Proyecto de Ordenanza-Esencialidad de Las Tareas Del Estado

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PROYECTO DE ORDENANZA

ARTICULO 1: Declárase de carácter esencial todas las tareas realizadas realizado por
empleados/as sujetos/as al régimen de empleo público del ámbito municipal y
funcionarios públicos municipales, tanto de la administración centralizada como de los
distintos entes municipales, ello así no obstante la existencia de los distintos regímenes
particulares a que se hallen sujetos/as en función de las características propias de su
labor.

ARTICULO 2: En virtud de lo dispuesto por el artículo precedente los empleados y


funcionarios referidos en tanto realicen estas tareas consideradas esenciales no podrán
llevar adelante medidas que impliquen la suspensión o interrupción de las mismas.

ARTICULO 3: de forma
FUNDAMENTOS

Los servicios públicos constituyen un conjunto de actividades prestacionales a cargo


del estado dirigidas a satisfacer necesidades sociales básicas y atender exigencias
colectivas de la comunidad en miras a concretar el bien común y el bienestar general.
Dentro de estos, hay servicios públicos que para el estado son indelegables tales como
la seguridad ciudadana, la policía y la administración de justicia. También hay otros
cuyas características y finalidad permiten que puedan ser ofrecidos y prestados
paralelamente por instituciones privadas, sin que ello implique que el estado pueda
desentenderse de su obligación principal de asegurarlos, como es el caso de los
servicios sanitarios, hospitalarios y educativos. Por último, existen otro tipo de servicios
públicos donde el Estado puede prestarlos por sí mismo o por intermedio de un agente
privado bajo una concesión o licencia. Dichos servicios deben ser prestados bajo un
régimen que asegure universalidad, generalidad, regularidad, continuidad y condiciones
de igualdad, y pueden ser calificados de esenciales o no esenciales, según su
importancia y/o relevancia social.

En sus obras, Dr. Juan Carlos Cassagne define al concepto de "servicio público
esencial" como aquellos servicios que son considerados fundamentales para el
bienestar y el funcionamiento adecuado de la sociedad, resultando indispensables para
la vida cotidiana de las personas y para el desarrollo socioeconómico de un país.
Analizando la temática de los servicios públicos esenciales y su regulación, él destaca
la importancia de garantizar el acceso equitativo y continuo a estos servicios, así como
la necesidad de establecer normativas claras para su prestación y regulación, debiendo
esto ser objeto de especial protección y regulación por parte del Estado.

Por su parte, el Dr. Enrique Dromi señala a su vez que los servicios públicos esenciales
son aquellos considerados de suma importancia para el funcionamiento básico y el
bienestar de la sociedad. Él plantea también la importancia de garantizar la prestación
eficiente y continua de estos servicios esenciales, así como la necesidad de regular
adecuadamente su acceso y calidad, partiendo del entendimiento que son aquellos que
son vitales para el funcionamiento de la sociedad y que deben ser objeto de especial
atención y regulación por parte del Estado para garantizar su adecuada prestación y
acceso para todos los ciudadanos.

El concepto de servicio público esencial es dinámico y ha ido evolucionando en función


del rol que se le otorgaba al estado, de las complejidades de las tareas desarrolladas y
de ser el gestor del interés general, hasta llegar al día de hoy, en donde podemos
considerar que todas las funciones desarrolladas por el estado resultan esenciales para
el ejercicio de los derechos por parte de la ciudadanía.

Por otro lado, cabe destacar también que para el reconocido jurista el interés público se
refiere al conjunto de necesidades y aspiraciones de la sociedad en su conjunto, que el
Estado está llamado a proteger y promover. Este es un concepto fundamental en el
derecho administrativo, y es un principio rector que guía la acción del Estado, ya que
esta actuación del Estado en la prestación de servicios públicos y la toma de
decisiones en general abarca una amplia gama de aspectos, incluyendo la seguridad,
la salud, la educación, la protección del medio ambiente, la infraestructura, los
derechos sociales, entre muchos otros. Enfatizando que la gestión pública debe estar
orientada hacia la promoción y protección del interés público, lo que implica actuar con
transparencia, eficiencia y responsabilidad en la administración de los recursos y en la
toma de decisiones.

Respecto a esta cuestión, el Dr. Cassagne considera que el interés público se refiere al
conjunto de necesidades y aspiraciones de la sociedad en su conjunto que el Estado
está obligado a proteger y promover, tomándolo como eje central en el derecho
administrativo y en la teoría del Estado, y enfatiza que el interés público no es estático,
sino que evoluciona junto con las necesidades cambiantes de la sociedad, destacando
que el Estado debe actuar como garante y promotor del interés público, asegurando la
satisfacción de las necesidades colectivas y el bienestar general de la población.
En lo que respecta a aquellos servicios brindados por el estado, su correcto
funcionamiento depende de la realización de una amplia gama de tareas por parte de
los empleados estatales sujetos al régimen de empleo público. Las características de
estas tareas pueden variar dependiendo del tipo de trabajo y del sector en el que esté
empleado, que incluyen:
- La prestación de servicios a la comunidad, desempeñando una amplia
gama de funciones que abarca desde la atención al cliente hasta la ejecución de
políticas públicas para el bienestar general de la población;

- La aplicación de la ley y la regulación, incluyendo tareas realizadas por


policías, inspectores, reguladores y otros que se encargan de hacer cumplir las leyes
y regulaciones gubernamentales;

- Tareas administrativas y de gestión en diferentes niveles, como lo son la


gestión de recursos humanos, finanzas, adquisiciones, planificación y otros aspectos
relacionados con la administración pública;

- Proporcionar servicios sociales a grupos vulnerables o necesitados,


donde se observan trabajadores sociales, psicólogos, consejeros y otros profesionales
que trabajan en áreas como la protección infantil, la asistencia social y la salud
mental;

- Estar involucrados en la toma de decisiones y la formulación de políticas


en diferentes niveles, como legisladores, asesores políticos, analistas de políticas
públicas y otros profesionales que contribuyen al desarrollo y la implementación de
políticas gubernamentales.

- Roles tales como los de los docentes, personal de salud, inspectores de


salud pública, entre otros, que garantizan el acceso a la educación y la atención
médica de calidad;
En base a lo anterior, se puede afirmar que estas tareas orientadas hacia el servicio a
la comunidad, abarcando áreas tan amplias cómo la aplicación de la ley y la regulación,
la administración, la prestación de servicios sociales, la educación y la salud pública,
así como la toma de decisiones y formulación de políticas para el beneficio general de
la sociedad. Dichas tareas constituyen componentes críticos en la prestación de
servicios esenciales a la sociedad, en cuanto garantizan el funcionamiento de la
administración, la educación, la salud pública, la seguridad, la infraestructura y muchos
otros servicios vitales que son de interés público.

Dada la central importancia de estos servicios para el funcionamiento de la sociedad, la


interrupción de las tareas que permiten su adecuada prestación por parte de los
empleados públicos puede tener una serie de consecuencias negativas. Estas afectan
negativamente a la comunidad, la economía, la reputación del gobierno y la calidad de
vida de los ciudadanos. Dicho impacto se puede apreciar tanto en el caso de tareas
directas tales como el mantenimiento y limpieza de las calles, cuyo cese puede llevar a
inundaciones, condiciones insalubres y la propagación de enfermedades y plagas tales
como la actual epidemia de dengue.

Asimismo, este criterio se aplica a otras tareas de índole más administrativa, como lo
es la atención al público de las dependencias estatales, que de cesar imposibilitarían a
los ciudadanos de realizar los trámites necesarios para desarrollar su vida y sus
actividades económicas. Es por este motivo que es importante que las autoridades
gubernamentales tomen medidas para garantizar la continuidad de los servicios
públicos y minimizar cualquier interrupción de las tareas llevadas a cabo por los
empleados públicos. Como depositario y gestor del interés general, un empleado
público no puede atentar contra este interés anteponiendo su interés particular por
sobre el de la sociedad y la responsabilidad del estado.

Debemos tener bien claro que en muchos casos la interrupción de las tareas
desarrolladas por los empleados públicos puede poner en riesgo, el ejercicio de
derechos fundamentales de las personas, como la salud, la vida, la seguridad, pero
también otros que resultan igualmente relevantes como los derechos sociales, y ya
hemos visto que esto no ocurre únicamente con la suspensión de servicios en un
hospital, sino que también ocurre cuando un empleado de la mesa de entradas le niega
a un ciudadano presentar un reclamo.

El municipio realiza funciones muy variadas que van desde tareas relativas al
mantenimiento de calles, la habilitación de nuevos comercios, prestaciones de índole
social, cuestiones vinculadas a la educación, entre muchas otras que resultan
igualmente esenciales para los habitantes del municipio.

Cabe remarcar que el Estado gestiona este interés general en el marco de un régimen
de exorbitancia que lo pone en un lugar de superioridad sobre los ciudadanos y el
ejercicio de sus intereses particulares, que en algunos casos puede dejarlos en un
estado de indefensión no permitido.

De todo esto debemos entender que toda actividad desarrollada por la administración
vinculada a los servicios necesarios para el mantenimiento de las funciones sociales
básicas, la salud, la seguridad, el bienestar social y económico de los ciudadanos, o el
eficaz funcionamiento de las instituciones del Estado y las Administraciones Públicas
deben ser consideradas esenciales.

Cabe destacar a su vez que los empleos en el sector público gozan de una mayor
estabilidad laboral en comparación con el sector privado, la que se encuentra
garantizada por la Constitución Nacional. Esto es especialmente importante en tiempos
de incertidumbre económica, ya que proporciona seguridad financiera a los empleados
y sus familias. Consecuentemente, como instrumentadores de la voluntad del estado y
ejecutores de sus políticas, están obligados a servir a la comunidad de manera
imparcial y profesional. Esta neutralidad es esencial para garantizar la equidad y la
transparencia en la prestación de servicios públicos y en la toma de decisiones.
Estos beneficios con que cuentan los empleados públicos por sobre los que posee
cualquier trabajador del sector privado con los que se busca proteger su imparcialidad
e independencia y permitir que el estado preste sus tareas libre de los vaivenes
políticos, exige como contraprestación un mayor compromiso y esfuerzo en garantizar
sin interrupciones el ejercicio de los derechos del resto de la ciudadanía. La gestión del
interés general, exige un compromiso mayor.

En este orden de ideas y recordando también el rol de superioridad del estado frente al
ejercicio de los derechos de los individuos resulta valido afirmar que la interrupción de
las actividades por parte de los órganos públicos pone a los ciudadanos que pretenden
ejercer sus derechos y se ven impedidos de hacerlo por cualquier clase de motivo, en
una situación de indefensión no permitida por el ordenamiento jurídico.

No obstante esto, en numerosas ocasiones hemos sido testigos de cómo ciertos


actores de índole sindical y política se han impuesto por sobre el interés general incluso
hemos visto como en muchos casos desde el retorno de la democracia se ha hecho
uso político-partidario de decisiones de índole gremial, llevando al cese de las
actividades que hacen al funcionamiento del estado, como una forma de presionar por
decisiones políticas. Esto ha provocado una profunda disrupción en la vida de los
ciudadanos y en la actividad económica, generando pérdidas irrecuperables en su afán
de satisfacer sus objetivos particulares. En este sentido, en pos de salvaguardar el
interés general por sobre los intereses particulares o sectoriales que pudiesen
perjudicar el bienestar común, hoy resulta necesario concebir la protección del derecho
a huelga con un alcance distinto en lo referente a quienes se encuentran sujetos al
régimen de empleo público.

Esto no implica en ninguna manera desnaturalizar el derecho de los trabajadores a


reclamar consagrado en la Constitución, sino que estos deberían ejercer este derecho
a través de otros caminos que no impliquen el cese de tareas y la vulneración del
interés público.

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