: Renewing the Lingustic study of Glossolalia. Journal of
Pentecostal theology. V 20 (2011) Págs 122-154.
La relación entre la fe y la ciencia debe ser holística. Es decir, la fe y la razón son partes
constitutivas del todo.

“Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar en lenguas” (1 Corintios


14:39)

4.2. ¿Son las lenguas solo para predicar a los extranjeros?

¡Las lenguas dadas por el Espíritu en Hechos 2, en el día de Pentecostés, y por las cuales
los 120 hermanos bautizados en el Espíritu Santo hablaron “las grandes cosas de Dios” (v. 11), no
eran para PREDICACIÓN, sino para ADORACIÓN! Para que nadie pensara que esos hermanos
estaban predicando en otros idiomas al mismo tiempo. El día de Pentecostés, fue Pedro quien
predicó, un sermón basado en el libro de Joel, y en un idioma común a todos los más de 3.000 que
se amotinaron allí, atraídos por las alabanzas dirigidas a Dios en otros idiomas.

Por cierto, digamos de paso que la mala interpretación de este texto en los primeros días
del movimiento pentecostal contribuyó a un programa de evangelización transcultural igualmente
equivocado: muchos creyentes recién bautizados en el Espíritu Santo fueron enviados a otros
países, pensando que eran calificados con el don de lenguas (Xenolalicas) para predicar el
Evangelio a otros pueblos. Hubo mucha frustración y vergüenza, ya que muchos misioneros no se
hicieron entender y tuvieron que regresar a sus países de origen. Pero la Biblia ya enseña que "el
que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios" (1 Co 14,2), a no ser que haya
interpretación de lenguas habladas, cuando entonces un mensaje puede ser dirigido por el Espíritu
a los que escuchan. 272

4.2.1. ¿Son las lenguas lenguas inteligibles o ininteligibles?

La respuesta a esta pregunta debe ser tratada con más humildad de la que generalmente
se da, sobre todo teniendo en cuenta que nadie puede hacer un análisis basándose únicamente en
su propia experiencia. Con aproximadamente 6.000 idiomas que se hablan en este planeta, los

272
No descarto la posibilidad de que el Espíritu, dador y señor del don, utilice las lenguas en
situaciones muy extraordinarias para proclamar una palabra evangelizadora a los que escuchan. El don de
lenguas es uno de los dones más versátiles del Espíritu (cantar en lenguas, orar en lenguas, hablar en
lenguas). Sin embargo, la función principal del don de lenguas es ofrecer adoración a Dios por encima del
mero entendimiento y cognición humana - adoración suprarracional -, lo que al mismo tiempo resulta en
una edificación espiritual para el hablante. ¡Una edificación que no opera en el intelecto, sino directamente
en el espíritu del creyente!
lingüistas expertos han postulado que no hay nadie que haya adquirido un conocimiento básico de
siquiera cien idiomas. ¿Quién, con integridad académica, podría afirmar que el idioma escuchado
de un hablante “no era ningún idioma en absoluto”, ya que el observador más entrenado aún
tendría más de cinco mil idiomas desconocidos -y podría estar escuchando cualquiera de ellos
desde los labios del orador en lenguas?

Quiero sugerir que los idiomas que hablan aquellos que usan el lenguaje espiritual hoy,
bajo el poder habilitador del Espíritu Santo, son idiomas. Grudem nos recuerda que “La frase
verbal griega para hablar en lenguas (lalein gl ō ssais) no aparece en la literatura no bíblica como
un término técnico para hablar un idioma que uno no conoce. Algunos han objetado que como
glossa donde quiera en griego (fuera del Nuevo Testamento) se refiere a idiomas humanos
conocidos, ello debe referirse también a idiomas conocidos en el Nuevo Testamento. Pero esta
objeción no es convincente, pues no había ninguna otra palabra en griego que viniera mejor para
aludir a este fenómeno”.273 Sino, caeríamos en una Falacia de raíz, la cual se da, cuando solamente
se concentra uno en la raíz etimológica de una palabra, pero se omite el contexto textual y cultural
en el que es usada esa Palabra en el tiempo en que fue redactada. Además, la palabra Glosa, no
siempre significa Idiomas humanos, y esto no lo digo yo, sino los léxicos más modernos que usa la
erudición académica274. Esto iría en contra de la Posición de Xenolalia General: Las lenguas de
Hechos y los Corintos, son lenguas extranjeras, tomando como principio de dictamen las lenguas
de Hechos 2.

Por otro lado, tenemos la Posición de Doble Milagro o Glosolalia General. Muchos Padres
de la iglesia, postularon la posición de doble milagro, basado en el V.8 de Hechos 2, en donde las
lenguas son el primer Milagro y la audición el segundo. Padres de la Iglesia como Gregorio

273
GRUDEM, Wayne, Ibbi, Pág. 1132.
274
El “Greek-English Lexicon del NT y la literatura cristiana” (pág. 201) da 3 definiciones de “Glosa”.
El término griego "Glossa", no siempre significa lenguas o idiomas humanos, sino también un
pronunciamiento, declaración, articulación que sale y que no está bajo los patrones de un idioma. Observe
también el Analytical Lexicon of the Greek New Testament (pag 99), que da 4 definiciones: Organo
lingüístico para hablar y probar; Un mecanismo para comunicarse lingüísticamente, sea de una tribu, nación
o gente que habla una lengua común; Una declaración extática no inteligible; Lenguas como fuego. El The
Analytical Lexicon to the Greek New Testament da 5: Hablar; Discurro; Lenguaje; Un lenguaje no propio al
que habla; Lenguas como fuego. El New internacional Diccionary of New Testament Theology and Exegesis
(Pag 558): Lenguaje, como Ionico o Atico (Mundo Greco romano); Lenguas humanas como angelicales
(Mundo Judío). Finalmente, el Compendio del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento (Pág. 126):
Idioma, habla (de lengua extraña); Órgano físico; Habla, manera de hablar o idioma; Una expresión que es
extraña u oscura y que necesita explicación.
Nacianceno275 rechazaron esta postura porque transfiere el milagro de los discípulos a la multitud
inconversa, y porque el Fenómeno de las lenguas comienza antes de que llegara la multitud.
Además, esto trae algunos problemas exegéticos:

1. La promesa era "hablar nuevas lenguas" (Isaías 28:11; Marcos 16:17), no "oír nuevas
lenguas". La promesa era de habla inspirada por el Espíritu (Joel 2:28), no de audición inspirada
por el Espíritu;

2. El Espíritu fue dado a los creyentes, no a los incrédulos. A los incrédulos, el don del
Espíritu (que incluye el Espíritu mismo como don y el don espiritual que lo acompaña) se les daría
sólo después de la condición de arrepentimiento, como dijo Pedro (Hechos 2:38);

3. Si hubiera habido un milagro de oír, no habría necesidad de "otras lenguas" (plural;


"variedad de lenguas", como dice Pablo - 1 Cor 12,10), sino de un solo lenguaje espiritual, que
sería interpretado de manera diferente por cada incrédulo. La aparición de varios idiomas solo
refuerza que se hablaron varios idiomas, como lo atestiguan los presentes (Hechos 2.4, 6, 11).

4. Las lenguas como don del Espíritu son siempre extrañas/desconocidas para el hablante,
y pueden ser desconocidas para el oyente, pero siempre serán lenguas, ya sean humanas o
espirituales (1Co 13.1: "lenguas de hombres y de ángeles").

Finalmente, tenemos la Posición de Separabilidad. Debemos hacer una "Separabilidad"


lingüística entre Hechos 2 y los otros pasajes de Hechos, junto con 1 de Corintos, porque:

Las lenguas en Hechos eran Xenolalias: Hch. 2.6-8, no se usa la palabra Glosa para cuando
se refiere a los incredulos, sino “Dialektos”, lenguaje de una determinada nación o región. Por otro
lado, el contexto de Hechos 2. 8-11, da énfasis a que eran lenguas nativas y maternas de personas
de diferentes lugares de la multitud. Y finalmente, en Hechos 2. 11 ¿Cómo sabían lo que hablaban
los discípulos? Porque hablaban su propio idioma.

Sin embargo, las lenguas de los Corintos eran Glosolalia: Pablo declara que las lenguas no
están destinadas a oídos humanos (1 Cor 14. 2); su objetivo es la edificación personal (el espíritu
se dirige a Dios por medio del Espíritu Santo). El contexto cultural habla de que Corinto era una
ciudad cosmopolita, así que, si se hablaba un idioma extranjero, lo más probable era que alguien
podría traducirlo. Así, al ser una comunicación con Dios, y no entre creyentes, y al ser una Señal

275
Orat. 41. 10, en Pentecostes.
para los incrédulos (1Cor 14.22), solo por medio de una interpretación sobrenatural es que se
puede comprender (1Cor 14. 13). Por esto no puede ser entendida humana mente, porque es de
procedencia divina. Es más, los “diversos géneros de lenguas” (1Cor 12.10) incluyen lenguas no
aprendidas, lenguas inexistentes u otro tipo de expresión. En Corinto no se trataba de lenguas
extranjeras de Hechos 2, por eso el mismo Pablo utiliza 3 veces una palabra diferente, “Fone”
(14.10-11), la cual tiene como derivación la palabra “Faino”, teniendo un énfasis de revelación;
Definición: tono (articulado, bestial o artificial); por implicación discurso (por cualquier propósito),
dicho o lenguaje. Jack Hayford,276está de acuerdo con Anthony D'Palma en esto.

Quizás te estés preguntando si esta "Glosolalia" de las posturas 2 y 3 son la lengua de los
Ángeles. Es decir ¿Acaso existen las lenguas de ángeles? (1Cor 13.1). El concepto de una lengua
angélica no es trivial en el judaísmo antiguo; por el contrario, está abundantemente presente en la
literatura judía, especialmente en un período cercano a la Iglesia Primitiva con la secta judía de
Qumran y en otras literaturas como el Testamento de Job 48-50, el Libro etíope de Enoc 40, el
Apocalipsis de Sofonías, La Ascensión de Isaías 7:15-57, El Apocalipsis de Abraham, Génesis
Rabbah y el Libro copto de la Resurrección de Jesucristo, que se atribuye a Bartolomé.

Había un debate entre los rabinos judíos de cuál era la lengua del cielo, si el hebreo o un
idioma ininteligible. Gordon Donald Fee, en su aclamado comentario de 1 de Corintios, declara
que “hay evidencia en la carta que indica que los corintios se consideraban parte de una
espiritualidad angélica superior, lo que les causaba molestias y orgullo: Los corintios parecen
haberse considerado a sí mismos como ángeles; por lo tanto, verdaderamente “espiritual”, no
necesitando actividad sexual en el presente (7.1-7), ni de un cuerpo en el futuro (15.1-58). Así,
hablando dialectos angélicos por el Espíritu, había suficiente evidencia para ellos de su
participación en la “nueva espiritualidad"; por eso, hubo un singular entusiasmo por este regalo”.
Otro punto interesante para entender este lenguaje angelical es el pasaje de Apocalipsis 14.2-3

Ahora bien ¿Cuál es la naturaleza del texto de 1 Corintios 13? ¿Y cómo afecta eso a la
¿interpretación? Como muestra Grant R. Osborne, este texto paulino es un ejemplo de literatura
sapiencial en el Nuevo Testamento, un encomium (Alabanza retorica). El amor es alabado por el
apóstol, como la sabiduría es alabada en proverbios. Y en este tipo de abordaje textual, es muy
común uso de figuras retóricas como la hipérbole.

276
Jack Hayford, La belleza del lenguaje espiritual, 1 ed., Foursquare Publishing, págs. 75-76.
Muchos académicos, no están de acuerdo en que sea una hipérbole 1Cor 13.1, dado que,
si el uso de las clausulas condicionales "Si yo", "si tuviera", "Si diera", significan que es hipérbole,
se ser así, entonces algunos otros pasajes que también son condicionales en la carta como en 9:16,
se tendrían que definir también como hipérboles. ¡O sea, tendríamos que ser consistentes y decir
que siempre que veamos una clausula condicional, llamarle hipérbole!

No obstante, aunque la mayoría de los académicos cree que, si lo es, esto no elimina la
postura de lengua Angelical o Glosolalia. Debemos recordar que era una hipérbole en el tiempo
del NT, y es que la hipérbole es una forma de intensificación del discurso, pero la exageración no
es para expresar una irrealidad, sino para llamar la atención sobre la realidad misma.

Pero, ¿qué es lo que Pablo utiliza como figura retórica de exageración? No es el lenguaje
angelical en sí mismo. La exageración es la afirmación de que uno puede dominar todo el lenguaje
angélico y humano. Tal glosolalista sería considerado el colmo de la espiritualidad entre los
corintios. Pablo, al usar tal figura, expresa una verdad central en el texto: el hombre puede tener
la mejor manifestación posible de elocuencia sobrenatural, pero si no tiene amor, no es nada.

Esta distinción, estrictamente hablando, es teológica y lingüísticamente sostenible, ya que


la palabra "glossolalia", derivada de dos términos griegos, que son glossa ("lengua"), y lalia
("habla"), pero esto también engloba a la xenolalia (cuyo prefijo gr. Xenos denota "extranjero"),
que se refiere específicamente a los idiomas (Gr. dialektos) mencionados en Hechos 2.6. Pero, en
general, la xenolalia está contenida en la glosolalia, el cual que se refiere al “don de hablar en
otros idiomas, dado por el Espíritu Santo”. 277Así, las lenguas pueden ser idiomas extranjeros o
angélicos.

4.2.2. Pero ¿Qué sucede con 1 de Corintios 14.21-25 y su referencia a Isaías 28.11?

El punto focal de Pablo en 1 Co 14.21-25, al citar Isaías 28.11, no es que las lenguas serían
idiomas inteligibles y extranjeras [prohibiendo cualquier fenómeno lingüístico ininteligible y
angélico], ya que Pablo encara la idea de una lengua no humana en 1 Co 13.1, ya que “la glosolalia
cristiana primitiva, especialmente en la primera carta a los Corintios, no encuentra un paralelo
directo en las tradiciones de la religión grecorromana en el contexto del Nuevo Testamento, pero si

277
HORTON, Stanley, teología Sistemática, Pág. 791.
en el contexto más cercano, que es el misticismo apocalíptico judío. Y este fenómeno, fue un hablar
extático ininteligible en el contexto cultural". 278

El foco de Pablo al citar a Isaías, es poner énfasis a la ininteligibilidad del idioma para los
incrédulos; así como Israel [el pueblo elegido de Dios] rechazó el prestar atención a la advertencia
del Señor por medio de Isaías en hebreo básico, ahora lo escucharían a través del habla extranjera
de los invasores asirios (VII a.c), por quienes no entenderían el idioma. De la misma forma, como el
incrédulo no comprende las lenguas que se hablan porque estas son una conversación misteriosa
entre Dios y el Espíritu del hombre para edificación personal e individual (1 Co 14.2), Pablo aplica
la profecía de Israel a la iglesia, y a los incrédulos como la nueva Asiria en el campo de batalla
espiritual en que vivimos. El punto principal “es que una comunicación divina en lenguas extrañas,
dirigida a aquellos que son deliberadamente desobedientes, no hará nada más que confirmarlos en
su desobediencia: permanecerán aún más incrédulos. (…) A la luz de este contexto, las lenguas son
“una señal… para los incrédulos”, no para los creyentes (v.22)”.

Stronstand y Arrington (y la amplia gama de académicos que los respaldan en este


comentario) nos recuerdan que, “la mayoría de los comentaristas hacen una aplicación exclusiva
del pasaje de Isaías y consideran las lenguas como una señal del juicio divino contra los incrédulos
no receptivos. Los idiomas que escuchan confirman su incredulidad, porque son un signo de la
presencia y actividad de Dios, que siguen rechazando. La profecía, por el contrario, es ´para los
fieles´”.279

Sin embargo, como en el campo de batalla debe haber estrategia, Pablo demanda orden y
decencia para que el incrédulo no diga que están locos al entrar en la iglesia y, por ende, Dios pase
desapercibido en sus vidas y lo rechacen [por eso el énfasis en la profecía, como un don que es de
Juicio para el incrédulo al revelar lo oculto del corazón de este (1 Co 14.23-25)].

Si el foco de Pablo y Lucas, es que las lenguas sean inteligibles y extranjeras solamente,
entonces las lenguas sólo deberían ser Asirio por el contexto de Isaías 28, pero en Hechos 2.4 los
discípulos "comenzaron hablar en otras [gr. hetero] lenguas; el evangelista Lucas eligió usar el
término “heteros” [plural] en lugar de su sinónimo "allos" [en singular], que significa "otro". Pero
¿Pablo está de acuerdo? ¿Él ve la glosolalia como el acto de hablar en otras lenguas extranjeras?

278
LEANDRO FORMICKI, Profecia, Glossolalia e Entusiasmo Carismático no Cristianismo Primitivo do
Primeiro Século: Uma Análise Exegética de 1Coríntios 14,1-25, Pág. 110.
279
ARRINGTON & STRONSTAD. Pentecostal New Testament Bible Commentary, CPAD, Pág. 1040.
¿O entiendes que estas expresiones verbales pueden darse sin ser lenguajes extranjeros tambien?
Pablo cita Isaías 28.11: “Por gente de otras lenguas [heteroglossois], hablaré [laleo] a este pueblo”
(1 Corintios 14:21). “Heteroglosos” es solo una combinación de “heteros” y “glosa” [otras lenguas].
No es casualidad que la forma del adjetivo heteros en Hechos 2.4 sucedan dos veces aquí, así
como el verbo laleo, que se usa consistentemente en la expresión “laleo glossais”. La cita de Pablo
de Isaías no es la de la LXX, que dice: “Por tanto, de labios extraños y por otro idioma
[glossesheteras] hablaré a este pueblo”, pero las semejanzas entre su cita y la LXX (la Septuaginta),
y Hechos 2.4, son notables.

El punto es que Lucas y Pablo piensan en la glosolalia como el acto de hablar en otros
idiomas, pero Pablo utiliza 3 veces el término “Fone” (14.10-11), para hacer eco a un sonido, un
tono articulado y bestial en un discurso dicho, osea un lenguaje no comprensible para quien
escucha ni para quien lo habla, y que solo por medio de revelación personal (1 Co 14.13-17) o
interpretación externa, puede ser entendido (1Co 14.27-28). Stronstand y Arrington declaran que:

“Una definición simple pero adecuada de lenguaje es que consiste en palabras, su


pronunciación y los métodos para combinarlas, que se usan para comunicarse con alguien.
¿Deberíamos restringir el significado de glosolalia como si incluyera solo lenguajes humanos
identificables? ¿O es posible que 'laleo glossais' [hablar en lenguas] podría extenderse para
significar algún tipo de lenguaje 'espiritual'? El tenor general de 1 Corintios 14 sugiere la
posibilidad de un lenguaje espiritual o celestial, ya que nadie 'entiende' (14.2). También se
encuentran alusiones a esta idea en la frase 'lenguas... de ángeles' (13.1). Uno debe permitir la
posibilidad de que la glosolalia incluya lenguaje no humano, por muy espiritual, celestial o angélico
que sea. ¿Será esto parte del significado de 'variedad de lenguas [gen glosson]'? (12:10, 28)". 280

4.3. ¿Cuál es el propósito del don de lenguas?

Muchas veces, los desórdenes contemporáneos son un rechazo para que las personas
puedan tomar en serio a las lenguas como señal y don, pero estos temas no son nuevos, ya que
anteriormente fueron tratados por el Apóstol Pablo por el temor que podría ocasionar a los que
no entienden que es de Dios el hablar en lenguas (1Cor 14. 23). Pero al mismo tiempo el hablar en
lenguas es necesario para el que las habla, porque edifica a quienes lo hacen (1Cor 14. 2).

280
ARRINGTON & STRONSTAD. Pentecostal New Testament Bible Commentary, CPAD, Pág. 1041.
Entiendo el punto y sentimiento de muchos por sentirse extraños o tender a este rechazo
a las lenguas por los abusos de muchos hermanos, pero el mismo Pablo exhorta a la iglesia a que
tengan amor por los que no se están edificando porque no hablan en lenguas (Dios pensaba en los
que no entendían, Él pensaba en las generaciones futuras, él pensaba en ti en este momento al
inspirar a Pablo al escribirle a la iglesia de Corinto), y precisamente por eso pide que se hable de a
uno, y que haya intérprete; y aunque el hablar en lenguas del que se jactan tantos muchos, no es
superior a ningún otro don [aunque Pablo prefiere que Profeticen, porque ello sirve para edificar a
toda la congregación (1Cor 14. 3), y para convencer de pecado y juicio a los incrédulos (1Cor 14.
24-25)], es un don de Dios hermoso, a tal punto que el mismo Apóstol Pablo se jacta de ser el que
más habla en lenguas de toda la congregación (1Cor 14. 18).

Que el hecho de que hayas tenido una mala experiencia por el desorden o mal uso de este
don (de lenguas) en tu iglesia (o en tu ex-iglesia), no sea de tropiezo para rechazarlo o de llamar
(blasfemar: Mat 12.31-32) a lo que es del Espíritu como de obra de Satanás o del simple ser
humano.

En fin, mi punto es que: (1) las lenguas son del Espíritu Santo, (2) son necesarias en la vida
de muchos miembros porque los edifican de forma personal y magnifican a Dios, (3) y sirven como
Señal para los incrédulos [y como don para predicar el evangelio en otros idiomas en algunos
casos]; (4) es verdad que el uso de este don puede caer en desorden por el abuso en muchas
iglesias, (5) pero ni de ahí se puede tildar a las lenguas como de procedencia demoníaca porque
(a), sean que creas que existen o no las lenguas demoníacas, (b) es un pecado contra el Espíritu
Santo el declarar que algo que es de Él, sea del enemigo. Y para finalizar, (6) las lenguas son para
unir a la iglesia, el pueblo de Dios para magnificarlo declarando sus maravillas, y no para desunir
como ocurre en Génesis 11.

Espero que puedan tomar mi comentario en amor. Ante todo, pidamos a Dios el poder
discernir lo que viene de él y lo que no (1Cor 12. 10; 1Jn 4.1), pero tengamos cuidado de rechazar
lo que es de Dios por creer que es del enemigo por un sesgo de confirmación por malas
experiencias pasadas.

Hechas las consideraciones anteriores, con las que estoy de acuerdo, debe enfatizarse, sin
embargo, que no toda expresión en lenguas en el culto pentecostal o carismático es siempre
espiritual (del Espíritu Santo) e idiomática (un lenguaje real humano o angélico), ya que también es
cierto que la mente humana, movida por la astucia, el engaño y la emoción, puede simular y
engañar. ¡Ciertamente hay galimatías y confusión en la boca de muchos creyentes que no son
verdaderamente guiados por el Espíritu Santo, sino por un sentimiento de envidia, exhibicionismo
o mero arrebato emocional! Sin embargo, las lenguas falsas no niegan las lenguas verdaderas,
como tampoco los falsos milagros desacreditan los auténticos milagros, o los falsos dioses no
niegan la existencia del verdadero Dios. Hay lenguajes idiomáticos, espirituales y verdaderos que
se hablan en el mundo cristiano, por el Espíritu Santo de Dios, y cuando esto ocurre, tenemos, en
palabras de Hayford, la "belleza del lenguaje espiritual". Cuando se noten abusos, descontroles y
falsificaciones, no se debe prohibir hablar en otras lenguas (1Co 14.39), sino llevar la sólida
enseñanza de la Palabra y convocar al pueblo a buscar con celo - ¡con celo! - los dones preciosos
del Espíritu Santo (1Co 12.31; 14.1)

“Porque a uno por el Espíritu… le es dada diversidad de lenguas” (1 Cor 12:10)


Conclusión y palabras finales de Enmanuel Rodríguez

Cuando San Pablo dedica unas palabras afectuosas de saludo a su amado hijo en la fe;
Timoteo, no puede evitar tener un pequeño flashback de su vida anterior y su profunda gratitud
con Dios por haberle rescatado de las tinieblas que él tenía por luz y en cuyas profundidades se
había sumergido. Pablo de Tarso expresa:

“Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel,
poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; más fui
recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro
Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús”. (1 Timoteo 1:12-14)

Hago mías las palabras del apóstol al contemplar mi periodo casacionista. Eliseo
probablemente podría decir lo mismo, pero no quiero hablar por él. Muy a nuestra manera, las
redes sociales se han transformado en un octágono de “artes de debate mixtas” donde la fricción
produce un calor que genera más eso, que suba la temperatura; en lugar de luz que ilumine a los
que nos leen. Muchos de los ataques dirigidos al pentecostalismo y a las manifestaciones del
Espíritu Santo caen en la categoría de la injuria, la obsesión de otros con el tema y sus ataques a
referentes pentecostales (por ejemplo, contra el hermano Yiye Ávila) son una forma de
persecución mediática y de tanto en tanto; de meme en meme; de falacia en falacia; de
interpretación sesgada en interpretación sesgada…

Podemos navegar en las peligrosas aguas de la blasfemia. Fue Jesús quien dijo a quienes
atribuían a Satanás la obra genuina de Dios que la blasfemia contra el Espíritu Santo no tiene
perdón. Deberías considerar seriamente las implicaciones que tiene asumir una posición que, a lo
largo de un libro corto, pero bien basado, introductorio pero necesario (el cesacionismo no
requiere, como otros temas, de un largo debate para caerse en sus aseveraciones) y, ante todo,
fiel al testimonio escritural, ha sido refutado.

Pablo dice, junto a Enmanuel y junto a cualquiera que lamente su pasado: lo hice por
ignorancia; pero nótese, la ignorancia no justifica nada. Irónicamente o trágicamente (o ambas),
los que desconocen sobre la continuidad de los dones se presentan como guardianes de la
ortodoxia, sus presuposiciones teológicas les tienen cegados y en el afán de reinterpretar al
Espíritu Santo, le están resistiendo.

El Cesacionismo es ese hermano mayor; trabajador, amargado, analítico; hijo al final de


cuentas, que se está perdiendo las delicias de gozo, fuego santificador y evangelismo dinámico
que está viviendo el resto de la iglesia. El Padre les invita a la fiesta y estaremos gozosos de
recibirles, después de todo; es su gracia la que nos tiene aquí.

El mismo que recibió a Pablo en misericordia me recibió a mí hace unos años. Utilizó
circunstancias, experiencias, personas. Una de ellas merece ser honrado públicamente antes de
cerrar este escrito: el profesor Jairo López Aguilera. En 2019 asistimos juntos a una ponencia sobre
la reforma protestante; siendo yo un calvinboy281 convencido y él, aunque aún joven, un hombre
con más de quince años de trayectoria en la formación teológica de mi país en las Asambleas de
Dios. Jairo es una personificación que no hace tanto escándalo, de aquella famosa frase de Martyn
Lloyd Jones “teología en llamas”.

El anfitrión corrió el riesgo de hospedarnos en el mismo hotel, pues sabía lo bélico que
podía ser quien escribe estas líneas. ¿Y de qué hablan dos teólogos? Imagínense. Fueron seis o
siete o a lo mejor ocho horas conversando sobre esto o aquello. Con un corazón muy pastoral me
dio una de las frases que me cambió la vida: “Enmanuel, la teología bíblica siempre es superior a la
sistemática”. Me animó a ser menos conflictivo, más abierto a lo que otros pensaban y cerró con
un: “tengo sueño viejo, pero estoy seguro que un buscador de la verdad será encontrado por el
poder del Espíritu Santo”.

Jairo, me encontró. Y me encontró porque te dejaste usar por él en una conversación


cotidiana. Espero ser tu amigo toda la vida y tu impacto en mi vida ha sido mucho mayor del que
podrás imaginar. Te quiero, amigo.

La semilla quedó sembrada. Fee, Keener, Pearlman y otros mencionados en esta obra
tomaron mis presuposiciones y las hicieron pedazos.

281
Expresión peyorativa para describir a los recién llegados al calvinismo, como Niños en el
conocimiento de tal cosmovisión y perspectiva teológica, teniendo una mentalidad inmadura, pero con una
energía enorme para ponerse como los estandartes del “verdadero evangelio”: el calvinismo. Son personas
soberbias, apáticas y pseudointelectuales. Para conocer un llamado de atención de un gran calvinista a los
nuevos calvinistas o “calvinboys”, les recomiendo el libro sin desperdicio del académico J. K. Smith, Cartas a
un joven Calvinista: una introducción a la tradición reformada.
Oro que este libro sea ese punto de inflexión en tu caminar con Dios, buscador de la
verdad y que Dios se valga de lo que tenga que valerse, para que te encuentres con el poder del
Espíritu Santo. Después de leerlo, ya no podés decir que no sabías.

Los dones siguen vigentes.

El Espíritu Santo está vivo. Se mueve. Habla. Transforma. Bautiza. Llena.

Y no importa quienes luchen contra Él y los suyos. No podrán pararlo.

¡Por más teólogos que dancen!

Enmanuel Rodríguez
Conclusión y palabras finales de Eliseo J. Enrique

Veo al cesacionismo como una creencia para la cual no existe el más mínimo fundamento
bíblico. De hecho, el cesacionismo no es más que una creencia basada en la experiencia, es decir,
en la experiencia de la ausencia de experiencias sobrenaturales por parte de sus proponentes y
defensores. Y es una falacia frecuente de los críticos más ácidos del pentecostalismo, que nosotros
seríamos “emocionalistas”, mientras que ellos, por supuesto, serían "racionalistas". Si bien el
emocionalismo, que es el uso excesivo de las emociones, es un problema factual, este problema
no afecta sólo a los pentecostales y carismáticos. La psicología y la filosofía de la ciencia han
demostrado desde hace mucho tiempo que las emociones negativas como la ira y el disgusto
ralentizan el procesamiento de la información y aumentan la dependencia de los estereotipos. En
la práctica, muchos se vuelven cesacionistas acérrimos no por la convicción lógica de las Escrituras,
sino por malas experiencias en comunidades carismáticas. Su teología no es bíblica, pero es el
fruto sutil de la amargura y el resentimiento. No quiero generalizar, obviamente, pero he visto
mucho esta película. No es de extrañar que los cesacionistas radicales como John MacArthur Jr.
utilicen tanto el testimonio del oficio pastoral para respaldar su teología.

Sin embargo, el cesacionismo no sobrevive frente a la evidencia bíblica e histórica, que


atestiguan ampliamente la continuidad de los dones de manifestaciones sobrenaturales a lo largo
de la historia de la iglesia. Así, el cesacionismo es como ver caer la lluvia y mojar a las personas,
pero decir que no llueve, porque el observador está bajo un paraguas eisegético que no le permite
mojarse, y peor aún, en algunos casos, que ni siquiera admite la realidad de la lluvia.

No obstante, debemos entender que los cesacionistas son nuestros hermanos en la fe


[debemos tratarlos con amor y respeto, ya que no violan ninguna doctrina cardinal del
cristianismo]. ¿Quieren defender su fe pentecostal-carismática? la mejor apologética (defensa)
que podemos hacer, es dar un buen testimonio en el uso de los dones Espirituales. Debemos
recordar que los dones no hacen de su portador un súper creyente, un súper santo o un súper
sabio. Los dones espirituales están regulados por la Palabra de Dios (1Co 12-14; 1Pe 4.10-11; Ef
4.8), Y los dones deben operar juntos en la iglesia local, porque son complementarios entre sí. No
hay un don completo o superior en sí mismo (y mucho menos uno inferior que los otros). Tener
dones espirituales y ejercerlos sin que el portador manifieste el fruto del Espíritu en su vida es una
anomalía, una contradicción. No es bíblico (Gal. 5. 22-23 y 1 Cor 13. 1-8)282. Como afirma el
teólogo Elinaldo Renovato: “Los creyentes desempeñan un papel vital en el ministerio de los dones.
Romanos 12.1-3 nos dice que presentemos nuestro cuerpo y mente como adoración Espiritual y
que probemos y aprobemos lo que sea la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. De manera
semejante, 1 Corintios 12.1-3 nos advierte a no perder el control del cuerpo y a no ser engañados
por la falsa doctrina, sino dejar que Jesús sea el Señor. Y Efesios 4.1-3 nos recomienda vivir de
manera digna de la vocación divina, tomar la actitud correcta y mantener la unidad del Espíritu.
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y, por lo tanto, debe participar en la adoración.
Muchas religiones paganas enseñan un dualismo entre el cuerpo y el espíritu. Para ellas, el cuerpo
es malo, una prisión, mientras que el espíritu es bueno y tiene que ser liberado. Esta opinión era
común en el pensamiento griego. Pablo exhorta a los Corintios a no dejarse influenciar por el
pasado pagano. Antes perdían el control; como consecuencia, podían decir cualquier cosa y alegar
que provenía del Espíritu de Dios. El contexto bíblico de los dones no indica ninguna pérdida de
control. Por el contrario, a medida que el Espíritu Obra a través de nosotros, tenemos más control
de él que nunca. Entregamos nuestro cuerpo y mente a Dios como instrumentos a su servicio”.283

Si los dones [todos ellos] siguen videntes, como hemos buscado demostrar tras analizar las
argumentaciones positivas del cesacionismo al afirmar por medio de los textos Bíblicos y la historia
la cesación ¿Por qué hay tan mal uso de ellos? Como afirmamos, El don se da y viene de lo alto, el
fruto se produce en nosotros, en nuestro carácter cristiano.

Por otro lado, si siguen vigentes ¿Cuál es su propósito? Bien los dones espirituales fueron
dados con el propósito de edificar a la iglesia de Cristo. Esto quiere decir que todos son
importantes, porque si uno de ellos era menos importante, no habrían sido entregado a ninguno
de creyentes, pero eso no es lo que pasó, sino que Cristo tras morir en la cruz y resucitar y
ascender a los cielos “dio dones a los hombres” (Ef 4.8). Todos los dones son importantes, ¿por

282
No obstante, recordemos que los dones espirituales son presentes del Espíritu Santo. Y cada don
de Dios es el resultado de la gracia. No es una consecuencia del mérito (1 Cor. 12.11). Nadie "merece" los
dones de Dios. Por lo tanto, los obsequios no están ligados a la santidad o al fruto del Espíritu (vea la 1 carta
a los Corintios). Donald Gee señaló: "Es una falacia extraña pero terca que persiste en imaginar que aquellos
que disfrutaron de estos dones sobrenaturales del espíritu eran modelos de santidad perfecta y madurez
espiritual, y que el simple hecho de que habían ejercido tales dones requerían estas altas calificaciones". (Con
respecto a los dones espirituales, Gospel Publishing House, 1947). Es obvio que la santidad y el fruto del
Espíritu esencial para nuestras vidas (Heb. 12:14), pero los dones no son frutos directos de santidad.
283
Estudios Biblicos, tomo 58, Elinaldo Renovato de Lima, Los dones espirituales y ministeriales,
Patmos, Pag. 39.
qué Dios retendría algunos dones a su iglesia? Los cesacionistas no pueden responder a esta
pregunta, al menos no con una justificación bíblica, ya que la edificación de la iglesia por medio de
los dones [todos ellos], sigue hasta el retorno de Cristo. Storm enfatiza: "Admito que los regalos
espirituales fueron fundamentales para el nacimiento de la iglesia, pero ¿por qué ¿Por qué serían
menos importantes o necesarios para su proceso continuo crecimiento y maduración?". 284 Además,
todos sabemos que son dados por el Espíritu Santo que está en esta tierra por causa de la iglesia.
Esto significa que el portador y repartidor de los dones todavía está con nosotros, y no sólo eso,
sólo está con nosotros porque la iglesia existe. Si la iglesia existe, la necesidad de la presencia de
los dones espirituales en el pasado, sigue siendo real para nuestros días.

Pero si existe un cesacionismo real en la iglesia contemporánea:

● Cesaron la santidad, el deseo y la comunión.


● Cesaron la intimidad, el ayuno y la oración.
● La lectura bíblica, la práctica y la reflexión cesaron.
● Atrás quedó la reverencia, el respeto y la devoción.
● El Espíritu se entristeció por esta rebelión.
● Y el poder se ha enfriado por tal decepción.
● La autoridad se perdió en medio de la corrupción.
● Y los dones se redujeron hasta la completa mitificación.

Pero Dios nunca cesó la manifestación de su poder por medio de los dones. Son los
hombres que han dejado de buscar, de humillarse y de entregarse a la voluntad de Dios, y andan
en búsqueda de fuegos extraños. Sin embargo, el fuego extraño no elimina el Verdadero y
auténtico fuego. Así que, No podemos vacilar ni comprometer nuestro compromiso con la obra
continua y dinámica del Espíritu Santo en la Iglesia y en el mundo a causa de Fuego Extraño que se
ve en muchas iglesias Psedo-Pentecostales (que tienen el nombre nomas, pero no la ortodoxia y
practica pentecostal de verdad); seamos diligentes para tratar con los errores y extremos que

284
Sam Storm, Por que sou um continuista, disponible en:
https://voltemosaoevangelho.com/blog/2017/01/por-que-sou-um-continuista/ (última actualización
29/07/2023)
siempre se deslizan en cualquier movimiento lleno del Espíritu, ya sea en la iglesia de Corinto, en
el montanismo, el metodismo primitivo o en el movimiento carismático pentecostal moderno.

¿Te gustaría saber más cobre cuál es su correcto uso y el propósito de cada uno en la
edificación de la iglesia? No dejes de presenciar nuestras sesiones en vivo de “Pentecostalismo
para Principiantes (y críticos)” por nuestros canales de Youtube:

● Enmanuel Rodriguez:
https://www.youtube.com/@enmanuelrodriguez7705
● Pentecostalismo Máximo:
https://www.youtube.com/@pentecostalismomaximo6262
*Extra: Reseña al imperdible libro de Enmanuel Rodríguez

Por Eliseo Jeremías Enrique: Algo que siempre me llama mucho la


atención en los libros de "praxis teológica", es si el autor vive o ha vivido lo
que expresa a lo largo de su
meditación teológica sobre las
Sagradas Escrituras. Todos
sabemos que no basta con que
alguien nos diga que la Palabra de
Dios habla, por ejemplo, de que
debemos amar y cuidar a
nuestras esposas, si quien lo dice,
no está llevando a la práctica tal
teología expresada en la Palabra.
Sin embargo, con "7 formas de ser
tan humilde como yo", "este
pecador" (Como se autodenomina
su autor), nos abre el corazón, para mostrarnos desde su experiencia sus
desencuentros con el pecado del orgullo. El hermano Enmanuel, ha tratado
cara a cara con "ese viejo enemigo" (Págs. 5-6), resaltando sus implicaciones
y mostrándonos cómo nos hace actuar, es decir, como "el burro" (Págs. 6-7).

Mucho del atractivo de este libro de 206 páginas, es que quien lo


escribe, no es una persona subida en un pedestal que nos quiere enseñar
como batallar con el mal que reina en su vida, sino, alguien que ha batallado
con este monstruo interno (Y que aún sigue asiéndolo). La pieza
fundamental, es su testimonio personal, en el cual, no nos hace sentirnos
lejos del autor, ni mucho menos incapaces de poder llegar a la conclusión de
que hay cosas en nosotros que están mal, y que no reconocemos por el
orgullo.

La forma en la que el autor plasma los títulos de los capítulos y su


contenido, reflejan el ingenio, y al mismo tiempo, una forma muy particular
de llegar al lector. Esto posibilita que nuestro entendimiento capte las ideas,
y que la verdad atraviese nuestros corazones y mentes para reconocer lo que
está mal en nosotros. De esta forma, su uso ingenioso de la narración,
envuelto en una sana exegesis del material teológico de cada capítulo,
permiten que temas difíciles, sean entendidos fácilmente.

Así como el evangelio nos da una bofetada, es decir, nos confronta con
nuestro estado pecaminoso, exigiéndonos arrepentimiento y mostrándonos
el maravilloso amor de Dios por nosotros, el libro expresa algo similar. No es
un libro condenatorio que simplemente te dice lo que estás haciendo mal o
lo malo que eres a la luz de la palabra y que tu orgullo no te deja ver, sino
que también te trata con amor, te enseña el camino para que no te quedes
solo con el sentido de arrepentimiento, sino que también vayas a la cruz, el
lugar en donde se ha manifestado el amor de Dios por nosotros, y que veas
que solo no puedes, que debes "bajarte del camello" y reconocer que estás
perdido y en faltas. Ahí es en donde el libro logra captar la esencia del
evangelio en el reconocimiento de que "yo no puedo cambiar, pero Cristo
puede cambiarme." (Págs. 31-52).
El testimonio personal del hermano Enmanuel, la forma sátira en la
que nos expresa la verdad para que sea comprensible, y finalmente, la
corrección amorosa para que reconozcamos nuestro orgullo y corramos a
Cristo y su Palabra, impactan y seguirán impactando en los lectores,
llevándonos a reflexionar que debemos accionar, debemos cambiar.

Enmanuel abre su corazón para revelar cosas de su vida que para


muchos serian vergonzosas, pero que, a nosotros, "los peregrinos" en el viaje
de sus páginas, nos demostrara que podemos vencer al orgullo, y ser cada día
más conformados a la imagen de Cristo (Rom 8:29) para caminar como Jesús
mismo camino, en humildad (Mat 11:29; Fil 2:6).

7 formas de ser tan humilde como yo, es un libro de lectura


recomendada para los recién convertidos, y también para los más veteranos
en la fe (de forma obligatoria). Es una aventura en la que no nos sentimos
lejos, sino que nos sentimos parte del problema, es decir ¡Hay orgullo en mí!
Es una lectura que no te dejara bien parado porque desnuda lo que no
quieres reconocer y deseas tapar con ahínco. Pero lo lindo es que busca
despertar en el corazón y mente de los lectores por medio de la Santa
palabra de Dios, el deseo de reconocer el orgullo, arrepentirnos de ello, y
correr a los pies de Cristo.

● Ya está disponible en Amazon en edición Kindle:


https://www.amazon.com/-/es/Enmanuel-Rodriguez-
ebook/dp/B0BQN17KXH
● O puedes obtener tu copia en físico, contactándote con su autor
por sus redes sociales:
https://www.facebook.com/profile.php?id=100063528160556

You might also like