Las Cofradias y Su Mecenazgo Artistico D

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| Ip x 7 la me ae mX iF er Aa j 8 Real Audienci ae Ott ropacsred (o)W ais 140.0 \ r in (ae nedy (ed.) fi bees sie Be een eee LAS COFRADIAS Y SU MECENAZGO ARTISTICO DURANTE LA COLONIA' SuSAN VERDI WEBSTER AS coftadias estuvieron omnipresentes en la vida religiosa y social en la Audiencia de Quito’. Centenares de elas aparecieron en ci dades, pueblos y comunidades rurales, cada una respondiendo a circunstancias locales y regionales muy diversas. Al igual que en el resto del Nuevo Mundo, las cofradias fueron Fundadas tanto por el clero, especialmente por las érdenes religiosas, como por los coloni- zadores, siguiendo cl modelo espaiiol’, Se trataba de grupos de ficles reunidos en torno a la devocién de Cristo, la Virgen Maria 0 un santo en particular. El rol primordial de la cofra- lades piblicas y privadas tales como el pago de misas, procesiones 0 celebraciones en dias de fiesta. Las cofradias dia era espiritual: promovia la devocién cristiana a través de acti ofrecian también una diversidad de beneficios espirituales a sus miembros, incluyendo en- terramientos acompafiados de misas de difuntos e indulgencias. Muchas asociacioneslleva- ban a cabo asimismo una o varias obras de miscricordia, aportando importantes formas de caridad a sus miembros y ala comunidad en general ‘Ao largo del periodo colonial las coftadias financiaban el mantenimiento de los altares y el culto alas imagenes en monasterios, conventos ¢ iglesias. También celebra- ban las fiestas de los santos, realizando complejas procesiones puiblicas en las cuales las ima- genes de sus santos patrones eran paseadas a lo largo de las calles. En consecue grupos eran altamente visibles en su comunidad. A través de sus actividades piblicas y privadas, las cofradias fueron en buena parte responsables del esplendor y adorno de las iglesias y de la magnificencia de las gran- des celebraciones y procesiones levadas a cabo a lo largo y ancho de la Audiencia Las cofradias quedaron establecidas tempranamente, pocos afios después de la fandacién de la ciudad de Quito, y sus participantes se incrementaron ostensiblemente en el Lltimo cuarto del siglo xv1y a lo largo del siglo xvi. Ast, la mayorfa de los vecinos pertenecia, ‘una cofradia, yen las urbes era habitual su participacién en varias’ En una fecha tan tempra- nna como 1570, la excesiva proiferacién de cofiadias fue motivo de consternacién por parte de las autoridades eclesdsticas de Quito, las cuales intentaron controlarlas y hasta detener sus acti- viidades. Un edicto emanado en el primer sinodo de Quito observaba poéticamente que: Por cuanto el dngel de las tinieblas se suele transfigurar en dngel de luz para inducir a los hombres a mayores pecados, haciéndolos imponer sobre si ma- yores precepros de los que pueden guardar: por ende ordenamos y mandamos, que de aqui adelante no se erijan cofradias sin nuestro expreso consentimien- 10 0 de nuestros vicarios en nuestro nombre, pero reseruamos la 33:Anénimo Vien de Gudpub 2392, confirmacién dellas a nos o a quien nuestro poder hubiere. E si Haaaa ase aanceconiende| algunas estuvieren hasta agora erigidas, no se use dellas hasta Museo Nacional delBancoCentral del Ecuador. que por nos sean vistas y examinadas, y las que estén con nues- o7 ARTE DE LA REAL AUDIENCIA DF QUITO, SIGLOS XVIEXDK tra voluntad o de nuestro antecesor hasta agora, con juramento de que guardarsn las ordenanzas de las dichas cofradias [...)’ Apenas nacidas, las cofradias parecen haber gozado de gran éxito entre todos los sectores de la so- ciedad colonial. A pesar de que los colonizadores espafioles fundaron numerosas cofradias, principalmente en los centros urbanos, estas asociaciones parecen haber sido especialmente atractivas para la poblacién indfgena. En las ciudades algunas cofradias locales, se dice, contaban con mas de 1.500 miembros’. Para 1594, la multi- plicacién de estas asociaciones indigenas se convirtié en especial preocupacién para las autoridades eclesiésti- cas’, En un edicto sinodal titulado Sobre las cofradias y que se reduzcan a menor niimero, por los inconve- niientes que de esto se siguens, las autoridades se lamentaban: ‘Somos informados haber muchos excesos y ofensas 4 Nuestro Sefior entre indios, por la mucha cantidad que hay de cofradias y los muchos abusos que por este respecto tienen, y que convendria reducirlas 4 menos, y sefialarles sus lugares en las procesiones para quitar diferencias y escandalos, Y porque pretendemos reformar este particular, de suerte que Nuestro Seftor se sirva y no se ofen- En los restamentoscoloniaes tanto de hombres como de mujeres, de todas ls ras y etnias, se hace notar su perte- rnenca alas cofadis. Sobre todo en Ls Areas urbanas, en ls festamentosusual- ments cia la membres de quien e- ta en varias cofradls, Podemos citar Gientos de ejemplos: sin embargo, dos Son suficientes come cases pcos Enel testament de 1767 dea ndigena g tea Juana Guancapamba se hace fe rencia su vineulacin con 5 cofradas, y destaca que habia servido por 10 aos omo prise en lade San Scbastin (ANHIQ. Terai 85, 1765, sp) En un testament dl mismo ao, de un ‘spatio eriollo de elie, don Miguel Manrique de Lara, se hace nar qu & te perteneca a 3 cofradias en Quito [Nuestra Sehora del Rosato de los Es pales, Nuestra Seaora de la Merced y Indl Sani Sacrament, Mange de Lar obseaba que dubia sido uno delay sent y caton en primera y tcrera ofa (AAIQ. Jo Co es, eja 89, ao 1767, fle. 7-7) CGitado por Vargas, J. Me «El primer oncilio de Quito p. 41. La ayorla de cofadias urban facronreeladas ‘mediante elas w ordenanzas que ext Plan los deberesy derechos de sus rniembos. En 1650 Diego Rodriguer de Docamn- po descibis tna procesion de Mirco- ies Sano en Quito, organizada por la cofiadia de naturals de Nuestra Sefo- ‘adel Roo, Dexia qu habia sn gran ‘nimero de penitent a donde elvan mis de 1.500 luces en citios de cet so suger que la cored contabs con al menos 1.500 miembros, aunque po ‘ia aber nid un mimero mayor. C- tudo en Ponce Lev, P Relaciones i tires del Aut de Quit (ils x72), Quito, Ediciones Marka yAbya-Yaa, 1994, 2p. 259. Villaba, J. Los sinodos quitenses del obispo Luis Lépes de Solis 1594 y 15960, Revie del titted Historia eect Ectriana, 34,1978, pp 0-111 Ibid, pp. 110-11. Ee nimer aproximado et basa en las referencias de 25 cofradis cad 1650 por D. Rodriguce Docampo, en Ponce Leva, P Rlconsisbrit-geo- ifs dela Auinia de Quit, 2 pp 207-322, Tomando en cuenta ea cf «on los resultados de mi propia inves tigen, deduzco que el mimeroapro- ximato de cofradas presents en cada iglesia paroquial, monasteio,conven- to y otras ques concen en cate, los santos ys ecole, se lega un oral de 120 cof. El recuemto puede resulta coniso dbido quads a aque cada coal estaba dvdida end Ferenes amos por rat y etna (spao es, indios, egos y mato) Pala Noras pet Cartroto rercero ciudad de Cuenca es dif establecer et mero; sn embargo se ha demostrado «que para 1674 exsin al menos 20 co- fradias activa, Véase Arteaga, D., «La cofadiareligiosa en Cuenca. Nots pa- a su estudio (silos xvievt), Revie cde Anivopologia, 16, Cuenca, agosto de 2000, p. 146, Para as eas rales del Audiencia se hace mi dif extablecer Ia eantidad de Ls mismas, Ls primerasconstcucines de ex co- fradia datan de 1543. En el libro de miembros de 1543 aparecen Francisco Ruiz y Hernando dela Para, dos de los hombres mis ios y poderaos dels Au- slenca duane dl siglo x1, Vee Webs- tet,S.V «A Major Confrterity Com imission..», p. 8, La cofradia estuvo incialmenteen una estructura de adobe > pajaen a plaza principal, que sini co- ‘mo primera iglesia, anterior a aqua ele- sada al rangoeatedralcio en 1545 Por ejemplo, ances de 1597, os jesitas Fundaron una cofradia dedicada ala In- mmaculada Coneepeién, cuya membres cstaba resting a cabaleros expats Vease Villegas, J. La congregacién er clavitud de Nuestra Sefora de Loreto, Quite, silos xv y xvi, Montevideo, Universidad Catéli «Dimaso A. Le rtaiagas, 1985, p. 10. En 1612 la mem besa dela recientemente fandada co- fradia de la Santa Vera Cruz estaba Timitada al ingreso de espafoles (AGO- FE/Q, Cofradias, 2-8, sEn Mayo de 1612», fal. 1). Una cofadia de caba- ers yhidalgsesabecida en 1612 y de- dicada alos Dolores de Maria requerta de todos sus miembros un rguroso ex men de su calidad y sanges. Esta cofra- dla fue exablecida en la eecoeta domi- nica de Nuestra Sefiora de la Peta de Francia. Ves Vangs, JM, Horie de! Ecuador, siglo X11, Quito, sin 35. Por cjemplo, antes de 1597 los jesitas fandaron una cofradia de indios dei- cada al Santo Angel de la Guarda y,en mismo petiodo, también exablecie- rom una cofrada exclusiva para mujeres bj la advocacion de Nuestra Sera de Loreto. Villegas, J, La congrepacion oe elavitud . 12. En 1598 a cofradia de smulatos de Nuestra Sehora de Ala Gra- cia soliciesestablecerlaen la cacedral (AEIQ, Acta decaild, 4, fo. 3), Las coftadias cuya membresia estaba ‘ompuesta por negos, mulatoso inclu sive judlos converios fueron esablecidas en muchas pares de Espafia a lo largo de os sighs xv y xv, Véase espcial- mente Webster, S. V., Art and Ritual, pp. 33, My 38 Las coftadas espanolas no fueron or- sganizadas por sramose basidos en raza 6 ania sino que se formaron cofadias por separado y dedicaasa dferenes ad- vocaciones. Ademis, en Espafa, ex: cepein de as dl Sancisimo Sacramen- roy las Almas Bendias, no podian exit cofadiasdedicads ala misma advoca- cin en una misma comunidad. Véase Webster, S. V., Art and Ritual, p. 36. Para el orgen dela coftadia como una organizacinexclusivamente espaila, véase Hurtado, C.,«Cofradia del Ro- sario: espacio alutiaador de la lie qui= tefia en el siglo XV, Memoriam 4, 1994, p. 165: Vargas, JM, Nua Se ‘hora del Rosario en el Feuador, Quito, 1983, pp. 46-48, Terén Najas, R, Are, xpci y religio- sided en el Convento de Sante Deming, Quito, Proyecto Ecuy-Bely Ediciones Tibsimundi, 1994, pp. 16, 20.21. ‘Terin Naja, Ry Are pci religos- dad. pp. 20-21 Vargas, J. M., Nuestra ‘Scr delRsari.. pp. 56-57. Una di visi similar exists para la cofadia de la Inmaculada Concepcin en San Fran- sco, lacuna princpios de siglo xv taba compuesta de dos ramos lade loses pales y monte (mestizos) ya de Indios. Nucramente ambos grupos et ban sujetos alas mismas regs, pero cx «da uno lleaba su propio eis de iem- bros ysus propos libros de cuentas. En «ste cas, Ls ela sugeren que los dos subgrupos comparian el mismo altar y [as mismasimgencs y ques junta on las procesiones. Véte AGOFEIQ, Co fadias, 2-10, «Constiuciones de la o- fradia de la Inmaculada Concepein que sc vonera en esta Yglesa de Slaln Fran sco de Quitos, fl 4. En la primer e- ala se anota que es sconsttucion que a de aber dos libros en poder de lor ma- yordomos yao de los montancse y otro e los naturales... Por eemplo la coftadia de Nuestra Se- fora del Rsio de los Naturales de San- to Domingo, que arraneé como una congregacén exlasivamenteindigen, ‘nds tarde admits ingreso de mest ans ywmorenos, Véae Ter Naas, ‘Arte pac y religisided, p21. sta endenciaha sido observada por d- ferences hstoriadores para ls sglos Xv yx, Véase especialmente Minchom, M., The People of Quito, 1690-1810, Change and Unrest in the Underclass, Dellplain Latin American Sadie, n° 32, Boulder, San Francisco, Oxfor Wesriew Pres, 1994, pp. 153-199, Ladeccién anual de todos los cargo ra teéricamence un proceso democrtica ‘que aseguraba igualdad de oporeunida- des; sin embargo, aquellas personas de ‘mayor poder econémico y socal eran 21 ARTE ELA REAL AUDIENCIA DE QUITO, IGLOS XV usualmente los candidat prefers, ya ape palin cnr sigfvamee * Vease Webster, S. V., Art and Ritual p. 224, nota 148; p. 227, nota 178. Por ejemplo, estas cofradias eleglan usualmente mayordomos y mayordo- mas, proses y priostas,sindicosy sin- dicas, et. Con respecto alas cofradias indigenas el idensago equlibradoy si- méttico entre hombres y mujeres po- dria deber su orgen a a estructura so- al prehispinica, donde as nociones de ‘complementaridad entre los génctos fu exencal, éase Cummins, T., «The Madonna and the Horses, Phoebus, vl 7, 1995, pp. 70-71. Moreno Eas, J también ha vinculad este fendmeno a In organizacid social prehspanica vs- se eLa cofradiay la hermandad de los maestros tejedores de Quitos, Revista (el nattt de Hiri Ese Bena ‘orang, vol. 13,1993, p. 118. En la ma yor de documentos consltados sobre Cofadias se exablee claramente la exie tenia igualitaria de cargos entre hom- bores y mujeres dentro de las cofiadlas. ‘Véase, por ejemplo, AGOFEIQ, Co- frais, 2-10, »Consticaciones que hor- fl. 16, pas Las referencias est tipo de cofadias se ‘encuentan disper en diferentes faen- tes. Los nombres sfilados seguidamente de ninguna manera pretenden ser una liseaexhaustva En La Concepcisn: Santo Crucifijo, Santa Ana, Nuestra Sefior dl Teinsito. En Santa Clara: Santo Crcifjo, Santo Cristo del Buen Suceso, Nuestra Sefio- sa del Rosato En el Carmen de San José: Nuestra Se- fora del Teas Kennedy, A., Historia de! Monasterio de as Concepts, Cuenca, 1599-1999, Qui- to, Paplart, 1999, p. 19, Ese fendme- ‘no parece no haber sido inusual en el "Nuevo Mundo. En Bogots, por cjem- plo, una coftadlagremil dedicada 2 San ‘Cosme y San Damn fue esablecda en cl monasterio de Santa Clara en 1650. ‘Véase Graff,G, W,, «Cofradis in che [New Kingdom of Granada Lay Frater nites in a Spanish American Frontier Society, 1600-1755, pp. 50-51. 2 Algunos documentos hllados en el con- vento de Santa Catalina dan fe dela exis- tencia de al menos 6 coeadiis: Nues- tra Seors del Rosario, Nuestra Senora de a Encarnacn, Nuestra Sefioa de a 212 Aauncién, Santisimo Sacramento, San José y Sanea Catalina. Vase AMSCIQ, Libro dande se sient ls patenes ex pedidas en Nuestro Pladle Provfn ali y donde se asientan las alajas de sachristia que corren de fora... fecho endl 1 de Abi de 1716 al6}sy de con- suleass, pasim; AMSCIQ, +Limosnas el mantenimiento de las cofradias», pasion » Las monjas del eonvento de Santa Ca- talin iniciaron la cofrada de Nuestra Sefiora del Rosario en 1645 con el fin de promover Is devocién de la imagen «pnima del reablo mayor desu iglesia. En los restos de miembros, algunas -monjas son lisadas como weintey qua- troy chiles, tanto hombres como mu jeres, asf coma religiosos del convento de Santo Domingo, también aparecen ‘como miembros. Véase AMSCIQ, oLi- mosnas parse mantenimient de as co- feadiasy, fl. 2 Para mayor informacidn sobre los mi- adores wer Navarto,J- Go, Comribu- cones a iar del ate on el Ecuador, vol 3, Quit, LitografiaeImprenta Ro- ‘mero, 1950, pp. 134-170. * Los gremios exstieron ciertamente en Cuenca durante a colonia, y es muy po sible que formaran sus propias cola dias; sin embargo, no sé de ninguna co- fendi gremalidentifiada para Cuenca El gremio de plateros ha sido exeuiado por Paniagua Pére, J, «Plateria colo- Diy regia dl Azuays, esis doco ‘al, Madrid, Universidad Compluten- sede Madrid, 1987, » Para gremios en Guayaquil vase Huer- 1a, D. J Las cofadias guayaquileass, Guademor de Historia y Argueologis, vol. 3,3 diciembre de 1953p. 168. Es importante anotar que el autor no identifica ninguna cofiada gremial: mis bien supone su existencia basindose en cl gran mimeto de cofradiasactvas en Ia ciudad durante el periodo colonial © Véase Paniagua Pérez, J. La cofradia ‘quiefia de San Eloy, Eire Huma- isos, Geograia, Historia, Arte, 2 10, 1998, p. 200. J.M. Vargas ita los nombres de 1 pin- toes que aparecen en el ibro de reglas de las cofradias en 1588; muchos de los tismos parecen ser indigena, Arte u~ ze colonial, p. 51 © Vargas, JM, Nuestra Sora del Rosa ri, p53. Jere, A, aE escuor Diego de Robles ElOrionte Dominicen, vol. 28, .° 149- 153, agosto de 1945, p. 194 Vargas J. M, Patrimonio ari ecu toriano, Quito, Editorial Santo Domin- 0, 1972, p. 84 Reprodicido en Vargas, J. M., Elarte quite en oslo x, x0 y 0H, Qui to, Imprenta Romero 1949, p. 213. Reprodutido en Fores y Caamato, A. Artista nacional inlbidable: Bernardo de Legarda y del Arco, Quito, Imprenta de lero, 1951, p. 14. ‘Vargas, J. M, Patrimonio artistic ecus- toriano, p22. GGucera, MP, La coftadia dele Vingen del Pilar de Zaragoza de Quito, Quito, Aloya-Yala, 2000, p. 59. Vargas, J. Ma Ela ecuatoriano, Quit, Editorial Santo Domingo, 1964, p. 137 Gucera, M.P. La cofaia del Virgen del Pilar 39. © A posar de que existen diferentes tipos de censos lox mis comunes fueron las hiipotecaso réditosemitidos dieecta- mente a cofadiao pagados como in- tereses de préstamos oftecidos por la cofradfa M. Minchom oftece una defi nicidn general dl significado de censo: oblgacionesestablecidas sobre lap Piedad a cambio de servicios (spicules 6 financieros) suministrados wualmen- te por la iglesias. Véase The People of Quito, p69. Debido al gran niimero de libros de cuentas de coftadias alin existences, hace imposible casos en esta now. Mu chos se encuentran en los archivos pa- roguiles, especialmente en el archivo dela parraguia del Sagravo, asf como en el archivo general de la orden Fan ciscana del Ecuador y el Archivo Histé- rico Nacional CGitado en Ponce Leva, P(e.) Rela ciones hstérico-geogeficas dela Au diencia de Quito, 2, p. 356. Ese fie l caso del Nuevo Reino de Gra- nada, y lo propio parece ser cierto para cl easo dela Audiencia de Quito, Véase Graff, G. W., «Coftadiasin the New Kingdom of Granada: Lay Fraternities ina Spanish American Frontier Society, 1600-1755, pp. 58-59, 169. [A pesar de que muchas cofradasindt- ‘gens pueden abe sido institu eo- ‘mo instrumentos de auleuacin, exis ren evidencas en América en as que se -sgiere que durante ls sighs xy xt éstasgoraban de un alto grado de auto ‘noms, y que podrian haberlaulizado pats su propio bencficio. Vase Meyers, AA. «Religious Brotherhoods in Latin America, A Sketch of Two Peruvian Ca- se Studies en Meyers, A.y Hopkins, D. E, (eds), Manipalarng the Saint: Rel _gou Brotherhood and Social Integration tn Peconguest Latin America, Hambus- 9, Wayasba, 1988, p. 11; Garcia Mae inex, B. Los puebls del Sera, Méxi- «en, Colegio de Mésico, 1987, pp. 273-78; Carlen, RS. «Social Organization in Santiago Atlin, Guatemal, Edhnology, 12035, 1996, pp. 145-46; Gitwon, C., The ‘Actes Unie Spanish Rae, Sean, Sean- fond Univesy Pes, 1964, pp. 131-1325 ‘Macleod, M. J, «Papel social y econdmi- «code ls cofradas indigenas de la colonia en Chiapass, Mesooneric, vl. 4,15, 1983, pp. 64:75: Gains S ads), on- dian Confearenitis, Brotherhooode and ‘Mayordomiasin Central New Spi, en ‘Ouwencel Ay Mille, 5, (ds), The Ine dion Community of Colonial Mes, Ams- ‘erdam, Cela 1990, pp. 206-208, Para esta relacidn, véase especialmente Celestino, O. y Meyers, A, «La posi= ble acculacién del ayia tavés de las «ofadia en Koth de Paredes, M,Cas- tell, A.y Mould de Pease, M. (comps), Emnoistovia y Anropolegia Andina, Lie ‘ma, 1981, pp. 299-310; Celestno, 0. y Meyers, A Las coftadias em ef Per, pp. 105-106, 126-127 Durante la tempeana colonia parece ser qu, en algunos casos, caciquesy miem- dela nobleza indigena local ejer- ‘an usualment cargos de poder dentro des cofradis,perpewando de exe mo- dl las jrarquias sociales preispinics. Sin embargo, més tarde, en la colonia, indigena sin tulos de noblezaasumie~ ton altos cargos en ets organizacones, De todas formas, la cofradia parece hae ber sido un importante espacio de mo vilidad social Samcacraz y Espejo, Ede, Dente de lor cura de Riobamba,c4. 1786, introiuc- cin y nota por C. Feil, reimpreso, Quito, Publicaciones del Archivo Mu- nicipal de Historia, 1997, p. 81 Vease, por cemplo, ANHIQ, Censor y Capelaias caja 18, expe. 3, 9X-1732, fol. 3, en donde se seala que los ex pafioes «no viben en Pueblos de Yndios donde solo estos deuen tener quato co- Frais.) ANQ, Gobierno Ecce, obispo Pe- dro Ponce y Carrasco, ca 10, aio 1760, _pasim: ANQ, Gobiemo Edie, Visi {as Pastors, xj 8, 1750-1756, asi ® Ibid. caja 10, ao 1760, fos, 20-24 Las coffadias Gada fueron ls del San ‘a Escuela de Cristo, Nuestra Sefiora de la Merced, Sanisimo Sacramento, Ben dlas Animas, Nuestra Seiora dela Con- cepcidn, Nuestra Sefiora del Rosario, San Antonio Marti, Jess Nazareno, Nuestra Seiora de Guadalupe y Nuce- ta Seiora de os Remedios, {bid caja 10, ao 1760, fos. 2v-13¥. Lascoadis presenes fueron las de S cramento, Nuestéa Sefora de la Con- cxpcidn, San Pablo, San Miguel, Ben- ditas Animas y una sin nombe, Notas pet-Cavrruto tercero id, caja 10, ao 1760, fol. 27. La i cacofradla listads fe la de Nuestra Se- Sora dela Presenacin. Appear de que ls documentos no supo- ‘nen en modo alguno un inventatio ex- hhaustivo, pueden serns die, sin em- bang, como ejemplos epresentatvos de nimero de advocacones de ls cofiadis mis aide I eapital, De ls 18 pueblos Visitados, la mayoria de las cofiadises- ‘aban dedicadas ala devocién mariana, ‘Trece de elasloestaban ala Virgen, sen- do Nuestra Sora dela Concepci la El biculo que sostiene el santo puede bier... (ca 1612-1616), Mésico, fora de los Desamparados fue adaptada ddarnos una clave sobre a rain porla gla Xx! Editores, 1993, 3 edicidn, pp. __y wansoumada en una imagen dela Vie cual re encarga la obra, ya que Fepre- 82, 108, 379 y 522, fen del Rosario, diseSada para atender seta claramente l biculo original que Paraun resumen delas carscerisicas tt _Lasneesidadesy los propsito de la co- pertencié ala imagen cofadial de San _pcas de eta clase de pinturs dela Vie-_fradia de los naturales. La autora tiene Eloy que ain se conserva en cl con- gen del Rosati, véase Vargas, J. M., entre sus préximos proyectos publicat vento de La Merced. En 1722 la.co- ‘Nuestra Sera del Rosario, pp. 29-33, un estudio mis detallado de la relacién fradia planificé el pago de un béculo 135-136 ‘entre esta pinturay la ieonogafiaorigi- de pata con el fin de dnarlo ls ima- * La cruzlleva insrtaen el eenerunce- nal mencionada igen de San Eloy: sin embargo, debi culo policromo, en el interior del cual Villa, J, Los inodos quitenses dl doa un conflcto con el mayordomo, se forma, asu ver, otracruz, una arac- obispo Luis L6pez de Solis, p. 119. cl Béculo fue fabricado después de teristic inusual que requicre deinvesi- “Vargas, |. M., Patrimonio artic ecus- 1754, fecha de un pleito en el cual los _gaci furura ‘torino, pp. 388-389, No xt toalmente cofrades se amentaban de no haber e- ™ Véase Vargas, JM, Nuesou Sefiora del claro s esta cofradia responsable dela cibido ain el biculo para la esculea- Rosario, passim. ‘construcién dela capilla de los Ange- 1a, Vease AAIQ, Caftadiar caja 2, afios —* D. Rodriguer Docampo, en su Rela~ le era la misma que adminis el hos- 1754-1756, fos. 5-6, iin de abispado de Quito de 1650, pital dela Santa Caridad i, pore con- Lcoincidencia visual entre el biculo _dedica un extenso pirrafo a admirarla taro, a apla ue eonstrida por vote pintado y el tel nos permite datarloen- ‘abr dela cofradia, sobre ado la pro- __cofradia que se fun para venerar ala tue 1754y 1775, fecha esta ikima que _cesiones penitenciales de Semana San- imagen pintada de Nuestra Sefiora de correpondes la pintura que reprodce ta, observando que: »Esta hermandad _los Angeles que adornaba el muro del felmente la imagen del biculo, Debido [de los naturales} ha lucido y permane- hospital. En la inscripcién hallada en alaimporanciaqucen la pinturaseda ido muchos afosha incesablemente cor _una piedea en el exterior de esta capil ala eproduccién del biculo de plaza re- mo se ha demonstrado en ls procesior no se ital abla, pero nos hace su- tl, la imagen pucde haber servido como nes generales de ls Micrcoles Santo, _poner que etuvodedicada a Nesta Se lun testimonio del rérmino del mismo cuando sen en proces con insignias ora de los Angeles. Puede leerse lo s- desde la planificacidn inicial, 50 aos _y cruces dela pasén de Nuestro Sefor, __guiente: «Acabose esta Sta Capilla De ates. Esta coincidencia tambign sugie- con gran nimero de penitenes,.don- Nuestra Sefiora de los Angeles A 14 de re que Viente Léper de Sols pede ha- de se leva mas de 1.500 lucesen ciios Septiembre aio de 1632 siendo Ma- ber sido, en efecto, el autor del biculo, de cera con mucha devoci6a [..]»,en__yordomos Joseph de Luna y Diego Ruiz ” ara ls vatuepaintingrvéare Duncan, once Leva, P(e), Relacone hitri-- sus esclavos. B, sSttue-paintings ofthe Virgins, pp. __cogengrdfcas de la Audincia de Quito," AHINIQ. Reigioses, caja 1, expte. 2 32.57. Parala destruccién delaescul- 2, p. 259, (1598-V-19),fls. 2-14 ‘tur original de San Eloy, véase Pania- ™ Terin Najs, R., Are, espacio y religio- Patrimonio artstco ecnatoriano, pp. gua Peres, J, La cofradia qutena de sidad,p. 21, Deacuerdo con una ins- 83-85, San Eloy p. 202. ‘ripen sobre una gran ceurde piedea" Vease Navas, J-de D., Guapul susan ® Paralareproduccin pictérica del bicu- que hoy se allan la para rene al con-——_tuario: Vargas, J. Ma, Patrimonio arts lode a Merced, vése Paniagua Péce,J, vento de Santo Domingo ftecontrata- sc ecuatoriana, pp. 323-334 sLacofiadia quit de San ly, p. 210. da en 1627 por la cofradia de Nuestra Para la peticisn orginal de ampliar el Por ots pare, l sino et vest con _Sefiora del Rosario delos Nazarenos sin espacio dela capillayacomadat el c- tun gue copaje elessstico similar al embargo, habria que llevar a cabo nue- marin véase AMHIQ, Acta del etildo sobreplizhecho de tla ina blanca con vas invesigaciones con elfin de com- de Qui, 1730-1735, oPetcidn dela co- rico ences que aparece precisimente en _probarsudevocién al wma dela Pasién. _frada de Nuestra Sefiora del Rosato de clvestuario usado para vestirlaexcultura Terin Najas,R, Arte, espacio yeligior las Espaioles para el remedioy reparo yy que se halla mencionado en los docu- _sidad,p. 26. ‘dea capila de dicha cofraia para la co- ‘mentos cfs de 1754. Véae AQ," Duncan, B. «Starue-Paintings of the modidad y decencia del altar, p. 72. Cofadias, can 2, 280s 1754-1756, ol. Visgine, pp. 32-57. © Terdn Najas, Ry Arte espacio y religion Seo. um roquete de Cambraycon sus Terin Najas, R., Arte, espacio y religo- sida. 47. remates de Catcumbas, y encages[..] sad p26 Los historiadores han propuesto el que alia ochenta pesos © Tees Najas, Ry Arte epacioy regio. nombre de diferente arguitectos como ® En rte sentido estoy de acuerdo com Ia sidad, p26. posibles autores del edificio, entre ellos, sugerncia de Rosemarie Terin Nsjas de Trashaberreactado este trabajo, aau- el hermano Fanciseo Ayer iy Alon- ‘que cstaobraperencci ala coffadia de tora descubrid la fuente original dela so de Herrera, J.J Ortiz y Gabriel de saunas. Vease Terin Najas,R Arte, iconografia de esta pintura:laimagen de __Escorza. Vase, por ejemplo, Vargas, ‘epacio y religinsidad,p. 26, Nuestra Sefora de los Desamparados, _-M., Patrimonio atinicoecuaoriao, p 214 324; Navarro, J.G., Contribuciones @ 4a bstria del are en el Ecuador, Qui to, La Prensa Casslea, 1952, vol 4p. 156; Bayén, D. y Marx, M, History of South American Colonial Art and Ar- chirecture, Barcelona, Ediciones Poli- graf, 1989, p. 41 Va #4 Major Confraterisy snp. 8. Aungue en exe bro de fbrica se vegstran acasionales Adonaciones del capitulo catedraiio, e- ti clara la presencia de fonds cofradiles provenientes del cobro de alms, cen 505, estipendios y donacionesprivadas, «as codos destnados la consteuccién de a iglesia La autora ha terminado un libro sobre la historia de El Sagratio,ta- bajo que ser publicado en Ecuador en ano 2002, * Webster, S.V., «A Msjar Confaterity Commission», p. 9. ” ‘bid, p10 * Ibid, p. 10. En I inscripcin dela f= hada se lee: «Comenso esta porta al ‘uidado de D. Gabriel de Escorga Esca- lance en 30 abril del ao de 1699. Ise acabo 2 de junio de 1706s. La presen- cia de Escorza en la fachala provoes el que algunos autores conclayeran que se ttaaba del arquitecto de a iglesia, Véw se, por ejemplo, Navareo, J. Ga, Con- ribuciones ae iar del ari en Et dor. val. 4, p. 156. ” Est relieve no representa la escena del ‘Nacimiento tal como ha asegurado J. Navarro. Véase Navaro,J-G., Contr Irucomes ata bstoria del art en el Ecua- ddr vol 4, p 157 * Una escultura en forma de custodia que ‘coronara I fachada pareceria er obvia- ‘mente una imagen apropiads yas po ‘demos vel en una fotografia de 1920, cen donde és apareeen ese nich, Vix se Gangotenay Jia, C. de, Monagna- fia ilusrada dela Provincia de Pichin- ‘ha, Quito, 1922, ap. 7 lo largo de estos iltimos aos del i slo Xv, El Sagario se conve en al- bergue de muchas cofradiss, como las de San Pero, Nuestra Sera de a Pre- sentacin a Escuela de Cristo, San Nie cols de Bariy Nuestra Sefors de Co- pcabana, ene owas Estas constuyeron ‘ompleosreablos en las naves laterals della iglesia. Los documentos corres- pondientes todas cra cofiadis, salvo los de San Nicolis de Bari, se encucr- tran en el archivo de a iglesia de El Se ‘rari, Para los de San Nicolés, véase ANHIQ, Cons epellanias, caja 19, expte. 1, 1411-1736, fl 1 "© Segin J. M. Vang, exe platro fe, pro- baablemente, el padre de Vicente Lper de Sols, quien encargo en 1775 la pin Noras pet Caorruto cusnto. cura de San Eloy arriba mencionada, Vease Vargas, |. M. Patrimonio ati- cv ecuatorano, pp. 86-87. Capitulo cuarto El presente trabajo se basa en divesos aniculos dl autor sobre arguitecara ba- ‘roca, resefiados en la bibliogafa, Verdl interesante arculo de Ins dl Die no y Hugo Yéper, «Apuntes para una historia sismicas en Cento Hire de Quito, problemavcasy perpectiva, = rie Quito, val. 1, Quito, Municipio de Quit-Juneade Andalucia, 1990, Citado por Norberg-Schultz, C., Ar- ‘quitecrura Barreca, Aguila, Madrid, 1972, p. 22 Norberg: Schultz, C., 1972, p22. G.C. Argan asegura que el padra Gr si construyé «de acuerdo con sus pro- pos diseRose y afade que ws fuentes Sostienen que eealizé el proyecto fun- diendo dos disefos del Domenichino» [Domenico Zampieri,(1581-1641)], ‘Aagan, G. C. La angutecera baroca en hai Ediciones Nueva Visi, Buenos Altes, 1979, p. 116. Existen algunos trabajos monogesticos sobre esta iglesia, pero el més conocido cs Navareo,J.Gy La Iglesia de la Com ‘pata de Quite, Madsid, 1930, * Jouanen, J, Historia de e Compata de “Jessen la antigua provincia de Qui 1570-1774, «Il, Quito, Editorial Eeus- toriana, 1943, p. 458, Usiare, padre M. J, Diario de um mi- sionerode Maynas, Iquitos, Liap-Cera, 1986, p. 166, + Quedaban dos ugaes mis pars lars, _yse pens a qué santos habia que de- Micarloss, Cala, M., Desripin hie ‘rico tpegrfia de lt provincia de Qui- to de ta Compara de Jers, Quito, Bibliococa Ecuatriana Aurelio Espinosa Pol Insctuto Geogsfco Mila, 1994, p.l75. Citado por Jouanen, J., 1943, p. 382. Un desgraciado incendio acidental en enero de 1996 dans gravemente el re- tablo de San Francisco Xavier, slvin- dose la imagen del santo y alunos ele- rmentos importantes al encontrase ddesmontados: ots pudieron ser ree- tauradosy lo restane fue nucvamente talldo y dorado, icala, M., 1994, p. 175, ‘Dice el P. [Juan de] Velasco, que lara: én de esta medida fue porque el P. Deubler habla indispuesto conta sf o- da a ciudad de Popayin por su modo de procedervilento y poco considers- do, Jouanen, J, 1943,p. 137), ye pa ‘dee Jouanen afade por su pate lu) muy buen Religioso, pero algo arcba- tado y violenco, profirié al expicar Ia ddoctrina cristina, ciertas expresiones {que chocaron no poco als oyentes. No se sabe bien si profi ls Fass mal so- nantes por alguna de aquellas genial dads propias de sucariter tudesco 0 porno darse cuenta del alcance que te- ‘lan en castellano» Jouanen, J, 1943, pp. 142-143), Jouanen, J. 1943, pp. 143-144 ‘Teri Naja, R., Art, espacio y religo- sidad on el conventa de Sento Doming, Quito, Proyecto Ecus-BelEdiconesLi- bri Mundi, 1994, p. 47. rire, padre MJ, 1994, p. 630 * Idem. p. 56, Ccala, M., 1994, p. 196, Gicala, M., 1994, p. 178, Idem. p. 179 De acuerdo con el libro de cuentas eta: do por Navarro, J. G., 1930, pp. 87-8, Cicala, M, 1994, p. 178 Caldas, FJ, Cares de Calda,Biblio- teca de Historia Nacional, «. XV, Bo- gots, Imprenta Nacional, 1917, Cares 43, pL, Lisboa, MM. Relacién de wn vigje a Venezuela, Nueva Granada y Ecuador, Bogots, Fondo Cultural Cafetero, 1984, 303. Biblioteca Nacional de Madrid, «Album de costumbreseeustorianas: paises, i= pos y costumbress, Dibujas dela Bi blioteca Nacional, 15.90 acuarela 132, Es indispensable recordar que la devo: cidn a la Inmaculada Concepeién fue ‘muy antigua en Quito y queen el ae ‘quiteo existen interesanisimasrepre- sentaciones, ene las que destacan las pincurasejcutadas por Miguel de San- ting con el tema de la Inmaculada Eu- caisticay las tallas de Bernardo de Le- tat, especialmente a Virgen de Quito firmada en 1734, quese encuentra ene retablo mayor de a iglesia de San Fran- sco, imagen igeramente posterior als dela fachada de la iglesia dela Com- hla, si consideramos que formé parte dela obra inicialejecuada por Deuber. La aplcacin indiscriminads de ideas y conceptos de una épocaa ote, espe- ‘ialmente con el propésto de valorar 0 revalriza la arquitectra hii, den trode proceso de restauracin ode sim ple mantenimiento, tiene efectos desss- "toss. Ejemplos de exe procedersobran nla ciudad de Quito; ast record que porla misma época se ei del tem- plete neoclisco de Carondelet (1807), nla catedral, el ecubrimiento original {que imitaba al mirmo. Probablemente estas actuaciones tienen sus anteceden- 215

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