Professional Documents
Culture Documents
ESTUDIO
ESTUDIO
SOCIALES
y
ESPACIOS
CULTURALES
en el
NORESTE
de
MÉXICO
Cultura e Identidad
Coordinadores
Carlos Recio Dávila
Beatriz Coss Coronado
Cultura e identidad
Coordinadores
Cultura e Identidad
© 2023
Todos los derechos reservados.
ISBN: 978-607-506-500-7
Introducción 8
Capítulo 1.
Se siente la vibra de “ser raza”. Expresiones de identidad
colectiva en Saltillo. Una exploración de sentidos en
estudiantes universitarios.
Gabriel Pérez Salazar y Carlos Recio Dávila 12
1. Introducción 12
2. Raza: antecedentes y deslindes 14
3. Identidad colectiva regional y raza en el norte de México 21
4. Método 27
5. Resultados 29
6. Discusión y consideraciones finales 31
7. Referencias 34
Capítulo 2.
“Donde tú estás, está él”: Expresiones de religiosidad
cotidiana en la devoción hacia el Santo Cristo de Saltillo.
Francesco Gervasi 39
1. Introducción: el tema, los objetivos y el aporte
de la investigación 39
2. La devoción popular hacia el Santo Cristo en Saltillo:
una breve descripción introductoria 40
3. Conceptos orientadores: devociones populares,
vida cotidiana y religión vivida o cotidiana 42
4. Nota metodológica: el enfoque, las técnicas y
la ruta de investigación 45
5. Expresiones devocionales hacia el Santo Cristo en la
vida cotidiana: motivos por los cuales los entrevistados
se hicieron devotos y lo siguen siendo 46
6. Expresiones devocionales hacia el Santo Cristo en la
vida cotidiana: las peticiones y la relación con el santo 50
7. Expresiones devocionales hacia el Santo Cristo en la
vida cotidiana: los objetos sagrados (altares, imágenes,
cruces, medallas, etc.) 53
8. Conclusiones: apuntes para construir un modelo de las
formas de expresión de la devoción hacia el Santo Cristo
en la vida cotidiana, en Saltillo 57
9. Referencias 59
Capítulo 3. 62
El amor y las relaciones amorosas como una forma
de identidad individual y colectiva
Jesús Gerardo Cervantes Flores 63
1. Introducción 63
2. Identidad 65
3. Identidad colectiva 68
4. Proceso de construcción social sostenido en el lenguaje 69
5. El amor como una forma de identidad 72
6. La imposibilidad del encuentro con el otro 74
7. La polisemia del concepto de amor en juventudes saltillenses 77
8. La relación amorosa como una forma de identidad colectiva 79
9. Conclusiones 82
10. Referencias 84
Capítulo 4.
Alameda Digital, Alameda Segura: Utilizando evidencias digitales para la
generación de mapas de ayuda al traslado seguro en la Alameda Zaragoza
de Saltillo.
Sergio Antonio Corona Reyes y Beatriz Coss Coronado 88
1. Introducción 88
2. Espacio 89
3. La Alameda Zaragoza 92
4. Método 95
5. Resultados 97
7. Referencias 106
Conclusión 110
Semblanzas 114
Beatriz Coss
Introducción
7
Introducción
Introducción
E
l libro colectivo Prácticas sociales y espacios culturales en el Noreste
de México es el resultado del trabajo de los integrantes del Cuerpo
Académico en Consolidación (CAEC) “Cultura e Identidad” de la Facultad
de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila,
quienes recientemente se han dedicado a estudiar las categorías cultura,
identidad, prácticas sociales, expresiones devocionales, vida cotidiana,
espacio público urbano y práctica espacial.
El texto presenta las reflexiones teóricas y metodológicas derivadas
del proyecto de investigación “Procesos identitarios en espacios urbanos
físicos y virtuales” del CAEC, cuyo objetivo es explicar, desde una perspectiva
cultural-comunicacional, cómo se manifiesta la identidad a partir de prácticas
sociales, religiosas, simbólicas y lúdicas, en contextos urbanos físicos y
digitales.
El libro colectivo está integrado por cuatro capítulos, tres de los cuales
corresponden al trabajo académico de los Profesores de Tiempo Completo
del CAEC, y uno más (el capítulo 3), es la colaboración realizada por un
investigador invitado.
En el capítulo 1, intitulado “Se siente la vibra de ‘ser raza’. Expresiones
de identidad colectiva en Saltillo”. Una exploración de sentidos en estudiantes
universitarios”, los autores Gabriel Pérez Salazar y Carlos Recio Dávila,
8
Beatriz Coss
9
Introducción
que realizan las mujeres usuarias del parque público Alameda Zaragoza en la
ciudad de Saltillo, Coahuila, México e indagan cómo estas prácticas podrían
ser indicativas de apropiaciones resistentes del espacio público urbano a
través de observaciones realizadas sobre las rutinas de las mujeres en este
lugar.
En suma, los autores del Libro Colectivo 2023 ofrecen una mirada sobre
el estudio de la construcción de identidades y aspectos culturales a partir de
sus prácticas sociales individuales y colectivas.
Agradecemos la invaluable colaboración de investigadores de amplia
trayectoria académica, quienes realizaron el proceso de dictaminación externa
del Libro Colectivo 2023. De igual manera agradecemos a la Dirección de
Investigación y Posgrado de la Universidad Autónoma de Coahuila, su apoyo
para la edición digital de este proyecto académico.
10
Capítulo
1
Se siente la vibra de “ser raza”.
Expresiones de identidad colectiva en Saltillo.
Una exploración de sentidos en estudiantes
universitarios.
1. Introducción
E
n los actos del habla se revela lo que somos en toda nuestra complejidad.
Toda expresión parte de la situación particular en la que se ubican
quienes participan en los procesos de interacción social y de la forma
en que nos identificamos a nosotros mismos y a las demás personas. En este
trabajo, abordaremos un aspecto muy concreto de la expresión de la identidad
colectiva: la noción de ser raza1 como es empleada en el norte de México; y
que específicamente en lo metodológico, será ubicada en Saltillo, capital del
estado de Coahuila, como caso ilustrativo.
Como presentaremos más adelante, el ser raza alude a una expresión
de camaradería y de pertenencia grupal, que ha sido empleada en la región
1Agradecemos a la Mtra. Bertha Lecumberri Salazar (Facultad de Filosofía y Letras, UNAM), quien, desde
una perspectiva lingüística, en entrevista personal sugiere que esta expresión puede ser identificada como
una colocación, es decir, como una forma previa a una locución verbo-nominal, cuya estructura no es aun
completamente fija ni lexicalizada, y donde el verbo ser, a pesar de que en ocasiones puede ser omitido (como
en la frase “¡Ya vámonos, raza!”), mantiene un significado copulativo (es decir, que une a un sujeto con un
atributo).
12
Gabriel Pérez y Carlos Recio
13
Se siente la vibra de “ser raza”.
2
Facsímil de la obra original de 1737.
14
Gabriel Pérez y Carlos Recio
en casa del moro se habla algarabía”, para indicar el espíritu festivo de los
musulmanes.
Dos siglos después de la publicación del Diccionario de Autoridades,
la Real Academia Española (1970) continúa dando el mismo sentido, al decir
que el concepto raza proviene del italiano razza y que significa “Casta o
calidad del origen o linaje”. Aunque en una segunda acepción, seguramente
con influencia de las tendencias científicas del evolucionismo del siglo XIX,
refiere que la voz corresponde a “cada uno de los grupos en que se subdividen
algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por
herencia” (1970).
Para Gauvard y Sirinelli (2015) el término de raza es de una etimología
indecisa, en tanto que Corominas señala que la palabra ya era utilizada en
español en el siglo XVI. A fines de ese siglo y principios del XVII se empleaba
para señalar la pureza de la sangre, por lo regular en sentido negativo o
peyorativo y se aplicaba sobre todo a moros y judíos.3 En castellano
antiguo raza significaba “defecto, culpa”. De esta manera, eran comunes las
expresiones “no tener raza”, “mala raza” entre otros.
A partir del siglo XVIII la noción de raza es un término utilizado de
manera regular y estable (Doron, 2016). En los discursos nobiliarios, la raza
designa la herencia de cualidades de virtudes y de estatus y se encarna
en una genealogía. El concepto tiene una relación negativa con el término
degeneración. Por muchos años el verbo degenerar estaba cargado de
valores nobiliarios, significaba “no valer lo que valían aquellos de quienes
descendemos, no gobernarse como aquellos de los cuales uno ha nacido”.
Desde este autor, degenerar es algo indigno, es desviar la línea
determinada por la raza, significa apartarse del camino de la virtud, no
conducirse de manera que le conviene a su rango. Degenerar es no cumplir
con el deber. No como un principio moral o religioso sino de una exigencia
familiar: hay que seguir el ejemplo de aquellos de su raza (Doron, 2016).
3
Corominas (1956, p. 1021) indica que en catalán enrassar significa “Cruzar animales o bien mezclar personas
de razas diversas”; En Italia en el siglo XVI rascia designaba cada una de las clases de mendigos (los que
hacían de leproso, de mudo, etc).
15
Se siente la vibra de “ser raza”.
16
Gabriel Pérez y Carlos Recio
[…]
17
Se siente la vibra de “ser raza”.
Rodríguez, 2013; Homann, 2018; Valenzuela, 2019) han sido hechos en torno
a la identidad como fenómeno transfronterizo. Enseguida presentaremos un
conjunto de antecedentes en los que hemos hecho un recuento, primero,
desde una perspectiva cultural-identitaria, para luego irnos aproximando a su
empleo como sustantivo colectivo.
Desde un punto de vista cultural, Giménez (2009) se refiere a diversos
aspectos que contribuyen a la construcción de la identidad en la franja
fronteriza, y habla de diversas formas culturales que son interiorizadas por los
sujetos. Para este autor, lo anterior implica un conjunto de sentidos que son
ampliamente compartidos y relativamente duraderos al interior de un grupo
que, aunque puedan haber surgido en un espacio concreto, con frecuencia
suelen ser trasladados a contextos más amplios.
Estos elementos culturales -sugiere el autor- dan lugar a la
configuración de identidades regionales que conducen a diversas formas de
distinción. Aunque Giménez (2009) no se refiere explícitamente a la lengua en
su trabajo, consideramos evidente que se trata de uno de estos elementos
culturales a partir de los cuales se manifiestan las identidades. En particular,
el habla, en el sentido que le da De Sassure (1945), puede ser ubicada como
parte de los atributos particularizantes que Giménez propone en el entorno
de lo fronterizo sobre lo identitario.
Sin plantear explícitamente a la noción de ser raza, otros trabajos
han abordado el asunto de lo expresivo y su relación con las identidades
colectivas en el norte de México. Desde una perspectiva lírica, Homann (2018)
ha trabajado el papel que han jugado los corridos (desde los revolucionarios
hasta los narcocorridos) en la construcción de una identidad grupal que, en
esta región, plantea la existencia de lo nuestro, como un sentido performativo
que es compartido. En Rodríguez (2013) se presenta una reflexión sobre
las formas en que la identidad es simbólicamente construida en la región
fronteriza en el contexto de los trabajadores mixtecos transmigratorios.
Este autor destaca el papel que juega la práctica discursiva, como una forma
de adaptación cultural que da lugar a la reproducción lingüística como una
manifestación de autoafirmación comunitaria.
18
Gabriel Pérez y Carlos Recio
4
Monterrey, capital del estado de Nuevo León, se ubica a 65 km al noreste de Saltillo, capital del estado de
Coahuila. En ambas ciudades se comparten una gran cantidad de términos y expresiones.
5
Según Sato (2006), una contribución relevante en esta narrativa partió de posturas racistas y xenófobas,
entre las que destaca la ya mencionada obra de José Vasconcelos La Raza Cósmica, además de movimientos
como el Comité Por-Raza (parte del Partido Revolucionario Institucional) y la Liga Anti-china y Anti-judía.
19
Se siente la vibra de “ser raza”.
20
Gabriel Pérez y Carlos Recio
3.1. Identidad
6
Que, recordemos, es una obra original de inicios del s. XVIII.
21
Se siente la vibra de “ser raza”.
22
Gabriel Pérez y Carlos Recio
23
Se siente la vibra de “ser raza”.
7
Especialmente en el estado de Coahuila.
8
Región integrada por territorios colindantes de Coahuila y Durango, en la que se asientan los municipios
de Torreón, Matamoros, San Pedro de las Colonias, Francisco I. Madero y Viesca, en esta primera entidad;
y en Durango: Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo, Mapimí, San Pedro del Gallo, San Luis del Cordero, Nazas,
General Simón Bolívar, San Juan de Guadalupe, Cuencamé, Peñón Blanco, Santa Clara, Rodeo, Hidalgo e Indé.
24
Gabriel Pérez y Carlos Recio
25
Se siente la vibra de “ser raza”.
26
Gabriel Pérez y Carlos Recio
4. Método
10
Este trabajo implicó una observación hecha por Carlos Recio a lo largo de más de dos décadas de la
tradición oral en la vida cotidiana, así como de la consulta de fuentes que abarcó tanto de tipo periodístico
de esta región, como obras dispersas que recopilan distintas expresiones locales.
27
Se siente la vibra de “ser raza”.
11
Las entrevistas fueron aplicadas entre el 7 y el 14 de noviembre de 2022.
12
El grupo de discusión fue realizado el 23 de noviembre de 2022.
28
Gabriel Pérez y Carlos Recio
5. Resultados
13
El desbalance en la proporción en el sexo de las personas participantes se debió precisamente a esta
condición. Al momento de solicitar la participación voluntaria en el grupo, sólo había una mujer que no había
sido entrevistada previamente.
14
En Saltillo las zonas con personas que típicamente tienen mayor nivel de ingresos suelen ubicarse al norte:
San Patricio, San Isidro, etc. Plaza Galerías está ubicada también en esta zona.
29
Se siente la vibra de “ser raza”.
1). Alguien que es raza es una buena persona (Hombre 3), alguien que es chido
(Mujer 2).
Al profundizar en esta forma de entender a quién es raza, en el grupo
de personas participantes fue posible observar un conjunto de atributos
entre los que destacan: ser extrovertido (Mujer 2), que está en ambiente con
los demás (Hombre 3), que es sociable (Hombre 2), que tiene sentido del
humor (Hombre 1, Mujer 1). Estar con la raza significa la posibilidad de ser
uno mismo, de expresarse con libertad (Mujer 3) y confianza (Mujer 1), de dar
y recibir consejos (Mujer 1) y apoyo (Hombre 1, Hombre 3, Mujer 1). Cuando
el concepto de ser raza es asumido desde la misma persona entrevistada,
se suman otras características personales como: alegre, fiestero (Hombre 1),
alivianado y buena persona (Hombre 3), ser una persona abierta (Mujer 3).
Las expresiones recogidas en torno a la idea de ser raza como colectivo
sugieren un espacio cercano de libre expresión, solidaridad y amistad. La
socialización parece ser esencial en la identificación sobre quién es raza,
especialmente cuando se manifiesta como una relación inclusiva: mi raza,
nuestra raza.
El otro es el que no es raza, es quien está fuera, quien no es parte
del nosotros. Alguien así, no comparte tu humor, no comparte tu punto de
vista (Hombre 1); no es sociable, no es amigable, o no se junta con nadie, no
se junta con la raza (Hombre 2); alguien más como cerrado, más serio, o sea,
como que no es llevado con los demás (Hombre 3); que es mala onda, que no
sabe convivir, que no se incluye en los grupos, que es antisocial (Mujer 1); es
alguien que se porta de manera cerrada, que no se suma a los demás (Mujer
2), alguien que se siente que es un extraño (Mujer 3).
Como es posible observar, la otredad en relación con la raza es un
asunto que se concibe esencialmente desde lo social, a partir de una exclusión
que es mayoritariamente percibida desde la falta de voluntad o la inhabilidad
de ese otro para integrarse. El extraño adquiere así una dimensión colectiva
que se opone al grupo de pertenencia: no es de los nuestros, no es raza.
A pregunta expresa, en el grupo de personas entrevistadas, el sexo no
parece tener incidencia alguna en ser raza: hombre y mujeres pueden ser raza
sin distinción. En cuanto al origen socioeconómico, las opiniones estuvieron
30
Gabriel Pérez y Carlos Recio
divididas. Para la Mujer 2, la diferencia entre ser raza o no, puede ser un
asunto de clase social: en sectores de la ciudad que son de gente de más
dinero, esa clase de sectores tienen una diferente clase de convivencia con
las otras personas. Para la Mujer 3, en torno a esta misma variable, el asunto
más bien radica en el uso mismo de la palabra: tal vez la posición social que
alguien venga de algún rango más arriba, no sé una persona rica […] que no
diga raza sino “amistad”, “compañero”. Para el Hombre 1, el otro en términos
de la raza, tiene más bien una relación geográfica: principalmente creo que los
del norte [del país] somos los más razas.
Esta dimensión económica sobre el ser raza fue explorada en el grupo
de discusión descrito en el apartado metodológico. El consenso al que se
llegó fue que una persona que usa esta expresión corresponde a un nivel
socioeconómico medio-bajo/bajo. En lo que tiene que ver con la edad, el grupo
coincidió en que, aunque es una frase que puede ser usada por personas de
todas las edades, en general es más frecuente en personas en el grupo de
35 – 60 años.
31
Se siente la vibra de “ser raza”.
32
Gabriel Pérez y Carlos Recio
15
Una parte de Texas ya había sido anexada a Estados Unidos desde 1845, de manera que con el Tratado de
Guadalupe Hidalgo se anexó únicamente el territorio entre los ríos Nueces y Bravo, es decir la parte sur de
Texas.
33
Se siente la vibra de “ser raza”.
7. Referencias
16
Relajo y botana son términos empleados en México para referirse a actos lúdicos de broma y camaradería
en los que se participa colectivamente.
34
Gabriel Pérez y Carlos Recio
35
Se siente la vibra de “ser raza”.
36
Gabriel Pérez y Carlos Recio
48. https://lapalabrayelhombre.uv.mx/index.php/palabrahombre/article/
view/3181/5039
Thompson, E. C. (2006). The Problem of “Race as a Social Construct”. Anthropology
News, 47(2), 6-7.
Valenzuela, J. M. (2012). Nosotros. Arte cultura e identidad en la frontera México-
Estados Unidos. Conaculta.
Valenzuela, J. M. (2019). Transfronteras: la condición fronteriza y los estudios de
frontera. En G. Giménez y N. Gutiérrez (Comps.). Las culturas hoy, (pp. 51-
72). UNAM.
Wade, P. (2017). Raça: natureza e cultura na ciência e na sociedade. En M. G. Hita
(Org.) Raça, racismo e genética em debates científicos e controvérsias sociais,
(pp. 47-80). EDUFBA.
Young, E. (1994). Deconstructing La Raza: Identifying the Gente Decente of Laredo,
1904-1911. Southwestern Historical Quarterly, 98(2), 227-259.
37
Se siente la vibra de “ser raza”.
Capítulo
2
“Donde tú estás, está él”:Expresiones de
religiosidad cotidiana en la devoción hacia el
Santo Cristo en Saltillo.
Francesco Gervasi
38
Francesco Gervasi
2
“DONDE TÚ ESTÁS, ESTÁ ÉL”: EXPRESIONES DE RELIGIOSIDAD
COTIDIANA EN LA DEVOCIÓN HACIA EL SANTO CRISTO EN
SALTILLO.
Francesco Gervasi
P
ocos días después de mi llegada a Saltillo, en agosto de 2010, me
enteré de que se acababa de celebrar el evento religioso más popular
y concurrido de la ciudad, es decir la fiesta en honor del Santo Cristo.
Desde que me enteré de su existencia, la devoción hacia el Santo Cristo me
pareció muy interesante porque, a pesar de que el santo patrono oficial de
Saltillo es Santiago Apóstol, la mayoría de los saltillenses considera al primero
como el más importante de todos. Ya desde entonces, tenía la voluntad de
realizar una investigación sobre esta devoción, pero fue hasta el 2019 que
pude concretar mi deseo.
El presente capítulo se basa en los hallazgos obtenidos en este estudio,
cuyo objetivo general fue identificar y describir los motivos y las formas de
expresión cotidianas de la devoción hacia el Santo Cristo de la Capilla en la
ciudad de Saltillo. El anterior se basa en dos objetivos específicos, a saber: 1)
identificar y describir los motivos por los cuales los entrevistados se hicieron
39
“Donde tú estás, está él“.
Según lo que narra la leyenda, un seis de agosto del 1608 llegó a Saltillo una
mula que cargaba una caja. La mula se paró en el centro de la ciudad, frente
a Plaza de Armas, donde algunas personas abrieron la caja y descubrieron
en su interior una imagen de Cristo. Nadie reclamó la imagen y tampoco la
mula, que, además, después del descubrimiento, desapareció. Lo anterior
fue interpretado por los saltillenses como un regalo/milagro de Dios y, por
40
Francesco Gervasi
1
Me he enterado de esta leyenda porque la reportan, cada año, los diferentes periódicos que se enfocan,
cada 6 de agosto, en la fiesta dedicada al santo Cristo (por ejemplo, véase: Armendáriz, 2022) y, también,
porque la han mencionada los entrevistados.
41
“Donde tú estás, está él“.
El propósito del presente apartado es definir los conceptos que han orientado
las diferentes etapas de la investigación, es decir: devociones populares, vida
cotidiana y religión vivida o cotidiana.
Las prácticas y creencias de las devociones populares se encuadran
en la que algunos autores llaman religiosidad popular2, es decir un tipo de
2
La principal diferencia entre la religiosidad y las devociones populares es que la primera es un concepto
más amplio con respecto a la segunda. Las devociones populares, de hecho, son parte de la religiosidad
popular que, sin embargo, abarca también otros fenómenos, que van más allá de la relación devoto/santo.
42
Francesco Gervasi
3
Vale la pena aclarar que, dependiendo de los diferentes niveles de heterodoxia que caracterizan a las formas
específicas de expresión de la religiosidad popular, las instituciones eclesiásticas, históricamente, las han
rechazado o incluido (adaptándolas para sus objetivos) dentro de sus fronteras ideológicas. Ejemplos de
devociones rechazadas por la iglesia católica son, entre otras, aquella hacia la Santa Muerte, Jesús Malverde
y el Angelito Negro (Gaytán Alcalá y Valtierra Zamudio, 2021). Mientras que un ejemplo de devoción que,
aunque con varias dificultades, ha sido englobado por las instituciones es aquella hacia San Judas Tadeo en
la Ciudad de México (Gervasi, 2014).
4
Eso no significa que las devociones populares no reconozcan ningún tipo de normatividad. No reconocen las
que provienen de las instituciones, pero sí, las que generan los mismos creyentes, en la sociedad.
43
“Donde tú estás, está él“.
44
Francesco Gervasi
45
“Donde tú estás, está él“.
Desde que tenía yo creo como 6 años, 6 años, 7 años que nos
llevaba mi mamá. A toda la familia nos llevaba al novenario
5
Es decir: Jorge Damián Rodríguez Campa, Marco Polo García Cepeda, Ana Karen Hernández Rodríguez,
Claudia Jiménez Ramírez, Abril Melissa Domínguez Esquivel, Miguel Ángel Rodríguez Espinoza, Daniel Gerardo
Hernández Valdés, Diana Guadalupe Loredo Sánchez; a quienes aprovecho para agradecer públicamente.
46
Francesco Gervasi
6
Los nombres de los entrevistados han sido modificados para tutelar su privacidad.
47
“Donde tú estás, está él“.
48
Francesco Gervasi
Sí, platico con él, más que pedirle le cuento mis situaciones.
Yo creo que él me escucha y pues me da fortaleza para
enfrentarlas y salir adelante y siempre más que pedir a veces
es dar gracias y estar, simplemente a veces estar frente a él,
eso es una cosa maravilla, la energía que se siente te hace
vibrar y yo siempre procuro estar también cuando desciende
(Teresa, devota del Santo Cristo).
Las peticiones que los devotos hacen al Santo Cristo tienen que ver
principalmente con cuestiones de salud, bienestar económico, relaciones de
pareja y, en general, con aspectos prácticos y mundanos de la vida cotidiana
(Dobbelaere, 1993; Rostas y Droogers, 1995), como es posible leer en los dos
próximos testimonios:
51
“Donde tú estás, está él“.
Un tema cada vez más frecuente entre las peticiones al santo tiene
que ver, seguramente, con el éxito en el ámbito laboral o educativo, como
destacado por el próximo entrevistado:
7
En el sentido etimológico del término que deriva del latín domesticus, es decir “relativo a la casa“.
52
Francesco Gervasi
53
“Donde tú estás, está él“.
54
Francesco Gervasi
Sí, pues siempre cargo con mi cruz, tengo aquí una crucecita,
ya la tengo desde hace mucho, y sí, en mi casa tenemos
un pues, varios crucifijos. (…) cuando estoy en una situación
difícil, me ayuda a poder saber que está conmigo y que
aunque yo no pueda verlo, él está, es como algo tan tangible
que tú puedes sentir que está ahí, aunque sabemos que
siempre está ahí, pero es algo como que te ayuda a superar
los momentos difíciles (Daniela, devota del Santo Cristo).
55
“Donde tú estás, está él“.
56
Francesco Gervasi
57
“Donde tú estás, está él“.
58
Francesco Gervasi
9. Referencias
59
“Donde tú estás, está él“.
60
Francesco Gervasi
61
“Donde tú estás, está él“.
Capítulo
3
El amor y las relaciones amorosas como una
forma de identidad individual y colectiva.
62
Jesús Cervantes
3
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
1. Introducción
A
unque la identidad responde a una pregunta filosófica tan antigua como
la humanidad: ¿quién soy? o ¿quiénes somos?, cuando al colectivo se
refiere, Giménez (1997) señala que la aparición de esta categoría teórica
en las ciencias sociales es relativamente reciente, pues previo a los años 60
del s. XX es difícil encontrarla en la bibliografía académica.
A la identidad se le ha intentado definir y categorizar desde distintos
campos del conocimiento, el presente capítulo pretende abordarla desde
las ciencias sociales, especialmente desde el construccionismo social y
1
Jesús Gerardo Cervantes Flores es Doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Comunicación Social
por la UAdeC. Estudió la Maestría en Promoción y Desarrollo Cultural por la UAdeC. Actualmente es profesor
investigador en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAdeC. Es catedrático en la Especialización
en Educación Integral de la Sexualidad en la UPN Saltillo. Dirige el Club de lectura “Amor, Género y Erotismo”
en la FCC de la UAdeC. Además es actor y director de teatro independiente y conductor y productor de
radio. Sus líneas de investigación son: La construcción social del amor y las relaciones erótico-amorosas y
Comunicación alternativa para el amor y la sexualidad.
63
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
64
Jesús Cervantes
2. Identidad
65
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
por eso entre mayor pertenencia tenga el individuo a grupos, más se define y
refuerza su identidad individual.
Lo que se manifiesta en torno a la identidad además de cambiante es
múltiple, ya que se construye a través de una serie inagotable de contextos
particulares y pueden estar situados en la constitución física del individuo,
su nacionalidad o región de procedencia; la pertenencia que tienen a grupos
culturales, políticos, religiosos, laborales, educativos, entre otros tantos.
Cada espacio de interacción del individuo reconfigura su identidad y las
manifestaciones de la misma (Pérez, 2022).
En este sentido, Giménez (1997) señala que la identidad supone una
serie de elementos o características que distinguen a la persona del resto: 1)
Pertenencia a colectivos 2) Atributos idiosincráticos y 3) Narrativa biográfica
de la persona. Es así que, el individuo se reconoce “perteneciendo a una serie
de colectivos; siendo una serie de atributos; y cargando un pasado biográfico
incanjeable e irrenunciable”. (p.183)
En cuanto a la narrativa biográfica, Sztajnszrajber y Adamovsky (2016)
sostienen que el yo no existe cuando éste nace, sino que se construye a lo
largo de la vida de una manera narrativa a partir de la memoria del individuo,
de manera que la identidad es la memoria; lo que se recuerda que se ha vivido.
Lo problemático de la identidad entendida como un relato construido desde la
memoria es que ésta tiende a ser manipulable y distorsionada –consciente e
inconscientemente– y, por lo tanto, subjetiva. De tal suerte que la pregunta
que se hace el individuo por su existencia y que responde a partir de su
historia –o lo que ha construido a partir de los recuerdos de la misma–, es
una historia que no tiene que ver con la objetividad ni con la naturalidad, sino
con el relato que se cuenta a sí mismo y que le cuentan los otros de sí mismo.
Por otra parte, al ser tan cambiante la identidad, debido a que
el cuerpo, los intereses, afinidades y afiliaciones del individuo están en
constante movimiento, toma fuerza entender a la identidad como un relato:
esa narrativa construida a partir de la historia de vida y que narra los cambios
constantes que ha atravesado la persona. De manera que lo que sostiene la
idea de identidad en el individuo y en los grupos es, precisamente, ese relato
66
Jesús Cervantes
67
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
por dos filtros: 1) Las habilidades comunicativas que tiene la persona que
expone y 2) El marco interpretativo o subjetivo de quien recibe la información.
El marco interpretativo o subjetivo puede entenderse como el sitio o
marco desde el cual un individuo interpreta la realidad. Éste es construido
desde la experiencia de vida del propio individuo y, como toda construcción,
se encuentra en constante cambio.
En este sentido, resulta imposible acceder ya no sólo al ser, sino también
a la manifestación del ser de una persona, debido a que ni la observación ni el
diálogo lo permiten, ya que quien pretende entender las manifestaciones del
otro, las hará siempre a partir de su propio marco interpretativo, imposible
hacerlo desde otro lugar. De hecho, ni siquiera el propio individuo sería capaz
de acceder a su propio ser, puesto que lo que alcanza a percibir de sí mismo
siempre estará manifestándose a través de significados y prácticas donde se
autoobserva y autointerpreta.
3. Identidad colectiva
68
Jesús Cervantes
Gergen y Yang (2012) plantean que toda idea o concepto que tiene el individuo
–incluyendo su propia identidad–, ha sido construida de forma comunitaria a
partir de un proceso de construcción social.
69
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
2
Los universos simbólicos son un concepto que acuñaron Berger y Luckmann ([1966], 2006) y los definen
como cuerpos teóricos que integran una serie de significados colectivos, promoviendo un orden institucional.
El orden institucional se legitima desde el universo simbólico que, junto con las prácticas sociales, redefinen
constantemente a los universos simbólicos y éstas son legitimadas, a su vez, por los universos simbólicos.
70
Jesús Cervantes
71
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
72
Jesús Cervantes
73
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
74
Jesús Cervantes
3
Goffman (1979) plantea que las interacciones están veladas por máscaras que, dependiendo del espacio, la
persona y la situación en la que se encuentre el individuo, presenta ante el otro con quien interactúa.
75
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
al ser, sino que lo revela: la apariencia es el ser. El ser presenta ante los otros
su existencia en una serie de manifestaciones, de tal manera que no es que
el ser sea la esencia del ser humano y el parecer o la apariencia eso que lo
enmascara, que lo cubre, sino que el parecer o la apariencia es, en sí, el ser.
Sin embargo, persiste la imposibilidad del encuentro con el otro en
el contexto amoroso pues, al otro –en sus manifestaciones o apariencias
expuestas–, nunca se le podrá ver tal y como pretende manifestarse ante los
otros, sino que siempre será desde el marco interpretativo de quien observa y
ese filtro ya es suficiente para que se imposibilite cualquier acepción real del
otro; el otro siempre estará siendo interpretado y construido desde los ojos
de quien lo mira, entonces, quien lo mira no podrá encontrarse realmente con
el otro, sino con la percepción o ideal que construye de ese otro. Termina por
vincularse con la idea que construyó del otro y no con el otro.
Zizek (2019) señala que cada vez se reducen más las posibilidades del
encuentro real con el otro pues en la actualidad las juventudes se protegen
por miedo a sentir y, por lo tanto, sufrir. Señala que las sociedades actuales
se han acostumbrado a disfrutar las cosas sin pagar el precio de las mismas y
se pueden ver reflejadas en el consumo de refrescos sin calorías o cerveza sin
alcohol y es así como señala el autor que las juventudes buscan las relaciones:
encuentros pasionales cortos sin comprometerse y sin el apego fatal de estar
enamorado.
Este escenario que señala Zizek (2019) pareciera acercarse más a la
expansión del individuo, sin embargo, uno de los principales inconvenientes
de la expansión del individuo es la mercantilización del amor que planteaba
Fromm (1959), quien señalaba que más que buscar una persona con quien
convivir y formar una sociedad de acompañamiento y apoyo mutuo, los
individuos que entran en una relación de esta índole pretenden un intercambio
favorable; se busca ser lo más atractivo y deseable posible para sentirse y
saberse con la oportunidad de acceder a la persona más atractiva y deseable
posible, convirtiendo al amor en un concepto mercantil de intercambio.
Finalmente, como respuesta a esta pregunta dicotómica, Sztajnszrajber
(2020) propone que el amor y la relación amorosa tendría que entenderse, más
que como un encuentro satisfactorio que culmina una búsqueda incesante,
76
Jesús Cervantes
En un estudio realizado para mi tesis doctoral, entre 2019 y 2021 con juventudes
universitarias de la ciudad de Saltillo y que tuvo como objetivo el análisis
de la construcción social del amor y las relaciones erótico-amorosas de las
juventudes universitarias de Saltillo a través de los significados que expresan
y las prácticas comunicativas realizadas en espacios virtuales, se realizaron
ocho grupos de discusión –cuatro con mujeres y cuatro con hombres– y 8
entrevistas semiestructuradas –cuatro con mujeres y cuatro con hombres–.
Del trabajo de campo se concluyó que aunque el ser humano tenga una
necesidad natural innata de vincularse, los significados que se le atribuyen,
así como las prácticas que se le asignan a esas vinculaciones, son aprendidas
y aprehendidas en sociedad a través de un proceso de construcción social
sostenido en el lenguaje, razón por la cual, al amor no se le puede entender
como un concepto universal, sino que hay que situarlo culturalmente para
poderlo entender en cada situación.
Las y los jóvenes informantes de este estudio coincidieron en que
el amor es un sentimiento nacido de una atracción tanto física como de
personalidad y que se incrementa con el tiempo de convivencia en pareja.
Al amor, además de como un sentimiento o como una forma de identidad,
también puede entendérsele como un dispositivo social a través del cual se
establecen una serie de creencias y prácticas que tienen lugar en la relación
77
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
amorosa, por eso, cada que se quiere definir al amor, es casi inevitable que
se enuncien características experienciales propias de una relación de pareja.
El amor y la relación amorosa entendida como un dispositivo social
no puede desligarse del contexto social, cultural, tecnológico, político y
económico en el que se instala, puesto que –como cualquier otro dispositivo
social– responde a las lógicas, valores y dinámicas de la sociedad en la que
está inserto.
Las juventudes saltillenses de la actualidad parecieran permear en
sus relaciones amorosas una serie de características posmodernas como la
inmediatez, la ubiquidad y la liquidez. Tal como ocurre en la dinámica de
Internet, donde al usuario se le presentan –a través de una serie de algoritmos–
contenidos que le interesan, las juventudes saltillenses no parecieran buscar
un encuentro con el otro, con la diferencia, sino que están más cercanos a
un tipo de relación con una persona que se asemeje a una construcción ideal
de la pareja y que, en gran parte de ellas y ellos, se parecen a sí mismas,
promoviendo un encuentro narcisista. Pareciera que se alejan del encuentro
con el otro, de ese otro que les altere y modifique sus ideas y estructuras
de vida. Pareciera que las juventudes saltillenses pretenden entonces, lo que
Caruso ([1979], 2016) señalaba como amor egoísta o lo que Sztajnszrajber
(2020) más recientemente denominaba la expansión del individuo.
Por otra parte, al amor se le puede entender como una forma de
identidad. Stets y Burke (2000) señalan que la identidad es autodefinida,
toda vez que lo que diga una persona de sí misma es esa identidad asumida,
son sus autocategorizaciones; es lo que han asumido como propio, lo que
les significa; es lo que ellos dicen que son, lo que ellos creen que son: su
identidad. La autocategorización también se puede entender como la forma
en que las personas se identifican a sí mismas, es el relato que se cuenta el
individuo sobre sí mismo.
Entonces, se propone al amor como una forma de identidad si se resalta
que la identidad es esa serie de autocategorizaciones que hace el individuo
sobre sí mismo, sobre quién es, a qué grupos pertenece, en qué cree y qué
hace. Pocas cosas son tan penetrantes en el individuo como los grupos a
los que pertenece en torno al amor –su pareja–, el sistema de creencias del
78
Jesús Cervantes
79
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
identidad genuina, con el claro objetivo de parecer más atractivo a ese otro y
conseguir adherirse al colectivo que pretende crear con el otro: el de la pareja
La relación amorosa suele ser el tipo de vinculación por elección más
significativa que tiene el ser humano y puede definirse como un colectivo
que se conforma por dos personas –o más, en el caso de las relaciones
poliamorosas– y se sostiene sobre el concepto de amor. Estas relaciones,
según Tenorio (2012) cada vez tienen una gama más amplia de modelos y
formatos, entre las que destacan el noviazgo y el matrimonio como los
formatos de relaciones amorosas significativas más comunes, pero también
están las relaciones abiertas, la unión libre, las relaciones poliamorosas, entre
otras tantas que define cada pareja o grupo de personas que se relacionan en
torno al amor.
Tenorio (2012) señala que, en una relación amorosa, como en cualquier
otro grupo social al que pertenece el individuo, no sólo intervienen los
valores individuales de la persona relacionados con la afectividad y cómo
estos se encuentran con los de la otra persona con la que se relaciona, sino
que también están los factores que se establecen en sociedad y que son
modificados según la cultura en la que se les sitúe.
Por otra parte, Bauman ([2005], 2017) plantea que en la posmodernidad
–mundo líquido como él lo denomina– las personas buscan desesperadamente
conectarse y huyen de cualquier tipo de relación que implique un compromiso
a largo plazo, ya que les limitaría la posibilidad de vivir más experiencias,
razón por la cual entran en una dinámica de relaciones –conexiones– donde se
evita el vínculo profundo y se prefiere una serie de conexiones reemplazables.
Por otra parte, Morales y Díaz (2013) señalan que el ser humano tiene una
necesidad innata de relacionarse, de ahí que conforme un entramado de
vínculos a través de los cuales crea un soporte físico, material, emocional y
social.
La relación amorosa suele ser el tipo de relación más significativa
e íntima para el ser humano actual; donde sucede una reconfiguración de
identidad más profunda, especialmente si se está abierto para el encuentro
con el otro, ya que en ese encuentro los individuos están con más disposición
no sólo de conocer al otro, sino se reconocerse a sí mismos, un proceso de
80
Jesús Cervantes
diálogo interno –y con el otro– que trae consigo una serie de resignificaciones
y reconfiguraciones personales. Además, en ese encuentro se construyen dos
identidades nuevas: 1) El individuo construye la identidad del otro tomando
como base la interpretación de la lectura que hace de lo que el otro le permite
conocer y; 2) Entre los dos individuos construyen una identidad colectiva, una
identidad de pareja.
Es en la identidad de pareja donde se construyen los significados
y se manifiestan las prácticas y los rituales colectivos, creando así, una
nueva cultura, una nueva identidad colectiva. En este sentido, Mead (2009)
se cuestiona ¿qué hay de los otros en mí? ¿qué hay de mí en los otros? y
¿cómo esto es un proceso de interacción que nos constituye a nosotros?
Una serie de cuestionamientos que toman relevancia si se les sitúa en una
relación amorosa, pues en la interacción constante de los miembros de la
relación amorosa hay una serie de intercambios identitarios individuales y la
conformación de una identidad colectiva nueva.
En este sentido, Giménez (1997) señala que no hay identidad individual
si antes no hay una identidad colectiva, ya que la identidad individual es
producto de la interacción del individuo con los otros y la pertenencia que tiene
éste a grupos sociales. Entonces, la identidad del individuo está conformada,
entre otros, por su pertenencia a ese colectivo que forma con su pareja y la
pareja puede entenderse como un colectivo sumamente significativo al que
pertenece el individuo, lo que hace que este colectivo tenga fuerte injerencia
en la identidad del individuo.
Mead (2009) señala que la identidad del individuo se construye a partir
del otro. Hay una esencia del individuo que se enfrenta en el campo social
a los otros y eso le permite construir su propio ser. Esa interacción con el
otro, aunada a la propia esencia del individuo es lo que define su identidad.
Por eso, cuando se está en una relación tan profunda y significativa para el
individuo como la relación de pareja –noviazgo, matrimonio o cualquier otro
formato de relación amorosa que decida la pareja– el encuentro con el otro
inevitablemente reconfigura la identidad de los individuos.
81
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
En este sentido, Barbero (2002) afirma que siempre hay una mediación,
porque las interacciones están siempre mediadas por la cultura. De tal manera
que el encuentro entre dos individualidades es el encuentro entre dos culturas
y como todo encuentro entre culturas forma una cultura nueva, una identidad
colectiva nueva.
9. Conclusiones
82
Jesús Cervantes
83
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
10. Referencias
84
Jesús Cervantes
85
El amor y las relaciones amorosas como una forma de identidad
individual y colectiva
86
Jesús Cervantes
Capítulo
4
Alameda Digital, Alameda Segura: Utilizando
evidencias digitales para la generación de
mapas de ayuda al traslado seguro en la
Alameda Zaragoza de Saltillo.
87
Alameda Digital, Alameda Segura.
4
Alameda Digital, Alameda Segura: Utilizando evidencias digitales
para la generación de mapas de ayuda al traslado seguro en la
Alameda Zaragoza de Saltillo.
1. Introducción
E
n la época actual, cada vez más aspectos de nuestras actividades
cotidianas generan registros y evidencias digitales, y el uso de espacios
públicos y recreativos no es la excepción: la fotografía amateur con
fines de socialización en plataformas digitales ha provocado un aumento
exponencial en la disponibilidad de fotografía testimonial de carácter público
en la gran mayoría de los espacios recreativos de libre acceso. Este fenómeno
ha provocado que la academia cobre interés en cómo utilizar estos testimonios
y evidencias digitales para ayudar al estudio de los espacios públicos y su
eventual mejora y optimización. El caso de los parques públicos es una de
las aplicaciones incipientes de esta inquietud. ¿De qué manera podemos
utilizar los datos de uso de los parques en plataformas sociodigitales como
datos para buscar mejorar la experiencia de sus usuarios y visitantes? En este
reporte se presenta la aplicación de un método específico, mediante el cual
88
Antonio Corona y Beatriz Coss
2. Espacio
89
Alameda Digital, Alameda Segura.
90
Antonio Corona y Beatriz Coss
de visita de algún lugar, estas y otras estrategias han sido las generadoras de
lazos entre mujeres que viven lo mismo, y qué a su vez, se han convertido en
alternativas que buscan generar el sentimiento de seguridad”.
Por otro lado, la utilización de datos en plataformas digitales de
socialización para elucidar el uso cotidiano de espacios públicos es una
tendencia que está ganando empuje en las áreas de urbanismo, comunicación
y gobernanza (Zhang y Zhou, 2018). En el caso de los parques, la relativa
ubicuidad de herramientas con conectividad como los smartphones ha ayudado
a incorporar la geolocalización en metodologías cartográficas emergentes,
como los llamados SIG-P o sistemas de información geográfica participativos
(Wolf, Stricker y Hagenloh, 2013; Wolf, Wohlfart, Brown y Lasa, 2015). Otra
tendencia es la recopilación de los datos generados en redes sociales por
los visitantes a los parques. Esta metodología ha sido llamada, entre otros,
“Geodatos por Crowdsourcing”, “Información Geográfica Pública”, “Sensores
Ciudadanos”, o “Contenido Generado por Usuarios”1 (Zhang y Zhou, 2018), y
se diferencia de técnicas como el SIG-P en el hecho de que los datos no han
sido generados con el propósito explícito de usarse en el trabajo investigativo,
sino que se generaron con un propósito de interacción social y fueron después
recuperados para su interpretación. La inmensa cantidad de datos generados
en redes sociodigitales día a día por los ciudadanos en general posibilita este
tipo de estudios al proveer al investigador con un insumo constante -y de
gran volumen- de evidencias documentales del uso que hace la población de
los espacios públicos en general y de los parques en particular. En el caso de
las grandes ciudades y sitios turísticos de renombre, la información generada
por los visitantes rebasa el umbral de lo que consideramos “Grandes Datos” o
Big Data, lo cual conlleva sus propias dificultades y beneficios metodológicos.
Dicho esto, la mayoría de los parques públicos de menor escala en ciudades
pequeñas y medianas no llegan (ni se acercan) a generar esa cantidad de
1
Del inglés user-generated content.
91
Alameda Digital, Alameda Segura.
3. La Alameda Zaragoza
2
Del inglés user-generated content.
92
Antonio Corona y Beatriz Coss
93
Alameda Digital, Alameda Segura.
94
Antonio Corona y Beatriz Coss
4. Método
El presente trabajo tuvo como objeto de estudio las evidencias en
redes sociodigitales de las visitas y trayectos de los urbanitas de Saltillo en
el Parque Alameda Zaragoza durante un año natural. Para esto se recopilaron
95
Alameda Digital, Alameda Segura.
3
Desde la recopilación de estos datos, la implementación del modelo de “vecindarios” en Facebook fusionó
todas las páginas sobre la Alameda Zaragoza de Saltillo en un vecindario, por lo cual, si bien los enlaces
directos obtenidos durante el proceso de captura siguen llevando a las publicaciones originales, las páginas
mencionadas ya no existen en su formato original.
96
Antonio Corona y Beatriz Coss
5. Resultados
Como ya se mencionó, se recuperaron 598 publicaciones geo-
localizables: 304 publicaciones en la plataforma Facebook, 157 en Instagram
97
Alameda Digital, Alameda Segura.
4
Comprendemos como “mapa de calor” a la representación gráfica de datos en un plano, en el cual la
coincidencia de ítems en proximidad uno de otro es representada mediante un gradiente de color que va del
verde (menor coincidencia en proximidad) al rojo (mayor coincidencia en proximidad). Se puede consultar la
historia de este método de representación de datos en el retrospectivo de Wilkinson y Friendly (2012) al
respecto.
99
Alameda Digital, Alameda Segura.
dicha área tiene una amplia presencia porque desde ella se toman fotos de la
Escuela Normal del Estado, que se encuentra frente al parque del otro lado
de la calle. Debido a lo anterior, hay representación de fotografías tomadas
desde ese lugar, pero cuya finalidad no es ser testimonio del parque sino de
la Escuela Normal.
En la figura 6 se puede observar una comparación del mapa de calor
con los recorridos trazados en la cartografía final del grupo de mujeres
transeúntes del proyecto “Espacio Público Urbano”. Las áreas de mayor
volumen muestran algunas coincidencias con los recorridos, pero esto se
debe probablemente a que tanto los recorridos de las transeúntes como la
distribución geográfica de las publicaciones está delimitada por los andadores
y caminos internos del parque. En la misma figura 6 podemos observar cómo
la información obtenida de las redes sociodigitales respecto al volumen de
uso de las distintas áreas del parque puede incorporarse a la información
que tenemos sobre los recorridos de las transeúntes para identificar los
segmentos de dichos recorridos con mayor dificultad de desplazamiento. La
figura 7 muestra cómo se puede incorporar dicha información de una manera
más limpia y legible, incorporando el código cromático del mapa de calor al
trazo de los recorridos.
Cabe mencionar que la información presentada en las figuras hasta el
momento corresponde específicamente a las publicaciones con connotación
positiva. Si volvemos a la tabla 1, podremos comprobar que esto representa
poco más del 90% de las publicaciones obtenidas, y se recuperaron solamente
50 publicaciones de connotación negativa. En la figura 8 podemos observar la
distribución geográfica de las publicaciones con connotación negativa. Esta
categoría engloba las publicaciones con propósito de advertencia, denuncia
y/o comentario. Debido a la diferencia de frecuencia, no conviene presentar
comparativos entre las publicaciones positivas y negativas; por otro lado,
la cantidad de publicaciones negativas significa que indicadores visuales
de densidad como el mapa de calor no son apropiados. Sin embargo, la
representación de estas denuncias y quejas en la cartografía de los recorridos
es de vital importancia dado que se busca minimizar el riesgo de las transeúntes
en el parque.
100
Antonio Corona y Beatriz Coss
101
Alameda Digital, Alameda Segura.
102
Antonio Corona y Beatriz Coss
103
Alameda Digital, Alameda Segura.
6. Conclusiones
104
Antonio Corona y Beatriz Coss
105
Alameda Digital, Alameda Segura.
7. Referencias
Arancibia, J., Billi, M., Bustamante, C., Guerrero, M., Meniconi, L., y Molina, M. (2015).
Acoso Sexual Callejero: Contexto y Dimensiones. Chile: Observatorio contra
el acoso callejero. https://www.academia.edu/27051049/Acoso_Sexual_
Callejero_Contexto_y_dimensiones
Cedeño, M. (2013). El cuerpo femenino en el espacio público urbano. Zainak, 36, pp.
325-341.
Corona, A. (2015). GTA México: Análisis unitario de la configuración espacial en
tres versiones de GTA: San Andreas modificadas por jugadores mexicanos
(Disertación doctoral). Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey, Monterrey, México.
Couldry, N. (2017). Surveillance-democracy. Journal of Information Technology &
Politics, 14(2), 182-188.
De Certeau, M. (2000). La invención de lo cotidiano 1. El arte de hacer. UIA.
De la Peña, G. (2015). Espacios públicos en la ciudad: delimitación conceptual y
campo social. En C. Recio y A. González (compiladores). Dimensiones del
espacio (pp. 151-166). Saltillo, Coahuila: Universidad Autónoma de Coahuila.
Farrall, S., Bannister, J., Ditton, J., y Gilchrist, E. (2000). Social psychology and the
fear of crime. British journal of criminology, 40(3), 399-413. DOI: https://doi.
org/10.1093/bjc/40.3.399
Flores Miranda, P. y Monterrubio M. (2018). Mujeres y espacio público: propuestas
colectivas para un entorno seguro. En O. López Pérez, M. L. Martínez
Sánchez y E. Tuñón Pablos (Coords). Las Ciencias Sociales y la Agenda
Nacional. Reflexiones y propuestas desde las Ciencias Sociales, 10.
https://www.comecso.com/ciencias-sociales-agenda-nacional/cs/article/
view/2084/785
Hamstead, Z. A., Fisher, D., Ilieva, R. T., Wood, S. A., McPhearson, T., y Kremer, P.
(2018). Geolocated social media as a rapid indicator of park visitation and
equitable park access. Computers, Environment and Urban Systems, 72, 38-
50. DOI: https://doi.org/10.1016/j.compenvurbsys.2018.01.007
106
Antonio Corona y Beatriz Coss
Harvey, D. (2008). The right to the city. En R. LeGates y F. Stout (eds.) The City
Reader (pp. 23-40). Londres: Routledge
Helbing, D., Frey, B. S., Gigerenzer, G., Hafen, E., Hagner, M., Hofstetter, Y., ... y
Zwitter, A. (2019). Will democracy survive big data and artificial intelligence?.
En D. Helbing (ed.) Towards Digital Enlightenment (pp. 73-98). Nueva York:
Springer.
Herzog, T. R., y Kutzli, G. E. (2002). Preference and perceived danger in field/
forest settings. Environment and behavior, 34(6), 819-835. DOI: https://doi.
org/10.1177/001391602237250
Jansson, M., Fors, H., Lindgren, T., y Wiström, B. (2013). Perceived personal safety
in relation to urban woodland vegetation–A review. Urban forestry & urban
greening, 12(2), 127-133. DOI: https://doi.org/10.1016/j.ufug.2013.01.005
Jorgensen, A., y Anthopoulou, A. (2007). Enjoyment and fear in urban woodlands–
Does age make a difference?. Urban Forestry & Urban Greening, 6(4), 267-
278. DOI: https://doi.org/10.1016/j.ufug.2007.05.004
Jorgensen, A., Hitchmough, J., y Calvert, T. (2002). Woodland spaces and edges:
their impact on perception of safety and preference. Landscape and urban
planning, 60(3), 135-150. DOI: https://doi.org/10.1016/S0169-2046(02)00052-X
Lefebvre, H. (1991). The production of space (Vol. 30). Oxford: Blackwell.
Low, S. M. (2000). On the plaza. The politics of public space and culture. Austin,
Texas: The University of Texas Press.
Madge, C. (1997). Public parks and the geography of fear. Tijdschrift voor
economische en sociale geografie, 88(3), 237-250. DOI: https://doi.
org/10.1111/j.1467-9663.1997.tb01601.x
Moreno Sánchez, E. C. (2019). Prácticas sociales en el espacio público como
mecanismo de creación de patrimonio: el parque José Borunda en Ciudad
Juárez, Chihuahua, México. Revista de Diseño Urbano & Paisaje, 36. http://
dup.ucentral.cl/dup_36/practica_social.pdf
O’Neil, C. (2016). Weapons of math destruction: How big data increases inequality
and threatens democracy. Portland: Broadway Books.
Pérez Salaverria, M. T. (2011). Inseguridad de las mujeres en los espacios públicos
de las ciudades de América Latina. Madrid: Instituto de Investigaciones
feministas, Universidad Complutense de Madrid. http://eprints.ucm.
es/13904/2/TFM_Maria_Teresa_Perez_Salaverria.pdf
Ramírez, B. (2015). Acoso sexual callejero: una nueva norma para cotidianas
violencias. Gaceta Constitucional y Procesal Constitucional, 89, pp. 209-219.
Ramírez Kuri, P. (2007). La ciudad, espacio de construcción de ciudadanía. Revista
Enfoques: Ciencia Política y Administración Pública, 7. https://www.redalyc.
org/pdf/960/96000704.pdf
107
Alameda Digital, Alameda Segura.
108
Conclusión
Conclusión
Conclusión
E
ste libro integra diversas reflexiones referentes a aspectos de la región
norte de México, particularmente en el noreste, desde los puntos de
vista del uso del espacio, las prácticas religiosas, el giro semántico de
términos en particular y el amor. En conjunto se abordan temas que tienen
como hilo conductor aspectos de identidad y de procesos culturales.
Así, el primer capítulo se enfoca al análisis lexical. Se trata de un texto
escrito por Gabriel Pérez y Carlos Recio en el que se estudia cómo la palabra
raza es utilizada en el habla coloquial del norte de México. El concepto se
analiza con una significación distante de la definición clásica de la nobleza, de
casta, de la actuación virtuosa como una herencia de los ancestros; y lejano
también del sentido relacionado con las características étnicas. El concepto
es, en cambio, utilizado como un término integrador, que implica compartir
características como las ocupaciones, intereses y afectos, que se mantienen
en grupos de situaciones económicas y sociales semejantes, en una atmósfera
de camaradería. En esta región, la raza es una expresión que denota una
identidad colectiva, la pertenencia a un grupo primario de referencia. Se es raza
en función de lo compartido, ya sea grupo de edad, compañeros de escuela
o trabajo o incluso en términos territoriales. En esta región transfronteriza
este sentido semántico de la raza cobra importancia a partir de la década de
1960 con la lucha de los chicanos por legitimar su identidad y es impulsado
por el cine y canciones de la época y décadas posteriores, teniendo como
figura emblemática el actor y cantante Piporro. Entre la raza no existe una
obligatoriedad en los roles, sino relaciones amistosas y afables, no hay
110
Beatriz Coss
111
Conclusión
112
Beatriz Coss
Semblanzas
Jesús Gerardo Cervantes Flores
Sergio Antonio Corona Reyes
Beatriz Coss Coronado
Francesco Gervasi
Gabriel Pérez Salazar
Carlos Recio Dávila
113
Conclusión
Semblanzas
114
Beatriz Coss
116
Beatriz Coss
117
Esta obra integra cuatro estudios sobre prácticas sociales y espacios culturales
en el noreste de México que tienen como eje común lo identitario. Inicia con un
capítulo consagrado al uso de expresiones idiomáticas comunes, en especial
la palabra raza, en su acepción particular en esta región del país, elaborado
por Gabriel Pérez Salazar y Carlos Recio Dávila. El siguiente texto aborda las
manifestaciones de religiosidad cotidiana en la devoción hacia el Santo Cristo
de la Capilla, en Saltillo, cuya autoría corresponde a Francesco Gervasi. En
un capítulo más, realizado por Jesús Gerardo Cervantes Flores, se analiza e
interpreta el concepto del amor y las relaciones amorosas como una forma
de identidad individual y colectiva. Finalmente, se presenta un texto sobre las
evidencias digitales que permiten la elaboración de mapas de ayuda al traslado
seguro en la Alameda Zaragoza de la capital de Coahuila, elaborado por Sergio
Antonio Corona Reyes y Aurora Beatriz Coss Coronado.
ISBN: 978-607-506-500-7