Captura de Pantalla 2024-01-20 A La(s) 12.06.22

You might also like

Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 14
jets que no han tnida contacto con Ia cvilizacn de a que se trate ©) La cltcunstancia de que en un sujoto concurran determinadas caracteisties personales o de que ocupe una determinada posicion social eva a imputarle los ‘conocimientos cuya ausencia harfa impensable que tuviera esas caracteisticas © ‘que oeupara al stucisn, Por otra parte, la coherencia que Ia estrategia de la racionalizacin exige entre reencas,intenciones y acciones, lene algunas consecuencas importantes para ki pruchas En primer lugar. también es posible inferir las creencas de un sujeto acerca de fos medios para lograr un fin a partir del PRM si conocemos sw intncién ¥ la coin realizada (1 Los agentes reaizan la accn gue ereen més adecuada para lograr el fin que petsigven (PRMD, @)S hizo Aen las cteunstancias © {G) 8 hizo A com la intenciin de conseguir F adecuada de conseguir Fcomsista en hacer A en ls (4) S erefa que Ia manera m cirounstancias C Tgualmente, es posible interie(o prodecie) que el sujet reali (realizar cient seein com el siguiente argomento: (1) Los agentes realizan la accion gue ereen més aecuala para lograr el in que petsiguen (PRMD, (@)Screia que la manera mis adecuada de conseguir F conssta en hacer A on ls circanstancias C (@) Sten a intone de consegvir F @)S hizo A en as ctcunstancias © En defnitiva, si el agente es racional, pademos asumir ls siguientes reps de Jnferencia entre sus accines, sus intenciones y sus ereencias: 8) Si conocemos st adecuadas para stisfacer st intenciin) podemos inferir(expicar, predic) su lencidn y sus ereencias (acerea de las reaciones medio-fin by Si conocemos Ia accidn realizala y sus creencias (acerea de las reaciones ‘medio fi) podemes infer su intenciin™ ©) Si comocemos la aceidn realizaa y su intencién, podemos inert sus ereencias instrumentales (de medio afin) Fvalmente, demos usar Iss siguientes seglas (ambign basadas en eriteros de racionalidad) come critris de atibucin (prima facie 2) Si un ageme tiene la intoncién de hacer A. cree que B es incompatible con A, no puede tener (simltineamente) Ia intencién de hacer B (Principio de no contradiceida dels inteneions) by Si cl agente cree que el resltado B se sigue necesariamente de la accién A. no puede tener Ia inteneién de A y al mismo tiempo no tener Ia intencién de B (Principio de transmision de ta intenciGn a las consecuencias nocesarias 0 previsibles) ©) Sil agente tiene la intencién de hacer B y erce que Ae lnico medio para dar lugar a B tiene tambin la intencién de hacer A Principio de transmis de la intencin a Tos requsitos causles 0 convencionales). 2 En resumen, para la pricha de las ostitudes proposicionale disponemos de una ‘combinacién de la estategia racioalizadoray (especialmente para las creenciss) do mavimas do experiencia de sentido comin (lo que Tos Fildsofos de la mente han mad “eoria de la teoria” 0 *psicologia popula”) que sirven como eriterio de aribuciénpsicoligica, En la medida, en que esta estrategias eoinciden con las que tsanes habitualmente para infer medida, en que tienen un érifo que podemos medir en nuestra cspocidad de ‘comunicarmos y enfendernos (éxito cuya mejor explicaciin es que a menudo ‘acertamos cuando atcbuimns estados mental, esto es, descubrizmos una realidad), no se trata de erterios para una impatacin en sentido estreto o fuerte (no sensible ala verdad). Dicho de otra manera, aunque se hable de “atribuein” de estados rentals, los citerios tienen un fundamento empirico, esti orientados a tatar de descubsir una realidad (psicoligica} y son devrotables por una prucba en costar dd més peso. Exactamente como ocurte con la prucha de os hecho fsicos. Pero qué acute con el resto de los hechos pricoldgicos, con aquellos que earecen dle un contenido proposicionsl al menos en un sentido evidente? ;Cémo se prichi el dolor, la sormolencia, la ansidad, tc? Es evdente que, en ests cases, no es aplicable la estate de la racinalizaci6n, dado que esta requiere estados ‘mentales eon contenido proposicional, y las sensaciones puras no lo tienen (otro sa prucha de los estadas mentales de cardcter fenomenoligico Tos estados mentale de los demis y en «1s0, como Yeremos, esl de las emociones) Para este tipo de hechos.. sdecuada la teors dela empatiao simula, de acuerdo con Ia evel intzprete 5 imagina en el lugar del interpretado y Te atibuye fos estados mentales que cree aque él tenia en esa situacidn o que él tendri si fuera el otro. No obstane, como {Yh sefilado, esta estrateia de aeibucién psicoligia no permite obtener razones jusifictivas que sean tiles para motivar lax decisiones sobre la prueba de este tipo de hechos, salvo que, de alguna manera esas “intwiciones” del juee puedan respaldarse por medio de reglas de experiencia que cortlacionen cierto indicios con los estados mentales comespondientes, Eas relas de experiencia pueden feferrse a la relaciGn entre certs hechos, que asumimos como causas, y los estos fenomenoldgicos, que asumimos come efectos (como, por ejemplo, cade {nforimos que alguien siete dolor porque hemos visto emo se golpea un dedo con ‘un marl), 6 la relacién entre los estados mentles, que tomarfamos ahora como causas.y la conductasubsiguiente, que seria el efecto (como cuando inferimos que alguien le ducle el dedo porgue vemos gue se lo agar fertemente yoy sus quejidos) Dicho de otra manera et jez pede apelar (como, de hecho, hace) a la idea de que cualquier persona razonable tendiia tales sensaciones en tales circunstancias, @ gctuaria de tal manera si tuviera esos estados mentles. Las apelaciones a lo que se pueden verse como ls objetivizacién de Ia estraegia de Ia empatta (de manera que 1a “eoria de Ia simulacién” acaba reconduciéndase a la “teoria de la tori"). Pero —de nuevo — esta no es una esttategia para una mera imputacidn eiega alo que de heeto ocurriera realmente, sila generalizsciones usadss tienen un buen respaldo inductive ia © hasfa una “persona raronable” 0 “persona med 2.7. La prueba de los estados mentales mistos las emociones) [Las emaciones son un estado mental del que puede decse que tiene simulténeamente contend representacionaly también un importante aspecto fevomenoligico, En cierto sentido, las emociones pueden verse coma una combinaciéa de creencas (0 algin estado mental cognitive) y sensaciones"”. No sempre se ha visto de esa manera, sno que or influencia de la tradicion cartesiana se han identficad solo con el aspecta sensitiv: las emociones, pensaban autores como Descartes o William James, son percepeiones eausadas por determinados ‘cambios fisioldgicos que expes concepcign ls emociones quedan fuera dl émbito de la racionaidad (més bien, kt Jmpiden), Por hoy en di ha habido una fuere eehablitacién de la nocién aristoidlica de “emocién", que presenta a las emociones como un tipo de juiio sobre ef mundo, seguide de ciertos cambios fisioligicos, una sensacién (ka pereepcidn de los fue surge una emocién sera el siguiente: Los sujtos tionen un transfondo de descos, oetives, proyectos, planes... Ciertos acantecimientos pueden enjuciarse como posiivos (faciltadores) o negatives (obstéculos) en reacién con tales bjetivos: sel sujeto juga un acontzcimiento como un obstaculizador de su aocién, se desencalena cierta sensacién (en este caso, negativa, esto es, no plcentera) y uns tenets a actuae de manera que se pela sorteat 0 resolver el bstécul: por el contra, si el acontecimiento es juzgado como algo que facilita ‘el objetivo, la sensacién seré positiva (placenters) y se desoncedenard una fendencia a actuar de manera que se aprovecke est oportunidad. Como puede aprecarse, en las emociones se vineulanereencias (os juiios evaluative), deseos entamos en cirtas circunstancias, Para esta os) wna tendencia a In acid, Un contesto tien en el (Gos objetivos), sensaciones y tendencias a la accin. Esta conexién con descos, sreencis y acciones hace gue las emociones mantengan wns cierta relacign con kx racionalidad. Las emociones son racionales si estén basadas en ereencas 0 juicios de valor eorrectoso jusiicados,y son iravionals sino lo esti. Igualmente, las femociones son racionales si generan tendensias a la aceiGn insirumentalmente selecuadas para resolver el obatécwlo o para aprovechar ts oportinided que representa el scontecimiento que lis spare” Lo anterior supire que la estrategia de Ia racionalizacisn es aplicable también para ls atibuvién de emociones, A pantir de los objtivos de un agente, de sus freencias evaluativas. y de su acci6n, podemos inferir las. emaciones que probablementetavo en determinadas citcunstancis, De nuevo, resulta fundamental ‘gut la coherencia entre la acim ¥ Tos estados menales, hasta el pinto de que ka prucba de las emociones, como la de las intenciones o la de ls ereencias, puede verse como la busqueda de una explicacin coterente dela conducta del agents en a que sus estados mentales y st comportamiento se ajustan ano a otto y se explican mutwamente Pero, como hemos visto, la emocisa tiene un componente, Ia seasacién, que tomado aisladamenle no tiene esta misma conexién con In racionlidad, En ‘ovasiones,e8 este componente el que necesita ser probade, por ejemplo, ewaido nos pregumtamos si lt emocidn bajo la cual hi acwado el agente ba sido sficiemementeintensa como pars considerar que ha “nud” si juicio y, por tanto, pods wo de stenuante de Ia culpabiidad, Para estos supuestos, la prueba ha do hasarse on méximas de experionia acerca de qus imensidadsuelen tener las emuociones generadas en unas u otras crcunstaneas, en suposiciones acerca de eémo un sujetorazonable se sera en tales citcunstancas. 5: CONCLUSIONES En las piginas anteriores, he imentado ofrecer un recorrido por algunos de 0s temas dela filosofia de la mente que mis relacién tienen com el problema de la prucha de los estados mentales, especialmente aquellos que son dies para entender qué son y para replantear Ia discusign acerea de si son “hechos” que deban probase 0 el resultado de ju parte de la quaestio fact! 9 de la quaestio iuris de la decisién judicial. Esta discusién no me parece trivial, pues de ella dependen cuestiones como si la determinacién de los estados mentales esta svjeta a garantas procesales como la presuncidn de inacencia, si es posible o no (0 por qué via) el recurso ante tribunals superioes por una determinaciénincorrcta de los mismos o cues son fos eriterios adecuados para su atrihucin (silo estados mentaes son hecho, el Ge comreccidn de tales atribuciones ser la verdad falsedad de ls mismas, Peto si no son hechos, dependers de otros objtivos que no tendrin un carscter ‘epistemozie). En mi opinién, come hemos visto, la filasofa de Ia mente aporta arguments sidos para aceptar una concepei6n cognoseiivsta do Ia prusba de los ‘estados mentales: Frente los argumentos ontoligicos que la rechazan es posible poner de manifesto (a) gue negar Ia existencia de estados mentales deja sin ‘explicar un importante aspecto de ta realidad y (b) que entre el materialism ‘liminacionista y el dulismo cartesiano hay altemativas plaisibles. Los argumentos cpistemoldgicas que aducea Ia imposibilidad de conocer los estados ‘montales de los dems con suficientes garantas, por su parte, parecen olvidar que w normativos de imputacién. Bs es, si forman Jos seres hurnanos poscen la hahildad de adsriirestados mentales de ura apacentementeexitosa, Por dtm (aunque esto ya queda foera de la filsofia de la monte), frente al argumento de quo los. fensmenos.psicolégicos no. son jurdicamente relevantes,cabe oponer los problemas de una objtivizacin de la responsabilidad penal para una aplicacin justa del Derecho, Es importante también advertc que, com heros vst, pese a esta discus, tos criterios que, de hecho, usan los juoces para atrbuirestados mentales —al igual aque los que propone Ia doctina © las presunciones que establece el lgislador o lt jursprodeacia— normalmente resulan razonables si los estados mentales. $e onsideran “hechos” y su determinacidn se considera “prueba” en el sentido habitual; esto es, se trata de eriterios epistemoigicamente razonables si nuestro objetivo esque las abociones psioligicss sean verdaders, Los filésofos de la mente han propuesto varias teorias para explicar cémo funciona 1a hubilidad de las personas de hacer atribuciones psiclégicas: las Principales son la “teoria de Ia tora” (recurso generlizaciones @ leyes), bt estrategia dela acionalizacién (asumir la raionalidad de los agents, de manera fue la cohcreacia entre sus estados mentles y ente estos y su conducta permite realizar inferencias en ambas direccioes) y la “tori de la simulacion” (que pone de manifiesto la importaneia de lk empatia como recurso para la atibuciin psicoligics) En realidad, ms que como teorlasenfrentadas parece ms il vedas ‘como estategias complementaras, con mayor 9 menor adccuscin segtin el tipo de estado mental que se pretende conocer, No creo que esas teorss portent ‘vevos a los ya usados en el Derecho, pero tenor en euonta estas estrategias ued servir para datles un mayor fundamento y, quiz también, para entendetlos mejor y hacerlos mis precisos. APENDICE: :NEUROPRUEBAS? FE desarrollo espectacular quo estén teniendo las investgaciones sobre el ciencia— tiene importantes repercusiones para Is aseripeidin de ks responsabilidad moral y juridica, Por un lado, ests investigacionesplantean el problems de si nestrasaeciones eumplen los requsitos {ue ls Leora elisa de a responsabilidad exige:tihertad de acelin (que nvesias fancionamiento del cerebro —Ia neur seciones sean consecuencias de la combinacion de nests deseos ‘reencias acerca de emo satisfaerlos) y libertad de voluntad (que esos deseos y reencias sean a su vez, al menos en cierto grado, libees, controlables por el agente) Por ot lado, parceen ofteeer nuevas ténicas pra la prucba de los hechos 0 algunos de ellos— que generan esa responsabilidad (telcos que enéricamente podriatnos lamar “neuroprachss") En nuosi9 pas pademos encontrar algunos ejemplos da incipient uso de estas ‘éenicas en el mito jus”: En ef afin 2013 el jozgado de Violenci sobre ka Mojer mim. 2 de Zaragoza autorizé mediante avto (confirmado por la Audiencia Provincial en 2014) Ia prueba nourolsgica llamada Braiafingerprining (“toma do hells cerebral") a peticién de la Policia Navional, ova el fin de ayudar a ‘encontrar el cuerpo de la esposa del acusado. La brainfingerprimting también es comocida como la prucha P30 y es una de las ténicas més prometedoras en cuanto 2 fibilidad y uilidad en el émbito judicial. Su fundamento consiste en que divers estilo (into snsoriales como internos) provocaa en el cerebro certs ‘modificaciones de la actividad eléerica que queda rgistada en el encefalograma como secuencias de fluctuaciones u ondas caractersticas (los evoeados” sparcee como un pico en un elzetoencefalogrsms 300 ailisepundos después de que se presente un estimulo ante un sujeto en ciertas condiciones). A partir de se ha desarollado una téenica que permite someter aun sujeto 4 un encefalograma Y medie las vespuestas de su cerebro ante extimulos como fotos, frases, ele relacionadas con el delto que se investiga, de manera gue un programa informitico cs capaz de determinar el grado de probabilide de que la informacién que se le ha mostrado sea conocido no por este sujeto, con independeneia —en principio de ss manifestaciones verbales osu conducta intencion “potenciales Una de las ondas mus estuiadas es la P300 (se trata de wna onda que ‘También se ha wsadlo esta tenica en el meiiticn caso de Marts del Castilo sutorizando ol Juzgado de Tnstuseidn nero 4 de Sevilla, a peticidn de la Policia Judicial, 1a excarcelucién temporal de Miguel Carcafo, ya condenado, para investiga la localiza del cuerpo de la vieima. Una de las conclusiones de la prucha parece haber sido que el cuerpo de Marts del Castillo habia sido enterrado ¥ no artojado al ro, pues su cerebro reaecionabs ante Ia visién de fotos de una escomera (donde presuatumenteestarfa eaterrado) y ao de fotos dl fo. Eso es lo ‘ue cl propio Carcafo habia delarada, de manera que la prucha parove conlirmar ‘ue dste fue sincere Las “neuropruebis” no solo pueden servi pars ayudamos a determinar si un sujet miente 0 no, sino que también podrian ser iiles para a prueba de los estados mentales, La newrociencia parece poser ofrecer téenicas que periten superar los problemas do la prusbs de los hechos psicogieos,traténdolos como hechos empiricos y mi como ficciones normativas y “levantando” su velo de subjetivida: por ejemplo, ta resonancia magnética funcional permite dtectar los cambios en el flujo sanguineo en el cerebro en el momento en que el individvo realiza determinadas tareas motoras 0 esté en clortos estados. cognitives 0 ‘emacionales, lo que parece permitircomelacionar estado mentales eum estados ‘erebraes, de manera que ante la presencia de un estado cerebral determinado se podeia siponer que el sujeto tiene el estado mental corespondinte ‘Ahora bien, cl uso de este tipo de “acuroprucbas" plantca dudas de cardcter técnica, deontoligico y filosético. Por un lado, esté la cuestién de su fabilidad Los investgsdores diseuten el grado de precisdn y iailidad de la prueba 300 y ‘ras similares y si es posible adopar “contramedidas” que la tergiversen. Por ot lado, esté la evestion de su admisibildad ética y jurdica: ;Afectan este tipo de pruchas al derocho de dofensa? ;quivalen a una confeskin’? ;Afectan la dignidad de la persona? {Es necesario el consentimiento del sujeto para ser juricamente ‘sceptables? Por sltimo, se plantean también problemas filossticos clisicos, en ‘especial el de la rlacién mente-everpo, pore depenidendo de eémo se entenda ‘esta relacién se pode asignat uno u otto valor © sentido a In Iectura de las variciones en ta actividad cerebral ‘Michele Tarulfo ha expresado algunas objeciones filosstieas neuropruches "Sn palabras suas: "Se arf, de hecho, de adoplar una pespectivateérica estrctamente maeralistay {eterminista, segtn la cual toda Ia vido mental, espinal, wolitva y cogniiva se reducitia al funcionamiento de ls céulas eeebrales y sus conexiones. Siguiendo ‘esta porspectiva, se aeabara desertando que exist la voluntad, que se pueda clei Yy tomar devsiones, que se pueda hublar de responsabilidad por los propios so de fas cen el ariculo “Proceso y neurocincia comportamientos, que evista conciencia de estos comportamiestos y que estos poedan referee « conocimientos de cualquier naturalezs. En esenciael hombre S° vorfa reducido a una especie de maquina dol cerebro, y toda su vida estaria determinada meenicamente por el funcionamiento sin contro de esta maquina” ‘dems, que “aun admitiendo que una determinada actividad cerebral sea necesaria pare mentir (a verdad), sin embargo, resulta conceptualmente imposible identficar 1a mentita con esa stividad (...) Las ‘mentias no suceden en el cerebro": igualmente, “Ia intenciones no som proceso csrebrales,y del mismo modo la intencionalidsd no se “culoea’ en ut zona del cerebro y no se reduce a un estado eetebral" algo que ‘sucede" en el cerebro, como la digestin se produce en el estémayo, ino {ue implica contacto con el mundo exterot, en una compeja intoraccién de cerebro, cuerpo y mundo cn una falaca fundamental. que consist en atibui @ une parte dl syste human, es decir, al cerebro, igual que para decir ln Asimismo, “a conciencia no es *. Tuas estas identificaciones, en definitiva, “incurren mbiidades y funciones qe son propias del sajeto en st toxalidad, con toda la complejdad que se manifiesta en a vida" Podesta dstinguir en las objeciones que planta Taruffo tres argomentos: (1) El srgumento del reduccionismo: (2) ef argument del determinismo y (3) el argument de la “facia mereologica” (1) De acuerdo con el primer argumento las “neuropruchas” presupondtian ldemiicar dos fendmenos que, en realidad, son distintos: Ia mente y el cerebro, incuriendo en un reduccionismo ilegitimo que elimina lo que hemos Hamado “as propiedades do lo mental” (consciencia, cadeter cualitative, intencionalidad, subjetividad y eficacia causal). No obstante, como hemes visto, no todos los Jmentos materialist de explicar lo mente son climinacionistas o reductvistas, ni Jo son en el mismo grado. La objecién de climinacionisme 0 reducionismo no puede dirgise, por ejemplo, contra el emergentismo, porque precisamente éte es tun intento de mantener las propiedades de lo mental tal como se entenden ea la pcologia de sentido comin. (@) De acuerdo cow el segundo argumento, identficae la mente con el cerebeo 1a a aceptar los postulados del determinism. Las consecuencias de scoptar que Je conducta humana esté completamente determinada son tan distorsionadoras de ‘del mundo que podesn verse como un buen argunento pars rechazar 1k identficacion entre mente y cerebro, si realmente se siguicran de esta idemitieacién. No obstante, jes esto necesuriamente asi? Es cierto que el doterminismo parece enconiarse mds edmodo entre las postras matealisas y que la tesis del libre albedrio parece encontrar mejor acomodo en el du antes de-afimar que una cosa leva a la otra es necesario hacer algunas imo, pero rmatizaciones, En primer lugar, ex conciliar el determinismo con la libertad © la responsabilidad humana, de manera fue sostener un determinismo neurocientifico podria ser compatible con seguir defendiendo que ta conduct segundo lugar, la idenificacin entre cerebro y mente puede adoptar grados y ® posturas compalibilistas que tratan de ‘humana es libre en alin sentido relevante. En matices diverses. Como hemos visto, el materilismo eliminaeionista y el mente, de acuerdo con Ia cual las explicaciones de la conducta basadas en reencas, dese0s, emociones, ete. podrin ser eliminadas o al menos taducidas & ‘explicaciones neurofisioligias una vez gue se hayan encontrado los correlates rialismo reducsionita proponen una identifica fuer entre cercbro y neuronales de Ios estados mentles. Sin embargo, ni siquicra estas postras fueries Nevarian necesariamente a sostener que todas ls condctas es porque esté aberta Ia posiblidad de que la propia neurciencia loge explicar el libre albedrio'. Por otra parte, una eoncepcién no efiminacionsta ni reduetvista, ‘como el materialismo emergemista, puede tratar de expliar el libre albedo como ti easo de influencia causal de las propiedad sistémieas (las mentales) sobre las propicdades de nivel inferior (ls ncuronales). Mario Bunge, por ejemplo, tata de ofrecer una explicaciin del libre albedrio, entendida como la capacidad del pensamiento de influir en la conducta, desde los postulados del materilismo femergentista. En definiiva, si se tiene en cuenta los distintos sentidos: de determinism y los distinios sents de matrilismo, no parece que haya nocesariamente una contadicen entre ser maeralista y acepar el ibe albedo (6) La tercera objecién afirma que, al identificar cieta actividad cerebral detectuda por alguna téenica neurocientifica con una intencién, una meatia, un recuerdo una emociin, e estén aribuyendo estos hechos al cerebro, wna parte el mismo, evando en realidad son estados soo atebuibles al sueto como un todo, ‘Tarufo toma esta objeciéa de los trabujos de Michael S. Pardo y Dennis Paterson. quienes. a su vez, aplican al dmbito jurdico una erica que Peter Hicker y Maxwell Bennet™, un flisofo yun neurucientifico, diigen a los fandamentosfiloxsicos de la, consderand que incure en lo que ellos Taman la “falacia mercolégica”, a atribuir a una parte (el cerebro) lo que deberia ser steibuido al td (a persona, Esta acusocidn de falacia la hacen estos autores desde una concepeisn de Ia mente de carter conducts, que identi 4a deteminads, 1 Tos estados mentales con la eonducta (con ls eiterios que nos permite identifica los estados mentales de un sueto pattr de x8 conducts). Se tras, por tanto, de otto tipo de reducsionismo, que tampoco dsj lugar para explicar Ia consciencia, la subjtividad, los qualia, et. Pero, dejando de lado esta cvestién, la acusaciin parece exagerada. Lo que las “neuropruebis” exigen no es que se ientiiquen completamente las mentias, las intenciones, las emociones, etc. com ls actividad neuronal, sino que se aeepte que hay una relucién causal entre unos ¥ otros aspectos ¥ que, por tanto, certs stividad neuronal pede ser “sefal” 0 “indicio” de la presencia de cierto estado mental. Se rata solo de Jovaizar la eaust de un proceso, el encaryado de una fancién, No parece haber agui una flaca grave ni por llo se est identificando al ‘cerebro con el suelo, mi se esti reduciendo el concept de estado mental al oneepta de estado cerebral: No se esté diciendo —por ajemplo— que las imeaciones son estadoscerebrales, sino que son causadas po estas cerebraes. En definitiva, un rpaso a la filosofia de la mente muestra que la pertinencia Flosfiew de las pruebas newrocieniieas requiere (2) una relacdn ene estados cerebrales y estados mentale (b) no eliminar uno de los polos (como hace el ‘materialism eliminacionista; (@) 80 eliminar las propiedades de lo meatal (como hhacen muchos reduccioismos): (4) una corelacién estable entre tipos de estados ‘cerebrales y tipos de estados mentale (lo eual no depende, abyiamente, de la worl, sino que es una euestisn empleica). Creo que el matrialismo emergentsts pede satisfacer © dar cuenta de estas condiciones y aie, por tanto, esta sera kt teoria que mejor stent a valde de Iss pruebas neurocientiias, mimtsoGRaris ‘Bustin, P. “Agus relesones acerca de a simulain ment Ia perspec debe mora person, Arete, vol 20, im. 1. 2008, pp. 7-38. haps/revits pop edu pe Findex phprteanileviow/582 Brunsteins,P “El ol do la empatia en i stbueiéa mest (Ciencia del Comportamtenia vol. 3- ns. 1, el. 75, nm. evista Argentina de 2011, pp. 75-84. Casuo, LG. “Est protene el problema de ls otras mentes on la Hosta de RDescanes?”, Ingentum, vol. 11, 2017, pp. 47-86. psd n0-5209 INGESK201 (ChutcMand, P, Marri yeonclenca, Gedisa, 1998, Dancy J, rroduccdin a epistemolog conempordves, Teco, 1993 Davison, ., Subjetivo ntersabjeivo, objetivo, Cited, 208. Evers, K., Neurotic, Cuando la materia se despeta, Katz, 2010, ones Belin, J, Prucha sn comicein, Mazi Pons, 2021 acto Carper, Mt Eneilopeia Investigaciones Cietfeas. 1985. Gascén Abin, M. Marcial Pons, 2008 Goldman, A. "Ierpretation Pschologyzed", Mind & Lenguage, vol. 4.88.3. 1989, pp 161-185 psd or 10.111,.1468.0017, 19894500249. Goldman, A.. Sinlarig Minds: The Phitosopy, Pvehologs, and Neuroscience of _Mindreading,Oxtrs Universty Press, 2006, Gonzélez Lager, D., “Booms sazones, mls ine inteeionesy 26, 2003. pp. “EI funcionalismo™, En Broncano, F. (ed). La mente humana Thertecesiciea de llomfs, ‘Trotts - Conagjo Soper de Los hechos en el Derecho, Bases argunenales de la pracha, clones (sobre Ia atribuciin de 5-716, psd one 10.14198 Dosa, i, (POxA2005 2626 Gonzslez Laie, D., La pracba de 1 intact y el principio de racioaldad minima, Jueces paral demoeracks, 50,200, pp. 41-1 Gonzalez Lagier, D., “La prucha de Wt intencién y la explicacién de baci”, en ‘egorta im. 38, 2006, pp. 173-192. ho. oa/10 3989; cegoia.2006,3535| Gonpslez Lapiee, D.,“Hechos y concepos”, Cuadermas Blectréncos de Filosofia del Derecho 615, 2007, Gonrsler Lagi, D, Emociones, responsabilidad y Derecho. Mecial Pons, 2009, Gonzalez Lagier.D. Las parades de a acct, Marcial Pons. 2013. Gonvster Ligier, “Bs posible formulae wo esindar de prueba peeclo y abe Algunasdadas desde un eafoque argumemvo de la puss, en Revita Telemétia te Fiosofa del Derecho. 23.2020, pp. 79-7. han ne/10048/10362 Hacker, Py Bona, M,“Fundaneatos fesicos de la newocieneia, Ba Benoet, Hacker, P, Demet, D..y Seale, J, La natualeza de la concencia. Cerebro, mente Ienguaie Paid, 2008 ald. por emocionly su cola racioml: Un enfogueiniionsta social de juiio moral, jucio moral. en Conia, A. ed). Guir Comares de Neuraflasoia prdetica, Comates, 2012. Hampshire, S., Hat, H. L.A. “Decision, Intention and Certainty", Mind, vol. LXVIL, ‘em, 265, 1958, pp. 1-12 po or/ 10.1093 mindLXVIL. 265 Tecoboai. M. Las euronas explo. Emparta, newopotia,atiamo,initactin o de emo entenemo lxoton, Kt, 2013, Jakobs, ©. "Sobre la fucién de la pate subjetiva del delito ex Dero pen”, Ansari de derecho penal ycencias penal, tomo 42, fees 2, 1989, 9p. 633-652, Jakobs, G.".Qve protee el Derecho penal: bene urdios o a vigencia de I norma” en Cuadernos de Detrina y Jurispradencia Penal, vol. 7- mien. 11.2001. pp.2342. Kahneman,D., Pensa ride, penardespaci, Mondadori, 2012, Kalpokas. D, "Alguna reflexionesen toro al conacimiento de as ots mentes”, En Scott, C. Rodiavez, FG. ¥ Aus, 1 (comps). Los signos del cuerpo. Enos ‘mulimodates de la mente yl lenguaie, Tse, 2019, Lawrenzo Copel, Dolo y conocinieno, Tran lo Blanch, 1999. Mil, 1S. Am Examination of Sir Wiliom Hamilton's Philosophy, ed 1967 Moya, €.."El sujet enuncindo", En Crvz, M. (comp), Tiempo de subjeividad. Pads, 1986 Maya, Floofa de to mente, Universi de Vani, 2006 Pardo, M.S. y Paterson, D.,“Fundanenosflssticos del Dereo y la Newtons ‘in Dre, wim. 2, 2011. psn comfundamentos-losotcosda-derecho-y-a Paredes Castano J. M.,“Prablemas metodolGgics en la pruebu del dole", Anuar de ‘lsofia de derecho, vl. XVM, 2001, pp. 67-95, (Quinuila, P"Comprender aloo es crear wh espacio compartido, Caridad, empatia y tciangolacidn”, dea y store, wim. 125, 2004, pp 81-57 sintaila, P, La comprenién del ot, Explicacin, interpretecin » racionlided, Fondo Edita! PUCP. 2019. agus als, R."Consierociones sobre la pra del dole" Lt Ley io XXII, im $633, 2002 Ragues.. El doto ys prueba eno proceso poral 1M. Bosch Et, 198, Longmans Rizzolati, G. y Craigheo, L. “The Mirror Neuron System, en Anmury Review of Newoscience, vol. 7, 204, pp. 169-192. ipso. 0.1146 Soule J, nencionaldad, Toca, 1992. Seale, J., I rescubvimionto dela mente, Cra 1996, Seale, J. La meme Una breve itrducii, Norma, 2006 Scale J. Monte, cerebro ciencia, Ced, 1990. Skidelshy, L., “Autoconocimienlo y- Atibucién de Estados Mentles en Teor de kt ‘Mens", Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento. vo. 3. nim. 12011, pp 3485, ‘Tulfo, ML, La prueba de los hechos, Tota, 2011 “Tara, M, "Proce y ncoroiencs" en Tat, M.,y Niewa J (ies), proceso judicial, Marcial Pans, 2013. i mat Lier, ML een» dein de a vray del eng eve vce Maal ow Wola semaine, Anni Machado Libs, 206. ‘Una version de exe artcuo (sine apéadice) fue publcadaanerormente ex Quaesto acti. Revista mernaclonal sobre azonamientoprobatri ie, 3, 2022, pp. 49-19. "Lo eual ene importantes consecuencias prictias, Por ejemplo. cn algunas satoncias el Tibunal Supremo y el Tiibunal Constinconal expel se ha aegumentd que, al no tatarse roplamente de Rechos, no les alcanza ta presuncién de inocenci: Los juiios de valor sabre inenciones no pueden someterse a las exigencios de Ut ‘resuncdn de inocencia por se circunstancias inapeehensibles por los seaido raza por la eval slo Lo hecho ens, sobre los que se base Ia induc, pueden se objeto {e pracha." (STS de 17 de febrero de 1995) “Tals juicios de valor sobre itencionss © jsicos de inferencin sabre pensimienos, querres 0 dessoe escondidos on el iniecto bums, no ton becins ex senile eafrcin pomp no consitagen datos sprehensbles, por ello no pueden ser objeto de prucbs propamente dich y quedan ers de Ia garansa constiscinal” (STC 198/199), Sobre lactis de sla procs {ol doo es genuina prueba @ inputseién pede verse Rages, RH dolo su prucba ‘el proceso penal 1999: "Consieraciones sobre la proba del dai”, 2002 " Moya, Filosofia de ta mente 2006, Cap I; Searle, Mentes, cerebro yclenca 1999, © Gatela Caparo, MEL Taneionslsn 1995, p46, © Adapio. un ejemplo de Frank Jackson, comentido por Moye. C. cercinda 196, © Sete J fencionalidd, 1992, p18 © Sette, J aenciontidd, 1992, p21 EL jew © Hampshire, 8. Hart H.L.A.."Decision, ntencion and Certainty” 1958, pp. 1. © Una presenacin de estas concepciones y sus problems puede verse en Moya, C. Fido de ta mente, 206, " Churchand,P Materlayeoncencia, 1999. 0.43, © Sarl, JE edescubrinient de ta mente 96,9. 121 \ Devidwon, D Subjetivo, itersbjetvo, objetivo, 2008, pp. 28 y v8: Moya, C sjetoenciad, 196, p17 sts presen problema debs ors ants Bl © Cas, 1G. Papas, © Mil J S.A Examination of Sir Witla Hamitons Philosepk 195, p87. Sobre los problemas planesdos por este argumento puede verse Dancy, J, Inerncein a epistemotoga contempordnea, 199%, pp. 87 Y 8. Moya, € 1996, " Moya, CE eto emanciad, 1996, p 182 © Skdelsky. L.."Auroconacimieno y Awibucén de Estados Mentales "I syst enancinds *.2011,p.38. © Skldesky, L.."Autoconacimienoy Atibucn de Estos Menales...", 2011p. 36, Moya, C. "EI sujet cnunsiado™ 1996, pp 159 ys. 2003, p 681 © Una exposicion y discusién cn detalles de las distous teri puoden vere en Goldman, A., “Interpretation Psichologyzed”, 1989 y Simulating Minds. 2006; ‘Shidslsky. L., “Autconocimienioy Atshucién de Estados Menales..", 2011 Branssins, P."Alguas eflexiones acca de a simula ent.” 2008 y “Eo de Is erp cm Is atibucicn mental, 2011; Quintanilla, P, La eimpremsn de 19. 2018, "> Skldeshy, L.,"Autoconaeimieno y Auibucia de Estados Mente. © Wéase Gonzdler Lago D., “Buenas zones, alas iatecione. °.2011,p.39. ° Davidson eftecié varias formulaiones de este principio, peo se consider cisca fa que puede encoatarie en Davidson, D. Subjeio, imerubjetvo, objetivo, 2003, p 281: \lase tmbien Goldman, A., IneprctationPsichologyzed"1989,pp. 163 ys. "sp. 6. °201. “Tie Mirror Neuron System, 2004; lcohoni, M., Las ° Quintanilla. P.“Comprender lotro es ecar un espacio compari, © Skdosky, L,“Attoconacimienoy Atibacn de Estados Metals © Riot, G. y Cragher, earonas expen. 201. Kahmeman,D.,Pensar rp, pensar despacio, 2012: Haid y su col raion." 2012, pero emocions "Gone Lager B"La pric de Ia intenciny in explcacidn de a acc, 2006, pe. l78y © Paredes Casta, J.M"Problemas metdolgicos en la prueba del dota”. 2001 Goneslee Lager objetivo "2020, Gonads Lager, D.. Lar parades dela acidn, 2013. Tato, M.. La prueba de ls hechos, 2011; Gascin Abell, M., Las hechos on el, Derecho. 2004; Ferer Bern, Prvebe sin conviccin, 2021, Jakobs. G.",Que protege el Deesho penal. “Jakob G., Sobre a funci6n del parte su D., “GES posible forawlar un estindar de prucha preciso y 2001 iva." 1989, 9.639. Laurea Capello, P, Do y eanocimiento 1999, p. 225 Moya, € Gonzi Lig “El seo emia, 1996, D.,“Hechos yconcepton, 2007 * Goousles Lage, D.,“Buenss razoaes, malas iatenciones ima”, 2008, 2003 “La prude imencin yo principio de saconalidad © Rages, Rx El dolo yu prueba en el proceso penal, 199, pp. S21 ys. © so qui aroja cera lar sabe ia discus en la doetina peal acer Je ie lo ‘8 conocimiento © volutad: no se tit en reldad de unt allemativa, porate es ‘onceptualmente imposihle saber 0 ser conscente de gic Ii accién x roe Tos «lementos de tipo penal, ealizar esa aeciin yp tenes I inten (volta) de da lugar a una seein que eine Ios elementos del ipo penal 1, Emociones, responsabilidad y Derecho, 2009, Cap = Gonzilez Lager. D.,Emocions, responsabilidad y Derecho, 2009, Cap. ° Gonzilez Lagier. .,Emocions, responsabilidad y Derecho, 2009, Cap. Sobre la relacin entre racionalidad y emociones, véase Gowler Lagier.D. Emocions, espomshiidad y Devecho, 2009, Cp. TV Tomo le siguiente informacion Cincuyendo Ia descrpsién Je Ta ecu de brainfingerprining) de Wilamanin Lépet, M. 1, Nenrociencia » detccn de fa verdad y del engafe... 2014, pp. 46s. 138 ys Tara, ML, "Proceso y neurocincia", 2013, Taro, ML "Tara Mi, "Proceso y neracinsi", 2013p. 22, Proceso yneurociensa", 2013, p.23. © Taraffo, M. “Proceso y neurosienia" 2013.20. Tana, M.“Proeeso y newrociencia", 2013p. 2 Tana, M., "Proceso ynewroconsia", 2013p. 23, © Kathinks Evers, on su libro Newrofica. Cuando ta materia se despera,distingwe fue una easaidad neces que product el mismo efecto em todos los mudes posible, y una enusalidad contingent, para Ia que haba a meoos un mundo posible fen el que ess misma causa ha praduido un efecto distin, Desde e! lao de souociencia so an presenta algumasivesigaciones que sugiton que ene exebeo {al menos, para algunas d sus funciones as rolaciones casas son de esta segunda manera (Evers se cenra sobre todo en fs trabajos del neurocienifico 3°. Changeax ‘watando de explicar la cretvidad a patir dela plsiidad neuronal, esto, © Hacker ‘apacidad del cerebro de modifiers fisicamente en funcin del spend, incluso el proven del medio social), Si esto es as, “ex teGreamente posible infuie eliberadamente en et resado para orientarlo en cierta dieccfin". Byers, K Neurotiea., 2000. Pando, M.S. y Patteson, D. Neurocienia” 2011, “Fundamentos flowieot del Detesto y ta _y Bennet, M.,“Fundamenosfiloxficos de a nurocenca", 2008 ‘st lio so tormind de edtar on Palostra Edtores S.A. ce Wo9'saoUpARNsILE MAM,

You might also like