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EERE ee ee eee Pee eee x Towle y fia: Waa Ky Hi ba be We Edipores pee i Pe rcvuss 2004 "Rovio Cons Arb { mis vulnerable a los perpetradores fisico 0 emocional resultard més vulnerable a los perpera que le ofrecen atencién y afecto o a sus estrategias de int cién. Pricopatologfa familiar adres de“los Los sintomas més frecuentes que presentan los pa ; fios objeto de abusos sexuales son ln depresign y el al Arogocependenci: Por ejemplo, Burgess eral (1087) 4eeonteon gue los adolescents que haba esta a les de grupo durante mis de un aio e le que tavieran padres alcohelicos en comparacion con lor nifios del grupo de control (59% versus 29%). Taba es feeuente que a madkes abusos sexuales tengan un historia de ejemplo, Priedrich y Reams (1987) realjéaron un estudio con ocho preescolares victimas de abusos seydales y encontraron que las madres de cinco de ellos habfan sig6 objeto de abusos sexuales en i infancia, Por su parte, Sansopfet-Hayden et al. (1987) comu- nicaron que las madces de adplercentes ‘objeto de abusos sexuales tra mis probable que hubjeéfan sido victmss en au infancia de abusos sexuales, en compSracién con un grupo de control psi= idtrico (67% versus 3%), Asimismo, Smith e Israel (1987) estu- ee ey encontraron que el 72% de las familj4s incestuosas tena un progenitor que habia sido victima de abyéo sexual infantil Clase social fios epidemiolégicos no han encontrado diferencias a 6 de prevalencia en funcién de la clase social o del nivel edusttivo de las familias de la victima, Sin embargo, si se ha 7 copftrado una asociacién entre casos denunciados de abuso sexu: Defic io Raza y reli Ni los estudios comunitar ‘asos denunciados de afroamericanos tengg . Aunque algu étnicos han inf resultados ‘i las investigaciones realizadas con 0 sexual han encontrado que los nifios ‘mis probabilidad de suftir abusos sexun. adas con otros grupos wdo de un mayor o menor nivel de riesgo, excos Se han podido corroboras, de manera que no se ha ién clara (Finkelhor, 1993). Por e mplo, que las mujeres assticas y flipings tenian ia de abusos sexuales incestuosos, ias en funcién de la religis ‘én profe- Rae Ge Manera que las mujeres judas era menos probable qe hubieran sufrido abusos sexuales incestuosos que ls excélicat ue Its protestantes, Sin embargo, el papel dea religion aa he {ide lo sulicientemente estudiado todavia como pats tesporver & ts cuestién de si as tasas de prevalencia del abuso sexual ial cnit varfan en funcién de la religion profesada, ms, Relacién del agresor con la victina ot, Browne y Kileoyne (1995) informaron que dos tere ig fos agresores conocian a sus vietimas por ser familiares, ea estar cuidindolas; el 32% de estos agresores eran padars bie $05 0 padrastros, Los resultados de los estudios también eoiee den en que los nifios son victimas con mi frecuencia que las esses buses sexvales extrafamiliaes. Finkelhor et tf (1990) leraron a cabo un estudio vel aacional eon 2626 slulon yen Gentraron que el 27% de las mujeres y el 16% de los hombee, koe ar, suf abusos sexvales durante su infancia, La asa de peeves lenca del abuso sexual cometido por extras fue superne y Hos geen ls nia (40% versus 21%), mientras que los abuso Seeuales realizados por miembros de la familis fueron as fot uentes en el caso de las niias (29% versus 16 Incesto madre-hijo. 4 i d los na actualidad se esté produciendo un intenso debate entre | Ievecagaores sobre las esas de inedencia presale dl i cesto radze-hijo (por ejemplo, Banning, 1989; Bolton, Morris y MacEachron, 1989; Lawson, 1991, 1993). En general, mientras ue la literatura fe que este tipo de incesto esté subre- presentado, los resultados de los estudios empricos indican que ‘este tipo de abuso sexual es realmente raro. En copinién de Lawson (09), laut munitarias para determinar la pre a hijo no es un método fiable de evaluaci6n por varias jszones En primer luge [a mayor de los casos documentados de abuso se eal miadfehijo fueron revelados a través de wn Largo proceso de tratamiento psicoterapéutico. Por ejemplo, Marvasti (1986) informs gue fueron necesarios varios meses de psicterapia de grupo/ind- Midual pare que [os sujetos de su estudio revelaran los abuses se sales Sufidos durante su infancia. Asimismo, los 16 casos esto madre-hijo revisados por Margolin (1987) también se fueron gsoubriendo durante el tratamiento psiquidtrico. Ademss, pocos 05 estuiados fueron denunciados a hs autor fetentes, Por otta parte, los casos clinicos han puest open cn de fobmas sues de abnsos sexnales pot tue pueden no implicar coacci6n, ni contacto jentados como algo teaumitico por Ia witima y, consiguientemente, es poco probable que sean etiquetados ome abusos y que aparezcan en Ins estadtieas, Finalmente, Tealead los padres puede ser otzo obstéculo en contra de a reve: lacién. Por ejemplo, Lewis, Mallouk y Webb (1989) cuentan el caso de un sujeto que habia sufrido brutales agresiones sexusle por parte de algunos miembros de su familia y que revlé estos hechos durante la entrevista psiquidtrica. Sin embargo, fue eje i tado negindose a que se permiticra la revelacién de este secreto al eiempo que los familiares le urgfan para que no reve informacion que podria haber influido en una conmuta- ma de muett Por tno fos sotres que considean prt ba conclusion de que los casos de incesto madre/hijo son muy raros Seguin Lawson (1991), una casa que expica, en pate, el hecho de jn de muestras co- sy canser del abuso esl 187 que se detecten tan pocos casos es el “sesgo cultural” que tiende a ver alas madres como asexuadas y a los varones como potenciales agresores sexuales, Ast por ejemplo, cuando la madre comparte la cama con un hijo pequefio levanta menos sospechas que silo hace padre con una hija pequeta, Dada a compljdad dels interac. ciones emocionales con la madre, las victimas varones puede que no perciban la experiencia como abusiva, especialmente cuando no se recurre a la violencia o a la coaccién, Ademés, ls responsa- lades de la madre requieren con frecuencia manipular los ge- nitales hasta que el nfo es lo suficientemente mayor. De esta ma~ nera, las madres pueden encubrir mis ficilmente una conducta sexual inapropiada con el nifio (Russell, 1986). Hay que tener en cuenta que aunque algunos casos de incesto madre/hijo implican conductas masturbatorias 0 estimulacién genital (Margolin, 1987) en otros casos se trata de conductas seductoras sin contacto fisico real (Krug, 1989). Bolton, Morris y MacEachron (1989) distinguieron entre los tipos de incesto madre-nifio sutiles, seductores, perversos, mani- fiestos y sédicos, Los abusos sutiles se definen como conductas que puede que no tengan una intencionalidad sexual, pero que sirven pata satisfacer las necesidades emocionales y/o sexuales de los pa- dres a costa de las necesidades emocionales y/o evolutives del Bjemplos de esta conducta son permitir que el hijo duerma en la cama de la madre; dar masajes al nizo o peditle la madre que se los dé a ella; baiiar al hijo durante o después de la etapa de lax y/o bafiarse con él, Las anteriores conductas pueden ser apropiidas durante ciertos periodos del desarrollo 0 bajo ciertas . El abuso seductor implica conciencia ¢ intencionali- dad de activar 0 estimular sexualmente al nifio. Como ejemplos se pueden incluir el exhibicionismo del cuerpo dessiudo 0 de con dductas sexuales y la exposicién a materiales pornogrificos oa pos- turas, gestos o mensajes verbales seductores. En la categoria de «abusos perversos se incluyen las conductas de la madre que pre tenden mutilar o humillar la sexualidad del nito, Por ejemplo, forzar al ; cme se- lad y, en gene fo con los varonee. El abuso 10 se define como un contacto abiertamente sexta~ do entre madre e hijo; suele impliear alguna forma de coacci6 y/o amenazas al nifto para que M+ Rosario Cortés Arboles 198 MAR cluctas senuales de la madre que tienen la formar parte de un pa- se trata de un abuso sidico incluye con inteneién de dafiar al nifio y que pueden trén general de abusos fisicos y emocionales gravess tipo mis raro de abuso sextal madre-hijo. i ‘Lawson (1991) identified como principales factores d er 60 relacionados con el incesto madre/hijo fx ausenci o falta de dis- ponibilidad del compafero sentimental, el aeoholismo o droge, qHecign de la madre Ia presencia de un historal de abuso sextal antil Por ejemplo, Krug (1989) encontré que la mayorfa de fas iidresineestuosas de su estudio tenian un compafero sentimen- tal no disponible emociona, sexual o fsiaments, Margolin (1987) fnforms que cinco de dicisis madres incestwosss eran dropodepen- dlentes, Finalmente, McCarty (1986) encontrd que de las 21 madees srccgtaosas de su estudio, 17 habfan sido objeto de abuso sexual dur rante su infancia, Incesto abuelos-nietos idiendo con el estereotipo jonas carifiosas y entraiia~ Los resultados de fos studios, coin de los abuclos como pers ican que son relativamente pocos los casos notificados de wrales cometidos por ellos. Por ejemplo, Russell (1986) spcontrd que, con la excepcién de los cuftados y euviadas, los Sbuclos eran los parientes que con menos frecuencia aparecian im plesdos en este tipo de celaciones abusiva (II de 190 casos). As fnismo, Cupoli y Sewell (1988) encontraron un porcentalt adm ins pequcno de abuelos entre un total de 1 059 autores de abusos Jexules a menores de dieisiete afios, concretamente un 2.3%. Kendall-Tacket y Simon (1987) entrevistaron a una muestra 224 adultos que habian sufcido abusos sexuales cuando nifos y alo encontraron cuatro casos en los que el autor habia sido. un Abuclo de Ia victima. Por su parte, Dube y Hebert (1988) re 7 ton una revision de los casos de abuso sexual infantil registrados gn Stl hospitales y encontraron que de 184 casos de incesto slo iis habian sido cometidos por abuelos. Finalmente, Lépes ea (1994) informaron que el incesto cometido por abuelos suponis set 19% del total de los abusos sextales efectuados; todas In que tene! ble abusos sex wefinic tex infarti 199 wcidenca y esas de victimas eran nifias y no se encontré ningtin caso en el que una abuela abusara de sus nietos. ‘A pesar dle que han sido pocos los e2s0s identificados de abu- 0s sexuales cometidos por abuelos los estudios realizados permi- ten sugerir algunas caracterfsticas de estos’ abusos. En primer lu- cticamente siempre un varén (a pesar de la mayor implicacién de las abuelas en la crianza de fos niewos), mientras que las victimas son casi siempre las nietas, Otra cara ristica de los abusos sexuales intrafamiliares cometidos por los abuelos es su relativa benignidad, siendo frecuente la utilizacién del érmino “delicadeza” para describir su relacién con la vietima (por ejemplo, Tower, 1989). Russell (1986) encontré que en el 75% de los 430s los abusos sexuales se limitaban a realizar cari~ ias sexuales. Los resultados de los estudios también han puesto de relieve una sobrerrepresentacién de abuelastros, siendo mayor iad de que éstos abusaran de sus nietos que los abue- los genéticos. Finalmente, se ha encontrado que un porcentaje tltotl los ubuelos que abusan de sus nitas lo han hecho previs- mente con sus propias hijas. (1992) realizé una revisién de 95 casos de abusos se- es cometidos por abuelos, Excepto en un caso, los autores de los abusos sexuales eran todos varones. Las viet mas fueron 84 nifias y 11 nifios, caracteriz4ndose los abuelos que abusaron sexualmente de nietos varones por ser significativamente mis jvenes que los otros (55 frente a 63 afios de edad media), Al- rededor del 10% de los nifios objeto de abusos estaba bajo la cus todia de los abuelos, aunque en la mayorfa de los casos aquellos se cometieron mientras los abuelos cuidaban temporalmente de los nitios por la ausencia de los padres, ocurriendo normalmente el abuso en su casa al tener que quedarse los nifios a dormir. La forma mas comin de abuso sexual era las car les sin pe- netracién (45% de las victimas), seguida de la combinacién de ca- ricias genitales y penetracidn digital (31% de las vietimas). El 16% de las victimas fue forzado a acariciar el pene del abuelo, real dose penetracién vaginal o anal en un 12% de los easos, En contraposicidn con la descripcién de estos abusos lizan otros autores, Margolin encontré 14 casos de abuelos que recurricron a ticticas intimidatorias, incluidas las amenazas y agresiones mplo, amenazar con retirar el caritio, la proteccién o los cuidados cuando tenfan Ia custodia, amenazar 90 MC! Rorrio Cortés Arboles con no dejarla volver con sus padres, amenazar y rei tas reales de autolesiGn, abofetear o retorcer los dedos a la vi tima), En otras easos los nietos no fueron golpeados o amens dos, pero tampoco tuvieron oportunidad de elegic. Por ejemplo, fen dl casos los abuelos actuaron tan répidamente, sia mediar pala~ bra, que las nietas no cuvieron tiempo de darse cuenta de lo que les estaba pasando; 25 victimas fueron objeto de abusos mientras dormian en casa de los abuelos, no disponiendo de su propio dor- wio-0 cama. Sdlo en 11 casos los abuelos parecieron darles opin de negara us propuestas al nifo de realizar ac vidades sexuales engaio y manipulacidn, Por ejemplo, presentando la a 0, como wna Expresién de afecto y carifo muy grande o diciéndoles que era la forma en que los abuelos expresan su amor; otros presentaron es~ tas actividades como «nuestro pequefio secrcto» y, finalmente, al- fgunos recurrieron al ofrecimiento de recompensas como golosi- nas o dinero (en casos de victimas de més edad, un abuelo ofrecié ‘ou nieta Ia oportunidad de dejar que metiera en casa al chico con al que sala y otro ofrecié a su nieto alcohol y drogas). BL35% de fos abusos sexuales fue perpetrado por abuelastros, siendo preci- samente éstos los que cometieron las formas mds graves. Por Gjemplo, el abuso sexual implicé penetraci6n en el 18% de los ca 508 (versus 8% con abuelos genéticos), las caricias se acompafia~ ban de penetracidn digital en el 55% (versus 359%) y los abusos se realizaron con amenazas y violencia en el 24% de los casos (versus 10%). Finalmente, Margolin encontrs que 26 de los abuelos habfan abusado de sus propias hijas. Una cuesti6n realmente preocupante ts la de cSmo pueden tener acceso a sus nietos abuclos que han abusado sexualmente de sus hijas. Preguntadas al respecto, de adres dijeron que habfan intentado mantener alejados de los 0 Fos a sus padres, pero que era dificil dado que contaban con la ayuda de Ia abuela para la erianza de los hijos. Otras tres que no habian tomado precauciones porque sus padres habian re- ibido terapia y erefan que ya no estaban interesados por esas 2c~ aes, Sin embargo, se encontraron siete casos de mujeres que habfan sido objeto de abusos por parte de sus padres y que, aun- que sabian que también estaban abusando de sus hijas, no denun- Giaron estos abusos ni intentaron detencrl se enc: fon 19 casos en los que algtin miembro de la familia, normalmente a Defi, incdenci yeasts dl abuso oy los padres o abuelas, estaban al corriente de los abusos sexuales cometidos por los abuelos y no hicieron nada para evitarlo, Abusos se: les realizados por hermanos y primos Segtin De Jong (1989), entre los 2-3 aiios de edad los - den identfiease en funci6n del género y no dudan, e incluso isfrutan, en mostrar su cuerpo desnudo. Entce los 3-6 afios cada ver son mis conscientes de sus genital y de las diferencias entre niflos y nifias, levindoles su curiosidad natural a tocar no sélo sus cuerpos sino los de sus padres, hermanos e iguales, Ast, juegos ti- ppicos de esta edad, que suelen implicar un cierto grado de toca mutuos y" de desvestimiento, son jugar a *médicos” ya “ests” 03a familia™ Hai os 66 7 aos tos sucen de- jar de jugar a médicos, Buena parte de los conocimi guide seta edad procelen del grapo de guaee sang no gsravo que dl nfo puea very toca un padre ohermang hast ‘ocho 0 nueve afios (por ejemplo, al baiiarse juntos). Con io dela pubertaddisminuye la exploracin relacionada con la familia y continta la actividad con el grupo de iguales del mismo ser angue sendo reemplizada gradualments por ls aetividad con cl grupo heterosexual de iguales a partir de mediados de la adolescencta, Para diferenciar entre la simple experimentacién se- sual y los abusos sexuales entre nifios, De Jong recomienda utili- zar los criterios de diferencia de edad o funcionamiento cognitivo, adecacion de fa actividad al nivel eylutive, motivacién de los participantes, intervencidn de la coercidn, existencia de i txtemas ya respuesta del nfo contacto. eee Los datos disponibles sobre el incesto entré hermanos son re= lativamente escasos, a pesar de tratarse de una de las formas co- eafamiliar (Adler y Schutz, 1995). Se ha estimado que la prevalencia del incesto entre hermanos es al me- nos cinco veces superior que el incesto padres-hijo (por ejemplo, Canavany Meyer y Higgs, 1992). Seguin Worling (1995), la relativa alta de informacién sobre los abusos sexuales entre hermanos se lescentes que re tando con su sexualidad y de que las sus hermanos pequefios son in xp nes sextiales con nes en el proceso nati im Me Rotrio Cortés Arboled ral del desarrollo sexual. Sin embargo, son cada vez. mis los auto- tes que estin convencidos de que el incesto entre hermanos puede Implicar abusos sexuales graves y producir secuelas emocionales ‘en las victimas. Por ejemplo, O’Brien (1991) enconted que el 46% de los casos de incesto entre hermanos implicaba penetracién, un porcentaje superior que el informado por fos autores de abusos Semuales extrafamiliares de su estudio. Ademis, el promedio de ac tos abusivos cometidos por los hermanos incestuosos también era Signifieaivamente superior que el de los grupos de comparacién. fe Jong (1989) analizé las earacteristicas de los abusos sexus- Jes entre hermanos y primos utilizando una muestra de victimas ‘eaviadas a un centro de tratamiento de agresiones sexuales, De un total de 831 victimas menores de catorce aos, 49 habfan sido ob- jeto de abusos sexuales por primos (5,9% del total de abusos 15% de los casos de incesto) y 35 por hermanos (4,2% sobre el total y un 11% de los abusos intrafamiliares). El investigador en- Contr que 37 (76%) de las victimas de abusos sexnales cometidos por prinos vivian en hogares monoparentales. Muchos de estos fbusos cenfan lugar en situaciones en las que dos madres y sus bi- jos vivian juntos en la misma casa 0 apartamento, lo que podrfa haber facilitado los contactos sexuales inapropindos; la autoridad de los nifios como cuidadores secundarios también puede haber dlesempefado un papel importante, Los abusos sesuales cometi- dos por primos normalmente implicaban a una victima de edad escolar (edad media de siete afios) y a un adolescente como autor ismos. La mayorfa de las victimas sufrieron intentos de in vaginal o-anal, mientras que diez sélo sufrieron cai Eee genitals. Lin tercio de las victimas sufrié amenazas o el em- ‘ode [a violencia y seis se sintieron coartadas por la autoridad fel autor de los abusos, Por lo que respecta al incesto entre her- mnanos, 3 niios y 32 nidas habfan sido objeto de abusos sexuales por un hermano (25) 0 hermanastro (10), perteneciendo 29 de los eejos (83%) a hogares monoparentales, El incesto entre hermanos también solia implicar a una vietima de edad escolar (edad media de 7 ahos) y a.un perpetrador adolescente (edad media de 15 fia de edad entre ambos de 8 afos. tentos de penetracién anal y dos tenfan una enfermedad de transmision sexual. ibn con el incesto cometido por primos, los abusos ‘dos por hermanos era mAs probable que hubieran sus del abso seal infil 9 tenido lugar en el propio h e iio hogar (100% versus $3%) y que sdlo se hberandescubierto después de mul incidents 1% sees 4). Slrededor de un tercio de las victimas dijeron haber st frido amenazas o el empleo de la fuerza por el agresor y euatto sitiron cohibidas por su autoridad. eee nun estudio més reciente, Laviola (1992) li26 el ii pene an aml (0) ed ol oso en sttinfancia 0 adolescencia y inimiea familie Seg los datos del indo se iniciar S08 O8- cin sels 4y 12 aos, prolongindose ls ela tncson a oe tad de os eaos entre uno y cuatro aos y produciéndose ‘con una frecuencia seminal de una o dos veers. Las etrategias uilizadas in dee a atencdn postive, ahs amenazaso el maltrato isco real, de manera que las vietimas no se resisticron bien porque por primera verse sentfan querias 0 aeptads, bien por considrae ql abuso sexual como una continuacin de su rol de wt en familia 0 bien por miedo a los malos tratos fisic ivi ee el contacto genial (16) y el sexo oral (9). Lat relasiones senuales on peneracin o intento de penetracién solfan ie scompatadas {a ulizacion de I fuerza, mientras que cuando los hermanos se limitaban a realizar caricias genitales lo normal era que rec rrieran a estrategias como ofrecer dinero o la atencién positiva, Altededor de la mitad de la mujeres experimentaban unos sent, mientos mixtos (positivos y negativos) hacia las actividades rea zadas y hacia sus hermanos, no habie: Zee lone ig ammanes otis suo ningun el hacia las actividades y hacia sus hermanos, Stacs por haber sftdo amenazaso violenis fea par ol few ler. 4 mayorfa de los hermanos no las amenazaron para que guarda- ran silencio, ni parecfa ser necesario, En general, las einna ensaron en realar lo que sucedls por miedo a que sus padres les echaran cups les pepo no as sreyerans en algunos casos el re tambin usaba sexualmente de la victima. La diseiplina pa- ‘ental soli implicarmalostratos fiscos 0 picolgcos (por ejem- lo, insult oridculizar los jos en presencia de ls herma os). Niel padre paban por los intereses 0 jos, ni mantenfan wna relacid 14 0 afectuosa con ellos. Las visinas tae a 14 Mc Rosario Coté Arboles Jones con sus hermanos, excepto el abuso sexual o los malos tratos de los que las haeian objeto. Finalmente, la atmésfera fami liar estaba repleta de factores de estrés como la enfermedad o dis- capacidad de algiin miembro de Ia familia, la depresi6n de los pa- dires 0 los problemas econémicos. Ademés, la forma de afrontar estos factores de estrés era inadecuads (por ejemplo, recurriendo a las drogas 0 agrediéndose mutuamente). En general, los resultados de los estu cos con adoles- centes autores de abusos sexuales contra sus hermanos sugieren {que la violencia y la disfuncién familiar constituyen unas variables ctiolSgicas signiicativas. Por ejemplo, O’Brien (1991) analiz6 las caracterfsticas de 50 adolescentes que habfan abusado sexual- frente de sus hermanos comparindolos con una muestra de per- petradores de abuso sexual infantil y con otra de responsables de ageesiones sexuales contra adultos e iguales. El investigador en- contré que los adolescentes incestuosos habfan abusado de un mayor nimero de victimas, era més probable que hubieran su- {ido malos tratos fisicos (61%) y abusos sexuales (42%) y, final- mente, sus familia fueron consideradas por los clinicos como gra- vemente trastornadas en el 47% de los casos. Las familias de los hermanos incestuosos eran monoparentales en un 34% de los ca- sos y hogares reconstruidos en el 26%; ademis, en un 22% se ha- bfa producido también otra relacién incestuosa ademés del abuso sexual entre hermanos. Més recientemente, Wo! ng (1995) realizd tuna investigaci6n con 90 adolescentes varones que habian recono- cido los abusos cometidos contra sus hermanos y un grupo de ‘comparaé los que se les aplicaron diversos cuestionarios es- tandarizados, Los resultados del estudio demostraron que los adolescentes incestuosos eran significativamente mis jévenes que ‘ores de abusos sexuales con otras victimas. Las variables re- lativas af funcionamiento familiar también diferfan signifieativs- mente entre ambos grupos, en el sentido de que los autor. {busos sesuales contra hermanos informaron de més conflictos joniales en el hogar, ms castigos fiscos, una atmésfera fami liar mas negativa, mas rechazo por parte de sus padres y una menor satisfacei6n global con las relaciones existentes en sus familias, Fe rnalmente, los autores de abusos incestuosos con sus hermanos ha- bian sido objeto de abuso sexual infantil con més frecuencia y tam- bién era mis probable que tuvieran un hermano pequetio (sélo 8 de los 28 restantes agresores sexuales tenfan un hermano més pe~ rel Dejanetinincidencia ycanss del abysosesaal ingot Ws quefio en el hogar). Por su parte, Adler y Schutz (1995) describie- ron las caracteristicas demogrficas, disfunciones conductuales, trastornos ftricos ¢ historial familiar y de malos tratos de una muestra de perpetradores de abusos sexuales contra sus her- manos, pertenecientes a familias intactas de clase media, Los in- vestigadores encontraron que un 58% de fa muestra tenia un his- torial de problemas de aprendizaje y de conducta en la escuela y aque el 92% habia sido maltratado fisicamente por uno por am- bos padres. Ademés, el 67% vivia en hogares con un elevado nivel de contflictos interparentales y con uno 0 mis factores psicosocia- les de estrés (estrés econémico, discapacidad y/o enfermedad de algtin progenitor). El 58% de las madres tenfa un historial de abuso sexual infantil, Finalmente, la actitud de negacién y mini mizaci6n por parte de los padees de los abusos entre los hermanos Ia reflea el dato de que en un 58% de los casos lis rel cestuosas se habfan descubierto y continuaban debido a la inter- vencién ineficaz de los padres, ‘Worling (1995) sefala varias explicaciones posibles al incesto entee hermanos. En primer lugar, los hermanos que viven con unos padres abusivos y rechazantes pueden tender a buscar afecto y apoyo entre ellos, corriendo el riesgo al llegar la pubertad de {que se produzca una sexualizacién de estas relaciones. Otca expli- cacién alternativa es que los adolescentes incestuosos pueden estar buscando una manera de resarcirse del maltrato y del rechazo re- ibidos. Finalmente, estos adolescentes pueden ¢star reflejando la violencia, el rechazo y la mala comunicécién que caracterizan sus telaciones familiares; el nivel de conflictos matrimoniales, de cas- tigos fisicos y de comunicacin negativa puede constituir una fuente de modelado. Los tios como autores de abusos sexuales intrafamiliares ‘A pesar de que los tios suelen ser responsables de una buena parte dellos abusos sexuales intrafamil ee an ee ratura les ha prestado una atencién relativamente escasa, Marg (1994) investigé Ia forma en que se suelen relacionar tios y sobri- 5 condiciones en las que se producen los abusos sexuales en ' ta relacién y el papel desempeiiado por el sexo del agresor y de la victima. Los sujetos fueron 171 niiios que habian sido objeto de 196 Mc Rovssio Cortés Arboteds os 0 tis, La mitad de los perpetradores tenia menos de 20 afios y, en general, se trataba de hermanos de Js madre de los nifios. Sélo se identificaron tres casos de abuso se- xual cometido por una tia de nif. En un caso ls perpetradora, ue tenfa un historial de hospitalizacién psiqui bligé a su Sobrino de nueve aiios a mirarle la vagina; otra, bales y con un historial de abusos sexuales por el padre, obligé a su sobrina de seis aiios y a su sobrino de siete a « vagina; finalmente, una nifia de doce afos obligé 3 Schio.a que la acariciara, Los 14 casos restantes fueron cometidos por tios de las victimas en diversos contextos. El 19% de los per- petradores viva con las vietimas,tratindose normalmente de indi- Piduos solteros o divorciados, desempleados, con problemas de bebila y con un historial psiquidtrico, Un 21% no viva con los jos, pao culdaba dello intr os padees wabsjaban os "oP la noche; casi fa mitad de estos agresores tenia veinte aitos © menos cuando iniciaron los abusos sexuales. Otro 24% de los Sbusos sexuales se cometié aprovechando Ia visita que les hacfan sus sobrinos, cometiéndose fa mayorfa al quedarse a dormir los Sobrinos (para cuidar a sus primos 0 por hospitalizaci6n de la ma~ dre); estos perpetradores se caracterizaban por tener una edad me- dia de 33 anos. Finalmente, el 14% de los abusos sexuales se co- meti6 mientras los nifios vistaban asus abuelos encontréndose resente el agresor porque coincidieron en la visita 0 porque vivia erevene padeesy como en el caso anterior, la probabilidad de que tuvieran lugar estos abusos sexuales era mayor cuando el nifio se (quedaba a dormir (75% de los casos). Los resultados del estudio eerostraron ef importante papel desempefiado por el sexo de la victima (33 nifios y 134 abusos sexuales por sus iias), Los nifios eran algo menores que lus nitas y tendian a ser abusados por tios que también eran algo is j6venes, Un porcentaje similar de nos y nifias fueron objeto de abusos implicando penetracién, los niios era mis probable que hubieran sido forzados por sus tios a realizarles una felacién, mientras que los abusos sexuales alas niias era més probable Se hubieran prolongado durante més tiempo. El 20% de las nis ¥ el 30% de los nifos fueron golpeados o amenazados verbal- thence por sus tios para que accedieran a los abusos. Ademés, en nuchor casos los abusos sexuales cometidos con los sobrrinos eran ifestacion mas de esta conducta abusiva. | } Definicé,incidencia canes del abuso seal infantil 17 Abusos sexuales cometidos por mujeres, nifias y adolescentes Realizar una estimacién exacta det ntimero de mujeres responsa- les de abusos sexuales resulta una tarea especialmente dificil, no s6lo por la menor predisposicién de las victimas varones a denun- ciar los abusos sino también porque a las mujeres les puede resul- tar mis fécil enmascarar los contactos sexuales inapropiados con actividades normales de crianza, como vestir/desvestir o bafiar a ios nifios. Los resultados de algunos estudios hacen sospechar que dl imero real de casos debe ser mayor de lo que se piensa. Por cjemplo, Burgess et al. (1987) informaron que el 56% de una muestra de agresores sexuales varones habian sido victimas de abuso sexual durante la infancia, siendo el perpetrador de los abu- jer en el 40% de los casos. Asimismo, Johnson y Shrier (1987) analizaron una muestra de mil adolescentes que entre 1982- 1984 fueron atendidos en una clinica médica. Los investigadores idemtficaron once casos de adolescentes objeto de abusos sexuales porns mole ctorce corde sbutor semmles cometidos por jombres. Los abusos sexuales cometidos por nifias y adolescentes no han sido objeto de atencién hasta una fecha relativamente re- ciente, Por ejemplo, Johnson (1988) encontré que las nifias de su studio elegian como victimas a nifios con el doble de frecuencia “que 2 otras nif. Ademés, el 19% de las nifias que abusaron se- rualmente de otros nifios habia sido objeto de abusos sexuales previamente, Segiin este autor, para entender c6mo las nifias se pusden convert de itimas en agrtors hay que eer en cues las caracterfsticas de la victimizacion (gravedad, frecuencia, paren- iésco con el perpetrador), Ia reaccion a la revelacidn (falta de apoyo familiar, ls caracteristicas de los padres y los sentimientos Aegativos de la victima (célera, confusién, ansiedad y vergtienza). "En un estudio posterior, johnson (1989) realizé un anilisis deseri s de 4 a 12 afios que habfan abusado sexual miente de otros nifios. Todas las madres de estas nifias tenfan una personalidad dependiente, habian sid objeto de mals eatos por los hombres, Ia mayoria se sentian deprimidas y con un senti- miento de ineapacidad para controlar su vida y la de sus hijos. ‘Ademis, el 85% habfa sido victima de abusos sewuales y tenia una a, y un 54% habia tenido problemas con el alcohol 20 Me! Ronrio Corts Arboleds (con objeto de que se resistan menos, distorsionar sus percepcio- nes y recuerdos de lo suedido y obtener material pornogréico). Segiin Finkelhos, Williams y Burns (1988), entre los autores de os abusos sexnales cometidos en guarderias se encuentran profe- sores (30%), familiares perteneciences al staf (25%), directores 0 trios del centro (16%), no profesionales (aytsdantes © vo- 15%), ottos trabajadores no relacionados directamente con el cuidado del nifio (conductor del autocar, conserje: 8%) y personas totalmente ajenas a la guarderfa (5%). La proporcién de Imnjeres responsables de abuso sexual en guarderfas es superior a su tasa de implicacién en otros contextos. Por ejemplo, en el estu- dio de Kelley (1989) el 55% de los perpetradores eran mujeres y 125% ombuss, Una caracterfaten de fos abusos sentales come. tidos por mujeres es la participacin de varios perpetradores. Por jemplo, Finkelhor, Williams y Burns (1988) informaron que el 73% de las mujeres abusé de los nifios en compaiia de otros per- petradores, en comparacién con el 19% de los hombres, Ademas, El abuso sexual perpetrado por mujeres era mas probable que se prolongara durante mas tiempo, implicara actividades orales-geni- tales e inserciGn de objetos, las victimas fueran de menos edad, se utilizara la fuerza fisicao las amenazas de hacerlo, se obligara alos nifios a relacionarse sexualmente entre si y que los abusos tuvie- ran un cardcter ritual, Por lo que respecta a las caracteristicas de la revelacién o des- cubrimiento de los abusos sexuales, lo normal es que la revelacién Se difiera durante un cierto tiempo. Por ejemplo, Finkelhor et al (1988) encontraron que el 20% de los nifios revelé lo ocurrido el ‘dente; in 50% de las revelaciones se prod mismo dia del durante el mes siguiente yo 32% después de tanceuri seis me ses. La mayoria de que sus padres observaran en ellos sintomas sospechosos y les hhubieran preguntado o examinado y el 37% comunieé de manera espontines ef abuso sexual sufcido. Por su parte, Waterman et a. (1993) informaron que el 76% de las v busos sexuales Gales revelé los abuses durante el primer mes de terapia, pri mero con referencias vagas, después con revel tos sestiales menos geaves y, finalmente, ma rituales. rando los abusos le las victimas (63%) revel6 los abusos después laciones sobre los ac: Dein, incidenia 9 cara del abuse sexual x01 IV, LAS CAUSAS DPI. ABUSO SEXUAL INFANTIL, wa. La prediccidn del abuso sexual Partiendo del supuesto de que «si entendemoy/ las personas qu: abusan de los nifios, entenderemos los motiyds del abuson, divers s0s investigadores han elaborado tipologiay’que permiten la fact de os agresores senuales o bien sfan edorzado en anal zar la personalidad y comportamiento ge dichos agre nla Finalided de enconteweun ‘peril enrayérisica ores oO"! ‘Tipologtas del ageesor sexual Basindose en la teoria freudiay Groth, Hobson Gary, 1982) propuso una tipoJogia en la que se distingue entre pe défilos fiados y regresivos_A.os responsables de abusos sexuales con una fijacidn se caracteyfzan por no haber legado nunca a ma- durar psicosexualmente y/no haberse relacionado con compaiieros _ semuales adultos, Presepfan una fuerte preferencia sexual (general- mente exclusiva) por fos nifios y unas necesidades emocionales pieriles, de manera Aue desean relacionarse con “otros” nifios, Eneuentran insatis{Zetorio el contacto sexual adulto, provoeindo. les ansiedad y sepfimientos de inadecuacién las interacciones s0- ciales con otras pérsonas adultas. Por otca parte suelen experimen -tarescaso maleftar por sus acciones y es frecuente que planifiquen Binaciormabte los abusos sexuales que cometen con sus victi ‘nas, preferghtemente varones, Los pedéfilos regresivos son esivos son per- sonas que Man llegado a alcanzar un nivel adulto normal de prefe- ‘eencia sex4al por otros adultos. No obstante, sufren una regresion {que lesMleva a implicarse en conductas sexuales con nifios cuando Eapaces de adaptarse ante factores graves de estrés, como el feo © la pérdida del empleo. Como las relaciones sexuales

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