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ESTABA LA PAJARA PINTA SENTADA EN EL VERDE LIMON: La proliferacién del enunciado en el discurso narrative CRISTO RAFAEL FIGUEROA SANCHEZ * RESUMEN Este trbajo intanta explicar el valor litre ro y signifiativo de la novela de Alba Lucia Angel "Estaba la péjara pinta sentada en ef verde limén”. Por un parte, se explicit el ‘mundo de la violencia, sus implicaciones sub terréneas yo actitud de fa mujer inmersa dentro de l; por otra, s2 detala a experimen- tacién narative do la obra que se manifesta ‘en una complejo estructura capaz de toer una visién “de mundo a partir de varios asuntos: ‘1 sexo, el compromiso social, la absesién por a muerte y la afirmacién de ls mujer en la historia. “estaba le pjara pinta sentada en el verde liméa(1975) de Alba Lucta Angel, es una rovela de intensa experimentacién formal que no silo exige una lecture atent, sino un lector dispuesto a aceptar lor retos de una estructura narrative delieradamente cadtica que converte en elementos maleables el tiempo y el espacio, suprime la exuselidad logica Y fompe con una vision unilateral o simplista.de le realidad, y en particular de la violen Gia. La novela absrea tanta compleidad histérica —las diferentes fases de la violencia desde 1948 hasta los aos éetonta— y por ello entrafia tenta complejidad litersria’. (gunos eritcos hasta han llegado a pensar que debemos renunciar a comprender su estruc ura’, De todas formes, Alba Lucfa Angel, como otros novelists contemporéneos, evi- oncia una afanose busqueda de mundoe virtules a través de estructures narrativas ‘capaces de trascender visiones inmediatistas de la historia o los lugares eomunes de un Reelismo Mégico no siempre asumido como proceso creativo coherente 7 Giesnded on Filosofia y Letras y porgrdo en Litorstura de i Ponti Universi Jverine Profaror del Departamento se Literate. Farle de Gonelor Socies dela Univesiod Jove Fane Jofe del ive Soca Humanisten dot Colegio Mayor ce Cundinemers, Bogots UNIV. HUM. = Bopoté (Colombia) - Vo. 18, No. 25 - Ene Jun. 1908 a A, La Violencia: un enunciado proliforante La violencia en sus miltiples dimensiones —lueha de partidos, mentira politias, me nipulaciones oficiales, enfrentamientos de clases, violaciones, resentimientos regionales, Perversidades infantile, ete. se constituye en enunciado narrative que proliferado, sirve de denominador comdn a diferentes planos superpuestos. Este enunciado maitiple Proviene sin duda de una seria y minucioss investigaci6n realizada por la autora sobre hechos, eronias, periédicos y otras fuentes de informacion, Todo ello se entreteje en una laberintica coexistencia de sepector socio‘politicas: una burguesla conflictiva, primero rural, Wuego de vida paralela ciudad-campo y firaimente ciudadana; una masa popular ddesorganizada y amorfa, y un sector gobernante de cviles y militares, So trata, pus, de lun engranaje do episadios que desde su propia fecura historico-colectiva se novelizan @ travis de multitud de voces narativas y sobre toio, @ través de Ana, quien en un cons: ‘ante ir y venir de la infancia@ le edad adulta y vicevers, se busca asf misma en medio de su familia, su educaci6n, su soctedad y desde luago, on el dmbito de violencia que Samp a hs oreo, “Existe en lo novela un denominador comin ‘que por estar en todas partes parece ser el ele ‘mento unificador de todos #808 plans que se ‘uperponen, que existen lspersos en ia novela: [a violencia, Si, la violenea, porque su presencia fn [a vida de Colombia es tan presente, tan juez y tan parte, que se ‘ace inetudlible su Imeneién. Sf, le violencia es e! rejo que enlaza Jos miltioles y dispersos eplodios de ls novel. Y de lo Histor, Las dos eases de violencia, La soterrada y la otra, Ja db las bala, los die ‘paras y fos muertos. ¥ la ota violencia, la més tecnificeds. La que sutren bbs presos politicos en las cérceles del pais y de toda América”? Sin embargo, no estamos ante una simple novels de violencla, no se trata tanto de que o! lector comprenda un menssle, sino de que aprehenda —por medio de intrincadas des ‘ansléicas— une unidad superior de sentido, que con su propia légice, diferente de la Usual, relacionainfinifad de étomos de una realided maltiple y contradictoris, De abt el temple moderno de la novola, de ahi, una estructura compleja que se mueve con fuerza {entre Io obvio y lo incomprensble, entre jo socal y lo individual, entre el documento testimonial y la percepein y/o la vivencia personal de los hechos. En efecto, Estaba la péjara pinta sentada en el verde limén os une gran cimara fotogréfica que va captando luna serie de acontecimientos y de tiempos simultineos que se viven o perciben desde ls, ‘familias, os textgos, Ia radio, le prensa o las mismas personas: el asesinato de Gaitén y a violencia inmediata surgida como enfrentamiente partidista 0 como lucha de clases ls secutlas conacidas y desconoeidas del fenémeno; el desplazamiento hacia Ia ideotogta re Volucionatia de unos sectores de la pequefis burguesfa —especialmente dantro dal estu- diantedo; el surgimiento dela vanguardia revoluconaria —la guerrilla y su intrrelacion ‘con al sector social; lor acontacimientos de ladcada de los eincuenta durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla —teniente general Gabriel Mufioz Sastoque en la ficién. Incluso, fen un largo flash-back, la novela se remonte hasta finales del siglo XIX para rastrear el 2 enfrentamiento partidista ¥ para mostrar cémo Is farilia en tanto institucién bésics de uestra sociedad, se erige como la més conservadora y:radicionalista dentro de le nacion Sin embargo, esta institucién Inconmovible se quiebra con la aparici6n le generaciones Jovenes: Ans, Valeria, Lorenzo y el mimo Jairo Areque adoptan una posicién critica frente ala sociedad ye acogon a ideologias progresistos 0 revolucionarias En el eaos formal y social que instaura el discurso narrativo y donde se pierde el ser tide de la vida, Ana —eje estructural de fa visibn— ve Intuyendo un orden diferente en | Guanto comprende la historia colectiva y su inclusiin en la misma, es decir, Ana en | Guanto nia y- adulta, busca entender, asumir y dilucidar su raiz, las rafcs, el passdo, {hus conflictor, sus miedos y contradicafones.. De esta forma, no s6lo la infancia se in- Corpora al mundo de la violencia, sino que se afirman les posibilidedes de compromiso de fa mujer on las viseictudes de la historia. Y asi como la impresién subjetiva esté Ta bdsqueda individual de Ana adguiere son- 3 histrcos, que al tiempo La compleja composicién de la novela deja ver le psiquis colective como motivo osoncedenante de fuerzas violentat dentro de una elternaneia deo subjetivo y 10 ob Jetivo, El primer aspecto ilustra la emotividad de quienes sufrieron el hecho y el segundo hace referencia sl ontexto histérica, El discurso nrrativo regstr ta dimension parti- dete lucha de liberales y conservadores— como una de ls causas generadoras de tl ‘jolenaia ‘2 través de fa ingereién de voces anGnimas que aclaman sus respoctvos partidos We conversaciones de jovenes u otrae persongs scbre fiiaciones politics de ciertos Tectores, de las familias, te, "A matar gods" dice una vox cuando se entera de Ia rusrte de Jorge Elder Gaitin y dantro del contexto, una amiga de Ana comenta que Migs conervadores eran capaces de cualauier acto de berbarie” (pig. 28). Desde una pers postive sociolgica, el coro de vooesnarrativasrevela la lucha de clases subyacente en lot Srtgenes de la violencia a relacionardistintos puntos de vista, que el lector debe contro {art un personaje de la cise alta burguess afirma que las clases populares durante la eon- tienda politce-sociel, “Hasta se envenonarén dela corra porque un ‘chiroso de esos emborracharse con Armagnac, ‘on ou vida, jamds se habra sofia, y claro, enve- Tentonados como estén, ahora af. A robarle 2 le gente bien, al hombre acomodedo, es Io pri ‘mero que piensan porque como ellos no trabe- jan... por Dios y por la Virgen, yo me voy 8 Wolver loca, c6mo hiciéramos.” (i. 46), ‘Ast mismo, las clases bajes expresan en forma violenta su frustracién, su descontento yy su odio hacia los privilegiados. Una voz anénima describe ast la reaccién inmediata que {guid al hecho que inieié el fenémano de la Violencia en Colombia: “Olga, qué e¢ fo que p38, lo pregunté al otra, que estaba demacrado, mis blanco que un ‘pape! y temblorosa; pues que mataron al jefe, Compafero: fo acaban de asesrar en la esquins UNIV. HUM, - Bogoté (Colombia) - Vol. 15, No. 28 - Ene Jun. 1986 3 de a Jiménez y 10 que es ahora sf fa armamos aunque nos eve Ia pelone, vaya srmese”” (ig. 50). va, connote En otros catos, el disourso mismo, comentado deale una conciencia re tuna vision de colactvided: "Cbmo narrar una historia que el viento se ev6, pero esta vez sin Scarlett Ohara nj Clark Gable, porque una muerte asf, en un pare de América Latina en esa soca, no merecia ni ‘an siquiera un mal cortometraje de dlecisés ‘milfmetros. No estébamos de mode, Que un ‘hombre se pusiera a grita: en las plazas que 1A LA CARGAI, y progonara como Danio! Viglitts que a desslambray porque exta tistra es de nosotros y no dol que tenga més, era dé risa cast, de opereta italiana, Pero los muertos, ‘qué. Quin tos puso” (psa. 75)° El discurso narrativo se desplaza luego, temporal y espacialmente, hacia las Zonas ru- rales donde le violencia se convirtié en caos y llega hasta las implicaciones de la lucha es- tudiantil on el ambiente urbano. Abundan indies geogrificos precios para Insstir on los efectos de-la violencia en teritorios de Caldas, Tolima, Hulla, Antioquia y Valle del CCauca®: la desposesién de tierras, las matanzas, las violaciones, sl encuentro de bandole- +08 con la policfa 0 con el ejército. La cobertura del discurso se dilata ampliamente para patar revista @ los acontecimientos histéricos ocurridos durante la désada de los cineuen- 1a, destacando Ia lucha estudiantil en una coineiiencia con los hechos ocurridos el 13 de Junio de 1954 durante la conmemoracién del primar afo de gobierno del General Gustavo Rojas Pinlla. La multfocalizacion narratva una y otra vez se detione en las tortures in ‘ringidas s los estudiantes en la prisién para hacerlo confesar su participacin en la gue- rilla urbana, Loranzo, amante de Ana, ilusta la perspeciva del joven decid. “Dile quo yo estoy bien, que me fui para el ‘monte con toda la gallada,y le habla entonces “ée Camilo y del Che; que se murieron porque ereian que al hambriento hay que derle de comer y al sediento de beber y hay que enso- far al que no sabe y dare ropa al pueblo y romper las cadenes. Aunque después to llamen visionario, 0 foco 0 mértiry una bala te doje {rio on medio de la caflads y te antierren sin ‘exuz y sin que doblen las campanss: fo polea es peleando.” (i. 320). En fin, el multifacético discurso narrativo hace que el enunciado central de la novela: la violencis colombiana desde 1948, prolifere en muchas otras ramificaciones para explo- ar los laberintos de la historia socal y 1s de las historias personales. Alba Lucia Angel hace de la historia un enunciado narrativo, que el discurso viertey reverts hasta conver- 4 tirlo en vision de mundo, En efecto, las estructuras discursivas de “Estaba la péjora pinta.” Togran instaurar su propio espacio creando planos de significacion que se inter- polan en el texto: las reiterades referencias al Ratoneito Pérez connotan el empacto y et {Trauma de Ana con respecto al nueve de sbril la abe se transforma en imagen sia ante de la violencia sexual sufrida por la mujer, la culebra se wueve signo de la breche ‘generacional entre los personajes 0 de la dimonsién intintiva de la misma violencia la fugestiva imagen de la luvie nos conduce al caes personal social en que Ans se debate, “estaba la péjara pinta..” se aja de la mera novela testimonial 0 de simple iustra cién de determinada tesis” pars evidenciar un serio trabajo estético, que no todas as ‘voces es foliz en su eficacia expresiva, pero denota una bisqueda de madurez literaria. Yuna exploracion de lat posibilidedes atisticas que nes hecen pensar en el grado de con CGencialiteeria de Alba Lucia Angel y de muchos de nuestros narradores contemporé feos, preocupados por superar la anéodota o el simple recuento de episodios®. En su {2s0, no s6lo se hace denuncia oe esclarecen problemas ideolbgicos, sino que se intenta Feelaborar Ia realidad para convert a de flesién; se pretende plasmar un maxi: mmo de conciencia posible @ partir de un méximo de conciencia real. “Estaba la pjara pinta.” més allé de las anéedotas sobre la violencia se constituye en estructura sign- Freativa capaz de interpretar el fenémeno dentro de Iss manifestaciones de nuestra vide personal y de la historia soctal®, Las experimentaciones, les innovaciones estétioasv los fmodernos recursos para incursionar en a ereacién lteraria se entroncan con nuestra fhatidad, que presta su sangre para que la literatura pueda vivir con vida propia. Precise: mente Alba Lucia Angel, superéndose como escritor, nutrié su creacién con le savia ‘ida de une realidad patities, brutal o amarga —ls ntestra~, dando un salto cualitativo ‘en la narrativa colombiane. 8, La complojided estructural Le estructuracién del discurso ee basa en un compllo juego de voces y visiones narre- tivaz que superponen 0 yuxtaponen epizadios, espacis y tiempos diversos sin evidente ‘eausalided, pero conectados de alguna manera por Ara, voz y memoria de aquel. Puede hablarse de “Biklugsroman”, es decir, “novela de juventud,iniciacién o parendizaje, en |e cual un nerrador en primera persona reflexiona sobre’ su desarrollo, deteniéndose on especial atencion en los aos de lanier y de la adolescancia”™®. “Estab fa péjara pinta..”” seria mas que todo una novela de experircias juveniles hacta el aprendizale final de una ética personal-social, que ineluye el desenmascaramiento de la sociedad por medio del autoondlsis de experiencia individuals y colectves, en la nifez y en le ado Tesoencia. En eonsecuencia, las aventuras dal hérov vedicional son susttuides por “un Viaje interior en busea de Un yo cada vez mis compl e inasible”™?, y en vez de a sola ‘or nerrativa del protagonist, Alba Lucfa Angel prsta mucha etencién 9 otras vooes YY dodiea espacio sufiiente para ineetar sucesos histérieos que afectan toda la sociedad, {La bisquede de Ana en le urdimbre de lo social-coketivo constituys el sje estructural de lanovela. 11. La toxtura del dizcureo: jogo de voces y vsiones 1 epigrate de Dylan Thomas “Los recuerdos de la nifiez no tienen orden ni fin”, recorre significativamente la estructuracién del texts cuyo niicleo exntral esté const- UNIV. HUM, - Bogoté (Colombia) - Vol. 15, No, 25 - Ene dun. 1986 % tuido por los recuerdos de Ana, quien intonta comprender Ia vida y la suya propia, sigr eda desde nifa por la violencia. La novela se mueve dentro de un esquems circular: {2 inicia con el delirio de Lorenzo, novio de Ana, que sale de la prision después de haber probado distintos métodos de tortura finalize en el mismo deliio, euando Lorenzo, Wye fuera de prisin, se encuentra con Ana, cuyos recuerdos estén marcados a su vez por toe cadaveres, el de Julieta, compafiera de juegos infantile, destrozada por un tranvi {yl de Valera, compafiera de estudios, destrozada por un policfa militar. | 7 el rive’ soelal-colectivo del mundo significado por la novela, el esquema circular sugiere la repeticion indefinida de hechos de violen ia; en el Smbito personal de Ana, el sentimiento de la muerte —ia de Julieta la de Va- feria posiblemente le de Lorenzo suglere un cambio de rumbo en su vida. Se trata pues de-un telido en paralelo: por una parte, ls aparente circularided de le novela y por otra, la percencién de una coordenada temporal ~la historia de Colombia de 1948 a 1867 mas o menos y la vida de Ana, quien debié nacer en 1939 6 1940, y desde su pre- fonts oveca ¥ reviea recuordt!9. Dichs eoordenada se dlata y Contras en un punto in Geterminado, comma sila novela recogiera al un‘sano las diferentes voces insertades en la historia colectiva y en le personal de Ana, las cusles al confrontarse, relativizan episodios {y suicesos que ya no corresponden a ninguna cicularidad, De ai la conciencia de Moder ‘ida que evidencia la novela en su ambigua pero sgnifcativa estructura, No obstante hay un doble juego: “EI discurso narrativo tradicional desapare- 0, La palabra la va tomando cualquier perso- rnaje 0 nadie, sin que medie un guién, unas comillas 0 una orlentadora coma, Otro tanto ‘acantece con e/ espacio-tiempo. Sin que medio otra circunstancia orientedora que 1a compl cided total del lector, en una misma pégina, de fa guorra de los “mil das” 0 de fos tiem pos de la colonizacién pais del occidente co- Tombieno, se traslada 2 la prisién en donde ‘habla el preso 0 1a muchache que va como loca por iss comisaris y anfitestros en busce les cuales se alternan en un eje sintagmatico para crear el espacio textual dela bisqueda {de Ana, y en un eje paradigmético para extrapolar dicha bisqueda en los laberintos de la realidad nacional y de la condicién del hombre moderno, alienedo en lina soledad insavable y preso de la incomunicacion, del consumismo y de las conver cones familiares, eocials o politices. Gabriels Mora habla acertadamente del “Collage” dde voces en el que predomina la de Ana adulta en imaginerio didlogo con Sabina, la ‘riada, pero alterado con otras vooes que ocupan varias pésinas"!*. supraconciencia narrativa suele introducir ol didlogo Ana Sabine, otras veces se roba las voces de lor personajas o #8 diluye en las retrespecciones de Ana. Una de las téonicas iis relevantes es el rabo o trasposicién de visiones ent esta Vor y la de Ana u otras de ls novela: cuando Ana es nia, la supreconciencia se raba la vision, traduciéndols en lun ¥i6, un oy6 0 pregunt... "eQué son francetiradores?”, Zquiénes son los liberal : | La diposin del discus nartatvo se besa en una mine confuencis de vores, | | 2 ‘qué significa perjudiear, Ospina es ol presidente vercad?”, ete. En cambio, Ana adulta onfunde su Vaz con Ia del narrador, quien le cede la vsiGn, la cual se torna entonces fen una explicaciGn o interpretacién de aquellos hechos de que oy6 hablar 0 incluso per- ci cuando era nif “-Oy6 las campanadas, éno? Las of, Las of. Eran las dos y cinco de (a tarde en todos fos relojes, Sabina de mi aime, pero ti qué sabrds de esos dolores, ce esas mucrtes, de esa rotura de corazén y de se duelo con olor de naranjo enlutado, como decta Nerv {a (ur) Pero no nos salgamas del asunto y de- | Jamar que el ministro nos siga con su erénica”” {el subrayado es mio, pig. 74). El lector comprende que os desde Ana que se estructura toda lavnovela: le erbnicas y documentos al tiempo que los explica, luego evoea @ socia con la Infancia y nuevamente intercala su vor eon los dversos testimonios. No es una visi, entonces, la que explica Is realidad, sino un coro de vooes superpuestas. Si Sebina no cuenta, la novela lo hace por lla 0 Ana llega incluso a decir: “as fue, no exagero", cuando se refiere a eplzodios de fos que ha oido hablar, Se hace claro que desde su experiencia vital de nifia y ahora de ‘dulta, se convierte en memoria de la novela. tenemos fos parlamentos de Lorenzo que escribe desde la eéreel, las converseciones im- bricedas de varios soldados durante las contiendas estudiantiles 0 fragmentos de campe- sinos, seflores, estudiantes, periodistas y vecinos que cuentan o refieren aconteicimientos {de los cuales fueron tetigos, Esta tajido de voces se interrumpe una y otra vez obligendo fl lector a confrontar 0 atociar perspectivas contradictoras; dems, las voces evidencian Gistintos grupos sociales, ocupaciones, credos ideol63icos, ete. La ‘narracién del Flaco Bejerano (pgs. 52-53, 67-70) por ejemplo, amigo de Ana introduce una vision impre- sionistao inmediatistade los hechos que presenelé desde una perspective pequefio-burgue- Sa'y sentimental O la charla entre dos sefloras aristocréticas que «erefleren al Chapinero Ge los afios cincuenta, defienden al gobierno del Gereral Mufioz Sastoque e inssten en Ccomentar la pigina femenina del periédico: el triunfo de Luz Marine Zuluaga en Miss Universo, la canonizacin de! beato Claret, las porce anas Capo di Monti o el cristal de Bohemia, Por otra parte, se insertan con frecuencia cites textusles de documentos que relatan cl asesinato de dorge Eliécer Geitén, lo eval se transforma an motivo narrtivo al ident: ficar el comienzo de la vida consciente de Ana con ol hecho que inica la violencia en Colombia. La supraconciencia narrative lo rogistra logrando amalgamar historia colec tive ¥ vide personal: "El aio del Moscsto Pasito fue el mismo en el que se le cay6 el primer diente, mataron a Gaitén, hizo la Comunién y se murié el abuelo de diabetes” (pig, 287). Ast mismo, en varias eportunidades los sucesos de la novela desmienten 0 de senmascaran las declaraciones oficiales; en otras, el texto confront, sin comentario a: ‘gun, documentos que se contradicen, En algin momento, a lectura que de Ia crénica Sobre la muerte del extudiante Uriel Osping y sobre la mesura del gobiema, hace Dofia Bonifecia, 30 relatviza al confrontarse con lo que pressncian Dofia Chepa y luego la misma Dofia Bonifacia, quien comenta los episodios, rentras 2 ic vc an in igo Antbln rr ts cee | | | UNIV. HUN, - Bogoté {Colombia Vo. 18, No, 25 - Ena Jun. 1988 2 “Doria Chepa ve como fos bomberos comien- -zan a desonrrollar las manguerat..) dos est iantes 2 suben a los bslcones de! Anglo ‘Americano (..], pero ella no puede ofr muy ben, pues Bonifaca insste en fo de paz, jus: tiela y libertad, cuando de pronto un movi- Imiento abajo (..) la hace asomarse mejor ¥ aleanza a distingvir al iio de su hermana Mercedes(..) ILiboriol gria y ella esté por decir(u.) ¥ luego ol tirotec que no cesa y la ‘turds y vo al otro estudlante con el eréneo ‘como rajado por un hacha y otro tirado boca arrita, con la cara desfigurada del impacto, Y comienza a vociterar sespepitads (Dios enditol..” (aig. 216). EI subrayado os mio. En otro momento, la insercign de une piginade E Tiempo contradi 1 diseurto del presidente de la Repiblica¥®. abruptamente Extabo Is pijora pinta... mezcle tode clase do textos enriqueciendo el discurso narra- tivo con editoriales de diario, boletines informitivos, transmisiones radiales, 0 vsiones de testigos presonciales que furden ficcion y realidad en uns estructura significative que reitere le amalgama caracterstice entre la historia socal y la personal. Todo allo relati- ize la seporacién absoluta de las estogorias liarias para constituir un “‘discurso poli valente"™”, pues un enunciado siempre tiene relacién con otros y la novela, género del presente y'de la Modernidad, da cuonta de la dialogicidad de la palabra viva ene deve- rir y de la conclencialighfstce relaivizada, 2. Hacia une vsién dol mundo El coro de voces que se confronta en la novela va perflando una serie de motivos, que ‘encadenados conforman una vision de mundo er relacién con maltiples aspoctos: la ex- a infantil, e! impacto de la muerte y de a violencia, la dimensién sexual femenina © la bisqueda de-afirmacién de Ana y de la mujer actual en medio de un cuestionamiento de tocos los canes e instituciones heredados dela historia fami y social 4) La doble vision de fa nifez. A la manera d> las cisicas novelas de "formacién”, en Estaba In pijra pinta. abundan los recuerdos dela infancia convertidos en ej estruc- turales del enunciade ‘narrative. "Los recuerdos de Ana nif dividides por el nuove de abil, presentan dos earas ditintes: una, ubica la infancia feliz muy cerca del patrén ideolizado de la tradicin: la otra, se aparta de tal visin idilica para mostrar el terror hacia la muerte, la curioidad por elsexo""® y una sori do traumatismos infantil que se relacionan con diferentes aepectos de la violenca, percibidos desde una mentalidad infantil extrafada y desconcertada ante lo que no comprende, pero intuye como te La primera visién de la infancia se compone de juegos, fiestas navidefas, das al circo, cuantos ¥ cantot escolares, la primera comunién, los cari de Ia abuela y paseos ala finea en una especie de edad de oro irrecupersble. Sin embargo, on esta vision ya se ‘euentran fuertes impresiones ante la muerte: la visita al cementerio con la abuela 0 28 velorio del hijo de Tano en la finea, y una indefinible curiosidad por el sexo, que pa- reosn amenazar el encanto de la infancia, EI 9 de abril y tos sucesos sigulentes determinan la segunda visin de ta infencia de ‘Ana: ahora le Inquietan cuestiones como el presidente, los godos, los liberals, la chusme, tte! En este caso, la experiencia infantil se enmatca por medio de intensas ima ‘isuales o sensoriales en general, casi slempro destacodas a través de un juego sutil entre la vision de Ang y la supraconelenefa narrativa que insiste en los ojos, los ofdos 0 las ci- ferentes sensaciones de la nia: ol incendio del 9 de abril lo mira a es condidas asomén dose @ la ventena, ove ruldos oxtrafios e inquletantss, es testiga mudo de un asosinato tcometide por un policfa (pgs, 78-79) o siente un entumecimiento en “todo el cuerpo” ante aque que perce sin comprender: la violacén de Seturia. Et tratamiento del t6pico de Ia infancia provinclane esté pensaco con el propésito de incorporarlo al mundo de la violencia. La novela no establece diferencias entre las mal- dades escolares, los traumas de la inlciscién sexval, la muerte de Gaitin, fos assinatos partiistas 0 las masacres estudiantes, pues todo ello estéfuertemente apretado por ol ordén umbilieal de una violencia sin principio a fn “estaba Ja pélara pinta... es a! estribilio de tuna nacién imposible. No es of tiempo perdido de fa infancia de lo que se duele Alba Lucia ‘Angel, sina le terrible comprooscién de que nunca ée ha sido inocente, de ave una violen- ‘ia latente ha existido siempre y de que los ores del colegio de nifias fueron sélo parte de una farsa que al develarse pane de presente fo que era su sustrato y su mul: fa violenc, ‘presentada on su mis terrible vesién, como ‘quella manche indeleble que abole sin pieded toda inacencia”®°, En verdad, debajo del eandoroso nombre de la novela ~Ana y Julieta eon frecuencia ts identifiean con aves~ y debajo de la ronda infant que se repite en momentos claves de la evocecion, se esconde un ca0s personal y social donde parece haberse perdido I inocencia y el sentido de la vida. 'b) El impacto de la muerte, La preocupacién por la mucrte, otro eje estructural, esti ‘enmareada en la vida de Ana por dos fuerzas: una social, la violencia que prevalece en fi pats, y una personal, la muerte de dot amigas: Juieta y Valeria, El recuerdo reeu {te de estas dos muertes superpone emociones, imprasiones 0 sentimientos entre Ana nia Yy Ana sdulta, "Las reminiscencias en el presente de Ana se precipitan por is experiencia ‘Se enterar 2 Valeria, a amiga activists politica asesinada, y su entierro se vuelve catalt zador en su memoria de la muerte de Julieta, amiga de infancie entrada en el mismo Cementerio"2", En efecto, en varias ocasiones, la narracién parece suspendica en un tiempo que gira sobre sf mismo: la constante trensposicion de la muerte y el entierro de Valeria @ la muerte y el entierro de Julieta. Los rasgos que unen los dos tiempos son ‘lgnifictivos: los ciprese, el olor a podrido, la sensacion de ndusee y el ansia de escaper Gel cementerio y muestran hacia las dos muertes el mismo impacto emativo, pero una UNIV, HUM, - Bogoté (Colombia Vol 18, No. 28 Ene- Jun, 1886 2 ls separa. Por hombro adolo- tal de Ana mar- ‘desde su conciencia ion de nif, of perfecta contraposicién de imagenes mide ta distancia significative que luna parte, los zapatos blancos embarrados en el antiorro de Julieta Y ido de cargar el ataid en el entierro de Valeria. Asi, la experienc! cada por el dotor, se mira desde una doble perspeciva; en el present dolorosa de aduta, la muerte de Valeria; en el pasado, desde su imp horror ante la muerte de Julieta, ‘Ana experimenta ol impacto de la muerte desde antes de morir Julieta cuando acom: pafiaa la abuela al cementerio y queda impresionsda por la elevacion de los cipreses que parecen untae con el cielo y repetr el ciclo videwnuerte: "Es por eso que el hombre se converte en ‘ale, Luego en rama y en hojas y da sombra a) cansado... Si, abuela, es asi Tiane que ser as Porque luego do fhito y cae nuevamente. La tierra lo recibe y entonces &i germine, regreso, resucita. Es [a ley del Samara Iqué ocurren tal, hublera dicho ell: 1Qué es lo que estédi- ciendo mi pirringal Que es Is ey del regreso. Lae la rueda del arcano diez” (od. 38). LLuogo, en el entirro de Valeria, dentificado con el de Julieta, pars vision: 2 corroborar su “timposiblel, No puede ser que todo se ‘epita. Que 0! tiempo ande y desande sin variar de camino. Que el cielo y Ics cipreses y toda 22a tristeza pason de, nuevo como si fueran ar- ‘aduz do noria, cudl dia, cudes noches, on qué ‘momento fue ef regrso.” (pd. 63) Por otra parte, Ana identifica simbélicamente Ios cipretet con los abedules. La prix mera vez que escucta esta palabra le parece tan especial que la anota en su libreta de lindas" separada con guién ~ABE-DUL. Le hace un acréstico a Julita, quien poco tiempo después y lo lleva hasta ol eomenterio, Eufénicamente ABE-DUL ‘con AVE, ascenso y DUL, due. Luego, on el entiorro de Valeri AB-ED.U-L “como si fuera la clave del conjuro migico”, esto es, la espial in rompe la circularidad Va nocién de Ifmite, La simbolog(a del querer escapar se conecta con el sugestivo estribillo que Ans repite muchas veces: "Soy un pez en el aie, soy un ppéjaro on | agua”. & primera instance, la imagen sugiere imposbilidad, iamovl pardlsi: el pez en el aire se estrea, no vuela; ol pijaro en ol agua se ahoga, s liza, Sin embargo, los diferentes contextos que enmarean la imagen la hacen deriva hacia luna significacién mde affn con la liberacién o la totalidad del ser que con la pasvided. Cuando Ana reconoce el cadéver do Valeria ante el policia morboso, se siente shogads Y¥ aunque no lo dice, piens. “Ya ee libre coma los vientos de los ilanos, ¥ le importa un carajo todo este mundo de ‘mierde, éno comprendes? Es.un pez en el aire, tun pajaro en ef agua...” (aig. 256. El subrayado es mio). Le transposicién aguepéjaro/airepez implica entonces superacién de limites ia capial que se eleva por encima de la eiroularidad dela violencia. En efecto, la muerte Ge Valeria parece afrmar en Ana la necesidad de buscar a totelided al querer sobrepasar los limites que le imponen la familia, a educacion recibide y Ia sociedad en que se ha formado. «) La bisqueda de Ana y la afirmacin de la mujpr. La experiencia de bisqueda v el proctso de autoafirmacion de Ana constituyen un tortuoso camino que supone el cues: lonamiento de las imagenes estereotipadas de la mujer en relacién con una sociedad que Constontemente la viola en sv humanidad esencial y Is abandona a un destino impuesto, reprimiéndole los deseos de ser yde actuar. “La feminidad traduce a idea que une socie- ded determinada s@ ha forjado sobre la mujer. Esta idea posee una fuerza tal que la mujer-se somete a ella y se adapta a ese modelo que le «8 impuesto 2 les exigencies propia de su natu- raleza’”™* La imposiclén de un tipo de vida sabre la mujer se modaliza desde la familia, le escue- la, la sociedod y le moral social, En la novel, la made de An le impone constentemente 1 voluntad, lo cual signifia na intentar romper siquera el estereotipo de comportamien- to.que la familia espera de ella, Lo mismo hacen las tias y hasta Sebina: “Terminarén muy mal, Sabina, ¥ te lo digo en sero, Sisigue preguntdndome que yo qué es- taba haciendo desde las ocho y cuarto hasta las acho y madia, que el teatro Karké quedo 2 dos cuadras, que qué es lo que ando haciendo ‘con esa muchacha por abi, of da menos pensa- oe voy a contestar, te Jo Jur. .) Ne pueden pretender que las cosas se queden donde estu- viaron hace cincuenta aos” (pty 60) De la misms manera, las monjas de ls escuela la enciera y castigan “porque silbar no ‘es cosa de nifas” (pig, 66). La presién no s6lo viere dela madre, ls aso las rligiosss, fino que la sociedad burguesa las Aparicio viven pendientes del “buen comporte Imiento” de Ana en Ia calle 0 en sus relaciones con amigos: “Qu crees td que hacemos. Comentar, nade ‘més, Charlar un rato an la carrera sexta, saben (do que las Aparicio estarin can el catalejo ‘puesto, epuntindonos, La lésima es que no tengan’ magnetofén también. Un mieréfono ‘culto, Cémo seria la gozadera de esas vijas 28 pudleran oft lo que decimos..Eso es ultrajar os derechos humanos. Es meter las narives ‘donde no les importa... vies srptes" (pda. 69) UNIV. HUM, « Bogotd(Colembi)- Vol. 18, No. 25 - Ene Jun, 1986 a ‘A toda esta presién se le suman las concepciones morales provenientes de la tradicién, fas cuales engendran un sentimiento de culpabilidad capaz de hacerla vivir en una eons: ‘ante contradiccién hasta el punto do sentirse perdida “en esta selva donde las fieras se ‘comen a fos animales indefensos, el mas grande al rs chico...” (pig, 232). El sexismo de la cultura en que Ana esté Inmera es el principal obstéculo en su bus: queda de vocacién. Su clase no ve con buenos ojo: que deraralle aptitudes intelectuales, artsticas 0 de cualquier indole que no sean las reservadas para la mujer segin los eénones ‘stablecdos, La familia no-le permite el ingreso @ a universided y llega a destrulr su ati tud musical. La novela en una de las retrospecciones del discurso rastrea desde el siglo XIX un tipo de educacién para ls nfias, que muy poco se diferencia de la que la madre {do Ana concibe para ella on los ais sesanta??: “Don Juancho Araque... Mand6 a las ocho hijes 2 que estudlaran hasta wrcero de prima- ia. Boraue para saber el punto en las ies basta Y sobra. A aprender fivollt y olla, que es lo ‘que mds les ee, resolvi6.. (dg. 128) ‘Todo Io anterior provoca eh Ana deseos de romaer los limites de la casa, de la fail de la sociedad, Una gama de imégenes superpuestas connota a cada momento la sensaci6n ‘continua que Ana tiene de prsién, cerco o encerramiento: "(soy) un gato sin sus bots. ‘une imibécil sin alas” (née, 58), 0 “yo acu apertrechada on mi jaulita de oro, en mi cale de vidrio, protegda’” (pégs. 92-93). En medio de la realided que la oprime, el camino de ‘aprendizaje y bOsqueda de Ana s@ traduce en uns tremenda soledad. En dos ocasiones (Gaginas 64 y 318) al enfrentar la muerte de Valeria, epitefragmentos de un intermi- rable monéiogo: “Porque ahora sélo queds el Gnico punto vital: ef de estar solos. Una vasta paranoia de sue/is, de péjaros, de resplandores que so des- vanecen, éei sientesesto?, eres capaz de ofrme desde aqui?” (Pig. 64) En los momentos en que parece imposible Ia afirmacién plena de Ana, la sensacién angustiosa de soledad se identifica con la imagen de la vida como purgatorio: “Aqui es el purgatorio, En medio de estos pinos y de estas losas deshechas, Hay quo escapar de este emboscadt” (pig, 39), Sin embargo, la ansiedad de ser mas o de ser otra la lleva a ‘querer escapar de la situacién. Y en cuanto es consciente del absurdo de su vida, la rechaza, y comienza entoncas a asumirse y a buscar una autoafirmacién que se expresa fen su “ensia recSndita de propinarle al mundo una patada por donde te lo merece” (aa. 77). La actitud de Ana y la consiguiente visién de lamujer est en estrecha relacién con la ‘experiencia sexual, motivo también insistente en el discurto narrative, La novela abunda fen episodios donde se mezclan el terror por os erimenes de la violencia y la curlosidad [por aquello relativo al sexo™. Distintos frogmentos discursives van constatando un pro- eso gradual en la experiencia sexual de Ana, el cual so detarrlla en evidente paralelismo on su bisqueda de vocacién humana y con su ansa de afitmacién coma mujer o como m

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