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‘ ~ El dia que mama perdio la paciencia Belén Gopegui Ilustraciones de Carlos Cubeiro | ofl ' éDE qué COLOR ES LA PACIENCIAS Las MAMAS DE OTRAS NINAS perdian bufandas, boligrafos y hasta Ilaves. Bueno, la mama de Marit también habia per- dido esas cosas, y una gorra, y un jersey del hermano de Marit y una camiseta de Marit; incluso una vez perdié los zapatos, pero no un solo zapato, como la Cenicienta, sino dos, dos zapatos, de color café dentro de una caja verde de carton. Todo eso tenia arreglo, porque siempre se podia pedir prestado un boli, o salir a la calle sin bufanda o ir a unos sitios donde hacian Llaves nuevas, a pate Pero esta vez, en cambio, menudo Mama habia perdido la paciencia, wy dénd hacen paciencia,o como se puede rea A Marit se le daba bastante bien encon- trar cosas. Desde muy pequeiia, le gustaba buscar lo que se habia perdido. Una vez, Nirma, una amiga de su madre, perdié una llavecita. Se iba de viaje, habia guardado todas las cosas en una maleta blanca y en una maleta negra. Queria cerrar la maleta blanca con la Ilavecita. Mir6 en su bolso, pero nada. Empez6 a buscar por los estan- tes, por el suelo, en los bolsillos... Todo el mundo estaba muy nervioso porque la amiga de su madre se iba en avion y podian Negar tarde. Y de pronto, su madre dijo: s ~Marid, jt has visto una Have peu” que estaba en un Llavero azul? lio, Mariti pens un poco y luego dijo: _{, Esta encima de la otra maleta, |g negra -y Maria salié del cuarto corriendo y fuea la entrada de la casa donde estaba a otra maleta. Los mayores la siguieron. Ahi estaba la Have en su Llavero azul. Todos se pusieron muy contentos y le dieron las gracias. Si se lo hubieran preguntado antes, Marit se lo habria dicho. Pero como todos estaban tan nerviosos y nadie le explicaba lo que pa saba, ella habia preferido quedarse callada, observando, hasta que alguien le di- jera algo. En cuanto se lo dijeron, ella se puso a pensar en todas las cosas que habia visto y en seguida se acord6 del color azul del Iavero encima de la maleta negra con ruedas. Aquella vez, su mama también le habia dicho algo. Se levanto y dijo: —Me voy. Me habéis hecho perder la paciencia. 10 Asi que eso era lo que habia pasado y Ma- ria intentaba pensar y pensar en que podia hacer para encontrar la paciencia de su ma- dre. Pero no se le ocurria nada, ¢y como se le ibaa ocurrir si nunca habia visto la pacien- cia? No sabia como era. 14! -dijo Mariti-. Seguro que te PATE aN enue IWeder erorn Cons pibiven sete Perera tines) Core Marit salié disparada hacia el cuarto de su hermano Daniel. Pero fusto entonces llamaron al telefonillo. Era César, un amigo Resortanta ba Men teltriey vont uiontte-te(a para ira jugar al fatbol, Marit se acetcé al cuarto donde estaba su padre trabajando en el or- Soe Coe Cus aa oF fees ray apa, esto... Gcomo se b ve ¢ e buscan las cosas invisibles? [wornty mAVevalCee | rare a estoy trabaj termine me lo y ; ajando. Cuando uelves a Peete te AparriciON DE _ MariG VOLVIO A SU CUARTO arrastrando los pies. Queria ser mayor. Entonces ya no tendria que pedir permiso para todo. Podria acostarse cuando quisiera, comer las chu- ches que le apetecieran. Podria irse a la ca- lle ella sola sin que la tuvieran que acom- pafiar su padre o su hermano Daniel. Ahi estaban ellos, tan frescos. Su padre en el or- denador, su hermano en el parque, sin darse cuenta de que su madre habia perdido la pa- cienci i Clencia y necesitaba recuperarla. Y alo me- Jor dentro de unas hora Bea S ya era demasiado Se senté a la mesa y, como muchas veces le pasaba,se le ocurrié un cuento Y empez6 a decirlo en voz alta: «Desde la torre, la princesa Marit; observaba todo y veia tierras, dolor y sufrimiento. Cuatro dragones la Vigi- laban. Pero también veia a las Espias ya Talisman, y como veia tanto sufti- miento y tanto dolor, decidio que con sus amigas podia hacer mas cosas: po- ner comida, plantas. hacer agua, hacer aire... Y como los dragones la vigila- ban por toda la torre, ella queria salir para ser libre, pero los dragones obede- cian las 6rdenes de un rey que la habia raptado y habia embrujado a los dnt nes. Entonces ella, como tenla podere , hizo unas escaleras secretas Y consigule escapar >. , penso. Ese cuento se estabg pareciendo un poco a los cuentos Va las peliculas que mas le gustaban. Si fuera ma. yor, podria poner una sin pedir pcrmiso, Pero como no lo era, tenia que preguntarle a su padre, y como su padre tenia que tra. bajar, no podia preguntarsclo ahora. Lo peor de todo era que en realidad no queria ver una pelicula ni contarse un cuento. Lo que queria era salir a buscar la paciencia de su madre. Pero no era un hada ni tenia pode- res: no podia salir por la ventana. Marit dio la vuelta a su silla naranja y se qued6 mi- rando la cama. Luego subio los ojos hacia los visillos blancos de la ventana. Fue en- tonces cuando vio que se estaban poniendo rosas, rojos, naranjas, verdes y azules, igual que los cristales de colores que habia en las iglesias. Mariti tenia pintura para cristales y habia dibujado una flor y su nombre y una estrella, y los habia pegado en la yentan Cuando el sol daba en ellos, un trocit? de luz se ponia de colores, pero era un 110720 mucho mas pequeno. Este trozo era mas grande que ella, y se movia. Poco a poco, Marit distinguid una falda, luego una blusa, el cuello, la cara, las pierna y los pies. Lo ultimo que aparecié fueron los brazos y las manos. La silueta de colores se impulsé con ellos y de un salto se colocé encima de la cama de Marit, Hola! ~é¥ ta quién eres? —dijo Marit, ~Soy una princesa w ~Pero no tienes cola ~iHuy! Es verdad. Es mana pasada, Por Ciert Nx, witch y sirena. de pez. que sirena fui la se- 0, era bastante incé- Marit se qued6 miran- dola muy despacio. Lo mas raro no eran los colores, sino que era plana. Como un dibujo de una peli que hubiera salido de la pan- talla y fuera andando por ahi. — {Pero tt existes 0 te es- toy imaginando? ~jClaro que existo! -Es que eres como un dibujo, tan fina como un papel —dijo Marit. —Tu sombra también es asi, y existe, éno? —Si, eso es verdad. Pero eentonces eres la sombra de una princesa, o de una winx, o de una sirena? F es- —-No. Las sombras no tienen color tengo un montén de colores. 7 ‘ 7 amas’ ~ *—Bueno,a ver, lo que seas: gcomo te ina 20 Me Ke xt —Me llamo Hada Winx Witch Buscac. sasperdidas. . —|Eso es largutiiisimo! —Entonces me llamo Lia. -Vale. ZY qué cosas buscas, Lia? —Pues cosas que se hayan perdido -dijo Lia, y de repente salt de la cama dando una voltereta lateral. Se puso a mirar los estantes del cuarto de Mariti, los cuadros pintados, los libros. —Me gusta este cuarto —dijo-. jAque has perdido una diadema verde claro con un lazo? —Si! Bis yo puedo decirte donde esta. Ciet! los ojos -dijo Lia. —Ya —dijo Maria. —Piensa en la diadema. -Estoy pensando. 22 Piensa mucho. Piensa en la Ultima vez que te la pusiste, piensa... piensa... Mientras hablaba, Lia pasaba la mano por la frente de Mariti, o por lo menos eso \e parecia a Marit, que tenia los ojos cerra- dos y notaba en la frente cosquillas de co- lores. ___~Y ahora...jabre los ojos! Maritt los abrio, pero ahi no habia nin- guna diadema. Miré a Lia, que sonreia y S€- alaba la almohada de Mariu. Pues si, justo detris se veia el arco verde de la diadema. Mariti se acercé y la cogio. En ese momento, se oyeron pasos y el picaporte que bajaba. En un segundo, Lia semetio debajo de la cama. El padre de Marit abrié la puerta. a - terminado, (Qué querias? : f: ae ~dijo Marid, un poco preo- ., 5 es estaba viendo perfectamente oo 0S Zapatos verdes, naranj € Lia asomand cede ae © por debajo de la cama —Hola. ;Qué me habias preguntado? —Como se buscan las cosas invisibles. —Pues no tengo ni idea. A lo mejor hay que buscarlas con los ojos cerrados. -Vale. — Algo mas? —No, nada. —jHas merendado? Si, digo no; 0 sea, luego meriendo. —Bien, me voy a tumbar un rato cn el sofa | Si me duermo, no me despiertes. Ano ser que pase algo importante, claro. —2Y si pasa algo raro? -Venga, Marit, ya sabes lo que ce decir. 3 ? | iero | puerta yen ja cerro la io Mar Se gubid ya estaba fue se colgd de El padre 4° i ne - 1 la lampara n salto, techo de u | . 26 los brazos- Parecia muy enfada y cruz *_ Qué te pasa? -pregunto Mariu. - -jAsi que yo PO soy algo impor Resulta que solo soy algo raro. —Pero... -Ni pero ni pera, manzana NI manzano. ante! Yo soy algo muy importante. Solo que no tienes que avisar a tu padre por todas las cosas importantes. -Entonces, ;te parece bien que no le haya dicho que estabas aqui? -Si... Sabes por tante? que soy muy impor- ~ Porque encuentras cosas? ~Calien : te, calient , e. Yo pued a Oz cncontrar otras cosa: 7 ayudarte inn s ademas de la dia- ~ Cosas invisibles? _ WD + . me at caliente, 6 Paciencia de mam 4? a? 03 CERRAR LOS OJOS -Oye, Lia, tengo un poco de sed —dijo Ma- riu-. jMe esperas un momento, que voy a la cocina a beber agua? -Voy contigo. ~ an- sise carga el jarron con lilas de una pa y cai tada. -Tu padre es bastante listo, zn0? —dijo Lia. Sj... -contesto Marit sacudiendo la ca- beza. ~Pues entonces, hazle caso. {C6mo ha dicho él que se buscan las cosas invisibles? ~Cetrando los ojos. ~Eso es: cierra los ojos y piensa que tie- "ss que encontrar la paciencia de tu madre. Marit no estaba nada convencida, pero Como Lia le caia bien Js. Cuando los abri an en la calle, justo SU casa. Entonces Lia , hizo caso y cerré los 6, las dos se encontra- delante del portal de ; cogi6 a Marit con las como si fuera una bailarina de ballet,y dioun salto largo, largo larguisi LMO. Pasaron por encima de los techos de los co-_ ches, por encima de las cabezas de las per sonas, por encima de las copas de los arbo- | les. Al principio, a Marit le sonaban las calles, los arboles y hasta alguna persona que veia paseando. Pero luego empe- zaron a alejarse, y cl suelo se volvié azul celeste y después verde muy claro. Entonces llegaron a un castillo bastante parecido al castillo de madera pintado de rosa que Marit tenia en su Cuarto, Solo que era cien veces mas grande, Ss Lia descendié despacio hasta el suelo y se apresuro a bajar a Marit. -Ven -dijo. Echaron a andar por un pequefio Pasillo azul celeste que les condujo a uno mucho mas grande de color fucsia. El suelo de ese pasillo brillaba, y en cuanto pusicron los pies en él empezaron a patinar aunque no Mevaban patines ni zapatillas con ruedas, Al final del pasillo habia una puerta mo- rada. Lia tocé un botén y la puerta se abrié. Entraron en una biblioteca redonda con cla- raboyas por donde pasaban los rayos del sol. —Esta biblioteca me recuerda a un suefio que tuve ayer —dijo Maria. -Ya me lo contaras -dijo Lia-. Ahora no tenemos mucho tiempo. Tienes que subi por esa escalera de caracol y coger un tomo muy gordo con el lomo granate. La escalera era muy alta y daba muchas ee qué no subes ta.con uno de esos sal- ros? —pregunt6 Marié~.Tardariamos menos. ( ye yo cecreto SI lo co- ‘ Jo te dira su se _se libro 8° ir C , cuidado por- echos. Dio yan muy estf asi hasta que lo una vuelta a siete, que eran Ilegd hasta donde estaba € «Parece muy pesado», pens’ puedo sujetar>. Tiré hacia fuera para que sobresaliese un +7 " ie Luego lo cogié con las dos manos. 1bro era 22 : ye ‘aa pero también ligero. atlo hasta . Con la ot: acme sola mano. Ou a saludo a Lia. (Qué hago? ; i, go? ¢Lo abro o bajo? is rey lee. Yo voy a dormi cal ss ir un ral . Y cansada ~dijo Lia. to, es otra y otra, los afios que tenia. Por fin | libro granate. 5. «A ver si lo 10 otra d € sus volt se a ereta: Bobi h nd mesa s laterales y luego . . se acurrucé y cerré los «4 Marit se Sento junto las piernas cruzad AS COMO Io ; - el libro sobre Sus rodillas ylo: Mero que vio fue una pregunta: ms —En qué se Parecen el h mMiento vla Paciencia? Pero resulta que deb respuesta, ni tampoco dicara la Pagina de | Marit empezo a pen ambre,¢] aburr. aJO NO venig ningun uN asterisco que in- as soluciones. Asi que sar, y penso y penso. Las tres cosas eran invisibles, las tres cosa iban y venian,o sea, podias tenerlas y podia perderlas. Y mientras estaba pensando eso la pagina se paso sola y aparecié una nueva Pregunta escrita con letras plateadas: , —Cuando se deja de tener hambre’ , —Cuando has comido bastante —contest6 Maria. a Otra pregunta se escribié sola en la pagin® ~¢Cuando se deja de estar aburrida? —Cuando se te ocurre algo divertido que poder hacer —volvié a contestar Maritt. —Y cuando se pierde la Paciencia? 22 —Cuando hay algo que no te gusta nag de nada —dijo Marit. Las letras plateadas seguian hacien las suyas, y ahora pusieron: — (Por ejemplo? do de Marit penso en la altima vez que ella se habia enfadado mucho, muchisimo, y se he. bia puesto a Iorar con fuerza a pesar de que no le dolia nada ni se habia dado un golpe —Pues cuando se rompe un juguete de mi hermano, y yo digo que no lo he roto y es verdad, pero mi hermano no se lo cree. Y luego viene mi madre y pregunta: <;Qué | esta pasando aqui?». Se lo contamos y mi madre pone cara de que tampoco se lo cree. Luego llega mi padre y ve el juguete roto y otra vez lo mismo: me mira convencido de que yo lo he roto. Pero yo no lo he roto y nadie me cree. En ese momento, las hojas del libro se abrieron como dos puertas. Marit miré a Lia. Seguia dormida sobre la mesa, «Qué », penso. Y luego se dijo: Alla voy!,, 8 40 4 ADHARA, LA PRINCESA QUE SE QUERIA DESPEINAR Mari ATRAVESO LAS PUERTAS y vio que estaba en un jardin y que al fondo, sentada en una silla rosa, la estaba esperando la princesa mas principesa de todas las prin- cesas que habia visto nunca. Llevaba dia- dema dorada en la cabeza y un traje con todos los reflejos del arco iris. Los zapatos parecian hechos con diamantes, y tenia dos pulseras del mismo color del agua del mar. —{Ooocccccoco0h! -dijo Marit. Hola! -dijo la princesa. Eso a Marit le extrafié un poco. Era una ‘ princesa tan principesa que esperaba que 4 i 41 hubiera dicho sé bienvenida al Palacio de los 5 Yo soy la Princesa principesa Adhara y sefora de todo lo que templar». algo como: « Estimada Nifa UeRos, ara, duefig Cus Ojos pueden con. Marit se acerco despacio. Ella le ofrecig una silla rosa exactamente igual que la suya, Marit se sento. ; —Has respondido bien a las tres pregun- tas, Marit dijo la princesa. —¢Como sabes como me Ilamo? -Ta también sabes cémo me Lamo yo. —{Te llamas Adhara? —Si. Es el nombre de una estrella y d¢ una flor, la flor de azahar. —jOooh! —dijo Marit otra vez. ; —jQué suerte tienes! —dijo Adhara mr rando a Maria. —{Yo? 7 —Me encantaria tener unas zapatillas co mo las tuyas. Entonces tiraria mis oa, de tacén por los aires y ya no tendria qu oe ‘ quenitos ara no caerme. con pasos pe P andar ste vestido que n° aria quitarm llevar solo Me gust ee ede arrugarse ni mancharse y una camiseta de colores y un pantalon li- gero como tu. Me gustaria tener un nom- bre que no significase nada, llamarme Tran oFu,y que la gente lo oyera y solo pensara en mien vez de pensar en flores oen estre- las o en estrellas que se [laman como flo- res. Me gustaria muchisimo dejar esta diadema que pesa una barbaridad. Me gustaria tener el pelo revuelto y que cl aire lo moviera de un sitio A vez de esp, Pegado mi sill: Mientras |4 Sente me mira De Pronto se oye un Tuido de Motor muy fuerte, cada vez mas Fuerte. Marit y laprin esa miraron hacj acl lugar de donde venia el ruido: un coche gr las ventanil] velocidad, —Dentro de ese coche, en una maleta de color azul, esta Ia Paciencia de tu madre ~dijo Adhara, —éY qué puedo hacer? iVa muy deprisa! —Miraatu izquierda ‘ —dijo Adhara. i, Marit hizo lo que le decia la princesa. A su izquierda ha- bia una puerta blanca con forma arco. ; z Deberas Ilamar al timbre de esa brira ingilino que te e abrira un ping rta. Te pue ande, de color gris, con as Negras, se acercaba a toda nta. Si la aciertas, te dejara , egu ) fara una pres : pie sar y te llevara adonde esta la maleta. - {Vas a venir conmigo? . -No puedo, Mari. Soy una princesa y tengo que seguir aqui, con la boca de fresa yel pelo sin nudos y el trae muy plan- chado, para que todas las personas que pa- sen digan lo mismo que tu dijiste. ~(Qué fue lo que dije? —Dijiste: -pregunto Mari. -Quiere decir «Muy bien» -dijo la pin- guina—, Puedes pasar. ? i | 66 Los TRES SENORES y EL PIE OE CENICIENTA La PINGUINA CONDUJO A Maritta un jar- din. ALLi habia tres senores vestidos de gris. Estaban sen tados, con cara de aburridos, vigilando la maleta azul. j Vaya! La pingiiina no le habia dicho nada de esos senores. é¥ sino le dejaban coger la maleta? Marit 8¢ preccupé un poco. Buscé a Ja pingiiina con la mirada, pero habia desaparecido, No po- dia dar marcha atras, asi que respiré hondo y fue hacia donde estaban los tres sefiores. —Me gustaria mucho Ilevarme esa maleta i iu. od —dijo Mariu Sill —Dame una razén dijo el scnor nur mero 1. —Me parece que ticne dentro la pac cia de mi madre. _ Asi es —dijo el sefor numero 2-. Es que las madres hacen cada cosa... No entiend? por qué les tienen tanta mania a las peur yen" co lo entiendo -dijo el senor -Yo tampo yaciencia que he- La ultima | numero 3-. a de tu madre es la mos traido antes que | dela madre de Manuela. Sabes lo que hizo lamadre de Manuela? -Ni idea -dijo Mariu. Los tres sefiores exclamaron a la vez: -jLe dijo a su hija que en su DVD no se veian las peliculas de princesas! El sefior ntiimero 1 sc puso de pie y,apun- tando con el dedo a Marit, dijo: ~Fuimos a visirarla. Le dijimos que las Princesas son muy simpaticas y alegres y que a las nifas les gustan mucho. Pero no nos hizo ni caso, todo el riempo repetia que a sus abuelas no las dejaban estudiar Por ser chicas, y que para ella era muy tmportante que las chicas fueran tan Ii- bres como los chicos, y que le daba mucha pena cuando veia tantas peliculas empe- handose en que las chicas solo se preocu- paran de los vestidos y de los novios, asi que por eso iba a seguir diciéndole a Ma- nuela que esas pelicu- las no se podi en su DVD. El senor numero 2 se levants v dijo: dl ver -El colmo fue que un dia.cuando Manuela se empeno en poner una pelicula de princesas en el DVD para comprobar si funcionabao no. isabes lo que hizo su madre? Cambio el idioma y le dijo que vale, que podia ver la pelicula, jpero en aleman! . El seftor numero 3 se levanté y dijo: _Fue entonces cuando nos Ilevamos # i ia. ; ae Pero zy mi madre? -pregunte ae sefiores empezaron a pasear dan a ¥ ron quictos } ‘ Luego sé queda do yueltas... Vez: nala i contestaro madre... ;tu madre quer! ‘Tu madre, tu Fe odo! contartelo todo: 7 - {Qué es «todo -{Se lo decimos? —pregunto cl senor numero 2. -Si. Ya que ha legado hasta aqui, tendre- mos que decirsela —conrestaron a la vez el schor numero 1 y el sefior numero 3. -Tu madre queria contarte que Ceni- Senta cs lo contrario de una princesa. Que- na que descubrieras que las princesas siem- pre lo son por casualidad, y que eso no tiene ninguna gracia. En el cucnto de Cenicienta cligen para ser princesa a alguien que se lo ventamos noso- Merece, pero eso nos lo in tras. Porque una princesa €s todo lo con- trario. Es como una rifa. Es como ser alto 41 | omprar ¢ 4 verdad. Todas | %S quieren que | —Nadic iba a querer ¢ St deciamos | Sas Cosas aS Tifas y OS admiren es Come se COnSigUE eso ~dijo senor numero 2. 4 todos los ni El problems el ( -Lo bueno €s que te admiren porque haces algo que esta b vien =dijo el sefor numero 3, —Pero si alguien dijera que las per- z gq P sonas mas admirables son las que tienen 160.472 pelos en la cabeza, y ni uno menos y ni uno mas, nos pareceria una tonteria —-dijo el sefior numero 1. -Como una casa —dijo Marit. —;Qué casa? —pregunté el senor ntmero 2. : 4 -Digo que seria una tonteria com una casa, lo de los pelos en la cabeza. 7 Exactamente! Y ahora imaginate qu ersonas que tuvieran ese 2 mess om la cabeza, les dieran much° de pelos mpraran vestidos bo- dinero para que s¢ comP in NILOS ¥ palacins enor ICOS y palacios enormes ~dijo el seftor ny mero 3. -] tener un pie pequefio, como Cenicienta,no tiene ningtin merito. Es igual que lo de los pelos de la cabeza. } ao 1 A ues ya que lo dices contest Marit- i yy Fee sentaron a la vez. Log senores [.2¥ 3 sc sel EY sear nUMCT? J cmpezoa hablar en vo4 muy baja y dijo: _Por cso DUVTETIES alle invenrarlos lo de que era tan bondadosa con los animales y tan comprens iva con das hermanststras en la segunda parte, y Cant trabajadora v tan simpatica con Gus v jack, v todo lo demas. FV Jo de que la belleza de fuera refleja labelleza de dentro que sale en otras pelis? -También nos lo inventamos -dijo el sefior nimmero 2-. Esa a veces pasa, ¥ a veo ces to, -;Por qué ahora me estals diciendo la verdad? —preguntd Marit. . -Es por esa chica de colores —dijo el se- Der numere 3. -¢Lia? —preguned Maria. ~Si, sc lama Lia y se apellida Razon. 4A partir de ahora estara sicmpre contigo. Las personas mayores no pueden verla, pero notan algo. Lo que notan ¢s que tienen uso de razGn -dijo el sefor nimero 1. | -Ya pued es Nevarte la maleta, La Il con la que se abre est encima hor numero 2, ave —dijo el Se. —Acércate y la veras —dijo el sefior ni. mero 3. En efecto, justo encima de la maleta ha- bia una Have pequefia, que también era de color azul. - —jMuchas gracias! —dijo Marit. “y SIETE ANOS Cuanpo Mani abrio la maleta, las cre: scores desaparecieron. Al mismo tempo. Marit noté en la cara una brisa muy suave que le desordend un poco el pelo y que loege se alejd. Seguro que era la paciencia mwisible que habia salide volando en busca de mama. Marii cerra de nuevo Ja maleta, dijo adiés a la pingtiina y fue en busca de Adhara, -Hola, Marid -dijo la princesa que se- guia sentada en su silla rosa. —Hola, Adhara. Ya tengo la maleta. —Felicidades. Puedes dejarla ahi —-dijo Adhara sefialando a un montén de maletas. De queta cada Una de ellas col gaha una eti- estaba CSCrite tuvo la Pacteneta ¢ en dond » «Aqui es. le da madre de Jimenas, paciencia de la mac Veronica», \q CJUL Ee Aqui estuve | tre de stuvo la paciencia dela madre de Manuela. Marin de} oO la SUy a etiqueta { Cleneta de l A? Bnesns-: TY enseouida Apare Jue decia: “Aqui estuye la a maclre « > Maria ) : . . Detras dy Menton hab TInt, y aunque est; consiguid lec un ci Par “a Lotro dis. than mas lejos, Maria paciencia de la madre de paciencia de la madre de Ana», «paciencia de la madre de Lueia»... Marieta», «Debe de Ssers, pense, ~que algunas ami- gas mias todavia no han cumplido se rn - . ‘eva el uso de anos, la edad a la que empieza cl uso razon». . igo? reg 5 riu. —{Vienes conmigo? pera a . i : i. Cada vez —No. Voy a seguir estando aqui. Ci i 1 4s nifias como ti, ¥ yo tengo J vienen mas nifas como tu, } z a a li: erta blanca. decirles donde esta la puerta —jAdios, Adhara! ids, Marit. : “rag 6 ar el jardin y Marit eché a andar por el ja , , i7 > cor : contré un pasadizo que cc cae ae 4. Lia seguia tumbada so! iblioteca. : ga oe jendo a pierna suelta_ urm ja mesa, Liz ! . ja: : jerta, —jDesp ense- lucia Lia dio un Marit dedor 4 volteree : a later. a Pudiera saber cg vin Mo, se COraseg std lego se acordé de un aveces con sus padre: ¥ que consistia en formar te. de su cuello vl merig \ 1CTLO en gy corazon. Marit se Jugaba Juego al que SV su hermana, . palabras; una nifia traviesa era una nines . j i tesa, un libro emocio- nante cra un librante, «¥ claro», pensd Ma- riu, «una razon de colores era un corazéns, Mientras lo estaba pensando, sc oyd el ruido de una llave en la puerta. Marit abrio los ojos. Era su madre que llegaba. —jHola, Mari! —dijo. . nosa v sercias Su madre tenia la cara luminosa y sre d : ; cos € como si hubiera estado mirando bar el mar 0 algo parecido. Maria — in «Ya ha encontrado la pclae 2 a, 4 u Y en ese momento, su madre le dio , de. muy muy gran ‘ eal Ella le dio uno mas eae ae. rato! “ ? j;Has dorm 2 — Qué bas hecho? {Has 1 -contest® Hummm! jAlgo pa aaa ue ete Martd. mmisteriosant Si te ha gustado este libro, visita Alliencontraras: + Un montén de libros. * Juegos, descargables y videos. + Concursos, sorteos y propuestas de eventos. i¥ mucho mas! 4 Para padres y profesores + Noticias de actuatidad, redes sociales y suscrincién al boletin. + Propuestas de animacién ata lectura, *Fichas de recursos didacticos y actividadgs, TECUENTO QUE BELEN GOPEGUI... de pequena leyd un libro titulado Palabra de honor, que trataba de por qué es bueno cumplir lo que prome- temos. Desde entonces, intenta lomarse en serio lo que promete; por eso escribid El batenazo y El dia que mamd perdié la paciencia: porque se lo prametié a sus hijos. Pero Belén también ha escrito novelas para adultos, Come Lo conquista del aire y El padre de Blancanieves. Su Comida preferida son los macarrones con tomate. Apren- did de su madre que hay que luchar por las cosas que nos Sarecen justas, y de su padre, que la Luna esta mas cerca S2 lo que peasamas y que vale la pena ir a buscarla. Belén Gopegui (Madrid, 1963) se licencié en Derecho en le Universidad Autonoma de Madrid. No obstante, antes de terminar los estudios ya tuvo claro que se dedicaria @escribir, Ha escrito libros para nifos, jévenes y adultos, ademas de guiones para peliculas de cine. Su trabajo ha sido recompensado con varios premios, como el premio Tigre Juan 9 el VII Premio de Narrativa Espafola Dulce Chacén, Oe vez en cuando publica articulos en Periddicas 0 revistas.

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