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Las Formas de La Otredad: La Representación Del Pueblo Ainu en Los Travelogues de Benjamin Brodsky (1918-1919)
Las Formas de La Otredad: La Representación Del Pueblo Ainu en Los Travelogues de Benjamin Brodsky (1918-1919)
Las Formas de La Otredad: La Representación Del Pueblo Ainu en Los Travelogues de Benjamin Brodsky (1918-1919)
Resumen
Los orígenes del cine coinciden con un momento de creciente interés por la cultura ainu
en Occidente. No es de extrañar que el retrato del pueblo ainu formara parte de las pri-
meras imágenes rodadas en Japón con el cinematógrafo. Este trabajo propone un análi-
sis de la secuencias de los ainu incluidas en los travelogues, documentales de viajes,
de Benjamin Brodsky: Beautiful Japan (1918) y A Trip through Japan with the YWCA
(1919). Su mirada occidental proyectó la imagen de un «otro» distinto al japonés, que
contrastaba con el periodo de asimilación que sufría el pueblo ainu en ese momento.
Se trata de una construcción exótica que mostraba un primitivismo en claro retroceso.
Palabras clave: documental etnográfico, ainu, Benjamin Brodsky, japonesidad, minorías étnicas.
Abstract
The origins of cinema coincided with the growing interest in Ainu culture in the West.
It is not surprising that the Ainu people appeared in the first images filmed by the cin-
ematograph in Japan. This essay focus the analysis on the Ainu sequences included in
Brodsky’s travelogues, tour documentaries: Beautiful Japan (1918) and A Trip through
Japan with the YWCA (1919). His Western look projected an image of an «other», differ-
ent to the Japanese, contrasting with the assimilation period suffered by the Ainu peo-
ple at that time. It was an exotic construction which showed a primitivism in decline.
Introducción
La relación del pueblo ainu con el asimilación con el «yo» (uchi) (Weiner, 1997:
wajin ha ido pasando, a lo largo de la historia,
2
27). En las representaciones japonesas, el otro
por distintas fases entre la diferenciación, ainu era tan diferente que llegó a representar
exclusión e, incluso, negación de la existencia valores opuestos: primitivismo vs desarrollo,
del «otro» (soto) y la japonización o salvajismo vs civilización, tosquedad vs
Recibido el 3/05/2014
Aceptado el 7/06/2014
14
Las formas de la otredad 15
refinamiento (Almazán 2005:77; Bressner Constant Girel8. Las actualités eran breves
2009: 31-45; Dubreil, 2004: 9-17). Las imá- secuencias documentales. Debido a que no
genes de la inferioridad racial del otro, salva- necesitaban guión, actores ni escenarios, eran
je y primitivo, presentaban el proyecto colo- producciones mucho más fáciles y baratas
nizador y su desaparición como inevitable3. (Musser, 1994:232). En los años siguientes,
Sin embargo, no fue un proceso natural que la producción de actualities superaba cuan-
los ainu aceptaran sin oponer resistencia4. titativamente al cine narrativo (Ibidem). La
Pero, asentado el dominio japonés sobre Hok- compañía Pathé Frères, que había compra-
kaido, el gobierno Meiji, impulsó un mod- do las patentes a los Lumière y en 1910 ya
elo desarrollo de corte occidental, con una contaba con una oficina en Japón, volvió a
política de asimilación a la forma de vida ja- dedicar otra pieza documental a los ainu, Un
ponesa impuesta por ley en 18995. Cualquier peuple qui disparaît, les Aïnos/The Hairy
diferencia étnica, cultural o lingüística con- Ainos (1912). Las actualités, poco a poco, se
stituía grietas en los cimientos sobre los que fueron convirtiendo en una ventana abierta
se quería levantar el nuevo estado-nación. al mundo: aumentaron los documentales de
Parece que en los primeros años del cine, los viajes o travelogues (Griffiths, 2002: 204)9,
autores europeos tuvieron más fácil que los que cautivaban al espectador por el exotismo
japoneses, eludir la discusión sobre la identi- de unas imágenes en movimiento perteneci-
dad y la homogeneidad racial en el nacionalis- entes a lugares lejanos. Japón se convirtió
mo postmeiji. El problema de la invisibilidad en uno de esos lugares. El norteamericano
al que se enfrentaron los ainu desde entonces6 William Nicholas Selig, que había comenza-
contrasta con la sorprendente visibilidad que do a producir travelogues desde 1906 (Erish,
tuvo su cultura en Europa y Estados Unidos 2012: 148), financió tres de estos viajes al ar-
entre la segunda mitad del s. XIX y princip- chipiélago japonés: uno realizado por Edward
ios del XX7. Podemos decir que se produjo un Burton McDowel10 y otros dos de Frederick
trasvase de la cultura ainu de Japón a Occi- Starr. Los ainu se convirtieron en el tema
dente. central de uno de los documentales de Starr,
The Ainus of Japan (1913)11. En él filmó un
Las primeras representaciones baile tradicional de mujeres, seguido de tres
cinematográficas de los ainu hombres mostrando la forma ritual de be-
ber sake, ofreciéndolo primero a los dioses12.
Este momento coincidió con el nacimiento
del cine, lo cual propició un curioso hecho: Los travelogues de Brodsky
los ainu acabaron por colarse entre las pri-
meras imágenes cinematográficas de Japón. En esos años, el ruso-americano Benjamin
De las treinta y tres primeras filmaciones, Brodsky, pionero de la industria cinematográ-
que fueron hechas para las actualités de los fica china (Kar y Bren, 2000), después de
Lumière, dos corresponden a Les Aïnous à estrenar en Nueva York A Trip through Chi-
Yéso (1897), rodadas por el operador francés na (1916) realizaría otros dos travelogues en
16 Marcos P. Centeno Martín
Japón: Beatiful Japan (1918) y A Trip through o menos, estable según los censos oficiales,
Japan with the YWCA (1919) 13. Salvo alguna (Ishida, 1998: 59-60; Muñoz González, 2008:
excepción -como la denuncia de la deficiente 107)17 el atractivo de estas imágenes residía
condición sanitaria de las trabajadoras ja- en presentar a los ainu como la última opor-
ponesas en el segundo film-, los documentales tunidad de ver a un pueblo primitivo y aislado
de Brodsky ofrecen una especie de recorrido del mundo civilizado. Los documentales susti-
turístico por distintos rincones del país: los tuyeron el concepto de «asimilación» -o japon-
escenarios urbanos de Nagasaki, Kyoto, Yoko- ización- por el de «extinción», que presentada
hama, Tokio o Hakodate, unidos a imágenes como «consecuencia natural» del desarrollo y
del mundo rural, como la pesca con cormorán liberaba de culpa a las autoridades japonesas.
en el rio Nagara, las peregrinaciones a Nikko o La representación occidental de los ainu tam-
la ceremonia del Hiwatari-shiki de Miyajima. bién puso énfasis en las singularidades re-
Las imágenes del pueblo ainu también par- specto a sus vecinos asiáticos. Por un lado, su
ticiparon en esta construcción de este ex- forma de vida, basada en la caza y la pesca, sin
ótico mundo. El material utilizado por el cultivo del arroz; por otro, sus particulares
Brodsky es prácticamente el mismo en am- rasgos físicos, que empujaron a los explora-
bos films. Probablemente fueron rodados dores occidentales a considerarlos como un
de una sola vez, en Shiraoi, Hokkaido. Los pueblo de orígenes caucásicos18. No es de ex-
textos introductorios en cambio, sí fueron trañar que en el intertítulo de A Trip through
reescritos. En Beatiful Japan podemos leer: Japan with the YWCA, Brodsky presentara a
The Ainus were the original inhabitants los ainu de la siguiente manera: The Ainus are
of Japan, but like American Indians the aboriginal people of north Japan. They
they are now a fast vanishing race. are related to the white race. Se extendió la
Driven up into the Northern Island by idea del «eslabón perdido» entre Asia y Eu-
Japanese civilization, they still retain ropa, que formó parte de la imagen publici-
many of their semi-barbarous customs. taria difundida entre el público europeo. Sin
Como vemos, el intertítulo reproducía unas embargo, los ainu nunca reclamaron parente-
construcciones estereotipadas, normalmente sco con el hombre blanco. Ni tampoco parecer
poco rigurosas, como aquellas que establecen haber sido una idea extendida por los wajin.
paralelismos con los indios americanos14, y La vinculación con el hombre blanco debió
denigrantes, como las descripciones de in- ser una construcción puramente occidental19.
dividuos «salvajes» y «peludos», difundidas
por Europa desde el final del periodo Edo15. Etnicidad y representación
La idea de «pueblo en extinción» a causa de su
naturaleza primitiva e inadaptada a los avances La secuencia de los ainu en Beatiful Japan
de la sociedad moderna, también formó arranca con la panorámica de un pueblo
parte de los mecanismos de representación y ainu, kotan, donde las casas, chise, aparecen
autorrepresentación del pueblo ainu16. Aunque desperdigadas por el campo, sin carreteras
la población ainu había permanecido, más ni automóviles ni ningún otro rastro de
Las formas de la otredad 17
No debemos pasar por alto un hecho: la cer- donde fueron filmadas, Shiraoi, se había con-
emonia del oso había sido prohibida, junto vertido en un lugar para recibir a los visitantes
a otras tradiciones, como la recepción del japoneses y extranjeros. Las pocas ceremonias
salmón, que se había dejado de celebrar de- del oso que se realizaban eran una especie de
bido a las restricciones de caza y pesca21. representación para turistas e investigadores.
Para la década de los años veinte, estos rit- (Ogawa, 1997, Muñoz González, 2008: 109;
uales tradicionales eran ya muy poco fre- Sjöberg 1997: 133-134). La pretendida imagen
cuentes. Según Loos y Osanai, las creencias étnica y primitiva de los ainu era el resultado
de devolver los espíritus al mundo de los de una puesta en escena. Una representación
dioses sólo se mantenían en los juegos de despojada de toda su carga simbólica. Muchos
los niños. (Loos y Osanai 1993: 244-245). ainu la rechazaban porque respondía a una ex-
¿De dónde surgieron entonces las imágenes plotación comercial que interesaba más a las
de Brodsky? A principios del s. XX, el lugar agencias japonesas que a los ainu. Además, lo
18 Marcos P. Centeno Martín
principios de los sesenta, como Errante de la es- en el neolítico jōmon. Tajima 2004:187-93.
tepa/Plains Wanderer (Daisogen no wataridori, 19 Debido a la discriminación, hubo
Takeichi Saitō 1960); o The Outsiders (Mori to casos en los que los ainu prefirieron vincu-
Mizuumi no Matsuri, Tomu Uchida, 1958) que larse a los pueblos mongoloides, igual que los
son una especie de western japonés llamado mu- japoneses, para no ser tratados como inferi-
kokuseki eiga, los ainu encarnan el papel román- ores, sino como hermanos. Kawamura, 1934.
tico y la imagen étnica de los indios americanos. 20 En los siguientes años, la ceremonia
15 Estas descripciones como «salvajes pe- del oso fue registrada en los siguientes docu-
ludos» fueron las habituales tanto en los grabados mentales: Vida de los ainu de Shiraoi (Shiraoi
distribuidos entre las últimas décadas del perio- Ainu no seikatsu, Hatta Saburō 1926); The Ainu
do Edo e inicios del Meiji (Almazán, 2004) como Bear Festival/Divine Dispatch (Iyomande.
entre los textos de viajeros occidentales (Batche- Kuma okuri, N.G. Munro, 1931); Bear Festi-
lor, 1892, Howard, 1893, Savage Landor, 1893). val in Chikafumi near Asahikawa-city (Kin-
16 En el prólogo del libro de Yukie Chi- bun no kumaokuri girei, Inukai Tetsuo, 1936).
ri, la célebre niña ainu que tradujo una decena 21 El movimiento por la recuperación
de yukar al japonés, describe cómo la propia de los festivales ainu aparecerá mucho más tar-
comunidad ainu se concibe como un pueb- de, en la década de 1975 a 1984. Vid. Ainu Bun-
lo en extinción, incapaz de adaptarse a los ka Shinkō Kenkyū Suishin Kikō, 2004: 26.
avances del mundo moderno. Chiri, 2013:4. 22 Tourist guide to the Ainu
17 Entre 1873 y 1936 la cifra, según los Life , Hokkaido Government 1927, p.
censos, era de 160.000 ainu. Sin embargo, la mi- 12 (citado en Sjöberg 1997: 133-134).
gración japonesa a Hokkaido en este periodo hizo 23 En realidad, en la última década del
que la población ainu pasara del 14,63% al 0,54% periodo Edo, el shōgunato ya había impulsado
del total. Esta disminución, no en términos rel- peinado, ropas, nombres al estilo de Honshū y
ativos, debió alentar la sensación de extinción había ilegalizado sus costumbres, como los pend-
del pueblo ainu. Vid. Ishida, 1998: 59-60. Al des- ientes, tatuajes o la ceremonia del oso. Vid. Ainu
mentir la extinción demográfica no pretendem- bunka shinkō kenkyū suishin kikō, 2004: 7.
os ocultar el vertiginoso retroceso de la lengua 24 Según Junko Uchida, miembros del
y costumbres ainu en favor de lo japonés. Tan National Museum of Japanese History (Re-
sólo poner de relieve cómo la explotación vi- kihaku) visionaron una copia del documental
sual de los ainu jugó con el término de «ex- en 35mm con personas de Nibutani, el mis-
tinción» en sustitución de «asimilación». mo lugar donde fue rodado. Uchida, 2007.
18 Estudios genéticos más recientes 25 Según una encuesta del Gobierno de
parecen indicar que, aunque los ainu presen- Hokkaido de 1931, casi la mitad de los hogares
tan similitudes con sus tradicionales pueblos ainu (1648 de 3417) habían adoptado el budis-
vecinos -japoneses, nivji en Sajalín y koryak en mo, shintoísmo y cristianismo. Entre los primer-
Kamchatka-, mantienen cierto grado de sin- os convertidos al cristianismo se encuentra, por
gularidad genética que los vincula a los prim ejemplo, Kanari Tarō, el primero en hablar en
itivos pobladores del archipiélago japonés nombre del pueblo ainu. Vid.Urata, 1993:63-75.