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Bloque 2. Abdomen.
Bloque 2. Abdomen.
Bloque 2. Abdomen.
Curso 2018/2019
ATI RAYOS CMA 2018/19
Estes apuntamentos foron realizados por un grupo de alumnas do segundo curso do grao de
medicina da USC no ano 2019. Como calquera cousa feita polo ser humano pode ter erros.
Esmerámonos moito en que iso non fose así contrastando coas cousas explicadas en clase, as
diapositivas, a bibliografía recomendada e apuntamentos doutros anos, pero ante calquera
sospeita de erro animámosvos a que contrastedes información e en caso de ser tal, nolo
comuniquedes ou persoalmente ou a través do correo cmausc@outlook.com.
Nestes apuntamentos empregamos moitos materiais dos que non posuímos os dereitos de
autor (material facilitado por profes e bibliografía recomendada) © polo que reprobamos a
súa reprodución con ánimo de lucro.
Agardamos que vos sexan de moita axuda e vos sirvan para conseguir entender este fermoso
anaquiño da medicina ^^
Moita a sorte a todas! E grazas aos que participaron dun xeito ou outro neste proxecto.
En relación co formato, cómpre destacar que:
• Toda as cousas escritas en cursivas a letra máis pequena é información non dada en
clase, quitada de bibliografía que consideramos interesante introducir de cara ao
mellor entendemento da materia, mais en teoría non é susceptible de ser preguntada
en exame.
• As cursivas a letra normal son aclaracións persoais feitas polas persoas que copiamos
ou lle damos unidade aos apuntamentos, na maioría dos casos son acotacións que os
profesores fan no discurso
Índice
1 RAYOS X EN LA CAVIDAD ABDOMINAL .................................................................................... 5
Link para ver imágenes de anatomía normal obtenidas con diferentes técnicas de
imágenes: http://classes.kumc.edu/som/radanatomy
Su pared posterior la constituyen la columna vertebral, los músculos psoas y los cuadrados lumbares; a los
lados y por delante, lo cierran los músculos anchos (oblico mayor, oblicuo menor y transverso) y los rectos
anterior.
Las paredes descritas limitan la cavidad abdominal, aunque habitualmente se le denomina cavidad
abdominopélvica, distinguiendo en ella el abdomen propiamente dicho y la cavidad pélvica. El estrecho
superior de la pelvis es el límite entre ambos, de manera que las fosas ilíacas corresponden al abdomen
propiamente dicho, quedando la cavidad pélvica confinada en la pelvis menor. Hay una parte de las vísceras
del abdomen que se mete en la caja torácica.
La cavidad abdominopélvica contiene los grandes vasos prevertebrales y las cadenas linfáticas, el tubo
digestivo (desde el esófago abdominal) y sus glándulas anexas (hígado y páncreas), el bazo, las
glándulas suprarrenales, el aparato urinario y los órganos genitales internos.
Los movimientos de las paredes abdominales en la respiración implican el descenso y ascenso de las
vísceras que contienen. En la inspiración desciende el diafragma y se mueven las vísceras hacia abajo,
volviendo hacia arriba en la espiración. Las vísceras móviles, ya sea por la respiración, por el propio
peristaltismo o por su cambio de volumen, deben están recubiertas de peritoneo para evitar el
rozamiento que eos movimientos produce. El peritoneo, como serosa, produce la cantidad de líquido
suficiente para conseguir la lubricación de las superficies, facilitando el movimiento sin fricción. Por
tanto, dentro de la cavidad abdominopélvica tenemos otra cavidad, la cavidad peritoneal.
Las vísceras que están dentro del peritoneo son intraperitoneales. Los únicos órganos que realmente
están desnudos dentro de la cavidad peritoneal son los ovarios (no están revestidos de peritoneo). Sin
embargo, por estar dentro de la cavidad se les sigue llamando intraperitoneales. Debido a esto,
podemos decir que en los hombres la cavidad peritoneal está totalmente cerrada, en la mujer no, ya
que las trompas de Falopio comunican con su interior. Esto significa que las mujeres tienen más
probabilidades de tener un neumoperitoneo (presencia de gas en la cavidad abdominal).
Para nutrir estos músculos, en esta pared encontramos la aorta abdominal con sus ramas
laterales para la pared y una única rama visceral, que es la renal. Para recoger la sangre tenemos
la cava inferior.
Por otro lado, todo lo que se absorbe en el intestino tiene que pasar por el hígado para que se depure,
de forma que algunas sustancias sean absorbibles y otras no sean tóxicas, pasando por el sistema
porta. Después de ser depuradas en el hígado, la sangre sale por las venas suprahepáticas hasta la cava
inferior. Lo que no recogen las venas, lo recogen los linfáticos (líquido intersticial, etc). Las cadenas
están alrededor de las arterias y por tanto llevan el mismo nombre que estas. El control de esta región
se da a través del sistema nervioso periférico y vegetativo o autónomo. Ambos forman plexos a partir
del hiato según las arterias que rodean, y siguen su misma trayectoria hacia el órgano. De hecho, nos
referiremos a estos plexos con el nombre de las arterias a las que acompañan: la arteria mesentérica
superior acompañada continuamente por un plexo que la rodea
Por último, en esta pared se sitúan los riñones. Estos forman un conjunto con el sistema
vascular, porque su función es filtrar la sangre (además, secretarán las sustancias que deben
ser eliminadas por la orina). Los riñones, con las glándulas suprarrenales y los conductos
urinarios, son órganos retroperitoneales (el peritoneo pasa por delante de ellas).
La pared anterior del abdomen está formada por los músculos rectos y el estuche de los rectos,
constituido por las aponeurosis de los músculos anchos (oblicuo externo o mayor, el oblicuo
interno o menor y el transverso).
Interior a la fascia transversalis vemos la fascia de coalescencia que desde el ombligo desciende
por delante de la vejiga, recuerdo de que esta alguna vez tuvo su meso. La conocemos como
fascia umbilicoprevesical. Entre las fascias tranversalis y la fascia umbilicoprevesical, por
encima de la sínfisis púbica, hay un espacio delante de la vejiga relleno de tejido conjuntivo,
que se llama espacio de Retzius, y facilita la distensibilidad de este órgano.
Recordemos también que la mayor parte del aparato digestivo es móvil y por tanto, este se
encuentra revestido de peritoneo. El peritoneo existe, como mencionamos antes, porque
tiene que evitar el rozamiento. Allá donde no hay movimiento entre peritoneo y peritoneo, se
suelda el componente conjuntivo formando una fascia de coalescencia. Un ejemplo de esto es
la fascia de Treizt. Por encima la raíz del mesocolon transverso.
Cuando el intestino rota y se une al eje de la mesentérica, pasa por delante de parte del tubo
digestivo, de forma que duodeno (menos su primera porción), colon ascendente y
descendente, y la cabeza y cuerpo del páncreas (la cola NO -ya que se ha formado en el
mesogastrio posterior, como el bazo-), quedan pegados hacia atrás. Estos órganos se llamarán
retroperitoneales secundarios, ya que en un principio eran intraperitoneales. Por detrás del
retroperitoneo lateral hay grasa, llamada fascia propia. Esta grasa repercute a la forma de ver
ciertos órganos.
La fascia duodenal se continúa con tejido conjuntivo, que constituye una bolsa con la que el
riñón se ancla a la pared del abdomen.
Estructuras retroperitoneales: situadas por fuera del peritoneo que reviste la pared posterior
Estructuras intraperitoneales: aquellos que están totalmente o en su mayor parte revestidos por
peritoneo visceral (siendo móviles en el interior de la cavidad). Sinedo puristas deberían llamarse
peritoneales, ya que los únicos órganos que están en el interior de la cavidad desprovistos de
revestimiento peritoneal son los ovarios.
la persona, por ejemplo, los pícnicos tendrán órganos desarrollados transversalmente, mientras que,
si una persona es más delgada, tendrá un hígado asténico (diámetro vertical). Sin embargo, el biotipo
no nos muestra información sobre la estatura de esa persona, solo sobre su constitución.
Es importante tener en cuenta que al acostar al paciente se relajan las paredes del abdomen, pudiendo
ver así el interior de la pelvis, se dice que esta ha basculado, ganando tono los músculos posteriores
frente a los anteriores y pronunciando así la lordosis lumbar. En decúbito supino la proyección de los
órganos será por tanto más altas que en un paciente de pie o en decúbito prono.
El espacio de la transcavidad de los epiplones no se soldó por el movimiento del estómago, ya que,
por realizar este movimientos peristálticos, debe contar con un espacio de deslizamiento. Al igual que
en el hígado, tenemos distintas variantes de estómago según el paciente (pícnico o atlético,
normopícnico, asténico, hiperástenico…) En el estómago encontramos líquido y gas, además de
muchos pliegues gástricos. Para diferenciar el estómago vemos que la burbuja que corresponde con el
gas tiene denticiones por estos pliegues. Si fuese colon, tendría forma de haustra, pero este tiene los
bordes muy curvados.
El intestino delgado empieza en el bulbo duodenal, es el único sitio donde puede haber gas del
intestino delgado, si hay gas en el resto sería patológico. Si solo vemos gas en el antro y no en el bulbo,
el paciente estaría en decúbito prono. Si está en bipedestación la burbuja estará a nivel del fundus. Si
vemos gas en el antro y en el bulbo, el paciente está en decúbito supino.
A veces se pueden formar pequeñas bolsas donde se metan las asas más móviles del intestino delgado,
lo que conocemos con el nombre de hernia interna. Son compartimentos donde las asas pueden
quedar atrapadas y necrosarse.
Para diferenciar si un paciente tiene gas en el yeyuno o en el íleon tenemos en cuenta que el yeyuno
tiene pliegues y el íleon no. Por tanto, si tiene denticiones es yeyuno y si las paredes son lisas será
íleon. Si queremos confirmarlos le damos al paciente un contraste por vía oral que nos permite ver las
válvulas.
El ileon es liso pero tiene placas de Peyer, que son tejido linfoide: sirve como defensa. Las placas de
Peyer están presentes en el yeyuno, istmo de las fauces y en las coanas.
El intestino grueso tiene un aspecto abollonado y termina en el recto, donde deja de haber haustras.
En general, lo diferenciamos de intestino delgado porque el gas al rellenar las haustras queda esta
forma. El colon transverso es intraperitoneal, al igual que el sigma. En decúbito supino el gas se ve en
el colon transverso. En decúbito prono el gas se ve en el colon ascendente y descendente y en el recto.
En bipedestación el gas se ve en transverso. El ciego está pegado a la pared con el apéndice a la altura
de la unión de las tres tenias. Puede estar más o menos pegado, y dependiendo de esto se forma una
fosa retrofecal o no.
El colon puede estar más alto o bajo dependiendo de su longitud, también puede estar en el lado
contrario. Esto último es importante para no confundir una apendicitis con un cólico renal. En chicas,
es frecuente que se confunda una apendicitis con situs inversus, con dolores de la ovulación.
El sigma puede tener más o menos meso según corresponda a un colon más o menos largo. Debajo
del sigma hay otra fosa donde pueden introducirse asas, la cual constituye otro punto donde puede
haber una hernia.
dispersen (en forma de radiación difusa). La radiación difusa es la radiación que se pierde, por lo que
el personal usa mandiles de plomo y gafas con cristales cromados para protegerse de los efectos
dañinos que causan las radiaciones ionizantes en el organismo.
Los rayos X se van a hacer con el paciente sobre una mesa, en posición de Trendelenburg (la cabeza
más baja que los pies). Si el paciente está decúbito supino, el haz irá en dirección ántero – posterior
(AP); mientras que si está en decúbito prono, irá en póstero – anterior (PA).
Los rayos X tienen la característica de atravesar estructuras. Ponemos al otro lado del cuerpo que
queremos atravesar una sustancia que sea sensible a los rayos X, de forma que cuanto menos densa
sea la estructura, más rayos la atraviesan. En la radiografía convencional se usa una lámina celuloide
con emisión fotográfica. Al revelar, se ven zonas transparentes (blancos) si los rayos no incidieron y
oscuras si los rayos atravesaron con más facilidad. Los diferentes tonos del negro al blanco van a
depender de la facilidad con la que los rayos hayan atravesado. El gas es lo que menos radiación
absorbe. Por tanto, en la radiografía vemos las siguientes DENSIDADES RADIOGRÁFICAS:
PLACA 1
Se ven los psoas muy bien y los riñones derechos e izquierdo. Hay cierto camuflaje si el órgano está
rodeado de estructuras de densidad parecida, pero podemos apreciar bien el polo inferior del riñón
izquierdo, así como el hígado, de densidad homogénea. Los laterales se ven peor porque se pierde la
densidad de rayos útiles, por rayos oblicuos, que recorren mucha más superficie. Esto se puede
corregir con rejillas de filtrado de gas, por ejemplo. Pero las consecuencias son que al suprimir estas
desviaciones sabemos que radiamos un poco más al paciente, lo cual si el problema está localizado no
es necesario. Solo utilizaremos las rejillas de gas en caso de que sea estrictamente necesario.
Vemos gas moteado en el colon ascendente. También se diferencia el límite superior del hígado porque
la densidad del aire es menor, y vemos el colon transverso. Arriba vemos gas que podría corresponder
con el estómago si hubiese una masa desplazándolo, sin embargo se trata del colon. A la derecha de
este gas vemos una zona más clara, difícil de diferenciar, que sería el gas gástrico, y una burbuja
redonda que sería la del antro (señaladas con línea discontinua amarilla). Justo a la derecha de la línea
discontinua se ve el ángulo esplénico del colon relleno de gas. Bordeando esta estructura , hacia la
esquina y arriba estaría el bazo que no se aprecia muy bien.
También se ve el ángulo hepático del colon donde hay dos
burbujas de aire a la izquierda y justo debajo del hígado. Abajo
tenemos una mancha de gas con válvulas conniventes que
corresponde un asa del yeyuno, que también podría ser sigma
(señalado con línea discontinua azul).
PLACA 2
Las espinas iliacas están bajadas con la pelvis basculada, por tanto
el paciente está en decúbito supino (también se puede dar en
bipedestación en personas hiperlordóticas).
PLACA 3
GAS Y PROYECCIONES
PLACA 4
PLACA 5
PLACA 6
PLACA 7
PLACA 8
PLACA 9
PLACA 10
PLACA 11
PLACA 12
PLACA 14
Vemos las pirámides de Malpighi y las glándulas suprarrenales. Esta técnica se utilizaba antes de que
existiese el TAC, y se llama tomografía.
Esta fotografía no es la de clase, pero nos será útil para entender el contraste en riñones. Esta es una
urografía, hecha con un contraste intravenoso que se elimina por orina.
PLACA 15
En el primer estudio del paciente tenemos que hacer una imagen de todo el abdomen. Cuando
queremos ver algo concreto, acotamos. En esta imagen vemos un cuerpo calcificado sobre el riñón,
puede ser un cálculo renal. Vemos que el cálculo tiene una escotadura, que nos lleva a situar el cálculo
en el cáliz menor (se ve también la papila renal). Para confirmar el diagnóstico tenemos que inyectar
el contraste vía endovenosa, que se eliminará por el riñón y veremos el cáliz dilatado con hidronefrosis
por el cálculo. El uréter se ve discontinuo por el peristaltismo.
PLACA 16
PLACA 18
PLACA 19
PLACA 20
PLACA 21
PLACA 22
PLACA 23
Esta imagen de aquí se trata de otra placa del mismo paciente, pero más
tardía. La primera porción del intestino delgado está bien, mantenida en
su sitio, pero el resto del duodeno está desplazado. El páncreas también
estará desplazado, por lo tanto.
En otras placas vemos gas en yeyuno y en ileon, no en colon. Da la sensación de que todo el intestino
está en línea. Esto se debe a un defecto durante la embriogénisis: no se produjo rotación intestinal ni
fenómenos de coalescencia, por lo que van a tener tanto ángulo de rotación (es decir, libertad de
movimiento) como las arterias que los nutren. Con frecuencia van a tener vólvulos; cuando un asa
volvula se impide el paso de la sangre y se necrosa. Esto provocará necrosis frecuentes de asas, que si
no solucionamos a tiempo provocarán la muerte del paciente. Es un prono, porque no tenemos ningún
nivel hidroaéreo y por la situación de la pelvis (vemos los agujeros obturadores de frente y una
corrección de la basculación pélvica).
PLACA 30, 31
Vemos un “amasijo” de asas en la imagen inferior izquierda, viendo como se tiñe el intestino delgado,
el colon ascendente y el trasverso, por lo que se trata de un contraste en mesentérica superior.
Estamos viendo el contraste además en vías urinarias. La sigmoidea inferior siempre está torcida hacia
la izquierda porque está retroperitoneal y estaba contenida en el meso del colon descendente.
Hasta ahora hemos visto imágenes en 2D, para ver imágenes especificas de cada órgano utilizamos el
TAC. En el TAC los aparatos son mas complejos, estudia las densidades radiográficas de cada corte del
abdomen con fines diagnósticos. En lugar de obtener una imagen de proyección, como la radiografía
convencional, obtiene múltiples imágenes al efectuar la fuente de rayos X y los detectores de radiación
movimientos de rotación alrededor del cuerpo (radiografía digital). El paciente durante este proceso
se tumba en una mesa deslizable pero que no se mueve como mucho. La representación final de la
imagen tomográfica se obtiene mediante la captura de las señales por los detectores y su posterior
proceso mediante algoritmos de reconstrucción.
Podemos definir el grado de separación entre las imágenes, para que estas sean más o menos nítidas
en una parte del cuerpo determinada. La definición se calcula en función de la cantidad de píxeles: a
mayor definición, la unidad de píxel es más pequeña (unidad de superficie). El color, en escala de grises,
será en función del box. La imagen se obtiene con mucha definición, pero no es real.
En conclusión, con el TAC estudiaremos las densidades radiográficas de las distintas secciones del
cuerpo. Tenemos una mesa deslizante que va introduciendo al paciente en el tomógrafo, que tiene
sensores que harán un barrido de cada una de las secciones. Nos transcribirá la densidad media,
mediante números o mediante escala de grises. Con el ordenador podemos ordenarle que nos muestre
las estructuras de una zona concreta, creándonos imágenes en gradientes de densidades que nos
interesen. Normalmente el TAC del abdomen se inicia a la altura del apéndice xifoides, haciendo
“cortes” a la distancia que nosotros le indiquemos. En función del grosor de las “lonchas” la nitidez
será distinta: así, si es un corte más grueso, la nitidez será menor. Normalmente se utilizan dos
contrastes, uno oral y otro intravenoso. Siempre se ve la derecha del paciente a nuestra izquierda (Es
como si mirásemos al paciente desde los pies).
En todos los estudios digitales se hará una radiografía digital frontal; luego entraremos en el detalle.
Si el paciente tiene tacs previos ya solo haremos el tac de la zona que nos interesa.
Procedemos a la descripción de las imágenes. Siempre que hablamos de izquierda o derecha hablamos
de la izquierda o derecha del paciente, NO de la imagen.
Vemos una masa, de la cual no sabemos la causa, solo sabemos que está junto a la aorta o es un
aneurisma de la propia aorta.
El hemidiafragma derecho se corta antes por la presión del hígado. Vemos el hígado y podemos
distinguir la cava del hígado: la cava tiene más concentración de contraste que el hígado, por lo que se
ve más blanca que él.
A medida que seguimos bajando vemos las distintas porciones del intestino. En un primer momento
veremos bulbo y la segunda porción del duodeno (con aire y contraste). Se ven ambas juntas por la
disposición y dirección que sigue la primera porción. Más abajo vemos la segunda porción, la cuarta y
un asa de yeyuno quieta. Cuando se acaba la cuarta porción veremos la segunda, la tercera y un asa
de yeyuno quieta.
Cabe destacar que en decúbito supino la pelvis está basculada, por lo que cortamos primero la parte
posterior. Los vasos ilíacos externos son cada vez más anteriores; cuando atraviesan la pared del
abdomen pasaremos a llamarlos vasos femorales. Es necesario tener en cuenta la relación de los vasos
ilíacos con el uréter. Entre el final del abdomen y el inicio de la cavidad pélvica vemos, a nivel muscular,
la continuación del psoas con el músculo ilíaco. Las fosas ilíacas pertenecen al abdomen.
En los cortes correspondientes a región pélvica podremos ver estructuras como el elevador del ano
(es el músculo situado alrededor de la próstata, que forma el plano más profundo del diafragma
pélvico) o la porción funicular del cordón espermático (la raíz de las bolsas escrotales), que se trata
de la localización del trayecto inguinal a nivel del orificio superficial (a ambos lados del pene). La
diferencia de color en los cortes de vejiga se debe a que esta se está llenando de contraste por detrás
y por arriba, por lo que este no está del todo mezclado con la orina. En el caso de los varones se
distingue una especie de lazo por detrás de la vejiga que nos permite diferenciar el sexo, ya que se
corresponde con las vesículas seminales. Además, se interpone el uréter entre las dos estructuras. En
una de las imágenes vemos un punto negro centra en la vejiga: es una sonda, que, cuando se introduce,
se hincha un balón en su extremo para evitar que esta salga.
Vimos hasta aquí los aspectos en los que incidió la profesora en clase. A continuación, pondremos
varias imágenes con números que nos permitirán identificar las distintas estructuras, lo que permitirá
un estudio más organizado. Algunas se corresponden con las que ya hemos visto.
Al final se genera una imagen; y como en la mayoría de las imágenes radiológicas, la imagen está
compuesta de una serie de pixeles, que pueden ser más blancos o más negros:
Lo hiper o hipointenso que se ve un pixel depende de una serie de factores extrínsecos; pero el valor
del pixel también depende de unos factores que el radiólogo no controla, porque dependen del
paciente (de sus tejidos): densidad protónica y T1/T2.
Las imágenes potenciadas en T1 suelen tener mejor SNR (signal-to-noise ratio, razón señal-ruido) que
las potenciadas en T2. Por ello, las imágenes potenciadas en T1 son más morfológicas, sirven para ver
la anatomía fina. La patología suele acompañarse de edema (más agua, que brilla en T2 sobre el fondo
más oscuro); por ello las imágenes en T2 son mejores para detectar la patología.