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Dwnload Full Brief American Pageant A History of The Republic Volume I To 1877 9th Edition Kennedy Test Bank PDF
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SHORT ANSWER
1. Lord De La Warr
ANS: Answers will vary.
REF: England Plants the Jamestown Seedling | Cultural Clash in the Chesapeake
2. Pocahontas
ANS: Answers will vary.
REF: England Plants the Jamestown Seedling | Cultural Clash in the Chesapeake
3. Powhatan
ANS: Answers will vary.
REF: England Plants the Jamestown Seedling | Cultural Clash in the Chesapeake
4. Elizabeth I
ANS: Answers will vary.
5. John Rolfe
ANS: Answers will vary.
6. Lord Baltimore
8. James Oglethorpe
9. Humphrey Gilbert
18. Hiawatha
22. enclosure
24. charter
28. longhouse
29. squatter
30. primogeniture
Es Copacavana un pueblo
Que casi igualmente dista,
En la provincia que llaman
Chucuitos, las propias millas
De la ciudad de la Paz
Y Potosí. Sus campiñas
Son fértiles, sus ganados
Muchos, y sus alquerías
De frutas, pescas y cazas
Abundantes siempre y ricas:
Cuya opulencia, en su lengua,
Á la nuestra traducida,
Copacavana lo mismo
Que piedra preciosa explica.
Pero aunque pudiera ser
Por esto grande su estima,
Lo hizo mayor que en sus montes
Yace aquella peña altiva
Que adoratorio del Sol
Fué un tiempo, por ser su cima
Donde diabólico impulso
Hizo creer que el Sol podía
Dar á su hijo para que
Los mande, gobierne y rija.
Á esta causa, entre la peña
Y la procelosa orilla
De gran laguna, que hace
El medio contorno isla,
Se construyó templo al sol,
En cuyas aras impías
Faubro al ídolo llamaron
Superior, que significa
Mes Santo, y mientras el cielo
No nos revele el enigma,
Ocioso es que discurramos
Ahora en su etimología.
En él, por los reservados
Juicios de Dios, las insidias
Del antiguo áspid, y en otros
Oráculos, respondían
Inspirando abominables
Ritos, cuya hidropesía
De sangre, mal apagada
Con la de las brutas vidas,
Pasó á beber la de humanas
Virgenes sacerdotisas.
En fin, siendo como era
Copacavana la hidra
De tantas cabezas cuantas
El padre de la mentira
En cada garganta mueve,
En cada anhélito inspira,
Fué la primera en quien Dios
Logró la feliz semilla
De su fe, siendo primeros
Obreros de su doctrina
De Domingo y de Agustino
Las dos sagradas familias.
Roma de América hay
Quien piadoso la publica;
Pues bien, como Roma, siendo
Donde más vana tenía
La gentilidad su trono,
Fué donde puso su silla
Triunfante la Iglesia; así
Donde más la idolatría
Reinaba, puso la fe
Su española monarquía.
Mostrando cuán docta siempre
La eterna sabiduría,
Donde ocurre el mayor daño,
El mayor remedio aplica.
Te quitaré la corona;
Pisarála Carlos Quinto;
Pondré en tus bárbaros templos
Lo estandartes de Cristo.
Pondré la planta en tu cuello,
Después que te haya vencido:
Y al subir á mi caballo
Me servirás por estribo.
En ocasiones semejantes, Orbea suele abandonar el culteranismo
y hablar el lenguaje propio de los afectos del alma. No así en las
descripciones y relatos, en los cuales vierte el caudal de sus
tinieblas, como, pongo por caso, en la relación que hace Tundama
de su victoria sobre los popayanos, que es larga y tenebrosa como
noche de invierno.
Para concluir, La Conquista de Bogotá es una de tantas comedias
de descubrimientos y conquistas, en las cuales ni éstas ni aquéllos
se nos muestran con la verdad y poesía que tuvieron. Toda la
realidad y la vida con que aparecen en los monumentos históricos,
desaparecen al ser convertidas en alegorías artificiales, batallas de
teatro ó enredos de damas y galanes, ni más ni menos que en las
comedias de capa y espada.
Digámoslo de una vez: los hechos del descubrimiento y conquista
del Nuevo Mundo no caben en el teatro. Caben, sí, en la Historia,
que puede presentarlos en su propia grandeza y con su natural
hermosura.
EL ALFÉREZ DOÑA CATALINA DE
ERAUSO
EL Capitán Miguel de Erauso, vecino de San Sebastián, á fines del
siglo xvi y principios del xvii hubo en su mujer María Pérez de
Galarraga tres hijos, militares los tres, otras tantas hijas, todas
monjas profesas, y, además, el sér extraño vulgarmente conocido
con el nombre de La Monja Alférez, militar como sus hermanos,
monja como sus hermanas, en el claustro Soror Catalina de Erauso,
y en los ejércitos de Chile y el Perú Alonso Díaz Ramírez de
Guzmán.
La existencia de este fenómeno antropológico consta del modo
más auténtico en documentos y testimonios fehacientes de su
época. Hablan de tan singular mujer: el Dr. Isasti, en su Compendio
histórico de la Provincia de Guipúzcoa; el maestro Gil González
Dávila, en su Historia de la vida del ínclito monarca, amado y santo
Don Felipe III; Pedro de la Valle, el Peregrino, en Carta á Mario
Schipano, fechada en Roma el 11 de Julio de 1626, y otros textos de
menor importancia, escritos, como los anteriores, en vida de la
célebre Monja.
Á los mismos días pertenece también la comedia de Montalbán La
Monja Alférez, compuesta el año en que ésta se hallaba en Roma,
que fué el de 1626.