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ere mae Los campos de OCA por ALDO H. CANTON La fortuna del general Julio Argentino Roca fue siempre motivo de anélisis, algunos suspicaces y otros mas objetivos. El patrimonio del dos veces presidente de la Naci6n se fundaba en la propiedad de estancias, adqui- ridas por compra, donacién oficial 0 herencia. Pero los grandes campos que tuvo Roca en el sur de la provincia de Cordoba, a veces en copropiedad con su hermano Alejandro, fueron legal y correctamente adquiridos por ef entonces comandante de frontera a la provincia de Cor- doba, cuando esa zona se encontraba todavia peligrosa- mente cerca de los indios ranqueles. Latrascendencia que latierra tuvo como principal bien de pro- duccién en el periodo que va del setenta al centenario, invita a adentrarse en el conocimiento del proceso de lo que hoy llama- riamos de privatizacion, y sus Gerivaciones, nada simple por cierto, y a cuyo respecto esta- mos cargados de prejuicios directamente, de ignorancia, Voy a relatar aqui lo que he podido averiguar sobre los cam- pos que fueron de uno de los terratenientosimportantes delsur 68 - N°372 Topo xs Historia de Cérdoba, el general Julio A. Roca. A modo ce muestra de cémo se ocuparon las tierras entre los riosCuarto y Quinto, hoy enplena produccién, ayerun de- sierio Julio A. Roca manejando una sem bradora en la estancia «LaLargar, Guamini, provincia de Buenos Ai- res. Apesar de queesta fue una de us estancias preferidas, los cam- pos de Cordobaccuparon también ef centro de su atencion. JULIO ARGENTINO ROCA EN 1874 Laimportancia que el general Roca tuvo en la vida del pats en Jos 40 afios que van desde 1874, fecha de la primera compra que lo hizo terrateniente, hasta 1914 (afio de su muerte), lo vuelve atractivo paramostrarlocomouno de los protagonistas del proceso de ocupacién del suelo, Setratadelattierras delenton- ces corone! Roca, tanto las que tuvo por compra como por heren ciade suhermano Alejandro, al- gunas de las cuales vendio y otras que pasaron a sus hijos, a través de la sucesion de su mu- jer, Clara Funes, (1905) y de la suya propia (1915). Dichas tie- rras se en- cuentran ubicadas dentro de los millones de hectéreas valoradas. como «Terrain de Colonisation» en el atlas que mandé a hacer Sarmionto a Martin de Moussy para la Exposicién Universal de Paris de 1865 Eran tiempos en los que se- guramente se esiaria gestando en ol pensamiento de Roca su proyecto poitico, pero que no le impediameditar, simuttaneammen- te, sobrelaconvenienciadeapro- vechar la oportunidad de inver- sién originade en la decisiénprovincial de vender las tie- ras ganadas al desierto. En tal sentido instruye a Bouquet en carta del 20 de agosto que éste cia, pero que no he podido ubicar, para que compre en el rermate anunciado para el 26 de ese mes, Comprometié 25.291 pesos con esa compra, a $ 721 la lequa. {Cuales eran sus ingre- sos? {Cudl era su fortuna y sus posibilidades de accecer al cré- dito? gTuvo Alejandro, su her- mano, algo que ver en la deci- sin? Por entonces Roca comen- zaba a consolidat su familia. Lle- vaba dos afics de matrimonio y ya habia nacido Julite (1873), en tanto que Elisa, la primera de las cinco hijas que tendian, na- cid en enero del 76, y Maria Mar- cela, la segunda, en junio del 77. Alejandro- el hermano—, solte- ‘Topo #3 Hisroria N° 372 - ‘Administrator prolio, hay una vas correspondencia de Roca en re- laci6n con sus intereses rurales, % FIEBRE DE ALAMBRAR, Querido Alejandro: convene. apremiante, Lo menos seria al 7. Cuando vengs Cedido mis terrenos MiguelFerreyra, muerto sus vacas. Recibe el ca en tga 70 - N°372 Tovo rs Historia Después de muchas dias que no sabia de ti he recibide tu carta del 8 que por mis ocupaciones reaién puedo contestarte ‘Me temo que Ia fiebre de alambrar te lleve més prisa de io que En 14 6 16 leguas que tienes alambradas caben ef doble de I vacas que tenemos y no me parece prudente ni comercial emplear dinero en potreros y cercas, que no los exigen una necesidad Tengo recelo que los cien mil pesos que dices necesitar sean para obras semejantes que no sean inmediatamente reproductivas. Por otra parte es cffcil consegu poco largo, al cinco por ciento de interés. onversaremos de estas cosas. para las colon sefundaranias colonias. Para ese entonces tume haras recordar dedon Julio se fue ayer a Moron a cabatlo, No quiere creer que se ia hayan Todos tos de esta casa te mandan recuerdos. io de tu hermano NN. de. La fecha esta excita muy al corer da la pluma ene! original. pero coincide Con lo que los torrenos para ie colonas de La Carlota fuersn eeidos ro entonces y hasta su muerte, vivia con él y su esposa, Clara, quien «pasaba largas tempora- das en Cérdoba con su familia, para escapar de la vica rustica deRioCuarto», y auizas de otras cosas, ya que dio a luz por se- gunda vez recién en 1876, en aquellos tiempos en que un hijo por afio era lo normal... LA VENTA DE LAS TIERRAS FISCALES Laprovincianoesperé aque Mansillacorriera los ortines para intenter |& venta de sus tierras. Ya en 1862, con ls ley N°347 1/2 del 3 de octubre, se trata de impulsar la negociacién, aun- que simultaneamente se dictan normas restrictivas de la forma ‘ninguna cantidad por un plazo un en La Carlota, no sé cuando Julio A, Roca Abii 17, 1881 de hacerlas: el Poder Ejecutivo quedaautorizadoa venderiasen pUidlica subasta, amojonadas,en fracciones no mayores de 4 Ie- guas cuadradas, ano menos de $500lalegua. Se ordenalamen- suray el pagoa losagrimensores con dinero otierras, pera loscon- tratos debian ser aprobados por la Legislatura. La cuestion no debe haber pasado mucho mas allé de la sancién de la ley, porque en 1864 se dicta otra en la que se opta por la colonizacién. La ley N° 357 del 22 de marzo de ese afio, aprueba el contrato con Eduardo Etchegaray para laco- lonizacion de 1.000 leguas entre los rios Cuarto y Quinto, cofoni- Zacién que no tuvo ni punto de comienzo. Al pedir el futuro colo- nizador una prérroga para su efectivizacién, laLegislatura, por Ley 389 del 27 de septiembre se la deniega y todo queda en la nada. Diez afios después, su viuda se presenta areclamarlaentrega de esas mil leguas que le habian vendido a su esposo en bos rios. El reclamo no logré en- trega de tierras alguna, pero si una indemnizacian de $ 4.000, «a cubrir con el producido porla venta de tierras fiscales», para compensar gastos hechos. En 1871, sienda gobernador Alvarez, se dispone ofrecer 200 leguas para la inmigracién es- ponténea, con facilidades para los colonos que inclulan el no pago de impuestos por 5 afios. Para hacer mas efectiva la cosa. el decreto que reglamenta esta ley prevee que se publique tam- bién en francés y en alemar. para difundirlo en Europa. Finalmente el gobierno cx dobés intenta el camino de | remates, algunos en la capita provincial y otros en Buenos A res.La tante. cuenta seas subes: ofertas en ott que ne Las me yhayc ya ver Lascosasse complican bas- sale. Hay préstamos tomados a fenta que no pueden devolver- 2 a su vencimiento, Algunas bastas iracasan, a veces las tas no liegan ala base, pero olros se canoretan ventas, 2ue no siempre tienen buen fin as mensuras han ido despacio - hay quien camra campos que 2a vendieron las provincias de Santa Fé 0 Buenos Aires. Hay pleitos que se estiranhasta 1881. Entre tanto, municipalidades como la de Rilo Cuarto creen te- ner la propiedad de las tierras fiscales de su territorio yen 1874 rematan en Buenos Aires 15 le- quas al norte deLa Carlota (hasta 1888 partedel departamento) que compra Jarbas Muniz BarretoaS 1.050 la legua. Estodiolugaraotras discusio- nes legales, pero finalmente Ba- rretose queds con elcampo, que al medirlo resulté ser de 17 le- guas y algo... El sefior Carlas Bouquet, «de inteligencia clara y criterio sa- gaz» segun dice Udaondo en su Diccionario Biogréfico, fue un impulsor infatigable de las vor- tas, incluso ocasional compra- dor ocomisionista de ellas. Entra octubre del 73 y marzo del 74 esta en Buonos Aires, enviado Clara Funes, la mujer de Roca, poco después de casarse con ésie. Lo acompanié durante todasu estaaia en Rio lV. Elcam- poqueClaraheredédesu padre, «LaPaze, cercade Ascochinga, fue hereda- do por su marido a! que- daar viudo. por la provincia para tratar que lacomisiénencargada delaven- ia, en los términos de la Jey del 62, apure las cosas. También trata de conseguir adelantos de dinero para el tesoro provincial, pero los financistas estan remi- sos. En la nota que dirige al Mi- nisiro de Hacienda y Justicia dando cuenta del fin de su mi sién dice: «Tales son las opera- ciones que he practicado y los pasos que he dado para corres- ponder ala confianza con que el Gobierno se habia dignado hon- ratme y deplorando no haber alcanzado un resultado mas completo solo me resta ofrecerle mi consideracién més distingui- da». En 1877, siendo gobernacdor De! Viso, Bouquet mismo es Mi nistro de Hacienda, El primer pro- yecto de ley que elevaalSenado, dice en sus considerandos: «la situacion angustiasa que vive la provincia... tenemosen perspec- tiva lamiseria, el hambre tal vez amenaza a muchos compatrio- tas...» Yenelarticulo 1entonces estipulacomosolucion que «Todo habitante dela provincia, asicomo el gue quieravenirahabitarnues- tro suelo, tiene el derecho de pedir al Gobierno que le venda en propiedad perpeiua e irrevo- cable, unlotedequinta, chacrao estancia donde fundar su hogar yesiablecersuindustria». Antes, propugna que las ventas se ha- ganaunpreciofio(noenremate) porque «sélo este medio puede poner al pobre jornalero en acti- jud de disputar al rico el pedazo de tierra en que ha de crecer el 41001 que dé sombraaiacuna de sus hijos....» Del misrno modo propone en la parte dispositiva en cuanto al destino de los fondos que se lo- gren: «Art. 35. Todaslas cantida- des que produzea la venta de tierras publicas quedan destina das al pago de lo que se adeuda al Banco Provincial de Cordoba por saldo de las acciones toma- das por el Gobierno». Laidesera que ese dinero en manos del Banco sirviera para prestario a los propios futuros compracores delastiorras, peroel proyectono fue tratado. Unafiodespués, e127 demaya de 1878, ¢| gobernador insistia con su idea ante la Camara de Diputados diciendo ahora «...si Topo ks Historia N° 372 - =e gus campos de! sur do sumenta la fra dol general, de 0s @ provincia explota con discre- cin los valores que representan ‘a5 tres mil y tanlas leguas de jerras scales que posee, nosolo mejorard la situacién de los habi- cantes y estimulara,..» Etcétera Las tierras se fueron vendien- 4o, pero repitiendo en cacao ‘énloquesehabiadispuestoen 1878, cuandoloslegisladoreses- ‘ablecieron que lo producido se sesiinare asolventar el déticit del sresupuestoordinario. Se vencia 2A capital itreproducible para sompensar pérdidas operati- 26. Este era el ambiente «legal» ue existia sobreeltemaen 1870, ~ N° 372. Tono xs Historia, or el que Foca reperte entre sus Sh Oe - Cordoba. Al pie del fsus nijos y de sus ques de los abor'- En cuanto a lo fisico de las tierras, olo que se viviaen elias, creo que i argentino co- rriente de nuestros dias esté en la idea que yo mismo tenia, de que los indios eran ocupantes de estos territorios. Sin embargo, larealidad era que los toldos estaban bastante més al sur, y lo que v ellos hacian eran in- cursionarporloque hoy es el sur carcio- bés, comopasoha- cia el norte del rio Cuarto, dande ha- bia bienes que po- dian maionear. Pobladores blancos atrevidos llegaron a estable- cer poblaciones al sur del rfo, pero por supuesto es- taban mas ex- puestos a los ata- genes, 0 mante- nian con ellos un statu-quo especial. Hubo largos Periodos de paz y actividad co- mercial en la frontera. Se cono: cian la calidad de los pastos, la ausencia de arboles, la existen- cla y las restricciones del agua. Eneste contexto se produjo el remate del26 de agostode 1874 LAPRIMERA GRAN COMPRA Desde el primer momento en quecomencéa querersaberalgo acerca del origen de las propie- dades del general, este remat del que provenia su compra ini- cial resuitaba sospechoso. Igno- raba totalmente cuan discutido habia sido en tiempos inmedia- tos al de su realizaci6n, a tal punto, que dio lugar a un informe del procurador fiscal de la pro- vincia, de fecha 31 de diciembre de 1877, en el que dictamina considerarselo nulo en Io que respecta a algunas compras he- chas por los sefiores Brizucla y Bertran (en el departamento Union, de tierras en Iitigio con Santa Fé), al igual qué la del sefior Ernesto Cobo que senega- ba a recigir por cuestiones for- males «sus» 270.000 hectareas. Textualmente termina el Pro- curador en su informe de 58 pa- ginas: «Nada digo de la venta hecha al Gral . Roca, y de las demas que han tenido lugar antes...» Nolo hace porque cree que debe limitarse a los puntos que se le han pasado en consul- ta {Puede haber hecho la per- sonalidad de Roca por sf misma que Moisés Escalante, el fiscal se excluyera de considerar su caso? Nolo parece. Pollticamien- te recién pintaoa coma candida- toaMinistro. Mas bien estaria el hecho de que tal como la Mesa de Hacienda lo exigié extemipo- raneamente, Roca entregé los pagarés garantizados que pe- dian, cosa que los demas com- pradores no hicieron. Ala fecha he podido verificar, ademas, que el 19 de novierbre de 1875 in- greso en la caja provincial el im- porte comprometido, de $ 25.291 Esté claro que la venta de las tierras no era un asunto facil. Aunque ya desde 1872 se ve nian haciendo ventas en rema- tes, o alin particulares, para la época se menciona la falta de especulacores interesados, la escasez de numerario, las revo- luciones que retraianalos intere- sados. Thomas Armstrong, pre- sidente de la comision encarga- dadele por Ante hace re oportur: 2 desfave al5 de> “Siew que no el citime de Rio crisis mz esta plaz cién de. no pues: nas at deseos Gobierr = vinciar ver. M: deros c biende da dela venta—integrada amas por Anionic y Pedro Fragueiro— hace referencia en numerosas oportunidades a esta situacién desfavorable. Textualmente dice @15 de noviembre de 1873: Finalmente el escribano afiadia enaquel escrito que Alejandrose encontrabba en pleno goce de sus facultades menteles. Abierto el sobre se encuentra que el testador dispuso: «queno teniendo herecieros forzosos le La casa delaesiancia «La Paz». Se ve en la galeria a familiares de Roca, Abajo, interior de la casa en una velada musical. gitimos ni naturales, nombra como su Unico y universal here- dero a su hermano el Teniente General Julio A. Roca». Igual- mente lo designa albacea. Ade- mas deja los siguientes lega- dos: a su hermana Agustina (de Mareéd) $ 100.000; a Agustin $ 75,000; a Rudecindo (0 sus ne- rederos) $ 75.000 y al sirviente Felipe S. Quinteros $ 5.000. En virtud de este testamento Julio se presenta el 2 de mayo de 1904 para abrir al juicio su- cesorio. Hace constar que Fu decindo ya ha muerto, y que su viuda Teodosia Lencisa es la acministradora jusicial. Declara que todos los bienes se encuen- tran en la provincia de Cordoba. El agonte fiscal, R. Nancino, pide la declaracién de los bie- nes y su valuaci6n. Julio se nie- Topo fs Historia N° 372. - 7 78 ga.argumentando que estan fue- re de la jurisciccién nacional. El juezle da larazén y ordena que se lo ponga en posesion de la herencia, previa demostraci6n de haber cumplido con el page de los logadios. Después, elapo- derado de Julio, doctor Pedro A. Garz6n, procede a la protocali zacion de la documentacién ros- pectiva En consecuencia, el Regis- tro General de le Provincia ins- cribe con fecha 8 de aoril de 1905, bajo en’ 128, folio 93v. y siguientes, en 18 items, las pro- piedades que se corresponden con las citadas en el capitulo anterior. De los bienes muebies y semovientes, sélo hay una mencién en el auto del Juez Romero de que la exencion im- positiva de los bienes raices debe considerarse extensiva a aquéllos, por estar fuera de la Capital Federal, Obviamente, tampoco se los enumera, ipero debe haber habido mas de una vacaenlas 115.000 hectareas...! Contrasta esta vaguedad de datos con la testamentaria del propio Julio A, Roca, donde se menciona hasta la cantidad de cucharas que hay en su casa de Buenos Aires. Pero esto ya fue en 1918. ¥ otros los herederos. LAS TERNERAS (1874/1905) Bajo la administracién de Ale- jandro, el establecimienio debe haber evolucionado en forma paulatina hasta ser una impor- tante unidad de produccién ga- nadera. Al fallecer, en 1904, el procesoseinterrumpe. Julio, que ya habia recibico 20 feguas en Guamini de! gobierno de la Pro- vincia de Buenos Aires («La Lar- ga) y comprado 4.500 hecta- reas en San Antonio de Areco («La Argentina»), las que estaba N° 372 Topo Es Historia manejando directamente, deci- de desprenderse de estos cam- pos de Cérdaba (se reserva «La Paz», en el norte) y conviene con sus hijos cederles aqui, de «El Mataco» y «LasTemeras» lo que podria corresponderies por ta herencia de su madre; mientras que a «La Igualdad» la vende a Un tercero. Enire tanio prepara su viaje a Europa después de la segunda presidencia, de casi dos afios, con sus tres hijas sol- teras. Tenemos la suerte de que el plano que confecciona el agri- mensor Eleazar Garzén para la testamentaria de Alejandro sea muy detallado, y de él pedemos deducir lo que digo més arriba, acerca de la importante unidad ganadera. Para 1905¢! campoestaalam- brado entoco superimetto, (sal- vo el limite con e' rio): unos 95 kms., tiene 16 poblaciones, y al- rededor 0 vecinos, 73 potreros también alambrados, con una superficie aproximada total de 2.800 hectareas, de las cuales unas 1,200 esian alfalfadas. Hay 3pozos, 4noriasy un jaguel, elde «La Invernada», que va a dar nombre a una de las fracciones futuras. Roca con sus hjas y amigos en «La Paam, Esta fotografia fue tomada en 1905, probablemente dias antes de la Revolucién radical que esiuvo punto de detener alif ai general. En el proliio plano se sefiala como en oiro de 1874—, el camino de Rio Cuartoa La Carlo- ta, por el que transitaba regular. mente la galera de Fabidn Lu- duefia. La Voz de Rio Cuarto (1886) publicita sus viajes a $ 25. Sus recorridos deben haber terminadoen 1902, cuandollego @| ferrocarril. Es probable que el material para los alambrados haya llegado por tren (como su- cedié en «La Larga), porque el ferrocarril vino bastante mas tar- de a la zona de Cérdoba. Los materiales descargados en la estacién «Alejandro» en el pri- mer afio de actividad (1902) fue- ron sélo 235 toneladas, pero en 1905 saltan a 3.892 De la atencion que Julio man- tuvo sobre el establecimiento mientras Alejandro vivid, mas alla de la propiedad compartida y de que le confiara la acministra- cién, son testimonio las carlas % SOBRE JAMONES Y CHANCHOS Querida Alejandro ‘Rocibt los chorizos y las costilas de chancho, Todo esté muy rico. Hoy espero la segunda remess y los 24 patos que me anuncias por oF ‘elégrafo. ‘os iamonesnofan de salirmuy buenos tal vezporquese han miuerta tun poeo tarde fos chanchs. Eamon necesta fio para hacerse bien. “Tene que estar 40 dlas en prensa y unos 15,par@ orearse por fo menos y cualquier caloroto que raya en esas dos operaciones se rancian ‘seiimente, Por eso es necesario mataris y hacer estas elaboraciones a principios del invierno. vo cetoy buseand® 12 cameras lincoln que sean major que fos de | neue y que so puedan levar mds ficlmante de aqu.Eiferro cari al Pacifico ain no esté dado al téfico. | “hgut mas corea que Rojas hay buenas cabakas que vendes barato eto también esperando que lequen de Inglaterra algunas reme- sas de foros finos para mandarte uno o dos “A Agustina y a Elsta ls sientan muy bien los beros da Rosario de fa Frontera urs no te tienta de venir a ver este portento de Sarah Berart que ha sido la edmiracion y es de casi todo ef mundo civilzado? Hocibiiael drector de fa Escuelas libros que se le han mandado por of Ministerio de Instruccion Publica? ‘Avisame esto por e! tei6grato § Gonzalez no resulta se pueds esperar a que vaya Beneges par daslo‘s comision dle entenderse con 6, entregandole todas suscartas | | y- demas documentos respecto al asunto. Ta Juana esta muy mala, Probablemente toca a su fn y sord la tina hemana de nuestra madre que desaparece como @ nuestro tumo tenemos que desaparecer todos. Recibe recuerdos do todos y é! carifo de ty hermano Jato. duiio Julio 21 * Nola El ferocarital Paciica comenzd a comer en 1856, porioque estineestacar les del aria antercr, 1885. Primera prosidencia ya citadas, que ademés ilustran ‘a sobre el caracter, 'a actitud y los intereses diversos de Juli. Veamos ahora como comen- 26 la desintegracion sucesion de Clara Funes, su mujer, faliecida 15 afosairés. Lo hace en nomore propio, y en re- presentacion de suhija Josefina, enese momento menor de edad. Acudentambién aljuzgado, Julio. {hijo}; Maria (con la venia de su espos0AntonioDeMarchi); Agus~ tina (con la de José Evaristo Uri- purty hijo); Elisa y Clara, solteras. Todos éstos representados por el doctor Jusio P. Ortiz. LASUCESION DE CLARA El 24 de diciembre de 1904, terminados jos trémites de la sucesion de Alejandro, con los bienes heredados inscriptos a su nombre, don Julio encara la E| 24 de marzo de 1905 se dicta la deciaratoria de herede- ros y por convenio del 20 de mayo que él juez aprueba, (con Josefina ya mayor), se hace la partioién siguiente: pardon Julio queda la casa de la calle San Martin $77, Buenos Aires, donde vivia; otra de a calle Tucuman cuyos fondos se comunicaban coniaanteriory habitaban|os De Marchiyelcampode Guamini(+La Larga») 3.205 hectareas", 78,000 hectéreas en Rio Negro; eicampode San Andrés de Giles («La Argentina») de3.413hecta- reas; «La Paz», en el departa- mento Totoral, Cordoba; 42,500 hectareas de nuestro conocido campo «Las Termeras; y un te- rreno en la calle Tres Sargentos de la Capital, Simulténeamente e| viudo asume deudas por 1.162.000 pesos. A Julio (hijo) le corresponden 3 leguas de tierra en Punta del ‘Agua (después integradas a «El Mataco») con las haciendas existentes. A Marfa: 5 leguas conocidas como «La Inverna da», parte de «Las Terneras», también con las haciendas. A Agustina: 5 leguas en «El Mata- co», con las haciendas. A Elisa, Clara y Josefina, en condominio por partes iguales, 15 leguas en Las Ternoras», con las hacien- das. Del andiisis de este docu- mento resaltan algunas impre- cisiones, otras cosas se dedu- cen y se crean algunos interto- ganies. Sdlo hay una certeza: que el general prefirié despren- derse de tlerras en nuestro sur cordobés a otras alternativas. Dice el convenio que en «Las Tereras» Roca se queda con 42,500 hectdreas, pero si a las 90.377 originales se le restan las 20 leguas efectivamente asignadas (53.980 hectérees) Topo rs Historia N° 372 - 79 auedan no mas que 36.397. No sncusntro explicacién. Tampo- cohaymenciondelashaciendas gue pudieran haber existido. Respectoal valor, sileasigna- mos una media de $ 40, con animales y todo (Julio vengi6 24,000 hectaéreas on la parte mas alejada del ferrocarril entre 25 y 35 pesos la hectarea) a las 28 leguas de los hijos (poco mas de 75.000 hectareas) son unos 3.000.000, Roca se hace cargo de una deuda de mas de un millén, por lo que deberfa que- darse él con bienes por mas de cuatro millones. Sumadas, casi media «Las Terneras», mds «La Largam, «LaArgentinay, «LaPaze y las propiedades de la Capital que sin duda valian eso. Todo arreglado, LA DISPERSION, Podriamos decir «dosintegra- cidns, porque sibien las 115,000 hectéreas que Julio tuvo de su propiedad (cuando la herencia de su hermano), en realidad no estaban integradas. Eran tres unidaces separadas. Por unlado «Las Terneras», en Alejandro; por otro «La Igualdad», en La Esquina (vendidas enseguida): y més al sur, «El Mataco». Tres fracciones bastante distantes entre si, que hasta hoy ignoro si tuvieron un manejo comtn, mas alld de la supervisién del propio Julio, luego de la muerte de Ale- jandto. Pero decir «desintegracién» hubiera hecho pensar en algo gue se desarma més alld de la Voluntad de su titular. Mientras que aqui, aunque desconozco todavia muchos pormenores, estoy canvencido de quefuouna opcién de Roca el desprenderse de las propiedades cordobeses. De no hacerlo, hubiera debido vender alguna otra de las que tenia entonces: «La Larga», do- nada por la provincia de Buenos LAS LLUVIAS Y LO COTIDIANO fi querido Alejandro Recibs tu tarjeta dei 18 en la que te refieres ai toiograma que me | hicistes (sobre) ef anivers: le mi partida ai desiesto. Yo mismo no me acordaba de ese dia, Esté tan lejano ya Porel Ministerio de instrucciGn Pablica te habran avisaco que se te concedié la beca que pedias para la hija de Violeta, Mis enfermas lo més bien, Soio si dan mucho trabajo por que se quieren comer los barrotes | delas camas. Tlenen un raribreferoe Elisa y la Copeta deben salir el jueves a Cordoba con Agustina y Marcé que recién hace paces dias se fue a La Paz. Tanta agua como (es ha Caido ahi es buen indicio de que tenarén un buen invierno y una buena primavera Y en esa feria de Rio 4° que anuncian en todos fos diarios tu no vendes nada? Que te conserves bien son ios deseos de tu hermano que te abraza Julio Roca Abril 19 N dl. Noencuentro come dadticr el aio de esta carta. A pure palpito leestima de «segunda evasion. - N®372 Topo rs Historia Aires (hay abundantes testimo- nios de que con su dedicacion personal la convirtié en un esta- blecimiento de avanzada, dentro ce las limitaciones que la zona establecia); «La Paz», lugar de descanso e intercambio social y ‘amiliar, heredad desussuegros, y «La Argentina», en una region de las més fértiles del pals y a mano de la Capital, tanto como Para que hasta intentara la pro- duccién de frutasy verduras para abastecer a hoteles. Las tierras sur cordobés le sirvieron para ‘cumplir con sus hijos, herederos de su esposa Clara, fallecida en 1890, pero con la sucesisn efec- tuada en 1905, cuando ya todos los hijos eran mayores. De resultas cel convenio que los hijos aceptaron, el general se quecé con las mejores propieda- desy la importante deuda que ya hemos detallado en el apartado anterior, Los hijosrecibieron en 980 afio, lamitad de «Las Teme- fas» y las suertes 47 y 48 en lo que se conocia entonces como. ~EiMataco» y «Punta del Agua» pero seccionando ambas, en ‘sentido de este a oeste, y dejan- doa Julito 3 feguas, una porcién mucho menor que Agustina. ¢Habria deudas? A Maria Marce la, de De Marchi, leasignaronios lotes 8 y parte de! 5 norte (5 leguas) en lo que se conocia como «La Invernadas por el pro- bable destino del predio. Lo que despues el Barén De Marchi de- nomind Colonia Julio Antonio y mas larde, estancia «Los Cie. nes» Ales tres hijas solteras, lacita- da mitad de «Las Terneras», 15 lequas en condominio por partes iguales, con limite norte en el ferrocartil,formando un granrec- tangula, dividido luego entre las condéminas segtin verernos mas adelante. En« misme Colon: un horr se limi: hectére sidad ¢ ubicac: cién ya que fur fechas: vado bacior febrere Le 34.000 vendi¢ sur de lotes 2 que uno. la hee’ alafic garant = sefior Prd los tuvode Este mente que como Alto Ve~ dana - lotes s~ zossir. paras. Verde hizo & En «Las Ternetas» y en esos mismo tiempos, Julio creé la Colonia Alejancro Roca, como un homenajea suhermano, pero selimitéadisponer de s6lo3.402 hectareas dentro de esa inmen- sidad de noventa mil, pero bien ubicadas alrededor de la esta- cidn ya de nombre «Alejandro» que funcionaba desde 1902. La fecha precisa delexpediente ele- vad a la provincia para la apro- bacién de la colonia, el 15 de febrero de 1905. Le quedaban entonces 34,000 hectareas, de las cuales vendié enseguida 24.000 en el sur de «Las Temeras», en 16 lotes @ siete compradores, ya que varios adquirieron mas de uno, Valores de entre $ 25 y 35 la hectatea, 1/3 al contado, 1/3 alafio y 1/3 a los dos afios, con garantia hipotecaria. Sélo una sefiorita, Carmen Uriarte, com- pré lo suyo al contado y jo man- tuvode su propiedadhasta 1942, Este negocio de Roca segura- mente le era mucho mas simple que fraccionar para colonos, camo lo demuestra la Colonia Alto Verde Norte, ya que le que- dan al momento de su muerte lotes sin vender, otros con pla- zossin vencery alguno en juicio para su cobro. La venta de «Alto Verde» (10.000 hectareas) la hizo a partir de 1911, en lotes mensurados de 50 heciareas cada uno, pero adquiridos en generalen conjuntosde 100,200, 300 o atin mas hectéreas. Paga- dos un 20% al contado y el resto. a plazos. Valores de alrededor ce 200 pesos la hectarea «La lgualdad en LaEsquina, la vendié a sn menor, José Lucio campo. En el escrito que el tutor, Rodolfo Heimendahi, pre- sentaal Juez deMenores p dien- do autorizacién para la compra, el 8 de mayo de 1905, habla con verdadero entusiasmo deias 1.4006 1 500hec- téreas alfaliadas, y de que e! negocio engloba haciendas por $ 50,000 yarados, rastras, maqui- nas de cortar pasto, etc. Paga por todo $ 264. 185, mitad al contado y mitad alafio, 7% de interés, con hipoteca. La fraccién larga y angosta del sur del rio, pertenecia a la «legua que compré el capitan Sosa en 1753», segiin dicen las mensuras no aprobadas hechas una por el agrimensor Saint Remy (1887) y otra por Bordereau (1900), en las que también consta que todos los interesados en ‘al condominio estan de acuerdo en gue el limite de don. de arranca es la «tapera de Be- rrotaran» en la esquina noroes- te. Por lo que aunque Beda Ep- per (comerciante suizo radicado en Rio Cuarto, y en esta ooasion apoderado de Roca), tiene fa- cultades para aceptar el destin- de, no logra el cansenso de los Gems interesados. ¥ sin deslin- dar, e130 de diciembre de 1909, Roca con une de sus nietos. Ningu- 1no de elias disfruté de los campos cercanos.a Rio IV que adquirio tern- pranamente cuando estabade gu: rioion en esa ciudad. don Julio |e transfiere sus dere- chos al mismo suizo, a través de un poder que da paraelcasoa su amigo, el general Fotheringham. CL Tt SE Ltn ae ead eke) EL ATENEO De nee eee ee 0 CINE aero Pinna! eee Topo xs Historia N° 372 - 81 EI Paso de los Algarrobos al norte det ote 94 de «Las Terneras», en Flo Cuarto, Le quedaban al morir, en la mencionada zona, 4 lotecites en la Colonia Alto Verde, asi como un par de sitios y una quinta en «Alejandro», mas dos casas en Rio Cuarto, todo lo cual se le asigna a Josefina ADMINISTRANDO SANTA CLARA (1908/1914) Ladenominacion de «Las Ter- neras» para los campos que en esta época ya eran del departa- mento Juarez Celman, fue per- diendo vigenciaamedidaquese fraccionaba.Comenzabaencam- bio a popularizarse «Santa Cla- ra» para denominaralo que que- daa (que era mucho), una vez apartadas las 24.000 hoctareas delsur, «Lainvernadas, la propia. «Colonia Alejandro Roca», y las que se proyectaban, «Altos Ver- de Norte» y «San José Elnombre «SantaClara» esta- baenusoyaantes paradesignar unodeios puestos, quizas elmas importante. Los olros eran «La Invernadan, «San José», «Méda- no del Asta», «Valle Grande», «Buena Vista», «Las Blanquea- das», «Alto Verde» «Santa Clara» comprendia la propiedad de las ires hijas solte- ras (5 leguas cada una) y las 10.000 hectareas reranentes de Roca (las que luego serian Colonia Alto Verde). Posiblemen- te manejaba él en conjunto, una vez fallecido Alejandro, con de- logados que se ocuparon de los establecimientos, ya que otras, dedicaciones y los viajes a Euro- pa le absorberlan mucho tiem- 2 - N°372 Topo rs Historia po. En efecto, estuvo ausente veinlidés meses entre mayo de 1905 y marzo de 1907 en su primer viaje al Viejo. Mundo.Y trece meses, de marzo de 1910 a abril de 1911, en ef segundo. Uriburu, Alvear, Rocha, Martia- na, Gabrielli, Comolli, Becerra, Dintrans, Hamilton, Sastre, son apellidos que aparecen can res- ponsabilidades en distintas si- tuaciones, pero de los que no he Podido liegar a establecer exac- tamente cudles eran las funcio- nes y los tiempos de actuacién de cada uno. De todos modos, don Julio no se desentendia para nada de estas tiertas cordobesas, como no se deseniendla ni de «La Larga>, de «La Paz» y de «La Argentina». En ef Archivo General de la Nacién he repasa- do docenas de cartas (en reali- dad borradores de cartas escri- tas de pufio y letra de Roca) lamentablemente sin fecha casi todas, que confirman io dicho. De elias he seleccionado seis cartas. La primera, al encarga- do de «La Argentina»: lo instru- ye sobre algunos temas de su estancia, en la épaca en que estaban comenzando a produ- cir verduras para el Plaza Hotel, le aconseja que tenga en cuen- ta los costos al discutir los pre- ios, incluidas las amortizacio- nes de aguadas y que no afloje con llevarselas a domicilio. Le va a mandar dos carpidores desde la casa Drysdale. «Al padrillo percherén que lo ponga a pese- bre, y cuando reciba 10 6 12 yequas desde «La Larga», tras Gejarlas descansar unos dias las envie junto con ! padkillo @ mi yerno Antonio De Marchi a esta- ion Los Cisnes, del F.C.C.A». También va a ir una manada de burros para que los inveme. Y un lote detoritos, delos cualesalgu- nos tendré que remitilos a Uri- buru aestacién Alejandro, «aho- ra que todo el mundo se quiere poner a invernar» Otra, dirigida a una persona con domicilioen Alejandro, cuyo nombre a mime resulta ilegible pero que mi grafélogo dice que es Martijena, le da instrucciones sobre qué tiene que hacer con un pagaré que se Ie vencera a Comolli en los préximos dias, seguin fo pague 0 no. Si no lo paga, que se lo renuove por 3 meses, pero con interés del 10%, adelantado. Esto, a pesar de que seguin escribié y luego ta- ché: «este Comolli es un jogrero y un embrollén». Pero dej6 fir- me: «...ya se ha tenido bastante consideracin con él.» Al encargado de «La Paz», en una tercera, le comenta que le parecen pocos los terneros holanceses marcados (505) en relacién con la cantidad de las madres. Fn cuanto a los durham (hoy los lamamos shorthorn). no bien avise tos tie de rr: nice amas: ariete no rm elfolic 6 car viado ¢ que Ie «No = (sic) la tie an tenga la cantidad, que le ‘$e, asi le dice cuantos machi- tiene que mandar «ai campo 32 mis hijas». También le comu- “ca que van el repuesto para la masadora de mantecay para cl riete. AHamilion, (sin fecha) le dice ‘ue: «,.,.5@ le podrla echar tam- dién alfalfa. Este pasto es el porvenir de esos campos, pero nose puede andar muy de prisa. 's preferible hacer poco y bien y no mucho y malo como hasta ahora.» Habla también de dar tierras para trigo, pero con alial- fa. Avena, con alfalfa, y avena sola, donde se vaya a sembrar maiz, Al que nalo trata nada bien es a Carlos Dintrans, «SantaCiara», ennotas del 4 y 14 de diciembre de 1909 (borracores yahechosa maquina, con algunas correccio- nes manuales), dice: «confiado en que usted sabria correspon- der a mis deseos, jamas me pre- ocupéde dudardesucompeten- cia, buena volumtad y contra cién el desempefio...», en las otras cuatro paginas |e recrimina detodo: que haya dejadola alfal- fa para semilla en lugar de hacer pasto; que usaron las hijas de Roca. En el recuerdo, otra muestra de la lenta evolucién es la afirma- Topo gs Historia N° 372. - 86 cidn que me hacfa don Tomés Rodriguez (que fuera segundo mayorcomo) de que en 1943 se tilaba todavia el trigo en par- vas" Quienes lo hacfan eran los colonos asentados desde mu- chos af‘os alras, arrendatarios a porcentaje, en la esquina sudes- le de «El Mataco». Se hicieron propietarios en 1956 (en muchos casos resistiéndose a abanco- nar la condicién de inquiline que no podia ser desalojado) restan- dole las primeras hectéreas a la estancia (unas 4.000), loque hoy se conoce y se conocia antes como «la colonia», ya que para entonces hacia afios que habblan dejado de rotar por el campo. Estos colonos, en épocas de orisis, recibian came de la que se faenaba en laestancia para el personal, para ayudarles a pa- sar el mal trance. Cinco manadas, con el pro- creo de varias yeguas a cargo del Hornero, el Lobuno, el Gato, el Milico y el Chingolo (criollos y SPC), pastan hoy en el nucleo principal de la ya dividida estan- cia, como pare atestiguar que no todo se sacrifica a la rentabil dad de la agricultura, y honrar la tradicién de haber sido alguna vez concurrente a Palermo y otras exposiciones con sus pro- ductos. Estancia como todas basica- mente ganadera en ol pasado («14,000 vacashabia cuandollle gué en el 43», cuenta don Caye- tano), mantuvo su uniciad arigi- nal hasta la cesi6n que se hizo a los colonos, continuando la dis- persién luego de que los espo- sos Lriburu-Roca, en 1954, lo donaran como anticipo de heren- ciaa sus hijos. Ella (entonces de 72 afios) las 5 leguas que habla heredado, y su esposo (73 de edad) las 3 que comprara a Juli- lo. Parte de estos campos se - N° 372 Tono rs Historia Julio A. Roca en Buenos Aires. A pesar de resicir en esta cludad, siempre se ocupé esmeractamente de sus propiedades han enajenade a terceros, pero la gran mayarfa estan en poder de Cemadas, Duggan y Freire, que los han recibido por heren- ciaocompra, pero que descien- den de Roca. Segiin la tiltima informacion disponible impresa por Catastro, son 23 unidades catastraies, ja mayor de 4.092 hectareas y la menor de 126. COLONOS EN LOS CAMPOS DE ROCA La palabra «colon», [a usa- mos (0 la usdbamos) en la zona en dosacepciones, significando conceptos distintos. Conlas dos nosreferimosa productoresagro- pecuarios, pero de diferente in- dole, Unaes el integrante de una colonia, adjudicatario de uno 0 més lotesen propiedad, general- mente habitante en él, parte de un fraccionamiento o-ganizado, Asi sea por un particular o insti- tuci6n que lucra o no con el em- prendimiento, o por el Estado. Como fueron en la zona la colo nia Sampacho, primero provin- cial y luego nacional, o la Maipé y la Chacabuco, traccionadas y pobladas con «calonos» por la Nacién. O la de Maruil y Lejarza, entre las privadas. Otro es el co- ono arrendatario, agricultor a porcentaje en una «estancia» (si elprediomantiene parte delcarn- po dedicado a la ganaderia) 0 directamente «colonia» totalmen- \epobladapor agricultores"”. Or- ginalmente todo inmigrante de- bia entregar el ote sembrado de alfalfa alsegundo, terceroocuar- to afio, muchas veces acompa- fiando al cambio de lote, el cam bio de «casa». Un conjunto de dos otres habitaciones con pare- desde adobe otierrapisada, con techo de chapa de zinc, apenas un abriga y piso de tierra" Las dos categorias de colo- nos existianen|as tierras de Roca Pero en conjunto, eran propor- cionaimente pocos. Los de «El Mataco» deben haber existido desde comienzos del siglo, aun- gue no he hallado docurenta- cién. Perocuando se encuentran con la memoria de los poblado- res més viejos, hoy ya fijos, alin siendo arrendaterios aporcenta- Je, enel sudeste del campo. Ha- ciéndose propietarios a partir de 1956, a favor de las tacilidades crediticias oficiales y mantenien- do todavia en el habla popular, en conjunto, el nombre de «la colonia No huboarrendateriosen «La Igualdad>, cuyo sistema de ex- plotacion intensiva en manos de Alejandro ya hemos relatado. Hubo s/ en la fracci6n de Ma ria Marcela, los cuales deberian padecer en laletra de los contra- tos exigencias similares a las que habitualmente se consigna- pos; tierra: Je color transé norte,

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