La Duquesa Job

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LA DUQUESA JOB Club, sobre sus hombros de rosa reina

no hay española, yanqui o caer los rizos en profusión.


(1884)
francesa, Tú no has oído que alegre canta,
ni más bonita ni más traviesa mientras sus brazos y su
En dulce charla de sobremesa,
que la duquesa del duque Job. garganta
mientras devoro fresa tras fresa,
de fresca espuma cubre el
y abajo ronca tu perro Bob,
¡Cómo resuena su taconeo jabón.
te haré el retrato de la duquesa
en las baldosas! ¡Con qué
que adora a veces al duque Job.
meneo Y los domingos, ¡con qué
luce su talle de tentación! alegría!,
No es la condesa de Villasana
¡Con qué airecito de aristocracia oye en su lecho bullir el día
caricatura, ni la poblana
mira a los hombres, y con qué ¡y hasta las nueve quieta se
de enagua roja, que Prieto amó;
gracia está!
no es la criadita de pies
frunce los labios —¡Mimí ¡Cuál se acurruca la perezosa
nudosos,
Pinsón! bajo la colcha color de rosa,
ni la que sueña con los gomosos
mientras a misa la criada va!
y con los gallos de Micoló.
Si alguien la alcanza, si la
requiebra, La breve cofia de blanco encaje
Mi duquesita, la que me adora,
ella, ligera como una cebra, cubre sus rizos, el limpio traje
no tiene humos de gran señora:
sigue camino del almacén; aguarda encima del canapé.
es la griseta de Paul de Kock.
pero, ¡ay del tuno si alarga el Altas, lustrosas y pequeñitas,
No baila Boston, y desconoce
brazo! sus puntas muestran las dos
de las carreras el alto goce
¡Nadie se salva del sombrillazo botitas,
y los placeres del five o'clock.
que le descarga sobre la sien! abandonadas del catre al pie,
Pero ni el sueño de algún poeta,
¡No hay en el mundo mujer más Después, ligera, del lecho
ni los querubes que vio Jacob,
linda! brinca,
fueron tan bellos cual la coqueta
Pie de andaluza, boca de ¡oh quién la viera cuando se
de ojitos verdes, rubia griseta,
guinda, hinca
que adora a veces el duque Job.
sprint rociado de Veuve blanca y esbelta sobre el
Clicquot, colchón!
Si pisa alfombras, no es en su
talle de avispa, cutis de ala, ¿Qué valen junto de tanta gracia
casa;
ojos traviesos de colegiala las niñas ricas, la aristocracia,
si por Plateros alegre pasa
como los ojos de Louise Theo. ni mis amigas del cotillón?
y la saluda madam Marnat,
no es, sin disputa, porque la
Ágil, nerviosa, blanca, delgada, Toco; se viste; me abre;
vista,
media de seda bien restirada, almorzamos;
sí porque a casa de otra modista
gola de encaje, corsé de crac, con apetito los dos tomamos
desde temprano rápida va.
nariz pequeña, garbosa, cuca, un par de huevos y un buen
y palpitantes sobre la nuca beefsteak,
No tiene alhajas mi duquesita,
rizos tan rubios como el coñac. media botella de rico vino,
pero es tan guapa, y es tan
y en coche, juntos, vamos
bonita,
Sus ojos verdes bailan el tango; camino
y tiene un perro tan v'lan, tan
nada hay más bello que el del pintoresco Chapultepec.
pschutt;
arremango
de tal manera trasciende a
provocativo de su nariz. Desde las puertas de la Sorpresa
Francia,
Por ser tan joven y tan bonita, hasta la esquina del Jockey
que no la igualan en elegancia
cual mi sedosa, blanca gatita, Club,
ni las clientes de Hélene Kossut.
diera sus pajes la emperatriz. no hay española, yanqui o
francesa,
Desde las puertas de la Sorpresa
¡Ah! Tú no has visto cuando se ni más bonita ni más traviesa
hasta la esquina del Jockey
peina, que la duquesa del duque Job.

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