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Otto von Simson La catedral gotica Los origenes de la arquitectura gética y el concepto medieval de orden Versién espafiola de Fernando Villaverde Alianza Editorial Capitulo 2 La medida y la luz Enel primer libro de su tratado De musica, San Agustin define la musica como 1h sciencia de la buena modulaciéine !, Antes de decimos lo que es una buena modulacidn, explica por qué la musica, correctamente entendida, es una ciencia. No niega que el instinto o la habilidad préctica sean capaces de producit musica, de |i misma manefa que ésta puede ser apreciada por una persona que simplemente econoce lo que le agradas. Tal comprensisn de ta.mlsica, sin embargo, sea del lado de la creacidn o del de la recepcién, no pertenec¢ para San Agustin sino a una cate~ goria inferior, Tal comprensién la tienen los intéypretes vulgares y Ios puiblicos vulgares; hasta un pdjaro que canta la tiene. De hecho, entre el hombre y la bestia hay poca diferencia en lo que se refiere a este tipo de conacimiento musical, de~ nominado despreciativamente por San Agustin arte ® i 15 er cana” de la misica, por el contrario, la que conoce las leyes de su verdadera Jas descubre en Jo que San Agustin a continuacién a su naturale tanto ue ciencia matemntica men La ciencia de la buena modulacién se interesa por la relacidn de varias unidades musicales segtin un médulo, una medida, de tal forma que esa relacién pueda ex- presarse en sencillas razones aritmeéticas. La razén més admirable, segtin San Agus- tin es la azén de igualdad o simetria, la raz6n 1:1, pues en ella la unién 0 conso- nancia encre las dos partes es mas profunda. Le siguen en categoria las razones 1:2, 2:3 y 3:4 —los intervalos de las consonancias perfectas: octava, quinta y cuarta. Hay que sefialar aqui que la preeminencia de estos intervalos no se deriva, para San Agustin, de sus cualidades estéticas 0 actisticas. Més bien son ecos audibles de la perfeccién metafisica que la mistica pitagsrica atribuye al niimero, especialmente T Masea est scienta bene modulandi (PL, XXXII, 1083) #1 19(PL, XXXU, 1111). > Sobre la eeética de Sam Agustin, véanse especialmente H, Edelstein, Die Muskanschawung Angus tins nach seiner Scifi «De musics: K, Svobod, LTEsthdigu de Saint Augustin et se sources, y HLL Marrou, Sin clugustin el nde lavultare antique (com exhaustiva bibliogeafi) exp. pigs 197 y ss 44 La traza gética y el concepto medieval de orden ‘alos cuatro mimeros del primer fetratys. Sin el principado del nimero, como Jo Genomina San Agustin, el universo regresaria al cans Tomando el fragmento by. ‘ico que dice «has ordenado todas las cosas en medida, numero y peso», ¢| obispo de Hlipona aplis la mistica pitagérica y neoplaténica del ntimero a la ing pretacisn del universo cristiano, estableciendo asf la cosmologia que estariavigen te hasta el triunfo del aristotelismo. San Aj desconfianza hacia ¢l mundo de las imagenes como su creencia en la validez abso- uta de has relaciones matemiticas. Y estas opiniones constituyen la base de la filo sofia del arte de San Agustin. Sus postulados acerca de la funcién de las artes en ly ‘comunidad cristiana, y hasta podrfamos decir que ¢l estilo de los mismos, dejaron ‘en el arte cristiano una huella que se dejé sentir durante un milenio. Esta influen- cia puede formularse de la siguiente manera: 1. Los principios de la buena modulacién musi “Agustin establecid en De musica son principios matematicos, y por Io tanto, de k, ‘misma manera que a la mtisica, se aplican también, en su opinign al menos, a las ar tes visuales. En el monocordio, la separacién de los intervalos musicales esta sefia~ lada por divisiones efectuadas en una cuerda; las razones aritméticas de las conso- nancias perfectas se presentan as{ como proporciones entre las diferentes partes de ‘una linea ¥ como San Agustin deduce el valor musical de las consonaneias perfec tas de la dignidad metafisica de las razones en que se hallan basadas, era légico que concluyera que la belleza de detcrminadas proporciones visuales se deriva de que estén basadas en las razones sencilla del primer tetracty: El lugar que San Agustin. ae del orden divino. En el segundo libro de su tratado Del describe cémo la razén, en su biisqueda de la contemplaci vin, vuelve hacia ams, y de ella ao que se eneuenera dena lage Se acacia Gage am cu rf is ‘en formas de belleza, en la proporcign de esas formas, en el mimero ne . 4 2 Las implicaciones nents Ss Agustin tenfa casi tanta sensibili- dad para la arquitectura como para la musica. Son éstas las Unicas artes con las que parece que disfrutara profundamente;y las admitis incluso después de su con- * Sabiduria 11, 20b.No er diffe encontrar enh tase biblica una jstificacin y una confirmacidn de le tort pitagsrica de un universo sinfénico bando en Jos aMimeros. Segsin I anti- jgva leyenda, Pitdgoras habia descubierto que ls eonsonancias perfectas se procictan de acuerdo con Proporcin de pesos (de martillos golpeando en un tozo de hierro), ls misma proporcién que hay &0- ite los segmentos del monocordio que produce ess consomancias. Véanse Macrobio, Comentais cx Cicerone insomnia Sepons I, 1; Calcio, Platonis Times interpete Chak, XLV, ¥ Boecio, Dem sie 1, 30 (PL, LXI, 1176 y) ©’ De oie Ul, 39 y 5 (PL, XXXM, 1013 ys) La medida ylaluz 45 vversién, pues en ambas experimenté la presencia del mismo elemento trascenden- te Camibsicss ‘eran para él hermanas, pues ambas son hijas del y ambas tienen igual dignidad, ya que la arquitectura refleja la armonfa eterna y la musica la repite como un eco. De forma coherente con ¢sta idea, San Agustin se sirve de la arquitectura, al {gual que de la musica, para demostrar Sib pveecn ena Yel gun iil eo n hecho de que esté a fern ticas. No cabe pensar en un edificio bello, sin embargo, a menos que esas reglas se hhayan aplicado en él y a menos que su presencia resulte evidente para el que lo ‘contempla, No deben pasarse por alto, de ningvin modo, los aspectos positivos de esta esté- tica:la desconfianza y el desprecio que leva implicitos por lo imitativo en el are, y de hecho por cualquier tipo de imagen, mantuvieron viva la sensibilidad por los valores «no objetivos» en el disenio artistico y constituyeron asf un importante contrapeso a los arrolladores intereses pictsricos ¢ ilustrativos del arte medieval ‘Al mismo tiempo, sin embargo, la estética agustiniana, reclaborada después por Boecio, limitaba todo el proceso creativo, desde el primer dibujo a la composicién ya terminada, alos estrictos confines, no s6lo de lz doctrina metafisica sino tam= bién de determinadas leyes matematicas. Seguin Boccio, el sentimiento y la sensi bilidad estética tienen una funcién totalmente secundaria: Jo mas que pueden al- canzar es una vaga y confusa nocién de armonfa, una armonia que slo la razdn es capaz de percibir y representar, En resumen, que el artista no es libre de confiar en ‘a intuicién cuando se trata de proporciones, ¢s decir, del mas elevado de todos los principios de la esttica;y ni siquiera es libre tampoco para escoger las fSrmulas natematicas en las que han de basarse sus proporciones, ya que Is estética de San “Agustin (y Ia de Boecio) sélo admite las razones «perfectas» de Ia mifstica pita- gérica” ‘3 Pero para el arte medieval la significacién més importante de esta filosofia de la belleza se halla en otro lugar. Al despreciat la imaginerfa, al despojar a las artes de casi toda su vida sensual, al imponer a la ereacién artistica unas severas reglas [De lero Arbirio, Ml, 42 (PL XXXM, 1263 y 3), La definicién de San Agustin ‘de todas ln iondgenes arvtcas como falas 0 ilusorias en el sentido de Platéa ext ‘en Solioguonon, Il, 18 (PL, XXXM, 893). CE Svoboda, pis 50. T Yenwe San Agustin, De vera rligins, XXX y XXXU (Pl, XXXIV, 145 y sh Riegh Spatomiche Kunstinduse, cap. 5, fae el primero que analia6 la estética de San Agustin em rela- wion con el arte de si tiempo. En ea relacién ve solamente un parallo histsrico y no investiga ni el Fano meaftico de laestaca agustiniana ni las rzones metafsicas que explican la influencia dees = tines envel arte medicval Para los fragmentos de Boecio, véase De musica, 1,34 y V, 1 (PL, LM, 1195, 1285 y 8) 46 La traza gética y ef concepto medieval de orden ue se observaron durante siglos de forma més generalizada y con més obediencia de lo que a menudo se piensa, fire precisamente esta filosofia la que confirié al arte cristiano una extraordinaria dignidad. La verdadera belleza, segiin San halla lidad metafisica. Las armonias que podemos ver realmente indicios de esa armonia tiltima de que disfrutarin los bienaventurados ‘en el mundo venidero. El lugar que la armonfa y la proporcién legan asf 2 ocapar cen el arte y en la contemplacidn del occidente cristiano no es totalmente distinto del que ocupa cl icono, la imagen sagrada, en el arte y el pensamiento de la Iglesia oriental. En ella, y bajo la perdurable inspiraciGn de la tradicién griega, el ideal de belleza tiltima siguis siendo un ideal visual, eentesndose en la imagen del hombre. En Oceidente, y bajo la influencia de San Agustin, la belleza se concibié en térmi- nos musicales, pensindose incluso en la iltima felicidad como disfrute de una sin fonta eterna. Y asi como se hace participe al icono de la realidad sagrada que repre~ senta, de la misma forma, segdin San Agustin, las consonancias musicales que se hallan en las proporciones visuales creadas por el hombre participan de un acorde sagrado que la trasciende. De ahi que la contemplacisn de tales armonias pueda llevar realmente al alma ala experiencia de Dios. De ahi, también, el lugar verdaderamente escogido, la clevada misign que la Iglesia medieval asigné a la creaciGn y al disfrute de esa clase de obras artsticas. Las periddicas oleadas iconoclastas trataron de limitar esta mi- sion del arte medieval, pero no lograron nunca hacerle daft alguno. Mas bien al contrario:el iconoclasta cristiano juzga el arte desde el punto de vista de la realidad teol6gica tiltima; por lo tanto, sus ataques promovieron intentos di ‘ig gus re ex atacat cos SOROS ‘cristina, todas las criticas de ese tipo fueron seguidas por un estilo de arte eclesids- tico mas armonizado con la experiencia eee ac ‘generacién. Y esto es particularmente cierto en el caso de a arquitecturs, la cual, en el so- Jemne lenguaje de las formas, expresa unas visiones que trascienden el mundo de Jas imagenes. Con el fin de provocar aquellos sentinel veneracidn y temor {que parecfan indicar la proximidad de la presencia divina (sentimientos que halla- ‘mos claramente expresidos en las palabras de Enrique 1 que se citan en la Intro~ duccidn), los constructores eclesidsticos del siglo Xt1se fueron apoyando de forma ‘reciente en la estética agustiniana del mimero y la proporcign. Nadie ponfa en duda la validez de tal estética. En las Retractationes, esa obra sin gular en la que un autor de renombre examina al final de su vida toda su produc- ign literaria con la vista puesta no sdlo en la posteridad, sino tambien en la eter dad, el propio San Agustin nos habla una vez mds de las ideas ya expresadas en De ‘musica. ¥ aunque encuentra inaceptable gran parte de dicho tratado, se reafirma en su ereencia en que el mimero puede conducir al intelecto desde la percepcién de las cosas ereadasa la verdad invisible que se halla en la divinidad & * Rerraationum, lL (PL, XXXM, 600 ys} La medida y laluz 47 La autoridad de San Agustin conforms la Edad Media. El fragmento del Libro de ba Sabidurfa de Salonién que dice shas ordenado todas las cosas en medida, ni= mero ¥ peso» y la interpretacidn que le diera San Agustin se convirtieron, como Jeertadamente se ha sefalado, en la clave de la visiGn medieval del mundo. E.R Curtius ha demostrado recientemente cémo esta visién del mundo se halla reflejada, a través de la composicién numérica, tanto en el contenido como cn la" forma de la poesfa medieval ?. Y Manfred Bukofeer y otros autores han rastreado sus efectos sobre la evolucién de la miisica de la época "®. Pero no hay atin con- ciencia suficiente de que tales efectos son igualmente patentes en las artes visuales, yy de manera especial en la arquitectura En cierto sentido, esta afirmacién sit ks ren ‘ ad det zm spelt civilizaciGn francesa del siglo Xu puede describirse pricticamente como la sintesis de estas dos corrientes, las cuales, aunque diferen- tes, se hallan sin embargo relacionadas por intimas conexiones intelectuales y per sonales, sobre todo por la comtin herencia de San Agustin. Examinemos ahora con mis detalle las ideas estéticas de estos dos movimientos. Su influencia fue tal que no podian por menos de afectar al arte de su tiempo. De echo, ED eli Ce platonismo de Chartres era en muchos sentidos un movimiento verdadera— mente renacentista ". Los hombres que allf se reunicron en el segundo cuarto del siglo X11 estaban interesados fundamentalmente cn problemas teoldgicos y cos- * European Literature andthe Latin Middle Ages pgs 501 y 8 CCH. Krings «Das Sein und ie Ord- ung. (DYLG, XVIll, 1940) tambin V.F Hopper, Medaeal Nunie Symbol, pigs 98 ys Speculative Thinking in Medieval Mos. (Sp, XVI, 1942 cf Spiter, «Chscal and Christan Ides of World Haemony= (Trad, I 1944; 1945). 1 Sobre la Escuela de Charees, wéanse Hauréaw, Mémoire sur quelques hanes de ale de Chae (Clerval, Les Boles de Chanes an noyeie, Poole, Isaton of th Hitory of Medieval Thought and Le hing exp. 4y sThe Masters of the School of Paris and Chartres in John of Sasbury’s Time> (EHR, XV, 1920} Liebeschueta -Kosmologiche Motive in der Biklungswel der Frahscholstle (Vor trig der Bibitick Warbwn, 1923-1924) Paré, Brunet y Tremblay, La Renisance Xitel Les oes 1 liuegnemens, pgs 30 98: Haskins, Some Twelfth Censury Writers on Astronomy: the School of Chartres Studies mth Histor of Scene) y The Renasanc ofthe Twlth Century, pigs 101 y 6135 4; Tajo, The Mediaeval Mind I, cap XI, 3; Parent, La Doctrine del rain dans tale de Chane y Gilon, Le Pkibophie au moyen, pigs 259 y +8 Véswe también Ia extimulante versién, si bien en lero sentido pari, que se eneventtaen Heer, feng Europa pigs 297 ys 48 La traza gética y el concepto medieval de orden molégicos, asf como en su resolucién por medio de una sintesis de ideas platSnicas Y cristianas. Estos primitivos escolisticos se enfrentaron a su tarea con un espirity de tolerancia y de respeto por el pensamiento de la Antigticdad que nos recuerd, muchas veces el espfritu del «tefsmo universal» del siglo XV; el suyo era, sin em. bargo, un platonismo ciertamente singular. Se basaba casi totalmente en un solo tratado, el Timeo. No tenfan de él nada més que un fragmento, y de éte ni siquiera el original griego, sino una poco fiel traduccién, junto con dos comentarios, de Calcidio i i le Platon a través del cristal de una ecléctica y poco clara mistica neoplaténica. Los tedlogos de Chartres se acercaron al fragmento plat6nico (y a los dos mediocres comentarios) con el mismo temor y respeto que al Libro del Génesis. Se pensaba que ambas obras se hallaban sustancialmente de acuerdo en lo que revelaban acerca de la crea- cién del universo y, de hecho, acerca del propio Creador. Si pensamos que la teologia y la cosmologia de Chartres eran en gran medida consecuencia de la in- terpretacién de dos textos tan diferentes como son Platén y la Biblia, aunque con- siderados bajo la idea de que no debfan hallarse en contradiccién el uno con el otro, y de que tampoco debfa estarlo el autor de la interpretacién, no podemos evitar el asombrarnos del magnifico y atrevido sistema especulativo que results de ello. Los aspectos de la teologia y la cosmologfa de Chartres que més nos interesan_ en el contexto de este estudio son, en primer lugar, la importancia que en ellas se daa la matemitica, y en especial a la geometria; cn aae ae las consecuen- cas estéticas de Sasa pensar. Los maestros de Chartres estaban, como los platénicos y pitagéricos de todos los tiempos, obsesionados por la matemitica: consideraban a esta disciplina como el eslabén que enlazaba a Dios con el mundo, como el instrumento magico que revelaria los secretos de ambos. Thierry de Chartres !, el més influyente representante de este sistema, esperaba hallar al artis- ta divino en su creacién con ayuda de la geometria y la aritmética "; y fue incluso més alld al tratar de explicar el misterio de la Trinidad por medio de una demostra- © Para la carta en que se considera a Thierry eutpote totius Europae philosophorum praecipuus, véase Hauréau, Notes et extraits de quelques manuscrits latins de la Biblorhdgue Nationale, 1, 49; tambicn la dedicatoria a Thierry de la obra de Bernardo Silvestre De mundi universias, pig. 5. Sobre las relaciones de Bernardo con la Escucla de Chartres, véase Parent, pég, 16. 1) Véase Hauréau, Notes, pigs. 64 y ss, en donde Thierry presenta el pasaje 11, 20b de la Sabiduria como principio primordial de la creacidn: «.creatio numeroum rerum est creatio.. Prior igitur genera- tio numerorum facit tantummodo tetragoncs, vel cubos, vel circulos, vel spheras, quod aequalitates di- mensionem custodiunt.+ Atin més significativo es el siguiente fragmenta de De sex dierum opeibus sAdsint igitur quattuor genera rationum, quae ducunt hominem ad cognitionem creatoris, scilicet arithmeticae probationes et musicac ct geometricae et astronomicae quibus instrumentis in hac theo- logia breviter utendum est, ut et atificium creators in rebus appareat et, quod proposuimus rationa~ biliter ostendaturs, W. Jansen, ‘Der Kommentar des Clarembaldus von Arras zu Bocthius De Trinitates (Breslauer Studien zur historischen Theologie, VIM, 1926), pig. 108%; cf. pigs. 125 ys 12* y 62% La medida y laluz 49 cin geométrica La igualdad de ls Tres Personas esté representada, segiin él, en el tridngulo equilitero, mientras que el cuadrado sev biMeatle eEae ee care! y jerry nos recuerda que Platdn, «como su maestro Piti- .goras,identificaba los principios metafiscos de la mnada y la diada con Dios y la materia respectivamente. Dios es la unidad suprema, y cl Hijo es la unidad drada por la unidad, de la misma manera que ¢ Trinidad sea por ello consi i Seha dicho que la escucla de Chartres intent6, bajo la influencia de Thierry, trans formar la teologia en geometria 8. Est intento, tan extra a nuestros ojos, nos sirve para entrever lo que significaba la geometrfa para el siglo Xil. Mis atrevida que esta teologia, mas dudosa desde el punto de vista de la orto doxia y mds significativa para el historiador del arte es la cosmologia de Chartres |a filosofia de la belleza que engendrara '6, En el Timeo, Platdn describe la divisién del alma del universo conforme a las razones del teratys pitagSrico, Las connota- ciones estétcas, especialmente musicales, de esta idea son subrayadas por Calcidio, quien sefiala que tal divisi6n se lleva a cabo conforme a las razones de la armonfa musical ". Al igual que Macrobio ", Calcidio insiste en que el Demiurgo, al divi dir asi el alma del universo, establece un orden césmico basado en la armonfa de la consonancia musical, Era facil unir este pensamiento con la idea agustiniana de un universo creado sen medida, mimero y peso». El resultado fue la presentacign de la creacién como una composicisn sinfénica, Ast la hallamos descrita en el siglo 1X por Juan Escoto ‘Unitas ergo in co quod gignit, Pater st, neo quod gignitur Fils x Sed unis emeltetrago rma ext. Sed hace tetrago natura es generatio Filet, ut veri fateo, tetago natura hace prima ex generato. Et quoniam tetrago natura prima generatio Filet et Flu tetraponu prin ‘ts Bene autem tetragonus Filo atribuicar quoniam figura haec perfectior ceteris proper aterm sequaiatem indicate, seu in omnibus tiangulilaeribus uaedam sequaltas es, angus camique Jnvra haber sequal, ita quogue Filius esendi est aequaliassLibaun hime Jansen, pig 13. Ci idéctico sel pase del discfpulo de Thierry, Clarembaldo, véase Jansen, pg 62 ' So ist (am Ende des) zwoelfen Jahrhunderts die Theologie zur Mathematik ur Geometric ge- worden» Baumgartner, "Die Philosophie des Alanus de Insult" (BGP, 1896, 1, 112) Es interesante severtr que ls audaces especulaciones de este tipo no despertaron ela época al menos, is soapechas én que incurriecon otras incerprtacionesracionaistas de la doetrina crssana. Clarembaldo de. Areas {muerto después de 1170) escribié un violento y polémico tatado, De Trintete, que dvigis contra Abclado y Gilberto Porretano y en ef que rend in cilido homenaje a San Bernardo. El tl trtado, sin embargo, es casi una copia del Libram hun, l cual es sii Jansen (pig. 26° y 5) obra de Thierry Sobre la cséxica de a Escuela de Chartres, véase De Bruyne, Eudes dethigue médicale I, 255 y Plaonis Timaens, XL-XLVI, pigs. 106 y ss Otraautoridad en lo que se refiece asta idea ex Boe ig wéase De mus "* Commentaras Il 1. Véase Schedles. «Die Philosophie des Macrobius und ihe Einfluss auf die lichen Mitteaters (BGPM, XII, 1916; y para un resumen critic de loses 50 La traza gota y ef concepto medieval de orden Erigena , haciendo suya luego esta idea la Escuela de Chartres. Guillermo de Congques 2, el maestro de Juan de Salisbury, y Abelardo, quien al parecer estud natemitica con Thierry y euyas ideas cosmolbgicas son las de la Escuela de Char tres, identifican los dos el alma platnica del universo con el Espiritu Santo en tr accidn creativa y ordenadora de la materia, concibiendo ambos esta accién Somo una consonancia musical. La armonia que asise establece por todo el cosmos no se representa, sin embargo, solamente como una composicién musica, sino tambign como una composiciSn artstica, mds espectficamente como una obra ar~ quitecténica. A la vista de eémo se hermanan en el pensamiento platénico y agus- Hniano la esfera musical y la arquitecténica, no debe extranamos la facilidad con que aq transicién d En el Timeo, los cuerpos primarios de que va a componerse el mundo se conci- ben como materiales de construccién®, or de Sched y Duhem sobre Macro, véae Stahl, Mavobins,Comentay om the Drea of Sp, pee 39 ss El career esenclmente scl de la cosmolog de Plain et fers de tod dda Abe re Zal wn Klong be lat igs. 39 ys apuna deforma convincente que hasta a preferencis de Plain por sus eifngulos fandamentles ene su origen en Ia msi de las consonancas pest ‘Vewe embin el siguiemeFagmentn del Pheudo-Apuleyo—guien amismo inflyé ene ilo Xi ‘Musicen vero nose nihil lad ese, ns cunctarum rerum ordinem scr, quneque si dvina rao sor- {a Ordo enim rerum singlarum in unum omnium artifice raione collus concentum quendam tnelo divino dulcisimum verisimumque conficiet» lwlequs, XII (Opera omnia, ed Hildebrand, I 294), ° Dedvsie natn, I, 311 3 y 6, Vs 36 (PL, CXXI, 602,630 ys, 965) Sobre la concepeiin dle le musa en Engen, véte Hanichin, Die Muskarschauung des Johan Scotus Eigen {DILG, V, 1927) Solve ls nflencn de Eridgena sobre la Escuela de Charts, vase Parent, pg 48. Ta ides de a sinfonta amie aparece ura ver ns en un magnifico Feagimento del De ania del plto- zante Guillermo de Awvernia Vése mésadclante, pig. 138, not 97. 1 Vease Flaten, Die Phils des Web vn Concies pigs 126 ys eltem Gina mundi dicot consare ex musics consonants. quia es ccundary convenient harum consonatm dicuntar ese ipostacs CF. Parent, pigs 22,429 2 Thelegia Christan, V (Opes, eV. Cousin 379 ys) Sobre relacién de Abelardo com a Escuela de Charites véanse Poole lhrtion,pSge 314 y ,y icheschuets, Kosmologiche Motives ig. 115, 2 Commeniarus 1 4 (pig $39). Sobre el doble ato de la creacin,véase Parent. pig. 42 Para una idea simile, véase Hugo de San Victor, De sacramets Clritona fd 16 (DL, CLXXVI, 169} Para lo que sigue, vése Cornford, Plo Casal, $9 ys Para la radcin y esr de os La medida y la wz 51 slistos para que la miano del constructor los ponga uno junto a otro, Esta com= posicisn se lleva a cabo mediante la determinacién de ls cantidades en las pro~ porciones geométricamente perfectas de cuadrados y cubos (1:2:4:8 y 4:3:9:27) —las mismas proporciones que determinan también la composicin del alma del universo. Segtin esta composicisn, ef cuerpo del universo, que consta de cuatro cuerpos primaries, cuyas cantidades se hallan limitadas y rela- cionadas entre sf en las mus perfectas proporciones, est en unidad y concor- ddancia consigo mismo, y de al que no vaya a suftir disolucisn alguna por cau sa de una falta de armon‘a interna de sus partes el vinculo que las une es serci= Tlamente la proporcién geométricas. . Las proporciones perfectas, cuya belleza podemos admirar ent las composicio- nies musicales y arquitecténicas, adquieren tambign en este enfoque una clara fui eidn técnica o tect 2Y cudl fue la significacidn de estas ideas para la historia de la arquitectura? En primer lugar, iban a afectar a la concepcién d jentos de que se Hace unos aftos el profesor Pevsner, basdndose en este hecho, Ilegé a la conclusién de que el arquitecto profesional en el sentido clisico (que es también el sentido moderno) apenas existis en la Edad Media ®. Pevsner sugiere que el resurgimiento del término que se produjo a mediados de! Probablemente haya mucho de cierto en todo esto. En el capitulo 4 veremos «mo seria un error atribuir a los usos de construccién medievales nuestra propia ‘concepcién de un profesionalismo altamente especializado. Pero el profesor Pevs- ner se equivoca, sin duda, cuando trata de relacionar el significado cambiante del término «arquitecto» con la introduccién de lt Metafisica de Atistételes en la {idlogos placinicas durante el siglo XIL, véase KUbansky, The Continuity ofthe Platonic Traton daring the Mile Age p27 2 Flaten, pig. 119. Asn encontramos esta cosmologs en el Roman de a vse. Vase Paté, Le «Ro- ‘man el ros te schlesique curse, vv. 16, 747 (pigs. 197 ys) y 20, 312 (pig 83 ys # The Term “Architect” in the Midale Ages (Sp, XVII, 19423 Colombier, Ler Chanter de cr ‘hae cap.1V, y Swartwout, The Monastic Crfisnan, pg 35. 52. La traza gota y el concepto medieval de orden cecl eérmino en cuestion se define tal y como hoy lo entendemos—en el pena. siisnto occidental, a partir del 1200, Aparte de las obras de Vitrubio, conocido Fespetado desde a épocacarolingia fue San Agustin quien mantuvo viva lade. Finecion clisca del arquitecto. Su dferenciacidn entre el mero ejecutory el werda. dero arquitecto que de forma deliberada aplica principios cientificos aparece en a) ncnos tres tratados distintos, estudiados y admirados los tres alo largo de toda ty Edad Media. Aunque esta definicién permit la aplicacisn medieval del términ tarquitecto» incluso a un simple artesano, no deja por otra parte duda alguna de Gque solamente el sientfico» que dominaba las artes liberals tena verdaderamene te derecho a él. Es més, Boecio habia ilustrado esta diferenciaci6n intelectual por medio de una metifora que iba a tener su efecto sobre el estatus social del artista medieval Habfa comparado la ejecucidn préctica de una obra de arte con un escla- la cieneia que debe guia ese trabajo con un gobernante. Ello significab, cl ro ¢s, que lo rte no era ¢] humilde conocimiento d tanto, que encontremos tantos «arquitectos. ciav de la arquitectura era una cienca pura- telativamente pocas excepciones, privilegio de los elérigos ”. Fue, sin embargo, en la Escuela de Chartres donde se dramatiz6 la imagen del arquitecto (un siglo antes de que pudiera haberlo hecho Ia Metafisia de Arist6te- les) al pintar a Dios como maestro constructor, como theoretiaus que crea sin traba- jo o esfuerzo alguno, mediante una ciencia arquitectnica que es esencialmente ‘matemética. Ademis, los platnicos de Chartres definieron también las leyes segtin. ‘as cuales se habfa levantado cl edificio cdsmico. Hacia finales del siglo Xtl, Alano 1 Sabre Vitruvi en la Edad Medi, véanse Sanéyn, Hit of Cail Salas 48) ys Manon, Geuice der sense iter ds Mitel, 118580, 710 5 I 2749, 313,483 Tess: Mott sa Mesure des colonel in de pou romain oLa Mesoe ee prepertons des colonns antiques dapes quelques compiltions et sommentaieranérieus a XI! tle y‘Ob- fervaéonscompades sla forme des colonnes 3 Tépogue romines (BEC, LVI, 1896, y LIK, 1898) askin, Revasanc, pi 330, tener, Ei Bag sur Geist de Bauhite und der Bassin Mi tlaen ps 22y sy Koc, Vom Notice des ray pigs 8 y Véase tabi s events ob tocione de Beeler y Roggeskamp Di Mihulikicke Hise, con relcén al probable 03° schino-eniacontracién de San Miguel de Hdesheim, de Viruvio, uno de cayormanusctosesab» en pores del aad de exe gran monster. Swarbwout pg, 4s eguvoca sin dude al afirmat que ‘Varuvi nos me nunca en lecular mond Lv prin que ade Mrtet ens arcs citads)demactren haa Qué punt lar inracione arqitectnies, al menos en a adi de Ve ‘ravi, ban considera pate de! prosrama de geomet 2 Hay notables xcepcones por spurt, comela del noble ilbert, que ei sates bet lesen netcela ated de Tours lean ase inchse macro en ela y depts aso 98 seco, soto en 1108 del isa de Roldoe VésveRollind, La cathédrale rane de Toure ets cunt atchiecrue (Reve ble dco et distin de Par, 1937) Pa el Faget Boecio qu se eaba de car, vase De mi 34 (PL, XI, 1198) La medida y talus 53 de Lille (Alanus ab Insulis) describis la creacién del mundo. A Alano, doctor univer- debe quizé el pensamiento de Chartres su influencia y difusién més amplia. Segui él, Dios es el habilidoso arquitecto (elegans architecus) que se construye el. ‘cosmos como palacio la variedad de las cosas h la consonancia musical ‘Almismo tiempo que se escribfan estas neas, se estaban levantando las prime- ras catedrales goticas. Es muy poco probable que las ideas de Alano, que bien me= recié su doble fama como poeta y como pensador, no reflejaran —si es que no llegaron incluso a influir— la filosofia estética y la practica arquitecténica de su Epoca. Un pensador posterior, Alejandro de Hales (m. en 1245), utiliza incluso el ejemplo del cementarus, que omide, numera y pesa al realizar su edifici, para ilustrat ls armonioss composicién de todo lo bello ®. La Los aspectos estéticos de esta filosofia de las proporciones se tomaron de San Agustin. Este, al igual que su discfpulo Boecio —que era para la Escuela de Char- De plc nate (Pl, CCX, 45) Ls nosiones matemicas dominan por tds artes la cos smologi a exis de Alan, DeBruyne (nde, 292) ha Imad la tent ob el ga pr rod gue Ako aignaalacnard ese amin dexripcin dela aria en baler dle cal, Aatdendinrs Hl (PL, CCX, 514) come ss efeencia al Credo como «Omnia sub na ‘neo chdeas sub pondce sistem Singulair conta coeren Ve 5 IPL, COX, $3). Para una imagen preci, véne Berard Sven (De mundi iene 1,18 2,78 que pede ste mms periona qe apiece alrededor de 1156 oma cancer den Esc de Cartes cE Poole Maer y Parent pg 16 Sobre Alo ys nucoca vee Haury, Monae Baumgarner, Die Philosophie es Alnus de sus /AGPS 196) Hing, Uier die Vertniping des Poe scien mis dem Theologchen bei Alans de Isls Mrderner dK Aad at Heenan, “Alling Letrkande,EXXIV) y Coro Te nant of Alain de Li pga 9y Sobre eon de Also con b ecula de Charts wars arent pig 10, y Rayos de Lage, lin dele pot di ‘IPs pigs 69 15. Caged scam des mattlea computa de acuerdo sonia conio- ‘anc de sc parece por td pares Ven In Metomophoas Glue Epic pé 21. ar a ‘anon de es ide, véte Master, Ei Masratonsyis rm Antacids Aan 1 Tali sere 21981) La imagen aparece ami, eu conte prament etc y legs ‘eos en Geto de Recherberg, Opel de afio Dei (PL, CXC, 191 y 8) «potent ‘nur abr, cu ios Cheats ene on dai, qin Evangel fils be spel ae Dom tne coi sein, quando revit Devs cosh et tram Inepretando la een de Eva como un modelo del gles Gerhoh contin me vero, quoniam Eeseinm sie non lasarsed sedifea der ut vide, cum cam a Drsng sedate audi mulirem cogs. ‘elim nelga Sobre Gevho, ene Maiti I, 61 ys © 2 Sam iver tel ng, Tace 113,10 (ed Quah, 172) Sobre I auenicdad da Suns, vse iTV, 1 (pga ily 28) Roberto de Mh, por ets ues lr que no debe mince del mundo veo modo quo ps in dares i pues Dio 0 seve meramente de mters primordia ques crea Eta dit para india lo recente que es mage artes Sonia 19 (Oona ed Fo Losin, 1947. Ip 211). 54 La traza gotica y ef concepto medieval de orden tees y para a Edad Media en general la mayor autoridad en matemstica ape tambien a hacer visbles en términos geométricos, ls consonancias Roecio faa que ls proporciones de doble y mitad, triple y tercio—en otras py Iabras ls que producen en el monocordio las consonancias perfectas—, se peri. ton ean Fieiimente por la vista como por el ofdo, pues —continia, secundands Phitdn— alos sonidos afectan al ofdo de un modo que es en gran media el mismo cm at as nnpresionesdpticas acta al ojo» "Esta doctrina de la snestsia Boe. ‘io no la limita exclusivamente a las proporciones de Ifnea o superficie; descubre También sarmonias geometricass en el cubo, ya que el nuimero de sus caras,éngu Joey aristas, 6:8:12, contiene ka razones de la octava, la quinta y la cuarta ® Pero los platsnicos de Chartres explicaron no sdlo la excelencia estética de es- tas proporciones, sino también st importancia técnica. A este respecto ya hemos visto emo manten‘an, con el Timeo, que la estabilidad indisoluble del cosmos des- cansa en la proporcién perfecta Es en este punto donde se pone de manifiesto la inevitable influencia de esa cosmologia sobre la arquitectura y los métodos arquitectéiicos de los siglos xity = ene. Perfectas, ras, la ap Pr P etern ‘ tee ieee taica ne meres deus acd ediace eveeety ‘ver que bello, en necesidad técnica ala vez que en postulado extético. Entendemos ahora por qué cn la Alta Edad Media la arquitectura se definia y practicaba como geometrta aplicada #, por qué los expertos de Milin rendian el 2» Parent, pig, 111, considera a Hocci, junto con Platdn la fuente mis importance del pensamien- ode Chartres emusic 1, 32 (PL, LXI, 1194), También era conocida en la Edad Media la raicin els de representar los niieros por medio de figurts geométricas. Véanse Macrobio, Comments, I, 2, ¥ tspecilmente Boecio, De ashmeti, 6 (PL, LX, 1121), "2 « Omines in hac dispostione symphonias musieas invenimuss De aihmetia, Ml $9 (PE, LXIl, 38), Paraantecedentes de esta idea, véase Cantor, Vrlesungen ther Gest der Mathemats pig 134 7} Véase Domingo Gundisalvo, De division pilsaphise(¢.1140-1150), en donde se define a todo aristao artesano como weeundum geometriam pracicaus, [pe enim per emetipsum format lineas superfcies, quadraturas,rotundiates et ectera in corpore materiae, que subiecta est arti suaes (DPM, 1906, 1V, 102 y 6) En todas las piginas del ibro de modelos de Villard de Honnecourt se comprucha {que Gundisalvo ests describiendo simplemente x petias habitual Paral dfinicin dela arguitee- fura como geometri apliada, véte también el euioso Constituciones ams gemeriae raw Eicon (Brivish Museum Bibl. Reg. 17A1), pocma de finales del siglo x1Ven el que el arte dela geomet 2p2~ rece tratada como sinénimo del atte del cantero. El poema empieza «Hic ineipiunt consteuones ot igemetse secundum Euclyde, y describe el ate del cantero como derivado de la geometray b mis noble de todas las técnica artsticas. De modo silat, el MS. Cooke, ambien en British Museu” (dd. MS. 23198), que data de 1430-40 pero que es copia de una obra anterior. Su ator vutlir wnt ado. de geometra,pretendiendo ofrecer una historia de esa ciencia y subrayando su apicaién 2 Be botilerfx Para él ls geometra es el principio indiscutible de todas as ciencias. ¥ camo In temic 48 ‘antero es geomet aplicada, es también la mis importance dela artes Ambos documentos han se La medida y latuz 35 nismo y asombroso homenaje a esta disciplina que San Agustin y Boecio, y por qué el propio testimonio de la arquitectura gstica parece indicarnos que todos los sroblemas de estitica se resolvian de verdad por medios puramente geométri- fos, Entendemos ahora tambi 'n esa noble pretensién que quisicron expresar jos grandes arquitectos del periodo gético al hacerse representar, con el compis y la vara de medir en la mano, como geémetras 8. Boecio habia elegido el mallo del re # publicados por Knoop, Jones y Hamer, The Tivo Earliest Masonic MSS. Véanse también Ghyka, Le Nombre dr, Il, 65, y Harvey, The Gothic World, pigs. 28, 37 y 47, En su tumba de la catedral de Reims, Hg Libergier aparece dentro de un marco arquitectsnico integrado por un recténgulo «conforme a la medida cierta y un trifuguto equilitero, Se le representa ademas, com los instrumentos del gemietta {wease mis adelante, la nota 102 del cap. 7). Su compas de proporciones parece basado en la scecign i= rea Es infundada la afirmacién de Colombier de que el compis de proporciones no existié con ant nnoridad al Renacimiento (pigs 66 y s). Ya lo conocian los somanos. Véase el instrumento, procedente de Pompeya, en cl Musco Nazionale de Napoles, y reproducido por Moesse, am Geleimmis der Fon tund der Unf des Sens, pig. 374. El compis de Libergier es elaramente muy distinto del que se repre~ senta en uno de los estalos de San Pedro de Poitiers (Colombier. ig, 14) 1 Es significative que cuando surgian problemas aritméticos, como ocurrié durante la construc- dela catedral de Milin, caviera que llamarse a un matemitico profesional. Véanse Frankl, «The Se- cerct of the Medieval Masonse (1B, XXVIIL, 1945) y el revelador apéndice a este articulo que escribis Panofiky. Es dificil decir si el método utilizado por un arquitecto espatiol del siglo xvt, Rodrigo Gil de Hontatén, para calcular los empujes de una béveda de crucerta (véase Kubler, «A Late Gothic Computation of Rib-Vault Thrustss (GBA, XXVI, 1945)) era o no una prictica medieval. El gstico avanzado pidi6 probablemente esa clase de cileulos pricticos. 35 Véanse las observaciones de Ucberwasser, Von Maasz und Macht der alten Kunst, Las notas 27 y 33 de este capitulo muestran hasta qué punto la dignidad que la visin platnica del mundo asignaba a Is geometria devermtinaba incluso la posicién social del maestro, Es muy cierto que en la propia Edad Media se establecfa una clara distincidn entre la simple prictica de la geometria y su conocimiento es peculativo. Véase Mortet, «Note historique sur l'emploi de procédées matériels et d'instruments usités dans la géometrie pratique du moyensiges (Congr International de Philosophie, segunda sesibn, Ginebra, 1904, pags. 925 y ss). Todo cantero era, en cierto sentido, un practicante de esta disciplina; el arquitecto, sin embargo, tena que dominarla ccientificamentes. Es significative que el conocimiento de la geome- tria que revela Villard de Honnecourt, ¢ incluso los problemas que plantea, no difieran de lo que un cerudito como Adelardo de Bath tiene que decir en su earacterizacin de ls distntas artes, De eodem et diverse (BGPM, IV, 1906, pags. 23 y ss) Sin embargo, ese conocimiento, y el marco metaffico del que eta inseparable, slo podtan adquirirse en las escuclas catedralicias y mondsticas. Pevsner, pig. 558, citaa Hugo de San Victor (PL, CLXXVI. 760) y a Otén de Freising (MGHSS, XX, 396 y ss) camo pruebas del hecho de que el siglo Xi excluta a los artesanos, e incluso al arquitecto, «ab honestioribus et liberio- ribus studs» y consideraba que su profesién solamente era adecuada para los «plebei et ignobilium fi- lis 2Podemos dar a estas afirmaciones un valor sociolégico general? Ya he citado anteriormente (a. 27) el ejemplo de un noble que, a principios del siglo Xit, se hizo arquitecto tras haber estudiado previa~ mente el quadrivium. Es muy probable que fuera precisamente ese conocimicnto de las artes liberales Jo que elevaba al arquitecto, socialmente incluso, muy por encima de los simples artesanos que trabaja~ ban 2 sus drdenes, Los grandes arquitectos géticos se representaron a s{ mismos como cientificos de la geometria, no como practicantes de ella, y recordamos la insistencia con que los maestros reunidos en Milin se referian a la geometria como a una ciencia. La tesis de Rziha (Studien iber Steinmetz-Zeichen, pig. 38) de que los simbolos de los maestros canteros estaban sacados de la figuras geométricas me pa rece totalmente convincente. Los arquitectos medievales no podian haber expresado de forma mds su- ‘inta el principio permanente de su profesidn. Bs interesante advertir, finalmente, que es un tedlogo de 56. La masa steep el comcepto medieval de orden ‘cantero como simbolo de un arte que silo es capaz de crear una forma econfis, saientes que para representar clarte que verdaderamente slo comprende rodg, owls preciamente el compis ®.¥ fie con el compés como el propio Digg, fa sertepresentado en clare y literatura gotics en tanto que Creador que hab, puesto el univers siguiendo lt leyes de ln geomettia ™. Sélo observandy ismas leyes pudo la arquitectura convertirse en una ciencia en el sentig, ca roa alsometerse ala geomet, el arquitecto medieval sent que ent ba imitando al maestro divino ; lamar ala catedral imagen o sfabolo del cosmos no es suficiente pata cptr esta decisiva relacién, pues el término «sfmbolor se ha convertido hoy en algo demasiado insipido. Proyectada en un intento de reproducir la estructura del un verso —semejante en ello a los grandes experimentas cientificos de la edad ‘como un «mo nalidad prictica como lugar publico de oracién. ‘No obstante, la catedral era por encima de primes laciones de Dios, y la Encarnacién del Verbo la segun- ‘da. Entre ambas teofanias el hombre medieval percibfa un gran ntimero de co- todo la proxi 1b Escuela de Chartres, Guillermo de Conques, quien ya en el siglo xi define la arquitectra jo con 1s medina (que se ensetaba en Chartres y que él mismo habia aprendide ali) como una profes ‘hones, al menos shis quorum oxdini conveniune. Véase Holmberg, Das Moralum Dag des Gx Manone de Conches, 5,88. % De masa, V, (PL, EXIM, 1287) Para el significado de sacicluse como til del cancer Sie ‘Thesauri linguae lange y Du Cange, Glsanum medize et infiae ats Et nos, sv. asciculun ” La mis ermpranarepresentacin pntada gue yo conozco es la famosa ministur que hill co 1a Bible moral, n° 15, en Viena (Cod 2554, ol 1) El edie Fue realizado para Thibault V, conde de ‘Champata (1237-1270), © para su mujer Isabella, hij de Luis IX, Vente Bechrabendes Verein de iuminieren Hansen in Ostemeich, VU, 7, pg 14. Véase asimismo Rushforth, Modis Chiat ‘ager, pig 150. La imagen se inspiraba probablerente en Proverbios, 8, 27. «Cuando af losce« los af exaba yo: cuando razé un circulo sobre la fa del abismae Es significative que este pss n0 parece haber halla refleo en la icomografia de la creacn sta el siglo Xn, Tambign eingeresate a representacin (apart de Ezequiel, 40, 3) de Cristo como arquitect,reconstruyendo Jeraslés casa ‘autividad, que hay en el relive stuado bao a estatua de Ezequiel en la Fachada oceidemtl del cate= ral de Amiens, Véanse Durand, Description anegée dela cathrae d'Amiens pig, 60; Lefrangot-Pilon. ‘Males dure et ales de pie des cahédrles, pg 159, y Kavzenellenbogen, Prophets ofthe West Facade of the Cathedral of Ansa (GBA, sete 6, XL, 1982) 2 «Duo enim simulacraerant propesta homin, in quibus invsibiliavidere porise: unum mati- ‘ae et unum grate. Simulacrum natuae erat species hujus muri Simulacrum autem grata est B= manitas Verb. er simulactaigtur narurae, creator tantum significabatu, in sintulaens vero SP praciens Deus osiendebatur= Haec es distantistheologize hujus mundi ab ills, quae divina nomi *heologi. tmposubile enim est invisibiia nis per visibia demontraris Hugo de Sar Victor. Comet ‘arian hieracamcalesten, (PL, CLXXV, 926), Hugo desrrolla ain uals eat idea en oos BS al ocupune del panlelismo existente entre ls obras de creacin y redencién. Vénse De savant La medida y ta luz 57 1as misticas, y sdlo el que comprendia tales correspondencias com. nificado y la estructura tltimos del universo. Segin esto, a armonia “Jos platénicos de Chartres dese respondent ae ae bricron en el universo era fundamen- Talmente no un principio fisico, sino metafisico, un principio que preserva el or- Sen de la naturaleza peto que se hallaé presente, con mucha mis clarida, en el pyndo venidero, Pues la enfda terrenal de Adin habia oscurecido cl orden teoks= aieo del cosmos, 88 principio y st fin, en lo que en términos agusinianos es la Mrpisonancias con Dios. Ese orden, no obstante, se halla asin de modo manifiesto or iaarmonia de las esferas celestiales. De ab es muy conoc. dh pata todo lector de Dante, a conectar el reino de las estrellas con la moradh ce- Jestial de los bienaventurados. Esta misma tendencia explica el simbolismo aparen- temente doble de la eatedral, que esa la vez «modelo» del cosmos e imagen de la Es las leyes de la Esta interconexién simbélica entre el cosmos, la Ciudad Celestial y el templo csté bien explicada en un pasaje de Abelardo, cuyos vinculos con la Escuela de Chartres se mencionaron ya anteriormente, y cuyo titsnico intento de abarcar con Ja rarsn todo lo que existe en la tierra y en el cielo escandalizé tan profundamente Cine det, 1, 28 (PL, CLXXVI, 204). Este paralelsmo le sugere as veel idea del hombre ‘como microcosms, como centro del universe: ‘Necesse autem fuit ut vsblium condito is ordinae retur, quater homo ines foris agnosceret quale eset invisible bonim, quod inus quaerere debers, hoe est uta se videtet, quid supra se appeterets nuts Didarcalse, VII (PL, CLXXVI, 811 ¥8) Puede que ada completa no earezc de significado para el smboliima de I arquitectura dela gles Como hemos vst, la catedal es una imagen del cosmos, Pero es también tna imagen de Crit, el ‘cuullubla cornparado personalmente au muerte y reaureccin conf deseruciin y reconstrucidn del ‘Templo. De modo coherente con est ides, Edad Media ves ene eificio del iglesia na imagen de Cristo erucifcado;véase Moret y Deschamps, Rec I, 159 yx Essa cortespondencia lo que explica clantropomorfsmo terminol6gico que mueve por ejemplo a Pedro de Celle tefritse no sso al de= tet de iglesia convo capa, ino tambien 2s nave central cam venter (PL, CCU, 610) Es mds en Vie ‘muvio el maestro medieval hallé la idea de que el templo deb seguir. en sts proporciones, as del ‘cuerpo lumang (ll 1) secclesie forma humani corporis parionibusrespondets, scribe Durand de Mende (Rationale Di. Off, 1,1), y ene siglo xv Francesco di Gioegi explicitabs ex idea al nscribir Jafigura humana en la planta de una iglesia Véase Witthowver, Architectural Principles inthe geo Hara ris pig 13. La idea de que la iglesia pueda ser ala ver imagen de Cento y de Tos cclos es pata noso- ros pataddjca Pero la corzelacién de Templo, Cristo cielo a hallamos ya en la Clans Melons (Pie, Spice Slerense 1,184), beta sinbica aparece com freevenci en la Edad Medi. simbolsmo se hace posible por el patalelsmo entre cteacin y redencidn: entre el cosmos y Cristo, el cals tanto el Verba Encarnado como el hombre perfecto en el qu «centre universe. Se ha si lado semejanza que existe entre las representaciones del microcosms de siglo xi y ls de Crino en |aCruz de la misma época. Véaxe Singer, hinitabas campo de acs ereativa sino que a enftemabs un wa ea, do y tipicamente agustiniano. La importancia para nuestro estudio de be fee San Bernardo sobre a musica reside en el hecho de que ells nos propor también una cave indspenable pars conoce us convicciones respecte oo ligiso. Para la experiencia medieval, fa composiién musical y hana muy semejances ¥ que hs leyes de la musica expresan un principio cose tabarcantodor y se extenden a tod arcs, era un axioma expres rong cuencia en la Alta Edad Media. Para un hombre impregnado de la trad ta Sang, ema ensbiidaa % icy 2 Advsrani Ia fas como sin plies spenae Sion melo amgcicum ascularsp CLXXXIIL, 1130}; angeonsen admits chore fit, 1355, y emartyrom inser: cori fi 1. na vs sina parece en un fragmento dem contemporsneo de San Bernaro, Godse ‘Adaont (x, 1165) alias de os biemventurads| gratis gente voce mesa unde redemptions gaia Ietisimo coelestis harmoniae concenty resonabnt in secule (PL, CLP 901) sas des legion a converse em un lugar comin, Véase la deseripcin, emeramente mane, dela dicha celestial en el Wilehaln ce Wollrara von Eschenbach, XXXI, 4 ys, * etic enim generalitersumpta obiectve quasi a omnia extend ad deum ct cetus ne ‘orporeas et comporcas, cletes ct humanas sciencias theories et practcis, Spent maar toe de Jacobo de Ligja, no de Juan de Muri) lL CF Grossmann, Die enletenden Kapil der«Spealun Mtr ‘acy, pig $8. Bukofeer, Speculative Thinking», sefala que el fegmento eomnia in menioract mineny et pondere disposuistn era muy sigificativamente ctado una y otra ve2 por los teéricas de mien En cl anéniewo Music eniads (6, 860), el autor investiga las sms profunds y divins ramones que subyacen a ls armonfas musicales y ls halla en las leyes excrnas del universo. Vease Gerber (ed, Spore ees de msc, lpg. 159. La divisi de la musica que hace Boecio en musa nundana muse Juans y mace insmomentas cla base de toda las teflexiones medicales sobre ese tema En lpn "a miad del siglo x la repicen Adelrdo de Bath (BGPM, 1V, 23) y Domingo Gundsavo (i $5 5) yy hacia finales del siglo Joan de Salisbury (véase mis adelante, pig. 244). Fs como inagen del ate ‘monia edsica como ls musica aparece de vez en cuando represeitaa en iglesias romsnics, coma pot «ejemplo en los Famosos capiteles dela iglesia abucial de Cluny (de ls que ha tratado muy recientemer« fe Meyer en AB, XXXIV, 1952), 0 en la gran composicién queen tiempos adormabs el pavimenta de la eabecera de SainteRemi de Reims (véase Melos, Hire de la vil, cit et universé de Remy 342) ‘) La posibildad de que exita en la esculturaromdnica an otra representacinsirmbolica dele mis- <2, mis oscura que la mencionads, ha sido sugerda reeentemente por Schneier, El ren sia animales smbols ene mitlogia y la extra asiquas pina este autor que los animales esculpidosen bt ‘apiteles, del siglo x1, de ciertosclaustros de Catalufa representan notas musicales que, leas ene ot- dden.en que aparecen en los capiteles, componen la melodia de un himno en honor del santo putin de EH explénddo dibuioa pluma que aqut reproducimes(Figuta 12) ilusra nies medieval de a mii ‘2 tami La Figura de Aer a describe Baus, x probable que correcamente, como pesai= {26m del ae, del orgen de toda atmonfn Image ds monde eeeste du Xt au Kil cer (BA = fe 6, XX, 1938) Sin embargo larepresenacién de Aer bajo la iconografia del mcrocsrios puede "ar una expiacn en el siguicnteFagmento de Santa Hikdegarda de Binge eAer_qui- ati La medida y la nz 63 agustiniana como eta Bernardo, la presencia de las razoneswperfectasedebid ser tan aeMpifcata en las proporcionies visibles como en las consonancias audibles. ¥ no. po dejar de respetar en la arquitectura bien proporcionada aquelladignidad me~ Prfpcade las razones que admiraba en Pero antes es conveniente que no pasemos por alto dos sspectos de la critica de San Dematdo Fis al carSter ya nla dls pla, bs sus postulats 2 tue sun creaturasterarum temperat. Anima, hominem quam wivifieat, sed a Deo ceatum esse intelli eve faci, psaque ser, qu inter coelum ct zertam medius viderurasimilaturs (PL, CXCVN, 845) EL Aibujo se all en la coleccin de Decretos alos de a iblioteea Municipal de Reins (MS. 672). Véan- Catal ena des manuscis des il ques publique de France, vo. XXXIX, y Les Riches des i= ‘longue provinciales de Francs, vo. I, Vi. 26. La obra Se reprodujo por vez primera ex Didron (A, Vs 1844). XI, 28 ys (PL, CLXXXIL, 914 y s)-Para entender correctamente ls palabras de San Bernardo cs precko tener en cuenta las citcunstancas en que se esrbi6 la Apogia Los partidaios de San Ber~ ‘acdo habianatacado el ljo de Cluny, ataque qu habis sido rechazado, eon gran dignidad, por Pedeo ‘dl Vencrabl. Es en resesta a esta refutacién como San Bernardo esribi, ance I insistencia desu fn ‘ino amigo Guillermo, abad de Saint-Thierry, su Apolgia. Véase Leclercq, Pere fe Vénéble, pigs 168 vs La medida en que esas ropa sc observaban realmente, en especial tras lh muerte de San Bernar- 4o, es un asunto muy distineo. Véase Porcher, «St. Bernard et la graphie putes (MD) y Green (AB, XXX, 1933, pig 241, el cual sin embargo, atin admite 1134 como fecha del decreto ga La naza gotica yet concepto medieval de orden rense cra para él, idealmente, una imagen y tn, ello la expresion paradious claustralis sy R tantas fundaciones de la orden se refiin. al cister cuando part bres de vida en ef claustt cin del paratsos Coincidencia que fos nom x ‘el segundo aspecto de la critica de San Bernardo, Jucionario. Fécilmente podriamos citar a medi a Tan notable como éste €s revol esté muy lejos de ser : ease ny dl siglo XIl que desaprobaron cn términos similare i wala construccidn de edificios ostentosos *. cense, que habia historia de fa abadia. 7 carols populidevotionem quia spircualibus non possunt,corporalbus excita emmeni Apologia, XII (PL, CLXXXM, 914 ee CLxXXIIL, 663. Es paticularmente interesante que al hablar de paras causal San Br- mando ct cl Géness 28, 17 —siQué erible es este lugar! No es sino la ca de Dios I puerta deo 1 de consagracidn, que se referta ala basilica crisians So- ieloso—, pasaje que el lector sabia, por el Hit seal apnea del temino, véase Gilson, La Thésoge mtg de St. Berard, pgs 108 ys La ima- en del pore awit fae wBzada con frecuencia por ls ditepules de San Berane: cH. Ber sexy, 525, 1058; también Leclercq, oPrédcateurs bénédietins aux XI* et XII sigles (Ri XXXII, 1943). ®t Por ejemplo: Locus Coeli, Vals Paradis, Vals Lucis, Nova Jerusalem, Paradis S. Mara, Hor tus Det, Valls Cock, Beaticudo, Castrum Dei Véase Laurent, «Les Noms des monasteres citerciens (ABSS, I, 168 y 58) “9 Vaasee] importante ariculo de Dimier La Régle de Saint Bernard et le dépouillementachi- tectural des cisterciense (BRA). ‘@ Véase por ejemplo Allred de Rievaulx, Speculum Charitatis, , 25 (PL, CXCV, 572) el pasie se ita también en Dimer, Recueil de plans dls cisterciennes, pig. 25. Sobre Ailred, ef. Powicke, «Aired Gf Rievaube and His Biographer, Waltet Daniels (BJRL, Vl, 1921, pigs. 331, 413 y 55). Para otros crite cosde la edifcacién religios, véase Mortet, “Hugue de Fouilloi, Pierre le Chantre, Alexandre Necks tt es critiques dirigées au dousiéme sitcle contre le luxe des constructions» (Mélange Bémont)podrin anaditse los nombres de Guigue I, prior general de los cartujos (véase Mortet y Deschamps, Recut Ik 539), Abelardo (bid, pig, 45) y Gualterio de Chtllon. Véase Wilmart, Gautier de Chatillon, pig, 137.9 también el fragmento (Strecker, pég. 167) «pluresreedificant Dabilonis murum per quos domus dom ni fit spelunea furums. La medida y la luz 65 inéstica que parectan pedir el sacrificio de Is Aunque menos tadicales, sus ideas coineidfan .jicamente con las de su fogoso amigo de Claraval, y seria demasiado precipitado, nmi opinidn, atribuirlas a la influencia de ése. Noes sorprendente que el famoso monasterio tuviera que enfrentarse al desa~ fo econsmmico Fegresando a su noble tradicién espiritual, ni que este hecho percuisiones inmediatas en el campo artistico. violenta y extasiada agitacién de la linea, la exuberancia del gesto y de la accién y el ardiente expresionismo que cran la herencia de las escue- las de Reims y Winchester cedieron ante un modo de composicién mucho mas reposado y estable, prefiriéndose las lineas rectas que se e rectos a las curvas ondulantes. E Véane Duby, sLe Budget de Iabbaye de Cluny (4, VI, 1952) yLeleteg, Pee Veal psy Via is obterviciones de Worm, Hugo, Enud. Didasc, VII, 12: «Quid luce pulchrius, ipsa quodammodo illuminando colorat?s ms de Aquino, Summa Theologiae, 1,39, 8 Coomaraswam quae cum colorem in se non habest, rerum Véanse PL, CLXXVI, 821 (€f. De Bruyne, Il, 213 y ss) y To c:perfectio..debita proportio sive consonantia.claritas.» CE ys "Medieval Aesthetics: (AB, XVII, 1938) 1 ease Bacumker, «Witelo» (BGPM, Ill, 2, 1908), pigs. 464, 499 ys, Sobre la cuestén del pster= nidad del tratado De intelgentis atribuido originalmente por Bacumker a Witelo, véae su propia cOn- tribueién a Miscellanea Francesco Ele, CE Weise, Die Geistige Welt der sy gf Heckscher, «Relics of Pagan Antiquity in Medieval Seeingss(IVCI, 1, 1937/38) pie 212 3” Mottety Deschamps, Rese, 10: sut eclesia quo more veterum aague tune Frat obo ‘cura, in lucem claresceret amplioren Ta obra de reconstrucciém fue Hevada a cabo por el obispo Hugo de Noyers (1183-1206), Teoh fx teucbrosioresplendidam redderent ecclesiam Sager ila en Suger, Orures compli (ed. Lecoy de la Marche), pig. 391 pl Gotik, pigs. 447 y 83,477 ys F La medida y uz 7) © ¢ica como la filosofia autdnoma de ta belleza, es incluso discutil | parse de una estética medieval, Para el pensador medicv; lor independiente de los dems, sino més bien el resplandor dela verdad el brite _gve despite a perfeccidn ontoligica, yes cuslidad de las cos que indicaqu nas nen sv origen en Dios. La luzy los bjtos luminosos Hevaban en sk no mers gue la consonancia musical, una penetracin en la perfeccidn del cosmos y una alte acid del Creado' Segtin la metafisica platonizante dela Edad Media, l luz es el més noble de los Fenémenos naturals el menos material el que mds se acerca aa forma pura Pars “tun pensador como Grosseteste, la luz es incluso el término medio entre las sustan- ciascompérea y las incorpSreas, un cuerpo espirtual o un espiritu corporeizado como él la denomina **. La luz es, ademas, el Principio creativo de todas las cosas, y ¢s especialmente activa en las esforas celestales, desde donde es causa de todo ¢) crecimiento orgénico que se produce aquf en la tierra, y mis débil en las sustonctns terrenales Pero incluso en ésts se halla presente, pues —se pregunta San Buenas ventura— ano empiezan a brillar los metals y las piedeas preciosas cuando los lim. Piamos, nose sacan de arena y ceniza transparentes cristales para las ventanas, no se enciende el fuego partiendo del negro carbén, y no es esta cuslidad luminoss de las cosss una prueba de la existencia dela luz en ella" Segsin los pensadores me, dicvales a luz ¢8 el principio del orden y del valor. El valor objetivo de una cosa se halla determinado por el grado en que participa de la luz. Y al deleitarmos conc templando objetosluminosos,captamos deforma intuitiva su digidad ontolbgiva nla jerarquta de todo lo que existe, La més grande exposicién poética de l meea, fisica medieval de la luz la hallamos en el Paraiso de Dante. Puede describirse el * poema como una gran fga sobre el siguiente tema Unico: a luce divina& pene- trante per Tuniverso secondo ch'é degno» (3122 y ss), sa luz ivina penetra el universo segiin su dignidads Tales opiniones personifican tna experiencia de la luz que es muy antigua yen ‘buena parte mitica, y cuya articulacién filos6fica tiene su origen en Platén, Ea el sexto libro de la Repibica se define lo bueno como causa del conocimiento, ast como del ser y de la esencia, y se compara luego con la luz del sol, que es «no s6lo ‘To que crea la visibilidad en todas las cosas visibles, sino también su nutrici6n y crecimiento. Es posible que en este fragmento la luz del sol no sea mas que una metafora, ible que pueda hae al la belleza no era un va- a generacisn, 7% Para lo que sigue, ef De Bruyne, I cap. 1, «L'Estétique de ls lumitres,y Bacumker, «Witelox Para los antecedentes clisicos, véase también Bultmann, «Zur Geschichte der Lichtsymbolik int Alters ‘ins (Phillogus, XCVIH, 1948). % ‘Vésse Baur, Das Liche in der Naturphilosophie des Robere Grosses mbign Sharp, Fast ‘an Phitosophy in Oxford, pgs. 20,23; Muckle, «Robert Grosseteste's Use of Greek Sourcese(Medieaa Huanisico, Ul, 1948), pigs. 41 y s, y Birkenmajer, «Robert Grosseteste and Richaed Fouruivale (hid, V,1948), pags. 37 ys. Bacumker,«Witelo, pigs 40, 464,499; Gilson, La Philospi de Sont Bonaventure, pig 263 y 5. ™~ 72 La traza gética y el concepto medieval de orden pero los seguidores de Pltén le dieron wn significado muy distinto p, platénicos, esta breve frase fue la semilla de la que sacaron todo tin ee Neo. molggico, coneibiendo ahora l kuz como la realidad trascendental que cage: Givers « lamina nuestra intligencia para que pueda percbie lk wergeye Mel El cristianismo hizo suyas estas ideas. San Agustin desarrollé Ja teorfa percep intelectual eel resultado de una acién iuminadora en la ques Ictodivino stra la mente humana. ero el padre de una Filosofia ese aque la luz esl primer principio tanto dela metafsica como de la epistemic ® un mito orignal, Dino, aad el Pseudo-Aeopagia, sobre cuya gee singles posterior en la Francia medieval hablaremos mis del pensdor Funde la ilosfia neoplaénica con ls expndda tcologia de i lg Evangelo de Sn Juan en el que el Logos dvino se concibe comala Lie verge ss que bila en lis inicbls, por cuya accién fueron hechas todas lis cous y so, alumina a todos los hombres que vienen a este mundo, El Pseudo-Ateopaghs eneste page todo el eificio de su pensamienco. La creaign es para lune sean iluminadora, pero ni siquiera el universo ya creado podritexistirsinlalua Sian cesara de brillar, todo lo que existe se desvaneceria en la nada. El Peeude. Areopagita deduce también su epistemologia de esta concepcidn metafisica de luz La ereacign es la autortevelacién de Dios. Todks las cosas creadas son ducer que al existir dan testimonio de la Luz Divina y permiten asi que el intcleco her mano la perciba ®, LL visién del mundo que se deriva de estas ideas tiene indudablemente mucho de singular. Todas las cosas creadas son stcofantaso, manifestaciones de Dios * 2Cémo es esto posible si Dios ¢s trascendente a Su creacién? No son demasiado imperfectas Sus criaturas como para ser imagenes de El? El Pseudo-Areopagita ‘contestaba a esta pregunta sefialando la debilidad de nuestro intelecto, que es inca- ppaz de percibir a Dios cara a cara. Por ello, Dios interpone imagenes entre Ely no- sotros. Esas «pantallass son la Sagrada Escritura y la naturaleza, que nos presentan imagenes de Dios, imagenes deliberadamente imperfectas, deformadas e incluso contradictorias. Esta imperfeccion y esta contradiccién entre unas imégenes y ‘otras, evidentes incluso para nuestra inteligencia, tienen por fin encender en noso- tros el deseo de ascender, desde un mundo de meras sombras e imagenes, ala con- templacién de la Luz Divina misma. ¥ asf es, por paraddjico que parezca, como de ques, EL Gop aropaptioun se halla reproducido en Migne, Patroligie cars completus. 2s Grace, Il. Sobre ls epstemologla de Dionisio, véanse Gilson, sLe Sens du rationalise cheétie»(e Etudes de pilosophie médévatet sPourquoi Se Thomas a crtiqué St. Augustin (Archiver ase ocrnale et inside moyen de 1, 1926) y La Phiasophic aw moyenge pgs 80 y 35 "esse Eritgena,diseipulo y comentara de Dionisio: «Materialia lumina, sive quae est 'n cacesibus spats ordinata sunt, sive quae in teris humano atifieio eMiiunur, imagines st ite= igi lursinum, super omnia ipsus verse lucise (PL, CXXI, 139). Véase el comentario que hit Panofiky de este fragmento, en «Note on a Controversial Pasage in Suger’s De Conscratont ‘Sana Dionysie (GBA, sexta serie, XXVI, 1948) La medida y ta luz 73 Dios sustrayéndose a nosotros, se manifiesta gradualmente; se escond: delante de nosotros con el finde revelirsenos. Pero de todas ls cosa eeadsn'> luz es la manifestacién mis ditecta de Dios. San Agustin haba stn que a Cristo le Tha Is Luz Divina ppianen, no fguradamee ey cxando hablamos de El como la Piedra Angular En el siglo xin an te6logo francés roma esta sentenciaagustiniana yafitma que entre as coma corpéren le Pe cs la més semejante a la Luz Divina *5 Nos resulta dificil revivir la experiencia del mun estas opiniones. Sentimios la tentacién de entender ly 1h luz o bien en un sentido pantefsta © bien en un se EL lector de los pérrafos precedentes puede incluso luz fisica alo que se rfieren lo platénicos cristiano simblicamente investida dels cualidades de aquella samente la que tenemos que olvidar si queremos comprendet la mentaldedl na diewal En a bate de todo pensamiento medieval we hal el concept de anloga Todi ls cosas han sido cxeads sein a ley de analog en viral da eo rg agrados diversos, son manifestaciones de Dios, imagenes, vestigios o sombrae del Creador. El grado en que una cosa se eseme)ae a Dios, en que Dios e halla presen te en ella, determina su lugar en la jerarquia de todo lo que existe. Come ha va brayado Gilson refiriéndose a San Buenaventura, esta idea de anilogia no tents nada de juego poético con sfinbolos, sino que, muy al contrario, era el unieo me, todo epstemoligico que se consideraba vido , Slo legamosa comprender on trozo de madera 0 una piedra —observa un csritor medieval cuando percibr mosa Dios en ellos *. De ahi viene la conexin que hay ent la estétca de la luz y la emetafica de la tues de la Edad Media. En lasolerne frase que abre su cratado sobre la erarufa Celestial, el Pseudo-Areopagita afirma que el resplandor divino permanece siema pre indiviso en sus emanaciones incluso unifica las de Sus criaturas que lo ace tan ®. Tal pensamiento es acertado en la esétiea de los sighos xit y Xi: la luz se concibe como la forma que todas las cosas tienen en comin, el principio de sim plicidad que imparte unidad a todo. Como valor estético, la lt satsface ata lea Sf mismo lalado en alguna oca- ido y de Dios que subyace a s definiciones medievales de ‘ntido puramente metafirico, hhaberse preguntado si esa la ‘©auna luz trascendente, sélo Pero esta distincién es preci segue enim et Christus sc dca hx quomodo dicts lapis sila proprie, hoc wig sate» De Gene itera, IV, 28 (PL, XXXIV, 315) ° Et suto, sin embargo, esribe«ognus en lugar dela, vse Bacumker,«Witlo pg 374 CE San Buenaventura: Lux iter omnia corporaia anime amit hii acterni dh, pig 394 * Gilson, La Philosophie de Saint Bonavente, pgs. 198 yaa The Sprtof eer! Phils, gs. 100 © Eniigem, Expostiones super lerarchiam caletem, I, 1 (PL, CXXM, 129) CF. Gieon. «Le Sent da r= Womsismes pig 12 bu procedens, manet ° Quis omnis divinus splendor secundum benignitatem varie providentibusp ‘ymplex et now hoe ancum, sed et cosduna ila que iplendorem secpiunt» La eraducién del abad Hida e hall en Théry, Eudes Dionpewnes HCE la teaducign de Bidgen (PT, CXXM, 1037) Bacomer,-Wielon pig 434 7a La taza gc ye conceto medieval de orden cen la msica, ese anhelo de concordancia tli Jo tinico, que es la esencia de la experien, val dela belleza del mi do que es ka eae suf Este horizonte metaffsico y teoldgico que la luz y lo luminoso abrian P hom tre medieval shall ceprado para nosotros" [a luz de ol que eft see ae los mutos transparentes de una catedral gotica es para nosotros o Pe Sueno Fisico que como tal ha de explicarse en términos de la fics, bin meno estético que puede despertar en nosotros una reflexién religiogs 9 Rees vreitg hacerlo, Estos dos niveles de experiencia apenas tienen nada en comin sino con el otro, Para los hombres y mujeres de la Edad Media era exactamene 5 cevenaro, La teologta crstiana tiene su centro en el misterio de la Encarnacigo que en el Evangelio de San Juan se percibe como luz que ilumina el mundo, [3 jj, dlngia de la Iglesia confirié en sequida realidad a esta imagen al celebrar la Nay. tind que esa festividad de la Encarnacin, en la época del solsticio de invieraa, partir de una fecha no conocida pero que sin duda es anterior al final del sigo xm, tra ya costumbre generalizada el ler al final de cada misa el pase inicial del Evan. gelio de San juan *!. Con su sublime teologfa de la luz, este fragmento levaba sn ddada alos que lo escuchaban una visidn del sacramento de la Eucatsta como luz divina que transfiguta las tinieblas de la materia ‘Esa realidad mistica parecta hacerse palpable a los sentidos en la luz fisca que ituminaba el templo. La dstincidn entre naturaleza fsica y significacidn ceolégica se salvaba mediante la teoria de la luz corpérea como eanalogtae de la luz divina 2Y hemos de sorprendemos de que esta visién del mundo exigicra un estilo de arqui- tectura religiosa en el que se reconoci al significado de la luz, como se hace en el gético, una funcidn tan elevada? Respecto a la influencia directa en la creacidn de la arquitectura gética de los movimientos intelectuales y cspirituales que hemos estudiado en este capttulo, ;cuinto es lo que podemos asegurar a ciencia cierta? Tal pregunta silo puede con- testarse aludiendo a diversos grados de certeza: cl historiador debe ponerse en guardia para no confumndir afinidades © paralelos con causas, y la influencia de la Escuela de Chartres en la arquitectura es, con mucho, menos evidente que la del agustinianismo de Claraval. Los platénicos de Chartres no formularon nunca, has= ta donde llegan nuestros conocimientos, una estética sistemitica, y mucho menos un programa artistico. Ni siquicra podemos afirmar con certeza que las conse- Ja unisonancia jon de To miliple en 0 mo M2, 93 py igual que ~ cla medio. coneiliaci _ bien uy El ins famoso testimenio iteavio del eu al lainondad en Is arquitectura pica os nde «ripciin del Templo del Gril en el joven Titel de Albrecht vor Scharfenberg (Hahn, ed, pig-33 v= 408330 y ss; Wolf, ed pigs 18 y ss). Véase la crftca de ese pare a cargo de Wolf en Zeist ences Alen, LXXIX, 209 y 5, CE De Brayne I, 131 ys; Lichtenberg, Anitekudestlarset in der mathochdeutshen Dicken, y Sedlmayr, «Die dicteriche Warel der Kate rales (Mice ses eres fr Geshieaorlang sup vol XIV, 1939). 1 Thathotery Eisenhofer, Handbuch der thoishen Litt 236; cf. , 376. Veanse ambien bt importantes observacones de ungman, Misarum Salemi, I, $42 ys.

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