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JUSTINO FERNANDEZ ESTETICA DEL ARTE MEXICANO COATLICUE EL RETABLO DE LOS REYES EL HOMBRE UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO. INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTETICAS México, 1972 ed UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE M: Rector DR. PABLO GONZALEZ CASANOVA Secretario General DR. MANUEL MADRAZO GARANENDI INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTETICAS Directora DRA. CLEMENTINA DIAZ ¥ BE OvANDO Primera edicién: 1954 Segunda edicién: 1959 Tercera edicibn: 1972 EL RETABLO DE Los xuvLs Primera edicién: 1959 Segunda edicién: 1972 Primera edicién: 1962 Segunda edicién: 1972 DR © 1972. Universidad Nacional Auténoma de México Ciudad Universitaria. México 20, D. F. Dincci6n Gexerat. pe Posticacioses Impreso y hecho en México PREFACIO A ESTA EDICION Desde hace ya muchos afios me propuse contribuir a le historia de les ideas en México, por la que habia propugnado el maestro José Gaos, con una historia de las ideas estéticas sobre el arte mexicano, historia que considero su estética misma, a Ia cual he pretendido contribuir con mis propias opiniones y critica. Resultado de tal propésito es el presente volumen, en el que se retinen bajo el titulo general de Estética del arte mexicano cuatro estudios mios que aparecieron en distintas formas y ato. Coatlicue. Estética del arte antiguo, vio la luz por primera vez en 1954, como el volumen XV de las Ediciones det IV Centenario de la Universidad Nacional. El trabajo fue Wevado al cabo gracias al Instituto de Investigaciones Estéticas, al que pertenezco desde el afio de 1936, y 4 una beca que me fue otorgada por el enton- ces Centro de Estudios Filoséficos, actualmente Instituto de Investigaciones Filo- sofieas, durante los aftos de 1951 y 1952. Presenté a Coatlicue como tesis para el grado doctoral, que obtuve el 30 de octubre de 1953. En verdad originalmente habia concebido la tesis con excesiva ambicién pues deberia componerse no sélo de la estética del arte antiguo, sino del arte de la Nueva Espaita y del arte moderno y contemporéneo. Ast, no obstante que Coatli- ‘cue fue suficiente como tesis doctoral, continué en el empefio. La edicién de ese primer volumen se agaté en breve tiempo por lo que merecié una segunda, en nuevo formato, en 1959, también agotada, dentro de Ia serie de Estudios de Arte y Esté. tica del Instituto ‘de Investigaciones Estéticas. En esta misma se incluyeron El Re- tablo de los Reyes. Estética del arte de Ia Nueva Espaiia, que apareci6 en 1959, y EI hombre. Estética del arte moderno y contemporineo, que completd el trabajo, en 1962. Veo, pues, con especial agrado que estos estudios vengan a tener su forma definitiva comio una obra completa, tal como Ja concebt hace unos veinte afios. Debo advertir que a Coathieve Ie he agregado corio apéndice un breve trabajo posterior, titulado “El Mictlan de Coatlicue”, que fue publicedo en Estudios de Cultura Né- huatl, del Instituto de Investigaciones Histérieas, VI, 1966, porque trata del relieve inferior de Coatlicue, oculto bajo el plano en que se apoya, que aporta nuevos datos sobre la monumental escultura, y que me fue posible estudiar cuando ésta fue tras ladada al Museo Nacional de Antropologia, en Chapultepec, el afio de 1964. Cada uno de los estudios fueron dedicados en su oportunidad a tres maestros y coleges desaparecidos: Salvador Toscano, Manuel Toussaint y Samuel Ramos; ahora, @ riesgo de que se me tache de excesivo, dedico la presente edicién « otros dos maestros muertos: Angel Marla Garibay K. y José Gaos. Hago patente mi agradecimiento por el estimulo y ayuda que recibt para realizar esta ediciin a la directora del Instituto de Investigaciones Estéticas, doctora Clemen- tina Diaz y de Ovando, al Coordinador de Humanidades, doctor Rubén Bonifaz Nui, al maestro Jorge Gurria Lacroix, Director General de Publicaciones, y a la Comisién Editorial. Doy asimismo las gracias a las siguientes personas de la Imprenta Universitaria seiior Jesis Arellano y seforita Concepcidn Séenz por la revisién del texto; seftores Heriberto Malvdez y Rodolfo Navarro, por su ayuda para reorganizar el presente yolumen. También agradezco la valiosa colaboracién del sefior Danilo Ongay Musa, del Instituto de Investigaciones Estéticas, en el disefio de las maquetas de las ilus traciones, la elaboracién del indice de nombres y la reorganizaciGn de las bibliografias. Jusrixo Ferwinpez (Mi problema e3)investigar en €l las gestiones de sus bellezas yeveladoras las cas Tidades que’ tenganc a Beleza ha sido separa -En ‘iltimo término se trata de los propios se INTRODUCCION Las investigaciones sobre arte mexicano Censayo) Go @una indagacién sobre la posible “belleza pura”, fino por bre lascBellezas impuras) histéricas y particulares del arte ‘mexicano. GI arte en los iltimos tiempos iz Ho sin razin, pues es un término tan cargado de connotaciones tradicionales que mds ha servido para-empafiar que para esclarecer la visién del atte. Mas, parece Hempo de volver a Gsistir en que no)hay obras de arte sin sus bellezas particulaxes Y que tiene sentido investigar sobre ellas,”~ Lo que tenga por bello se desprendexd, espero, de-la lectura cabal de este trabajo, Puesto que gi principio\fo)es la belleza absolutd sino las bellezas histéricas, dinicos absolutismos posibles por hoy, vilidas son para mi, e intento crear la posibilidad de tun didlogo sobre ellas, en la esperanza de coincidir con alguien que, a su vez haya ‘expetimentado un sacudimiento espiritual frente a algunas obras del arte mexicano, idos de las bellezas de cada quien, revelados a si mismo por la cofimocin estétida. La” universalidad es mas limitada ¥ problemética de lo que el térmiino enuneis, mas, crear la posibilidad de un dislogo és crearla para todos, para todos aquellos cuya afinidad lo haga posible. Hablar de “arte mexicano” es hacer una generalizacién, con cierto criterio, sobre tun complejo histérico. Una vez més la pluralidad histérica se nos ofrece en st esplendor. Lo que debe entenderse por México, en sentido estricto, es este pais y este pueblo que desde prineipios del siglo xrx se ha ido formando tan azarosa y dolorosamente. Pero, México, en sentido més general y comiin hoy dia, significa tanto sus pasados como su presente y su futuro. Aun dentro del siglo y medio de México como nacion independiente, cabe distinguir el periodo moderio, que co. esponde al siglo pasado, y el periodo contemporineo, del siglo xx, Nueva Espana €s otto largo y vario periodo que se desarroll6 entre el’siglo xvr y el xvi, con'sen. tidos propios ¥y distintos de México independiente, El pasado més remoto, el ind gena, que hemos acereado en nuestros dias, es aquel otro complejo histérico que hhemos dado en llamar “México antigua” y que tiene también caracteres tan propios, originales y variados en su desarrollo de, a lo mens, veintitantos siglos. Todos esos complejos.periodos son los-que'se:significan hoy dia ‘én el nombre de México, y Ya se ve que|d)se refiere a una realidad fia, estética, mas por el contratio a varias ealidades histOricas fluidas y cambiante’, que a través de los siglos an producido Jas més variadas artes, las més variadas bellezas._/ Cinco siglos de nuestra historia forman parte, en sus diferencias, del complejo que conocemos.como..“cultura_occidental”; sin embargo, somos distintos de align indo O'Gorman) ha hecho ‘relevante ese ‘ser y no ser europeos que somos-los.americanos. Cabe"también considefar si ya no somos indigenas en abso. luto, si real y verdaderamente aquel mundo antiguo quedé separado, o desapareciO en 1519, si se ha de hablar en sentido humano y no material. O bien, si con la Independencia qued6 separada, 0 desaparecié Nueva Espafia en 1810. Porque lo indigena y lo espafiol siguieron viviendo y estén vivientes en la conciencia de todo mexicano de nuestro tiempo, en Ta forma y grado que se quiera, por la historia, por las obras de las culturas, por los seres vivientes con que topamos a cada paso en cualquier sitio, por los modos peculiares de vida, por el rico folklore, las tradi eiones y los mitos, por la religién cat6lica, por la lengua espafiola y los mexicanismos 8 ESTETICA DEL ARTE MEXICANO con gue se ha enriquecido, Hablamos espafiol, pero nos lamamos y nos sentimos mexicanos. México significa bien ese complejo, una palabra que no es exactamente pi indigena, ni espatiola, es una palabra indigena castellanizada, por exo los expatio. les la eseriben con j, que es como debe esribivse segin la prontrcanen: Tae, gu0s indigenas, aun los “mexica”, no se reconocerian en ella, de ser posible este absurdo historico, Por significar bien sus pasados, su presente y su apertura al fatto, ‘México sintetiza hoy unos veintitantos siglos de historia. Por eso cabe hablar a “arte mexicano”, a sabiendas de la Gaiivencién) que significa; al fin y al cabo este mundo est lleno-de-convenciones, mas hay que ser-conscientes de elas Los tres grandes periodos de nuestra historia dan origen a tres grandes temas de 1a historia del arte y de la estética del arte mexicano: arte indigena antiguo, site de Nueva Espaiia; arte modemo y conteniporineo, que han venido a hacemos ser Io gue somos en el campo del arte’ actualmente. Mas no hay que entender en forma Iineal esa historia, sino sentir, compzenderla, imaginacla, en una palabra vivid, sintéticamente, a un solo tiempo, como la llevamos en la conciencia, en nuestro ace, En cualquiera de nuestra expresiones actuales, si se aprictan sus andlisis y sign caciones, se encontrarin esos tiempos histéricos en uno solo: el presente. Es mis, si la existencia es interés fundamental en el futuro, nuestros proyedtos levardn seat Dre en sus entrafias aquellos tiempos. La historia es més un olvidar que un recosay, ae ha dicho, pero no se trata de olvidos de lo central y principal; en nuestro case hhemos de tener presentes aquellos periodos y sus vueleos. Somos més moderos que Rovohispanos, sin dejar de ser indios. ¥ somos occidentales, sin dejar de ser ame. ricanos. Situados inevitablemente en la actualidad, en lla estin presentes aquellas rea- lidades hist6ricas; estamos en relacién actual y continua con obras del pasado indi. sgena, del pasado expattol, del pasado moderno (siglo xtx), y del inmediato pasado, 9 sea del presente que va pasando a pasado. Todas forman parte, en cierto sentido, de nuestro presente, de nuestra contemporaneidad. Vivimos con todas elas. Un corto paseo por la Plaza de la Constitucién y sus inmediaciones es suficiente para encontrar buen némero de obras importantes de todos nuestros tiempos histéncos, apenas si es necesario ir més lejos. En un mismo dia, en unas horas, podemos adm tar en nuestro camino habitual grandes obras de arte, que parecen ‘hablamos y que nos hablan realmente, 5 decir, que nos hablan sus cxeadores por medio de ella, de otros mundos y de éste. Se'nos imponen, insisten, y necio habria de ser quien 20 los escuchara, cuando hablan tan bellamente, Hay que habérselas con ellay las obras, y con ellos, sus creadores, de algtin modo, mejor 0 peor; pero de algin modo, ara que acaben siendo en conciencia parte de nuestro mundo, Mas, hay que ser conscientes también de los problemas y limitaciones que tiene el habérselas con obras de arte del pasado en el presente, porque su comprension no es fécil. Ciertamente hay una continuidad cultural y mayor relacién entre las historias de México independiente y de Nueva Espaiia, porque estin dentro de una cultuss, la occidental, a pesar de todas las diferencias. Es més problematica la con. tinuidad cultural del antiguo mundo indigena en Nueva Espaffa, ya que las culturas indigenas que habian florecido en las tiertas mds tarde bautizadas por los espatioles, se hubjan extinguido por una u otra causa, o las que estaban vives ain petecieron 0 el choque brutal de dos mundos de signos diversos y el espafiol quedé dominan. te, Es verdad que existieron supervivencias indigena, sin ells Nueva Espafa no hhubiera sido lo que fue. Pero los signos se cambiaron; Huitzilopochtli desapareciS ¥ en su lugar aparecié Cristo. Asi ze6mo no ver que tenemos dos pasados: el es. Patol y el indigena, ambos gloriosos? Con los vientos de fronda de la modenidad, el tiempo. gesté la Independencia; el pueblo se lanzé a la gran aventura por nece. sidad vital y México surgié de entze los excombros de Nueva Espafia cual “ave fénix”, Hevando a cuestas sus dos pasados: el espatiol y el indigena, y un futuro a a CPELPELLOHCLOLOOCHKOOOoe pre Dee FTF eT TTF F TPIT TIT T TPT O TUT myTRopucCION 9 dificil. Hoy dia Hevamos sobre los hombros de nuestra conciencia un pasado més: el de México independiente. Cierto que podemos compzender 2 Huitzilopochtli, de alg modo, pero no creer en dl, y Sin creer en @ hasta qué punte podetnos, cx verdad, comprender el arte del antiguo mundo indigena? Alguien podré decir también que ya no cree fampoco en Cristo y que, sin embargo, es capaz de comprender, estimar y gozar el arte cristiano, pero no es el mismo caso. Porque la cultura occidental esté toda ella, en Jo positivo y en lo negativo, transida de cristianismo. Podemos compren- dex mis y mejor el arte cristiano que el del mundo sefioreado por Huitzilopochtli, Porque éte nos ¢s més remoto, histérica, humanamente, mientras que aquél nos es més cercano. Y con seguridad acertaremos més en la comprensién del arte de Nueva Espafia, que en la del misterioso mundo antiguo mexicano. Lag investigaciones sobre el arte mexican) han Wlegado a un punto en que his toriadores y criticos an desbrozado el campo, exhibiendo o revelando ticas var dades de expresiones hist6riens. Podemos decir que conocemos todo lo que dé importancia corresponde a unos veintitantos siglos.1 Sabemos que (a0) siempre se. han estimado las obras de las difetentes culfuras o periodos histéricos come arte, ni enel mismo nivel y sentido. Et mat las obras de nuéstros pasados como aite es ‘weciente, Tas razones’y Tos cambios ‘de la sénsibilidad que han hecho posble su | Gtimacién como arte, son“Gomplejos y su distoriaSes Ja de Ja ciltuia contempord. | net/Elprincipal~factor en el cambio de tiempos hé sido la crisis de los valores Wadicionales; mas, la consecuencia ha sido la ereacién de nuevos intereses vitales, potticos y estéticos. México es uno de esos raros casos en 1a historia del arte en que se encuentran grandes expresiones en cada uno de los periodos importantes de su historia, desde el mis remoto pasado hasta el presente, que va pasando a pasado. El arte mexicano €n conjunto es una novedad en el campo de la cultura universal y aun en la propia. Por otra parte es el lenguaje més formidable que hemos tenido y que tenemos hasta ahora, En sus expresiones se resume y sintetiza toda la historia de lo que hemos sido siendo. Pretender la comprensién de México con exclusién de su arte es supr mir la fuente més fecunda para comprender lo que somos. El creciente mémeio de estudios y publicaciones de todo género, nacionales y extranjeros, sobre el arte mexicano dan cuenta del interés, de la nevesidad que ‘existe de conocerlo y comprenderlo mejor, pero también puede verse que los es. i ces se han elevado de Ja mera informacién, No obstante que la labor i, historiogtafica y critica ha sido y es admimble, es necesario llevar sus consecuencias més allé del terreno cientffico positive, de ia nomenclatura, de la Gatalogacién. Bs un deber de las generaciones dar opiniones y vsiones comprensivas de la historia y"esto-se-ha~hecho-en~minima-partey Aqui’ yall, tambien, laten “SEnEidOs-estéticos raras veces Tevelados” en” forina cdhsciente, (NO) existe una obm <- sintética, sobre el arte mexicano en sus aspectos fundamentaleS-qué vaya més alld ‘Wete-infostmacion-ovde-le interpretacioa histOiicay-aGUAOs esfuerzos en el pasedo rsultan-ineipientes: Clerto” que’ se enteuentian esttdios importantes de los diversos jetiodos y multitud de monograffas, pero si e508 nivel nO Se -TebasaN, Wee Obra RGntEte® blo sect cepeticion de infornaciones, af sens aber Leto haa sido y es necesario y mucho se ha logrado, més en suma de esfadios que en sintesis interpretativas. Promover la expresién de opiniones es enriquecer las vi nes de la realidad; nada es menos fecudo que pensar en el monopolio de los temas, © ereer que publicar “datos inéditos” es la creaci6n que se pide. El tema funda” mental es, al fin y al cabo: “yo en el mundo”, en relacién con las obras, con los tiempos, con los hombres, con todo. Hemos’llegado al nivel en que’ se hace necesario meditar desde diversos puntos de vista sobre lo conocido y expuesto, sélo asi, creo, se pueden Ilevar los estudios del arte mexicano a sus ultimas consecuen. Hoy dia es posible hacerlo con mayor amplitud y adecuadamente, tanto por oR 10 ESTETICA DEL ARTE MEXICANO la abundancia de la informacién como por las posibilidades que han venido a abrir las cortientes de la sensibilidad, del pensamiento, de la historia y del arte en la actualidad. 1 Parece que uno de los sentidos del arte mexicano que es necesatio investigar, dentro de sus propios limites, ef ef de ay eweTS, Chae et que tal investigacion tiene sus problemas, el primero es" pensit si tiene sentido para otros tal investi. gacién hoy dia; pero, desde luego, como si lo tiene para mf, no puedo detener el deseo de hacer el intento de penetrar el arte mexicano por la via estética, Creo que vale la pena, pues se trata db revivir los. sentimientod, las ideas“y las imaginaciones 2 estéticas de los cref@bres del arte mexicano, a través de Sus obras, revivitlos ‘para convivir con ellos en didlogos reveladores de nil@StOpropio“ser y los"pOMble de ellos. En todo caso seri"el primer intento~de~tratar-estéticamente-mnestro~ arte em-conjunto; seré una interpretacion estética de México a través de su arte. La actitud de que parto y los resultados no tienen pazaJos demés otra garantia _-Gue-las_coincidencias que puedan suscitar. Al comunicar estética del arte mexicano) no haré sino la confesién de mis propiasCexperienciay las formas en que he podido €ofimoverma y estima nuestro arte//Las dos mis grandes revelaciones del arte que he tenido en mi existencia, sobre la existencia humana, han sido frente a las obras de dos genios: Goya y Orozco. Por ellos se me ha revelado que entre las curaciones que tiene la existencia, la suprema es la imaginacién creadora; ‘sin lla... y sin otras formas de curarse... la existencia seria un infiemo. Por algo Baudelaire Uamé a la imaginacién “la teina de las facultades”. Por ella es posible el arte y la conmocién estética y todo lo que hace que la realidad eruda de la existencia se transfigure en un suefio poético, revelador de nuestro ser finito.y contingente, de nuestra més radical realidad de verdad. Otro poeta, Cocteau, ha dicho que no hay sino miramos suficientemente en un espejo para ver la propia muerte, 0 bien, a decir de Heidegger-Gaos, la moribundez que somos. Asi, el aite ‘es uno de es0s espejos, si sabemos vernos en él fijamente. Quizd lo anteriog arredre a algunos, mas hay que afrontar la realidad de este ser que somos. Por otra parte, la imaginacién, el arte, Ia estética son curaciones y son también formas de ser, Ser en el arte es ser de algin modo este no ser que somos. Cuando el arte es arte y la belleza es belleza, siempre son revelaciones de algo fundamental y religacion al misterio, .. al mito necesario y tltimo. Después de haber expuesto mis prejuicios, que sin prejuicios no se va a ninguna parte, mo se es, se me presenta la cuestidn de zemo.penetrar en. los mundos-en las alimas tidos_de lo bello de. atzos,-deotros tiempos? No hay método posible para guiar la sensibilidad que se dispara, aunque se trate de Ta sensibilided mis cultivada, ni tampoco lo hay para la imaginacién, que ya es de por si sinteti- zadora, pero si puede haber un arden en el pensamiento que ayude a poner de relieve las revelaciones, las posibles coincidencias, que ayude a la comprensién y estimacién del arte y de su belleza. Pretender metodizar todo es echarlo a perder, miases indispensable ua cierto orden, modo o manera de penetacion. Tendremos que fijar nuestra atencién en las obras misma que nos atiaen “prin: ipalmente, pues de esta objetividad sf que no hay qué perdetse; tendremos tam. biéa_que disponer con libertad y en nuestra medida, de toda ieféimacin hiss asequiblé. Trataremos de tender la mirada y aprehender aquellas ‘enalidades, Vir. ~tiltdades y sentidos que parezcan caracteristicos, ya sean constantes o excepcionales y tnicos, aunque esporidicos. Veremoscémo es el arte de unos hombres y de otros, cufles lasdvisiones que expresan, ast como lasBcreencias, lasHtideas y la_sen- Ssibilidad de unos tiempos y dé otros.’ Imaginaremos, pues, los motivos y razones de otros hombres, que hacen que sus artes sean lo que son para nosotios, y sus esentidos de lo bello, como son para nosotros. — Como lor hombres «nd-se-Kn-Vito"7Compreadido igualmente al comer de los tiempos; como los cxeadores def arte y'la belleza son tanto los artistas como los -Efed) ivrgopucetOx n 4 procuraremod considerar las vi- mpos/ En” fiti, esperemos que todas Sentido que las obras de arte de otros] lamados espectadores, criticos 0 actores tambiéi siones de unos y de otros, en unos y en otros tis las facnas prometidas acaben por iumina hombres tienen hoy dia para nosotros. * El buen éxito dependges sobre todo de las posibilidades que tengamos de intuir, sentir, pensar-€. imaginadfies sentidos estéticos de o! mbres, para acabar reve- Tindonos nuestro propio sentido d= To bello... y algo mis. Volviendo a nuestro tema concreto, decfa més arriba que ¢s suficiente un paseo por Ia ciudad de México para ponerse en relacién directa con nuestros pasados; convivimos simultineamente con ellos a través de sus obras de arte en el presente, en la cotidianidad de Ia existencia; esos pasados se actualizan en nosotros. Mas como Ia expresién simulténea, absoluta, no es aqui posible por la limitacién propia de la forma discursiva, que, dicho sea, la pintura de nuestro tiempo ha superado —joh Lessing!—, cabe proceder en Ia consideracién de nuestros pasados de dos modos. Uno es retrotraer nuestro tiempo y desarrollar la historia en secuencia cro- nolégica en el orden en que se ha sucedido: indigena, novohispana, modema y contemporinea. Esto es necesario para la comprensién de los pasos de unos tiempos fen otros y sin duda e real. Pero, no es menos real otro modo de consideracién, y es partir de la actualidad que somos y tender la mirada al pasado en un orden inverso al de la sucesién cronolégica de los periodos histéricos. Si este modo tiene sus Ventajas y parece mds real y verdadero, tiene asimismo inconvenientes para Ja exposicién; pues ser més evidente en ella traer los hilos desde el remoto pasado hasta la actualidad, que topar con elementos en el presente que nos admiren por no saber su. origen. ‘Asi, contando con la sensibilidad, la inteligencia y la imaginacién del lector, podremos dar dos vueltas a nuestra investigacién. Por las razones apuntadas arriba, ‘nos ocuparemos primero del arte mexicano considerando los tres grandes temas en secuencia historico-cronolégica; y, segundo, también por las razones apuntadas arriba, consideraremos sintéticamente el arte mexicano partiendo de la actualidad, pasando al pasado més cercano y as{ hasta el més remoto, cuyos limites se pierden en lo ignoto. Los tratamientos propuestos son ambos intelectuales, porque en el Ambito de los sentimientos los tres grandes temas: indigena, novohispano, modero y contem- porineo, estin igualmente presentes y vivos. Porque, si Mevamos en la con- iencia todos aquellos. pasados, zeudl es el més cercano y comprensible: el que hemos vivido y hecho casi con nuestras propias manos del espiritu; el tradicional que ain vivinos en el lenguaje, en la religién y en tantas otras formas; o el mis remoto que también vivimos de varios modos, ademés de sentimental e inte- lectualmente? - ‘No obstante la cuestién y considerando que desde la comprensién o desde la sensibilidad unos temas estén més cercanos que otros, no debemos arredramos puesto que, para bien o para mal, hemos de habémoslas con todos. Si logramos siquiera esbozar cuil haya sido y sea el verbo estético de México en cada uno de sus tres grandes periodos; si logramos ver lo que de peculiar hay en cada uno y lo que de insistente encontremos, habremos alcanzado a com- prender de algiin modo lo que sus bellezas tienen de particular y de posible felacién entre si. Al ser distintos los periodos estudiados salta a la vista, después de todo lo dicho, que distintas han de ser sus posibles bellezas. Quiz4 un genio serla capaz de inventar nuevos conceptos que diesen cuenta de los més finos distingos, pero como no hay que hacerse ilusiones en esto, tratemos de ponemos en camino como somos. ‘Suponiendo haber logrado mucho de lo propuesto, tna altima reflexién ha de conducimos al sentido que tales expresionssde. posibles beers, tengan.para-ncs. ‘otros, para mf, y qué sentido puedan tener e tual, en amaplios_ ter 12 ESTETICA DEL ARTE MEXICANO mainos, por no decir universales. Tal es la tarea que se me ha impuesto como una ecesidad en el desarrollo de mis propios estudios y meditaciones sobre ‘el arte mexicario. Estética y arte En la parte anterior he intentado esbozar algunas cuestiones en relacién con una posible estética del arte_mexicano; pero, me he referido més, sin duda, al arte mexicano -que-a Ta estética. Parece pues, conveniente, que antes de abordar & Jos temas histéricos expecificos, esboce siguiera algunas cuestiones de la -estética Gel arte) tales. como. las_pienso,/No pretendo una originalidad absoluta, ni es- quivar las coincidencias, ya que Son reflexiones surgidas en el trato con otros mis capaces que yo en el pensar y en el trato con obras de atte, 0 sea con otros, Jos artistas. En todo caso las cuestiones que han de seguir y Sus contestaciones, constituyen algo asi como mi credo estético, algunos supuestos que han de guiat Jo central de este ensayo; no se trata de un desarrollo sistemdtico cabal, sino de ciestas notas que me interesan. especialmente, Consideia Ja estética més bien que en el sentido modemo comin: la “‘ciencia de la (belleza, en su sentido més original, como una teoria de la sensibilidad. <4 Ello quiedari reafirmado, creo, a medida que se avance en la Tectura. Pero no sé trata de la sensibilidad aislada del fenémeno vital completo, sino de un primer plano revelador del resto de la realidad humana de un cierto periodo histérico, Por esto es necesaria Ia investigacién histérica que complete y dé contenido a la conmocién sensible, de otra manera nos quedariamos en un impresionismo hedo- nista muy limitado; asf, no deja de ser “ciencia”, en cierta medida, Ia estética, Al pretender hablar sobre estética del arte, es decir: de las artes plisticas, que es de lo que aqui se trata, lo que me propongo es decir cémo la comprendo, asumiendo desde el principio que hablaré de lo que es para mi, y quiz mejor, To que me parece que es, para ser mas exacto. Nombrar la palabra estética, es hacer comparecer en la conciencia, aunque sea vagamente, cortientes tradicionales del_pensamiento en que se ha debatido la aclaracién de ese concepto, con lo cual compaieze tambidn su problemitica, que no es, ea vetdad, sino la de quien pretende el esclarecimiento una vez més. _ Los problemas de la estética son miltiples, perc{no) han de ser considerados aqui “todos”, sino s6lo aquellos que me interesan y°a cuyas cuestiones espero dar > contestacién a mi modo, Creo que el verdadero filésofo diria de la realidad que fay qué tomarla ent bloque sin examen, ni hay que dividirla y subdividirla ‘de tal modo que se pierda de vista y acabe por perder sentido. Existen dos cuestiones fundamentales que,se imponen, las cuales han de apa- recer més adelante y bien pronto; una es lalautonomia de Ia belleza, la otra, st ‘univsusalidad; ambas se entrelazan con otras no menos principales, como la unidad © pluralidad/'a historicidad, la comunicabilidad y la autenticidad: Vengamos, pues, a habémoslas ‘con et asunto: Lo que Mamamos\bellezd en relacién con el arte, es un sentido emoc que se produce en nosotros provocado por la obra de arte/ fista no es sino un com. plejo de intereses vitales puestos_ compuestos en un Gierto orden. por_el_ artista Bue Great un efecto atractivo y r@elador/La belleza, a decir de Ortega y Gasset ® “...¢s el nombre genérico de innumerables valores”. Y, a decir de Ramos ® “.. .es fn concreto una constelacién de valores”. Por lo tanto, s6lo por abstraccién vio- lenta se puede hablar de la belleza como algo separado del complejo en que se produce /Hablar de ella en abstacto es haces un ene fae}, on fantasma ‘of cado por la especulacién, es hacer de la belleza algo que ya no es lo que es: el sentido dinémico y emocionante de un complejo de intereses vitales expresados en un cierto orden, cargado de intenciones, que es lo que ¢s el arte/ En una actitud v mvTRODUCCION 1B nueva no se puede hablar de Ja belleza como “un valor” en sentido tradicional; pero si ¢s valiosa, aunque ya veremos mas adelante en qué sentido lo es. La belleza Se produce en un complejo artistico y no es separable de él sin menoscabo de su propio sentido. Si pues la belleza(nd es un elemento separable de los demas de la obra de arte, salvo que se trate de una abstraccién, que es tanto como decir en el caso: de una mistificacién, se desprende que no se puede hablar de ella “en cuanto tal”, puesto que no. exitse un_estado. de. “‘pureza”, separada de todo. Las preten- siones de “putificar” esto 0 aquello para volverlo “en cuanto tal” —o viceversa—, no es sino el mal deseo de desvincularlo de la vida, no son sino “habladurfas” sobre fantasmas cosificados. Nada Spa expresién. de. los.-hombres.es..“‘puro””, porque pertenece a un complejo vital. La belleza del arte, del hombre, nace de la existencia humana y ¢5 pata ella, No es belleza “‘en cuanto tal’, “pura” 0 “en ‘f misma”. = Si no es separable Ia belleza del complejo artistic que la produce, nies “Yen cuanto_tal”. ni “pura”, se desprende queno es auténoma, ni_una finalidad “en sf misma”, sin mds objeto qi¢-deletfamas, entregindonos al hedonismo. Mas, enton. ces, ,qué funcidn tiene?, qué interés?, zen qué sentido puede ser valiosa? A. mi parecer la Belleza tiene una fuiiéi6n atrayente y reveladora y su sentido 3 valioso por ser revelador de intereses vitales —a los cuales a sa vez viene a pertenecer— puestos 0 compiléstos en un Ciesto orden por el artista con la intencidn de que se Produce y de que 1os desvelg/ La belies es producida para revelar alg9/ Ahora bien, lo revelado puede variar’segiin las interpretaciones, pero Ta imagen construida por ‘und“WENE"validez_en su propésito de dar contenido histéricaalabelleza, {a belleza provoct Iz apertura hacia Ta construccién histrica de la imagen que le da senti ido La belleza es emocionante, ast, apela directamente a la sensibilidad, por lo tanto es irracional e indefinible “en cuanto tal”. Mas, es posible hablar de los in. tereses vitales y del orden que presentan en la obra de arte, desde la cual se dispara aquella cualidad que amamos belleza y que le da ciertas caracteristicas. Em rea- iad fa obrade site né-e9 sino el arma de um hambre, el artist, que es quien dispara unos intereses, en cierto orden,, con cierla intencién; y es de él, a través de su expresibn, de quien se dcsprende aguclla bella, cualidad, no propismente de Jos intereses “en si”, ni del orden “en si", ni de la intencidn “en sf. La obra de arte no es una cosa disparando al aire, Sino la obra de un hombre disparando @ otros hombres, entre Ios que se encuentran los posibles receptores del disparo, 0 espectadores,/Ahora bien, disparar a la sensibilidad(no/es disparar a ella “en cuanto tal”, sino poner_por ella en movimiento en una clierta direpcidn al complejg, de potencias, dg pombilidades, de interesesvitales del espectadory su ensamiento y hinaginaciér en un movimiento sintético, como To es también Ta obra de arte. El-aisparo ‘ecibido convierte al espectador en actor al queda: prendido por Ia Delleza sensible de la,obra de arte,y abierto a las posibilidades de su pensamiento y de su imaginacién/La belleza(no)es aprehensible por el pensamietno sino por la Jensibilidad; mas es‘necesatio dailé un contenido histérico concreto a la conmocién ‘Jensible para que conscientemente podamos caracterizarla, y hablar propiamente del sentido estético, que contendsé, asi, un sentido histérico. ‘Una comiente de la tradicién dice que Ia belleza es objetiva, en el sentido. que radica en el objeto en absoluto, en nuestro caso en Ta obra de arte, Otra corriente Gice que radiea en el sujeto, en el sentido del subjetivismo absoluto. De la primera ‘puede decitse que Ta belleza se encuentra en la obra de arte en un sentido derivado y funcional, ésta se compone de signos o simbolos compuestos, con unas intencio- su a 4 ESTETICA DEL ARTE MEXICANO nes, por el artista, de quien todo deriva. De la segunda puede decitse que si bien la belleza es subjetiva, y por eso mds bien debe hablarse de “bellezas”, no lo @ en el sentido de un subjetivismo radical o absoluto. Es éste un punto que hoy dia hay que comprender. El sujeto se encuentra en el mundo en necesaria relacion on personas y cosas. El sujeto no crea por obra de su pensamiento ni las personas ni las cosas que encuentra en el mundo, un mundo que va haciendo entrafable- mente suyo. Alguna vez dije* “que el arte es un bello instrumento de revelaciones” Y, oreo poder seguir afirmandolo; es el medio de que se vale el artista —él sabe como lo hace— para, atrayéndonos, comunicarnos algo. La belleza es objetiva en cuanto que se encuentra en forma derivada en la obra de arte y es subjetiva por- que es creada por el artista y percibida 0 recreada por otro sujeto, el espectador- actor. Es la sensibilidad, el intelecto y la imagin: les que presenta, compuestos, expre > “qe Vigne @ producir un efecto intencionado para emocionar, conmover, poner en movimiento los intereses. del_espectador. La belleca”@subjetiva y por Io tanto’ dificilmente puede’ aspirar a tna universalidad absoluta. La objetividad y la uni. versalidad de la belleza, gn el sentido en que es “reconocible por. todos”, tiene definitivas limitaciones. Ya es imposible que todas las personas de una ‘misma cultura, de un tiempo ‘y lugar, reconozcan como bella una obra de arte. Diticil es el reconocimiento de una belleza producida por una cultura por miembros de | otra, Aun es totalmente problemético que los hombres tengan(no)sélo Tas mismas | Posibilidades de creacién sind~de-comprensién del arte(nijla misma capacidad de connidvese ante G7'Sin embargo, unos quieien lacer“aite para, mines ote lo quieven para 1a5’mayorlas, pero creo que el verdadero artista hace su obra para dos/Ast To eijo en una ocasién Orozco: ® “,..¢s para el pueblo, es para TOD0s” jcitiors bien, ¢s para todos, porque el artista no puede. escogerlos, aunque en cierto modo los ha escogido de antemano, para todos aquellos capaces de conmo. verse, de reconocer, de reconocerse en la obra de arte,/No todos alcanzan a expre. sarse en Tas més altas formas; no todos Megan a cobfar conciencia de un sentido estético; no todos cultivan sus posibilidades, ni todos tienen las mismas para quedar prendidos en las redes de la belleza del arte y reconocerla a través de ‘sus. propios interesesyLo que lamamos universalidad de la belleza, no es sino la postbilidad de su eficacia en el més amplio sentido, que por mucho que lo sea, jamés, por azones de limitaciones propias y ajenas, alcanzari a todos. La belleza no es cet. ménica; es eficaz cuando funciona entre hombres cuyos.intereses coinciden, y habria necesidad de hablar también de los ideales de la cultura, que son la pra. yeccién al futuro, en cuyos intereses se puede coincidir s6lo mayor 0 menormente, como ha sucedido en ciertos periodos de la historia Si la belleza es subjetiva y su eficacia y reconocimiento es por coincidencia de sujetos, de personas, de sensibilidades; si los hombres y los tiempos son varios, la belleza no tiene esa unidad inhumana e intemporal con que algunos la han consi. derado y la consideran. Un gran poeta y critico de atte, en fo cual es también grande, Baudelaire, dijo ® en su tiempo: Toutes les beautés contiennent comme tous les phénoménes possibles, quelque chose détemel et quelque chose de transitoire — d’absolu et de particulier. La beaute absolue et Gtemelle n'exte pas, ou plutdt elle n'est q’une abstraction écrémée Ala surface général des beautés diverses. L'élément particulier de chaque beauté vient des passions, et comme nous avons nos passions particuliéyes, nous avons notre beaut, Pues bien, no trato aqui de la belleza abstrafda de bellezas diversas, sino por el contrario mi interés es por éstas; si alguna relacién puede establecerse entre unas wu otras, tiene que ser un problema posterior. Que las bellezas, como todo, so transitorias, histéricas, es obvio, més dificil es mostrar To que tengan de etern ién del artista, junto con los intereses | s sintéticamente en la obra de arte, lo aNTRopUcCION 15 cuando Ia historia muestra lo contrario, En las palabras de Baudelaire hay la certeza de que “la belleza absoluta y etema no existe”, pero también hay la nostalgia, como en todo roméntico, dé algo, siquiera algo, de etemo. En verdad se trata del problema profundo de unidad y pluralidad de la belleza, que es tanto como decit de Ja historia. La unidad es cuando menos problemitica, la pluralidad evidente. La unidad que pueda tener ha de encontrarse en los individuos, 0 aquella que ya més derivada y en sentido més general y abstracto tengan los tiempos, las esferas de cultura, los periodos histéricos. Y nada més. Hoy por hoy puedo decir que la unidad posible est en m{ (y en ti lector también), dentro de mis limitaciones. O en otras palabras, que quizé fatalmente y no obstante mis buenos deseos de enfrentarme cada vez nuevamente a las bellezas de las obras de atte, resulte cierta unidad, que es la mia, Toda pretendida variedad de descripciones a0) deja de ser una reduccién a uno misino. ~ ‘Si, pues, Ta (bellezayno es separable de_otros intereses, ni es “en cuanto tal”, en estado de “pureza”, “en si misma” nies aprehensible por el pensamiento, (Giijes auténoma( ni) intemporal,(ni }tiniea, sino plural y dependiente “de sufetos ‘de un tiempo y Tigar, puede comitluitse que las bellezas, que no la belleza, son istéricas,-pertenecientes también a tiempos, lugares ¢ intereses varios. La belleza Ww es(“impura” puesto que, es histérica. v Lavpretensién de comprender y aun de contar Ja historia de cémo se expresaron bellamente otros, significa una reduceién de ella al conjunto de_intereses del historiador, a lo’ que éste_sea, a uno misino/Tanto mejor si aquélla reduccién O ids central y radical de lz historia; pues alli puede descubrirse un sentido general intersubjetivo/Por muy abierto que se esté a la comprensién <éd' los de- mis siempre existi tina especie de unificacidn en quien pretende comprehendetlos, siempre seri un “desde m{"/ No hay. otro modo. de. ser auténtico. Aiertamen. y te hay otros que pret iberlo todo entre todos, por sumas de saberes, dando por resultado la mis dispaatada de las pretensiones eh el plano-del conocingent-( En viveneia sintétiea de la historia en uno mismo, sempre sber_de historia ropio, propiamente humano, no mecénico, por muchas limitaciones que tenga "Tambien pretender a “para” detcripcion de ls hstoria es une flac, et In Bre tension de la “objetividad”absoluta_que s6lo.corresponderia a Dios. Pero como Ho Fomos dioses y tenemos nuestros intereses_y nuestras_pasiones propias, a lo menos aquéllos intervendrin de un modo u otro en la descaipci6n, como supuestos_ de donde se parte, y Gtas en la estimacién de las bellezas en la historia. Ouizd se ‘tome @ cinismo la honradez de Baudelaise cuando dijo tan acertadamente: * et, transformant, comme tant Pautres, mes godts en princies....; asi, yo pa saré a contar las historias de las bellezas en particular, reconocidas’ mis limita. ciones... y las de ellas. Por més que nos esforcemos en comprehender toda la historia, tenemos que conformamos con mucho menos —Edmundo O'Gorman ha dicho bien® que la historia es resignacién—, con aquello que nos es més propio y cercano, y aun con me. znos, con lo que en verdad podamos comprender y, en el caso presente, con aquello frente a lo cual podamos emocionarnos, si somos capaces de recibir un disparo estético que nos ponga en movimiento. Todo lo demas es muy intelectual, derivado y semejante al truco, es aparentar ser dioses relay “La belleza set convulsiva”, ha dicho Breton,® y puede afiadisse que sin ella no hay arte que en verdad lo sea. Las bellezas’son reveladoms de un complejo de intereses vitales, puestos o compuestos por el artista en la obra de arte, por los cuales y por lz cual se hacen evidentes las bellezas. Supongamos un cuadro en que el artista haya expresado todo eso, se trataria de una buena pintura, de tuna pintura de primer orden, de una verdadera obra de arte. Supongamos que el cuadro tiene un contemplador y que frente a él se le haya revelado su atractiva Delleza y por ésta, a su vez, unos intereses propios de su persona, como lo es 16 ESTETICA DEL ARTE MEXICANO también su sentido de la belleca, coincidente con la del cuadco, perdén, con la del awtsta, Se ha disparado su sensibilidad, su intelecto y su imageosion y ya esté en clilogo con el pintor, a través de.la obra de arte; tn didlogn revelador de ee Toeeido cn dans Y,osiblidades. De contemplador que em inicialmente, se he raat <2 dialogante, y si dte tiene ciertos interees y posibilidades, pede tee Fae ian wise, en eeticos La obra de arte es Ia posibilidad de una comeidense, 2,66 mt didlogo, Si el ctitico expresa su experiencia y su estimaciém por is obra, sobre on Quis cttica creard la posbilidad de otros didlogos sobre la Gora de ate jabte tun complejo de intereses vitales, sobre tno 0 unos hombres; cong posi. DBiidad de que a otros se les revelen sus propios intereses, si conmeiien tee Meee ga Ug obm de arte para que la vean, para que se vean, con mis clniaed, Borge de todo lo anterior sucederd sin coincidencias, son’ las aperturse Primeras y la | Briperisima, en el caso, ex la coincidencia en la belleza. Solo asi, ch one luge oe aombresa través de las obras, los mutuos intereses se tevelan pos is Ddelleza; Berto Ja belieza)dista mucho de ser objetiva y matemitics, por el eohteary oa | objetiva ‘para algunos y en alguna medida, 'y siempre sts contomen win vagos,| / To cual no obsta para“ que aun siendo indefinible, sea seal ¥ present | No debemos confundir Tos intereses vitales cen la obra Ge arte, hi ésta con 2auella su cualidad emocionante que hace su belle. El-arte es la expresiog anor Sibieg Gude de os intereses vitals, compuestos con la intencion de haceles dice, EPs Por la emocién estética, por Ta bellea. La belleca es un medio de someey, gaeién y tiene la funcién de abrir posibilidades 3la comprensién Te toe encuentra pues, ett certas formas yen ciettas significaciones de Is obs roy Seeadombres sienten, pienson ¢ imaginan lo que la belleza puede sex, 10 nec seat Pimples asi lo expresan en sus obras. Ottos hombres ven lay'obral Pate belezs, Piensan ¢ imaginan Toque aquellos hombres tuviewna poe Peileza, lo que ellos mismos van teniendo por ella, fo que a sa ves intone woe Fae wncetis, ereando la posbilidad de las eoincidencas, con todas las dferoneny Aue ngs Y otros vengan a tener. Y todos son modos potticos can que los hanby hacen “de esta tierra su morada” (Holderlin), “en donde todoe rege que HObgytumgue ninguno Io entiende” (Calderén).31 Y sin embargo: “Poesat es fundamento y soporte de la historia” (Heidegger) 22 Rabe aqui ua grave problema, He venido hablando de Ta belleza como reve.“ {adora de “interesesvitales” y es necesatio aclanr que no s6lo son “vital” ay \ que son también, y- mae ia icalmente, “intereses_mortales”. Todos sabemos que | dead gee ae Pet? BO todos somos conscientes de que somos “moxibundey” desde que nacemos; que en tanto vamos viviendo, vanos_en verda, ‘muriendo; Poteet Vida © nos Ya acortando, y cada dia tenemos menos de que ‘Ui isponer. ¢ | Por eso lo vivido ya no lo welveremgs a Sate ‘Por eso se mueren las idusiones vividas y los amores y todo, porque somos ante todo J,S0bt todo moribundos_y contin Gentes fasta que un dia dejamos de ser_moxibundos, para_ser muertos,’ Aigmey tienen la posibilidad de quedar a el recuerdo de algunos, a lo ienos por algin tiempo: los més mueren definitivamente; mas, para todos nuestme nelined mnés_radical_y_auténticacx la moxibundez, y en ella convergen tie eee intereses _radicales/(Heidegge) nos ha hecho’ una apelacién a este hecho evidente. __5® Petisard quiz que-Io dicho no tiene relaciéa alguna cow cl tens que venimos taitndo, pero no es asf. Todo lo que nos distraiga o nos aleje de aquella sadient realidad, nuestra moribundez, nuestra contingencia, es un modo de ehedh imiento de ella, es lo inauténtico, lo impropio de un ser finite, de un ser sao Ake Dien, pensar en Ja belléza creada por los hombres para los hombres carne algo cleo. cs Olvidar nuestra radical realidad, e5 hur, en vex de cnfrentarse a ells Si dusear aquellos paraisos artificiales que tanto amaton nuestros abuclos, ‘bellay Healismos y ensofaciones, distracciones para no darse cuenta de lo que somos verdaderamente: contingentes, finitos, mortales/ La bellezs como hedonismo, Gmo ivTRopucci6N 7 auténoma, es inauténtica, es un encubrimiento de nuestra realidad y de sus in- tereses. Pero las bellezas’reveladoras de los “intereses mortales”, del interés més radical que somos, no pueden ser sino auténticas bellezas, porque no nos distraen, antes nos atraen, ni nos alejan, antes nos acercan al sentido éltimo y profundo de nuestra realidad. Asi, la belleza suprema es la belleza.tragica, aquella que es zeveladora de nuestra motibundez y finitud, es la més auténtica clase_de_belleza que se puede concebi. Toda belleza reveladora.de_intereses-radicalesvitales, que son-mortales, es auténtica belleza. Y toda supuesta belleza, los esteticismos forma- Ustas y almibarados, que nos aleje y nos distraiga de nuestra tadical realidad, es ‘ATEN, impropia, y wo merece el nombre de_tal;aunque a ésta podriamos devolverle el conep ‘de “lo bonito”, que es una especie de pequefia belleza intrascendent/Lejes estoy de querer que sélo se pinten o se esculpan esqueletos, calaveras y offas imigenes de la muerte hecha cosa elemental, ingenua, y alejada de la conciencia, no/Se trata de algo més_profundoe inmaterial, de expresar el sentido de la moriblindez y de lo fortuito y contingente de nuestra existencia, de ‘nuestro’ ser finito; y esto ya es mds dificil expresarlo_artisticamente; pero... po: ble. El sentimiento de lo bello”cuando es auténtico, es revelador de aquel interés radical o de otros en relacién con é/Mas no se piense que la belleza inmediata, sensible, depende de lo revelado, sift embargo, le es necesario; lo revelado le da contenido concreto y con él se completa conscientemente el verdadero sentido estético; pero, Io revelado si que depende de su ordenada presentacién en el arte para que cause el efecto bello de atraccién y emocién, por el que nos encontra- remos auténticamente./Més ain, no se trata de producit belleza, 0 cosas bonitas © feas, sino de comprender que hagamosIo_que hagamos, somos moribundos y que todo lo que hagamos para encubrir esa verdad ser4 alejamos de nuestra ti lidad sadi¢al lagamos a nuestras anchas —que no tenemos mas remedio que hacer algo en este mundo, de este mundo, de nosotros mismos—, pero hagamos todo, hasta a eller, a rbiendas de. que, todo es pereedero, pore somos moribundes, porque somos y mo somos, éta es la cuestién. Por eso la ‘ltima instance ta-trigica “és"asuprema, Hemos considerado Ia belleza en su autenticidad/cuando nos revela un com- plejo de intereses compuestos en cierto orden y com cierta intencién por el artista, gue es a obra de art y cuando, a a vez es reveadora de aquel complejo y de st realidad més nadie ora bien, hacer o producir, o percibir la belleza_s6lo_para Ja muerte no tendifa sentido. Existe otro aspecto de la cuestién. Hay que decinle a Heidegger —con todo respeto— que el “scr para la muerte” es también “set para la vida", mientras tanto(no) morimos definitivamente; ante todo: somos en_esta if, Seamos pues para ell, tanto como para la muerte’ Asi, la belleza es gozosa ¥y gozable en_la vids, es para_la vida, aunque sea reveladora asimismo y en tltimo término de auestra moribundez. Intereses vitales_y_mortales hacen_quc_la_belleza roduzca y sea lo que es: goz0 leno de intereses draméticos y en el fondo tragedia, Gozo y dolor van unidos en la belleza, he abt el drama, porque somos asi, contradictorios. ‘Todos los hombres, por serlo, estin necesitados de algo. Necesitan hacer sus ‘mundos, hacerse un mundo propio, habitable, humano, necesitan de la belleza. No se han satisfecho, ni se satisfacen jamés, con hacerlo stil, han necesitado y necesitan hacerlo bello de algiin mado. Un modo es el auténtico, es Ta conciencia de la necesidad, del sentido de la belleza.y.dela humana.realidad, Otzo_modo es el inauténtico, el de la inconsciencia/Pienso ahora en las més pequefias expre- siones de Ta vida cotidiana y en aquellds que parecen grandes. Pienso que ciertas emociones que Iamamos estéticas no aleanzan el nivel supremo de la belleza; 0, aun asi, el alma més interesada en lo material y utilitario alguna vez se Rabri percatad de que algo tiene una cuslidad mas atiactiva que otto algo, algo que le gusta “porque sf", algo que tiene un “no sé qué” distinto y placentero, elleza_dramética yen Tey We <2. ri 18 EsrETICA DEL ARTE MEXICANO Hay tantos modos de hacerse bello su mundo que serfa imposible su estadistica; pero, hay que insistir en que depende de la conciencia que lo que se haga tenga sentido no, Jo tenga superficial, inconsciente, o profundo y bien vivido. Es claro que lo_que cada _cual_h: ne sentido para él, mas puestos en plan // suticpodeinos Comprenfer que. Yo que sigiees eae ‘tiene sentido” pars Fosotres. Critica et" conc cia, corfocimiento ydiscimensY no es igual tener “WH FEBdo critico que carecer de él. Por eso sé puede decir que hay una belleza auténtica y hay otra que no Jo es, la primera se vive y se goza conscientemente Troonciencia de nuestra realidad y la de ella—; la segunda es vivisla en la incons. ciencia, modo en el cual es imposible llegar, quizé ni intentar, las grandes expre. siones bellas. Indtil es decir que hay toda una serie de gradaciones complejas entre tun_extremo y"otio, La belleza(@s) un “modo de ha sii suprimir Ta Cohciencia de > La razén tiene su limite alli donde Jo irracional comienza. El reconocimiento de ese limite ha sido ya provechoso y atin lo puede ser més, aunque no siempre se considera con la seriedad que requiere. Los sentimientos, las emociones, las pa- siones, no pertenecen al campo de la razén. Si pues la belleza es un sentimiento gmocionante, una cualidad particular de la obra de arte, no cabe ciencia de ella en cuanto tal’. La estética del arte es “ciencia de lo bello” s6lo parcialmente, tas aun para ser ast requiete primordialmente la pasién por un complejo par ticular: la belleza del arte. La estética es un modo de comprehender la sensi lidad, en cuanto que considera la emocién, o convulsién, que proviene del arte, pero es también reveladora de intereses humanos principales 0 radicales, asi, on cugnto Giencia, no se identifica exhaustivamente con la pasién que requiere, En otras palabras: ‘estética es pasién, tanto por la revelacién de la realidad como porque ésa revelacién sea en formas emocionantes, bellas/s el interés por la verdad pre. sentada en un orden artistico, bellamente. Y como no todas las expresiones hima nas son, bellas, se sigue que sélo interesarin al esteta aquellas que lo sean, para 4, aquéllas frente a las cuales ha sentido una convulsién, una emocion reveladors Por exo la estética no puede ser de lo general sino de lo particular, de aquello gue Nos atme, emgciona y revela unos sentidos de la realidad que tos intowean fundamentalments/Tener sentido estético es:haberse emocionado frente a algunas obras y tener la fosibilidad de emocionarse ante otras posibles. Tener pasién este. tica no es tampoco haber perdido la raz6n, antes al contrario, entrar en razén, Teconover sus limites; pero mo abandonarla’ sino servirse de ella para explicarse cémo lo inexplicable st produce; es hablar de todo lo que concieme a Ia belleza, pues si ésta es inefable, es también reconocible y caracterizable. Y se puede con. far, de cierto modo sugerente y aproximado, la experiencia estética que se haya tenido. Estética es un hablar reconstructivo de cémo la belleza se produce, de su significacién y de las experiencias porque se hay pasado, un ‘hablar consciente, mente de muestias pasiones. Y nada més, Es, por una parte, una confesién que Tasemos a otros con Ia esperanza de coincidir, de crear la. posibilidad de ‘up idlogo, generaliente “a control remoto”, del cual quizd nunca ‘nos lleguemos a enterar. Por otra parte es la pretensién de comprender cémo otios home we otros tiempos y del nuestro, se han expresado, bellamente, en el arte y qué es lo que han expresado asi. For tratar de lo humano y de expresions de hombres, Se trata de estétioa impura, Quie en una etapa posterior a la investigecién y intesis particulares sc encuentzen algunos rasgos coincidentes y se puedain ests Dlecer caracteres generales, pero esto es problematico, ‘Queda mucho por considerar y més por aclarar de cuanto he dicho, pero como no se trata de un sistema de estética, sino de unas notas significativas de clertos Principios, exeo haber dicho lo suficiente para que se comprenda la direccién que tienen mis intereses en el presente trabajo. Comprendo que en lo dicho hay problemas no dilucidados y que por ahora han de quedarse as, al final volve, t vivible nuestra moribundez’ ch s Meow + IyTRODUCCION remos sobre algunos. Conservemos siquiera las siguientes conclusiones, teniendo en cuenta los matices que antes he procurado dar. E] arte es un complejo de intereses vitales y. mortales puestos o compuestos en} * un cierto orden, cargado de intenciones, por él artista para crear un efecto atrac- tivo, emocionanie y revelador de aquellos intereses. El arte es un bello instrumento de revelaciones. f La belleza del arte es creada por los hombres para los hombres; es dependiente del arte, puesto que es sensible, pero no de lo revelado, aunque lo requiere la cabal comprensién de su sentido; funciona en tanto que haya coincidencias de sensibilidad e intereses entre los hombres, es percibible, gozable y visible en lo par- ticular y concreto; es histérica e impura; es auténtica en tanto que revele intereses radicales, vitales y mortales; es un modo sensible de nuestro ser; es también un modo consciente, poético, de hacer vivible nuestra moribundez —“aunque ninguno Ja entienda”. ~ La estética es la pasién por la revelacién de la realidad en formas emocionantes; } es interés consciente por_la_ verdad pres uun_orden_artisticp, bello; es pretension de comprender cémo se han éxpresado y qué han expresado otros bella- mente. La estética del arte es una teoria de la sensibilidad artistica y de la belleza en la obra de arte, que requiere completarse con el contenido histérico. Arte “bérbaro” y arte “popular” Del arte s6lo se puede hablar histéricamente, como expresién que es de los hom. bres. Es necesario conocer y tener experiencia ‘de la historia del arte para jluminar presente. Quien no tenga en su haber experiencias estéticas del arte de su tiempo, a Duede godary Comprender el arte de-olves Hempos y vcevetsa, Poique la accion él pasado er el presente es iluminadora de éste, pero no lo es menos la del presente en elpasado, son Dle, es decir, a 16H portantes del arte. Se pueden gustar impresionistamentg muchas obras de diversos periodos; com- prender y estimar es més problemético,Se comprende y estima mejor y mayormenté focus. Hay que tonocet la historia en el nivel que sea posi i ye P “Jo mis cefeano, menor y peormente lo més lejano/Pero no se trata de la distancia en sentido Tinea espacial ai Cronol6gio, sino dela que se_siente y se_vive en re- facign con otros hembres, de aquella que es covta” cuando To; infeeses_coinciden y larga; aun remota, cuando no/La historia ofrece ejemplos. Los nuevos intereses del Renacimiento yinieron a coincidir, en cierta medida, con los de la antighiedad clisica, pero, como todo cambia, esa coincidiencia acabé por alejarse hasta que UM ALievo acercamiento tuvo Ingar con el movimiento neoclésico/Ta Edad Moder- na alejé de si el arte medieval y no fue sito on'el romanticismo’ primer mente en nuestro tiempo, que hemos vuelto a acercar aquel arte por coincidencia en ciertos interese3/La historia moderna occidental desconocié algunas artes que ahora tenemos por tales. Y asi los intereses de unos tiempos han coincidido, hasta terre ‘con_los_de_otros_tiémpos?~pet0, er ottos_tiemipos, han dejado-de ‘coincidir. Sort estos acercamientos y alejamientos los que van haciendo la historia, Sempre dindmica y jamés repetitiva, aunque en momentos nos lo parezca. Un axitico de nuestro tiempo comprenderd y estimars mejor y mayormente el arte de lo que Hamamos Edad Modema. Quizd la Edad Media ya no le sea tan cercana y, sin embargo, su comprensién y estimacién le seri ms accesible que otras edades, que otras culturas, que otras artes. El mundo y el arte de la anti- giiedad clisiea ya nos es més dificil de comprender y de estimar a fondo, aunque nos guste por la parte sensual ¢ intelectual, aunque hoy dia se sepa mas de aquellos hombres de Io que de s{ supieron ellos, pero es un conocimiento muy intelectua S saber de las grandes culturas, periodos.y.expresiones im- ES > C > 20 ESTETICA DEL ARTE MEXICANO lizado. Su arte es gozable y comprensible, mas revivir, vivir auténticamente en nosotros los intereses que produjeron tales formas de expresin en el atte, tal belleza, es imposible. Zeus ya no nos interesa como dios, si no es histéricamente. Hay, pues, una gradacién en lo comprensible y estimable de la historia y en lo interesante de ella, ‘segiin nos sea més cercano 6 més lejano. Y ni qué hablar en el terreno del gusto personal que puede damos més de una sorpresa, por lo insélito que puede ser en los hombres, en los tiempos, lo que les puede parecer gozable. Conformémonos con nuestras limitaciones, que ya es mucho que al tender la mirada al pasado coincidan nuestros intereses con los de algunos otros, 0 a lo-me- nos as{ nos lo parezca. Es necesario ahora considerar aiin dos cuestiones més, en relacién con el objeto de este ensayo; trataremos primezo la que se refiere al lamado “atte bérbaro” y mis adelante la relativa al “arte popular’, ~ Giertas culturs (Qo) ceidentles han sido lamadas “sociedades_salvajes 0 bic bus” (Frazer), ovhan sido estidiadas bajo el signo de “la mente primitiva ... v © la mentalidad de las sociedades inferiores de la nuestra” (Levy. Bruhl).1* Esto Proviene de que su primera aproximacién a Ta cultura occidental fue cieatiica y ajo la idea del “progreso"”/Sabemos que los objetos que los etnblogos recogieron de extrafios lugares slo eran estudiados para los fines de, su Zfenicta,/l segundo acercamiento de las expresiones plésticas de aquellas culturas fue llevado a cabo por el sentido eritico de algunos artistas de principios del siglo xc. Primero fue la ‘es. cultura africana, después otras, bey dia hay que pensar en todas las culturas no gécidentales como un problema dela historia del arte, del arte y de’la estética, amién de otros aspéctos que no interesan por ahord ditéstamiente/ De aguclios dee acercamientas 0 revelaciones para la conciencia occidental, surgié el concepto de “arte barbaro”| Aquellos objetos tuvieron interés para los artistas de nuestro tempo, or sur alejatiiento del naturalismo, por vs cualidades formales, abstractas, es de- | Ci por al edo del “ate abstecto” o del “ute uo”, con notable desconeeimiento | y falta de interés por sus fondos histéricos y religiosos, mfficos_o-mégicos, que fueron los que hicieron que sean To que son aquellos objetos, primordialmente sa rados.y situales” Fue un punto de_vista muy limitado, como lo es la corrieabe abstraccionista, dispuesta a bajar a los santos dé sus allares y a los dioses de sus alturas, para verlos “puramente” (1) como arte, en abstracto, sin las motivacio. nes que los hombres de otros tiempos, lugares y culturas tuvieron para expresarse en esas formas y que dan sentido a su arte. Es asi como se han_visto la escultura africana y la del antiguo México indigena, desde el enfoque artistico “purista’”. EI deicubrimiento ha sido provechoso para el arte y la conciencia contempors- neos, por Tas evidentes cualidades formales de alguios objetos ce aqueljas culturas y'de otras semejantes, las ocednicas, por ejemplo/Mas, como nacieron bajo el signo el arte abstracto, se les ha privado de su reilidad’de verdad, extirpindolos ‘no s6lo material sino’ espcitualmente, inconscientements, de su propio medio, de iss | calturas que los produjeron, de las intenciones e intereses que-significan. A lo ante. rior no han escapado las attes arcaicas de la cultura occidental. En todo caso, sus bellezas formales fueron reveladoras de unos intereses de los artistas occidentales del siglo xx, que vinieron a coincidir en parte con los de aquellos hombres de otras culturas 0 de otros tiempos. Pero cabe preguntarse si la comprens i de aquellas artes e5 cabal cuando se dejan de lado su histons 9 te E36lo como arte.“en. cuanto.tal”. De lo antetior se desprende que hay a lo menos tres modos de considerar los objetos de las culturas no occidentales: en plan cientifico.etnoldgico, que es legitimn en plan de aife “puro”, que es muy limitadgpy en plan histxicoartistico que es al auténtico. Novse trata, claro esté, de déscalar los conocimientos de a etndlogia, ni las estimaciones del arte “puro”, pero todo ello es fiagmentario; hay que valerse de esos datos, tanto como de otros hist6ricos, religioso§,-mikicos y mégicos, que con. a 6 Cod

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