Don Bosco, Profundamente

Santo; Profundamente
Hombre

Bibliografía:

 P. BROCARDO SDB, “Verdaderamente

hombre, Verdaderamente Santo”

 LEMOYNE Juan Bautista, “ Memorias

Biográficas”, Editorial CCS.

Agradecimiento:

Pastoral Juvenil Salesiana de Uruguay.

Edición: “Jornada de Inducción para Estudiantes nuevos”

Pastoral Juvenil Hijas de María Auxiliadora
Juan Pablo Orchard Derpich.
Santiago-Chile
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V erdaderos hombres…
Verdaderos Santos
Muchas veces nos dirigimos a rezar a los templos, iglesias
o Catedrales. En ese lugar, se encuentran muchas imágenes de
santos que muestran una santidad muy lejana y muy difícil de
conseguir. Ante esa realidad se nos olvida que cada uno de
ellos fueron hombres y mujeres de carne y hueso que tuvieron
E xageración
El Santo tan concreto y con gran sentido de la
realidad, hablando de sus proyectos y de sus obras,
cedía a la amplificación para impresionar la fantasía de
sus oyentes, para ganárselos más fácilmente a su
causa: “Toda Italia y la Europa política y religiosa
hablan de nuestro proyecto para la Patagonia.

que luchar con las mismas dificultades humanas que el resto Sumergido siempre en deudas y al borde de la
de los mortales.
bancarota, utilizaba este lenguaje, considerándolo lícito
y necesario. Decía: “es una figura retórica, lo cual
Es tan fuerte ese estilo de santidad, que cuando una
persona dice que los santos cometieron errores, el resto se quiere decir, que no está prohibido utilizarla”
escandalizan ante esos defectos. Siendo que es precisamente
lo que prueba su santidad como una lucha heroica para
mejorar esos defectos con caridad y paciencia.

Esta situación da cuenta que, muchos de nosotros

poseemos un desconocimiento de nuestra naturaleza humana,
y por tanto del concepto mismo de santidad. Quizá por esa
razón han creído encontrar un obstáculo serio para la
santidad al descubrir en sus vidas limitaciones de carácter
claras y evidentes.

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T enacidad
La tenacidad se concretizaba, cuando Don Bosco trataba
de conseguir sus metas. Muchas veces pareció un tanto
inoportuno al pedir limosnas, un tanto apasionado y
más de lo conveniente, para conseguirlas, hasta ser
demasiado fácil en prometer recompensas del Señor a
quien se las daba, y dejando el temor de que las cosas
no le irían bien, a quien se las negaba. Del mismo
modo , alguna vez pareció demasiado reacio a abandonar
sus propias opiniones.
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Es obvio que los santos fueron hombres con defectos y
que su vida no pudo ser ajena a las debilidades que todos los
hombres poseen. Fueron hombres, no ángeles. No tiene
sentido escandalizarse ante sus defectos y miserias.
Un santo no es un súper hombre o una súper mujer,
sino una persona con limitaciones, que se enamora
profundamente de Jesucristo y que por eso llega a vivir
heroicamente. La clave de la santidad radica en el amor a
Dios, no en la ausencia de defectos.
La grandeza de los santos no estuvo exenta de esas
pequeñas manías, de las que adolece todo ser humano. San
Francisco de Sales, el Santo de la dulzura, tenía claro que su
carácter era muy fuerte y que tuvo que luchar durante años
por moderar aquel fuerte temperamento.
C uando se habla de la
Para Don Berto, su fiel secretario,
Don Bosco era un verdadero sol, pero
reconocía que, como el sol, tenía sus
humanidad de un santo, la Iglesia manchas. Es decir; le sucedía a él,
no pretende de los santos la como a todos los santos, que la
perfección absoluta, que naturaleza, no le dejaba lugar a la
evidentemente, solo pertenece a acción de la GRACIA con algunas
Dios. En esta tierra la perfección, imperfecciones (IMPACIENCIA,
incluso la de los estados más altos, ÍMPETU, VARIACIÓN DE HUMOR) de
lleva todavía consigo “algo de las que humildemente se arrepentía en
incompleto”. seguida, reconquistando su paz.

Los santos y las santas

luchan, durante su vida, con su
naturaleza, sus límites y defectos,
los cuales pulen con un gran
trabajo personal.

Un ejemplo histórico-bíblico es
la Santidad de Pedro, quien negó al
Salvador tres veces. Por este
motivo, estas consideraciones hay
que tenerlas presentes cuando se
habla de Don Bosco, ya que alguna
pequeña imperfección tenía. 4 5