Halperin Donghi - Nacimiento y metamorfosis de Martin Fierro-rotado

You might also like

Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 20
Tullo Halperin Donghi José Hernéndez y sus mundos Buenos Aires, Sudamericana / Instituto Torcuato Di Tella, 1985 NACIMIENTO Y METAMORFOSIS DE MARTIN FIERRO 1a comporicida de £2 gaucho Martin Ferro wo sSlo consttuye tuna quicbea dockiva en la cacer piblic de Hemdades, ofece a la ver el punto de partida para su metamorfsis de pefodist del mont en poeta national y paceceri legitima poner este segundo aspecto en pier plano, Aunque ager no se buscar hacerlo, ya que lo que nos in-. teresa es mis bien tazar la teaniciim eqte dos Dgurse piblias que Hemndee intents encarar, af valor epécificanente literaio dea obra postica sigue oftecisndo. un dato fundamental pars entender el éxito —lintado pero indudable~ con que Hernéndez iba a consutar si transicion, Sin dua, el descubsiniento de que Marah Fev tenia unt timo ingarcental en I literatura argentina solo fda a producisse déea- ds después de Ia muerte de su autor, pet fo que fo hizo inclu fue un alto Ture de toda proporciéa ton el de obras comparable, un éxito que lo ibe a acompatae sn desalecindentos desde of momento mismo de 54 publcaciSn, y que impuso av obra 2 la atenciin de abssryadores distaates como Meagndee y Pelayo y Unasuina, que ‘econocieron en ella uns cteasién poéicd cays eavergadura los com: gatsotas Ieulos de Hemindee ao eran adn capuces de peri! ‘quizd porque para ese Eto el autor y sus contemponineos teafan una explicaciOn que als vez daba por supusstay dea de lado la ficacia expresiva det poem: al daba vou precisa a conmosionss y aoieacionss Eau Tr tuacin pevca ene ae yal Se oO tn que expliaba Is ingediata y ducadera populardad de dts Esta explicacion no silo eluaina abiteacianente Tas races espe- cificamenteItorarias dal éxito do Hemdndes (ao bstaba en efecto que sl contenido de su mensaje se alecuas «su publico fielsers precisa ade. rns venta un tong expresivo en que ese pica pose teconocet fofoar en cuenta ofzo aspecto de la elzcion entre el posi y su public popular que el tiempy ha venido a hucee cua vex ns evidente Hoque fe aqual se ha abso con mayor fumes en ta memoria de #2 m0 es necesariamente lo quo paca Homiudse consttsfa el aloo suje, Quid el patje do fs obra que ha dejado iepresioa nis viva en lise potencal polis reconocer las props; er Wlepies = JOSE HERNANDEZ Y SUS MUNDOS 21 se piblca sean fos consjor del Vnjo Vizcacha, que en ls economia dz dss dan ouyor elev alos d Mastin Fiero 3 sus hos, grasa a tntase que olece su sérdido siamo a la noblea de los gue pro- nuncis va Fs uta gored suimiento, Slo ue quienes han grabado en #8 mhemorsa e208 vot tenton slows reonocen sodcada en eis la miss sabia de lava que yates oleceinformslada oreatacién par fa propia; lo que en laine tens dal poeta dea ser seconosiy come eepuiv cndsma svt én cambio poruea parte numericamonte inportante de 3 pablico oo ‘no caxapeshano redsmo y entantalor espottneldad de sateen tos, Vex mlencenddg slo es pole gacas ana ecaca expuesia tan poso sspetada sn adecusuin ete el mereaje que el autor busca, dite ef talant desu pablico, queen este caso exten hace po- Sle ue el pblioo recoa tn mentaje opus al que wl poets tata do incest : : Pero ao tomamos retro: reconocer que, cuslguer se apes ectve ded la eal ae abr al Martin Fro, na cabe yao en Gna exeslnsia terra que es quied au prime gots dsfintovia no Sigua que su ineudile centar a etensin en el roblina global Sue supone i bite revolaion do un gran posta en ica poe mis d= Ga désuds 36 ha defini¥o como autor en el pdodilno y en ave inicho més mbes, y a6 he dish yt que au slo ge tomar en ent ea drensn i embargo fundamental de a tution que bse amos examina na medida en quell es necesro pata entner me jor ef duto-deestata'etsmorfons ede Figura pbca, que hes de fest palin de fa juventudy del fata i encaracion yf oe dels campats = Ess dichign pcice tanto mlfpdente oi cuanto In sia elo sién de ext gan posta no es anticipada en le produce anterior de HHeasnse por sgnos gue permitran entender mga. NO so sea sn busts en su rosa periods; anpoco fe los ha de enone fn su reucida obct en veo elt compronde, qe yo sepa, om ple de puenas aitdcos uno de ell futtemente anelercl~ eres pondientis 4s etape conan y compuestos en ngua cata que Fnouye evs farlares ya admiifoe para vso lteracio en sts obvos modelos peninsulares,* y mucho nus dudosartents un pac de cielitos en Tespuenta'a otis Ge Asasbi, que ste stibayd al genet Victories Dero sue alginorestalfoon de Homann se empofn eo presetar cor i sos. Ls azones que aducen no Sa ia embargo muy conincen tess dda facron publisulos nF acanaldysenting de Para en ahr de 1859, ms de un ao ates de que Hemande a hse eigo de su redid, peo cbaado ya —seson epi contebute a elit Actus endnins, eto oneiacameste verona oz en fT Unsguay, de Concepen, y no 8 eatin por qué Hennes, eadent 0 Pre 1, hbria de bial preven fu entoncs capital dea prove oo ‘TULIO HALPERIN PONCE errs fo Lo qus es rats inportante quo probleme de aban: sien tn lester predipuesto como Fernie Chiver mque ha tomdo 1 eg eerep stememeyemenoy fart eeormouoe ener vera a pte pres eI utara Ret oui"? secs quctou aguante eno conrncete ete pd buowe tna a come usc avech pence por sneroacla Alana po el vero 7 la Potton de Ato nad, fnta de ln £0 ee adie sponartel Non Fora ste on efecto no spre n go decko en a ayectora ds steninters rb sata ing pcan te on tere one cual se Insetog Es Herta qué Agu al ran este prepATatO paw el fads aeons for pony Aci, proponita de eta thos du a sotesta coon on gos oa seta sable trv junto lel Segue ce, que oferta tpt fs setentseyguoner te gis Spo dar exes le dist y.a menudo feliz Aseasubi, que fue Anieeto el Gallo, compone een aatee ir o ting Vere 0 conga a Ur teteedn le an Sones ean ate ener cone peunrn Tene fio iver en Arata Pq ceesbn enewment ot poe eer Leper ae econ tune MPU ee ee ee _Her lg pte soe alee penned sucha en fb ‘una facci6n una aternativa al se sleanzacd por él cansna de fe aoatal po ten pane Mate se eondadice te dataset EB te eens por rantl gus on ac tess» heaps cheros al modo de Chivileoy® y ve por primera vez, con los ojos de la remota 7 B nos, ef pce quer pies haber ofc et eee ea Ieenda de Tor melon do for en uy ier man eto Ico de send opens) oa ns del distant Diemente nico pedo ot al Cane leant puch tt ee UtDamae, ys boss de au seo tnd acon eaigtiecon tet arto coments tel copecteato gu deren) {ts atta wana quson dele ans Que fa ruptura de ese pacin con la elientslaplebeya de as facto. on Seed eae ae Se peters, tor dodo vebtad singe tz Ogee Seay tinea ery nner ret srinsln sual, 45e ireNaNDRZ. sus UNOS fi ese af afnidd politi y a reeiproc stn Worara que to upen ca Hemdndez, lo separa de éste ol hecho de que para el unugeay la i genciade la ecin del Ascaubi posta cn guera no ae bu soot dl fodo, Es verdad que lla sbrewia pimardainate 9 tantoe oy aenta menos tipo ¥ menos ios, en qo el ator de tones mnantentog al combate se esfveca por acompanar al prota poltee on sus primeras tentativas por superar ol marco facclosp.® Loesich va mee allt por el ano cain a intent trasrotv itn en ven guacho de las iberinteas pesplejidadesafrontades por factones qe faresnehe ber perdido imisblemente su rumba, per esa novedades Inde los tiempos qu le toca vvr= no iine que su conse po tea se subtente en el mismo acto ie haa satendido lade Acca SL ahora al tovés queen lea momntos mis eve dia intsbaste Io Aniceto el Galo~ mae la efledin tanta o mis que sl combate oe Jsmarieno, formalads en ua longuaje quo etl el de sve destnats ‘ios, tris aésos un mensaje provenione de eo rae de loc rolitca gon que se enti st pout Agi el vero gnicho oftece rodavi ef puenteentes et sie y una plea ls que espera integer en sv cinta polities confons ast Is prttencia de na iteiminable distancia en el nefo miso oe ob ‘rie altano en nombre de nquti eis el fenguaj dee sebs he casibi y Bel Campo, cada cual a su manera, han dejo artazer hh edad eehuncimto obs ex tant: el auc ais sony ‘toms (lo que noncumrin en el petado, en que Ase TRG Ena eta Pellica que latecesaba ala entea sociedad cioplatens) peg juno es ‘proporciogn necesariense-l Heinys a comonear pt ‘acer suyg.una oyién que et cxacamente putite: procus act orl pacie abolir esa dist mediante esa identifi wi feng con su per. Se coliesoac ae ada toa los auch poll Roe, ‘giclo de la guerra ch 1 le noiitica para los gauchos, camo fran Ace te bl Cops a ge ie etn. coe Rg ii pyr can oon gcc ios ans Tstancia en un caso el seniimentalisma nostilgica,.en.e} otra, la top. Bra identical ft no a don dua elvndiata come 04 Hemndez, que prefieeedecenbir Jo qe le separa don og ul tradores del ginerogoucesea en tEemiagy de ne mayor dapoueise 2 tomar en sei as persone oeupa de “sis tabafeg a aes elas og azires ds vila de stucho” empcesa qos declas ferro te mat dif qu event “sda vade a uta tte 9 ss conpate 105 lo queda visto onan 25 do Mayo w oa fein seman, bre. cs algunas dees cules, como ol PAUSTO ¥ trin alan tn decks mérito cieftamente”.? En un tono que ha apropiado del de su persona. i,m sabi equiva entre areganca 7 madesn, prod sa ependench frnte ly eseerskayectora previa de la phe, de Fiatgo 3 Bel Campo 2s ‘TULIO HALPERIN DONGHI Si Hecades prefiere no relvindicar una total ientficscisn con, su hgroe en el texta dela carta rGlogo, esrita sin duda cuando ha con tluido la composicidn de 1 Gaucho Martin Fierro, es sin dusa porque sa identficaci6n’ que significd para él antes que la solucida al proble- ‘a planteado por a necesdad ys insosliyable de redefinir ese género en cusis que @f la gauchosea, la expresi¢n justa def temple con que abords fu tarea comnienca a dsipire junto con el imperio que ese temple habia adquitido sobre l, Pero si eta identifcacién sin reticencixs no domina tad el poems, es haber nacio bajo su signa lo que hace de éf un texto revolueloaaro, en todos los sentidas del termina. ‘De nuevo, Hemdndes ao estaria de acuerdo: los dos cltimos wersor de El gaucho Mortin Fiero proclaman en cambio que lo que lo cansttuye (aes fa valent decisi6a de deci par fin lo que todos saben, pero prefioren calla, SSlo que, tomada literalawnte, ln afinnacin es absurda: desde los Analer de lz Sociedad Rural hasta los dxgacos de prensa de todas las fascfones partes han veaido prodigando las denua- bids sewsaciones que ef poesna recoges la primers ediciGn de ese texto {que proclama decir lo que todos callan agrega a él un artiulo de Le ‘Navién sobre los males del seviei de Franterss; més ajustado a la real dad parece el ogc comentario que en el texto del poemma impugas esas seiteratvas denuncas resignadas al parecer de antemaao a dejar inte fas las sitvaciooes que deploran® Y, aun 2 el macco de la gauchesca, nos 7 otrrs mules han sido ya evocades de modo concise peso inequi. _mmeo.en. ese. “Gobbiemo Gaucho” de Esienislag del Campo, que ~a dite sencia del texto de Hemndnder— subraya Ja oposiiéa entee la perspect: va del ysucho yls del hacendado: Patsanos: deste eta fs contingents coneyo bub cade une lo sao (qeces le cone nde derechs, Mo ebondone a cotecha A gecko sue germ Die gus aque en cantar fuller suet que tone, fue Ware guln te convene YY 5 interna intipidamente en crcenos que el poema de Hund dea peefiece esquivar,enlze ellos la disteibucioa de le terre ape gaat trrena, sie mor el each, spare pre mua ‘Pema atte son eno; ho gue, pore contr, Sas olbtowrts ‘ue fenga seca, JOSE HERNANDEZ Y SUS MUNDOS Hs blo porque evo maa bara hacesewrendetar, Dj pee qua a car Fehinguenas todo el dente Y no andoros, tstananie, Tn tenerendonds aera ln rancho pore sexta, tad pica sol ardiende YY todavia incluye en su memorial de agravios l arbitrariedad de alcaldes, comandaates y joeozs de paz, li rapackdad de los pérrocosy la Uneserupulosidad de fos pulperos, part (erminar con una denurcis del ase, est decogacion al principio de igualdad eutse ciudad y campatta Jue tanto Herndndee corno los vocerds dela Sociedad Rural prexcindie~ ‘on undadmemente de conden: aides ene que pedir pate parsons prt Duo bre ef homtra ha mide Pande gules puede dr ates rasbn permite gue el pusblro ony y verge, Tita et ue el auch nate fue dar cuenes adore, Shu ys con bers raya sdond e conte Frente @ es requistoria contra el orden rural y sus heneficiscos, aque —lejor de postulat fe howageneidad y solatidad consigo ussnie de 1H campurie evoca todos lor anfagonismas ovultos tras de esa supuesta sruonia, Ja anéodota que tuerce Lav ra, arojdndato al flere weididamente conformsta del orden social de la caupafia: viene a eloczar a tavés Wud ejemplo particulinnente pardtico los sigumentos de Olivera, PS Faz Gonuard e Hamander perodita contra uaa preston relutiludt cuyos agentes, dprovistos de fa intepidee y Jos rexurios necesatos para buscar als vistimas ete ls verdaderos marglnsles, euya ein Bion de la campana seria eneflios, is encuentia ents los patie productors Fierro no ¢s cilpable sino de que su presencia en la pulpest, donde sv vena podtica, eauzada por lvexcitacidn del clana festive, lo trasforma en el sraa de la ovaién, haya coincide con una veda; i dia of Tued de Paz declara qu es Su abstensdn de volar en as pads tleccionss la que sli su destino, pero Hemiadez se apresura a proci- tnar injusta In imputaciga de altva indepondoncia digits contre 38 hitoe, que smpzmneate pretiere equitar as complains de wa po- ica que no sitende,!©y por ot part toda is escena supers que ot 28s ‘TULIO BALPERIN DONGHT Juez no eavis-a.ta frontera a quien quiere, sino a quien puede, Es mis bien condcién de hombre de pu, lmeswate CO pense tos Linites de a igalidad ni ante fs mayors provocactones, a que con dena a Fiero. Este pacifico productos es por otra gate integante de tun grupo cuya woinerabiliad al reclutenizato para la feontera ha des ped las mds vias extent de Olvera: el de las arendztaios yt bajadores @ partiéa en terra ajeua, que Uenen patimonio propio ¥ viven de sus gananciss antes que de su sli, fos cuales un estado {vido de sollados ha devido considera integranter de las eases pro: pietarig,y por lo tanto suetos eeltaronto para el servizio efron tera (el que estén exentos quienes partieipan coro atlariados en ia actividades productives dela earmpaa), puesto que su condicidn de tx Jes ~por hipStesiscoya totale ineresada fasedad Olvera denuncia~ Jes hace poste costear un perzonero: Martin Feo, come nos enters. iemoz mvs adelante, tlene hacienda que cia en ekinpo arrendada.” "y's embargo Herndndeasibe de qué habla cuando contrapone su Hlensifiactin apasionada con su hétoe son Ia redveeiin de éste a protagonista de andedotas trvales que reprocha a toda lx gauchesca Anterior, Porque “Gobiem gaucho”, esa declaracgn de guerra todo tun orden socal, se presenta ale vez como el groteseo slfoqui d= wn Anastasio al Pollo que tango de-un "soberano peludo” no est sega “i no anda mamao toda las formas qe propane son inspradst por un trance aleohico cuyas cansesuencis sobre I Hguray el aspec- to dal legisador tevolucionaro el posta detere sin ahora por oie ipulvoe Sie dade way A ipisha ue e pograma de ear fale por dl propuesto ea un mero deo; ya sobrio, Anastasio ‘gore que huiese sido wozjoe no apurar ol conten dea limeta do aguardients hasta agotara,y en cambio envae lo que quedaze en els, ome Fuente de inspiacion politien at mesmo goberador Sera om of aguansenee hor gberaba efor, Peio silat méximas de gobierno propuertse por Anastao, como Jas que Stncho propone pia sins, efejn oma ear Inesper dis en fuente tan homie, ello no impide qve Anasara ea mds que nunca una figura sible; y Hemdndee no se equiva al enntaponee lina celacin entre el poeta y su ficticlo porswaz geucho ya ered bietente modiada por setnientos ambivalent, que van de fa Won 4 lg condeseendenet, con la suya propia macho ros intima yefsa, atta Elo tae on efecto pata ter autenlicamente 10 que 10 son del toderni Aneto if Ainutaio, sabes, un alr ago @ sh inven. tor. La iniea ocain que eonorsy ent que tleindader menciona ante “Fudabente el nombre que luego asignars a shee, alo confi: 10S€ HERNANDEZ. SUS MUNDOS 187 encontramos en ia exdnica de um paseo en ferrocar a Chascoms, pu bicada en EY RiD de fa Para en marzo de 1870, AMY cventa Hemindez cmp en la villa del Sur eonoci6 a don Martfa Colman, con quien esa blecié de inmediato una efusiva amistad: “La confianza sotituys ak faldad de la stiqueta. Yo dejé para €l de seelo que soy,y €l dei para mi de ser el. Martin Colman, ¥ pas6 a er Mactin Fiero, por obra y srtes de [a legria de las cicunstancias”." Martin Fiero comienea af pot ser el apodo facile de quien 2s en la sociedad portaia vn igual de ernindea, y ol seeonacimionto de esa misma igualdad entre o poeta y su portavor gaucho wbtiene esx identificactninical entre el autor y su heeoe que hace de EY gaucho Martin Fierro una obi radicabwente Astnta de us pedecesoras en el acco de la gauchesca Esa ilentificactn entre el poeta y su portavoz tiene usa dole. jg. Es an primer Taga el hecho da qs Pietra es algo mas que la vor postion slo Hemindez: et I figura bajo la cual Hemdndez se dese “posta, El primer canto Ge ET gaucho Martin Pera Be Tas eT oa defini y glorifcar su recién desouberta condictén de tal ylleno de Ia serena jactarcia de quien acaba de reconocee esa inagotabe vena que brota de dentro de sf misma; ela portanece tanto a Homénder como & Fierro y ya en este aspecto, entonces, Ia relacidn ants= éste y su portavea er my distinta dela que teduci ol papel dal segundo al de un inténprete serecil que vertfa en el enguaje de Tas masa fs consignas que habrian de orentastas ea a accin; antes que el propia leva, 9s _imensia attics dela. obra que. later saya y.de Hemdndes i ‘que te tom totalvente tn sen : Pero ea identifcacién sin interstcios ere cl antor y upLbésge ign 41 autora la vee que protazonista del relat se funda radical del destino de uno oft0: ls desventurat de Fiero oftecen la cia de las de Hemdadez, He aqut sin duda tn deseubrimtien to robrecogeoe para quien aia en marzo de 1870 invitaba a sus int focatores de las cases decentes ano dejarse impeesiona: pore lia de abitrriedad y crimen que parecia envolver cada dia mip las vidas de {uienes go lt integraban, y que desde luego nunca podria afecariosa tlios mismos: ce ba convertido en uno de esos parias qe habia hasta tntonces considerado con eondescendiente compasién, Quien por un momento quiso eizer que habia sido por fin aceptagn camo integrate de pleno derecho del eeducido grupo de hombres que de veras contahan en lt politica nacional, bajo of doble patrocinio de wn presidente on quien habia terido encontrar un enensito inaplacable y del jete hist fico de su partido, ze encuentra fugitive en Santa Anna do Livrementa, con la eabeza puests a precio por el primera de quienes fueron sus vale dores, confundido em la devrota de quienes inteniaron haces del asesina to del segundo de ellos e) punto de partda para la conanists del poder; os és el pecio,a su juicio exorbitant de errores en los que nunca ne snrf haber incutsia, pero que no juzen merecedores de tan sovern cas TULIO HALPERIN DONCH Aigo, so Fuese que el duro poder que esti naciendo y erecend en la somgee y 1a lucha ne alla nbaca exeesivos los que aplice quienes 9 Inerponen en su cain Es la experiencia de su brutal marginacion de te vide plicn y ‘aun ~momentineamente de la vida nacioa Laue le revela una ines pera ilentidad de destina eon esos marginals cuyas desdichs habia Jvitulo « ignore, Sin duda,no es el nico a quien uaa marginacion su frida o slo temida invita descubue una inesperadafratemidad con for paras del orden vigente, Cuando Sarmiento —que ha hecho una caera dela denuncia deta barbace gaucha~ eseribe en 1870 axa confidente José Posie: “el palaao es picasa, matador, wiontonero, ete, pero ig- forante y pobre”, y agroga a esa riteracon de su utinaacequisitora “os ous Uenen a tera y al colegio; el puisuno.au desttucién y au facta”, 1o que lo levs por an instante a vislumbrar lo que podris haber sido el tema de un Anti-Facundo que el Martin Fiero ~pese alos npeflos de aus estore dol siglo xx~ no quiso set nics no estan sila su destncanto con esas “clases rics e stra” con quienes se identi 28 desde ma destero chileno ~y cuya luaca soberbia oligiquicay sod cal indiferencis por cuslyuier aspiracién de proyreso habia podido ‘medic durante su gobemciin de Sen Jaan, sino también Is dra com sioncia de au aidumiento ¢ impotencia en ef momento en que ocupa posicién mds influyente que su carera pdblica podria depacace Ssnfento nui fa esis ose Anti-Facundo porque ld dates peranaa de smi i ° ‘eropectiva opuesta & a que nabla sd suya en 1845, oF Wo Nip pronto rscupert su fe en su capacidad de llevar adelante una propuesta politi que sl ve eontinGa y omrgeta de Facundoy que eave inne feario buscar compeasacin fantasia a un fracaso que no juzge det nitivo identiticdndose con le rebeldia sia futuro del gaucho malo; en Iugar de esto iavita a buscar en tas masesrurales Ia base politica que ha desesperado de encontrar en las oligarutas proviaclnas.” Tampoco Hemdndea ibe oclinatisse definitivanente en la desesperanca, pero st su temple sombrio no iba nLaun a ser lo bastante dutadeco pan ofiecee el trasfondo de seatinientos de todo £1 gaucho Matin Fiero, silo fue con todo pars establecer el punto de partidny el focatemdtico del poem En ambos aspects Is invencién de Mastin Fira se apoya enton- sen dsposic’n de Hemtdndez @ mica & 8 Angentina con [0800s ds esos pasts a cuyas Ms ha sido subitamnantearrojado por un podet politico que responde alos desaffos mds iniborios con sstemdtca, in fhucana erualdad, Se advert ‘ahora‘por qué la eseasa disposiciin de Hemuadea a introduce en 30 poems tna dimensién de erlca socal no lo teflejs 3 plniou sin a sincera sobre xy appacte de a organi in de 1s campada; es a la vez condision necexaia de wy identificacion cow su protagonsta: el destino de Hemdndez s6lo puede verse como JOSE HERNANDEZ ¥ SUS MUN’DOS 299 patdelo al de Fiero si éste se proyeeta también sobee el eatabdn del conflicto entre el individuo nacido para ver Ire y un poder estaal ‘uel y arbraio: ta presentucin fuerteenleideotdglea de fos probe ‘mas de ta campamis ~elaborada por las voceros de la Sociedad Rural y ppuntualmente recogida por AT Rio de le Plata-- hoy descubiorta con Indigiaciéa 0 melancol’a por alguios letores en ef poemna de Herd ddez, no es un elemznta quizf deplorable peto urinal a la econoenta de éste: des una sola cosa con lo que en palabra anticuada habsemos de amar ia especifia inspiracién gracias a la cuel Herndndez se descubre poeta: & saber, una capacidad para dexcubris su propia desdicha en la de su hive, que sequiare deja en sombra aquellos uspectos del couse to en que se da su desconso al tafierto de la Frontara que ae tenon ine dida comin con Tos que acatan la paralels experiencia desu inventor. a estilizacion sobre esas Iineas del destino de Mactin Fiecro se ve fuclitada porque paca todo el episodio dels frontaca na oueata Her fnindea con el apays de una experisncis direct Borges obserwé mali closamente que, diferencia del autor de Martin Ferm, Estanslao del Campo “vo tuvo necesidad de documentarse para concer a vida de Ios fortines: dl estuvo ahi”! no haber estado ahi puede eon foo 20, ‘aber sd ns dentate sum Haman, Saude pore dale guya conducta na incluye un sao acto superb path Cle ‘erzacids como tales y so ajusta con indfectible digi al artabén de fs denunciadas por los eitoas dl item de defens contra el ldo, peru-es peaimeate el carter abstaclo y descumado de las pespocis que ela protagonizan, on media del esquasdtica pace do ln infie igualmente abstacta, el qe le pennte descubri su propio desta enelde Mastin Feta Dessubrine on Mastin Fico sign hast certo punt, te formailo en él maismo. Ese parsonaje que —de nuevo Dorges diit~ palnente se impuso x Jost Hemdnde2”,” ante de engasipase de tos constiiones que le afigis au aneator ba debidy sounensat por sulla: por patlda dob. Estaba en primer tain tively Svidul requeida para desemperar su papel de wtina cuya iaocena so podtian poner en dua cau los tetigce ms sspieasn, 9 que fo teasforma en una suerte dz San Sebastta de madi guueto que ho sélo no huye dels cedad polisal cuando todoe To hacen, sino qs ge te eal unio.des foie al al fue eonvocato aan solo toda fa canpaba sn cole al Tenlaitn cin preweatia~ y une por aad asuiuflesble manseduntren candor tambifa poco verona eantén lleva su mejor caballo (un a irable aeoro en el que ha gusdo buen dinero eu las cartern de Aya cucha, y que deals hugo ea requlstdo de iunediuto pare sf uso petsoail por ef comandante) y sus prendas de puisana pedispanp, prouto teducidasa harapos.* a nny EEE ee AR SLES a0 ‘TULIO HALPERIN DONGHE Povo estaban tambisn tas que el autéy 20 advert, porque na a+ Tertia que a veces hablabs de sf mismo ereyendo hablar de Fiero; pio en que elo se refleja mas claamente es sin duce el tomo de 0 as querencia, huiéo ya de la frontera, y la relacin entree fh tivo y su famitia que all se trazunta, No strata tan slo de que an- ast dé voz a Ta que a Herndndea (que é of mismo, como afirma de sn hétoe, “pads y mario (..] empetona y difgente®,y por lo que © sabe emifedernidamente monégamo en medio de vida tan azarosa) de Din producirl I situaciin de fa propia, que en la etapa de Sants Ana o Livearnento no sabe dénde ha ballado refs. pero a le que attvina’sufcendo, y no por primera vex, lz eonseeunas de su propia peoscripoién politica; se tata también de la comprensién que Fiero Brodigs #14 compafiern que se ha visto Forzada a abancdonari en busca del apoyo de vn protector menos ison. Edvard Gonzalez Lama hn subrayado comm metece es pase, ysefalado tot lo que spars et noble acttad de Fierro de ia agarentemente comparable que fa cancion popular porteta propore a la admiracién colectiva, a) modilas moné- tiamenie ly o-taciones de unos varones que s regodean en la ev0- tacién de engatos “ure los cuales extienden ta manto de quejumrosa compasién Fl problema es que esa actitud en efecto arable, nde- condisima nun intloctualurbano del siglo xx (y ya sorprendentemen ts audaz en Heciéndea, en quien quiza expretaba hiperbslicamente ls sentimientos de grattud y se3s0 culpa que deapertaba en él la active lealtad de su admirable Corina Gonasten para hacerkshajo fa inistara besten ago Jn sin enneiar al espeto qu se debe asf mismo ess actin Fierro qve cree impose esquvar la disputa que lo fanaa una vila de Tuga per peti porque ea burla desu provocador ha puesto en, duda cl sbstracto bien nombre de una hermana poramentehipotstea A seals as{no se trata por cierta de aquiata a justera pico Jogica del retrato del héroe, sino de fasttar el rambo de la cambiante relackin que Hertindez mantiene oon tn, partir de una Watiica- Gi6a sn rexquicos tee ol autor y su eritura postica, queen este pasa- J excepeionel ee aproxima ela foeida entre une y ott. Ee prin a vez advertic que la nocin de identficacién nical no supone que en ol Gesarolloeronogico da a comporicid de fos materiale integrados en et Mortin Fierro es ideatiicacién haya omtinada a ls de rednecién ans temprana, para dsiparse paulatinamente luego. Ezequiet Martine2 Estrada ha tenido el mfsto de entrae a consderat por primera vez de ‘modo sitemitico exe problems de crenologin y si la mayor parte d= sus sugestivas propuestas no porn quind munca pasar de hipéteis mis ‘© menos verasimles, su punto de parti, que rectaa fs noctSn ingena de que fs composicén tt poerna Se dio 4a tn proces cronolégeo T= fifo lemente por fv ubicacifn se cada uno Ge se psajes en le ee sign finalmente publicada, parece diffcilente refutable. ¥ ex pres roe nenwano2- 505 wos ia mente fi asascantos incites, que no son aecesselamente (nium po tablements) los de coxposiciba ms temprana, donde fs identifiers total entre Resninder y Feo se consorma Peeo si godemos admit como extremadamente probable que algunos de los cantos finales de HI gaieho Martin Fier fueron com ppestos ants e los que tbcea el poems y zon encontier convncentes {os argumtentor do Martner Estrada, para quien el ependio d+ Ps. din, incorporsdo, 4 Le mela de Mart Ferro, es anterios en s¥ con posiciin als incuidos en i rig parte,* ello iepide que (coma por otra parte aliite de buen grado aunque no en estos térinos— Mariner Esa) la unidad la obea tenga por fundancento fs det niiones del sree y sus relacioaes con a eeeador au muno que 30° formutan an lor eantoe nics de AT gaucho Martin Ferra, Aner ata que, de moto del ado atpico en dl, ofé por un itante-nevortetén de pensador que bugeaba a a vez eh os rster tio dimos de In realidad y en los cavernasos reeaveos de sibeons siente colectivo para afrontar al problems eckanda mano de ese sahor nis nedsite, pero también ms seguro, que debi a sv conicién de ar tesano gel vo) intenta evaluar Ia obra de Hernéndez prostamente desce of pocspectiraartecana y, ts reconoeer mumerosoe dikes por tines de a0 colga on poesit Unita severamente el aleance de xt r2=%- rocinieto al ver en ellos séloarifcios mis o menos flies en rv i. tonto de aca un free bisa: para él el cielo de Martin Fiero, qe surge y aranzasotenida pee estimlos eambiantesy en parte contradic iogls, na leonza una auténtiea unidad postica; «su juiig La uate “Ge Neten Horn fe-va-pata autor —I9 bajo aveeido el to80 0 ‘no Wa, ntativa ela misma facenada, de str log cabos que queono suclisien al poama original, ‘Aqui no se titardde linear atraopinién sobre este punto al ado de Ta de Martinez Estrada (aunque reslla diffi no preguntare si esa atencidn alo concreto no lo ha levado a buscar las soluciones de conti rnided en In eshecencio poctiea dsl ciclo do Martin Flerra on aires sesso menos decietos de lo que yarece eceety 4.96 torae efcienta: inente en events [a definicia tolalmenteexifosa ~que por ota pare advierts muy bien—™ de_un too. yun nie) expaastvas nuctos ena aauchssca, y manteailds 3 imientosy cas sin falsas notes “Tp Bisa de tale al ce iv qe 890" nos iemparta Cs ie intent catvear a tras do Jn camhisnte tlacibn entre Herings yy Fiero It igusimeate variable que so va'a dar entee el primero y exe mundo: nurab del que ha de constiturse en intérprete prvlegiaga), eb interés de los comentacios dx Martner Estrada proviese de que, cal ‘quiers sfa a vader de sux conchisiones sobre la cokerenci del poema, fara fondamentoelas iene a proponer para el camino de Hemnndes ha ia Iz identfcncién total con ek hire y su mundo wn itheraio que luego hi de cecomrer en sont inverso, desde el plnteo que ofrece el TULIO HALPERIN DONGL “plceo temdtlca de Et gaucho Marin Fiero hasta la restaurtiGn ple de ts cistanca abi bola, que permite que el selato dal Hijo Seteea “culo en La vuelta de Marein Ferro y cuya composicign es fuera ded toda duda postesiora 1872 recupetw por entero ln perspective que dg trina el epodi de Picacia (com se fabe-en opin da Mirae trad el primer esbozo del que iu a sere selatoautobiogrifice de Maca tia Fist0) ae ‘Par Mactioes Estrada, entonces, la abstracta pores deli de apes posible la identscacin plona entre ella au inventor) y un indents’ nist de opresén y destrieién qué no hn de Jevenerse hast, dlojarle lugar ninguno en el que ha sido su mundo, que se nos ofvece abruptimente como tema de ia obra en los primeros eantos de El gar¥e cho Martin Fiero, 20 lege slo gracias un progresivo despojamienta ® partis dei relsto de Plea cya line de avon repite la cpio del relato picaresco, y cuya figura central se rehiisa enféticamente a ceii® vindicar para st euigulrinocena, pasando por ef de Case, precusor, de Martin Fierro setenido en la versin defiaitiva como su siniestroy, doble, cuyo destino prefigua en uta clave sstemdticamenteséedia ef del bévoe del clo hecandlano. Ese progesvo despojamiento de la 68 ‘gua protaghnica se acompata de Tau parte Snisieacsa dal nares aut log pesonses Sie He mive,en que los pesones pode caractor teas neh a Vidusles hasta” que papel mena 2 sisiaas el ‘ido en Ta camps "En ef episodio de Picerdia, el censo de personajes incluye algunos que no podrien desempedar papel algun en ese conilicto centcal, desde Jos volantines con quienes recorre mundo, pasando par las tus, “buenas! sefloras”, pero fastidiosimente devotas, @ ineluyendo ¢ les victimas de su rapidez con el naipe; por otra parte, cuanda también Picurdia anastrado a la Gontera, la pes revonvee? on él 2 una victima tot E de partida que, dmenazando aplicarle Tas sanciones de ley contra el! juego prohibido, lo fuerza a dividic con 1 sus gunancias de tale; lo {que lo indispone con ese forzado socio no son sin embargo disputas de! innterases, sino los insultos yeladgs que le disige y finalmente una apetias inosents: Jo se de un offekal ciones disputadas. Por el contraria, hace cuestién de orgul por la lista opositora, reviidicando “en Ja mesa electoral” le rn fgualdled con todos Tos howbres que es ya suya “en las carpets de ju "Su tnemigo lo encarcela y finalmente persuade al juez de gut Je incluya en el présimo comtingente destinado a la frontera; su destind sera sufrir “en aquel iufiemo, Bs dura penitenia Por una inalasue rencia | De un oficial subattero™?” (y ante este rudimentario pass oe Be JOSE HERNANDEZ ¥ SUS vaaiscbos © postico, que hubiera offecido digna mectieia a un romance de ciego, ge de niievo dificil resisGrse a la propussce de Martinez Estrada, que ve ‘aqui en wecidn @ un poets en sus primemesarmas, y que no domina atin del todo sus instruméntos expresives). iy sh inocencia, pere sion U6 Ta eset a wa ter per sospechadd largamentéy yrantes-de-sergemndetla por fin abruzndo- s2 con in juez de pad avanzada en allos 3 de Sigara poco gallsda, Eula frayectorid que sabre con su sangtieaca wenguza sobte su ofenior (iogisticda en devidide tono de farsa), fx wicthina rebelde se trasforina finalmente en agente del orden que Ja ia mginado: mientras Fiexo descubird que au desercién lo pone taa sadicalmente al margen de la sociedad pampeana que no Je queda posislidad de sobrevinr en st émbito, Ia historia de Cruz nos ensefla gue ni aae-ol-bandidaje supone una cupiura definitive, ste asesing de ea Juez de par, slecconada ya “por uhs petits exporiencia como matrero, so ha inasformady en atce tivo cantidato 4 servidor del orden: acegea la invitacidn que otro le divige mediante una proclama que poné=za sx valentia y lo declare “nombee decente”, y se incorpora como sergznto a las (ls de la poli Gia, todavia sirvé en ellas cuando el encueaira con Fierro lo devuelve ‘una macginalidad ahora Gocemente elegiea. Z E episodio de Cruz es elaborado enemas desde sin! pecpectiva gles ei Ia de lay slpidas y desderiosas nocacianes sole el lugar de ft, Wiloncin-on la vida -populas-sioplatense, afrecidas por Hemdndez ein 1870 para rebatir los ataques dirigidos desde el extranjero sob la cre lente desproteccidn dg las vidas y Bienes d2 Tos inmigiantes. Como dh elles, i no falta el juicis moral sobre los exisodios natrados, éste con duce a una suerte de universal y resignado Sesimisino, para el cual es ls + ssavelidad ta que inpone papeles de Victiaass 9 witimarios 4 pelsuinejs UUsifonmemente poco adinizables De 1870 2 1872 no sil se consmas Ia wasformacion. de un gaucho perseguidy (por una mala suerte com la que colabora a uavds ‘tefecto: cuidudosumente inventariados por el cantor) en sisubolo sat ‘mental de los suftimientos de todo ua puchla inocente, suctificado en claltar del nuevo estado, sino Lambiga vemos disiparse est perspectiva . ello se refleja —de nuevo en palabrss de Borges ent la meta- osit del “gaucho maltratedo y quejosa™, que es Martin ize en su Pwyel de vietumw inoeente, en “uno de Jos honibres aids. vividus, butates y convincentes que lu historia de Ta Tteratura registea" 2? = Eat trasformacién, refleje sin duda el distanciamiento execiente futre un Heméndee a quien su condieisn de proscripto tolerado, aun ‘ue Jo hagi vietisia del abuntimiento que es consecuencia de lt mo- 4 |_TULIO KALPERIN DONGE nétona hospitalidad del Hotel Argentino, no le oftece ya umn destino ge- ‘melo at atroz de su héroe, ¥ ese gaucho matreco en quien por un mo- rmeato creyé encontrar um alter ego. El primer rasgo que esa progresiva Icidez le revela es la ferocidad Sonata en ese “gucho manso”; la pri- ‘nera vez que fa vernos ceutellear fugazmente, en versos de singular fuer za expresiva, ello ocurte en un contexto que la hace menos objetablo: es “on ef encuentro con ef hijo del cacique, ocurrido al afrontar Fierro su primer maldn, un encventro que ~l0 confiosa paladinamente~ ha bus: ado esquivar, como las otras oportunidades de peligro oftecidas an eis « Jomada de temeroso recuerdo, Acorralado, lo salvan sus boleadoras y, yaen el suelo su encmigo, log libranse de él: : Ant roms lo tick of alo Totes conaps ei ‘yo pit en lan patetes, : iv mpex6 a hacer morlquetar ‘ya mcequinar le gergonte. Pero yo hice bs obra santa de hacerlo stra la ota ‘Aqut la fecocidad puede exhibirse sin ambages porgue se desplis- gx en Ta que para el publica lotrado como pam el rural es, en efecto, “ata santa”, Pero hay ago on el desenfado con que el cantor evoce ess hecho atroz que va sin duvia més allé de lo que i sensbilidad de ese pil- biico,y ladel mismo Hesnéader, podia considerar aceptahle; y exe 1eg0- deo en la evacacién de s propia inhumanidadl del que este: episodio oftece s6lo unt atisbo, se despliegasostenidatvente en la nasracién de la uta_con el Moreno, desprovista ahora pos otra pate de a justifea clon qué iesullads undalnementejuzgado ludableofrecta en el caso anterior. - 1s actitud de Fieesa on este apieodio anele sor ancontrada inde fendible aun por los criticas que mis impatizan con el personaje 7 creen agur necesario registrar au expliita desaprobactin; Io que parecen hallaz mis embarazoso es la ansencia de cualquies sano de que Fierro pereibe hasta qué punto fo que en i narra socava I integra de su figura de noble gaucho perroguido, admicablemente manterida hasta ese momenta, Sis8 pasa de Fierro, eve hijo de la fantasia del poets, 2 Hemiindez, se hace evidents que #sa folta de cualquier expresién de” arrepentimiento adecuado a fa enormided det hecho (las que son pues- tas en boca de Fiorro subrayan esa ausencia por su cisma trivilidad, nds adecuads al aropentimiento que despot ‘za provocada por el exceso alcahélico y la oxcitacién de encontearse entre tantos amigos luego de tanta soledad, que al provocado por el 330 sinato gratuito y deliherado de un desconocido) no deriva de que Her iuindez, ccimo Pietro, sea incapar de percibirla: cxando este gran poeta que es ya plenamenie dueto de sus recursos expresivos desarrolla todo el episodio como uns evocacién burlona de un hecho cuyo contomo a alguaa inocente torpe- ;ANDEZ ¥ SUS MUN 235. sangriento y desenlace necesariamente homicida no pierde ccasidn de siento incongruente proyecta sin duda de modo no indeliberads sobre Ja Bigura de su héoe las perpejidades de su propia sensihidad moval frente a ese aecto de Ia personalidad de éste. rola itodneitn dl episodio qo tanto compromet ga de esra no es por otra parce capsichosa: en In economia del pasa su degradacién moral debe destacars nitidamente porque ss baste dat dafio qué ls ha sido infigido pot el estado opresor, que por otta pate siendo como es, la vez la fuente y Ia expresidn més acabada de ora de, gradacién, no hace de los progretos de ella en el alina Je Ferra un no ‘vo para ensafiarse aun rds en tna-victima a la que estd redticiendo a si propio nivel moral El asesinato del Moreno, en que ell se despiees plenamente, no agrava su sitinciGn frente al poder, ex agravanventa {lo 2 dard como consceuencia del episodio siguiente, en que de nueva ‘mata a un rival en una disputa de pulperia, eto fo hice con plona jus. tificacién, porque ha secibida agravios que no podtia ignores sin pees 4a esi de’ sus pares, Si es esto ccimen tan justieado el. que ig win total inocente, como eM huabie-terkro te wale sues de Mine? 68 diponihle atensidn de boracho, ino un “phucho que hac alarde } De guapo y de peliador [ue sus-antadas tenia Fail % Comeiidante. /'Y como era protegido andaba muy entonado” es en- {nese paiieipanin prvleginds de sv vistima en el orden igi dal que gobierna la papa fe que, ala vez que ustifica moralmerge Ia reaccia de Fierro, hace de alla un desafo intolerable para exe orden intriaseeamente ectninal Pero ala pelea con ef Moreno tiene un leg(timo lugar central en tn estructura de El guurhio Martin Firrn,elln nn imps que macho lectores Ia sian encontrando dasconcertante, y no patece que ese tra, tamiento quo la hace pastculargente choeante fuse nocesaco para que at cumpliera el papel que le estaba asignao en la economia de a obra. Por otra parte, aun dejanda de lado que en la elaboracién del episodio se subray2 instentemeate to que l tiene de sniesto,yaelescueto os atiema de los hechos ali evocados teflea una eorpeién moral del héroe, que va evideatemente mis allé dela intenci6n declarala por Her- niadez en el canto 1? Hiay mis, sin embargo: no sya siquiers events que para Her nvindez Is degradaciin de Fieizo sea el resultado de una experiencia aislada, que trasforma al aohilisin paisano que fue en un hombre ex- pat de’ cometer por las razones mis frvolas erfmenes que ya to sabe pete como tales, En li “carta aclaratotia” el poeta propone a José Zoilo Miguens ung clave dstnta para explisar 4 su héroe; ahora las culpas de un orden polities perverse pierden su eardeter de explicacidn = Privilegiada para integrarse andoimamente con. otras influencias que. 295 / TULIO.HALPERIN DONGHT también contiibuyen a plasmar “el cardeter de nuestros gauchos”, may eado por “todos los areinques de si ative, inmadomdos hasta al crimen, y con todos fos impulsos y arrebatos, hijos de una naturaleze aque la educacién ho ha pulido y suavirado”. Martian Fierro no ha dejedo sia duda de ser el simbolo dei martiio de la campaiia, pero al margen de ese papel simbélica es la vez.“un tipo que personifiea el caricter , dibujando “a grandes casgos, aunque fel- rabajos, sus habitos de vida, su indole, sus tar # todo un grugo Soci Ineate, sus costumbres, sus vieios sus vitudes” 5 YY, aunque entre esos viciossSlo merictonarden et piirafo siguiente £ esa indolencia que le es habitual, hasta Neger & constiuir una de lis “28% condiciones de su espicitu”, en el tueepo del poema advertimos emo aquél que halla mds diffeil de aceptar sin escdnudalo os ln intermitente °§ ferocidad gratuita, que alcanza su expresi6n mis descamada precise riente en el episodio de la muerte dal Moreno. Tambign en ese est dalo munca suprimido Heméndez se aparta del canon establecido para ta gaucheses en el ciclo dominado por Ascasubi: falta en él esa “lara * que peuiltis al eantor de las guevras civles tasmitir poe ticamente la felicidad de esas luchas;10 que la reemplaza es una sen fided decididaments ms moderna, que se enfrenta con aquélls ala que ‘Asoasubi dio Yor como eof un enigma tanto inds impenetrable porque "3 ahora Hemdndez descubse més que nunca en la inhumanidad une di mneusién aparentemente incougcuente, pero ineludible, de un modo innegablemente valioso de ubicarse en el mundo y reaccionar freate a 4, eyo. fatimo refitamiento no logra ocular del todo Je tosquedad de Iai palabras y la frecuente britalidad de las acciones de quienes par ticipan en Debide a ello, aunque el episodio del Moreno se organiza sobre un csquema que lepite los de ls incidentes de violencia popular desdeflosa~ mente evacados en £1 Rro de la Plata (“dos ebrios se dan de pultaladss [al salir de un garito dos se pelean y se matan’), la actitud de Her~ niindez. no. podria ser ya ta de Gexpectiva indvezeacia que desplegaba entonces: la ferocidad que esos epizodios reflejan no lo invita « apatar Ja mirada de Jos actores de esos dramas sordidos, cuya intrinsect rnoblezs sobrevive mistesiosamente-a ellos. Es sin duda peligroso inter- pretar ln composicién del Martin Fierro en clave excssivameate biours fica, pero no es quizi ocloso recontar de nuevo en este punto ls etupa de Santa Anna do Livramento, En eli, la mis devesperada de la carrera de Hemavide las circunstancias lo levacon a integrasse plenamente en 8 tun grupo cuya Solidaridad naefa de la complicidad en ef asesinato de Jequiza, y entre sus compaties de destierro iba a senttse partlular~ mente cera de Juan Pirdn, integrante en esa fatal noche ce abeil de 8 1870 de la partida que habia invadido et Palacio San José y coimetido cl. crimen,.* y quizé la intimidad de ese honibes encantador y amiga in-_ 28 JOSE HERNANDEZ Y SUS MUNDOS, 297 comparable, que Hevaba como carga Tigers li memoria de un acto que Feiiadex habfe eito aecesaro justificar en UErminos Wuculeutos al jncorporarse & las fas jOrdanistas, pero del que sin duda ge sabja radi- calinente incapaz, contribuy6 4 mantener en el centro de su imagen del “tipo que personifica el carscter de nuestros gauchos" esa contradiecién insamble Es ste quizd el signo mis importante a través del cual Heméndez redesaubeo lo que a pesar de todo lo separa itremisiblemente de esos “ margiados del mundo rural ontre los cuales erey6 por im instante en: contr su alter ego, El revonoviniento de esi restaurada distancia esté implicito en lor términos mismos de la carta introduetoria a Miguens, asi, cuando sostione que ls supuestas incongruencias del posina to ton sino efectos deliberados ("sus defeetos [...] quizd.no lo sean todos los, ‘que a primera vista pueden pureesslo, pues no pocos se encuentran alli come sopia e imitucién de los que fo son realmente”) y sSlo busean seproducis “as impetfecciones de forma que el arte tiene todavia entre ailos"* la-fruse zefleja una pecfecte,conciencia de que en AT gaucho “Mertin Fiero hay por una parte un objeto colectivo ala vez fanaa y senigmitico “ellos” y por otra un medisdor postico que puede actuat como tal frente al pablico ietrado no porque sea ala vez parte de aquel dobjeta y este piblivo sino porque, tinica entsé los integrantes del segun. do, ha puesto un largo esfueruo on estudiur al primero. Ala vee, reco- nocimiento de esa distancis por un instante olvidada, lejos de suponer un retome a Je situacién oviginaria antarior a la identiticaciOn entse poets y héroe que ofzeci6 el temple, suntimental para ta invencién de ‘Martin Fiemo, se apoya en una felucién con el mundo gaucho que es rx dicalmente nueva (y no s6lo en el marco de ls gauchesea): l co es ya Wto como el foco de lus torments qua amenazan a la frig civilizacion ma] arraigada on unas cuantas ciudades al borde del desierto; tampoco oma el soporte de todo un modo de vida cuya defenss oftecs ef nl- ‘leo de un programa de accién con el cual sca tia posible identificarse; ‘no es visto en suma como un factor que todavfe conserystlgin peso en relaeion con las opciones pricicas que deben afrontat los argeatinos, avo en el momento mismo en que deja de ser visto como todo e30,¥ Dreckamente porque deja de serlo, es posible percibir por primeca vez hasta qué punto es interesante Es la éxplicacin y justifcacién de ese estudio de un interesante tipo humand la que oftece el tema principal pur [a carta introductoria 4 Miguens, jana vez dejada airds und frase inesperadamente coneis que evocs “todys los abuios y todas fas desgracias de que es victima es clase desheredada de nuestro pais”, Su modo de expresurse (“ese estilo abundante en metdforas, que ol gaucho usa sin conocer y sin valoras, ¥ su etmpleo constants de Comparaciones tan extrafas como frecuentes"), ‘que rfleja un modo de pensar y sentir "toda la falta de enlues en us ideas, en las que no oxiste siompre una sucesién ligica, descubrisadose TULIO HALPERIN DONGHT frecuentemente, entre ellss, apenas una selasién ceulta y remot “sus reflexiones con el sello de oviginaidad que las istingve y el tinte sombrfo de que jamfscarecen, 0: fie propia que, sin estudiar, aprende en la misma aaturaleza[...] la su~ perstic y sus preocupiciones, nacidas y fomentadas por su misma Jgnorancia [...] ef orden de sus impresiones y de sus afectos, que él encubre, estudiosamente; sus desencantos, producidos poe st! misma’ condiéién social, y esa indoloncia que le es habitual, hasta Hegar a cons. titwir. una. de Jas" condiciones de su espéritu")’ plasmado por un especifico modo de vida (“sus costumbres, sus trabajos, sus habitos de ‘vida, su indole, sus vicios y sus virtues; ese conjunto que constituye el cuadzo de su fisonomia moral, y Jos accidentes de su existencia llena de peligtos, de inquietudes, ‘de insegiridad, dé aventuras y de agitaciones constantes”), he aqui a juicio de ffeandndez los temas cen- tales que busca ilustrar el poema de 1872. Peto ai el poema, perdida iremisiblemente su inspiracién orjginatia que habia sido une cosa sola con la efimera identificacién de poeta y héroe, encuentra tin nuevo foco en Ia reconstmecién postica de un mundo, es porque fa eFicacia histériea de éste se estd disipando rapidamente, y so hace wrgente res catarlo de una universal incomprensién antés de que Io devore el ol- Vido (en la frase que resume todo su propésito, Heméndez dectara que ste consiste en “retratar [...] ese tipo original de nuestras pampas, tan poco conocito por o mismo que es diffel estudiarlo, tan errGneamente vdo muchas veces y que, al paso que avanzan las conquistas de la ivilizaciOn, va_perdiéndose casi por completo).*” Ast, una vez que se revela usa Ta opdn que Hetdindes TAs echo soe are dete gauchesca(y que iitentaba recrear el género a ‘aciin sn rerqiicior otee poet Tetads this Geeks le wa mn simpétin de un ondo ey Gesee We freee Teas ts 4 yt el ciolu de Mattia FSene ahve en rigor << ae gonducé + Don Segunde Sombra: Ta continuidsd des proyecto altemativo, en el que Heméadex iesibe 50 rumbo ya defiativo come posta prucesek aheende le aque a pesar de todas ls diferente da ene El gaucho Martin Fi 0 y La vuelta de Martin Fierro, Sin duda en el segundo oema_el, htoe dal primera ha pentito su abammatsr outa Yat iene “inn poe oe Tae i sf dy degac econ pa peripelivay pia contenpla y seed ocaso teafond hunano'y toaal quo por a0 pace AS perdido también el austero esquematinna dominente-ee sl oeiea te tea , ‘Side todo To que saceds 9 Fiero, hata 6! momento en que inaladada vista a fa pulpertatuerce par sempre si dostino, noe aes dice en vigor nada (0 s6lo To necesaio para esovar una etapa fee deg, tinads a oftecercontaite ala que sigue) suprewencia en fy Testa Aden Vindose en ells esa ospacie de flloso: JOSE HERNANDEZ ¥ SUS MUNDOS, 110. da_pportnidad.(0 n9 totalmente jusifiesdo pretexts) pasty gga presentaisn cn aerso.de tersitaniaindio y sushadieantes cise {era trayectonia del jo Segundo es presentada contez un Fashande ro Bint por Ia misnia pulvlante humanidad que e relate witobiogdfc de Picardia. AH/ sobresale el Viejo Vizcacha, ese caticato inolvidabh. caya presencia excede en micho (en extensién¢ intensidad) el pape modesto que tine asignado en la economia de la cba, pero Vizeore no est tolo: Ios retrtos de In curandera, el avino, la tudo quo pre {onde el Hijo Segundo aparecen dibujados tambien en teazos vigoeeos YY eatrs la primera y la segunda pacte ao sélo ha cambinda la pecpect va; I realidad misma’ his. seguide.trasformvindose-enel_ sentido ya divinado en l-carta-inkrodueta: ls"bamerns entre gait ‘eacta de esos gauchos del fondo de i campaia'y ta vida bana hen eo signando a cele. Ax, Ta etapa final de vida de la mujer de Fiero tes cuits en 66 mifeo antes tan tenoto. Lo tinica que me han condo ‘esque mi mujer a mucro, Queen procir de un machecho fe forts ijt of pact, Shond infntes ravers fad co pore, Consy inten we por fine nota de. Feed pues metona nT uur J ene obamo de males : Fete my poco tmp." yak “ we Mizntns a jer dé Fito mere nl hospital, dsjando asf aed su peculiaridad gaucha para entrar a compartir mas plenarment el dest rng de los pobres del mundo (0, més exactamente, del mundo trasfor- rida por bie “sonqpists de In ciilizacién), su Hijo Mayor autre de otto modo esa metsmorfosis: Ie taca vivir una Deripecia que proyesta la dle su padre sobre ese clave nueva; inocente, conoge Ia aoz oiedad de la Penitenciarda, y ol largo pasaje qne evoca esa experiencia rotoma y exaspers Ia déspojada pureza de Iineas ya presente en el rlsto de Ie des- dicha paterna, En ambas ocasionor, Hemndudez anticipa ~y desde luego supera— el tratamiento de dos temas luego insistontemente freenenta los por Ja poesta popttar urbana; de nuevo, Martinez Estrada parece estar en fo justo cuande recanoce en ol lato del Hijo Mayor el mis exie toso tour de force do Hemindea como artesano del vervo,”” mientras Lugones miela una inesperada dureza de ofdo al descubvir en 41 tan s6l0 ol “Tastidio de largas series de estrofas sin colorido ni sabor”.*" Peto la inseosbitidid que Lugones muestra en. este punto se entiende mejor s 4 recuorda que, por admirable que sca el relat del Hijo Mayor, él se bie resueltamente fuera del marco épico-primitiva en que, por razones s6l0 en parts fiterarias, se abstina en encuadrar al ciclo de Mar- tin Fierro: la poesia que alli despunta es de temer que podrian revono- TULIO HALPERIN DONGHE cerla como suya esa “plabe ultramasina"” y sus “cémplices mulatos yi mestizos" contra los cuales Lugones erigié su monuntento al poeta de la estispe. Es cierto en todo caso que Hemindez se detuvo en el umbral de sa poesia nueva, y ates que explorar el camino que va del lamento ” gaucho Ik protesta popular, y que por un momento parceid abrisse ©! ante 4, prefitis eiriquecer hasta el abigarramiento el retrato, ahora ca- Tectivo, de “ese tina orignal de nuestras pampas” y complementarlo “28 Eon entaats neraes que, SUngue RENEE Sede eel Martin Fiero ung presencia menos absumadom de to anticipado por el pislogo, inteatan destlar de his peripeciay narrudas moralejas | euyo confonnismo Martinez Estrada. nos ha enseftado a todos a de- plorer. rd esa disculible ovlentactén pesa sobre la segunda parte mucho 32 ‘meno’ de Jo que ki mas decitidamente critica gravit6 sobre fa primera, % ¥ entre una y otra, pese a la diversa y casi opuesta leccioa que ambas boftecen, la continuidad est dada por la de 1a atenci6n respetuosa que Herninder, prodiga en uaa y otra al gaucho y su mundo, y que se refle- jen primer lugar en la covistunte felicidad en la evocuci’n de precisos mds abstractamsente eaquemiticos de la primera parte, y los salva de»; cualquier acartonemiento: si Martin Fierzo debe en ellos repetir disci. plloadimente parlamentos dictados por un autor que no ha renunciado ain 4 dotarlo de una monétona impecabilidad, por lo menus esos parla“ ‘mentos tienen el (ono justs. Me aqui al protagonista tratando de hacer ndlar al Mayor gue no ha recibido su parte de las buenas cuentas (auti- - ipo sobre soldadas atrasilas) como con poe gine iets “Tol vex mariana seabersn de pugs “Qué malar otro til” oF al punto me conte, “tu pags Ja se acab, evpre hae de wating", Mery ledje: "Yo noe Fesebido wa rat ™* Este pataje sonciso refleja uns subia reticencia hecha a ta vex de cortesia y de cautela ¢ inspvad tanto por la necesdad de "sacarse el entripado” como por el temor del agiuvio que oftecerfa inevital puesta a cualquier eslamacién menos ablicuasla extrema brutalidad de ~ Ja que de todos modos le Hegas'y qe fo proclama “animal” en el mo: mento mismo on qué sa interveueiba tratunta uaa finsina conclencia de las dimensiones sociales y inoraled de este episodio que para sl no es aicnor, hace de nuevo gatente fs supetiotidad de Fierro sobre sus ¥ ‘dugos ¥ le injusticia de su destino; Hemigndez logra aqut plemamence ia hazafta de haces de Fito a la vez el simbolo del mutica JOSE HERNANDEZ Y SUS MUNDOS selsato inmediatemente reconocible de un gausho. Em a seguada p “eer Telsidad porn el esenrra ripide de ina excena'y of dibujo prec. un personaje son aun mus visibles (qué demasiado visible, yes su sencis ahora en primer plano la qus hace preguntarse a veces a sus tores siel autor no ha perdido su rumbo, y por exo les olive tan cuentes entcetonimientos en un camino que quiad ya no conduce guna parts). Hemdndez es perfestamente consciente de sv indisput acsitia como retratsia del gaucho y privilegiado descifiador de mmisterios de su alma a partir de su aspecto exterior y ofrece en art aspectos un ejemplo deslumbeador de sus habildades de virtuoso e Ganiea poesia en lengua gauchesca independiente del ciclo de Bla Fiero, la earta que a nombre de éte dirge su amigo el pintor ore Sian Manuel Blanes, que acaba de poner su cuadeo de ls Ties y Orintales en expoticdn en: Buenos Aize: el neloo de esta comp cida relativamente extensa (33 sextinas) lo constituye una sucesiér onasos retrates fisioos de "la gente subaltorna” inluida en el lene una reconstruccién de su personalidad @ partir de los rasgos de ac ae 7 Estas hobilidades, presentes ya desde has primeras estrofas de Soucho Martin Fiewo, y desuzoladas en su secuela hasta el virtuc imo, no parecen haber sido aqulatadas en un plano propiameate lit fio por tus lecores cantemporineos, El més principal que reco cian a Heinsndez como poeta gauchesco era la constante justeza, la dad profunda de sus aattacioes y desetpciones, pero precisamente ello se sehusaban 2 considerar su obea como eteatin Uteraia; fa noe de que también fa veidad se laventa Ia Tublerun hallado aberrante aque para ellos el resultado uecesaiio de la elaboraciOu artistien de tema es el autfcia, José Manuel Fsteada habluba por todos cua ‘esplanade la-vez al gids verdadero y al. mils incorce BE Tos paetas gauchesoos,™ y Heradndes se habia apoyado ya en lait ha prtmasa al excusar aus sopuestas incureveiones declarandolas co fel de las ya presenies en un modela qua debia reproduc essrapule neite porque ofvecia preciosa testimonio de las peculanidades de tipo hurnano y social que eca el gaucho Cuando los Teetores leerios de Maras Fierro atribucan 9 oo puesta autenticidad testinonial ef aructivo que ia obra eforeia sol alos, ee reconucimiento, a la vex que valoizaha la obra, Gesvaloniza ia havafa de Hernindez; el mito de éte consist en haberseatent puntuatmente a ua papel de inlennediaro pasivo entre of iin gaucho ¥ exe pblice letrado,y su obra x hucit tanto mis valoxa cut ‘© menos hublese puesto de suyo en ell, Esta recepoion del Maratn F mo podia aseyurar a Hernindez tan solo uu lugar en ese parnso segura clave asignado a los autores gauchescos: a por su forma (con vada de anteruano a la impecfeceién) ni por su contend (sina de in #4, pero sSlo debide’ a una “auteatiidad” que es vonseeucncle de q menos medioeze; ¥ sin duda es la esnguista de eve ambiguo prestigo I {orario el fruto mits evidente de la reaparicién de Hemndoz en Je figura de, posta gauchesco, euando su etrrera politico-periodistica so encuen-? 29M tri en rainas. El misimo advieete muy bien cud ¢8su lugar en la literatu’ =, ra nacional, ¥ fo asamo plenamente al pronunciar la oracién Finebre en Gi fl funeral de Estanislag del Campo,¥* en quion haba visto su més serio val, y en quien recondce ahors, disipada esa svalidad por la muezte, 3“ uno de sus parts en wha empresa poética que no podria aspisat a medis. se con hs dela literatura colt, 2 ate La adquisicién de un modesto prestigio en wn rea irremediable- roénte marginal de la Bteratura no habria bastado, sin embargo, pact ofiever a Heméndez una suficiente base alternative pari la Feconstruc- ella so preenta como menos pain, Hernandez woos slo, en efectos tert fie deeoe mundo que sbe plantar ant neste la Grade Vizeacha con unos pocos tazosexya pres jstza les hace enbowa: A biesysibe fees haber ass pasans Sis que ninguna disonanca ds en Bus lectores fn Thsion de pevfosta-y-pasive-fidelidad a un modelo erin; af lado de esa altisima hazafia poética, que para ser eficar no bese econocida coo ta jcuta Ota haa que hoy nos peree imucho mis problomdc, pero’ que era nds efusvamelte vaorada ag yor ais fecttes contemporteers: hy logruto spropiae. pewatent Tees sabilis apeton qv es stfado las experenels ste Fea de ln vida en In parpa, ls Cases senteloue que Ie express {fo lago del poema son sit dda tan egiimamente eens con de multe Ts entonoer Ia presence de ea “flosotta propia que, sin cstuttas [et pha] efron natoraters de oa ete, ‘tones cou eft logaatidad que ls ng yo te sonst del que jus carom ou hace Je la populated del elo do ar tin Flea. el punto de peta para una ecto eeructlratan de la figura pin Se Homer; tate er Menten poral pilin con Bu héroe noe ya primordaimente porque con el compart as dong tia; lou ecomn a ambos es soe fod exe pat no de miter. Sable SSTailida ea een yr Na nacidn del testigo del martitio gaucho en onearnaci Go docks nomen oS EE Se cnet ‘pean so apuincia val cerrrse ET gaucho Martin Ferro alli el cant {ill UW ofr t invertao rin completo dens deseza qe ha cen de é! ol sefior de Ia pampa,%* so eleva por primera ver, sobre la! | tvocacion de is penas,sufnianfoseiustis que agen personal | mente part plantcarse el problema de Ia presencia del anal en un mundo ‘qué es creacién divina.*” Si en Jo primero se eshoza una mutaci6n que” ~ 1s iniieaciones offside por He ‘palente- i a JOSE HERNANDEZ. ¥ SUS MUNDOS 403 zo ha de continuarse en la Vuelta (donde por el contratio se ha de reve: lat ilusorio el regio oftecido por fa nataraleza salvaje a quienes domi tan ss scoretos), la de Fierro en vocero de Ja sabiduria gaucha ha de florecer plenamente en el poem de 1879, De qué modo el mitiero con. quien Hernéndez hallé fnalmente Imapsble Meriicase tuts ‘tras: formarse en ef Blésofo risticc ie afios mas tardé sélo podemos cOlumbraria, de modo necesariamente aproximativo, a través de las par. fez.en_diversos textos (y princi tas a las sucesivas ediciones de su poemna) acerca de Ia perspectiva cambiante desde x que Yeia #1 héroo y se voia a la vex a sf mismo en su nuova figuta de autor gat ehesco, : "EL ingseso érunfal de Heendiided én el campo de le gtucheéca, r= flejado on el éxito editorial sin precedentes de El gaucho Narain Fiero, no pudo sino afecta fa imagen que ten de sf snismo y do au valet, y algo de ello parece adivinarso en las iveas qu eiorran su secie de eartas do un Prtagén, en que con la misma arrogante humildad de su héroe gaucho confiesa su total nvlidad itrara frente colebridades corno Mi tre y Vieuha Mackenna, y hace de ello el punto do partida para revin- dicar s1 condicin de een de_muchos f,.] vor que sale de fr multi tud". Poin a ese aplonie que ahora exhibe vefleja sin dua un cambio fn su autovalo‘acidn, no parece que 4 se haya acompaviado de inmedie to de una parallo en ta valoracin que de Herndndee hacia el piblico letrado euyo voredieto favorable fe era necesasio para contimarta:&5 revelzdor que en In polémica del ato siguiente con La Tribune, el diario dds Mariano Vatela declare no conocedo sino por sus aticulos politicos ¥y su biografia de Petaloza; i no es saguzo quo sus tedactoresignoren {que El gaucho Martin Fierro ha visto fa luz, es muy claro que a0 conse deran que Ja patornidad de esto absoluto bevt seller hipanoamericano soa un dato selovants pam aguiatae la poraonalidnd de sv advoreario, ‘A pastic de entonces, y paralelamente con el trabajoso toiatogto dle Hemnéndea a las filas de la clase politica portela, su personalidad li- teraria comenzard paulatinamente a erecer en la estiona de las cles lo- trades do sy exquiva patria, yes posible seguir, através de las prSlogos antepuestos a las sucosivas ediciones del poenia de 1872, los rejustes que ese doble avance hacia él reconocinienta por parte de sus pares in Gucfan en la fmnagen del autor y del héroe implicit en cada uno de 05 textos. Se ha visto ema Ja éartiscaratoria antepuesta @ la primera ei cin de ET gecha Marein Fierro ceivindicaba pata su obta sobre todo a fidetidad a un modelo. Horindez se presenta alli coma fideigna vo ‘eto de sas personajes gauchos, Ya ei la Carta los editores que eserve para la octava edicién, y. fecha en Montevideo, agosto de 1874," el poenia es coloeato en cambio en el contexto de las producciones que eméndez ha venido consagrando 8 fos problemas de ls campatfa, des. i ruLio natvenirooncit tinadas todas ollas a sostener ¢ ilustrar en la noci6n de’ que no hay idcompatibilidnd alguna entre It orientucién econdmica hacks la grinds say la participacién plena en las conquistas de la civlizacién europea; al hacerlo su autor se despoja de Is méscaca del gaucho muatiezo para re: velar a sus lectotes el rostro det paladin del progreso que ya consagré al tema sus esfuerzos de publicista cn EY Rv de la Plaza, Visio ahora como creacién de Hemdadez antes que de Fierro, el poema es a la vez tedei ido: Ia leyitimidad que Hemindez reivindica pafa su obra es Ia del folleto, que tiene tina contribucién especifica que hacer esclarecimien- to de Ia opinidn piblica, tan legitima como ls de “la tibuna paslamen- tari, la prensa periédica, los clubs, el libro”;y, frente a quéenes consi- deran, que el folleto es “tuna degenerzcién del libco”, Heméndez lo declara “uno d2"Hrauxiliases y'no el menos importante”, EL hecho de que ese folate ey wend un poerna eserlfo la Sipuedta lengua de los gauihos es aguf inclevante; slo exbria tomailo en cuenta en esa esfera distinta que es la de la literatura, A lz vez, no puede dejar de advertir que el cardeter, gauchesco de su poema lo hace potencialmente preciosa como instruménto de difusiSn de las ideas a cuye servicio proclama be- berlo puesto, en euanto aleanza an publico que no es el mismo de le trbuna 0 ef libro, o aun de fe prensa diara, Pero, si bien est legitima merite orgulloso de haber creado para.sus versos una audiencia vedada ala oratoria parlimentaria 0a la prosa peviodistica, pefiee eludir toda consideracin del posible uso politica de su hazafia; al referizse, con reveladora colcisién, a esis ietradas masas turales que reconocen sus desdichas en lade Fierro, Hemandea se limita a augurar que la expe- semelt haga cacer en “los que escuchan al calor del hogar la relacién ds sus padecimientas, ef deseo de-poderto leer!” De este mado, si recono~ ce tna funefén politica para su poema, esa fusciGn se Tinita al sector que tiene-ya acceso:@ medios de esclarscimieato mis convencionales; frente a e3e otto piblico mis exclusivamente suyo, que ha sabido ga- narse gracias a Ie evocaci6n de las desgracias de un gaucho arquetipica, prefier asignarle en cambio Is de estilo on la difusion del ulfabeto Hecho quizd aun més revelador: ni aun al aludie a ese pdblico que por hipotesis vise como realidad la ficcidn que es el poema, haciendo hasta tal punto suyas ls peripecias all evocadas que su ingenua identificacién con el protagonista 0 deja fugar dentro de su esfera de atoncién para el posmia y su autor, ni aun entonces retoma Hemndndea, asi sea ea forma medisda.y atenuada, a esa identificacién subordinada ‘cou su Iiéroe geuicho de Ia que se habia glorado en 187 ‘No por €90 dejar de reivindicar en lo sucesivo su fidelidad al ri Binal tnguistico y puético que pretends trsferir al campo de la litera- ‘ura eserita, y a los rasgos definitorios del tipo humano del que su pra- {agoniita se piesenta como representativo, pero no lo hard ya como un Aspecto esencial desu proyecto de creacion poétca, sino con una von asin ineludible # la finalidad préctica de retener la lealtad de su pi JOSE HERNANDEZ Y SUS MUNDO 0 bco de ta campatia. Eni advertencia antepuesta a Ta déckina edicign, fos edicores aseguran en nombte det autor que si éste no ha querida in trodueis en su poema “las mejoris que en su concepto reclam el pla corginico de su produceidn” es porque “como ouuchos de sus amigos etticos, opina que cuanto mds se acexque literariamente Su pemna a l aviesonadas academias, tanto ms ve desvard de la senda que conduce a rancho”. ‘Agu la ficciSn que asigna al protagonista la autoria del poems né es ya ni siquiera evSeada, y Io que se offece a considerneién de los lee ‘ozs es un Heminder dividido entre dos publicos, entee os cuales I Priotidad que reconce al iletrado no deriva de ninguna identification prvilepiada del ator eon dite, sino de Ia inlidad pedagosica que cada ‘ec ms enfiticamente asigna a'su proyecto, Esta Is comenzado ya a alcanzarse én una pampa retraiada con Aeicados traz0s de idilio neovirgano an que cuesta trabajo reconoser 8 he que offecis marco adecuado ala desolada historia de Martin Fiero 3 dee el “ticeo” ent que la obra de flernindez puede cumplis su peda ‘iva cometido; all en ta hora del ezepusculo, “después dela fatigas dela yerra, en las tardes serenas de [a esquilt 0 cuando el labrador ha enueagado fa dorada simiente al surco donde germina la «nies (...] 10s caatod de su héroe endulzan fa yeluda en la modesta vida del campo”, vencienda las tentaciones que en esa campaia sin embargo regenctada sigsen ofteciendo “la bargjay Ia taba” De este rmodo la escrupulosa fidelidad a un modelo es revindica a no como el seereto de un éxito: poctivo ‘que Teanindez, aia no se ative « reivindicar abiertamente como tal (por el coutrarip, se apresura 8 convenir con quienes reprochan a su obra defectos que son precisa- mente consecuancia de ese fielidad demasiado escrupulosa), sino e0- m¢ el precio que el aulor debe pagar para que st piiblico reconozca en 41 ua interlocutor lepitimo. Una fidelidad asf justificada, lejos de apo arse en ninguoa identificacién con ese piblivo, supone por el contrasio {au Herter conserva con €l tna distancia que sélo puede acortarse en Ja fica postica porque para ella ha aceptado encsirurse en los I ritados horizontes intelectuales de ese vulgo nistico; recur heroico pe1e novesario para hacerse ofe por ély ganar asi la posibilidad de orien: taco hseid una superacin de sus propios defectos a la que no seria pis de aspirar por si solo, Estas claves retrospectivas que, a cara descubiecta © a través del frasparente volo de unos andnignos ‘editores, Herninder prapone para Elgaucho Martin Fierro, lain provocido también ella ls reacctin des aonida 0 colésica de muis de un lector de nuestros diss, y se enticnde, or qué: ellasrovelan una sistemtica incomprensiOn de lo que hace la grandeza. podtica dal texto de 1872, y una tan extrem tergiversacion de su sentido originario que no es eresble que ella no incluya un ele ieato de Kobsificaci6n deliberads, destinada a hacer de la celebridad del 306 "TULIO HALPERIN DONGHT poema tina mis persussva carta de triunfo para un Heméndez que se ba consagrado & conguistar por fin um higar ela clase politica portena,re- nuinciando para ello a cualquier yeleidad de disidencia. En evanto a lo primero, es con todo significative que ofteciendo en cada caso argumen- tos no. demasiado. convincentes Herndndez, se haya atenido, con in- qiebrantable firmeza a'su desolado texto de 1872, negindose én ab- soluto a modificarla; ello permite adivinar por dehajo de todas sus'ee cousas una coneciencia crecfente del inteinseco valor Iiterarlo de su cbra gauchesca, En etanto a lo segundo, ses inieyable que esa presenta- cién del poema conto una cartlla e(vica para us0 de'los gauchos del todo infiel al temple decidido a lay mds desospecadas rupturas con al orden vigente que habia sido. por un momento el de Hemindea, la visibn de una eampafia fedimida por una acciGin progresistainapirada y dirigids por la it intelectuaty social portonaceflejaba fielmente via perspectiva,que ~aui.que pueda ser halladaisitante por muchos en este fardio siglo xx~ refleaba convieciones que Heménde® no necesitaba improvisar para hacerse més aceptable & sus pares; son las mismas que halyfa tenido ocasion de desplegar seiterativamente (y sin duda con total sinceridad) antes de que Ta marginacién provocada por su incursién en los entreveros jordanstas lo persvaliese por un moarento de que su des- tino se habia confundido con el de los parias que con ella pagaban su ands humilde desaffo al nuevo Leviatén del estado central, ‘Cuando se seria squi tndo esto, que debiera ser ya pasablemente obvio, es sélo para sefilar que al ecorrer asa textos de 1874 y 1878 nos hemos limitado a registrar el progresivo desvanceimiento dela figura de Martin Fierro para conceder atencién més asidua a los cambios en ta dofinicién del vinculo entre Hemnéndez y ese mundo gau- ‘cho que le oftece a fa vez su tema y ai pico, no ha sido con la inten cién de desenmasearar acttudes que Hernénder hallaba perfectamente wélidas y munca erey6 neeesario esconder, sino porque, cuando el ci tanciumiento entre el autor y el cantor-protagonista’ s6lo se mant fiesta’ en esos textos en el progresivo silencio en tomo al segundo, las claves para entender e distanciamiento slo pueden rastreer se en has alusiones que ellos encieeran a la redefiniciOn a el paralela, la cual afecta precisamente la relacién entre Hemindez y ese mundo gaucho. Lo que éios textos sugieren es entonces und definision cada vez menos ambigua de Ia posicién de Herndndez tanto en la constetaciin Jiteraro-cultural como en Ia politiensocial de Buenos Aires: en ambas se" ubica cada vez nis resueltamente en. ef campo de fa dite cuyo hijo prfvligo ka sido, ¥ pone al servicio de ella oso vinculo privilegiado con Jos excluidos y marainales quo e¢ leado de la ilusoria fraternidad que con ellos pareci6 oninlo en esa etapa de maarginacién cuyas eonsecuen. cis se esfuerca shora tan tenazriente por cancelar. La distancia eiécien: te entre Hemindez y Fiervo, eflajade en el silencio en tomo a la figura JOSE HERNANDEZ ¥ SUS MUNDOS ao! gdp dol segunda, ¥erfa entonces la que se da entre quien perteneoe por naci miento y destino al mundo de fos humillados y vencidos, eindividoal za en si persone & toda una muttitud sin vertura pero no sin culpa, ¥ aguien s6lo en un momento fugaz se exey6 condenado a confundirse con ella, 2 Ese avance sobre fineas tan simples n6 prepara del todo pare la nueva figura de Martin Fierro que campea en la Vuelta, No es preciso concluir de ello que ef extrafamiento entre Herndndez y el matzero de 1872 esté siendo cancelado en el poemia que retoma la narracién del c- lo de su vida; la huella de ese extraftamiento puede reconocerse aunt en todo fo que separe al Mactin Fierro de 1879 del ce 1872. A fo lasgo de 1 alos el matrero se ha trocado, como su inventor, en una figura pS blica: au cinta, qae en 1872 slreetieontuclo para su desamparada soles fs is se-Geoliogs shor de cam sun plblicnadmiatv, a Zul su uente gu punto mis ato sn eho, hermano de ae ee in Blas ents depuis as aie pe yala de conrapunto en que ambos midan sus fuerzas et ctual ponto ‘ulminante en la tayectora de esos payadores con quienes, a pati de, Satmiento, una faginacign histértea edueada bajo el signo del comaati- cismo habia yobluto a la pampa, y es este episodio el que hace posible 1a teformulacén dla Sguia de Piero sobre las lineus de a del aedo de Ja Grecia precisica, tal coma va a proponerla Legones Hay nds de un aspecto en quo la narraci6n de Heméndez parece en efecto jusiticarias en ella la competenea entze Fiero y el segundo ‘Moreno sé iibica en la huclla de una imsginacia tradicisn postico-po: pular encarriada en vigorosas figuras de creadores dotados de una vasta Celebridad que no wecesitaba para difundire del auxiio dela palabra tserita; al contiapunteat con el Morena, nos dies Fierro, no hace sino Tolver sun uso que habia ya cultiado en aquel mundo inocente y ills previa u su cata, euandy “Eu la costunnbre mia Cantar las aoe ches ontevas:/Tisia entoness dondequios | Cantores de fantasia’ El retomno a esa pautaoriginada en un mundo 2 para Ferro porque ha: completado ya un prose ui tino asd od nut on ae W i ed loge’ por una efapa coilariinaii, El iempo de cantar su desdicha por consiguiente ha paso Va (augue Fiero no poll borat Ia huella que ‘lla imprimi $0 destino, ysegurd condentda a una vida eos), yen la payada se exfuerza con éxito por recuperar clare poético que aprendi6 cuando el mundo y l eran igualreate inoce : Guano moro fui cantor 3 ex ure conn ay dich ‘Moe br suerte encprichs 1 mie persgue constant De ese tempo enadelante <= ‘lo can mei

You might also like