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    252024, 16:07 Los origenes estadounidenses de la guerra ruso-ueraniana - The American Conservative | Los s origenes estadounidenses de la | guerra ruso-ucraniana Sus causas son complejas, pero se originan en decisiones tomadas en Washington desde la Segunda Guerra Mundial. (Foto de Peter Kiaunzer - Pool/Keystone via Getty Images) -ngps:tmw.theamericanconservative.comithe-american-origins-ofthe-russo-ukalnian-watl 252024, 16:07 Los origenes estadounidenses de la guerra ruso-ueraniana - The American Conservative Christopher Layne y Benjamin Schwarz 16 de octubre de 2023 | 12:01 explicacién de Washington para la guerra ruso-ueraniana es simple. Como dijo el resiflente Biden ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2023, "solo Rusia, solo Rusia es responsable de esta guerra”. Como demostramos, esto simplemente no es cierto, Para entender por qué comenzé la guerra ruso-ucraniana y los obstaculos para ponerle fin, es necesario examinar los origenes estadounidenses de la guerra, Estos son: el fracaso de la administracién de George H.W. Bush en dar ms ayuda econémica para apoyar las reformas econdmicas del lider soviético Mijail Gorbachov; el fracaso, al final de la Guerra Fria, a la hora de disolver los dos sistemas de alianzas hostiles que engendré y sustituirlos por una nueva arquitectura de seguridad europea posterior a la Guerra Fria; las decisiones de las administraciones de Bill Clinton y George W. Bush de emprender la expansién de la OTAN; La promesa especifica de Washington, hecha por primera vez.en la cumbre de la OTAN en Bucarest en 2008 y reafirmada repetidamente, de que Ucrania se convertirfa en miembro de la OTAN; y los fundamentos estratégicos e ideacionales que han guiado la gran estrategia de Estados Unidos hacia la Unién Soviética/Rusia desde la década de 1940. La administracién Biden y el establishment de la politica exterior en general descartan la idea de que las causas de esta guerra sean complejas. En lugar de milltiples causas, creen que la causa de la guerra ruso-ucraniana es simple: Vladimir Putin. Las discusiones sobre la guerra se enmarcan tinicamente en torno a Putin como individuo. Un ejemplo es el titular de primera plana del New York Times del 18 de diciembre de 2022 que promociona una seccién especial homénima del periddico: “La guerra de Putin”. El establishment de la politica exterior de EE.UU. aparentemente ha olvidado que Rusia es un estado, cuyas politicas estan moldeadas por su historia, geograffa y cultura politica, De hecho, no serfa una sorpresa saber que los habitantes de la politica exterior han eliminado la palabra “Rusia” de sus mapas y han rebautizado ese espacio geogrifico como “Putinania”, Segin Washington, la guerra de Ucrania se debe tinicamente a las acciones de un autécrata agresivo, Este punto de vista encaja perfectamente con la narrativa de la administracién Biden, profundamente arraigada en la tradicién de politica exterior de Estados Unidos, de que la politica internacional se reduce a una lucha de Estados “buenos” (democracias) contra Estados “malos” (no democracias). El enfoque en Putin como el tinico impulsor de los acontecimientos pierde gran parte de la historia. Sin duda, como lider de Rusia, su decisién de dar luz verde a la invasién total de Ucrania en febrero de 2022 (y la anexién de Crimea en 2014 y el apoyo a los levantamientos separatistas rusos en el Donbis) es, de hecho, la causa inmediata del conflicto. Es un villano conveniente, aunque nada que ver con la exagerada comparacién ‘ngs. theamericanconservative.comithe-american-origins-ofthe-usso-ukranlan-wat! ovine 223 2srae, 1607 Los orgenesestadounidenses dela quer uo-vraiana- The Amercan Conservative que algunos hacen con Adolf Hitler. Sin embargo, por muy importante que sea Putin, sus puntos de vista no son anémalos entre los rusos. Al culpar de la guerra solo a Putin, personalizando de hecho el conflicto, los responsables politicos estadounidenses y europeos han despojado a la guerra de su contexto geopolitico ¢ histérico. El enfoque exclusivo en Putin como agente causal también distorsiona la forma en que el establishment de la politica exterior estadounidense piensa tanto sobre la conclusién de la guerra como sobre el futuro de Rusia. Esto fue evidente durante el motin de Prigozhin en junio de 2023, que generé esperanzas efimeras de que Putin caerfa del poder y se abrirfa la puerta al surgimiento de una Rusia democratica y liberal. Incluso si Putin fuera destituido del poder en el Kremlin, lo que parece ser uno de los objetivos de guerra no declarados de la administracién Biden, la politica exterior de Rusia no cambiarfa mucho. Como escribié la profesora de la Universidad de Georgetown Angela Stent, quien fue oficial de inteligencia nacional para Rusia y Eurasia en la administracién de George W. Bush, en su libro Putin's World (2019), sefialar a Putin como Ia causa necesaria y suficiente de la politica exterior de Moscti "simplifica demasiado cémo se gobierna Rusia. Detrs del nuevo zar se encuentra un Estado milenario con tradiciones y autocomprensién que precede a Putin y que seguramente le sobrevivird”, Por estas razones, escribe Stent, “es una ilusién creer que Rusia cambiaré notablemente en el curso del siglo XXI’. El hecho de que Rusia y Ucrania llegaran a las manos no habré sorprendido a nadie que conozca el tumultuoso periodo entre la caida del Muro de Berlin en noviembre de 1989 y la desintegracién de la Unién Soviética en diciembre de 1991. El potencial de guerra era previsible, y previsto, en Moscii, Kiev y Washington. Los detalles de la desaparicion de la Unién Soviética han sido brillantemente narrados por Vladislav Zubok, profesor de historia internacional en la London School of Economics, en su nuevo libro Colapso: La catda de la Unién Soviética (2021). Las reformas internas de Gorbachov fueron catalizadas por la economfa en decadencia de la Unién Soviética, En lugar de reactivar la economia soviética, sus politicas aceleraron su colapso. La crisis econémica tuvo importantes consecuencias geopoliticas: aceleré el debilitamiento de la autoridad central del Kremlin, lo que alimenté el creciente nacionalismo y separatismo en las repiiblicas constituyentes de la Unién Soviética, especialmente Ucrania y los estados bilticos. Esto creé oportunidades para politicos ambiciosos y oportunistas como Boris Yeltsin y Leonid Kravchuk, que se convirtieron en los primeros presidentes de la Federacién Rusa y de una Ucrania independiente. Aqui, Rusia fue victima de lo que resulté ser un pacto féustico aleanzado por Yeltsin. Para sacar a Gorbachov del poder, despejando asf el camino para que tomara el mando del Kremlin, Yeltsin apoyé la desintegracién soviética y la independencia de Uerania. Como sefiala Stent, no pensé en “las implicaciones de seguridad de marcar el ‘npn. theamericanconservative.comithe-american-origins-ofthe-cusso-ukralnlan-wat! 33 2srae, 1607 Los orgenesestadounidenses dela quer uo-vraiana- The Amercan Conservative comienzo de un estado ucraniano independiente”. En poco tiempo, Yeltsin tuvo el equivalente geopolitico del remordimiento del comprador. El fallido golpe de Estado de agosto de 1991 contra Gorbachov hizo avanzar répidamente los acontecimientos. Kravchuk, un veterano funcionario soviético, se representé a si mismo como un defensor del nacionalismo ucraniano, al igual que otros apparatchiks ucranianos de alto rango. Utilizaron el golpe como una oportunidad para declarar la independencia de Ucrania, que fue proclamada por la Rada (parlamento ucraniano/Soviet Supremo) y confirmada en diciembre de 1991 por un referéndum y por la eleccién de Kravchuk como presidente. Alo largo de este proceso, Yeltsin y los principales lideres rusos a su alrededor expresaron su preocupacién por el destino de Crimea y el Donbés, ¢ incluso Odesa, que consideraban territorios historicamente rusos. Se hicieron oscuras alusiones ala desintegracién yugoslava. En noviembre de 1991, cuando un alto asesor le dijo que el prdximo referéndum ucraniano darfa lugar a un fuerte voto a favor de la independencia, Yeltsin se mostré inerédulo. "iNo puede ser verdad)”, exclamé, "Esta es nuestra hermana reptiblica eslava... Crimea es rusa! {Todas las personas que residen al este del Dniéper gravitan hacia Rusia!” Observando estos acontecimientos desde su posicién como embajador britanico en Moscit, Sir Ronald Braithwaite observé que “los rusos perfectamente sensatos echan espuma por la boca” ante la idea de la independencia de Ucrania. Las relaciones entre Rusia y Ucrania, dijo, eran tan inflamables como las de Irlanda del Norte: pero las consecuencias de una explosidn serfan mucho mAs graves”. En un memoranda, el asesor de Gorbachov, Georgy Shakhanazaroy, inst al Ifder soviético, atin aferrado al poder en el Kremlin, a declarar que Crimea, Donbés y el sur de Ucrania “constituyen partes histéricas de Rusia, y Rusia no tiene la intencién de renunciar a ellas, en caso de que Ucrania abandone la Unién [Soviética]”. La administracién de George H.W. Bush ha sido elogiada por navegar habilmente la turbulencia geopolitica causada por la desintegracién de la Unién Soviética. Una mirada més cercana revela que, en aspectos clave, su politica soviética era profundamente defectuosa. A su favor, en su discurso de agosto de 1991 "Chicken Kiev’, Bush reconocié los riesgos del “nacionalismo suicida” e intenté disuadir a Ucrania de separarse de Moscit. Del mismo modo, al secretario de Estado James A. Baker III le preocupaba que la independencia de Ucrania pudiera conducir a un conflicto por Crimea y Donbas. Nicholas Burns, miembro del personal del Consejo de Seguridad Nacional (ahora embajador de Estados Unidos en China), advirtié que la independencia de las repuiblicas de la Unidn Soviética crearia una “colcha loca” de puntos geopoliticos, incluida Crimea. Sin embargo, habiendo diagnosticado perspicazmente los peligros de una desintegracién soviética, la administracidn no tomé medidas que podrian haber evitado estos peligros. ‘npn. theamericanconservative.comithe-american-origins-ofthe-

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