Carlos Moreno
LA REVOLUCION DE LA PROXIMIDAD
DE LA «CIUDAD GLOBAL»
‘ALA «CIUDAD DE LOS QUINCE MINUTOS»
Prefacio de Richard Sennett
Epllogo de Saskia Sassen
“raducidn de Belén Gala Valencia
Alianza Editorial120 awnor6n a med
ciemen sobre su Futuro y una responsabilidad en la difusién
de ha informacién, pues el fendmeno urbano ha subvertdo las
relaciones entre los hombres, el habitat y la naturaeza. Insis-
to.endecislo una y otra ver, pus nunca se nos prestala suft-
centeatencién, En efecto, hoy por hoy es urgente entender
{que dl cambio climtico, con la construccin 2 gran ecala, el
agotamiento de ls recursos naturales, la contaminacién ex-
‘cesiva —que casi se ha vuelto permanente—, el esrés rico
de las ciudades y sus efectos sistémicos, constituye un grave
esjucio para la calidad de nuestra vida. Poneen peligro nues-
tra salud y el fururo del conjunco de a cadena de la via. Estas
consecuenciss no solo cuestionan la aparcion de las grandes,
‘metropolis, crecente desirllo de las megalépolis, sino tam-
bin el atractivo de ls cudades medianas y pequefas. Alte-
ran ls relaciones entre nuestra vida, los espacio urbanosy rura-
les la biodiversiad.
Los aealdes comprometidos en esta va no solo merecen
nuestra apoyo, sino ademds nuestro acompafiamiento. Dan
‘muestra de un coraje indispensable para afrontar los hechos
{ue tenemos ance nuestros ojos. La emergenca es totalmente
real, y nuestra falta de acién sed trigica.
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LA PROXIMIDAD PUESTA A PRUEBA
La cia dele guince minutos
‘Todo cambia: el espacio disminuye, el tiempo se contra,
las frontera se dfiminan, el mundo se convierteen un solo
cuerpo, Se lega de Pats @ Bruseas en un incervalo que, en
breve, no se caleulard: més que en minutos, yes posible d
la vucka al mundo en unos dias, decia Paul Hazard daa
te la conferenca tculada sLos franceses en 1930. Palabras
premonitorias de este intelectual, el ilkimo académicoelegi-
ddo ances dela invasion nazi, que nunca pudo celebrar la ce-
emonia de ingreso en la institucibn, pues muri justo antes,
dea liberacién,
Las leyes dela sia son inexorables, La fascinacion de las
clencias y ls técnicas pora distancia, el tiempo, la velocidad,
Paul Han, Lot aceon 1930» confiencipoouncads en Sc
eds confers 28 de eben de 1980,122 easmonvenie neta rae
In aceleracién, las fuerzas, la enerpa cinetica y pocencial han
pautado nuestra modernidad. Para recozrer los 470 kil6-
‘metros que distan entre Pars y Lyon, en 1800 una diligencia,
cesta 108 horas, En 1840 el servicio de posts, por la
aceleracién que le proporcioné el galope, as redujo a 36 ho-
12s, En 1870 se precisaban 9 horas y 17 minutos de tren. Hoy,
lien de ala velocidad permite recorer esa distancia en 1 hora
47 minuto®. La nocién de la medida del iempo fue, al prin-
cpio, un elemento subjetvoligado as vivencias al presente,
las emociones, pero termind por ser el objeto de una sevidum-
bre funcional, como recuerda el historiador del transporte
(Christophe Studeny: «En 1830, svisja de noche con el serv
cio de correo, pero las paradas en las postas todavia dejan tem-
‘po Georges Sand en el mes de mayo para adelantaseal coche
Y dedicarse a perseguir mariposas, coger floes y hablar con
los vidadores por el camino. En su periplo por los Piineos,
‘Viecor Hugo emplea soo tein ysis horas, pero la posta ya
no deja tiempo para ver pausadamente la comarca critica re
petida por niumerosos vajeros,frustrados por el paso dema-
slado cipido del paisajer
‘La medida del tiempo, con sus péndulos en las estancias
de decoracién refinada, fue mis un signo exterior de riqueza
aque algo iil ances de que el desarrollo del frrocasl en el si
lo xxx viniera a imponer la oblgacin de lasincronizacion
‘masiva, una carera por la precsidn que en Francia fue y sigue
siendo legendaria. A su ver, el taylorismo y luego el frdismo
Cheops Une isi dea eu: ered vragen Mi
tte Huber, Benand Mootle, Ciape emai ea (ie), ables
tempor res de Univei SaeLouit,Brndas 200, pp, 11-128
Tha
6.2 moxmapun PUESTAAPauEmA 123
de principios del siglo x, con su sistema de produccién en
cadena y la intensificacin del proceso de fabrcacin, intro-
cdujeron y generalizaron en todss partes a medida del tiempo,
Este fragmento de un tratado de Taylor es un buen ejemplo
al respeco: «[FI] descuido o la disminucin voluntaria de la
cadencia de eabajo procede de dos causas: en primer lugar, el
{nstnto innato en los hombres de tambaree ala baroa,oti-
‘gen que podeiamoscalificar de indolencia natural en segun-
clo lugar, un batiburillo de razonamientos que manan de las
telaciones de los trabajadores entre si, que podriamos lamar
“indolenciasstemética’s. La innovaciéa tayloriana introdujo
la medida precisa de la duracién del movimiento que debia
jecuat cada obrero. Cronomettindoos, se determin la ini-
ceamanera de rezar cada maniobra: dl principio del one bes wy.
El historiador estadounidense dela tecnologi, la cincia
y el urbanismo Lewis Mumford considers en sus estudios
{que la invencién determinante de a revolucién industrial fue
cl telo: «El reloj es una pieza de maquinaria cuyo "producto
son los segundos y los minuros*. A partir de esa medida de
tiempo, precisa y ordenada, ls divisién del trabsjo creé las
soficinas de métodoss, que se ocupaban de reflexionae sobre
Ia manera de producit e indicaban a los obreros el procedi-
‘miento para gccutar las acciones que tenian que realizar. La
adopcién del cémputo exacto dl tiempo, dia, hora, minuo,
segundo, terminé aterando la organizacin social con repr
cusiones en todos ls émbitos.
«rok Winslow Tilo, Le Dietion skentigue er up, Duna
1957 (Manaenon cee Vila de Mar, OT, 1970).
"Lewis Mano, Test end Glzaton, Harcourt, Brace & Co 1934
pp 1218 Teor Chea, Mad Alama Eto 1997124 ammewoss ea moses
‘La medida del tiempo particular qu, ajustada a nueseras
smufecas, marca el compés de nuestas vidas en su versiin de
cuarzo se remonta a finales de los fos sesenta del siglo pasa
ddo. Durante los conflictos sociales de mayo de 1968, vincula-
ddos en parte al ritmo industrial y ala protesta contra el siste-
made produccién en cadena, se extendié una ciertavoluntad
de recomar el contro. Pero la realidad urbana y el ej de la
‘ciudad promovidos por este modo de produccién van a pro
dlucirinexorablemente una divergencia que se consolidars
en los siguientes decenios: Ia del tempo extablecido, lineal, en-
tre los lugares de vida y de trabajo Los lugares de producciin
van aalejrse y la segmentacion espacial aparear a los rabaja-
dores dels ona donde residen. La posterior desindustilizacin,
ampliaré este fendmeno con su séquito de males: malestar,
mmalvivir, pérdida de sentido. La terscoralidad de proximidad
se difumina y deja su sitio alos medios de tansporte de ma-
ss (metro, ercanias, renes) oe coche particular, simbolo de
poder ode éxito socal y profesional, Durante todos e0s aos
aumenta la pérdida dela nocién del tiempo stil en provecho
del eto tiempo lineal, de trabajo o de produccién
En su libro La ciudad en la historia, Lewis Mumford ex
tudié el modo en que se construye ls ciudad?, Ante la expan-
sin urbana, consideré que los problemas sociales de nuestra
|_-modernidad estaban en relacién directa con el tejido urbano,
Lewis Mumford fue un precursor de la ciudad viva, de la c=
clad compacta, de una visin orginica que privlegie las el
* Lewis Marr, Te Ci Hirst Orig Tafa andes
Props Maine Books, 1968 [La ad nis reese
many perpen Lago, Pepi dec, 2014
(61a PRONEADAD PUESTAAPRUERA 125
ciones ene os habitants, los indviduosy sus lugares de vida.
Frente ais finanzas metropolitanasy y una construccién des-
carnada de la ciudad, dio la sefal de alama contra la mani-
pulacdn politica, la demagogi y las soluconesténicas que so-
‘meterian al hombre a una vida urbana que no euieaen cuenta
alas comunidades locals: La concepeinfsica de as cuda-
des y ss Funciones econdmicas son subsidiaras desu rla-
‘én con al medio navuraly ls valores espirtuales de la co-
munidadfuimana En 1935, en un articul publiado por el,
“Nea Yorker con el tieulo «The Sky Lines, Lewis Mumford es-
cribié una frase ya célebre, contra el teenosolucionismo que,
‘on la infiaestctaras para la ciculacién y ls coches, fvo-
recia I expansién urbana en detrimenco dela calidad de vida:
sLa mayor parte de los remedios sofsticados que los expertos
hhan propuesto par la congestién de Nueva York se basan en
Ja idea ingenua de que el problema puede resolverse aumnen-
tando la capacidad de las vias de cireulaci6n existentes, mul-
siplicanda el nimero de maneras de entrary salir dela ciudad
¥ proporcionando mus plazas de aparcamiento alos coches,
los que, para empezar, nose debera haber araido ala ciudad,
Igual que el remedio del sstee contra la obesidad, solar las
comuras del pantaldn y aflojar Ia cintura, esas medidas de
‘ingiin modo fienan losapeitos gloones que han provocado
la acumulacién de grass
‘Com ha sucedida com los etudios de Lewis Mumford,
Jane Jacobs y tants otos, son numerosos los trabajos yreivin-
dlicaciones que han caido en saco roto a causa de laomnipresen~