DOCTRINA PENAL
LAS ACTIVIDADES LABORALES EN LAS PRISIONES
PERUANAS COMO HERRAMIENTAS
PARA LA REINSERCION SOCIAL DEL CONDENADO
(Medidas efectivas o meramente simbélicas?
Micust Leonaapo Aspauza Garcia*
El autor analiza la naturaleza del trabajo en las edrceles peruanas con la finalidad de
determinar qué tipo de efectos se generan en los itemos, baséindose en las fuentes de
informacin priblica de diferentes orgamismos ¥ considerando como marco tedrico las
experiencias extranjeras. Al respecto, seviala que el éxito de los programas laborales no
resulta muy probable, pues las habilidades adquiridas dentro de las prsiones no le permi-
tirian al interno una posicion atvactiva en el mercado. Ante ello, considera que la adi
nistracien penitenciaria y el legslador deberian potenciar los vinculos familiares de los
intemos para coadyuvar al cumplimiento de los fines de resocilizaci¢m
‘MARCO NORMATIVO 1. Introduccién
pce sire aver aeee El problema del delito es una cuestién que no
* Reglamento del Decretn Legistatvo W'1943:2rt.3. | escana a ninguna sociedad moderna, en torno
PALABRAS CLAVE: Resocidlizacin /Reinseicin al cual se han generado diversos ensayos de
Acminstracton pentenciasta Programas laborales solucisn, teorias y discusiones, las cuales
se pueden dividir entre: i) las que buscan la
causa de dichos comportamientos (para evi-
tarlos); y ii) las que se preguntan qué hacer
Recibide: 10/12/2019
Aprobado: 22/12/2019
Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Master en Criminologta y Ejecucin Pevl por la
Universidad Pompeu Fabra - Barcelona. Abogado asocindo del Estudio Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados.
323
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | N° 127 - ENERO 2020 ISSN; 2075-6305 + pp.323-335PENAL
con las personas que delinquen, aceptando
gue esta es una realidad con la que se debe
lidiar,
En ese sentido, existen diversas teorias y
modelos punitivos que gu‘an las politicas
criminales de las distintas sociedades, con la
finalidad de establecer cuales son los objeti-
vos que debe tener cada castigo, cémo apli-
carlos y qué se debe esperar de estos.
Evidentemente, no existe un consenso sobre
la naturaleza de las sanciones (o més preci-
samente penas) que las sociedades aplican
a los delincuentes condenados. Por ello, no
llama la ateneién que estos modelos puniti-
vos varien entre cada sociedad de acuerdo
con sus propias necesidades, ideologias y
recursos.
En el caso del Pert, las penas que se apli-
can responden gradualmente a la gravedad
cel delito, siendo mayoritariamente privati-
vas de la libertad. Sin embargo, se reconoce
ue durante la ejecucién de la pena se tienen
como objetivos la recducacién, la rehabili-
tacién y la reincorporacién del penado a la
sociedad, tal como Jo sefiala el articulo II del
Titulo Preliminar del Cédigo de Ejecucién
Penal peruano. Estos objetivos son persegui-
dos a través de las actividades organizadas
y ejecutadas por el Instituto Nacional Peni-
tenciario peruano (en adelante, INPE) que,
a través de politicas aplicadas dentro de los
establecimientos penitenciarios, busca cum-
plir con estos fines.
En dicho contexto, desde hace muchos afios,
el INPE viene reportando regularmente indi-
ces de hacinamiento y falta de recursos que
hacen imposible su mision de Tevar a eabo
programas de resocializacién que sean aptos
y efeetivos para los privados de la libertad.
Asi, en sus diferentes publicaciones, el INPE
no solo muestra la cantidad de presos que
se encuentran en cada establecimiento peni-
tenciario, sino también los programas que
324
se vienen implementando a favor de ellos,
desde iniciativas para la rehabilitacién de
drogodependientes hasta talleres productivos
para inculear habitos laborales a los internos,
asi como programas educativos para inter
nos sin educacién bisica (Instituto Nacional
Penitenciario del Peri, 20192, pp. 49-55).
Con respecto a los programas laborales
implementados por el INPE, se debe tener
en cuenta que fa falta de recursos, ef hacina-
miento y la falta de profesionales para llevar-
os a cabo han generado que estos se realicen
sin las garantias minimas para desarrollar
habitos laborales, disciplina y habilidades
a favor de los internos (Machaca Quispe,
2015, pp. 80-104), Asi, hasta el aflo 2016
estos programas se realizaban de manera
desordenada a través de talleres muchas
veces autogestionadas por los presos y sts
familiares, asi como por organizaciones sin
fines de lucro.
No fixe hasta enero del aio 2017 que se emi-
tid el Decreto Legislative N° 1343, a tra-
vés del cual nuestro pais implementé una
politica de trabajo en prisién que, de cierto
modo, formalizé los intentos del INPE por
cumplir con los fines de la pena de prision
establecidos por ley. En lineas generales,
el decreto en cuestién promueve la partici
pacién de empresas del dmbito privado en
talleres productivos dentro de las prisiones,
a ofectos de que los reclusos claboren bic-
nes a favor de estas compaiias a cambio de
una contraprestacién dineraria sin que esto
implique una relacién laboral (ni presente ni
fatura),
En ese sentido, es pertinente analizar si la
politica puesta en marcha por el INPE con
base en el Decreto Legislativo N° 1343 tiene
posibilidades reales de cumplir con los fines
de resocializacién que la norma peruana
reconoce como el objetivo de la pena o si,
por el contrario, no generan un real impacto
cn la reinserci6n del condenado.
pp. 323-335 SSN: 2075-6305 ENERO 2020+ N°127 | GACETA PENAL & PROCESAL PENALAproximacién histérica
A la luz de las investigaciones que han ana-
lizado el castigo de prision a lo largo det
tiempo, es correcto seitalar que cl trabajo
dentro de las eérceles no es una invenciGn
reciente 0 que haya sido implementada
mucho después de que la privacién de la
libertad se implant6 como el castigo favorito
en las sociedades modernas,
En efecto, desde las primeras carceles esta-
dounidenses (Aubum y Philadelphia) el
castigo en cuestién vino acompaiado ~sino
inspirado— en el trabajo dentro del estableci-
miento penitenciario con la finalidad de que
el condenado exculpe el dafio generado ante
la sociedad a través de la actividad produc-
tiva, la educacién y la instruceién religiosa,
Por supuesto que aquellos conceptos que
impulsaron los primeros modelos penitencia-
rios fueron cambiando y adaptindose a las
necesidades y recursos sociales imperantes
en cada nacién,
En ese sentido, la influencia de la peniten-
ciaria nacida en Estados Unidos y expan-
dida a Europa tuvo un gran impacto en las
incipientes naciones latinoamericanas que
iban obteniendo su autonomia y estructura
en la primera parte del siglo XIX, como con-
secuencia de sus respectivas independen-
cias. Cabe destacar que en los paises lati-
noamericanos la privacién de 1a libertad se
aplicaba como una medida preventiva para
tar la huida del sospechoso hasta que se
te imponga Ta pena cortespondiente (que en
ese momento podia ser de ejecucién publica,
destierro, trabajos forzados y otros tantos
castigos que actualmente podriamos calificar
como inhumanos) (Aguirre, 2009, p. 212).
Pues bien, bajo la idea de perseguir la moder-
nidad, las noveles naciones independien-
tes latinoamericanas fueron reemplazando
progresivamente los castigos inhumanos y
degradantes y trataron de seguir los modelos
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | N° 127 - ENERO 2020 ISSN; 2075-6305 + pp.323-335
DOCTRINA PENAL,
Ma ahaz
PUNO:
Los talleres productivos (tal como los
define la ley) son espacios dentro de
los establecimientos penitenciarios
a cargo de las empresas privadas y
supervisados porel INPE, en los cua-
Jesse elaboran productos a favor de las
‘empresas que han firmado convenios
ccon el Estado para la implementacién
de esta politica penitenciaria.
fordneos de penitenciaria, inspirados en la
redencién del interno a través de su reso-
cializacién y reinsercién. Ahora, si bien los
modelos que pretendieron aplicar se ins-
piraban en la rehabilitacién del intemo, Io
cierto es que la pena de prisién fue wtilizada
en Latinoamérica por las élites dominantes
como un mecanismo de control y sofeca-
miento de los dems estratos sociales. Asi,
Ia mayor parte de la poblacién reclusa se
encontraba constituida por las clases menos
beneficiadas: indios y negros (Aguirre, 2009,
p. 236).
Posteriormente, los intentos por utilizar la
cdreel con fines de rehabilitacién continua-
ron por parte de eiertos sectores interesados
en el tema, pero al no encontrar el apoyo
gubernamental adecuado y una fuente de
recursos que permitiera un proyecto de
reforma tan ambicioso, los establecimientos
penitenciarios crecieron en medio del desor-
den, la sobrepoblacién y la falta de politicas
cfectivas de reinsereién,
Para los inicios del siglo XX, la aparicién
de los medios de comunicacién masiva
generé un nuevo interés en las circeles, pero
también el desagrado de la ciudadania con
respecto a las personas privadas de libertad
(Aguirre, 2009, pp. 243-244), lo que aunado
a los problemas que ya existian signified
325PENAL
menos interés en reformar estos estableci-
mientos 0, por lo menos, convertitlos en Io
que siempre debieron ser: instituciones en
las que realmente se puede rehabilitar a los
condenados.
En ese contexto, el Perit no ha sido la excep-
cién en el desarrollo penitenciario de Lati-
noamérica. Asi, cabe destacar que la primera
prisién en el Peri fue instaurada en ef aiio
1862 con el nombre de Penitenciaria de Lima
¥, por muchos afios, sirvié como un simple
depésito de detenidos en el que se recluia a
tun niimero creciente de personas de las cla-
ses sociales bajas y degradadas.
De tal modo, pese a la implementacién de
legislaciones sobre el sistema penitencia-
rio y la aplicacién de una estructura buro-
cratica “moderna”, las prisiones peruanas
siempre han arrastrado los problemas que las.
caracterizaron desde su ereaeién y, aun hoy,
muesiran diversas falencias que imposibili-
tan la consecucién de los fines de la pena de
prisién
I. Sobre las politicas laborales de las.
prisiones peruanas
1. éPor qué son importantes los progra-
mas laborales dentro de las prisiones
peruanas?
En principio, se debe tener en cuenta gue el
Derecho Penal peruano se encuentra orien-
tado principalmente por ideas retribucionis-
tas que guian Ia graduacién de los castigos
de acuerdo con la gravedad de los bienes
juridicos afectados por Ios ilfeitos penales
ue forman parte del catilogo de conductas
tipificadas como infraceiones penales.
Asi, el articulo [ del Titulo Preliminar del
Cédigo Penal peruano establece que dicho
cuerpo normativo “tiene por objeto la pre-
vencién de delitos y faltas como medio
protector de la persona humana y de la
326
sociedad”, En otras palabras, la finalidad
de la legislacion penal peruana se encuentra
guiada por fines preventivos generales. No
obstante, en el articulo II del Titulo Prelimi-
nar del Cédigo de Bjecucién Penal peruano
~a través del cual se regula la forma en la
que se aplican los castigos previstos para las
infracciones penales~ se senala que: “La eje-
cucién penal tiene por objeto la reeducacién,
rehabilitacién y reincorporacién del penado
a la sociedad”.
Como se puede ver, el discurso normative
peruano en materia penal se ha edificado con
base en fines de prevencién general, pero
también se encuentra orientado a la pre-
vencién especial positiva, justificando asi
a imposicién de castigos penales, como Ia
prisién orientada a la supuesta rebabilitacion
que se brinda al sentenciado a través de esta,
entendiéndola como meta para generar que el
infractor no vuelva a delinguir en el futuro.
En el marco de dichas finalidades rehabi
doras es que los programas laborales dentro
de la prisién cobran una relevancia intere-
sante, toda vez que el trabajo como tal puede
ser considerado un punto de partida obvio
en el proceso de reinsercién. Esto debido a
que se trata de fa mayor actividad rutinaria
de la mayoria de los adultos y, en ese enten-
dido, los recién liberados de prisién busca-
ran trabajar para establecer esta actividad
como su fuente de ingresos legitimos y de
supervivencia, blisqueda en ta que influyen
factores tanto intemos (decisién de cambio,
arrepentimiento, entre otros) como extemnos
(empleabilidad, relaciones familiares, ete.)
(Lebel, Burnett, Maruna y Bushway, 2008,
pp. 133-136)
Atendiendo a lo dicho, es facilmente com-
prensible que las sociedades promuevan
sus politicas laborales dentro de prisién con
la finalidad de brindar a los internos habi-
tos productivos que sirvan para su reinser-
cién una yez que se encuentren libres. No
pp. 323-335 SSN: 2075-6305 ENERO 2020+ N°127 | GACETA PENAL & PROCESAL PENALobstante, lo cierto es que este tipo de activi-
dades cobra una importancia mayor cuando
‘nos encontramos ante un sistema penitencia-
rio con una mayoria de internos condenados
(y procesados) por delitos patrimoniales.
Efectivamente, de los 95 493 internos repor-
tados en sotiembre de 2019, 24 377 (16 067
sentenciados y 8 310 procesados) se encuen-
tran recluidos por la comisién del delito de
robo agravado. Muy por debajo de dieha cifia
se encuentra el segundo delito mas recurrente
(violacion de menores con 6 536 sentencia-
dos y 2 842 procesados) (Instituto Nacional
Penitenciario del Pert, 2019b, pp. 28-29).
En ese sentido, no resulta dificil afirmar que
la mayoria de los recluidos de su libertad en
Perdi se encuentran en dicha situacisn por
haber actuado con fines patrimoniales.
Aunado a ello, segiin los datos estadisti-
cos del INPE, antes de ser recluidos, una
inmensa mayorfa de los internos (92.3 %)
se ocupaban laboralmente en oficios (obre-
ros, conductores de vehiculos, agricultores
y comerciantes), mientras que un 2.8 % se
dedicaban a carreras técnicas, un 2.3 % eran
profesionales, 1.9 % eran estudiantes y solo
un 0.7 % no trabajaban (Instituto Nacional
Penitenciario del Peri, 2019).
Es decir, una gran mayoria de los actuales
intemos desarrollaban actividades econ’
cas que habfan aprendido de manera empi-
rica y que les permitian sobrevivir, tratan-
dose de una cantided apreciable de personas
que a efectos laborales —presumiblemente—
permanecfan en situacién irregular y que,
finalmente, habrian optado por el delito para
satisfacer sus intereses patrimoniales.
En ese escenario, las politicas laborales en
prisidn (bajo la justificacién de coadyuvar a
la reinsercién del interno) cobran una impor-
tancia vital en sistemas penitenciarios como
el peruano, ya que potencialmente pueden
afectar a la mayoria de los reclusos, mas atin
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | N° 127 - ENERO 2020 ISSN; 2075-6305 + pp.323-335
DOCTRINA PENAL,
si se toma en consideracién que, a febrero de
2019, solo en Lima Metropolitana se encuen-
tra registrado un 7,7 % de poblacién desem-
pleada (Instituto Nacional de Estadistica ¢
Informatica, 2019, p. 19)
2. éCémo se desarrollan las actividades
laborales en las prisiones peruanas?
Como ya he mencionado, la prisién en el
Perit (como en muchos lugares de Latinoa-
mérica) surgid acompafiada de diversos pro-
blemas y falta de empatia por parte de los
ciudadanos libres frente a aquellos que cum-
plian esta pena. Estas falencias (que pare-
cen presentarse hasta la actualidad) también
afectaron el modo en el que se desarrollaron
las politicas laborales dentro de los estable-
cimientos penitenciarios, instaurindose una
informatidad Tatente en el ejercicio de estas
actividades.
Enefecto, como han podido acreditar algunos
estudios descriptives en toro a las cérceles
peruanas, por muchos aos se estableci6 una
politica basada en talleres productivos dirigi-
dos a los reclusos, mediante los cuales dichas
personas aprendian a claborar productos
artesanales que, posteriormente, eran ven-
didos fuera del establecimiento (en el que se
encontrasen teeluidos) por sus propios fami-
liares (Castro Vadillo, 2013, pp. 101-102).
Cabe destacar que estas politicas contaban
con un marco legal bastante general con-
tenido en el Codigo de Ejecucién Penal
peruano, Sin embargo, lo cierto es que en
la practica distaban mucho de ser progra-
mas controlados y organizados por el INPE,
pasando a tratarse de talleres regentados por
os propios reclusos, quienes, incluso, debfan
adquirir por si mismos las materias primas
para la produccién de los objetos que ven-
dian (Castro Vadillo, 2013, pp. 103-104).
Sumados a estos talleres productivos, dis-
tintas iniciativas formativas realizadas por
327PENAL
TON yom
‘Hay que tomaren consideracién que,
por ejemplo, el recién liberado que
vuelve a delinquir probablemente
‘tome mayores precauciones pata evi-
tarser encarcelado nuevamente, més
atin si hace de la actividad delictiva
sumodus vivendi. En ese sentido, este
punto puede entrafiar una complica-
cién metodolégica importante que
se tendra que superar si en algin
momento se pretende determinar
Ia walidez de los programas laborales
respecto a la no reincidencia de los
tecién liberados.
organizaciones no gubcrnamentales, aso-
ciaciones religiosas y particulares brinda-
ban altemnativas de formacién laboral a los
internos (Instituto Nacional Penitenciario del
Pert, 2016, pp. 48-49), Sin embargo, al no
tratarse de una politica estatal uniforme y
ante la falta de un control y organizacién
Geterminada, parece que estas actividades no
ograban tener un impacto institucional real.
Asi las cosas, como parte de una seric de
medidas destinadas a dotar de eficacia la
politica estatal, el 6 de enero del afio 2017 se
emitid el Decteto Legislativo N° 1343 en el
que, por primera vez, se establecié una poli-
tica real y especitfica con respecto al trabajo
dentro de las carceles. En este sentido, se
impulsé ta celebracién de convenios entre el
INPE y empresas particulares para que estas
puedan desarrollar (dentro de las prisiones)
talleres productives en los que los reclusos
elaborasen productos para las compaitias
a cambio de un pago. Cabe destacar que,
segi el meneionado decreto legislativo, el
trabajo realizado por los internos no entraiie
tun vinculo laboral entre la empresa que firma
328
el convenio y el recluso y, por lo tanto, no se
aplican las leyes laborales en esta relacién,
‘Ahora bien, en cl articulo 3 del mencionado
decreto legislative se establecen las finalida-
des de Ia politica implementada, El primer
fin reconocido alli es el siguiente: “Cumplir
con el propésito de la pena a través de la
realizacién de actividades productivas para
coadyuvar a la resocializacién del conde-
nado, mediante su capacitacién en diversas
actividades laborales”
En ese sentido, no cabe duda de que la poli-
tica penitenciaria aplicada mediante este
decreio legislativa busca participar activa-
mente en la rehabilitacién de tos internos,
y para ello se han venido implementando
diversos convenios con empresas peruanas
para la realizaci6n de los talleres referidos.
En la actualidad, fa aplicacién de esta politica
penitenciaria viene siendo promocionada por
el INPE através de diferentes redes sociales y
medios de comunicacién, mediante la deno-
minacién “Circeles produetivas”, mostrando
a la ciudadania el modo en el que se reali-
zan Ios talleres productivos y comunicando
los beneficios de este tipo de iniciativas
En lineas generales, los talleres productivos
(al como los define ls ley) son espacio den-
tro de los establecimientos penitenciarios 2
cargo de las empresas privadas y supervisa-
dos por el INPE, en los cuales se elaboran
productos a favor de las empresas que ham fir-
‘mado convenios con el Estado para la imple-
mentacién de esta politica penitenciara,
Asi, en el boletin Mistica penitenctaria, el
INPE sefiala que a febrero de 2018 se con-
taba con 161 empresarios que participaban
en los talleres productivos; 100 convenios
suseritos y un total de 23 841 internos tra-
bajando en estas actividades (frente a los 85
721 internos reportados en enero de 2018,
de los cuales $1 432 se encuentran senten-
ciados y el resto procesados). Aunado a ello,
pp. 323-335 SSN: 2075-6305 ENERO 2020+ N°127 | GACETA PENAL & PROCESAL PENALen la mencionada publicacién se sefala la
existencia de 233 talleres productivos en 69
recintos penitenciarios, ntimero que coincide
con la cantidad de establecimientos peni-
tenciarios reportada en el Informe Esiadi
tico Penitenciario de enero de 2018 (Insti-
tuto Nacional Penitenciario del Pert, 2018,
pp. 6-7), talleres que se encuentran reparti-
dos en los siguientes porcentajes:
- 34%
- 4%
- 12%
- 10%
= 9% = Tejido a miquina
- 9%-=Telares
~ 8% =Zapateria
- 4% = Otros
Si bien lo reportado por el INPE parece alen-
tador, lo cierto es que la informacién brin-
dada no parece del todo exacta 0, al menos,
detallada, ya que no se menciona cudntos
de los internos que vienen trabajando en
los talleres productivos instaurados tienen
{a calidad de procesados o de sentenciados.
Esto dltimo resulta importante debido a que
el Decreto Legislative N° 1343 regula el tra-
bajo de los internos, entendiéndose a estos
como los privados de su libertad, ya sea que
se encuentren en calidad de condenados 0
procesados'
Pues bien, se debe tomar en consideracién
que si bien existen procesados que vienen tra-
bajando en los tulleres productivos, lo cierto
es que no se trata de personas a quienes se
pueda aplicar los fines de rehabilitacion que
DOCTRINA PENAL,
guian la politica estatal deserita previamente,
toda vez que se trata de personas a la espera,
de una sentencia firme que podria incluso ser
absolutoria
Asimismo, pese a que los convenios cele-
brados entre el INPE. y las diferentes empre-
sas se encuentran publicados en los portales
web de las entidades correspondientes, estos
resultan bastante genéricos, limitindose a
enumerar y establecer obligaciones genera-
les entre las partes, mas no a coneretar de una
manera clara e6mo se realizarin los talleres
productivos que son materia del programa.
IV. Sobre los programas laborales en
otros sistemas penitenciarios
Como resulta ficil entender, cada nacién
(estado, comunidad auténoma u otros) ges-
tiona su aparato penitenciario de acuerdo
con sus recursos, prioridades, conocimien-
tos y atendiendo a las caracteristicas propias
de su poblacién reclusa, Asi, si bien pueden
existir ciertas notas comunes a todas estas
iniciativas (como su justificacién basada en
brindar habilidades laborales a los internos
que sirvan para su resocializaci6n), lo cierto
es que cada programa implementado tiene
sus particularidades y, por este motivo,
los efectos de una politica de trabajo peni-
tenciario en comparacién con otra pueden
fécilmente variar.
En ese sentido, tomando en consideracién
que la politica de trabajo en prisién que se
viene implementando en el Pert es mueva y
no se cuenta con informacién sobre su desa-
rrollo, resultaré prudente tomar en cuenta las,
experiencias en esta area en otros sistemas,
esto a efectos de entender cémo funciona
el trabajo en la prision y qué consecnencias
tione.
1 Ast lo sein textualmente ol article 3, inciso I del Reglamento del Decreto Legislative N° 1343,
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | N° 127 - ENERO 2020 ISSN; 2075-6305 + pp.323-335
329PENAL
Asi, resulta prudente tener en cuenta los
ejemplos de Cataluita y Estados Unidos,
Gebido a la disponibilidad y accesibilidad
Ge estudios sobre los sistemas de trabajo en
prisidn aplicados en estos dos lugares,
En ese sentido, para efectos del presente
articulo, utilizaré la descripcidn de las politi-
cas de trabajo en prisién de Catalutia y Bsta-
Gos Unidos con fa finalidad de tomar como
marco de referencia sus efectos y caracteris-
ticas en la poblacién recién liberada y, a tra-
vés de esta apreciacién, establecer una hip6-
tesis sobre la efeetividad de estas actividades
en la reinsercién de los reclusos peruanos
que hayan participado en programas labora-
les durante su condena en prisién.
1. Elcaso de Catalunia
Catalufia es la tnica comunidad auténoma de
Espaiia que cuenta con facultades para ges-
tionar su propia administracién penitenciaria
(Miguélez, De Alls, Artiles y Gilbert, 2007,
p. 19). En ese sentido, ef modo en el que se
administran los programas penitenciarios de
las cfirceles de Catahuiia es una responsabili-
Gad asumida por la Generalitat de Cataluiia,
Siendo asi, con respecto a los programas de
indole laboral (incluyendo programas de tra-
bajo y de formacién laboral), en Cataluiia
todas estas actividades se encuentran coor-
Ginadas por el Ceniro de Iniciativas para la
Reinsercién (en adelante, CIRE). El CIRE
€s una empresa piblica del Departamento de
Justicia de la Generalitat de Cataluiia que se
enearga de organizar el trabajo remunerado
realizado por los reclusos en las cfrceles
catalanas (Centre dIniciatives per a la Rein-
sercié, Departament de Justicia).
La mayoria del trabajo remunerado en pri-
siones catalanas se realiza a través de los
Hamados “talleres productivos” administra-
dos por el CIRE. Estos talleres se estable-
cen en espacios ubicados 0 bajo la potestad
330
de los centros penitenciarios en los que se
realizan actividades de produccién, como
imprenta, productos manipulados, moniaje,
confeecién, panaderia, carpinteria, embalaje,
cerrajria, mantenimiento y servicios gene~
rales (Miguélez, De Alés, Artiles y Gilbert,
2007, pp. 33-34).
Las actividades productivas antes mencio-
nadas pueden ser realizadas a través del
CIRE, el cual se encarga de la compra de los
materiales, Ia coordinacién de la elaboracion
de los productos y su posterior venta. Sin
embargo, también pueden participar empre-
sas privadas que piden productos especificas
que se desarrollan en los talleres productivos
En ese sentido, en Cataluiia los talleres pro-
ductivos realizan sus actividades en base a la
gestién del CIRE y, en algunas ocasiones, en
base a la demanda de empresas privadas. No
obstante, en todos los casos, es el CIRE el
coordinador de estas actividades (Miguélez,
De Alds, Artiles y Gilbert, 2007, pp. 19-37).
Con respecto a la efectividad de los progra-
‘mas laborales en las prisiones de Catahatia,
existen algunos trabajos de investigeci6n
que, utilizando métodos cualitativos, con-
cluyen que el trabajo denio de la carcel es
heneficioso para la rehabilitacién y resociali-
zacion de los intemos. No obstante, el modo
cen el que estos programas benefician la rein-
sercin del intemo en la sociedad no es pre-
cisamente por la justificacién formal de los
programas en cuestiOn, Es decir, los progra-
‘mas implantados no benefician la reinsereién
por parte de los presos por enseilarles habitos
de trabajo y reconectarlos con la sociedad
través de una actividad productiva; lo que en
realidad sucede es que los presos ven en el
trabajo en prisién une oportunidad pars evi-
tar problemas con otros intemos peligrosos,
combatir el aburrimiento, mantener el equi-
librio emocional, colaborar con la economia
familiar y obtener beneficios penitenciarios
a través de una “pose” de buena conducta,
esto tiltimo en el caso de los delincuentes no
pp. 323-335 SSN: 2075-6305 ENERO 2020+ N°127 | GACETA PENAL & PROCESAL PENALcomprometidos con la reinsereién (Esteban,
De Albs, Jédar y Miguélez, 2014, p. 201)
En esta linea, una investigacién realizada
sobre presos de Catalufia determiné una
asociacién positiva entre la participacion en
programas de trabajo y la reinsercién labo-
ral posterior a la liberacién, pero también la
existencia de una relacin entre la partici-
pacién en estos programas y la reincidencia
de los exreclusos. Es decir, los presos que
habian participado en programas laborales
DOCTRINA PENAL,
(como entrenamiento vocacional 0 trabajo
en la cArcel) tenian mejores posibilidades
de conseguir empleo una vez. liberados; sin
embargo, también se muestra una mayor
reincidencia en estos grupos, en compara-
cién con aquellos presos que no participaron
en ningéin programa laboral dentro de pri
(Esteban, De Alés, J6dar y Miguélez, 2015,
pp. 45-47).
Efectivamente, los resultados de dicho estu-
dio se muestran en el siguiente cuadro:
a
Participation in VT
Bae 467% 250%
No participation in VT
fea 430% 35.2%
Prison work 455% 243%
No prison work 422% 40.6%
Total (N = 3228) 436% 33.4%
Fuente: Als et af. (2015), p. 43,
Como se sefiala en el mencionado estudio, la
relacién entre los programas laborales den-
tro de prisiOn y Ta consecucién de un empleo
con posterioridad a ta liberacién son fucto-
res asociados, debido a que el exrecluso ha
adquirido hébitos laborales que le sitven para
incorporarse al mercado laboral. Asimismo, la
relaciGn determinada entre la participacién en
programas laborales y la reincidencia de los
exreclusos pueden explicarse por la partici-
pacién en estos programas por parte de per-
sonas no comprometidas con la reinsercién y
que curnplen con estas actividades voluntarias
‘inicamente con la finalidad de convencer alas
autoridades de su buena conducta y acceder a
bbeneficios penitenciarios o con la finalidad de
‘ocupar su tiempo de alguna manera y evitar el
aburrimiento de la ratina en prisién,
De los estudios mencionados, se puede evi-
denciar que los programas laborales imple-
mentados en la Comunidad Autonoma de
Cataluiia resultan beneficiosos para los
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | N° 127 - ENERO 2020 ISSN; 2075-6305 + pp.323-335
28.4% 100.0% 553, 0.087
218% 100.0% 2672
302% 100.0% 1421 0.195
17.2% 100.0% 1804
229% 100.0%
reclusos en relacién a su liberacion, pero no
parecen impactar (como se desearfa) en los
indices de reincidencia.
2. Elcaso de Estados Unidos
El sistema penitenciario estadounidense
varla de acuerdo con la ubicacién de sus car-
celes, ya que Ia administracién penitenciaria
se encuentra regulada por cada estado. De
este modo, no se puede hablar de una politica
penitenciaria nica; sin embargo, también
es cierto que las iniciativas en este ambito
mantienen notas comunes que permiten eva-
luarlas de manera conjunta,
Asi, varios cstudios criminolégicos se han
centrado en programas de empleabilidad
para delincuentes (Offender Employment
Programs - OEP’s), con la finalidad de deter-
minar los efectos generados en el interno y,
principalmente, para establecer si una vez
en libertad puede reinsertarse al mercado
331PENAL
laboral o si, por otro lado, reincide pese a
haber participado en estos programas.
En dicho escenario, resalta el metaanilisis
realizado por Rush (2017) sobre la efectivi-
dad de estos programas, para lo cual se basa
en la evaluacién de investigaciones corres-
pondientes a distintos programas de reinser~
cién laboral que mantienen en comin los
mismos objetivos: dotar al interno de habi-
lidades para reinsertarse al mercado laboral
una vez cumplida su condena y, en conse-
cuencia, evitar la reincidencia,
El referido metaandlisis reine estudios reali-
zados con respecto a programas de entrena-
miento vocacional, programas de educacién
para el trabajo y participacién en industrias
carcelarias (trabajo dentro del estableci-
miento peniteneiario). Asimismo, se anali-
zan los resultados de metaanflisis previos
del mismo ambito.
Las conelusiones a las que arriba el estudio
sefialado coinciden con los anilisis previos,
en el sentido de que si existe un impacto
aunque débil- entre la participacién en un
programa de empleabilidad y la consecucién
Ge un empleo con posterioridad a la libera-
cién, Sin embargo, también se establece que
no existe un impacto directo significative
centre Ia participacion en estos programas y la
no reincidencia,
Bushway y Apel (2012), citado por Rush
(2017, p. 62), refiere que efectivamente,
como sefialan estudios previos, el trabajo
puede ser insuficiente para generar una redue-
cién observable en la reincidencia. Mientras
los programas (laborales dentro de prisién)
pueden tener una asociacién fuerte con 1a
empleabilidad, ta reincidencia parece tener
tuna asociacién débil con el empleo efeectivo,
resultando asi en una fragil o inconexa rela-
cién entre los programas y la reincidencia.
En esa misma linea, se ha logrado estable-
cer que si bien el empleo puede proveer una
332
motivacién inicial para que los infractores
desistan de cometer un nuevo delito, lo cierto
es que por si solo el trabajo es insuficiente
para prevenir le reincidencia (Tripodi, Kim y
Bender, 2010, pp. 718-719).
En ese sentido, es posible afirmar con res-
pecto a los programas laborales en las car-
celes estadounidenses que estas cumplen
con brindar mejores habilidades a sus inter-
nos para reinsertarse en el mercado laboral,
pero que no inciden directamente en la no
reineidencia de los internos participantes,
independientemente de la naturaleza de estos
programas.
V. Entonces, qué podemos esperar
de los programas peruanos?
‘Tomando en cuenta las experiencias de Cata-
lufia y Estados Unidos, considero que en el
caso de los programas laborales en el Pert,
la participacién en talleres productivos no
genera un panorama muy esperanzador,
En principio, 1a mayoria de los internos
previamente a su encarcelamiento tenfan
empleos econémicamente poco satisfacto-
rios, y en los talleres productivos las habili-
dades que podrin adquirir son, en el mejor
de los casos, técnicas, mas no certificadas
por una entidad de ensefianza técnica, sino
por una empresa, lo que probablemente no
site al interno participante como un candi-
dato elegible para un trabajo en una empresa
distinta a la certificadora.
‘Ademiés, se debe tomar en consideracién que
ni Ta ley ni los convenios celebrados entre el
Estado y las empresas privadas exigen a les
Jiltimas que faciliten la contratacién de recién
liberados que hayan participado en sus talle-
res productivos. Asi, sin ninguna garantia de
que los internos participantes en talleres pue-
dan conseguir un empleo en la empresa para
Ja que ya han venido trabajando durante sv
estancia en Ia earcel, las posibilidades de que
pp. 323-335 SSN: 2075-6305 ENERO 2020+ N°127 | GACETA PENAL & PROCESAL PENALconsigan un empleo en el mercado laboral
formal no parecen muy alentadoras,
Del mismo modo, considero que la patticipa-
cién en los talleres productives no tendr un
impacto importante en la reduceién de la rein-
cidencia. Conforme a lo dicho previamente,
Ja mayoria de los internos contaba eon activi-
dades laborales previas a su ingreso (siempre
y cuando consideremos que han respondido
con veracidad a las preguntas practicadas por
el INPE para la elaboracién de sus informes
estadisticos), aunque claramente se trataba
de empleos con remuneracién inadecuada
para sus necesidades. En ese sentido, pese
a contar con este tipo de actividades no
delictivas que podian reportarles ganancias
patrimoniales, una importante mayoria de
reclusos opté por la comisién de delitos para
satisfacer sus demandas econémicas. De tal
modo, ya que los talleres productivos no ase-
guran la consecucién de un empleo mejor al
previo al encarcelamiento, considero que es
posible que los internos vuelvan a cometer
delitos para cubrir sus necesidades patrimo-
niales, lo que ademas se apoya en los efec-
tos determinados en los casos de Catalufia y
Estados Unidos.
Asimismo, parece que los programas labo-
rales en las prisiones peruanas se estructuran
con las mejores intenciones, pero sin realizar
estudios de diagn6stico que puedan determi-
nar si son efectivos 0 no. Es decir, se busea
en teorfa~ Ia resocializacién de los conde-
nados, peto no se determina si los programas
generan los resultados deseados.
En ese sentido, los programas en cuestién
pueden brindar habitos laborales a los inter-
nos, pero no se ha determinado qué tan
atractivas 0 rentables son estas rutinas para
el recién liberado, Esto resulta sumamente
importante si los programas se pretenden
justificar en los fines de resocializacién que
supuestamente guian a la pena privativa de
la libertad.
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | N° 127 - ENERO 2020 ISSN; 2075-6305 + pp.323-335
DOCTRINA PENAL,
Ma ahaz
PUNO:
Las actividades laborales dentro de
Ia cércel per se son potencialmente
titiles en la medida en que podrian
afianzar los vinculos familiares de los
internos, asf como generarles un ali-
vio psicolégico para afrontar su situa-
cién de encierro. Este es el camino
que la administracién penitenciaria
(y el legisladot) deberia explorar y
potenciar como justificaci6n de sus
programas, sin perjuicio de testear la
efectividad de estos para los clsicos
fines legales de resocializacién.
Asimismo, se deberfan tomar como ejem-
plos las experiencias extranjeras a efectos de
hipotetizar el éxito 0 fracaso de los progra-
mas existentes o por existir, mas afin cuando
los estudios realizados en los sistemas foré-
neos auguran un impacto positivo (aunque
no significativo) en la reinsereién laboral de
los recién liberados, pero un impacto insigni-
ficante en la reincidencia.
Aunado a ello, se debe tomar en cuenta que
existe una cifra negra con respecto a la reinci-
dencia, tomando en consideracién que exis-
ten diversos factores que pueden entorpecer
cl reingreso de un reincidente, tales como
falta de efectividad en el sistema judicial,
falta de denuncias, falta de identificacién det
autor de! mievo delito, entre otros.
Del mismo modo, hay que tomar en consi-
deracién que, por ejemplo, el recién libe-
rado que vuelve a delinquir probablemente
tome mayores precauciones para evitar ser
encarcelado nuevamente, més atin si hace de
la actividad delictiva su modus vivendi. En
ese sentido, este punto puede entrafiar una
complicacién metodolégica importante que
333PENAL
se tendrd que superar si en algiin momento se
pretende determiner la validez de los progra-
mas laborales respecto a la no reincidencia
Ge los recién liberados.
VI. No todas son malas noticias
Si bien este articulo esti centrado en cues-
tionar la validez de los programas labora-
les pata la resociatizacién de los internos y
su impacto en la no reincidencia, hay que
considerar que estas actividades brindan a
los encarcelados un ingreso econémico que
puede ayudar a mantener a sus familias, ale-
jarlos de tos problemas, generarles una rutina,
ue los distraiga de su realidad, ete. En ese
sentido, las actividades laborales dentro de la
cdrcel per se son potencialmente dtiles en la
medida en que podrian afianzar los vinculos
familiares de los internos, asi como gene-
rarles un alivio psicolégico para afrontar su
situacién de encierro. Considero que es este
el camino que la administraciin penitenciaria
(y el legislador) deberie explorar y potenciar
como justificacién de sus programas, sin per-
juicio de testear la efectividad de estos para
los clisicos fines legales de resocializaci6n.
VII. Conclusiones
= La carcel en el Pert ha arrastrado a lo
largo de su historia un sesgo de polari-
zacién entre Ta poblacin reclusa y libre,
lo que desconecta a unos y otros como.
parte de una nica sociedad, haciendo
una tarea dificilisima la reinsercién de los
recién liberados.
= La importaneia de la reinserci6n labo-
ral de los recién liberados es prioritaria
en una sociedad cuya poblacién reclusa
tiene un porcentaje alto de delitos patri-
moniales y, ademés, la mayoria de sus
internos contaban con trabajos que ~pre-
sumiblemente~ no permitian una subsis-
= En sistemas extranjeros, la realizacién de
actividades laborales dentro de las car-
celes tiene un impacto positivo, pero no
significativo, en la reinsercién laboral de
Jos recién liberados, aunque un impacto
muy bajo o nulo en lo que respecta a la
no reincidenci
= Enel Pert exisien programas laborales
dentro de las carceles justificados en los
fines de resocializacién de la pena. Sin
embargo, no se ha probado (a través de
estudios) su efectividad.
= En base las experiencias extranjeras y la
historia de las céreetes peruanas, el éxito
de los programas laborales (a partir de los
fines que lz norma persigue) no resulta
‘muy probable, toda vez que las habitida-
des obienidas dentro de las prisiones. no
brindarfan al interno una posicién atrac-
tiva al mereado, ni tampoco le aseguran
poder trabajar para aquellas empresas a
cargo de los talleres productivos dentro
de las eérceles.
a Podria existit un impacto positive por
parte de estos programas en lo que res-
pecta al afianzamiento del vinculo fami-
iar de los imternos, la generacin de
rutinas en base a actividades legales y
su tranquilidad psicoldgica, pudiéndose
explorar y potenciar estos aspectos posi-
tivos para beneticiar a los reclusos.
= Referencias
Aguirre, C. (2009), Céreel y sociedad en Amé-
rica Latina : 1800-1940, En: Historia social
urbana. Espacios y flujos, pp. 209-252.
Recuperado de .
Alls, R., Esteban, F., Jédar, P., y Miguélez, F.
(2015). “Effects of prison work program
‘mes on the employability of ex-prisoners”,
En: European Journal of Criminology,
pp. 323-335 SSN: 2075-6305 ENERO 2020+ N°127 | GACETA PENAL & PROCESAL PENAL12(1), pp. 35-50, Recuperado de .
Bushway, S. D., y Apel, R. (2012). A signa-
ling perspective on employment-based
reentry programming: ‘Training com-
pletion as a desistance signal. Crimino-
logy and Public Policy. 11, pp. 21-50.
Recuperado de .
Castro Vadillo, N. J. (2013). “Realidad peni-
tenciaria y derechos humanos: penal de
Lurigancho (Peri)”. En: Journal of Che-
mical Information and Modeling, 53.
Recuperado de .
Cenire d'Iniciatives per a la Reinsercié. Depar-
tament de Justicia. Recuperado de < htip.//
justicia gencat.cat/ea/ambits/cire!>.
Cid Moline, J, (2009), La eleccién del castigo.
‘Suspensién de ta pena o probation versus
risién. Barcelona: Bosch.
Esteban, F., Als, R., Jédar, P., y Miguélez,
F, (2014). “La inserci6n laboral de ex
reclusos, Una aproximacién cualitativa /
“Ex-inmates’ Job Placement. A Qualita~
tive Approach”. En: Revista Espafiola de
Investigaciones Sociolégicas, pp. 181-204.
Recuperado de ,
Instituto Nacional de Estadistica ¢ Infor
mética. (2019). Situacién del mer-
cado laboral en Lima Metropoli-
tana. Recuperado de < https://www.
inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/
boletines/03-informe-teenico-n03_mer-
cado-laboral-die2017-ene-feb2018.pdt>.
Instituto Nacional Penitenciario del Pert.
(2016). Politica Nacional Penitencia-
ria y Plan Nacional de la Politica Peni-
tenciaria 2016-2020. Recuperado de
.
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | N° 127 - ENERO 2020 ISSN; 2075-6305 + pp.323-335
DOCTRINA PENAL,
Instituto Nacional Penitenciario del Peri,
(2018). “Cérceles + Productivas Fortale-
ciendo el Trabajo Penitenciario”. En: Mis-
tica Penitenciaria, &
Instituto Nacional Penitenciario del Peri,
20192. Informe Estadistico de Tratamiemio
Penitenciario, Primer Trimestre 2019.
Instituto Nacional Penitenciario del Peri,
2019b. Informe Estadistico Penitenciario -
Setiembre, 2019.
Larrauti Pijoan, E. (2015). Introduccién a la
Criminologia y al Sistema Penal. Madrid:
Trotta.
Lebel, T. P, Burnett, R., Maruna, S., y Bushway,
$. D. (2008), “The ‘Chicken and Egg” of
Subjective and Social Facfors in Desistance
from Crime”, En: Buropean Journal of Cri-
minology, 5(2), pp. 131-159.
Machaca Quispe, M. (2015). La readapractén
social de los tnternos del establecimiento
Penitenciario Ex yanamayo Puno. Univet-
sidad Nacional del Altiplano, Recuperado
de .
Matti, J. (2017). Diseftos de investigacién
social y métodos,
Miguélez, F., De Alés, R. Artiles, A. y Gilbert
F, (2007). Trabajar en prisién. Barcelona:
Icaria,
Tripodi, S. J., Kim, J. $., & Bender, K.
(2010), “Is Employment Associated With
Reduced Recidivism?”. En: Internatio-
nal Journai of Offender Therapy and
Comparative Criminology, 54(5), pp.
706-720. Recuperado de .
Rush, M. (2017). Offender Employment Pro-
grams: A Meta-analysis regarding offender
work opporninities. University of Colorado
Colorado Springs.
Von Hirsch, A. (1998). Censurar y Castigar
Madrid: Trotia.
335