Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 8
COMO HACEN LOS POBRES PARA SOBREVIVIR javier auyero sofia servian 1. Maneras de comprender la subsistencia en los mérgenes Gincuenta aiios atris, la antropéloga Lavissa Lomnitz Iev6 a cabo el trabajo de campo que dio érigen a un libro que se convirti6 en obra de referencia, {Cima svevien los marginados?El texto fue publicado casi al mismo tiempo que otro clisico sobre un tema similar, Ald Our Kin, de la antropsloga Carol Stack. Lomnitz y Stack inauguraban asi una agenda de investigaci6n sobre el pax pel que ocupatvan las redes de reciprocidad en las estrategias de sobrevivencia de los pobres urbanos en América Latina y en los Estados Unidos. Medio siglo mas tarde, esa linea de investigacién ‘empirica continda de manera vigorosa en América Latina y los Estados Unidos (Desmond, 2012, 2017; Edin y Lein, 1997; Edin y Shaefer, 2016; Ferndndez-Kelly, 2015; Gonzilez de la Rocha, 2001, £2020; Lubbers, Small y Valenzatela Garfa, 2020; Newman, 2020; Raudenbush, 2020; Sinchez-Jankowski, 2008; Small, 2004; Small y Gose, 2020; Gutiérrez, 2004; Eguia y Ortale, 200% Alzugaray, 2007), Junto con las redes de intercambio reciproco y los progra- tas estatales de asistencia (Hunter y Borges Sugiyama, 20145 Diaz Langou y otros, 2021), la investigacién social en América Latina ha sefialado a las redes clientelares 0 de patronazgo ya la protesta popular como las formas principales mediante las cuales los sec- tores de menos recursos procuran satisfacer necesidades bisicas como la vivienda, [a alimentacién y la salud (Alvarez-Rivadulla, 2017; Fischer, McCann y Auyero, 2014; Holland, 2017; Holston, 2009; Pérez, 2018; Rossi, 2017)..° 16 Deacuerdo con is iteratura mis reciente, utilizar “lentelismo” "paronazgo" como términos inteenmbiables, Veanse Kitschelty ‘wilkinson (2007) y Wilkinson (2007), 36 COMO HACEN LOS POBRES PARA SOBREVIVIE Las redes de intercambio reefproco cumplian un papel central centre los habitantes de Cerrada del Céndor, barriada de alrede- dorde doscientas casas de la ciudad de México, en la que Lomita (1975) realizé su trabajo de campo entre 1969 y 1971. La vida en- tue quienes “carecian de seguridad laboral, seguridad social o un nivel de ingresos mensual razonablemente seguro” (1975: 2) se desarrollaba, nos dice Lomnitz, “como un complejo diseio de su- pervivencia, Instituciones ancestrales, como el compadrazgo (pa- rentesco ficticio 0 padrino) y el cuatismo (una forma tradicional de amistad masculina), se movilizan para reforzar y fortalecer la estructura de las redes de intercambio local” (1975: 8). De acuer- o.con laautora, en un contexto de ausencia de accién estatal, "la inseguridad basica de la existencia marginal solo puede compen sarse de una manera: generando mecanismos de solidaridad eco- ‘némica, basados en la plea movilizaciGn de los recursos sociales Gel individuo” (1975: $9). Las redes de ayuda mutua son definidas “por el flujo de intercambio reciproco de bienes,sorvicios e infor macién econémicamente valiosa” (1975: 91). ‘A diferencia de Cetrada del Condor, la ayuda estatal era bastante _generalizada en The Flats, el barsio pobre en el que Hlevé a cabo ‘su investigacién Carol Stack (1988). Muchos de tos afroamericanos «que vivian all a finales de los aos sesenta fabian erecido “en asis- tencia piblica, yahora como adultos [...] estaban criando asus hic ~ joscon asistencia piblica” (1983: 27).¥, sin embargo, los residentes fran muy conscientes de que “los fondos minimos que recibian de trabajos mal pagados o de asistencia social no cubsrfan sus necesidi ddes mensuales:alquiler, comida y ropa". Los pobres de las zonas ur bbanas, en el detallado relato de Stack, “se sumergian en un crculo doméstico de parientes que les ayudarian” (1988: 29) ‘Asi, al igual que sus contrapartes en el barrio pobre mexicano, los residentes de The Flats adaptaron “estrategias para hacer fren- te-a la pobreza” (1983: 9). Entre los recursos, bienes y servicios aque los patientes y amigos “intercambiaban” estaban “comida, es ‘ampillas, dinero para pagar alquiler, un televisor, sombreros, da- dos... un centavo aqui, un cigarrillo alla, comida, leche, sémola y nis” (1988: 38). Esta dependencia det “apoyo cooperativo" era, segiin Stack, una “respuesta resiliente a las condiciones socioeco- MANEBAS DE COMPRENDER LA SUBSISTENCIA... 37 ndmicas de pobreza” (1988: 12), a obigacin de recproidad pitch ons a ane ies eee ase “adapacin profundamentecreatha” (1988: 48) a conicones foe eee oe eae ‘in, Stack (1983: 57) escribe: “Hombres y mujeres en The Flats [...} buscan soluciones para sobrevivir. Ponen sus esperanzas en sn den ac a come cen en as personas quc los oean, en le aloes amigos yen asweuiges qos harks Pelee Tn une ren relent deta erature pobreza ube na en los Ena Uniden Desmond y Westra (018) toogen fort i euler ge eu Ga es Siplemente {come une condian econdnica, do foome] ecologia vinculada de enfermedades sociales c instituciones rotas” (Desmond, 2015: 8). La pobreza, enfatizan, es “adversidad corre- Iacionada que atrvisa mlupes dimensiones (materi, soc, corporal pacolgies)«insitrioner (cuca, vecindavion, pr siones)" (Desmond y Western, 2018: 308). Los autores sostienen_ Gust hed wucmcer oars econ ae Calas” ignora in mci instance “reeneay creat da” (2018:310).Sindo realitas sobre lan dre experiencia de priacldn, pero al inno tempo experamadensbts las poabl tos de eee Grease pao ah ce (Gres mien wee anes as ae ls diversas estas de sobrevivencla qu les marginades prac: Heels iloeaek cantare coun eeu eae suid (pace “ousss” yale adelante’) as cons a pobre i muldatreriond, wseiaoe que ambien lo wn as eae que utilizan las personas pobres para sobrevivir y (buscar) prose perar Cenuaree cn la enuatgis de superna nes pete eecaes ecm emai aw ee 17 Loss de Ober dea Deu Sai cs Anemia (008A) sop nen tna poor Vas, por empl Benge (8) yaw Ontale (2007). ee eden 38 COM0 HACEN Los PORRES PARA SODREVIVIR carencias (la falta de ingresos, de infraestructara, de paz, ete.), sino también de los esfuerzos individuales y colectivos por mejo- rar las condiciones de vida. Desmond y Western, ademds, abogan por un enfoque relacional de la pobreza, uno que se centre en transacciones y procesos que vinculan a los actores con poder desigual. Atencemos este Tlamado enfociindonos en estrategias de supervivencia que no solo conectan ‘actores que ocupan posiciones similares en el espacio social (como todavia lo hace parte de la literatura sobre redes de reciprocidad), sino también actores con poder desigual (residentes pobres, inter ‘mediarios, funcionarios estatales). Las estrategias de subsistencia, ‘como veremos, implican relaciones horizontales y verticales, algu- ras de las cuales conectan a los desposefdos con las autoridades po- liticas establecidas. Por tanto, colocamos Ia politica, definida como “interacciones en las que os actores hacen reclamos relacionados con el interés de otra persona, en las que los gobiernos aparecen como objetos, iniciadores, o terceras partes en esos reclamos” (Tilly, 2008), en el centro de las discusiones sobre la subsistencia (Phillips, 2018; Small, 2004). Asi como la pobreza ¢s relacional, veremos que ‘también Io son las estrategias de supervivencia de los desposeides. En la introducci6n a su perspicaz etnografia del hambre en Singidia, Tanzania, la antropéloga Kristin Phillips (2018: 3) afi ma que, anticipandose a la privacién de recursos, “la gente lanza amplias redes de conexidn, obligaci6n y presién’. A través de “ac- tos tanto de conflicto como de cooperacion, ya través de redes de desigualdad e interdependencia” (2018: 3), buscan medios para resolver necesidades urgentes. Nuestra emografia demuestra que, aunque los contextos son muy diferentes, entran en juego pro- cesos anilogos de entrelazamiento horizontal y vertical. La bis queda incesante de comida, refugio y medlicamentos, pero tam: bién de reconocimiento y respeto, “acerca a las personas" entre siy también “las leva hacia su gobierno” (2018: 3).! En nuestro 18 Una formulncin ahor clisica sobre las intrncads frinas en que la privacion genera estos laos horzontales vertiales,cooperaivos y confietios fe hecha por a antrapslogs Nancy SchepersHaghes (1993) ens maginral etnograia del suvimienta en Bra -MANERAS DE. COMPRENDER LA SUBSISTENCIA... 39 campo de estudio, este acercamiento al gobierno para subsistir se hizo ain més pronunciado durante los meses en que duré el aisla- ‘miento social preventivo y obligatorio decretado por el gobierno nacional en 2020 durante la pandemia de covid-19. Sabemos que el concepto de “estrategia de sobrevivencia” con- eva algunos problemas te6ricos. Dada que ambos términos (“es- trategia” y “sobrevivencia") pueden ser objeto de confusién, es necesario aqui hacer ciertas clarficaciones. Por un lado, la nocién de “estrategia” puede invocar imagenes de eleccionesy decisiones cexplicitas y deliberacas realizadas por individuos aislados cuando, cen realidad, muchas de las maneras en las que los destituidos se las arreglan para lidiar cou la privaci6n son parte de un reperto- rio implicito, dado-pordescontado que a) no siempre es produc to de cAlculos conscientes o discusiones explicitas, y b) emerge de colectivas y/o de relaciones entre individuos, La nocién de estrategia intenta capturar la interacci6n dinémica entre eleccio- nes (en general, producto de disposiciones) y constreiiimientos, riesgos ¢ incertidumbres (objetivas y subjetivamente percibidas) @ourdieu, 1977; Fontaine y Schlumbohm, 2000; Hintze, 2004; Eguia y Ortale, 2007 y 2004). Quienes han trabajado sobre las ¢- trategias de sobrevivencia de los marginados en América Latina han remarcado que estas surgen no tanto desde los individuos, sino de relaciones ¢ interacciones ~no exentas de conflictos~ en los hogares y las familias (Chant, 2002; Gonzélez. de la Rocha, 2001; Hintze, 1989; Gutiérrez, 2004). Carol Stack, es importante recordar, también notaba que las conceptualizaciones tradiciona- les de familia nuclear no capturaban el cardcter extendido, com- plejo, conflictivo y a veces geogrificamente amplio de las unida- des desde las cuales se tejian estas estrategias.”” Por otro lado, es cierto que, con excepeién de circunstancias ‘extremas (campos de concentracién, por ejemplo), la gente siem- pre hace algo mis que meramente sobrevivir. Conceptos como 19 Como ejemplo, vase la detllada reconstuccin etnogifia de una segmentaday no cooperativa und domestica pobre en la Nicaragua van realizda por el anvopélogo Denis Rodgers (2007), 40 COMO HACEN 1.08 POBRES PARA SOBREVIVIR “vesiliencia” © “sustentabilidad” apuntan a las muchas otras dé- mensiones de la vida de los mas marginados, Decidimos mantener la nocién de sobrevivencia porque, al examinar las maneras de adquitir vivienda, alimentos, seguridad y salud, nos focalizaremos en ese “espacio especifico en el cual la persistencia fisica es incier ta” (Phillips, 2018: 8) para aquellos que habitan en lo mas bajo del espacio social [REDES ¥ ORGANIZACIONES Tnspirada en Lomnitz y Stack, la vasta literatura en sociologia y antropologia que guia nuestro andlisis, proveniente tanto de ‘América Latina como de los Estados Unidos, examina el papel de las redes sociales en la forma de afrontar la escasez material por parte de los pobres urbanos. Una revision reciente (Lubbers, Small y Valenzuela Garefa, 2020) analiza tres enfoques “contras: tantes, pero también parcialmente complementarios’ (2020: 17) sobre la relevancia y funciones actuales de las redes de intercam- bio entre los pobres. Nos detenemos en esa revisién aqui por que nos ser de mucha usilidad para entender el fancionamie to, a veces ambivalente, de las redes entre los marginados del Conurbano. La primera perspectiva, que los autores denominan “solidaridad generalizada", enfatiza el uso consistente de exten- sas redes de parentesco y amistad. para obtener recursos matc- riales que ni el Estado ni los salarios de los trabajos formales 0 informales brindan. Una perspectiva disimil, denominada “aislamiento generaliza- do”, retrata una realidad en principio diferente, poniendo énfasis en la erosi6n de dichos vineulos y el aislamiento de los pobres, En esta linea, y yaa prineipios de la década de 2000, la socidloga Mercedes Gonzalez de la Rocha (2001) sefialaba que, debido a las crecientes dificultades econémicas en México, las estrategias de supervivencia de los pobres (basadas en una diversidad de ingre- sos yen redes de ayuda mutua) no eran ya “viables"; habiamos pa- sado, sostenia, de “Ios recursos de la pobreza” a una “pobreza de MANERAS DE COMPRENDER LA SUBSISTENGIA... 40 recursos”. Otras investigaciones no solo describen el agotamie to de los recursos que suelen circular dentro de estas redes, sino también su diferente valor. Mis que reciprocidad, se afirma que ‘entre los mas wulnerables son bastante comunes los “Iazos toxicos” (Del Real, 2019), es decir, relaciones que, intencionalmente o no, pueden volverse abusivas, explotadoras y/o degradantes debido a diferencias de poder. Dada la falta de atencién al abuso horizontal y la animosidad lateral en Ia investigacién de la pobreza urbana (Wacquant, 2015) ~ausencia que intentaremos rectificar en este libro-, creemos que este aspecto adverso'de los lazos sociales debe ser reconocido y examinado empiricamente. Por dtimo, el enfoque de "solidaridad selectiva” destaca Ia co- cxistencia del aistamiento y el uso variable de los lazos de ayuda ‘mutua entre los pobres (Raudenbush, 2016)."En esta perspecti- va, los mas necesitados establecen relaciones de intercambio en- tre si, pero restringen selectivamente con quiénes intercambian el apoyo mutuo. Una gran variedad de estudios de casos etnogratficos y cualita- tivos muestran que, en consonancia con los hallazgos originales de Lomnitz y Stack, los pobres todavia dependen de las redes de ayuda motua para obtener alimentos, techo, medicamentos y un minimo de seguridad puiblica. Estas redes de reciprocidad a me- snudo funcionan en eonjunto con el trabajo informal y/o iliito, la dependencia de instituciones informales (como el clientelismo), ‘una amplia gama de organizaciones y fa accién colectiva (més 0 ‘menos disruptiva) para reclamar recursos que a menudo estan en 20 "Las diferencias obgenadas,sosienen Lubbers, Small y Valenavelt Garcia (2020.17), “pueden explcase por las earacteriicas dels poblaciones en estudio (por ejemplo, madres soleray,inguiinos dex lojados,tabyjacores pobres, inmigrantes recientes, consumidores ‘de drogas sin hogar, personas con moviidad descendente, cada ona con diferentes grads de necesidades econémicas), por las condo esa nivel macto en ls que se estudiaron (por eernplo, diferentes ‘csructuras del enada de blenestar, estructura familiares ynieles de ovilidad geogrifis}, 0 quinisincure por los diverse todos de invesigacion [..] Se necesita mas investigacion para comprender en ‘qué condiciones las redes de apoyo socal pueden ser sostenibles en la pobreza ycémo se puede mejorar esta sstentabilidad 48 COMO HACEN LOS POBRES PARA SOBREVIVIR poder del Estado, una acci6n colectiva cuyo éxito suele depender, asu vez, de densas redes sociales (Diani y McAdam, 2009). En la zona donde realizamos muestra investigacién no existe ni el total aislamiento ni la solidaridad generalizada, sino que coexis- ten redes en las que a veces domina la confianza y reciprocidad, y otras la extorsion y el abuso. Lo que es cierto para el caso de algunos miicleos familiares (hogares, como los que examinamos cn los capitulos £y 5, en los que el afecto coexiste con la agresén fisica), Io es también para redes mis extensas (en donde, a veces, la asistencia deriva en chantaje). Este es el caso de las redes vine culadas a organizaciones politicas que relacionan a vecinos con “referentes” 0 “punteros”, que examinaremos en el capitulo 3. A Jo largo de este libro destacaremos la ambivalencia de muchas de estas relaciones y las distintas maneras de percibirlas y evaluaslas por parte de los vecinos. Tanto en el origen del barrio como en su presente, las redes de ayuda mutua entre los vecinos jugaron y juegan un papel cental, Fueron muy importantes para transmitirinformacién entre lose taros ocupantes antes de la toma de tierras, se fortalecieron en los inicios del barrio para organizar a los vecinos en una diversidad de tareas (abrir calles, cavar zanjas, delimitar tertenos, organizar comedores), y atin hoy funcionan para intentar asegurar la sobre- vivencia diaria (obtener recursos para comedores, merenderos, y copas de leche, transmitir informacidn sobre planes estatales de ayuda social, formular reclamos sobre infraestructura, coordina circulacién a pie mas o menos segura, etc.) Aqui se hace necesario destacar que no son solo los individuos quienes crean y sosticnen las redes de sobrevivencia, sino que las “onganizaciones locales cumplen un papel fundamental en Ja pro- duccién y sostenimiento de redes de ayuda mutua. De acuerdo con Small y Gose (2020), organizaciones como iglesias, guare- rias, escuelas, comedores populares o centros comunitarios ge- neran conexiones entre los individuos. Lo que ellos denomiran “intermediacién exitosa” depende del grado en que las normas de esas instituciones hagan que la interaccién sea *frecuente, du- adera, centrada en otros 0 centrada en actividades conjuntas" (2020: 92). En los capitulos que siguen veremos que distintos ti MANERAS DE COMPRENDER LA SUBSISTENGIA~.. 43 pos de organizaciones —los comedores comunitarios, y las forma- das alrededor de Ifderes barriales han cumplido (y todavia lo hacen) un papel importante en las estrategias de supervivencia de Jos habitantes de barrios pobres del Conurbano. Preguntarse hoy por cémo sobreviven los marginados nos levar4 también a in- agar en la funci6n de (y las relaciones entre) la accién colectiva ylas redes clientelares. " SOBREVIVENCLA ¥ VIOLENCIA. Los residentes de Jos barrios pobres en América Latina y los Estados Unidos sienten miedo de ser victimas de violencia a dia- rio, segtin muestran distintos estudios etnogréficos y cualitativos, Esta preocupaci6n generalizada es coherente con los hallazgos de diversas investigaciones sobre la concentracién de la violencia interpersonal en las zonas de bajos ingtesos de la region (Moser y Mcllwaine, 2000; Rodgers, Beall y Kanbur, 2012; Wilding, 2012; Sharkey, 2019). 2Cémo afrontan los pobres de las zonas urbanas el miedo ge- neralizado y Ia amenaza real de la violencia? Estin resignados 0 paralizados por ella, como sugieren quienes ponen el énfasis en. Ja impotencia general que define sus vidas? (Desmond y Travis, 2018). La respuesta simple es negativa: los ms necesitados se basan en estrategias individuales y colectivas para lograr un esta- do de seguridad siempre precario para ellos y sus seres queridos (Abello Colak, Gomez Ramirez y Quintero Valencia, 2014) En respuesta a una sensaci6n extendida de inseguridad, duran- te las dltimas tres décadas, las clases altas y medias de la regién se han aistado cada vex mas en comunidades cerradas y amuralla- das con seguridad privada (Adams, 2017; Caldeira, 2001; Svampa, 2008; Miiller, 2016), En algunos casos, como en Managua, las éites crearon “archipiéiagos" de seguridad (Rodgers, 2004) conectando complejos habitacionales fuertemente vigilados con centros co- merciales a través de autopistas. Si bien las poblaciones margina- lizadas tienen menor capacidad para modificar la infraestructura 44. COMO HACH LOS POBRES PARA SONREVIVIR urbana, estas también responden a Ia violencia circundante pro- duciendo cambios en el entorno fisico. Coma uno de nosotros describis en otro trabajo (Auyero y Berti, 2016), los habitantes de barrios pobres fortifican sus viviendas, construyen muro: para se- pparar sus hogares de las calles y los pasillos, instalan puertas més fuertes (“para que no puedan tirarlas abajo y entrar”) 5 colocan ‘candados en sus ventanas. Estas modificaciones no solo hacen que los residentes se sientan mas seguros cuando estan en casa, sino que también los hacen sentir un poco mis cémodos pata salir de clas. Resguardarse en sus casas es una de las maneras de evitar la violencia circundante. Asimismo, el “enclaustramiento” de los residentes (McCurn, 2018) incluye ¢! mantenimiento de horarios regulares y limites temporales estrictos (Auyero y Kilanski, 2015; Vega, Flores y Velésquez, 2019) ‘Sin embargo, cuando los residentes de zonas marginadas inevi- tablemente deben aventurarse hacia afuera de sus casas, confian ‘en el conocimiento tactico local para mantener un grado minimo de seguridad (Sanchez-Jankowski, 2008; Penglase, 2014; Harding, 2010). “Saber cémo vivir en Caxambu", esctibe Penglase sobre esta favela en Brasil (2014: 15), “significa saber c6mo visir en un vecindario altamente letal, particularmente si eres joven, aombre, negro 0 mestizo” La informaci6n sobre el tiempo, el lugar, as circunstancias y 10s posibles perpetradores de Ia violencia viaja a través de las redes locales, a veces en forma de rumores, que sitven a los residen- tes para navegar por espacios puiblicos peligrosos. Por ejemplo, Sanchez-Jankowski (2008: 99) muestra que en barrios pobres de Jos Estados Unidos Ia violencia mortal mediante el uso de armas letales era mas frecuente en actividades que se hacfan muy tarde en la noche o temprano en la maitana. Era més probae ble que ocurriera en areas de venta de drogas y fuera de las zonas patrulladas regularmente por la policia. Las peleas podian darse en cualquier lugar, pero era mas probable que sucedieran en areas de encuentro entre los residentes, como lugares donde se practicaban de- MANERAS DE COMPRENDER LA SUBSISTENGIA... 455 ortes, lavanderias y estacionamientos, en los momentos, de mayor socializacién. Harding (2010) también habla de un entendimiento compartido sobre Tos espacios seguros o inseguras ~“zonas de peligro” donde se congregan los traficantes de, drogas (2010: 44)— las tacticas ce exasién entre los jévenes pobres. Este conocimicnto téctico y especifico del contexto no es sim plemente una representacién esquematica de lugares y tiempos de riesgo, sino que informa acciones concretas, desde “saltar de barrio” (mentir sobre el vecindario de origen para evitar una pe- tea con un joven de otro vecindario) (Harding, 2010) y la “elec- ci6n de escuela” (mandar a los hijos e hijes a escuelas de otros barrios) (Saporito, 2003; Lareau y Goyette, 2014; Hailey, 2020; Denice y Gross, 2016; Burdick-Wil, 2017) basta la ignorancia acti va (intencionalmente no escuchar o ver lo que las personas iavo- Icradas en actividades criminales locales dicen 0 hacen) (Auyero y Berti, 2016). Como dice uno de los informantes de Penglase: ‘Tienes que respetar a ciertas personas, incluso si no siempre es tas de acuerdo con lo que hacen. Tienes que pasar y decir “Hola, gemo te va". Sonrie y sé amigable. Porque los perros pequetios no se pelean con los perros grandes” (Penglase, 2014: 101). Otra accién de precaucién concreta entre los residentes de vo- nas pobres es desplazarse en compaiia de otros. Tanto los j6ve- nnes como los mayores suelen evitar trasladarse solos, en especial de noche, en los barrios marginales de la Argentina (*Vamos & fiestas con nuestros amigos, en. grupos... siempre. Necesitis un ‘grupo grande para sali, y es mejor si alguien del grupo es uno bien malo, asi que... vste... no te pasa nada malo, Si salis en un ‘grupo chico, 0 peor, solo... los ladrones te agarran y te roban tus cosas, tus zapatillas” [Auyero y Berti, 2016: 143]). Buscar el aux lio de otros jovenes que “te protegen” y evitar que otros “jueguen contigo” también es comiin en los vecindarios pobres de Boston (Harding, 2010) Por lo tanto, si bien es cierto que la violencia comunitaria gene: 1 aislamiento (Perlman, 2011; Pearce, 2019; Vega, Flores y Velis «quez, 2019), la evidencia de comunidades marginadas en América 46 COMO HACEN Los PonRES PARA SonREVIVER Latina y fos Estados Unidos muestra que también genera ratinas (es decir, cursos regulares y predecibles de accién) que requieren conectividad dentro del hogar (como cuando hay que coordinar dquién se queda y quién se va, quién va con quién a la parada del colectivo), y entre amigos y conocidos (como cuando los jévenes organizan conjuntamente sus salidas)" El conocimiento sobre los cundo, dénde y quiénes de la vo- Jencia vija a través de redes. ¥, asi como las redes utilizadas para obtener recursos materiales (revisadas anteriormente) pueden voherse abusivas 0 explotadoras, as relciones sociales que per miten a los residentes obtener protecciéa también pueden con- vertirse en fuentes de peligro. Los “bandidos”, como se cono-e a los jovenes involuerados en el trifico de drogas en las faves de Rio de Janeiro (Gay, 2005; Penglase, 2014; Goldstein, 2013; Arias, 2009), comparten lazos de patentesco y amistad con los re Sidentes. Estos lazos pueden servir alos residentes para “evitar ser objeto de acoso y violencia” (Penglase, 2014: 98), pero también pueden tener un impacto negativo en uno mismo y en su farri- lia inmediata, ya que las demandas de los traficantes de drogas 4 sus amigos y familiares pueclen volverse comprometedoras, En consecuencia, aunque el parentesco y la amistad brindan algo de seguridad adicional a algunos de los informantes de Penglase, también les preocupa que “estas mismas conexiones con los traf cantes de drogas puedan exponer (a sus familias) ala violencia” (Penglase, 2014: 99), La mayoria de las investigaciones sobre estrategias de subsiv. tencia han pasado por alto la violencia estatal y callejera como amenazas literales a la supervivencia diaria de la gente pobre (Auyero y Berti, 2016; Harding, 2010; Penglase, 2014; Larkins, 2015; Periman, 2013; Ralph, 2014; Soss y Weaver, 2017). Una ver que las incorporamos, vernos la relevancia perdurable de las nedes de “parientes y amigos" del tipo analizado por Stack y Lomnitz. A pesar de que estas mismas redes pueden no ser tan extensas y/e 21 Ana Vilarvea (2028) desaerolls ete axgumento com grat profnd sad analftcae luminadorsevidenciaempisica MANSKAS DE COMPRENDER LA SUBSISTENCIA... 477 cfectivas como se pensabva que eran para la adquisicién de alimen- tos y refugio ~y hasta podrian ser mas explotadoras y abusivas de lo que se crefa (Del Real, 2019; Gonzalez de la Rocha, 2001, 2020; Lubbers y otros, 2020)-, siguen siendo cruciales para hacer frente la violencia interpersonal y estatal (Auyero y Kilanski, 2015). En gran medida, abordamos a las ¢strategias dedicadas a fa sub- sistencia material y a las desplegadas para la proteccién y/o pre- vencién de la violencia (interpersonal y estatal) como universos relacionales discretos. Sin embargo, cabe sefialar que estas redes de relaciones a veces se superponen y se complementan en la ta rea de “supervivencia”, como cuando el mismo vineulo con un pariente cercano que ayuda a obtener un préstamo para comprar alimentos también sirve para coordinar un regreso seguro a casa por la noche o la madrugada, cuando el barrio se torna peligroso Pero estos mismos lazos que ayudan a un hogar a satisfacer sus necesidades diarias de subsistencia pueden trasladar la violencia a Ta esfera doméstica, como cuando el primo que le presta di- hero a una madre para pagar la ropa de sus hijos puede causar- Ie problemas con una pandilla Jocal involucrada en el trafico de Grogas a Ia que él pertenece, o el novio del que depende una mujer para obtener dinero extra o para Hevar en auto a una hija 4 Ia escuela puede ponerla en peligro debido a su participacién en actividades delictivas, 0 el padre que se dedica al robo para prover el sustento puede provocar que la violencia del Estado © Ia de sus competidores Hlegue al hogar (Penglase, 2014; Stitt y Auyero, 2018; Stuart, 2020). En otras palabras, como veremos en. los capitulos 4 y 5, a “inmersiGn” de los pobres en circulos de “pa ientes que [los ayudarfan)” a subsistir (Stack, 1983; 29) también podria traer consccuencias no deseadas que actiien en contra de su supervivencia fisica, Solo cuando pensamos en la subsistencia material y la seguridad personal simultaneamente podemos ver Ja complementatiedad o incompatibilidad de estos lazos sociales, Cémo y cuindo las redes de reciprocidad se complementan entre sf para ayudar a los pobres a subsist y resquardarse de la violen- ia, y e6mo y cuando estas misinas redes pueden actuar unas con- tra otras en la supervivencia diaria de los pobres es un tema que merece mayor atencién empirica y tebrica. Cémo y cuindo ambas 48 COMO HAGEN Los PoBRES PARA SOBREVIVIR cestrategias se entrecruzan con formas de control y dominacién preexistentes también amerita mayor estudio, A ello dedicamos los capitulos que siguen.

You might also like