Sesion 2. Cipolla Carlo. Entre La Historia y La Economia

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1. GQUE ES LA HISTORIA ECONOMICA? La disciplina llamada «historia econémica» (storia economica en italiano, histoire économique en francés, economic history en inglés, Wirtschaftgeschichte en aleman, historia econdmica en por- tugués, ekonomicheskaia istoriia en ruso, jinji shi en chino, keizai shi en japonés) es la historia de los hechos y de las vicisitudes econdmicas a escala individual o empresarial 0 colectiva. Como tal, se diferencia de la «historia de las teorias», que es la historia de la doctrina econémica. Una definicién como la que acabamos de pro- poner necesita una precision a la vez limitadora y ampliadora. La precision limitadora consiste en la constatacién del hecho de que por historia econémica se entiende la historia econémica del hom- bre. Cabe imaginar historias econémicas de los hormigueros o de los enjambres de abejas. La naturaleza misma, en su conjunto, tiene una economia cuya historia valdria sin duda la pena que se escribiese. Pero por «historia econémica» entendemos habitualmen- te la historia del hombre, ya sea blanco, amarillo, negro o cobrizo, paleolitico, neolitico o industrial. Esta observacién, que a primera vista puede parecer trillada, significa que en el anilisis histérico- econdmico es necesario tener en cuenta las peculiares caracteristicas fisiolégicas y psicoldgicas del hombre, tanto su racionalidad como su irracionalidad, sus caracteristicas mentales, sociales y culturales, todo ello a escala individual y colectiva. Por otra parte, como se ha dicho, la definicién de historia econdmica que hemos propuesto ha de ser considerada también en sentido amplio, es decir, en el sentido de que por ella debe enten- derse, y en ella deben incluirse, no sdlo la narracién de los hechos econdmicos, sino también la historia de los hombres y de las insti- tuciones, ademas de las estrechas y a menudo inextricables relacio- 16 ENTRE LA HISTORIA Y LA ECONOMIA nes entre instituciones y vicisitudes econdmicas, y entre estas ij] y las vicisitudes sociales, politicas y culturales "La historia econmica es una disciplina relativamente joven Hay cierta protohistoriografia econdmica que se remonta aj ai. glo xvi, pero hasta mediados del siglo XIX, y mas decididamente ain @ principios del xx, no aparece una historiogratia econémicg madura y de reconocida dignidad académica. Cargando las tintas de manera polémica, Henri Hauser escribié que timas tradicionalmente, la gran historia pasaba con desdén junto a esos despojos. jlnterrumpir la narracién de empresas brillantes para ano. tar el precio del grano; sustituir el texto de una arenga elocuente pop la historia de la bujia, del azicar o del café; contar de nuove te historia de las especias o de los especieros?, nada de eso! Contar Ig vida del maestro Jourdain, panadero, del maestro Josse, orfebre, y del maestro Dimanche, sastre, del trabajador que hacia bonetec del aprendiz de albanil, de los comerciantes y del populacho, esp habria significado arruinar la historia. Entre 1846 y 1856, George Grote, uno de los mas ilustres especialis. tas en Grecia, pudo publicar una monumental History of Greece en la que los aspectos econémicos y sociales apenas se apuntaban, salvo de manera muy superficial. Hoy, a més de cien afios de distancia, eso resultaria inconcebible: hasta en las obras de historia general es frecuente hallar capitulos enteros dedicados a los aspec- tos econdmicos y sociales. Habiéndose afianzado, pues, como hemos dicho, desde media- dos del siglo xix, la disciplina experimenté entre 1930 y 1970 (a pesar del interludio bélico de 1939 a 1945) un desarrollo extraordi- nario, hasta el punto de que algunas de sus ramas evolucionaron de forma autonoma. Hoy en dia existen revistas especializadas (cua- dro 1), asi como cursos universitarios especificamente dedicados a la historia de la poblacién, a la historia del comercio, a la historia de la agricultura, a la historia de la industria, a la historia de la moneda y de la banca, a la historia de los transportes, a la historia de los negocios (business history), a la historia social. La historia de la historia econémica durante los tres tiltimos siglos Pproporciona un ejemplo fascinante del nacimiento y desarrollo de una nueva rama del saber. AQUE ES LA HISTORIA ECONOMICA? 17 Cuapno 1 Revistas de historia social y econdmica: fechas de comienzo v pais de publicacion Hansische Geschichtsblitter 1871 Alemania Vierteljahrschrift fiir Sozial und Wirtschaft. sgeschichte 1903 Alemania Revue d'Histoire Economique et Sociale 1908 Francia Business History Review 1926 Estados Unidos Economic History Review 1927 Gran Bretania Journal of Economic and Business History 1928 Estados Unidos “Annales d'Histoire Economique et Sociale 1929 Francia Rivista di Storia Economica 1936 Italia Journal of Economic History 1941 Estados Unidos Past and Present 1982 Gran Bretana ‘scandinavian Economic History Review 1953 Suecia ‘Agricultural History Review 1953 Estados Unidos Journal of Transport History 1983 Gran Bretaha Kwartalnik Historii Kultury Materialnej 1953 Polonia Economia ¢ Storia 1954 Italia ‘Australian Economic History Review 1956 Australia ‘Afdeling Agrarische Geschiedenis Bijdragen 1956 Holanda Journal of the Economic and Social History of the Orient 1957 Holanda Hiswoire des Entreprises 1958 Francia Technology and Culture 1959 Estados Unidos Comparative Studies in Society and History 1989 Estados Unidos Jahrbuch fiir Wirtschaftgeschichte 1960 Alemania Rivista di Storia dell Agricoltura 1961 Italia Indian Economic and Social History Review 1963 India Annales de Démographie Historique 1964 Francia Explorations in Economic History 1964 Estados Unidos Journal of Social History 1967 Estados Unidos Histoire Sociale 1968 Canada Anuario de Historia Econémica v Social 1968 Espana Journal of European Economic History 1972 Italia Revista de Historia Econdmica e social 1978 Portugal Societa e Storia 1978 Italia Revista de Historia Econdmica 1983 Espaia Boletin de la Asociacién de Demografia His- ‘rica 1983 Espafia Annali di Storia dell’ Impresa 1985 Italia 18 ENTRE LA HISTORIA ¥ LA ECONOMIA La historia econémica y més atin las disciplinas que se fay desarrollado en torno a ella son, sin embargo, fruto de fragmenta. la actividad humana. El homo oeconomicus ciones artificiosas de m igual que el homo faber 0 el homo philosophicus, es una puny abstraccion. La auténtica realidad es el hombre en su complejidag bioldgica, psicoldgica, social. De modo similar, la sociedad no ag. tia a través de compartimentos estancos: acta como un conjunto mucho mas complejo en planos distintos pero inextricablemente interdependientes. En la realidad de las cosas no existe historia teonémica, de la misma manera que no existe historia politica, historia social, historia de la tecnologia, ni historia cultural. Existe la historia, sencillamente historia, es decir, la vida en su infinita e inextricable complejidad, magma en flujo constante, poderoso y al Inismo tiempo frégil. En virtud de la descripcidn y el andlisis, nos vemos obligados a recurrir a las fragmentaciones de las que hemos hablado. Pero hay que tener siempre presente que esas categorias son producto de simplificaciones colosales, que a veces llegan a los limites del absurdo. , De lo dicho hasta ahora se deduce que el historiador econémico que quiera captar por completo los fendmenos que pretende estu- diar y describir debe tener en cuenta, aunque se trate de fenémenos estrictamente econdmicos, las aportaciones de otras disciplinas tales como la historia de la tecnologia y de la ciencia, la historia de la medicina, la arqueologia, la antropologia, la numismatica, la histo- ria del derecho, la historia de la filosofia, la de la diplomacia y la militar, la historia de las religiones, la historia del arte y la de la arquitectura. Todas estas disciplinas (que no hemos indicado en ‘orden de importancia) pueden realizar aportaciones considerables a la comprensién de la historia econémica y pueden ser consideradas, por tanto, como subsidiarias de la misma. Pero eso supondria una deformacién de la perspectiva. Porque, a su vez, la historia econd- mica puede ser considerada entre las disciplinas subsidiarias de cada una de las citadas. Todo depende del punto de vista en el que se sitda el observador. En la expresién «historia econdmica», el término «historia» puede ser fuente de ambigiiedad respecto del objeto de la discipli- na. El término «historia» tiende a ser relacionado de hecho, en el habla cotidiana, con el interés «por lo antiguo» y alguien podria deducir de ello que la historia econdémica se ocupa o deberia ocupar- CAD 19 § LA HISTORIA ECONOMIC’ QUE se de acontecimientos econémicos ya lejanos en el viempo: Es aa sario corregir esa impresién, porque ¢s errdnea. Es cier ue a historia se ocupa del pasado. Pero todos los hechos, come . hechos, han ocurrido ya, y, por consiguiente, pertenecen @ pasado. La diferencia entre pasado y futuro consiste en que meals e primero esta constituido por hechos ocurridos que ya no puct den - ni anulados ni modificados, el futuro es como un abanico abierto a una gama mas o menos amplia de soluciones alternativas. Eso que llamamos presente no cs mas que el instante fugaz que, en el mo- mento mismo en que es percibido como realidad factica, se convier- te ya en pasado. La historia, al ocuparse de hechos y no de previ- siones, se ocupa por tanto del pasado: de un pasado que puede ser remotisimo 0 muy cercano, remontarse @ los tiempos del paleolitico como a hace slo unos cuantos dias. Precisamente por eso no me cién de historia econdmica que ofrece el Dictio- nary of Modern Economics de Horton, Ripley y Schnapper (1948, p. 106) para quienes «la historia econémica es el estudio de los hechos econémicos pasados y presentes en uno o varios paises» (la cursiva es mia) Naturalmente, hay una gran diferencia entre ocuparse de hechos ocurridos hace cientos o miles de afios y ocuparse de los sucedidos s6lo unos afios 0 unos meses atras. El tipo y el volumen de infor- maciones disponibles son extraordinariamente diferentes. Ademés, cl historiador que estudia hechos lejanos en el tiempo tiene mas posibilidades de contemplar esos hechos con una perspectiva histo- rica que permite tener en cuenta sus consecuencias a largo plazo. Por otra parte, cuanto mayor es el tiempo que separa al historiador de los hechos estudiados, mas dificil y problematica resulta la com- prensién de las mentalidades y de la cultura de los hombres de entonces. Existen, pues, sensibles diferencias de método y de preparacién entre los historiadores econdmicos que se ocupan de épocas alejadas de nosotros y los que estudian épocas cercanas. No obstante, la historia econémica abarca todo el pasado. Como ha escrito el pro- fesor W. Kula, «concebir la historia econémica como ciencia del pasado y la economia como ciencia del presente significa formular un juicio que no resiste la critica» (1972, p. 78). Al igual que la historia econdmica, la economia es una discipli- na relativamente joven, que no experimento un desarrollo importan- parece mal la defini 20 ENTRE LA HISTORIA Y LA ECONOMIA te hasta la segunda mitad del siglo XVill. También la Economia, en su desarrollo, ha acabado subdividiéndose en numerosas ramas gue han dado origen a una literatura especializada, a revista especiaj;_ zadas, a cursos universitarios especificos: asi, hoy se habla yg. scribe de macroeconomia, de microeconomia, de politica econém. ca, de econometria, de economia industrial, de economia del trata, jo, de economia de Jos transportes, de economia monetaria y ban. caria, de economia agraria, de economia de la organizacién sanita. ria, En Italia existen también cursos universitarios de economia de] turismo, Existe obvia correspondencia entre las ramas de la econo. mia y las de la historia econémica. A la macrocconomia correspon, de la historia econémica general. A la econometria, la cliometria, A la microeconomia, la historia de los negocios. Y asi sucesivamente, Para aclarar las relaciones existentes entre la economia y Ja historia econémica general es util considerar: @) la problematica de las dos disciplinas y la utilizacién de instrumentos conceptuales de andlisi: b) el fin al que tienden las dos disciplinas. Empecemos atendiendo a la problematica y a los instrumentos conceptuales que se utilizan. A todas luces, un estudio dedicado a precisar la fecha de nacimiento de un comerciante no puede ser considerado como un trabajo de historia econémica, por el simple hecho de que el personaje central de la investigacién haya desempe- fado en su vida una actividad mercantil. De modo parecido, no es razonable considerar como obra de historia econémica un trabajo dedicado a las desavenencias conyugales de un banquero, a menos que tales desavenencias hayan sido la causa principal de su bancarro- ta, Para ser considerada con justicia como obra de historia econé- mica, una investigacién tiene que abordar una problematica de tipo econdmico: esto es, expresado sencillamente, una problemdtica que encaje en las tres preguntas fundamentales de la economi: 1) {qué producir? 2) gedmo producirlo? 3) gcdmo distribuir lo producido? En la practica, esos tres interrogantes se articulan en una serie de preguntas mas especificas, relacionadas con la determinacion de los precios, con la asignacién de recursos escasos, con las variacio- QUE ES LA HISTORIA ECONOMICA? 21 y largo plazo de la produccién, del empleo, de la corto produccic , ee tructura, de la distribucién de la riqueza y del demanda y su est fico, etc." 7 a oeae trabajo que quiera ser calificado de historia econémica debe jear los instrumentos conceptuales, las categorias analiticas y el ps de jégica acufiados por la teoria econémica. A finales del si- so xX, Jo dijo Luigi Cossa cuando eseribio que la teoria econémi- ¢ «proporcionar a la historia econdmica los criterios tedricos c6mo funcionaba en el pasado. Pero una Tico consste en gua. curay. Y, sin embargo, la historia econémann eet "lain eet siguen siendo dos discipli onémica y la economy dos disciplinas claramente distintas, «° "Mi x EI economista suele orientarse hacia el me. ‘ ‘eynes sostenia que «el economista debe estan, Job M luz del pasado para unos fin i studiar el present P es que tienen resent e John Hicks reiterd que «bi ue ver con el future! que «buena parte del trabaj nel futuro, se refiere al futuro, a las prevision rabajo de los econ?” p. 62). El economista suele interesarse po la lnitcaciény a Mrentos regulars en las relaciones de asoet 1 determinacién dee : a: s s ciacién le némicas consideradas importantes. Para decirlo one aritbles a llos, al economista le interesa descubrir aleyese smite ma formular previsiones y planes fiables. E ‘leyes» que le a a deyes» y paradigmas a través de dl te omisa gaa - ictics CK tanto, pertenecientes a un pasado mas 0 neta 7 ot Mn tas de Ia logica deductiva formal. Incluso euede on joe ae q cuando uti ca ara el economia se apoye en considerations aus, pa aaa sean, se derivan sustantialmenr y rena, Tine rez por tanto, John Hicks cata, here comentaio gue Wiis: ited, sents ie poe its «Pero ls preisions sed trvales las planta si no est z a fica ene cal basis st hechos. Y los hechos de tos an ° dis pasadov. A pesar de ello, al eonomiee ane peo soap acon ello, el economi : na hacia et fut ’ peters 0 sea airdmenie a en distinta medida, segiin su técnica d ‘evade ; le extrapolacion, 0 d Gi ode vicloeal e extrapolacién, o de adaptacién, ad rcioal, su psitin implica sigue sindo si o i expectativa ro teproducirl dealin modo el pasa Smbre 3a ese) historiador, en ia di . en cambio, se ori i pace lgtbtoriador, en cambio, se orienta decididamen Giitensite de poker Outre eee a ee Dretesn de poder condsionaro, También el histo i hae ver la tentacién de insistir sobre cieriae apaneeet aparentes Son, Telaciones le la expe. después de fad de ana. ‘ones init. 23 At TORIA ECONOMIC . Pero son desvia- a experiencia el futuro, el historia~ ‘a con ar el pasado para entenderlo en sus conform Como escribid Hempel, «la historia se ‘ocupa de id ide ‘acontecimientos concretos del pasado, mas que de generales que puedan regir dichos acontecimien- cia de orientaciO cl economista y el historiador cos distintos. Llevado por el digmas operativos, el economista tiende a aries que parecen mostrar ciertas regularida- considera SC jones reciprocas ¥ formas de comportamiento Prev des en Sus Tr ales. Las numerosas vrariables restantes son desecha- racions jor alto, por considerarlas qexogenasn. R. C- O- i FP Feinstein eseribieron que one dos Pl su de identifica aff erat solo las va parat Matthews ¥ economistas €S construir un modelo acegs eves que rigen Ia dindmica de un sistem, teniendo os aspectos ¥ relegando los demas a la caleso” [Pero] la exogeneidad es un atributo del mare ido y no de los factores en cuestion Jo que hacen generalmente los jimitado en cuenta solo algut ria de exOgenos «~~ x fhe pensamiento que se ta clei (1982, Pp. 13)- El mimero de variables endégenas consideradas por el economista ensu modelo puede interpretarse como k. wi nitoriador econémico no puede realizar la misma operacion. para explicar el funcionamiento ¥ la performance de una economia Papminada debe tener en cuenta todas las variables, todos los deentox, todos [os factores que intervienen.’ Y no s6lo las varia- bles y los factores econdmicos. Bl historiador debe incluir en su analisis las instituciones juridicas, las estructuras sociales, los facto- res culturales, las instituciones politicas, tanto por el efecto que pudieran surtir esas instituciones y estructuras sobre la performance de la economia estudiada como, de igual manera, por las repercu- siones que pudiera tener la situacién econémica sobre las citadas 2, Lo que se afirma en el texto es valido en .proximacién. En ‘élido en una primera E | aproximaci el capitulo 4 expondremos algunas precisiones al respecto. imacion Ene 24 ENTRE 1 en tenerse en ter Nr Presentes todas las ya ~” Para él, todo form, una situagan omic ha de ts a trend mpleja y I perturbadore: lO que para fee Ss, Pal ue para el eco cificidad peculiar le “ historiador son mista EI conj Sa situacion hj sal que El conjunto de variables f ve determing jg et caético impider ‘me h n hea et . retirees ls n que el historiador pueda feencidad sate a Keynes so: ngularidad de cada situa ormular leyes y egte" stenia que el simple hecho de eget obligan le ; de letra: s para medi ’ fect ir las variables o las rela Poner nuimeros en lug ar ci ‘ones entre variables d le 3. Ya Kar rl » ist y el del strata cat clara la liferencia entre e finales del siglo pasado ese ‘ropésito de los acontecimientos accident” importante de lo que ha crbia «El hstoridor de simlentos accident i é sehalas lo quees normal al mano teamed 3 €P Oca no debe olvidar nade es fortuito» (1893, cap. 3), ismo tiempo que deja aranalafia, Puede limitarse 2 4. Como eseri te aun lad scribd | 010 y desorientadora si wee toda reconstruccién histér = feecoataente enpreviiler eral Sombcadin vee casera icomplaa cali ds 6h pevbralldadee, lat oe combfnacida a enlésico de acontecmienty comporueatd ratio @icussel aie Tatras deen utones, I itera nad CMSAL Bliclemento daar En Oe -» (1977, p. 18), lel econo. ales, cuando qué es © fuera ue ese modelo i aba para que & met mn gelo 120" ual de 1a tor! Escribia Key” 0 nt ye stro / com ins avuraleza inti de un modelo el hecho de. que ‘ z echo de ue pene n Fatores reales € ugar de las funciones 0 se jntrodzea” ilizario come Imodelo. Pogue e” cuan’ pies. Hae? velo pierde SY meter generico ¥ su valor © ; aos & i, p- 290) na eee mag73, XIVe ti P mod? - el economista se ve Jimitado por el caracter sro madd, C1 ON misma manera ae al historiador specifica de su narrative proyecta do mas claro si Se . de 0 ich? aradigmasy mera oe cer jneluctablemente nomistas entre corto plazo SP imite el Ficho adaulers 1 significa " i jon que establecen Jos econom': ae azo (/ong run). La definicién de corto plazo que bre 18 O° | : ( yl i economia es bastante simple y aparentemente friodo durante el cual cabe dar por Sita fijo de la empresa permanece invariable». la. macroeconomica, la tonica no varia, ne que a corto plazo el stock de 9 de influir sensiblemente sobre 1 o de hecho. Bien mirado, se ‘delos macroecondmicos, 10s to plazo incluso otros 0 la poblacion, su es- lizacion de jazo es el PS | econo no hasta el punt ital varia, ya sea potencial mov fijos a cort tales com ion y de especial nolégico, las instituciones juridicas, as politicas y sociales, las escalas de valores, los siste- cidn, Ios gustos, las modas. El problema no es grave, puesto que los elementos citados suelen alterarse sensiblemen- te solo en momentos de turbulencia (luchas sociales y politicas, revoluciones vVentifico-tecnoldgicas, guerras), para remansarse des- pués en cambios relativamente reducidos. Por todo lo cual el mode- Jo simplificador de corto plazo del economista (salvo por lo que se refiere a los citados momentos de turbulencia) mantiene un grado aceptable de verosimilitud. Los problemas se plantean cuando se pasa del corto plazo al largo. En el largo plazo todo cambia y ni se pueden postular, por weredo, elementos o factores inmutables, ni se pueden eliminar, erva ques on uponen como datos de la realidad historica, el grado de educaci activa, el nivel tec! fas estructur as de organiza 26 EN] TRE LA HISTORIA y 14 Ee CONOMY, ia Por otro, determi , determin; . largo pla todo exci Stables, calif problema se hace eit Y todo es ena indoles de taba de encin nee intratable. En Jos ee Para Steg cor = los . economista, parse 3 una boutade: el Iq treinta, Kee ont we all are dead). Des la larga, todos more 0. . Después de la seguneti¥emosy in ites Suerra mye lon m sa sarrollo 3 Postura rollo econémico a largo pl desenfadada, py diay Politicos, economist: ’ Plazo se impuso a | | probj rama de la eco SY piiblico en gen 0 a atencign tal miomia Hamada wteoria del ge PE M dig lel des le 7 sigue siendo un fi racas todos moriremosn: el 1, absolut. El hehe lon, roa 8»; el hecho es que a ars 10 NO es ie Peo tet 0 plazo «a | Cualguieg «tea ma se convier re en un im Problema histéri portancia, no sdlo desde el ema histreo, Esta ie rok 10 de Vista descr SiON fig bién desde daiterotte i punto de vista practico. Signifi tah un pais, no bastan fica que, tay, bia entendido muy bien en el d al economists ingen a propésito viata ne raba, escri de la industrializacién d de 1940 M. Chiang a, escribid: le China, que entonces CRS se a Agu Dado que Nosotros, los chi Por las balas de | 7 inos, fuimos los c ’ Pues pensando que si hi caffones, nos interesamos nati, fuera de que si hubiésemos a aturalme te dido reaccionar ... P prendido a construitlas have Po" el, Sip ceacionar Peo la historia seta por ies haben pe OF: BR las a i mecinicas que, a ou rans oe caf llegamos amino toed, Desde las ref nos orientaron hacit UNAS invenc formas politicas ia las reform: aS que nos condujer empezamos a entrever las teor te otra parte, através dla después a las filosofias ys teas ok i iq las invencior cident ia, que nos hizo e1 Nes mecénicas entrevimens®. ae Sen tientifiea, Paso e semender el método cientifico y nevis 1a cien. Fate a eran & Paso fuimos condusidos cada 8 atid mem 4 » sin embargo, a5 lejos d mas (1947, p. 4) , NOS acercébamos le las oR Bh 4 elas cad a vee El devenir histé iF hist6ric ca: su ereencia de ene enala £tt0 Problema de Ia teor Pata'la Tarmulaciée a la gente tiende a actuar de ona econémi- in de una teori ‘a racional, nomista tiene ria légica y generali . que suponer nec ¥ generalizadora, el ec asociaciones de cara esariamente la existencia de fuerte, caracter repetiti stencia de fu base. Per petitivo entre determi lertes . Pero esta i " leterminadas variz ereencia no es realist: la gente raras veces ve sank veces se com- a co que s¢ much} a trabaja jonadas, (1 — muchos de Ios cuales son cente irracionales ¥ "0 a despliega mucha de plicadisimo ¥ conjunto com) rio el mas e. Es necesal manejar ese ‘os cientifico y poco | esprit géométriqui "si se quiere, el men finesse? El propio Pas al, ‘des para definirlo: tro- ga, confusa.’ Sugier0, ia, ese esprit de encontré dificultac una frascologia va Je intuirlo, que fue eapaz scurre a ieza, se repite Y Te alpables, pero aleja~ pi «aml lsprit séomériqel 10s pincpios basicos So sox de experiencia comin. Enel (6327 “fe_finesse| 10s principios proceden de la viene ftdn delante de las ojos de todo el munde sélo hace falta « seria buena, porque 1s principios son tan sutiles cexperie tener buena vistas Pi y mumerosos, que €S Lo que hace que tienen delante de 108 oj sencillos de Ia geometria, ¥ NO raz0! do sus principios, se pierden cn las cuestiones ren, se sienten mas que ver ero es preciso casi imposible que algun 10 no escape al observador .- aa immometras les faite sutileza mental es que no ven 10 Que oe y que, estando acostumbrados a 10s principios exactos y nan hasta que han inspeccionado bien y ordena- [Los principios de s de sutileza . los y es muy dificil hacer que los sutileza] apenas sev 28 ENTRE LA HISTORIA Y La ECONOA i, parafraseando a Pascal, que los ingrediente. son una aptitud para percibir la presencia rh esprit numero infinito de variables, muchas de las ¢ a ™Portang; cerse, medirse ni definirse; una clara pereepei NO Dug, den cuencia de las asoviaciones no lineales y (sega ©! clevay la fisica) cadticas; una gran desconfianza ante a 12 termingh® fhe. sas de causalidad; y, finalmente, una Percepcig, Telaciones i constante de unas condiciones en las que el fiz n de |, oe fian un papel importante. El esprit de finesse es 2 el cags dese sexto sentido que se desarrolla en el historiador qe itt" Mody, familiaridad con las fuentes, que le permite ser Tea gr: cias 9 clusiones, cauto en sus explicaciones, consciente gx le en sus con precisin inherente e inconmensurable de su recone lan La historia a menudo parece repetirse de varias min. por muy notable que pueda resultar el parecido con antes Pero, en otras ocasiones, cada situacién histérica es Unica Scurrig Empleando una tosea analogia, la situacién histérien og t°Petible persona, que forzosamente se parecerd a otro: que, pese a ello, es eternamente tinica, El hecho irrepetiblidad de la historia contiere un significado especi tradicional segiin el cual historia magistra vitae. En efeoy. to incompatibilidad entre la afirmacién de que la historia se a existe dicho segin el cual «la historia es la maestra de la vide € gue si una situacin dada se repitiese, quienes perdicron ete? la siguiente sacarian ventaja de la experiencia y se comportarne’¢ manera diferente la préxima vez. Debido al cambio de compat’ miento, la nueva situacién seria diferente de la anterior, “ Henry Kissinger escribié una vez que la historia «no es un libro de cocina que ofrezea recetas ya probadas» (1979, p. 54). Esa ane macién es consecuencia natural de la anterior en el sentido de que la historia no se repite. A estas alturas supongo que habra quien se pregunte para qué sirve estudiar historia. A mi modo de ver, Ig buisqueda de conocimiento se justifica por si misma. En el caso concreto de la historia me resulta dificil concebir una sociedad ind: 10 is individugs, i fundamental Qo sientan quienes no los perciben por si mismos. Estos principios son tan suties y tan humerosos que hace falta un sentido muy sutil y refinado para percibirlos, y para juzgar correcta y justamente cudndo se perciben, sin que en su mayor parte puedan ofrecer una demostracién ordenada, como en geometria». (Pensamientos). quit ES LA HISTORIA ECONOMICA? 29 nteresase por el estudio de sus propios orige- a que énes somos, de donde venimos y por historia NOS mos, Todo eso me parece elemental. Pero nS os quicnes algunos pensarian que esa postura es cliti de aut able. A estas personas, enfermas de utili- est08 CR aimente injustit Nas actuales ganas de parecer modernas, ay S penthamiane ° estudio de la historia tiene un significado sats decirseles a Como escribié Huizinga, la historia no aebetnxemente FOTMAT "sino también «una forma intelectual de tuna rama del hideméi, el estudio de la historia permite con- | mundoy. va dimensiOn 10s problemas actuales que se ef Se ete cribié Richard Lodge en 1894, «proporcio- sao medio de entender bastante bien el presente». historia supone un ejercicio practico de com- y su sociedad. Todos nosotros tendemos a ser antes y etnocéntricos. Por ende, todos necesi- « esfuerzos por estar informados y ser com- de vida, escalas de valores y formas de ‘0 diferentes de los nuestros. Después de todo, esta ‘sma de toda convivencia civilizada, tanto en una socie- misty sociedades. El estudio de la historia es esencial a o Estudiar la historia significa realizar un viaje por el este se yectio de viajar abre los ojos, aporta conocimientos, ado. EI ura mental, Cuanto més largo sea el viaje y més invita @ 72 oMiees visitados, mAs fuerte serd el desafio a nuestra Ij ena, Por eso creo que los historiadores que se ocupan ino les més alejadas de la nuestra en el tiempo tienen, en de soviet condiciones, un sentido histérico més sutil y afinado ite Jos historiadores de épocas mas cercanas a nosotros. Con aw tino creo ni pretendo decir que cl estudio de la historia o el veep de viajar sean suficientes para hacer sabio a un hombre. Si fuese asi, los profesores de historia serfan todos sabios, lo cual esta my lejos de ser verdad. El hecho de viajar y el de conocer la tistoria son condiciones necesarias, pero insuficientes, para la com- prensién de Tas vicisitudes humanas. sei e no se int ue nos dice aU 10 dio de la estudio | hombre intoler: incianos, H vin alizar constant

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