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EL PROBLEMA DEL COSTO SOCIAL* RONALD Coase** I. EL PROBLEMA Este trabajo se refiere a las actividades de una empresa que tienen efectos perjudiciales en otras. El ejemplo més ccmtin es el del humo de una fabri- ca que provoca efectos nocivos en las propiedades cercanas. El andlisis econémico de tal situacién se ha realizado usualmente en términos de una divergencia entre el producto privado y l social de la fabrica, siguiendo el tratamiento de Pigou en The Economics of Welfare. La concusién a la que parece haber conducido este tipo de andlisis a la mayoria de los economis- tas es que serfa deseable responsabilizaral duefio dela fabrica por el dafio que causa a quienes perjudica el humo o, alternativamente, fijar un impues- tovariable al propietario de la fébrica en relacién con a cantidad de humo producido, equivalente en términos monetarios al dafio que causa o, final- ‘mente, excluira las fébricas de los distritos residenciales (y presumiblem te de otras zonas en las que el humo tendrfa efectos perjudiciales). Mi opi- nign es que los cursos de accin sugeridosson inadecuados porque provocan, resultados no necesariamente deseables II, LA NATURALEZA RECIPROCA DEL PROBLEMA Elenfoque tradicional ha tendido a oscurecer la naturaleza de a eleccién que debe realizarse. Elasunto se formula comiinmente, como que A ocasio- na dafioaBylo que tiene que decidirse es: ccémo restringira A? Pero esto + "The Problem of Social Cot", fue publicaco originalmente en Journal of Law and Exonomies, ol, 3, octubre de 1960, pp. 14, © 1950 The University of Chicago. Reservados todos los derechos. Traduceién tomada de William Breit y Harold M, Mochman, Editorial [atinoamerieana, Mésico, 1973, "Aunque este aticulo se refire un problema téenico de andliss econémico, surgis delestudio dels Poles Eeondmics de a Radiodtusion que dijo. El argumento estaba im plicto en un artculo anterior que se referin al tema de i asgnaclon de as freeuenclas de Tadioy tlevisin ("The Feder], Communication Commission” J Law & Econ, vol. 2, 1959), pero recibtsugerencia sobre la convenlencia de watar el probiema en forma ms explicit sin referencia al problema original pars el que habia deserollad esta colucion. siz EL PROBLEMA DEL COSTO SOCIAL 513 es erréneo, Estamos tratando un problema de natualezarecfproce, E fardafo a B infligirfa un perjuicio a A. La cuesti6n real que debe decidirse Gs: ase debe permitir que A dafie a B o que B dafie a A? La cuestién es evi- farel dafio mayor. Usé un ejemplo en mi artfculo anterior! que consistfa gnelcaso de un panadero cuya maquinaria,con sus ruidos y vibraciones, fperturbabe el trabajo de un médico. Evitar dafis al médico ocasionaria icios al panadero. El problema presentado en este caso era bésicamen- {esi valian més, como resultado de restringir los métodos de produccién el panadero, los mayores servicios del médico al costo de una oferta redu- ida del producto del panadero. Otro ejemplos el del ganado que se desban- day destrtyelos sembrados de los Campos vecinos vitable que al- fgunos anima)ax sujeto al derecho de los demanda- dos a construir 0 colocar madera sobre su casa, entonces el derecho de él esté sueto al derecho de ellos y aunque surge un perjuicio por el ejercicio del dere- cho de ellos, no son responsables. YL. J. Cotton dijo: ‘Aqu{ se ha dicho que la construceién dea pared de los demandados ha interfe- ‘ido sensible y materialmente en la comodidad de la existencia humana en la ‘casa del demandante, y se dio que es un perjuicio del que es responsable el de- ‘mandado, En general as ocurre, pero los demandados lo hicieron no mediante ‘lenvio de humo o vapor nocivo ala propiedad del demandante, sino interrum- endo la salida del humo de la casa del demandante en wna forma a la que (..] el demandante no tenia derecho. El demandante crea el humo que interfiere con su comodidad. A menos que tenga [.. derscho a librarse de esto de una mane raparticular que haya sido impedida porlos demandados, no puede demandar alos vecinos porque el humo originado por él mismo —para el cual no ha ofre- cido un medio efectivo de escape—le causa perjulcios. Es como si un hombre EL PROBLEMA DEL COSTO SOCIAL 3 tratara de liberarse del liquido sucio que surgede su propia terra mediante una {Gherfa que desembocara en tierra del vecino. A menos que el usuario haya irido un derecho, el vecino puede detenrla eaerfa sin incurrr en respon- Mblidad por hacerlo: No hay duda de que sele crearfa un gran inconveniente STpropietario del lugar en que surge liquide suelo, Pero el acto de su vecino ena un acto legal, y no serfaresponsablede las consecuencas atrfbuibles a que SThombre hublese acumuladosuciedad sin proporcionar un medi efectvo para Iiberase de ella. " Nome propongo demostrar que cualquier modificacién subsiguiente de situacién, como resultado de convenios entre las partes (condicionadas lcosto de apilar madera, de aumentar la altura de la chimenes, etc.) se tenido el mismo resultado, cualquiera que hubiese sido el fallo de jjusticia, ya que este punto se traté adecuadamente en la discusién del iplo del ganado en los dos casos anteriores. Lo que discutiré es el argu- to de los jueces de Ia Corte de Apelaciones, en lo que hace a la afir- én de que el perjuicio causado por el humo no fue originado por el sbre que construy6 la pared, sino por el que encendi6 el fuego. Lo no- 50 de la situacidn es que el perjuicio del humo fue sufrido por quien fa el fuego, y no por una tercera persona. La cuestién no es trivial, (que en ella se encuentra el meollo del problema que discutimos. ¢Quién 6 el perjuicio del humo? La respuesta parece muy clara. El perjui- Jo provocaba tanto el hombre que const-uy6 la pared como el que en- i6el fuego. Con el fuego, no hubiese habido perjuicio por el humo sin pared; con la pared, no hubiese habido perjuicio por el humo sin el fue- 5 Eliminando la pared o el fuego desapareceria el perjuicio del humo. So- el principio marginal esté claro que ambos eran responsables y que debian ser forzados a incluir la pérdida de agrado debido al humo 10 un costo para decidir si continuar la actividad que daba lugar al Y¥ dada la posibilidad de transacciones de mercado, esto es lo que, realidad, ocurriria. Aunque el constructor de la pared no era responsa- Jegalmente del perjuicio, y como el hombre de la chimenea desearfa pre- iblemente pagar una suma igual al valer monetario que para él tiene liminacién del humo, dicha suma se convertirfa entonces, para el cons- ‘de la pared, en un costo para mantener la pared alta, con madera bre el techo. El dictamen de los jueces de que el hombre que encendis el fuego era ‘causaba el perjuicio por el humo es verdadero s6lo si suponemos que pared es el factor dado. Esto es lo que los jueces hicieron al decidir que el sbre que elevé la pared alta tenfa derecho legal a hacerlo. El caso hu- sido mucho més interesante si el humo hubiese dafiado la madera. tonces habria sido el constructor de la pared quien sufriera el datio. El 0 habria sido semejante al de Sturges vs. Bridgman y hubiese existido su [ABD COMO HERRAMIENTA DE POLITICA PUBLICA ‘Los jueces tienen que decidir sobre la responsabilidad legal, pero esto no debe confundir a los economistas sobre la naturaleza del problema econémico. En el caso del ganado y la cosecha, resulta evidente que no existirfa dafo ala cosecha sin el ganado. Bs igualmente cierto que no exis. tirfa dafio ala cosecha sin a cosecha. El trabajo del médico no hubiese sido perturbado si el panadero no hubiese trabajado en su maquinaria, pero la ‘maquinaria no hubiese perturbado a nadie si el médico no hubiese cons. truido su consultorio en esa ubicacién particular. Las fibras eran ennegre. cidas por el humo proveniente del fabricante de sulfato de amonio, pero no hubiese ocurrido dafio sel productor de fibras no hubiese decidido col- garlas en un lugar particular y usar un agente blanqueador especifico. Si vamos a discutir el problema en términos de causas, ambas partes causan eldafio, Sinos vamos a atener a una asignaciOn 6ptima de los recursos, es deseable entonces que ambas partes tomen en cuenta el efecto dafino (el perjuicio) al decidir sobre su curso de accién. Uno de los buenos aspectos de un sistema de precios que opera sin problemas es que, como ya se ex: plic6, la disminucién del valor dela producci6n debida al efecto dafino es tun costo para ambas partes. El caso Bass vs. Gregory!" serviré como una excelente ilustracién final del problema. Los demandantes eran los propietarios y arrendatarios de una hosterfa llamada Jolly Anglers. El demandado era el propietario de unas casas y un lote vecino a Jolly Anglers. Bajo la hosterfa habfa un sétano excavado ena roca. En el sétano se habfa abierto un gran orificio que daba a un viejo pozo ubicado en el lote del demandado. El pozo se transforma- baa entonces, en la ventilaciOn del s6tano. El s6tano habfa sido “usado para la elaboracién de cerveza, que sin ventilacién no podrfa llevarse a cabo". La causa de la accién fue que el demandado quité una refilla de la boca del ozo “para detener el libre paso del aire desde el s6tano a través del pozo". Lo quedeterminé que el demandado hiciera esta reforma no est muy claro enel informe del caso. Quizas “el aire... impregnado por el proceso de la elaboracién de cerveza” que “pasaba por el pozo y se esparcia en el aire libre” era ofensivo para él. De cualquier modo, decidié eliminar el pozo de su jardin. La corte tuvo que determinar primero si los propietarios de la hosterfa tenfan derecho a una corriente de aire. Si tenfan este derecho, el caso deberfa diferenciarse del de Bryant vs. Lefever (ya considerado). Esto, sin embargo, no presenté dificultades. En este caso, la corriente de aire estaba confinada a un “canal estrictamente definido”. En el caso de Bryant 1s. Lefever, loque estaba involucrado era “Ia corviente de aire comin a toda Ja humanidad’. El juez sostuvo entonces que los propietarios de la hoste- EL PROBLEMA DEL COSTO SOCIAL. 35 ia podfan tener derecho a una corriente de aire, mientras que el propie- fario de la casa privada en Bryant vs. Lefever no lo tenfa. Un economista iia inclinarse a agregar: “pero el aire se movia de todos modos”. Sin Einbargo, todo lo que se habfa decidido en esa etapa de la discusién era que fa haber derecho legal, no que los propietarios de la hosterfa lo tuvie- Fen. Pero las pruebas demostraron que la ventana del s6tano hacia el pozo jfubia existido desde hacfa casi 40 afios, y que el uso de éste como ventila- tion debfa haber sido conocido por los propietarios del lote, dado que el aire, cuando emergfa, olfa al resultado del proceso de la elaboracién de cer- ‘gez2. El juez, por lo tanto, sostuvo que la hosterfa tenfa ese derecho por la ‘doctrina del privilegio perdido”. Esta docrina establece “que si se prue- ‘ba que un derecho legal ha existido y se ha ejercido durante cierto nime- 10 de afios, la ley debe presumir que tuvo un origen legal”. Por lo tanto, elpropietario de las casas y el lote tuvo que abrir el pozo nuevamente y soportar el olor "A menudo el razonamiento empleado en la corte para determinar los derechos legales parece extrafio para los economistas, porque muchos de Jos factores sobre los que se toma la decisién son, para ellos, irelevantes. Debido a esto, situaciones que desde el punto de vista del economista son idénticas, serén tratadas muy distintamente por las cortes. El problema “econémico en todos los casos de efectos nocivos es como maximizar el valor dela produccién. En el caso de Bass vs. Gregory el aire fresco se obtenta a través del pozo que facilitaba la producciéa de cerveza, pero el aire vicia- do era expelido a través del pozo que tormaba desagradable la vida en las ‘casas vecinas. El problema econémico era decidir qué elegir: un costo més bajo de la cerveza y vida menos agradable en las casas vecinas, o mayor ‘costo de la cerveza y una vida més agradable. Al decidir esta cuestién, “Ia doctrina del privilegio perdido” es tan relevante como el color de los ojos del juez. Pero se debe recordar que la cuesti6n inmediata enfrentada por las cortes no es lo que se hard, sino quién tiene derecho legal a hacerlo, Siempre es posible modificar mediante transacciones de mercado la del ‘mitacién legal inicial de los derechos. Y, por supuesto, si tales transaccio- ‘es de mercado no tienen costo, siempre tendré lugar la recomposicién de Jos derechos si conduce un ineremento del valor de la produccién. VI. CONSIDERACIONES ACERCA DEL COSTO DB LAS TRANSACCIONES DE MERCADO Hemos seguido hasta aqut el argumento bajo el supuesto (explicito en las “secciones iit y IV, y técitamente en la seccisn v) de que no existfan costos ppara llevar a cabo las transacciones de mercado. Este es, obviamente, un 526 [ABD COMO HERRAMIENTA DE POLITICA PUBLICA ‘supuesto muy irreal, Para llevar a cabo transacciones de mercado es nece- sario descubrir con quién deseamos transar, informar ala gente que desea. ‘mos intercambiar y en qué términos, conducir negociaciones que lleven a un convenio, redactar el contrato, llevar 2 cabo la inspeccién necesaria para, asegurarnos de que los términos del contrato se observan, y demés. Estas operaciones son, a menudo, muy costosas; suficientemente costosas para evitar muchas transacciones que se levarfan a cabo en un mundo en el que ee _— miento de los derechos legales através-del_mercado, se sostuvo que tal reorient Se HET Waves de EFeao CHAE VEY MUE ESTO CONCI}E faa ur incremento-del-valor-de la produccién, Pero esto suponfa transac. de llevar a cabo transacciones de mercado, es claro que tal reordenamien- to de los derechos sélo se emprenderé cuando el incremento en el valor de Ja produccién a consecuencia del reordenamiento sea mayor que los cos- tos en que se incurrirfa al ocasionarlos. Cuando es menor, la garantia de eee anne ee iat oreo cla naa ae ‘tar que se comience) que se llevarfa a cabo si las transacciones de mercado no tuviesen costo. En estas condiciones, la delimitacién inicial de los de- rechos legales tiene un efecto en la ineficiencia con que opera el sistema ee ae mayor de la produccién que cualquier otro, Pero, a menos que éste sea a arreglo de derechos establecido por el sistema legal, los costes de alcan- zar el mismo resultado alterando y combinando los derechos a través del ‘mercado pueden ser tan grandes que este arreglo éptimo de los derechos, y el mayor valor de la produccién que ocasionarfa, puede que nunca se ea ee proceso de delimitar Ins derechos legales se discutiré en Ja siguiente sec- Cid. En éstr considerar¢tzdelimitacitrrinicialde los derechos y1O¥ COF “fos de evar wcabolas transacciones-d>-mescado.come determinadas_ std claro que una forma alternativa de organizacién econémica que podria lograr el mismo resultado, a un casto menor que en el que se ineurri- ‘fa usando el mercado, permitirfa que aumentase el valor de la produccién. ‘Como expliqué hace muchos atios, la empresa representa tal alternativa a ta organizaci6n de la produeci6n a través de las transacciones de merca- do." Dentro de la empresa individual se eliminan los convenios entre los distintos factores que cooperan en la produccién, y las transacciones de ‘mercado se sustituyen por una decisi6n administrativa, El reordenamiento dela produccién tiene lugar entonces, sin necesidad de convenios entre los propietarios dels factores dea produccién. Un terrateniente que controla EL PROBLEMA DEL COSTO SOCIAL 527 gran parcela de tierra puede dedicarla a distintos usos, teniendo en quenta el efecto que elercerén las interrelaciones de las distintas activide- en el rendimiento dela tierra, tomando asf innecesarios los conventos antre quienes llevan a cabo las distintas actividades. Los propietarios de cdificio o de varias propiedades vecinas en una zona dada pueden Por supuesto, no se deduce que los costos administrativos de organizar pna transaccin a través de la empresa sean inevitablemente menores que ‘costos de las transacciones de mercado. Pero cuando los contratos son y dificiles de lograr y una tentativa para describir lo que las partes han ordado producir o no (por ejemplo, la cantidad y clase de un humo o rul- do que pueden hacer o no) necesitarfa un documento extenso, yen el que, como es probable, serfa deseable un contratode larga duracién,"*serfa poco yrendente si el surgimiento de una empresa o la extensién de las acti- vvidades de una ya existente no fuese la solucién adoptada en muchas oca- es para tratar problemas de efectos nocivos. Esta solucién se adopta- ‘cuando los costos administrativos de la empresa fueran menores que Jos costos de las transacciones de los mercados que remplazan y las ganan- ias que resultarfan del reordenamiento de las actividades fuesen may tes que los costos de organizarlas para las empresas. No necesito exami- nar con gran detalleel cardcter de esta solucién, ya que he explicado lo que presenté en mi articulo anterior. Pero la empresa no es la tiniea solucién posible para este problema. Los costos administrativos de organizar las transacciones dentro de la empre- pueden también ser altos, particularmente cuando se realizan muchas idades distintas dentro del control de una sola organizacién. En el caso in del perjuicio del humo que puede afectar a un gran ntimero de jonas comprometidas en una amplia variedad de actividades, los cos- administrativos pueden ser tan altos que hagan imposible cualquier tativa de manejar el problema dentro de los confines de una sola em- presa. Una solucién alternativa es la regulacién directa por parte del go- erno. En vez de instituir un sistema legal que puede ser modificado por xcciones en el mercado, el gobierno puede imponer regulaciones que tablezcan lo que la gente debe hacer 0 noy cudles deben ser obedecidas. “Ast, gobierno (mediante leyes 0, quiz mis probablemente, a través de na agencia administrativa) puede encarar el problema del perjuicio del , decretar que ciertos métodos de produccién deben usarse 0 no (p. ‘que deben instalarse métodos para eliminar el humo o que no debe 528 [ABD COMO HERRAMIENTA DE POLITICA PUBLICA quemarse carb6n 0 petr6leo) o pueden confinar algunos tipos de negoci a ciertos distritos (regulacién zonal). El gobierno es, en un sentido, una superempresa (pero de una clase mi especial), ya que es capaz de influir enel uso de los factores de la prod ccidn mediante decisiones administrativas. Pero Ia empresa ordinaria ‘sujeta a inspeccién de sus operaciones debido a la competencia de ot empresas, que pueden administrar las mismas actividades aun costo bajo, y también porque existe la altermativa de transacciones de mer contra la organizacién dentro de la empresa si los costos administrati se hacen demasiados altos. El gobierno puede, silo desea, evitar el me do, lo que una empresa nunca puede hecer. La empresa debe realizar a dos de mercado con los propietarios de los factores de la produccién que usa. Asf como el gobierno puede reclutar 0 determinar el tamafio de la propiedad, también puede decretar que los factores de la produccién d bben usarse de talyy tal forma. Tal método autoritario evita muchos probl ‘mas (para quienes realizan la organizaci6n). Ademés, el gobierno tienea ‘su disposicién la poliefay otras dependencias para la observancia dela y asf asegurarse de que sus medidas se llevan a cabo. Esté claro que el gobierno tiene poderes que lo capacitan para obt ciertas cosas a un costo menor que una organizaci6n privada (una sin poderes especiales del gobierno). Pero la maquinaria administrativa gobierno no carece, en si misma, de costo. En realidad, en ocasiones p de ser extremadamente costosa. AdemAs, no hay razén para suponer q las regulaciones zonales y restrictivas, realizadas por una administraci falible sujeta a presiones politicas y que operan sin el aliciente competi vo, serdn necesariamente siempre aquellas que incrementen Ia eficien con que opera el sistema econémico. Ademés, tales regulaciones gem Tes, que deben aplicarse a una amplia variedad de casos, se aplicarén: algunos de ellos en los que serén claramente inadecuados. De estas consi- deraciones se deduce que la regulacién gubernamental directa no necesariamente mejores resultados que dejar que el problema sea rest to por el mercado o por la empresa. Pero, igualmente, no hay raz6n Ja que, en ocasiones, tal regulaci6n administrativa gubernamental no ba conducira un aumento de la eficiencia econémica. Esto parecerfa ticularmente probable cuando, como en el caso del perjuicio por el ‘mo, un gran niimero de personas se ve afectado y, por lo tanto, en el los costos de manejar el problema a través del mercado o la empresa den ser altos. Existe, por supuesto, otra alternativa: no hacer nada respecto al probl ma. ¥ aceptado que los costos involucrados en Ia solucién del prot ‘mediante las regulaciones de la méquina administrativa gubernament serdn a menudo pesados (particularmente si los costos incluyen todas

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