Condena contra el general Iván Ramírez Quntero

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REPÚBLICA DE COLOMBIA

TRIBUNAL SUPERIOR DE BOGOTÁ


SALA PENAL

Magistrada Ponente: Isabel Álvarez Fernández


Radicación: 110013104051200900352 03 [NI P 045-23]
Procedencia: Juzgado 51 Penal del Circuito
Procesados: Iván Ramírez Quintero y otros.
Delito: Desaparición Forzada
Motivo de alzada: Apelación sentencia absolutoria

Acta No. 069 de 2024

Bogotá D.C., dieciocho (18) de junio de dos mil veinticuatro (2024).

1.- ASUNTO A DECIDIR

Decide el tribunal los recursos de apelación interpuestos por el Fiscal 6º


Delegado ante la Corte Suprema de Justicia y los representantes de la
parte civil, contra la sentencia de fecha 15 de diciembre de 2011, proferida
por el Juzgado 51 Penal del Circuito de Bogotá, que absolvió a los señores
IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, FERNANDO BLANCO GÓMEZ y GUSTAVO
ARÉVALO MORENO, del delito de desaparición forzada agravada en
concurso homogéneo por el que fueron acusados.

2.- HECHOS

La sentencia de primera instancia los describió en los siguientes términos:

“Acorde con lo recaudado en autos, el día 6 de noviembre de 1985 la “Compañía


Iván Marino Ospina” del movimiento 19 de abril (M-19), integrada por un grupo de
35 a 40 guerrilleros, ingresó por la fuerza a la sede de las altas Cortes de Justicia
en la ciudad Capital, para poner en ejecución el denominado “Operativo Antonio
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Nariño por los derechos del hombre”, dirigido por LUIS OTERO CIFUENTES,
ANDRÉS ALMARALES MANGA, ALFONSO JACQUIN, GUILLERMO ELVECIO RUÍZ,
ARIEL SÁNCHEZ, integrantes de la cúpula de la mencionada colectividad
subversiva.

En el interior del edificio fueron retenidas cerca de 350 personas, entre ellas
magistrados y otros empleados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de
Estado, litigantes, usuarios, visitantes y trabajadores de la cafetería restaurante
que operaba en el primer piso del complejo judicial.

La razón que esgrimieron para ejecutar el asalto fue la de realizar un juicio público
al Presidente de la República, por su presunta “traición” al acuerdo de cese
bilateral al fuego, suscrito con los comandantes del “M-19” el 24 de agosto de 1984,
en Corinto, Cauca.

Dada la intrusión de los sediciosos, se dispuso por el entonces Jefe de Estado


Mayor y Segundo Comandante de la Decimotercera Brigada del Ejército, coronel
LUIS CARLOS SADVNIK SÁNCHEZ –en ausencia temporal del comandante del
mencionado regimiento, brigadier general JESÚS ARMANDO ARIAS CABRALES-, el
alistamiento del primer grado del COB (Comando de Operaciones de Brigada), el
acuartelamiento de todas las unidades, y la puesta en marcha del “Plan Tricolor
83”, instituido previamente por el órgano castrense para afrontar graves
situaciones de alteración del orden público, determinación que derivó de la
autorización del Gobierno Central, representado por el primer mandatario
BELISARIO BETANCUR CUARTAS y el delegatario de la Defensa Nacional, general
MIGUEL VEGA URIBE.

Conforme a lo establecido en el Plan Tricolor, el coronel SADOVNIK SÁNCHEZ


ordenó que las unidades “movieran su puesto de mando a los puestos de mando
adelantado”, lo que generó el desplazamiento de las tropas hacia la Plaza de
Bolívar, en donde ya se encontraban miembros del Batallón Guardia Presidencial
a cargo del teniente coronel BERNARDO RAMÍREZ LOZANO, junto con algunos
efectivos de la Policía Nacional, personal que de manera mancomunada se dedicó
a repeler el ataque al recinto de la justicia y acordonar el área en donde se estaban
presentando los sucesos.

Entre las 12:30 y la 1:00 de la tarde arribaron vehículos blindados Urutí y


Cascabel, pertenecientes a la Escuela de Caballería y al Grupo Mecanizado
“Rincón Quiñónez", ambas, unidades orgánicas de la Brigada XIII. Con los
referidos artefactos bélicos, esta vez por orden del General hoy retirado, ARIAS
CABRALES, la fuerza pública ingresó al palacio a través de la puerta principal y
por el sótano, para abrir fuego, con el fin de responder a la incursión de la guerrilla
y habilitar la entrada de las tropas al edificio.

El “control y mando operacional” sobre el personal que ejecutó las acciones que se
desarrollaron para recobrar el inmueble estatal y rescatar a los retenidos, se
encomendó el alto oficial en mención, ejercicio para el que contó con la colaboración
de sus propias unidades tácticas y de miembros de la Policía Nacional y del
Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), tanto en la parte operativa –
combate- como en el campo de inteligencia –determinación de las condiciones de
enemigo, tiempo y terreno-.

A la par con la Escuela de Caballería y el Grupo Mecanizado “Rincón Quiñónez”,


al mando, respectivamente, de los oficiales LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA y FABIO
AUGUSTO VEJARANO BERNAL, también participación unidades de la Escuela de
Artillería, conducida por el teniente coronel RAFAEL HERNÁNDEZ LÓPEZ, del
Batallón Guardia Presidencial, regentado por el teniente coronel BERNARDO

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RAMÍREZ LOZANO, y del Batallón de Policía Militar No. 1, dirigido por el teniente
coronel CELSO SUÁREZ MARTÍNEZ.

Igualmente estos destacamentos tuvieron el apoyo de la Compañía Especial de


Contraguerrilla Urbana, y de oficiales y suboficiales pertenecientes a la Escuela de
Ingenieros Militares, a órdenes del teniente coronel RICARDO CIFUENTES
ORDÓÑEZ.

Por su parte la Policía Nacional, siguiendo instrucciones de su director, el general


VÍCTOR ALBERTO DELGADO MALLARINO, y del Comandante del Departamento
de Policía de Bogotá, brigadier general JOSÉ LUIS VARGAS VILLEGAS, intervino
con dos grupos de operaciones especiales, el GOES y el COPES –cuyos miembros
ingresaron al Palacio de Justicia a través de la azotea, por vía helicoportada-,
personal al que se sumaron integrantes de la Dijín, Sijín y F-2, así como escoltas
adscritos al DAS que se encontraban prestando servicio de seguridad a los
Magistrados en el interior de la edificación judicial, y otros detectives de la misma
entidad que ingresaron por la puerta principal, valiéndose de la protección de los
vehículos blindados.

En materia de inteligencia el Comandante de la Brigada XIII delegó en el teniente


coronel EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO, Jefe del B-2 del Estado Mayor, la misión
de recibir en la Casa del Florero o Museo del 20 de Julio, a las personas que eran
rescatadas del inmueble ocupado, para llevar a cabo su correspondiente “registro”.

Para cumplir tal misión el coronel SÁNCHEZ RUBIANO estuvo acompañado por
integrantes tanto de su unidad como de la DINTE, del Comando Operativo de
Inteligencia y Contrainteligencia (COICI), del grupo de Inteligencia de la Policía
Nacional, y del DAS.

A su turno el director de la época del COICI, teniente coronel IVÁN RAMÍREZ


QUINTERO, en cumplimiento de su función de “producir inteligencia, desarrollando
operaciones de inteligencia y contrainteligencia para el ejército y en apoyo de otras
fuerzas”, dispuso el desplazamiento de varios miembros de su destacamento hacia
el sector del recinto judicial de las altas Cortes para que “recolectaran” información
sobre los acontecimientos que estaban presentándose, con el fin de retransmitirla
al Comando del Ejército.

En desarrollo de esa misión algunos de sus subalternos que se desplazaron hasta


el lugar de los hechos, consiguieron llegar a la Casa del Florero, entre ellos, el hoy
teniente coronel en uso de retiro, FERNANDO BLANCO GÓMEZ, Jefe de Estado
Mayor y Segundo Comandante, y los otros capitanes RAFAEL ÁNGEL MARTÍNEZ
GABRIEL, Jefe del blanco sociopolítico, y GUSTAVO CASTRO PEÑA, Jefe de la
sección de relaciones públicas.

Cumpliendo su ingreso al Museo el entonces Mayor BLANCO GÓMEZ se presentó


ante el coronel SÁNCHEZ RUBIANO, con el fin de colaborar en la individualización
de las personas liberadas, mientras que el capitán MARTÍNEZ GABRIEL estableció
contacto con el Director Nacional de la Cruz Roja Colombiana, CARLOS EDUARDO
MARTÍNEZ SÁENZ, quien se aprestaba a entrar a la sede de la judicatura para
transmitir a la guerrilla un mensaje del Gobierno; para dicho efecto el capitán
MARTÍNEZ le ofreció al delegado del organismo de socorro conseguir fotografías de
algunos miembros del grupo subversivo, propósito para el cual solicitó a la Jefatura
del COICI los álbumes respectivos, los que se encargó de llevar el entonces sargento
segundo GUSTAVO ARÉVALO MORENO, analista del blanco M-19, quien luego de
hacer entrega del material fotográfico permaneció en los alrededores de la Casa
del 20 de Julio, buscando información para transmitirla a su superior, en desarrollo
de labores de inteligencia.

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Después de adelantar las gestiones tendientes a identificarlos, algunos de los


liberados eran autorizados para que abandonaran las instalaciones de la Casa
Museo, con destino a sus hogares o a centros hospitalarios, a fin de que recibieran
atención médica, en tanto que otros, considerados como “especiales” o sospechosos
de pertenecer a la insurgencia, eran conducidos al segundo piso del inmueble, en
donde se les indagaba para establecer claramente su identidad y posible
participación en el asalto armado, remitiéndolos luego a dependencias del Ejército,
a efectos de proseguir sus interrogatorios.

En las operaciones de rescate, atención y traslado hacia instituciones tanto


militares como hospitalarias de los rehenes liberados, hubo también participación
de organismos de socorro como la Cruz Roja Nacional y la Defensa Civil
Colombiana, mientras que el Cuerpo de Bomberos de Bogotá, al mando del
entonces teniente coronel de la Policía FÉLIX GALLARDO ANGARITA, apoyó a la
fuerza pública, propiamente en el rescate de algunas personas que fueron
evacuadas por la azotea del palacio, y en el esfuerzo de mitigación del incendio
que inició en horas de la noche del día 6 de noviembre de 1985.

Concluida la recuperación de la sede de las altas corporaciones judiciales,


aproximadamente a las 3:00 de la tarde del día 7 de noviembre de 1985, el
resultado fue su destrucción casi total, la incineración de gran cantidad de archivos
y expedientes de las Cortes, centenares de heridos, una cifra cercana a los 100
muertos –entre ellos 11 magistrados de la Corte Suprema de Justicia-, y la
desaparición de siete empleados de la cafetería ubicada en el primer piso del
Palacio de Justicia, una mujer que proveía productos de pastelería a ese
establecimiento, dos visitantes ocasionales y una guerrillera del M-19 que participó
en la toma.

Los allegados de los mencionados en último término optaron por denunciar su


ausencia, tras el resultado infructuoso de una incesante búsqueda en diferentes
instalaciones militares y de policía y en el inmueble semidestruido, y luego del
examen de los restos de aquellos que murieron calcinados por obra de la
deflagración. La supervivencia de los mismos se acreditó por algunos de sus
parientes, quienes directamente se percataron de que habían abandonado con vida
el complejo judicial, al apreciar su imagen en noticieros televisados, en tanto que
otros expresaron que personas que se identificaban como miembros del Ejército
Nacional les hicieron llamadas telefónicas para manifestarles que sus familiares
habían sido retenidos y conducidos a diferentes dependencias de la Brigada XIII,
donde estaban siendo torturados para que confesaran el vínculo que
presuntamente los unía con el M-19”.

3.- ACTUACIÓN PROCESAL

3.1.- Con fundamento en la denuncia formulada el 29 de junio de 2001


por algunos familiares de los presuntos desaparecidos, la Fiscalía
Especializada adscrita a la Unidad Investigativa del C.T.I., a la que le
correspondió el asunto por reparto, inició investigación previa bajo el
radicado 54315.

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3.2.- Mediante resolución No. 0-3954 de 25 de noviembre de 2005, el


Fiscal General de la Nación la reasignó para que fuera conocida por la
Fiscal 4ª Delegada ante la Corte Suprema de Justicia; funcionaria que
avocó conocimiento, mediante resolución de fecha 6 de diciembre de 2005,
bajo el radicado PI 9755.

3.3.- A través de proveído dictado el 16 de agosto de 2006, se dispuso


apertura de la instrucción y se ordenó vincular mediante indagatoria al
coronel retirado EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO. Idéntica decisión se
adoptó en resolución de 18 de febrero de 2008, contra el mayor general (r)
IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, el sargento mayor (r) GUSTAVO ARÉVALO
MORENO, el teniente coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ y el coronel
(r) RAFAEL ÁNGEL MARTÍNEZ GABRIEL.

Allí mismo se resolvió la situación jurídica de los procesados imponiendo


medida de aseguramiento de detención preventiva contra todos ellos, con
excepción del coronel MARTÍNEZ GABRIEL.

3.4.- Dispuesto el cierre de la investigación, el 20 de enero de 2009 se


calificó el mérito sumarial con resolución de acusación en contra de IVÁN
RAMÍREZ QUINTERO, FERNANDO BLANCO GÓMEZ y GUSTAVO
ARÉVALO MORENO, como presuntos coautores del delito de desaparición
forzada agravada (art. 165 y 166.1 de la Ley 599 de 2000) y al primero de
ellos por secuestro agravado (art. 269 y 270.1 del Decreto Ley 100 de
1980), decisión que fue confirmada por la Vicefiscalía General de la Nación
en proveído de 16 de julio de 2009, únicamente con respecto al delito de
desaparición forzada.

3.5.- En firme la resolución de acusación, y tras resolverse el conflicto de


competencias suscitado por el Juzgado 51 Penal del Circuito de Bogotá, la
etapa de juicio correspondió por reparto a este último el cual avocó
conocimiento de la causa y, una vez vencido el término previsto en el
artículo 400 C.P.P. y agotada la audiencia preparatoria, procedió a evacuar
la vista pública en 45 sesiones para, finalmente, proferir la sentencia que
es objeto de estudio.

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3.6.- Correspondió a la sala el estudio de la decisión; no obstante,


mediante auto del 25 de mayo de 2012 la sala declaró su falta de
competencia para conocer sobre la apelación, en relación exclusiva con el
procesado IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, en relación a que, por su cargo
militar, tenía fuero militar. En providencia del 14 de junio de 2012, tras
considerar que, con independencia de la persona individualmente
considerada, es el cargo o las funciones discernidas los factores que
determinan la aplicación del fuero y la designación de la autoridad
competente para conocer del asunto, la Sala de Casación Penal de la H.
Corte Suprema de Justicia declaró que la competencia para conocer del
proceso que se adelanta contra el señor Mayor General en retiro IVÁN
RAMÍREZ QUINTERO radica, en segunda instancia, en el Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá.

3.7.- En decisión del 27 de enero de 2022, notificada el 12 de febrero de


esa anualidad, la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la
Jurisdicción Especial de Paz resolvió:

“PRIMERO.- POR COMPETENCIA PREFERENTE Y PREVALENTE, ACEPTAR EL


SOMETIMIENTO A LA JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ de los oficiales y
suboficiales retirados MG (R) Iván Ramírez Quintero, … SM (R) Gustavo Arévalo
Moreno …, en calidad de agentes del Estado de la Fuerza Pública, exclusivamente
por los hechos acontecidos los días 6 y 7 de noviembre de 1985 en el Palacio de
Justicia de Bogotá, procesados en el radicado 2009-00352 …en atención a lo
dispuesto en la parte motiva de esta decisión. ”.

3.8.- Mediante correo allegado el 15 de febrero de 2022, víctimas


reconocidas como parte civil dentro del presente asunto presentaron
recusación, sobre la cual el entonces Magistrado ponente, Dr. Hermens
Darío Lara Acuña, se pronunció en auto del 17 de febrero; los restantes
magistrados de la sala, en decisión del 3 de mayo de 2022 declararon
infundada la recusación y ordenaron el regreso del expediente al ponente.

3.9.- El 19 de junio de 2022 se informó de auto TP-SA de 2020 de la


Sección de Apelación del Tribunal para la Paz de la JEP en el que se revocó
“el numeral segundo de la parte resolutiva de la Resolución 7798 del 16 de

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diciembre de 2019 proferida por la Subsala Dual Trece de la Sala de


Definición de Situaciones Jurídicas, el cual requirió al señor RAMÍREZ
QUINTERO para que presentara un compromiso claro, concreto y
programado” para, en su lugar “requerir al interesado para que amplíe y
profundice su aporte a la verdad plena ante la Sala de Definición de
Situaciones Jurídicas, conforme con los criterios expuestos en esta
providencia”.

3.10.- El 17 de agosto de 2022 se comunica auto del 3 de agosto de 2022


en el que la Sección de Apelaciones del Tribunal Para la Paz de la JEP
resolvió:

“REVOCAR la aceptación del sometimiento de los señores Iván RAMÍREZ


QUINTERO, Oscar William VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, Gustavo ARÉVALO MORENO y
Bernardo Alfonso GARZÓN GARZÓN, y las demás disposiciones contenidas en los
ordinales primero, segundo y décimo de la resolución 258 del 27 de enero de 2022,
proferida por un despacho de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, en
relación con la retoma militar del Palacio de Justicia en 1985. En su lugar, disponer
lo siguiente:

Primero. NO ACEPTAR EL SOMETIMIENTO, en las condiciones actuales, en la JEP


del señor Iván RAMÍREZ QUINTERO por los presuntos delitos cometidos con
ocasión de la retoma militar del Palacio de Justicia, acaecida el 6 y 7 de noviembre
de 1985, en particular el proceso penal por desaparición forzada agravada, bajo el
radicado 2009- 350, y la investigación penal por tortura agravada, bajo el radicado
13744, por sus sistemáticos incumplimientos de los requerimientos efectuados por
el Sistema Integral de Paz y por su reticencia a efectuar aportes significativos a la
verdad plena, tal como se fundamentó en la presente providencia. Esa decisión
implica el retorno inmediato del caso a la justicia penal ordinaria para que continúe
con el trámite célere y prioritario de los procesos adelantados en contra de
RAMÍREZ QUINTERO. Lo anterior sin perjuicio de que pueda ser convocado con
posterioridad por la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad como
máximo responsable, en el evento en que esa Sala priorice un macrocaso por los
hechos de la toma y retoma del Palacio de Justicia, o por otros hechos en los que
se encuentre relacionado el solicitante RAMÍREZ QUINTERO.

Segundo. CONDICIONAR la aceptación del sometimiento de los señores Oscar


William VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, Gustavo ARÉVALO MORENO y Bernardo Alfonso
GARZÓN GARZÓN, por los hechos relacionados con la retoma militar del Palacio de
Justicia, ocurrida el 6 y 7 de noviembre de 1985, a los aportes efectivos a la verdad
plena que realicen en una audiencia única de aporte efectivo a la verdad plena. Tal
condicionamiento involucra los procesos de desaparición forzada agravada que se
siguen en contra de Oscar William VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, bajo el radicado
11001310405120080071002, y en contra de Gustavo ARÉVALO MORENO, bajo el
radicado 2009-350; así como la investigación por tortura agravada en contra de
los señores VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, Gustavo ARÉVALO MORENO y Bernardo
Alfonso GARZÓN GARZÓN, adelantada por la Fiscalía con el radicado 13744.

Tercero. ORDENAR a la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, o la Subsala


que se conforme para tales efectos, la realización de una audiencia dialógica de

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aporte y construcción de la verdad con la participación de las víctimas acreditadas


en el trámite transicional y el Ministerio Público, en el marco del juicio de
prevalencia jurisdiccional, en la que los señores Oscar William VÁSQUEZ
RODRÍGUEZ, Gustavo ARÉVALO MORENO y Bernardo Alfonso GARZÓN GARZÓN
deberán realizar aportes relevantes a la verdad plena sobre los hechos
relacionados con la retoma militar del Palacio de Justicia, ocurrida el 6 y 7 de
noviembre de 1985, conforme con lo instruido en la presente providencia. Al cabo
de la diligencia, la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas o la Subsala deberá
evaluar si los aportes efectuados por los comparecientes son significativos, serios
y contrastables para continuar el trámite transicional y satisfacer los derechos de
las víctimas o, por el contrario, excluir definitivamente de la JEP a los
comparecientes y ordenar la devolución de sus respectivos procesos a la
jurisdicción penal ordinaria para su trámite prioritario.

Segundo. - CONFIRMAR en todo lo demás la resolución 258 del 27 de enero de


2022.”

En la parte motiva de dicha decisión se advirtió que:

“56. Esta interpretación holística de la disposición estatutaria es aplicable al caso


del señor RAMÍREZ QUINTERO, en la medida en que se trata de un compareciente
obligatorio a la JEP cuyo sometimiento no ha sido aceptado, y se encuentra incurso
en un proceso penal por desaparición forzada y una investigación por tortura,
ambos relacionados con los hechos del Palacio de Justicia conexos al conflicto
armado colombiano. Por consiguiente, el retorno de esos casos a la justicia penal
ordinaria obliga a la Fiscalía que adelanta la investigación por tortura a imprimirle
celeridad a la indagación para definir la responsabilidad del procesado, y a la Sala
Penal del Tribunal Superior de Bogotá, que conoce la apelación contra la absolución
por desaparición forzada, a resolver con prioridad el recurso pendiente. Las
autoridades penales ordinarias deberán proferir decisiones de fondo con la
eficacia, celeridad y prioridad exigidas por la Constitución y las leyes, en los
trámites penales que involucren al señor RAMÍREZ QUINTERO por los hechos del
Palacio de Justicia, a efectos de salvaguardar los derechos de las víctimas a la
verdad, la justicia, la reparación y la no repetición”.

De lo que colige la sala, que la competencia para resolver el asunto radica


en la jurisdicción ordinaria.

3.11. - De los impedimentos

El proceso fue recibido en el despacho del magistrado Hermanes Darío Lara


Acuña, por reparto el 14 de febrero de 2012.

El 13 de julio de 2015, algunos apoderados de la parte civil, presentaron


recusación en contra del magistrado Lara Acuña; el 15 de julio de esa
anualidad, el Dr. Hermens Darío Lara Acuña no aceptó la recusación;
decisión que fue confirmada el 23 de julio de 2015, por la Sala de decisión

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conformada por los Magistrados Orlando Muñoz Neira y Fernando Adolfo


Pareja Reinemer, quienes, mediante auto de esa fecha, declararon
infundada la recusación.

El 3 de mayo de 2022, la sala dual integrada por los Magistrados Manuel


Antonio Merchán Gutiérrez y John Jairo Ortiz Alzate, declaró infundada
la recusación promovida por los familiares de Carlos Augusto Rodríguez
Vera en contra del magistrado Lara Acuña, por la mora para resolver el
asunto.

El 17 de enero de 2024, el Magistrado Lara Acuña presentó, ante la Sala


de Decisión, ponencia de la sentencia de segunda instancia.

El 25 de enero, el Magistrado Manuel Antonio Merchán Gutiérrez declaró


su impedimento para conocer del asunto, el cual no fue aceptado por su
sala de decisión, pero finalmente fue aceptado por la Sala de Casación
Penal de la Corte Suprema de Justicia por auto AP 664-2024 del 14 de
febrero de 2024, notificado a estos despachos, el 28 de febrero, por lo cual
se reconformó la sala de decisión, con la Magistrada que sigue en turno
alfabético, esto es, con la Dra. Alexandra Ossa Sánchez.

El 29 de febrero de 2024, tanto la Doctora Alexandra Ossa Sánchez, como


el Dr. Hermens Darío Lara Acuña, se declararon impedidos para conocer
del presente asunto.

Así, por auto del 6 de marzo de 2024, luego de convocar a varios


magistrados para integrar Sala de Decisión, esa Sala declaró fundado el
impedimento presentado por la Dra. Alexandra Ossa Sánchez para
resolver el recurso de apelación, en atención a lo decidido por la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia en la providencia AP664-
2024 emitida el 14 de febrero de 2024, dentro del proceso con radicación
65627, por cuyo medio, se aceptó el impedimento que planteó en este
asunto, el otro integrante de la Sala, Doctor Manuel Antonio Merchán
Gutiérrez para conocer del referido recurso de apelación, por haber emitido
decisión en otro asunto que trata de los mismos hechos, en sala que

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también integró la Dra. Ossa Sánchez y se declaró infundado el


impedimento manifestado por el doctor Lara Acuña.

Las diligencias se remitieron a la Sala de Casación Penal de la Corte


Suprema el 7 de marzo de 2024, Corporación que en providencia emitida
el 24 de abril de 2024, de la que se tuvo conocimiento oficial el 10 de mayo
siguiente cuando fueron recibidas las diligencias en el despacho de la
magistrada ponente, se resolvió declarar fundado el impedimento
presentado por el Magistrado Hermens Darío Lara Acuña para resolver el
recurso de apelación contra de la sentencia de primera instancia emitida
dentro del proceso 110013104051 2009 00352 03 seguido en contra de
Iván Ramírez Quintero, Fernando Blanco Gómez y Gustavo Arévalo
Moreno.

El 31 de mayo de 2024, se radicó la ponencia y se reconformó nuevamente


la sala de decisión, con los magistrados Fernando Adolfo Pareja Reinemer
y Alberto Poveda Perdomo, quienes se declararon impedidos para conocer
el asunto, por las mismas razones expuestas por el Dr. Hermens Darío
Lara; conformándose la sala de decisión para resolver los impedimentos.

Por auto del 4 de junio de la corriente anualidad, en sala de decisión


conformada por quienes suscriben esta providencia, se aceptaron los
impedimentos planteados por los magistrados Pareja y Poveda,
reintegrándose la sala de decisión para resolver de fondo el recurso de
apelación.

4.- LA DECISIÓN APELADA

4.1.- Sobre la competencia.

Con base en reciente jurisprudencia constitucional y la postura del


Consejo Superior de la Judicatura en actuaciones similares, los
integrantes de las fuerzas armadas, activos o en uso de retiro, deben ser
separados de su fuero militar cuando la imputación versa sobre un grave

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atentado al derecho internacional de los derechos humanos (DIDH), razón


por la cual el juzgamiento del general (r) IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, el
coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ y el sargento (r) GUSTAVO
ARÉVALO MORENO, es de plena competencia de la justicia penal
ordinaria.

4.2.- Precisiones previas.

4.2.1.- En lo relacionado con la calificación jurídica provisional dada por


la fiscalía en la respectiva resolución de acusación, señaló que el delito de
desaparición forzada agravada en concurso transgrede el bien jurídico de
la libertad personal, el cual se encuentra ampliamente protegido por la
normatividad penal.

Agregó que el derecho internacional de los derechos humanos (DIDH) y el


derecho internacional humanitario (DIH), contienen una protección
estricta de los crímenes que afectan gravemente los derechos humanos e
integran el ordenamiento jurídico como parte del bloque de
constitucionalidad.

Destacó los estudios que se han realizado frente a la situación de violencia


que ha vivido el país para descartar el argumento de quienes niegan la
existencia de un conflicto armado en Colombia, con el propósito de evadir
la aplicación de los instrumentos internacionales.

Sobre el crimen de lesa humanidad efectuó un recuento de los


presupuestos requeridos por el sistema penal internacional, para concluir
que el tipo penal acusado a los señores RAMÍREZ QUINTERO, BLANCO
GÓMEZ y ARÉVALO MORENO se inscribe dentro de la categoría aludida,
toda vez que en él concurren todos los presupuestos que configuran esta
clase de transgresiones.

Frente a la presunta vulneración el principio de legalidad alegada por los


defensores, recordó que el reato en cuestión está catalogado como de
carácter permanente, de modo que su ejecución se prolongó, por lo menos,

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hasta la resolución de acusación, comoquiera que las víctimas aún están


desaparecidas y, precisó que, en todo caso, los instrumentos
internacionales que tipificaban tal comportamiento como conducta
delictiva se encontraban vigentes con anterioridad a la comisión del
injusto, por lo que no se está configurando ningún tipo de vulneración al
principio de irretroactividad de la ley penal.

Finalmente, reiteró el carácter imprescriptible de los crímenes de lesa


humanidad a la luz de la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los
Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad, adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, por lo que, respecto a la temporalidad,
consideró legítima la persecución por los hechos ocurridos en el año de
1985 dentro del presente asunto.

4.2.2.- Materialidad de la conducta.

En principio, se hicieron precisiones sobre el indicio, reconocido como un


medio de prueba por la ley que, junto con un análisis conjunto,
convergente, congruente y relacional con los demás medios incorporados
legalmente al proceso, puede conducir a una inferencia lógica sobre la
existencia de un hecho. Partiendo de lo anterior, identificó varios indicios
que permitirían inferir el comportamiento asumido por las fuerzas
militares durante la toma guerrillera del Palacio de Justicia. Tales hechos
indicadores los relacionó así:

a. Las prácticas contrainsurgentes previas.

Señaló la falladora que las prácticas contrainsurgentes ejecutadas por el


Ejército Nacional durante la década de 1980 tuvieron su origen en los
resultados obtenidos por la inteligencia militar, que, a través de distintos
mecanismos, incluyendo procedimientos ilegales, obtuvo información
concreta y pormenorizada sobre el actuar de los grupos alzados en armas.

Fundamentó esta afirmación en el documento denominado “Plan de


Operaciones de Inteligencia No. 002 contra el autodenominado M-19” de

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1980,1 el “Informe sobre la Operación Corinto” de enero de 1985,2 los


Resúmenes Semanales de Inteligencia (RESIN) dictados en las semanas
anteriores a la acción guerrillera,3 y el testimonio del militar ALVARO
HERNÁN VELANDIA HURTADO4.

Con relación a las actuaciones irregulares del ejército en su persecución


contra el M-19, ocurridas con anterioridad a la toma del Palacio de
Justicia, destacó los casos de OLGA LÓPEZ JARAMILLO y GUILLERMO
ANTONIO MARÍN MARTÍNEZ5,- así como los sucesos relacionados con
JOSÉ DEL CARMEN CUESTA NOVOA,6 GUSTAVO PETRO URREGO7 y
ANTONIO JOSÉ NAVARRO WOLF.8

b. Conocimiento sobre posible incursión en el Palacio de Justicia.

Afirmó la juez a quo que la fuerza pública tenía conocimiento sobre la


incursión armada que planeaba ejecutar el grupo alzado en armas contra
la máxima sede judicial, y que el Ejército facilitó y permitió la entrada del
grupo insurgente al recinto de las Cortes; conclusión que extrajo de un
documento calendado el 16 de octubre de 1985 en el cual se consignó el
plan que estaba elaborando el M-199. Ésta información secreta fue
retransmitida por el coronel ARGEMIRO CRUZ GARCÍA mediante
memorando No.2789/CG2 IM-252, emitido a la Jefatura del DINTE y, a su
vez, comunicada con Circular CK 40 de octubre de 1985 y el poligrama
No. 3890 emanados del DINTE y el Comando Operativo de la Policía
Nacional10.

A lo anterior agregó el diagrama denominado “Ciclo de Inteligencia Militar”


referido por el brigadier general (r) ÁLVARO HERNÁN VELANDIA

1
Folios 18-20 del cuaderno original de la instrucción No. 84. Anexos
2
Folio 62-71 del cuaderno original de la instrucción No 91. Anexos
3
Cuadernos de original de la instrucción No. 89, 89 A y 90. Anexos
4
Folios 144-145 del cuaderno original de instrucción No. 12.
5
Folios 45 y ss. del cuaderno original de la causa No. 4.
6
Folios 220 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 36.
7
Folios 237 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 12.
8
Folios 37 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 13.
9
Folio 56 del cuaderno original de la instrucción No. 76 A. Anexos
10
Ibídem, folio 57.

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HURTADO11, en el cual se detalla el manejo de la información secreta o de


inteligencia relacionada con la actividad del grupo armado M-19.

Conforme con ello, señaló que la guardia y seguridad del recinto judicial
fue retirada pocos días antes de ocurridos los hechos sin que hubiese
explicación clara al respecto, conclusión a la que arribó a partir de las
declaraciones ofrecidas por el secretario general del Consejo de Estado
DARIO ENRIQUE QUIÑONES PINILLA12, los magistrados Auxiliares MIRIO
MONCALEANO13 y MARTHA CLEMENCIA MENDOZA ARDILA,14 el
entonces presidente del Consejo de Estado CARLOS BETANCUR
JARAMILLO15 y la auxiliar HERMINDA NARVÁEZ DE TELLO.16

En ese sentido, se descartaron los alegatos de los miembros de las fuerzas


armadas quienes niegan cualquier conocimiento previo sobre la incursión
ideada por el M-19, pues en contraste con ello, algunos agentes han
señalado que se tenían rumores sobre ésta; aseveración que sustentó con
el dicho del coronel (r) EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO17 y del brigadier
general JOSÉ LUIS VARGAS VILLEGAS18, así como las afirmaciones
realizadas por la periodista JULIA ALBA NAVARRETE.19

c. Nunca existió ánimo de diálogo con los insurgentes.

A partir de los medios probatorios recaudados, la a quo afirmó que “la


intención del Ejecutivo y más aún la de los mandos castrenses, no era la búsqueda
de una salida pacífica y negociada a las pretensiones planteadas por el grupo
guerrillero, sino que por el contrario se impusieron las decisiones militares, a las
que el Gobierno se plegó”20. Bajo la misma premisa, se apartó de las
declaraciones ofrecidas por el presidente de la época quien afirmó que la
intención inicial del gobierno era la solución de la toma mediante el
diálogo.

11
Folio 120 del cuaderno original de la causa 4.
12
Folio 147 del cuaderno original de la instrucción No. 54 Anexos
13
Folio 124 y ss. cuaderno original IP 070 Anexo 4 Libro 4
14
Ibídem, folio 108-109
15
Folio 68 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 5.
16
Folio 176 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo 4, Libro 4 original de la Procuraduría folio 176 a 181.
17
Folio 36 del cuaderno original de la instrucción No. 30 Anexos.
18
Folio 19 del cuaderno original IP 070, Libro Anexo 22 de la investigación de la Procuraduría.
19
Folio 210 del cuaderno original de la instrucción No. 5.
20
Folio 201 del cuaderno original de la causa No. 11.

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Lo anterior de acuerdo con las atestaciones del coronel (r) LUIS ALFONSO
PLAZAS VEGA21, el entonces coronel LUIS ENRIQUE CARVAJAL NÚÑEZ22,
el ex mandatario BELISARIO BETANCUR CUARTAS23 y los señores
HÉCTOR DARÍO CORREA TAMAYO24 y JUAN GUILLERMO RÍOS25, así
como la conversación interceptada por el radioaficionado PABLO
MONTAÑA, entre los agentes ARCANO 5 (LUIS CARLOS SADOVNIK
SÁNCHEZ) y ARCANO 6 (JESÚS ARMANDO ARIAS CABRALES), la cual
evidencia cómo la intención del Ejército Nacional era mantener el combate
armado y negarse a cualquier proceso de diálogo o negociación con el
grupo guerrillero.

A la tesis anterior añadió que, si bien es cierto, la responsable de la toma


del Palacio de Justicia ocurrida los días 6 y 7 de noviembre de 1985 fue
una fracción del M-19, también lo es que la reacción desmedida de la
fuerza pública, mediante la utilización excesiva de armamento es también
reprochable; situación que fue narrada por los cabos ORLANDO PLATA
PRADA26 y ORLANDO ARDILA URBANO.27

d. El tratamiento a los rescatados.

Concluyó la juez de primera instancia, que sin importar la fuerza o


comando que se encargó de la evacuación y liberación de los rehenes (DAS,
Policía, Ejército), la conducción definitiva de quienes eran catalogados
como “sospechosos” o “especiales” fue siempre controlada por el Ejército
Nacional y especialmente por sus organismos de inteligencia.

Recordó que fue el mismo general JESÚS ARMANDO ARIAS CABRALES,


quien explicó que la incursión de las fuerzas armadas al recinto del Palacio
de Justicia se produjo en conjunto con la Policía Nacional; eventualidad
que se ratifica con los dichos de HERNÁN LÓPEZ LÓPEZ28, WILSON

21
Folio 186 del cuaderno original de la instrucción No. 4.
22
Folios 64 a 65 del cuaderno original de la instrucción No. 8.
23
Folios 113 y 114 del cuaderno original de la instrucción No. 4.
24
Folios 57-58 del cuaderno original de la instrucción No. 49, Anexos.
25
Folio 79 del cuaderno original de la instrucción No. 4.
26
Folio 77 del cuaderno original de la instrucción No. 30 Anexos.
27
Ibídem, folios 81-82.
28
Folios 11 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 56, Anexos.

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APARICIO CHACÓN29 y ORLANDO ALDANA ÁVILA30; y en lo que respecta


al proceso de identificación e individualización de quienes eran rescatados
de la sede judicial, fue ejercido por el coronel (r) EDILBERTO SÁNCHEZ
RUBIANO dentro de las instalaciones de la Casa Museo del Florero, lugar
en donde se produjeron numerosas irregularidades por parte del personal
perteneciente al Ejército y la Policía Nacional, según fue narrado por la
señora MERCEDES AYALA LESMES, el redactor de Legis JULIO
ROBERTO CEPEDA TARAZONA31 y, especialmente, los estudiantes de la
Universidad Externado EDUARDO MARTSON OSPINO y YOLANDA
ERNESTINA SANTODOMINGO ALBERICCI32, quienes fueron sometidos a
torturas y vejámenes para, finalmente, ser liberados gracias a los nexos
políticos que tenía el primero de ellos.

El tratamiento irregular al que fueron sometidos los rescatados también


fue referido por ORLANDO ARRECHEA OCORO y ORLANDO QUIJANO;
por los conductores de los magistrados MANUEL JOSÉ CANTOR LEÓN33
y PEDRO ANTONIO NIETO VARGAS34; y por MARLIO QUINTERO
PASTRANA35, quien trabajaba como informante del Comando Operativo de
Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército (COICI) y estuvo encargado
de transportar a los estudiantes hasta su casa, luego de abandonar el
Batallón Charry Solano.

Para reforzar las presuntas ilicitudes cometidas por los servidores


públicos, se realizó un recuento de los homicidios de JOSÉ EDUARDO
MEDINA GARAVITO, CARLOS HORACIO URÁN ROJAS y LUIS OTERO
CIFUENTES, quienes, al parecer, fueron rescatados con vida y
posteriormente fueron hallados muertos dentro del inmueble, simulando
un deceso a causa del cruce de disparos.

e. Participación del DINTE en las irregularidades.

29
Ibídem, folios 15 y ss.
30
Ibídem, folios 36 y ss.
31
Folios 124 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 54, Anexos.
32
Folios 128 y ss. del cuaderno original de instrucción No. 5.
33
Folios 198 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 58, Anexos.
34
Folios 182 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 71, Anexos
35
Folios 206 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 32

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Delito: Desaparición forzada

El coronel (r) SÁNCHEZ RUBIANO afirmó que para el desarrollo de la


misión a él encomendada en el Museo Casa del 20 de Julio recibió
colaboración del personal de la Dirección de Inteligencia del Ejército
(DINTE), encargada de recibir las entrevistas a quienes abandonaban el
recinto judicial, con miras a obtener información que permitiera su
identificación. Está demostrada la participación de dicha unidad en el
proceso de identificación e individualización de los rescatados; trámite en
el cual se produjeron los excesos e irregularidades por parte de miembros
de la Policía y el Ejército Nacional.

Lo anterior se soporta con la declaración del coronel (r) LUIS ENRIQUE


CARVAJAL NÚÑEZ,36 testigo que describió la coordinación entre el
entonces coronel SÁNCHEZ RUBIANO y el acompañamiento del B-2, del
cual era el comandante, para efectuar las entrevistas a los rehenes
liberados.

Las acciones delictivas de los agentes del Ejército en su labor de


persecución y combate al grupo guerrillero no se limitaron a lo ocurrido
en el Palacio de Justicia, sino que, por el contrario, se prolongaron en el
tiempo, particularmente en la retención y tortura de JOSÉ VICENTE
RUBIANO GALVIS37.

4.2.3.- Casos concretos.

Señaló la juez de primera instancia que existía prueba suficiente sobre la


presanidad, presencia al interior del Palacio de Justicia y posterior
evacuación de los empleados del restaurante de la judicatura CARLOS
AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, CRISTINA DEL PILAR GUARÍN CORTÉS,
BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ, HÉCTOR JAIME BELTRÁN, DAVID
SUSPES CELIS, GLORIA ESTELA LIZARAZO y LUZ MARY PORTELA
LEÓN, así como de las visitantes ocasionales NORMA CONSTANZA
ESGUERRA, LUCY AMPARO OVIEDO BONILLA y GLORIA ANZOLA DE
LANAO y de una de las guerrilleras participantes en el asalto armado,

36
Folios 64-65 del cuaderno original de instrucción No. 8.
37
Folios 139 y ss. del cuaderno original de instrucción No. 15.

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IRMA FRANCO PINEDA; e, igualmente, se encuentra acreditado que los


prenombrados permanecen desaparecidos hasta el día de hoy, pues sus
cuerpos no fueron encontrados en la edificación ni aparecen en los
registros del Instituto Nacional de Medicina Legal.

De acuerdo con los testimonios de quienes fueron rescatados con vida y el


análisis genético realizado por la Universidad Nacional a los cuerpos
hallados dentro del recinto, debe concluirse que las precitadas víctimas no
murieron al interior del edificio ni tampoco en el 4° piso de la edificación,
nivel del que fueron conducidos la mayoría de cadáveres calcinados.

En relación con cada una de las personas que se dicen desaparecidas, la


sentencia de primera instancia sostuvo lo siguiente:

4.2.3.1.- Desaparición de CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA.

La presencia de CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA dentro del Palacio


de Justicia, en calidad de administrador del restaurante, quedó
demostrada con las atestaciones de su progenitor ENRIQUE ALONSO
RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ38 y su cónyuge CECILIA SATURIA CABRERA
GUERRA39, quienes afirmaron que la víctima se encontraba dentro del
complejo judicial al momento de ocurrida la toma.

Situación que fue confirmada con las afirmaciones de WILLINGTON IVÁN


PUERTA CASTRO40 y la auxiliar de servicios generales MARÍA DEL
CARMEN CASTRO DE PATIÑO41, quienes señalaron haberlo visto dentro
de las instalaciones minutos antes de ocurrida la toma.

De otro lado, la salida con vida del Palacio de Justicia del señor
RODRÍGUEZ VERA se encuentra demostrada con i) los reconocimientos
en video por MARÍA DEL CARMEN CASTRO DE PATIÑO, ENRIQUE
ALONSO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, CÉSAR ENRIQUE RODRÍGUEZ

38
Folios 148-151 del cuaderno original de instrucción No. 1.
39
CD. Folios 39 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 5, de pruebas trasladadas en la etapa del juicio.
40
Ibídem, folios 19 y ss.
41
Ibídem, folios 24 y ss.

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VERA (hermano), CECILIA SATURIA CABRERA y RENÉ GUARÍN CORTÉS;


ii) el documento aportado por el ex agente del DAS RICARDO GÁMEZ
MAZUERA en el mes de agosto de 1989 con destino a la Procuraduría
General de la Nación42, en el que informaba haber sido testigo de la
retención y tortura de la que fue víctima el administrador de la cafetería a
manos de los militares, así como de su muerte; narración que fue
ratificada el 9 de diciembre de 2006 en diligencia realizada en la ciudad de
Bruselas (Bélgica)43; y iii) los testimonios de CARLOS ARIEL SERRANO
SÁNCHEZ y CÉSAR SÁNCHEZ CUESTAS.

4.2.3.2.- Desaparición de CRISTINA DEL PILAR GUARÍN CORTÉS.

Su presencia y presanidad dentro del Palacio de Justicia se extrae de los


testimonios de su padre y hermano JOSÉ MARÍA GUARÍN ORTIZ44 y RENÉ
GUARÍN45, y de la señora ELSA MARÍA OSORIO46, quienes, igualmente,
junto a CECILIA CABRERA GUERRA y MARIA INÉS MUÑOZ DE GUARÍN,
la reconocieron en video como una de las personas que salieron con vida
del Palacio de Justicia47.

4.2.3.3.- Desaparición de BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ.

Su estadía en el complejo judicial al momento de la toma se demostró con


la versión entregada por sus progenitores MARÍA DE JESÚS HERNÁNDEZ
DE BELTRÁN48 y BERNARDO BELTRÁN MONROY49, al igual que lo dicho
por su hermana SANDRA BELTRÁN50, quienes dieron cuenta de la
actividad que como mesero desempeñaba la víctima en el restaurante que
funcionaba al interior del Palacio de Justicia el día de la toma; versiones
que igualmente dan cuenta de su salida con vida de dicho lugar, en tanto
fueron contestes en afirmar que el señor EDUARDO IGNACIO MELÉNDEZ

42
Folios 109 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 1.
43
Caja No. 2, ítem 22, DVD “Entrevista a Ricardo Gámez Mazuera en Bruselas”
44
Folios 105 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción, Anexo 6 A.
45
Folios 22 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 6.
46
Folios 153 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 1.
47
Folios 48 y ss. del cuaderno original de la instrucción 20; folios 239 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo No. 5.
48
Folios 75-77 del cuaderno original IP-070, Libro No. 6.
49
Folios 155 y ss. del cuaderno original de instrucción No. 1.
50
Folios 204 y ss. del cuaderno original de instrucción No. 6.

19
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Y MIRANDA, empleado del Fondo Rotatorio del Ministerio de Justicia, les


señaló telefónicamente haber visto salir a BERNARDO de la edificación.

Dicha afirmación, aunque fue negada por el testigo MELÉNDEZ Y


MIRANDA51 bajo el argumento de que la angustia que rodeaba a los
familiares pudo “originar una apreciación diferente de unas palabras de estímulo
y esperanza”52, merece plena credibilidad, por cuanto las versiones que en
tal sentido ofrecieron los parientes del desaparecido se advierten serias,
coherentes y ceñidas a una información recibida en forma directa, y no
devenidas de una falsa evaluación.

Adicionalmente, la hermana del desaparecido53, RENÉ GUARÍN54 y


CECILIA SATURIA CABRERA GUERRA55 reconocieron a BERNARDO
BELTRÁN HERNÁNDEZ como uno de los sujetos rescatados con vida del
Palacio de Justicia y que aparece en los videos puestos a consideración.

4.2.3.4.- Desaparición de HÉCTOR JAIME BELTRÁN FUENTES.

En relación con la desaparición del empleado de la cafetería BELTRÁN


FUENTES, la a quo hizo un recuento de los testimonios rendidos por la
cónyuge MARÍA DEL PILAR NAVARRETE URREA,56 los padres CLARA
ISABEL FUENTES DE BELTRÁN57 y HÉCTOR JAIME BELTRÁN58 y el
hermano MARIO DAVID BELTRÁN FUENTES59.

4.2.3.5.- Desaparición de DAVID SUSPES CELIS.

Con las versiones dadas por MARÍA DEL CARMEN CELIS DE SUSPES60
(madre), LUZ DARY SAMPER BEDOYA61 (esposa) y MYRIAM SUSPES
CELIS62 (hermana), se encuentra comprobada la presencia de DAVID

51
Folios 276 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6
52
Folios 46 y ss. del cuaderno original IP 070 No. 2.
53
Folios 41 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 20.
54
Ibídem, folios 42 y ss.
55
Ibídem, folios 48 y ss.
56
Folios 49 y ss. del cuaderno original IP 070, Libro No. 6 de la investigación de la Procuraduría.
57
Folios 118 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 5.
58
Folios 158 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 1.
59
Folios 122 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 5.
60
Folios 160 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 1.
61
Folios 282 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
62
Folios 144 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 7.

20
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SUSPES CELIS en el Palacio de Justicia al momento de la ocupación por


parte del M-19, en donde se desempeñaba como chef del restaurante que
allí funcionaba; así como también su posterior salida del recinto judicial,
con el reconocimiento que del empleado de la cafetería realizó la testigo
CECILIA SATURIA CABRERA GUERRA durante las exhibiciones fílmicas
realizadas el 2 de agosto de 2006 y 16 de agosto de 200763.

4.2.3.6.- Desaparición de GLORIA ESTELA LIZARAZO.

Sobre su presanidad y ubicación en el Palacio de Justicia al momento de


la toma guerrillera, da cuenta el testimonio de la señora LIRA ROSA
STELLA LIZARAZO64 (madre de la desaparecida); mientras que en relación
con su salida con vida del mismo obran los reconocimientos fílmicos
realizados por su compañero sentimental LUIS CARLOS OSPINA ARIAS65
y la señora CECILIA SATURIA CABRERA66, así como la verificación
fotográfica realizada por el primero ante la fiscalía instructora, en la que
identificó a su cónyuge67.

4.2.3.7.- Desaparición de LUZ MARY PORTELA LEÓN.

En relación con esta ciudadana, se cuenta con los testimonios de su


progenitora ROSALBINA LEÓN,68 la señora CECILIA SATURIA
CABRERA69, JOSÉ ESTEBAN CÁRDENAS MARTÍNEZ70 y JUAN MANUEL
CÁRDENAS MARTÍNEZ71, de acuerdo con los cuales “es posible deducir que
en las fechas de estos acontecimientos la señora PORTELA LEÓN asistió a laborar
a la máxima edificación judicial, donde se encontraba cuando ocurrió el asalto
armado, sin que al día de hoy se sepa cuál fue su destino”.

4.2.3.8.- Desaparición de NORMA CONSTANZA ESGUERRA FORERO.

63
Folios 62-63 del cuaderno original de la instrucción No. 6.
64
Folios 183 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
65
Folios 70 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 25.
66
Folio 48 del cuaderno original de la instrucción No. 20.
67
Folios 78-79 del cuaderno original de la instrucción No. 25.
68
Folios 62 y ss. del cuaderno original IP 070, Libro No. 6.
69
Folio 296 del cuaderno original de la instrucción No. 5.
70
Folio 17 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
71
Ibídem, folios 21 y ss.

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A partir de los testimonios de RICARDO ESGUERRA REAGA72 y ELVIRA


FORERO DE ESGUERRA73, se deduce la presencia de la citada víctima en
la cafetería del recinto judicial, al producirse el asalto guerrillero. Lo cual,
sumado a que no fue hallado su cuerpo y hasta la fecha no se conoce su
paradero, permite concluir que fue desaparecida.

Frente a esto último, se descarta que el cadáver relacionado en el acta de


levantamiento No. 1171, en el que se consignó inicialmente que pertenecía
a una mujer, corresponda al de NORMA CONSTANZA ESGUERRA, por
cuanto de acuerdo con el testimonio de CIRIA MERCY MÉNDEZ DE
TRUJILLO74 y la corrección efectuada por el funcionario de Medicina Legal
GERARDO ENRIQUE DUQUE MONTOYA75, quedó demostrado que dicho
cuerpo era del magistrado PEDRO ELIAS SERRANO ABADÍA y no de la
primera.

4.2.3.9. Desaparición de GLORIA ANZOLA DE LANAO.

Da cuenta de la presencia de la víctima en el lugar de los hechos para el


momento de la incursión guerrillera, el testimonio rendido por su esposo
FRANCISCO JOSÉ LANAO AYARZA76 y el hallazgo del vehículo de la
desaparecida en el sótano del complejo judicial.

En cuanto a su desaparición obran los testimonios del citado cónyuge y la


señora MARÍA CONSUELO ANZOLA MORA77 en relación con las labores
infructuosas encaminadas para encontrar a la víctima, así como las
declaraciones de ROSALÍA ESPERANZA ANZOLA MORA78 y JORGE
ELIECER FRANCO PINEDA quienes informaron acerca de las llamadas
anónimas e información de terceros que reportaban la tortura y
desaparición de GLORIA ANZOLA por parte de miembros de la fuerza
pública.

72
Folios 241 y ss del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
73
Ibídem, folios 271 y ss.
74
Folios 186-189 del cuaderno original IP 070, Libro Anexo 10.
75
Folio 109 del cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa de juico No. 3.
76
Folios 50 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7; folios 78 y ss. del cuaderno original de la instrucción
No. 32.
77
Folios 105 y ss. del cuaderno original de la instrucción 32.
78
Folios 69 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No.7.

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4.2.3.10.- Desaparición de LUCY AMPARO OVIEDO BONILLA.

Su presencia al interior de la edificación cuando se produjo el asalto


subversivo se encuentra probada con lo vertido por el entonces magistrado
de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia RAUL TRUJILLO
CORTÉS79, así como de ANA MARÍA BONILLA DE OVIEDO80 y RAFAEL
MARÍA OVIEDO ACEVEDO (padres), quienes ubican a la desaparecida en
el citado lugar buscando una opción laboral.

En cuanto a su desaparición se cuenta con el relató de su progenitor


RAFAEL MARÍA OVIEDO ACEVEDO81, quien señaló que el día de los
acontecimientos logró comunicarse telefónicamente con la Casa del
Florero para indagar sobre su hija y allí le informaron que había sido
rescatada y que se encontraba bien; sin embargo, no supo más de ella.
Igualmente, acerca del traslado de la víctima a la Casa del Florero y a la
Brigada de Usaquén, obran los dichos de DAMARIS OVIEDO BONILLA82,
ARMIDA EUFEMIA OVIEDO BONILLA83, JAIRO ARIAS MÉNDEZ84 y
RODRIGO ALBA PULIDO85.

4.2.3.11.- Desaparición de IRMA FRANCO PINEDA.

Con los testimonios de ELIZABETH FRANCO PINEDA,86 JORGE ELIECER


FRANCO87, el Magistrado DARÍO ENRIQUE QUIÑÓNEZ PINILLA88 y las
señoras LEONOR MARIELA ÁVILA ROLDÁN89 y MARIA NELFY DÍAZ DE
VALENCIA se encuentra demostrado que IRMA FRANCO PINEDA era
miembro del M-19 y bajo tal calidad participó en la toma al Palacio de
Justicia el 6 de noviembre de 1985, siendo identificada por la mayoría de
los testigos como la subversiva que trasladó a varios rehenes al baño que
quedaba ubicado entre el tercer y cuarto piso de la edificación,

79
Folios 194 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
80
Folios 186 y ss. del cuaderno original 7 de anexos de la instrucción.
81
Folios 253 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
82
Ibídem. folios 266 y ss.
83
Folios 6 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 38.
84
Folio 259 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
85
Folios 63 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
86
Folios 6 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 6.
87
Ibídem, folios 85 y ss.
88
Folios 122 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 49.
89
Folios 189 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 58.

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Delito: Desaparición forzada

custodiándolos y colaborando con los demás insurgentes en el suministro


de agua y medicamentos.

Con relación a su desalojo con vida del recinto judicial, quedó acreditado
con los testimonios de BETTY QUINTERO GONZÁLEZ90, CARMEN ELISA
MORA NIETO91, HÉCTOR DARÍO CORREA TAMAYO92, MAGALIS MARÍA
ARÉVALO MEJÍA93, LUIS FRANCISCO CAMARGO GONZÁLEZ94 y el
soldado EDGAR ALFONSO MORENO FIGUEROA quienes afirmaron
haberla visto con vida en el segundo piso de la Casa Museo del Florero.

Respecto a su posterior desaparición, se cuenta con las afirmaciones de


los hermanos ELIZABETH y JORGE ELIECER FRANCO PINEDA, acerca
de las llamadas anónimas en las que les hacían saber sobre la presencia
de la víctima en instalaciones militares donde estaba siendo torturada, así
como la versión de los vigilantes de la Casa Museo 20 de Julio FRANCISCO
CÉSAR DE LA CRUZ LARA95 y PEDRO LEÓN ACOSTA PALACIO96, del
sargento del Ejército Nacional BERNARDO ALFONSO GARZÓN97 y las
grabaciones militares captadas por el radioaficionado PABLO MONTAÑA.

4.2.4.- Responsabilidad de los procesados.

Para analizar la presunta responsabilidad penal de los acusados IVÁN


RAMÍREZ QUINTERO, FERNANDO BLANCO GÓMEZ y GUSTAVO
ARÉVALO MORENO en la desaparición de las once personas atrás
enlistadas, la a quo se refirió a la existencia, estructura y jerarquía del
Comando Operativo de Inteligencia y Contrainteligencia (COICI), así como
el rol y el grado de mando que ejercían los procesados en el mismo, para
más adelante determinar la participación de ese órgano militar en las
labores desarrolladas con ocasión de la recuperación del Palacio de
Justicia luego de la toma perpetrada por el M-19 y las específicas
actividades ejecutadas por los procesados.

90
Folios 284 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 66.
91
Folios 251 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 71.
92
Folios 79 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 66.
93
Folios 60 y ss. del cuaderno original IP 070, No.1.
94
Folios 133 y ss. del cuaderno original anexo de la Instrucción No.44.
95
Folios 159 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 66.
96
Folios 156 y ss. del cuaderno original IP 070, anexo No. 11.
97
Folios 127 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 1.

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i) De la estructura militar.

Partió de la disposición No. 002 de 24 de enero de 1985, expedida por el


Comando del Ejército Nacional, con la cual se crearon la Dirección de
Inteligencia del Ejército (DINTE), el Comando Operativo de Inteligencia y
Contrainteligencia (COICI) y el Batallón-Escuela de Inteligencia y
Contrainteligencia Brigadier General Ricardo Charry Solano (BICCHS).

Aclaró que las funciones del COICI consistían en producir inteligencia


desarrollando operaciones para el Ejército y en apoyo a otras fuerzas, y se
estructuraría como tropa del Ejército, mientras que el Batallón Escuela
Charry Solano tendría la misión de realizar cursos de especialización en
inteligencia y contrainteligencia para oficiales y suboficiales del Ejército.

Tras examinar los documentos aportados por distintos declarantes, la juez


a quo concluyó que el COICI era una compañía fundamental para el
trabajo de inteligencia y contrainteligencia del Ejército Nacional, para lo
cual contaba con gran autonomía e independencia funcional, lo que
permitía a su comandante, el implicado IVÁN RAMÍREZ QUINTERO,
mantener constante coordinación con otros comandos como la
Decimotercera Brigada.

ii) Participación del DINTE y COICI en los hechos.

La presencia de personal adscrito al DINTE fue colegida por el juzgado de


primera instancia a partir de la comunicación interceptada entre Arcano
5 (coronel LUIS CARLOS SADOVNICK) y Arcano 2 (coronel EDILBERTO
SÁNCHEZ RUBIANO) en donde el primero anunciaba al segundo el apoyo
de personal de inteligencia para la identificación de los rescatados. Lo
anterior, de acuerdo con la postura del despacho, encuentra soporte
adicional en la declaración del coronel (r) EDILBERTO
SÁNCHEZ RUBIANO,98 quien asegura haber recibido apoyo de integrantes
de la aludida dependencia militar.

98
Folio 186 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 33.

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Delito: Desaparición forzada

En cuanto al COICI, subrayó que fue el mismo superior IVÁN RAMÍREZ


QUINTERO quien ordenó el traslado de miembros del escuadrón para
apoyar las acciones que se ejecutaban en el Palacio, entre quienes se
encuentra el entonces mayor FERNANDO BLANCO GÓMEZ, Jefe del
Estado Mayor y Segundo Comandante, y los otrora capitanes RAFAEL
ÁNGEL MARTÍNEZ GABRIEL y GUSTAVO CASTRO PEÑA, así como el
analista del Blanco M-19 GUSTAVO ARÉVALO MORENO y el fotógrafo
RUBÉN DARÍO VELÁSQUEZ FRANCO, quienes se habrían ubicado en los
alrededores del edificio de la judicatura y en inmediaciones del Museo
Casa del Florero.

Retomó lo dicho por el coronel (r) LUIS ENRIQUE CARVAJAL NÚÑEZ, el


cual afirmó que la labor en el Museo del 20 de julio consistía en identificar
los posibles guerrilleros que se camuflaran entre el personal rescatado,
testimonio que complementa con lo dicho por el coronel (r) LUIS ALFONSO
PLAZAS VEGA, sobre la colaboración con inteligencia y contrainteligencia
prestada por personal especializado del E-2, COICI, F-2 y DAS.

iii) Participación de los acusados en la operación militar.

Con respecto a la participación de los procesados en las conductas


enrostradas, la juez de primera instancia recordó que el ente acusador, en
la resolución de acusación, resumió los indicios en contra de los
implicados así: 1) el conocimiento previo que el Ejército y la Policía tenían
sobre el asalto guerrillero; 2) la existencia de planes, reglamentos,
manuales y documentos que establecían las funciones de cada unidad
militar, lo que demuestra su actuación coordinada en la ejecución de las
actividades operativas y tácticas; 3) la negativa de los procesados por
admitir su participación en los hechos a pesar de estar plenamente
acreditada; 4) la situación vivida por los estudiantes YOLANDA
SANTODOMINGO y EDUARDO MATSON; 5) las afirmaciones hechas por
BERNARDO ALFONSO GARZÓN; y 6) la transcripción de los casetes
recuperados por la Procuraduría General de la Nación, en donde se

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informa que los desaparecidos fueron torturados por agentes del B-2 y
posteriormente asesinados por especialistas del Batallón Charry Solano.

Con relación al primer punto, señaló el despacho de primera instancia,


que se encuentra plenamente acreditado que los miembros del grupo de
inteligencia conocían los planes del grupo guerrillero M-19, e incluso
permitieron y facilitaron su entrada. En forma análoga, frente al segundo
asunto, reiteró que está demostrada la planeación y coordinación entre el
Ejército, la Policía y el DAS para responder al accionar guerrillero que se
desplegaba en el Palacio de Justicia.

Respecto a la participación de cada encausado, aclaró lo siguiente:

- IVÁN RAMÍREZ QUINTERO.

Ostentaba el grado de teniente coronel y se desempeñaba como


Comandante del COICI. Resaltó que el acusado, inicialmente, negó
cualquier intervención de su comando en la operación de recuperación del
Palacio de Justicia; afirmación que fue objeto de retractación en diligencia
posterior99 cuando se le puso de presente el acta de inspección judicial
practicada en 1987.

Sin embargo, a partir de los dichos jurados del general (r) JESÚS
ARMANDO ARIAS CABRALES, el coronel (r) RAFAEL ÁNGEL MARTÍNEZ
GABRIEL100, el entonces capitán GUSTAVO CASTRO PEÑA101, el sargento
viceprimero RUBÉN DARÍO VELÁSQUEZ FRANCO102, el ex militar
HUMBERTO MAYORCA PEÑA103 y el examen a la inspección a los libros
de comandante de guardia y oficial de servicio del Batallón Charry
Solano104, desestimó los argumentos del procesado RAMÍREZ QUINTERO,
así como el testimonio de RUBÉN DARÍO SANABRIA GUZMÁN, quienes

99
Folios 194 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 32.
100
Folios 233 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 35.
101
Folio 248 del cuaderno original de la instrucción No. 33.
102
Folios 261 y ss. del cuaderno original IP 070, No.1.
103
Folios 302 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 33.
104
Folios 146 y ss. del cuaderno original IP 070, anexos No. 5.

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calificaron la participación del COICI como simplemente accidental y


accesoria.

Por el contrario, concluyó que durante los días de marras, el acusado


ejecutó las acciones propias de su cargo como jefe de uno de los órganos
asesores de inteligencia más importantes del Comando del Ejército, de
modo que se presentó un significativo desplazamiento de expertos y
calificados analistas de inteligencia militar para atender la emergencia que
se estaba presentando, entre ellos, el teniente coronel (r) FERNANDO
BLANCO GÓMEZ.

- FERNANDO BLANCO GÓMEZ.

Ostentaba el grado de mayor del Arma de Artillería del Ejército Nacional,


y se desempeñaba como Jefe de Estado Mayor y Segundo Comandante del
Comando Operativo de Inteligencia y Contrainteligencia, lo cual acreditó
mediante los testimonios de IVÁN RAMÍREZ QUINTERO y GUSTAVO
CASTRO PEÑA, así como el formulario de calificación de servicio de
oficiales de 1985.105

Tras examinar las funciones que desempeñaba el acusado BLANCO


GÓMEZ en el cargo asignado, rechazó las declaraciones del coronel JUAN
DAVID BARRAGÁN ARANGO,106 quien manifestó que las funciones del
Segundo Comandante para el momento de los hechos eran de carácter
administrativo exclusivamente. En sentido contrario, el despacho de
primera instancia, insistió que el procesado ejercía funciones, más allá de
las meramente administrativas; afirmación que se ratifica con lo dicho por
el general (r) RAMÍREZ QUINTERO, lo cual explica por qué razón el ahora
encausado fue destacado para liderar un grupo de oficiales y suboficiales,
también especialistas en la materia, con miras a recolectar datos
relacionados con los acontecimientos que se estaban presentando en la
sede judicial.

105
Folios 190 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 103, Anexos.
106
Folios 50 y 51 del cuaderno original de la causa No.5.

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Delito: Desaparición forzada

Asimismo, acogió las consideraciones hechas por BLANCO GÓMEZ en


declaraciones dadas a la Procuraduría Regional de Cali en 1989, por medio
de las cuales detalló sus funciones y actividades en el registro e
identificación de las personas que eran trasladadas a la Casa del Florero,
así como su coordinación en dicha misión con el coronel (r) SÁNCHEZ
RUBIANO107. Concluyó su argumento indicando que el material probatorio
reseñado configura el indicio de presencia en el lugar de los hechos del
hoy teniente coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ.

- GUSTAVO ARÉVALO MORENO.

Frente al último de los acusados, reseñó que su presencia en la Casa del


Florero se demuestra con la versión de su superior IVÁN RAMÍREZ, así
como lo obrante en el libro de comandante de guardia del Batallón Charry
Solano.

Examinó el testimonio otorgado por el enjuiciado ante la Procuraduría en


1989 y contrastado con el ofrecido durante esta actuación penal, para
concluir que entre ambas existen graves divergencias e inconsistencias
que no se limitan a aspectos relativos a las actividades realizadas durante
esos días, sino que incluyen las circunstancias tiempo, modo y lugar en
que se ejecutaron.

Frente a la situación vivida por lo estudiantes YOLANDA SANTODOMINGO


y EDUARDO WATSON, luego de hacer un recuento de sus testimonios y
de quienes compartieron con ellos, como es el caso de JULIO ROBERTO
CEPEDA TARAZONA108 (editor de Legis), FRANCISCO CÉSAR DE LA CRUZ
LARA (celador de la Casa del Florero) y MAGALIS MARÍA ARÉVALO
MEJÍA,109 concluyó la juez a quo, que a los jóvenes se le otorgó un
tratamiento ilegal y atentatorio contra sus derechos y dignidad, que se
agrava por el hecho de haber sido trasladados a instalaciones militares -
sin orden judicial- para continuar con los interrogatorios ilícitos.

107
Folios 5 y ss. del cuaderno original de la instrucción 36.
108
Folios 123 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 54, Anexos
109
Folios 90 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 56, Anexos.

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Agregó que en tales actuaciones contra los estudiantes, fue patente la


participación de personal adscrito al COICI y al Batallón Charry Solano,
pues así lo narran las víctimas y otros testigos, particularmente MARLIO
QUINTERO PASTRANA y BERNARDO ALFONSO GARZÓN GARZÓN.

Asimismo, el despacho otorgó plena credibilidad al testimonio de


BERNARDO GARZÓN, pues, aunque aparece en el registro que se
encontraba en vacaciones, lo cierto es que todo militar activo debía
presentarse ante su comandancia en momento de grave alteración del
orden público; situación que también se presentó con el coronel (r)
ABELARDO GÓMEZ y el brigadier general (r) HERNANDO ZULUAGA.
Frente a su retractación, señaló que la misma carece de credibilidad,
habida cuenta que se originó en amenazas y presiones de que era víctima,
situación que fue confirmada en declaración de NOHORA CASTRO DE
RIAÑO110.

Resaltó el testimonio de PABLO ELÍAS GONZÁLEZ MONGUÍ111 quien


aseveró que toda la información sobre la muerte y desaparecimiento de
NIDIA ERIKA BAUTISTA, persona ajena a los hechos investigados, se logró
por la colaboración del testigo BERNARDO GARZÓN; credibilidad que es
ratificada por el periodista RAUL ARMANDO BENOIT SÁNCHEZ112

Por lo anterior, consideró ciertas y confiables las precisiones hechas por el


testigo frente a la participación del COICI en los acontecimientos
investigados.

Finalmente, frente a la versión del ex militar EDGAR VILLAMIZAR


ESPINAL, le restó toda credibilidad debido a las numerosas
contradicciones e inconsistencias en que incurrió.

En cuanto al documento de 9 de enero de 1986, denominado “Diligencia


de transcripción del contenido de un cassette relacionado con la toma del
palacio de Justicia recuperado por el doctor CARLOS ARTURO GUANA

110
Folios 23 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 25.
111
Folios 95 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 37.
112
Caja No. 5, ítem 137 de los elementos de prueba aportados por la Fiscalía 4° delegada.

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AGUIRRE asesor de la Procuraduría General de la Nación”,113 suscrito por


la jueza MIREYA GONZÁLEZ PRECIADO, indicó que no supera el examen
como medio probatorio, particularmente porque el medio magnético que
contenía la conversación se extravió del proceso al que fue aducido.

Por ello, si bien consideró que las denuncias inmersas en la transcripción


permiten inferir la participación del COICI y de los procesados en las
irregularidades evidenciadas, no es posible utilizarlo como fundamento
para proferir condena.

4.2.5.- De la participación de los procesados en las conductas punibles de


desaparición de esas once personas.

Luego de hacer el recuento y la valoración probatoria antes descrita,


señaló:

“En suma, una vez desbrozados cada uno de los elementos que a juicio de la
Fiscalía, son indicativos de la responsabilidad del general (r) IVÁN RAMÍREZ
QUINTERO, del coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ y del sargento (r)
GUSTAVO ARÉVALO MORENO, en la desaparición forzada de once personas, con
ocasión de los hechos ocurridos durante los días 6 y 7 de noviembre de 1985 en la
sede de las altas corporaciones judiciales, este Despacho confirma la hipótesis
inicialmente planteada, de que en el sub lite no es posible emitir un fallo
condenatorio en contra de los vinculados, como quiera que a su favor subsisten
dudas que impiden arribar a la certeza necesaria y suficiente para sostener los
cargos imputados en la Resolución Acusatoria, dada la imperativa aplicación del
principio universal del derecho conocido como In dubio pro reo”.

Encontró probados:

- el indicio de presencia por la ayuda prestada por el COICI en las


acciones;
- el indicio del móvil delictivo puesto que se conocía previamente la
probabilidad de un asalto armado;
- el indicio de oportunidad el cual se configuró gracias a la condición
especial que ostentaban los acusados;

113
Folios 33 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 88 A, Anexos.

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- el indicio de mentira o errada justificación en la medida que las


declaraciones de cada procesado han puesto de manifiesto múltiples
contradicciones; y
- el indicio del modus operandi, debido a otros eventos distintos al
juzgado en donde miembros de la inteligencia militar incurrieron en
múltiples violaciones al estatuto penal.

Aseguró el fallo que, si bien existen multiplicidad de hechos indicadores


de la responsabilidad de los acusados, ésta no puede predicarse
comoquiera que ninguna de las piezas probatorias que reposan en las
diligencias permite un señalamiento directo, preciso y concreto sobre la
autoría de IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, FERNANDO BLANCO GÓMEZ y
GUSTAVO ARÉVALO MORENO; circunstancia que impone la aplicación
del principio de presunción de inocencia e in dubio pro reo, emitiendo una
sentencia de carácter absolutorio.

5.- LA APELACIÓN

Inconforme con la decisión, tanto el representante de la fiscalía, como los


apoderados de la parte civil, interpusieron recurso de apelación.

5.1.- Argumentos de la Fiscalía General de la Nación.

El Fiscal 6º delegado ante la Corte Suprema de Justicia, en escrito


radicado el 25 de enero de 2012114, sustentó el recurso de apelación contra
el fallo absolutorio e identificó:

i. El material probatorio que acredita la materialidad de la


desaparición forzada en el caso de IRMA FRANCO PINEDA.

ii. Los elementos de convicción que demuestran la participación de


miembros del COICI en los hechos delictivos, y

iii. La responsabilidad de los acusados como miembros del comando


militar.

114
Folio 57 del cuaderno original de la causa No. 12.

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5.1.1.- Materialidad de la conducta.

5.1.1.1.- Destacó que la sentencia recurrida encontró demostrada la


desaparición forzada de IRMA FRANCO PINEDA y de otros presuntos
sobrevivientes, luego del asalto guerrillero al Palacio de Justicia, por lo
que, si el Comando Operativo de Inteligencia y Contrainteligencia (COICI)
se ocupó de adelantar distintas actividades para contrarrestar el accionar
delictivo de miembros del M-19, en los cuales era recurrente la utilización
de procedimientos ilícitos y contrarios a la dignidad humana, que se
efectuaban con base en el Plan de Operaciones de Inteligencia No. 002
contra el autodenominado M-19, y que se patentizan en los resúmenes
semanales de inteligencia (RESIN), en este caso no actuarían de manera
diferente.

De otro lado, mostró su acuerdo al caracterizar el accionar como una toma


anunciada, puesto que existen telegramas e información de inteligencia
que demuestra la intención de los rebeldes por atentar contra el recinto
judicial.

5.1.1.2.- Compartió lo dicho por la primera instancia en cuanto se


demostró la existencia de excesos y abusos ilícitos de la fuerza pública
durante los hechos acontecidos el 6 y 7 de noviembre de 1985,
especialmente durante los interrogatorios de EDUARDO MATSON
OSPINO, YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO y JULIO ROBERTO
TARAZONA CEPEDA, así como la tortura a que fue sometido JOSÉ
VICENTE RUBIANO GALVIS días después, o el traslado clandestino de
ORLANDO ARRECHEA Y ORLANDO QUIJANO a las instalaciones de la
Brigada XIII en una ambulancia de la Cruz Roja Colombiana.

Sumó a lo anterior las versiones ofrecidas por MARLIO QUINTERO


PASTRANA, así como el posible homicidio de JOSÉ EDUARDO MEDINA
GARAVITO, CARLOS HORACIO URÁN ROJAS y LUIS OTERO CIFUENTES,
deducido a partir de las declaraciones recaudadas y las conversaciones
radiales interceptadas.

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5.1.1.3.- Subrayó el estudio realizado por la decisión impugnada en cuanto


demostró la presanidad, presencia y posterior desaparecimiento de siete
empleados de la cafetería, tres visitantes ocasionales y especialmente la
guerrillera IRMA FRANCO PINEDA, siendo enfático en sostener que el
material probatorio existente demuestra, con plena certeza, que la
insurgente salió con vida del Palacio y en adelante su control dependió del
Ejército Nacional.

5.1.1.4.- Finalmente, para demostrar la existencia del punible de


desaparición forzada, acentuó la credibilidad dada al testimonio de
BERNARDO GARZÓN GARZÓN, pues se trataba de un agente encubierto
que participó en la retoma del Palacio y tuvo oportunidad de conocer
directamente las irregularidades que se estaban presentando. Del mismo
modo, restó valor a su retractación por darse en medio de presiones
indebidas.

5.1.2.- Participación del Comando de Inteligencia y Contrainteligencia.

5.1.2.1.- Con relación a la participación del COICI en las operaciones de


recuperación del Palacio de Justicia recordó que su presencia en la Casa
del Florero no fue fortuita, pues este comando tenía funciones específicas
en casos de grave alteración del orden público, según lo establece el
Manual de Inteligencia de Combate; motivo por el cual el director del
DINTE y el comandante del COICI, actuaron en conjunto con miembros
del B2 de la Brigada XIII, para prestar su colaboración en el registro e
identificación de los rehenes que eran conducidos a la Casa Museo del
Florero.

5.1.2.2.- Resaltó el análisis efectuado por la sentencia al restar


credibilidad a las declaraciones de IVÁN RAMÍREZ quien adujo no haber
participado en las acciones del 6 y 7 de noviembre, y el testimonio de
GUSTAVO ARÉVALO MORENO, por encontrarse numerosas
contradicciones entre su dicho rendido en 1989, y aquel ofrecido durante
la indagatoria. Agregó que las constancias existentes en el proceso

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demuestran que FERNANDO BLANCO GÓMEZ estuvo en las operaciones


y participó de ellas hasta la madrugada del 7 de noviembre.

5.1.2.3.- Al señalar que la toma estaba anunciada, indicó que esta


circunstancia no podía ser ajena a la más especializada organización de
inteligencia de la institución castrense, el COICI, de modo que se
presentan indicios de oportunidad y móvil para la desaparición de
FRANCO PINEDA.

5.1.3. Responsabilidad de los acusados.

Luego de manifestar su acuerdo con los argumentos de la sentencia


referidos a la materialidad de la conducta y la probable participación de
miembros del CIOCI, destacó su inconformidad frente a las conclusiones
respecto de la responsabilidad penal de los acusados, pues consideró que
los indicios de modus operandi, mala justificación y de presencia,
apreciados en conjunto con la prueba documental y testimonial, no
pueden ofrecer una conclusión distinta a la condena.

5.1.3.1. Cuestionó el fallo en cuanto otorgó plena credibilidad al testimonio


de BERNARDO GARZÓN GARZÓN para dar por acreditada la materialidad
de la conducta reprochable, pero, al tiempo, descartó que la misma fuera
suficiente para demostrar la participación de los integrantes del COICI y
la consecuente responsabilidad penal de IVÁN RAMÍREZ QUINTERO,
FERNANDO BLANCO GÓMEZ y GUSTAVO ARÉVALO MORENO. Resaltó
el testimonio de RAÚL ARMANDO BENOIT SÁNCHEZ como complemento
de lo dicho por GARZÓN GARZÓN e indicó que, acreditado ese hecho
indicador, era factible colegir la responsabilidad de los acusados.

5.1.3.2.- Afirmó que en el tratamiento e interrogatorio de IRMA FRANCO


PINEDA actuaron miembros del Ejército Nacional y de inteligencia, entre
los cuales se debe contar a GUSTAVO ARÉVALO MORENO, toda vez que
el mismo era experto en el grupo armado M-19.

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5.1.3.3.- Sostuvo que el interrogatorio a esta persona se constituyó en la


antesala de su desaparición forzada; evento en el cual medió una orden
superior, que sólo podía darla el entonces coronel IVÁN RAMÍREZ
QUINTERO, y su ejecución debía pasar por el segundo al mando, mayor
FERNANDO BLANCO GÓMEZ, cuya presencia en la Casa del Florero
estaba acreditada.

5.1.3.4.- Concluyó que el testimonio ofrecido por GARZÓN GARZÓN,


apreciado en conjunto con el manual de operaciones del COICI y demás
elementos de prueba, permitía inferir, con total certeza, que los acusados
son responsables, en calidad de coautores, por la desaparición forzada de
IRMA FRANCO PINEDA.115

Añadió que sería inconcebible que el sargento ARÉVALO MORENO, quien


era subordinado de los otros acusados, hubiera incurrido en las
actuaciones irregulares sin aprobación de éstos.

5.2.- Argumentos del apoderado de la parte civil, en representación de los


familiares del señor CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ (folios 35 al 56 del
cuaderno # 12 de la causa)

El apoderado de la parte civil, en relación con la desaparición de CARLOS


AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, presentó su inconformidad en los
siguientes términos:

5.2.1.- Materialidad de la conducta.

Realizó un recuento del material probatorio existente dentro de las


diligencias, para afirmar que los mismos son demostrativos de la
desaparición forzada de, al menos, CARLOS RODRÍGUEZ VERA,
CRISTINA DEL PILAR GUARÍN, IRMA FRANCO PINEDA, BERNARDO
BELTRÁN, GLORIA ESTELLA LISARAZO y DAVID SUSPES CELIS;
elementos que fueron resumidos así:

115
Folio 77 del cuaderno original de la causa No. 12.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

5.2.1.1.- Reconocimiento fílmico realizado por familiares, allegados y


amigos de los desaparecidos, sobre los videos tomados el 6 y 7 de
noviembre de 1985, en los cuales se observa a las personas que fueron
rescatadas con vida del recinto judicial y luego conducidos a la Casa
Museo del 20 de Julio o Casa del Museo del Florero.

5.2.1.2.- Declaración de BERNARDO GARZÓN GARZÓN, miembro del


COICI desde 1971, quien ostentaba la calidad de infiltrado en el grupo M-
19, en cuyo testimonio narra los vejámenes contra IRMA FRANCO así
como la valiosa información obtenida de ella a través de torturas y
maltratos.

5.2.1.3.- Alocución ante el Congreso de la República en 1990, presidida


por el entonces Ministro de Defensa General BOTERO, en donde reconoce
que algunos guerrilleros salieron con vida del Palacio de Justicia.

5.2.1.4.- Testimonio de EDGAR ALFONSO MORENO FIGUEROA, quien


prestaba el servicio militar bajo el mando del teniente coronel CELSO
SUÁREZ MARTÍNEZ, y quien estuvo a cargo de la custodia de IRMA
FRANCO PINEDA antes que fuese desaparecida por agentes del Ejército.

5.2.1.5.- Grabaciones del radioaficionado PABLO MONTAÑA,


particularmente la conversación acaecida entre ARCANO 5 (LUIS CARLOS
SADOVNIK) y ARCANO 2, en la cual se hace referencia a una insurgente
identificada y la probable orden de ARCANO 5 para que fuese
desaparecida.

5.2.2.- Autoría Mediata a través de aparatos organizados de poder.

Luego de transcribir los argumentos de la sentencia de primera instancia


emitida dentro del proceso adelantado en contra del General JESÚS
ARMANDO ARIAS CABRALES, sostuvo que de los “presupuestos fácticos y
jurídicos, se determina que los señores IVAN RAMIREZ QUINTERO, GUSTAVO
AREVALO y FERNANDO BLANCO GÓMEZ, son responsables penalmente en la

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Delito: Desaparición forzada

Desaparición Forzada, en tanto cumplen con los requisitos de responsabilidad del


superior jerárquico”116, a saber:

5.2.2.1.- La relación de subordinación entre los acusados y aquellos


subalternos que incurrieron en crímenes de lesa humanidad, los cuales
actuaron bajo el mando, autoridad y control efectivo de los procesados.

5.2.2.2.- El deber de conocimiento del superior, pues los enjuiciados,


obligatoriamente, tenían que conocer las conductas ilícitas que se estaban
cometiendo durante las operaciones militares.

5.2.2.3.- La obligación de actuar por parte del superior, comoquiera que


IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, GUSTAVO ARÉVALO y FERNANDO BLANCO
GÓMEZ estaban obligados a garantizar la vida de quienes hubiesen estado
relacionados con la toma guerrillera, deber constitucional que no
cumplieron.

5.2.3.- Responsabilidad de los procesados.

Solicitó revocar la decisión apelada y, en su lugar proferir sentencia


condenatoria en contra de GUSTAVO ARÉVALO MORENO y FERNANDO
BLANCO GÓMEZ en calidad de coautores, e IVÁN RAMÍREZ QUINTERO,
como autor mediato en aparatos organizados de poder, por la desaparición
de CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, CRISTINA DEL PILAR
GUARÍN, IRMA FRANCO PINEDA, GLORIA ANZOLA DE LANAO, NORMA
CONSTANZA ESGUERRA, BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ, HÉCTOR
JAIME BELTRÁN FUENTES, GLORIA ESTELA LIZARAZO, LUZ MARY
PORTELA LEÓN, DAVID SUSPES CELIS y LUCY AMPARO OVIEDO.117

5.3.- Restantes representantes de la parte civil (folio 132 a 174 cuaderno


12 de la causa)

116
Ibídem, folio 54.
117
Folio 56 del cuaderno original de la causa No. 12.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Los restantes apoderados de la parte civil, en relación con las demás


víctimas de la supuesta desaparición forzada, sustentaron el recurso de
apelación con fundamento en los presupuestos de la autoría mediata en
aparatos organizados de poder, contrastados con el material probatorio
obrante en el proceso, de acuerdo con lo cual, consideraron demostrado el
cumplimiento de cada una de las características de ese tipo de
participación, de acuerdo con el siguiente esquema:

1. Existencia de la estructura organizada de poder.


a. Estructura jerárquica y funciones de la inteligencia militar.
b. Actuación del COICI como aparato de poder.
c. Permanencia del aparato de inteligencia.

2. El poder de mando.
a. Frente a Iván Ramírez Quintero.
b. Frente a Fernando Blanco Gómez.
c. Frente a Gustavo Arévalo Moreno.

3. Desvinculación del aparato de poder con el ordenamiento jurídico.

4. Intercambiabilidad, sustituibilidad o fungibilidad de los ejecutores

5. Existencia de un acuerdo común general

6. Aporte relevante

5.3.1.- Existencia de la estructura organizada de poder.

Sostuvieron en el escrito de apelación que la coautoría mediata en


aparatos organizados de poder, exige la existencia de una estructura
jerárquica de carácter rígido, con la presencia de varios sujetos que tienen
un objetivo común, funcionamiento automático e idoneidad para la
realización de los ilícitos, presupuestos que se cumplen en su totalidad al
examinar la composición de las estructuras comandadas por los
procesados, las cuales se encuentran previstas en la disposición número
00002 de 24 de enero de 1985, mediante la cual el Estado Mayor creó la
Dirección de Inteligencia del Ejército (DINTE), y el Comando Operativo de
Inteligencia y Contrainteligencia (COICI) como uno de sus órganos
agregado al Batallón BG. Charry Solano.

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Delito: Desaparición forzada

5.3.1.1.- Recordaron que se configuró un plan de operaciones contra el M-


19 conducido por la Brigada de Institutos Militares en coordinación con el
Batallón de Inteligencia BG. Charry Solano, el cual dispuso unas fases
específicas de actividades contraguerrilla y logró un conocimiento
minucioso de los integrantes, movimientos y accionar del grupo
insurgente, situación que se encuentra acreditada por los informes de
operaciones de octubre y noviembre de 1985 y la indagatoria del coronel
PLAZAS VEGA.

A partir de lo anterior, concluyeron para el día 6 de noviembre de 1985,


los comandos de inteligencia del Ejército actuaban y mantenían una
estructura jerárquica rígida, organizada y con un funcionamiento
determinado por la reglamentación interna.

5.3.1.2.- Con relación a los hechos objeto de juzgamiento, señalaron que


los organismos de inteligencia estatal, especialmente el COICI y el B2 de
la Brigada, actuaron con fundamento en el Plan de Operaciones Especiales
de Inteligencia No. 00002 mencionado anteriormente, de modo que la
conducta desplegada por los miembros de estos escuadrones se
caracterizó por su pertenencia y obediencia a la estructura jerárquica del
ejército.

Reiteraron que el COICI elaboró planes de inteligencia contra el M-19


obteniendo importantes resultados, pues se conocía buena parte de sus
planes, discusiones internas, designación de encargados, entre otras, lo
que se evidencia en los Resúmenes Semanales de Inteligencia (RESIN) y
en el testimonio de BERNARDO GARZÓN GARZÓN, quien permaneció en
condición de infiltrado en altos niveles de dirección del grupo guerrillero.

Realizaron un recuento de varios informes de inteligencia para concluir


que el COICI tenía información privilegiada sobre el accionar del
autodenominado M-19, además de tener plenamente identificados e
individualizados a los dirigentes de la organización.

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De otra parte, insistieron en que, durante la toma del Palacio de Justicia,


existió una constante coordinación entre los miembros del COICI e
integrantes del B-2, conclusión que extrae de varios reportes semanales
de inteligencia, así como el manual de inteligencia y contrainteligencia.

Pidieron desestimar la declaración del general IVÁN RAMÍREZ, quien negó


la participación del COICI en los hechos del Palacio, toda vez que era el
comando de inteligencia, dirigido por el acusado, quien poseía mayor
información y conocimiento del grupo que perpetró la toma, así como de
sus dirigentes y modalidad delictiva.

5.3.1.3.- Señalaron que varios testimonios provenientes de personas


rescatadas del Palacio, indican que fueron conducidos a las instalaciones
del Cantón Norte o al Charry Solano, lo que demuestra la coordinación y
actuación en conjunto del B-2, dirigido en las operaciones por EDILBERTO
SÁNCHEZ RUBIANO, y el COICI, comandado por IVÁN RAMÍREZ y
FERNANDO BLANCO, junto a la participación directa de GUSTAVO
ARÉVALO.

5.3.1.4.- Como elemento adicional, indicaron que en el informe 004918 de


abril de 1986, elaborado por el Comando de la XIII Brigada, se da cuenta
de las actividades realizadas por miembros del COICI de conformidad con
el Plan de Operaciones y el Manual de Inteligencia, lo que demuestra la
permanencia del grupo organizado de poder aun después de incurrir en
los ilícitos del 6 y 7 de noviembre de 1985.

5.3.2.- El poder de mando.

En relación con la actuación de los procesados, sostuvieron que los


funcionarios implicados tenían un nivel jerárquico elevado en el aparato
de inteligencia, lo que les permitía aprovecharse del funcionamiento
interno en tanto tenían conocimiento e información privilegiada y
confidencial, así como poder de mando sobre los subalternos miembros
del COICI.

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Delito: Desaparición forzada

5.3.2.1.- IVÁN RAMÍREZ QUINTERO: Recordó que se desempeñó como


comandante del COICI del Charry Solano para el mes de noviembre de
1985, afirmación que sustenta en el informe de la comisión de la verdad y
las declaraciones del acusado durante su indagatoria en donde reconoció
haber enviado personal a la Casa del Florero.

Agregó que existen transcripciones de las órdenes radiales emitidas por


IVÁN RAMÍREZ QUINTERO en comunicación directa con ARCANO 5, es
decir LUIS CARLOS SADOVNIK, Jefe de Estado Mayor de la Brigada XIII.

Así mismo, se remitió al libro del comandante de guardia del Batallón


Charry Solano en donde se evidencia que varios miembros del COICI se
desplazaron a las zonas aledañas al Palacio de Nariño, Plaza de Bolívar y
Palacio de Justicia para coordinar las operaciones, y a las declaraciones
de FREDY BENAVIDES MANTILLA quien llevó los álbumes de fotografías,
supuestamente para identificar la organización al margen de la ley que se
encontraba en el Palacio.

Con base en lo anterior, aunado a otras declaraciones sobre la


participación del COICI en el operativo de retoma, solicitó descartar las
declaraciones de IVÁN RAMÍREZ quien negó rotundamente la actuación
del comando de inteligencia en coordinación con el B-2, para el registro e
identificación de las personas que salían del Palacio.

5.3.2.2.- FERNANDO BLANCO GÓMEZ: Era Jefe de Estado Mayor y


Segundo Comandante del COICI. Alegó que sus labores no se limitaron a
asuntos meramente administrativos, sino que sobrepasaron éstos.

Retomó la declaración dada por el procesado ante la Procuraduría Regional


de Cali el 14 de agosto 1989 y las actas de las minutas de guardia del
Batallón Charry Solano para concluir que BLANCO GÓMEZ participó
activamente en las operaciones del ejército, en coordinación con el Coronel
SÁNCHEZ RUBIANO del B-2, de modo que su trabajo el 6 y 7 de noviembre
no se limitó a la entrega y manejo de los álbumes fotográficos, sino que se
amplió a la identificación y tratamiento de quienes eran rescatados.

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Adicionalmente, de acuerdo con las anotaciones del libro del comandante


de guardia del COICI, indicó que FERNANDO BLANCO GÓMEZ coordinó
el despliegue de los agentes de inteligencia en los alrededores del Palacio
de Justicia, incluso algún personal que no se había reseñado a la salida
del Charry Solano.

5.3.2.3.- GUSTAVO ARÉVALO MORENO: Se desempeñaba como analista


del blanco M-19 en la sección de análisis del COICI, circunstancia que lo
convertía en experto con relación a las actividades, dirigentes e historia
del grupo guerrillero, razón por la cual es presumible que sus labores
durante los hechos objeto de estudio, se hayan centrado en la
identificación de los responsables.

Con base en la declaración ofrecida por el general IVÁN RAMÍREZ, señaló


que el procesado ARÉVALO MORENO, efectivamente, se desplazó hacia la
Casa del Florero por orden directa del primero, en donde aportó su
conocimiento detallado y privilegiado sobre la estructura de mandos y
probables operaciones del grupo M-19.

Finalmente, manifestó que el 12 de marzo de 2010, GUSTAVO ARÉVALO


fue cobijado con medida de aseguramiento como probable responsable del
secuestro, tortura y homicidio en la persona de GUILLERMO ANTONIO
MARÍN MARTÍNEZ, lo que marca un indicio grave sobre la forma en que
acostumbraba actuar el acusado.

5.3.3.- Desvinculación del aparato de poder con el ordenamiento jurídico.

Continuando con el estudio del aparato organizado de poder, subrayaron


que una de sus particularidades consistente en la desvinculación del
ordenamiento jurídico, no necesariamente exige su completa
desvinculación del Estado de Derecho. En el caso concreto, si bien los
organismos de inteligencia comportan una entidad lícita dentro del
aparato estatal, su desvinculación con el ordenamiento se produjo en el

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caso concreto de la retoma al Palacio, a través de las acciones desplegadas


para ese fin.

5.3.3.1.- Se sustentó en el Plan de Operaciones Especiales 002 contra el


M-19 y las fases allí previstas, para señalar que los organismos de
inteligencia como el Batallón B.G. Charry Solano, incurrían en graves
ilegalidades durante los procedimientos de capturas, interrogatorios y
allanamientos, presunta ilicitud que se ratifica con la transcripción del
casete aportado por CARLOS GUANA AGUIRRE, abogado asesor de la
procuraduría, en 1986.

5.3.3.2.- Centrándose en los hechos acontecidos el 6 y 7 de noviembre de


1985, inició por recordar el tratamiento como “especiales” dado a
YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO y EDUARDO MATSON OSPINA,
argumento que elaboró a partir de las declaraciones de las presuntas
víctimas, así como el dicho del brigadier general ÁLVARO HERNÁN
VELANDIA HURTADO.

5.3.3.3.- Pasando a otra de las presuntas víctimas, refirieron que la


guerrillera IRMA FRANCO PINEDA salió con vida del Palacio de Justica,
evento que sustentaron en las declaraciones de MAGALIS MARÍA
ARÉVALO, HÉCTOR DARÍO CORREA TAMAYO, EDGAR MORENO
FIGUEROA, DARÍO ENRIQUE QUIÑÓNEZ PINILLA, JOSÉ GABRIEL
SALÓM BELTRÁN y LEONOR MARIELA ÁVILA ROLDÁN, los cuales
refieren la participación de la afectada como miembro del M-19, así como
la autorización dada por ANDRÉS ALMARALES para su salida del recinto
judicial.

De otra parte, acudieron a los testimonios de PEDRO LEÓN ACOSTA,


FRANCISCO DE LA CRUZ LARA y BERNARDO GARZÓN GARZÓN, para
establecer que IRMA FRANCO PINEDA fue conducida, de manera
clandestina, en un Jeep Nissan de color azul hacia las instalaciones del
Charry Solano; actuar perpetrado por agentes del grupo de operaciones
especiales.

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Informaron que, en concordancia con lo dicho por los testigos aludidos, se


cuenta con un informe secreto denominado “información suministrada por
el sujeto especial S”, el cual señala algunas características del sujeto
especial que resultan concordantes con las características de IRMA
FRANCO PINEDA, especialmente su alias y su posición dentro de la
organización.

5.3.3.4.- El modus operandi de los organismos estatales de inteligencia,


ha sido reconocido en otros casos, particularmente, en los delitos
cometidos contra GUILLERMO ANTONIO MARÍN, JOSÉ DEL CARMEN
CUESTA NOVOA, GUSTAVO PETRO URREGO y ANTONIO JOSÉ
NAVARRO WOLF, eventos que acreditan la cotidianeidad del accionar
ilícito por parte de miembros del COICI.

5.3.4.- Intercambiabilidad, sustituibilidad o fungibilidad de los ejecutores.

Otro de los presupuestos para endilgar responsabilidad en calidad de


coautor mediato en aparatos organizados de poder, consiste en que los
ejecutores del hecho punible son intercambiables, sustituibles, pues la
orden del hombre de atrás será obedecida por cualquier agente que la
reciba.

En este punto destacaron las declaraciones de FREDY BENAVIDES,


MARLIO QUINTERO PASTRANA, HERNANDO FORERO CAMARGO y
MARIANO GUZMÁN, aunado a la minuta de Guardia del COICI, por la cual
se muestra la participación de por lo menos 13 miembros del comando en
las acciones del 6, 7 y 8 de noviembre de 1985, quienes obedecían las
órdenes impartidas por sus superiores.

Insistieron que la consumación del punible se obtiene por la emanación


de órdenes terminantes que se encuentran documentadas en el análisis
de comunicaciones impartidas y compartidas por quienes ejercían el
mando vertical sobre la tropa, entre ellos el general IVÁN RAMÍREZ
QUINTERO y el Jefe del Estado Mayor FERNANDO BLANCO, y que fueron

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Delito: Desaparición forzada

ejecutadas gracias a la información suministrada por GUSTAVO


ARÉVALO.

5.3.5.- Existencia de un acuerdo común general.

Indicaron que el accionar desplegado por los organismos de inteligencia


del Ejército Nacional, demuestran la coordinación entre los distintos
sujetos, de donde se puede extraer la existencia de un acuerdo común y
previo para la comisión de los delitos que se juzgan. Este acuerdo delictivo
se puede vislumbrar en el conocimiento previo sobre la posible toma
guerrillera, la respuesta coordinada frente a la acción del M-19, el acuerdo
frente al sitio en donde serían remitidos los detenidos y otros aspectos que
demuestran la presencia de un acuerdo común.

5.3.5.1.- Luego de citar los distintos radiogramas originados desde la


DINTE y el COICI, relativos a la probable incursión guerrillera en las
instalaciones del Palacio de Justicia, así como las previsiones contenidas
en el Plan de Defensa y Seguridad Interior Tricolor 83, el escrito de alzada
subrayaron que los agentes del ejército y la policía conocían de la
inminente toma guerrillera y por ello dispusieron mecanismos normativos
que les permitieran la concreción de los hechos punibles que se
presentaron durante la retoma.

5.3.5.2.- De otra parte, centrándose en las actuaciones el 6 y 7 de


noviembre, indicaron que las conversaciones interceptadas con
anterioridad al rescate de los primeros rehenes, particularmente aquellas
realizadas entre ARCANO 5 y ARCANO 2, demuestran que la potestad para
torturar a quienes fueran clasificados como sospechosos, estaba presente
incluso antes de haberse iniciado el rescate y clasificación de cada
sobreviviente.

Resaltaron que los especialistas de la Policía Nacional, luego de analizar


las conversaciones interceptadas a los agentes de inteligencia,
concluyeron que ARCANO CINCO (SADOVNIC), pudo haber ordenado a

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ARCANO DOS (SÁNCHEZ RUBIANO), mediante lenguaje simulado, que


procediera a desparecer por lo menos dos personas.

Acudieron a la evaluación de las operaciones llevadas a cabo por el Ejército


Nacional, en el cual se observa que la totalidad de acciones de la Policía
Nacional estuvieron bajo control y dirección de aquella institución, y
particularmente el DAS y F2, bajo la coordinación del B-2 y el COICI.

5.3.5.3.- Frente al destino de los detenidos, revelaron que estos dos


últimos organismos tenían previamente acordado su traslado al F2 con
fines de identificación, y más adelante su conducción al Cantón Norte o el
comando Charry Solano, conclusión a la que se arriba con base en las
declaraciones de EDUARDO MATSON y YOLANDA SANTODOMINGO, así
como la comunicación remitida al capitán OSCAR WILLIAM VÁSQUEZ
sobre información de la SIJIN relacionada con las pruebas practicadas a
los estudiantes del externado.

Finalmente, agregaron una serie de circunstancias adicionales que


demostraría el acuerdo previo entre los comandos del Ejército y la Policía
Nacional, como es la utilización de agentes encubiertos del COICI quienes
se identificaban como miembros de la ANET, o la utilización de comandos
conjuntos para el manejo de las instalaciones.

5.3.6.- Aporte relevante.

Como último punto, se hizo énfasis en la importancia del aporte por parte
de los acusados a las actividades delictuales investigadas, contribución
que sintetizó en los siguientes puntos: i) filtros de selección y
concentración, ii) control perimetral, iii) cordón de seguridad del Palacio a
la casa del Florero, iv) actuación en la Casa Museo del Florero y v) traslado
a diferentes guarniciones militares.

5.3.6.1.- De los distintos testimonios recaudados a quienes salieron con


vida de Palacio, indicaron que el trabajo en conjunto entre los organismos
de inteligencia permitió establecer un filtro dentro de las instalaciones

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judiciales para reseñar e identificar a quienes salían con vida, así como un
perímetro alrededor de la Plaza de Bolívar en el cual se realizaban labores
de inteligencia.

5.3.6.2.- En lo relacionado con el objeto de esta investigación,


manifestaron que el general ARIAS CABRALES ordenó que los
sobrevivientes fueran trasladados a la Casa del Florero en donde serían
identificados e individualizados, tarea que correspondió al B-2 en
coordinación con el COICI.

5.3.6.3.- Dijeron que la actividad dentro de la Casa del Florero incluía la


clasificación de los rehenes en sospechosos o especiales, quienes luego
eran interrogados dentro del mismo recinto y finalmente trasladados a las
instalaciones del F-2, del Cantón Norte y del Charry Solano, trámite
irregular en que habría participado FERNANDO BLANCO por orden directa
del general IVÁN RAMÍREZ QUINTERO y en colaboración con GUSTAVO
ARÉVALO MORENO, conclusión a la que arribaron a partir de los
testimonios de ORLANDO QUIJANO, MARLIO QUINTERO PASTRANA,
HERNANDO PASTRANA CORREA, JULIA NAVARRETE y JULIO ROBERTO
CEPEDA TARAZONA.

5.3.6.4.- Por último, refirieron a la inspección realizada en el archivo


central de Inteligencia Militar del Ejército en donde se encontró un
documento titulado “cine 2912 de 2008 ambulancias” que contenía
fotografías de algunas ambulancias utilizadas por los organismos de
inteligencia durante sus operaciones, las cuales, probablemente, habrían
sido encargadas de transportar a los sospechosos EDUARDO MATSON y
YOLANDA SANTODOMINGO, así como las personas desparecidas,
especialmente la guerrillera IRMA FRANCO PINEDA.

5.3.7.- Dada la anterior explicación y comoquiera que se demuestra la


existencia de un aparato organizado de poder responsable de la
desaparición forzada de CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ, CRISTINA DEL
PILAR GUARÍN, DAVID SUSPES, BERNARDO BELTRÁN, HÉCTOR JAIME
BELTRÁN, GLORIA STELLA LIZARAZO, LUZ MARY PORTELA, NORMA

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CONSTANZA ESGUERRA, LUCY AMPARO OVIEDO, GLORIA ANZOLA DE


LANAO e IRMA FRANCO PINEDA, y su control jerárquico por parte de los
acusados IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, FERNANDO BLANCO y GUSTAVO
ARÉVALO MORENO, solicitaron la revocatoria del fallo impugnado y en su
lugar declarar la responsabilidad penal de los enjuiciados.

6.- INTERVENCIÓN DE LOS NO RECURRENTES

6.1.- Defensa de FERNANDO BLANCO GÓMEZ.

El defensor del coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ, en calidad de no


recurrente, solicitó la confirmación del fallo impugnado. Sin perjuicio de
ello, hizo relación a algunas inconformidades con el planteamiento de
fondo ofrecido por la sentencia recurrida, las cuales se resumen de la
siguiente forma:

6.1.1.- Error en la calificación jurídica inicial

Su primera oposición radicó en el error de la fiscalía al calificar como


secuestro simple el delito investigado. Tras recordar los hechos que dieron
inicio a la investigación, destacó que, si en ellos se produjeron excesos por
algunos miembros de la Policía o el Ejército Nacional, habrían incurrido
en un delito propio como aquellos señalados en los artículos 272 y 273 del
Código de 1980, y no en un delito común como es el secuestro simple,
pues los agentes del orden se encontraban en desarrollo de funciones
propias de su cargo.

Rememoró algunos tratadistas nacionales para concluir que las conductas


endilgadas son constitutivas del delito de detención arbitraria y no el de
secuestro.

6.1.2.- Aplicación errada de la norma sustantiva.

6.1.2.1.- Asumiendo, aunque lo consideró un error, que el delito


configurado es el secuestro, el no recurrente sostuvo que su consumación

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se perfecciona precisamente en el momento mismo en que se arrebata,


sustrae, retiene y oculta la persona, postura que fundamentó en fallos de
la Corte Suprema de Justicia y en argumentos de la doctrina nacional y
extranjera.

Partiendo de lo anterior, fue enfático en señalar que la consumación del


delito imputado se produjo desde el 7 de noviembre de 1985, excluyendo
cualquier ingrediente extra penal que se ha intentado exigir. Acudió a la
doctrina más reconocida para distinguir entre el momento de
consumación del punible y su agotamiento, entendido este como la
cesación de los efectos dañosos que prosiguen o se mantiene tras la
comisión del delito.

De acuerdo con las anteriores afirmaciones, insistió que las conductas por
las cuales se procesa a su prohijado, lograron su consumación desde el
año 1985, de manera que son inaceptables los argumentos extra jurídicos
esgrimidos por la fiscalía en los cuales intenta revivir un delito que ya se
perfeccionó. Dado lo anterior, es necesario predicar la prescripción de la
acción penal por el delito de secuestro imputado inicialmente.

6.1.2.2.- Asimismo, se opuso a la aplicación retroactiva de la ley penal, por


cuanto se intenta condenar a su defendido por una conducta que no
estaba tipificada como delito para la fecha de los eventos. Alegó que la
normatividad penal más avanzada en la actualidad, particularmente el
Estatuto de Roma, es explícito en rechazar la aplicación retroactiva, de
modo que resulta ajeno a la legalidad perseguir a FERNANDO BLANCO
GÓMEZ por un tipo penal inexistente para 1985.

Insistió que la definición típica del secuestro es diametralmente distinta a


la de desaparición forzada, de manera que no podía el juzgador admitir
una modificación en la calificación jurídica por un delito totalmente
distinto y que ni siquiera se encontraba vigente el momento de producirse
el atentado.

6.1.3.- Imprecisiones por falencias en apreciación probatoria.

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Señaló el defensor que la sentencia incurre en una serie de imprecisiones


por haberse efectuado una ligera apreciación del material probatorio,
yerros que resultan relevantes para los cargos elevados por lo cual realizó
las siguientes aclaraciones:

6.1.3.1.- El Comando de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército, no


tenía funciones de policía judicial, a diferencia de la Dijin, la Sijin, el DAS
o el B-2, motivo por el cual no podía realizar capturas.

6.1.3.2.- No es cierto que no se tenga registro de FERNANDO BLANCO


GÓMEZ tras su regreso al Batallón Charry Solano, pues uno de los
centinelas lo reconoció e informó que la policía había conducido a dos
capturados a dichas instalaciones.

6.1.3.3.- La presencia del coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ en el


Museo Casa del Florero, fue momentánea y sólo se produjo el 6 de
noviembre de 1985, tal y como se extrae de los testimonios de los allí
presentes, particularmente el del coronel (r) EDILBERTO SÁNCHEZ
RUBIANO. Por tanto, es errado afirmar que el procesado estuvo presente
los dos días y por un tiempo considerable.

6.1.3.4.- Agregó que existe confusión en las labores que ejercía su


prohijado como segundo comandante del COICI, pues éstas se limitaban
a aspectos meramente administrativos, de donde surge necesario aceptar
las declaraciones del entonces Comandante de las Fuerzas Armadas
FREDY PADILLA DE LEÓN.

6.1.4.- Sobre la supuesta toma anunciada.

Destacó el aparte de la sentencia sobre este asunto, señalando que se


incurrió en graves errores al afirmar que el asalto guerrillero era de pleno
conocimiento por parte de las Fuerzas Armadas, al punto que éstas
permitieron y facilitaron que el mismo se produjera.

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Delito: Desaparición forzada

Al respecto indicó que las posibles falencias en la seguridad del recinto


judicial podrían endilgarse a los miembros de la Policía Nacional, quienes,
al ser custodios del Palacio de Justicia, habrían incurrido en
irregularidades por retirar la guardia existente y permitir la toma
insurgente.

A partir de esta afirmación, enfatizó que el Ejército Nacional, y


particularmente el COICI junto a sus directivas investigadas, no tenían
relación alguna con la seguridad de los magistrados o del inmueble, por
tanto, consideró inadmisible afirmar que la supuesta “toma anunciada”
constituya un indicio en su contra.

6.1.5.- Testimonio de MARLIO QUINTERO PASTRANA

Cuestionó la credibilidad que el despacho otorgó al testimonio de MARLIO


QUINTERO PASTRANA y calificó su declaración como ajena a la intención
de colaborar con la justicia. Resaltó las inconsistencias de su decir así:

i) Se demostró que su testimonio fue aportado por una grave


discrepancia con el Mayor VÁSQUEZ, a raíz de problemas
personales ocurridos con un vehículo de su propiedad.

ii) Incurrió en varias disparidades al informar la cantidad de personas


transportadas en los días nefastos, o el destino de éstos, pues su
labor de transporte se limitó a la Avenida Jiménez.

iii) No explicó satisfactoriamente la razón por la cual dedujo que los


transportados eran miembros del grupo guerrillero.

iv) Fue reticente en dar los detalles de quien le ordenó transportar a los
estudiantes del Externado luego de ser liberados.

v) Se acreditó que el declarante nunca fue miembro del COICI, puesto


que no apareció muestra de ello a pesar de examinarse las nóminas
y comprobantes de gastos secretos.

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Delito: Desaparición forzada

vi) Finalmente calificó como un indicio de su mala fe lo sucedido en el


proceso adelantado a los oficiales VÁSQUEZ y SÁNCHEZ, ya que, al
momento de rendir la declaración, le fue hallado una copia de las
manifestaciones hechas en el presente radicado.

6.1.6.- Testimonio de BERNARDO ALFONSO GARZÓN.

En el mismo sentido, descartó la aceptación que la primera instancia


otorga a las declaraciones de BERNARDO ALFONSO GARZÓN, oposición
que sustenta en las siguientes particularidades del testigo.

i) Acudió a la justicia en busca de protección y beneficios, debido a un


sentimiento de inseguridad por las supuestas presiones del Ejército
y el M-19, de modo que su intención no fue colaborar con la verdad,
sino obtener prebendas por su declaración.

ii) Destacó la incoherencia sobre la muerte de IRMA FRANCO entre el


relato ofrecido a la Procuraduría en donde indicó que la misma había
sido herida y que al parecer había muerto, y su ponencia ante la
justicia especializada en donde afirmó que la guerrillera fue
torturada y luego asesinada, siendo enterrada en la loma donde
queda el polígono.

iii) Fue enfático en resaltar que el mismo testigo informó que no


participó en los hechos ocurridos el 6 y 7 de noviembre, lo que
complementó con el documento en el cual se acredita que GARZÓN
GARZÓN gozaba de vacaciones para la fecha de los acontecimientos,
sin que sean de recibo los alegatos del despacho en cuanto se pudo
haber reincorporado como lo hicieron otros oficiales de mayor rango.
Insistió que, si el declarante actuara de buena fe, habría informado
lo anterior y precisado cómo se reintegró a las actividades.

iv) En cuanto a la presunta información aportada por IRMA FRANCO


tras ser torturada, recalcó que el inmueble donde se preparó la toma
había sido ubicado por la Policía incluso antes que la guerrillera se

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Delito: Desaparición forzada

retirara del Palacio, y el cadáver de NIDIA ERIKA BAUTISTA también


se había encontrado.

v) Finalmente, fue enfático en descartar cualquier credibilidad del


testigo pues nunca explicó la fuente de la información aportada,
elemento de suma importancia durante la valoración de la prueba
testimonial.

6.1.7.- El caso de IRMA FRANCO PINEDA.

En torno a la desaparición de IRMA FRANCO PINEDA reconoce que en el


plenario existen graves indicios sobre posibles irregularidades frente al
tratamiento de esta víctima, particularmente las llamadas recibidas por
sus familiares, las declaraciones del soldado ÉDGAR MORENO FIGUEROA
y de los celadores FRANCISCO CÉSAR DE LA CRUZ LARA, PEDRO LEÓN
ACOSTA PALACIO y la grabación interceptada de la conversación entre
Arcano 5 y Arcano 2.

Sin embargo, enfatizó que ningún elemento de convicción apunta hacía el


COICI y sus dirigentes como responsables por lo ocurrido con FRANCO
PINEDA, por el contrario, los indicios apuntan únicamente a la Brigada
XIII.

Insistió que el único testigo que vincula al organismo de inteligencia es


BERNARDO GARZÓN, cuya declaración tachó de mentirosa bajo los
argumentos ya resumidos.

6.1.8.- Otros medios probatorios contenidos en la sentencia.

6.1.8.1.- Afirmó que el fallo apelado, si bien dispuso la absolución de los


procesados, dejó de lado algunos elementos probatorios de suma
trascendencia, que favorecen a los acusados. Se sintetizan así:

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Delito: Desaparición forzada

1) Los testimonios favorables para los implicados como el doctor


CARLOS JIMÉNEZ GÓMEZ118 y NELSON MEJÍA HENAO,119 quienes
visitaron las instalaciones del COICI días después de ocurrida la
toma y no encontraron evidencia alguna que comprometiera a los
miembros de este escuadrón.

2) Testimonios de agentes de la DIJIN y SIJIN que intervinieron en el


proceso efectuado en el Museo Casa del Florero, particularmente la
declaración de LUÍS FABIÁN ROMERO, empleado de la Sala Penal,
quien afirmó que los encargados del registro e identificación eran
miembros del F-2.

6.1.8.2.- De otra parte, refirió a algunos elementos de convicción que, en


su criterio, no pueden merecer credibilidad y deben ser desechados por la
segunda instancia. Estos son:

1- El casete que fue transcrito y luego se extravió, ya que no es posible


identificar a su autor para efectos de corroborar lo que allí se dijo.

2- El testimonio de EDGAR VILLAMIZAR O VILLAREAL, pues su


declaración adolece de enormes fallas procedimentales e incluso se
ha señalado que el testigo fue suplantado.

3- Los testimonios de YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO y


EDUARDO MATSON OSPINA, habida cuenta que sus declaraciones
relativas al COICI y el Batallón Charry Solano no pueden ser creíbles
dado que los estudiantes desconocían los lugares y por ello no
podían haberlos identificado.

Frente a los indicios que se tiene como probados, señaló que el indicio de
presencia se descarta en el caso del coronel (r) FERNANDO BLANCO
GÓMEZ, pues su estadía en la Casa del Florero data únicamente del 6 de
noviembre y por muy poco tiempo; el indicio de móvil para delinquir

118
Folios 132 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 34.
119
Folios 279 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 32.

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Delito: Desaparición forzada

también debe desecharse ya que el COICI no era un cuerpo de choque;


finalmente el indicio de oportunidad debe desestimarse pues en la Casa del
Florero pernoctaron más de 100 agentes del DAS, DINTE, DIJIN, SIJIN y
B-2, sin que al momento se haya endilgado responsabilidad frente a ellos.

6.1.9.- Frente a las apelaciones.

6.1.9.1.- Con relación a la impugnación de la fiscalía, presentó las


siguientes alegaciones:

a) No se encuentran probados los indicios de oportunidad y móvil para


delinquir, de modo que no es posible inferir la responsabilidad de
los procesados.

b) La seguridad del Palacio de Justicia y la supuesta facilidad con que


se permitió la entrada de los insurgentes, era responsabilidad de la
Policía Nacional y no del Ejército.

c) Es inadmisible el testimonio de RAÚL BENOIT SÁNCHEZ habida


cuenta que éste sólo busca ratificar el dicho de BERNARDO
GARZÓN.

d) Se debe restar credibilidad al testimonio del sargento (r) BERNARDO


GARZÓN por los argumentos ya expuestos.

En cuanto a la desaparición de IRMA FRANCO endilgada por el delegado


de la fiscalía, insistió que en el lugar de las operaciones no hubo presencia
del COICI distinta a la de FERNANDO BLANCO en la tarde del 6 de
noviembre, de manera que no puede señalarse a éste comando del ejército
como responsable por su desaparición, más aún cuando se desconoce el
paradero final de la insurgente.

6.1.9.2.- En cuanto al recurso de alzada del representante de la parte civil


por la presunta desaparición de CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA,
indicó que el mismo se fundamentó en la declaración de BERNARDO

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GARZÓN y la grabación sobre la desaparición de IRMA FRANCO PINEDA


que compromete únicamente a oficiales de la Brigada XIII, de modo que se
remitió a los argumentos expuestos.

6.1.9.3.- Frente a la apelación instaurada por los restantes apoderados de


la parte civil, destacó que su fundamento se encuentra en el casete
encontrado por el investigador GUANA AGUIRRE y a la postre extraviado;
el testimonio de BERNARDO GARZÓN; las declaraciones de los
estudiantes SANTODOMINGO Y MATSON; y el dicho de MARLIO
QUINTERO PASTRANA, los cuales no son de recibo según las
apreciaciones hechas con anterioridad.

Sobre el testigo PEDRO LEÓN ACOSTA, aclaró que en ningún momento


éste afirmó que IRMA FRANCO PINEDA fuera sacada en un Nissan Patrol
de color azul.

6.1.10.- Finalmente, resumió los argumentos expuestos a través de su


escrito como no recurrente para solicitar a la segunda instancia, confirmar
el fallo absolutorio proferido por el Juzgado 51 Penal del Circuito de
Bogotá.

6.2.- Defensa de IVÁN RAMÍREZ QUINTERO (folios 226 y ss del cuaderno


original de la causa # 12).

De su parte, el apoderado de confianza de IVÁN RAMÍREZ QUINTERO,


acudió en calidad de no recurrente para requerir la confirmación integral
del fallo impugnado en virtud del cual se absolvió al acusado por aplicación
del principio de in dubio pro reo.

6.2.1.- Impedimento.

Como primer punto, solicitó la declaración de impedimento en caso que el


proceso fuese asignado al mismo despacho que profirió sentencia en el
proceso seguido contra el coronel (r) PLAZAS VEGA, o a aquel que emita
decisión contra el general (r) JESÚS ARMANDO ARIAS CABRALES, ya que

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“se encuentran en absoluta imposibilidad intelectual de ser imparcial,


porque la opinión emitida en el otro proceso se convierte en una especie de
ancla que vincula irresistiblemente sobre la posición intelectual que ya se
expresó en el citado fallo de segunda instancia”120.

Adujo que, por ser los mismos hechos juzgados en los procesos referidos,
se configura la causal prevista en el numeral 4° del artículo 99 de la Ley
600 de 2000.

6.2.2. Indebida sustentación.

Como segundo elemento, alegó una indebida sustentación del recurso de


apelación, habida cuenta que los representantes de la parte civil se
limitaron a realizar alegatos generales sobre la valoración de las pruebas
y no expusieron con claridad las razones de su inconformidad con la
sentencia.

Cuestionó que el recurso de apelación haya sido sustentado de manera


conjunta por tres de los representantes de víctimas, circunstancia que
acentúa la falta de claridad y precisión en la impugnación, ya que ni
siquiera se detalló respecto de qué víctima era apoderado cada uno de los
abogados.

Agregó que la representación judicial debe ser individual y no colectiva,


aun si comparten un mismo bufete como colectivo de abogados, ya que las
situaciones de cada afectado difieren con respecto a la responsabilidad
penal de los procesados.

Por lo anterior, pidió que los recursos de apelación interpuestos por la


parte civil, sean declarados desiertos por indebida sustentación.

6.2.3.- Respecto de los alegatos de la fiscalía.

6.2.3.1.- Conocimiento previo de la toma guerrillera.

120
Folio 227 del cuaderno original de la causa No. 12.

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Delito: Desaparición forzada

En cuanto al supuesto conocimiento previo de la posible incursión,


destacó que el radiograma argüido por el ente acusador da cuenta de una
posible ocupación ilegal el 17 de octubre de 1985, evento que nunca
sucedió. De allí que no se pueda presumir con certeza que el Ejército
conocía de la probable toma, pues la información hacía relación a una
fecha distinta.

Agregó que no fue posible demostrar que su prohijado, general (r)


RAMÍREZ QUINTERO, conocía el radiograma aludido, dado que no se halló
ningún sello o firma que certifique que el mismo fue recibido por el
acusado.

Trajo a colación el testimonio de ÁLVARO VELANDIA HURTADO quien


sostuvo, luego de revisar el radiograma, que carecía de la clasificación
sobre el grado de confiabilidad, elemento que contenía todo documento de
inteligencia.

Recordó que el propio Comandante del Ejército Nacional, RAFAEL


SAMUDIO MOLINA, asistió a las instalaciones del Palacio horas antes de
ocurrida la toma, circunstancia que permite inferir el desconocimiento que
éste tenía sobre las acciones insurgentes, pues de otro modo no se habría
arriesgado de esa forma.

6.2.3.2.- Presencia de personal del COICI en el lugar de los hechos.

Luego de hacer un recuento del personal que asistió a la Casa del Florero
el día 6 de noviembre, por remisión directa del general (r) IVÁN RAMÍREZ
QUINTERO, concluyó que las labores de apoyo prestadas por el COICI en
los hechos investigados, no podía ser de identificación y reconocimiento,
pues ninguno de los sujetos enviados era especialista en el grupo
subversivo M-19. Por tanto, señaló, si el despacho infiere que la
desaparición de las presuntas víctimas partió de los interrogatorios
realizados, se debe descartar a los miembros del COICI ya que las

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evidencias apuntan a otros organismos de seguridad e inteligencia como


la SIJIN y la Brigada XIII.

Con relación a lo acontecido el día 7 de noviembre, indicó que el único


sujeto remitido desde el Batallón Charry Solano fue el coronel (r) RAFAEL
MARTÍNEZ GABRIEL, con el único propósito de colaborar con posibles
negociaciones entre el M-19 y el gobierno, afirmación que fue aceptada por
el ente acusador al precluir la investigación contra el aludido coronel.

Con relación a la presencia del coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ,


resaltó que el mismo sólo acudió el día 6 de noviembre en horas de la tarde
y por un pequeño lapso, por tanto, es inadmisible endilgarle
responsabilidad por la desaparición de IRMA FRANCO PINEDA, quien
supuestamente salió con vida del recinto el 7 de noviembre siguiente.

Por último, recordó que el DINTE era un organismo superior jerárquico del
COICI, de modo que cualquier responsabilidad por las actuaciones del
primero, no pueden endosarse al segundo.

Así las cosas, concluyó que no existe indicio alguno que vincule a su
prohijado y al Comando de Inteligencia y Contrainteligencia en las
presuntas irregularidades generadas en la retoma del Palacio de Justicia.

6.2.3.3.- Testimonio de BERNARDO GARZÓN GARZÓN.

Dado que la mayor parte del fundamento para la apelación de la fiscalía


se erige sobre el testimonio de BERNARDO GARZÓN, el defensor centró su
atención en ésta declaración con el fin de exaltar sus contradicciones y así
impugnar su credibilidad. Para lograr lo anterior, realizó un somero
recuento de las declaraciones aportadas por el testigo aludido en distintos
momentos procesales, tras lo cual resaltó sus contradicciones de la
siguiente forma:

6.2.3.3.1. Caso NIDIA ERIKA BAUTISTA.

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El primer asunto en que llamó la atención, se relaciona con el proceso


adelantado en contra del general (r) ÁLVARO VELANDIA HURTADO, el
sargento viceprimero (r) JULIO ROBERTO ORTEGA ARAQUE, el sargento
segundo LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ GONZÁLEZ y el sargento
viceprimero MAURICIO ANGARITA; investigación que se inició con base en
los mismos testimonios de BERNARDO GARZÓN que se allegaron al actual
proceso, y la cual finalizó mediante resolución de preclusión en favor de
los militares.

En dicha oportunidad, el ente acusador restó credibilidad a las


declaraciones del aludido testigo, ya que en ellas se evidenciaron una serie
de contradicciones, que se enumeran así:

i) El Jefe de Investigaciones Especiales de la Procuraduría General de la


Nación, PABLO ELÍAS GONZÁLEZ MONGUÍ, indicó que el cadáver de
NIDIA ERIKA BAUTISTA fue hallado gracias a las denuncias de
BERNARDO GARZÓN, afirmación que resulta falsa ya que el
testimonio de este último fue recepcionado el 22 de enero de 1991, y
el cuerpo sin vida fue exhumado y reconocido el 26 de julio de 1990.

ii) Como segundo cuestionamiento, relató que, en su primera declaración,


GARZÓN GARZÓN endilgó la responsabilidad por el homicidio de
NIDIA ERIKA al entonces coronel ÁLVARO VELANDIA HURTADO y el
sargento JULIO ROBERTO ORTEGA, mientras que en su segunda
participación señaló como culpables al capitán PULECIO TOVAR, al
teniente CARLOS MEJÍA LOBO, al sargento ORTEGA y los cabos
GUILLERMO HERNÁNDEZ, MAURICIO ANGARITA y MIGUEL
SALAMANCA.

iii) Asimismo, se acreditó que sus afirmaciones sobre la participación de


CAMILO PULECIO TOVAR y CARLOS ARMANDO MEJÍA LOBO en la
desaparición y posterior asesinato de NIDIA ERIKA BAUTISTA eran
falsas, pues los miembros de la fuerza pública se encontraban en curso
de ascenso al momento de ocurridos los hechos.

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6.2.3.3.2. Caso AMPARO TORDECILLAS.

El segundo aspecto que debe revisarse para predicar la ausencia de


credibilidad en las declaraciones de BERNARDO GARZÓN, es lo
relacionado con la supuesta retención ilícita de AMPARO TORDECILLAS,
ya que en su primera declaración el testigo afirma haber participado en
los actos delictivos, cometidos contra aquella y un dirigente de la CUT, tras
lo cual habría sido capturado en un vehículo Renault 4.

En evidente contradicción, en su segundo relato informó que la conducta


reprochable se ejerció únicamente frente a AMPARO TORDECILLAS;
omitió su participación en los eventos; pero señaló que su captura se
produjo en un vehículo Chevet de color amarillo.

Por lo anterior, concluyó que los testimonios aportados por BERNARDO


GARZÓN en el proceso por lo ocurrido con la señora TORDECILLAS,
carecen de credibilidad y de fuerza probatoria suficiente para dar por
probados los eventos narrados.

6.2.3.3.3. Caso IRMA FRANCO PINEDA.

Frente a las declaraciones ofrecidas en torno a la desaparición de IRMA


FRANCO, el defensor reiteró la existencia de múltiples inconsistencias e
imprecisiones que restan credibilidad al dicho del testigo.

Sostuvo que en el relato ofrecido a la Procuraduría se realizó una denuncia


general sobre presuntas irregularidades en el actuar de la fuerza pública;
diferente a lo señalado tiempo después ante la fiscalía, en donde acusó
directamente a ciertos comandantes como responsables de lo sucedido.
Asimismo, destacó que los oficiales que son inculpados en las primeras
declaraciones, son distintos a aquellos apuntados en las siguientes.

Señaló que otra notoria inconsistencia consiste en la abstracción de la


primera narración en donde se indica que IRMA FRANCO fue herida y al
parecer murió, frente a lo dicho en posteriores intervenciones en donde

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detalla la forma como fue torturada, asesinada y enterrada por agentes, a


quienes identifica con nombre y rango.

Agregó que la manifestación según la cual el inmueble donde se preparó


la toma fue hallado gracias a la información dada por la guerrillera en
medio de su tortura, es igualmente espuria, toda vez que el lugar donde se
hospedaban fue encontrado en la mañana del día 7 de noviembre, antes
que la insurgente saliera con vida del Palacio de Justicia.

6.2.3.4.- De acuerdo con los planteamientos anteriores, concluyó que el


testimonio de BERNARDO GARZÓN debe ser descartado como prueba de
cargo, pues no cumple con los parámetros legales para la apreciación del
material probatorio.

Esta conclusión la complementó con dos aspectos sustanciales para negar


la creencia a lo afirmado por el testigo: la influencia que hayan podido dar
los beneficios por colaboración a la justicia que le fueron prometidos y la
ausencia de BERNARDO GARZÓN GARZÓN para la fecha de los hechos,
toda vez que se encontraba disfrutando de un periodo de vacaciones desde
el día 4 de noviembre de 1985.

De otra parte, enfatizó en las retractaciones del testigo, quien aseguró que
las acusaciones en contra de varias personas por hechos que realmente
no le constaban, fueron producto de la situación de riesgo y zozobra que
vivía en esos momentos, pues se trataba de un agente de inteligencia que
había logrado penetrar como infiltrado en organizaciones como el M-19 y
el Cartel de Medellín.

6.2.4.- Respecto de los alegatos de la parte civil.

Pese a que el defensor solicitó se declarara desiertos los recursos, en forma


subsidiaria desarrolló su oposición frente a los disensos postulados por
los apoderados de la parte civil de la siguiente forma:

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6.2.4.1.- Ausencia de pruebas frente a los desaparecidos.

Sostuvo el defensor que, salvo el caso de IRMA FRANCO, no se cuenta con


elementos probatorios suficientes que demuestren la ocurrencia de las
desapariciones, alegato que sustentó como sigue:

6.2.4.1.1.- CRISTINA DEL PILAR GUARÍN CORTÉS. Indicó que el único


sustento sobre la presunta desaparición radica en el reconocimiento en
video que hiciera su hermano RENE GUARÍN; sin embargo, desestima su
fuerza probatoria debido a las inconsistencias al momento de reconocer su
forma de vestir.

Adujo que el declarante no pudo conocer el ropaje que portaba su


hermana, por tanto, el reconocimiento no puede ser argumento para
sostener que salió con vida del recinto judicial.

Añadió que la misma persona que aparece en el video fue identificada como
ANA ROSA CASTIBLANCO por su propia hermana, de modo que no está
demostrado con certeza que CRISTINA DEL PILAR GUARÍN efectivamente
haya salido con vida del palacio de justicia.

6.2.4.1.2.- CARLOS AUGUSTO RODRIGUEZ VERA. Manifestó que


ENRIQUE ALFONSO RODRÍGUEZ, padre de la víctima, en dos
oportunidades dudó al identificar a uno de los rescatados como su hijo,
situación que se complementa con el testimonio de CARLOS ARIEL
SERRANO SÁNCHEZ quien afirmó que nunca vio que CARLOS
RODRÍGUEZ VERA saliera con vida de la sede judicial.

Con respecto a la cónyuge, CECILIA SATURIA CABRERA GUERRA,


consideró que tampoco tiene certeza al identificar a CARLOS AUGUSTO
RODRÍGUEZ como uno de los sobrevivientes, pues al proyectarse el
respectivo video, sólo indicó la posibilidad de que el rescatado fuera su
compañero. Agregó que la testigo presentó confusiones al detallar la forma
en que iba vestida la víctima, de modo que no se le puede otorgar plena
credibilidad al reconocimiento en video que hiciera la mencionada. La

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misma consideración tuvo frente al testimonio de RENE GUARÍN, quien


también incurre en contradicciones al señalar la vestimenta que llevaba
puesta el presunto desaparecido.

Frente a las afirmaciones del hermano de CARLOS AUGUSTO


RODRÍGUEZ, indicó que en algunos videos era explícita la identificación
del sujeto, mientras en otros, que reproducían el mismo instante desde
otro punto, el reconocimiento era dubitativo.

Finalmente, puso en duda que el señor CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ


hubiese estado presente al momento de ocurrida la toma, comoquiera que
algunos testimonios indicaron que el aludido administrador realizó unos
pagos bancarios pocos minutos antes que iniciara el asalto, por lo cual se
genera una duda sobre su presencia dentro del recinto.

6.2.4.1.3.- DAVID SUSPES CELIS. Al igual que en otros casos, su salida


vivo del Palacio de Justicia se sustenta en el reconocimiento de las
imágenes de video que realizó CECILIA CABRERA. Sin embargo, en dos
declaraciones, la declarante se mostró dudosa sobre la identidad de quien
había reconocido.

Adujo que la vestimenta con que aparece en el video no concuerda con


aquella que portaba al momento de salir de su casa en la mañana, ni con
el uniforme que debía portar en el restaurante como chef del mismo.

Asimismo, anotó que en el informe de laboratorio de genética forense de la


Fiscalía General de la Nación121se indicó que frente a dos individuos NN,
presentan resultados no concluyentes con el grupo familiar 11,
correspondiente a los familiares de DAVID SUSPES CELIS. Por tanto, no
se puede descartar que la presunta víctima corresponda a uno de los
cadáveres referidos en el informe de laboratorio.

6.2.4.1.4.- BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ. Subrayó que ninguno de


los familiares que ofrecieron declaraciones ante la fiscalía, particularmente

121
Folios 247 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 7.

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su padre BERNARDO BELTRÁN, su hermana SANDRA BELTRÁN, o su tía


OMAIRA BELTRÁN, lograron reconocer al desaparecido entre quienes
salieron con vida del Palacio.

Observó que la identificación se obtuvo por intermedio de RENE GUARÍN


quien, sin embargo, conocía muy poco al afectado, de manera que resulta
dudoso que lo pudiese identificar en los videos puestos a consideración.

Finalmente, como en los casos de otras víctimas, recalcó que las prendas
de vestir que se avizoran en los videos distan mucho del uniforme que
debía portar o de la vestimenta utilizada horas antes de producirse el
crimen.

6.2.4.1.5.- GLORIA STELLA LIZARAZO. Recordó que vivía sola en una


habitación junto con sus hijas, razón por la cual nadie conocía la forma
en la que estaba vestida el día en que ocurrieron los hechos; circunstancia
que explica las inconsistencias y contradicciones entre los testigos que
alegaron reconocerla en los videos que reposan en el expediente.

Por lo anterior, descartó el testimonio de LUIS CARLOS OSPINA y CECILIA


BARRERA, únicos elementos de prueba que soportan la supuesta
desaparición de STELLA LIZARAZO.

6.2.4.1.6.- LUZ MARY PORTELLA LEÓN. Señaló que dentro del plenario
no se encuentran elementos de prueba que demuestren su salida del
Palacio, únicamente las declaraciones de su madre y padrastro quienes
afirman que la víctima utilizaba uniforme en horas laborales.

6.2.4.1.7.- HÉCTOR JAIME BELTRÁN FUENTES. Se limitó a señalar que


en este caso no existe prueba ni evidencia que permita inferir que el
trabajador haya salido con vida del complejo judicial.

6.2.4.1.8.- LUCY AMPARO OVIEDO. Indicó que la única prueba que la


relaciona con un sobreviviente de la incursión guerrillera es el

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reconocimiento realizado por sus padres ante la Procuraduría General de


la Nación en 1988.

Sin embargo, recordó que NUBIA STELLA HURTADO, al ponérsele de


presente el mismo video, afirmó que la mujer rescatada en dicha secuencia
era ella misma, afirmación que reiteró en otras etapas procesales.

Destacó que antes de hacer el respectivo reconocimiento, el padre


describió las prendas de vestir que portaba OVIEDO, las cuales no
concuerdan con la mujer que aparece en el video.

Así las cosas, consideró la defensa que no está demostrado que LUCY
AMPARO OVIEDO haya logrado sobrevivir al asalto insurgente.

6.2.4.1.9.- NORMA CONSTANZA ESGUERRA y GLORIA ANZOLA DE


LANAO. Consideró que, frente a ninguna de las citadas víctimas se tiene
evidencia alguna que demuestre su salida con vida de las instalaciones
judiciales; por el contrario, subrayó, se encuentra acreditado que NORMA
CONSTANZA ESGUERRA murió incinerada en el cuarto piso del Palacio.

En efecto, tras hacer un recuento de las actas de levantamiento de cadáver


relacionado con un cuerpo sin vida de sexo femenino encontrado dentro
del Palacio de Justicia, y luego de aclarar la confusión que hubo con el
cadáver del Magistrado PEDRO ELÍAS SERRANO ABADÍA, concluyó que
está plenamente demostrado que CONSTANZA ESGUERRA murió dentro
del inmueble y, por tanto, no puede tenerse como una de las
desaparecidas.

6.2.4.2.- Participación de otros organismos de inteligencia.

Como segundo argumento contra la apelación de la parte civil, señaló que


en las labores de retoma del Palacio de Justicia, actuaron otros
organismos de inteligencias distintos al COICI, los cuales no han sido
tenidos en cuenta como posibles responsables de los delitos endilgados.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

6.2.4.2.1.- Participación de la Policía Nacional.

Señaló el no recurrente que las labores de inteligencia efectuadas en el


operativo militar durante la toma guerrillera fueron realizadas en su
mayoría por personal adscrito a la Policía Nacional, especialmente por
agentes del F-2 y la SIJIN.

Tal afirmación la sustentó en las declaraciones del entonces director de


policía, general VÍCTOR ALBERTO DELGADO MALLARINO (folio 5 y ss
cuaderno anexo No 3), el T.C. JAIRO ALONSO VELEZ BARRAGÁN,122 el
mayor JAIME DE JESÚS GAÑAN LÓPEZ,123 el capitán LISANDRO JUNCO
ESPINOSA,124 el agente JOSÉ MAXIMILIANO BERNAL CÁRDENAS,125 el
suboficial LUIS MIGUEL MARTÍN JIMÉNEZ126, el miembro del F-2 OSCAR
MARIANO REYES RUEDA,127 el agente JORGE ENRIQUE VILLAMIL
SÁNCHEZ,128 y el miembro de la policía EDGAR TORRES ZETABOBO.129

6.2.4.2.2.- Actuación del DAS.

Así como la Policía Nacional tuvo fuerte injerencia en los procesos de


rescate, identificación e individualización de los rehenes, el Departamento
Administrativo de Seguridad –DAS- también es clave para esclarecer las
presuntas irregularidades ocurridas.

Destacó como prueba de lo anterior el Oficio 1851 de 19 de abril de 1988


suscrito por el Brigadier General MIGUEL MAZA MARQUEZ, jefe del
DAS,130 el Informe de actividades del Jefe Grupo Especial del DAS
NORBERTO ALONSO MURILLO GELVEZ y el informe del detective JOSÉ
CORNELIO GAITÁN BASTO. Añadió a lo anterior, las declaraciones de
CLARA FORERO DE CASTRO y el Jefe de la Unidad de Explosivos
ORLANDO GUTIERREZ DE PIÑERES131.

122
Folios 24 y ss. del cuaderno original de la instrucción, Anexo No. 8
123
Ibídem folios 36 y ss.
124
Ibídem folios 48 y ss.
125
Ibídem folios 39 y ss.
126
Ibídem folios 45 y ss.
127
Folios 133 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 72, Anexos.
128
Ibídem folios 138 y ss.
129
Folios 30 y ss. del original de la instrucción, Anexo No. 8.
130
Folio 185 del cuaderno original IP 070, anexos No. 5.
131
Folio 107 del cuaderno original IP 070, anexos No. 22 A.

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Delito: Desaparición forzada

6.2.4.3.- Testimonio de YOLANDA SANTODOMINGO.

Con relación al testimonio de la entonces estudiante de derecho, resaltó


que nunca admitió haber entrado en el Batallón Charry Solano ni conocer
los militares que la sometieron a vejámenes y torturas. Agregó que, de
acuerdo con el testimonio ofrecido ante la fiscalía el 20 de febrero de 2007,
la declarante involucró al GOES y al Charry Solano por información que
le diera JUAN JOSÉ NEIRA LIEVANO, funcionario de la Procuraduría, de
modo que ella no informó sobre la participación del COICI de manera
espontánea sino por influencia de quien hacía el interrogatorio.

6.2.4.4.- Sobre el Plan Tricolor y Plan de Operaciones 002.

En cuanto al Plan Tricolor, emitido por el Comando General de las Fuerzas


Militares, destacó que se trata de un plan eminentemente operacional y no
de inteligencia, razón por la cual el COICI nunca hizo parte del mismo ni
acataba las operaciones que se efectuaban al amparo de éste.

Frente al Plan de Operaciones 002 de la Brigada XIII, destacó que el mismo


era obsoleto para la fecha de los acontecimientos pues databa de 1980 y
contenía instrucciones y actividades para unidades militares que ya no
existían para la fecha de la irrupción rebelde.

Concluyó que los planes referidos no eran conocidos por el acusado IVÁN
RAMÍREZ QUINTERO, porque en nada involucraban la inteligencia militar
desplegada por el COICI, toda vez que se trataba de previsiones de carácter
operacional y con la actuación de brigadas militares que ya no existían
para 1985.

6.2.4.5.- Del caso particular de IRMA FRANCO PINEDA.

Con relación a la presunta desaparición y posterior homicidio de IRMA


FRANCO PINEDA, destacó que, si bien, existen varios testimonios que la
sitúan en el Palacio de Justicia y más adelante en el Museo Casa del

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Delito: Desaparición forzada

Florero, lo cierto es que no existe certeza alguna del lugar a donde fue
conducida la guerrillera.

Alegó que algunas declaraciones indicaron que la insurgente fue llevada a


la Escuela de Caballería, otras sostuvieron que fue trasladada a la Escuela
de Artillería e incluso algunos familiares afirmaron que fue enviada a una
Unidad Militar en Tolemaida.

Acudió a los testimonios de MAGALYS ARÉVALO DE MEJÍA y FRANCISCO


DE LA CRUZ LARA para enseñar que la guerrillera fue vista cerca o dentro
de un carro de la Policía, mas no del Ejército y mucho menos perteneciente
al COICI.

En tanto, concluyó que “no existe dentro del plenario prueba fehaciente que
indique quienes fueron las personas que retuvieron a IRMA FRANCO
PINEDA, quienes la habrían interrogado y custodiado, ni por parte de quién
o a qué lugar fue conducida”.132

6.3.- Ministerio público.

Finalmente, el delegado del ministerio público intervino como no


recurrente para solicitar la confirmación del fallo de primera instancia,
tras considerar que, al no estar demostrada probatoriamente la
responsabilidad de los procesados, debe darse aplicación al principio in
dubio pro reo.

6.3.1.- Frente al recurso de alzada propuesto por la fiscalía, señaló que


ésta realizó una errónea lectura del fallo de instancia, pues los extensos
listados de hechos indicadores apuntan hacia la participación de los
procesados en la acción de recuperación del Palacio de Justicia, mas no
de su intervención en las desapariciones ilícitas que motivan el presente
asunto.

132
Folio 58 del cuaderno original de la causa No. 13.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Por lo anterior, consideró errada la postura del ente acusador, en cuanto


para proferir condena no basta con cumplir funciones en el operativo
militar, sino requiere, además, que entre sus actuaciones y la desaparición
forzada exista estrecha relación directa.

6.3.2.- Con relación a la apelación de los representantes de la parte civil,


destacó que los recurrentes realizaron un enorme esfuerzo por demostrar
el cumplimiento de los presupuestos para predicar una responsabilidad
del superior en estructuras organizadas de poder, esfuerzo que resulta en
vano puesto que la primera instancia inadmitió su existencia. Por el
contrario, omitieron demostrar la relación directa entre las conductas de
los procesados y las presuntas desapariciones, de modo que limitaron su
argumentación a puntos de concordancia con la sentencia, pero olvidaron
desarrollar los argumentos de oposición a la misma.

Agregó que la simple existencia de aparatos organizados de poder no


conlleva a predicar una responsabilidad penal, habida cuenta que en
tratándose de estructuras estatales de origen lícito, se debe examinar la
actuación de cada uno de los involucrados, en respeto del principio de
responsabilidad penal individual.

6.4.- En escrito radicado el 1° de febrero de 2012, el defensor de confianza


del mayor (r) GUSTAVO ARÉVALO MORENO manifestó coadyuvar los
argumentos presentados por sus colegas como no recurrentes.

7.- ANÁLISIS PARA DECIDIR

De conformidad con las previsiones del numeral 1° del artículo 76 del


C.P.P., este tribunal es competente para resolver los recursos de apelación
instaurados contra la sentencia proferida el 15 de diciembre de 2011 por
el Juzgado 51 Penal del Circuito de Bogotá D.C., decisión que se limitará
a los asuntos objeto de impugnación y aquellos que resulten
inescindiblemente vinculados, al tenor del artículo 204 ibídem.

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Delito: Desaparición forzada

En primer lugar, debe pronunciarse la Sala sobre la manifestación del


abogado defensor del procesado Iván Ramírez Quintero, quien pidió que
se declarara desierto el recurso de apelación presentado por varios de los
apoderados de la parte civil, al considerar que el mismo se encontraba
indebidamente sustentado, pues en su criterio la sentencia no fue atacada
y la presentación conjunta de la sustentación hacía ininteligible el alegato.

Al respecto, precisa la Sala que la finalidad de la impugnación no es


efectuar nuevos alegatos o consideraciones, sino expresar los motivos de
inconformidad existentes respecto a la decisión que tomó el juzgador. Así lo
indicó la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 2 de agosto de 2017,
radicado 50560, cuando explicó que “el recurso de apelación impone a la
parte impugnante la carga argumentativa de demostrar el yerro en el que
incurrió el juzgador en la decisión recurrida, labor en la cual le es exigible que
haga manifiestos los argumentos de hecho y de derecho por los cuales estima
errada la postura del funcionario de primera instancia”.

En estas condiciones la Sala encuentra que los recursos de alzada


presentados por los apoderados de la parte civil fueron sustentados en
debida forma pues sí expresaron las inconformidades con respecto a la
sentencia proferida por el a quo, pues indican y explican el error, según ellos,
presente en la valoración de la prueba efectuada por el juez de primera
instancia pues en su criterio la sentencia debió ser de carácter condenatorio;
además de lo anterior, señalaron la forma de participación de cada uno de
los acusados para concluir que la juez a quo erró al emitir fallo absolutorio.

Sumado a lo anterior, se tiene que ningún inconveniente se presenta por el


hecho de algunos apoderados de la parte civil hayan presentado de manera
conjunta la sustentación, en primer lugar porque no hay ninguna
prohibición legal al respecto y en segundo término porque dicha técnica no
interfirió en la presentación clara que hicieron los abogados de las razones
por las que consideraron que la juez de primera instancia erró al emitir
sentencia condenatoria.

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Delito: Desaparición forzada

En estas circunstancias, se indica que los recursos interpuestos contra la


sentencia de primera instancia, fueron debida y suficientemente
sustentados.

7.1.- Partiendo de esta premisa, procederá la sala con el estudio de fondo


de la decisión; para ello, se enunciarán desde el punto de vista dogmático
y jurisprudencial las figuras de: i) el delito de desaparición forzada; ii) el
indicio; iii) la autoría mediata en estructuras organizadas de poder; iv) la
coautoría; y v) la valoración de la prueba testimonial.

7.1.1.- El tipo penal de la desaparición forzada está desarrollado en el


artículo 165 de la Ley 599 de 2000, en los siguientes términos:

“El particular que someta a otra persona a privación de su libertad cualquiera que
sea la forma, seguida de su ocultamiento y de la negativa a reconocer dicha
privación o de dar información sobre su paradero, sustrayéndola del amparo de la
ley, incurrirá en prisión…

A la misma pena quedará sometido, el servidor público, o el particular que actúe


bajo la determinación o la aquiescencia de aquél, y realice la conducta descrita en
el inciso anterior”.

En relación con los requisitos necesarios para su configuración, la Sala


de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, con sustento en
decisiones emitidas por la jurisdicción constitucional, ha señalado lo
siguiente:

“2.2.1. La Corte Constitucional, en la sentencia que declaró inexequible la expresión


“perteneciente a un grupo armado al margen de la ley” prevista en el artículo 165 del
Código Penal, y que a la vez declaró ajustadas al orden jurídico los demás enunciados
contemplados en dicho tipo penal, dejó en claro que el delito de desaparición forzada
abarca circunstancias que desbordan el concepto clásico que de este comportamiento ha
desarrollado la jurisprudencia internacional de los derechos humanos.

“En efecto, en el fallo C-317 de 2002, el máximo tribunal en materia de control


constitucional señaló que la idea tradicional de la desaparición forzada como delito de
Estado de lesa humanidad constituye, en el orden interno, tan sólo mínimo conceptual
con el que el legislador, en ejercicio de su reserva legal, puede construir, como en efecto lo
hizo, un tipo más amplio en materia de protección de derechos humanos…

“…De esta manera, el tipo objetivo consagrado en Colombia cuenta con los siguientes
elementos:

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Delito: Desaparición forzada

“(i) Un sujeto activo indeterminado (“[e]l particular”, “el servidor público” o “el particular
que actúe bajo la determinación a aquiescencia de aquél”).

“(ii) Un sujeto pasivo también indeterminado (“otra persona”).

“Y (iii) una conducta compleja, consistente en, primero, someter “a otra persona
a privación de su libertad, cualquiera que sea su forma”, y segundo, ocultarla o
negar la privación o no dar información de su paradero, pero en todo caso
“sustrayéndola del amparo de la ley”.

“Así los explicó la Corte Constitucional en el fallo en comento:

“[…] la descripción de la conducta exige que se someta a una persona a privación de su


libertad, bien sea en forma legal o ilegal; que luego la víctima sea ocultada y sus familiares
no puedan conocer su paradero; y que ocultada la víctima, el sujeto agente se abstenga
de brindar información sobre su paradero sustrayéndola del amparo de la ley,
imposibilitándola de esta manera para ejercer cualquiera de los recursos legales
establecidos para su protección. Es decir, que no es necesario requerimiento alguno pues
basta la falta de información”.

“Para su realización, el tipo penal no requiere de más elementos, ya sean descriptivos,


normativos o relacionados con las calidades del sujeto agente. Lo anterior, por cuanto el
artículo 12 de la Constitución Política prohíbe de manera específica dicho comportamiento
(“[n]adie será sometido a desaparición forzada”) sin haber calificado el sujeto activo”.
(Resalta la Corte)133.

En cuanto a sus calidades de delito permanente y pluriofensivo, la misma


Corporación ha precisado:

“La descripción legal evidencia que la conducta punible inicia con el ocultamiento
al que se somete a una persona y se entiende culminada cuando quienes tutelan
la suerte del privado de la libertad dan a conocer lo sucedido, independientemente
de que en el transcurso del ocultamiento ocurra el hecho muerte, es decir, se trata
de una conducta de ejecución permanente. Entonces, si se esconde a una persona
y no se tiene información sobre su paradero, se verifica la ocurrencia de esta
conducta punible, al margen de la estructuración de otras que pueden concurrir
materialmente con ella, como el delito de homicidio, lo que equivale a afirmar que
la desaparición forzada no muta o desaparece porque al ocultado se le haya dado
muerte por sus captores. Ahora bien, si la muerte del escondido ocurre por causa
o con ocasión de la desaparición forzada, se estructura una circunstancia de
agravación punitiva, tal y como lo prevé el artículo 166 numeral 8º. Es así como
uno de los ingredientes normativos del tipo penal se dirige a que la retención u
ocultamiento recaiga en una persona, siendo desacertado pretender que se tenga
en cuenta el fin perseguido al momento en que se le desaparece, para determinar
la configuración de esta conducta típica. Claramente el tipo penal protege no solo
el derecho a la libertad individual de la persona, sino otras garantías como la vida,
la dignidad humana, la seguridad e integridad personales y todas aquellas que
se vean afectadas con la retención arbitraria, es decir, es una conducta
pluriofensiva que se estructura cuando se somete a otro ser humano a privación
de la libertad, seguida de su ocultamiento y de la falta de información sobre su
paradero”134.

133
CSJ SP, 30 nov. 2011, rad. 37548, reiterada en sentencia del 27 jun. 2012, rad. 36399
134
CSJ SP 17548, 16 dic. 2015, rad. 45143

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Dicho así, es claro que la consumación del delito se prolonga en el tiempo


hasta cuando cesa el atentado al bien jurídico objeto de tutela, bien porque
la víctima aparece o, bien porque es hallado su cadáver. Por manera que
la ejecución de la conducta no se agota en un único instante, sino que se
prolonga indefinidamente en el tiempo, sin solución de continuidad, hasta
cuando se acredita cualquiera de las dos situaciones atrás expuestas.

Se trata entonces de un tipo penal pluriofensivo, de ejecución permanente,


para cuya configuración resulta necesario la ejecución de varias
conductas concurrentes, a saber: i) la privación de la libertad de una
persona; ii) su ocultamiento y negativa a reconocer dicha privación o dar
información sobre su paradero; y la consecuente iii) sustracción de la
víctima del amparo de la ley.

Finalmente, baste recordar que se trata de un delito de lesa humanidad,


cualidad esta que igualmente lo torna en imprescriptible, hasta que el
investigado es vinculado formalmente a la investigación. Así lo han
reconocido diferentes decisiones jurisprudenciales en Colombia, entre las
que se citan las siguientes:

El Consejo de Estado ha determinado al respecto que:

“… La desaparición forzada de personas es considerada en el derecho


internacional como delito de lesa humanidad porque compromete no sólo los
intereses de la víctima sino, además, la convivencia social, la paz y la tranquilidad
de la humanidad y por lo tanto, cualquier Estado puede pretender que se investigue
y sancione al infractor de la misma (...) El artículo 2 de la Convención
Interamericana sobre la Desaparición Forzada define esta conducta como “la
privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma,
cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen
con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de falta de
información o de la negativa a reconocer dicha privación de la libertad o de informar
sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos
legales y de las garantías procesales pertinentes”135. (…) Debe destacarse además
que “de acuerdo con la Declaración sobre la protección de todas las personas contra
las desapariciones forzadas, aprobada por la Asamblea General de las Naciones

135
En el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional del 17 de julio de 1998, aprobado mediante Ley 742 de 2002,
se amplió el tipo delictivo y se incluyó como sujeto activo a las organizaciones políticas. “Por desaparición forzada de
personas se entenderá la aprehensión, la detención o el secuestro de personas por un Estado o una organización política
o con autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a informar sobre la privación de libertad o dar información
sobre la suerte o el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de la ley por un período
prolongado”.

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Delito: Desaparición forzada

Unidas mediante Resolución Nº 47/133 del 18 de diciembre de 1992 ninguna


orden o instrucción de autoridad pública, sea civil, militar o de otra índole, puede
ser invocada para justificar una desaparición forzada, y en consecuencia, toda
persona que reciba tal orden o tal instrucción tiene el derecho y el deber de no
obedecerla (art. 6.1)”136. (…) De igual manera, en la legislación nacional, el artículo
12 de la Carta Política establece que "nadie será sometido a desaparición forzada,
a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes” y en el artículo
165 de la ley 522 de 2001 -Código Penal- en cumplimiento de los compromisos
internacionales adquiridos por el país, tipificó el delito autónomo de desaparición
forzada en estos términos: “El particular que perteneciendo a un grupo armado al
margen de la ley someta a otra persona a privación de su libertad cualquiera que
sea la forma, seguida de su ocultamiento y de la negativa a reconocer dicha
privación o de dar información sobre su paradero, sustrayéndola del amparo de la
ley, incurrirá en prisión de veinte (20) a treinta (30) años, multa de mil (1000) a tres
mil (3000) salarios mínimos legales vigentes y en interdicción de derechos y
funciones públicas de diez (10) a veinte (20) años”137. (…) Así mismo, la Sección
Tercera del Consejo de Estado, en diferentes oportunidades138, ha condenado por
el delito de desaparición forzada debido a que las autoridades públicas tienen la
obligación de velar por la integridad y seguridad del ciudadano, cuando este se
encuentra bajo su custodia y vigilancia en razón a una privación de la
libertad…139”.140

Por su parte, la Corte Constitucional al revisar oficiosamente la


exequibilidad de la Ley 707 del 28 de noviembre de 2001, ‘Por medio de la
cual se aprueba la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada
de Personas’” del 9 de julio de 1994, señaló lo siguiente:

“… En el caso de la desaparición forzada, la prohibición consagrada en el artículo


12 impone al Estado un deber especial de protección. Este deber implica, a su vez,
una ampliación del conjunto de facultades de que dispone el legislador para
satisfacer el interés en erradicar la impunidad. Esta ampliación de la potestad
configurativa del legislador se traduce específicamente en la facultad para
extender el término de prescripción. En primer lugar, por el interés en erradicar la
impunidad, para lo cual es necesario que la sociedad y los afectados conozcan la
verdad, que se atribuyan las responsabilidades individuales e institucionales
correspondientes, y en general que se garantice el derecho de las víctimas a la
justicia. En segundo lugar, por el derecho de las víctimas a recibir una reparación

136
A este respecto, ver sentencia de la Corte Constitucional C-551/01.
137
Sentencia proferida por la Sección Tercera del Consejo de Estado el 22 de abril de 2004, expediente 14.240.
138
Ver, entre otras, las siguientes sentencias: 11.600 del 11 de septiembre de 1997, 13.745 del 23 de agosto de 2001,
13.922 del 4 de diciembre de 2002, 21.266 del 7 de febrero de 2002, 18.812 del 28 de noviembre de 2002 y 14.997 del 4
de diciembre de 2006.
139
“En varias oportunidades la corporación ha sostenido que cuando las autoridades en ejercicio de sus funciones retienen
a un ciudadano adquieren la obligación para con él, de una parte, de velar por su seguridad e integridad personal y, de
otra, la de regresarlo al seno de su familia en similares condiciones a las que se encontraba al momento de ser privado de
la libertad, todo lo cual implica tratarlo dignamente por su mera condición de persona sin que valga alegar excusa alguna
como puede ser el hecho de sus antecedentes delictuales para vulnerar sin temor a la ley sus derechos fundamentales.”
Sentencia proferida por la Sección Tercera del Consejo de Estado, el 11 de septiembre de 1997, expediente 11.600.
“En síntesis, frente a los retenidos el Estado tiene una obligación específica de protección y seguridad, porque éstos se
encuentran en una situación de particular sujeción, en razón de la cual ven limitados sus derechos y libertades y la
autonomía para responder por su propia integridad y por lo tanto, deben gozar del pleno amparo de las autoridades frente
a los posibles daños y peligros que los amenacen./ “Las obligaciones que asumen las autoridades de la República frente
a los retenidos son de dos clases: 1) de hacer, esto es, de prever y controlar los peligros que pueda sufrir una persona
retenida desde el momento mismo en que se produce la privación material de la libertad, hasta el momento en que ella es
devuelta a la sociedad y 2) de no hacer, referida a la abstención de cualquier conducta que pueda vulnerar o poner en
peligro los derechos que no hayan sido limitados con la medida cautelar.” Sentencia proferida por la Sección Tercera del
Consejo de Estado el 22 de abril de 2004, expediente 14240.
140
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 18 de junio de 2008,
radicación 52001-23-31-000-1996-07347-01(15625), entre muchas decisiones.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

por los daños. En tercer lugar, debido a la dificultad que suponen la recopilación
de las pruebas necesarias y el juzgamiento efectivo de quienes habitualmente
incurren en tales conductas. (…) El interés en erradicar la impunidad por el delito
de desaparición forzada compete a la sociedad en su conjunto. Como ya se dijo,
para satisfacer dicho interés es necesario que se conozca toda la verdad de los
hechos, y que se atribuyan las responsabilidades individuales e institucionales
correspondientes. En esa medida, tanto el interés en que se conozca la verdad,
como en que se atribuyan responsabilidades individuales e institucionales por los
hechos, sobrepasan el ámbito del interés individual de las víctimas. Por el
contrario, constituyen verdaderos intereses generales de carácter prevalente en los
términos del artículo 1º de la Carta Política. (…) En efecto, el conocimiento público
de los hechos, el señalamiento de responsabilidades institucionales e individuales
y la obligación de reparar los daños causados son mecanismos útiles para crear
conciencia entre las personas acerca de la magnitud de los daños causados por el
delito. En esa medida, son también mecanismos de prevención general y especial
del delito, que sirven para garantizar que el Estado no apoye, autorice o asuma
una actitud aquiescente frente a tales conductas. En general, la acción penal en
los casos de desaparición forzada de personas es un mecanismo a través del cual
se establecen responsabilidades institucionales que llevan a que el Estado se
sujete al derecho en el ejercicio de la fuerza, y a hacer efectivo el deber de las
autoridades de proteger y garantizar los derechos fundamentales.

En esa medida, frente a una desaparición forzada de personas, la acción penal es


el medio más eficaz para proteger los intereses en juego, y su imprescriptibilidad
es un mecanismo que en determinadas circunstancias puede resultar necesario
para establecer la verdad de los hechos y para atribuir responsabilidades
individuales e institucionales. En tal medida, frente a la garantía de seguridad
jurídica y de recibir pronta justicia, es necesario entonces concluir que prevalecen
el interés en erradicar el delito de desaparición forzada y en reparar a las víctimas.
(…) Así, como conclusión del análisis precedente, la Corte establece que la regla de
imprescriptibilidad de la acción penal por el delito de desaparición forzada,
contenida en el inciso primero del artículo 7 de la Convención, no resulta contraria
a la Carta Política. El legislador, al adecuar el ordenamiento interno al presente
tratado, puede establecer la imprescriptibilidad de la acción para dicho delito. Sin
embargo, si el delito está consumado, los términos de prescripción de la acción
empezarán a correr una vez el acusado haya sido vinculado al proceso.

Entre tanto, en lo que se refiere a la imprescriptibilidad de la pena, deberá aplicarse


el inciso segundo que dispone que la prescripción de la pena será igual a la del
delito más grave previsto en la legislación interna. (…) En virtud de lo anterior, la
prohibición de alegar la obediencia debida frente al delito de desaparición forzada
de personas, contenida en el artículo 8 de la Convención no sólo se adecua a la
Carta, sino que constituye un imperativo constitucional básico para proteger la
dignidad de la persona y los derechos que le son inherentes. (…) En esa medida,
tanto la disposición que establece que no puede considerarse como un acto
relacionado con el cumplimiento de funciones militares (inciso 2º), como la que
proscribe de su conocimiento a la jurisdicción penal militar conocer del delito de
desaparición forzada de personas (inciso 1º) no merecen reproche de
constitucionalidad141. Por el contrario, como lo ha sostenido la jurisprudencia de

141
En el mismo sentido, el artículo 3º del Código Penal Militar dispone: “Delitos no relacionados con el servicio. No obstante
lo dispuesto en el artículo anterior, en ningún caso podrán considerarse como relacionados con el servicio los delitos de
tortura, el genocidio y la desaparición forzada, entendidos en los términos definidos en convenios y tratados internacionales
ratificados por Colombia” (resalta la Corte).

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esta Corporación, estas reglas son imperativas desde el punto de vista


constitucional…”142.

Finalmente, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia en decisión del


3 de diciembre de 2009 bajo el radicado 32672, definió los conceptos
sistemático y generalizado y señaló las características de la desaparición
forzada, entre ellas, su condición de crimen imprescriptible:

“…El ataque sistemático o generalizado implica una repetición de actos criminales


dentro de un periodo, sobre un grupo humano determinado al cual se le quiere
destruir o devastar (exterminar) por razones políticas, religiosas, raciales u otras.
Se trata, por tanto, de delitos comunes de máxima gravedad que se caracterizan
por ser cometidos de forma repetida y masiva, con uno de tales propósitos. (…) Con
el fin de precisar los términos que se incluyen en la definición del concepto de
crimen de lesa humanidad, la Sala transcribe el artículo 7.2 del Estatuto, en
cuanto define que: (…) i) "desaparición forzada de personas" se entenderá la
aprehensión, la detención o el secuestro de personas por un Estado o una
organización política, o con su autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la
negativa a informar sobre la privación de libertad o dar información sobre la suerte
o el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de
la ley por un período prolongado…”.

La Corte concluyó el argumento, así:

“… Simultáneamente y en forma complementaria, en virtud de la teoría del bloque


de constitucionalidad, derivada del artículo 93 de la Carta Fundamental, que
consagra la prevalencia, en el orden interno, de los tratados y convenios de
derechos humanos y derecho internacional humanitario, resulta indiscutible la
fuerza vinculante del conjunto de normas internacionales que prohíben conductas
constitutivas de crímenes de lesa humanidad. (…) Es bien sabido que 143 Colombia
suscribió el 8 de mayo de 1994 la “Convención Interamericana sobre desaparición
forzada de personas”, adoptada por la Asamblea General de la OEA el 9 de junio
de 1994, y aprobada internamente por la Ley 707 de 2001. En esta Convención,
los Estados americanos signatarios parten de la base de que la desaparición
forzada de personas viola múltiples derechos esenciales de la persona humana,
por lo cual se comprometen a adoptar varias medidas, entre ellas: (…) a) La
tipificación como delito de la desaparición forzada de personas y la imposición de
una pena apropiada de acuerdo con su extrema gravedad; b) el establecimiento de
la jurisdicción del Estado sobre la causa en los casos en que el delito se haya
cometido en su territorio; c) la consagración de la desaparición forzada como delito
susceptible de extradición; e) la prohibición de aceptar la obediencia debida como
eximente de responsabilidad; y f) la prohibición de que presuntos responsables del
delito sean juzgados por jurisdicciones especiales. (…) Finalmente, cabe citar el
Estatuto de Roma, que como ya se anotó se constituye en parámetro básico de la
sistematización y positivización de los delitos de lesa humanidad. (…) Ahora bien,
el genocidio, la desaparición forzada y el desplazamiento forzado, sólo fueron
introducidos como delito en la legislación nacional a través de la Ley 589 de 2000,
que fue incorporada y ampliada en el nuevo Código Penal -Ley 599 de 2000-. (…)
En los debates legislativos previos se insistió en que la tipificación en el ámbito

142
Corte Constitucional, sentencia C-580/02.
143
Véase: Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto de segunda instancia de 21 de septiembre de 2009,
radicación 32022.

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interno de tales delitos, junto con la tortura, pretendía “lograr la plena vigencia de
los Derechos Humanos en nuestro país y adecuar nuestra normatividad a los
postulados del Derecho Internacional de los Derechos Humanos…144”.

En este punto es necesario que la Sala se refiera, a la alegación de la


defensa como sujeto procesal no recurrente, según la cual, en este caso se
inobservó el debido proceso por infracción al principio de legalidad en
tanto que, para la fecha de comisión de los hechos el delito de Desaparición
forzada no estaba consagrado en la legislación.

Al respecto habrá de señalarse, que no le asiste razón a estos sujetos


procesales, teniendo en cuenta, como ya se ha indicado en precedencia,
que el delito por que fueron acusados los procesados en este caso es una
conducta de ejecución permanente, que se inició el 7 de noviembre de 1985
y que aún en vigencia de la Constitución de 1991, se sigue perpetrando;
por tanto, como lo consideró la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia en la sentencia SP 3956-2019, emitida el 23 de
septiembre de 2019, dentro del radicación No. 46382, la temporalidad
continua de la comisión del delito “traspasó el umbral de la antigua
Constitución, lo que permite que pueda ser valorado bajo las reglas de un
nuevo orden político en el que la razón de Estado cede a la dignidad
humana, y bajo un sistema normativo que incorpora a nivel interno, sin
necesidad de cláusulas adicionales, los tratados sobre derechos humanos
como base de la acción estatal y de la interpretación del derecho145”

La Dignidad humana es un concepto esencial de los principios


fundamentales del Estado así, como lo afirmó el máximo órgano de la
jurisdicción ordinaria “el delito de desaparición forzada, como delincuencia
de poder, se debe entender como una transgresión a la ley “no de sujetos
individuales, sino de poderes desenfrenados y absolutos, que se
caracterizan también por una pretensión de impunidad.”. Entonces

144
Senado de la República, Proyecto de ley N° 20 de 1998, Gaceta del Congreso N° 126 del 22 de julio de 1998, p. 26.
145
Artículo 93 de la Constitución Política: “Los tratados y convenios internacionales ratificados por el
Congreso, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción,
prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se interpretarán de
conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia.

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encuadrar la conducta en otro tipo penal, no reflejaría la real dimensión


“que la interferencia de dicho comportamiento causa a los fundamentos
democráticos del Estado democrático y de la justicia; a los valores supremos
de los derechos humanos, ni a los bienes jurídicos que ese tipo penal
protege”

Según lo ha considerado la Corte Suprema en las diferentes providencias


que ha emitido en casos en los que los hechos son los mismos que concitan
la atención de la Sala; cometidos, según la acusación, por agentes del
Estado, el principio de legalidad ha de sustentarse en los Tratados
Internacionales, la Costumbre Internacional y los Principios Generales de
Derecho como fuente del derecho penal, lo cual permite a los Estados
investigar y juzgar al autor de comportamientos constitutivos de delitos
internacionales aunque no se encuentren tipificados dentro de la
legislación interna del Estado donde se perpetraron o de donde es nacional
el inculpado, ya que el proceso de penalización nacional debe estar acorde
con el internacional, es decir que se debe acudir a una flexibilización del
Principio de Legalidad, concepto acorde con el cual tanto este postulado
como el de irretroactividad de la ley penal, se encuentran satisfechos con
la prohibición de la acción o de la omisión en tratados internacionales o
en el derecho consuetudinario al momento de su comisión (CSJ
SENTENCIA SP17466-2015 emitida el 16 de diciembre de 2015, en el
radicado 38957.

Así, por su fuerte impacto y trascendencia, el delito de desaparición


forzada en el componente de los Derechos Humanos, ha sido reglamentado
como punible de tiempo atrás en diferentes tratados internacionales,
veamos.

La Asamblea General de la ONU en 1978, reflexionó y aprobó lo siguiente:


“… Recordando las disposiciones de la declaración Universal de derechos
Humanos y en particular los artículos 3, 9, 10 y 11, relativos, entre otras
cosas, al derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona, a
no ser sometido a torturas, a no ser arbitrariamente detenido ni preso y al
derecho a ser oído públicamente y con justicia por un tribunal, y las

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disposiciones de los artículos 6, 7, 9 y 10 del Pacto Internacional de


Derechos Civiles y Políticos, que definen algunos de esos derechos y
establecen salvaguardias para ellos, … Teniendo presente el peligro a la
vida, a la libertad y a la seguridad física de esas personas resultante de
que dichas autoridades u organizaciones persisten en no reconocer que ellas
están bajo su custodia, o dar cuenta de ellas de alguna otra manera, … 1.
Pide a los gobiernos: … b.- Que garanticen la plena responsabilidad en el
desempeño de sus funciones –especialmente la responsabilidad ante la
Ley— de las autoridades u organizaciones encargadas de hacer cumplir la
ley y encargadas de la seguridad, incluida la responsabilidad jurídica por
los excesos injustificables que pudieren conducir a desapariciones forzosas
o involuntarias o a otras violaciones de derechos humanos.”

Pacto Internacional de derechos civiles y políticos y la Convención


Americana de Derechos Humanos de 1969, y en 1992, en la resolución
47/133 de ese año, en la que la Asamblea General de Naciones Unidas
adoptó la “Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra las
desapariciones forzadas,” indicó que este delito se presenta cuando: “Se
arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que éstas
resulten privadas de su libertad de alguna u otra forma por agentes
gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o
particulares que actúen en nombre del gobierno o con su apoyo directo o
indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar
la suerte o paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de
la libertad, sustrayéndola así de la protección de la ley”. Así como la
Convención Interamericana sobre desaparición forzada, suscrita el 9 de
junio de 1994 en Belém do Pará.

A nivel interno, al reconfigurar el modelo de Estado y reconocer el alto


impacto de este tipo de conductas, el constituyente de 1991 incluyó en el
artículo 12 de la Constitución Política el derecho fundamental a no ser
objeto de desaparición forzada, y en la Ley 589 de 2000 tipificó dicha
conducta, que posteriormente se incluyó en el Código Penal (Ley 599 de
2000), que empezó a regir el 24 de julio de 2001 (la reglamentación
internacional e interna hasta aquí referida fue relacionada en la sentencia

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SP 3956-2019, emitida el 23 de septiembre de 2019, dentro del radicación


No. 4638

Como se ve, tanto en la legislación internacional y nacional, el delito de


desaparición forzada es una conducta de carácter permanente que
consiste en sustraer al ciudadano de la protección de la ley al privarlo de
su libertad, cualquiera sea la forma, seguida de su ocultamiento y de la
negativa a reconocer dicha privación o dar información sobre su paradero.
Esa caracterización implica que su inclusión como delito contra el bien
jurídico de la autonomía personal en el capítulo I del Título Tercero del
Código Penal, se debe entender como una referencia empleada
simplemente para su ordenación sistemática, pues dicha conducta lesiona
transversalmente otra serie de bienes jurídicos: la seguridad y dignidad
humana, la libertad y la justicia, al sustraer a la persona de su imperio y
protección. (ibidem)

Así pues, la acusación no vulnera el principio de legalidad, pues al tratarse


de un acto grave que infringe los derechos humanos, que haya sido
prevista en los pactos o convenios protectores de esos derechos, resuelve
toda controversia sobre la imputación en la acusación a los procesados
por delito de desaparición forzada de personas.

7.1.2.- Conforme con lo propuesto, atendiendo el contenido de la sentencia


de primera instancia y de los recursos de apelación interpuestos resulta de
necesario hacer un estudio normativo y jurisprudencial en relación con la
naturaleza, clasificación y capacidad probatoria del indicio como medio de
prueba.

Para tal efecto, valga precisar en primer término que el indicio se


encuentra contemplado dentro la Ley 600 de 2000 como un medio de
prueba autónomo. El artículo 233 de la codificación en comento establece
que “son medios de prueba la inspección, la peritación, el documento, el testimonio,
la confesión y el indicio”; en desarrollo de ello, el artículo 284 señala que
“todo indicio ha de basarse en la experiencia y supone un hecho indicador, del cual

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el funcionario infiere lógicamente la existencia de otro ”. De acuerdo con el


artículo 287 Ídem., el funcionario apreciará “los indicios en su conjunto
teniendo en cuenta su gravedad, concordancia y convergencia y su relación con los
medios de prueba que obren en la actuación procesal.”.

En cuanto a su naturaleza, ha entendido la Sala de Casación Penal de la


Corte Suprema de Justicia que se trata “de un verdadero medio de prueba
“crítico, lógico e indirecto, estructurado por el juzgador a partir de encontrar
acreditado por otros medios autorizados por la ley, un hecho (hecho indicador) del
cual razonadamente, y según las reglas de la experiencia, se infiera la existencia
de otro hasta ahora desconocido que interesa al objeto del proceso (hecho indicado
o inferido), el cual puede recaer sobre los hechos, o sobre su agente, o sobre la
manera como se realizaron, cuya importancia deviene de su conexión con otros
acaecimientos fácticos que, estando debidamente demostrados y dentro de
determinadas circunstancias, permite establecer, de modo más o menos probable,
la realidad de lo acontecido.”146.

Ahora, la prueba indiciaria, tal como está regulada en la Ley 600 de 2000,
en forma alguna permite el desconocimiento del proceso lógico del cual
emana su estructura, lo que obliga al juzgador a hacer y enunciar
argumentos claros que permitan afirmar la existencia del hecho indicador
–que debe estar plena y legalmente probado– y a su vez la regla de
experiencia sobre la que se funda el juicio lógico, cuál es la inferencia que
le permite llegar a un resultado o conclusión determinada, y finalmente,
cuál es el hecho indicado y la probabilidad que necesariamente lleve
implícita dicha formulación lógico - jurídica.

En relación con su clasificación, se conoce que “los indicios pueden ser


necesarios, cuando la comprobación del hecho indicador denota de manera fatal o
inexorable el hecho indicado, o contingentes, en aquellos eventos en que el hecho
demostrado puede o no evidenciar la realidad del inferido, según el grado de
probabilidad de su causa o efecto”147. Estos últimos a su vez pueden ser graves o
leves, “los primeros se configuran cuando entre el hecho indicador y el indicado
existe un nexo de determinación racional, lógico, probable e inmediato, fundado en

146
CSJ 26 oct. 2000, rad. 15610; SP, 16 mar. 2016, rad. 40.461
147
CJS SP 3340 del 16 mar. 2016, rad. 40.461

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razones serias y estables, sustentado en la común ocurrencia de las cosas”148; y


será considerado leve si “el nexo entre el hecho indicador y el indicado constituye
apenas una de las varias posibilidades que el fenómeno ofrece.”149

Esa connotación como indicio necesario, contingente grave o contingente


leve, la debe realizar el juez dentro del ejercicio propio de la valoración
probatoria, luego de contemplar todas las hipótesis que pueda arrojar la
inferencia y de acuerdo al grado de aproximación a la certeza que brinde
el indicio. Por manera tal que la capacidad probatoria de la prueba
indiciaria, necesariamente dependerá de “su mayor o menor gravedad y su
coherencia respecto del restante acervo probatorio”, como también “de su
concurrencia y convergencia”.

7.1.3.- Sobre la autoría mediata en estructuras organizadas del poder.

Los artículos 29 y 30 del C.P. establecen los tipos de participación de


quienes intervienen en la realización de una conducta delictiva, entendidos
como autores, coautores y partícipes:

“Artículo 29. Autores. Es autor quien realice la conducta punible por sí mismo o
utilizando a otro como instrumento.

Son coautores los que, mediando un acuerdo común, actúan con división del trabajo
criminal atendiendo la importancia del aporte.

También es autor quien actúa como miembro u órgano de representación


autorizado o de hecho de una persona jurídica, de un ente colectivo sin tal atributo,
o de una persona natural cuya representación voluntaria se detente, y realiza la
conducta punible, aunque los elementos especiales que fundamentan la penalidad
de la figura punible respectiva no concurran en él, pero sí en la persona o ente
colectivo representado.

El autor en sus diversas modalidades incurrirá en la pena prevista para la


conducta punible.

Artículo 30. Participes. Son partícipes el determinador y el cómplice.

Quien determine a otro a realizar la conducta antijurídica incurrirá en la pena


prevista para la infracción.

Quien contribuya a la realización de la conducta antijurídica o preste una ayuda


posterior, por concierto previo o concomitante a la misma, incurrirá en la pena

148
Ibídem
149
ibídem

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prevista para la correspondiente infracción disminuida de una sexta parte a la


mitad.

Al interviniente que no teniendo las calidades especiales exigidas en el tipo penal


concurra en su realización, se le rebajará la pena en una cuarta parte.”.

Sin embargo, las definiciones legales se han adaptado a modernas


concepciones dogmáticas que pretenden explicar el fenómeno de la
participación en las estructuras organizadas de poder; sobre el particular,
la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia ha referido:

“Este fenómeno de intervención plural de personas en principio articuladas de


manera jerárquica y subordinada a una organización criminal, quienes mediante
división de tareas y concurrencia de aportes (los cuales pueden consistir en
órdenes en secuencia y descendentes) realizan conductas punibles, es dable
comprenderlo a través de la metáfora de la cadena.

En este instrumento el que se constituye en un todo enlazado, los protagonistas


que transmiten el mandato de principio a fin se relacionan a la manera de los
eslabones de aquella. En esa medida, puede ocurrir que entre el dirigente máximo
quien dio la orden inicial y quien finalmente la ejecuta no se conozcan.

Así como se presenta en la cadeneta, el primer anillo o cabeza de mando principal


se constituye en el hombre de atrás, y su designio delictuoso lo termina realizando
a través de un autor material que se halla articulado como subordinado (con
jerarquía media o sin ella) a la organización que aquél dirige.

Dada la ausencia de contacto físico, verbal y de conocimiento entre el primer cabo


ordenador y el último que consuma la conducta punible, sucede que el mandato o
propósito se traslada de manera secuencial y descendente a través de otros
dependientes. Estos como eslabones articulados conocen de manera inmediata a
la persona antecedente de quien escucharon la orden y de forma subsiguiente a
quien se la trasmiten. Todos se convierten en anillos de una cadena en condiciones
de plural coautoría.

Esta forma de intervención y concurrencia colectiva en conductas punibles es


característica en organizaciones criminales claramente identificadas que
consuman el delito de concierto para delinquir con fines especiales de que trata el
artículo 340 inciso 2º de la ley 599 de 2000150 o como puede ocurrir en grupos
armados ilegales, independientemente de los postulados ideológicos que los
convoquen pues en eventos incluso pueden carecer de ellos.

Pero la coautoría por cadena de mando también se puede consolidar tratándose de


comportamientos punibles consumados por funcionarios públicos de menor o
residual grado, quienes como anillos últimos hubiesen recibido órdenes de
inmediatos superiores constituidos en mandos medios, y éstos a su vez de otras
jefaturas ascendentes que administrativamente se hallan articuladas hasta llegar

150
Ley 599 de 2000.- Artículo 340, inciso 2º, modificado por el artículo 19 de la ley 1121 de 2006.- Cuando el concierto sea
para cometer delitos de genocidio, desaparición forzada de personas, tortura, desplazamiento forzado, homicidio,
terrorismo, tráfico de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, secuestro, secuestro extorsivo, extorsión,
enriquecimiento ilícito, lavado de activos o testaferrato y conexos o financiamiento del terrorismo y administración de
recursos relacionados con actividades terroristas, la pena será de ocho (9) a dieciocho (18) años y multa de dos mil
setecientos (2.700) hasta treinta mil (30.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

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a la cabeza principal151 quien dio la inicial orden. En este seriado descendente del
mandato o propósito hasta llegar al ejecutor, todos responden a título de coautores.

Existen eventos de comportamientos realizados por servidores oficiales, los que en


principio aparecen a la luz pública efectuados bajo el aparente mando de la
legalidad o como resultado de presuntas acciones legítimas en defensa de la
patria, la democracia y sus instituciones. En sus inicios al tratarse de hechos
singulares se los valora como casos aislados resultados de voluntades
individuales y la responsabilidad penal se orienta y recae en ejecutores de menor
o residual grado, pero dada su secuencia devienen en casos plurales de
características similares.

Al valorar estos comportamientos vistos en su conjunto se puede llegar a la


conclusión que obedecen a una estrategia criminal del terrorismo de Estado 152
diseñada en las esferas más altas de la dirigencia, y que desde la apariencia de
las justificaciones lo que en últimas hacen es explosionar el orden constitucional.
No obstante que los funcionarios públicos no se hallan articulados a una
organización criminal sino a la administración en jerarquías de diferente grado, lo
cierto es que para los fines y consumación de los artículos 340 y 340 inciso 2º
ejusdem se relacionan a través de la coautoría por cadena de mando.

La doctrina ha entendido:

Conforme con la teoría del dominio por organización concebida por ROXIN y
asumida tanto por la opinión dominante como por la jurisprudencia, en estos
casos el hombre de atrás predomina en virtud del dominio de la voluntad del
aparato organizado y sus integrantes. Esta forma independiente de la autoría
mediata se funda en la fungibilidad del autor directo y en el dominio
automático del subordinado, condicionado por medio de aquel aparato. El
hombre de atrás realiza el hecho a través de algún ejecutor perteneciente a la
organización que dirige. En virtud de las condiciones marco organizativas, el
autor directo es fungible, carente de significado y su individualidad es casual.
Se convierte en una rueda del engranaje, en una herramienta del hombre de
atrás. La decisión libre y responsable del ejecutor no modifica en absoluto la
situación y no representa ningún impedimento esencial para establecer la
autoría del hombre de atrás. El dominio por organización, ejercido en virtud
del aparato, reduce el significado de la responsabilidad del autor directo y, al
mismo tiempo, agrava la del autor de atrás a medida que se asciende en la
jerarquía. La fundamentación de esta teoría hace referencia a otros casos de
autoría mediata (del instrumento doloso que actúa sin la necesaria intención
en un delito doloso), en los cuales un dominio del hecho mucho más débil funda
la autoría. La jurisprudencia exige, además, que en tal tipo de casos el hombre

151
El dirigente que ocupa dentro de un aparato organizado de poder con actitud global criminógena un determinado rango
y da órdenes a un miembro de la organización que ostenta un rango inferior para que cometa un delito, puede contar con
que a causa de la actitud criminal del colectivo, ya establecida y del poder de mando y disposición a cumplir órdenes que
en aquel existe, muy probablemente su orden será cumplida, lo que le convierte en autor mediato del hecho realizado por
el ejecutor material. El subordinado es penalmente responsable, pero quien da la orden también es responsable con base
en su poder de mando y en la absorción envolvente del subordinado en la organización que asegura su obediencia (…) El
dominio por organización se da cuando el aparato de poder organizado jerárquicamente que asegura la obediencia y es
utilizado por el que está detrás, se opone, según el convencimiento general con sus atrocidades basadas en su actitud
ideológico-criminal de carácter civil a las concepciones valorativas de las naciones civilizadas y el que utiliza semejante
aparato de poder se ha colocado mediante la comisión de atrocidades fuera del amparo civil del principio nulla poena.
PATRICIA FARALDO CABANA, Responsabilidad penal del dirigente en estructuras jerárquicas, Valencia, Editorial Tirant lo
Blanch, 2004, página 98.
152
La ejecución sistemática de delitos (torturas, desaparición forzada, apropiación de menores, etc.) contra la sociedad
civil ha sido calificada por la jurisprudencia argentina como “terrorismo de Estado”. La Corte Suprema de Justicia de la
Nación argentina ha dicho que la condena a los máximos responsables del terrorismo de Estado tiene un valor preventivo
respecto de la repetición de violaciones a los derechos humanos (Véase la sentencia en la caso Simón), S. 1767 XXXVIII,
14 de junio de 2005, Radicación 17.768

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de atrás aproveche la disposición incondicional del autor directo para la


realización del tipo penal153.

Y para el caso colombiano esta teoría de “la concurrencia de personas en el delito


y los aparatos organizados de poder”, “autoría mediata en aparatos organizados
de poder con instrumento fungible pero responsable” o “autor tras el autor”, la
doctrina más atendible la viabilizó:

En primer lugar, para garantizar la prevención general como función de la


pena, pues la sociedad reprochará en mayor medida a los autores y no a los
partícipes de las conductas punibles; segundo, porque al reprochar
socialmente a la organización delictiva y a las diversas formas de participación
que en ella se presenten, se desestimula la delincuencia y el dirigente se torna
visible ante la sociedad; tercero, porque las diferentes formas de
responsabilidad se justifican en razón al principio de proporcionalidad y a la
función de retribución justa que significa reconocer el principio de
accesoriedad, porque no es posible reprocharle a una persona su calidad de
partícipe bien como instigador, determinador, cómplice o interviniente, sin
haber reconocido previamente la identidad del autor; y, en cuarto lugar, porque
en aras de garantizar el derecho a la verdad, sólo es posible establecer las
cadenas de mando bajo las cuales opera una organización delictiva, su
estructura y su funcionamiento si se sabe quiénes conforman la cúpula, los
mandos medios y los miembros rasos de esos aparatos o grupos organizados
al margen de la ley. Además, de contera, se garantiza el derecho a la no
repetición y se podrá aplicar a los miembros rasos, muy seguramente, el
principio de oportunidad condicionado, siempre y cuando sus conductas
delictivas no estén dentro del marco de los delitos de lesa humanidad o contra
el DIH y colaboren efectivamente, en el desmantelamiento de dichos
grupos.154”155.

En otra decisión, la misma sala consideró:

“«La Sala, en decisión del 23 de febrero de 2010, radicado 32805, acogió la tesis
imperante de la AUTORÍA MEDIATA para estructurar desde la dogmática penal la
forma de intervención en el hecho punible de quienes deben responder por los
delitos que comete una organización criminal, expresando: “En la doctrina nacional
se ha discutido la denominación jurídica que deben recibir las personas que
participan de una organización criminal, como es el caso de las mafias de los
narcotraficantes y los aparatos de poder organizados y dirigidos por paramilitares
y organizaciones guerrilleras. Los comentaristas proclaman que dichos individuos
estrictamente no son coautores ni inductores y proponen que su responsabilidad
se edifique a partir de la autoría mediata, teniéndose como fundamento de dicha
responsabilidad el control o influencia que sobre la organización criminal ejercieron
los superiores, de modo que los ejecutores son piezas anónimas y fungibles que
realizan directamente la acción punible sin que siquiera conozcan a los jerarcas
que ordenan el crimen.” Los parámetros que analizó la Corte para constatar en esa
decisión la intervención del acusado a título de AUTOR MEDIATO en los homicidios
perpetrados por el grupo armado en la luctuosa MASACRE DE MACAYEPO,
señalan a su vez los criterios que deben concurrir en el caso en estudio, a saber, la
estrecha vinculación del concertado con el aparato organizado de poder y su poder
jerárquico en el mismo, a partir de los cuales se pueda sustentar el PODER DE

153
KAI AMBOS, Imputación de crímenes de los subordinados al dirigente, Bogotá, Editorial Temis, 2009, página 29.
154
CLAUDIA LÓPEZ DÍAZ, Imputación de crímenes de los subordinados al dirigente, el caso colombiano, Bogotá, Editorial
Temis, 2009, página 173.
155
CSJ SP, 02 sep. 2009, rad. 29221

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MANDO que define el DOMINIO sobre el “aparato organizado de poder”. En ese


orden de ideas, la Sala esbozó como pautas que le permitieron cimentar la condena
proferida a título de AUTORÍA MEDIATA en los crímenes cometidos por la
organización armada al margen de la Ley, las siguientes: “El procesado controlaba
“desde arriba” el aparato de poder, compartiendo el mando con los jefes militares
que ejecutaban en el terreno el plan de dominio. Los grupos paramilitares son
estructuras organizadas de manera vertical en donde existe compartimentación y
las jerarquías superiores trazan los planes generales de acción y un amplio grupo
de subalternos está presto a cumplir dichas directrices. 156”.

De acuerdo con lo expuesto la autoría mediata en estructuras organizadas


de poder corresponde a un concepto legal y jurídico determinado a
describir situaciones en las que una persona, o grupo de personas que
ocupan altos cargos en una organización o estructura de poder, pueden
ser consideradas responsables de los delitos cometidos por subordinados,
y que sabían o debían haber sabido que sus acciones o inacciones
contribuirían a su comisión, atribución de responsabilidad derivada de la
influencia y control sobre quienes ejecutan las conductas punibles, y para
cuya aplicación necesario resulta el agotamiento de los siguientes
elementos:

i) Jerarquía o estructura organizativa. Debe existir una estructura


jerárquica clara en la que los individuos de alto rango tengan
autoridad y control sobre sus subordinados dentro de la
organización.

ii) Control efectivo: La persona de alto rango debe ejercer un control


efectivo sobre aquellos que cometen los delitos. Este control puede
ser directo o indirecto, pero debe ser suficiente para influir en las
acciones de los perpetradores.

iii) Conocimiento o deber de saber: El individuo de alto rango debe tener


conocimiento real o un deber de conocer que los delitos están siendo
cometidos o son muy probables de cometerse dentro de la
organización. Esto puede basarse en información disponible para
ellos o en su posición y responsabilidad en la organización.

156
CSJ 23 sep. 2015, rad. 34788

88
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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

iv) Contribución sustancial: La persona de alto rango debe haber


contribuido de manera sustancial a la comisión de los delitos a
través de su control, autoridad, influencia o acciones. Su
participación puede ser directa o indirecta, pero debe haber
desempeñado un papel importante en la comisión de los delitos.

7.1.4.- De la coautoría.

Conforme a los artículos 28 y siguientes del Código Penal, son dos las
modalidades en que se puede tomar parte del delito, bien como autor o
como partícipe, en cuanto a la primera se tiene que ésta corresponde al
que ejecuta la conducta con dominio del hecho sea que la realice
directamente o por intermedio de otro. Respecto de la figura de la
coautoría, ésta se divide en coautoría propia y coautoría impropia, cada
una con sus propias características y consecuencias.

7.1.4.1.- Coautoría Propia

En este tipo de coautoría, dos o más personas por acuerdo previo o


concomitante, ejecutan de manera conjunta y directa la conducta típica.

7.1.4.2.- Coautoría Impropia

Esta se presenta cuando varias personas por acuerdo previo o


concomitante, contribuyen de manera efectiva y determinante a la
ejecución de una conducta delictiva; teniendo cada uno de los coautores,
el codominio funcional del hecho. En este caso, no todos ejecutan de
manera directa la conducta típica, pero sí realizan un aporte fundamental
para su realización, al punto que cada uno codomina su ejecución.

Frente a la coautoría impropia la jurisprudencia ha señalado que rige el


principio de imputación recíproca según el cual, cuando existe una
resolución común al hecho, lo que haga cada uno de los coautores se
extiende a todos los demás conforme al plan acordado, sin perjuicio de que

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Delito: Desaparición forzada

las otras contribuciones individualmente consideradas sean o no por sí


solas constitutivas de delito157.

7.2.- Prueba testimonial.

Estima la Sala necesario hacer alusión a una situación probatoria que es


recurrente en este proceso, atendiendo el tiempo que ha transcurrido
desde la ocurrencia de los hechos y las distintas investigaciones que ha
adelantado la justicia colombiana, como quiera que varios testigos
declararon más de una vez, no solamente ante la justicia penal sino
también ante otros entes gubernamentales en épocas distantes; por ello,
dentro del estudio propuesto y conforme con lo establecido en los artículos
266 y siguientes de la Ley 600 de 2000, es necesario ponderar dicho paso
del tiempo en sus declaraciones frente a los cambios o contradicciones que
eventualmente se puedan observar en cada uno de ellos.

Bajo esta premisa, la jurisprudencia penal ha insistido que las diferencias


o pequeñas contradicciones que puedan existir en las varias declaraciones
o testimonios que haya brindado una persona no descartan de plano su
credibilidad, pues, por el contrario, señalamientos idénticos en las
distintas etapas del trámite demostrarían una narración aprendida y
preparada. Por ese motivo, corresponderá al juzgador establecer, con
fundamento en las reglas de la sana crítica, la credibilidad que se puede
otorgar a cada testimonio conforme el análisis que realice en cada caso:

“Cuando dentro de un proceso una misma persona rinde varias versiones, la regla
de experiencia enseña que bien pueden no coincidir en estricto sentido unas y
otras. Es más, una perfecta coincidencia podría conducir a tener el testimonio como
preparado o aleccionado. Las posibles contradicciones en que haya incurrido no
son suficientes para restarle todo mérito, pues “en tales eventos el sentenciador
goza de la facultad para determinar, con sujeción a los parámetros de la sana
crítica, sin son verosímiles en parte, o que todas son increíbles o que alguna o
algunas de ellas tienen aptitud para revelar la verdad de lo acontecido”. Por
manera que si el declarante converge en los aspectos esenciales, el juzgador no
podrá descartar sus dichos”158.

157
CSJ. SP2981-2018, 25 Jul 2018, MP Luis Antonio Hernández Barbosa Rdo. 50394
158
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia de 31 de agosto de 2011. Rad. 31761.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Dicha Corporación, también ha reiterado que lo relevante a la hora de


conceder mérito a los relatos del testigo, es su concordancia en aquellos
aspectos que sean esenciales, y no necesariamente en los secundarios. En
fallo del 30 de octubre de 2008 sostuvo lo siguiente:

“No se puede desconocer que asiste razón el demandante, como así también lo
admite el Ministerio Público en su concepto, cuando asegura que constituye regla
de la lógica, útil para establecer la veracidad de un dicho, la ausencia de
contradicciones en su interior.

Sin embargo, esa uniformidad se debe predicar respecto de lo esencial, no en


cuanto a aspectos meramente accesorios de la versión porque incluso en tal caso
puede despertar desconfianza y hasta contrariar una regla de la experiencia, como
así lo ha entendido la Corte:

“La idea del censor en cuanto a que se transgredió la sana crítica únicamente la
fundamenta en el hecho de que no podía otorgarse credibilidad al testigo porque
no fue absolutamente exacto en sus intervenciones, cuando precisamente lo que
enseña la experiencia es que un mismo hecho narrado por una persona en
instantes distintos por regla general no guarda total correspondencia en su texto o
en alguna de sus circunstancias, e igualmente que los cambios en los cuales
incurre, inclusive cuando están referidos a aspectos fundamentales, no constituyen
una razón para el descrédito definitivo de todas sus afirmaciones. En este último
evento, que no es el de examen -se aclara- la regla es que el testigo resulta
sospechoso y que es indispensable por lo tanto escudriñar y analizar con suma
rigurosidad las causas de la inconcordancia, en aras de determinar en dónde
mintió y en dónde no lo hizo. Es que ni siquiera la retractación del testigo, como lo
ha expresado la Sala, es por sí misma una causal que destruya de inmediato lo
que ha sostenido en sus afirmaciones precedentes, o que conduzca a su descrédito
total, sino una circunstancia que debe llevar al establecimiento del motivo de las
versiones opuestas, el cual debe ser apreciado por el Juez para determinar si le
otorga credibilidad a alguna de ellas y con qué alcances, naturalmente teniendo en
cuenta las demás pruebas del proceso”.

Entonces, aún si son admisibles contradicciones en lo fundamental de un


testimonio sin que ello en todos los casos conspire contra su credibilidad, con mayor
razón, por tanto, cuando se detectan en lo accesorio de la deposición, insuficiente
para inferir automáticamente que la prueba deba desecharse, pues siempre será
necesario, se reitera, determinar su convergencia con el acervo probatorio” 159.

De otro lado, frente a lo que se conoce como testimonio de oídas160, la


jurisprudencia penal ha tenido la oportunidad de pronunciarse para
aclarar que, si bien, es susceptible de valoración a pesar de ser una prueba
indirecta de los hechos, su credibilidad se valora con relación a la persona
que tuvo el conocimiento directo, su fuente de información y los sucesos
que rodearon su noción de los hechos:

159
Ibídem.
160
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia de 13 de agosto de 2014. Rad. 37924

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Delito: Desaparición forzada

“Si bien en la Ley 600 de 2000, procedimiento por el cual se regula este asunto, no
existe restricción para la valoración del testimonio de oídas, que también es
denominado testigo indirecto o de referencia, lo que acredita es el relato que otro
hizo respecto un suceso, mas no la veracidad del mismo.

No implica lo anterior que dicho mecanismo de verificación (testigo de referencia)


deba ser rechazado; lo que ocurre es que frente a las especiales características en
precedencia señaladas, es necesario estudiar cada caso en particular, analizando
de manera razonable su credibilidad de acuerdo con las circunstancias personales
y sociales del deponente, así como las de la fuente de su conocimiento, si ha de
tenerse en cuenta que el testigo de oídas no fue el que presenció el desarrollo de
los sucesos y que por ende no existe un real acercamiento al hecho que se pretende
verificar”161.

De acuerdo con la estructura propuesta en esta decisión, corresponde a la


sala abordar el estudio de los argumentos de la apelación, primero,
respecto de los desaparecidos -7.3- y, segundo, respecto de la
responsabilidad de los procesados en la conducta por la que fueron
acusados -7.4-.

7.3.- En este aparte se analizarán: i) los aspectos generales de lo


acontecido el 6 y 7 de noviembre de 1985, así como las particularidades
de lo actuado por las autoridades; ii) las pruebas obrantes que permitan
establecer la existencia u ocurrencia de la conducta, y de allí su
adecuación típica.

7.3.1.- Sobre los desaparecidos.

Mediante resolución de fecha 20 de enero de 2009, la Fiscalía 4° Delegada


ante la Corte Suprema de Justicia profirió acusación contra los procesados
como presuntos coautores del delito de desaparición forzada en once
personas: CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, CRISTINA DEL PILAR
GUARÍN, BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ, DAVID SUSPES CELIS,
GLORIA STELLA LIZARAZO FIGUEROA, LUZ MARY PORTELA DE LEÓN,
NORMA CONSTANZA ESGUERRA, GLORIA ANZOLA DE LANAO, HÉCTOR

161
Ibídem

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JAIME BELTRÁN FUENTES, IRMA FRANCO PINEDA y LUCY AMPARO


OVIEDO.

Sea lo primero señalar que, si bien, al momento de sustentar la apelación,


la fiscalía refirió que “del proceso emerge certeza sobre la responsabilidad de los
acusados (…) en la desaparición forzada de IRMA FRANCO PINEDA” y, en
consecuencia “se solicita al honorable Tribunal Superior de Bogotá, revocar
parcialmente la decisión atacada y proferir en su lugar sentencia de condena en
contra de los acusados como coautores del delito de desaparición forzada en el
caso antes mencionado”162, en el recurso de apelación sustentado por el
representante de ENRIQUE RODRÍGUEZ, reconocido como parte civil, se
solicita que se revoque la decisión para, en su lugar, condenar a los
procesados por la desaparición forzada de la totalidad de quienes aparecen
como víctimas de ese delito.

Así las cosas, la sala deberá estudiar la situación de la totalidad de las


víctimas referidas en la resolución de acusación, pues ello es propio del
debate planteado en los recursos.

Con el objeto de analizar si, como lo señalara uno de los recurrentes, las
once personas referidas se encontraban al interior del Palacio de Justicia,
sobrevivieron el enfrentamiento armado, salieron con vida del recinto y,
con posterioridad, fueron desaparecidas forzadamente, al ser sustraídas
del amparo de la ley, se deberá: i) realizar un análisis global de la labor
judicial primera y de criminalística que se llevó a cabo los días siguientes
a la toma del Palacio de Justicia, un estudio sobre los cadáveres
recuperados y su entrega –incluso remisión a fosa común, y las
exhumaciones y estudios de ADN; todo ello con el fin de establecer el
manejo dado a la escena del crimen y el posterior análisis de los cuerpos
hallados sin vida, para establecer si hubo plena y legal identificación de
éstos, y las singularidades presentadas, o si, por el contrario, persisten en
la actualidad dudas respecto de ese procedimiento y, por consiguiente,
frente a dicho aspecto.

162
Folio 77 del cuaderno original de la causa No. 12.

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Delito: Desaparición forzada

Luego de lo anterior se ii) realizará un análisis individualizado de cada una


de las personas que se dicen desaparecidas forzadas, a fin de determinar:
a) su presencia en las instalaciones del Palacio de Justicia para el
momento en que inició el ataque armado; b) si está acreditado que no se
encontraron sus restos mortales entre las víctimas de la toma y retoma
y/o qué otros elementos existen para acreditar su salida sin vida del
palacio y, finalmente, c) si, revisados los dos precitados puntos, se acredita
su paradero o no desde el momento en que ocurrieron los hechos.

De otra parte, es preciso aclarar que el estudio se ceñirá a lo ocurrido con


las personas que, se dice, fueron desaparecidas forzosamente en los
hechos acaecidos en el Palacio de Justicia los días 6 y 7 de noviembre de
1985, por lo que el hecho concreto del enfrentamiento de las Fuerzas
Militares y el DAS contra el grupo de guerrilleros del M-19 que ingresó a
la edificación y las conductas penalmente relevantes que pudieron ocurrir
durante el mismo no son propios de este estudio.

7.3.1.1.- Análisis de la labor judicial y de policía judicial en el caso Palacio


de Justicia.

En el presente acápite se hará una valoración sobre la escena de lo


acaecido después de la toma y la recuperación del edificio.

7.3.1.1.1.- El manejo de la escena.

Al respecto se encuentra demostrado que la orden para iniciar con los


levantamientos de los cuerpos sin vida producto del enfrentamiento
armado se produjo mientras los combatientes mantenían el fuego, y que
el primer traslado se realizó por personal perteneciente al escuadrón de
bomberos, la Defensa Civil y la Cruz Roja, sin que, por las dinámicas
propias del momento, se garantizara la fijación e inspección del lugar
donde fueron hallados los cadáveres.

Así lo afirmó el doctor CARLOS DARÍO MORALES ÁLVAREZ, entonces


Juez 78 de Instrucción Penal Militar, quien en declaración jurada precisó

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que el levantamiento de varios cuerpos sin vida se realizó “en la esquina de


la Plaza de Bolívar, costado nor-occidental, otros por la calle 11, unos treinta o
cuarenta metros debajo de la carrera 8ª donde fueron sacados (…) ya que en esos
momentos aún había el enfrentamiento entre los subversivos y el Ejército dentro
del Palacio de Justicia”163.

Por su parte, el Coronel PEDRO ANTONIO HERRERA MIRANDA, quien


para la fecha ostentaba el cargo de comandante de la Quinta Estación y
del Segundo Distrito de la Policía de Bogotá, aseguró en su declaración
que “…antes de terminada la mañana se me encargó de la evacuación de los
occisos que se encontraban en la primera planta para que el Juez realizara el
correspondiente levantamiento… después del asalto final o de la terminación del
operativo estuve en la tarea de evacuación de los muertos a la plazoleta del primer
piso donde se encuentra el monumento a Márquez, allí se bajaron todos los muertos
y se les practicó el levantamiento respectivo…”164.

Este manejo de los cuerpos sin vida de las primeras víctimas fue también
corroborado por el Capitán de la Policía JOSÉ ANTONIO TATIS PACHECO,
quien en su calidad de Jefe de la Sección Técnica de la DIJÍN participó en
dicha actividad; precisó que agotado el combate “(…) El día jueves siete se
alcanzaron a realizar algunos levantamientos y se inició la labor aproximadamente
a las cuatro o cinco de la tarde y se suspendió aproximadamente a las seis de la
tarde (…) Al día siguiente, viernes, entramos a las siete y cuarto de la mañana
aproximadamente y para esa hora, se encontraban dentro del edificio, gente de la
cruz Roja(sic), defensa Civil(sic) y Bomberos, bajando cadáveres aproximadamente
había un grupo de unos doce cadáveres que habían llevado la (sic) patio de la
primera planta”165.

El mayor GUSTAVO SOCHA SALAMANCA, quien para la fecha ejercía


como Jefe de la División de Criminalística de la Policía Nacional:

“…había bomberos, funcionarios de la Defensa Civil, soldados, que transportaron


algunos cadáveres al piso (sic) y se hizo el levantamiento en una forma no original,
lógicamente que ni el personal técnico ni los jueces habían hecho su aparición,

163
Folio 113 del cuaderno original de la instrucción, anexo No. 8.
164
Folio 6 del cuaderno original de la instrucción No. 82, Anexos
165
Folio 15 del cuaderno original IP 070, anexo 3 libro 3. Declaración del 12 de enero de 1985.

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Delito: Desaparición forzada

porque ya después, apenas se dio cuenta de esa deficiencia se ordenó que no se


hiciera ningún transporte de cadáveres…”166.

En el mismo sentido, el teniente JAIME HERNANDO CUERVO ÁLVAREZ,


quien se desempeñaba como jefe de un turno de las Unidades Móviles de
Levantamiento de Cadáveres, perteneciente a la DIJÍN, señaló que, al
ingresar al Palacio de Justicia, “los cadáveres estaban en el primer piso del
palacio. Según tengo entendido los habían bajado y había funcionarios de la Cruz
Roja, Defensa civil y Ejército, pero cuando llegamos los cadáveres ya estaban
ahí.”167.

Lo anterior da cuenta del manejo indebido de la escena de los hechos, así


como el traslado irregular de los cadáveres por personal que no ostentaba
en ese momento funciones de policía judicial, entre otros: miembros de
bomberos, de la Defensa Civil y de la Cruz Roja; al punto que, incluso, un
día después de finalizado el enfrentamiento, el traslado de los cuerpos
inició antes que los responsables llegaran al lugar del suceso.

Tan irregular el tema del manejo de la escena, que por lo menos de uno de
los levantamientos de restos que quedaron entre los escombros del primer
piso, fue realizado en diligencia del 10 de noviembre de 1985 por parte de
la justicia ordinaria.

Más aun, días después de terminada la toma de los insurgentes, algunos


empleados de la empresa de aseo contratada para la limpieza de la
edificación informaron el hallazgo de partes de cuerpos que no fueron
identificados y embalados adecuadamente.

Sobre el punto, el señor JAIME ANTONIO GAMBOA informó que el día 18


de noviembre de 1985, laboró en la limpieza del Palacio de Justicia, y
durante dicha labor “…yo me encontré en el tercer piso un pedazo de cráneo, un
pedazo de cabeza, olía feo nosotros le dijimos al supervisor y eso lo botamos, eso
se lo llevó la volqueta no sé dónde los botarían … ese cráneo estaba completamente
carbonizado, estaba entre las cenizas, era un pedazo de cráneo y tenía pelo como

166
Folio 238 del cuaderno original de la instrucción No. 82, Anexos. Declaración del 19 de enero de 1988.
167
Folio 50 del cuaderno original de la instrucción No. 82 A, anexos. Declaración del 2 de febrero de 1988.

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en la corona, y por orden del supervisor señor Flórez, lo echamos en la volqueta


con las cenizas y demás escombros”168.

Por su parte, el señor JOSÉ MIGUEL PERILLA, también empleado de la


empresa Serviaseo encargada de la limpieza del lugar, adujo lo siguiente:
“(…) en el tercer y cuarto piso se encontraron huesos pequeños, al parecer de manos
y partes del cráneo; también vi un pedazo de cráneo en el patio y nos (sic) aviso a
la autoridad porque a nosotros no nos dijeron que teníamos que guardar eso. Nos
avisaron, pero después de que se había botado”169.

Lo anterior es ratificado por el señor JULIO CÉSAR VALENCIA DÍAZ,


también integrante de la empresa de aseo, y quien afirma que durante el
periodo comprendido entre el 19 de noviembre de 1985 y los primeros días
de enero de 1986, prestó sus servicios para la limpieza de lo que quedaba
en el Palacio de Justicia, y allí, “cuando estuvimos en la limpieza del cuarto
piso encontramos unos restos, unos huesos, no se distinguía, porque estaban entre
las cenizas, porque uno los tocaba eran cenizas (…) en esos momentos le avisamos
a un policía que estaba ahí y no nos hizo caso, avisamos a dos policías que llegaron
en ese momento y empezaron a buscar a ver si encontraban algo y cerca donde
estaban los restos calcinados, encontraron una pistola”170. En el mismo sentido,
el señor LUIS EDUARDO GARCÍA BALLESTEROS señaló que encontró lo
que cree que era un pedazo de codo y huesos pequeñitos, y los botaron171.

Igualmente, se acreditó que varios de estos levantamientos y las


inspecciones a los lugares alrededor del Palacio se llevaron a cabo el
segundo día de los enfrentamientos y una vez finalizada la recuperación
del recinto, el día 8 de noviembre del mismo año172.

Todas estas evidencias acreditan la gravedad de las omisiones de la policía


en este procedimiento; dando cuenta del inadecuado manejo de los

168
Folio 159 del cuaderno original de la instrucción No. 10, Anexos.
169
Ibídem, folio 121.
170
Ibídem, folio 162.
171
Ibídem, folio 48.
172
Como lo refiere el Juez 78 de Instrucción Penal Militar: “…terminando nuestra labor aproximadamente a la una de la
tarde del viernes ocho de noviembre…”, folio 113 del cuaderno original de la instrucción, Anexo 8. El Juez 86 también
trabajó hasta el viernes 8 de noviembre “…me correspondió el levantamiento de varios cuerpos totalmente incinerados en
el cuarto piso de la Corte Suprema de Justicia…”, folio 116 del cuaderno original de la instrucción, Anexo 8.

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cuerpos sin vida, dificultando e incluso imposibilitando el esclarecimiento


de los hechos, frente a este punto en concreto.

Así, tanto los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional a quienes fue


designada la misión de realizar el levantamiento de los cuerpos sin vida
que se hallaban dentro del recinto, como los jueces de instrucción penal
militar, que también intervinieron en dicha actividad, son contestes en
señalar que los primeros cadáveres fueron trasladados por personal ajeno
a dichas instituciones, sin que se hubiera garantizado un adecuado
manejo de la escena del crimen que permitiera identificar, embalar y
recolectar todos los elementos que pudieran proveer una identificación
exacta de los cadáveres, o que ofrecieran indicios sobre la manera en que
se produjo su muerte.

Las nefastas consecuencias de estos yerros fueron resaltadas por el ya


citado Capitán TATIS PACHECO, al indicar que: “Debo resaltar que esta
movilización de cambio de lugar de los cadáveres (sic) en parte dificultó la
identificación de algunos de ellos, pues algunos cuerpos, como la Cruz Roja, los
Bomberos, con muy buena voluntad cambian de sitio el cadáver, pero no tuvieron
en cuenta de al mismo tiempo ubicar ciertas pertenencias que pudieran servir para
la identificación, y esto lo digo porque en los pisos se podía observar elementos
como gafas, recibos, relojes quemados, cosas que no tenían ningún valor comercial,
pero que sí técnicamente eran una gran ayuda para la posterior identificación de
los restos”173.

El coronel (r) PEDRO ANTONIO HERRERA MIRANDA dijo: “(…) Exactamente


no sé quién dio la orden, lo que si vi era que habían equipos del F-2 en esa
actividad, luego los bajaron y allí estuve yo organizando la evacuación de los
mismos ya que se hacía necesario evitar que periodistas y curiosos interrumpieran
la actividad de los funcionarios que estaban en esa labor ”174.

Sobre el particular, el teniente coronel de la Policía JAIRO ALONSO VÉLEZ


BARRAGÁN aseguró que el día de los hechos le fue encomendada la
coordinación del levantamiento de los primeros cadáveres que fueron

173
Folio 16 del cuaderno original IP 070, anexo 3 libro 3. Declaración del 12 de diciembre de 1985.
174
Folio 7 del cuaderno anexo 82. Declaración de 27 de octubre de 1987.

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evacuados del edificio175, actuación que adelantó con el entonces capitán


TATIS PACHECO; sin embargo, este último aclaró en su declaración que
el ingreso del personal de la DIJÍN a la edificación necesitó del permiso
previo del Ejército, que tenía el control del lugar: “(…) para que el personal
de la Dijin pudiera entrar al palacio, hubo necesidad de solicitar permiso al Ejército
quien controlaba la edificación, por razones de unidad en el mando y las (sic)
trascendencia del hecho…”176

Esta aseveración, sin embargo, resulta contradictoria con lo dicho por el


entonces capitán del Ejército LUIS ROBERTO VÉLEZ BEDOYA, quien
afirmó que, una vez finalizado el enfrentamiento con el último reducto de
milicianos, “se ordenó al personal desalojar el edificio para que entrara el
personal de la Policía Judicial, hiciera los respectivos levantamientos y luego
bajaron (sic) todos los cadáveres al patio principal del primer piso”177.

El manejo indebido de la escena de los hechos por quienes no estaban


autorizados para ello, impide tener claridad respecto de cuerpos, situación
personal en el edificio, ubicación de los restos en el recinto, identificación
o individualización.

7.3.1.1.2.- Según lo establecido, las primeras autoridades que se hicieron


cargo de los levantamientos, fueron jueces de la justicia penal militar, y
no de la justicia ordinaria.

A pesar de la magnitud del suceso y las dificultades que representaba la


revisión del recinto y el levantamiento de numerosas víctimas, los
levantamientos fueron realizados solamente por tres jueces de la justicia
penal militar, sin que se tenga claridad sobre la autoridad que dispuso que
solamente estos tres funcionarios realizaran esta labor, ni las razones por
las cuales los jueces de la jurisdicción ordinaria, no se hicieron presentes.

175
Folio 24 del cuaderno original de la instrucción anexo No. 8. Declaración del 26 de noviembre de 1985.
176
Folio 17 del cuaderno original IP 070, anexo 3 Libro 3. Declaración del 12 de diciembre de 1985.
177
Folio 54 del cuaderno original de la instrucción No. 81, Anexos. Declaración del 16 de marzo de 1987.

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En cuanto a las razones por las cuales dicha actividad no fue realizada por
los jueces de instrucción criminal, esto es de la justicia ordinaria, existen
planteamientos contrarios en las distintas declaraciones: de un lado,
aquellos que destacan una falta de su presencia al ser requeridos –versión
de miembros de la Policía Nacional-, y de otro, de los propios jueces
quienes indicaron, que no fueron llamados para asumir el caso, estando
dispuestos para hacerlo.

Muestra de lo primero es la versión del mayor SOCHA SALAMANCA, quien


al ser cuestionado sobre este aspecto aseguró que: “Tengo entendido que en
la estación cien en varias oportunidades llamaron al Servicio de jueces
permanentes que se encontraban de turno ese día y al parecer no hubo reacción
inmediata a la petición que hacía la estación cien para iniciar las respectivas
diligencias judiciales dado los resultados de la toma del palacio de justicia”178; o,
el capitán TATIS PACHECO, al asegurar que no siempre se contaba con
los jueces de instrucción criminal por distintos aspectos como la hora, el
lugar o disponibilidad de los mismos179.

Por el contrario, varios jueces de instrucción criminal, aseguraron que


estuvieron prestos y disponibles para las actividades de identificación y
levantamiento de los cadáveres, pero que, por uno u otro motivo, no fueron
convocados a dicha actividad.

Así lo indicó la Dra. DORA ESPERANZA MURILLO REY –para entonces


Juez 13 de Instrucción Criminal-, en cuya declaración afirmó: “pregunté al
teniente que se encontraba de turno, si nos dispondríamos a la práctica de los
citados levantamientos, a lo cual me respondió sin vacilaciones, que estos los
estaba realizando la Justicia Penal Militar, por razones de seguridad”180; también
la Dra. Gladys Valderrama de Peña, Juez 56 de instrucción criminal: “El
juzgado no practicó levantamiento alguno de cadáveres de las víctimas del Palacio
de Justicia, por cuanto los tres llamados que al efecto recibimos para acudir allí no
fueron confirmados y al no haberse terminado las acciones se nos dijo que no
dejaban pasar a nadie”181.

178
Folio 239 del cuaderno original de la instrucción No. 82, Anexos.
179
Folio 16 del cuaderno original IP 070, anexo 3 Libro 3. Declaración del 12 de diciembre de 1985.
180
Folio 74 del cuaderno original de la instrucción No. 70, Anexos. Declaración jurada de 20 de enero de 1986. En el mismo
sentido, los juzgados 8, 88, 31, 55. Folios 77 y ss., ibídem.
181
Folio 104 del cuaderno original de la instrucción No. 70, Anexos. Declaración jurada de 24 de enero de 1986.

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Sobre el punto, la Dra. GRACIELA GÓMEZ DE PULIDO, entonces


Directora Seccional de Instrucción Criminal, es quien ofrece la información
más puntual sobre la ausencia de los jueces de instrucción criminal en el
levantamiento de los cuerpos, ya que, al parecer, alguna autoridad dispuso
que dicha labor fuera cumplida por la justicia penal militar. Dijo en
declaración rendida el 15 de enero de 1986:

“…Concretamente para los días seis y siete, no me fue solicitada misión especial
alguna. Obviamente seguimos el desarrollo de los acontecimientos en la radio y en
la prensa. Ya hacia el día siete, por la tarde, cuando se empezaron a evacuar los
primeros cadáveres, llamé a la Estación Cien y al Departamento de Policía Bogotá;
el oficial que me respondió, un capitán al parecer, cuyo nombre no recuerdo, le
manifesté que si había necesidad de reforzar el grupo de Jueces de Permanencia,
disponíamos de quince ambulantes. Él me dijo que me llamaría. Posteriormente,
me reuní con el grupo de Jueces Ambulantes que localicé en el edificio y volví a
llamar, si mal no recuerdo, al Departamento de Policía Bogotá y allí se me informó,
que había un grupo de Jueces Penales Militares, colaborando con dichos
levantamientos. Debo aclarar que los Jueces Ambulantes son los únicos que
pueden desplazarse mediante autorización (Resolución) de la Dirección Seccional.

Así las cosas, y concretándome a su pregunta, el día seis y siete, no se me hizo
petición alguna, si mal no recuerdo el sábado o domingo recibí una llamada del
señor Ministro, en que me preguntaba si los jueces de Instrucción estaban haciendo
levantamiento. Yo le referí que había ofrecido un grupo de ambulantes, pero que se
me había informado que los jueces de Instrucción Penal Militar los estaban
haciendo…”182.

7.3.1.1.3.- Errores y actividad deficiente en los levantamientos, que se vio


reflejado en las necropsias.

Se estableció la existencia de dobles actas de levantamiento y la


correspondiente falta de concordancia documental y de objetos; unas
realizadas a mano y otras transcritas a máquina por los juzgados de
instrucción penal militar183.

En lo que toca con las pertenencias que acompañaban algunos restos


humanos, se hallaron también serias inconsistencias entre las diferentes
actas (a mano y a máquina), que supuestamente se referían al mismo
levantamiento, así:

182
Folio 5 del cuaderno original de la instrucción No. 70, Anexos. Declaración de 15 de enero de 1986.
183
El teniente CUERVO de la Policía Nacional expuso que “…primero las actas se hicieron a mano y posteriormente se
pasaron a máquina por los respectivos jueces…”, folio 54 del cuaderno original de la instrucción No. 82 A, Anexos.
Declaración del 2 de febrero de 1988.

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1.- Protocolo No. 3828-85: N.N o JOSÉ GERARDO MALAVER (folio 28


cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa de juicio, No. 4); Acta
de levantamiento No. 1144. En el acta de levantamiento hecha a mano, no
aparecen consignadas pertenencias del cadáver en el respectivo apartado
de “prendas de vestir”184; sin embargo, en segunda acta, elaborada a
máquina, se relaciona: “un anillo grabado con el símbolo de la justicia, color
amarillo y un reloj color amarillo, los anteriores elementos se encuentran semi-
destruidos por el fuego”185. En ninguna de las dos aparece acta de
reconocimiento de cadáver.

2.- Protocolo No. 3826-85, CECILIA CONCHA ARBOLEDA (folio 15


cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa de juicio No. 4); Acta
de levantamiento No. 1145 (calcinada – auxiliar de magistrado). En el acta
obrante en Medicina Legal (realizada a mano), no aparecen consignadas
pertenencias del cadáver186. En la siguiente acta elaborada en máquina de
escribir se relacionan las siguientes pertenencias: “aro de un monedero
metálico, cuatro (4) hebillas, un frasco al parecer de perfume, un anillo color
amarillo, un anillo color blanco, un esfero metálico destruido, un llavero con
10 unidades y un cortaúñas, todos estos elementos se encuentran
semidestruidos por el fuego”187.

3.- Protocolo No. 3819-85: N.N. Mujer, acta de Levantamiento No. 1146
(calcinado). En el acta obrante en Medicina Legal (hecha a mano) no
aparecen consignadas pertenencias del cadáver188. En el acta elaborada a
máquina se relacionan las siguientes pertenencias: “collar de chaquiras,
máscara antigas, un reloj desechable, todos estos elementos se encuentran
semiquemados”189.

4.- Protocolo No. 3806-85: N.N. Al parecer femenino o ANA BEATRIZ


MOSCOSO (folio 129 cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa
de juico No. 3); Acta de Levantamiento No. 1180. En el acta obrante en

184
Folio 31 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 4.
185
Folio 235 del cuaderno original IP. 070, Libro No. 11.
186
Folio 18 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 4.
187
Folio 239 del cuaderno Original IP. 070 Libro No. 11.
188
Folio 298 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio 3.
189
Folio 244 del cuaderno original IP 070, Libro 11.

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Medicina Legal (hecha a mano) no aparecen consignadas pertenencias del


cadáver190, mientras que en el acta elaborada a máquina se relacionan las
siguientes pertenencias: “se halló en su poder los siguientes elementos:
pulsera metálica de un reloj totalmente calcinado, un tablero del reloj y una
pequeña lata de metal” 191.

5.- Protocolo No. 3812-85: RUTH MARIELA ZULUAGA DE CORREA (folio


198 cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa de juicio No. 3),
acta de Levantamiento No. 1181. En el acta obrante en Medicina Legal
(hecha a mano) no aparecen consignadas pertenencias del cadáver192. En
el acta realizada en máquina se relacionan las siguientes pertenencias: “Se
le halló en su poder: un anillo en forma de pirámide, una cadena delgada,
dije con cara de mujer, un dije en forma de trébol” 193.

6.- Protocolo No. 3798-85: BLANCA INÉS RAMÍREZ (folio 8, cuaderno


original de pruebas trasladadas en etapa de juicio No. 3); Acta de
Levantamiento No. 1185. En el acta obrante en Medicina Legal (hecha a
mano) no aparecen consignadas pertenencias del cadáver194. En el acta
elaborada a máquina se relacionan las siguientes pertenencias: “un parcial
metálico, un reloj de dama, cuatro (4) llaveros con catorce unidades, un
esfero metálico, una navaja, una polvera, un botón, todos estos elementos
se encuentran semidestruidos por el fuego” 195.

7.3.1.1.4.- Conclusiones respecto del trabajo de policía judicial y


autoridades judiciales.

Primero, los jueces de instrucción criminal disponibles en Bogotá para la


fecha del suceso no realizaron actuación alguna en la identificación,
traslado y levantamiento de los cadáveres, sino que dicha labor fue
asignada a tres jueces de instrucción penal militar.

190
Folio 123 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio 3.
191
Folio 116 del cuaderno original IP 070, Libro 12.
192
Folio 201 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 3.
193
Folio 129 del cuaderno original IP 070, Libro No. 12.
194
Folio 12 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 3.
195
Folio 155 del cuaderno original IP 070, Libro No. 12.

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Según lo establecido, la actuación de los organismos de socorro, frente al


manejo de la escena y de los cadáveres, se dio por la instrucción de las
autoridades que estaban respondiendo en ese momento específico por el
lugar de los hechos.

Independiente de ello, es claro que el inadecuado manejo de la escena de


los hechos, impide establecer la situación real de muchas de las personas
que fueron señaladas en principio, por el ente acusador, como
desaparecidas.

7.3.1.2.- Sobre las pruebas que dan cuenta de los cadáveres recuperados:
inspección, necropsia, reconocimiento, entrega o inhumación en fosa
común.

En este aparte se deberá estudiar i) la manera en que se realizaron los


levantamientos e inspecciones a los distintos cuerpos, que incluyen el
traslado efectuado dentro de la edificación judicial, así como las
actuaciones que se realizaron sobre varios de ellos; para luego ii) examinar
todo lo plasmado en las actas de necropsia y sus paralelos con las actas
de levantamiento; seguidamente iii) se revisarán algunos de los
reconocimientos de cadáveres por los familiares y allegados, así como el
procedimiento de su entrega; y, finalmente, iv) casos en los que hubo falta
de identificación de los cuerpos y los trámites de inhumación en fosa
común.

7.3.1.2.1.- Como quedó demostrado en el aparte anterior, fue irregular el


movimiento de cadáveres por parte de miembros del ejército, la policía,
bomberos y defensa civil; ese se hizo por fuera de los marcos legales, lo
que imposibilitó la verificación del lugar y objetos que se encontraban
alrededor de los cuerpos, y que habría permitido una identificación de los
mismos.

Esto sucedió no solo respecto de los cadáveres calcinados, sino también


con los cuerpos de otras víctimas ubicadas en distintos sitios, como
aquellos hallados en el baño entre el segundo y tercer piso, en relación con

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los cuales no se tiene acta de inspección a cadáver en razón a que fueron


transportados al primer piso.

En relación con los cadáveres calcinados, debe decirse que la deficiencia


en el manejo de la escena de los hechos ocasionó que se perdieran muchos
elementos de prueba útiles para el proceso de identificación plena de los
cuerpos, tal como sucedió con los restos del magistrado EMIRO
SANDOVAL HUERTAS –caso que será analizado más adelante- e inclusive
con algunos miembros de la policía196.

La ausencia de fijación fotográfica, de la descripción donde fueron hallados


los cuerpos, así como del sitio donde fueron encontrados los diferentes
elementos personales197, impidió determinar, en la mayoría de los casos,
la identificación de los restos humanos.

Otro aspecto que afectó el procedimiento de criminalística, corresponde a


la falta de técnica y apoyo científico para adelantar los levantamientos e
inspección del lugar en donde probablemente habrían quedado los restos
humanos, prueba de ello, es que en la mayoría de actas se plasmó que el
cuerpo fue hallado en “posición natural”, sin aclarar en qué parte de la
edificación o con exactitud qué elementos tenía a su alrededor.

Esto permitió inconsistencias como la señalada en el Protocolo No. 3797-


85, acta de levantamiento No. 1183, que si bien corresponde a un N.N.
hombre, y aun cuando en el acta realizada a mano198 no se indica
pertenencia alguna, en aquella plasmada en máquina se refiere lo
siguiente: “se encontró un reloj, cuatro llaves, una polvera, un collar, todos
estos elementos fueron destruidos por el fuego” 199.

Lo mismo ocurre con el Protocolo No. 3793-85, acta de Levantamiento No


1176, correspondiente al magistrado RICARDO MEDINA MOYANO, cuyo

196
Folio 15 del cuaderno original IP 070, anexo 3 Libro 3. Declaración del 12 de enero de 1985. Declaración CT TATIS
PACHECO.
197
Actas de levantamiento: 1115, 1116, 1117, 1155, 1156, 1163, 1164, 1166, 1167, 1168, 1186, 1187, 1192 y 1193.
198
Folio 4 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 3.
199
Folio 141 del cuaderno original IP 070, Libro No. 12.

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cuerpo aparece calcinado, pero al narrar los elementos o pertenencias


halladas a su alrededor, se indica: “1 reloj Citizen de mujer watch co”200.

7.3.1.2.2.- Respecto de las actas de necropsia y sus paralelos con las actas
de levantamiento hay un aspecto que resulta necesario examinar. La labor
de los jueces penales militares y la policía judicial encargada de la parte
legal hizo más difícil y compleja la actividad de los patólogos que realizaron
las necropsias.

Sea lo primero señalar que la labor realizada por los servidores de la policía
judicial se caracterizó por su falta de técnica, tal como se puede inferir de
las respuestas aportadas por los diferentes peritos ante el Juzgado 3° de
Instrucción Criminal: “…Es importante anotar la pobreza y mala técnica de las
diligencias, del levantamiento de los cadáveres (sic) llevados a cabo en el patio
interno del edificio, y la pérdida de información vital, como la ubicación exacta de
los cadáveres (sic) quemados, área donde se inició el incendio, los cuerpos
sometidos a él, su deterioro por acción del calor, la duración del incendio, hubiera
permitido afirmar o negar con certeza la pregunta formulada…”201.

Bajo esta misma consideración, y en cuanto a la posibilidad que dos


cuerpos incinerados se pudieran confundir en uno solo por el resultado
mismo de la conflagración, los expertos adujeron: “…Si bien es posible que
dos cuerpos humanos reducidos a restos óseos carbonizados puedan ser
confundidos por funcionarios que realizaron el levantamiento como uno solo, no es
este el caso al ser examinados por encontrar duplicidad de estructuras orgánicas
vgr: dos cráneos, tres o cuatro fémures, dos pelvis, etc., que indicaría de la
presencia de más de un cuerpo humano, por lo tanto insistimos otra vez que la
técnica utilizada en el levantamiento y no en el sitio donde se encontraban los
cadáveres o restos óseos, sino en otro sitio del Palacio, pudo conducir a que los
restos humanos se hayan mezclado y dificultado su identificación... ”202.

Sobre el particular, se cuenta con la declaración de la Dra. GLORIA


MERCEDES JIMÉNEZ, quien al ser interrogada sobre lo ocurrido frente al
acta No. 3794-85, en la que aparecen restos humanos de por lo menos dos

200
Folio 89 del cuaderno original IP. 070 Libro No. 12.
201
Folio 231 y s.s. del cuaderno original IP. 070, anexo No. 5. Oficio de enero 8 de 1988.
202
Ibídem.

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personas, y que fueron entregados como del Dr. EMIRO SANDOVAL


HUERTAS, adujo lo siguiente: “… se hubiera requerido la presencia de
Patólogos Forenses o médicos generales con algún entrenamiento en medicina
legal, en el sitio de levantamientos; hacer un levantamiento por sectores para
delimitar así qué personas habrían podido estar en ese sitio y evitar así las
confusiones de restos y pertenencias al desplazar los cadáveres para hacer el
levantamiento en otro sitio diferente…”.203

Conforme tales puntos de vista de los médicos legistas, es claro que estas
eventualidades ocurrieron con un alto número de cadáveres; en particular
aquellos que se encontraban calcinados.

Sobre el punto, el mayor SOCHA SALAMANCA afirmó que: “…hubo un caso


particular creo que tres o cuatro cadáveres (sic) de la pequeña porción de lo que
correspondía a los miembros (sic) superiores se encontraban como abrazados y
desde el punto de vista técnico se trató de separar tales cadáveres y alli (sic) se
localizaron unas fracciones de documentos de uno de ellos que correspondían al
doctor ALFONSO REYES ECHANDÍA…”204.

Por su parte, el teniente CUERVO ÁLVAREZ también señaló que, en varios


casos, los cuerpos sin vida se encontraban muy cerca unos de otros, lo
que dificultaba identificar e individualizar los cadáveres: “…Es de anotar que
se encontraban muy cerca, muy agrupados, por lo cual siempre se le dificultaba a
uno diferenciar uno de otro puesto que todo estaba carbonizado y tratamos en lo
posible de diferenciar uno de otro para así (sic) posteriormente llevarlos a Medicina
Legal … De esos se encontraban incluso unos encima de otros, entonces, se nos
imposibilitaba diferenciar uno de otro, pero sin embargo nosotros hicimos hasta lo
imposible”, agregando, ante la pregunta sobre la razón por la que no se
separaran los dos restos, que, “…durante el desarrollo tengo entendido que se
realizó este hecho porque era difícil la separación o diferenciación de uno y otro
cadáver, porque si se hacía la separación de uno y otro, había una mayor
desintegración, esto se aclaró como lo dice el acta para que el patólogo o patóloga
hiciera la diferencia…”205.

203
Folio 240 del cuaderno original de la instrucción No.81, Anexos
204
Folio 248 del cuaderno original de la instrucción No. 82 Anexos.
205
A folio 49 Cuaderno Original de la Instrucción No. 82 A, Anexos.

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7.3.1.2.3.- Con relación al reconocimiento y entrega de los cadáveres, es


preciso señalar que se trató de un proceso que no fue atendido por los
patólogos sino por otros funcionarios del Instituto Nacional de Medicina
Legal, como por ejemplo GERARDO RAFAEL DUQUE, JORGE CARREÑO
USGAME y HÉCTOR ARMANDO ALVARADO206; procedimiento en relación
con el cual resulta necesario analizar dos elementos puntuales, esto es, la
actividad realizada por los servidores de Medicina Legal y la labor
desarrollada por miembros de la Policía Nacional.

En cuanto a lo actuado por los primeros de ellos, es importante señalar


que los reconocimientos de varios cuerpos sin vida, en especial de aquellos
cadáveres calcinados, se realizó de acuerdo con las prendas o elementos
que se encontraban cerca y que sus familiares o allegados podían
identificar, aspecto que les permitía señalar si determinados restos
humanos correspondían a una persona en particular.

A partir de lo anterior es evidente que al realizar la identificación y entrega


de los cadáveres, no se contemplaron los errores que se habían cometido
en el levantamiento de los cuerpos sin vida, ni tampoco las inconsistencias
al consignar los elementos y bienes que se encontraban alrededor de los
despojos mortales; de manera tal que no es posible afirmar con plena
certeza que en la identificación y entrega de los restos, especialmente
aquellos calcinados, el proceso fue confiable, ni menos que la verdadera
identidad de los cuerpos fue realmente establecida.

Por este motivo, esta instancia considera importante relacionar los eventos
en que existieron graves inconsistencias que impiden alcanzar plena
certeza respecto de las personas reconocidas:

a.- Protocolo No. 3794-85 – Acta de Levantamiento 1100: Se trata de los


restos incinerados que fueron identificados como EMIRO SANDOVAL
HUERTAS, magistrado auxiliar. Dicho reconocimiento se obtuvo por un
compañero de trabajo a partir de su dentadura y una corbata morada; no

206
A folio 72 Cuaderno Original de la Instrucción No. 82 A, Anexos.

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obstante, revisado con detenimiento el protocolo de necropsia aludido207,


se observa que en el mismo se hace referencia a la descripción de al menos
dos cadáveres adultos.

Así pues, es evidente un primer error grave en los procesos de


reconocimiento, pues aun cuando el protocolo correspondiente afirma que
se trata de dos cuerpos sin vida, estos fueron entregados como si se tratase
de solo uno. Sobre el punto, la patóloga encargada de hacer la necropsia,
en testimonio rendido el 17 de marzo de 1987, aseguró lo siguiente:

“…al hacer la descripción de los restos examinados es difícil decir que


corresponden a un solo cuerpo, ya que los fragmentos de columna vertebral no se
corresponden exactamente, esos hallazgos son habituales en este tipo de tragedias
donde hay fragmentación y carbonización de los cuerpos. Además vienen
separados de los fragmentos de columna descritos, vísceras que bien podrían
corresponder a otro cadáver, esos hallazgos se podrían explicar por las dificultades
y fallas existentes en los levantamientos de los cadáveres, ya que no se tomaron
las medidas apropiadas para este procedimiento. Se hizo la descripción en un solo
protocolo porque venían registrados en una sola acta de levantamiento, tendría que
esperar a ver cómo se hizo el reconocimiento, porque como en la mayoría de los
casos de los incinerados, éste dependió básicamente de la aprehensión de
pertenencias a determinados restos…”208.

La declarante añadió que desconocía si los cadáveres se entregaron a los


familiares como uno solo, pero enfatizó que se trataba de dos cuerpos
adultos sin vida. Aclaró, sin embargo, que no era posible separarlos puesto
que existía solamente un acta de levantamiento; por consiguiente, de
separarse los restos uno de ellos quedaría sin ningún tipo de
identificación, situación que según ella, “es posible cuando se hacen
levantamientos de cadáveres en catástrofes donde hay carbonización y
fragmentación de los mismos”209. Por tanto, aseveró que por lo menos uno de
los cadáveres quedó sin identificación.

Además, se observa que el reconocimiento lo realizó un compañero de


trabajo y no un familiar, persona que además habría logrado su
identificación a partir de su dentadura y de una corbata morada que
llevaba puesta. Aun así, al verificar lo descrito en el protocolo

207
Folio 19 del cuaderno original IP. 070 Libro No. 11; folio 272 del cuaderno original IP. 070 Libro No. 13.
208
Folio 63 del cuaderno original de la instrucción No. 81, Anexos.
209
Ibídem.

109
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correspondiente, se observa que no hay descripción alguna de dentadura,


de donde resulta viable concluir que el cuerpo no presentaba alguna;
además, se consignó “prendas de vestir no hay”, por lo que se desconoce el
origen de la vestimenta por la que fue reconocido.

b.- Protocolo No. 3817-85210 - Acta de Levantamiento 1147. En el informe


de necropsia se concluye que se trata de un cuerpo sin vida de sexo
masculino, pues fueron hallados testículos y próstata carbonizados.
Además, se menciona que presentaba dentadura postiza superior.

Sin embargo, el cuerpo fue reconocido y entregado como si se tratara de


una mujer, ROSALBA ROMERO DE DÍAZ, persona que habría sido
reconocida por su hermana a partir de una prótesis parcial fija con diez
unidades copilares. Vale resaltar, además, que este es un caso ya referido,
en el que no existe concordancia entre lo señalado por el acta de
levantamiento realizada a mano y aquella elaborada a máquina, pues la
primera no hace referencia alguna a pertenencias, mientras que en la
segunda se consignó: “se le encontró una cadena de metal amarilla quemada”.

c.- Protocolo de necropsia No. 3805-85211 - Acta de Levantamiento No.


1171. Se trata de un N.N. femenino y/o el Magistrado PEDRO ELÍAS
SERRANO, y que hace referencia al cadáver que fue hallado calcinado, en
posición natural en el ala oriental costado sur del cuarto piso del Palacio
de Justicia, de aproximadamente 75 cm., cabeza separada.

Sobre este particular es preciso indicar que en el protocolo de necropsia


se concluyó que se trataba del cuerpo sin vida de una mujer, puesto que
se encontró “útero no preñado carbonizado”, información que fue ratificada
por el patólogo forense Dr. DIMAS DENIS CONTRERAS VILLA, quien
aclaró que el útero y la próstata no son confundibles, para luego ratificarse
en su diagnóstico inicial. Señaló el perito: “…Yo considero que no hay
equivocación, entre otras cosas porque se describe el útero como un útero no
preñado, ya que una de las cosas que podían ayudarnos a identificar a la persona

210
Folio 267 del cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa de juicio No. 3.; folio 256 cuaderno original IP 070,
Libro No. 11.
211
Folio 105 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 3.

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hubiera sido el que estuviera en estado de embarazo, como sucede a veces y, en


este caso no estaba embarazada” 212.

Asimismo, como quiera que el cadáver fue luego identificado gracias a un


reloj, el experto aclaró que “…este cadáver 3805-85 no tenía extremidades,
excepto la extremidad superior de los fémures, de tal manera que si encima de
estos restos se encontró algún reloj, probablemente no era de este caso, ya que
éste no tenía extremidades superiores dónde llevarlo y debido a que en la práctica
del levantamiento tal como había mencionado antes, hubo algunas fallas tales
como la de no dejar los objetos que se encontraban en los respectivos cuerpos en
su sitios, o el haber partes de cadáveres mezcladas con las de otros, considero que
hubo un error en esta identificación, puedo sugerir al juzgado solicitar la
exhumación de este caso que creo que puede servir para aclarar el asunto, yo no
participé en identificaciones porque como había indicado antes, existe la Oficina de
Identificación que se encarga de esto” 213.

Existe entonces una evidente discusión sobre este caso, pues si bien el
cadáver fue identificado y entregado como el cuerpo del Magistrado Dr.
SERRANO ABADÍA, lo cierto es que el análisis del experto que lo examinó,
arrojó como resultado que se trataba de una mujer, aseveración en la que
se ratificó en posteriores declaraciones. Esta grave inconsistencia, sin
embargo, no ha sido resuelta o analizada hasta el momento.

Vale añadir que, además de la discusión sobre el sexo del cadáver, se tiene
otra sobre las pertenencias halladas en el cuerpo, como quiera que en
diligencia de reconocimiento de elementos los familiares de una de las
presuntas desaparecidas, NORMA CONSTANZA ESGUERRA, aseguraron
haber identificado varias de sus pertenencias que, además, fueron
incluidas en el acta de levantamiento y protocolo de necropsia (se
encontraron varias piezas de un collar, una pulsera metálica, una pata de
montura de gafas y piezas dentales).

De su parte, el cadáver habría sido reconocido por una amiga del fallecido
magistrado, quien habría observado un reloj Citizen redondo con pulsera

212
Folio 68 del cuaderno original de la instrucción No. 82 A, Anexos.
213
Ibídem.

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metálica y los restos de un esfero Parker214 que ella le había obsequiado;


no obstante, estos elementos no fueron incluidos en el Acta de
Levantamiento No. 1171. Al ser interrogada sobre esta posible
inconsistencia, la persona que realizó el reconocimiento afirmó que el reloj
y el esfero Parker lo encontró en una bolsa que supuestamente
correspondía a dicho cadáver, y agregó: “…pero observé también que en otro
paquete que había al lado, había otra parte de un estilógrafo parecido pero era otro
paquete; parecía que le correspondiera a otro, no al esfero sino al estilógrafo, y al
señalarlo me dijeron que los elementos que había en esa bolsa eran varios y no
correspondían a ningún cadáver concreto…”215.

A su vez, frente a la discusión sobre el sexo del cuerpo sin vida, la testigo
precisó lo siguiente: “llevamos el saco al interior de Medicina Legal y allí los
señores lo abrieron, revisaron minuciosamente la ceniza, revisaron un hueso que
ellos habían clasificado anatómicamente y concluyeron que efectivamente no se
podía establecer sexo allí (sic), que esa “F” no era un determinante, que se
apreciaba allí una fibra parecida a Nylon que podía ser de media de mujer, yo
misma tomé la fibra y les dije que eso no era nunca fibra de media sino parte de
una entretela de una hombrera como quedó demostrado al abrirse una tela que
estaba carbonizada y adherida al hueso y era pañó (sic), se apreció directamente
que era paño de la hombrera y un resto de paño que acabé de reconocer como del
vestido que tenía puesto el doctor, era efectivamente paño, con lo anterior y ya ante
la seguridad inobjetable que el amigo y protector nuestro había fallecido, por
encontrarme realmente ante elementos que lo evidenciaban, me descompensé
emocionalmente y me puse a llorar…” … “…Dejo constancia también de que, en
una de las bolsitas que había en el suelo, donde estaba el otros (sic) esfero y el otro
estilógrafo, también había unos trocitos de una argolla de oro que tampoco tenían
dueño y que me parecía o se me hacía muy parecida a la del doctor
SERRANO…”216.

Por su parte, el dactiloscopista forense del Instituto Nacional de Medicina


Legal, GERARDO RAFAEL DUQUE MONTOYA, refirió frente a estas
inconsistencias:

214
Folio 109 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 3.
215
Folio 187 y 188 del cuaderno original IP. 070, Libro Anexo 10.
216
Ibídem.

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Delito: Desaparición forzada

“…yo me encontraba laborando por esa época en el Instituto y mis funciones como
la de los otros dos compañeros Jorge Carreño Uzgame Y Héctor Armando Alvarado
Zarabanda, como fue la de atender a los deudos de los cadáveres que se
encontraban sin identificar, elaborando las actas de reconocimiento con las
anotaciones por la cual lo identificaban sus familiares, ya que la mayoría de los
cadáveres se encontraban carbonizados y no podíamos identificarlos por
intermedio de huellas digitales…”217.

Así mismo, al preguntársele sobre la inconsistencia entre el sexo


determinado por el patólogo y aquel establecido finalmente para la entrega
del cuerpo a los familiares, adujo el testigo:

“…realmente presumo que por alguna equivocación hayan puesto la palabra


femenino, pero me basé en el reconocimiento que le hacían las personas que lo
habían reconocido, como dije antes, por el estado de carbonización ya que yo no
soy patólogo no puedo determinar esta situación…”218.

En cuanto a la verificación del cadáver y de los documentos que


acompañaron el levantamiento y traslado del cuerpo, previo a establecer
su plena identidad, señaló que:

“…No, esta documentación no la tuve en mis manos, ya que ésta se encontraba,


creo, en poder de los patólogos. Me baso en la anotación que hace el receptor de
cadáveres para cuando el doliente va al laboratorio de identificación, por este
motivo es muy probable que yo haya hecho esa anotación en la respectiva acta de
reconocimiento,

(…)

Realmente ese momento de los reconocimientos era un caos y por la calidad de


importancia que tenían los dolientes, como eran familiares de los magistrados, nos
limitamos a creerles a este doliente y a hacer las respectivas anotaciones. Cabe
anotar que en el caso que nos ocupa se encontraba de por medio la doctora NAZLY
LOZANO, Viceministra de Justicia, todas esas situaciones primaban ante nosotros”
219.

Del estudio de las pruebas que reposan en el expediente se puede concluir


que, aunque durante varios años se ha indagado sobre las inconsistencias
que se presentaron en este caso, lo cierto es que a la fecha no se tiene
claridad sobre lo ocurrido, circunstancias que generan varias inquietudes
y dudas sin resolver, como por ejemplo, i) si el cadáver realmente pertenece
al Dr. SERRANO ABADÍA o al de una mujer, como lo afirmó el perito

217
Folio 72 del cuaderno original de la instrucción No. 82 A, Anexos.
218
Folio 74 Ibídem.
219
Ibídem.

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forense; y en caso de tratarse de un cuerpo femenino, ii) si podría


corresponder del de NORMA CONSTANZA ESGUERRA, una de las
desaparecidas por las cuales se siguió este proceso, en relación con quien
sus familiares reconocieron algunas pertenencias halladas junto a ese
cadáver.

d.- Protocolo No. 3814-85 – Acta de Levantamiento 1170. Corresponde a


N.N. mujer y/o MARÍA ISABEL FERRER DE VELÁSQUEZ220, quien al
parecer habría sido reconocida por su hijo gracias a un zapato negro marca
Tonino.

Tal situación no resultaría compleja ni problemática sino fuera porque el


cadáver fue inspeccionado en el 4° piso del edificio y en su descripción se
indicó que los restos medían 65 cm., sin extremidades superiores ni
inferiores; por consiguiente, aunque en el acta de levantamiento se haya
mencionado un zapato como elemento para identificar el cuerpo sin vida
carbonizado, lo cierto es que no resulta lógico que se hayan incinerado
todas las extremidades inferiores, y sin embargo, el zapato haya logrado
conservarse.

Además, es importante resaltar los demás elementos hallados cerca del


cadáver, esto es, un revolver marca Colt con 6 vainillas dentro del tambor,
y debajo un proveedor para RP 15.

e.- Protocolo No. 3824-85. Se trata de un N.N. calcinado o MARÍA LYDA


MONDOL221, quien habría sido reconocida por su cónyuge debido a su
obesidad y el dispositivo intrauterino hallado; no obstante, en el protocolo
de necropsia el respectivo patólogo indicó: “útero aumentado de tamaño como
para 6 semanas de gestación, con coágulos en la cavidad”; por tanto, no solo se
trataría de una mujer que carecía de dispositivos intrauterinos, sino que
además se encontraba en estado de embarazo.

220
Folio 227 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 3.
221
Folio 1 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 4.

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Delito: Desaparición forzada

Sobre este asunto valga recordar que fue una la dependencia del Instituto
de Medicina Legal que realizó las necropsias, y otra la que procedió a la
identificación y entrega de los cuerpos, por lo que no se entiende de dónde
surgió la afirmación del dispositivo dentro del útero que permitió a la
postre la identificación por parte de su compañero sentimental.

f.- Protocolo de Necropsia No. 3804-85 - Acta de Levantamiento No. 1174.


Se trata de una N.N. mujer o LIBIA RINCÓN MORA quien ejercía el cargo
de auxiliar de magistrado222. Esta persona fue identificada por un sobrino
debido a “un botón de la falda roja y chaqueta”; sin embargo, en este caso
existen dos actas de levantamiento, una hecha a mano223 y otra en
máquina. En la primera de ellas se afirmó que se trataba de un “cadáver
que mide 90 cm, en medio de las piernas se aprecian restos de pantalones
interiores femeninos color amarillo y media velada, pantalón poliéster azul
petróleo”, mientras que en la segunda no se hace referencia al mencionado
pantalón y sí se afirma que “se recibe con un fragmento de saco azul de
terlenka”.

Así pues, no concuerdan las prendas de vestir con las que al parecer fue
hallado el cadáver y las que sirvieron de sustento para la identificación del
cuerpo, como quiera que en el acta de levantamiento se hace mención a
un pantalón mientras que su reconocimiento se hizo por un botón de una
falda roja.

g.- Protocolo de Necropsia No. 3842-85 – Acta de Levantamiento No.


1177224. Se trata de N.N. o FABIO CALDERÓN BOTERO, persona
identificada por un familiar debido a una cadena con una cruz que fue
hallada junto al cuerpo; a pesar de ello, estos elementos fueron entregados
al Dr. CARLOS MEDELLÍN BECERRA, por ser reconocidos como
pertenecientes a su padre, el magistrado CARLOS MEDELLÍN FORERO.
Así pues, nuevamente se hace un reconocimiento a partir de elementos de
los que no se tiene certeza si pertenecían o no al cadáver en mención.

222
Folio 97 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 3.
223
Ibídem, folio 94.
224
Folio 161 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 4.

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h.- Protocolo de Necropsia No. 3836-85 – Acta de Levantamiento No. 1157.


Corresponde a N.N. o DARÍO VELÁSQUEZ GAVIRIA225, persona
identificada por un amigo suyo a partir del vestido que llevaba puesto, la
contextura del tronco y el largo del fémur. Aun así, se observa que en el
acta de levantamiento se afirmó que no existía prenda de vestir alguna,
por lo que se desconoce cuál fue la vestidura reconocida.

Además, en este caso también existen dos actas, una realizada a mano226
y otra en máquina, y se incluye un acta de entrega del Juzgado 89 de
Instrucción Criminal en la que se afirma: “enero 29 de 1986, los elementos:
una argolla metálica con la inscripción “Haydde 12-12-64” y una plaquita metálica
con el nombre del Dr. Darío Velásquez Gaviria son entregados a la señora Haydde
Cruz de Velásquez”. Nótese que en los documentos remitidos por Medicina
Legal e incluso en el acta hecha a máquina, nada se dice de esos
elementos.

A los yerros descritos en varios casos, es preciso agregar dos


circunstancias que arrojan aún mayores dudas sobre el correcto
procedimiento de reconocimiento y entrega de los cuerpos y su
concordancia con la verdadera identidad de quienes allí perecieron, pues
de una parte, en el Instituto Nacional de Medicina Legal hubo ocasiones
en que se entregaron restos sin identificación alguna; y de otra, una de las
estrategias usadas por los integrantes del M-19 durante la toma fue la de
cambiarse la ropa con los rehenes, por lo que no ofrece certeza aquellos
reconocimientos realizados a partir de las prendas de vestir que tenían los
cadáveres.

En efecto, dentro del plenario se cuenta con la declaración del señor JAIRO
ARIAS, dentro de la cual afirmó que una “doctora” de Medicina Legal, le
indicó que cogiera un cuerpo cualquier para que no tuviera problemas por
papeles227, irregularidad ratificada por la señora MARÍA CONSUELO
ANZOLA, quien en su momento afirmo que “la gente no identificaba los

225
Folio 102 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 4.
226
Ibídem, folio 108.
227
Folio 257 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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cadáveres (sic), pero entonces, cogían cualquier cadáver, pero no lo


identificaron…”228.

De otra parte, como se afirma en la mayoría de testimonios de los


sobrevivientes, una de las primeras actuaciones de los guerrilleros del M-
19 encaminada a generar confusión entre los agentes de la policía y el
ejército que los combatían desde afuera, fue cambiar la ropa que llevaban
puesta con la de las personas que se encontraban allí retenidas; y por ello,
no resultan confiables los reconocimientos que se hicieron únicamente en
razón a las prendas encontradas con los cadáveres.

7.3.1.2.4.- Casos en los que hubo falta de identificación de los cuerpos y


los trámites de inhumación en fosa común.

De acuerdo con la documentación que reposa en el expediente, la actividad


de inhumación en fosa común se adelantó mediante cuatro envíos de los
cuerpos sin vida, el primero de ellos a cargo de la Policía Nacional, y los
tres restantes en actividades ordinarias de traslado de cadáveres conforme
el contrato que tenían para ese efecto. Empero, existen dudas sobre la
totalidad de cadáveres que fueron efectivamente enviados, dadas algunas
inconsistencias en los documentos de traslado como se indica a
continuación.

Pasados dos días de los acontecimientos, esto es el 9 de noviembre de


1985, el Juez 78 de Instrucción Penal Militar, por órdenes del Comandante
del Departamento de Policía de Bogotá, dispuso el levantamiento de los
cadáveres sin reconocimiento que reposaban en el Instituto Nacional de
Medicina Legal229.

La persona encargada de realizar el traslado de los cuerpos desde las


instalaciones de Medicina Legal hasta el Cementerio del Sur, fue el
sargento segundo AARÓN ALARCÓN SEPÚLVEDA, suboficial que se
encontraba prestando la seguridad en las instalaciones de la citada

228
Folio 259 cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A
229
Sobre el particular, ver folio 113 del cuaderno original de la instrucción, Anexo No. 8.

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entidad. Aun así, el servidor afirmó que su labor consistió en recibir 25 o


26 tarjetas enviadas por Medicina Legal a la Secretaría de Salud, para
tramitar las licencias de inhumación230.

Añadió el testigo que diligenciadas las licencias, correspondió al TE


CUERVO adelantar lo siguiente, quien a su vez, interrogado sobre los
cadáveres, informó: “desconozco totalmente cuándo fueron trasladados los
cadáveres, pero según tengo entendido había mucha policía porque según estudios
de inteligencia los guerrilleros venían a sacar los cadáveres de allí…”231. Sin
embargo, en otra oportunidad aseguró que estuvo con el sargento en la
Secretaría de Salud, y que supo que los certificados eran para el
Cementerio del Sur, pero que no sabe nada de los cadáveres ni de las
inhumaciones232.

Por su parte, el mayor SOCHA SALAMANCA aseguró que: “Yo observé e


indirectamente si (sic) intervine coordinando la mejor manera para efectos de dar
instrucción de seguridad en el traslado para efectos de que no fueran a ser
interceptados por un grupo de subversivos que de acuerdo a información de
inteligencia y que poseía tengo entendido que el alto gobierno, irían a recuperar
dichos cadáveres para hacer marchas por la ciudad y así subvertir mucho más el
orden público”233.

Lo que sí está demostrado en el proceso es que fue la Policía Nacional la


que reclamó los cadáveres destinados a la inhumación y los trasladó al
Cementerio del Sur, tal como lo narraron algunos empleados de esta
última como ÁLVARO MENDOZA CASTAÑEDA234, o CARLOS EDUARDO
SERNA BARBOSA, quien aseguró: “Eso sí llegaron protegidos por agentes
motorizados en moto, un camión carpado con policía y agentes secretos de civil,
que se destribuyeron (sic) en el ala del cementerio donde está la fosa común para
imponer las medidas de seguridad, a más de que un escuadrón de la policía quedó
ahí (sic) permanente de acuerdo a la información que recibí del oficial que dirige

230
Folio 89 del cuaderno original IP. 070, anexo 3, Libro 3.
231
Folio 52 del cuaderno original de la instrucción No. 82 A, Anexos.
232
Folio 121 del cuaderno original IP. 070, anexo 3, Libro 3.
233
Folio 242 del cuaderno original de la instrucción No. 82, Anexos.
234
Folio 48 del cuaderno original de la instrucción No. 33, Anexos

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esa sección y que iban a permanecer hasta el miércoles siguiente, previendo que
no se tomaran el cementerio los señores del M-19 y se llevaran los cadáveres”235.

En consecuencia, un primer aspecto problemático en esta actuación,


consiste en determinar quién fue la persona que efectuó el traslado de los
cadáveres del Instituto Nacional de Medicina Legal hasta el Cementerio del
Sur, pues si bien se aclaró que fue la Policía Nacional, y algunos afirman
que dicha labor fue confiada al sargento ALARCÓN, éste a su vez asegura
no tener información de la cantidad de cuerpos trasladados y cómo se
produjo el proceso de inhumación.

Sobre este aspecto se tiene la declaración del señor SERNA BARBOSA,


Gerente Administrativo de la EDIS, quien ante la pregunta sobre dicho
trámite se limitó a señalar: “…Eso fue la Policía, a través de un Coronel que era
el que estaba encargado del operativo, no recuerdo el apellido del Coronel…” 236.

Otra importante inconsistencia corresponde al hecho de que un mismo


oficio, esto es, el No. 1342 de 9 de noviembre de 1985, que fue el
documento por el cual se ordenó el traslado de los cuerpos a la fosa común,
fue elaborado dos veces y su contenido difiere en relación con el número
de actas y cadáveres a inhumar.

Al respecto que en la inspección realizada el 13 de enero de 1986 por


funcionarios de la Procuraduría al Instituto de Medicina Legal, se
comprobó que en un primer documento (oficio No. 1342) del 9 de
noviembre de 1985 se relacionan 25 cadáveres, y en otro posterior, con
igual número y fecha, firmado por el mismo Juez 79 de I.P.M., se registran
28 cadáveres. Sobre ello, se indica en el acta de la referida diligencia:

“Sírvase señor Receptor de cadáveres entregar al señor SS. AARON ALARCON


SEPULVEDA, portador del presente y quien se identifica con la cédula de
ciudadanía No.19.069.783 de Bogotá, los certificados de defunción que a
continuación se relacionan:

235
Folio 242 del cuaderno original de la instrucción No. 82, Anexos.
236
Ibídem, folio 243.

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3747,3758,3757,3764,3777,3782,3768,3773,3784,3769,3765,3781,3771,3779,
3772,3831,3839,3827,3843,3823,3833,3800,3845,3802 y 3799.

En igual forma ruego a usted hacerle entrega al mismo suboficial de los cadáveres
correspondientes para su inhumación”237.

En dicha diligencia se halló otro oficio con igual numeración pero distinto
contenido, aspecto del que se dejó constancia así:

“OBSERVACIONES: Encontramos copias de otro oficio emanado del señor doctor


CARLOS DARIO MORALES ALVAREZ, Juez 78 de Instrucción Penal Militar, que
corresponde también el número 1342 del 9 de noviembre de 1985, esto es, igual al
anteriormente descrito, donde menciona los certificados de defunción enunciados
en el primero, menos el último, o sea el 3799 correspondiente al occiso JAIME
ALBERTO CÓRDOBA AVILA (quien fue retirado del Instituto por su hermana MARIA
VIRGINIA CORDOBA AVILA, el día 8 de noviembre, según tarjeta de identificación),
y agrega los números 3807, 3801, 3797 y 3761, siendo retirado el cadáver
correspondiente al protocolo número 3797, por el Sargento Aarón Alarcón
Sepúlveda…”.

El texto del segundo oficio es del siguiente tenor:

“Sírvase señor Receptor de Cadáveres entregar al Sr. SS AARÓN ALARCÓN


SEPÚLVEDA, portador del presente, y quien se identifica con la C.C. no. 19.069.783
de Bogotá, los certificados de defunción que a continuación se relacionan:

3747, 3758, 3757, 3764, 3777, 3782, 3768, 3773 NO (anotación hecha a mano),
3784, 3769, 3765, 3781, 3771, 3779, 3772, 3831, 3839, 3827, 3843, 3823, 3835,
3800, 3845, 3802, 37(XX)-repisado ilegible al parecer 3761- NO (anotación a
mano), 3807, 3801 y 3797.

En igual forma ruego a Usted hacerle entrega al mismo suboficial de los cadáveres
correspondientes parar su inhumación”.

En este ya no aparece el 3799 (por haber sido reclamado), y en cuanto a


los números 3773 – ALMARALES - y 3761 repisado, este último sale del
listado por no ser un cadáver que pertenezca a los hechos del Palacio de
Justicia, y el primero, por haber sido entregado a sus familiares.

De otra parte, el entonces Director del Instituto de Medicina Legal, doctor


EGON LICHTEMBERG SALOMÓN, informó que fueron entregados 26

237
Folio 2 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 33, Anexos.

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restos humanos al encargado de la Policía Nacional, bajo la aclaración que


si bien en el oficio se incluyeron los protocolos 3773 y 3799, estos no se
entregaron puesto que ya habían sido reclamados por familiares antes de
esta diligencia238. Esta afirmación es ratificada por CARLOS JULIO MELO
SANDOVAL239, portero de Medicina Legal, quien informó que se enviaron
a fosa común 26 cadáveres pues, el de ALMARALES -3773- y un ex agente
de la policía -3761-, no fueron entregados toda vez que serían reclamados
por sus allegados.

A pesar de lo anterior, en el Cementerio del Sur no aparecen en ese primer


envío los 26 cuerpos que señala el director del Instituto, sino solamente
24, según lo afirmó el señor ÁLVARO MENDOZA CASTAÑEDA,
administrador del mismo, quien refirió la recepción de un total de 24
cadáveres (aunque en principio se informó que eran 25, pero el de ANDRÉS
ALMARALES finalmente fue entregado a la esposa) en bolsas de polietileno
y otros calcinados, pero con cuerpo entero240. En igual sentido, el
subgerente administrativo de la EDIS, el señor CARLOS EDUARDO
SERNA BARBOSA241, dijo que los cadáveres estaban divididos en 16 o 17
que no fueron calcinados, y otros que iban en bolsas plásticas, para un
total de 24, la mayoría NN.

Corrobora lo expuesto por ellos, la inspección realizada a esas


instalaciones, dentro de la cual se obtuvieron 24 licencias de inhumación,
todas ellas de fecha 9 de noviembre de 1985, numeradas de la 17783 a la
17806242.

Todo lo anterior demuestra que, en el trámite de traslado de los restos


desde el Instituto Nacional de Medicina Legal, al cementerio donde fueron
inhumados, hubo graves inconsistencias que impiden determinar el
número total de cadáveres, pues se afirma que salieron 26 del primer sitio
y, sin embargo, al segundo solo llegaron 24.

238
Folio 108 del cuaderno original de la instrucción, Anexo 8.
239
Folio 28 del cuaderno original IP. 070, Libro anexo 22A.
240
Folio 100 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 9, Anexos.
241
Folio 241 del cuaderno original de la instrucción No. 9, Anexos.
242
Folio 80 del cuaderno original de la instrucción No. 81, Anexos.

121
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De lo anterior surge el interrogante de cuáles fueron los cadáveres que no


presentan un soporte de su retiro, en relación con lo cual se tiene que,
conforme con la inspección realizada por la Procuraduría al Instituto y que
fue arriba reseñada, en principio serían los correspondientes a las actas
3801 y 3807, pues señala la diligencia que “Con relación a los números 3801
y 3807, existe anotación en la respectiva ficha de haber sido retirados por el
Sargento Aaron Alarcón Sepúlveda, pero sin que se haya firmado e impreso huellas
digitales de quien retiró físicamente los restos humanos de que tratan los
protocolos descritos”243.

Otros cuerpos respecto de los que no se tiene prueba sobre su paradero,


por lo menos en este proceso, son los relacionados en los certificados 3811
y 3832, por cuanto de la documentación que reposa en este proceso no se
evidencia que hayan sido inhumados en el mismo sitio que los demás.

Esta conclusión se ratifica con lo señalado por el testigo OSPINA


HERNÁNDEZ, encargado por contrato de las inhumaciones de N.N., en el
sentido que el diligenciamiento del entierro en fosa común frente al
cadáver identificado con el protocolo No. 3832, se adelantó el 21 de enero
de 1986 bajo la licencia 1219, sucediendo lo mismo con el 3811 por la
demora en el mismo documento.

Todo lo expuesto conlleva a concluir que en este asunto no existe certeza


sobre el paradero de la totalidad de cadáveres procedentes de los hechos
del Palacio de Justicia, pues del total de 94 cuerpos, al menos de cuatro
de ellos no se tiene claridad sobre su ubicación actual, estos son, los
descritos en protocolos No. 3801, 3807, 3811 y 3832.

7.3.1.2.5.- Proceso de exhumaciones y estudios de material genético.

Otro aspecto que resulta importante para establecer la materialidad del


ilícito objeto de la acusación y la presunta desaparición forzada de once
personas, es lo relativo al proceso de exhumación de restos realizado en la

243
Folio 3 del cuaderno original de la instrucción No. 33, Anexos.

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fosa común del Cementerio del Sur en Bogotá, y los resultados de los
exámenes efectuados a esos cuerpos.

7.3.1.2.5.1.- Se tiene de la información que obra en el proceso,


principalmente el informe presentado por el antropólogo JOSÉ VICENTE
RODRÍGUEZ CUENCA244, que mediante exhorto penal No. 2505
proveniente del Juzgado 2º Penal del Circuito Especializado de esta
ciudad, la División de Criminalística de la Fiscalía General de la Nación
inició la labor de exhumación de las víctimas del Palacio de Justicia
inhumadas en la fosa común del Cementerio del Sur, proceso que fue
asesorado arqueológica y bioantropológicamente por el Departamento de
Antropología Física de la Universidad Nacional, con la veeduría
internacional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Colombia.

El informe del profesor RODRÍGUEZ CUENCA señala que la toma de


muestras se realizó sobre 27 individuos, obteniendo 4 de cada uno para
estudios genéticos, siendo los seleccionados los siguientes: 13, 17, 18, 34,
35, 40, 42, 44, 45, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 67, 68, 69, 70, 72, 73, 74, 75,
76, 77, 78 y 80, los cuales fueron escogidos así dada la huella de
incineración, como quiera que se apuntó a la identificación de las personas
de la cafetería que habrían perecido por la acción del fuego en el 4º piso.

Ahora bien, dentro del plenario se cuenta con el informe final y los
resultados de tres estudios de ADN realizado a los restos exhumados,
motivo por el cual se procederá a su análisis y valoración.

7.3.1.2.5.2.- El primer estudio que debe ser objeto de valoración,


corresponde a la “Identificación por Análisis de ADN de Víctimas de los Hechos
Ocurridos en el Palacio de Justicia entre el 5 y 6 de Noviembre de 1985”245, en el
cual se analizaron 28 conjuntos de restos óseos exhumados de una fosa
común del Cementerio del Sur en Bogotá entre febrero y septiembre de
1998, realizado por el C.T.I. División de Criminalística, y cuyo objetivo
central era “Determinar si los restos óseos remitidos para análisis corresponden

244
Folio 1 y ss. del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio 8.
245
Folio 24 y ss del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 8.

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Delito: Desaparición forzada

a las siguientes personas reportadas como desaparecidas en los hechos del Palacio
de Justicia: Fabio Becerra Correa, Lucy Amparo Oviedo, René Francisco
Acuña Jiménez, Héctor Jaime Beltrán Fuentes, Carlos Augusto Rodríguez Vera,
Ana Rosa Castiblanco, Bernardo Beltrán Hernández, Gloria Stella Lizarazo, Luz
Mary Portela León, Cristina del Pilar Guarín Cortés, Gloria Isabel Anzola y David
Suspes”.

Para el efecto, se tomaron muestras de sangre de los familiares de los


desaparecidos así: 1) GUILLERMINA CORREA DE BECERRA y NELSON
REYNALDO BECERRA CORREA (madre y hermano de FABIO BECERRA
CORREA); 2) RAFAEL MARÍA OVIEDO y ANA MARÍA BONILLA (padres de
LUCY AMPARO OVIEDO); 3) ANA BEATRIZ JIMÉNEZ y MARLENE ACUÑA
JIMÉNEZ (madre y hermana de RENÉ FRANCISCO ACUÑA); 4) HÉCTOR
JAIME BELTRÁN y CLARA INÉS FUENTES (padre y madre de HÉCTOR
JAIME BELTRÁN FUENTES); 5) ENRIQUE RODRÍGUEZ y MARÍA HELENA
VERA (padre y madre de CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ); 6) MARÍA
TORRES SIERRA, MARÍA INÉS CASTIBLANCO y RAÚL LOZANO
CASTIBLANCO (madre, hermana e hijo de ANA ROSA CASTIBLANCO); 7)
BERNARDO BELTRÁN MONROY y MARÍA DE JESÚS HERNÁNDEZ (padre
y madre) de BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ; 8) LIRA ROSA
LIZARAZO y MARTHA DEYANIRA LIZARAZO (hermanos de GLORIA
STELLA LIZARAZO); 9) ROSALBINA LEÓN y EDISON CÁRDENAS LEÓN
(madre y hermano de LUZ MARY PORTELA LEÓN; 10) OSCAR ANZOLA
MORA, FRANCISCO JOSÉ LANAO y JUAN FRANCISCO LANAO (hermano,
esposo e hijo de GLORIA ISABEL ANZOLA); 11) MARÍA DEL CARMEN
CELIS y MYRIAM SUSPES (madre y hermana de DAVID SUSPES); 12)
JOSÉ MARÍA GUARÍN y ELSA MARÍA OSORIO (padres de CRISTINA DEL
PILAR GUARÍN).

Sea lo primero resaltar que en esta toma de muestras no se obtuvo alguna


de los familiares de NORMA CONSTANZA ESGUERRA FORERO e IRMA
FRANCO PINEDA, quienes hasta la fecha figuran en la lista de los
presuntos desaparecidos por los hechos ocurridos en el Palacio de
Justicia; por el contrario, sí se le tomó al esposo de la señora GLORIA
ANZOLA DE LANAO –otra presunta desaparecida-, misma que resultaría
inane para los fines propuestos.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Una vez realizados todos los procedimientos pertinentes, los estudios


arrojaron los siguientes resultados:

• Los 26 individuos N.N. correspondientes a las Actas de


Exhumación Nos. 13, 17, 34, 35, 40, 42, 44, 45, 50, 51, 52, 53,
54, 55, 55ª, 67, 68, 69, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78 y 80 cuyos restos
fueron tipificados, se excluyen como pertenecientes a las 13
personas reportadas como desaparecidas en los hechos del Palacio
de Justicia.

• El individuo correspondiente al Acta No. 18 presenta un alto nivel


de degradación del ADN, razón por la cual no fue posible obtener
resultados en los procedimientos realizados hasta el momento de
la presentación del informe. El caso requiere un proceso adicional.

• El individuo correspondiente al Acta No. 70 comparte alelo en cada


marcador STR estudiado con MARÍA TORRES SIERRA y con RAÚL
LOZANO CASTIBLANCO, madre e hijo respectivamente, de la
desaparecida ANA ROSA CASTIBLANCO. Adicionalmente se
presenta una secuencia de ADN mitocondrial idéntica con estas
personas. Por lo anterior, estos restos óseos no se excluyen como
pertenecientes a una hija de MARÍA TORRES SIERRA
(probabilidad de maternidad de 99,99993%) ni a la madre biológica
de RAÚL LOZANO CASTIBLANCO (probabilidad de maternidad de
99, 99980%)246.

7.3.1.2.5.3.- También se cuenta con un segundo estudio genético


practicado a dichos restos óseos, que data del 9 de agosto de 2001
denominado “Informe de Tipificación Molecular de DNA247”, suscrito por
MARTHA ROA BOHÓRQUEZ, investigador Judicial I y JAMES TROY
VALENCIA VARGAS, Jefe del Laboratorio de Genética de la Fiscalía

246
Folio 37 del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 8.
247
Folio 226 y s.s. del cuaderno original de la instrucción No. 5

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

General de la Nación, cuyo objetivo se centró en determinar si los restos


remitidos para análisis corresponden a las personas reportadas como
desaparecidas en los hechos del Palacio de Justicia:

“Fabio Becerra Correa, Lucy Amparo Oviedo, René Francisco Acuña Jiménez,
Héctor Jaime Beltrán Fuentes, Carlos Augusto Rodríguez Vera, Ana Rosa
Castiblanco, Bernardo Beltrán Hernández, Gloria Stella Lizarazo, Luz Mary Portela
León, Cristina del Pilar Guarín Cortés, Gloria Isabel Anzola y David Suspes”.

A efectos de realizar el cotejo genético se tomaron muestras de sangre a


los siguientes grupos familiares: 1) GUILLERMINA CORREA DE
BECERRA; 2) RAFAEL MARÍA OVIEDO ACEVEDO y ANA MARÍA BONILLA
DE OVIEDO; 3) ANA BEATRIZ JIMÉNEZ DE SIERRA; 4) HÉCTOR JAIME
BELTRÁN y CLARA INÉS FUENTES DE BELTRÁN; 5) ENRIQUE ALFONSO
RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ y MARÍA HELENA VERA DE RODRÍGUEZ; 6)
MARÍA TORRES SIERRA y RAÚL OSWALDO LOZANO CASTIBLANCO; 7)
BERNARDO BELTRÁN MONROY y MARÍA JESÚS HERNÁNDEZ
BELTRÁN; 8) LIRA ROSA LIZARAZO; 9) ROSALBINA LEÓN; 10) JOSÉ
MARÍA GUARÍN C. y ELSA MARÍA OSORIO; 11) MARÍA DEL CARMEN
CELIS; 12) FRANCISCO JOSÉ LANAO AGARZA y JUAN FRANCISCO
LANAO.

Realizados los procedimientos pertinentes, el estudio genético arrojó las


siguientes conclusiones:

“1. Los 18 individuos N.N. correspondientes a las actas de exhumación Nos. 08,
92, 41, 91, 83, 29, 02, 87, 28, 89, 06, 05, 09, 88, 03, 31, 30 y 15 cuyos restos
fueron tipificados, se excluyen como correspondientes a las doce personas
reportadas como desaparecidas en los hechos del Palacio de Justicia.

2. Los dos individuos N.N. correspondientes a las actas Nos. 82 y 01 presentan


resultados no concluyentes con los grupos familiares once (MARÍA DEL CARMEN
CELIS, madre de DAVID SUSPES) y tres (ANA BEATRIZ JIMÉNEZ DE SIERRA,
madre de RENÉ FRANCISCO ACUÑA), respectivamente.

3. Los seis individuos N.N. correspondientes a las Actas Nos. 85, 37, 60, 56, 36 y
04 presentan un alto nivel de degradación del ADN, por esta razón no fue posible
obtener resultados en los procedimientos realizados”.

Así mismo, con base en los procedimientos utilizados se logró la


determinación del sexo respecto de 20 individuos, siendo los resultados
los siguientes:

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

• Masculino: Esqueletos Nos. 08, 92, 82, 91, 83, 29, 02, 87, 28, 89, 05,
09, 01, 88, 03, 31 y 15.

• Femenino: 41, 06 y 30

De este informe, llama la atención de la Sala que, al igual que el


anteriormente relacionado, a las familias de las supuestas desaparecidas
NORMA CONSTANZA ESGUERRA FORERO e IRMA FRANCO PINEDA no
se les tomaron muestras de sangre para cotejo genético, lo cual resultaba
relevante ante la necesidad de determinar la posible presencia de alguno
de los desaparecidos entre los restos analizados.

Otro aspecto importante por su connotación, es que tampoco se indica


cómo fueron obtenidas las muestras óseas, ni se dice cuáles fueron los
criterios tenidos en cuenta para la selección de los esqueletos, como en
cambio, sí se hizo para el anterior informe genético.

Igualmente debe destacarse que a ninguno de estos restos se les practicó


el estudio de tipificación de ADN mitocondrial realizado en otros cadáveres
con el apoyo del Instituto de Medicina Legal y entidades extranjeras, razón
que impide tener sus conclusiones como absolutas.

Dicho así, aun cuando el informe no arroja una concordancia de los restos
humanos con alguna de las presuntas víctimas del desaparecimiento
forzado, lo cierto es que tampoco permite tener absoluta certeza que los
cuerpos allí encontrados no corresponden a estas personas, puesto que en
varios casos no fue posible realizar el cotejo genético en su totalidad.

7.3.1.2.4.4.-.- Adicional a los estudios ya referidos, existe en este


expediente un tercer peritaje de carácter genético, de fecha 6 de mayo de
2002 denominado “Tipificación Molecular de ADN y cotejo”248, realizado por la
perito YOLANDA GONZÁLEZ LÓPEZ, cuyo propósito central era la
realización del análisis genético y cruce con los desaparecidos RENÉ

248
Folio 5 del cuaderno original de la instrucción No. 36, Anexos.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

FRANCISCO ACUÑA, FABIO BECERRA CORREA y JAIME BELTRÁN


FUENTES.

Para el efecto se obtuvieron muestras de los tres presuntos desaparecidos,


y el estudio comparativo se adelantó con los perfiles genéticos de sus
familiares, que ya reposaban en el dictamen emitido anteriormente por el
Laboratorio de Genética Forense de la Fiscalía General de la Nación y el
laboratorio de ADN del Instituto Nacional de Medicina Legal.

Las conclusiones del aludido estudio fueron expuestas en los siguientes


términos:

“1. Se procesaron dos piezas dentales de cada uno de los 3 esqueletos (43, 56 y
60) para observar la reproductibilidad en los resultados y para aumentar el número
de marcadores.

2. La Amelogenina, marcador utilizado para la determinación del sexo en las piezas


dentales, reveló que las muestras radicadas como F838 y F839 procedentes del
esqueleto No. 43 y las radicadas como F840 y F841 procedentes del esqueleto No.
56 corresponden a individuos de sexo masculino; mientras que las piezas dentales
radicadas como F842 y F843 procedentes del esqueleto No. 60 corresponden a un
individuo de sexo femenino.

3. Por lo anterior y debido a que se trata de identificar a individuos de sexo


masculino, las muestras F842 y F843 se excluyen de pertenecer a Fabio Becerra
Correa, Héctor Jaime Beltrán Fuentes o a René Francisco Acuña Jiménez.
Adicionalmente se les realiza la tipificación para el marcador HPRTB con lo cual se
confirma que se trata de un individuo de sexo femenino.

4. Para las muestras F838 y F839 sólo se obtuvo amplificación para tres (3) de los
marcadores STR’s y para Amelogenina, agotándose totalmente la muestra de ADN
y las piezas dentales.

5. Al realizar el cotejo entre los perfiles genéticos obtenidos de las piezas dentales
F838 y F839 (esqueleto No. 43) y los perfiles obtenidos de la señora Guillermina
Correa de Becerra se encuentra una (1) exclusión, por lo tanto el análisis no resulta
concluyente.

6. Al cotejar los perfiles genéticos obtenidos de las piezas dentales F840 y F841
(esqueleto No. 56) con los perfiles obtenidos de la señora Ana Beatriz Jiménez de
Sierra se encuentran cuatro (4) exclusiones, por lo tanto, se excluyen de pertenecer
a NN René Francisco Acuña Jiménez.

7. A pesar de que la Amelogenina de las muestras radicadas como F842 y F843


las tipifica como de sexo femenino, se realiza cotejo con los perfiles del Sr. Héctor
Jaime Beltrán y la Sra. Clara Inés Fuentes de Beltrán con los cuales se encuentran
seis (6) exclusiones, por lo tanto estas muestras se excluyen de pertenecer a N.N.
Jaime Beltrán Fuentes”.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Nótese que, aun cuando la Amelogenina de las muestras F842 y F843


fueron identificadas como de sexo femenino, el cotejo se realizó con los
perfiles del señor HÉCTOR BELTRÁN y la señora CLARA INÉS FUENTES,
por lo que era lógico que no resultara compatible con el primer caso.

Así pues, se tiene que el proceso de exhumación de cuerpos para adelantar


procesos de investigación mediante examen genético incluyó tres fases, en
relación con las cuales, valga aclarar, los esqueletos objeto del examen
contenido en el informe del 17 de julio de 2001, corresponden a las actas
número 13, 17, 18, 34, 35, 40, 45, 50, 52, 54, 55, 55ª, 72, 75, 42, 44, 51,
53, 67, 68, 69, 70, 73, 74, 76, 77, 80 y 78; mientras que los cuerpos
incluidos en el informe del 9 de agosto del mismo año, tienen relación con
las actas número 85, 08, 92, 41, 37, 82, 60, 91, 56, 83, 29, 02, 87, 28, 89,
06, 36, 05, 09, 04, 01, 88, 03, 31, 30 y 15.

En este proceso se desconoce si hubo algún tipo de examen o análisis a


los restos humanos identificados con las actas No. 07, 10, 11, 12, 14, 16,
19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 32, 33, 38, 39, 46, 47, 48, 49, 58, 59,
65, 81, 84, 86 y 90, y si ello fue así, se ignoran los resultados de tales
peritajes.

De todo lo dicho respecto de los estudios realizados con posterioridad a la


exhumación en el Cementerio del Sur, es necesario resaltar las siguientes
conclusiones:

a.- Los doce cadáveres que arrojaron resultados positivos por el estudio de
la Universidad Nacional, se sometieron a pruebas de Tipificación Molecular
de ADN y cotejo únicamente con los familiares de los presuntos
desaparecidos y no con las familias de los miembros del M-19, lo que
impide una determinación completa y certera sobre la identidad de todos
los cuerpos que allí se encontraban.

Vale resaltar que en por lo menos tres casos, se realizó cotejo con
familiares de integrantes del M-19, lo que permitió identificar el cuerpo No.
60 como Ángela María Murillo y/o Dora Torres Sanabria; el cadáver con

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

acta No. 56, como Francisco Vargas Soto u Orlando Chaparro Vélez; y el
cadáver con acta No. 83 y protocolo No. 3765-85 como Héctor Lozano
Riveros.

Sin embargo, no se tiene claridad sobre los motivos, justificaciones o


criterios para realizar el examen solo a estos tres cuerpos, y la razón por
la cual no se adelantó el mismo análisis en los cadáveres restantes.

b.- Un segundo aspecto que merece recalcarse es la incoherencia entre las


muestras remitidas de los esqueletos Nos. 43, 56 y 60 del tercer informe
de ADN (6 de mayo de 2002) y las conclusiones de los estudios
bioantropológicos plasmadas en el informe de JOSÉ VICENTE
RODRÍGUEZ CUENCA, como quiera que en este se afirma que el No. 60
corresponde al cuerpo de una mujer, y por ende, no resulta lógico que se
haya remitido para cotejo como perteneciente a HÉCTOR JAIME BELTRÁN
FUENTES.

c.- También se observa que el cuerpo No. 56, fue identificado en el


Laboratorio de Antropología Física de la Universidad Nacional como
perteneciente a ORLANDO CHAPARRO VÉLEZ, pero se remitió para
estudio como perteneciente posiblemente a RENÉ FRANCISCO ACUÑA,
inconsistencia que no encuentra explicación o justificación alguna.

d.- Con relación al cuerpo de FABIO BECERRA CORREA, se tiene que fue
identificado con el acta No. 61, y así mismo fue entregado a sus
familiares249; no obstante, al realizarse los estudios de las muestras
dentales del esqueleto No. 43 y cotejarlas con el perfil genético obtenido de
la señora GUILLERMINA CORREA DE BECERRA (tercer estudio) se
obtuvieron resultados no concluyentes (madre). A pesar de ello, y sin tener
plena certeza si el cuerpo sin vida de BECERRA CORREA correspondía al
No. 61 o 43, a la familia se le hizo entrega formal del primero.

e.- Finalmente vale señalar que, si en verdad el propósito del análisis era
“una identificación de varias personas de tipo orientador, con alto nivel de

249
A folio 99, Cuaderno original de la Instrucción No. 78, Anexos.

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Delito: Desaparición forzada

probabilidad, cuya certeza la podría producir el respectivo estudio


genético”250, resultaba necesario hacer lo pertinente con los cadáveres
identificados en el estudio de bioantropología, lo cual nunca se realizó y,
probablemente, ya es imposible de llevar a cabo, en atención a que varios
cadáveres fueron entregados a sus familias251.

7.3.1.3.- Conclusiones generales respecto de escena, cadáveres,


identificación, entrega, inhumación y exhumación y pruebas genéticas
practicadas.

Vistas las anteriores consideraciones, este Tribunal considera oportuno


hacer las siguientes afirmaciones como conclusión previa al estudio
detallado de la materialidad de los delitos objeto de la acusación:

1.- No existe duda sobre la alteración de la escena de los hechos, pues de


acuerdo con los distintos testimonios, varios cadáveres fueron trasladados
del lugar en donde efectivamente perecieron, lo que impidió determinar la
posición en que fueron hallados, el lugar exacto dentro de la edificación y
los bienes o elementos que tenían a su alrededor.

Adicionalmente, está demostrado que en el traslado y levantamiento de los


cuerpos no solo actuaron las autoridades competentes para ello, sino
también otros miembros de los organismos de rescate (bomberos y defensa
civil), e incluso personal del Ejército y de la Policía Nacional.

En esa medida, aun con el conocimiento de lugares específicos en donde


perecieron algunas personas –guerrilleros y rehenes-, por ejemplo, en el
baño entre el piso 2° y 3°, no se tienen actas de levantamiento en dicho
lugar, lo que evidencia una alteración del lugar donde ocurrieron los
homicidios. Incluso, no existe explicación de por qué algunos cuerpos
calcinados fueron trasladados del sitio en donde fueron hallados, al patio

250
A folio 7, del cuaderno original de pruebas trasladadas en Juicio No. 8.
251
Por peticiones previas se hizo entrega de Ariel Sánchez Gómez, Fabio Becerra Correa, Fernando Rodríguez Sánchez,
Elkin de Jesús Quiceno Acevedo, Héctor Arturo Lozano Riveros, Orlando Chaparro Vélez y Jesús Antonio Carvajal Barrera.

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Delito: Desaparición forzada

interno del Palacio de Justicia252, lo que imposibilitó la identificación a


partir de los elementos que eran hallados a su alrededor.

2.- Si bien hasta el momento no se han demostrado actuaciones tendientes


a un probable encubrimiento, sí se detectaron graves yerros en la
identificación y entrega de algunos cuerpos, lo cual impide tener certeza
sobre qué personas fallecieron dentro del recinto y quiénes se encuentran
efectivamente desaparecidos. Tal es el caso del cadáver que fue entregado
de manera irregular como si correspondiera al del Magistrado SERRANO
ABADÍA, cuando el protocolo de necropsia señalaba que se trataba de una
mujer, y las pertenencias que fueron descritas en un acta de
levantamiento, que no en la otra, permitieron su reconocimiento por la
familia de NORMA CONSTANZA ESGUERRA FORERO.

Vale aclarar, sin embargo, que tales yerros pudieron ser el producto de la
alteración del momento y la injerencia indebida de algunos cuerpos de
socorro o de las fuerzas armadas, sin que ello implique que esa conducta
necesariamente se produjo de manera ilegal y con la intención de encubrir
algún tipo de delito, ya que lo cierto es que no existe prueba que permita
llegar a una conclusión de esa naturaleza.

Adicionalmente, debe recordarse que el objeto de esta causa se centra en


la supuesta desaparición forzada de varias personas que se encontraban
en el Palacio de Justicia para el momento en que ocurrió la toma
guerrillera, y si bien el manejo de los cadáveres ofrece algunas luces para
la valoración sobre la materialidad del delito, las irregularidades que se
produjeron en el manejo y traslado de los cadáveres, excede la
competencia de esta Sala, por lo cual, más allá de la necesaria referencia,
no se hará pronunciamiento alguno en ese sentido.

3.- También se han demostrado graves yerros en el procedimiento de


inhumación en fosa común del Cementerio del Sur, pues hasta el día de
hoy no hay información precisa sobre lo sucedido con cuatro de los 94
cadáveres que allí fueron remitidos, aspecto que, vale reiterar, tampoco es

252
Actas 1115, 1116, 1117, 1163, 1165, 1166, 1168, 1169, 1192, 1193.

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Delito: Desaparición forzada

objeto del presente juzgamiento pero que sí ofrece elementos para valorar
las pruebas existentes sobre la desaparición forzada de quienes aquí
figuran como víctimas.

4.- Teniendo en cuenta todas las irregularidades detectadas tanto en el


manejo de la escena como en los levantamientos – inspecciones – y las
necropsias, es entendible que aún existan serias dudas sobre la actuación
de las autoridades en dichos procedimientos, pues los múltiples errores y
la naturaleza de los mismos, impiden que la identificación realizada pueda
tenerse como correcta o válida.

5.- En cuanto al total de 91 esqueletos o restos óseos que fueron


exhumados, en el proceso no reposa prueba alguna de las pruebas
practicadas a por lo menos 30 de ellos (07, 10, 11, 12, 14, 16, 19, 20, 21,
22, 23, 24, 25, 26, 27, 32, 33, 38, 39, 46, 47, 48, 49, 58, 59, 65, 81, 84,
86 y 90), como tampoco se tiene precisión sobre los criterios utilizados
para adelantar el estudio frente a algunos cadáveres y no frente a otros.

6.- Finalmente es importante señalar que las evidencias que son objeto de
análisis en este proceso, solo permiten arribar a una conclusión y es la
urgente necesidad de continuar con los procesos de investigación para
esclarecer los vacíos existentes hasta ahora con respecto a los cadáveres
que fueron hallados en el recinto del Palacio de Justicia.

Es así, que a la fecha se desconoce a quién corresponden los restos que


fueron reclamados por la familia del Magistrado SANDOVAL HUERTAS, o
aquéllos que se entregaron como un cuerpo masculino cuando realmente
se trataba del de una mujer.

Tampoco se conoce la ubicación actual de algunos cadáveres calcinados,


puesto que las evidencias llevan a inferir que fueron inhumados en un sitio
distinto al de los restantes cuerpos, todo a lo cual se suma la información
fragmentada sobre el proceso de exhumación, que impide conocer los
fundamentos o criterios de selección de restos óseos, por ejemplo, para
realizar el segundo de los estudios de genética.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Por ello, la Sala considera que, en cada evento se hace necesario analizar,
si es posible afirmar con el grado necesario de certeza, la calidad de
víctimas del delito de desaparición forzada, pues el solo hecho de que no
se tenga conocimiento sobre el paradero de sus cuerpos, no implica per se,
que hayan sobrevivido a los trágicos eventos.

7.3.2.- De la demostración del hecho de la desaparición forzada de las 11


personas relacionadas por la Fiscalía en la resolución de acusación.

La Sala iniciará el análisis propuesto, con relación a cada una de las


presuntas víctimas de desaparecimiento a raíz de los hechos acaecidos en
el Palacio de Justicia, los días 6 y 7 de noviembre de 1985.

Para analizar la situación específica respecto de cada uno de los presuntos


desaparecidos, atendiendo el tiempo que ha transcurrido desde la
ocurrencia de los hechos y las distintas investigaciones que ha adelantado
la justicia colombiana, e igualmente que varios testigos depusieran en
múltiples ocasiones y ante distintas autoridades, la Sala analizará cada
una de dichas versiones, de acuerdo con los criterios legales y
jurisprudenciales citados en el acápite pertinente en relación con este
tema, ponderando el tiempo transcurrido entre declaración frente a los
cambios o contradicciones en que eventualmente incurrieron los testigos.

Igualmente, en el estudio que se abordará, resulta de vital importancia


analizar la prueba indiciaria que reposa en el plenario para establecer si,
con la certeza que se requiera, la misma permite establecer la desaparición
de cada una de las presuntas víctimas.

7.3.2.1.- De los visitantes ocasionales.

Un primer grupo de presuntos desaparecidos está compuesto por aquellas


personas que se encontraban en el recinto del Palacio de Justicia de
manera ocasional por asuntos que al parecer debían atender el día en que
ocurrió el siniestro; por consiguiente, en estos eventos no existía un

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Delito: Desaparición forzada

vínculo profesional o laboral que permitiera tener certeza sobre su estancia


en la edificación al momento en que se produjo la toma guerrillera.

Así las cosas, la Sala deberá analizar el acervo probatorio a fin de


establecer la permanencia de cada uno en las instalaciones del Palacio de
Justicia para el momento en que ocurrieron los hechos, para luego
verificar las pruebas concernientes a su presunta salida con vida del
mismo y la consecuente desaparición forzada.

7.3.2.1.1.- GLORIA ANZOLA DE LANAO.

Señaló el juzgado de primera instancia que la permanencia de esta persona


dentro de las instalaciones del Palacio de Justicia para el momento en que
ocurrió la toma guerrillera, quedó acreditada con el testimonio de quien
era su cónyuge FRANCISCO JOSÉ LANAO AYARZA253, quien precisó que
la presunta víctima solía parquear su vehículo en el sótano del edificio
gracias a la colaboración que le prestaba su tía y entonces consejera de
estado, AYDEE ANZOLA LINARES; relato que fue ratificado con el hallazgo
del automotor en el citado estacionamiento. Además, se hizo mención de
algunos testimonios que declararon sobre su preexistencia antes de la
toma por parte del M-19.

Por manera que, sobre este aspecto no hay discusión alguna y la


conclusión necesaria es que, en efecto, la señora ANZOLA DE LANAO se
encontraba al interior del Palacio de Justicia cuando éste fue ocupado por
el M-19.

Lo anterior, sin embargo, no implica necesariamente que haya salido con


vida del Palacio de Justicia, como lo pretende inferir el juzgado de primera
instancia, pues una cosa es que esté demostrado que la prenombrada se
encontraba dentro del recinto al momento de la toma, y otra, que se haya
probado que salió viva y luego fue privada ilegalmente de su libertad,
ocultada y sustraída del amparo de la ley.

253
Folio 50 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.

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Delito: Desaparición forzada

Dado que el primer presupuesto de su desaparición forzada es que hubiese


sobrevivido la toma guerrillera, es preciso señalar que sobre esta
circunstancia no hay prueba directa que la acredite, por lo que resulta
necesario examinar la vía indirecta, con sustento en los indicios que se
puedan construir a partir de las evidencias arrimadas al proceso, a la luz
de su coherencia y concordancia con los demás medios de convicción.

Sobre el particular, la a quo tomó en cuenta tres hechos que consideró


probados al interior del proceso y que, en su criterio, permiten afirmar
que esta persona salió con vida del recinto judicial: i) su hermana, MARÍA
CONSUELO ANZOLA MORA, no la reconoció en los cadáveres que
quedaron luego de la toma, incluso, antes de la actividad misma del
levantamiento o inspección de los mismos por parte de las autoridades; ii)
las llamadas que recibieron sus familiares luego de ocurrido el suceso, en
las cuales les informaban que aquella se encontraba en el Cantón Norte; y
iii) el testimonio vertido por JORGE ELIÉCER FRANCO PINEDA, en el cual
hizo mención al lugar donde supuestamente habrían enterrado el cuerpo
de la señora ANZOLA DE LANAO.

Dicho esto, procede esta instancia a valorar las pruebas tenidas en cuenta
por el juzgado a quo, para establecer si a partir de ellas es posible concluir,
de manera inequívoca, la salida con vida de esta persona:

a.- En primer lugar, sin tener dudas sobre la presencia de la señora MARÍA
CONSUELO ANZOLA en las instalaciones del Palacio de Justicia y las
actividades desarrolladas por ella en búsqueda de su hermana; no existe,
a la vez, la misma certeza respecto de la conclusión a la que llegó el juzgado
basado en los resultados de la labor de búsqueda que realizó la señora
MARÍA CONSUELO, pues, como se verá, la revisión que hizo la testigo
entre los cadáveres no abarcó todos los cuerpos calcinados que se
encontraban en dicho lugar, a lo que se aúnan todos los diversos aspectos
que hicieron imposible, hasta la fecha, conocer el paradero de todos y cada
uno de los cadáveres, así como su plena identificación.

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Delito: Desaparición forzada

En efecto, la testigo aseguró que buscó entre los restos humanos


incinerados cuando “no habían movido todavía los cadáveres”, y que, a
pesar de que esa verificación se hizo “boca por boca, objetos personales y
no me faltó un solo cadáver por revisar”254, no fue posible encontrar a su
hermana.

Sin embargo, nótese que la misma testigo en su declaración reconoce que


“cuando fui por la noche a medicina legal, revise (sic) otros cadáveres. Algunos la
cabeza estaba quemada totalmente pero tenía caninos y ella no tenía caninos. De
los cinco cadáveres que habían o seis cadáveres, éste tenía caninos y los otros
eran cadáveres de hombre”255; por consiguiente, aun cuando revisó los
cuerpos que encontró en las instalaciones del Palacio de Justicia a su
ingreso, lo cierto es que si en el Instituto Nacional de Medicina Legal pudo
inspeccionar otros despojos mortales, ello implica que algunos cadáveres
habían sido retirados del lugar para el momento en que ella arribó al
recinto judicial, y en consecuencia, no es válido concluir, de manera
absoluta, que la búsqueda realizada dentro del Palacio incluyó a todas y
cada una de las víctimas.

Es más, no debe perderse de vista que, aún hoy, hay cadáveres


desaparecidos, y que muchos restos fueron arrojados a la basura por el
personal de aseo que “limpió” el edificio.

También indicó la declarante que “la gente no identificaba los cadáveres, pero
entonces cogían cualquier cadáver, pero no lo identificaron ”, y aun cuando
aseguró que ella pudo ver todos los cuerpos antes que llegaran a Medicina
Legal, lo cierto es que sus propias afirmaciones abren la posibilidad a que
algunos restos hayan sido reclamados por familias distintas, lo que habría
impedido una plena revisión de la totalidad de fallecidos.

Así, si bien la labor desplegada por MARÍA CONSUELO ANZOLA MORA fue
ardua y detallada, lo cierto es que aún en la actualidad existen dudas, no
solo sobre el paradero de todos los cuerpos, sino del proceso de

254
Folio 28 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
255
Ibídem, folio 30.

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identificación realizado, por cualquiera de los medios que se hubieren


utilizado.

También OSCAR ANZOLA MORA, narró la manera en que su hermana


realizó la verificación de los restos humanos una vez terminado el combate,
precisando que su pariente “encontró cerca de ocho cadáveres que no podrían
ser identificados ya que su dentadura había desaparecido ”256.

Otro aspecto que vale la pena mencionar, es que no hubo presencia de


ningún médico o experto de Medicina Legal en las instalaciones del Palacio
de Justicia realizando apoyo técnico para los levantamientos o
inspecciones257, situación que se desprende de la información aportada
por la testigo de acuerdo con la cual, en esa tarea de revisión, solo la
acompañó un mayor de la Policía de nombre DIEGO ANZOLA; por manera
tal que esa verificación puntual de cada cuerpo, no contó con las técnicas
adecuadas para evitar cualquier yerro o confusión.

Conforme con lo expresado, no se desconoce el esfuerzo realizado por la


familia de GLORIA ANZOLA DE LANAO en su búsqueda, pero las
conclusiones a las que aquéllos llegaron a partir de allí, no tienen la
contundencia para que se tenga plenamente establecido que no falleció al
interior del Palacio de Justicia, pues tal y como se indicó en el aparte
anterior, el proceso de manejo de la escena del hecho y el levantamiento
de los cadáveres, estuvieron caracterizados por irregularidades y
deficiencias que no permiten concluir que la ausencia de un cuerpo
debidamente identificado como de GLORIA ANZOLA DE LANAO, acredite
su salida con vida de la edificación.

b.- Un siguiente elemento que permitió a la primera instancia concluir


probada la desaparición de la señora ANZOLA DE LANAO, corresponde a
las distintas llamadas telefónicas que al parecer hicieron a miembros de
la familia, en las cuales se les informaba que su allegada había sobrevivido
luego de la toma del Palacio de Justicia, que se encontraba bajo custodia

256
Folio 214 del cuaderno original anexo de la instrucción, No. 6 A.
257
Ibídem.

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del ejército o la policía, y que estaba siendo torturada por considerarla


parte del grupo guerrillero.

Sobre el particular la hermana de la víctima, ROSALÍA ESPERANZA


ANZOLA MORA, adujo que cerca de una semana después del suceso,
cuando llegaba al establecimiento de comercio propiedad de su familia,
recibió una llamada de una mujer joven preguntando por algún allegado
de la presunta desaparecida, y luego que aquella se identificara, le dijo que
“la Doctora GLORIA la tenían en el Cantón Norte”; luego de lo cual, escuchó a
una mujer de edad que le manifestó: “la doctora GLORIA ANZOLA DE LANAO
la tienen en el Cantón Norte y la están torturando, nos avisaron por radio teléfono,
hagan algo no se queden quietos (sic)”258. Sobre esta llamada, también hizo
referencia su otra hermana, MARÍA CONSUELO ANZOLA259.

A su vez el padre de la presunta desaparecida, señor RÓMULO ANZOLA


LINARES, en declaración vertida el 17 de febrero de 1984, informó que “Sin
embargo, como un aporte de mi parte significó que fui sorprendido con dos
llamadas anónimas, subrayo la palabra anónima, donde se me informaba que mi
hija estaba viva y detenida en el Cantón Norte por orden expresa de las Fuerzas
Militarse. Quiero aclarar si estas llamadas eran simple especulación o las hacían
con el ánimo de tergiversar los hechos”260.

La existencia de esas dos llamadas informando la supuesta permanencia


de la víctima en el Cantón Norte -una dirigida al padre y otra a la hermana-
, fue ratificada por la señora MARÍA BIBIANA MORA DE ANZOLA261, en
cuya declaración agregó que una segunda llamada fue atendida por la
empleada del servicio doméstico, quien les dio el número telefónico de la
señora ESPERANZA ANZOLA para que le informaran lo sucedido.

De acuerdo con lo afirmado por los testigos, fueron dichas llamadas


telefónicas y la ausencia de un cadáver, lo que impulsó a sus familiares a
continuar la búsqueda de la víctima, actividades que desarrollaron en el
Instituto Nacional de Medicina Legal y en el Cantón Norte, con ayuda de

258
Folio 69 del cuaderno original anexo de la instrucción No.7. Declaración de 19 de febrero de 1986.
259
Folio 28 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A. Declaración de 3 de enero de 1985.
260
Folio 46 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7. Declaración de 17 de febrero de 1986.
261
Ibídem, folio 41. Declaración de 17 de febrero de 1986.

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algunos amigos y allegados. No obstante, dichas pesquisas se habrían


detenido debido a supuestas llamadas intimidantes en las que les exigían
detener sus investigaciones.

Así lo indica el hermano de la víctima, ÓSCAR ANZOLA, al afirmar lo


siguiente: “Durante esta segunda semana igualmente recibí una llamada
anónima a mi oficina en la que se me decía que los familiares de los desaparecidos
debíamos quedarnos callados y tranquilos y de esta manera podría presentarse
algo bueno con respecto a ello en las fiestas decembrinas. Ésta llamada dio pauta
para que se suspendieran las reuniones y actividades programadas en aquel
entonces”262.

De otra parte, se cuenta con la declaración aportada por el entonces


cónyuge FRANCISCO JOSÉ LANAO AYARZA en el trámite de esta
investigación, en la cual manifestó: “Inclusive en mi casa, en donde vivíamos
con Gloria en unas dos oportunidades, un mes después no me acuerdo en este
momento bien, no sé por qué razón o por qué motivo yo recibí llamadas por teléfonos
que me decían que dejara las cosas, que no insistiera más como con la
preguntadera”263; sin embargo, en su declaración inicial rendida en el mes
de febrero de 1986, cerca de tres meses después de ocurrido el suceso, no
narró ni informó nada sobre llamadas intimidantes, circunstancia que
genera dudas a esta Corporación sobre lo realmente sucedido frente a
estas presuntas comunicaciones.

Visto esto, considera esta instancia que las declaraciones rendidas por los
distintos familiares de la presunta desaparecida, no tienen la fuerza
suasoria suficiente para acreditar que su familiar realmente estaba bajo la
potestad de las fuerzas militares, puesto que las llamadas en que
informaban dicha circunstancia, no aclararon una fuente fidedigna de esa
información, ni tampoco aportaron evidencias que lo ratificaran. Por el
contrario -de acuerdo con el dicho de MARÍA BIBIANA MORA DE ANZOLA-
, las mujeres que llamaron a ROSALÍA ESPERANZA ANZOLA habrían
señalado que obtuvieron la información por ser radio-aficionadas264, por

262
Folio 216 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6A.
263
Folio 81 del cuaderno original de la Instrucción No. 32.
264
Folio 41 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7, declaración de 17 de febrero de 1986

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lo que tampoco se trata de una fuente directa que merezca absoluta


credibilidad.

c.- Para ratificar la supuesta desaparición forzada de GLORIA ANZOLA DE


LANAO, el despacho de primera instancia acudió a la declaración que
rindió JORGE ELIECER FRANCO PINEDA, hermano de otra posible
desaparecida IRMA FRANCO PINEDA, en cuya oportunidad afirmó lo
siguiente:

“(…) un oficial del Ejército de mucha relación con el hogar a quien siempre consideré
como un ejemplo de oficial (…) en una reunión social me cogió del brazo y nos
fuimos para una de las habitaciones de mi hogar y llorando me dijo: “Jorge, no
insista más en lo de Irma. A ellos los tuvieron 8 días en las caballerizas de
Usaquén, luego los mataron y los cadáveres de la casi totalidad los llevaron a la
fosa común del Cementerio del sur, pero el de Irma y el de una señorita Anzola, por
considerar que sus familiar tenían cierta capacidad de reacción pública y de otras
cosas, los separaron y los llevaron a la fosa común del cementerio de
Chapinero”265.

Sobre el particular valga señalar que, si bien en la citada declaración el


testigo hizo referencia a una señorita ANZOLA que podría tratarse de la
presunta desaparecida, lo cierto es que sus afirmaciones tienen sustento
en lo dicho por otra persona, cuya identidad y confiabilidad se desconocen,
lo cual impide otorgarle credibilidad, pues se trata de un testigo de
referencia y se desconoce la fuente de su información.

d.- Por último, vale destacar que en ninguna de las ocasiones que se
exhibieron videos o fotografías de los hechos ocurridos en el Palacio de
Justicia los días 6 y 7 de enero de 1985, se hizo señalamiento o
reconocimiento alguno de GLORIA ANZOLA DE LANAO por parte de sus
allegados o conocidos.

Así ocurrió en la diligencia de exhibición de video casetes realizada entre


los días 13, 14 y 16 de enero de 1988, en presencia de MARÍA BIBIANA
MORA DE ANZOLA y CONSUELO ANZOLA MORA266; pues a pesar de
haber sido expuesto todo el material, en ningún momento se obtuvo un

265
Folio 82 del cuaderno original de la instrucción No. 6.
266
Folio 207 y ss. del cuaderno original IP 070 anexo No. 5.

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reconocimiento de su familiar. Por el contrario, ÓSCAR ENRIQUE ANZOLA


MORA (hermano), al ser preguntado sobre la existencia de algún material
fílmico o fotográfico que acreditase la salida con vida de su hermana,
señaló: “No existe prueba alguna ni que salió del Palacio de Justicia viva o muerta,
lo único que tenemos como elemento cierto es que mi hermana no quedó entre los
cadáveres calcinados, no más”267.

Atendiendo el análisis efectuado, es preciso concluir que con las pruebas


recaudadas a lo largo del proceso no fue posible demostrar que GLORIA
ANZOLA DE LANAO sobrevivió al ataque guerrillero y salió con vida del
recinto judicial, pues aunque sus familiares la buscaron entre los restos
que se encontraban dentro del Palacio de Justicia y aquellos que se
remitieron al Instituto de Medicina Legal, las irregularidades en el manejo
de la escena no permiten asegurar que tal indagación se realizó sobre la
totalidad de los cuerpos; y además, las llamadas telefónicas que,
presuntamente, recibieron sus familiares, no merecen plena credibilidad
por cuanto se desconoce, entre varios aspectos, la fuente de la
información.

Cabe reiterar que deben reconocerse los esfuerzos hechos durante todo
este tiempo para identificar o hallar los cuerpos de quienes aquí figuran
como víctimas; sin embargo, no se cuenta con algún indicio que permita
concluir que la señora GLORIA ANZOLA DE LANAO salió con vida del
palacio de justicia, después de la toma guerrillera.

Por consiguiente, contrario a lo señalado por la primera instancia,


considera esta Sala que las afirmaciones antes citadas no tienen fuerza
probatoria para acreditar la desaparición forzada de esa persona.

7.3.2.1.2.- NORMA CONSTANZA ESGUERRA FORERO

Sobre su presencia en el Palacio de Justicia el día 6 de noviembre de 1985,


se cuenta con la declaración rendida por su madre ELVIRA FORERO DE

267
Folio 117 del cuaderno original IP 070, Libro No. 6.

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ESGUERRA268, en la cual señaló que su hija era proveedora de la cafetería


que funcionaba en el Palacio de Justicia, y el día de los hechos acababa
de ingresar al recinto cuando se produjo el ataque guerrillero, motivo por
el cual se vio involucrada en los hechos acaecidos durante esos dos días.

Precisó que NORMA CONSTANZA ESGUERRA se encontraba con su prima


AMPARO PEÑA, quien por encontrarse en condición de discapacidad
permaneció en el carro mientras la víctima ingresaba a realizar la entrega
del pedido a la cafetería del Palacio de Justicia; no obstante, agregó la
declarante, pocos minutos después se empezaron a escuchar disparos, lo
que produjo la huida de las personas que se encontraban cerca, uno de
los cuales ayudó a mover el vehículo como quiera que estaba estacionado
en la Plaza de Bolívar.

A su vez, el señor RICARDO ESGUERRA REAGA (progenitor) afirmó que el


día en que se produjo la toma por el M-19, su hija se encontraba con una
prima de nombre AMPARO, quien la acompañaba todos los días a realizar
la entrega de los pedidos, “…y en ese día, mientras AMPARO estaba esperando
que NORMA saliera del Palacio dice que escuchó una serie de disparos que en un
momento ella le pareció que provenían de la carrera 7°, como de la Avenida Jiménez
hacia el sur, no se dio cuenta que provenían era del Palacio, disparos que se fueron
haciendo cada vez más intensos y en ese momento también vio cuando uno de los
celadores de la puerta del Palacio de Justicia salía corriendo en dirección hacia la
calle 11…”269.

La narración de estos hechos fue reiterada por LUIS ALFONSO RAMÍREZ


SÁNCHEZ, al insistir que NORMA CONSTANZA se encontraba repartiendo
unos pasteles en la cafetería del Palacio de Justicia, mientras su prima
con condición de discapacidad la esperaba en el vehículo, momento
preciso en que ocurrió la toma guerrillera270.

Así las cosas, considera esta Corporación que las declaraciones


mencionadas son suficientes para demostrar que, en efecto, por una

268
Folio 271 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
269
Folio 242 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
270
Folio 121 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6A.

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desafortunada coincidencia, la presunta desaparecida ingresó a las


instalaciones del Palacio de Justicia pocos minutos antes que iniciara la
incursión armada, para hacer entrega de unos pasteles en su calidad de
proveedora de la cafetería.

Igualmente está acreditado que, una vez iniciaron los disparos dentro de
la edificación, la víctima permanecía en su interior, pues lo cierto es que
de haber salido antes, habría podido huir del lugar en compañía de su
prima, quien la esperaba en el vehículo estacionado en inmediaciones de
la Plaza de Bolívar.

Por último es importante resaltar que la madre, en su primera declaración,


informó que el 9 de noviembre de 1985 ingresó a la edificación en
compañía de un agente de la Policía, y luego de hacer una verificación de
varias oficinas y dependencias, “dentro del mostrador de la cafetería encontré
la cartera de mi hija, (…) lo único que encontré fue un parte que le pasaron del
carro, una fórmula de la niña que hacía ocho días le había llevado al médico, la
facturera donde ella llevaba sus pedidos, la chequera del Banco Cafetero y una
lata donde ella llevaba todas sus cosas”271.

Así entonces, el hallazgo de las pertenencias de la víctima y las


declaraciones vertidas por sus allegados sobre las circunstancias que la
llevaron a estar en el Palacio de Justicia en el momento en que se produjo
la toma guerrillera, permiten demostrar plenamente la presanidad y
permanencia de NORMA CONSTANZA ESGUERRA FORERO dentro del
recinto.

Se consideró demostrada su desaparición forzada en razón a la ausencia


de un cadáver que hubiese sido identificado como el suyo en el lugar de
los hechos, y los supuestos indicios sobre su detención en las caballerizas
del Cantón Norte, lugar donde supuestamente habían sido trasladados
algunos sobrevivientes sospechosos.

271
Folio 272 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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a.- En cuanto al primer aspecto, en su primera declaración la señora


ELVIRA FORERO DE ESGUERRA informó que una vez enterados de lo que
sucedía, se dirigieron a la morgue, pero allí no encontraron nada272;
aseveración que es concordante con los señalamientos del señor RICARDO
ESGUERRA, en cuya declaración precisó que “tanto mi señora como yo,
acompañados de varios amigos, hicimos averiguaciones en varios establecimientos
hospitalarios, como en la Caja, o en la Clínica de la Caja Nacional de Previsión, en
la Clínica San Pedro Claver, en el Hospital Militar, pues tratando de establecer si
NORMA CONSTANZA pudiera encontrarse entre los heridos, también con
resultados negativos; también se hicieron averiguaciones en la Estación 100, en el
F-2 y en el DAS, igualmente con resultados negativos. En el Instituto de Medicina
Legal estuvieron el Médico Luis Fernando Robledo, también pariente mío, el Dr.
Luis Eduardo Fandiño, médico y odontólogo que en años pasados había hecho
algunos trabajos dentales a NORMA CONSTANZA (…) tratando de reconocer dentro
de los cadáveres que habían sido evacuados pero también con resultados
negativos”273.

b.- Todo lo anterior es concordante con las afirmaciones de LUIS ALFONSO


RAMÍREZ SÁNCHEZ, en cuya declaración aclaró que “únicamente tratamos
de observar los acontecimientos por televisión en espera que de pronto dijeran los
nombres de los que iban saliendo y ahí apareciera NORMA, tal vez como al día
siguiente por la tarde, empezamos a averiguar sobre si aparecía en la lista de
evacuados del Palacio de Justicia el nombre de NORMA CONSTANZA ESGUERRA;
la respuesta fue de que (sic) no aparecía en la lista en los evacuados.
Posteriormente, pues, en vista de que no aparecía en la lista, nos solicitaron que
fuéramos al anfiteatro a identificar los cuerpos o a buscar el cuerpo de ella entre
los que habían llevado, yo estuve allá en el anfiteatro con el cuñado PEDRO
FORERO, quien vive en Cúcuta, y no apareció el cuerpo de ella ya que se trató de
identificar por medio de la dentadura que según la madre, le faltaba una muela en
la parte superior derecho, lo mismo que un conducto de una de las muelas
inferiores (…) estuvimos en los hospitales, Brigadas Militares, Hospital San Ignacio,
San José, sin que nos dieran razón sobre el paradero de ella”274.

Los anteriores medios de prueba permiten afirmar que, en efecto, a pesar


de las distintas averiguaciones por parte de familiares y allegados de la

272
Folio 272 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
273
Folio 243 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
274
Folio 121 y ss del cuaderno 121 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6A

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víctima, no fue posible dar con el paradero de NORMA CONSTANZA ni


tampoco hallar un cadáver que hubiese sido plenamente identificado como
el de ella; sin embargo, atendiendo los errores en el manejo de la escena
del crimen y de los cadáveres allí encontrados -ampliamente descritos en
el aparte anterior-, no es posible concluir que esa sola circunstancia sea
suficiente para considerar que la víctima sobrevivió el ataque subversivo y
salió con vida del Palacio de Justicia.

En esta decisión se ha reiterado cómo el manejo errado, desorganizado e


irregular de la escena de los hechos, así como las inconsistencias en el
examen y entrega de los cuerpos sin vida, ocasionó que muchos cadáveres
no fueran adecuadamente identificados, o incluso erradamente
entregados; por consiguiente, aun cuando se destaca la labor de los
familiares en intentar buscar el cuerpo sin vida de la víctima, su ausencia
no implica que necesariamente esta haya sobrevivido al enfrentamiento
armado.

Más aun, como se aclarará más adelante, en este caso existen serias dudas
en relación con el procedimiento de entrega del cuerpo del magistrado
PEDRO SERRANO ABADÍA, como quiera que, a pesar del reconocimiento
que hizo la señora CIRIA MÉNDEZ sobre el mismo, lo cierto es que las
valoraciones periciales sobre el cadáver daban cuenta de que se trataba de
una mujer, y las pertenencias que se hallaron a su alrededor, fueron
reconocidas por la madre de NORMA CONSTANZA como de propiedad de
ésta.

c.- Un segundo aspecto que fue tenido en cuenta por la a quo para
considerar acreditada la desaparición de NORMA CONSTANZA
ESGUERRA, tiene relación con las averiguaciones que habrían realizado
sus familiares en las distintas dependencias militares y de policía, pues al
parecer allí se habrían enterado que muchos sobrevivientes se
encontraban privados de su libertad.

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Frente al particular, se cuenta con la declaración rendida ante la


Procuraduría General de la Nación por parte de ELVIRA FORERO de
ESGUERRA, en la cual informó:

“(…) yo fui allá al juzgado, corrijo, al Cantón y pasé a la caballería pero antes de
entrar a la caballería, yo estuve hablando con un soldado en la calle, y el soldadito
no tenía ni idea a que iba yo allá, le pregunté que cómo le había parecido lo del
Palacio de Justicia, él me dijo que terrible; pregunté qué hicieron con esas personas
que tenían, que las hicieron, y me respondió, unos fueron dejados libres y otros
están aquí detenidos y son bastante”275.

A partir de esta información, la declarante concluyó que su hija y otros


presuntos desaparecidos, entre ellos los trabajadores de la cafetería, se
encontraban con vida y privados de su libertad en las caballerizas del
Cantón Norte, o en otras instalaciones de las fuerzas armadas; no
obstante, tanto la testigo en cuestión como su cónyuge RICARDO
ESGUERRA, son certeros en señalar que un Coronel SÁNCHEZ, Jefe del
B2 de la Brigada, quien los atendió en el Cantón Norte, les manifestó que
ellos no tenían como prisionera a ninguna de las personas que salieron
con vida del Palacio de Justicia:

“Yo estuve con el Coronel SÁNCHEZ en el Cantón Norte, allí hablé con él y le
pregunté que si él o si ellos tenían ahí gente detenida y me dijo que no, que ellos
no tenían a nadie, pero como nosotros, o a mí me habían contado que ellos tenían
100 detenidos y que habían mandado fusilar a 20, entonces el Coronel me
respondió que ellos no iban a matar la gente así no más, ni los iban a torturar ” 276.

Finalmente, los declarantes aseguraron que el aludido comandante de la


Brigada se sorprendió al escuchar el nombre de NORMA CONSTANZA
ESGUERRA, pero que aun así negó rotundamente que la tuvieran privada
de la libertad en dicho lugar.

Frente a los aludidos medios de prueba es preciso señalar que la


información aportada por los declarantes no tiene origen en un
conocimiento directo de los hechos, es decir, se trata de testigos de oídas
frente a la supuesta captura de varias personas que salieron con vida del

275
Folio 126 del cuaderno original IP 070 Libro No. 6. Declaración de 16 de enero de 1986.
276
Folio 272 y 273 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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Palacio de Justicia. Por manera tal, que resulta necesario adelantar una
valoración conforme con la jurisprudencia penal citada ut supra277 y
realizar un análisis detallado de la información entregada por la persona
que eventualmente conoció de primera mano los hechos y la confiabilidad
de lo manifestado teniendo en cuenta la totalidad de las circunstancias.

Vale recordar que la información aportada por los testigos, al parecer fue
obtenida por los dichos de un soldado que se encontraba en las afueras de
la caballería en el Cantón Norte; sin embargo, se desconoce la identidad
de este miembro de la fuerza pública o la manera en que tuvo conocimiento
de la supuesta retención de varios sobrevivientes, aspecto éste de vital
importancia si se tiene en cuenta que las reglas de la experiencia enseñan
que, actuaciones ilícitas como las que supuestamente se produjeron en
este caso, siempre se realizan de manera clandestina sin que nadie se
entere de lo que sucede.

Por ello, para la Sala no resultan confiables los dichos de los mencionados
declarantes, en tanto no solamente fue obtenida de una persona
desconocida que no tendría razón para conocer de una actuación ilícita
como la que supuestamente estaba ocurriendo y menos aún para contarla
a cualquier persona que le preguntara, sino que además, el supuesto
relato de dicho uniformado se refería a la detención -al parecer irregular-
de muchos sobrevivientes de la toma al Palacio de Justicia, pero en él no
se afirmó categóricamente que NORMA CONSTANZA ESGUERRA estuviera
entre ellos.

d.- Esta conclusión se ratifica con lo señalado por la madre de la víctima,


señora ELVIRA FORERO DE ESGUERRA, quien en declaración posterior
y luego de identificar algunos elementos que eran propiedad de su hija,
concluyó que ésta había fallecido en los acontecimientos del Palacio de
Justicia y su convencimiento sobre su desaparición solo había sido
motivada por la situación que otros estaban viviendo. Así lo indicó en
diligencia realizada el 17 de febrero de 1988:

277
Ver numeral 7.1.

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“PREGUNTA. ¿Para el convencimiento en que usted estuvo que su hija está


desaparecida, influyeron los otros familiares de desaparecidos o su abogado?
CONTESTÓ: No mi abogado no, no, los otros familiares sí influyeron mucho, porque
como todos estamos en el mismo problema, especialmente el Dr. Rodríguez, por lo
que él vive tan preocupado no sólo por su hijo, sino por todos, entonces él vive muy
atormentado y le preocupan todos los que estaban con su hijo en la cafetería, que
les digan si están muertos o dónde los tienen, ese es el derecho de las cosas; pero
yo considero que mi caso es diferente, yo encontré esas cosas, ellos no han
encontrado nada, ellos están en derecho de buscar a sus hijos” 278.

Adicionalmente, al ser cuestionada por la razón que la impulsaba a


presentar dicha declaración, afirmó que “a mí me motiva que yo ya acepté la
realidad, a mí nunca me han hecho una llamada respecto a que NORMA está viva
jamás de los jamases, y si ahora me van a hacer una llamada no lo voy a creer,
así me llamen a raíz de lo que yo he declarado aquí”279, aseveración a partir de
la cual es posible concluir que la misma progenitora de la presunta
desaparecida, luego de varios meses y tras varias indagaciones, concluyó
que su hija había perecido dentro del Palacio de Justicia durante las
hostilidades.

De otro lado, resulta necesario analizar lo relativo al posible yerro cometido


en la identificación y entrega de un cadáver que podría corresponder al de
NORMA CONSTANZA y que fue entregado como si se tratase del
magistrado PEDRO SERRANO ABADÍA, pese a haberse reconocido por
parte de la señora ELVIRA FORERO DE ESGUERRA algunas pertenencias
de su hija.

En efecto, la aludida familiar de la presunta desaparecida, participó en la


diligencia de exhibición de fotografías, prendas, objetos y documentos de
personas muertas en el Palacio de Justicia realizada el 12 de enero de
1988, en cuya acta se plasmó lo siguiente:

“Acta No. 1171, manifiesta la señora ELVIRA FORERO DE ESGUERRA: “la pulsera
es de mi hija y el collar o las pepas del collar eran 6, era una grande y estas 5 más
pequeñas, pertenecían a mi hija Norma Constanza Esguerra, sobre esto no tengo
ninguna duda, el tamaño de la muñeca es exactamente igual y yo conocía todo lo
que tenía mi hija, tenía otras 3 pulseras de oro y unos aretes y eso no apareció. La

278
Folio 209 del cuaderno original de la investigación procuraduría IP 070 No. 1.
279
Ibídem.

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parte de las gafas que hay ahí no es de mi hija, porque ella no utilizaba anteojos,
este objeto ya lo había reconocido en el juzgado 89 de Instrucción Criminal…” 280.

Seguidamente deja constancia el juzgado que, ante esa afirmación, se


procedió a buscar el acta de levantamiento No. 1171 y efectivamente
correspondía al cadáver calcinado de una mujer no identificada dentro de
dicho documento ni en el protocolo de necropsia; sin embargo, al verificar
el cuaderno original No. 9 del Juzgado 23 de Instrucción Criminal, se
observa que respecto de ese mismo cadáver se llevó a cabo reconocimiento
de prendas por parte de la señora CIRIA MERCY MÉNDEZ DE
TRUJILLO281, quien, con sustentó en ello, manifestó que correspondía al
cuerpo del Magistrado PEDRO ELÍAS SERRANO ABADÍA, aun cuando en
la misma diligencia se precisara que en el acta de levantamiento ese cuerpo
figuraba como femenino y no masculino.

Debido a la señalada contradicción, el mismo juzgado que adelantaba la


diligencia de exhibición de fotografías, objetos y documentos, dejó
constancia que “el sexo no sólo fue establecido en el acta de levantamiento, sino
también en la necropsia por parte del Patólogo Forense y que al enumerar los
objetos que le fueron encontrados al cadáver en el acta de levantamiento, no se
hace ninguna mención del reloj Citizen que se menciona en el acta de
reconocimiento y que sirvió de base para reconocer el cadáver del Dr. PEDRO ELÍAS
SERRANO ABADÍA” 282.

Ahora bien, en el acta de levantamiento No. 1171 y su correspondiente


protocolo 3805-85, se indicó lo siguiente: ingreso 08/11/85, hora: 14:00.
Acta de Levantamiento No. 1171, N.N. Femenino. “Sistema Osteo-Músculo-
Articular: carbonización total (…) Útero, Anexos y Mamas: Útero No Preñado,
Carbonizado (…) Conclusión: Mujer carbonizada cuya causa de muerte no se pudo
establecer por autopsia” 283.

En el acta de levantamiento No. 1171 se establece: Lugar de la muerte:


“Palacio de Justicia, cuarto piso, ala oriental costado sur”. Descripción de las

280
Folio 212 del cuaderno original investigación Procuraduría IP 070 No. 1.
281
La identificación se logró gracias a un reloj Citizen redondo de pulsera metálica
282
Folio 213 del cuaderno original investigación Procuraduría IP 070 No. 1.
283
Folio 104 del cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa de Juicio No. 3.

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heridas: “totalmente incinerado”. Observaciones: “cadáver que mide 75 cm. La


cabeza se encuentra separada del tronco, al lado se le encontró una pulsera
metálica, una pata de montura de gafas y varias piezas de collar y varias piezas
dentales”284.

A pesar de lo anterior, en el plenario reposa el acta de reconocimiento de


un cadáver No. 201, de fecha 9 de noviembre de 1985285, en el cual se
establece que la Dra. CIRIA MERCY MÉNDEZ DE TRUJILLO, identificó el
cadáver del Dr. PEDRO ELIAS SERRANO ABADÍA, “por un reloj “citizen”
redondo de pulsera metálica”, oportunidad en la cual se plasmó como
observación: “en el acta de levantamiento figura femenino pero es masculino ”.

Por su parte, en la declaración rendida por la persona que reconoció dicho


cadáver como el del Magistrado SERRANO ABADÍA, indicó que su
convencimiento sobre la identidad del cuerpo sin vida la obtuvo del
hallazgo de tres elementos que apuntaban hacia el aludido funcionario
judicial, a saber, un reloj redondo marca Citizen que recodaba con
claridad, puesto que algunos días antes habían platicado sobre él, la punta
de un esfero Parker que ella misma le había obsequiado, y una fibra del
paño de una hombrera de vestido masculino que portaba la víctima286.

Dada la anterior contradicción, la Juez 26 de Instrucción Criminal dispuso


requerir al patólogo forense que suscribió el informe respectivo, quien a su
vez en respuesta bajo oficio No. 1082-89-PAT del 19 de mayo de 1989,
indicó lo siguiente: “Protocolo 3805-85, acta de levantamiento No. 1171, Juez 78
de Instrucción Criminal, occiso NN femenino, En relación con los restos
correspondientes a la autopsia No. 3805-85, solicitada por el Juzgado 78 de
Instrucción Penal Militar, le informo que correspondían a una mujer; aunque se
encontraba en avanzado estado de carbonización se pudo encontrar el útero,
órgano exclusivo de la mujer”287.

Así pues, frente a este caso en particular existen dos teorías


contrapuestas: i) una que se sustenta en la verificación realizada por el

284
Ibídem, folio 108.
285
Ibídem, folio 109.
286
Folio 187 y 188 del cuaderno original IP 070, Libro Anexo No. 10.
287
Folio 118 del cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa de Juicio No. 3.

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Delito: Desaparición forzada

patólogo forense que reconoció el cuerpo sin vida como el de una mujer,
aunado al reconocimiento de objetos por parte de la señora ELVIRA
FORERO DE ESGUERRA, quien asegura que el collar y las perlas halladas
junto a ese mismo cadáver, corresponden a los de su hija; y ii) la tesis
planteada por la amiga personal del Dr. PEDRO ELIAS SERRANO ABADÍA,
quien al reconocer un reloj, la punta de un esfero y algunas fibras al
parecer pertenecientes al vestido del Magistrado, aseguró que esos eran
sus restos mortales.

Aun así, a pesar de la duda que se cierne sobre la entrega del aludido
cadáver y el posible yerro que se pudo cometer entregando como hombre
los restos mortales de una mujer, a la fecha no ha sido posible ordenar su
exhumación para verificar el sexo de la persona muerta y, eventualmente,
adelantar un cotejo de ADN con los familiares de NORMA CONSTANZA
ESGUERRA FORERO, a fin de aclarar la verdadera identidad de la víctima
mortal288. Por manera que tampoco es posible descartar que el cadáver
entregado en esa oportunidad pertenezca a la presunta desaparecida.

Lo anterior permite concluir que los mismos padres de NORMA


CONSTANZA ESGUERRA, comprendieron que, aun sin ratificar o no la
información aportada por el soldado en el Cantón Norte, lo cierto es que
su familiar no se encontraba entre los sobrevivientes a la toma guerrillera,
pues nunca se presentaron evidencias sobre tal hecho, ni tampoco se
recibieron llamadas o indicios que permitieran arribar a esta conclusión.

Tal como sucede en el evento de GLORIA ANZOLA DE LANAO, no es posible


concluir a partir de la ausencia de un cadáver plenamente identificado
como de NORMA CONSTANZA ESGUERRA FORERO, que necesariamente
salió con vida del Palacio de Justica, pues los ya enunciados errores en el
manejo de la escena, e inclusive, la duda en relación con la entrega de
unos restos que, eventualmente, podrían corresponder a los de la víctima,
impiden llegar a la conclusión propuesta por la a quo.

288
Así se realizó en otros eventos de los desaparecidos Fabio Becerra Correa, Rene Francisco Acuña y Jaime Beltrán
Fuentes. A folio 5 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 36. Anexos

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Delito: Desaparición forzada

Valga resaltar finalmente que, a diferencia de otros casos que se analizarán


más adelante, en este no existieron llamadas de advertencia y/o
intimidantes289 en relación con el paradero de la presunta desaparecida,
como tampoco hubo reconocimiento de ella en los videos o fotografías
exhibidas en diferentes diligencias, que condujeran a establecer que salió
con vida del Palacio de Justicia.

7.3.2.1.3.- LUCY AMPARO OVIEDO BONILLA.

Sea lo primero destacar que esta persona no era trabajadora o funcionaria


del Palacio de Justicia, y se encontraba en ese lugar con el fin de
entrevistarse con la secretaria del Magistrado ALFONSO REYES
ECHANDÍA, Presidente de la Corte Suprema de Justicia, a quien le
solicitaría una recomendación laboral pues desde hacía algún tiempo
estaba buscando emplearse.

a.- La señora ANA MARÍA BONILLA DE OVIEDO, madre de la presunta


desaparecida, al ser interrogada sobre la presencia de su hija en el recinto
judicial, afirmó lo siguiente: “Pues por lo menos nosotros suponemos que al salir
ella de la Oficina del Doctor TRUJILLO, estando tan cerca del Palacio de Justicia,
podía provechar para hablar con el Doctor REYES ECHANDÍA o con su Secretaría
HERMINDA NARVÁEZ para que le ayudaran a conseguir ese empleo que ella
estaba solicitando, claro que yo supongo eso, porque ella me dijo anteriormente,
mami porque no vamos a donde Herminda, porque como mamá es bien amiga de
ella (sic) para que nos ayude con el Doctor haber (sic) si me da una recomendación
para ese puesto y al no aparecer ella después de salir de la casa, es todo lo que
puedo pensar”290.

b.- Concordante con el dicho de la progenitora de LUCY AMPARO, se


cuenta con la declaración juramentada del Dr. RAÚL TRUJILLO CORTÉS,
entonces magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá,
quien señaló que LUCY AMPARO OVIEDO acudió a su oficina para ofrecer
sus servicios en algún despacho judicial de la ciudad por cuanto no tenía

289
Así lo informa la testigo Elvira Forero de Esguerra; folio 209 del cuaderno original de la investigación procuraduría IP
070 No.1.
290
Folio 187 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.

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Delito: Desaparición forzada

trabajo en ese momento291. Aclaró, sin embargo, que solo conoció a la


presunta desaparecida hasta ese mismo día, y que no tiene certeza sobre
su destino luego que abandonara su despacho.

c.- A su vez el señor RAFAEL MARÍA OVIEDO, padre de la víctima, reiteró


que su hija asistió al despacho del Doctor RAÚL TRUJILLO en búsqueda
de una oportunidad laboral, dada la recomendación que habría recibido
de ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ, luego de lo cual se habría dirigido a las
instalaciones del Palacio de Justicia para continuar dialogando con
distintos funcionarios a fin de obtener el puesto que deseaba292.

d.- En el mismo sentido se pronunció su cónyuge JAIRO ARIAS MÉNDEZ,


quien ratificó el itinerario de LUCY AMPARO OVIEDO, que incluía una
visita a la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá y, al parecer,
también una entrevista con una persona conocida en la Corte Suprema de
Justicia, agenda que la habría llevado a estar dentro del Palacio de Justicia
en el momento en que se produjo la incursión guerrillera.

Así pues, se tiene que ésta, es de aquellas personas sobre las que no se
encuentra prueba sobre su presencia en las instalaciones del complejo
judicial al momento de producirse la incursión del M-19; sin embargo, por
vía indirecta se puede establecer tal situación, pues se cuenta con la
declaración de sus familiares quienes tenían certeza de su visita a las
instalaciones del Tribunal Superior de Bogotá y, probablemente, al Palacio
de Justicia, aunado a que no se volvió a saber nada de ella a partir de ese
episodio.

Tales hechos indicadores permiten inferir que es altamente probable que


estuviera en el recinto judicial al momento de la incursión armada y que,
como consecuencia de ello, hizo parte del grupo de visitantes que fueron
retenidos por el grupo insurgente.

291
Folio 195 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
292
Folio 253 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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Delito: Desaparición forzada

Seguidamente se verificarán los medios probatorios a partir de los cuales


el juzgado de primera instancia dio por probada su salida viva y, por
consiguiente, su desaparición forzada por cuenta de las fuerzas del
Estado. Ello se afirmó a partir de: i) una llamada telefónica realizada a la
Casa del Florero en donde les habrían confirmado que LUCY AMPARO
OVIEDO se encontraba allí y en buenas condiciones; ii) la información que
habría otorgado un supuesto agente del F-2 sobre su supervivencia; iii) la
información de un vecino de la familia quien, en su calidad de empleado
del Ministerio de Defensa y ex integrante del Ejército, habría reconocido a
la víctima detenida en un complejo militar; y iv) el reconocimiento en video
que habrían hecho sus familiares -al parecer se trataba realmente de
NUBIA STELLA HURTADO –otra sobreviviente de la toma-.

e.- Sobre el primer punto, se cuenta con la declaración rendida por el padre
de la supuesta desaparecida, quien luego de narrar las circunstancias en
las que se enteró de la posible permanencia de su hija en el Palacio de
Justicia, afirmó que: “viendo la gravedad de los hechos resolví tomar el teléfono
y tratar de comunicarme con la Casa del Florero, a donde escuchaba por la radio
que estaban sacando todas las personas que sacaban del Palacio de Justicia
incendiado. A eso de las 4 de la tarde, me contestó al otro lado del teléfono una voz
masculina, a quien supliqué que indagara si mi hija LUCY AMPARO OVIEDO se
encontraba en esa casa, el señor gritó en vos alta “LUCY AMPARO OVIEDO”, y por
el auricular se alcanzó a oír diferentes voces, que decían a una a quien está (sic),
entonces el señor me confirmó “sí aquí está y está bien””293.

Agregó el testigo que, debido a la información que les habían


proporcionado, la familia esperó toda la tarde y noche del día 6 de
noviembre; sin embargo, dado que al otro día no aparecía ni se tenían
noticias de OVIEDO BONILLA, emprendieron la búsqueda en hospitales,
clínicas e incluso complejos militares y de policía.

f.- Este suceso fue igualmente narrado por la progenitora, señora ANA
MARÍA BONILLA DE OVIEDO, quien aclaró que el 6 de noviembre “cuando
ya dijeron que estaban sacando gente del Palacio a la Casa del Florero, pues ahí

293
Folio 253 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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Delito: Desaparición forzada

empezamos a llamar allá insistentemente hasta cuando nos respondieron y


nosotros preguntábamos por ella, por mi hija LUCY AMPARO y de ahí respondieron,
claro que esa llamada no la contesté, no estoy bien segura si fue mi esposo o una
hija de nombre Aura, pero lo que sí sé que es cierto que dijeron ELLA SALIÓ VIVA,
ESTÁ EN LA CASA DEL FLORERO, bendito sea mi Dios, (sic) yo desde ese momento
me tranquilicé, y me puse a esperar a que cesara el fuego o que cesara el abaleo o
eso, y cuando ya todo terminó entonces me vine con el esposo de LUCY de nombre
Jairo Arias y mi hija Armida a esperarla a que saliera de la casa del Florero, pero
eso no sucedió”294.

g.- El mismo episodio fue relatado por AURA EDY OVIEDO BONILLA, en
cuya declaración reitera que el día 6 de noviembre de 1985 se comunicaron
con la Casa del Florero y allí les aseguraron que LUCY AMPARO se
encontraba bien y pronto regresaría con su familia295. Bajo la misma
premisa se pronunció el entonces cónyuge de la víctima, señor JAIRO
ARIAS MÉNDEZ, al recordar que en el momento en que tuvieron
conocimiento de los primeros rescatados, “a eso de las cuatro o cuatro y media
logramos comunicarnos con dicho lugar y allí contestó un señor, al cual indagamos
por mi esposa, a este señor se le dio el nombre el cual gritó, se escuchaba que había
gritado preguntando por ella, entonces, el señor nos comunicó de que (sic) ella
estaba allí y que estaba bien, que por la tarde la repartían a las casas”296.

h.- Finalmente, en declaración rendida el 25 de julio de 2006 por una de


las hermanas de la presunta desaparecida, DAMARIS OVIEDO BONILLA,
afirmó que “el primer día no pudimos porque ese teléfono sonaba siempre
ocupado. Al otro día volvimos a intentar y alguien nos contestó. Nosotros
preguntamos “Lucy Oviedo se encontrará ahí”. Quien contestó repitió lo mismo
duro, no sabemos quién le contestaría pero él nos dijo: “Se encuentra acá y por la
tarde la entregan en la casa”297.

Se tiene que los distintos familiares que intervinieron como testigos en esta
investigación, fueron coherentes en asegurar que el día de los hechos
alguno de ellos, al parecer el señor RAFAEL MARÍA OVIEDO, una vez
conocido que los sobrevivientes eran llevados a la Casa del Florero,

294
Folio 186 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7
295
Folio 197 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.
296
Folio 257 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
297
Folio 15 del cuaderno original de la instrucción No. 6.

156
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Delito: Desaparición forzada

empezaron a llamar insistentemente a dicho lugar hasta que alguien, cuya


identidad se desconoce, contestó el teléfono, y una vez indagó en voz alta
por LUCY AMPARO OVIEDO, aseguró que allí se encontraba en buenas
condiciones y que en la tarde regresaría a su casa.

La única contradicción relevante que se avizora es lo relativo al día en que


se habría logrado dicha comunicación, puesto que DAMARIS OVIEDO en
declaración rendida en el año 2006, adujo que la llamada se realizó el
segundo día de la toma (7 de noviembre de 1985); sin embargo, es preciso
señalar que la aludida inconsistencia puede tener su origen en el tiempo
transcurrido, como quiera que se trata de una narración aportada más de
20 años después de ocurridos los sucesos.

Ninguno de los testigos observó a esta persona en el recinto de la Casa del


Florero, por lo que no existe una prueba directa sobre tal circunstancia;
únicamente se tiene la afirmación de una persona desconocida, que al
parecer habría atendido la llamada en la Casa del Forero; elemento que
resulta insuficiente para acreditar, con grado de certeza, la permanencia
de LUCY AMPARO OVIEDO en dicho lugar como sobreviviente de la toma
guerrillera.

Incluso debe decirse que la circunstancia concreta de la llamada no es


coherente con lo que sucedía al interior de esas instalaciones, pues las
diversas narraciones allegadas al trámite recrean un escenario
completamente distinto, en contraste con el cual resulta extraño que algún
uniformado o empleado de la Casa del Florero, preguntara si determinada
persona se encontraba en ese lugar, y a cambio, recibiera una respuesta
afirmativa a viva voz y en coro, cuando lo cierto es que, el ambiente que
se vivía no sólo era tenso sino incluso hermético.

i.- Un segundo indicio valorado por el juzgado de primera instancia como


evidencia de la desaparición de LUCY AMPARO OVIEDO corresponde a la
información que les habría aportado un supuesto agente del F-2; persona
que habría sido contactada por DAMARIS OVIEDO BONILLA y quien, al
parecer, confirmó que la víctima se encontraba en la Casa del Florero:

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Delito: Desaparición forzada

“(…) al otro día madrugué al F-2 de la Sexta con Caracas iba acompañada de mi
hermana Aura, al entrar no la dejaron entrar sino a ella y a mí me mandaron para
enfrente del F-2, hacia la cafetería, (sic) estaba ahí parada cuando se me acercó
un señor de 1.55 de estatura, más o menos, tez blanca, vestía un bluyín azul y una
camisa azulita, entonces yo le pregunté que si estaba indagando sobre algunos
familiares, o si él también tenía algún familiar desaparecido, entonces él me
contestó que estaba esperando a mi Teniente, (sic) entonces aproveché para
informarle que teníamos una hermana desaparecida desde el día anterior, y
entonces me imaginé que era alguien del F-2, entonces le conté que tenía a una
hermana desaparecida en el Palacio de Justicia y que estábamos averiguando si
estaba en la casa del Florero, entonces él me contestó que ni siquiera él había
podido llegar a la Casa del Florero, que en ese momento estaba esperando a un
Teniente para ir hacia allá (…) entonces yo saqué una hoja de mi bolso y le anoté
el nombre de LUCY OVIEDO deletreada con el número de teléfono del
apartamento”298.

Agregó la testigo que ese mismo día, hacia las 12:30, llamó una persona
que preguntó si esa era la casa de LUCY AMPARO OVIEDO, para luego
informar que ella se encontraba bien, y que sería llevada hasta su hogar
en la tarde, información que tranquilizó a los familiares.

La misma testigo, en declaración surtida el 25 de julio de 2006, varió


sustancialmente su versión, afirmando que el día 7 de noviembre se dirigió
hacia la Plaza de Bolívar, y al ver un carro del ejército, le solicitó al
conductor que le ayudara a averiguar por su hermana, persona que habría
llamado en horas de la tarde y luego de preguntar si era la casa de LUCY
OVIEDO, les indicó que la víctima se encontraba en la Casa del Florero y
que por la tarde la entregarían299.

j.- En el mismo sentido, AURA EDY OVIEDO BONILLA –también hermana


de la presunta desaparecida-, informó que durante los días en que ocurrió
la toma, se contactaron con un muchacho que al parecer trabajaba frente
al F-2 y le recomendaron averiguar por su hermana, presunto agente que
al parecer llamó en horas de la tarde, informó que la desaparecida en efecto
se encontraba en la Casa del Florero, y que sería llevada a su casa en horas
de la tarde300.

298
Ibídem, folio 266.
299
Folios 15 del cuaderno original de la instrucción 6.
300
Folio 198 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7

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Delito: Desaparición forzada

Pues bien, como se puede observar existe una notable contradicción en el


dicho de DAMARIS OVIEDO BONILLA, testigo que habló directamente con
el supuesto agente del F-2, puesto que en fecha cercana a los hechos
aseguró que lo contactó en el F2 – Calle sexta con Avenida Caracas - y era
una persona particular que estaba esperando a “mi teniente“ para ir a la
Casa del Florero, ya que ni siquiera a él lo habían dejado entrar; sin
embargo, en el año 2006 ubicó a este individuo en la Plaza de Bolívar, y
ahora en calidad de un conductor militar que se encontraba en dicho
lugar.

Para esta instancia es claro que el paso del tiempo, entre otros factores,
puede alterar la rememoración de hechos vividos, y por ello, si bien no
puede exigirse una completa concatenación de hechos y circunstancias en
las diferentes épocas –20 años de diferencia – sí hay elementos del
recuerdo de lo sucedido, sobre todo con el impacto que le produce a quien
evoca dichos acontecimientos, que no sería normal que se alteren, pues
por su gravedad permanecerían claros en la mente.

Por ello, dicha variación no correspondería a lo que el paso de tiempo haría


en la memoria, sino la modificación dirigida a dar otros contenidos a una
presunta situación vivida. Tan clara y abierta contradicción así lo muestra.

Más aun, DAMARIS OVIEDO BONILLA informó en su primera declaración


que esta persona nunca le confirmó que trabajaba en el F-2, sino que ella
simplemente lo supuso atendiendo, de un lado, el lugar donde aquél se
encontraba, de otro lado, el hecho que le dijera que estaba esperando a “mi
teniente”, y además, que se dirigía a la Casa del Florero. Sin embargo, para
la Sala esa suposición no permite concluir con certeza, ni siquiera, que se
trataba de un agente de la policía o del ejército.

En este punto, es evidente que no hay prueba que permita cimentar un


juicio de existencia respecto del hecho expuesto de la salida con vida de
esta persona del Palacio de Justicia, pues los indicios que se pueden

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construir arrojan una baja probabilidad, debido a la falta de identificación


y claridad respecto de los citados episodios.

k.- Un tercer elemento que es tenido en cuenta en el fallo de primera


instancia, para demostrar la desaparición forzada de LUCY AMPARO
OVIEDO, corresponde a la información privilegiada recibida de los señores
EMILIANO SÁNCHEZ ZULUAGA y su vecino RODRIGO ALBA PULIDO,
según la cual aquella se encontraba detenida o retenida en la Brigada de
Institutos Militares, a donde debían llevarle ropa porque estaba muy sucia.

Sobre el particular, el entonces cónyuge de la presunta desaparecida,


señor JAIRO ARIAS, informó que unos días después de ocurrida la toma
al Palacio de Justicia recibió una llamada de un vecino de nombre
RODRIGO ALBA PULIDO, quien le sugería entrevistarse con otro habitante
cercano, señor EMILIANO SÁNCHEZ ZULUAGA pues, al parecer, este tenía
información sobre el lugar donde se encontraba LUCY AMPARO, así como
sus necesidades inmediatas301.

Aseguró el declarante que, este último “me dio muchas esperanzas, me dijo de
que (sic) mi esposa estaba detenida o retenida por el Ejército ”302, y que por ello
debía acudir a la Brigada de Institutos Militares, en donde debía
entrevistarse con el Comandante o Coronel del B-2. Además, al parecer le
habría asegurado que la desaparecida se encontraba muy sucia, por lo que
necesitaba que le llevaran ropa.

La misma situación fue descrita por RAFAEL MARÍA OVIEDO, en cuya


declaración aseguró que el día 10 o 12 de noviembre, recibió una llamada
en la que preguntaban por JAIRO ARIAS, sin embargo la persona que
llamaba, al percatarse que se trataba del padre de LUCY AMPARO, le
indicó: “yo soy Rodrigo Alba, un vecino de LUCY y de Jairo, para informarle que
por información de Emiliano, no sé yo el apellido, sabemos que Lucy está en la
Brigada de Institutos Militares, que está demasiado sucia, que brieguen (sic) a ver
cómo le llevan ropa”303.

301
Folio 259 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
302
Ibídem, folio 260.
303
Folio 254 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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Por su parte, ARMIDA EUFEMIA OVIEDO BONILLA narró este suceso en


términos similares, y añadió, como conocimiento personal, que “yo fui una
noche a acompañar a mi cuñado Jairo, hasta allá, incluso nos pusimos a hablar, y
yo le dije que imagínese de que (sic) yo tenía alentada a mi mamá por las
esperanzas que daba Jairo, de que Lucy estaba viva, por lo que ella le aseguraba
todas las noches a Jairo de que de pronto iba a venir y que si ellos no estaban
seguros de eso, entonces que dijeron para no continuar con eso, (sic) la esposa me
dijo que “como se le ocurre a Usted que si uno no estuviera seguro sería más
pecado””304.

Dada la información aportada por los familiares, el respectivo juzgado de


instrucción criminal citó como testigo a EMILIANO SÁNCHEZ ZULUAGA,
quien al ser interrogado sobre los hechos aseguró que no conocía a los
involucrados, y que simplemente había actuado para proporcionar apoyo
espiritual a un joven de nombre JAIRO, cuya esposa había fallecido o se
encontraba desaparecida a raíz de los hechos ocurridos en el Palacio de
Justicia305. Agregó que nunca conoció a LUCY AMPARO OVIEDO y
tampoco a RODRIGO ALBA, y frente a su consejo de acudir al Brigada de
Institutos Militares, afirmó que fue una sugerencia como simple consejero
espiritual, y no por conocimiento que tuviera sobre el hecho en concreto.

Por el mismo motivo se citó a declaración a la señora MARÍA FANNY


HUERTAS DE SÁNCHEZ, cónyuge de EMILIANO SÁNCHEZ, quien narró
su relación y acercamiento con la familia OVIEDO BONILLA así: “Yo lo
conocía al señor, no sabía inclusive el apellido, porque él casualmente llegó un día
al apartamento preguntándome que si mi esposa trabajaba en el Ministerio de
Defensa, que a él le habían comentado, él nos comentó que la esposa de él estaba
en esos momentos que ocurrió la Toma”, para más adelante aclarar que ellos
nunca tuvieron conocimiento sobre la suerte de la presunta desaparecida,
motivo por el cual su ayuda “fue únicamente una ayuda espiritual, que era lo
único que le podíamos brindar”306. Añadió la testigo que nunca conoció a la
desaparecida LUCY AMPARO, como tampoco a quien supuestamente los
llevó allí, señor RODRIGO ALBA.

304
Folio 11 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
305
Folio 289 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
306
Ibídem, folios 296.

161
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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Ante la evidente contradicción entre los distintos testimonios, se citó a


diligencia de careo entre JAIRO ARIAS MÉNDEZ y EMILIANO SÁNCHEZ
ZULUAGA, oportunidad en la que ambos declarantes reiteraron sus
posturas contrarias, el primero asegurando que EMILIANO le indicó que
su esposa estaba retenida en un comando militar y necesitaba de su
ayuda, mientras este último afirmando que su labor fue de simple
acompañamiento espiritual, pues no conocía a la desaparecida ni tenía
forma de saber si existían retenidos del Palacio de Justicia, o cuál era la
suerte de éstos.

Para el mismo objetivo, se citó diligencia de careo entre ARMIDA EUFEMIA


OVIEDO BONILLA y MARÍA FANNY HUERTAS DE SÁNCHEZ, oportunidad
en la cual ambas partes insistieron en sus afirmaciones iniciales. Por
manera que no es posible establecer lo realmente acaecido en dicha
oportunidad, ni cuál fue la real intervención de aquellos vecinos en la
búsqueda de LUCY AMPARO OVIEDO.

Para la Sala no hay coherencia entre las supuestas afirmaciones de


SÁNCHEZ ZULUAGA con los sucesos que estaba viviendo LUCY AMPARO,
según los cuales, aquélla se encontraba detenida en una guarnición
militar, era objeto de torturas y su presencia era negada en dicho sitio a
sus familiares, mientras que, sin embargo, tales circunstancias pudieron
ser conocidas por un ex militar que trabajaba en asuntos totalmente
diferentes a la actividad que se dice realizaban los uniformados con esta
persona.

Recuérdese que EMILIANO SÁNCHEZ ostentaba un cargo meramente


administrativo en el Ministerio de Defensa, de donde no resulta creíble que
pudiera tener acceso a información de esa envergadura, máxime cuando
se trataba de actuaciones abiertamente ilegales que comprometían a
miembros de la fuerza pública, y que por tanto, lógicamente, se ejecutarían
con un alto nivel de reserva, cautela y sigilo. Por manera que, si
eventualmente fue cierta la retención y tortura de LUCY AMPARO en
instalaciones militares, es improbable que el testigo las pudiera conocer.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Por ello, para esta Corporación resulta más creíble que las supuestas
averiguaciones del vecino fueran producto de su experiencia y
conocimiento del régimen militar, aunado a la información que le
compartía el señor JAIRO ARIAS sobre las averiguaciones adelantadas en
búsqueda del paradero de su cónyuge, sin que ello implicara que tenía un
conocimiento real y directo sobre la detención o las torturas a las que
supuestamente era sometida la víctima, situación que, evidentemente, no
conoció.

En consecuencia, resulta más acorde y lógico con la realidad de lo que


pudo suceder, el relato de EMILIANO SÁNCHEZ y su esposa, según el cual,
el apoyo y ayuda que brindaron a la familia de LUCY AMPARO OVIEDO,
fue anímico, y que lo que les manifestaron a aquellos sobre la suerte de
esta persona, no les constaba, en tanto no tenían la posibilidad de tener
acceso a esa información.

Conclusión que es concordante con las afirmaciones de la madre de LUCY


AMPARO, señora ANA MARÍA BONILLA, en cuya declaración afirmó: “(…)
a última hora se descubrió que esa señora no pasaba de ser una mentirosa y que
no sabía nada de mi hija Lucy, Jairo tuvo también un careo con Emiliano y resultó
lo mismo, incluso Jairo (esposo de Lucy) dijo que ese Emiliano era un desgraciado
que no había salido con nada de información, que era un mentiroso (…)”307.

Acorde también con lo manifestado por JAIRO ARIAS MÉNDEZ, quien al


hacer referencia sobre la información que le dieron sobre su cónyuge,
concluyó: “(…) este señor me dio muchas esperanzas, me dijo que mi esposa
estaba detenida o retenida, por el Ejército, y más aún, cuando me fui a despedir,
ellos me acompañaron hasta la puerta y me dijeron “esté tranquilo que su esposa
está bien y cuando regrese ella viene y nos la presenta y vamos a orar”, porque
esos señores son de una religión de esos que leen la biblia (…)”308. Vale recordar
que, en esa misma declaración el testigo aceptó que regresó en varias
ocasiones a la casa de EMILIANO SÁNCHEZ y su esposa, puesto que era
el único lugar en donde daban buenas noticias de su esposa desaparecida.

307
Folio 130 del cuaderno original IP 070, Libro No. 6.
308
Folio 257 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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Delito: Desaparición forzada

Así pues, se concluye que, sin importar cuál fue la información realmente
aportada por EMILIANO SÁNCHEZ y su esposa FANNY HUERTAS, lo cierto
es que nada de lo que le manifestación a los familiares de LUCY OVIEDO
les constaba, por lo que no es posible cimentar un juicio de existencia de
lo supuestamente dicho, respecto a que esta persona hubiera salido con
vida después de la toma del palacio de justicia.

Así, si en efecto los esposos SÁNCHEZ HUERTAS hicieron creer que sabían
del paradero de la víctima, dichas manifestaciones eran contrarias a la
realidad, pues no habría razón para que ellos, totalmente ajenos a las altas
esferas del estamento militar, tuvieran conocimiento de lo que estaba
sucediendo o del paradero de los supuestos desaparecidos; y por tanto,
alguna expresión en ese sentido debe entenderse como una mentira de
quienes pretendían ayudar moralmente a la familia, y no como una
aseveración real sobre lo que estaba sucediendo.

Bajo esta premisa, es necesario concluir que dichas evidencias tampoco


resultan suficientes para acreditar la desaparición forzada de LUCY
AMPARO OVIEDO BONILLA, como quiera que tampoco fueron testigos
directos de su presunta retención o detención por las fuerzas militares, y
menos aún de las supuestas torturas a las que habría sido sometida.

l.- Finalmente, la defensa de IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, en calidad de no


recurrente, afirmó que la única evidencia que reposa en el expediente
respecto de la desaparición de OVIEDO BONILLA son los supuestos
reconocimientos en videos por parte de sus familiares, medio probatorio
que no tendría la fuerza suasoria para acreditar la materialidad del ilícito
en cuestión, puesto que otra sobreviviente, NUBIA STELLA HURTADO, se
habría reconocido a sí misma en las mismas imágenes.

Frente al punto, se cuenta con la declaración de ANA MARÍA BONILLA, en


cuya declaración recordó el reconocimiento efectuado en algunas
imágenes de video y sobre el mismo afirmó: “…cuando salían un grupo de
mujeres y hombres del Palacio, pues me dio mucha alegría porque una de ellas se
me pareció mucho a mi hija LUCY AMPARO; que no puedo asegurar que es ella,

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Delito: Desaparición forzada

porque la toma es bastante lejos, pero su caminado, su pelo, sus ademanes, todo,
todo me hace creer que sea ella, el problema o la duda es que el color del vestido
es el que no coincide, pero hasta la carterita que llevaba ese día se alcanza a
ver…”309.

En la misma actuación procesal aclaró que sus hijas también reconocieron


a LUCY AMPARO, pues “…coincidieron sin yo decirles en qué parte en que
aparecía, en tratar de reconocerla también ”310. No obstante, en la misma
declaración fue enfática en señalar que “desgraciadamente no podemos decir
JURO QUE ELLA ES, por lo que anteriormente dije, que la toma es muy lejos y no
se le puede mirar con una certeza absoluta…”311.

En el mismo sentido, su hermana DAMARIS OVIEDO, adujo que en la


cinta No. 11 del Noticiero Promec, encontró una imagen muy semejante a
la de LUCY AMPARO, en cuanto a la figura, forma de la cara,
“…características de agarrar las cosas…”, estructura del cuerpo, forma de las
piernas, pero lo único que no coincide es la ropa que llevaba puesta ese
día, aunque precisa que la cinta solo enfoca el rostro por un instante, para
después enfocarla de lado, motivo por el cual no se alcanzan a distinguir
los rasgos característicos de esa persona312.

Corroborando lo dicho por sus familiares, el señor RAFAEL MARÍA


OVIEDO –padre de LUCY AMPARO-, señaló que su esposa estuvo en la
diligencia de reconocimiento en vídeo y en uno de ellos creyó identificar a
su hija, por lo cual solicitaron verlos nuevamente con toda la familia y
todos unidos dijeron que sí era ella, aunque los confundía el atuendo que
llevaba ese día313. En esa misma ocasión, el testigo adujo:

“…dijimos, SI ES ELLA, pero nos confunde que el atuendo o vestimenta o vestido


que ella llevaba ese día de los sucesos, no corresponde con el que aparece en la
proyección, su manera de andar, su silueta, toda es idéntica a nuestra hija, pero
no podemos jurar exactamente que sea.
(…)
Como lo dije anteriormente, lo mismo que le ha sucedido a mi esposa, yo trato de
reconocer a mi hija también; por su estatura, sus movimientos, pero he sido muy

309
Folio 187 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.
310
Ibídem.
311
Ibídem.
312
Ibídem, folio 191.
313
Ibídem, folio 180.

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Delito: Desaparición forzada

explícito al declarar que mientras no haya una ampliación no puedo jurar


exactamente que es ella, puesto que es muy posible que uno tenga su doble en
cualquier parte. Tal vez al volver a ver la proyección y darse cuenta del soldado
que la sacaba, este pueda decir quién era la persona que llevaba y hasta dónde la
condujo…”314.

A pesar del reconocimiento efectuado por la familia de la presunta


desaparecida, y en contravía de su dicho, se cuenta con la diligencia de
inspección realizada a los videocassetes número 12, 11 y 15, en la que
participaron las señoras MARÍA CRISTINA DE QUINTERO y CONSUELO
GUZMÁN DE OSPINA, testigos que, frente a la misma persona que es
reconocida por los familiares, señalaron lo siguiente:

“…la persona que sale del brazo de un soldado, de pelo hasta los hombros,
observándose en uno de sus hombros algo blanco, posiblemente parte de la blusa,
es Nubia Stella Hurtado Torres, quien no se hizo presente a la diligencia, pero que
estuvo con todos los presentes en el baño que sirvió de reducto y refugio y que no
era muy conocida para la época de los hechos, en razón a que no era funcionaria
ni del Consejo de Estado ni de la Corte Suprema de Justicia, sino secretaria del
hijo del Dr. José Alejandro Bonivento Fernández, actual presidente de la Corte
Suprema de Justicia, quien era una visitante asidua por ser amiga de la primera
de las nombradas…”315.

En la misma actuación, fueron exhibidos a las testigos los otros casetes


obrantes en el expediente, y retrocedidas las imágenes, nuevamente
reconocieron a esa persona como NUBIA STELLA HURTADO, y para el
efecto se dejó la siguiente constancia: “Es de anotar que la persona señalada
como Nubia Stella Hurtado Torres aparece señalada en anteriores diligencias
practicadas con los familiares de las personas que figuran como desaparecidos,
como Lucy Amparo Oviedo”316.

Por lo anterior, se dispuso escuchar en diligencia de declaración a la


señora NUBIA STELLA HURTADO TORRES, quien al exhibírsele los vídeos
de la salida de los rehenes, en el aparte en que los familiares reconocieron
a LUCY AMPARO, manifestó: “(…) si me reconozco porque soy esa persona,
porque corresponde la ropa, los zapatos los reconozco y la cartera y la forma como
la llevo, yo me acuerdo que salí así, allí aparezco más gordita porque he rebajado
14 kilos desde el año pasado, para esa época pesaba 64 kilos y ahora peso 50

314
Ibídem.
315
Folio 77 del cuaderno original de la instrucción No. 82 A, Anexos
316
Ibídem.

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Delito: Desaparición forzada

(…)”317. Con la misma certeza, una vez le fueron mostradas las fotografías
tomadas de dicha secuencia, indicó: “Con la fotografía no tengo duda de que
soy yo…”318.

Ante tal situación, en la que sobre las mismas imágenes se hace


reconocimiento de dos personas diferentes, debe recordarse que, mientras
la sobreviviente NUBIA STELLA HURTADO TORRES y las señoras MARÍA
CRISTINA DE QUINTERO y CONSUELO GUZMÁN DE OSPINA no dudaron
en su reconocimiento, los familiares de LUCY AMPARO OVIEDO sí
mostraron dudas sobre la identidad de quien veían en el video, pues
además de no poder identificar la ropa que llevaba puesta, de manera
honesta aceptaron que no era posible ver con claridad el rostro, lo que les
impediría dar una respuesta con total seguridad.

Nótese cómo las personas que afirmaron reconocer a la señora HURTADO


TORRES, fueron contundentes en ese aspecto, y si bien la propia
sobreviviente en una declaración erró sobre su vestimenta, ello no le resta
credibilidad a su versión pues es perfectamente entendible que, después
de 20 años y tras vivir una experiencia tan traumática, una persona olvide
cierta información como lo es la descripción exacta del vestido o ropa que
llevaba puesta. Mientras que, por el contrario, sí narró con claridad sobre
su salida del Palacio de Justicia y la manera en que un soldado logró
ayudarle a llegar hasta la Casa del Florero, lo cual concuerda con lo visto
en las imágenes.

Por lo anterior, considera esta Corporación que, en el caso de la


identificación en video de LUCY AMPARO OVIEDO, es preciso dar mayor
fuerza a los dichos de NUBIA STELLA HURTADO TORRES, MARÍA
CRISTINA DE QUINTERO y CONSUELO GUZMÁN DE OSPINA, quienes
con total contundencia reconocieron a la primera de ellas en video, y
explicaron la manera en que se produjo su rescate de la edificación,
señalamientos que superan en mérito probatorio a lo expresado por los
familiares de la presunta desaparecida.

317
Ibídem, folio 116.
318
Ibídem.

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Delito: Desaparición forzada

m.- En conclusión, para esta sala los medios de prueba con los que se
soporta la desaparición forzada de LUCY AMPARO OVIEDO BONILLA, no
tienen la entidad suficiente para, demostrar que esta persona salió con
vida del Palacio de Justicia; e, indirectamente, como soporte de prueba
indiciaria, el hecho indicador de cada uno de ellos no es sólido para que
se infiera realidad respecto de lo que muestra, pues todos tienen como
soporte supuesta información de terceros, no de los declarantes.

7.3.2.2.- Trabajadores que laboraban en el edificio del Palacio de Justicia.

Un segundo grupo de posibles víctimas de la desaparición forzada lo


constituyen varios trabajadores de la cafetería. Respecto de estos, y
contrario a lo que sucede con los visitantes ocasionales, estos sí tenían
una relación laboral, al menos con una dependencia del Palacio de
Justicia, por lo que su presencia dentro del recinto tiene una menor
exigencia demostrativa, pues, en general, sus familiares fueron contestes
en señalar que ese día salieron a ejercer sus labores en dichas
instalaciones.

Se procederá entonces a verificar las pruebas existentes sobre la


desaparición forzada de LUZ MARY PORTELA DE LEÓN, CRISTINA DEL
PILAR GUARÍN, BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ, DAVID SUSPES
CELIS, GLORIA STELLA LIZARAZO FIGUEROA, HÉCTOR JAIME
BELTRÁN FUENTES y CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA.

Previo a desarrollar estos puntos, se estima necesario dejar sentada la


posición de la sala respecto de dos medios que fueron utilizados en forma
permanente a lo largo del proceso para tener como desaparecidos forzados
a los integrantes o empleados de la cafetería: un casette hallado por la
Procuraduría y llamadas telefónicas insistentes en las que se daba
información sobre la ubicación de estas personas en instalaciones
militares.

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Delito: Desaparición forzada

Aunque no fue objeto de valoración por parte de la a-quo, es importante


hacer mención al contenido del cassette, para establecer si el mismo
constituye un elemento de convicción suficiente para afirmar la
desaparición forzada de quienes se ha dicho, son desaparecidos, o si por
el contrario, no representa aporte alguno o es insignificante. El contenido
de dicho documento que será analizado y confrontado con los demás
elementos de prueba que obran en el paginario, se conoce gracias a la
transliteración realizada por una juez de Instrucción Criminal incorporado
al proceso319.

El primer análisis del contenido del documento en cuestión, debe


realizarse a la luz de las palabras del padre de CARLOS AUGUSTO
RODRÍGUEZ, el señor ENRIQUE RODRÍGUEZ, quien en declaración
rendida el 28 de octubre de 1986, al preguntársele por el mencionado
casete señaló: “…Después de que oí el casset (sic) le hice comentarios tanto al
Viceprocurador como a los Magistrados según los cuales no le daba mucha
credibilidad a su origen del B2 porque en unas hojas que en fotocopia dejamos en
los hospitales, clínicas, cárceles, solicitando información sobre los desaparecidos,
al escribir el nombre del mesero BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ, hubo dos
errores mecanográficos y la inicial del nombre y segundo apellido quedaron
repisadas y al darme el nombre de este empleado de la cafetería nó (sic) lo
relacionaron con su nombre verdadero sino dijeron HERNANDO FERNÁNDEZ y a
más de ello en esa hoja figuraba el teléfono de un amigo de mis hijos de nombre
MAURICIO QUINTERO quien nos dijo que pusiéramos el teléfono de él que él estaba
pendiente de cualquier información, y ese teléfono es uno de los que me dictó el
autor de la llamada. En ese caset (sic) que realmente contiene una proclamación
que habla mucho de la defensa de la democracia, de los Derechos Humanos, del
Derecho de gentes, más parece algo intencional para desviar una investigación. Se
hace en él un relato macabro de como un domingo fueron citados todos los
integrantes del B2 que no tenían grado de oficial o suboficial y fueron
tremendamente amenazados en sus vidas por el Coronel PLAZAS VEGA…”320.

Partiendo de lo anterior, es evidente que desde 1986, año en el que declaró


el padre de CARLOS AUGUSTO, éste ya sabía del contenido espurio de

319
Folio 70 y ss. cuaderno original anexo de la instrucción No. 6A
320
Declaración del 28 de octubre de 1986, folio 57 y ss del cuaderno IP 070, anexo 5.

169
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dicho elemento, y por ello, lejos de calificar esa narración como una prueba
de lo ocurrido con su hijo, la considera una proclama sobre la democracia
o los Derechos Humanos y un elemento de poca credibilidad.

Como segundo aspecto a analizar, se tiene la relación que se hace dentro


de la cinta magnética a dos personas vinculadas con la cafetería, a quienes
se ubican como retenidas, torturadas y desaparecidas: “…el martes en la
tarde eee (sic) en este lapso de tiempo logramos averiguar por los comentarios de
nuestros colegas que habían otras tres mujeres detenidas en otra instalación
militar que correspondían a los nombres de Luz Marina o Luz María o Luz Mery
Puerta, Luz Mery Puerta o Luz María A. Puerta, Nohora Esguerra, Nohora Esguerra
y Rosa o Margarita, Rosa o Margarita Castiblanco, no sabemos, no las vimos
físicamente, pero sabemos por los colegas de que están en otra instalación militar
y que estaban sometidas a fuertes interrogatorios presumimos de que han corrido
la misma suerte que estos tres subversivos y los empleados y trabajadores de la
cafetería”321.

Al respecto, nótese que la persona señalada como “Rosa o Margarita, Rosa


o Margarita Castiblanco”, corresponde a la señora ANA ROSA
CASTIBLANCO, en relación con quien se encuentra definida su situación
de acuerdo al informe emitido el 17 de julio de 2001 por el Laboratorio de
ADN del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y el
Laboratorio de Genética Forense de la Fiscalía General de la Nación322, en
el que se estableció que los restos óseos analizados correspondían a esa
persona, e inclusive, lo que quedaba de su cadáver fue entregado el 2 de
noviembre de 2001 por el Juzgado 2º Penal del Circuito Especializado de
Bogotá a su hijo, RAÚL LOZANO CASTIBLANCO323; situación demostrativa
de la falaz información contentiva en dicho casete.

Asimismo, respecto a la segunda persona mencionada en la transliteración


del elemento fónico, es claro que se está haciendo alusión a la señora
NORMA CONSTANZA ESGUERRA, a quien se hizo referencia en esta
providencia y en relación con quien se concluyó, luego de todo el análisis

321
Folio 72 y ss. anexo 6 A de la instrucción.
322
Folio 238 del cuaderno original de la instrucción 5.
323
Folio 101 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 2.

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probatorio, que no se puede afirmar que haya sido desaparecida


forzadamente, pues son varios los yerros que se cometieron al adelantar
los primeros actos de investigación, al punto que a la fecha no se ha
logrado determinar si existió un error en la entrega del cuerpo sin vida del
Magistrado Dr. PEDRO ELIAS SERRANO ABADÍA cuando realmente
pertenecía al de la señora NORMA CONSTANZA.

Una tercera falta de concordancia con otras pruebas que obran en el


plenario es lo relacionado con la situación de HÉCTOR JAIME BELTRÁN,
respecto de quien se dice en el documento bajo análisis, que fue conducido
a la Casa del Florero y de ahí a las instalaciones de la Escuela de Caballería
y a la Brigada de Institutos Militares, pero que de acuerdo con lo probado
dentro del expediente, especialmente con el testimonio de su hermano
MARIO DAVID BELTRÁN, quien para la época se desempeñaba como
agente o detective del DAS y por ello pudo hacer seguimiento puntual de
las personas que eran liberadas, del trámite de identificación e
individualización de cada una de ellas y el destino de quienes salían con
vida de la edificación, no fue visto ni encontrado en momento alguno al
interior de la Casa del Florero.

Un siguiente aspecto que pone en duda la veracidad del documento bajo


análisis, es la información del sitio en el que permanecieron los miembros
del M19 –Barrio Calvo Sur-, y que según la transliteración del casete se
logra con las torturas a un guerrillero capturado: “el otro terrorista
interrogado le dijo que, le dijo al otro, que pa’ (sic) que, que tenía que decir lo que
sabían , entonces fue él el que nos condujo, mucha atención, fue el individuo que
suministró, ese terrorista fue el que suministró la dirección de la calle sexta sur con
carrera octava en el barrio Calvo Sur, donde tenían la caleta, donde tenían su
guarida, donde habían preparado la operación, allá no llegamos gratuitamente,
allá llegamos por esa información que nos dio ese subversivo” 324. Sin embargo,
contrario a esa narración, dentro de la actuación quedó demostrado que
la autoridad que allanó el inmueble donde habían permanecido los
guerrilleros fue la Policía Nacional325, diligencia realizada el mismo 7 de

324
Folio 72 y ss. del cuaderno original anexo 6 A de la instrucción.
325
Entre otras declaraciones de miembros de la Policía Nacional, las de Oscar Mariano Reyes Rueda y Jorge Enrique
Villamil Sánchez. Folios 141 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 72, Anexos.

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noviembre en horas de la tarde, fecha en la que, de acuerdo al contenido


del casete, el supuesto agente del B2 que hace el relato ni siquiera había
visto a los retenidos y menos sabía de la información entregada por uno
de ellos, pues según su dicho, la primera vez que vio a estas personas fue
el sábado siguiente a la toma, esto es, el 9 de noviembre de 1985.

Así, efectuado el análisis comparativo entre la información contenida en la


transliteración del documento fónico con las demás pruebas obrantes en
el expediente, puede afirmarse sin lugar a dudas que, además de anónimo,
es espurio y por ello ninguna credibilidad merece.

Finalmente, debe concatenarse el tema de este casete con el de las


llamadas a los familiares de los desaparecidos. Tales llamadas se
relacionan con la grabación en la que, supuestamente, se escuchaban las
voces o los interrogatorios a los retenidos que estaban siendo torturados,
y que una vez verificado conforme con la transliteración del casete, resulta
ser solamente una narración deshilvanada e incoherente de hechos sin
verificación y carente de credibilidad.

Nótese al respecto que el común denominador en varias de las


declaraciones de los familiares es el referente a las llamadas que les hacían
supuestos miembros del B2, en las que les informaban que sus seres
queridos estaban en el Cantón Norte o Caballería y que los estaban
torturando. Sin embargo, precisamente el señor ENRIQUE RODRÍGUEZ,
padre de CARLOS AUGUSTO, amargamente descubrió la falacia de esas
llamadas, tal y como lo afirmó en el aparte de la declaración arriba citada,
al resaltar que quien lo llamó a él –presunto miembro del B2–, dentro de
la información que le entregó, relacionó un número telefónico que no
correspondía a alguno que pudieran haber suministrado los empleados de
la cafetería que supuestamente eran torturados, pues coincidía con uno
de los contactos que se había incluido dentro de los volantes entregados
por los mismos familiares de los presuntos desaparecidos en diferente
sitios de la ciudad como hospitales, clínicas, oficinas, etc. Por manera que,
resultaba imposible que alguno de los empleados de la cafetería retenidos
y torturados conociera y diera tal número telefónico, pues como lo señaló

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el padre de CARLOS AUGUSTO dicho número le pertenecía a un amigo de


sus hijos “…de nombre MAURICIO QUINTERO quien nos dijo que pusiéramos el
teléfono de él que él estaba pendiente de cualquier información y ese teléfono es
uno de los que me dictó el autor de la llamada…”326.

Conforme con lo anotado, solo puede concluirse que las llamadas que
avisaban a los familiares de los empleados de la cafetería y demás
visitantes hasta ahora desaparecidos, que éstos estaban siendo torturados
en la Escuela de Caballería, Cantón Norte o Brigada, al igual que el
contenido del citado casete, no merecen credibilidad alguna.

7.3.2.2.1.- LUZ MARY PORTELA LEÓN.

Sobre la presencia de esta persona en las instalaciones del Palacio de


Justicia para el día de los hechos, se cuenta con la declaración rendida
por su madre ROSALBINA LEÓN, quien luego de aclarar que era ella quien
laboraba en la cafetería del alto tribunal, señaló: “(…) yo me sentí enferma y
entonces mi hija LUZ MARY me reemplazó desde el 29 de octubre, me parece, en el
mismo cargo ahí en la cafetería, esto lo acordamos con el administrador, con don
CARLOS RODRÍGUEZ”327.

Información similar aportó la testigo en declaración surtida el 30 de enero


de 1986, en la cual aclaró que su hija no había realizado reemplazos
anteriormente, pero que sí era conocida entre los trabajadores puesto que
la acompañaba los lunes a llevar los manteles que se lavaban el fin de
semana. Respecto de la enfermedad por ella padecida durante esos días
señaló: “… cuando me enfermé no me dieron incapacidad, como la niña mía dijo
que venía a reemplazarme…”

En el mismo sentido se manifestó el señor JOSÉ ESTEBAN CÁRDENAS


MARTÍNEZ, compañero permanente de la señora ROSALBINA LEÓN, en
cuya calidad conoció y convivió con LUZ MARY PORTELA; sobre lo
ocurrido el día 6 de noviembre de 1985, adujo lo siguiente: “(…) por la

326
Folio 53 del cuaderno original IP 070, anexo 5.
327
Folio 196 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

173
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hijastra mía, salió como de costumbre a las seis de la mañana, ella se encontraba
haciéndole un reemplazo a la mamá en la cafetería del Palacio”328.

Elementos suficientes para concluir que, el 6 de noviembre del año 1986,


LUZ MARY PORTELA se encontraba laborando en la cafetería que
funcionaba al interior del Palacio de Justicia cuando se produjo la toma
guerrillera por parte del M-19.

a.- Ahora bien, en cuanto a la presunta desaparición forzada de LUZ MARY


PORTELA, su madre informó que el día de los hechos, solo tuvo noticias
de lo que sucedía en el Palacio de Justicia cuando en horas de la noche, y
ante la preocupación porque su hija no llegaba del trabajo, encendió la
televisión y pudo constatar lo que ocurría; sin embargo, en un primer
momento tuvo la esperanza que su familiar hubiese sido evacuada, como
quiera que la prensa hacía referencia al rescate de varios trabajadores del
primer piso –en donde se ubicaba la cafetería-, y donde al parecer no se
habían presentado enfrentamientos329.

Sobre la búsqueda de su hija, la declarante indicó: “(…) y esa noche vinimos


yo y mi esposo JOSÉ ESTEBAN CÁRDENAS, es decir la persona con quien convivo,
vinimos a la Casa del Florero y no supimos razón de ella, y como decían que habían
llevado gente detenida y nos fuimos para el Cantón Norte en Usaquén, esa misma
noche y le preguntamos a un militar, no sé qué grado tiene, y nos dijo que no que
allá no habían llevado ningún detenido y después fuimos a Medicina Legal y
tampoco estaba, y regresamos a la casa como a las once de la noche. El jueves
volvimos a venir al anfiteatro y ahí esculcamos todos los cadáveres que habían y
no encontramos a ninguno de los de la cafetería y también fuimos al Cantón Norte,
fuimos al DAS, fuimos al F-2 y nadie nos dio razón de ella y hasta la presente
nadie nos ha dado razón”330.

b.- Sobre el mismo punto, el declarante JOSÉ ESTEBAN CÁRDENAS


MARTÍNEZ precisó que los días 6 y 7 de noviembre asistieron a la Casa del
Florero para averiguar por LUZ MARY PORTELA, y como quiera que nadie
daba información sobre ella, acudieron en dos oportunidades al anfiteatro

328
Folio 17 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
329
Folio 195 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
330
Ibídem.

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Delito: Desaparición forzada

a revisar los cuerpos sin vida que allí reposaban, pero tampoco pudieron
identificar a su familiar. Agregó que en compañía de su compañera
sentimental y su hermano JUAN MANUEL CÁRDENAS MARTÍNEZ,
indagaron por LUZ MARY en distintos comandos de policía y el F-2, pero
en todas partes les aseguraron que no tenían retenidos del Palacio de
Justicia, razón por la cual optaron por interponer denuncia por
desaparición forzada ante la Comisaría del barrio Restrepo331.

Todo lo anterior fue ratificado por JUAN MANUEL CÁRDENAS, en cuya


declaración fechada el 2 de enero de 1986, afirmó que acompañó a su
hermano al anfiteatro y otras dependencias en búsqueda de LUZ MARY
PORTELA, sin obtener resultados positivos.

Pues bien, como se verá a continuación, las evidencias que reposan en el


expediente relativas a la presunta desaparición forzada de LUZ MARY
PORTELA LEÓN, no permiten acreditar la materialidad del delito con
relación a esta persona, en tanto solo ofrecen suposiciones respecto a lo
que pudo haberle sucedido.

Nótese cómo los declarantes ROSALBINA LEÓN y JOSÉ ESTEBAN


CÁRDENAS MARTÍNEZ, expresaron lo que conocieron en razón a la
búsqueda que desplegaron para encontrar a su familiar, y en tal sentido
afirmaron que LUZ MARY no fue identificada entre los cuerpos sin vida
que reposaban en el “anfiteatro”332, y que tampoco fue hallada entre los
heridos remitidos a distintos centros asistenciales, y menos detenida en
las dependencias militares y de policía a los que se dirigieron.

Sin embargo, resulta imposible concluir sólo a partir de esos hechos, que
LUZ MARY PORTELA fue desaparecida forzadamente, pues, como se ha
reiterado en otros apartes de esta decisión, las numerosas irregularidades
en el manejo de la escena de los hechos y en la identificación y
levantamiento de los cadáveres obliga a contar con otros elementos de
juicio que permitan demostrar, con total certeza, que esta persona

331
Folio 17 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A
332
De acuerdo con el contexto en que se presenta esta afirmación, es probable que los testigos hicieran referencia a los
cuerpos sin vida que eran llevados al Instituto de Medicina Legal.

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sobrevivió a la incursión guerrillera y fue sacada con vida del recinto


judicial.

Así pues, para arribar a esa conclusión, resultaba necesario que en el


proceso se contara con otras evidencias que dieran cuenta de la
supervivencia de PORTELA LEÓN; de otra forma, la afirmación sobre que
esta persona salió con vida del recinto judicial, después de la incursión
armada, se soportaría en una simple especulación sobre lo sucedido, sin
medios probatorios reales que acreditara la ocurrencia de la conducta
ilícita.

Por eso, la simple manifestación de sus familiares al señalar que LUZ


MARY PORTELA no fue hallada entre los cuerpos sin vida, como tampoco
en centros médicos o instalaciones de la fuerza pública, no pasa de ser un
indicio leve sobre su desaparición forzada, pues existen otras explicaciones
para la ausencia de un cadáver –entre ellas, como se explicó en
precedencia, que pudo ser afectado por los errores en la identificación o
entrega de los mismos-.

Más aun, los familiares parten de una suposición que, aunque lógica, no
es absoluta, según la cual el cadáver no podía ser de aquellos que se
encontraban calcinados, puesto que la cafetería no fue incendiada. Sin
embargo, baste con recordar que la judicatura no conoce con precisión los
sucesos que se presentaron al interior del Palacio de Justicia, como
tampoco las decisiones adoptadas por el comando guerrillero que allí se
encontraba, y por consiguiente, no es posible establecer si, en efecto como
lo suponen los familiares de LUCY AMPARO, durante la toma los
empleados del refectorio permanecieron en ese lugar, o por el contrario,
fueron trasladados a otro lugar de la edificación que, posteriormente, fue
afectado por las llamas, y en esa medida los cuerpos podrían estar entre
los que eran de difícil identificación dado su estado de incineración.

Lo anterior es relevante porque la señora ROSALBINA LEÓN y su


compañero permanente, aclararon que solo revisaron los cuerpos que eran
identificables por su rostro, lo que descarta una verificación técnica o

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Delito: Desaparición forzada

científica, dígase identificación dental, examen de ADN, etc., respecto de


aquellos restos que era imposible reconocer por su cara.

c.- De otra parte se cuenta con la declaración de ENRIQUE ALFONSO


RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, padre del administrador de la cafetería
CARLOS RODRÍGUEZ, en la que narra una conversación que sostuvo con
el Doctor ARIEL SERRANO SÁNCHEZ –también sobreviviente del Palacio,
en la cual le habría dado esta información: “El no conocía a mi hijo pero por la
descripción que se hizo de él me afirma que vio cuando un Militar subía a una
persona que corresponde a sus características detenido al segundo piso de la
misma casa y que detrás de él entraron a una joven que iba herida en un brazo,
que llevaba puesto un delantal de color amarilloso o kaqui, que decían que era una
guerrillera, pero que por sus características, esta es apreciación mía, corresponde
a una niña o mujer que lavaba platos en la misma cafetería, de nombre LUZ MERY
PORTELA LEÓN”333.

En cuanto a este señalamiento es preciso recordar que el declarante no


fue testigo directo del hecho, puesto que su afirmación se sustenta en el
dicho de otra persona –testigo de oídas o de referencia-, que tampoco
conocía a LUZ MARY PORTELA, y que se limitó a dar una descripción
general de una mujer que vio en la Casa del Florero.

Como se puede verificar en la señalada declaración, es el testigo ENRIQUE


ALONSO RODRÍGUEZ, quien supone que la muchacha descrita por el
Doctor ARIEL SERRANO SÁNCHEZ corresponde precisamente a PORTELA
LEÓN, y por consiguiente, tales señalamientos tampoco tienen una fuerza
probatoria que demuestre con total certeza, la salida con vida de LUZ
MARY y su posterior desaparición forzada.

En vista de todo lo señalado, la Sala debe concluir que en este evento


tampoco es viable adelantar el juzgamiento por la desaparición forzada de
LUZ MARY PORTELA LEÓN, habida cuenta que las pruebas existentes en
la foliatura, más allá de arrojar meras especulaciones o suposiciones sobre

333
Folio 152 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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Delito: Desaparición forzada

lo que pudo suceder con la prenombrada, no tienen la contundencia


necesaria para acreditar la materialidad del ilícito objeto de la acusación.

7.3.2.2.2.- GLORIA STELLA LIZARAZO.

Sobre la presencia de esta persona en las instalaciones del Palacio de


Justicia se cuenta con la declaración de su madre LIRIA ROSA LIZARAZO
DE LAGOS, quien informó que la presunta desaparecida laboraba en el
autoservicio de la cafetería, y que el día en que ocurrieron los hechos,
efectivamente, se encontraba al interior de las instalaciones334. Añadió que
su empleo lo obtuvo por una relación laboral previa sostenida con JAIME
GUTIÉRREZ.

Esta información fue ratificada por LUIS CARLOS OSPINA ARIAS,


entonces compañero permanente de esa persona, quien afirmó que su
pareja laboraba en la cafetería del Palacio de Justicia en el área de
autoservicio. Aclaró que el trabajo lo obtuvo debido a la gran amistad que
él tenía con JAIME GUTIÉRREZ CASTILLO335.

Para esta Corporación, los señalados elementos de convicción resultan


suficientes para acreditar la presencia de GLORIA STELLA LIZARAZO en
las instalaciones del Palacio de Justicia para el momento en que ocurrió
la toma guerrillera, pues demostrado que ella laboraba en la cafetería de
dicho sitio, era previsible que para el momento en que ocurrió la irrupción
armada, ya se encontrara en su puesto de trabajo. Además, todos sus
familiares son insistentes en señalar que desde esa fecha, no se ha tenido
conocimiento de su paradero.

En cuanto a su desaparición forzada, el juzgado la tuvo por demostrada a


partir de tres medios de prueba: los reconocimientos en video por parte de
las señoras CONSUELO CASARINAS DE SUSA y DEYANIRA LIZARAZO; al
igual que la identificación hecha por su compañero LUIS CARLOS OSPINA;
así como el dicho de la señora CECILIA SATURIA CABRERA GUERRA,

334
Ibídem, folio 184.
335
Folio 135 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.

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cónyuge del administrador de la cafetería, CARLOS AUGUSTO


RODRÍGUEZ VERA.

a.- En efecto, en diligencia de reconocimiento sobre películas o video


casetes realizada el 11 de abril de 1986, participaron las dos primeras,
quienes ante la proyección del segundo video, afirmaron: “En cuanto a las
piernas se parece mucho a GLORIA STELLA LIZARAZO, por el pelo corto y negro y
por la falda que ella usaba una falda verde”336.

b.- Por su parte, al señor LUIS CARLOS OPINA ARIAS, en declaración


rendida el 10 de diciembre de 2007, se le puso de presente el DVD obtenido
en inspección de la residencia del Coronel LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA,
imágenes frente a las cuales indicó: “esa es la señora mía, la reconozco, por la
cara, los brazos como gorditos, el cuerpo, la forma del cabello, como gordita. Lleva
una falda a paño verde clara y una blusa negra, ella tenía una falda verde ”337.

Durante la misma diligencia, el testigo aseguró que en una fecha anterior


acudió a un reconocimiento en video en Noticias Uno, y allí logró reconocer
a su compañera en el momento en que salía con vida del Palacio de
Justicia. Afirmó: “De ahí sacaron a Carlos Augusto, Guarín o Marín después de
ahí sale una señora que no sé quién será, después sale la señora rosa (sic) y
después sale la señora mía, que son los que se ven salir de ahí con vida, a Carlos
augusto lo sacan caminando, se ve que va como fatigado, como cansado, cada
soldado lo lleva de cada lado”338.

En cuanto a los señalamientos del señor OSPINA ARIAS, es necesario


señalar que éste incurre en serias contradicciones, no solamente con su
propio dicho, sino frente a otras personas que dicen reconocer a
desaparecidos saliendo del edificio hacia la Casa del Florero.

En efecto, llama la atención que, a pesar que en 1986 fue enfático en


señalar que de los compañeros de GLORIA sólo conocía a ROSA y a
JIMMY339 por cuanto asistía poco al recinto judicial, en su última

336
Folio 216 del cuaderno original anexo de la instrucción 7.
337
Folio 77 del cuaderno original de la Instrucción No. 25.
338
Ibídem, folio 73.
339
Folio 136 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.

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intervención hizo referencia a CARLOS AUGUSTO, a “GUARÍN o MARÍN” e,


inclusive, los reconoció en los vídeos que le fueron proyectados. Por otro
lado, reconoció a ANA ROSA CASTIBLANCO como la mujer que es sacada
“en hombros” delante de su esposa340, cuando lo cierto es que esa misma
ciudadana fue reconocida por varios otros declarantes como CRISTINA
DEL PILAR GUARÍN CORTÉS; más aún, dicha afirmación contrasta
abiertamente con lo que está demostrado en este proceso, puesto que el
cadáver de la señora CASTIBLANCO, fe encontrado calcinado en el cuarto
piso del Palacio de Justicia; por ende, no podía haber salido, como lo dice,
ese día 7 de noviembre en hombros de un soldado.

En este análisis resulta relevante repasar lo dicho por el testigo con


referencia a las imágenes que le habrían mostrado en Noticias Uno, y
donde reconoce por primera vez a su compañera, pues al interrogársele si
antes había visto estos videos, contestó: “Me mostró un vídeo la señora de don
Carlos Augusto, doña Cecilia, que ella tiene un vídeo, ella nos mostró un vídeo, y
ahí se ven los que sacan del Palacio de Justicia, porque nosotros estábamos muy
desubicados, a nosotros no nos han dado nada. Cuando lo del Palacio, yo me fui
para Manizales con las hijas a vivir donde mis padres, las hijas, porque yo me
devolví para acá a seguir trabajando en la empresa”341. Así pues, se puede
afirmar que las aseveraciones por parte del testigo no fueron espontáneas,
ya que las imágenes las había observado con anterioridad, y sabía
exactamente dónde aparecía quien afirma es su pareja.

Estas inconsistencias en la diligencia de reconocimiento por parte de LUIS


CARLOS OSPINA ARIAS, se acentúan con el reconocimiento en fotografía
de otra víctima, LUZ MARY PORTELA LEÓN, como quiera que en el proceso
está demostrado que esta persona no era trabajadora formal de la
cafetería, y por el contrario se encontraba haciendo un simple reemplazo
a su madre quien estaba incapacitada; por consiguiente, si el testigo
asistía pocas veces al recinto judicial -como afirmó en su primera
declaración-, le habría sido imposible reconocer a quien ni siquiera
permanecía permanentemente en ese lugar.

340
Folio 77 del cuaderno original de la Instrucción 25.
341
Ibídem, folio 73.

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Delito: Desaparición forzada

Así, teniéndose de un mismo testigo posturas tan disímiles que no son


justificables por el paso del tiempo, la credibilidad que se le puede
reconocer no es la que se otorga en la sentencia de primer grado, habida
cuenta que incurre en grandes contradicciones como reconocer en video y
fotografías a personas que él mismo afirmó no conocer, o que fueron
halladas muertas dentro del Palacio de Justicia. Vale reiterar, como se ha
dicho en otros apartes, que los procesos de memoria en las personas
permiten aportar muchos detalles cuando se rememora en periodos
cercanos a un suceso, mismos que se van olvidando con el paso del tiempo.
Aquí pareciese ocurrir lo contrario, puesto que el testigo recuerda mejor
las circunstancias en el año 2007 que en 1986.

Adicionalmente se debe indicar que la diligencia es bastante deficiente en


su trámite, puesto que no se hizo una confrontación con las afirmaciones
hechas en otras diligencias, a efecto de contrastarlas y clarificar dichos
puntos y, además, que tampoco se examinaron con el testigo los
fundamentos de orden fáctico que le permiten identificarla, en la medida
que la imagen no permitía evidenciar rasgos físicos que dieran luces sobre
su identidad. Por ejemplo, debía habérsele interrogado sobre cuáles son
las características de su fisonomía o del rostro que le permiten identificar
en esa imagen a su esposa.

Otro elemento que debe ser objeto de análisis, son sus afirmaciones sobre
un supuesto traslado de su allegada hacia el B-2, a lo cual indicó: “pues lo
que se sabe es que de ahí los sacaron a la Casa del Florero y lo poco que hemos
visto que tenemos conocimiento, porque a ellos los sacaron vivos del Palacio de
Justicia y de ahí los sacaron para el B-2. Incluso yo fui a Usaquén”342; sin
embargo, al declarante nunca se le interrogó sobre el origen y
corroboración de esta información, en especial cuando no hizo referencia
alguna a este punto en su declaración de 1986, otra circunstancia que
demerita su credibilidad.

c.- Finalmente, la señora Cecilia Cabrera Guerra, esposa de CARLOS


RODRÍGUEZ –entonces administrador de la cafetería-, participó en

342
Ibídem, folio 72.

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Delito: Desaparición forzada

diligencia de reconocimiento del mismo video obtenido en inspección en la


residencia del Coronel Plazas Vega, y en aquella oportunidad indico: “En el
punto 00:35:20 veo a GLORIA ESTELA LIZARAZO (sic) quien se dedicada en la
cafetería al Autoservicio, a ella la veo con una camiseta negra de manga corta,
falda color verde o gris, falda hasta las rodillas, cabello negro, tez blanca, cabello
corto, como peinada por la mitad, gorda, gorda de piernas, descalza y me parece
que lleva medias veladas. También puedo decir que las identifico porque compartí
con estas personas, a Gloria, como cuatro o cinco meses. Ella trabajaba desde las
7 de la mañana hasta las 5 de la tarde el mismo horario en el que yo estaba
trabajando”343.

En relación con los señalamientos de la señora SATURIA CABRERA, es


preciso señalar que las imágenes en donde afirma reconocer a la víctima,
son las mismas contenidas en la grabación realizada por la Televisión
Española, cuya exposición fue realizada el 11 de abril de 1986 en presencia
de CONSUELO CASARINAS DE SUSA y DEYANIRA LIZARAZO, a quienes
al mostrárseles el material que corresponde al mismo ángulo, aseguraron:
“En cuanto a las piernas se parece mucho a GLORIA STELLA LIZARAZO, por el pelo
corto y negro y por la falda que ella usaba una verde”.

Debido a lo anterior, el Juzgado 27 de Instrucción Criminal Ambulante


dejó la siguiente constancia “(…) que la IMAGEN aunque es nítida no se
distinguen rasgos definidos de las personas y que la persona a que se refieren la
testigos, aparece en la IMAGEN cargada al hombro por un soldado, sin que por
consiguiente se le vea su cara. En este estado se les pregunta a las mismas
testigos, si bajo la gravedad del juramento que han prestado pueden asegurar que
la persona que han visto en la proyección es GLORIA STELLA LIZARAZO y
respondieron: “NO ASEGURAMOS PERO SÍ SE NOS HACE MUY PARECIDA”344.

En esa medida, no ofrece plena certeza el reconocimiento en video de la


señora CECILIA SATURIA CABRERA, cuando otras personas mucho más
allegadas a la presunta desaparecida, entre ellas su propia hermana, solo
afirman que la persona de la grabación se parece a GLORIA STELLA
LIZARAZO, pero no logran ofrecer una certeza absoluta al respecto.

343
Sentencia, página 282.
344
Folio 216 del cuaderno original anexo de la instrucción 7

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En este punto emerge un interrogante relacionado con la ropa que tenía la


presunta desaparecida, y que habría servido para los reconocimientos por
parte de la señora CABRERA y del señor LUIS CARLOS OSPINA, pues lo
cierto es que ninguno de los dos vio a la presunta desaparecida el día de
los sucesos, por lo que no saben qué vestimenta llevaba puesta y, por ende,
si concuerda con aquella que aparece en los videos. Además, ¿por qué esta
persona tendría ese vestido, si por la hora de la toma – cerca del medio día
–, debía ya tener puesta la ropa con la que atendía en el autoservicio?

En lo referente al uniforme que usaba en la cafetería, la madre de la


víctima solamente indicó que en el trabajo usaba tenis con una blusa
blanca345 y, por su parte, el padre del administrador del establecimiento
doctor RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, aseguró que: “la empleada del
autoservicio usaba una blusa blanca para atender dicha actividad”346. Entonces,
siendo que ella debía llevar una blusa blanca, y estaba ya en horas de
trabajo, ¿cómo aparece con una camiseta negra al ser evacuada del
edificio? Habría sido más probable que fuese rescatada con el uniforme
respectivo o incluso con vestimentas que los guerrilleros le hubiesen
obligado a usar, y no con el traje que al parecer llevaba en horas de la
mañana.

Con fundamento en todo lo anterior, la Sala debe señalar que los


señalamientos de CECILIA CABRERA tampoco merecen la credibilidad que
les confiere el juzgado de primera instancia, como quiera que el
reconocimiento en video no es concordante con lo señalado por otros
testigos –entre ellos la hermana de la desaparecida-, quienes no logran
afirmar con certeza que se trate de GLORIA STELLA LIZARAZO, además
de las inconsistencias referentes a la vestimenta que llevaba puesta la
afectada.

A todo lo anterior vale añadir que las imágenes vistas en el DVD obtenido
en la residencia del Coronel ALFONSO PLAZA VEGA, en el aparte en el que

345
Folio 184 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6
346
Folio 83 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.

183
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se ven salir estas personas, corresponden a tomas realizadas por un


equipo del Noticiero TV Hoy, y sobre las mismas el padre del administrador
de la cafetería, doctor RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, dice que las había visto
con su familia -incluida la señora CECILIA SATURIA CABRERA- pero que
no reconocieron en esa persona a CARLOS, su hijo347. Así las cosas, se
puede decir que la aquí declarante ya había visto estas imágenes en 1988,
ocasión en que reconoció a CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ; no obstante,
en dicha ocasión nada se dijo sobre otros desaparecidos, por lo que resulta
extraño que en una fecha próxima a los hechos no hubiese identificado a
la aquí desaparecida, pero luego en el año 2007, sí la hubiese visto en el
video.

Debido a tales dificultades se hizo lo propio para el apoyo de expertos que


pudiesen realizar un cotejo de las imágenes con otras suministradas por
los familiares de los desaparecidos, y así establecer su identidad.

Como resultado, de la misión de trabajo para realizar dicho experticio, se


concluyó por el profesional sobre el cotejo de imágenes con relación a
GLORIA STELLA LIZARAZO -informe No. 374870-:

“…No se elabora cotejo morfológico debido a que el material entregado en videos


no posee las características mínimas para observar los rasgos específicos que
permite realizar una comparación técnica … Como sustento de lo anterior se
anexan diferentes imágenes obtenidas en uno de los videos aportados al estudio
… Video obtenido en inspección el 18 de Mayo de 2007 a residencia del Coronel
Plazas. Obtenidas en tiempo de grabación 00h 35 min aproximadamente…
CONCLUSIÓN. Con el material aportado no se elaboró comparación morfológica,
debido a que, el material se encuentra muy difuso, no dejando observar los rasgos
específicos que se requieren para hacer un parangón detallado…”348

Sobre este asunto, la jurisprudencia penal ha señalado que en procesos


de reconocimientos en imágenes – de video o fotografía – el apoyo técnico
constituye un elemento de suma importancia, ya que es el mecanismo o
instrumento por medio del cual se elimina la subjetividad que existe en la
declaración del testigo que dice reconocer a otra persona, aspecto que le

347
Ibídem, folio 216
348
Folio 7 y ss. del cuaderno original de pruebas trasladadas en etapa de Juicio No.5.

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imprime al testimonio la objetividad necesaria para que pueda ser objeto


de valoración por la judicatura. Se dijo en su momento:

“(…) en este aspecto también ha de considerarse que si bien es cierto que el


conocimiento que se tiene de una persona facilita que se fijen mentalmente
caracteres, rasgos y detalles que la individualizan, la paradoja surge cuando ese
mismo conocimiento adquirido conduce al error, porque, como no es extraño que
suceda, muchas veces alguien que ha conocido a una persona la confunda con otra
desconocida, debido a que posee algunas particularidades comunes: contextura,
color de piel, color y forma del cabello, estatura, etc., probabilidad de confusión que
se acrecienta cuando se está frente a una fotografía de las características de
aquella sobre la cual recayó el supuesto reconocimiento.
(…)
Si la objetividad probatoria es base esencial para la justicia, los vacíos probatorios
no pueden sustituirse con apreciaciones subjetivas del fallador (…)”349.

Teniendo en cuenta lo dicho hasta este momento, frente al contenido de


los citados testimonios y en relación con el reconocimiento que se hizo de
la señora GLORIA STELLA LIZARAZO, éstos deben ser valorados conforme
lo dispone el estatuto procedimental350, pues no solo se debe establecer
que el testigo actúe de buena fe, sino también que su apreciación personal
concuerde con la realidad, una realidad verificable externamente; lo que
no ha sucedido en este caso.

Bajo esta consideración, las imágenes de los diversos videos y diligencias


de reconocimiento, no siendo claras respecto a las personas que se
evidencian en ellos, no permiten, por fuerza del ánimo de los familiares de
ver a su ser querido en esas, tener por demostrado que sí se corresponden
esas imágenes con esas personas: son imágenes captadas por aparatos a
gran distancia del lugar, motivo por el cual no es posible encontrar detalles
que permitan su individualización, tal y como lo refiere el estudio que fuera
encomendado a expertos en la materia.

De acuerdo con el análisis efectuado, es necesario concluir que los


señalamientos que hacen los testigos sobre el reconocimiento de GLORIA

349
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia del 27 de mayo de 2004. Radicado 21244.
350
Dice el artículo 277 de la Ley 600 de 2000, norma aplicable al caso: “…Para apreciar el testimonio, el funcionario tendrá
en cuenta los principios de la sana crítica y, especialmente, lo relativo a la naturaleza del objeto percibido, al estado de
sanidad del sentido o sentidos por los cuales se tuvo la percepción, las circunstancias del lugar, tiempo y modo en que se
percibió, a la personalidad del declarante, a la forma como hubiere declarado y a las singularidades que puedan observarse
en el testimonio…”.

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STELLA LIZARAZO no tienen la fuerza suasoria suficiente para tener como


probada su desaparición forzada, como quiera que se trata de meras
apreciaciones personales que no obtienen ratificación alguna de los demás
medios de prueba allegados al expediente.

Así, el conocimiento de los testigos se queda en el ámbito personal o


individual, puesto que no se suministran los datos suficientes para
verificación, habida cuenta que las imágenes no tienen la nitidez requerida
para hacer un reconocimiento certero sobre la identidad de quienes
aparecen en ellas.

Tal falencia probatoria impide que la Corporación les otorgue el valor


probatorio para demostrar la materialidad del ilícito frente a esta víctima,
pues es tan probable que sea ella, como que no, se insiste, porque no hay
manera de objetivizar la percepción que tienen de las imágenes que
observan, situación que imposibilita una aseveración contundente sobre
su desaparición forzada.

Finalmente, en el tema de amenazas o intimidaciones, debe resaltarse que


esta familia no refiere haber recibido llamadas en las que se les diera
información alguna sobre la ubicación de la víctima, y la madre de GLORIA
STELLA refiere solamente que recibió las visitas de algunas periodistas y
luego de una doctora de Bienestar Familiar para tratar lo referente a los
hijos huérfanos.

Tal situación es recurrente en este proceso, porque no es solamente con


GLORIA STELLA LIZARAZO que se presenta esta situación, sino que
también sucede lo mismo con otros desaparecidos como CARLOS
AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, CRISTINA DEL PILAR GUARÍN, LUCY
AMPARO OVIEDO, DAVID SUSPES CELIS y BERNARDO BELTRÁN. Es
más, frente a las imágenes que se dice corresponden a dos de estas
personas – CRISTINA y LUCY AMPARO - hay quienes afirmaron que son
de rehenes que estuvieron hasta último momento de la toma guerrillera en
poder del M -19.

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En conclusión, contrario a lo plasmado en el fallo, para este Tribunal no


existe prueba directa o indirecta que indefectiblemente permita afirmar
que la señora GLORIA STELLA LIZARAZO salió con vida del Palacio de
Justicia, por lo que la ausencia de un cadáver no es suficiente para
aseverar la materialidad del delito objeto de la acusación respecto de esta
persona.

7.3.2.2.3.- HÉCTOR JAIME BELTRÁN FUENTES.

Sobre la presencia de esta persona en el Palacio de Justicia para el


momento en que ocurrió la toma guerrillera, se cuenta con la declaración
de su cónyuge MARÍA DEL PILAR NAVARRETE DE BELTRÁN, rendida el
3 de enero de 1986, en la cual informó que su compañero sentimental
laboraba en la cafetería y que ese día asistió en el horario acostumbrado.
Agregó que tuvo alguna preocupación en horas de la mañana por no recibir
su acostumbrada llamada telefónica, y solo fue hasta horas de la tarde en
que se enteró de lo que sucedía351.

Así mismo se cuenta con el testimonio de la madre, CLARA ISABEL


FUENTES DE BELTRÁN, quien precisó que su hijo trabajaba como mesero
en la cafetería del recinto judicial, lugar en donde se encontraba cuando
ocurrió la toma armada del M-19352. A su vez se tiene la declaración de
MARIO DAVID BELTRÁN FUENTES, hermano de la víctima, que ejercía
labores en el DAS, lo que le permitió acceder a la Casa del Florero durante
los días 6 y 7 de noviembre de 1985, mientras ocurría la toma guerrillera.
Este testigo informó, además, que terminada la incursión pudo ingresar a
las instalaciones de la cafetería en donde revisó los elementos que allí
quedaban encontrando la cédula de ciudadanía de su pariente.

Los anteriores elementos de convicción resultan suficientes para acreditar


la presencia del presunto desaparecido al momento en que ocurre la
incursión guerrillera, pues además de cumplir ese día con su horario
laboral habitual, entre los objetos hallados luego de la toma fue encontrado

351
Folio 36 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
352
Ibídem, folio 111.

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Delito: Desaparición forzada

su documento de identificación, aspecto que ratifica su estancia en ese


sitio.

Ahora bien, con relación a su supuesta desaparición forzada luego de


sobrevivir el ataque subversivo, se cuenta con los testimonios de su
hermano MARIO DAVID BELTRÁN –quien realizó su búsqueda el día de
los hechos y semanas posteriores-; el de su cónyuge MARÍA DEL PILAR
NAVARRETE –al informar sobre llamadas e información que daban cuenta
sobre el paradero de la víctima-, de su madre CLARA ISABEL FUENTES y
de su padre HÉCTOR JAIME BELTRÁN –quien habría recibido llamadas
amenazantes-.

a.- En cuanto al primero de ellos –MARIO DAVID BELTRÁN-, lo primero a


resaltar es que se trata de un testigo excepcional puesto que, a diferencia
de los demás declarantes, sí pudo ingresar a diferentes lugares a averiguar
por su familiar -incluyendo la Casa del Florero-, durante los días en que
se produjeron los hechos, y a las instalaciones del Palacio de Justicia una
vez finalizada la confrontación armada; esto por ser parte de un organismo
de seguridad del Estado, en concreto del Departamento Administrativo de
Seguridad –DAS-.

En declaración del 20 de enero de 1986353 aseguró que siendo las 12:30


del 6 de noviembre de 1985, hizo presencia en la Casa del Florero en donde
le permitieron la entrada por tratarse de un integrante del cuerpo de
seguridad DAS, razón por la cual pudo estar pendiente de la salida de
rehenes durante los dos días, sin que en dicha ocasión hubiese podido
conocer la suerte de su hermano.

Agregó que, al desconocer el paradero de su familiar, decidió dirigirse al


Instituto Nacional de Medicina Legal en donde no obtuvo resultados, e
incluso intentó comunicarse con el Coronel LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA
sin que eso fuese posible, por lo que fue atendido por un sargento que se
limitó a informarle que no tenía detenidos por las acciones que se estaban
desarrollando.

353
Ibídem, folio 115.

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Delito: Desaparición forzada

Durante su declaración informó que entró al Palacio una vez terminada la


incursión guerrillera, y pudo constatar que en la cafetería no hubo
confrontación armada alguna, por lo que encontró documentos de los
empleados –incluyendo la cédula de su hermano-, y algunas vestiduras
colgadas en percheros y puntillas. También indagó en el Comando
Operativo de Colombia (COB) sobre la suerte de quienes laboraban en la
cafetería, obteniendo una respuesta negativa. Dentro de su relato además
señaló que el periodista JUAN GOSSAÍN, tuvo contacto telefónico con el
personal de la cafetería, y por ello supo que se encontraban bien y que
serían evacuados, pero su hermano nunca apareció.

Con un cambio radical a lo dicho años atrás, esto es, diferente en su


contenido y circunstancias, rinde declaración el 10 de abril de 2006354, en
la que manifestó que arribó a la Casa del Florero a las 2 p.m. del 6 de
noviembre, lugar en el cual estuvo averiguando por la suerte de los
trabajadores de la cafetería. Indicó que una emisora se comunicó con el
administrador, CARLOS RODRÍGUEZ, quien les informó que todos
estaban bien y serían evacuados. Siguió averiguando y le dijeron que los
llevaron a la Escuela de Caballería, pero una vez allí, no obtuvo
colaboración alguna. Afirma, ahora, que recibió llamadas y fue objeto de
seguimientos, agregando que se dio cuenta que el Ejército mató a ANDRÉS
ALMARALES el 7 de noviembre, aunque no lo vio, solo lo escuchó.

En esta segunda intervención, al ser interrogado sobre las llamadas


telefónicas que informaban sobre su familiar, el testigo informó:

“En el transcurso del mes de noviembre recibí llamadas en la casa donde vivía,
unas que me iban a entregar un casete en donde estaba la voz de mi hermano y
de las personas que lo estaban interrogando en la Escuela de Caballería. Asistí a
la cita dos veces, con resultados negativos. Las otras llamadas eran para
manifestarme y decirme que tenía que dejar quieto todo o si no, me pasaba lo que
le pasaba a mi hermano que no aparecía. Como lograron el número de mi casa fue
una de las preguntas que me hacía (sic), por lo tanto opté por dejar todo quieto y
esperar la justicia. También deseo manifestar que se llame a Juan Gossaín y hacer
las preguntas respectivas, sobre la entrevista que le hizo al administrador de la

354
Folio 121 del cuaderno original de la Instrucción No. 5.

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Delito: Desaparición forzada

Cafetería, no sé si el señor de la ETB, si está vivo o muerto, si ya fue escuchado en


versión”355.

Frente a este testimonio, el primer aspecto a valorar corresponde a los


hallazgos que hizo el propio hermano durante su búsqueda inicial, pues
debe recordarse que el señor MARIO DAVID BELTRÁN, en su calidad de
agente del DAS, tuvo fácil acceso a la Casa del Florero y desde allí pudo
hacer seguimiento puntual de las personas que eran liberadas, del trámite
de identificación e individualización de cada una de ellas, y el destino de
quienes salían con vida de la edificación. Aun así, como lo aclaró en ambas
intervenciones, durante ese tiempo no tuvo conocimiento alguno de lo que
sucedía con su hermano o con los trabajadores de la cafetería.

Ahora bien, el testigo en su segunda declaración (abril de 2006) aseguró


que ingresó a la Casa del Florero el 6 de noviembre hacia las 2:00 de la
tarde, momento en que algunos soldados le manifestaron que varios
sobrevivientes habían sido rescatados en horas de la mañana356; sin
embargo, en su primera intervención (enero de 1986), este mismo
declarante había afirmado que su arribo se produjo hacia las 12:30 de la
tarde, y no hizo referencia a presuntos rescatados del Palacio para ese
momento.

Considera la Sala que la contradicción en la hora en que arribó a la Casa


del Florero, no resulta en sí relevante, pues tiene justificación en los
detalles que se olvidan con el paso del tiempo; no obstante, este aspecto
es determinante para establecer si el testigo pudo llegar después del
rescate de algunos sobrevivientes, pues se tiene conocimiento que la
incursión guerrillera inició pasadas las 11 de la mañana, por consiguiente,
a las 12:30 de la tarde de ese día, aún no existía rescate de rehenes.

Sin embargo, entre las dos versiones es más creíble lo narrado en la fecha
cercana a los hechos (enero de 1986), por lo que es más probable que
hubiese arribado al lugar solo un par de horas después del asalto,

355
Ibídem, folio 125.
356
Ibídem, folio 122.

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habiendo podido observar a todas y cada una de las personas que fueron
rescatadas del recinto.

Junto con ello, las supuestas llamadas telefónicas en las que le


informaban sobre la ubicación de su hermano HÉCTOR JAIME BELTRÁN
FUENTES, y que reseña en su segunda declaración, de haber sido ciertas
podrían haberse manifestado en sus primeras declaraciones, pues si
ocurrieron en el mes de noviembre de 1985, el siguiente enero podría
habérselas dado a conocer a las autoridades.

Además, no es comprensible que, como agente de seguridad del Estado,


hubiere dejado de averiguar por su hermano por ese tipo de llamadas, pues
según lo señala, serían meramente informativas; a todo lo cual se aúna
que es bastante escueto respecto de los “seguimientos” que dice haber
sufrido, pues, se insiste, su actividad laboral le permitía ser más claro
respecto de lo que le sucedió, pues tendría la experiencia y capacidad
profesional para exponer en mejor forma ese panorama.

Lo mismo ocurre con la mención a la Escuela de Caballería en la última


declaración, como quiera que se trata de un agregado del cual no se hizo
alusión en su manifestación inicial; omisión que no tendría justificación
en el temor a las amenazas porque, como se precisará más adelante, su
cuñada desde un comienzo habló de las llamadas recibidas de alguien de
B2 en las que se le informaba sobre un casete y la ubicación de la víctima
en el Cantón Norte, no en la Escuela de Caballería.

En consecuencia, no habría existido motivo alguno para que omitiera


informar sobre las intimidaciones de las que presuntamente fue víctima.

Igualmente se debe indicar que, confrontado el testimonio del hermano de


HÉCTOR JAIME BELTRÁN con la información de las llamadas telefónicas
que informaron a varias familias sobre la presencia de los empleados de la
cafetería en la Casa del Florero, esta resulta a todas luces fuera de la
realidad, porque nadie más que este testigo para haber percibido de
primera mano -no por televisión, fotografías, o cualquier otro medio-, lo

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que sucedía y las personas que iban siendo liberadas durante esos dos
días.

Extrañamente también resulta poco creíble que no refiera a sus


compañeros DAS que estaban asignados en labor en la Casa del Florero,
para referenciar lo que requería de su hermano.

Por último, en cuanto al señalamiento de una presunta comunicación


entre el periodista JUAN GOSSAÍN y los empleados de la cafetería, es
necesario aclarar la confusión suscitada, porque, si bien existió dicha
llamada telefónica, esta no fue con la cafetería del Palacio de Justicia sino
con la cafetería llamada “El Palacio”, ubicada fuera de la edificación, por la
carrera 8ª frente a la entrada del sótano del Palacio de Justicia y, fue hecha
por el señor Alcides Romero Ruiz357; por ende, no es cierto que Carlos
Augusto Rodríguez Vera, administrador de la cafetería del Palacio se
hubiese comunicado con la cadena radial indicando que todos se
encontraban bien.

b.- El segundo elemento de prueba que tiene en cuenta el juzgado de


primera instancia para dar por probada la desaparición forzada de
HÉCTOR JAIME BELTRÁN FUENTES, corresponde a la declaración de su
cónyuge MARÍA DEL PILAR NAVARRETE URREA, quien en diligencia
realizada el 3 de enero de 1986 informó que el día de los hechos estaba en
la casa y que todos los días a las 11 a.m. hablaba con su esposo, pero ese
día él no la llamó, por lo que ella intentó comunicarse, pero la llamada no
entraba. Se entera de lo que estaba sucediendo hasta la 1:30 p.m.,
momento en el cual intenta comunicarse con la esposa del administrador
y con su cuñado, que se desempeñaba en el DAS.

357
Declaración del señor Alcides Romero Ruiz, pensionado de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, quien refirió que se
encontraba en una cafetería llamada “El Palacio”, ubicada en la carrera 8ª frente a la rampa o garaje del Palacio de Justicia
y, que a las 11:45 a.m., vio cuando llegó un camión pequeño del que salieron 10 personas armadas con metralletas,
quienes mataron al primer celador y se internaron en el Palacio de Justicia y a partir de ese momento empezó el tiroteo.
Señaló que se comunicó desde el interior de la citada cafetería con una cadena radial por vía telefónica, con el fin de dar
su ubicación a sus familiares que pudieran oírlo, eso fue a las 12:20 aproximadamente; habló varias veces con la emisora,
por requerimiento del señor Juan Gossaín, director de RCN, lo hizo porque ese día había olvidado sus documentos en la
casa. Así mismo, indicó que, estuvo en esa cafetería hasta las 4:30 p.m. y salió cubierto por un grupo de policías; con él
en la cafetería había una mujer en avanzado estado de embarazo, pero no dio a luz ahí, versión que ratificó en posterior
declaración, ante el ente instructor, donde aclaró nuevamente que estaba tomando tinto en una cafetería frente al Palacio
de Justicia, llamada “El Palacio”, desde donde observó lo que pasaba, llamó de ahí a RCN y salió corriendo del sitio a las
4 de la tarde, reiterando que no estaba dentro del Palacio de Justicia. Folio 19 y ss. del cuaderno original de la Instrucción
No. 9.

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En cuanto a la búsqueda de su cónyuge, y una presunta llamada que daba


cuenta de su permanencia en instalaciones del ejército, informó lo
siguiente:

“Mi cuñado MARIO BELTRÁN trabajaba en el DAS y él se fue inmediatamente supo


de la Toma, se fue para el Palacio, él me llamaba cada que sabía algo, a mi suegra
que se llama CLARA DE BELTRÁN, y a mí, y la última llamada nos la hizo a las
tres de la mañana del día jueves y nos dijo que Jimy, así le decimos nosotros, ya
tenía que haber salido, por que (sic) todos los del primer piso los habían evacuado,
nosotros llamamos a todos los hospitales, noticieros y donde nos pudieron dar
información, pero en ningún lado daban razón (…) el viernes después de la toma
del Palacio de Justicia, el viernes 15 de noviembre, me llamaron a las siete de la
noche un hombre, me dijo que él pertenecía al B-2 u que como podía comprender
no me podía suministrar el nombre, pero que en el Cantón Norte se encontraban
detenidos los de la cafetería, me dijo los nombres de los de la cafetería, que no
estaban todos, faltaban dos mujeres, una que estaba embarazada, ROSITA y
GLORIA, y me dijo que ellos habían hablado con él que tenía grabadas las voces y
que ese casete lo tenía JUAN GUILLERMO RÍOS, que se lo pidiera a él. La misma
llamada se la hicieron a doña CECILIA la esposa del Administrador y a Luz Dary
la esposa del Cheff, luego LUZ DARY me llamó a las ocho de la noche, más o menos,
de ese mismo día, me dijo que ella había recibido una llamada y yo le dije que
también, nos quedamos de ver en el Noticiero de JUAN GUILLERMO RIOS al día
siguiente, sábado a las nueve de la mañana, nosotros fuimos pero JUAN
GUILLERMO no estaba. Dijeron que él no tenía ningún casete y miraron la
correspondencia de él y no se encontraba nada. No volvieron a llamar” 358.

Esta información ya la había aportado la declarante en testimonio rendido


el día 22 de noviembre de 1985, ocasión en la que informó, por primera
vez, lo concerniente a la llamada que recibió sobre la supuesta grabación
con la cual se demostraría que BELTRÁN FUENTES se encontraba con
vida. Al preguntársele qué le indicó la persona que la llamó, respondió:
“habla con una persona del B-2 y como puede comprender no le puedo suministrar
mi nombre, pero llamaba para decirle “yo evacué a los de la cafetería y los llevé a
la Casa del Florero, luego de allí, a medida que iban saliendo sospechosos los
llevábamos a la Brigada militar, yo la llamo porque me doy cuenta que los de la
cafetería son gente inocente y quiero ayudarlos, y yo tengo un casete donde están
las voces de ellos y se lo voy a dar a Juan Guillermo Ríos, vaya usted por él ” 359.

358
Folio 34 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A
359
Folio 138 del cuaderno original IP 070, anexo No. 3 A.

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Más adelante, quince años después, el día 29 de agosto de 2001, volvió a


declarar360, y señaló que una señora le informó que vio a la víctima en la
cafetería a las 11 a.m. –momentos antes de la toma- pero después de eso
nadie le ha dado razón de él; sin embargo, responsabiliza al Ejército de lo
que sucedió dentro del Palacio de Justicia, y reitera que recibió dos
llamadas anónimas, una donde le dijeron que el B-2 lo tenía y, la otra, que
estaba en el Cantón Norte, pero nunca se pudo comprobar ello por cuanto
no fue posible señalar a nadie directamente.

Un primer estudio de las declaraciones rendidas por la cónyuge del


presunto desaparecido, permite señalar que existe una inconsistencia
respecto de las llamadas telefónicas que informaban sobre la
supervivencia de su pareja sentimental, pues en los años 1985 y 1986
indicó que fue una sola llamada que hacía referencia a unas grabaciones
tomadas por un supuesto agente del B-2, mientras que en el año 2001
hace referencia a otra comunicación en donde le habría informado sobre
su estancia en el Cantón Norte, señalamientos que nunca fueron incluidos
en su declaración inicial.

Ahora, respecto de la supuesta grabación que tendría las voces de los


desaparecidos de la cafetería, es preciso resaltar que la testigo solo aporta
la información que otra persona le habría dado a ella, puesto que nunca
la escuchó ni reconoció la voz de su cónyuge; en consecuencia, la real
existencia del casete con dicha grabación, su contenido y que realmente
fuese de los presuntos desaparecidos de la cafetería, no es más que una
especulación. Siendo pertinente señalar, a este respecto, que esta testigo
no reconoció a su esposo, ni en fotos ni en videos, como una de las
personas que salió con vida del palacio de justicia.

En consecuencia, no puede la Sala tener en cuenta la información


aportada por esta testigo, como prueba de la salida vivo del Palacio de
Justicia del señor BELTRÁN FUENTES.

360
Folio 162 del cuaderno original de la Instrucción 1.

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Delito: Desaparición forzada

c.- Otra versión relevante para el análisis de esta caso corresponde a las
declaraciones de la madre, señora CLARA ISABEL FUENTES, quien en
diligencia del 20 de enero de 1986361 refiere que, el día de los hechos se
encontraba en su casa y vio por las noticias lo que estaba pasando en el
Palacio de Justicia, por lo que llamó a su otro hijo de nombre MARIO
BELTRÁN, quien se fue para la Plaza de Bolívar. Reiteró, además, todo lo
dicho por este último en lo concerniente al tiempo en que estuvo
verificando la salida de rehenes en la Casa del Florero, así como su
búsqueda en hospitales, clínicas y en el Instituto de Medicina Legal,
lugares en donde no hallaron rastro de su hijo.

En dicha oportunidad añadió que, según comentarios que había


escuchado, a ellos -los empleados de la cafetería- los vieron en la Casa del
Florero, pero ella no supo nada de eso. Agregó que los primeros días
recibieron llamadas y en una de ellas le dijeron que a los muertos los
habían llevado al Hospital San Juan de Dios, pero en dicho lugar les
informaron que no habían llevado muertos del Palacio de Justicia y entre
los muertos que decían no estaba su hijo.

En 2006, el 10 de abril362, afirmó que estuvo pendiente de lo que sucedía


en el Palacio con su otro hijo MARIO DAVID (quien trabajaba en el DAS),
aclarando que el día 8 de noviembre, éste pudo entrar al Palacio de Justicia
donde encontró la cédula de ciudadanía de HÉCTOR JAIME en el baño de
la cafetería. Aseguró que los medios de comunicación afirmaban que los
trabajadores de la cafetería habían salido con vida e incluso ella pudo ver
en las imágenes televisivas, cuando varias personas que utilizaban el
uniforme de la cafetería –pantalón y chaleco negro con camisa blanca-,
salieron con vida y fueron llevados a una camioneta; sin embargo, aclaró
que no reconoció a su pariente en los vídeos porque no se les veía la cara.
En los vídeos proyectados en dicha diligencia, tampoco pudo reconocer a
su hijo363.

361
Folio 111 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A
362
Folio 116 del cuaderno original de la Instrucción 5.
363
Ibídem, folio 119.

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La misma respuesta se obtuvo de la diligencia de reconocimiento en video


realizada los días 13, 14 y 15 de enero de 1988, a instancias del Juzgado
30 de Instrucción Criminal Ambulante, pues en las actas no hay
constancia alguna de señalar a alguien de entre las imágenes que iba
verificando, como su hijo364.

Teniendo en cuenta lo anterior, se concluye que la información aportada


por la madre de HÉCTOR JAIME BELTRÁN FUENTES, tampoco sirve como
soporte de un indicio si quiera, para demostrar la materialidad del ilícito
frente a esta persona, pues lo cierto es que en sus distintas declaraciones
no agregó elementos adicionales a los presentados por el hermano (MARIO
DAVID) o por la cónyuge (MARÍA DEL PILAR NAVARRETE); por el
contrario, aseguró estar convencida de que su hijo salió con vida, debido
a lo señalado en los distintos medios de comunicación.

d.- Para el año 2001 rinde declaración el señor HÉCTOR JAIME


BELTRÁN365 -padre- quien indicó que a esa fecha su hijo no había
aparecido, ni vivo ni muerto, situación por la que responsabilizó al Estado
colombiano; aseguró que él salió vivo del Palacio de Justicia junto con
otros empleados de la cafetería, fueron conducidos a la Casa del Florero
por las Fuerzas Militares, y de ahí en adelante, es un absoluto misterio su
paradero. Añadió que, recibió llamadas en las que le decían que su hijo
había sido llevado a las caballerizas del Cantón Norte donde lo torturaron
para hacerlo confesar algo de lo que él no sabía nada; sin embargo, aclaró,
no fue testigo presencial de la salida del Palacio de Justicia de los
empleados de la cafetería conducidos por miembros de las FF.MM, aunque
lo calificó como un asunto de público conocimiento.

Añadiendo más detalles a su versión y variando sustancialmente la inicial,


en declaración del 20 de febrero de 2006366 manifestó que se enteró de los
hechos a las 10 p.m., por lo que se dirigió de inmediato a la Plaza de
Bolívar, donde al preguntar por los de la cafetería le dijeron que los habían
sacado vivos y los tenían en la Casa del Florero. Sin embargo, al no tener

364
Folios 205, 220 y 222 del cuaderno original de la instrucción No. 82 anexos.
365
Folio 157 del cuaderno original de la Instrucción No. 1.
366
Folio 36 y ss del cuaderno original de la Instrucción No. 5.

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certeza de esto, procedió a buscar en hospitales, clínicas, estaciones de


policía y Medicina Legal pero no lo encontró. Un año después empezó a
recibir amenazas para que dejara de buscar a su hijo. Señaló que no sabía
en qué piso trabajaba HÉCTOR JAIME, porque no conocía el Palacio de
Justicia.

En los vídeos que le fueron exhibidos no lo reconoció; sin embargo, dijo


que su esposa lo había visto en un vídeo que tenía el abogado EDUARDO
UMAÑA, pero este desapareció.

Al analizar integralmente el testimonio de esta persona, es evidente que


con el paso del tiempo ha cambiado su versión; añadiendo aspectos que
no fueron referidos en la declaración inicial, e incluso mencionado
amenazas a las que no había hecho alusión en la primera oportunidad.

Es importante recordar que la primera declaración de este testigo se


produjo en el año 2001, fecha en la cual ya no estaban vigentes las
supuestas amenazas de las que fue víctima; por consiguiente, no se
entiende por qué un aspecto de tal relevancia como las intimidaciones para
evitar que siguiera buscando a su hijo, fue omitido en dicha ocasión, y en
cambio sí lo enfatizó en su segunda intervención.

Respecto de la información que habría recibido sobre el paradero de los


trabajadores de la cafetería cuando arribó a la Plaza de Bolívar, es preciso
indicar dos puntos: i) no se tiene conocimiento de la persona que le dio esa
información, o si el origen de la misma resulta confiable, por ende los
señalamientos del señor HÉCTOR JAIME BELTRÁN no superan una
versión de oídas que no tiene ratificación alguna; ii) y de otra parte, si fuese
cierto que los empleados de la cafetería fueron rescatados y llevados a la
Casa del Florero, el hermano de la víctima MARIO DAVID BELTRÁN, lo
habría visto, pues recuérdese que esta persona arribó a dicho lugar tan
solo una hora después de iniciada la contienda armada.

A todo lo dicho hasta el momento se debe añadir que, en el proceso se


cuenta con el testimonio de personas que laboraban en el Palacio de

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Justicia y conocían a HÉCTOR JAIME BELTRÁN FUENTES, y aun así, no


refieren haberlo visto como rehén o evacuado hacia la Casa del Florero,
como es el caso de MAGALIS ARÉVALO MEJÍA367 y LEONOR MARIELA
ÁVILA ROLDÁN368.

En conclusión, observa esta Sala que en el proceso no existe prueba


alguna de la cual se pueda concluir que esa persona haya sido víctima del
delito de desaparición forzada, pues no hay prueba alguna, directa o
indirecta, que permita afirmarlo; con la particularidad de que en este caso
hay un testigo excepcional por su presencialidad física y operativa en el
sitio y escenario de los hechos, su hermano MARIO DAVID BELTRÁN
FUENTES, quien como agente del DAS pudo ingresar a la Casa del Florero
y con sus compañeros de trabajo estar al pendiente de lo que sucedía y de
los rescatados, y así verificar de primera mano si entre todas esas personas
había alguien de la cafetería.

Por ello, este testigo no solamente debe valorarse frente a lo sucedido a su


hermano, sino a los demás empleados de la cafetería, porque, obvio resulta
que la pregunta por ello, no solamente le permitiría haber conocido por su
familiar, sino por los demás integrantes de esa.

En consecuencia, como sucede con los demás desaparecidos cuyos casos


han sido valorados hasta el momento, en este asunto tampoco existe
prueba suficiente que dilucide lo sucedido con esta persona, pues no se
encontró su cuerpo sin vida, pero tampoco se cuenta con evidencias que
permitan afirmar que sobrevivió al ataque guerrillero.

7.3.2.2.4.- BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ.

Con relación a su presencia en el recinto judicial, se cuenta con la


declaración de su madre, señora MARÍA DE JESÚS HERNÁNDEZ DE
BELTRÁN, quien informó que su hijo laboraba como mesero de la cafetería
del Palacio de Justicia; lugar al que asistió ese 6 de noviembre de 1985,

367
Declaración del 2 de diciembre de 1985; Folios 144 a 147 del cuaderno original IP 070, anexo 4, libro 4.
368
Folio 125 del cuaderno anexo 56.

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en cumplimiento de sus labores369. Información que es ratificada por su


padre, señor BERNARDO BELTRÁN MONROY, al precisar que el día de la
toma guerrillera su hijo salió hacia las 7:20 de la mañana con rumbo a su
lugar de trabajo370.

Para la Corporación, estos elementos de convicción resultan suficientes


para acreditar que el señor BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ se
encontraba dentro de las instalaciones del complejo judicial cuando se
produjo la toma guerrillera, comoquiera que sus familiares confirman que
este laboraba en la cafetería, que el día 6 de noviembre de 1985 salió de
su casa a la hora acostumbrada con el fin de cumplir con sus deberes y
que a la fecha, no se sabe nada de su paradero ni se halló su cuerpo sin
vida –o por lo menos no ha sido identificado-.

Ahora bien, el fallo de primera instancia acredita su salida con vida en tres
medios de prueba que consideró suficientes para tener certeza sobre la
materialidad del ilícito: i) las declaraciones de varios familiares sobre una
llamada que se habría recibido en casa de la víctima en la noche del 6 de
noviembre de 1985, a través de la cual un doctor MELÉNDEZ les aseguró
haber visto a BERNARDO BELTRÁN cuando salía por sus propios medios
del Palacio de Justicia; ii) el reconocimiento sobre imágenes televisivas
efectuado por RENÉ GUARÍN y SANDRA BELTRÁN en diligencia llevada a
cabo en el despacho de la Fiscalía 4º Delegada ante la Corte Suprema de
Justicia, donde se les proyectó el video obtenido en inspección realizada
en la residencia del Coronel LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA; y iii) el
reconocimiento también de imágenes televisivas realizado por la señora
CECILIA SATURIA CABRERA sobre el mismo video que los anteriores.

a.- Con relación a la supuesta información suministrada por un tercero,


esto es, el Dr. MELÉNDEZ, se cuenta con la declaración de la señora
MARÍA DE JESÚS HERNÁNDEZ DE BELTRÁN, quien en diligencia
realizada el 2 de diciembre de 1985, afirmó lo siguiente:

369
Folio 75 y ss. del cuaderno original IP 070, Libro No. 6.
370
Folio 155 del cuaderno original de la Instrucción No. 1.

199
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Delito: Desaparición forzada

“Hay un doctor Meléndez que trabaja en el Palacio de Justicia, no estoy segura,


pero mi hijo contaba que lo atendía a la hora del almuerzo, y la noche de los hechos
este señor me llamó como a las seis o siete de la noche preguntándome si Bernardo
Había llegado porque a él le parecía que lo había visto salir en la primera gente que
evacuaron”371.

Más adelante, en diligencia realizada el 18 de diciembre del mismo año, la


declarante amplía su versión sobre la información dada por el supuesto
Dr. MELÉNDEZ, y en ella señaló: “Sí, se recibió una llamada del Doctor
MELENDEZ quien manifestó haber visto salir a mi hijo del Palacio, no sé si sería en
el Noticiero de las Doce”372, para luego aclarar que esta persona conocía a su
hijo por ser cliente frecuente de la cafetería donde laboraba la víctima, y
finalmente añadir: “él me dijo que él lo había visto que había salido evacuado,
que había salido entre los primeros que sacaron, él me dijo “yo lo vi salir”, dijo que
lo había visto salir y que posiblemente lo habían pasado para la Casa del Florero
y que seguramente estaba en algún interrogatorio y que no demoraba en llegar a
la casa”373.

De igual forma, en declaración rendida el 20 de Noviembre de 1986374, al


ser interrogada sobre llamadas telefónicas relativas a la presunta
desaparición de su hijo BERNARDO BELTRÁN, adujo lo siguiente: “el día
de los hechos recibí una llamada de un Dr. Meléndez, quien conoció a mi hijo dentro
de la cafetería del palacio, a eso de las 6 y media a 7 de la noche, dijo haberlo visto
salir entre los primeros rehenes, que no me afanara que él lo había visto salir para
la Casa del Florero, nuevamente el segundo día, o sea el 7, volvió a llamar y dijo
“no se afane porque él llega, yo lo vi salir”; y agregó: “los rumores que tenemos es
que los tienen en la Brigada de Institutos Militares y el Dr. Umaña Mendoza dice
que él sabe que los tienen vivos”.

Por su parte el hermano de la víctima, señor LUIS FERNANDO BELTRÁN,


en testimonio aportado el 18 de diciembre de 1985375, aseguró que se
enteró de lo que sucedía al llegar de trabajar, pues le informaron no tener
noticias de su hermano, con quien compartía la habitación. Aunque
informó que no recibió llamada alguna, sí recuerda que en esa noche un

371
Folio 77 y ss. del cuaderno original IP 070, Libro No. 6.
372
Folio 251 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6
373
Ibídem, folio 252.
374
Folio 78 del cuaderno original IP. 070, anexo No. 5.
375
Folio 248 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

200
Rad. 110013104051 2009 00352 03 [NI P 045-24]
P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Dr. MELÉNDEZ habló con su hermana Fanny y le dijo que por televisión
había visto salir a BERNARDO BELTRÁN del Palacio, que no se afanaran,
con la precisión que lo vio por las noticias y no personalmente.

Lo dicho por este último testigo, es ratificado por la señora FANNY


BELTRÁN, quien en declaración de 23 de enero de 1986376, afirmó que el
día miércoles -6 de noviembre de 1985- en horas de la tarde recibió una
llamada de un amigo de su hermano, el Dr. MELÉNDEZ, persona que la
tranquilizó al asegurar que su hermano tarde o temprano llegaba, porque
lo había visto salir del Palacio. Aclaró la testigo que no sabía si el Dr.
MELÉNDEZ lo vio personalmente, o lo escuchó por radio o televisión.

Otro de los hermanos, señor FABIO BELTRÁN HERNÁNDEZ, en


declaración de 9 de abril de 1986377, no hizo mención alguna sobre la
llamada o la información suministrada por el Dr. MELÉNDEZ a su familia,
y solamente adujo que a su hermano lo buscaron en el Instituto de
Medicina Legal, en clínicas y hospitales, pero no fue posible encontrarlo.

A su vez la señora SANDRA BELTRÁN –también hermana del desparecido-


, sobre las llamadas telefónicas que daban información sobre su hermano,
refirió que el día en que inició la toma guerrillera, en horas de la noche,
llamó a su casa un Dr. MELÉNDEZ, quien habló con su hermana Fanny y
le dijo que no se preocuparan, que había visto salir a BERNARDO del
Palacio de Justicia, y que seguramente llegaría pronto, aseveración que
nunca se cumplió. Agregó que no se recibieron más llamadas que
aportaran información relevante sobre el paradero o suerte de su
hermano378.

Finalmente el padre del presunto desaparecido, señor BERNARDO


BELTRÁN MONROY, en declaración vertida el 18 de diciembre de 1985379
señaló que la última vez que vio a su hijo fue el día de los hechos antes de
que partiera para su lugar de trabajo, momento desde el cual no se ha

376
Folio 139 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
377
Folio 202 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.
378
Folio 137 cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
379
Folio 245 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

201
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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

tenido conocimiento de su paradero, sólo que un “doctor” del que no sabe


el nombre, que cree que habló con su hija FANNY, les dijo que no se
afanaran que BERNARDO había sobrevivido al ataque armado.

Posteriormente, en declaración rendida el 29 de agosto de 2001380, informó


que su esposa en la noche del 6 de noviembre recibió una llamada de un
doctor, de quien no recuerda el nombre, que le dijo que no se preocupara
que él lo había visto salir del Palacio vivo y que lo llevaron a la Casa del
Florero; sin embargo, su hijo nunca llegó y el señor que les había dado esa
información se retractó, aduciendo que seguramente se había equivocado,
porque estaba muy lejos. Insistió, además, que a pesar de la búsqueda en
clínicas, hospitales y en Medicina Legal, no fue posible encontrar a su hijo
o su cuerpo en caso que hubiese fallecido.

Debido a las anteriores afirmaciones, en la que reiteradamente la familia


de BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ afirmó que habían recibido la
llamada de un Dr. MELÉNDEZ quien confirmaba la salida con vida de su
familiar, la judicatura citó a declaración a quien presuntamente realizó la
llamada, persona que responde al nombre de EDUARDO IGNACIO
MELÉNDEZ y MIRANDA, testigo que en declaración rendida el 20 de
diciembre de 1985, confirmó que conocía a la víctima porque lo atendía en
la cafetería cuando iba a tomar su almuerzo. Respecto de la llamada que
realizó a casa de la familia BELTRÁN señaló:

“(…) con ocasión de que han informado de que esos señores de la cafetería habían
aparecido, que alguien comentó en el Fondo, como la señora del Administrador
había dado la lista de los nombres y los teléfonos del personal de la cafetería
cuando ella visitó el Fondo, procurando alguna información sobre el personal de la
cafetería, eso fue dos o tres días después de los hechos, mejor dicho, la señora
estuvo en la oficina hablando con todos y se interesaba en conseguir colaboración
de las personas que tuvieron algún información para localizar al personal de la
cafetería. Cuando informaron yo llamé a la casa de la administradora y a la casa
del señor BELTRÁN, para informar lo que habían dicho, “que en la radio habían
dicho que habían aparecido”” 381.

380
Folio 155 del cuaderno original de la Instrucción No. 1.
381
Folio 277 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

202
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Delito: Desaparición forzada

Posteriormente, en diligencia del 24 de noviembre de 1986 ratificó lo dicho


en anterior oportunidad, y añadió que habló con la madre de la víctima
luego de los hechos, para manifestarle que le parecía haber visto en un
noticiero de televisión la salida de unas personas que se le parecieron como
algunos empleados de la cafetería. Aclaró que su intención era infundirles
optimismo, pero, nunca dijo o aseguró haberlo visto salir. Adujo:

“Considero que la angustia de los familiares de las personas relacionadas con los
que estaban dentro del Palacio de Justicia, pueden originar una apreciación
diferente de unas palabras de estímulo y esperanza, personalmente he tenido la
experiencia de pasar por el caso de la desaparición, afortunadamente temporal, de
un hijo y entiendo la angustia en que uno se encuentra en circunstancias así, el
hecho de expresar unas palabras de estímulo y esperanza, pueden haberse
interpretado como una aseveración sin fundamento real” 382.

Estudiado este material probatorio que gira en torno a la llamada que


habrían recibido con información sobre la suerte de BERNARDO BELTRÁN
HERNÁNDEZ, es preciso señalar que su madre se contradice en sus
distintas intervenciones, comoquiera que en su primera versión manifestó
que esta persona le dijo que le parecía haber visto salir a BERNARDO; y ya
en las siguientes asegura que él le manifestó haber visto salir a su hijo con
vida del Palacio de Justicia; sin embargo, el propio EDUARDO MELÉNDEZ
niega haber hecho tal afirmación, aclarando que no lo vio personalmente
mientras estuvo cerca de la edificación como tampoco lo reconoció en
televisión, porque era imposible, de lo que se colige, es más cercana a la
verdad la primera versión dada por aquella, que se compagina con lo dicho
por el propio referido: le pareció verlo por televisión en un noticiero, sin
ningún tipo de certeza.

Igualmente, se presentan inconsistencias entre los distintos familiares,


pues mientras los dos padres aseguran que la llamada la recibió la señora
MARÍA DE JESÚS HERNÁNDEZ –madre de la víctima-, los hermanos
SANDRA, LUIS FERNANDO y FANNY BELTRÁN, aseguran que la llamada
la recibió esta última.

382
Folio 80 del cuaderno original IP. 070, Anexo No. 5.

203
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Delito: Desaparición forzada

Asimismo, en la segunda declaración de la progenitora, se hizo mención


de dos llamadas, una inicial en que el Dr. MELÉNDEZ habría preguntado
si BERNARDO BELTRÁN ya había llegado a casa, y una segunda en la que
se explicó la razón por la que aún no arribaba, e incluso se aventuró a
plantear la hipótesis de que estaban en la Brigada de Institutos Militares;
no obstante, en la primera declaración nada se mencionó sobre la segunda
llamada, y menos aún se incluyó un aspecto tan relevante como el lugar
en donde estarían retenidos.

No encuentra esta Sala motivo alguno para que la señora MARÍA DE


JESÚS HERNÁNDEZ hubiese omitido señalar en su primer testimonio que
su hijo se encontraba retenido en una determinada guarnición militar.
Tampoco se comprende que una mera suposición planteada en su primera
declaración –que el Dr. MELÉNDEZ creía haberlo visto con vida-, se
convirtió luego en una certeza –que el Dr. MELÉNDEZ en efecto lo vio con
vida-, en especial cuando acepta que no existieron más llamadas por esta
persona.

Ahora, la hipótesis del padre de BERNARDO BELTRÁN, es que el señor


MELÉNDEZ se retractó de lo dicho inicialmente, lo que, sin embargo, no
resulta lógico porque no refiere amenaza alguna para tener que declarar
algo que le había asegurado a estas personas; de tal forma que, es más
creíble lo que el mismo señor MELENDEZ afirma: que les quería dar
esperanzas o darles algún aliciente en su desesperanza.

Ahondando en el punto, nótese que recién ocurridos los hechos –su


declaración es del 20 de diciembre de 1985– su llamada se observa más
como lo dice, darles un apoyo con base en la comunicación de la
información que escuchó o lo que vio por la televisión, según lo dice, dos
o tres días después.

Por eso, sin conocer a dichas personas, pero teniendo un sentimiento de


aprecio por BERNARDO BELTRÁN, y con los datos de la familia
suministrados por la señora CECILIA SATURIA CABRERA, decide
llamarlos solamente para darles aliento.

204
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Delito: Desaparición forzada

De darle alcance a lo que se señala por el padre del hoy desaparecido, no


demostrado forzadamente, la otra posibilidad –la retractación del testigo-,
si en verdad esta persona hubiere llamado a la familia aseverando haberlo
visto salir con vida, la llamada se dio el 6 de noviembre, y por ende, esta
persona habría salido ese día y no el 7; circunstancia que servirá de
análisis más adelante, pues quienes dicen reconocerlo en videos, lo ven
salir en el último grupo de personas que son evacuados del Palacio de
Justicia a la Casa del Florero, es decir, el segundo día de la toma, 7.

En ese mismo sentido de análisis, vale recordar que esta persona laboraba
en el Fondo Rotatorio del Ministerio de Justicia, de manera que si bien se
encontraba cerca a las instalaciones del Palacio de Justicia, lo cierto es
que no ostentaba cargo alguno que le permitiese estar en el lugar donde
acontecían los hechos o el corredor por donde eran trasladados los rehenes
que eran evacuados; en consecuencia, no era posible que hubiese visto de
primera mano a las personas que eran rescatadas, por lo que, cualquier
información sobre el particular solo pudo haberla obtenido a través de los
medios televisivos o de la información que se daba en la radio.

Por lo anterior, considera la Sala que, si bien, existió una llamada realizada
por EDUARDO IGNACIO MELÉNDEZ Y MIRANDA, esta era solo para
transmitirles la información que había escuchado sobre el rescate del
personal de la cafetería, sin que le constara realmente dicha situación; por
tanto, no se puede valorar tal conversación como un aspecto suficiente
para tener la certeza que BELTRÁN HERNÁNDEZ salió con vida del lugar
de los hechos.

b.- Un segundo elemento de juicio que se tuvo en cuenta por el juzgado de


primera instancia para considerar acreditada la materialidad del delito,
corresponde al reconocimiento en imágenes televisivas realizado por
SANDRA BELTRÁN HERNÁNDEZ y RENÉ GUARÍN, respecto del aquí
desaparecido; evidencia con la cual, supuestamente, se demostraría que
la víctima salió con vida del Palacio de Justicia.

205
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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Previo a verificar lo que estas dos personas relatan en la diligencia de


reconocimiento, resulta de gran importancia conocer en cuáles otras
diligencias, participó la señora SANDRA BELTRÁN, para establecer así un
mejor panorama de valoración y credibilidad de su dicho.

Así, se verifica que la señora SANDRA BELTRÁN estuvo presente desde el


comienzo de las indagaciones en las que intervinieron los familiares de los
hoy desaparecidos y participó en diversos reconocimientos, en primer
lugar de prendas, documentos y joyas, encontrados en la escena de los
hechos, de fecha 12 de enero de 1988383; y posteriormente de fotos de
periódicos y revistas, de fecha 16 de enero de 1988384, ocasiones en las
cuales no hay reconocimiento alguno de imagen, elemento o prenda que
pertenezca a su hermano. También estuvo presente en diligencia de
reconocimiento de videos en la procuraduría realizada en diciembre de
1987, en el Juzgado 30 de Instrucción Criminal realizado durante los días
13, 14 y 15 de enero de 1988 y ante la Fiscalía en los años 2006 y 2007.

Seguidamente, se relacionan los aspectos más relevantes de las diligencias


de reconocimiento en imágenes de video:

En el desarrollado de la diligencia en la Procuraduría, el 12 de diciembre


de 1987, dice el acta que, se mostraron apartes de “dos cassettes facilitados
por la Secretaría privada del despacho del Procurador General y uno facilitado por
el señor JOSE MARIA GUARIN quien dijo haber adquirido copia en la programación
del Noticiero TV Hoy, correspondiente a la edición del día siete (7) de noviembre de
mil novecientos ochenta y cinco (1985)”, sin que la señora SANDRA BELTRÁN
reconociera en cualquiera de ellas a su hermano.

Vale recordar en este punto que las imágenes del Noticiero TV Hoy son las
mismas que, en el aparte correspondiente a la salida de los últimos
rehenes el 7 de noviembre, obran en el DVD obtenido en la inspección a la
residencia coronel LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA, y sobre las cuales se

383
Ibídem, folio 202
384
Folio 241 del cuaderno original IP. 070, Anexo No. 5.

206
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Delito: Desaparición forzada

hacen años después varios reconocimientos de diferentes desaparecidos


del Palacio de Justicia.

En la diligencia que se realizó con la presencia de varios familiares de


desaparecidos el 13, 14 y 15 de enero de 1988, participó la señora SANDRA
BELTRÁN HERNÁNDEZ y tuvo oportunidad de apreciar 16 videos. En la
sesión del 14, la señora madre de BERNARDO observó una persona con
algún parecido a su hijo desaparecido, aunque no tuvo certeza de ello
puesto que no estaban presentes los demás familiares; sin embargo, en la
diligencia del día siguiente, se contó con la presencia de la misma madre
de la víctima, de la señora SANDRA, y otros tres familiares, ocasión en la
cual concluyeron que aquél al que se parecía BERNARDO, según su
madre, no era él. Señalaron en ese momento:

“(…) se proyectó nuevamente partes del cassette número 11 a solicitud de doña


María de Jesús Hernández de Beltrán, quien compareció con otros tres familiares
(Víctor A. Muñoz, Stella Muñoz y Omaira de Bohórquez), con el fin de que ellos
también le colaboraran en mirar la salida de rehenes, que fue la parte que se repitió
del cassette en mención y con la colaboración de estos familiares disiparon algunas
dudas respecto de la salida de un hombre joven de cierto parecido a Bernardo
Beltrán, dudas que fueron disipadas ampliamente por no ser de la misma
contextura y talla” 385.

En esa medida, y para efectos de valoración de la prueba en cuestión, debe


recordarse que la señora SANDRA BELTRÁN, en presencia de otros
familiares, pudo observar el video y aunque su madre observó a una
persona con características similares a las de su hijo, descartaron que
fuese BERNARDO BELTRÁN por su contextura y talla.

De otra parte, y esta vez ante la Fiscalía, se realizaron dos diligencias de


reconocimiento. En la realizada el 25 de agosto de 2006386 fueron
exhibidos los videos correspondientes a DVD’s de TVE – Televisión
Española -, 1, 2 y 3 de Patrimonio Fílmico Colombiano y 1 y 2 de Caracol;
no obstante, la declarante refiere no reconocer a ninguna de las personas
que allí se ven, como su hermano, pero aporta una fotografía en la que
afirma aparece él.

385
Folio 205, 220 y 222 del cuaderno original de la instrucción No. 82 anexo.
386
Folio 214 del cuaderno original de la instrucción No. 6.

207
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Delito: Desaparición forzada

Verificadas sus afirmaciones en ese escenario se observa que, si bien, en


un primer momento la testigo aportó la fotografía e indicó que “…para mí
es mi hermano…”, lo cierto es que más adelante rectifica “Me llama la atención
dos cosas en relación con la foto que se identificó atrás en donde digo que puede
ser mi hermano” y al terminar su intervención queda la constancia que: “En
el punto DVD de patrimonio fílmico número 1 en el contador 00:42:45 que parece
ser el instante de la foto, imágenes que se atraviesan impiden concretar a quién
corresponde la imagen que he señalado como la de mi hermano ”387. Por ende, se
tiene claro que, además de no reconocer a su hermano en la muestra
fílmica, también emergen dudas frente a la fotografía que ella misma
aporta, pues al ver ese mismo instante en el video, otras imágenes impiden
su reconocimiento certero.

El segundo reconocimiento se lleva a cabo el 16 de agosto de 2007,


igualmente ante el ente instructor, y esta vez se encuentra acompañada
por otro familiar de desaparecidos, el señor RENÉ GUARÍN CORTÉS. Allí
sí afirmó reconocer a su hermano en la grabación de imágenes recogidas
en el DVD obtenido en la inspección a la residencia del coronel PLAZAS
VEGA, como consta en la correspondiente acta388.

Pero, frente a todo lo sucedido hasta ese momento, nótese que el primero,
el acompañante quien expresa reconocer a BERNARDO: “El hombre de la
camisa gris que está (sic) al lado izquierdo de la pantalla es muy parecido a
Bernardo Beltrán, porque ese es su corte de cabello, la forma de la cabeza, y para
mí podría ser Bernardo Beltrán”389.

Y es en ese escenario, y con la presencia de esa otra persona que asegura


que es él, que la señora lo hace, de la siguiente manera: “Ese es Bernardo,
Bernardo. Se le ven los pantalones a BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ en el
segmento 00:35:38 la toma sigue hasta el punto 00:35:41 y la señora Beltrán
Hernández afirma: Digo que veo a una persona de la contextura física de mi
hermano y que al ver la toma del tronco hacía arriba por la forma del pelo, la
“carrera” es decir cómo se peinaba, las entradas, lo lleva un soldado tomado por

387
Ibídem, folio 207.
388
Folio 45 del cuaderno original de la instrucción No. 20.
389
Folio 42 del cuaderno original de la Instrucción No. 20.

208
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el brazo derecho, el soldado va armado, BERNARDO va con pantalón negro, una


camisa blanca que se ve como grisácea, no se ve más, no se le ven los pies. El
soldado está de uniforme camuflado, armado, lleva un rifle en la mano derecha y
es una cachucha, parece ser”390.

Ahora, tras analizar el material probatorio en el que la señora SANDRA


BELTRÁN hace el reconocimiento de su hermano sobre filmaciones de
personas que salen del Palacio de Justicia, puede afirmarse lo siguiente:

1.- las diligencias ante la fiscalía no concuerdan entre sí. En la primera no


lo reconoce, pero señala una imagen diferente a la mostrada en el 2007,
pues las escenas son diferentes: en una, él aparece haciendo parte de un
grupo de personas que llevan miembros de los organismos del Estado,
entre ellos una señora de gafas, sin distinguirse claramente cuál es,
mientras en la otra se observa otro grupo de liberados que son trasladados
a la Casa del Florero: él va acompañado de un soldado corriendo por sus
propios medios. En la primera dice que para ella ése es su hermano, luego
que puede ser y finaliza diciendo que los que se atraviesan le impiden
concretar a quién corresponde la imagen, y en la segunda, con más
seguridad lo señala como la persona que sale corriendo.

Queda claro, entonces, que recién ocurridos los hechos no lo reconoce,


pero 20 años después, ante una imagen sí, pero en forma dudosa, y en la
otra también, pero ya en forma directa y certera.

2.- En este último reconocimiento ante la fiscalía, en el que lo hace sin


dubitación alguna, se ve indebidamente influenciada por un tercero, el
señor RENÉ GUARÍN, quien adujo conocer a BERNARDO BELTRÁN así:
“durante los 36 días que ella trabajó allí – refiriéndose a Cristina del Pilar Guarín
-, varias veces fui a recogerla cuando salía de trabajar, pude así conocer a
Bernardo Beltrán y Héctor Beltrán”391. Con ese conocimiento señala que
podría ser él, para luego ella confirmar tal dicho, ya plenamente
convencida.

390
Ibídem.
391
Folio 24 del cuaderno original de la instrucción No. 6.

209
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3.- En esa última escena, esto es, la persona que va corriendo llevada por
un soldado, corresponde al mismo momento de salida de rehenes que
fuera visto en el reconocimiento hecho en 1988, en el cual, junto con su
madre y otros tres familiares quedó clara y definitivamente establecido que
no era BERNARDO, pero, casi 20 años después, reconoce en esa persona
a su hermano.

4.- Las imágenes del noticiero TV Hoy las observa en dos oportunidades
con resultados diferentes: Mientras en el DVD obtenido en la inspección
de la casa del Coronel (r) PLAZA VEGA en el 2007 reconoce a su hermano
indubitablemente, como ya se dijo, durante la diligencia realizada en 1987
a instancia de la Procuraduría no lo reconoce.

Las anteriores conclusiones impiden dar plena credibilidad al


reconocimiento en video realizada, primero por RENÉ GUARÍN, pues este
conoció a la víctima solo 36 días antes de ocurridos los hechos, y su
relación se limitó a las veces que fue a recoger a su hermana –también
presunta desaparecida- a las instalaciones del Palacio; en consecuencia,
para la Sala no tiene poder suasorio suficiente que una persona que
apenas conocía al presunto desaparecido lo hubiese reconocido en video
con tal certeza, cuando sus propios familiares dudaron e incluso
descartaron que fuese BERNARDO BELTRÁN en las diferentes ocasiones
en las que vieron dicho material.

Esto último, a su vez, impide otorgar valor probatorio al reconocimiento de


la señora SANDRA BELTRÁN, pues como se indicó, en diligencia realizada
en el mes de enero de 1988 la testigo y sus familiares, ante las mismas
imágenes en video, concluyeron que no se trataba de BERNARDO,
comoquiera que no coincidían la contextura y la talla392; pero en diligencia
del año 2007, luego que el señor RENÉ GUARÍN afirmara que reconocía a
la víctima, entonces SANDRA sí señaló con pleno convencimiento que se
trataba de su hermano desaparecido.

392
Folio 222 del cuaderno original de la instrucción No. 82 anexos.

210
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Siendo pertinente señalar que, en ninguna otra diligencia de


reconocimiento, fuese de video, fotografías o pertenencias, la declarante
identificó a su hermano, por lo que no resulta confiable este último
reconocimiento, el cual, además, fue influenciado por otro testigo que poco
o nada conocía al presunto desaparecido.

c.- Por último, la sentencia de primera instancia refiere el reconocimiento


en video hecho por la señora CECILIA SATURIA CABRERA en diligencia
efectuada el 16 de agosto de 2007 en la fiscalía; oportunidad en la cual
identificó a BERNARDO BELTRÁN en las mismas imágenes del video
obtenido en la inspección a la residencia del coronel (r) PLAZAS VEGA.

Es importante señalar que esta persona, además de reconocerlo a él sin


dubitación alguna, también lo hace frente a otras personas que salen del
Palacio de Justicia, relacionándolos con los empleados de la cafetería,
como se evidencia en esa diligencia.

Con relación a BERNARDO BELTRÁN, precisó que lo identificaba a partir


de rasgos físicos como las cejas, el peinado por el lado izquierdo y las
entradas de la frente o la forma de la cara; pero, por sobre todo, lo más
característico que recuerda es su forma de caminar y de correr.
Seguidamente, en la misma diligencia, afirmó sobre su vestido lo siguiente:
“lo veo con un pantalón oscuro, una camisa de cuello para corbata, me parece que
llevara un buso de cuello redondo, no podría identificar si es un buso o una camisa,
negra no es, verde tampoco me parece, es un color como gris (este aparte se pasa
varias veces). Veo un color como café o gris de lo que parece un buso o una camisa
manga larga y lo que sí está muy claro es el cuello de la camisa que es una camisa
de cuello para corbata. No identifico más facciones”393.

Se debe resaltar el esfuerzo que hace la declarante por darle claridad a su


reconocimiento, pero, analizadas las razones de identificación por rasgos
físicos y ropa vestida, la situación presentada con su vestido, en vez de
arrojar los resultados queridos, lo que genera son serias dudas sobre dicha
individualización.

393
Folio 50 del cuaderno original de la Instrucción No. 20.

211
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En efecto, no resulta comprensible que suministre datos tan claros sobre


la fisonomía de quien es captado en esas imágenes, pero, a la vez, tenga
tanta dificultad para describir su ropa, razón por la que se pasa la imagen
varias veces. Cabe resaltar que es la propia declarante quien asegura que
los rasgos faciales los reconoce gracias a la claridad de la imagen, pero
aun así frente a su vestimenta el reconocimiento resulta difícil y dudoso.

Pero, también es un generador de dudas sobre la certeza de la testigo, el


que lo reconozca por la estatura y el tamaño del cuerpo, además por la
forma de correr y caminar, frente a lo cual debe recordarse –como se aclaró
en el aparte anterior- que los mismos familiares del desaparecido, en la
diligencia realizada en 1988 y ante la misma imagen, afirman de la persona
que sale corriendo por sus propios medios y acompañado de un soldado,
que por su contextura y talla no se trata de BERNARDO BELTRÁN.

En lo pertinente a la vestimenta de los meseros, la señora madre del


presunto desaparecido, según lo indicó en una de sus declaraciones, se
componía de un pantalón negro, una camisa blanca de manga corta y un
corbatín394.

Asimismo, el padre del administrador, señor ENRIQUE RODRÍGUEZ


HERNÁNDEZ, en una de sus declaraciones señaló además del pantalón
negro y la camisa común y corriente, un chaleco negro395.

Conforme con ello, esta Sala no comparte la fuerza probatoria que la


primera instancia le otorgó a este reconocimiento, comoquiera que, por
una parte, la señora CECILIA CABRERA conocía al presunto desaparecido
únicamente por 4 o 5 meses, de modo que no es creíble que recuerde con
tanta precisión, después de 22 años, sus facciones y características físicas,
inclusive su forma de caminar e incluso correr, y menos aún que los logre
identificar en la imagen, misma que no le permite, establecer qué prendas
lleva puestas con una precisión similar a la que dice tener de su rostro.

394
Folio 75 y ss. del cuaderno original IP 070, Libro No. 6.
395
Folio 83 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.

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Delito: Desaparición forzada

También vale reiterar que, si se valora en conjunto con las supuestas


manifestaciones del señor EDUARDO IGNACIO MELÉNDEZ Y MIRANDA,
este les habría confirmado a sus familiares que BERNARDO BELTRÁN
salió con vida el día 6 de noviembre, mientras que las imágenes en donde
es reconocido por distintos testigos corresponden al jueves 7 de noviembre
entre el grupo de los últimos liberados por las fuerzas del Estado.

Esta contradicción, sin embargo, no fue valorada en la sentencia de


primera instancia, la cual da plena credibilidad a todos los medios
probatorios sin un estudio detallado de estos aspectos, omisión que
arrojaría una hipótesis sin soporte, esto es, que salió el día 6 de noviembre,
luego ingresó nuevamente y sale finalmente el 7 en la tarde, con el último
grupo de rehenes liberados.

d.- Por último, es pertinente señalar que los reconocimientos en video de


las señoras SANDRA BELTRÁN, CECILIA CABRERA y el señor RENÉ
GUARÍN muestran a la persona que se dice es BERNARDO BELTRÁN
saliendo en la tarde del 7 de noviembre hacia la Casa del Florero,
conducido por un soldado; en consecuencia es de esperar que alguien, así
como con los demás desaparecidos de los que no se tiene prueba directa o
indirecta de haber salido, lo hubiera visto en esas instalaciones, bien en el
primer o en el segundo piso.

No obstante, hay múltiples declaraciones de empleados y funcionarios del


Palacio de Justicia que estuvieron como rehenes en el baño, donde estaba
el último reducto del grupo guerrillero y que fueron liberados hasta las
horas de la tarde del jueves 7 de noviembre, que de manera enfática y
coincidente señalan no haber visto a los empleados de la cafetería como
rehenes durante la toma, como tampoco en la Casa del Florero, luego de
su liberación. Entre otros, se cuenta con la versión de LEONOR MARIELA

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ÁVILA ROLDÁN396, ZOILA BARAHONA DE TORRES397, ANA LUCÍA


BERMÚDEZ DE SÁNCHEZ398 y JORGE ANTONIO REINA ORJUELA399.

Así las cosas, de las pruebas aducidas por el juzgado y las demás obrantes
en el expediente, resulta evidente que, por un lado, no coinciden las
declaraciones y los reconocimientos entre sí, puesto que, unos dan plena
certeza de no reconocer al hoy desaparecido en las imágenes de videos de
personas que salen del Palacio rumbo a la Casa del Florero, mientras que
otros -22 años después de los hechos- lo ven saliendo el día jueves siete
noviembre, e incluso la señora Sandra Beltrán dice reconocerlo en
imágenes diferentes.

En conclusión, y contrario a lo expuesto en el fallo apelado, no hay prueba


directa o indirecta que permita afirmar que el señor BERNARDO BELTRÁN
HERNÁNDEZ salió vivo, luego de la toma del Palacio de Justicia.

7.3.2.2.5.- DAVID SUSPES CELIS.

Frente a esta persona y su presencia en la sede judicial para la fecha de la


toma guerrillera se cuenta con declaración rendida por la señora MARÍA
DEL CARMEN CELIS DE SUSPES, de fecha 29 de agosto de 2001, en la
cual informó que su hijo DAVID SUSPES CELIS se desempeñaba como
chef de la cafetería del Palacio de Justicia, para la fecha en que se produjo
la toma guerrillera por parte del M-19, y aunque no vivía con él, tuvo
conocimiento de que el día 6 de noviembre, su hijo DAVID salió de su
residencia a la hora acostumbrada, para cumplir con los deberes que le
demandaba su trabajo400, y después no volvió a saber de él.

La anterior información es ampliada y ratificada en testimonio vertido por


LUZ DARY SAMPER BEDOYA, compañera sentimental del presunto
desaparecido, quien informó que tuvo conocimiento del ataque subversivo
desde las 12 del día, pero la tranquilizó una llamada que escuchó en los

396
Folio 125 del cuaderno original anexo de la instrucción, Anexo No. 56
397
Ibídem, folio 131.
398
Ibídem, folio 194.
399
Folio 38 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo No. 1.
400
Folio 160 del cuaderno original de la instrucción No. 1.

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medios de comunicación, en la cual afirmaban que los trabajadores de la


cafetería no habían sido víctimas del ataque. Agregó que en horas de la
tarde, se comunicó con el hipermercado Carulla, pues su pareja también
laboraba allí, pero le informaron que no había asistido y desde entonces
no tiene conocimiento de su paradero401.

Para esta instancia, los anteriores medios de convicción resultan


suficientes para acreditar la permanencia de DAVID SUSPES CELIS en las
instalaciones del Palacio de Justicia, como quiera que existe evidencia
suficiente sobre su labor como chef en la cafetería del Palacio de
Justicia402, y su asistencia a su puesto de trabajo el día 6 de noviembre de
1985, cuando se produjeron los hechos que son materia de esta
investigación.

En cuanto a su presunta desaparición forzada, la primera instancia tuvo


en cuenta varios elementos de juicio que acreditarían tal circunstancia: de
una parte, la declaración de la cónyuge LUZ DARY SAMPER quien hace
referencia a una supuesta llamada de un agente del F-2 que daría fe de la
salida con vida de su pareja sentimental y del señor ANTONIO JESÚS
SUSPES; las declaraciones de las señoras MARÍA DEL CARMEN CELIS DE
SUSPES (madre) y MYRIAM SUSPES CELIS (hermana); y el reconocimiento
que sobre un video hace la señora CECILIA SATURIA CABRERA GUERRA.

a.- LUZ DARY SAMPER BEDOYA, esposa de DAVID, en diligencia del 21


de noviembre de 1985403 manifestó que creía que los empleados de la
cafetería estaban vivos, toda vez que la señora CECILIA DE RODRÍGUEZ,
esposa del administrador, le informó que a la cafetería no le pasó
absolutamente nada. Igualmente informó sobre una presunta llamada
anónima en que le daban información sobre el paradero de DAVID
SUSPES; circunstancia que narró así:

“EL 15 de noviembre a las 8 y 24 de la noche, mi mamá recibió una llamada en


que una persona, que según ella, dijo ser del F-2 le decía que ellos habían sacado

401
Folio 278 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
402
En diligencia de exhibición fílmica en la que estuvo presente Cecilia Saturia Cabrera, reiteró que DAVID SUSPES CELIS
se desempeñaba como chef de la cafetería que administraba su cónyuge.
403
Folio 62 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo No. 3

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a los de la cafetería y los habían trasladado a la casa del Florero, que en la casa
del Florero en la medida en que iban siendo sospechosos los iban colocando a parte
(sic) y que luego ellos mismos los habían trasladado hasta la Brigada, que hasta
el sábado pasado, o sea el 9 de noviembre, ellos se encontraban vivos ”404.

Agregó que esta persona llamó unos minutos después y la llamada fue
atendida por ella misma, ocasión en que le repitió la información y le
aseguró que realizaría una grabación explicando lo sucedido, la cual
entregaría al periodista JUAN GUILLERMO RÍOS, pero después de eso no
volvió a recibir más llamadas, no tiene pistas de los hechos y nunca supo
qué sucedió con la supuesta grabación.

Refirió la testigo, además que el día de los hechos escuchó por radio que
en la cafetería una mujer había dado a luz, por lo que se imaginó que se
trataba de la cafetería del Palacio y por eso se quedó tranquila. La persona
que habló, dijo ser de la Empresa de Teléfonos de Bogotá y que el
administrador de la cafetería informaba a los familiares de él y de los
demás empleados que ellos se encontraban bien.

Aclaró que, a pesar de sus esfuerzos junto con su hermano, no encontró


el cadáver de DAVID SUSPES en ningún sitio, y tampoco le dieron razón
de él. Adujo que, aun cuando el señor ANTONIO JOSÉ SUSPES PÉREZ la
llamó y le dijo que en una emisora había oído que DAVID, de la familia
CELIS se encontraba bien, ella fue a varias emisoras en busca de dicha
noticia, pero, en todas le manifestaron no haber dado ese tipo de
información; asimismo, señaló que por la hora en que sucedieron los
hechos, cree que su esposo DAVID tenía puesto el uniforme, es decir,
pantalón, camisa y gorro blanco.

En una tercera oportunidad - el 10 de noviembre de 1986 -, señaló que


no tenía datos nuevos sobre su esposo, y reiteró que, “el sábado siguiente
de la toma del Palacio de Justicia, no recuerdo la fecha exactamente, me hicieron
una llamada telefónica a eso de las 8 de la noche y la persona que me llamó me
dijo que él era miembro de las Fuerzas Militares, que David y me nombró otras
personas, que hasta el sábado anterior se encontraban vivas en el Cantón Norte,

404
Folio 282 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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Delito: Desaparición forzada

yo le dije que qué les pasaría y él me contestó que me imaginara qué les había
podido ocurrir, yo le insistí que se identificara y me dijo que no podía porque o si
no la vida de él corría peligro y me colgó, fue la única llamada que yo tuve ” . En
esa misma diligencia negó haber sufrido amenazas u ofertas de dinero
para que calle o declare en cualquier sentido. Aclara, eso sí, que la llamada
recibida era del B2405.

Estos señalamientos de la cónyuge de DAVID SUSPES, fueron


complementados por su padre ANTONIO JOSÉ SUSPES PÉREZ, quien en
declaración del 8 de enero de 1986406, aseguró que el 14 de noviembre
nombraron a su hijo dos veces en el noticiero, y allí informaron que se
encontraba en el Cantón Norte y que, de ahí lo sacaron para la Escuela de
Caballería; agregó que, con posterioridad se enteró que lo habían llevado
a una guarnición en San Cristóbal para torturarlo, ocasión desde la cual
no había tenido noticias de él. Aseguró, además, que los periodistas fueron
amenazados por divulgar información y por eso no siguieron dando
noticias al respecto; señalando que supo de esto por lo dicho en un
noticiero emitido el 14 de noviembre, y por la llamada anónima que recibió
a señora LUZ DARY SAMPER BEDOYA.

Pues bien, sea lo primero aclarar que, tal como se explicó al tratar la
situación de HÉCTOR JAIME BELTRÁN FUENTES, nunca hubo una
comunicación desde la Cafetería del Palacio de Justicia con ninguna
emisora, sino que esa llamada se dio desde la cafetería “El Palacio” que
quedaba en frente del edificio del Palacio de Justicia407. Igualmente, se
cuenta con el testimonio de varias personas las cuales afirman que para
ese momento no había servicio de teléfono en la cafetería408.

405
Folio 63 y ss. del cuaderno original IP 070, anexo No. 5.
406
Folio 68 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
407
Declaración del señor Alcides Romero Ruiz, pensionado de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, quien refirió que se
encontraba en una cafetería llamada “El Palacio”, ubicada en la carrera 8ª frente a la rampa o garaje del Palacio de Justicia
y, que a las 11:45 a.m., vio cuando llegó un camión pequeño del que salieron 10 personas armadas con metralletas,
quienes mataron al primer celador y se internaron en el Palacio de Justicia y a partir de ese momento empezó el tiroteo.
Señaló que se comunicó desde el interior de la citada cafetería con una cadena radial por vía telefónica, con el fin de dar
su ubicación a sus familiares que pudieran oírlo, eso fue a las 12:20 aproximadamente; habló varias veces con la emisora,
por requerimiento del señor Juan Gossaín, director de RCN, lo hizo porque ese día había olvidado sus documentos en la
casa. Así mismo, indicó que, estuvo en esa cafetería hasta las 4:30 p.m. y salió cubierto por un grupo de policías; con él
en la cafetería había una mujer en avanzado estado de embarazo, pero no dio a luz ahí, versión que ratificó en posterior
declaración, ante el ente instructor, donde aclaró nuevamente que estaba tomando tinto en una cafetería frente al Palacio
de Justicia, llamada “El Palacio”, desde donde observó lo que pasaba, llamó de ahí a RCN y salió corriendo del sitio a las
4 de la tarde, reiterando que no estaba dentro del Palacio de Justicia. Folio 19 y ss. del cuaderno original de la Instrucción
No. 9.
408
Rosalbina León, empleada de la Cafetería, a quien Luz Mary Portela León reemplazaba al momento de producirse la
toma, contesta a la pregunta de si en la cafetería había teléfono, “…no señora apenas utilizábamos (sic) el de debajo de

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Delito: Desaparición forzada

En esa medida, no son admisibles las conclusiones, tanto del padre, como
de la cónyuge de DAVID SUSPES CELIS, al señalar que durante la
confrontación los trabajadores de la cafetería salieron ilesos, por cuanto
así lo confirmaron en los medios radiales, pues lo cierto es que, por una
parte esa dependencia no contaba con una línea telefónica que les hubiese
permitido dialogar con medios de comunicación, y de otra, porque la
conversación a la que hacen referencia los distintos testigos, es aquella
que se produjo desde una cafetería a las afueras del Palacio de Justicia,
confusión que probablemente se suscitó debido a que la razón social del
establecimiento era, precisamente, “El Palacio”.

Respecto de la llamada telefónica en la cual habrían informado sobre


torturas infligidas a DAVID SUSPES, es necesario señalar que se trata de
un testimonio de oídas o de referencia, puesto que la declarante se limita
a señalar lo que otra persona le manifestó, razón por la cual resulta preciso
determinar la credibilidad que se podría dar a ese tercero; sin embargo, en
este proceso se desconoce la identidad o cargo de quien hizo la llamada, y
en esa medida resulta imposible establecer si tenía la posibilidad de
conocer los detalles que ofreció en dicha comunicación.

En estas circunstancias, no podría la judicatura dar por probada la


desaparición forzada de una persona a manos de las fuerzas armadas del
país, con fundamento únicamente en una llamada anónima cuyo origen
se desconoce, pues no se cuenta con elementos de valoración suficientes,
quedando la hipótesis en una mera especulación de lo que pudo suceder.
Esta conclusión podría variar si se tuviesen medios de prueba que
ratificaran la información aportada por quien realizó la llamada, pero lo
cierto es que en este proceso se carece de tal constatación.

b.- Aunque no fueron valoradas por la primera instancia, dentro del


trámite también se cuenta con la declaración de la señora MARÍA DEL

la portería cuando lo necesitábamos así urgente…” y, además, no había derivación (A folio 159 y ss, Cuaderno Original IP
070. Libro No. 6); también la señora María del Pilar Navarrete, esposa de Héctor Beltrán, dice “…desde el día anterior el
teléfono estaba dañado en la portería, ahí era donde los hacía pasar a ellos…”(A folio 34 Cuaderno Original anexo de la
Instrucción, No. 6 A).

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CARMEN CELIS DE SUSPES (madre) y MYRIAM SUSPES CELIS


(hermana). La primera de ellas, en declaración vertida el 14 de marzo de
1986, mencionó que solamente supo que se habían tomado el Palacio de
Justicia faltando 20 minutos para las 12, y de ahí en adelante siguió
oyendo noticias y no volvió a saber nada de su hijo. Sobre las diligencias
realizadas buscando a DAVID, señaló “luego bajé a Medicina Legal, entré,
estuve mirando los cadáveres que quedaban del Palacio, no reconocí nada puesto
que los cadáveres estaban totalmente calcinados (día 12 de Noviembre) ni reconocí
ninguna prenda ni nada, versiones de ir y venir para averiguar sin obtener ningún
resultado y hasta la presente no tengo ningún dato que aportar a esta
investigación”409 Esta persona interviene nuevamente en calidad de testigo
en diligencia adelantada el 29 de agosto de 2001410, y en aquella
oportunidad informó que “los que entraron a trabajar no salieron o no se volvió
a saber de ellos”, y agregó que no sospecha de nadie en particular.

Por su parte la señora MYRIAM SUSPES, en testimonio rendido el 8 de


abril de 1986411, manifestó que solo le consta que su hermano era el chef
de la cafetería del Palacio de Justicia, donde trabajaba de lunes a viernes,
de 8 a.m. – 4 p.m., y el 4 de Noviembre fue la última vez que lo vio, porque
él era casado y vivía con su esposa LUZ DARY SAMPER. Se enteró por
radio de los hechos y de inmediato llamó a la portería del Palacio de
Justicia pero no se pudo comunicar; estuvo con su mamá escuchando
noticias y llamando a la familia para ver si tenían noticias de DAVID, y así
estuvieron todo el día hasta las 11 p.m., llamando a todas partes. Al día
siguiente hacia el medio día, no sabía nada de su hermano, por lo que se
fue con su mamá al centro, pero fue imposible acercarse al Palacio, porque
estaba totalmente cercado por el Ejército; fueron a la casa de su cuñada a
esperar noticias, pero no supieron nada, todo fue infructuoso. Indicó que
los medios de comunicación con los que habló, no le dieron ninguna
respuesta concreta, le dijeron que esperara o fuera al anfiteatro.

Refiere que, en la Casa del Florero no hizo diligencia alguna, y sabe que
su cuñada llamó, pero a la Presidencia donde le dijeron que volviera a

409
Folio 276 del cuaderno original IP 070, Libro No. 6.
410
Folio 160 del cuaderno original de la instrucción No. 1
411
Folio 193 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.

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llamar y no se pudo volver a comunicar. Indicó, además, que su hermano


mayor y su cuñada fueron al anfiteatro pero no fue posible hallar el cuerpo
de DAVID SUSPES. Después fue su hermana Marcela, pero tampoco
encontró el cadáver. Sus hermanos MARCOS y ORLANDO, que es policía,
junto con su cuñada fueron al Cantón Norte, BIM, Estación Cien, pero no
obtuvieron ningún resultado sobre su paradero.

Como se puede observar, aun cuando las dos testigos hacen referencia a
la desaparición de su familiar y los procesos investigativos con los que
pretendían establecer su paradero, ninguna de ellas aporta elementos de
prueba adicionales sobre la supuesta desaparición forzada, por lo que se
limitan a señalar que nunca encontraron el cuerpo sin vida de su familiar,
ni rastros de lo que pudo haberle sucedido.

c.- Finalmente se cuenta con el reconocimiento hecho por la señora


CECILIA SATURIA CABRERA durante la diligencia llevada a cabo en el
despacho de la Fiscalía 4º Delegada ante la Corte Suprema de Justicia
sobre los vídeos obtenidos en la inspección realizada en la residencia del
coronel (r) LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA, quien al serle mostradas las
imágenes de diversos videos sobre la toma guerrillera, señaló: “Este se me
parece un poco a David Suspes Celis, mientras que frente a los demás no tengo
ninguna duda, lo veo con camisa de color camel, lleva corbata café, lleva un reloj
en la muñeca izquierda, me parece que sale fuertemente vigilado por los soldados,
con los dos brazos en alto y parece ser que lo suben a un vehículo como rojo, porque
abren la puerta en ese momento… David Suspes era el chef, se caracterizaba
porque siempre vestía elegante y también sale en un mismo grupo de rehenes” 412.

Una primera crítica a la fuerza demostrativa que le otorga el juzgado de


primera instancia a este reconocimiento, es que la misma testigo es
dubitativa, no tiene absoluta certeza sobre la persona que observa en las
imágenes, pues, como ella misma lo dice, solo le parece un poco que se
trata de DAVID SUSPES.

412
Folio 49 del cuaderno original de la instrucción No. 20.

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Otro aspecto importante es que no concuerda su visión de lo


elegantemente vestido que lo observa, con los acontecimientos, a menos
que no estuviera trabajando, porque resulta más ajustado a la realidad
por la hora en que inicia la acción guerrillera, que el chef ya tuviese puesto
su uniforme y así lo hubiese sorprendido la arremetida armada.

Además, durante la inspección al recinto judicial una vez terminada la


toma, se encontraron algunos documentos personales que llevaba consigo
ese día, como lo refiere su esposa en la diligencia de exhibición de
fotografías, objetos y documentos que se hiciera en el Juzgado 30 de
Instrucción Criminal el día 12 de enero de 1988: “estos documentos se
encontraban en la billetera que portaba en sus prendas de vestir ordinariamente y
las cuales se quitaba para ponerse el uniforme de la cafetería como cheff y por
tanto presume que al momento de los hechos estos no los tenía en su poder ”413

A todo lo anterior se debe añadir lo ocurrido en diligencia de exhibición de


videocasetes a los familiares de los presuntos desaparecidos en el Palacio
de Justicia, que se llevó a cabo el 13, 14 y 15 de enero de 1988, pues aun
cuando en ellas participó la señora MARÍA DEL CARMEN CELIS DE
SUSPES, esta no pudo reconocer a su hijo en las imágenes que le fueron
proyectadas414.

Lo anterior permite concluir que, si bien se cuenta con diligencia de


reconocimiento en la cual la señora CECILIA SATURIA CABRERA adujo
reconocer a DAVID SUSPES, lo cierto es que su identificación no fue
certera, lo que permite que subsistan enormes dudas sobre la identidad
de quien aparece en las imágenes, en especial si la madre del desaparecido
participó en otras exhibiciones de video y no pudo reconocer a su hijo.

Por ello, debe concluir la Sala que en este caso tampoco existen pruebas
sobre la desaparición forzada de SUSPES CELIS, como quiera que no se
cuenta con evidencia suficiente que permita tener convencimiento sobre

413
Folio 205 del cuaderno original IP 070, anexo No. 5.
414
Folios 219 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 82 anexos.

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su salida con vida del recinto judicial y, por consiguiente, tampoco se


comprobó la materialidad del ilícito objeto de investigación.

d.- Por otra parte, es necesario señalar que en el paginario reposan los
resultados del Informe de Tipificación Molecular ADN415, realizado por la
Fiscalía General de la Nación, donde se indicó que se trata de 26 restos
óseos, remitidos de donde se obtuvieron los siguientes resultados: a) 18
individuos se excluyen como correspondientes a las 12 personas
reportadas como desaparecidas del Palacio de Justicia; b) 2 individuos
presentan resultados no concluyentes con los grupos familiares 11 (acta
No. 82 – MARÍA CELIS) y 3 (acta No. 01 – MARÍA BEATRIZ JIMÉNEZ DE
SIERRA); c) 6 individuos (actas No. 85, 37, 60, 56, 36 y 04) presentan alto
nivel de degradación, por tanto, no se pudo obtener resultado.

Surge, entonces, la necesidad de confirmar dichos resultados, toda vez


que, al no ser concluyente dicho resultado, subyace una duda que debe
ser solventada por los medios técnico - científicos pertinentes, conforme
se explicó en forma pormenorizada en un aparte anterior, pues bien puede
suceder que entre los cuerpos que han sido objeto de ese estudio, se
encuentre el cadáver de DAVID SUSPES CELIS.

Con fundamento en lo anterior se concluye que en este caso no existen


pruebas que permitan un convencimiento en grado de certeza, sobre la
desaparición forzada de esta persona, pues si bien sus familiares no
lograron encontrar su cadáver, la información que se tiene sobre una
llamada anónima y un débil reconocimiento en video por parte de un
tercero, no resultan suficientes para comprobar la materialidad del ilícito.

Por el contrario, las omisiones investigativas relacionadas con la


conclusión del Informe de Tipificación Molecular ADN, no han permitido
confirmar o descartar que uno de los cuerpos sin vida que fue objeto de
aquel análisis, corresponda a quien aquí figura como desaparecido.

7.3.2.2.6.- CRISTINA DEL PILAR GUARÍN CORTÉS

415
Folio 225 y ss. del cuaderno original de la Instrucción No. 5.

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Tal y como sucede con los demás trabajadores de la cafetería del Palacio
de Justicia, existen diversos testimonios que ratifican las labores de cajera
que desempeñaba esta persona, y que el día en que se produjeron los
hechos, ella salió como de costumbre en horas de la mañana y, hasta la
fecha, no se conoce su paradero.

Así lo indicó su padre JOSÉ MARÍA GUARÍN ORTIZ, en declaración


rendida el 18 de enero de 1986416, en la cual aclaró que su hija llevaba
pocos días laborando en el Palacio de Justicia, pues fue contratada para
reemplazar la cónyuge del administrador, quien se encontraba en licencia
de maternidad. Lo anterior fue ratificado por su madre, señora ELSA
MARÍA OSORIO DE ACOSTA, en cuyo testimonio fechado el 29 de agosto
de 2001, agregó que su contratación se produjo gracias a la amistad que
sostenía con la señora MARÍA HELENA VERA DE RODRÍGUEZ, madre del
administrador de la cafetería.

Bajo la misma premisa, su hermano RENÉ GUARÍN CORTÉS y


GUADALUPE ACOSTA DE RESTREPO, en sus respectivas intervenciones
en el proceso, ratificaron que la hoy desaparecida se encontraba laborando
en las instalaciones del complejo judicial, para la fecha y hora en que inició
la arremetida del M-19, por lo que es indudable que fue víctima de lo
sucedido en aquella ocasión.

Pues bien, como en los demás casos, la Sala considera que las pruebas
allegadas al expediente resultan suficientes para acreditar la presencia y
permanencia de CRISTINA DEL PILAR GUARÍN dentro del Palacio de
Justicia para el momento en que se produjo la incursión guerrillera, por
lo que resulta preciso verificar las pruebas existentes dentro del plenario,
a fin de establecer si en realidad sobrevivió los combates con la fuerza
pública, pero luego fue víctima de la desaparición forzada, tal y como lo
sostiene la fiscalía en su hipótesis delictiva.

416
Folio 103 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.

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La sentencia de primera instancia soportó su condena en dos elementos


fundamentales, a saber, i) los distintos reconocimientos efectuados por sus
familiares y otros testigos, quienes aseguran identificarla en algunas
imágenes de video que fueron proyectadas en varias diligencias durante la
investigación; y ii) las declaraciones dadas por sus familiares que dan
cuenta de información que habrían obtenido, en la cual les confirmaban
que sobrevivió a la toma pero fue enviada a distintos complejos militares.

a.- En los diferentes despachos judiciales que han conocido de los hechos
relacionados con la toma del Palacio de Justicia se realizaron varias
diligencias de reconocimiento, tanto en imágenes televisivas como de
fotografías de prensa, y solamente de las primeras citadas, en la
Procuraduría.

Para tener mayor precisión al respecto, fueron los siguientes: 1) por sus
padres en diligencias de proyección de vídeos, llevadas a cabo los días 22
de diciembre de 1987; las de los días 13, 14 y 15 de enero de 1988 y de
fotografías de diferentes periódicos, realizada el 12 de diciembre de 1987;
2) por CÉSAR ENRIQUE RODRÍGUEZ en el vídeo No. 2 obtenido en las
instalaciones de Caracol Televisión; 3) por parte de RENÉ GUARÍN, el
reconocimiento efectuado en los vídeos obtenidos en la residencia del
coronel (r) PLAZAS VEGA, Caracol No. 2 y TVE; y 4) el reconocimiento
hecho por CECILIA CABRERA en diligencia del 16 de agosto de 2007.

Antes de adentrarse la Sala en el estudio propuesto, resulta necesario


verificar en qué otras actuaciones, diferentes a las enunciadas en la
sentencia, participaron los padres de la hoy desaparecida, tanto individual
como conjuntamente, así como la presencia de sus hermanos, puesto que
solo con una valoración conjunta de todas sus intervenciones, es posible
realizar una valoración adecuada de su credibilidad y fuerza probatoria.

Vale aclarar que en este aparte no se analizará lo pertinente al hermano


RENÉ GUARÍN CORTÉS, como quiera que la cantidad de declaraciones,
reconocimientos y el valor que el a quo le otorga en la sentencia, merecen
de una mención y análisis aparte.

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a.1.- La señora ELSA MARÍA OSORIO DE ACOSTA (madre), en diligencia


efectuada ante la fiscalía el 26 de julio de 2006417, dijo que CRISTINA “ese
día iba con una falda a cuadros de color claro, chaqueta y blusa clara (color
guayaba), llevaba un paraguas que encontraron adentro del palacio ”.
Seguidamente, en la diligencia se le exhibieron los vídeos que hacen parte
de la investigación, en los cuales no reconoció a su hija, sólo los retratos
de ella y el de CARLOS en el DVD 2 de Caracol.

Para esta Corporación resulta claro que, el no haber reconocido a alguna


persona en esas imágenes que le fueron exhibidas, puede ser producto de
un problema visual que ella misma refiere; sin embargo, no se explica que
circunstancia tan importante para la valoración de su testimonio se haya
dejado pasar, pues la testigo incluso refiere que a quien digita la diligencia
lo ve en sombras. Aun así, pudo distinguir imágenes en televisión que
resultan mucho más complejas y difíciles de detallar. Por lo anterior, era
preciso que la autoridad que atendía dicha diligencia, ordenara ampliar
las imágenes que le presentaban a la declarante, bien a través de
fotografías o de cualquier forma con el propósito de facilitar la verificación,
y permitir mayor certeza en su relato.

a.2.- Por su parte, el señor JOSÉ MARÍA GUARÍN ORTIZ (padre), en


declaración rendida el 17 de enero de 1986418, ante la Procuraduría,
manifiesta que “A través de estos días angustiosos no he tenido el más leve
informe, pues, todo lo que se sabe son comentarios callejeros y los comentarios de
la prensa (…) no he recibido ninguna llamada, únicamente los comentarios entre
los familiares de los 10 u 11 desaparecidos…”; igualmente, aseguró que su hija
ese día dejó la cédula de ciudadanía en la casa y que su vestimenta
consistía en “ (…) un saco habano, una blusa habana de cuello volteado, una
falda escocesa negra a colores vivos, zapatos color beige y cartera habana ”.

Adujo, además, que al no encontrar el cadáver de su hija entre los que se


podían reconocer, tiene la certeza que ella está viva; indicando además,

417
Folio 19 del cuaderno original de la instrucción No. 6.
418
Folio 142 del cuaderno original IP. 070, Libro No. 6.

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haberse reunido con familiares de otros desaparecidos. Sobre el particular


señaló:

“(…) directamente con la familia Rodríguez Vera, ha habido contactos o charlas en


varias reuniones que se han hecho en la oficina de doctor Anzola buscando
información entre todos y últimamente en otra reunión en la oficina del doctor
Eduardo Umaña Mendoza, a quien todo el grupo de familiares desean entregar
poder para su representación. Confieso que me he eximido de dar apoyo a esta
idea ya que dicho profesional defiende únicamente guerrilleros y en mi caso he sido
apoderado por mi hermano José Leonel Guarín…”, y continua diciendo que, “…no
tengo conocimiento de ninguna versión que haya muerto alguien de la cafetería
dentro del Palacio de Justicia ni tengo certeza que estén vivos, toda la credibilidad
en nosotros de que estén vivos existe por no haberla encontrado en los muertos” 419.

Al día siguiente -18 de enero de 1986-, ante el Juzgado de Instrucción


Criminal rinde otra declaración420 en la cual aceptó no tener conocimiento
directo de los hechos, de modo que sus suposiciones parten de lo que se
sabe en la calle, por comentarios del grupo de familiares de los
“desaparecidos”. Adujo tener la certeza que su hija vive porque no la
encontraron en los cadáveres reconocibles de Medicina Legal, aunque no
se hizo mención de los cuerpos que estaban irreconocibles porque no
tenían cabeza, tal como lo informa uno de los familiares de la doctora
Anzola de Lanao, ni tampoco de aquellos cadáveres que se encontraban
calcinados, según lo analizado en la primera parte de esta consideración.

Ratificando sus versiones iniciales, el 20 de noviembre de 1986421, vuelve


a dar su versión sobre lo acontecido, y manifiesta que en aquella
oportunidad, nada se pudo constatar de la información suministrada en
una llamada, según la cual el General Delgado MALLARINO, durante un
coctel, habría aceptado que las personas de la cafetería las tenían
detenidas en las caballerizas del Cantón Norte.

a.3.- A su vez, la hermana de la víctima, señora GUADALUPE ACOSTA DE


RESTREPO, en testimonio aportado el 21 de noviembre de 1985422,
aseguró que su familiar “salió a trabajar como de costumbre el día miércoles 6

419
Ibídem.
420
Folio 103 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
421
Folio 75 del cuaderno original IP. 070, anexo No. 5.
422
Folio 135 del cuaderno original IP. 070, anexo No. 3 A.

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a las 7:30 de la mañana y a eso de las 11:30 a 12 del día, me llamó mi mamá y
me comentó que se habían tomado el Palacio de Justicia y estaba muy preocupada
por Cristina; nunca supimos nada en absoluto, ella no llamó ni tuvimos
conocimiento de que hubiera salido”.

a.4.- De igual forma, obran las declaraciones de CARLOS LEOPOLDO


GUARÍN (hermano). Una de ellas rendida el 18 de enero de 1986423, en la
que aseguró haber estado pendiente de los noticieros para ver si aparecía
el nombre de su hermana., luego de lo cual se dirigió hasta la Casa del
Florero donde le dijeron que los habían trasladado a la Alcaldía, pero allí
le aseguraron que los habían remitido a sus casas; sin embargo, su
hermana no apareció, por lo que fue a Medicina Legal varias veces en la
medida que iban llegando cadáveres.

Posteriormente, en testimonio rendido el 12 de noviembre de 1986, refiere


que “en primera instancia, una vez terminados los hechos del Palacio de Justicia,
me dirigí a la Brigada de Institutos Militares para tratar de hablar con el General
Arias Cabrales a fin de indagar por el paradero de mi hermana, allí me informaron
que la persona que había tenido el manejo de los particulares salidos del Palacio
de Justicia era el Coronel Rubén Sánchez, con quien me entrevisté y le averigüé
por mi hermana, a lo cual me contestó él, que no figuraba en las listas de personas
que habían salido con vida del palacio, que para ellos el paradero de los
desaparecidos de la cafetería era un enigma, que ese mismo día habían encontrado
unos cadáveres debajo de ascensor, que entre esos podía estar el de mi hermana,
que me dirigiera a Medicina Legal e hiciera averiguación o también podría estar
dentro de un grupo de personas sin identificación que habían sido llevados vivos
al Hospital Simón Bolívar … por las averiguaciones que pude hacer, no hubo el más
mínimo vestigio o la más mínima prueba de que ésta hubiese muerto en el Palacio,
el resto han sido conjeturas e informaciones telefónicas o de personas que nos han
dicho que está viva y que la han tenido en varias dependencias militares.
Inicialmente nos dijeron que estaba en el Cantón Norte, posteriormente en el
Batallón Charry Solano”424.

Conocidas las versiones de miembros de la familia de CRISTINA sobre lo


que conocieron de su ubicación o paradero, debe seguidamente verificarse

423
Folio 102 del cuaderno original anexo No. 6 A.
424
Folio 69 del cuaderno original IP. 070, anexo No.5.

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lo dicho por los padres de CRISTINA en las diferentes diligencias de


reconocimiento, y que sirvieron como sustento al juez de primera instancia
para considerar demostrada su desaparición forzada.

En diligencia de exhibición de vídeos llevada a cabo el 12 de diciembre de


1987425, ambos padres de la hoy desaparecida observaron dos vídeos, uno
de ellos facilitado por El Noticiero Tv Hoy correspondiente a la edición del
día 7 de Noviembre de 1985, actividad cuya acta indicó lo siguiente:
“Proyectado este último casete, los esposos José María Guarín Ortiz y Elsa de
Guarín, reconocieron a una mujer sacada en hombros del Palacio de Justicia por
un militar al término de la evacuación de personas que allí se encontraban, como
su hija Cristina Del Pilar Guarín Cortes, también reconocieron los antes nombrados
las prendas de vestir que usaba la señorita Guarín Cortes; el casete fue detenido
en la imagen de la persona reconocida durante seis (6) veces; procediendo el señor
Guarín Ortiz a tomar varias fotografías”.

Posteriormente, el 22 de diciembre de 1987, en diligencia practicada en la


sede de la empresa “Datos y Mensajes”, editora del noticiero TV Hoy, se
exhibió el casete No. 761 correspondiente al “Archivo Nacional”, y una vez
revisadas las secuencias correspondientes a las imágenes requeridas por
los testigos, quienes afirmaban que allí se apreciaba el momento en que
su hija CRISTINA DEL PILAR GUARÍN CORTES salía con vida del Palacio
de Justicia, se indicó lo siguiente:

“Ubicadas las secuencias, efectivamente se pudo observar a una mujer adulta, de


aspecto joven, de tez blanca, de cabello corto, cuando cargada sobre los hombros
de un soldado del Ejército, reconocible por la claridad de las imágenes, era sacada
de tal manera del interior del Palacio de Justicia en medio de otras personas,
luciendo una falda a cuadros escoceses, blusa rosada, sin zapatos, con medias
veladas, a la que se le pudo apreciar por unos instantes el rostro, teniendo en
cuenta que su cara está a espaldas del soldado y al hacer este giro hacia su
derecha, de unos 70 grados, la mujer levanta la cara al parecer para ubicar el lugar
hacia donde es transportada por el soldado. El tiempo de duración de las
secuencias es de QUINCE SEGUNDOS aproximadamente y durante este lapso José
María Guarín Ortiz y su esposa Elsa Cortes de Guarín, identifican a la mujer que
es llevada por el soldado sobre sus espaldas, que carece de calzado, luce medias
veladas, falda escocesa y blusa rosada y que la pudieron observar por algunos

425
Ibídem, folio 239.

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instantes al rostro cuando se incorporó, como a su hija Cristina Del Pilar Guarín
Cortes”426.

Respecto de aquellas diligencias llevadas a cabo durante los días 13, 14 y


15 de enero de 1988427, a instancias del Juzgado 30 de Instrucción
Criminal Ambulante, se tiene que en la primera sesión ante el vídeo No. 2,
los esposos GUARÍN reconocen a su hija como “la mujer que es sacada en
hombros por un soldado al parecer del Batallón Guardia Presidencial”;
Seguidamente el señor JOSÉ MARÍA GUARÍN aclaró lo siguiente: “estos
reconocimientos los había hecho en oportunidad anterior en TV HOY el día 22 ó 23
de Diciembre del año próximo pasado, con el Dr. Gutiérrez Moyano, en compañía
de mi señora, de matrimonio Oviedo y del señor Enrique Rodríguez ”.

A pesar de la contundencia de la afirmación del testigo, el despacho dejó


constancia que, conforme lo verificó el juez, “no se le alcanza a ver la cara
por la posición antes nombrada”, a lo que el señor ENRIQUE RODRÍGUEZ,
padre del administrador, señaló: “En esa misma escena y en el vídeo que vimos
en TV HOY yo hice un reconocimiento firme y expreso de que la persona que vimos
hoy es Cristina del Pilar Guarín Cortes, en un videocasete no de betamax sino en
un casete maestro de tamaño mucho más grande, en ese levanta la cara y es
perfectamente reconocible”.

En la segunda sesión realizada el día inmediatamente después,


simplemente se ratificó dicho reconocimiento. Finalmente, en sesión del
15 de enero, el señor GUARÍN aclaró sobre la ropa que lleva puesta esta
persona lo siguiente: “va vistiendo una falda escocesa y un buso o blusa, al
parecer de un color marron (sic) o café, no es sacada por un soldado del batallón
guardia presidencial sino presumiblemente de la Escuela de Artillería, en razón a
que viste uniforme camuflado verde oliva con cachucha del mismo material”. Ya
para finalizar la diligencia, esta persona dejó la siguiente constancia: “me
ratifico que las imágenes de las cuales hemos tomado fotografías, no me asiste la
menor duda de que se trata de mi hija CRISTINA DEL PILAR GUARÍN, que no la
hayan reconocido en el sitio donde logró resguardarse, presumiblemente por los
pocos días de trabajo que llevaba a cabo en el Palacio, es todo ” El juez, por su
parte, también aclaró dentro de la audiencia que las imágenes en su

426
Folio 243 del cuaderno original IP. 070, anexo No. 5.
427
Ibídem, folio 207 y s.s.

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mayoría no son nítidas o fueron tomadas a demasiada distancia, debido al


control militar y policial que soportaron los periodistas.

Hasta este punto, sin mirar ningún otro medio de prueba, podría afirmarse
que hay un reconocimiento expreso y directo por parte de la familia de la
hoy desaparecida, quienes la observan siendo sacada a hombros por un
soldado; sin embargo, se observa que a través de las diferentes diligencias
en las que ellos participan, la descripción de las prendas que ellos
aseguraban llevaba puesta la hoy desaparecida, van variando, en especial
lo relativo el vestido, tal como se aclara a continuación.

En efecto, la señora ELSA MARÍA OSORIO, para el 3 de enero de 1986,


adujo que su hija llevaba una falda que café oscura con rayitas en la parte
de abajo habanas y la blusa de color rosado suave, pero, 20 años después,
tal detalle se cambia a una falda como a cuadros con unos colores más
bien claritos y una blusa clara, como color guayaba (26 de julio de 2006),
sin embargo, en principio, estos cambios de versión respecto de estos
detalles, pueden explicarse por el paso del tiempo.

Por su parte, su esposo se aparta totalmente del atuendo que señala la


señora OSORIO DE ACOSTA en esa primera oportunidad, pues dice que,
llevaba una falda escocesa negra de colores vivos y una blusa habana de
cuello volteado (17 enero de 1986); ratificándose en otro despacho (18 de
enero de 1986) en cuanto a la blusa de color habano y la falda escocesa,
pero ya no refiere el color de esta última.

Nótese que estas diferencias se patentizan casi inmediatamente sucedidos


los hechos, por lo que causa dudas que tan solo un par de meses después
de ocurridos los hechos, ambos testigos difieran sobre las prendas que
llevaba consigo su hija, y que les habrían ayudado a identificarla.

Ya en los reconocimientos de imágenes televisivas en las que ambos


asisten, unifican su criterio pues la reconocen con una falda escocesa,
pero no precisan el color de la misma. Por ejemplo: ante la Procuraduría
señalan que es la persona que va alzada al hombro por un soldado, de

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falda escocesa y blusa rosada (22 de diciembre de 1987), mientras en la


diligencia realizada ante el Juzgado 30 de Instrucción Criminal, se señala
que lleva una falda escocesa, pero ahora la blusa es “…al parecer de color
marrón o café…” (15 de enero de 1988). Este punto es bastante importante
cuando se vea lo señalado por el hermano de CRISTINA, el señor RENÉ
GUARÍN, porque precisamente lo que se observa es que la persona que
sale en hombros de un soldado lleva una blusa de color fuerte – vino tinto
o roja -, lo que contrasta con el color suave que se afirma tenía la blusa de
ella para la fecha en que se produjeron los hechos.

Así pues, para la Sala los reconocimientos que hacen sus familiares (sin
estudiar por el momento el dicho de RENÉ GUARÍN), no tienen la
contundencia suficiente para lograr un convencimiento en grado de
certeza, sobre la salida con vida de la señora CRISTINA DEL PILAR
GUARÍN; por el contrario, se encuentran varias inconsistencias y
contradicciones en el dicho de sus familiares, que no permiten establecer
si en realidad conocían las prendas que llevaba su hija y por ello la
identifican en los videos, o simplemente les parece una persona
físicamente parecida que podría ser su hija; teniendo en cuenta además,
que las prendas de vestir no se advierten como una forma confiable de
identificación, en consideración a que según lo probado, muchos de los
rehenes fueron obligados por parte de los subversivos a cambiarse de ropa.
Sin que tampoco, pueda establecerse con certeza, que los videos exhibidos,
permitieran reconocer el rostro de la persona que salió con vida del palacio
de justicia, pues según la constancia dejada por el juzgado 30 de
instrucción criminal ambulante, ante quien se realizó el reconocimiento
los días 13, 14 y 15 de enero de 1988 “no se le alcanza a ver la cara por la
posición antes nombrada”, y que las imágenes exhibidas no eran nítidas.

b.- Ahora bien, en lo correspondiente a las declaraciones del señor RENÉ


GUARÍN, se hace necesario, como se hizo en el aparte anterior, conocer
qué dijo esta persona en el transcurso de esta actuación sobre el mismo
asunto.

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Delito: Desaparición forzada

En su primer relato -13 de noviembre de 1986- sobre lo que conocía de los


hechos adujo que: “Los últimos datos los constituyen 3 llamadas que hicieron a
la casa, yo mismo las contesté, recuerdo una del 25 de abril, esa fue la última y
hubo 2 anteriores, una recién los hechos y otra a principios de este año. En esas
llamadas dijeron que mi hermana y otros empleados de la cafetería del palacio se
encontraban detenidos en determinadas instalaciones militares, inicialmente
dijeron que estaban en el Cantón Norte, posteriormente se dijo que en unos sótanos
de la Escuela de Caballería y por último se dijo que en el batallón Charry Solano,
que no estaban de acuerdo con el trato que les estaban dando a estas personas y
que hiciéramos algo y después colgaban… personalmente no he realizado ninguna
diligencia, me enteré que el Procurador General anterior Jiménez Gómez realizó
una visita al Charry Solano que tuvo resultados negativos ... No tengo elementos
de juicio para decir que mi hermana esté viva o muerta, considero que sí se
encuentra desaparecida” 428.

Ya en la siguiente diligencia, del 26 de julio de 2006429, refirió que su


hermana vestía una falda a cuadros rojos y azules, escocesa y una blusa
rosada. Añadió que, fue al Palacio de Justicia, pero no pudo saber nada
de su hermana, motivo por el cual regresó el día 7 de noviembre y se enteró
que a los civiles los habían llevado a la Casa del Florero y que a varios,
como los estudiantes del Externado, no los registraron en la listas,
remitiéndoles a la Escuela de Artillería y a otras dependencias militares.
Agregó que su hermana no aparece entre los vivos ni entre los muertos, y
que él, como los demás de su familia, lograron observar que CRISTINA
salió viva del recinto judicial.

En dicha ocasión se le hace exhibición de los vídeos que sobre los hechos
existen dentro del proceso, quedando consignado en el acta que señaló a
la mujer de vestido azul oscuro y blusa rosada que va caminando entre un
militar y uno de la Cruz Roja (TVE 01:01:32), quien “parece ser su hermana
por los rasgos” y en la misma, al pasar la imagen en el record 01:03:16,
frente a la mujer alzada en hombros de un militar, descalza, de falda
escocesa y blusa roja o rosada, dice que: “podría ser su hermana”.

428
Folio 71 del cuaderno original IP. 070, Anexo No. 5.
429
Folio 22 del cuaderno original de la instrucción No. 6.

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El 5 de septiembre de 2006, le proyectan las fotos obtenidas en las


diligencias de inspección judicial practicadas al Diario El Mundo y El
Colombiano430, en donde reconoce a su hermana CRISTINA como la mujer
sacada en hombros por un militar (foto El Colombiano); igualmente
reconoce a IRMA FRANCO (foto El Mundo).

Posteriormente, el 13 de abril de 2007431 informa que conoció a RICARDO


GÁMEZ MAZUERA en Bruselas, pues este lo contactó a través de correo
electrónico y le dijo que quería colaborar con la investigación de los hechos
de Palacio. Agregó que en dicha comunicación, le aseguró tener
documentos que demostraban que miembros de las fuerzas armadas
colombianas participaron en la desaparición de los empleados de la
cafetería, razón por la cual viajó a Bélgica, pero éste no le mostró ningún
documento.

En diligencia de reconocimiento llevada a cabo ante la Fiscal instructora


el 16 de agosto de 2007432, durante la exhibición del vídeo recuperado en
la inspección a la residencia del Coronel (r) ALFONSO PLAZAS VEGA,
señaló a su hermana CRISTINA desde el punto 00:35:17 al 00:35:33.
Afirmó lo que sigue:

“Esa es mi hermana en esa secuencia. Esa es mi hermana, Cristina Del Pilar


Guarín Cortes, esa es la falda que llevaba ese día. La falda, es la falda roja
escocesa, la blusa es la blusa roja de moño, tiene una especie de corbata y la tiene
en una posición que le cae. Veo a mi hermana perfectamente como estaba para la
época, pelo corto, está la forma de su cuerpo, era una persona de cadera ancha,
de cola grande, esa es la especie de medida, es su cuerpo, su vestimenta es
impajaritablemente la que llevaba el día de holocausto, esa es la ropa que llevaba
el día en que fue a trabajar a la cafetería del Palacio y lo más importante es que
esta es ella”.

Al ser interrogado por la razón que le permitía recordar tan claramente la


ropa que ella llevaba, adujo: “Indudablemente que se (sic) que esa es la ropa
que llevaba Cristina porque vivía con ella. En casa vivía mi papá, mi mamá y los
tres hijos menores, en esa época vivíamos con ellos los tres hijos solteros…esa

430
Folio 25 del cuaderno original de la Instrucción No. 7.
431
Folio 37 del cuaderno original de la instrucción No. 14.
432
Folio 42 del cuaderno original de la Instrucción 20.

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falda se la regaló mi tía a mi hermana como un regalo de grado, se la trajo de


afuera, del exterior (sic)”433.

Frente a este testigo, resulta importante resaltar que la sentencia de


primer grado, valora indistintamente como ciertos los reconocimientos
efectuados en las diligencias realizadas en los años 2006 y 2007434, pero
omite aclarar cómo valora que en la primera oportunidad, frente a dos
imágenes de diferentes personas que son evacuadas del Palacio, el
declarante hubiese manifestado que probablemente correspondan a su
hermana, mientras en la del año siguiente, en forma certera aseguró que
la segunda de esas imágenes es la de su hermana. Al respecto se pregunta
la sala, ¿Por qué motivo en el año 2007 se superó la duda que lo embargó
en las diligencias del 2006?

De otro lado, nada analiza el fallo en relación con las prendas que afirma
llevaba su hermana para esa fecha: en la diligencia de 2006, antes de
observar los videos, dice que la blusa es rosada y la falda es escocesa de
cuadros rojos y azules, pero, una vez observa el video, agrega que el color
de la blusa es roja o rosada, y en la del 2007, afirma tajantemente que la
blusa es la roja de moño y la falda es escocesa.

Resulta bastante claro que, viviendo él con su hermana, junto con sus
padres, no hay explicación del por qué todos tienen un recuerdo tan
alejado unos de los otros sobre las prendas que ese día llevaba CRISTINA
DEL PILAR, dudas que no fueron posibles resolver, como quiera que a
ninguno se le interrogó sobre dichas inconsistencias en las declaraciones
vertidas durante el juicio.

Si bien la percepción de colores e imágenes y sus nombres es diferente en


todas las personas, pues para alguien un color puede ser habano,
mientras que para otro ese puede ser café claro o beige, lo cierto es que tal
disconformidad no puede extenderse, por ejemplo, a que una prenda sea
roja para RENÉ GUARÍN, habana para el padre y rosada clara o guayaba

433
Ibídem.
434
Folios 263 y 264, sentencia de primera instancia.

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para la madre. Tampoco que, como pasa con la falda, se unifique la clase
solamente cuando los padres ven las imágenes de quien sale con una
prenda determinada, pero que, sin verlas e individualmente, sea café
oscura con rayitas y habana en la parte de abajo para la madre, escocesa
negra de colores vivos para el padre y escocesa de cuadros azules y rojos
para el hermano.

Tal disparidad de conceptos sobre las prendas que, al parecer llevaba


puestas CRISTINA DEL PILAR GUARÍN, impide otorgar una fuerza
probatoria a dichos reconocimientos, al punto que permitan acreditar la
desaparición forzada de esta víctima, pues en lugar de ratificarse y
reforzarse mutuamente el reconocimiento de cada familiar, lo que se
obtienen son dudas sobre el motivo por el cual cada declarante hace
referencia a un tipo de vestidura distinto.

Ahora, con relación a la blusa que llevaba puesta, el señor RENÉ GUARÍN
ha señalado que esta era de color roja de moño, que es la que parece llevar
la mujer en las escenas televisivas; sin embargo, en oficio por medio del
cual allega algunas fotografías de su hermana, afirmó que aportaba una
imagen en la que aparece CRISTINA con la misma blusa que llevaba el día
de la toma guerrillera, y claramente se observa que el color es claro, que
puede ser el que se ha dicho por los padres como color guayaba claro o
rosado, pero nunca rojo.

Debido a todo lo anterior, esta Sala no puede otorgarle plena credibilidad


a las afirmaciones de los distintos familiares, ni individual ni en conjunto,
no porque se considere que los testigos pretenden faltar a la verdad en
forma dolosa para lograr un fin determinado, sino porque probablemente,
en consideración a la inconsistencia en sus declaraciones y a la calidad de
las imágenes que les fueron puestas de presente, lo visto por los familiares
y dicho sobre esas imágenes, es lo que su percepción e interés por hacerla
aparecer les dicta.

En consecuencia, aunque se admita que los distintos testigos intervienen


de buena fe y realmente reconocen en las imágenes a quien presuntamente

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es su familiar, lo cierto es que las inconsistencias entre los relatos, y la


total falta de una prueba técnica que permita corroborar sus dichos,
impide que el tribunal tenga como desaparecida a esta persona por haber
salido con vida del ataque guerrillero.

c.- Un tercer medio de prueba que tiene en cuenta la sentencia de primera


instancia, corresponde el reconocimiento por parte de la señora CECILIA
SATURIA CABRERA, en diligencia efectuada el 16 de agosto de 2007,
oportunidad en la cual se le pone de presente el video obtenido en el
registro a domicilio del coronel (r) Plazas Vega, y tras observar el record
00:35:16, adujo:

“Reconozco a CRISTINA DEL PILAR GUARIN CORTES. Tiene una falda a cuadros
escocesa y una blusa roja, va cargada por un soldado, va en medias y descalza,
cabello corto y pelo negro, va en un estado físico aceptable, le veo la cabeza
levantada, como mirando hacia donde la llevan, va alzada en el hombro derecho,
la lleva con los dos brazos, como cogida por las rodillas ”435.

Frente a esta se debe señalar que, tal y como se ha analizado en otros


apartados, este reconocimiento se produjo sin técnica alguna por parte de
la autoridad que lo practicó, y denota además una falta de interés en las
partes por auscultar más información de la suministrada por la testigo, al
punto que el propio despacho deja la siguiente constancia: “Las imágenes
que se exhibieron hoy fueron producto de diferentes inspecciones judiciales y de
incorporación documental por lo que siendo nuevas pruebas, se le pasan y ponen
de presente a los declarantes, sin ninguna conjetura sobre si son o no imágenes
idénticas sino con la finalidad de que sobre todo el material se haga la práctica de
la prueba ordenada. Mal haría el despacho que es idéntica la fuente, la toma, pues,
sólo con un cotejo exhaustivo de tiempos, secuencias, distancias, podría hacerse
esa afirmación y por lo tanto se deja expresa constancia de que el despacho lo que
hace es confrontar con los testigos las diversas imágenes ”436.

Tal circunstancia, le impide a la Sala valorar con la misma eficacia del


juzgado el aserto de esta persona, por cuanto, aun cuando afirme
reconocerla en esas imágenes por algunas características físicas, como a

435
Folio 48 del cuaderno original de la instrucción No. 20.
436
Ibídem. folio 50.

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otros empleados de la cafetería, esas no resultan ser unívocas frente a esa


sola persona. Si se observa, las características que expone la declarante
son muy generales: cabello corto, pelo negro, y que, al igual que GLORIA
STELLA LIZARAZO, eran caderonas y gorditas. En esa descripción caben
muchas personas, incluso la señora MARÍA NELFI DÍAZ que ha afirmado
ser esa mujer que sale a hombros de un soldado.

También llama la atención que a esta testigo no le correspondería


reconocer a CRISTINA DEL PILAR por la ropa que vestía, porque no era un
uniforme el que llevaba y tampoco conoció ese día cómo iba vestida,
contrario a los familiares con quienes vivía. Por ende, el argumento de las
prendas de vestir que usaba ese día, no resulta válido. Diferente es que,
los rasgos físicos que identifica como de ella hubieren sido debidamente
establecidos y con ellos se lograra individualizar o diferenciar de otros,
pero ello no sucede en este caso.

Vale recordar, como se hizo en el caso de DAVID SUSPES, que el señor


ENRIQUE ALFONSO RODRÍGUEZ, padre del administrador de la cafetería,
en una de sus intervenciones aseguró que en un video del noticiero TV
Hoy, en cuya proyección estuvo presente la señora CECILIA SATURIA
CABRERA, no pudieron identificar a su allegado, CARLOS AUGUSTO
RODRÍGUEZ VERA437. De allí emerge un interrogante, pues si la testigo y
los familiares de la aquí desaparecida, vieron estas mismas imágenes en
los originales del noticiero y en sus instalaciones y aun así no la reconocen,
¿cómo sí logra hacerlo 20 años después la señora SATURIA CABRERA con
alguien a quien el rostro no se le observa completamente?

Estas inquietudes, nuevamente, impiden que la judicatura le otorgue


plena credibilidad y fuerza suasoria al dicho de esta declarante, pues su
afirmación de reconocer a la víctima no pasa de una mera suposición, que
no alcanza el grado de certeza para tenerse como probada en el proceso
penal.

437
Folio 214 del cuaderno original anexo de la instrucción No 7.

237
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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

d.- En este punto, ante las inequívocas afirmaciones de los familiares de


la citada señora GUARIN, de verla cargada por un soldado, se hace
necesario mirar lo que sobre esa escena afirma una persona que no tiene
interés alguno en las resultas del proceso, y fue víctima en esos hechos: la
señora MARÍA NELFI DÍAZ.

A esta persona no se le otorga, incluso desde la misma fiscalía, credibilidad


alguna. Esta persona en varias intervenciones asegurara que la persona
que ha sido reconocida como CRISTINA DEL PILAR GUARÍN CORTÉS, en
realidad es ella.

Para el efecto, al igual que en los demás declarantes, es necesario que se


valoren y analicen todas sus intervenciones, no solo una o dos
declaraciones.

Por ello, se hará referencia a los aspectos más relevantes de las diligencias
rendidas por esta señora ante otras autoridades, para luego reseñar lo
sostenido en la etapa de instrucción y juicio. Este estudio, además, se
deberá adelantar en conjunto con el relato aportado por su hijo JULIO
CÉSAR VALENCIA DÍAZ.

En la versión inicial rendida el 5 y 6 de diciembre de 1985438, sobre los


hechos relata que, luego que el comandante guerrillero ANDRÉS
ALMARALES permitió que las mujeres salieran del baño donde estaban de
rehenes, “…un soldado me echó a la espalda y me pasó por todo el 4º piso y
salimos por el lado sur que da a la Plaza de Bolívar y nos llevaron a la Casa del
Florero…”, declaración en la que igualmente manifiesta que, de la cafetería
sólo conocía al administrador, a los empleados no y aquel no lo vio en
ningún momento. Allí no se le interroga por su vestido, como tampoco se
le exhiben imágenes televisivas sobre la evacuación de los rehenes
liberados.

Esta testigo rindió ampliación de declaración el 12 de febrero de 1988,


ocasión en la cual sí fue interrogada sobre su vestimenta el día de los

438
Folio 79 y ss del cuaderno original IP. 070 No 3 continuación.

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hechos, a lo cual señaló: “Tenía una falda escocesa café y habanito de cuadros
y blusa rojita con rayitas blancas y un buzo como beige oscuro y zapatos negros
altos y un bolso negro también, el bolso lo saqué hasta la escalera y ahí me lo
hicieron botar los soldados, los zapatos los perdí en el baño … Me recibieron por el
lado norte de las escaleras donde fue el 4º piso, el soldado me cargó porque yo
venía sin zapatos y él me cargo porque el sitio estaba muy caliente, me cargó todo
el 4º piso hasta bajar por las escaleras del lado sur y me llevó hasta la Casa del
Florero”439.

En la misma ocasión se le muestran las imágenes en video y se le interroga


para determinar si se ratifica en señalar que la persona en la secuencia es
ella, a lo que respondió: “esa soy yo indudablemente, no tengo ninguna duda
que soy yo”. Seguidamente el despacho deja la siguiente constancia: “que
observadas las secuencias en donde se reconoce la testigo, se observan algunas
semejanzas con sus características morfológicas como su talla y el pelo y algunos
rasgos de la cara”.

Adicionalmente la declarante señala que, ni en el baño donde estaban


como rehenes y tampoco en la Casa del Florero, vio a alguno de los
empleados de la cafetería, como tampoco oyó comentarios de los
funcionarios del Palacio al respecto, por lo que desconoce la suerte que
corrieron, si pudieron salir con vida o si, por el contrario, perecieron
durante el conflicto.

Existe otra diligencia de exhibición de vídeos llevada a cabo con los


funcionarios y empleados de la Corte Suprema de Justicia y Consejo de
Estado, realizada el 5 de febrero de 1988 por el Juez 30 de Instrucción
Criminal Ambulante, en la que sobre la persona reconocida como
CRISTINA, se dejó consignado de lo siguiente:

“Detenidas y retrocedidas las secuencias correspondientes al episodio en donde


se observa la salida de quien ha sido señalada en las diligencias anteriores ya
mencionadas con familiares de desaparecidos como Cristina Del Pilar Guarín
Cortes, manifiesta la señora María Nelfi Díaz, que la mujer que va en hombros de
un soldado es ella y que incluso la indumentaria que viste es la que tenía puesta
el día de los hechos, que en esa forma fue sacada una vez se le permitió salir del

439
Folio 223 y ss del cuaderno original IP. 070, anexo No. 5.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

baño en cuestión y que fue alzada por estar sin zapatos y por el piso que todavía
se encontraba con residuos del incendio y por tanto caliente en varios sitios de
palacio. Agregó que incluso esa secuencia fue vista el día de los hechos en
televisión por sus hijos Julio Cesar Valencia Díaz y Humberto Valencia Díaz,
quienes la reconocieron en la toma de un noticiero de televisión, teniendo el
convencimiento de que había salido viva de estos trágicos hechos. Ratificaron esta
circunstancia de que la persona que sale en hombros del soldado con falda
escocesa es María Nelfi Díaz, la Dra. Yined Reyes de Pérez y doña Consuelo
Guzmán de Ospina” 440.

Además, se dejó constancia por parte del juzgado que: “exhibidos los 2
casetes restantes y detenidos en las mismas secuencias, ratificaron las anteriores
y la misma María Nelfi Díaz, que efectivamente se trata de la salida de ella”.

Finalmente en el año 2007441, ante la delegada del ente acusador, refirió


lo que sigue en relación con las vestimentas que tenía el día que se produjo
la incursión armada: “llevaba una falda escocesa, una blusa roja de rayitas
blancas, De cuadros cafés y cuadros habanitos, la falda. Llevaba una blusa roja
de rayitas blancas, transparente (…) No me acuerdo si se alcanzaba a traslucir si
era delgadita la tela, de manga larga, pero del cuello y los puños no me acuerdo”.
Más adelante aclaró: “una blusa transparente de rayitas de líneas blancas y el
cuello de la blusa era como de amarrar acá, del mismo color de la blusa”.

Se le interroga por su contextura física para esa época y afirma haber


tenido un peso de 65 kilos, pero, sobre sus demás características físicas
nada se explora, quedando meramente enunciado como algo por lo que se
le iba a preguntar.

Finalmente, al ponérsele de presente las imágenes del DVD obtenido en la


residencia de LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA, en el punto 00:35:19 al
00:35:34, dice reconocerse, pero al pasársele las imágenes de TVE, afirma
no verse en ninguna escena. Es a partir de ese momento en que se
presenta en la diligencia una discusión entre los funcionarios y las partes
por determinar cómo es que debe preguntarse o colocársele alguna imagen
a esta persona.

440
Folio 77 del cuaderno original de la instrucción No. 82 A.
441
Folio 170, Cuaderno Original de la Instrucción, No. 21.

240
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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Nótese que esta diligencia se centra exclusivamente en el tema de la ropa,


no se le interrogó sobre sus rasgos físicos, sobre todo los que pudieran ser
reconocibles en las imágenes, como por ejemplo el corte de cabello. Sin
embargo, en las fotografías allegadas por ella, se alcanza a evidenciar que
su corte de pelo era bastante corto, como lo suelen usar los hombres, y no
hasta los hombros, como también pudiese denominarse al pelo corto.

En la audiencia pública, nuevamente es interrogada por la razón que la


lleva a identificarse en esas imágenes, y dice que es por la ropa que tenía
puesta442 y por la cara. Sobre el cabello, aseguró que solamente cuando
joven lo llevó largo, el resto del tiempo siempre corto, aunque no recuerda
para ese momento qué color tenía. Al ponerse de presente unas imágenes
de los hechos del Palacio de Justicia, no reconoció allí a persona alguna,
ni siquiera a ella.

En tal ocasión también declaró su hijo, señor JULIO CÉSAR VALENCIA


DÍAZ, quien habiéndosele exhibido imágenes de la salida de personas del
Palacio de Justicia, en primera oportunidad no reconoció a persona alguna
como su madre, agregando que “yo no vi ningunas imágenes que hubiera salido
alguien con alguien en el hombro, un soldado con alguien en el hombro”443, y luego
que se presentara nuevamente el material de video, reconoce el testigo a
quien dice es su progenitora.

Examinada la anterior decisión, sea lo primero señalar que para esta


instancia no queda duda que la señora MARÍA NELFI DÍAZ fue una de los
rehenes liberados esa tarde del 7 de noviembre de 1985, en el último grupo
que fue conducido a la Casa del Florero. No hay tampoco discusión sobre
la forma como salió cargada en hombros de un soldado quien la llevó hasta
ese lugar, pues desde su primera declaración a pocos días de ocurrido el
suceso, narró la manera en que fue rescatada de la edificación sin que,
para ese momento, hubiese discusión de quién aparece en las imágenes
televisivas.

442
Record 13:41 y ss., sesión 25 de noviembre de 2008. Folio 69 del cuaderno de pruebas trasladadas en juicio 8.
443
Record 33:07 a 33:21, sesión 25 de noviembre 2008. Folio 69 del cuaderno de pruebas trasladadas en juicio 8.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Por el contrario, las posteriores diligencias en las que participó junto con
el restante personal de rehenes, que eran empleados y funcionarios
retenidos por el grupo subversivo, así como su declaración ampliando lo
dicho en ésa, se producen una vez se reconoce por la familia de CRISTINA
DEL PILAR GUARÍN que esa persona que aparece en las imágenes es la
presunta desaparecida.

Debe resaltarse que, en la primera de las diligencias, no es solamente la


declarante, sino dos testigos más, quienes afirman que esa persona que
aparece así saliendo en hombros de un soldado es MARÍA NELFI DÍAZ.
Igualmente, vale destacar que, como sucede en otras diligencias en las que
hay reconocimiento expreso de testigos sobre algunas personas que en
imágenes televisivas salen del Palacio de Justicia hacia la Casa del Florero,
no se hizo un completo cuestionario sobre dichas aseveraciones, sino que
simplemente se creyó por los funcionarios en lo que cada declarante decía,
y sobre esa íntima convicción del testigo, dio por probados los hechos
materia de juzgamiento.

Solamente en algunas actuaciones, los jueces, fiscales o procuradores que


atendían la diligencia dejaban expresa su propia percepción y su óptica de
lo que observaban; sin embargo, no era ese el mecanismo más idóneo para
reforzar lo que afirmaban los testigos, ya que, frente a la exhibición de
imágenes y las respuestas dadas por los declarantes, era importante
profundizar sobre dichos asertos, e incluso buscar apoyo profesional,
técnico y científico para esclarecer dichas afirmaciones. Esa era la forma
como habría quedado claro desde un comienzo, qué hipótesis era en
realidad la más adecuada, la de los familiares de los hoy desaparecidos o
la de los otros testigos que las contrariaban.

Por ello, ya que ningún despacho hizo uso de un mecanismo objetivo para
establecer probatoriamente a quién correspondería o no cada imagen, debe
hacerse una comparación entre esas y la información obrante de las
personas que se dice allí aparecen, para poder emitir un juicio jurídico lo
más cercano posible a la realidad.

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Delito: Desaparición forzada

Así, uno de los aspectos que permite afirmar con alto grado de
probabilidad que es más factible que esa persona no sea aquella sobre la
que aquí se resuelve su desaparición forzada, es el cabello de quien
aparece en las imágenes.

Si se observa atentamente dicha escena, allí se puede observar que la


persona rescatada de la edificación tiene cabello corto, pero no como
aparece la supuesta desaparecida en las diversas fotografías que se han
allegado al proceso, sino como lo llevaba la señora MARÍA NELFI DÍAZ.

En efecto, la víctima para la fecha –según la fotografía aportada por su


hermano RENÉ GUARÍN- presentaba un corte de pelo un tanto más arriba
de los hombros y ondulado, pero quien aparece en las imágenes es una
mujer que está con un corte de pelo mucho más corto, tal como lo usaba
la testigo sobreviviente.

Nótese además que, atendiendo el modo como es llevada por el soldado, si


tuviera el cabello como la entonces cajera de la cafetería, le debía caer
sobre la cara; pero esto no sucede porque el corte es bastante bajo, ya que
se le observa la línea que bordea el pabellón de la oreja derecha aun
cuando lleva el cabello alborotado.

Este aspecto, hizo necesario que la Sala buscara las imágenes de prensa
que observó el señor RENÉ GUARÍN y en la que afirmó aparecía su
hermana –que resultan mucho más nítidas que las logradas al congelar
las televisivas–; en ellas se observa que la persona que sale no es joven,
como lo era CRISTINA DEL PILAR GUARÍN, sino una persona madura, más
cercana a la edad de la testigo MARÍA NELFI DÍAZ.

Se insiste, más allá de la percepción de cualquier persona, que las


conociera o no, el estudio técnico de fotografía e imágenes habría sido
mecanismo idóneo para objetivizar las conclusiones a las que llegan las
partes; pero ese nunca se llevó a cabo.

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Delito: Desaparición forzada

A ello deben aunarse las contradicciones que desde un comienzo


presentaron los dichos de la familia de la empleada de la cafetería, pues
su padre, madre y uno de los hermanos, RENÉ GUARÍN, indistintamente
la visten con ropa diferente, versiones que solo confluyen cuando observan
los videos e imágenes.

Así las cosas, para esta Corporación hay mayor probabilidad que la
persona que aparece en dichas imágenes sea MARÍA NELFÍ DÍAZ, pues
ella sí está probado que fue rehén en el suceso y fue vista por otras
personas que como ella vivieron tal experiencia; adicionalmente, se
acreditó que salió con el grupo de rehenes esa tarde del 7 de noviembre en
el último grupo de liberados; igualmente, esta instancia no encuentra
razón o prueba alguna para afirmar que la forma como dice haber salido
o fue evacuada fue una creación suya para favorecer otros intereses, por
el contrario, dicha narración la ofrece desde mucho antes de iniciarse esta
controversia; y finalmente, por el corte del cabello, porque el que luce la
persona de la imagen corresponde más al que dice la testigo usaba para
esa fecha y no al que usualmente, al parecer, acostumbraba la víctima
CRISTINA DEL PILAR, situación que si bien no fue controvertida
eficientemente por las partes, sí se corrobora con las fotografías por ella
aportadas.

Conforme con ello, se considera que la decisión de primera instancia, en


cuanto restó credibilidad al dicho de esa testigo, no resulta acertada, como
quiera que solo se sustenta en la falta de reconocimiento durante una
diligencia, y no en una correcta valoración conjunta de todas las
declaraciones, además de un análisis detallado de los aspectos físicos a
partir de los cuales se reconoció a la víctima, por ejemplo, las
características del cabello corto de CRISTINA DEL PILAR GUARÍN frente a
la imagen en video, al igual que la contextura de la persona que allí aparece
o su aparente edad.

e.- Otro aspecto que se tuvo en cuenta en la sentencia de primera instancia


corresponde a las afirmaciones sobre unas presuntas llamadas telefónicas
en las cuales informaban que la aquí desaparecida había salido con vida

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

del Palacio de Justicia, y se encontraba bajo el control de las fuerzas


militares.

Al respecto, la señora madre ELSA MARÍA OSORIO DE ACOSTA, en


diligencia del 20 de noviembre de 1986444, ante la Procuraduría, mencionó
que en su casa se recibieron llamadas anónimas donde les decían que el
General DELGADO MALLARINO, en un coctel, había comentado que
tenían detenidos a los de la cafetería, “a quienes consideraban una ralea
del M-19”; aun cuando aclaró luego que dicha llamada fue atendida por su
hijo RENÉ GUARÍN CORTÉS. Posteriormente y por intermedio de
familiares de otros “desaparecidos”, se enteraron que supuestamente los
tenía el Batallón Charry Solano.

Las anteriores fueron las versiones dadas por la madre de CRISTINA


durante los años 1985 y 1986, en las cuales se advierte, es poca la
información que tienen sobre el paradero de su hija, sin saber
verdaderamente si ella salió o no con vida del asalto guerrillero a la
edificación.

Vuelve a rendir declaración el 29 de agosto de 2001445, en la que refiere


que no sabe qué pasó con su hija. Según algunas personas, fueron
llevados a la Casa del Florero, es decir, que salió con vida del Palacio de
Justicia, señalando que sólo los militares que los desalojaron son los que
tienen la verdad de lo que ocurrió.

Como se observa, la información que aporta la señora ELSA MARÍA


OSORIO sobre las llamadas anónimas que recibió en su hogar es mínima,
lo que impide dar la fuerza probatoria suficiente para considerar que existe
evidencia sobre la desaparición forzada de CRISTINA GUARÍN CORTÉS.
Además, se desconoce quiénes hicieron las llamadas, de dónde obtuvieron
la información y qué conocimiento real tenían de los hechos; por lo que la
información sobre esas llamadas, no constituye más que una prueba de
oídas que no tiene ratificación o confirmación en otros elementos de juicio.

444
Folio 73 y ss del cuaderno original IP. 070, anexo No. 5.
445
Folio 152 del cuaderno original de la instrucción No. 1.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Como conclusión, de todo el material probatorio obrante en el proceso,


relativo a la demostración sobre la desaparición forzada de esta persona,
es preciso indicar que: i) no hay una sola prueba directa que permita
afirmar que CRISTINA DEL PILAR GUARÍN CORTÉS, salió en el grupo de
personas que fueron conducidas por agentes del Estado a la Casa del
Florero en la tarde del 7 de noviembre de 1985; ii) los reconocimientos que
sobre imágenes se han realizado por los familiares de la hoy desaparecida
y por otras personas, como la señora SATURIA CABRERA, no permiten
llegar a la misma conclusión a la que llega la sentencia de primera
instancia, porque, por un lado, no son coincidentes desde un comienzo en
relación con la ropa que vestía esta persona, pues solamente se unifican
cuando se observan las imágenes de alguien que sale en la forma como ya
se ha recreado en el proceso; iii) el reconocimiento que hace la señora
MARÍA NELFI DÍAZ, se basa en aspectos como la forma como fue sacada
del Palacio por un soldado, los detalles de la vestimenta que tenía ese día,
y sus características físicas; iv) mientras hay prueba de la presencia de la
señora MARÍA NELFI DÍAZ en el Palacio de Justicia durante la
confrontación, ubicada el último día en el baño de entre el 2º y 3er piso,
precisamente durante esa tarde, y que sale evacuada por personal de las
fuerzas del Estado hacia la Casa del Florero, de la hoy desaparecida nada
hay diferente a los reconocimientos que hacen los familiares en unas
imágenes de rehenes que salen hacía esa edificación ese mismo día; v)
finalmente, como ocurre con los demás desaparecidos valorados hasta el
momento, no existe testimonio de las personas rescatadas de la edificación
o conducidas a la Casa del Florero, en la que narren sobre la presencia de
los trabajadores de la cafetería en dicho lugar, de donde es factible concluir
que ellos no se encontraban entre el grupo que fue rescatado al final de la
confrontación.

Queda, entonces, claramente planteada una duda razonable sobre la


salida viva de esta persona, pues con base en las pruebas reseñadas por
el juzgado no se llega al conocimiento pleno que CRISTINA DEL PILAR
GUARÍN CORTÉS sea la persona que aparece en las imágenes televisivas
siendo cargada al hombro por un soldado.

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7.3.2.2.7.- CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA.

Se trata del administrador de la cafetería que funcionaba al interior del


Palacio de Justicia, respecto de quien hay suficiente prueba testimonial
que lo ubica dentro del recinto para el momento en que se produjo la
incursión armada del grupo subversivo M-19 el 6 de noviembre de 1985.

En primer término, se cuenta con las declaraciones de los familiares de


CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, quienes coinciden en que, por la
hora de ocurrencia de los hechos, esto es, 11:30 a.m. aproximadamente,
y en razón de su trabajo, el prenombrado se encontraba al interior del
Palacio de Justicia, al mando de la cafetería. Así lo relató, por ejemplo, la
señora CECILIA SATURIA CABRERA GUERRA, cónyuge del presunto
desaparecido, cuando señaló que ese 6 de noviembre de 1985, como era
de costumbre, su esposo salió alrededor de las 7:00 am con destino al
refectorio, en donde supo que permaneció, incluso, para el momento de la
incursión guerrillera.

Asimismo obra dentro del plenario, la versión rendida el 3 de diciembre de


1985 por el señor IVAN ARMANDO CELIS PLAZAS446, escribiente para
entonces de la Secretaría de la Corte Suprema de Justicia, quien estuvo
en la cafetería minutos antes del inicio del asalto guerrillero, y expresó: “…
de los empleados de la cafetería estaban el administrador, Jimmy un mesero y la
cajera cuyo nombre no se (sic);…”.

Pruebas suficientes para arribar a la conclusión de que CARLOS


AUGUSTO se encontraba en el Palacio de Justicia momentos antes de que
se iniciara la toma guerrillera, por lo que se verificará si existe prueba que
permita afirmar que salió con vida de esas instalaciones, y que, por
consiguiente, fue desaparecido como así lo concluyó la juez de primera
instancia.

446
Folio 181 y ss. del cuaderno original IP 070, anexo 4, Libro 4.

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Al respecto, la a quo tuvo en cuenta: i) el testimonio del señor ENRIQUE


ALFONSO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, las llamadas telefónicas anónimas
recibidas por éste, en las que le hacían saber que su hijo se encontraba en
la Escuela de Caballería sometido a torturas y la información
supuestamente entregada por parte del abogado litigante CARLOS ARIEL
SERRANO SÁNCHEZ, acerca de haber visto al administrador de la
cafetería en la Casa del Florero; ii) la declaración de la cónyuge, CECILIA
SATURIA CABRERA GUERRA, en relación con la información obtenida y
la existencia de un agente del B2 que le informó sobre la permanencia en
calidad de detenido de CARLOS AUGUSTO; iii) la versión entregada
mediante documento escrito y autenticado por parte de RICARDO GÁMEZ
MAZUERA sobre los sucesos del Palacio de Justicia y la suerte del
presunto desaparecido, y su posterior declaración en Bruselas (Bélgica);
iv) la versión del entonces asesor de la Alcaldía Mayor de Bogotá, CÉSAR
SÁNCHEZ CUESTAS, acerca de haber observado la salida con vida del
administrador de la cafetería y su conducción a la Casa del Florero; y v)
los reconocimientos fílmicos y fotográficos realizados por familiares y
allegados del presunto desaparecido. Adicionalmente, aunque no fue
objeto de mayor valoración en la decisión de primera instancia, la Sala
revisará el testimonio de CÉSAR ENRIQUE RODRÍGUEZ, hermano del
administrador de la cafetería.

a.- El señor ENRIQUE RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ desde el año 1985 ha


rendido múltiples declaraciones en las que fue insistente en manifestar
que su hijo, luego de la toma guerrillera del 6 de noviembre, salió vivo del
Palacio de Justicia, por cuanto, de un lado, no fue hallado entre los
cadáveres llevados a Medicina Legal, y de otro, recibió diferentes llamadas
telefónicas anónimas en las cuales le daban información acerca del
paradero de su hijo; por último, aunque personalmente no lo vio salir vivo
del recinto judicial447, fueron varias las personas que le informaron sobre
dicha situación.

447
Folio 16 y ss. cuaderno original IP. 070, Libro anexo 14; Folio 150 y ss cuaderno original original anexo de la instrucción
No.6; Folio 79 y ss. cuaderno original de Instrucción 88 A; y Folio 73 y ss. cuaderno original de Instrucción 12.

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En tal sentido, dentro de la ampliación de denuncia rendida el 29 de agosto


de 2001, ante la Unidad de Fiscalías Delegadas ante los Jueces Penales
del Circuito Especializado (citada por la a quo), el señor RODRÍGUEZ
HERNÁNDEZ, además de hacer referencia a las diferentes quejas y
denuncias instauradas que, en su sentir, no habían sido debidamente
atendidas, y a la información que tenía acerca de las irregularidades
cometidas por el Estado y el Ejército Nacional respecto a la toma del
Palacio de Justicia por parte del M-19 y su violenta recuperación, narró
en relación con su hijo, “que en la misma semana en que ocurrieron los hechos
recibí, especialmente en la noche, llamadas telefónicas anónimas, nunca quiso
identificarse la persona o las personas que me llamaron porque parecen ser dos
voces distintas, en las cuales me informaban que mi hijo CARLOS AUGUSTO
estaba en la Escuela de Caballería sometido a las torturas más increíbles, entre
ellas me decían que le quemaban el miembro y los testículos con cigarrillos o
tabacos, que le metían agujas en las uñas, que lo mantenían colgado” 448.

En declaración posterior surtida el 20 de febrero de 2006, ante la Fiscalía


4ª de la Unidad Delegada ante la Corte Suprema de Justicia y frente a la
pregunta de si tuvo conocimiento que CARLOS AUGUSTO saliera con vida
del Palacio de Justicia, afirmó que supo por información entregada por
terceras personas, que su hijo fue sacado ileso del recinto judicial y
dirigido por parte de un sujeto de inteligencia o vigilancia militar con
destino a la Casa del Florero, en donde fue ingresado al segundo piso y
golpeado por parte del coronel PLAZAS VEGA, quien además ordenó que
fuera conducido a los cuarteles de Usaquén y torturado hasta que
confesara las razones por las que se encontraba al interior del Palacio de
Justicia; lugar donde efectivamente fue llevado, torturado y asesinado al
cuarto día, y su cadáver fue enterrado en “una parte hacia el norte dentro de
los cuarteles donde tenían el polígono”.

En relación con las personas que le suministraron tal información, hizo


mención a las diferentes llamadas telefónicas de supuestos agentes de
inteligencia militar informándole acerca de la suerte de CARLOS
AUGUSTO en esos términos, y recordó a un abogado de apellido

448
Folio 148 y ss. del cuaderno original de la instrucción 1.

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SERRANO, quien le mencionó haber saludado a su hijo cuando entró a la


Casa del Florero, pese a que posteriormente, le indicara que lo habían
obligado a firmar una nueva declaración en la que omitía tal hecho.

Asimismo, indicó que además de las personas que le afirmaron haber


observado en imágenes televisivas cuando su hijo pasó por la Plaza de
Bolívar y fue ingresado a la Casa del Florero, cuyos nombres no pudo
precisar en razón al paso del tiempo, él también vio tales imágenes y en
ellas reconoció a CARLOS AUGUSTO el segundo día de la toma, es decir,
el 7 de noviembre de 1985, alrededor de la “una y pico de la tarde”.

Relató que estuvo en la Plaza de Bolívar los días 6 y 7 de noviembre, y


aunque no logró saber nada de su familiar, varias personas le informaron
que a los de la cafetería los sacaron del Palacio de Justicia por los garajes
y ahí los metieron en un camión que se fue por la carrera 8 hacia el sur,
que los trataron de dejar en el Batallón Guardia Presidencial, pero como
allá no los recibieron, continuaron el recorrido por la Caracas hacia el
norte, los llevaron a reseña y los tuvieron dando vueltas hasta que los
desaparecieron.

Ahora, aunque no fueron mencionadas con mayor relevancia por parte de


la a quo, resulta importante recordar que, previo a las declaraciones
citadas, el señor ENRIQUE ALFONSO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ ya había
entregado en diferentes oportunidades su versión, de acuerdo con la
información que iba obteniendo en cada momento.

Así, dentro de la declaración rendida el 19 de noviembre de 1985 ante la


Procuraduría narró: “…Desde el momento mismo en que el asalto criminal se
presentó, nada se ha vuelto a saber ni de mi hijo ni de ninguna de las personas
enumeradas que con él se encontraban en la cafetería. Desde el mismo momento
en que empezaron a llevar los cadáveres de las víctimas del Palacio de Justicia a
Medicina Legal, los familiares de estos desaparecidos adelantamos todas las
diligencias pertinentes a tratar de reconocerlos, para lo cual contamos con la
colaboración de médicos de la misma Medicina Legal, como amigos y particulares,
con odontólogos para tratar de establecer si alguno de esos cuerpos correspondía
a estas personas y los resultados fueron totalmente negativos, así como los

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reconocimientos que igualmente hicimos en la Sijín de los objetos y pertenencias de


cada cuerpo. El haber hecho con tanta minuciosidad estos exámenes y
reconocimientos, me lleva a la convicción de que tanto mi hijo como sus
colaboradores salieron vivos del criminal asalto”. En cuanto a la información
obtenida hasta ese momento, afirmó: “un coronel Sánchez de la Décimo Tercera
Brigada nos informó que eso de las 4:30 del día 6, había evacuado del 1º piso,
sector de la cafetería a 17 personas y que habían sido trasladadas a la Casa del
Florero y manifestó que de ahí en adelante no sabe nada de ellos. Una periodista
de Caracol que el día 7 andaba interrogando gente en la Plaza de Bolívar, me
preguntó en qué estaba interesado y al decirle que yo era el padre de Carlos
Augusto Rodríguez me afirmó que en la Casa del Florero el día anterior un
magistrado, cuyo nombre no precisó, pero que ella lo puede identificar, le afirmó
haber visto a mi hijo Carlos Rodríguez, lo entraron detenido al 2º piso de la Casa
del Florero. El señor Carlos Alcázar, periodista de Caracol me informó
telefónicamente que un agente de B2 le dijo a él que el personal de la cafetería lo
habían llevado detenido al Cantón Norte porque eran guerrilleros. El doctor Ariel
Serrano Sánchez, abogado que dizque estaba en la biblioteca y fue sacado de allí
y llevado a la Casa del Florero, me informó también que a esa misma hora vio
cuando subieron a un joven que por su vestimenta y características correspondía
a mi hijo, detenido al 2º piso de esa edificación. Un ingeniero de apellido Mahecha,
que trabaja en Indumil y que conocía a mi hijo Carlos, me afirmó que él reconoció
a Carlos en un noticiero de televisión, cuando era trasladado del Palacio de Justicia
a la Casa del Florero…” 449

Añadió que el día 13 de noviembre recibió una llamada en su casa de una


persona que se identificó como agente del B2 afirmándole que había
formado parte de la “escolta” que condujo a su hijo a la XIII Brigada en
calidad de sospechoso de haber prestado colaboración al M19. Que los
estaban torturando para obtener confesiones, los tuvieron allí hasta el día
9 y que los habían sacado con destino al Grupo de Caballería o Artillería y
el propósito era desaparecerlos. Señaló además, que el interlocutor
anónimo le dijo tener en su poder un casete contentivo de algunas de las
declaraciones de los empleados de la cafetería el cual sería entregado al
periodista JUAN GUILLERMO RÍOS; pero que luego que su hijo CESAR
ENRIQUE averiguara al respecto en las dependencias del Noticiero

449
Folio 28 y ss. del cuaderno original IP. 070, Libro No. 6.

251
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Caracol, le fue informado que en una llamada a ese medio de


comunicación, se hizo saber que el elemento fónico estaba en el baño de
una cafetería en Teusaquillo llamada Casa Mendoza ubicada en la ciudad
de Bogotá.

En la declaración rendida el 6 de diciembre de 1985 ante el Juzgado 9º de


Instrucción Criminal, además de referirse al documento de fecha 20 de
noviembre de 1985 enviado por él con destino a los magistrados del
Tribunal Especial de Instrucción y en el que hacía mención a la llamada
telefónica realizada a su residencia por una persona que se identificó como
agente del B2, señaló que aun cuando el magistrado JAIME BETANCUR
CUARTAS le manifestó a su hijo CESAR ENRIQUE que, el sábado siguiente
a la toma del Palacio, vio un grupo de retenidos en la Brigada XIII ubicada
en Usaquén, las autoridades militares continuaban insistiendo en afirmar
que no habían personas detenidas por cuenta de los hechos del Palacio de
Justicia, lo cual le resultaba inverosímil dada la información suministrada
por el citado jurista y, además, porque el 13 de noviembre de 1985, él
mismo se dirigió a esa dependencia militar en donde fue atendido por un
uniformado, quien solamente luego de revisar un listado de cuatro o cinco
hojas contentivo al parecer de personas detenidas, le afirmó que CARLOS
AUGUSTO no se encontraba allí450.

En esa oportunidad reiteró la información supuestamente entregada por


el doctor CARLOS ARIEL SERRANO SÁNCHEZ, quien le aseguró que,
aunque no conocía previamente a su hijo, vio subir al segundo piso de la
Casa del Florero acompañado por un militar, a una persona cuyas
características correspondían con la descripción física que se había
realizado del administrador de la cafetería. E hizo, nuevamente, relación a
la existencia de un casete mencionado por un informante anónimo,
reseñando que tenía certeza que fue recuperado por Policía Judicial, pero
que ignoraba hasta ese momento su contenido por cuanto no había tenido
acceso a él.

450
Folio 150 y ss del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

252
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Posteriormente, en declaración rendida el 25 de febrero de 1986451, el


declarante, sin mayor información adicional a la ya suministrada hasta
ese momento, se limitó a señalar que ya había agotado todos los recursos
a su alcance para encontrar a su pariente vivo o muerto, refiriéndose en
esa oportunidad a algunos comentarios de terceros según los cuales una
funcionaria habría visto el cadáver de su hijo en el primer piso de la
edificación, y una supuesta afirmación que, en similar sentido, habría
hecho el Consejero de Estado REYNALDO ARCINIEGAS, pero que
posteriormente fueron negados.

El 28 de octubre de 1986452 rindió otra declaración en la Procuraduría


ante las Fuerzas Militares, en la que hizo referencia a lo informado por el
Consejero BETANCUR CUARTAS a su otro hijo CÉSAR RODRÍGUEZ, de lo
sucedido en el Cantón Norte, y manifestó que “…entre las informaciones a
que ya he hecho referencia en todas las investigaciones sobre la existencia de
personal retenido o detenido, me refiero a una información que el magistrado del
Consejo de Estado Dr. Betancur Cuartas, hermano del presidente de la república
entonces y, quien fue recuperado vivo del Palacio de Justicia, le informó a mi hijo
Cesar Enrique, que él había estado en el Cantón Norte en los últimos días de la
semana de los hechos y allí había visto un grupo de retenidos de los del Palacio de
Justicia, pero que entre ellos ni estaba mi hijo Carlos a quien él conocía, ni encontró
tampoco a un trabajador del Consejo de Estado que estaba buscando…”. Añadió
que un señor FRANCISCO OLARTE que era del GRAES del DAS, le dijo
que en el Cantón Norte habían muchos retenidos.

Además de citar múltiples informaciones recibidas de varias personas, así


como de llamadas y escritos anónimos, refirió: “...es importante destacar que
nosotros y, por lo menos en mi caso, con relación a mi hijo solamente llegamos a la
conclusión de que había salido con vida del Palacio de Justicia, después de agotar
y pedir a las autoridades que constataran hechos como estos…” .

En esta declaración, hizo relación nuevamente a la llamada recibida al


parecer de alguien del B2, y narró en forma pormenorizada la información
que le dieron el 15 de noviembre de 1985, agregando nuevos datos a los

451
Folio 81 y ss. del cuaderno anexo de la instrucción No. 7.
452
Folio 53 y ss. del cuaderno original IP 070, anexo 5.

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que con antelación había suministrado. Entre ellos, que ese agente había
hecho parte del grupo encargado de investigar si los empleados de la
cafetería del Palacio de Justicia tenían alguna conexión con el M-19, y que
al presentar el respectivo informe en que concluían que no había relación
alguna entre ellos, el coronel PLAZAS VEGA les reclamó afirmándoles que
ya había otro equipo del B2 encargado con la orden de investigarlos y
desaparecerlos. Que además le suministró los nombres de la mayoría de
los empleados del refectorio y le afirmó que quienes estaban bajo mayor
observación eran su hijo CARLOS AUGUSTO y DAVID SUSPES CELIS.
Insistió en que además el supuesto agente del B2 le hizo saber sobre la
existencia de un casete contentivo de los interrogatorios efectuados a los
detenidos, entre ellos, a su hijo.

Así, en relación con el citado casete, luego de informar la manera como


finalmente fue recogido en una cafetería en Teusaquillo mediante un
operativo efectuado por Policía Judicial bajo la orden del “Doctor GUANA”
asistente del Viceprocurador, informó que sólo luego de tres meses pudo
tener acceso al contenido de la grabación y en ella encontró que había
serias inconsistencias que fueron comentadas al Viceprocurador:
“…después de que oí el casset(sic) le hice comentarios al Viceprocurador como a los
Magistrados según los cuales no le daba mucha credibilidad a su origen del B2
porque en unas hojas que en fotocopia dejamos en los hospitales, clínicas, cárceles,
solicitando información sobre los desaparecidos al escribir el nombre del mesero
BERNARDO BELTRÁN HERNÁNDEZ hubo dos errores mecanográficos y la inicial
del nombre y segundo apellido quedaron repisadas y al darme el nombre de este
empleado de la cafetería no lo relacionaron con su nombre verdadero sino que
dijeron HERNANDO FERNANDEZ y a más de ello en esa hoja figuraba el teléfono
de un amigo de mis hijos de nombre MAURICIO QUINTERO quien nos dijo que
pusiéramos el teléfono de él que él estaba pendiente de cualquier información, y
ese teléfono es uno de los que me dictó el autor de la llamada. En ese casset(sic)
que realmente contiene una proclama que habla mucho de la defensa de la
democracia, de los Derechos Humanos, del Derecho de gentes, más parece algo
intencional para desviar la investigación…”. (El estudio pormenorizado del
contenido del referido casete se hará más adelante).

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Delito: Desaparición forzada

Al preguntársele específicamente sobre el tema de amenazas,


intimidaciones u ofrecimientos de dinero para que callara o, por el
contrario, se adelantaran las investigaciones pertinentes, fue enfático en
decir: “…Absolutamente no. Ni he recibido amenazas de nadie ni creo que nadie
se atreva a ofrecerme dinero para que calle un hecho que, así me cueste la vida,
llevaré hasta sus últimas consecuencias y reclamaré como sea necesario que se
esclarezca la desaparición de mi hijo y la sanción a los criminales que la hayan
producido…”.

El 15 de agosto de 1989453 rindió testimonio ante el Juzgado 26 de


Instrucción Criminal (Ambulante), señalando que, desde su última
declaración, había obtenido información indicativa de que las personas
desaparecidas en los hechos del Palacio de Justicia se encontraban con
vida y en poder de las fuerzas armadas. En tal sentido, afirmó que,
atendiendo la información suministrada por familiares de las víctimas, en
el mes de julio de 1986, el procurador JIMÉNEZ GÓMEZ realizó una visita
al Batallón Charry Solano, en donde se tenía conocimiento que se
encontraban secuestrados y sometidos a tremendas torturas los
desaparecidos. Asimismo, señaló que en abril de 1987 supo que algunos
de ellos estaban en el Batallón de Comunicaciones de Facatativá,
información que fue transmitida al mencionado funcionario de la
Procuraduría, quien dispuso realizar una visita al lugar en donde pudo
observar cuevas “construidas exclusivamente para ocultar y torturar gente a un
costo verdaderamente espectacular con dotaciones sanitarias e instalaciones
eléctricas y pudimos observar la existencia en una de sus rotondas de diez y seis
catres de hierro recién desarmados y absolutamente limpios que indicaban que
muy recientemente había habido personas allí, pero a los desaparecidos no los
encontramos… ya el Dr. Carlos Mauro Hoyos en días anteriores había hecho una
visita al Hospital Militar porque hubo informaciones que obtuvo la familia Guarín,
según las cuales algunos de los desaparecidos que habían perdido el juicio o la
razón, se encontraban allí hospitalizados. Allí dizque se les dijo que a los locos los
trasladaban a la Clínica Santo Tomás y a esa clínica también se hizo una visita
con resultados negativos”.

453
Folio 79 y ss. del cuaderno original de instrucción 88A.

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Señaló también que el día anterior recibió una carta firmada por
“RICARDO GÁMEZ MAZUERA”, con nota de presentación personal del 1°
de agosto de 1989 ante el Notario 17 de Círculo de Bogotá, en la que afirmó
que, como miembro de la Policía Nacional, estuvo destinado al servicio de
inteligencia militar y formó parte del grupo de las fuerzas armadas que
participaron en la recuperación del Palacio de Justicia luego de la toma
por parte del M19, y por ello, supo que CARLOS AUGUSTO RODRIGUEZ
fue sacado sin lesión del recinto judicial y conducido a la Casa del Florero,
para posteriormente, por orden del coronel ALFONSO PLAZAS VEGA,
llevarlo a la Escuela de Caballería y torturarlo, lugar en donde falleció a
los cuatro días como consecuencia de esas “prácticas aberrantes” y su
cadáver fue sepultado dentro de las mismas instalaciones militares, en un
cementerio clandestino.

Finalmente, expuso el declarante: “igualmente quiero informar por primera vez


a la justicia que en los días subsiguientes a los hechos fuimos seguidos yo, mi hijo
Cesar Enrique, la esposa de mi hijo desaparecido Cecilia Cabrera y en general los
familiares de los desaparecidos, por un individuo que entre otras cosas nos
colaboró, sólo con su ayuda mi hijo y la esposa del desaparecido pudieron entrar
al Palacio y constatar cómo allí se encontraban algunas pertenencias del personal
que allí trabajaba… En repetidas ocasiones estuvo en mi casa, anduvo con
nosotros, nos informó que el personal de la cafetería del Palacio se encontraba
detenido en el Cantón Norte porque había sospechas contra ellos de que(sic) le
hubieran podido prestar alguna colaboración a los autores del asalto y
especialmente el propio Coronel Plazas Vega me dijo a mi(sic) que las armas que
habían sido utilizadas, habían sido ocultadas desde antes en la cafetería. Este
informante nos dijo que los de la cafetería se encontraban en un lugar secreto
situado junto a las caballerizas de la Escuela de Caballería y nos ofreció llevar al
carcelero que los vigilaba que era dizque un sargento para que nos diera informes
concretos sobre el número y nombres de esas personas porque allí los distinguían
era por números. Nos manifestó ese caballero el peligro que le manifestaba el
suministrarnos esas informaciones, toda vez que, él había sido destinado para
seguirnos, interrogarnos o investigarnos y por eso le hicimos la promesa de que
nunca revelaríamos su nombre y así se ha cumplido hasta hoy. Posteriormente ese
caballero se identificó como GERMÁN GUTIÉRREZ…”.

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En diligencia adelantada el 16 de febrero de 2007454 ante la fiscalía, al


preguntársele por GÁMEZ MAZUERA, dijo que nunca tuvo contacto
personal con ese ciudadano, que a él lo llamaron varias personas que
decían haber pertenecido a inteligencia militar y una de ellas le comentó
que las mismas fuerzas militares habían matado a quien se había puesto
a difundir información sobre lo sucedido en el Palacio de Justicia; que
luego de varias llamadas, pudo saber que uno de los interlocutores había
tenido que salir del país, pero que dejaría una carta informando todo lo
que sabía sobre lo sucedido con los desaparecidos y, sólo luego de conocer
ese documento, supo que se trataba de GÁMEZ MAZUERA.

Explicó nuevamente que, de acuerdo con la información entregada por el


abogado CARLOS ARIEL SERRANO SÁNCHEZ, el coronel (r) PLAZAS VEGA
estaba en la Casa del Florero controlando toda la situación y fue él quien
dispuso de la vida de cantidad de personas. En esta oportunidad afirmó
que “Carlos Ariel Serrano, inmediatamente salió de la Casa del Florero, me llamó
y me dio la información de que allá vio a Carlos que lo habían subido al segundo
piso y le habían dicho que lo habían llevado herido, y me mencionó una cantidad
de cosas, pero cuando yo lo llamé a él me dijo que no lo fuera a mencionar y que
por lo que yo había dicho ya de lo que él me había contado, ya lo habían
amenazado”. Aseguró además, que supo por el dicho del mencionado
abogado y por otras personas que vieron ingresar a su hijo a la Casa del
Florero, que CARLOS AUGUSTO “saludo al grupo hasta que el que el tipo que
lo llevó lo hizo subir al segundo piso, porque mi hijo pensó que lo habían sacado
para salvarle la vida y son varias las personas que lo vieron entrar absolutamente
sano y salvo, sin un rasguño y como media hora después lo sacaron reventado,
esposado, con las manos atrás…”.

Valorando el dicho del padre del administrador de la cafetería, aunque


desplegó una labor encomiable en búsqueda de su hijo, los resultados de
sus pesquisas no permiten afirmar probada la desaparición forzada de esa
persona, pues toda la información fue obtenida a través de terceros y en
virtud de la incansable búsqueda que hizo de su hijo durante años, sin
que se advierta (salvo lo relacionado al tema de reconocimientos fílmicos

454
Folio 73 y ss. cuaderno original de la instrucción No. 12.

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que será analizado en otro acápite) que haya podido conocer de manera
directa alguna situación o circunstancia que permita afirmar que la
víctima salió con vida del recinto judicial luego de la toma perpetrada por
el M-19.

b.- El abogado CARLOS ARIEL SERRANO, dice el padre del hoy


desaparecido, le hizo saber que había visto cuando CARLOS AUGUSTO fue
ingresado ileso a la Casa del Florero y conducido al segundo piso de esa
edificación, de donde luego salió herido; sin embargo, el mencionado
profesional del derecho ha sido insistente en negar el comentario del señor
RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, como se verifica a continuación.

En declaración vertida el 27 de enero de 1986455, ante la Comisión Especial


de la Procuraduría, el señor CARLOS ARIEL SERRANO precisó: “…soy
amigo personal de Enrique Rodríguez, padre del joven Rodríguez administrador de
la cafetería, joven a quien no conocí ni conozco, el señor Rodríguez me llamó a mi
casa, me visitó en mi oficina en averiguación de su hijo, me lo describió, me mostró
unas fotografías para que yo dedujera si su hijo era el mismo ciudadano vestido
de saco gris y pantalón gris oscuro que subió al segundo piso de la Casa del Florero
ese día, yo le dije a Enrique que podría tratarse de él, que yo no tenía mucha
seguridad si era él o no, porque a ese ciudadano lo vi de medio lado y me era
imposible reconocerlo. Pero después almorcé con el Dr. Atencio y el magistrado
Humberto Chirola y le pregunté si él conocía al administrador de la cafetería y me
dijo que sí, que lo había visto muchas veces y que el señor de gris que accedió al
segundo piso no era el hijo del señor Rodríguez, con mucha tristeza le dije
posteriormente a mi amigo Enrique Rodríguez que el Doctor Chirola en el almuerzo
me había confirmado que el señor de gris no era su hijo y Enrique muy dolorido y
desesperanzado lloró ante nosotros…”.

Asimismo el 1° de marzo de 2007456, señaló que el 6 de noviembre de 1985


fue rescatado del Palacio de Justicia por el Ejército y conducido a la Casa
del Florero, en donde, luego de registrar sus datos personales y las razones
por las que se encontraba en el recinto, lo dejaron salir. Añadió que ante

455
Folio 154 y ss. del cuaderno original IP Libro 6.
456
Folio 254 y ss. del cuaderno original de la instrucción 12.

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Delito: Desaparición forzada

los cuestionamientos de su amigo ENRIQUE RODRÍGUEZ respecto a su


hijo, siempre ha sido enfático en manifestarle que no vio ni a CARLOS
AUGUSTO ni a ningún otro empleado de la cafetería en la Casa del Florero,
afirmando además que nunca ha sido objeto de amenazas de ninguna
índole para que calle o diga lo que no le consta en relación con los hechos
del Palacio de Justicia y que consideraba que “ENRIQUE” se expresaba de
esa manera motivado por el dolor y la angustia de la pérdida irreparable
de su descendiente.

Esa negación del testigo frente a las manifestaciones del señor ENRIQUE
RODRÍGUEZ, sumada al hecho de que no existe prueba alguna que
permita afirmar que la versión del primero es consecuencia de algunas
amenazas en su contra, impide a la Sala acoger como cierta la hipótesis
de que el señor CARLOS ARIEL SERRANO observó con vida al
administrador de la cafetería al interior de la Casa del Florero, máxime si
se tienen en cuenta las siguientes circunstancias que rodearon una y otra
versión.

Conforme con los testimonios de CARLOS SERRANO y el mismo progenitor


del administrador, se sabe que el primero no lo conocía personalmente, y
fue sólo con ocasión de que ENRIQUE RODRÍGUEZ le describió a su hijo
y le mostró algunas fotografías, que el testigo dijo que había visto a alguien
parecido que era llevado al 2° piso de la Casa del Florero; relatando el
testigo SERRANO, que en todo caso le informó al señor ENRIQUE que no
tenía seguridad de que se tratara de su hijo, porque a esa persona la vio
de medio lado y le era imposible reconocerla.

De otro lado, recuérdese que el señor ENRIQUE RODRÍGUEZ, dentro de la


declaración rendida el 6 de diciembre de 1985, afirmó: “En ese mismo lugar
estuvo el Doctor ARIEL SERRANO SÁNCHEZ, por que (sic) en el momento de los
hechos disque (sic) estaba en la biblioteca del Palacio y fue llevado a la Casa del
Florero. El no conocía a mi hijo pero por la descripción que se hizo de él me afirmó
que vio cuando un militar subía a una persona que corresponde a sus
características detenido al segundo piso de la misma casa”457 (resalta la Sala),

457
Folio 150 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.

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lo cual guarda congruencia con la exposición realizada por CARLOS


SERRANO el 27 de enero de 1986, en la que refirió “el señor Rodríguez me
llamó a mi casa, me visitó en mi oficina en averiguación de su hijo, me lo describió,
me mostró unas fotografías, para que yo dedujera si su hijo era el mismo ciudadano
vestido de saco gris y pantalón gris oscuro que subió al segundo piso de la casa
del Florero ese día, yo le dije a Enrique que podría tratarse de él, que yo no tenía
mucha seguridad, si era él o no, porque a ese ciudadano lo vi de medio lado y me
era imposible reconocerlo”, pero que posteriormente consultó con el doctor
ATENCIO y el magistrado HUMBERTO CHIROLA, quienes sí conocían al
administrador de la cafetería, y le dijeron que el señor de gris que accedió
al 2° piso ese 6 de noviembre de 1985 en la Casa del Florero, no era el
administrador de la cafetería.

Siendo en este punto importante señalar que, si bien es cierto, CARLOS


SERRANO ha sido enfático en afirmar que nunca aseguró que observó al
administrador de la cafetería en la Casa del Florero, también lo es que esa
inicial manifestación realizada al señor ENRIQUE RODRÍGUEZ de haber
percibido a una persona con características similares a las de CARLOS
AUGUSTO, pudo desencadenar en que, en medio de la desesperación por
la búsqueda de su hijo, el progenitor del presunto desaparecido asumiera
como una “verdad absoluta” esa inicial “posibilidad”, y así la mantuviera
a lo largo de los años; máxime si se tiene en cuenta su convicción de que
los testigos eran objeto de amenazas y por ello preferían callar lo que
conocían.

No puede pasarse por alto, además, que ninguna de las personas que
fueron rescatadas del Palacio de Justicia y conducidas a la Casa del
Florero, mencionaron haber observado al administrador de la cafetería al
interior de esta última instalación, aun cuando aquel, por su oficio, era
reconocible por quienes laboraban en el lugar y los visitantes regulares; y
menos, haberlo visto salir golpeado y esposado como, según el señor
ENRIQUE RODRÍGUEZ, fue narrado por parte de CARLOS SERRANO.

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Al respecto, baste con revisar los testimonios de MARÍA DEL CARMEN


CASTRO458, LUIS FABIÁN ROMERO ARÉVALO459, BLANCA LIGIA
SALAZAR460, MAGALLYS ARÉVALO461, y especialmente, ORLANDO
ARRECHEA OCORÓ462, quien además de conocer al personal que laboraba
en la cafetería, fue una de las personas retenidas en el segundo piso de la
Casa del Florero luego de que fuera rescatado junto con sus compañeros
de oficina el primer día hacia las 4:00 de la tarde, y afirmó no haber
advertido la presencia del administrador en ese lugar.

Asimismo, surge imperioso hacer referencia al testimonio del magistrado


auxiliar, doctor TULIO CHIROLLA ESCAÑO, quien luego de relatar la
forma como fue rescatado y trasladado a la Casa del Florero junto con los
abogados CARLOS ARIEL SERRANO SÁNCHEZ Y ÁLVARO ATENCIO,
manifestó que estando en la Casa Museo observó cuando miembros del
DAS o de fuerzas combinadas, de civil y uniformados, llevaron como dos o
tres personas al 2º piso, entre ellos una mujer que iba herida en un brazo,
a la que no le pudo ver la cara, pero que era joven, bajita e iba rodeada por
cuatro miembros de las Fuerzas Militares; otro de los que subieron era un
muchacho joven alto de piel morena, “no podía apreciarse la ropa que vestían
porque entraban rodeados y a las carreras”; pero, concretamente, en lo que se
refiere a Carlos Augusto Rodríguez, administrador de la cafetería señaló:
“…con relación al personal de la cafetería, le manifiesto que no los conocía a todos,
ya que había parte del mismo que sus labores se desarrollaban en la cocina.
Solamente conocía muy bien al administrador cuyo nombre no sé, ya que él
permanecía mucho tiempo en la caja y en muchas ocasiones se acercaba a las
mesas a atender él directamente al personal. Además, conocí muy bien a los 2
empleados que atendían las mesas, pero a ninguno de este personal el cual conocía
muy bien, vi en la Casa Museo durante el tiempo que permanecí el día de la toma
del Palacio de Justicia…” 463.

En igual sentido declara la señora CARMEN ELISA MORA NIETO, quien


manifiesta que: “…conocía de vista solamente al administrador que se llamaba

458
Folio 21 y ss. del cuaderno original de la instrucción 5.
459
Folio 40 y ss. del cuaderno original IP 070, anexo 3A.
460
Declaración del 27 de noviembre de 1985, folio 29 y ss. del cuaderno original IP 070, anexo 3.
461
Declaración del 24 de noviembre de 1986, folio 11 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo No. 1; declaración del 2 de
diciembre de 1985, folio 122 y ss. del cuaderno IP 070, No. 3 continuación.
462
Folio 10 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo No. 3, paquete 34.
463
Declaración del 27 de noviembre de 1985, folio 15 y ss. del cuaderno original IP 070, libro 2.

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Carlos N., no sé el apellido, lo vi alguna vez en la oficina de Yineth que subió como
a devolverle un libro, pero no lo vi cuando estábamos en el baño, tampoco en la
Casa del Florero” 464.

Conforme con todo lo expuesto, lo que resulta claro hasta este momento y
debidamente probado es que, ni para el señor administrador de la cafetería
del Palacio de Justicia, como tampoco para ninguno de sus compañeros,
se tiene prueba directa o indirecta que permita afirmar que en realidad
estas personas salieron vivas de esas instalaciones.

De otro lado, si bien es cierto la Sala no pone en duda la existencia de las


llamadas anónimas referidas por el señor ENRIQUE RODRÍGUEZ, en las
que le referían que su hijo y otros desaparecidos se encontraban sometidos
a torturas en guarniciones militares, también lo es que ante la
imposibilidad de comprobar su procedencia así como el origen y fiabilidad
de la información, las mismas no emergen con la contundencia suficiente
para asegurar que, en efecto, como por su intermedio se informó a los
familiares de CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, éste salió con vida
del Palacio de Justicia y posteriormente fue retenido, sometido, torturado
y desaparecido por alguna autoridad del estado.

Finalmente, es necesario resaltar cómo, aunque en algunas declaraciones


el señor ENRIQUE RODRÍGUEZ hizo mención a otras personas rescatadas
que le afirmaron haber visto a su hijo al interior de la Casa del Florero,
nunca precisó sus nombres, y por ello se trata de información respecto de
la cual no pudo hacerse verificación alguna dentro de la investigación que
permitiera constatar ese hecho.

Por manera que el testimonio del padre del administrador de la cafetería,


relacionado con lo que terceros supuestamente percibieron sobre su hijo,
emerge como una prueba de referencia que, aunque admisible en el
sistema procesal aplicable, no cuenta con la fuerza probatoria suficiente
para dar como un hecho cierto y probado que esta persona, luego de la

464
Declaración del 27 de diciembre de 1985, folio 173 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 56, Anexos

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toma del palacio, estuvo en la casa del Florero y fue conducido por las
autoridades al segundo piso de ese recinto.

Finalmente, en lo que hace alusión a la información suministrada al padre


del señor RODRÍGUEZ por parte de un ciudadano identificado como
RICARDO GÁMEZ MAZUERA, será analizado en un acápite diferente.

Así las cosas, aun cuando la Sala en manera alguna advierte como falaces
las diferentes declaraciones vertidas por el señor ENRIQUE RODRÍGUEZ,
sino que, por el contrario, considera que son dignas de credibilidad y
respeto, lo cierto es que la información obtenida por él a lo largo de su
incansable búsqueda, no permite aseverar probatoriamente que
efectivamente su hijo salió con vida del Palacio de Justicia y fue
desaparecido por alguna autoridad del orden público.

c.- En la sentencia de primera instancia, se hizo alusión a la declaración


rendida por la señora CECILIA SATURIA CABRERA GUERRA, el 27 de abril
de 2009, afirmando que en esa diligencia la declarante narró que el 8 de
noviembre de 1985, al día siguiente de finalizada la ocupación, gracias al
auxilio de un funcionario del B2 de nombre GERMÁN GUTIÉRREZ, logró
ingresar al complejo judicial y recorrer las instalaciones de la cafetería, y
que durante los seis meses siguientes a estos eventos, ese mismo
ciudadano la visitó en repetidas ocasiones para expresarle que su cónyuge
-CARLOS AUGUSTO- estaba detenido, pero que por su investidura no
podía darle mayor información465.

Al respecto, valga precisar en primer término que, una vez escuchado el


audio contentivo de la citada declaración, se advierte que la señora
CABRERA GUERRA afirmó que el mencionado miembro del B-2 les
informó que sabía que habían detenidos y que les ayudaría a encontrar a
su familiar, pero nunca se concretó ningún dato específico respecto de
CARLOS AUGUSTO porque luego de seis meses de contacto no volvieron a
tener noticias del citado GERMÁN GUTIÉRREZ. Por manera que, es

465
Folio 39 y ss. del cuaderno original de pruebas trasladadas en la etapa de juicio 5; record 00:24:10 del archivo de
audio No. 110013104051_01_02.

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evidente que en lo que hace alusión a ese ciudadano, ninguna información


específica se obtuvo respecto del paradero del administrador de la cafetería
ni menos aún, aquél afirmó que estuviera detenido, como erradamente
pretende sugerirlo la juez de primera instancia. Pero, además, resulta
necesario acotar que cualquier información que eventualmente la
declarante haya podido obtener de ese agente respecto de la suerte de su
esposo, no pudo ser verificada en manera alguna a lo largo de la
investigación.

Ahora, aunque la sentencia de primera instancia, no hace referencia a las


demás declaraciones vertidas a lo largo de la investigación por parte de la
señora CECILIA CABRERA GUERRA, para la Sala resulta necesario
traerlas a colación, en aras de valorar si, con sustento en ellas, es posible
concluir la desaparición del administrador de la cafetería.

En su declaración del 25 de noviembre de 1985, además de referirse a la


información suministrada por un señor de apellido SERRANO que les
comentó haber observado que en la Casa del Florero fue conducido un
señor que, por las características descritas por ellos, pudo tratarse de
CARLOS AUGUSTO, hizo mención a unas llamadas anónimas recibidas en
casa de sus suegros, en las que les decían que su compañero sentimental
había sido conducido al Cantón Norte, donde estaba siendo “torturado”
466.

Pues bien, en lo que hace relación a la información eventualmente


suministrada por el abogado SERRANO, se trata de CARLOS ARIEL
SERRANO respecto de quien ya se hizo la respectiva constatación en
acápite anterior de cara a la versión directamente entregada por él ante
las autoridades, concluyendo que lo que los familiares afirman haber
escuchado de dicho profesional del derecho, no tiene la fuerza probatoria
suficiente para concluir que el administrador de la cafetería salió con vida
del Palacio de Justicia.

466
Folio 66 y ss. del cuaderno original IP 070, Libro No. 6.

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Ahora, valga señalar eso sí, que en esta ocasión la testigo no hizo referencia
alguna a la existencia de GERMAN GUTIÉRREZ ni de algún funcionario
del B-2 que le colaborara en el ingreso al Palacio de Justicia; situación,
por demás extraña, cuando ese episodio de búsqueda en esas
instalaciones es parte importante en la actividad realizada.

En declaración del 12 de diciembre de 1985467 refirió que el viernes 8 de


noviembre ingresó a las instalaciones del Palacio de Justicia en compañía
de CÉSAR AUGUSTO SÁNCHEZ CUESTAS, funcionario de la Alcaldía, en
donde, además de encontrar saqueada la cafetería, no advirtió una sola
huella de sangre.

Agregó que logró hablar con el General ARIAS CABRALES, quien le dijo
que miembros del M-19 llevaron a los empleados de la cafetería al 4º piso
del Palacio de Justicia, donde los ataron y murieron calcinados. Y reiteró
que CARLOS ARIEL SERRANO les afirmó que cuando fue conducido a la
Casa del Florero vio que llevaron a una persona cuyas características
físicas y vestimenta correspondían a las de CARLOS AUGUSTO. Asimismo,
en esta oportunidad se refirió a las llamadas telefónicas de supuestos
integrantes del B2 informando sobre la retención ilegal de su esposo.

En su declaración del 17 de enero de 1986468, al preguntársele cuándo


pudo ingresar al Palacio de Justicia y en compañía de quién, respondió:
“aproximadamente a las diez (sic) de la mañana, estuve con el Sargento Segundo
del B2 GERMÁN GUTIERREZ… quiero decir que también estuve con César Sánchez,
asesor jurídico de la Alcaldía, con el alcalde Hisnardo Ardila, estuve con ellos
porque como no permitían el acceso muy fácilmente allá, entonces hablé con César
Sánchez, quien iba siempre a almorzar al restaurante y era muy amigo de mi
esposo y él habló con el alcalde y con el sargento que se hizo amigo nuestro…
quiero decir que ese día hablé con un vigilante y le pregunté que si había visto a mi
esposo y él me comentó que él no había visto a mi esposo y que cuando comenzaron
los disparos venía un guerrillero de los lados de la cafetería, pero no vio a ninguna
persona de la cafetería; él también me comentó que le había disparado a un
guerrillero…”.

467
Folio 186 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6.
468
Folio 133 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo No. 6.

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En la declaración del 21 de julio de 2006469, frente a la pregunta de si supo


que su esposo saliera con vida del Palacio, contestó: “No, no tengo ninguna
razón cierta, los rumores de ese entonces y del transcurrir de los 20 años, decían
que los sacaron a ellos en una tanqueta por el sótano, porque ellos eran testigos de
las atrocidades que había cometido el ejército. Lo cierto es que en las visitas que
hicimos a la morgue inspeccionamos uno a uno los cadáveres y ahí no estaban ni
Carlos ni los empleados del Palacio…”.

Como se observa, las versiones rendidas en diferente época son


abiertamente distantes en contenidos, circunstancias y especificidades de
lo por ella conocido, pasando de las primeras declaraciones en las que no
da cuenta de información o conocimiento cierto alguno sobre la suerte del
señor RODRÍGUEZ, a ser muy clara y contundente en las últimas
versiones rendidas, ya veinte años después; de lo que se desprende que,
contrario a la valoración positiva que se hace de su dicho, queda clara la
intención de, en sus últimas apariciones ante la justicia, dar por
demostrada la desaparición forzada con base en hechos y circunstancias
que no tienen tal entidad, pues van contra cualquier proceso de
rememoración.

Analizadas todas sus versiones resulta evidente que su testimonio no tiene


la fuerza probatoria suficiente para acreditar la desaparición forzada del
señor CARLOS AUGUSTO RODRIGUEZ. El énfasis de sus versiones se
encuentra en las labores de búsqueda por ella desarrolladas, y a la
información obtenida a través de terceros -que finalmente no pudo ser
verificada en este proceso-, por lo que no es posible construir siquiera un
indicio leve frente a la existencia o materialidad del delito endilgado a los
procesados.

d.- El documento y grabación en audio y video contentivos de la versión de


RICARDO GÁMEZ MAZUERA, según los cuales el administrador de la
cafetería fue sacado del Palacio de Justicia “y llevado a la Casa del Florero
sin ninguna lesión y de allí fue enviado a la Escuela de Caballería por orden

469
Folio 296 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 5.

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del coronel Alfonso Plazas Vega” en donde fue sometido a vejámenes y


maltratos durante cuatro días que finalmente desencadenaron en su
deceso, y su cuerpo fue enterrado en secreto probablemente en los
polvorines, cerca al sitio donde se practica polígono, en la misma
escuela470, es otro de los medios sobre los que se afirma la materialidad y
tipicidad de la conducta.

El texto allegado por el declarante y autenticado ante Notario, señala, entre


otras situaciones que no tienen relevancia para este proceso, lo siguiente:

“… 2.1. Como participante activo en tareas de inteligencia durante los hechos


del Palacio de Justicia, ocurridos los días 6 y 7 de noviembre de 1985, doy
testimonio de lo siguiente:

a) La señora Ruth Mariela Zuluaga de Correa, secretaria del Magistrado Carlos


Medellín, fue sacada del Palacio y llevada con quemaduras graves al Hospital
Simón Bolívar, donde fue atendida por el Doctor Cristóbal Sastoque Melani,
jefe del Pabellón de Quemados de dicho hospital.

Algunos informes de inteligencia dieron cuenta de que “habían sacado un


miembro de la organización guerrillera M19, y la tenían en el hospital Simón
Bolívar”. Fue enviado entonces un sargento de nombre Juan (apellido
posiblemente Rodríguez), de 1,60 mts., aproximadamente de estatura,
delgado, de ojos cafés claros, nariz pronunciada, que usaba entonces barba y
vivía en Ciudad Kennedy, con 3 soldados del S-2, para sacarla del hospital y
llevarla a la Escuela de Caballería.

El Dr. Sastoque se opuso a que la sacaran, pero el sargento lo presionó,


diciéndole que si no lo permitía, sería acusado de complicidad con la guerrilla.
Entonces lo permitió y la señora fue llevada a la Escuela de Caballería donde
fue sometida a torturas, golpeándola con guantes de caucho mojados sobre
las quemaduras. La señora Zuluaga murió en medio de las torturas.

b) El señor Carlos Augusto Rodríguez Vera, administrador de la cafetería del


Palacio de Justicia, salió del Palacio y fue llevado a la casa del florero sin
ninguna lesión. De allí fue enviado a la Escuela de Caballería por orden del
Coronel Alfonso Plazas Vega, quien dio las siguientes instrucciones: “me lo
llevan, me lo trabajan y cada dos horas me dan informe”.

El Coronel Plazas se basó en la hipótesis de que en la cafetería del Palacio se


habían escondido armas previamente el asalto y por ello ordenó torturar al
señor Rodríguez “por cómplice”.

El señor Rodríguez Vera fue sometido a torturas durante 4 días, sin


suministrársele ningún alimento ni bebida. Fue colgado varias veces de los
pulgares y golpeado violentamente en los testículos mientras colgaba; le
introdujeron agujas en las uñas y luego le arrancaron las uñas. Él siempre
manifestó que no había nada de nada ni entendía lo que estaba ocurriendo.

470
Folio 109 y ss. cuaderno original de la instrucción No. 1

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Quienes estuvieron al frente de estas torturas fueron: el Capitán Luz, de


aproximadamente 1.70 mts. de estatura, 80 kilos de peso, cabello crespo
negro, bigote, acento cercano al costeño, y otro capitán de pelo rubio, quien
manejaba entonces un Nissan Patrol azul y blanco. El señor Rodríguez murió
durante las torturas. Su cadáver fue enterrado en secreto, probablemente en
“los polvorines”, cerca al sitio donde se hacen prácticas de polígono, en la
misma escuela.

c) El 7 de noviembre, en la mañana, el señor Andrés Almarales, del comando


Superior del M19, fue sacado con vida del Palacio, solo herido en una pierna,
y trasladado en una ambulancia a la Escuela de apoyo logístico, donde
funciona el Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia “Charry Solano”. Allí
el señor Almarales fue asesinado y su cadáver devuelto al Palacio para ser
sacado de allí entre los muertos.

En la ambulancia que trasportó al señor Almarales iba el señor Becerra,


adscrito al F-2, hoy conductor de la SIJIN-Bogotá. Dicho señor aparece
fotografiado en la primera página de El Tiempo del 9 de noviembre de 1985,
cargando al féretro del Capitán Héctor Aníbal Talero (“halcón-2).

El periodista Jorge Enrique Pulido tuvo en su poder tomas de video, donde se


puede comprobar la salida con vida del señor Almarales del Palacio de
Justicia.

d) El domingo 10 de noviembre, después que el Palacio de Justicia había sido


inspeccionado, evacuado y barrido, apareció en el primer piso otro cadáver.
Correspondía a uno de los visitantes del Palacio, portador de una cédula que
no era la suya y que por tal motivo había sido llevado al Batallón Charry
Solano, donde murió en medio de las torturas. Su cadáver fue llevado al
Palacio por agentes del mismo Batallón…”.

De la declaración transcrita se tienen tres hechos narrados por el testigo


alrededor de la toma y recuperación del Palacio de Justicia: i) la tortura y
homicidio de RUTH MARIELA ZULUAGA DE CORREA y su posterior
introducción al recinto judicial en donde apareció incinerada; ii) la salida
con vida del administrador de la cafetería, su tortura, homicidio y
desaparecimiento; y iii), el hallazgo de un cadáver el día 10 de noviembre,
que fue introducido al Palacio luego de ser torturado y haber muerto por
causa de dichas actuaciones.

Así, según esa versión, la señora RUTH MARIELA ZULUAGA DE CORREA


fue sacada del Palacio con quemaduras en su cuerpo, conducida e
internada en el Hospital Simón Bolívar, de donde fue retirada por
miembros del S2 con destino a la Escuela de Caballería, lugar en el que
fue torturada y donde, finalmente, murió a causa de las lesiones infligidas.

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Frente a esa primera afirmación se encuentra plenamente constatado que


ninguna persona con las características señaladas en el escrito ingresó al
Hospital Simón Bolívar durante los días posteriores al 6 y 7 de noviembre
de 1985; el médico a quien hace relación el documento, Dr. CRISTOBAL
SASTOQUE MELANI, declaró afirmando que nunca se enteró de la
presencia de tal persona en ese centro hospitalario y que tampoco ocurrió
un episodio como el narrado por GÁMEZ MAZUERA; también está
establecido que el cuerpo de esta señora -reconocido por elementos
personales por parte de sus familiares- fue hallado dentro del grupo de
personas que quedaron en el cuarto piso del Palacio de Justicia, y al haber
sido objeto de altas temperaturas por cuenta del incendio de la edificación,
comparte con ellos el fenómeno de la reducción cadavérica y, además, por
el examen de rayos X registra igualmente imágenes de densidad metálica
–esquirlas471.

De allí que, es fácil desvirtuar el episodio narrado por esta persona, pues
si el incendio se generó durante el 6 de noviembre y se apagó hacia la
madrugada del día siguiente, como quedó demostrado dentro del
expediente, resulta obvio que los restos humanos entregados de, al
parecer, la señora ZULUAGA, debían haber sido introducidos con mucha
antelación para que hubieren quedado en tal estado de calcinación.

Es más, nótese que, si bien no especificó la fecha en que supuestamente


la prenombrada fue sacada del Hospital Simón Bolívar, de haber sido de
los evacuados del edificio, ello debió ocurrir sobre la tarde del día 6 de
noviembre; pero debe recordarse que esa misma noche es que inicia la
conflagración, de donde todo lo que dice el señor MAZUERA debió suceder
esa misma noche, pues no de otra forma podría haberse calcinado de esa
forma su cadáver.

Entonces, si finalizó la conflagración el 7 en la madrugada, si esos restos


humanos corresponden a esa persona, que fuera torturada y falleciera en

471
En el Protocolo de necropsia 3812 de 1985 se relacionan tronco y cráneo carbonizados donde se puede reconocer una
mujer adulta, Folio 198 yss del cuaderno original de pruebas trasladadas en el juicio No. 3. El Acta de Levantamiento 1181,
a su vez, describe que se realiza en el cuarto piso del Palacio de Justicia. Posición del cadáver natural de cúbito abdominal
y se trata de un tronco de 80 centímetros de largo con cráneo. Folios 129 y ss. del cuaderno original IP.070. Libro No. 12.

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manos de las autoridades, previa su internación en un hospital, es obvio


que debió ser ingresada esa misma noche, para que el resultado de la
calcinación fuera ése.

Pero, más allá de ese análisis, nótese que los restos entregados
corresponden en conjunto a los que fueron hallados en el cuarto piso del
Palacio de Justicia, y que tienen, en conjunto, restos de esquirlas o partes
metálicas; de forma tal que esa persona falleció en dicho incendio.

En conclusión, este episodio, como se observa es fantasioso, pues en clara


contravía a lo fácticamente posible, nada de lo que dice le pasó a esa
persona pudo practicarse o realizarse en ese tiempo tan corto.

En relación con el administrador de la cafetería, resulta necesario reiterar


un aspecto central: era uno de los empleados más conocidos y estimados
de la cafetería; pero no fue observado por ninguna persona al interior de
la Casa del Florero o en su supuesto recorrido a este lugar durante esos
dos días del desarrollo de los acontecimientos, y menos fue ubicado por
alguien de los rescatados, que lo hubieren visto en esas instalaciones y
que fuera rescatado.

Baste señalar al respecto que no hay una sola declaración de esos rehenes
que pasaron por el Museo para efectos de su identificación, que afirme
haberlo visto allí; ni siquiera las personas que fueron conducidas al
segundo piso de esas instalaciones, como es el caso del señor ARRECHEA
OCORO, quien como ya se analizó arriba, estuvo en ese lugar desde la
tarde del 6 y hasta el mediodía del 7 de noviembre, y afirmó no haber visto
a alguno de los empleados de la cafetería472.

Así mismo, contrario a lo afirmado por el señor GÁMEZ MAZUERA, se tiene


como constatación de la no presencia de cualquiera de los miembros de la
cafetería en la casa museo; y de ello da cuenta el testigo excepcional
MARIO DAVID BELTRÁN473 (hermano del señor HÉCTOR BELTRÁN

472
Folio 10 del cuaderno original IP 070, anexo 3.
473
Folio 116 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.

270
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FUENTES), quien estuvo pendiente durante los días 6 y 7 de noviembre de


1985 en esas instalaciones y en los alrededores del Palacio de Justicia y
pudo ingresar a estos lugares en búsqueda de su familiar, y sin embargo
ninguna información logró de su hermano ni de los demás empleados de
la cafetería.

Otras de las fantasiosas afirmaciones del citado es lo atinente a lo sucedido


con el guerrillero ALMARALES. Según GÁMEZ MAZUERA, el prenombrado
fue sacado con vida en las horas de la mañana del 7 de noviembre;
conducido a instalaciones militares, donde fue ultimado; para,
posteriormente, su cadáver ser ingresado nuevamente al recinto judicial,
y extraído como parte de las personas que allí fallecieron.

Nada más alejado de la realidad, puesto que contrasta esa versión con lo
dicho por varias personas, ellas sí, testigos directos de los sucesos, quienes
observaron la actuación del guerrillero en comento, inclusive, hasta la
tarde del 7 de noviembre: BETTY QUINTERO GONZÁLEZ474, MARÍA NELFI
DÍAZ VALENCIA475, ZOILA BARAHONA DE TORRES476, AIDÉ ANZOLA
LINARES477, ROSA HELENA CARRILLO ALARCÓN478, CARMEN ELISA
MORA NIETO479, HÉCTOR DARÍO CORREA TAMAYO480, entre otros, dicen
que este guerrillero combatió desde el último reducto en el que se llevó a
varios rehenes en un baño, entre el segundo y tercer piso del Palacio de
Justicia, hasta entrada la tarde de ese día y murió, según se evidencia,
dentro de esas instalaciones en el procedimiento de recuperación del
edificio por las autoridades militares.

Así, las afirmaciones del señor GÁMEZ MAZUERA sobre la situación del
señor RODRÍGUEZ VERA no aparecen ciertas, y se muestran en realidad
como versiones construidas a partir de retazos de informaciones a los que
accedió al transcurso del tiempo, pero no como testigo directo o partícipe

474
Folio 110 y ss. del cuaderno original IP 070, anexo No. 1.
475
Folio 227 del cuaderno original IP 070, Anexo 4, Libro 4.
476
Folio 131 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 56, Anexos.
477
Ibídem, folio153 y ss.
478
Ibídem, folio 164 y ss.
479
Ibídem, folio 173 y ss.
480
Ibídem, folio 112 y ss.

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de lo allí sucedido –sobre esta persona se volverá cuando se analicen los


aspectos de responsabilidad de los procesados-.

Así entonces, realizada la correspondiente comparación entre los dichos


de GÁMEZ MAZUERA y los demás elementos de juicio obrantes en el
plenario, es evidente que su versión está revestida de imprecisiones y
contradicciones que la hacen falaz y carente de cualquier credibilidad.

e.- La a quo consideró también como una prueba digna de credibilidad e


indicativa de que el administrador de la cafetería “abandonó con vida la sede
de las altas Cortes custodiado por personal de la Fuerza Pública, y fue luego
trasladado a la Casa Museo del Florero”, el testimonio vertido por CÉSAR
SÁNCHEZ CUESTAS ante el Juzgado 9° de Instrucción Criminal y la
Fiscalía Cuarta Delegada ante la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo,
como se verá a continuación, en razón al análisis que debe realizarse del
elemento probatorio en cuestión y que se omitió en la sentencia de primera
instancia, la Sala debe llegar a una conclusión completamente contraria.

Esta persona, quien para la época de los hechos se desempeñaba como


abogado asesor de la Alcaldía Mayor de Bogotá, declaró en varias
oportunidades durante el trámite del proceso, dos de ellas en 1986 y las
restantes a partir del año 2007.

En su primera declaración vertida el 16 de enero de 1986 ante el Juzgado


Noveno de Instrucción Criminal481, afirmó que al siguiente día de la
recuperación del Palacio de Justicia, recorrió las instalaciones de ese
recinto en compañía del entonces alcalde mayor de Bogotá –HISNARDO
ARDILA DÍAZ- y otros funcionarios de esa entidad, con el fin de establecer
el estado en que había quedado el lugar.

Señaló que en los garajes del Palacio, se encontró con la esposa del
administrador de la cafetería, CECILIA DE RODRÍGUEZ, quien le
manifestó que su compañero sentimental y los otros ocho empleados del
refectorio estaban desaparecidos –afirmación trascendental que será

481
Folio 88 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.

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objeto de análisis cuando habla años más tarde ante la justicia y da otra
versión-. Narró que a partir de ese momento, y dada su relación de amistad
con el administrador de la cafetería, se comprometió con la familiar de éste
a colaborarle en su búsqueda, para lo cual se dirigió a diferentes hospitales
y tuvo contacto con algunos choferes de las ambulancias sin lograr alguna
noticia, por lo que se dirigió a la Brigada de Institutos Militares ubicada
en la carrera 7 con calle 104, en donde se entrevistó con militares quienes
le informaron que allí sólo hubo siete detenidos los cuales fueron puestos
en libertad en tanto se estableció que eran conductores de magistrados.

Adicionó que sus visitas a esa guarnición militar se repitieron a raíz de las
conversaciones con un coronel o mayor SÁNCHEZ, quien le afirmó que
prestarían toda la colaboración para establecer la suerte de CARLOS
AUGUSTO y el resto de los empleados de la cafetería, pero que finalmente
lo único que pudo concluir “es que Carlos y demás empleados se encontraban
en la cafetería en el momento de la toma del Palacio de Justicia, pero ninguno de
los 9 cadáveres apareció por parte alguna…”482.

Afirmó además que, de acuerdo con lo informado en días siguientes por


CECILIA DE RODRÍGUEZ, existían rumores de que en las alcantarillas del
Palacio de Justicia estaban escondidos varios empleados, razón por la cual
acudió al coronel PEDRO HERRERA -comandante de la Policía encargado-
quien se comprometió en iniciar la búsqueda y solicitar a la Oficina de
Obras Públicas los planos de los sótanos, labor en relación con la cual,
hasta donde supo, nunca se halló nada.

Conoció igualmente por la esposa del señor RODRÍGUEZ, su padre y


hermano, que les serían entregados unos casetes que contenían
grabaciones de las voces y gritos de varios de los empleados de la cafetería
que se encontraban detenidos en la Brigada de Institutos Militares,
documento fónico que fue adquirido por la Procuraduría.

En esta oportunidad, respecto a los militares con quienes se entrevistó en


procura de lograr alguna información sobre esa persona, fue enfático en

482
Ibídem.

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señalar que del único que se acordaba y con el cual conversó fue el coronel
SÁNCHEZ en la Brigada de Institutos Militares.

En la declaración vertida el 3 de febrero de 1986483 ratificó lo dicho


anteriormente en cuanto al motivo de su presencia y la del alcalde en las
instalaciones del Palacio de Justicia, y en relación con alguna información
obtenida desde su última declaración respecto a los empleados de la
cafetería, y más específicamente, del administrador de dicho lugar, señaló:
“…lo último que he sabido sobre Carlos y el resto de los empleados de la cafetería
es que siguen desaparecidos…”484; manifestando adicionalmente que: “…a
finales del mes de noviembre y durante el mes de diciembre, en diferentes
dependencias de la alcaldía, se recibieron amenazas telefónicas de personas que
dicen que son del movimiento 19 de abril, tendientes a en forma grotesca
manifestar que lo que había pasado con el palacio era poco para lo que le iba hacer
a la alcaldía y todos los funcionarios…”485. En relación con esto último aclaró
que personalmente no recibió ninguna de esas llamadas ni amenazas.

Para la sala, contrario a lo realizado en la investigación y en el juicio,


respecto a dejar de lado todas las versiones de una misma persona, se
hace necesario conocer lo dicho por este testigo más de 20 años después
de sucedidos los hechos; y contrastar las diferentes manifestaciones que
realizó en todas esas oportunidades.

El 19 de septiembre de 2007, rindió nuevamente declaración ante el


despacho de la Fiscalía 4º Delegada ante la Corte Suprema de Justicia,
manifestando: “…el segundo día de la toma, encontrándome en los alrededores
del Palacio de Justicia…que todavía estaba humeante vi salir muchas personas de
la edificación, escoltadas y protegidas por funcionarios de Ejército y algunos de la
Policía, quienes estaban tanto uniformados como de civil y, por mi cargo e
identificación que portaba pude acercarme lo mejor posible a la Casa del 20 de julio
donde los ingresaron y donde reconocí al señor Rodríguez, administrador de la
cafetería del Palacio de Justicia ingresando a la Casa del Florero, cuando intenté

483
Folio 210 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
484
Ibídem.
485
Ibídem.

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indagar por él o preguntar por él no me lo permitieron unos uniformados, y me


agredieron física y verbalmente, me retiré…” 486.

Adicionó que al día siguiente se dirigió con la esposa y el padre de CARLOS


AUGUSTO al Cantón Norte, en donde los trataron siempre con evasivas y
“palabras desobligantes”, afirmándoles que allí no se encontraba el
prenombrado. Un día después continuó indagando en esas dependencias
por el administrador de la cafetería, señalando que, a partir de esa
segunda visita, comenzaron a sucederse en su contra una serie de
llamadas amenazantes a su casa y oficina ubicada en la Alcaldía Mayor de
Bogotá, donde le exigían que “dejara las cosas así” o que se tendría que
atener a las consecuencias y que no indagara más por el administrador de
la cafetería; amenazas que se prolongaron de forma permanente y
constante durante 20 días, que fueron interrumpidas la semana posterior
a los hechos del Palacio por el problema de Armero y después continuaron.

Agregó seguidamente: ”…ahí es cuando yo solicito telefónicamente y después de


estar pendiente de lo de Armero, entrevista con el señor Plazas en el Cantón Norte,
sé que era el comandante del Cantón Norte, a fin de manifestarle mi inquietud y mi
preocupación por la suerte que había corrido el administrador de la cafetería e
informarle que después de haber estado pendiente de esta situación se habían
suscitado una serie de amenazas contra mi persona y ciertos desplazamientos
sospechosos de personal en vehículos del Ejército, por los alrededores del lugar
donde yo residía en ese momento”487.

En esta oportunidad, no dijo, como 20 años atrás, que había hablado con
un militar de apellido SÁNCHEZ, sino que le cambió el apellido por
PLAZAS, quien lo recibió y le indicó, como amigo y funcionario público,
que dejara de indagar sobre cosas que no eran de su incumbencia y que
se evitara problemas posteriores; asegurándole que revisaría qué era lo
que estaba pasando con su seguridad, resaltando que, luego de esa
conversación, fueron desapareciendo las llamadas amenazantes, mientras
que los desplazamientos de personal de inteligencia o militares a su
residencia y oficina se prolongaron durante cuatro meses.

486
Folio 121 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 21.
487
Ibídem.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

El 18 de diciembre de 2007488 rindió declaración nuevamente, y en esta


oportunidad, además de llevarse a cabo diligencia de reconocimientos
fílmicos (asunto que será analizado más adelante), el testigo explicó que
no había relatado antes de su declaración vertida en septiembre de ese
año, que vio al administrador de la cafetería salir con vida del Palacio de
Justicia y con destino a la Casa del Florero, ni que se entrevistó con el
coronel PLAZAS VEGA en el Cantón Norte, por cuanto para la época en
que presentó sus primeras versiones había recibido advertencias claras,
contundentes y precisas de lo que le podía suceder si seguía indagando
por el administrador o por alguna otra persona.

Es claro que esta persona rindió varias versiones durante el proceso de


averiguación de unos hechos, pues nótese que sesgadamente, no
solamente cambia apellidos, sino que varía en un todo su dicho, para
describir en su última declaración, que quedó de frente mirando cómo a
RODRÍGUEZ VERA se le condujo al interior del museo; sin embargo, 20
años antes, no refirió nada de esto.

Así las cosas, son evidentes las inconsistencias que se presentan entre la
información entregada por el declarante en el año 1986 ante el Juzgado de
Instrucción Criminal y las declaraciones rendidas en 2007 ante la Fiscalía
Cuarta Delegada ante la Corte, y aunque el testigo pretendió justificar tal
situación en la existencia de amenazas en su contra, y así lo aceptó la a
quo, al concluir que debía otorgarse credibilidad a su último dicho, para la
Sala las múltiples e imprecisiones en que incurrió el testigo conllevan a
concluir que su testimonio, especialmente el rendido en el año 2007, es
completamente carente de credibilidad.

En la versión de los hechos entregada ante la fiscalía en el año 2007, el


testigo afirmó haber visto a CARLOS AUGUSTO saliendo del Palacio de
Justicia custodiado por militares y siendo trasladado a la Casa del Florero,
mientras que en el año 1986 cuando apenas habían pasado algunos meses
de ocurridos los hechos, nunca hizo alusión a tal situación sino que,

488
Folio 1 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 26.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

contrario a ello, indicó que lo único que pudo concluir “es que Carlos y
demás empleados se encontraban en la cafetería en el momento de la toma del
Palacio de Justicia, pero ninguno de los 9 cadáveres apareció por parte
alguna…”489.

Ahora, si pretendiera aceptarse la existencia de esas amenazas como una


justificación válida para haber omitido mencionar semejante información
por más de 20 años, no entiende la Sala cómo es que, siendo el testigo
objeto de intimidaciones y seguimientos de tal envergadura, continuó
ayudando a la familia del administrador de la cafetería en su búsqueda
cuando supuestamente corría peligro su vida y la de sus allegados.

Ante una situación real de amenazas como las relatadas por el testigo, lo
lógico es que, si no denunciaba y decidía callar cualquier información en
su poder, se alejara por completo de la situación, y no como sucedió en
este asunto, en donde el declarante aún bajo semejante supuesta
intimidación y seguimientos, decidió acudir a diferentes lugares e
instancias en búsqueda de una persona que, aunque consideraba su
amigo, lo conocía apenas pocos meses antes en razón al manejo del
refectorio a donde iba a almorzar.

Además, no puede entender la Corporación cómo es que, si su encuentro


con la esposa del administrador de la cafetería ocurrió el día 8 de
noviembre, es decir, cuando aún no se habían producido las primeras
amenazas en su contra490, al encontrarse con los familiares del presunto
desaparecido, prefirió guardar absoluto silencio respecto de lo que había
visto, es decir, la salida con vida del señor CARLOS AUGUSTO, y en
contraste con ello, se ofrece a colaborar en su búsqueda como si no lo
hubiera visto.

Debe insistirse, si lo había visto siendo conducido a la casa del florero, ésa
era una información de vital importancia si su intención era, como dijo,

489
Folio 88 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 6 A.
490
Recuérdese que el declarante afirmó en sus salidas ante la Fiscalía Cuarta Delegada ante la Corte, que las amenazas
y seguimientos se produjeron luego de la segunda visita al Cantón Norte.

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Delito: Desaparición forzada

cooperar para encontrar a su amigo; no guardarla y, a su paso, engañar a


la familia y a los demás, no diciendo nada al respecto.

Si bien, el señor SANCHEZ afirmó en la Fiscalía Cuarta Delegada ante la


Corte que ese 8 de noviembre, cuando se encontró con la esposa del
administrador de la cafetería, dice que le informó que vio cuando CARLOS
AUGUSTO salió del Palacio de Justicia; pero, extrañamente, nunca dijo
eso antes de 2007, y de ello nada dice la señora sobre esa conversación en
sus diferentes declaraciones.

Lo cierto, y sería obvio, de haber sido veraz, que le dijo a ella eso, no hay
explicación para que también el padre de la persona que él vio salir vivo,
nada hubiera dicho durante todas las diligencias en las que hizo lo
humanamente posible por saber de su hijo.

¿Acaso la señora SATURIA omitió durante todos estos años decirle al padre
del señor RODRIGUEZ, eso? Pero si fueron con este a las instalaciones de
la Brigada XIII en búsqueda de información de él, y de ahí durante años
sin saberse tan trascendental información.

De tal suerte que, o la versión del testigo es falsa, o la esposa del


administrador guardó semejante información como un secreto o un dato
sin relevancia que ni siquiera le comunicó al padre de CARLOS AUGUSTO,
aun cuando durante todos los años transcurridos desde la toma del
Palacio de Justicia, no han cesado en su búsqueda. Sin duda, la respuesta
más lógica es que el testigo nunca le hizo saber a la señora CECILIA
SATURIA CABRERA que vio a su esposo salir con vida del Palacio, porque
además realmente nunca vio tal hecho.

Aunado a lo anterior, se evidencia otro cambio radical en la declaración


del testigo, pues mientras en 1986 fue claro en manifestar que habló en la
Brigada con el coronel SÁNCHEZ y que fue el único militar del cual se
acordaba haber tenido contacto, ya en el año 2007 hizo referencia
específica a una entrevista con el coronel LUIS ALFONSO PLAZAS

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Delito: Desaparición forzada

VEGA491, a quien mencionó de manera imprecisa como el comandante del


Cantón Norte, y quien para la época de los hechos realmente era el
Comandante de la Escuela de Caballería.

Frente a tal situación, no se advierte una explicación lógica para entender


por qué cambia tan drásticamente en una y otra declaración el nombre del
uniformado que lo atendió en la guarnición militar, y aun cuando quisiera
considerarse que el testigo pudo incurrir en una confusión debido a que lo
atendieron varios de ellos, debe recordarse que en la declaración rendida
el 19 de septiembre de 2007492, dijo enfáticamente que los otros militares
con los que tuvo contacto fueron soldados y un sargento.

Por manera que, más allá de alguna confusión, lo que hay en esas últimas
salidas procesales, atendiendo a lo probado, es una versión falaz que no
merece la credibilidad otorgada por la a quo.

Y es que, según la versión entregada por SANCHÉZ CUESTAS en el año


2007, es el mismo PLAZAS VEGA quien lo intimida y le advierte que no
siga buscando a CARLOS AUGUSTO y que por su seguridad no se
involucre en asuntos que no son de su incumbencia, pero de la misma
manera, luego de lanzar tales advertencias, le dijo que verificaría qué era
lo que estaba pasando con su seguridad, sugiriendo el declarante que,
extrañamente, después de ese encuentro las llamadas amenazantes
cesaron y a los cuatro meses dejó de ser seguido. De manera que resulta
extraño y contradictorio el supuesto comportamiento del militar
mencionado, en tanto no es coherente que mientras lanzaba advertencias
también cooperara con la seguridad del declarante.

Y como si ello fuera poco, resulta también paradójico que el citado militar
amenazara a este testigo y le pidiera que se abstuviera de seguir
indagando, mientras que, conforme lo señalado por el progenitor del
administrador de la cafetería, quien estuvo al frente durante muchos años
de la incansable búsqueda de su hijo y acudió incluso a instancias

491
En relación con quien, pese a que no es objeto de análisis en este proceso, resulta necesario mencionar para advertir
otra de las imprecisiones en que incurrió el testigo.
492
Folio 121 y ss. del cuaderno original de la instrucción 21 A

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Delito: Desaparición forzada

internacionales para esclarecer los hechos, nunca fue objeto de alguna


intimidación para esa época, tal como lo hizo saber.

Ahondando en su cambio de versión de 20 años de diferencia, en el 2007,


SÁNCHEZ CUESTAS señaló, además que fue atendido por PLAZAS, que
este lo hizo en su oficina ubicada en el costado occidental de la carrera 7
con calle 106, cerca de la iglesia que queda en el Cantón Norte.

Acá se presenta otra inconsistencia relevante en el cambio de versión,


porque está plenamente demostrado que la Escuela de Caballería que
comandaba el citado militar está al costado oriental493, mientras que el
Comando de la Brigada, en donde se ubica el B2, ahí sí con SANCHEZ
como B2, sí se encuentra en el costado occidental señalado por el testigo.

La presencia de SANCHEZ en el costado de la Plaza de Bolívar, cuando ve


salir al administrador escoltado por militares, es otro aspecto que merece
especial atención.

El 4 de febrero de 1986 por el entonces alcalde de Bogotá, HISNARDO


ARDILA DÍAZ494, narró que el primer día de los hechos, es decir, el
miércoles 6 de noviembre, evacuó a la totalidad de los empleados de la
alcaldía, quedándose sólo con la secretaria de Gobierno y secretarios del
Despacho, pasando la noche en su oficina donde estuvo hasta las horas
de la tarde del siguiente día, jueves 7 de noviembre; sin embargo, en
contraste con ello, CÉSAR SÁNCHEZ en su versión del año 2007
manifestó que estuvo todo el tiempo de ese 6 de noviembre en la alcaldía,
más o menos hasta las 2:30 ó 3 de la mañana, cuando se fue a descansar
y, regresó al día siguiente a las 8 de la mañana, quedándose hasta las 11
de la noche.

Todas las anteriores contradicciones obligan a afirmar que su versión de


20 años después de sucedidos los hechos, no sólo es imprecisa, sino que
es falsa; siendo claro, a partir de lo probado, que esta persona nunca vio

493
Véase CD 49 contentivo de las imágenes de la inspección a la Escuela de Caballería realizada el 31 de mayo de 2007.
494
Folio 34 y ss. del cuaderno original IP 070, Libro Anexo 14.

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Delito: Desaparición forzada

a CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ saliendo con vida, caminando, y


escoltado a la casa del florero.

f.- Corresponde ahora entrar a analizar los diferentes reconocimientos


realizados sobre imágenes televisivas o fotográficas por parte de algunos
familiares de CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA y terceros allegados.

f.1.- Al respecto, el señor Enrique Rodríguez Hernández, en diligencia de


reconocimiento en vídeo llevada a cabo el 11 de abril de 1986495 en las
instalaciones de TVE (Televisión Española), y a la que asistieron además
de él varios familiares de los desaparecidos (DEYANIRA LIZARAZO,
RAFAEL MARÍA OVIEDO, ANA MARÍA BONILLA DE OVIEDO, DAMARIS y
AURA OVIEDO BONILLA), una vez proyectadas las imágenes y ante la
cinta No. 2, indicó que un joven que iba acompañado por un soldado se
parecía a CARLOS AUGUSTO, pero al interrogársele concretamente si era
su hijo, contestó que no, explicando que: “…hoy puedo afirmar que la persona
que aparece en el vídeo no es mi hijo Carlos, por cuanto, tanto yo como mi familia
hemos adelantado por nuestra propia cuenta todas las averiguaciones que nos han
sido posibles para poder suministrar a la investigación una información seria y
verás(sic). Es así como nosotros fuimos las primeras personas en ver este vídeo y
ponernos en contacto con los demás familiares de los desaparecidos, pues
inicialmente tuvimos la convicción de que esa imagen correspondía a mi hijo Carlos.
Hicimos venir a su esposa que vive en Pasto y con su colaboración y presencia
hemos visto numerosos vídeos y fotografías en Agencias de Prensa y Revistas y el
martes de la presente semana 8 de abril, vimos un vídeo que tiene TV HOY que
funciona en la calle 38 No. 15-31 de la ciudad, cuyas tomas corresponden a esta
misma salida del Palacio de Justicia y en él pudimos constatar que la persona que
habíamos creído que era mi hijo Carlos, no es y corresponde a otra persona…” 496.

En otra diligencia realizada en la Procuraduría el 12 de diciembre de 1987,


ante unas imágenes contenidas en una grabación entregada por el padre
de Cristina del Pilar Guarín, precisamente procedentes del mismo noticiero
–TV Hoy-, nada dijo sobre la presencia de su hijo.

495
Folio 214 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.
496
Ibídem.

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Delito: Desaparición forzada

Luego, en las sesiones del 13, 14 y 15 de enero de 1988 en el Juzgado 30


de Instrucción Criminal, ante 16 videos o cintas, solamente manifestó lo
correspondiente a la imagen de la mujer que era llevada en los hombros
de un soldado, señalando que correspondía a Cristina, pero sin reconocer
en alguna de ellas a su hijo. Al finalizar, el señor RODRÍGUEZ dejó una
constancia en el sentido que, especialmente en los videos 3 y 12 aparecen
rehenes sacados por la carrera 8ª en la tarde del 6 de noviembre.
Igualmente, que son perfectamente distinguibles los militares que
dirigieron el operativo, por lo que deben responder por las actitudes
tomadas, y agrega: “…la observación de la salida de rehenes por la carrera
octava es para nosotros muy importante porque tenemos la presunción de que al
menos el personal de la cafetería fue el primer grupo de rehenes que fue sacado
del palacio, a lo cual nos lleva a la circunstancia de que siendo personal tan
conocido, nadie ha dicho haberlos visto en ninguna otra parte. nos ratifica esta
observación la creencia de que nuestros familiares, especialmente los
desaparecidos de la cafetería no están entre las víctimas, entre los muertos
sacados del palacio y por ello reiteramos en forma muy categórica la solicitud que
tanto personalmente como por medio de nuestros apoderados hemos hecho de que
solo la diligencia de exhumación de los cadáveres nos permitirá hacer claridad
sobre la suerte corrida por nuestros familiares, preferencialmente frente a la
aseveración que se atrevieron a hacer los magistrados del ilegal tribunal
investigativo para tratar de hacer creer a la opinión pública de que a nuestros
familiares debemos buscarlos solo en la fosa común, es por ello, por lo que yo
solicito no que se ordene la diligencia de exhumación porque ella ya fue ordenada
e iniciada dentro de este proceso, sino que se cumpla sin más dilaciones…”.

De lo anterior nótese que, más allá de un llamado a ampliar una secuencia


fotográfica sobre un cadáver que se trasladaba en una camilla y, según el
señor ENRIQUE RODRÍGUEZ, tenía ciertos rasgos físicos que lo hacían
parecido a su hijo, no hubo resultados positivos y certeros en las
diligencias de reconocimiento en fotografías, prendas, objetos, y revistas
realizadas los días 12 y 16 de enero de 1988.

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Posteriormente en diligencia realizada el 15 de mayo de 2006497


nuevamente en la sede de TVE (Televisión Española) sobre las mismas
imágenes a las que se hizo referencia con antelación, el testigo manifestó
que una de las imágenes, en las que aparecía un hombre de buso azul y
pantalón gris, escoltado por un miembro del Ejército, podría corresponder
a su hijo CARLOS (punto 00:10:20); sin embargo, también quedó claro en
esa oportunidad que esa afirmación no era certera, pues, el declarante fue
enfático en señalar que no podría afirmar que era él, sino que se le parecía.
Vista varias veces esa imagen, según el acta, termina diciendo: “…cada vez
que lo veo más convicción tengo de que puede ser mi hijo…”498.

f.2.- Se advierte que el señor CÉSAR ENRIQUE RODRÍGUEZ VERA,


tampoco hizo una afirmación de reconocer a su hermano en las imágenes
que le era exhibidas. Se limitó a señalar que le parecía que correspondía a
él, pero por lo borroso de las mismas, no podía afirmar que se tratara de
CARLOS AUGUSTO499. Situación que sucede con los diferentes videos que
le fueron presentados, incluido el de TVE ya mencionado, reseñando
siempre que, aunque podría tratarse de su hermano, no tenía la certeza o
convicción de que lo fuera.

Hasta aquí, se tiene entonces que ni ENRIQUE RODRÍGUEZ ni CÉSAR


RODRÍGUEZ lograron hacer un reconocimiento real de CARLOS
AUGUSTO en cada una de las imágenes televisivas proyectadas.

f.3.- El siguiente reconocimiento, citado dentro de la sentencia de primera


instancia, corresponde al realizado por la esposa del señor RODRIGUEZ
VERA, -CECILIA SATURIA CABRERA-, el 16 de agosto de 2007500, en
donde ante las imágenes puestas a su vista y recolectadas del DVD
obtenido mediante inspección judicial en la residencia del coronel (r)
PLAZAS VEGA, afirmó que quien salía en el record 0:36:04 y hasta el
0:36:14 correspondía a su esposo, y explicó “…veo a CARLOS con la misma
ropa que salió ese día para el Palacio, su cabello, la forma como se peinaba, él se
peinaba hacia atrás y se le caía así, hacia los lados, lo identifico por el bigote,

497
Folio 155 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 5.
498
Ibídem.
499
Folio 4 y ss. del cuaderno original de la instrucción 6.
500
Folio 48 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 20.

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poblado, por sus cejas, el lóbulo de la cara, su porte, su estatura y su cuerpo … lo


veo que sale despelucado, lo veo salir preocupado, pero al mismo tiempo observo
como una cara de decir “ya salí de esta guerra”, lo identifico por su forma de
correr… Carlos lleva un pantalón gris oscuro, un buso gris más claro que el
pantalón y una camisa de cuello de corbata gris también…”501. A la pregunta de
si había visto videos con anterioridad ante autoridades, dice “…No recuerdo,
yo sí miré videos aquí, otro video, no este, vi un video donde también manifesté
sobre mi esposo y también sobre Bernardo…”502.

En esa diligencia la fiscal dejó constancia de que, por tratarse ese video de
una prueba nueva, se le presentaba a los declarantes, sin embargo frente
a la oposición de la defensa, según la cual esas tomas eran iguales a otras
ya exhibidas, la funcionaria explicó “…sólo con un cotejo exhaustivo de
tiempos, secuencias, distancias, podría hacerse esa afirmación y por lo tanto se
deja expresa constancia de que el Despacho lo que hace es confrontar con los
testigos las diversas imágenes…”503.

Ahora, como en esa diligencia no se interrogó a la testigo en relación con


sus anteriores declaraciones y reconocimientos, resulta necesario traer a
colación lo dicho por esta persona en la diligencia llevada a cabo el 21 de
julio de 2006504. En esa oportunidad se le proyectó un vídeo de TVE,
donde reconoció a quien señaló podría tratarse de BERNARDO BELTRÁN
y, en otro punto de la cinta, afirmó que podría ser su esposo la persona de
“buso azul” por el cabello, la fisonomía de la cara, la estatura, el cuerpo y
por la forma de correr; sin embargo, evidencia de la baja calidad de las
imágenes y la ausencia de certeza de la declarante, es que tuvo que
preguntar durante la exhibición si, en las imágenes, la persona que creía
era su esposo tenía bigote, ante lo cual, quien dirigía la diligencia le
contestó que sí.

Pero, además de lo anterior, llama la atención de la Sala que, pese a que


en el año 2006, ante la exhibición de iguales imágenes no tenía seguridad

501
Ibídem.
502
Ibídem.
503
Ibídem.
504
Folio 296 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 5.

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alguna y se limitó a afirmar que podrían corresponder a su esposo, en el


año 2007 decidió afirmar categóricamente que sí se trataba de él.

El reconocimiento que hizo la señora CECILIA SATURIA CABRERA en el


2007505, como se dijo, se realiza sobre imágenes obtenidas en la inspección
judicial practicada a la casa del coronel (r) PLAZAS VEGA, y sobre su
contenido, contrario a la inercia en la postura de la fiscalía en ese
momento, se considera que, dicha funcionaria judicial debió haber
desplegado –más en procesos de la Ley 600 de 2000– todas sus facultades
para verificar aspectos como el que tímidamente señaló la defensa en ese
momento, como lo es la procedencia de esas imágenes y si correspondían
o no a otras ya vistas por la declarante como ya se advertía en su momento
por la defensa.

Para esclarecer este punto, es necesario señalar que pudo verificarse en


dicho vídeo -el obtenido en la casa del coronel (r) PLAZAS, específicamente
en lo correspondiente a la secuencia de quienes salían en la tarde del 7 de
noviembre de 1985 del Palacio de Justicia hacia la casa del florero, que
esas imágenes fueron captadas por las cámaras del Noticiero TV Hoy
presentes en el costado oriental de la Plaza de Bolívar, como lo refiere en
reiteradas oportunidades el periodista que estuvo cubriendo los hechos e
hizo la narración de lo que ocurría en ese momento. Esto se verifica en
varios puntos de la grabación, entre ellos en el 34:45 y 37:00.

Establecido ello, resulta claro que dichas imágenes no eran nuevas para
la esposa del administrador, en tanto su suegro, el señor RODRÍGUEZ
HERNÁNDEZ, desde el 11 de abril de 1986, señaló que esas grabaciones e
imágenes de TV Hoy las habían visto con la familia, incluida la testigo que
había viajado desde Pasto (Nariño) para esos efectos, y que, luego de esa
verificación, habían llegado a la conclusión de que las mismas no
correspondían a CARLOS AUGUSTO.

Esta aseveración se complementa con otras manifestaciones del señor


ENRIQUE RODRÍGUEZ, quien observó y verificó en varias oportunidades

505
Folio 48 y ss. del cuaderno original de la instrucción 20.

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las mismas tomas en compañía de otros familiares de desaparecidos, sin


reconocer allí a su hijo (las diligencias de exhibición de vídeos llevadas a
cabo el 12 y 22 de diciembre de 1987506).

Así, pese a la última y firme convicción de la señora CECILIA CABRERA


en esa diligencia de reconocimiento llevada a cabo en el año 2007, no hay
una explicación razonable que permita establecer el motivo por el que su
versión cambió, de una probabilidad a una certeza respecto de las mismas
imágenes, ni tampoco se logra entender cómo el progenitor del presunto
desaparecido, no hizo un reconocimiento previo de su hijo (desde 1986) en
esas mismas tomas. Razones suficientes para restar credibilidad a la
conclusión de la testigo.

f.4.- En la sentencia de primera instancia se hizo relación también al


reconocimiento realizado el 17 de febrero de 2006 por la señora MARÍA
DEL CARMEN CASTRO DE PATIÑO (empleada de servicios generales del
Ministerio de Defensa, en comisión en la Corte) quien rindió declaración
en esa fecha ante la Fiscalía Cuarta de la Unidad Delegada ante la Corte
Suprema de Justicia, indicando que el día 6 de noviembre de 1985, para
el momento en que el M-19 se tomó el Palacio de Justicia, se encontraba
al interior del recinto, en compañía de su hijo WILLINTON IVÁN PUERTAS,
y que fue rescatada en esa misma fecha por miembros del Ejército,
aproximadamente a las seis de la tarde y luego trasladada a la Casa del
Florero en donde permaneció hasta las nueve de la noche. Respecto a los
empleados de la cafetería, afirmó que conocía con antelación a “DON
CARLOS”, el dueño de la cafetería, quien usualmente le regalaba algunos
restos para darle de comer a unos pollos de su propiedad507.

Posteriormente, en ampliación de declaración llevada a cabo el 23 de


febrero siguiente, una vez exhibidos los videos recogidos mediante
inspección en Caracol Televisión, específicamente el DVD No. 2 contentivo
de las tomas registradas de la salida de los sobrevivientes del Palacio de
Justicia, la testigo afirmó que la persona que se veía a record 00:33:29 “es

506
Folio 239 y ss., y 243 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo 5.
507
Folios 21 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 5.

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don Carlos, estoy segura y tiene parecido con el que vi que estaban
entrevistando”508. Sin embargo, pese a que la testigo pretendiera recordar
y reconocer con tal claridad la figura del administrador de la cafetería en
las imágenes proyectadas, para la Sala resulta cuestionable que esa
misma imagen no haya sido reconocida con la misma claridad por parte
del progenitor del presunto desaparecido, pues recuérdese que en
diligencia llevada a cabo el 20 de febrero de 2006509, el señor ENRIQUE
ALONSO RODRÍGUEZ afirmó, frente a la reproducción del mismo medio
magnético, que aunque se le parecía mucho, no podía asegurar que se
tratara de su hijo por cuanto no se veía de frente y no se podía percibir su
estatura lo cual influía en el reconocimiento. Situación que impide a la
Sala otorgar el mismo grado de credibilidad que la juez de primera
instancia le dio al reconocimiento realizado por MARÍA DEL CARMEN
CASTRO DE PATIÑO.

g.- Finalmente, también rindió declaración en diferentes oportunidades el


señor CÉSAR ENRIQUE RODRÍGUEZ VERA, hermano de CARLOS
AUGUSTO, acerca de las averiguaciones realizadas y la información
obtenida a lo largo de los años de búsqueda, e igualmente participó en
diligencias de reconocimientos en tomas televisivas.

El 18 de enero de 1986 manifestó que durante el primer día de la toma


(miércoles 6 de noviembre de 1985) no tuvieron ninguna noticia de su
hermano, por lo que pensaron que aún se encontraba dentro del edificio.
El 7 de noviembre de 1985, por medios de comunicación, empezaron a dar
a conocer los listados de personas rescatadas, y como el nombre de su
hermano no aparecía en esos listados, creyeron que posiblemente había
muerto, por lo que se dirigieron a Medicina Legal, donde luego de revisar
veintiocho cuerpos que estaban en buen estado, no encontraron a su
hermano.

Posteriormente inspeccionaron cadáveres calcinados con ayuda de


profesionales, de los cuales sólo cinco o siete que estaban totalmente

508
Ibídem, folios 90 y ss.
509
Ibídem. folio 42 y ss

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destruidos fue imposible hacer algún tipo de reconocimiento, pero respecto


de éstos presumieron que se trataba de guerrilleros. Adicionalmente
afirmó “… tuve acceso a todo el material, pues mi propósito era ver si mi hermano
pasaba entre las personas rescatadas conducidas a la Casa del Florero, pero fue
negativa la diligencia…”510.

También señaló que habló con varios rescatados que estuvieron en la Casa
del Florero, pero ninguno dijo haber visto a CARLOS AUGUSTO
RODRÍGUEZ VERA. Finalizó narrando que una vez definido que no estaba
dentro de los muertos, la única posibilidad es que hubiera salido vivo y
estuviera a disposición de las autoridades.

En declaración del 11 de noviembre de 1986511, se refirió a las diligencias


realizadas por la familia para encontrar a CARLOS AUGUSTO, habló de su
reunión con el general ARIAS CABRALES, quien le dijo que posiblemente
ellos habían muerto en el 4° piso. Dio cuenta de las actividades realizadas
en busca de su hermano, señalando que tal vez los empleados de la
cafetería fueron retenidos por las fuerzas militares, e hizo referencia al
casete anónimo hallado en el baño de una cafetería.

Declaró nuevamente el 21 de julio de 2006512, diligencia en la que ratificó


que ni durante el 6 y 7 de noviembre de 1985 ni en los días posteriores
obtuvieron información alguna sobre el paradero de su hermano. Que
estuvieron en Medicina Legal en donde revisaron entre los cadáveres que
habían sido llevados allí, de los cuales veinte estaban completos y
aproximadamente setenta se encontraban en avanzado estado de
calcinación y eran “difícilmente reconocibles por los familiares”, sin hallar
ningún indicio de que alguno se tratara de su cuerpo. Que continuaron la
búsqueda en hospitales y clínicas sin resultados positivos por lo que
acudieron a instalaciones militares y de policía en donde tampoco lograron
alguna respuesta. Recordó que su progenitor y otros familiares recibieron
llamadas telefónicas de personas que se identificaban como miembros de

510
Folio 97 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 6 A.
511
Folio 66 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo 5.
512
Folio 2 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 6.

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las Fuerzas Militares, informando que los “desaparecidos de la cafetería” se


encontraban en instalaciones militares sometidos a torturas.

Adicionalmente, en relación con la información obtenida respecto a la


suerte de los empleados de la cafetería, señaló el declarante CÉSAR
ENRIQUE RODRÍGUEZ VERA: “Primero, las declaraciones del soldado, no
recuerdo el nombre, en el proceso inicial, figuraban las declaraciones de un soldado
que estaba al mando del mayor Fracica, que mencionó que participó en el traslado
de unas personas de la Cafetería… Segundo, las declaraciones del informante
militar Ricardo Gámez Mazuera a la Fiscalía o Procuraduría, no recuerdo
exactamente donde entre varios otros hechos denunció la captura, tortura y
asesinato de Carlos Rodríguez Vera… Tercero, las declaraciones de la periodista
Julia Navarrete en las cuales, según fuentes de prensa y libros, porque no conozco
la declaración, dijo que los desaparecidos de la cafetería fueron llevados a la casa
del florero donde ella los vio”513.

Pues bien, como quiera que, como en la generalidad de los testimonios


rendidos por los familiares del administrador de la cafetería, la
información aportada hace relación a aquella que fue suministrada o
conocida a través de terceros, resulta necesario acudir a esas fuentes de
conocimiento para establecer la claridad, idoneidad y veracidad de las
mismas.

En tal sentido debe indicarse que respecto a la información eventualmente


suministrada a CESAR RODRÍGUEZ por parte del soldado que se
encontraba bajo el mando del mayor FRACICA, ninguna corroboración se
pudo realizar a lo largo de la actuación en tanto ni siquiera se conoció su
nombre, por lo que tampoco se pudo establecer qué, cuándo, cómo y en
razón de que pudo dar a conocer una u otra situación en relación con el
administrador de la cafetería del Palacio de Justicia.

En relación con lo que pudo conocer la periodista JULIA ALBA


NAVARRETE MOSQUERA, quien cubrió la noticia de la toma del Palacio
de Justicia para el noticiero Alerta Bogotá, se tiene que en la declaración

513
Ibídem.

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vertida el 13 de enero de 1986514, respecto a CARLOS AUGUSTO, la


prenombrada afirmó que conocía con antelación al administrador de la
cafetería que funcionaba en ese lugar, en donde lo vio ese 6 de noviembre
de 1985 antes de que se iniciara la incursión por parte del grupo
guerrillero, pero en momento alguno señaló haberlo visto con posterioridad
a ello, o bien cuando supuestamente fue conducido a la casa del florero, o
al interior de este lugar.

En relación con otras personas, señaló que vio salir con destino a la casa
del florero, a un hombre moreno alto que se reía y decía que él no era del
M19 y una mujer que iba con el uniforme de la cafetería que, creía, era de
las personas que laboraban en la cocina e iba herida.

De la misma manera, en declaración vertida el 5 de julio de 2006 515 la


testigo hizo mención de su recorrido los días 6 y 7 de noviembre de 1985,
durante el cubrimiento de la noticia del Palacio de Justicia, y recordó
nuevamente haber observado tres personas que fueron conducidas a la
casa del florero, entre ellas un hombre moreno alto que iba haciendo un
signo de victoria con la mano y una mujer con el uniforme de la cafetería.
En esta oportunidad nuevamente afirmó que luego de la toma del Palacio
de Justicia y durante los días 6 y 7 de noviembre de 1985, no observó la
salida del recinto de ningún otro empleado de la cafetería, de donde se
concluye que nunca percibió la salida con vida de CARLOS AUGUSTO
RODRÍGUEZ VERA.

En lo que hace relación al documento firmado por RICARDO GÁMEZ


MAZUERA y la declaración rendida con posterioridad ya fue analizado
dentro de esta decisión, concluyendo que su contenido es falaz y que por
ello ningún elemento de convicción logra aportar al proceso.

Nótese entonces que, sin perjuicio de la veracidad del testimonio de CESAR


RODRIGUEZ, lo cierto es analizada la información que dijo haber obtenido,

514
Folio 123 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo 3, Libro 3.
515
Folio 209 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 5.

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la misma tampoco permite concluir que su hermano CARLOS AUGUSTO


RODRÍGUEZ salió con vida del Palacio de Justicia.

En consecuencia, como sucede con los demás desaparecidos cuyos casos


han sido valorados hasta el momento, en este asunto tampoco existe
prueba que permita afirmar que CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ
sobrevivió al ataque guerrillero; y que, como lo señala la fiscalía, fue
sacado vivo, y luego desaparecido por las fuerzas del Estado.

7.3.2.3. Integrante del grupo guerrillero M-19.

De acuerdo con las pruebas obrantes en el expediente, se tiene que IRMA


FRANCO PINEDA era integrante del grupo subversivo M-19 que se tomó
las instalaciones del Palacio de Justicia durante los días 6 y 7 de
noviembre de 1985. De allí que se encuentre acreditada su presencia en
dicho lugar así como su salida con vida a órdenes de las fuerzas del
Estado, tal como se verá a continuación.

a.- DARÍO QUIÑONES PINILLA516, Secretario General del Consejo de


Estado, quien conocía con anterioridad a los hechos a IRMA FRANCO
PINEDA, porque era la hermana del dirigente deportivo JORGE FRANCO
PINEDA y, además, había ido varias veces a su oficina con la excusa de
estar buscando jurisprudencia para su tesis, refiriéndose a ella como una
de las guerrilleras que participó activamente en la toma, y que, junto con
otra insurgente, tomaron de rehenes a las personas que se encontraban
en la Secretaría General de Consejo de Estado.

Versión ratificada por las señoras BETTY QUINTERO DE GONZÁLEZ517 y


MARÍA MAGALYS ARÉVALO518, quienes la identificaron como alias
“MARIANA” y la “guerrillera pecosa”, afirmando esta última testigo que la
conocía desde antes de la toma, porque varias veces la había visto en la
biblioteca, y por ello pensaba que era una estudiante, e incluso cuando la

516
Folio 132 del cuaderno original de la instrucción No. 54, declaración 5 de diciembre de 1985; Folios 115 del cuaderno
original de la instrucción anexo No. 49, declaración del 6 de febrero de 1986.
517
Folio 110 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo 1.
518
Declaración del 24 de noviembre de 1986, folio 60 y ss. del cuaderno original IP 070, 1

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vio en el baño creyó que también era rehén del grupo subversivo, pero
luego advirtió que hacía parte de los asaltantes.

Asimismo, la mayoría de los rehenes ubicados en el baño hacen referencia


a IRMA FRANCO en sus declaraciones, señalándola como la guerrillera
“MARIANA” o la “pecosa” a quien recordaron por sus prendas de vestir
(falda escocesa y botas altas), de donde no queda ninguna duda para esta
Corporación sobre su presencia en el Palacio de Justicia los días 6 y 7 de
noviembre de 1985, como integrante del grupo subversivo M19.

Se sabe que era integrante del grupo subversivo M19 que se tomó de forma
violenta las instalaciones del Palacio de Justicia. Las pruebas recaudadas
a lo largo de la investigación son contundentes en demostrar, además, de
su salida con vida y su traslado a la Casa del Florero. Además, con las
declaraciones de los familiares de IRMA FRANCO se demuestra que, desde
el día de la toma del Palacio de Justicia, no ha vuelto a aparecer,
desconociéndose su paradero hasta la fecha.

b.- En relación con su salida con vida del recinto judicial, el 14 de


noviembre de 1985, el señor JORGE ELIÉCER FRANCO PINEDA
(hermano), presentó una queja ante la Procuraduría519, en la cual señaló
que el 7 de noviembre aproximadamente a las 5:30 p.m., él y varios
familiares oyeron que su hermana había muerto en los hechos del Palacio
de Justicia; sin embargo, con posterioridad llegó a su casa y a la de sus
familiares, información por diferentes medios de acuerdo con la cual IRMA
FRANCO estaría viva, pues la habían visto en la Casa del Florero en un
rincón del patio, custodiada por un soldado a quien ella le decía su nombre
y le pedía que se comunicara con sus allegados. Así mismo informó que
un periodista que la describió, dijo que la habían trasladado en
ambulancia de la Casa del Florero al Cantón Norte, momento desde el cual
han estado averiguando, sin obtener resultados positivos, pues estuvieron
pendientes de los cadáveres y en el cementerio del sur les dijeron que
“…jamás había llegado el cuerpo de Irma…”.

519
Folio 177 y ss. del cuaderno original anexo de la instrucción No. 7.

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El 25 de Noviembre de 1985, el señor FRANCO PINEDA en ampliación de


queja señaló: “…desde el día en que presenté la información a la Procuraduría no
he tenido conocimiento preciso sobre el paradero de Irma, sin embargo, se ha
seguido ratificando la información original, en el sentido que ella estuvo retenida
ilesa en la Casa del Florero, en las horas de la tarde, el día jueves siete de
noviembre de 1985 y respecto a estas informaciones, el dato más importante que
puedo suministrar es que en una comunicación a la familia se nos manifestó por el
interlocutor que de ser el caso la persona que estaba informando oportunamente
nos suministraría su identidad, porque le parecía demasiado injusto que se fuera
a desaparecer a Irma y que era ciento por ciento realidad, que por ahora nos
indicaba que Irma estuvo hablando y dándole sus nombres y apellidos completos
en la esquina (dentro) de la Casa del Florero con un oficial de la Policía de rango
coronel que decían que era el comandante del F-2 o Sijín de la Policía de Bogotá.
Esta es la información que por el momento se ha suministrado…” 520.

El 18 de enero de 1986 la señora MERCEDES FRANCO DE SOLANO


(hermana de la desaparecida), rindió versión en similar sentido señalando:
“…en el día de ayer, viernes 17, estando yo en mi casa recibí una llamada de una
señora, donde me decía que como sabía la angustia de nosotros por la desaparición
de Irma, ella quería contarnos que estando el jueves 16 de este mes frente al
batallón del Ejército que queda frente a la cárcel Picota, llegó un carro del Ejército
y vio que de allí bajaban a alguien que iba esposado con un soldado y a ella le
llamó la atención y se acercó para mirarlos de cerca y se dio cuenta que a quien
llevaban de esa manera era a mi hermana Irma. Ante mi pregunta que si ella la
conocía, me contestó que nos conocía a todos perfectamente y que a Irma la conocía
sin lugar a equivocarse…”521.-

Refirió que la mujer se la describió y además le dijo que los soldados que
la llevaban parecían “calentanos”. Así mismo manifestó: “…antes de la
llamada y recién ocurridos los hechos del Palacio, me llamaron también a mi casa,
esto fue el domingo siguiente diez de Noviembre, me llamó un hombre, tenía voz de
muchacho, él empezó preguntando directamente por Mercedes, yo le dije
inmediatamente si yo, ¿quién habla? Y él me dijo “mire, yo soy un amigo”, le
pregunté quién es y creí que era una persona que me quería tomar del pelo,
entonces le dije “yo no tengo tiempo para atenderlo” y agregué que necesitaba salir

520
Folio 144 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo No. 3 A
521
Folio 149 y s.s. del cuaderno original IP 070, Libro No. 6

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inmediatamente. Él me dijo “a qué hora me puede atender, es algo muy importante


y es algo que le interesa”, entonces yo le dije “yo no vuelvo aquí sino hasta las seis
de la tarde”, por la noche el muchacho volvió a llamar, yo misma le contesté, él me
dijo “a usted no se le perdió una amiga en el Palacio de Justicia? usted qué sabe
de su amiga?” y yo le contesté “no estamos hablando de una amiga, estamos
hablando de mi hermana”, él me dijo “si (sic), yo se(sic), usted es la profesora, ella
le mandó a decir que la tienen en la Brigada de Institutos Militares, que tranquila
que ella está bien, que cree que tan pronto la interroguen ella sale”, yo le pregunté
si la tenían sola o con más gente y él me contestó que había mucho personal y ante
esa respuesta, al decir “personal” yo me imagino que quien llamaba se trataba de
un soldado, por el lenguaje que utilizaba … la llamada del muchacho, a quien
supongo soldado, se repitió como otros 2 fines de semana y decía que tranquila,
que mi hermana estaba bien y que continuaba en la brigada, después no hubo más
llamadas … otra llamada que nosotros tuvimos fue la de un familiar de otro
desaparecido, no se(sic) de qué desaparecido, yo hablé con él, pero casi no le presté
atención, pues, él no estaba seguro de que la persona que había visto en el sitio
que se llama “cuatro bolas” en Tolemaida fuera Irma. Debido a esa imprecisión no
lo tuve en cuenta… el familiar del desaparecido no se identificó…”522.

Una vez sucedidos los hechos, esas fueron las declaraciones de los
familiares de Irma Franco en relación con su salida viva del Palacio de
Justicia, quienes después en el año 2006 vuelven a deponer sobre el
mismo tópico.

Específicamente, se cuenta con las declaraciones de los hermanos de la


guerrillera FRANCO; así ELIZABETH FRANCO PINEDA, la rinde
declaración el 21 de julio de 2006523, en la cual manifestó que no sabía que
su hermana estuviera en el Palacio de Justicia, se enteró porque JUAN
GOSSAIN la nombró como una de las personas que estaba saliendo del
Palacio. Señaló que no la vio en ninguna imagen, pero sus hermanos sí,
principalmente JORGE ELIÉCER FRANCO; indicó que recibieron llamadas
de un coronel que les dijo que ella estaba bien, que la interrogaban y la
soltaban, pero eso no pasó. Dijo que mucha gente la vio cuando la subieron
a una camioneta verde de la Policía, así mismo señaló que supo que con
ella había más gente pero que no sabe quiénes.

522
Ibídem.
523
Folio 6 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 6.

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Añadió que no sabe mucho del proceso de su hermana, sólo que


sancionaron al que metió los tanques al Palacio de Justicia; así mismo
indicó que no sabía que su hermana pertenecía al M19. En los videos
exhibidos en la citada diligencia en ninguno reconoció a su hermana.

El señor JORGE ILIÉCER declaró en varias oportunidades a partir del año


2006, siendo la primera de ellas el 14 de agosto de ese año524, en la que
manifestó que amigos de Todelar le dijeron que su hermana salió viva del
Palacio, y posteriormente la vio en un noticiero de televisión en una fila de
personas que conducen de la puerta del Palacio de Justicia a la séptima,
por lo que llamó a un policía amigo y éste le dijo que ella estaba bien, que
estaba detenida pero no la encontró en ningún sitio; informó que un
soldado de nombre EDGAR, llamó a su hermana MERCEDES y le dijo que
a Irma la tenían en las caballerizas de Usaquén -él la había vigilado- sin
embargo, allá le negaron el acceso; por intermedio de algunas personas se
enteraron que sí había estado allá, pero que sólo duró como 8 o 9 días.

Por lo anterior le pidió a un general que le informara qué había pasado con
Irma, éste posteriormente, le dejó por intermedio de ROSEMBERG PABÓN,
una razón en la que le decían que no había que buscar más, que desistiera.
Así mismo, un oficial amigo en una reunión también le dijo que no
insistiera más en lo de IRMA, indicándole, según sus dichos, que los
tuvieron como 8 días en las caballerizas de Usaquén, luego los mataron y
los cadáveres los llevaron a la fosa común del cementerio del sur, excepto
el de su hermana y una señora ANZOLA, que los llevaron al de Chapinero,
información que no le dio a nadie, sólo a EDUARDO UMAÑA, miembro del
Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo.

Indicó que está comprobado que su hermana fue sacada del Palacio hacia
la Casa del Florero y de allí fue trasladada en un jeep verde, custodiada
por miembros del Ejército y de ahí no se supo más. Señaló que ha recibido
amenazas y que en los videos no reconoció a Irma, pero ratificó que la vio
en un noticiero en la fila de personas que salía del Palacio de Justicia.

524
Ibídem, folio 80.

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JORGE ELIÉCER FRANCO también declaró que fue abogado en el proceso


del M19 y por tanto tenía conocidos en el grupo, incluso era “amigo desde
la primaria” de “Lucho Otero”, con quien se entrevistó en una oportunidad
para decirle que las autoridades sabían de la incursión y que le pedía que
desistieran, a lo que éste le dijo “…Eso lo sabemos y la vida de algunos será el
precio de lo que hagamos…”. Cree que su hermana era colaboradora del M19,
pues tenía una relación sentimental con ARIEL SÁNCHEZ.

Posteriormente, en declaración del 27 de Noviembre de 2006525, señaló que


un oficial de la Policía le dijo que IRMA estaba en la Casa del Florero en
un rincón acurrucada, agachada, que habló con él, por lo que se dio
cuenta que estaba bien e ilesa, indicando que después se lo encontró y
ratificó lo dicho, sin embargo, se abstuvo de informar el nombre del oficial.

Sobre esta afirmación surge imperioso aclarar que dicho oficial de la


Policía posteriormente fue identificado como el brigadier general (r) FÉLIX
GALLARDO ANGARITA, Comandante del Cuerpo de Bomberos de Bogotá
para los días 6 y 7 de noviembre de 1985, quien en testimonio de fecha 19
de Diciembre de 2006526, desvirtuó lo dicho por el señor FRANCO PINEDA,
dado que él no vio a IRMA FRANCO en la Casa del Florero, indicando que
tal vez sería la mujer de la que hablaban dos agentes, uno de civil y otro
uniformado, pues oyó que mencionaron a JORGE FRANCO, insistiendo en
que fueron escasos los segundos que estuvo dentro de la Casa del Florero,
pues, él buscaba a la Dra. AYDEE ANZOLA a quien encontró apenas
ingresó al citado museo y por ello no es cierto que vio a IRMA en el segundo
piso de dicha edificación.

Hizo referencia a un oficial de la Brigada que le dijo que no siguiera


buscando a la desaparecida, de quien señaló que no sabía el nombre, sólo
que era la máxima autoridad con grado de general del Grupo Mecanizado
Rincón Quiñones, sin que se cuente dentro del proceso con los elementos
de juicio que permitan establecer de quién se trata.

525
Folio 134 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 9.
526
Folio 90 del cuaderno original de la instrucción No. 10.

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c.- La señora MARÍA DEL SOCORRO FRANCO PINEDA, en declaración del


14 de agosto de 2006527, señaló que en una de las listas que salió, su
hermana aparecía como muerta, después periodistas y amigos les avisaron
que estaba en la Casa del Florero. Se logró probar que Irma salió viva del
Palacio y fue llevada a la Casa del Florero y de ahí sacada en un jeep por
militares y a partir de ese momento no se sabe nada. Indicó que recibieron
amenazas para que no suministraran el nombre del soldado que les avisó
y el mismo tampoco autorizó. Señaló que EDUARDO UMAÑA consiguió un
video donde se veía saliendo del Palacio de Justicia en una fila de
personas. Sin embargo, vistos los videos no reconoció a persona alguna
como Irma.

d.- Obran dentro de la foliatura múltiples declaraciones de personas que


la vieron, no sólo en el baño donde estaban los rehenes, sino además en
la Casa del Florero en el segundo piso.

Entre ellas se cuenta con las versiones de MAGALYS ARÉVALO, quien en


diligencia del 24 de noviembre de 1986528, la identifica como la guerrillera
pecosa, de falda escocesa, de pelo negro y ojos verdes, a quien vio en el
baño y posteriormente en el segundo piso de la Casa del Florero, versión
que ratificó en todas las declaraciones que rindió a lo largo del proceso,
esto es las del 29 de noviembre de 1985529, 2 de diciembre de ese mismo
año530, 6 y 10 de diciembre de 1985531, hasta la última de ellas que se llevó
a cabo el 16 de febrero de 2006532, versiones que en sentir de la Sala
merecen total credibilidad, pues encontraron respaldo en otros medios de
prueba obrantes en el expediente.

En igual sentido declaró, en varias oportunidades, el señor HÉCTOR


DARÍO CORREA TAMAYO, citador de la Sala Constitucional, quien en la
diligencia del 5 de diciembre de 1985 señaló que salió el 7 de noviembre

527
Folio 87 del cuaderno original de la instrucción No. 6.
528
Folio 60 y ss. del cuaderno original IP 070, No. 1.
529
Folio 241 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 45, Anexos.
530
Folio 144 del cuaderno original IP 070, Anexo 4 libro 4.
531
Folio 96 y 121 del cuaderno original de la instrucción No. 71.
532
Folio 2 del cuaderno original de la instrucción No. 5.

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entre el grupo de mujeres y hombres heridos liberados, informando que en


ese grupo de mujeres salió la “mona pecosa guerrillera”533; así mismo indicó
que a MAGALYS ARÉVALO la tenían como guerrillera en el 2º piso, al igual
que a la guerrillera pecosa, pues varios rehenes la vieron sentada en el
corredor del 2º piso.

En nueva declaración del 10 de diciembre de 1985 el testigo manifestó,


“…Ah se me olvidaba una cosa, con nosotros salió una guerrillera, precisamente
la que era como pecosita de pelo largo, de falda escocesa larga, blusa morada y
medias negras, la cual habían subido al segundo piso …”534. Versiones
ratificadas en las diligencias del 11 de diciembre de 1985535 y 24 de
noviembre de 1986536.

De igual forma el señor JOSÉ WILLIAM ORTIZ, conductor de un


magistrado de la Sala Civil, quien estuvo como rehén en el baño donde
quedó el último reducto del grupo guerrillero, en testimonio de fecha 6 de
diciembre de 1985, al preguntársele por las guerrilleras que estuvieron con
ellos en el baño, manifestó lo siguiente: “… la otra estaba vestida con una
blusa habana, falda larga de paño como con rayitas y botas largas, esa
permaneció con un revólver en la mano, el cual era … (ilegible), ahora último esa
se filtró entre las mujeres porque el personal de seguridad del Florero me mostraron
una foto de la cédula de esa persona, de la guerrillera, me dijeron que si yo la
conocía, dije ésta era una de las personas que nos cuidaban en el baño, después
me dijeron que si al verla la reconocía y dije que sí, la subieron en el balcón del
Florero y por detrás de una mata que hay ahí grande, me hicieron verla y yo dije
que si(sic), que era una de ellas, pero ya a ella la habían identificado las personas
que primero habían salido, me preguntaron que qué arma portaba estando allá, les
dije que un revólver y de ahí en adelante no volví a saber más nada…era delgadita,
más bien mona, como medio carirredonda de ojos claros, pelo largo, más bien
altica, como de 1.65 aproximadamente, labios delgados, como pecosita…” 537.

Se cuenta además con la declaración de AURA GLADYS MORENO ROZO,


operaria de Serviaseo, quien el 10 de diciembre de 1985 relató los hechos

533
Folio 57 del cuaderno original de la instrucción No. 66.
534
Folio 112 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 56.
535
Folio 286 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo 4, libro 4
536
Folio 15 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexo No. 1
537
Folio 249 y ss. del cuaderno original IP. 070 Anexo 4, Libro 4

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vividos durante la toma y la forma como salió de la edificación con el grupo


de mujeres liberadas, señalando sobre las guerrilleras que los custodiaron
en el baño: “…había cuatro hombres y tres guerrilleras: una era mona de pelo
pintado y las otras dos eran morenas: una era muy bonita, crespa; una tenía una
falda a rayas y calzaba botas de color negro, la cual dicen que salió con nosotras
cuando nos sacaron, pero yo no la vi cuando nos sacaron, pero allá en la Casa del
Florero los del Ejército estaban llamando a todos los que allí estábamos y nos
preguntaban si era guerrillera y, a nosotras nos tocó decir que sí, no se(sic) qué
harían con ella, pero creo que de todas maneras la descubrieron que era guerrillera,
recuerdo que a ella la subieron para el segundo piso de la Casa del Florero, allá la
investigaron; a ella yo no la vi cuando salí de Palacio, seguro salió de último, ya la
vine a ver fue en la Casa del Florero, ahí la tenían dos militares preguntándole
cosas, era la misma de falda a rayas, una blusa verde y botas para mujer color
negro, ella era una de las guerrilleras que estuvo con nosotras en el baño de cuarto
piso, allá ella le preparaba todo a los compañeros, las granadas, les estaba
ayudando a dar los medicamentos a los heridos…”538.

Corroborando lo dicho por estos testigos, obra declaración de la señora


AMANDA LEAL DE GALLEGO, auxiliar de la Corte Suprema de Justicia,
quien en diligencia del 2 de diciembre de 1993, al exhibírsele la foto de
IRMA FRANCO PINEDA, señaló: “…sí, ella fue la que se me sentó en la cabeza
en el baño, llevaba una falda plisada amarilla a cuadros y unas botas, ella fue la
que me empujó porque yo no me apresuraba a salir, ella salió con nosotras, ella
era la que más pedía que se rindieran. Por el apresuramiento con que todos
salimos, en ese momento yo no me di cuenta si ella había llegado al primer piso,
ya cuando llegué a la Casa de Florero y pasado un rato, escuché que le
preguntaban a algunas de las rehenes quién era una mujer que habían separado
del grupo y la tenían en el segundo piso, ellas respondieron que era una guerrillera
y al observar vi que era la misma que yo había visto por última vez en el baño, o
sea, Irma…” 539.

Se cuenta, además, con la versión de la señora BETTY QUINTERO


GONZÁLEZ, abogada litigante, que en declaración del 13 de febrero de
1986 señaló:“…Bueno, en el segundo piso vi que estaba una de ellas, no le vi la
cara porque estaba en el segundo piso de la Casa del Florero, a ella la habían

538
Folio 223 del cuaderno original de la instrucción No. 56, Anexos.
539
Folio 41 del cuaderno original de la instrucción No. 67, Anexos.

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subido, esta afirmación la hago en razón a que las niñas del aseo del Palacio de
Justicia le dijeron a un agente del Ejército, que no dejara que las vieran, pero que
esa, la guerrillera o una de las guerrilleras que estaba con nosotros los rehenes, yo
ni le vi la cara, pero le vi las botas altas negras me parece o café y la falda era a
cuadros de colores … Quiero anotar que la que salió le decían “Mariana”, era la
más jovencita de todas…” 540 .

Es importante señalar que, para la Sala, estas declaraciones son dignas


de total credibilidad, dado que, además de advertirse espontáneas,
provienen de personas que no tienen ningún interés en los resultados del
proceso, pues se trata de empleados que tuvieron que soportar durante
dos días los combates dentro de la edificación, estando retenidos por los
insurgentes en baños del costado occidental del Palacio de Justicia.

d.- Además de las anteriores declaraciones de rehenes del grupo


subversivo que vieron a IRMA FRANCO tanto en la edificación como en la
Casa del Florero, aparecen en la foliatura otros testimonios de gran
importancia, entre ellos, el de EDGAR ALFONSO MORENO FIGUEROA,
soldado del Batallón de Policía Militar No. 1, quien fue el encargado de
custodiar a IRMA FRANCO PINEDA en la Casa de Florero.

El entonces soldado MORENO FIGUEROA en declaración rendida el 11 de


Septiembre de 1987, indicó: “…las órdenes eran controlar que la gente no
estuviera cerca del lugar de los hechos, yo estuve cerca del Palacio de Justicia,
más exactamente en la Casa del Florero, salieron unos rehenes, entre ellos había
una muchacha de nombre Irma, según decían ella era guerrillera, a mi(sic) me tocó
custodiarla, cuidarla, yo con ella no tuve tiempo de hablar, ella me pidió el favor de
que por qué no le avisaba a la familia, a la hermana, que ella estaba en poder de
la Brigada, ya después a ella la entraron a una oficina y yo posteriormente bajé a
reunirme con los compañeros, creo que es todo …Eso fue el segundo día, el horario
si no recuerdo, creo que fue después del medio día más o menos…” 541. En la
misma diligencia se le preguntó en dónde le había prestado vigilancia, a lo
cual contestó: “…En el balcón, en el segundo piso, es como una especie de

540
Folio 279 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 70, Anexos.
541
Folio 115 del cuaderno original de la instrucción No. 54, Anexos.

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corredor… Aproximadamente dos horas…Ella me dijo que se llamaba Irma, me dio


el nombre no más…”542.

Seguidamente narró todos los detalles de la llamada telefónica que le hizo


a MERCEDES, la hermana de IRMA, para darle la razón que ésta les había
enviado, aclarando que si bien le dijo a MERCEDES que a ella la tenía la
Brigada, eso lo dijo porque IRMA le solicitó que lo informara de esa forma
(adviértase que no es cierto que la tuvieran retenida en la Brigada porque
hasta ese momento estaba en el segundo piso de la Casa del Florero).

Ratificando sus versiones iniciales, el 11 de septiembre de 2006 vuelve a


declarar exponiendo lo mismo que en la anterior diligencia, es decir que le
custodió y que le fue encomendada esa función en el segundo piso de la
casa del florero543.

Nótese que este testigo, de excepcional importancia para el caso de una de


las personas desaparecidas, no ha variado su versión sobre los hechos
vividos con la guerrillera IRMA FRANCO, pues lo dicho ante las
autoridades en el año 1987 es lo mismo que afirma en el año 2006.

e.- En relación a la forma como ella fue sacada de la casa del florero, existe
material probatorio suficiente que permite afirmar su salida viva de esas
instalaciones.

Cobra vital importancia la rendida por FRANCISCO CESAR DE LA CRUZ


LARA, celador de la casa del florero, quien en diligencia del 18 de diciembre
de 1985 señaló: “…pues a los sospechosos que se ubicaron en el segundo piso
se les acercaba un empleado del DAS y los interrogaba, únicamente a los
sospechosos en el segundo piso … De la suerte de ellos no -me di cuenta porque
abandonaron la casa el jueves en horas de la tarde custodiados por personal civil
del DAS o B2, eran como 8 personas más o menos, el día miércoles en las horas de
la noche salió de la Casa Museo del 20 de Julio una muchacha y un muchacho
como de 26 años que los sacaban como sospechosos confirmados de la guerrilla,
cuando yo entraba alcancé a ver la muchacha y al muchacho que los sacaban del

542
Ibídem.
543
Folio 82 del cuaderno original de la instrucción No. 7.

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Delito: Desaparición forzada

Museo, pero no me fijé bien en el físico, iban vestidos con ropa mal trajeados,
sucios. El jueves entre algunos rescatados que salieron de Palacio, venía una
muchacha, de por ahí uno setenta y cinco de estatura aproximadamente, delgada
y de tez morena y al subir al segundo piso la encontré allí con uno de los guardias
del B2, que la interrogaban preguntándole el nombre, profesión y los motivos por
el cual se encontraba en el Palacio de Justicia, ella contaba que estaba buscando
a un abogado para que le corrigiera una tesis, ella salió entre las siete y media y
ocho de la noche del jueves, en estrictas medidas de seguridad, iba descalza,
medias negras…”544.

En las fotos reconoció a IRMA FRANCO PINEDA como la mujer que


sacaron escoltada de la casa del florero, “…la reconozco como la persona
sospechosa que entró el día jueves al Museo del 20 de Julio y sacada del Museo
en las condiciones ya descritas anteriormente…”545.

Posteriormente, esta misma persona en nueva diligencia del 24 de febrero


de 1986 señaló: “…Fue sacada a las ocho u ocho y media de la noche del día
jueves 7 cuando terminó, la sacaron unos detectives, no recuerdo de qué organismo
eran, eran de civil, los vi armados de revólver, pero encaletados en la cintura, no
les vi ningún brazalete en los brazos, eran como unos cinco o seis detectives,
recuerdo que ella cojeaba, la llevaban uno de un brazo y otro de otro brazo, la
subieron en un Nissan Patrol de color verde, cabinado, la metieron por la puerta de
atrás, colocaron el jeep con la puerta de atrás frente a la puerta de entrada del
museo” 546.

De igual forma, en la declaración de fecha 2 de diciembre de 1986, rendida


ante la Justicia Penal Militar – Juzgado 6º de Instrucción Penal Militar -
ratificó la información inicial sobre la presencia de Irma en el segundo piso
de la casa del florero en calidad de sospechosa y la forma como fue sacada
del museo: “…sale escoltada por gente de civil y un militar vestido de verde del
Ejército, tenía un grado mayor que el soldado, pero era un Soldado, era un militar;
el dato preciso de cuántas personas la escoltaban no sé, pero eran cuatro o cinco
personas, no supe hacía donde la conducían, yo me encontraba en el corredor del
primer piso cuando la sacaron, colocan el jeep, le echan reverso al jeep y lo colocan

544
Folio 89 del cuaderno original de la instrucción No. 49 Anexos.
545
Ibídem.
546
Folio 190 del cuaderno original de la instrucción No. 54 Anexos.

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Delito: Desaparición forzada

frente a la puerta del Museo y la muchacha ingresa por la parte de atrás del jeep
con uno o dos detectives detrás, yo supongo que eran detectives…”547.

Declaró el señor URIEL CEPEDA CORREDOR el 9 de diciembre de 1986,


refiriendo que una de las personas que tenían como sospechosos estaba
de falda y botas, informando que a ésta la llevaron el 7 de noviembre,
después de las 12 p.m., y fue la última persona en salir del museo. Indicó
que a ella la sacó personal de civil y un militar, no sabe si de la Policía o
del Ejército ni tampoco su grado, porque no sabe distinguir los uniformes,
entre las 5:30 y 6:00 de la tarde. Aseguró que le estaban haciendo
preguntas, estuvo en la Sala Nariño y luego la pasaron a la de los
Firmantes del Acta y que la interrogaba una persona de civil, del que
desconoce a qué organismo pertenecía548.

Asimismo, señaló en testimonio del 12 de diciembre de 1986 que, el jueves


tuvieron a una mujer en el 2º piso como sospechosa, la paseaban de un
lado para otro, personas de civil se la llevaron en un campero y fue la
última en salir del museo, él estaba en la portería, a esa hora la casa del
florero ya estaba desocupada; refirió que ella salió en compañía de unos
señores de civil que no sabe si eran del DAS o F-2 y tampoco sabe hacia
dónde se dirigió el carro en el que se la llevaron549, ratificando de esa forma
la información que ya había aportado en anterior diligencia del 21 de
febrero de 1986 cuando manifestó: “…a ésta la sacaron el día 7 ya por la pura
tardecita, se la llevaron unos de civil, parecían ser del F-2, se la llevaron en un
jeep, era como un campero parecido a un Toyota o a un Nissan, algo así, no se(sic)
si era del Ejército … la mujer que salió de último la pasearon por todo el museo
hablando con ella, pero yo no se(sic) qué hablarían…” 550.

f.- En conclusión, no hay duda que IRMA FRANCO PINEDA salió viva del
Palacio de Justicia, fue llevada a la casa del florero, donde fue separada
del grupo de rehenes liberados ubicándola en el segundo piso de dicha
edificación, lugar en el que permaneció custodiada por un soldado,

547
Folio 171 del cuaderno original de la instrucción No. 66 Anexos.
548
Folio 104 del cuaderno original IP 070, Anexo 11.
549
Folio 99 y ss del cuaderno original IP 070, anexo 1.
550
Folio 195 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 54.

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Delito: Desaparición forzada

mientras varios de los rehenes le confirmaban a los encargados de la


identificación de personas rescatadas, que dicha mujer en efecto hacía
parte del grupo guerrillero que se tomó violentamente el Palacio de
Justicia. También, que fue sacada de ese sitio en las horas de la noche en
un vehículo tipo campero, el cual fue ubicado de reverso sobre la puerta
principal del inmueble, introduciéndola en el mismo por la parte de atrás,
sin que hasta la fecha se conozca su paradero.

7.3.3.- De la interceptación de las comunicaciones militares durante la


operación de retoma del Palacio de Justicia.

El apoderado de la parte civil que representa a los familiares del ciudadano


CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, postuló como parte de su alzada
para demostrar la ocurrencia de la desaparición forzada y la
responsabilidad de los procesados en ese delito, las grabaciones del
radioaficionado PABLO MONTAÑA, particularmente la conversación
acaecida entre ARCANO 5 (LUIS CARLOS SADOVNIK) y ARCANO 2, en la
cual se hace referencia a una insurgente identificada y la probable orden
de ARCANO 5 para que fuese desaparecida.

Conforme a la instrucción cumplida por la Fiscalía, se cuenta con el


dictamen pericial elaborado por el subintendente JHON EDWARD PEÑA y
el teniente coronel HENRY ARMANDO SANABRIA CELY, de la DIJIN el cual
fue presentado en 4 informes (6, 11, 15 y 18 de febrero de 2008), pericia
practicada sobre archivos de audio entregados por los periodistas RAMÓN
JIMENO, HERBIN HOYOS MEDINA y por la defensa del coronel ALFONSO
PLAZAS VEGA.

Frente a los elementos fónicos aportados por el segundo de los periodistas


y sobre el cual se basa el reproche de la parte civil debe destacarse que al
verificarse cada uno de los informes presentados por los peritos de la
DIJIN, se advierte que la pericia se limita describirlos, indicando
generalidades de su contenido sin relacionar un análisis detallado de las
grabaciones contenidas en ellos, así:

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

“ANÁLISIS CASETES SUMINISTRADOS HERBIN HOYOS

Igualmente con fecha 12 de febrero de 2008 ese despacho suministró cuatro


casetes de audio de diversas marcas identificados así:
1. Casete negro BANASINIC C-60 texto manuscrito laso A “KLIXT 2”, lado B
“cast 4”.
2. Casete sony Low Noise C-60, lado A: “Casett #2, lado B: “2”.
3. Casete Sony Low Noise C-60 Lado A: texto manuscrito “casett 3 1, lado B
“colocho y diomedez 2”.
4. Casete habano Maxell C-60 texto manuscrito lado A “#2”, lado B “#1 caset
1”.

Se procedió a escuchar la totalidad de las cintas magnetofónicas, las cuales fueron


revisadas y analizadas cuidadosamente, obteniendo así la siguiente conclusión:

Las cintas aportadas al proceso por Herbin Hoyos Medina, guardan características
técnicas que hacen presumir con probabilidad, que son los casetes utilizados
originalmente para grabar las comunicaciones que fueron monitoreadas el 6 y 7 de
noviembre de 1985, con base en lo siguiente:

1. No se evidencian rupturas de audio que hagan notar una manipulación para


efectos de copia.
2. EN los casetes se escuchan audios no relacionados con el flujo de las
comunicaciones militares, pero se concluye que se trata de información
gravada previamente, es decir, se trata de casetes reutilizados por la
persona que grabó las comunicaciones.
3. Hay música en uno de los casetes que ayudan a soportar la afirmación
anterior, en el sentido de que las cintas fueron reutilizadas para grabar las
voces militares.
4. Los casetes presentan características externas propias del transcurso del
tiempo.

Finalmente, con el propósito de tener total claridad sobre la identidad de la voz de


ACORAZADO SEIS y AZABACHE SEIS, se presentará en un cuarto informe el cotejo
neurolinguístico de los fragmentos respectivos.”551 (Pie de página Q.29)

Los informes que integran la pericia practicada por la DIJIN a las


grabaciones aportadas por HERBIN HOYOS, y entregadas a este por el
radioaficionado PABLO MONTAÑA, salvo la descripción genérica de los
medios (casetes) que las contienen no advierte la sala un análisis del cual
se pueda deducir como probable el compromiso de los aquí investigados
en el delito de desaparición forzada.

De otra parte, destaca la Sala la ilegalidad de esas grabaciones por cuanto


si bien su origen según el radioaficionado que las aportó, surge de una
“captura incidental de señal”, aquella sería válida solo si se hace dentro del

551
Cuaderno original de la instrucción No. 102 Anexos.

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Delito: Desaparición forzada

espectro electromagnético, cumpliendo la regulación legal para acceder al


mismo.

Y es que, para entonces, la captación de señal dentro del espectro


electromagnético de la Nación, se circunscribía para los particulares a los
rangos de frecuencia que el Ministerio de Comunicaciones, que en esa
época regulaba el tema, les permitía, pues otras frecuencias o rangos se
les asignaban a las autoridades. Dentro del primer grupo están los
radioaficionados y otros particulares.

En este caso se probó que por tres fuentes diferentes (una emisora de radio
y dos personas particulares) se realizó, no una captación incidental de
señal sino una interceptación de comunicaciones para conocer, por ese
medio, qué estaba sucediendo en la operación del Palacio de Justicia. Esta
actividad aunque generalizada como lo acepta el mismo periodista Ramón
Jimeno en una de sus declaraciones552, pero, ello no la convierte en legal,
y así mismo, el empleado de la emisora que atendió la diligencia judicial
de inspección en radio Todelar, también lo acepta; además, hoy sigue
siendo ilegal; pero, aun así la realizan para llegar a la “chiva” periodística
y ser los primeros en difundir una noticia, o también los radioaficionados
y particulares para enterarse de primera mano de los sucesos vía directa
por señal de radio en los canales de las autoridades.

De cualquier forma, probado está que había frecuencias a las que no


debían acceder los particulares, sin importar la actividad que realizaran,
como son las asignadas por el Estado para ser utilizadas de las fuerzas
armadas.

Dicha actividad, al igual que para periodistas, es ilegal para los


radioaficionados, como lo señala uno de ellos, que se dice “captó la señal

552
“…por mi experiencia periodística, se(sic) que el ejército puede utilizar frecuencias reservadas, como es natural…
se(sic) que existe reserva legal, pero las comunicaciones se emiten en el espectro electromagnético y en ese momento
son sujetas a interceptaciones, como es natural. El hecho que sean reservadas legalmente no impide que personas,
expertos o grupos traten de interceptarlas y lo hagan con éxito. Yo creo que desde mi oficio periodístico desde siempre
son reservadas y desde siempre se interceptan…” Declaración del 20 de diciembre de 2007 ante la Fiscalía 4ª Delegada
ante la Corte. Fl.25 y ss. c. o. 26

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Delito: Desaparición forzada

incidentalmente”, el señor Pablo Montaña. De su declaración se desprende


que era su costumbre escanear frecuencias, pero, dice que eso no es
“interceptar” debido a que solamente escuchaba y grababa, pero no
hablaba por esa frecuencia y que la frecuencia por la que el Ejército
Nacional se comunicó era de carácter comercial.

Frente a esas afirmaciones deben hacerse las siguientes precisiones: Es


evidente que no hay “captación incidental de señal” sino una búsqueda de
señal de radio por fuera de los rangos autorizados y dirigida a un fin
específico, en otras palabras, interceptación de comunicaciones oficiales
mediante los medios técnicos de captación de señal (escáner).

El señor MONTAÑA se introdujo en frecuencias no autorizadas para él


como radioaficionado, con el fin de conocer lo que sucedía en ese momento
en el Palacio de Justicia. Ello es así, según se verifica, porque la frecuencia
en la que dice pudo captar dichas comunicaciones –155 o 156 Mhz.- está
dentro del rango del equipo escáner con el que realizó tal maniobra -de
138 a 164 Mhz.-, pero, no dentro de la franja de frecuencias en las que
legalmente podía moverse, y a las que tenía autorización legal para acceder
como radioaficionado. Baste repasar el Decreto 1554 del 5 de junio de
1985 para constatar lo afirmado.

Ahora bien, la afirmación de este experto radioaficionado respecto de que


eso no es interceptar porque no hablaba sino solamente escuchaba, no es
otra cosa que una mala justificación de su ilegal proceder porque, cuál era
la razón para que le fueran a incautar, en caso de ser cierto ello, el equipo
o, como lo refirió el empleado de la emisora, que su empresa tuvo que
guardar el escáner porque se lo iban a quitar. Siendo claro que estas
personas tenían conocimiento de que su proceder era ilegal, pero aun así
lo ejecutaron para obtener lo que pretendían.

Finalmente, tampoco se hizo esfuerzo alguno por parte del ente instructor
o cualquiera de las partes en el Juicio, incluso el mismo juzgado, para
validar el dicho de la “frecuencia comercial” en la que dice el señor Montaña
escuchó y grabó las comunicaciones del Ejército Nacional. ¿Qué

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

importancia tiene tal afirmación?, nada menos que la legalidad o no de


dicho material.

Solamente con el apoyo de técnicos y peritos expertos en el tema se podía


haber verificado tal aserto. Esa claridad técnica que se reclama permitiría,
en primer lugar, validar como legal dicho material, en el entendió que, de
corroborarse el uso por parte de esa Fuerza de una frecuencia comercial
en ese episodio, la escucha y la grabación de dichas comunicaciones no
vulneraría las normas que regulaban la actividad de los radioaficionados
e, incluso, de periodistas o de emisoras, lo que les daría a dichas
grabaciones la calidad de lícitas; y en segundo, por lo menos podría
cumplirse un primer requisito que es el de la legalidad, aun cuando en los
demás –autenticidad y originalidad también se tuvieran que superar
grandes barreras.

7.4.- Responsabilidad de los acusados.

Previo a resolver este asunto, la sala realizara algunas precisiones en


relación con la valoración realizada por la primera instancia a ciertos
medios de prueba, que repercute en los recursos interpuestos por la parte
civil y la fiscalía.

Se hace, en primer lugar, un pronunciamiento sobre la valoración de las


declaraciones de quienes, con posterioridad, fueron vinculados mediante
indagatoria, y están acá procesados.

De acuerdo con el art. 332 de la Ley 600 de 2000, el imputado queda


vinculado al proceso una vez es escuchado en indagatoria, la cual es
tomada a quien se considere autor o participe de la infracción penal. Por
ser un acto de graves consecuencias procesales, la ley regula ciertas reglas
para su recepción en el art. 337 de la misma disposición.

En ese sentido, no podrá recibirse bajo juramento, es voluntaria, libre de


apremio, el procesado no tiene la obligación de declarar contra sí mismo,
ni contra sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad,

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Delito: Desaparición forzada

segundo de afinidad o primero civil, ni contra su cónyuge, compañero o


compañera permanente. No obstante, si declara contra otra persona, se le
tomará juramento y se le volverá a interrogar sobre ese punto.

En el lado opuesto, el testimonio, según el art. 266 Idém, debe ser rendido
bajo la gravedad del juramento y es obligatorio para cualquier persona a
la que se le requiera con ese objeto.

En ese sentido, en garantía de los derechos de la persona procesada no es


dable cotejar lo que este haya narrado bajo la gravedad del juramento en
alguna declaración, con lo que aquel refiera en una indagatoria, libre de
apremio y juramento, pues si su condición procesal varia de testigo a
procesado, en esa variación deben acompañarlo y serle aplicables las
garantías que acompañan su vinculación al proceso, en las que se deben
destacar los ya advertidos requisitos del precitado art. 377.

Así las cosas, contrario a lo establecido en la primera instancia y lo


solicitado por los recurrentes, para la sala sólo serán objeto de análisis las
indagatorias, y no las declaraciones que, en calidad de testigos, dieron los
procesados. Lo anterior, sin perjuicio de las referencias que se hagan en
las indagatorias respecto de terceros, eso sí, teniendo en cuenta la
obligación de que para valorar tales, se haya hecho bajo la gravedad del
juramento.

Una vez establecida la materialidad de la conducta respecto del delito de


desaparición forzada de la entonces guerrillera IRMA FRANCO PINEDA,
resulta preciso establecer lo correspondiente a la responsabilidad de los
acusados IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, FERNANDO BLANCO GÓMEZ y
GUSTAVO ARÉVALO MORENO.

Para el efecto, la sala pasará a i) verificar las pruebas existentes que


acreditan cómo se manejó la respuesta al ataque guerrillero; para luego ii)
examinar las labores de inteligencia adelantadas por los organismos de
seguridad, determinando si hubo o no participación del Comando
Operativo de Inteligencia y Contrainteligencia –COICI- en las actividades

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Delito: Desaparición forzada

de rescate e identificación de los rehenes; y finalmente; iii) establecer si el


aludido comando tuvo participación en la identificación, el interrogatorio
y traslado de la guerrillera IRMA FRANCO PINEDA, y la responsabilidad
penal que, eventualmente, cabría a cada uno de los implicados, conforme
los hechos que se hayan acreditado en el juzgamiento.

7.4.1.- Respuesta institucional a la toma guerrillera.

Una vez conocida la existencia de un ataque subversivo al Palacio de


Justicia, los distintos organismos de seguridad del Estado pusieron en
marcha los protocolos existentes para enfrentar este tipo de actuaciones
ilegales, razón por la cual se desplegó una importante cantidad de personal
perteneciente a la Policía Nacional, el Ejército y el DAS, con el fin de hacer
frente a lo que estaba sucediendo.

Con el fin de establecer la participación o relación de los aquí acusados


con la desaparición forzada de la guerrillera IRMA FRANCO PINEDA, es
preciso repasar el contexto en que se produjo el rescate de rehenes del
Palacio de Justicia, así como el manejo que se dio a quienes ingresaban al
Museo casa del florero, con precisión de las responsabilidades para cada
actividad. Para el efecto, se revisará lo relativo a: i) los primeros
respondientes una vez ejecutada la toma; ii) los planes institucionales de
defensa existentes para la fecha; iii) la coordinación entre las fuerzas
armadas que participaron en la acción y, finalmente, iv) las funciones que
cada uno ejercía durante la operación.

7.4.1.1.- Primeros respondientes.

Conforme las evidencias que reposan en el expediente, se tiene demostrado


que fueron los miembros de la Policía Nacional quienes dieron inicial
respuesta al ataque subversivo del M-19. Sobre el particular se cuenta con
el informe suscrito por el brigadier general JOSÉ LUIS VARGAS, en el cual
se indicó:

“1. Aproximadamente a las 11:35 horas del 061185, se reciben varias llamadas
telefónicas por el 12 en la Plaza de Bolívar. De inmediato, el Oficial de servicio del

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Delito: Desaparición forzada

CAD informa la novedad al Comandante de la Cuarta Estación, quien se comunica


con el Comandante de los servicios en el Capitolio ST- ESTEBAN NIÑO JAIME y le
ordena verificar la situación. Este oficial se desplaza con Agentes del Capitolio
hacia el Palacio de Justicia, comprueba que se está disparando del interior de la
Corte Suprema hacia fuera, comunica al CAD y al Comandante de la Estación y de
inmediato se inicia todo un operativo. … 4. Transcurridos estos primeros momentos
y enterado ya el Comandante del Departamento de los hechos, dispone el envío de
los apoyos necesarios de E-VI, E IV y SIJIN y a la vez el suscrito Comandante se
traslada al lugar de los hechos, en compañía del Jefe de la SIJIN, con el fin de
apreciar la situación sobre el terreno y asumir el mando del personal de Policía en
la operación. … 5. Al llegar a la Plaza de Bolívar, observo que ya se encuentra
personal de la Policía, perteneciente a E-IV, Comandado por el señor TC.
Comandante del Distrito No. 1 y del señor Mayor Comandante de la IV – Estación,
los cuales en acción conjunta con el personal del Batallón Guardia Presidencial,
con su Comandante a la cabeza, trataron de penetrar al edificio. … (Sic) ” 553.

En el mismo sentido se pronunció el coronel (r) EDILBERTO SÁNCHEZ


RUBIANO, oficial del B-2 de la Brigada XIII, al relatar que al momento de
llegar al Palacio de Justicia “estaba el General Vargas Villegas Comandante de
la Policía de Bogotá, quien se encontraba como responsable del área en ese
momento, ya había personal de la DIJIN, ya había personal del DAS y se estaba
desarrollando la situación”554.

Así las cosas, resulta claro que la primera institución que llegó al lugar de
los hechos fue precisamente la Policía Nacional, bajo las órdenes del
comandante de la Policía de Bogotá, brigadier general (r) VARGAS
VILLEGAS, quien a la vez informaba del desarrollo de las mismas al
Director General de ese organismo, VÍCTOR DELGADO MALLARINO,
superior que debía estar enterado de todos los pormenores de la actuación.

En cuanto al personal del Ejército, a las instalaciones del Palacio de


Justicia primero arribó el Batallón Guardia Presidencial, y a su vez se
ordenó alistamiento inmediato a las Unidades Fundamentales de Reacción
por parte del Comandante de la Brigada XIII. Así lo señaló en declaración
jurada de fecha 29 de septiembre de 1989 el general (r) JESÚS ARIAS
CABRALES:

553
Folio 58 del cuaderno original anexo de la instrucción No.3.
554
Folio 31 del cuaderno original de la instrucción No. 7.

311
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“determiné que el Comandante del Batallón “Guardia Presidencial” inmediato al


sitio de la perturbación, se moviera a la Plaza con la Unidad Fundamental
disponible, asumiera provisionalmente el comando del área, desarrollara la
situación, informara sobre la realidad de los hechos y procediera a tomar las
medidas conducentes a neutralizar la manifestación delictiva que allí estaba
ocurriendo, mientras se cumplía mi desplazamiento al lugar afectado ”555.

Posteriormente, una vez llamado a diligencia de indagatoria el 23 de enero


de 1991, informó que: “dispuse por vía radial el alistamiento inmediato de las
Unidades Fundamentales de Reacción pertenecientes a la Escuela de Caballería,
Grupo Rincón Quiñones, Escuela de Artillería, Batallón de Policía Militar No. 1 y
Compañía de Operaciones Especiales de la Brigada”556.

Esto lo ratifican personas ajenas a las fuerzas militares, como es el caso


del señor HÉCTOR VARGAS ARIAS, empleado de la casa del florero557,
quien aseguró que los primeros en llegar fueron los soldados del Batallón
Guardia Presidencial y algunos policías, y solo a partir del mediodía, vio
llegar al personal del DAS y F-2, los cuales se ubicaron dentro del museo
y asumieron posiciones estratégicas en las ventanas.

Finalmente arribaron al lugar integrantes del Departamento


Administrativo de Seguridad DAS, según fue informado por el capitán (r)
NORBERTO ALONSO MURILLO GELVEZ integrante de ése organismo,
quien manifestó lo siguiente: “El GRUSE es el grupo encargado en el DAS de
atender los casos que informa la ciudadanía de situaciones de flagrancia o
cuasiflagrancia existiendo la disponibilidad de dos patrullas en sus respectivos
vehículos, una de estas … al recibir el comunicado acudió a dicho sitio inicialmente
y al informar de la presencia de un número superior con armamento de largo
alcance acudió la otra patrulla bajo mi dirección … una vez sobre el lugar analizada
la situación y viendo el desorden reinante decidí colaborar organizando personal
de la policía que acudía al lugar en motos con el propósito de aislar el lugar de los
acontecimientos de la población que se acumulaba en la esquina noroccidental del
palacio y con mi personal identificar y desalojar a las personas que se encontraban
dentro del edificio de Telecom para impedir que en éste se pudiera acumular gente
sin reconocer”558.

555
Folio 167 del cuaderno original de la instrucción No. 60, Anexos
556
Folio 258 del cuaderno original de la instrucción No. 66, Anexos.
557
Ibídem, folio 196.
558
Folio 221 del cuaderno original de la instrucción No. 80, Anexos.

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7.4.1.2.- Planes de respuesta institucional.

Con el propósito de regular las actividades realizadas por las Fuerzas


Armadas en las operaciones de combate o reacción, el Estado diseñó
diversos manuales y planes operacionales mediante los cuales se
establecían normas de carácter general para la atención de eventos de
alteración del orden público en todo el país.

Estas disposiciones, al establecer el accionar de las Fuerzas Armadas, son


diseñadas, emitidas y de forzoso cumplimiento por parte de los mandos
superiores, incluyendo el Ministerio de Defensa Nacional y la cúpula
militar. Sobre el particular, en su declaración el general (r) RAFAEL
SAMUDIO MOLINA adujo lo siguiente: “Durante ese día y el siguiente se
ejecutaron los planes militares, previstos a los diferentes niveles de mando y su
conducción se realizó conforme al desarrollo de la situación. Debo manifestar que
los planes de operaciones, obedecen al cumplimiento de la Ley de Defensa Nacional
y de los Decretos que la reglamentan y desarrollan”559.

Sobre el mismo punto se interrogó al general (r) JESÚS ARMANDO ARIAS


CABRALES, quien aclaró que en el desarrollo de toda actividad militar
dentro de acciones bélicas como la que se presentó en este caso, aquellas
deben realizarse con total apego a los protocolos previamente establecidos:

“En relación con estas actividades las fuerzas militares como todo, desarrollaban
los planes que habían sido diseñados, emitidos y de forzoso cumplimiento por parte
de los mandos superiores, partiendo del Ministerio de Defensa Nacional, Comando
General de las Fuerzas Militares, obviamente en esa cadena de mando, el
Comando del Ejército y de ahí hacia abajo a las unidades operativas, unidades
tácticas, fundamentalmente orientados a la prevención de cualquier actividad de
estas, en base a búsqueda y concreción de inteligencia y actividades tales como
control de la población, patrullaje, presencia y actividades de tipo cívico militar,
también para impedir la llevada a cabo de los propósitos de este grupo subversivo”
560.

559
Folio 226 del cuaderno original de la instrucción No. 60, Anexos.
560
Folio 79 del cuaderno original de Pruebas Trasladadas en etapa de juicio No. 7. CD 1. Record: 23:10 min y ss del
interrogatorio en audiencia de juzgamiento del 6 de julio de 2009.

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Agregó que atendiendo estos parámetros legales, se dio aplicación “al plan
de seguridad, de defensa y seguridad interior, plan que para la época a la que se
hace referencia, estaba en vigencia con los diferentes cambios y ajustes que
periódicamente disponía el comando superior y que se conocía como plan
tricolor”561.

Ahora bien, con relación al denominado Plan Tricolor aclaró el mismo


oficial que “el Plan Tricolor 83, señora Juez como lo decía, tenía cobertura nacional
porque era emanado del Comando General de las Fuerzas Militares, vale decir que
era de obligatorio cumplimiento para el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, y de
ahí hacia abajo, pues cada uno, los escalones inmediatos en el orden jerárquico
descendente iban complementando o ampliando o adecuando el plan para efectos
de sus propias unidades. En el caso de Brigada Trece, pues estaba vigente el plan
que había emitido el Comando del Ejército que era a través de la línea de mando a
quien correspondía emitir el plan superior y la Brigada, pues, a su vez desarrollar
el plan que había recibido del Comando del Ejército desde el año de 1983, pero era
el Plan como tal de cobertura a nivel nacional y comprometía a todas las fuerzas,
vale decir, el Ejército, Armada y Fuerza Aérea y me imagino, la policía, pues tenía
las partes pertinentes, pero a través de sus canales propios de mando de la
Dirección de la Policía Nacional”562.

Frente a la misma temática, el general (r) RAFAEL SAMUDIO MOLINA,


quien se desempeñaba como Comandante del Ejército para la fecha en que
ocurrieron los hechos, aclaró que: “el Plan Tricolor, responde, dentro del
planteamiento estratégico de Seguridad Nacional a una hipótesis de guerra en caso
de confrontación con uno de los vecinos o a un conflicto interno que suponía, porque
estos planes están basados en hipótesis, una insurrección generalizada, parcial o
totalmente en el territorio nacional, que pudiera afectar el estado de derecho y el
orden constitucional”563.

Dentro del acervo probatorio allegado al expediente, también se cuenta con


copia del Plan de Seguridad “Plan Tricolor 83”, en cuya misión se indica lo
siguiente: “El Ejército con el mando operacional de otras Fuerzas Instituciones y
el control operacional de organismos de seguridad del Estado conducen

561
Ibídem. Record: 25:10 min y ss.
562
Ibídem. Record: 27:09 min y ss.
563
Folio 162 del cuaderno original de la instrucción No. 7.

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operaciones antisubversivas en su jurisdicción para destruir los grupos alzados en


armas con el propósito de mantener el orden interno, garantizar la soberanía
nacional y las Instituciones Patrias”564.

En este documento, se establecía cómo debía adelantarse la intervención


por parte de las fuerzas armadas y la coordinación que debía existir entre
el Ejército y la Policía Nacional: “(3) Policía Nacional …– En coordinación con el
Ejército preparará y con responsabilidad primaria pone en ejecución planes para:
control y recuperación de áreas urbanas, control de vías terrestres, control
permanente de las áreas bancarias, … en coordinación con las Unidades Militares
prepara y pone en ejecución planes relacionados con el conocimiento, control,
arresto y confinamiento de dirigentes subversivos y agitadores comunistas…. -
Intensifica las operaciones de inteligencia y contrainteligencia y suministra
informaciones en forma oportuna a las juntas de inteligencia”565

También se encontraban vigentes otros documentos como el Manual de


Operaciones reguladas de la Brigada Colombiana566 o el sumario de
órdenes permanentes S.O.P567, y especialmente, el denominado “Plan de
Operaciones Especiales de Inteligencia No. 002/80”568 en donde se indica
que la Brigada de Institutos Militares o Brigada XIII, en coordinación con
el Batallón de Inteligencia Charry Solano, tenía la función de adelantar
operaciones de inteligencia y contraguerrilla en el área de su jurisdicción,
a fin de capturar integrantes de la red urbana del M-19, labores estas que,
a su vez, eran asignadas para su desarrollo a todas las unidades orgánicas
que componían la Brigada XIII, fijando una responsabilidad específica
para cada una de ellas sobre determinados sujetos que hacían parte de la
organización subversiva.

564
Folio 3 del cuaderno original de la instrucción No. 24, Anexos.
565
Folio 165 del cuaderno original de la instrucción No. 64, Anexos.
566
Folio 79 del cuaderno original de Pruebas Trasladadas en etapa de juicio No. 7. CD, 2 Sesión interrogatorio del 6 de
julio de 2009. Grabación. Record: 01.18.41 y ss. Declaración Jesús Armando Arias Cabrales: “En relación con esto, está
perfectamente establecido a través de los reglamentos y manuales vigentes, que para esa época, si la memoria no me
juega una mala pasada, era la disposición 029 de 1984, que aprueba el reglamento del Estado Mayor, en ese reglamento
del Estado Mayor, se establece que compete al Jefe del Estado Mayor en cada una de las unidades operativas, llámese
División o llámese Brigada, el manejo y la coordinación, el planeamiento, la supervisión del trabajo del Estado Mayor, del
cual dependen pues los elementos fundamentales, he hecho relación al de los B, 1, 2, 3, 4 etcétera y compete a él a través,
en el caso específico de la Brigada de cumplir estas funciones de control, coordinación, etcétera sobre los miembros del
Estado Mayor, las secciones del Estado Mayor a través del centro de operaciones de la Brigada, que como lo manifesté
también previamente se puso en operación y actuó durante todo el tiempo que duró la operación de rescate en el Palacio”.
567
Continuación interrogatorio Jesús Armando Arias Cabrales CD N° 1 ibidem, record (08.55 y ss) El SOP o S.O.P, es el
sumario de órdenes permanentes, esto es una recopilación, digamos de actividades que deben cumplir cada una de las
diferentes entidades, secciones u organismos, tanto de los comandos de Estados Mayores donde se establecen aquellos
procedimientos que se deben cumplir en materia de personal, de inteligencia, administrativos, eso es lo que de una manera
global se conoce como sumario de órdenes permanentes”.
568
Folio 153, Cuaderno Original de la Instrucción No. 84, Anexos.

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Estos dos últimos documentos permiten aclarar que todas las unidades
del Ejército poseían funciones de inteligencia; en esa medida, las unidades
tácticas que componían la Brigada XIII, también tenían dentro de su
estructura una dependencia específica de inteligencia, denominada S-2,
que cumplía funciones dentro del área que se les había encomendado
como jurisdicción propia de responsabilidad.

Esto lo confirma el general (r) RAFAEL SAMUDIO MOLINA, quien informó:


“todas las agencias del estado tenían funciones de inteligencia, esto es, el
Departamento Administrativo de Seguridad DAS, la Policía a través de la SIJIN o
el F2, no preciso cual era la sigla para esa época, el Comando General del Ejército,
las Brigadas, los Batallones y hasta el soldado individualmente considerado en
cada nivel se produce la inteligencia con una función permanente”569.

De lo expuesto queda claro que la actividad de inteligencia del Estado se


desarrollaba, no por una sola entidad encargada de ello, sino por la
coordinación y trabajo mancomunado de distintas dependencias, e
incluso, a partir de la información que de manera individual pudiesen
aportar los distintos miembros de la institución.

No obstante, queda claro que el COICI tenía como función, la de producir


inteligencia, siendo, entonces, esta dependencia una de las encargadas
específicamente para tal función.

Todo lo antes expuesto bajo el concepto de unidad de mando y control


operacional, sin que a partir de éste pueda deducirse que los diferentes
órganos de seguridad del estado fueran una estructura organizada como
aparato delincuencial, menos con vocación de permanencia; diferente es
que algunos hayan actuado al amparo de la figura de autoridad para la
comisión de conductas objeto de reproche penal, con aportes
independientes a su consumación.

569
Folio 164 del cuaderno original de la Instrucción No. 7.

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7.4.1.3.- Funciones operacionales. La coordinación entre unidades del


Ejército, Policía y DAS que participaron en la acción.

Una vez iniciadas las actividades de recuperación del Palacio de Justicia y


el consecuente enfrentamiento con el grupo armado que había irrumpido
allí, se dispuso la actuación de policías y militares, quienes iniciaron una
labor coordinada en todos los frentes operativos. Sobre este punto, en su
declaración juramentada el general (r) JOSÉ LUÍS VARGAS VILLEGAS
indicó: “Para la época de los hechos, dirigí personalmente las operaciones
Policiales que se efectuaron en el lugar con motivo de la toma… pero siempre en
coordinación con el señor Brigadier General ARMANDO ARIAS CABRALES,
Comandante de la BR-13 y bajo control operacional de éste”570.

Sobre esta coordinación y cooperación mutua, el general (r) JESÚS


ARMANDO ARIAS CABRALES, entonces Comandante de la Brigada XIII,
adujo que: “El mando orgánico, era sobre el personal del Ejército con la Policía,
con los elementos de DAS, de la Defensa Civil, etcétera, que colaboraron allí, era
a título de coordinación con ellos y dentro de eso, pues, está el señor General
VARGAS VILLEGAS Comandante de la Policía de Bogotá, del Departamento de la
Policía de Bogotá, estuvimos casi que de manera permanente los dos dentro del
Palacio o en el área circunvecina, en la Alcaldía, etcétera y era una situación pues
de coordinación y de cooperación entre las diferentes unidades ”571.

Asimismo, al preguntársele si ejercía algún tipo de mando sobre el general


(r) VARGAS VILLEGAS fue contundente en indicar: “No, el señor General
Vargas dependía del señor Director General de la Policía y respondía de manera
directa al señor General Delgado, creo que era Delgado Mallarino el director de la
Policía, había una relación de cooperación, de coordinación, pero no relación de
mando, no era orgánico de la Brigada”572.

Finalmente, para efectos de precisar el significado de lo que denominó


como “coordinación y cooperación” entre las distintas instituciones, el
general (r) ARIAS CABRALES en declaración rendida el 23 de marzo de

570
Folio 101 del cuaderno anexo No 59.
571
Folio 79 del cuaderno original de Pruebas Trasladadas en etapa de juicio No. 7. CD 1, interrogatorio del 6 de julio de
2009, Record: 57:36 min y ss.
572
Ibídem. CD 1. Record: 58:30 y ss.

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2007, aclaró que “se refiere al contacto verbal, de manera física o a través de los
medios de comunicación entre Comandantes de similar nivel a efecto de prevenir
interferencias dentro de la operación o en búsqueda de mejor eficiencia en las
labores. Por lo tanto, no se refiere a relaciones jerárquicas de mando, sino a un
nivel de enlace nivel horizontal”573.

Ahora bien, dentro del desarrollo de la operación militar, las unidades


tácticas fueron las que llevaron a cabo la parte operacional y dieron
cumplimiento a la misión impartida por su comandante. Respecto de las
funciones que debía asumir la Escuela de Artillería, el coronel (r) RAFAEL
HERNÁNDEZ LÓPEZ, quien ostentaba el rango de comandante, recibió la
orden de rescatar a los rehenes y recuperar el palacio, hecho que era
coordinado a través de las distintas unidades y por orden directa del
comandante de la Brigada XIII. Según lo informado por el testigo, el
personal, apoyado con un tanque Cascabel de la ESCAB, ocupó el sótano,
1º y 2º piso, para luego entrar por la puerta principal574.

También indicó el testigo que su labor incluía sacar a los heridos y


rescatados hasta el cordón de seguridad de agentes de la Policía y Policía
Militar, quienes a su vez los llevaban hasta la Casa del Florero para efectos
de identificación. Agregó que el general (r) ARIAS CABRALES designó la
función a cada uno, y su misión era el rescate de rehenes, recuperar el
palacio y restablecer el orden.

En cuanto a su actividad el día 7 de noviembre, recordó que: “A las 6 de la


mañana entró la contraguerrilla urbana al mando de un oficial que no recuerdo. Se
hizo un registro del primero, segundo y tercer piso. A un Pelotón del Guardia
Presidencial, no me acuerdo si fue del Guardia o de la PM se le ordenó el registro
del 4° piso pero en la noche se había evidenciado ya casi el incendio total del
edificio, o sea que se abrigaban pocas esperanzas de que estuviese gente viva, allí
porque estaba casi destruido el edificio totalmente incendiado y en ruinas. Allí
hasta las 11 o 12 del día se siguió encontrando gente, con vida y ya la
conflagración había dado casi por terminada la destrucción total del Palacio y ya
en las horas de la tarde me ordenaron como a las 5 o 5 y media entregar el

573
Folio 205 del cuaderno original de la instrucción No. 13.
574
Folio 249 del cuaderno original de la Instrucción No. 6.

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dispositivo que yo tenía a la Policía Nacional y a partir de allí se iniciaron las


diligencias con el personal que quedó incinerado con el Palacio de Justicia, muerto
e incinerado”.575

Asimismo, por orden del Comandante de la Brigada, las personas


evacuadas del Palacio de Justicia debían ser conducidas por las diferentes
unidades tácticas participantes, así como por los miembros del Estado
Mayor que actuaron en la operación, hacia el lugar en donde se había
establecido darles atención e identificación, esto es, la Casa Museo del 20
de Julio. Así lo informó el propio comandante general (r) JESÚS ARMANDO
ARIAS CABRALES:

“Las personas que iban siendo rescatadas y evacuadas del Palacio de Justicia, se
iban conduciendo tanto por personal del Ejército, como de la Policía Nacional y
elementos de la Defensa Civil y de la Cruz Roja que participaron en esto, y se iban
conduciendo, como le digo, hacia el lugar en donde se había establecido darles
atención e identificación en la Casa Museo del 20 de Julio. Todas las unidades que
participaron cumplieron ese proceso de evacuación y las iban entregando en ese
sector, bien fuera personal del B2, DAS, Policía que allí operaban, o a los elementos
de Cruz Roja, Defensa Civil que pudieran prestar servicio en razón a las
condiciones físicas en que fueran evacuadas algunas de las personas”.576

Las instalaciones de la Casa Museo 20 de Julio o Casa del Florero, fueron


acondicionadas desde un inicio por la Policía Nacional, para que fuera
utilizada por el Ejército Nacional como punto de concentración de los
rehenes que salían rescatados del recinto judicial. Así lo manifestó e
informó el coronel EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO: “cuando nos
desplazamos de la Brigada con el Comandante de la Brigada, General Arias, el
Coronel Carvajal y mi persona, ya el sitio de la casa del Florero estaba dispuesto
por el señor General Vargas Villegas, como centro de operaciones digámoslo así, y
el Comandante de la Brigada, General Arias dispuso que continuáramos en ese
sector, en ese sitio, como centro, pues de coordinación de las operaciones ”.577

En el mismo sentido se pronunció el entonces Comandante de la Brigada


XIII, general (r) ARIAS CABRALES:

575
Ibídem.
576
Folio 79 del cuaderno original de Pruebas Trasladadas en etapa de juicio No. 7. CD 2. Interrogatorio del 6 de julio de
2009, Record: 38:58 min.
577
Folio 185 del cuaderno original de la Instrucción No. 7.

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“Como lo he venido mencionando, al encontrarse como edificación apta por ser un


edificio público y ya tener la policía una organización y presencia en personal, tanto
uniformado como personal de civil de la DIJIN y de la SIJIN y elementos del DAS,
di instrucciones al Jefe del Departamento de Inteligencia de la Brigada, del Estado
Mayor de la Brigada, el señor Coronel EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO, para que
organizara un sitio de recepción de las personas que posteriormente se
evacuarían”.578

Al respecto también se ha señalado que en dichas instalaciones el Ejército


estableció un puesto de mando avanzado para efectos de coordinar toda la
operación militar que se desarrollaba. Este concepto, sin embargo, fue
aclarado por el Comandante de la Brigada XIII, en los siguientes términos:

“La precisión que se hace allí es específicamente de carácter reglamentario, ya que


está establecido doctrinariamente, que el puesto de mando avanzado, por llamarlo
así, es donde se encuentra el comandante. El comandante de la unidad, en este
caso, mi presencia estuvo en el área de la Plaza de Bolívar, dentro del Palacio de
Justicia y en toda el área circunvecina, inclusive, en la Alcaldía, en las vecindades
de la Casa de Nariño, etcétera, por lo tanto pues ese era, digamos, el puesto de
mando avanzado. En la Casa Museo del Florero, que se utilizó para efectos de
recoger las personas que fueran rescatadas, quedó en manos o a cargo del B2 de
la Brigada, como un lugar donde pudiera ejercer su tarea, en atención a que cuando
hicimos presencia en esa área, la Policía Nacional que por razones propias de su
misión de seguridad y de protección del Palacio, ya la había ocupado, tenían allí
organizado y el B2 de la Brigada quedó allí para efectos de organizar su trabajo,
pero como tal puesto de mando avanzado no constituía allí, sino donde me
encontraba yo como comandante de la Brigada con mi radio operador y con
elementos inmediatos que me acompañaron durante todos mis desplazamientos en
el área (…) esporádicamente, para efectos de utilizar teléfono, estuve
momentáneamente en la Casa del Florero, pero pues quedó en manos del área de
inteligencia y de la presencia de elementos de la policía, del DAS, de la DIJIN,
Defensa Civil, etcétera, estaba allí colaborando”579.

En este sentido obra declaración del coronel (r) LUIS ENRIQUE CARVAJAL
NÚÑEZ quien al preguntársele, dónde estaba el puesto de mando del
general (r) ARIAS CABRALES señaló: “…Bueno, para efectos de comunicación
era la casa del florero, pero efectivamente el puesto de mando de él fue en el Palacio
de Justicia.”580

578
Folio 79 del cuaderno original de Pruebas Trasladadas en etapa de juicio No. 7. CD 1 interrogatorio del 6 de julio de
2009, record 55:00 y ss.
579
Folio 35 del cuaderno original de Pruebas Trasladadas en etapa de juicio No. 7. Record: 17:22 min. Indagatoria sesión
del 25 de agosto de 2008.
580
Folio 60 del cuaderno original de la Instrucción No. 8.

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Igualmente, del material probatorio se extrae que el personal del


Departamento Administrativo de Seguridad DAS que intervino en los
hechos acaecidos los días 6 y 7 de noviembre de 1985, utilizó estas mismas
instalaciones como un centro de coordinación para su personal. Al
respecto informó el Jefe de la Unidad de Explosivos del DAS, ORLANDO
GUTIÉRREZ DE PIÑERES, lo siguiente:

“Mi permanencia en las instalaciones del Palacio no fue fija ya que todas las
actividades que realicé se adelantaban en distintos lugares del Palacio y fuera de
él; muchas veces tuve que salir para acompañar algunas personas liberadas y
hablar con el funcionario que iba a cargo del personal del Departamento, el Mayor
Téllez, quien había instalado su puesto de mando en la Casa del Florero. Asimismo
ingresé a varios edificios aledaños y la actividad del personal fue completamente
móvil”581.

Lo mismo adujo WILLIAM ALBERTO OLARTE, quien en calidad de


integrante del grupo de explosivos –DAS- acompañó las acciones acaecidas
en el Palacio de Justicia, y frente a lo sucedido en la casa del florero afirmó:
“estuve adentro bastante tiempo en el primer piso y luego estuvimos en el segundo
piso al costado sur- occidental más o menos ahí descansamos un rato como una
hora y media (…) Estuve los dos días lo que pasa es que el DAS tenía la base de
operaciones ahí y cuando no había nada que hacer nos estábamos por ahí
sentados. Nosotros llegamos como a la una del seis estuvimos en la casa del florero
pero uno sale y entra constantemente…y si llega una persona iba uno colaborando
y cosas por el estilo…”582.

Conforme lo anterior, queda claro que, en desarrollo de las operaciones


militares a cargo de las unidades tácticas, las personas rescatadas del
Palacio de Justicia eran conducidas a la casa del florero para su
correspondiente identificación, y con ello, descartar que se tratara de
miembros del grupo insurgente, actividad que correspondía a la función
propia de inteligencia y que, como se verá, era desarrollada de manera
coordinada entre el B2 de la Brigada XIII, la DIJIN, SIJIN, y el DAS.
principalmente por el B2 de la Brigada XIII; autoridades que estuvieron
apoyadas por personal del COICI.

581
Folio 111 del cuaderno original IP 070, anexos 22 A.
582
Folio 255 del cuaderno original de la instrucción No. 80, Anexos.

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7.4.1.4.- Función de inteligencia.

Atendiendo que toda la operación militar de recuperación del Palacio de


Justicia y confrontación al grupo guerrillero estuvo dirigida y bajo la
responsabilidad de la Brigada XIII, fue esta unidad la que llevó a cabo la
principal actividad de inteligencia a través del área correspondiente, esto
es, el B2 al mando del entonces coronel (r) EDILBERTO SÁNCHEZ
RUBIANO. Éste, a su vez, recibió instrucciones precisas por parte del
Comandante de la Brigada, las cuales se centraban en el manejo de los
rehenes, a saber, su recibimiento, atención médica inmediata, auxilio
posterior y, en particular, establecer su identificación y eventual relación
con el grupo subversivo, todo lo cual se desarrollaba en el marco de su
labor especializada, funciones de inteligencia. Así lo manifestó el general
(r) JESÚS ARMANDO ARIAS CABRALES:

“Como lo he manifestado, en la Casa Museo del Florero quedó el señor Coronel


SÁNCHEZ, Jefe de Inteligencia de la Brigada, cumpliendo las funciones que le eran
propias, hago énfasis, en primera instancia de recibirlos, ayudarles en su proceso
por razones de carácter físico o mental anímico y establecer de quiénes se trataba
de las personas que salían, llevando un registro, ya que muchas de estas personas
no contaban con una identificación que pudieran exhibir, eso en razón a que al
entrar, muchas de las personas habían tenido que dejar sus documentos y
obviamente por esta situación caótica que se presentaba, los habían perdido; y
otras personas que habían dejado sus elementos personales, bolso, saco o alguna
cosa, entonces por eso según me lo manifestó el Jefe del B2, Coronel SÁNCHEZ,
pues, apeló a las personas que eran conocidas, que laboraban normalmente en el
Palacio de Justicia, para que ayudaran a decir si era la persona que trabaja en
determinada oficina o que cumple tales funciones. De manera que él se apoyó en
estas personas, más la ayuda y la colaboración estrecha que mantuvieron en
coordinación con los elementos del DAS y de la Policía, que podían tener ese tipo
de información o de conocimiento”583.

En la misma oportunidad se le preguntó si impartió alguna instrucción


frente al manejo de quienes eran rescatados del Palacio, en particular
aquellos catalogados como sospechosos, ante lo cual manifestó: “La
instrucción, para el Jefe del Departamento 2 de la Brigada, se remitió a que les
dieran apoyo, ayuda a estas personas y cumplir las funciones que eran de su

583
Folio 32 del cuaderno original de Pruebas Trasladadas en etapa de Juicio No. 5. CD. Record: 27:52 a 29:39.

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competencia como jefe de su sección, tenía a su cargo pues las labores y la


responsabilidad de inteligencia y de contrainteligencia”584.

Sobre el mismo particular, el citado coronel (r) SÁNCHEZ RUBIANO,


señaló: “mi actividad específica como miembro de Estado Mayor y como oficial de
inteligencia fue la de conocer a qué grupo pertenecían los subversivos, quiénes
eran, quién comandaba esta actividad, cuáles eran sus intenciones, qué actitud
tenían durante el desarrollo de los hechos, qué pretendían hacer, cuáles eran sus
proyecciones, cuáles sus capacidades, qué exigencias iban a hacerse al Gobierno
Nacional, qué información posible podía obtener en el lugar de los hechos, así
mismo me impuse la tarea que fue la de controlar a las personas rescatadas a fin
de proporcionarles un sitio de descanso, de atención médica, de darles confianza,
darles tranquilidad, proporcionarles los medios para su comunicación con sus
familiares e inclusive proporcionarles medios para el desplazamiento a sus
residencias, traté en lo posible de hacer una relación de personas que fueron
liberadas a fin de llevar una estadística hasta donde las posibilidades me lo
permitieron, de quiénes pudieron salvarse de la acción aleve del grupo
subversivo…”585.

7.4.1.5.- De la intervención de la Policía Nacional, en el manejo de rehenes


de la toma al Palacio de Justicia.

En cuanto la intervención de efectivos de la Policía Nacional en las labores


de inteligencia se cuenta con la declaración del coronel (r) JAIRO
ALFONSO VÉLEZ BARRAGÁN, para entonces Jefe de la SIJIN quién en
declaración del 26 de noviembre de 1985 ante el Juzgado 23 de Instrucción
Criminal Ambulante manifestó:

“El día seis de noviembre, entre las once y media y doce del día, después de
escuchar las comunicaciones de la Policía, que se escuchaban tiros en el Palacio
de Justicia; me trasladé junto con el señor General Comandante de la Policía
Bogotá, señor Brigadier General José Luis Vargas Villegas, me trasladé a los sitios
de los acontecimientos… Entre las varias instrucciones que se dieron, fue la de
llamar al Jefe de Inteligencia de la Sijin, para que coordinara lo pertinente a la
identificación de las personas que salieran del Palacio de Justicia, actividad que
se inició momentos más tarde… En cuanto a la identificación de las personas que
salían del Palacio de Justicia, y fueron llevados a la Casa del Florero, como ya

584
Ibídem. CD. Record: 30:00 a 30:27.
585
Folio 28 del cuaderno original de la instrucción No. 30, Anexos.

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mencione anteriormente, el Capitán jefe de Inteligencia de la Sijin se encargó de


coordinar tal actividad, en la que yo tampoco participé directamente” 586.

La presencia de integrantes de la especialidad de inteligencia de la Policía


se advierte corroborada, además, por el mayor JAIME DE JESÚS GAÑAN
LÓPEZ, entonces subjefe de la Sijin de la Policía de Bogotá, quien sobre el
particular señaló en declaración del 2 de diciembre de 1985 ante el
Juzgado 23 de Instrucción Criminal, que a las 11:40 a.m. del 6 de
noviembre de 1985, escuchó un comunicado de la estación cien donde
informaba de unos disparos por los lados del Palacio de Justicia,
procediendo a trasladarse hasta ese lugar en compañía del capitán
SÁNCHEZ HOLGUÍN ROQUE JULIO, el teniente SUÁREZ JAIME
ROBERTO y un conductor del grupo de Inteligencia; agrega que:

“Posteriormente estuve en la Casa del Florero coordinando con un personal del


grupo de inteligencia lo relativo a la identificación de las personas que comenzaban
a ser evacuadas del interior del Palacio, actividad ésta que continuó al día
siguiente… PREGUNTADO: Sírvase decirnos si durante el tiempo que estuvo en la
casa del florero, se llevaron hasta allí rehenes rescatados, caso afirmativo que
recuerda de ello en cuanto a nombres y personas?” CONTESTO: Sí afirmativamente
todas las personas que fueron evacuadas del Palacio de Justicia fueron conducidas
a la casa del florero en donde dos oficiales de la DIJIN se encargaron de sacar las
listas de los mismos y establecer su identidad y así mismo su vinculación como
empleados o funcionarios del Palacio”.

Igualmente, en declaración del 18 de marzo de 1986, ante el Juzgado 77


de Instrucción Criminal, el agente de la policía OSCAR MARIANO REYES
RUEDA, quien durante los días de la toma a la sede judicial se
desempeñaba como tripulante del capitán LUIS GABRIEL BAYONA
BORRERO, entonces jefe del grupo contra atracos y extorsión de la SIJIN,
se corrobora lo anterior al señalar el declarante que:

“PREGUNTADO: Infórmele al Juzgado qué personal del Departamento de Policía


Bogotá, estuvo en la Casa del Florero los días de la toma del Palacio de Justicia?
CONTESTO: “Yo estuve un rato ahí verificando si mi Capitán se encontraba por
esos lados para decirle que el vehículo se encontraba por la séptima al pie de la
plaza de Bolívar, en ese momento vi al señor CAPITAN BAYONA, Capitán JUNCO,
Teniente PINZÓN, al agente FUENTES, el agente SÁNCHEZ VILLAMIL, el agente
MORENO BULLA, no recuerdo más, mi Capitán MAXIMILIANO BERNAL, mi Capitán
GARZÓN, Jefe de Contrainteligencia, Sargento MORALES y otros que no recuerdo,
los vi pero no recuerdo el nombre de ellos”. PREGUNTADO: Qué hacían esas
personas esas personas de la Sijin en la Casa del Florero? CONTESTO: Yo vi a

586
Folios 24 y ss. del cuaderno original de la instrucción, Anexo No. 8

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unos Oficiales como mi Capitán GARZÓN ayudándole al Ejército a seleccionar el


personal que realmente trabaja en el Palacio de Justicia, con la finalidad según
ellos de que no se fuera a ir un guerrillero sin identificación, ellos estaban
cumpliendo esa misión”587.

Concurre, además, dentro del expediente prueba de participación de la


DIJIN en el manejo dado a las personas trasladadas del Palacio de la Casa
del Florero, conforme a las declaraciones de los estudiantes de la
Universidad Externado de Colombia, YOLANDA ERNESTINA
SANTODOMINGO ALBERICCI y EDUARDO ARTURO MATSON OSPINO,
soportadas además en su reseña y en la prueba de guantelete que les fue
practicada –aunque de esta última solamente hay referencia por parte de
las personas a las que se les practicó-.

7.4.2.- Manejo de los rehenes.

Como quedó anotado, el manejo de los rehenes que eran rescatados del
Palacio de Justicia, estuvo a cargo de la Sección B-2 de la Brigada XIII bajo
el mando del coronel (r) SÁNCHEZ RUBIANO; labor que se desarrolló en la
casa del florero como lugar destinado a realizar las tareas de identificación
y reconocimiento de las personas liberadas, para luego de ello, o bien,
permitirles su traslado a su lugar de residencia, o retenerlos como
sospechosos de pertenecer al grupo insurgente.

7.4.2.1.- Al respecto, se informó que el comandante de la Brigada XIII


impartió la orden de rescatar y evacuar de las instalaciones asaltadas a
las personas particulares que iban siendo liberadas para su procesamiento
y ayuda, labor que no se centralizó en una unidad táctica específica, pues
varias de ellas colaboraron acompañando a los rehenes hasta las
instalaciones de la casa del florero, situación que se puede constatar, tanto
con el archivo fílmico como con las declaraciones del personal militar que
intervino588.

587
Folios 141 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 72, Anexos
588
Cfr. RAFAEL HERNÁNDEZ LÓPEZ, Comandante de la Escuela de Artillería para la época de los hechos, exposición de 30
de agosto de 2006, FL. 249 y ss. c. Original 6; General CARLOS ALBERTO FRACICA NARANJO, 11 de enero de 2006, FL. 92-
100 c. Original 4; Certificación Jurada de JESÚS ARMANDO ARIAS CABRALES, 29 de Septiembre de 1989, FL. 160 c. Anexos
60; GUSTAVO ADOLFO CONTRERAS LAGUADO, 31 de enero de 1986 FL. 175 c. Anexos 70, FL. 54 c. Anexos 76 A; Capitán
Policía Nacional “estuve colaborando en el traslado de personas que iban siendo evacuadas hacia el Museo 20 de Julio”;
AG. AUDIAS SEGUNDO BELTRÁN ARGOTY 25 de Noviembre de 1985, FL. 47 cor. Anexos 8. Trabaja en el Departamento F2.

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Precisamente, para el cumplimiento de la misión encomendada, el Jefe de


la Sección B-2 contó con el apoyo interinstitucional de otros organismos
como la Policía y el DAS, tal como lo informó el oficial ARIAS CABRALES
al señalar:

“En relación con la identificación de las personas rescatadas del Palacio de


Justicia, el B-2 de la Brigada tuvo apoyo de elementos del Das y de la Policía
Nacional por cuanto no podía con sus medios disponibles determinar la identidad
de las personas, máxime cuando muchas de ellas no tenían ningún documento con
el cual se estableciera su identificación”589.

En cuanto a la actividad adelantada dentro del museo y su directo


responsable, adujo lo siguiente: “El mecanismo que se hubiera empleado dentro
del área de la Casa del Florero fue de competencia del B-2 con el apoyo de los
elementos ya citados”590.

Este manejo fue confirmado por el oficial de inteligencia, SÁNCHEZ


RUBIANO, al asegurar que “hubo la necesidad de solicitar los servicios de la
Policía Nacional, específicamente del F-2 y algunos agentes del Departamento
Administrativo de Seguridad – DAS- quienes estuvieron laborando bajo mi control
y dirección en la reseña o mejor, en la identificación de las personas evacuadas ”.
Informó, además, que le colaboraron el capitán BERNAL (Jefe de
Inteligencia de la SIJÍN) y el Grupo de Explosivos del DAS591.

Asimismo, en una posterior intervención este testigo aclaró con relación al


manejo del personal que se encontraba en la casa del florero, lo siguiente:
“(…) la Unidad de Mando la ejercí con personal del Ejército con las cuatro personas
que llevé, realmente las órdenes que yo podía impartir a otras entidades no era
factible porque yo no tenía el control operacional de ellos, esa fue una de las
dificultades realmente porque cada cual realizaba sus cosas de acuerdo a su

Ver también la continuación del interrogatorio de ARIAS CABRALES, DEL 6 DE JULIO DE 2009 Record 38.58, CD 2 : “Las
personas que iban siendo rescatadas y evacuadas del Palacio de Justicia, se iban conduciendo tanto por personal del
Ejército, como de la Policía Nacional y elementos de la Defensa Civil y de la Cruz Roja que participaron en esto, y se iban
conduciendo como le digo, hacia el lugar en donde se había establecido darles atención e identificación en la Casa Museo
del 20 de Julio, todas las unidades que participaron cumplieron ese proceso de evacuación y las iban entregando en ese
sector, bien fuera personal del B2, DAS, Policía que allí operaban, o a los elementos de Cruz Roja, Defensa Civil, que
pudieran prestar servicio en razón a las condiciones físicas en que fueran evacuadas algunas de las personas”.
589
Folio 209 de cuaderno original de la instrucción No. 13.
590
Ibídem.
591
Folio 34, Cuaderno Original de la Instrucción No. 30, Anexos.

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propio criterio y el General Vargas era el Comandante de la Policía, el DAS era otra
entidad y no era que yo fuera el Comandante de todas esas entidades porque no
se podía, no había posibilidad de hacerlo, y cada entidad tiene su propio
Comandante y su responsabilidad, no me acuerdo ni quién era el Director del DAS,
yo nunca lo vi allá”592.

Sobre el personal del B-2 que participó, se encuentra la indagatoria de


OSCAR WILLIAM VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, integrante de dicho comando,
quien por orden del coronel (r) LUÍS CARLOS SADOVNIK se desplazó a la
casa del florero, para apoyar la labor encomendada a EDILBERTO
SÁNCHEZ RUBIANO. Al respecto aclaró lo siguiente:

“En orden de mayor a menor mi Coronel Edilberto Sánchez Rubiano, como Jefe del
B-2, mi mayor LUIS MODESTO ESTUPIÑÁN NÚÑEZ, él era como el segundo
Comandante del B-2; mi capitán Justo Eliseo Peña Sánchez, era el Jefe de una
Subsección de Operaciones, mi capitán Miguel Ángel Cárdenas Obando, como Jefe
de la Red de Inteligencia, el Sargento Velandia, que manejaba como el archivo del
B-2 y los analistas de los blancos que éramos el Sargento Nieto Velandia, el
Sargento Jiménez, el Sargento Causayá, mi persona y vagamente me acuerdo que
por lo menos habían otros tres sargentos que manejaban otras áreas, pero en este
momento no le puedo especificar cuáles eran. … “En la Casa del Florero yo
claramente me acuerdo de mi Coronel Edilberto Sánchez Rubiano como mi Jefe, del
sargento Velandia que no me he acordado de sus nombres y del Sargento Nieto
Velandia, que era el analista del blanco M-19. Ya después que vi ingresar a la Casa
del Florero a mi capitán Justo Eliseo Peña Sánchez, que no recuerdo si llegó antes
que yo, o si llegó después o si fue con él que me vine y ya posteriormente pues a
todas las personas que a lo largo de mi indagatoria, he manifestado que los vi” 593.

Igualmente, obra oficio N° 0027594 suscrito por el coronel (r) EDILBERTO


SÁNCHEZ RUBIANO, en el cual relaciona el personal que colaboró en las
actividades de recepción e identificación de las personas rescatadas del
Palacio de Justicia, entre los cuales incluye a OSCAR WILLIAM VÁSQUEZ
RODRÍGUEZ, LUIS FERNANDO SUÁREZ PARRA (Polibogotá), FERNEY
CAUSAYA PEÑA, LUIS FERNANDO NIETO VELANDIA y ANTONIO
JIMÉNEZ GÓMEZ.

En esa medida, como se ha precisado, las personas que salían de las


instalaciones del Palacio de Justicia eran conducidas al museo casa del
florero, con el objeto de ser identificadas; establecer el motivo de su

592
Folio 187 y 188, Cuaderno Original de la Instrucción No. 7.
593
Folio 65 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 95, Anexos.
594
Folio 10 del cuaderno original de la instrucción No. 50 A, anexos.

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presencia en el Palacio de Justicia; y constatar que no se tratara de


subversivos que intentaban huir camuflados entre los rehenes que salían
de la edificación.

Esta individualización e identificación a veces se hacía a través de sus


documentos personales, o en su defecto, por medio del reconocimiento de
personas que se encontraban allí, como así lo relató el citado SÁNCHEZ
RUBIANO595.

Sobre el motivo por el cual se debía llevar un registro de los liberados, el


oficial de inteligencia que comandaba la acción en la casa del florero
señaló: “esa fue la misión que recibí por parte del Comandante de la Brigada
General Arias de que había necesidad, no solamente de prestarle la atención
solícita y necesaria, sino que se requería un registro para determinar quiénes
salían de allí, hasta donde las posibilidades lo permitieran”596.

Asimismo, en relación con el manejo del registro y las órdenes impartidas


al interior de esas instalaciones, el testigo OSCAR WILLIAM VÁSQUEZ
RODRÍGUEZ manifestó:

“Mi Coronel era nuestro Jefe, o mi jefe, pues, mío y de los sargentos que estaban
en ese lugar. Mi coronel era el encargado de darnos órdenes, referente
específicamente a las personas liberadas del Palacio de Justicia, como yo ya se lo
he manifestado, el control consistía en identificarlos y registrarlos en una lista para
que esas personas no fueran a salir de la Casa del Florero sin que hubieran sido
registradas en esos listados, porque una vez las personas se iban, ya no
dependían de nosotros ni salían de la Casa del Florero, ni salía por decir en un bus
o en un vehículo a un lugar específico, sino que en el momento que ya registrábamos
el grupo completo de personas ellos se iban. A eso me refiero yo cuando digo
control, a que efectivamente se hiciera el registro de esas personas y esa actividad
era dirigida por mi Coronel Edilberto Sánchez y desarrollada por nosotros, las
personas que estábamos allí colaborando (…) Mi Coronel Edilberto Sánchez
Rubiano, manejaba el registro de las personas que salían liberadas como un todo,
es decir, él no se sentó a hacer el registro de personas porque él estaba pendiente
de que esas personas llegaban, ingresaban, las registrábamos preguntándoles su
nombre, su número de cédula, preguntándole por su estado de salud, haciéndole
como una reanimación a la persona y los que si físicamente ejecutábamos el
registro éramos nosotros, no mi coronel, entonces, eso entiendo yo de la persona

595
Folio 34 del cuaderno anexo No. 30. Refirió que las personas que no tenían documentos de identificación por haberlos
dejado en la portería del Palacio de Justicia o en las oficinas, se identificaron preguntándole a los magistrados rescatados
y personal que laboraba en el Palacio de Justicia si los conocían o no y el “90% de los casos, por decir un porcentaje,
fueron identificados”; “… realmente fueron varias las personas que no se pudo constatar su identificación y en algunos
otros casos no dieron sino su nombre y que consta en un oficio de relación de personas que fueron liberadas en esa
oportunidad…”.
596
Folio 35 del cuaderno original de la instrucción No. 7.

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que está al mando y que está observando, dirigiendo, organizando y haciendo que
a las personas a las que les dio una función la cumplan y eso es control”597.

Lo anterior confirma que, de las personas rescatadas del Palacio de


Justicia y remitidas a la casa museo, no todas fueron identificadas de
inmediato, motivo por el cual varias de ellas fueron conducidas al segundo
piso de la edificación, a efecto de someterlas a “entrevistas” o
“interrogatorios” que permitieran esclarecer el motivo de su presencia en
la sede judicial.

Sobre la distribución de la casa del florero, quien dirigía la acción desde


dicho lugar, coronel (r) SÁNCHEZ, señaló lo siguiente:

“En el primer piso, prácticamente fue que se realizó la actividad que estábamos
desarrollando. Se improvisaron mesas y asientos y ahí manualmente se hacía el
registro de las personas. En el segundo piso prácticamente no se ocupó, cuando
por alguna circunstancia se hacía una entrevista, se preguntaba, qué pasa, quién
ahí, del grupo de los subversivos, de los rehenes allá en el sitio en donde ellos se
encontraban. Esa era una parte no de interrogatorios, sino de entrevista... se
hacían únicamente para averiguar qué era lo que estaba sucediendo internamente
en el Palacio”598.

Sobre el propósito y realización de las entrevistas, el mismo testigo adujo:

“para eso eran las entrevistas que se hacían, no solamente para verificar la
situación que se vivía dentro del Palacio, sino para aquellas personas que no tenían
documentos de identificación, las personas que están allí nos dijeran “si yo lo
conozco, es tal persona y salía (Sic)”599.

Igualmente, al interrogarse sobre la razón para subir personas al segundo


piso, catalogadas como sospechosas o especiales, señaló:

“tanto como sospechosos no era el motivo por el que se subían sino por la
explicación que le di anteriormente, de pronto algunas personas que con mayor
interés se requería una información más exacta o alguien que de pronto decía iba
hablar con usted personalmente, pero realmente de acuerdo a lo que supe y me
informaron quienes hacían esas entrevistas, lo hacían especialmente para eso …
considero que no hay nada muy especial, simplemente la de poder obtener una
mejor información sin que las demás personas oyeran” 600.

597
Folio 72 del cuaderno original de la instrucción No. 95, Anexos.
598
Folio 33 del cuaderno original de la instrucción No. 7.
599
Ibídem. Folio 36
600
Folio 221 del cuaderno original de la instrucción No. 7

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Bajo la misma premisa, al ser interrogado sobre quiénes realizaban dichas


entrevistas, indicó:

“(…) las hacía el personal que estaba a cargo de las entrevistas, de la información,
es decir, de la identificación de las personas yo sinceramente no me acuerdo
quiénes eran exactamente, pero sí sé que de la dirección de inteligencia del Ejército,
me mandaron personal para esta labor, pero no sé nombres”601.

Pese a lo anterior, y a que quien dirigía las operaciones pretende hacer ver
que en el segundo piso se realizaban acciones rutinarias de identificación
o de atención a personas que requerían ser atendidos en privado, está
demostrado que a ese lugar eran conducidas personas que salían del
Palacio y eran catalogadas como “sospechosas”, calificadas, según se verá,
como “especiales” contra quienes, las autoridades cometieron diferentes
excesos, en violación de sus derechos fundamentales.

De ello, tal y como lo resaltó la sentencia apelada, dentro del material


probatorio se encuentra demostrado que fueron conducidos al 2° piso de
la Casa del Florero los ciudadanos ORLANDO QUIJANO602, MAGALYS
MARÍA ARÉVALO MEJÍA603, ORLANDO ARRECHEA OCORÓ604, EDUARDO
ARTURO MATSON OSPINO605, YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO
ALBERICCI606, JULIO ROBERTO CEPEDA TARAZONA607 e IRMA FRANCO
PINEDA (de acuerdo con lo valorado en el acápite relacionado con su
desaparición) y otros, cuyos nombres no se han podido establecer, y que
al momento de la entrevista –como las denomina el coronel (r) SÁNCHEZ
RUBIANO- fueron interrogados de manera violenta, precisamente porque
eran considerados sospechosos de haber hacho parte del grupo guerrillero
que tomó el Palacio de Justicia.

601
Folios 221 del cuaderno original de la Instrucción No. 7. En el mismo sentido se pronunció en declaración vertida el 17
de enero de 1986 vista a folio 35 del cuaderno anexo No. 30: “…los interrogatorios los hicieron los de inteligencia del
Ejército E-2…”
602
Declaración del 2 de junio de 2006, folio 165 del cuaderno original de la instrucción No. 5.
603
Declaración del 24 de noviembre de 1986, folio 11 del cuaderno original IP 070, Anexo No. 1.
604
Declaración del 28 de noviembre de 1985, folio 10 del cuaderno original IP 070, Anexo No. 3.
605
Declaración del 11 de abril de 1986, folio 27 del cuaderno original de la instrucción No. 72 A, Anexos.
606
Declaración del 1° de agosto de 2006, folio 39 y ss. del cuaderno original de la instrucción 6.
607
Declaración del 12 de diciembre de 1985, folio 1 y ss. del cuaderno original IP 070, Anexos No. 3A.

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En el caso de IRMA FRANCO PINEDA, se estableció que además de ello,


esto es, del maltrato del que fue víctima, fue objeto de desaparición
forzada, por haber sido señalada como guerrillera desde el mismo
momento de su salida del edificio judicial, en el último grupo de personas
que salieron vivas, por estas mismas, porque junto con otra u otras de sus
compañeras, se camuflaron entre los rescatados para pasar
desapercibidas; sin embargo, sus mismos rehenes la delataron.

Quedó acreditado, igualmente, que, algunas personas cuya identificación


no se pudo aclarar, fueron remitidas o trasladadas a instalaciones
militares y policiales –más adelante se establecerán los grupos de personas
por el trato que se les dio por las autoridades, en especial, la policía y el
ejército. El coronel (r) SÁNCHEZ RUBIANO, al respecto señaló:

“(…) lo que sí estoy completamente seguro, es que allí en el sitio de concentración


no quedó persona alguna en calidad de retenido y los que por circunstancias de
sospecha, de no aclaración exacta de su procedencia, ni identificación de los que
allí se encontraban como secretarios, consejeros de estado, magistrados, se
enviaron con el oficio correspondiente a la Policía Nacional a fin de que se verificara
y se les solucionara su situación”608.

Para ratificar este punto, se cuenta con la versión del general (r) ARIAS
CABRALES, quien aceptó que durante los trámites de individualización e
identificación del personal que era rescatado del Palacio de Justicia, se
ordenó el traslado de por lo menos seis conductores a las instalaciones de
la Brigada XIII, hecho que narró así:

“No conocí de estas personas. A posteriori, el Coronel SÁNCHEZ me informó del


caso de seis personas que habían sido rescatadas, pero que, por razón de las
entrevistas rápidas, por la acumulación de la gente que estaba allí; -ya que en total
pasaron por ese sector, de acuerdo con los registros, cerca de 250 personas-, por
razón de que no pudo establecer de quiénes se trataba, envió, remitió, seis
personas a la Brigada, en las cuales, lugar en el que fueron recibidas por un
ayudante de la sección de inteligencia, creo era un señor capitán que estaba allí y
de allí los remitió a la estación, a una estación de Policía”609.

Todo lo anterior permite llegar a las siguientes conclusiones: i) las labores


de inteligencia durante los días 6 y 7 de noviembre de 1985, con relación

608
Folio 28 del cuaderno original anexo de la instrucción No. 30. Anexos.
609
Folio 32 del cuaderno original de Pruebas Trasladadas en Etapa de Juicio 5. Record: 32:54 a 33:48.

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a los hechos que se presentaban en el Palacio de Justicia, correspondieron


a la Brigada XIII, y en particular a la unidad B2, cuyo comandante era el
coronel (r) EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO; ii) dicha unidad se instaló en
el Museo Casa del Florero, desde donde se coordinaron todas las
operaciones de inteligencia; iii) una de las principales labores de
inteligencia consistía en la individualización e identificación de todas las
personas que eran rescatadas y trasladadas a dicho lugar; iv) en los
eventos en que no era posible determinar la verdadera identidad de algún
sobreviviente del ataque, se le conducía al segundo piso de ese inmueble
para realizar entrevistas o interrogatorios que permitieran establecer su
procedencia; v) las entrevistas o interrogatorios, en ocasiones, se
realizaron con exceso por parte de la autoridad que controlaba el lugar; y
vi) existieron casos en que, ante la imposibilidad de establecer el motivo
de su presencia en el Palacio de Justicia, los rehenes fueron remitidos a
dependencias militares y/o de policía –algunos en grupos claramente
definidos y registrados en dicho trámite, y otros sin tales procedimientos
y registros por las autoridades-.

Ese fue el tratamiento para algunos, pero no para todos los sacados del
Palacio, porque, contrario a esa versión, hay la de quienes fueron omitidos
de las listas, no registrados en las unidades de policía y militar en la que
estuvieron; es el caso de los estudiantes MATSON Y SANTODOMINGO y
de la guerrillera IRMA FRANCO PINEDA.

Aclarado esto, y a efectos de examinar lo que toca respecto de la


responsabilidad de los exmilitares acá procesados, resulta preciso verificar
cuál fue la participación del Comando Operativo de Inteligencia y
Contrainteligencia COICI en los hechos; especialmente, en las labores de
individualización e identificación de quienes lograron salir con vida del
Palacio de Justicia, entre ellos, la única desaparecida forzada que aparece
probado, la guerrillera IRMA FRANCO PINEDA.

7.4.2.2.- El COICI en la actividad de inteligencia y su ubicación dentro de


las FF.MM.

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El Comando Operativo de Inteligencia y Contrainteligencia –COICI-, fue


creado por medio de la Disposición No. 0002 del 24 de enero de 1985,
expedida por el Comando del Ejército Nacional, como unidad orgánica de
la Dirección de Inteligencia del Ejército –DINTE-, con la misión de “producir
inteligencia desarrollando operaciones de inteligencia y contra-inteligencia
para el Ejército y en apoyo de otras Fuerzas” 610.

Frente a la naturaleza y función de dicho comando, valga precisar desde


ya que, si bien es cierto, de acuerdo al documento atrás referido, tenía la
función de producir inteligencia, fue creado como una unidad orgánica de
la DINTE y, por ello, ésta era jerárquicamente superior; no obstante,
también lo es que, tal como lo explicó el entonces capitán adscrito al
COICI, CAMILO PULECIO TOVAR, dicha dirección no podía tomar
decisiones de manera directa respecto al personal del COICI y cualquier
orden debía darla directamente el comandante de esta última.

De tal forma que la eventual participación de la DINTE en las labores


posteriores a la recuperación del Palacio de Justicia no implicaba
necesariamente la vinculación de algún miembro del COICI, salvo que
existiera orden específica para ello por parte de su comandante. Así lo
resaltó el mencionado testigo:

“La DINTE era como el ente superior del COICI y se manejaban pues todas las
áreas administrativas y funcionales desde la DINTE. La DINTE era como el apoyo
administrativo y funcional del COICI… Jerárquicamente sí era superior, pero la
ordene (sic) tenía que dársela directamente el comandante del Batallón” 611.

Aspecto que fue corroborado por el general (r) IVÁN RAMÍREZ QUINTERO,
en la diligencia de ampliación de indagatoria surtida el 14 de abril de
2008612, en la que afirmó que la DINTE no podía disponer de manera
directa del personal del COICI, específicamente del mayor FERNANDO
BLANCO, para adelantar labores de inteligencia en la casa del florero o en
el Palacio de Justicia; como tampoco podían hacerlo los comandantes de

610
Folio 200 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 32.
611
Folio 172 del cuaderno original de la instrucción No. 34.
612
Folio 1 del cuaderno original de la instrucción No. 33.

333
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otras brigadas, quienes para efectos de solicitar algún apoyo o agregación


a la unidad que él comandaba, debían efectuar un requerimiento previo.

En el mismo sentido declaró el coronel (r) LUIS ARMANDO PEÑA


HERRERA613, quien para la época se desempeñaba como Jefe del E-2 del
Estado Mayor del Ejército, quien explicó, entre otros asuntos, que la
Dirección de Inteligencia no podía disponer directamente de los hombres
que conformaban la unidad de inteligencia del Charry Solano.

7.4.2.3.- Sobre la actuación del COICI en la operación del Palacio de


Justicia.

7.4.2.3.1.- En los acontecimientos, esto es, en particular lo ejecutado por


las autoridades al enfrentar la toma del edificio judicial, de las pruebas
obrantes dentro del encuadernamiento, se tienen dos versiones totalmente
diferentes de militares del COICI, respecto de la función de esa unidad en
dicho acontecimiento: de un lado, quienes afirman una actividad
circunstancial y meramente accidental –entre ellos los aquí procesados y
otros exintegrantes, estos bajo la gravedad del juramento y, de otro,
exmilitares de esa misma unidad que dicen que sí hubo una actividad
importante en dicha operación; todo lo cual debe unirse lo que dicen los
únicos referentes diversos a las testimoniales e indagatorias: los registros
de los libros de la Unidad –Batallón Charry Solano-.

7.4.2.3.1.1.- Actividad por fuera de cualquier rango de responsabilidad en


el manejo de rehenes liberados.

Con ocasión de la toma del Palacio de Justicia por parte del grupo M-19,
activos del COICI hicieron presencia tanto en los alrededores de ese recinto
judicial, como en la casa del florero y al interior del Hospital Militar.

Y ello se hizo, claro está, en cumplimiento de órdenes emitidas por el


mando institucional, esto es, de su comandante, el aquí procesado, general
(r) IVAN RAMÍREZ QUINTERO. No de otra forma se hubiera hecho

613
Ibídem Folio 175

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presencia por personal de esa dependencia ni el despliegue de actividades


en respuesta a instrucciones emitidas para ese efecto.

Sobre el tema, se cuenta con la indagatoria rendida por el citado militar614,


quien, aunque inicialmente afirmó que no hubo participación alguna por
parte de los miembros de su unidad, al ponérsele de presente la copia del
libro de comandante de guardia u oficial de servicio del Batallón Charry
Solano615, en el que obran anotaciones relacionadas con la salida del
personal del COICI durante los días 6 y 7 de noviembre de 1985 con
destino a la Plaza de Bolívar, el Palacio de Justicia y el Hospital Militar,
explicó que, como su función era producir inteligencia, necesitaba
recolectar datos para entregar al Comando del Ejército, por lo que el 6 de
noviembre envió personal de su Unidad para que lo mantuviera informado
de lo que allá sucedía, precisando que algunos no pudieron entrar porque
no llevaban identificación, otros arribaron directamente a la “Casa de
Nariño”; luego pasaron al Palacio de Justicia y algunos de ellos llegaron
hasta la casa del florero –extraña actitud en un militar de ese rango en
una especialidad en la que la información es trascendental como insumo
de trabajo-.

Asimismo, afirmó que, al día siguiente, esto es, el 7 de noviembre, el Jefe


del Estado Mayor del COICI, mayor FERNANDO BLANCO GÓMEZ -aquí
procesado-, le hizo saber que no era necesario enviar gente al Palacio de
Justicia porque era muy difícil hacer cualquier labor de averiguación –
afirmación extraña como se verá en los libros de guardia, en lo que se
siguió enviando personal –al parecer a los alrededores- porque se dice nada
hicieron en el sitio a donde llegaban las personas que salían del palacio.

Tras revisar el acta de inspección al libro de guardia, también recordó que


destinó a la casa del florero, al capitán (r) RAFAEL MARTÍNEZ GABRIEL
en compañía de dos suboficiales, para que le informaran lo que allí sucedía
y que, posteriormente, a solicitud de aquél, envió a otro suboficial con uno

614
Indagatoria rendida el 25 de marzo de 2008, Folio 189 del cuaderno original de la instrucción No.32.
615
Folio 146 del cuaderno original IP 070, Anexo No. 5.

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o dos álbumes contentivos de fotografías de miembros del M-19, para


enseñárselos a un delegado de la Cruz Roja.

Agrega que, al enterarse que se había incendiado el Palacio y ya habían


ingresado las tropas del ejército, ordenó tanto al capitán como “al cabo o
sargento” que se encontraban allá, que se regresaran al Comando, a donde
llegaron entre las 6:00 y 6:30 de la tarde.

Aclaró que, en todo caso, “el COICI no participó en la operación militar del
Palacio de Justicia, ni como agregado, ni como subordinado”616; y aunque
“la DINTE, sí envió personal en apoyo al B-2 de la Brigada”, y su unidad
dependía de la DINTE, ésta nunca le ordenó ni que se agregara ni que
operara como apoyo, en tanto esa “Dirección de Inteligencia envió personal
directamente”617.

Pero, contrariando a su comandante en las versiones dadas, debe mirarse


lo que dice haber hecho el segundo comandante del COICI, quien los dos,
días 6 y 7, sí estuvo allá en apoyo a las autoridades en el campo de la
inteligencia, entrevistando personas y trabajando en su especialidad:
inteligencia.

En diligencia de indagatoria rendida el 29 de mayo de 2008, el mayor


FERNANDO BLANCO GÓMEZ, afirmó que el 6 de noviembre,
aproximadamente a las 3:30 pm. recibió la orden directa de desplazarse al
sitio donde se estaba presentando dicha situación:

“…personalmente la orden de desplazarme hacia el Palacio de Justicia, para


informarle al comandante qué estaba sucediendo. Eso lo hice en compañía de dos
oficiales, que era un capitán Castro y un Capitán Martínez”618.

Por su parte, el sargento mayor (r) GUSTAVO ARÉVALO –acá procesado-,


analista del blanco M-19 del COICI, para la fecha de los hechos, en la
diligencia de indagatoria rendida el 20 de mayo de 2008, manifestó:

616
Folio 2 del cuaderno original de la instrucción No. 33.
617
Ibídem Folio 3.
618
Folio 6 del cuaderno original de la instrucción No. 36.

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“El día 6 permanecí en la unidad todo el tiempo, mis labores rutinarias, el día 7
igualmente como hasta alrededor del medio día, después del medio día, el jefe de
operaciones, no recuerdo quién era el jefe de operaciones de ese entonces, me
ordenó llevar unos álbumes a la esquina de la catedral en inmediaciones al Palacio
de Justicia, yo iba junto con otro suboficial, no recuerdo el nombre, esos álbumes,
debía yo entregárselos al Capitán Martínez, quien me esperaba en ese lugar. De la
unidad allá nos desplazamos en un carro, no recuerdo bien qué clase de carro pero
era un carro de servicio un CJ5, descarpado por la parte de atrás y carpado por
los lados, en ese era que llevaban todos los días a las señores del Casino, nos dejó
en la sexta con Caracas, porque la décima estaba cerrada, para acercarnos más
no había otro medio. De ahí nos desplazamos a pie, hasta la esquina de la catedral.
En el recorrido nos gastamos 40 a 50 minutos. En el recorrido de la sexta con
Caracas, nos gastamos por la cantidad de retenes que allí había y requisas que
me hacían y hasta que lo que hacían el retén se comunicaban con un superior para
informar que estábamos nosotros ahí. Allá a la esquina de la Catedral, llegamos
creo que después de la una, una y media, dos de la tarde. Se entregó los álbumes
al Capitán Martínez, él los tomó y se dirigió a la siguiente esquina que era la
esquina de la Casa del Florero (sic), la siguiente esquina de donde estábamos
nosotros. Allí había un señor que creo era de la Cruz Roja y él le presentó los
álbumes y empezaron a mirarlos ahí”.

Otro de los que fueron acá procesados, en su momento, el coronel (r) RAFAEL
ÁNGEL MARTÍNEZ GABRIEL, para la época jefe del blanco sociopolítico
del COICI, en diligencia de indagatoria rendida el 28 de mayo de 2008, ,
señaló que durante los días 6 y 7 de noviembre estuvo en el área de los
hechos, específicamente “en la esquina frente a la Casa del Florero” 619 a
donde fue enviado con el fin de estar pendiente de lo que sucedía –del
dicho de este militar se evidencia la necesidad de quedar lo más fuera
posible de los acontecimientos, puesto que no es claro cómo un jefe de
blanco del COICI se aposta en la esquina para ver lo que estaba
ocurriendo, a modo de simple observador.

En relación con la actividad desarrollada el segundo día de la toma, explicó


que, al llegar a la Unidad, el entonces coronel IVÁN RAMÍREZ QUINTERO
le dio la orden de desplazarse al sitio de los hechos y mantenerlo informado
de las actividades que se estaban desarrollando, pues suponía que se iba
a presentar una negociación con los miembros del M-19. Razón por la cual
salió con destino a las inmediaciones del Palacio de Justicia, situándose
en la esquina norte de la Catedral frente a la Casa del Florero y diagonal
al Palacio de Justicia, lugar donde igualmente estaban ubicados los
periodistas que cubrían la noticia, por cuyo medio se enteró de la llegada

619
Folio 232 del cuaderno original de la instrucción No.35.

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del director de la Cruz Roja de apellido MARTÍNEZ, quien, al parecer,


intentaría una negociación con los subversivos.

En razón a ello, sigue, buscó y logró entrevistarse con el prenombrado,


persona que le informó que iba con orden del Presidente para hablar con
las personas que se habían tomado el recinto judicial y que necesitaba
saber con quiénes iba a interactuar, por lo que le ofreció suministrarle
unas fotos de los miembros del M-19, las cuales fueron enviadas con un
sargento pasado el mediodía por su comandante y exhibidas al citado
funcionario.

Luego que éste (el director de la Cruz Roja) ingresara al Palacio y se


suspendieran los disparos, pensó que se habían iniciado las
conversaciones; sin embargo, minutos después supo por la información
que aportaban los periodistas, que no se trataba de un cese al fuego sino
del final del combate. Una vez informado su jefe sobre la novedad, le fue
ordenado regresarse a la Unidad.

A estos indagados, libres de juramento y apremio se unen otros exmilitares


en la versión de poca o nula actividad parte del COICI.

En testimonio se tiene al coronel (r) GUSTAVO CASTRO PEÑA -para la


época en grado de capitán-, en declaración rendida el 30 de abril de
2008620, afirmó que el 6 de noviembre de 1985 “aproximadamente a las 3 de
la tarde, de pronto, estando de regreso a la unidad, en el momento en que
ingresaba por la guardia de la unidad, me indicó el señor General Iván Ramírez,
Teniente Coronel en esa época, quien era mi comandante, que me uniera a un grupo
de oficiales y suboficiales que salían de la unidad con destino al Palacio de Nariño,
la Casa del Presidente porque allí o en inmediaciones de la Casa de Nariño, se
estaba presentando algún incidente”. Afirmó que dicho grupo estaba
encabezado por el mayor BLANCO en calidad de Jefe de Estado Mayor, el
capitán MARTÍNEZ GABRIEL, otro oficial y unos suboficiales. En cuanto a
las órdenes recibidas y la misión que debía cumplir, afirmó:

620
Folios 247 y ss cuaderno original de la instrucción No. 33

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“el comandante IVÁN RAMÍREZ, me dijo que me uniera al grupo del mayor Blanco
que ya estaban embarcados… ellos ya iban de salida. Si yo llego un minuto más
tarde yo no llego ahí, entonces yo no sabía qué órdenes tenía el Mayor Blanco. En
el desplazamiento ya de San Cristóbal, como hasta la 11 con 10 fue que me enteré
que había un incidente en el Palacio de Nariño y que había que ir a establecer qué
era lo que estaba sucediendo”621.

De igual manera, el 7 de noviembre aproximadamente a las 4:00 pm, salió


de la unidad, acompañado del mayor BLANCO y otros suboficiales con
destino al Hospital Militar, porque había información de que podría ocurrir
un acto terrorista en contra de esas instalaciones. La misión en esta
oportunidad era verificar el estado de seguridad del lugar, para lo cual
llegaron alrededor de las 5:00 pm. El mayor BLANCO fue a hablar con el
director del Hospital, mientras él lo hacía con el capitán LUIS FERNANDO
PUENTES TORRES que era el coordinador del Ejército en ese centro
hospitalario. Salieron aproximadamente a las 7:00 pm, luego de que se
verificaran las condiciones de seguridad.

Por su parte, HUMBERTO MAYORGA PEÑA, para la época sargento


viceprimero y analista del blanco ELN asignado al COICI, en declaración
rendida el 30 de abril de 2008 afirmó que aproximadamente a las 4:00 pm,
sin recordar la fecha, lo enviaron con otros compañeros disponibles a
averiguar algo que estaba sucediendo en la Plaza de Bolívar, lugar a donde
no logró llegar por cuanto el sector estaba ocupado con personal de todos
los estamentos de seguridad del Estado que impedían el paso. En razón a
ello, no realizó labor alguna ni en el Palacio de Justicia ni en la casa del
florero, regresando a su lugar de residencia ubicada en las casas fiscales
de la Escuela de Artillería entre 6:30 y 7:00 pm622.

También, el sargento segundo FREDY BENAVIDES MANTILLA623, el día 22


de mayo de 1989, aclaró que el día en que inició la toma guerrillera, su
inmediato superior le ordenó:

“…llevar unos álbumes con fotos de diferentes elementos de las distintas


Organizaciones Guerrilleras que existen en todo el país EPL, ELN, FARC, M-19 etc.
Que los llevaran a la Casa del Florero (…) recuerdo que me dijo que los llevara allí

621
Folio 250 del cuaderno original de la instrucción No. 33
622
Folio 281 y s.s. del cuaderno original de la instrucción No. 33
623
Folios 277 y 278 del cuaderno original investigación procuraduría IP 070, No.1.

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para que utilizara el Grupo de Compañeros que se encontraban allí en la labor de


identificación de reconocimiento, es decir, que por ejemplo los rehenes iban
saliendo, y ellos mirando las fotos para mirar si se trataban de Guerrilleros del M-
19 o de otra Agrupación” (sic).

7.4.2.3.1.2.- Quienes afirman que se hizo por el COICI, mucho más que
mera presencia.

El sargento segundo FREDY BENAVIDES MANTILLA, orgánico del COICI


y analista del blanco o sección EPL, relató que el 6 de noviembre de 1985
aproximadamente a las 9:00 am, su jefe, sin recordar el nombre, le
impartió la orden de llevar con destino a la Casa del Florero, unos álbumes
contentivos de imágenes de algunos miembros de las organizaciones
guerrilleras que existían, con el fin de que se utilizaran por el grupo de
compañeros que se encontraba allí en la labor de identificación y
reconocimiento. Ello con el fin principal de establecer qué grupo realmente
se había tomado el Palacio de Justicia, por lo que, tal como se le
encomendó, entregó las fotografías al mencionado “grupo”, respecto de
quienes no recordó nombres, permaneciendo allí aproximadamente entre
30 y 45 minutos para luego regresar a la unidad.

En cuanto a lo que pudo observar en relación con la actividad desarrollada


con las citadas fotografías, afirmó: “es decir, que por ejemplo los rehenes iban
saliendo, y ellos mirando las fotos para mirar si se trataban de guerrilleros del M-
19 o de otra Agrupación, y eso era todo, eso era el fin de los álbumes,… la gente
que iba saliendo rescatada y pasaba a la Casa del Florero, gente que llevaba la
Cruz Roja esas personas, eran las que nos colaboraban mirando las fotografías
para establecer la identidad de algunos de los que estaban dentro del
Palacio…Nosotros simplemente aportamos los álbumes, para que las personas
liberadas colaboraran en el reconocimiento”.

RUBÉN DARÍO VELÁSQUEZ FRANCO, en declaración rendida ante la


Procuraduría el 27 de abril de 1989, afirmó que por orden de su
comandante IVÁN RAMÍREZ, “el día 7 fui nombrado como fotógrafo de la
Unidad en el Palacio de Justicia, consistía tomar fotos a los posibles de los
miembros sospechosos del denominado M-19, reconocidos, que hubiesen salido del
Palacio de Justicia”. La identificación de las personas que debían ser

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Delito: Desaparición forzada

fotografiadas se establecía “mediante un álbumes fotográficos que yo lo llevé


que reposa en la Brigada por intermedio de este se reconocían a los sujetos del M-
19”624. Para tal efecto se desplazó al Palacio de Justicia a las 6:30 pm
aproximadamente y estuvo en el lugar por espacio de una hora y media,
sin embargo, no tomó fotografía alguna por cuanto no hubo retenidos.

7.4.2.3.1.3.- Único referente distinto a los testimoniales sobre la actividad


del COICI en el tema Palacio de Justicia: registros de libros de guardia del
Charry Solano.

Según las anotaciones obrantes en los registros de la unidad, según el acta


de inspección a los libros de comandante de guardia y oficial de servicio
del Batallón Charry Solano, realizada por la Procuraduría Delegada para
las Fuerzas Militares, el 17 de noviembre de 1987, se registran varias
salidas relacionadas con estos hechos:

“6-11-85-15:25 Personal. Salió el Sr. Blanco, CT. MARTINEZ, CT. CASTRO. CT.
GIRÓN con los Sargentos SANABRIA, el señor MAYORGA, CS. BENAVIDEZ y el Sr.
MORENO con el conductor BUSTOS en la PANEL NV 6021 hacia el Palacio de
Nariño. 06-11-85-15:50. Personal. Salió el señor PINILLA conduciendo el vehículo
JK 6573 con los Señores GUZMAN MARIANO, ROMERO HOLMEDO y LUNA JOSE
AGUSTIN a cubrir un mitin en la plaza de Bolívar. (…) 06-11-85-16:50 Personal.
Entró el Sr. PINILLA que se encontraba en el Centro.”.

A su vez, el 7 de noviembre de 1985, según el acta, se realizaron los


siguientes registros:

“07-11-85-07:45 Personal. Sale personal al Palacio de Justicia, el Sr.CT. MARTINEZ


GABRIEL A., EL Sr. ARIAS PELAEZ ALVARO, el CS. GIRALDO y el Sr.MORENO R.”.

“07-11-85-12:20 Personal. Sale el Sr. AREVALO GUSTAVO destino Palacio con dos
(2) álbumes de fotografías”.

“16:00 Personal. Sale el Sr. MY. BLANCO GÓMEZ FERNANDO con el Sr. CT.
CASTRO PEÑA GUSTAVO, SV. SANABRIA GARZÓN RUBEN DARIO y SV. SERRATO
GONZALEZ GUSTAVO al Hospital Militar a efectuar trabajo de inteligencia…
Cumplir órdenes como fotógrafo al Palacio de Justicia el SV. VELASQUEZ FRANCO
RUBEN DARÍO… 18:50 Regreso del Sr. SCT. MARTINEZ GABRIEL ANGEL, SS
AREVALO GUSTAVO Y CS. GIRALDO HELKIN, quienes se encontraban cumpliendo
órdenes en el Palacio de Justicia”.

624
Folio 261 y s.s. del cuaderno original IP 070, No.1

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Anotaciones de las que se puede afirmar que, por lo menos, quienes se


identifican en los libros del comando de guardia del COICI como “Sr.
BLANCO”; “CT. MARTINEZ”, “CT. CASTRO”, “CT. GIRÓN”, “Sargento SANABRIA”,
“el señor MAYORGA”, “CS. BENAVIDEZ”, “Sr. MORENO”, “Conductor BUSTOS”,
“PINILLA”; “los señores GUZMAN MARIANO, ROMERO HOLMEDO y LUNA JOSE
AGUSTIN”, “CT. MARTINEZ GABRIEL A.” “Sr. ARIAS PELAEZ ALVARO”, el “CS.
GIRALDO”, el “Sr. MORENO R” y el “Sr. AREVALO GUSTAVO” fueron enviados a
atender asuntos relacionados con la toma del Palacio de Justicia.

Ello permite afirmar, sin dubitación alguna, que la afirmación del general
(r) RAMÍREZ QUINTERO, de que su unidad no estuvo involucrada, esto es,
que solamente hizo “presencia” tangencial o en los alrededores, no resulta
ajustada a la realidad.

En este punto es importante señalar, que, aunque los procesados


ARÉVALO, BLANCO y RAMÍREZ, en sus declaraciones han mostrado ajeno
al COICI, respecto de las actividades que desarrolló el engranaje militar y
policial frente a la toma y recuperación del edificio judicial tomado por el
M19; lo cierto, a partir de lo probado, es que esa unidad militar no
solamente acudió, sino que participó activamente en la operación militar,
pues así se desprende de sus propios dichos.

Así entonces, no es, como lo planteó el sargento (r) ARÉVALO, en el sentido


que llegaron hasta los cordones externos y no pudieron ingresar, ni
tampoco como lo manifestó el general (r) RAMIREZ, frente a que actuaron
allá, pero, a la vez, no, pues las actividades desarrolladas por varios de los
declarantes, para entonces miembros de esa unidad, refutan tal falta de
actividad y, por el contrario, muestran la importancia de su presencia, no
en los alrededores, sino en el sitio en el que se realizaban las
averiguaciones al personal rescatado.

Por ello resulta alejado de la realidad que una unidad militar como el
COICI hubiere actuado en forma tangencial, prácticamente ajena a lo que
estaba pasando.

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7.4.2.3.2.- Apoyo del COICI a las labores de identificación de las personas


que salían con vida del palacio.

En tal sentido, el coronel (r) SÁNCHEZ RUBIANO afirmó en cada una de


sus salidas procesales que, en atención a la función encomendada, estuvo
trabajando con su personal en la verificación de la identidad de las
personas rescatadas del Palacio, y de acuerdo a las coordinaciones
institucionales e interinstitucionales, en esa tarea estuvo comprometido
personal de otras autoridades con la misma especialidad –inteligencia-
como la Policía Nacional, SIJIN, DIJIN, F2 y varios miembros del DAS,
además de apoyos designados por el área del E-2 del Ejército Nacional,
que es la misma Dirección de Inteligencia de la cual es orgánica el COICI,
enfatizando siempre que, salvo la presencia del entonces mayor
FERNANDO BLANCO, a quien no recordó asignar función alguna en las
tareas desarrolladas allí, ningún otro miembro del COICI hizo presencia
en la casa del florero. Así lo relató:

“…tal vez el único que fue a decirme que qué se me ofrecía fue el mayor Blanco,
pero le dije que no porque ahí había gente del Das y de la Policía y para que no se
dispensara la actividad que estábamos realizando. El mayor se llama FERNANDO
BLANCO. En cuanto a las personas que estuvieron alrededor, eso sí me queda
difícil porque había DAS, F-2, yo me imagino que los elementos de inteligencia y
seguridad del Estado, me imagino que haciendo las labores normales de
verificación, de averiguación de control, actividad esta que no podría decir que
hicieron porque yo estaba era metido en otro cuento como dicen ”625.

Surge la pregunta de cómo entender que un militar, segundo al mando de


una unidad de inteligencia, como el COICI, va a “ofrecerse”, como si de
una actividad cualquiera se tratara, más cuando los dos eran de la
especialidad: inteligencia militar. Sobre esto se volverá seguidamente,
porque este militar fue allá, a la casa del florero, en cumplimiento de
“órdenes” de su comandante, el aquí procesado general (r) RAMIREZ.

Entonces, esa afirmación de “ayuda” o apoyo, que se quiere mostrar como


voluntaria y sin mayor incidencia de un militar de rango y mando medio –
como lo que dice el sargento (r) AREVALO, y el mismo general (r) RAMIREZ-
, no es cierta, ni fue un acto de liberalidad, como más adelante se analiza,

625
Folio 186 y s.s. del cuaderno original de la instrucción No. 33

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pues se trataba del segundo comandante del COICI; unidad a la que fueron
llevados algunos evacuados del Palacio, los estudiantes MATSON y
SANTODOMINGO, –sobre lo que se volverá más adelante-, así previa
coordinación y paso por las instalaciones de la SIJIN.

A partir de lo probado, hubo evidente coordinación para el manejo, tanto


regular, como irregular de personas evacuadas.

En este punto debe conocerse lo que dice el procesado BLANCO GÓMEZ,


quien recuérdese, para entonces, contaba con mando y capacidad
operacional respecto del COICI, pues era su segundo comandante:

En indagatoria rendida el 29 de mayo de 2008, en calidad de segundo


comandante del COICI, dice que el 6 de noviembre recibió la orden de
desplazarse al Palacio de Justicia, además, sobre su misión, manifestó:
“bueno, yo tenía primero que reconocer el sector, ¿sí?. Hacer como una observación
de qué estaba sucediendo… observar para poder describir qué está sucediendo,
hablar con la gente que está saliendo de ahí o escucharlos, que están saliendo del
Palacio y que los están trayendo ahí, unos alzados, otros en camilla, otros a
empujones, eso para poder sacar yo una conclusión de lo que hablé con esa gente
y poder saber yo que es lo que está sucediendo ”; advirtiendo que hizo aquello
con la intención de que no lo sacaran de allí, porque el control lo tenía el
coronel (r) EDILBERTO SÁNCHEZ, quien le manifestó que no lo requería
porque ya tenía personal de otras autoridades.

Además, en ampliación de indagatoria surtida el 24 de julio de 2008, el


mayor, nuevamente, y siguiendo el mismo hilo de creación de un escenario
distinto al primeramente referido, describió, nuevamente, las actividades
llevadas a cabo durante los días de la ocupación del Palacio de Justicia, y
con la intención de explicar las razones por las que, en la declaración
rendida ante la procuraduría afirmó haber participado en labores de
reconocimiento, indicó que, de acuerdo con la orden del comandante de la
unidad, encontrándose en la casa del florero, ofreció su colaboración al
coronel (r) SÁNCHEZ RUBIANO, pero como la misma fue rechazada bajo
el argumento de que ya tenía suficiente personal,

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“…entonces para poder yo informar al Comando qué estaba sucediendo, porque yo


tenía que informar sobre enemigo, tiempo y terreno, eso es lo que tiene que informar
todo militar, yo ayudaba, para que no me sacaran, a identificar la gente. La gente
presentaba su cédula, otra gente no cargaba su cédula pero se le veía que habían
perdido sus documentos pero eran estudiantes, les ayudaba para que los dejaran
salir, dejaran largar a la gente. En esto demoraría qué, por ahí una hora, hora y
media…”626.

Explicación que corrobora una vez más su presencia al interior del


pluricitado museo, y su desempeño en actividades propias de entrevista,
identificación y reconocimiento de rehenes.

De su presencia allí también dan cuenta otros de sus compañeros de la


misma unidad. En efecto, los entonces militares GUSTAVO CASTRO PEÑA
y RAFAEL ÁNGEL MARTÍNEZ GABRIEL, aseguraron que por orden del
comandante del COICI, el 6 de noviembre se trasladaron en horas de la
tarde al Palacio de Justicia con la función de estar pendientes de lo que
sucedía en el lugar. Ambos aseguraron no haber ingresado a la casa del
florero, en cuyo interior solo estuvo el entonces mayor FERNANDO
BLANCO permaneciendo allí por algún tiempo; luego de su salida y por
orden de éste, se retiraron del lugar con destino a la unidad, sin realizar
ninguna otra actividad adicional.

Es claro que ninguno de los miembros del COICI acepta haber estado
adentro de la Casa del Florero, con excepción del Mayor BLANCO segundo
comandante de la unidad militar; siendo importante señalar, que aunque
en sus versiones informó que su labor en aquel sitio, consistió en
“observar” y entrevistar, indicando además que él ayudó a identificar a la
gente que salía con vida del palacio de justicia.

Y aunque trató de aclarar a qué se había referido con que colaboró a


identificar, para la Sala es claro, a partir de lo probado, que el Mayor
BLANCO sí realizó entrevistas y actividades de identificación de evacuados
del Palacio de Justicia; ello en cumplimiento de las órdenes que le había
dado su comandante. Por lo que no resulta creíble la justificación que
brindó cuando indicó que se quedó a ayudar en la Casa del Florero “porque

626
Folio 25. del cuaderno original de la instrucción No. 38

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si no lo sacaban”, teniendo en cuenta el momento crítico que se estaba


viviendo; y siendo él, el segundo al mando de una unidad militar,
especializada en inteligencia.

Por ello, esa actividad expuesta en la primera versión, no solamente por


ser temporalmente más cercana a la fecha de los hechos, sino por la
calidad de los detalles de su narración, y porque, en definitiva, no presentó
una justificación clara ni lógica que permita entender las razones por las
que esa afirmación categórica de haber participado en actividades de
reconocimiento, entrevista y demás de evacuados en la casa del florero, es
la que debe ser tenida en cuenta, y así lo será en el juicio de
responsabilidad que se realiza de este personal militar.

Otro aspecto que permite afirmar que, a medida que se conocía de su parte
lo sucedido, iba cambiando de coartada, es que, aun cuando afirmó en
una de sus salidas judiciales que estuvo poco tiempo en la casa del florero
ese 6 de noviembre, en su declaración de indagatoria del 24 de junio de
2008 da cuenta que su permanencia en la casa museo hasta altas horas
de la noche, pues afirmó que cuando terminó su participación allí, llamó
“al Batallón” para que le enviaran el vehículo de servicio llegando a la
unidad “aproximadamente entre las doce, una de la mañana”. Sobre este punto
se volverá al estudiar lo sucedido con dos de los rescatados ese 6 de
noviembre: los estudiantes SANTODOMINGO y MATTSON.

Ahora, en relación con las labores realizadas el 7 de noviembre, afirmó que


entre las 15:30 y las 16:00 horas, recibió la orden del comando del COICI,
de desplazarse al Hospital Militar para hacer una inspección de seguridad
física en el parqueadero y en el sector de urgencias, con el fin de verificar
que no hubiera allí cargas explosivas, pues en el comando rondaba el
rumor de que iban a instalar artefactos de esa naturaleza en varias
entidades oficiales. Actividad que desarrolló con el capitán “CASTRO” y
dos suboficiales más hasta las 19:30 horas.

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Así entonces, las pruebas hasta ahora analizadas, conducen a afirmar que
durante los días 6 y 7 de noviembre de 1985, miembros del COICI, bajo
las órdenes del coronel (r) IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, participaron en las
actividades ocurridas en el Palacio de Justicia, y que su actividad no se
limitó a una simple averiguación de lo que allí sucedía, como se pretendió
hacer ver durante la investigación, sino que, en ejercicio de sus funciones,
se realizaron entrevistas a los evacuados, y apoyo en la identificación de
guerrilleros que salían camuflados entre los rehenes que iban siendo
liberados.

Sobre el particular, no solo se cuenta con los álbumes fotográficos que


llevaba personal del COICI a fin de cotejar con las fotos si alguno de los
rescatados estaba identificado como guerrillero en esos libros, sino que,
incluso, hubo personal del COICI tomando fotografías y entrevistando
personas, a lo que se aúna, por sus propias palabras, que el procesado
BLANCO GÓMEZ tuvo una participación activa en dicha función.

Es preciso, seguidamente, revisar lo que para la fiscalía y la parte civil,


estructuran la participación del COICI y, en consecuencia, de los aquí
procesados, en la desaparición forzada de la guerrillera IRMA FRANCO.

7.4.2.3.3.- Del manejo y la clasificación de los rehenes rescatados durante


la operación militar.

Conforme se advierte probado por una gran cantidad de declaraciones de


las personas liberadas y que fueron llevadas a las instalaciones de la Casa
del Florero, a muchos se les obligó a salir con las manos en alto o en la
nuca e, incluso, a aquellos a los que no se les lograba establecer
claramente cuál era el motivo de su presencia en el Palacio de Justicia, se
les trasladó al segundo piso de la Casa del Florero, lugar en donde se
encontraban integrantes de los organismos de seguridad, quienes los
sometieron a interrogatorios.

A la mayoría de esas personas una vez establecida la justificación de su


presencia al interior del Palacio de Justicia, se les permitió salir de la Casa

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Museo de la Independencia, sin embargo, hubo otras a las que, de manera


previa a su liberación, se les trasladó a otros sitios, particularmente a la
Brigada XIII, o al Batallón Charry Solano; última unidad a la que fueron
trasladados algunos de los denominados, por las mismas fuerzas
militares, como “especiales”.

A efecto del estudio de cada uno de los grupos, necesario resulta


establecer, para conocer el fin de cada uno de ellos, según las
circunstancias establecidas por el grupo de entrevistadores, claro está,
incluidos miembros del COICI, la existencia de registro en los libros o
minutas de las unidades militares o policiales sobre esas personas.

Se diferencian cuatro grupos, bien definidos, según su ubicación hora de


salida y procedimientos a los que fueron sometidos así:

7.4.2.3.1.- El primero integrado por los conductores asignados a diferentes


magistrados de la corporación, los cuales fueron rescatados en horas de
la mañana del siete de noviembre, éstos una vez ingresados a la Casa del
Florero inmediatamente fueron trasladados en ambulancia de la Cruz
Roja, tripulada por personal de la misma institución a la Brigada XIII, y
finalmente fueron liberados.

Al respecto, se tiene que el 4 de febrero de 1986 por parte de la


Procuraduría se practicaron varias inspecciones a los libros minuta de
guardia, control entrada personal civil, y de oficial de servicio, de la
Brigada XIII. Diligencia en la que se dejó constancia de las anotaciones
consignadas en el “Libro Minuta de Guardia” y relacionadas con estas
personas:

“… a folio 256 encontramos esta anotación: “Fecha 7-11-1985 hora 09:00 Asunto
Personal anotación La Cruz Roja trae 6 conductores que se encontraban como
rehenes en el Palacio de Justicia así: NIETO VARGAS PEDRO ANTONIO, NOSSA
ROJAS LUIS ALBERTO, DÍAZ SUÁREZ JOSÉ, ACOSTA FLORES.- A folio 257
encontramos anotaciones de fecha 7-11-85 hora 15:00 asunto Personal anotación
“Sale el personal que se encontraba en el B-2 los siete que trajo la Cruz Roja, en el
mismo folio 257 aparece anotación del 7-XI-85 a las 18:30 horas “El Señor Capitán
DÍAZ S-2 de la Escuela de Infantería trae cinco detenidos que quedan a órdenes
del B-2; los suscritos Funcionarios dejan constancia que revisados minuciosamente

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Delito: Desaparición forzada

las novedades no encontramos anotación con posterioridad al ingreso, que nos


señale el día y hora en que se le resolvió su situación jurídica”.

El 3 de noviembre de 1987 por parte de la Procuraduría se practicó visita


especial a los libros de oficial de guarnición, oficial de inspección, oficial
de servicio y comandante de guardia de la Brigada XIII, de cuya acta se
extrae:

“LIBRO MINUTA DE GUARDIA: Folio 251 a 261 encontramos las siguientes


anotaciones:… 07-11-85. -09-00 PERSONAL: La Cruz Roja trae seis conductores
que se encontraban como rehenes en el Palacio de Justicia: Así: NIETO VARGAS
PEDRO ANTONIO, NOSSA ROJAS LUIS ANTONIO, DÍAZ SUÁREZ JOSÉ, ACOSTA
FLOREZ… -07-11-85.- PERSONAL: Sale el personal que se encontraba en el B2 y
los siete que trajeron de la Cruz Roja… 07-11-85.- 18-30 HORAS DETENIDOS El
señor CT DÍAZ S1 de la Esinf trae cinco detenidos que quedan a cargo de la sección
segunda”627.

7.4.2.3.2.- Un segundo grupo integrado por Orlando Arrechea Ocoró,


Orlando Quijano, Patricio Torroledo Chaparro, Luis Enrique Jiménez,
Orlando Antonio Arce o Simón Rogelio Prado Rodríguez, entre quienes no
existía vínculo alguno, los cuales fueron mantenidos en el segundo piso de
la casa museo, después trasladadas a la Brigada XIII, y después puestos
a disposición de la Policía Nacional –SIJIN- donde finalmente fueron
dejados en libertad.

Al respecto, en otra diligencia, practicada por la misma procuraduría a los


libros de comandante de guardia, oficial de servicio y de “control personal
civil”, de la Escuela de Caballería y respecto de algunas de las personas
relacionadas con los cuatro grupos referidos se consigna lo siguiente, del
4 de febrero de 1986:

“En el libro de anotaciones del Comandante de Guardia a folio 88 se encuentra la


siguiente anotación “07-11-85 hora 11:30 asunto detenidos anotaciones entran 7
conductores en calidad de retenidos por orden de la BR13, al sector coordinación
“Reservado” al mando del Señor SS ESTUPIÑAN”, 07-11-85 hora 12:00 asunto
detenidos entran en calidad de detenidos o saboteadores de acuerdo a
informaciones del S.S. ESTUPIÑAN” al final del folio 88 y comienzos del folio 89
encontramos la siguiente anotación “07-11-85 hora 17:00 asunto detenidos salen
con destino a la Policía Judicial 6 detenidos de acuerdo orden del SS ESTUPIÑAN
Suboficial de reseña BR13.- Los funcionarios de la procuraduría procederán
posteriormente a constatar, quienes los conductores retenidos y los saboteadores

627
Folio 111 y s.s. del cuaderno original IP 070, Anexo N°5

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de quienes hemos hablado en la presente diligencia, labor que se desarrollará ante


la Décima tercera Brigada del Ejército”628.

Respecto de la anotación del siete de noviembre de 1985 relacionada a


“detenidos en calidad de saboteadores”, se destaca que, si bien no se
señala cuántas personas corresponden a ese registro, sí concurre dentro
del expediente el oficio N° 0640/ CO BR 13 –B2-267 del 7 de noviembre de
1985, mediante el cual el capitán MIGUEL ÁNGEL CÁRDENAS OBANDO,
jefe –encargado- de la sección segunda de la Brigada XIII, pone a
disposición de la Policía a esas personas así:

“En atención a las coordinaciones pertinentes para la identificación y


procedimientos legales, con el presente envío a ese Comando a los siguientes
sujetos quienes se hallaban en inmediaciones del palacio de Justicia en actitud
sospechosa, durante la ocupación del M-19 en esas instalaciones el 06-NON-85,
así:

-TORRELEDO CHAPARRO PATRICIO


-ARRECHEA OCORO ORLANDO
-QUIJANO ORLANDO
-JIMÉNEZ LUIS ENRIQUE
-ARCE SAUL ANTONIO
-PRADO RODRÍGUEZ SIMÓN ROGELIO629”.

En la SIJIN aparecen los registros del ingreso de esas personas en esa


fecha, según las anotaciones “SIJIN SALA DE CAPTURADO”, en los
formatos de ingreso a esa unidad, los cuales señalan:

“… que de la Escuela de Caballería fue conducida la siguiente persona: Orlando


Arrechea Ocoro … observaciones conducido del B2 de la Br 13 oficio 0640…”;
“…Orlando Quijano… conducido del B2 Br 13 oficio 0640…”; “…que de la Brigada
13 B2 fue conducida la siguiente persona: Luis Enrique Jiménez …”; “…que de la
Escuela Artillería- 13 Brigada fue conducida la siguiente persona: Saúl Antonio
Arce …”; “…que de la B2 Brigada 13 fue conducida la siguiente persona: Simón
Arcecio Prado Rodríguez … observaciones conducido del B2 de la Br 13 oficio
0640…”; “…que de la Décimo Tercera Brigada fue conducida la siguiente persona:
Patricio Torroledo Chaparro…630”.

7.4.2.3.3.- El tercer grupo corresponde a cinco personas que fueron


capturadas en las inmediaciones del municipio de Zipaquirá,
Cundinamarca, a bordo de un vehículo de servicio público, trasladas a la
Brigada XIII, de los cuales solo se conoce la situación del señor José

628
Folio 150-151 del cuaderno original de la instrucción N°15
629
Folio 282 del cuaderno original IP 070, Anexo N°8
630
Folio 103 y s.s. del cuaderno original de la instrucción N° 30, Anexos

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Delito: Desaparición forzada

Vicente Rubiano Galvis quien afirma, fue llevado a la zona de coordinación


reservada –dejado en las caballerizas- luego remitido a la Policía Militar y
puesto, posteriormente, a disposición de un Juez Penal Militar.

En la misma diligencia del 4 de febrero de 1986, se dejó constancia sobre


estas personas y su ingreso a la unidad militar al finalizar la diligencia:

“En este estado de la diligencia el señor Mayor General ROCA MAICHEL aclara lo
pertinente a la observación anotada y relacionada con el ingreso el día 7 de
noviembre de 1.985 a las 18:30 horas de los cinco detenidos que trae el señor
Capitán DÍAZ S-2 de la Escuela de Infantería, anexando copia de los oficios 590 de
Noviembre 12 de 1.985 emanado del Señor Juez 115 de Instrucción Penal Militar,
lo mismo que el oficio 003847 del 7 de Noviembre de 1.985 emanado del Despacho
del Mayor HERRERA VERBEL, Ejecutivo y Segundo Comandante de la Escuela de
Infantería encargado, donde pone a disposición del Comandante de la Décima
Tercera Brigada los sujetos JOSÉ IGNACIO RAMIREZ REYES, FONSECA
APERADOR ORLANDO, JOSÉ ABEL VEGA DÍAZ quienes se les decomisó
revólveres, JOSÉ VICENTE RUBIANO GÑAVIS quien se le decomisa una pistola, lo
mismo que el señor NICOLAS BUITRAGO, quien fue detenido y era la persona que
conducía la Camioneta de placas AB-9357631”.

7.4.2.3.4.- El último grupo corresponde al integrado por los estudiantes


de derecho de la Universidad Externado de Colombia Yolanda Ernestina
Santodomingo Albericci y Eduardo Arturo Mattson Ospino, y con ellos la
subversiva IRMA FRANCO PINEDA.

Los primeros dos evacuados del edificio en la tarde del seis de noviembre,
llevados a la casa del florero, de ahí trasladados a la DIJIN, para toma de
la prueba de muestras o residuos de disparo o guantelete, fueron luego
llevados al Batallón Charry Solano y, finalmente, liberados ya avanzada la
noche del mismo día en un sector del centro de la ciudad.

Un primer aspecto que debe dejarse en claro es que no aparece en los


registros de la DIJIN el ingreso de los citados estudiantes, de quienes se
tiene conocimiento ingresaron a esas instalaciones, se les reseñó y, según
lo dicen, les tomaron prueba de guantelete

631
Folio 221 y s.s. del cuaderno original IP 070, Libro N°6

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Delito: Desaparición forzada

Para conocer los pormenores de lo que les sucedió a estas personas, deben
traerse sus versiones entregadas al transcurso del tiempo ante diferentes
autoridades.

a.- EDUARDO ARTURO MATSON OSPINO en una declaración rendida


ante la Procuraduría General de la Nación el 5 de diciembre de 1985 (casi
un mes después de que ocurrieron los hechos), narró que junto con su
compañera de universidad YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO
ALBERICCI, estuvieron en el Palacio de Justicia el 6 de noviembre de 1985,
en atención a que estudiaban derecho y debían asistir, entre otras cosas,
para que aquella presentara un examen y aquel buscara información en
relación con una exposición.

Manifestó que al momento de la toma se encontraban en la cafetería y que


tras oír disparos notó que una mujer, al interior de la cafetería, sacó un
arma y los amenazó a todos, razón por la cual, junto con YOLANDA
salieron corriendo y subieron por las escaleras del segundo piso. Tras
narrar lo ocurrido en ese lugar, refieren que fueron rescatados por el
Ejército Nacional, momento en el cual a aquellos y a un abogado de la
editorial Legis les dijeron que se hicieran atrás de los otros rescatados,
pues fueron calificados como “especiales”.

Narró que luego fueron conducidos al segundo piso de la Casa del Florero,
lugar donde fueron psicológica y físicamente maltratados y sometidos a
constantes interrogatorios y del cual fueron conducidos en una panel de
la Policía a la DIJIN, lugar donde les hicieron una prueba de parafina, para
determinar si habían disparado y, pese a que salió negativa, fueron
conducidos a una dependencia militar, pues los militares insistían en que
eran pertenecientes al M-19.

Sobre este particular, narró:

“…nos llevaron nuevamente a la Panel que nos había traído allí y nos subieron
junto con tres soldados del ejército vestidos de caqui, el oficial del ejército y un
chofer y se dirigieron al centro de inteligencia o logística que queda a la salida para
Villavicencio, creo en el barrio San Cristóbal Sur, de nombre CHARRY SOLANO, me
parece, allí entramos y fuimos ascendiendo y luego se bajó el oficial y se puso a

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hablar por teléfono en una portería, luego ése oficial se acercó a la Panel y dijo algo,
entonces ordenó dar marcha atrás al vehículo y abrieron las puertas del mismo
ordenando que nos tiráramos al suelo de la camioneta, entonces nos vendaron los
ojos, nos interrogaron y luego nos bajaron de la panel y nos esposaron y al parecer
nos separaron y nos dieron varias vueltas y me condujeron creo a una habitación
y seguían interrogándome y confundiéndome con todo lo que les respondía e
insistían que éramos guerrilleros…”632.

En declaración rendida el 10 de abril de 2006, aquel refirió que se


encontraba en el Palacio de Justicia al momento en que inició la incursión
guerrillera, pues había decidido acompañar a su compañera YOLANDA
ERNESTINA SANTODOMINGO ALBERICCI, quien debía entrevistarse con
un magistrado. Aduce que quedó en el fuego cruzado, que fue rescatado
por el ejército y conducido a la casa del florero; lugar donde junto con su
compañera fue catalogado como “especial”, fue maltratado y del que fue
conducido a la Charry Solano, al respecto precisó:

“Seguidamente, nos montaron en una camioneta o en la misma Van y nos


condujeron hacia una base militar llamada la Charry Solano, ubicada en el Barrio
San Cristóbal y, que es una base del B-2 o Base de Inteligencia del Ejército. Eso
creo que es en San Cristóbal Sur. Todos estos datos los sé porque posteriormente
yo indagué y pude verificar la información pero ella queda subiendo una loma,
queda en un alto. Era de noche y nos llevaron sin vendaje en los ojos, pararon la
camioneta, me quitaron la chaqueta y no recuerdo sin (sic) con ella vendaron a
Yolanda o me vendaron a mí, prendieron como eucalipto, dando la sensación de
que nos querían asfixiar; luego nos bajaron vendados siempre, nos hicieron dar
giros de ciento ochenta grados y nos hicieron caminar, por lo menos a mí, para
desorientarme”633.

Indicó que con posterioridad, y luego de que los militares comprobaron


que la información que le decían era cierta, pues, EDUARDO MATSON,
además tenía familiaridad con personas importantes de la política
nacional para ese momento, los liberaron; sobre ese momento, manifestó:

“…nos subieron a un jeep Nissan blanco, carpado y nos llevaron vendados hasta
la Carrera Décima con calle doce, donde cerraron un taxi que nos llevó a la casa
de Yolanda.”634.

En una declaración del 11 de abril de 1986, luego de referir los hechos


ocurridos al interior del Palacio de Justicia, su rescate, que fue conducido
al segundo piso de la Casa del Florero, narró:

632
Folio 86 y ss. del cuaderno original de la instrucción No. 73 anexo.
633
Folio 130 del cuaderno original de la instrucción No. 5.
634
Folio 260 del cuaderno original IP 070, Anexo 4, Libro 4, Anexos.

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“…más tarde a YOLANDA y a mí nos llevaron en una camioneta Panel hasta la


Dijin, haciéndose allá la muestra del guantelete o parafina en el tercer piso y
además tomándonos las huellas digitales, fotos de frente y de lado, en sí,
reseñándonos, cuando nos hacían la muestra de la parafina uno de los señores
presente, vestido de civil nos intimidaba diciendo a YOLANDA y a mí que nos iba
a cortar las manos y que él sí nos hacía hablar de un pepazo, esperamos un
momento en el tercer piso en una sala amplia hasta cuando un señor salió con los
resultados de la parafina diciéndole a un Militar que estaba presente que nosotros
no teníamos no presentábamos muestras de pólvora y que presumía que nosotros
no teníamos nada que ver con lo del Palacio, escuchando también cuando el
Superior le decía que había que presionarnos un poco más y fue cuando nos
bajaron al primero piso montándonos a YOLANDA y a mí en la Panel con dos
soldados vestidos de kaki delante de nosotros y dos más atrás, aparte del chofer
y del Superior, llevándonos a un sitio que yo alcancé a ver de nombre “Centro de
Inteligencia Charry Solano”, por que en esos momentos no íbamos vendados.
Subimos la montaña en la camioneta panel hasta que llegamos a una puerta de
malla metálica y bajando el Superior habló con un Militar que estaba haciendo
guardia, poniéndose luego a hablar por teléfono y colgando… llegando hasta la
panel dando orden de echar marcha atrás, unos cuantos metros, y abriendo las
puertas de la camioneta nos vendaron los ojos efectuándonos un interrogatorio,
terminando éste nos hicieron bajar a mí primero y YOLANDA se quedó dentro de la
panel, esposándome, dando unas cuantas vueltas y caminando hacia un cuarto
pequeño por que así lo sentía…”635.

Expresó además, que después de algunos interrogatorios más, quienes los


tenían retenidos lograron verificar la información que él les dio; y que por
ello les pidieron excusas:

“luego procedieron ya en una forma amigable a embarcarnos en un Yip marca


Nissan de color blanco, carpado, hasta la carrera décima con calle doce, donde nos
querían dejar para que nosotros cogiéramos un carro a su vez que nos llevara a la
casa, pero yo le dije al chofér que nos dejara en la décima con diecinueve y que no
ahí por que era muy peligroso y transitaban menos vehículos, pasando en esos
momentos un taxi al cuál yo le dije al chofer que lo parara para que nos llevara a
la casa, siendo así posible llegar hasta la casa…”

A pregunta realizada sobre “la montaña” a la que fueron subidos en la


panel, manifestó:

“Subimos en la panel con un superior, el chofer de la panel y cuatro soldados, creo


que era el Charry Solano, yo alcancé a leer porque subíamos en una montaña
donde quedaba el Charry Solano”636.

Sobre el momento de su salida de ese lugar, en la declaración del 10 de


abril de 2006, manifestó que:

635
Folio 32 del cuaderno Original de la Instrucción 72A.
636
Ibidem a folio 47

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“Vendados nos montaron a un jeep Nissan Patrol y ya había un ambiente más de


camaradería y nos querían dejar abandonados, y sin dinero alguno en San
Victorino. Yo les anuncié, ya sin vendas, que no nos podían hacer eso, que por favor
tomaran un taxi en la 19 y que le pidiera el favor de que nos llevaran hasta la casa
donde vivía Yolanda… posteriormente me comunico que ella intuía que era el mismo
grupo de los que nos transportaban en el campero Nissan Patrol, quien nos llevó
hasta la casa.”637.

b.- La entonces estudiante YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO


ALBERICCI manifestó haber estado el día de la toma en compañía de
MATSON OSPINO, haber quedado en medio del cruce de disparos y,
finalmente, haber sido rescatada por el ejército nacional; no obstante, que
un miembro del B2 la sacó apuntándole con un revólver y tomándola del
cabello la condujo a la casa del florero, donde fue dirigida al segundo piso;
lugar en el que fue sometida a varios interrogatorios y maltratos. Versión
que ha mantenido, con mayores o menores detalles, en todas sus
declaraciones.

En una rendida ante la Procuraduría General de la Nación del 2 de


diciembre de 1985 (menos de un mes luego de los hechos), narró así lo
ocurrido luego de salir de la Casa del Florero:

“…me subieron en una camioneta panel de la Policía y luego subieron a Eduardo y


nos llevaron según entiendo a la DIJIN donde por el camino Eduardo me comentó
sobre un Policía que él vio cuando me hizo un disparo, pero yo por los nervios ni
cuenta me di, allí en la DIJIN nos hicieron la prueba del guantelete y por cierto me
hicieron quitar mis anillos y no me los devolvieron… de allí nos llevaron a un sitio
por la salida a Villavicencio, íbamos en la panel con el Capitán ese, un chofer y 3
muchachos con uniforme como de colegio militar, allí se bajó el Capitán y después
de un rato, nos vendaron a mí con un chaleco y hasta pedían unas tijeras para
cortarme el pelo nos tiraron al piso y dentro de la camioneta prendieron algo que
despedía mucho humo y nos asfixiaba, olía como a eucalipto y decían “Póngale
más trapo en la cara, para que cuando le disparemos no se desfigure”… me
esposaron y vendada me pusieron a oír un ruido de agua corriendo o cayendo, me
pararon ahí y me dijeron que me iban a tirar a esa cascada desnuda para ese
momento yo estaba como loca de los nervios y todo. ”638.

Expresó esta testigo, que cuando los militares comprobaron que las
versiones sobre su identidad eran ciertas, les pidieron excusas y los
dejaron ir; al respecto narró:

637
Ibídem a Folio 131.
638
Folio 172 y ss cuaderno original anexo de instrucción No. 6A.

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“…creo que entraron dos hombres que me pidieron excusas, yo aún estaba
vendada y así me sacaron y nos dejaron con Eduardo en un lugar de la Carrera
Décima como a la 1:00 A.M. y nos dijeron que al día siguiente a las 10:00 A.M. nos
presentáramos con el Coronel Sánchez en la Brigada”639.

En una declaración posterior, del 7 de febrero de 1986, ante el Juzgado 41


de Instrucción Criminal de esta ciudad, sobre el lugar al que fue
trasladada luego de salir de la casa del florero y tras ser conducida a la
DIJIN, refirió:

“me llevaron a un sitio como por la carretera a Villavicencio, esto de noche, no sabía
por donde íbamos luego vi un letrero que decía parqueo de motos, llegamos el
capitán se bajó, ahí habían unos soldados, íbamos en esa panell (sic), se bajo el
capitán había como ocmo (sic) una caseta de ladrillo creo que cambiaron de chofer,
abrieron la puerta de malla la camioneta echó reverso, uno decía póngale más trapo
para que no se le desfigure, yo me tiré en el piso de la camioneta, y Eduardo en la
silla de pronto prendieron algo como eucalipto dentro de la camioneta, pensé que
la iban a incendiar, un hombre pidió unas tijeras para cortarme el pelo y nos
hicieron repetir todo otra vez ”640.

Sobre su salida del sitio, manifestó:

“…luego de pronto entró un hombre y dijo los vamos a soltar y mañana se presenta
a las diez de la mañana, que nos presentaramos donde el Coronel Sánchez a las
diez de la mñana (sic) que nos entregaban los papeles de nosotros me quitaron la
esposa de arriba y me la pusieron contra la mano de un hombre y me llevaban
otros dos y me decían con cuidado nos iban a dejar en un sector feo y Eduardo les
dijo que porque no nos acercaban a la décima, entonces el que iba manejando se
bajo (sic) paro un taxi y nos subimos Eduardo se fue conmigo y en la casa nos
estaban esperando”641.

En declaración del 1° de agosto de 2006, rendida ante la Fiscalía Delegada


ante la Corte Suprema de Justicia, sobre la misma situación, manifestó:

“De allí nos montaron en una camioneta como las de los Policías, grandes, nos
vendaron y nadie hablaba, nuevamente no sé quién iba adelante, llegamos a un
sitio el cual después supe que era la Charris Solano.”642.

Sobre la salida de ese lugar, dijo:

“nos montaron a un Nissan y si mal no estoy, el buena gente, el que me cogía de la


mano, fue el que me ayudó a subir al carro, iba un hombre conduciendo, una mujer
en la mitad, de esas que trabajan con ellos. Eduardo y yo íbamos atrás, cuando
llegamos a la décima nos iban a bajar ahí, entonces Eduardo le dijo que estábamos
sin plata que porque no nos paraban un taxi, y milagrosamente pasó un taxi…”643.

639
Ibidem.
640
Folio 177 cuaderno original IP 70, Libro anexo 10.
641
Ibidem
642
Folio 50 cuaderno original de la instrucción No. 6.
643
Ibídem fl 52.

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Más adelante, al ser preguntada sobre los procedimientos a los que fue
sometida en la DIJIN y en el Charry Solano, refirió:

“En la SIJIN me tomaron fotos y huellas y la prueba del guantelete, de la parafina,


aclaro, que posterior a todos estos hechos es que me entero yo que esa era la SIJIN
y donde me habían llevado era el Charry Solano. Yo no sé que estoy entrando al
Charry Solano, entro vendada, ya posterior a eso es que me entero que era ese
batallón. Alguien dijo que ese era el Charry Solano, si no estoy mal fue el doctor
Neira Liévano”644.

Sobre este último, refirió, además:

“Después tuve contacto con Juan José Neira Liévano, abogado del Externado que
trabajaba con la Procuraduría, hermano de Marcela Neira Lievano, quien estudio
conmigo la carrera en el Externado desde el primer año de derecho. Él llama y dice
que es de la Procuraduría, que habló con Hinestrosa que en el Externado todos nos
piensan, todos están muy pendientes de nosotros, que viene para acá, para Santa
Marta y a Cartagena a escucharnos la declaración. Eso fue en Diciembre de 1985.
Entonces él llegó aquí y yo me sentí con alguien de la casa, que tenía que
protegerme, además sabiendo que era hermano de una persona con la que había
estudiado la carrera. Nos sentamos en el Despacho del Procurador regional, en esa
época el doctor Maestre, el señor Neira, no permitió que mi papá estuviera presente
en la declaración, tengo entendido que a Eduardo le dijo lo mismo y el papá se le
puso rabioso y le dijo que sí iba a estar presente. El doctor Neira me dijo, cuando
yo estaba declarando, me manifestó que no podía decir todo, que él me aconsejaba
que no contara todo lo que sabía porque corría peligro mi vida y mi familia. Yo le
manifesté que se lo dijéramos a mi papá y él me dijo que no, que delante de mi
papá él no me los (sic) sostenía y que si yo lo cuestionaba delante de una tercera
persona él siempre lo iba a negar, pero que me cuidara de lo que yo iba a decir…
Me fui a Cartagena en el mismo bus con Neira Lievano quien en todo el camino no
hizo sino reiterarme lo que me había dicho y yo le dije que le había dicho a mi papá
y el me respondió que el (sic) no me iba a sostener eso delante de nadie ”645.

Finalmente, en declaración del 20 de febrero de 2007, igualmente ante la


Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia, manifestó:

“PREGUNTADA.- Indíquenos porqué (sic) razón ha afirmado varias veces que era
la Charry Solano. CONTERSTO.- (sic) Porque Juan José Neira Liévano, el señor de
la Procuraduría, cuando vino a Santa Marta, antes llamó, de allí que para mí estas
situaciones me creen tanto escepticismo, me intimidó a tal punto que. Estando en
la declaración eso no pasó del 3 o 4 de diciembre de 1985, estaba muy fresco todo,
él fue la primera persona que recepcionó mi testimonio. El me indicó que los de
negro eran del GOES, que la camioneta era panel porque yo le decía la de los
magníficos, yo le dije el guerrillero chorreaba mucha sangre, el dijo “el guerrillero
manaba mucha sangre. Yo le indique que nos habían llevado hacia el sur, por la
dirección, porque yo no conocía el sur y que después en el sitio donde nos echaron
la vela derretida, que él dijo era la prueba del guantelete, yo dije que me llevaron
a la segunda con Caracas que había una iglesia, el parque de los mártires, que me

644
Ibidem fl 56
645
Ibidem. Folio 53.

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tomaron fotos, de frente de lado, con numeritos, el dijo te reseñaron, porque yo le


indiqué que ellos decían sindicados de qué delito y yo contesté airadamente que
de nada. Ahí en ese sitio nos fue mal. El doctor Neira dijo que era la Dijin. Yo le dije
que nos habían llevado más para el sur y cogieron por una carretera destapada en
la camioneta esa y otra vez se montó con el que salimos, el que están en la foto y
él dijo, Neira Lievano abogado de la Procuraduría, que era el Cari (sic) solano.
Entonces mi conocimiento fue adquirido porque no sabía que existía el GOES, ni
que existía el B-2, infortunadamente yo nada más existía para recibir el giro y
estudiar. Yo no sabía que existía el Charry. El doctor Neira, recuerdo en esa
declaración, cuando yo la leí, le pregunte que porque había puesto que en términos
generales el trato fue bueno y el dijo que no se podía poner más nada, que yo no
podía contar todo.”646.

En la misma declaración, a pregunta de uno de los abogados defensores,


manifestó:

“…no sé si era el Charrys, no obstante si pienso que así como a Eduardo Matson
no los buscan, porque Eduardo dice no, y no y ya … si fue el ¿Charris el sitio al
que me llevaron?.”647.

En ese sentido, la declarante es clara al señalar que la información que


brinda sobre los lugares a los que fue conducida luego de salir del palacio
y haber permanecido un tiempo en el segundo piso de la casa del florero
la tuvo por información recibida de forma posterior a los hechos, más no
porque tuviera la certeza del lugar en que se encontraba al momento en
que estaba siendo conducida.

A su vez, a diferencia del anterior testigo, aquella es clara en referir que


entró vendada a ese sitio y que, además, que lo identifica como la Charry
Solano por los dichos de un tercero, el doctor NEIRA LIÉVANO, el
funcionario que, en efecto, firma como quien recibió las primeras
declaraciones referidas ante la Procuraduría General de la Nación.

Ahora, cotejada la declaración rendida por aquella con la rendida por el


señor MATSON, se aprecia el uso de la misma terminología, como panel y
guantelete, lo que permite colegir que aquel también guio la declaración
rendida por MATSON pocos días después de ocurridos los hechos, lo cual
no solo anuló la naturalidad y espontaneidad propia del relato -que
hubiera sido más útil para llegar a la verdad de lo ocurrido- sino que resta

646
Folio 112 Cuaderno Original de la Instrucción No. 12.
647
Ibidem. Folio 117.

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Delito: Desaparición forzada

fortaleza a lo allí referido pues, recuérdese, es la misma señora


SANTODOMINGO, quien afirma que el señor NEIRA LIEVANO le advertía
que no podía contarlo todo.

c.- Ahora, conforme se desprende de la indagatoria del entonces mayor


FERNANDO BLANCO GÓMEZ, resulta incontrovertible que esta persona
conoció de la llegada y, aun cuando lo niega, del ingreso y permanencia de
los referidos estudiantes de la Universidad Externado de Colombia,
alrededor de la media noche del 6 de noviembre de 1985, en las
instalaciones del COICI, hecho sobre el cual luego de referir la actividad
que, aparentemente, realizó en el Museo del 20 de julio, manifestó:

“Ahí termina mi participación, porque yo no puedo decir que colaboré a que se


arreglara la situación del Palacio, porque sería muy arriesgado decir que yo cambié
la situación y de ahí llamé al Batallón para que me enviaran el vehículo de servicio,
llame de la esquina del Palacio hacia la Casa del Florero, creo que pasando la
sexta, ahí habían dos tiendas. Todas las llamadas las hice de teléfono público
porque no tenía radios. Me tocó hacer dos llamadas, la que le hice al señor Coronel
Iván Ramírez que le dije, esto aquí no hay nada, lo tiene bajo control la Brigada 13
y la otra llamada la hice de la misma parte, o sea de la tienda a Coordinación y
hablé con el que estaba de servicio, ahí siempre se nombraba uno de servicio. Me
enviaron el vehículo y aproximadamente entre las doce, una de la mañana llegué
a la unidad y el comandante de guardia, que no recuerdo su nombre, me informó
que tenían dos retenidos, un hombre y una mujer, que traía la Policía retenidos ahí
para que se los recibiera. Le dije al Comandante de Guardia, “recuerde que aquí
no se reciben detenidos no hay seguridad para detenidos” y este personal se
marchó nuevamente, no me preocupé por mirar quien era, porque ahí no se reciben
detenidos. Este vehículo lo sobrepase en la 11 con séptima, yo me dirigía hacia mi
casa que estaba hacía el norte de la ciudad, las casa fiscales del Ejército 648”.

Lo expuesto por el indagado deja ver al menos dos situaciones coincidentes


con el relato de los estudiantes, la primera en cuanto al hecho de su
traslado a las instalaciones del Batallón Charry Solano, sede también del
COICI, y la segunda, la hora en que se aduce por aquellos fue en la que
fueron trasladados de esa dependencia militar con el objeto final de su
liberación.

Sobre la hora en que fueron sacados del Charry Solano, EDUARDO


MATSON señaló en su declaración del 11 de abril de 1986 que:

648
Folio 25, 26 del cuaderno original de la instrucción N° 38

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“…cuando nos preguntaron que, qué persona nos podía recomendar, entonces
mencioné al Senador por Bolívar, RODRIGO BARRAZA SALCEDO, el doctor
HUMBERTO MURCIA BALLÉN, Magistrado de la Corte, mi tío ARTURO MATSON
FIGUEROA, Gobernador de Bolívar actualmente, el doctor ÁLVARO LUNA GÓMEZ,
Ex-Magistrado de la Corte, el hijo del Coronel MIGUEL MAZA MÁRQUEZ y otros
más que no recuerdo en el momento, preguntándome unas de las personas que me
interrogaba que si podían llamar a preguntar, en esos momentos que eran
aproximadamente las doce de la noche del seis de Noviembre de 1.985 yo
les respondí que sí, diciendo luego ellos los que me interrogaban que saldrían a
hacer esa llamada, al rato de haber salido a hacer la llamada volvieron diciéndome
a mí y a Yolanda que nos pedían excusas por lo acontecido.649” (Negrillas de la
Sala).

En cuanto a YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO ALEBRICCI en su


declaración del 2 de diciembre de 1985, a menos de trascurrido un mes de
los hechos, su relato fue semejante respecto de la hora aproximada en que
fueron retirados del Batallón Charry Solano, así:

“Recuerdo que cuando comenté que nunca hubiera pensado que el preámbulo de
mi muerte iba a ser así, uno de ellos dijo: “y además preñada…” Después de un
rato sentí la voz de Eduardo en otro cuarto y creo entraron dos hombres que me
pidieron excusas, yo aún estaba vendada y así me sacaron y nos dejaron con
Eduardo en un lugar de la Carrera Décima como a la 1:00 A.M…650”.

d.- Pero la principal prueba que da cuenta del tratamiento que recibieron
MATSON y SANTODOMONGO, en su condición de “especiales”, o como lo
dice el vigilante DE LA CRUZ LARA, “guerrilleros seguros”, es que no se
hizo ningún registro de su presencia en los libros de guardia ni de la DIJIN
ni del Charri Solano. Pese a ello, su presencia en esos sitios no sólo está
demostrada con sus testimonios coincidentes, que dan cuenta de la
situación que vivieron juntos en ambos sitios, sino además
documentalmente; al respecto debe señalarse que según lo probado
gracias a las influencias de un familiar del señor MATSON, días después
de los hechos apareció su reseña elaborada precisamente en la DIJIN y un
oficio suscrito por un miembro de la policía nacional, en la que reconoce
que los dos jóvenes fueron reseñados. Estas pruebas, analizadas
individual y conjuntamente con el testimonio de MATSON y de
SANTODOMINGO, dan cuenta de que efectivamente los estudiantes sí
fueron conducidos a la DIJIN, aunque su ingreso y permanencia no fue

649
Folio 33 del cuaderno original de la instrucción No. 72 A, Anexos
650
Folio 173 del cuaderno original de la instrucción No. 6 A, Anexos

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registrado en los libros correspondientes, y que tal y como ellos lo


aseveraron, allí no sólo fueron reseñados, sino que además se les practicó
la que ellos denominaron como prueba de “guantelete”.

Al respecto, se encuentra en el proceso el oficio de fecha 14 de noviembre


de 1985, firmado por subteniente de la Policía Nacional CÉSAR AUGUSTO
PINZÓN ARANA Jefe Sección Técnica de la DIJIN, dirigido al capitán
OSCAR VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, del Ejército, por medio del cual da cuenta
del procedimiento al que fueron sometidos los estudiantes en las
instalaciones de esa unidad policial:

“ASUNTO: ENTREGA DOCUMENTACIÓN

AL: Señor Capitán


OSCAR VÁSQUEZ RODRÍGUEZ
Brigada. 13 B-2
Ciudad.

Comedidamente me permito dejar a su disposición reseña dactiloscópica y


alfabética tomada a las siguientes personas porque se presumía que habían
participado en la toma del Palacio de Justicia, así:

1. SANTODOMINGO ALBERICCI YOLANDA ERNESTINA


2. MATSON OSPINO EDUARDO ARTURO

Lo anterior para los fines que el Comando de la Brigada 13 B-2 estime


conveniente, ya que mediante las debidas investigaciones se comprobó que
se trata de visitantes al Palacio que en ese momento estaban haciendo
diligencias personales en dicho lugar.

ANEXO: 2 reseñas
2 tarjetas alfabéticas651”

Además de los documentos que se relacionaron en el oficio, también fueron


adjuntadas dos fotocopias de los documentos de identidad –cédula de
ciudadanía- de cada uno de las personas relacionadas en él.

Todo lo anterior muestra, sin lugar a dudas, que al grupo de “especiales”


se les dio un trato diferencial y más irregular, del que fueron objeto las
demás personas que salieron del Palacio de Justicia.

651
Folios 15 a 17 y 52 a 58 del cuaderno original de la instrucción No. 84.

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Delito: Desaparición forzada

Así las cosas, del análisis individual y conjunto de los testimonios de estas
dos personas que dicen haber sido conducidas al Charry Solano puede
colegirse de su narración que, i) fueron sorprendidos por la toma
guerrillera al interior del Palacio de Justicia; ii) fueron sacados de ese sitio
por personal militar que se encontraba evacuando a rehenes de ese sitio;
iii) estuvieron en calidad de “especiales” en el segundo piso de la casa del
florero; iv) de allí fueron sacados y llevados a las instalaciones de la DIJIN,
en donde fueron reseñados y se les tomó prueba de guantelete, pero no se
registró su ingreso o salida, como a los demás que fueron llevados a
instalaciones militares o policiales; v) y, de ahí fueron llevados a las
instalaciones del Batallón Charry Solano, oficinas del COICI; vi)
establecida la identidad y no pertenencia al M19, fueron liberados.

7.4.2.3.5.- La precedente relación de pruebas demuestra que,


efectivamente, fueron remitidas personas a la sede de la Brigada XIII,
Escuela de Infantería, Escuela de Caballería, DIJIN y a la SIJIN, entre
ellos. Esto muestra un apoyo institucional entre la policía y el ejército para
dicho fin.

Así, es inequívoco que a “los especiales” se les dio un manejo diferente de


aquel que se dio a los tres primeros grupos, de los que hay registro de
ingreso a las citadas dependencias; de lo cual se extrae que es altamente
probable que hayan sido seleccionados para realizar con ellos actuaciones
diferentes.

De los tres primeros grupos, los conductores liberados son coincidentes al


manifestar en que, una vez rescatados se les llevó a la Casa del Florero,
les auxiliaron suministrándoles agua, de allí los trasladaron en una
ambulancia de la Cruz Roja con personal de esa institución hasta la
Brigada XIII, donde les tomaron fotografías, declaraciones y luego los
dejaron irse.

Los del segundo -que fueron llevados por diferentes causas a la Casa del
Florero, posteriormente trasladados a la Brigada, luego a la zona de
coordinación reservada del B2; relataron que allí fueron reseñados, y de

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Delito: Desaparición forzada

ahí puestos a disposición de la Policía, mediante oficio N° 0640/ CO BR


13 –B2-267 del siete de noviembre de 1985652, y fueron liberados al día
siguiente, conforme se advierte acreditado con las boletas de libertad de
esa fecha expedidas por la “SIJIN-JEFATURA” y suscritas por el Jefe de
Grupo de Inteligencia, capitán José Maximiliano Bernal; el Oficial de
servicio, control Interno mayor Jaime de Jesús Gañan López; y el coronel
Jairo Alonso Vélez Barragán, Jefe SIJIN653.

En cuanto al otro grupo, constituido por quienes fueron capturados por el


Ejército Nacional en el municipio de Zipaquirá, Cundinamarca, solamente
se conoce de la situación del señor José Vicente Rubiano Galvis, quien,
además afirma haber sido torturado en la Escuela de Caballería en su
estadía en esa unidad y que finalmente fue dejado en libertad por
disposición de autoridad judicial 15 días después654.

Siendo importante en este punto señalar, que el grupo de los “especiales”,


se itera, que estaba conformado por aquellos de quienes se tenía la
convicción de que eran guerrilleros, no sólo estaba integrado por
YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO ALBERICCI y EDUARDO
ARTURO MATSON OSPINO, para entonces estudiantes de la Universidad
Externado de Colombia, sino también por IRMA FRANCO PINEDA,
guerrillera identificada cuando salía camuflada entre los rescatados; pues
se demostró que del procedimiento al que fueron sometidos no quedó
registro alguno en libros o minutas oficiales, que dieran cuenta de entrada
y/o salida de instalaciones militares o de la Policía.

La situación demostrada de los estudiantes SANTODOMINGO y MATSON


se constituye en un grave indicio en contra de los miembros de la Policía
Nacional y del Ejército que estuvieron a cargo de su custodia y manejo
como personas rescatadas; mismo que puede afirmarse del tratamiento
que se le dio a la guerrillera identificada, y hoy desaparecida forzadamente.

652
Folio 282 del cuaderno original IP 070, Anexo No. 8
653
Folio 101-102 del cuaderno original de la instrucción No. 30, Anexos.
654
Folio 138 y siguientes del cuaderno original de la instrucción No.15

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Delito: Desaparición forzada

El reconocimiento que hace BLANCO GÓMEZ de la presencia de los


estudiantes en el Charry Solano –sin que hubiere alguna clase de registro
de su llegada –quién los transportó y demás particularidades del asunto-
y la falta de registro de ingreso de estas dos personas a las instalaciones
de la DIJIN, constituye esas dos omisiones en indicadores de conductas
dirigidas a ejecutar desaparición forzada, pues ningún rastro había
quedado del paso de estas personas por esa unidad policial y militar.

7.4.2.3.6.- Pruebas de las que no hay confiabilidad en su contenido.

a.- MARLIO QUINTERO PASTRANA. En declaración rendida ante una


Fiscalía Delegada ante la Corte Suprema de Justicia, el 28 de marzo de
2008 el señor MARLIO QUINTERO PASTRANA se presentó como un civil
que manejaba un taxi a nombre de la empresa ANET, una fachada de la
Charry Solano para hacer inteligencia. Este asunto -la relación de la ANET
como fachada de la Charry-, se encuentra acreditada y, en ese sentido, la
sala no se detendrá sobre el particular. Sobre su participación el día de la
toma del Palacio de Justicia, refirió:

“yo como lo he informado estaba era con el vehículo de placas SD4092, sino estoy
mal que pertenecía al Batallón Charry solano y que tenía Tarjeta de propiedad,
donde figuraba una agencia de publicidad que se llamaba ANET… al decir que
trabajaba con el Charry Solano, no era directamente con el Batallón, sino con esta
empresa ANET, que era fachada del CHARRY SOLANO y mi jefe inmediato se llama
MARIO BENAVIDES… Del Palacio salíamos de la universidad Nueva granada e
inmediatamente nos íbamos hasta donde más nos dejaran arrimar por la carrera
séptima donde estaba el cordón del ejército. Ahí llegaban los del CHARRY SOLANO,
a informar como estaba la situación…

Tan pronto se tomó la guerrilla del M-19 el Palacio, don MARIO BENAVIDES, jefe
inmediato, me dijo que llevara el carro que se guardaba en un parqueadero de la
carrera 4°, calle 18 esquina. Saqué el vehículo y recogí personas que no sé cómo se
llama, que él de antemano les había dicho que iba un taxi negro amarillo, marca
Dodge Dart, modelo 79 de placas SD4092. Recogí aproximadamente unas 10
personas”655.

Más adelante precisó:

“Se divide en dos partes. El CHARRY como batallón, de contra inteligencia llamado
BINCI, eso quería decir BATALLÓN DE INTELIGENCIA Y CONTRAINTELIGENICA.
Este Batallón era el encargado de hacer inteligencia en todas las modalidades y

655
Folio 209 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 32.

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interrogatorios. Solo ellos interrogaban con respecto a los del Palacio de Justicia,
solo ellos y no más que ellos. La otra función que ellos cumplieron en esa toma fue
estar en la Casa del Florero, reconociendo a los guerrilleros parta (sic) que no se
fueran a volar. Esa era la función del CHARRY SOLANO que quedaba ubicado en
la Calle 22 sur arribita del Instituto para ciegos…

Sé que el CHARRY SOLANO, bajó personal a la Casa del Florero a reconocer


personas guerrilleras, ya que ellos son los que hacen la inteligencia, y también me
consta que otros se trasladaron para la Escuela de Artillería a interrogatorios, a
interrogar gente del Palacio”656.

Al ser cuestionado específicamente sobre lo que hizo el 6 y 7 de noviembre


de 1985, refirió:

“las actividades fueron las que dije anteriormente transportar a mi jefe inmediato
que era Mario, recoger información y personas que pudieran identificar a
guerrilleros del M-19. Esa fue mi función”.

Más adelante, preciso:

“El 6 transporté, probablemente, promediando, por ahí unas 12 personas del


CHARRY, en 3 oportunidades, aproximadamente. Esos eran los del CHARRY que
venían a reconocimiento y venían para la Casa del Florero. Los otros que transporté
ese mismo día que eran cooperantes que conocían a los del M-19, fueron más o
menos unos 10 y vuelvo y repito, el objetivo era dejarlos para que reconocieran a
las personas del M-19 y no dejaran que se evadieran. PREGUNTADO.- Como sabe
usted que el objetivo de trasladar estas personas diferentes a las adscritas al
Batallón CHARRY SOLANO, era el reconocimiento de posibles guerrilleros que se
encontrasen en la Casa del Florero. CONTESTO.- Ese, según los que nos dijeron,
era el objetivo. Para mí que soy una persona que pienso, no soy torcida, pienso que
ese era el objetivo, no sé si adentro los utilizaron para otras cosas, no sé.
PREGUNTADO.- Le consta a usted por percepción directa, que algunas de estas
personas a las que se refirió en la pregunta anterior, efectivamente hayan
ingresado a la Casa del florero. CONTESTO.- No. No porque yo los dejaba hasta
donde podía llegar que era séptima con Jiménez. De ahí ellos sabían como
flanquear para llegar allá. No sé quién lo ayudaría, no sé cómo llegarían, no sé si
llegaron o no llegaron…PREGUNTADO.- Le consta a usted por percepción directa,
que algún miembro del Ejercito, adscrito al Batallón Charry Solano, haya ingresado
a la Casa del Florero, los días 6 y 7 de noviembre de 1985. CONTESTO.- No.”657.

el 7 no se hizo nada, porque ya todo estaba en desarrollo del operativo”658.

Sin embargo, sobre el conocimiento de lo anteriormente narrado,


manifestó:

“También se porque escuché, porque nadie a uno le contaba ni podía preguntar,


porque era un peligro o era un delito, porque ellos lo podrían matar a uno, los
mismos militares lo podían matar a uno por una mala infiltración…

656
Ibidem Folio 213 y ss.
657
Ibidem Folio 234.
658
Ibidem Folio 233.

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Al yo estar, saber lo del Palacio, de la toma, de haber estado con el CHARRY, en


esos dos, tal vez cinco días, de las diligencias que se hacían dentro del Palacio,
recogiendo todo lo que fueran pruebas técnicas, luego leía por la prensa de que el
Coronel Plazas Vega que él es el que más que yo recuerdo, porque era el que dirigía
eso, no entendía, porqué llevaban gente a la Escuela de Caballería si siempre,
cuando yo trabajaba, siempre era para la Escuela de Artillería, entonces oía que
buscaban gente por la prensa y años, y años y salía y sale una revista
inmediatamente leo, me informó, cuando decía que apareció a los años uno de los
desaparecidos en la fosa común, entonces por eso me interesaba el tema”659.

En otra declaración, rendida ante la misma autoridad el 30 de abril de


2008, adujo:

“El vehículo que yo tenía asignado y que pertenecía a ANET, que era lo mismo
BATALLÓN CHARRY SOLANO, en muchas ocasiones, como lo dije anteriormente,
fue utilizado, vuelvo y lo repito, el día de los hechos de la toma del Palacio de (sic)
utilizó para movilizar informantes y para traer de la carrera séptima con calle 11
sur, personas del Batallón CHARRY SOLANO y también vuelvo y repito
nuevamente, también se utilizó después de la toma, no estoy seguro en qué ,es,
pero ya, dos o tres meses, tal vez, se utilizaba para llevar a periodistas de Jorge
Enrique Pulido, para averiguarle a los familiares de los desaparecidos y de los
muertos, cómo iba el proceso.”660.

Al ser cuestionado en relación a que MARCO BENAVIDES y MARÍA ISABEL


FRANCO CAMELO, asignados a ANET, manifestaron que la red no
participó en los hechos relacionados con la toma del Palacio de Justicia,
manifestó:

“Solo el 6, que ya lo manifesté, vuelvo y repito se recogieron personas y sabía las


funciones que iban a hacer que ya lo manifesté anteriormente. Ubicarse entre el
Palacio, el Congreso y el objetivo, también lo digo, civiles, sin armas, la función era
no dejar que se fugaran personas que conocían o que habían tenido mucho contacto
con los del M-19. Esa fue la función de ellos, no entrar al Palacio, esa solo fue la
intervención, no se más.”.

Adicionalmente, preciso su rol con ANET, de la siguiente manera:

“No, nunca pertenecía a ningún arma, no pagué servicio militar y nunca fui ni
siquiera informante, solo fui un colaborador que es diferente, porqué no señalé a
nadie, solo le colaboraba tanto al Batallón Charry Solano, oficina de ANET, como a
la decimotercera brigada con la dependencia del B.2 como conductor de los
vehículos antes mencionados. PREGUNTADO.- Qué funciones desempeñaba
alguien que laborase como colaborador del Batallón Charry Solano. CONSTESTO.-
…Mi colaboración en Bogotá consistió en conducir los vehículos a donde ellos me
enviaban y hacer trabajar los vehículos con choferes particulares cuando ellos me
lo ordenaban… El colaborador, lo hace de una manera espontánea, sí recibí dinero
por las colaboraciones que había en Neiva y aquí en Bogotá…

659
Ibidem Folio 216.
660
Folio 261 del Cuaderno Original de la Instrucción 33.

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Delito: Desaparición forzada

En Bogotá, si teníamos un negocio diferente tanto con el CHARRY como con la


BRIGADA no directamente con las dos instituciones sino en el CHARRY con el
capitán y MARIO BENAVIDES el cual cuando ese carro se trabajaba me dejaban a
mi una plata con los de mi mayor VASQUEZ teníamos tasado una plata como eran
tres vehículos lo que quedar era para mí… El de ANTE se utilizó sólo como lo he
dicho anteriormente en las ocasiones que se llevaron a los periodistas en la toma
el primer día de la toma, en el seguimiento que se le hizo al señor de la DIAN en
esa oportunidad. Si le ponemos un porcentaje el 90% del vehículo trabajaba como
taxi y un 10% en cosas de la oficina.”661.

Además, en esa declaración, al ser cuestionado sobre si tenía conocimiento


de la participación o actividad de los miembros de la Escuela de Caballería
en los hechos, refirió:

“No ningún conocimiento ni de la Escuela de Caballería ni de ninguna arma en


concreto. No sé nada de esas cosas. Anteriormente manifesté que yo no sabía nada
de PLAZAS VEGA ni del General que tiene mi apellido QUINTERO no sé nada de
eso. Absolutamente nada.”662.

En una última declaración, esta del 17 de junio de 2008, por la misma


Fiscalía Delegada, se le puso de presente una declaración dada por el señor
JAIRO QUINTERO PASTRANA, su hermano, quien manifestó que aquel no
le podía constar nada de lo ocurrido, que “necesita un psicólogo”, que es
fantasioso, que no participó en las actividades relacionadas con el Palacio
de Justicia y que no cree que haya trasladado gente del Charry, refirió:

“Referente a lo que dice mi hermano a lo de mis fantasías y que soy muy hablador,
es que yo leo mucho, leo prensa y me interesan las cosas del país, pero que he
tenido muy claro que en las cosas de mi trabajo nunca las comento y menos iba a
comentar esas cosas con él porque siendo que yo era mayor, él era el que me había
vinculado al, digamos, con el carro, porque he oído que taxis. El Charry tenía solo
tenía un taxi Dodge Dart, modelo 79, yo no se si tenía más. Él lo que está diciendo
es cierto, a mi me vincularon para que manejara el carro como taxi, pero si había
algo como llevar un personaje o hacer un favor personal, así lo entendía, tenía que
hacerlo y así lo he manifestado en este Despacho.”663.

Adicionalmente manifestó:

“Todo lo que dije de las personas que recogí el primer día de la toma en la once sur
con séptima, se que eran personas del Charry y que venían para la Casa del
Florero, no se a qué, se que venían por ahí, pero quiero dejar en claro que eran dos
cosas muy diferentes. Las del florero eran de las once sur con carrera séptima y
las otras que fueron después, por la tarde ya, eran personas informantes, personas
que habían pertenecido al “M”, todo eso es cierto. Eso es referente al Charry, que

661
Ibídem Folio 268.
662
Ibídem Folio 274.
663
Folio 187 del Cuaderno Original de la Instrucción No. 36.

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no vayan a involucrar los vehículos de la Brigada con los del Charry, porque en la
época del Palacio estaba con el Charry Solano, porque estaba MARIO O MARCO
BENAVIDES y un Capitán que no recuerdo, porque mi contacto era Mario
Benavides…”664.

Adicionalmente, fue en esa declaración que dio cuenta de algún contacto


con los estudiantes MATSON y SANTODOMINGO, así dijo:

“Por lo tanto por ahora, puedo dejar una cosa ahí, que hay un error mío, que el otro
día de la toma que yo dije que el carro no había trabajado sí le hice una vuelta al
Charry en las horas de la noche. Yo la quiero dejar ahí. Déjeme y yo, yo estoy
consiguiendo el nombre de una persona. Es que mi hermano dice “todos los que
han querido colaborar, tienen asilo o los han sacado”, eso me concuerda con lo que
salió en la revista Cambio hace 15 días en la cual informaba sobre si se referían a
lo mío, a mi declaración, de que yo botaba personas muertas en el vehículo del
Charry y según entiendo por donde yo he estado averiguando así sin mucho, no
quedaba sino yo.”665.

Y sobre la hora en que esas personas abordaron el taxi que el conducía


señalo:

“Sí eso debía ser aproximadamente tenían que ser antes de la diez”

Indicando además sobre los que, ahora se sabe, eran MATSON y


SANTODOMINGO:

“El día que finalizó la toma, hay una persona que, o sea, era como muy importante
para el Batallón Charry. Esa persona me dijo que había que transportar, es que yo
no quiero es, yo tengo el nombre pero no he podido conseguir, no se el nombre
exacto pero para mi ese nombre es un nombre verdadero con sus dos apellidos,
quisiera tener ese nombre para que las cosas me concuerden exactamente porque
esa persona pueda decir, corroborar lo que yo digo, pero no quiero es imprecisión…
El nombre no lo tengo claro porque no se el orden. Pero le voy a narrar los hechos.
El me manifestó y como yo sabía que era importante porque lo había visto la
importancia que le daban a esa persona, para el día de la finalización de la toma
del Palacio, para que quede claro, esta persona de quien no tengo precisos los dos
apellidos me dijo que había que ubicar una dirección de dos personas que me
ubicara en la once sur con carrera séptima pero más arribita, me hiciera como si
estuviera varado, que él me acompañaba, que íbamos a seguir un vehículo del cual
iban a descender dos personas, que yo viniera detrás de ese vehículo que era un
Nissan Patrol, no recuerdo si era verde o azul, cabinado. Eso lo hicimos. Cuando
pasó el vehículo él me dijo, siga que ese es el vehículo y cuando el vehículo tomó
rumbo norte por la carrera décima como en la sexta u octava, no recuerdo
exactamente, pero más o menos como por el sector San Victorino, se bajaron las
dos personas del Jeep, hombre y mujer, eran dos personas jóvenes y exactamente
del jeep, me pararon el taxi, yo obedecí porque ya tenía esa consigna, se subieron
las dos personas y recuerdo muy bien por un detalle, porque esas personas olían
inmundo y yo era un carro que lo mantenía superlimpio y estas dos personas

664
Ibidem Folio 191.
665
Ibidem Folio 192.

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venían entre ellos dos hablando de porqué de las cosas, eran como incoherentes,
venían azaradas, venían asustadas, otra de las cosas que vi era que la pelada
venía sin zapatos, venía descalza, y yo a esa pelada no se me olvida por un sentido
que era una pelada costeña y tenía muchos dichos, hablaba con muchos dichos.
No pude ubicar la dirección que según creo, era como una residencia universitaria
porque se quedaron en una parte donde vi que no podía, donde se quedaron no era
donde vivían, ellos siguieron, no recuerdo si era Teusaquillo o era en Sears, lo que
llaman ahora Galerías. Entonces como yo había dicho que el otro día no había
trabajado, entonces me acordé de eso también, de ese detalle del día siguiente a
la toma.”666.

Al ser cuestionado sobre la razón por la que hasta ese momento informaba
esa situación, manifestó:

“Porque he estado es ahora, recordando, como también tengo cosas del mayor que
no las manifesté y que eran muy digamos, pues no como tan malas…” 667.

Al analizar las diferentes declaraciones que ha rendido esta persona, se


observa un relato poco estructurado, pues pierde fácil el objeto de la
pregunta y entremezcla circunstancias; sin embargo, puede extraerse su
participación para el 6 de noviembre, en relación al transporte de algunas
personas, no del Charry Solano, sino de la 11 sur con 7°, por lo que, intuía
que venían de la Charry y de algunos informantes, trasladados,
principalmente de Ciudad Bolívar, todos, a inmediaciones del Palacio de
Justicia.

Ahora, aquel afirmó que la función de los transportados era identificar si


alguna de las personas que salían del Palacio de Justicia eran guerrilleros;
no obstante, luego afirma que ello lo supone, en atención al conocimiento
que tenía sobre lo que realizaba la Charry Solano.

Precisamente sobre el particular, la sala debe cuestionarse sobre la forma


en que este testigo adquirió dicho conocimiento, pues, si bien, está
acreditado que trabajó con ANIT, como él mismo lo refiere, era un
colaborador, es decir, con un vínculo informal y distante con una oficina
de inteligencia que, por su propia función, maneja información reservada,
que no es puesta en conocimiento de civiles colaboradores.

666
Ibidem Folio 194-195.
667
Ibidem Folio 198.

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Tal es su distancia que no precisa quienes comandaban el COICI, y el


único de quien habla con propiedad es de su jefe inmediato BENAVIDES,
quien, en declaración rendida ante la fiscalía negó participación de su
oficina en los hechos relacionados con el Palacio de Justicia.

Ahora, llama la atención del momento en que el señor PASTRANA, según


sus mismas palabras “recuerda” que el 7 de noviembre transportó unas
personas jóvenes en su taxi. En principio, porque, en las declaraciones
anteriores había sido claro en señalar que su participación solo se realizó
el 6 de noviembre y que, pese a dar cuenta de algunas intimidaciones, no
atribuye que esta sea la razón por la que había omitido esa información,
sino que, se insiste, dice que hasta ese momento “recordó”, pese a que, por
la particularidad de la escena que describe, no era fácil de olvidar.

De otra parte, porque concomitante con el relato, da cuenta de que a los


testigos les han ofrecido asilo, y que “falta él”, lo que, de forma clara,
permite colegir el móvil de su relato.

Adicionalmente, porque da cuenta de una persona muy importante para


el Batallón Charry Solano y de conocimiento público que le da la indicación
para trasladar a los jóvenes, pero nunca precisa un nombre o sus
apellidos, pese a que, dice, tiene claros los apellidos, pero no el orden de
estos.

Ahora, es claro que el declarante pretende respaldar el testimonio de los


estudiantes MATSON y SANTODOMINGO, pues describe una escena muy
similar a la por ellos narrada; sin embargo, según el relato de aquellos, su
liberación y la aparición del taxi ocurrió en la madrugada del 7 de
noviembre y no en la noche de ese día, según lo manifestado por este
testigo. Además, existen imprecisiones sobre el color del vehículo en que
eran transportados, el lugar en que abordaron el taxi y el destino.

Si bien, estas imprecisiones pueden ser explicables por el paso del tiempo,
para la Sala no es explicable que aquel no recordara hechos tan
trascedentes como los descritos, sino hasta, según sus propios dichos, la

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Delito: Desaparición forzada

publicación de un artículo en la revista Cambio que habla del asilo que se


le había dado a varios de los testigos de los hechos relacionados con el
caso del Palacio.

Adicionalmente, llama la atención a que según su propia versión, este


testigo leía todo lo que se publicaba en relación con estos hechos, pues,
para la fecha en que “recuerda” tal circunstancia -junio de 2008- las
versiones sobre lo ocurrido con los estudiantes ya eran de público
conocimiento y de fuerte recepción mediática.

Así las cosas, para la sala no es una hipótesis descartable que aquél,
mezclando el conocimiento que tenía como colaborador de una empresa
fachada del COICI, con lo que se había escrito hasta entonces sobre lo
ocurrido en el Palacio de Justicia, creara un relato para soportar la versión
de MATSON y SANTODOMINGO, que además se acomodaba con su rol
para ese momento, de conductor de taxi.

En ese sentido, por las ya advertidas dudas, este declarante carece de la


fuerza suficiente para corroborar que los estudiantes estuvieran en la sede
del COICI, la Charry Solano.

b.- BERNARDO ALFONSO GARZÓN GARZÓN.

En ese contexto, es preciso analizar el testimonio de BERNARDO


ALFONSO GARZÓN GARZÓN. En orden cronológico, está dentro del
proceso una declaración del 22 de enero de 1991 ante la Procuraduría
General de la Nación, en la cual solicitó protección para su familia, por
problemas con el ejército, en relación a una denuncia que había
interpuesto y denuncias en su contra. Para ese momento, manifestó ser
sargento viceprimero adscrito a la Vigésima Brigada de Inteligencia y
Contrainteligencia. Al ser preguntado por los hechos relacionados con el
Palacio de Justicia y la participación de la Brigada 20, manifestó:

“Sé que allí se tuvo a una niña de nombre IRMA FRANCO, a esta la mantuvieron
en una camioneta color café, que en ese entonces estaba condicionada (sic) para
interrogatorio, una camioneta Ford Chevi Ban, y sé que esta niña suministró
información sobre una serie de atentados que iban a ocurri (sic) contra esa Unidad,

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como por ejemplo un atentado que le iban a hacer al bus que efectúa el recorrido
del personal, y otras informaciones que condujeron a la ubicación de la casa donde
se planeó la toma del Palacio de Justicia. PREGUNTADO.= Sabe usted por cuanto
tiempo permaneció retenida y cuál fue la suerte de esa persona o sea de IRMA
FRANCO? CONSTESTO= Realmente no sé cuántos días la tuvieron, ni exactamente
cuál será el paradero, lo cierto es que a los pocos días de sucedidos estos hechos,
oí varios comentarios de que ella estaba herida en una pierna y que la habián (sic)
dejado por ahí cerca, y al parecer se encuentra muerta. PREGUNTADO.= Sírvase
manifestar si en los hechos relacionados con la desaparición de IRMA FRANCO
fueron de conocimiento del entonces COMANDANTE DE LA BRIGADA XX?
CONTESTO.= Naturalmente que sí, porque cuando se lleva a alguien a la Unidad o
se llevaba y máxime si se tenía por varios días, él se tenía que enterar”.

Con posterioridad, dio cuenta de hechos ocurridos en el año de 1987, en


el que, dice se retuvo a NIDIA ERIKA BAUTITA DE ARELLANO, bajo la
comandancia del coronel ALVARO VELANDIA HURTADO y que a ésta,
miembros del batallón le dieron muerte. En la continuación de le
diligencia, refirió sobre un hecho en relación con GUILLERMO MARÍN,
quien luego aseguró ante los medios que había sido retenido en la CHARRY
SOLANO y que lo iban a matar, a quien tuvo que interrogar en esa Brigada,
por haber trabajado bajo sus órdenes luego de estar infiltrado en el M-19.

En la mayoría de los precitados casos refirió como comandante a


VELANDIA; sin embargo, relacionó IVAN RAMÍREZ QUINTERO como el
comandante que dirigió la operación contra OSCAR WILLIAM CALVO,
quien fue seguido y, posteriormente asesinado668.

Ahora, también obran dentro del expediente diligencias con reserva de


identidad de aquel testigo: La primera del 21 de noviembre de 1994, en la
que refirió que por razones de inteligencia y trabajo tuvo acceso a las
diferentes actividades de inteligencia y contraintelegencia que se
realizaban en el batallón de inteligencia de la Charry Solano y que, en ese
contexto, sabía de varios desaparecidos por esas actividades, para lo que
interesa en este asunto, refirió sobre IRMA FRANCO:

“Una vez empiezan a sacar a todos las persona o reos que se encontraban dentro
dell (sic) palacio de Justicia los fueron ubicando en la Casa del Florero que
encuentra en la carrera séptima en diagonal a la Catedra, allá mismo concentran
los especialistas de inteligencia y específicamente los que cubrían el blanco M-19
tanto de la B-20 que en ese momento no era B-20 sino COICI…

668
Folios 13-15 Cuaderno 88A Anexos.

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Para el Br-20, o cualquier denominación que en ese momento tuviera esa unidad
allí llevaron a IRMA FRANCO esta niña la instalaron en una camioneta tipo
CHEVIVAN de color café que en ese momento estaba acondicionada con un equipo
especial para interrogatorio y torturas, es decir tenia gravadoras (sic)
cablesconectados (sic) a baterías al piso tenia correas para atar a las personas de
pies y mano y demás una silla, la carrocería estaba separada de la cabina por una
especie de vidrio con una ventanilla para observar a la persona que se tenía allí
sin ser visto, esta camioneta se encontraba en un patio a campo abierto donde se
encontraba el tanque de gasolina o combustible para los vehículos, a ella la
trasladaron de la casa de elñ (sic) Florero a la Brigada en un campero Nissan Patrol
de color azul claro, de placas en ese momento AM, pero no me acuerdo el número,
crtep (sic) que era AM 4651, no estoy seguro del número, el traslado corió (sic) por
cuenta del grupo de Operaciones Especiales, como Oficiales al mando en ese
momento sin que me acuerde, la posición dentro del organigrama, si era el Jefe de
grupo o Jefe de blanco, pero como Oficiales estaba CAMILO PULECIO TOVAR, que
para ese momento creo que era Capitán , y el teniente GERMAN MEJÍA LOBO de
resto de personal no recuerdo nombres, me acuerdo de esos dos pero no más, una
vez instalada ella en la Brigada en el carro que anteriormente le mencioné fue
entregada los señores SV- GUSTAVO SERRATO y ss GUSTAVO AREVALO y al efe
(sic) de blanco que en ese mo,mento (sic) había, ellos eran analista e interrogadores
a esta persona o sea (sic) a IRMA FRANCO siempre la mantuvieron dentro de ese
vehículo y obtuvieron información de ella muy valiosa en ese momento para el
Ejercito, como fue la ubicación de la casa donde se había hospedado una parte del
grupo del M-19, que participó en el asalto que era una casa ubicada al oriente de
la carrera décima pasando el instituto de cancerología… una vez recopilaron todos
los datos y vieron que no tenía ya ella más información para suministrar
procedieron a matarla y la enterraron hacia la loma donde hoy en día quedan lo
polígono, en esto se encargó los dos oficiales que nombro o sea, PULECIO, MEJIA
LOBO, aunque sé que directamente ellos no accionaron el dedo, ellos llevan más
gente, pero ellos dos eran los directamente responsables de ello. Todos los
integrantes del balnco (sic) conocieron de la presencia de IRMA FRANCO, y de los
interrogatorios a que era sometida durante el tiempo que estuvo allí ”.

Adicionalmente, dijo conocer lo ocurrido en relación con NIDIA ERIKA


BAUTISTA –otra integrante del M-19, sin relación con la toma del Palacio
de Justicia-, AMPARO TORDECILLA y OSCAR WILLIAM CALVO OCAMPO.

No obstante lo anterior, y más allá de referir que trabajaba en inteligencia


del ejército –circunstancia que está probada con abundante prueba
documental y de la que da cuenta el mismo procesado IVAN RAMÍREZ
QUINTERO en una de sus indagatorias- para la sala no queda claro como
el declarante obtuvo el referido conocimiento, pues se desconoce si, por su
trabajo, participó activamente en los hechos que rodearon la desaparición
de IRMA FRANCO, o si, por el contrario, este conocimiento lo obtuvo de
terceros que participaron en los hechos que dicen conocer, lo cual tiene
repercusiones en la valoración que pueda dársele.

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Adicionalmente, aquel entremezcla operaciones de la Brigada XX del


Ejército y de la Charry Solano, como si de la misma estructura se tratara,
cuando, ha quedado claro, la Brigada XX no era superior de la Charry
Solano.

c.- EDGAR VILLAMIZAR o EDGAR VILLAREAL.

Dentro de la instrucción adelantada por la fiscalía, se practicó el


testimonio de EDGAR VILLAREAL, según el cual, para el 4 de noviembre
de 1985 era integrante de un grupo especial de la Séptima Brigada
denominado Comando Integrado Antiextorsión y Secuestro, compuesto
por catorce suboficiales al mando del mayor JAIRO ALZATE AVENDAÑO;
y en relación con los hechos del palacio de justicia señaló:

“El día 6 de noviembre, después de la relación general en la séptima brigada, se


iniciaron las actividades normales que se hacen en todo Batallón, serían las 11 de
la mañana cuándo nos desplazaron de la séptima brigada a Apiay y nos
trajeron vía helicoportada a la Escuela de Caballería en el campo de paradas. Ahí
fue donde ya nos informaron que se habían tomado el Palacio de Justicia y que
necesitaban apoyo de los diferentes grupos especiales, las más cercana era Melgar
y Villavicencio”.

Señaló que fueron trasladados en un camión desde la Escuela de


Caballería al Palacio de Justicia y destacó que ellos traían desde
Villavicencio como armas de dotación, fusiles G3A4, pistolas y
subametralladoras MP5.

De su participación directa en las operaciones militares expresamente


manifestó:

“Por radio, esa radio era un ANPRC77, nos dan la orden de que toca entrar con
toda, no se quien dio la orden. Cuando se nos agota la munición nosotros
regresamos hacia el Museo del 20 de Julio a aprovisionarnos de más munición y
tomar agua donde manifiesta el Mayor Alzate, que que asadero de pollos tan
hijueputa. Es que el calor y el olor eran impresionantes. Como a las 6 de la tarde
nos ordenan retirarnos a descansar y nos alojan en la Escuela de Caballería”.

Adujo que esa noche siguieron lo que estaba ocurriendo por televisión y al
día siguiente a las 7 de la mañana volvieron desplazarse para el Palacio de
Justicia, donde escucha que alguien le pregunta al Coronel Plazas “¿Qué

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Delito: Desaparición forzada

hacemos con la gente y donde manifiesta abiertamente “cuelguen esos


hijueputas”.

Seguidamente relata que “Para la Escuela de Caballería se traen un Nissan


Azul, eso es claro que después ese carro estuvo en la PM, con techo de color cremita
o beige. Traen una señora con falda a cuadros, un señor con buso no recuerdo si
era blanco o era beige, pero no recuerdo si era ese que llaman cuello de tortuga,
nos vinimos y los meten allí, en el primer viaje, a las pesebreras. Eso es en el
segundo día, no recuerdo la hora. Por estar en los grados más bajitos de los que
estaban allá, yo era cabo segundo, me dejan de seguridad, cuidando las dos
personas que acababan de llegar ahí… Se van con los que yo había venido y
pasadas como las 4 y media de la tarde cuando regresan otra vez, se regresan a
la Escuela de Caballería y ya traían otros tres. Creo que era otra señora y dos
hombres y los metieron a los detenidos aislados. Se metieron a pesebreras
diferente cada uno en una”.

Afirmó que fue relevado por el cabo LORZA y se fue a descansar porque
volvía a coger turno a las 12 de la noche, afirmando que pudo darse cuenta
de la tortura y vejámenes que estaban efectuándole a las personas que
habían traído.

En relación con cada una de esas personas detalló:

“Yo me alcanzo a acordar bien, bien, bien, de la que primero se trajo, le rasgaron
la blusa y le dejaron los senos a la intemperie. A uno de los detenidos, Achury le
amarró las manos con una cabuya, lo acostó boca arriba, le envolvió una tolla verde
sobre la cabeza, creo que el tipo se le iba a volar y lo cogieron y le pusieron una
toalla de color verde con letras negras que decía Ejército nacional y le empezaron
a echar agua a la altura de la fosas nasales. Yo creo que habían transcurrido unos
40 a 45 minutos de estar Achury haciéndole eso a ese señor, a mí me provocó
matar a Achury y cuándo el aflojaba la toalla que fue cuándo logré identificar el
buso, que me di cuenta. Cada vez que le soltaba la toalla, él decía que no le hiciera
eso que él era e (sic) la cafetería y soltaba un eructo fuerte. Como a los 10 o 15
minutos sale Achury y comenta con Gamboa, “curso, curso, se me fue este
hijueputa”, fue cuando me di cuenta que se había muerto… Gamboa se va y como
a los 20 minutos llega con un plástico negro, y envuelven al señor, ese, le quitan la
toalla y le quitan el plástico, lo envuelven como generalmente se hacía un
levantamiento, plástico amarrado en las dos puntas del cuerpo”.

Respecto de otra de esas personas refirió:

“Estando observando lo que estaban haciendo Achury y Gamboa, se escuchaban


los gritos de una mujer, porque yo estaba en la punta de las pesebreras y a un
lado estaba el cabo corredor del Grupo Guías de Casanare y se me acerca Corredor,
y me dijo, “tenaz”, yo de esta mierda me retiro, y al poquito tiempo se retiró y
después yo me retiré. Estando en eso sale Arévalo, y manifiesta “manito, manito,
la cagué”. Se le pregunta porque la cago y manifiesta: “mate esta vieja”… Arévalo
sale asustando y con Gamboa empacan a la persona y se la llevan para el lado de
las pesebreras. Ahí lo curioso es que, to no sé, entre cuanto ni quienes, volvieron a

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abrir un hueco y sacaron un caballo que estaba muerto y ay estaba encima del
encementado y ahí pusieron los cuerpos, en eso pusieron a trabajar soldados. Eso
fue como el 8 porque ya la gente se estaba empezando a aglomerar aquí al frente
y ya estaba empezando a preguntar por la gente”.

Frente al referido testimonio, lo primero es destacar la omisión en el


cumplimiento de requisitos formales básicos tales como la fecha en que se
llevó a cabo la diligencia de toma de la declaración; adicionalmente, en la
medida en que no se adelantó un contradictorio, la diligencia no pasa de
ser más que una entrevista que no aporta claridad sobre los hechos que
allí se relatan.

Ahora bien, conforme se desprende de las atestaciones de FRANCISCO


CÉSAR DE LA CRUZ LARA, vigilante de la casa del florero, es claro que
IRMA FRANCO PINEDA, fue sacada del museo de la independencia entre
las siete y media u ocho de la noche del jueves 7 de noviembre de 1985, lo
cual advierte que ninguna de las mujeres a las que se refiere el señor
EDGAR VILLAREAL o VILLAMIZAR corresponde a la integrante del M-19,
que conforme lo hasta ahora acreditado es la única persona respecto de la
que se puede afirmar fue víctima de desaparición forzada.

En cuanto a la mención al apellido “ARÉVALO” que hace el entrevistado,


si bien no se puede descartar que se trate del aquí procesado GUSTAVO
ARÉVALO MORENO, tampoco se cuenta con mayores elementos de juicio
que permitan afirmarlo, pues, el escrutinio a esa declaración deja al
descubierto una gran falta de diligencia de la parte Fiscalía por ampliar la
información que sobre los hechos pudiera conocer el declarante, a tal
punto que ninguna pregunta adicional a la primera se le formuló, a pesar
de detalles expuestos por el testigo como que “…al poquito tiempo a
Arévalo, Garavito le mata los dos hijos. Arévalo se retira del ejército y se
pone a perseguir a Garavito y en una de esas persecuciones ce (sic) en un
retén de las FARC y las FARC lo reconoce, en un sitio que llaman Cacayan”,
lo cual advertía la trascendencia de procurar alcanzar mayor claridad en
varios aspectos, como definir si el apellido “ARÉVALO” citado por el
declarante correspondía al aquí procesado o no.

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Delito: Desaparición forzada

De otra parte debe destacarse que la unidad a la que estaba adscrito el


aquí procesado GUSTAVO AREVALO MORENO, era la unidad militar
conocida como Charry Solano, cuyas instalaciones se ubican en el sector
de San Cristóbal, al sur de la ciudad, en tanto que la escuela de Caballería,
cantón militar al que según las manifestaciones del VILLAMIZAR fueron
llevadas las personas sobre las cuales adujo presenció los aparentes
vejámenes, se encuentra ubicada al norte de la ciudad; lo que, sumado a
las anotaciones registradas en el libro de comandante de guardia del
Batallón Charry Solano que dan cuenta de la salida del sargento ARÉVALO
MORENO a las 12:20 p.m., del 7 de noviembre de 1985 y su regreso a las
6:50 de la misma fecha a ese Batallón, permiten descartar su presencia a
la misma hora en que relata VILLAMIZAR fueron llevadas esas personas a
la Escuela de Caballería.

d.- RICARDO GAMEZ MAZUERA.

Mediante escrito del primero de agosto de 1989 remitido al Procurador


General de la Nación, señaló que hizo parte de la Policía Nacional desde
1977 cuando ingresó como alumno de la Escuela de Carabineros “Eduardo
Cuevas” de la ciudad de Villavicencio, que antes, desde 1974 actuó como
informante de la DIPEC (hoy DIJIN), y que desde 1978 se vinculó con el
Ejército siempre en los servicios de inteligencia del Estado. Afirmó que
participó en los hechos del 6 y 7 de noviembre relacionados con la retoma
del Palacio de Justicia, razón por la cual le constan algunos eventos y
prácticas irregulares ejecutadas por miembros de la fuerza pública
contrarias a la Constitución, las leyes y los convenios sobre derechos
humanos.

Destacó tener conocimiento de la ubicación de sitios utilizados como


cementerios para sepultar a víctimas de procedimientos irregulares,
dentro de los cuales señaló el siguiente:

“b) Otro cementerio existe en los llamados “Polvorines” de la Escuela de Caballería


de Usaquén. En el extremo norte de la Escuela, hacia el oriente, detrás del sitio
donde se hace prácticas de polígono, hay un sitio donde se entierra a personas que
mueren bajo tortira (sic) en la misma Escuela. Allí es posible que hayan sido
sepultados algunos de los desaparecidos durante los hechos del Palacio de

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Delito: Desaparición forzada

Justicia. Allí fue enterrado, muy probablemente, Carlos Augusto Rodríguez Vera, y
también la guerrillera del M-19, Irma Franco Pineda”.

Posteriormente el 14 de junio de 2007 el señor RENÉ GUARÍN CORTÉS


hermano de CRISTINA DEL PILAR GUARÍN CORTÉS, una las presuntas
desparecidas, aportó a la Fiscalía en medio magnético –CD- una entrevista
informal que le realizó el 9 de diciembre de 2006 a GAMEZ MAZUERA al
parecer en la ciudad de BRUSELAS – BELGICA, la cual además fue
transcrita e igualmente aportada al ente instructor de la investigación, sin
embargo escrutado su contenido no se advierte manifestación expresa
relacionada a la desaparición de IRMA FRANCO PINEDA, como tampoco
mención específica a ninguno de los aquí procesados, no obstante
mantener uniforme su versión en torno al supuesto manejo que se le dio
a los empleados del refectorio de la sede judicial por parte del coronel
Plazas Vega.

Al igual que lo ocurrido con EDGAR VILLAMIZAR, la declaración de


GAMEZ MAZUERA tiene la misma connotación de una entrevista que
adolece de un interrogatorio que permita conocer información concreta,
para reconocer credibilidad a las afirmaciones, por demás etéreas que allí
se hacen, y si bien el órgano instructor desplegó actividad investigativa en
orden a validar entre otras la información relacionada con la existencia un
sitio denominado por el declarante como “Polvorines”, lo cierto es que la
inspección realizada en la Escuela de Caballería si bien localizó el sitio, no
así ocurrió respecto de la localización de restos óseos que permitieran darle
firmeza a las manifestaciones hechas sobre el particular, es más, una de
las actas de esas diligencias dio cuenta del hallazgo de los restos de unas
prendas de vestir que ninguna similitud guardan con el atuendo que se
afirma vestía la hoy desaparecida cuando salió con vida de la sede judicial
asaltada.

Así, lo expuesto en relación con lo sucedido a la integrante del grupo


subversivo, sumado al análisis jurídico probatorio realizado sobre las
atestaciones de RICARDO GAMEZ MAZUERA, hecho en esta providencia
al estudiar el caso concreto del administrador de la cafetería bajo el
numeral 7.3.4.2.7.3 evidencian, como en su momento se señaló, que su

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versión está revestida de imprecisiones y contradicciones que la hacen


falaz y carente de cualquier credibilidad.

7.4.2.4.- Actuación de los acusados en la desaparición de IRMA FRANCO


PINEDA.

Tal y como se expuso en párrafos anteriores se logró distinguir cuatro


grupos bien definidos de las personas que durante los días 6 y 7 de
noviembre de 1985, y con ocasión a la toma del Palacio de Justicia, fueron
llevados a instalaciones militares y policiales, destacando en relación con
los tres primeros grupos669 que; 1.- Quien dispuso esos traslados fue el
coronel SÁNCHEZ RUBIANO, el cual así lo reconoció en sus injuriadas; y
2.- Los procedimientos a los que fueron sometidos se practicaron durante
la jornada diurna, quedando registro bien de su ingreso a las dependencias
militares o de su puesta a disposición de la policía.

Respecto del cuarto grupo correspondiente a YOLANDA SANTODOMINGO


y EDUARDO MATSON, estudiantes de la Universidad Externado de
Colombia e IRMA FRANCO PINEDA, evidente resulta que sobre ésta
última, en desarrollo de las operaciones militares y de inteligencia, se
cumplieron idénticos procedimientos a los aplicados con los estudiantes,
es decir fue retenida desde su evacuación del edificio judicial, trasladada
al Museo del Florero, subida al segundo piso de esa edificación,
interrogada en la misma forma, violenta e indignante, y sigilosamente
retirada de la casa museo en idénticas circunstancias en horas de la
noche, los estudiantes el miércoles 6 y ella el jueves 7 de noviembre de
1985.

Ahora la única, pero fatídica, diferencia entre lo sucedido con los


estudiantes respecto de la subversiva fue su desaparición, que en el caso
de los primeros no se concretó pese a que sobre ellos pesó la misma
calificación, ser considerados “guerrilleros confirmados”, según se
desprende del relato de FRANCISCO CÉSAR DE LA CRUZ LARA vigilante

669
El primero integrado por los conductores de magistrados, el segundo por las personas, sobre las que afirmaron los
militares, que estaban en actitud sospechosa alrededor del Palacio de Justicia, el tercero por personas retenidas en un
retén de Zipaquirá.

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del museo Casa del Florero, quien fue testigo de excepción, y permite
aclarar lo que los aquí procesados han querido ocultar, que:

“…el día miércoles en las horas de la noche salió de la Casa Museo del Veinte de
Julio una muchacha y un muchacho como de 26 años que los sacaban como
sospechosos confirmados de la guerrilla cuando yo entraba alcance a ver a la
muchacha y al muchacho que los sacaban del Museo…ella salió entre las siete
y media y ocho de la noche del jueves, en estrictas medidas de
seguridad, iba descalza, medias negras 670” . (Negrillas fuera de texto);
refiriéndose a la ya reconocida entre el personal militar y policial,
guerrillera IRMA FRANCO PINEDA.

Conociéndose que los estudiantes fueron finalmente liberados, gracias a


la información671 que entregaron a sus captores respecto de quién podía
dar referencia de ellos.

Conforme se acaba de reseñar la situación soportada por los estudiantes,


así como por IRMA FRANCO PINEDA resultó completamente contraria a la
vivida por las personas de los otros grupos, pues éstos fueron llevados al
Batallón Charry Solano, donde también quedaba la base del COICI, sin
que exista registro en la minuta de guardia de su ingreso, omisión que
también se advierte respecto de las anotaciones que debían quedar en la
minuta de guardia de la DIJIN, unidad policial donde está acreditado
fueron llevados los estudiantes.

7.4.2.4.1.- Del general (r) IVÁN RAMÍREZ QUINTERO.

De acuerdo con la disposición No. 0002 del 24 de enero de 1985, y las


diferentes declaraciones acopiadas al expediente se advierte que el COICI
como unidad fundamental para el trabajo de inteligencia y
contrainteligencia del Ejército Nacional contaba con autonomía e
independencia funcional, y según el manual de inteligencia de combate,

670
Folio 89 del cuaderno original de la instrucción No. 49 Anexos.
671
En declaración del 11 de abril de 1986 Eduardo Matson señaló: “…nos preguntaron que qué personas nos podía
recomendar, entonces mencioné al senador por Bolívar, Rodrigo Barraza Salcedo, el doctor Humberto Murcia Ballén,
Magistrado de la Corte, mi tío Arturo Matson Figueroa, Gobernador de Bolívar actualmente, el doctor Álvaro Luna Gómez,
Ex-Magistrado de la Corte, el hijo del Coronel Miguel Maza Márquez…” Folio 32 del cuaderno Original de la Instrucción 72
A

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Delito: Desaparición forzada

con funciones específicas en casos de grave alteración del orden público


que debían cumplirse sin que previamente tuviera que mediar orden
superior para actuar, lo cual le permitió a su comandante, el entonces
teniente coronel IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, disponer el envío al teatro de
operaciones, de los apoyos necesarios al entonces comandante del B-2,
coronel SÁNCHEZ RUBIANO para el registro e identificación de rehenes
que eran conducidos a la Casa del Florero.

Y, si bien, en su indagatoria señaló que no recibió orden de agregarse o de


enviar apoyo al B-2 de la Brigada, es claro que ello no es cierto, porque en
el libro de guardia de la unidad que él dirigía, está registrada la salida
hacia “Palacio de Nariño” (clara referencia al Palacio de justicia), del mayor
FERNANDO BLANCO GÓMEZ, segundo comandante, y los entonces
capitanes MARTÍNEZ, CASTRO, GIRON, así como los sargentos
SANABRIA, Sr. MAYORGA, cabo BENAVIDEZ y el Sr. MORENO, con el
conductor BUSTOS, en una panel de placas NV6021.

Entonces, si tantos integrantes del COICI fueron enviados, no al Palacio


de Nariño, sino al de justicia, no era porque el segundo comandante actuó
movido por iniciativa propia, ni que llegaron hasta los cordones de
seguridad y no pudieron pasar, como lo afirmaron varios integrantes del
COICI en sus declaraciones. Pues es claro que esa unidad fue designada
para apoyar la identificación de las personas que salían como rehenes del
Palacio de Justicia, para establecer si realmente eran rehenes o si, por el
contrario, eran guerrilleros que se hacían pasar por tales.

Esa labor era coordinada, claro está, con el mando militar que comandaba
la acción bélica, la Brigada XIII, en especial su homólogo en funciones de
inteligencia, el B2; y permitió distinguir los cuatro grupos de personas a
los que ya se hizo referencia, ocupándose las unidades militares, incluidos
S2, como el de la Escuela de Infantería –ver inspección de libros punto
7.4.2.3.1.- en trasladas personas para verificación, como sucede en los
tres primeros grupos; a lo que se suma el manejo respecto del cuarto, con
la evidente participación de integrantes del COICI, apoyados en elementos

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Delito: Desaparición forzada

de la misma especialidad, pero que hacían parte de la Policía Nacional


DIJIN, para el caso de SANTODOMINGO y MATSON.

Así, los hombres del general (r) RAMÍREZ QUINTERO, siguiendo un mismo
patrón de comportamiento, semejante al ejecutado por sus pares del B-2,
ejercieron sobre esas personas atropellos y abuso de autoridad, que en el
caso de IRMA FRANCO PINEDA culminó con su desaparición.

Y es que, conforme a los factores que debían considerarse de acuerdo con


los reglamentos, manuales y planes de operación, improbable resulta que
las labores de inteligencia pudieran desligarse de la operación militar en
desarrollo, pues las primeras dotaban de insumos necesarios a la segunda
para la toma de las decisiones no solo durante la efectiva recuperación del
edificio sino para neutralizar cualquier amenaza de situaciones
semejantes a la violenta toma ejecutada por el grupo subversivo
responsable del asalto.

Así, se advierte que la desaparición de IRMA FRANCO PINEDA fue el


resultado de la coordinación que se dio entre los órganos de inteligencia,
que se encontraban en la casa del florero, para disponer qué retenidos
tenían qué tratamiento, de manera que para quienes, definitivamente,
serían sujetos de un “tratamiento” diferente, porque para esas autoridades
era claro que se trataba de subversivos, no se registraban los trámites
realizados con ellos; lo que se constituye en un claro indicio acerca de que
la intención con estas personas era desaparecerlas.

De manera que, fue a los miembros del COICI presentes en el Museo Casa
del Florero, cuyo comandante era el hoy general (r) IVÁN RAMÍREZ
QUINTERO, y en ese momento bajo el control directo del Jefe del estado
mayor, el hoy coronel (r) BLANCO GÓMEZ, y a integrantes de la DIJIN, a
quienes correspondió, primero, el manejo de ese cuarto grupo de personas
integrado por YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO ALBERICCI,
EDUARDO ARTURO MATSON OSPINO y, altamente probable, por la
aplicación del mismo modus operandi, frente a IRMA FRANCO PINEDA.

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Delito: Desaparición forzada

1.- En cuanto a la prueba documental se cuenta con las reseñas hechas


por la DIJIN a los estudiantes YOLANDA ERNESTINA SANTODOMINGO
ALBERICCI y EDUARDO ARTURO MATSON OSPINO, las cuales fueron
puestas a disposición del B-2 solo ocho días después de practicada, y con
ocasión de las gestiones y reclamaciones hechas por el entonces
Gobernador de Bolívar (tío de MATSON OSPINO) ante el comando de la
Brigada XIII.

Por ello, aunque debían ingresarlos a las listas de personas, pues se


evidenció que salieron vivos, no fueron registrados en las unidades, policial
y militar en las que estuvieron.

2.- Respecto a la prueba testimonial se cuenta con las declaraciones de los


estudiantes los cuales fueron contestes en señalar que para el 6 de
noviembre de 1985 se encontraban dentro del Palacio de Justicia en
actividades propias de su quehacer académico, cuando fueron
sorprendidos por la violenta toma guerrillera, logrando ser rescatados el
mismo día por unidades del Ejército Nacional, los cuales los llevaron a la
Casa del Florero donde fueron víctimas de tratos degradantes y tildados
de pertenecer a la guerrilla, posteriormente trasladados a la DIJIN, donde
les practicaron prueba de guantelete; luego, llevados al Batallón Charry
Solano, donde fueron sometidos a maltratos físicos, tortura psicológica y
finalmente dejados en libertad aproximadamente a la una de la mañana
del día siete de noviembre de 1985 en un sector del centro de la ciudad,
donde abordaron un taxi que finalmente los llevó a la residencia de
SANTODOMINGO ALBERICCI.

Ahora, inadmisible resulta que el general (r) RAMÍREZ QUINTERO en su


indagatoria pretenda desconocer la participación del entonces mayor
FERNANDO BLANCO GÓMEZ en las labores de reconocimiento e
identificación de posibles miembros del M-19 dentro de los rehenes que
salían del Palacio de Justicia, salida procesal en la cual señaló que “No
tengo conocimiento, doctora, porqué el Mayor Blanco efectuó labor de
reconocimiento, labores de reconocimiento. En primer lugar, porque no se le ordenó
y en segundo lugar porque no tenía cómo reconocer a nadie, ni a rescatados ni a
guerrilleros, porque él ni estaba acompañado de analistas del M-19 ni tenía

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fotografías de personas del M-19 y él tampoco tenía experiencia de ninguna clase


de actividades de inteligencia”, sin que existiera siquiera un llamado de
atención en su hoja de vida pues una actuación inconsulta y no ordenada
por sus superiores repulsa con la disciplina militar, lo cual debió generar
como mínimo una anotación en su folio de vida sobre el particular, sin
embargo contrario a ello, como se registrará más adelante, las anotaciones
registradas en ese documento dan cuenta de un connotado miembro de
inteligencia que fue merecedor de reconocimientos por parte del
comandante del COICI, el hoy general (r) IVÁN RAMÍREZ QUINTERO.

3.- Su calidad de comandante de la unidad militar a la que fueron llevados


los estudiantes; la inexistencia de registro de personal bajo su mando de
la llegada de esas personas a esas instalaciones; la negativa generalizada
del personal a su mando, de no haber hecho mayor actividad en la Casa
del Florero, y negativa de que éstos hubieren hecho entrevistas, cuando se
demostró por testigos creíbles que, por el contrario sí hubo tal actividad;
y, finalmente, la presencia del segundo al mando de la unidad que él
dirigía; todo ello muestra que era conocedor y que controló actuaciones,
tanto legales, como ilícitas de su personal frente a personas rescatadas o
que se hicieran pasar como tales.

Por todo ello, frente a este comandante del COICI obran los suficientes
indicios que lo muestran coautor impropio de la desaparición forzada de
la citada guerrillera del M19, IRMA FRANCO PINEDA.

7.4.2.4.2.- Del coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ.

En cuanto al segundo comandante del COICI, para entonces mayor del


Ejército Nacional, FERNANDO BLANCO GÓMEZ, señaló en su indagatoria
que sus funciones eran exclusivamente administrativas, que por orden del
Comandante del COICI, estuvo el miércoles 6 por apenas dos horas en la
Casa del Florero, y a pesar de ofrecerle colaboración al coronel
EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO, Jefe del B-2 éste no la aceptó; sin
embargo se quedó allí y se dedicó a observar la situación para poderla
describir a su superior, además de hablar con las personas que iban

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llegando del Palacio para poder conocer lo que estaba sucediendo, labor
sobre la cual afirmó, “la hice para justificar mi presencia ahí o si no las
autoridades me sacan de ahí”. Que se retiró del museo hacia la media noche
y llegó “a la unidad en el carro de servicio de la unidad, el cual llegó porque yo
llamé para que enviaran a recogerme”. Adujo, además, que:

“Al ir a salir ya de la Guardia, me informó el comandante de Guardia que traían


dos detenidos, lo primero fue que le contesté yo fue, aquí nunca se reciben
detenidos, que se devuelvan con esa gente, era una mujer y un hombre que decían
que eran estudiantes. En ningún momento me acerqué yo a ellos porque no estaba
interesado…”.

La versión sobre el aparente rechazo del apoyo que ofreció al coronel (r)
SÁNCHEZ RUBIANO, Jefe del B-2, fue ratificado en declaración rendida el
24 de abril de 2008 por el señalado oficial quien manifestó que: “el único
que fue a decirme que qué se me ofrecía” fue el mayor FERNANDO BLANCO,
de quien no aceptó ayuda, aduciendo que “ahí había gente del Das y de la
Policía, y para que no se dispersara la actividad que estábamos realizando”672.

Sin embargo, tales versiones resultan desvirtuadas por la declaración del


entonces comandante del Ejército Nacional, general (r) RAFAEL ZAMUDIO
MOLINA el cual señaló que el COICI era una unidad fundamental en la
generación de inteligencia de interés para las operaciones que contaba con
autonomía para la búsqueda de información, destacando que “EL COICI no
podría tener limitación o restricción en el cumplimiento de su misión general 673”.

En similar sentido declaró el entonces comandante de la Brigada XIII,


general (r) ARIAS CABRALES, quien comandó las operaciones de
recuperación de la principal sede judicial, el cual al ser indagado sobre la
cooperación recibida por el Jefe del B-2 en las operaciones de inteligencia
cumplidas en la Casa del Florero señaló: “el coronel Sánchez como jefe de
inteligencia fue auxiliado por personal de su misma sección así como agentes de
inteligencia de la Dijin, Policía Nacional, del DAS y del Batallón de Inteligencia del
Ejército, quienes podían tener acceso a registros o archivos relacionados con la
identificación de elementos del grupo asaltante o coadyuvar en la identificación de

672
Folio 187 del cuaderno original de la instrucción N° 33.
673
Folio 186 del cuaderno original IP 070 anexo 5, folios 46 y ss (minuta de guardia y oficial de servicios del Batallón
Charry Sopano).

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personas rescatadas que no podían demostrar su identidad”, agregando que de


este último Batallón recuerda que “estaba colaborando el coronel Fernando
Blanco674”.

Declaración que resulta acorde a lo señalado en los testimonios de


GUSTAVO CASTRO PEÑA y RAFAEL ÁNGEL MARTÍNEZ GABRIEL,
integrantes del COICI, y para entonces oficiales subalternos de BLANCO
GÓMEZ, los cuales refieren que por orden directa del Coronel IVÁN
RAMÍREZ QUINTERO se desplazaron hacia el lugar de los acontecimientos
en compañía del segundo comandante de esa unidad, el cual ingresó a la
Casa del Florero, en donde tras permanecer un tiempo considerable salió
del inmueble y dispuso que se retiraran porque su presencia no era
necesaria.

Frente a los testimonios de los oficiales señalados se tiene que el coronel


(r) LUIS ALFONSO PLAZAS VEGA comandante, para la época, de la
Escuela de Caballería, refirió que los apoyos que requirió el B-2 de la
Brigada XIII correspondía a expertos en inteligencia “…y por eso los requirió
al Departamento E-2 del Ejército, al Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia
COICI… a la Policía, particularmente al F-2 y al Departamento Administrativo de
Seguridad, DAS675”, igualmente el coronel (r) LUIS ENRIQUE CARVAJAL
NUÑEZ, entonces oficial de operaciones de la Brigada XIII, en su
testimonio refirió que:

“El B-2 es una organización de inteligencia que depende de la Brigada pero tiene
otros organismos de inteligencia que trabajan en lo mismo como son, el Das es un
organismos (sic) de inteligencia y trabajaba con el B-2, de la Policía estaba el F-2
de la Policía que también trabajaba en coordinación con el B-2, la Dirección de
Inteligencia del Ejército y había más organismos del estado que aportaban
información en relación con el M-19 que era un enemigo común”.

A partir de lo expuesto por los oficiales CASTRO PEÑA, MARTÍNEZ


GABRIEL y CARVAJAL NUÑEZ, comprensible resulta concluir que, 1.-
Para el seis y siete de noviembre de 1985 concurrieron unidades
especializadas en inteligencia de los diferentes organismos de seguridad

674
Folio 58 del cuaderno original de la instrucción N° 5.
675
Folio 212 y s.s. del cuaderno original de la instrucción N° 14

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del Estado a la Casa del Florero donde, de manera coordinada se apoyaron


las operaciones de inteligencia que estaban a cargo del coronel
EDILBERTO SÁNCHEZ RUBIANO; y 2.- Indudable se advierte la
participación de BLANCO GÓMEZ por parte del COICI, en las tareas de
control, registro, clasificación e identificación de las personas liberadas del
Palacio de Justicia dada su experticia en labores de inteligencia, la cual se
advierte acreditada conforme a los registros de su folio de vida como
capacitador de cursos de esa especialidad para oficiales y suboficiales.

Así, los anteriores testimonios dan cuenta de un claro indicio de presencia,


y actividad referente al manejo de personas, realización de entrevistas, y
verificación de identidades de quienes iban saliendo del palacio; de modo
tal que su presencia y trabajo respecto de las diferentes personas no fue
ajeno a su función en ese sitio.

Ahora no solo el indicio de presencia del jefe del estado mayor del COICI
daría cuenta de su responsabilidad en el reato de desaparición forzada en
contra de IRMA FRANCO PINEDA, pues su hoja de vida y calificaciones,
más lo depuesto en indagatoria por el coronel (r) ALFONSO PLAZAS VEGA,
entonces comandante de la Escuela de Caballería, el testimonio del coronel
(r) LUIS ENRIQUE CARVAJAL NUÑEZ, para la época oficial de operaciones
de la Brigada XIII, y en especial lo dicho por el comandante en jefe de la
operación, general (r) ARIAS CABRALES, permiten afirmar que tuvo
responsabilidad y realizó actividades propias respecto de los rehenes y
liberados, tal y como se evidencia sucedió con los estudiantes MATSON y
SANTODOMINGO.

En cuanto a su folio de vida y calificaciones se advierte que se trata de un


hombre altamente calificado en operaciones de inteligencia de combate,
con destacados resultados en esas actividades, según se advierte de la
calificación de su desempeño, además de las anotaciones y felicitaciones
consignadas en esos documentos conforme se cita enseguida.

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La calificación consignada en el “FORMULARIO CP-1”, bajo el ítem 22 de la


“SECCIÓN I DATOS PERSONALES E INFORMACIÓN GENERAL” consigna los
“Premios y Distinciones” del periodo evaluable, y en el mismo se relaciona:

Puntos
D M Clase Motivo Disposición a Favor
SOBRESALIENTE COLABORACIÓN
O/D NR.
I SEMINARIO COMANDANTES
010 COICI
08 03 FELICITACIÓN RED. 3
EXCELENTE TRABAJO
O/D NR.
CUBRIMEINTO TERCER PARO
026 COICI
28 06 FELICITACIÓN CIVICO NACIONAL. 3
EXCELENTE COLABORACIÓN EN
O/D Nr.
UN TRABAJO ESPECIAL DE
038
20 09 FELICITACIÓN INTELIGENCIA 3
TOTAL 9

En cuanto a las anotaciones registradas en el folio de vida para el año


1985 se destacan entre otras las que siguen.

FECHAS
ASUNTOS ANOTACIONES FIRMA
D M CALIFICADOR
ANOTACIÓN La O/D Nr. 003 art. 011, lo nombra Profesor de T.C. RAMÍREZ
(NOMBRAMIENTO los Cursos Nr.32 y Nr.33 de Inteligencia básica Q. Cdte.
17 ENE PROFESOR) para suboficiales de las FF.AA. Batallón.
ANOTACIÓN
(PREPARACIÓN I T.C. RAMÍREZ
SEMINARIO Inicia a colaborar en la preparación del I Seminario Q. Cdte.
CDTES. para Comandantes de Compañía de Inteligencia del Batallón.
15 FEB COMPPAÑIA) Batallón.

ANOTACIÓN La Resolución Nr. 798 de Mindefensa lo nombra T.C. RAMÍREZ


(NOMBRAMIENTO Profesor para el Batallón Escuela de Q. Cdte.
PROFESOR) Inteligencia de la materia Sección Segunda, COICI.
15 MAR tiempo incompleto, 5° Categoría.
ANOTACIÓN La O/D Nr. 019, lo nombra Profesor de La Sección T.C. RAMÍREZ
(NOMBRAMIENTO Segunda para el curso Nr. 26 de Inteligencia Básica Q. Cdte.
10 MAY PROFESOR) para Oficiales. COICI.
Es un sobresaliente colaborador con el Comando de la
unidad. Ha sido por este motivo, una pieza importante T.C. RAMÍREZ
CONCEPTO en el engranaje del Estado mayor del COICI para el
Q. Cdte.
(COLABORACIÓN) planeamiento de la búsqueda de información y para
la producción de inteligencia, cual es la misión COICI.
08 JUN esencial de este Comando Operativo.
EL Comando en la O/D Nr. 026 lo felicita por el T.C. RAMÍREZ
FELICITACIÓN excelente trabajo realizado para el cubrimiento de Q. Cdte.
28 JUN las actividades del 3° Paro Cívico Nacional. COICI.
CONCEPTO De acuerdo a concepto del Comandante de Batallón
Escuela de Inteligencia, dicta la Materia Funcionamiento T.C. RAMÍREZ
(DESEMPEÑO
Sección Segunda en una forma excelente, en donde Q. Cdte.
COMO comunica con sencillez sus conocimientos y experiencia a COICI.
22 AGO INSTRUCTOR) los alumnos.
El Comando del COICI en la O/D 038 lo felicita por T.C. RAMÍREZ
FELICITACIÓN la excelente colaboración demostrada en un Q. Cdte.
20 SEP trabajo especial contra un grupo Subversivo. Batallón.
(Negrillas de la Sala).

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De otra parte, al escrutarse el folio de vida se advierte que para su


diligenciamiento fueron empleados dos formatos “FORMULARIO CP.-5”, en
el primero fueron consignadas las anotaciones hasta el cinco de
noviembre, y el segundo iniciado con anotación del ocho de noviembre, sin
que se haya consignado el servicio de apoyo que prestó al B-2 de la Brigada
XIII durante los días 6 y 7 de noviembre de 1985; situación extraña, si se
tiene en cuenta que en él deben estar reflejadas todas las actividades; de
lo que surge el interrogante, de si fue una actuación legal y legítima del
COICI la desplegada por el segundo comandante, por qué no se reflejó en
su folio de vida.

Así, el detalle de los anteriores registros da cuenta que se trataba de una


persona experta en operaciones de inteligencia con destacados resultados
por los cuales mereció reconocimiento de parte de sus superiores, lo cual
emerge dentro del presente estudio como un indicio fuerte de capacidad
suficiente para la ejecución del actuar irregular que concluyó con la
materialización de la desaparición de la miembro del grupo insurgente que
se comprobó, salió con vida de la sede judicial.

De otra parte, de su indagatoria, se desprende, primero, serias


contradicciones que llevan al convencimiento sobre su presencia y
actuación en el segundo piso de la Casa del Florero, pues primero señaló
que, “Yo no realicé ninguna actividad en el tiempo que estuve en el segundo piso
de la Casa Museo del Florero”, pero más adelante frente a otra pregunta
afirmó no conocer ese nivel del referido inmueble: “PREGUNTADO: Se sabe
dentro de estas diligencias que las personas digamos, denominadas
“sospechosas” (sic) en el tema del Palacio de Justicia, eran llevadas la 2° piso de
la Casa del florero, no sólo lo acreditan las personas que fueron objeto de ese
procedimiento, sino inclusive los vigilantes del mismo museo como Francisco de la
Cruz Lara, no obstante usted como segundo comandante del COICI y en labor de
inteligencia, dice que nunca se enteró de que fueran llevadas estas personas al
segundo piso, según su conocimiento para qué fue utilizado el segundo piso de la
casa del florero los días 6 y 7 de noviembre de 1985. CONTESTÓ.- No sé para qué
fue utilizado ni conozco el segundo piso de la casa del florero. No conozco el

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segundo piso de la Casa del florero y ni de visita. Yo trato de ubicarme y no sé por


dónde se sube al segundo piso676”.

Y segundo, la acreditación de la versión de los estudiantes MATSON y


SANTODOMINGO respecto de su traslado al Batallón Charry Solano, pues
adujo que, aproximadamente, a la una de la mañana del 7 de noviembre
cuando salía de esa guarnición militar fue informado por “…el comandante
de guardia que traían dos detenidos… era una mujer y un hombre que decían que
eran estudiantes”, respecto de los cuales manifestó que no se preocupó por
mirar de quiénes se trataba, “porque ahí no se reciben detenidos”;
manifestación totalmente discordante con todo lo que había estado
realizando durante ese día, y conocía lo que estaba pasando con los
rehenes liberados y la actividad para determinar infiltrados guerrilleros
entre esas personas.

Entonces, para la Sala no resulta creíble que él, como segundo


comandante de la unidad militar a donde llevaron dos personas extraídas
del palacio, simplemente señale que no le interesó.

Nótese que se trata de una mala justificación, porque, precisamente ese


era el trabajo de todas las personas que, bien militares, de policía o del
DAS realizaban con interés y gran desempeño en la casa museo.

La expresión relacionada con que “no le interesó esa información”, no


concuerda con sus calidades, pues lo propio de este experto en
inteligencia, era conocer lo que pasaba con esas personas, el por qué las
llevaban, precisamente, a esa unidad; quiénes eran y quiénes los llevaban.

Por ello, es una mala justificación que el mayor (r) FERNANDO BLANCO,
manifieste, como segundo comandante, habiendo estado toda la tarde y
hasta entrada la media noche aún estaba en labores, que cuando llevan
en una panel de la “policía” a su unidad personas procedentes del palacio
–sea quien las hubiere llevado-, de ello, tan importante no se haya dejado
constancia en los libros de guardia, como tampoco en el de oficial de

676
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servicio, tal y como se evidencia en la inspección realizada por la


procuraduría.

Es más, nótese como este militar, quien dice que tenía solo funciones
administrativas, teniendo personas a su mando, termina –según él- solo
por “colaboración” y para informarle a su jefe, general (r) QUINTERO,
estando hasta altas horas de la noche del 6 de noviembre en la Casa del
Florero, cumpliendo labores en las que era experto; y que, precisamente,
y en forma desconectada entre eventos, él que llega a su unidad y,
precisamente, llegan miembros de la autoridad con dos personas
retenidas, provenientes del mismo Palacio de Justicia.

Por todo lo anterior, en relación con el coronel (r) FERNANDO BLANCO


GÓMEZ, resulta claro que son malas justificaciones las construidas con
su personal para negar la verdadera actividad desplegada como unidad de
inteligencia, junto con el B2, la Policía Nacional, DAS, DINTE, en el manejo
de personas y su identificación como rehenes o guerrilleros; que su
actuación respecto de los estudiantes MATSON y SANTODOMINGO, que
dice, sí fueron llevados, pero no ingresados, cuando ellos sí lo señalan; que
como parte de ese trabajo resultaba obligatorio que estuviera al tanto de
lo que pasaba con la actividad que desarrollaban, entre otros, sus
subalternos con respecto a los conducidos a la Casa del Florero, y más
aún si, como en el caso de los estudiantes, igual con IRMA FRANCO, se
les debía dar un trato “especial”, como en efecto se les dio a esos, y en la
misma forma a la mencionada guerrillera.

Resulta evidente que para ellos tres, como se dijo en el aparte del manejo
de los grupos, el fin debía ser el mismo, y por ello, no resulta como una
eventualidad que llevaran a los estudiantes a las instalaciones del COICI.
Fue el mismo modus operandi: en la desaparición forzada de la integrante
del M19, como en el caso de los citados estudiantes, no hubo registro en
ninguna unidad militar o policial –DIJIN y COICI-, a diferencia de otros
rescatados.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

Por ello, debe responder bajo la forma de coautoría impropia por la


desaparición forzada de esa persona.

7.4.2.4.3.- Del sargento (r) GUSTAVO ARÉVALO MORENO.

En cuanto al Sargento Segundo GUSTAVO ARÉVALO MORENO, conforme


se desprende los elementos probatorios acopiados durante la instrucción,
se tiene que para la época de la toma al Palacio de Justicia se
desempeñaba como analista del blanco M-19 y, si bien, tal especialidad lo
hace tener la capacidad de realizar actividades ilegales respecto de
personas rehenes llevadas a ese sitio, frente a su responsabilidad respecto
de la desaparición de la guerrillera IRMA FRANCO no hay la claridad en
esta actuación para afirmar su compromiso penal en dicha acción.

Este integrante del COICI, como muchos otros, estuvo presente en la Casa
del Florero, y realizó el trabajo propio de su actividad en inteligencia; sin
embargo, aún con su especialidad en el blanco M19, no hay medio que
permita inferir, razonablemente, que junto con el comandante y segundo
comandante del COICI hubiere actuado en connivencia para la
desaparición de personas, para el caso, la citada guerrillera.

Aun cuando en su indagatoria, al igual que la versión de otros militares,


hay un acentuado interés por desligarse del rol que para entonces
cumplieron varios de ellos, tal situación no lo hace más o menos
responsable de la conducta delictiva por la que fueron vinculados, pues en
esa operación militar hubo participación de muchos otros de sus
compañeros de unidad militar, tal y como se verifica en los diversos
testimonios de estos.

De su hoja de vida y calificaciones, se conoce que este procesado contaba


con las cualidades que lo destacaban en la especialidad de inteligencia
militar, gracias al conocimiento que como analista específico del blanco M-
19 tenía, lo cual hace improbable que conforme con sus manifestaciones
haya estado ausente de la identificación de los guerrilleros, sin embargo,
hay algo que milita en su favor respecto de esa actividad: no tenía que

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Delito: Desaparición forzada

ayudar a reconocer a la aprehendida IRMA FRANCO como guerrillera,


porque ya lo había sido por diferentes personas que salieron en la fila en
la que ella se mezcló para salir como rehén.

Negó por completo haber conocido información de la salida viva del Palacio
de Justicia de IRMA FRANCO PINEDA, destacando que su “única actividad
se relacionó con llevar esos álbumes a la esquina de la catedral para entregárselos
al Capitán Martínez”, y que el día siete de noviembre entre la 18:30 o 19:00
horas los “despacharon para las casas, porque es que allí durante la noche no
pueden tener a nadie porque no había alojamiento, allá no hay donde se quede la
gente, así esté en acuartelamiento, lo despachan a uno para las casas y allá si lo
necesitan a uno, entonces lo llaman a uno por teléfono”., y agregó que, “…en
muchas oportunidades uno está afuera, termina labor y se va para la casa” .

Solo especulaciones se tendrían de su participación en esa desaparición,


pues un indicio, no grave, sino contingente surge de lo que reflejan las
anotaciones sobre él en el libro de guardia del Charry Solano.

Las anotaciones de la minuta de guardia de la citada unidad conducen a


afirmar que ARÉVALO MORENO ingresó el jueves siete de noviembre a
las 18:50 pero su salida solo aparece registrada hasta la 14:00 del día
siguiente, viernes, es decir no hay registro de su salida del Batallón el
jueves (segundo día de la toma guerrillera) después de las 18:30, y
tampoco registro de la hora de ingreso a esa unidad militar el viernes;
situaciones frente a las cuales explicó, primero, en relación con su salida
el jueves que: “no está registrada mi salida, de la unidad, porque no era una
cuestión de servicio”; y, segundo, en cuanto a la ausencia de registro de su
ingreso en la mañana del viernes, adujo que, “Es que no puede estar
registrada la entrada en las horas de la mañana al COICI, porque, es una situación
normal de entrada de los trabajadores, entonces no pueden registrar a todos los
trabajadores que ingresan al servicio a las 7 de la mañana, esa es la razón por la
cual yo no tengo que estar registrado ahí el día 8 en las horas de la mañana”.

Múltiples serían las hipótesis sobre la razón para que no se haya hecho
registro en la minuta de guardia de su salida la noche del jueves 7 de

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Delito: Desaparición forzada

noviembre al término de sus servicios, pero sí el registro de la salida de


otros miembros677 de esa unidad militar?

Ahora, escrutado el formulario de calificación correspondiente al periodo


1985 del sargento segundo GUSTAVO ARÉVALO MORENO, se tiene que
está dividido en tres secciones, la primera corresponde a los datos
personales y la información general del calificado, la segunda es la
evaluación y calificación propiamente dicha y la tercera corresponde a
apreciaciones generales de la autoridad calificadora.

En cuanto a la primera, bajo el ítem #22 correspondiente a la relación de


“Premios y Distinciones”, espacio que en el presente caso fue consignada la
frase “FELICITACIONES VER ANEXO”, documento cuyo examen da cuenta de
las siguientes anotaciones:

ANEXO AL FORMULARIO CP-1


SS. INFANTERIA - ARÉVALO MORENO GUSTAVO 7101424
DISPOCISIÓN PUNTOS PUNTOS A
D M CLASE MOTIVO A FAVOR FAVOR
Excelente trabajo durante una
Comisión en la BR-8.
04 01 FELICITACIÓN OD.001-ARt-002 3
Excelente trabajo y colaboración en
todas las actividades.
22 02 FELICITACIÓN OD.008-ART-029 3
Excelente desempeño en los trabajos
de la Sección.
22 03 FELICITACIÓN OD.012-ART-044 3
19 04 FELICITACIÓN Excelente trabajo e iniciativa. OD.016-ART- 3
Excelente espíritu del trabajo,
dedicación y colaboración.
31 05 FELICITACIÓN OD.022-ART-078 3
JINETA DE Le fue conferida por segunda vez.
BUENA
01 08 CONDUCTA OAP.1-058 ART.1-155. 3
Excelente colaboración, interés y
desempeño
20 09 FELICITACIÓN OD.038-ART-132 3
Excelente interés, colaboración,
dedicación en un trabajo especial.
08 11 FELICITACIÓN OD.045-ART-156 3
TOTAL 21 PUNTOS

De otra parte, revisado el folio de vida correspondiente al mismo año,


especial atención demandan las anotaciones del 20 de septiembre y 8 de

677
Por ejemplo, a las “19:50 EJECUTIVO. Regresa a la Unidad el Sr. Ejecutivo; 07-11-85 21:10 Comando. Sale el Señor
COICI de la Unidad”.

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Delito: Desaparición forzada

noviembre, dada la convergencia de circunstancias por las cuales fue


felicitado el evaluado, pues en ellas se consignó:

“20. SEP. FELICITACION El Comandante del COICI mediante la orden del día Nr.
038 Art. 132 para el 20-SEP-85, lo felicita por la excelente colaboración interés y
desempeño en un trabajo especial realizado en la Escuela de Artillería, demostrado
en los interrogatorios adelantados contra algunos miembros de las FARC”.

“08. NOV. FELICITACION El Comandante del COICI, según O/D No. 045 Artículo
No. 156, se complace felicitarlo de manera especial por su interés, colaboración,
dedicación, puestos de manifiesto en el desarrollo de un trabajo especial”.

La convergencia a la que se hace referencia respecto de las felicitaciones


está determinada en la razón por la cual son otorgadas por “un trabajo
especial”.

El contenido de esa frase resulta unívoco, pues no hay con qué


contrastarlo, por lo que tal denominación de “trabajo especial” puede
corresponder a muchas variables, no específicamente debe corresponder
a desaparecer forzadamente personas.

Igual sucede con su calidad de interrogador. Esa calidad la cumple con


otros miembros de la unidad, como se evidencia en las diferentes hojas de
vida.

Ahora, otras anotaciones que destacan las calidades del militar en su


desempeño corresponden a las realizadas el 15 de mayo, 31 de julio, y 31
de octubre de 1985, la primera refiere que se le pone como ejemplo de los
demás, en la segunda se le exalta así, “Excelente su competencia como
instructor, puesta de manifiesto por el perfecto dominio de los temas y metodología
de enseñanza y la acertada dirección de la instrucción lográndolos resultados
deseados”, y la última se relaciona con su preparación general así,
“Excelente su preparación general en el blanco el cual pertenece, conoce a fondo
su trabajo asignado y gran esmero de preocupación por salir adelante”.

Entonces del estudio a la prueba documental, testimonial e indiciaria


relacionada, no emerge claro el compromiso del sargento segundo (r)

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Delito: Desaparición forzada

GUSTAVO ARÉVALO MORENO en los actos de desaparición forzada de la


guerrillera IRMA FRANCO PINEDA.

Por lo anterior, se confirmará la decisión apelada respecto de esta persona.

7.5.- De la tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad.

De la actuación de cada uno de los procesados recién se señaló, advierte


la Sala su correspondencia con los elementos que definen el delito por el
cual fueron acusados conforme pasa a exponerse.

7.5.1.- De la tipicidad objetiva.

Está acreditado que IRMA FRANCO PINEDA era parte del M-19 grupo que
asalto la principal sede judicial del país, el seis de noviembre de 1985, que
salió viva del edificio el día siete del mismo mes y año, conducida por los
militares a la Casa del Florero, subida al segundo piso del referido
inmueble, y señalada por varios de los rehenes como una de las personas
que ejecutó el asalto; militancia corroborada con la información que del
grupo guerrillero tenía la especialidad de inteligencia, incluido el COICI
con su personal, comandado por el procesado segundo comandante de esa
unidad.

Igualmente está demostrado que, en coordinación, el mando de las


unidades de inteligencia procedieron a la privación de la libertad a la
mencionada IRMA FRANCO PINEDA, entre los que estaban los más altos
oficiales del COICI, al mando del general (r) IVAN RAMÍREZ QUINTERO y,
bajo sus órdenes, el segundo comandante del COICI, coronel (r)
FERNANDO BLANCO GÓMEZ; sin que a partir de entonces, se haya vuelto
a tener noticias de su paradero.

Todo el material probatorio acá enunciado respecto de esa persona y las


conductas desplegadas por este personal militar, se adecúa en el tipo penal
del artículo 165 del C.P., con la agravación punitiva del artículo 166 de la
misma norma, por haberse ejecutado por personas en ejercicio de

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Delito: Desaparición forzada

autoridad, puesto que los procesados, junto con otros miembros de las
instituciones que estaban realizando la actividad de identificación y
selección entre rehenes liberados y guerrilleros que pretendieron salir
aparentando serlo, retuvieron a una de las integrantes de ese grupo
guerrillero que salió vestida como tal; de lo que siguió su ocultamiento y
negativa de reconocer dicha privación, a más de no dar razón de su
paradero, que se desconoce desde entonces.

Como se analizó en esta providencia, y se concreta en los indicios que se


señalan seguidamente, es claro que los acá implicados son coautores
impropios de esa conducta.

7.5.2.- De la tipicidad subjetiva.

Indicios de responsabilidad del comandante y segundo comandante del


COICI en la desaparición forzada de IRMA FRANCO.

7.5.2.1.- Control y responsabilidad de la especialidad de inteligencia sobre


las personas que fueron rescatadas y conducidas a la casa del florero.

Indicio tiene como hecho indicador las declaraciones del coronel (r)
SANCHEZ, B2 de la Brigada, quien es enfático en señalar que la labor y
tratamiento de las personas que eran llevadas a la casa del florero estuvo
a cargo de su dependencia –inteligencia- y que en esa participaron
diferentes entidades –Policía Nacional, Departamento Administrativo de
Seguridad DAS, así como otras dependencias de inteligencia militar con
personal del DINTE.

Como se ve, aun cuando se ha pretendido hacer ver que el COICI no estuvo
en dicha actividad, extraña fuertemente que sea la unidad de inteligencia
de rango bajo a la DINTE, que sí envió personal, pero esta no.

Lo que indica dicha situación es que no es cierta la ausencia del personal


COICI en dicha actividad, y que, por el contrario, lo que se ha querido
mostrar es que los aquí procesados fueron ajenos a algo que solamente

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Delito: Desaparición forzada

conocía y trabajó la inteligencia militar; especialidad a la que pertenecían


para esa fecha, el comandante del Comando de Inteligencia y
Contrainteligencia, y su subcomandante.

Visto aisladamente, este indicio es leve, por cuanto arrojaría una mera
posibilidad, atendiendo lo señalado: los responsables de los rescatados en
la Casa del Florero eran los expertos en inteligencia de diferentes unidades
militares, policiales y de otro organismo de seguridad, como el DAS; sin
embargo, como se verá no es aislado, sino que está acompañado en este
proceso de otros que lo harán más probable, altamente, en conjunto.

7.5.2.2.- Negación de varios miembros del COICI respecto de su actividad


de inteligencia y reconocimiento de personas al interior de la Casa del
Florero, contrario a lo referido por otros de los miembros de esa unidad,
de sí haber participado en entrevistas de personas rescatadas o
trasladadas a ese sitio; hecho corroborado a su vez por los registros del
libro de guardia del Batallón Charry Solano.

Recuérdese que este aparte se soporta en declaraciones que no fueron


objeto de ataque por las defensas, pues los procesados, junto con la
mayoría de exintegrantes de esa unidad, afirmaron una actividad
prácticamente ausente en las actividades del manejo de rehenes liberados
e identificación de miembros del M19 que se pretendieron hacer pasar por
tales en la Casa del Florero del personal COICI, cuando, en realidad, hubo
presencia y actividad de miembros de esa unidad militar como expertos en
inteligencia y en manejo de esa clase de situaciones, dentro del citado
recinto.

Este indicio tiene como hecho indicador el testimonio del suboficial


VELASQUEZ FRANCO RUBEN DARÍO, quien fue enviado como fotógrafo,
y según su dicho: “…el día 7 fui nombrado como fotógrafo de la Unidad en el
Palacio de Justicia, consistía tomar fotos a los posibles de los miembros
sospechosos del denominado M-19, reconocidos, que hubiesen salido del Palacio
de Justicia…”; con confirmación en el contenido del libro de guardia del
Batallón Charry Solano: “16:00 Personal. Sale el Sr. MY. BLANCO GÓMEZ
FERNANDO con el Sr. CT. CASTRO PEÑA GUSTAVO, SV. SANABRIA GARZÓN

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Delito: Desaparición forzada

RUBEN DARIO y SV. SERRATO GONZALEZ GUSTAVO al Hospital Militar a efectuar


trabajo de inteligencia… Cumplir órdenes como fotógrafo al Palacio de Justicia el
SV. VELASQUEZ FRANCO RUBEN DARÍO… 18:50 Regreso del Sr. SCT. MARTINEZ
GABRIEL ANGEL, SS AREVALO GUSTAVO Y CS. GIRALDO HELKIN, quienes se
encontraban cumpliendo órdenes en el Palacio de Justicia”.

También en el dicho del sargento (r) FREDY BENAVIDES MANTILLA, quien


señala: “…recuerdo que me dijo que los llevara allí para que utilizara el Grupo de
Compañeros que se encontraban allí en la labor de identificación de
reconocimiento, es decir, que por ejemplo los rehenes iban saliendo, y ellos mirando
las fotos para mirar si se trataban de Guerrilleros del M-19 o de otra Agrupación…”.

Es un indicio grave de responsabilidad del comandante y segundo


comandante de esa unidad respecto de la materialidad de conductas
realizadas contra tres personas: IRMA FRANCO y los estudiantes MATSON
y SANTODOMINGO; personas que sufrieron atentados contra su libertad,
pues bajo la misma modalidad fueron tratados, con resultados diferentes
por razón de las verificaciones hechas, precisamente en el COICI, por lo
que los estudiantes fueron liberados; misma suerte que no tuvo quien fue
reconocida como integrante del M19.

7.5.2.3.- Presencia del segundo comandante del COICI en las instalaciones


de la Casa del Florero, en cumplimiento de actividades propias de
inteligencia, con la anuencia y direccionamiento de su comandante,
general (r) RAMÍREZ QUINTERO.

Este indicio de presencia y capacidad se construye a partir de la


aceptación clara y puntual de este militar de haber estado presente en las
instalaciones de la Casa del Florero, aun cuando, como lo señala y
tratándose de mostrar ajeno a cualquier responsabilidad, haciendo algo
para que no lo “sacaran” –con lo que se quedó hasta altas horas de la
noche desde la tarde de ese día-; posición que resulta incongruente con su
calidad de segundo comandante del COICI.

Por ello, este es un indicio grave de responsabilidad respecto de la


desaparecida forzada IRMA FRANCO, puesto que está demostrado que el

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Delito: Desaparición forzada

entonces mayor BLANCO GÓMEZ, estuvo junto con su personal –


miembros del COICI- realizando diversas actividades en coordinación con
los miembros del B2 y de otras agencias estatales, en la verificación de
quienes salían del edificio del palacio.

Lo que muestra este indicio es la capacidad operacional de la unidad


militar para el manejo oculto, con miras a desaparecer forzadamente
personas, lo que se concretó en IRMA FRANCO.

7.5.2.4.- La no relación de la guerrillera IRMA FRANCO PINEDA en los


listados de personas llevadas a la Casa del Florero; actividad propia de los
encargados de entrevistas y reconocimientos, entre los que se encontraba
personal del COICI, en especial el segundo comandante, aquí procesado,
quien estuvo presente en esas instalaciones; todo coordinado bajo la
dirección del B2, y claro, por el otro procesado, general (r) RAMÍREZ
QUINTERO.

Este indicio grave de responsabilidad, se construye a partir de algo


probado con los diferentes documentos que conforman este expediente, en
los cuales ninguna de las autoridades a cargo de esa actividad
relacionaron el nombre de IRMA FRANCO entre los rescatados.

Indicio grave que vincula a los dos procesados, como comandante y


segundo comandante del COICI, porque, de un lado, debieron producirse
reportes de los que manejaban y entrevistaban personas, entre los que
estaba el personal de esa unidad, en los que debía estar relacionada la
guerrillera salida con vida y retenida en el segundo piso de la casa del
florero y, de otro, que el mismo segundo comandante coronel (r) BLANCO,
al haber estado en esas instalaciones la tarde y la noche del 6, debió
conocer del caso de los estudiantes.

Por ello resulta claro que lo que se narra por los citados estudiantes no es
producto de su imaginación, porque se tiene probado que fueron llevados
a la DIJIN, y luego, extrañamente, aun cuando se les critique en otros

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Delito: Desaparición forzada

aspectos sus declaraciones, sean concordantes en que fueron llevados al


Charry Solano, en otras palabas al COICI.

7.5.2.5.- Manejo diferencial de dos personas, que como “especiales” o


“sospechosos” no aparecen registrados en la DIJIN, como tampoco en el
libro de registro del Batallón Charry Solano. Recuérdese que, de los cuatro
grupos de personas llevadas a instalaciones militares y policiales, del
cuarto grupo integrado por MATSON, SANTODOMINGO y FRANCO, no
quedó registro de su ingreso o salida de esas dependencias. Su tránsito
por esos sitios fue dolosamente omitido.

Este indicio se construye a partir de los hechos indicadores de inexistencia


de registro de ingreso o salida de la DIJIN, pero inobjetable presencia en
esa unidad de policía y, si se quiere, de haber simplemente sido llevados
al citado batallón a altas horas de la noche, como lo dicen los estudiantes
y el mismo coronel (r) BLANCO.

Los estudiantes, así como IRMA FRANCO PINEDA, no fueron registrados


en su tránsito de la Casa del Florero al lugar donde hayan sido llevados;
todo lo cual muestra, como inferencia lógica, como indicio grave de
responsabilidad, que es altamente probable que los procesados hayan, así
como sucedió con esas personas el 6 de noviembre, actuado en la misma
forma el 7 con la mencionada IRMA FRANCO.

Recuérdese que este indicio muestra que lo sucedido a MATSON y a


SANTODOMINGO, le pasó a la tercera, con diferente resultado, por la
razón ya vista.

7.5.2.6.- Extracción nocturna de los dos estudiantes, la noche del 6 de


noviembre; misma conducta que fue realizada con la guerrillera IRMA
FRANCO PINEDA la noche del 7.

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Delito: Desaparición forzada

Como hecho indicador está el testimonio del vigilante de la Casa del


Florero, señor FRANCISCO DE LA CRUZ LARA678, que se corrobora con
las declaraciones de los estudiantes, incluso, el dicho del procesado,
entonces segundo comandante del COICI.

La forma como fueron extraídos de la Casa del Florero los integrantes de


ese último grupo –MATSON, SANTODOMINGO y FRANCO-, aprovechando
las horas de la noche para sacarlos del recinto, la oscuridad del escenario
y el aislamiento de personas y medios de comunicación, para no dejar
rastro o huella de su salida, se constituye en otro indicio grave, acerca de
la finalidad de este específico proceder, frente a estas personas.

7.5.2.7.- La prueba indiciaria, en conjunto, claramente conduce a afirmar


la contribución causal de cada uno de los implicados en la materialización
de los actos ejecutivos que llevaron a la concreción del delito por el cual
fueron procesados. Pues de parte del general (r) RAMÍREZ acreditada están
las órdenes que impartió al personal bajo su mando para que hicieran
presencia en el museo Casa del Florero, a donde eran conducidas desde el
Palacio de Justicia, para que bajo la coordinación del coronel (r) SÁNCHEZ
RUBIANO, Oficial B2 de la Brigada XIII, cumplieran la labor de
reconocimiento e identificación, a fin de establecer, principalmente, a
quienes, siendo guerrilleros del M19, se hicieren pasar por rehenes;
personas estas que fueron objeto de desaparición forzada, como la
guerrillera IRMA FRANCO PINEDA.

En esa conducta también se encuentra vinculado el segundo comandante


COICI, coronel (r) FERNANDO BLANCO GÓMEZ; persona que fue pieza
clave en la coordinación de retenidos, junto con miembros de la DIJIN de
la época, y el aporte de otros organismos y dependencias de seguridad del
Estado, para realizar actos que atentaron contra la libertad de los citados

678
Folio 159 y ss del cuaderno original de la instrucción No. 66 anexos. Sobre las horas nocturnas para sacar a MATSON,
SANTODOMINGO y FRANCO, señaló: “el día miércoles en las horas de la noche salió de la Casa Museo del 20 de
Julio una muchacha y un muchacho como de 26 años que los sacaban como sospechosos confirmados de la guerrilla,
cuando yo entraba alcancé a ver la muchacha y al muchacho que los sacaban del Museo, pero no me fijé bien en el físico,
iban vestidos con ropa mal trajeados, sucios. El jueves entre algunos rescatados que salieron de Palacio, venía una
muchacha, de por ahí uno setenta y cinco de estatura aproximadamente, delgada y de tez morena y al subir al segundo
piso la encontré allí con uno de los guardias del B2, que la interrogaban preguntándole el nombre, profesión y los motivos
por el cual se encontraba en el Palacio de Justicia, ella contaba que estaba buscando a un abogado para que le corrigiera
una tesis, ella salió entre las siete y media y ocho de la noche del jueves, en estrictas medidas de seguridad, iba
descalza, medias negras…” (negrilla fuera de texto).

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estudiantes y, altamente probable, haya realizado mismo apoyo y


coordinación respecto de la persona por cuya desaparición forzada se le
juzgó.

La responsabilidad de estos dos miembros de la fuerza pública, contrario


a la postura de parte de quienes abogan por la autoría mediata por
estructura organizada de poder, que no se presenta en este caso, es por
coautoría impropia.

Lo evidente para descartar esa clase de autoría mediata, es porque la


estructura como tal no se presenta, pues no puede afirmarse que el Estado
colombiano, en conjunto, el gobierno de turno y el estamento militar y
policial, fuere o constituyere una estructura organizada de poder para
cometer delitos.

Se insiste, el que se hubieren concretado varios militares y policías, según


se evidencia, algunos altos oficiales para lograr la consolidación de la
desaparición forzada de IRMA FRANCO PINEDA, hace que sean ellos los
que deban responder por dicha conducta.

Esta modalidad se presenta en las conductas desplegados por cada uno,


en su rol de comandante y segundo comandante del COICI, por cuanto
resulta evidente que hubo un trabajo coordinado y se prestó por cada uno
de ellos la contribución objetiva y necesaria para llevar a efecto la
desaparición de la citada guerrillera; quien, como se ha señalado en forma
extensa, no tenía que ser reconocida por fotografías que estuvieran en los
álbumes –única conducta que aceptan haber realizado los procesados, en
cuanto dicen haber facilitado dicho material-, porque lo había sido por las
personas que salieron junto con ella.

Por ello, el resultado de su conducta debe ser tratado como coautoría


impropia.

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Delito: Desaparición forzada

7.5.3.- Antijuridicidad.

Las conductas así ejecutadas advierten una finalidad contraria al


ordenamiento legal, así como a los bienes jurídicos de esta persona,
principalmente su derecho de libertad y autonomía personal, al haber
sobrepuesto su interés personal por sobre la obligación que tenían de
entregar esta persona a las autoridades competentes, para lo que en
derecho correspondiera.

Por ello, al descartar el procedimiento legal desde que se produce su


aprehensión, pues no de otra forma podría explicarse que no exista
registro, tanto de su llegada a la Casa del Florero, como tampoco de su
salida; menos, de ningún sitio a donde hubiere sido llevada. Tal situación
hace que esté, en forma material, vulnerado el derecho a la libertad de la
mencionada señora FRANCO PINEDA.

7.5.4.- Culpabilidad.

En sede de culpabilidad, debe afirmarse que los dos procesados, entonces


militares en funciones, según las pruebas obraron con conocimiento de lo
que realizaban, pues no aparece que alguno hubiere estado bajo alguna
circunstancia o situación que los hiciera inimputables; además, como
funcionarios del Estado, tenían la obligación de actuar en forma contraria
a la que actuaron respecto de las personas que fueron conducidas a la
Casa del Florero, en forma puntual, con la guerrillera IRMA FRANCO
PINEDA, porque, en vez de atentar contra sus derechos, debían haberla
puesto a disposición de las autoridades competentes para su juzgamiento.
Les era exigible otra conducta.

Además, tenían conciencia de la antijuridicidad, pues eran servidores del


Estado con la capacidad de entender lo ilícito de sus conductas; cada uno,
como comandante y segundo comandante de una unidad militar
encargada de la función de inteligencia, sin embargo, decidieron ejecutar
actos delictivos.

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En conclusión, está debidamente demostrada la ocurrencia y materialidad


de la conducta desplegada por los procesados, junto con otros militares,
para acometer, como lo hicieron, contra la libertad individual de la
guerrillera IRMA FRANCO PINEDA, por lo que, siendo típica, objetiva,
como subjetivamente, la conducta; además, antijurídica y culpable, deben
responder penalmente por ella, por lo que se procederá a tasar la pena
correspondiente.

7.6.- Dosificación de la pena.

De acuerdo con el art 166 original del C.P., el delito de desaparición


forzada agravada tiene unas penas de: treinta (30) a cuarenta (40) años de
prisión (o lo que es igual de trescientos sesenta (360) a cuatrocientos
ochenta meses); multa de dos mil (2.000) a cinco mil (5.000) salarios
mínimos legales mensuales vigentes (en adelante s.m.l.m.v.) e interdicción
de derechos y funciones públicas de quince (15) a veinte (20) años (o, lo
que es igual, de ciento ochenta (180) a doscientos cuarenta (240) meses).
Rangos que al aplicar las reglas del art. 61 del C.P., arrojan los siguientes
cuartos:

Mínimo Cuartos medios Máximo


Prisión 360 a 390 390 meses 1 420 meses 1 450 meses 1
meses día a 420 día a 450 día a 480
meses meses meses
Multa 2000 a 2750 2751 a 3500 3501 a 4250 4251 a 5000
s.m.l.m.v. s.m.l.m.v. s.m.l.m.v. s.m.l.mv
Interdicción 180 a 195 195 meses 1 210 meses 1 225 meses 1
de derechos meses día a 210 día a 225 día a 240
y funciones meses meses meses
públicas

Comoquiera que en la resolución de acusación no se hizo referencia a


ninguna circunstancia de mayor punibilidad, las penas deberán fijarse de
acuerdo con el rango establecido para el cuarto mínimo, así:

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

a.- Pena de prisión:

De acuerdo con el inciso 3° del aludido art. 61, establecido el cuarto, la


pena se impondrá, ponderando, entre otros: la mayor o menor gravedad
de la conducta, el daño real o potencial creado, la intensidad del dolo, la
necesidad de la pena y la función que ella ha de cumplir en el caso
concreto.

En ese sentido, la conducta cometida por los militares es grave, en razón


a que, en ejercicio y claro abuso de sus funciones legales y
constitucionales, cobijados, además, en la autoridad de la que estaban
investidos y contrario al trámite legal; no colocaron a IRMA FRANCO
PINEDA –integrante de la guerrilla del M19- a disposición de la autoridad
legal competente, para que, dentro del sistema ordinario y constitucional
vigente para la época fuera procesada por los delitos cometidos, sino que,
por fuera del marco constitucional y legal que debían aplicar y seguir, la
privaron de la libertad y, hasta la fecha, la han sustraído del amparo de la
ley.

La actitud de los aquí procesados, lejos de ser propia de un estado de


derecho, implicó un uso ilegítimo de bienes del Estado para cometer
delitos, igualándose con ello a los grupos que combatían, pues, con un
actuar claramente clandestino e ilegal, violaron los preceptos
constitucionales vigentes (Arts. 19, 26, 28 de la Constitución Nacional de
1886).

La confianza del Estado en sus fuerzas armadas deriva del estricto


cumplimiento de aquellas al ordenamiento jurídico, pues solo dentro de
ese marco tienen legitimidad sus acciones.

Adicionalmente, es claro que en este caso existe un daño real, pues aún
hoy, 37 años después de la toma del Palacio de Justicia, y pese a que está
probado que IRMA FRANCO salió con vida del recinto judicial en custodia
de las fuerzas militares, se desconoce su paradero y lo ocurrido con
aquella.

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Delito: Desaparición forzada

De otra parte, el dolo con el que actuaron los aquí procesados fue de tal
magnitud que, superflua y clandestinamente, se insiste, en desatención
de todo el ordenamiento jurídico que estaban llamados a cumplir y
defender, desaparecieron a una persona bajo su custodia, con el claro
propósito de sustraerla del amparo de la ley, al punto que, más allá de la
certeza de la participación de los acusados en los hechos, se desconoce lo
sucedido con ella.

Por lo atrás descrito, la función de la pena en este caso, además de las de


prevención general y especial, es la de una retribución justa ante hechos
de tal magnitud que, incluso, han afectado la reconstrucción histórica de
un episodio que dejó huella en la historia del país, y, por supuesto, que ha
ensombrecido la loable labor de las fuerzas armadas.

Por todo lo anterior, es proporcional y razonable moverse tres cuartas


partes dentro del margen posible (30 meses) es decir, en veintidós punto
cinco (22, 5 meses). Así, se impondrá una pena de prisión de trecientos
ochenta y dos punto cinco (382.5) meses o, lo que es igual, treinta y un
(31) años, diez (10) meses y quince (15) días de prisión.

b.- Pena de multa.

De acuerdo con lo atrás referido, debe individualizarse en el cuarto mínimo


que va de dos mil (2000) a (2750) s.m.l.m.v.

Según el numeral 3° del artículo 39 del C.P. la multa se impondrá teniendo


en cuenta el daño causado con la infracción, la intensidad de la
culpabilidad, el valor del objeto del delito o el beneficio reportado por el
mismo, y la situación económica del condenado.

En relación con el daño causado por la infracción, es preciso remitirse a


lo advertido en el anterior acápite; sobre la intensidad de la culpabilidad,
es clara la consciencia de antijuridicidad y la exigibilidad de otra conducta
que debe hacerse a los aquí procesados, pues aquellos, dentro de la
institucionalidad, sabían el procedimiento a seguir con un miliciano

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

capturado y, contrario a ello, conscientemente actuaron de manera ilegal


y ocultaron su proceder.

Como en este caso no se trata de un delito contra el patrimonio no es dable


analizar el valor del objeto del delito, y no existen elementos que permitan
realizar un análisis en relación con la capacidad de pago.

De acuerdo con lo explicado, considera la sala razonable y proporcional


moverse tres cuartas partes dentro del rango posible (750 s.m.l.m.v.), es
decir, quinientos sesenta y dos punto cinco (562.5), por lo que se impondrá
una pena de multa de dos mil quinientos sesenta y dos punto cinco
(2562.5) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

c.- Interdicción de derechos y funciones públicas.

Como el artículo 44 del C.P. no trae criterios de movilidad dentro del


cuarto, es necesario remitirse a los descritos en el inciso 3 del art. 61 del
C.P., que ya fueron estudiados al momento de imponer la pena de prisión.

Por lo anterior, de acuerdo con el análisis realizado en ese momento, esta


pena deberá individualizarse en el cuarto mínimo -de 180 a 195 meses-,
dentro del que, aplicando los anteriores criterios, la sala se moverá tres
cuartas partes del rango (15 meses), es decir, en once punto veinticinco
(11.25) meses. Así las cosas, la inhabilitación para el ejercicio de derechos
y funciones públicas será por ciento noventa y uno punto veinticinco
(191.25) meses.

d.- Subrogados y beneficios.

De la suspensión condicional de la ejecución de la pena.

El tenor original del art. 63 del C.P. establecía como condición temporal
objetiva para la concesión del subrogado que la pena impuesta no
excediera de tres años. Tras la modificación introducida por la Ley 1709
de 2014, el término se amplió a penas que no excedieran los cuatro (4)

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años de prisión. En ese sentido, por ser este el más favorable, debe ser el
que se analice.

No obstante, la pena de más de treinta y un (31) años, es evidentemente


superior al límite legal, por lo que no se concederá la suspensión
condicional de la ejecución de la pena.

De la prisión domiciliaria.

De acuerdo con el art 38 original del C.P. la pena privativa de la libertad


podría cumplirse en el lugar de residencia, cuando la pena mínima
prevista en la ley fuera de cinco (5) años de prisión o menos. Lapso que se
mantuvo con la modificación introducida por la Ley 1142 de 2007 y la
1453 de 2011.

Sin embargo, con la Ley 1709 de 2014, se creó el art. 38B y dicho término
se amplió a ocho (8) años, es decir, por ser más favorable, es dable el
análisis de esta norma.

No obstante, la pena mínima para el delito de desaparición forzada


agravada es de treinta (30) años, periodo que supera en más del triple el
límite temporal establecido por el legislador.

Así las cosas, no se concederá el beneficio de la prisión domiciliaria.

De acuerdo con lo anterior, y con lo establecido en el art. 188 del C.P.P.,


al haber sido cobijados con medida de aseguramiento de detención
preventiva sin beneficio de excarcelación679, en principio, debería librarse
inmediatamente la respectiva orden de captura, a fin de que los procesados
cumplan con la pena impuesta en el establecimiento penitenciario que,
para tal efecto, determine el INPEC.

679
Al general (r) IVAN RAMIREZ QUINTERO, le fue dictada medida de aseguramiento el 27 de mayo de
2008 de detención preventiva sin beneficio de libertad. C.O. 35 Folios 1-208. Al general (r) FERNANDO
BLANCO GÓMEZ, le fue dictada medida de aseguramiento el 14 de agosto de 2008 de detención preventiva
sin beneficio de excarcelación. C.O. 39. Folios 1-234.

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Delito: Desaparición forzada

Sin embargo, resulta necesario aplicar a esta norma de la Ley 600, la


jurisprudencia de la Corte Constitucional y de la Corte Suprema de
Justicia, relativa a que, aunque la privación de la libertad cuando se
anuncia el sentido de la decisión, es la regla, el operador judicial puede,
justificadamente diferir la ejecución sobre lo decidido frente a la libertad,
hasta cuando la decisión quede en firme, si la misma no resulta necesaria
de cara a la protección de la comunidad.

Así, la Corte Constitucional en la sentencia T-082 de 2023, indicó que era


necesario que el juez justificara las razones por las cuales, una vez
anunciado el sentido condenatorio del fallo, es imperativo ordenar la
captura inmediata del procesado; al respecto señaló:

“…un derecho penal respetuoso de la dignidad humana pasa por explicar la


necesidad de la pena y por qué el condenado merece la restricción de la libertad
mientras se surte el proceso. En este estado de cosas, la interpretación consistente
en que la negación de los subrogados penales apareja inmediatamente la orden de
captura es contraria a la Constitución, como indicó la Sentencia C-342 de 2017.”
(negrillas de la Sala).

Por su parte, la Sala de Casación Penal, mediante sentencia STP8591-


2023, sobre el punto expresó:

“Cada caso, por tanto, requiere un análisis concreto. En el momento del anuncio
del fallo, factores relativos a impedimentos objetivos para la concesión de
sustitutos y subrogados penales o los antecedentes de evasión procesal, acciones
dilatorias, comparecencia forzada o conducción policial, así como el riesgo para la
administración de justicia, en casos de delitos cometidos por servidores judiciales,
pueden influir en la decisión de privar el derecho a la libertad. Por otra parte, se
pueden considerar circunstancias especiales, como enfermedades graves, para
diferir la emisión de la orden de captura al momento de notificar en estrados la
sentencia escrita.”

Al respecto entonces, habrá de señalarse en primer lugar, que los dos


sentenciados llevan más de 12 años en libertad, esto es, desde que se
emitió la sentencia de primera instancia que los absolvió; que desde
entonces, no se allegó al expediente, reporte de que estas personas
hubiesen incurrido en nuevas conductas delictivas; además son ambas
personas de la tercera edad, en tanto el coronel (r) RAMÍREZ cuenta en la
actualidad con 80 años, y el coronel (r) BLANCO a la fecha cuenta con 77

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años de edad, y aunque el comportamiento que dio lugar a esta sentencia


fue muy grave, tal y como se analizó en precedencia, no se advierte, en
atención a sus particulares condiciones que exista un riesgo para la
comunidad, que imponga la ejecución inmediata de la pena privativa de la
libertad impuesta. Por ello entonces, la ejecución de la pena privativa de
la libertad se diferirá hasta el momento en el cual, la sentencia
condenatoria quede ejecutoriada.

En firme, librar las comunicaciones de acuerdo con la ley y remitir el


expediente a la primera instancia, para lo de su cargo.

Comoquiera que la decisión condenatoria se toma, por primera vez, en


segunda instancia, en contra de esta decisión procede la impugnación
especial ante la Sala de Casación Penal de la H. Corte Suprema de Justicia.

8.- Conforme lo visto respecto de la situación manifiestamente irregular, a


la que fueron sometidos los estudiantes MATSON y SANTODOMINGO, se
dispone compulsar copias para que tipifique la conducta penal de la que
fueron víctimas, se individualice e investigue a los responsables.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior


de Bogotá, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO.- Confirmar parcialmente la sentencia proferida el 15 de


diciembre de 2011 por el Juzgado 51 Penal del Circuito de Bogotá, en
cuanto absolvió a IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, FERNANDO BLANCO
GÓMEZ y GUSTAVO ARÉVALO MORENO en relación con el delito de
desaparición forzada agravada, en concurso, cometido en las personas de
CARLOS AUGUSTO RODRÍGUEZ VERA, CRISTINA DEL PILAR GUARÍN
CORTÉS, BERNANRDO BELTRÁN HERNÁNDEZ, HÉCTOR JAIME
BELTRÁN FUENTES, DAVID SUSPES CELIS, GLORIA ESTELA LIZARAZO,

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LUZ MARY PORTELA LEÓN, NORMA CONSTANZA ESGUERRA FORERO,


GLORIA ANZOLA DE LANAO, y LUCY AMPARO OVIEDO BONILLA; y
respecto de IRMA FRANCO PINEDA, frente al señor GUSTAVO ARÉVALO
MORENO.

SEGUNDO: Condenar a los señores IVÁN RAMÍREZ QUINTERO y


FERNANDO BLANCO GÓMEZ como coautores impropios del delito de
desaparición forzada en la persona de la señora IRMA FRANCO PINEDA;
en consecuencia, a cada uno se le impone la pena principal de treinta y
un (31) años, diez (10) meses y quince (15) días de prisión; pena de multa
de dos mil quinientos sesenta y dos punto cinco (2562.5) salarios mínimos
legales mensuales vigentes, e inhabilidad de derechos y funciones públicas
por ciento noventa y uno punto veinticinco (191.25) meses.

TERCERO.- Se les niega el subrogado de la suspensión condicional de la


ejecución de la pena y el beneficio de la prisión domiciliaria; sin embargo,
por las razones expuestas en la motivación, lo relativo a la privación de la
libertad se diferirá hasta cuando esta sentencia condenatoria cobre
ejecutoria.

CUARTO.– Se dispone compulsar copias, ante la Fiscalía General de la


Nación, para que se investigue la situación manifiestamente irregular, a la
que fueron sometidos los estudiantes MATSON y SANTODOMINGO.

QUINTO.- En atención a que la decisión condenatoria se toma, por primera


vez, en segunda instancia, en contra de esta procede la impugnación
especial ante la Sala de Casación Penal de la H. Corte Suprema de Justicia
para los condenados; y el recurso extraordinario de casación para las
demás partes, ministerio público y representación de víctimas.

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P/ Iván Ramírez Quintero y otros
Delito: Desaparición forzada

SEXTO.- En firme, vuelva el proceso al juzgado de origen para lo de su


cargo.

NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

Los Magistrados,

2009 00352 03 [NI P 045-24]


ISABEL ÁLVAREZ FERNÁNDEZ

2009 00352 03 [NI P 045-24]


RAFAEL ENRIQUE LÓPEZ GÉLIZ

2009 00352 03 [NI P 045-24]


JULIÁN HERNANDO RODRÍGUEZ PINZÓN

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