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Manual Estudio
Manual Estudio
CIENTÍFICOS Y
PROFESIONALES
DE LA PSICOLOGÍA
GENERAL
SANITARIA
Edita
Universidad Internacional de Valencia
Leyendas
Los términos resaltados a lo largo del contenido en color naranja se recogen en el apartado GLOSARIO.
Índice
INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
1.3.1. Leyes que regulan el ejercicio profesional del Psicólogo General Sanitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
4.3.1 Introducción.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
GLOSARIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
ENLACES DE INTERÉS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
BIBLIOGRAFÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Referencias bibliográficas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Bibliografía recomendada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
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Capítulo 1. Investigación en comunicación social
Introducción
La profesión de psicólogo general sanitario puede ser considerada como una labor con un gran compo-
nente vocacional. Además, trabajar como profesionales que contribuyan a ayudar a los demás, favorecer la
promoción de la salud y mejorar la calidad de vida de las personas, puede convertirse en una de las activi-
dades más enriquecedoras a nivel personal que puedan realizarse. Pero, al mismo tiempo, es una profesión
que requiere un gran compromiso, constancia e implicación para desarrollarse adecuadamente.
El término de psicología sanitaria, así como la propia profesión regulada de psicólogo general sanitario,
es bastante reciente. No lo es así el campo de la psicología que se ha encargado del estudio de la salud
y la enfermedad. Este mismo fenómeno se ha observado de igual manera si estudiamos el desarrollo de la
evaluación psicológica y la intervención de la enfermedad mental. Esta historia lejana y cercana al mismo
tiempo permite conocer la profesión tal y como la entendemos hoy.
Por esta razón, para poder ejercer la profesión, resulta necesario que se conozcan los aspectos científicos
y profesionales que sustentan la labor del psicólogo general sanitario. Estos aspectos se han conside-
rado y estipulado en la legislación española actual como conocimientos esenciales para la construcción de
la profesión regulada de psicólogo general sanitario, con el objetivo de regular la formación de los profe-
sionales sanitarios en el ámbito de la salud para que puedan ejercer con garantías, de forma más aplicada,
específica y profesional. El presente manual persigue conceptualizar el campo de estudio de la psicología
general sanitaria, revisando los orígenes terminológicos de la psicología sanitaria y conociendo así sus
orígenes y evolución. Además, pretende profundizar en los grandes pilares en los que se sustenta el ejercicio
profesional del psicólogo general sanitario: la ética, la evaluación, el diagnóstico y la investigación.
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
En las siguientes líneas, el estudiante encontrará desarrollados diferentes temas fundamentales para el
ejercicio de su profesión. En primer lugar, se conceptualizará la psicología sanitaria y su relación con
la psicología clínica y la psicología de la salud. En segundo lugar, se profundizará en la ética y el código
deontológico del psicólogo. En tercer lugar, se incidirá en la evaluación y diagnóstico psicológico, aspectos
clave en las actividades básicas del psicólogo general sanitario, incluyendo las características básicas de los
informes psicológicos. Finalmente, se expondrán los métodos y técnicas de investigación en psicología sani-
taria, remarcando la importancia de la investigación en relación con la práctica clínica.
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Introducción
Capítulo 1
Ya en 1978, la Constitución Española abogó hacia la salud pública en su artículo 43, instaurando el derecho
a la protección de la salud de la población estableciendo a los poderes públicos como responsables de la
organización y la tutela de la salud pública. Los servicios públicos, de acuerdo a este artículo, debían velar
por la salud de nuestra sociedad a través de la implantación de medidas preventivas y servicios. Además, en
su artículo 51 se estableció la defensa hacia los consumidores y usuarios, protegiendo así la seguridad, la
salud y los legítimos intereses económicos a través de procedimientos eficaces.
Posteriormente, la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, esta-
bleció los fundamentos para una prestación asistencial en materia de salud que garantizase la calidad de los
servicios sanitarios. Debido al cambio poblacional que se ha estado desarrollando en las últimas décadas,
se están desarrollando diferentes mecanismos sociales para prevenir las consecuencias negativas de este
cambio demográfico en la población. Debido al incremento de los índices de infertilidad, la esperanza de vida
y la migración, se espera un cambio dramático en la pirámide poblacional en las próximas décadas (Euro-
pean Commission, 2015). Cabe destacar que el Eurostat (EUROPOP, 2013) ha anunciado que la población
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
mundial aumentará sólo ligeramente, pero estará más envejecida. De hecho, se espera que el porcentaje de
personas mayores de 65 años se vea incrementado del 27,8 % al 50,1 % en 2060, especialmente debido al
incremento esperado en la esperanza de vida de 7,1 años en hombres (84,8 años de esperanza media en
2060) y 6 años en mujeres (89,1 años de esperanza media en 2060). De entre las medidas que se están reali-
zando para el fortalecimiento de nuestro sistema de salud Nacional la Ley General de Salud Pública 33/2011,
de 4 de octubre, es uno de los mecanismos puestos en funcionamiento de carácter más reciente. En esta
ley se da respuesta a las necesidades actuales de nuestra sociedad a nivel sanitario, estableciendo las
bases legales que sustentan las acciones de coordinación y cooperación de las Administraciones Públicas
actuales en materia de salud. Se estructura en un título preliminar, seis títulos, tres disposiciones adicionales,
una disposición derogatoria y cinco disposiciones finales.
De acuerdo a la Ley General de Salud Pública 33/2011, de 4 de octubre, tanto las Administraciones públicas
como los sujetos privados, estarán sujetos a los siguientes principios en sus actuaciones públicas y colec-
tivas en materia de salud:
a) Principio de equidad: se promoverá la disminución de las desigualdades sociales en todas las medi-
das implantadas, garantizando la equidad entre todos los usuarios.
b) Principio de salud en todas las políticas: se tendrá en cuenta el impacto que puedan tener políticas
de carácter no sanitario en la salud de la población, tratando en todo momento de proteger y mejorar
la salud.
c) Principio de pertinencia: los problemas de salud se tratarán de acuerdo a los criterios de proporcio-
nalidad, eficiencia y sostenibilidad.
d) Principio de precaución: ante situaciones de alto riesgo de afectación pública de salud, se determi-
nará la cesación, prohibición o limitación sobre el foco de riesgo.
e) Principio de evaluación: se evaluará el funcionamiento y los resultados del sistema de salud de forma
periódica.
f) Principio de transparencia: toda actuación en el sistema de salud será transparente, siendo toda la
información sencilla, clara y comprensible para cualquier usuario.
g) Principio de integralidad: toda actuación sanitaria debe programarse y realizarse dentro de la con-
cepción integral de sistema sanitario.
h) Principio de seguridad: toda actividad sanitaria será ejecutada previa contrastación de su seguridad.
Con el objetivo de garantizar estos principios, así como los derechos y deberes de los usuarios y las admi-
nistraciones implicadas en el sistema nacional de salud, la Ley General de Salud Pública 33/2011, de 4 de
octubre, regula en su disposición séptima la psicología en el ámbito sanitario. Esta disposición especifica lo
siguiente:
1. Se considerarán a la figura de Psicólogo General Sanitario una profesión sanitaria titulada y regulada
en los términos previstos en el artículo 2 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de
las Profesiones Sanitarias.
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Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
2. El profesional que actúe como Psicólogo General Sanitario deberá ser licenciado/graduado en
Psicología cuando desarrolle su actividad profesional por cuenta propia o ajena en el sector sani-
tario, siempre que ostenten el título oficial de Máster en Psicología General Sanitaria regulado por el
artículo 15.4 del Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la ordenación de
las enseñanzas universitarias oficiales.
3. De acuerdo al artículo 6.4 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, el Psicólogo General Sanitario
puede “realizar investigaciones, evaluaciones e intervenciones psicológicas sobre aquellos
aspectos del comportamiento y la actividad de las personas que influyen en la promoción y mejora
del estado general de su salud, siempre que dichas actividades no requieran una atención especia-
lizada por parte de otros profesionales sanitarios”.
4. El Máster en Psicología General Sanitaria será regulado de conformidad con el artículo 15.4 del Real
Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, habilitando al Ministerio de Educación a concretar los requi-
sitos del máster.
5. Que de acuerdo al artículo 12.9 del Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, el Gobierno regulará
los planes de estudios del título de Grado en Psicología.
6. Que serán los profesionales con el título oficial de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica (anexo
1 del Real Decreto 183/2008, de 8 de febrero) los que podrán desarrollar su actividad en centros,
establecimientos y servicios del Sistema Nacional de Salud o concertados con él.
7. Las administraciones sanitarias requerirán a los titulados del Máster en Psicología Sanitaria o al
Psicólogo especialista en Psicología Clínica la inscripción en el correspondiente Registro general de
centros, servicios y establecimientos sanitarios las unidades/asistencias/consultas de psicología en
las que ejerzan.
Las tareas y desempeño de esta profesión arrancan de las directrices que marca la psicología clínica y de la
salud. Ambos, campos de estudio de la psicología centrados en el concepto de salud, y por tanto también de
enfermedad. No obstante, es importante diferenciar al Psicólogo General Sanitario del especialista en Psico-
logía Clínica o PIR. Ambos son profesionales sanitarios diferenciados, a pesar de que parten de la misma
titulación universitaria: la formación básica de ambos profesionales el grado/ licenciatura en psicología. El
Psicólogo General Sanitario tiene un carácter generalista. De acuerdo a la legislación vigente, ha cursado
el Máster en Psicología General Sanitaria, por lo que puede realizar tareas por cuenta propia o ajena (inves-
tigaciones, evaluaciones o intervenciones psicológicas) de cualquier aspecto del comportamiento relacio-
nado con la salud. No obstante, será el PIR quien actuará cuando sea necesaria la prestación sanitaria en la
cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud: únicamente este profesional será el que podrá desarro-
llar su actividad en centros públicos o privados concertados cuando se requiera de atención especializada.
Por tanto, cuando el profesional de la psicología se encuentre un caso que por su complejidad o gravedad
desborda las capacidades del profesional generalista, éste deberá derivarlo al especialista: de no cumplir
con esta actuación, se incurre en una negligencia profesional, incumpliendo el artículo 17 del Código Deon-
tológico.
Actualmente, la salud se entiende como “el nivel más alto posible de bienestar físico, psicológico y social, y
de la capacidad funcional, que permitan los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y la colec-
tividad” (Salleras, 1985). Desde esta forma de entender el concepto, en el estado de salud están implicados
factores personales, grupales, sociales y culturales que son determinantes, tanto en el origen, manteni-
miento, evolución y pronóstico del proceso de enfermar (Rodríguez-Marín y Neipp, 2008; Rodríguez-Marín,
López-Roig y Pastor, 1988).
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
A partir de esta noción surge la psicología clínica y de la salud. Estas dos nociones fueron conceptualmente
separadas en sus inicios, pero con fuertes confluencias y similitudes en la actualidad, sobre todo en lo refe-
rente a la práctica profesional. En las siguientes líneas se desarrolla estos conceptos: psicología clínica,
psicología de la salud y psicología general sanitaria.
La psicología clínica, aunque trata con la salud, se ocupa de lo psicopatológico dentro del campo más
restringido de la enfermedad mental, centrándose en la evaluación, diagnóstico e intervención individual de
estas patologías. Aunque los avances de la psicología clínica en problemas cognitivos y emocionales de las
personas físicamente enfermas han contribuido al desarrollo de la psicología de la salud (Rodríguez-Marín y
Neipp, 2014).
Por otro lado, la psicología de la salud, es un término que empieza a utilizarse a partir de los años 70. Para
poder conceptualizarlo habría que partir de la definición de salud aportada por la Organización Mundial de
la Salud (1948, p. 100): «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente
la ausencia de afecciones o enfermedades», definición que no ha sido modificada desde entonces. A partir
de esta concepción, se reconoce como componentes de la salud a aspectos psicológicos y sociales, que
posibilitaron un concepto de la salud integral y propicio el desarrollo del “modelos biopsicosocial (Gil, 2007;
y Rodríguez-Marín y Neipp, 2008).
Ambiente
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Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
El concepto de psicología de la salud fue propuesto por Matarazzo (1980, p. 815) como el:
Esta conceptualización presta una atención preferente hacia la prevención de la enfermedad y la promoción
de la salud a través del cambio de la conducta para mejorar la salud (Rodríguez-Marín y Neipp, 2008).
Stone (1979) considera la psicología de la salud como la aplicación científica o profesional de conceptos o
métodos psicológicos a todos los problemas propios del campo de la salud. Este autor expone que la psico-
logía de la salud debe aplicarse al sistema de salud pública en todos los sentidos: en la educación para la
salud, la planificación de salud, legislación, etc. (Rodríguez-Marín y Neipp, 2008). De este modo la psico-
logía de la salud se nutre de los conocimientos, técnicas de investigación y evaluación de la psicología para
aplicarlos al campo de la prevención y tratamiento de la enfermedad. Así, estos conocimientos permiten
el mantenimiento y promoción de la salud en nuestra sociedad desde el campo de la psicología. Y puede
considerarse como una área de especialización de la psicología que nace para dar respuesta a las necesi-
dades sociosanitarias (Buela-Casal y Carrobles, 1996).
Según Johnston (1990), uno de los máximos exponentes de la psicología de la salud europea, define esta
área como (recogido en Rodríguez-Marín y Neipp, 2008):
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Por todo ello, entre la psicología clínica y la psicología de la salud existen áreas de solapamiento. Por tanto,
resulta extremadamente difícil marcar los límites entre ambas disciplinas, especialmente en lo que se refiere a
las intervenciones en ámbito profesional. Actualmente, en España, es difícil distinguir entre psicología clínica
y psicología de la salud en la práctica profesional. A nivel conceptual y científicamente muestran campos
de estudio distintos, pero muy próximos. El psicólogo sanitario deberá conocer y manejar ambas disciplinas
para el desempeño de su profesión, sea este en el ámbito público o en el ámbito privado. Por esta razón se
ha considerado a la psicología clínica y de la salud como un ámbito, que integra los dos campos de actua-
ción, previamente separados. Este campo fue definido por el Colegio Oficial de Psicólogos en 1998 como:
Todo ello de acuerdo con una visión holística e integradoras sobre la salud y la enfermedad, consideradas
como un todo integrado entre lo biológico, lo psicológico y lo social.
La psicología de la salud surge en los últimos años de la década de los 70 en Estados Unidos, dónde rápida-
mente se constituyó como una área aplicada de la psicología. En 1980, se estableció la división 38 dentro
de la American Psychology Association (APA) y en 1982 se publicó el primer número de la revista Health
Psychology. Al mismo tiempo, en Europa se fueron constituyendo secciones de Psicología de la Salud en
los diferentes países, creándose grupos de trabajo en la European Federation of Professional Psychologist
Association (EFPA) y en nuestro Colegio Oficial de Psicólogos (Rodríguez- Marín y Neipp, 2008).
En España, en 1963 se inaugura el Instituto Nacional de Psicología Aplicada y Psicotecnia, primer edificio en
España que acoge los trabajos y actividades de los psicólogos. Pero no fue hasta 1968 cuando se abrió la vía
para el estudio de la psicología con un currículum específico, dentro de las Facultades de Filosofía y Letras.
Habría que esperar hasta 1980 cuando se creó la primera Facultad de Psicología en la Universidad Complu-
tense de Madrid, lo que obviamente supuso un gran paso hacia la profesionalización e institucionalización de
la psicología (Fernández, 2003).
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Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
A partir de este momento, la psicología en España se fue desarrollando hasta ir creando diferentes departa-
mentos dentro de las universidades y diferentes áreas de especialización. Además, empezaron a nacer junto
con la Sociedad Española de Psicología, fundada previamente, otras sociedades como: la Sociedad Espa-
ñola de Evaluación Psicológica, la de Terapia del Comportamiento o la de Modificación de Conducta, o la de
Psicoterapia (Prieto, Fernández-Ballesteros y Carpintero, 1994). Por lo que puede considerarse que el inicio
de los estudios en psicología marca el verdadero inicio de la profesión de psicología en España (Carpintero,
1999). Esto unido a la publicación de la Ley 43/1979 de 31 de diciembre, el Colegio Oficial de Psicólogos,
momento en el que el colegio profesional se convierte en uno de los grandes motores de la Psicología espa-
ñola, aunando el esfuerzo de los profesionales que trabajan en distintos áreas (Fernández, 2003).
La Ley General de Sanidad aprobada en España (1986) y ampliada posteriormente, supuso una reforma sani-
taria basada en cinco principios que seguían las directrices marcadas por la OMS: salud para todos, la salud
como concepto integral, participación comunitaria, educación sanitaria y derechos de los usuarios. Estos
principios permiten la construcción de un concepto de salud integral que incluye aspectos curativos, de
promoción de la salud, prevención de la enfermedad y rehabilitación social; actuaciones en las que la psico-
logía, como ciencia, va a tener un papel clave (Rodríguez-Marín y Neipp, 2008).
Según la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, en conformidad con los dispuesto en el
artículo 6.4 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre:
Lo recogido en la legislación actual sugiere que la figura de psicólogo general sanitario recoge las acti-
vidades propias tanto de la psicología clínica y de la psicología de la salud, tal y como han sido definidas
previamente. Por tanto, se espera que este profesional disponga de competencias en ambos campos de
estudio, que sean aplicadas en su práctica clínica. Además, se espera que posea un conocimiento amplio
en estas áreas que le permitan hacer frente a la demanda actual que se le está haciendo de la psicología.
En los últimos años, además de incrementar el número de personas que sufren un trastorno mental y de
los que demandan tratamiento, también han cambiado las demandas terapéuticas. Los usuarios no sólo
acuden a consulta por los trastornos mentales clásicos (ansiedad, depresión, fóbicas específicas, etc.), si
no que se acude a consulta por problemas relacionados con el malestar emocional, la falta de calidad de
vida, etc. Estos problemas, aunque no son considerados trastornos mentales, suponen sufrimiento e infeli-
cidad en la persona. Es por ello que la población la conforman personas que se sienten sobrepasadas por
sus problemas; y que necesitan herramientas o estrategias de afrontamiento para hacer frente a la situación,
e incluso, presentan carencias de apoyo social o familiar. Esta nueva realidad, ha supuesto que las interven-
ciones a las que los profesionales sanitarios tienen que hacer frente han cambiado y tienen que adaptarse a
ellas (Echeburúa, Salaberría, Corral y Cruz-Sáez, 2012).
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
El las siguientes líneas, se expondrán las principales directrices legislativas que los psicólogos generales
sanitarios deben conocer para ejercer su profesión, ajustándose en todo momento al marco legal español.
1.3.1. Leyes que regulan el ejercicio profesional del Psicólogo General Sanitario
El marco legal que afecta al ejercicio profesional de la psicología en España es bastante amplio. Por un lado,
encontramos toda la legislación que regula la atención sanitaria y la profesión del Psicólogo General Sani-
tario. Por otro lado, encontramos la legislación que regula la actividad profesional o aspectos más prácticos
de los psicólogos sanitarios: la creación del Colegio Oficial de Psicólogos, la autorización y apertura de los
centros sanitarios, la ley de protección de datos. Toda esta legislación resulta básica para poder ejercer la
profesión en el ámbito privado y público.
A modo de guía, en las siguientes líneas se recoge la legislación existente que se relaciona con el ejercicio
profesional del Psicólogo General Sanitario. Se especificará el tipo de información que puede encontrarse
en cada uno de los documentos con el objetivo de que, en el ejercicio de su actividad laboral, el profesional
pueda acceder directamente a ellos cuando necesite cierta información concreta.
En primer lugar, con la Ley 14/1986 de 25 de abril, General de Sanidad, queda regulado el establecimiento
y ordenación del sistema nacional de salud español. De esta ley podemos destacar la humanización de los
servicios sanitarios, abogando por mantener el máximo respeto, dignidad y libertad de los usuarios. Poste-
riormente, esta ley fue completada con la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, Básica Reguladora de la Auto-
nomía del Paciente y de Derechos y Obligaciones en Materia de Obligaciones en materia de Información y
Documentación Clínica.
En 2003, se publica la polémica ley sobre Ordenación de las Profesiones Sanitarias (Ley 44/2003, de 21 de
noviembre). En esta ley se “regula los aspectos básicos de las profesiones sanitarias tituladas en lo que se
refiere a su ejercicio por cuenta propia o ajena, a la estructura general de la formación de los profesionales,
al desarrollo profesional de éstos y a su participación en la planificación y ordenación de las profesiones
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Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
sanitarias. (…) tanto si la profesión se ejerce en los servicios sanitarios públicos como en el ámbito de la
sanidad privada” (Ley 44/2003, p. 41.444). Esta ley ha supuesto grandes controversias en los últimos años
por no incluir a la psicología como disciplina sanitaria, excepto en el supuesto de realizar la especialización
clínica de Psicólogo Interno Residente (PIR) en el Sistema Nacional de Salud. Con la aprobación de la poste-
rior Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública se reguló la psicología como profesión sanitaria,
siempre y cuando el profesional ostentase el título de Máster en Psicología General Sanitaria además del
título de Licenciado/Graduado en Psicología. En su actividad laboral, el Psicólogo Sanitario puede asumir lo
dispuesto en esta Ley 44/2003.
Tabla 1.
Legislación sobre sistema de salud y profesiones sanitarias.
Respecto a la legislación que regula la práctica profesional, encontramos una gran variedad de leyes que
pueden afectar al ejercicio de la profesión de Psicólogo General Sanitario, tanto de forma directa como
indirecta. A este respecto, el Colegio Oficial de Psicólogos señala que la regulación más destacada de esta
profesión en el ámbito sanitario proviene de los siguientes artículos y leyes recogidos en la tabla 2 de la
página siguiente.
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Tabla 2.
Legislación aplicable en el ejercicio de la profesión.
1 Esta orden queda corregida en: Corrección de errores de la Orden de 16 de mayo de 2001, de la Conselleria de Sani-
dad, por la que se establecen los requisitos y condiciones básicas de autorización y funcionamiento para consultas
de profesionales sanitarios (DOGV núm. 4.013, de 4 de junio de 2001).
2 Esta orden queda corregida en: Corrección de errores del Decreto 176/2004, de 24 de septiembre, del Consell de la
Generalitat, sobre autorización sanitaria y el Registro Autonómico de Centros, Servicios y Establecimientos Sanita-
rios. (DOCV núm. 4876 de 04.11.2004).
3 Quedan excluidos: los servicios de prevención, propios o ajenos, regulados por la Orden de 20 de febrero de 1998,
del conseller de Sanidad. Y los centros y servicios de atención y prevención de drogodependencias.
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Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
Después de varios años de incertidumbre sobre la regulación de las tareas y funciones del psicólogo, a partir
de la Ley General de Salud Pública 33/2011, de 4 de octubre, ha quedado descrita como profesión regulada
la figura del Psicólogo General Sanitario. De esta forma, se dio por finalizado el vacío legal en el que había
quedado la profesión tras la ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitaria.
A partir de este momento, las modalidades de psicólogos que se permite que realicen su actividad en el
ámbito sanitario en España son (Echeburúa, Salaberría, Corral y Cruz-Sáez, 2012):
1. Los psicólogos generales sanitarios, formados en las universidades con la realización del Máster
Oficial en Psicología General Sanitaria.
2. Los especialistas o psicólogos clínicos, formados por el Sistema Nacional de Salud, a través del
programa de formación de Psicólogos Internos Residentes.
Además de estas dos figuras, según el Consejo General de la Psicología en España (2014), también aparecen
otras dos modalidades:
1. Los psicólogos que han obtenido el grado o licenciatura en psicología (título que no les habilita por sí
mismo para el ejercicio de la psicología sanitaria).
2. Los psicólogos con habilitación sanitaria.
Dentro de este último grupo, se incluyen a todos los profesionales que han convalidado sus estudios y su
práctica profesional en el Colegio Oficial del Psicólogo. Esto ha sido posible debido a que estos profesio-
nales, con anterioridad a la aplicación de estas normativas, ya tenían formación suficiente en el área de
Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. También se consideró habilitar a los profesionales que
ya trabajan en un centro o gabinete privado registrado en su comunidad autónoma, o bien realizaban activi-
dades sanitarias dentro del Sistema Nacional de Salud o en un centro concertado, aunque no dispusieran de
la especialidad en psicología clínica (PIR).
En el momento en que la psicología está incluida dentro de las profesiones sanitarias, su actividad queda
regulada por toda la legislación existente desarrollada hasta la fecha.
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Tabla 3.
Principios generales del ejercicio de las profesiones sanitarias.
Como se indica en la citada ley, las profesiones sanitarias ejercerán su actividad en plena autonomía
técnica y científica, haciendo respetar los siguientes principios:
1. Los profesionales deberán dejar constancia escrita de todas sus actuaciones en la historia clínica
del paciente. Este documento será común para cada centro, único para cada paciente y compartido
por los profesionales que le atienden.
2. Se unificarán los criterios de actuación registrados en protocolos, basados en la evidencia científica
y en los medios disponibles.
3. La organización de cada centro, servicio o equipo de profesionales requerirá de la constancia escrita
de las normas de funcionamiento interno, los objetivos y funciones del profesional.
4. En los casos en los que un paciente sea atendido por equipos, servicios y centros asistenciales
distintos, éstos deberán establecer criterios y normas de actuación conjunta.
5. Se deberá considerar la progresiva incorporación multiprofesional e interdisciplinariedad de los
objetivos profesionales.
La legislación existente también hace referencia a cuáles serían aquellas tareas o funciones que serían
competencia del Psicólogo General Sanitario. Según la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud
Pública, en conformidad con los dispuesto en el artículo 6.4 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre expone
que:
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Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
Es decir, la ley de 2011 devuelve al Psicólogo General Sanitario gran parte de las competencias que hasta el
momento estaban asignadas de forma legal, única y exclusivamente, a los psicólogos clínicos (PIR): realizar
diagnósticos y evaluaciones clínicas, realizar prevención, tratamiento y rehabilitación de los trastornos
mentales y otros problemas psicológicos, y la realización de informes psicológicos (Escudero et al., 2003).
Al revisar la literatura existente, las competencias y funciones de los psicólogos clínicos parecen estar más
delimitadas principalmente debido a:
1. A nivel de prevención primaria, estos profesionales deben realizar su labor profesional desarrollando
programas dirigidos hacia la educación para la salud. En estos programas se pretende detectar
vulnerabilidades o factores de riesgo, en poblaciones específicas, donde se puedan desarrollar
factores protectores, desarrollando en estas personas sus fortalezas psicológicas.
2. A nivel de prevención secundaria, los Psicólogos Generales Sanitarios deben prestar apoyo e inter-
vención psicológica ante el malestar emocional, previamente a que se desarrolle la enfermedad
mental. En este aspecto, deben quedar incluidas aquellas intervenciones encaminadas a trabajar la
motivación para acudir a tratamiento psicológico o al servicio especializado.
3. A nivel de prevención terciaria, estos profesionales deben desarrollar programas de rehabilitación,
modificar hábitos y/o prestar apoyo psicológico para aquellas personas que tienen problemas
de salud, mejorando su calidad de vida y su bienestar emocional.
4. A nivel de prevención cuaternaria, las actuaciones que se llevan a cabo deben tratar de reducir o
eliminar las consecuencias de las intervenciones innecesarias o excesivas del sistema sanitario,
evitando la posible iatrogenia.
En definitiva, las tareas y desempeño del psicólogo sanitario arrancan de las directrices que marcan tanto la
psicología clínica como la psicología de la salud. Así pues, el Psicólogo General Sanitario deberá desenvol-
verse y tener conocimientos de ambos campos.
Según Echeburúa et al. (2012), tras el establecimiento de esta legislación, hay dos aspectos clave en refe-
rencia a la especificidad de las funciones del Psicólogo General Sanitario:
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
• Su actuación profesional no debería invadir las competencias de la psicología clínica. Y en los casos
que así lo requieran, deberían de facilitar su derivación al Sistema Nacional de Salud.
Éste último punto lleva a otra cuestión que suscita dudas entre los profesionales de la psicología: cuándo
sería aconsejable realizar esta derivación. Algunas de las cuestiones a tener en cuenta podrían ser:
En consonancia con este dilema, en la entrevista publicada por el Consejo General de la Psicología en
España (2014), pone de manifiesto que estas dudas surgen de la misma forma que ocurriría en las demás
profesiones sanitarias. Cuando los casos sobre los que intervenir resulten de gran complejidad, siendo la
gravedad del mismo tan alta que desborde las capacidades del psicólogo generalista o le falten recursos
para darle una respuesta adecuada, es entonces cuando se debería derivar al especialista. Esta derivación
podría realizarse al Sistema Nacional de Salud o a otros centros de atención sanitaria especializada, donde
habrá mayores recursos e infraestructuras para atender a estos casos.
Enlace de interés
En el artículo publicado por el Consejo General de Psicología en España en el 2014 titulado
“Preguntas y respuestas sobre el ejercicio profesional de la psicología en España, tras la aprobación
de la Ley de Consumidores” (Ley 3/2014 sobre la Defensa de los Consumidores) se aclaran algunas
de las cuestiones sobre la diferenciación entre la figura del Psicólogo General Sanitario y el Psicó-
logo Especialista en Psicología Clínica, o más comúnmente conocido como PIR:
https://www.infocop.es/view_article.asp?id=5074&cat=9
El Psicólogo General Sanitario podrá realizar su actividad profesional por cuenta ajena y propia, tanto en el
sector público como privado. Sólo estará limitada su actividad a aquellos que la realicen dentro del Servicio
Nacional de Salud o en sus centros concertados, ya que será necesario para estos profesionales la especia-
lidad a partir del programa de Psicólogos Internos Residentes (PIR).
Será obligatorio para el ejercicio de la profesión, en todos los casos (Consejo General de la Psicología en
España, 2014):
• Estar registrado en el Colegio Oficial de Psicólogos. En España hay 23 colegios oficiales y pueden
localizarse en la Web del Consejo General de Colegios (http://www.cop.es/).
21
Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
• Hay que estar al corriente de las obligaciones fiscales. Según se trabaje por cuenta ajena (Seguridad
social, IRPF…) o por cuenta propia (autónomos).
• Estar cubierto por un seguro de responsabilidad civil, si se ejerce la profesión en el ámbito sanitario.
• Si se trabaja en un centro, servicio o establecimiento sanitario debe tener las características físicas
reguladas por ley y estar autorizado e inscrito en el registro de entidades de cada Comunidad Autó-
noma.
Aquellos profesionales que ejerzan por cuenta ajena, tendrán derecho a ser informados de sus tareas
y funciones. Además, tendrán la obligación de realizar su actividad acorde a principios éticos, a tener sus
conocimientos actualizados y a que sus competencias sean evaluadas regularmente. Aquellos que ejerzan
por cuenta propia deberán formalizar por escrito todos los contratos por prestaciones de servicio reali-
zados. La prestación de servicios sanitarios por cuenta propia o ajena podrá efectuarse mediante cualquiera
de las formas previstas en el ordenamiento jurídico (Ley 44/2003, 21 de noviembre de 2003).
Ya en la Ley 14/1986 de 25 de abril, General de Sanidad, se reconoce el derecho a ejercer la profesión sani-
taria a nivel privado, conforme al artículo 38 de la constitución.
Tabla 4.
Principios generales del ejercicio privado de las profesiones sanitarias.
22
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Tabla 5.
Requisitos y condiciones básicas de las consultas y centros sanitarios.
>>>
23
Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
Fuente: https://dogv.gva.es/datos/2005/06/29/pdf/2005_7227.pdf.
Además, los centros sanitarios o entidades que presten atención sanitaria, se comprometen a mantener
actualizado el registro de profesionales que tienen relación contractual con el centro y/o prestan sus
servicios en él. El objetivo de la continua actualización de esta información consiste en promover la trans-
parencia los centros o entidades, facilitando que esta información sea pública y queden expuestos los
nombres, titulaciones, categorías y funciones de los profesionales. Los centros o entidades sanitarias
deberán comprometerse a dar garantías de calidad y seguridad en todo caso. Así pues, deberán contratar
un seguro que de responsabilidad civil para cubrir el posible daño eventual que pueda causarse al prestar su
servicio o intervención (Ley 44/2003, de 21 de noviembre) (ver texto completo en la tabla 6.
Tabla 6.
Ejercicio privado de las profesiones sanitarias.
>>>
24
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
El procedimiento que el profesional sanitario debe seguir para registrar y recibir la autorización de su
centro, se realiza a partir de la normativa establecida por cada Comunidad Autónoma. De acuerdo a lo
expuesto anteriormente, y siguiendo con el ejemplo anterior, es la Conselleria de Sanitat de la Comunitat
Valenciana quien regula en la Orden de 18 de abril de 2005 los Procedimientos de Autorización Sanitaria de
Centros y Servicios Sanitarios en el Ámbito Territorial de la Comunidad Valenciana.
Los procedimientos de autorización de centros y servicios sanitarios son de dos tipos: tramitación simplifi-
cada y tramitación ordinaria.
Esta tramitación será realizada por los centros proveedores de asistencia sanitaria sin internamiento
(por ejemplo, consultas de profesionales sanitarios no médicos, centros de atención temprana,
centros de salud mental, etc.). Esta tramitación será valida tanto para los centros de nueva creación,
como para aquellos que requieran obra nueva y que modifiquen sustancialmente la estructura del
centro ya autorizado. Si estos centros contaran en su configuración con equipamiento o técnicas de
diagnóstico-terapéuticas que aumentaran su complejidad podría ser necesario el procedimiento por
tramitación ordinaria.
Este procedimiento debe llevarse a cabo en los servicios correspondientes de las direcciones
territoriales de sanidad de la provincia donde esté ubicado el centro, siendo competencia del
director territorial la resolución. La mayoría de los centros donde se preste atención psicológica,
quedarán autorizados por este procedimiento.
Cabe señalar que cada dirección territorial puede solicitar una documentación y que los trámites
pueden ser actualizados con cierta regularidad. Siguiendo con el ejemplo de la Comunitat Valen-
ciana, la documentación necesaria para solicitar la autorización del centro que debe aportarse se
especifica a continuación:
25
Capítulo 1. Concepto y ámbito de la psicología sanitaria
4. Certificado sobre los locales e instalaciones, realizado por un técnico competente y visado por el
colegio profesional correspondiente, en el que se haga constar que se dispone de las instalaciones
adecuadas para realizar la actividad del centro.
Esta tramitación está pensada para los hospitales o centros con internamiento, así como para aque-
llos centros sin internamiento en cuyas actividades se precisan instrumentos y maquinaria de mayor
complejidad (por ejemplo, centros de reproducción humana asistida, centros de transfusión, banco
de tejidos, etc.) y todos aquellos servicios sanitarios que estén integrados en organizaciones no sani-
tarias. Este procedimiento se llevará a cabo en los servicios de la Dirección General de la Conce-
jalía de Sanidad de cada comunidad autónoma donde se sitúe el centro en cuestión. En el caso de
la Comunitat Valenciana, siguiendo con el ejemplo propuesto, sería la Conselleria de Sanitat la insti-
tución con competencia en materia de ordenación sanitaria, siendo responsabilidad de su titular la
resolución de los mismos.
2. Memoria descriptiva de las actividades que desarrolla el centro o servicio sanitario, con descrip-
ción pormenorizada de la oferta asistencial.
3. Plantilla de personal por categoría profesional, con indicación de la dedicación y adscripción a las
distintas unidades.
4. Relación del equipo sanitario del centro necesario para realizar las actividades descritas.
6. Certificado sobre los locales e instalaciones, realizado por un técnico competente y visado por el
colegio profesional correspondiente, en el que se haga constar que se dispone de las instalaciones
adecuadas para realizar la actividad del centro.
26
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
3. Títulos académicos del personal sanitario, así como la documentación acreditativa de la relación
jurídica con el titular del centro.
4. Otra documentación que sirva para acreditar la información aportada en la solicitud y cuestiona-
rio.4
En el caso de que los centros no dispongan de las autorizaciones pertinentes, las diferentes Conceja-
lías estipulan la normativa sancionadora para aquellos responsables de centro que no hayan seguido
el cumplimiento de la Ley. Por ejemplo, de acuerdo a la Conselleria de Sanitat de la Comunitat Valen-
ciana, en el caso de que los centros sanitarios o consultas no tengan las autorizaciones opor-
tunas exigibles supondrá (DOGV núm. 4854 de 01.10.2004):
1. Cierre de las instalaciones o suspensión de servicios y funciones hasta que se subsanen los
defectos o se cumplan los requisitos.
4 De modo excepcional, se podrá solicitar alguna otra documentación, para aquellos centros que realicen alguna acti-
vidad específica. Se recomienda revisar previamente la Orden de 18 de abril de 2005, de la Consellería de Sanidad.
27
Introducción
Capítulo 2
“Sin ética ni deontología no puede haber, ni hay, psicología, ni como profesión ni como ciencia” (Bermejo,
2006, p. 471). No hay diferentes éticas según la diferentes ramas de la psicología, ya que la ética es común
en todos los lugares y en todos los modos en los que se desarrolla la psicología (Del Río, 2005). Por esto
mismo, se pertenezca a la rama que se pertenezca, es necesario conocer los principios éticos que rigen
el ejercicio profesional del psicólogo y que quedan recogidos en los códigos deontológicos o códigos de
conducta de la profesión.
El psicólogo sanitario no sólo debe poseer una formación técnica y unas habilidades terapéuticas
adecuadas, sino que también, debe mostrar valores éticos y morales en sus intervenciones. En la tabla 1 de
la página siguiente, se reflexiona sobre las conductas resultantes de las posibles combinaciones entre la
formación técnica y los valores éticos y morales poniendo de manifiesto que el éxito de la profesión y mejor
desempeño aparecen cuando se tiene una alta formación técnica y una alta conducta ética (Del Rio, 2005;
Puerta, 2001).
Dada la importancia que tienen la ética y la moral para la profesión, cabría profundizar más en estos términos.
28
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Tabla 7.
Formación técnica / Valores éticos y morales.
La deontología de toda profesión queda recogida en el código deontológico. En este sentido, Del Río
define que “un código profesional es un documento formulado para guiar la conducta de los profesionales.
Adquiere valor en la medida que expresa de forma exhaustiva y explícita los principios y normas que emergen
del rol social de la profesión” (Del Río, 2005, p. 25).
França-Tarragó (2001) propone las siguientes funciones de los códigos de ética (citado en Del Río, 2005):
• Informativa: comunica a la sociedad los principios éticos que regulan la relación profesional- persona.
29
Capítulo 2. Bioética para la atención clínica
La Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA), apoya el código de conducta ético que
deben seguir todas las asociaciones de profesionales que sean miembros. Su comité de ética elaboró un
Meta-Código ético que fue aprobado en la asamblea de Atenas de 1995 y revisado en Granada en 2005, y
que sigue vigente en la actualidad.
1. Respeto por los derechos de la persona y su dignidad. Regula no sólo los principios básicos de las
personas, si no también, el derecho a la privacidad y confidencialidad. Pretende establecer claridad a
los procesos de consentimiento informado y al libre consentimiento por parte del usuario, permi-
tiendo el derecho de autonomía y determinación del paciente.
2. Competencia. De acuerdo a este principio, el psicólogo debe presentar altos niveles de desempeño
en su trabajo. El profesional debe conocer los límites de sus competencias y de los procedimientos
que utiliza. Debe, además, mantenerse en continua formación, asumiendo la obligación de dejar la
profesión si, temporalmente, se sintiera incapaz de ejercer con unas mínimas garantías.
3. Responsabilidad. En el ejercicio de su profesión, el psicólogo asume una responsabilidad para con
sus pacientes. Esta responsabilidad se basa en proporcionar un servicio de calidad, dando un apoyo
continuado, resolviendo posibles dilemas éticos y reconociendo las necesidades particulares de
cada paciente.
4. Integridad. El principio de integridad asume que el profesional debe ser consciente y reconocer sus
limitaciones profesionales. Debe ser honesto, abierto a facilitar información, evitando en todo
momento los posibles conflictos de intereses y realizando críticas responsables hacia otros profesio-
nales.
Por otro lado, en su código ético, desarrolla de forma muy exhaustiva todas sus directrices. Es por ello que
el código ético de la APA ha resultado muchas veces un documento de referencia, especialmente cuando
otros códigos presentan limitaciones en situaciones concretas. Presenta los mismos principios generales
que la EFPA, incluyendo otros dos: justicia y no maleficencia.
Entre los principios que desarrolla la APA, cabría destacar cómo define explícitamente los tipos de relaciones
humanas que pueden establecer, de modo que quedan muy bien delimitadas las relaciones como profe-
sionales. Además, el comité que elaboró el código ético de la APA mostró gran interés en la regulación de
la educación y formación de los profesionales, incluyendo la formación ética de estos y como resolver los
posibles dilemas éticos que puedan surgir.
30
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Tabla 8.
Código deontológico del psicólogo.
TÍTULO PRELIMINAR
Artículo 1º Este CÓDIGO DEONTOLÓGICO de la profesión de psicólogo/a está destinado a servir como regla de
conducta profesional, en el ejercicio de la psicología en cualquiera de sus modalidades.
El Colegio Oficial de Psicólogos lo hace suyo y de acuerdo con sus normas juzgará el ejercicio de la
profesión de los colegiados.
Artículo 2º La actividad del psicólogo se rige, ante todo, por los principios de convivencia y de legalidad
democráticamente establecidos en el Estado Español.
Artículo 3º En el ejercicio de su profesión el/la psicólogo/a tendrá en cuenta las normas explícitas e implícitas,
que rigen en el entorno social en que actúa, considerándolas como elementos de la situación y
valorando las consecuencias que la conformidad o desviación respecto a ellas puedan tener en su
quehacer profesional.
Artículo 4º El/la psicólogo/a rechazará toda clase de impedimentos o trabas a su independencia profesional y
al legítimo ejercicio de su profesión, dentro del marco de derechos y deberes que traza el presente
código.
• I. Principios generales, basados en los principios establecidos desde las asociaciones internacio-
nales.
• III. De la intervención.
• VI. De la publicidad.
31
Capítulo 2. Bioética para la atención clínica
Enlace de interés
Modificación del Código Deontológico del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos,
para su adaptación a la Ley 25/2009, de 22 de diciembre, de modificación de diversas leyes para su
adaptación a la Ley sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio. (Ley Ómnibus):
https://www.cop.es/pdf/Codigo-Deontologico-Consejo-Adaptacion-Ley-Omnibus.pdf
Tabla 9.
Fines de la comisión deontológica estatal.
1 Velar por la difusión y el cumplimiento del Código Deontológico del Psicólogo en el ámbito de su competencia.
2 Promover y coordinar la actividad de las Comisiones Deontológicas de las Delegaciones Territoriales.
3 Asumir las competencias de las Comisiones Deontológicas Territoriales en los siguientes supuestos:
• En tanto no hayan sido constituidas.
• Cuando la Comisión Deontológica Territorial acuerde su incompetencia y se inhiba en favor de la Comisión
Deontológica Estatal.
• A petición de la Junta de Gobierno Estatal.
4 Establecer relaciones con las comisiones deontológicas de otros colegios, asociaciones, instituciones u otros
organismos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
5 Tramitar y proponer resoluciones, en segunda instancia, de los expedientes deontológicos que le sean remitidos
por las delegaciones o a propuesta de la Junta de Gobierno Estatal.
6 Asumir el conocimiento de las demandas deontológicas en las cuales existan conflictos de competencia
territorial entre dos o más delegaciones.
En el título preliminar se recogen los siguientes 4 artículos citados textualmente del Código Deontológico
Oficial de Psicólogos de España:
Artículo 1. Este CÓDIGO DEONTOLÓGICO de la profesión de psicólogo/a está destinado a servir como
regla de conducta profesional, en el ejercicio de la psicología en cualquiera de sus modalidades. El Consejo
General de Colegios Oficiales de Psicólogos lo hace suyo y de acuerdo con sus normas juzgará el ejercicio
de la profesión de los colegiados.
Artículo 2. La actividad del psicólogo se rige, ante todo, por los principios de convivencia y de legalidad
democráticamente establecidos en el Estado Español.
Artículo 3. En el ejercicio de su profesión el/la psicólogo/a tendrá en cuenta las normas explícitas e implí-
citas, que rigen en el entorno social en que actúa, considerándolas como elementos de la situación y valo-
rando las consecuencias que la conformidad o desviación respecto a ellas puedan tener en su quehacer
profesional.
Artículo 4. El/la psicólogo rechazará toda clase de impedimentos o trabas a su independencia profesional y
al legítimo ejercicio de su profesión, dentro del marco de derechos y deberes que traza el presente código.
En el apartado siguiente, los Principios Generales, se compone de un total de 11 artículos, los cuales son los
que se citan textualmente del Código Deontológico Oficial de Psicólogos de España a continuación:
32
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Artículo 5. El ejercicio de la psicología se ordena a una finalidad humana y social, que puede expresarse
en objetivos tales como: el bienestar, la salud, la calidad de vida, la plenitud del desarrollo de las personas
y de los grupos, en los distintos ámbitos de la vida individual y social. Puesto que el/ la psicólogo/a no es el
único profesional que persigue estos objetivos humanitarios y sociales, es conveniente y en algunos casos
es precisa la colaboración interdisciplinar con otros profesionales, sin prejuicio de las competencias y saber
de cada uno de ellos.
Artículo 6. La profesión de psicólogo/a se rige por principios comunes a toda deontología profesional:
respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido de responsabilidad, honestidad, since-
ridad para con los clientes, prudencia en la aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional,
solidez de la fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.
Artículo 7. El/la psicólogo/a no realizará por sí mismo, ni contribuirá a prácticas que atenten a la libertad e
integridad física y psíquica de las personas. La intervención directa o la cooperación en la tortura y malos
tratos, además de delito, constituye la más grave violación de la ética profesional de los/las Psicólogos/as.
Estos no participarán en ningún modo, tampoco como investigadores, como asesores o como encubridores,
en la práctica de la tortura, ni en otros procedimientos crueles, inhumanos o degradantes cualesquiera
que sean las personas víctimas de los mismos, las acusaciones, delitos, sospechas de que sean objeto, o
las informaciones que se quiera obtener de ellas, y la situación de conflicto armado, guerra civil, revolución,
terrorismo o cualquier otra, por la que pretendan justificarse tales procedimientos.
Artículo 8. Todo/a psicólogo/a deber informar, al menos a los organismos colegiales, acerca de violaciones
de los derechos humanos, malos tratos o condiciones de reclusión crueles, inhumanas o degradantes de
que sea víctima cualquier persona y de los que tuviere conocimiento en el ejercicio de su profesión.
Artículo 9. El/la psicólogo/a respetará los criterios morales y religiosos de sus clientes, sin que ello impida su
cuestionamiento cuando sea necesario en el curso de la intervención.
Artículo 10. En la prestación de sus servicios, el/la psicólogo/a no hará ninguna discriminación de personas
por razón de nacimiento, edad, raza, sexo, credo, ideología, nacionalidad, clase social, o cualquier otra dife-
rencia.
Artículo 11. El/la psicólogo/a no aprovechará, para lucro o beneficio propio o de terceros, la situación de
poder o superioridad que el ejercicio de la profesión pueda conferirle sobre los clientes.
Artículo 12. Especialmente en sus informes escritos, el/la psicólogo/a será sumamente cauto, prudente
y crítico, frente a nociones que fácilmente degeneran en etiquetas de valuadoras y discriminatorias, del
género de normal/anormal, adaptado/inadaptado, o inteligente/deficiente.
Artículo 13. Nunca el/la psicólogo/a realizará maniobras de captación encaminadas a que le sean confiados
los casos de determinadas personas, ni tampoco procederá en actuaciones que aseguren prácticamente su
monopolio profesional en un área determinada. El/la psicólogo/a en una institución pública no aprovechará
está situación para derivar casos a su propia práctica privada.
Artículo 14. El/la psicólogo/a no prestará su nombre ni su firma a personas que ilegítimamente, sin la titula-
ción y preparación necesarias, realizan actos de ejercicio de la Psicología, y denunciará los casos de intru-
sismo que lleguen a su conocimiento. Tampoco encubrirá con su titulación actividades vanas o engañosas.
33
Capítulo 2. Bioética para la atención clínica
Artículo 15. Cuando se halle ante intereses personales o institucionales contrapuestos, procurará el/ la
psicólogo/a realizar su actividad en términos de máxima imparcialidad. La prestación de servicios en una
institución no exime de la consideración, respeto y atención a las personas que pueden entrar en conflicto
con la institución misma y de las cuales el/la psicólogo/a, en aquellas ocasiones en que legítimamente
proceda, habrá de hacerse valedor ante las autoridades institucionales.
A continuación, el apartado siguiente del Código Deontológico regula las competencias profesionales
que se requieren en el profesional de la psicología y la relación que establece con otros profesionales de la
misma o distinta profesión. Este apartado, “II. De la competencia profesional y de la relación con otros profe-
sionales” contiene los siguientes artículos citados textualmente del Código Deontológico:
Artículo 16. Los deberes y derechos de la profesión de psicólogo se constituyen a partir de un principio de
independencia y autonomía profesional, cualquiera que sea la posición jerárquica que en una determinada
organización ocupe respecto a otros profesionales y autoridades superiores.
Artículo 17. La autoridad profesional del Psicólogo/a se fundamenta en su capacitación y cualificación para
las tareas que desempeña. El/la psicólogo/a ha de estar profesionalmente preparado y especializado en la
utilización de métodos, instrumentos, técnicas y procedimientos que adopte en su trabajo. Forma parte de su
trabajo el esfuerzo continuado de actualización de su competencia profesional. Debe reconocer los límites
de su competencia y las limitaciones de sus técnicas.
Artículo 18. Sin perjuicio de la legítima diversidad de teorías, escuelas y métodos, el/la psicólogo/a no
utilizará medios o procedimientos que no se hallen suficientemente contrastados, dentro de los límites del
conocimiento científico vigente. En el caso de investigaciones para poner a prueba técnicas o instrumentos
nuevos, todavía no contrastados, lo hará saber así a sus clientes antes de su utilización.
Artículo 19. Todo tipo de material estrictamente psicológico, tanto de evaluación cuanto de intervención o
tratamiento, queda reservado al uso de los/as psicólogos/as, quienes por otra parte, se abstendrán de faci-
litarlos a otras personas no competentes. Los/las psicólogos/as gestionarán o en su caso garantizarán la
debida custodia de los documentos psicológicos.
Artículo 20. Cuando una determinada evaluación o intervención psicológica envuelva estrechas relaciones
con otras áreas disciplinares y competencias profesionales, el/la psicólogo/a tratará de asegurar las corres-
pondientes conexiones, bien por sí mismo, bien indicándoselo y orientando en ese sentido al cliente.
Artículo 22. Sin perjuicio de la crítica científica que estime oportuna, en el ejercicio de la profesión, el/la
psicólogo/a no desacreditará a colegas u otros profesionales que trabajan con sus mismos o diferentes
métodos, y hablará con respeto de las escuelas y tipos de intervención que gozan de credibilidad científica y
profesional.
Artículo 23. El ejercicio de la psicología se basa en el derecho y en el deber de un respeto reciproco entre
el/la psicólogo/a y otras profesiones, especialmente las de aquellos que están más cercanos en sus distintas
áreas de actividad.
34
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Artículo 24. El/la psicólogo/a debe rechazar llevar a cabo la prestación de sus servicios cuando haya
certeza de que puedan ser mal utilizados o utilizados en contra de los legítimos intereses de las personas, los
grupos, las instituciones y las comunidades.
Artículo 25. Al hacerse cargo de una intervención sobre personas, grupos, instituciones o comunidades, el/
la psicólogo/a ofrecerá la información adecuada sobre las características esenciales de la relación estable-
cida, los problemas que está abordando, los objetivos que se propone y el método utilizado.
En caso de menores de edad o legalmente incapacitados, se hará saber a sus padres o tutores.
En cualquier caso, se evitará la manipulación de las personas y se tenderá hacia el logro de su desarrollo y
autonomía.
Artículo 26. El/la psicólogo/a debe dar por terminada su intervención y no prolongarla con ocultación o
engaño tanto si se han alcanzado los objetivos propuestos, como si tras un tiempo razonable aparece que,
con los medios o recursos a su disposición, es incapaz de alcanzarlos. En este caso indicará a la persona,
grupo, institución o comunidad qué otros psicólogos o qué otros profesionales pueden hacerse cargo de la
intervención.
Artículo 27. Por ninguna razón se restringirá la libertad de abandonar la intervención y acudir a otro psicó-
logo o profesional; antes bien, se favorecerá al máximo la capacidad de decisión bien informada del cliente.
El/la psicólogo/a puede negarse a simultanear su intervención con otra diferente realizada por otro profe-
sional.
Artículo 28. El/la psicólogo/a no aprovechará la situación de poder que pueda proporcionarle su status
para reclamar condiciones especiales de trabajo o remuneraciones superiores a las alcanzables en circuns-
tancias normales.
Artículo 29. Del mismo modo, no se prestará a situaciones confusas en las que su papel y función sean equí-
vocos o ambiguos.
Artículo 30. El/la psicólogo/a no se inmiscuirá en las diversas intervenciones iniciadas por otros psicólogos.
Artículo 31. En los casos en que los servicios del psicólogo sean requeridos para asesorar y/o efectuar
campañas de publicidad comercial, política y similares, el/la psicólogo/a colaborará en la salvaguardia de la
veracidad de los contenidos y del respeto a las personas.
Artículo 32. El/la psicólogo/a debe tener especial cuidado en no crear falsas expectativas que después sea
incapaz de satisfacer profesionalmente.
El cuarto apartado, el “IV: De la Investigación y la docencia”, se regula a través de los siguientes 6 artículos
citados textualmente del Código Deontológico del Psicólogo:
35
Capítulo 2. Bioética para la atención clínica
Artículo 35. Cuando la investigación psicológica requiera alguna clase de daños pasajeros y molestias,
como choques eléctricos o privación sensorial, el investigador, ante todo, se asegurará de que los sujetos
participen en las sesiones experimentales con verdadera libertad, sin constricciones ajenas de tipo alguno,
y no los aceptará sino tras informarles puntualmente sobre esos daños y obtener su consiguiente consenti-
miento. Aun habiendo inicialmente consentido, el sujeto podrá en cualquier momento decidir interrumpir su
participación en el experimento.
Artículo 36. Cuando la investigación requiera del recurso a la decepción o al engaño, el/la psicólogo/a se
asegurará de que este no va a producir perjuicios duraderos en ninguno de los sujetos, y, en todo caso, reve-
lará a estos la naturaleza y necesidad experimental de engaño al concluir la sesión o la investigación.
Artículo 38. La experimentación con animales evitará también, o reducirá al mínimo, los sufrimientos, daños
y molestias que no sean imprescindibles y justificables en atención a fines de reconocido valor científico y
humano. Las operaciones quirúrgicas sobre animales se efectuarán con anestesia y se adoptaran medidas
apropiadas para evitar las posibles complicaciones. El personal directamente implicado en la investigación
con animales seguirá en su práctica los procedimientos de alojamiento, manejo experimental y eliminación
eutanásica de los animales, que se recogen en la Guía para la conducta ética en el cuidado y utilización de
animales editada por el Colegio Oficial de Psicólogos y que se atiene a las normas internacionales.
El apartado “V. De la obtención y uso de la información” incluye los siguientes 15 artículos citados textual-
mente del Código Deontológico del Psicólogo en España:
Artículo 39. En el ejercicio de su profesión, el/la psicólogo/a mostrará un respeto escrupuloso del derecho
de su cliente a la propia intimidad. Únicamente recabará la información estrictamente necesaria para el
desempeño de las tareas para las que ha sido requerido, y siempre con la autorización del cliente.
Artículo 40. Toda la información que el/la psicólogo/a recoge en el ejercicio de su profesión, sea en mani-
festaciones verbales expresas de sus clientes, sea en datos psicotécnicos o en otras observaciones profe-
sionales practicadas, está sujeta a un deber y a un derecho de secreto profesional, del que, solo podría ser
eximido por el consentimiento expreso del cliente. El/la psicólogo/a velará porque sus eventuales colabora-
dores se atengan a este secreto profesional.
Artículo 41. Cuando la evaluación o intervención psicológica se produce a petición del propio sujeto de
quien el/la psicólogo/a obtiene información, esta solo puede comunicarse a terceras personas, con expresa
autorización previa del interesado y dentro de los límites de esta autorización.
36
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Artículo 42. Cuando dicha evaluación o intervención ha sido solicitada por otra persona –jueces, profesio-
nales de la enseñanza, padres, empleadores, o cualquier otro solicitante diferente del sujeto evaluado–, este
último o sus padres o tutores tendrán derecho a ser informados del hecho de la evaluación o intervención
y del destinatario del informe psicológico consiguiente. El sujeto de un Informe Psicológico tiene derecho a
conocer el contenido del mismo, siempre que de ello no se derive un grave perjuicio para el sujeto o para el/
la psicólogo/a, y aunque la solicitud de su realización haya sido hecha por otras personas.
Artículo 43. Los informes psicológicos realizados a petición de instituciones u organizaciones en general,
aparte de lo indicado en el artículo anterior, estarán sometidos al mismo deber y derecho general de confi-
dencialidad antes establecido, quedando tanto el/la psicólogo/a como la correspondiente instancia solici-
tante obligados a no darles difusión fuera del estricto marco para el que fueron recabados.
Las enumeraciones o listas de sujetos evaluados en los que deban constar los diagnósticos o datos de la
evaluación y que se les requieran al psicólogo por otras instancias, a efectos de planificación, obtención de
recursos u otros, deberán realizarse omitiendo el nombre y datos de identificación del sujeto, siempre que no
sean estrictamente necesarios.
Artículo 44. De la información profesionalmente adquirida no debe nunca el/la psicólogo/a servirse ni en
beneficio propio o de terceros, ni en perjuicio del interesado.
Artículo 45. La exposición oral, impresa, audiovisual u otra, de casos clínicos o ilustrativos con fines didác-
ticos o de comunicación o divulgación científica, debe hacerse de modo que no sea posible la identificación
de la persona, grupo o institución de que se trata.
En el caso de que el medio usado para tales exposiciones conlleve la posibilidad de identificación del sujeto,
será necesario su consentimiento previo explícito.
Artículo 46. Los registros escritos y electrónicos de datos psicológicos, entrevistas y resultados de pruebas,
si son conservados durante cierto tiempo, lo serán bajo la responsabilidad personal del Psicólogo en condi-
ciones de seguridad y secreto que impidan que personas ajenas puedan tener acceso a ellos.
Artículo 47. Para la presencia, manifiesta o reservada de terceras personas, innecesarias para el acto profe-
sional, tales como alumnos en prácticas o profesionales en formación, se requiere el previo consentimiento
del cliente.
Artículo 48. Los informes psicológicos habrán de ser claros, precisos, rigurosos e inteligibles para su desti-
natario. Deberán expresar su alcance y limitaciones, el grado de certidumbre que acerca de sus varios
contenidos posea el informante, su carácter actual o temporal, las técnicas utilizadas para su elaboración,
haciendo constar en todo caso los datos del profesional que lo emite.
Artículo 49. El fallecimiento del cliente, o su desaparición –en el caso de instituciones públicas o privadas no
libera al psicólogo de las obligaciones del secreto profesional–.
El apartado titulado “VI. De la publicidad” trata de velar por la veracidad de la publicidad hecha por el colec-
tivo de profesionales de la psicología. Se constituye de los siguientes cuatro artículos citados textualmente
del Código Deontológico del Psicólogo en España:
Artículo 50. Los profesionales colegiados habrán de ajustar su conducta en materia de comunicaciones
comerciales a lo dispuesto en la Ley, con la finalidad de salvaguardar la independencia e integridad de la
profesión, así como, en su caso, el secreto profesional.
37
Capítulo 2. Bioética para la atención clínica
Artículo 51. Sin perjuicio de la responsabilidad penal que pueda suponer, constituye una grave violación de la
deontología profesional atribuirse en cualquier medio –anuncios, placas, tarjetas de visita, programas, etc.–
una titulación que no se posee, así como también utilizar denominaciones y títulos ambiguos, que, aun sin
faltar de modo literal a la verdad, pueden fácilmente inducir a error o a confusión, e igualmente favorecer la
credulidad del público a propósito de técnicas o procedimientos de dudosa eficacia.
Artículo 52. Como tal, el/la psicólogo/a puede tomar parte en campañas de asesoramiento e información a
la población con fines culturales, educativos, sanitarios, laborales u otros de reconocido sentido social.
Artículo 53. El/la psicólogo/a que utilice seudónimo en su actividad profesional deberá declararlo al
Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos para su correspondiente registro.
Artículo 54. Los criterios orientativos en materia de honorarios y remuneración solo pueden referirse a los
supuestos de tasación de costas.
Artículo 55. En el ejercicio libre de la profesión el/la psicólogo/a informará previamente al cliente sobre la
cuantía de los honorarios por sus actos profesionales.
Artículo 56. El/la psicólogo/a, en ningún caso, percibirá remuneración alguna relacionada con la derivación
de clientes a otros profesionales.
Finalmente, el apartado “VIII. Garantías Procesales” se constituye de un total de 5 artículos. Éstos regulan
los mecanismos de comprobación del seguimiento del código, los cuales son los citados a continuación
textualmente:
Artículo 57. La Comisión Deontológica creada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicó-
logos, velará por la interpretación y aplicación de este código. El Consejo General de Colegios Oficiales de
Psicólogos asegurará la difusión de este código entre todos los profesionales y el conjunto de instituciones
sociales. Procuraran asimismo que los principios aquí expuestos sean objeto de estudio por todos los estu-
diantes de psicología en las universidades.
Artículo 58. Las infracciones de las normas del Código Deontológico en el Ejercicio de la Psicología deberán
ser denunciadas ante la Comisión Deontológica. El expediente deberá tramitarse bajo los principios de
audiencia, contradicción y reserva, concluyendo con una propuesta de resolución de la Comisión. La Junta
de Gobierno, oído al interesado, adoptará la resolución procedente, acordando el sobreseimiento o la impo-
sición de la sanción disciplinaria que estatutariamente corresponda.
Artículo 59. El Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos garantiza la defensa de aquellos cole-
giados que se vean atacados o amenazados por el ejercicio de actos profesionales, legítimamente realizados
dentro del marco de derechos y deberes del presente código, defendiendo en particular el secreto profe-
sional y la dignidad e independencia del psicólogo.
Artículo 60. El Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos tratará de que las normas de este
código deontológico, que representan un compromiso formal de las instituciones colegiales y de la profe-
sión ante la sociedad española, en la medida en que la sociedad misma las valore como esenciales para el
ejercicio de una profesión de alto significado humano y social, pasen a formar parte del ordenamiento jurí-
dico garantizado por los Poderes públicos.
38
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Artículo 61. Cuando un psicólogo se vea en el conflicto de normas adversas, incompatibles, ya legales, ya
de este código deontológico, que entran en colisión para un caso concreto, resolverá en conciencia, infor-
mando a las distintas partes interesadas y a la Comisión Deontológica Colegial.
• La autonomía moral de los pacientes. Muchas veces, desde la asimetría propia de la terapia o desde
un modelo de intervención biomédico, es el profesional el que tiene el conocimiento y, con él, la deter-
minación de las intervenciones que serían eficaces ante ciertos problemas. Estas características, en
algunas situaciones, entran en conflicto con el reconocimiento y promoción de la autonomía del
paciente.
Desde un punto de vista ético, la persona autónoma es aquella capaz de deliberar sobre sus obje-
tivos personales y actuar bajo las premisas marcadas por estos. En este sentido, el profesional debe
respetar la autonomía y opciones del paciente y no poner obstáculos a estos, a no ser que sean
perjudiciales para los demás. Eso sí, debe mantenerse en la difícil tarea de velar por la recuperación
de sus pacientes, respetando la autonomía del mismo y sin entrar en conflictos éticos.
Algunas de las barreras de la comunicación que pueden estar determinando que no se transmita
la información adecuada que dificultan que el profesional pueda cumplir con el deber de informar
correctamente, son (Gallar, 2001):
39
Capítulo 2. Bioética para la atención clínica
8. Enjuiciar precipitadamente.
9. Interferencias externas (ruido, ambiente cargado, clima de tensión, etc.) e interferencias internas
(malestares físicos, dolores de cabeza, molestias menstruales).
• Problemas éticos causados por terceras personas. En algunos casos, los problemas éticos vienen
causados por la interacción con terceras partes. Es muy común que estas interferencias vengan dadas
por la familia. En el proceso sanitario puede aparecer con frecuencia el efecto de conspiración de
silencio. Este hecho viene de la mano de la familia del paciente, que puede no querer que este obtenga
toda la información e intenta pactar con el profesional que se le facilite. Por otro lado, es también
común el hecho de que la conspiración de silencio venga dada por el hecho de que, aunque la infor-
mación es conocida por todos los allegados, hay una negativa de todos por hablar al respecto. De
esta forma, podría llegar a impedirse el desarrollo de la terapia con normalidad.
Este tipo de dilemas éticos también puede aparecer cuando se evalúa e interviene con menores.
Generalmente, en estos casos, este hecho es debido a los conflictos de intereses que pueden
aparecer entre los padres o tutores legales. En algunas ocasiones, también es posible que la conspi-
ración de silencio venga dada por la falta de información completa que puede tener una de las partes
(por ejemplo, las evaluaciones para determinar la custodia del menor).
• Problemas en el profesional o burnout. Muy pocas veces son atendidos los posibles problemas
éticos que pueden venir derivados de los problemas o alteraciones físicas o psicológicas que pueda
presentar el profesional. En este caso, la cuestión principal reside en considerar si realmente el profe-
sional tiene las competencias y se encuentra en sus plenas facultades para realizar intervenciones
adecuadas y con garantías éticas para el paciente.
40
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
• Problemas éticos que esconden detrás problemas psicológicos. Puede darse el caso de que surjan
determinados dilemas éticos durante el tratamiento de un paciente (como por ejemplo, manifestar que
no se le está dejando decidir sobre su propio proceso de curación). Es posible que, en algunos casos,
lo que subyace al dilema ético en cuestión son problemas o sintomatología psicológica (como por
ejemplo, presentar algún trastorno de la personalidad que no le permite hacerse cargo de su salud).
• Problemas psicológicos que esconden problemas éticos. El psicólogo sanitario puede encontrarse
sintomatología específica (como por ejemplo, irritabilidad, tristeza, conflictos familiares, etc.), que en
realidad pueden surgir por problemas éticos, como es que por ejemplo la familia no está respetando la
libertad de decisión del paciente de recibir o no el tratamiento.
41
Introducción
Capítulo 3
Uno de los problemas a que se enfrenta el psicólogo es el de determinar qué aspectos del comportamiento
del paciente puede resultar disfuncional y pueden tener consecuencias sobre su salud, su vida personal o
sus relaciones interpersonales. Realizar estas tareas supone conocer los hechos, los modelos explicativos
o teorías más plausibles, y valorarlos de forma crítica. Esta ardua tarea queda definida en gran parte por la
evaluación y diagnóstico psicológico (Tapia, 2011).
42
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
El término de evaluación psicológica hace referencia al examen o exploración de personas, mientras que el
término valoración implica el examen y la valoración de objetos, programas, intervenciones o tratamientos
(Fernández-Ballesteros, 2001a).
Proceso de una evaluación con enfoque correlacional o descriptivo (ver figura 2 de la página siguiente):
Durante esta primera fase, el evaluador se sitúa como observador participante, recopilando infor-
mación. Especialmente, aquella que permita especificar la demanda y fijar objetivos, así como esta-
blecer los antecedentes históricos y condiciones actuales relevantes.
Al iniciar la evaluación, el psicólogo debe clarificar la demanda, obteniendo información sobre por
qué se solicita la evaluación, qué se desea conseguir con ella y cuáles son los comportamientos
que inicialmente van a ser objeto de análisis. En esta primera fase, también se evaluará la historia del
sujeto. Los aspectos que se recogen son: nacimiento y crianza, circunstancias familiares y sociales,
condiciones educativas y laborales, condiciones biológicas y eventos vitales importantes. Final-
mente, las condiciones actuales (biológicas y socioambientales) que se recogen son: lugar donde
reside, condiciones sociales, económicas y familiares, eventos vitales actuales, ocupación, estilo de
vida y estado físico y de salud.
En función de las observaciones realizadas en la primera fase, se establecen hipótesis que den
respuesta a cuestiones como: ¿En qué medida se dan las conductas objeto de estudio? ¿Qué varia-
bles pueden estar influyendo en la conducta? ¿Qué variables del entorno pueden estar influyendo?
2. Supuestos de semejanza: permiten recabar información sobre hasta qué punto las conductas de
la persona son semejantes a las de otros. Por ejemplo, si el comportamiento de un niño es similar a
la de otros niños diagnosticados por trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
43
Capítulo 3. La evaluación en psicología sanitaria y la elaboración de informes
Demanda de
atención psicológica
Recogida
FASE 1
de información
Forrmulación de
hipótesis:
FASE 2 Cuantificación
Semejanza
Asociación
Enunciados de
variables de
estudio
Comprobación
de hipótesis
FASE 3
AplIcación de
instrumentos
SUJETO
Diagnóstico
Resultados
FASE 4 Orientación
Informes
Selección
44
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
A partir de las hipótesis planteadas de forma contrastable, se seleccionan las variables a evaluar que
permitirán seleccionar las técnicas concretas para su medición y el procedimiento de recogida de
datos que facilitará su verificación.
En esta tercera fase se aplican las técnicas seleccionadas a partir del procedimiento establecido y
se analizan los resultados con el objetivo de comprobar las hipótesis. Una vez contrastada la calidad
de los datos, estos son ponderados a puntuaciones normalizadas. A partir de estos nuevos datos, se
pueden formular hipótesis para ser contrastadas.
Los resultados de evaluación se analizan en función del objetivo de la misma: describir, clasificar,
predecir y explicar el comportamiento del sujeto, con vistas a tomar decisiones respecto al diag-
nóstico, selección o tratamiento. Una vez finalizado el proceso, el psicólogo tiene la obligación de
informar sobre los resultados, bien a través del informe psicológico o bien informando de ellos oral-
mente.
Proceso de evaluación con un enfoque experimental (ver figura 3 de la página siguiente): Este proceso, en
sus fases iniciales, es similar al proceso de evaluación correlacional.
En base a los resultados obtenidos en la fase anterior, se plantearían una serie de supuestos funcio-
nales explicativos. Las hipótesis que deberán realizarse deben perseguir dos objetivos:
1. Establecer supuestos funcionales sobre el caso, lo que supone detectar la conducta a evaluar y
determinar las variables que sería relevante manipular.
Durante esta fase se determinarán aquellas variables dependientes susceptibles de cambio, las varia-
bles independientes que serán manipuladas en las diferentes condiciones, y la selección de la técnica
o tratamiento que manipulará la variable independiente.
45
Capítulo 3. La evaluación en psicología sanitaria y la elaboración de informes
Demanda de
atención psicológica
Recogida
FASE 1
de información
Forrmulación de
hipótesis:
FASE 2 Cuantificación
Semejanza
Asociación
Enunciados de
variables de Resultados
estudio FASE 9 Informes
Comprobación
de hipótesis Resultados
FASE 3 FASE 8
AplIcación de Informes
instrumentos
Constatación y
Resultados
FASE 4 FASE 7 valoración del
Informes
tratamiento
Figura 3. Proceso de evaluación con enfoque experimental de la evaluación psicológica. Fuente: adaptado de Fernán-
dez-Ballesteros, 2001b.
46
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
• Fase 6. Tratamiento: recogida de datos pertinentes a las hipótesis y aplicación del tratamiento
En esta fase se determina el diseño de intervención y valoración a través del cual se contrastarán las
hipótesis. Se desarrolla el tratamiento cuyo objetivo será provocar un cambio en el sujeto a partir de
intervenciones psicológicas. Se utilizarán las técnicas de evaluación y control posibles. En los casos
en los que proceda, se realizará una evaluación continua durante el transcurso del tratamiento.
En este apartado se evaluará nuevamente la conducta sujeta a intervención, constatando que los
datos verifican las hipótesis planteadas inicialmente y si el tratamiento ha sido efectivo.
• Fase 8. Resultados
El proceso finaliza informando a la persona el resultado obtenido y el efecto que ha tenido la inter-
vención.
• Fase 9. Seguimiento
Finalmente, se mantienen algunas medidas de evaluación que permitan realizar un seguimiento de los
resultados obtenidos tras la intervención. El objetivo del seguimiento es testar si el efecto producido
por la intervención realizada se mantiene en el tiempo.
Aunque todas estas perspectivas resultan de gran complejidad y sería necesaria una formación especiali-
zada y prolongada para entender cada una de ellas, en las siguientes líneas se persigue dar unas pinceladas
sobre las características principales de evaluación desde cada una de ellas.
1. Modelo psicodinámico
Los psicoterapeutas de tradición psicoanalítica parten de determinados supuestos sobre la estructura y
dinamismo de la personalidad y sobre las formas de adoptar el tratamiento. El origen de este enfoque se
encuentra esencialmente en el campo de la psicopatología.
Respecto a la evaluación psicológica, se caracterizan por no buscar la clasificación de los problemas, sino
por tratar de comprender su dinámica (Tapia, 2011). El objetivo principal de la evaluación se centra en explicar
la etiología del comportamiento humano. El análisis de las variables explicativas tendrá la función de generar
cambios con su manipulación y predecir la conducta futura (Kirchner, Torre y Forns, 1997). Entre los psico-
terapeutas psicodinámicos existen diferencias respecto a la evaluación psicológica. Algunos de ellos reco-
nocen la posibilidad de utilizar elementos que ayuden a configurar un mapa de la personalidad, evitando de
este modo perderse durante la terapia, utilizando las técnicas proyectivas (Appelbaum, 1990). En cambio,
otros profesionales consideran que no es necesario, ya que es durante el desarrollo de la terapia donde se
manifiestan las demandas del paciente, que no pueden ser anticipadas con la evaluación.
47
Capítulo 3. La evaluación en psicología sanitaria y la elaboración de informes
En todo caso, durante el desarrollo de la terapia el profesional observa constantemente lo que la persona
dice o hace. Además, se trata de identificar, a través de las regularidades observadas, cuáles son las pautas
regulares del funcionamiento del paciente. Desde el enfoque psicodinámico, se consideran estas regulari-
dades para formular hipótesis que son, a su vez, puestas a prueba en las sesiones de terapia. Estas regulari-
dades también podrían determinarse a través de las respuestas proporcionadas ante técnicas proyectivas.
En este caso, contribuirían a formular las hipótesis.
Los elementos comunes de la perspectiva psicodinámica que la diferencian de otros enfoques son (Sheder,
2010; Tapia, 2011):
• El punto de atención de la evaluación e intervención está en los efectos y la expresión de las emociones.
• El psicoterapeuta presta especial atención a los intentos del paciente por evitar pensamientos y senti-
mientos perturbadores.
• Se busca identificar y explorar temas y pautas recurrentes en los pensamientos, sentimientos, expe-
riencias vitales y relaciones de los pacientes.
• La propia relación terapéutica que se establece está en el centro de la evaluación, como modelo de
relación importante para la persona.
• Se considera que la evaluación de los sueños y las fantasías de la persona puede aportar información
sobre la motivación, preocupaciones y estilos de afrontamiento.
Algunos supuestos psicoanalíticos han recibido apoyo empírico, se han desarrollado instrumentos que
permiten su medición y sus terapias obtienen buenos resultados, especialmente con algunos tipos de
problemas. El mayor inconveniente que presenta es que los problemas pueden ser explicados por modelos
alternativos y que los resultados positivos de las terapias puedan ser debidos a otras variables (Tapia, 2011).
2. Modelo humanista
La psicología humanista se desarrolló a partir del trabajo realizado por Carl Rogers, Ronald Laing y Abraham
Maslow. Desde este modelo se pone el foco de atención en el desarrollo de la persona. Desde la terapia
humanista se persigue ayudar al sujeto a “ser persona”. Para conseguirlo, es fundamental un tipo de relación
terapéutica caracterizada por la sinceridad, la aceptación incondicional y la empatía. Estas características
favorecen el desarrollo del paciente por sí mismo, descubriendo sus propias motivaciones y capacidades
(Tapias, 2011).
Bajo este modelo terapéutico, no tendrá sentido la evaluación psicológica tal y como es descrita tradicio-
nalmente, en la que se recoge información del paciente y se decide la mejor intervención dadas sus nece-
sidades. Desde este enfoque el psicólogo escucha al paciente, trata de entender lo que el paciente siente y
experimenta, aceptándolo tal como es, empatizando y mostrando las posibles incongruencias que puedan
aparecer en su discurso, o de este con su conducta. Es por ello que la evaluación que cabría esperar consis-
tiría en la detección de estas incongruencias.
48
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Puede ser compatible con el empleo de este tipo de terapia utilizar cuestionarios o test para evaluar ciertas
características de la persona, pero no formaría parte en sí de terapia. Su objetivo consistiría en ayudar al
sujeto a conocerse y tomar sus propias decisiones. En algunos casos, las herramientas podrían ser utilizadas
para ayudar a la persona a tomar conciencia del problema, contribuyendo a la propia autoevaluación.
Sin embargo, algunos autores ponen de manifiesto las aportaciones que el modelo humanista pueden
hacer a la evaluación e intervención psicológica. La perspectiva humanista puede ser realmente útil en el
adecuado establecimiento de la relación terapéutica, basada en la empatía, la sinceridad y la aceptación
incondicional del paciente (Castonguay, Boswell, Constantino, Golfried y Hill, 2010).
3. Modelos conductuales
Desde los modelos conductistas, el foco de atención está en la evaluación de los aspectos observables.
De este modo, los aspectos y procesos psicológicos intangibles y observables son medidos a partir de la
conducta manifiesta. Desde esta perspectiva la conducta patológica o anormal estará basada en los mismos
principios que la conducta normal, siempre y cuando no haya una alteración biológica que podría explicarlo.
Según Tapia (2011) los modelos conductuales establecidos para realizar la evaluación psicológica son:
Desde la perspectiva del condicionamiento operante, aquellas conductas que tienen consecuencias
positivas sobre las personas serán repetidas. En cambio, aquellas que tengan consecuencias nega-
tivas, tenderán a no realizarse. Aunque bien es sabido que, en terapia, este proceso es más complejo.
Las diferentes personas presentan motivaciones y necesidades diversas, las cuales también están
determinadas por el contexto, pero, además, ante las situaciones reales éstas tienen una combina-
ción de aspectos positivos y negativos.
Desde este enfoque, la evaluación psicológica se subraya la necesidad de identificar las situaciones,
objetos, personas, etc. que pueden estar actuando como estímulos discriminativos para la realización
de determinadas acciones. Además, se exploran las posibles condiciones que pueden estar actuando
como reforzadores.
Muchas de las conductas son aprendidas por condicionamiento clásico. Desde este modelo, hay
estímulos que activan de forma natural y espontánea determinadas respuestas. Cuando estos se
asocian con otros estímulos neutros, estos últimos acabarán desencadenando el mismo tipo de
respuesta.
Esta forma de condicionamiento influye en gran medida en nuestra vida, adquiriendo gran impor-
tancia en situaciones que requieren atención clínica: por ejemplo, cuando estas respuestas son aver-
sivas o generan estados afectivos negativos (ansiedad, depresión, etc.).
Desde este modelo, la evaluación recoge el papel que juega la relación entre diferentes estímulos
para provocar una determinada respuesta. En este tipo de condicionamiento pueden aparecer varia-
bles no observables de relevancia, como la ansiedad o ciertos pensamientos. Lo cual que hace que
estas variables empiecen a ser tenidas en cuenta en la evaluación, buscando indicadores externos
para su medición.
49
Capítulo 3. La evaluación en psicología sanitaria y la elaboración de informes
Los modelos basados en el condicionamiento han resultados ser insuficientes, lo que ha supuesto
la aparición de nuevos enfoques, entre ellos los cognitivos. Desde esta perspectiva, las personas
procesamos cognitivamente la información que nos proporciona el contexto. Es el resultado de este
procesamiento el que influye en el modo en que actuamos (Tapia, 2011).
Bajo este enfoque, diversos autores han puesto de manifiesto el papel que ciertas variables cogni-
tivas pueden tener sobre los problemas o alteraciones psicológicas: las creencias irracionales, la
autoverbalización y las autoinstrucciones, la inferencia, el proceso de resolución de problemas, etc.
La evaluación psicológica, bajo este prisma, subraya la necesidad de evaluar variables cognitivas que
hasta el momento no habían sido tenidas en cuenta. En muchos casos esta evaluación se realizará a
partir de la medición del efecto que las variables cognitivas tienen sobre la conducta.
Desde la teoría cognitivo-social de Bandura, las personas no se limitan a reaccionar ante estímulos,
ni su conducta está siempre determinada por hechos del pasado. Por tanto, no se actúa sólo en
función de las reglas de condicionamiento, sino que se puede aprender también a partir de la obser-
vación y de lo que les ocurre a otras personas. Según esta perspectiva, actuamos en función de los
demás y gran parte de nuestra conducta está regulada por criterios internos y por la autoevaluación
de los propios actos y sus consecuencias.
Respecto a la evaluación psicológica, este modelo aporta un gran número de variables que el psicó-
logo debe de tener presente, entre los que destacan:
– La interacción que puede aparecer entre los diferentes factores que intervienen en una situación
El psicólogo sanitario debe de poseer competencias tanto en el campo de la psicología clínica como en la
psicología de la salud. De hecho, el proceso de evaluación psicológica se realiza en estos dos campos de
estudio. El objetivo de la entrevista será el de llegar a un diagnóstico psicológico.
50
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
de la obtención de información cuantificable. Siguiendo la propuesta realizada por Salamero, Peri y Gutié-
rrez (2003), analizaremos en primer lugar las características de la entrevista conductual y, posteriormente, la
utilización de otras herramientas.
Dada la gran variedad de sintomatología y trastornos en el ámbito sanitario, resulta difícil diseñar una entre-
vista conductual que sea de utilidad en todos los casos. Además, es frecuente que puede aparecer resis-
tencia a la evaluación e intervención psicológica por parte del paciente, lo que muchas veces provoca que
se tenga que ir trabajando la resistencia a la vez que se realiza la evaluación psicológica.
Los componentes de esta evaluación deberían incluir (Salamero, Peri y Gutiérrez, 2003):
– Historial médico o sanitario: que incluya enfermedades o molestias físicas (intervenciones quirúr-
gicas o accidentes relevantes), consumo de fármacos y tóxicos, patrones de sueño, alimentación y
actividad física.
– Historia familiar: características y relación con la familia de origen, pareja e hijos y nivel de satisfac-
ción familiar.
– Historia social: incluyendo actividades sociales y tiempo libre, así como la satisfacción con las
mismas.
Tabla 10.
Análisis y descripción del problema
Cuestiones que facilitan el análisis y descripción del problema
en el transcurso de una entrevista
¿Cuál es el problema?
Recuerde la última vez que ocurrió esa situación y describa un episodio típico.
¿Cómo se siente cuando aparece el problema? (emoción).
¿Qué sensaciones o molestias experimenta su cuerpo? (respuesta fisiológica o aspectos somáticos).
¿Qué piensa o qué imágenes pasan por su mente? (cognición).
¿Con qué frecuencia aparece el problema?
¿Cuánto dura?
¿Qué intensidad suele tener de 0 a 10?
¿En qué grado interfiere con su funcionamiento normal?
51
Capítulo 3. La evaluación en psicología sanitaria y la elaboración de informes
Además, debería recogerse toda aquella información que ayude a realizar el análisis funcional de
conducta evaluando los antecedentes, las variables del organismo y sus consecuencias. Algunas
cuestiones que ayudarían al psicólogo sanitario a recoger esta información, quedan recogidas en la
tabla 11.
Tabla 11.
Análisis funcional de conducta
• ¿Cuándo empezó este problema?
Antecedentes remotos • ¿Qué otros acontecimientos ocurrieron?
• ¿Cómo ha sido la evaluación del problema?
• ¿En qué situaciones aparece con mayor frecuencia? (lugares, horas, días,
con qué personas).
• Antes de que aparezca el problema, ¿Qué está haciendo usted? ¿Qué
Antecedentes inmediatos
siente? ¿Qué piensa? Y ¿Qué sensaciones corporales experimenta?
• ¿En qué situaciones aparece con menor frecuencia?
• ¿Qué factores mejoran o empeoran la situación?
Variables del organismo • Inteligencia, personalidad, creencias, valores, estrategias de afrontamiento.
• ¿Qué cosas suceden después?
• ¿Qué hace usted? o ¿Qué hacen otros?
Consecuencias • ¿Qué cosas tiene que hacer o ha dejado de hacer a causa del problema?
• ¿Qué hacen o han dejado de hacer los demás como consecuencia del
problema?
Otros aspectos que deberían tenerse en cuenta al realizar una entrevista en un contexto sanitario
serían: la actitud hacia el problema, la evaluación de la motivación para el cambio, las soluciones
intentadas previamente y las metas del tratamiento. Estos aspectos podrían evaluarse a partir de las
cuestiones planteadas en la tabla 12.
Tabla 12.
Análisis funcional de conducta
Actitud hacia el problema • ¿Cuál cree que es la causa del problema?
• ¿Quién es la persona más interesada en resolver el problema?
Motivación • ¿Qué beneficios tendría resolver el problema?
• ¿Qué inconvenientes tendría resolver el problema?
• ¿Qué ha hecho usted hasta el momento para resolver el problema?
• ¿Cómo ha intentado solucionar el problema: por sí mismo, junto con otros
Soluciones intentadas
profesionales, medicación, etc.?
• ¿Qué resultados le ha dado?
• ¿De qué manera le gustaría cambiar?
• ¿Qué debería usted pensar, decir, hacer, cuando terminemos para poder
Establecimientos de metas decir que el problema ha desaparecido?
• ¿Cuál de los problemas planteados le parece más importante?
• ¿Qué problema considera que debería tratarse en primer lugar?
52
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Los registros psicofisiológicos son métodos directos, por lo que están menos sujetos a la influencia
o manipulación de la persona. Tienen como inconveniente que se centran exclusivamente en el nivel
de respuesta y pueden resultar más costosos (mayor duración y necesidad de herramientas tecnoló-
gicas).
2. Autoinformes y cuestionarios
Los autoinformes son muy utilizados en contextos sanitarios. Podrían dividirse en dos tipos:
a) Los cuestionarios de información general, que persiguen obtener información sobre diferentes as-
pectos que pueden estar relacionados con un problema. Como el Life History Questionnaire de
Wolpe y Lazarus (1966) y el Behavioral Annalysis Questionnaire de Cautela (1977) (Ambos citados
en Salamero, Peri y Gutiérrez, 2003).
b) Los cuestionarios diseñados para evaluar áreas concretas. Existen tantos cuestionarios como pro-
blemáticas, aunque sería necesario determinar qué cuestionario sería más útil para cada patología.
En la tabla 13 se exponen los instrumentos más utilizados en contextos sanitarios.
Tabla 13.
Instrumentos más utilizados en contestos sanitarios
53
Capítulo 3. La evaluación en psicología sanitaria y la elaboración de informes
• Supone un testimonio archivable y duradero sobre la actividad realizada por el evaluador, pudiéndose
acceder a los datos sintetizados y analizados en cualquier momento.
• Es una fuente de información sobre la contrastación de hipótesis, para la valoración del proceso y de
los tratamientos posteriores.
• El informe clínico es considerado un documento legal, que informa sobre una persona en un momento
determinado.
• Puede ser utilizado como una medida de la conducta en un momento, pudiendo ser útil para ser
contrastada en momentos posteriores.
54
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Las características que debe seguir todo informe psicológico según Fernández-Ballesteros (2001c):
1. Ser un documento científico: es el resultado de un proceso estricto que, además, ha sido realizado
por un experto que asume la responsabilidad. Por tanto, el informe psicológico debe de ser replicable
y contrastable por otros psicólogos y/o evaluadores. Con esta idea, todo informe debería de constar
de autoría, objetivos por los que se realizó la evaluación, datos de identificación de los sujetos
evaluados, técnicas utilizadas en la recogida de información, procedimiento llevado a cabo, resul-
tados obtenidos, conclusiones y recomendaciones.
2. Servir de vehículo de comunicación: a través del informe se transmite información a otras personas,
convirtiéndose en el medio más importante para transmitir los resultados de una evaluación.
3. Ser útil: sirve para conocer de forma rigurosa los aspectos de una evaluación.
De todos estos apartados podríamos concluir que un informe psicológico debe ser contrastable, compren-
sible y útil.
Organización de un informe
Son muchas las aportaciones realizadas sobre cómo debería de organizarse un informe psicológico.
Siguiendo el manual de referencia los apartados que debería contener cada informe psicológico (Fernán-
dez-Ballesteros, 2001c):
2. Referencia y objetivos
Hacer constancia de los motivos por los que se lleva a cabo la evaluación y los objetivos planteados
al inicio de la misma.
4. Técnicas y procedimientos
En este apartado se enumeran las técnicas, test o instrumentos que se hayan utilizado en la recogida
de información. Si fueran test estandarizados se incluiría también la muestra de tipificación utilizada.
También se incluiría el procedimiento seguido para la evaluación, de forma que pueda ser contras-
tado por otro psicólogo.
55
Capítulo 3. La evaluación en psicología sanitaria y la elaboración de informes
6. Integración de resultados
Los resultados se expondrán en diferentes subapartados:
Recomendaciones:
• El estilo expositivo debe ser claro, conciso, modesto y comprensible por la persona a la que va dirigido.
• El lenguaje debe adecuarse y ser respetuoso con la persona a la que va dirigido. Si son otros profesio-
nales, siendo respetuosos con sus campos de competencia. Si es el entorno familiar de la persona
evaluada, considerando el posible efecto negativo que puede tener la evaluación sobre la persona:
debe salvaguardarse el derecho a la intimidad del paciente y la confidencialidad.
• El informe escrito puede ser sustituido por la información oral en algunos casos, pero siempre debe ser
acompañado por un informe escrito.
Enlace de interés
Guia para la elaboración de informes clínicos. COP CLM.
https://www.copclm.com/wp-content/uploads/2019/12/Guia_elaboracion_informes_clinicos.pdf
56
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Capítulo 4
Un aspecto importante de la evaluación en el ámbito sanitario es el referido al control de los efectos de los
tratamientos aplicados. Este hecho que requiere el uso riguroso de las técnicas de evaluación que cumplan
las garantías científicas exigibles, así como de los diseños de investigación apropiados (Simón, 1996).
El objetivo del siguiente tema es presentar brevemente algunos de los aspectos más destacables relacio-
nados con los diseños de investigación en psicología clínica y psicología de la salud.
Para llevar a cabo todo diseño de investigación es necesario hacer uso del método científico. El método
hipotético deductivo se concreta en las siguientes fases o momentos (León y Montero, 2002):
57
Capítulo 4. Práctica clínica basada en la evidencia en el ámbito de la salud
Para que este paso sea considerado como científico requiere dos condiciones:
b) Tiene que tratarse de un acontecimiento que se pueda repetir, ya que para poder aceptar o rechazar
hipótesis será necesario replicar el estudio.
2. Formulación de hipótesis
Una hipótesis es una conjetura que realiza el investigador en forma de enunciado, cuya principal
característica es que pueda ser sometida a contrastación. Los enunciados de las hipótesis suelen
formularse en condicional (por ejemplo “Si… entonces…”) y especifican bajo qué condiciones se
espera que se produzca un resultado determinado. Además, en las hipótesis se incluyen las variables
de estudio, que son aquellos procesos o acontecimientos que van a ser estimados en el estudio.
58
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Para poder contrastar sus hipótesis el psicólogo o investigador dispone de varios estudios y métodos de
investigación que le ayuden a llevar a cabo su investigación. En primer lugar, puede hacer uso de métodos
de investigación empírica. En este tipo de estudios, el científico recopila datos que son analizados y que le
ayudarán a contrastar las hipótesis. En segundo lugar, tenemos los estudios teóricos o de revisión, en los que
el investigador, de una forma sistemática, analiza el contenido teórico y conceptual que existe y que puede
dar respuesta a su hipótesis.
En este tema se expondrán los métodos de investigación empírica. Son aquellos en los que el investigador
recopila datos de la realidad para corroborar sus hipótesis. Siguiendo la clasificación realizada por Montero
y León (2005) sobre los diferentes métodos de investigación empírica utilizados en psicología, se distinguen
los que se exponen a continuación:
En concreto dentro de los métodos no experimentales, se encuentran los estudios con diseño observa-
cional, estudios con diseño de encuestas y estudios con diseños descriptivos.
• Estudio observacionales
Hace referencia a aquellos trabajos en los que las hipótesis pueden ser verificadas a partir de la
observación que hace el investigador de determinados procesos o variables. Las observaciones son
analizadas por el investigador dándoles algún valor cuantificable.
Para que la observación se considere científica, debe realizarse de forma sistemática. Previamente se
debe determinar qué cosas concretas se van a observar, cómo se realizará esta observación, dónde
se realizará la observación, cuándo se va llevará a cabo y/o cuantas veces se realizará. Por tanto,
para realizar un estudio observacional, el investigador debe plantearse qué aspectos va a evaluar
previamente y cómo va a cuantificar esos fenómenos que quiere observar.
Es muy frecuente utilizar una rejilla de observación, en la que todos estos fenómenos o aspectos a
considerar están detallados. Además, estas tablas contienen rejillas de respuesta: cuando el investi-
gador realiza la observación, deberá cumplimentar esta rejilla a partir de lo que observa en la realidad
de un modo sistemático e intentando ser lo más objetivo posible. Para aumentar la fiabilidad de este
tipo de estudios, suele hacerse la observación por varios investigadores, para poder corroborar
posteriormente la concordancia entre ellos.
59
Capítulo 4. Práctica clínica basada en la evidencia en el ámbito de la salud
• Estudios de encuestas
En este tipo de estudios, los investigadores obtienen los datos a partir de la elaboración de encuestas
o test con los que evalúan las variables de estudio. En este tipo de estudios se recogen los datos
a partir de cuestionarios, test o entrevistas cerradas. Estos instrumentos están ya estandarizados,
o el propio investigador los ha elaborado y validado previamente. En ellos se pregunta por aquellos
aspectos que se corresponden con las variables evaluadas. Una vez elaborados o seleccionados, se
especifica una población de estudio y se escoge una muestra de la misma (es decir, un segmento
de la población a la que se le administrará la encuesta). A continuación, las personas que componen
la muestra cumplimentan los cuestionarios, facilitando la información a los investigadores. Una vez
terminado el proceso de recogida de datos, los investigadores serán los que deberán traducir esos
resultados en datos para que puedan ser manejados estadísticamente.
Los tipos de cuestiones o preguntas que pueden plantearse pueden clasificarse por el tipo de
respuesta que se obtendrá. Las respuestas pueden ser:
– Respuestas de elección múltiple. En las que se le facilita al encuestado varias opciones de respuesta.
En este tipo de estudios es muy importante describir cuál va a ser la muestra que se va a evaluar,
cuáles son sus características y cómo vamos a recoger esos datos. Por ello, es necesario incluir
preguntas en el cuestionario que ayuden a definirla posteriormente (por ejemplo, edad, sexo, estado
civil, profesión, puesto de trabajo, etc.).
Es muy importante guardar la confidencialidad de las personas que nos facilitan la información, así
como no revelar posteriormente los datos personales o que puedan comprometerle. Además, los
investigadores deben comprometerse a custodiarlos y no hacer ningún uso poco ético de ellos.
Otro aspecto importante a considerar sería que los investigadores están obligados a informar a la
persona de cómo se van a analizar esos datos y qué uso se les va a dar. Resulta de vital importancia
ser cuidadosos en no informar de cuáles son las hipótesis de su estudio, ya que, en algunos casos,
esto podría contaminar a los encuestados y darnos respuestas a favor de nuestra hipótesis.
• Estudios cualitativos
Estudios realizados principalmente desde las ciencias sociales, en el que la recolección de datos no
se realiza de forma cuantitativa. La obtención de estos datos se realiza a partir de observaciones
directas (en las que el investigador no cuantifica los procesos observados), a partir de entrevistas o
encuestas de respuesta abierta. Estos estudios se realizan muchas veces para analizar casos únicos
o peculiares, así como a partir de grupos de discusión sobre determinados temas.
En este tipo de estudios descriptivos los datos se mantienen tal cuál son: dados en la realidad. Por
este motivo, no se transforman en números. Los datos pueden obtenerse a partir de:
60
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
– Observaciones (registro abierto). En los que el investigador registra lo que observa directamente.
– Entrevistas de respuesta abierta. En las que se tendrá en cuenta toda la información emitida por el
entrevistado.
– Grupos de discusión. En la que a un grupo de personas se les deja discutir y reflexionar sobre alguna
cuestión concreta. Registrando todas las informaciones que se den por los participantes (este tipo
de grupos suele ser grabado para poder realizar un análisis más profundo).
– Grupos de expertos. Son similares a los anteriores, pero en este caso los participantes son expertos
en el campo.
Al igual que pasaba con los estudios de encuestas, en los estudios observacionales será muy impor-
tante describir la muestra y atender a aspectos de confidencialidad.
2. Métodos experimentales
Como su nombre indica, en este tipo de estudios el investigador diseña un experimento para poner a prueba
sus hipótesis. En los experimentos, se analizan las relaciones existentes entre dos tipos de variables: la
variable dependiente y la independiente. La variable independiente es aquella que el investigador manipula
para ver el efecto que tiene en la variable dependiente. Además, en este tipo de estudio se controlan todas
las variables que pueden estar relacionadas y que podrían modificar la relación entre ambas variables, esto
es necesario para poder realizar conclusiones de causa-efecto. Es decir, el objetivo es evaluar si una variable
está causando la aparición de otra.
Para realizar este tipo de estudios, es necesario que el investigador tenga varios grupos de personas o situa-
ciones donde pueda manipular la variable independiente. De este modo, podrá evaluar así el efecto en la
variable dependiente cuando la variable independiente está presente y cuando no lo está. Los resultados de
estos estudios vendrán dados por la comparación entre las diferentes situaciones experimentales o por los
diferentes grupos de personas.
a) Experimentos de caso-único
Una misma persona es sometida a varias condiciones, en las que la variable independiente se ve
modificada y se cuantifica el impacto que tiene en esta persona sobre la variable dependiente.
En este tipo de estudios experimentales se evalúa a una persona, una situación o evento varias veces
a lo largo del tiempo. Los análisis de los datos se harán comparando los resultados en cada momento.
– Evaluar los mismos datos en cada momento (aunque se espere que los resultados sean distintos en
cada situación).
– Controlar posibles variables extrañas que puedan estar influenciando en que los resultados sean
distintos.
61
Capítulo 4. Práctica clínica basada en la evidencia en el ámbito de la salud
De una muestra de personas, los participantes son distribuidos de forma aleatoria en diferentes
grupos, en cada uno de ellos la variable independiente será modificada. Se determina qué efecto
tiene la manipulación de la variable independiente sobre la variable dependiente en cada uno de los
grupos, analizándose las diferencias entre cada uno de ellos.
Un grupo de personas es evaluado en la variable dependiente al inicio del estudio. Tras ello, se
le somete a una situación en la que la variable independiente ha sido manipulada, y vuelven a ser
evaluados en la variable dependiente. Se comparan los datos obtenidos por los sujetos al principio y
al final del programa.
Según el nivel de control que se puede tener sobre las variables, los diseños experimentales se
dividen en:
– Experimentos de laboratorio: realizados en condiciones muy artificiales para controlar todas las
variables.
– Experimentos ex-post facto: aquellos experimentos en los que se evalúan variables independientes
del pasado que pueden influenciar variables dependientes del presente.
a) El control de las variables. El método experimental permite un mayor control de todas las variables
que pueden estar interfiriendo en el estudio.
62
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Es importante señalar que, en el fondo, la decisión entre un método y otro va a estar determinada por la
posibilidad de poder manipular las variables. Los métodos experimentales van a tener mayor probabilidad de
asegurar que el resultado obtenido es fruto de la manipulación de la variable independiente, pero tendrá un
mayor grado de“artificialidad” al darse en ambientes muy controlados. Los métodos no experimentales son
más “naturales”, reflejan mejor la realidad, pero tienen un menor control sobre las variables que están intervi-
niendo.
Dentro de la investigación en psicología clínica y de la salud suelen considerarse más relevantes tres últimos
diseños de investigación (Simón, 1997):
• Diseños de replicación intrasujeto. Este tipo de diseños resultan útiles en patologías de muy baja
prevalencia: en los casos en los que el paciente tenga características peculiares que deban ser estu-
diadas al aplicar el tratamiento, lo que hace que adquiera un gran interés analizar los resultados de la
intervención.
• Diseños intragrupo. Las ventajas clínicas de este diseño son: se aumenta la validez interna de la inves-
tigación, al eliminar de la misma los efectos de la varianza intergrupo, y que son necesarios un menor
número de personas.
• Diseños de comparación entre grupos. Este tipo de estudios se utilizan para evaluar el efecto de
diferentes tratamientos, o del mismo tratamiento con variaciones en cada uno de los grupos. Aportan
una mayor generalización de las conclusiones y permiten mayor economía del trabajo. En función de
los diferentes tratamientos o variantes de este, se establecerán el mismo número de grupos. En
contextos sanitarios, será habitual encontrar grupos que no reciban tratamiento o grupo control, los
tipos de grupo control que pueden establecerse son:
– Grupo control no tratado: con este grupo damos respuesta sobre hasta qué punto los sujetos
pueden mejorar sin ser tratados.
– Grupo control de lista de espera: estos grupos se caracterizan por no recibir tratamiento entre el
pretest y postest del grupo experimental. Este grupo sería considerado funcionalmente igual que el
grupo que recibe tratamiento.
– Grupo control sin contacto: el mero hecho de participar en una investigación, aunque no se reciba
tratamiento, puede tener efecto sobre la persona. Con este tipo de grupos se podría evaluar el
mero impacto de trabajar en un programa.
La psicología sanitaria, tiene que ser capaz de adaptarse a una sociedad cambiante, en la que cada vez hay
una mayor interrelación con otros países y en la que cada vez se hace más importante trabajar de forma
rigurosa. Ello supone adaptarse a los nuevos problemas sociales, así como a los nuevos avances. Es impor-
tante protocolizar las actuaciones, la evaluación de los resultados, llevar a cabo estudios de eficacia y de
eficiencia de las intervenciones, y adoptar un lenguaje común con profesionales, tanto de la propia psico-
logía como de otras disciplinas (Echeburúa, 2008; Echeburúa et al., 2012; Gatchel y Oordt, 2003).
63
Capítulo 4. Práctica clínica basada en la evidencia en el ámbito de la salud
Además, la psicología con base empírica sustentada por una investigación rigurosa no es una moda o una
recomendación, sino un requisito legal según el art. 4.7b de la Ley 44/2003 de Ordenación de las profe-
siones sanitarias, de 21 de noviembre. La actuación del profesional sanitario “estará basada en la evidencia
científica y en los medios disponibles y amparados en guías y protocolos de práctica clínica y asistencial”
(Echeburúa et al., 2012).
Poco a poco, los resultados psicológicos estarán basados en pruebas. Las intervenciones psicológicas
empíricamente validadas tenderán a estar estandarizadas: descripción precisa de los instrumentos de
evaluación, el programa de tratamiento, la forma de aplicación y guion de las sesiones (Echeburúa et al.,
2012). Estos hechos se irán consolidando en el ámbito sanitario, hasta llegar el momento en que la inter-
vención psicológica sea el tratamiento de elección ante determinadas patologías, como ya ocurre en otros
países europeos (por ejemplo, para el tratamiento de la bulimia nerviosa).
El psicólogo está comprometido a la constante actualización de sus conocimientos, tal y como lo recoge
el código deontológico, así como a realizar intervenciones que estén empíricamente contrastadas. Esto le
impone la responsabilidad de estar atento regularmente de los avances en su campo y los mejores trata-
mientos para cada sintomatología específica.
¿Qué investigar desde la práctica clínica? Aquello que se decida investigar debe resultar relevante, de modo
que sea interesante e importante para el área de investigación y suponga un potencial avance. Debe ser
viable, aplicable a nivel de recursos materiales y humanos, pero también respetar la ética y la moral. Final-
mente, debe quedar claro que los resultados que puedan surgir son debidos a la intervención dada y no a
otras variables “extrañas” (Ulla y Remor, 2003).
La práctica clínica siempre debe estar basada en la evidencia en el campo de la psicología. La Asociación
Americana de Psicología (APA, 2005) define a la práctica basada en la evidencia como a la unión de las
mejores investigaciones disponibles y la práctica clínica, teniendo en cuenta las características, aspectos
culturales y las preferencias de los pacientes, comunidades u otras poblaciones que reciban tratamientos,
servicios o intervenciones psicológicas. Siendo su objetivo el de promover la práctica de una psicología
eficaz, mejorando la salud pública, aplicando los principios empíricamente validados en la evaluación, formu-
lación de casos, relaciones terapéuticas e intervenciones.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2004), también es de vital importancia la generación de
evidencia sobre tratamientos que mejoren la salud, destacando la importancia de que converjan evidencias
provenientes de distintos profesionales, lugares e investigaciones. Sin olvidar que, pese a la evidencia, es
importante tener precaución a la hora de aplicar los tratamientos e intervenciones.
La psicología basada en la evidencia es un modelo metodológico, por tanto, implica una serie de procedi-
mientos que pretenden validar tratamientos, técnicas y teorías, con la finalidad que demuestren suficientes
pruebas empíricas de calidad que respalden sus resultados (tanto en este capítulo como en el siguiente se
abordan algunos de estos procedimientos).
64
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Este modelo metodológico supone integrar la evidencia obtenida en la investigación con el juicio clínico o
experiencia del profesional. Para ello el profesional de la psicología debe explorar cual la mejor evidencia
empírica disponible, recurriendo a fuentes fiables y validada con el máximo rigor. Implica, por tanto, un
elevado nivel constante de actualización para poder seleccionar aquel tratamiento o técnica psicológica
que haya mostrado tener las mejores pruebas de su efecto positivo en las personas. Esto permite reforzar
tratamientos y teorías existentes, y reduce el efecto negativo que teorías o ideas poco fundadas se difundan
dificultando el trabajo de los profesionales de la psicología. Por tanto, no se puede basar el trabajo del
profesional de la psicología general sanitaria solo en su experiencia personal sin tener datos científicos que
apoyen su aplicación práctica y toma de decisiones.
Algunos de los criterios que debe cumplir una práctica para considerarse basada en la evidencia son
(Mustaca, 2014):
• Prácticas basadas en evidencia que son aplicadas mediante decisiones o se ponen al servicio de los
pacientes/usuarios.
Hoy en día existen guías de tratamiento basadas en la evidencia, que recogen una serie de recomendaciones
efectivas para aplicar distintas acciones dependiendo del paciente y las diversas situaciones (Moriana
y Martínez, 2011). Así como numerosas instituciones que se han dedicado a recoger información y avalan
continuamente prácticas psicológicas basadas en la evidencia como pueden ser la Asociación Americana
de Psicología mediante el “Task Force Reports” , la Agencia para la Investigación y la Calidad del Cuidado de
la Salud (Agency for Healthcare Research and Quality, AHRQ) o el National Institute for Health and Clinical
Excellence (NICE).
En definitiva, la práctica basada en la evidencia debe ser un aspecto fundamental para el profesional
de la psicología general sanitaria, desde la búsqueda de información en bases de datos (especialmente
de trabajos de revisión sistemática y metanálisis que agrupan la evidencia en torno a un tema concreto),
siguiendo con la aplicación de guías de tratamiento y por último, con la evaluación rigurosa de los resultados
que se obtienen en cada intervención.
65
Introducción
Capítulo 5
En el tema anterior se ha realizado una introducción a la metodología científica, a los principales métodos de
investigación y a la importancia que tiene la evidencia en el campo de la psicología. En este tema se van a
desarrollar algunos aspectos y técnicas de investigación que son importantes, para la práctica clínica y para
la investigación, actividades del profesional de la psicología general sanitaria.
Así pues, se explicarán aspectos sobre el proceso de búsqueda de literatura científica, sobre metodologías
concretas como la búsqueda bibliográfica y metanálisis, así como el desarrollo de otros elementos impor-
tantes en como llevar a cabo una investigación en psicología general sanitaria y como difundir los resultados
obtenidos.
66
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Enlace de interés
A través de la biblioteca digital de la universidad tenéis acceso a algunas de las bases de datos más
importantes como son Proquest Central, Health & Life Sciences (Science Direct), Psychology and
Behavioral Sciences Collection, Pubmed/Medline o biblioteca Cochrane:
https://biblioteca.universidadviu.es/
Para poder llevar a cabo una búsqueda provechosa debemos tener claro que conceptos vamos a buscar
que sean relevantes en la temática. En este sentido, los tesauros nos pueden ayudar a encontrar los términos
comúnmente utilizados para referirse a un determinado concepto, no obstante, se tendrá que tener en
cuenta si estas palabras tienen sinónimos o como se traducen en inglés. En definitiva, es importante definir
cuáles van a ser los términos clave que nos van a guiar en la búsqueda bibliográfica.
Tras la definición y selección de los términos adecuados debemos tener en cuenta que en la mayoría de
las ocasiones para que la búsqueda se adecuada tenemos que combinar varios términos, en este sentido la
mayoría de buscadores utilizan una serie de símbolos llamados operadores booleanos, funcionan como las
operaciones matemáticas en una fórmula. Sirven para combinar los términos de la búsqueda de información
y dan la lógica de su unión en los sistemas de información, permitiendo encontrar y recuperar la información
relevante. En la siguiente tabla se pueden encontrar distintos operadores booleanos y su función:
Tabla 14
Operadores booleanos y su función
Operador/
Función
símbolo
AND Permite la confluencia entre dos términos. En la búsqueda arrojará resultados en los que se incluyan
ambos términos.
OR Asocia la unión de términos. La búsqueda aportará toda la información que contenga al menos uno de
los términos.
NOT Corresponde a lo diferente entre términos, permite descartar uno o varios aspectos del tema que se
está consultando
* Busca literatura que incluya la raíz del término seguida de cualquier número de caracteres.
“ ” Busca más de una palabra o frases exactas, como si fueran un solo término
? Busca documentos que incluyan un término, reemplazando cualquier carácter que señalemos con el
símbolo.
NEAR/n Busca bibliografía que incluya dos términos en cualquier orden, separados por un número (n) de
palabras específicas.
() Estos símbolos en una ecuación de búsqueda son utilizados para dar prioridad a los operadores
booleanos y crear un orden lógico en la búsqueda.
Las búsquedas de información no sólo sirven para fundamentar nuestros trabajos de investigación o
guiarnos en nuestra praxis clínica, sino que incluso existen metodologías específicas de búsqueda que en si
mismas implican una investigación, se trata de las revisiones sistemáticas y los meta-análisis.
Una revisión sistemática es un proceso de investigación que tiene como objetivo integrar de forma objetiva
y sistemática los resultados obtenidos en unos estudios sobre un determinado problema de investigación.
Para ello los investigadores deben seguir escrupulosamente una serie de pasos de forma sistemática que
permitan a otros investigadores llegar a las mismas concusiones y que minimice los riesgos de sesgo.
67
Capítulo 5. Metodología de la investigación específica
Enlace de interés
Existen guías que sirven para ayudar a los autores de revisiones sistemáticas a documentar de
manera transparente el porqué de la revisión, qué se hizo y qué fue lo que encontraron. Una de las
más conocidas y utilizadas es la Declaración Prisma:
https://prisma-statement.org/
Hay que tener claro que una búsqueda de información sin más, donde no existe un determinado procedi-
miento previo a la búsqueda no se considerará una revisión sistemática y por tanto, las conclusiones de esa
revisión serán muy limitadas.
Mientras que las revisiones sistemáticas arrojan información cualitativa sobre los trabajos analizados
(que instrumentos utilizan para evaluar cierto trastorno, cuantas sesiones llevan a cabo, la calidad de los
trabajos…), los metanálisis se encargan de un análisis más cuantitativo, sintetizando los datos numéricos de
las investigaciones analizadas permitiendo resolver, por ejemplo, discrepancias entre estudios o ver la efecti-
vidad de un determinado tratamiento.
Enlace de interés
Se recomienda la lectura de Metaanálisis: una forma básica de entender e interpretar su evidencia,
disponible en el siguiente enlace:
https://www.elsevier.es/es-revista-revista-senologia-patologia-mamaria--131-articulo-metaanalisis-
una-forma-basica-entender-S0214158220300700
Ya hemos visto anteriormente en este manual la necesidad de evaluar para el diagnóstico y para guiar las
intervenciones, así como basar nuestro trabajo en la evidencia. Todo esto no sería posible sin la medición.
La medición es el hecho de medir algo, es decir, asignar un valor determinado a una realidad. No obstante, se
ha de ser consciente que toda medición conlleva una determinada probabilidad de error que debe ser, en la
medida de lo posible, minimizada. Para las observaciones y las mediciones que se deriven de ello requieren
seguir una serie de reglas que implican rigor y precisión.
En definitiva, la medición constituye un proceso en que se parte de objetos, eventos, propiedades y arroja
símbolos formales como números. Este proceso es necesario para una ciencia y favorece el desarrollo de
teorías.
Un punto a tener en cuenta es que la medición directa es complicada de realizar en el campo de la psico-
logía, en la mayoría de casos la medición se realizará a través de indicadores, ya que, las variables psicoló-
gicas son constructos que no pueden ser medidos directamente. Para ello se utiliza una representación de
estos valores que se llaman escalas. Es decir, un conjunto de reglas que sirven para asignar valores a estos
indicadores, conductas o estímulos.
68
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Tabla 15
Tipos escala y que representan
Tabla 16
En lo que respecta a las funciones de la medición en la psicología encontramos:
Estadística
descriptiva
-Desviación típica
-Media aritmética -Coeficiente -Asimetría
-Mediana de variación -Curtosis
-Moda -Recorrido
intercuartílico
69
Capítulo 5. Metodología de la investigación específica
Análisis
correlacional
Correlaciones Regresión
Chi2
T-Student
U-Mann-Whitney
ANOVA
Wilcoxon
Figura 6. Análisis y estadísticos que permiten extraer conclusiones a partir de premisas, comprobar hipótesis y
comparar grupos.
El fin último de la investigación es generar conocimiento, dando una interpretación a la realidad y solventar
problemas. No obstante, sino somos capaces de transmitir este conocimiento no serviría para nada. Por
tanto, este conocimiento debe ser divulgado y trasferido.
En lo que respecta a la divulgación se puede realizar ante un público general mediante los medios de comu-
nicación bien sea prensa, radio, internet mediante entrevistas o campañas específicas. Hay que tener en
cuenta que esta divulgación se debe realizar de forma clara y sencilla, sin lenguaje técnico y que permita
al receptor entender la información sin tener demasiados conocimientos sobre el tema. Por otro lado, y lo
70
Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
que es muy importante para el avance científico es transcendental divulgar los resultados entre profesio-
nales, científicos, académicos y personal en formación. Este tipo de divulgación más concreta debe ser más
técnica y concreta, a la vez que clara y con la información suficiente para que sea replicable. Este tipo de
divulgación de realiza en congresos profesionales o académicos mediante pósters, comunicaciones orales
o ponencias. También mediante la publicación en revistas técnicas especializadas en el campo o mediante
capítulos de libros en editoriales relevantes.
Por último, también es importante la transferencia de los resultados, es decir, que se acaben aplicando los
beneficios a la sociedad general, tejido empresarial o sector público mediante la generación de patentes,
acuerdos o la creación de strartup.
Especialmente en el ámbito científico-académico es importante seguir una estructura para poder presentar
los datos necesarios para comprender que se ha hecho y como se ha llevado a cabo. Así pues, dependiendo
de donde queramos reportar esos resultados de nuestras investigaciones, por ejemplo, en algún congreso o
en alguna revista, estas suelen definir que formato y que apartados exactos tiene que tener nuestro informe
de investigación o de resultados. No obstante, la mayoría suele coincidir en una estructura básica que se va
a desarrollar en este tema. Esta estructura es conocida como IMRAD (Introduction, Methods, Results, and
Discussion, Nair & Nair, 2014).
En la parte de la introducción se debe presentar una contextualización con bibliografía específica sobre el
tema de estudio, su desarrollo debe llevar al lector a comprender qué y por qué se requiere investigar eso.
Debe finalizarse con las hipótesis u objetivos del trabajo de investigación. Es aconsejable ir de una contex-
tualización más general a una más específica concreta.
En la parte de métodos, se debe presentar cómo se llevó a cabo la investigación, es decir, el procedimiento.
Se debe detallar quiénes participaron en el estudio (participantes o muestras) y como fueron seleccio-
nados, además de detallar que criterios de inclusión y exclusión se consideraron. También se deben indicar
que materiales e instrumentos se utilizaron en la investigación, en el caso de test o cuestionarios es impor-
tante indicar algún dato de su fiabilidad y validez. Este apartado suele finalizarse con una explicación de qué
análisis de datos se llevaron a cabo y con que software que se utilizó en estos análisis.
En el apartado de resultados se debe presentar que es lo que se ha encontrado en referencia a los obje-
tivos e hipótesis que se habían planteado. En muchas ocasiones se utilizan tablas o gráficos que aumentan
la comprensión de los resultados, no obstante, no se deben reiterar resultados si se presentan ya de forma
escrita. Es importante tener en cuenta que en este apartado no se deben interpretar los resultados, simple-
mente exponerlo de la forma más clara y precisa posible.
Con la información del apartado anterior y de forma lógica, en el apartado de discusión se lleva a cabo la
interpretación de los resultados, indicar que aportan de novedoso respecto a otros trabajos, que tiene en
común con otros estudios y en base a otras referencias, aportan explicaciones a esos resultados. Este apar-
tado suele finalizar con unas perspectivas futuras sobre la investigación, las limitaciones que ha presentado
el trabajo,así como unas líneas de conclusiones sobre todo el trabajo.
71
Capítulo 5. Metodología de la investigación específica
Otros apartados que suelen requerir también los informes de investigación son:
• Abstract-Resumen: párrafo breve y sintético (150-300 palabras) donde se presenten las principales
ideas de los distintos apartados del informe de investigación. Suele ir acompañado de 3-5 palabras
clave para poder localizar el artículo.
• Statements sections o apartados de declaraciones: son párrafos específicos donde los autores
declaran aspectos importantes en relación con su investigación. Por ejemplo, la declaración de
conflictos e intereses que pudieran tener los autores por recibir subvenciones, salarios o recompensas
por mostrar esos resultados. Otra declaración que también suele ser habitual es la declaración de
ética, donde se declara que se han seguido una serie de procedimientos éticos para asegurar la inte-
gridad de los participantes o la protección de los datos.
Por último, un apartado final pero verdaderamente importante es la bibliografía. En ella se deben citar abso-
lutamente todos los trabajos que han sido comentados en el texto. Existen distintos procedimientos para
hacerlo, en el ámbito de la psicología la normativa APA es la más utilizada.
Enlaces de interés
En el siguiente enlace podrás encontrar más información sobre las Normas APA:
https://normas-apa.org/introduccion/normas-apa-en-espanol/
Escuela de Autores-Comunicar:
https://www.revistacomunicar.com/wp/escuela-de-autores/
72
Glosario
Centro sanitario
Conjunto organizado de medios técnicos e instalaciones en el que profesionales capacitados, por su titula-
ción oficial o habilitación profesional, que realizan actividades sanitarias con el fin de mejorar la salud de las
personas. Los centros sanitarios pueden estar integrados por uno o varios servicios sanitarios, que consti-
tuyen su oferta asistencial.
Deontología
La ciencia que se ocupa fundamentalmente de los deberes profesionales a partir del desarrollo de los
códigos de comportamiento que regulan la actividad profesional.
Diseños de investigación
Procedimiento por el cual se lleva a cabo una investigación, con el objetivo de comprobar determinas hipó-
tesis.
Diagnóstico
Proceso por el que los síntomas de una persona son agrupados en entidades nosológicas.
Evaluación psicológica
Historia clínica
Documento válido desde el punto de vista clínico y legal. Surge del contacto entre el profesional sanitario y
el paciente, donde se recoge la información necesaria para la correcta atención de los pacientes.
Psicología clínica
Psicología de la salud
Área de la psicología que interviene ante la sintomatología relacionada con la enfermedad y la salud física.
Usuario
La persona que utiliza los servicios sanitarios de educación y promoción de la salud, de prevención de enfer-
medades y de información sanitaria.
73
Enlaces de interés
Es recomendable consultarla para salir de dudas con respecto al estilo de citación y referenciación a la hora
de redactar informes científicos.
https://www.apa.org/
En ella podrás encontrar información interesante sobre eventos, publicaciones y programas informáticos
relacionados con la metodología de investigación en psicología.
http://www.aemcco.org/
En ella encontrarás mucha información relacionada con la psicología. En particular, para esta asignatura, se
recomienda trabajar con el código deontológico que contiene.
https://www.cop.es/index.php
Boletín Oficial del Estado en el que se regula la salud pública y, por consiguiente, la figura del psicólogo
general sanitario; Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública.
https://www.boe.es/boe/dias/2011/10/05/pdfs/BOE-A-2011-15623.pdf
Podrás encontrar información interesante y actualizaciones que serán útiles en el futuro profesional.
https://www.sepcys.es/
Dónde pueden encontrarse los documentos sobre códigos éticos publicados por al EFPA.
https://www.efpa.eu/about-us/ethics
74
Bibliografía
Referencias bibliográficas
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Pereda, S. (1987). Psicología experimental. I. Metodología. Madrid: Pirámide. (Cit. en Simón, 1996).
Pérez, E., Muñoz, M. y Ausín, B. (2003). Diez claves para la elaboración de informes psicológicos clínicos (de
acuerdo a las principales leyes, estándares, normas y guías actuales). Papeles del Psicólogo, 86, 48-
60.
Rodríguez-Marín, J. y Neipp, M. C. (2008). Manual de psicología social de la salud. Madrid: editorial síntesis.
Salleras, L. (1985). Educación sanitaria. Madrid: Díaz de Santos. (Cit en Rodríguez-Marín y Neipp, 2008).
Shedler, J. (2010). The efficacy of psychodynamic psychoherapy. American psychologist, 65 (2), 98-109.
Ulla, S. y Remor, E. (2003). La investigación en el hospital: tendiendo puentes. En E. Remor, P. Arranz y S. Ulla
(Eds.). El psicólogo en el ámbito hospitalario (pp.161-177). Bilbao: Desclée de Brouwer.
Wolpe, J. y Lazarus, A. (1966). Behavior Therapy Techniques. Oxford: Pergamon. (Cit. en Salamero, Peri,
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Bibliografía
Bibliografía recomendada
Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos (2011). Código Deontológico del Psicólogo. https://
www.cop.es/pdf/Codigo-Deontologico-Consejo-Adaptacion-Ley-Omnibus.pdf.
Código Deontológico del Psicólogo con las últimas adaptaciones realizadas en 2010, ajustando el
mismo a las directrices marcadas por la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA).
Pérez, E., Muñoz, M. y Ausín, B. (2003). Diez claves para la elaboración de informes psicológicos clínicos
(de acuerdo a las principales leyes, estándares, normas y guías actuales). Papeles del Psicólogo, 86,
48-60. http://www.descargascoppa.es/varios/ArtDiezClavesElaboracionInformesClinicos2003.pdf.
Artículo teórico de gran interés, sobre las claves de la elaboración de informes psicológicos. En la
publicación se describen las características de los informes psicológicos y se describen 10 claves para
su realización: que el psicológo posea la cualificación adecuada, respeto a la dignidad y derechos
del paciente, respertar el derecho y deber del paciente a ser informado, organizar adecuadamente
los contenidos del informe, describir los instrumentos de evaluación utilizados, incluir la metodología
llevada a cabo, cuidar el estilo, respetar la confidencialidad del paciente, solicitar consentimiento
informado y proteger los documentos.
Terol, M. C., Quiles, Y. y Pérez, M. V. (2012). Manual de evaluación psicosocial en contextos de salud. Madrid:
pirámide.
Rodríguez-Marín, J. y Neipp, M. C. (2008). Manual de psicología social de la salud. Madrid: editorial síntesis.
Este manual es una obra básica sobre los conceptos, contenidos y variables básicas para aquellos
profesionales que van desempeñar su trabajo en el campo de la psicología de la salud. En referencia
al contenido en el que profundizar, este libro ayudará al estudiante a profundizar en el concepto de
psicología de la salud, a analizar las conductas de las personas ante la salud y la enfermedad; y a
conocer las variables básicas que deberán ser evaluadas y sobre las que el profesional debe intervenir
en contextos sanitarios.
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Fundamentos científicos y profesionales de la Psicología General Sanitaria
Montero, I, y León, O.G. (2005). Sistema de clasificación del método en los informes de investigación en
Psicología. International Journal of Clinical and Health Psychology, 5 (1), 115-127.
Este artículo científico es un documento básico para todos aquellos psicólogos que deseen realizar
investigación. Los autores exponen de forma clara y concisa los diferentes tipos de estudio, su
adecuación y características principales de cada uno de ellos. Su lectura ayudará a clarificar que
estudio sería más conveniente realizar, en cada caso práctico concreto, según los objetivos que se
pretenda alcanzar. Así mismo, una vez decidido se encontrarán las características necesarias para
llevarlo a cabo.
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Autoras:
Dra. D.ª Lidia Pamies Aubalat
Dra. D.ª Sara Puig Pérez
Revisado por: Jesús González Moreno