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Primera ein rx Méxco 2014 ‘Primer econ rot Arent, 2015, ‘Andrect, Maria Tess ‘a lectra ora evelucign.- 1d. - Ciudad Aut6noma de Bueoos Ate: Fondo de Calis Ecole, 2005, 192p.2bcl4em, = (Espacio par alectre) San 979-987-719.676:2 1. Fomento dea Lectura. 2. Estudos 3 Ensen. Tela cpp Diarbucon mundial (©2015 aria Tees Adreto, ‘Apso Liters BQ, SL Infogogencaltraaebgcomn D.R.02014,Fonno oe Cunruna Econdica (Crztr aco Ajuaco 27, Bosque dl Pedepl,C Barat Masco BF rte ceifenda 1S0 8001-2008, Foxoo ns Cutruna Eeondhca De ARGENTINA, S.A. ESevdor Ses, CL4IABQHE Buenos Ales Arpating Iandosteecomar/ winefecomsat| Coleen rigid por Socorro Veegss tin: Anglin Aton Money Formac Miguel Vengar ‘Viet de porads Maio Gmer Mora Comentarios ederalfondodecsruconomica com wncfndodecuurseconomic core Se probe a reproducin total pucial de ext brea ual fete lied sin samen por exert dela eos deve, SN Men 976.647-16-219¢8 ISBN Argentine: 978 987-719-0762 [senso Ansan ~ Pere Atco echo dept qu mara ney 1723 La lectura, otra revolucion Maria Teresa Andruetto cita Manguel una carta de Goethe en su libro Nuevo elogio dela Iocura, quien como sabemos formaba parte del mundo de cir- culacion de bienes culturales de su tiempo. Leldo en las Jornadas Internecionales para“ Docentes en Ia XL. Feri Internacional del {bro de Buenos Aires, 26 de abil dé 2014. La lectura, otra revolucién Las palabras sacen alas cosas del olvido y las ponen ene tiempo; sn elas, desapareceran. Daniel Moyano LA HISTORIA 1 ‘Durante mucho tiempo se pensé que la primera imprenta del Rio dela Plata habia sido aquella conocida como Imprenta de los Nifios Expésitos, instalada en Buenos Aires por el virrey ‘Vértiz, en la que se imprimieron los libros previos a la revo- lucién de mayo de 1810. Pero la primera imprenta de estas tierras no se importé de Espafa; creada y manejada por gua- ranfes reducidos por los esuitas, nacié en la selva y fue arma- da allf con tipos de fabricacién propia y signos fonéticos nuevos, invenciones para escribir una lengua desconocida en el viejo mundo, porque el primer libro que se estampo y tam- bin los dos o tres primeros que le siguieron fueron traduc- ciones al guarani de diccionarios, reflexiones y catecismos realizadas por hombres de esa cultura y por los padres jesui- tas, Después de diez afios de trabajo, en 1705, en Santa Maria, la Mayor, en la margen occidental del Uruguay, se estamp6 el, primer libro, traducido por el padre Joseph Serrano, quien, hhabia pedido a los reyes autorizacién para imprimir estas obras pues: 203 [.-] as la imprenta como las muchas liminas para su reaee, hhan sido obra del dedo de Dios, tanto més admirable, cuando Jos instramentos son unos pobres indios, nuevos en la fey sin Ia direccién de los maestros de Europa, para que conste que todo es favor del cielo, que quiso por medio tan inopinado en: sefiar a ésts las verdades de la fe Ochenta afios después de aquel hecho, el virrey Vértiz fund6 en Buenos Aires una imprenta cuyos primeros tip6gra- fos fueron los huérfanos, hijos de padres desconocidos, arro- jados en lacuna de la caridad piblica, fundada al mismo tiempo que la imprenta destinada a su sostén. En ella se pu- blicaron los primeros periédicositerarios, cientficos y socia- les, y todas las hojas y folletos previos al estallido de la revolucién de mayo. De modo que en el comienzo no estuvo la Imprenta de los Nifios Expésitos, aunque los argentinos hayamos vivido muchas veces como huérfanos, esperando que los bienes y las validaciones llegaran desde otros sitios, alabando lo que nos daban, descalificando lo hecho en casa, agradecidos por a dadiva. 2 Quisiera extraer de esta circunstancia histérica por lo menos, dos cuestiones. Por una parte élorigen americano de esa primera impren® ‘iifealizada, segin documentos, por unos indios incultos que sin embargo sentaron la piedra basal de la letra impresa entre ‘nosotros, lo que nos lleva a la oscura y olvidada presencia indigena en la construccién cultural y en la historia de la letra "hla Mie, Orgs depen ating Sat Fe, Arti, E C20, 104 en nuestro pats, y coloca a las culturas originarias en el c ‘mienzo del libro entre nosotros. El olvido, la invsibiizacién, eLborramiento o la desaparicién de nuestros bienes materia. les y simbdlicos, asf como la anulacién, la destruccién cultu- Gal o la lanamente eliminacién del otro, trazan una linea historica que va desde la Conquista espafiola hasta la Con- quista del desierto; desde la guerra de reorganizacién nacio- nal entre civles y la lamada lucha de la civilizacién contra la barbarie hasta el golpe de Uriburu, la semana trdgica o el 55: desde los golpes de Estado de los afios sesenta hasta el golpe de marzo del 76; desde la desaparicién de personas en los afios setenta hasta la desaparicién del Estado y-la pauperiza- ign social dé Tos Hioventa, como una recurrencia.en-el deve- nir de nuestra sociedad. Dela misma forma, podriamos ver el grito de Independencia o los gritos de Alcorta, la ley Séenz Peita, el 45, el voto femenino, la lucha de los organismos de derechos humanos, los movimientos indigenas o las ligas campesinas, como algunos de los muchos intentos de visibili- zar a ciertos otros ocultados, pauperizados, desaparecidos, robadios 0 asesinados. Por otra parte, quisiera traer el caricter mestizo de aquella creacién llevada a cabo por los guaranies en la vecindad, la dependencia y el intercambio con los jesuitas. El encuentro de lenguas que eso implica y la traduccién como puente, construccién, transformacién y supervivencia, y como base de una cultura que se resiste ala simplificaciOn folclérica y a Ig pintoresco, porque necesita explorar su. identidad.en la mezcla de textos, de géstos, de visiones del mundo y de len- guas de distintas procedencias como modo de fundarse Construccién mestiza de nuestra cultura, yen iltima instan- cia de toda cultura salida de la endogamia, como condicién, necesaria para ser, y en consecuencia el rechazo de toda idea purista'de raza, de clase, de cosmovisién o de lengua. Esa 205 condicién persistente de mestizaje —sostenida pese a todo intento de destruccién— entre diversas zonas, clases, geogra- fias y lenguas, también atraviesa la literatura argentina, cuyos referentes pueden provenir de un poblado jujefto, ser de la aristocracia polaca y devenir desclasados en Buenos Aires; escribir en un francés travestido con los modismos del Rio de la Plata 0 en un espafiol con inflexiones del inglés; imaginar sus relatos en el campo de batalla 0 escondidas tras un nom- bre de var6n en los albores de la patria, y ejercer como docen- tes, periodistas, correctores, telegrafistas, amas de casa o miembros de la clase patricia eS cl ‘empiezan a circular escritores pe necientes a los estratos medios, muchos de ellos de las pro- viincias, que no se dedican de tiempo completo a sus escrituras porque deben trabajar de otras cosas para vivir; todo esto constituye el corazén mismo de nuestra diversidad literariay, fen consecuencia, de su riqueza, 3 “;Quién soy?” se pregunta el Castelli de Andrés Rivera en La revolucin es un suefo eterno, novela histdrica que abunda en la necesidad de la escritura: ‘Yo, que me pregunto quién soy, miro mi mano, esta mano, ya palma que sostiene esta mano, y la letra apretada y ain firme {que raza, con la pluma esta mano, en las hojas de un cuadeeno de tapas rojas. Miro la mesa en la que apo¥é el cuaderno de tapas rojas, y ‘miro, en la mesa, un tntero con base de piedra,ylavela, grue~ 106 sa, que alumbra el cuaderno, la mesa, mi frente, mi boca y la mano que escribe. :Quién soy? Ese Castelli lteratio que evoca al orador de la revolucion de mayo mientras agoniza por un cincer en la lengua, escribe lo que recuerda y lo que siente en un cuaderno de tapas rojas [as palabras, como dice Moyano, se abren paso en la marafia del len- labras nuestras y palabras de otros, porque citando to scr a ela en seres vivos' ios ‘Fentido de To que fue, discutir acerca de lo que nos ocurre y comprender lo ya ocurrido, si queremos abrir un lugar en el presente. Sin una relacién con lo que fue, con los hombres ylas| ‘ajeres que antes hubo, jams podriamos responder a la pre- sgunta que se hace el Castelli de Rivera. sQuign soy, squines somos?, de qué modo hemos legedo hasta aqui? Qué relacién hay entre un pasado de “manual” y nuestra vida de todos los dias? ;Qué relacién existe entre los gestos, repetidos dentro de casa y lo piblico clausurado en sus senti- dos hasta volverse ajeno? La historia de cada uno de nosotros, aun en sus aspectos més privados, forma parte de un pasado comin, y no es posible reconstruir el pasado personal sin re- ‘Anda River La a sto tar, Buns Aes, See Baral 0 4 Dane Moan, Ts gle de tind, uns ies Sutera. 90. {Joen Cvler Mée, afd fad Baers, Heder oo 107 construir al mismo tiempo un pasado de época. Poder mirar. nos en. Ja trama de lo que.nos precedié y reconocer en.ella aspectos propios, construye nuestra identidad y nos sostiene, La miemoria es un continuo movimiento desde lo individual~ {hasta lo social y desde nuestras condiciones presentes hacia atris y hacia el maftana; un cruce de fuerzas ylachas por reto- ‘mar hilos perdidos, dialogar con zonas replegadas atin invisi |. bles, aprender de los errores y los aciertos de quienes fueron | antes; un intento por construirnos individual y socialmente, (porque no hay futuro individual separado del futuro de todos, “Quiénes somos?, de dénde venimost, spor qué de ese modo y no de otro? Me interesa comprender cémo las politicas eco- némicas de un pais 0 del mundo —e liberalismo, la global zacién, la dictadura o la guerra— duelen en insospechados rincones de nuestro mundo personal, en nuestra sexualidad, ‘en nuestra condicién de padres, de hijos, de empleados... De

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