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Jose MANUEL NAREDO transfondo patrimonial (fsico) en el que se originan, se observa que la Interpretacion de la actual coyuntura econémica exige abric también el sistema hacia el andlisis patrimontal en el campo estricto de la economia monetaria, En efecto, la fuerte interacci6n entre los mercados de activos financieros e inmobiliarios y su considerable incidbncia sobre el com- portamjento de los “agentes econémicos’ han recortado seriamente la Eapacidad explicativa de los andlisis habituales de flujos centrados en cl “euadro macroeconémico’ y en los indicadores monetarios, demandan- do mucvos enfoques ¢ inforraaciones capaces de relacionar estos flujos con los mereados de activos patrimonialesy las plusvalfas (o minusvalfas) de ellos derivadas. Aspectos estos que tendrén plena cabida en la nueva metodologia internacional de Cuentas Nacionales que verd la luz en $598 En suma, que junto a los empefios de estudiar el ‘medio ambiente? desde la econoinfa standard, se observa también un tepensar la econo- mia desde el "medio ambiente’, que estd por primera ver abriendo cl Viejo universo de lo econémico, trasladando su centro de gravedad y Telativizando sus categorias basicas, El desplazamiento sordo de las pre- Scupaciones hacia aspectos patrimoniales, fisicos e institucionales exte- flores al universo de la econom(a standard, ha inducido también a abrit lacie de Pandora’ del mercado, que s= ceia sempre portadora de soluciones “6ptimas’. Se vio entonces con sorpresa que tras la supuesta mano invisible’ del mercado se encuentra la mano bien visible de las instituciones que determina sus resultados, desatando asf un proceso general de revision y relativizacion de la capacidad explicativa de los Yiejos enfoques y eategorias de lo econémico, recogido recientemente enna de las publicaciones internacionales més prestigiosas que infor- mma sobre la evolucion del pensamiento cientifico! 5. [ch'w- 6. Bherle y FG. Hayden, sCotigue of Contingent Valoation and Travel Cost Resoorers and Ecorcmi: Jounal of Economies Laue, rl. XV, aS os. 42 ECOLOGIA VERSUS MERCADO CAPITALISTA Roberto Bermejo 1. INTRODUCCION En este texto pretendo mostrar la radical incompatibilidad existente entre el mercado capitalista y la naturaleza y el trabajo (y, en tiltima instancia, la vida humana), que se manifiesta en la répida destruccion de las bases que sustentan la vida en el planeta en el momento actual. Capacidad que ya se podia prever en el siglo pasado, a pesar del incipiente desarrollo Gel sistema capitalista, como asf lo hicieron algunos pensadores, Por un lado, trato de demostrar esta hipétesis analizando la ev cién de la regulacién del mercado capitalista desde el punto de vista de os dos elementos resefiados y mostrando los efectos destructores para la vida de las diferentes fases de liberalizacién que ha sufrido el sistema capicalista. Pretendo, también, mostrar que esta incompatibilidad tiene su ori~ gen en que el mercado capitalista trata como mercancias, es decir, como productos hechos para la venta, los recursos naturales y el trabajo, y es indudable que ninguno de los dos ha sido creado con este objetivo, juema légico me lleva a plantear la necesidad de que el me a deba quedar marginado como mecanismo de distriby jo y de extraccién, distribucién y usilizacién de la nacura- leza y sus recursos. EL MERCADO EN LAS SOCIEDADES PRECAPITALISTAS Pese a que la institucién del mercado ha existido desde finales de la Edad de Piedra, su papel en las sociedades precapitalistas ha sido siem- 43 pre secundario. En una sociedad primitiva la presencia o ausencia de mercados no afecta de forma decisiva, y en el caso de su desaparici sélo se ice un cierto repliegue sobre sf misma, acentuandose Los mercados existentes estén profundamente reglamentados, y de jos estin excluidos la tierra y el trabajo. En el sistema feudal la tierra y n regulados en funcién de la organizaciGn social. La tie~ Central del orden feudal, era la base del sistema milicar, adininistrativo y politico, su estaturo y sa fancidn estaban deter= minados mediante normas juridicas, usos y costumbres. Lo mismo ocu- fe con el tebajo los remo reglamentaban las elaciones ene maes- ttos artesanos, oficiales y aprendices, asl como el acceso de una categoria os salarios, el namero de o = ¢ de mereados existentes en in totalmente separados. El comercio re vegulado por las ciudades, y como a partir del ‘ernacional en Europa se organiza en base a.un sistema de capitalista, las ciudades se encargaron de mantenetlo sepa- ello, éste ha subsistido casi sin cambios {neluso en los paises mis avanzados de Europa Occidental. A partir del siglo xv el comercio local sufre un cre- 0 notable, pero cog él también erecen las reglameutaciones, asf cde mercados preeapitalistas y regla- mentactones caminan juntos, Hasta el siglo xv, también, un mapa co- mercial mostratfa solamente las ciudades, permaneciendo el campo prdc- ticamente en blanco, ya que predomina la autarquia. Y hay que resalear gue la inmensa mayoria de la poblacién vivia en el campo. LA INSTAURAGION DEL MERCADO GAPITALISTA, La sustinacion del mercado precapitalista por el capitalista va mucho sds alld de la supresi6n de ls regulaciones del primero. Esta sustcucion Supone que el movil de Ia ganancia debe sustivuir al de la subsistencia "Todas las transacciones econémieas deben ser transacciones mone- tarias. Todos las ingresos deben proceder de la venta de algo y la pro- ‘duceién debe estar orientada, por tanto, ala venta, es una production de mercanciss. Los precios se\definen por la accion de la oferta y la demands y determinan los ingresos de los agentes econémicos y la dis- tribucion de la riqueza. Ya no se trata de mereados mercados locales precapitalistas, sino de mercados stam sia insane, de un gran mead Sica tnercado capitalista supone, también, que el trabajo y Ia tierra sean tatados como mercancias, cuyos precios estin fegulados tambien yeales, como son los rerrelacionados. Se 44 por la oferta y la demanda, siendo respectivamente el salario y la renta. Las fuertes inversiones de ia burguesia en las industrias requieren la ga- rantia de provisién de grandes cantidades de trabajo, tierra y orros re- Cursos naturales, y dinero, por lo que deben estar disponibles para ser Comprados. Supone permitir que el mercado dirija por su propia cuenta ¥ decida la suerte de los seres humanos y de su medio natural y conlleva, El subordinar a la economia y, en Gltima instancia, a su mecanismo regu- lador que es el mercado, la organizacién social y el Estado, y, por dlti- mo, stipone destruir las bases sobre las que se han sustentado las socie. dades precapitalistas y eliminar todas las trabas que se oponen al funcionamiento del mercado capitalist ‘Las ideas del liberalismo econémico se mostraron con una fuerza episédica hasta la década de los veinte del siglo pasado, pero a partir de ‘gui irrampen con gran fuerza, y son defendidas por la burguesfa con fe religiosa?. Segtin éstas, si el mundo est4 gobernado por las leyes de la tconomia libre de mercado, es debido a que se ha ido imponiendo por la fuerza de los hechos, en un proceso de evoluci6n natural, Pero la reali- dad fue muy otra: lejos de desmantelar el Estado fuertemente intervencionista de las monarquias absolutas, para dar paso al mercado autorregulado, la administracion del Estado se vio ampliamente fortale- ida, porque no se dio el proceso natural proclamado. Por el contrario, la sociedad ofrecié una fuerte resistencia, por lo que fue necesatio im” plantarlo «a sangre y fuego, recurriendo, para ello, a toda la fuerza del aparaio del Estado»’. La historia de la consolidacién del mercado capitalista es, al mismo tiempo, la historia de la agresién del Estado a las bases comunitarias de Ia sociedad precapitalista y de su esponténea reaccién de defensa. De- fensa que en una primera fase se realiza contra la introduccién de la tierra y el trabajo en el mercado, y en una fase posterior, contra los efectos degradantes de dicha introduccién. ‘En Europa Occidental, entre 1830 y 1850, se promulgaron nume- rosas leyes que significaron la destruccién sistemstica del antiguo orden y la construccién del nuevo. Era necesario crear un nuevo marco legal ¢ institucional, e incluso ofrecer la ayuda financiera necesaria para el de- sarrollo del tejido industrial y las infraestracruras necesarias. Asi, las, manufacturas del algodén y los ferrocarriles fueron creados mediante tun fuerte intervencionismo estatal, en base a subvenciones, tarifas pro- teecionistas, expropiacién forzosa de tierras, etc. IV. LAS CONTRADICCIONES DEL MERCADO CAPITALISTA La implantacién del mercado capitalista pronto va a mostrar su cardcter atentatorio contra la vida, y va a poner en peligro incluso la propia 45 supervivencia del sistema, Las mercancias son objetos fabricados para la Venta, pero es evidente que el trabajo y la tierra no cumplen esta condi- cién. El trabajo no es més que una de las manifestaciones de la vida huma- nna, Ja cual no ha sido creada para la venta, ni se puede desgajar del resto de'las manifestaciones de la vida, y no puede set almacenado, ni puesto Gn circulacién, La tierra tampoco ha sido creada para la venta, y sus funciones, que no pueden ser aisladas, desbordan ampliamente las de ser fuente de recursos y sumidero de residuos. WVeamos ahora las contradicciones de tratar el trabajo como una mereaneia, Convertido éste en una mercancia, tiene que encontrar precio en el mercado, y todo precio del trabajo que no haya sido estab Bido de este modo serd considerado antieconmico. Pero convertir trabajo en mercancia supone aniquilar las formas orgénicas existentes en tlmundo precapitalista, basadas en el parentesco, la vecindad, el oficio, tte, ya que ligaban el trabajo con las otras dimensiones de la vida. ‘Flay que romper los lazos y formas de organizacién socierales precapitalistas, para que desaparezca toda proveccidn social y, asf, el tra: Bajo pueda ser tratado como una mercancia. Y en vista de que la gente ho quiere abandonar estas relaciones comunitarias, hay que obligarla. ‘Normalmente el método consiste en minar las bases de subsistencia de Jas comunidades precapitalistas. Los resultados de convertir el trabajo en una mercancia son de sobra conocidios: los salarios de hambre, la prolongacin de la jornada de tra-~ bajo, el deterioro de la salud laboral, el trabajo de los nifos, ete., y sus seeuelas de degradacién moral: alcoholismo, prosticucién y delincuencia, Ta confrontacion con esta situaci6n no $e hizo esperar, pero no vino solamente de parte de los obreros, sino que la propia burguesia se dio Cuenta que el someter el trabajo a las leyes del mercado, sin ningiin tipo Ge regulacion, estaba poniendo en peligro la propia reproduccién del trabajo, la defensa de los paises ¢ incluso la propia pervivencia del siste~ ma, En Prusia hasta los militares presionaron para limitar el trabajo de Tos nifds, ya que constataron que muchos de los j6venes tenfan deficien- clas fisieas que les hacian no ttiles para el ejército, a consecuencia del trabajo peligroso y desde la mas temprana edad. Ademds, Ia inestabi dad politica que provocaban las protestas obreras no sdlo afectaba gra- Vemente a la economia de mercado, que requiere de estabilidad, sino Que llegaron a convertirse en revolucionarias, haciendo peligrar el mis mo sistema capitalist" ‘TTradicionalmence el trabajo y la tierra no han estado separados: trabajo es una de las manifestaciones de la vida; la tierra es parte de I naturaleza; la vida y la naturaleza constituyen un todo articulado. El mercado, al convertir el trabajo y la tierra en mercancias, tiende a rom= per esta articulacién, Pero esta ruptura no puede ser més que parcial, ya 46 .gar en que habita, es una condi luridad material y engloba el paisaje y el clima. ‘fn un principio el mercado capitalista no produjo gr: nes de la naturaleza, si exceptuamos una fuerte rec Telos paises del Centro y, ademds, una gran destrucciéi 'y vida salvaje en Estados Unidos’, ya que no di niel tamafio de la poblacién era grande, Estos p dleron a algunos aurores deducir el cardcter dest Jal sistema, como es el caso de Marx, quien [Smo esquilmadar del trabajo y de la tierra: ‘Todo progreso en el arte de esquilmar al obrero, si eau Ia irs] en lve un paee Ins fureas perennes que. produccicn capitalista sélo puede desarr. Bion del proceso social de produccién, so: Geo origihates de toda rigueza:la sierra y el hombre dos fuer: Aunque la degradacién del sistema natural no fue grande, pronco se vio et Argotgue la implantacién del mercado de la tetra, que se so ae sree 1830 y 1860, atentaba contra la supervivencia del camp. realiz6 cntee J provocaba un proceso may répido de concentracion de sinado, 9 Ss Pla consecuente expulsion de grandes masas de campesi novsin terra hacia as cudades ue se vetan desbardadas, cn uy Doct; nos sin Netra ante, aunque no tan agudo, al que esta ocurriendo en Ia so mt sag cls Periferia, Este fenémeno se vio ceforzado por la cafda tetualidea fy recios en el mercado europeo de productos agricolas, OSE codo pordue el desarrollo del ferrocarril y * Sarco a vapor Pet sorts Is entrads en Europa de cereales americanoqa precios muy bajos. Ve LA REACCION CONTRA EL MERCADO GAPIT Era necesario, por tanto, proteger la vida humana Ia naturaleza, inter~ yiniendo en los mercados de trabajo y de la £ To que niega la viniendo EP on del sistema. Fue necesario reducid§a aleatoriedad de ait Be erizando unos ingresos minimos, lina la edad de incor- Sorscén'y abandono del abajo, mejorar al medio ambiente urban, Porat la’gescon de recursos naturales mis amapazados, Y fora I Sean ee acteeecio roiaenee eee tei cseruccion de la cstructuras ecanomicasy sociales de as tage pcecapitalistas fac el resultado de una accién conscients y Teed [os Estados, a reaceidn contra la refribles secuclas de esta sistemstcg devo om eardcter esponcanieo. El heclo de que Ia regulacion ene ee cio tormulas may semejantes en el mismo tempo, ¥ en 47 -08 muy diversos y que actuaran en la mi nes centrales, sino también I ‘cter espontineo de la accién reguladora. al mismo tiempo en la Inglaterra victoriana, en la la Francia de la III Repiblica y en el Imperio Ademas sus promotores fueron personas del mas va. [J] Tedos votacién y aprobacidn de leys casi id Las leyes sobre accidentes de trabajo se aprobaron en 1880 y 1897 en Inglaterra, en 1879 en Alemania, en 1887 en Austria, en 1899 en Francia, La inspeccién de fabricas se instaur6 en Inglaterra en 1883, en Prusia en 1853, en Austria en 1883, en Francia en 1874 y 1883, rar la edad de comienzo del trabajo de sara cegular las condiciones higiénicas en la fabricas, se limit ‘oral, se establecieron sistemas de seguridad social, ete amente, y apremiadas por las epidemias y las condiciones ur- tubres, las ciuidades establecieron sistemas de alcantarillado y de recogida de basuras, inspecciones de alimentos, se tomaron medidas ara mejorar las viviendas de los trabajadores y se construyeron parques Publicos. En Estados Unidos, a finales del siglo x1x, el Congreso aprobé suce- te la Ley de Alimentos y Medicamentos, la Ley de Inspeceion nica y Ia Ley de Construcciones Viejas. Hacia 1880 la mayor parte de las ciudades habian construido si década siguiente se acometié el problema de la basura doméstiea? Por estas mismas fechas, como hemos visto, las variaciones bruscas de los precios agricolas amenazan con la desaparicin de la mayor parte de los campesinos. El contra-movimiento proteccionista consigito de hecho estabilizar el campo europeo y debilitar la emigracion hacia la ciudad, que constivufa uno de sus mayores problemas, Los aranceles pro. tectores contr: limitaciones a la transferibilidad de la tierra y las ayudas econémicas directas ¢ incirectasy en forma de inveesiones en infraesteucturas, fueron lo meeanismos que ron la estabilizacién campesina. Pero no solo se trataba de estabilizar la poblacién campesina, sino que era necesario proteger la naturaleza de la répida expansion capita lista, En Estados Unidos, después de la Guerra Civil, surgid un fuctie Se aprobaron leyes para li los ninos, 48 movimiento ambientalista que consiguis la creacién de parques natura- les, reservas forestales y programas de conservacién. Gifford Pinchot, fandador del Servicio Forestal estadounidense, explicaba que el objeti, vo del mismo era administrar la tierra y los recursos con un criterio sostenible’. Este movimiento ambientalista volvié a renacet con fucren durante la recesign de los afios treinta con la politica de new deal del presidente Roosevelt, que construyé una legislacign social mas avanza- da que la europea. En Espaa, 8 afios después de haberse publicado la segunda ley desamortizadora (ley Madoz, de 1855), que al igual que la primera (des- amortizacion de Mendizabal) result6 nefasta para los bosques, se pul <6 Ia Ley de Montes de 1863, «que responde a un espfritu de freno a la politica desamortizadora emprendida afios atras..» A pesar de ello, las regulaciones en el campo de la naturaleza en la primera etapa del capitalismo se referian fundamentalmente al uso ati cola de la tierra, y en algunos pocos casos a la proteccién de ecosistemas de alto valor ecoldgico (reservas, parques naturales, etc). Pero no se avanza gran cosa en la regulacién del uso multiple de la naturaleza, y sobre todo del uso de los bienes libres, es decir, bienes que tradicionalmente han quedado al margen del mercado. Esta debil regu. lacion se debe a que la capacidad destructiva del primer capitalisme es relativamente baja, debido a la incipiente industrializacion y a que la poblaci6n era cuatro o cinco veces inferior a la actual Pero, en este siglo, se produce una expansién sin precedentes de la actividad industrial y de la poblacién. La produccién industrial ha ereci- do 50 veces en Jos iltimos cien anos, y las cuatro quintas partes de este crecimiento se ha producido a partir de 1950. Se estima que la actividad econémica puede incrementarse entre cinco y diez veces en los proxi- ‘mos 50 afos. En cuanto a la poblacién hay que tenet en cuenta que los primeros mil millones de habitantes se alcanzan en 1850, que en 1991 somos.5.300 millones y que en cincuenta afios es muy posible que se duplique la poblacién mundial. Este crecimiento explosivo de la poblacién, de la produccin indus- tial y los cambios estructurales de la industria (especialmente el rapido desarrollo de la industria quimica después de la Segunda Guerra Mun. dial) han provocado que lo que en un principio eran solo algunos graves problemas puntuales se hayan transformado en una situacion de crisis ecoldgica planeraria. VL. AVANCE DE LA REGULACION Como eonsecuencia de la industrializaci6n descrita, en la década de los sesenta comienzan a manifestarse graves problemas ambientales en los 49 noaento sennejo paises del Centro, lo que determina que desde estas fechas se venga Papduciendo un desarrollo acelerado de regulaciones ambientales, stein CEE ha emitido 200 leyes en las dos siltimas décadas. Esto no. quiere decir que tales normas sean correctas, porque una acumuacién quigts clade de regulaciones puede llevar 2 anular, por falta de Seetarvidad, los efectos beneficiosos que se les suponen. Ademds, srs Seer ie ingumplen sistematicamente y se muestran totalmente insufi- sores como reeonoce 1a misma CEE. Sin embargo, es evidente qué la $toliferacion de regulaciones responde a la creciente preocupacién ¢hy- seetuna y de las administraciones pablicas ante la escalada de los proble- caana Yopicos y a la evidencia de que el mercado libre no s6lo es inefi- Tae’ para resolverlos, sino que es cl causante de los mismos. Rartoafirma en'un seminario de la OCDE que «es universalmente reconetide el frecuente fallo del mercado con recursos naturales y medioambientales»"" Taisen diferentes tipos de regulaciones, y es de resaltar que en los lrimos aftos han aumentado las regulaciones mas radicales. "Algunos tips de regulaciones son: — Regulacién del uso, Se practica cuando el recurso eseaso es sus- cepiible de ser utilizad® para diversos usos, como es el caso del suelo, se Asignacion de cuotas de extraccidn. Se da en ¢l caso de recursos renovables (bosques, pesca, etc.) para intentar que esta extracci6n pue- Ga hacerse de forma sostenible. sac ultas e impuestos. Tienen la mision de penalizar las acciones antiecol6gicas. seo wenciones. Por el contrario, priman los comportamientos res- petuosos con el medio fisico. ios opiedad priblica, El Estado asume la propiedad de numerosos bienes ambientales: bosques, rfos, aguas subterraneas, aguas y terrenos Dies aimvonas de alto valor ecologic, recursos no renovables, ete.» com SP fin de preservarlos de la accién degradadora del mercado. Par duro lado, hemos asistido a lo largo de este siglo (y en, especial desde el final de fa Segunda Guerra Mundial) y hasta la década de los sees ca un fuerte avance, aungue no lineal, de la regulacién del merca- Se Ge teabajo, que constituye una de las bases del Estado del Bienestar. VM. REACCION CONTRA LA REGULACION 1. Causas de la reaccién ‘La economia ortodoxa no puede aceptar el avance de la regulacion, ya que one en cuestion la utilidad del mercado capitalists, piedra angular de todo 50 suedificio donceprual. Pero eso son cada vex ms frecuentes as Stclaman, al menos, un re-qutlirio entre mercado y regulacion. Ghaitdler flows gue oa l glo Wot for a er eel Here mercado, slew ala ein del Erno, Lan inden san ears, my 1 dite al peoteeo Nato Mca ei tgallbrada ia relata Sjandace Fid-rene Conaldera ud eres tededces se do gar sonn cambio cro da decada de fos noe oi Tite inaerumeties bashes ea Ibe nntaes de chet dlrs tan dejand@ paso a mecanismos econémicos regulados é sin den ation Feud a texves el oer Tncluodfalguncs, como Coase y sus sepuidore, cada vs cosos, son pathidarios de que el moreado vuelve ser el anges part Geteidar cas poecrar ed el Ue hemp tay clidenca econbmica del ibe mercado, frente «lu dec ERE spprecered al esata orlsoe seas ya ave problemas Tedicumblentales con flee del mercaday para después proponctlo en aras de un mayor eficiencia economics: Algunos autores, =e Gonzalez Ease! ven esta contradiccién, Este autor considera nr sta os ana acid extrafa: «Para la mayoria de los agentes, fear cl problema de la contamiaecion con falles del mercad SrmrnelRHB Ye} patella en aclans de ci pecullary cuando menot extrafion™ a fl bion Gbrogaladora en divervoefvenees© Nes dear ete vero ees ened Sen ia, puede parecer 2, La presién desreguladora a) Recursos renovables Posiblemente la mayor presign liberal : naturaled que ence valor de rmereado: Heresy bomscs, agua, 1 Las erfdeas contra l gestion estatal de Ios recursos renovabl len ir en una doble direcdton: : sored 1) Rronieideae? Les Eels i sh eee son RE Pe ee cle tare lar aries oe tpea halos ace cargo dels ce obras de pci, taney Sci de es pound le soni decent Slo coves rea Se a reer os aioe cos ce vo ha dicho, impulsan el despilfarro de recursos. as 2) La acracisn del Estado es muy ogi 2 any Gada‘ In hora de dnsibsir wn recurte ste los anos poatble, haciendo que se dedujuen pcos re s1 \d econémica, los Estados atribuyen el derecho al uso en caso del agua, se ata el uso de ésta al uso de j6n de un mercado independiente para el de este comportamiento serfan de dos tipos. Por un lado Estado no tiene en cuenta factores econémicos, ni las Teado, al tomar decitones, Por oto ac le acted gue le vados para realizar una eficiente distibucion de ios eecursos, se considera que fos incentivos de los administradores y baréccatas son incentivos distorsionados" La primera critica frecuentemente es cierta, pero esto no quiere de- éste es un comportamiento consustancial con resultado de las presiones de los grandes “empresas industrials y grandes pro- y supone tina politica distributiva regresiva, ya que ‘umidores (la inmensa mayoria) pagan la mayor parte ras de infraestructura por medio de los impuestos. de las costosas ‘También, el Eseado, con las aportaciones de los contribuyentes, compra y mantiene bosques, de cyya explotacién se benefician las compafiias madereras, En el segundo caso no se puede erigit la eficiencia econémica en el sinico critevo vilido, El agua es un bien vital, y Ia colectividad debe procurar su suministro a todos sus miembros. Bajo el eriterio de la eft Freneia econdmiea pequetas comunidades, por ejemplo, se verian priva- dias de bienes 9 servicios esenclales, ast como las generaciones (utara. rasan pos encima de ets consieraciones, a reprivatizacion se de la propiedad privada del recurso sexSa que el propicta- so de te tendria un incentive cconomico para mantener la produce. ad del mismo, por ejemplo, dela terra agecola y de los bosques. Sila talidad de los recursos se deteriorara, ol propietario sufrirla pérdidas financieras,y tendia que invertir en la restauracion hasta que se igualen los costes de csta con los beneficios de la productividad mejorada. Sin embsego, nada umpide que el propearo de un recurs satura lo explote hasta el agotamiento, porque este comportamiento le puede ‘eultar mas rencable que peeservarlo. Este ex el caso de multinacionales groalimentarias que explotan serras en paises de la Periferia hasta su n, porque saben que luego podran comprar mas tierras a pre- ios muy bajo Por oes lado, un recurso natural cumple miltiples funciones. Un bosque no cs solo tna fuente de madera, preserva la humedad del suelo, Tp que permite sumentar la cantidad del securso agua, regula el clima, 92 lidad del suelo y evita su erosign, tiene un valor estético Y feerenconal y consuye un haba de vidu salvaje. Por ello, se estruye un recurso, el propietario puede que no se ves penudicad y sf Ia colectividad. As, la terra erosionada por Ia tala de un bosque se sas, mula en los cauces de los ros (provocando inuindaciones) yen los pant ‘os, disminuyendo su rendimiento y vida i El propietario de un bosque no tiene singin incentive econémico para relia una gestion cespetuosa con a muliuneionlidad del mis fo. Es precisamente ésta la que lleva a Montgolfier* a considerar que en Europa al menos la accién del gobierno es insustituible. 5 b) Recursos no renovables ‘También se muestra la ofensiva liberal en el campo de los recursos no renovables, pero habrfa que diferenciat los recursos energeticosdel esto, La energia ha sido hasta ahora gestionada con una gran dosis de regulacién, especialmente el carbon y la electricidad son feccuentemen. ‘opiedad estatal,y en general con fijacion administrativa de los P ios etergéticos, Esta politica, que frecuentemente ha sido muy noviva desde el punto de vista ecoldgico, sobre todo por los bajos precios, estd en el punto de mira de las baterfas lberales, La CEE prohite los mono. polios estatales y numerosas empresas pablicas estan pasando @ mance Privadas,y se estd impulsando el Mercado Unico de la Enersla En el campo de los recursos minetos la iniiativa privada ha sido dominante hasta ahora, por lo que no sufven la presiGn liberal: Tantoven tse caso como en l dela energha, existe una confianza en que el mercx. do resolverd todos los problemas de abastecimiento que se puedan pla tear y que se funda en diversas teorfas que conviene'analiza aq Un argumento es el de que cuando tn recurso empiece a exascar su precio se elevard, por lo que su vida se prolongard. Esto es cierto, pero tllo no evita que el recurso sea escaso para las generaciones futures ¥ ‘que, ademas, en un sistema de mercado su precio sea cada vex mas alto, por lo que soo uns minora decreciente pode disiratar de elon ene El segundo argumento es el que Georgescu-Roetgen”” denomina la teorla de la sustitubilidad sin fin y plantea que ef agoramiento: de fecursos no supone un problema grave, ya que la cieneia se encargacd de encontrar otros que los sustituyan, scclerdndose la investigacion necesaria a medida que el precio del recurso que empieza a escascar se vaya elevando. Este argumento no tiene en cuenta que normalmence un recurso tiene numerosas utlidades y que, por lo tanto, se deberia en. ontrar sustitutos a cada uno de estos usos, con lo que el problema se ‘maltiplica, y no tenemos la garantia de que los sustitutos, en caso de hallarios, tengan al menos las mismas propiedades. Lo que es evidence 53 ‘es que ahora estamos consumiendo los mejores y mas abundantes re- cursos que existen en la Tierra. Ademds, si el recurso se agora, no sera posible desarrollar nuevos usos del mismo, hecho que esti ocurriendo Continuamente, por lo que estas potencialidades se perderén para siem- pre. Por ultimo, algunos autores (Simonis, Janicke, Ranneberg, etc.) plan- rean que el crecimiento del PIB se esta desvinculando del consumo de recursos no renovables, por lo que especulan con la posibilidad de creci- miento econémico sostenido. En concreto, se argumenta que desde los afios setenta se ha producido un estancamiento en el consumo de la @nergia y una disminucién del consumo de acero, cemento, erc., en algu- nos paises desarrollados™ Pégicamente el causante de este proceso es el mercado, pero no se nos indican las causas por las que esta tendencia se da. Ademés, esta tendencia, que es parcial y no se puede gencralizar, se explica en buena medida por motivos que no dan pie al optimismo. Si el consumo de ene! jermanecido estancado ha sido motivado por la crisis econd- mica y los altos precios energéticos, y, por el contrario, los bajos precios energéticos actuales, junto con la mejora de la coyuntura econémica, han provecado nuevas alzas en el consumo. La disminucién del consu- mo de acero y cemento se puede explicar por el hecho de que los paises més industrializados tienen la poblacién estancada o en disminucién, por lo que la demanda de viviendas es baja, y ademas porque tienen Construida la red basica de infraestructuras. Todo ello no quita para que Se estén produciendo avances tecnolégicos que permiren cl ahorro de Fecursos, pero estos avances ni son generales, ni pueden contener por mucho tiempo el aumento de consumo que inevitablemente se produce en una sociedad espoleada continuamente a consumir més. ©) Bienes libres En el caso de los recursos naturales que no tienen valor de mercado (bie- res libres) y que estan frecuentempnte ligados a los recursos naturales que Slo tienen, los Estados normalmente han mantenido una politica ambien- tal basada en la definicin de unos limites méximos de emisin que, en teorfa, no pueden ser traspasados. Si una industria ya instalada los ransgrede, se puede enfrencar a un sistema progresivo de multas que pueden culminar con el cierre de la misma. Y sies nueva, no obtendra el Permiso de entrada en fancionamiento hasta cumplir com las nosmas. La economia ortodoxa, también en este caso de los bienes libres, ha ceriticado por la falea de eficiencia esta politica ambiental, Considera que ‘tl método es administrativo y propone en su lugar un método econémi- £o basado en impuestos sobre contaminacion y en derechos de contami- hnacion transteribles en el mercado: 34 Segtin esta alternativa, el Fstado sigue manteni definir el maximo nivel de emisiones aceptable y, a par tunos impuestos que igualen los costes que deben soportar las «1 para adaptar sus emisiones al nivel fijado. Los impuestos actuarfan como Costes medioambientales que se afadirfan al universo de costes que el mercado impone a la empresa, y dentro de este contexto, ésta aci auténomamente para maximizar el beneficio: Los impuestos pueden ayudar a alcanzar los snanera eficience, ya que ajustan los precios y haga el resto™ a Suattuir la politica ambiental coztiente por un sistema de impuestos parece, a primera vist un avance del mercado, Sin embargo, = ex Proponiendo sistemas de impuestos" que por sh intensidad y generali- Bid'desbordan este marco. Esta poltica supondrfa en el campo ambien- cal tn avd We NILE Gt fa Ge grr ettsmenes Cod emiaiGa’ Sontaminante y, ademés, supondria la extension de reno de los recursos, cuyos precios setianradiealmente modi 10 de Evaluacion del Medio Ambiente pesticidas a 200% del precio actual de los mismos. Esto supone que, en caso de hacer una politica ambiental y de recursos radical, la mayor parte del precio estaria fijada administrativamente. El mercado, por tanto, perderia la capaci- ios precios. 3. El ultraliberalismo coasiano Como decia antes, un sector de los economistas ortodoxos, por Coase, defiende ideas més liberales, que se basan en la eliminacién de la accién del Estado mediante la fijacion de los derechos de propie~ dad privada a estos bienes. Estin agrupados en la Escuela de los dere- chos de propiedad. Ronald Coase publicé en 1960 un articulo ti coste social» que ha dado lugar a una abundante ido «El problema del ratura y aque mu- 5S hos economists ae hayan visto atraidos por la defensa dela inicatoa riviada que hace cl autor. Coase muestra su extrafieza ante las propues- {ard economistas como Pigou que defiende la necesidad de fx scion inrerventora del Estado en el caso de impactos ambientales, ya que nos dice con razén que el Estado ha sido, por accion o por omision, el prin- Cipal responsable del deterioro ambiental. Pero plantea que si la propie dad det recurso ambiental esta bien definida, el agresor y el agredido llegar a acuerdos de compensacion monetaria satis- sbas partes sin laintervencién del Estado. ¥ este acuerdo agresor deba pagar, porque si una empresa ha em- idad econdmica de buena fe, aunque contaminante, icin ambiental mas restrictiva reduce sa po” puede llevar a que el agredido deba pagar que el contaminador Weel recurso 0 el uso amnbicntal ea apropiable re definidos los derechos de propiedad), los impactos de ser extermalidades, es devi, algo fuera del merca i en valorables e intercambiables,y se puede alcanzar is econdmteg denteo del mercado. La propuests de Coase cs circular y no aiade nada nuevo alos plan- mignon sncos, a eognomia rrodoxa ns planes due paca de un tenga valor de mercado es necesatio que sea apropisble,valorable ¢ ereambisble, por lo que cuando Coase dice que hay que defini los ‘derechos de propiedad para que el bien ambiental se incegre en el mer 1 hace mis que repetit los postulados de la teoria del valor ort0- (estén ambientales la hora de poner en préctica esta teoria nos encontramos os problemas. Coase la Escuela de los derechos de pro- Siempre ejemplos muy sencillos que iavolueran a pocos cco tnuy limitado, Un ejemplo clisico es el ‘clos nen. dios de las cosechas provocados por las maquinas de vapor en la primera indusirilisacion, Pero low grandes problemas amicurales gon el peo ditto de una realidad mucho més compleja, Incluso, un problema spa rentemente de menor rango como es la gestion integral de un tio puede teres may complejo. Ash Sedo en el eso de Is undacione pov Cadas por la deforestacion, propone que

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