RUNNING HEAD: Filosofía personal de la enfermería 1

Al principio de nuestros cursos, los estudiantes de enfermería aprenden que “cualquier

cosa que se construya bien debe tener una base sólida de apoyo” (Black, 2014, p. 239). La base

de un estudiante de enfermería se fortalece mediante el desarrollo de su educación, habilidades

clínicas y, lo más importante, su filosofía de la enfermería. Es de suma importancia que las

enfermeras y los estudiantes de enfermería reflexionen sobre sus filosofías personales como

medio para afirmar su propósito y mejorar la prestación de cuidados. Mi base personal se basa en

la filosofía de que la empatía y la defensa son componentes clave de una enfermería de calidad.

La siguiente reflexión es una representación de mi filosofía personal de enfermería y los valores

y creencias que contribuyen a ella.

Black (2014) define una filosofía de la enfermería como una “declaración de creencias

sobre la enfermería y expresiones de valores en la enfermería que se utilizan como base para

pensar y actuar” (p. 262). Las filosofías de enfermería son importantes porque pueden servir

como guías o modelos de práctica para las instituciones que emplean enfermeras. Sin embargo,

las filosofías no se limitan al uso de hospitales y escuelas de enfermería. El impacto de una

enfermera en la atención al paciente se refleja directamente en su propia comprensión y práctica

de la filosofía de la enfermería. Las enfermeras profesionales deben poseer una filosofía cohesiva

para poder brindar atención de calidad de manera efectiva a todos los pacientes. La filosofía de

una enfermera sirve como una base sólida que está respaldada por sus propios valores y

creencias sobre la atención al paciente.

Los valores y creencias tienen la capacidad de influir en el comportamiento y la

prestación de cuidados de una enfermera. Sin embargo, los dos conceptos no son necesariamente

sinónimos. Las creencias a menudo se describen como convicciones que “se basan en actitudes

adquiridas y verificadas por la experiencia” (Black, 2014, p.256). Es importante que una
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enfermera sea consciente de sus propias creencias. En última instancia, estas convicciones

afectarán sus procesos generales de pensamiento y sus interacciones conductuales con los

pacientes, sus familias y otros profesionales de la salud. Como estudiante de enfermería, siento

que es esencial ser consciente de mis creencias y aceptar su refinamiento a lo largo de mis

experiencias de enfermería. Creo firmemente que la atención médica de calidad, imparcial y de

fácil acceso es un derecho humano. Creo que todo el mundo merece una atención sanitaria de

calidad, sin importar su edad, sexo, origen étnico o ubicación. Creo que, como enfermera, la

forma más eficaz de cuidar a mis pacientes es tratándolos como iguales y brindándoles a cada

uno de ellos el mejor nivel de atención posible. También creo que, como enfermera, es

importante anteponer las necesidades y la comodidad de los demás a las mías. Ya sea que esto

signifique saltarse comidas para que otros pacientes puedan alimentarse o trabajar unas horas

más quedándose para responder todas las preguntas de un paciente, es mi responsabilidad que el

paciente siempre sienta mi máxima prioridad. Creo que las relaciones admirables entre

enfermera y paciente se basan en el respeto y la confianza en que, como enfermera, siempre

busco lo mejor para ellos.

Contrariamente a las creencias, los valores se describen como “principios libremente

elegidos por un individuo, clase o grupo”, que tienen la capacidad de “dar significado y dirección

a la vida” (Black, 2014, p.258). Black (2014) sugiere que los valores tienen la capacidad de

impactar la prestación de atención de una enfermera tanto consciente como inconscientemente.

Personalmente, me identifico mucho con el valor enfermero de la empatía. En la profesión de

enfermería, creo que la mejor atención se brinda cuando la enfermera tiene la capacidad de

experimentar emociones y situaciones desde la perspectiva del paciente. Esta empatía les

permitirá mantener una actitud sin prejuicios mientras interactúan y cuidan a sus pacientes. No
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importa el entorno, las enfermeras se encuentran con personas de todas las etnias, estilos de vida,

niveles socioeconómicos y sistemas de creencias. Valoro la capacidad de los profesionales de la

salud para empatizar con sus pacientes, dejando de lado cualquier juicio y sesgo, permitiendo

una atención que se centre en la definición de calidad de vida del paciente, en lugar de en la suya

propia. Después de todo, el deber de la enfermera es actuar como defensora del paciente y fuente

de orientación en la toma de decisiones. Como defensora del paciente, también valoro la

integridad. Para mí, integridad significa que mis comportamientos y valores, dentro y fuera de un

entorno clínico, siempre serán coherentes con mis creencias.

Mi filosofía personal de que la empatía y la defensa son la base de una enfermería de

calidad me guiarán para ser una enfermera plenamente presente y que brinde atención teniendo

en cuenta los mejores intereses de mis pacientes. Mi creencia de que la atención médica de

calidad es un derecho humano me permitirá brindar continuamente atención honesta, compasiva

y eficiente a quienes la necesitan. Honraré mi filosofía brindando atención considerada y de clase

mundial, representando mi profesión a través del liderazgo en mi comunidad y abogando por

cambios en las leyes y regulaciones que afectan la prestación médica. También permitiré que el

crecimiento personal y la búsqueda de una educación superior contribuyan a mis creencias y

valores, así como a pulir mi filosofía personal.

En conclusión, la filosofía de una enfermera se basa en sus valores y creencias personales

y se muestra a través de sus comportamientos e interacciones. Las enfermeras y los estudiantes

de enfermería deben poseer una filosofía cohesiva para poder brindar atención de calidad de

manera efectiva a todos los pacientes. Creo que mi filosofía de enfermería me guiará para brindar

una atención que enfatice la empatía y que defienda adecuadamente a mis pacientes. Con el
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apoyo de esta sólida base, confío en mi potencial para desarrollar con éxito las habilidades

necesarias para ser una excelente enfermera.

Referencias

Negro, BP (2014). Enfermería profesional: conceptos y desafíos . San Luis, MO: Saunders

Elsevier.