PRACTICA 2 Tamara Fernández Sabroso

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Prof. Dr. Felipe Luis Meléndez Sánchez. Prof.

Asociado Dpto Derecho Penal y


Criminología UNED.
GRADO CRIMINOLOGIA

2º PRACTICA- PSIQUIATRIA CRIMINAL.

Asignatura: PRACTICUM.
Curso Académico: 2021-22
Convocatoria: JUNIO
Nombre: Tamara
Apellidos: Fernández Sabroso
1.- Posibles trastornos de relevancia para la psiquiatría criminal que podría afectar al
autor del delito.
Según Francisco Martínez Pardo, psiquiatra afirma que el autor del delito padece un
síndrome de narcisismo maligno que se corresponde con un cuadro en el que
entran a formar parte rasgos psicopáticos, antisociales y de tipo sádico.
El diagnostico de José Rabadán fue muy discutido; se diagnosticó psicosis epiléptica
que le provocó una evasión de la realidad. El informe clínico que presentó la defensa
afirma que el autor padece una psicosis epiléptica por lo que lo declaran inimputable,
aunque muchos lo catalogaron de narcisista y sádico.
Las psicosis epilépticas consisten en ilusiones o alucinaciones auditivas o visuales,
junto con cambios afectivos como agitación, miedo o paranoia. Suelen dividirse en
función de su aparición entre periictales e interictales. Las periictales tienen relación
temporal con las crisis epilépticas y ocurren antes, durante o después de las mismas
y tienen un inicio y final agudo y breve con una remisión completa. Las interictales o
crónicas no guardan relación temporal con las crisis epilépticas.

2.- Diferencias entre un síndrome de narcisismo maligno, y un brote psicótico. Y la


consecuencia de uno u otro en la responsabilidad criminal del autor de un delito de
sangre.
El síndrome del narcisismo maligno comparte gran parte de los rasgos de
personalidad característicos del trastorno de personalidad narcisista (grandiosidad,
falta de empatía, comportamiento destructivo, tendencia al engaño y la mentira)
combinados con el trastorno de conducta antisocial, pero es mucho más grave y
peligroso que el trastorno de personalidad narcisista porque las personas que
padecen el síndrome de narcisismo maligno no muestran ningún problema de
autoestima por lo que no siente la necesidad de atención ni de ningún tipo de
refuerzo por parte de terceros. Para este tipo de personas solo hay dos tipos de
personas: los que están con él o contra él, no suelen tener términos medios y suelen
ser muy posesivos en las relaciones. También suelen comportarse de manera cruel
con otras personas, llegando a agredirles sin experimentar culpabilidad por ello.
Tras el visionado del documental “El asesino de la catana” el síndrome de
narcisismo maligno se diferencia del resto de trastornos antisociales en que son
capaces de tener relaciones de pareja y de familia, aunque estas relaciones no
suelen ser muy buenas ni proporcionales porque por lo general suelen ser muy
exigentes y acaban acosando a la pareja o familia.
Una persona que padece narcisismo maligno es capaz de relacionarse con otros,
pero procesan la información de tal forma que puede dañar a las personas de su
alrededor y por ello las personas de alrededor suelen encontrarse en estado de
alerta en muchas ocasiones debido a la impulsividad, agresividad o necesidad de
control del narcisista.
Un brote psicótico es una ruptura con la realidad de manera temporal y durante el
tiempo que dura dicho brote, la persona no es capaz de distinguir si lo que está
sucediendo es real o no; no puede diferenciar entre si sus pensamientos y lo que
está viendo es real o producto de sus pensamientos. La ruptura con la realidad
puede deberse a diferentes motivos y puede estar relacionada o no con los
trastornos psicóticos como la esquizofrenia o el trastorno paranoide. Una persona
que nunca ha sufrido un brote psicótico puede sufrir un solo brote tras una situación
emocional muy estresante o por el abuso de alguna droga.
La imputabilidad penal depende de dos aspectos; el primero se basa en la
capacidad de saber y comprender que el comportamiento que se realiza es ilícito y
el segundo engloba la capacidad de la persona para controlar y dirigir su
comportamiento ante el acto ilícito.
Según el Código Penal, el artículo 20.1 establece que: “están exentos de
responsabilidad criminal el que, a tiempo de cometer la infracción penal, a causa de
cualquier anomalía o alteración psíquica no pueda comprender la ilicitud del derecho
o actuar conforme a esa comprensión”. Se contempla la posibilidad de imponer
medidas de seguridad por parte de los Tribunales.
Tal y como se muestra en el documental del “asesino de la catana” el sujeto resulta
inimputable por los aspectos citados más arriba y en el caso de un brote psicótico el
sujeto acusado también resultaría inimputable si concurren los citados aspectos del
artículo 20.1 del Código Penal.

3.- Compatibilidad de la determinación de dar muerte a una persona, mediante un


plan premeditado y sometido a determinadas reglas, prolongado en el tiempo, y la
posible inimputabilidad del autor por estimarse que ha padecido un brote psicótico.
Según García Andrade todos los cuadros psicóticos en principio anulan la
imputabilidad ya que el conocimiento de la realidad está distorsionado y la conducta
impuesta, circunstancias que se ven frecuentemente potenciadas con la alteración
motivacional del comportamiento, aún para algunos juristas en el mundo
motivacional tiene interés psiquiátrico, pero no legal.
En algunas psicosis como la esquizofrenia y en estado de enajenación mental puede
ser muy complicado valorar la imputabilidad de la persona y dependerá de cómo se
ha desarrollado la remisión que puede ser aceptable o no serlo y por lo cual la
persona sería inimputable.
Los psiquiatras y forenses llegan a la conclusión de que el acusado es un chico tiene
una buena salud mental. Se realiza un informe clínico por García Andrade en el que
afirman que padece psicosis epiléptica pero los psiquiatras y forenses no hallan
síntomas ni de psicosis ni de epilepsia porque el modus operandi del chico no
corresponde con ese tipo de trastornos. Hay muchas discrepancias entre las partes
psicológica/psiquiátrica y legal.
BIBLIOGRAFÍA:
American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental
disorders : DSM-5. Washington, D.C.: American Psychiatric Association.
A. Gibbs. Ictal and non-ictal psychiatric disorders in temporal lobe epilepsy. J Nerv
Ment Dis, 135 (1951), pp. 450-500

GARCIA ANDRADE, JA. Crímenes, Mentiras y Confidencias. Ediciones Temas de


hoy, 2001.
GARCIA ANDRADE, JA. Manual de Psiquiatra Criminal.
GARCIA ANDRADE, JA. Psiquiatría criminal y forense. Madrid: Centro de Estudios
Ramón Areces. 1993
Kernberg, O. (2005). Agresividad, narcisismo y autodestrucción en la relación
psicoterapéutica. México: Ed. Manual Moderno
RAINE, A, y SANMARTIN J. Violencia y Psicopatía. Editorial Ariel, 2000.

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