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Manuel fuentes y Paco Tovar (Ed.) La aurora y el poniente. Borges (1899- 1999) Tarragona: Universitat Rovira i Virgili. Deparament de Filolofies Romaniques, 2000 EI fluir interminable. Operaciones escriturarias de Borges Lisa T. CaLasnese Centro de Letras Hispanoamericanas (CELEHIS) Universidad Nacional de Mar del Plata. Argentina (UNMAP) punto de partda de esta ponencia implica un presupuesto,y es que la nocién de escituro, tanto como su préctiea misma en Borges —concebida siempre como escritura/lectura— pueden pensarse a partir las supervvencias de las operatoras fundamentales que, desde fas vanguardias, modifcan sustancialmente as estéticas modernas!. Una entrada posible que me sirve como metafora explicaiva es el cuento “El otro", que abre E ib de arena, Publicado en 1975. Ali el Borges de setentaaftos, entado frente al rio Charles, en Boston, tiene un encuentro consigo mismo, con el joven escitor vanguardista de los aos 20. El ‘sujeto textual, el yo-narador, adicaliza la imprescindible icionalidad del narar se asume ue el acontecimiento —lo que el texto llama “un hecho"— precisa de la fccén, éto, entendida como mentira, engafo o simulacro, es, sin embargo, una defensa contra la intlerabilidad de lo real; loreal es aquello no-decibe, no-escrbibe y, en este caso, nl siquiera experimentable sin la intermediacién de la construccinficional subjetiva, por cuanto su emergencia “directa su epifani, se pagaria con la locura: "ech ours n elms de bree de 1969, no ce Boston, n Cambri Nolo esrb nmeditoment Porguc m primer ropes fu dao ps no pene toss Ahora, 972, re gues eros ‘ore leran como roy on root lpr” De aqui que lea este relato como una fra. La escrituraretine, en un encuentro mpesible, ‘los dos Borges; metaforiza en las figuraciones autorales de dos tiempos diferentes, las dos Poéticas enfrentadas, y aglutina una autobiografia cuyo valor se concentra en el Nombre propio. Desviando el titulo elegido por Emir Rodriguez Monegal para su libro Borges. Una biografia iteraria, se puede dar cuenta de la refiexin fundamental que Bajtin aporta ala cuestinte6rica de la autobiografa, al equiparar la biografia y la autobiografia en tanto amas son portadoras del valor biogrifico. Sila fccién autobiogréticainscripta genéricamente en forma de novela, despliega sus figuraciones como extension narrativa, el cuento las concentra poéticamente, en su busqueda del aleph dela forma perfecta, de la utopia de un univers inglistico que pueda tifraro todo en una sola metéfora, La autobiografia/blogratia es, légicamente, también en este caso la historia de una escritura, Asi se superponen todos los Borges: el poeta vanguardista de la juventud y el "lésico" de la madurez: el personaje y el narrador; el escrito y el lector el urdidor de ficciones fantisticas yel critica, esta vez, de si mismo. El didiogo que ambos entablan recorta los hites de la autobiografiaIiteraria —-Hablamos, fotalmente, de letras”, expica el texto; se escenifcan, con la retérica dela polémica iterara, Jas convergencias/dvergencias de la trayectoria escrituravia; construye asi 1a. Obra, el ‘Nombre: instaura su propia genealogia, Se establecen diferencias entre las preferencias Borges (1899-1999) 27 138 literarias; eironiza sobre ls poéticas de una y otra época; también se oponen tas opiniones politica; el escéptico conservador actual y el joven que se adherfa ala revolucién rusa: sin hove cso, me oda que io cantor Jo ateided de os os hombres. 8 posta de moesto tmp ne pus da lean pec. [1] iv monroe depres —e onesie no es ms {furuna doc, Sloes indie existe, er gue exit algun” Hay una frase clave: “Eramos demasiado distintos y demasiado parecidos". Alli se resume, igual que en el titulo de uno de sus libre, El otro, el mismo, no solamente las Figuraciones dest incrustadasenel motivo del doble,tantas veces trabajado en su escritura con referencia otros personajes, sino y especialmente, en mi opinién, la cfr de su escritura, De allfque privilegio las operatoriasbasicas de a escrtura para sustentar la supervivencia el vanguardista, ndependientemente de ls cambios en los estilos, los procedimientos y las posticas. {Como resumir,entonces, algunas de estas operaciones? Trazand apenas unos mojones, ‘enelcamino dela vasta selva de sueserituro, que tal vez permitan sear algunas huellas ‘como marcas indelebes en el mapa dela literatura argentina posterior. punto iniial es muy sabido: se trata dela concepcion de la escritura y la lectura como fases de un mismo proveso, aunque no siméricas; paradojalmente, entre amas, ya desde 1935, ano de Publicacin de Historia universal dela infamia, Borges prefire la ultima, la lectura, porque, Seguin dice en el "Prologo”: es més rsignada, mds civil, mds intelectual”. Esta misma idea aparece en la famesa dedicatoria al lector, en su primer poemario de 1923, Fervor de Buenos Aires “A quien leyere", donde se esboza en 1923, nociones del Borges de 1969: *Si Jas paginas de este bro consienten alg verso feliz, perdéneme el lector la descortesfa de hhaberio usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortulta la ircunstancia de que Seas tel lector de estos ejerccios, y yo su redactor”* La escritura yla Tectura son concebldas como dos instancias del mismo proceso, ede la sgnificanciainfinito, de alla “nadas” de las personas reales de quien leey de quien escribe. Esta disolucién de la idea tradicional de “autor” —prefigurando las reflexiones de Foucault o Barthes— como presencia omnipotente, dueno y senor de la escritura,subyace, no exclusivamente en las Teferencias a "Borges", ino en las metdforas del mundo como Libro into desplegadas en _muuchos de sus relatos fantasticos, asi como por la fascinacion que ejercen sobre el Borges tio, textos cuyos materiales han sido trabajados con una forma sugeridora de su ‘ontinuidad virtual, o de la imposbilidad del certe textual. Recordemos casi al azar, 84 fensayo "Magias parciales del Quijote” o las reitradas menciones a la crcularidad de Las mily una noches. ‘Al mencionar Fervor de Buenos Aires, nos desplazamos al universo poético, campo de inagotable exploracién para el propéeite anunciado al comienzo, porque no hay pliegie del fico de eserbir que no haya meditado tedicamente,y st es uno delos mds fecundos. ‘As, observemos una instancia atelbuible al Borges autor y registrable en los sucesvos proioges a las ediciones de sus poemas; ediciones que, pese ala indicacin del titulo, no Son nunca completas. Podria resumir esta incompletud en dos razones: la primera, banal, esque el volumen de 1977, llamado Poesia completa, no comprende otros libros posteriores; ta segunda en cambio, sintetiza la concepcién borgeana del oficio de escribir, prctica que se concentra en toro de las operatorias dela redundancia (leese,releerse,reesrbirse, repetise) la arbitrariedad eer heddnicament, rele reesrbir textos candnicos nivelados ‘con otros no consagrades,contaminar tradiciones y géneros);y la pseudo erudiciénirénica (inventarcitas,mezclar referencias culturales auténticas y apécrifas); en todo ello se exhibe Ja permanencia de la esritura como proliferacién incesante, como fui de la persecustén del sentido, siempre inabarcabe, inalcanzable eincompleto. a aurora y el poniente El fluir inverminable. Operacione exrturarias de Borges Dos citas en inglés, en los prélogos a dos diferentes libros pueden ser una entrada posible en el registro del Borges/autor y su jerarquizacién de la palabra poética. Con esta afirmacién, no pretendo negar una de las condiciones predominantes y caracteristicas de Ja escritura borgeana: la permeabilidad de las fronteras genéricas. Con palabra poética, no ‘me reflero aqui a una taxonomia de los géneros ni a una supuesta especificdad discurs\- va, sino a la poesia entendida como efecto estético, en lo que concieme al lectory también ‘como capacidad y actitud, como un previo a la escritura desde la subjetividad del poeta, ‘como aquello que es posible reconocer en quien merece este titulo —blasén herdldico al ‘que en reiteradas ocasiones él se confiesa incapaz de aspirar, 0 al que sélo accede en ‘momentos excepcionales—, Ambas citas se extrapolan de cartas, una de Stevenson, la ‘otra de FitzGerald, y la eleccién del registro epistolar me parece significativa por su atmésfera "confesional”, por su pertenencia al mundo dela experiencia del escritor, apuntando aese previo que mencioné antes. Una se ubica como marco de ingreso al volumen Obra pottica ya mencionado, la otra a la reedicién de Cuademo San Martin de 1969, cuarenta arios ‘después de su aparicién, en 1929. Son éstas: 1 do not set up to be a poet. Only an all-round literary man:a man who talks, not one who sings... J. ‘The Letters of Robert Louis Stevenson, It, 77. (London, 1808). {As to an occasional copy of verses, there are few men who have leisure to read, and are possessed of any music in thelr souls, who are not capable of versifying on some ten or twelve occasions during their natural lives: at a proper conjunction of the stars. ‘There is no harm in taking advantage of such occasions. FitzGerald. En una carta a Bernard Barton (1842). En ambas citas se alude a la poesia como un don, una visitacién que atraviesa al poeta y que requiere de una actitud de escucha, seguida del benévolo azar, en la que se hace presente una concepcién de la poesia cuya procedencia puede rastrearse hasta sus lejanas raices roménticas (pese a ser Borges tan antirromantico en muchos aspectos), y que, pasando ppor los simbolistas, deja su huella en uno de los ideologemas que caracterizan las tensiones y polaridades de las vanguardias histéricas. Para poder aclarar brevemente esta Contradiccién aparente, sera suficiente recordar las reflexiones de Walter Benjamin en torno de los cambios que la reproductibilidad técnica produce en el arte, que para él se ‘manifiestan en la pérdida del aura.* Por ello, las vanguardias ubican el teritorio de la nueva préctica poética en un cruce ‘esgoso: por una pare, tratan de dar cuenta de la nueva situacién, incorporando el desafio de las transformaciones de 1a modernidad y sus avances técnicos que modifican los modos perceptuales; por otra, no quieren renunciar al “aura” que se repone como mito de la especificidad, poniendo asi de manifiesto la materialidad de la escritura, la conciencia de las operaciones sobre ellenguaje, el reclamo y la bisqueda concreta de una nueva techné y que se manifiesta en un rasgo dominante de las estéticas posteriores: la utorreferencialidad, la escritura que se vuelve teoria de ella misma. Es posible efectuar tuna lectura sesgada, que se bifurca en el seguimiento de esta tensién bipolar a lo largo de la escritura borgeana, en cuyo espesor se fragua tanto una concepcién decididamente ntirroméntica: la elaboracién meditada, intelectual, del verso y la autorreflexién acerca de sus téenicas, cuanto un horizonte de nostalgia permanente por el valor magico de la palabra, la utopia crepuscular por inalcanzable, el deseo de lograr esa palabra que ‘manifiesteel ser, que sea la cosa misma; utopfa contemplada desde una lucidez que conoce el abismo de la diferencia, lo que separa inexorablemente las palabras y las cosas. Borges (1899-1999) ng Bo Me referi antes a los prélogos para extrapolar dos citas epistolares; en este mismo registro autoral se insriben miltiples enunciados que dan cuentan de otros matices de esa ‘oncepcién mégica de la poesia. Asi, el Borges lector decimonénico, desecha “la triste mitologia de nuestro tiempo" que habla de la subconciencia para mentar aquello que los ‘riegosllamaban la Musa ols hebreos el Espiritu Santo, pero que paradojalmentesintetiza Jo que las teoris contempordneas Ilaman escrtura y que desde su experiencia de esa préctica le hacen decir: “[..J nadie sabe del todo lo que le ha sido dado escribir". Puedo ‘mencionar ots ejemplos, como el del prélogo a E tro, el mismo (1964), donde ieemos: “La ralzdellenguaje es iracional y de carécter magico. Ei danés que articulaba el nombre de Thor o¢lsajén que articulaba el nombre de Thunor no sabia si esas palabras igificaban el dios del trueno o el estrépito que sucede al reldmpago. La poesia quiere volver a esa {antigua magia. Sin preijadas leyes, obra de un modo vacilantey osado, como sicaminara en la oscuridad”’ ;Cémo conciliar este andar a tientas por la oscuridad del inconsciente 0 en espera del dictum del Espiritu con la elaborada técnica, con una escritura que permanentemente vuelve sobre sla referencilidad en una poesia donde el sujeto poético ‘uy frecuentemente deja el centro para ubicar en ese lugar el fluir mismo de la significancia? En ver de intentar forzar una coherencla conceptual cuanto menos problemética, mi lectura prefiere sehaar algunos puntos nodales en la convivencia de ‘estas polaridades, metaforizadas en su conocida férmula “dlgebra y fuego”. Creo que el “Epflogo” a Obra poétca ofrece pasajes privilegiados para ello. En efecto, luego de preguntarse qué puede hacer el esritor con su medio, el lenguaje, materia desgastada, Fepertorio a la vez infinto e insuficiente cuyos elementos —las palabras— resisten tenazmente el cometido a lograr, la emocién esttica, aparece un parrafo que da cuenta ‘de ambas instancias del quehacer poético. Alli leemos: Un volmen de erst nota oa gue una ace deer macs mode heer hace ou pucdeconss mods mes Una cna dca un acnetne un mat orden uta el ‘ej, Whitehead ha denurcodo le flaca dl dena perc apo qe a ods cx ho wh lobe Woofer a ener Uonieno etd combine ens 0" Pocos pasajes més reveladores; la esritura es un trabajo como lo es también la magia, algo que requere preparacién, disposici y la destreza técnica propia del artesano, lo que

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