Cosmogonía y Creación

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PROYECCION 39 (1992) 321-329 Cosmogonias y creacién Enrique Borrego ‘Aungue sélo algunos cristianos fundamentalists, o de ciertos movimientos marginale, se aferan boy a interpretaciones literales del relato biblico sobre la ‘Creacién, bastantes personas alejadas del ambiente de la fe piensan que ain petduran tales acttudes y que la teologfa cristiana se opone a la ciencia', En ta ctualidad aparecen con cierta frecuencia articulos de divulgacién en revistas y Semanarios en cuyas informaciones se supone que perdura la tradicional ‘posicin entre religién y ciencia o en los que fécilmente se extrapola el lenguaje Ge la ciencia a terrenos absolutos. Es sorpendente leer hoy, por ejemplo, que el ‘atdlite COBE (Explorador de la Radiacién del Fondo Césmico), dotado, a parecer de ciertas cualidades filoséticas, prueba cémo fue el verdadero facimiento de todo cuanto existe*, Pero lo cierto es que la reflexién teolégica fue asimilando con el tiempo Tos métodos de la critica literaria e histica, La divulgacin de las nuevas investigaciones biblicas, junto con el avance de las posiciones critcas de los telogos, contibuyeron a superar las contradicciones fenie narracién biblica y cosmogonias -cientificas. Ast mismo, los estudios teol6gicos descubrion Ta importancia hermentutica de reconocer en la Biblia el estilo meramente rligioso y didéctico que emplearon los excrtores inspirados, Tos cuales se adaptaron al nivel de los conocimientos cosmoligicos de sus contempotineos. Todo esto provocé la distincidn, cada vez mis clara, entre lo {gue se consideraba mensaje religioso de los escrios bibicos y el marco cultural ¥ literatio en el que se produjeron "cat respect deseo escorecer alguns cuestiones mcd ene os etre de mi atl tigen de verso. «Big Bangs 9 ereacin: Ran y Fe 225 (1992) 247-56. “tho, 12 de Mayo de 192 322 [ENRIQUE BORREGO La idea de creaci6n se opuso siempre, en la mente de los teSlogos, a la de ‘mera transformacién o confeccién del mundo, que supondria haberlo hecho de ‘una materia o realidad que existiese con anterioridad y de la que Dios lo hubiese formado directa 0 indirectamente. Esa misma materia preexistente seria ya «mundo», aunque todavia no estuviese organizado, y no consttuyese, por tanto, tun verdadero «cosmos». Nada impide que pudiese existir esa especie de materia en un supuesto estado caético, con lo que permanecerian enftentados los antiguos ‘conceptos «caos» y «cosmos», Pero entonces la construccién del universo no setia el origen de la realidad, sino el ordenamiento de un desorden, de una ininteligible realidad precedente. Y, naturalmente, al ser realidad, por desordena— ‘da que estuviese, sera ya una especie de universo, aunque distinto, por lo que {al hipstesis no nos libraria de preguntamas por el origen de ese pre—universo 0 ‘cos. Esto quiere decir que, en cualquier caso, tendriamos que establecer una frontera entre loreal y la nada para corservar la idea de Creacién, propia de la tradicidn biblica y teoldgica. Los métodos experimentales, por otra parte, no podian obviamente detectar ningtin indicio de un auténtico comienzo desde Ia nada. A lo sumo se podia Iegar a pensar un estado de la energia que se consideraba incial, punto cero, por tanto, del tiempo, todo lo cual chocaka con la idea cristiana’ de Ja creacién, Incluso en el estado actual dela materia, lo més pr6ximo a la idea de «nada que tun cientificn puede expresa es el concepto de «vacion como un estado muy bajo ‘de energia. El vacfo verdadero no esté sino en laimaginacién. Fl investigador de particulas sabe que lo que se ha llamado «wacio» esté Heno de campos, posibles Droductores de particulas apenas sean excitados. En algsin momento de a historia de ls cosmogontas cientificas se acudié por diversos motivos a la idea de ereacién continua de la materia, como sucedié a partir de 1947, con la teoria cosmogénica del matemético P. Jordan y, un abo después, con la famosa feoria del estado estacionario, de H. Bondi, T. Gold, F. Hoyle y otros cientifics, segin la cual el hidrégeno se estaria creando continvamente de la nada. En 1952 se preguntaba también S. Jones por el origen de la materia, Lleg6 a la conclusion de que la materia se crea de la nada y de que existe un proceso continuo de creasién. «La materia debe de ser creada al azar en todo el espacio»’. F. Hoyle resgondia igualmente a esta cuestién: «De cuando en cuando la gente pregunta de inde viene la materia ereada. Pues bien, no viene de ninguna parte. La materia, simplemente, aparece, es ereada. En un ‘momento dado los étomos que componen la materia no existen y en el momento "xa crecion continua de materi, ex: Ther 1 (1952-1953) 801-802, (td pox Riza en omieno del mundo, Mati, 1964, p. 612) COSMOGOMIAS Y CREACION 323 siguiente, ersten». Pero esta teorla fue desechada porno tasarse en ninguna ‘experiencia cientficadeterminaday ser consierada, en conscueaeia, puramente opecilativa. La tet, por otra pare, no suponia un esfuerzo real de dislogo entre la ciency la Revelacié, no estaba motivada por una necesidad de irmacién rcligiosa, ni siquiera metafisca. Ere, simplemente, una necesidad de Coberencia para una tora tan determinada sobre la materia como la del estado fstacionario. El témnino «nada» inctia, ademés, en graves contadicciones Végicas y metaiscas. Intentos de dislogo Frecuentemente ha existido confusién entre el mbto fisicomatematico y el filosstico y teol6gico. A causa de tal confusion, se pudo tener Ia sensacién de ‘que alguna hipétess, surgida en medios positvistas, favorecia la tendencia a suprimir 0 redvcr I acciGn creadora de Dios en lugar de rlegarla 2 otra esfera {e la reflexién, Esto ocasioné en algin momento que los tesiogos més radicales viesen en estos planteamientos de los cientificos una oposicién entre la fe y la ciencia, ya que ésta no podia admitr la nada desde los puntos de observacién de ‘aquélla, que coincidian con las posiciones de la metafisca tradicional, Pero la ‘verdadera oposicién se dio casi sempre a nivel de divulgacién de las ciencias, més que a nivel de a investigacién misma. Se dieron también a la vez teorias conciliatorias de eseasa consistencia. Al principio, estas teorias se empefiaron en combinar las sencillas imagenes del Tenguaje biblico coa los conceptos modernos de la ciencia. Asi se legé a pensar {que la palabra «diam, respecto a la creacién, significaba andes periodos de tiempo, tal vez millones de afios. Se dijo también que el autor quiso expresar con cL esquema semanal que la Creacién es un proceso en el tempo. Otras opiniones exegeticas tendian a pensar que el autor del relato no pretendia que se le enlendiese literalmente, como si él mismo, ya en si tiempo, hubiese tenido feonciencia de que su idea del mundo era demasiado primiiva e ingenua, que realmente el mundo no era, como él creia, un disco plano rodeado de agua y ‘posado sobre ella, ni el firmamento una béveda inm6vil La verdad es que tales intentos de didlogo no aportaron soluciones estables, aunque en ocasionss cumplicton temporalmente con si misién tranguilzadora. ‘Al final prevalecis a conviceién de que el lenguaje dela fe discutia a un nivel Giferente del dela ciencia. Peto también se tenfan que ajustar algunos abusos del Tenguaje cientfico: el punto «cero» del tiempo podia selalar tnicamente el ‘comienzo de este orden fisico que conocemos como munéo, por lo que no se “The naire of he Univers, Orford 1881, p 121 324 [ENRIQUE BORREGO podia identificar este punto «cero» del tiempo con el origen absoluto de toda realidad, Esto implicaba que los cientifics, siempre que hablasen como tales y entro de su propio lenguaje, se debian reducir al orden fisico observable sin pasar al terreno de los absolutes. En Ia actualidad, a teologia catlica por su parte ha ido tomando conciencia {de que no debe entrar de ninguna manera en el modo descriptivo de la Creacién, cs decir, en una especie de historia cosmolégica, si por ello se entiende la susttucion de la literatura simblicay espirival por una invasién del campo de In astofsica. Esto significa, consiguicntements, qu la tologia renuncia a extract putas de interprtaciGn del origen y evolucién del universo a raz de los textos biblicos. Pero si debe insist en la idea de que tanto el oxigen como la subsistencia del universo se fundamentan en Dios. Tarapoco ha habido fidelided total a este principio. Algunos, bien inencionados sin duda, han vuelto a la vieja tendencia de intentar armonizar las teorss cientifcas sobre el origen del universo ‘con los enunciados de la fe. Inluyé, sin duda, en la aparicin de esta esperanza de conciliaciin la conviccién de la ciencia mais csica de la primera mitad de ‘nuestro siglo sobre la necesidad de un comienzo absoluto del universo’. En general, puede decirse que los teélogos estin dispuestos a incorporar los resultados positivos de un creciente didlogo con la ciencia. «Cabe.suponer, eseribia Alexandre Ganoczy en 1983, que el didlogo de la teologta de la Creacién con las ciencias naturales... la fisica y a astronomia, adquirisd en los préximos ddecenios mis importancia que hasta ahoras*. A pesar de todo, hoy entiende la teologia que no puede tomar la hipétesiscientifica del momento, por firme que pparezea, como base de su interprctacién de la f. Independencia de lenguajes Efectivamente, debido a la situacién actual de precariedad en la que ha ‘quedado Ia astrofisica después de innurnerabes teorias cosmogénicas, estamos Acostumbrados a las hipOtess de breve duracién. Sélo en el tema del origen del luniverso estan implicadas miltiples teorias, en torno siempre a la relatividad y la mecinica cuintica, Observaciones lanzadas con entusiasmo fueron ‘rechazadas de inmediato. Por ello, el trabajo teoldgico no puedo volver a hacerse ependiente de ta teoria de moda, y el te6logo, tanto como el cientifieo, debe corregir su tendencia a enunciados defiitivos en aquellos puntos que dependen 4e la experimentacidn y la estaditica. Una explicacin teoligica de la Creacion ‘ese, pr ejemplo, eta si em TEAMS, 1, The matron Universe, Cambridge 1934 'Schopngslere, Disco 1983 (deo: Doing dea reali, Het, Bateclona 1986.11. cosmologica del orgen, Una explicaién tcoligica de la Creacion busea ef Sentdo de este mensaje biblico dent del panorama total de la historia de ls Salvacién, No tiene, pes, por qué inci en los nuevos y cambiantes conceptos elas teoriascosmoiinicas que se han ido sucediendorépidamente en este sgl, sobre todo a partir de 1948 con las toorias de H. Bondi T. Gold. Tampoco tiene que reinterpretar las antiguas concepciones del mundo sobre las que se tdifiod en el pasado el discuso teolegico, no tiene qu se feta ellas como si fstuviesn ms cerea dela Revelaién ue las actuals concepcionessurgidas de Js relatividad y de Ia mecéniea cudntica. Pienso que es importante hoy aprender 1 separar defiitvamente el leguaje de la fe del dela teologia, y por-supuesto cl lenguaje de la metafisia, el lengua cent. 1a ciencia modema ha oplado en general por una postu pragmitica, de forma que n0 se eriesga a dat una explcaciin del unverso como defintiva ni 2 entar en el teven0 de Tas significaiones absoluas. Sin embargo, son los Cientficos, veces, los que ineurren en In inferenciaciin de los lenguajes y parecen desconocer los dstinios niveles del canocimieno. La formacién lgica {ela mayora procede dels epstemologascientificasy del lenguje matemitico Y con este lenguaje han pretendido afrmar o nega a intervencién divina en el ‘rigen del univers, Pet la fsa debe deseanocer todo otro enunciado que pase sus propia fontera,Sélo de esta forma se puede hablar de compatbildad ene Ja fsicny Ia teologia. Asi lo han maatenido algunos cienificos notables de resto dempo, como Max Planck y Heisesberg, entre oto”. Heisenberg dj, precisamente del primero: «Considero que para Planck, la religin y las cencias {ela naturaleza son compatibles, porque, como él declara, se refieen a émbitos ela realidad totalmente distintos'. El asténomo H. Vogt defend igualmente festa compatibilidad. Pro cuando afr la necesidad de la Creacin, no lo hizo {partir de una argumentacién materstica ni cayé en una interferencia de Jenguajes. Twwo una clara conciencia de que un cenifio no est capacitado para averiguar con sus métodos por qué existe este univaso y de dinde viene” Hawking y el «punto cero» ‘Stephen W. Hawking ha provocado reciontemente lamentables interferencias fa este tespecto, Resulta sorprendente la ingenuidad critica con que este gran Cientifico sata desde una elicubraci6r fisico-matemética sobre el origen del "cL K. Wen, Cursdonereudateas, Bucelom 1965, pp. 2 ss. donde pueden Heese ineesites passes de Heeeberg sobre exe tema. "Didlogor de flcestmice, Madi 197, p. 103 pel toma cncusivo de Koamos und Got, elders 195) 26 ENRIQUE BORREGO isica y teoligica de creacién. Hawking es uno de esos. cientificos que se podria inclu entre ls que Carl F. Weizsicker Lams isicos de nuestro tiempo metidos a fildsofos» a los que hay que entender mejor que ellos se entienden a si mismos, si se les quiere hacer justicia™. Su libro Historia del tiempo, que aparecié en espafiol en 1988, es todavia en la actualidad una de las obras de divulgacién ciemtfica més leidas, Hawking se opine como bie, cata i ceca de In gee gu Sintetizar en una las dos grandes teorias fundamentales que hasta ah Gescien el univers, I fora dla etividad general la mecca cuten, sE1 objetivo final de la ciencia, dice Hawking, es el proporcionar una tnica teoria que describa comrectamente todo el universos"*. Hawking estaba, al parecer, convencido de que la teoria cuintca de la gravedad tiene profundas mplicaciones sobre el papel de Dios ccmo Creador”. ‘Su primer andlisis se basa en lateorie del big bang: «De acuerdo dice con Ja teorfa general de la relatividad, tuvo que haber habido un estado de densidad infnita en el pasado, el big bang, que habria constituido un verdadero principio 4el tiempos". Esto supone, como es sbido, que hubo un momento en que la distancia entre las galaxias vecinas debe haber sido cero. El punto cero del luniverso se puede calcular a partir de las distancias que separan hoy dia a las ‘galaxias y de la velocidad con que se expande en la actualidad el universo™. E] origen de la teria es ya viejo. El asteinomo belga G. E. Lamaitre fue el primero en preocuparse por Io que ocurtié en el tiempo cero. Su famosa teoria «hipétesis {el stomo primitives, de 1946, suponia que en el tiempo cero toda la materia y energia del universo se enconraban comprimidas en una especie de superitomo raiactivo, masa inestable que estallé en una formidable explosion cuyos fragmentos dieron iugat a las galaxias. Este modelo fue adoptado més tarde por 2m Weld der Physi, Sogn, 1970 (nd spat La ingen fica de mando, Mai 1978). "Huawnvo, SW. Historia de Temp. Del Bg Bang als Atujros Negros, Bucelons 1988, Tradgcin de CAA SAC, “Oe a2, 0, ¢ 222. Ete convencininto se conprcha en miiplespasjes de eta ob. Por siemplo, al conentar sabe el determin wentcn & Laplice, que s0 expecificaa ls onfgutcie inl del nivero, fade: Eso 2 Io djs a Die Dos legis co comers tluniverso y qué eyes obslecrs,peto no ntervena en el universo a ver que ete se haese ‘aero en matches (06.220) %0.e p21 SCX. ASIMOV, ly ET Universo, De ora plane le guise, Aliana Box, Madd 1973, p. 290 11 pofan en aston puede encontrar en ets obra wna sens explain be Jn iste dels anmogenss modems, (COSMOGOMAS Y CREACION 307 Eddington y George Gamow lo lamé big bangs", Precisamente en estos dias se ha producido una gran conmocién en el mundo de la astrofisica con el con caricter absoluto, como si sms alléfuese la ‘érminos «origen del universo» y worigen del tiempo» con «origen de lo real», Hawking mantiene, pues, hasta el final las extrapolaciones del lenguaje de 1a fisica. La teoria es demasiado complicada para que los profanos podamos juzgar su aciero. Sélo diré que aspira a convent en realidad Ia idea dela «anificacin de Ia fisica». Hawking espera poder explicarsatisfactoriamente el concepto de luniverso «autocontenido», sin singulariades ni fronteras, sin comienzo en el tiempo y, segin él, podria depender de ello la necesidad 0 n0 de la ereacién, Podemos entender que su confusin entre los conceptos empiricos y metaempiei~ cos augura un mal éxito a su teoria en cuanto aspira a aclarar las profundas implicaciones que tendria «sobre el papel de Dios como Creadors* La cuestién fundamental En conclusién, hay que sefialar que las condiciones en la frontera del ‘espacio-tiempo, si representan en si mimas un estado inicial del universo, no por ello aclaran nada sobre el origen del estado inicial mismo. Si se intenta determinar qué es lo que pueda signficar «un estado anterior al universo», nos fencontramos con un concepto puramente abstracto, que representa wna realidad incognoscible e inaleanzable para cualguer tori fisica, una realidad que ya no sotia espacio-temporal. Asi, pues, cuslguiera que fuese esta realidad, n0 se regitia ya por las mismas leyes del universo; no tendia que estar constituida por ‘unas nuevas epartculas elementales» ni sus parimetros de medida velocidad~ temperatura, et. tendrfan que encajar en la relatividad general o en Ja meciinica cuintica, Sencllamente, estaria al otro lado de Ia frontera de los fenémenos fisicos cuyo origen se pretende establecer. Desde el punto de vista dela teorfa de la rlatividad se ve incluso favorecids esta argumentacién de que no se puede Ihablar de una realidad espacio-temporel anterior al universo. Aunque bubi acontecimientos anteriores al big bang, n0 se podtian wilizar para determinat 1o ‘que sucederia después, ya que toda capacidad de prediccién fallaria en el big bang. Esto quiere decir que lo que sucesi6 antes del big bang no puede formar parte de los «modelos cientficos del universo»", Pero estas conclusiones 10 pueden trascender el Ambit fisieo-matemstico, Con estas aclaraciones puede comprenderse Ia inexactitud de algunas afimmacfones de Hawking respecto a una hipstesis de la Creacién planteada desde O.€ p. 222 "ep M. (COSMOGONIAS Y CREAGION 329 Ja teoria cientifica: «(Un universo en expansin no excluye Ia existencia de un creador, pero si establece limites sobre cusindo éste pudo haber llevado a cabo ‘su misiSnle®. La impropiedad de este lenguaje es notora: el «cuando» que nosotros sabemos es s6lo reativo al tiempo transcurrido desde ahora hasta el ‘momento del big bang, verdadero origen del tiempo. Un «cuando» que trascienda el mundo, evidentemente, noes sueto posible de determinaci6n, Hawking utiliza incluso sus propio argumentes de coherencia teoligica: si Dios ha creado el ‘universo, admite, es razonable pensar que lo ha hecho siguiendo las eyes que desde ahora puede descubri la ciencia™ conforme a una teoriafisica que tenga ciertas garantias. Hay que afirmar en conclusign, primeramente, que la Creacién del universo nunca sera detectada como suceso de orgen por una teoria matemitica, La idea Ge ereacin presupone un ser ereador que no pertenezca al universo y que, cconsiguientemente, no sea cogaoscble por los propios medios experimentales de Iafisica. La ciencia s6lo podré, tal vez, dterminar un di, teGricamente, mediante cconceptos generales de mera coherencia, el primer momento intligible de una ‘estructura racional. En segundo lugar, ue preguntarse por el origen del universo de una manera rigurosa supone enteat ya en el campo de la filosofia. El sentido ‘mismo del mundo y de la vida, como orien y destino, puede entrar en el émbito e Ia teologia o incluso de la mistce con mis propiedad que en el de la astrofisica. Todo ello es evidente, al margen de los conocimientos que se puedan fener acerca de Ia ley de la gravedad, Ia relatividad general 0 la mecénica cevintica. Enrique M' Borrego 20.6 p27 Ea stcologla se enende n frets cojetrs, Aunque pteceafimar qe Dis ego tana eyes revi, telat firms fsa eyes pueden abe sid dead rginlment por ‘ica peo prec que fh dejo evoluionar al aniverso desde enices de acuerdo com els, y que A yu no intevienes (p16,

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