RAMON GUTIERREZ
ARQUITECTURA y URBANISMO
EN IBEROAMERICAcapiruLo 10
"EL NEOCLASICISMO EN AMERICA
EL IMPACTO ACADEMICO EN AMERICA,
NEOCLASICISMO,
La formacién de la Real Academia de San
Carlos de Nueva Espaiia en 1785 marcé el
primer rasgo de importancia en la nueva te
matica arquiteeténica. Sin duda México po-
seia bases y anteccdentes culturales mas que
suficientes como para merecer tal resolucion
de ki Corona, medida ésta que habia sido rei-
toradamente negada respecto de la creacion
de una academia de ingenieros militares.
El funcionamiento de la Academia de
San Carlos fij6, pues, el hito fundamental de
la penetracion neoclisica en América y la
transferencia organica de teorias y princi-
pios. El arquitecto y escultor Manuel Tolsa,
junto con el grabador Jerénimo Antonio Gil,
ahastecieron las bibliotecas de la Academia
con las primicias de los uratadistas reedita-
dos y los Mlorecientes enciclopedistas.
A la Academia mexicana se sumaron
intentos mas modestos, pero igualmente
vinculados a la tematica arquitectonica,
como cl aula de matematicas de la Acade-
mia de San Luis en Santiago de Chile, la
Escuela de dibujo del Consulado de Buenos
Aires y la de la Sociedad Economica de
Amigos del Pais. bajo la direcein de Pedro
Garci Aguirre en Guatemala. Todas estas
fimdaciones, mas otros proyectos, marcaron,
tunidas a Los cursos matematicos de los inge-
i ares y la difusion bibliografica
jas del nuevo gusto y acompaiia-
ron la crisis de los gremios.
Asi en 1798 se escribia en Guatemala
que «los buenos arquitectos abandonando
el orden gotico {sic} introducido por ka bar-
barie en los palacios y en los templos han
renovado el dorico y el corintio para acer-
carse a la sencillez de los antiguos a quicnes
no se pucde exceder en la arquitectura y en
el estilo sin imitarlos».
imultaneamente en el otro extremo del
continente, ¢l sindice de Buenos Aires, Cor-
nelio Saavedra Ievantaba las banderas de
Turgot contra los gremios de artesanos afir-
mando que su sistema «lejos deser itil y nece-
sario considérase perjudicial al beneficio pa-
blico porque enetva los derechos de los hom-
bres, aumenta la miseria de los pobres, pone
trabas a lay industrias, es contrario a la po-
blaci6n y causa muchos inconvenientes
La accién inancomunada contra los gre-
mios y el ataque a las expresiones del barroco
popular americano marcarén pues, el co-
inienzo del neoclasi
smo decimondnico.
EL. NEOCLASICISMO. ESPAROL FN MEXICO
(1780-1810)
EI siglo de las luces y la «ilustracién»
tefiian las ret6ricas medidas reales de los
Borbones posteriores a Carlos HI y sus mi-
nistros. La necesidad de incorporar toda la
realidad a normas cartesianas, verificables,
acotables, controlables, no podia soslayar la
arquitectura, que también se incorpora a la
planificacién centralizadora de la legislaci
absolutista.
La preocupacién por la economia, la
educacién popular, la organizacién adminis-
trativa y urbana, el conocimiento cienti-
fico y técnico modelaba la actividad de la
corte y por ende el programa para los gober-
nantes americanos.
n embargo, pocos centros geopoliticos238 + EL NEOCLASICISMO EN AMERICA
Ucyaran a desarrollar sus preocupaciones
en orden a estes problemas, y mas particu-
larmente en lo referente a la arquitectura.
La persistencia del yaa wradicional sistema
de estratificacion centro-periferia hicieron
que las primicias del neoclasivismo espaol
arraigaran en algunos puntos del territorio
american, particularmente en México,
Guatemala, Colombia, Peri, Chile y cl Rio
de la Plata.
EI. NEOULASICISMO EN MEXICO
Francisco de la Maza ejemplificaba al
mexicano de fines del xvi, afirmando que
ser ailustrade era preocuparse de kt eco-
nomia de las naciones, de la educacién de los
ciudadanos, de las ciencias, de la filosofia
positiva como fin y del empirismo como
sistema».
Tal perfil definia, si se quiere, a todas las
élites de las diversas regiones americanas,
pero el peculiar caso de México por ka con-
tinnidad de su fuerza econdmica y su poten-
Gial cultural lo impelivia a un liderazgo
discutible en el plano arquitecténico,
La radicacién, ya mencionada, de la Aca-
demia de San Carlos abriria una fecunda
produccién de tres décadas de anquitectura
neoclasica ; pero ya desde antes los ingenieros
militares y teéricos de a ilustracién sehala-
han sus lineas de ataque contra el ai
barroquismo.
Asi vemos al ingenicro Miguel Constanso,
que llega cn 1764 a México, ampliando la
Casa de la Moneda y disefiando las Casas
Reales de San Luis, quien apostrofa el paisa-
je urbano de la capital sefalando: «la
ninguna sujeccion de los niaestros de arqui-
tectura a las reglas de su arte es el origen
de la defurmidad que se nota en los edificios
piblicos de la ciudad»,
Agregaba, «en todos esta desatendida la
eleccién y gusto de la decoracién de las fa
chacas que es lo que constituye la elegancia
ado
y hermosura exterior de un edificio; en
muchos de ellos se ve con horror una confusa
y desagradable mezcla de los ures ordenes....».
Pero justamente el potencial cultural de
México fe dio la posibilidad de tener no slo
su Academia, sino también hombres que
ayudaron a la difusién del ncoclasicisme
clusive en Europa. El ejemplo mas relevante
¢s cl del jesuita Pedro José Marquez, na-
cido en San Francisco del Rincén {Guana-
juato) en 1741, que cstudié las: piramides
de Paplantey las ruinasde Xochicaleo y dioa
conocer sus observaciones en Roma en 1804.
Por sus conocimientos y tesis fue incorpo-
rado como miembro de las Academias de
Bellas Artes de Roma, Florencia, Bolonia,
Madrid y Zaragoza, habiendo efectuado
una traduccion inédita de Vitrubio.
Ademas publicé un anilisis de las vivien-
das de los antiguos romanos (Roma 1795),
una descripcion de la villa de Plinio el Joven
(Roma, 1796}, un estudio «sobre lo bello en
general» (Roma, 1801), un ensayo sobre el
orden dérico (Roma, 1803} y otro sobre
la villa Mecenate en Tivoli (Roma, 1812).
Por otra parte el foco de irradiacion de la
politica capitalina mexicana se expandié a
los principales centros urbanos del pais,
fenémeno que en el plano de la arquitectura
neoclisica americana ¢s tinico ya que en los
demas paises fue un hecho aislado restrin-
gido a la capital.
La formacién de Sociedades de Amigos
del Pais o econdmicas, la realizacion de di-
versas obras en ¢l interior, dieron al neocla-
sicismo mexicano ese cardcter nacional que
lo singulariza. *
Cuando se forma la academia de Bellas
Artes se envia desde Espafia al académico
Antonio Gonzalez Velazquez, establecién-
dose Jas aulas en 1791 en el antiguo hospital
del Amor de Dios. Ese mismo ano llego
Toba, quien como otros arquitectos mexi-
canes opté al titulo de academica de Meé-
rito, entre ellos Francisco Eduardo Tres-
guerras y José Damian Ortiz de Castro.Como en Espaiia, los maestros debieron
rendir examen y la Academia fire ha-
bilitada para expedir titulos de agrimenso-
res, pues el niimero de stlumnos de arqui-
no era muy importante (una decena
al comienzo
La deformacion era tal, que la parte
tedrica absorbia la totalidad de la ensenanz:
demanera que los alumnos académieos plan-
teaban cn 1796 la necesidad de introducirse
cn las técnicas constructivas, cortes de can
teria (montea}, calculos de arcos y bovedas
que les exigian las circunstancias profesio-
ales mas alla del Vitrubio.
Aunque son escasos los documentos que
poscemos sobre las ideas arquitectonicas del
petiodo, el trabajo de Francisco Eduardo
‘Tresguerras Hamado Ocivs literariny (1796;
sefala tanto los principios como los preju
cios de los arquitectos neoclasicos. As
haciendo gala de verso y prosa barracos,
anatemi7:
dose en (ratadistas «contempc
Vicente Tosca (1712) y Giovanni Branca
1714), vitupera el estipite y propugna el
retorno at kt columna cilindrica
Todo ello pese a que en sus propias obras
se mueve con la libertad que st tempestuoso
genio le dicta, tal como puede verificarse
en Celaya, Es que el nevclasicismo, como
todo academicismo, no legra resolver lt
contradiccion final entre cl acatamiento a
rigidas normas preceptivas y las premisas
de originalidad del individualismo.
De ka Maza seiiala las cuatro variables de
penetracién neockisica en México que son
milables a la totalidad del continente:
tectura
Ja columna salumonica bas:
‘ancos» como
ion, obras nuevas de
neto corte académico; 2) tareas de sustitue
cién. modificacién de fachadas, climinacin
de retablos, etc.; 3} trabajos de reconstruc:
cin por sustitucién de antiguas obras y
4 conclusion de obras ya comenzadas.
1) Presencia por cre
Las dos variables de sustitucion y recons-
iruccién_marcan las pautas de la falta de
EL NEOCLASICISMO EN MEXICO + 239
15, Manuel ‘Tulsi
io de Mineriat
México,
1797-1813
conciencia historica concreta en los «histo-
ricistas» del pasado greco-latino. La des-
truccién de obras barrocas que los «ilustra-
dos» Antonio Ponz y Cean Bermudez pro
piciaron con sefialados éxitos.y_ nefastos
resultados en la Espafia finisecular, encon-
tré asi su eco en América.
Entre las obras mas representativas del
neoclasicismo mexicano debemos. sefalai
in duda, las de Manuel ‘Vols, arquitecto y
escultor valenciano artifice del auge de la
demia de San Carlos.
‘Tolsa realiz6 su obra cumbre en el pala-
cio de la Mineria, comenzado en 1797 y
concluido en 1813, aunque en 1824 com
26 a ceder ¢l terreno siendo restaurado en
1830 por el arqnitccto francés Antonine
Villard [245]PHO + EL NEOCLASICISMO EN AMERICA
La sede del colegio de Mineria, que la ex
pansion de las actividades extractivas. base
de la riqueza econdmica de México exigia,
sirvié de asiento a ka primera promocién de
prolesionales formados cientificamente, has-
ta que en 1868 se transforma en Escucla Ese
pecial de ingenieros que incluiria mate
precursoras de fa ensenanza de ka arquitec-
cura
La sobriedad desornamentada det palacio
de Mineria, ne obyia la necesaria grandiosi-
Wares dad y «empacue»
2G. Jos Guriéniez y Manuel Gon
aun caros at lay criticos de
Hoxpicio Cabanas. 180 ELBE
arte peninsulares, mientras ka calidad arquie
tectonica de Tolsi se maniliesta en la mag-
nifica solucion espacial de la esealera «im-
peril»
En otras obras civiles como kas casas del
Puente Alvarado, nim. 52. (marquesa de
Selva Negra) y las del marqués de Apar-
tado. ‘calles Doncellasy Argentina Tals
introduce modifieaciones ornamentales y de
partido, revtlorando el entrepiso, retoma la
tradicién de los corredores volados jen
lugar de arquerias) y nuevos trazados de
Jacio de Buenavista de pativ ovalado,
las obras del convento de la Ens
hanza y de
San Francisquito en Trapnato (Guana-
juato, hacia 1810;; et diseto para cl hos:
picio Cabarias [246]. concretado luego por
José Gutiérrez y Manuel Gomez Tharra
1801-43), ka iglesia de las Teresitas en Que-
rétaro (1803) completada por ‘Tresgucrras
y Ortiz, son trabajos singulares del periodo,
a los que debemos agregar la Alhondiga de
iranaditas de José del Mazo y Avilés :(Gua-
najuato, 1797-1809) y la Caja de Agua de
San Luis Potosi [247] para tener un pas
norama destacado del neoclasicismo mexi-
cano.
E
importante es sin duda la de la catedral de
tre las obras antiguas concluidas, la mas
Mexico. cuyo concurso fuera ganado por
José Damian Ortiz de Castro natural de
atepec, Veracruz, 1750-1793) y concluida
PAL Praneisco Paluarde: Presguerras, Cr
Mesire, San Luis Potosi, Caja de Agua por Manuel TulsaSimultincamente el furor neoelasico arra
x6 con Jos retablos barrocos de muchos tem-
plos y los poblé de obras que no condecian
con la concepcion espacial original, desme-
reciendo ef tratamiento del conjunto,
A pesar de ello caba destacar obras como
cl Ciprés de la catedral de Puebla, de
Vols (1799-1819), el retablo del mismo
Folsa para La Protesa (1800) y los de
Preyguerras en el Carmen de Celaya y en
San Francisco en San Miguel de Allende
(1799).
BE NBOCLASICISMO EN GUATEMALA.
El pais del area centroamericana donde
inas arraigo logré cl neoclasicismo fue, s
duda, Guatemala, Para ello se conjugé uni
circunstancia tragica cual fue la del terre
inoto que asold la Antigua Guatemala en
1773, que Hevd a su trastade y retiat
dacion
como nueva ciudad
En rigor
evolucion arquitecténica de ka Antigua Gua-
temala a través de las obras del ingeniero
militar Luis Diez Navarro, cuyos edificios
para el palacio de Capitales Generales v la
Casa de Polvora, asi come la Aduana y
Cuartel de Dragones (colegio de San J
imo) envidenciaban ¢l_cam
I triuntar el criterio de trasktde deka
ciudad, sustentado por el presidente de la
audiencia Martin de Mayorga, se encomen-
do el trazado de la Nueva Guatemala al
mismo Diez Navarro. El plano confecciona-
do en 1776 suftié modificaciones en Espaia
eral arquitecto
Francisco Sabatini, quien designd a su
discipulo Marcos Thafiez para la direceién
de las obras de la ciudad.
Junto a thaiez Megaron el del
Antonio Bernasconi y el ingeniero Joaquin
Isasi quienes consolidarian el neoclasicismo
en Guatem
En 1779 Thiiez proyecta ka catedral que
icrta tendencia se notaba en la
por obra del supervisor ge
neante
ja.
EL NEOCLASICISMO EN GUATEMALA + 241
48. Marcos Undies: Guatemake, catedrat,
1782-1815
se comienaa tres atios mas tarde, justamente
cuando su autor regresa a Fspaiia, quedando
a cargo de los trabajos Bernasconi (muerto
en 1785} y posteriormente los aparejadores
Sebastian Gamundi y José del Arroyo. Lat
obra obviamente tuvo asi sus
avatares, pucs
luego el ingeniere José de Sierra modified
el proyecto y a principios de! siglo xix diri-
gieron sucesivamente los trabajos Pedro
Garci Aguirre y Santiago Mariano Fran-
cisco Marqui, quien vino de Esp:
cluirlos en 1815, quedando sélo inconclusas
la portada y torres {248]
Bernasconi habia proyectade el palacio
arzobispal
(1816) y
aa con-
1783) que modifica Marq
éste ambien disciia el Sagrai
Asimismo fie obra de Bernasconi el hospital
de San Juan de Dios, mientras que el maes-
tro Bernardo Ramirez dirigid el convento
de Capuchinas y concluyé Santa Catalina,
Ja Recoleccién y los Beaterios de Santa Rosa
y Santa Teresa.
El movimiento ncoclasico_ guatemalteco
se vio consolidado por proyectos como los
de la Escuela de grabados de Garei Aguirr
El ingenicro José de Sierra, por su parte,
propubé la formacion de una Escuela de ar-
quitectura y una Academia de matematicas
en el marco de la Sociedad Econémica.
La Escuela de dibujo formada por la
Sociedad Economica de Amigos del Pais242 + EL NEOCLASICISMO EN AMERICA
en 1797 debia tansformarse, segin el pro-
yecto original de Garei Aguirre (1795), en
Academia, pero la supresién final de ka
Sociedad por Real Cédula del 23 de noviem-
bre de 1799 malogré la iniciativa deliniti-
vamente,
Sin embargo, la presencia de Ramirez,
Marqui y Garci Aguirre marco indeleble-
mente el triunfo del neoclasicismo, caracte-
rizado por las experiencias de las construc-
ciones antisismicas. En este sentido podemos
interpretar fa tendencia horizontal de la
iglesia de Santo Domingo (1792-1804) pro-
yectada por Garei Aguirre.
No poca importancia tuvo el impulso de
la Hustracién borbénica y la solidaridad
que el obispo Luis Penalver y Cardenas
presté a las nuevas corrientes, pero sin duda
la coyuntura del trastado de ta ciudad fac!
lito un campo de expericncias inmejorable.
EL NEOCLASICISMO EN VENEZUELA
Y COLOMBIA,
Tanto en Vencauela como en Colombia
los ingenicros militares tuyjeron las prim
i Eu
| onree
219, Domingo Peues: Colombia, Bagot
edeal, ERNIE
cias en la expansién de las nuevas ideas ar-
quitectnicas. Ya en Caracas en 1760 el
ingeniero Nicolas de Castro propuso formar
una Academia de Geometria y Fortifica-
cidn que duré ocho aiios. Lucyo, en 1800, el
consulado sugiere a la Universidad fundar
una Academia de Matematica.
in embargo la arqui venezolana
no cuenta con obras neoclisicas de singular
valor, aunque cabe recordar entre los esca-
sos cjemplos el templo de San Juan en la
ciudad de San Carlos (Estado Cojedes)
concluido en 1810, la Concepcion de Bar-
quisimeto y la fachada de la catedral de
Valencia (1818) disefiada por un ingeniero
de la expedicin de Morillo.
Por el contrario, en Colombia el neocla-
sicismo dejé obras de importancia, entre
ellas las realizadas por el padre Domingo
Petrés, agregado de la Academia de Bellas
Artes de Murcia.
Aun antes de arribar a Bogot, Petrés
habia remitido desde Espaita los planos
para el convento Capuchino (1783): en
1792 pas6 4 Colombia interviniendo en la
reconstruccién de San Francisco (1794):
las reparaciones de San Ignacio (1804),
Santa Inés, San Juan de Dios y los colegios
de Ja Ensefianza y San Agustin.
in embargo, sus obras mas conocidas
son la Catedral y Santo Domingo de Bogota
ademas de los templos de Chiquing
Zipaquira y Santa Fe de Antioquia.
En la catedral [249] wabajo desde 1806
hasta su muerte, acaecida cn 1811, quedan-
do entonces la obra a cargo del maestro
Nicolas Leén quien hizo las torres y la ed
pula del Sagrario, aunque las primeras se
perdieron en el terremoto de 1827.
Es interesante constatar un cierto ana-
cronismo en Chiquinquira, donde Petrés
retoma antiguas propuestas de cabecera
poligonal con girola, o cn Zipaquira cuyo
diserio se asemeja a los de Diego de Siloé para
Ia catedral de Granada.
También en ciudades como Cali y Po-payin, el neoclasicismo dejé exponentes de
interés.
Una obra por cierto ecléctica es la de la
ia de San Francisco de Cali (180:
fiada por el padre Marcelino Pérez
Arroyo y construida en ladrillos con remi-
niscencias de la tecnologia mudéjar.
Quizas una de las obras mas singulares
del periodo sea el Observatorio Astronémico
que realizara cl padre Petrés en 1803, con
una tipologia sin antecedentes en la arqui-
tectura virreinal sudamericana. Resuclto
con singular tratamiento volumétrico, el
Observatorio va mas alla del mero cambio
de un repertorio ornamental seftalando la
ampliacion tematica del neoclasicisme en
algunos paises.
EL NEOCLASIGISMO EN. EI. VIRREINATO.
DEL PERU Y EN LA CAPITANIA
DE CHILE,
Obviamente el Perdi y Chile comabilizz
ron cl aporte de los ingenieros militares como
una de las fuentes sustanciales de la variable
neoclasica. Sin embargo. en Lima, las velei-
dades arquitectinicas del Virrey Amat, lo
encaminaron hacia las expresiones de un
rococé afrancesado con pocos antecedentes y
consecuentes en el continente. Ello demoré
las _manifestaciones neoclisicas hasta los
primeros afios del xix y sin duda, limité los
aleances de las mismas fandamentalmente
a Matias Maestro y sus discipulos. El pres-
hitero. Maestro (1770-1835), sin embargo,
realizé preferentemente obras de remodela-
cién en templos y retablos de corte neocla-
sico, culminando con su proyecto de cemen-
terio central en Lima (1808) donde retoma
motivos serlianos en el trazado de la capilla
coctogonal.
Mucho mis significativo y probablemente
el de mayor importancia en la América del
sur, fue el movimiento nevelsico chileno.
La expansion que tienc la Capitania General
EL NEOGLASICISMO EN PERU Y CHILE + 243
a fines del siglo xvin y la necesidad de en-
carar obras publicas de envergadura, motiva
en 1780 la Megada de Joaquin Toesca y
Ricci, arquitecto italiano agregado de la
Academia de San Lucas.
La obra de ‘Voesca (1745-1799) tue am-
plia, realizando la Casa de la Moneda, las
Casas Consistoriales, cl frontispicio de la
catedral, la Merced y San Juan de Dios y
notandose su influencia en’ otras maltiples
obras de importancia.
La presencia de ‘Toesea en Chile también
se debe a Francisco Sabatini, especie de
primer ministro en materia de obras publi-
cas durante el reinado de Carlos TIT y que
supervis no pocos proyectos americanos.
La fachada de la catedral de Santiag
abarcé todo el periodo de la vida de Toesca
cn Chile y a su fallecimiento ain no estaba
concluida. La formacién académica de
Toesca se verifica en ésta y en otras de sus
obras por la sobriedad del manejo del reper-
torio ornamental, el gusto por cierto monu-
mentalismo y el tratamiento de los volame-
nes, Obviamente, la experiencia sismol6-
gica de Chile condicioné ta utilizacion de
gruesos muros y la tendencia maciza de sus
obras.
La Gasa de la Moneda es probablemente
la obra macstra del neuclasicismo sudame-
ricano con su planteo simétrico y una gran
compacidad de masas en torno a patios que
actin como elementos organizadores [250].
Su tipologia es muy similar a la de algunos
proyectos realizados contemporaneamente
en la Real Academia de San Fernando en
Madrid, lo que demuestra la comunidad de
ideas y partidos de la Academia.
De todos modos ¢s interesante constatar
que la centralizacin de la administracion
piblica trajo aparejado en Espana (y la
experiencia pas) a América) un desarrollo
de la arquitectura oficial no eclesiastica; el
caso de Chile se puede encuadrar en esta
perspectiva
Los trabajos de ingenieros militares comoQP OE SEOCLAMEIMO EN AMERICA
Pusterla, Gomez de Agiiero, Garcia Cae
yesobre todo. Badarin y José
Antonio Birt, abrievon las puertas a las ex-
rrasco
periencias neockisicas de sus sucesores en el
Real Cuerpo, Sin embargo, el irinsito tue
casi dialécticn
Mond ti
chos adornos impropios que mas ridiculi-
planos de Birt para la
ron rechazados por tener «tmtt=
Zan que hermoseano, y por no attenerse a
uno de los cinco érdenes
Vignola vanstormando asi de manual en
receta, trina al decir de Gabriel Guarda
asin contiapesos» por la limitada presencia
def barroco atin en ka arquitectura popular
La expansién en le que se ha dade en
Hamar la escuela de “Poesea se eneai
0,
Real ¢
quan Loesea: Chile, Santiage,
sade Memedit, 80-174
un grupo de ingenicros militares como Agus-
tin Caballero y Miguel Maria Mero, 0 n
arquitectos como Juan José Goivolea quie-
1801-7), la
1805-7). la iglesia de Santa Ana
1806... los bates pablicos. el fronton de
pelota, convir
capital «aygior
vimiento arquitectonico de la metropoli.
nes realizarian el Consulade
Aduana
do asi a Santiago en una
sida» en relacion con mo-
FL NOCH ACIMO EN. EL
DEL RIO DE LA PLATA
VIRREINATO
EL Rio de fa Plata aleanza su culininacion,
Lanto por st
tancia estratégion cuanto
por a cconomiea, a partir de la formacién
del yirreinato con capital en Buenos Aires
en 1776.
Sin embargo el ncoclasicisme Hoga tardiae
mente y se expres en un puiiado de obras
durante el dltimo periode de la dominacion
hispinica. Sdlo un arquitecto de la Aca-
Tomas “‘Portbio 1756-1810" Hegé
ni 1799 realizando lo evencial
demia.
a eStats Costas
La obra de
Cabildo de
eatipiea en la regién pero
de su trabajo en Montevideo.
interés cs, sin duda,
1804
rctadrada en los postulades academics,
mayor
Montevideo
Cabe mencionar otros de los proyectos de
La Recova “1801 y la Casa de
189, en Montevideo, y el
Coliseo 1805 y la fachada de San Fran-
1808 en Buenos Aires
Guriosamente los principios del neoclasi«
Voribio:
Misericordia
cisco
cismo académico prendicron en un grupo de
maestros de obras porteios, entre ellos los
hermanos Gafiete, Juan Bautista Segismuns
do, Agustin Gi
deg, Este ailtime propulsari
de la FE:
1799, que finalmente es desaprobada por
Real Orden
k rgo Ta
realizacion de ta Gast del Gonsulado 11803)
y Segismunde y Conde la antiena Recova
nde y Juan Antonio Hernan
la formacion
cucla de Dibujo del Consulado en
s tarde,
ancisco Canete tendria a su ea(1804), otra de las tema
ticas novedosas que
introduce el proceso de expansion ¢
mica y comercial del area.
Encl Alto Peri
ros militares, que fueron reiteradamente
Hamados para que pasascn desde Buenos
Aires, retrasé la primicia del neoclasicismo
y lo limité a un puaado de obras antes de la
independencia, las principales de ellis rea-
lizadas por ef padre Sanahuja.
Sin embargo los primeros ejemplos de
corte neoclisi¢o fueron: las Teresas de Co-
chabamba y San Felipe Neri en Charcas,
que se atribuyeran al ingeniero_ militar
Joaquin Mosquera quien pasi de Buenos
‘Aires a La Paz,
La obra mis destacada es. indudable-
mente, la catedral de Potosi, realizada bajo
la direccion de fray Manuel de Sanahuja,
traneiscano de Moquegua que tlegd ala
Villa Imperial en 1808. Sanahuja comernz6
la Matriz en 1809 y la dirigié hasta 1820
en que pas al Cusco, regresando a La Paz,
cn 1826 para disefar la nueva catedral
La Mauriz de Potosi [2
cu 1836, pero la mano de Sanahuja se hace
evidente en la calidad de su espacio arqui-
plas dise-
la inexistenc
le ingenie
3] se coneluyé
tectOnico que incorpora los ret
fiados por él mismo.
En cl proyecto para La Paz reitera el
partido arquitectnico de Potosi, quedando
sin embargo trinco en el primer cuerpo.
Vambién trabajara Sanahuja fa capula y el
retablo mayor de la Merced en Ta Paz
y asimismo hara el de Cusco} y refaccionara
cl interior de Santo Domingo de La Paz.
‘a el neoclasicismo
virreinal en el cono sur del continente ce-
rrando el ciclo arquitecténico de ka domi
cidn hispanica.
De esta manera culm
EE NROGEASICISMO EN BRASIT
Mientras el resto del Brasil acusaba cla-
ramente la efervescencia del barroco mine
reo la continuidad evolutiva de sus anti-
251,
FL
NEOCLASICISMO EN. BRASIL
omas Toribio: Uruguay, Mi
phino del Cabildo, 1804
Joaquin Mosqu
de
‘a: Bolivia, Suere
1» Felipe Neri, 1797246 + EL NEOGLASICISMO EN AMERICA.
guos programas arquitecténivos, en Belem
do Para se producian importantes acon-
tecimientos derivados de los uatados de
imites entre Espaiia y Portugal
Como sucedié en las denis zonas de tron
tera, ka presencia de las Partidas Demarca-
doras con sus ingenicros y agrimensores sig-
para estas Areas marginales cl
disponer de tecnicos capacitados que fueron
requeridos para peritajes. disefias y construe=
cion de nuevas obras.
Ello sucederia con Julio Ramon de Cesar
o Felix de Azara en Asuncion del Paraguay.
con Rubin de Celis 6 Joaquin Mosquera en
Manuel de Sanabuja Bolivia. 2
iedtraal, 1809-1820
el Alto Perit, con Alvarez de Sotomayor y
Aymerich en Mojos y Chiquitos, etc.
a esta coyuntura
favorable la presencia de un notable arqui-
tecto italiano Antonio José Landi quien di-
sefaria las modificaciones de los templos
del Carmen y la Merced dentro de criterias
atin rococsés,
Sin embargo sus proyectos para las igle-
sias de San Juan Bautista y Santana son
ya chtramente neoclasicos ut
Ultima una capula sobre el crucero ‘solu-
cién muy poco frecuente en fa arquitectura
brasilefia) y en San Juan Bautista una planta
de base octogonal abovedada
Entre las obras civiles disefadas por
Landi eabe recordar el palacio de los Gober-
nadores y el antiguo Hospital Militar donde
simetria,
En Belem do Para se uni
izando en esta
se quardan las normas ¢
En el Hospital Militar el cuerpo central
avanza rematindosc en un fronton uiangu-
lar fhanqueado por pindculos. Llama fa aten-
cidn la alteracion de la tradicional tendencia
del predominio del leno sobre vacios, pues
Landi agranda notable
solo en fimciou de las con
sino como expresion plastica. Ello se veri-
fica en la superposicién entre las ventanas
horizontales de la planta baja y la clara ver«
ticalidad de las superiores, aunque en ello
indica seguramente los condicionantes del
proyecto. preexistente,
Los ingenieros. militares como Domingo
Sambueeti, realizaron fuertes dentro de los
lineamientos de Vauban como el principe
de Beira cn la frontera con Bolivia. La forma-
cidn de una arquitectura eeticicnte» sin los
rasges «superfluos» de lo decorative. levé
a estos ingenieros a actar como precure
los vanes no
ent
‘ines climatica
sores del neoclasicismo
Ello puede verificarse en las portadas de
los Fuertes 0 en las constrncciones accesorias
de los mismos donde predomina el ordenas
miento clasie