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ME LLAMO.. LCon Ae 0 F a ha C | He dominado todas las artes y clencias del Renacimiento Antonio Telle Johanna A. Boccardo Parramon Proyecto y realizacién Parramén Ediciones, S.A. Direccién editorial Lluis Boras Ayudante de edicién Cristina Vilella Texto Antonio Tello lustraciones Johanna A. Boccardo Disefio grafico y maquetacién Zink Comunicacié S.L. Direccién de produccién Rafael Marfil Produccién Manel Sanchez Cuarta edicién: febrero 2008 Leonardo da Vinci ISBN: 978-84-342-2604-3 Depésito Legal: 8-862-2008 Impreso en Espafia © Parramén Ediciones, S.A. - 2004 Ronda de Sant Pere, 5, 4* planta 08010 Barcelona (Espafia) Empresa de! Grupo Editorial Norma de América Latina www.parramon.com Prohibida la reproduccién total o parcial de esta obra mediante cualquier recurso o procedimiento, comprendidos la impresién, la reprogratia, el microfilm, el tratamiento informatico, 0 cualquier otro sistema, sin permiso escrito de Ia editorial Hola... Mi vida transcurrié en la segunda mitad del siglo xv, el quattrocento como lo Ilamamos los italianos, y parte del siglo siguiente. A esta época se la llamé Renacimiento porque significé el “renacer” de la cultura, las artes y las ciencias en Europa. Todas las actividades humanas revivieron con una intensidad que no se vivia desde los tiempos en que habia florecido la civilizaci6n romana. Desde los fildsofos hasta los poetas, desde los arquitectos hasta los pintores, y desde los reyes y papas hasta la gente comtn, todos nos sentiamos capaces de transformar el mundo. Y yo, como hijo de esta época maravillosa, no escapaba a ese impulso. Por eso, me dediqué a pintar y a esculpir, a disefiar fortalezas y maquinas de guerra, y a crear artefactos para volar y otros pequefios aparatos que hicieran més faciles las tareas del hombre. Ademas de observar las estrellas, estudié el cuerpo humano y dediqué no pocas horas a la musica —-me gustaba tocar el latd-, a cocinar y preparar banquetes, y hasta a idear acertijos para divertir a las damas de la corte. En fin, que un hombre renacentista debia observar y experimentar todo si queria hacer del mundo un lugar mas habitable para el ser humano. Mientras tanto, con Botticelli nos dedicamos a servir comida en la taberna Los Tres Caracoles, junto al Ponte Vecchio de Florencia. Después, el duefio de la taberna nos contrato como cocineros, pero nos despidié al cabo de unos dias. De todos modos, fue una experiencia muy interesante porque me di cuenta de la cantidad de instrumentos que faltaban en la cocina para hacer las tareas mas rapidas y, al mismo tiempo, ahorrar energias. Florencia era una ciudad muy viva y todos los artistas trabajaban mucho. Sandro Botticelli empez6 a recibir encargos tan importantes de grandes personajes como los que recibian Antonio del Pollaudiolo y Domenico Ghirlandaio, el maestro de Miguel Angel. Sin embargo, yo debia conformarme con pequefios trabajos. Como siempre sucede en la actividad artistica, para triunfar no sélo necesitas talento, sino también tener buenas relaciones. Hablé con mi padre y gracias a su intervencién tuve el primer encargo importante: pintar una tabla para la capilla de San Bernardo del Palazzo Vecchio. Me dieron un buen adelanto y comencé a trabajar en ella. Sin embargo, como se incendié Los Tres Caracoles, Botticelli y yo lo dejamos todo para abrir una nueva taberna que Ilamamos La Ensefia de las Tres Ranas de Sandro y Leonardo. Pero e| negocio no durd ni dos meses. Ricos y pobres preferian las raciones abundantes a los platos decorados. Mi padre me ayud6 una vez mas y los monjes del convento agustino de Scopeto me encargaron hacer La Adoracién de los Magos para el altar mayor de la iglesia de San Donato. Pero también la dejé sin acabar, porque decidi cambiar de aires eirme a Milan. Leonardo da Vinci / 14 34 / Me Llaro... Podia pasarme horas y horas tratando de descubrir por qué los cambios de la atmdésfera modificaban el color de los objetos distantes 0 donde estaba el secreto de la armonia de los sonidos. Con esto yo no pretendia convertirme en un hombre de ciencias. Mi propdsito era saber mas sobre la realidad del mundo para aplicarlo a mi arte. Todo arte necesita una base cientifica para que la realidad que representa se aproxime lo mas posible a la realidad en que vivimos. Quiero decir que el hombre, el mundo y el universo forman una sola cosa arménica y es misién del artista descubrir las leyes que rigen esa armonia. Debo admitir que también pretendia con esto que el arte de la pintura comenzara a considerarse como una actividad noble. Desde la Antigiiedad se consideraban todas las obras hechas con las manos como trabajos serviles. Los artistas éramos considerados poco menos que sirvientes, pero ni los artistas somos sirvientes, ni el arte, una actividad menor. Del mismo modo que el poeta necesita de la pluma para escribir sus poemas; el pintor, del pincel para pintar sus cuadros. Como hombre del Renacimiento que soy, defiendo mi libertad individual. No acepto que gobiernen mis gustos y mis ideas y que quienes me encargan una obra decidan cuando debo acabarla. Soy yo, el artista, quien decide cuando la obra ya esta finalizada. Si escribo al revés, aprovechando que soy zurdo, y mis escritos solo pueden leerse con la ayuda de un espejo, no es porque quiera ocultar nada, lo hago para demostrar que el artista es quien impone las reglas para ver e interpretar su obra. Judas parece esperar que Cristo diga su nombre mientras aprieta con su mano la bolsa con las monedas de la traicion. Los monjes quedaron muy sorprendidos con el mural La ultima cena y el duque mismo vino con su corte a verlo. ann Leonardo da Vinci / 51 La caida de Ludovico el Moro Yo me sentia muy feliz con mi nueva situacién. El duque me encarg6 la decoracién de la Sala delle Asse, pero como dicen, la felicidad no dura en la casa del pobre. Mi suerte cambié. En 1499, las intrigas politicas del duque y la politica expansionista del rey de Francia rompieron el fragil equilibrio en el que vivian los reinos de Italia de la paz de Lodi. Las tropas francesas derrotaron a Ludovico el Moro, entraron en Milan y yo me quedé sin protector. La ultima cenay La Virgen de las rocas gustaron mucho a Luis XII y el rey de Francia me hizo un encargo. Queria que le pintara un cuadro con santa Ana, la Virgen y san Juan Bautista y Jesus, para regalarselo a su esposa, Ana de Bretafia. Pero sdlo le hice un boceto, que se conoce como Burlington House Cartoon. Me marché a Mantua y busqué amparo en la corte de Isabella d'Este. Isabella, quien componia hermosas canciones, queria que le pintara un retrato. En febrero de 1500 le hice un carboncillo dibujandola de perfil al modo de la tradici6n de Mantua, que buscaba resaltar su clase social. Aun asi destaqué la serenidad de espiritu de la dama. (CMe Tee Sc CR Cn Te «En el Renacimiento, desde los fildsofos hasta los poetas, desde los arquitectos hasta los pintores, y desde los reyes y papas hasta la gente comtn, todos nos sentiamos capaces de transformar el mundo. Y yo, como hijo de esta época maravillosa, no escapaba a ese impulso. Por eso me dediqué a pintar y a esculpir, a disefiar fortalezas y maquinas de guerra, 0 a crear artefactos para volar.» A partir de 9 afios Otros titulos Marco Polo PN lea aS) Siren Gandhi Alejandro Magno Vincent van Gogh BVT oe Mozart Cleopatra Picasso Miguel de Cervantes SIE rlt} Etat Mes Tay BCTCSS Mole] [ol0] Charles Chaplin Www.parramon.com

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