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I

MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
desde la fiesta de la Santísima Trinidad
hasta la dominica XV después de Pentecostés

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO


SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 2

Ofrecemos este extracto “MEDITACIONES


PARA EL TIEMPO DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS” tomado de la obra “Vida y
doctrina de Jesucristo sacada de los cuatro
evangelistas y distribuida en materia de meditación
para todos los días” del P. Nicolás Avancini, de la
Compañía de Jesús, compuesta en latín, y
traducida al castellano por el P. Diego Salgado.
Espero que sea una ayuda para vivir y
profundizar más en los misterios de nuestra fe
católica a través de la meditación del Santo
Evangelio.
Al inicio y final, se recita la oración de san
Enrique de Ossó propuesta para el ejercicio de la
meditación.
Nuestro agradecimiento a la Hna. Patricia,
ermitaña, por la corrección del texto.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
3 Rito Romano 1962

ORACIÓN PARA COMENZAR


TODOS LOS DÍAS:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,


líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su


majestad infinita, y digamos con humildad:

“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío


amorosísimo, yo creo que por razón de tu
inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que
estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón,
viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi
alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y
reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi
nada, y os pido perdón de todos mis pecados que
detesto con toda mi alma, y os pido gracias para
hacer con provecho esta meditación que ofrezco a
vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús,
por María, por José y todos los santos enseñadme a
orar para conocerme y conoceros, para amaros
siempre y haceros siempre amar. Amén.”

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.


MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 4

ORACIÓN PARA FINALIZAR


TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos
pensamientos, afectos y propósitos que me habéis
inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria…
y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y
Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para
cumplir en todas las cosas vuestra santísima
voluntad. Amen."

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por
nosotros.

***
¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación,
compártela con tus familiares y amigos!
***
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
5 Rito Romano 1962

DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.


CONSIDERACIÓN DE ESTE MISTERIO.

1.- El Señor Dios nuestro tan solo Señor es (1). Es


Dios una cierta entidad simplicísima, infinita en todo
género de perfección, primer principio y último fin
de todas las cosas, único sumo bien. Por eso un solo
Dios fuera del cual no hay otro. No te alcanzo; pero
te creo, adoro, alabo, glorifico, temo, amo, y a Ti solo
sirvo. Tú eres el centro de todos mis afectos. ¡Ah!
¡tarde te conocí, tarde te ame, hermosura antigua!
Yo, que me hice tantos dioses, cuantas fueron las
veces que me atendí más a mí y a las criaturas que a
Ti; o las serví y amé con más ahínco. De hoy adelante
Tú solo serás mi Dios, a quien hasta todos mis
huesos darán gloria.
2.- En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo (2). De tal manera es Dios uno en esencia que
es trino en personas. El Padre con su intelección
engendra el Verbo: el Padre y el Verbo con su mutua
dilección producen el Espíritu Santo. Ni aquí percibo
con una perfecta unidad, perfectísima distinción;
pero la creo, la adoro, la alabo, etc. Aplicaré el ánimo
para alcanzar un vivo conocimiento de Dios, para
que (según es posible en esta oscuridad) se engendre
en mi mente alguna viva imagen suya, a quien
sumamente aprecie, y con el aprecio ame. Y así
también de algún modo se produzca el Espíritu
Santo en mí.
3.- Santo, Santo, Santo, Señor Dios (3). En esta
Trinidad de personas hay una suma igualdad de
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 6

perfecciones. Hay la misma bondad, gloria,


inmensidad, eternidad, omnipotencia, justicia, etc.,
las cuales todas perfecciones comprende una misma
santidad; y por eso está principalmente se nombra. Y
como toda criatura sea una cierta imitación de Dios,
para que imitemos todas sus perfecciones, sólo por
esto se nos propone la santidad: Seréis santos,
porque Yo santo soy (4). No el poder, la alteza, la
ciencia, de que tuvieron ambición los ángeles y el
primer hombre, y miserablemente se perdieron. Esto
es, pues, lo que has de procurar imitar, la santidad
de Dios. Pero ¿cuánto distas de esto?

(1) Deut., 6. (2) Matth., 28. (3) Apoc., 4. (4) Levit., 11.

LUNES DE LA PRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA PERSONA DEL ETERNO PADRE

1.- ¿Yo por ventura, que doy a otros que tengan hijos,
no engendraré también (1)? El Padre es el origen y
fuente de las procesiones y perfecciones divinas; que
de nadie procede, y de quien proceden las otras
Personas; que, conociéndose a sí mismo, produce al
Hijo, a quien comunica toda la esencia, y todas las
absolutas perfecciones. ¿No alcanzas esto? Cautiva tu
entendimiento en obsequio de la fe, adórale
humildemente, alábale, glorifícale, ámale con todos
los ángeles. 2. De tal modo engendra al Hijo, que con
todo el Padre está en el Hijo, y el Hijo en el Padre.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
7 Rito Romano 1962

¡Oh Padre! Concedednos que seamos una misma


cosa, así como Vos y vuestro Hijo.
2.- De quien se nombra toda paternidad en el cielo y
en la tierra (2). Ad intra, y necesariamente engendra
un solo Hijo de una misma sustancia consigo; mas ad
extra concede a muchos que sean y se nombren hijos
de Dios, adoptivos por la gracia. Pondera ¡cuán gran
Majestad es la que te adopta! ¡Cuán grande es la
vileza del hombre que es adoptado! Tienes porque
confundirte, habiéndote preciado tanto de otros
títulos, y tenido en tan poco este de la filiación de
Dios. Tienes porque alegrarte, de que puedas ser de
Dios hijo y heredero. Tienes porque temer, y así en
adelante te guardes de perderlo.
3.- En tu mano está la fortaleza y el poder (3). Aun-
que las perfecciones absolutas y acciones ad extra
sean también comunes a toda la Trinidad, con todo
eso al Padre, porque es fuente y origen, se le atribuye
el poder, por el cual tiene ser todo lo que es fuera de
Dios. Tú también, sacado de la nada, eres por Él:
todo lo que eres, de Él eres. Esto tu naturaleza
misma, esto toda criatura te clamaba tantas veces: Él
nos hizo, y no nosotros (4). Y tú sordo a esto,
¿cuántas veces reverenciaste más a las criaturas? ¿No
te avergüenzas? Ve ahora como te debes portar.

(1) Is., 66. (2) Ephes., 3. (3) II Paral., 20. (4) Ps., 99.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 8

MARTES DE LA PRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA PERSONA DEL HIJO

1.- El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre


(1). El Hijo, producido por la intelección del Padre, es
del mismo Padre sustancial imagen, cuya misma
individua naturaleza tiene, y todas las mismas
perfecciones absolutas. Unigénito: a quien el Padre
comunica todo lo que puede comunicar. En el seno
del Padre: con el Padre entiende, y ama; es
bienaventurado y produce el Espíritu Santo. Cree,
alaba, glorifica, ámale, etc. Tú ¿de quién eres
imagen? ¿No lo eres de Dios? Por esto a la verdad
fuiste criado. Pero ¿cuánto la desfiguraste?
2.- Los que previó y predestinó, para que se hiciesen
parecidos a la imagen de su Hijo, para ser el
primogénito entre muchos hermanos (2). El hijo único
y heredero admite muchos hermanos coherederos
por adoptivos. Y es cierto que Cristo los hace,
tomando la humanidad, y funda la gracia de la
adopción en su sangre. Tienes, pues, al Hijo de Dios
por hermano. ¡Qué gracia! ¡Qué gloria! Mas ¡en cuán
poco la tuviste! Mira de nuevo a esta imagen, para
que veas lo que de ella te falta, y lo repares.
3.- Todo lo hiciste en sabiduría (3). El hijo es sabi-
duría del Padre. A El se atribuyen las luces sobrena-
turales y los conocimientos en lo que se alcanza, por-
que: Ilumina a todo hombre que viene a este mundo
(4). A Éste has de pedir la verdadera sabiduría, que
es el conocimiento y aprecio de las cosas, como en sí
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
9 Rito Romano 1962

son; para que estimes las cosas terrenas como


terrenas, las divinas como divinas, las transitorias
como transitorias, las eternas como eternas; para que
pases sólo por las que pasan y seas permanente en
las que duran.

(1) Joan., 1. (2) Rom., 8. (3) Psalm., 103. (4) Joan., 1.

MIÉRCOLES DE LA PRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO.

1.- Del Padre os enviaré el Espíritu de verdad, que


procede del Padre (1). El Padre viendo en el Hijo su
esencia y perfecciones, necesariamente le ama. El
Hijo viendo las mismas comunicadas a Sí por el
Padre, con la misma precisión le ama. Este amor
recíproco, sustancial, es el Espíritu Santo. Créelo,
alábalo, adóralo, glorifícalo, etc. ¡Oh, si yo me
estrechase con Dios en el mismo Espíritu!
2.- Recibísteis el Espíritu de adopción de hijos (2). A
los que el Padre adopta por hijos, y el Hijo por
hermanos, a estos perfecciona cada día más y más el
Espíritu Santo, comunicándose a Sí mismo, los dones
sobrenaturales y la gracia habitual, que es una cierta
participación de la divina naturaleza. Pero, ¿cuántas
veces has resistido al Espíritu Santo (3), para que no
perfeccionase en ti esta filiación? No quieras, en
adelante, contristar al, Espíritu Santo (4). Lo que a ti
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 10

fuera de Dios más te place, eso es lo que al Espíritu


Santo le contrista más.
3.- ¡Oh cuán bueno y cuan suave, es Señor, tu
Espíritu (5)! La bondad, la suavidad, la misericordia,
aunque igualmente son comunes a la Trinidad, se
atribuyen con especialidad al Espíritu Santo. A Éste
le debes que hayas sido puesto en el pueblo y estado
santo; que haya Dios usado de misericordia contigo;
que lavases con lágrimas tus culpas, etc. Y ¿qué le
volverás en retorno? Mira que si prosigues en serle
ingrato, Él también apartará de ti su misericordia, y
cesará de pedir por ti con gemidos inenarrables.

(1) Joan., 15. (2) Rom., 8. (3) Act., 7. (4) Ephes., 4.


(5) Sap., 12.

JUEVES DE LA PRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
FIESTA DEL CORPUS: DEL AMOR DE CRISTO
PARA CON NOSOTROS EN EL SANTÍSIMO
SACRAMENTO.

1.- Esto es mi cuerpo. Esto es mi sangre (1). En la


Eucaristía está el mismo cuerpo que se tomó en la
Encarnación, y la misma sangre que se derramó en la
cruz. De cuanto amor es la obra de la Encarnación y
muerte de Cristo, de tanto es el dársenos en la
Eucaristía. Tanto, pues, debes a Cristo en venir a ti
por medio de ésta, cuanto al mundo todo por haber
encarnado y muerto por él. ¡Oh Señor! ¿Quién sois
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
11 Rito Romano 1962

Vos, y quién soy yo? Y con todo eso, ¡con cuan pocos
obsequios os sirvo! ¡Con cuántos me sirvo a mí y a la
vanidad!
2.-El que come mi carne, y bebe mi sangre, está en Mí
y Yo en él (2). Ocultóse en especies de pan y vino,
para incorporarse con nosotros, y como alimento
nuestro pasar a ser nuestra sustancia. ¿No reparas el
amor que te tiene, con el cual Jesús quiere hacerse
una cosa contigo? ¡Qué puro, pues, debe ser y sin
mancha tu corazón! ¡Qué apartado de toda cosa
criada, y a solo Dios unido! Porque el que ama otra
cosa fuera de Dios, no ama como debe a Dios.
3.- Mi carne verdaderamente es comida, y mi sangre
verdaderamente es bebida (3). Para que viviésemos
vida divina, nos dio divino alimento. No quiso las
sustancias del pan y del vino permaneciesen en este
sacramento para alimentarnos a nosotros con la
sustancia misma de su cuerpo y de su sangre. ¿No es
este argumento de un amor verdaderamente divino?
¿No debía esta comida saciar todos mis apetitos?
Tantas veces me alimento de Él, y con todo eso
suspiro por las cebollas de Egipto, por los deleites de
los sentidos, en fin, por las cosas criadas. ¡Oh
vergüenza!

(1) Matth., 26. (2) Joan., 6. (3) Ibid.


MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 12

VIERNES DE LA PRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO ES MEMORIA DE
LA PASIÓN DE CRISTO.

1.-Instituyó este sacramento como memorial


perpetuo de la pasión (1). Para que hubiese continua
memoria del sacrificio cruento, instituyó el incruento
que cada día se ofrece. Sacrificado por nosotros una
vez, halló modo de ser sacrificado continuamente.
¿Luego acaso no se ha de juzgar que muere por mí
Cristo tantas veces? Reconoce tal amor. Más en nada
le correspondes si tú también por Él no te sacrificas
cada día: Porque los que son de Cristo crucificaron
su carne con los vicios y concupiscencias (2).
2.- Haced esto en memoria de Mí (3). Concibe por
esto la estimación que hizo de su pasión, pues quiso
Él por Sí mismo ser el recuerdo de ella. Esto te obliga
a ti a la continua memoria de beneficio tan grande;
no que sólo pare en ofrecimiento, sino que pase al
afecto y llegue a la ejecución. Porque los que
celebramos los misterios de la pasión del Señor,
debemos imitar lo que hacemos, dice San Gregorio
(4).
3.- Todas las veces que comeréis este pan, y beberéis
el cáliz del Señor, anunciaréis del mismo Señor la
muerte (5). Cuantas veces recibes la Eucaristía,
imagina que eres sepulcro de Cristo muerto. Mas no
lo serás digno, si no te haces nuevo; porque quiso ser
puesto en un sepulcro nuevo (6). No serás nuevo si no
acabas con el hombre viejo. Es necesario, dice san
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
13 Rito Romano 1962

Gregorio (7) que cuando celebramos estos misterios


nos sacrifiquemos nosotros a Dios en la contrición
del corazón. ¿Qué dices a esto? Prepara el cuchillo, y
ofrécete como hostia a Aquel que por ti se hizo hostia
y sacrificio.

(1) S. Thom., Opuse 3. (2) Galat., 5. (3) Luc., 22.


(4) 4 Dial. 59 (5) I Cor., 11. (6) Matth., 27.
(7) 4 Dial. 59.

SÁBADO DE LA PRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA DIGNIDAD DEL QUE RECIBE LA
EUCARISTÍA.

1.- A él vendremos, y en él haremos mansión (1). El


que recibe la Eucaristía se hace morada de Dios. Para
que adviertas cuán grande sea esta dignidad,
considera de cuantas gracias enriqueció a la
santísima Virgen, en cuyo seno primeramente habitó
al hacerse hombre. Pues Este mismo es el que viene a
ti en la Eucaristía. ¿Cuánta es la dignidad de esta
morada? ¡Ah! no permitas que vengan a ella los
animales sucios de desenfrenadas pasiones.
2.- El que come mi carne y bebe mi sangre, está en Mí
y Yo en él (2). No sólo se hace morada de Dios el que
recibe la Eucaristía, sino que con una cierta
admirable unión se hace una misma cosa con Él.
Alcanza, si puedes, cuánto sea esta dignidad: unirse
a la humanidad de Cristo, y como mediando ella, a la
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 14

persona misma del Verbo y a toda la Trinidad, que


por concomitancia se recibe en la Eucaristía. Aquí
considera a lo que te obliga esta dignidad: a que,
pues eres a Dios tan unido, te levantes del cieno de
las cosas criadas; a que, sean tales tus palabras,
obras y pensamientos, que no desdigan de quien es
miembro de Cristo.
3.- Yo vivo por el Padre, y el que me come, ese vive
también por Mí (3). Repara bien cual sea la
excelencia de la unión con Jesucristo. Así como el
Hijo recibe del Padre la esencia, la vida y todas las
perfecciones, de tal suerte que es un mismo Dios con
el Padre, y en Él vive y tiene las mismas perfecciones
con Él, el mismo entender, querer y obrar; así por la
recepción de la Eucaristía te haces participante de la
vida y perfecciones de Cristo. Debes, pues, sentir,
querer, obrar y padecer lo mismo que Él y con Él.
Esto obrará Cristo en ti, a ti unido, si es que tú no lo
resistas.

(1) Joan., 14. (2) Joan., 6. (3) Joan., 6.

DOMINGO II DESPUÉS DE PENTECOSTÉS


LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA ES LA CENA
GRANDE.

1.- Un cierto hombre hizo una gran cena y llamó a


muchos (1). La Eucaristía es la cena aparejada en la
tarde, o en el fin de los siglos, que se ha de gustar en
la noche oscura a las luces de la fe. Grande, por ser
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
15 Rito Romano 1962

Dios quien la dispone; por las viandas de la


humanidad y divinidad de Cristo; por sus
convidados, que son los fieles todos; por ser los
ángeles los que sirven a ella. Todas estas cosas son
grandes: tú sólo eres pequeño e indigno; y con todo
eso, oh hombre, a ella te convida Dios. Aplica a está
toda tu hambre y tu sed; y no desees de los manjares
(del mundo y de la carne) en quienes esta el pan de la
mentira (2).
2.- Y empezaron todos a excusarse, o a rehusarla.
Bondad es del Señor admitir a todos; pero malicia es
de cada uno el ser excluido de ella por excusas que
da. Tres géneros de estas se especifican aquí. En la
granja comprada se nota la dominación y la
soberbia, dice san Agustín (3). En los bueyes
comprados la avaricia o los cinco sentidos que nos
arrastran a las cosas terrenas. En la mujer desposada
los deleites de la carne. Los primeros piden que los
excusen; con todo no se les da nada de no venir,
Humildad suena en la voz, en la acción soberbia,
dice san Gregorio (4). El tercero solo dice: No puedo
ir, porque: El ánimo propenso y dado a los deleites,
es enfermo y sin fuerzas para practicar las cosas
divinas, dice Cirilo Alejandrino (5). Estas tres cosas
son por lo común las que, si no te apartan de la cena,
te disminuyen su fruto. Mira que no la rehuses.
3.- Entonces airado el padre de familia, dijo a su
criado: Sal presto a las calles y barrios de la ciudad,
e introduce acá d los pobres y enfermos, a los ciegos
y a los cojos (6). Con razón se aíra ya el Señor, cuya
humanidad tan grande y tan honroso beneficio se le
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 16

desprecia. Los pobres y débiles son, dice san


Gregorio (7), los que en su juicio son para consigo
enfermos. ¡Cuánto se enciende el Señor en deseos de
tener convidados! ¡Con cuánta pereza te llegas tú! El
por todas partes los busca, ni se desdeña de admitir
el desecho del mundo. Tú no te apartes por tu
enfermedad y miseria: Porque al que llama le hace
digno, si sigue su llamamiento, y sana todas sus
enfermedades, dice san Ambrosio (8).

(1) Luc., 14. (2) Prov., 23. (3) Serm. 33, de Verb. D.
(4) Serm. 33. (5) Lib. 4, De Adorat. (6) Luc., 14.
(7) Hom. 36. (8) Lib. I, de Poenit., c. 6.

LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
LA DISPOSICIÓN PARA RECIBIR EL SANTÍSIMO
SACRAMENTO.

1.- Puso en el sol su tabernáculo (1). Ha de procurar


suma pureza el alma a que ha de venir el eucarístico
Dios. Esto pide la suma pureza y majestad de tal
Huésped. Pondera bien quién es el que viene, y a
quién. Si la Madre que le había de concebir era
conveniente que estuviese adornada de tal pureza,
que de Dios abajo no se puede imaginar otra mayor,
la misma te conviene a ti, que recibes al mismo. Mas
la pureza no consiste solo en estar exento de
pecados, sino también en tener purgados los afectos,
y en el ornato de las virtudes. ¿Puedes decir acaso
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
17 Rito Romano 1962

que eres así puro? ¿Cuánto trabajo es menester para


llegar a esto? Llegarás, si lo quieres seriamente. Di
con el leproso: Señor, si quieres, puedes limpiarme
(2). Confía; extenderá su mano, y dirá: Quiero, sé
limpio.
2.- Al que venciere, le daré a comer del árbol de la
vida, que está en el paraíso (3). Esto es, como dice
Ricardo de san Lorenzo (4): Que está en la Iglesia
militante por corporal presencia en el Sacramento
del altar. Para gozar de este misterio, es necesario te
venzas, sujetando el apetito a la razón, y la razón a
Dios. No te llegas dignamente, y como debes, si no te
vences. ¡Qué campo tienes en ti tan dilatado de
victorias! La soberbia., la ambición, la estimación
propia, el apetito de gloria vana, la tibieza y otros
que tú sabes. Pelea en él, y vence todo esto, y se te
dará del árbol de la vida. ¡Que otro serías, si cuantas
veces llegaste a esta divina mesa llevases vencido
uno solo siquiera de estos enemigos!
3.- Mirad que Yo os llevaré pan del cielo; salga el
pueblo, y recójalo (5). Prométese aquí el maná, figura
de la Eucaristía, y a la verdad al modo de lluvia que
cae sobre buenos y sobre malos. ¡Qué bondad es la
de Dios en darse tan pródigamente! Mas, para que
goces de Él, es menester que salgas. ¿De dónde? ¿A
dónde? Responde Ruperto (6): De la antigua
costumbre, de la vejez de la vida. Porque sin deponer
el hombre viejo, no podemos coger este maná.
Examina cuán vivo esté en ti el hombre viejo; cuantas
cosas debes matar en él para vestir el traje de la vida
nueva.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 18

(1) Psalm. 18. (2) Matth., 8. (3) Apoc., 2. (4) Lib. 12 de


Laud. B. V. (5) Exod., 16. (6) Lib. 3, cap. 11 in Exod.

MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
PROSIGUE LA DISPOSICIÓN PARA RECIBIR LA
EUCARISTÍA.

1.- A sus pobres hartará de panes (1). Feliz es la po-


breza, que sola, como dice Ruperto (2), come la gran
limosna del Rey de Reyes que da: no otra que a sí
mismo. Dase, pues, aquel pan, como limosna del
gran Dios. Anonádate, aniquílate para hacerte pobre,
y así digno de ella. Arroja el amor del siglo y su
vanidad. Así como indigna e injustamente recibe
limosna el que es rico, así indignamente recibe la
Eucaristía el que se prenda y deja llevar de las cosas
del mundo. Sabe que el que a los hambrientos, o a
los pobres, llena de bienes, ese mismo a los ricos
echa de si vacíos (3). Y esta es acaso la causa del poco
fruto que sacas de tan frecuente participación de este
misterio.
2.- Si alguno tiene sed, venga a Mí, y beba (4). Una
cierta sed, hambre y deseo de este manjar se ha de
llevar, y muy encendido, a esta mesa. Aquella fuente
de gracias sacramentales no corre sino para el
sediento. Al que tiene sed, daré de la fuente de la
vida (5). Porque es conveniente, dice san Bernardo
(6), que el ardor del santo deseo vaya adelante, y le
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
19 Rito Romano 1962

lleve toda alma a quien Él ha de venir. ¡Oh alma


tibia! ¿No tendrías por sacrilegio tener náusea de este
pan? Pues a la verdad muy próxima estas a ella, si no
le deseas con fervor. Excita, pues, en ti, siempre que
has de llegar a Él, un deseo ardiente, el que nacerá de
la fe actual de la excelencia de esta comida, del amor
de Dios para contigo, de los frutos que dimanan de la
Eucaristía.
3.- Cuando fueres convidado d las bodas, siéntate en
último lugar (7). Has de llegar al convite nupcial de
Dios, que se desposa contigo. ¿Quién eres tú? ¿Quién
Él? ¿No reconoces en su grandeza tu indignidad?
Pero puedes hacerte digno, si eres humilde con
ingenuo corazón. Miró a la humildad de su sierva
(8), para entrar en su sacratísimo vientre: así también
no despreciará tu humildad. ¡Y cuanta materia tienes
de confundirte, si ponderas bien quién eres tú, quién
es Él!

(1) Psalm., 131. (2) In c. 6 Joan. (3) Luc., 1. (4) Joan., 7.


(5) Apoc., 21. (6) Serm. 31 in Cant. (7) Luc., 14.
(8) Luc., 1.

MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LOS EFECTOS DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
RECIBIDA.

1.- Llegaos a Él y seréis iluminados (1). Fruto es de


los que se llegan a Cristo, el ser ilustrados en sus,
entendimientos para conocer altísimos misterios. Él
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 20

es la luz que ilumina a todo hombre (2). Considera


tus tinieblas. ¡Oh, que ciego estas para las cosas
divinas! ¿No sabes que al partir el pan, se abrieron
los ojos de los discípulos (3)? Repara que Él es el
mismo médico de tu ceguera. Que es el mismo que te
pregunta a ti lo que en otro tiempo al ciego de Jericó:
¿Qué quieres que te haga (4)? ¡Oh benignidad del que
así te previene! Di confiadamente con él: Señor, que
vea a Ti: que me vea a mí.
2.- Que llena en bienes tu deseo: se renovará tu
juventud como la del águila (5). Envejécese el alma
cuando se entibia en la virtud: se renueva cuando se
enfervoriza. De esta vejez estás tú con frecuencia
poseído. Pero siempre se ha de procurar andar
renovando la vida. Para que tu juventud se renueve,
remedio es muy eficaz que llene Dios en bienes tu
deseo. Pues si, según san Jerónimo (6): Esto sólo
tenemos bueno en este presente siglo, si comemos la
carne del Señor, te renovarás con ésta, dignamente
gustada. Estímala, alábala, ámala, anhélala; y,
cuantas veces a ella te llegues, deja algo del hombre
viejo.
3.-Levantándose María se fue a las montañas con
presteza (7). Efecto fue este de haber concebido a
Dios Porque ¿a dónde, estando ya llena de Dios,
había de ir con tal anhelo y presteza, sino a lo alto y
a lo sublime? dice san Ambrosio (8). Al mismo que
recibió la Virgen, recibes tú en la Eucaristía. Lo
mismo obrará en ti, si no lo impides. Esto es: Que con
voluntad fervorosa procures subir a lo arduo de las
virtudes, y llegues también con gran presteza a la
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
21 Rito Romano 1962

cumbre de la perfección. Coopera con Dios, que esto


es lo que desea, para que no te halle siempre por tu
flojedad en lo ínfimo. Levantarte ha Dios, pero no sin
que tú cooperes.

(1) Ps., 33. (2) Joan., 1. (3) Luc., 24. (4) Luc., 18.
(5) Ps., 102. (6) In c. 3 Ezech. (7) Luc., 1.
(8) L. 2 in Luc.

JUEVES DE LA SEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE OTROS EFECTOS DEL SANTÍSIMO
SACRAMENTO RECIBIDO.

1.- Recibirá el hombre el pan de los ángeles (1).


Dícese Pan de los ángeles la santísima Eucaristía, no
porque los ángeles le gusten, sino porque a los
hombres que le reciben, los hace como ángeles. Así
Hugo cardenal (2), dice: Dióse a los hombres para
que se hagan ángeles. ¡Qué dicha será la tuya si te
haces como exento de cuerpo, todo espiritual, libre
de tentaciones, y sin pasiones que te molesten! A la
verdad, si tal no te has hecho hasta ahora, tú lo
causaste. Y ¡qué locura tuya es ésta, que pudiendo no
quieres llegar a la perfección de un ángel!
2.- A todos cuantos le recibieron, les dio poder para
hacerse hijos de Dios (3). Efecto es de la Eucaristía
hacerte hijo de Dios, no natural, sino adoptivo, por lo
que al mismo tiempo entras tú en derecho de la
herencia. Porque si somos hijos de Dios, por
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 22

consiguiente herederos (4). ¡Oh admirable dignación!


pondera ¡qué padres tienes! ¡qué hermano! ¡con qué
afecto, reverencia y confianza debes mirarle! ¡Pero
qué hijo y hermano tan indigno has sido hasta ahora!
¿No te avergüenzas? Ahora, ¿cuál debes ser en
adelante, para llamar dignamente Padre a Dios, y a
Jesús hermano?
3.- El que come mi carne y bebe mi sangre, está en Mí
y Yo en él (5). Más alto sube la dignidad que alcanzas
por la santa Eucaristía. No sólo te haces Hijo de Dios,
sino una misma cosa con Él, de modo que Él está en
ti y tú en Él. Mas para esto es menester que muera en
ti todo lo que tú eres, y viva solo lo que es Dios. ¡Oh
cuando vendrá el tiempo en que con verdad puedas
decir: Vivo yo, ya no yo, sino Cristo vive en mí (6)!

(1) Ps. 77. (2) In c. 31 Prov. (3) Joan., 1.


(4) Rom., 8. (5) Joan., 6. (6) Galat., 2.

VIERNES DE LA SEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA INFINITA PERFECCIÓN DE DIOS.

1.- De Él, por Él, y en Él son todas las cosas (1). Todo
lo que puedes concebir de perfección, bondad,
santidad, hermosura, sabiduría, poder, felicidad, etc.,
todo está en Dios con modo infinitamente más
perfecto de lo que tú puedes alcanzar. De Éste y por
Éste son todas las cosas que parece tienen alguna
perfección. ¡Oh Dios mío, y todas las cosas! Vos sois
un ser necesario de Vos mismo: toda criatura de sí es
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
23 Rito Romano 1962

un necesario nada. ¿Cómo, pues, convierto mi


corazón a la nada, apartándolo de Vos? Vos sois mi
Dios, y sólo digno de mi amor. ¡Dichoso yo si acierto
a servir dignamente a tan grande Majestad!
2.- En Él están todas cosas, no sólo en el modo emi-
nencial de ser, sino también como en idea y en
ejemplar de toda perfección en especial las criaturas
intelectuales que crió a su imagen y semejanza, y
hasta ahora forma por la conservación a la misma
semejanza. ¡Qué eximio ejemplar se te propuso para
que le imites! Alábale, dale gracias, ámale. Pero
coteja con aquél el rostro de tu alma. ¡Oh, cuanto le
desemejas! Procura con ansia, pues, mirar a Dios
continuamente. Echa de ti lo que ahora eres y
muestras; y representa en ti a Aquel a quien debes
parecerte.
3.- En Él están todas las cosas. Las innumerables
perfecciones, divididas por las criaturas, son en Dios
una, y la misma cosa, que es sabiduría, bondad,
misericordia, etc., sin composición y distinción
alguna. De donde viene, que las cosas que son una
cosa misma, son muchas bajo una sola unidad,
representan más a Dios. ¿Eres tú acaso así uno con
unidad de intención? Una acaso tienes, pero que no
es muchas bajo la misma unidad, sino diversas y
repugnantes: de agradar a Dios y a los hombres, de
servir a la sensualidad y a Dios. Ten una sola, con
que sólo a Dios mires. Pero haz cada obra con
muchos y diversos motivos de virtudes. Sera una
obra sola, pero tal su perfección, que encierre
muchas.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 24

(1) Rom., 11.

SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA SABIDURÍA DE DIOS, Y CONTEMPLACIÓN
DE SÍ MISMO

1.- Todas las cosas están descubiertas y patentes a


sus ojos (1); porque sabe todo lo que se puede saber,
todo lo que hay en Dios, todo lo que fuera de Dios se
formó o puede formar, y los mismos secretos de los
corazones, por ser sabiduría inventora de todas las
cosas que en el mundo se hacen, disponiéndolo todo
en número, peso y medida; en cuya comparación
toda la sabiduría de los ángeles es una mera
ignorancia. Estímala, créela, alábala, ámala y espera
que en ella encontrarás remedio en todo lo que te
suceda. Entrégate todo a su disposición santísima.
Imítala en no hacer con temeridad cosa alguna, sino
considerándola sabiamente. Mira bien a lo que haces,
porque todo lo ve Dios.
2.- No hay criatura alguna que sea invisible a sus
ojos (2). No sólo las que fueron, son y serán, sino
también las que no serán, pero serían si se pusiese
alguna condición. Con esta ciencia a ti v. g., te
ordenó y dispuso según todo tiempo, lugar y
circunstancia posible, y vio lo que habías de obrar en
cada una. ¿Qué no debes, pues, a Dios, por no
haberte hecho nacer de padres idólatras, en tiempo y
lugar de infidelidad; por no haberte puesto en
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
25 Rito Romano 1962

aquellas circunstancias en que: habías de perecer


ciertamente, etc.? Alaba, glorifica, ama esto: teme si
acaso descubres alguna circunstancia en le habías de
dejar, la que por ventura pende de ti por el descuido
en aceptar la gracia.
3.- Considera que el primer esencial y necesario
objeto del conocimiento divino, es el mismo Dios en
cuanto a la esencia, atributos y todas sus perfecciones
así absolutas como personales. De este conocimiento
nace el infinito aprecio de Sí mismo, su amor, gozo y
bienaventuranza. Este conocimiento es inmutable y
eterno; y, disponiendo tantas cosas en un mismo
punto de tiempo, jamás se aparta de la
contemplación de Sí mismo., Alábale, adórale etc.
Este sea también tu principal objeto. Mira no te
apartes de su contemplación por cualquiera cosilla
de ningún tono. Por esta contemplación has de llegar
a hacer de Dios la mayor estimación y concepto.

(1) Hebr., 4. (2) Ibid.

DOMINGO III DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


DEL PODER Y DOMINIO DE DIOS.

1.- Admirable es su poder (1); porque es infinito,


puede todo lo que de suyo es posible: criar este
mundo y otros infinitos de nada, destruirlos,
aniquilarlos de quien procede toda la actividad de
las causas segundas; en cuya comparación todo otro
poder es flaqueza. Admira, adora, bendice, estima,
implórale en todas tus necesidades. Júntate a esta
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 26

omnipotencia con humilde confianza. Aunque por ti


nada puedes, todo lo podrás fortaleciéndote ella.
2.- Tú eres Señor de todo, que de nadie necesitas
(2).Es Señor supremo, absoluto, necesario, eterno de
todo cuanto hay, tanto con dominio de jurisdicción,
como de propiedad. Lo primero por título de la
creación, sacándolo todo de la nada; por el cual título
todas las cosas penden esencialmente de Él, según
todo lo que son y pueden. Reconócete a ti por obra,
de sus manos. Ofrécele todo lo que eres y puedes. O
sea que te humille o te ensalce, te aflija o te consuele,
Señor es, haga lo que más le agradare.
3.-Eres Señor de todas las cosas (3). Otro título del
absoluto y supremo dominio (dejando otros
infinitos) es la conservación continua del ser que dio
por la creación: con la cual continuamente nos
produce y está comunicando el mismo ser, y detiene
suspensas a las criaturas para que no corran al
abismo de la nada. Saca de aquí, que todas tus
acciones son de Dios, y no te es lícito usar mal de tus
potencias. Injuria le haces, pues, si usas más de ellas
para tu gloria y comodidad que para la suya. Pero
¿cuántas veces lo hiciste así? De aquí, pues, en
adelante debes conformar todos tus afectos con sus
afectos, tu voluntad con la suya.

(1) Eccli., 43. (2) II Marc., 14. (3) Esth., 13.

LUNES DE LA TERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA SANTIDAD E INMUTALIDAD DE DIOS.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
27 Rito Romano 1962

1.- Santo, Señor Dios nuestro (1). La santidad según


san Dionisio, es limpieza libre de toda inmundicia,
perfecta y del todo sin mancha. Considera su
santidad ad intra en el infinito conocimiento de Sí
mismo, que es la generación del Verbo; en su infinito
amor, que es la espiración del Espíritu Santo; en el
gozo con que se goza en Sí y de Sí ¿Qué hay aquí que
no diste infinitamente de toda mancha? Exclama con
viva fe, con para bienes, adoración y confusión de ti
mismo, y di: Santo, Santo, Santo (2). Imita la
santidad de Dios: ama su pureza: detesta la
inmundicia en tus pensamientos, en tus afectos.
2.- Santo en todas sus obras (3). Considera su
santidad ad extra, que resplandece en todas sus
obras. Las que si consideras en sí mismas, o por el fin
porque Dios las hace, son del todo santas, puras e
inmaculadas en tanto grado, que no puede intervenir
en ellas imperfección alguna, por lo mismo que son
hechuras de Dios Antes bien no puede dejar de
aborrecer con odio inmutable y eterno todo mal que
se opone a la santidad. Alaba, glorifica, ama: detesta
todas las manchas de tu alma: haz inmaculadas tus
obras.
3.- Yo Señor, .Yo no me mudo (4). Ama, aborrece,
obra libremente, y con todo no se muda. Gobierna el
universo, en el mismo instante coopera a los
movimientos de todas las criaturas: produce,
destruye infinitas cosas; y con todo siempre es el
mismo. Es blasfemado, injuriado con infinitos
desacatos y no se turba. Admira, alaba, pide tal
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 28

perfección tú que te conmueves por la más mínima


cosa. Para imitarla, arranca de tu alma los
movimientos desmedidos, comprime los gestos
precipitados la alteración de la voz, lo ceñudo del
semblante, etc.

(1) Ps., 98. (2)Apoc., 4. (3) Ps., 144. (4) Malach., 3.

MARTES DE LA TERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DEL AMOR DE DIOS, CON QUE SE AMA A SÍ Y A
NOSOTROS.

1.- Dios es caridad (1). Porque se conoce a Sí


comprensivamente que es sumo bien sin mezcla
alguna de mal. También se ama a Sí infinitamente
por el Espíritu Santo, que es amor sustancial. De aquí
eternamente se alaba, y todo lo que obra a su sola
gloria lo, refiere. A esto también me dirige a mí y
todas mis cosas. ¡A qué altura me eleva Dios! Pero
¡cuánto he resistido yo a su intención, torciendo mis
operaciones a mi honra y a mis comodidades!
2.- El mismo Padre, a la verdad: os ama (2). Porque
conoce ser buenas todas las cosas que hizo, de aquí
es que de todo lo que hizo nada aborrece (3). Porque
ama, pues, y porque el amor es una cierta efusión de
sí en el amado, se nos comunica a Sí también,
dándonos el ser natural, las facultades de cuerpo y
alma, la gracia y dones sobrenaturales, su ser
personal a la humana naturaleza, a Sí mismo a mí en
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
29 Rito Romano 1962

la Eucaristía. Admira, alaba, dale gracias: ámale por


los mismos fines porque Dios te ama: emplea sus
dones en los usos para que te los ha dado.
3.- Hizo todo lo que quiso (4). Comunicándose de
tantos modos, no lo hace por necesidad y fortaleza,
sino libremente por sola su bondad y amor. Además
de esto no lo hace por utilidad alguna suya, porque
de ninguna es capaz. Admira, alaba esta propensión
de hacer beneficios: dale gracias. Confúndete de que,
sino forzado, no le haces algún obsequio. Di con
David (5). Voluntariamente te sacrificaré. Y lo del
salmo 113: No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a
tu nombre de la gloria.

(1) 1 Joan., 4. (2) Joan., 16. (3) Sap., 11. (4) Ps.113
(5) Ps., 53.

MIÉRCOLES DE LA TERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA SUAVIDAD, MISERICORDIA
Y JUSTICIA DE DIOS.

1.- Suave es el Señor para todo, (1). Impúsonos leyes;


pero las midió con nuestras fuerzas. Ayúdanos con
su gracia a observarlas, y coopera con nosotros. No
mueve a obrar por necesidad, sino por gracia. No nos
pide todo lo que podemos; lo que pudiera, a la
verdad, como supremo Señor. A los que van
perdidos los llama y hace volver con suavidad, etc.
Alábale, adórale, ámale: confúndete de ser tan áspero
con los hombres; pues quieres más de tu prójimo,
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 30

que lo que Dios suele pedirle. Imítale en la suavidad


de tus palabras, en la blandura de tus costumbres,
religiosa, no afectada.
2.- Y su misericordia sobre todas sus obras (2). Aun-
que todas las perfecciones de Dios son iguales,
porque son el mismo Dios, con todo para con
nosotros, y en orden a los efectos, sobresale la
misericordia con que remedia nuestras miserias de
cuerpo y alma, necesarias y libres, o previniéndolas,
o sacándonos de ellas, o ayudándonos, o
consolándonos. ¡Cuántas usa cada día con los
pecadores; pues: Disimula los pecados de los
hombres (3), y los espera a penitencia! ¡Cuánta usa y
usó contigo! Alábala, adórala. Ten confianza a
ejemplo del hijo pródigo.

3.- Vengándose en todas sus invenciones (4), de los


malos. Por más que sea Dios misericordioso, es
también vengador justo. El infinitamente santo es
.injuriado con la culpa: por eso repara la injuria con
el castigo. No hay, o sea en los justos o sea en los
réprobos, algún pecado grave o leve, y hasta una
palabra ociosa, de que no pida satisfacción o pena.
Porque no es decente a su Majestad ser ofendida
impunemente. De donde colegirás que las
enfermedades, las muertes, las guerras, las pestes,
etc., son penas del pecado. Débense, pues, recibirlas
de Dios, para satisfacer y limpiar las culpas, pues por
este fin se decretan. Admira, alaba, teme, tal justicia,
que a nadie perdona. Imítale, castigándote a ti con
penas, aceptando con humilde y alegre ánimo la
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
31 Rito Romano 1962

satisfacción que de ti Dios toma en los castigos que te


envía.

(1) Ps., 144 (2) Ibid. (3) Sap., 11. (4) Ps., 98

JUEVES DE LA TERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA PROVIDENCIA DE DIOS.

1.-El Señor me rige y nada me faltará (1).


Providencia es una ordenación y aplicación de los
medios con que Dios quiere llevar a cualquiera
criatura a sus fines. De ésta a ninguna excluye; pues
igualmente tiene cuidado de todas (2). No excluye ni
a una mosca, a un gusanillo, no a los malos ni a los
ateístas, etc., de quienes es gravísimamente ofendido.
De cualquiera criatura en particular de tal suerte
cuida como si ella fuere sola en el mundo. Haz
reflexión por qué medios te ha guiado, que suave y
eficazmente. ¿Cómo podrás estar más seguro, que
dejándote y entregándote todo a la providencia
divina por lo que toca al cuerpo, al alma, al lugar,
etc.? ¡Qué esperanza puedes concebir, si no resistes a
su disposición!
2.-Vosotros habéis trazado para mí el mal; pero Dios
lo convirtió en bien (3). Dios con su providencia
envía cosas adversas, el hambre, la peste, la guerra,
las tentaciones del demonio, las persecuciones las
enfermedades del cuerpo, las aflicciones del alma;
pero lo hace para que todas las cosas cooperen al
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 32

bien de los que le aman (4). Acuérdate de José


vendido por sus hermanos. Mira como uso de ellos
como de medios para sus fines. Estima, pues, todas
sus disposiciones. Ni se engaña su sabiduría, ni su
bondad engaña. Recibe, pues, de la mano de Dios la
aflicción con ánimo alegre y risueño, y di con el Hijo
de Dios: Beberé el cáliz que me dio mi Padre (5). Y
después: En tus manos están mis suertes (6).
3.- En paz para esto mismo dormiré... Por cuanto tú,
Señor, me fundaste singularmente en la esperanza
(7). El que funda toda su esperanza en la providencia
de Dios, y así se deja todo en sus manos,
verdaderamente duerme y descansa en suma
tranquilidad de ánimo, en gozo del corazón, el cual
no se perturba por cualquiera cosa que suceda. ¿Y
cuánto deleite es este? Esta es la libertad, propia de
los hijos de Dios. Arroja, pues, en El toda solicitud,
porque Él tiene cuidado de ti (8).

(1) Ps., 22. (2) Sap., 6. (3) Gen., 50. (4) Rom., 8.
(5) Joan., 18. (6) Ps. 30. (7) Ps., 4. (8) I Petr., 5.

VIERNES DE LA TERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA INMENSIDAD Y PRESENCIA DE DIOS.

1.- Yo lleno el cielo y la tierra (1). En donde hay


cualquier espacio, o por decir mejor, a donde se
pueda fingir, allí está Dios. En ninguna parte, pues,
puedes tener retiro seguro de sus ojos. Por donde
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
33 Rito Romano 1962

huyeres esta Dios. En donde te escondieres estás a


Dios patente. En todas partes igualmente puedes
gozar de Dios. Si buscas a Dios le hallarás en
cualquier lugar a que te destine la obediencia. No
hay para El lugar tan vil, en que no asista. Y tú ¿por
qué huyes?
2.- Yo lleno el cielo y la tierra. Considera los modos
con que está Dios en todo lugar. 1º. Por la esencia
según toda su divinidad. Aquí, pues, en donde yo
estoy, está el Padre, es engendrado el Hijo, es
espirado el Espíritu Santo, etc. Luego yo nunca estoy
solo. Luego siempre tengo con quien conversar
amigablemente. Luego en todo lugar debo
reverenciar a Dios, en cualquiera parte debo temerle.
2º. Por presencia, no como muerto, sino que advierte
y lo conoce todo, Esta presente al que ora, al tentado,
al afligido, al que obra bien, etc. Cree, ama, confía,
procura agradar solo a sus ojos. 3º. Por potencia;
porque en todas partes obra, conservando,
concurriendo a toda operación, etc. No caeré, pues,
de ánimo en las adversidades; porque Vos, Señor,
estáis conmigo. Vos sois el que ayudáis mi flaqueza.
3.- No está lejos de cada uno de nosotros (2).
Considera que Dios te está también a ti presente con
más intimidad que lo está en ti tu alma misma.
Dentro de ti está el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo.
Toda la divinidad por esencia, presencia, potencia.
Su bondad te da ser, su sabiduría en tender, su
omnipotencia obrar, etc. Alégrate, admira, confía,
ama, busca a Dios dentro de ti mismo. Procura ser
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 34

digna habitación de su majestad. No desagrades a


quien tienes siempre contigo.

(1) Jer., 23. (2) Act., 17.

SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
JESÚS ES BAUTIZADO POR SAN JUAN.

1.- Entonces vino Jesús desde Galilea al Jordán a


Juan, para ser bautizado de él (1). Considera la
humildad de Cristo. El que había tomado la forma de
pecador, tomó también la de penitente. No es, ni
puede ser pecador; y no se le da con todo el ser
tenido por tal. Da principio por la humildad a la vida
activa. Admira, alaba, dale gracias por tal ejemplo.
Imítale. Repara bien cuál tú seas; no cual eres
reputado. Funda en la humildad lo que obras con los
prójimos. Pero Juan lo rehusaba, diciendo: Yo debo
ser bautizado de Ti, ¿y Tú vienes a mí? Conoce en
aquel punto a Cristo, a quien no había visto aún. De
aquí la reverencia, la admiración del que venía a él;
la humildad de quien confesaba que necesitaba del
bautismo. Tanto importa haber conocido una vez a
Dios. Si procuraras con ansia conocerle, ¡cuántos
afectos excitaría en ti este conocimiento!
2.- Pero respondiendo Jesús, le dijo: deja eso ahora;
que así importa que cumplamos toda justicia (2).
Que tú bautices, Yo sea bautizado; que Yo me
humille, tú obedezcas. Luego toda justicia y santidad
se contiene en la humildad y obediencia. Aún no has
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
35 Rito Romano 1962

penetrado bien esta verdad. Ahora, pues, sujétate no


sólo al mayor o al igual sino también al menor a
ejemplo de Cristo.
3.- Bautizado, pues, Jesús, salió luego del agua, y
repara que se abrieron los cielos (3). Tres cosas
sucedieron después del bautismo de Cristo. 1º.
Abriéronse los cielos. Advierte que la humildad es la
llave que te abre el cielo; porque a los humildes se da
la gracia: la gracia es la semilla de la gloria. Aspira al
cielo; pero sabe que padece fuerza, que te has de
hacer humillándote. 2º. Vio al Espíritu de Dios, que
bajaba como paloma. Así honra el Espíritu de Dios al
que se humilla. No le niegues el gusto que le puedes
dar por tu humildad. Pero vino sobre el humilde en
forma de paloma pura e inocente; porque la
humildad conserva la inocencia 3º. Se oyó del cielo
una voz, que decía: Este es mi amado Hijo en quien
me he agradado (4). El que se abate entre los
pecadores, es declarado por Hijo de Dios Testifica el
Padre que le agrada en esta humildad. ¡Oh! Si te
dijera Dios: tú eres mi amado hijo, ¡cuánto te
alegrarías! ¡cuánto le amarías! etc. Mas te lo dirá, si te
humillares con Cristo; porque, conoce a los humildes:
a los soberbios los mira de lejos (5).

(1)Matth., 3. (2) Matth., 3. (3) Ibid. (4) Ibid.


(5) Ps., 137.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 36

DOMINGO IV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


RETÍRASE CRISTO AL DESIERTO, Y ES TENTADO.

1.- Entonces Jesús fue guiado al desierto por el


Espíritu (1). Santo a la verdad, no vano, no
mundano. El Hijo y los hijos de Dios son guiados de
su Espíritu. Fue guiado al desierto, no a una ciudad
populosa, por huir el aplauso que acaso le daría el
pueblo, movido del abrirse el cielo, de bajar el
Espíritu y de la voz que se oyó. ¿De qué espíritu eres
movido tú, o por mejor decir, arrastrado, y a que
cosas? Confúndete, y deja que el Espíritu de Dios te
guie y saque de entre el bullicio de los hombres, de
sus aplausos y alabanzas. Para que el diablo le
tentase. San Ambrosio sobre san Lucas dice: Para
provocar al diablo. Este fue el fin de aquel retiro.
Mas ¿para qué quiso el Hijo de Dios ser tentado? 1º.
Para que sepas que a los hijos de Dios también les
sobrevienen tentaciones, y no te hagas en ellas
pusilánime 2º. Para que tengas en ellas maestro de
vencer. Cobra ánimo; y, para alcanzar victoria, pelea
con el ejemplo de Cristo.
2.- Y era tentado por Satanás (2). Atrévese a esto el
demonio, porque Dios se lo permitió, que podía
prohibírselo. ¿Cuánto más se atreverá contra ti que
no puedes estorbárselo? Teme, pues, continuamente.
Con la ocasión del hambre toma luego pie para
tentarle de gula. Así está en vela para coger toda
ocasión de dañar Aprende del demonio mismo a
velar sobre todo lo que es propio de tu profesión; a
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
37 Rito Romano 1962

velar sobre toda ocasión de mal, porque no caigas en


él y te traiga el mayor daño.
3.- Llegándose el tentador, le dijo: Si eres hijo de
Dios, etc. (3). Advierte en estas tres tentaciones de
Cristo, de que argumentos y engaño suele usar
principalmente. En la primera, porque está el Señor
hambriento, le quiere persuadir la necesidad de la
comida. En la segunda procura moverle a que se
precipite con apariencia de bien, de que Dios le
asistirá, y detendrá por los ángeles. En la tercera le
hace solo ver los reinos del mundo y se los ofrece, no
pudiéndoselos dar, representándoselos a la
imaginación como una cosa grande. Haz reflexión
sobre ti, y repara si tu pasión te ha engañado bajo la
capa de necesidad o de bien, o si tuviste en mucho
las cosas que delante de Dios son nada, etc. El cual
respondiendo, dijo: Escrito está, etc. (4). Considera
aquí lo que hizo Cristo. 1º. Luego resistió al tentador.
No te pongas con él en la tentación a porfías.
Fácilmente es vencido el que no resiste al principio.
2º. Le rechaza con una palabra: Escrito está,
oponiéndole lo que Dios manda. Dite también a ti en
la tentación: Dios lo prohíbe: Dios castiga
eternamente. Entonces vendrán a ti los ángeles o
verdaderos consuelos espirituales.

(1) Matth., 4. (2) Ibid. (3) Matth., 4. (4) Ibid.


MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 38

LUNES DE LA CUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LAS TRES TENTACIONES Y VICTORIA DE
CRISTO

1.- Si eres hijo de Dios, haz que estas piedras se con-


viertan en pan (1). Incita a Cristo a desordenado
afecto de comida, que se había de buscar por
milagro. Sale Cristo al encuentro de esta tentación
con el medio de un generoso desprecio: No solo vive
el hombre de pan. Como si dijera: que despreciaba
aquel medio, habiendo como hay otros muchos para
matar el hambre y vivir. Así has de acometer a las
tentaciones sensuales: Mas felizmente las vencerás
con el desprecio, que con positiva resistencia. Otros
deleites hay dignos del hombre: desdéñate de los que
solo están en los sentidos.
2.- Si eres hijo de Dios, arrójate de ahí, etc. (2). Es
tentación de vanidad con apariencia de bien, o con la
cubierta de la confianza en Dios. Esta deshace con
aquel: No tentarás a tu Señor Dios (3). Descubre la
máscara y muestra ser tentación, aunque se propone
como bien, aconsejándole a que confíe en Dios,
precipitándose. Así se ha de ocurrir a las tentaciones
que vienen con apariencia de bien. No tengas luego
por santo lo que parece bueno; sino examina los
fines, la intención, las circunstancias. ¡Cuántas veces
caíste por no hacerlo así!
3.- Todas estas cosas te daré, si postrándote me
adorares (4). Tentación descaradísima de ambición es
esta, por la cual se da a la criatura el culto que a Dios
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
39 Rito Romano 1962

se debe. Ésta con indignación la rechaza: Vete de ahí,


Satanás (5). Así te has de indignar contra las
tentaciones que quitan el honor a Dios, que entregan
el afecto a las criaturas. Di sí, con ánimo esforzado: A
mi Señor Dios adoraré y a Él serviré solamente (6).
Repara también en cuanto tiene el demonio una
culpa grave, que promete dar por ella sola todos los
reinos del mundo. Aprecia tu tanto tu salvación.

(1) Ibid. (2) Matth., 4. (3) Ibid.


(4) Ibid. (5) Ibid. (6) Ibid.

MARTES DE LA CUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DA SAN JUAN TESTIMONIO DE CRISTO.

1.- Enviaron los judíos sacerdotes y levitas para que


le preguntasen: ¿Quién eres tú (1)? La austeridad de
la vida, la santidad y el celo habían conciliado a san
Juan un singular aprecio. De esto se originó el dudar
de si era o no el Mesías. Cuanto más procurares tener
grande nombre, menos lo alcanzarás: a la santidad
de la vida se sigue naturalmente. Para conseguir ésta,
aprovechará mucho preguntarse uno a sí
continuamente: ¿Quién eres tú? Y responderse: Yo no
soy Cristo (2): conocer su vileza, sentir y hablar de sí
con desprecio; porque la humildad es fundamento
de la santidad.
2.- ¿Pues qué? ¿Eres tú Elías? Y dijo: No soy (3).
Podía san Juan aceptar el nombre de Elías y de
profeta: pues Cristo había dicho de Él que tenía el
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 40

espíritu de Elías, y que era más que profeta (4). Mas


porque podía negar esto también, eligió la respuesta
que hacía más a su desprecio. Esta es la regla de la
verdadera humildad. Tú ¿cómo la observas? ¿Qué
dice san Juan de sí? Yo soy voz (5). Tú de ti ¿qué
dices? Acaso dices ser nada; pero no lo crees. Y eso
mismo que dices, quieres que no se crea; y encubres
la soberbia con la capa de la humildad. Confúndete,
y en adelante no te venga el pie de la soberbia (6). A
la verdad, la soberbia sólo tiene un pie: por eso cae
con un leve impulso.
3.- Pues ¿por qué bautizas tú si no eres Cristo, etc.?
Ese es el que después de mí ha de venir, que fue hecho
antes de mí, de cuyo calzado no soy yo digno de
desatar la correa (7). Expláyase en las alabanzas de
Cristo, y con la diminución de su honra propia le
asegura a Cristo su honor. Cotéjate a ti con san Juan.
¿Qué escaso eres en las alabanzas de los otros, como
si fuera desdoro tuyo lo que a los méritos de otros
das y atribuyes? ¡Qué ambicioso de tus alabanzas,
que de verdad no mereces! ¡Con qué facilidad no
haces caso de la honra de Dios por procurar la tuya!

(1) Joan., 1. (2) Ibid. (3) Ibid. (4) Matth., 11; Luc., 1.
(5) Joan., 1. (6) Ps., 35. (7)Joan., 1.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
41 Rito Romano 1962

MIÉRCOLES DE LA CUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
OTRO TESTIMONIO DE SAN JUAN
ACERCA DE CRISTO

1.- Otro día vio Juan a Jesús que venía hacia él, y
dice: Mirad al Cordero de Dios, mirad al que quita
los pecados del mundo (1). Profeta al mismo tiempo
y Apóstol, al que predijo vendría, le muestra
presente ya, dice san Cirilo (2). Hecho precursor no
pierde la primera ocasión que se le ofrece de predicar
a Cristo. ¡Oh si no permitieses tú, se te fuese ocasión
alguna de manifestarte a ti y a otros a Cristo, de
alabarle, etc., con palabras y con obras! Espera que
esto así sea; si es que viene a ti Jesús por la gracia, sin
la cual no puedes cosa: Si es, que tú ves a Jesús, y
adviertes la ocasión con madurez. Esto es lo que a
Jesús debes pedir.
2.- Mirad al Cordero de Dios, mirad al que quita los
pecados del mundo. Pondera todas las palabras del
testimonio. 1º. Llámale Cordero, para traer a la
memoria aquello de Jeremías (3): Como cordero que
es llevado a la víctima. 2º. Cordero de Dios: con lo
cual manifiesta su divinidad. 3º. Que quita los
pecados del mundo: con que muestra el fin para que
vino. Considera la mansedumbre de este Cordero, la
paciencia, la obediencia. Mira como le puedes imitar
y ofrecértele por víctima a ti mismo. Date parabienes
a ti y al mundo, porque quita los pecados. Pon en Él
sólo tu esperanza. Mira, Ecce. Pon de ordinario en Él
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 42

tu pensamiento. Haz que otros piensen en Él también


siempre que se ofrezca ocasión.
3.- Y yo le he visto y di testimonio: Que este es hijo
de Dios (4). Juan vino para testimonio, o para darle.
Vio, y testifica que este es Hijo de Dios. Aprende a
dar testimonio del prójimo. Ve y observa sus
virtudes, no sus defectos. 2. Cuando se ofrezca
ocasión alábale a Él, no a ti; sino di: Yo no sabía esta
su virtud: yo soy mucho más imperfecto que Él. Este
es hijo de Dios; porque tiene el espíritu de Dios: yo el
espíritu del mundo y de la vanidad, etc.

(1) Ibid. (2) L. I in Joan., c. 1. (3) Jerem., 11.


(4) Joan., 1.

JUEVES DE LA CUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
TESTIMONIO TERCERO DE SAN JUAN, CON
FRUTO DE LOS DISCÍPULOS.

1.- Otro día estaba otra vez Juan y dos de sus


discípulos. Y mirando a Jesús, que por allí andaba
dijo: Mirad al Cordero de Dios. Y le oyeron los dos
discípulos decir esto y siguieron a Jesús (1). De
propósito se deja Cristo ver, para que Juan tenga
ocasión de hablar de Él, y los discípulos de seguirle.
Así nos previene la gracia. Pero ¡Cuántas veces no la
damos oídos! San Juan se vale de la ocasión. Así tú
ninguna pierdas del bien. Muchos estaban con san
Juan; sólo dos se mueven a seguir a Cristo. Propio es
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
43 Rito Romano 1962

de Dios tocar el corazón. Repara de entre cuantos


millares te miró a ti Dios, Reconoce el beneficio de la
vocación * al catolicismo, a la Religión, al estado que
tienes. Dale gracias. Teme si no correspondes a ella.
2.- Volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, dice:
¿Que buscáis? Los cuales respondieron: Maestro ¿a
dónde habitas? Díceles: Venid, y vedlo (2). Entiende
aquí 1º, la gracia del mirar de Cristo. Sin ésta; ¿a
dónde estarías? A ti te pregunta Jesús: ¿Qué buscas?
Para convidarte a que le busques a Él. Más tú buscas
lo que es mundo, a ti mismo, tus comodidades. 2º.
Los Discípulos llamando a Jesús maestro, muestran
el deseo que tienen de aprender de Él. Tú ¿qué
maestro tienes? Al mundo, a tus malos afectos. Pasa,
pasa a la escuela de Cristo. Vive de tal suerte que
merezcas oír de su boca que en la muerte te convida:
Ven, y veme a Mí eternamente.
3.- Vinieron y vieron donde posaba, y se quedaron
con Él aquel día (3). Mira como luego al punto
obedecen siguiendo al Señor que los convida. ¿Qué
verían allí sino incomodidades y pobreza? No
busques a Jesús en la abundancia de las
conveniencias. Considera la suave conversación de
aquella noche, la atención y gusto de los discípulos.
Confúndete de que fácilmente tomas tedio de las
cosas divinas; que aún el espacio de una escasa hora
de tratar con Dios te es molesto. Aunque no debas
buscar el justo sensible, tendrás el sólido si con Jesús
permaneces. EI que se sacia presto, trata tibiamente
con Dios.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 44

(1) Ibid. (2) Joan., 1. (3) Ibid.

VIERNES DE LA CUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ANDRÉS LLEVA A CRISTO A SU HERMANO
PEDRO, ES LLAMADO FELIPE

1.- Encontró éste (san Andrés) primero a su hermano


Simón y le dice: Hemos hallado al Mesías (1).
Advierte los frutos de la conversación que tuvo con
Cristo. Conoce al Mesías: alegrase de haberle
hallado: concibe celo de traer a su hermano al mismo
conocimiento. Si experimentas en ti cosas distintas de
estas, juzga que no tratas sólidamente con Cristo en
tus espirituales ejercicios. Y esto es lo que debes
enmendar por ellos. ¡Cuánta dicha será la tuya si al
fin encuentras al Mesías; porque en Él todo lo tienes!
Para hallarle, pues, se ha de dar todo.
2.- Y le llevó a Jesús. Y Jesús, mirándole le dijo: Tú
eres Simón, hijo de Juan: tú te llamaras Cephas (2).
El celo de Andrés, que lleva a Pedro a Cristo, y la
prontitud de Pedro en ir ¡Cuánto te confunden! La
tergiversación hacia las cosas divinas, o el tener tedio
y no frecuentarlas con prontitud y constancia,
siempre es muy dañosa. El mirar de Jesús mueve el
corazón de Pedro. ¡Oh Jesús! miradme a mí también
con vuestra gracia. Pone nuevo nombre a Pedro, para
que sea sólido y constante. También a ti te lo puso de
compañero de Jesús: * también a ti el suyo de
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
45 Rito Romano 1962

cristiano. Mira que digan bien las obras con el


nombre.
3.- Encontró a Felipe y dícele Jesús: Sígueme (3). Para
buscar discípulos se va a Galilea, tierra entre las de
Judea muy inculta y nada noble: Para que no se
creyese que su predicación estribaba en la sabiduría
del mundo, sino en la doctrina del Espíritu Santo,
dice san Pedro Crisólogo. Siempre eligió a los
humildes para las cosas grandes. Repara en las
palabras de la vocación: Sígueme. ¿Quién? ¿A quién?
¡Cuánta dignidad seguir a Cristo! ¡Con que fervor se
debe ejecutar esto! ¡Con cuánta tibieza lo haces tú.,
etc.!

(1) Joan., 1. (2) Ibid. (3) Joan., 1.

SÁBADO DE LA CUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LLEVA FELIPE A NATANAEL A CRISTO.

1.- Encontró Felipe a Natanael, y le dice: Hemos


hallado a Jesús, hijo de José de Nazaret. De Nazaret
¿puede salir algo de bueno? Dícele Felipe: Ven, y velo
(1). Felipe, después de haber conocido a Jesús, quiere
que otros le conozcan. No ama a Dios bastantemente
el que no trabaja para que otros le amen. Duda
Natanael por juzgar que de un lugar tan despreciable
como Nazaret, no podía salir cosa buena. Con todo
eso le eligió Jesús para patria. Así amó en todo lo
humilde. Nada hay tan bajo en donde no encuentres
a Jesús. Ven y velo. Te convida a que lo
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 46

experimentes. Los que gustan de Dios saben lo que


esto sea.
2.- Vió Jesús a Natanael y dijo: Mirad un verdadero
israelita, en quien no hay dolo. Dícele Natanael: ¿de
dónde me conociste? Dícele Jesús: Cuando estabas
debajo de la higuera, yo te ví (2). Podía ofenderse
Cristo con el dicho de Natanael; que nada bueno
podía salir de Nazaret; pero le excusa por su
sinceridad sin malicia. Los que siguen a Jesús, los
dichos de los otros los echan a buena parte. Por eso
no pierden la paz. Alaba Jesús a Natanael por el
candor del ánimo: Verdaderamente israelita. ¿Se
puede decir de ti: Verdaderamente sin engaño?
¿Verdaderamente religioso y no sólo aparente?
¿Verdaderamente cristiano sin dolo en tu obrar con
Dios y con los hombres? Vióle, en fin, Jesús estando
ausente, el que te ve y registra a ti en cualquiera
parte.
3.- Respondióle Natanael: Maestro, tú eres Hijo de
Dios: Tú eres rey de Israel (3). ¡Excelente confesión!
¿De dónde le reconoce por Hijo de Dios? Porque oye
que le vio debajo de la higuera. Porque ve que sabe
lo que está oculto. Cree esto de Dios, y anda en su
presencia, porque lo ve todo. Tres cosas confiesan de
Cristo. 1º. Que sea Maestro. ¿Es lo también tuyo?
¿Oyes y sigues su doctrina? 2º. Que es Hijo de Dios.
Luego también hermano tuyo. 3º. Que es rey de
Israel. ¿Das oídos por ventura a sus mandamientos?

(1) Ibid. (2) Joan., 1. (3) Ibid.


IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
47 Rito Romano 1962

DOMINGO V DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


DE LAS BODAS DE CANÁ EN GALILEA.

1.- Hiciéronse unas bodas en Caná de Galilea, y es-


taba allí la Madre de Jesús. Y Jesús fue convidado
también (1). Toma de aquí las reglas que debes
observar en la mesa. 1º. Conténtate con una parca
comida, cual fue aquí la de estos pobres esposos. 2º.
Sufre la falta del manjar y de la bebida, pues aquí
llegó a faltar el vino. 3º. Estén contigo Jesús y María,
ejemplares de modestia y de templanza, etc.
Advierte después de esto lo que hizo la Madre. Y
faltando el vino, dijo la Madre a Jesús: No tienen
vino (2). Advierte las necesidades del esposo y las
insinúa al Hijo: ¿Qué no esperarás de tan grande
Madre? Expón las necesidades de tu alma. Ella
propondrá al Hijo: No tiene el vino del fervor, del
celo, de la caridad, del consuelo, etc. Ruégala que te
lo alcance: Dícela Jesús: Mujer, ¿qué nos va a Mí y a
Ti en eso? Aún no ha venido mi hora (3). Considera
lo 1º., Da ocasión a la Madre de humillación,
llamándola mujer, en lo que sabía se deleitaba. 2º.
Enseña que atiende más al tiempo señalado por Dios,
que a las súplicas de la Madre; ni se ha de complacer
antes a éstas. No quieras tú determinar el tiempo de
la gracia auxiliadora, sino confía, porque a su tiempo
vendrá. Mucho suaviza sus males el que sufre con
esperanza y longanimidad.
2.- Haced todo lo que os dijere (4). La santísima Vir-
gen, nombrada por su Hijo, no con la voz de madre,
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 48

sino con la seca de mujer, aunque podía parecer


había llevado el sonrojo de la repulsa, calla para
confundir tu desabrimiento, que concibes de
cualquiera palabra menos suave y atenta. Enséñate
con su constante confianza, que aunque te parezca
que no consigues lo que pides, no desesperes. Lo que
a ti te toca es: Hacer todo lo que te dijere. Sola
aquella esperanza no es confundida, que estriba y se
afianza en las obras.
3.- Díceles Jesús: Llenad de agua las hidrias (5).
Quiso a los necesitados dar el vino; pero no quiso
darlo antes que pusiesen el agua. Quiere hacerte bien
a ti; pero quiere que pongas algo de tuyo. Has de
hacer de tu parte todo cuanto puedas hasta lo sumo.
¿De dónde proviene que tienes tan poco, sino de que
con tan poco has concurrido? Poco vino hay en ti de
consuelos, porque no has llenado el corazón del agua
de la compunción. Fue celebrado este vino. Todo
hombre pone primero el buen vino; pero tú para lo
último has reservado el mejor (6). Lo que usa Cristo
es muy diverso de lo que usa el mundo y la carne.
Estos después de unos deleites momentáneos ofrecen
el vino de la inquietud y congoja. Jesucristo da a
beber primero amarguras; mas al fin da los
verdaderos consuelos del alma. Elige una de estas
dos cosas. Mas advierte que lo último ha de ser
eterno.

(1) Joan., 2. (2) Ibid. (3) Ibid. (4) Ibid.


(5) Joan., 2. (6) Ibid.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
49 Rito Romano 1962

LUNES DE LA QUINTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LOS NEGOCIANTES ECHADOS
DEL TEMPLO

1.- Halló en el templo los que vendían bueyes, ovejas


y palomas, y sentados los cambiadores (1). La
avaricia de los sacerdotes introdujo en el templo la
mercancía con el color de tener a mano las cosas
necesarias para los sacrificios. Parece cuidado del
culto divino, y más es de logro y ganancia. Y así el
lugar consagrado a Dios, en un puro establo se
convierte. Templo eres tú de Dios (2). ¿En qué estado
lo tienes? ¿Encubres por ventura tu amor propio con
pretexto de bien? ¡Guárdate de tal desorden! Cuando
te dejas llevar demasiado de tu amor propio,
entonces se hace tu alma establo de sus pasiones. Si
hallares en él algunas de estas bestias, amina si acaso
entraron por esta puerta y si en él están ya de
asiento.
2.- Y haciendo uno como azote de los cordeles, a
todos echó fuera del templo (3). Muestra el dominio
y hace ostentación de su poder. Uno solo tenido por
despreciable, a todos los trastorna y espanta. Nadie
se le opone; porque bajo el azote le reconocen por
Señor. Conócele tú por tal también cuando te azota
en el alma, en el cuerpo, en la fama. Predica su poder
con un silencio y sujeción humilde. Alégrate de que
con este azote arroje del templo de tu alma los deseos
terrenos, etc. Considera también el celo que muestra
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 50

de la gloria de Dios. El que tú tienes de tu honra,


conviértele en celo de la suya.
3.- Y dijo a los que vendían palomas: Quitad esto de
aquí y no hagáis a la casa de mi Padre casa de
negociación (4). Tuvieron su efecto en los judíos sus
palabras y sus hechos; porque todos, llevándose sus
géneros, huyeron. ¡Cuántas veces te ha dicho a ti
Dios: Quita esta pasión, deja esta vanidad, arranca
aquel afecto, y aún permaneces en ellos! Advierte
cuánta indignidad sea esta. Si aquí no temes éste
como azote, teme el azote verdadero que descargará
sobre ti.

(1) Joan., 2. (2) I Cor., 5. (3) Joan., 2. (4) Joan., 2.

MARTES DE LA QUINTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LA PLÁTICA DE CRISTO CON NICODEMUS.

1.- Había un hombre de los fariseos, que se llamaba


Nicodemo: éste vino a Jesús de noche (1). Movido de
la autoridad y celo de Cristo, que ejercitó contra los
tratantes, creyó que Jesús era más que hombre.
Porque ninguno (dice) puede hacer tales prodigios,
sino estando Dios con el (2). Repara la fuerza que
tiene el celo de atraer a sí aún a los hombres más
autorizados. Vino de noche, por temor y respeto de
los judíos; lo que a la verdad es tolerable en quien no
hacia aún conocido a Cristo. Pero ¿cómo serán
tolerables en ti los respetos humanos, que profesas
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
51 Rito Romano 1962

seguir a Cristo? El que atiende a los hombres más


que a Dios, será de Dios despreciado.
2.- Y le dijo: Sabemos que has venido Maestro
enviado de Dios (3). ¿Crees tú también, por ventura,
que Cristo ha venido como Maestro? Si crees, ¿de
dónde proviene que aprovechas tan poco en su
doctrina? Sin duda de que no escuchas con quietud a
este Maestro que te enseña, porque te distraes en
vanidades y deseos de la tierra; de que no crees
seriamente, con viva y actual fe a sus palabras; de
que lo que crees no lo ejercitas, siempre remiso al
tiempo de obrar. Si quieres aprovechar, enmienda
esto.
3.- Respondióle Jesús: El que no renaciere, no puede
ver el reino de Dios (4). Atiende a las cosas que
Cristo enseña. 1º. El bautismo en agua y en el
Espíritu Santo, por su necesidad. 2º. La Encarnación:
Así amó Dios al mundo, etc., y la pasión: Así como
Moisés puso en alto la serpiente, etc., porque estos
son los principales motivos de amar a Dios y de
imitar su amor. Enciéndete tú también en ellos.
Atiende a la docilidad de Nicodemo, que desde
entonces hizo profesión pública de discípulo de
Jesús, perseveró constante, y estando huidos los
Discípulos, bajó de la cruz el cuerpo del Señor. Si
amases tú, harías tal profesión al descubierto,
despreciando todo respeto humano; no atenderías,
no, a la doctrina del mundo, etc.

(1) Joan., 3. (2) Ibid. (3) Ibid. (4) Joan., 3.


MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 52

MIÉRCOLES DE LA QUINTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD QUE DIO
CRISTO A NICODEMUS.

1.- Así amó Dios al mundo, que le dio a su unigénito


Hijo (1). Enseña la persona del Padre y su amor para
contigo, que no pudo ser mayor, aunque se nos
hubiera dado a sí mismo. Adora al Padre, reconoce
su amor, dale gracias, retórnale tu amor, dale lo que
es más grato a tus sentidos, o por mejor decir, todo lo
que estima un alma elevada. Emplea en Él por
correspondencia tus potencias todas. Merécelo por
ser también Padre tuyo, aunque tú seas hijo que
degeneres de tal.
2.- Vino la luz al mundo y amaron los hombres más
las tinieblas que la luz (2). Enseña la persona del
Hijo, bajo el nombre de luz, la cual es a saber:
Ilumina todo hombre con celestial doctrina y
ejemplos. Quieres ser hijo de la luz; mas tus tinieblas
no comprendieron esta luz con el conocimiento, viva
fe y con la imitación. ¿Por ventura amas más las
tinieblas del mundo, que los ejemplos y doctrina de
Cristo?
3.- El Espíritu aspira a donde quiere, y tú oyes su
voz; mas no sabes de dónde viene, y a dónde va (3).
Enseña la persona del Espíritu Santo. Cree en Él,
confiésalo, adóralo, oye su voz; porque te habla por
las Escrituras, por las criaturas, por las inspiraciones.
Propio es de un ingrato no saber de dónde venga, o
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
53 Rito Romano 1962

no atender a los principios de las inspiraciones y de


la gracia; o adónde vaya, o no mirar al fin a que
dirige, para que cooperes. ¡Qué profundamente estás
sumergido en esta miseria!

(1) Ibid. (2) Joan., 3. (3) Ibid.

JUEVES DE LA QUINTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
CUARTO TESTIMONIO QUE DE CRISTO
DIO SAN JUAN

1.- Vinieron (los discípulos de san Juan) a él y le


dijeron: Sabe que Aquel de quien diste testimonio,
bautiza y todos van a Él (1). Pícanse de alguna
envidia los discípulos de san Juan. Es tal este defecto,
que aún a los santos también asalta. Parece en el
modo de hablar, que preferían san Juan a Cristo,
porque le amaban sensualmente. Prefieres
tácitamente a Dios todo lo que fuera de Él amas.
Añaden que todos se iban a Él, siendo así que
actualmente muchos iban a san Juan. La felicidad
ajena se le hace a un envidioso muy grande, la suya
nada. Lejos esté de ti la envidia: ten sí más altos y
nobles pensamientos.
2.- El que tiene esposa es esposo; mas el amigo del
esposo que le oye, con gozo se alegra por oír la voz
del esposo (2). No se mueve a indignación por lo que
decían los discípulos; mucho menos a envidia. No
aprueba su sentir, sino confiesa a Cristo Mesías y
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 54

esposo de la Iglesia; y así se alegra de su gloria.


¿Cuáles son tus sentimientos al ver la gloria de otro?
¿La apruebas si crece? ¿Ayudas acaso para que se
aumente? Lo harás, si eres amigo, con amor
verdaderamente cristiano.
3.- Conviene que Él crezca, y yo me disminuya (3).
Muchos elogios profiere aquí de Cristo; más que
todos miran a acrecentar a Cristo la gloria, y a
deprimirse a sí mismo. Repara aquí dos basas en que
tú debes estribar siempre: el celo de la gloria de Dios
y tu propia humillación.

(1) Ibid. (2) Joan., 3. (3) Ibid.

VIERNES DE LA QUINTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES ENCARCELADO SAN JUAN.

1.- Envió Herodes y echo mano de Juan y le prendió


en la cárcel (1). ¿Se quejó por ventura, y se indignó
san Juan, siendo poco antes acatado como Mesías y
ahora tratado como reo y puesto en tal confusión? Tú
así lo haces. Pero Juan, siempre el mismo, recibió
imperturbable la aflicción con humildad y alegría.
Quitas a la aflicción la fuerza, si la admites
venciendo lo sensual. Jamás llegarás a esto, si no
estás muerto a ti mismo.
2.- Porque decía Juan a Herodes: No te es lícito tener
la mujer de tu hermano (2). Esta fue la causa de sus
cadenas. Porque hizo una santa obra, amonestando
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
55 Rito Romano 1962

al rey por puro celo, es preso y encadenado. Este es


el galardón ordinario de los justos: recibir mal por
bien. ¡Ojalá nunca padezcas tú por otra causa ni por
otra culpa! Al que padece así le debe servir de
consuelo su inocencia misma. Repara la modestia de
san Juan cuando amonesta, acompañada de una
santa libertad. Propone, sin ofender, la verdad, no
estribando en su dicho, sino en lo que manda la ley.
3.- Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón
justo y santo; y así le reverenciaba; y oyéndole hacía
muchas cosas y escuchábale con gusto (3). La virtud
del enemigo se deja venerar y amar. Pero si ama a
Juan; ¿por qué le encarcela? Esto se ha de atribuir, a
la importunidad de los judíos y los ruegos de
Herodías. Para satisfacer a los hombres atropella por
lo que es justo. El respeto de los hombres causa
desprecio de Dios: el respeto a Dios desprecio del
favor humano. Escoge cuál de estos quieres seguir.

(1) Marc., 6. (2) Marc., 6. (3) Ibid.

SÁBADO DE LA QUINTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LA CONVERSACIÓN DE CRISTO CON
LA SAMARITANA.

1.- Fatigado Jesús del camino estaba sentado así


sobre la fuente (1). Se fatiga por el celo de una sola
alma y pecadora: párase y está de espera en el lugar
a donde, sabía de cierto había de venir. Ninguna
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 56

alma es vil para Cristo. Busca también las almas de


los más viles; porque Dios solo estima las almas, no
las riquezas, no las dignidades. San Ambrosio dice
(2): Se fatigó también por ti, porque mucho tiempo te
buscó por medio de todos sus trabajos y tormentos.
Siéntase y espera. ¿Qué te detienes en llegar? Antes
bien, ¿por qué te apartas aún más lejos de Él?
2.- Vino una mujer de Samaria, y dícela Jesús: Dame
de beber (3). ¡Feliz mujer porque llegó su hora,
porque era esperada! una ocasión tal vez despreciada
es causa de la última desdicha. ¡Oh si ponderases
esto frecuentemente, que atento estarías a las gracias
que se te dan! Pídela poco, para darla mucho, es a
saber, aquella agua que salta hasta la vida eterna.
Esta es la condición de Dios: cuando le das poco, te
da mucho. Dale, pues, tú también cosas muy
menudas. El cuidado de las cosas mínimas trae las
mayores, como el desprecio de lo mínimo precipita a
lo grave.
3.- Dícele la mujer: ¿Como tú, siendo judío, me pides
a mí de beber, que soy mujer samaritana (4)? Repara
aquí la rusticidad de esta mujer, y también la nuestra
con Cristo. Lo que es maldad negar a un enemigo, a
Cristo se lo negamos. ¡Qué de veces esta sediento y
pide lo que conduce a tu salud, y se lo niegas! Y
¡cuánta es la sed que tiene Cristo de tu salud; porque
más Él te ama, que te aborrece el demonio! Y a tanto
amor, a tanta sed, ¿le podrás negar algo de lo que al
fin el fruto es solo tuyo?

(1) Joan., 4. (2) L. 2 de Spir. S. (3) Joan., 4. (4)Ibid.


IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
57 Rito Romano 1962

DOMINGO VI DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


CONVIÉRTESE LA MUJER, Y ANUNCIA A CRISTO
A LOS SAMARITANOS.

1.- Respondió Jesús y la dijo: Si conocieses el don de


Dios y quien es el que te dice: Dame de beber, tú
acaso le pedirías a Él, etc. (1). No sabe la mujer el
don que tiene en tener a Dios presente; no sabe que
es lo que la pide. De aquí es, que aún no le sabe ella
pedir el agua viva. De la presencia de Dios pende
todo el bien de nuestra salud. Si siempre le juzgases
presente, ¿no serías por ventura más fervoroso en su
servicio? ¿No reprimirías más tus afectos? Por este
medio la lleva a darla una plena instrucción del
Mesías, del modo de adorar a Dios en espíritu y
verdad, y moverla al aborrecimiento de la vida
pasada. Así nos previene y nos llama Dios. Mas, Él
que te hizo a ti sin ti, no te salvará a ti sin ti, como
dice san Agustín.
2.- Señor, dame a mi esta agua, para no tener más
sed, ni venir aquí a buscarla (2). Efectos son de la
conversación con Cristo, Enciéndase en ella el deseo
del agua celestial. De manifestarle sus pecados
ocultos conoce al Mesías. De pecadora se hace
apóstol, deja el cántaro, corre a la ciudad, convida a
todos a que vengan a Cristo. Venid y ved (3).
Considera e imita los adelantamientos de un alma en
la virtud: excita en ti el deseo del agua de la gracia:
pídela con reverencia: deja la hidria de las antiguas
costumbres: alégrate de haber hallado a Jesús:
procura atraer a Él otros.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 58

3.- Preguntábale los discípulos diciendo: Maestro


comed. Pero Él les dijo: Mi comida es hacer la
voluntad del que me envió para perfeccionar su obra
(4). San Juan Crisóstomo dice (5): Llama comida
suya en este lugar a la salvación de los hombres,
para mostrar cuánto deseo y cuidado tiene de
nuestra salud. Procurando ésta, cumplía por cierto la
voluntad de su Padre. Y tú también eres para Él su
comida, que te pide a ti para salvarte. ¡Oh que gracia
tan grande! Imítale, siendo tu comida la obediencia.
¿Qué cosa así conforta y sustenta en toda necesidad,
como la ejecución de la voluntad divina? dice san
Bernardo. Sea tu comida el celo de la Salvación de las
almas. Tantas almas pierdes, dice san Agustín,
cuántas, pudiendo, no ganas.

(1) Joan., 4. (2) Ibid. (3) Joan., 4. (4) Ibid. (5) Hom. 33.

LUNES DE LA SEXTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
SANA CRISTO AL HIJO REGÚLO.

1.- Este (el régulo) viendo que Jesús había venido,


fuese a Él y le rogaba, que bajase y sanase a su hijo,
porque empezaba a morirse (1). Acudimos a Cristo
cuando nos oprime la adversidad; y Dios por eso las
envía: luego se han de llevar con conformidad más
suave. Cuál es el cuidado del padre por la salud
corporal del hijo, tal ha de ser el tuyo por la de tu
alma. ¿Por ventura no es más que el cuerpo el alma
(2)? Es imperfecta la fe del régulo: sea la tuya más
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
59 Rito Romano 1962

perfecta. Pide solamente: deja a su disposición lo


demás. En la tentación no dilates el recurso hasta que
empieces a morir; más anticípalo. Los remedios
tardíos dan fuerzas al mal
2.- Díjole Jesús: Si no veis señales y prodigios, no
creéis (3). Repréndele su poca fe, para disponerle a
tenerla mayor y sanar su alma. Tal es la bondad de
Cristo que quiere darnos más que le pedimos, con tal
que no lo impidamos. Persevera pidiendo el régulo:
Baja antes que muera (4). Pero yerra, juzgando que
el auxilio del Señor puede ser tarde. Consuélale
Jesús, diciéndole: Tu hijo está vivo (5). No son estas
palabras anunciativas sólo, sino efectivas, que lo que
decían, lo obraban. ¡Oh Señor! si a mí me dijérais: ¡Tu
alma vive! El régulo creyó. A esto miraba Cristo con
la dilación. Si dilata lo que le pides, sabe que es para
tu bien.
3.- Y creyó él y toda su casa (6). Supo de los criados,
que le salieron al encuentro, que había mejorado su
hijo a la misma hora que Cristo le había dicho. Y
creyó él. Llegó a su casa, viólo, contó que le había
pasado con el Señor: Y creyó toda la familia. Cual es
el dueño en una casa, tales son los siervos y
domésticos. Cual es el entendimiento (padre de
familia del alma) acerca de las verdades prácticas, tal
es la voluntad, los apetitos, los afectos. Ha de ser,
pues, apartado de los falsos principios del mundo y
de la carne; ha de ser cultivado con los divinos. No
has de procurar saber, no siendo para obrar.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 60

(1) Joan., 4. (2)Matth.,6. (3) Joan., 4. (4) Ibid. (5) Ibid.


(6) Ibid.

MARTES DE LA SEXTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
PESCA PEDRO EN EL LAGO DE GENESARET.

1.-Subiendo a una nave, que era la de Simón, le rogó


que la apartase un poco de la ribera, y sentándose
enseñaba desde la navecilla a las turbas (1).
Aprende de la turba, que se iba con ímpetu a Jesús, el
deseo de percibir las cosas divinas. 2º. Si tienes a
Cristo en la navecilla de tu corazón, te debes apartar
de la tierra de los afectos terrenos. No se pueden, a la
verdad, mezclar el amor de Dios y el amor del
mundo. 3º. Entonces se sentará como quien domina
tu corazón y afectos, y te enseñará verdades sólidas,
que no puedes alcanzar estando apegado a las
terrenas.
2.- Luego que cesó de hablar, dijo a Simón: Entra mar
adentro y tended vuestras redes para pescar (2). No
contentándose Jesús con que te apartes un poquito
de la tierra, te dice: Entra mar adentro: Engólfate en
mayor perfección: siempre te resta mucho más de lo
que has adquirido. Guía a mar alta por una elevada
intención. 2. Respondió Pedro: Habiendo trabajado
toda la noche, nada hemos cogido. Este es el fruto de
los trabajos del siglo en orden a lograr dignidades,
etc. Nada. ¡Y cuánto se trabaja por esta nada! Y por
aquel, que solo es todas las cosas, ¡qué poco!
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
61 Rito Romano 1962

3.- Mas fiado en tu palabra tenderé la red. Y


encerraron una gran multitud de peces (3); siendo así
que en el mismo lugar antes nada habían cogido. ¿Y
por qué ahora? Porque se echó la red en nombre de
Jesús y por obediencia. Lo que haces con esta
intención, nunca para con Dios deja de ser meritorio.
2º. Así correspondió Cristo a Pedro, por haberle
recibido en su barco, por haberle apartado algo de
tierra. Lo mínimo que a Dios das, lo remunera con lo
sumo. 3º. Para enseñar a los que le siguen, que nunca
les faltará lo necesario para su sustento. Deja el
cuidado de lo corporal, y está solícito Jesús.

(1) Luc., 5. (2) Ibid. (3) Luc., 5.

MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
VOCACIÓN DE PEDRO Y ANDRÉS, DE SANTIAGO
Y DE JUAN.

1.-Vio Jesús a dos hermanos, Simón y Andrés, y les


dice: Venid en pos de Mí, y hare que seáis pescadores
de hombres (1). ¿A quiénes llama? ¿De dónde? ¿Para
qué? Llama a unos rudos y simples, porque siempre
le agradó la humildad, y es la mejor disposición para
recibir las gracias. Llama a los que son hermanos.
Sobre lo cual dice el Pelusiota (2): Quiso dar a
entender, quería que sus Discípulos se uniesen con
amor fraterno. Tales deben ser los que ganan las
almas. Tú ¿cómo te has en esto? Llama del mar, y de
una ocupación sin lustre. También a ti te llamó del
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 62

mar del mundo, en donde tendías las redes de tus


concupiscencias para pescar cosas terrenas. Reconoce
ahora esta gracia, etc. Llama en pos de sí, para que
siguiéndole, a la vista le tengas siempre, para que le
mires y sigas sus pisadas y pesques hombres con
igual celo. Pondera la dignidad de este cargo, y tu
indignidad para él. Mas ¿cómo lo ejerces?
2.- Ellos luego al punto, dejando las redes le
siguieron (3). Esta prontitud de obediencia reprende
tu repugnancia y desidia en ella. Deja las redes. Las
redes, que te estorban el seguir a Jesús, son las
familiaridades del siglo, los negocios, ajenos de tu
vocación y de tu estado, las aficiones malas. Si a
Jesús quieres seguir, debes dejar las cosas que son
ajenas de Jesús.
3.- Vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, que
estaban en el barco remendando las redes, y los
llamó. Y ellos al punto dejando las redes y al padre,
le siguieron (4). También aquí dice la Glosa: Aprobó
la unidad del amor fraterno. San Bernardo (5) dice: A
ciegas, sin dudas ni juicios, nada solícitos de lo que
habían de vivir, le siguen sin tardanza alguna. Y fue
más ciega esta obediencia que la de los primeros,
porque no se les dice el cargo a que los llama. Fuera
de esto vencen el amor carnal que al padre tenían.
Repara tú, ¿obedeces así tan ciegamente, con tal
prontitud y desnudándote de otro cualquier amor?

(1) Matth., 4. (2) L.1, Ep. 9. (3) Matth., 4. (4) Ibid.


(5) Ser. 2 de S. Andr.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
63 Rito Romano 1962

JUEVES DE LA SEXTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES CURADO DEL ESPÍRITU INMUNDO EL
ENDEMONIADO.

1.- Estaba en la sinagoga un .hombre que tenía un


espíritu inmundo (1). ¡Oh infelicidad la del hombre
poseído del demonio! Si tal tuvieras en el cuerpo,
¿que no harías para librarte de él? Tiénesle en el
alma, en tus malos afectos, y no te da el menor
cuidado. Exclamo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús
nazareno (2)? ¡Oh desvergüenza! Niega a Cristo el
derecho que tiene a su criatura. Así, luego que el
hombre peca, le usurpa para si este derecho. Pero no
lo permite Jesús, que vino a deshacer las obras del
diablo (3). Has venido a perdernos (4). La presencia
de Cristo es tormento de los demonios, dice san
Jerónimo (5). Tormento le es, si ha de salir de ti. ¡Oh!
atormenta tú al diablo oculto, como lo harías
pudiendo, si le vieses manifiesto.
2.- Se que eres el Santo de Dios (6). Alaba y adula a
Cristo el demonio, o para que no le lance, o para
hacerle caer en vanagloria. Si te dieron leche los
pecadores, no convengas con ellos (7). Jesús le mando
con imperio y le dijo: Enmudece y sal de él (8). No
agradó a Cristo la alabanza de la boca del pecador
(9). Repara cuál es tu boca y corazón para alabarle
dignamente.
3.- Despedazándote et inmundo espíritu y clamando
con grande voz, salió de él (10). A una sola voz de
Cristo: Sal, se partió el demonio. ¿Por qué no sale de
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 64

ti después de tantas inspiraciones? Por tu culpa.


Porque le halagas siguiendo tus pasiones. Y san
Gregorio dice (11): «Al que poseyéndole no había
hecho daño, al dejarle le despedazó; porque
comúnmente cuando es echado del corazón causa
tentaciones más fuertes, que antes había excitado.
No pierdas, pues, el ánimo, si sientes tentaciones
más vehementes, señal es que sale el demonio.

(1) Marc., 1. (2) Ibid. (3) I Joan., 3, 8. (4) Marc., 1.


(5) In Matth., 8. (6) Marc., 1 (7) Prov., 1. (8) Marc. 1.
(9) Eccl., 15. (10) Marc., 1.

VIERNES DE LA SEXTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES CURADA DE LA FIEBRE LA SUEGRA DE
SIMÓN.

1.- La suegra de Simón padecía grandes calenturas


(1). Con tal disposición la encuentra Jesús. ¿Con cuál
te encontró a ti cuando a ti vino? No acaso con una
fiebre sola, sino con muchas. No diré, dice san
Ambrosio, que es menor la fiebre del amor (hacia las
cosas criadas) que la del calor de una calentura.
Nuestra fiebre es la avaricia, la lujuria, la ambición,
la ira (2). Advierte tus enfermedades y peligros.
Admite a Jesús en la casa de tu corazón (pues hasta
aquí le desechaste) para que te cure con su gracia y
dictámenes divinos.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
65 Rito Romano 1962

2.- Y llegándose la levantó tomándole de la mano, y


al punto la dejó la fiebre (3). No tienes que esperar
salud, si no extiende Dios la mano de su gracia. Pero
¿cuántas veces la extiende y no la tomas? Mandó a la
fiebre, y la dejó (4). Entiendes bien el mandato y la
voluntad de Dios acerca de las fiebres que padeces, y
con todo no te dejan. ¿Cuál es la causa? Porque las
amas, aun siendo espirituales; siendo así que tanto
aborreces las corporales calenturas. Teme aquello:
Curamos a Babilonia y no ha sanado:
desamparémosla (5). ¡Oh desamparémosla terrible!
3.- Y levantándose al punto, les servía (6). Cuando
Dios sana solo, en un momento, y con gran
perfección se obra la cura. Pero esta, según el orden
común de obrar, se hace sucesivamente y a la
medida de nuestra cooperación. Tu bien quisieras
tener domadas tus pasiones; pero quisieras que esto
nada te costase. Vanos son los deseos cuando no se
pone mano a la obra. 2. Emplea en obsequio de
Cristo la recobrada salud. Y le servía. Esto pide el
agradecimiento. Tú ¿en quién empleas la salud que
gozas?

(1) Luc., 4. (2) Lib. 4 in Luc., c. 4. (3) Marc., 1.


(4) Luc., 4. (5) Jer., 51 (6) Luc., 4.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 66

SÁBADO DE LA SEXTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
TRES QUE QUIEREN SEGUIR A CRISTO, MAS NO
COMO CONVIENE.

1.- Un cierto sujeto le dijo: te seguiré a donde quiera


que fueres (1). Palabras las más excelentes, si fuera
igual la intención. Por interés quería seguirle, por eso
no le ad mite el Señor, que no tiene en donde reclinar
su cabeza. Como si dijera (según sienta san
Jerónimo): ¿Para qué me quieres seguir por riquezas
e intereses del mundo, cuando no tengo ni un corto
albergue en que hospedarme? observa aquí pues: 1º.
No tuerzas los servicios que haces a Dios a fines tan
bajos, como buscar con ellos tu gloria y tus
comodidades. 2º. Imita a Cristo pobre, cortando en ti
lo superfluo. 3º. Al que no tiene en donde reclinar su
cabeza, dale para esto tu corazón, pero limpio y
suave.
2.- Dice a otro: Sígueme. Mas él le dijo: Señor,
permíteme primero el ir y sepultar a mi padre (2) No
conviene en esto el Señor, antes le dice: Deja que los
muertos entierren a sus muertos (3). Piedad es
enterrar al padre; pero cuando Dios o la obediencia
ordenan otra cosa, se han de omitir aun las obras de
mayor piedad, o por mejor decir, se ha de dejar a
Dios por Dios; porque la voluntad de Dios es la
medida de la perfección.
3.- Otro le dice: Señor, yo te seguiré; más déjame
primero ir y hacer renuncia de todo lo que tengo en
casa (4). Ni a este admite el Señor, porque dice:
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
67 Rito Romano 1962

Ninguno que pone su mano al arado y mira hacia


atrás, es apto para el reino de los cielos (5). Cuando
se trata de su servicio no quiere Dios que se tome
consejo de los domésticos, ni consultemos a nuestros
afectos, porque es cosa peligrosa, y con la tardanza se
deja. 2. El que quiere seguir a Cristo ha de mirar
adelante con el afecto y deseo, no hacia atrás a cosas
de la tierra; pues estas dos cosas jamás pueden
juntarse.

(1) Luc., 9. (2) Luc., 9. (3) Ibid. (4) Ibid. (5) Ibid.

DOMINGO VII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


SOSIÉGASE LA TEMPESTAD DEL MAR.

1.- Al subir Jesús en la navecilla, le siguieron sus


Discípulos (1). El buen discípulo aun en las cosas
arduas y de trabajo, no se aparta de su maestro. Y se
alborotó mucho el mar (2) Aun en donde asiste
Cristo tiene lugar la tentación y la adversidad. Por
eso aunque estés en gracia está en vela; pero no te
desanimes, porque Dios está contigo. Pero Él dormía
(3). ¡Qué ánimo tan seguro es aquel que está seguro
en la misma tempestad!
2.- Y se llegaron a Él sus Discípulos (4). A Éste has
de acudir cuando te hallares afligido. Y le
despertaron diciendo: Sálvanos, Señor, que
perecemos (5). En dos cosas faltan. 1º. En la fe,
creyendo que estando Cristo dormido no tenía poder
para salvarlos. 2º. En la perturbación del ánimo por
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 68

el temor: por eso les reprende: ¿Por qué estáis


tímidos (6)? Tú procura, al contrario, confiar en la
tempestad en la providencia de Dios. Ten en ella
serenidad en tu alma; porque en ninguna turbación
nunca te ayudará, mas antes te sugerirá medios
nocivos.
3.- Entonces, levantándose, mando a los vientos y al
mar (7). Primero a los vientos, como causa de la con-
moción, después al mar. Si quieres desarraigar de ti
algún mal, lo has de combatir en su causa o en su
raíz. Y dijo al mar: Calla, enmudece (8). Cuando ves
que interiormente te alteras, calla, enmudece, por no
prorrumpir en maldiciones e indignaciones. Esto te
ha dicho Dios muchas veces: rara le has obedecido. Y
se siguió una gran bonanza (9). Las criaturas
insensibles te confunden obedeciendo tan
prontamente a Dios.

(1) Matth., 8. (2) Ibid. (3) Matth., 8. (4) Ibid.


(5) Ibid. (6) Ibid. (7) Marc., 4. (8) Matth., 8. (9) Ibid.

LUNES DE LA SÉPTIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES LANZADA LA LEGIÓN DE LOS DEMONIOS.

1.- Saliéronle al encuentro dos que tenían demonios,


que salían de los sepulcros, sumamente crueles (1).
San Marcos al cap. 5 describe la miseria de estos más
difusamente. Ni con cadenas, dice, le podía alguno
atar: andaba par los montes dando voces, y
cortándose pedazos con piedras, y no se cubría con
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
69 Rito Romano 1962

vestido. Así trata el demonio al hombre. Y con todo


eso es amado cuando se ama la culpa. La menor de
todas es peor que toda pena excogitable: huyendo,
como huyes la menor pena, no tienes horror al
pecado. Las cadenas rompes de las divinas leyes:
despedazas las vestiduras de la gracia, etc.
2.- Viendo, pues, de lejos a Jesús, fue a Él corriendo y
le adoró (2). A ti te confunden los demonios, que
temen a Jesús, estando en su presencia, y en ella tú
no temes ofenderle. Adóranle con temor: tú con amor
le has de hacer esto. Añaden: Conjúrote por Dios
vivo, que no me atormentes (3), lanzándome; porque
con odio implacable desean tentar a los hombres.
¡Cuánta, pues, circunspección es necesaria!
Preguntado: ¿Qué nombre tiene? Respondió: Legión.
Luego que uno entra, trae a muchos. Una pasión no
domada otras excita. Un pecado cometido hace
cometer otros muchos.
3.- Los demonios, pues, le rogaban, diciendo: Si nos
echas, envíanos alas piaras de los lechones (4).
Advierte aquí cuan poco pueden; pues aún no son
capaces de entrar en un animal inmundo. ¿Cuánto
menos podrán en ti si tú no asientes a ello? Por esta
petición colige a cuanta vileza han venido por el
pecado unos espíritus tan nobles. Concedióselo
Jesús, para enseñarnos que una alma es tan preciosa,
que por librarla del demonio en nada se ha de tener
toda pérdida temporal. Luego en tanto debes tener tú
la de honra, comodidades, etc.

(1) Ibid. (2) Marc., 5. (3) Ibid. (4) Ibid.


MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 70

MARTES DE LA SÉPTIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
APARTOSÉ DE ALLÍ CRISTO A PETICIÓN DE LOS
DE GENESARET.

1.- Y vienen a Jesús, y ven al vejado del demonio,


sentado, vestido, y con entero juicio (1). Este es el
estado del hombre libre del pecado. Esta sentado,
con maravillosa quietud del ánimo. A los pies de
Jesús, con afectos de humildad. Vestido, de gracia y
dones sobrenaturales. En su entero juicio, señor de
sus pasiones, que le hicieron andar sin tino. ¡Cuánto
más feliz es este estado que el antecedente! Pide éste
para ti; y para conservarle, no te apartes de los pies
de Jesús.
2.- Y empezaron a rogarle que se apartase de sus
confines (2). Cayetano expone: el daño de los
lechones les causo temor de mayor daño. Por no
padecer pérdida de bienes temporales, escogen
carecer de Cristo, que es el mayor de los males. ¡Oh
necedad! Tú tenle firme y no dejes que se te ausente.
Es ganancia crecida la pérdida de la sangre y de la
vida a trueque de no perder a Jesús.
3.- Al entrar en la nave le empezó rogar que había
sido vejado del demonio, le admitiese en su
compañía (3). La gracia recibida fue la que excitó en
él este deseo. ¡Cuántas veces recibí la misma, y hasta
ahora no me ha venido deseo de estar siempre junto
con Dios! Jesús no le admitió, sino le dice: Ve a los
tuyos y predícales las cosas que ha hecho el Señor
contigo, y como se ha apiadado de ti (4). No le
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
71 Rito Romano 1962

desecha, sino le hace predicador del beneficio. ¿A


quiénes? A aquellos mismos que le pedían se
ausentase de ellos. ; ¿Para qué? Para que así
conociesen a Jesús, y creyesen en Él, ¡Oh bondad!
Buscas a los que te desechan. ¡Oh, cuántas veces te
buscó a ti de esta suerte! ¡Cuánto debes a tal bondad!

(1)Marc., 5. (2) Ibid. (3) Ibid. (4) Marc., 5.

MIÉRCOLES DE LA SÉPTIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
OFRECEN A CRISTO UN PARALÍTICO.

1.- Y vienen a Él con un paralítico, a quien traían


cuatro (1). Miserable era el estado de este hombre.
Pero más mísero es el de un alma tibia, que ni tiene
manos para obrar, ni firmes los pies de sus afectos
para poder moverse. ¿Has experimentado esto
alguna vez en ti mismo? ¡Oh, quiera Dios que ni
ahora lo experimentes! ¿Quieres sanar? Toma cuatro
que te lleven; el conocimiento de tu miseria, el
conocimiento de la bondad de Dios, y de aquí la
esperanza de la salud y de Dios el amor. El que en sí
junta estas cosas, tiene cierta la salud.
2.- Y buscaban modo de meterle y ponerle delante de
Él, no encontrando por donde introducirle por la
muchedumbre de la gente (2). No se podía entrar en
la casa por la multitud; con todo eso, el paralítico por
medio de aquellos cuatro busca modo por todas
partes. Hace lo que puede, porque no se le vaya la
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 72

ocasión. Haz tú lo mismo en el negocio de tu alma.


Lo que hoy puedes hacer, no lo dilates para mañana.
Aunque tal vez te parezca que hay impedimento
bastante, más razonable cosa es que procures cortarle
3.- Deshicieron el tejado de la pieza en donde estaba,
y abriéndole, descolgaron por allí la cama en que
estaba el paralítico (3). Considera una constante
caridad con aquel enfermo en los que le llevaban.
Puedes considerar la misma en el dueño de la casa,
que no estorba se deshaga el desván de la pieza en
que predicaba el Señor. Tampoco repara el paralítico
en ser tenido por descortés e importuno, ni se
avergüenza de comparecer allí como enfermo.
¡Tanto hace el amor de la salud!; ¿Y no podrá contigo
más el amor de la santidad? Menester es para esto
que tomes una resolución generosa.

(1) Marc., 2. (2) Luc., 5. (3) Marc., 2.

JUEVES DE LA SÉPTIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
SANA CRISTO EL MISMO PARALÍTICO

1.-Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico:


confía, hijo (1). ¡Oh palabras de amor, capaces de
ablandar un corazón de piedra! Tus pecados te son
perdonados. No pedía esto el enfermo, sino la salud
del cuerpo. Pero enseña así ser mayor mal el del
alma, que quiere curar primero. ¡Qué ciego eres, que
esto no conoces! De aquí procede que más cuidas de
la salud corporal, que no de la del espíritu. 2. El
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
73 Rito Romano 1962

pecado es causa de las enfermedades y aflicciones.


Para curar, pues, la enfermedad, quita la causa. No
curas bien las dolencias de tu alma, si primero no
arrancas la pasión.
2.- Estaban, pues, allí sentados algunos de los
escribas, y diciendo en sus corazones: ¿Qué es lo que
Éste habla? Este blasfema (2). Nunca faltarán
quienes echen a mala parte lo que santamente
ejecutas. No dejará de haber quienes con capa de celo
procuren encubrir su envidia. Si tú eres de éstos,
juzga que eres redargüido con ellos y con los
escribas, a quienes dijo el Señor: ¿Para qué pensáis
mal en vuestros corazones (3)? Confúndete. Y para
que en adelante no pienses de este modo, imagina
que así como vio Jesús los pensamientos de aquellos,
así ve todos los tuyos, ya sean buenos, ya malos.
3.- Entonces dice al paralítico: Levántate, coge tu
cama y vete a tu casa (4). Libre ya de la perlesía del
alma, has de hacer tres cosas para no volver a ella. 1º.
Levántate por generosas y muy repetidas
resoluciones. 2º. Coge tu lecho, esto es, como dice la
Glosa: Levanta la carne de los carnales deseos a la
libertad de espíritu. 3º. Vete a tu casa, que es tu
conciencia, y habita siempre en ella.

(1) Matth., 9. (2) Marc., 2. (3) Matth., 9. (4) Ibid.


MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 74

VIERNES DE LA SÉPTIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LO QUE SUCEDIÓ DESPUÉS DE SANAR EL
PARALÍTICO.

1.- Por lo tanto perseguían los judíos a Jesús, porque


obraba tales cosas en sábado (1). Muestran su
malicia, aunque cubierta con velo de religión. Hizo
Jesús una buena obra, y con una persecución se la
pagan. Cierta tengo ésta, si soy bueno entre los
díscolos. ¡Oh, si pudiera defenderme y consolarme,
diciendo con Cristo: Mi Padre aún ahora (en este día
de sábado) está obrando y Yo también obro (2) esto
es: hago las obras de mi Padre. Más ¡ay infeliz de mí!
No podré decirlo. Mis obras huelen a mundo y
sensualidad; pero no han de ser así en adelante.
Obraré, pues, como el Padre; y en Él, y para Él, y por
causa de mi Padre lo haré todo.
2.- Por lo cual aún más buscaban los judíos ocasión
de matarle, por cuanto decía ser hijo de Dios (3). ¡A
qué estado hemos llegado! Por la misma regular
observancia, por obras por que merecemos ser hijos
de Dios, granjeamos el odio de los díscolos. ¡Oh, qué
feliz seré yo si sólo soy aborrecido porque tengo a
Dios por Padre! ¡Porque obro lo que a mi Padre le
agrada! Odios padeceré, Dios mío, mas no por otra
causa, que por ser hijo vuestro, Vos mi Padre.
3.- Las obras que .Yo hago dan testimonio de Mí (4).
Prueba Cristo su divinidad; alega el testimonio del
Bautista; pero no estriba en él. Mayor o más fuerte
testimonio añade que son sus obras y tales: Que
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75 Rito Romano 1962

ningún otro puede hacer. Día vendrá en que he de


probar en el tribunal de Dios que soy hijo suyo, si
quiero gozar de su gloria. ¿Qué alegaré? Nada me
aprovecharan los elogios de los hombres, en donde
sólo aprecian las obras de cada uno. ¿Que será, si no
se hallan tus obras llenas (5)? ¡Cuánto debes hacer
ahora, para que entonces te alaben tus obras en las
puertas (6)!

(1) Joan., 5. (2) Joan., 5. (3) Ibid. (4) Ibid. (5) Apoc., 3.
(6) Prov., 31.

SÁBADO DE LA SÉPTIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LA VOCACIÓN DE MATEO.

1.- Saliendo de allí el Señor vio a un hombre (1).


Vióle Dios a él, para que él pudiese ver a Dios, dice
san Pedro Crisólogo (2). Así ni conocer puedes a
Dios, si por la gracia no se te da a conocer. ¡Oh!
Vedme Vos, a mí, buen Jesús, para que os pueda ver
a Vos. Que estaba sentado al banco, donde se
cobraba el tributo: como quien estaba entregado todo
a ganancias y logros temporales. ¡Oh dañosa entrega!
Llamado Mateo. Declara él mismo su nombre, para
que se vea su indignidad y la dignación de Dios. Y le
dice: Aún cuando estás de asiento en el pecado, aún
actualmente pecando, te habla Dios al corazón. Pero
¡qué de veces haces que no oyes! Y le siguió, luego al
punto; porque Jesús iba de paso. La gracia viene y
va. Si no la coges, se pasa de largo. Dejándolo todo.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 76

Al que conoce a Dios, todas las cosas se le hacen


despreciables.
2.-Y le hizo un convite grande (3). Para mostrarse
agradecido, para dar a entender su gozo, para atraer
a otros con esta ocasión a Cristo. Porque había allí
muchedumbre de publicanos y otros que estaban con
ellos a la mesa. ¿Eres tú tan agradecido a Dios?
¿Buscas, por ventura, las ocasiones del bien? No se
desdeña Cristo de asistir a esta mesa (aunque podía
perder por eso de su autoridad y aprecio, por tratar
con pecadores), porque era ocasión esta de poder
ganar a muchos. ¿Procuras acaso de este modo la
salvación de tus prójimos, aun cuando juzgues que
has de ser despreciado y tenido en más vil concepto?
3.- Y los fariseos decían a los Discípulos: ¿Por qué
come vuestro Maestro con publicanos y pecadores
(4)? Alaba tú a Jesús porque trata con pecadores;
sino; ¿qué sería de ti? Alábale, no solo porque come
con pecadores, sino también porque quiere ser
comido de ellos ¡tanta dignación usa contigo, hombre
vil! No murmures ni eches a mala parte lo que otros
hacen, porque no sabes la intención.

(1) Matth., 9. (2) Serm., 30. (3) Luc., 5. (4) Matth., 9.

DOMINGO VIII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


ES CURADA LA MUJER DEL FLUJO DE SANGRE.

1.- Una mujer que había doce años que padecía flujo
de sangre, y había gastado todo cuanto tenia y nada
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
77 Rito Romano 1962

le había aprovechado (1). El estado calamitoso en


que está un enfermo, enciende el deseo de otro más
feliz; estima la salud cuando carece de ella; gasta
cuanto tiene para recobrarla; y gastaría más si más
tuviese. ¡Cuánto mejor es la salud del alma! Esta es la
que debes apreciar. Si la tienes, procura no perderla.
En esto has de emplear todas las facultades de tu
alma, tu entendimiento, tu voluntad, tu memoria. Si
no la tienes, aviva el deseo de ella. Pero no basta el
deseo solo. Emplea en esto todo cuanto tienes y
vales.
2.- Habiendo oído Jesús, vino metiéndose por detrás
entre la mucha gente y toca su vestidura (2), con
humildad, reverencia y viva fe de recobrar la salud.
Así se ha de ir a la Eucaristía; ni te impida la turba de
tus malos afectos: apártala para llegar. Pregunta el
Señor: ¿Quién me ha tocado? No para saber el que
nada ignoraba, más para que se muestre la fe de la
mujer; y otros sean iluminados, y la misma mujer se
adelante de la fe a otras virtudes. Aprende a
aprovechar de continuo y así satisfacer en esto al
deseo de Cristo.
3.- La mujer, pues, temiendo y temblando (3), ser re-
prendida, por tocar inmunda a la limpieza misma; ¡Y
tú no temes, inmundo y sucio con tantas pasiones, no
sólo tocar la orla de su vestido, mas introducir en ti
la Divinidad toda! Llegóse, echóse a sus pies y le
descubrió la verdad toda de su enfermedad delante
de todo el pueblo, humilde y confundida. Repara el
progreso que hizo de la fe a la confesión de sus
defectos y pública confusión. Tú no has llegado a
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 78

esto. Mas Él la dijo: Confía, hija. Al punto que se


humilla, es llamada hija. Digna es esta gloria de que
la compres a costa de la humildad. Tu fe te hizo sana.
Si caes, es cierto que por falta de fe caes.
Acostumbrarte al ejercicio de la fe actual y frecuente,
en especial acerca de Dios y sus atributos.

(1) Marc., 5. (2) Ibid. (3) Marc., 5.

LUNES DE LA OCTAVA SEMANA


SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES RESUCITADA LA HIJA DE JAIRO.

1.- Repara en un príncipe que se llegó (a Cristo) y le


adoraba, diciendo: Señor, mi hija acaba de morir: pe-
ro ven, pon sobre ella tu mano y vivirá (1). Una hija
única, noble, tierna, se muere. No confíes en la edad.
En todas partes esta la muerte, y acaso este día es el
postrero. Señor, Vos bien conocéis mi ignorancia. Si
veis que alguna vez he de pecar, quitadme la vida en
este instante, aunque sea con un rayo. 2. Si caes
ahora, luego al momento recurre a Dios. Querer
dilatar la penitencia, .es querer caer muchas veces.
2.- Y habiendo venido (a la casa) y visto a la Turba
tumultuante, decía: Apartaos (2). Cuando llega
Cristo debe apartarse todo lo que es mundano. No
sana salidamente el alma, si no echas fuera la turba
de las pasiones. Di, pues, a las tuyas resueltamente
en toda ocasión: Apartaos. Añadió: No está muerta la
niña, sino dormida. Decíalo acaso por aquellos que
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
79 Rito Romano 1962

se consagran a Dios en su juventud. Mueren


civilmente; mas este morir es suave y puro descanso
cuando verdaderamente dejan al mundo con sus
concupiscencias. Si éstas, pues, viven en ti aún, no
estás muerto al mundo, sino duermes para despertar
después en ellas; porque viven en ti como el fuego
debajo de la ceniza.
3.- Pero Él tomándola de la mano, exclamó diciendo:
Nina, levántate (3). Tú, que por ti caes, no te
levantarás sin el auxilio de Dios. Reconoce tu
enfermedad: aprende bien la fuerza de la gracia. Y se
volvió a ella su espíritu. ¡Cuántas veces te ha dicho
Dios: Levántate, y no ha venido a ti el espíritu que
perdiste! El alma separada obedece a Dios; ¿por qué
no también la que está unida al cuerpo? La razón
uno y otro pide; porque si morimos o vivimos, del
Señor somos (4). ¡Ah! No se queje Dios de ti,
diciendo lo que a Faraón: ¿Hasta cuándo persistes en
no sujetarte a Mí (5)?

(1) Matth., 9. (2) Matth., 9. (3) Luc., 8. (4) Rom., 14.


(5) Exod., 10

MARTES DE LA OCTAVA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DA CRISTO VISTA A DOS CIEGOS.

1.- Y pasando Jesús, le siguieron dos ciegos,


clamando: Ten misericordia de nosotros, Hijo de
David (1). Ciegos eran de la vista corporal, no del
alma. Los que conocen al Mesías por la fe, creen su
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 80

poder, esperan su misericordia. Acaso eres tú más


ciego en el alma, pues esparcen en ella tantas nieblas
los malos afectos, que no te dejan ver el camino de la
verdad, ni alcanzar la sublime doctrina de Cristo. El
hombre animal no percibe las cosas del espíritu, (2).
Y no sabes cuán ciego eres y miserable (3).
2.- Díceles Jesús: ¿Creéis que puedo obrar eso en
vosotros? Dícenle ellos: Sin duda, Señor (4). Jesús al
ir caminando ni una palabra les habló; perseveraron
con todo en seguirle y en clamar. Sigue a Jesús,
aunque no te de algún consuelo. Espera al Señor con
paciencia y longanimidad. En fin, lo que pregunta no
es por causa de saber; es porque quiere que se
conciba de su poder una grande estimación. Un
sublime sentir de Dios es origen de acciones grandes.
3.- Entonces les tocó los ojos, diciendo: Hágase con
vosotros según vuestra fe (5). Repara como a la
medida de la disposición se mide la gracia. Y colige
tú de aquí por qué estás tan pobre de gracias; porque
tu disposición es muy poca; y así procura en adelante
disponerte para otras mayores. A los que sanó, los
conminó diciendo: Mirad que nadie lo sepa. No fue
mandato éste, sino misterio de quien enseñaba, que
si hacemos cosas plausibles a vista de los pueblos,
deseemos que se queden ocultas. No quiere Jesús ser
alabado; y tú ¿por qué lo has de querer, cuando sin
Él nada puedes?

(1) Matth., 9. (2) I Cor., 2. (3) Apoc., 3.


(4) Matth., 9. (5) Ibid.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
81 Rito Romano 1962

MIÉRCOLES DE LA OCTAVA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES LANZADO EL DEMONIO MUDO.

1.- Presentáronle un hombre mudo, que tenía un


demonio; y lanzado el demonio, hablo el mudo (1).
Grande era la caridad de los que lo presentaban;
mayor la benignidad de Dios. Admira ésta, imita
aquella. Tente tú a ti por mudo, si un afecto de
vanidad te impide hablar de Dios; si por Dios, o su
honor, el respeto mundano; si con Dios, la evagación
del alma hacia las criaturas.
2.- Admiráronse las turbas, que decían: Nunca se ha
visto tal en Israel (2). Los ánimos cándidos y sin
doblez alaban lo bueno que ven. Pero los fariseos
decían: En el príncipe de los demonios echa los
demonios. Un ánimo envidioso da un pésimo color a
las cosas ajenas. Tanto importa tener un buen ánimo
para hablar bien. Mago es llamado Jesús, y calla y
sufre. Y ¿cómo tú, considerando esto, te atreverías a
indignarte si se dijese de ti cualquiera cosa mala?
3.- Y andaba cruzando por las ciudades y villas,
enseñando en las sinagogas y curando todo género de
enfermedades (3). Mira lo que retorna por una tan
grande injuria: amontonar sobre ellos beneficios y
milagros. Porque hablan de ti siniestramente los
hombres, no por, eso has de dejar de hacer bien. Si
por ellos no lo empezaste, no lo has de omitir por
ellos. Repara atentamente a quien sirves, y resuélvete
a no cuidar de no agradar a los hombres.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 82

(1) Matth., 9. (2) Ibid. (3) Ibid.

JUEVES DE LA OCTAVA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
HALLA AL PARALÍTICO JUNTO
A LA PISCINA.

1.- Estaba par allí echada una multitud grande de


enfermos, ciegos, cojos, secos, que esperaban la
moción del agua (1). Aquí tienes el modelo de las
enfermedades del alma. Los lánguidos son los que
tienen tedio de ir adelante en el camino de la virtud.
Los ciegos los que no tienen ánimo de mirar a las
cosas eternas, sino que están metidos en la oscuridad
de las perecederas. Los cojos los que a dos partes se
inclinan, ya a Dios, ya al mundo. Los secos por su
culpa, los que no gustan el jugo de la devoción. Mira
no sea que te halles a ti entre esta multitud. Éstos
¡con cuanta longanimidad y atención esperaban el
movimiento del agua por el deseo de la salud
corporal! ¡Ojalá tuvieras tu tanto deseo de la de tu
alma! ¡Tanta aplicación a sus remedios!
2.- El que primero bajase de la piscina después que se
moviese el agua, quedaba sano (2). ¡Cuánta sería y
cuan continua la atención de cada uno al ángel
cuando bajaba! ¡Cuánta la porfía de los que se
atropellaban por entrar! Pero sólo sanaba el primero;
no el más enfermo, no el que había guardado más,
sino el primero, el que era más diligente. Mira lo que
se te pide para que tu alma sea sana: la atención a las
inspiraciones de tu ángel, el cuidado al movimiento
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
83 Rito Romano 1962

del agua o de los afectos de tu corazón, y la


diligencia en el obrar. Repara si acaso y cuanto faltas
en esto.
3.- Y había un hombre allí que tenía treinta y ocho
años de enfermedad. Como viese a este Jesús, le dice:
¿Quieres ser sano (3)? No dudaba Jesucristo de su
voluntad; pero miraba en él a las enfermedades de tu
alma, que no pueden ser curadas sin que tú quieras.
Por eso se te pregunta, si en realidad de verdad
quieres. Porque esta voluntad es la primera que ha
de mover a ello. ¿Quieres por ventura? Acaso sólo
querrías. Porque si quieres de veras, ¿cómo desechas
los medios? Si quieres curar la soberbia ¿por qué
huyes de la humildad, etc.?

(1) Joan, 5. (2) Ibid. (3) Joan., 5.

VIERNES DE LA OCTAVA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
SANA CRISTO AL MISMO PARALÍTICO.

1-. Respondióle el lánguido: Señor, no tengo hombre


que me meta en la piscina cuando se turbe el agua
(1). ¿Dice esto murmurando y tácitamente culpando
a los que cuidaban del agua, porque son diligentes
en meter en ella a los ricos y al pobre no le atienden,
exponiendo desnudamente su miseria? Lo que tú
debes procurar es que de ninguno de estos modos
digan, dando tú la causa, el superior, el súbdito, el
discípulo, el penitente, * y otros, a quienes pertenece,
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 84

el desvalido, la viuda, el huérfano, el benemérito: No


tengo, hombre. En las miserias de tu alma no te
puedes quejar de esto, porque mira al hombre, tu
Jesús, que te entra en la piscina de su sangre.
2.- Dícele Jesús: Levántate, toma tu cama, y anda (2).
Tres remedios tienes aquí contra la languidez
espiritual. 1º. Levántate. No aguardes a que la gracia
sola te levante, sino coopera tú a ella. Ni tú solo
puedes algo, ni ella sola: tú con ella lo puedes todo.
2º. Deja la cama de tus malos deseos y pasiones.
Quita, quítalas, crucifícala. Quítalas, rigiéndolas con
las manos de la razón y voluntad, en quienes antes la
razón y la voluntad descansaban. 3º. Anda de virtud
en virtud, con aplicación y deseo de aprovechar.
3.- Después, le hallo Jesús en el templo y le dijo:
Mira que ya estas hecho sano; no quieras pecar más,
no sea que te suceda otra cosa mucho peor (3).
Acuerda el beneficio, prohíbe el pecado, amenaza
con el castigo. Refrenen tus imperfecciones estas
cosas, y muévante al fervor del espíritu. Estas son: el
amor con que Dios te hace bien, su precepto; y si no
lo hicieres, se seguirá el castigo. Si las imperfecciones
y faltas leves le tendrán severo, juzga cual será por
las graves.

(1) Ibid. (2) Joan., 5. (3) Ibid.


IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
85 Rito Romano 1962

SÁBADO DE LA OCTAVA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
EXCUSA CRISTO A LOS DISCÍPULOS QUE
DESGRANABAN LAS ESPIGAS.

1.- Fuése Jesús un día de sábado por los sembrados; y


sus Discípulos, teniendo hambre, empezaron a cortar
espigas para comerlas (1). Considera la vida austera
de Cristo y sus Discípulos, que llegaron a padecer tal
hambre. No tienen preparadas viandas como tú, ni
aun pan siquiera. Admira, dice san Juan Crisóstomo
(2), como no tenían cuidado alguno del cuerpo, y
entre tanto trabajo no se apartaban un punto de
Cristo. La presencia del Señor les suplía la falta de
todo, y les sazonaba una comida tan insípida. Si
ponderases con seriedad quien es este Señor,
convertirías hacia el alma todo el solícito cuidado
que de tu cuerpo tienes, ni la falta de comida y de
otras comodidades te apartarían de Cristo con quejas
murmuradoras e impaciencias.
2.- Mas los fariseos al ver esto le dijeron: Mira como
tus Discípulos hacen lo que no es lícito en los
sábados (3). Repara como le observan para culparle y
desdorar su fama adquirida por los milagros; y como
se cubre la envidia con el celo de la ley violada. Mas
graves delitos en sí hallarían, y cometidos en días de
sábado, si se examinasen rectamente. Mas siendo
para; sí topos, son linces para tachar en otros las
mayores menudencias. Ya ves cuan torpe cosa sea
observar a otros y a sí ignorarse. Al ver la pajuela
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 86

que está en los ojos de tu hermano, repara tú la viga


que tienes en los tuyos.
3.- Mas Él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo
David cuando estuvo hambriento? ¡Como entro en la
casa de Dios y comió los panes de la proposición (4)!
Callaron los Discípulos a la acusación y cargo, que
también a ellos hicieron, como dice san Lucas. Por
eso el Señor tomó a su cuenta el defenderlos. Si
quieres satisfacer todas las injurias y calumnias,
incurrirás en muchas cosas, porque habrás de
padecer más. Si callas, la palabra de Dios hablará por
ti. Él tiene por cierto gran cuidado de los suyos, y si
permite que sean trabajados, no quiere que sean
oprimidos. Esta esperanza la tengo puesta en mi
seno (5).

(1) Matth., 12. (2) Hom. 60 sup. Matth. (3) Matth., 12.
(4) Ibid. (5) Jeb., 19.

DOMINGO IX DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


SANA LA MANO SECA.

1.- Estaba allí un hombre que tenía seca una mano, y


le preguntaban si era lícito curar en sábado (1); para
que si decía que sí, pudiesen acusarle a los príncipes
de los sacerdotes; si decía que no, publicar entre la
plebe que no tenía misericordia. Mas para confutar
tal error, eligió curar en sábado. ¿Qué harías tú por la
verdad, previendo que habías de padecer por ella?
No tema a los hombres. Ejecuta lo que juzgas ser
recto y justo, con celo discreto, y deja que se hunda el
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
87 Rito Romano 1962

cielo. Pero considera en la diestra seca la aridez de


tus obras virtuosas. Séquese la siniestra; tenga vida y
vigor la diestra.
2.- Y dice al hombre que tenía seca la mano: Leván-
tate y ponte en medio (2) para que su miseria vista y
separada mueva el afecto de los que se oponían. Y les
dice: ¿Es lícito en los días, de sábado hacer bien o
hacer mal? Esto es, dejar de hacer beneficios; porque
para Cristo lo mismo es no hacer bien al necesitado
cuando puedes, que hacer mal. Examina con que
afecto haces las obras de caridad que son de
precepto. Acaso tú incurres en lo mismo que los
fariseos: se ha de sacar dices, la oveja que cayó en la
sima, aunque sea en sábado, porque media tu
interés: y no tienes ánimo para moverte cuando se ha
de socorrer al prójimo.
3.- Y se entristeció al ver la ceguedad de sus
corazones (3); porque no le reconocían por Mesías, ni
aprobaban su doctrina de ayudar al prójimo aún en
el sábado. Pero ¡cuánta mayor es tu ceguedad,
causada de la niebla de tus pasiones! ¡Ah! No
contristes al Cristo del Señor. Y dice al hombre:
extiende tu mano, y se la restituyó buena. Piensa que
te dice a ti: Extiende la mano para hacer obras de
virtud. ¡Qué aprovecha proponer o desear si nunca
pasas a la ejecución? En saliendo ellos, pues,
hablaban entre sí que modo acabarían con Él. De
donde habían de salir mejorados, de allí salieron
peores. Así tú también correspondes a Dios cuando
abusas de sus beneficios para obrar mal.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 88

(1) Matth., 12. (2) Marc., 3. (3) Marc., 3.

LUNES DE LA NOVENA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ELIGE CRISTO LOS DOCE APÓSTOLES.

1.- Sucedió, pues en aquellos días que salió al monte


a orar (1). Todo era pensar los judíos como acabarle
y perderle. Cristo como salvarlos por medio de los
Apóstoles, como instrumentos suyos. ¡Qué distantes
son los consejos de Dios de los de los hombres! 2º.
Retírase por ceder a su ira, enseñando así que no se
ha de fomentar, echando leña a su fuego. 3º. Enseña
que se han de interpolar con la contemplación las
obras de la vida activa para adquirir más espíritu
para superiores obras. 4º. Enseña que para obrar bien
te has de apartar del ruido, así exterior de los
negocios, como del interior de las pasiones.
2.- Y pasaba toda la noche en la oración de Dios (2).
Ora toda la noche antes de elegir los Apóstoles, para
enseñar que se han de tratar con Dios las cosas que
se deben entablar para el negocio de la salvación. Y
esto no superficialmente, sino con pausada
deliberación. Falta la prudencia humana en lo que
mira en las cosas divinas. Erraste de ordinario
cuando no consultaste a Dios; mas cuando así lo
hiciste, nunca.
3.- Y en amaneciendo llamo así a los Discípulos y
escogió doce entre ellos, que llamó Apóstoles (3). A ti
también te llamo Dios a la vida apostólica y
graciosamente. ¡Cuánta es la dignidad de esta
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
89 Rito Romano 1962

vocación! ¡Cuánta tu indignidad! No presumas de la


gracia de la vocación, si no la afianzas con obras.
También Judas fue entre ellos escogido y era
entonces mucho más santo que tú, y cayó con todo
eso. Precave sabiamente lo que te puede suceder a ti.

(1) Luc., 6. (2) Luc., 6. (3) Ibid.

MARTES DE LA NOVENA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DEL SERMÓN DE CRISTO EN EL MONTE

1.- Y habiéndose sentado, se llegaron a Él sus


Discípulos; y abriendo su boca los enseñaba (1).
Luego que, se sienta enseñar como Maestro, se llegan
a Él sus Discípulos y oyen con atención su doctrina.
Siéntase Dios en tu corazón como Maestro; abre su
boca por las inspiraciones: llega, si quieres ser su
Discípulo, y cuando oyeres su voz, no quieras
endurecer tu corazón. Aprecia la doctrina que da
Maestro tan grande; determina conformarte con ella,
antes que con la doctrina del mundo y de la carne.
Afirma ser bienaventurados los que el mundo y la
carne tiene por infelices. Dios no se engaña; luego el
mundo. Esto lo percibes, y con todo sigues los
principios de éste.
2.- Bienaventurados los pobres de espíritu (2), que
por el amor de Dios renuncian a las cosas
perecederas, y arrancan del ánimo sus deseos, para
seguir desnudos al desnudo Jesús. Repara cuánto es
el hastío que tienes de las cosas de la tierra: si las
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 90

estimas o las desprecias para abrazarlas, o no.


Aprende del ejemplo de Cristo lo que has de
determinar en esto. Mas ¿de qué modo le imitas?
Porque de ellos es el reino de los cielos. Es esto una
prueba convincente de esta bienaventuranza. El que
tiene el reino de los cielos es bienaventurado: ¿quién
lo podrá negar? De los pobres es el reino de los
cielos, dice la eterna verdad. Luego bienaventurados
son los pobres, no por la posesión actual de aquel
reino, sino por el derecho que a él tienen. ¡Cuántos
bienes logras, si del todo arrancas de tu alma el
deseo de las cosas terrenas! Son bienaventurados con
la bienaventuranza de esta vida; porque no desean
cosa de ella. 3º. Poseen el reino de Dios, que, como
dice san Pablo, está dentro de vosotros; porque son
señores de su alma.
3.- ¡Ay de vosotros, ricos! porque tenéis aquí vuestro
consuelo (3). Habla de aquellos ricos que se dejan
llevar del inmoderado afecto de los bienes
perecederos. Así como a los pobres se promete el
cielo con certeza, así contra aquellos truena la eterna
amenaza. Esta se cumple en ellos ordinariamente;
porque su corazón está de tal modo aprisionado, que
no pueden levantarle a Dios entera y
constantemente, por lo que caen en la tentación y
lazos del diablo (4). Tienen consuelo aquí, no de
Dios, no sólido, sino suyo y aparente. Tú no estás en
la clase de estos. Complácete y dale a Dios las
gracias. Y procura apartar más y más el ánimo de lo
caduco, para que tu único tesoro sea Aquel que es
todas las cosas.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
91 Rito Romano 1962

(1) Matth., 5. (2) Matth., 5. (3) Luc., 6. (4) Tim., 6.

MIÉRCOLES DE LA NOVENA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
SEGUNDA Y TERCERA BIENAVENTURANZA.

1.- Bienaventurados los mansos (1). No solo los que


refrenan los turbulentos, y aun los menores
movimientos de la ira, sino también, como dice
Clemente Alejandrino (2), los que serenan la infiel
pelea que se levanta en el alma, entre la ira y el
apetito de las cosas que apetecen las pasiones. Ya
ves que aquí se te descubre un campo tan dilatado
para considerarte a ti, cuanto latamente se extiende
el apetito de lo concupiscible e irascible. Cotéjate con
el ejemplar de Cristo en tratar a los pecadores, en
sufrir las injurias, etc. Imagina que te dice: Aprended
de Mí que soy manso (3).
2.- Porque ellos poseerán la tierra (4). ¿Cuál? Des-
pues la tierra de los vivientes; ahora la de sus
corazones. Esta no la poseen los iracundos, porque
con su cólera se salen como fuera de sí. Pero el que
toma bien las reprensiones posee su corazón (5). Esto
es, el que no se aíra ni se conmueve. ¡Qué felicidad es
gozar de esta tranquilidad y paz interior! Como es
infeliz una plaza, que aunque esté, muy bien
fortalecida, sustenta dentro de sí traidores, dice san
Juan Crisóstomo (6), así no hay cosa más feliz como
librarse de alguna guerra intestina. Esta
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 92

bienaventuranza o dicha te puedes causar a ti. Y


¿quién te lo estorba?
3.- Bienaventurados los que lloran (7), por la
compunción los pecados propios; por compasión los
ajenos; por devoción las miserias de esta vida que
está en el destierro de la patria; por ansia la dilación
de la vida eterna. Considera lo que tú lloras; ¿el
haber perdido a Dios o las comodidades sensuales?
¿Los males del cuerpo, o los del espíritu? Porque
ellos serán consolados. ¿Por quién? Por el Dios de
toda consolación (8). ¿En dónde? No sólo en el cielo,
en que enjugará Dios toda lágrima; (9) pero también
en esta vida, en que al lloro de la compunción o
devoción, o acompaña o se sigue un admirable
consuelo: Mas ¡ay de vosotros los que reís con el
mundo y pasáis vuestros días gozando de sus bienes;
porque para siempre sollozareis y lloraréis (10)!

(1) Matth., 5. (2) L.4 Strom. (3) Matth., 11.


(4) Matth., 5. (5) Prov., 15. (6) Hom. 34 in Joan.
(7) Matth., 5. (8) II Cor., 1. (9) Apoc., 21. (10) Luc., 6.

JUEVES DE LA NOVENA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
CUARTA Y QUINTA BIENAVENTURANZA.

1.- Bienaventurados los que tienen hambre y sed (con


ardiente deseo) de la justicia (1) o de toda manera de
agradar y servir a Dios; los cuales se mueven con una
ansia ardiente a ejercitar actos de virtudes, no tanto
de aquellas que son lustrosas en sí, pero también, y
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
93 Rito Romano 1962

aún más, las en que resplandecen la humildad y la


abyección, y las que son arduas y trabajosas. ¡Oh
cuánto te falta de este deseo ardiente! Sediento estás;
pero deseas solo apagar tu sed en las cisternas rotas
del mundo, que no pueden mantener las aguas que
dan vida (2). ¡Que fácilmente te es desabrida la
virtud por hacerse amargo su ejercicio! ¿Quieres, por
ventura, servir y agradar a Dios? En esto consiste tu
salud eterna. Excita, pues, en ti esta sed, sin la cual
desfallece y es lánguida toda virtud.
2.- Porque ellos serán hartos (3). Después cuando se
apareciere la gloria de Dios (4). Y en esta vida,
porque nada desearan más. Por este mismo deseo
tienen a la verdad, todo lo que pueden ansiar,
logrando así el servir a Dios y agradarle. Además de
esto, siempre tienen donde hartarse; porque siempre
tienen en que ejercitar la justicia en el servicio divino:
O sea que coman, o beban, o hagan, cualquier otra
cosa (5). ¿Quieres acaso hacerlo así? O a lo menos
¿deseas quererlo con ansia? ¡Ojalá que así fuera
desde el primer punto de la vida! Dios nos dé a
todos tal corazón, que le reverenciemos y hagamos
su voluntad con corazón grande y animo resuelto (6).
3.- Bienaventurados los misericordiosos (7); ya en la
corporal, ya en la espiritual misericordia con pura
intención, por motivo de virtud, con afecto dilatado,
que se haya de extender a los más infelices y
despreciados. Porque ellos alcanzarían misericordia.
En la otra vida, cuando te coronará en misericordia
(8). En esta por la remisión de las culpas y
abundancia de las gracias. ¿Qué dirías si poco antes
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 94

fueses llevado a los tormentos del infierno y por


misericordia fueses restituido a la vida, vestido de
gracia y colocado en el cielo?; ¿Por ventura no sería
esta misericordia incomparable? Tal uso Dios contigo
siempre que te perdono algún pecado. Mira, pues, el
modo con que puedes hacerte cierta y segura tal
misericordia.

(1) Matth., 5. (2) Jerem., 2. (3) Matth., 5. (4) Ps., 16.


(5) I Cor., 10. (6) II Machab., 1. (7) Matth., 5.
(8) Ps., 102.

VIERNES DE LA NOVENA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
SEXTA Y SÉPTIMA BIENAVENTURANZA.

1.- Bienaventurados los limpios de corazón (1). Estos


son los que, aunque tengan sus imperfecciones, con
todo están lejos de cometer pecado grave, y por eso.
adornados de gracia ; que tienen purgados sus
afectos, apartados del amor de las criaturas, y
convertidos a Dios; que procuran evitar cuanto
pueden aun las mínimas imperfecciones, y trabajan
por unirse todos a Dios. Examina en este punto el
estado de tu alma: ¿Estás apartado de las criaturas?
¿Estás unido con Dios? ¿Con qué cuidado evitas las
imperfecciones? etc.
2.- Porque ellos verán a Dios (2). En el cielo cara a
cara; acá por especie en enigma, o en las criaturas.
Veránle en la memoria de su presencia: de donde
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
95 Rito Romano 1962

viene la alegría en los trabajos: Acordéme del Señor, y


me deleité (3). Veránle en la contemplación y
conocimiento de altísimas verdades. Y viéndole así,
le amarán; y amándole, se unirán con Él. Esta es la
mayor bienaventuranza de esta vida. Mas nada que
este manchado puede llegar a la vista clara de Dios;
así no puede llegar a ésta un alma inmunda. Para
llegar a ella, querrías en la muerte hallarle más puro
que un ángel. Vive, pues, tal cada día, conservándote
así limpio; porque éste en que estás, será acaso el día
último.
3.- Bienaventurados los pacíficos (4), que sujetaron
la carne al espíritu, las pasiones a la razón. Que viven
con el prójimo en paz y caridad. Que reconcilian a
otros y entre sí los pacifican. Registra si hay estas
cosas en ti. Si las hallas, alaba a Dios. Si no las
descubres, procura desde hoy tenerlas con tanto
afecto, con cuanto deseas ser hijo de Dios; porque
estos tales serán llamados hijos de Dios. Que es Dios
todo espíritu sin carne, toda razón sin pasiones, Dios
de paz, no de disensión. Cuanto más te parece que
llegas a esta semejanza, tanto sabrás con más certeza,
que eres hijo de Dios.

(1) Matth., 5. (2) Matth., 5. (3) Ps., 76. (4) Matth., 5.


MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 96

SÁBADO DE LA NOVENA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
OCTAVA BIENAVENTURANZA.

1.- Bienaventurados los que padecen persecuciones


por la justicia (1); pero no por sus delitos. Es cierto
que todos los que quieren vivir piadosamente en
Cristo, padecerán persecución (2). Luego si no
quieres apartarte de la justicia o de la virtud, debes
estar aparejado a morir antes que traspasar las leyes
de Dios, que estableció en su pueblo (3). Mas ¿qué
resolución es la tuya cuando suceda, o que has de
padecer algo, o que has de faltar a una virtud, a una
regla, a un precepto? Aseguras que sigues a Jesús, y
crucificado; mas no quieres tolerar los clavos. A
trueque de no padecer traspasas las reglas, los
preceptos, desamparas la virtud. Una de dos: o
confiesa que no sigues a Jesús, o padece.
2.- Porque de ellos es el reino de los cielos (4), así el
consumado en la patria, como el principiado en la
vida. El cual es justicia, paz y gozo en el Espíritu
Santo (5). Porque no puede perder la justicia o la
santidad, el que quiere antes sufrir cualesquiera
males, que violar una regla, un precepto sólo. Mira
que te adquieras este reino, en el cual está la
seguridad del futuro. No temas cosa alguna de las
que has de padecer (6), del mundo que te contradice,
del demonio que te aflige, de la carne que codicia
contra el espíritu.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
97 Rito Romano 1962

3.- Bienaventurados sois cuando os maldijeren los


hombres, y profieren contra vosotros todo mal,
mintiendo por mi causa (7). ¿Quién negará que es
bienaventurado aquel a quien Dios bendice? Porque:
La bendición del Señor hace ricos y no les
acompañará la aflicción (8). Dios a la verdad,
bendice a aquellos a quienes maldice el mundo por
causa de la virtud. La bendición del Señor sobre la
cabeza del justo (9). Ellos maldecirán y tu bendecirás
(10). Y sabiendo esto, ¿no gustas aun de las alabanzas
y bendiciones de los hombres? ¿Y con todo eso dirás
que eliges ser vituperado con Cristo? Acaso ignoras
aquello: ¡Ay cuando os bendijeren los hombres (11)!

(1) Matth., 5. (2) II Timot., 3. (3) II Machab., 7.


(4) Matth., 5. (5) Rom., 14. (6) Apoc., 2.
(7)Matth., 5. (8) Prov., 10. (9) Ibid. (10) Ps. 108.
(11) Luc., 5.

DOMINGO X DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


DE TRES CUALIDADES DE LOS VARONES
APOSTÓLICOS.

1.- Vosotros sois sal de la tierra (1). La naturaleza de


la sal, como dice Plinio (2), es mordicante, quema,
limpia y extenúa, deseca. Debe, pues, el hombre que
profesa vida apostólica, ser perfecto en la vía
purgativa; y llevar por ella a los demás, antes que
por la iluminativa y unitiva. Tu ¿que sientes de ti en
esto?; ¿Cuánto has aprovechado en este camino?; ¿Te
resta acaso más que andar en él?
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 98

2.- Vosotros sois luz del mundo (3). El segundo gra-


do del camino apostólico se declara por el nombre de
luz; por el cual se entiende la vía iluminativa, en la
cual debes ser perfecto en cuanto a ti por la práctica
de las virtudes, tomadas de la doctrina y vida de
Jesucristo. Porque no basta solo el que él este
purgado, sino que ha de estar, por lo que toca a sí,
adornado y lleno de virtudes, para poder
comunicarlas a otros, iluminando, quitando errores,
moviendo los ánimos. ¿Tienes por ventura, tú una
sola virtud en grado perfecto? ¡Cuántas son las que
te faltan! ¿Cómo las procuras alcanzar?; ¿Cómo
cultivas tus talentos para hacerte apto, para ayudar a
los prójimos? ¿Los pones acaso debajo del celemín?
3.- No se puede esconder la ciudad puesta sobre el
monte (4). Aquí se denota la vía unitiva. Como la
ciudad es una multitud de vecinos, suficiente a vivir
por sí, dice Aristóteles (5), así los perfectos, estando
unidos a solo Dios, son por sí suficientes a vivir con
perfección para sí y para otros. Mira si tu suficiencia
está únicamente en Dios. Si sólo a Él estás unido y
nada a las criaturas. Si todo lo refieres a Él. Si nada
fuera de Él buscas o deseas.

(1) Matth., 5. (2) Lib. 31, c. 7. (3) Matth., 5.


(4) Matth., 5. (5) 3 Polit.
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99 Rito Romano 1962

LUNES DE LA DÉCIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DEL BUEN EJEMPLO QUE SE HA DE DAR A
GLORIA DE DIOS.

1.- Luzca vuestra luz delante de los hombres de tal


suerte, que vean vuestra, buenas obras (1). No todas
estas cosas se pueden hacer ocultamente, no todas en
público. Pero cuando con publicidad las haces, no
han de ser buenas solo en apariencia, sino en
realidad, para que cada uno agrade a su prójimo,
para moverle al bien por la edificación (2). Examina
tus palabras en las ordinarias conversaciones, en
especial delante de los menores (que aprenden de los
mayores con facilidad), si son vanas, jactanciosas, etc.
Tus costumbres ¿qué compuestas? Tus hechos ¿qué
conformes a tus reglas, a los preceptos de Dios?
2.- Y glorifiquen vuestro Padre, que está en los cielos
(3). Aquí tienes declarada la intención con que has de
obrar bien en lo público. Lo primero, para que
agrades a Dios, después para que otros le
glorifiquen, en cuanto es reconocido por Autor del
bien que se hace. Puedes, pues, aún callando,
promover la gloria de Dios. Privas a Dios de su
gloria, si por algún respeto de los hombres omites en
lo público hacer alguna obra buena, que puedes, o a
que estas obligado. Examina, pues, tus intenciones, si
miran a solo esto; y toma para lo de adelante esta
determinación resuelta. Yo ya solo miraré al Señor
(4).
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 100

3.- Tened cuidado, no hagáis vuestras obras de


virtud para que seáis reparados de los hombres (5).
Prohíbe buscar la gloria vana. Grandísima injusticia
comete el que obra el bien por ser visto, porque toma
para si lo que es de Dios, contra su voluntad, y
prohibiéndolo. Solo Dios es, a la verdad, señor y rey
de la gloria (6). A solo Dios gloria y honor (7). Tú sin
gracia nada puedes; y lo que obra la gracia es el
querer y el perfeccionar. Lo que de la obra resulta es
gloria. Tú, que nada hiciste ¿quieres hurtársela a
Dios, que lo ha hecho todo?

(1) Matth., 5. (2) Rom., 15. (3) Matth., 5. (4) Mich., 7.


(5) Matth., 5. (6) Ps., 23. (7) I Tim., 17.

MARTES DE LA DÉCIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA EXACTA OBSERVANCIA DE LA LEY.

1.- No vine a derogar la ley, sino a cumplirla, (1). La


ley antes de Cristo no era llena, o perfecta. Vino a
llenarla, o a elevarla a su mayor perfecciona; porque
ordenó añadirle alma, que es el afecto interior.
Añadióle los consejos, etc. Y a nosotros nos añadió
sus merecimientos de quienes procede la gracia para
guardar más fácilmente la ley. ¡Mira lo que debes a
tal Legislador! Observa que no basta el no
quebrantar la ley, es menester cumplirla. Esto es,
ejercitar perfección, con las obras de la regla y de los
preceptos.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
101 Rito Romano 1962

2.- De verdad os digo: No se pasará una jota y un


ápice de la ley hasta que todo se cumpla (2). Dícelo
con su ejemplo, que quiso observar exactísimamente
la ley y todas las cosas que de Él estaban escritas en
los profetas, hasta la cosa más menuda, de tal suerte,
que primero faltarán el cielo y la tierra, antes que
deje de cumplir la menor cosa. ¿Te aficionas tú así a
la ley de Dios, a las reglas de tu religión? Procura a
toda costa no dejar siquiera un ápice. Haces una cosa
muy excelente si reparas en lo mínimo.
3.- El que quebrantare, pues, uno de estos mínimos
mandamientos, será llamado mínimo en el reino de
los cielos (3). Después de proponer su ejemplo,
insinúa lo que quiere de ti: Que observes tú también
las reglas y mandatos más menudos. Ningún mal
hay tan pequeño, que no incline a otro peor. Nota
que la voz solverit (que significa desatar), quiere decir
que todos los mandamientos están entre sí atados. Y
así si uno solo sueltas, vienes fácilmente a desatarlos
todos. Llámalos mínimos, para mostrar la facilidad
de su observancia. Muévante estas cosas para
atender a no caer en faltas mínimas. Y si desprecias
las cosas pequeñas, teme no caigas poco a poco (4).

(1) Matth., 5. (2) Ibid. (3) Ibid. (4) Eccli., 19.


MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 102

MIÉRCOLES DE LA DÉCIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DEL CUIDADO DE OBSERVAR LA LEY.

1.- Si no fuere mayor vuestra virtud que la de los es-


cribas y fariseos, no entrareis en el reino de los cielos
(1). Más cosas y más sublimes pide Dios a los
cristianos que a los judíos. A estos les bastaba solo el
exterior de la ley, ejecutar la obra que se ordenaba, o
no hacer lo que se prohibía. A nosotros se nos pide el
alma o el afecto de lo que obramos, porque da
mayores gracias. Colige de aquí que mayores cosas
pide al religioso que al seglar por la misma causa.
Más al sacerdote que al lego. Avergüénzate de que
tantos seculares te excedan en virtud; de que tantos
legos confundan tu desordenado proceder, sacerdote
sin espíritu. Teme, no sea que Dios retraiga sus
gracias si no atiendes a cooperar a ellas. Ten
pensamientos y resoluciones más altas.
2.- Habréis oído que se dijo a los antiguos, etc. Pero
yo os digo (2). Pondera cuanto sea más excelente en
toda la ley de gracia que la ley antigua. Porque lo 1º.
A los más rudos, como eran aquellos, se les dieron
sólo preceptos de cosas materiales; a los de ésta, de
cosas delicadas y menudas. 2º. Aquella paraba sólo
en exterioridades; esta pide lo interior del alma. 3º. A
la observancia de aquella se daba solo un premio
temporal; a la de ésta eterno. Dale gracias porque te
reservó Dios para el tiempo de esta ley. No te pares
en su corteza, sino observa su interior.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
103 Rito Romano 1962

3.- Sed, pues, vosotros perfectos, como es perfecto


vuestro Padre celestial (3). De tal suerte es perfecto
el Padre, que hay en Él toda perfección y ninguna
imperfección, aún la más leve. Si procurares que en ti
no haya imperfección alguna, harás que haya en ti
una perfección grandísima. Porque procuraras amar
a Dios en sumo grado, en qué consiste la suma
perfección; y que seas de Él amado, en que está la
suma felicidad. Porque cuanto menos hubiere en tus
obras de mezcla de ti propio, tanto más pura será la
caridad con que, o por cuyo motivo, obrares. En tu
mano está, pues, tu perfección y tu felicidad. Pero
¡cuánta imperfección has de arrancar de ti!

(1) Matth., 5. (2) Ibid. (3) Matth., 5.

JUEVES DE LA DÉCIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE EVITAR EL ESCÁNDALO.

1.- Si tu ojo derecho te escandaliza, sácatelo y échalo


de ti (1). Por los ojos entiende san Juan Crisóstomo a
los superiores, que son los de mayor autoridad. Estos
te pueden servir de escándalo, si te dejas llevar del
respeto humano de ellos; si lo que ellos hacen contra
regla, lo tomas por regla de tu obrar; si por el afecto
que les tienes traspasas la regla. Si tú, seglar, porque
no te atreves a contradecir, o por tus intereses, o por
los halagos y persuasiones cometes injusticias e
indignidades, o por obedecer o dar gusto al hombre
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 104

rompes los preceptos de Dios; saca esos ojos,


mortifica ese afecto, vence ese respeto, atiende más a
la regla, al precepto, que es de Dios, que al ejemplo y
gusto, que es de un hombre. Si no puedes sacártelo o
evitarlo, manifiéstalo a quien debes: tendrás auxilio
para ello.
2.- Si tu mano derecha le escandaliza, córtala,
arrójala de ti (2). Por la mano se entienden los
allegados, los iguales, para con quienes, por lo
común, suele ser mayor el afecto; pues
ordinariamente el amor es entre iguales. Te pueden
estos ser escándalo por la demasiada familiaridad y
amistad particular, visitas frecuentes, parlerías,
halagos, por lo cual tu ánimo distraído
insensiblemente se enternece y se entibia, en el amor
de Dios. Corta las conversaciones, el trato, etc.,
conversa y ten más trato con Dios.
3.- Si tu pie te escandaliza córtalo (3). Por el pie se
entienden los inferiores, hijos, también espirituales,
súbditos, discípulos, criados. Estos te serán
escándalo, si por demasiado afecto condesciendes
con ellos más de lo justo, disimulas sus culpas, los
prefieres a otros con ofensa de los demás, conversas
inútilmente con ellos, etc. Repara cuan peligroso es
este afecto; porque ordinariamente se encubre con
apariencia de piedad, de tal modo, que apenas lo
conozcas hasta que te pierdas por él. Añade que de
esta suerte puedes ser causa de que se pierda otro y
se te pida a ti cuenta de su alma.

(1) Ibid. (2) Matth., 5 (3) Ibid.


IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
105 Rito Romano 1962

VIERNES DE LA DÉCIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DEL AMOR A LOS ENEMIGOS.

1.-Pero Yo os digo: Amad a vuestros enemigos (1).


¿Quién lo dice? El que primero nos amó (2). Y siendo
sus enemigos, nos reconcilió con Dios por medio de
su muerte (3). Considera que el que es tu enemigo es
criatura de Dios como tú; que si tienes a Dios por
padre, él es tu hermano que fue criado para el mismo
fin que tú, redimido con la misma sangre, Amale por
ti mismo; porque a ti te es útil; porque te ejercita para
la gloria; porque si le perdonas a él, también a ti te
perdonará Dios; y si aborreces, ¿a quién dañas sino a
tu alma? Porque mayor daño te es para ti ese mismo
odio, que cuanto él te pueda causar. Ama y serás
amado de Dios.
2.- Haced bien a los que os aborrecen, y orad por
vuestros calumniadores (4). Al afecto del corazón se
ha de añadir la caridad de palabra y obra. No basta
no aborrecer, es menester amar. Mas el amor no es
un afecto ocioso, es eficaz, que se ha de ver en las
obras. ¿Qué es lo que haces tú con el que te aborrece,
con el que te calumnió? ¿No le vuelves mal por mal?
¿Qué es lo que hablas de él? ¿Sigues por ventura a
san Pablo, que decía: Nos maldicen y nosotros
bendecimos (5)? ¿Imitas acaso a Cristo, que oraba por
los que le crucificaban?
3.- Para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en
los cielos (6). Mira lo que ganas con el amor de los
enemigos. ¿Quieres ser hijo de Dios? Tienes un modo
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 106

fácil: Ama a tu enemigo. ¿En qué conocerás ser hijo


de Dios, si no fueres a Dios muy parecido? dice san
Juan Crisóstomo (7). ¿Este por ventura no hace nacer
su sol sobre buenos y sobre malos? ¿Aun
ofendiéndole tú, no te conserva? ¿No te perdona
tantas veces tus pecados?

(1) Matth., 5. (2) I Joan., 4. (3) Rom., 5. (4) Matth., 5.


(5) I Cor., 4. (6) Matth., 5. (7) Hom. 31 in Imperf.

SÁBADO DE LA DÉCIMA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DISPOSICIÓN PARA ORAR, Y PRIMERA
PETICIÓN.

1.- Tú, pues, cuando te pusieres a orar, éntrate en tu


aposento, y cerrando la puerta, ora a tu Padre
celestial (1). Para que puedas orar bien debes evitar
todo ruido, no sólo con el espíritu, pero aun
corporalmente. Los objetos mueven los sentidos:
estos son ventanas del alma: si estas están abiertas,
entra todo género de viento. En la soledad habla
Dios al alma, al corazón. Así Cristo para orar, se
retiraba a los montes. Mucho más tú te has de retirar
de los tumultos que se suelen levantar en el ánimo.
Una sola pasión que se mueva, no admite otros
pensamientos de Dios. De aquí puedes colegir la
causa de sacar tan poco fruto de tu oración, de que ni
refrenas los sentidos, ni los movimientos del alma.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
107 Rito Romano 1962

Para estar así en la oración, recogido y compuesto,


debes fuera de ella acostumbrarte a esta compostura.
2.- Así, pues, habéis de orar: Padre nuestro, que estas
en los cielos (2). Ésta es la entrada de toda oración,
que pienses a quien pides y con quien hablas. Este es
Dios Padre. De aquí sale la reverencia, la confianza,
el amor, compañeros inseparables de la oración. ¿Por
ventura, si así no oras, no te echará Dios en cara con
razón: Si Yo soy Padre, donde está el honor que es
propio mío (3)? ¡Qué indigno eres de tan gran Padre!
De donde debes sacar humildad y desestimación de
ti. Nuestro. Luego a todos somos sus hijos: luego
hermanos todos: luego a todos debes amar: luego
desagradable le es cualquiera cosa que le ofrezcas, si
no amas. Que estás, o eres: y sólo tú eres a la verdad.
De donde has de excitar en ti un elevado aprecio de
Dios. En los cielos. De donde ha de nacer el fervor;
pues tu oración ha de penetrar los cielos. De aquí la
advertencia, que tus peticiones sean de cosas
celestiales, no terrenas. Todo esto has de examinar en
ti; y determina lo que has de hacer.
3.- Santificado sea el tu nombre (4). Esto debe ser lo
primero entre todo lo que se ha de desear: Que de
todos sea Dios conocido, adorado y servido; sea
estimada su santidad, su bondad amada, su justicia
temida y se sujete a su poder toda criatura. Y esta es
la intención y la mira a que habemos de dirigir todas
y cada una de nuestras cosas. ¿No es esto acaso lo
que pides con las palabras, y con los hechos por tu
soberbia lo destruyes? ¿Qué es lo que pides cuando
tanto a ti te estimas y deseas ser estimado? No a
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 108

nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da


la gloria. (5).

(1) Matth., 6. (2) Matth., 6. (3) Malach., 1.


(4) Matth., 6 (5) Ps. 113.

DOMINGO XI DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


SEGUNDA Y TERCERA PETICIÓN.

1.- Venga a nos el tu reino (1). Pides en esto, o que


Dios reine en ti: El reino de Dios dentro de vosotros
está (2), o en todo el mundo. Del Señor es el reino y
El dominará las gentes (3), o propiamente el reino de
los bienaventurados que se ha de lograr por una feliz
muerte. Con lo que das a entender juntamente que
estáis aparejado para recibirle, y que nada tienes que
te lo dilate. ¿Sientes esto por ventura, y con verdad te
lo dice el corazón? ¿Acaso te engañas a ti, o quieres
engañar a Dios? ¿No te detiene el amor de la vida?
¿No el afecto a cosas de la tierra? Míralo en ti bien.
En este momento lo has de renunciar todo. ¿Qué
sientes en esto?
2.- Hágase tu voluntad (4). ¿Qué cosa más justa? Ella
es la regla de nuestra voluntad. Abuso es de la
nuestra, si no consiente con ella. Señor y Padre
nuestro es: Todas las cosas que mandare nuestro
señor Rey, con gusto lo ejecutaremos tus siervos, (5).
Todas las cosas que mandaste, las haré, Padre (6).
¿Haces acaso lo que con la voz aseguras? ¿Haces la
voluntad de Dios absoluta, intimada por la ley y por
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
109 Rito Romano 1962

las reglas? ¿Cumples su voluntad de beneplácito en


las cosas que no manda de precepto, más que sabes
que son de su agrado? ¿O Por ventura vive más a tu
voluntad y a tu gusto, según la inclinación de tus
pasiones?
3.- Así en la tierra como en el cielo (7). Aquí pides el
modo de hacer la voluntad de Dios en la tierra al
modo de los bienaventurados. Y porque nosotros
habemos de ser menos en esto ¿Acaso porque somos
libres? ¿Luego habemos de tomar por cubierta de la
malicia la libertad (8)? Pero ¿cómo se hace en el
cielo? Por puro amor de Dios, prontísimamente, en
todas cosas, sin examinarla. ¿Descubres estas
propiedades en tu alma? ¿Qué será si ordena Dios
por medio de los superiores cosas difíciles y a la
sensualidad repugnantes! ¡Oh miserable! ¡Qué poco
reparas aquí la, voluntad de Dios!

(1) Matth., 6. (2) Luc., 17. (3) Ps., 21. (4) Matth., 6.
(5) II Reg., 15. (6) Joan., 5. (7) Matth., 6. (8) II Petr., 2.

LUNES DE LA DECIMOPRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
CUARTA Y QUINTA PETICIÓN.

1.- El pan nuestro sobresustancial dánosle hoy (1).


Pides como mendigo delante de las puertas de la
divina gracia el sustento para el cuerpo y para el
alma. Para el cuerpo, a la verdad, solo pan, no
ostentación, no regalos; porque: Teniendo con que
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 110

mantenernos, con eso estamos contentos (2). Si así


pides, te contentarás con un sustento ordinario, y ese
parco. Si lo lograres peor, juzgarás que eres mendigo
de Dios, que lo recibes de su mano. Mas para el alma
pides, o la palabra de Dios, de que vive el hombre, o
la santísima Eucaristía, la que, aunque hoy no la
recibas, la pides también hoy por la comunión
espiritual, con que la participas. Vive, pues, de
suerte, que cada día merezcas recibirla.
2.- Y perdónanos nuestras deudas (3). ¿Cuántas de
deudas has contraído? 1º. Todo lo que eres se lo
debes a Él, de quien todo lo tienes, dice san
Bernardo. 2º. Los talentos de naturaleza y gracia a
Dios se los debes. ¡Qué ingrato eres, si usas o abusas
de ellos para ofenderle, cuando te los dio para
amarle! 3º. Los pecados, que son una deuda enorme
que nunca podrás pagar, sino que sea con el caudal
de los méritos de Jesucristo. Reconócete pecador para
humillarte; concibe a Dios misericordioso, para
alentarte a confianza. Pero, pues pides para hoy, no
quieras hoy contraer más deudas.
3.- Así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores (4). Esta es condición. Pides que no se te
perdonen las deudas propias, si tu no perdonas las
ajenas. Porque si perdonareis a los hombres, os
perdonará a vosotros vuestro Padre. Mira la bondad
de Dios. En tu mano pone el juicio que se ha de hacer
de ti, dice san Juan Crisóstomo. Pero Dios perdona al
punto que es rogado; previene al que le ruega con la
gracia excitante; perdona plenamente todas cuantas
veces es rogado. ¿Perdonas tú también de este
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
111 Rito Romano 1962

modo? ¿Por ventura luego al punto? ¿Se pone o no el


sol sobre tu ira? ¿Acaso le previenes en hablarle? ¿O
dices por ventura, que no estás obligado a eso?
¿Acaso le perdonas tantas cuantas veces te ofende?
¿O dices, no una sola, sino muchas veces me hizo
esto? ¿Perdonas plenamente, o dices, no le aborrezco,
pero no quiero tratarle más?

(1) Matth., 6. (2) I Tim., 6. (3) Matth.; 6. (4) Ibid.

MARTES DE LA DECIMOPRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
PETICIÓN SEXTA Y SÉPTIMA.

1.- Y no nos dejes caer en la tentación (1). Pediste se


te borrasen las deudas contraídas; pides ahora no
contraer otras de nuevo. Andas hombre frágil, entre
enemigos poderosísimos, y continuamente eres
tentado de tus concupiscencias. Tú por ti solo no eres
bastante a resistir; pides socorro para eso. Examina
cuales y cuan peligrosas son tus tentaciones, y piensa
en los medios para vencerlas. No dudes de la gracia.
Ésta no la niega Dios al que hace lo que está en sí.
Pero repara en aquello: Al que hace lo que está en sí.
2.- No nos dejes caer. No pides no ser tentado, sino
no ser vencido. Ser tentado ordinariamente
aprovecha para el mérito, para la humillación, para
confiar en Dios. Ser o no ser vencido en tu libertad
está. Pero te burlas de Dios, pidiéndole te socorra,
cuando libremente te metes en la tentación; no
menos que el que se echase por su gusto en un río, y
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 112

rogase a Dios que no se mojase. No oras, pues, a Dios


seriamente, si no te abstraes de aquellas cosas que te
llevan al consentimiento.
3.- Mas líbranos de mal (2). El que no especifica al-
guno, todo mal entiende, en cuanto es contrario a la
salvación, o sea del cuerpo, o sea del alma. Aunque
los corporales no son de suyo contrarios a ella, sino
solo por tu fragilidad. Mira no hagas con tus obras
contradicción a lo que pides, por tu pereza y tu
tibieza. ¿Acaso quieres, y no quieres, perezoso?
¿Acaso lo estás dejando para mañana siempre, o
finges imposibilidad, o acaso dices: El león anda por
afuera (1), y te estás mano sobre mano?

(1) Matth., 6. (2) Ibid. (3) Prov., 22.

MIÉRCOLES DE LA DECIMOPRIMERA
SEMANADESPUÉS DE PENTECOSTÉS
NO SE HA DE ATESORAR EN LA TIERRA,
SINO EN EL CIELO.

1.- No atesorareis para vosotros tesoros en la tierra


(1). Esto es según san Juan (2): No améis al mundo.
Entiéndelo, pues, de la concupiscencia de la carne, de
los ojos y de la honra. Y ¿por qué causa? Porque la
muerte como polilla lo destruye, y como ladrón lo
roba. Para traspasar tu amor a lo futuro, acuérdate
que has de dejar lo presente. Por eso no amas las
cosas advenideras con constancia. Porque estás muy
pegado a estas transitorias. Pero si esta noche te
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
113 Rito Romano 1962

arrebatan el alma, estas cosas (en que pones tu


contento y tu sosiego) ¿de quién serán (3)? ¿Qué te
aprovecharán? o por mejor decir, ¿cuánto te
dañaran?
2.- Atesorad, pues, vuestros tesoros en el cielo (4).
Allí está tu patria: allá has de partir: si no envías el
tesoro delante, para siempre serás de ella desterrado.
No se puede juntar ni adquirir allá: aquí se ha de. re-
coger y allá se ha de enviar, para que allí te espere y
allí lo goces. Pero no se ha de enviar poco, es menes-
ter que sea tesoro, esto es, grande y preciosa
abundancia. Concluye, pues lo 1º. Que no se ha de
dejar ningún tiempo ni ocasión de obrar bien. 2º. Se
ha de insistir en hacer obras grandes y de perfección
sublime.
3.- A donde está tu tesoro, allí está tu corazón (5). Lo
que aprecias, eso amas, en eso tienes fijo el corazón;
porque el amor sigue a la estimación. El amante se
hace lo mismo que ama; terreno, si ama lo que es
tierra; celestial, si ama al cielo; divino, si ama a Dios.
¡Oh infeliz, si determinas poner tu corazón en la
tierra! ¡Oh necio, si empleas tu amor (que es el único
precio con que puedes adquirirte a Dios) sólo en
comprar lodo! Bien percibes esto, y con todo aún
tienes pegado el corazón a las criaturas.

(1) Matth., 6. (2) I Joan., 2. (3) Luc., 12.


(4) Matth., 6. (5) Matth., 6.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 114

JUEVES DE LA DECIMOPRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LOS OJOS SENCILLOS Y MALIGNOS.

1.- La antorcha de tu cuerpo son tus ojos (1). Con el


nombre de ojos se entienden los superiores. Como
los ojos dirigen los pasos, y otras operaciones del
cuerpo, así el superior te dirige a ti. Los miembros
siguen el gobierno de los ojos. ¿Cómo sigues tú el de
tu superior? Los ojos no usan de imperio, no de
fuerza coactiva, no de amenazas contra los demás
miembros, y con todo eso los siguen. Dios te dio a tu
superior por ojos: cree que él discierne los colores;
que tú con tus pasiones estás ciego. Asiente a él aún
a la menor seña. Examina como te has en esto con los
padres, así espirituales como carnales, con los
mayores que te rigen, etc.
2.- Si tus ojos fueren sencillos, todo tu cuerpo estará
con claridad (2). Por los ojos entiende san Juan
Crisóstomo (3), el entendimiento. Este es menester
que sea sencillo, esto es, no ofuscado, ni imbuido de
principios erróneos, que sugiere el mundo y la carne.
Entonces toda la serie de las acciones será lustrosa, y
a Dios muy agradable. La voluntad se rige sin duda
por el entendimiento. Repara cuales sean en ti sus
principios: si sencillos, mirando a Dios solamente; si
doblados, que miran a Dios y a tus propias
conveniencias. Trabaja, pues, en llenar tu
entendimiento de principios rectos y sencillos, que
sólo convengan con Dios y no con el mundo y la
carne.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
115 Rito Romano 1962

3.- Si tus ojos fueren malignos, todo tu cuerpo será


tenebroso (4). Por los ojos entiende san Agustín (5),
la intención. Esta siempre es maligna cuando tiene
otra mira más que a Dios; al modo que un mal siervo
que rehúsa servir a su señor y sirve a otro, y en
especial a su enemigo. Y esto es lo que tú haces
cuando pones la mira en la vanidad y más en tus
comodidades, que no en la gloria de Dios. Pondera,
pues, la necesidad y utilidad de la pureza de la
intención. Haz que está tu mira sea sencilla, y tenga
puramente a Dios por objeto.

(1) Ibid. (2) Ibid. (3) Hom. 15 in Imperf. (4) Matth., 6.

VIERNES DE LA DECIMOPRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
NO SE HA DE SERVIR A DOS SEÑORES

1.- Nadie puede servir a dos señores (1), cuando


mandan cosas diversas o contrarias. Dos señores
tienes: uno con legítima potestad, otro con ella
usurpada sin derecho. O a Dios, o a la sensualidad
que contra Dios se rebela. ¡Hombre infeliz que tienes
y sufres a ésta, no tanto como a señor, sino como a
un tirano que cada momento te oprime! Pero ¡más
infeliz porque con gusto le toleras! Escoge ahora a
quien has de servir. Porque en vano intentas servir a
entrambos, que nadie lo puede hacer. Di, pues, a
Dios: Siervo tuyo soy (2), y no de otro.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 116

2.- A uno aborrecerá, a otro amará (3). La causa de


no poder servir a dos señores, es porque mandan
cosas contrarias: uno las que amas, el otro las que
aborreces. ¿Quién puede obedecer al mismo tiempo a
dos que mandan cosas opuestas? ¿Qué manda Dios?
Mortificar los sentidos, quebrantar los apetitos, etc.
¿Qué la sensualidad? Consentir con ella, gozar de las
criaturas, etc. No puedes, pues, servir a entrambos.
Adora, pues, al Señor legítimo; conságrate del todo a
Él: Y debajo de ti estará tu apetito y tú le dominarás
(4).
3.- Al uno aguantará, al otro despreciará (5). La otra
causa esta de tu parte; porque no puedes al mismo
tiempo querer y no querer una misma cosa. Debieras
quererla así, si quisieras servir a entrambos. Deberías
no querer servir a tus apetitos, porque un Señor así
lo manda; deberías darte a ellos, porque el otro así lo
ordena. Uno de ellos, pues, se ha de dejar. Escoge el
que quisieres. Los nombres mismos de señores son
precisa razón para que te determines.

(1) Matth., 6. (2) Ps., 118. (3) Matth., 6.


(4) Gen., 4. (5) Matth., 6.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
117 Rito Romano 1962

SÁBADO DE LA DECIMOPRIMERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
SE HA DE DEJAR LA SOLICITUD DE LAS COSAS
TEMPORALES;
SE HA DE BUSCAR EL REINO DE DIOS.

1.- Por eso os digo: No estéis cuidadosos de vuestra


alma por lo que habéis de comer, ni de vuestro
cuerpo por lo que habéis de vestir (1). Prohíbe la
demasiada solicitud en lo que toca al cuerpo y las
cosas necesarias; porque no es cosa menos inútil, que
si uno quisiera añadir un codo a su estatura. 2.
Porque este demasiado cuidado impide el cuidado
del alma, que debe ser el primero. ¿Por ventura no es
más el alma que la comida? ¿Para qué, pues, andas
tan solícito del lugar, de la ocupación, de tus
comodidades? Cuanto más te acongojas por estas
cosas, tanto menos miras por tu alma. Y ¡cuán poco
es el cuidado que de ella tienes! Pondera cuanto más
valga.
2.- Porque sabe vuestro Padre que necesitáis de
todas estas cosas (2). Enseña que el cuidado de estas
cosas se ha de dejar a Dios, que da pasto a las aves,
que viste a los lirios. Él lo sabe ciertamente, no con
ciencia solo especulativa, sino de una paternal
providencia. La solicitud que tienes de vivir aquí o
allí para lograr mejor salud, de no admitir por lo
mismo esta o aquella ocupación, es argumento de
desconfianza: ¿Por ventura no procuran esto las
gentes, que no tienen fe? Arrójate, pues, en el regazo
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 118

de la Providencia divina; porque ella es la que tiene


solicitud de ti (3).
3.- Buscad, pues, primero el reino de los cielos y su
justicia (4). El reino de Dios es nuestra gloria y
nuestra bienaventuranza. Por el nombre de justicia se
entienden los medios que nosotros debemos poner.
Aquí, pues, se ha de poner el principal cuidado; de
otra suerte en menos tienes ese cuidado, que
cualquier otro: si le pospones así, no le lograrás
ciertamente. No puedes a la verdad agradar a Dios,
si aprecias menos lo que manda que más estimes. De
donde sucede, que vaya retirando sus gracias.
Además que tú trabajas con más ahincó por aquello
que más aprecias. Si tienes, pues, más estimación de
otra cosa que del reino de los cielos, en ella
emplearas tus trabajos. Pero ¿acaso no es locura ante-
poner cualquiera cosa a la gloria de Dios, al reino de
los cielos? Sea, pues, tu primer cuidado lo que Jesús
ordena. Mira al fin para qué fuiste criado. Pon, sin
perdonar a trabajo, los medios para alcanzarle.

(1) Matth., 6. (2) Ibid. (3) I Pet., 5. (4) Matth., 6.

DOMINGO XII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


SE HA DE EVITAR EL JUICIO TEMERARIO.

1.- No juzguéis, para que no seis juzgados (1). Dios


no te ha hecho a ti juez de otro, sino compañero. El
Padre dio a su Hijo todo el cargo de juzgar (2). El
que juzga se toma para sí esta jurisdicción. La justicia
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
119 Rito Romano 1962

pide, que el que no es convencido de ser malo, sea


tenido por bueno. La caridad te dicta, que todo lo
que puedes lo eches siempre a buena parte. Mira
cuanto se peca por juicio temerario, examínate a ti
mismo, y repara si te levantas con el juicio de Dios.
Mejor harías en juzgarte a ti, para no ser así juzgado.
2.- Porque en el juicio, en que juzgareis, series
juzgados (3). Esta es la pena de los que juzgan
temerariamente. Con justo juicio permite Dios que
los tales sufran semejantes juicios de otros. Y no solo
estos, sino que caigan en los mismos defectos que a
otros imponen. ¿Cómo juzgas a tu hermano? Todos
compareceremos ante el tribunal de Dios (4). Y tanto
más riguroso juicio soportaremos, cuánto con más
rigor juzgare cada uno a su prójimo. Inexcusable
eres, o hombre todo, que juzgas (5) ¡Que sentencia
más grave! Teme, pues, de Dios el juicio. Y siendo así
que cada uno de los hombres ha de dar razón por sí
(6). Empléate tú solo en disponer tu cuenta.
3.- Hipócrita, arroja primero la viga de tu ojo, y ve-
ras entonces para echar la pajuela del de tu hermano
(7). Advierte el remedio para no juzgar; repara en tus
defectos: si bien los miras, hallarás que son mayores.
Si ponderas bien tus pecados, ¿cómo puedes juzgar el
pecado ajeno? te dice san Ambrosio (8). Si en
realidad es bueno lo que juzgas por malo, reconoce
cuánta sea la malicia del que de tal modo juzga: si el
hecho es dudoso, ¿por qué lo has de tener por malo?
Si es malo claramente, excusa la intención, si no
puedes la obra, te dice san Bernardo (9). Juzga que es
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 120

ignorancia: juzga que es fragilidad: juzga que es una


casualidad.

(1) Matth., 7. (2) Joan., 5. (3) Matth., 7. (4) Rom., 14.


(5) Rom., 2. (6) Rom., 14. (7) Matth., 7. (8) In Ps. 113.
(9) Serm. 4 in Cant.

LUNES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ENCOMIÉNDASE LA ORACIÓN.

1.- Pedid, y se os dará buscad, y hallareis: llamad, y


abriros han (1). Este es el medio para alcanzar la
gracia y la gloria. Necesitas de la gracia, pídela por la
oración humilde. Búscala por los medios debidos,
acompañados de la oración. Llama por la
longanimidad. Repara por aquí cual sea tu oración: si
es bastante humilde, si procede del conocimiento de
la propia miseria, si pides de esta suerte. Pides acaso
la humildad, pero no quieres la humillación; la
pobreza, mas no quieres sufrir falta de cosa alguna;
la paciencia, mas no quieres tener alguna pena, etc.
Es esto lo mismo que querer y no querer, que pedir y
desechar. Reconoce tu estolidez. Ora y determina
observar esto: Si buscáis, busca, convertíos y venid.
(2).
2.- Porque todos los que piden reciben: los que bus-
can, hallan, y al que llama se le abrirá (3). Este efecto
de la oración es infalible y cierto, porque Dios así lo
prometió. Cree y confía, con tal que quieras con
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
121 Rito Romano 1962

voluntad bien ordenada, esto es, queriendo lo que


Dios quiere: porque si quieres otra cosa, quieres
como el enfermo, lo que le es nocivo. Cualquiera
cosa que pidiéremos según su voluntad, nos oye (4).
Mas esto siempre lo alcanzarás, o conceda Dios lo
que le pides, o lo niegue; porque da lo equivalente
que te es provechoso. Tal vez no has orado así hasta
ahora, sino queriendo traer la divina voluntad a la
tuya; no rendir la tuya a la divina. Error grande es
este. No es esta confianza, sino presunción.
3.- Si vosotros, siendo malos, sabéis dar dones
buenos a vuestros hijos; ¿cuánto más vuestro Padre
dará cosas buenas a los que se las piden (5)? Este es
un argumento con que la bondad divina, y la
propensión natural de su amor para con nosotros,
afirma nuestra confianza. Nos hizo hijos suyos por la
adopción, y así se hizo padre. Como Dios y como
padre sabe, puede y quiere lo que nos es provechoso.
Ni otra cosa puede querer, si nosotros no le
forzamos. ¿Por ventura no lo hizo así contigo mil
veces? ¡Cuánto debes a un Dios tan bueno! ¡Cuánta
confianza debes concebir en Él para adelante!

(1) Matth., 7. (2) Is., 21. (3) Matth., 7. (4) I Joan., 5.


(5) Matth., 7.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 122

MARTES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
EL CAMINO ESTRECHO Y ANCHO

1.- Ancha es la puerta y espacioso el camino que


lleva a la perdición (1). El hombre mientras vive, en
el camino está, no en el término. Mas en el camino
que muchos son los que yerran. ¡Oh miserables los
que erráis eternamente! Hay un camino que al
hombre le parece recto, y sus fines llevan a la muerte
(2). Camino ancho es el que no se estrecha con la ley
de Dios y la razón, y se esparce sólo en el
derramamiento de los sentidos. ¡Oh cuántos son los
que andan por el! ¡Oh alma mía! ¡Cuánto tiempo has
andado este camino! Vuélvete ya del error: estrecha
tus apetitos en los términos de la ley y de la razón.
Repara que el camino de tus concupiscencias, por el
cual andas, lleva d la perdición.
2.- ¡Qué estrecho y angosto es el camino que lleva a
la vida, y pocos le encuentran (3)! El camino del cielo
es estrecho, porque no admite lo agradable, sino lo
lícito. No puedes ir por él con los jumentos de tus
pasiones, con las cargas de tus apetitos. Sólo y
solamente con Dios debes andar por él. No admite
faustos y pompas, no acompañamientos honrosos.
Todo esto has de renunciar, si quieres entrar por él.
¡Oh miserable! advierte ya de una vez, qué lejos de él
has andado. Pocos son los que le encuentran. Y tú,
¿no has sido uno de ellos? El esplendor mentido de
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
123 Rito Romano 1962

las cosas terrenas te cerró los ojos del alma, te


cegaron las pasiones, para que no le vieses.
3.- Porfiad a entrar por la puerta angosta (4). Para ir
por el camino ancho, no es menester que hagas
fuerza: con un natural movimiento te vas y caminas
por él. ¡Oh miserable condición la tuya, si no forcejas
para ir por el opuesto! Para penetrar por el camino
estrecho, es menester mucho ahínco: preciso es
hacerte fuerza. Para querer seriamente, se han de
arrancar las pasiones, los afectos a las criaturas; se
han de arrojar las cargas de las honras, del amor
propio, etc.; ¿Quieres hacer todo esto? Para querer,
mira al fin; porque este es el camino que lleva a la
vida.

(1) Matth., 7. (2) Prov., 14. (3) Matth., 7. (4) Luc., 13.

MIÉRCOLES DE LA DECIMOSEGUNDA
SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DEL GUARDARSE DE LOS PROFETAS FALSOS.

1.- Guardaos de los falsos profetas (1), o de tales


doctores. Pero ¿cuáles son estos? En ti mismo, son las
concupiscencias, los malos afectos, el amor propio de
ti y de las criaturas. ¿Qué de falsedades sugieren es-
tos? Que es bueno ser estimado y malo ser abatido:
que es bueno gozar de los gustos de las cosas criadas
y malo el renunciarlos, etc. Fuera de ti, son los
amigos díscolos, cuyos ejemplos sigues como
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 124

antorchas que te muestran la verdad; de quienes


aprendes a resistir a los superiores, a no hacer caso
de cosas ligeras, a darte gusto en todo, etc. * Y un
inadvertido del mundo a ser disoluto, liviano, hasta
cometer las mayores maldades. ¿Has seguido, por
mala ventura tuya, los principios de estos doctores?
Mas ¡con cuánto daño tuyo!, ¿Querrás acaso
seguirlos en adelante?
2.- Vienen a vosotros con vestidos de ovejas, y en lo
interior son voraces lobos (2). Ningún mal llega a
cara descubierta, siempre se cubre con apariencia de
bien. Por eso, ¡que fácilmente engaña, si el
entendimiento no está claro y limpio y no asiente a
los principios de la fe y de las virtudes! ¡Si no está
bien afirmada el alma contra las palabras y ejemplos
de los libres y relajados! ¡Oh miserable! ¿Por ventura
no has experimentado lobos los que creías ovejas?
Por lo menos abre ahora los ojos con tu mismo daño.
No atiendas en adelante a lo que por de fuera halaga,
sino a lo que realmente en sí es, a dónde lleva y que
es lo que sigue.
3.- Por sus frutos los conoceréis (3), al modo que se
conoce un árbol. Pondera bien, que frutos te trajo el
amor propio, el amor a las criaturas. ¿No son acaso
aquellos que tiene Dios horror?, ¿Qué frutos te traje-
ron las familiaridades de los libres?; ¿No son
aquellos que crían en tu conciencia el gusano roedor?
Conoces esto ¿y no lo enmiendas? Teme no seas
cortado: Porque todo árbol que no lleva buen fruto,
será cortado y echado al fuego (4).
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
125 Rito Romano 1962

(1) Matth., 7. (2) Matth., 7. (3) Ibid. (4) Ibid.

JUEVES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.

1.- No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el


reino de los cielos, sino el que hiciere la voluntad de
mi Padre (1). No aprueba a aquellos. 1º. Que hacen
por devoción algunas obras en sí buenas, pero dejan
las de obligación. 2º. No aprueba decir muchas cosas
y hacer pocas; conocer de Dios, muchas y sublimes
cosas, y querer obrar pocas por Él. ¿No eres acaso tú
del número de estos? Sabes y dices de Dios y de la
virtud infinitas cosas. Pero ¿cuántas haces? Clamas
en tus trabajos: Señor, Señor. Mas, ¿qué diligencia
pones tú para salir de ellos?
2.- El que hiciere la voluntad de mi Padre, que en los
cielos está, ese entrará en el reino de los cielos (2).
Sentencia infalible. No entrarás por otra vía, que
haciendo la voluntad de Dios. Pero, ¿cual es de Dios
la voluntad? Ésta la muestran los superiores: El que a
vosotros oye, a Mí me oye (3). Esta la muestran las
reglas, que no son invenciones de hombres, sino de
Dios. Esta la muestran los mandamientos divinos, las
leyes y obligaciones de tu estado. Si no guardares e
hicieres las palabras todas de la ley, aumentará Dios
tus plagas, porque no oíste la voz del Señor Dios
tuyo (4). Repara bien si tus obras concuerdan con la
voluntad de Dios: como te portas en orden a lo que
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 126

disponen los superiores: como en lo que mandan tus


reglas, tus obligaciones, y en fin el gusto y los
preceptos de Dios.
3.- Muchos me dirán a Mí en aquel día, Señor, Señor:
Por ventura ¿no profetizamos en tu nombre y no
lanzamos los demonios, etc.? Entonces les confesaré,
que nunca os conocí (5). Enseñar, absolver pecadores,
causar mociones grandes a los pueblos, son gracias
gratis dadas, Si presentas a Dios solas estas cosas,
oirás: No os conocí. Luego otras cosas te pide a ti
Dios, que de alguna manera sean tuyas: tu
cooperación, tus méritos. ¡Oh qué pobre has sido
hasta ahora! ¿Comparecerás así delante de Dios?
Añade lo que puedes, porque: Aunque hagas cuanto
puedes, aún serás siervo inútil (6). Con todo no te
pedirá Dios más de lo que puedas.

(1) Matth., 7. (2) Ibid. (3) Luc., 10 (4) Deut., 28.


(5) Matth., 7. (6) Luc., 17.

VIERNES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
ES LIMPIADO EL LEPROSO.

1.- Llegándose un leproso, le adoraba, diciendo:


Señor, si quieres, puedes limpiarme (1). Confiésale
Señor, créele omnipotente, asegura una voluntad
igual a la potencia, ni dice: Límpiame; si solo somete
a su voluntad el deseo de su salud. ¿Por ventura te
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
127 Rito Romano 1962

portas tú así con Dios? ¿Ejercitas acaso el acto de fe


cuando le pides algo? ¿Crees que es Señor, que a su
arbitrio te puede conceder o negar? ¿Te sujetas a ti y
tus peticiones a su disposición con resignación
perfecta? Así has de orar; de otro modo pides lo que
no quiere que pidas.
2.- Alargando Jesús la mano, tocóle diciendo:
Quiero, sé limpio (2). ¡Oh pronta benignidad la de mi
Jesús! ¡Oh si cuando me toca a mí en la Eucaristía,
me dijera: Quiero, sé limpio de la lepra de tu alma!
En ella nos muestra que quiere del modo mismo, y
que puede dar lo que se le pide. En las cosas, pues
que tocan a la salud del alma, no digas: Por Dios
queda (3). No digas: Quisiera; pero Dios no me da
gracia. ¿No la da? ¿Es acaso porque no puede? Esto
no lo crees. ¿O es porque no quiere? Esto es falso. No
quiere, es verdad, por medio de milagros; pero
quiere con la condición de tu cooperación. En ti,
pues, esta cumplir la condición para alcanzar
absolutamente lo que pides. Más aquí es donde se ve
tu flaqueza.
3.- Y luego se le limpió la lepra. Y Jesús, le dice: Mira
que a nadie lo digas (4) Ordénale que a ninguno lo
diga, para enseñar que no habemos de publicar
nuestros beneficios, dice san Ambrosio (5). Y san Juan
Crisóstomo (6): Muestra, dice, cuan ajeno era de la
aura de la gloria y de la pompa jactanciosa.
Aprende tú esto también: no andes a caza del viento
de la vanidad: no te prediques a ti sino a Jesús, de
quien tienes, si tienes algo que merezca alabanza.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 128

(1) Matth., 8. (2) Ibid. (3) Eccli., 15. (4) Matth., 8.


(5) L. 5 in Luc. (6) Hom. 9.

SÁBADO DE LA DECIMASEGUNDA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES CURADO EL SIERVO DEL CENTURIÓN

1.- Llegóse a Él un centurión, rogándole: Señor, mi


criado esta en cama paralítico y malamente fatigado
(1). Pidiendo este amo por su criado, confunde a
aquellos que tienen más cuidado de un perro, que de
un hombre que les sirve. Esto lo tienes tú por cosa in-
digna. Pero igualmente es indigna cosa que tengas tú
más cuidado del cuerpo que del alma. ¿Por ventura
no la tienes a ésta paralítica? Sabes lo que has de
hacer; mas para hacerlo es preciso una voluntad
generosa. Por falta de ésta, ¡qué poco has
aprovechado! Ni tienes que esperar más, si no la
tienes.
2.- Dícele Jesús: Yo iré y le curaré (2). ¡O pronta
benignidad de mi Jesús! Veis, Señor, mi enfermedad;
decidme también: Yo iré y la curaré. Aprenderé de
Vos a ir con presteza a las necesidades y males de mi
prójimo. El Centurión, respondiendo, dice: Señor, yo
no soy digno de que entres en mi morada. Repara en
la humildad de este hombre. Concibe de ti una vil
opinión, y no llevarás tan mal el ser despreciado. Lo
que uno juzga sinceramente de sí, no tiene
sentimiento ni admira que otros lo juzguen y lo
digan. ¿Qué dices tú cuando viene Jesús a la morada
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
129 Rito Romano 1962

de tu alma? Pero ¿cuánto te dura aquel sentimiento


de humildad? ¡Oh torpe inconstancia en un
propósito tantas veces repetido!
3.- Jesús se admiró, y dijo a los que le seguían: No
encontré tanta fe en Israel (3). Admira la fe de un
hombre gentil, la antepone a la fe de los judíos,
ilustrados con el conocimiento de Dios; Añade que
muchos habían de venir de los gentiles de Oriente y
Occidente al reino de Dios, y que los hijos del reino
serian desechados. ¿Cuántos hay de éstos, que tú
desprecias, que te exceden en virtud? Teme tú, que
por la vocación religiosa fuiste señalado por hijo del
reino, no lo pierdas por tu falta de fe y de virtud, y
entre otro en tu lugar. Teme tú, católico, que por tu fe
eres hijo del reino, no pierdas el serlo por tu
descuido y fe amortiguada con malas obras, y llame
Dios en tu lugar a un gentil, a un judío, a un hereje.
Concluye el Señor: Ve y según creíste se te cumpla. Y
quedó sano el criado en aquella hora. Mira lo que mide
con Dios la confianza, acompañada, de la humildad.

(1) Matth., 8. (2) Matth., 8. (3) Ibid.

DOMINGO XIII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


ES RESUCITADO EL HIJO DE LA VIUDA.

1.- Acercándose a la puerta de la ciudad, llevaban a


enterrar un difunto, hijo único de su madre; y ésta
era viuda (1) Un hijo único en la flor de su edad, y en
riquezas abundante, muere inopinadamente. ¿Quién
tendrá confianza de la vida? Esto han de pensar
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 130

siempre los jóvenes. Ordinariamente mueren más


mozos desprevenidos que viejos; porque la
esperanza de la vida, que les lisonjea, los engaña.
¿Qué sería, si esta fuera la hora de partir de este
mundo? Haz aquello que hicieras, si lo supieras
ciertamente ¡Oh bondad!, ¿cuántas veces hizo esto
también contigo? Encontróse con este en la puerta de
la ciudad, en donde antiguamente se hacían los
juicios. La muerte es la puerta de la eternidad. En
ésta serás juzgado. ¡Oh buen Jesús! asistidme aquí.
2.- El Señor movido de su misericordia, la dijo (a la
madre): No quieras llorar (2). Tienes a Dios, alma
mía, de quien es propio apiadarse. En Él has de
colocar tú esperanza: a este sólo has de pedir
consuelo. No llores. Tú que lloras temporales
pérdidas, que amaste lo que poseías, ¿por qué pones
tanto afecto en lo que perece? Algún día llorarás por
haberlo amado. Ama lo que es sólo eterno, lo que no
puedes perder, sino que sea abandonándolo por tu
voluntad.
3.- Y se llegó y tocó el féretro, y dijo: Joven, a ti te
digo, levántate (3). Esto es lo que hace Dios en tu
alma, muerta por el pecado. Llégase por la gracia
preveniente. Porque sin eso ¿cómo podrías resucitar
por ti sólo? Tócate o por el temor, o por la esperanza
de lo futuro. Clama por tantas inspiraciones, para
decirte: Levántate. Mira cómo es obra de Dios el que
te levantes. Advierte ahora lo que tienes de tuyo. 1.º
Los que le llevaban se pararon. Llevaban a tu alma
las indómitas pasiones. Ya es justo que paren y se
repriman. 2.º Incorporóse el que estaba muerto. Así
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
131 Rito Romano 1962

debes levantarte a las cosas eternas. 3.º Y empezó a


hablar con Cristo, a darle gracias, a alabarle, etc.

(1) Luc., 7. (2) Ibid. (3) Luc., 7.

LUNES DE LA DECIMATERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LEGACÍA DE SAN JUAN BAUTISTA A JESUCRISTO

1.- Enviando Juan dos de sus discípulos, le dice:


¿Eres Tú el que has de venir, o esperamos a otro (1)?
¿De dónde los envía? Desde la cárcel. Luego ni aun
estando en el peligro de muerte se descuida de
cumplir el cargo que se le dio. ¿Qué molestia hay tan
ligera que no te distraiga y ponga tal que no puedas
pensar en Dios? 2º. No pregunta esto por sí, que ya
había mostrado a Cristo con el dedo; sino por sus
discípulos, para darles ocasión de que se llegasen a
Él. Repara en esto el celo de las almas y la destreza
en ganarlas. 3º. Pregúntate también a ti, ¿Si esperas a
Jesús o a otro? Si pones en Él toda tu confianza, o la
tienes en las criaturas, etc.
2.- Volviéndoos, decid a Juan lo que habéis oído y
visto (2). ¿A qué viene esto para lo que se pregunta?
para probar que es Él mismo, no con jactancia de
palabras, sino con la muestra de las obras. Porque al
tiempo que estaban presentes los discípulos de san
Juan, curaba los ciegos, los cojos, los leprosos, los
sordos, resucitaba los muertos y predicaba a los
pobres. Con estos hechos responde. ¿Profesas tu
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 132

imitar a Cristo? Lo has de probar con obras, no


asegurar con palabras. El que examinará tus obras
(3), no se contentará con palabras. Ten cuidado que
tus obras correspondan a tu vocación.
3.- Bienaventurado será el que no se escandalizare en
Mi (4). Añadió esto para que san Juan tuviese pie de
prevenir a sus discípulos, e instruirlos en su pasión,
porque no se escandalizasen entonces con su
humillación, oprobios y muerte. Pero también se dice
esto por tu causa, para que ya que eres imitador de
Jesús, no te avergüences de su humildad, desprecios,
paciencia, etc. Con verdad te escandalizas y ofendes
de estas cosas, pues después de tales ejemplos las
rehúsas.

(1) Matth., 11. (2) Matth., 11. (3) Sap., 6. (4) Matth., 11.

MARTES DE LA DECIMOTERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
SAN JUAN ES ALABADO DE CRISTO.

1.- ¿Que habéis salido a ver al desierto? ¿Una caña


movida del viento? ¿Un hombre vestido
delicadamente (1)? Con ocasión de la pregunta que
se le hizo, podían presumir las turbas que san Juan
que había predicado a Cristo por Mesías, había
mudado ya de parecer, o que a lo menos dudaba si lo
era. Alábale, pues, por la constancia de su sentir; que
no es mudable como la caña, que a una y otra parte
se inclina. También le ensalza por la aspereza de su
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
133 Rito Romano 1962

educación, que no conduce poco para mantener la


firmeza del ánimo. Carea con ésta tu inconstancia. Ya
te animas y resuelves, empiezas a domar tus
pasiones; pero desistes luego. Propones hacer obras
grandes; mas al tiempo del obrar las omites. Te
apartaste de las criaturas; pero luego te vuelves a
ellas. Duélete de esta tu inconstancia y enmiéndate.
2.- También os digo a vosotros, que es más que
profeta; porque él es aquel de quien está escrito: Mira
que yo envío delante de ti a mi ángel (2). Mas que
profeta; porque no tanto profetizó a Cristo, sino que
le mostró. Ángel, por el oficio de precursor,
perfectamente administrado. Así no le alaba Cristo
por siervo fiel, sino por el oficio y sus obras. Y esto es
alabar verdaderamente. No es más digno de
alabanza el que tiene oficio más lustroso, sino el que
cumple mejor con el que tiene. ¿Qué tienes tú con los
oficios ajenos? Cuida de cumplir bien con aquel que
te encarga la obediencia. ¿Procuras hacerlo con
perfección? Mira en lo que faltas. Y sé tan fiel en
hacerlo, cuanto quieres y deseas ser alabado de Dios.
3.- Entre los nacidos de mujeres ninguno nació
mayor que Juan Bautista (3). ¡Incomparable alabanza
de san Juan! pero de que él se hizo digno. No puede
Dios alabar sino lo que es digno de alabanza. Mas el
que tú lo seas, lo hace así Dios; pero no sin ti.
Gustarías mucho de ser alabado de Cristo: puedes
alcanzarlo, si imitas a san Juan en la constancia del
ánimo, en la aspereza de la vida, o en la
mortificación de ti mismo, en el celo de glorificar a
Cristo, y en sus angélicas costumbres.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 134

(1) Matth., 11. (2) Ibid. (3) Matth., 11.

MIÉRCOLES DE LA DECIMOTERCERA
SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LA CONVERSIÓN DE LA MAGDALENA.

1.- Una mujer, que era pecadora en la ciudad, luego


que supo que Jesús se sentó a la mesa del fariseo,
trajo el alabastro del ungüento (1). Era la Magdalena
por su licenciosa vida el escándalo de la ciudad.
Dios, que no quiere la muerte del pecador, la movió
interiormente. Así ama aquella Bondad aún cuando
es ofendida. Luego que conoció a Dios por la fe, a sí
y sus pecados por la ilustración, y la ocasión
oportuna por la prudencia, sin dilación acude a Él,
sin respeto de ser en casa ajena y a la presencia de
tantos hombres en un convite. ¡Cuántas cosas te
enseña en esto! Ejercitar a menudo la fe, conocerte a
ti, aprovechar la ocasión del bien, tomar generosas
resoluciones, no atender a los respetos humanos
cuando se trata del negocio de tu salud. ¡Oh si hasta
aquí observarás todo esto!
2.- Y poniéndose por detrás cerca de sus pies, empezó
a regalarlos con sus lágrimas y limpiarlos con los
cabellos de su cabeza, etc. (2). Por detrás. Por la
confusión humilde rehúsa la vista de Jesucristo; mas
no hace caso, ni se le da por los convidados. Pero tú,
si padeces confusión, huyes de que te vean los
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
135 Rito Romano 1962

hombres. ¡Tal es tu soberbia! ¡Qué amor fue aquel tan


grande, y que dolor, que sacaron tanta copia de
lágrimas, que pudieron lavar los pies de Cristo! ¡Qué
escaso es, pues, tu amor y tu dolor, que no te hacen
arrojar una lágrima sola! Pero mira que le enciendas
con el motivo de tan gran bondad de Dios.
3.- Y besaba sus pies, y los ungía con el ungüento (3).
Todos los instrumentos del pecado los convirtió en
obsequio del Señor. ¡Oh si tú también: Lo que te
concediste con torpeza, ya lo ofrezcas a Dios con
alabanza, y cuantos fueron los deleites que te diste,
hagas ya de ti otros tantos holocaustos, como dice
san Gregorio (4)! Pero Cristo entre tanto estaba
limpiando el alma de la Magdalena; apagaba en ella
el amor de las criaturas, etc. Con semejante amor has
de derramar tu tan gran copia de lágrimas, que se
llegue a apagar en ti el de las criaturas y tu amor
propio.

(1) Luc., 7 (2) Luc., 7 (3) Ibid. (4) Hom. 33.

JUEVES DE LA DECIMOTERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DEFIENDE CRISTO A LA MAGDALENA.

1. El fariseo juzga dentro de sí diciendo: Si éste fuera


profeta, supiera, a la verdad, quién y cuál es la mujer
que le está tocando, que es una pecadora (1).
¡Cuántos errores comete en un juicio solo! 1º. Que
Cristo no es profeta. 2º. Que Cristo ignora el estado
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 136

de la Magdalena. 3º. Que la Magdalena ya contrita,


aún era pecadora. 4º. Que debía Cristo arrojar de sí a
tal mujer. 5º. Que el justo se hace inmundo, si un
pecador le toca. Yerra el que temerariamente juzga a
otro. Y, ¡cúan gravemente! Llámate a ti mismo a
juicio. Sentirás mejor de otro cualquiera, si miras a
Cristo en su persona.
2.- ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua a
mis pies; mas ésta, etc. Cayeron en el juicio del
fariseo Cristo y la Magdalena. Toma la defensa de
ésta; pero de sí, calla como la Magdalena también.
Enmudece si alguno te murmura: Dios hablará por ti,
porque es la misma verdad, no así como los
hombres. Él ve lo que tú eres; no según el otro juzga.
Teme de Éste el juicio, no el de los hombres.
3.- Se te perdonan tus pecados (2). ¡Que sentiría la
Magdalena al oír estas palabras! ¡Qué consuelo! Pero
aquel que depende de la caridad, porque amó
mucho. ¡Oh, si mereciera yo también oír esto mismo!
Mereciéralo por cierto, si mucho amase. Nota que
Dios no escasamente, sino que intensamente debe ser
amado; a lo menos lo ha de ser con amor apreciativo,
de modo, que sea tenido en más que todas las cosas
criadas. ¿Ámasle así por ventura? Pondera cuánto es
el cuidado que de ti tienes; cuanto de lo que toca a
Dios; cuanto es tu afecto a las criaturas, y para con
Dios cuánto sea. No tienes que esperar perdón, si tú
no dieres amor.

(1) Luc., 7. (2) Ibid.


IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
137 Rito Romano 1962

VIERNES DE LA DECIMOTERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES ARROJADO EL DEMONIO CIEGO Y MUDO.

1.- Presentáronle uno, que tenía un demonio, y era


ciego y mudo, y le curó de modo que hablaba y veía y
todas las turbas se pasmaban (1). El demonio astuto
ocupa aquellos sentidos que son caminos para la fe,
la fe entra por el oído (2), y para el conocimiento de
Dios. A las cosas suyas invisibles las ve y conoce la
criatura del mundo, por aquellas que fueron hechas
(3). Pues cuando se cierra el camino para el
conocimiento de Dios; ¿qué esperanza queda del
bien? Guárdate, pues, no te ocupe el demonio estos
sentidos. Escucha las pláticas con que seas instruido.
Conoce a Dios increado, por las cosas que crió.
Pondera la benignidad del que sana, que lo hace sin
ser rogado. ¡Qué hará contigo, si con fervor se lo
pides! Sabe que han de murmurar los fariseos. Mas
¿qué importa? Si te dejas mover de las hablillas de
los hombres, nunca servirás a Dios seriamente.
2.- Algunos de ellos dijeron: Por virtud de Belcebú,
que es de los demonios el príncipe, lanza los
demonios (4). Siempre de lo mejor chupa la envidia
su veneno. No podían negar que aquel hombre había
sido libre del demonio; y luego atribuyen esto a
pacto que tenía con Él. Si tan graves cosas a Cristo se
le imputan, ¿cómo te admiras tú y te sientes de que
te achaquen unas tan ligeras? ¿Eres, por ventura, más
santo que Dios? Atiende antes al modo con que lo
llevó el Señor. No se venga, pudiendo, ni aún se
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 138

conmueve. Refuta con modestia la calumnia,


diciendo que no es propio de los demonios echarse
unos a otros. Lo haces así tú cuando te ves injuriado
¿Lo sufres con mansedumbre? ¿Lo refutas mirando a
Dios solamente, o más acaso porque tu honra no
peligre?
3.- Si en el dedo de Dios lanzo los demonios, por
cierto que el reino de Dios ha llegado a vosotros (5).
De que Cristo no lance los demonios por virtud de
Belcebú, saca que los lanza por la virtud de Dios
pues por otra virtud es imposible. Advierte aquí
cómo se ha de cerrar al demonio la entrada en el
alma; pues por ninguna otra fuerza tú le puedes
echar de ella. Vela, pues, sobre las puertas de tus
sentidos; porque ordinariamente por aquí es dónde
halla él la entrada. Nada has de dar a los sentidos,
que la recta razón no dicte que se les debe conceder.

(1) Matth., 12. (2) Rom., 10. (3) Rom., 1.


(4) Luc., 11. (5) Ibid.

SÁBADO DE LA DECIMOTERCERA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
LA SEÑAL DE JONÁS, PROFETA.

1.- Maestro, queremos ver en ti alguna señal (1).


¡Qué descaro! Vieron resucitados los muertos, las
enfermedades curadas, los ciegos y sordos con sus
sentidos recuperados, y buscan señales; mas no para
creer, sí para tentar. Así lo haces tú con Dios. Pides
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
139 Rito Romano 1962

que se haga por sola su virtud, lo que no puede hacer


en esta providencia ordinaria. Esto es, que entres en
el reino de Dios, sin hacerte violencia; librarte de la
tentación, sin que resistas; adquirir alguna virtud, sin
que tú pongas los medios. Así, pues, tientas tú a
Dios. Y ¿qué descaro tuyo no es este?
2.- No se le dará otra señal, más que la señal de
Jonás profeta (2). Esta es la señal de su muerte. Para
que sepas que así como convino que Cristo muriese
padeciendo, y así por la violencia entrase en su reino
(3); así tú no le lograrás sin hacerte fuerza. Es
necesaria, pues, magnanimidad y resolución
generosa. Y esto es en lo que tú, miserable, faltas.
Advierte bien que tibias son tus resoluciones. Y ¿qué
maravilla es que no se vea de ellas efecto alguno?
3.- Los ninivitas se levantarán en el juicio contra
esta generación, y la condenarán (4). Porque los
ninivitas, siendo bárbaros y gentiles, hicieron
penitencia por la predicación de Jonás. Juzga que a ti,
oh religioso, te dice: Levantáranse los seglares, y te
confundirán; pues no recibieron en vano la gracia de
Dios, cuando por su cooperación la hicieron eficaz. A
ti se te dice, seglar católico a quien condenarán
tantos gentiles, a quienes las mismas verdades
hicieron muy fervorosos cristianos. ¿Y qué haces tú,
negligente, de cualquier estado que seas? ¿Pides
señales? ¿No es señal la gracia de la vocación? ¿El
llamamiento al cristianismo? ¿No son señales tantas
inspiraciones de Dios, tantos ejemplos, tantos avisos?
etc.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 140

(1) Matth., 12. (2) Matth., 12. (3) Luc., 24.


(4) Matth., 12.

DOMINGO XIV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


QUIÉNES SEAN LA MADRE Y
LOS HERMANOS DE JESÚS.

1.- Mira que tu Madre y tus hermanos están afuera


buscándote (1). San Jerónimo dice aquí, que esto se lo
dijeron a Cristo, para ponerle asechanzas, para ver si
prefería la obra espiritual a la carne y a la sangre, o a
los suyos. Mas el Señor, como indignado, responde:
¿Quién es mi madre, y quiénes mis hermanos? Como
si dijera: Cuando se hace la causa de Dios nada tengo
con mi madre. ¿Te desnudaste tú de todo afecto de
carne? ¿No te mueve algo la sangre en perjuicio de
Dios? Guárdate no se te diga aquello: El que ama a
su padre y a su madre más que a Mí, no es digno de
Mí (2).
2.- Y extendiendo la mano hacia sus Discípulos, dijo:
Mirad mi madre y mis hermanos (3). San Gregorio,
explicando esto (4), dice: El que creyendo es hermano
y hermana de Cristo, se hace su madre, predicando,
cuando por medio de su voz se engendra el amor de
Cristo en el alma de su prójimo. Repara la dignidad
de los varones apostólicos, quienes por un modo
espiritual se hacen madre de Cristo, predicando,
convirtiendo, encendiendo a otros en el fuego del
amor de Dios. Enciende en ti (cualquiera que seas) el
celo apostólico, *moviendo a otros a la virtud y amor
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
141 Rito Romano 1962

de Dios, con las palabras, con el ejemplo, etc., para


que goces de esta dignidad.
3.- Cualquiera que hiciere la voluntad de mi Padre,
que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana
y mi madre (5). Quiere decir Jesucristo, que tiene un
espiritual parentesco con los que hacen la voluntad
de su Padre; Pues, como dice san Juan Crisóstomo
(6): La única, sola y verdadera correlación de
consanguinidad, y estrechez con Cristo, es hacer la
voluntad de Dios, a que se sigue el amor más tierno.
Pondera el precio de la obediencia. El superior es
vicario de Dios, que le gobierna. Si te manda alguna
cosa, no la rehuses. Y esto sea sólo lo que te mueva:
Serás amado de Cristo.

(1) Matth., 12. (2) Matth., 10. (3) Matth., 12.


(4) Hom. 3 in Evang. (5) Matth., 12.
(6) Hom., 45 in Matth.

LUNES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR Y
DE LO QUE SEMBRABA.

1. Salió el que siembra (1). El sembrador es Dios, que


salió comunicándose por su bondad a las criaturas,
produciéndolas por su poder, gobernándolas por su
providencia. Admira y ama su hondad: sujétate a su
poder: sométete a su próvido cuidado. 2º. Jesucristo
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 142

es sembrador, que salió del Padre, y vino al mundo


hecho hombre, sólo por puro amor nuestro.
Reconoce tal amor, y retórnale. 3º. Es lo de también
cualquier varón apostólico que sale a procurar la
salud de su prójimo. Este necesita de celo y de sólida
virtud, no sea que buscando la salud ajena, pierda la
propia. Advierte cuan necesario te es adquirir en tu
vocación virtudes sólidas. Mira las que te faltan.
2.- A sembrar su simiente (2). La semilla son: 1º. Las
criaturas: el mundo es la tierra en que se siembran.
En ésta tú has sido puesto también. Acuérdate de tu
Criador y tu gobernador. 2º. La sangre, los méritos
de Cristo, y las gracias, que de aquí proceden. La
tierra es el alma, así estéril como fecunda; porque
ninguna hay, a quien no se den. ¡Admirable es la
bondad de Dios! ¡Miserable la esterilidad de tantas
almas! 3º. Es la doctrina evangélica, las internas
inspiraciones. El campo es el entendimiento
igualmente estéril también, que fuera del
conocimiento nada más dirige; pero fecundo en
cuanto inclina la voluntad ¡Cuánto cuidado se debe
tener en cultivar el entendimiento, fecundándole de
principios sobrenaturales! ¡Cuán de admirar son las
divinas inspiraciones!
3.- Al sembrar una cayó en el camino (3). De tres
modos es la tierra estéril. Una es por ser camino por
donde van todos. Tal es el alma derramada en las
criaturas, nada recogida en sí, abierta a todo género
de pensamientos de mundo, que, como pasajeros,
pisan las buenas inspiraciones. De donde proviene,
que no se halla en el trato con Dios gusto alguno: una
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
143 Rito Romano 1962

hora de oración se hace un año, cuyo fin apenas


aguardas para volver a tus diversiones. ¡Oh alma
miserable, por quien, menos Dios, todos pasan!
Cerca, pues, tu camino (4) con la hora ordinaria de
oración o también con más frecuente recogimiento.
Aviva, renovando entre día los propósitos de la
mañana.

(1) Luc., 8. (2) Ibid. (3) Luc., 8. (4) Osee, 2.

MARTES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
CONSIDERACIÓN DE LA MISMA PARÁBOLA.

1.- Otra cayó sobre la piedra, y después de nacer se


secó, porque no tenía humedad (1). La tierra
pedregosa es el alma endurecida con los malos
hábitos, acostumbrada a vivir según la sensualidad;
y por tanto no tiene sino un escaso jugo de devoción.
Y por eso por mil propósitos que haga, las verdades
que conoce no pueden echar en ella raíces, y con
cualquier afecto de amor, temor, respeto humano, u
otro cualquiera, se secan. Una alma tal empieza
siempre, y en empezando lo deja todo. Si tal eres, dí
¿qué harás cuando venga el Padre de familia y
busque en tu heredad el fruto? Concluye de esto
cuanto debes aplicarte a mortificar tus malos hábitos.
2.- Otra cayó entre las espinas, y creciendo estas a
un tiempo la sofocaron (2). La tierra espinosa es una
alma entregada a negocios y llena de inútiles
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 144

cuidados, en quien el cuidado de si, de Dios y de la


eternidad tiene el lugar postrero; que conoce bien las
verdades sobrenaturales, mas por otros cuidados, v.
gr., del estudio, del oficio, no toma tiempo para
practicarlas. ¡Infeliz alma, en quien se sofoca el
espíritu de Dios! ¡a quién el estudio, el nimio apego,
sin necesidad, al trato con los prójimos; * y en todo
cristiano los negocios, el ahínco de tener y agenciar la
vanidad del mundo, etc., hurtan el tiempo que se
debía emplear con Dios! Entiende como debas
moderar otros cualesquiera cuidados.
3.- Otra cayó en la buena tierra, y habiendo nacido,
dio fruto (3). Añade san Mateo (4): Una ciento, otra
sesenta, otra treinta por uno. Esta es la buena y más
excelente alma, opuesta a las tres primeras; porque
oye la palabra de Dios con gusto; porque la entiende,
ponderándola, y practicándola, da el fruto en
paciencia o constancia, venciendo las dificultades.
Tal debes ser tú, tierra la más excelente y fértil, a
quien no se le pase y pierda la menor partecita de
bien, que no emplee con todas sus fuerzas en la
virtud para agradar a Dios. Ni debes contentarte con
dar fruto de treinta, has de anhelar el de ciento. Esto
es, a mayor, y siempre mayor gloria de Dios.

(1) Luc., 8. (2) Ibid. (3) Luc., 8. (4) Matth., 13.


IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
145 Rito Romano 1962

MIÉRCOLES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
PARÁBOLA DE LA CIZAÑA.

1.- Sembró buena simiente en su heredad; pero


estando durmiendo los hombres, vino su enemigo, y
sembró sobre ella cizaña (1). Lo que siembra Dios,
aún en la buena tierra, hacen cuanto pueden el
diablo, el mundo y la carne por perderlo; y esto tan
artificiosamente, que cuando está aún en yerba o a
los principios, no podrás distinguir fácilmente el
grano de la cizaña, por causa de tu amor propio, que
lo que es falso lo viste con apariencia de verdad.
Examina si tienes algunos bienes .o virtudes, ¡con
cuantos males están mezclados, con respetos
humanos, intención menos pura y amor propio! Y
esto sucede cuando están los hombres dormidos,
cuantos no velan sobre si con gran cuidado. ¡Cuánto,
pues, se ha de estar alerta hacia todas partes!
2.- Habiendo, pues crecido la yerba y echado fruto,
entonces apareció la cizaña. Y llegándose los criados
del Padre de familia, le dijeron: Señor, ¿no sembraste
buena simiente en tu heredad? ¿De dónde, pues, tiene
tanta cizaña? Y les dice: Esto hizo el hombre
enemigo (2). Piensa que se te dice a ti esto. Parecías
buena semilla en la yerba del noviciado,* y tú, seglar,
en las muestras que dabas en tu juventud por la
educación que te dieron; mas ya se deja ver la cizaña,
y caen todas aquellas esperanzas que se tenían de ti.
¿Con qué animo oirás esto? Pero, en fin, lo hace el
hombre enemigo; que es, 1º. Tú mismo, que con
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 146

demasía te dejas llevar de tu amor propio. 2º. Los


compañeros: te juntaste a aquellos en quienes había
más de liviandad que de espíritu. Por eso contrajiste
sus costumbres, etc.
3.- Mas los criados dijeron: ¿quieres que vayamos, y
la arranquemos? Y dice: No, no sea que cogiéndola,
arranquéis al mismo tiempo el trigo (3). Repara la
paciencia de Dios y de los superiores con tus
defectos. Toléranlos por esto, porque del todo no te
pierdas, teniendo esperanza de tu enmienda. Si esta
no se consigue, ¡cuánto debes temer, que al tiempo
de la siega, o de la muerte diga Dios: Recoged
primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla
en el fuego del purgatorio! No te lisonjees ser cosa de
poca monta, que sea entregada al fuego. Acaso veras
entonces, que hay en ti grandes haces de mala yerba,
y pocas de trigo. Si esto temieres santamente, con
más firmeza esperarás entonces. Pero considera,
cualquiera que esto meditas, si hay en ti tal cizaña
que haya de ser pasto del fuego del infierno.

(1) Ibid. (2) Matth., 18. (3) Ibid.

JUEVES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
PARÁBOLA DEL GRANO DE MOSTAZA.

1.- Es semejante el reino de los cielos al grano de la


mostaza, que tomándolo el hombre lo sembró en su
campo; el cual es el menor entre todas las semillas
(1). Las verdades evangélicas son este grano. ¡Qué
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
147 Rito Romano 1962

viles y despreciables para el mundo! Que son felices


los pobres y los que padecen persecución, que las
riquezas son espinas, que el yugo de Cristo es suave,
etc. Pero se han de sembrar en el alma por medio de
su aprensión viva y profunda consideración. Dime:
¿Por qué está desolada con desolación la tierra del
alma, sino porque nadie lo considera en su corazón
(2)? No las aprecies según la carne como hasta aquí
lo has hecho.
2.- Pero en creciendo, es mayor que todas las
hortalizas y se hace árbol (3). Si en un buen corazón
siembras estas verdades, crecerán hasta hacerse un
árbol, que lleve muy dulces frutos al paladar de
Jesús, frutos, es a saber, de honor y de honestidad.
Cuando, al contrario, los falsos principios del mundo
y de la carne, solo llevan frutos de torpeza. Mira
cuan cierto sea esto, y penetra tanto más altamente el
genuino y verdadero sentido de los dogmas de
Jesucristo, con deseo de practicarlos.
3.- De tal modo, que las aves del cielo vienen y ha-
bitan en sus ramas (4). Por las aves entiende los
afectos santos de la unión con Dios, que suelen nacer
en el alma, cuando se penetró bien la doctrina de
Jesucristo. De aquí procede el afectuoso anhelo de
querer agradar a Dios, de cumplir toda su voluntad,
no menos en las cosas arduas y adversas, que en las
fáciles y prósperas. De aquí colige la causa porque
careces de tan generosos afectos.

(1) Matth., 13. (2) Jerem., 12. (3) Matth., 13.


(4) Matth., 13.
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 148

VIERNES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
PARÁBOLA DEL TESORO,
DE LA MARGARITA Y DE LA RED

1.- Es semejante el reino de los cielos a un tesoro


escondido (1). Esto es la perfección religiosa por la
abundancia de gracias; pero escondido a los ojos de
los imperfectos y del mundo que no le estiman. El
que le halló, le esconde. ¿No le buscas para hallarle?
Por el gozo que tiene de él va. ¿No tienes puesto tu
gozo en las cosas que tocan a la perfección, mas aún
le tienes en las vanidades y sensuales contentos?
Vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. ¿No
lo dejas todo? ¿Aún estas pegado a ti .Y a las
criaturas por tu amor propio? Y ¿qué hallarás
finalmente en tus manos?
2.- Es semejante el reino de los cielos a un hombre
negociante que busca buenas margaritas (2).
Negociante eres, a quien dijo Dios: Negociad
mientras vengo (3). ¿Pero cuál? ¿Buscas los intereses
del mundo, o las margaritas del cielo? Margarita la
más preciosa es la caridad de Dios o la unión con El.
¿Qué haces para alcanzar está? El de la parábola se
fue y vendió todo lo que tenía. Necesario es te vayas
de ti mismo: se ha de arrancar el afecto de las cosas
criadas, que estorban el perfecto amor. ¡Que poco has
hecho hasta aquí! Por eso esta frio tu corazón. ¡Oh si
a lo menos lo haces desde ahora!
3.- Es semejante el reino de los cielos a la red que se
echa en el mar, y junta todo género de peces (4). Esta
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
149 Rito Romano 1962

red es cualquiera cristiana y religiosa Congregación,


en la cual coge Dios los buenos, y los malos, o los
religiosos tibios, en el golfo de este mundo. Y
también es la santa Iglesia o la fe, en donde entran
buenos y malos. En la red estás, o católico, no te
lisonjees: no por eso eres bueno ni estas seguro; sino
que debes asegurarte por tu conato y fervor. Haz
esto con tiempo, porque insensiblemente se va
sacando la red a la ribera de la eternidad. Los buenos
serán escogidos y recogidos: los malos serán
arrojados fuera (5). Procura hacerte digno de la
suerte más feliz.

(1) Ibid. (2) Ibid. (3) Luc., 19. (4) Matth., 13. (5) Ibid.

SÁBADO DE LA DECIMOCUARTA SEMANA


DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES MAL RECIBIDO CRISTO EN SU PATRIA.

1.- Y viniendo a su patria, los enseñaba en sus


sinagogas (1). Hablase de Nazaret, en donde vivió
Cristo hasta los treinta años de edad. No quiso
empezar de aquí su predicación; porque luego sería
despreciado, si subiera a la cátedra desde un taller de
carpintería. Quiso, pues, con la fama y crédito
adquiridos por otras provincias o ciudades, disponer
los ánimos de los suyos para que le deseasen y
recibiesen. ¿Qué haces pues, tú? Has de quitar
impedimentos; has de adquirir méritos.
2.- De modo que se maravillaban y decían: ¿De
dónde le ha venido a Éste está sabiduría y estos
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 150

milagros? ¿Acaso no es este el hijo del carpintero,


etc.? Y se escandalizaban en Él (2). Alegrarse debían
de que un paisano suyo saliese de tanta sabiduría y
poder; de que fuese tan honrado de todos y de todos
seguido; y repara, no obstante, como se llenan de
indignación. ¡Cuántas gracias hizo a Nazaret! Aquí
fue donde encarnó, aquí habitó, en este lugar enseñó
con sus ejemplos. Mas ya es despreciado, porque es
de humilde condición, porque es tenido por hijo de
un oficial. ¡Así, o Jesús mío, te tratan los que más te
deben!, ¡Oh ingratos! Repasa tú las gracias que has
recibido. Y ¿cómo has tratado a tu Dios? Si ya no con
palabras, a la verdad con los hechos has despreciado
su doctrina cuando no has querido seguirla.
3.- Y le echaron de la ciudad, y le llevaron a la
cumbre de un monte para precipitarle (3). Porque no
había querido hacer allí milagros, como los había
hecho en Cafarnaúm. Y esto lo hacía por amor de su
patria: porque sabía que ni a sus milagros habían de
dar crédito; y así no le fuesen sus milagros ocasión
de mayor castigo. ¡Cuántos milagros hace contigo!
¡Cuánto debes cuidar de no ser para ti con su mal
uso causa de más terrible pena! ¡Ingrato! tantas veces
le echas de la ciudad de tu corazón cuantas no
aceptas sus gracias. Tantas le precipitas, cuantas a su
imagen (a ti mismo digo) precipitas en el mal.

(1) Ibid. (2) Matth., 13. (3) Luc., 4.


IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO
151 Rito Romano 1962

DOMINGO XV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.


SON INSTRUIDOS Y ENVIADOS A
PREDICAR LOS APÓSTOLES.

1. Yendo, predicad, diciendo: se acercó a vosotros el


reino de los cielos (1). Esta es la materia que se ha de
tratar con los prójimos. En todas partes el reino de
Dios inspira los medios que conducen a su logro.
Corta aquellas inútiles conversaciones que disipan el
espíritu, que agravan tu conciencia, en que gastas el
tiempo inútilmente, y no edificas al prójimo. Mas,
para hacer esto con él, acostúmbrate primero a
hacerlo contigo. Incúlcate a ti mismo el reino de Dios
con las meditaciones, en las pláticas domésticas.
2.- Curad los enfermos (2) con espirituales consuelos.
A los muertos a Dios por el pecado, resucitadlos o
con la exhortación, o con la absolución. A los
leprosos, que inficionan a otros, o con la doctrina, o
con el ejemplo, limpiadlos, induciéndolos a
penitencia. A los demonios, las malas costumbres,
los vicios públicos, echadlos y curadlos, para que
ninguno peque sin castigo. Lo que habéis recibido de
gracia, dadlo graciosamente, no buscando vuestras
comodidades. Examina si lo has hecho así con el
prójimo, o ¿acaso no te pide esto a ti tu vocación
apostólica? * Repare cualquiera cristiano, si lo hace
así con la familia, con los compañeros, con todo
prójimo, con la palabra, con el ejemplo, etc.
3.- No llevéis cosa en los caminos, ni una vara (3),
que os sirva para defenderos contra cualquiera
violencia, ni mochila en que llevéis provisión, ni aún
MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. P. Avancini 152

pan para remediar la necesidad más precisa, ni


dinero, ni dos túnicas para esplendor y fausto. Así
trata Dios a sus mayores amigos, a quienes quiere
unidos consigo íntimamente, y por eso apartados del
todo del cuidado y afecto de las cosas de la tierra.
Nunca te unirás a Dios, si no te abstraes de las
criaturas. ¡Oh miserable! ¡para qué te unes y llegas
tanto a estas que despedazan y acaban!

(1) Matth., 10. (2) Ibid. (3) Luc., 9.


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MEDITACIONES PARA EL TIEMPO
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