Tajer - Paradoja Del Prefacio

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Capitulo 8: LA PARADOJA DEL PREFACIO Diego Tajer § 1. Introduccién, Una prestigiosa profesora escribe un largo libro de historia egipeia, Investiga arduamente la temtica. Sin embargo, e el prefacio, la profesora advierte: “La bistoria es una disciplina fable y no del todo precisa, por lo cual el libro (sin contar este prefacic) contiene errores, que espero sean des- cubieztos y coregidos en el futuro”. Para el propésito de la diseusion, basta con que Ia profesora acepte la siguiente afirmacion en el prefaci: Calibilidad) Este bso (i ccontar el prefacio) contiene errors. El escenario descrito no es demasiado exigente pasa nuestra imagi- acién. Prélogos como esos se escriben a menudo en libros de ciencias cempiticas, Sin embargo, la actitud de la profesora, que parece totalmente racional, genera un cuerpo de creencias inconsistente. [ll exec cada una de las afimnaciones del libro, y asimismo considera que el libro contiene exro- 13; pero todo ello no puede ser verdadero al mismo tiempo. Esta es Ia patadoja del prefacio, formulada originalmente por Ma- Kiason (1965). Como es usual, la llamamos “paradoja” porque, a partir de supuestos aceptables (el experimento mental de Ia profesora), contradice afirmaciones que suelen aceptarse, Esta paradoja desafia algunos principios que usualmente consideramos correctos respecto a la racionalidad de aues- tras ercencias. Fin términos generales, ataca la idea de que tener un cuerpo de creeacias inconsistente es siempre icracional, Pues en el escenario descei- {ola posicibn de la profesora parece totalmente racional. Ea términos més precisos, el planteo de la paradoja es incompatible con la aceptaciéa de estos, os principios: (Conjuncién) SiS cree Ay S cree B, entonces es racional que crea AAB, 181 Cnieet— UBA - Buenos Aires Lage Group 116/ Paradojas, Paradojas v mds Paradojas (No-Contiadiccién) No es sacional que S exea Ay A. Pues la profesora cree As, An... y As (siendo éstas todas las afir- rmaciones del libro) y también eree (A; A-A2A... AA). Por Conjuncién, ella racionalmente debe creer (A: A Az A... AA). Peto de este modo, por No-Contradiccién, la actitud epistémica de la profesora no es racional, lo cual contradice las intuitiones iniciales sobte el caso En este capitulo, analizaremos distintas zespuestas que se han dado fla paradoja. Podriamos separar estas respuestas en cuatro tipos. Las del primer tipo aducen que de alguna u otra manera, Conjuncién y No Contradiceién deben conservarse. Las respuestas del segundo tipo apuntan en contza de No-Contsadiceién, Las del tercer ipo consideran que Conjun- cién 0 €s un principio aceptable. Finalmente, ls del cuarto tipo intentan aceptar Conjuncién y No-Contradiceiéa a parti de una concepeién fag- mentatia de la mente § 2. Propuestas que cuestionan o modifican el planteo. En términos generales, wna posible estrategia para responder a la paradoja del prefacio consiste en afitmar que la actitud de la profesora es leracional. Esta postura cucata con la desventaja de ser a primera vista anti- intuitiva, pero tiene Ia ventaja de que permite preservar Conjuncién y No- Contradiceién, Por supnesto, la preservacion de estos principios no es rxzén suficiente para deseartar nuestras intuiciones respecto al caso. Los plaateos de este ipo no son tan sencillos, y en ocasiones involucran nociones pasale- las a la de ereencia racional como aceptacién o creencia justificada, Fn esta seeciéin tevisaremos algunas de estas propuestas, 2.1. Passones gue distinguemacrplacin ycreenca (Stalnaker) Un argumento para preservar Conjunciéa y No-Contradiecién con- siste en afirmar que no podemos entender la mente ajena sino Ie atsibuimos creencias consistentes. Por ejemplo, Stalnaker (1984) afirma que un cuerpo de cecencias racional debe delimitar un conjunto de mundas posibles. Dado gue no hay mundos posibles contradictorios, un conjunto de creencias pro- piamente dicho no puede ser inconsistent. Pero algo debe decirse para explicar nuesteas intaiciones en la para doja del prefacio, Stalnaker (1984, pp. 92-99) apela a una distincién entre aceptar y creer. Un agente puede aceptar una proposicién que no eree, y em Edauedo Bartio 2d) /117 fcasiones eso le permite avanzar de manera més sencilla y ordenada en una investigacion, La aceptacion es un acto mis consciente que la creencia, ¢ implica una disposicion consciente a actuar como si cierta proposicién fuera cierta, Un caso clazo serian las idealizaciones en ciencia etpirica, donde se aceptan ciertas proposiciones falsas (p.j. que cierta esfeea real es una esfera peslecta) para hacer predicciones de manera mas sencilla (p. 93). Ea otros casos, aceptamos una propasicida porque si bien no la exeemos, nos parece “esencialmente verdadera, o cercana a la verdad” (p. 93). En el caso de la pacadloja del pzefacio, segiin Stalnaker, la profesora no puede tenes creencias inconsistentes, y esto puede explicarse de distintas maneras; lo mas razona- ble es afiemar que la profesora no cree cada una de las proposiciones por separado. Pero ciertamente, dice Stalnaker, la profesora axpia cada una de las proposiciones por separado, y también acepta la existencia de exrores en cllibro. Para evitar una posicién extrema respecto a la aceptacién, Stalnaker afirma que Conjuncién se aplica para creencia pero falla para aceptacién, por Io cual Ia profesora acepta un conjunto de oraciones inconsistente pero ‘no acepta proposiciones directamente contradictorias (como A y 7A). La posicién de Stalnaker es cuestionable, pues Ia divisién entre aceptacién y creencia no necesariamente refleja tna divisién intuiiva, En la paradoja que nos concieme, es rizonable axgumentar que la profesor a0 sélo acepta Ay, Age.. ¥ Am sino que también lo cree. ¥ también acepta (y cree) el enuaciado “el libro contiene algunos errores”, Separar aqui la di mensién de la aceptacién y Ia dimensién de la cxeencia obedece a una estes tegia del teGrico pero no a las intuiciones sobre el caso. En términos generales, tampoco es claro que debamos tomarnos con liviandad la posibilidad de aceptar un conjunto inconsistente de creen- cias, No veo por qué aceptar un conjunto inconsistente es mejor que exeee tun conjuato inconsistente; en cualquier caso podria ser peor, porgue la aceptacién iavolucta mayor conciencia del hecho, 22 Poscones gue distinguen erencia racional omenciajusifcada (Ryan) Una esteategia similar a la de Stalnaker es adoptada por Ryan (1991) Ella plantea una paradoja del prefacio muy similar a la original, pero que involucra el concepto de justificacin: segin la version que Ryan propoae de la paradoja del prefacio, a profesora esta justficada en creer cada afirmacién, del libro (dada la investigacién realizada) y asimismo esta justficada en creet (dada la natuealeza de las ciencias empizicas) que el libso coatiene exxores. Ryan observa que, una vez que introducimos el concepto de justifi- cacién, el planteo se vuelve inaceptable. Pues, si la profesora estuviera real: ‘mente jusificada en ereer cada afiemacién del libro, entonces estaria justifi- 118/ Paradojas, Paradojas y mds Paradojas cada en creer Ia conjuncién de esas afirmaciones. Esto sucederia de manera mis patente si la profesora no hubiera escrito un libro de historia egipcia, sino un libro de atitmética pata estudiantes de primer grado (Ryan 1991, 301). Por oto lado, sila profesora esta justificada en creer que el isco con Lene erzores, entonces no esti justificada en creer algunas de las afirmacio- res del libro, La observacidn de Ryan no ayuda demasiado en la diseusién sobre Ja paradoja del prefacio, porque lo que esti en debate no es el concept de justificacin sino el de ereencia racional. Y es plausible afirmar que muchas de las ercencias que tenemos racionalmente no estin justificadas; especial- mente si nuestro concepto de justificacién es tan fuerte como el que plantea Ryan, que toma come paradigma de proposiciones justifiadas a afirmacio- res auto-evidentes como las que constituyen la aritmética escolar. Por otto lado, como afiema Jacquette (2008), la evidencia disponible paca justiicar las afirmaciones del libro es distinta que la evidencia disponible para justificar Falbilidad, Ea el primer easo, la evidencia se basa en documentos histéricos y material de investigaciéin sobre el antiguo Bgipto. Ea el segundo caso, Ia evidencia se basa en la induccién respecto a los libros previos de histori (que siempre contuvieron algunos errores). Por eso, intuitivamente, tanto los enunciados del Ubro como Falibildad podrian estar justficados. No es cvidente que la justificacién de Faliblided implique de manera ditecta la in- justificacin de alguna de las afirmaciones del ibro. 23. Pascioner gue gpelan a uma “eacta mayoria” (Lite) Ea un reciente artculo, Leitgeb (2014) sostiene que Ia profesor publicar el libro, no esté comprometida con la totalidad de las afirmaciones contenidas en él. La profesora sélo esta comprometida con la afirmacién de aque tna vasta mayoria de las afirmaciones contenidas en el libro son verda- deeas. Por eso, su ercencia en Faliilidad no transforma a su sistema de cxe~ La idea de Leitgeb tiene como desventaja que no refleja In idea de aque la profesora realmente ore cada una de las proposiciones afiemadas en el bro (en esto se parece a Stalnaker y Ryan), Sin embargo, tiene como ventaja gue no sélo puede preservar Conjuncidin y No-Contradiccién (como las propuestas antes mencionadas en esta seeci6n), sino que también establece algunas restrieciones respecto a qué puede creer la profesora y qué no. Por cjemplo, si bien puede ereer Falibilidad, no puede ereer que la mayoria de las afirmaciones del libro son falsas, porque en ese caso su cuerpo de ercencias, si seria inconsistente, En resumen, podemos decir que la posicion de Leit- ‘ged es una evoluciéa respecto al planteo de Ryan o Stalnaker, porque Edauedo Bartio 2d) /119 ademés de rechazar la idea de que la profesora crce cada afirmacién del libro por sepazado y la gran coajuncién, explica qué es lo que la profesora real- mente cree. Sin embargo, Leitgeb rechaza un aspecto muy intuitivo del planteo, gue es el hecho de que Ia profesora realmente eree cada afirmacién por se- parado. Las posiciones que describiremos ahora aceptan ese aspecto del ‘planteo, y en general introducen consideraciones probabilisticas que resultan bastante apropiadas pars el caso. § 3 Posiciones que aceptan el planteo e intentan explicatlo La segunda familia de posiciones que meacionaré son aquellas que sceptan que ls profesora cree cada proposiciéa del libro y al mismo tempo cree Falfbilida (a esto llamo “acepar el planceo”) 53.1. Passoner que reagan No-contradiibn (Priest) Priest (2006, p. 105) acepta Conjuncién pero sechaza No- Contradiccién en el anilisis de esta paradoja. Otros filésofos sostienen que la profesora tiene creencias inconsistentes (es decir, ereencias que ao pueden ser verdaderas tomadas en conjunte); pero Priest, dado que acepta Conjun- cién, afirma que la profesora cree una proposiciin del tipo “A.A 7A", Su posicién tiene Ia elegancia de adoptar un principio tan intuitive como Conjuncisn (a diferencia de las posiciones que veremos después). Pe- 0 si bien la posicin de Piest es coherente con su visién global, no cxeo aque respete nuestras intuiciones sobre el caso. Porgue la profesora no afir- maria algo como “creo que el libro contiene etrores y que no contiene erro- 03”. Sin pronunciarse sobre la posibilidad de creer 0 afirmar contradiccio- nes, no parece gue sea eso lo que sucede en la paradoja del prefacio, §3.2 Pasciones que rechacan Coniuncién (Lacey, Kybar, Moser, Wiliams) 1a posicida predominante respecto a la paradoja del prefacio apela 4 consideraciones probabiliticas. En In teotia clisca de la probabilidad, la probabilidad de una conjuncidn entre A&E es menor 0 igual a la probabil- dad de A y menor o igual a la probabilidad de B. Cuando .\ y B son propo: siciones independientes, a probabilidad de A&B es la probabilidad de A ‘multiplicada por la probabilidad de B. Por cjemplo, la probabilidad de que una carta de poker sea un as ¢5 1/13, mientras que la probablidad de que 120/ Paradojas, Paradojas v mds Paradojas sea diamante es "4, Por lo tanto, la probabilidad de que sea un as de diaman- tees 1/52. En la paradoja del prefacio es claro que, segiin la perspectiva de la profesora, la probabilidad de una oracién cualquiera del libro es menor a |, dado que la iavestigacion empicica no arroja certeras. De este modo, si el stimero de proposiciones en el libro fuera suficiente largo (y suponiendo por simplicidad que las proposiciones fueran independientes), la conjuncién centre todas cllas tendeia una probabilidad muy baja. Fsto explica de manera bastante sencilla por qué la profesora acepta todas las proposiciones del lt bro pero también considera que el libro contiene errores. Bn la literatura sobre el tema, este argumento fue planteado en distintas formas. La primera propuesta en este sentido fue la de Lacey (1970). Este autor intenta compatibilizar una posicidn probabilistica con Conjuncién, Segiin Lacey, cuando tenemos una exeencia en nivel inferior ala cexteza pe- xo superior 2 cierto limite (supongamos, 0.5), estrictamente no deberiamos aseverar la proposiciin sino decie “probablemente, 8”, En este easo, por las sazones probabilisticas antes mencionadas, la profesora considera que prohu- Blomente, 8 es verdadera (para cada proposicién S contenida en el libro); y que _probablemens, a conjuncién de todas las proposiciones del libro no es verda- idera. Pero esto no aleanza para desafiar Conjuncidn, porque la profesora a0 cree cada proposicién del libro simplister, y por ende Conjunciéa no se apli- Sin embargo, esta idea de Lacey patece otra vez forzar nuesteas in- tuiciones. Si uno acepta la idea de wna ereeacia simple, entonces esta nocién, no deberiaaplicarse solo a certezas (como ‘yo existo”), sino también a otras proposiciones sobre las cuales uno realiz6 suficiente investigaciéa como paca creerlas, Tas propuestas de Kyburg (1970), Mosey y Thamak (1985) y Wik liams (1987) se basan en la consideracin probabilistca antes mencionada, pezo van més Iejos que Lacey, pues rechazan Conjuncién, ‘Mosey y Tulmak adoptan una nocién contrastiva de aceptacion. La idea es que no debe aceptar una proposicién p cuando p es mis probable gue “py que cualquier proposiciéa incompatible con f. Esta aociéa con- taastiva de aceptacion nos permite ver por qué en la patadoja del prefacio la actitud de la profesora es racional: ella acepta cada proposicién del libro porque la probabilidad de cada una de ellas es mis alta que la probabilidad de cualquier otra proposiciéa incompatible; después de codo, la profesora ha realizado una investigacion que le permite afirmar cada una de esas propost- ciones y rechazar posibles alternativas. Pero también acepta Falibilidad por- que, por un razonamiento inductivo a partis de los libros de historia publ. cados previamente, a probabilidad de que haya exzores en el lbs es mayor Edautdo Bartio 2d) /121 gue Ia probabilidad de que no los haya (0 de cualquier ota proposicién in- compatible con que haya exrores), Similar 2 esta posicién es 1a de Williams (1987). Este autor afirma que la posbilidad de aceptar cada una de las proposiciones del libro pero echazar su conjuncidn se basa en el distinto grado de evidencia que tene- mos en ambos casos. Esto no significa que la creencia en cada proposicién, del libso sea “gradual”, sino por el contrasio, es una exeencia simple que esti justificada por el apoyo que la evidencia le da Podemos considerat que el rechazo de Conjuncién es la solucién paradigmitica de la Ia paradoja del prefacio. Christensen (2004) realizé la defensa més elaborada y detallada de una posicién similar a esta, aunque con clementos mas contextualistas y sin insistir en normas probabilisticas. EI principal problema de este tipo de posiciones es que justimente insisten en echazat cl requisito de consistencia en nuestras ercencias, que es comtin- mente aceptado en teorias de Iogica epistémica y revisién de creencias. Sin ‘embargo, da la impresién de que, si bien este requisito es un principio #x20- able en algunos casos (como explicaré en el apartado 4), en este caso hay buenas sazones para desconfiar de él 34. Pasconer gue axptan Conjumcén y No-Contraision (ming) Una zespuesta muy particular ala paradoja del prefacio fue dada por Evnine (1999). Distintos filésofos notaron que a veees las pessonas tienen, crvencias inconsistentes. Por ejemplo, uno puede creer que todos los perros merecen ser tratados con amor, pero también creer que el miidoso perro de uestro vecino merece una paliza, En estos casos, nuestras ereencias no son sacionales a primera vista, peto atia asi puede tener sentido elaborar esque ‘mas para entender estas situaciones epistémicas, Uno de los enfoques para explicar este fenémeno es la fragmenta cién. Para explicar el ejemplo mencionado, podria postularse que auestras creencias de transfondo incluyen que todos los perros deben ser tatados con amor, pero en el contexto de sufir los Iadridos del perro del vecino, adguirimos la cxeencia de que ese perso merece una paliza, Si analizamos por separado muestras excencias de transfondo y auestras efcencias surgidas, fen el momento en que estamos padeciendo el muido, ambos cuerpos de cre- cencias pueden ser consistentes internamente, aunque obviamente un cuerpo de creencias no es consistente coa cl otto. La adopcién de esta esteategia nos permite utilizas los aparatos clisicns, que son mis cémodos teatables, para estudiar nuestros subsistemas de ereencias. Evnine aplica este enfogue a la paradoja del prefacio, Por un lado, cen el subsistema A, la profesora erce cada una de las proposiciones del libro 122/ Paradojas, Paradojas v mds Paradojas yl conjunciéa entre ells. Por otto lado, en el subsistema B, In profesora cxce que cl lbro contiene exrores. De este modo, Evaine acepta Conjuneién yuna versin moderada de No-Contradicein: (No- Contradiceién en subsistemas) Un agente no puede tener dos exeencias contraditorias en un mismo subsistema de ereencias Sin embargo, no parece que en este caso tenga seat a Fagmen- tacién. Ba primer lugar, porque lt fragmentacién suele explicar alguna clase de ireacionalidad. Por ejemplo, i yo afirmo que todos los perros mereeen ser tratados con amor pero el perro del vecino merece una paliza, estoy afirmando una simple contradicein cuya iracionaldad es clara. La estrate- jt de fragmentaciin explica de qué manera puedo entrar en este erzor epistémico sin caer en ve cuerpo de creencias trivial. Casos similares etados, por Evnine som individuos con personalidades mikiples,o individuos quc adoptaa distintos principios para dstintas disciplinas o dzeas de investiga- cin, como en el caso de ua cientifico religioso que no tolera comtradiceio- nes en ciencia pero si en relgién. El individuo que tiene personaldades imiiples es clarameate irtacional. Y respecto al cicatificoreligioso, si bien puede ser raconal, no parece que su cuerpo de ereeneias sea necesariamente taconsistente. Después de todo, el agente podria no adoptar principios go- acrales como “no hay contradicciones verdaderas” sino partculariados como “no hay contradicciones verdadesas en ciencia”. Por es0, a0 queda claro que su eueepo de ercencias deba necesariamente ser fragmentado, Ta paradoja del prefacio nos plantea un escenasio distinco que los csuerpos inconsistentes de ercencias antes mencionados, pues las crecacias de la profesora son, al menos a primera vista, acionales, La fragmentacién viene a explicar alg tipo de error racional, pero no es obvio que haya un error en la acitud de la profesora. Por ende, si bien la estrategia de Evaine «s original, parece igaorar Ia paticuavidad de esta paradoja ¥ propone un teatamiento que la asemeja a otro feadmeno distito, que es la adopeién drminea de cecenciasinconsistetes. § 4 Creencia y suposicién En este tlio apartado haré una breve propuesta respecto a la pa- radoja del prefacio. Como hemos visto, la paradoja nos plantea una situz- cidn donde es posible tener creencias inconsistentes racionalmente, Esto desafia el concepto de que nuestras creencias deben ser consistentes, © ce sradas bajo consecuencia Logica La paradoje es efectiva en refutar Ia clausuea deductiva de muestras creencias. Sin embargo, esto podria afectar a la idea misma de razonamiento: Edauedo Bartio (2d) /125 ses posible ereer las premisas y ao la conclusién de un razonamicnto vil do, entonces no es claro por qué damos argumentos en general (este punto cs similar al de Pollock 1983). Es esencial responder a este punto si quere- mos moderar el efecto destructivo de la patadoja del prefacio, En primer lugar, vale Ia pena destacar que la paradoja del prefacio no cuestiona una version moderada de la clausura deductiva: (Clausura deductiva com una premisa) SiS cee Ay A implica B, centonces $ debe creer B. La paradoja s6lo afecta la clausura deductiva cuando se tata de ra zonamientos de mis de wna premisa. Esto fue observado por Kyburg (1970) En segundo lugar, podemos cuestionar que el propésito de dar #2 zoaumicntos sea mostrar que un individuo con ciertas creencias deberia cxe- cr ottas. Hay otto propésito de dar un razonamiento que merece ser const derado: los razonamientos sirven para mostrar que, si cierias proposiciones fueran verdaderas, otras también lo sean, Es decit, que bajo cierta suposi- cién, otras proposiciones serian verdaderas. Lo llamativo es que si bien po- demos tener creencias inconsistentes racionalmente no parece posible supo- ‘er ua cuerpo inconsistente de creencias racionalmente. El caso del prefacio lo ilustra: podemos exer cada proposicién del libro y al mismo tiempo que €l libro contiene errores, pero no podemos suporer cada proposicién del i- bro y sypuner que el lbzo coatiene erzores, Esto es particularmente zelevante cn el contexto de la discusién de teorias cientifica. En este sentido, la teoria propuesta por un autor debe ser logica- mente consistente, porque debe ser posible suponerta racionalmente, Otros autores pueden querer extender esta teoria, analizar sus implicaciones, ete En el caso en cuestida, por ejemplo, imaginemos que el Hbto dijesa (por cjemplo) que hubo 50 sacerdotes supremos en \lkjandria,lamados Loxo |, Loxo 2, ... Loxo 50; seria razonable conclu de la teoria sostenida en el le bro que todos los sacerdotes supremos de Alejandra se lamaron Loxo. Una teoria consistente nos permite realizar algunas inferencias y también (@ dife- rencia de una teoria inconsistente) prohibir otras. Por esa razén, me parece adecuado postular el siguiente principio: (Clausura de teorias) Un agente tacional debe proponer teorias ‘Lo cual implica el siguiente principio: (Conjuncién en teorias) Si un agente racional propone A y B en sit teorla, entonces no debe rechazat A&B en su teora Estos prineipios con compatibles con el planteo de la paradoja del prefacio, Observemos primero que Falibilidad no es parte de la fora pro- puesta por la profesora. Si descubriéramos que lo que dice el libro (salvo el 124/ Paradojas, Paradojas v mds Paradojas prdlogo) es cierto, disiamos que la teoria es corsecta y Falibiidad exa falso Esto no es un error de la profesora como tedrica; por el contrario, aunque Falbilidad fuera falso, para la profesora habria sido razonable afirmarlo, porque significa que reconoce los limites de su metodologia cieatifica. En resumen, es importante que un autor proponga teorias consis. tentes, pero no es tan relevante que las crescias mantenidas por el autor sean. consistentes, pues para propésitos cientificos no nos importa lo que el autor cree sino aguello que propone. Todos hemos prescnciado alguna charla donde el autor, haciendo gala de su modestia, dice “Mi trabajo esti en elabo- racién. Estoy seguro que contiene errores y pido disculpas por eso”. Para los propésitos cientificos, el pronunciamiento de esa suerte de prefacio es ietelevante; los asistentes s6lo desean que el autor vaya directo al puto ¥ cexpligué euil es su idea No iatento decie que las soluciones probabilistas a la patadoja sean incorrectas, Por el contrano, el rzzonamicnto probabilisico puede mostrar nos por que las ezeencias de la autora son racionales. Sin embargo, intento gue las conclusiones que se extraigan de la paradoja del prefacio no sean cexiremas: si bien la paradoja nos ensedia que las exeencias de los individuos pueden ser inconsistentes y racionales, el requisito de consistencia sigue wa- liendo para las teorias propuestas por estos individuos, pues debe ser posible suponer estas teoxias para analizat qué se dexiva de elas § 5 Conclusion En este breve articulo, he recorrido las principales respuestas que se than dado a la paradoja del prefacio. Este es ua caso bastante particular entre las paradojas, pues todas las propuestas tienen cierta plausibilidad, e incluso algunas son compatibles entre Las posiciones que rechazan el planteo inicial de la paradoja permi- ten conservar principios importantes para auesteas teorias sobre la creencia racional como Conjuncién y No-Contradiccién, ¢ introducen distinciones jmteresantes como la de creencia/aceptacién 0 la de creencia racio- nal/ereencia justificada. Sin embargo, tienen el problema de ao respetar nuestras intuiciones sobre! caso, Tas posiciones que apelan a consideraciones probabilisticas involu- ran uaa modificacién sustantiva de las teorias sobre la ereencia racional, [pero tienen el mérito de explicar de manera razonable por qué se da Ia para- doja del prefacio, Es posible afirmar que, en tézminos generales, estas post- ciones dan tna respuesta satisfactoria a la paradoja, Edauedo Bartio 2d) /125 Por iltimo, las posiciones que apelan a la fragmentacién de nuestro cuerpo de ereencias también pueden ser itiles para analizar ciertos fenéme- ‘0s epistémicos, aunque en este caso no resultan demasiado justificadas. Hacia el final del articulo, sedalé que, si bien la paradoja aos hace cuestionar el principio de Conjuncién (y en general, Ia Clausura deductiva) para nuestros cuerpos de ereencias, este principio y otros similares tienen su relevancia en otros planos epistémicos. En particular, las teosias que los agentes proponen deben ser consistentes, porque debe set posible suponer- las y analizar que se sigue de ells. El ruzonamieato clisieo puede no tener la faerza que se le suele atibuie como regulador de nuestros estados mentales, pero si tiene fuerza como regulador de teorias, Referencias bibliogrificas: Carstensen, D. 2004): Pati Lag Is Plan, Oxford University Press, Oxford Evnine,S. (1999) “Believing Conjunction, Sydlen, 118, 2 pp. 201-227 Kyburg, H. (1970): “Conjunctivitis”, en Swain, M. (ed) (1970): Induston, Acptanse cand Rational bl, Reidel, Dordrecht. Laces, AR. (1970): “Ihe paradox ofthe preface”, Mind, 79, 316, pp. 614.615, Leitgeb, 11 2014): “A way out of the preface parsdox?”, Anabin 71, 1, pp. 11-15, Lewis, D. (1982) “Logie for equivocators er Lewis, D. (1998: Papers in Philp ‘eal Lage, Cambridge University Press, Cambridge Makinson, D. (1965): "The paradox of the preface”, The Phibsepical Quarry, 25, 6, pp. 205-207. Moser PL. & Tlumak, j. 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