Moody - Ester

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Comentario Biblico Moody Antiguo Testamento Redactado por Charles F. Pfeiffer —] EDITORIAL PORTAVOZ La misién de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad —con integridad y excelencia—, desde una perspectiva biblica y confiable, que animen a las personas a conocer y servir a Jesucristo. Este material esta disponible gratuitamente, con la unica finalidad de ofrecer lectura edificante a tod@s aquell@s herman@s que no tienen los medios econdémicos para adquirirlo. Si usted es alguien financieramente privilegiado, utilice este material para su evaluacion, y, Si le gusta, bendiga al autor, editores y librerias, con la compra del libro. adoradordejesucristo@hotmail.com Titulo del original: Wycliffe Bible Commentary: Old Testament, redactado por Charles F. Pfeiffer, © 1962 por Moody Bible Institute, Chicago, Illinois y publicado por Moody Press. Edicién en castellano: Comentario Biblico Moody: Antiguo Testamento, © 1993 por Editorial Portavoy, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan. Todos los derechos reservados. Traduccion: Santiago Escuain EDITORIAL PORTAVOZ P.O. Box 2607 Grand Rapids, Michigan 49501 USA Visitenos en: www.portavoz.com ISBN 978-0-8254-1563-0 8910 11 12 edicién/ ano 11 1009 08 07 Impreso en los Estados Unidos de América Printed in the United States of America PREFACIO DE LOS EDITORES (Coémo utilizar este libro) El enfoque El Comentario Biblico Moody: Antiguo Tes- tamento y Nuevo Testamento (2 tomos) es un comentario escrito y editado por una cantidad de eruditos que representan una amplia sec- ci6n del cristianismo protestante. Dentro de los limites de su més de un millon y cuarto de palabras, intenta tratar el texto entero del Anti- guo y Nuevo Testamentos frase por frase. dems, aparecen por lo general restimenes de Jas principales secciones de cada libro de la Biblia en relacién con los principales encabe- zamientos del bosquejo. Asf, el lector puede tener una visién de conjunto y una considera- cién detallada de un pasaje de las Escrituras de forma simultdnea. En los comentarios de los varios libros los escritores presentan los resultados del propio estudio cuidadoso y personal que ellos han hecho. Pero también han preservado algo de las mejores obras de los antiguos comenta- ristas y han utilizado los atisbos de la erudicién contempordnea. Mientras que infunden al todo un muevo estilo, manifiestan al mismo tiempo su fe inamovible en la divina inspiracion de las Sagradas Escrituras. Aunque el texto biblico utilizado en la pre- paracién de este comentario es el de Reina- Valera 1960, varios de los escritores han hecho sus propias traducciones de los libros sobre los que han trabajado. En ocasiones utili- zan frases de sus propias traducciones en el texto de los comentarios. Para comodidad del lector, toda la fraseologia biblica aparece en letras negritas, asi como todos los nuimeros de los versiculos. De esta manera se distinguen bien los nimeros de los versiculos de los ni- meros del bosquejo. En los casos en los que el comentarista prefiere emplear una variacion de la traduccién en lugar de la versién Reina- Valera, se identifica la fuente de la variacién. Mientras que los comentarios de los varios libros enfatizan Ia interpretacién de las pala- bras mismas de las Escrituras, cada uno de ellos incluye una breve consideracién intro- ductoria de la patemidad del libro, fecha de redaccién, marco histérico, y similares, A fin de proveer al lector con més informacién his- térica, se ha incluido una breve relacién de la historia del perfodo intertestamentario. A fin de mejorar la apariencia de la pégina impresa, los pronombres que se refieren a la deidad (que aparecen con mucha frecuencia) no se ponen en maytisculas. excepto cuando ello es necesario para evitar ambigiiedades en el significado. También, se utiliza frecuente- mente, como traduccién de Ja palabra hebrea YHWH, la palabra Jehovd. Pero en algunos casos los contribuyentes prefirieron utilizar la forma Yahvé, que est4 ganando las preferen- cias entre los eruditos biblicos. EI objetivo bésico de este comentario es la determinacién del significado de las Eseri- turas. Por ello no se trata, hablando estricta- mente, ni de un tratamiento devocional ni técnico exegético. Trata de presentar el men- saje biblico de tal manera que el estudiante serio de la Biblia halle una ayuda extensiva dentro de estas paginas. Los contribuyentes a este comentario repre- sentan a un total de més de quince orfgenes denominacionales. Entre los cuarenta y ocho comentaristas se hallan profesores en veinti- cinco centros de educacién superior cristiana. Con tal variedad de orfgenes, es de esperar que los contribuyentes difieran entre ellos en al- gunos asuntos de interpretacin, No se ha Ile- vado a cabo ningtin esfuerzo para llevar estas diferencias a una conformidad total. Por ello, el lector descubriré algunas diferencias de en- foque en casos tales como pasajes paralelos en los Evangelios y en los libros de Reyes y de Crénicas. La bibliografia Cada uno de los libros en este comentario va acompafiado de una bibliograffa, Oca- sionalmente, cuando un autor ha tratado libros relacionados (p.ej., 1 y 2 Pedro; 1 y 2 Tesaloni- censes; Esdras, Nehemfas y Ester), él ha ele- gido disponer toda su bibliografia en una sola lista. En tales casos, el lector es dirigido a la lista bibliogréfica completa. El hecho de que un comentarista haya in- cluido un titulo determinado no significa que COMENTARIO BIBLICO MOODY: A.T. lo recomiende como totalmente conservador totalmente exacto. Los comentaristas han in- cludo tanto las obras a las que ellos se han referido como aquellas que creen que serdn de utilidad al lector. Hemos afiadido una lista de libros publicados en espaiiol. Debido a que muchos lectores se hallarén interesados en tener conocimiento de comenta- rios conservadores de toda la Biblia o de sec- ciones mayores de ella, se mencionan aqui unas pocas de las principales obras. Viejos favoritos son el Comentario Exegético y Expli- cativo de la Biblia de Jamieson, Fausset y Brown (2 tomos, El Paso: Casa Bautista de Publicaciones) y el Comentario Exegético De- vocional a Toda la Biblia (12 tomos, Terrassa: Editorial CLIE) de Matthew Henry. Un co- mentario més reciente de un solo volumen que ha disfrutado de amplia utilidad es cl Nuevo Comentario Biblico, editado por D. Guthrie, J._A. Motyer, A. M. Stibbs, y D, J, Wiseman (EI Paso: Casa Bautista de Publicaciones). El estudioso que esté interesado en temas de introduccién biblica, tales como paternidad li- teraria, fechas, circunstancias de redaccién, y similares, encontraré Utiles los siguientes libros: Nuevo Manual Biblico de Unger de Merrill F, Unger (Grand Rapids: Editorial Por- tavoz): Compendio Manual de la Biblia de Henry H. Halley (Grand Rapids: Editorial Por- tavoz); y Reseiia Critica de una Introduccién al Antiguo Testamento de Gleason L. Archer (Editorial Portavoz). Un atlas especialmente uitil de la Biblia desde la perspectiva conserva- dora es el Atlas Biblico de Bolsillo, preparado por Charles F. Pfeiffer (Deerfield, FL.: Edito- rial Vida). Contribuyentes Génesis: Kyle M, Yates, Sr., Th.D., Ph.D., Profe- sor de Antiguo Testamento, Universidad de Baylor, Waco, Texas. Exodo: Philip C. Johnson, Th.D., Profesor de Bi- blia, Gordon College, Beverly Farms, Massachu- setts, Levitico: Robert O. Coleman, Th.D., Profesor Ad- junto de Introducciéa Biblica, Seminario Teolégico Bautista Southwestem, Fort Worth, Texas. Nimeros: Elmer Smick, S.T.M., Ph.D., Profesor de Lenguas Muertas, Instituto Superior y Seminari Teolégico Covenant. San Luis, Missouri. Deuteronomio: Meredith G. Kline, Th.M., Pb.D., Profesor Adjunto de Antiguo Testamemo, Semina- rio Teolégico Westminster, Filadelfia, Pennsylva- nia, Josué: Jobn Rea, A.M., Th.D., Profesor de Anti- guo Testamento, Instituto Brblico Moody, Chicago, Iitinois. Jueces: Charles F. Pfeiffer, Th.M., Ph.D., Profe- sor de Antiguo Testamenio, Gordon School, Beverly Farms, Massachusetts Rut: Charles F. Pfeiffer (ver Jueces) 1y 2 Samuel: Fred E, Young, B.D., Ph.D., Profe- sor de Antiguo Testamento, Seminario Teolégico Bautista Central, Kansas City, Kansas. 1 Reyes: John T. Gates, 8.T.D., Profesor de Biblia y de Filosofia, St. Paul Bible College, St. Paul, Minnesota. 2 Reyes: Harold Stigers, Ph.D., lnstructor en Len- guas Muertas, Instituto Superior y Seminario Teol6- gico Covenant, San Luis, Missouri 1 y 2 Cronicas: J. Barton Payne, A.M., Th.D., Profesot Adjunto de Antiguo Testamento, Escuela Graduada de! Instituto Superior Wheaton, Wheaton, Mino Esdras, Nehemtas, y Ester: John C. Whitcomb, Jr., Th.D., ex-profesor de Antiguo Testamento y Director de estudios post-graduados, Seminario Te- ol6gico Grace, Winona Lake, Indiana. Job: Meredith G. Kline (ver Deuteronomio). Salmos: Kyle M. Yates, Jr., Th.D., Profesor Ad- junto de Antiguo Testamento y Arqueologia Biblica, Seminario Teolégico Bautista Golden Gate, Mill Valley, Californi Proverbios: R. Laird Harris, Th.M., Ph.D., Profe- sor de Antiguo Testamento, Instituto Superior y Se- minario Teolégico Covenant, San Luis, Missouri. Eclesiastés: Robert Laurin, Th.M., Ph.D. Profesor de Antiguo Testamento y de Hebreo, Seminario Te- olégico Bautista de California, Covina, California Cantar de los Cantares: Sierd Woudstra, Th.D., pastor, Iglesia Reformada Cristiana Calvin, Ottawa, Ontario, Canadé. Isafas: Gleason L. Archer, Jr, B.D., Ph.D., Profe- sor de Lenguas Semiticas y del Antiguo Testamento, Trinity Evangelical Divinity School, Deerfield, Illi- nois, Jeremias: John F. Graybill, B.D., Ph.D., Director, Departamento de Biblia y de Teologia, Barrington College, Barrington, Rhode Island. Lamentaciones: Ross Price, M.Th., D.D., Profe- sor de Teologia, Instituto Superior Pasadena, Pasa- dena, California. Ezequiel: Anion T, Pearson, Th.D., Profesor de Lenguas del Antiguo Testamento y Literatura, Insti- tuto Superior y Seminario Bethel, St. Paul, Minne- sota. Daniel: Robert D. Culver, Th.D., Profesor de Bi- blia, Instituto Superior Nothwestem, Minneapolis, Minnesota. Oseas: Charles F. Pfeiffer (ver Jueces) Joel: Derward Deere, Th.D., Profesor de Interpre- tacién del Antiguo Testamento, Seminario Teolé- gico Bautista Golden Gate, Mill Valley, California, ‘Amos: Amold C. Schultz, M.A., Th.D., Profesor de Antiguo Testamento y Arqueologia, Seminario Teolégico Bautista Northem, Chicago. Ilinoit Abdias y Jonds: G. Herbert Livingston, B.D., Ph.D., Profesor de Antiguo Testamento, Seminario Teoldgico de Asbury, Wilmore, Kentucky. Miqueas: E, Leslie Carlson, A.M., Th.D., Profe- sor de Introduccién Biblica y Lenguas Semfticas, Seminario Teolégico Bautista Southwestern, Fort Wor, Texas. ‘Nahum: Charles L. Feinberg, Th.D., Ph.D., De- ano y Profesor de Lenguas Semiticas y de Antiguo Testamento, Seminario Teolégica Talbot. La Mi- rads, Califor PREFACIO Habacuc: David W. Kerr, Th.D., Decano y Profe- sor de Interpretacién del Antiguo Testamento, Gordon-Conwell Theological Seminary, Beverly Farms, Massachusetts. Sofontas: H, A. Hanke, Th.D., Profesor de Biblia, Instituto Superior Asbury, Wilmore, Kentucky. Hageo: Charles L. Feinberg (ver Nahurn) Zacarfas: Charles L. Feinberg (ver Nahum) Molaqufas: Burton L. Goddard, Th.D., Director de la Biblioteca y Profesor de Lenguas Biblicas y Exégesis, Gordon-Conwell Theologica! Seminary, Beverly Farms, Massachusetts. Entre Malaquias y Mateo: Charles F. Pfeiffer (ver Sueces). Abreviaturas a. Libros de la Bibli LAT. Gn Ex Ly Nm Dt Jos Jue Rt 18 2S 1R2R1Cr 2Cr Esd Neh Est Job Sal Pr Ecl Cnt Is Jer Lm Ez Dn Os JI Am Abd Jon Mi Nah Hab Sof Hag Zac Mal 2.NT. Mt Mr Le Jn Heh Ro Co 2 Co Ga Ef Fil Col UTs 27s 1 Ti 2Ti Tit Flm He Sig 1P 2P tn 2Jn 3Jn Jud Ap b. Apéerifos. { Esd (1 Esdras); Il Esd (I Esdras): Tob (Tobit); Sab (Sabidurfa de Satomén); Sir (La Sabidurfa de Jestis el Hijo de Sirach, o Eclesidstico); Bel (Bel y el Dragén); 1 Mac (I Macabeos); I Mac (IT Macabeos). ¢. Revistas, obras de referencia, di versiones de la Biblia. cionarios y ANET Ancient Near Eastern Texts, editado por Pritchard ASV American Standard Version AV Authorized Version (versién del Rey Jaime) BA Biblical Archaeology BASOR Bulletin, American Schools of Oriental Research BDB Brown, Driver, Briggs, Hebrew- English Lexicon of the Old Testament By Biblia de Jerusalén, versi6n BLA Biblia de las Américas, versign BS Bibliotheca Sacra BV Berkeley, versién de CBSC Cambridge Bible for Schools and Colleges ERV English Revised Version (1881) FxpB The Expositor’s Bible HDB Hastings’ Dictionary of the Bible Icc International Critical Commentary ISBE International Standard Bible Encyclopaedia JBL. Journal of Biblical Literature JFB INES Jos JPS ITs KB KD LXX NC RSV RV RVA ™ vM VT wr) ZAW Otras ac. at an. © cap/caps. cm com. op. dc. etal fr. heb, ibid ie. intr. Intro, kg. km, Vit, m. marg. MS/MSS NT Na op. cit. Pej pipe. Pal. par. pl pulg. s/s. se. sing. vw. Jamieson, Fausset, y Brown, Comentario Exegético y Explicativo de ta Biblia Journal of Near Eastern Studies Josefo, Flavio, Las Antigiedades; Las Guerras; Los Eseritos Esenciales Jewish Publication Society Version of the Old Testament Journal of Theotogical Studies Koehler and Baumgartner, Lexicon in Veteris Keil and Delitzsch, Commentary on the Old Testament Septuaginta Nacor-Colunga, versién de Revised Standard Version Reina-Valera 1960, versién Reina-Valera Actualizada, version Texto Masorétic Versién Modema Vetus Testamentum Westminster Theological Journal Zeitschrift fir die altestamentliche Wissenschaft antes de Cristo Antiguo Testamento anticulo circa (alrededor de) capitulocs) centimetro(s) Comentario comparar, ver después de Cristo y otros Briego hebreo alli mismo (obra citada) id est (esto €s) introducir Introduceién kilogramas kilémetco(s) literalmente metrots) masgen, lectura alternativa manuseritos) Nuevo Testamento nota del traductor obra citada por ejemplo pagina, paginas Palabra parrafo plural pulgadas siguiente(s) siglo singular versiculo(s) COMENTARIO BiBLICO MOODY: A.T. Transliteracién Las palabras hebreas y griegas han sido transliteradas segiin la siguiente pauta: Griego Hebreo Consonantes! Vocalizacién? a-a@ R-'DO-m TN2- ba 3- do? a- a 23-b yi-n iB- bd 2 - bu? e-e 13-¢ O-s AD- bi Q- be n-6@ Tt-d y-' *2-d8 2- bid n-é T-hAD-p 2- be 2 - ba amg l-w P3-5 *R-df Z- bs o- 3 T-2 P-q 3- ba 3- bs o-6 N-h Jer ‘3- bs 2- be u-2 b=} Osh 2- ba 7} - bah @ - th t-y wg 2- be 8Q- ba’ —-x yo-k OR-t }- dT AR - deh vey 2-1 2- ba 13 - beh p- ph X- ch ¥ - Ps tah 1 No se indica el dagesh lene. El dagesh forte se representa doblando Ja letra. 2 Esta es una ecuacidn ortografica y no una representacién cientifica, 3 En sflabas cerradas, ESTER INTRODUCCION Titulo. El libro recibe el nombre de su prota- gonista, Ester. Es un nombre persa, y significa estrella, Su_nombre hebreo era Hadassah, mirto (ver 2:7). Fecha y paternidad. Existe la certeza total de que el libro se redactara después del 465 aC., porque se habla del reinado de Jerjes (486-465 aC.) en tiempo pasado (10:2). Pero el autor muestra tener un conocimiento dema- siado fntimo de los sucesos del reinado de Jerjes y de las instalaciones del palacio en Susa (que fue destruido por un incendio alre- dedor del 435 a.C.) para permitir una fecha de redaccién posterior a la época de Artajerjes 1 (464-424 a.C.). Aunque Josefo creyé que Mardoqueo habfa escrito el libro, parece que 10:2, 3 excluya esta posibilidad. No obstante, el autor tiene que haber sido un judfo que haya vivido en Persia en la época de los sucesos que se narran y que tuviera acceso a las crénicas oficiales de los reyes de Media y Persia (2:23; 9:20; 10:2). Aparecen palabras y nombres puramente persas en el libro, y su estilo hebreo se parece estrechamente al de Esdras, Nehe- mias, y Crénicas. Historicidad y propésito. A pesar de las objeciones que se han suscitado en contra de la historicidad de este libro, da un relato perfecta- mente crefble de eventos que pudieron haber tenido lugar durante el reinado de Jerjes. La afirmacién con respecto a la extensién del dominio de Jerjes (1:1; 8:9) concuerda con las afirmaciones de Herodoto (Historias 3.97, 98; 7.9), y no seria cierta de ningiin otro rey persa. La gran fiesta del tercer afilo del reinado de Jerjes (Est 1:3) concuerda con la época dada por Herodoto (7.8) para la planificacién de la expedici6n del rey de Persia contra Grecia. La descripcién de su palacio (Est 1:6) ha quedado confirmada por los descubrimientos arqueol6- gicos. Que se tomara una nueva esposa en su séptimo afio (2:16) concuerda con la descrip- cién de Herodoto del nuevo interés que mani- fest6 por su harén después de su desastrosa campaiia en Grecia (9.108, 109). La fiesta de Purim, que se menciona en 2 Macabeos 15:36 como siendo observada alrededor del 160 a.C., dificilmente hubiera podido ser establecida sin raz6n alguna. La explicacién ms légica es que fue establecida ‘en conmemoracién de los sucesos descritos en este libro. Los judfos siempre han aceptado el libro de Ester como canénico. ‘Cuando dirigimos nuestra atencién al pro- P6sito de este libro, surge de inmediato la cuestién de por qué se omiten todas las refe- rencias a la oraci6n, a la adoracién, a Jerusa- 1én, al Templo, y al nombre de Dios, con la excepcién de algunas insinuaciones de oracién y de providencia (Est 4:14; 4:16; 9:31). Algunos han conjeturado que era demasiado peligroso adorar abiertamente a Jehové en aquellos dias y que por ello quedaron cuidado- samente excluidas todas las referencias a El en este libro. Pero esto tiende a una consideracién demasiado baja de la inspiracién divina de las Escrituras, Parece mejor llegar a la conclusién de que ‘‘ya que estos judfos no se hallaban en relaci6n con la linea teocratica, por asi decirlo, No se asocia con ellos el Nombre del Dios del Pacto. El libro de Ester, entonces, sirve para el propésito de mostrar c6mo la Providencia divina gobiema por encima de todo; incluso en un pags distante, el pueblo de Dios se halla en sus manos. Pero ya que se hallan en este pafs distante y extrafio, y no en la tierra prometida, Su Nombre no se menciona’’ (Edward J. ‘Young, Una Introduccién al Antiguo Testa- mento, p. 415). Marco histérico. En época tan temprana como el 722 a.C., los israclitas de las tribus septentrionales fueron transplantados como cautivos a *‘las ciudades de los medos"’ entre otros lugares (2 R 17:6). Ademés, después de la conquista de Babilonia por Ciro en 539 a.C., algunos de los judfos que habfan sido transpor- tados a Babilonia por Nabucodonosor es pro- bable que pasaran hacia el este a Susa y a otras ciudades en Medio-Persia, como Mardoqueo lo hizo (Est 2:5,7). Pero de los millones de judfos que habfan sido dispersados por todo el 442 ESTER 1:1-3 Oriente Medio, solamente alrededor de 50.000 decidié volver a la Tierra Prometida con Zoro- babel y Josué en 536 aC. (Esd 2:64-67). Segiin Esdras 6:15, el segundo Templo fue finalizado el 515 a.C., en el sexto afio de Darfo I. Fue treinta y dos afios después que Jerjes, el hijo de Darfo I, “‘hizo banquete a todos sus principes y cortesanos”* (Est 1:3). Los eventos 443 de este libro cubren un perfodo de diez afios, desde la gran fiesta de Jerjes (483 aC.) a la fiesta del Purim (473 a.C.). Dieciséis afios des- pués de la primera fiesta de Purim, Esdras Hev6 a su primera expedici6n de vuelta a Jeru- salén (Esd 7:9). Ast, los sucesos de este libro se correlacionan con la época entre los capi- tulos sexto y séptimo del libro de Esdras. BOSQUEJO 1. Vasti, repudiada. 1:1-22. IL. Ester hecha reina, 2:1-23. TIL. El complot de Am4n contra los judios. IV. La decisién de Ester. 4:1-17. V. El primer banquete de Ester. 5:1-14. VI. Amén humillado ante Mardoqueo. 6:1-14, VII. El segundo banquete de Ester. 7:1-10. VIII. El contradecreto de Mardoqueo. 8:1- 7. IX. La victoria de los judios, y la institu- cién del Purim. 9:1— 10:3. COMENTARIO I. Vasti, repudiada. 1:1-22. En el ultimo dia de una fiesta de siete dias de duracién en el palacio de Susa, el rey Jerjes hizo Hamar ala reina Vast{ para que apareciera ante sus nobles embriagados para mostrar su belleza. Su rechazo a obedecer provocs la ira del rey, y Este siguié el consejo de Memucén, uno de los principales principes, de divorciarse de ella mediante un decreto piblico. Este cas- tigo, razonaron los hombres, serviria para advertir a todas las mujeres por todo el imperio para que honrasen a sus esposos. 1. En los dias de Asuero. Este no puede ser ‘otro que Jerjes (486-465 a.C.; cp. Esd 5:6), el hijo de Darfo I, que intenté la conquista de Grecia en 481 a.C. Fracas6 estrepitosamente en este objetivo como resultado de una reso- nante derrota en Salamis (480 a.C.) y en Pla- taea (479 a.C.). El asuero que reiné desde la India hasta Etiopia. A fin de evitar una posi- ble confusi6n con el padre de Darfo el medo, que tenfa el mismo nombre (Dn 9:1), el autor sefiala al inmenso territorio sobre el que rei- naba este Jerjes (cp. 8:9: 10:1). La India a la que se refiere era el tertitorio correspondiente a la provincia del Punjab en el Pakistén actual, Ja region al ceste del rfo Indus al que llegaron las fuerzas de Alejandro en sus conquistas. Herodoto nos dice que tanto la India como Etiopfa se hallaban sujetas a Jerjes (3.97, 98: 7.9). Sobre ciento veintisiete provincias. Esto ha sido confundido con las veinte satra~ pias relacionadas por Herodoto para Dario | 3.89-94) y los ciento veinte sdtrapas sefia- lados por Dario el medo (Dn 6:1). La palabra provincias (heb. medina) se refiere a las unidas gubemamentales mds. pequefias, tales como la provincia de Judé (Neh 1:3), en tanto que Herodoto se estaba refiriendo a las uni- dades mayores, tales como la quinta satrapfa, que inclufan a toda la Fenicia, Palestina, Siria, y Chipre, Pero el libro de Daniel no habla de ninguna de estas unidades territoriales, porque meramente afirma que Darfo el medo consti- tuy6 “ciento veinte sétrapas”” (Dn 6:1; cp. John C. Whitcomb, Darius the Mede, pp. 31-33). 2. Susa capital del reino. Susa era una de las principales capitales de! Imperio Persa, siendo las otras Ecbatana (Esd 6:1-2) y Persé- polis. A esta ciudad una vez fue Nevado Daniel en visién (Dn 8:2); y més tarde Nehemfas sirvié allf como copero de Artajerjes (Neb 1:1; 21). 3. En el tercer afio de su reinado hizo banquete. Esta fiesta (lit, una fiesta de bebida) tuvo lugar en el afio 483/482 a.C.. y es ciertamente la relatada por Herodoto (7.8), en la que Jerjes preparé los planes para la gran invasién de Grecia. A los mas poderosos de Persia y de Media, gobernadores y prin- cipes de provincias. En los dfas de Ciro, Media era mencionada antes de Persia (Dn 444 6:8), pero ahora Persia era mucho més impor- tante en la monarquia dual. Los mas pode- Tosos representa al estamento militar, en tanto que gobernadores y principes representan a los gobemantes civiles. 4, 5. Durante los 180 dfas Jerjes discutié planes de guerra con sus subordinados y los deslumbré con su opulen- cia y con la magnificencia de su corte. Des- ués de esto, se hizo una fiesta de siete dias (wv. 3 y 5 se reficren probablemente a la misma fiesta) para todo el pueblo que habia en Susa capital del reino, incluyendo a los gobemadores de las otras provincias que habfan venido para varios dfas de planificacion (Keil, in loco). En el patio del huerto del palacio real. Los terrenos 0 parque alrededor del palacio. 6. El significado de algunas de estas pala- bras es oscuro, pero la VM da el sentido gene- ral. Habjia toldos de tejidos blancos, verdes y de color jacinto (los colores reales; cp. 8:15) prendidos por medio de cordones de lino fino blanco y de purpura a anillas de plata fijadas en columnas de mérmol. Habfan también recli- natorios de oro y de plata sobre un enlosado de mosaicos de pérfido y de mérmol negro y blanco, y alabastro oriental. Este palacio, asombrosamente bello, ardié totalmente a finales del reinado de Artajerjes, el hijo de Jerjes, alrededor de! 435 a.C. (A.T. Olmstead, The History of the Persian Empire, p. 352). 7, 8. Vasos de oro. . .diferentes unos de otros. Una gran variedad de vasos de beber era un lujo persa. Y la bebida era segin esta ley: Que nadie fuese obligado a beber. Por lo general, el rey hacia que sus huéspedes se comprometieran a beber una cantidad determi- nada, pero ahora podfan beber tanto 0 tan poco como quisieran. 9-12, El Witimo dia de Ia fiesta, el ebrio rey Gue 16:25; 2 S 13:28) envié a sus siete eunucos, que constituian su medio de comuni- cacién con el harén, para que liamaran a Vasti. Por lo general, las reinas persas comfan a la mesa del rey, pero no necesariamente en los grandes banquetes. Temiendo por su dignidad en medio de un grupo tan embriagado (Hero- doto, 5.18), rechaz6 totalmente obedecer a la Hamada. 13, 14. Los sabios que conocian los tiem- pos...siete principes de Persia. Es posible que siete fuera un nimero sagrado en Persia (cp. 1:10, 2:9; Esd 7:14). Estos sabios pueden haber sido astrélogos o legisladores. Era de estas familias principales que los reyes persas tenian que conseguir sus esposas (Herodoto, 3.84). 16-20, Memucén, uno de los siete prin- cipes (v. 41), aprovech6 Ia oportunidad para transformar un asunto doméstico y privado en ESTER 1:3—2:4 una crisis pablica y nacional, indudablemente debido a anteriores conflictos entre la reina y los principes. Las esposas de los ciudadanos ordinarios desafiarfan a sus maridos (v. 17), y las mujeres de los siete principes exigirfan “hoy mismo" (v. 18, VM) la igualdad dese- ando emular a su reina. Que no sea quebran- tado (v. 19). Cp. 8:8; Dn 6:9. jIndudable- mente, no deseaban que Vasti pudiera asumir otra vez el poder, y que los castigara por dar este consejo! 21, 22, Envié cartas a todas las provincias del rey...conforme a su escritura, El Impe- rio Persa gozaba de un eficaz sistema postal, pero la comunicacién quedaba complicada debido a las docenas de idiomas que se habla- ban por todo el imperio. Que todo hombre afirmase su autoridad en su casa; y que se publicase esto en la lengua de su pueblo. El significado es algo oscuro, pero es presumible que ‘‘la autoridad del marido en su casa se mostrara en el hecho de que solamente se fuera a utilizar la lengua del cabeza de familia en la casa” (Keil; cp. Neh 13:23), La mencién de este punto en el decreto presupone que los hechos con respecto a Vasti fueron asimismo mencionados. Il. Ester hecha reina. 2:1-23. Cuando Jerjes empez6 otra vez a desear a Vasti, se propuso que se eligiera para él otra reina de entre las més hermosas virgenes en la tierra. Ester, una joven judfa que habia sido criada por su primo Mardoqueo, se hallaba entre los que fueron llevadas a la casa de las mujeres. Jerjes la amé més a ella que a nin- guna otra, y la eligié para que fuera su reina. Poco después, Mardoqueo descubrié un com- plot en contra del rey. Por medio de Ester, el asunto pas6 a conocimiento del rey, y los cri- minales fueron ejecutados. 1. Pasadas estas cosas...se acordé de Vasti. Ya que Ester vino a ser reina en di bre del 479 a.C. (2:16), y que tiene que haber pasado més de un afio entre el decreto del 2:3 y su casamiento, el deseo del rey por Vasti tiene que haber sido conocido mientras que estaba ain dedicado a la gran campafia contra Grecia (481-479 a.C.). 2-4. Dandose cuenta de que la restauracién de Vasti significaria la rufna de ellos (ver com. sobre 1:19), los principes aban- donaron el precedente de proveer una reina de entre sus propias hijas, y sugirieron que el rey se eligiera una nueva reina de entre las vir- genes mis bellas del imperio. A la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai enunuco del rey, guarda de las mujeres. Cp. 2:8, 15. Sola- mente los eunucos tenfan acceso a ‘‘la casa de Jas mujeres” (v. 9). ¥ la doncella que agrade ESTER 2:4—3:6 a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti (v. 4). De esta forma, su deseo por Vasti quedarf aminorado. Los principes estaban bien fami rizados con el débil carécter de Jerjes (Hero- doto 9.108-113) y se aprovecharon de ello para sus propios propésitos. 5-7, Habia...un varén judio cuyo nom- bre era Mardoqueo...habia criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tio. Se introducen ahora a los verdaderos protago- nistas del libro. Mardoqueo, de la tribu de Benjamin, era el biznieto de un hombre Ila- mado Cis, que habfa sido llevado a Babilonia con el rey Jeconfas (Joaquin) en 597 a.C. Ala muerte de su tfo Abihail (2:15), Mardoqueo tomé a la hija huérfana de su tfo a su propia casa, y la cri6. ““Asumiendo que Hadasa pro- viene de hadhas, mirto, y que Ester es sitar, el persa para estrella (en s&nscrito sta’na; en aca- istar), tenemos aqui un ejemplo temprano de la posterior practica judfa de dar dos nom- bres: uno hebreo y otro gentil, tal como Juan Marcos, Jose Justo, etc’’. (A. MacDonald, “*Esther’’, The New Bible Commentary, p. 382). 8-11. Ester también fue Hevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las mujeres, y la doncella agrad6é a sus ojos (vv. 8, 9). Los sentimientos personales de Ester en este asunto no han quedado regis- trados, pero podemos asumir que tenfa con- fianza en Jehovd y que por ello recibié Su bendicién (algo como José y Daniel). No obs- tante, a diferencia de José y de Daniel, no revelé su nacionalidad, y por ello es posible que participara de la comida ceremonialmente impura. No es fécil determinar la raz6n por la que Mardoqueo le mandé que mantuviera encubierta su nacionalidad (v. 20). Es posible que temiera por su seguridad (v. 11). O es posible que el Sefior le concediera una premo- nici6n de una afliccién venidera para Israel y de la parte que Ester pudiera jugar en Ia libera- cién de su pueblo (4:14). 12-15. Después de un afio entero de prepara- tivos, Ilegé el tumo de cada doncella de pre- sentarse ante cl rey. Para esta visita, podia llevar todos los adomos, joyerfa, o vestidos que quisiera, Ester revelé un espiritu singular en el hecho de que no estaba preocupada en absoluto por complacer al rey con el atavio “‘extemo de peinados ostentosos, de adomos de oro 0 de vestides lujosos"’, sino mediante “‘el incorruptible ornato de un espiritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios*’ (1 P 3:3, 4). Por ello, no es de sorpren- derse que Ester obtuviera el favor de todas los que la vefan, y que se ganara el corazén del rey. 445 16-18. En el mes de diciembre del 479 a.C., s6lo cuatro afios después de su divorcio de Vasti, Jerjes hizo a Ester su reina. Durante aquellos cuatro afios, el emperador habia lan- zado uno de los mayores ¢jércitos de Ia histo- ria antigua contra los griegos, solo para sufrir unas derrotas humillantes y resonantes cn Salamina y Plataea. Ester le dio una medida de consuelo ‘que con tanta urgencia precisaba. Disminuyé tributos a las provincias (v. 18). Este descargo al que se refiere el texto puede referirse bien a los tributos, o bien al trabajo (dias de fiesta), 19-23. Y cuando las virgenes eran reu- nidas la segunda vez. No se da explicacién de esta segunda reunién, pero debe recordarse que Jerjes (como Salomén) era polfgamo, y que estaba constantemente afiadiendo a su harén. No obstante, fue durante esta segunda reunién que Mardoqueo descubrié un complot en contra de la vida del rey. Dos eunucos, Bigtan y Teres, que pudieran tener acceso al rey mediante las virgenes mencionadas en 2:19, y que puede que hubieran quedado dis- gustados por el divorcio de Vasti, planeaban matar al rey. Es interesante sefialar que al fin Jerjes murié asesinado (Olmstead, op. cit., p. 289). Providencialmente, fue Mardoqueo el que descubrié el complot, porque el registro de su leal accién fue inscrito en Jas crénicas reales y, mds tarde esto fue el medio de su exaltacién (6:1-3). Los dos eunucos fueron colgados en una horca (v. 23). Es probable que fueran crucificados o empalados vivos. E! original dice que fueron colgados de un drbol (cp. 7:10). TIL. El complot de Amén contra los judios. 31-15, Mardoqueo rehusé inclinarse delante de Amén, a quien Jerjes habfa elevado a la segunda posicion en el reino; y por ello la ira de Amén se encendié en contra de ta nacién de Mardoqueo. Mediante la suerte (Pur), se deter- min6 el dia fatal de la destruccién de los judfos, y Amén prometié al rey todas las pro- piedades que les fueran confiscadas. Amén envié cartas por todo el imperio en nombre del rey, anunciando el dfa de la destruccién de los judios. 1-6, Segiin 3:7, los sucesos de este capitulo tuvieron lugar en 474 a.C., més de cuatro afios después de que Ester viniera a ser reina (cp. 2:16). Por ahora, Amén el agagueo, habia Ile- gado a ser el favorito del rey, y toda rodilla se tenfa que doblar ante él (cp. Gn 41:43). Era costumbre para los judfos doblar la rodilla ante sus reyes (2 S 14:4; 18:26; 1 R 1:16). Pero cuando los persas doblaban la rodilla ante sus 446 reyes, pagaban homenaje a un ser divino. espartanos rehusaron doblar la rodilla ante Jerjes por esta raz6n (Herodoto,8.136). Ya él les habia declarado que era judio (v. 4). Ya que se lealtad a Jehové era la base de su rechazo a inclinarse ante Amén, tuvo al fin que divulgar su nacionalidad. En este momento, esto puede haber parecido desastroso a Mardo- queo; pero al final Dios trajo mayores bendi- ciones debido a ello, porque El no tiene su deleite en un testimonio silencioso (ep. 8:17). Procuré Aman destruir a todos los judios (v. 6). Al descubrir que el rechazo de Mardo- queo a inclinarse ante é1 se basaba en motivos religiosos, Aman se dio cuenta de que nada menos que un pogrom a escala nacional iba a dar una solucién final a este problema. 7. A principios de abril del 474 a.C., Aman hizo que los astrélogos y magos echaran la suerte para determinar qué da del afio traerfa la destruccién sobre Israel (Pur es una antigua palabra persa que significa ‘‘suerte’”’). Los antiguos depositaban una gran confianza en la astrologia y en la adivinacién, pero poco se daban cuenta de que cuando “‘la suerte se hecha en el regazo. . de Jehové es la decisién de ella”’ (Pr 16:33). El gobiemo de Dios estuvo particularmente evidente en este caso, ya que al echar las suertes con respecto a cada dia del afio, cay6 sobre el dfa trece del mes doce y Ultimo, jdando ello tiempo a que el complot de Amén fuera vencido, y a que se emitiera un contradecreto! 8-11, Amén revelé su extremada sutileza con la proposicién que le hizo al rey. Dandose cuenta de que Jerjes era completamente eg6- latra, Amén consiguié su permiso para elimi- nar a los judfos convenciéndole de que ellos estaban desafiando sus leyes y que sus bienes confiscados harfan aumentar sus tesoros de una forma inmensa, La singularidad de las leyes y costumbres de Israel ha provocado siempre ofensa a los gentiles profanos (Nm 23:9; Heh 16:20, 21). Pero dificilmente fuera cierto que rehusaran guardar las leyes de las naciones en las que vivieran, excepto en el caso de dar culto a una mera criatura (cp. Dn 3:12; 6:10), Amén estaba en lo cierto, no obs- tante, en su asunci6n de que los judios tenfan grandes riquezas. Muchos estaban posibili- tados de dar generosamente a sus hermanos que habjan vuelto a Palestina (Esd 1:4). “‘Apa- tecen treinta nombres hebreos...en 730 tabletas de cuentas que pertenecfan a Murashu € hijos, una familia de banqueros en Nippur (Babilonia) e] 464— 404 2.C”’, (D. J. Wiseman, Mlustrations From Biblical Archaeology, p. 76). Diez mil talentos (v. 9). En nuestras uni- dades de peso, se trataria de unas 340 tone- ESTER 3:6—4:1 ladas métricas (6 340.000 kilogramos). Afirma Herodoto (3.95) que Dario I recibia anual- mente 15.000 talentos al afio en impuestos. Entonces el rey quité el anillo de su mano y lo dio a Aman (v. 10). En la antigiiedad el anillo de sello era muy importante, pues era equivalente a Ia firma que utilizamos en la actualidad. Con este anillo, Aman podia enviar cartas en nombre de! rey (3:12). Mas tarde, el anillo fue dado a Mardoqueo (8:2, 8). La plata que ofreces sea para ti, y asimismo el pue- blo, para que hagas de é1 lo que bien te pareciere (v. 11). Posiblemente para evitar la apariencia de codicia, Jerjes ofrecié el dinero a Aman. La absoluta indiferencia del rey ante la suerte de millones de sus stibditos ha hallado paralelos modernos en Hitler, Stalin, Mao, y otros. 12-15. En el dia trece de Nisan (17 de abril del 474 a.C.), fueron convocados los escribas para que prepararan copias y traducciones del decreto para su distribucién por todo el impe- rio, Fueron enviadas cartas por medio de correos (v. 13). Herodoto escribié: ‘*Nada mortal viaja con mayor rapidez que estos men- sajeros persas. Todo el plan es un invento persa: y este es su método. A lo largo de toda la linea de carretera hay hombres (a decir de ellos) esperando con caballos, iguales en canti- dad al ntimero de dias que se precisa para el viaje, dejéndose un caballo y un hombre para cada dia; y estos hombres no son estorbados de cubrir a su mejor velocidad la distancia que tienen asignada, ni por la nieve ni por la lluvia, ni por el calor ni por la oscuridad de ia noche. El primer jinete entrega su despacho al segundo, y el segundo lo pasa al tercero; y asi va pasando de mano en mano a lo largo de toda la linea, como la luz en la carrera de la antorcha que los griegos celebran en honor a Efesto"’ (8.98). El dia trece del mes duodé- cimo. Esto hubiera sido el 7 de marzo del 473 a.C., casi un afio después. Apoderarse de sus bienes. Todos los que ayudaran a extermi- narlos se quedarfan con el botin, pero una parte de este pasaria a Am4n. La ciudad de Susa estaba conmovida (v. 15). Es indudable que los judfos tenfan numerosos amigos en la ciu- dad capital (cp. 8:15), que quedaron atdnitos ante este chocante ejemplo de despotismo irresponsable. Es posible que el decreto fuera dado tan tempranamente a fin de alentar a los judios a huir y a dejar atrés sus propiedades (Keil). IV. La decision de Ester. 4:1-17. EI gran luto de Mardoqueo provocé la curiosidad de Ester, quien supo después por é1 acerca del decreto y de su deseo de que ella ESTER 4:1—5:8 apelara al rey. Cuando ella protest6 que esto pudiera ser fatal para ella, Mardoqueo insistié en que se trataba de su responsabilidad ante Dios. Ella le prometié ir ante el rey si Mardo- queo se unia a ella en un ayuno de tres dfas. 1-3. Luego que supo Mardoqueo todo lo que se habia hecho (v. 1). No solamente se enteré de lo que se habia anunciado pi- blicamente, ademds de tener en su posesién una copia del decreto (v. 8), sino que sabia el acuerdo que habia entre Amén y el rey acerca de la cantidad exacta de dinero que le habia sido prometida (v. 7). Esto agravé su dolor, porque es probable que se diera cuenta de que habfa sido debido a que él habfa dado a cono- cer su nacionalidad (3:4) que habia desencade- ~ Ja ira de Amn sobre su pueblo. Se vistié y de ceniza. La evidencia de un Str abrumador (Job 2:12; Dn . licito pasar adentro de la puerta del rey con vestido de cilicio (v. 2). El rey no toleraba tristezas ni tragedias en su presencia (ep. Neh 2:1, 2). 4-8. Al enterarse del duelo de Mardoqueo, Ester le envié unos vestidos adecuados a fin de que pudiera entrar en el patio (cp. v. 2). Querfa impresionar sobre Ester la gravedad de la situacién y tener la oportunidad de comuni- carse con ella. Entonces llamé Ester a Hatac (v. 5). Es posible que Hatac fuera un judfo que conociera Ia relacién entre Ester y Mardoqueo. Al menos, pronto se enterd, porque entre otras cosas Mardoqueo le dijo que encargara a Ester que hiciera peticién al rey por el pueblo de ella . 8). 9-12, Una sola ley hay...ha de morir (v. 11). Desde los tiempos més tempranos, los reyes de Media habian rehusado Ia entrada al salén del trono a personas no anunciadas a fin de destacar la dignidad de sus personas y para protegerse (Herodoto, 3.140). Pero Ester no habfa sido llamada por treinta dias y es induda- ble que temiera que la falta temporal de interés del rey hacia ella pusiera en juego el éxito de su peticién formal de audiencia. La Unica otra patio sin ser anunciada y esperar que la reac- ciGn del rey fuera de favor hacia ella. Este era para Ester un plan imposiblemente peligroso bajo tales circunstancias. 13, 14. No pienses que escapards en la casa del rey més que cualquier otro judio. Mar- doqueo le recordé la peligrosa posicién en que ella misma se hallaba, especialmente debido a que su rechazo en ayudar al pueblo de Dios en esta hora de crisis atraerfa el juicio de Dios sobre ella y su familia, en tanto que respiro y liberacién vendrd de alguna otra parte para los judios (v. 14). Mardoqueo conocfa las pro- 447 mesas de Dios y la historia de Israel dema- siado bien para dudar de cllo ni por un momento. De hecho, jbien pudiera ser que Dios la hubiera suscitado para ser Reina de Persia debido a la crisis que sabfa que se iba a suscitar debido a Ia ira de Amén! Este pasaje es la clava al significado basico de todo el libro, esto es, demostrar 1a infalible providen- de Dios en favor de Su pueblo Israel. Las implicaciones de Mardoqueo eran totalmente claras, y su alegato irresistible. 15-17. Ayunad por mi... tres dias (v. 16). No se menciona aquf la oracién a Dios, pero queda implicaba de una manera muy evidente (cp. J1 1:14). Yo también con mis doncellas ayunaré igualmente. Posiblemente fueran doncellas judias o quizés prosélitas a las que Ester hubiera ensefiado a orar. Si perezco, que perezca. No se trata de un fatalismo ciego, ni de una resignacién desesperada (cp. Gn 43:14), sino més bien una confianza en la voluntad y sabidurfa de Dios (cp. Job 13:15; Dn 3:17, 18). V. El primer banquete de Ester. 5:1-14. El rey recibi6 con bondad a Ester, y ella a su vez le invité a él y a Amdn a un banquete privado. En el banquete, el rey le prometié concederle cualquier peticién que ella pudiera hacer; ella le pidié que vinieran a otro ban- quete al siguiente dia. Aman estaba abrumado de gozo por las invitaciones especiales, pero frustrado por la negativa de Mardoqueo de inclinarse ante él. La mujer y los amigos de ‘Amén le sugitieron que obtuviera permiso del rey para colgar a Mardoqueo en una horca que 61 debfa construir. 1-4. Al tercer dia. El tercer dia del ayuno, que probablemente durara més de cuarenta horas (4:16). Ella obtuvo gracia ante sus ojos (v. 2). Una evidencia notable del hecho de que “como los repartimientos de agua, asf esté el coraz6n del rey en la mano de Jehovd: a todo que quiere lo inclina’’ (Pr 21:1); especialmente a la vista de Est 4:11, Hasta la mitad det reino se te dara (v, 3), Probablemente sorprendido ante la aparicién de ella sin ser anunciada previamente, pens6 que su peticién tenfa que ser de suma urgencia. A pesar de que esta expresiOn era una hipérbole, nunca se conside- raba como una promesa dada a la ligera (cp. 5:6; 7:2; Mr y Herodoto 9.109). 5-8. Mi peticién y mi demanda es esta... mahana haré conforme a lo que el rey ha mandado (vv. 7, 9). El propésito de Ester al invitar al rey y a Amn a un banquete privado, en primer lugar, era para acusar a Amn de urdir un complot para destruir al pueblo de ella (cp. 7:6). Pero ahora, quizAs dandose cuenta de 448 que no tenia aun suficiente influencia cerca del Tey para pronunciar una acusacién tan atre- vida, pospuso su peticién y los invité a otro banquete para la siguiente velada. Esto, natu- ralmente, fue providencial, porque los eventos que sucedieron entretanto proveyeron, como se registra en el cap. 6, el marco necesario para su acusacién al siguiente banquete. 9-14, Y salié Aman aquel dia contento y alegre de coraz6n; pero cuando vio a Mar- doqueo. ..que no se levantaba. . se llené de ira contra Mardoqueo. Aqui tenemos un ejemplo interesante del autoengafio del peca- dor, gloriéndose en sf mismo, y aborreciendo a Dios y al pueblo de Dios. Aunque las personas que rodeaban a Ester conocfan su relacién con Maradoqueo (cp. nota sobre 4:4-8), es evi- dente que Amén la desconocfa. Esta ignoran- cia resuité en su propia destruccién. La multitud de sus hijos (v. 11). Aman tenfa diez hijos (9:7-10). Tener muchos hijos era cor derado un gran honor no solamente en Israel (Sal 127:3-5) sino también en Persia (Hero- doto 1.136). Hagan una horca de cincuenta codos de altura...que cuelguen a Mardo- queo en ella (vy. 14). Am4n ordend a los obreros que construyeran una horea de 22 m. (72 pies) de altura en su propio patio (7:9), a fin de que se viera desde lejos, probablemente incluso desde el palacio, La construccion empez6 aquella misma noche, debido a que Amén estaba sumamente confiado en que el rey le concederia su peticién y que esto le permitirfa disfrutar el segundo banquete con Ester con total tranquilidad de mente. VI. Aman humillado ante Mardoqueo. 6:1- id, Incapaz de dormir aquella noche, el rey mand6 que le leyeran las crénicas oficiales, que registraban el acto de lealtad no premiado de Mardoqueo al denunciar el complot contra el rey. Cuando Amén Ileg6 a la corte para demandar la muerte de Mardoqueo, se le pidi6 qué honores debian otorgérsele a un favorito del rey. Pensando en sf mismo, sugirié una exaltacién muy elaborada, solamente para serle dicho que tenfa que hacer estos honores a Mardoqueo el judio. Cuando llegé a su casa, su esposa y sus amigos le advirtieron que si Mar- doqueo era realmente judio, no iba a poder prevalecer contra él, sino que su propia suerte estaba ya sellada. 1-3. Aquella misma noche se Ie fue el suefo al rey. Es posible que fuera la ansiedad acerca de la peticién de Ester, o una excesiva indulgencia en el banquete de vino lo que mantuviera despierto a Jerjes aquella noche (cp. Dn 6:18). Pero, por encima de todo, fue la ESTER 5:8—6:14 providencia de Dios, porque, aparte de ésta, el rey nunca hubiera ofdo la lectura del relato de la accién de Mardoqueo tal como ésta habia quedado registrada en ‘‘el libro de las memorias y crénicas"’ (cp. 2:23). 4-9. ;Quién esté en el patio? Habiendo estado trabajando los carpinteros durante toda la noche para terminar la horca, Amén lleg6 a la cone temprano en la mafiana para pedir el permiso del rey para colgar a Mardoqueo. Pero antes de poder hacer su peticién, el rey le Namé al salén de! trono para dar respuesta a una importante pregunta. Es evidente que el rey querfa consultar al primer hombre de estado al que pudiera encontrar, y jresulté que era Amén el que se hallaba més a mano en aquel momento! Mas que a mi (v. 6). Esto constituye una clara ilustracién al texto: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caida la altivez de espiritu’’ (Pr 16:18; cp. 11:2; 18:12). De inmediato Aman empez6 a relacionar aquellos honores que serfan de mayor estima en Oriente, jcomo hubiera meditado a menudo sobre esta posibi- lidad y estuviera listo para dar una respuesta si el rey le preguntaba alguna vez! El vestido real de que el rey se viste (v. 8). No un vestido de estado ordinario, sino un vestido costoso que el rey tenfa y que habia realmente usado (cp. 1 S 18:4). La corona real que esta puesta en su cabeza. La corona se tenia que poner sobre la cabeza del caballo, pues se puede ver en monumentos asirios y persas esculturas con cabezas de caballos omamen- tadas (Keil). Liévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él (v. 9). Cp. el honor similar que se le hizo a José en Egipto (Gn 41 10. Hazio asi con el judio Mardoqueo. Es indudable que el rey habia descubierto que Mardoqueo era judio conversando con sus cor- tesanos acerca de la buena accién que él habia hecho (6:1—3). Pero siendo un monarca voluble y olvidadizo, jno habfa relacionado este hecho con el decreto que habfa emitido reciente- mente ordenando la exterminacién de los judios! (cp. 3:11). 13, 14, Los amigos de Aman, que habian actuado anteriormente como sus consejeros (5:14), actuaron ahora como sabios (magi), pues predijeron su caida, Si de la descenden- cia de los judios es ese Mardoqueo. ..no lo vencerés (v. 13). El cambio repentino de la fortuna de Mardoqueo les hizo darse cuenta, con un sentimiento supersticioso Ieno de maravilla debido al conocimiento del cuidado providencial por su pueblo desde la época de Ciro, que la cafda preliminar de Am4n no cesaria antes de su destruccién total. Llegaron ESTER 6:14—8:2 apresurados, para Hevar a Amn al ban- quete. Con su espfritu abatido, Amén fue al segundo banquete de Ester como un cordero al matadero. VIT. Et segundo banquete de Ester. 7:1-10. Ester pidié al rey que su pueblo fuera pre- servado de la destruccién y acus6 atrevida- mente a Amén de ser el adversario. El rey salié enfurecido al jardin ante este descubrimiento, y volvié para encontrar a Amén rogando a Ester por su vida. Acusdndole de atacar a la reina, ordené que Amén fuera colgado de la misma horca que habia hecho para Mardo- queo. 1-6, Hemos sido vendidos, yo y mi pueblo (v. 4). Envalentonada por el repentino cambio de fortuna, Ester finalmente se identificé con el pueblo de Israel que habia sido vendido (3:9; 4:7) para ser destruidos, para ser muertos y exterminados (la misma frasealo- gia que en 3:13). Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaria; pero nues- tra muerte seria para el rey un dafio irrepa- rable. Lit, aunque el enemigo no es igual al dafo del rey. Aunque la fraseologia hebrea de este pasaje no nos es nada clara en la actuali- dad, es probable que signifique que el castigo de Amén implicarfa mucha menos pérdida financiera para el rey que la destruccién de miles de judios. No obstante, Ester se habria quedado callada si los judios hubieran sido vendidos como esclavos, porque es indudable que ello hubiera trafdo un gran provecho ini- cial para el rey (F. Schultz, ‘Esther, en Lange's Commentary). zQuién es, y dénde esta, el que ha ensoberbecido su corazén para hacer esto? (v. 5) Esta es la respuesta por la que habfan estado orando Ester y Mar- doqueo. El rey, al enterarse de que su reina era judia, qued6 abrumado ante el pensamiento de que ella y su pueblo habfan sido vendidos a destruccién por un decreto inalterable. Cierto es que habia consentido al complot de Amén sin mucha deliberacién (3:10, 11); pero es difi- cil imaginar que no sabia quien habia sido el responsable de iniciar este progrom hacfa sola~ mente dos meses (cp. 3:7; 8:9). Es posible que se refrenara de volverse a Amén a fin de enfa- tizar en primer término la absoluta maldad del hecho mismo. El enemigo y adversario es este malvado Amén (v. 6). Ester erigié cuida- dosamente su alegato antes de nombrar final- mente a Amén. 7. En tanto que el enfurecido rey salia al jardin para conseguir dominarse, Amén supli- caba a Ester por su vida, déndose cuenta de que no podrfa conseguir el favor del rey sin su intercesién. El dia anterior habfa conducido en 449 triunfo en procesién triunfante por las calles de la ciudad, y jahora estaba rogando por su vida a. una judfa! Una inversién similar tendré lugar en Ja inauguraci6n del Milenio (cp. Is 14:1-3). 8. ,Querrés también violar a la reina en mi propia casa? (v. 8). Desesperado por su propia vida, Amén cayé a los pies de Ester al reclinarse ella sobre el reclinatorio de oro y de plata (cp. 1:6). Los persas asf como los romanos se reclinaban para comer, y los judfos lo hacfan también en los afios posteriores (cp. Jn 13:23). Cuando Asuero volvié del jardin, arrojé su ira sobre Amén y le atribuy6 los peores de los motivos por dirigirse asf a la reina. Es evidente que el rey no pensaba que Amén estuviera en realidad atacando a Ester, sino que en el calor de su ira hablé de esta forma para mostrar a sus siervos como consi- deraba a Amn. Al proferir el rey esta pala- bra, le cubrieron el rostro a Aman. Esta palabra no era la pregunta que acababa de hacer, sino una orden de ejecutar a Amén, que no aparece registrada en el texto. Los antiguos cubrfan en algunas ocasiones las cabezas de los que iban a ser ejecutados. 9, 10. Harbona era uno de los siete eunucos alos que el rey habfa enviado a que llamaran a Vasti al gran banquete (1:10). He aqui en casa de Aman la horea de cincuenta codos de altura que hizo Am&n para Mardoqueo. Los eunucos habian probablemente relacionado los varios crfmenes de Amén a fin de estar en sintonfa con la ira del rey en contra de él, y concluyeron sefialando la horca de veintidés metros de altura en el patio de la casa de Amén, que se podia ver claramente desde el palacio. Siguiendo las sugerencias de sus cor- tesanos, como de costumbre, el rey ordend que ‘Amén fuera colgado en su propia horca. VIII. El contradecreto de Mardoqueo. 8:1- 1. La propiedad de Amén y su posicién fueron ahora dadas a Mardoqueo por decreto de Jerjes y de Ester. Pero el rey no podfa revocar su ecreto en contra de los judfos; de manera que dio poderes a Mardoqueo para que emiticra un nuevo decreto que neutralizara el primero. Esto se hizo con toda urgencia, y a los judios se les permitié defenderse en el dfa trece de Adar, la fecha que Amén habfa fijado anterior- mente como el dfa de la destruccién de ellos. Esto produjo un gran regocijo por todas partes y muchas personas se hicieron prosélitos judios. 1-2. Ahora que habla revelado su nacionali dad a Jerjes (7:4), Ester tuvo el gozo de pre- sentar a Mardoqueo al rey como su guardién y primo. El rey ya habia tenido por bueno dar 450 honor a Mardoqueo por denunciar el complot en contra de su vida (6:6); de forma que le era perfectamente natural darle al judfo su anillo de sello (cp. 3:10; 8:8) y seftalarle como primer ministro de su imperio (cp. Gn 41:42). 3-6, A pesar de la muerte de Amén y de la exaltacién de Mardoqueo, los judfos estaban aun condenados a la destruccién por un decreto irrevocable. Por ello, la tarea de Ester no habfa terminado todavia. En 8:3 se bos- queja el contenido general de su peticién, pero :5, 6 que se dan sus palabras reales. Que se dé orden escrita para revocar las cartas que autorizan la trama de Aman aga- gueo...porque :cémo podré ver yo el mal que alcanzaré a mi pueblo? ©). Ester estaba desesperadamente preacupada por la suerte de su pueblo Isracl ahora, como se puede ver por la cuddruple férmula intro- ductoria que utiliz6, y que enfatizaba su rela- cién personal con el rey. No entendiendo completamente lo intrincado de la ley de Per- sia, apelé directamente al corazén del rey para que tuviera misericordia de Israel y para que revocara las cartas tramadas por Amdn, teniendo buen cuidado de no dar culpa al rey por su parte en la accién de Aman. 7,8. He aqui yo he dado a Ester la casa de Amian.,.un edicto que se escribe en nom- bre del rey...no puede ser revocado, Ansioso por demostrar a Ester que la amaba, ‘empezé recordandole a ella los favores que ya le habia mostrado. Pero afiadié que nadie, ni tan siquiera el rey de Persia mismo, tenfa poderes para revocar las leyes de los medos y de los persas (cp. el aprieto similar de Darfo de Media en Dn 6). No obstante, Mardoqueo tenia todo el derecho de emitir un contrade- creto en nombre del rey, que seria igual de irreversible que el emitido por Amn. 9, 10. Las cartas oficiales fucron ahora pre- paradas de la misma manera que las que Amén habfa enviado (3:12-15). La fecha fue el 25 de junio del 474 a.C., poco después de dos meses después del primer decreto, permitiendo que los judios tuvieran ocho meses para preparar sus defensas (v. 9). Por medio de correos montados en caballos veloces procedentes de los repastos reales. Se pone aqui un énfasis especial en la velocidad con la que fueron enviadas las cartas de Mardoqueo, algunas de ellas quizés adelantandose a las de Aman. 11-14, Parece que hay cuatro ideas princi- pales expuestas en el decreto de Mardoqueo: (@) los judios tenfan que reunirse en grupos para el trece de Adar; (b) tenfan que defender sus vidas; (c) tenfan que matar a los que les atacaran; y (d) tenfan que despojar a sus ata- ESTER 8:2—9:1 cantes. Fuerza armada del pueblo (y. 11) se refiere a sus fuerzas militares. Salieron a toda prisa por la orden del rey (v. 14). Se ha observado con frecuencia que esto sirve como una notable ilustracién de la obra misionera en la actualidad. La sentencia de muerte pronun- ciada por Dios pende sobre una humanidad pecaminosa, pero é! también nos ha encargado de que apresuremos el mensaje de salvacién a todas las tierras (cp. Pr 24:11, 12). Solo mediante un conocimiento de, y una respuesta a, este segundo decreto pueden evitarse los terribles efectos del primer decreto. 15-17, Habiendo emitido el decreto, Mardo- queo se revistié en Ja vestidura real de azul y blanco (los colores reales de Persia; cp. 1:6), una gran corona de oro, un vestido de lino fino y de ptrpura. Esta era probablemente su propia indumentaria oficial como primer ministro més que el especial atuendo que le fue conce- dido en su dfa anterior de exaltacién (6:8). Su aparicién en la ciudad reforz6 el gozo que habia sido producido por el decreto (contrés- tese con la tristeza y conmocién producida por el decreto de Amin, 5:3). Y los judios tuvie- ron luz y alegria, y gozo y honra (v. 16). Alegria y gozo, una fiesta y un buen dia (ASV). Esta fiesta fue por adelantado a la fiesta de Purim, que se celebré por primera vez ‘ocho meses més tarde (9:17-19). Y muches de entre los pueblos de la tierra se hacfan judios (v. 17). El verbo se hacfan judios sola- mente aparece en una ocasién en el AT. De hecho, hallamos pocas evidencias de que hubieran gentiles que se hicieran judios hasta los tiempos del NT (cp. Hch 2:10; Mt 23:15). El temor de los judios habia caido sobre ellos. Israel habfa ahora empezado a experi- mentar una de las mayores liberaciones de Dios desde el éxodo, y la leccién fue evidente para muchos (9:2, 3; Ex 15:16; Dt 11:25). IX. La victoria de los judfos, y la institucién del Purim, 9:1—10:3. Cuando Hegé el dia fatal, los judfos se defendieron con todo éxito con la ayuda de oficiales del gobierno y mataron a quinientos hombres en Susa, incluyendo a los diez hijos de Amn. Ester obtuvo permiso para que los judios se defendieran también un segundo fa, y otros trescientos enemigos fueron muertos en Susa. En las provincias, fueron muertos setenta y cinco mil enemigos. La Fiesta del Purim fue entonces instituida por cartas espe- ciales para conmemorar esta gran liberacion. Una segunda carta confirmé la primera y orde- naba asimismo un ayuno. La grandeza de Mar- doqueo y su amor Tsracl_quedaron registrados en las crénicas del reino. ESTER 9$:1—10:3 144, Finalmente, el 7 de marzo del 473 a.C., legs el dia fatal, y los judfos se reunieron en grupos compactos dentro de las varias ciu- dades, esperando a sus atacantes. Sucedié lo contrario (v. 1). {Una evidente referencia a la providencia de Dios, y con todo, no aparece el nombre de Dios! Para descargar su mano sobre los que habian procurado su mal (v. 2). En este contexto la frase descargar su mano significa matar (cp. 2:21; 3:6; 6:2). Todos los principes de las provincias... apoyaban a los judios; porque el temor de Mardoqueo habia caido sobre ellos (v. 3). El tenor del segundo decreto puso perfectamente en claro para los oficiales persas que el rey, para no decir nada de su primer ministro, Mar- doqueo, estaban ahora en favor de los judios. Haberse unido ahora al ataque sobre los judfos hubiera ahora atraido la ira sobre ellos. Es posible que recordaran 1a suerte de aquellos gobernadores que se habfan opueste a los ver- daderos deseos de Dario de Media en una situaci6n algo similar (Dn 6:24). 5-10, No obstante, habian muchos ciuda- danos persas que se apoyaron totalmente en el primer decreto para atacar a sus odiados vecinos judfos. Privados de un apoyo total de parte del gobierno y confrontados por un pue- blo celoso y totalmente alentado y apoyado, fueron totalmente derrotados. En la misma Susa quinientos persas, ademas de los diez hijos de Amén, recibieron la muerte. Todos estos hijos de Amén, con la posible excepcién de Adalia, tenfan nombres persas (ver Lange’s Commentary, in loco, para los significados de las raices de los nombres). Pero ne tocaron sus bienes (v. 10). Cp. 3:13; 8:11; 9:15, 16. Los judios se refrenaron de aprovecharse de su privilegio de derecho, a fin de que la pureza de los motivos de ellos pudieran ser evidentes ante todos. 11-16. ;Qué habran hecho en las otras provincias del rey? (v. 12). Es evidente que el fey se regocijé de ofr que los judfos habfan obtenido tal victoria en Susa, y esperaba informes de victorias incluso mayores en las provincias. Concédase también mafana a los judios en Susa, que hagan conforme a la ley de hoy (v. 13). Evidentemente, Ester se enteré de un complot persa de atacar a los judfos también al dfa siguiente, y por ello pidié per- miso para que los judfos se defendieran de nuevo. El rey concedié esta peticién y emitié un decreto permitiendo a los judfos que mata- ran a sus enemigos en Susa el dia catorce de 451 ‘Adar, porque el decreto de Mardoqueo habia especificado solamente un dia para que los judios se defendieran de esta forma (8:13). Este decreto adicional fue obedecido (v. 15), y otros trescientos persas mas fueron muertos en Susa. Asi, el decreto del 9:14 no se refiere principalmente al empalamiento de los cadé- veres de los hijos de Amén (145; cp. Dt 21:22, 23). Entretanto, los judios de las provincias habian dado muerte a setenta y cinco mil de sus enemigos el dia trece de Adar. 17-28. Los judios de las provincias empeza- ron a observar el catorce de Adar como una fiesta, en tanto que los de Susa observaban el quince. Como en nuestras navidades, se inter- cambiaban regalos (cp. Neh 8:10, 12; Ap 11:10), y se tenfa cuidado de los pobres (v. 22). Y eset Mardoqueo estas cosas, y envié cartas a todos los judios (v. 20). Segin parece, después de varios afios de esto, Mardo- queo revis6 los sucesos relacionados con su victoria y decret6 que no hubiera mas dos fiestas distintas (el catorce en las provincias y el quince en Susa), sino que se observaran los dos dfas como Ja Fiesta del Purim (vv. 26-28). De hecho, muchos judfos habfan empezado ya a observar ambos dias (v. 23). 29-32. Esta segunda carta referente a Purim, Esta no era la carta de 9:20, sino una nueva carta descrita en 9:30-32, seguin la que se observaba un perfodo de ayuno de oracién (los ayunos y de su clamor, v. 31), ademss de los dfas de gozo, en memoria de los dias ansiosos de oracién que habfan precedido a la liberacién divina. Es de presumir que Ester y Mardoqueo habian estado observando este tiempo de ayunos durante varios afios ya (cp. 4:15-I7), y crefan ahora que lo mejor era hacer que se transformara en una costumbre nacio- nal. Y esto fue registrado en un libro (v. 32). No en el libro mismo de Ester, sino el libro en que Mardoqueo habfa escrito su registro de los sucesos (v. 20) y que sirvié como una de las fuentes bésicas del libro de Ester. 10:1-3. Jerjes murié en 465 a.C. Mirando retrospectivamente a su reino algo después, el autor remarca en el inmenso poder y riqueza de este rey (v. 1) a fin de mostrar la maravi- Ilosa providencia de Dios al elevar a un des- preciado judfo a una posicién de honor en un tal imperio, Habl6 paz para todo su linaje (v. 3). Esto no se refiere a los propios hijos de Mardoqueo, sino a Israel, su raza (cp. 2 R i). BIBLIOGRAFIA Para la bibliografia, consultar al final del comentario a Esdras.

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