Los civiles semitas palestinos del gueto de Gaza también están resistiendo al no seguir las

órdenes del gobierno nazi de Israel que les pidió largarse de su tierra milenaria. Los
habitantes de Gaza han preferido quedarse en sus casas a esperar la muerte para que el
mundo, por lo menos, sienta un poco de vergüenza. Hamás no los ha obligado a nada. Se
podría decir que es el gandhismo en acción, pero por el sacrificio masivo y voluntario de
muchos de ellos es una expresión pacifista aún más elevada que la propuesta de Gandhi. El
ejército oficial palestino de Gaza llamado Brigada Al Qassam, de Hamás, que por
ANTISEMITISMO no es reconocido en lo internacional como ejército regular es también
otra expresión cívica. Todos los Estados civilizados del mundo ejercen de un modo u otro
la violencia armada o estructural y simbólica, mientras que la tendencia natural del Estado
es monopolizar esa violencia. Por eso es común que muchos, sino es que todos los grupos
irregulares y de la delincuencia organizada resulten ser una extensión oculta del Estado.
Pero la violencia de autodefensa armada que ejerce la Brigada Al Qassam es incluso un
derecho humano y colectivo reconocido por la Carta de las Naciones. Decimos que la
violencia organizada palestina es autodefensiva porque no fue el pueblo uniformado de
Gaza quien disparó primero el 7 de octubre pasado, sino los sionistas en el año de 1948 con
armas entregadas por el ejército cruzado de ocupación de Gran Bretaña. Para muchos
biólogos y científicos de otras disciplinas, la autodefensa es ejercida por cualquier
organismo vivo y saludable con la capacidad de hacerlo a excepción de los enfermos y
moribundos. Incluso, por ejemplo, los músculos y otros órganos de los suicidas que han
decidido quitarse la vida, reaccionan, involuntariamente, justo antes de la muerte, tratando
de impedir el final. Pero también alejarse del peligro es una reacción biológica y primitiva,
tanto como la autodefensa, lo que podría significar que la decisión razonada de los semitas
palestinos de desobedecer al tirano fascista al no movilizarse hacia el sur del gueto, así
como también la determinación de enfrentar al ejército colonial de ocupación o la de
trasladarse hacia el sur de Gaza, son las señales más sublimes de civilización humana, que
según el psicoanálisis de autores como Freud y Marcuse, la civilización aparece cuando el
organismo vivo, consciente de la realidad reprime sus propios instintos como el del
alejamiento de la muerte para alcanzar un fin más superior como el de la resistencia armada
para detener y expulsar al invasor de los distintos territorios de Palestina para que exista la
posibilidad de dar continuidad a la semítica cultura árabe palestina lo que también podría
suceder, con sus imperfecciones, en el exterior, como hace la actual comunidad exiliada de
Palestina, o bien, la supresión de ese mismo instinto, el de supervivencia, para atreverse a
quedarse en casa la cual será bombardeada con la muerte por las armas de la OTAN y
lograr avergonzar o enfurecer a la humanidad lo suficiente como para movilizarla y que sea
solidaria con quienes en verdad son las únicas víctimas. Para Marcuse, Eros o libido es un
impulso de vida (pulsión de vida) que arrastra a todo el cuerpo y a la consciencia misma a
saciar los instintos primarios como la sexualidad o la propia supervivencia ante el peligro,
un eros que puede llevar, irónicamente, también a la muerte (pulsión de muerte). Los
vicios, por ejemplo, son consecuencia de un impulso desviado de ese eros, un impulso que
encamina al ser humano, en vez de a la reproducción de la vida como lo es la cultura, hacia
la adicción y su posterior enfermedad y muerte, o hacia la violencia del tipo destructivo.
Pero esa pulsión erótica también puede ser entendida y en consecuencia reprimida hacia las
pulsiones encaminadas al instinto, para reorientarla hacia la producción del arte y de la
cultura. Todo lo que puede ser catalogado como civilizatorio es el resultado de la represión
de la pulsión hacia el instinto y su posterior reencauzamiento. Para los antiguos, a
diferencia de Freud, la libido es una especie de energía, mientras que para el padre del
psicoanálisis es un impulso genético. El antiguo sacerdote hinduista Vatsyayana, escritor
del Kama Sutra y el Kama Gita, en este último él explica la necesidad que debe aplicar en
la reorientación de esa "energía libidinal" quien desee conocer la profundidad de dios. Es
aquella represión del impulso hacia la satisfacción instintiva, como el instinto de
supervivencia o de otro tipo, la garantía de creación de cosas más elevadas y duraderas, o
"divinas" como dirían los antiguos. Y eso es lo que podemos observar en torno a la
resistencia palestina, tanto en la resistencia pacífica de los civiles gazatíes quienes
permanecen en sus hogares y los que marchan hacia el sur con algunas de sus pertenencias,
así como también la resistencia armada del pueblo palestino uniformado y agrupado en el
brazo militar de Hamás, todos ellos ejemplos destacados de heroísmo y humanidad, que
para entenderlos no sirve descalificarlos repitiendo el mantra de los medios masivos de
desinformación que con su ruido ensordecedor intentan esconder el humanismo que hay
intrínseco en las decisiones de la resistencia, comparable a la prestigiosa resistencia de sus
hermanos judíos del gueto de Varsovia contra los nazis y sionistas del Pacto Haavara de
1933.